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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

CAPITULO I

DERECHO DE
FAMILIA

• Familia en sentido amplio (familia extendida). En el sentido más amplio (familia como
parentesco) es el conjunto de personas con las cuales existe algún vínculo jurídico
familiar. Desde este punto de vista, la familia está compuesta por un grupo de personas
ligadas por vínculos jurídicos emergentes de la relación intersexual, de la procreación y
del parentesco. Este expresado sentido de la familia es el que reviste importancia jurídica,
puesto que las relaciones a que da lugar son las reguladas por el Derecho de Familia; sin
perjuicio de que en la legislación sea aludida para fines alimentarios y hereditarios, y sin la
exigencia de que haya vida en común.

• Familia en sentido restringido (familia nuclear). En el sentido más restringido, la familia


comprende solo a las personas unidas por la relación intersexual o la procreación. Desde
este punto de vista, la familia está formada por el padre, la madre y los hijos que estén
bajo su patria potestad. Este expresado sentido de la familia asume mayor importancia
social que jurídica, por ser el núcleo más limitado de la organización social y el que ha
merecido la atención de numerosos textos constitucionales que tienden a imponer al
Estado su defensa o protección; aunque sea la más aludida en la legislación.

• Familia en sentido intermedio (familia compuesta). En el concepto intermedio, la familia


es el grupo social integrado por las personas que viven en una casa, bajo la autoridad del
señor de ella. Este expresado sentido de la familia solo tiene importancia social, por ello la
legislación no la toma en cuenta.

El Derecho de Familia.- El Derecho de Familia está integrado por el conjunto de normas


jurídicas que regulan los vínculos jurídicos familiares. Como estas relaciones conciernen a
situaciones generales de las personas en sociedad, integran el Derecho Civil.

En nuestro país, el Derecho de Familia está contenido básicamente en el Código Civil,


aunque existen numerosas leyes complementarias que también lo integran. Si el Derecho
de Familia es, en razón de la materia, parte del Derecho Civil, no es posible considerar
que pertenece al Derecho Público, ya que las relaciones familiares no vinculan a los
sujetos con el Estado como sujeto de Derecho Público. Se trata de relaciones entre las
personas, derivadas de la unión intersexual, de la procreación y del parentesco.

CLASES DE
FAMILIA

FAMILIA NUCLEAR: Aquella que se unen por vinculo por vínculo matrimonial o filial
(marido y mujer, padres e hijos generalmente los menores o incapaces).

FAMILIA EXTENDIDA: Conformada por la familia Nuclear, a quienes se les une


uno o más parientes.

FAMILIA COMPUESTA: Compuesta por alguna de las dos familias antes señalada y una
o más personas que no tiene parentesco con el jefe de familia

PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

FAMILIAS MONOPARENTALES: Es un tipo de familia que está constituida por un solo


padre de familia, ya sea viudo, divorciado, soltero o separado.

FAMILIA ENSABLADAS: Esta clase de familias mereció un pronunciamiento concreto


del Tribunal Constitucional EXP 09332-2006-PA/TC. Se define como la estructura familiar
originada en el matrimonio o la unión concubinaria de una pareja en la cual uno o ambos
de sus integrantes tienen hijos provenientes de una relación previa.

CAPITUL
O II

EL
PARENTESCO

1. PARENTESCO
CONSANGUINEO

A decir de Borda, el parentesco "es el vínculo jurídico que nace de lazos de sangre, del
matrimonio o de la adopción".

Para Albaladejo,"... el parentesco es un vínculo que liga a unas personas con otras,
vínculo que, pudiendo proceder de diversas causas, da origen a distintas clases del
mismo (parentesco de consanguinidad, de afinidad y adoptivo)..."

El indicado tratadista añade lo


siguiente:

"... Parentesco de consanguinidad es el vínculo de sangre que une


a las personas.

Es decir, las personas son parientes consanguíneos unas de otras porque llevan (en
parte, al menos) la misma sangre.

Por eso importa identificar las singulares posiciones de la relación genérica de


parentesco. Esta identificación se hace mediante un cómputo por líneas y por grados.

a) La línea: indica un orden de generaciones. Y se divide en línea recta y línea colateral.


La línea 'recta' está formada por un orden de generaciones que descienden una de otra.
La línea 'colateral', no es propiamente una línea, sino la relación entre 'grados'
pertenecientes a dos líneas rectas yuxtapuestas, que tienen un mismo tronco.

Por otra parte, en la línea, según que se observe su proyección de engendrador a


engendrado, o viceversa, de engendrado a engendrador, se distinguen dos
direcciones: descendente y ascendente.

b) El grado: indica el intervalo en generaciones entre dos personas a lo largo de una


misma línea o en líneas distintas (colaterales) unidas por el tronco común. El grado, por
tanto, se expresa en números ordinales (primero, segundo, tercero), que representan
otras tantas generaciones.

Esto supuesto, el cómputo (del parentesco) es


simplísimo.

A) En la línea recta, dos personas son parientes en el 'grado' expresado por el número de
las generaciones que han intervenido. Así: entre padre e hijo ha mediado una generación,
la del hijo; son, pues, parientes en primer grado, línea recta. Entre abuelo y nieto.

PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

B) En la línea colateral, dos personas son parientes en el grado expresado por el número
de las generaciones desde el tronco común. Así: entre hermanos hay un parentesco de
segundo grado, línea colateral, ya que son dos las generaciones que han intervenido
desde el padre común los hijos de este que vienen hacer hermanos entre sí (si los
hermanos son más de dos, no cuenta, ya que la relación de parentesco se valora siempre
entre dos términos). El tío y el sobrino; son parientes en tercer grado, línea colateral, pues
son tres las generaciones a partir del tronco común: una, la del hijo que está en relación
de 'tío'; dos, la del otro hijo, hermano del tío y padre del sobrino; tres, la del sobrino
procedente del hermano del tío. Agregando otra generación en una de estas dos líneas,
tendremos un parentesco de cuarto grado, que dará dos primos si la generación la
agregamos en la línea del 'tío', un tío abuelo y un bisnieto, si la generación la agregamos
en la línea del sobrino"

La línea colateral u oblicua se divide a su vez en igual o desigual, según que entre los
engendrados de los distintos lados de la línea haya igual distancia del ascendiente común
o no.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 236 del Código Civil, el parentesco


consanguíneo es la relación familiar existente entre las personas que descienden una de
otra o de un tronco común.

El grado de parentesco se determina por el número de generaciones art 236,


segundo párrafo, del C.C.).

En la línea colateral, el grado se establece subiendo de uno de los parientes al tronco


común y bajando después hasta el otro. Este parentesco produce efectos civiles sólo
hasta el cuarto grado (art. 236, parte final, del C.C.). El parentesco se clasifican en:

a) Por consanguinidad, que entraña un vínculo de sangre. Línea recta Ascendiente


y
descendiente hasta el cuarto grado y en línea colateral del segundo hasta
el cuarto grado.

b) Por afinidad, que vincula a un cónyuge con los parientes


consanguíneos del otro.

c) Legal, es decir, la adopción,


y

d) Espiritual, cuyo origen se halla en el Derecho Canónico y alude a la relación


padrino-ahijado
que se define para efectos de un sacramento. Éste no tiene
efectos jurídicos.
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ESTRUCTURA PARENTECO POR


CONSANGUINIDAD:

TRONCO Es la persona a quien se reconoce como ascendiente común


de las
personas cuyo parentesco se trata. LINEA Es la sucesión ordenada y
completa de las personas que proceden de
un mismo tronco. Puede ser: Recta: Se trata de personas que desciende
unas de otras Colateral: Son personas que sin descender unas de otras
unen sus respectivas líneas en un ascendiente común. GRADO Es el
vínculo existente entre dos individuos. formando por cada
generación. El grado de parentesco se determina por
generaciones.

GRAFICO DE PARENTESCO POR CONSANGUINIDAD

EN LINEA
RECTA

- Primer grado (padre e hijo)

- Segundo grado (abuelo y nieto)

- Tercer grado (bisabuelo y


bisnieto)

- Cuarto grado (tataranieto y


tatarabuelo)

EN LINEA
COLATERAL

- Segundo grado (hermanos), tercer grado (tíos y sobrinos), cuarto grado (primos
hermanos).
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PARENTESCO
POR
Tarabuel CONSAGUINIDA
o
D ENLINEA
RECTA
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA
Bizabuel
o
PARENTESCO POR
CONSAGUINIDAD EN
A
Abuelo
LINEA COLATERAL

Padr
e

Hijo

Nieto

Biznieto

Tataranieto
Hermanos (2do grado de
parentesco de consanguinidad en
línea colateral)

BC

Tío

Sobrino (3er. grado de parentesco por consanguinidad en línea


colateral)

DE
Primos
hermanos

(4to. Grado de parentesco por consanguinidad en línea


colateral)

2. PARENTESCO POR
AFINIDAD

El matrimonio no sólo crea una relación jurídica entre los cónyuges; también la origina
entre cada uno de ellos y los consanguíneos del otro. Es el parentesco por afinidad, o
alianza, o cuñadez

PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Espín Cánovas sostiene que en un sentido más amplio se llama parentesco al vínculo
derivado del matrimonio, que existe entre cada cónyuge y los parientes del otro,
parentesco que se denomina de afinidad. Para Coviello a pesar de tener la afinidad su
causa en el matrimonio, no termina con éste: perdura después de su disolución, aunque
no haya habido prole o no haya sobrevivido a la disolución. Sólo en ciertos casos y para
ciertos efectos determinados por la ley, después de disuelto el matrimonio no se tiene en
cuenta la afinidad.

Barbero expone sobre el tema lo


siguiente:

Se dice afinidad a la relación natural entre un cónyuge y los parientes del otro. De aquí la
afirmación común de que, a diferencia del parentesco, fundado en el vínculo natural de la
sangre, la afinidad se funda exclusivamente en el vínculo del matrimonio. Considerada
más atentamente, la afirmación es inexacta; en efecto, es muy verdad que para que haya
afinidad, es necesario un matrimonio válido, pero es verdad también que si un cónyuge no
tiene parientes, el otro no tiene tampoco afines. Ambos hechos concurren, por
consiguiente a determinar la afinidad, y tan es así, que se habla de vínculo entre un
cónyuge y los parientes del otro: el matrimonio pone la base de la afinidad en cuanto
funda el conyugio, pero el coronamiento lo da la existencia de un parentesco entre un
cónyuge y las personas que, por el parentesco con él, vienen a ser afines del otro. El
cómputo de la afinidad se hace por línea y por grados, análogamente al del parentesco,
según la regla de que: en la misma línea y en el mismo grado en que una persona es
pariente de uno de los cónyuges, es afín del otro. De manera que el padre de uno de los
cónyuges, que es pariente con él en el primer grado de la línea recta, es afín del otro en
primer grado de línea recta (suegro); el hermano de uno de los cónyuges, que es pariente
con él en segundo grado, línea colateral, es afín del otro en segundo grado, línea colateral
(cuñado).

Con arreglo a lo previsto en el artículo 237, primer párrafo, del Código Civil, el matrimonio
produce parentesco de afinidad entre cada uno de los cónyuges con los parientes
consanguíneos del otro.

Cada cónyuge se halla en igual línea y grado de parentesco por afinidad que el otro por
consanguinidad (art. 237, primer párrafo, del C.C.).

Es de destacar que la afinidad en línea recta no acaba por la disolución del matrimonio
que la produce (art. 237, último párrafo, del C.C.)

Subsiste la afinidad en el segundo grado de la línea colateral en caso de divorcio y


mientras viva el ex-cónyuge (art. 237, último párrafo, del C.C.).
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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

3. PARENTESCO POR
ADOPCIÓN

Suárez Franco indica sobre el


tema que:

(El parentesco civil o legal) es una ficción legal por la cual se crea una relación entre
adoptante y adoptado, o entre éstos y sus consanguíneos, semejante al parentesco por
consanguinidad.

El parentesco civil, es el que resulta de la adopción, mediante la cual la ley estima que el
adoptante, su mujer y el adoptivo, se encuentran entre sí respectivamente en las
relaciones de padre, madre e hijo.

Valverde y Valverde expresan que "el parentesco civil se crea por la ley civil cuando se
verifica o tiene lugar la adopción, haciéndose parientes, en virtud de ésta, el adoptante y
adoptado y éste y la familia del adoptante".

Espín Cánovas afirma que "... por ficción de la ley, existe parentesco por virtud de la
adopción entre adoptante y adoptado y entre éste y la familia de aquél, denominándosele
parentesco civil".

Espín Cánovas señala,


además, que:

Los efectos de la adopción afectan no sólo a las personas del adoptante y del adoptado,
sino también a la familia originaria de éste, pues aunque la adopción, no produce la salida
del adoptado de su familia, con la cual le siguen ligando los mismos vínculos de
parentesco, sin embargo ciertas potestades se transmiten de los padres del adoptado al
adoptante.

En las relaciones personales, el principal efecto de la adopción consiste en que si el


adoptado es menor de edad, queda sometido a la potestad del padre o madre que le
adopte, siendo, por tanto, la adopción causa de extinción de la patria potestad.

POR AFINIDAD
PARENTESCO
GRAFICO DE
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

También corresponde al padre adoptante el derecho a conceder la licencia para el


matrimonio del hijo adoptivo menor de edad (...).

Finalmente en cuanto a las relaciones personales, 'el adoptado podrá usar, con el apellido
de su familia, el del adoptante, expresándolo así en la escritura de adopción.

A juicio de
Barbero:

A menudo a la adopción se la encuadra en el parentesco, y se habla de parentesco civil


adoptivo pero, si como fundamento del parentesco se pone la generación y, por tanto, la
consanguinidad (hecho natural insustituible), ello no es ya exacto. La adopción es una
relación que imita el parentesco, pero que no es parentesco: éste deriva de la sangre, la
adopción, de la voluntad. Es una relación cuya finalidad es la de ir al encuentro del deseo
de filiación en quien no tiene hijos por naturaleza...".

A tenor del artículo 238 del Código Civil, la adopción es fuente de parentesco dentro de
los alcances de esta institución.
El Código Civil, en relación a la adopción, establece,
además, lo siguiente:

Por la adopción el adoptado adquiere la calidad de hijo del adoptante y deja de pertenecer
a su familia consanguínea (art. 377 del C.C.).

CAPITULO
III

ESPONSAL
ES
En tal sentido, puede considerarse que los esponsales son, en conjunto, un acto previo a
la celebración del acto conclusivo dentro del procedimiento complejo de formación del
consentimiento matrimonial. Así se le ha identificado con la fase de noviazgo por la que
transita la pareja antes de que se concreten las formalidades que sirven de precedente al
matrimonio civil.

Sin embargo, a partir de lo dicho, debe dejarse en claro, desde un inicio, que la privación
de eficacia alcanza a los esponsales, solamente en cuanto se le reconozca como acto
vinculatorio para contraer matrimonio civil proyectándose en el futuro. Tal afirmación tiene
como consecuencia directa el reconocer la posibilidad de que tal promesa pueda servir
como contenido de un supuesto de hecho jurídicamente relevante generador de efectos
jurídicos.

Tomando tal criterio, se ha precisado que la teoría del hecho, referida en primer lugar, no
puede explicar sin artificio las pretensiones de indemnización que se establecen como
consecuencia del rompimiento de la promesa, de lo que se deduce que ella contiene un
deber subsidiario de indemnización.

En nuestra opinión, la promesa de matrimonio sí tiene una relevancia jurídica


determinada, pues resulta evidente que la exclusión de efectos obligacionales no implica
que a ella se le haya desprovisto completamente de eficacia, la que se plasma en el
surgimiento de un efecto indemnizatorio y restitutorio ante una ruptura injustificada de la
misma. Esta eficacia se produce al margen de la consideración del propósito práctico de
los sujetos (novios), ya que si ello hubiere sido así se le habría concedido alguna
vinculatoriedad para contraer el vínculo matrimonial; haciendo que la promesa que nos
ocupa pueda ser, a la luz de nuestro ordenamiento,

PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA


calificada como un acto en sentido estricto, puesto que, lo reitero, para la concesión de
eficacia solo se valora la existencia de una declaración regularmente exteriorizada, con
todos los requisitos exigidos para tal caso.

Por otra parte el CC. Señale: Si la promesa de matrimonio se formaliza indubitablemente


entre personas legalmente aptas para casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva de
uno de los promitentes, ocasionando con ello daños y perjuicios al otro o a terceros, aquél
estará obligado a indemnizarlos. La acción debe interponerse dentro del plazo de un año
a partir de la ruptura de la promesa.

Dentro del mismo plazo, cada uno de los prometidos puede revocar las donaciones que
haya hecho en favor del otro por razón del matrimonio proyectado. Cuando no sea posible
la restitución, se observa lo prescrito en el artículo 1635.

CAPITULO
IV

NOCIONES GENERALES DEL


MATRIMONIO
1. El
Matrimonio

El matrimonio es la base fundamental de la familia, es el centro de la misma y las demás


instituciones que integran el derecho, no son más que consecuencias o complementos de
aquél. Por esta razón, el matrimonio es un acto jurídico; pero acaso de mayor importancia
que todas las demás instituciones del derecho privado, porque forma o constituye el
fundamento de la organización civil, y representa a su vez la completa comunidad de vida
de un hombre y una mujer reconocida, amparada y regulada por el derecho.

El citado tratadista italiano Barbero define al matrimonio como la "declaración voluntaria


de un hombre y una mujer de quererse tomar recíprocamente como marido y mujer.

El matrimonio implica la cohabitación, vale decir, la mutua satisfacción de índole sexual de


los cónyuges. De ello se deriva la procreación de los hijos. El matrimonio está orientado
principalmente a ello, aunque no es raro que a la cohabitación no le siga la procreación,
ya sea que ello obedezca a una decisión compartida de los consortes o a un deseo
unilateral, o, incluso, a razones extrañas a la voluntad de la pareja matrimonial.

De acuerdo a lo normado en el artículo 234 -primer párrafo- del Código Civil, el


matrimonio es la unión voluntariamente concertada por un varón y una mujer legalmente
aptos para ella y formalizada con sujeción a las disposiciones del Código Civil, a fin de
hacer vida común.
En el último párrafo del artículo 234 del Código Civil se precisa que el marido y la mujer
tienen en el hogar autoridad, consideraciones, derechos, deberes y responsabilidades
iguales.

2. NATURALEZA JURÍDICA DEL


MATRIMONIO

Acerca de la naturaleza jurídica del matrimonio existen varias teorías, siendo las más
conocidas y reputadas aquellas que conciben:

- Al matrimonio como contrato.

- Al matrimonio como institución.

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

2.1 EL MATRIMONIO COMO


CONTRATO

El artículo 1351 del Código Civil, el contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear,
regular, modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial. Por ello, las partes estarían
facultadas a dejar sin efecto lo convenido por mutuo disenso o por incumplimiento y aún
más, establecer condiciones a los deberes recíprocos contraídos, con la sola restricción
de lo relativo al orden público y a las buenas costumbres.

Puntualizamos que la concepción del contrato no resulta de aplicación a la del


matrimonio por estas razones:

- No obstante que el matrimonio supone un acuerdo de voluntades, ya que sin el


consentimiento de los cónyuges no es posible contraerlo, de dicho acuerdo se derivan,
más que relaciones de naturaleza patrimonial, otras relaciones pero de índole
personalísimo y de naturaleza ética, moral y espiritual, que no son susceptibles de ser
valoradas monetariamente, ya sea en forma directa o indirecta.

- En el matrimonio no es posible que se deje sin efecto alguno, a no ser por causas
predeterminadas legalmente; en tanto que los contratos sí pueden ser dejados sin efecto,
ya sea por causas previstas en la ley o por decisión propia de los contratantes.

- Los contrayentes están impedidos de imponerse recíprocamente condiciones, lo que sí


es viable en el
área
contractual.

Para denominar el acuerdo de voluntades que es presupuesto para la celebración del acto
del matrimonio existen otros términos que pueden emplearse como, por ejemplo, el de
convención, el cual goza de una mayor amplitud conceptual que el de contrato, y
representa todo acuerdo de voluntades que vincula a todo aquel que lo celebra. Si se
tiene en consideración que todo acuerdo de voluntades supone un negocio jurídico,
podría afirmarse que el matrimonio es un negocio jurídico familiar, con el objeto de
diferenciarlo de la mayor parte de negocios jurídicos que giran alrededor de los derechos
de naturaleza patrimonial. Atendiendo a lo expuesto, el término más conveniente para la
corriente que comentamos sería el de pacto o acuerdo matrimonial.

2.2 EL MATRIMONIO COMO


INSTITUCIÓN

Se considera en estos tiempos al matrimonio como un acuerdo de voluntades en razón de


su fuente, y se le reputa por sus efectos un estado, debido a su naturaleza institucional.
Una institución constituye algo mucho más trascendente e importante que un mero
acuerdo de voluntades, ya sea por las consecuencias que acarrea como por la duración
que tiene.

Consideramos, pues, que la corriente más acorde con la naturaleza jurídica del
matrimonio es la que lo considera como una institución. Así, pues, el matrimonio
representará una institución por los efectos jurídicos que genera, los mismos que no
guardan dependencia con el deseo o voluntad de los contrayentes, quienes, por lo
general, desconocen o no saben con exactitud tales consecuencias al tiempo del acto del
matrimonio. También se le considera matrimonio como una institución debido a su
duración, pues a pesar de que el matrimonio puede extinguirse por el fallecimiento de uno
o de ambos cónyuges, por el divorcio y aun por su nulidad o anulabilidad, los efectos del
referido matrimonio se perpetúan en los hijos habidos dentro de él.

3. CARACTERÍSTICAS DEL
MATRIMONIO

Azpiri dice que el matrimonio reviste estos


caracteres:

a) Es la unión de un hombre y una mujer y, como tal, monogámica y


heterosexual.

b) Es una unión solemne, lo que significa que la forma de celebrar el matrimonio


debe ajustarse
a lo que la ley
establece.
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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

c) Es una unión legal, porque el emplazamiento en el estado conyugal y los


derechos y deberes que de él derivan están impuestos por la ley y resultan
inmodificables por la voluntad de los esposos.

d) Es una unión estable pero no inmutable, porque su disolución sólo puede


producirse en la forma que la ley establece, esto es, por muerte de uno de los
cónyuges, por la celebración de unas nuevas nupcias cuando medió declaración
de muerte presunta de uno de los cónyuges, o por sentencia de divorcio vincular.

En sentido similar se pronuncia Arias al señalar que el matrimonio, como institución legal,

reviste los siguientes caracteres: 1) DE ORDEN PÚBLICO. Por regla general, la legislación

conyugal no puede ser dejada sin


efecto por convenios particulares. Dicho en otros términos: es de
orden público.

2) EXCLUSIVA. El matrimonio es una unión exclusiva; tanto que, en determinadas


circunstancias, la violación de esta exigencia importa
(...) adulterio.

3) PERMANENTE. El matrimonio es perpetuo, de estabilidad, diríamos, si hemos


de dar a la
palabra un sentido
relativo.

4) COMUNIDAD. Importa comunidad de vida para ambos esposos hacen vida en


común para
amars
e.

4. IMPORTANCIA DEL
MATRIMONIO

Atendiendo a la trascendencia jurídica, social, económica y aun política de la familia, el


Estado se preocupa de establecer lo más adecuado para ella y, correlativamente, para el
mismo Estado, pues la familia es, como se sabe, la célula básica de la sociedad; y una de
las formas en que el estado asegura el normal desenvolvimiento y observancia de los
fines de la familia es, a no dudarlo, el fomento del matrimonio, pues éste otorga fuerza y
estabilidad a la relación entre los cónyuges y entre éstos y sus hijos. Se observa, pues,
que el matrimonio constituye una institución destinada a brindar cohesión entre los
miembros de la familia, y representa, sin duda alguna, la fuente de la familia que tiene
mayor aceptación en estos días.

5. FINES DEL
MATRIMONIO

Los fines del matrimonio son los


siguientes:

1) El reconocimiento legal de la unión sexual dirigida a la procreación de los hijos,


de la que
surgen importantes deberes de asistencia y formación
de los hijos.

2) Sentar la base de la organización familiar, de la cual el matrimonio es su


principal fuente.

3) La ayuda mutua entre los cónyuges propia de hacer vida en


común.

CAPITUL
OV

UNION DE HECHO O
CONCUBINATO
Lo concerniente al matrimonio (o unión) de hecho o concubinato se halla previsto en el
artículo 326 del Código Civil, según el cual:

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

La unión de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer


(concubinato propio conocido doctrinariamente), libres de impedimento matrimonial, para
alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, origina una
sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le
fuere aplicable, siempre que dicha unión haya durado por lo menos dos años continuos.

La posesión constante de estado a partir de fecha aproximada puede probarse con


cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que exista un principio de
prueba escrita.
Según lo dispuesto por el artículo 326 del C.C, la unión de hecho se considera como
fehacientemente constituida sólo a través de un proceso judicial en el que se declare
como tal, previa constatación del cumplimiento de requisitos legales (unión de varón y
mujer libres de impedimento matrimonial por los menos dos años continuos). La
declaración judicial de convivencia o unión de hecho tiene como propósito el cautelar los
derechos de cada concubino sobre los bienes adquiridos durante la unión, entendiéndose
que por la unión de hecho se ha originado una sociedad de bienes sujeta al régimen de la
sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable.

Asimismo, en cuanto a su reconocimiento se refiere tenemos la reciente Ley N° 29560 (El


Peruano 16.07.2010), la misma que amplia la Ley N° 26662 (arts. 1 inc. 8), 45 al 52), Ley
de Competencia Notarial en asuntos no Contenciosos, estableciendo un procedimiento
alternativo al proceso judicial, más ágil, a través del procedimiento no contencioso a cargo
de los Notarios Públicos (Ley N° 26662), al cual pueden acudir para su reconocimiento las
parejas que reúnan los requisitos establecidos en el art. 326 del Código Civil y que
básicamente exige que la relación sea entre varón y mujer (no es posible en nuestro
ordenamiento jurídico las uniones de personas del mismo sexo) libres de impedimento
matrimonial (establecidos en los arts. 241, 242 y 243 del Código Civil) y que la unión
tenga por objeto alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes al matrimonio con una
duración no menor de dos años.

El procedimiento ante notario público se inicia a solicitud de los convivientes, que debe ser
acompañada por la declaración de los solicitantes (en caso se brinde información falsa,
serán pasibles de sanción penal conforme a la ley de la materia) y de testigos que reúnen
los requisitos antes señalados, así como el certificado domiciliario de los solicitantes y el
certificado negativo de la unión de hecho expedido por el registro personal. El notario
manda a publicar un extracto de la solicitud por una vez en el diario oficial y otro de amplia
circulación del lugar donde se realiza el trámite y, a falta de diario en dicho lugar, en el de
la localidad más próxima. La norma también señala que los convivientes pueden dejar
constancia en la escritura pública de haber puesto fin a su estado de convivencia y
liquidar el patrimonio social, y que en este caso no se necesita hacer publicaciones. El
reconocimiento del cese se inscribe en el Registro Personal.

La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral. En
este último caso, el juez puede conceder, a elección del abandonado, una cantidad de
dinero por concepto de indemnización o una pensión de alimentos, además de los
derechos que le correspondan de conformidad con el régimen de sociedad de
gananciales.

Tratándose de la unión de hecho (Concubinato impropio doctrinariamente conocido) que


no reúna las condiciones señaladas en este artículo (art. 326 del C.C.), el interesado tiene
expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido. Al respecto, el Código Civil
establece: A. que aquel que se enriquece indebidamente a expensas de otro está
obligado a indemnizarlo (art. 1954 del C.C.); y que la acción a que se refiere el artículo
1954 del Código Civil (acción de enriquecimiento sin causa o de enriquecimiento indebido)
no es procedente cuando la persona que ha sufrido el perjuicio puede ejercitar otra acción
para obtener la respectiva indemnización (art. 1955 del C.C.).

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Las uniones de hecho que reúnan las condiciones señaladas en el artículo 326 del C.C.
producen, respecto de sus miembros, derechos y deberes sucesorios, similares a los del
matrimonio, por lo que las disposiciones contenidas en los artículos 725, 727,730, 731,
732, 822, 823,824 y 825 del Código Civil se aplican al integrante sobreviviente de la unión
de hecho en los términos en que se aplicarían al cónyuge.

Párrafo de reciente incorporación a través de la Ley N° 30007, publicada el 17 de abril de


2013, que modifica los artículos 326, 724, 816, y 2030 del Código Civil; además del inciso
4 del artículo 425 y el artículo 831 del Código Procesal Civil; adicionalmente los artículos
35 y 38 y el inciso 4 del artículo 39 de la Ley N° 26662, se ha reconocido la vocación
hereditaria del integrante sobreviviente de unión de hecho.

A partir del artículo 4 la Ley N° 30007 introduce modificaciones significativas en los


siguientes artículos del Código Civil:

- Art. 326 del C.C. precepto al que se le ha incorporado un último párrafo, de texto
siguiente: "Las uniones de hecho que reúnan las condiciones señaladas en el
presente artículo producen, respecto de sus miembros, derechos y deberes
sucesorios, similares a los del matrimonio (...)".

Con la reciente Ley N° 30007, el conviviente sobreviviente de una unión de hecho,


denominado integrante sobreviviente de unión de hecho, tendrá tal calidad siempre y
cuando reúna las condiciones previstas en el artículo 326 del Código Civil, así tendrá
derechos sucesorios sobre el patrimonio de su fallecido conviviente, no solo tendrá el
derecho a recibir bienes y derechos patrimoniales, sino también deberá asumir las
obligaciones transmisibles por herencia que hubiera dejado el fallecido conviviente.

- Art. 2030 del C.C. el artículo 7 de la Ley N° 30007 dispone que serán inscribibles
en el Registro Personal "las uniones de hecho inscritas en vía notarial o
reconocidas por vía judicial". Esto, al haber agregado el inciso 10 al referido
artículo 2030.

Finalmente, la Ley N° 30007 (Art. 10) ha modificado el artículo 35 de la Ley N° 26662- Ley
de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos, para incluir al integrante
sobreviviente de la unión de hecho reconocida conforme a ley como uno de los sujetos
que puede suscribir la petición escrita y también la inscripción en el Registro Personal de
la declaración de la unión de hecho, adjuntándose, según sea el caso, el testimonio de la
escritura pública o la copia certificada de la sentencia judicial firme.

CAPITULO
VI

IMPEDIMENTOS PARA CONTRAER


MATRIMONIO
Se llama impedimentos ciertos obstáculos que se oponen a la realización del matrimonio y
cuya base se encuentra en la necesidad de que la constitución

y organización de la familia tengan sólidos fundamentos naturales y morales y caracteres


de permanencia en cuanto a su desenvolvimiento futuro; sus causas nacen de los
vínculos de consanguinidad, afinidad y matrimonio anterior (de ligamen), así como
también de un crimen, de la aptitud derivada de la naturaleza y de un estado mental.

Los impedimentos son prohibiciones de la ley que afectan a las personas para contraer un
determinado matrimonio, los que se sustentan en hechos o situaciones jurídicas
preexistentes que afectan al sujeto (ZANNONI). Otros autores consideran al impedimento
como una situación negativa que representa la carencia de un requisito indispensable
para contraer matrimonio (REBORA).

1
4
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Los impedimentos dirimentes son los más graves y tienen mayor trascendencia, tanto
desde un punto de vista legal como humano, pues su existencia determina la nulidad del
matrimonio. Estos impedimentos consisten en una situación personal (transitoria o
permanente) que aunque sea de uno de los contrayentes, es un obstáculo para el
matrimonio, y como éste no puede, no debería tampoco unirse en matrimonio. Así, los
impedimentos dirimentes dependen de verdaderas incapacidades o incompatibilidades
preexistentes al matrimonio.

Atendiendo al alcance del impedimento, los impedimentos dirimentes se dividen en


absolutos y relativos. Los impedimentos absolutos son aquellos que impiden el matrimonio
de una persona con cualquier otro individuo, señalándose su incapacidad personal para
ese acto.

CLASIFICACIÓN DE LOS
IMPEDIMENTOS

• Por su
naturaleza

De interés público Son aquellos que se establece para preservar el orden público y las
buenas
costumbres.

De interés privado Son los impuestos para preservar los intereses particulares,
incluyendo a los contrayentes.

• Por
extensión

Impedimentos relativos Sólo alcanzan a determinadas personas. Por ejemplo, los que
tienen
un vínculo de parentesco
consanguíneo.

Impedimentos absolutos Alcanzan a cualquier persona, de tal manera que no puede


contraer matrimonio por ningún motivo. Por ejemplo los que carecen de discernimiento.

• Por sus efectos Dirementes Son aquellos que se sancionan con la nulidad o
anulación del
matrimonio. Por ejemplo, la bigamia. Impedientes Son los que se oponen al
perfeccionamiento de un matrimonio lícito. Sin embargo, el matrimonio contraído, a
pesar del impedimento, es válido. Por ejemplo, el período de duelo de una viuda.
• Por su duración Temporales Son los que se dan por un período determinado, una
vez concluido se puede contraer matrimonio. Por ejemplo, el menor que espera cumplir
su mayoría de edad. Imprescriptibles o perpetuos Son aquellos que, a pesar del
tiempo transcurrido, no pueden
extinguirse. Por ejemplo, el parentesco por
consanguinidad.

IMPEDIMENTOS DE ACUERDO AL CÓDIGO


CIVIL DE 1984

1. IMPEDIMENTOS ABSOLUTOS PARA CONTRAER


MATRIMONIO

Los impedimentos absolutos para contraer matrimonio están previstos en el artículo 241
del Código Civil, que preceptúa que no pueden contraer matrimonio:
1
5
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

1. Los adolescentes. El juez puede dispensar este impedimento por motivos


justificados, siempre que los contrayentes tengan como mínimo, dieciséis años
cumplidos y manifiesten expresamente su voluntad de casarse. 2. Las personas
con capacidad de ejercicio restringida, contempladas en el artículo 44 numeral
9 (referido aquellas personas que se encuentren en estado de coma) en tanto no
exista manifestación de la voluntad expresa o tácita sobre esta materia

3. Derogado

4. Derogado

5. Los casados.

2. MATRIMONIO DE MENORES DE
EDAD

El Código de los Niños y Adolescentes (Ley Nro. 27337) regula lo concerniente al


matrimonio de adolescentes en el Capítulo IX ("Matrimonio de adolescentes") del Título I
("La familia y los adultos responsables de los niños y adolescentes") del Libro Tercero
("Instituciones familiares"), en los arts. 113 y 114 conforme a los cuales:

- El Juez especializado (Juez de Familia) autorizará el matrimonio de adolescentes, de


acuerdo a lo señalado en los artículos pertinentes del Código Civil (art. 113 del Código de
los Niños y Adolescentes).

- Antes de otorgar la autorización, el Juez escuchará la opinión de los contrayentes y con


el apoyo del Equipo Multidisciplinario (que es un órgano auxiliar de la justicia
especializada en niños y adolescentes y que está conformado por médicos, psicólogos y
asistentes sociales: art. 149 de la Ley Nro. 27337) dispondrá las medidas convenientes
para garantizar sus derechos (art. 114 del Código de los Niños y Adolescentes).

Según el Código
Civil:

• Los menores de edad, para contraer matrimonio, necesitan del asentimiento


expreso de sus padres. La discrepancia entre los padres equivale al asentimiento.

• A falta o por incapacidad absoluta o por destitución de uno de los padres del
ejercicio de la patria potestad, basta el asentimiento del otro.

• A falta de ambos padres, o si los dos fueran absolutamente incapaces o han sido
destituidos del ejercicio de la patria potestad, prestarán asentimiento los abuelos y
las abuelas. En igualdad de votos contrarios, la discordancia equivale al
asentimiento.

• A falta de abuelos y abuelas o si son absolutamente incapaces o han sido


removidos de la tutela, corresponde al juez de menores (entiéndase Juez de
familia en la actualidad) otorgar o negar la licencia supletoria. La misma atribución
corresponde al juez de menores (Juez de Familia en la actualidad), respecto de
expósitos o de menores abandonados o que se encuentren bajo jurisdicción
especial.

• Los hijos extramatrimoniales sólo requieren el asentimiento del padre o, en su


caso, de los abuelos paternos, cuando aquél los hubiese reconocido
voluntariamente. La misma regla se aplica a la madre y los abuelos en línea
materna.

Ponemos de relieve que, según se desprende de la Sexta Disposición Final del Código
Procesal Civil, se tramita en vía de proceso no contencioso el otorgamiento de licencia
supletoria por el Juez de Familia para el 16
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

matrimonio de menores de edad en los casos a que se contrae el penúltimo párrafo del
artículo 244 del Código Civil (párrafo citado anteriormente). El referido proceso no
contencioso.

Continuando con lo relativo al matrimonio de menores de edad, puntualizamos que la


negativa de los padres o ascendientes a otorgar el asentimiento para que los menores
contraigan matrimonio no requiere fundamentación alguna. Contra esta negativa no hay
recurso alguno.

Según se infiere del artículo 246 del Código Civil, la resolución denegatoria de la
autorización del matrimonio de menores de edad en los casos a que hace referencia el
penúltimo párrafo del artículo 244 del Código Civil (visto precedentemente) debe ser
fundamentada (lo que es obvio) y contra ella procede el recurso de apelación en ambos
efectos (entiéndase que procede la apelación con efecto suspensivo).

El menor de edad que se casa sin el asentimiento a que se refieren los artículos 244 y
245 del Código Civil (o sea, sin el asentimiento de sus progenitores o de los respectivos
abuelos) no goza de la posesión, administración, usufructo ni de la facultad de gravamen
o disposición de sus bienes, hasta que alcance la mayoría de edad.

El funcionario del registro del estado civil ante quien se celebró el casamiento del menor
de edad sin que se cuente con el asentimiento de sus progenitores o de los abuelos
respectivos, sufrirá una multa no menor a diez sueldos mínimos vitales mensuales del
lugar que corresponda, sin perjuicio de la responsabilidad penal a que haya lugar (art.
247, parte final, del C.C.).

3. IMPEDIMENTOS RELATIVOS PARA CONTRAER


MATRIMONIO

Los impedimentos relativos son aquellos que obstaculizan e1 matrimonio de una persona
pero solo en relación con otra determinada (ENCICLOPEDIA OMEBA).

Los impedimentos relativos para contraer matrimonio son objeto de regulación legal en el
artículo 242 del Código Civil, que dispone que no pueden contraer matrimonio entre sí:

1. Los consanguíneos en línea recta. El fallo que condena al pago de alimentos en


favor del hijo extramatrimonial no reconocido ni declarado judicialmente produce
también el impedimento a que se refiere este inciso.

2. Los consanguíneos en línea colateral dentro del segundo y el tercer grados.


Tratándose del tercer grado el juez puede dispensar este impedimento cuando
existan motivos graves. (se tramita como proceso no contencioso)

3. Los afines en línea recta.

4. Los afines en el segundo grado de la línea colateral cuando el matrimonio que


produjo la
afinidad se disolvió por divorcio y el ex-
cónyuge vive.

5. El adoptante, el adoptado y sus familiares en las líneas y dentro de los grados


señalados en
los incisos 1 a 4 (citados precedentemente) para la
consanguinidad y la afinidad.

6. El condenado como partícipe en el homicidio doloso de uno de los cónyuges, ni


el procesado
por esta causa con el
sobreviviente.

7. El raptor con la raptada o a la inversa, mientras subsista el rapto o haya


retención violenta.

4. IMPEDIMENTOS ESPECIALES PARA CONTRAER


MATRIMONIO

1
7
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA
Los impedimentos impedientes (impedimenta impedianta o prohibentia) son los que
impiden la celebración de un matrimonio lícito; sin embargo, si éste se celebra a pesar de
la existencia de este tipo de impedimentos, resultará válido pero será a su vez
sancionable aunque de modo distinto de la nulidad.

Los impedimentos impedientes son los que afectan la regularidad de la celebración del
matrimonio sin provocar la invalidez pero que en caso de contraerse las nupcias, se
resuelven en sanciones para los contrayentes. Se les denomina también impedimentos
prohibitivos en tanto no afectan presupuestos de validez como acaece con los dirimentes,
pues si el matrimonio se celebra el acto es válido, aunque por haber sido irregularmente
celebrado conlleva sanciones para los contrayentes (ZANNONI).

Algunos opinan que estos impedimentos pueden determinar la prohibición legal de un


matrimonio siempre que para ello se hagan valer antes de su celebración, pero, que luego
de efectuado no pueden invocarse para pedir su nulidad (ENCICLOPEDIA OMEBA). .

Lo concerniente a los impedimentos especiales para contraer matrimonio se halla


normado en el artículo 243 del Código Civil, conforme al cual no se permite el matrimonio:

1. Del tutor o del curador con el menor o el incapaz, durante el ejercicio del cargo,
ni antes de que estén judicialmente aprobadas las cuentas de la administración,
salvo que el padre o la madre de la persona sujeta a la tutela o cúratela hubiese
autorizado el matrimonio por testamento o escritura pública. El tutor o curador que
infrinja la prohibición pierde la retribución a que tenga derecho, sin perjuicio de la
responsabilidad derivada del desempeño del cargo.

2. Del viudo o de la viuda que no acredite haber hecho inventario judicial, con
intervención del Ministerio Público, de los bienes que esté administrando
pertenecientes a sus hijos o sin que preceda declaración jurada de que no tiene
hijos bajo su patria potestad o de que éstos no tienen bienes. La infracción de esta
norma acarrea la pérdida del usufructo legal sobre los bienes de dichos hijos. Esta
disposición es aplicable al cónyuge cuyo matrimonio hubiese sido invalidado o
disuelto por divorcio, así como al padre o a la madre que tenga hijos
extramatrimoniales bajo su patria potestad.

3. De la viuda, en tanto no transcurran por lo menos trescientos días de la muerte


de su marido, salvo que diere a luz. Esta disposición es aplicable a la mujer
divorciada o cuyo matrimonio hubiera sido invalidado. Se dispensa el plazo si la
mujer acredita no hallarse embarazada, mediante certificado médico expedido por
autoridad competente. La viuda que contravenga la prohibición contenida en este
inciso pierde los bienes que hubiera recibido de su marido a título gratuito. No rige
la prohibición para el caso del artículo 333, inciso 5, del Código Civil (o sea, para el
caso de abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años
continuos o cuando la duración sumada de los períodos de abandono exceda a
este plazo, lo que constituye causal de separación de cuerpos y de divorcio). Es de
aplicación a los casos a que se refiere este inciso (inciso 3 del art. 243 del C.C.) la
presunción de paternidad respecto del nuevo marido.

CAPITULO
VII

CELEBRACION DEL
MATRIMONIO
1.- REQUISITOS PARA CONTRAER
MATRIMONIO

Barbero apunta que: La doctrina parte de la distinción entre elementos exigidos para la
existencia del matrimonio y elementos exigidos para su validez.

1
8
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

a) Los elementos para la existencia, sin los cuales no viene a ella el matrimonio ni como
relación ni como hecho, se indican en la diversidad de sexos de los contratantes, en la
declaración recíproca del consentimiento y en la celebración ante el oficial del estado civil.
De aquí la consecuencia de que un matrimonio celebrado entre personas del mismo sexo,
o sin la declaración de uno o de ambos contrayentes, o finalmente, sin la intervención del
oficial del estado civil, es inexistente.

b) En los elementos para la validez se han solido comprender tanto las condiciones para
ser admitidos a contraer, como la inmunidad de vicios (como el error y la violencia) en el
acto de la formación del contrato mismo.

Los requisitos para contraer matrimonio son objeto de regulación legal en el artículo 248
del Código Civil, numeral que prescribe lo siguiente:

- Quienes pretendan contraer matrimonio civil lo declararán oralmente o por escrito


al alcalde
provincial o distrital del domicilio de
cualquiera de ellos.

- Acompañarán copia certificada de las partidas de nacimiento, la prueba del


domicilio y el certificado médico, expedido en fecha no anterior a treinta días, que
acredite que no están incursos en los impedimentos establecidos en el artículo
241, inciso 2, y 243, inciso 3, o si en el lugar no hubiere servicio médico oficial y
gratuito, la declaración jurada de no tener tal impedimento. Sobre el particular,
cabe señalar que el inciso 2 del artículo 241 del Código Civil contempla un
impedimento absoluto para contraer matrimonio al preceptuar que no pueden
contraer matrimonio los que adolecieren de enfermedad crónica, contagiosa y
trasmisible por herencia o de vicio que constituya peligro para la prole. Por su
parte, el inciso 3 del artículo 243 del Código Civil prevé un impedimento especial
para contraer matrimonio indicando: A. que no se permite el matrimonio de la
viuda, en tanto no transcurran por lo menos trescientos días de la muerte de su
marido, salvo que diere a luz; B. que esta disposición es aplicable a la mujer
divorciada o cuyo matrimonio hubiera sido invalidado; C. que se dispensa el plazo
si la mujer acredita no hallarse embarazada, mediante certificado médico expedido
por autoridad competente; D. que la viuda que contravenga la prohibición
contenida en el inciso 3 del artículo 243 del Código Civil pierde los bienes que
hubiera recibido de su marido a título gratuito; E. que no rige la prohibición para el
caso del artículo 333, inciso 5, del Código Civil (o sea, para el caso de abandono
injustificado de la casa conyugal por más de dos años continuos o cuando la
duración sumada de los períodos de abandono exceda a este plazo, lo que
constituye causal de separación de cuerpos y de divorcio); y F. que es de
aplicación a los casos a que se refiere el inciso 3 del artículo 243 del Código Civil
la presunción de paternidad respecto del nuevo marido.

Acompañarán también en sus respectivos casos, la dispensa judicial de la impubertad, el


instrumento en que conste el asentimiento de los padres o ascendientes o la licencia
judicial supletoria, la dispensa del parentesco de consanguinidad colateral en tercer grado,
copia certificada de la partida de defunción del cónyuge anterior o la sentencia de divorcio
o de invalidación del matrimonio anterior, el certificado consular de soltería o viudez, y
todos los demás documentos que fueren necesarios según las circunstancias.

Cada pretendiente presentará, además, a dos testigos mayores de edad que lo conozcan
por lo menos desde tres años antes, quienes depondrán, bajo juramento, acerca de si
existe o no algún impedimento. Los mismos testigos pueden serlo de ambos
pretendientes.

Cuando la declaración sea oral se extenderá un acta que será firmada por el alcalde, los
pretendientes, las personas que hubiesen prestado su consentimiento y los testigos.

2. DISPENSA JUDICIAL PARA PRESENTAR DOCUMENTOS PARA CONTRAER


MATRIMONIO

1
9
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

El juez de primera instancia (entiéndase Juez de Familia o, en su defecto, ’uez Civil)


puede dispensar a los pretendientes de presentar algunos documentos para contraer
matrimonio, cuando sean de muy difícil o imposible obtención. Así lo faculta el artículo 249
del Código Civil.
Conforme se desprende de la Sexta Disposición Final del Código Procesal Civil, la
dispensa judicial para presentar documentos para contraer matrimonio se sustancia en vía
de proceso no contencioso.

3. EL AVISO
MATRIMONIAL

Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, el alcalde anunciará el Matrimonio proyectado,


por medio de un aviso que se fijará en la oficina de la municipalidad durante ocho días y
que se publicará una vez por periódico, donde lo hubiere.

En la circunscripción que no exista periódico, el aviso se efectuará a través de la emisora


radial de la respectiva localidad que elijan los contrayentes, o de la más cercana a su
localidad; debiendo entregarse el texto publicado.

Con la firma y libreta electoral (entiéndase, en la actualidad, Documento Nacional de


Identidad) del responsable de la emisora radial, al jefe de los Registros Civiles.

El aviso matrimonial consignará (según el art. 250, parte


final, del C.C.):

• El nombre (y apellidos, se entiende) de los


contrayentes.

• La nacionalidad de los
contrayentes.

• La edad de los contrayentes.

• La profesión, ocupación u oficio de los


contrayentes.

• El domicilio de los contrayentes. Es de destacar que si fuere diverso el domicilio de los


contrayentes, se oficiará al alcalde que corresponda para que ordene también la
publicación prescrita en el artículo 250 del Código Civil (publicación del aviso
matrimonial), en su jurisdicción.

• El lugar donde será celebrado el


matrimonio.

• La advertencia de que todo el que conozca la existencia de algún impedimento debe


denunciarlo.

El alcalde puede dispensar la publicación de los avisos si median causas


razonables y siempre que se presenten todos los documentos exigidos en el
artículo 248 del citado cuerpo de leyes, a saber:
• Copia certificada de las partidas de nacimiento de los
contrayentes.

• La prueba del domicilio de los


contrayentes.

• El certificado médico, expedido en fecha no anterior a treinta días, que acredite que no
están incursos los contrayentes en los impedimentos establecidos en el artículo 241,
inciso 2, y 243, inciso 3, o si en el lugar no hubiere servicio médico oficial y gratuito, la
declaración jurada de no tener tal impedimento. El inciso 2 del artículo 241 del Código
Civil prevé un impedimento absoluto para contraer matrimonio al preceptuar que no
pueden contraer matrimonio los que adolecieren de enfermedad crónica, contagiosa y
trasmisible por herencia o de vicio que constituya peligro para la prole. Por su parte, el
inciso 3 del artículo 243 del Código Civil contempla un impedimento especial para contraer
matrimonio señalando: A. que no se permite el matrimonio de la viuda, en tanto no
transcurran por lo menos trescientos días de la muerte de su marido, salvo que diere a
luz; B. que esta disposición es aplicable

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0
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

a la mujer divorciada o cuyo matrimonio hubiera sido invalidado; C. que se


dispensa el plazo si la mujer acredita no hallarse embarazada, mediante certificado
médico expedido por autoridad competente; D. que la viuda que contravenga la
prohibición contenida en el inciso 3 del artículo 243 del Código Civil pierde los
bienes que hubiera recibido de su marido a título gratuito; E. que no rige la
prohibición para el caso del artículo 333, inciso 5, del Código Civil (o sea, para el
caso de abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años
continuos o cuando la duración sumada de los períodos de abandono exceda a
este plazo, lo que constituye causal de separación de cuerpos y de divorcio); y F.
que es de aplicación a los casos a que se refiere el inciso 3 del artículo 243 del
Código Civil la presunción de paternidad respecto del nuevo marido.

• De ser el caso, se acompañará la dispensa judicial de la impubertad, el instrumento en


que conste el asentimiento de los padres o ascen-dientes o la licencia judicial supletoria,
la dispensa del parentesco de consanguinidad colateral en tercer grado, copia certificada
de la partida de defunción del cónyuge anterior o la sentencia de divorcio o de invalidación
del matrimonio anterior, el certificado consular de soltería o viudez, y todos los demás
documentos que fueren necesa-rios según las circunstancias.

4. OPOSICIÓN A LA CELEBRACIÓN DEL


MATRIMONIO

Todos los que tengan interés legítimo pueden oponerse a la celebración del matrimonio
cuando exista algún impedimento (contemplado por la ley, se entiende). Es de resaltar
que el Ministerio Público debe oponerse de oficio al matrimonio cuando tenga noticia de la
existencia de alguna causal de nulidad del mismo. Por otro lado, cualquier persona que
conozca la existencia de un impedimento del matrimonio que constituya alguna causal de
nulidad, puede denunciarlo, pudiendo hacerse la denuncia oralmente o por escrito, la
misma que se remitirá al Ministerio Público, el cual, si la encuentra fundada, formulará
oposición a la celebración del matrimonio.

La oposición a la celebración del matrimonio se formula por escrito ante cualquiera de los
alcaldes que haya publicado los avisos matrimoniales.

Si la oposición a la celebración del matrimonio no se funda en causa legal, el alcalde la


rechazará de plano, sin admitir recurso alguno.

Si la oposición a la celebración del matrimonio se funda en causa legal y los pretendientes


niegan su existencia, el alcalde remitirá lo actuado al juez.

Es competente para conocer la oposición al matrimonio, el Juez de Paz Letrado del lugar
donde éste habría de celebrarse.

Remitido el expediente de oposición al matrimonio por el alcalde, el Juez requerirá al


oponente para que interponga demanda dentro de quinto día. El Ministerio Público
interpondrá su demanda dentro de diez días contados desde publicado el aviso
matrimonial o de formulada la denuncia de impedimento matrimonial a que se contrae el
artículo.

Vencidos los plazos citados y no se haya interpuesto demanda de oposición al


matrimonio, se archivará definitivamente lo actuado.

La oposición del matrimonio se tramita como proceso


sumarísimo.

No podemos dejar de mencionar que si se declara infundada la oposición al matrimonio,


quien la formuló queda sujeto al pago de la respectiva indemnización de daños y
perjuicios. Los ascendientes y el Ministerio Público, dicho sea de paso, están exonerados
de esta responsabilidad. Si la denuncia (de la existencia de impedimento matrimonial)
hubiera sido maliciosa, es igualmente responsable quien la formula. En ambos casos, la
indemnización la fija prudencialmente el juez, teniendo en cuenta el daño moral.

2
1
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

5. DECLARACIÓN DE CAPACIDAD DE LOS


CONTRAYENTES
Transcurrido el plazo señalado para la publicación de los avisos matrimoniales (ocho días)
sin que se haya producido oposición al matrimonio o desestimada ésta, y no teniendo el
alcalde noticia de ningún impedimento, declarará la capacidad de los pretendientes y que
pueden contraer matrimonio dentro de los cuatro meses siguientes.

Si el alcalde tuviese noticia de algún impedimento o si de los documentos presentados y


de la información producida no resulta acreditada la capacidad de los pretendientes,
remitirá lo actuado al juez, quien, con citación del Ministerio Público, resolverá lo
conveniente, en el plazo de tres días.

6. FORMALIDADES DE LA CELEBRACIÓN DEL


MATRIMONIO

Díaz de Prada afirma que: La sola formalidad (del acto matrimonial) exigida con carácter
de solemnidad, es la presencia de los contrayentes ante el oficial encargado del Registro
Civil y la expresión del consentimiento.

Las formalidades de la celebración del matrimonio se encuentran normadas en el artículo


259 del Código Civil, que prescribe que el matrimonio se celebra en la municipalidad
(aunque el alcalde puede, excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera del local de la
municipalidad), públicamente, ante el alcalde que ha recibido la declaración,
compareciendo los contrayentes en presencia de dos testigos mayores de edad y vecinos
del lugar. El alcalde, después de leer los artículos 287, 288, 289, 290,418 y 419 del
Código Civil, preguntará a cada uno de los pretendientes si persisten en su voluntad de
celebrar el matrimonio y respondiendo ambos afirmativamente, extenderá el acta de
casamiento, la que será firmada por el alcalde, los contrayentes los testigos.

Los numerales a que hace referencia el artículo 259 del Código Civil,
preceptúan lo siguiente:

"Artículo 287.- Los cónyuges se obligan mutuamente por el hecho del matrimonio a
alimentar y educar a sus hijos".

"Artículo 288.- Los cónyuges se deben recíprocamente


fidelidad y asistencia".

"Artículo 289.- Es deber de ambos cónyuges hacer vida común en el domicilio conyugal.
El juez puede suspender este deber cuando su cumplimiento ponga en grave peligro la
vida, la salud o el honor de cualquiera de los cónyuges o la actividad económica de la que
depende el sostenimiento de la familia".

"Artículo 290.- Ambos cónyuges tienen el deber y el derecho de participar en el gobierno


del hogar y de cooperar al mejor desenvolvimiento del mismo.

A ambos compete, igualmente, fijar y mudar el domicilio conyugal y decidir las cuestiones
referentes a la economía del hogar".
Artículo 418.- Por la patria potestad los padres tienen el deber y el derecho de cuidar de la
persona y bienes de sus hijos menores".

Artículo 419.- La patria potestad se ejerce conjuntamente por el padre y la madre durante
el matrimonio, correspondiendo a ambos la representación legal del hijo.

En caso de disentimiento, resuelve el Juez del Niño y Adolescente [Juez de Familia, en la


actualidad], conforme al proceso sumarísimo".

7. DELEGACIÓN DE LA FACULTAD PARA CELEBRAR EL


MATRIMONIO

El alcalde puede delegar, por escrito, la facultad de celebrar


el matrimonio:

2
2
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

• A otros regidores.

• A los funcionarios municipales.

• A los directores o jefes de hospitales o establecimientos


análogos.

• Al párroco o el Ordinario del lugar. En este caso, el párroco o el Ordinario


remitirán dentro de un plazo no mayor de cuarentiocho horas el certificado del matrimonio
a la oficina del registro del estado civil respectivo.

8. CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO ANTE ALCALDE DE OTRO


CONCEJO MUNICIPAL

El matrimonio puede celebrarse ante el alcalde de otro concejo municipal, mediante


autorización escrita del alcalde competente.

9. CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO EN COMUNIDADES CAM-


PESINAS Y NATIVAS

El matrimonio civil puede tramitarse y celebrarse también en las comunidades


campesinas y nativas, ante un comité especial constituido por la autoridad educativa e
integrada por los dos directivos de mayor jerarquía de la respectiva comunidad. La
presidencia del comité recae en uno de los directivos de mayor jerarquía de la comunidad.

10. CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO POR EL JEFE DEL


REGISTRO CIVIL
En las capitales de provincias donde el registro del estado civil estuviese a cargo de
funcionarios especiales, el jefe de aquél ejerce las atribuciones conferidas a los alcaldes
por este título.

11- MATRIMONIO POR


REPRESENTACIÓN

El matrimonio puede contraerse por apoderado especialmente autorizado por escritura


pública, con identificación de la persona con quien ha de celebrarse, bajo sanción de
nulidad. Es indispensable la presencia de esta última en el acto de la celebración. El
matrimonio es nulo si el poderdante revoca el poder para contraer matrimonio o deviene
incapaz antes de la celebración del mismo, aun cuando el apoderado ignore tales hechos.
Para que surta efecto la revocatoria del poder para contraer matrimonio por apoderado
debe notificarse al apoderado y al otro contrayente (art. 264, penúltimo párrafo, del C.C.).

El poder para contraer matrimonio por apoderado caduca a los seis r eses de otorgado
(art. 264, parte final, del C.C.).

12.- MATRIMONIO POR INMINENTE PELIGRO


DE MUERTE

Valencia Zea enseña que: "El matrimonio en estado de necesidad es aquel que es preciso
celebrar urgentemente, dado el peligro de muerte que amenaza a uno o a ambos de los
que desean casarse. Esta clase de matrimonio exige dos supuestos: estado de
concubinato o de mera unión libre entre el hombre y la mujer, y peligro de muerte para
ambos concubinos o para uno de ellos, junto con el deseo mutuo de regularizar su
situación mediante matrimonio.

Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, si alguno de los contrayentes se encuentra en


inminente peligro de muerte, el matrimonio puede celebrarse sin observar las
formalidades que deben precederle. Este matrimonio se celebrará ante el párroco o
cualquier otro sacerdote y no produce efectos civiles si alguno de los contrayentes es
incapaz.

La inscripción del matrimonio celebrado por inminente peligro de muerte de alguno de los
contrayentes sólo requiere la presentación de copia certificada de la partida parroquial
respectiva. Dicha inscripción, sobreviva o

2
3
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

no quien se encontraba en peligro de muerte, debe efectuarse dentro del año siguiente de
celebrado el matrimonio, bajo sanción de nulidad.
13. GRATUIDAD DE LAS DILIGENCIAS
MATRIMONIALES

Ninguno de los funcionarios o servidores públicos que intervienen en la tramitación y


celebración del matrimonio cobrará derecho alguno. El infractor del sufrirá destitución del
cargo, sin perjuicio de la responsabilidad penal correspondiente.

CAPITULO
VIII

PRUEBA DEL
MATRIMONIO
Nadie podrá reclamar el título de cónyuge y los efectos civiles del matrimonio si no
presenta el acta de su celebración certificada por el registro civil; con ella se tiene prueba
plena del matrimonio, salvo querella de falsedad; habría que impugnar lo que el
funcionario público atestigua como efectuado en su presencia. Esta regla rigurosa de la
prueba está sometida a una necesaria excepción para el caso en que no se lleven los
libros del registro, o hayan sido destruidos o extraviadas en todo o en parte, o presenten
interrupción; en tales casos la prueba del matrimonio podrá hacerse por documentos o por
testigos, salvo que la falta, destrucción, extravío o interrupción se deban al dolo del
solicitante.

Al respecto, el artículo 269 del Código Civil establece


claramente que:

Para reclamar los efectos civiles del matrimonio debe presentarse copia certificada de la
partida del registro del estado civil.

La posesión constante del estado de matrimonio, conforme a la partida, subsana cualquier


defecto puramente formal de ésta.

1. PRUEBAS SUPLETORIAS DEL


MATRIMONIO

A tenor del artículo 270 del Código Civil, numeral que versa acerca de las pruebas
supletorias del matrimonio, comprobada la falta o pérdida del registro o del acta
correspondiente (acta de matrimonio), es admisible cualquier otro medio de prueba.

En doctrina se ha distinguido entre pruebas directas e indirectas. Las primeras tienden a


acreditar específicamente la celebración del acto jurídico matrimonial, es el caso de los
testigos presenciales, las fotografías, entre otras; en cambio las pruebas indirectas son las
que se refieren a hechos de los cuales pueda inferirse la existencia del matrimonio, o que
'aporten elementos de los cuales pueda extraerse la conclusión de que el acto tuvo lugar,
es el caso de los documentos de los cuales surja el estado civil, o las declaraciones de
testigos que dicen haber visto esos documentos.

En suma, sea la prueba directa o indirecta, siempre el objeto será probar que la
celebración tuvo lugar, y será materia de apreciación judicial decidir si una, otra, o ambas
son suficientes para tener por probada La mencionada celebración".

2. LA SENTENCIA PENAL COMO PRUEBA DEL


MATRIMONIO

2
4
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Lo relativo a la sentencia penal como prueba del matrimonio es objeto de regulación legal
en el artículo 271 del Código Civil, conforme al cual si la prueba del matrimonio resulta de
un proceso penal, la inscripción de la sentencia en el registro del estado civil tiene la
misma fuerza probatoria que la partida (de matrimonio).

3. LA POSESIÓN CONSTANTE DEL ESTADO DE CASADOS COMO PRUEBA DEL


MATRIMONIO

La posesión de estado es un medio de prueba. La posesión de estado representa la


justificación de que el hombre y la mujer que se dicen casados, deben ser considerados
como tales por la sociedad en que actúan, que así lo consideran, igual como entre los
parientes de ellos, que en ese carácter son mirados por todas las personas, que en todos
sus actos y en todo instante han procedido como verdaderos cónyuges, que la mujer lleva
el apellido del presunto esposo, etc., todo esto debe demostrarse y, por lo mismo, la
posesión de estado no es sino un medio de prueba.

Puede ocurrir que se presente el acta del Registro civil pero que sea irregular y que, en
consecuencia, no pueda servir de prueba decisiva. La ley decide entonces que si los
esposos vivieron como marido y mujer, la posesión de estado cubre los vicios del título.

La posesión constante del estado de casados de los padres, constituye uno de los medios
de prueba del matrimonio, si hubiesen muerto o se hallasen en la imposibilidad de
expresarse o de proporcionar información. Ello según el artículo 272 del Código Civil.

Ponemos de relieve que, en aplicación del artículo 273 del Código Civil, la duda sobre la
celebración del matrimonio se resuelve favorablemente a su preexistencia si los cónyuges
viven o hubieran vivido en la posesión constante del estado de casados.
CAPITULO
IX

INVALIDEZ DEL
MATRIMONIO
1. INVALIDEZ DEL MATRIMONIO.- La formación histórica de la teoría de la invalidez del
matrimonio y la naturaleza del acto determinan la especialidad del régimen de invalidez
del matrimonio y que no le son aplicables las reglas sobre invalidez de los actos jurídicos
en general.

De otro lado, el matrimonio como acto jurídico está constituido no solo por el
consentimiento de los contrayentes, hombre y mujer -requisitos intrínsecos-, sino también
por el acto administrativo que implica la intervención de la autoridad competente para
celebrarlo -requisitos extrínsecos-; de tal manera que la estructura del acto jurídico
matrimonial resulta de ambos actos que le dan existencia.

Los elementos estructurales o condiciones esenciales del matrimonio como acto jurídico,
previstos en el artículo 234 del Código Civil, son: la diversidad de sexo de los
contrayentes, el consentimiento matrimonial, la aptitud nupcial y la observancia de la
forma prescrita con intervención de la autoridad competente para su celebración.

La ausencia de alguno de estos elementos estructurales del acto jurídico matrimonial


provoca -para la doctrina- su inexistencia, por cuanto en realidad no hay matrimonio y
porque tampoco existe texto legal expreso que declare su nulidad. Sin embargo, no está
demás señalar que en nuestra legislación, por su falta de regulación expresa como
causales de nulidad, la falta de diversidad de sexos de los contrayentes y la ausencia de
consentimiento prestado por ellos, se constituyen como los únicos supuestos evidentes de
inexistencia del matrimonio. Y es que no cabe duda de que la igualdad de sexo de los
contrayentes implica una causa fundamental para desconocer toda eficacia jurídica al
aparente matrimonio así celebrado; razón por la cual, es inútil su regulación expresa. Lo
mismo ocurre si no concurre el consentimiento matrimonial. Al respecto, no debe perderse
de vista que la especialidad en materia de invalidez del matrimonio también se presenta
en la

2
5
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

inexistencia del matrimonio y determina que no se permita sostener la actuación de buena


fe de quienes lo celebran, que no produzca ningún efecto civil y que pueda ser invocada
por cualquier interesado en forma perpetua.
Empero, se debe resaltar que hay otros dos supuestos no previstos en el régimen
matrimonial-por una falta de concordancia legislativa- y que constituyen en sí mismos
causales para su invalidez; éstos son: el matrimonio celebrado por quienes están
relacionados por el parentesco adoptivo y el matrimonio celebrado entre el procesado
como partícipe en el homicidio doloso de uno de los cónyuges, con el sobreviviente. En
ambas circunstancias, se ha infringido un impedimento dirimente y es evidente que los
contrayentes adolecen de aptitud nupcial. Siendo ésta un elemento estructural o esencial
del acto jurídico matrimonial y no estando estas eventualidades reguladas expresamente
como causales de nulidad, se confirma la inexistencia del matrimonio celebrado por
quienes no tienen aptitud nupcial en estos casos señalados.

No obstante y conservando la especialidad, también se sostiene que esos matrimonios así


celebrados son nulos en aplicación de la disposición del artículo V del Título Preliminar del
Código Civil, que constituye una norma general que comprende todas las situaciones en
que las prohibiciones de las leyes no vayan acompañadas de los efectos que la
contravención provoca. Esto se aprecia fácilmente si se considera que el artículo 234 del
Código Civil, al contener -en sede del Derecho de Familia- el concepto de matrimonio para
nuestro sistema jurídico, constituye una norma de orden público.

Las consecuencias de la doctrina de la especialidad se aprecian en el régimen legal de


invalidez del matrimonio, a saber:

A. La invalidez matrimonial está gobernada por principios propios, que vienen del
principio de favorecer las nupcias, por lo que la nulidad absoluta y la relativa del
matrimonio no coinciden totalmente en sus efectos con la nulidad absoluta y la relativa
de los actos jurídicos en general.

Así, si cotejamos las disposiciones de nuestro Código Civil, advertimos que


explícitamente contiene solamente la distinción entre nulidad absoluta del
matrimonio y nulidad relativa. Sin embargo, las causales de invalidez del
matrimonio no se diferencian por la forma o modo de presentarse el vicio, por su
ostensibilidad. No puede sostenerse, por ejemplo, que existen matrimonios nulos
que se reputan tales aunque su nulidad no haya sido juzgada. Toda nulidad de
matrimonio es siempre dependiente de juzgamiento. Y esto es así ya que, fuere o
no manifiesto el vicio que presenta el acto jurídico matrimonial, si el matrimonio fue
contraído de buena fe por el cónyuge, produce hasta el día en que se declare su
nulidad todos los efectos de un matrimonio válido (artículo 284 del Código Civil),
con lo que no se produce el efecto fundamental de la nulidad de los actos jurídicos.
Y aun en los casos en que el matrimonio hubiese sido contraído de mala fe por
ambos cónyuges, la nulidad no perjudica los derechos adquiridos por terceros que
de buena fe hubiesen contratado con los supuestos cónyuges (artículo 285 del
Código Civil).

Por ello, si aplicáramos los criterios clasificatorios de las nulidades que se efectúan
en el Código Civil respecto de los actos jurídicos en general, deberíamos concluir
que se está siempre ante supuestos de matrimonios anulables y no nulos, que,
como tales, se reputan válidos mientras no sean anulados; y solo se los tendrá por
nulos desde el día de la sentencia que los anulase (artículo 222 del Código Civil).

Por consiguiente, ha de reconocerse que la invalidez matrimonial está gobernada


por principios propios, que vienen del principio de favorecer las nupcias, y que la
nulidad absoluta y la relativa del matrimonio no coinciden totalmente en sus
efectos con la nulidad absoluta y la relativa de los actos jurídicos en general; lo
que confirma la teoría de la especialidad.

2
6
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

B. En cuanto a las causales de invalidez del matrimonio: no hay otras causales que las
expresamente
previstas en la ley, es decir, las enumeradas en los artículos 274 Y 277
del Código Civil.

Sobre este punto, debe observarse que la invalidez del matrimonio traduce la falta
o defecto de algunos elementos estructurales que la ley exige para que el acto
jurídico matrimonial produzca, en plenitud, sus efectos propios. Tales elementos
estructurales se sintetizan en: a) la exigencia de aptitud nupcial en los
contrayentes (es decir, ausencia de impedimentos dirimentes), b) la prestación de
un consentimiento no viciado, y c) la observancia de la forma prescrita para su
celebración.

En ese orden de ideas, las causas de nulidad del matrimonio son los impedimentos
de enfermedad mental, sordomudez, ligamen, parentesco y crimen; regulándose,
además, la inobservancia de la forma prescrita, de posible convalidación, y la
intervención de autoridad incompetente para celebrar el matrimonio, con la
actuación de mala fe por parte de ambos contrayentes. Por su parte, las causas de
anulabilidad del matrimonio son los impedimentos de impubertad legal, sanidad
nupcial y rapto; regulándose, además, la privación de las facultades mentales por
una causa pasajera, los vicios de la voluntad del error en la persona y de la
intimidación, la impotencia absoluta (o imposibilidad de realizar la cópula sexual) y
la intervención de autoridad incompetente para celebrar el matrimonio, con la
actuación de buena fe de por lo menos uno de los contrayentes.

C. Respecto de la legitimidad para ejercitar la pretensión de invalidez del matrimonio, sea


nulidad o anulabilidad, la ley en forma expresa señala los casos de reserva de su ejercicio
en favor de uno o de ambos cónyuges, toda vez que las nupcias los vinculan
directamente; pudiendo sus herederos, en esos supuestos, solo continuar el proceso ya
iniciado (artículo 278 del Código Civil). Para aquellas situaciones en las que no se ha
realizado la reserva expresa a favor de los cónyuges, rige el principio de que la pretensión
puede ser ejercitada por todos los que tengan legítimo interés; pudiendo los herederos,
además, continuar el proceso ya iniciado (artículo 279 del Código Civil).

Por la necesidad de salvaguardar el orden público, se impone al Ministerio Público


la obligación de interponer la demanda respectiva y se faculta al juez de Familia
declararla de oficio cuando sea manifiesta (artículo 275 del Código Civil). Debe
advertirse que, por esta misma razón la regla del nemo auditur, vale decir el
principio que veda alegar la propia torpeza, decae en el régimen de invalidez del
matrimonio; por lo que puede ejercitar la pretensión cualquiera de los cónyuges Y
no solo el cónyuge que ignoró la existencia del impedimento.

Resulta importante resaltar que en nuestra legislación se comprueba una evidente


incongruencia entre las disposiciones relacionadas con la legitimación activa
contenidas en el artículo 274 respecto de la regla del artículo 275 del Código Civil.
Y es que esta última disposición sentencia que la pretensión de nulidad del
matrimonio puede ser ejercitada por quienes tengan un legítimo interés, mientras
que el artículo 274 establece los casos en que la pretensión de nulidad del
matrimonio está reservada a favor de los cónyuges. Sin embargo, esta
incongruencia se resuelve considerando el principio de favorecer las nupcias que
gobierna la especialidad del régimen.

D. Siendo las acciones de estado de familia imprescriptibles por estar referidas a la


persona en sí misma, la pretensión de invalidez del matrimonio también goza de esa
misma característica. Sin embargo y por el principio de favorecer las nupcias, se
establecen en la ley los supuestos en que esa característica se extingue por caducidad,
tanto en casos de nulidad como de anulabilidad; produciendo, de esta manera, la
convalidación del matrimonio. Ello es así por cuanto el interés en afianzar la unión
matrimonial exige eliminar la incertidumbre que importaría el mantener vigente la
pretensión en el tiempo. En tal sentido, cuando no se establezca un plazo de caducidad,
la pretensión puede ser ejercitada en todo momento, lo que imposibilita la convalidación
del matrimonio; en cambio, previsto

2
7
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

un plazo de caducidad y no habiéndose ejercitado la pretensión oportunamente, el


matrimonio queda convalidado.

Resulta importante resaltar que en nuestra legislación se comprueba otra evidente


incongruencia entre las disposiciones relacionadas con esta materia. Así, el
artículo 276 establece que la acción de nulidad no caduca; desconsiderando que
en el artículo 274 del Código Civil se han contemplado los casos en que caduca la
pretensión de nulidad. Al respecto, esta incongruencia también se resuelve
considerando el principio de favorecer las nupcias que gobierna la especialidad del
régimen.

E. Como queda expuesto, el principio de favorecer las nupcias determina la regulación


expresa de los casos en que la unión matrimonial deba convalidarse. Esa convalidación
también se produce cuando se verifican los supuestos de hecho contemplados en la ley.
Así, tratándose de la nulidad del matrimonio por haber sido celebrado entre parientes
consanguíneos del tercer grado de la línea colateral, aquél se convalida si se obtiene la
dispensa judicial del parentesco (inciso 5 del artículo 274 del Código Civil); con relación a
la nulidad del matrimonio celebrado con prescindencia de la forma prescrita, aquel se
convalida si se subsanan las omisiones en que se ha incurrido (inciso 8 del artículo 274
del Código Civil); en lo que se refiere a la anulabilidad del matrimonio del impúber, aquél
se convalida por alcanzar éste la mayoría de edad y cuando la mujer ha concebido (inciso
1 del artículo 277 del Código Civil).

F. La sentencia que declara la invalidez de un matrimonio, sea por nulidad o por


anulabilidad, es declarativa y proyecta sus efectos hacia el futuro -ex nunc-, por lo que el
matrimonio así celebrado produce los efectos de un matrimonio válido hasta que se
declara la invalidez. Esto es así, por las consecuencias negativas que provocaría la
aplicación del principio general en cuanto a los efectos de la nulidad de los actos jurídicos
en general, lo que no solo afectaría el vínculo conyugal, sino que también incidirían en
todo el cúmulo de situaciones familiares creadas hasta la sentencia de invalidez.

Los efectos del matrimonio se producen a favor del cónyuge que actuó de buena fe
al momento de su celebración, la que no se ve perjudicada por el conocimiento
posterior del vicio que provoca la invalidez. La mala fe de los cónyuges consiste en
el conocimiento que hubieran tenido, o debido tener, al día de la celebración del
matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la invalidez; lo que debe
ser alegado y probado, por cuanto se presume la buena fe.

En tal sentido, el matrimonio contraído de buena fe por un cónyuge produce a su


favor, hasta el día en que se declare su nulidad, todos los efectos de un
matrimonio válido (artículo 284 del Código Civil); sin que la mala fe por ambos
cónyuges perjudique los derechos adquiridos por terceros que de buena fe
hubiesen contratado con los supuestos cónyuges (artículo 285 del Código Civil).

Como se ha explicado, la invalidez del matrimonio traduce la falta o defecto de algunos


elementos estructurales que la ley exige para que el acto jurídico matrimonial produzca,
en plenitud, sus efectos propios. Tales elementos estructurales se sintetizan en: a) la
exigencia de aptitud nupcial en los contrayentes (o sea, ausencia de impedimentos
dirimentes); b) la prestación de un consentimiento no viciado; y c) la observancia de la
forma prescrita para su celebración. En ese orden de ideas, los artículos 274 y 277 del
Código Civil contemplan la regulación de las causas de invalidez del matrimonio basada
en haberse contraído las nupcias contraviniendo impedimentos dirimentes, en la
existencia de defectos en el consentimiento matrimonial y en la inobservancia de la forma
prescrita; contemplándose, también, a la impotencia absoluta.

2. CAUSALES DE NULIDAD EL ARTÍCULO 274 DEL CÓDIGO CIVIL. ES NULO EL


MATRIMONIO:

2
8
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

2.1. Del enfermo mental.


DEROGADO

2.2. Del sordomudo, del ciego sordo y del ciego mudo que no sepan
expresar su
voluntad de manera indubitable.
DEROGADO

2.3. Del casado. No obstante, si el primer cónyuge del bígamo ha muerto


o si el primer matrimonio ha sido invalidado o disuelto por divorcio, solo
el segundo cónyuge del bígamo puede demandar la invalidación, siempre
que hubiese actuado de buena fe. La acción caduca si no se interpone
dentro del plazo de un año desde el día en que tuvo conocimiento del
matrimonio anterior. Tratándose del nuevo matrimonio contraído por el
cónyuge de un desaparecido sin que se hubiera declarado la muerte
presunta de éste, solo puede ser impugnado, mientras dure el estado de
ausencia, por el nuevo cónyuge y siempre que hubiera procedido de
buena fe. En el caso del matrimonio contraído por el cónyuge de quien
fue declarado presuntamente muerto, es de aplicación el artículo 68.

La ley expresamente regula tres


supuestos:

• El nuevo matrimonio contraído por una persona casada: Para la primera circunstancia,
expresamente regula el caso de que el primer matrimonio se haya extinguido, sea porque
ha muerto el primer cónyuge del bígamo o si aquél ha sido invalidado o disuelto por
divorcio; estando implícito, a partir de considerar las características del régimen legal de
invalidez del matrimonio, el tratamiento legal para el caso contrario: cuando el primer
matrimonio está vigente.

Cuando el primer matrimonio se ha extinguido, reserva su ejercicio a favor del


segundo cónyuge del bígamo, siempre que haya actuado de buena fe, y caduca
dentro del plazo de un año a partir del día en que tuvo conocimiento del
matrimonio anterior. En cambio, cuando el primer matrimonio está vigente no se
realiza reserva alguna del ejercicio de la pretensión; por lo que rige el principio de
que la pretensión puede ser ejercitada por todos los que tengan legítimo interés,
incluso por el propio bígamo. Asimismo, no establece un plazo de caducidad; por
lo que la pretensión puede ser ejercitada en todo momento, mientras el primer
matrimonio esté vigente.

• El nuevo matrimonio contraído por el cónyuge de un desaparecido sin que se hubiera


declarado la muerte presunta de éste: Tratándose del nuevo matrimonio contraído por el
cónyuge de un desaparecido sin que se hubiera declarado la muerte presunta de éste,
expresamente regula el caso de subsistir la ausencia. En este supuesto reserva el
ejercicio de la pretensión al nuevo cónyuge, siempre que hubiera procedido de buena fe y
mientras dure el estado de ausencia. Está implícito que, si la ausencia concluye por la
reaparición del desaparecido, serán aplicables las disposiciones anotadas para el caso de
que el primer matrimonio esté vigente.

• El matrimonio contraído por el cónyuge de quien fue declarado presuntamente muerto:


En cambio, si la ausencia termina por la declaración de muerte presunta del
desaparecido, el cónyuge supérstite podrá contraer válidamente un nuevo matrimonio por
cuanto la muerte pone fin a la persona (artículo 61 del Código Civil). En ese sentido, si el
declarado muerto presunto reaparece y obtiene su

2
9
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

reconocimiento de existencia, ello no invalidará el nuevo matrimonio que hubiere


contraído su ex cónyuge.

2.4. De los consanguíneos o afines en línea


recta.

2.5. De los consanguíneos en segundo y tercer grado de la línea colateral.


Sin embargo, tratándose de tercer grado, el matrimonio se con valida si
se obtiene dispensa judicial del parentesco.

2.6. De los afines en segundo grado de la línea colateral cuando el


matrimonio
anterior se disolvió por divorcio y el ex
cónyuge vive.
En las disposiciones legales citadas se contempla al parentesco consanguíneo o afín, en
línea recta o colateral, respectivamente, como causales de nulidad del matrimonio. Así, se
establece que:

• El parentesco afecta de nulidad al matrimonio celebrado por los consanguíneos y afines


en línea recta, en todos y cada uno de sus grados;

• El parentesco afecta de nulidad al matrimonio celebrado por los consanguíneos en


segundo y tercer grado de la línea colateral; y,

• El parentesco afecta de nulidad al matrimonio celebrado por los afines en segundo grado
cuando el matrimonio que lo produjo se disolvió por divorcio y el ex cónyuge vive.

Para todos estos casos no se realiza reserva alguna del ejercicio de la pretensión;
por lo que rige el principio de que la pretensión puede ser ejercitada por todos los
que tengan legítimo interés, incluso por el propio afectado con el impedimento.
Asimismo, no se establece un plazo de caducidad; por lo que la pretensión puede
ser ejercitada en todo momento.

Téngase presente que, en atención al principio de favorecer el matrimonio, se


regula expresamente la convalidación del matrimonio contraído por quienes están
vinculados por el parentesco consanguíneo en tercer grado, si se obtiene su
dispensa judicial.

Debe destacarse que la afinidad no subsiste como impedimento matrimonial


después de la invalidación del matrimonio que la creó. Ello es así por cuanto
invalidado un matrimonio, como principio todos sus efectos desaparecen con
efecto retroactivo; claro está que ese principio reconoce excepciones, pero éstas
están determinadas en la ley y entre ellas no se encuentra la subsistencia de la
afinidad.

Obsérvese que, no obstante tratarse de un impedimento dirimente, nuestro Código


Civil no regula expresamente el caso del parentesco adoptivo como causal de
nulidad del matrimonio; resultando evidente que los contrayentes adolecen de
aptitud nupcial. Siendo ésta un elemento estructural o esencial del acto jurídico
matrimonial y no estando esa eventualidad regulada expresamente como causal
de nulidad, se confirma la inexistencia del matrimonio celebrado por quienes no
tienen aptitud nupcial, en este caso señalado; aunque y conservando la
especialidad del régimen de invalidez, también se aprecia en tal supuesto un caso
de nulidad virtual por contravenirse el artículo 234 del Código Civil que contiene el
concepto de matrimonio para el sistema jurídico peruano.

2.7. Del condenado por homicidio doloso de uno de los cónyuges con el
sobreviviente a que se refiere el artículo 242,
inciso 6)
3
0
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Obsérvese que se sanciona solo la nulidad del matrimonio celebrado entre el condenado
como partícipe en el homicidio doloso de uno de los cónyuges con el sobreviviente;
omitiéndose el caso del procesado por esta causa, supuesto contemplado en el
impedimento matrimonial a que se refiere el artículo 242, inciso 6, del Código Civil.

Para el caso expresamente regulado no se realiza reserva alguna del ejercicio de la


pretensión; por lo que rige el principio de que la pretensión puede ser ejercitada por todos
los que tengan legítimo interés, inclusive por el propio afectado con el impedimento.
Asimismo, no se establece un plazo de caducidad; por lo que la pretensión puede ser
ejercitada en todo momento.

2.8. De quienes lo celebren con prescindencia de los trámites


establecidos en los artículos 248 a 268. No obstante, queda convalidado
si los contrayentes han actuado de buena fe y se subsana la omisión.

La subsanación de las omisiones importa realizar aquello que se dejó de hacer


involuntariamente. Así, por ejemplo, presentar copia certificada de la partida de
nacimiento, no exigida en su momento por considerarse suficiente la entrega de fotocopia
del documento de identidad de los contrayentes; realizar la publicación del edicto
matrimonial, no efectuado oportunamente al no haber sido proporcionado por la
municipalidad respectiva; etc.

De acuerdo con lo regulado, no se realiza reserva alguna del ejercicio de la pretensión;


por lo que rige el principio de que la pretensión puede ser ejercitada por todos los que
tengan legítimo interés, inclusive por el propio afectado con el impedimento. Asimismo, no
se establece un plazo de caducidad; por lo que la pretensión puede ser ejercitada en todo
momento.

2.9. De los contrayentes que, actuando ambos de mala fe, lo celebren


ante funcionario incompetente, sin perjuicio de la responsabilidad
administrativa, civil o penal de éste. La acción no puede ser planteada
por los cónyuges.

Como se ha indicado, la intervención de la autoridad competente para celebrar el


matrimonio es una de las solemnidades esenciales requeridas por la ley para el
reconocimiento jurídico del vínculo matrimonial.

La competencia de la autoridad viene determinada por la función misma y por el territorio.


Lo primero se aprecia cuando la ley reconoce que los llamados a celebrar el matrimonio
son el alcalde, el registrador y el comité especial, en las comunidades campesinas y
nativas. En tal sentido, si el matrimonio civil lo realiza un juez de paz o un notario público,
aquél ha sido celebrado por un funcionario incompetente. Lo segundo se observa cuando
la ley establece que la autoridad competente por razón del territorio es la del domicilio de
cualquiera de los contrayentes. Para tal efecto se exige presentar la prueba del domicilio a
fin de vincular a la autoridad competente. En tal virtud, si el matrimonio civil se realiza ante
una autoridad de una jurisdicción diferente de la del domicilio de los contrayentes, aquél
también ha sido celebrado ante un funcionario incompetente.

La presente disposición legal se refiere a la nulidad del matrimonio celebrado ante


funcionario incompetente por contrayentes que han actuado ambos de mala fe.

➢ ACCION DE NULIDAD.- Por la necesidad de salvaguardar el orden público, se impone


al Ministerio Público la obligación de interponer la demanda respectiva y se faculta al juez
de Familia declararla de oficio cuando sea manifiesta (artículo 275 del Código Civil). Debe
advertirse que, por esta misma razón, la regla del nemo audítur, vale decir, el principio
que veda alegar la propia torpeza, decae en el régimen de invalidez del matrimonio; por lo
que, pueden ejercitar la pretensión cualquiera de los cónyuges y no solo el cónyuge que
ignoró la existencia del impedimento.

3
1
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Resulta importante resaltar que en nuestra legislación se comprueba una evidente


incongruencia entre las disposiciones relacionadas con la legitimación activa,
contenidas en el artículo 274, respecto de la regla del artículo 275 del Código Civil. Y
es que esta última disposición sentencia que la pretensión de nulidad del matrimonio
puede ser ejercitada por quienes tengan un legítimo interés, mientras que el artículo
274 establece los casos en que la pretensión de nulidad del matrimonio está
reservada a favor de los cónyuges. Sin embargo, esta incongruencia se resuelve
considerando el principio de favorecer las nupcias que gobierna la especialidad del
régimen.

No obstante, se ha propuesto modificar el artículo 275 del Código Civil, y precisar que
"la pretensión de invalidez del matrimonio corresponde solo a los cónyuges cuando la
ley les reserva su ejercicio. No se transmite a los herederos, pero éstos pueden
continuar la iniciada por el causante". Se agrega que, "en los demás casos, debe ser
ejercitada por el Ministerio Público y puede ser intentada por cuantos tengan en ella
un interés legítimo y actual". Por último, "disuelto el matrimonio, el Ministerio Público
no puede intentar ni proseguir el proceso, sin perjuicio del derecho que los herederos
tienen por sí mismos como legítimos interesados en la invalidez, en los casos en que
no se reservó la pretensión a los cónyuges".

➢ LA ACCION DE NULIDAD NO CADUCA.- Siendo las acciones de estado de familia


imprescriptibles por estar referidas a la persona en sí misma, la pretensión de invalidez
del matrimonio también goza de esa misma característica. Sin embargo, y por el principio
de favorecer las nupcias, se establece en la ley los supuestos en que esa característica se
extingue por caducidad, tanto en casos de nulidad como de anulabilidad; produciendo, de
esta manera, la convalidación del matrimonio. Ello es así, por cuanto el interés en afianzar
la unión matrimonial exige eliminar la incertidumbre que importaría el mantener vigente la
pretensión en el tiempo. En tal sentido, cuando no se establezca un plazo de caducidad,
la pretensión puede ser ejercitada en todo momento, lo que imposibilita la convalidación
del matrimonio; en cambio, previsto un plazo de caducidad y no habiéndose ejercitado la
pretensión oportunamente, el matrimonio queda convalidado.

Sin embargo, la caducidad no es la única causa que produce la extinción de la


pretensión de invalidez del matrimonio. Ella también se genera por la verificación de
supuestos de hecho convalidantes, como ocurre cuando se obtiene la dispensa
judicial del parentesco, para quienes se casaron siendo consanguíneos de tercer
grado (artículo 274, inciso 5, del Código Civil); se subsanan las omisiones de forma
para casarse, para quienes lo celebraron de buena fe y prescindieron de los trámites
legales (artículo 274, inciso 8, del Código Civil); o, se adquiere la mayoridad, para
quien lo contrajo siendo menor de edad (artículo 277, inciso 1, del Código Civil).

3. CAUSALES DE ANULABIDAD DEL


MATRIMONIO

De acuerdo al artículo 277 del código civil es anulable el


matrimonio:

1.- Del impúber. La pretensión puede ser ejercida por él luego de llegar a
la mayoría de edad, por sus ascendientes si no hubiesen prestado
asentimiento para el matrimonio y, a falta de éstos, por el consejo de
familia. No puede solicitar se la anulación después que el menor ha
alcanzado mayoría de edad, ni cuando la mujer ha concebido. Aunque se
hubiera declarado la anulación, los cónyuges mayores de edad pueden
confirmar su matrimonio. La confirmación se solicita al Juez de Paz
Letrado del lugar del domicilio conyugal y se tramita como proceso no
contencioso. La resolución que aprueba la confirmación produce efectos
retroactivos.

3
2
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

2.- De quien está impedido conforme al artículo 241, inciso 2. La acción


sólo puede ser intentada por el cónyuge del enfermo y caduca si no se
interpone dentro del plazo de un año desde el día en que tuvo
conocimiento de la dolencia o del vicio.

3.- Del raptor con la raptada o a la inversa o el matrimonio realizado con


retención violenta. La acción corresponde exclusivamente a la parte
agraviada y sólo será admisible si se plantea dentro del plazo de un año
de cesado el rapto o la retención violenta.

4.- De quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales por


una causa pasajera. La acción sólo puede ser interpuesta por él, dentro
de los dos años de la celebración del casamiento y siempre que no haya
hecho vida común durante seis meses después de desaparecida la causa.

5.- De quien lo contrae por error sobre la identidad física del otro
contrayente o por ignorar algún defecto sustancial del mismo que haga
insoportable la vida común. Se reputan defectos sustanciales: la vida
deshonrosa, la homosexualidad, la toxicomanía, la enfermedad grave de
carácter crónico, la condena por delito doloso a más de dos años de pena
privativa de la libertad o el ocultamiento de la esterilización o del divorcio.
La acción puede ser ejercitada sólo por el cónyuge perjudicado, dentro
del plazo de dos años de celebrado.

6.- De quien lo contrae bajo amenaza de un mal grave e inminente, capaz


de producir en el amenazado un estado de temor, sin el cual no lo hubiera
contraído. El juez apreciará las circunstancias, sobre todo si la amenaza
hubiera sido dirigida contra terceras personas. La acción corresponde al
cónyuge perjudicado y sólo puede ser interpuesta dentro del plazo de
dos años de celebrado. El simple temor reverencial no anula el
matrimonio.

7.- De quien adolece de impotencia absoluta al tiempo de celebrarlo. La


acción corresponde a ambos cónyuges y está expedita en tanto subsista
la impotencia. No procede la anulación si ninguno de los cónyuges puede
realizar la cópula sexual.

8.- De quien, de buena fe, lo celebra ante funcionario incompetente, sin


perjuicio de la responsabilidad administrativa, civil o penal de dicho
funcionario. La acción corresponde únicamente al cónyuge o cónyuges
de buena fe y debe interponerse dentro de los seis meses siguientes a la
celebración del matrimonio.

Se desarrolla los siguientes


casos:

1. El caso del impúber.- Persona que no ha cumplido la edad exigida para el matrimonio.
La impubertad
es un impedimento dirimente sancionado con la nulidad
del matrimonio.

El no tener la edad núbil constituye causal de anulabilidad cuando se celebra el


matrimonio sin haberse obtenido la dispensa judicial de este impedimento
dirimente.

De otra parte, y aunque se hubiera declarado la anulabilidad, los cónyuges


mayores de edad no deben volver a contraer matrimonio; basta la confirmación del
mismo que se solicita ante el juez de paz letrado

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3
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

del lugar del domicilio conyugal, y se tramita como proceso no contencioso. La


resolución que aprueba la confirmación produce efectos retroactivos.

2. EI caso de los que adolecen de enfermedad crónica, contagiosa y transmisible


por herencia o de vicio peligroso para la prole.- La sanidad nupcial está referida como
causal de anulabilidad del matrimonio de quien sufre una enfermedad crónica, contagiosa
y trasmisible por herencia, o vicio que constituya peligro para la prole.

Respecto de la legitimación activa por esta causal y con relación a la extinción de


la imprescriptibilidad de la pretensión de anulabilidad del matrimonio por la
caducidad, la ley expresamente reserva el ejercicio de la pretensión al cónyuge del
enfermo, y caduca si no se interpone dentro del plazo de un año desde el día en
que tuvo conocimiento de la dolencia o vicio.

3. El caso del raptor con la


raptada

Se sanciona con anulabilidad el matrimonio del raptor con la raptada o a la inversa,


o el matrimonio realizado con retención violenta.

Respecto de la legitimación activa por esta causal y con relación a la extinción de


la imprescriptibilidad de la pretensión de nulidad del matrimonio por la caducidad,
la ley expresamente reserva el ejercicio de la pretensión al cónyuge agraviado, el
que sufrió el rapto o la retención violenta, y caduca si no se interpone dentro del
plazo de un año de cesado el rapto o la retención violenta.

4. El caso de quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales por


causas pasajeras.- Se trata de una causa de invalidez relacionada con defectos en el
consentimiento matrimonial.

Es un supuesto de anulabilidad del matrimonio en el que por "causa pasajera"


debe comprenderse a los estados de insanidad mental transitorios de uno de los
contrayentes, así como a la afección temporal provocada por causa exterior al
organismo: embriaguez, hipnotismo, cólera, pavor, pasiones en general. Debe
existir cualquiera de estas causas en el momento mismo de la celebración del
matrimonio; quedando sometida al discreto arbitrio del juzgador la apreciación del
hecho. Al respecto, debe considerarse que la causa de la perturbación debe ser
tan excesiva como para impedir a la parte dar un consentimiento inteligente; pero
si a pesar de ella, se aprecia la naturaleza y consecuencias del acto, esa
circunstancia no tendría mérito para anular el matrimonio.

Respecto de la legitimación activa, el ejercicio de la pretensión se reserva al


cónyuge agraviado, a quien ha sufrido la afección temporal de sus facultades
mentales al momento de celebrar el matrimonio. El matrimonio queda convalidado
si dentro de un estado libre de voluntad de los contrayentes, ellos exteriorizan su
propósito de mantener el vínculo, mediante el hecho mismo de la cohabitación,
prolongada por un período de seis meses de desaparecida la causa, tiempo
bastante para demostrar la persistencia real de esa voluntad.

La cohabitación, con el efecto extintivo de la caducidad de la pretensión, debe


consumarse durante el período de tiempo anterior por lo menos en seis meses al
vencimiento del plazo de dos años; cuyo mero transcurso, por sí solo, extingue el
ejercicio de la pretensión de anulabilidad.

5. El caso del error sobre la identidad o ignorancia de defecto sustancial del


otro cónyuge

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4
PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Se trata de otra causa de invalidez relacionada con defectos en el


consentimiento matrimonial.

Considerada como causal de anulabilidad del matrimonio, en primer lugar se


refiere al error sobre la identidad física de uno de los contrayentes que tiene lugar
en el caso de sustitución de una persona por otra, que se reputa casi imposible de
ocurrir, aun en el matrimonio por poder.

En segundo lugar, se considera el error sobre un defecto sustancial de la persona,


en base a supuestos de hecho taxativamente previstos. Error que debe referirse a
la ignorancia de defectos, unos de orden moral, como los relativos a la conducta
que específicamente se menciona, y otros consistentes en dolencias que
comprometen la salud del cónyuge, o de la prole cuya repercusión sobre la común
convivencia sea tan intensa y grave que haga imposible su normal mantenimiento;
defectos todos estos que, de haberlos conocido el otro cónyuge, sin duda, no
habría concertado y concluido el matrimonio y que por lo mismo, frustraron los
motivos determinantes de la voluntad en la prestación del consentimiento.

Todo esto hace surgir una cuestión de hecho que debe ser apreciada, en cada
caso, por el prudente arbitrio del juzgador, quien, al hacer la respectiva valoración
del error invocado, decidirá si él realmente vicia el consetimiento, en los señalados
supuestos que el dispositivo indica, que son los que pueden, conforme a su
expreso texto, dar existencia al error como causal de anulabilidad.

Respecto de la legitimación activa por esta causal y con relación a la extinción de


la imprescriptibilidad de la pretensión de anulabilidad del matrimonio por la
caducidad, la ley éxpresamente reserva el ejercicio de la pretensión al cónyuge
agraviado, a quien ha sufrido el error, y caduca si no se interpone dentro del plazo
de dos años de celebrado el matrimonio; plazo excesivo para la apreciación de las
consecuencias del error incurrido frente al matrimonio celebrado.

6. El caso de la amenaza de sufrir un mal grave e


inminente.
Se trata de otra causa de invalidez relacionada con defectos en el
consentimiento matrimonial.

Es condición de la amenaza que sea grave, esto es, que suscite tal temor que por
el peligro que entraña sea decisiva en la determinación de la voluntad. Se trata
aquí de una cuestión que, por ser de hecho, se debe apreciar en cada caso,
teniendo en cuenta las condiciones personales del que sufre la coacción, las de
quien la ejercita, como las otras circunstancias de momento y lugar, y cuantas más
forman el ambiente dentro del que se perturba la prestación del consentimiento.

Debe ser el mal inminente, es decir, que se tenga el actual temor de su más o
menos próxima realización, faltando materialmente el tiempo suficiente para
reclamar la protección de la autoridad pública; y se excluye, por lo tanto, el mal
meramente posible, remoto o capaz de ser prevenido. Asimismo, debe afectar los
derechos o atributos de la personalidad humana del amenazado o de terceras
personas vinculadas con él.

En cuanto al temor reverencial, del mismo modo que no tiene efectos en los actos
jurídicos en general, tampoco lo tiene en cuanto al matrimoni9. Pero no debe por
eso excluírse la posibilidad de que la violencia sea ejercida por el ascendiente
sobre el descendiente, el tutor sobre el pupilo o el superior sobre el subordinado, y
en tal caso debe ser tenida en cuenta. Lo que la ley deja de lado es el temor que
deriva de la existencia de tal tipo de vinculación, situación subjetiva de quien lo
sufre, pero no el ocasionado por actos comprendidos en las situaciones de
intimidación previstas, que nada impide que sea ejercida por las mismas personas
con respecto a las cuales podría existir el temor reverencial.

7. El caso de la impotencia
absoluta

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

El matrimonio celebrado por persona que adolece de impotencia antecedente y


absoluta (coeundi) es anulable.

Debe tenerse presente que la impotencia no es un impedimento matrimonial,


debido a que la procreación no es la única finalidad del matrimonio; y que, lo que
se sanciona, es la impotencia misma y no el que el otro cónyuge la hubiere
ignorado.

La impotencia en el sentido de la ley, constituye la imposibilidad que padece uno


de los cónyuges para realizar la cópula, es decir, para mantener relaciones
sexuales con el otro cónyuge. La impotencia coeundi se la distingue de la
impotencia generandi, o infertilidad que impide la generación; no estando, esta
última, comprendida en la impotencia a la que alude el dispositivo legal. Mientras
que en el hombre la impotencia impide el acceso vaginal,

El ejercicio de la pretensión corresponde solo a ambos cónyuges y está expedita


en tanto subsista la impotencia; no procediendo la anulación, si ninguno de ellos
puede realizar la cópula sexual.

8. El caso de la celebración del matrimonio ante funcionario


incompetente

Ya se ha explicado que la intervención de la autoridad competente para celebrar el


matrimonio es una de las solemnidades esenciales requeridas por la ley para el
reconocimiento jurídico del vínculo matrimonial. También que la competencia de la
autoridad viene determinada por la función misma y por el territorio. Lo primero, se
aprecia cuando la ley reconoce que los llamados a celebrar el matrimonio son el
alcalde, el registrador y el comité especial, en las comunidades campesinas y
nativas. En tal sentido, si el matrimonio civil lo realiza un juez de paz o un notario
público, aquél ha sido celebrado por un funcionario incompetente. Lo segundo, se
observa cuando la ley establece que la autoridad competente por razón del
territorio es la del domicilio de cualquiera de los contrayentes. Para tal efecto, se
exige presentar la prueba del domicilio a fin de vincular a la autoridad competente.
En tal virtud, si el matrimonio civil se realiza ante una autoridad de una jurisdicción
diferente a la del domicilio de los contrayentes, aquél también ha sido celebrado
ante un funcionario incompetente.

La presente disposición legal se refiere a la anulabilidad del matrimonio celebrado


ante funcionario incompetente por un contrayente que ha actuado de buena fe.

En este supuesto y respecto de la legitimación activa por esta causal, se realiza


una reserva a favor del cónyuge o cónyuges de buena fe.

Con relación aja extinción de la imprescriptibilidad de la pretensión de invalidez del


matrimonio por la caducidad, la ley establece expresamente un plazo de caducidad
de seis meses de la celebración del matrimonio para el ejercicio de la respectiva
pretensión.

❖ CARÁCTER PERSONAL DE LAS ACCIONES DE NULIDAD Y ANULABILIDAD.-“El


artículo 278 del CC. “La acción a que se contraen los artículos 274, incisos 1,2 Y 3
(causales nulidad del matrimonio: El matrimonio del enfermo mental, de los invidentes etc,
y de casados), y 277 (causales de anulabilidad del matrimonio) no se transmite a los
herederos, pero éstos pueden continuar la iniciada por el causante”.

En síntesis, al amparo del principio de favorabilidad del matrimonio, la acción que


confieren al cónyuge los incisos 1,2 Y 3 del artículo 274 y la del artículo 277, no
puede ser intentada directamente por los herederos de éste, debido a la reserva
que hace la ley en forma expresa; pudiendo éstos solo continuar la iniciada por su
causante.

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

❖ ACCIÓN DE NULIDAD DE LOS HEREDEROS.- El artículo 279 del CC. “La acción de
nulidad que corresponde al cónyuge en los demás casos del artículo 274 (causales de
nulidad de matrimonio) tampoco se transmite a sus herederos, quienes pueden continuar
la iniciada por su causante. Sin embargo, esto no afecta el derecho de accionar que
dichos herederos tienen por sí mismos como legítimos interesados en la nulidad”.

Este dispositivo señala que la acción de nulidad que estipulan los demás incisos
del artículo 274 como es el caso del matrimonio de:

a) Los consanguíneos o afines en línea recta, es decir padres e hijos,


abuelas y
nietos, o suegros y nuera o yerno
respectivamente.

b) De los consanguíneos en segundo y tercer grado de la línea colateral


(hermanos, o tíos- sobrinos), excepto que medie dispensa judicial en el segundo
supuesto (tío-sobrina).

c) De los afines en segundo grado de la línea colateral cuando el matrimonio


anterior no ha sido
disuelto por divorcio y el ex
cónyuge vive.

d) Del condenado por homicidio doloso de uno de los cónyuges con el


sobreviviente.

e) De quienes lo celebran prescindiendo de los trámites que señalan los artículos


248 a 268 del Código Civil, a menos que se haya convalidado subsanando la
omisión de los cónyuges de buena fe.

f) De los contrayentes que de mala fe lo celebran ante funcionario incompetente,


supuesto en
el cual la ley no faculta a los cónyuges de mala fe a plantear la nulidad
por dicha causal.

Así por ejemplo, si Juan se casa con María de buena fe, pero María es
bígama, con esposo e hijos vivos; al fallecer Juan y dejar una herencia
conforme a la ley, deben concurrir la cónyuge supérstite (bígama) y los
padres de Juan, al tomar éstos conocimiento de la ilicitud del matrimonio
contraído por su causante, tiene expedito el derecho de accionar la nulidad,
al tener legítimo interés moral, económico y actual en el pronunciamiento
del órgano jurisdiccional.

En suma la acción de nulidad es franqueada a los herederos legitimarios


(descendientes, padres y otros ascendientes) o legales (descendientes,
padres y otros ascendientes hermanos y parientes consanguíneos del
causante en tercer o cuarto grado) para excluir de la herencia al presunto
cónyuge sobreviviente.

❖ ACCIÓN DE INVALIDEZ POR REPRESENTACIÓN.- El artículo 280 del CC. “La


invalidez del matrimonio puede ser demandada por apoderado si está facultado
expresamente y por escritura pública, bajo sanción de nulidad”.

Por esta razón, la ley exige que el conocimiento y la voluntad del accionante
conste de manera expresa; a fin de evitar que el apoderado, valiéndose de sus
atribuciones corrientes u ordinarias que constan en un poder no específico o
especial, anule el matrimonio de su poderdante.
❖ PROCEDIMIENTO DE LA INVALIDEZ DEL MATRIMONIO.- El artículo 281 del CC. “La
pretensión de invalidez del matrimonio se tramita como proceso de conocimiento, y le son
aplicables, en cuanto sean pertinentes, las disposiciones establecidas para los procesos
de separación de cuerpos o divorcio por causal”.

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Así, el Estado adopta los mayores recursos para emplazar o desplazar un estado
de familia. Por ello las acciones de nulidad y anulabilidad de matrimonio se
tramitan como proceso de conocimiento. Agrega la norma en comento que a la
pretensión principal pueden acumularse las pretensiones de alimentos, tenencia y
cuidados de los hijos, separación de bienes gananciales, y las demás relativas a
derechos u obligaciones de los cónyuges o de la sociedad de gananciales que
puedan resultar afectados como consecuencia de la pretensión principal; aspectos
que expresamente regulan para el divorcio vincular los artículos 483 y 494 del
Código Procesal Civil y que por remisión resulta aplicable a esta materia.

De esta manera al fallar el juez no solo emitirá pronunciamiento respecto de la


causal de invalidez planteada, sino que en caso de declarar fundada la demanda,
emitirá también pronunciamiento respecto de las pretensiones accesorias
acumuladas, tales como alimentos, tenencia o destino de los bienes adquiridos
durante el tiempo que el matrimonio estuvo vigente.

❖ PATRIA POTESTAD EN CASO DE INVALIDEZ DE MATRIMONIO.- Articulo 282 CC.


“Al declarar la invalidez del matrimonio, el juez determina lo concerniente al ejercicio de la
patria potestad, sujetándose a lo establecido para el divorcio”.

En suma, de no continuar la convivencia y no haber acuerdo entre los cónyuges


respecto al ejercicio de la patria potestad, tenencia, régimen de visitas y alimentos,
debe ser decidida por el juez (PLÁCIDO V.) en la sentencia, tomando en cuenta
todo lo actuado en el proceso.

Así, al ser una pretensión accesoria, lo referente a la patria potestad, ésta


constituye una pretensión autónoma y por ende se requiere de la actividad
probatoria respecto de esta pretensión, a fin de establecer si es necesario
otorgarse exclusivamente el ejercicio de la patria potestad a uno de los cónyuges,
suspendiéndose al otro en tal facultad; o si ambos cónyuges pueden continuar
ejerciendo la patria potestad, otorgándose la tenencia a uno de ellos; y un régimen
de visitas a favor del cónyuge que no obtuviese la tenencia.

Cabe precisar que, estando a lo dispuesto en el artículo 85 del Código de los


Niños y Adolescentes, al discutirse la patria potestad, se está afectando derechos
o intereses de niños y adolescentes, razón por la cual el juzgador está obligado a
escuchar la opinión de los hijos menores de edad respecto de esta pretensión
accesoria; y de no haber sido ofrecida como medio de prueba por ninguna de las
partes, el juez puede ordenarla de oficio por interés superior del niño, conforme al
artículo 187 del Código de los Niños y Adolescentes.

❖ INDEMNIZACIÓN POR INVALIDEZ DE MATRIMONIO.- Articulo 283 CC. “Son


aplicables a la invalidez del matrimonio las disposiciones establecidas para el caso del
divorcio en lo que se refiere a la indemnización de daños y perjuicios”.

Delimitado ya el campo en el cual se desplegará la responsabilidad por invalidez


del matrimonio, se hace necesario determinar si en todas las causales
establecidas por los artículos 274 Y 277 del Código Civil es viable el resarcimiento
de daños. Para tal efecto, resulta indispensable señalar que la responsabilidad por
invalidez del matrimonio, únicamente podrá ser reclamada por aquel cónyuge que
actuó de buena fe y que se vio lesionado por dicha invalidez, debido a la actuación
culposa o dolosa de su pareja. Así, por ejemplo, no podrá reclamar indemnización
un hombre contra una mujer con quien contrajo nupcias si han incurrido en la
causal prevista en el numeral 9 del artículo 274 del referido texto legal. De igual
manera, no podría reclamar indemnización una mujer contra un hombre que es
ciegosordo o sordomudo, ya que era imposible que ella desconozca dicha
situación antes de contraer matrimonio con él.

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

Para finalizar este apretado análisis, debemos decir que el artículo 283 del Código
Civil, al remitirse a las normas que regulan la indemnización de daños en caso de
divorcio, se refiere puntualmente a lo dispuesto en el artículo 351 del mismo
Código. Esta última norma establece que el juez podrá conceder al cónyuge al que
se le causó algún perjuicio un resarcimiento por daño moral.

Sobre el particular, debemos precisar que si bien el legislador ha previsto


textualmente que la reparación del daño abarcará el perjuicio moral, esto es, la
pena, el dolor o el sufrimiento que puede sentir una de las partes, creemos que
nada obsta para que los daños que se resarzan puedan ser de naturaleza
patrimonial (daño emergente o lucro cesante) o extrapatrimonial (daño moral o
daño a la persona), de acuerdo a lo previsto en el artículo 1985 del Código Civil,
siempre que, en la medida de lo posible, dichos daños sean debidamente
acreditados y cuantificados.

❖ EFECTOS CIVILES DEL MATRIMONIO INVALIDADO.- Articulo 284 del CC. “El
matrimonio invalidado produce efectos civiles respecto de los cónyuges e hijos si se
contrajo de buena fe, como si fuese un matrimonio válido disuelto por divorcio.
Si hubo mala fe en uno de los cónyuges, el matrimonio no produce efectos en su
favor, pero sí respecto del otro y de los hijos.

El error de derecho no perjudica la


buena fe”.

Que la buena fe está directamente vinculada con la ignorancia del vicio o


impedimento que determina la invalidez del matrimonio.

También la doctrina es uniforme cuando afirma que el error de hecho puede


invocarse como una situación de buena fe que justifica la aplicación de la regla.

El Código Civil, cuando señala que el error de derecho no perjudica la buena fe, da
como implícito el error de hecho. Cornejo pone un buen ejemplo de ello: "el caso
de una persona que se casa con su hermana, ignorando que lo es". Y en cuanto al
error de derecho, el mismo autor dice que lo hay cuando "conociendo la existencia
del hecho, se ignora que él constituye impedimento legal, como sería el caso del
viudo que contrae matrimonio con una hija natural (hoy no matrimonial) de su ex
mujer, sin saber que semejante enlace está prohibido por la ley" (CORNEJO
CHÁVEZ).

Ha habido mucha discusión en lo que atañe al error de derecho. Hay autores que
sostienen que ese error no debe ser motivo de excusa, pues nadie puede alegar la
ignorancia de la ley. Otros autores sostienen lo contrario y dicen que la buena fe
puede resultar tanto del error de hecho como de derecho.

Nuestro Código Civil ha tomado este último camino, que lo consideramos


justificado, en razón de la escasa educación jurídica de las mayorías nacionales.

Por último, cabe resaltar que el matrimonio putativo no favorece al cónyuge que ha
actuado de mala fe y por el contrario lo sanciona severamente. Los hijos,
finalmente, nunca sufren las consecuencias y son tratados como si se hubiese
producido la disolución del vínculo matrimonial por divorcio vincular.

❖ EFECTOS DE LA INVALIDEZ MATRIMONIAL FRENTE A TERCEROS.- Artículo 285


“El matrimonio invalidado produce los efectos de un matrimonio válido disuelto por
divorcio, frente a los terceros que hubieran actuado de buena fe”.

- Los efectos frente a terceros del matrimonio declarado


nulo
Si ésta ha sido la regulación dispensada por nuestro Código Civil a los
efectos entre los cónyuges e hijos derivados de un matrimonio declarado
nulo por incurrir en alguna causal de

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

invalidez, cabe preguntarse cuáles serán los efectos derivados de los actos
jurídicos, contratos o cualquier otra relación jurídica entablada entre este
matrimonio y los terceros.

Sobre el particular, el artículo 285 del Código Civil establece que el


matrimonio invalidado produce los efectos de un matrimonio válido disuelto
por divorcio, frente a los terceros que hubieran actuado de buena fe.

Ahora bien, en la práctica pueden presentarse dos supuestos de hecho


perfectamente diferenciables, a los cuales se les puede aplicar este precepto:

o un primer supuesto en el que estamos frente a un matrimonio putativo, esto


es, que ha sido declarado nulo por haber incurrido en alguna causal de
invalidez de los artículos 274 Y 277 del Código Civil, pero en el que ha
mediado buena fe de parte de uno o ambos cónyuges. o Y, un segundo
supuesto, en el que estaremos frente a un matrimonio declarado nulo pero que
no puede ser catalogado como putativo, pues no ha existido buena fe por parte
de ninguno de los cónyuges.

Siendo dos supuestos distintos, la solución legal para ambos casos es la misma.
Ya sea que estemos frente a un matrimonio putativo o no, se producirán frente a
los terceros que hubieran actuado de buena fe todos los efectos que generaría un
matrimonio válido que ha sido disuelto por divorcio.

Esto es, la opción tomada por el Código Civil es siempre privilegiar a los terceros,
quienes no se verán perjudicados por la inexistencia de buena fe por parte de los
consortes.

En consecuencia, ya sea que estemos en uno u otro caso, los terceros que
hubiesen celebrado contratos o cualquier otro acto jurídico con los cónyuges y que
mantengan un crédito no satisfecho, podrán constituirse en acreedores de la
sociedad conyugal. De este modo, al fenecimiento de la sociedad de gananciales y
una vez realizado el inventario de los bienes exigido por el artículo 321 del Código
Civil, estos terceros acreedores deberán ser preferidos en el pago de las deudas
antes de reintegrarse a cada cónyuge el remanente de los gananciales y de sus
bienes propios.

- La buena fe del tercero

Como admiten la mayoría de legislaciones y bibliografía consultadas, es un valor


entendido que la buena f~ se presume. En ese sentido, el tercero no necesita
demostrar que actuó de buena fe cuando contrató con la sociedad conyugal, pues
por ley se presume que actuó desconociendo la causal de invalidez del
matrimonio.
Sin embargo, ésta es una presunción iuris tantum. En tal sentido, la carga de la
prueba de la inexistencia de la buena fe por parte del tercero corresponderá a
cualquiera de los cónyuges o a quien tuviera legítimo interés en demostrar que el
tercero contrató con la sociedad conyugal conociendo que ésta había incurrido en
alguna causal de invalidez del matrimonio.

Claro está que no basta la mera alegación de la existencia de la mala fe, sino que
es precisa una prueba fehaciente que conduzca al juzgador a la convicción de que
se conocía la existencia de la causal de invalidez; de lo contrario, se mantendrá
incólume la presunción de buena fe a favor del tercero.

❖ VALIDEZ DEL MATRIMONIO ILÍCITO. - Artículo 286 “El matrimonio contraído con
infracción del
artículo 243 es
válido”

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PRIMERA PARTE DE DERECHO DE FAMILIA

El matrimonio de quienes están sujetos a los impedimentos impedientes


(impedimentos especiales) tienen validez y son sancionados en forma puramente
patrimonial. Con relación a la presente norma, cabe señalar que el artículo 243 del
Código Civil se ocupa de regular los denominados impedimentos impedientes para

contraer matrimonio. CAPITULO X

RELACIONES PERSONALES ENTRE LOS


CONYUGES

DEBERES Y DERECHOS QUE NACEN DEL


MATRIMONIO
́Definición de Deber: Como verbo: estar obligado Jurídico: Necesidad moral de una
acción u omisión, impuesta por ley pacto o decisión unilateral irrevocable, para
servicio o beneficio ajeno y cumplimiento de los fines exigidos por el orden social
humano (Cabanellas)

RELACIONES PERSONALES ENTRE LOS CONYUGES:


Deberes y Derechos que nacen del matrimonio (CC ARTS.
287° AL 327°).
I.-Deberes Recíprocos entre los
Cónyuges:
• Deber de Fidelidad y
asistencia
• Deber de Cohabitación Según Puig “... Son deberes de carácter positivo, o sea que
obligan a cada cónyuge a realizar una acción...”

II.-Obligaciones de los padres hacia


sus hijos:
➢ Alimentar y educar a sus
hijos

III.-Facultades comunes de los


cónyuges:
➢ Tiene el deber y el derecho de participar el gobierno del
hogar y el mejor
desenvolvimiento del mismo. ➢ A ambos compete, fijar y mudar el domicilio
conyugal y decidir las cuestiones
económicas del
hogar. IV.- Obligación de sostener a la
familia

V.- La representación de la sociedad conyugal es ejercida conjuntamente


por los conyuges.

VI.- Cada cónyuge puede ejercer cualquier profesión o industria permitidos por la
ley, así como efectuar trabajos fuera del hogar, con el asentimiento expreso o tácito
del otro. Si este lo negase, el juez puede autorizarlo...

VII.- Uno de los cónyuges asume la dirección y representación


de la sociedad:
➢ Si el otro está impedido por interdicción u otra causa, ➢
Si se ignora el paradero del otro o este se encuentra en
lugar remoto ➢ Si el otro ha abandonado el hogar

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