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Trabajo de investigación de Introducción a la Teología

Pastoral de la Niñez en Cuyultitán: buenos samaritanos que levantan a los niños


caídos por la desnutrición

1. ¿Cómo se puede definir la experiencia?


Retomando el esquema de los dos modelos diferenciados de pastoral, realizados por el P. Dean Brackley
s.j., analizamos La Pastoral de la Niñez de la parroquia Santa Catalina de Alejandría en Coyultitán, y tras
el análisis comparativo entre pastoral tradicional y liberadora, ubicamos esta experiencia como una
pastoral liberadora, pues recoge muchos elementos de una experiencia pos conciliar.

En el aspecto de la salvación, pudimos notar la concepción del Reino de Dios que testimonian los agentes
de esta pastoral, como realidad trascendente que se inicia en esta vida. Se supera una concepción
tradicionalista que entiende la salvación solamente en el perdón de los pecados, inmortalidad del alma,
gracia santificante, un Reino de Dios que está más allá de la realidad del mundo. En cambio, esta pastoral
acompaña y camina con el pobre, tratando de ser respuesta a una de las necesidades apremiantes de la
comunidad, como lo es el mejorar la alimentación de los niños. Una pastoral que intenta con la solidaridad
y acompañamiento a las familias pobres en el desarrollo de sus niños, ir haciendo presente desde ya la
experiencia del Reino de Dios en medio de los pobres.

En lo que respecta al sentido de ser Iglesia, confirmamos que en esta experiencia pastoral hay una
concepción que se inclina por concebir el ser Iglesia como pueblo de Dios que peregrina, y no como sólo
la jerarquía. Se transparenta una Iglesia que vive los sacramentos, como una actitud de servicio al más
necesitado, a través de los laicos que gratuitamente llevan adelante esta pastoral, son heraldos del Reino
de Dios que ya está con los pobres. Es, además, una pastoral ecuménica, porque atiende a familias de otras
denominaciones cristianas, respetando su fe y sus prácticas religiosas.

Considera como medios de salvación a la Palabra de Dios y a los sacramentos; vistos como una llamada a
anunciar el Reino de Dios inaugurado por Jesús, a través del servicio desinteresado de los agentes de
pastoral de la parroquia. Se evangeliza con el ejemplo silencioso del servicio, parecido al buen Samaritano
del evangelio, que predica con su solidaridad. Es importante tomar en cuenta, que no se trata de un simple
asistencialismo social, sino de una pastoral que es llevada por personas de fe que buscan hacer conciencia
en sus hermanos sobre el valor de la vida, la promoción humana y la autodonación, son un grupo de

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hermanos y hermanas que profetizan ante una sociedad que se olvida del pobre, especialmente de los
niños. Además, logran que entidades públicas de la comunidad se sumen en la tarea y ellos a su vez
colaboran indirectamente con estas instituciones.

El mayor peligro que enfrenta esta pastoral es el pecado social y estructural, y trata de confrontarlo con
solidaridad, pero también comprometiendo a entidades públicas (centro de salud y alcaldía) para que no se
descuiden de la niñez de la comunidad. Se construyen lazos de colaboración.

En cuanto a la moral, es una pastoral comprensiva con las fragilidades de las familias a las cuales se les
da el servicio: no juzga a quienes se les ofrece un servicio, se abre a ofrecer la misericordia de Dios. Son
personas que con sus luces y debilidades viven su fe traducida en servicio y compromiso personal con
Dios a través de los niños desnutridos. Es una invitación constante a las familias a las que se les brinda la
asistencia alimentaria, a vivir una experiencia libre del seguimiento de Jesús, no tanto a partir de
preceptos, sino en una experiencia de amor liberador que hace el corazón solidario y capaz de vivir según
la ley del amor.

Junto a la idea liberadora de moral, esta pastoral trata de mostrar el rostro de un Dios liberador, de un
Dios Padre y Madre, que lo único que desea es amar y no castigar. Y se es visible en la solidaridad con sus
niños, que no toma en cuenta sus faltas, sino en servirles a través de las personas de la parroquia. Un amor
desinteresado que libera los corazones para amarle.

En la pastoral de la niñez, se nota la concepción pos conciliar de ser Iglesia parroquial, como un cuerpo,
pueblo de Dios, donde los feligreses trabajan en conjunto con el párroco. Donde cada uno tiene un
compromiso y una misión. Se ve claro, en que son los laicos y laicas quienes desinteresadamente llevan
adelante esta pastoral de la niñez.

Con la pastoral de la niñez, se puede notar una Iglesia que celebra los sacramentos y transforma los
símbolos y prácticas, como una muestra constante de solidaridad. Se manifiesta el deseo de respetar los
símbolos y las tradiciones de la comunidad, pero dando el sentido verdadero de toda devoción: hacer
presente el Reino de Dios en nuestra tierra.

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2. ¿Por qué es importante compartir esta experiencia?
Es una manera distinta de hacer pastoral, que trata de responder a la realidad que interpela a una
parroquia cuando trata de hacer conciencia de la pobreza de su comunidad. Además, porque esta pastoral
no está dirigida sólo a los católicos, sino que es de carácter ecuménico. Otro aspecto a reconocer, es que
desde el desarrollo de esta pastoral se han descubierto otros frentes para el trabajo de la Iglesia, con la
misma mística de ver la realidad, reflexionarla desde la voluntad de Dios y moverse a actuar.

Elegimos esta pastoral porque muestra cómo la comunidad es la que ha asumido el control del proyecto
sin dependencias a una coordinación clerical. Queremos mostrar la labor que ha hecho gente de fe ante
las situaciones precarias de la niñez en Cuyultitán, pero que no son ajenas a ninguna comunidad de
nuestros entornos, problemas que están a simple vista pero ante los cuales generalmente no se deciden
acciones.

Esta pastoral aborda una realidad ante la cual todos tenemos que asumir un compromiso, como lo es la
niñez y la preocupación para que se desarrollen en plenitud. La niñez es el futuro de nuestro país y de la
Iglesia, por lo que debe ser una preocupación fundamental en nuestras comunidades.

Esta experiencia de la Pastoral de la Niñez, también la elegimos porque todavía se desarrolla y nos daba la
oportunidad de conocerla personalmente, con lo cual nuestro análisis sería más objetivo. Estuvimos en
Cuyultitán el sábado 5 de abril de 2008 para conocer de cerca el quehacer de esta Pastoral.

3. ¿Qué queremos lograr al compartir esta experiencia?


Nos proponemos mostrar cómo se puede trabajar en la Iglesia a favor de los niños más allá de la
tradicional catequesis, partiendo de una observación y análisis de la realidad para pasar a un acción más
integral. De esta manera la fe que se predica se hace vida en algo concreto.

Queremos compartir que sí se puede hacer mucho para cambiar las estructuras de pobreza de la sociedad,
tomando nuestra propia iniciativa y no sólo culpando a instituciones o determinadas personas. El ejemplo
de esta comunidad inspira a acercarse un tipo de teología que sea promotora de la acción liberadora por
medio de la evangelización y no de un pietismo paralizante.

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4. Pastoral de la Niñez: hechos y contexto
4.1 ¿Qué sucedió?
La Pastoral de la Niñez nació a partir del deseo de un mayor acercamiento a los niños y niñas de nuestra
comunidad que se da por la preocupación de ayudarlos y acompañarlos en su desarrollo físico y mental.
Tras un proceso de análisis y vinculación con la realidad de Cuyultitán, nació el grupo que quería
comprometerse en hacer algo por la niñez del lugar.

La primera actividad se realizó el 12 de diciembre de 2002, una actividad a la que asistieron más de 120
personas, entre niños y sus madres, denominada “Navidad de los niños”, y sirvió para crear una mayor
sensibilidad entre los miembros del grupo parroquial y la comunidad.
Luego de esta actividad, el grupo se organizó, y determinaron incursionar en los problemas de
desnutrición de los niños, ya que era la dificultad con la que más se encontraban cuando visitaron las
familias. A partir de esto, se empezó un proceso de formación e información para realizar un trabajo más
estructurado.

4.2 ¿Cómo se desarrolla esta pastoral?


La Pastoral de la Niñez, fue determinando acciones para enmarcar su trabajo en varias direcciones:
acercarse a las familias, ofrecerles una asistencia, asesoría familiar, toma de autoconciencia y autoestima.
En este sentido, los agentes de pastoral han desarrollado las siguientes acciones como mecanismo para
servir y llevar el mensaje de un Dios amor a la comunidad:
- Visita domiciliar: en estas se identifica las situaciones de riesgo de los niños y niñas; se incentiva
a que las familias busquen el control de los niños en la unidad de salud; se hace un acercamiento con las
madres para animarles y hacerles tomar conciencia de la responsabilidad personal y posibilidades de salir
adelante con sus hijos.
- Día de la vida: una vez al mes, los agentes de pastoral convocan a los niños, niñas y familias que
se asisten para celebrar juntas y evaluar los efectos del proceso de nutrición que se lleva. En esta reunión
se pesan y miden los niños y niñas para mantener un control del desarrollo y constatar si hay mejoras o no;
si después de seis mese continúan siendo negativos los resultados, el niños es referido a la unidad de salud
para un análisis físico más profundo. De igual manera, la unidad de salud refiere a la Pastoral de la Niñez
a pacientes que han llegado a sus instalaciones con niños o niñas con problemas de desnutrición, cuyo
diagnóstico es simplemente aumentar la ingesta de nutrientes; estos pacientes se reciben por primera vez
el Día de la Vida y se les empieza a dar un seguimiento.

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Es importante señalar que el equipo voluntario que lleva adelante este trabajo, es muy amplio en cuanto a
edades, y tienen funciones diversas. Para esta actividad se han preparado personas para el diagnóstico de
peso y tallo, así como también participan personas técnicas en el área de salud; además hay señoras en
cargadas del área de cocina, para preparar lo que se da como refrigerio en el Día de la Vida, así como las
que preparan la leche fortificada. Esto además del equipo de visitas.
- Leche fortificada: es el mecanismo más técnico dentro del trabajo pastoral, ya que esta es una
compasión de alimentos cuya base es la leche, a la cual se le adhieren partes de azúcar, harina de maíz
tostado, harina de trigo y afrecho tostado, en dosis específicas y con un procedimiento de preparación muy
elaborado (no es simplemente mezclar). Este compuesto nutricional contiene proteínas, carbohidratos,
aminoácidos, calcio, hierro, zinc, magnesio, complejo B, fibras, entre otros.
- Reuniones de reflexión y evaluación: en estos encuentros se desarrollan los métodos para el
acompañamiento y educación de los padres de los niños. Se planean las visitas domiciliares, se
consideran los casos a consultar con el Equipo de Asesoría (responsables de dar continuidad a los niños o
niñas con dificultad de subir de peso). También se tienen encuentros celebrativos en torno a la Palabra y
la oración, en las que se aprovecha para motivar y acercar a los agentes de pastoral. Al final de cada Día
de la Vida se aprovechan momentos para la evaluación y compartir las experiencias.

4.3 ¿Qué dimensiones nos han marcado más?


- No se hace una pastoral de carácter social desligada de la fe eclesial (como es la tendencia de grupos con
inclinaciones de compromiso social) o convertida en simple asistencialismo.
- El trabajo lo realizan voluntarios y se preparan algunos para hacer una labor más técnica (pesar, preparar
la leche, acompañamiento a familias, etc).
- Es una pastoral que se ha inclinado a servir con ternura ante la situación de riesgos en la salud infantil.
- No es una pastoral intraeclesial, sino abierta y en comunicación con otras instituciones y solidaria con
todos sin distingos: se hace opción por la persona. En esta pastoral se trata de cumplir para todos la tarea
de Jesús: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10)
- El trabajo ha sido propuesto y asumido por los laicos de la comunidad y no sólo por el párroco, lo que da
garantías de continuidad.
- Ofrece otro marco práctico para desarrollar un pensamiento teológico acorde con la realidad y que
promueva la liberación integral.
- El trabajo se realiza con la condición de no hacer proselitismos religioso, posición que no se las impone
algún agente externos a la pastoral, sino la conciencia de servir sin hacer sentir a los beneficiados que
deban aceptar otra fe distinta a la que profesan. En este sentido es una manera de evangelizar desde el

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testimonio, sin necesidad de la predicación, en la que se dice lo que se cree con las obras y no con las
palabras. En este sentido vemos cumplir la Palabra de Col 3, 17: “Y todo lo que puedan decir y hacer,
háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios padre por medio de él”

4.4 Características principales de la experiencia


- Los niños asistidos por la pastoral están entre los cero y seis años.
- La asistencia a los niños es para mejorar su nutrición, ya que está demostrado que un niño que crece con
deficiencias alimenticias nunca desarrollará todas sus capacidades.
- Trabaja en conjunto con entidades públicas.
- Es de carácter ecuménico.
- Quiere promover valores humanos y la autoestima.
- Pretende que las mismas mamás de los niños beneficiados se sumen al proyecto, pero esta intención está
siendo muy difícil llevarla a cabo.
- Es proyecto evangelizador de toda la parroquia: comunidad de laicos, párroco y comunidad de religiosos
(Pía Sociedad San Cayetano).
- Las visitas domiciliares logran un acercamiento muy especial con la comunidad, lo que permite
reconocer y afrontar mejor las situaciones de las familias que se asisten.
- Lo innovador de la actividad mensual del “Día de la vida”, que pretende hacer tomar conciencia a las
familias y para la entrega de la lecha fortificada.
- De acuerdo a la capacidad de las familias, se les solicita que puedan aportar algo para cubrir los gastos;
esta contribución tiene un carácter más para tomar conciencia de que este servicio tiene un valor y por lo
tanto hay que aprovecharlo, que para sostenimiento de la asistencia brindada.
- Hay un grupo de donantes italianos que sostienen económicamente parte del proyecto. Aquí se vive lo
que dijera el buen samaritano: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."

4.5 Contexto en el que se desarrolla la Pastoral de la Niñez en Cuyultitán


La Patoral de la Niñez que analizamos se desarrolla dentro de as actividades pastorales de la Parroquia
Santa Catalina de Alejandría, ubicada en Cuyultitán (Zacatecoluca, La Paz, El Salvador). Dicha
parroquia se erigió en 1996 cuando les fue asignado ese sector para la dirección y acompañameinto
pastoral a los religiosos de la Pía Sociedad San Cayetano.
Cuyultitán es un pequeño pueblo a unos cuarenta minutos de San Salvador. La población estimada es de
5, 317 habitantes, de los cuales el 49% son hombres y 51% mujeres. El sector tiene un alto índice de
población entre los 0 a 6 años de edad, que es el grupo objetivo de la Pastoral de la Niñez, con un total de

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641 niños, el 12% de la población total; la población de 0 a 17 años de edad son en total de 1,979
personas (25%) y la población de 18 años y más de edad son en total de 3, 338 personas (el 63% de la
población total).

El pueblo en cuanto a alfabetismo, según el último censo de 1992, tiene en total 4,145 alfabetas y 531 son
analfabetas. La comunidad cuenta con un centro de educación primaria, pero no con educación media
básica.

Por lo que atañe el empleo, el 61% de la población son ocupados y el 39% son desocupados.
Del total de personas ocupadas, el 2% se declara agricultores, el 8% son comerciantes por cuenta propia,
el 63% declararon ser empleados.

La Alcaldía esta administrada por el partido del FMLN y ya a entrado en un proceso político de cara a las
próximas elecciones del 2009. Cuyultitán cuenta con un pequeño centro de salud y un centro cultural. La
comunidad no cuenta con un mercado central, por lo que toca ir a las comunidades cercanas para
abastecerse de alimentos, lo que encarece el costo de la canasta básica. El año pasado la alcaldía
desarrolló un proyecto para mejorar la recolección de basura.

La mayoría de la población se declara como católica, pero hay también en el pueblo iglesias Pentecostales,
Testigos de Jehová, etc.

A nivel social los problemas principales resultan ser la pobreza de las familias que no todos los días tienen
para comer; la comunidad está marcada por el alcoholismo y la alta tasa de pobladores que emigran hacia
los Estados Unidos; también hay una alta tendencia hacia la violencia familiar.

4.6 Involucrados en la Pastoral de la Niñez


- Familias y niños que reciben asistencia y leche fortificada
- Laicos comprometidos como agentes de la Pastoral de la Niñez (en los diferentes equipos)
- Pía Sociedad San Cayetano, que aporta recursos y formandos para apoyar el trabajo
- Donantes italianos
- Ministerio de Salud por medio de la unidad local de atención
- La comunidad en general

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4.7 Continuidad de la Pastoral
La Pastoral de la Niñez continúa sus procesos. En la actualidad hay inquietudes surgidas a partir de las
visitas domiciliares para ampliar las acciones que se están realizando con los niños y desarrollar una
pastoral que atienda las necesidades de las mujeres, muchas de las cuales son las que llevan el hogar y con
las cuales se puede incidir mucho más en la reducción de la pobreza. También se considera ampliar el
apoyo a los niños mayores de seis años, puesto que ya en la actualidad toca asistir a estos niños.

5. Sugerencias al trabajo de la Pastoral de la Niñez


El trabajo que están llevando adelante los agentes de la Pastoral de la Niñez es del todo encomiable, sin
embargo, consideramos que puede estar haciendo falta el aspecto celebrativo de la fe junto con los
beneficiados del proyecto, ya sea en las reuniones del Día de la Vida o en las visitas. Integrar en alguno
de estos momentos una acción de gracias a Dios o hacer una referencia más clara de su amor y fidelidad,
puede servir para que en la asistencia no sólo se sienta la mano del agente de pastoral, sino que se invitaría
a reconocer la mano de Dios en la asistencia recibida.

Creemos que explicitar la fe en un Dios de amor, no riñe con la intención de esta Pastoral de tener una
apertura ecuménica, por el contrario, muestra sin diatribas el fundamento que mueve el accionar de la
Parroquia por la niñez. Sabemos que ya se dieron pasos en este sentido, pero no se debe descuidar o darle
más tiempo para retomarlo. Los agentes de pastoral han mostrado mucha capacidad creativa, no vemos
difícil que puedan mostrar e incentivar lo espiritual que hay tras esta pastoral de cara a la sensibilización y
toma de conciencia de las familias beneficiadas.

Con lo que respecta a la posibilidad de incursionar en otras realidades a partir de la Pastoral de la Niñez,
notamos que es un resultado directo del trabajo y la mística que mueve esta pastoral, pues es la
consecuencia directa de no despegarse de la realidad de la comunidad. Por ello, la inquietud de un trabajo
hacia las mujeres y niños más grandes (seis en adelante), no debe ser pospuesta a realizarse a muy largo
plazo; más bien deben involucrarse a nuevas personas y transmitirles lo que se ha visto en la comunidad y
las reflexiones de lo que se sueña hacer, para que con otros se pueda hacer una red que enfrente de manera
más integral los problemas de empobrecimiento de las familias de Coyultitán.

También, habrá que empezar a buscar a mediano plazo, nuevas fuentes de financiamiento, para evitar la
dependencia del extranjero, el único punto que pudiera limitar el quehacer pastoral. Sabemos que la
situación salvadoreña no es muy halagüeña, pero –y ese es un reto- el mayor logro de los pobres es
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podernos ayudar entre nosotros mismos y saber potenciar lo que se recibe de otros; después de todo, no es
falso aquello del canto de que: cuando el pobre crea en el pobre / ya podremos cantar libertad / cuando el
pobre crea en el pobre / construiremos la fraternidad.
Finalmente, sugerimos que los agentes de pastoral busquen, en compañía de sus pastores, dejar un legado
de los esfuerzos y metodologías logradas para hacer realidad esta pastoral; con el fin de ser un medio
orientador para otras parroquias ante estas mismas carencias de la niñez, y como memoria histórica de lo
que puede hacer el pueblo de Dios para que el Reino se vaya haciendo presente.

6. Aspectos específicos y teológicos que podemos rescatar.


La espiritualidad que mueve a estos agentes de pastoral tiene un marcado sentido de solidaridad cristiana,
motivada no por suponer el dolor humano, sino por el palpar e interesarse por la realidad que los rodea, en
la que la pobreza está minando el futuro de los niños.

La propuesta pastoral es creativa, dinámica y abierta. No se han quedado con las tradicionales acciones
que la Iglesia realiza a favor de los niños, sino que se han dejado interpelar por la realidad para dar un
paso más allá y comprometerse con un amor efectivo que da testimonio de la fe de esta comunidad. Para
desarrollar esta pastoral se han desarrollado varios mecanismo que han puesto en marcha múltiples
esfuerzos entre los agentes pastorales: buscar recursos, capacitarse, conocer la comunidad, establecer
contactos para nuevos apoyos, etc.; el trabajo que se hace es arduo y amplio, pero hasta el momento han
sabido acoplarse y distribuirse cargas de trabajo para mantener en marcha todo este servicio. Es abierta en
cuanto que la asistencia que se brinda no se ha limitado por las prácticas religisosas de quienes reciben los
beneficios de esta pastoral: a nadie se le condiciona el apoyo con el hecho de que vaya o no a Misa;
además, los agentes mantienen trato con la Unidad de Salud, siendo esto una garantía de la seriedad por la
que es reconocida esta Pastoral.

Esta pastoral no sólo busca alimentar los cuerpos de los niños, sino promover en las familias valores
humanos y fortalecer la autoestima de quienes estuviesen minusvalorados por ellos mismos o por la
sociedad. En este sentido, se pasa a una opción más integral por la persona: no sólo se evangeliza
pensando en el alma, se quiere hacer justicia integral (toda la persona) haciendo opción por la persona en
sí con todas sus dimensiones. La experiencia les ha mostrado que la pobreza no es sólo un mal
económico, sino integral y que no se soluciona sólo dando, sino sanando y levantando a la persona para
que se pueda valer por sí sola: eso lo han iniciado ya con los niños desnutridos y quieren hacerlo más
estructuralmente también con las madres con una pastoral para ellas.
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7. Nuestra consideración a partir de esta Pastoral.
Esta pastoral nos interpela como estudiantes de teología, en hacer reflexión teológica partiendo de la
realidad del pueblo pobre.
Hemos descubierto vivamente en esta pastoral de la niñez, la imagen de la parábola de el buen samaritano
(Lc 10, 25-37), que con un corazón solidario se compadece del herido. Sin prejuicio alguno y sin
condiciones, ayuda a aquel, que a la orilla del camino necesita auxilio. Así la pastoral de la niñez, quiere
servir a los niños desnutridos de las familias pobres de la comunidad, sin importar su denominación
religiosa, limpiando las heridas de la pobreza y acompañando en el dolor la vida oprimida por estructuras
injustas. En cierta manera, consolar en los más frágiles: los niños.

Al tener contacto con esta Pastoral, surge enseguida la cuestionante sobre las pastorales de la mayoría de
nuestras parroquias, las cuales tienen un énfasis en lo cúltico, pero poco trascienden a la esfera social.
Sentimos que la mayoría de nuestras pastorales ven la realidad humana asaltada, golpeada y abandonada a
su suerte en el camino, y simplemente le pasamos bordeando.

Toda esta experiencia nos pone frente a la pregunta ¿qué tipo de pastorales, teólogos y teleologías
pretendemos lograr: de los que pasan rodeando al herido (sacerdote, levita) y prefieren cerrar los ojos ante
la realidad del pobre, o el samaritano que se solidariza con la realidad del que sufre? ¿Cuál es el papel del
teólogo: el discurrir reflexivo sobre las escrituras o el de actualizar el Evangelio partiendo de la realidad?
¿Se hace teología desde el escritorio o es necesario para la teología el compartir el dolor con el sufriente?
¿Debe servir para nuestro reflexionar teológico la historia de nuestros pueblos, su fe, sus tradiciones y sus
realidades dolorosas? ¿Cómo podemos constatar si la teología que orienta nuestro trabajo apostólico nos
está haciendo mirar a los lados y al suelo para buscar a los desechados de nuestra sociedad o nos está
poniendo la mirada en las alturas y en los compromisos externos de la fe que distraen nuestras
conciencias?

La reciente reunión de los obispos en Aparecida nos llama a asumir posturas mucho más comprometidas
en el campo de la niñez; en sentido dice el documento final de Aparecida:
439. Vemos con dolor la situación de pobreza, de violencia intrafamiliar
(sobre todo en familias irregulares o desintegradas), de abuso sexual,
por la que atraviesa un buen número de nuestra niñez: los sectores de
niñez trabajadora, niños de la calle, niños portadores de HIV, huérfanos,
niños soldados, y niños y niñas engañados y expuestos a la pornografía
y prostitución forzada, tanto virtual como real. Sobre todo, la primera
infancia (0 a 6 años) requiere de una especial atención y cuidado. No
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se puede permanecer indiferente ante el sufrimiento de tantos niños
inocentes.

441. Proponemos, al respecto, algunas orientaciones pastorales:


a) Inspirarse en la actitud de Jesús para con los niños, de respeto y
acogida como los predilectos del Reino, atendiendo a su formación
integral. De importancia para toda su vida es el ejemplo de oración de
sus padres y abuelos, quienes tienen la misión de enseñar a sus hijos y
nietos las primeras oraciones.

d) Tutelar la dignidad y derechos naturales inalienables de los niños y
niñas, sin perjuicio de los legítimos derechos de los padres. Velar para
que los niños reciban la educación adecuada a su edad en el ámbito
de la solidaridad, de la afectividad y la sexualidad humana.

e) Apoyar las experiencias pastorales de atención a la primera


infancia.

Estos numerales nos indican la preocupación de la Iglesia Latinoamericana, ya no


sólo por abrir los ojos ante la realidad que afecta a los niños de nuestros países, sino
a tomar acciones que rompan ese círculo de dolor que envuelve a tantas familias.
Es de notar también la preocupación para que estas acciones solidarias lleguen no
sólo desde lo material, sino que sean atendidos todas las áreas de la persona, sin
olvidar lo espiritual.

Preparándonos en el campo de la teología, sentimos que experiencias -como la de


esta Pastoral- nos permiten tomar insumos valiosos para una reflexión más acorde
con la realidad que nos rodea, a tono con el sentir evangélico ante el drama humano
y en relación con el Magisterio. Confrontarnos con esta pastoral de acciones
solidarias y transformadoras, nos permite hacer camino hacia una teología más
liberadora, es decir una teología que “…arranca sobre todo de la vivencia del pueblo oprimido,
dominado, empobrecido, que hace conciencia de su situación de miseria y se organiza para realizar el
proyecto de Dios para la humanidad…la teología de la liberación descubre el sentido teologal,
trascendente, de todo este proceso.”1

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Libanio, J. y Murad, A. Introducción a la Teología: Perfil, Enfoques, Tareas; Ediciones Dabar, México, 2000. Pág. 166
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