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-Reyes: ( sin mirarla, dándole la espalda) siéntese, no se va a quedar ahí parada, que
después no se diga que no he sabido cuidarla. Acá siempre se ha dado algo caliente a
quién golpeara la puerta. (Jacinta entra a la habitación y se sienta en un sillón que hay
cerca de la salamandra, el fuego ilumina su cara)- el fuego ha sido un buen
compañero aqui arriba.Es bueno para escuchar y mejor para calentarme. (se ríe y es
una risa que retumba por chillona en todo la habitación. Se acerca con las tasas de té
que va a apoyar en una mesita que se encuentra entre el sillón donde se sienta doña
jacinta y el suyo. Saca del bolsillo del saco de lana unos pétalos de rosas y flores
secas de manzanilla y lavanda que va a meter en el pava y finalmente se sienta.).
Jacinta:-( que ha estado jugando con el fuego de la salamandra echándole palitos y
removiendo las brasas), hacia tiempo que la memoria me traía el perfume de tus tés
de rosas…
Jacinta: vamos reyes que la falsa humildad es cosa mala, no se haga.. que yo no era
siquiera una pequeña y ya se hablaba de sus rosales. Las cosas como son.
Reyes: Las cosas como son Doña jacinta, las cosas como son, que no vamos a andar
haciéndonos las buenas, después de habernos visto la cara. Que yo no me olvido..
que no diga es cosa bien distinta a que olvide…(apreta los dientes y la taza con sus
manos arrugadas y vemos que los ojos se le llenan de lágrimas.)
Jacinta: Las cosas son como son… y aveces ni yo sé por qué o acaso uste Doña
Reyes sabe porque las rosas son blancas ( se levanta para acercarse a Doña reyes,
hace mucho ruidos de huesos que crujen, tanto que rebotan en toda la habitación.
Doña reyes sigue con la mirada en el té)-no soy yo quién da explicaciones, tampoco
es cosa de que me agradezcas, ya estamos viejas, y vos bastante más que yo. --Sirve
más té y le ofrece a reyes
Reyes: Yo no le pido explicaciones a las espinas jacinta, no soy tonta, aprendí que se
meten donde no deben y hacen sangrar.
Jacinta: tampoco es que ha sido en vano vieja. los rosales rojos se ven desde muy
lejos. los mejores, vamos que no es hora de lloronas, que bien los has llamado y lo
has visto llevar pantalones largos.
Reyes: por mi se hubieran secado cada uno de los rosales. pero no me ha tocado
elegir.
Jacinta: tampoco has dejado que las cosas sean como son..
Reyes: hice cuanto pude, sane a cuantos llegaron a esta puerta, y que bien hubiera
sido que te desaparecieras del todo.. Doña jacinta y sus infulas… Doña Jacinta y sus
secretos.. Golpeaban esta puerta para decirme de vos, de que te vieron en la piedra
cortada del río chincay, que te vieron escondida en la gruta con otras mujeres. que
andabas por el monte de noche…
Reyes: (la mira por primera vez). Mentirnos con los pelos blancos… ojalá quedarme
pelada.
Reyes: (recibe lo último como si fuera un hachazo, se le cae la taza que se rompe
entre las dos, amenazante) mejor que te calles.
Jacinta: ( que ha dejado el bastón y con dificultad ha llegado hasta el suelo donde
recoge los trozos de taza, levanta la cabeza frente a doña reyes que sigue sentada en
el sillón) hay cosas que no estaban dichas que iba aprender, tampoco estaban
escritas tus manos, ni tu ombligo como luna.
Reyes: tampoco mi sangre, ni la espera. (reyes se levanta con mucha dificultad para ir
en busca de un trapo para limpiar el piso)
Reyes ( enfurecida) las cosas son, y ya. son y si está a mi alcance jacinta, si todavía
respiro voy hacer cuanto sea posible para que sean mejores. Nadie puede quedarse
tan tranquilo mientras un niño tiembla de fiebre, no jacinta, las cosas son. se me ha
enseñado a cambiar las cosas, y no tengo que dar explicaciones. en cambio bien
vendría que te sentarás con unas cuantas gentes y las escucharas para saber lo que
has hecho.
Dona Jacinta: pensé que el té de rosas podía calmar las furias, será que ya de tan
vieja que estás, andas perdiendo la maestría.. que las arrugas no hayan sido en vano,
mi amiga.
Reyes: para calmar mi furia debería beberme todos los rosales del valle ( sarcástica)
mi amiga.
Doña jacinta: yo parto aquí mi bastón ( toma un cuchillo filoso que saca de entre sus
ropas y quita un trozo de madera de su bastón), te doy mi amiga parte de lo que soy
para que tus furias lo enciendan y sanemos las dos.
Reyes: Jacinta 4 hijas mujeres.. jacinta… 4 bellas mujeres que te has llevado al
sangrar. Tanto dolor no tiene forma, emana olor.
Reyes: Has sido una cobarde. Aqui estuve gritándote en las noches para que vengas a
llevarme, incendiando los rosales, llevando el fuego hasta el arroyo, pero no te has
aparecido… no,ni cerca…
Doña Jacinta ( respira profundo) vestías de verde, el pelo enmarañado, los ojos rojos,
las manos ensangrentadas, gritabas en la noche, los pies arrancando el pasto, tu
pollera que roza el palo encendido, y la llama que es un relámpago te toma por
delante… y el arroyo se te puso a tus pies para que te mojes.
Doña jacinta: (conmovida) no lo sé. No todo está dicho, viejita, hay cosas que no
pregunto, hay silencios como mares que son así y así serán. No todo es castigo, no
todo es lamento. No todo está en tus manos. ni para bien ni para mal. no todo está en
tus manos prodigiosas.
(Se escucha a reyes llorar y el sonido del llanto se convierte en sonido de río - jacinta
se acerca y la cubre con una manta que ha encontrado apoyada sobre uno de lo
sillones. Se queda abrazándola)
Doña Jacinta. Tres estrellas, después del álamo más alto, cruzando el río, ahí
plantamos el primer rosal que trajimos envuelto en paño. Pintamos las piedras con
fuego y sangre, coronas de lavandas nos adornaban las cabezas. El humo de la
artemisa nos embriagaba y las risas retumbaban en la cueva. Manos jovenes y buenas
con las ofrendas.
Doña Jacinta: en tu ombligo se escondió la luna, y bese tus orejas para que siempre
canten los pájaros cerca, reyes tu piel fue mi templo durante más noches que las que
nos dijimos. no hay estrellas que pueda descolgarse de la noche y eso no está en tu
manos.
(doña jacinta toma el capullo y comienza a acariciarlo. Reyes respira y se deja arrullar,
finalmente queda recostada en el suelo, cubierta con la manta, apoyada en Doña
Jacinta. Doña Jacinta le desarma el rodete y comienza a peinarla).
Reyes: (con la voz más dulce, ya no es una voz de vieja)… el agua del arroyo fue mas
rica esos dias, tu boca era mi refugio, hubiera querido que me tragaras entera. Abrirte
el pecho y esconderme ahí dentro más que en esa cueva, ya en ese tiempo sabía que
no tenías tripas. Que podría abrirte como una nuez y hacerme un nido .
Doña jacinta: En tu pelo negro hubiéramos trenzado al pueblo entero… podía verme
reflejada en su oscuridad sin fin.. y ahora tan blanco, tan frágil, temo soplarte y dejarte
calva.
Reyes: (se ríe). mi cabeza no debería ser problema Jacinta, son los huesos nuestro
problema, como lograremos salir del suelo.
Reyes: si las cosas fueran como son, nos pudriríamos aquí en el suelo por falta de
maña. ( Reyes comienza a estirarse, y atraer para sí el bastón, y luego de varios
intentos, lo logra)¡ acá está vieja holgazana! ¡lo tengo!! ( se ríe)
(Jacinta tomando el bastón y con dificultad comienza a ponerse de pie, luego ayuda a
reyes a ponerse de pie)
Jacinta: pero jengibre.. que se te ha dado por las cosas nuevas ahora
Reyes: entretengo el tiempo cuando los hijos han crecido y se han ido, y no hubo
compañero que me aguante.
Jacinta: son buenos tus hijos, y tendrán hijos que serán también buenos
Jacinta: menos mal que son los pájaros los que te cantan a vos
Jacinta: La sopa! no quiero irme sin la sopa, que cosa maldita.. mejor que no se haya
quemado
Jacinta: toma un poco de pan y vino del mismo mueble que donde estaban las tasas
arriman la mesa baja hasta la salamandra y se sientan ambas a tomar la sopa caliente
cerca del fuego.. la vemos a reyes beber la sopa y recobrar sus movimientos lentos y
su voz cascada
Reyes: Pueden decir que he sido una mala mujer, y una comadreja como esposa, pero
de mis sopas, nadie puede decir que no sean milagrosas
Jacinta: tus sopas y tus tés…. pero yo creo que es pura suerte
Reyes: vieja envidiosa (se ríe) seguro que nada de lo que has bebido se parece a
esto.
Reyes: ahora es tarde, ya nadie sabe quien és reyes en ese pueblo de gentes nuevas,
llenas de farmacias y autos, y gringos.. a vos te parece que ahora una baja y son
todos los niños trigueños o coloraditos… a dónde se ha visto comechingón rubio!
(reyes habla y se ríe y al reír, tose... y la vemos ir apagandose de a poco. Jacinta,
termina de tomar la sopa con tranquilidad, se acerca a doña reyes, la besa en la
frente, la cubre con la manta, apaga la salamandra y sale)
fin.