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En primer lugar, A causa de la guerra franco-española España se alía con Inglaterra, con
quien siempre ha llevado una difícil relación. No obstante, tras varias derrotas la potencia
borbónica se ve en la obligación de reanudar sus relaciones con Francia y traiciona a
Inglaterra, la corona inglesa responde y en 1797 Inglaterra la priva del comercio y las
rutas esenciales con sus colonias americanas. En el virreinato de la nueva granada, ya
para esta época, no mantenían unas buenas rutas comerciales con España, todo por
miedo a perder sus posesiones y exportaciones a mano de los corsarios franceses. De
este modo, cuando la guerra Franco-española termino hubo un auge en la salida de
lingotes de oro desde las colonias. A pesar de esto, la constante amenaza de guerra con
Inglaterra no ayudo a mejorar las relaciones, incluso ni siquiera cuando la corona legalizo
el comercio con países neutrales con Norteamérica reanimo el comercio. los
neogranadinos no obtenían mayores ganancias cuando usaban de intermediario a los
neutrales, así que esta “ayuda” resulto insignificante. Esto en gran medida, ayudo al auge
del contrabando especialmente en el puerto de Cartagena donde las medidas de
exportación eran más estrictas que en otros puertos españoles. Durante y después de la
Paz de Amiens no mejoro el comercio, puesto que ya, a través del contrabando, se había
abastecido las colonias de artículos europeos.
Durante la guerra estas guerras en la nueva granada personajes como Antonio Nariño ya
estaban gestando pensamientos independentistas, pero durante esta época estos análisis
eran más la excepción que la regla. Sin embargo, dentro de las elites neogranadinas si se
empezó a crear un sentimiento de preocupación frente a las problemáticas de la nación. Y
esa palabra precisamente es importante en la medida que los criollos se iban empezando
a identificar como una unidad cultural diferente a España, con preocupaciones hacia su
económica, política, ciencia y cultura, ya no como súbditos sino como ciudadanos. Todos
estos análisis y conclusiones se daban gracias a las tertulias y los periódicos que algunos
criollos publicaban. A pesar de esto, esta nueva perspectiva crítica no era en ese
momento pensamientos de revolución, aunque si ayudarían más adelante a la misma. Las
críticas de los criollos neogranadinos en un principio eran muy modestas, como permitir
sin restricciones el comercio con naciones neutrales y amigas para evitar el contrabando
con Inglaterra. Sin embargo, ya a principios del siglo XIX criollos ilustrados muy
descontentos con el sistema mercantil español se atrevieron a sugerir reformas en la
educación y en la iglesia, así como la abolición de la esclavitud, establecimiento de
imprentas y periódicos, reducción de impuestos, purga al gobierno y demás.