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El Jardinero de la Mente
¿Vives a la deriva
o tienes
un propósito?
Toma el control de tu Vida
a través de 4 sencillas
estrategias y descubre un
propósito que te permita
vivir con abundancia.
¿Vives
a la deriva
o tienes
un propósito?
TOMA EL CONTROL
DE TU VIDA
A TRAVÉS
DE 4 SENCILLAS
ESTRATEGIAS
Y DESCUBRE
UN PROPÓSITO
QUE TE PERMITA
VIVIR
CON ABUNDANCIA .
PV eBooks
2019
https://pablovallarino.com
¿Vives a la deriva o tienes un propósito? 03
PRÓLOGO
En la vida real o en una película, esta escena nos produce una terrible sensación de inseguridad: el solo hecho de
pensar que algún día nos pueda ocurrir a nosotros hace que se nos erice la piel, se sobresalte el corazón.
Es, sin duda, una situación en la que nadie quiere estar, que no se le desea ni al peor enemigo.
Solo, a la deriva, sin defensa, luchando más allá de sus fuerzas contra un mar bravío, el viento, el sol, el frío de la
noche, contra las criaturas que ocasionalmente aparecen al acecho.
Es de esos momentos en los que uno clama ¡Trágame, tierra!, pero es imposible porque estás en el mar.
¿Por qué te hago esta analogía? Porque hay otra situación que me
produce un pánico similar, aunque en tierra firme.
Dan pena, porque su existencia está en manos del azar, sin una
orientación definida. Para colmo, son sujetos pasivos: se limitan a
reaccionar a algunos de los estímulos que reciben. No saben lo que
desean, no saben qué les conviene, no tienen capacidad de acción. Esa
vida sin propósito es la peor de las condenas que puede pagar un ser
humano, pero no tiene porqué ser así.
estamos llamados a ser
los protagonistas
No nacemos para eso: estamos llamados a ser los protagonistas de una de una historia,
historia, de nuestra historia, pero para cumplir con ese objetivo
de nuestra historia
tenemos que pagar un pequeño precio: afrontar la vida, sus
dificultades; aprender de los errores, aportar una cuota de sufrimiento
y de dolor. ¿A cambio de qué? A cambio de ser dueños de nuestra
existencia, de vivir una vida con abundancia.
Pablo Vallarino
¿Cómo hacerlo?
No hay secretos, no hay libretos ideales, no hay fórmulas perfectas, no hay magia.
Te comparto cuatro estrategias que, si las pones en práctica, te van a ayudar no solo a encontrar el propósito de tu
vida, sino que podrás vivir una vida con abundancia:
De nada te sirven las metas y los deseos si no implementas un plan de acción específico, y lo llevas a cabo.
Muchas personas viven a la deriva simplemente porque no saben qué quieren, porque no tienen un propósito.
Otras muchas, en cambio, saben lo que desean, pero no saben qué deben hacer para alcanzar esas metas.
El resultado, en ambos casos, es el mismo: el fracaso.
la cuestión está
en saber qué hacer
...y hacer!
Lo primero que debes asumir es que no será fácil: habrá dificultades, habrá tropiezos, habrá reveses, habrá días
en los que flaquearán las fuerzas, habrá momentos en los que querrás tirar la toalla.
Apégate al plan tanto como sea posible, salvo que te des cuenta de que
está errado: en ese caso, párate, recapacita, reformula y vuelve a
empezar. Y algo muy importante: no te distraigas en cosas
innecesarias, no te dejes desviar del camino.
Debes tener un plan de acción, sí, pero también debe haber uno de
reacción. ¿Para qué? Para sortear las dificultades, para que los
problemas no te paralicen. Recuerda: no será fácil, y no tiene porqué
ser fácil. Si te equivocas, acéptalo, aprende, corrige y sigue. Si caes,
incorpórate, sacúdete, aprende del tropiezo y sigue. Si te cansas, toma
un respiro, recupera fuerzas y sigue.
No siempre, o casi nunca, la vida es como la imaginamos, como la deseamos. Puede ser un caos total o
sorprendernos con mucho más de lo que esperamos, de lo que merecemos. Así es la vida, así hay que vivirla, así
hay que aceptarla. Ni siquiera seguir el plan establecido te garantizará alcanzar la meta prevista: la vida te da
sorpresas y, por eso, nos obliga a tener siempre un plan B.
Lo que necesitamos aprender (y aceptar) es que lo único seguro en la vida (además de la muerte) es la dinámica
del cambio. Cambia, todo cambia. Hoy, casi nada es como ayer y lo más probable es que mañana sea diferente.
Quizás se antoje incómodo, pero también es fascinante. ¿Por qué? Porque eso significa que nada está escrito, que
tú tienes el poder de elegir la vida que quieres.