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"Necesitamos jóvenes que se atrevan a ser ellos mismos y sean

pensantes constructores de esta sociedad",


"La clave de la filosofía es realidad el sentimiento, la acción y reacción. Es
fundamental en el pensamiento crítico autocriticarnos, reconocernos. Aún en
las circunstancias no perder el sentido del humor",

"No olvidemos que la sabiduría no se posee, no es de nuestra propiedad,


jamás dejamos de aprender. Si creyéramos que somos poseedores de la
sabiduría, no seríamos filósofos; seríamos ignorantes con algo más de
información que otros, incapaces de superarnos, asumiendo sin filtro todo lo
que nos llega de fuera. Parte de ser filósofos es ser humildes y solidarios".
Sin duda un día de mucho aprendizaje de reconocer al otro y respetar su
pensamiento de estos conferencistas, pero especialmente de Mafalda.
Este evento se convierte en la mejor oportunidad para manifestar las
habilidades o competencias: dialógica, crítica, interpretativa y creativa, que el
acercamiento a la filosofía quiere desarrollar hacer no solo un aporte de
análisis crítico, sino también una opción de sentido, para que el hombre
contemporáneo continúe haciendo historia y determine el horizonte para
una nueva sociedad, en coherencia con sus principios y en sinergia con la
ciencia.

El V Foro de Filosofía pretende abrir un espacio de diálogo filosófico e


interdisciplinar, con actitud de apertura y asombro, que nos permita a
jóvenes y educadores, reconocer el valor de nuestra reflexión filosófica en el
aula como también, nos impulse a empoderarnos de un pensamiento auto-
crítico para ser agentes de transformación social en nuestro entorno
particular y global

Quizá, uno podría pensar que MAFALDA es demasiado política para un niñ@
pequeño y que sus chistes requieren, para tener sentido, de un contexto
histórico, social y político, y de una cantidad de información que un niñ@ de
edades tempranas todavía no posee. Y sí, es cierto, quien piense así tiene
mucho de razón.

Pero los niñ@s se ríen de cosas muchísimo más concretas de lo que uno
puede imaginar: la cara de Manolito en determinada viñeta, la manera de
correr de una anciana que se asusta de Mafalda, que a ella en algunos
dibujos no se le vea la boca, los juegos de palabras, les llama particularmente
la atención esos giros argentinos (el uso del vos por ejemplo…), y algunas
características de los personajes que son más fáciles de identificar para él,
por ejemplo, las ganas de fastidiar de Susanita o que Manolito sea tacaño.
Alrededor de esta lectura, como sucede siempre que un niñ@ lee, se generan
innumerables oportunidades de construcción de conocimiento. Aprenden
muchas palabras nuevas y neologismos en cada uno de los chistes, lo que le
permite tomar conciencia de que el lenguaje es una herramienta flexible, que
cada usuario utiliza, en cierta forma, a su manera; y obviamente hay chistes
que no entienden, pero para eso estamos los adultos y aprovechar para
compartir su lectura y explicárselo, ayudándoles a flexibilizar su pensamiento
y analizar nuevos ángulos. También tiene la oportunidad de ponerse en la
perspectiva de los distintos personajes y esto hace que vaya construyendo la
capacidad de ver el mundo desde distintos puntos de vista y asocia distintas
características de los personajes y distintos comportamientos. Dando pie a
juicios morales y juicios de valor.

La universalidad de los diálogos trasciende, de tal forma que enseña a


cuestionar el mundo, a generar interés por la política y el ambiente, entre
otras cosas, de Mafalda.

Mafalda puede ser comprendida mejor por adultos, pero tiene mucho que
enseñarle a l@s niñ@s. Una lectura como Mafalda, tan adulta en cierto
sentido y aparentemente tan fuera del alcance de l@s niñ@s, es una fuente
invalorable de placer y aprendizaje para ell@s. No deberíamos privarlos de
esta experiencia.

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