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La alquimia considera el rocío como un líquido precioso del cual se puede extraer el espíritu
universal y emplear como una poderosa medicina.
Entre las varias técnicas utilizadas dentro de este magno arte, la recolección del rocío
tiene un lugar privilegiado, tanto por su importancia en la obtención de una medicina
universal como por su refinación poética. Es dentro de lo que se conoce como
“Espagiria”, el “arte de separar y unir” o también “la alquimia vegetal”, que está
arraigada la práctica de salir al campo, especialmente en primavera, para recoger el
rocío del amanecer del césped o de ciertas plantas (como el manto de la virgen o
Alchemilla), con la particular influencia de la luna.
La alquimia, en su antigua fortaleza, está cifrada de símbolos y hace de la misma
naturaleza un símbolo viviente –por lo que las correspondencias emanan una cierta
energía o una cierta influencia que se puede utilizar para operar cambios en el mundo
natural. Las metáforas son utilizadas para ocultar los secretos pero también como un
poder de conexión entre el significado y una acción magnética –la articulación de un
lenguaje que refleja el encantamiento de la materia. Este es el caso del rocío, también
conocido como “agua celestial” o “plata filosofal” y cuyo poder proviene tanto de su
energía natural como de su agencia simbólica.
Existe una misteriosa relación en el rocío que refleja un secreto de la alquimia. Esta
agua de la primavera que se recoge es también el “fuego de la naturaleza” que cocina las
semillas en la tierra, haciendo surgir la verdesencia e imbuyendo vida a las plantas.
Sobre esto podemos leer en el blog de alquimia Al-Kemi:
El fuego del roció puede entenderse en varios niveles. Primero, es la energía del
creciente calor del Sol [el sol que avanza hacia su propia plenitud en el solsticio].
Segundo, el rocío es el portador del Nitre, la fuerza vital del aire, que Sendivogius
describía cuando escribió “hay en el aire un secreto alimento de la vida”. Paracelso
llamó a este élan vital el Azoth, el Nitre aéreo que el Sol transmite a la Tierra a través de
las aguas del cielo. Paracelso y otros alquimistas también conectaron este Nitre con el
nitro físico más literal, comúnmente llamado nitrato de potasio, presente en el rocío.
El Nitre como el rocío –¿es aire ya agua a punto de volverse tierra con un fuego
oculto?-- está en un estado transitorio de gran poder y sutileza, casi etéreo, el punto
evanescente entre lo físico y lo no-físico. “Así es como brinda tanto un fuego físico
como uno etéreo y da vida al agua que lleva, para transferir esa vida también a la tierra.
El fuego especial del Nitre puede transferirse a otras substancias en el laboratorio, así el
rocío es usado para revivir substancias muertas y acelerar la fuerza en muchas
operaciones”.
La alquimia, pese a tener la reputación de pseudociencia, es la fuente de muchos de los
descubrimientos científicos de nuestros días –que la ciencia moderna no reconoce en
parte porque se dieron en contextos místicos y bajo un lenguaje cargado de simbolismo
esotérico. El alquimista polaco Sendivogius descubrió que el aire era una sustancia
compuesta que contenía una sustancia “dadora de vida”, que luego fue llamada oxígeno,
170 años antes de Scheele y Priestly. Sendivogius llamó a esto “Nitre Central” o “Sal
Central”, una especie de materia universal protogénica. La sal, es importante
mencionar, en la alquimia no se refiere a la sal (cloruro de sodio), es una acepción más
amplia, de las tres propiedades principales del universo (que son también principios
filosóficos), la sal, el azufre y el mercurio (o el cuerpo, el alma y el espíritu). Estas
sustancias dentro de todas las sustancias (una suerte de átomos) están ligadas también a
los elementos y son combinadas o equilibradas para producir medicinas en la Espagiria.
Sendivogius escribió sobre el Nitre:
La sal pura de la Tierra, llamada nitre, es formada en la caldera. Esto luego puede ser
disuelto y concentrado, purificado y enjugado, hasta que se vuelve brillantemente
transparente y cristalino. Entonces adquiere el nombre nitre de la tierra filosofal, nuestra
sal, que se erige en el mar del mundo, AGUA QUE NO MOJA LAS MANOS, sin la
cual nada en este mundo puede nacer o llegar a existir. Así que tienes en las manos el
secreto de los Filósofos y la fuente de la primavera, o el escondite de la Naturaleza. Es
en este espíritu que el ya mencionado Espíritu de la Naturaleza y el mundo entero
residen. Tanto la vida como la salud proceden de esto.
En este bella descripción, tamizada por el arte del filósofo, podemos ver el impulso
compartido por los alquimistas, de sintetizar una sustancia universal o de obtener la
prima materia, como si pudieran sostener una chispa o una fuente de la creación misma.
Una joya especialísima, que sin embargo, paradójicamente, lo es más porque se
encuentra en todas partes: este es el arte del ocultamiento de lo divino, que para mejor
esconderse penetra todas las cosas, habita la transparencia: como una llama en una gota
de agua.
La medicina universal
El rocío --que ya hemos visto es también "el fuego secreto de la naturaleza"-- parece ser
un elemento importante, al menos para algunos alquimistas, para obtener este "espíritu
salino" con el cual se pueden realizar las operaciones maravilosas de la ciencia oculta.
En varios sentidos el rocío recuerda a un líquido divino o a una sustancia que confiere la
divinidad o los atributos de lo celeste. Recoger el rocío --la gota de aire condensado,
una perla de Indra o un glóbulo de icor-- en cierta forma podría ser una técnica más
sutil para robar el fuego de los dioses. Quizás una forma, por sigilosa y hermética,
aceptada por los olímpicos que pese a ser longividentes deciden hacerse de la vista
gorda, en esa hora crepuscular donde la relaidad y el sueño se funden. El rocío es en
muchos aspectos análogo al amrita, al soma y al mana. Aleister Crowley escribe:
El tiempo y el uso sagrado de esta bendita Agua te enseñarán, tan pronto la hayas
tomado una influencia tal ocurrirá como si todos los cielos y las estrellas con sus
poderes estuvieran trabajando en ti. Todo el Conocimiento y las Artes secretas se
revelarán en ti en un sueño, pero lo más excelente de esto es que conocerás
perfectamente a todas las criaturas en su Naturaleza...
Una pequeña partícula de la Piedra Filosofal, si se vierte sobre la superficie del agua,
según un apéndice sobre la sal universal de Herr von Welling, inmediatamete empezará
un proceso de recapitulación en miniatura de la historia del universo, ya que
instantáneamente la tintura -como los Espíritus de los Elohim- se agita sobre el cuerpo
del agua. Un universo miniatura se forma el cual, según afirman los filósofos, en verdad
surge del agua y flota en el aire, en el que pasa por todos los niveles de desarrollo
cósmico y finalmente se desintegra.