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Reflexiones para

Niños
No te olvides del pato
Había un pequeño niño visitando a sus abuelos en su granja. Él tenía una reportera
(catapulta) con la que jugaba todo el día, practicaba con ella en el bosque pero
nunca daba en el blanco. Estando un poco desilusionado, regresó a casa para la
cena. Al acercarse a casa, divisó al pato mascota de la abuela. Sin poder
contenerse, usó su reportera y le pegó al pato en la cabeza y lo mato.

Estaba triste y espantado, y todavía en pánico, escondió el cadáver del pato en el


bosque. Pero se dio cuenta que su hermana lo estaba observando. Lucrecia lo había
visto todo pero no dijo nada. Después de comer la abuela dijo, "Lucrecia,
acompáñame a lavar los platos." Pero Lucrecia dijo, "Abuela, Pedro me dijo que hoy
quería ayudarte en la cocina, ¿no es cierto Pedro? Y ella le susurró al oído:
"¿Recuerdas lo del pato?" Entonces, sin decir nada, Pedro lavó los platos.

En otra ocasión el abuelo preguntó a los niños si querían ir de pesca, y la abuela


dijo, "Lo siento pero Lucrecia debe ayudarme a preparar la comida." Pero
Lucrecia con una sonrisa dijo, "Yo si puedo ir, porque Pedro me dijo que a él le
gustaría ayudar." Nuevamente le susurró al oído "¿Recuerdas lo del pato?"
Entonces Lucrecia fue a pescar y Pedro se quedó.

Transcurridos muchos días en que estaba haciendo sus propias tareas y las de
Lucrecia, finalmente él no pudo más. Fue donde la abuela y confesó que había
matado al pato. Ella se arrodilló, le dio un gran abrazo y le dijo, "Amorcito, yo ya
lo sabia. Estuve parada en la ventana y lo vi todo, pero porque te amo te perdoné.
Lo que me preguntaba era hasta cuando permitirías que Lucrecia te tenga como
esclavo.

¿Hasta cuándo permitirás que tus pecados sin confesar te mantengan esclavo?
Hoy puedes gozar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Autor: Desconocido
¿Riquezas o pobreza?
Una vez, un padre de una familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo
con el firme propósito de que su hijo viera cuan pobres eran las gentes del campo.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una granja de una
familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo: ¿Que te


pareció el viaje?

¡Muy bonito Papa! ¿Viste que tan pobre puede ser la gente? Si! ¿Y que
aprendiste? Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina que llega de una barda a la mitad del jardín, ellos
tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en
el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la barda de la casa, el
de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para platicar y convivir en
familia; Tu y mi mama tiene que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre se quedó mudo. Su hijo agrego: ¡Gracias Papa por
enseñarme lo rico que podemos llegar a ser!

Autor: Desconocido
El ángel
Cuenta una antigua leyenda que un niño estaba por nacer, tuvo esta conversación
con Dios:

- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, pero ¿Cómo viviré tan
pequeño en indefenso como soy?
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti. El te está esperando y te cuidará.
- Pero dime, aquí en el cielo soy feliz, no más que cantar y sonreír. - Tu ángel te
cantará y sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
- ¿Y cómo entenderé lo que la gente me hable, si no conozco el idioma de los
hombres?
- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y
con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
- ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.
- He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?
- Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
- Tu ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mí,
aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces
terrestres, el niño presuroso repetía suavemente:

- ¡Dios mío, si ya me voy, dime su nombre! ¿Cómo se llama mi ángel?


Su nombre no importa... Tú le dirás MAMÁ...

Autor: Desconocido
Reflexiones para
Jovenes
¿Por qué no confías?
Un joven muchacho estaba a punto de graduarse de preparatoria, hacia muchos meses que
admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos, sabiendo que su padre podría
comprárselo le dijo que ese auto era todo lo que quería. Conforme se acercaba el día de
Graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el
auto. Finalmente, en la mañana del día de Graduación, su padre le llamó a que fuera a su
privado. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo
amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo.

Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una
hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le
grito a su padre diciendo: "con todo el dinero que tienes, y lo único que me das es esta
Biblia" y salió de la casa.

Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una
hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre que ya era anciano
estaba muy enfermo, pensó en visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su
Graduación. Antes que pudiera partir para verlo, recibió un telegrama donde decía que su
padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual necesitaba
urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los tramites de inmediato.

Cuando llego a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón de


pronto. Empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenia y encontró la
Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado. Con lágrimas, la abrió y empezó a
hojear sus paginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11 "Y
si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más nuestro
Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan"

Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenían una tarjeta
de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En
la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras: TOTALMENTE
PAGADO.

¿Cuántas veces hemos rechazado y perdido las Bendiciones de Dios porque no vienen
envueltas en paquetes hermosos, como nosotros esperamos y por no abrir su palabra, la
Biblia?

Autor: Desconocido
Banco del tiempo
Imagínate que existe un banco, que cada mañana acredita en tu cuenta, la suma
de $86,400. No arrastra tu saldo día a día. Cada noche borra cualquier cantidad
de tu saldo que no usaste durante el día. ¿Qué harías? Retirar hasta el último
centavo, ¡por supuesto! Cada uno de nosotros tiene ese banco. Su nombre es
tiempo.

Cada noche, este banco te acredita 86,400 segundos. Cada noche, este banco
borra, y da como perdido, cualquier cantidad de ese crédito que no has invertido
en un buen propósito. Este banco no arrastra saldos. Ni permite sobregiros. Cada
día te abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día. Si no usas tus
depósitos del día, la perdida es tuya. No se puede dar marcha atrás. No existen
los giros a cuenta del depósito de mañana. Debes vivir en el presente con los
depósitos de hoy. Invierte de tal manera, de conseguir lo mejor en salud,
felicidad y éxito. El reloj sigue su marcha. Consigue lo máximo en el día.

Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que perdió el Año
de estudios. Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que
alumbró a un bebé prematuro. Para entender el valor de una semana, pregúntale al
editor de un semanario. Para entender el valor de una hora, pregúntales a los
amantes que esperan a encontrarse. Para entender el valor de un minuto,
pregúntale a una persona que perdió el tren. Para entender el valor de un
segundo, pregúntale a una persona que con las justas evitó un accidente. Para
entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que ganó
una medalla de plata en las olimpiadas.

Atesora cada momento que vivas. Y atesóralo más si los compartiste con alguien
especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo. Y recuerda
que el tiempo no espera por nadie.

Autor: Desconocido

Piensa antes de juzgar


Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudieron tener
hijos.

Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si


fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y
hermoso pastor alemán. El perro salvó, en más de una ocasión, a la pareja de ser
atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños
contra cualquier peligro. Luego de siete años de tener al perro, la pareja logró
tener el hijo tan ansiado.

La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones
que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del
bebe, y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.

Un día la pareja dejo al bebe plácidamente durmiendo en la cuna, y fueron a la


terraza a preparar una carne asada. Cual fue su sorpresa, cuando se dirigían al
cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo, con la boca ensangrentada,
moviéndoles la cola. El dueño del perro casi sin pensar, saca un arma que llevaba y
en el acto mató al perro.

Luego corrió al cuarto del bebé y encontró una gran serpiente degollada.

Autor: Desconocido

Reflexiones para
Lo que el dinero puede comprar
EL DINERO COMPRARÁ:
Una cama pero no sueño

Libros pero no sabiduría

Comida pero no apetito

Adornos pero no belleza

Atención pero no amor

Una casa pero no un hogar

Un reloj pero no tiempo

Medicina pero no salud

Lujo pero no cultura

Asombro pero no respeto

Póliza de seguros pero no paz

Diversión pero no felicidad

Un crucifijo pero no un Salvador

Autor: Desconocido
Solo pequeñeces

Una señora de edad había esperado toda la vida la oportunidad de viajar en un


tren. Quería contemplar, devorar cada paisaje con los ojos y disfrutar todo
cuanto pudiera en los kilómetros que iría a recorrer.

Entro muy decida en el vagón de pasajeros y cuando el tren partió, comenzó a


acomodar los paquetes y cestas que traía, trato de arreglar confortablemente su
asiento y acomodar las cortinas, de colocarse en situación cómoda pero ... de
repente, cuando ya estaba lista para comenzar la contemplación del paisaje, el
conductor voceo el nombre de la estación a la cual iban, ¡habían llegado!."Que
pena", dijo ella, "si hubiese sabido que llegaríamos tan pronto no habría perdido
tiempo en pequeñeces".

Autor: Desconocido
¿Buena suerte?, ¿mala suerte?
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para
cultivar sus campos. Un día, el caballo escapo a las montañas. Cuando los vecinos
del labrador le dijeron que mala suerte tenía por perder el caballo, él les
replico: ¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?

Una semana después el caballo volvió trayendo consigo una manada de caballos
salvajes. Entonces sus vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte y este
les respondió: ¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?

Cuando el hijo del labrador intento domar uno de aquellos caballos salvajes, se
cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo considero esto como una desgracia.
No así el labrador, quien se limitó a decir: ¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte?
¿Quién Sabe?

Unas semanas más tarde, el ejército entro en el poblado y fueron reclutados


todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al
hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo.

¿Había sido buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe? Todo lo que a primera
vista parece contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a
primera vista puede ser realmente dañino. Así pues, será postura sabía que
dejemos a Dios decidir lo que es buena y mala suerte, y le agradezcamos que
todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman.

Autor: Desconocido
Reflexiones para
Grupos

El ateo que cayó por un precipicio


Un día un ateo caminaba por un camino, resbaló y cayó por un precipicio.

Al caer se aferró a una rama y pensó: solo Dios puede salvarme ahora. Pero yo
nunca creí en él ¿Que puedo hacer? y exclamó: ¡Por favor Dios, nunca creí en ti,
pero si me salvas, creeré en ti para siempre!

Dios dijo: Esta bien, creeré en lo que dices y te salvaré...Suelta la rama, y un


ejército de ángeles te sostendrán para que no caigas y te llevarán otra vez al
camino.

¿Soltar la rama?, exclamó el hombre.

Luego con desesperación preguntó: ¿Hay alguien más ahí arriba?

Autor: Desconocido

¿Puedo ser cristiano sin unirme a una iglesia?


Si, es posible. Pero es como ser:

... un estudiante que no asiste a la escuela.

... un soldado que no se une al ejército.

...un ciudadano que no paga impuestos ni vota.

...un vendedor que no tiene clientes.

... un explorador sin un campamento de base.

... un marinero en un barco sin tripulación.

... un comerciante en una isla desierta.

... un escritor sin lectores.

... un padre sin familia.

... un jugador sin equipo.

... una abeja sin colmena.

¿Quieres ser un cristiano así?

Autor: Desconocido

Todo en Cristo es para bien


Un cristiano una vez deseaba comprarse una Biblia, después de mucho recorrer
logró verla en una librería cristiana. Era muy preciosa; tapa fabricada en piel de
cocodrilo, con unos bordes dorados en los bordes, hojas de calidad ultra fina,
además mapas tridimensionales, notas de introducción y bosquejos de cada libro
de la Biblia y muchas otras cosas deseadas de una buena Biblia de estudio.

Era la más cara, y este hermano impresionado después de verla ,juntó mucho
dinero hasta que la compró. Saliendo de la galería iba con su Biblia debajo del
brazo, muy contento y mirándola de vez en cuando, y en medio del a calle se
encontró con otro hermano de su iglesia, éste también quedó asombrado y con la
boca abierta al ver la presentación aquel Libro del hermano, y después empezaron
a conversar, cuando de repente ¡¡¡ZAS!!!! Un ladrón arrancó del brazo la Biblia de
este pobre hermanito, su amigo quedó mirando al ladrón, mientras éste se perdía
entre la multitud.

Cuando de repente escucha una risa de carcajada del hermano que se compró la
Biblia. El amigo impresionado le dice -¿Por qué no persigues al ladrón? El hermano
seguía riéndose y el amigo más impresionado le dice: -¿Como te puedes reír de un
ladrón te haya robado esa Biblia que tanto te costó? A lo que el hermano
responde: - No me río de eso - ¿Entonces de que te ríes? - Del diablo, es que es
muy tonto El amigo asombrado le responde: - ¿Por qué dices eso? A lo que
responde el hermano todavía riéndose: - Es que el diablo me robó la Biblia para
que el ladrón se convirtiera.

Autor: Mauricio Alejandro Díaz Lagos

Reflexiones para
Familia
¿Dónde está Dios?
Resulta ser que unos padres tenían dos hijos bastante alborotosos. Una niña de
8 años y un varón de 10. Resulto que los padres estaban teniendo una gran
dificultad en controlarlos y decidieron buscar ayuda. Fueron, hablaron con su
pastor, y el pronto accedió a hablarles a los muchachos.

Hicieron una cita y los padres primero trajeron al más adulto, trajeron al varón
a la oficina del pastor. Al entrar el niño en la oficina encontró al pastor
sentado detrás de su escritorio con una mirada impresionante. El pastor le dijo
que se sentara en la silla que estaba directamente al frente de el, y así lo hizo
el muchacho.

Una vez que se sentó, en un tono autoritario, el pastor le pregunto: ¿dónde


esta Dios? Existía un gran silencio en la habitación y el niño no dijo nada.
Nuevamente el pastor pregunto: ¿dónde esta Dios? Pero el silencio persistía
aun más. Esto sucedió tres veces, y a la tercera vez, el niño se levanto de la
silla, y salió corriendo de la oficina del pastor.

Corrió y corrió hasta llegar a su casa, entro por la puerta y subiendo las
escaleras corrió hasta la habitación donde se encontraba su hermana. Con una
voz bien alarmada le dijo: ¡Estamos en tremendo problema! Al cual ella
respondió: ¿por que? ¿Que paso? Y respondiendo él le dijo, aparentemente Dios
se ha perdido y nos están echando la culpa a nosotros.

Autor: Desconocido
Quédate con tu tenedor
Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la
que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas "en
orden". Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos
de su última voluntad. Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su misa de
cuerpo presente, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada. La
mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en orden y
el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algún muy
importante para ella. - Hay algo más, dijo ella exaltada. - Qué es?, preguntó el
sacerdote. - Esto es muy importante, continuó la mujer. Quiero ser enterrada con
un tenedor en mi mano derecha.

El sacerdote quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir. -
Eso lo sorprende o no? preguntó la mujer - Bueno, para ser honesto, estoy intrigado
con la solicitud, dijo el sacerdote. La mujer explicó: - En todos los años que he
asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se
retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se agachaba y
decía, "Quédate con tu tenedor". Era mi parte favorita porque sabía que algo mejor
estaba por venir... como pastel de chocolate o pastel de manzana. Algo maravillosos
y sustancioso! Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor
en mi mano y quiero que se pregunten: "Qué onda con el tenedor?" Después quiero
que usted les diga: "Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir."

Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la


mujer despidiéndose. El sabía que esta sería una de las últimas veces que la vería
antes de su muerte. Pero también sabía que la mujer tenía un mejor concepto de la
esperanza cristiana que él mismo. Ella sabía que algo mejor estaba por venir.
Durante el funeral, la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso
vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano derecha. Una
y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta: "Qué onda con el tenedor?". Y una y
otra vez sonrió.

Durante su mensaje, el sacerdote le platicó a las personas la conversación que había


tenido con la mujer poco tiempo antes de morir. También les habló
acerca del tenedor y qué era lo que significaba para ella. El
sacerdote les dijo a las personas cómo él no podía dejar de pensar
en el tenedor y también que probablemente ellos tampoco podrían
dejar de pensar en él. Estaba en lo correcto. Así que, la próxima
vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo recordarte que lo
mejor está aún por venir...

Autor: Desconocido
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su
travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo,
por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para


acampar, sino que decidió seguir subiendo. Decidido a llegar a la cima, de
pronto oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña,
ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidades, no
había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se


desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver
veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible
sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos
angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan
gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir... Sin embargo, de
repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... SI, como todo
alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a
una largísimo soga que lo amarraba de la cintura.

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que
gritar: "Ayúdame Dios mío..." De repente una voz grave y profunda de los
cielos le contestó: "¿QUE QUIERES QUE HAGA?" "Sálvame Dios mío".
"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?" "Por supuesto Señor"
"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..." Hubo un momento
de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un


alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una
cuerda... A DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estás de tu cuerda? ¿Por


qué no la sueltas?

Autor: Desconocido

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