Está en la página 1de 24

Abordaremos el poder en las organizaciones, desde tres ángulos.

Capítulo Tercero: El Poder Psicosociologia de


I. Una Conclusión Que Sirva De Introducción 1. El poder como atributo personal del individuo: perspectivas las organizaciones
y Advertencia psicológicas.
2. El poder como relación interpersonal e intragrupal: perspecti- François Petit
Sin duda, parecerá insólito empezar este capítulo con una con- vas psicosociológicas.
clusión. A través de lo que podría considerarse como un simple 3. El poder como relación en un contexto coactivo: perspectivas
artificio de presentación, querríamos prevenir al lector y des- sociológicas.
montar algunas de sus esperanzas.
Finalmente, dirigiremos una mirada crítica a nuevas investiga-
En efecto, las páginas que siguen no pretenden exponer una ciones psicosociológicas sobre el poder. Debemos subrayar el
teoría psicosociológica unitaria y universal del poder de las or- carácter general de este estudio, que nos lleva a englobar bajo
ganizaciones: rechazamos todo imperialismo de la psicosoci- el término poder todos los fenómenos que se refieren a la auto-
ología, en este campo, como en todos. Pero, la humildad epis- ridad, al mando, a la ascendencia, al liderazgo1 y, en una medi-
temológica que atribuimos a la psicosociologia, la exigimos tam- da más limitada, a la influencia social2.
bién con insistencia a otras disciplinas como la psicología, la
sociología, la ciencia política, la economía, la historia, la ciencia Cada uno de dichos fenómenos tiene una dimensión de acción
administrativa o la gestión. potencial o efectiva sobre sí mismo, los demás y las cosas, y,
por tanto, de poder.
Toda investigación y todo tratado de ciencias humanas y socia-
les sobre el poder deberían concluir con un reconocimiento de
la complejidad y la contingencia de los fenómenos de poder en II. El Poder Como Atributo Personal Del Individuo:
las organizaciones y, por tanto, de la dificultad de captar, por Perspectivas Psicológicas
medio de una e incluso de varias disciplinas, sus múltiples fac-
tores: psicológicos, sociológicos, psicosociológicos, económi- Para promover un mando intermedio a un puesto de director o
cos, políticos... un obrero a un puesto de capataz, se recurre a procedimientos
de selección según unos criterios psicológicos o considerados
Ésta es la conclusión que se impone a nuestros ojos, en una como tales. Estos procedimientos manifiestan una concepción
época en que está de moda emitir sobre el poder, en cualquier del poder que privilegia los factores personales del individuo y,
ocasión, opiniones definitivas; hemos preferido, de entrada, con- en particular, sus características psicológicas.
fiar esta conclusión al lector. Así podrá apreciar el alcance -ne-
cesariamente limitado- del contenido de este capítulo.

Sin embargo, hay que advertir que, para aportar algunos ele- 1. En el concepto de liderazgo (leadership) evocamos la acción de conducir
mentos psicosociológicos a la comprensión de los fenómenos un grupo, tanto en el sentido de mando o dirección como de supervisión.
de poder en las organizaciones, invadiremos un poco el campo
2. En psicologia, la noción de influencia social ha tomado un sentido más
de la psicologia y un mucho el de la sociologia. Ello demuestra, restringido que en el lenguaje corriente, como lo muestra esta definición de
una vez más, la ausencia de fronteras precisas entre la psicoso- Germaine de Montmollin: "Los procesos de influencia social son relativos a
ciología y las disciplinas mencionadas, cuando se investiga un las modificaciones que genera en los juicios, opiniones, actitudes de un indi-
trozo de vida concreto como es la organización. viduo -o de un grupo- el hecho de tomar conocimiento de los juicios, opinio- UNTREF VIRTUAL | 1
En esta perspectiva, una floración de investigaciones de psico- racterísticas de la tarea y sus limitaciones, el momento de su
logía aplicada han intentado responder a la pregunta: ¿cómo realización, etc. Psicosociologia de
seleccionar individuos capaces de mandar, es decir, de ejercer las organizaciones
una acción sobre los demás? Aunque no se tenga que negar la importancia de los factores
personales en la emergencia de los fenómenos de poder, sin François Petit
A. Los factores personales asociados al mando embargo hay que subrayar su relatividad. En efecto, las caracte-
rísticas personales del jefe sólo adquieren significación, se orde-
Hace unos treinta años, el autor norteamericano Ralph M. Stog- nan y tienen influencia en y por la relación establecida con otros
dill se dedicó a la recensión y análisis de las investigaciones pu- individuos, en el seno de una situación particular.
blicadas sobre los factores personales asociados al mando3. En
definitiva, consideró 124 estudios que habían utilizado diversos mé- C. Observaciones a propósito de la selección
todos, pero que todos presentaban garantías de rigor científico.
Si los factores personales asociados al mando son siempre rela-
A la luz de estos 124 estudios, Stogdill propone clasificar las ca- tivos a una situación social particular, los procedimientos de se-
racterísticas personales de los jefes4 en cinco grandes capítulos: lección de jefes, según unos criterios psicológicos, utilizados di-
recta o indirectamente por numerosas organizaciones, son me-
" 1. Capacidad: inteligencia, vivacidad, facilidad de palabra, ori- todológicamente discutibles. Es verdad que es aparentemente
ginalidad y juicio. fácil descubrir rasgos de personalidad o aptitudes en los indivi-
2. Éxito: instrucción, conocimientos, hazañas atléticas. duos, por la administración de tests. Por el contrario, es más
3. Responsabilidad: seguridad, iniciativa, perseverancia, agresi- problemático, más largo y más costoso analizar las situaciones
vidad, confianza en sí mismo, deseo de sobresalir. específicas y en constante evolución en que los individuos se-
4. Participación: actividad, sociabilidad, cooperación, adaptabi- leccionados para ser jefes se verán sumergidos.
lidad, sentido del humor.
5. Status: nivel socioeconómico, popularidad"5.
nes y actitudes de otras personas sobre el mismo tema. Esta definición im-
Prescindiendo del nivel socioeconómico, cuya influencia es tan plica que los procesos de influencia no afectan la acción ni la afectividad,
específica como importante, la mayoría de los demás factores sino el conocimiento..." (L'influence sociale, P.U.F., Paris 1977, p. 7-8).
se orientan, directa o indirectamente, hacia la acción y, muchas
veces, hacia la acción colectiva. 3. "Journal of psychology" 25 (1948) 35-71. Resumen reproducido en C.G.
Browne y T.S. Cohn, Chefs et meneurs (trad. fr.), P.U.F., París 1963, p. 65-
76. N. B. El traductor de esta obra ha traducido leadership por commande-
B. La relatividad de los factores personales
ment (mando).

Los factores personales que más a menudo se asocian al ejer- 4. La noción de jefe se refiere generalmente a aquel que ocupa oficialmente
cicio del poder no existen de manera intrínseca, sino en relación un puesto de mando, en un grupo o en una organización, por designación o
a una situación social, definida por múltiples variables exteriores por elección. Vimos en el primer capitulo que toda organización es una real-
al jefe. idad formal-informal. En los grupos y organizaciones pueden urgir jefes no
previstos por el organigrama, por tanto, no oficiales; se les llama lideres o
cabecillas. El lenguaje corriente confunde a menudo las nociones de jede y
Stogdill cita el nivel mental, el status, las aptitudes, las necesi- de líder; esta confusión se halla a veces en el discurso científico.
dades y los intereses de aquellos sobre los que se ejerce el po-
der, los objetivos que quieren alcanzar; podemos añadir las ca- 5. Ralph M. Stogdill, o.c., p. 73. UNTREF VIRTUAL | 2
Con ello nos acercamos a algunas de las vigorosas críticas he- III. El Poder Como Relación Interpersonal E
chas a la selección por Maurice de Montmollin en Les psychopi- Intragrupal: Perspectivas Psicosociológicas
Psicosociologia de
tres6. Los psicólogos o los psicotécnicos, para realizar una se- las organizaciones
lección, confrontan, ciertamente, perfiles de individuos con per- A. La dimensión psicoafectiva del poder en las organizaciones
files de puestos. Pero éstos son demasiado a menudo vagos, François Petit
superficiales e impresionistas; aunque sean el resultado de es- Las relaciones de poder, tal como las vivimos en las organizacio-
tudios profundos, no pueden dar cuenta de la situación real de nes, tienen una dimensión psicoafectiva más o menos incons-
trabajo en toda su riqueza, su evolución y también su contingen- ciente (o más o menos consciente) que sería inútil negar. El psi-
cia. Además, las aptitudes (ejemplos: razonamiento general, flui- coanálisis y la sociometría pueden proporcionar, a este respecto,
dez conceptual, fluidez verbal, memoria, destreza manual, etc.), unas indicaciones que tienen por lo menos valor de hipótesis que
descritas por la psicología y sobre todo por la psicología diferen- el lector podrá confrontar con su experiencia personal.
cial, permiten comparar a Pedro con Pablo en unas condiciones
particulares de tests. Pero las aptitudes así descubiertas no pue- 1. Inconsciente y poder
den servir sin más para establecer un pronóstico sobre el compor-
tamiento de un individuo en la situación real de una organización. Observación preliminar: Alguien quizá se sorprenderá al ver que
"La psicología diferencial no permite, a pesar de las apariencias, evocamos otra vez, aunque brevemente, el psicoanálisis en
comparar directamente a Pedro con los comportamientos espe- unas perspectivas psicosociológicas. Recordaremos el carácter
cíficos del puesto de jefe contable de la Société des roulements de "ciencia bisagra"8 de la psicosociologia, cuyo objeto de estu-
reunis"7. En estas condiciones, no es sorprendente que los mé- dio es la interacción social. Pero toda interacción social tiene
todos psicológicos de selección sólo respondan imperfectamente una cara inconsciente de la que el psicoanálisis puede ayudar a
al sacrosanto principio burocrático en sí mismo discutible del la psicosociologia a dar cuenta. Además, el psicoanálisis tiene
right man in the right place. una dimensión psicosociológica en la medida en que el inscons-
ciente se desarrolla a través de las interacciones del individuo
Por tanto, la selección de los jefes por métodos psicológicos es con los demás, madre, padre, hermanos, hermanas, compa-
problemática por las razones que acabamos de examinar: ñeros de trabajo, etc.

a) dificultad para captar la situación en cuyo seno el poder se ¿Qué pasa en nuestro inconsciente cuando un actor, en una or-
tendrá que ejercer, en su realidad y su duración; ganización, ejerce -de manera formal o informal- una acción so-
b) inadecuación de los criterios psicológicos de aptitudes, des- bre nuestro comportamiento? Además de las razones psicoso-
cubiertos por la psicología, ante unas situaciones de mando ciológicas y sociológicas, ¿hay unos fundamentos inconscientes
específicas y cambiantes. para las relaciones de poder?

Pero la razón esencial que subyace a todas las demás, está en


la naturaleza del poder: aunque los factores psicológicos perso- 6. P.U.F., Paris 1972, p. 9-50.
nales tienen su importancia, los fenómenos de poder no pueden
7. Ibid., p. 22.
analizarse solamente en términos de capacidad individual, pues
el poder existe por unas relaciones entre individuos y en el inte- 8. Tomamos esta expresión de Jean Maisonneuve, Introducción a la psico-
rior de grupos, cualesquiera que sean sus dimensiones. sociologia, Morata, Madrid 1974, capítulo primero.

UNTREF VIRTUAL | 3
La tesis defendida por Gérard Mendel en La descolonización del remuneración y/o de desarrollar, a partir de dicha sumisión, una
niño puede aportar unos elementos de respuesta a dichas cues- estrategia personal (cf. el que hace de "lameculos" para obte- Psicosociologia de
tiones. Mendel intenta, en esta obra, lo que llama un "sociopsi- ner una ventaja) y/o de participar en la estrategia colectiva del las organizaciones
coanálisis" del fenómeno "autoridad"; lo define como la máscara grupo al que se pertenece, etc. La teoría de la autoridad de
con que se disfrazan la fuerza y la violencia, y lo caracteriza Mendel nos indica que puede ser también y al mismo tiempo François Petit
así9: una respuesta condicionada, inscrita en nuestro inconsciente, a
ese miedo de ser abandonado. A causa del mismo, renunciamos
a) El fenómeno "autoridad" saca siempre su legitimidad de una a nuestra autonomía y nos sometemos al poder ajeno.
trascendencia religiosa o laica que se encarna en una jerarquía
únicamente descendente. Sin embargo, esta teoría no es la única ni la primera de que
b) Desde un punto de vista psicológico, "la autoridad es el medio de disponemos para comprender los fundamentos inconscientes
obtener con una economía de coste una actitud de sumisión"10 de las relaciones de poder. Fritz Redl, en su estudio anterior, ha-
c) Finalmente, para salvaguardar su eficacia, la autoridad se ro- bía abordado indirectamente este tema al analizar los diversos
dea de un mínimo de misterio y mantiene a distancia a los indi- modos con que un grupo puede formarse alrededor de una per-
viduos que le están sometidos. sona central12. Dicho autor define a la persona central como
"aquel o aquella que suscita en los miembros potenciales de un
Según Gérard Mendel, el fenómeno "autoridad" halla su géne- grupo, por unas relaciones emocionales a su respecto, unos
sis en las primeras relaciones del bebé con su madre; ella es procesos de formación de grupo"". Red13 no precisó que esas
para él fuente de placeres, pero también de frustraciones. Cuan- reacciones emocionales son las manifestaciones psicoafectivas
do experimenta frustraciones, el bebé ataca imaginariamente a de relaciones de poder. No dudamos en completarlo en este
su madre, y de ahí una culpabilidad que no es más que el miedo punto, sobre todo porque utiliza el término de leadership para
de ser abandonado. Éste se inscribe en un chantaje al amor que distinguir los "diez roles diferentes desempeñados por esta per-
marcará el inconsciente del niño, luego del adolescente y final- sona central en la formación de grupo"14.
mente del adulto: "Esa huella imborrable, ese miedo anacrónico
de ser abandonado anacrónico, pues no tiene nada que ver con
la realidad actual y se refiere sólo al pasado, tal es el fundamen-
to psicoafectivo del fenómeno "autoridad" en el adulto"11.
9. Cf. Gérard Mendel, Pour décoloniser l'enfant. Payot, Paris 21972, p. 32-
Dejaremos que el lector interesado acuda directamente al libro 43; trad. cast.: La descolonización del niño, Ariel, Barcelona 21977.
de Gérard Mendel; en él hallará unos análisis que no podemos
10. Ibid., p. 38.
ahora ni comentar ni criticar, sobre la desintegración del consen-
timiento social basado en el fenómeno "autoridad" y sobre los 11. Ibid., p. 53-54.
dos caminos que se ofrecen, según él, a la sociedad contempo-
ránea: un consentimiento social basado en la violencia dictato- 12. Cf. Fritz Redl, Émotion de groupe et leadership (trad. fr.), en André Lévy,
rial del Estado, o bien un consentimiento basado en la institucio- o.c., t. 2, p. 376-392. Se halla también un resumen de este estudio bajo el
nalización de los conflictos. título Affectivité de groupe et commandement en C.G. Browne y T.S. Cohn,
o.c., p. 38-42.

En lo que se refiere a las organizaciones, cuando en su seno 13. En André Lévy, o.c., t. 2, p. 380.
(esta expresión podría ser "sociopsicoanalizada") nos somete-
mos a un poder, puede ser con el fin de obtener a cambio una 14. Ibid. UNTREF VIRTUAL | 4
Los diez roles se agrupan en tres categorías. 2. Popularidad y poder
a) La persona central, objeto de identificación, basada en el amor Psicosociologia de
(1 y 2), y basada en el temor (3): Es posible medir la popularidad de los miembros de un grupo las organizaciones
1) El supremo patriarca: los miembros del grupo en formación por medio del test sociométrico de Jacob-Lévy Moreno. Este
buscan ser aprobados por la persona central; para ello, incorpo- test "consiste expresamente en pedir al sujeto que escoja, en el François Petit
ran en su conciencia la conciencia de la persona central. grupo a que pertenece o podría pertenecer, a los individuos que
2) El líder: los miembros del grupo intentan parecerse a la per- querría tener como compañeros". También se puede pedir al su-
sona central; se trata de una incorporación de la personalidad de jeto que indique a los que preferiría no tener como compañeros.
la persona central al "ideal del yo" de los miembros del grupo15. Por tanto, "el test sociométrico es un instrumento que estudia las
3) El tirano: los miembros del grupo en formación se identifican estructuras sociales a la luz de las atracciones y repulsiones que
con la persona central -el asesor- por incorporación de su "su- se manifiestan en el seno de un grupo"17. En suma, dicho test
per yo". permite, sobre todo, descubrir a los individuos populares, a los
b) La persona central, objeto de pulsiones: rechazados y a los aislados ni escogidos ni rechazados en el
4. Objeto de pulsiones amorosas: el grupo aparece porque sus interior de un grupo real o potencial.
miembros potenciales profesan un mismo amor a una persona,
la persona central, sin que por ello haya identificación. A propósito de la dimensión psicoafectiva del poder en las orga-
5. Objeto de pulsiones agresivas: el grupo libera una misma nizaciones, conviene evitar la confusión entre el individuo popu-
agresividad sobre la persona central que sirve de chivo expiato- lar, aquel que es buscado como compañero en razón de su per-
rio. c) La persona central, sostén del yo: sonalidad agradable, y el líder (el cabecilla), aquel que se de-
6. El organizador: la persona central proporciona a los miem- searía ver ejerciendo una responsabilidad (ejemplo: un delega-
bros potenciales del grupo los medios de satisfacer sus pul- do del personal).
siones "indeseables".
7. El seductor: la persona central es la que es capaz de realizar En la formulación de las preguntas del test sociométrico, los cri-
un "acto iniciador" que impide la culpabilidad, la angustia y los terios de elección tienen que ser explícitos; la utilización del test
conflictos que habrían podido nacer entre los miembros poten- lo debe tener en cuenta para evitar toda extrapolación abusiva.
ciales del grupo al abandonarse a sus pulsiones "indeseables".
8. El héroe: como en el tipo precedente, la persona central rea- La práctica sociométrica muestra que no existe un vínculo unívo-
liza un "acto iniciador" que reduce la ansiedad; pero éste va en co entre la popularidad y el poder: el sociómetra belga Georges
el sentido de los valores morales compartidos por los miembros Bastin advierte que "si un líder es siempre popular, un popular no
del grupo. es necesariamente líder, es decir, un conductor de grupo"18.
9. La "mala influencia": la sola presencia de la persona central
lleva a los miembros potenciales del grupo a liberar sus pulsio- 15. Por ideal del yo puede entenderse, aquí, los rasgos de personalidad que
nes "indeseables". satisfarían a la vez el narcisismo del individuo y las exigencias del super yo
10. El "buen ejemplo": la sola presencia de la persona central por el que se prolonga la influencia parental, con su cortejo de amenazas y
conduce a los miembros potenciales del grupo a "reprimir sus pul- prohibiciones.
siones indeseables conforme a las exigencias del super yo"16.
16. Fritz Redl, o.c., p. 391.

Fritz Redl ilustró esta tipología con unos casos sacados del me-
17. Jacob-Lévy Moreno, Fondements de la sociométrie (trad. fr.), P.U.F.,
dio escolar. No dudamos de que el lector sabrá sacar de su ex- Paris 1970, p. 52-53.
periencia personal ejemplos tomados de otros contextos orga- UNTREF VIRTUAL | 5

nizativos. 18. Georges Bastin, Les techniques sociométriques, P.U.F., Paris 1970, p. 120.
B. Un modelo dinámico de análisis psicosociológico: las bases haber observado la conformidad de su comportamiento o de sus
del poder según John R. P. French Jr. y Bertram Raven actos. Ello significa que O tiene que ser creíble en cuanto agen- Psicosociologia de
te "gratificador": preferirá las recompensas inmediatas a las per- las organizaciones
En una importante colaboración aparecida en 1959 19, French y sonas y procurará pedir a P sólo actos realizables.
Raven se preguntaron acerca de lo que puede determinar las François Petit
relaciones de una persona que se somete a un poder, dicho de 2. El poder de coacción
otro modo, acerca de las bases del poder. Para ello, se dedi-
caron al estudio del caso más elemental de relación de poder: O detenta la posibilidad de sancionar a P por la no conformidad
el de un agente social O que ejerce una influencia sobre una de su comportamiento. Para que dicho poder pueda actuar, es
persona P. necesario que O pueda observar el comportamiento de P e im-
pedirle salir del campo en que se ejerce.
Inspirándose en la teoría de campo de Kurt Lewin, French y
Raven definen la influencia de O sobre P como una resultante, 3. El poder legítimo
inducida por O, de dos fuerzas:
Hay poder legítimo cuando P reconoce a O el derecho de ejer-
a) una fuerza que va en el sentido del cambio de P querido por O; cer una acción sobre él, de acuerdo con unos valores interioriza-
b) una fuerza de resistencia desencadenada en el campo psi- dos. "En todo caso, la noción de legitimidad implica cierto códi-
cológico de P, por la acción de O sobre P. go o modelo (tipo), aceptado por el individuo, en virtud del cual
el agente exterior puede afirmar su poder"20.
El poder es entonces definido por French y Raven como la influ-
encia máxima que O puede ejercer sobre P, aunque, de hecho, Este código puede basarse:
sólo utilice una parte de su poder total. Describen también el
poder como la resultante máxima de dos fuerzas desencade- a) En los valores culturales propios de una civilización y que
nadas por la acción de O sobre P: están vigentes en las organizaciones. Ejemplo: En los países en
que se valoran la experiencia adquirida a lo largo de los anos y
a) una que va en la dirección de la influencia de O sobre P; la antigüedad, los miembros más viejos de la organización se
b) la otra, de sentido opuesto, que es una resistencia a la primera. beneficiarán de un poder sobre los miembros más jóvenes y
más competentes, en razón de la actualidad de sus conocimien-
No tenemos oportunidad de desarrollar ampliamente ambas de- tos; de ahí los posibles conflictos si se rechaza la tutela de los
finiciones; advirtamos, sin embargo, que la influencia y el poder veteranos.
así definidos por French y Raven tienen el carácter de una re-
lación y esa dimensión de acción sobre -efectiva o potencial- b) En la aceptación de la estructura jerárquica de autoridad. Si
que nos ha parecido esencial ya al principio del capítulo. P acepta la estructura jerárquica y si ésta coloca a O en una fun-
ción de autoridad en relación con él, aceptará el poder legítimo
French y Raven distinguen cinco bases de poder, cinco tipos de de O. French y Raven son particularmente claros en este punto:
relación entre O y P.

19. En D. Cartwright (dir.), Studies in social power, Institute for social


1. El poder de recompensa
research, Ann Arbor, Mich., 1959, p. 150-168; utilizaremos y citaremos la tra-
ducción de André Lévy, o.c., t. 2, p. 359-375.
Para que haya poder de recompensa, es preciso que P pueda UNTREF VIRTUAL | 6

percibir claramente que O puede recompensarle, después de 20. Ibid., p. 368.


" (...) el poder legítimo en una organización formal es en gran sistirá en integrarnos en estructuras jerárquicas piramidales, tra-
parte una relación entre funciones más que entre individuos. La bajando en una organización por una remuneración o por la es- Psicosociologia de
aceptación de una función como un derecho es una de las bases peranza de un diploma, participando en organizaciones cultu- las organizaciones
del poder legítimo: un juez tiene el derecho de imponer multas, un rales, deportivas o recreativas, adhiriéndonos a un sindicato o a
capataz el derecho de dar trabajo, un sacerdote el derecho de pres- un partido político, etc. Estas integraciones en niveles distintos François Petit
cribir creencias en materia de religión, y es una prerrogativa de la de varias estructuras jerárquicas raras veces son felices, en su
dirección de una empresa tomar ciertas decisiones. Sin embargo, totalidad; las disfunciones halladas pueden suscitar una toma de
el poder legítimo implica también que se reconozca a la persona conciencia: la de la alienación del individuo en la organización.
afectada el derecho de ocupar esta función"21. Entonces surgen recriminaciones respecto de las estructuras je-
rárquicas piramidales que, para la inmensa mayoría de los indivi-
c) En una delegación por designación o por elección. En las or- duos, se detendrán en el umbral de la ruptura con la organización.
ganizaciones, la delegación por designación es un procedimien-
to frecuente. Un jefe de sección, por ejemplo, aceptará la autori- El proceso que hemos descrito puede ser designado como una
dad del director de ventas porque ha sido delegado por la direc- aceptación recriminadora de la estructura jerárquica piramidal:
ción general. La delegación por elección, mucho más rara que la expresa la ambivalencia del individuo respecto de la organiza-
anterior, se encuentra también, fuera del terreno político, en las ción. Esa aceptación recriminadora, ¿se inspira en la predominan-
organizaciones: es el caso de los consejos de administración cia del principio de realidad: "es preciso vivir"? ¿En el miedo del
cuando eligen a un presidente o a un director. La elección con- cambio? ¿En una alienación tal que es imposible imaginar otro
fiere al elegido una legitimidad que le permite ejercer un poder modelo de organización? ¿En el hecho de que toda organización
en una zona, sin embargo, delimitada. segrega fatalmente una estructura jerárquica piramidal? No pre-
tendemos tener la clave de las respuestas a tales preguntas.
A propósito de esta referencia al poder legítimo, conviene subra-
yar que French y Raven insisten mucho en la aceptación de un Tenemos que examinar todavía dos tipos de poder.
código, de unos valores, de la estructura jerárquica, etc. Para no-
sotros, la naturaleza de dicha aceptación tiene que precisarse: 4. El poder de referencia

1) la aceptación es un resultado, que puede ser inconsciente, de P se identifica o desea identificarse con O. Cualesquiera que sean
la socialización; las reacciones de O, P se esforzará por actuar en el sentido que-
2) se trata raras veces de una elección deliberada; rido por O. La identificación es un fenómeno muy conocido por
3) finalmente, la aceptación puede ser recriminadora. los psicosociólogos: "Se han estudiado ya tipos de poder seme-
jantes, bajo nombres distintos. Festinger observa que, en una
¿Qué significa, por ejemplo, aceptar la estructura jerárquica pi- situación ambigua, el individuo busca una especie de "realidad
ramidal de las organizaciones? social" y puede adoptar la estructura cognoscitiva del individuo
o del grupo con el que se identifica. En este caso, la ausencia
La estructura jerárquica piramidal -pirámide más o menos estre- de estructura clara puede experimentarse como amenazadora
cha- de la que tenemos experiencia, desde nuestra infancia, a para el individuo y la conformidad de sus creencias con las de
través de la escuela, la religión, el Estado, el ejército, etc., está un grupo de referencia satisfará su necesidad de estructura y le
inscrita en nuestro campo cognoscitivo, casi sin que lo sepa-
mos, como la única estructura organizativa posible. Además, la
manera más corriente de hallar nuestro sitio en la sociedad con- 21. Ibid., p. 369. UNTREF VIRTUAL | 7
dará una seguridad creciente gracias a una mayor identificación der legítimo de recompensa, de coacción y de competencia no
con su grupo"22. tendrán el mismo estilo de mando: uno será más flexible que el Psicosociologia de
otro en cuanto a la aplicación de los reglamentos; uno será más las organizaciones
5. El poder de competencia exigente acerca de la calidad del trabajo, el otro acerca de la
cantidad; uno estará más atento que el otro al "buen ambiente" François Petit
O ejerce un poder en función de sus conocimientos -efectivos o de trabajo...
supuestos- reconocidos por P. Ejemplos clásicos: el poder del
médico sobre el enfermo o el del mecánico sobre el automo- Al igual que la psicologia aplicada se ha esforzado, durante años,
vilista. Aquí también la credibilidad de O a los ojos de P tiene por descubrir -sin éxito- los rasgos de personalidad del jefe ideal,
importancia; pero, esta vez, se basa en las capacidades técni- la psicosociologia aplicada ha intentado definir el estilo ideal de
cas -en sentido amplio- de O para resolver los problemas de P. mando.
El poder de competencia está, en general, limitado a una zona
precisa, aunque se puede producir un efecto de halo. Es el ca- 1. Las primeras investigaciones y sus consecuencias: K. Lewin,
so, por ejemplo, cuando unos padres piden consejos de orden R. Lippitt y R. K. White (1938-1939)
psicológico o psicopedagógico a unos médicos cuya formación
en estos campos se reduce a la mínima expresión o incluso es Citamos experiencias tan antiguas24 pues marcaron una época
inexistente. en la breve historia de la psicosociologia aplicada. Sin embargo,
su notoriedad no proviene del carácter decisivo de sus resulta-
Como los mismos French y Raven indican, estos cinco tipos de dos -trabajos posteriores han mostrado su insuficiencia- sino de
poder se encuentran raras veces en estado puro en la realidad. la utilización, a menudo abusiva, que se ha hecho de las mismas
Es especialmente verdad en las organizaciones en que, a partir en la formación de los mandos intermedios o en pedagogía.
de una red de poder legítimo, se desarrollan oficialmente pode-
res de recompensa, de coacción y de competencia. Pero, dicha En resumen, Lewin, Lippitt y White compararon tres estilos dife-
red legítima a menudo se ve doblada -o mezclada- por una red rentes de mando, autocrático, democrático y bonachón, en clubs
de relaciones paralelas de poder con unos mecanismos infor- recreativos que agrupaban adolescentes norteamericanos de 10
males de recompensa, de coacción y de identificación en esos años dirigidos por adultos. El estilo democrático apareció como
grupos reales de trabajo que son los talleres, las oficinas, las superior a los dos restantes en cuanto a la calidad de realización
clases o los servicios hospitalarios. En esa red paralela de po- de la tarea (en estas experiencias, actividades manuales) y al
der, el experto, en sentido amplio, que puede estar alejado de la clima psicológico en el interior del grupo (satisfacción, buenas
cumbre de la pirámide jerárquica, ocupa un lugar de excepción; relaciones entre los miembros, etc.)
sus competencias específicas pueden permitirle controlar una
zona insegura que escapa a la planificación impersonal de la
organización: la reparación de las máquinas en un taller, la flui-
dez del tráfico aéreo (los guardaagujas del cielo), etc.23

22. Ibid., p. 371.


C. Breve balance sobre los estilos de mando y sus efectos
23. A propósito del poder de competencia, cf. supra, p. 75-76 e infra, p. 109-
Hemos examinado las bases del poder según un modelo gene- 110 y 115.
ral. Pero empíricamente sabemos, por haber vivido esta expe-
riencia, que dos jefes investidos teóricamente de un mismo po- 24. Kurt Lewin, Psychologie dynamique, o.c., p. 196-227. UNTREF VIRTUAL | 8
Puede imaginarse con qué interés dichos resultados fueron aco- que un mando organice su actividad y la de sus subordinados
gidos en una época en que la democracia norteamericana en orden al fin que hay que alcanzar"27. Psicosociologia de
empezaba a sentirse amenazada por el poderío de los regíme- las organizaciones
nes dictatoriales en Europa. Además, esos resultados parecían Diversas investigaciones han mostrado que esas dos dimensio-
aportar una respuesta al problema del "gobierno" de las organi- nes son independientes; luego, se han medido los efectos de la François Petit
zaciones que los principios del taylorismo no habían resuelto25. consideración y de la iniciativa de los dirigentes en la satisfac-
ción de los subordinados y en la eficacia de la organización. Los
Inspirándose en los trabajos de Lewin, Lippitt y White, innume- resultados más positivos se refieren a la consideración; se ve
rables sesiones o seminarios de formación, tanto en Estados que, cuando el mando está atento a su personal, éste está más
Unidos como en Europa después de la guerra, hicieron propa- satisfecho y es más eficaz en su trabajo. Por medio de un análi-
ganda en favor del estilo democrático de mando. A menudo fue sis riguroso, basado en investigaciones más recientes, Claude
muy bien acogida por los cuadros y, en menor grado, por los Lévy-Leboyer critica dichos resultados, cuyo alcance se ve obli-
mandos intermedios en formación. Sin embargo, una vez vuel- gada a reducir28.
tos a sus organizaciones, los participantes en los seminarios se
daban cuenta de que el estilo democrático no era fácil de apli- En definitiva, la consideración y la iniciativa no parece que pue-
car. Las elecciones y las tomas de decisión en grupo que supo- dan servir para definir un estilo de mando ideal, ni tampoco para
nía chocaban a la vez con las estructuras organizativas y con prever los efectos sobre los subordinados y el trabajo, de uno u
los hábitos de los subordinados; además, las técnicas tradi- otro tipo de comportamiento por parte del jefe. Es verdad que la
cionales de los cuadros y mandos se presentaban a menudo consideración y la iniciativa tienen su importancia, pero los efec-
más eficaces que el estilo democrático. tos de un estilo de mando varían también en función de los sub-
ordinados, de sus actitudes, de su personalidad, de sus expec-
En su entusiasmo normativo en favor del estilo democrático, el tativas, de sus necesidades, de los valores y normas adquiridos
error de los psicosociólogos formadores fue no discernir lo que durante su educación, con ocasión de experiencias pasadas y
los resultados de las experiencias de Lewin, Lippitt y White te- en el seno de su grupo de trabajo. Finalmente, varían según las
nían de relativo: carácter específico de toda situación experimen- características de la organización: tipos de actividades necesa-
tal, del mando ejercido por adultos en grupos de niños, de la ta- rias para producir el bien o el servicio, estructura jerárquica,
rea realizada, de la cultura y educación norteamericanas, etc. estructura real de poder, etc.

2. Las investigaciones según el modelo bidimensional: mando


centrado en la tarea o en los subordinados
25. Cf. Fred W. Taylor, La direction scientifique des entreprises (trad. fr.),
Dunod, Paris 1971.
Siempre buscando el estilo ideal de mando, la investigación
anglosajona26 se orientó hacia la utilización de un modelo que 26. El lector que desee una información más detallada sobre las investiga-
situaba las actitudes del dirigente en dos dimensiones que po- ciones llevadas a cabo, desde hace 25 años, a propósito de los estilos de
demos designar, de modo esquemático, con los términos con- mando, puede acudir a la obra de Claude Lévy-Leboyer, o.c., capitulo vtt, p.
sideración e iniciativa y que Claude Lévy-Leboyer resume así: 197-233 y al libro de Pierre Morin, Le développement des organisations et
la gestion des ressources humaines, Dunod, Paris '1976, p. 59-82.
"El primero se refiere a las relaciones de los mandos con sus
subordinados; relaciones marcadas por la confianza mutua, el 27. C. Lévy-Leboyer, o.c., p. 209-210.
respeto de las ideas y sentimientos ajenos y cierto calor huma-
no. El segundo agrupa todos los comportamientos que permiten 28. Ibid., p. 214-222. UNTREF VIRTUAL | 9
El modelo bidimensional es de un psicosociologismo demasia-
do estrecho para tomar en consideración esos factores que ro- Psicosociologia de
dean la relación de mando. las organizaciones

3. Un modelo de la eficiencia del mando, según Fred E. Fiedler François Petit


Apoyándose en las investigaciones de que antes hablamos y
cuya insuficiencia demuestra, Fiedler propone caracterizar las
situaciones de mando en tres variables.

1) Las relaciones afectivas entre el jefe y sus subordinados.


Fiedler contempla, en general, dos posibilidades: relaciones bue-
nas, relaciones mediocres, a las que añade una tercera, más
marginal, relaciones muy malas.
2) La estructura de la tarea. Fiedler propone apreciarla según
cuatro criterios propuestos por Shaw (1962):
a) "La congruencia de la decisión" que se refiere a la posibilidad
que se tiene de demostrar la pertinencia de una solución.
b) "La claridad del objetivo." ¿El objetivo de la tarea es claro?
¿Se ha expuesto claramente a los subordinados?
c) "La multiplicidad de los caminos hacia el objetivo." ¿Cuántos
procedimientos distintos se pueden utilizar para lograr el objeti-
vo fijado? Este criterio condiciona evidentemente mucho el mar-
gen de libertad del grupo de trabajo.
d) "La especificidad de la solución." ¿Existen una o varias solu-
ciones para resolver el problema que se plantea al grupo?29 Podemos imaginar fácilmente qué recomendaciones prácticas
3) El poder de que está investido el jefe por la organización. Es- se han sacado del modelo de Fiedler: si la situación es franca-
to nos remite a los poderes legítimos de recompensa y de coac- mente favorable o desfavorable al jefe (1, 2, 8 y 5A), tendrá
ción a que antes aludimos, así como al status y al rol asignados interés en ser autoritario, mientras que las situaciones interme-
al jefe por la organización30. Fiedler considera dos posibilida- dias (4 y 5) se acomodan mejor a un mando democrático, etc.
des: poder fuerte y poder débil. Sin embargo, ¿no es ir demasiado de prisa del modelo teórico a
las aplicaciones prácticas? En efecto, aun reconociendo el valor
A partir de estas tres variables, Fred E. Fiedler definió 8 tipos de heurístico del modelo de Fiedler, Claude LévyLeboyer, que se
situación, más una variante. Luego, clasificó las investigaciones
de que disponía para determinar, en cada una de ellas, el tipo
de mando más eficaz en cuanto al resultado del grupo. Pode-
29. Cf. Fred E. Fiedler, Un modèle de Pgfcience du commandement (trad.
mos ver las conclusiones de dicha clasificación en un gráfico fr.), "Bulletin du C.E.R.P.", XIV (1965), 3. p. 187.
(fig. 8); lo hemos tomado de Fiedler, simplificándolo para hacer-
lo más accesible. 30. Cf. en este mismo capitulo: III, B. I-3; III, D y IV, B.
UNTREF VIRTUAL | 10
dedicó a una revisión detallada de los diferentes trabajos sobre A este respecto, es significativo comprobar con Pierre Morin que
el tema, lamenta que haya todavía demasiado pocas investiga- una parte de la investigación norteamericana se orienta, desde Psicosociologia de
ciones sobre la interacción de las tres variables31. Únicamente hace poco tiempo, hacia una actitud menos normativa pero más las organizaciones
unas investigaciones de este tipo pueden ratificar de modo cier- crítica y empírica: "Los desniveles entre la realidad y el modelo
to el modelo de Fiedler. ideal del dirigente descrito por las obras de dirección de empre- François Petit
sas empiezan a ser objeto de estudios. Más que continuar elab-
Sin embargo, éste es, evidentemente, más fino que el modelo orando nuevas normas y propagarlas en artículos o seminarios,
bidimensional; consideración-iniciativa. Fiedler no se contenta se prefiere conocer lo que pasa e intentar explicarlo"34.
con poner simplemente en relación el resultado del grupo con el
comportamiento del jefe. Introduce un esquema de contingen- D. Status, rol y poder
cia, precisando que el comportamiento del jefe se interfiere con
una situación que puede serle más o menos favorable. Esto es Antes de examinar el poder en una perspectiva más sociológi-
lo original y lo que intenta acercarse más a la realidad vivida en ca, en el contexto coactivo de la organización, quisiéramos evo-
las organizaciones, aunque estén ausentes ciertas dimensio- car, a modo de transición, el poder -a la luz de las nociones a la
nes: aptitudes, personalidad, expectativas, valor de los subordi- vez psicosociológicas y sociológicas- de status y de rol.
nados... 32
La estructura jerárquica distribuye posiciones relativas, en rela-
Pero, subyacente a todos los factores observables en una si- ción unas con otras, y revestidas de una dosis de poder legítimo
tuación de mando, habría que tener en cuenta lo que Claude Lé- variable (de nulo a fuerte). En psicosociologia, las posiciones se
vy-Leboyer llama la dimensión histórica: "Entre la conducta de designan a menudo con el término status, denominación parti-
los mandos y la conducta de los subordinados se crea, en la cularmente feliz en el caso de las organizaciones, pues pone el
realidad, una cadena ininterrumpida de acciones y reacciones. acento en el carácter formalizado de las posiciones: los dere-
(...) Es decir, los efectos de un comportamiento determinado va- chos y deberes asociados a una posición organizativa, la mayo-
riarán en función de las relaciones mando-subordinados que lo ría de las veces, están definidos en reglamentos, definiciones de
han precedido. Por una parte, a causa de las expectativas que puestos y cargos, e incluso en textos legales, decretos u órde-
se crean entre las personas que trabajan juntas; por otra parte, nes, sobre todo cuando se trata de organizaciones públicas.
porque toda conducta se interpreta por los demás a la luz de las
experiencias pasadas"33 Podemos citar como ejemplo de status, el de capataz en una
empresa; este status sólo adquiere su sentido en relación con
4. Conclusión práctica y propuestas otras posiciones, obreros y jefes de equipo, por abajo; ingeniero,
director de la fabricación, director del personal, etc., por arriba;
La investigación aplicada en psicosociología se ha mostrado es decir, en referencia al conjunto de la jerarquía del poder ofi-
incapaz de describir un estilo ideal de mando. Pero, al hacerlo, cial. Hay que advertir que todos estos status existen, prescin-
ha demostrado la inutilidad de todo discurso normativo en este diendo de los individuos que los ocupen.
terreno. Cuando se quiere mejorar una relación de mando, es
necesario hacer un esfuerzo de diagnóstico para descubrir las 31. Cf. Claude Lévy-Leboyer, o.c., p. 226-233.
variables psicosociológicas, sociológicas, organizativas y, si es
32. Cf. et anterior apartado 2.
necesario, económicas y políticas de la situación específica. Por
otra parte, podemos preguntarnos si un diagnóstico de este tipo 33. Claude Lévy-Leboyer, o.c., p. 232.
no conduciría más a mejorar las condiciones de trabajo que a UNTREF VIRTUAL | 11

preconizar un estilo determinado de mando. 34. Pierre Morin, O.C., p. 77.


Una vez ocupado un status, el modo como un individuo se com- Sin embargo, el señor X no es una marioneta tirada por corde-
porta en él puede analizarse -de modo no exclusivo- en térmi- les para hacerle desempeñar el rol esperado; no carece de vo- Psicosociologia de
nos de rol. Entre las numerosas definiciones de la noción de rol, luntad. Tiene una imagen ideal del rol de jefe que se ha construi- las organizaciones
nos fijaremos en la de Henri Mendras que tiene el mérito de la do por medio de su experiencia de hijo, de alumno, de soldado,
concisión y claridad; según dicho autor, el rol es "el haz de las de padre, de obrero, de militante sindical, de socio de un club François Petit
expectativas que regulan el comportamiento de un individuo en deportivo, de teleespectador (cf. roles de jefe en películas del
una posición determinada"35. Los roles se desarrollan en rela- oeste, policíacas y de guerra), etc., imagen a la que intenta con-
ción unos con otros, al igual que los status, que de hecho aqué- formarse.
llos actualizan.
Si las expectativas a las que el señor X está sometido son de-
Concretamente, ¿cómo se vive un rol investido de poder? masiado numerosas o si el señor X, capataz recién promovido,
no se ha podido preparar para esta situación, tiene sobrecarga
Tomemos el ejemplo particularmente significativo del capataz. de rol36. Si las expectativas son demasiado contradictorias e
En el interior del sistema organizativo, el status del capataz es igualmente valoradas por el señor X, puede haber conflicto de
delicado. En efecto, se halla "acorralado" en la intersección de rol. La sobrecarga y/o el conflicto de rol pueden implicar pertur-
dos subsistemas con intereses y criterios divergentes: baciones psicológicas si la tensión creada es demasiado fuerte
para su personalidad. Esto debería llevar a tener en cuenta los
a) el subsistema de la planificación, de las oficinas, del mando factores profesionales en el diagnóstico psiquiátrico.
superior;
b) el subsistema de la ejecución, del taller, de los obreros. De este breve análisis resulta que el poder formal no es un flujo
que discurriría naturalmente, por el juego de delegaciones suce-
El rol del señor X, capataz, está determinado por las prescrip- sivas, desde la cúspide hasta la base de la jerarquía. El poder
ciones normativas que la organización otorga a su status. Estas formal, "acción sobre alguien", querida por la organización, está
prescripciones son recordadas al señor X de modo concreto, "regulado" en parte -y sólo en parte- por el juego de los status y
pero también matizadas por las expectativas de sus superiores roles. Cada actor, dotado de poder por la organización, toma de-
que pueden ser diferentes según se trate del ingeniero o del di- cisiones y ejecuta comportamientos que provienen de un ajuste
rector de personal. En todo caso, el señor X tiene que hacer complejo entre las prescripciones de la organización, las expec-
aplicar la ley de la organización, pero "sin provocar marejadas". tativas de los superiores, los subordinados y los mismos com-
pañeros, y su imagen ideal del rol de jefe.
Por su lado, los subordinados esperan del señor X que sea justo
(¿podrá serlo si la ley de la organización no lo es?), que tome Finalmente, sólo una palabra para advertir que las relaciones de
en consideración algunas reivindicaciones para presentarlas al poder no previstas por la organización, que vamos a evocar en
mando superior, que defienda a su personal en caso de revisión la parte más sociológica de este capítulo, crean unas posiciones
de las normas de producción, que lo "cubra" en caso de conflic- y unos roles que podemos calificar de informales.
tos, que regule las diferencias entre obreros o entre obreros y
jefes de equipo...
35. Henri Mendras, Éléments de sociologie, o.c., p. 248.

Finalmente, los colegas capataces más antiguos esperan del 36. Esta expresión está sacada del Manuel de psychologie sociale (trad. fr.),
señor X que se comporte de modo que no ponga en peligro su de Théodore M. Newcomb, Ralph H. Turner y Philip E. Converse, P.U.F.,
estilo tradicional de mando y las ventajas que les procura. París 1970, p. 496ss. UNTREF VIRTUAL | 12
IV. El Poder Como Relación En Un Contexto Coactivo: A los ojos del psicosociólogo de la organización, el, error del
Perspectivas Sociológicas análisis marxista consiste en haber encerrado el fenómeno com- Psicosociologia de
plejo del poder en un fundamento económico del que derivarían las organizaciones
A. Poder, psicosociología y sociología de las organizaciones, todas las demás formas de poder: la propiedad de los medios de
análisis marxistas: rápida puntualización producción, es decir, la propiedad de las organizaciones. François Petit
No tenemos la intención de desarrollar aquí los análisis marxis- En efecto, la apropiación de los medios de producción por los
tas del poder en las organizaciones. Podría interpretarse como trabajadores, que desde un punto de vista político y ético pode-
un intento de recuperación abusiva por parte de la psicosociolo- mos auspiciar, no suprime ni los fenómenos de poder, ni ciertos
gía, lo cual, desde nuestro punto de vista, ocultaría dos realidades: aspectos alienadores del trabajo. No afirmaremos que el testi-
monio de Miklós Haraszti sea definitivo en este tema38; sería
1) Las diferentes corrientes marxistas rechazan la psicosociolo- fácil replicarnos que la apropiación de los medios de producción
gía, a la que consideran como un conjunto de teorías y prácti- por los trabajadores húngaros todavía no ha terminado.
cas nacidas en los Estados Unidos y destinadas a contribuir al
"repintado" del sistema capitalista... Pero, para terminar este punto, querríamos plantear el problema
2) Pero hay un aspecto más esencial, de naturaleza epistemo- siguiente, al que el análisis marxista todavía no ha aportado una
lógica. El marxismo, en cuanto materialismo histórico y dialécti- solución satisfactoria: supongamos que la apropiación de los me-
co, conduce a una concepción unitaria de las ciencias sociales dios de producción por los trabajadores y la sociedad comunista
que Serge Albouy explica y resume muy claramente: "Puesto sin clases se han realizado ya; las posibilidades cognoscitivas
que el estudio de todos los fenómenos sociales converge, en úl- del hombre, incluso prolongadas por la informática y la telemáti-
timo término, hacia el estudio de una misma categoría de he- ca, continuarán siendo limitadas. En tales condiciones, será ine-
chos (los que constituyen la infraestructura económica y social), vitable que los miembros de una organización no dispongan ni de
es inútil construir unas ciencias sociales particulares que se lim- la misma cantidad de información, ni de las mismas informacio-
itarían a estudiar sólo un tipo de hechos sociales"37. nes. Se sabe que el hecho de poseer información confiere poder;
¿cómo evitar que ese poder no surja de nuevo por este lado, con
De modo muy esquemático, podemos agradecer al marxismo fenómenos de dependencia e incluso de alienación, entre indivi-
que haya mostrado que las organizaciones -en particular las in- duos, entre un individuo y un grupo, entre grupos?
dustriales- son lugares de lucha por el poder y que esta lucha,
como todos los fenómenos organizativos, tiene una dimensión B. Legitimidad y autoridad según Max Weber: alcance actual de
histórica. Pero, como veremos con la sociología de las organi- la tipología desde el punto de vista de la sociología de las orga-
zaciones, la lucha por el poder en los sistemas organizativos no nizaciones
puede resumirse en la lucha de clases, proletariado contra bur-
guesía, pues pone en juego unas estrategias más complejas. En la perspectiva weberiana, la legitimidad corresponde a los
valores admitidos por un grupo humano (país, organización, ta-
Siguiendo a Hegel, el marxismo introdujo la noción de aliena- ller, equipo de trabajo o de deporte, etc.) y en los que se basa el
ción que expresa el modo como la organización ejerce su poder
sobre el individuo, por la división del trabajo (planificación-eje-
cución), por la monotonía y fragmentación de las tareas, por la
37. Serge Albouy, Éléments de sociologie et de psychologie sociale, Privat,
confiscación de la plusvalía producida por el trabajador, etc. Toulouse 1976, p. 22.
Numerosos estudios no marxistas sobre organizaciones han uti- UNTREF VIRTUAL | 13

lizado y utilizan todavía esta noción para analizar el trabajo. 38. Cf. supra, p. 33, nota 25.
poder concebido como capacidad de actuar sobre los demás. El cales, y negociados; es el caso, por ejemplo, de los convenios
poder legítimo se llama autoridad. colectivos. Psicosociologia de
las organizaciones
Max Weber distingue tres tipos de autoridad, que se basan en Pero los reglamentos, por más adecuados que sean, no bastan
tres legitimidades39: para asegurar, por un lado, el mínimo de interdependencia entre François Petit
los elementos de la organización, indispensable para la produc-
1) La autoridad carismática. El carisma es definido por Weber ción del bien o del servicio, y para responder, por otro lado, a las
como una "cualidad extraordinaria de un hombre, sea real, su- necesidades de los individuos. Es en este momento preciso
puesta o pretendida"40. La autoridad carismática es legitimada cuando interviene la autoridad carismática; Renaud Sainsaulieu,
por la confianza de los subordinados en esa "cualidad extraor- a la luz de sus encuestas, propone una interpretación de la mis-
dinaria" de la personalidad del jefe. ma que tiene el mérito de abarcar una triple perspectiva psico-
2) La autoridad tradicional. Se basa en una norma: lo que ha lógica, psicosociológica y sociológica: " (...) Al lado del mundo de
existido o lo que existe es legítimo. Así basta que la autoridad la regla, vemos surgir otro universo, el de la atención hacia los
tradicional se enraíce en una costumbre o una rutina para ser individuos, sus problemas personales, sus deseos de evolución
reconocida. y perfeccionamiento. Para un gran número de individuos, la au-
3) La autoridad racional-legal. La legitimidad de esta autoridad toridad personal del jefe es aceptada e incluso deseada. Esta
se basa en el respeto por parte del jefe y de los subordinados relación implica el reconocimiento de una especie de don, de ca-
de reglas establecidas según unos procedimientos racionales y risma psicológico en el jefe, sin el que no puede realizarse una
formales. El mismo Weber indica que la autoridad racional-legal elección afectiva mutua"42. Para permitir que el carisma psico-
implica unas relaciones impersonales de trabajo. lógico se desarrolle, la organización estará particularmente aten-
ta a la formación de los jefes, a la toma de decisión en grupo y
Esta tipología no tiene sólo un interés teórico. En L'identité au a la comunicación, en general; ello no dejará de repercutir en el
travail, Renaud Sainsaulieu observa que las encuestas que di- sistema organizativo. Como indica el autor con una punta de iro-
rigió en empresas francesas muy distintas, de los sectores pú- nía, "las estructuras de empresa se llenarán así de servicios de
blico y privado, le permitieron descubrir la huella de las formas personal y de relaciones humanas cuya misión fundamental se-
de legitimidad y autoridad descritas y analizadas por Weber41. rá encender y conservar con mucho cuidado la misteriosa llama
de las relaciones carismáticas"43
Es verdad que nunca se halla una sola forma en estado puro;
en tal organización, en un momento determinado de su historia,
puede dominar un tipo de legitimidad y autoridad; pero siempre 39. Se halla esta tipología en varias obras de Max Weber, en particular en El
político y el cientifico, Alianza. Madrid 61980, en Économie el société (trad.
se combina, en grados variables, con los dos restantes.
fr.), Plon, Paris 1971, t. 1, primera parte, capítulo III, y en un extracto de Ge-
sammelte Aufsütze zur Refigionsoziologie (tomo I). Verlag von J.C.B. Mohr,
Como era de suponer, la autoridad racional-legal es manifiesta Tubinga 1947. p. 267-273, traducido por André Lévy, o.c., t. 2, p. 353-358.
en todas las organizaciones de mediana y gran importancia. Son
las organizaciones en que florecen los reglamentos. Engendran 40. Max Weber en André Lévy, o.c., t. 2, p. 354.
unas relaciones impersonales que son, tanto para el jefe como
41. R. Sainsaulieu, o.c., p. 249-252.
para sus subordinados, un modo de protegerse. A propósito de
los reglamentos, conviene señalar que están lejos de ser todos 42. Ibid., p. 249.
impuestos por la dirección de la organización, aunque sea ella
la que los promulgue. A veces son arrancados por luchas sindi- 43. Ibid., p. 250. UNTREF VIRTUAL | 14
Finalmente, combinada con los dos tipos precedentes, las orga- C. El análisis estratégico del poder: una clave de la sociología
nizaciones conocen también la autoridad tradicional que caracte- de las organizaciones Psicosociologia de
riza, según Renaud Sainsaulieu, a los expertos, es decir, a los las organizaciones
miembros de una organización que tienen un oficio y no sólo un Este análisis fue introducido, hace unos quince anos, por Michel
empleo. Se trata, por ejemplo, de obreros profesionales, de in- Crozier en El fenómeno burocrático46. Él mismo y otros investi- François Petit
genieros, de antiguos empleados que conocen a fondo su propio gadores del Centro de sociología de las organizaciones lo han
trabajo y las "instrucciones" de la organización, de los médicos vuelto a utilizar en diferentes trabajos y publicaciones. En 1977,
en los hospitales, etc. Todos son capaces de aportar soluciones en L'acteur et le systeme47, Michel Crozier y Erhard Friedberg
allí donde la reglamentación y la racionalización, incluso adapta- hicieron del análisis estratégico del poder una presentación muy
das por el carisma, se han mostrado impotentes. Sin remontar- completa, que le da una dimensión de un modelo de alcance
nos a la camaradería gremial, podemos observar, por ejemplo, general.
que unas reglas tradicionales rigen las relaciones entre obreros
profesionales y aprendices, el acceso de éstos al rango de ex- Según dicho modelo, los actores entablan entre sí unas relacio-
perto y las relaciones entre expertos44. En las organizaciones, la nes estratégicas de poder controlando zonas adecuadas de in-
autoridad tradicional en los expertos tiene como objetivo mante- certeza, definidas por las exigencias de la organización.
ner la unidad del clan con el fin de que sea fuerte para afrontar a
otros clanes de expertos en la lucha que entablan por el poder y 1. La naturaleza de las relaciones estratégicas de poder
el mantenimiento de sus privilegios (ejemplo analizable: las riva-
lidades entre cirujanos y otros especialistas en los hospitales). Según Michel Crozier y Erhard Friedberg, los miembros de una
Bajo formas a menudo educadas, sigilosas y respetables, la au- organización son unos agentes activosque no se contentan con
toridad tradicional oculta una lógica implacable ante la que Re- responder de manera "mecánica" a los estímulos técnicos, finan-
naud Sainsaulieu nos abre los ojos: "La autoridad basada en la cieros, relacionales de su entorno de trabajo. Son unos actores
tradición de hecho nunca está lejos de la violencia, pues las re- dotados de una inteligencia y de un margen de libertad mayor o
glas de la tradición que establecen grandes diferencias y desi- menor, pero nunca nulo48.
gualdades sólo se sostienen, a fin de cuentas, por la fuerza y la
organización social represiva de los que la aplican en provecho
propio"45
44. En esta óptica, seria interesante analizar la institución -en sentido soci-
ológico- de los consejos de la orden, en las profesiones liberales.
Por tanto, la tipologia de Weber todavía es de actualidad para
analizar, desde un ángulo sociológico, las organizaciones; pero, 45. Renaud Sainsaulieu, o.c., p. 250-251.
como toda tipología, tiene dos límites:
46. O.c.

a) la realidad, de la que dicha tipología quiere dar cuenta, es por


47. Michel Crozier y Erhard Friedberg, L'acteur et le systeme, Seuil, Paris
fuerza más compleja; 1977.
b) está hecha para ser integrada y superada, en una perspecti-
va más dinámica. 48. Vimos en el capitulo primero (11, A, 3a y b) con Goffman y Haraszti que
incluso en situaciones de coacciones extremas, el individuo es capaz de
aprovechar márgenes de libertad muy reducidos para realizar adaptaciones
secundarias.

UNTREF VIRTUAL | 15
Aplicando su inteligencia a los márgenes de libertad dejados por 1) El poder es una relación de intercambio y de negociación en-
la organización que no lo puede reglamentar todo, los actores tre dos actores interdependientes, es decir, que tienen necesi- Psicosociologia de
llevan a cabo unas estrategias de racionalidad limitada. Tene- dad unos de otros para realizar el objetivo de la organización - las organizaciones
mos que explicar estos dos conceptos: producir un bien o un servicio- y alcanzar sus objetivos perso-
nales. Pero, aunque se trata de una relación recíproca en que François Petit
1) Estrategia. Decir de un actor que tiene un comportamiento cada actor tiene algo para intercambiar, es también una relación
estratégico significa que es capaz de utilizar los recursos de una desequilibrada. Crozier y Friedberg caracterizan así el poder:
situación y las ocasiones que se le ofrecen para lograr unos ob- "Es una relación de fuerza, de la que uno puede sacar más ven-
jetivos personales. Por otra parte, éstos no son siempre claros taja que el otro, pero en la que ninguno queda totalmente desar-
y coherentes; no emergen necesariamente en la conciencia. Pa- mado frente al otro"52.
ra el observador, así como para el compañero o el adversario,
la estrategia del actor expresa sus actos no previsibles en su 2) En esta perspectiva, el poder se basa en la posibilidad que
totalidad, puesto que dependen del ajuste del actor a los recur- tiene el actor de rechazar o, por lo menos, de regatear lo que el
sos fluctuantes de la situación organizativa, según sus objetivos otro quiere obtener de él. "El poder reside, por tanto, en el mar-
personales. gen de libertad de que dispone cada uno de los interlocutores
comprometidos en una relación de poder…"53.
2) Racionalidad limitada. Este concepto introducido por March y
Simon49 significa: 3) El juego estratégico de dos actores que se han hecho inter-
a) que el actor no puede aplicar una solución óptima -la mejor dependiente por una relación de poder consistirá para cada uno:
posible- conforme a la racionalidad, para lograr sus objetivos; en a) en salvaguardar su margen de libertad manteniendo su com-
razón de las exigencias que pesan sobre él; portamiento imprevisible,
b) que, en consecuencia, adoptará la primera solución que res- b) procurando encerrar al otro -por ej., por medio de reglamen-
ponda a unos criterios mínimos de satisfacción, en función de los tos- en un marco en que sus comportamientos sean previsibles
objetivos que persigue. El concepto de racionalidad limitada remi- y su margen de libertad reducido.
te a la vez a las exigencias de la organización, a la posición del
actor y a su personalidad: tres variables o conjunto de variables 4) En tales condiciones, el control de una zona adecuada de
que se combinan en la elección de los criterios de satisfacción. incerteza que permite a un actor convertir su comportamiento en
imprevisible constituirá una carta decisiva para orientar la rela-
Las estrategias de racionalidad limitada desplegadas por los ac- ción de poder en provecho propio. A este respecto, el ejemplo
tores ponen en juego el poder y sólo se pueden comprender en
relación al mismo. Crozier y Friedberg consideran que "el poder
-al nivel más general- implica siempre la posibilidad para ciertos
individuos o grupos de actuar sobre otros individuos o grupos"50. 49. Cf. o.c., p. 134-167.
Desde el comienzo del presente capítulo, hemos adoptado esta
perspectiva amplia que permite dar cuenta de lo esencial. 50. Michel Crozier y Erhard Friedberg, o.c., p. 56.

51. Cf. el apartado III de este mismo capítulo.


Para dichos autores el poder también es una relación; este as-
pecto ha sido muy desarrollado por la psicosociologia51. Sin 52. Michel Crozier y Erhard Friedberg, o.c., p. 59 (en cursiva en el texto).
embargo, el análisis que proponen de esta relación sigue por
otros derroteros; por ello, merece ser resumido brevemente: 53. Ibid. p. 59-60 (en cursiva en et texto). UNTREF VIRTUAL | 16
de los obreros de mantenimiento, en el caso del monopolio in- reducido, pero para un mercado muy competitivo, los "comer-
dustrial analizado por Crozier es particularmente significativo54. ciales" controlarán una zona de incerteza crucial para la super- Psicosociologia de
En un universo organizativo en el que ha habido un esfuerzo por vivencia de la organización. las organizaciones
hacer los comportamientos previsibles, por medio de múltiples
reglamentos, los obreros de mantenimiento controlan una zona 3. Las zonas de incerteza pertinentes y los tipos de poder en las François Petit
especialmente adecuada de incerteza, respecto de los objetivos organizaciones
de la organización: las averías de máquinas. Son los únicos que
pueden diagnosticar la avería, decidir el tiempo de inmoviliza- Michel Crozier y Erhard Friedberg reconocen que las desigual-
ción de la máquina y efectuar la reparación. Para hacer su com- dades surgidas de las estructuras económicas, sociales y técni-
portamiento todavía más imprevisible, algunos obreros llegan cas determinarán muy especialmente las relaciones de poder
incluso a hacer desaparecer las instrucciones de las máquinas. ente los actores de la organización. Es evidente que el director
Los obreros de producción y los jefes de taller, que no tienen de una organización dispone de más recursos legales, económi-
una formación técnica, están en una situación de dependencia cos y culturales en su juego que el obrero o el empleado. Tam-
en relación con los obreros de mantenimiento. bién es verdad que el poder del director no deja de tener límites
y que el obrero o el empleado no están sin recursos.
Podemos ampliar el ejemplo subrayando que al controlar una
zona de incerteza, el actor puede mercadear su buena voluntad, Nosotros creemos que los asalariados, en general, disponen co-
sin la cual ninguna organización, por racionalizada que sea, lectivamente de medios no despreciables, entre los que la huelga
puede funcionar; la huelga de celo lo demuestra claramente. ocupa un lugar importante en una estrategia de conjunto. Esta
estrategia, que moviliza la mayor parte de los esfuerzos sindica-
2. Las exigencias de la organización les, tiende a hacer previsible el comportamiento de la dirección de
las organizaciones, al enmarcarla en unas reglas. Así, los conve-
Por sus objetivos, su reglamentación, su jerarquía de las funcio- nios colectivos, arrancados en buena lid por los sindicatos de
nes de la autoridad y de las remuneraciones, por sus definicio- asalariados, pueden analizarse como reducciones del margen de
nes de cargos y sus redes oficiales de comunicación, la organi- libertad de la dirección de las organizaciones.
zación define las actividades y las relaciones de los actores. Pe-
ro, también sabemos que la organización segrega unas reglas Sin embargo, las relaciones de poder no se resumen únicamen-
de juego que se refieren tanto a prescripciones formales como te en esta lucha determinada por las desigualdades sociales.
a normas nacidas de la práctica cotidiana. Crozier y Friedberg distinguen cuatro tipos de poder que derivan
de cuatro zonas adecuadas de incerteza.
Este conjunto de reglas de juego pesa sobre los actores como
una coacción. Estructuran la escena en la que tienen lugar las a) El poder se deriva de la competencia
relaciones de poder. Por tanto, es la organización la que delimi-
ta las zonas de certeza en que los comportamientos de los acto- El experto es el único capaz de controlar ciertas incertezas cru-
res son previsibles y las zonas de incerteza donde no lo son. ciales para la organización, como las averías de máquinas. No
También es la organización y su supervivencia en un entorno volveremos a hablar de este ejemplo ya estudiado. Los autores
coactivo, las que definen, en último término, la pertinencia de clasifican en dicha categoría el poder nacido de una "especiali-
las zonas de incerteza que los actores controlan y a partir de las
cuales puede desarrollar su poder. Si, por ejemplo, una fábrica
fabrica bicicletas de buena calidad, con un coste de producción 54. Cf. Le phénomene bureaucratique, o.c., p. 79-189. UNTREF VIRTUAL | 17
zación funcional difícilmente reemplazable": "En el límite, toda ción de debilidad"58. Alrededor de la aplicación de la regla surgi-
persona en el seno de una organización posee un mínimo de rán relaciones de mercadeo y de chantaje en las que los subor-
Psicosociologia de
"pericia" de la que se sirve para negociar. Para ello le basta apro- dinados pueden utilizar la zona de incerteza que controlan: ¿has- las organizaciones
vechar la dificultad que habría en substituirla (coste de la bús- ta qué punto llegarán a utilizar la regla con fines de protección?
queda, de ponerla al corriente, etc.)"55 Ejemplo: el empleado de François Petit
oficina que conoce bien las "martingalas" de la organización y D. Breve ojeada a la concepción institucionalista del poder
de su función y que se ha convertido en especialista en ciertos
actos administrativos. Estas líneas no tienen por objeto abordar el análisis institucio-
nal, cosa que haremos más adelante (segunda parte, capítulo
b) El poder surgido de las relaciones entre organización y entorno 4). Sólo pretenden señalar el lugar de la corriente instituciona-
lista en el análisis sociológico del poder.
El entorno y la adaptación de la organización al mismo suscitan
permanentemente fuentes de incerteza. Los actores que dispo- En efecto, el poder está constantemente presente en las tesis
nen de una red de relaciones en el exterior de la organización institucionalistas. ¿De qué poder se trata?
son susceptibles de controlarlas por lo menos parcialmente; es
el caso, por ejemplo, del distribuidor. Situado en el nudo de las La corriente institucionalista pone el acento no sólo en el carác-
relaciones entre dos sistemas, el de la organización y el de los ter coactivo de la organización, sino también y sobre todo, en el
detallistas, siendo marginal en relación con ambos, el distribui- carácter determinante de las instituciones que la rigen. El poder
dor puede desarrollar un poder específico, el de "marginal-se- es el medio de esta determinación.
cante", usando el concepto introducido por Haroun Jamous56 y
citado por Crozier y Friedberg. Por tanto, el poder se considera como indisolublemente vinculado
a la institución y más precisamente a lo instituido designado como
c) El poder unido a la transmisión de informaciones pertinentes la "fuerza de inercia, conservadora en la institución que busca
conservar la situación tal como está"59. De hecho, el poder de lo
No hablaremos otra vez de este tipo de poder analizado ya en instituido es el poder del Estado que, por medio de delegaciones
el capítulo anterior57. sucesivas, se halla presente en los talleres de las fábricas, en las
clases de las escuelas, en las salas de los hospitales...
d) El poder vinculado a la utilización de las reglas de la organi-
zación.
55 Crozier y Erhard Friedberg, o.c., 72-73. N.B. Es evidente que en periodo
de paro esta observación pierde mucho en oportunidad.
La existencia de los tres tipos de poder anteriores muestra hasta
la saciedad que las reglas de la organización no pueden supri- 56. Cf. Haroun Jamous, Contribution a une sociologie de la décision: la ré-
mir las fuentes de incertidumbre. Además, la misma regla puede forme des études médicales et des structures hospitalieres, Copédith, Paris
convertirse en fuente de incerteza; dictada para hacer previsi- 1968.
bles los comportamientos, puede ser utilizada por los subordina-
dos con fines de protección: "Si saben aplicar la regla, el supe- 57. Cf. supra, p. 48-50, 55-56, 58, 63-64, 75-76.

rior quedará desarmado ante ellos. Como, normalmente, para la


58. Michel Crozier y Erhard Friedberg, o.c., p. 76.
buena marcha de un servicio, hay que hacer más de lo que pres-
cribe la regla; como, por otro lado, el mismo superior es juzga- 59. Rémi Hess, Centre et périphérie. Introduction a l'analyse institutionnelle,
do por los resultados de su servicio, de hecho se halla en posi- Privat, Toulouse 1978, p. 200. UNTREF VIRTUAL | 18
El poder del Estado, al invadir no sólo las organizaciones, sino El libro de Milgram relata y analiza unas experiencias cuyas
también todos los sectores de la vida social, divide a los miem- grandes líneas recordaremos. Psicosociologia de
bros de la sociedad; por un lado, están los que detentan ele- las organizaciones
mentos del poder y del saber instituidos; por el otro, están aque- Se reclutan unos sujetos de entre todas las capas de la pobla-
llos -cada vez más numerosos, según los institucionalistas- que ción norteamericana y son indemnizados (4,5 dólares) para par- François Petit
se ven arrinconados a la periferia de la sociedad. ticipar en una experiencia sobre la memoria y el aprendizaje.

En el juego dialéctico de la institución, en un momento histórico Cada uno de los sujetos se convierte, en la experiencia, en un
dado (crisis, estado más o menos anémico, etc.) la periferia monitor que tiene que enseñar a un alumno (de hecho, un come-
puede erigirse en instituyente, es decir, en fuerza de negación diante) una lista de pares de palabras.
de lo instituido. Entonces, surge un contra-poder.
El experimentador explica al monitor que, para estudiar los efec-
Esta concepción institucionalista del poder es seductora. Tiene tos del castigo sobre el aprendizaje, a cada error del alumno,
el mérito de incitarnos a mantener el espíritu crítico frente a to- deberá administrarle una descarga eléctrica de intensidad cre-
das las formas de control social que desarrolla todo Estado, en ciente, de 15 a 450 voltios.
particular en el interior de las organizaciones. Pero, a nuestros
ojos de analista de las organizaciones, esta perspectiva es de- El monitor ignora que el alumno no recibe ninguna descarga y
masiado determinista para dar cuenta de un fenómeno tan mul- que los lamentos progresivos hasta los gritos de agonía son
tiforme y contingente como el poder. En efecto, creemos que la simulados.
corriente institucionalista está demasiado fascinada por el poder
instituido que quiere "desconstruir". Ello la lleva a pasar, a me- De hecho, el objeto real de la experiencia es determinar en qué
nudo demasiado de prisa, a un análisis político que descubra la momento el monitor rehusará obedecer al experimentador con
fuerza del Estado sobre los actores. Este atajo, brillante en su el que se siente comprometido y que, imperturbablemente, le
formación, impide captar otras dimensiones del poder y, sobre conmina la orden de seguir la experiencia.
todo, aquellas tan esenciales, desde un punto de vista operati-
vo, del control de las zonas de incerteza y de las estrategias de Remitimos al lector a la obra de Stanley Milgram para la discu-
los actores. sión metodológica y deontológica de dichas experiencias y para
el detalle de los resultados.

V. Nuevas Investigaciones Psicosociologicas El hecho más importante que se desprende del estudio de Mil-
Sobre El Poder gram es el siguiente: contrariamente a las previsiones de una
muestra de psiquiatras, de estudiantes y de adultos de las cla-
A. El problema de la sumisión a la autoridad ses medias (y quizá del lector), hay "una propensión extrema61

En 1974, Stanley Milgram suscitó tantas polémicas en los Esta-


60. Stanley Milgram, Obedience lo authority. Citaremos, trad. fr.: Soumission
dos Unidos al publicar Obediencia a la autoridad que -hecho
a l'autorité, Calmann-Lévy, París 1974. Existe trad. cast.: Obediencia a la
muy raro para un libro científico- el mismo año la obra fue tra-
autoridad, Deselée de Brouwer, Bilbao 1979.
ducida y editada en Francia60. En su época tuvo un eco en la
prensa que le hizo superar, con mucho, el círculo de especialis- 61. Dudamos en evaluar globalmente esta propensión. En efecto, para veri-
ta en psicología social. ficaciones experimentales, Milgram sometió a grupos de 40 sujetos a unas UNTREF VIRTUAL | 19
de los adultos a la sumisión casi incondicional a las órdenes de ¿No hay también una tendencia a interiorizar las coacciones je-
la autoridad". Unas líneas más abajo, Stanley Milgram es toda- rárquicas para racionalizar la sumisión y la pasividad? La cues- Psicosociologia de
vía más explícito: "Ésta es quizá la enseñanza esencial de nue- tión se plantea a cada uno de nosotros. las organizaciones
stro estudio: personas ordinarias, desprovistas de toda hostili-
dad, pueden, dedicándose simplemente a su tarea, convertirse El psicosociólogo puede, a nuestro entender, ayudar a los acto- François Petit
en los agentes de una atroz proceso de destrucción. Además, res a tomar conciencia de la presión de la jerarquía sobre su psi-
cuando a no le es posible ignorar los efectos funestos de su quismo y a hacerlos más autónomos.
actividad profesional, si la autoridad les pide actuar contra nor-
mas fundamentales de la moral, son raros los que poseen los 2. Observaciones de orden sociológico
recursos interiores necesarios para resistirla. Toda una gama de
inhibiciones se opone a una eventual rebelión y consigue man- El sociólogo podría subrayar el carácter artificial de las expe-
tener a cada cual en el lugar que le ha sido asignado"62. riencias de Milgram, como toda experiencia de laboratorio en
ciencias sociales. Creemos que esta crítica es demasiado evi-
Para Milgram, esta sumisión se explica así: cuando un individuo dente -y desafortunada- para entretenernos en ella.
entró en una jerarquía, incorpora un "estado de agente", es de-
cir, "ya no se ve como el autor de sus actos, sino más bien como Por el contrario, destacaremos el carácter puntual de esta expe-
el agente ejecutivo de las voluntades ajenas"63. Es ésta una riencia para el sujeto que se somete a la misma; durante casi
gran cuestión acerca del poder en las organizaciones. una hora, el sujeto es bruscamente sumergido en una situación
inesperada y coactiva. En tan poco tiempo, y teniendo en cuen-
Parecería que las experiencias de Milgram llevan el agua al mo- ta la tarea que se le asigna, ¿puede desarrollar una estrategia?
lino de las teorías deterministas del poder en las organizaciones ¿Es que someterse a la autoridad no puede constituir el primer
-en particular, institucionalistas- y que descalifican el análisis es- momento de una estrategia, al que sucedería una reacción en
tratégico del poder de Crozier y Friedberg. Por eso es lastima, un plazo más largo? Nunca se insistirá demasiado en el peso de
por lo menos para nuestro propósito, que dichos autores no ha- la variable temporal en el desarrollo de los fenómenos organiza-
yan discutido las experiencias y los análisis de Milgram, en L'ac- tivos64.
teur et le systeme. No pretendemos, en el marco de la presente
obra, hacerlo nosotros por ellos. Nos limitaremos a proponer variantes (feedback del alumno, feedback a distancia, cambio de locales.
dos series de observaciones a la reflexión del lector. etc.). En el libro se hallan los resultados detallados para cada variante. Sin
embargo, para dar una idea al lector, indicaremos que, en las condiciones
experimentales generales, tal como las hemos resumido, un poco más de la
1. Observaciones de orden psicológico
mitad de los sujetos continuó la experiencia hasta el final (descarga de 450
voltios); apenas la cuarta parte solamente de los sujetos interrumpió la expe-
A nuestros ojos, las experiencias de Milgram tienen el mérito de riencia antes de los 225 voltios, que constituye un nivel de choque muy
hacer destacar una dimensión esencial de las exigencias de la fuerte, puesto que, a partir de los 150 voltios el alumno suplica ser liberado
organización: la imposición del sistema de autoridad oficial, es y, al llegar a los 285, lanza un grito de agonía.
decir, de la jerarquía en el psiquismo del individuo.
62. Stanley Milgram, o.c., p. 21-23.

Podemos preguntarnos si esta imposición no impide que los 63. Ibid., p. 167.
miembros de la organización descubran y utilicen las zonas de
incerteza que les permitirían desarrollar su poder. 64. Cf. supra, capituló primero, II, B.
UNTREF VIRTUAL | 20
También debemos preguntarnos, con lucidez, si la sumisión a la bien persiguen objetivos o defienden valores opuestos; o bien
autoridad no puede ser, en sí misma, en ciertos casos límite, persiguen simultánea y competitivamente el mismo objetivo"67. Psicosociologia de
una estrategia llevada a cabo por el individuo en función de ob- Una perspectiva psicosociológica tiene el interés de considerar las organizaciones
jetivos personales. el conflicto social como un conjunto de interacciones concretas
y complejas, entre individuos y/o grupos, sin olvidar, de todos François Petit
Podemos también dirigirnos hacia las organizaciones que frecuen- modos, que estas interacciones son las manifestaciones locali-
tamos a diario y buscar si hay muchas situaciones tan dicotómicas zadas de fenómenos de poder que se inscriben en la dinámica
y maniqueas -continuar o detenerse- como en las experiencias de global de una sociedad determinada.
Milgram. ¿Es necesario recordar que, durante su desarrollo, el su-
jeto no tiene ningún recurso para negociar con el experimentador, El modo más corriente, actualmente, de resolver un conflicto so-
para proponer, por ejemplo, continuar el aprendizaje desconectan- cial no es reducir al adversario a la nada, sino más bien sentarse
do el circuito eléctrico, con otras modalidades de sanción menos alrededor de una mesa y negociar una solución aceptable para
bárbaras, etc.? En estas condiciones, ya no hay relación de poder cada una de las partes.
desde el punto de vista del análisis estratégico, puesto que uno de
los interlocutores carece de recursos65. La mediación constituye un medio privilegiado para facilitar la
negociación. Las investigaciones experimentales de Touzard se
Para concluir estas observaciones, nosotros creemos que los centraron precisamente en el estudio de la mediación; por otra
comportamientos oscilan en el tiempo, de acuerdo con las coac- parte le permitieron aportar una luz nueva a la negociación, ob-
ciones de la organización con las interacciones intergrupales e jeto de una abundante literatura.
interindividuales, entre el estado autónomo y su contrario, el es-
tado de agente. Él sociólogo y el psicosociologo tienen que pre- El autor parte del modelo de McGrath, de inspiración lewiniana,
ver una duración suficientemente larga, en sus investigaciones, según el cual la situación de negociación, al poner frente a fren-
para deducir de las mismas las estrategias de los actores y des- te a dos negociadores y un mediador, es un campo de fuerzas.
cubrir su sentido. Este modelo le permite explicar la diferencia de naturaleza y de
actuación entre una negociación formal, en que cada negocia-
B. Un enfoque psicosociológico del conflicto, la negociación y la dor está investido de un mandato por el grupo que representa y
mediación una negociación informal, en que el negociador sólo se repre-
senta a sí mismo.
Entre las investigaciones recientes sobre el poder, la obra del
psicosociólogo francés, Hubert Touzard, La mediación y la solu- Acerca del conflicto social en general, Hubert Touzard llega a
ción de los conflictos66 merece una mención muy particular. Apo- una conclusión clara que, desde nuestro punto de vista, tiene el
yándose en una documentación importante, en un estudio de mérito de conducir a la realidad a cierta psicosociología que a
los procedimientos de conciliación en los conflictos laborales en veces tiene tendencia a desviarse y desembocar en "lo afecti-
América del Norte, sobre todo en Quebec, y en las experiencias vo": "la negociación es un juego social formal cuyo objetivo no
de laboratorio que llevó a cabo en los Estados Unidos y Francia,
dicho autor llega a unas conclusiones notables para el cono-
cimiento de los procesos de negociación y mediación; conclu- 65. Cf. supra, p. 1125.

siones que no dejan de tener implicaciones prácticas.


66. Hubert Touzard, La mediación y la solución de los conflictos, Herder,
Barcelona 1981.
Hubert Touzard define el conflicto como "una situación en la cual UNTREF VIRTUAL | 21

unos actores (individuos, grupos, organizaciones, naciones) o 67. Ibid., p. 341.


consiste en provocar una modificación de las concepciones y tra hasta la saciedad que los acuerdos la mayoría de las veces
actitudes de los protagonistas, sino en llegar a la redacción de no son más que puntos de partida o elementos estratégicos Psicosociologia de
un protocolo de acuerdo aceptable para las partes interesadas. nuevos destinados a continuar los conflictos. las organizaciones
Se trata, en efecto, de llegar a un acuerdo formal sobre un texto
que, contra lo que pueda creerse, no necesita la adhesión afec- C. Una investigación psicoanalítico-marxista sobre el poder François Petit
tiva de los negociadores, sino su adhesión de conducta"68. Si
hay cambio de actitud o por lo menos de opinión en los interlo- Citaremos una última investigación que, sin tener un carácter
cutores, se trata de un efecto de la negociación y no del objeti- puramente psicosociológico, es original por las orientaciones del
vo perseguido. Por otra parte, el autor insiste en el carácter inte- equipo que la llevó a cabo en el Laboratorio de cambio social de
lectualista y voluntarista de toda negociación. A este respecto, la universidad de Paris IX Dauphine70.
es interesante advertir que a partir de una problemática comple-
tamente distinta, Touzard llega a una concepción del negociador Dicho equipo, compuesto de un economista marxista, un miembro
parecida a la del actor, capaz de desarrollar una estrategia de que se define como "anarco-deseoso" y dos más que se refieren
racionalidad limitada69. al psicoanálisis y a la psicología social del inconsciente, quiso es-
tudiar el poder en las organizaciones según cuatro dimensiones:
También debemos a Hubert Touzard una distinción original entre económica, política, ideológica y psicológica. Para ello, concentró
la negociación ideológica, centrada en los valores y los princi- la mayor parte de su tiempo y sus esfuerzos en la realización y
pios de los grupos representados por los negociadores, y la ne- análisis muy detallado de unas cuarenta entrevistas no directivas
gociación técnica, centrada en temas operativos. A partir de esta y de un seminario de formación-investigación, en una empresa
distinción, descubrió un modelo de congruencia del comporta- multinacional. Además, este informe lleva como apéndice el re-
miento del mediador: cuando la negociación es ideológica, para sultado de una investigación en una cooperativa de pesca en
ser eficaz, el mediador se centrará en las relaciones interperso- Bretaña.
nales del grupo de negociación; cuando la negociación es téc-
nica, el mediador para ser eficaz, se orientará hacia el contenido Las conclusiones a que llega este equipo e investigación no cons-
de la tarea del grupo. Evidentemente, en la realidad, el media- tituyen, desde nuestro punto de vista, una teoría susceptible de
dor tiene que ser capaz de pasar de un comportamiento al otro, ser utilizada por los técnicos de la organización. Parece que
según la evolución de la negociación que raras veces es, de ca- tampoco era ésta la intención de los investigadores. Sin embar-
bo a rabo, totalmente técnica o totalmente ideológica. Este mo- go, se trata de un intento interesante de descubrir nuevas vías
delo de congruencia debería hallar una aplicación directa en la de reflexión sobre el poder en las organizaciones, desde un pun-
formación de los mediadores. Es una de las lecciones prácticas to de vista marxista y psicoanalítico, enfoque atrevido, si los hay,
que hay que sacar de esta investigación. que empalma en numerosos puntos y con otro vocabulario con
la perspectiva institucionalista.
Finalmente, séanos permitido expresar nuestro acuerdo con Hu-
bert Touzard cuando considera que los conflictos tienen un efec-
to dinámico en la evolución de la sociedad. Sin embargo, nos 68. Ibid., p. 345.
parece que en el límite, la negociación y el acuerdo formal que
69. Cf. March, Simon, Crozier y Friedberg, en este mismo capitulo (IV, C, 1).
se deriva de la misma, no resuelven, o muy raras veces, los
conflictos sociales, excepto si damos un sentido muy restringido 70. Max Pages, Michel Bonetti, Daniel Descendre y Vincent de Gaulejac.
y localizado, en el tiempo y el espacio, a las nociones de con- Recherche sur le pouvoir dans les organisations, Commission Cordes.
flicto y de resolución. La historia, como la práctica social, mues- Commissariat général au Plan, 1976. UNTREF VIRTUAL | 22
Resumiremos de manera muy esquemática estas conclusiones, Es una teoría seductora, pero que debería ser ratificada utilizan-
cada una de las cuales merecería un examen crítico detallado do, por ejemplo, métodos proyectivos de investigación. Psicosociologia de
que no podemos hacer sin sobrecargar un capítulo ya tan den- las organizaciones
so. Los autores de la investigación reconocen ante todo que el Para terminar, plantearemos tres cuestiones.
poder surge en unas esferas de determinación variadas. En nues- François Petit
tra sociedad, calificada de neocapitalista, el poder se ha desa- En la realidad, ¿el actor en una organización está realmente
rrollado, partiendo de la esfera económica, en las esferas políti- encerrado en un determinismo tan implacable como el determi-
ca, ideológica y psicológica. Al mismo tiempo, las relaciones de nismo del inconsciente?
poder se han transformado. "El jefe, ese personaje mítico fami-
liar de nuestra cultura desde hace siglos, se desinfla como un ¿Puede, si no escapar del mismo, por lo menos superarlo uti-
globo vacío"71 en aras de las reglas; de hecho se trata de una lizando ciertos recursos?
despersonalización del poder. Recordemos, sin embargo, de
paso que los trabajos de Renaud Sainsaulieu llevan a matizar Finalmente, ¿qué recursos pueden ser adecuados?
esta conclusión, como vimos antes; aunque es verdad que la
regla domina, el jefe todavía está lejos de haber sido evacuado Plantear estas cuestiones es suponer que el actor dispone de un
del universo de la organización72. margen de libertad y entrar en un análisis estratégico que los
autores rechazan desde las primeras páginas de su informe 74.
Finalmente, los autores subrayan el carácter dialéctico del sis-
tema de poder de la organización, en el sentido de que produce,
oculta, transforma y reproduce contradicciones. El sistema de VI. Introducción A Una Reflexión Crítica Permanente
poder tendría así la función de servir de amortiguador o de ba- Sobre El Poder
rrera de los conflictos. Sobre las contradicciones, el equipo de
investigación propone dos análisis distintos: uno marxista, que A lo largo del presente capítulo, hemos intentado presentar dife-
se centra en las contradicciones entre la clase burguesa y el rentes perspectivas sobre el poder, del que habíamos dado una
proletariado; el otro se centra en las relaciones entre las estruc- definición general de "acción sobre alguien", potencial o efectiva,
tura psicológicas inconscientes y las estructuras sociales y, en para englobar sus dimensiones a la vez formales e informales.
particular, las contradicciones inconscientes de los trabajadores.
La organización moderna representaría, para los trabajadores, Esta variedad demuestra hasta la saciedad que es inútil intentar
la madre a la que piden amor y protección, pero también hacia forjar una teoría psicosociológica unitaria del poder en las orga-
la que dirigen sus pulsiones agresivas; pues la organización es nizaciones, que sería necesariamente reductora en relación con
una madre que amenaza constantemente con retirar a sus hijos la amplitud y complejidad del fenómeno.
su amor y protección. Estas pulsiones agresivas, añadidas al
aislamiento producido por la competición entre los trabajadores 71. Ibid., p. 561.
por la conquista del amor de la organización-madre, les llevan a
camuflarse cada vez más en las situaciones organizativas. 72. Cf. supra, en este mismo capitulo, IV, B.

73. El lector habrá advertido que esta teoría es muy parecida a la de Gérard
Según dicha teoría, el poder de la organización radicaría en esta Mendel, cf. supra, p. 90s.
regresión -en sentido psicoanalítico- de los trabajadores y se
volvería así más difuso y menos perceptible73. 74. Cf. o.c., p. 11, nota 3.
UNTREF VIRTUAL | 23
Sin embargo, el lector habrá podido darse cuenta de que ciertas de las relaciones de poder. El análisis estratégico no piensa bas-
perspectivas se sostienen unas a otras e incluso se completan tante en ello. Psicosociologia de
en una relación de inclusión: es evidente, por ejemplo, que la las organizaciones
personalidad de los actores es una variable de la relación de 2) Económicas. Los actores tienen, en el interior y en el exterior
poder que también sufre las exigencias de la organización. El de las organizaciones, una relación más o menos conflictiva con François Petit
modelo dinámico de French y Raven y la tipología de Weber el dinero, el capital y la propiedad.
pueden corroborar el análisis estratégico de las relaciones de
poder, etc. La lista de interferencias y comunicaciones posibles 3) Sociológicas y culturales. Los actores tienen, en el interior y
no está cerrada. Por el contrario, de dicho estudio se desprende el exterior de las organizaciones, una relación con las ideolo-
que el análisis estratégico se acomoda mal (es un eufemismo) gías, las instituciones, el Estado, etc.
a las teorías deterministas, ya sean psicológicas, psicoanalíti-
cas, marxistas o institucionalistas. 4) Psicosociológicas. Los actores están en situación de interac-
ción dinámica, tanto dentro como fuera de las organizaciones.
¿Hay que ignorarlas o descartarlas, por ello? Sería artificial y de
poco interés, en todo caso, intentar una mezcla de lógicas con- Estas exigencias, aunque no determinen de modo absoluto las
tradictorias. El análisis estratégico es un modelo que tiene una relaciones de poder, influyen, sin embargo, en la percepción que
lógica propia y cuya utilidad operativa para el técnico de las or- el actor tiene de su situación en la organización, de las zonas de
ganizaciones no se tiene que demostrar. Las teorías determi- incerteza que puede controlar y, por tanto, en su estrategia.
nistas tienen también una lógica; una lógica que contradice el
análisis estratégico. Nos parece que éste tiene que estar abier- El análisis estratégico puede profundizarse, si sabe tomar en con-
to a dicha contradicción, so pena de caer a su vez en una espe- sideración ciertos elementos de las críticas que le hacen las teo-
cie de determinismo, el de las zonas de incerteza, si es válido rías deterministas. Ninguna teoría ni ninguna práctica en ciencias
este enfoque. sociales, ni siquiera las que gozan de nuestra simpatía, podrían
prescindir del tamiz del análisis crítico.
Es verdad que el análisis estratégico no quiere explicar el poder
por unos de determinismos unívocos del tipo siguiente: el poder Incluso incitaremos, al final del capítulo, a los actores de las or-
en la organización se basa en la personalidad del jefe, en Ia ganizaciones -que somos todos- a una reflexión crítica perma-
imagen subyacente de la madre o el padre, en el dinero, en el nente sobre el poder, sus teorías y sus prácticas.
capital, en la propiedad, en el Estado, etc. Pero, las teorías de-
terministas deberían por lo menos incitar al análisis estratégico Tal reflexión debe permitirnos huir de la comodidad intelectual y,
a estudiar de manera más profunda las exigencias de los acto- en definitiva, de la esclerosis que acecha a toda teoría acabada.
res de la organización.
También debe permitirnos asumir las ambivalencias del poder que
Dichas exigencias son múltiples: nos implican a todos, cada día: poder que fascina y que oprime;
poder que protege y que aliena; poder que denunciamos en las
1) Psicológicas. Los actores están dotados de una inteligencia, instituciones y en los demás, y poder que nosotros mismos ejer-
hecho demasiado a menudo olvidado por la corriente de las re- cemos o querríamos ejercer, sin confesárnoslo nunca; poder, fi-
laciones humanas. Pero tienen también sentimientos, atraccio- nalmente, que "intelectualizamos" en sabios discursos y poder
nes y repulsiones conscientes o inconscientes que forman parte frente al cual mantenemos a menudo comportamientos mágico-
religiosos... UNTREF VIRTUAL | 24

También podría gustarte