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Adolescentes embarazadas: Cómo ayudarlas

por Martín Odom


Actualmente, miles de adolescentes en América
Latina quedan embarazadas, y muchas de ellas
asisten a la iglesia. ¿Cómo puede un líder
expresar la desilusión por el pecado de una joven
pero al mismo tiempo demostrar compasión,
amor y esperanza? El siguiente artículo lo
ayudará, como líder de su iglesia, a enfrentar un
embarazo adolescente y a descubrir las lecciones
que puede aprender de esta situación.

«Pastor, estoy embarazada». Ningún pastor o líder quiere escuchar estas


palabras cuando provienen de una adolescente. La vida de esta joven nunca
más será la misma. ¿Cómo respondo de tal forma que exprese desilusión y, al
mismo tiempo, apoyo? ¿Cómo le hablo acerca de su confusión y vergüenza
de tal forma que no condone las relaciones sexuales prematrimoniales pero
que ella sepa que Jesús y yo todavía la amamos?

Ese es el dilema del pastor y del líder. Cada año, casi un millón de jóvenes
adolescentes —10% de todas las mujeres entre quince y diecinueve años de
edad— quedan embarazadas. Estados Unidos tiene el porcentaje más alto de
adolescentes embarazadas entre todos los países desarrollados.
Desafortunadamente, muchas iglesias no saben cómo enfrentar este
problema. Tampoco olvide que los padres de estas jóvenes también sienten
vergüenza, especialmente si son miembros de la iglesia. Se sienten
desilusionados y frustrados por todos los sacrificios que hicieron para
asegurarle a su joven hija un futuro, el cual ahora parece ser algo vano.

Por eso, mi deseo a la hora de ministrar a estas familias heridas es ofrecerles


compasión en vez de condenación. No queremos que ninguna familia sienta
que la iglesia —una casa de oración— se convierte en una casa de juicio.

Si bien debemos tomar en serio las consecuencias permanentes del pecado,


la gracia nos recuerda que las ofensas pasadas no deberían obstaculizar a los
jóvenes a practicar y crecer en su fe.

Incluso el embarazo de una adolescente en nuestra iglesia puede ser una


advertencia de que necesitamos poner más atención en nuestros jóvenes.
Definitivamente necesitamos enseñar, predicar y fomentar la abstinencia.
Debemos tener cuidado de no crear una cultura en la iglesia que fomente la
promiscuidad o un lugar donde las adolescentes que buscan atención traten
de encontrarla en el embarazo temprano.

Pero también necesitamos recordar que estas jóvenes están heridas y


perdidas. Ellas irán a cualquier lugar para encontrar ayuda. Nuestras acciones
pueden determinar si ese lugar se dirige a Dios o, al contrario, las aleja de él.
Formas constructivas para responder al embarazo adolescente

1. Comunique la desilusión en forma privada. Cuando una joven en mi


iglesia quedó embarazada, le expresé mi desilusión —en privado. Sus
acciones me habían desilusionado, mas no ella como persona. No la
reprendí en público.
2. Celebre la vida. La iglesia podría ser el único apoyo para los padres
adolescentes. Animo a la congregación para que le envíen a la familia
alimentos y que los ayuden con pañales y otros artículos para bebé. Al
celebrar estos nacimientos, no estamos celebrando el sexo fuera del
matrimonio, sino el milagro y la decisión por la vida.
3. Incorpore a los padres adolescentes en la vida de la iglesia. Si ellos
han reconocido su falta moral y se han hecho responsables, anime a
los padres y madres adolescentes a continuar en las actividades
juveniles. Sin embargo, deje en claro que el bebé es su
responsabilidad. Algunas veces esto significa que no podrán participar
de algunas actividades del grupo juvenil, pero eso es parte de la
realidad de la crianza de los niños.
4. Anímelos a compartir sus historias. La madre o padre adolescente
puede ser una ayuda eficaz para abordar temas sobre la abstinencia y
los embarazos. El/la joven puede también ser una fuente confidencial
que puede alertar a los líderes juveniles de otras y otros jóvenes en
riesgo.
5. Contáctelas con algún centro de ayuda. La iglesia puede servir como
un conducto para referir a la adolescente a alguna agencia cristiana
que maneje embarazos, adopciones o las ayude en la crianza del bebé.

Martín Odom es pastor de la iglesia St. James A.M.E. Church en Nueva


Orleans, Louisiana. Este artículo se publicó por primera vez en
Christianity Today International, usado con permiso.

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