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Pontificia Universidad Javeriana

Historia comunicación de masas


Natalia González Pérez

¿La comunicación hizo posible el proceso de independencia en Colombia?

La distancia entre España y lo que era el Reino de Nueva granada es de 7463 Km. Sin
duda, esta cifra es escandalizadora incluso en nuestros días donde la comunicación es
mucho más ágil que en los tiempos de la colonia ¿Cuánto tiempo tardaba la información en
llegar desde España a Las Indias o de Las Indias a España? Cuándo llegaba la información
¿No era ya demasiado tarde? Según registros, el primer barco del servicio postal español
zarpo el 01 de noviembre de 1764 para avistar la isla de Puerto Rico el 25 de diciembre del
mismo año, esto sin contar el transporte hacia Cartagena de Indias y de allí el viaje por
tierra hacia el interior. Estos fenómenos comunicativos que caracterizaron el periodo de la
independencia sin duda alteraron ciertas dinámicas culturales las cuales, a mi parecer,
hicieron posible el proceso de independencia en la Nueva Granada.
Para empezar, es importante aclarar cuáles eran las prácticas de comunicación más
comunes de la época. Entre ellas se encontraban: las cartas, los comunicados oficiales, los
discursos o declaraciones y el voz a voz. Sin embargo, esto no significa que no existieran
otros medios, como el periódico y las gazetas, la cuestión es que estos no representaban
un porcentaje significativo en el flujo de información entre la población neogranadina. Lo
podemos observar gracias a numerosas cartas, comunicados y crónicas de personajes
como Francisco de Paula Santander, Manuelita Sáenz, Simón Bolívar, José Acevedo y
Gómez, María Josefa Acevedo y Gómez y Rafael Sevilla donde se evidencia que obtenían
información relevante y actualizada sobre lo que estaba pasando mediante otros medios de
comunicación que no implicaban la prensa.
Por ejemplo, la Guerra de Independencia se dio principalmente como una guerra de
guerrillas donde la comunicación entre ellas fue fundamental para el triunfo del creciente
ejercito independentista. Estas comunicaciones venían en forma de cartas, chismes y,
algunas veces, por personajes que se encontraban con las tropas; “En una palabra, en este
tiempo supimos que ya no había en la republica más fuerza independiente que la nuestra
(…) todas estas noticias fueron confirmadas por la llegada a Popayán del señor doctor José
Fernández Madrid, presidente de la republica” (Padauí, 2009) en esta memoria de José
Hilario López sobre la Batalla de la Cuchilla del Tambo en 1815 es evidente el poder de la
comunicación voz a voz y su facilidad de dispersión frente a los demás medios. A través de
este se comunicaban temas de diferente índole, desde el rumor de la ubicación de un
ejército, a declaraciones de amor. Adicionalmente, es interesante observar como esta
práctica no era exclusiva de una casta en específico. De hecho, en esta época de guerra
cualquier información era de vital de importancia y ponía en tela de juicio los
acontecimientos, no importaba quien era el emisor; “Antes de salir de Honda supimos por
el criado de Miñano, que habiendo hablado el canónico don Martín gil a la virreina sobre
nuestro suceso, esta le había contestado que en Cartagena se nos encerraría en un castillo
sin comunicación. sin tintero, hasta que muriésemos. Lo mismo me decían de mi casa en
dos papeles que recibí en Honda” (Prada, 2012) Relato de Antonio Nariño 1809. Siendo
este medio por el cual se enteraban rápidamente de los movimientos de las demás tropas,
lo que los alertaba de posibles ataques y les daba la posibilidad de tomar acciones antes
de que fuera demasiado tarde. Incluso, esta red de información no solo funcionaba a favor
de los independentistas como vemos en la crónica de José María Espinosa “El ejército
patriota había triunfado completamente en Boyacá el 7 de agosto, derrotado y destruyendo
el fuerte y disciplinado ejército español, y después de otros triunfos parciales. Esta terrible
noticia había llegado a Santafé el 8, y al día siguiente muy temprano emigro
precipitadamente el virrey Sámano, con todos sus empleados (…)” (Padauí, 2009).
Por un lado, la comunicación oral representaba también las proclamas, las habladurías y
los chismes que se escuchaban en las grandes urbes, como Santafé. A través de estas las
personas comunes, que muy posiblemente eran analfabetas, se enteraban de los rumores
de las damas de la alta sociedad. “Mi buena y bella Manuelita: Profunda preocupación tiene
mi corazón, a más mi admiración por tu valentía al enfrentar sola al anatema de la luz
pública, en detrimento de tu honor y posición. (…) Tu haz escandalizado a media
humanidad, pero solo por tu temperamento admirable. Tu alma es entonces la que derrota
los prejuicios y las costumbres de lo absurdo, pero manuela mía, he de rogarte: prudencia,
a fin de que no se lastime tu destino excelso en la causa de libertad de los pueblos y de la
republica (…). (Prada, Manuela Saenz: Generala de America, 2012)” En esta carta del
libertador a su amada manuelita Sáenz de 1823 le implora que deje de hablar públicamente
y de defender la causa Bolivariana, por el simple hecho de ser mujer; lo que nos lleva a que
al parecer tener el derecho de hablar públicamente de las creencias y puntos de vista era,
al parecer, un derecho exclusivo de hombres; y a aquellas que decidirán hacerlo se les
calificaba de imprudentes y varoniles. Sin embargo, algunas tenían las agallas de ir contra
la sociedad colonial: “¿Qué es usted un caballero? Acepto, pero no deje usted a los infames
denigrar de su persona sin que reciban castigo merecido. Usted tiene poder ¿Por qué no lo
usa? ¿tiene recelo? Yo le digo que yo misma me he enfrentado, brazos en jarra, para
disputar su honor. ¿me ve usted a mí? Yo si pienso en usted y no me importa lo que me
pase, pues sabré de que se trata.” (Prada, Manuela Saenz: Generala de America, 2012).
De la misma manera, los discursos eran muy utilizados por los Generales de ambos bandos
para infundir miedo en sus adversarios y valor en sus soldados. “En breve estaré en medio
de vosotros con un ejército que ha sido siempre el terror de los enemigos del soberano: (…)
Apresuraos a arrojar de entre vosotros a los autores de vuestros males (…) Desparezcan
esos miserables de la vista de unas tropas que no vienen a verter la sangre de sus
hermanos, ni aun la de los malvados, si se puede evitar (…) Ellos protegerán al débil y
sepultarán al sedicioso” (Angel, 1989); estas fueron las palabras de la proclama de Pablo
Morillo, General Realista llamado El Pacificador por sus métodos sangrientos durante la
reconquista, a la Nueva Granada en 1815.
Por otra parte, la comunicación escrita también jugó un papel decisivo en la independencia.
Es a través de este medio que se comunicaban asuntos de vital importancia para la nación,
como estrategias militares, nombramientos, asuntos de estado y demás. “Y el excelentísimo
señor presidente me manda comunicarlo (…) tome usted el mando del ejército, dándose a
reconocer en virtud de esta orden que hará usted entender a los jefes subalternos (…)
procediendo a su arresto si hiciere una resistencia abierta (…) con encargo de que obre en
el asunto con las debidas precauciones y prudencia” (O'Leary, 1881) Esta carta de José
María del castillo a Francisco de paula Santander del año 1816 es de gran importancia,
dado que es a partir de ella que Bolívar empieza a darle responsabilidades y confianza al
que sería, en un futuro, el Vice presidente de la Gran Colombia y principal promotor de la
Conspiración Septembrina. “Los cautivos permanecían resignados, con la esperanza de
que morirían juntos (…) cuando se presentó un oficial en el salón donde estaban reunidos
no dirigió ningún saludo, desplego un papel que llevaba en la mano, y con voz de mando,
leyó en la lista escrita: José María Barreiro, Francisco Jiménez, Antonio Pla, Antonio galluso
¡A formar al frente!” (Cordovez, 1907). Con un simple papel se dio fin a la vida de 4 de los
líderes y generales realistas más importantes del periodo de la reconquista, se les fusilo en
la plaza mayor de Santafé el 11 de octubre de 1819.
En conclusión, la comunicación en la Nueva Granada era, en realidad, muy rica en
información, muy a pesar de que la naciente prensa no tuviera un amplio rango de influencia
en las comunicaciones. En primer lugar, la comunicación oral se desempeñó como la
principal fuente de información, por un lado, la informal, en forma de chismes y rumores, y,
por otro lado, la formal, en forma de discurso y proclamas, que dieron mucho de qué hablar
y comunicar a la población común y la milicia. En segundo lugar, la comunicación escrita,
puesto que a través de ella se comunicaban oficialmente, es decir, las cartas tenían un
destinatario y autor seguros, no era anónima y por ello se utilizaba para temas como
estrategias militares, política y amor, donde realmente importaba quien comunicaba y a
quien va dirigido. Sin estas prácticas comunicativas no hubiera sido posible la
independencia, las guerrillas hubieran seguido actuando cada una por su parte, sin un
objetivo común. Las personas no habrían entendido el propósito del ejército libertador y,
por lo tanto, no lo apoyarían. En otras palabras, la Independencia no hubiera sido posible.

Bibliografía

Angel, P. M. (1989). Santander: Biografia . Bogotá: Planeta.


Cordovez, J. M. (1907). Reminiscencias Santa Fé y Bogotá.
O'Leary, D. F. (1881). Memorias del general O'Leary. Tomo XVI. Caracas.
Padauí, P. B. (2009). Crónicas y relatos de la Independencia. Bogotá: Ediciones B.
Prada, A. C. (2012). Antonio Nariño: El Colombiano de todos los tiempos. Bogotá:
Panamericana.
Prada, A. C. (2012). Manuela Saenz: Generala de America. Bogotá: Ediciones Aurora.

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