Está en la página 1de 559

7

José A. Ferrer Benimeli


MASONERIA, IGLESIA
E ILUSTRACION
II.- INQUISICION: PROCESOS HISTORICOS (1739-1750)

FUNDACION UNIVERSITARIA ESPAÑOLA-Madrid, 1976


José A ntonio Ferrer Benimeli, P ro ­
fesor de H istoria C ontem poránea en
la Universidad de Zaragoza, m iem ­
bro honorario del In stitu to de I n ­
vestigaciones Históricas de la U niver­
sidad «A ndrés Bello» de Caracas,
m iembro correspondiente del In s titu í
des H autes E tudes et de Recherches
M a^onniques en Sciences H um aines,
de París, consejero num erario del
In stitu to de Estudios Oscenses, es
un especialista de la M asonería. P u ­
blicó en 1965 El Conde de Aranda
y el frente aragonés en la guerra con­
tra la Convención (Zaragoza), en 1968
La Masonería después del Concilio
(Barcelona), en 1972 El Conde de
Aranda y su defensa de España (Ma-
drid-Zaragoza), en 1973 Masonería e
Inquisición en Latinoamérica durante
el siglo X V I I I (Caracas), en 1974 La
Masonería española en el siglo X V I I I
(M adrid) y Bibliografía de la Maso­
nería (Caracas), en 1975 Los Archivos
Secretos Vaticanos y la Masonería
(Caracas), aparte de num erosos artícu ­
los y m onografías en diversas revistas
especializadas nacionales y extranjeras.

C onvertido en uno de los principales


«masonólogos» españoles, presenta, a
petición de la Fundación U niversita­
ria Española, la presente obra, Maso­
,
nería Iglesia e Ilustración.
MASONERIA, I G L E S I A
E ILUSTRACION

UN CON FLICTO ID E O L O G IC O -PO -


LITICO-RELIGIOSO

I. Las bases del conflicto (1700-


1739).
II . Inquisición: Procesos históricos
(1739-1750).
III. Institucionalización del conflic­
to (1751-1800).
IV . La otra cara del conflicto. C on­
clusiones y Bibliografía.
MASONERIA, IGLESIA
E ILUSTRACION
UN CONFLICTO IDEOLOGICO-POLITICO-RELIGIOSO

II
INQUISICION: PROCESOS HISTORICOS ( 1739 -1750 )

FUNDACION UNIVERSITARIA ESPAÑOLA


SEMINARIO CISNEROS
MADRID, 1976
JOSE ANTONIO FERRER BENIMELI

MASONERIA, IGLESIA
E ILUSTRACION
UN CONFLICTO IDEOLOGICO-POLITICO-REUGIOSO

II
INQUISICION: PROCESOS HISTORICOS ( 1739 -1750 )

FUNDACION UNIVERSITARIA ESPAÑOLA


SEMINARIO CISNEROS
MADRID, 1976
Publicaciones
de la
FUNDACION
UNIVERSITARIA
a

Monografías * 17

© Jo sé A. F e r r e r B e n im e li, 1976
Todos los derechos reservados
Printed in Spain
I.S.B.N. 84-7392-102-X
Depósito Legal: S. 129-1976
Imprenta « C a l a t r a v a » . Libreros, 9. S a la m a n c a
MASONERIA, IGLESIA E ILUSTRACION
U N C O N FLICTO 1DEOLOGICO-POL1T1CO R E L IG IO S O

Tomo I: Las bases de un conflicto ( 1700 -1739 )


Tomo II: Inquisición: Procesos históricos ( 1739 -1750 )
Tomo III: Institucionalización dei conflicto ( 1751 - 1800 )
Tomo IV: La otra cara del conflicto. Conclnsiones y bibliografía

Esta obra constituye la Tesis de Doctorado actualizada y presentada en la Facultad de


Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, el 29 dé febrero de 1972, bajo el título
de «Historia de la Masonería española en el siglo XVIII. Relaciones entre U Iglesia Cató­
lica y la Masonería». El Tribunal estuvo integrado por los profesores Antonio Beltrán,
como Decano y Presidente, José Cepeda, de la Universidad de Granada, Juan Regla de la
Universidad de Valencia, Juan José Carteras, de la Universidad de Zaragoza, y Carlos E.
Corona —de la misma Universidad— como Director y Ponente.
Obtuvo la calificación de Sobresaliente cum laude y Premio extraordinario de doctorado
correspondiente al curso académico 1971-72.
S I GL AS
M.: Maestre. A.: Aprendiz. M.: Masonería.
L.: Logia. O.: Oriente. V.: Venerable.
C.: Compañero.

A .C .F .: Archivio Capitolare. Foligno.


A .D . G.: Archives Departamentales de la Gironde. Bordeaux.
A.D . P.: Archives Diploma tiques. París. (Ministére des Affaires Etran-
gers).
A .E .E .R .: Archivo de la Embajada Española en Roma. (Ministerio de
Asuntos Exteriores. Madrid).
A .E .G .: Archives d’Etat. Genéve.
A .G .B .: Archives Genérales du Royaume. Bruxelles.
A. G. M.: Archivo General. México.
A .G .P .: Archivo General de Palacio. Madrid.
A .G . S.: Archivo General de Simancas.
A .H .E .W .: Acta Historico-Ecclesiastica. Weimar.
A .H . N.: Archivo Histórico Nacional. Madrid.
A. L.: t h o r y , Acta Latomorum, París, 1815.
A .N . L.: Arquivo Nacional da Torre do Tombo. Lisboa.
A.N. P.: Archives Nationales. París.
A .Q .C .: Ars Quatuor Coronatorum. London.
A .S .F .: Archivio di Stato. Firenze.
A .S.G .: Archivio di Stato. Genova.
A. S. L.: Archivio di Stato. Lucca.
A .S.N .: Archivio di Stato. Napoli.
A .S.V .: Archivio Segreto Vaticano.
A. V. S.: Archivio di Stato. Venezia.
B. A. C.: Biblioteca Autores Católicos. Madrid.
B. A .E.. Biblioteca Autores Españoles. Madrid.
B. A.P.: Bibliothéque de l’Arsenal. París.
B. A.V.: Biblioteca Apostólica Vaticana.
B.C. A.: Bibliothéque de Musée Calvet. Avignon.
B.C. R.: Biblioteca Corsiniana e dell’Academia dei Lincei. Roma.
B. D.E.: Bibliothéque d ’Epernay. Epemay.
B. H. V. P.: Bibliothéque Historique de la Ville. París.
B.M .L.: British Museum. London.
B .N .L .: Biblioteca Nacional. Lisboa.
B.N .M .: Biblioteca Nacional. Madrid.
R NP: Hibliothéqwe Naiíotialc, Pifl»,
B, P CtA fHblímh*qiir Publique ct Univrriltaiir, Onfcve,
( iv. C a li.: C ív ilti ('a ito lk a ( I a ) K om *.
C. S !,r,; Gtnacjo .Si|«ctíor Ue lnv«*tigatione« Científica». Matlrkl,
I M' J'rsntma tunería (Pranc Mafoantrie ■ Vret Matanry ■ Vreimatt
rerei),
ti A l) U : Gran Arquitecto Jet tI» ¡veno
<♦,!. Gran t,n¡pa
(> I N . Gran l/tgta Sai tonal
(\ 1 N F : Grande Istge Naliónate l’ran^aite.
<*. M Gran Maetire
(¡ C) Gran Oriente
II H S W : fíaut tlof t*nd Slaaharthiv Wícn.
P II I7 Pren o Vnivrnttairn Je Vranee Parí»,
K I S S Hevue Internationale Jet Sfnié/é» Secritet, Parí»,
S K H StMiMrihív <lo Kanton», Bcrn.
S K I ',/ Samtae K»manae ticdeüa*,

Htfik-,
A I** \*t0 * M itd m y i Um MAWJNF-S ttm «WIcaikVn )fxJí*«lnnw#nt* Mgón Im
a tjp frm * * tm in ru k * .

flfMMMMt Iwhmwmw^ Kmmi Sk^/yvtA,, P»«K»»I>Xhmtmtut! Vh *UM^M», Ff#IVlHMIl


P r tf’hlm vm ». Pwym*nt«rn Vies V rim u r*f\*i, Uf*rí Mumtofl. Ultr** Mura
Ma rw it*** P rA tn rm I j y w Vry* MftxaUmtt.

10
EL PROCESO DE TOMMASO CRUDELI
EN FLORENCIA
(1 7 3 9 -1 7 4 »)
I.—CONSECUENCIAS DE LA CONDENA PONTIFICIA

La Masonería en Florencia.—El Barón Stosch.—Petición del Cardenal Corsini


a S.A.R.—Arresto del Dr. Crudeli

La presencia de los Liberi Muratori en la Toscana, y más en particular en


Florencia, así como los diversos conflictos en que se vieron envueltos a raíz de
la Condena pontificia de la Masonería, forman parte de un capítulo histórico
que para su mejor comprensión conviene encuadrarlo dentro de la problemática
del despotismo ilustrado como una de esas zonas de fricción en materias de ju­
risdicción mixta entre los ministros del Gran Ducado de la Toscana, y el ele­
mento eclesiástico, representado en este caso por el Padre Inquisidor General,
deseoso no sólo de recuperar un prestigio que el Tribunal del Santo Oficio había
perdido, sino de oponer un dique a las pretensiones de sumisión del Gobierno
florentino.
Es un deseo inteligentemente llevado por parte de los representantes del
Gran Duque Francisco de Lorena, que luchan por conseguir la plena soberanía
de su príncipe, y su independencia frente a un poder supraestatal, Roma, que
por su proximidad, repercutía no sólo en el terreno eclesiástico, sino incluso
en el económico por la competencia realizada a través del puerto de Livomo.
En este contexto de interferencia de jurisdicciones, los masones florentinos
se convierten en el punto de fricción que a fin de cuentas habría de servir de
base en el conflicto Estado-Iglesia, en Florencia, tanto a uno? como a otros, para
manifestar sus pretensiones e intentar llevarlas a la práctica Conflicto que alcan­
zará su mayor expresión en el proceso incohado contra el secretario de la logia
florentina, el Dr. Tommaso Crudeli, que puede señalarse como un hecho clave
en la Historia de las relaciones diplomáticas entre Florencia y Roma, y que
nos proporciona hoy día una serie de detalles y conocimientos no exentos de
interés para una mejor comprensión del largo y complejo problema masónico-
eclesiástico del siglo xvm.

L a M a so n e r ía en F l o r e n c ia .— E l B arón S t o s c h

La difusión y publicación de la Bula In eminenti tiene en 1739 un capítulo


decisivo en cuanto que entronca precisamente con el Estado de la Toscana,
cerrando así un ciclo que puede ser fundamental para comprender el porqué
de la auténtica motivación que llevó a Roma a adoptar su actitud respecto a la
Francmasonería.
Al hablar en el primer volumen de la ciudad de Florencia, y constatar cómo
fue en la capital de la Toscana, a través de los informes del Nuncio, y sobre
todo del P. Inquisidor, donde fundamentalmente se puso en guardia al Santo

i.»
Oficio romano en contra de los Liberi Muratori, nos referimos en concreto al
Barón de Stosch (1). Ya entonces vimos que, ciertamente, no gozaba de muy
buena fama entre personas tan dispares como el Inquisidor, el embajador de
Lucca, Dr. Diodati, o el enviado de Francia, conde de Lorenzini (2).
El hecho de que el barón de Stosch se viera rodeado de esta aureola en
Firenze no debía carecer de fundamento, según podemos deducir del concepto
de hombre verdaderamente vicioso que de él tenían el Dr. Coechi, Horacio Wal-
pole (3), e incluso los propios francmasones ingleses, sus cofrades, quienes llega­
ron a cambiar el día de reunión masónica, trasladándola del jueves al sábado,
precisamente porque ese día, Stosch, por ser jornada de posta, tenía que aten­
der a sus negocios, y no podía sin gran incomodidad asistir a la logia (4).
Los mismos masones florentinos no participaban de las ideas anticlericales
e irreligiosas de Stosch. Basta para ello recorrer los nombres de algunos de los
Liberi Muratori de la ciudad del Amo, que por aquellos días eran asiduos a
la logia florentina; a saber: el abate Franceschi, el abate Ottaviano Buonacorsi,
el abate Buondelmonti; los religiosos del Convento del Santo Spirito, Denehy,
y Flood, que eran refugiados irlandeses, y habían sufrido cruelmente en su país
— el segundo sobre todo— en las persecuciones contra los católicos; el canónigo
Maggi, el abate Ñero, el abate Vanneschi, el abate Marini, el abate Pratesi,
funcionario de la Curia Arzobispal; y varios canónigos del Duotno, por no citar
más que algunos de los eclesiásticos que consta eran miembros de la Masonería
florentina (5).
El propio embajador de Francia en Florencia, conde de Lorenzini, vimos — al
tratar de la masonería en la Toscana en el primer volumen— que distinguía clara­
mente las asambleas de los masones, de aquellas otras reuniones que, de vez en
cuando, tenía Stosch «con algunos amigos que acudían a su casa, y con los
cuales mantenía conversaciones contrarias a la religión y buenas costumbres» (6).
Pues estas reuniones no tenían lugar en la logia, y la logia no tenía nada que
ver con aquellas reuniones, si bien el Inquisidor P. Ambrogi las identificó ambas,
debido quizás a que no pocos de los visitantes de Stosch eran ciertamente franc­
masones. El caso es que en la encuesta dirigida por el Inquisidor florentino, se
llegó falsamente a la confusión de la Masonería con las ideas de Stosch, siendo
esto, en sus orígenes, una de las causas, si no la principal, de la persecución
que contra la Orden del Gran Arquitecto del Universo desencadenó Roma a
través de la Congregación del Santo Oficio.

(1) Cfr. el Capítulo II del primer tomo, correspondiente a la Masonería en Florencia


durante el año 1737.
(2) Ibidem.
(3) Biblioteca Umversítá Medica di Firenze, Diario de Cocchi, R - 207-24: 21 Settem-
bre 1739: «Stoch is a realy vicious Man»; Horace Walpole's Correspondance ivith sir
Horace Mann, Yale, Univ. Press, 1954, t. I, p. 149; W alpole, The Letters of Horace
Walpole, edited by P. Canningham, London, 1877, vol. I, pág. 73.
(4) S b ig o u , F., Tommaso Crudeli e i primi Frammassoni in Firenze, Milano, Battez-
zati, 1884, pág. 67; H e ro n L e p p e r , J., The earl of Middlesex and the english Lodge in
Florence, A.Q.C., 58 (1945) 13; M je llo r , A., Nos fréres separés les francsmafons, Paris,
Mame, 1961, pág. 155. Este dato está tomado de la declaración «espontánea» del Dr. Cru­
deli ante el Inquisidor de Florencia, el 10 de agosto de 1739, de la que nos ocupamos
más atrás. Cfr. Apéndice 15 A.
(5) S b ig o li, op. cit., pgs. 68-73. Todos estos nombre», constan en el Diario del
Dr. Cocchi y en el proceso de la Inquisición contra el Dr. Crudeli, del que tratamos
más adelante.
(6) El Conde de Lorenzini, embajador de Francia en Florencia, a Amelot du Chaillou,

14
P etición del C ardenal Corsini a S.A.R.

En este sentido es reveladora la carta que el florentino cardenal Neri Cor­


sini, nepote de Clemente X II, dirigió el 16 de abril de 1739 a S.A.R. el duque
de Lorena y Gran Duque de Toscana; carta de la que se conserva una copia
en el Archivio di Stato de Firenre (7).
En ella, el cardenal, después de recordar a S.A.R. los servicios que él mismo
había prestado a sus predecesores, en la vida política y diplomática de su patria,
así como también los del igualmente florentino Santo Padre «que siempre ha
sido en Roma el protector de su tierra natal», se toma la libertad de comunicar
a S.A.R. «que la religión estaba en peligro en su patria, donde el mal se iba
extendiendo a grandes pasos».
Tras este preámbulo, y para justificar que sus temores no carecían de fun­
damento, pasa a hablarle directamente de nuestro personaje, el barón Stosch:
«S.A.R. sabe bien que el barón de Stosch a quien conoce ya desde tiempo tanto
de Holanda ( 8 ), como de Roma, es un hombre sin costumbres y sin religión».
Este hombre —prosigue el cardenal Corsini— «tiene en su casa una escuela de
puro deismo, con algunos de los profesores más corrompidos de la Universidad
de Pisa (9) y de los estudiantes más perversos que salen de esa Universidad,
uniendo a estos principios la intemperancia más disoluta» ( 1 0 ).
Después de hacer una alusión a la protección de que gozaba Stosch por parte
de la «Corte que reina en Inglaterra, aunque sea muy odioso a todas las honestas
personas de esta nación», viene, por parte del cardenal Corsini, la identificación
de Stosch y sus ideas con la Masonería, según los informes recibidos del P. In­
quisidor. «Para impedir que se pueda saber k> que ocurre en esa sociedad que
ha introducido en su casa, le da el nombre de franc-masones, y así se pone a
cubierto ante los que saben que esta sociedad ha sido formada en Inglaterra a
manera de juego o de honesta diversión, pero que ignoran de qué manera ha
degenerado en Italia, y se ha convertido allí en una escuela de impiedad. En
efecto —prosigue Corsini— , en Inglaterra, donde nació la sociedad, todas las
sectas son toleradas, sin que sean necesarios pretextos o disimulos, lo que es
diferente en Italia» ( 11 ).
No se puede negar un cierto toque de diplomacia al hacer una distinción
tan clara entre la Masonería inglesa y la florentina. Según Mellor, se trataba
de hacer comprender a los «entendidos», es decir, al propio Gran Duque, que

ministro de Asuntos Exteriores. Florencia, 3 agosto 17^7. Cfr. Apéndice 27 B del pri­
mer tomo.
(7) A.S.F. [Archivio di Stato. Firenze], Consiglio di Reggenz* delta Toscana, Filis
340, fol. 17-20: Extrait d’une lettre de M. le Card. Corsini a S.A.R., Roma 16 avril
1739 Apéndice 1 A.
(8) Aquí hay una alusión clara a los viajes que el Gran Duque hiao a La Haya,
en uno de los cuales fue precisamente iniciado como miembro de la Masonería. Cfr. el
Capítulo II del primer tomo: Intervención de Francisco de Lorena.
(9) Diodati en su informe a Nkcolini vimos cómo ya d 12 de junio de 1737 comu­
nicaba que desde hacía algún tiempo el Gobierno eclesiástico se había inquietado a
consecuencia de «ciertas máximas demasiado atrevidas contra la puridad de nuestra Santa
Fe» profesadas por algunos hombres de Letras de Florencia, inspiradas en gran parte
en las enseñanzas de la Universidad de Pisa. Cfr. Apéndice 26 A del primer tono.
(10) Apéndice 1 A.
(11) Ibidem.

15
se sabía distinguir entre la buena francmasonería, la inglesa — la suya— , y la
mala, la de Stosch ( 1 2 ). De todas formas no queda muy clara esta idea, pues
para esas fechas, a pesar de dicha distinción, la Masonería había sido condenada
por Roma, y en la Bula no se señala ninguna diferencia entre esta doble maso­
nería que aquí apunta Mellor interpretando el pensamiento del cardenal Corsini.
Por su parte el embajador de Lucca, Sr. Diodati, en su informe del 12 de
junio de 1737, al hablar de ciertas máximas un tanto atrevidas «contra la pu­
ridad de nuestra santa fe», profesadas por algunos hombres de letras de Flo­
rencia, inspiradas en gran medida en las enseñanzas de la Universidad de Pisa,
ya entonces añadía que estos virtuosi habían formado una Congregación a ejem­
plo de aquella llamada de los Muratori —es decir, distinta de ella— , «en la
cual se imponía un juramento acerca de todo lo que allí se hacía y decía» (13).
En este caso la seguridad del cardenal Corsini está basada en los informes
inquisitoriales. El mismo lo dice: «De todo esto será cerciorado S.A.R. si
quiere escuchar las demostraciones hechas a la Inquisición por gentes conmovi­
das por los remordimientos de sus conciencias, que han acudido a acusarse y
a denunciar a sus cómplices» (14).
Algunos de estos testigos, que —como tendremos ocasión de constatar más
adelante— en el mejor de los casos no pueden ser considerados sino como enfer­
mos mentales, habían descrito al Inquisidor las ceremonias masónicas con un
lujo de detalles tan obscenos y abominables como absurdos. Sin embargo, fueron
creídos tanto en Florencia como en Roma, a pesar de que más tarde dichos tes­
tigos se habrían de retractar formalmente —como igualmente tendremos ocasión
de comprobar— si bien para entonces el daño de la calumnia era prácticamente
irreparable, por las medidas adoptadas ya por Roma, medidas de carácter tan
universal y solemne, como la Bula In eminenti, que, dada la mentalidad de la
época, difícilmente podían ser anuladas sin una merma del prestigio e infali­
bilidad que rodeaban a las decisiones tomadas por el Santo Oficio, o por el
papa en nombre de aquél, quienes en el mejor de los casos, para justificarse,
siempre podían argüir con el secreto, aun cuando en este caso fuera para con­
denar otro secreto (15). Si bien esta actitud resulta un tanto debilitada a la
luz de los documentos del Archivo de la Inquisición de Lisboa, analizados más
arriba (16 ), según los cuales no existe la menor coincidencia, sino más bien todo
lo contrario, entre las acusaciones esgrimidas por el Inquisidor de Florencia, y
los favorables informes del Cardenal Inquisidor de Portugal, debilidad que se
aumenta si se tiene presente que éstos llevan la fecha del 13 de enero de 1739,
y la carta del cardenal Corsini — que recoge las noticias enviadas desde Florencia—
la del 16 de abril de 1739, lo que en cierta manera puede justificar esa distinción
que, como hemos visto más arriba, hacía Corsini entre la Masonería inglesa, y

(12) M e l l o r , op. cit., pág. 186.


(13) Cfr. Apéndice 26 A del primer tomo.
(14) Apéndice 1 A.
(19) Alonso T ejada , L., Ocaso de la Inquisición en los últimos años del reinado de
Fernando Vil, Madrid, ZYX, 1969, pág. 89: El Restaurador, periódico de la reacción
realista, decía en su n.° 114 (9.12.1823), «que de toda* las medida* adoptadas en los
países extranjeros, contra las sociedades secretas no hay como la Inquisición [es decir,
el Santo Oficio], porque sólo ella es capaz de sorprender sus maquinaciones tenebrosas,
y «destruir este munao secreto que ahincadamente está minando el mundo visible». Con­
tra el secreto masónico, el único antídoto infalible tenía que ser el secreto Inquisitorial.
Sólo con la fuerza se puede vencer la fuerza».
(16) Cfr. los Apéndices 40 A al 40 P, y del 41 A al 41 C del primer tomo.
la florentina, pues en Lisboa todos los miembros eran ingleses, en tanto que
en Florencia habían ingresado ya muchos nativos en las filas de los Liberi Mu-
ratori.
Las acusaciones hechas a la Inquisición son, en substancia — según la carta
del cardenal Corsini— «que en casa del barón Stosch, y en los cafés y tiendas
públicas, se difundían varias máximas contrarias a la fe y a la pureza de las
costumbres, habiéndose llegado hasta negar la Trinidad, la inmortalidad del
alma y la autoridad de la Iglesia; y respecto a las costumbres divulgaban que
no existía otro pecado de los sentidos que la sodomía*. Todo esto lo sabría
más detalladamente S.A.R. —añade Corsini— de boca del propio Padre Inqui­
sidor «caso de que quisiera oírle e incluso llamarle a palacio» (17).
A continuación hay un párrafo que enlaza claramente con el informe del
embajador de Lucca, Sr. Diodati, del 16 de junio de 1737 en el que textual­
mente se decía que, tanto el Nuncio como el Arzobispo de Florencia, conforme
a las directrices que habían recibido del Cardenal Secretario de Estado, Mons.
Firrao, «hacían lo imposible para conseguir la destrucción de los Liberi Mura-
tori, al menos para que fueran exiliados los jefes» (18).
También hay una alusión a una idea expresada por el cardenal Firrao al
Inquisidor de Florencia, el 1 .° de junio de 1737. Ya entonces el Secretario de
Estado le indicó que «la Sagrada Congregación del Santo Oficio «le agradecería
mucho, si pudiera proporcionarle alguna noticia que le permitiera encarcelar a
alguno de los asociados [a la Masonería], del cual no sería difícil obtener nuevas
pruebas contra otros, y de esta forma llegar a remediar este mal» (19).
A pesar de haber transcurrido casi dos años desde entonces, todavía no
habían conseguido los inquisidores sus objetivos, pues el Cardenal Corsini en
la carta dirigida a S.A.R., el Gran Duque de Toscana, le dice «que el único
remedio a este mal, para mantener la pureza de la religión y de las costumbres
en sus Estados, lo cual es obligación de todo príncipe, estaba en la expulsión inme­
diata de sus Estados del Barón Stosch, y de milord Raymond (20), y que
además debía permitir al Inquisidor arrestar dos o tres ce los principales cul­
pables, para arrancar las raíces nacientes de esta se<~ra. y reducir a lo6 demás
a penitencia» ( 2 1 ).
Todavía se permite Corsini insinuar que sería muy a propósito «purgar la
Universidad de Pisa de ciertos profesores antiguos». Y tras estas «sugerencias»,
que más bien querían ser «exigencias», el cardenal pide diplomáticamente perdón
caso de que se hubiera extralimitado, pues se había visto forzado a ello «por
su carácter, por las órdenes del Santo Padre, y el amor a su patria y a S.A.R.,
que era su soberano».
Da la impresión de que esta carta de Corsini viene a ser una especie de
ultimátum, ciertamente concebido en los términos más delicados y con la más
deferente cortesía. Pero es evidente que el Cardenal Corsini quería poner fin
a una serie de infructuosas gestiones tanto del Inquisidor, como del Nuncio y

(17) Apéndice 1 A.
(18) Cfr. Apéndice 26 B del primer tomo.
(19) Cfr. Apéndice 24 D del primer tomo.
(20) Lord Raymond figura ya en 17)) entre los coíundadores de la logia inglesa
de Florencia lCfr. el capítulo ÍI de! primer tomo: «La Masonería en Florencia»], y
en 1739 habfa sucedido a Lord Middlesex como Venerable de la logia de Florencia. Según
O tto lin i, A., La Carhornería dalle ortgini ai primt tentativi insurrezionalt (1797-1817),
Modena, 19)6, pág. 9: «Milord Ravmond fu tenuto in como di deísta e di miacredente».
(21) Apéndice 1 A.
Arzobispo florentinos, que ya llevaban más de dos años de duración, y que
para mayor ironía, ni siquiera habían conseguido que la bula In eminenti hubiese
sido publicada en la Toscana ( 2 2 ), es decir, en el país que de hecho la había
motivado. La causa hay que buscarla en esa legislación de la época a la que ya
aludimos al hablar del caso de Francia (23), que tampoco admitió la Bula, cosa
que se repetiría también en los Países Bajos austríacos, donde la Bula In eminenti
no fue «recibida» a causa de no haber sido revestida del Placet del Consejo de
Estado de las Provincias (24).
En el caso de Florencia fue el Consejo de Regencia quien estimó que al no
ser la congregación de los francmasones una sociedad religiosa, aquello constituía
una usurpación de la Santa Sede sobre los derechos del poder laico (25). Por
esta razón el final de la carta de Corsini es una auténtica amenaza de ruptura
de relaciones diplomáticas, caso de que no se obedecieran los deseos de Roma,
pues con la llegada del duque de Lorena a Florencia había cesado el Consejo
de Regencia que hasta entonces logró mantener una política de independencia
frente a las intromisiones romanas (26).
Corsini concluye su misiva con una última reflexión, a saber, que «si llegase
a ser imposible tener un Nuncio en Florencia, los protectores del libertinaje
triunfarían, y los pobres eclesiásticos no podrían hacerse oír, y serían fácil­
mente oprimidos. Por otra parte todos los príncipes habían considerado un
honor tener cerca de ellos al ministro del Papa, que, además de ser Jefe de la
Iglesia, siempre había sido considerado como el primero entre todos los mo­
narcas» (27).
Finalmente el cardenal formula una plegaria al Señor «para que tenga a
bien inspirar a S.A.R. a fin de que escuche la voz del Vicario de Jesucristo, y
combata gloriosamente a los enemigos de la fe también en sus Estados, al igual
que iba a combatir los de la Cristiandad» (28).

(22) Sobre este particular cfr. Apéndice 36 G del primer tomo, donde se reproducen
las noticias enviadas desde Florencia, y publicadas en The York Courant del 4 de julio
de 1738.
(23) Cfr. en el capítulo V del primer tomo: Actitud del Cardenal Fleury y de
Luis XV [1738].
(24) Stockmans, De jure Belgarum circa Bullarum receptionem, revu par J. Le P la t,
prof. de Droit canoa á l’Univ. de Louvain, Louvain, 1783, citado por DuchaIne, Histoire
de la F.M. belge au XVIlléme siécle, Bruxelles, 1911, pág. 31.
(25) Abafi, L., Gescbichte der Freimaurerei in Oesterreich Ungarn, Budapest, 1890,
t. I, pgs. 61-62; Heron Lepper, J., op. cit., pág. 26; Sbigoli, op. cit., pág 75; según
Findel, Histoire de la F.M., París, 1886, t. I, pág. 425 «cuando el Gobierno de Flo­
rencia recibió la Bula In eminenti, la envió enseguida al Gran Duque, a Viena, pidiéndole
sus instrucciones. Francisco respondió que a fin de no ofender a la Santa Sede era pre­
ciso aceptar la Bula, pero no hacerla ejecutar, y en caso de necesidad, excusarse de
admitir la intervención papal». Estas mismas palabras repite Küess-Scheichelbauer, 200
Jahre Freimaurerei in Oesterreich, Wien, Kerry, 1959, pág. 13; Balan, Storia d Italia,
vol. VIII, pgs. 118-119. La noticia de la aparición de la Bula, comunicada por el Go­
bierno de Florencia al Gran Duque está recogida en el periódico inglés The York Courant
del 4 de julio de 1738, donde se recoge una crónica, fechada en Florencia el 29 de
mayo. Allí se dice que se esperaban las Ordenes del Gran Duque para su ejecución.
Cfr. nota 22.
(26) Desde la muerte del último de los Médicis, el Gran Duque Gastón [9 julio
1737] se constituyó, bajo la presidencia del Príncipe de Craon, un Consejo de Regencia
que actuó hasta 1739 en que Francisco de Lorena hizo su entrada en Florencia acom­
pañado de su esposa María Teresa, donde permaneció muy poco tiempo.
(27) Apéndice 1 A.
(28) Alusión a su próxima campaña contra los turcos. Ya antee, en la misma carta

18
De hecho los propios masones florentinos se habían adelantado al Cardenal
Corsini —al igual que había ocurrido en Lisboa— ya que a raíz de la Bula
de Clemente X II, en parte por escrúpulo religioso, en parte por temor del
Santo Oficio, y a pesar de no haberse permitido su publicación en la Toscana,
obedecieron la prohibición papal y no volvieron a reunirse más (29). Incluso
los miembros ingleses adoptaron la misma postura. A esto contribuyó, según
la versión de Six, y Riegelmann, una actuación personal del Gran Duque, Fran­
cisco de Lorena (30). En realidad llegaron a esta decisión los mismos masones
influidos por varias causas: el temor de Mr. Collins, en cuya casa se reunían;
las gestiones en este sentido del Secretario de la Logia, Tommáso Crudeli; y los
consejos del residente de Inglaterra Lord Faine, quienes persuadieron al entonces
Venerable Milord Raymond a que disolviera la logia o, más sencillamente, adop­
tara el estado de «durmiente». Con lo que en adelante ni los fracmasones floren­
tinos, ni los ingleses volvieron a reunirse en asamblea legal (31).
Al comentar esta decisión el masón inglés Heron Lepper, escribe: «Si fuera
posible experimentar alguna satisfacción al ver extinguirse una logia masónica,
es en un caso como éste. Todo el asunto termina con un tributo a ese sólido buen
sentido que siempre ha distinguido a la francmasonería inglesa. Cuando los
Hermanos descubrieron que la .planta que habían aportado al suelo italiano no
conve lía a aquel clima, antes que dejarla degenerar en upas (32), prefirieron
juiciosamente desarraigarla» ( 3 3 ).
Así, pues, el Venerable y Secretario de la logia de Florencia habían llegado
a la misma conclusión que el Cardenal Corsini, si bien por caminos distintos,
lo que, de todas formas, no les libró de verse amenazados y perseguidos a ins­
tancias del mismo Cardenal quien para uno, lord Raymond, pedía nominalmente
la expulsión de Florencia; y para el otro, el Dr. Crudeli, solicitaba indirecta­
mente la pena de cárcel (34).

A r r e s t o d e l D r. C rui »e l i

La primera noticia en este sentido proviene también del Archivio di Stato


de Firenze donde se conserva un billete escrito el 22 de abril de 1739, es decir,
muy pocos días después de la Carta del Cardenal Corsini. Su autor es el abate
Tornaquinci, Secretario de Estado en el Gran Ducado de Toscana, y va dirigido
al Senador Giulio Rucellai, Secretario de la Jurisdicción de S.A.R. En él le
dice que «a fin de que pueda atestiguar en los Registros de la Jurisdicción la

existe otro párrafo en el mismo sentido. AUí le dice «que S.A.R. reflexione si, yendo a
combatir contra los enemigos de nuestra fe, para atraerse las gracias del Señor sobre sus
armas, no debía ante tomar resoluciones contra este mal».
(29) Sbigoli, op. cit., pág. 75; Marcolongo, B., La Massomería nel secolo XVIII,
Studi Storici [Pavía] 19 (1910) 409-410.
(30) Six, F. A., Freimaurerei und Cbristentum. Ein Beitrag zttr politiscben Gastes-
gechichte, Hamburg, 1940, pág. 757; Riegelmann, Die europatschen Dynastíen in ibrem
Verbaltnis zur Freimaurerei, Berlín, 1943, pág. 376.
(31) S b ig o li. op. cit., pág. 75; M e l l o * , op. cit., pág. 187. Este dato está tomado
de la declaración «espontánea» del Dr. Crudeli ante el P. Inquisidor, hedía el 10 de
agosto de 1739, de la que nos ocupamos en su lugar. Cfr. Apéndice 15 A.
(32) Upas: Vegetal exótico, violentamente tóxico.
(33) H e r o n Lbfpbr, op. cit., pág. 27.
(34) Apéndice 1 A.

19
Memoria de una Orden dada esta mañana por el Serenísimo Gran Duque, Nues­
tro Señor, tenía el honor de transmitírsela a Su Señoría Ilustrísima* (35).
Según se deduce de este billete, y siguiendo los deseos del Cardenal Corsini,
S.A.R. había recibido en audiencia al P. Inquisidor de Firenze, quien le suplicó
la ayuda del Brazo secular contra dos personas acusadas de errores que corres­
pondían al Tribunal de la Inquisición, cuyos nombres le fueron dados por el
propio Padre Inquisidor (36).
S.A.R. decidió otorgárselo y le encomendó al abate Tornaquinci hacerlo
saber al mismo P. Inquisidor y «ordenar al Bargeílo (37) que en esta ocasión
obedeciese sus disposiciones». Y respecto a otras contingencias semejantes que
pudieran darse durante la ausencia del Serenísimo Gran Duque de estos estados,
«había hecho saber S.A.R. al Padre Inquisidor que, caso de tener necesidad del
Brazo Secular», lo solicitara al Abate Tornaquinci en calidad de Secretario de
Estado, «a quien debería indicarle la persona o personas contra las cuales tuviese
necesidad de recurrir, para poder de esta forma dar las órdenes correspondientes
a los ejecutores de la justicia» (38).
Al dorso de la carta anterior hay una nota del propio Rucellai en la que
indica cómo el mismo día, en la audiencia tenida con S.A.R. le había dicho
«que había resuelto que durante su ausencia, caso de que el Inquisidor solicitase
el Brazo Secular, lo hiciese al Abate Tornaquinci, Secretario de Estado, a quien
expresamente había ordenado que no resolviese nada sin participárselo a Ru­
cellai, como Secretario de la Jurisdicción, y que le advirtiese que no lo otorgara
tratándose de extranjeros» (39).
La petición del Cardenal Corsini de la expulsión del Barón de Stosch fue
puesta en práctica — al menos en teoría— el 22 de abril de 1739, día éste en
que el Gran Duque «obligado por el bien de su servicio y de sus súbditos»
dio la orden al Barón Stosch de salir de sus Estados en el plazo de tres días.
El propio duque de Lorena lo comunicó a su amigo el duque de Newcastle (40),
desde Florencia, el 26 de abril de 1739 (41). Esta carta es un ejemplo de la fina
diplomacia del Gran Duque deseoso de cumplir las órdenes de Roma, pero que
no quería enemistarse por esta razón con el Rey de Inglaterra.
El Sr. Mann fue el primero en intervenir para evitar la salida de Florencia
del Barón Stosch, y debido a las advertencias que hizo al Gran Duque, éste
«prolongó el plazo hasta ocho días». Pero «habiéndole representado, de nuevo,
que estaba bajo la protección particular del Rey su Señor», no dudó en sus­
pender la ejecución de sus órdenes», y todo ello única y exclusivamente «por
la amistad que tenía por Su Majestad» [Británica] (42).
Tras este preámbulo, Francisco de Lorena ruega al duque de Newcastle, «se
sirva comunicar a Su Majestad la deferencia que había tenido tan pronto como

(35) A.S.F., Consígalo di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 1, fol. 1-4.
Apéndice 1 B.
(36) Ibtdem
(37) Oficial extranjero que mandaba en la República de Firenze un cuerpo de sol­
dados que constituían la guardia de la ciudad.
(38) Apéndice IB .
(39) Apéndice 1 C.
(40) El duque de Newcastle, ministro del rey de Inglaterra, había recibido el grado
de Maestre el mismo día que Francisco de Lorena, durante la visita de éste último a
Inglaterra en 1731.
(41) A.S.F., Cijuuglto dt Reggenza della Toscana, Registro I, pág. 218. El Gran
Duque Francisco de lorena ¿I Duque de Newcastle. Florence le 26 avnl 1739. Apéndice 2.
(42) íbtdem

20
le mencionaron su nombre, esperando de su justicia, que tuviera en considera­
ción que había dado estas órdenes por razones muy poderosas*, tanto para su
servicio, como para el bien de sus súbditos». Por ello confiaba que no pondría
dificultad Su Majestad Británica en que las hiciera ejecutar, si bien no lo haría
«hasta tanto tuviera su respuesta» (43).
En relación con este asunto, la contestación de Francisco de Lorena al Car­
denal Corsini, que lleva la fecha del 27 d abril de 1739, es también un modelo
de habilidad, pues sin comprometerse excesivamente, ni concretar nada, da sa­
tisfacción a los deseos expresados por el florentino Neri Corsini. Deja ál In­
quisidor y al Nuncio que le informen mis circunstancialmente de las medidas
adoptadas, cosa que el Gran Duque no podía hacer debido a su inmediata salida
de Toscana, lo que no era obstáculo para que hubiera tomado ya «las medidas
oportunas para prevenir lo que Su Eminencia temía con justicia». Y en cuanto
a la amenaza de ruptura de relaciones diplomáticas, manifiesta el Gran Duque
que por su parte «deseaba quitar todo obstáculo y, en consecuencia, deseaba tener
en Florencia un Ministro con rango de Nuncio; y confiaba que por la Corte
de Roma se concedería la misma facilidad» (44).
Los deseos del Cardenal Corsini respecto a la encarcelación de dos personas,
concretadas posteriormente por el P. Inquisidor de Florencia, fueron puestos
en práctica el 9 de mayo de 1739, día en que el Dr. Tommaso Crudeli pasó a
ocupar una celda en las cárceles de la Inquisición. Los detalles de los pasos
dados a este fin, los conocemos a través de una Relación del Abate Toroaquinci,
dirigida el 19 de mayo de 1739, a S.A.R. el Gran Duque (45), quien había
dejado ya Florencia, adonde no tendría ocasión de volver jamás.
Por dicha Relación sabemos que la otra persona destinada a la cárcel por
el Padre Inquisidor, era el abate Buonaccorsi (46) quien «por encontrarse gra­
vemente enfermo, pareció justo y conveniente dejarlo primeramente curar» (47).
A continuación Tornaquinci comunica al Gran Duque que el Padre Inqui­
sidor le había vuelto a visitar para solicitarle una nueva orden de arresto, esta
vez contra un tal Giuseppe Cerretesi (48) de quien afirmó «poseía graves indi­
cios de tener y propagar máximas contra las buenas costumbres». En esta oca­
sión el abate Secretario de Estado, «para andar más seguro», no >u¿gó oportuno
negárselo, pero tampoco concedérselo, «rogándole le diera un poco de tiempo
para reflexionar, reservándose el responderle más adelante» (49).
Esta resolución la tomó siguiendo las directrices del Gran Duque, «para
poder considerar y consultar el negocio con el señor Conde de Richecourt», el

(43) Ibidem.
(44) A.S.F., Cottsiglio di Reggenza della Toscana, Registri T. pág. 218. El Gran
Duque, Francisco de Lorena, al Cardenal Corsini. Florencia, 27 abril 1739. Apéndice 3.
(45) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana. Filza 339. Inserto 2, n. 6. Toma-
quinci a S.A.R. il Gran Duca. Firenze, 19 Maggio 1739. Apéndice 4.
(46) Sobre Buonaccorsi cfr. S b ig o li, op. cit., pgs. 70-71. H a n s, en su trabajo The
Masonic Lodge in Florence in the Eigbteenth Century, A.Q.C 71 (1958) 109-112 al
hablar de The lnqutsition and Crudeli’s emprisomment [pág. 111] da una serie de datoa
equivocados. Entre otros dice que Francisco de lorena permitió el arresto de Crudeli
el 9 de mayo de 1738; en realidad debería decir 1739. También afirma que se intentó
encarcelar a Buondelimonti [sic], en vei de Buonaccorsi.
(47) Apéndice 4.
(48) Giuseppe Cerretesi era de noble estirpe, pero pobre, pues, como él mismo con­
fiesa en la epístola dedicatoria de una poesía suya: «La gota fue la vínica herencia recibida
de sus progenitores». Sobre Cerretesi cfr. S b ig o li. op. cit., pgs. 68-70.
(49) Apéndice 4.

21
cual reflexionando prudentemente sobre la naturaleza muy delicada del asunto,
le dio una interesante contestación que, de paso, nos sirve de información
de las gestiones llevadas a cabo para la expulsión del Barón Stosch, así como
de las interferencias inglesas para evitarlo.
La respuesta de Richecourt. según se puede leer en el informe dirigido al
Duque de Toscana, fue «que habiendo hecho mucha impresión en el pueblo
el arresto del Dr. Crudeli, a favor del cual se interesaba tenazmente el Sr. Mann,
ministro de Inglaterra (50), creía sería más conveniente suspender el arresto
de Cerretesi, para no turbar la buena disposición que pudiese tener el Rey
de Inglaterra de consentir en la expulsión, solicitada por S.A.R., del Barón
Stosch de estos Estados, que por muchas razones debía importar más que este
arresto; pues si S. M. Británica pudiese imaginarse o sospechar que S.A.R.
se movía a pedir la expulsión del Barón Stosch por impulso de la Corte de
Roma, y por agradar al Papa, sería muy difícil, que el Rey de Inglaterra se
dispusiera a secundar las instancias de Su Alteza Real» (51).
A este objeto el Sr. Mann había escrito ya a su Corte de forma que podía
esperarse que S. M. Británica accedería a los deseos del Gran Duque. No obs­
tante, «era mucho mejor esperar a ver qué resolución adoptaba sobre el Barón
Stosch. y entre tanto no dar ningún otro paso, y suspender, no solamente el
arresto de Cerretesi sino incluso el del abate Buonaccorsi, para, de esta forma,
aquietar los clamores de muchos que estaban muy excitados contra la Inqui­
sición» (52).
En consecuencia el abate Tornaquinci, totalmente de acuerdo con las refle­
xiones del Conde de Richecourt le comunicó al P. Inquisidor «que no le pa­
recía prudente secundar sus deseos por las razones antedichas, y para no estor­
bar los manejos que se hacían para la expulsión del Barón Stosch, que era de
desearse más que cualquier otra cosa para el bien de la Religión» (53).
Al Inquisidor le parecieron justas y razonables las ideas expuestas por el
abate Secretario de Estado, y se excusó diciendo que de haberlo sabido antes
no hubiera insistido, ni escrito a la Congregación del Santo Oficio de Roma,
de la que había recibido la orden del arresto de Cerretesi, y de quien «había
ya habfado con S.A.R. en una audiencia que tuvo a bien concederle» (54).
No obstante, el Padre Inquisidor se atrevió a solicitar permiso para requi­
sar, en Livomo, la casa de un hebreo llamado Atties (55) donde suponía exis­
tían libros impíos. Pero «habiendo considerado el Sr. Conde de Richecourt
que esto sería contrario a la libertad y privilegios, y que se perjudicaría el
comercio de aquel Puerto, con lo que se haría el juego a los sacerdotes de
Roma que pretendían acrecentar el comercio de Ancona disminuyendo el de
Livorno», el abate Tornaquinci replicó al Padre Inquisidor que no podía con­
cederse lo que solicitaba «a causa de las normas diferentes que se practicaban
en Livorno» (56).

(50) Horace Mann, fue nombrado en 1737 asistente del embajador inglés, Faine, en
Florencia, pero en la práctica hizo todo su trabajo. Le sucedió oficialmente en 1740. Cfr.
Horace Walpole’s Corre spondance with sir Horace Mann, Yale, Univ. Press, 1954.
(51) Apéndice 4.
(52) Ibidem.
(53) Ibidem
(54) Ibidem
(55) Según B a la n , op. cit., vol. V III, pgs. 118-119, se llamaba Allias.
(56) Apéndice 4.

22
Finalmente, el Secretario de Estado de la Toscana exhortó al Inquisidor
a que tratara «con toda la caridad cristiana al Doctor Crudeli, y que sus reli­
giosos o fautores no se atribuyesen el triunfo de su arresto, y sobre todo que
no pensase mandarlo a Roma, como alguno había sospechado». A lo que re­
plicó el Inquisidor diciendo que Crudeli estaba en la mejor cárcel, y que
jamás había pensado mandarlo a Roma, «pues sabía muy bien el respeto que
debía a la soberana autoridad de S.A.R., y que no podía hacerlo sin su orden
y permiso» (57).
Al margen de los pasos dados por los representantes del Gran Duque en
favor del Doctor Crudeli, también sus amigos hicieron las gestiones oportunas.
En especial el Dr. Antonio Cocchi, del que se conservan en la Biblioteca Apos­
tólica Vaticana dos cartas escritas en mayo y julio de 1739 al cardenal Dome-
nico Passionei (58) en favor del poeta y paciente suyo, Tommáso Crudeli (59).
Pues el Dr. Cocchi, como profesor de la Universidad de Pisa, y después de la
de Florencia, fue un de los primeros en estudiar el contagio de la tisis, enfer­
medad que padecía Crudeli, por lo que corría serios peligros en la cárcel, caso
de no recibir especiales cuidados.
No obstante, en su carta al cardenal Passionei, del 16 de mayo de 1739,
el Dr. Cocchi carga las tintas en la calidad del «poeta [Crudeli], el cual por
la belleza del ingenio y por la variedad de la erudición, y por sus elegantísimos
versos, se había hecho admirar muchas veces, y había dado esperanzas de que
avivaría la gloria de la poesía toscana ahora casi muerta» (60).
En la posterior del 7 de julio de 1739 insiste en solicitar demencia tanto
más que el cardenal Passionei, tal vez «sabría la verdad precisa», pues el
Dr. Cocchi «tan sólo podía servirse de conjeturas falaces» (61). Conjeturas que
según el mismo Cocchi consignó en su Diario, en julio de 1739, no acertaba
aclarar tanto más que el Inquisidor todavía no había examinado a Crudeli,
aunque ya entonces se empezaba a rumorear que se le había encarcelado «para
descubrir el secreto de los Free-masons» (62), rumor que era cierto como se
deduce de la documentación vaticana ya comentada (63).

(57) Ibidem.
(58) Dotnenico Passionei. nacido en Fossombrone. el 2 de diciembre de 1682, fue
creado cardenal por Clemente XII el 27 de junio de 1738 con el título de S. Bernardo «He
Terme. Era Secretario de Breves y miembro de las Congregaciones de Ritos, Propaganda,
Consistorial, Indice, Indulgencias, Religiosos, Concilio, Examen de Obispos, Comercio dé
Ancona y de la corrección de Libros Orientales. A su vez eta protector de la Religión
Jerosolimitana, de la Orden Cisterciense reformada, del Colegio Germánico-Ungárico, de
la Universidad de los Mercan ti y de los Scarpellini. Cfr. Notizie per l*atino 1742, pgs. 192-
193; y C a s t e b a r c o A lb a n i d e l l a S o m a g lia , Un grande bibliófilo del sec. XVIII u Card
Domenico Passionei, Firenze. 1937.
(59) B e r r a , L., Due lettere inedite del medico Antonio Cocchi in fsvore del poeta
Tommaso Crudeli, Mondoví, 1937, 7 pgs.
(60) B.A.V. [Biblioteca Apostólica Vaticanal, Mss. Vat. Lat. 12564, fols. 220-221.
Antonio Cocchi al Cardenal Passionei. Firenze. 16 Maggio 1739. Apéndice 5 A.
(61) B.A.V., Mss. Vat. Lat. 12.564, fols. 222-223. Antonio Cocchi al Cardenal Passio­
nei. Firenze, 7 Luglio 1739. Apéndice 5B.
(62) Biblioteca Universiti Medica di Firenze. Diario de Cocchi, R-207-24: July 1739:
«We could not yet discover the nature of it [Crudeli’s arrest]. Which is the crime he is
suposed being guilty of, and which were motives upon which the G. [Grand] D. [Duke]
delivered him so readily. The Inq. [Inquisitor] not examined him yet, they say the obsta-
ele to go on in this affair is from the Government... Some say »t is to discover the secret
of Free Masons».
(63) Cfr, en especial Apéndice 24 D del primer tomo, y Apéndice 1 A.

23
II.— INTERFERENCIAS DE JURISDICCION DEL TRIBUNAL
DE LA INQUISICION

Relación del Senador Rucellai.—Informe del Conde de Richecourt.—Actuación


del Inquisidor de Florencia.-—Intervención del Nuncio de Viena.—Respuesta
del Gran Duque de Toscana

R e l a c ió n d e l S enado r R u c e l l a i

Siguiendo un orden cronológico, entre los papeles conservados sobre el


proceso de Crudeli, existe, con fecha del 21 de julio de 1739, una carta del
Conde de Richecourt, uno de los principales ministros del Gobierno de la Tos-
cana, durante la ausencia del Gran Duque, en la que pide al senador Rucellai
le envíe unos papeles, a fin de poderlos expedir a Viena en el despacho del
día 21 de julio de 1739, en el que ya había hecho referencia a su contenido (64).
Los papeles en cuestión son una interesante Relación del senador Rucellai,
sobre los diversos motivos que tenía para creer ilegítima y abusiva la deten­
ción del Dr. Crudeli (65). Es un extenso memorial en el que ante la duda
existente, de que el Gran Duque se hubiese visto forzado a consentir en el
arresto de Crudeli, intenta el senador hacer una crítica de los diversos motivos
que cree indujeron a tal acto.
En primer lugar, se fija en el «carácter sacerdotal y la probidad que debe
creerse en el presente Inquisidor, lo cual quita toda sospecha de que se hubiese
servido de algo falso, con tanto perjuicio para la reputación ajena y suya»,
pues no es fácil imaginar que se hubiese expuesto a «ofender tan irracional­
mente a S.A.R., abusando de su piedad». Esta hipótesis tan sólo podía temerse
en el caso de que el mismo Inquisidor hubiese sido engañado c*~n alguna calum­
nia bien urdida. De todas formas el Senador, reconoce que no dispone de datos
suficientes para sacar tal conclusión.
Es el propio Gran Duque quien debe, comparando juicios, «deducirla com­
binando lo que le manifestó el Inquisidor al solicitarle el Brazo secular, con
el estado actual del asunto, en el que, a pesar de la gran dificultad que supone
el tribunal, que tiene todo secreto, hasta al mismo reo, y concluye el Proceso
sin oír al acusado, se han podido obtener tantas noticias, que realmente hacen
dudar de que existan acusaciones de relieve contra Crudeli» ( 6 6 ).
Como prueba de esta afirmación Rucellai declara que muchos laicos y
entre ellos muchos gentileshombres, habían sido llamados furtivamente y sin

(64) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339. Inserto 2, n. 3. El Conde
de Richecourt al Senador Rucellai. Firenie 21 julio 1739. Apéndice 6 A.
(65) A.S.F., Comiglio di Reggenza della Toscana. Filza '39. Inserto 2, n. 3 (existen
dos copias; una de ellas en borrador). Apéndice 6B.
(66) Ibidem.

25
conocimiento del Gobierno al Tribunal [de la Inquisición] para ser examina­
dos. Y a pesar de haber sido obligados a prestar el acostumbrado juramento
de guardar secreto de todo lo que habían sido examinados, e incluso de que
negaran el haber sido llamados, algunos —manifiesta Rucellai— han rehusado
prestarlo, no creyendo poder en conciencia y honor obligarse con juramento
a decir falsedad.
A continuación cita una serie de testigos que coinciden en haber sido interro­
gados sobre la opinión que tenían de la religión de Crudeli, y de una serie
de bagatelas tales como si le habían visto arrodillarse o no al Angelus; si en
cierta ocasión se quedó en un café a pesar de que se daba la Bendición con
el Santísimo Sacramento en una Iglesia que estaba enfrente; si había hablado
mal de los religiosos en una villa particular hacía doce años; si desaprobaba
el método que se usaba en Italia para enseñar la Teología; y otras proposi­
ciones por el estilo.
Todas estas cosas tan equívocas e insubstanciales, que como veremos eran
ciertas, pues coinciden con las denuncias existentes en el proceso contra el
Dr Crudeli, indujeron al Senador Rucellai a sospechar que «había un gran
interés en hacerle comparecer como reo, justamente porque como tal le habían
presentado a S.A.R ». Además, con ello demostraban que no tenían en el pro­
ceso ninguna prueba sólida en su contra, porque en tal caso sería superfluo
andar a la caza de hechos tan equívocos y remotos. Es más, el propio Inquisidor
se había excusado de su actuación diciendo que él había hecho todo «con
orden expresa de la Corte de Roma», y que «no hacía otra cosa sino seguir
órdenes de Roma, donde se había preparado el proceso». Lo cual no es del
todo cierto, ya que la actuación romana fue originada y forzada por los infor­
mes y deseos del propio Inquisidor.
Otra de las cosas que llama la atención al Senador Rucellai es que habi­
tualmente se incoaba proceso a los diez o doce días de la detención del pre­
sunto reo. Pero en el caso de Crudeli ya habían transcurrido casi tres meses,
lo que unido a los exámenes sobre cosas tan débiles y antiguas hacía surgir
espontánea una cierta presunción en su favor, pues todos los indicios eran que
no existían suficientes pruebas para concluir el delito con que poder justificar
la petición que habían hecho a S.A.R.
Al llegar a este punto Rucellai alude a los principios establecidos en el
Tribunal de la Inquisición, como atestigua el Cardenal Albizzi en su tratado
De inconstantia in fide, cap. 14, n. 25, donde dice que no puede precederse
al arresto si no existen indicios, que los criminalistas llaman de tortura, y que
como él mismo explica deben ser «ciertos e indudables y, en modo alguno,
equívocos», porque el simple arresto en aquel Tribunal lleva consigo la infa­
mia, siendo ésta una pena irremediable que no puede infligirse a quien no haya
sido probado como reo. Y al aplicar esta doctrina al caso de Crudeli, teniendo
en cuenta que todos los exámenes hechos a raíz de su detención eran sobre
cosas nimias y, sin género de duda, equívocas; y que todavía no se había ini­
ciado el proceso, se podía con toda seguridad de conciencia dudar que real­
mente existiesen esos indicios «ciertos e indudables» de que hablaba el Car­
denal Albizzi, para proceder al arresto de Crudeli (67).
El planteamiento del problema consistía en la necesidad de «hacer justicia
a un súbdito de S.A.R., que no podía ser arrestado sin su autoridad, y que

I ) Ih id tm

26
sin duda la había dado en el supuesto de que fuera reo», ya que era claro que,
caso de ser arrestado un inocente, «éste quedaba con la pena de la infamia
nacida de su arresto, de la que ya jamás podría librarse porque no podía cons­
tar públicamente de su inocencia».
Para evitar tales atropellos el senador Rucellai considera justificadas las
medidas adoptadas por los Gobiernos de Lucca y Nápoles, donde no habían
querido que se introdujera el Tribunal de la Inquisición; y las impuestas por
la República de Venecia que había exigido la asistencia de dos Ministros para
no dejar a los Inquisidores la libertad de obrar a su antojo.
Por este motivo se atreve Rucellai a proponer al Conde de Richecourt la
conveniencia de representar a S.A.R. algunas circunstancias del efecto produ­
cido en la ciudad y, tal vez, en toda la Toscana, por el arresto de Crudeli, ya
que con este motivo se habían divulgado algunos temores que podían acarrear
consecuencias perniciosas, incluso al buen servicio de S.A.R.
En este punto baja el Senador a un detalle revelador, y que coincide con
la realidad que ya captaron en 1782 autores como el de la interesante obra
Fatti attenenti all’Inquisizione e sua Storia Generóle e particolare di Tosca­
na ( 6 8 ). «Han esparcido claramente la voz —escribe Rucellai— de que la
Inquisición necesitaba proceder en algún hecho llamativo para volver a recu­
perar la reputación de su Tribunal», que últimamente había sufrido demasiado
en la opinión del pueblo al ser condenados a galeras algunos de los esbirros
que participaron en el famoso asunto del Canciller de la Inquisición de Siena,
«quien persiguió a sangre en el Tribunal, como blasfemo, a aquel pobre hom­
bre, reo de haberse negado a prostituirle su hija» (69).
Tras citar algunos casos más, Rucellai comenta en su Relación que «era
muy de sospechar que el P. Inquisidor unido a algún otro personaje, residente
en Firenze (7 0 ) habían dado informes tendenciosos a la Corte de Roma, acerca
de la religión del país, habiéndose visto con ocasión del arresto de Crudeli,
muchas cartas de Roma, incluso de personas que forman parte de aquel Gobier­
no, en las que se decía claramente, que los arrestos debían ser más numerosos,
y que éstos serían obtenidos fácilmente a través de S.A.R., a pesar de los ma­
nejos de sus poco religiosos ministros» (71).
Siguiendo en su argumentación, el senador pone de manifiesto que las inves­
tigaciones hechas por el Padre Inquisidor sobre cosas equívocas y acaecidas
hacía muchos años, había obligado a no pocas personas a plantearse la nece­
sidad de abandonar el país ya que no querían exponerse a ser vejados o a tener
que rendir cuentas por lo que pudieran haber dicho en su juventud.

(68) A nónim o, Fatti attenenti all’lnquisizione t sua storia generóle e particolare di


Toscana, Venezia, Formaleoni, 1782, pág. 185.
(69) Parece ser que alude al Nuncio.
(70) El libro Fatti attenti..,, op. cit., pgs. 136-137. también recoge este suceso acae­
cido en Siena, «en tiempos de Fray Cimino, Canciller del Inquisidor Padre Pesen ti, que
amado por la mujer de un mercader de cera, al no poder ya, como acostumbraba, frecuen­
tar su casa, debido a las celosas insinuaciones que le habían hecho a su marido los aman­
tes de sus dos hijas, lo hiío arrestar por los familiares de la Inquisición, y fue encerrado
en las cárceles del Santo Oficio». Sobre este asunto cfr. A.S.F., Consiglio di Reggenza detta
Toscana, Filza 339, Inserto 21: Copia di una lettera scritta dall... Neri Venturi all’abate
Tornaquinci, nella quale lo ragguaglia del fatto arbitrario usato de F. Cimino, Can. re
dell'Inquisizione di Siena, contro un tal Romanelli. per avere il med" proibito alia sua m o
glie, e figlie di non ammettert nella propia casa il med° Religioso, dal 15 agosto 1738.
(71) Apéndice 6B.

27
A eito te aftadla que entre lo« ingleses, loe cuales eren bien aceptado» en
e! país por el mucho dinero que en él Bastaban, te habla extendido un gran
descontento y temor debido a algunas palabra» que el propio Padre Inquialdor
habla dicho en cierta» catas de la ciudad. Así, por ejemplo, en la de Vitelli
habla comentado que «ya que no habla podido conseguir el exilio de Stoach,
al menos habla logrado el arretto de Crudeli»; lo que daba justo motivo para
creer que uno de loa delitos de Crudeli era el haber hablado con los ingleses,
de los que precisamente vivía, enseñándoles la lengua italiana. Y la sospecha
era tanto mayor cuanto que el Inquisidor procuraba indagar lo que se hacía
y deda en alguna» casa» de ciertos ingleses muy respetables, y esto no sólo
en Firenze, «no incluso en Siena, en donde casi había prohibido al Dr. Va­
lentín! tratar con ellos diciéndole que «estos ingleses eran muy peligroso».
De ahí que la alarma surgiera también en todos aquello# que habían tratado
o hablado con ellos.
Por estas razones, prosigue Rucellai, «se ha llegado a la plausible conclu­
sión de que el verdadero delito de Crudeli sea el ser uno de los Liberi Muratori.
Y digo que el más plausible, primeramente porque ya en el Gobierno de G.
Gastón, de grata memoria, en »u misma antecámara, el actual Inquisidor me
habló con mucho sentimiento de esta sociedad, que él llamó secta, y lo hizo
de forma tal que me dí cuenta que ya entonces tenía órdenes sobre este asunto,
y por esta razón cuando salió la célebre Bula, me creí en la obligación de repre­
sentarlo al Consejo de Regencia, que resolvió prohibirla y que no se editase
en Firenze, y que no se vendiese públicamente» (72).
En segundo lugar —se lee en el informe— «ya el 9 de junio de 1738 fue
examinado por el actual Inquisidor un sacerdote, llamado Bernini, expresa­
mente sobre estos Ltberi Muratori, y fue interrogado si entre ellos estaban
Crudeli y otras personas «am o el abate Franceschi, el abate Buondelmonti y
el Doctor Corsi». Siguiendo en este capítulo de hechos concretos, añade el
Senador que también el Dr Pupigliani había sido examinado sobre los Liberi
Muratori y sobre la persona de Stosch, y que incluso «fue retenido cinco días
en la cárcel sin que el gobierno supiese nada» (73).
Finalmente, «porque de Roma habían escrito que sin género de duda ésta
era la verdadera causa». Y para mayor confirmación, por el último correo de
Roma sabía ciertamente, que «habían sido negadas dos gracias a dos gentiles­
hombre* a pesar de que era costumbre concederlas siempre, Al abate Giu.
Buondelmonti le había sido negada la dispensa de decir el oficio divino; cosa
que justificó el Cardenal Corsini diciendo que era debido a su calidad de
f rimas son» Al canónigo Maggi le fue negada la autorización de ordenarse de
sacris. I’n este caso el propio senador había visto el rescripto hecho por el
Cardenal Corsini, y después cancelado, en el que como justificación de tal
medida se deda ser «por el único motivo de que pertenecía a los Liberi Mu­
ratori» (74).
La última parte de la extensa relación de Rucellai está dedicada a hacer
una serie de reflexiones sobre la mala impresión causada por el caso Crudeli
«en todas las personas un poco cultas porque en Toscana es demasiado evi­
dente para todos la guerra oculta que la Corte die Roma ha hecho a la Univer­
sidad de Pisa, considerada como el único obstáculo que ha impedido reducir

(72) Ibidem
(75) Ibidem.
(74) Ibidem

2K
Ja Toscana al estado de ignorancia en que ha sumergido a casi todo ei retro
de Italia». V en favor de esta idea el mismo Padre Inquisidor, inmediatamen­
te después del arresto de Crudeli, «hizo una larga declamación contra la Uní*
versidad de Pisa, dando a entender que Crudeli había heredado de ella tus
errores» (75),
Tras justificar la necesidad de los estudios de Pisa, y una vez considerada
la situación política y natural del estado, Rucellai hace una rápida alusión a
Livorno, donde todo se perdería caso de que allí se dejara obrar libremente
al Inquisidor «como siempre ha deseado hacer». Pues Livorno, debido ak>s
privilegios de Puerto franco otorgados por Fernando I, se había convertido,
en poco más de un siglo, en la ciudad más importante de Italia y en el único
sustento del Estado (76).
La conclusión final del Senador es clara: Son los intereses de S.A.R. los
que están en juego, y por ello es urgente disipar las falsas alarmas, y permitir
que se pueda claramente prometer a todos, «que en adelante ya no serán inquie­
tados más, y que gozarán de la misma seguridad que hablan disfrutado hasta
ahora» (77).
De toda esta relación es interesante retener una serie de ideas que en gran
parte coinciden con las expresadas en la correspondencia vaticana mantenida
entre el Inquisidor de Florencia y el Cardenal Firrao, o entre el Cardenal Cor-
nini y S.A.R., el Gran Duque de Toscana, por no citar los abundantes billetes
del Asesor del Santo Oficio más arriba comentados (78).
Rucellai demuestra tener una gran visión del problema cuando desgloaa
la cuestión del asunto Crudeli. Por una parte, está la necesidad de la Inqui­
sición de proceder con algún hecho llamativo para volver a recuperar el pres­
tigio de su Tribunal, y de esta forma hacer sentir el peso e influjo de la ó x t e
de Roma en la Toscana que empezaba a ser una rival peligrosa para los Estados
Eclesiásticos, no sólo en el terreno intelectual, por medio de la Universidad
de Pisa, sino incluso en el económico a través del puerto franco de Livorno.
De ahí que los esfuerzos romanos, camuflados so capa de defensa de la reli-
f;ión fueran directamente a estrangular tanto la labor universitaria de Pisa —de
a que también se ocupó el Cardenal Corsini en su carta al Gran Duque (79)—
como la comercial de Livorno. Por otra parte el proceso de Crudeli se enlaza
íntimamente con la colonia inglesa de Firenze —que a su v a también tenía
importancia ideológica v económica (80)—, y de rechazo, por su falsa cone­
xión con Stosch, son los Liberi Muratori o franes-mapons las víctimas de loa
manejos romano-inquisitoriales.

I nforme d e l C onde de R ichecouht

También resulta muy elocuente la Memoris enviada deade Florencia por el


Conde de Richecourt a S.A.R., Francisco de Lorena, el 28 de julio de 1759,
es decir, siete días después de que Rucellai le remitiera su Rehctóti al Conde,

(75) En realidad Crudeli había cunado »u» estudios en la Universidad de Pisa.


(76) Apéndice 6B.
(77) Ibidem
(78) Cfr. primer tomo, en especial capitulo* 11 y V.
(79) Cfr. Apéndice 1 A.
(80) A éstas Mellor añadirla la política hannoveriana que, sogta él. aeré el ceatro y
explicación de todo «1 problema,

29
que precisamente la incluye en su despacho a Viena, así como una carta de los
padres del Dr. Crudeli.
El documento en cuestión se encuentra también en el Archivio di Stato de
Firenze, y lleva el título de «Razones del arresto del Dr. Crudeli, y proposi­
ciones del Conde Richecourt para su libertad y conclusión del proceso» (81).
En no pocas ideas e incluso expresiones coincide con la relación escrita de
propia mano por el senador Rucellai.
«El arresto del Dr. Crudeli ha lanzado la alarma en este país» — empieza
diciendo el Conde de Richecourt— tanto más que «habiendo sido su oficio el
de profesor de lengua italiana, y poeta, no parece que ninguna de estas cua­
lidades puedan tener mucha relación con la Teología». Si bien es cierto — reco­
noce el conde— que su poesía y sus chistes le han atraído muchos enemigos,
particularmente eclesiásticos, y frailes, contra los cuales ha hablado en algunos
de sus escritos (82).
Además «es franc-Masson y tenía mucha relación con los ingleses, a los
cuales enseñaba el italiano. Y decimos franc-Masson, y recalcamos esta circuns­
tancia porque no hay duda de que el promotor de todos los rumores que han
circulado por Roma y aquí, vienen de Monseñor Ferroni, nuevo asesor del
Santo Oficio, el cual es el autor de la Bula contra los francs-massons, por medio
de la cual ha querido señalar su entrada en este empleo» (83).
Es esta la alusión más directa al Asesor del Santo Oficio, Mons. Ferroni,
del que ya nos ocupamos más arriba (84), y del que si bien es cierto que igno­
ramos sea o no el autor de la Bula, lo que sí es cierto es que todos los billetes
del Santo Oficio, enviados al Cardenal Secretario de Estado, referentes a la
Masonería, y que hemos comentado en su lugar, están escritos por él. Es más,
según el informe de Richecourt, había llegado a esta conclusión a través de
«las conversaciones escapadas tanto a la Inquisición en esta ciudad [Florencia]
como a varios prelados de Roma» (85).
Por otra parte, con el proceso de Crudeli — añade Richecourt— «se ha
pretendido hacer recuperar al Tribunal del Santo Oficio el honor perdido, o
al menos, hacerlo temer reparando así la brecha que había ocasionado la aven­
tura del canciller de la Inquisición de Siena ( 8 6 ) de la que S.A.R. ya está
informado».
Estos discursos del público «se fortifican con las informaciones que se hacen
de parte ce la Inquisición contra el mismo Crudeli, las cuales, por lo que se
han podido filtrar, se inclinan sobre bagatelas y en modo alguno sobre los artícu­
los de la fe, como se habrá sin duda comunicado a S.A.R. para obtener el encar­
celamiento de Crudeli» (87). En esta frase como en lo que sigue, se nota clara­
mente la mano del senador Rucellai, preocupado por hacer ver al Gran Duque las

(81) A.S.F., Constato di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 2, n. 7. El Conde
de Richecourt a S.A.R., Francisco de Lorena. Florence le 27 juillet 1739. Apéndice 7.
(82) Según el libro Fotti attenenti..., op. cit., pág. 136, en la muerte del célebre sena­
dor Filippo Buonarroti, Secretario de la Regia Jurisdicción, en una composición poética
que recitó Crudeli, usó la expresión: «Ei che frenar solea il tempeítoso procellar del Cle­
ro...», frase que parece ser jamás le fue perdonada.
(83) Apéndice 7.
(84) Acerca de Mons. Ferroni, cfr. en el tomo primero el capítulo III. Actitud del
nuevo Asesor del Santo Oficio.
(85) Apéndice 7.
(86) Cfr. nota 69.
(87) Apéndice 7.

30
consecuencias políticas de la actuación inquisitorial. Todo esto «ha aumentado la
inquietud de no pocos, pues si bromear sobre la ignorancia y la vida de los
frailes, hablar contra la manera de proceder del Santo Oficio, es un crimen, exis­
ten muy pocas personas en esta ciudad, que no estén en el caso de ser sometidas
a la Inquisición» ( 8 8 ).
Por esta razón —prosigue el Conde de Richecourt— nos vemos obligados a
decir a S.A. R. que las conversaciones por los eclesiásticos, tanto en Roma como
aquí en Florencia «han intimidado de tal forma a la mayor parte, que si
S.A.R. tuviera hoy día alguna dificultad con Roma, le costaría trabajo encon­
trar siquiera uno, lo suficientemente audaz, para atreverse a sostener sus de­
rechos, exponiéndose a la venganza de la gente de la Iglesia, quienes bajo
color de irreligión podrían vejar a todo aquel que se hubiera opuesto a sus
pretensiones por muy injustas que éstas fueran» (89).
En confirmación de lo anterior, el Conde de Richecourt expone una serie
de ideas, sin tapujos, en las que manifiesta su desacuerdo y hostilidad con la
política romana. «La Historia —dice— nos da de ello demasiados ejemplos,
y vemos que ni siquiera Roma ha respetado a los Reyes en los siglos de igno­
rancia, en los que se creía que la autoridad del Papa era superior a todas
las Potencias (90); autoridad que intenta mantener en cuanto le es posible con
los Príncipes, a los que no cree con suficiente fuerza para resistirle, y por
esta causa utiliza con ellos toda clase de vías». Es más, la autoridad papal
rompe las ligaduras más sagradas «cuando se intenta disminuir su potencia
temporal, usurpada en tiempos pasados». Por esta razón «la distinción entre
la potencia temporal y la espiritual es una herejía, y según ellos, la peor de
todas». Es cierto que no lo manifiestan de forma tan clara —prosigue Riche­
court— ni se atreven a decirlo públicamente, «pero las persecuciones que han
desencadenado contra no pocos que se adelantaron a sostener o enseñar pare­
cidas proposiciones, son una prueba evidente, aunque dichas persecuciones,
en más de una ocasión, fueran hechas bajo otros pretextos* (91).
La verdad es que Crudeli no está en este caso, «pero no es menos cierto
que su arresto, y el proceso que se está haciendo contra él flan un justo
motivo de temor a aquellos que no tienen otro crimen que el de creer que
los derechos que la Corte de Roma quiere arrogarse en materias temporales
es una usurpación a la autoridad soberana». A esto hay que añadir que «la
Iglesia está en el Estado y no el Estado en la Iglesia, y que al mismo tiempo
que creen en la infalibilidad de la Iglesia, dudan en la del Papa, que no tiene
otros fundamentos que las decisiones que ha tomado en su favor. Y esto es
de tal forma verdad, que actualmente en cuanto se trata de Roma, nadie se
atreve a hablar» (92).
En confirmación de la actitud de Roma, y de los intentos de hacer preva­
lecer su autoridad en la Toscana, alude Richecourt al asunto de los soldados
rebeldes que después de haber robado, se retiraron al Estado Eclesiástico; y
a pesar de que el Cardenal Corsini había prometido, verbalmente y por escrito,

(88) Ibidem.
(89) Ibidem
(90) Todavía el Cardenal Corsini, en su carta al Gran Duque, dd 16 de abril de
1739, le recordaba que «el Papa además de ser jefe de la Iglesia habla sido siempre con­
siderado «comme le premier entre le* tétes couronnées». Apéndice 1 A.
(91) Apéndice 7.
(92) Ibidem.

31
satisfacción, se deshizo de la cuestión remitiéndola al Cardenal Firrao, Secre­
tario de Estado, «quien se ha explicado en términos demasiado alto» y dema­
siado impropio* para, al fin de cuentas, no decir nada nuevo* (93).
Este ejemplo lo cita Richecourt, para hacer ver a S.A.R. hasta qué punto
la Corte de Roma estaba dispuesta a forzarle para que le concediera el Brazo
Secular, y así apresar a tres personas más «según las promesas que suponen
haberles sido hechas por S.A.R., promesas pretendidas, y que ya sea por ca­
sualidad, ya de una forma premeditada han sido hechas públicas, y cuya puesta
en práctica, aunque sólo fuera en uno solo, haría huir de aquí a la mayor
parte de los intelectuales, en especial a los que gozan de alguna reputación
y que por eso mismo se encuentran más señalados por la Corte de Roma, que
ve con disgusto la presencia en Italia de gente informada del poco fundamento
de sus máximas en materia temporal» (94).
De ahí que el Conde de Richecourt suplique a S.A.R. preste atención a
los intentos de la Corte de Roma, «que pretende aumentar su autoridad en
e! Estado de la Toscana por medio de la Inquisición». Pues entregar sus súb­
ditos a la Inquisición equivale a entregarlos a una potencia extranjera, «tanto
más que ni siquiera los oficiales de la Inquisición son súbditos suyos, y que
además no es en Florencia, sino en Roma, donde juzgan a los acusados; ya
que la Inquisición no da ningún paso sin órdenes de Roma, y sin darles
cuenta de lo realizado» (95).
Todavía añade más Richecourt. «La Corte de Roma — dice— sostiene la
exención de los Tribunales laicos a los eclesiásticos, aunque estos eclesiásticos
sean súbditos de S.A.R., exención que hacen valer no solamente en todos los
asuntos personales, sino incluso en los puriamente civiles, y esto hasta tal
extremo que tan pronto un eclesiástico se interesa en un proceso por un cam­
po, una casa, una granja, etc., lleva a todos los súbditos laicos al Tribunal
Eclesiástico, y en última instancia apela a Roma. Exención que además la
hacen valer en contra de los intereses del soberano, pues aprovechándose de
ella se substraen a muchos impuestos, no solamente de los Bienes Eclesiásticos,
sino incluso de los bienes patrimoniales, lo que da origen a mil fraudes, ya
que son muchas las familias que han hecho pasar todos sus bienes al que
lleva el hábito clerical para así librarse de parte de las contribuciones». En
estas circunstancias el Conde de Richecourt deja a la prudencia de S.A.R. «con­
siderar si es lícito bajo el nombre de la Religión y de su derecho, el dejar
aumentar la autoridad eclesiástica en perjuicio de la suya, pretexto bajo el
cual los eclesiásticos han usurpado ya tanto en la Toscana» (96).
A continuación pasa a proponer al Gran Duque una solución ya utilizada
en otros Estados de Italia para poner un freno a la autoridad de la Inquisición,
consistente en la presencia de un Comisario que asista a todo el proceso inqui­
sitorial, y que vigile a fin de que con el pretexto de herejía no se oprima a
sus súbditos. No creemos —añade el conde— «que la Corte de Roma pueda
rechazar una petición tan justa, pero a decir verdad estamos persuadidos que

(93) ibidem
(94) Ibidem
(95) Aquí coincide con lo dicho más arriba por el Abate Tornaquinci, en iu Rtlaclón
al Gran Duque, «obre las solicitudes hechas por el Inquisidor de Florencia, cuando se
excusó diciendo que había recibido del Santo Oficio la Orden de pedir el arresto del
Sr. Cerretesi. Cfr. Apéndice 4.
(96) Apéndice 7.

32
no consentirá, puesto que esto le privaría del medio de servirse de la autoridad
de la Inquisición para materias que no fueran de Religión. Pero al mismo
tiempo esta negativa autorizará a S.A.R. para, a su vez, rehusar el Brazo
Secular en contra de súbditos a los cuales como soberano debe protección. Y
sobre todo la detención de Crudeli, acaecida ya hace tiempo sin que ni siquiera
haya sido interrogado proporciona un pretexto justo a S.A.R. para hacer la
petición del Comisario» (97).
A este fin le adjunta el Conde de Richecourt no sólo el informe del Senador
Rucellai (98), sino también la súplica de los padres de Crudeli, en la que
solicitan información sobre el estado del proceso de su hijo, a fin de que sea
castigado si es culpable, pero, en la misma medida, si es inocente se le deje
en libertad, y no permita S.A.R. perezca en la cárcel un hombre asmático,
cuya salud y vida está muy en peligro al encontrarse encerrado en la prisión (99).
Por supuesto que a esta demanda —comenta Richecourt— no hay duda
que se contestará diciendo que es imposible acceder a ella «debido al secreto
inviolable del Santo Oficio. Pero este secreto no debe existir para el Soberano
a quien Dios ha confiado, al igual que a los eclesiásticos el sostenimiento de
la fe y de su santa religión» ( 1 0 0 ). Pues al haber puesto, a este fin, la espada
en manos del Gobierno, y al haber dejado a la Iglesia solamente la vía de la
persuasión y del buen ejemplo, junto a la espada espiritual, S.A.R. «podría
probar claramente por la Escritura y los Santos Padres, que la fuerza que
quieren emplear por el Ministerio de la Inquisición es una empresa contraria
a la ley de Jesucristo que nos es representado no como el ángel exterm inada,
sino como el buen Pastor que va a buscar con dulzura la oveja perdida, y
la lleva sobre sus espaldas al aprisco» ( 101 ).
Siguiendo con su argumentación, el Conde de Richecourt insiste que, en
caso de negativa, S.A.R. podría hacer ver que su conciencia, su justicia y su
gloria no le permitían entregar a sus súbditos sin estar informado de sus ver­
daderos delitos, y de la manera con que se procedía contra ellos. Razón ésta
por la que, en el futuro, ya no debería conceder más el brazo secular, a menos
que un comisario, propuesto por su parte, estuviera presente en la formación
del proceso, asegurándose de esta forma que sus súbditos eran culpables, y
que lo eran precisamente de irreligión o herejía, y que además habían dis­
puesto de todos los medios para justificarse ( 1 0 2 ).
Tras recomendar la máxima discrección con los papeks remitidos (103),
para evitar represalias por parte de Roma, «pues si llegaban a conocimiento
de la Corte de Roma, ciertamente estarían perdidos, sin remedio, o forzados
a abandonar su patria», ya que era claro que «la Corte de Roma busca dañar

(97) Ibidem.
(98) Cfr. Apéndice 6B.
(99) Los padres de Crudeli insisten en su súplica, en el hecho de que su hijo llevaba
más de dos meses en la cárcel sin saber todavía el porqué. Por esta raxón acuden a S.A.R.
solicitándole «clemencia y justicia, y que se digne dar aquellas órdenes que crea necesa­
rias al efecto de que sea practicada aquella justicia que merece, y que no deje morir en
aquella miseria a un súbdito suyo sin saber si es o no reo...». A.S.F., Consiglto di Regge*-
xa della Toscana. Filza 339. Inserto 2, n. 4. Atto. Crudeli y Antonia Dixri a S.A.R. el
Gran Duque de Toscana. Firenze. 18 luglio 1739. Apéndice 8.
(100) Apéndice 7.
(101) Ibidem
(102) Ibidem.
(103) Ibidem. En concreto se refiere a la Relación de Rucellai, la súplica de tea pa­
dres de Crudeli, y su propio informe.

33
y perder a los que puede creer que le son contrarios», Richecourt íinalizu su
largo informe confiando en que la justicia de S.A.R. urgiría por una parte
la decisión del Proceso de Crudeli, que «gime desde hace vario» meses en la
cárcel, sin saber todavía de qué está acusado», y por otra, daría las órdenei
necesarias para tranquilizar a sus súbditos uuc querían abandonar su patria
para ir u vivir lejos de un Tribunal tan terrible como el del Santo Oficio «que
se dedica a hurgar en la vida y conversaciones de un hombre desde su infan­
cia; que intenta sobornar a sus domésticos para saber lo que pasa en el
secreto de su casa; que admite como testigos a las personas más viles, recha­
zadas en los demás Tribunales; que ignora, finalmente, quiénes son sus acusa­
dores, y se encuentra privado de todas las legítimas defensas existentes en
todos los países del mundo» (104). Estas últimas palabras son, si cabe, todavía
más duras, ya que Richecourt admite incluso la posibilidad de condenas por
delitos imaginarios, debido «a la ignorancia y fanatismo» de los que com­
ponían el Tribunal del Santo Oficio.
Estos extensos informes del senador Rucellai, y del Ministro, conde de
Richecourt, permiten centrar en su auténtico contexto la lucha contra la Maso­
nería en Florencia, y quizás de rechazo en el resto de los países católicos. Los
Liben Muratori son aquí el eslabón, tal vez sólo un pretexto dentro de ese
juego de fuerzas antagónicos que buscaban con la misma intensidad por una
parte recortar los privilegios y abusos inquisitoriales, y por otra no sólo man­
tenerlos, sino robustecerlos tras el desprestigio sufrido por una serie de casos
más o menos lamentables. Y en esta ludia entre el Gobierno de la Toscana y
el de la Corte de Roma (105), la Inquisición es, a su vez, un elemento clave
de la intervención y presencia romana en otros países y reinos, presencia e
intervención que no estaban dispuestos a soportar sin un mínimo control los
estadistas de Florencia, que aprovecharon las anomalías existentes en el encar­
celamiento y proceso del Dr. Crudeli, para tratar de introducir un cierto con­
trol en la libre actuación del Tribunal del Santo Oficio.
En este sentido la exigencia de dicho control, por medio de un Comisario
gubernamental que garantizara a los súbditos de S.A.R. el respeto de sus
derechos jurídicos, no es más que un nuevo paso en ese confrontamiento de
poderes que a fin de cuentas iban a una separación de lo puramente espiritual,
es decir, de los delitos de irreligión o herejía, de todo aquello otro en que lo
temporal o abiertamente político intentaba camuflarse bajo capa de religión.
Los primeros pasos en esta línea corresponden ya al año 1738, cuando el
exonde de Richecourt apoyado por el Príncipe de Craon hizo gestiones para
que no se permitiera tener cárceles propias al Santo Tribunal (106). El último
eslabón de esta cadena se cerrará en 1782, cuando el Gran Duque Pedro
Leopoldo I decidirá abolir totalmente en sus dominios el Tribunal del Santo
Oficio. Y entre ambos extremos está el caso Crudeli, que reviste una especial

(104) Ibidem.
(105) Obsérvese que tanto Rucellai como Richecourt jamái hablan de la Santa Sede,
sino de la (>>ru; de Roma, y de su derivación en materia» temporalea.
(106) A.S.V ( Archivio Segreto Vaticano], Memoríali 1 Viglielti 72. Dal S. Offizio 28
nov. 17)8. Apéndice 9. Insistiendo en la idea de considerar a las cárceles de la Inquisición
como cárceles privadas que atentaban contra la soberanía del Gran Duque existe una In­
teresante «Minuta de una Respuesta del Senador Rucellai a una memoria anónima en la
que se revela <1 establecimiento, vicisitudes, abusos e irregularidades introducidaa en el
Tribunal de la Inquisición*. A S I7., (',otitiglio di Reggenza delta Toscana, Filza 339. In­
serto 3, ri. II, Apéndice 10.

34
importancia por su implicación con la Masonería, y por la participación directa
del Padre Inquisidor, quien en vísta de tu fracaso ante el Gobierno toscaoo,
y de la impotencia romana, decidió acudir a loa servicios del Nuncio de Viena
para que él, a través del confesor real, interviniera directamente ame S.A.R,,
el Gran Duque.

A c tu a c ió n d e l Inquisidor de F lo r e n c ia

El P. Inquisidor de Florencia en una carta dirigida al Nuncio de Viena,


el 11 de agosto de 1739, «por órdenes supremas de la Sagrada Congregación
[del Santo Oficio]», trata de justificarse haciendo ver a Mons. Paoluoci (107)
que «la Alteza Real del Serenísimo Gran Duque había estado mal informada»
por lo que era de su incumbencia asegurarle que el Dr. Crudeli no sería enviado
a Roma, y que su causa se proseguiría y terminaría en Florencia, y que «si
alguna vez se enviaba algún prisionero a Roma esto no sucedía sin la benigna
anuencia del Príncipe gobernante, de forma que sobre este punto podía quedar
tranquilo» (108).
El Inquisidor aprovecha la ocasión para quejarse de no haber podido en­
carcelar a los otros dos encausados, debido a la negativa del Secretario de
Estado, el abate Tornaquinci, a quien acusa de haber inventado que la ciudad
estaba soliviantada por la detención de Crudeli, siendo así «que la parte
más sana de la misma había mostrado una gran complacencia, a excepción de
los infectos cómplices de la Asociación» (109).
Finalmente concluye su carta, el Padre Inquisidor, urgiendo la obligación
de hacer ver a S.A.R. «la necesidad de ofrecer el Brazo para la supresión de
las pésimas máximas contra la fe, que se iban esparciendo, y que, si no se
ponía el debido obstáculo, podrían inquietar algún día, incluso al buen G o­
bierno del Príncipe» (110).
Apenas una semana después vuelve el Inquisidor florentino « dirigirse al
Nuncio de Viena para comunicarle que el abate Tornaquinci seguía oponiéndose
a conceder el Brazo secular para meter en la cárcel no sólo al abate Ottaviano
Buonaccorsi y a Giuseppe Cerretesi, acusados del mismo delito que el Dr. Cru­
deli, sino incluso al clérigo Gaetano Maggi y otros, alegando que no podía
hacerlo mientras no recibiera la autorización solicitada a S.A.R. (111). Por
esta causa el Inquisidor pide al Nuncio se sirva del jesuíta P. Asael, confesor
de Francisco de Lorena, para obtener por su medio (112) que di Serenísimo

(107) En esta época el Nuncio en Viena era Mons. PsoKkxí Merlini, nacido en Forli.
el 9 de diciembre de 1692, consagrado obispo de leemio el 26 de junio de 1714; Canon,
de S. Gio. Laterano, y nuncio en Viena del 1} de mayo de 17*8 al 20 de octubre de
1745. Cfr. Karttunen, L., Les nonastures apostoltquei permanentes de 1610 á 1900, Ge*
néve, Chaulmontel, 1912, pgs. 121-HV No/izir per l’anno 1742, ugs. 218-9.
(108) A.S.F., Contiglio di Reggenza della Toscana, Filia 340. D, íols. 21-23. El In-

a
uisidor de Florencia a Mons. Paolucci, Nuncio en Viena. Firenie, 11 agosto 1739. Apéo-
ice 11 A.
(109) Ibidem
(110) Ibidem.
(111) A.S.F., Consiglio di Reegcnja della Toscana. Filza 340, n. 8, fols. >28*330. El
Inquisidor de Florencia a Mona. Paoluoci. Firenae, 18 agosto 1839. Apéndice 11B.
(112) Esta no era la primera ves que se recurría a los oficio» del jesuíta confesor del
Gran Duque, como puede apreciante por el billete escrito por el Aaeaor del Santo Oficio,

35
Gran Duque diera las órdenes pertinentes al Secretario Tornaquinci, a fin de

3 ue concediera todos los encarcelamientos requeridos «para la mayor gloria


c Dios y pureza de la buena fe» (113).
El Nuncio de Viena no tardó en dirigir al confesor real una pro memoria
concebida en estos términos: «Habiendo el P, Inquisidor de Florencia hecho
instancia cerca del Abate Tornaquinci, Secretario de Estado de S.A.R., pura
la asistencia del Rnuo secular al objeto de efectuar, según las órdenes de la
misma A.S.R., el encarcelamiento de tres delincuentes en materia de Fe y
de Religión, y habiéndosela el Sr, Abate concedida para solo uno, y negad»
para loa otros, el Nuncio Apostólico en Viena, de orden de la Santidad de
Nuestro Señor, suplica humildemente a S.A.R., por medio del muy reverendo
Padre Assel, se digne renovar al referido Sr. Abate Tornaquinci las órdenes
más urgentes para el encarcelamiento de lo» otros dos, sin los cuales no se
puede formar el proceso al primero ya encarcelado, ni se pone obstáculo al
mal que sensiblemente va aumentando en la ciudad de Firenze» (114).
Tras esta introducción, que refleja exactamente lo expresado al Nuncio
por el Inquisidor florentino, todavía hay una frase que está en manifiesta opo­
sición a los informe* del Conde de Richecourt y del Senador Rucellai. Esta
vez, Mons Paolucu, sirviéndose nuevamente de las palabras del Inquisidor,
dice que así como del primer encarcelamiento, conforme a todos los informes
a él enviados (115), «todas las personas sabias y morigeradas habían alabado
a S.A.R. por tal actuación», igualmente no sería menor la gloria y el aplauso
que recibiría ahora con este segundo encarcelamiento. Además con tal acto,
S.A.R. «pondría freno a los díscolos y libertinos, que van, cada vez más,
diseminando los errores con sumo perjuicio de las buenas costumbres y de la
Religión»; y al mismo tiempo demostraría al pueblo «la santa resolución
tomada por S.A.R. de sostener y proteger el Tribunal de la Inquisición, tan
necesario para el mantenimiento de la Religión, como ventajoso para el Prín­
cipe* (116).

Rf-.SPtiESTA DE I. CÍRAN DtJQUE DK TOSCANA

La contestación a esta Pro-memoria no se hizo esperar por parte del Gran


Duque de Toscana, quien no tuvo inconveniente en reconocer que ciertamente
él había concedido el Brazo secular para detener a las dos personas en cues*
tión, si bien en un caso se había tenido que suspender porque se encontraba
extremadamente enfermo, y aue en el otro no se juzgó oportuno llevar a cabo
su encarcelamiento, debido al malestar producido con la prisión de Crudeli, lo
que aconsejó «ir con un poco más de precaución para llegar hasta el fin» (117).
El propio P. inquisidor había reconocido la necesidad de obrar así.

ti 2H de noviembre de 17)8 donde ae hite intervenir incluso «1 Padre General de la Com­


partí» <te |caú*. Cfr. Apéndice 9,
(11») Apéndice 11 B.
(114) A.S.F, Con ugjlui di Reggenta delta '¡'meana, Filza 340, n. 9, fols. 352-334: Ma*
moría ««memente la richima íatta dal Sommo Ponteficc per mem> del confeiaore di
S.A.K , «.tío »ia uimrw) <li i artera re due delinquen*! ín materia di Pede nella cltti di
Pircnw Apéndice II ti
(111) De bocho el únitu informe recibido ea el del fnquiaidor.
( 116) Apéndice II*
(117) A.S.F., (.omigliu dt Hrggenu delta lituana, Filia >40, n. 7, fols, 324-326: Rls»

36
Por otra parte, en la respuesta de la Corte de Viena a la Memoria pre­
sentad* de parte de Su Santidad, S.A.R. admite que se daba perfecta cuenta
de que la Religión y el buen Gobierno exigían la pureza en las costumbres e
incluso en la forma de pensar, y que por esta razón estaba dispuesto a con­
currir, cuanto estuviera en su mano, «a un fin tan saludable como el del muy
Santo Padre», y caso de que cambiaran las circunstancias mis arriba citadas,
se prestaría voluntario a los deseos de Su Santidad.
Pero el Gran Duque estaba persuadido que se llegaría mucho más fácil­
mente a los fines propuestos —y aquí es donde recoge la idea «puntada por
Richecourt— «si en el Tribunal de la Inquisición se admitía uno o dos Comi­
sarios de S.A.R., como se hacía en otras partes, pues con esto se impedirían
las malas interpretaciones y juicio» temerarios que a menudo se hacían sobre
ese Santo Tribunal, y además quedarían a cubierto los derechos del Soberano
y la protección que debe a sus súbditos» (118).
El impacto que tal respuesta causó en el Santo Oficio de Roma se puede
deducir de un par de memoriales escritos ambos el 28 de agosto de 1739
por el Asesor de dicho dicasterio, y que el Secretario de Estado, Cardenal
Firrao, se cncatgó de darles forma definitiva y oficial. El destinatario era Mon­
señor Paolucci, Nuncio en Viena, a quien se le pone al corriente de las diver­
gencias existentes entre el Santo Oficio y el Ministerio secular de la corte de
Florencia, a fin de que procure asegurar la libertad de movimientos de la
Inquisición en la Toscana, y librarla de la oposición manifestada por aquel
Ministerio.
A este fin Firrao remite a Mons. Paolucci a las instrucciones que a tal
efecto había recibido su predecesor el Cardenal Passionei (119). las cuales se
encontraban en el Archivo de la Nunciatura, y que en resumen se reducían a
inducir a S.A.R. a que se dignara «secundar las santas instancias de Su Santidad
en orden a ampliar y proteger, más bien que a restringir e impugnar, en sus
Estados, un Tribunal cuyo único objeto consistía en conservar la pureca de
la fe, y tener alejada la infección de los erroir* d*- los que no sólo se derivaba
la perdición de las almas, sino, a menudo, incluso la de ios Estados, conforme
enseñaba la experiencia» (120).
El Nuncio debía, pues, persuadir a S.A.R. que las informaciones recibidas
de sus Ministros eran falsas, y «que la Santa Sede, en este punto, tan sólo
pretendía la continuación de las costumbres laudablemente introducidas en
ventaja de la Inquisición». Y para que tuviera más éxito en sus gestiones,
Su Santidad se había dignado también «ordenar al Padre General de la Com­
pañía de Jesús, que con todo calor escribiera tanto al Confesor de S.A.R.,
como al de) Emperador (121), para que, también ellos, interpusieran toda su
fuerza para avalar y apoyar las peticiones del Nuncio cerca de S.A.R (122).
poitft falta dalla Corte di Vicnna «IU Memoria preacntata peí parte di Stia Santiti per
ottenore la carceraicione di duc dclinqucntí in materia di Pede nclla citti di Flrenae. Apén-
dice 11 D.
(118) Ibidem.
(1W) Domen ico Pawionci, Obispo tic Upheso*. fue Nuncio en Viena del '1 de m ano
de 1711 a ahrii de 17W, Cfr. K asitiín ín , np d t , pav 121-1VI.
(120) A S.V., Mrmoritli Vigltrtti, 72 Dal S. Oftuio, 2R a¿o«to 17 V>: Memoria per
Mons, Paoliuxi. Nunsio in Viena. Apéndice 12 A,
(121) Cfr, nota 112. En el Rométwm Socirtátis tts* no »» conserva el do­
cumento en cueitiAn, ni copia de la correspondiente carta del P. General al eonfeam de
S.A R,, P llldaricu» Aniel Cfr en dicho Archivo, Corresp del P Austria ( I7)é-
1747), i, IV Seti (17*4-177*), t, Id.
(122) Apéndice 12 A.
En otro Memorial, el Asesor del Santo Oficio dirige al Cardenal Firrao un
amplio borrador o plano que debía escribirse igualmente a Monseñor Paolu-
cci (123). Los puntos fundamentales giran alrededor de la prestación y asis­
tencia del Brazo secular al Tribunal de la Santa Inquisición, para conseguir la
prisión de los tres citados reos, que a última hora había sido negada, así como
el arresto de «otras personas delincuentes en materia de fe, aunque ajenas al
grupo de los Liberi Muratori». El celo de Mons. Paolucci debía tender a
renovar las más fervorosas presiones ante S.A.R., a fin de que en adelante
no permitiera a sus Ministros impedir el libre ejercicio de la Inquisición (124).
A continuación el Asesor cita una serie de hechos, o «argumentos dema­
siado claros» — como se lee en el Memorial— por los que el Ministerio de
Florencia intentaba destruir en la Toscana «un Tribunal tan santo y tan nece­
sario para conservar en su pureza nuestra Santa Religión y el debido respeto
a los santos sacramentos, especialmente el de la Penitencia».
Los hechos en cuestión son que, en un principio, el P. Inquisidor debía
implorar la ayuda oel Brazo al señor Secretario de la Jurisdicción, o más bien
al Secretario de Esiado, y no al auditor Fiscal como hasta entonces se prac­
ticaba. Poco después exigieron que en el acto de solicitar el Brazo, el P. Inqui­
sidor manifestara al Ministro deputado para el asunto, no sólo el nombre, sino
incluso el delito del reo, lo cual iba contra las leyes del secreto «que inviola­
blemente se observa en las causas de fe para evitar los infinitos trastornos,
que puedan nacer de la publicación». Finalmente, a pesar de haber accedido a
lo anterior no se podía proceder al arresto de ningún delincuente porque siem­
pre se negaba el Brazo secular con uno u otro pretexto (125).
El Nuncio debía en esta ocasión ponerse de acuerdo con el confesor real,
el P. Assel, para conseguir la prisión de Buonaccorsi y de Cerretesi «denuncia­
dos al Santo Tribunal por materias tan importantes y delicadas», a fin de que
finalizaran las pendencias, artificios y maquinaciones que los Ministros de S.A.R.
iban aumentando cada vez más contra la Inquisición para introducir en Flo­
rencia la libertad de creer y de pensar con extremo perjuicio de la Reli­
gión» (126).
Como se ve, da la impresión de que se ha convertido en una cuestión de
honor el encarcelamiento de dos o tres personas más, a fin de que el Tribunal
cobrara su prestigio perdido, y la libertad de movimientos. Para conseguirlo
se cargan las tintas en el infeliz estado en que se encontraba la religión en
Florencia, al impedir al Santo Tribunal el mantenimiento de la pureza de la fe.
El Cardenal Firrao dio forma a estas ideas, y escribió un largo despacho
al Nuncio de Viena el mismo día 28 de agosto de 1739 (127) en el que tam­
bién se hace eco del proyecto contenido en la Memoria de S.A.R., referente
a la deputación de uno o dos Comisarios (128) con lo que «resultaba eviden­
temente claro que el Gobierno de Florencia tenía en el ánimo destruir todas

(123) A.S.V., Memoriali - Viglietti, 74. Dal S. Offizio, 28 agosto 1739. Apéndice 12 B.
(124) Ibidem.
(125) Ibidem.
(126) Ibidem.
(127) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, n. 6, fols. 313-322. El
cardenal Firrao, Secretario de Estado, a Mons. Paolucci, Nuncio en Viena. Roma, 28 agosto
1739. Apéndice 12 C.
(128) Apéndice 11 D.

38
jas más recomendables costumbres, y atacar a la Santa Inquisición en sus
más indiscutibles derechos» (129).
Al referirse al encarcelamiento de Buonaccorsi y de Cerretesi reproduce
casi las mismas palabras del Inquisidor de Florencia, más arriba comentadas
en la Pro-Memoria dirigida a S.A.R., por medio de su confesor el P. Assel (130).
Según Firrao se exageraba el peligro de cualquier conmoción popular basán­
dose en la afirmación de que el arresto de Tommáso Crudeli había causado
estrépito, siendo así que por el contrario «tal arresto había sido aplaudido
por toda la ciudad de Florencia, y especialmente por las personas de bien, las
cuales habían visto este acto como la mayor y más cierta prueba de la innata
piedad de S.A.R., y de su celo por la conservación de la pureza de la Fe en
sus Estados; de donde se podía deducir que precediéndose al arresto de los
otros dos reos crecería siempre más en el pueblo la veneración y el amor hacia
S.A.R., en lugar de provocar tumulto» (131).
Tanto más cuanto que no podía decirse que el ejemplo del Dr. Crudeli
hubiese hecho todo aquel bien que podía esperarse, como se lee en la Memo­
ria con que la Corte de Viena respondió a la de Su Santidad (132), ya que
además de ser esta una afirmación contraria a la evidencia del hecho, «se
debía reflexionar que con su castigo no quedaban sancionados los delitos de los
demás, ni con la amputación de una sola rama se vería exterminada la planta
venenosa (133) que, cada vez más, va echando raíces en Firenze, y dilatando
la infección de las máximas más perversas» (134).
Como ya hemos visto otras veces, en este tipo de documentos se arguye,
una vez más, identificando la religión y la política, o dicho con otras palabras,
«la causa de Dios y la del Príncipe», y así Firrao hace referencia a los descreí­
dos y a los propagadores de doctrinas perversas y costumbres depravadas, «de
donde se seguirían las más infaustas consecuencias no sólo respecto a la reli­
gión, sino incluso a la quietud y seguridad del Principado*. A este propósito
debía el Nuncio poner en antecedentes a S.A.R.. que «si se dejaba la Toscana
en el estado actual, estaba expuesta más que niii¿m.i otro país, con el progreso
del tiempo, al peligro de una infección general» (135).
Las directrices romanas al Nuncio de Viena, tras el largo preámbulo donde
la fe y la felicidad temporal se van dando la mano continuamente, quedan con­
cretadas, finalmente, en una serie de argumentos que Mons. Paohicd debía
sugerir a S.A.R. para que no se dejara influir «de algunos de sus ministros
enemigos del nombre de la Inquisición», los cuales, no obstante las garantías
por ellos dadas, de no promover ninguna innovación contra el Tribunal, n;>
habían cesado de suscitar constantemente pretensiones bajo diversos colores,
con lo que era evidente que no cejarían en su empeño hasta ver destruido «un
Tribunal tan santo y tan necesario, especialmente en las presentes y peligro­
sísimas contingencias» (136).

(129) Apéndice 12 C.
(130) Apéndice 11 C.
(131) Apéndice 12 C.
(132) Apéndice 11 D.
(133) Aquí se alude, sin nombrarla, a la idea que en Roma tenían de la Masonería,
a la que ordinariamente suelen calificar de Pianta velemosa, v otras expresiones más o me­
nos estereotipadas, que se repiten sin cesar en los documentos pontificios.
(134) Apéndice 12 C.
(135) Ibidem.
(136) Ibidem.

39
Respecto a la deputación de los Comisarios debía exponer el Nuncio a
S.A.R., que el Papa no podía condescender en este punto a los deseos de S.A.
porque ésta era una novedad «más ardua y considerable que todas las demás
que su Ministerio había podido hasta entonces idear», con cuyo ejemplo se
proporcionaría a todos los príncipes de Italia motivo para exigir iguales pre­
tensiones con infinito perjuicio de la Inquisición (137).
Firrao finaliza el despacho estableciendo una serie de distinciones entre
la situación de la Inquisición en Venecia, Milán y Turín, cuyo status no podía
compararse con el de la Toscana, y su pretensión de introducir un Comisario
gubernamental en dicho tribunal.
La respuesta a la Memoria que el Nuncio presentó, siguiendo las directri­
ces romanas, está fechada el 30 de noviembre de 1739 (138), y en ella se
justifican sus pretensiones haciendo nuevamente hincapié precisamente en que
eran razones de Estado y derechos competentes a cada Soberano, lo que había
obligado a S.A.R. a tomar medidas para que el Santo Oficio de la Inquisición
no se sobrepasara más allá de su esfera, en contra del Estado, del Gobierno
y de los súbditos, a quienes el Soberano hubiera entregado, o tuviera a bien
entregar a este Santo Oficio, a los cuales no debía por esto menos su protec­
ción. Y en consecuencia no podía tolerar que fueran totalmente abandonados
a la pura voluntad del Santo Oficio, y que éste les pudiera examinar de otras
materias que no fueran de la Religión y el Dogma, o que pudiera infligir penas
corporales sin que el soberano tuviera conocimiento de causa, pues la ejecu­
ción de las mismas tan sólo debía pertenecer al Soberano (139).
Por esta causa, S.A.R. veía que las medidas más justas y convenientes
que podía tomar para dejar al Santo Oficio en plena actividad, y al mismo
tiempo salvaguardar sus derechos de Soberano, y la protección que debía a
sus súbditos, eran tener un representante suyo, presente en el examen y pro­
ceso que el Santo Oficio hiciera contra sus súbditos. Esta persona, por supues­
to, estaría obligada al secreto de la Inquisición, excepto a su Soberano, y vigi­
laría para que no se traspasaran los límites de la Jurisdicción que él había
querido o quisiera otorgar a este Santo Oficio. Al detallar aquí las posibles
violaciones de la jurisdicción real hay una velada y evidente alusión al caso
Crudeli, ya que entre las prerrogativas del Comisario estaría el evitar que
«los culpables languidecieran sin hacerles una rápida justicia».
El resto del documento es un alarde de diplomacia cancilleresca en el que
utilizando los mismos argumentos romanos de la intrínseca relación existente
entre la religión y la política se les da la vuelta en favor del propio Soberano.
Así, refiriéndose al Comisario, en la respuesta a la Memoria del Nuncio se
dice que «este medio, ya en uso en otros reinos, infundiría respeto en los
corazones perversos de los heterodoxos, al saber que el Soberano, habiendo
puesto a cubierto de esta forma sus derechos y la protección que debe a sus
súbditos, no rehusaría su brazo secular a la Inquisición, y el castigo sería inevi­
table al culpable, con lo que se conseguiría un gran bien para nuestra Santa
Religión» (140).

(137) Ibidem.
(138) A.S.F., Comiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, n. 10, fols. 336-339:
Réponse faite au Nonce sur une Mémoire par lui presenté. Viena, 30 novembre 1739.
Apéndice 12 D.
(139) Ibidem.
(140) Ibidem.

40
Además el Santo Oficio tendría de esta forma más argumentos a su favor
para poder afirmar que solamente él participaba en la administración de la
justicia, según las reglas prescritas. Y obrando así, «debería ver con agrado
que una persona, representante del Soberano, fuera testigo del candor, de la
caridad y de la justicia con que el Santo Oficio procedía con los culpables de
delitos contra la Religión y el Dogma» (141).
Finalmente, y con esto termina el documento en cuestión, «si la Corte de
Roma no aceptaba esta proposición tan justa y tan razonable de S.A.R., y
nuestra Santa Religión sufría las consecuencias, Su Alteza Real esperaba que
se le haría justicia en el mundo, y no se le imputaría nada, ya que tenía tanto
celo cuanto el que más, por la conservación y engrandecimiento de nuestra
Santa Religión» (142).

(141) Ibidem.
(142) Ibidem.

41
III — PRELIMINARES DEL PROCESO DE CRUDELI

Averiguaciones del Senador Rucellai.—Examen previo.—Denuncias sobre la


actuación del Tribunal.—Espontánea de Crudeli.—Delaciones de los testigos.—
Acusación fiscal

A v e r ig u a c io n e s d e l S enador R u c e l l a i

A pesar de la intensidad y preocupación que por ambas partes se puso


en el asunto del Comisario, el auténtico motivo que había provocado la ten­
sión existente entre la Inquisición y el Gobierno de Florencia ara d encarce­
lamiento del Dr. Crudeli; y éste seguía siendo el centro de la correspondencia
y diplomacia tanto florentina como romana.
Habían transcurrido ya muchos meses desde su detención efectuada el 9
de mayo de 1739 (143), y sin embargo, hasta el mes de agosto no se inició el
proceso inquisitorial. Más concretamente fue el 10 de agosto de 1739, como
veremos al analizar el propio proceso, una de cuyas copias se conserva en el
Archivio di Stato de Firenze. Y ya el día 11 del mismo mes, el Senador Rucellai
estaba informando al Conde de Richecourt de sus averiguaciones.
Al fin se ha confirmado —le dice— aquello que hasta ahora se conjeturaba
a base de indicios, esto es, «que Crudeli está detenido en la Inquisición por
el único motivo de ser uno de los Liben Muratori» (144). En confirmación de
lo anterior indica que solamente había sido examinado sobre este punto, por
lo que no podía dudarse del hecho, ya que se conocía hasta el contenido del
interrogatorio, que había girado sobre el juramento que se supone prestarse
sobre la Sagrada Escritura; las formalidades usadas en la iniciación masónica;
las palabras que se usan, lo que se hace en las reuniones, y el sujeto del
secreto que debe observarse (145).
Nada más recibir esta noticia (146) estimó Rucellai que debía rogar al
Conde de Richecourt pusiera al corriente a S.A.R. ya que «no pudiendo ima­
ginar que existiera cosa alguna contra la Religión en una sociedad donde había
tantos personajes católicos de gran distinción, e incluso cardenales, daba la
impresión de que a S.A.R. se le había alegado otro motivo para conseguir el
arresto de Crudeli». Al margen de la gravedad que suponía el hedió de que

(143) Cfr. Apéndice 8.


(144) A.S.F., Consiglio di Reggcnza della Toscana, Filza 339. Inserto 2, n. 3- Rucellai
a Richecourt. Di Casa, 11 agosto 1739. Apéndice 13 A. (Existen dos copias: original y
borrador).
(145) Ibidem.
(146) La noticia del examen, según nota manuscrita del propio Rucellai, la obtuvo de
Corsi. El Doctor Lúea Corsi era un amigo íntimo de Crudeli, que ya el 21 de julio había
sido llamado por el P. Inquisidor para prestar declaración. Cfr. Apéndice 6B.

43
e, t.ropio soberano

t i *>^ ^Teftfes ^1
resto debido al concepto que se tiene de la Inquisición, que cree que esta
S a d sea una verdadera herejía, y que mita como herqes a todas aquellas
pSsfnas que están adscritas a ella, lo que da lugar a muchos discursos poco

°°n A ^nas $habían7 transcurrido unos días, el 16 de agosto, el Senador Ru­


cellai vuelve a informar al C. de Richecourt, que por aquellas fechas se encon­
traba enfermo, sobre el asunto del «pobre Crudeli». Este a pesar de haber
insistido al Inquisidor que fuera examinado, quejándose fuertemente de llevar
va tres meses detenido sin saber la causa, y sin haber sido siquiera interrogado,
recibió del P. Inquisidor la contestación de que este asunto no dependía de él,
ya que si hubiera tenido las manos libres, y no hubieran sido interpuestos im­
pedimentos en su causa, ya se hubiera terminado el proceso y admitido a la
defensa con lo que se encontraría a estas horas absuelto o condenado por
Roma (148).

E xam en p r e v io

No obstante, el Inquisidor, según los informes de Rucellai, había concluido


por interrogar judicialmente a Crudeli, si sabía o podía adivinar la causa de su
prisión. A lo que Crudeli respondió que no, a no ser que fuera por pertenecer a
los Fñmasson, pero que si así fuera «sería castigada su obediencia, porque des­
pués de la Bula, no se había vuelto a reunir, e incluso había impedido por me­
dio de Lord Faine. que milord Raymond tuviese más logias en Firenze» (149).
El Inquisidor preguntó entonces a Crudeli «en qué cosa consistía la reunión
de los Frimassons, a lo que éste respondió que no estribaba en otra cosa que en
comer y decir bagatelas para reír, a lo cual replicó el Inquisidor que debía de­
cir todas las ceremonias y nombres de los Frimassons florentinos e ingleses;
si tenían que jurar y sobre qué, así como las cosas que se hacían en la sala donde
se reunían. Crudeli —siempre según el informe de Rucellai— respondió que no
recordaba muchas cosas y mucho menos los nombres de los Frimassons. Entonces
el Inquisidor le dijo francamente que el Tribunal sabía muchas cosas; entre otras
que entre los Frimassons estaban el abate Buondelmonti (150) y un tal Galessi
al servicio de S A.R. en Livorno; así como muchos ingleses que citó por su nom­
bre, entre los cuales estaba monsieur Fox, hombre de mucho mérito, gran lite-
rato y gran matemático, que vivió mucho tiempo en Florencia años atrás.
Igualmente sabía el Tribunal que existía un libro donde se escribían los
nom res de los Frimassons; que en las ceremonias se usaban algunas columnas
corintias y dóricas, algunas candelas y una antorcha situada en medio de un

(147) Apéndice 13 A.
a R kh^ourtSDi' c Z Stf<? ¿t t l c Tmcana- 339. Inserto 2, n. 3. Rucellai
borrador con' numerosas coracionil Apéncilcc 13 B‘ Además deI ori«inal 8e conserva el
Floreada La^rToerafía nota,31. Lord Faine,. embajador de Inglaterra en
otras Faine En la documentación v s e g t i n los documentos. Unas veces es Fane,
(150) Én una tx>stda»a H<* u indistintamente los términos Frimasso» y Frimesson.
colini P™ data de ,a m,8ma carta * también el nombre del abate Nic-

44
círculo hecho con yeso. Crudeli respondió a esto, que todo era verdad, pero
que estas formalidades eran arbitrarias e incluso distintas; que el libro sobre
el que se prestaba el juramento no siempre era el mismo, y que se había visto
prestarlo, incluso sobre el Don Quijote (151); que la antorcha aludía al arte de
construcción, etc.
El Inquisidor insistió sobre aquello que se hablaba en la mesa entre los
ingleses, y particularmente entre los florentinos, a lo que le respondió que los
Florentinos acudían pocos y raramente, porque no siendo escritores no entendían
la lengua inglesa, y los ingleses solamente hablaban inglés. Además estas reu­
niones se hacían a instigación de un cierto escocés, llamado Raist, que en aquel
tiempo vivía en Florencia, y que se aprovechaba manejando el dinero de la
sociedad.
El interrogatorio continuó sobre los secretos y ceremonias, y aunque Rucellai
no había podido averiguar todas las preguntas y respuestas le constaba que
Crudeli se había visto forzado a decir todo, y entre otros pormenores indicó
que «cuando el nuevo Frimason era admitido veía una antorcha colocada en
tierra, en un círculo hecho con yeso, en cuyo centro estaba escrita la palabra
Matemático (152).
Este interrogatorio se desarrolló según el estilo judicial, pero sin embargo
no fue escrito tal cual, como se practica en los procesos regulares, sino que sólo
se copió aquello que dijo Crudeli, y al comienzo del folio se anotó la palabra
sponte, de donde se deduce — comenta Rucellai— que había un interés especial
de hacer aparecer este examen de forma tal que pudiera decirse en caso de ne­
cesidad que no era un acto judicial; que ellos [los inquisidores] no le habían
examinado, sino que habían escrito aquello que Crudeli había querido decir
voluntariamente. Y habiéndose quejado Crudeli de esta irregularidad, se le res­
pondió «que a los que comparecían espontáneamente no se les escribían las pre­
guntas y las respuestas, y que este examen no era el verdadero examen, ya que
caso contrario se habría escrito según estaba prescrito (153).

D e n u n c ia s s o b r e l a a c t u a c ió n d e l T r ib u n a l

Con estos datos, Rucellai juzga suficientemente probado que cuando el In­
quisidor solicitó la prisión de Crudeli ya tenía el proceso en la mano, pues, sin
duda poseía estas noticias antes de su arresto, puesto que se nombran personas
y hechos muy antiguos. Y en segundo lugar —y aquí radica la gravedad, a jui­
cio del senador— , «la verdadera causa de la prisión de Crudeli consistía en ser
uno de los Liberi Muratori, con lo que crecía la sospecha de que verdaderamente
se hubiese supuesto otro motivo a S.A.R. para obtener el encarcelamiento, a
pesar de que el proceso estaba ordenado a esta otra causa» (154).

(151) En este mismo documento existe una nota final en la que se alude nuevamente
al juramento, al referirse al que tuvo que hacer Crudeli ante el Inquisidor, de decir la
verdad. En esta ocasión el Inquisidor acercándole el Evangelio le diio: «Este es el buen
juramento y no aquel del Frimasson».
(152) Apéndice 13 B. . . .
(153) Ibidem. Entre lo» papeles conservados en los legajos del Archivio di Stato di
Firenze que contienen el proceso de Crudeli se encuentra una copia del interrogatorio a que
se refiere Rucellai, y que fue la que sirvió de base pera redactar el informe enviado a Ri­
checourt con este motivo. Basta una simple confrontación del texto para confirmarlo. Cfr.
Apéndice 13 C.
(154) Apéndice 13 B.

45
En este caso, v dejando a un lado la circunstancia de haberse engañado al
Serenísimo Gran Duque, la sociedad de lo«Jrtm csson era algo enteramente
secular en la que no ¿odia intervenir lo ecfes.ist.co, y mucho menos la Inquia-
ción a la que sólo correspondían las causas de Fe; y esto es tan cierto — añade
R u c e lla i- que en aquellos países donde se ha creído deber prohibir estas reu-
níones, las prohibiciones han sido hechas por el gobierno secular y no por el
eclesiástico (155), y por estas razones entre otras, no se permitió publicar la
Bula en Florencia.
La conclusión para Rucellai es evidente: De donde se deduce — dirá— que
en la actualidad, un laico, súbdito de S.A.R., por una causa totalmente civil,
está retenido en el Santo Oficio, que con otras palabras equivale a decir en una
cárcel privada (156), lo que puede considerarse «como el mayor atentado que
pueda hacerse a la Majestad del Soberano, al cual solamente le ha sido confiado
por Dios el gran derecho sobre los súbditos tanto de la vida como de la libertad
que equivale a la vida misma» (157).
Por otra parte —apunta RucelJai— «es cosa muy digna de consideración,
que. Roma que ha hecho la Bula (158) teniendo tantos súbditos propios de la
misma sociedad, haya precisamente lomado como teatro de este hecho a la Tos-
cana, que por razón de Livorno obtiene tantas ventajas de Inglaterra, y que
por esta causa está obligada a guardar con ella muchos miramientos de suerte
que se ha hecho público por todo el mundo que Roma no quiere sufrir esta
Sociedad a expensas de la Toscana, lo cual se pudo leer en muchas gacetas ultra­
montanas publicadas en Firenze a raíz del arresto de Crudeli» (159).
La última parte del informe del senador está dedicada a hacer una serie de
reflexiones y conjeturas sobre la irregularidad observada en el examen judicial
transformado en una declaración espontánea de Crudeli. La sospecha recae aquí
en una cierta compensación curial, ya que a raíz de no haber sido permitida la
publicación de la Bula en Toscana por muchos motivos, tal vez recibieron ór­
denes de no proceder contra los Frimasson, y así adoptaron este medio para
guardarse las espaldas caso de que se Íes pidiera cuentas, diciendo que no le
habían examinado judicialmente, y que no tenían por qué privarse de escribir
aquello que el mismo reo les había comunicado (160).
Insistiendo en el mismo tema cuenta Rucellai que el Canciller de la Inqui­
sición había <Lcho que Crudeli no podía examinarse porque por muchos moti­
vos no convenía tocar el tema de la Masonería, y que de no haber tenido órde­
nes concretas, probablemente este mundo se hubiera acabado hacía ya muchos
meses. \ en el examen hecho a Crudeli le constaba al senador que habiendo res­
pondido Crudeli a una pregunta que no creía podía ser ni siquiera interrogado
sobre la materia de los masones porque el Gobierno había prohibido hacer se­
mejantes averiguaciones, de repente el Inquisidor le replicó si le había sido
cho esto por un ministro, a lo que Crudeli respondió que tal cosa la había
oído de un oficial del que no sabía su nombre (161),

Hamburg, los casos de Holanda, Francia, Ginebra, Mannheitn, Heidelberg,

(157) ^ 185 CárCekS de k Inquisición en el Apéndice 9.


(159) Apéndic/TílB^* contra *a M in e ría . Cfr. Apéndice 35 de la primera parte.
(160) Ibidem'.
(161) Ibidem
. - - ■ *:

46
Rucellai acaba su largo informe augurando que todavía habrían de trans­
currir muchos meses hasta que terminara el drama de Crudeli, cuyo desenlace
temía sería «la muerte de aquel pobre desgraciado, ya que se trataba de uno,
poco menos que tísico, que muchas veces había esputado sangre, y que actual­
mente en la prisión, según las noticias recibidas, sufría gravísimas molestias en
el pecho, causadas en gran parte por haber pasado el verano en una fétida ha­
bitación con una ventana pequeñísima en el tejado, orientada al levante» (162).
Ante noticias tan alarmantes el Conde de Richecourt, a pesar de que su
salud no le permitió hacerlo de propia mano, escribió a S.A.R. el 18 de agosto
de 1739 un despacho para informarle de las continuas dificultades que a cada
momento surgían de parte de la Corte de Roma (163). «Parece — dice Riche­
court— que quieren vengarse de que bajo el nombre de la Inquisición V.A.R.
no permita ejercer una autoridad despótica en sus Estados, autoridad que si
no fuera frenada acabaría por despojar insensiblemente a V.A.R. de la mayor
parte de los atributos de la Soberanía, y haría expulsar de sus Estados a toda
persona de mérito, y a todos los que creyeran ser enemigos de la Corte de Ro­
ma» (164). La triste aventura de Crudeli venía a justificar ese su temor.
A continuación expone a S.A.R. un breve resumen de la forma anómala con
que la Inquisición había actuado en este caso. La Regla del Santo Oficio — di­
ce— es que la Inquisición solamente puede pedir el Brazo secular contra los
culpables a los que ya de antemano ha hedió proceso. Sin embargo aquí se ha
obrado de forma totalmente diferente puesto que se ha supuesto ante V_A.R.
que Crudeli era culpable y convicto de los más grandes crímenes, siendo así que
su Proceso ni siquiera había sido iniciado. Pues desde su detención han sido
oídos más de treinta testigos contra él, y, no obstante el secreto de la Inquisi­
ción, se sabe positivamente que estos testigos solamente han sido interrogados
sobre hechos vagos y poco relevantes, y sobre los francmasones, y sus relacio­
nes con los ingleses, a los que enseñaba la lengua italiana (165).
Se sabe positivamente —añade el conde de Richecourt— que habiendo mur­
murado el público, y habiéndose quejado el mismo Crudeli que se !«r tenía desde
hacía tanto tiempo en prisión sin interrogarle y condenarle, caso de ser cul­
pable, o absolverle, caso de ser inocente, finalmente hacía muy pocos días, el
Inquisidor le llamó a su presencia y le interrogó. Todas las preguntas giraron so­
bre la sociedad de los Francmasones, sus formalidades, el juramento, las cere­
monias que se realizan en las logias, las comidas que se dan, los discursos que
se tienen, etc.
A pesar de que Crudeli ha sido interrogado en forma, el Inquisidor se ha
guardado muy mucho de redactar el acta a manera de interrogatorio. Se ha con­
tentado con escribirla a modo de conversación o declaración voluntaria del Doc­
tor Crudeli (166),

(162) Ibidem.
(163) En esta ocasión Richecourt envió a S.A.R. las dos cartas anteriores de Rucellai
sobre el asunto del Dr. Crudeli, «las cuales —añade el Conde— no son el único funda­
mento de la presente carta ya que además poseo otras informaciones seguras». A.S.F., Coh
siglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto n. 12. El Condf de Richecourt a S.A.R.
el Duque de Lorena. Florence, 18 aout 1739. Apéndice 13 D.
(164) Ibidem.
(165) Ibidem. .
(166) Aquí repite casi textualmente las palabras del senador Rucellai al referirse a que
el Inquisidor hizo poner al inicio la palabra Sportte queriendo con dio significar que Cru­
deli había hecho estas declaraciones espontáneamente sin haber sido forzado a ello, y ni
siquiera interrogado.

47
El conde de Richecourt comunica twnbiA» a S.A.R. que el Doctor Crudeli
había suplicado al Inquisidor terminara lo antes posible su Proceso, y . que se
mona e n la cárcel dado qi.e era asmático y escupía sangre casi todos los df««.
M o que el Inquisidor le habí, respondí*, que él tenia los brazos atados; que
si no su Proceso habría sido juzgado en Roma hacía ya tiempo (167) En estas
circunstancias - s e lee en el inform a- «de>o a la alta prudencia de V.A.R.
juzgar el partido que creerá más conveniente para procurar a Crudeli la justicia
que pide» (168).
Tras hacer un elogio de Crudeli (169) y de exponer la critica situación en
que se encontraba (170) concluye el despacho del Secretario de la Jurisdicción
con una serie de párrafos en clave, y solicitando precaución con los informes
remitidos, en especial los del senador Rucellai, quien «conocedor de que se
había atentado más de una vez contra la vida del defensor de la Jurisdicción
de Venecia contra las pretensiones de la corte romana», no estaba libre de cier­
tas inquietudes.

E spo n tá n ea d e C r u d e l i

Una de las cosas que más llama la atención en el proceso del Dr. Cruceli
es la detallada información que de él tenían los ministros florentinos del Gran
Duque, quienes se hicieron incluso con una copia del propio proceso, que todavía
puede consultarse en el Archivio di Stato de Firenze (171). Es ésta la fuente
más directa, sobre la cual existe una larga «Relación del encarcelamiento del
Doctor Tommaso Crudeli de Poppi, y del proceso formado contra él en el tri­
bunal del Santo Oficio de Florencia el año 1739» (172), publicada el año 1782.
Coincidiendo con las noticias del senador Rucellai y del conde de Richecourt,
el proceso del Doctor Crudeli, encarcelado la noche del 9 de mayo de 1739, se

(167) Aquí coincide la respuesta del Inquisidor con lo señalado el 21 de julio de


1739, en el informe del senador Rucellai [Apéndice 6B ], donde se recoge el dato de que
el Inquisidor >c había excusado de su actuación, diciendo que había hecho todo «con
orden expresa de la Corte de Roma», y que «no hacía otra cosa, sino seguir órdenes de
Roma, donde se había preparado el Proceso».
(168) Apéndice 13 D.
(169) «Este hombre no parece indigno de la atención de su soberano; es de una fa­
milia honesta, sobresale en la poesía, y sin duda su único crimen es éste, pues, con algu­
nas satiras se ha atraído la enemistad de los Eclesiásticos y frailes, a los que más de una
vez ha censurado los vicios y la conducta» {Ibidem).
(170) «Es cierto que según las máximas de la Inquisición este hombre se pudrirá en
^ > caa . zos’ SIn su Proceso se decida jamás, porque no se ha encontrado de qué
condenarle y no se puede absolverlo sin confesar que ha sido impuesto a V.A.R.» (Ibidem).
Fil,J ™ y C™íí«‘í° ^Reggenza della Toscana, Filza 340, letra Y, fols. 177-313;
■ ’ nsefL?. • Utilizando parte de este material, si bien en un tono excesivamente
“ I,ubpCaron e" * u día k s ob ra; de S b ig o li, F., Tommáso Crudeli e i primi
F iZ Z l v t * l J , í renZe’ rf*11™0' Battezzati, 1884; Baldi, E., L’Alba. La prima loggia a
vich Cario en l J* n CesA0á Firenze, Coppiní, 1959. Recientemente F ra n co -
73 85 df Ua .Massone™ ‘« Italia, Firenze, La Nuova Italia, 1974, pág».
te vaticana superficialmente el proceso contra Crudeli, no utilizando ninguna tuen-

p r o í S a f o ^ ^ nfon<!ri1% tÍ rCeraZí0n*Ldel Do«™ Tommiso Crudeli di Poppi, e della


E T X S K v S f r Í L Í " "Cl tncunale del 8ant’Uffizio di Firenze i’anno 1739», en
1782, pgs. 398-273 6 SM generale e particolare di Toscana, Veneti*,

48
inició el 1 ." de agosto de 1739 con una declaración «espontánea» hecha por el
reo, concerniente a la Congregación de los Libert Muratori.
Según la «Relación» anónima, publicada en Venecia en 1782, el Padre Vi­
cario de vez en cuando visitaba a Crudeli, y le hacía vivas declaraciones de amis­
tad demostrando compasión por su desgracia, y asegurándole su asistencia para
que se le administrase pronta y recta justicia, y para que le fueran aplicadas de
la innata clemencia del Padre Inquisidor, toda clase de facilidades, dado el de­
plorable estado de su salud. En estas visitas Crudeli aprovechaba para rogarle
procurara acelerar su causa y que fuera pronto examinado, pues no comprendía
la razón de tal demora en un tribunal que tenía la costumbre de no arrestar a
nadie hasta haber compilado el proceso, y probado claramente sus delitos (173).
A pesar de las promesas del Vicario transcurrieron tres meses sin que sur­
tieran efecto alguno, hasta que un cierto día dicho Padre Vicario le dijo a Cru­
deli que había logrado convencer al Inquisidor para que se dignara recibir de
él un billete. Por esta razón le podría traer todo lo necesario para escribirlo,
y en él solicitar la tan ansiada grada de ser examinado. Pero esta promesa
— añade el autor de la Relación— muchas veces repetida por el P. Vicario, no
fue cumplida hasta mucho tiempo después en que le dijo había obtenido una
entrevista con su Paternidad Reverendísimo [el P. Inquisidor] para que de
esta forma pudiera él mismo pedirle lo que tanto deseaba.
De hecho el prisionero «fue conducido a la Capilla del Santo Oficio, lugar
que utilizaba el Tribunal para examinar, donde en lugar de entrevistarse extra-
judicialmente con el Padre Reverendísimo, como falsamente le había sido pro­
metido, fue examinado formalmente sobre la sociedad de los Liben Mura­
tori, siéndole hechas 43 preguntas, ninguna de las cuales fue escrita, a pesar de
que él exigió con toda energía, que fuese registrado todo por el Canciller, se­
gún los principios de toda razón canónica y civil, según la costumbre del Santo
Oficio, y de todos los tribunales, que se regían no por el capricho, sino por el
orden de la justicia. Aunque les argüyó con los Cánones las Bulas de
los Santos Pontífices, y las leyes, le fue respondido por el P. Inquisidor que
todo se hacía para su bien, porque era más ayudarle & hacer una confesión es­
pontánea que una exposición de los hechos obtenida por vía de un examen for­
mal. Y de esta forma a la cabeza de todo este examen fue puesto el título de
confesión espontánea. Con este nuevo método irregular de proceder fue trans­
formado el interrogatorio hecho a Crudeli en una supuesta historia, hecha por
él, cuya lectura, por otra parte, ofrece muchas ocasiones para comprobar que
no es otra cosa que una cadena de respuestas dadas a las diversas preguntas
del fiscal» (174).
Como se puede apreciar, esta descripción concuerda fundamentalmente con
los informes del senador Rucellai, y del Conde de Richecourt. Además se ve
confirmada por los documentos conservados en el Archivo de Estado de Flo­
rencia, sobre el proceso de Crudeli. En primer lugar existe el interrogatorio he­
cho a Crudeli en esta ocasión y que está compuesto de 45 preguntas —dos más
de las que dice la «Relación»— , algunas de las cuales se explidtan más en una
nota final (175). Este interrogatorio que gira todo él acerca de la Masonería

(173) Ibidem, pgs. 204-205.


(174) Ibidem, pgs. 205-207.
(175) A.S.F., c onsiglio di Reggenza della Tosca»*, Filza 339, Inserto 2, n. 5; Filas*
340, Letra A, fols. 9-J0: Interrogatorio fatto dall'Inquisitore di Firenze al Dre. Tommáso
Crudeli. Apéndice 14.

49
e, el que efectivamente constituye el esqueleto de l« declaración «espontánea»
del Dr Crudeli, del 10 de agosto de 1739 de la que también se conservan do.
copias, una de ellas más detallada y completa en su redacción, en el y» atado
archivo florentino (176). . . , , .
En presencia del P Inquisidor, v una vez prestado juramento de decir la
verdad la «espontánea» de Crudeli comienza contestando a una pregunta que
siempre se hacía a los llamados a declarar ante el Santo Tnbunal y qUe ver8aba
sobre el motivo que suponía el declarante por el que había sido llamado. La
respuesta de Crudeli es significativa no sólo por su contenido sino por la ra­
pidez con que entra en materia del cuestionario preparado de antemano sobre
la Masonería. ,
«Cuando fui encarcelado —se lee en la «espontanea» del 10 de agosto
[ 1739]_(177), inmediatamente pensé que podía ser la causa, por haber co­
mido carne dos o tres veces en viernes o sábado, para lo que tengo licencia del
médico por mi indisposición del pecho; pero habiendo pasado mucho tiempo,
no viendo ninguna resolución sobre mi persona para formar juicio, después de
haber reflexionado mucho puedo dudar que mi prisión proviene de haber sido
miembro de la Congielación llamada del Frimesson, en la cual fui admitido,
si mal no recuerdo hace cuatro años. En realidad mucho tiempo antes había
estado impulsado por mi curiosidad a adscribirme a los Frimesson, pero no me
resolví a ser recibido hasta después de haber visto agregados a dicha Congrega­
ción a los Padres Denii y Hud (178), agustinos del Espíritu Santo, irlandeses,
los cuales, y especialmente el Padre Hua, era ilustre y mártir de nuestra Santa
Religión, porque por ser católico había perdido los honores de su patria y la
posibilidad de volver a entrar en su país. También vi —prosigue Crudeli— al
Galessi, del cual no sé el nombre, pero era oficial del difunto Gran Duque
Cian. Gastone, y si yo no yerro creo que era Alfieri, joven inocentísimo. Con
el ejemplo de estos y otros, entre ellos el Dr. Antonio Coochi, me resolví tam­
bién yo a entrar, como entré. El joven Galessi lo hizo como perito en Geometría,
y el doctor Cocchi como médico» (179).
Tras este preámbulo en el que más o menos quedan contestadas las dos
primeras preguntas del cuestionario referentes a algunos nombres, empieza el
interrogatorio propiamente dicho, pues a partir de este momento la «espontá­
nea» de Crudeli va siguiendo literalmente y en el mismo orden las preguntas
hechas por el Inquisidor.
A las primeras cuestiones de «en qué consiste el frimasson; cómo se admite
el nuevo frimasson; cómo se hace la deliberación, y cuánto cuesta» (180), las
respuestas de Crudeli, como en el resto del interrogatorio, son en todo con­
formes a las prácticas de la verdadera masonería.
*La regla que se observa en la reunión antes de ser admitido consiste en
esto, uno de la Asamblea hace instancia a los francmasones reunidos en la
mesa y expone que, por ejemplo, el señor Tommáso Crudeli desea ser admitido
ai i rmesson, y los comensales, pero especialmente el Gran Maestre (181) orde-

Apéndkc ll C* F i í ^ u n °i della Toscana, Filza 339, Inserto 2, fol». 9-10.


(177? E w t l Z Í Á UtT* Y’ f,ols 177 180 Cfr última copia en Apéndice 15 A.
ciembre de 1739 °* *esíX)nt ’ una del 14 de agosto y la otra del 21 de di-

(179) A p é S r Í 5 i,AC0" ' í,a " D' " ' hy y Fl0° d -


Apéndíce 14, preguntas 3 a 6.
(181) II Capo Maestro.

50
na y dice que se informe si el Postulante es un hombre de bien y honesto, y si
dicen que sí, levantan la mano o a viva voz lo aceptan, aunque algunos, incluso
propuestos por el Gran Maestre, son excluidos, como me ha sido referido. Tras
la aceptación el que propone avisa al Postulante la admisión y se determina el día
y la hora en que debe ser recibido. Pero antes se le hace pagar una cantidad de
dinero para la cena; a unos más a otros menos. A mí —refiere Crudeli— me
hicieron pagar seis o siete ruspos (182) para comprar los aderezos, delantal y
guantes. Algunos más generosos los compran nuevos a todos los reunidos» (183).
El interrogatorio prosigue preguntando una serie de detalles relativos a la
ceremonia de iniciación de nuevos candidatos, «de qué color son los guantes;
si la venda es formal; cuáles son los metales que le hacen dejar; cómo se de­
sarrolla el consejo; qué es lo que dice el Maestre desde dentro; qué figuras es­
tán dibujadas con yeso en el suelo; cuántas luces hay; cómo están dispuestas;
en qué parte está situado el Maestre; sobre qué se presta el juramento; cual
es el libro sobre el que se jura; el sentido de las palabras del juramento; su
síntesis; si tiene palabras horribles u otras» (184).
Crudeli corresponde a este cuestionario con toda naturalidad y simplicidad,
diciendo que «los delantales son, a ser posible, de cuero blanco, y que se com­
pran guantes blancos de señor y señora para cada uno. Después se conduce al
novicio a una puerta, al otro lado de la cual están los señores frimesson, y se le
lleva con los ojos vendados con una tela cualquiera. Después lo despojan de toda
clase de metales, es decir: dinero, botones, tanto de la camisa, como de la cha­
queta, hebillas de los zapatos y semejantes. Tras esto el Promotor llama a la
puerta con un golpe pequeño, después espera un poco, y da otros dos golpes
inmediatamente uno después de otro, siendo ésta una de las señales de los Fri-
messon. El Gran Maestre responde desde dentro ¿quién es? y ¿qué quiere? Se
contesta diciendo que es uno que quiere ser admitido al Frimesson. Replica el
Gran Maestre si por su propia voluntad o por persuasión de otros y se responde
que por propia voluntad. Le pregunta si tiene los ojos vendados y si está des­
provisto de metales. Responde el Promotor que sí, y entonces abren la p«*erta,
y todos los asociados hacen dentro un gran ruido con espadas, hierros y gol­
peando las mesas. Después el primer Gran Maestre hace girar al novicio junto
al Promotor por la habitación. Tras esta vuelta el primer Gran Maestre lo lleva
adelante y le pregunta si desea salir de aquellas tinieblas y ver el sol (el cual está
dibujado en el suelo con yeso, y en medio del sol está escrita la palabra Geo­
metría), y el postulante responde que sí, pero antes de quitarle la venda le hacen
jurar sobre la Sagrada Biblia u otro libro, mantener el secreto de esta u otra
forma parecida. Es decir que le serán arrancados el corazón y la lengua, y con­
vertidos en cenizas arrojados al viento caso de no guardar el secreto; y entonces
una vez hecho el juramento se le quita la venda de los ojos y ve en tierra el sol
descrito más arriba en medio de un rectángulo hecho de yeso, representando el
Poniente, oriente y las otras dos partes, sur y septentrión; y todos los miembros

(182) Rúspo, moneda de oro de la ciudad de Firenae. llamada también zecchtno gi-
gliato di Firenze. lín la versión conservada en la Filza 339, Inserto 2. se dice textualmen­
te: «a él le hicieron pagar seis o siete ruspi...*. Sin embargo en esta otra versión [Fdzt
340, Letra Y, fols. 177-178] se dice: «« mí me hicieron pagar...*. Parece ser que la pri­
mera versión corresponde al escribano que fue anotando el interrogatorio de Crudeli, te­
niendo a la vista la declaración anterior, pues se limita a matixar y a añadir pequeños de­
talles que no existen en la anterior.
(183) Apéndice 15 A.
(184) Apéndice 14, preguntas 7 a 24.

51
unidos forman círculo alrededor de dicha figura. El Gra.i M .es.re está colocado
en la parte del oriente ^tem plando la cadena; y en la figura hay cuíco colum­
nas distribuidas, sobre las cuales hay un cirio encendido representando a los
cinco órdenes de arquitectura: el dorico, jonico, corintio el compuesto y el tos-
cano Inmediatamente después de quitarle la venda, el Gran Maestre coloca al
aceptado el compás junto al pecho, descubriéndolo. En tal reunión no se admiten
mujeres Después le hacen pasear, diciéndole que pasee como buen Frimesson
sobre la susodicha figura rectangular, y porque teme borrar las figuras o tirar
al suelo las columnas camina con gran cuidado para no hacerlo, y entonces toda
ia reunión ve y realiza, en todas las vueltas, algún cambio, según lo dispuesto
por los primeros maestres. A continuación lo ponen en la parte septentrional o
meridional de aquella figura, y entonces el Gran Maestre ciñe el delantal al
Novicio, y le dice que aquel es la insignia del frimesson. Los guantes se los po­
ne cada uno» (185).
«Me he olvidado decir —prosigue Crudeli— que inmediatamente después
de quitada la venda de los ojos, todos los reunidos en la asamblea, al mismo
nempo, y con cierto ímpetu, se ponen la mano izquierda en el pecho, formando
escuadra* Después el primer Maestre interroga a uno de los más viejos y prác­
ticos del frimasson, y le pregunta si él es Frimasson; responde que sí y le replica
en qué logia ha sido admitido Frimasson, y aquel le responde el lugar; entonces
le pregunta hacia qué parte debe estar dirigida la logia. Responde que de oriente
a occidente. El Gran Maestre le pregunta qué es lo que le fue hecho cuando
entró frimesson. Responde que le fueron quitados todos los metales, vendados
los ojos, y todas las demás ceremonias como he descrito más arriba. Después
el primer Maestre o quien ha introducido al novicio comunica al mismo novicio
las señales dei frimesson, y son las siguientes: Con su dedo pulgar le toca su
dedo medio en la parte superior del nudillo (186), y después el nudillo del ín­
dice, diciendo B. y el otro debe responderle O hasta que alternativamente ter­
minan la palabra BOOSE, y sucesivamente dicen la palabra claramente, si no
me equivoco (187). Después uno de los arriba citados, no la primera vez, sino
en cualquier otra ocasión, le tocan el dedo índice, le separan el mismo dedo, des­
pués el medio y sucesivamente los dos, después le estrecha toda la mano descen­
diendo los susodichos dedos hacia el pulso y aprietan un poco; el otro se pone
la mano izquierda en el pecho y vuelve un poco el pie derecho. Y estas son por
lo que ahora recuerdo las señales con las cuales se distinguen los agregados al
Frimesson. El primer Maestre tiene un martillo de madera en la mano, y un com­
pás colgado al cuello con una cinta; puede ser que existan otros signos, de los
cuales no tengo memoria o no he hecho exacta atención. Pero —concluye Cru-
7^ s* quieren saberlo más exactamente podrán informarse de Collins, ya que
el es el que alberga a los reunidos, y es también Frimesson. Después de la asam­
blea se tiene una cena a expensas del nuevo miembro» (188).
Tras esta larga y detallada descripción de la ceremonia de iniciación de los
nuevos candidatos, que fundamentalmente coincide con las diversas preguntas
ec as por el Inquisidor, continúa la declaración «espontánea» de Crudeli a te­
nor e cuestionario preparado, que en adelante se fija en una serie de porme­
nores mas directamente relacionados con Florencia. Así se le pidió al Dr. Cru-

(185) Apéndice 15 A.

í i f j f » ' S 5 ¿ & u£ , ¿ i s r v
(188j Apéndice 15 A.

52
deli «que dijera los nombres de los florentinos y de los ingleses», preguntándole
«cuántos eran en total los frimassons', quién era maestre cuando entró; cuánto
tiempo hacía de ello (189); cuantos maestres se habían sucedido; cuanto
tiempo hada que fue introducida en Florencia; quién fue su fundador; cuántos
había cuando entró; nuevamente se le pide los nombres de los florentinos de
aquel tiempo y el número de los ingleses; cuánto tiempo hacía que había sido
instituida [la masonería] cuando entró; dónde se reunían los frimassons (190);
el nombre exacto de Galessi, y qué rango de oficial tenía (191); el nombre de
tres grandes maestres, y el día de la asamblea» (192).
Al igual que a las preguntas anteriores, las respuestas de Crudeli son tajan-
tes, sin tapujos, libres de todo temor o suspicacia. «Cuando entré en dicha Con­
gregación, el primer Maestre era el Sr. Fox, matemático, y se reunían en casa
de Monsieur Pascio, en Via Maggia. En esta Compañía, el día de mi ingreso,
que fue la única vez que intervine, me consta que estaban unas diez personas,
y entre otros entró conmigo por lo que me parece Giuseppe Cerretesi, floren­
tino. Allí estaba, entre otros asociados, el Dr. Cocchi. Después de mí, entraron en
dicha sociedad el señor abate Ant. Niccolini, Paolino Dolci, el abate Franceschi,
y el abate Buondelmonti; de los florentinos no me acuerdo más. Era costumbre
que se reuniera la sociedad cada jueves; y porque no veían a gusto al Barón
Stosk [Stosch], fue cambiada la reunión al sábado, día éste en que él estaba
ocupado con el correo, pues Stosch no era bien visto en modo alguno por lo»
ingleses que le odian a muerte. El resto de los que asistían a dicha asamblea eran
ingleses, de los que no me acuerdo cómo se llaman; y entre ellos estaban los dos
Padres del S. Spirito ya nombrados más arriba (193). Después la reunión fue
cambiada de la casa de Monsieur Pascio, e introducida en el Albergue de Mon­
sieur Collins; y la razón del cambio fue porque Monsieur Pascio daba mal de
comer. En dicha casa he estado una sola vez, y en la de Collins de tres a cuatro,
no pudiéndome adaptar a su costumbre, que consiste en beber mucho, lo cual
no pude soportar a causa de mi enfermedad» (194).
Esta primera parte de la «espontánea» de Crudeli —que enderr* un gran
interés no sólo por los nombres de los abates, miembros de la Masonería flo­
rentina, sino por el juicio y concepto que tenían de Stosch induso los masones
ingleses residentes en Florenda— , concluye didendo que «esto es todo el siste­
ma del frimesson». Y añade: «He oído decir a los mismos ingleses que en dicha
Masonería se acepta a toda dase de gente; basta que sean hombres de bien,
como zapateros, médicos y toda clase de personas. De esta forma los enfermos,
si existiese alguno, deben acudir al servido del médico frtmasson, y deben acu­
dir al zapatero a arreglar sus zapatos. Si alguno fuese encarcelado están obliga­
dos a hacer bolsa para socorrerle y sacarie de la cárcel. A tal efecto en la prepa­
ración de la comida o cena separan algunas monedas, y las ponen en caja para
las necesidades. Además debo decir que en el frimesson, antes de que yo entrara
estaba un pintor llamado Martin, que no sé si sigue en Firenze; este es inglés
convertido al catolicismo» (195).

(189) A esta pregunta habfa ya contestado al comienzo de la «espontánea*.


(190) Ya contestada también al decir que Collins era el que albergaba a los reunidos.
(191) También contestada ya al comienzo de la «espontánea*.
(192) Apéndice 14, preguntas 25 a 41.
(193) Denehy y Flood [Denii y Hud].
(194) Apéndice 15 A.
(195) Ibidem.

53
Cuatro días después de esta primera «espontanea» de Cruce ,, el 14 de agos­
to de 1739, fue de nuevo intertogado por el P. Inquisidor concluyendo con ello
el cuestionario que desde un principio se habla preparado en el Santo Oficio
pata esta «confesión» del secretario de la logia masónica de Florencia. Lat ul-
timas cuatro preguntas, de las cuarenta y cinco a que fue sometido el Dr. Cru-
delt se refieren «a si después de la comida, cuando se encendían las luces, se
hablaba contra Deum aut divinam scientxam-, si sabía o había oído decir que
en Florencia u otras partes existieran reuniones semejantes; por qué no se ad­
mitían a las señoras, y si los ingleses estaban en la mesa todos borrachos» (196).
A esto el reo, después de haberle sido tomado nuevo juramento de decir
la verdad contestó que «una vez terminada la asamblea salían de aquella habita­
ción e iban a comer o a cenar. Y aquí parece que concluía todo el secreto, por­
que entonces entraban a la sala de la cena la servidumbre, y otras personas que
no están agregados al Frimesson, que en nuestra lengua quiere decir ingenuo mes-
son muratore [albañil]. Mientras están a la mesa se bebe, se hacen brindis, y
en primer lugar se brinda por el Príncipe reinante, siguiendo esta ceremonia:
el primer Maestre se pone en pie, con d vaso en la mano, y hace la señal de la
escuadra; esto es, girando el vaso hacia el pecho alzándolo en medio de la mesa;
todos los demás hacen el mismo gesto con el vaso, colocan el vaso en la mesa, y
después con las palmas de las manos dan tres golpes, el primero un poco suave,
y los otros dos con más tuerza, alusivos al golpear de las piedras. Tales golpes
los dan después de beber. A continuación se brinda por Anfión, que construyó
Tebas al son de la lira; a Alejandro Magno, que levantó Alejandría; al Zar de
Moscú, que edificó Petersburgo. Después he oído hacer brindis a Rodope, que
hizo una pirámide; a Semíramis; a Artemis; y a muchos otros. Es bien cierto,
sin embargo, que en el Frimesson no se admiten mujeres; el motivo, no obstan­
te, no ]o sé; quizás porque no se arriesgarían a su secreto. Cada vez que el Gran
Maestre hace un brindis, todos corresponden, como he dicho arriba, y con fre­
cuencia muchos ingleses terminan borrachos» (197).
Y después hacia el final de la comida, prosigue Crudeli, «si hay negocios
que proponer, relativos al Frimesson, se encienden las luces acostumbradas, co­
mo ya he dicho, y se hacen salir a la servidumbre y a las demás personas que
no son del Frimesson, y entonces se tratan aquellas cosas que se proponen. Por
ejemplo, si se debe aceptar a algún novicio. Está prohibido toda clase de dis­
curso sobre la Religión y el Gobierno. En tantos años que lleva establecida aquí
en Florencia tal sociedad, que no sé el tiempo, los ingleses, al principio, admi­
tían a los italianos, y al primero en incorporar fue al señor Reid, hombre de
dudosa fama, quien aunque era católico, practicaba una moral equívoca; y como
era un pobre hombre, con su admisión creyó que obtendría algún provecho, por
o que los italianos no eran bien vistos y recibidos en esa asociación. Además
era sabico que jamás se les invitaba a hablar cuando estaban en reunión, utili­
zan ose siempre el inglés entre ellos, rarísimas veces el francés y casi nunca el
ita íano, e suerte que los florentinos acudían pocas veces y de mala gana por
no querer beber con una acogida tan fría y por aquel pueril malestar. Así sé
que e a ate íccolini solamente intervino dos veces, según tengo noticia, y por
tai razón ignoro cuantos sean los florentinos agregados [al Frimasson]» (198).

(196) Apéndice 14.

FU»( l )H
W), Iv i d .
F'k ‘ **• U ' r* Y' **• 180'182;

54
Tras estos nuevos detalles no carentes de interés para conocer un poco en
su intimidad las debilidades de los masones ingleses de Florencia un tanto afi­
cionados a multiplicar los brindis, pero que llegado el momento se regían si­
guiendo las normas generales, prohibiéndose toda conversación sobre religión
y política, la «espontánea» de Crudeli añade un importante dato referente a la
Bula pontificia «J« eminenti».
«Habiéndose sabido la prohibición en el Estado Eclesiástico de semejante
sociedad, según tengo entendido, tanto yo como los conocidos, es decir los
florentinos, no hemos vuelto a reunimos más, y por k> que conozco, tampoco
lo han hecho ni siquiera los ingleses. Y yo me esforzé ante el Ministro <¡e In­
glaterra en Florencia para persuadir también a Milord Raymond a disolverla,
estando presente el señor Giuseppe Cerretesi en una comida que hicimos con
dicho Milord» (199).
Finalmente concluye Crudeli respondiendo a la pregunta n. 40, referente a
los tres grandes maestres habidos en Florencia. «Durante el tiempo en que fui
del dicho Frimesson he conocido tres Grandes Maestres: el primero el Sr. Fox;
el segundo Milord Middlesex, conde de Londres; y el tercero Milord Raymond.
Además se esforzaron en la disolución de tal sociedad, el Sr. Collins y todos los
florentinos, de modo que la Bula Pontificia ha sido obedecida por los florentinos
y por los ingleses, en esta ciudad, no sabiendo que en otros lugares, fuera de
Florencia, existan tales asambleas» ( 2 0 0 ).
Las últimas palabras de Crudeli son una aclaración en la que dice que «en
esta relación puedo haber errado en algo, o porque no lo recuerdo, o porque
no presté la debida atención. Un inglés que me parece era el Sr. Fox (?), me
dijo que todas las señales indicadas que se usan en dicha sociedad aluden o de­
ben aludir al arte de la construcción. Al presente no me parece deber decir
nada más» ( 2 0 1 ).
Esta pieza documental es, quizá, clave para comprender el porqué de la per­
secución de la persecución de la Masonería en Florencia, y la actuación del In­
quisidor en este asunto, quien desde un comienzo, incluso antes Je la publica­
ción de la Bula Pontificia ( 2 0 2 ), en su correspondencia con Roma, vimos quería
tener dos o tres víctimas con que escarmentar al pueblo florentino, y de paso
enterarse con detalle qué era y en qué consistía la Francmasonería. Y por eso
no deja de ser elocuente que el primer acto jurídico —por así decir— del pro­
ceso del Dr. Crudeli versara única y exclusivamente sobre la Masonería, «de­
lito» éste que tanto el Cardenal Corsini, como el P. Inquisidor cuidaron bien
de ocultar a S.A.R., el Gran Duque de Toscana, cuando solicitaron de él el
Brazo secular para el encarcelamiento de Crudeli y de sus compañeros de logia,
Giuseppe Cerretesi y el abate Buonaccorsi, que, como hemos podido apreciar,
son citados repetidas veces —sobre todo Cerretesi— , a lo largo del relato o
interrogatorio del Dr. Crudeli.
La total transcripción del documento dada su extensión permite comprobar
no sólo el detalle con que el reo satisfizo la curiosidad del Santo Oficio respecto
a esa asociación que él llama el Frimesson [o Frimasson], y los inquisidores
designan como los Liberi Muratori, sino la inocencia de la misma asociación tan-

(199) Ibidem.
(200) Ibidem.
(201) Ibidem.
(202) Cfr. en el tomo primero el capítulo II.

55
•/ ~ /v\mA la *U CUS miCfiY
y £ £ ¿ % r z ? £ « ¿ ¡ n ' v a r i o s sacerdotes y religiosos.
También resulta significativo el que una organización con. pues . en gran
parte de no católicos, ya que al menos la casi totalidad de los ingleses no o
eran obedeciera una Bula pontificia que ni siquiera habla sido publicada en la
Toscana. v que por !o tanto no tenia fuerza de ley m siquiera para los católicos.
Pero quizás lo que más debió desconcertar al Tribunal de la Inquisición fue
la visión dada por Crudeli del Frtmasson que, en modo alguno, coincidía con lo
que ellos creían consistía el Uberi Muratori, esa funesta organización que el
Santo Oficio romano Había condenado y perseguía como nefasta para la religión.
La sorpresa tuvo que ser decepcionante, ya que ni siquiera existía el más mínimo
punto de contacto con la religión, con lo que se escapaba plenamente de sus
manos y jurisdicción el proceso de Crudeli motivado, única y exclusivamente, por
su calidad de francmasón, si bien ante el Gran Duque se habían alegado vaga­
mente una «serie de errores concernientes al Tribunal de la Inquisición» (203).
Por esta causa tras este primer interrogatorio — se lee en la Relación anó­
nima del año 1782 Í204)— , el P. Vicario siguió visitando al prisionero bajo
capa de amistad y compasión haciendo ostentación de dolor por su desgracia,
pero en verdad oara intentar inducirle a confesar todo lo que se hacía y decía
en la sociedad de los Liberi Muratori, suponiendo que allí se tratasen cosas de
religión como siempre han creído erróneamente, o al menos han demostrado
creer los Padíes del Sanco Ohcio, que ya en 1736 hicieron numerosas investiga­
ciones a este propósito, y que desde entonces pusieron los ojos en Crudeli,
como uno de dicha Sociedad, llegando a divulgar el falso rumor de la existencia
en Toscana de 30.000 herejes bajo el nombre de los Liberi Muratori» (205).

D e l a c io n e s d e l o s t e s t ig o s

De hecno la primera denuncia contra Crudeli, registrada en su proceso, data


del 29 de diciembre de 1734, y está formulada por un sacerdote florentino de
35 años (206 > quien acusó judicialmente al Dr. Crudeli ¿e haber dicho hacía
siete u ocho años, en una villa del Impruneta, «que la Teología Escolástica era
inútil, supérflua, quimérica, y que contenía cosas falsas» (207). El mismo clé­
rigo acusó a Crudeli de haber hablado con desprecio de dicha Teología Esco­
lástica diciendo que «los ángeles custodios estaban asomados a la ventana para
ver i°s movimientos del corazón»; y que en aquella época, poco más o menos,
na ía oído decir que Cruceli quería ir a confesarse con un cierto sacerdote para
i f u tarie’ j ?ure había hecho, diciéndole que «era un asno». En otra ocasión,
a anao del Santo Oficio había dicho «que era injusto ya que aceptaba las
acusaciones y no concedía defensa a los acusados, alabando a Francia porque
aLi no existía este Tribunal del Santo Oficio» (208).

(203) Cfr. Apéndice 1 B.


(204) Cfr. nota 172.
!2 2 i l aHÍ- aítenenti > ?p. cit., pág. 206.
della T o re a d FirzaU339ariñ sm o C2 lV l ° P14 COnsf,rvad£ e" A S .F - Consiglio di Reggenza
Pasqui. ’ ’ sc l'ama^a Groppi, y era pedagogo en casa

(208) Ibidem. 1734 AP*nd'<* 16.


U 'a *»•u,r* Y-“ • “ * Hfe*
56
ISTERITTS S R E D I A C O N Ü S
C A R D I N A U S C O R S IN U S F L O R E N T I X U S
5 IG N A T U R A E IU S T IT IA E PR A E F E C T tr5*
BASILICAE LATERANENSIS A R C H irR E S B Y T E R
CREATUS DIE XIV. A17GUSTI M D C C X X X
A

/ /V /r Ar*./
•v ;
r / . 0% ' / i r , / / / / , - ‘ / > / / / / / / / / . / r //< / / / / / •
* .. 4 * * '
f ) r c ,/ / , r // { / :.!/ x / ; a -, :

//'A’^ ' 'r f /As étrr. » /7**, //, , >,/ -rnfifr///t+h*9,/k+rm/+*


-* r. •*■
S.A.R Duque <j,. I,0rc
,n'c'«d'> rn la Mavmi'riü el 14 de mayo de 1731
El 3 de enero de 1735 fue examinado otro sacerdote de 63 años, pero el
rebultado fue negativo, ya que no dijo nada referente a Crudeli. Otro tanto
ocurrió el 14 de junio de 1739 con el «¿guíente testigo, sacerdote también, de
53 año*. El mismo día fue examinado un ciudadano florentino ¿e 48 afioa, quien
testificó haber oído publicamente en la ciudad de Florencia que «el encausado
era jefe de lo* Liberi Muratori, pero que él no lo creía» (209). Loa siguiente*
testigo* examinados, respectivamente, el 17 y 22 de junio de 1739, y el 4
y 11 de julio del mismo año, tampoco aportan nada que merezca la pena (210).
Siguiendo el mismo orden conservado en el proceso, a continuación está la
declaración «espontánea», fechada el 19 de noviembre de 1735, de un «hombre
y persona civil de 36 años» (211) quien declaró «obligado [muchas veces) por
su confesor». Su testimonio referente a Crudeli se remonta a doce año*
atrás (212), y consiste en haber visto que tenía en Poppi la Vida de Fray Podo
Servita, y el Lucrezio, traducido por Marchettí, y la Vida de Sixto V, los cuales
leía con placer a pesar de saber que estaban prohibidos, si bien esperaba obtener
de Roma la licencia para tenerlos y leerlos. Poco más o menos en esa época,
esta vez, sin embargo, en Florencia, habiendo dicho el denunciante al acusado
que cierta persona quería ir al Impruneta, le respondió: «sia buccerata la Ma­
donna».
El 27 de abril de 1737 tuvo lugar un nuevo examen a un testigo de 35
años (213), que también resultó negativo. Pero el 16 de julio de 1737, fecha
del siguiente interrogatorio según el orden del proceso, un noble florentino de
66 años (214) depuso que hacía seis o siete años estando en la librería de Piaz-
zini, un religioso pidió un libro titulado El Corazón de Jesús, a lo que el acusado
dijo que podía haber pedido El Calcañar u otra parte del cuerpo (215). El resul*
tado de los cuatro testigos que figuran en la lista a continuación es también
negativo (216).
Sin embargo, el que fue llamado a testificar el primero de diciembre de
1737, un noble florentino de 43 años (217), ante las preguntas que le fueron
hechas respondió que hacía siete u ocho años en la librería Piazzini, habiendo
cierta persona pedido un libro intitulado E/ amante del Corazón de Jesús, el
acusado dijo que «por qué no pedía El Sagrado Calcañar de Jesús, siendo tam­
bién ésta una parte del cuerpo». Como se ve, la declaración de este testigo,
con alguna pequeña variante gira sobre lo mismo, si bien no coincide plena­
mente con el anterior.
Tras estas acusaciones figura en el proceso una latga espontánea, hedía el
4 de abril de 1739 por un noble florentino, que según una nota marginal se

(209) Apéndice 16.


(210) Ibidem.
(211) Cfr. nota 206, fol. 16. Este denunciante o J acopo Crudeli, hermano del aat*
sado.
(212) El decir que en el año 17)9 ue •cus* • Crudeli en *u proceso, de algo hecho
o dicho por él en 1723. . . .
(213) Cfr. nota 206, fol, 17. Su nombre era el Dr. Vincenao Marundh.
(214) Su nombre era e! Céimltere Moncini. Cfr. nota 206, fol. 17.
(215) En e*ta ocasión el teatigo a titulo de deacar§o personal alega y * k rapuco
diciendo que «aunque el corazón era una parte del cuerpo como laa otfaa, afai embargo,
su verdadero dignificado era el afecto, el alma, la voluntad, y coaas aunüatea^por fc> que
no »e decía que uno fuera aervidor del buen calcañar, «no del buen «onaon...» Imtaem.
(216) Fueron examinados respectivamente, el 2) de juHo d* *737, y loa dlaa 10, 1
y 22 de noviembre de 1737. Ibidem.
(217) Su nombre era Simone Peruwri. Cfr. nota 206, fol. 19.

57
í

^ /fr ' r r fp j/ /7 M f< lt'/{< f> Á ty /r 7 U V /fr t/'/< '


o*/ r* ✓ ^7/ *• , ■
V //Y C f*
JÍ r n / V A ,¿ /, f > / ' //? r s r / / r * / /
/7 tts/r A f t / / / / / / ( i / /

^ ;^ /'r^' " a, ^c, ^>n.lr ct,4c rcprorlnt:c !m\ ¡ovias axis!entes hasta 1740,
El 3 de enero de 1735 fue examinado otro sacerdote de 63 años. cero el
resultado rué negativo, ya que no dijo nada referente a Crudeli. Otro tanto
ocurrió el 14 de junio de 1739 con el siguiente testigo, sacerdote también, de
53 años. El mismo día fue examinado un ciudadano florentino ¿e 48 años, quien
testificó haber oído publicamente en la ciudad de Florencia que «el encausado
era jefe de los Liberi Muratori, pero que él no lo creía» (209). Los siguientes
testigos examinados, respectivamente, el 17 y 22 de junio de 1739, y el 4
y 11 de julio del mismo año, tampoco aportan nada que merezca la pena (210).
Siguiendo el mismo orden conservado en el proceso, a continuación está la
declaración «espontánea», fechada el 19 de noviembre de 1735, de un «hombre
y persona civil de 36 años» (211) quien declaró «obligado [muchas veces] pot
su confesor». Su testimonio referente a Crudeli se remonta a doce años
atrás ( 2 1 2 ), y consiste en haber visto que tenía en Poppi la Vida de Fray Paoto
Servita, y el Lucrezio, traducido por Marchetti, y la Vida de Sixto V, los cuales
leía con placer a pesar de saber que estaban prohibidos, si bien esperaba obtener
de Roma la licencia para tenerlos y leerlos. Poco más o menos en esa época,
esta vez, sin embargo, en Florencia, habiendo dicho el denunciante al acusado
que cierta persona quería ir al Impruneta, le respondió: «sia buocerata la Ma­
donna».
El 27 de abril de 1737 tuvo lugar un nuevo examen a un testigo de 35
años (213), que también resultó negativo. Pero el 16 de julio de 1737, fecha
del siguiente interrogatorio según el orden del proceso, un noble florentino de
66 años (214) depuso que hacía seis o siete años estando en la librería de Piaz-
zini, un religioso pidió un libro titulado El Corazón de Jesús, a lo que el acusado
dijo que podía haber pedido El Calcañar u otra parte del cuerpo (215). El resul­
tado de los cuatro testigos que figuran en la lista a continuación es también
negativo (216).
Sin embargo, el que fue llamado a testificar el primero de diciembre de
1737, un noble florentino de 43 años (217), ante las p reg u n ta s que le fueron
hechas respondió que hacía siete u ocho años en la librería Piazzini, habiendo
cierta persona pedido un libro intitulado El amante del Corazón de Jesús, el
acusado dijo que «por qué no pedía El Sagrado Calcañar de Jesús, siendo tam­
bién ésta una parte del cuerpo». Como se ve, la declaración de este testigo,
con alguna pequeña variante gira sobre lo mismo, si bien no coincide plena­
mente con el anterior.
Tras estas acusaciones figura en el proceso una larga espontánea, hecha el
4 de abril de 1739 por un noble florentino, que según una nota marginal se

(209) Apéndice 16.


(210) Ibidem.
(211) Cfr. nota 206, fol. 16. Este denunciante es Tacopo Crudeli, hermano del •ra­
sado.
(212) Es decir que en el año 1739 se acusa a Crudeli en su proceso, de algo hecho
o dicho por él en 1723. .
(213) Cfr. nota 206, fol. 17. Su nombre era el Dr. Vincenxo Martinelu.
(214) Su nombre era el Candiere Moncini. Cfr. nota 206. fol. 17. « •• »
(215) En esta ocasión el testigo a titulo de descargo personal alega que le repuco
diciendo que «aunque el corazón era una parte del cuerpo como las otras, sm embargo,
su verdadero significado era el afecto, el alma, la voluntad, y cosas similares, pw lo que
no se decía que uno fuera servidor del buen calcañar, sino del buen coraron...» Ibidem.
(216) Fueron examinados respectivamente, el 23 de julio de 1737, y los días 10,
y 22 de noviembre de 1737. Ibidem.
(217) Su nombre era Simone Peruzzi. Cfr. nota 206, fol. 19.

57
llamaba A n t e d’Oracio Minerbetti. La acusación de este testigo es clave
en el proceso de Crudeli, y en última insum a, fue 1. que dio origen a las
diligencias del Inquisidor de Florencia y a la carta del Cardenal Corsini a
Gran Duque (218). escriu- el 17 de abnl de 1739, que fue la que ocasionó el
encarcelamiento » proceso de! Dr. Crudeli.
Este testigo depuso «que hada dos anos y raedlo, aproximadamente, y
cree que en el mes de noviembre o diciembre, encontrándose en Panone con
NN (21Q) sabiendo por ciertas contraseñas que él era freemasson, llamados
comúnmente Uber¡ Muratori, le rogó le admitiera a él también. NN. en un
principio demostró tener cierta dificultad, pero, finalmente, dijo que lo inten­
taría. De hecho, lo introdujo de noche en casa del Barón Stoche [sic], en la
Piazza de S Croce, donde fue admitido y recibido por los académicos de esta
manera: Su jefe lo abrazó v, sucesivamente, los demás, los cuales le dijeron
estas palabras: «Bienvenido, amigo, por la gracia de Dios, y de las buenas
personas. Con gran aplauso de todos aceptó este rito. Después lo hicieron ten­
derse en el suelo, y el citado jefe académico le mandó descubrir el miembro
viril, el cual fue manejado por uno de los académicos hasta la efusión del semen.
Caído el semen en tierra, 1c acercan una pluma, mojada en el semen, con la
que puesto en pie escribo su una carta el siguiente juramento: Juro ante todos
éstos, que ¿eré fiel en cumplir todo aquello que los otros hacen, y no haciéndolo
prometo y me obligo a aceptar cualquier malo trato a mi persona, de lo cual
doy fe yo NN.» (220).
«Hecho esto le hicieron sentar en una silla sin brazos, y teniendo la pierna
derecha en el aire, en tal postura, tuvo que confirmar el juramento, estando los
académicos presentes a todo como testigos».
«A esta Academia —prosigue el testigo— acudió unas doce veces en el
mismo lugar, de noche: y entre los académicos estaba el Doctor* Crudeli. Pu­
blicada la Bula contra los Liberi Muratori ya no se volvieron a reunir, según
tiene noticias. Pero es bien cierto que al conocerse tal Bula se habló muy mal
contra los que la habían compuesto, llamándoles insensatos, temerarios estú­
pidos, y B... [sic]; y contra el Papa, que se había atrevido a prohibir y con­
denar una cosa de la que no tenía conocimiento ni fundamento alguno para
prohibir, porque no hacían aquello que se trata en la Bula, ni obraban de tal
forma en dicha asamblea».
«Cada uno es libre de preguntar las dudas en latín, y se responde igualmente
en latín. Siendo el Dr. Crudeli uno de los más asiduos en hacerlo».
«Los discursos que se hacen en la Academia son de filosofía y de teología,
con muchísimos y gravísimos errores contra la Santa Sede. A saber1: Que no
existe otro pecado que la sodomía, y solamente por éste se va al infierno;
exc uido éste [pecado] todos van al Paraíso. Por Paraíso se entiende un lugar
e paz. Por Infierno, un lugar de martirio, pero no tal como admiten los cató­
licos tanto el Paraíso como el Infierno.

(218) Cfr. Apéndice 1 A,


que e3rolic^C^^ n t« -¿ 0ta .m*rg*na! c¡tada [cfr. nota 206] éste sería Giuseppe Cerretesi, lo
documentación má« a»vkm8l*^?C,ar'í Inquisidor para encarcelarle, como consta de la
S b T S ? a CUada Cfr entre otros’ los Apéndices 11 Á, 11 B, 11 C, 11 D,

iSgZeTza delta Tos^na Filza w T n s ír t o S2° lame/ )te e" Ia c.°Pía del A S ? { ’ Co* '
Ímposible escribir con una ni,,™ , j ’ 2 ’ se hace el siguiente comentario: «Es
braV>, Apéndice 16 ,ada e" scmcn’ * más imposible escribir t*ntas pala-

58
«Que el Papa no tiene ninguna potestad, ya que ésta fue solamente con­
cedida a San Pedro, y no a sus sucesores.
«Que no existe el Purgatorio, ni las indulgencias, ni el Limbo.
«Que las tres personas divinas son tres dioses.
«Que en el Sacramento de la Eucaristía no puede estar Cristo, siendo im­
posible concebir cómo en virtud de las palabras de la Consagración sea factible
que ocurra esto.
«Que Dios es autor del pecado en tanto que a El concurre.
«Que es necesario creer solamente aquello que la razón representa como
verdad.
«Que Dios no dice la verdad, ya que quiere que todos sean santos, y des­
pués les permite los pecados.
«Que la inmoralidad es lícita a excepción de la sodomía».
«Estos son los principales errores dichos en la asamblea, en la que algunas
veces se llama a San Juan Evangelista. Respecto a los académicos no hay nada
que observar. Cree que en total los asociados en Firenze son unos sesenta. Todos
tienen por uso y regla el no ir a misa, sino tan sólo algunas veces para ser
vistos; el no hacer reverencia al Santísimo Sacramento, y presentarse, solamente
por ostentación, alguna vez al año a los pies del confesor».
Finalmente, este largo testimonio de Minerbetti concluye diciendo que era
«una máxima común entre los académicos el tener por lícito aquello que con­
venía al hombre civil, e ilícito lo que no le convenía. Siendo lícito sublevarse
contra el Príncipe cuando imponía cargas graves» (221).
Tras esta denuncia, sobre la que nos vamos a ocupar enseguida, el siguiente
testigo registrado en el proceso de Crudeli es un doctor florentino civil, de
27 años, cuya declaración está fechada el 5 de abril de 1739 (222). En su
atestado refiere que «tres años antes fue acompañado de NN. (223), y admi­
tido al estudio del Barón Stoche [sic] en el que estaban dispuestas muchas
mesitas para mayor comodidad de los que iban allí a estudiar. La Biblioteca
estaba llena de toda clase de libros raros, y de manuscritos a disposición de
los estudiosos. Cada uno tenía libertad para discurrir sobre esa* materias, tra­
tándose de filosofía y de religión. Y en aquel estudio había visto a muchísimos,
entre ellos al Doctor Crudeli, todos los cuales con su hablar despectivo demos­
traban que no creían. Deseaban que él se adscribiese a la academia del Freemes-
son, pero no quiso entrar. Además había sabido de una tercera persona que
estos frimessons hablaban sobre Religión, y que aquellos que frecuentaban la
casa de Stoche no creían nada» (224).
Este mismo testigo fue nuevamente examinado el 10 de diciembre de 1739,
proporcionando en esta ocasión una serie de detalles sobre la casa y cámaras
del Barón Stosch. Como ampliación a lo ya dicho antes, añadió que entre los
temas que allí se hablaban figuraban la religión; la autoridad del Papa, del
que se decía era un hombre como los demás, y que podía equivocarse; la exis­
tencia de Dios; el mundo hecho por el azar; el alma nuestra, mortal; y, final-

(221) Apéndice 16.


(222) Este testigo es el Dr, Pupigliani. Cfr. nota 206. fol. 22. Existe una nueva copia
de esta testificación en Filza 340 B, fols. 11-15: «Copia del deposto fatto ne’ 5 apnl 1739
da un Dottore di Firenze al tempo dei suoi Exercizi spirituali contro la conversaxjooe che
si teneva in casa del Barone Stoch e contro il Dottor Crudeli. _
(223) Según la misma nota marginal este NN. era el ahate Ottaviano Buonaccorsi.
(224) Apéndice 16.

59
mente que lt religión Cristian* era un invento de Pedro y sus hermanos. Acabó
X J o que «¿ntre el público corría la voz de que en la casa de Stoche

SC último twtigo que figura en la larga lista de los llamados a dedarar


es un noble florentino de 22 años, examinado e 14 de jumo de 1739, quien
informó que en octubre de 1735, en Panone. el acusado al sonar el Angelus
había dicho riendo «ostensio».

A c u sa c ió n f i s c a l

En total, pues, son 18 los testigos reseñados en las actas del proceso del
Dr. Crudeli (226). Con sus declaraciones, el Sr. Horacio Bassi, procurador fiscal
de la Santa Inquisición de la ciudad de Florencia, redactó el atestado de acu­
sación contra Tommáso Crudeli (227). De los 18 testigos tan sólo recoge las
denuncias de cuatro de ellos (228). En el primer capítulo del alegato fiscal
están los cargos del sacerdote florentino llamado Groppi, que era pedagogo en
casa de Pasqui (229), y que delató a Crudeli el 29 de diciembre de 1734 (230).
En segundo lugar, la acusación fiscal se fija en la segunda parte de la
denuncia hecha precisamente por Jacopo Crudeli, hermano del acusado (231),
el 19 de noviembre de 1735 (232). El tercer apartado corresponde a la decla­
ración hecha el 5 de abril de 1739 por el Dr. Pupigliani (233) relativa a los
libros existentes en Casa del Barón Stosch, y a lo que allí se hablaba (234).
Finalmente, el cuarto capítulo de la acusación fiscal, que es el más extenso e
importante, corresponde a la «espontánea» de Andrea Minerbetti (235), hecha
el 4 de abril de 1739 (236), y que en realidad, como ya hemos dicho más arriba
es la que motivó el encarcelamiento de Crudeli, y la persecución contra el Barón
Stosch, arabas cosas exigidas por el propio Cardenal Corsini en carta dirigida
a S.A.R., el Gran Duque de Toscana, escrita el 16 de abril de 1739, es decir,
doce días después de la declaración espontánea de Minerbetti. Basta comparar
ambos documentos (237) para ver cómo la carta del cardenal Corsini está
basada y fundamentalmente motivada en la denuncia de Minerbetti.
El paralelismo existente en ambos documentos es exacto y, además, queda
completado con la acusación del Dr. Pupigliani, que tan sólo difiere un día de
la de Minerbetti, y que viene a redondear las ideas expuestas por el noble
florentino.

(225) Ibidem.
rl?Un0* *u5ron Amados más de una vez para la confrontación de nue-
(777? K c ' 1' r ^ r C J6 » óltimo cxamtn> fechado el 24 de abril de 1739.
340 f i L v i l fo i'fí'0 i * * « « » « della Toscana, Filza 339, Inserto 2, n. 5; Filza
18,486 * * * « “ “ 17 Ll" * I* ‘ «cha dd 15 <fc jumo d« 1759.
referente a U ” jStj un T}!”.1® caPÍtulo, éste es más bien una fórmula cancilleresca
(229) yP dad dc ,OS dc,itos mcnci°nados anteriormente.
(230) Apéndice 17.
(231) Cfr. nota 211.
(232) Apéndice 17.
(233) Cfr. nota 222.
(234) Apéndice 17.
(235) Cfr. nota 221.
(236) Apéndice 17.
en A j*ñ d ¿ fri6U ^ ^ Cardena1 Cor,ini m APéndi« 1 A y la denuncia de Minerbetti
Desde un punto de vísta ideológico, las dos primeras acusaciones se man­
tienen en un terreno que en aquel entonces caía en lo que se llamaba «sospecha
de herejía», si bien conviene resaltar que aunque el proceso se incoa el año
1739, una de las acusaciones data de 1734, y se remonta a unas palabras
dichas por el encausado ocho años antes. Es decir, que en 1739 se le acusa
a Crudeli de expresiones por él dichas en 1726. La segunda acusación data
de 1735, pero esta vez se remonta a palabras dichas por el reo doce años antes,
es decir, en 1723. Como se puede apreciar, el valor jurídico de tales «delitos»
es un tanto problemático, pero el Inquisidor de Florencia los utilizó como el
único recurso, ya que no disponía de otros argumentos más valiosos para ocultar
el auténtico motivo del encarcelamiento de Crudeli, que era el deseo de des­
cubrir en qué consistía la asociación de los Liberi Muratori o francmasones,
según consta de la correspondencia vaticana más arriba analizada (238), y del
examen o «declaración espontánea» a que fue sometido Crudeli de forma extra-
judicial, el 10 de agosto de 1739 (239). Y en este sentido, las dos denuncias,
tanto de Pupigliani, como de Minerbetti, vinieron a facilitar los deseos del In­
quisidor, con una serie de datos que sin más análisis fueron considerados ciertos,
y que motivaron no sólo el intento de expulsión del Barón Stosch, y el encar­
celamiento del Dr. Crudeli, sino —y esto iba a tener consecuencias más gra­
ves— la falsa identificación de la Masonería con las aberraciones, prácticas y
teóricas, que los denunciantes afirmaron se realizaban en casa del Barón Stosch,
identificación aceptada no ya sólo en Florencia, sino en Roma.
Y esto tiene tanta mayor importancia, si tenemos presente que para esas
fechas, el Santo Oficio, y el Cardenal Corsini en particular, tenían conocimiento
de los favorables informes recibidos desde Lisboa por el Cardenal Inquisidor
General de Portugal (240); informes que, en modo alguno, se asemejan a los
de Florencia, sino que dan una visión totalmente positiva y radicalmente opuesta
a la que se desprende de las delaciones de Minerbetti y Pupigliani, enviadas por
el Inquisidor florentino. Pero la imagen de la Masonería remitida desde Por­
tugal da la impresión de no haber surtido el menor efecto en Roma, un tanto
alejada de aquel escenario, si tenemos en cuenta las medidas adoptadas poste­
riormente, como el Edicto del Cardenal Firrao (241), la carta del Cardenal
Corsini a Francisco de Lorena (242), y el encarcelamiento y proceso del Doctor
Crudeli.

(238) Cfr. Apéndices 15 y 18, «sí como los 24 y 30 del primer tomo.
(239) Apéndice 15. . . . .
(240) Los informes están tomados durante los meses de juboit * *Z ' .V
bien hasta el 13 de enero de 1739 no fueron remitidos t Roma. Cfr. Apéndice* m> y *i
del primer tomo. . ....
(241) Dado el 14 de eneto de 17)9. Cfr. Apéndice 45 del pnmer tomo.
(242) Fechada el 16 de abrü de 1739. Cít. Apéndice 1 A.

61
IV.— DESARROLLO DEL PROCESO

Primeros interrogatorios.— Intervención de Richecourt ante el Gran Duque.—


Denuncia del Dr. Pupigliani.—Intento de fuga de Crudeli.—Concesión de
abogado defensor

P r im e r o s in t e r r o g a t o r io s

E l proceso de Crudeli, siguiendo la pauta de la acusación fiscal, se inició


«oficialmente» con un interrogatorio en el que le fueron presentados nna serie
de «monstruosos» delitos que se suponía eran cometidos en del Barón
Stosch. Este acto tuvo lugar el 10 de septiembre de 1739, es decir, cuatro
meses después de su arresto, y exactamente un mes después de aquel primer
interrogatorio, o «espontánea» [1 0 agosto 1 7 3 9 ], en el que se sometió al
Dr. Crudeli a 45 preguntas relativas todas ellas a la Francmasonería (243).
El 10 de septiembre, como en aquella ocasión, fue sacado nuevamente de la
cárcel, y se inició el proceso en la capilla del Santo Oficio, estando presente
el Inquisidor General. Una vez tomado el juramento de decir la verdad, se
le hizo la pregunta de rigor, es decir, si sabía o imaginaba la causa de su pro­
ceso y prisión. A lo que contestó el reo que como ya había dicho en su «espon­
tánea» anterior, creía y suponía que estaba encarcelado y ahora procesado «por
haber comido carne dos o tres veces en viernes y sábado, no obstante, tener la
licencia del médico, y por haber sido de la sociedad del Frimesson» sobre la
cual había hecho un largo y detallado informe en su espontánea citada (244).
Tras esto se pidió a Crudeli, según el esquema rutinario del Santo Oficio,
que dijera los nombres de sus enemigos, y la causa de su enemistad. La res­
puesta de Crudeli es clara y tajante. En primer lugar, nombra como enemigo
suyo a un cierto clérigo del que no se acuerda del nombre ni apellido, que hada
doce o trece años, poco más o menos, estaba de pedagogo en casa del señor Fi-
lippo Pasqui, al que conoció y trató en la villa de dicho Pasqui, en el Impruneta.
Y el motivo de la enemistad, en palabras del propio Crudeli, provenía, por lo
que contaban, «de que siendo dicho pedagogo un hombre bastante soberbio,
yo me burlaba, en presencia de sus patrones, del poco latín que sabía» (245).
Al margen de los detalles que da a continuación referentes a algún motivo
más concreto de enemistad (246), y a la descripción del sacerdote en cues-

(243) Cfr. Apéndices 14 y 15 A.


(244) A.S.F., ConsigUo di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra Y, fol. 191; Riza
339, Inserto 2, fol. 7 . Apéndice 18.
(245) Ibidem, fol. 192.
(246) «Especialmente una vez, estando sentados a la mesa P*r* comer, trajeron un
pescado, y yo le pregunté al susodicho clérigo por qué no comía. Me respondió que no
comía del pe* por temor a las espinas, a k> que añadí que tampoco comería buey, por
temor a las espinas, y montó en cólera, marchándose de la mesa, y desde entonces tanto
en Florencia, como cada vez que iba a la villa, dicho clérigo me evitaba». íbédtm.

63
tión (247), es antomátiai la coincidencia ex.stente entre este «enemigo» de
Cnideli, y el autor de t e denuncias hechas en 1734 y que ocupan el primer
capítulo del atestado fiscal de ¡a acusación En ambos casos es un sacerdote
pedagogo en la casa del Sr. Pasqui. en la villa de Impruneta; y en amboscasos
remontan los hechos al año 1726, es decir a unas frases supuestamente dichas
por el reo hacia trece años Y aquí es donde ya resulta evidente una primera
irregularidad en el proceso de Crudeli: el haber dado valor a las denuncias
hechas por un enemigo del encausado, denuncias que ni siquiera pudieron ser
confirmadas por aquellos otros testigos que, lógicamente, deberían haber corro­
borado los supuestos cargos, con que se acusó al Dr. Crudeli (2 4 8 ).
Si prescindimos de la enumeración de las demás personas consideradas por
el Dr. Crudeli como enemigas suyas, el interrogatorio del día 10 de septiembre
se ciñe única y exclusivamente a las denuncias hechas por el sacerdote en cues­
tión, y recogidas como proposiciones heréticas contra el Santo Oficio en la
parte primera del Acta de acusación, como el haber dicho, en aquel entonces,
en la villa de Pasqui. en el Impruneta, que «la Teología Escolástica era inútil,
superfiua, quimérica y que contenía cosas falsas» (2 4 9 ); que «los Angeles
Custodios estaban en la ventana de! corazón»; que quería ir a confesarse con un
cierto confesor para insultarlo y decirle — como lo hizo— que era un asno, y
que «el Santo Oficio era injusto, puesto que aceptaba las acusaciones, pero
no facilitaba la defensa de los acusados, por lo que había alabado a Francia,
porque allí no existía este Tribunal» (250).
Las respuestas de Crudeli fueron todas negativas, ya que él jamás había
oído semejantes cosas, y ni siquiera sabía en qué consistía la Teología Esco­
lástica.
Al día siguiente, el 11 de septiembre, tuvo lugar un nuevo interrogatorio
que inició el reo completando algunos datos del día anterior, los cuales había
recordado mejor, tras la correspondiente reflexión. Prácticamente se refieren a
sus enemigos, y en especial al clérigo de la villa del Impruneta, pedagogo en
la casa de Pasqui, al que reconoce que en cierta ocasión sí que le había dicho
que era un asno (251).
El interrogatorio propiamente dicho versó sobre el segundo capítulo de
cargos del Acta fiscal de acusación, es decir, sobre si había dicho hacía 16 años
que «fuera quemada la Madonna del Impruneta», y si tenía, y había leído en
Poppi, también hacía 16 años, algunos libros prohibidos «como la vida de

(24*) «Dicho sacerdote es de estatura normal, grueso de cara, nariz un poco ancha,
creo que es rubio*. Ibidem
(248) Apéndice 16.
tiemb-e ^de^^ 9 ]CC ^ ^ cta Acusación], Apéndice 18 [Interrogatorio del 1 0 de sep-
(250) Ibidem.
/'Sobre la persona del clérigo de Impruneta, pedagogo en la Casa Pasqui, hasta
llamar M » c » / n i ° í ° r n* ^ nomhre, ni del apellido, pero comúnmente se hacía
fesé con F r j°V ’ ° optante en. Ia época en que frecuentaba Impruneta, una vez me con-
conceoto tenía _.lovar^{. £ asot*'. y después paseando, recuerdo que le pregunté en qué
calificó con petm rS^1S0^lc m V*0’ y s‘ , cra teólogo. Me respondió que no; es más lo
que en a d ela n te , er,?lino^ ^¡° conocido un hombre más absurdo que él. De suerte
añadió- Si aueréic m ,c * a^ e absurdo. Y el susodicho Fray Giovanni, ya muerto,
cualquier definición c°noccr fahdad de dicho clérigo, si en realidad sabe, preguntadle
pregunté n^ro no enn!™ V 1 &aí'a> 'a definición de la Divina Justicia; la cual se la
la Teología va nue ni r?sP?nc*ern’^ y yo le dije que era un asno, y que deberla saber
rio del 11 de setiembre5 d e 'm ^ ] elementos». Apéndice 18 [Interrogato-

64
fra Paolo Servita, el Lucrezio, traducido por Marchetti, y la vida de Sixto V».
Lo primero fue negado tajantemente por Crudeli. Pero sí reconoció haber Mdo
en Poppi la vida de Sixto V, la cual, un día, visitando la biblioteca de los
Padres Vallembrosianos, se la había dejado el P. Catanzi, después General de
la Orden, el cual, por supuesto, de haber estado prohibido no se lo hubiera
prestado (252).
En este mismo interrogatorio fue sacado también a colación el asunto del
Sagrado Corazón de Jesús, y del Calcañar (2 5 3 ), que, sin embargo, no figura
en el Acta oficial del fiscal del Santo Oficio. El resultado, en este caso, fue
también negativo, pues Crudeli no recordaba nada de cuanto se le imputaba
haber dicho en la librería de Piazzini.
Nuevamente fue interrogado el Dr. Crudeli el 14 de septiembre de 1739 y,
nuevamente, inició la sesión citando a otros dos enemigos suyos. Después de
una breve alusión a ciertas palabras dichas en octubre de 1737 al sonar el
Angelus (2 5 4 ), que fueron negadas por el reo, los inquisidores entraron en la
materia del tercer capítulo, referente al asunto del Barón Stosch. Uno a uno
le fueron espetados los diversos delitos que los testigos Minerbetti y Pupigliani
dijeron se cometían en la casa de Stosch, uno de cuyos asiduos visitantes, según
ellos, era precisamente el Dr. Crudeli.
Sin embargo, éste afirmó que había estado allí con los señores ingleses, con
ocasión de ver su museo y comprar piedras talladas, siendo la última vez que
había estado en su casa, vecina a la Santa Croce, pocos días antes de que llegase
el Gran Duque; y fue en compañía de Milord Cario Fixroi, «que en lengua
inglesa quiere decir hijo de Rey, el cual queriendo comprar una piedra tallada
especial, temía ser engañado» y quiso que le acompañara Crudeli (255).
El resto del interrogatorio que se ciñe al pie de la letra a los cargos reco­
gidos en el Acta fiscal de acusación, es totalmente negativo en lo que respecta
a las respuestas del Dr. Crudeli, quien ignoraba existiesen reuniones reservadas
con el Barón Stosch, y mucho más la materia de lo aquí se hablaba o trataba.
Igualmente fue negado de forma categórica todo el proceso de recepción de
miembros, y los ritos — que según los testigos citados— se observaban con este
motivo. El «yo no sé nada» se va reptiendo a cada pregunta y, en ocasiones,
para mayor desconcierto de los Inquisidores, es más explícito diciendo que «en
casa del Barón Stosch jamás se había reunido el Frimesson*, y que el Barón
Stosch era odiado de todos los ingleses, siendo, como era, un canalla que
además se gloriaba de ello, diciendo que necesitaba ser un bribón para asi
ser temido. Como resumen final de este interrogatorio Crudeli se reafirmó en
su negativa, diciendo que era la primera vez que oía semejantes despropósitos,
y que no conocía a nadie que fuera capaz de entrar en esa asamblea (256).
El día 17 de septiembre continuó el examen, esta vez relativo a los libros
que Stosch tenía en su Biblioteca, y a los temas de conversación sobre filosofía

(252) Ibidem.
(253) Cfr. las declaraciones de los testigos examinados el 16 de julio de 1737, y el
1 de diciembre de 1737. Apéndice 16.
(254) Cfr. la declaración hecha el 14 de junio de 1739 por un noble florentino de
22 años [Apéndice 16], y el interrogatorio del 14 de septiembre de 1739 a Cnideli [Apén­
dice 18]. Este tampoco ngura en el acta final de acusación [Cfr. Apéndice 17].
(255) «Este le aseguró que no era probable que le enganase porque era hijodel duque
de Grafton; además buscaba la piedra en cuestión, Stosen dijo que no la
y que solamente la venderla cuando no tuviese otra cosa de qué comer*. Apéndice
[Interrogatorio del 14 de septiembre de 1739].
(256) Apéndice 18.

65
v teología. Crudeli siguió negando cuanto se le imputaba como miembro del
dan del Barón Stosch, repitiendo una y otra vez que el no habta frecuentado
la casa del Barón y que, por lo tanto, ignoraba que cosas se hablaban o discu-

^ E n v i s t a de que a pesar de su actitud, los inquisidores continuaban imper­


térritos el interrogatorio, el propio Crudeli les echó en cara que «todas estas
cosas era preciso preguntarlas a los que frecuentaban su casa y eran sus amigos,
pero no a él. que no frecuentaba dicha casa y que, además, se preciaba dé no
ser amigo de Stosch. Por otra parte, caso de haber oído semejantes errores,
él mismo lo habría denunciado al Santo Oficio, pues se consideraba como buen
católico que creía todo lo que cree y predica la Santa Iglesia Romana, la cual
prohibía decir errores (257).
A ¡a pregunta de si sabía «qué se había dicho o comentado entre los aso­
ciados de la casa Stosch contra la Constitución de Clemente X I I , Sumo Pon­
tífice reinante, que condenaba la Sociedad de los Liberi Muratori o del Frimes­
son, v que si era verdad que se había dicho que los autores de dicha Consti­
tución eran unos insensatos, estúpidos temerarios y B.F. [sic] así como que
el Papa había condenado una cosa que ignoraba, y que no tenía conocimiento,
ni fundamento alguno para prohibir-, replicó Crudeli que él no iba a esa asam­
blea, y que por lo tanto no sabía qué es lo que pudieran haber hablado (2 5 8 ).
Este interrogatorio concluyó con una admonición solemne por parte del
Fiscal Inquisidor, exigiéndole nuevamente dijera la verdad, sabiendo que en
el Santo Oficio existían muchas declaraciones de testigos jurados, con los cuales
no tenía ninguna enemistad (259), y que tan sólo habían testificado para la
conservación de la fe católica. Pero la respuesta de Crudeli fue igualmente so­
lemne y categórica: «Mis contestaciones son también verdaderas y opuestas a
las declaraciones calumniosas de los testigos» (260).
£1 mismo día 17 de septiembre fue nuevamente interrogado Crudeli y
nuevamente declaró que él no había negado la verdad, sino más bien la calum­
nia (261). Y en vista dé que no había forma de obtener una confesión de los
delitos que se le imputaban, sino que se mantenía en la negativa más absoluta,
fue de nuevo remitido a la cárcel, concluyendo con ello esta primera parte del
proceso.
De estos interrogatorios, además de las copias ya citadas, se conserva una
transcripción resumida y sólo en italiano — ya que en el original las preguntas
están en latín y las respuestas en italiano— que fue incluida en el despacho
que el Conde de Richecourt envió a S.A.R., el Gran Duque de Toscana, el
22 de septiembre de 1739 (262).

(257) Ibidem .
(258) Ibidem.
el nrirner caoítiik. ™en° s en lo que respecta al testigo cuyos cargos se recogen en
doko en la casa Ae P T’ y que corresP°nden al sacerdote que ejercía como peda-
A , , e Pasqu,> en Impruneta.
(2 6 ?! / ¿ S e í CC l8 Clmcrr0gatorio dcl 17 ^ septiembre de 1 7 3 9 ].

34o!2u í r a ^ S'folsC8W
9 % ¿ ¿ della Toscana, Filza 339, Inserto 2 , n. 5; Filza
renze ai Dre r rudeli con * • Interrogatori dati dal Tribunale del Sto. Ofizio di Fi-
d’una congregazione dei Liberi*M uratori^ e88Cnd° ***' Stat° dcnunziat0 E t€ tic° e m em bro

¿A
IN I

A la actuación un tanto anómala con que el Dr. < era tratado


Tribunal de la Inquisición, vinieron a sumarse las diligencias del Sr. Mann (26?7*
en nombre da la Corte de Inglaterra, a la que le parecía injusto que Crudeli
sufriera cárcel y proceso por haber conversado con los ingleses. Y el Conde
de Richecourt, a fin de tener informada a S.A.R., del cariz que iban tomando
las cosas en el proceso de Crudeli, escribió un largo despacho a Viena el 27
de octubre de 1739 (264).
La primera irregularidad observada por la Inquisición florentina y destacada
por Richecourt es que «la Regla de la Inquisición y el uso según el Manuale ed
l’arsenale sacrum del Santo Oficio, es que no se puede arrestar a nadie sin haber
hecho antes su proceso del cual resultan pruebas o indicios suficientes para
poderle dar la tortura». E l proceso de Crudeli — prosigue Richecourt— «debía,
pues, estar en esta situación cuando el Inquisidor pidió a S.A.R. el Brazo secu­
lar para arrestarle. No obstante, todo lo ocurrido desde su detención prueba lo
contrario, ya que desde que él está en prisión se ha visto un número infinito de
testigos, y tan sólo tres meses después de su detención ha sido interrogado
por vez primera (2 6 5 ). Y para disimular un proceder tan irregular se ha pre­
tendido hacer creer que el retraso era debido a la negativa que había hecho
S.A.R. de otorgar el Brazo secular para arrestar tres cómplices de Crudeli, a
pesar de que S.A.R. lo había prometido formalmente al Padre Inquisidor» (266).
Después de los primeros interrogatorios hechos a Crudeli — prosigue Rkhe*
court— «y para poder prolongar la causa, han sido llamados nuevos testigos;
y finalmente tras cinco meses de detención, el Inquisidor ha dado cuenta del
Proceso a la Inquisición de Roma». Pero Richecourt se había enterado, a pesar
del secreto de ese Tribunal, que algunos eran partidarios de libertarle con una
ligera penitencia (2 6 7 ). Otros opinaban que se le debían notificar los artículos
por los que era acusado, para que pudiera defenderse. Pero como entonces se
hubiera descubierto que los delitos eran muy diferentes de los que comunicaron
a S.A.R., la mayoría se inclinó por un Im pinguatur, es decir por una mayor in­
formación. El Inquisidor florentino, al recibir esta Orden del Tribunal de la
Inquisición de Roma — según el despacho del ministro florentino— «ha repre­
sentado que sería imposible de ejecutar una vez que se habían examinado ya
todos los testigos posibles, y que si se descubrían otros, estos seguramente no
querrían comparecer sin una Orden del Consejo de Regencia, que el Santo Ofi­
cio no deseaba que se pidiera». Pero, según los informes de Richecourt recibi­
dos desde Roma, y a pesar de las representacions del Inquisidor, el Santo Oficio
persistió en su decisión (268).

(263) Horace Mann había sido nombrado ayudante del embajador inglés Mr. Faine,
en 1737; posteriormente, en 1740, le sucedería en el cargo.
(264) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 3, n. 8 . El Con­
de de Richecourt a S.A.R., Firenze, 27 octubre 1739. Apéndice 19 A.
(265) Aquí se refiere a la «espontánea» del 1 0 de agosto de 1739. Cfr. Apéndices
14 y 15. „
(266) Estos eran Giuseppe Cerretesi, el abate Ottaviano Buonaccorsi, y el clérigo Gac-
tano Maggi. Cfr. Apéndice 1 1 B. ,
(267/ «Conviene observar que según d uso de este Tribunal, un hombre aunque sea
inocente jamás es absuelto». Apéndice 19 A.
(268) Ibidem,

67
El comentario que el propio Richecourt hace a las frases a n c o r e s es dura-
menú, incisivo, y refleja bien la postura del representante del Gran Duque en
Potencia- «S A R captará la injusticia de esta decisión que solamente tiende
a'hacer morir en ¡a cárcel a un hombre asmático, que esputa sangre todos los
días sin que hasta el presente se haya tenido la candad de que le visitara un mé­
dico’ de forma que hav motivos para creer que no se busca otra cosa que pro­
longar su prisión dejándole perecer en ella, para no tener que reconocer que se
ha mentido en un asunto que ha hecho tanto luido» (2 6 9 ).
En el fondo__prosigue Richecourt— como S.A.R. habrá podido ver por los
extractos de los interrogatorios que he tenido el honor de enviarle (2 7 0 ), todo
el crimen de Crudeli es el ser Franc-Masson, y ser sospechoso de haber sido
ami^o, v estado en la casa de Stosch, lo cual es un hecho notoriamente falso, pues­
to que. al contrario, todos los días estaba en casa de Mr. Faine (2 7 1 ), quien
no lo habría sufrido, si se hubiera atrevido a poner los pies en la casa de
Stosch (272).
«Las cartas de Roma — comenta Richecourt— y los discursos de los frailes
de la Inquisición en esta ciudad, confirman que éste es en verdad todo el cri­
men de Crudeli, así como el h?.ber hecho algunas sátiras contra la vida poco
ordenada de los frailes, y sobre todo, por haber, en algunas obras de Poesía,
insertado rasgos críticos contra la autoridad que la Corte de Roma quería arro­
garse en materias temporales. Pero como estos pretendidos crímenes — que sin
embargo Roma no perdona— no pueden ser hechos públicos, la Inquisición se
sirve de toda clase de medios, incluso los más condenables, para encontrar al­
gunos otros crímenes a Crudeli» (273).
Richecourt todavía especifica esos medios que califica de «los más conde­
nables», como era el servirse de la confesión para obtener ciertas declaraciones,
lo cual él había podido comprobar, según documentos que le adjuntaba, y que
había obtenido de la siguiente manera:
«Habiéndome informado que un médico, llamado Pupigliani (2 7 4 ), había
sido interrogado por el Vicario del Santo Oficio, y que estaba detenido desde
hacía poco en Livomo, acusado de haber dejado encinta a una joven, la cual
quería obligarle a que se casara con ella, juzgué esta ocasión favorable para
obtener de él, con el mayor secreto, todo lo que había pasado entre el Vicario
de ia Inquisición y él. Y de esta forma se le ha interrogado en presencia del
general Braitwnz, que no ha podido ver sin sorpresa que el Padre Pagani, je­
suíta, y hombre de mérito, se haya podido prestar en semejante ocasión» (2 7 5 ).
De hecho este abuso de la Confesión era uno de los métodos que, como
vimos más arriba, el propio Cardenal Secretario de Estado, Firrao — según
minuta recibida del Santo Oficio— recomendó en cierto sentido al Padre In-

(269) Ibidem.
(270) Cfr. nota 262.
\rn\ F OTW aí r de In«Iaterra en Florencia.
Stosch a travé^u u CSt* est* en, contradicción con la protección que de hecho tuvo
de 1740. Cfr Apéndice"^*0 ayudante del embajador inglés, y su sustituto a partir
(273) Apéndice 19 A.

d i c S r , d fl7 W a ¡ l r “ o u ? 2 2 ''y '' ’ * * b r il d ' ? * ‘° *


(275) Apéndice 19 A.

68
quisidor y al Nuncio de Florencia, ya el 1.° de junio de 1737 (2 7 6 ) a fin de
obtener por ese medio mayor información sobre la Masonería.
Volviendo al despacho de Richecourt queda una vez patente el pensa­
miento de este Ministro respecto a las interferencias político-religiosas de la
forma de actuar de Roma. «S.A.R. verá por este documento (2 7 7 ), que la In­
q u is ic ió n ataca a muchas personas, la mayoría de mérito, y parece que es su­
ficiente el no aceptar ciegamente todas las máximas de la Corte de Roma para
ser mirado como enemigo de la Religión, lo que, sin embargo, es una cosa muy
diferente». En efecto «quienquiera que tenga una idea justa del poder de los
Soberanos y del de la Iglesia, jamás es atacado por la Corte romana a causa
de esto. Le resultaría bastante difícil justificar su conducta». Pero tampoco acu­
sa de una herejía en particular, «pues la mayor parte de los Inquisidores, y
en especial el de Florencia son demasiado ignorantes para que Roma se atreva
a fiarse de ellos» (278). Por esta razón, «en primer lugar, acusa de faltas <íe
religión — en general— y justifica con ello algunas pruebas, o al menos cier­
tos indicios de tortura, según sus fuentes; por ejemplo el haber comido carne
en viernes o sábado; el no haberse arrodillado al Angelus de la mañana o de
la tarde; el no haberse quitado el sombrero ante alguna imagen santa pintada
en una pared; el no estimar en demasía la Teología Escolástica, etc.» (279).
Con estas tretas — prosigue Richecourt— «se llega a intimidar al Reino;
lo cual es tan cierto, que, caso de encontrarse S.A.R. en dificultades con la
Corte de Roma, actualmente no hallaría a nadie en este país capaz de defen­
der sus derechos. Pues hasta el Senador Rucellai, que ha sido siempre tan in­
trépido, al presente tiembla, y no se siente seguro en cuanto se trata de asun­
tos que pueden interesar a la Corte de Roma» (280).
Una de las cosas que parece preocupan más a Richecourt es que «desde el
arresto de Crudeli, había aumentado la autoridad eclesiástica, así como la in­
solencia de los frailes, quienes hablando de los francmasones no habían res­
petado ni siquiera la persona augusta de S.A.R.». De suerte «que se hada ne­
cesario el que S.A.R. hiciera ver al público que si bien se doblegó a las instan­
cias de la Inquisición, entregándole a uno de sus súbditos, sin embargo no le
había abandonado, y le haría justicia si la Inquisición no se la hada» (281).
A continuación Richecourt urge al Gran Duque para que adopte una reso­
lución que obligue al Inquisidor a terminar el Proceso de Crudeli o a ponerlo
en libertad, pues por el mero hecho de estar en la Inquisición no había dejado
de ser súbdito de S.A.R. De todas formas era urgente tomar partido, dado que
el Sr. Mann hacía pocos días le había hablado precisamente del caso Crudeli,
diciéndole que estaba muy embarazado sin saber qué responder a su Corte, ya
que las últimas cartas del duque de Newcasde le pedían expresamente cuentas

(276) Apéndice 24 D del primer tomo: «Caso de que algún confesor le dé alguna
nueva luz, como ya ha sucedido dos veces, deberá conceder al mismo la facultad de reci­
bir la denuncia en tal materia de su penitente, incluso sin notario, instruyéndole d e la
manera de hacer este acto legalmente, ya que tal es la mente de la Sagrada Congregación
Tdcl Santo O ficio].
(277) Se refiere al interrogatorio hecho al Dr. Pupigliani en presencia del General
Braitwitz.
(278) Apéndice 19 A.
(279) Ibidem. .
(280) E l propio Rucellai le habla dicho «que Roma no p erd o n ab a jamás, ya que dis­
ponía de tantos medios para perder a un hombre, que tarde o temprano había que su­
cumbir». Apéndice 19 A.
(281) Apéndice 19 A.

69
sobre la situación de este «unto. Si bien Rich«o,.rt intentó eludir el tema,
ante la presión del Sr. Mann para que le respondiera, le contestó que siempre
había tenido en cuenta lo que le habla dicho sobre Crudeli asi como los bue­
nos oficios que rendía a un hombre, que el Sr. Fame consideraba, y que por
<u talento merecía atención. De todas formas se arriesgó a decirle que no se
imaginaba por qué la Corte de Inglaterra se interesaba en un asunto que era
competencia de un súbdito de S.A.R., que no tema ninguna relación con la
Corte de Inglaterra (282).
Pero la réplica del Sr. Mann fue que no era nada sorprendente el que su
Corte se interesara por un hombre cuyo único crimen era el ser franc-masón,
y el haber tratado con los ingleses, origen de la persecución que le hacía la
Corte de Roma. Es mis, el Sr. Mann «estaba tan totalmente persuadido de
la amistad de S.A.R. para con el Rey, su Señor, y de sus atenciones para con
la nación inglesa, que no le permitía dudar lo más mínimo de que S.A.R. tu­
viera parte en ello, sino que al contrario esperaba que se haría justicia a una
nación que se encontraba también muy ofendida» (2 8 3 ).
Richecourt intentó persuadir al Sr. Mann que la calidad de frimasson y la
Nación inglesa no podían tener ninguna parte en la acusación de Crudeli, cosa
de la que er realidad est*b<* íntimamente convencido (2 8 4 ); y además el Sr.
Mann lo sr.bía, pues le replicó que «estaba totalmente cierto de ello, y por otra
parte estaba persuadido de que yo no lo ignoraba, y que esperaba poderme
enseñar dentro de doco pruebas auténticas». Además lo que más molestaba
al Sr. Mann era que Stosch estaba sacando partido de este asunto en Inglaterra
donde estaba intentando probar a base del asunto Crudeli que era a instiga­
ción de Roma por lo que S.A.R. había querido expulsarle de sus Estados. La
entrevista de Mann con Richecourt terminó con una seria advertencia de que
su país ~ío admitiría fuesen perseguidos por Roma aquellos que tratasen con
los ingleses en sus Estados (285).
A este largo y revelador despacho va unido otro documento no menos elo­
cuente: el interrogatorio hecho al Doctor Pupigliani, en Livorno, sobre sus
entrevistas con el Vicario de la Inquisición y denuncias contra Crudeli (2 8 6 ).

D enuncia del D octor P upiglian i

Bernardi.no Pupigliani, doctor en medicina, de 28 años de edad, era na-


turd de Firenze, de donde había salido hacía seis meses a causa dé que quería
deshacerse del trato con Caterina Giardi, y por no tener que volver a encon­
trarse con el Santo Oficio, pues ya había sido interrogado por uno de sus Mi­
nistros, y estaba dispuesto a huir a Inglaterra o Constantinopla por temor a
la Inquisición.
Entre las personas que resultó trataba más en Firenze, estaba el abate Buo-
naccorsi, a cuya casa iba con frecuencia. Otra de las casas que solía visitar era

(282) Ibidem.
(283) Ibidem.

m ” ’ JÍ“ : *E" f0nd° " ,0d° '' d'

Bfe* 339, Insmo *• * • 121 ™ “


la del Barón Enrico Stosch, hermano del tantas veces citado Barón Stosch, y
del que, en su denuncia del 5 de abril de 1739, dijera que había sido admitido
en su estudio, del que hizo una detallada descripción, así como de los libros
que tenía en su Biblioteca, de los temas de conversación que allí se tenían y de
las personas que lo frecuentaban. Sin embargo, en este otro interrogatorio he­
cho por orden del conde de Richecourt, y en presencia del General Braitwitz,
afirmó que jamás había estado en la casa del hermano de Enrico Stosch; es
más ni siquiera había pisado el barrio donde se encontraba (2 8 7 ).
Preguntado sobre las personas que frecuentaban la casa del Barón Stosch,
hermano del Sr. Enrico, citó entre otros al Abate Buonaccorsi, al abate Van-
neschi, al abate Buonducci, a Crudeli y a Corsi, cosa que sabía «solamente por­
que le habían dicho que iban allí» (288). También en este caso se contradice
con lo alegado ante la Inquisición el 5 de abril, donde dijo que había visto a
muchísimos en el estudio de Stosch, y entre ellos al Doctor Crudeli (2 8 9 ). A
la cuestión de si sabía qué hacían las personas por él nombradas en dicha casa
de Stosch, respondió que no lo sabía, porque jamás había estado allí; pero
suponía que hablarían de algún tema, y estudiarían, y algunas veces — como
hacía el Sr. Abate Buonaccorsi— irían a comer (290).
Respecto a qué cosas se trataban o discutían en dicha asamblea dijo que
no lo sabía con certeza puesto que no había estado, pero había oído decir al
abate Buonaccorsi que se hablaba sobre muy diversas cuestiones, como «si la
tierra tiene movimiento; si el alma es mortal o inmortal; si el mundo está
regulado por Dios o por el azar; si existe Purgatorio o no; sobre la autoridad
del papa, etc.», temas que coinciden con los recogidos en el interrogatorio del
5 de abril y 10 de diciembre ce 1739 como dichos por NN. que no era otro
que el abate Buonaccorsi.
Nuevamente admitió el doctor Pupigliani que creía que tales reuniones pu­
dieran ser las del Frimesson, cosa que aquí supone, y en los otros interrogatorios
da como cierto. Razón ésta por la que tuvo que reconocer que no sabía si en
casa de Stosch se había hablado sobre la Bula que imponía la excomunión al
Frimesson, si bien había hablado él de este asunto en cas* del abate Buonac­
corsi, quien le dijo que había aconsejado al Príncipe de Craon a no publicarla
porque era una estupidez. La descripción de la Biblioteca de Stosch, donde
existían varias mesitas para comodidad de los que iban a estudiar, también le
había sido hecha por el susodicho abate. Total, que, en realidad, todo lo que
sabía del Barón Stosch y de su casa y visitantes era debido al abate Buonaccor­
si, que fue precisamente el que se libró de ser encarcelado el mismo día que
Crudeli, por encontrarse en aquel entonces enfermo. De todas formas lo que
sí queda claro es la conexión existente entre la denuncia de Pupigliani y el
encarcelamiento de Crudeli, así como la relación entre dicha denuncia y los
intentos del Inquisidor para meter en la cárcel, también al abate Buonaccorsi.
Si resulta sorprendente esta primera parte del interrogatorio hedió al Doc­
tor Pupligiani en Livorno, todavía lo es más lo que sigue, pues no tiene in­
conveniente en reconocer que, como en toda Florencia se decía que en casa
de Stosch se reunía el Frimesson, también él llegó a creerlo.

(287) Ibidem.
(288) Ibidem.
(289) Apéndice 16 [Denuncia del 5 de abril de 1739].
(290) En el interrogatorio hecho por la Inquisición afirmó que cada uno estaba en
libertad de hablar sobre cualquier materia, tratándose en especial temas de Filosofía y Re­
ligión.

71
Los últimos días pasados por «1 Doctor Pupighatu en Firenze, antes de
p a r t í para Livorno, los dedicó a Hacer Ejercicios fcpirituales en el monte,
r ^ n d T l e acompañó el canónigo Guadagm, quien al salir le envió su carroza
para recogerle v conducirle a su palacio, y de allí a L‘vorí ° .
Habiendo querido con motivo de estos Ejercicios Espirituales hacer una
confesión general, se confesó con el Padre Pagani, a quien entre otras cosas
1- refirió lo que había oído del Frimesson. Entonces el Confesor le dijo que
no renía autoridad para absolverle, y que era necesario que se acusase al Padre
Inquisidor El Doctor Pupigliani le contestó que no quena hacerlo, y que an­
tes sería capaz de ir a Roma, a lo que el P. Pagani le replicó que incluso en
Roma necesitaría acudir al Santo Oficio, lo que sena peor (2 9 1 ).
A la mañana siguiente el susodicho Padre Pagani le llamó a su cuarto pa­
ra tomar juntos el chocolate, ocasión que aprovechó para volver a tocar el
mismo tema, a lo que el Dr. Pupigliani le advirtió que fuera de la confesión
no quería hablar sobre ese particular (292).
E! penúltimo día de los Ejercicios se presentó — con toda seguridad había
sico llamado— el propio señor canónigo Guadagni (2 9 3 ), el cual durante más
de dos horas incitó al doctor a que se confesara con el Inquisidor, hasta que
Ioptó persuadirle asegurándole nu** no le sobrevendría ningún mal.
A !a mañana siguiente el que se personó fue un joven religioso del Santo
Oficio, con el cual se confesó Pupigliani, y una vez confesado le dijo que era
necesaria una más exacta diligencia en torno a su confesión, para lo cual vol­
vería al cabo de unas horas como así hizo; y vuelto a llamar por él, sacó un
folio que estaba ya escrito, y una vez leído, preguntó al doctor Pupigliani si
había hablado de las proposiciones de que se había confesado, con una serie
de personas que le fue enumerando. A saber: el Doctor Leri, el Dr. Crudeli,
el abate Buondelmonti, el abate Franceschi, el abate Buonaccorsi, el canónigo
Maggi. el doctor Awanzini, el doctor Cocchi, el senador Rucellai, y otros mu­
chos más (294).
Aún cuando el Doctor Pupigliani replicó al enviado de la Inquisición que
para confesarse no era necesario que le dijese con quien había hablado, la res­
puesta fue que estaba obligado, y que eran cosas que ya sabía, como podía ver
en el folio que había traído, por lo que no tuviese miedo de hacer daño a na­
die, pues de su declaración no se seguiría nada (2 9 5 ). Todavía le preguntó el
confesor si había visto acudir a casa del Barón Stosch al abate del Ñero, al
abate Vanneschi, al Padre Diner [Denehy ( ? ) ] , del Santo Spirito, a S.E. el se­
ñor Conde de Richecourt, y otros más. La respuesta fue negativa (2 9 6 ).
ui i P interrogatorio prosiguió esta vez acerca de las proposiciones que se ha­
blaban en casa ce Stosch, y de lo que allí se hacía, preguntas éstas que mere-

(291) Apéndice 19 B.
1°"°” me *3efíur,° que era un hombre leal, y que no dudase, y yo le añadí
dome a n m .,!* n° C*uena hablar de esa materia; me tentó otras tres veces persuadién-
1 X 1 0 7 0 me mantuve obstinado». Apéndice 1 9 B.
vista al final n° CS*te **unto es claro cómo el mismo Pupigliani reconoce en su entre-
ma^ejaron^od'o» M° d * Pag3nÍ’ C° ™ d c a n ó n i« 0 Guada* ni- fuefo" <ue lo
(294) Apéndice 19 B.
f e s S ^ i m o W n l T v í i 3 T - rCpÍtC dc nuevo al final de 1* entrevista: «Yo intenté con-
hacía daño a nimmróv n 13loso mc asc^ur<^ eran cosas que ya las sabía; que no
ha'; a2 »;=™ M '^r» i > s r r a T m T / * T * ¡ ! ; an • ^ u,íliz>d“ ; y que ,<>d” M,° k
U%) Apendíce 19 R
cieron una nueva negativa, ya que Pupigliani jamás había estado en aquella
casa, y lo poco que sabía era por referencias del abate Buonaccorsi. Estando
así las cosas, el confesor de la Inquisición mirando al folio que había traído
leyó diversas proposiciones, preguntándole si las había dicho u oído decir, sien­
do éstas precisamente las mismas de las que se había confesado, a las que ha­
bía añadido algunas más como «que la religión era un artificio <te los sacer­
dotes; que Dios dio la potestad a sólo San Pedro; que el Papa no tiene auto­
ridad; que la bula contra el Frimesson no debía ser aceptada y era desati­
no» (2 9 7 ) y otras semejantes.
Pupigliani fue repetidas veces amonestado para que dijera la verdad por­
que el Santo Oficio quería saber si era Frimasson. Ante la negativa dél doctor,
prosiguió el examen acerca de la Biblioteca existente en casa del Barón Stosch,
y de si las personas citadas antes comían carne el viernes y el sábado.
Después de escribir algunas de las respuestas en el folio en cuestión, el
confesor exigió al doctor Pupigliani, antes de absolverle, juramento sobre el
Evangelio, «de no revelar a nadie ninguna de las cosas sobre las que había
sido preguntado», y le hizo también jurar que «negaría todo, incluso al go­
bierno, cuando le fuere demandado» (298). Tras lo cual, y una vez que hubo
firmado el folio que le presentó el religioso del Santo Oficio, fue absuelto,
y se le dejó ir, no sin antes haberle invitado a que fuese alguna vez a su casa
a tomar chocolate.
El autor anónimo de la Relación del encarcelamiento y proceso dél Doctor
Tommaso Crudeli, quien ya en 1782 demuestra estar bastante bien «iterado
de los hechos, aunque en el tono no siempre guarda el debido equilibrio, al
hablar de este testigo dice «que debido a un indigno manejo de su confesor,
y de mil instigaciones y amenazas de los Padres del Santo Oficio, los cuales
abusaron de su notoria estupidez, había testificado maliciosamente que había
sido introducido en casa del susodicho Stosch, donde se pretendía que se reu­
nía la Sociedad de los Liberi Muratori, a la cual dijo había sido admitido. A
esto añadió haber visto allí a Crudeli, y que en las supuestas reuniones efe esa
sociedad se hacían y decían cosas enormes contra la religión y contra el go­
bierno, fingiéndolas a capricho, y adscribiendo a dicha sociedad a un ¿tan nú­
mero de personas dignas, es decir todas aquellas nombradas y a él sugeridas
por el que le examinaba, y contra las cuales quería intentarse una injustísima
persecución» (299).
A estos dos documentos (300), que dan bastante luz sobre la forma de ac­
tuar de la Inquisición en el caso del Dr. Crudeli, que al fin de cuentas equi­
vale a decir en el caso de los Liberi Muratori, Frimesson o Frattc-Massons de
Firenze en 1739, todavía se puede añadir un tercero referente esta vez al abate
Buonaccorsi, que según los planes del Inquisidor, debía haber ocupado una
celda en las cárceles del Santo Oficio, por los mismos motivos y razones que
Crudeli (301). En él también pueden apreciarse las circunstancias que rodearon
la confesión que hizo el abate durante la enfermedad que precisamente le libró
de ir a la cárcel.

(297) Como se ve, coinciden con alguna de las proposiciones recogidas en el capítulo
cuarto del Acta Fiscal de Acusación. Cfr. Apéndice 17.
(298) Apéndice 19 B.
(299) Fatti attenenti..., op. cit., pgs. 209-210. .
, (300) El informe de Richecourt [Apéndice 19 A] y el interrogatorio del Dr. Pupi-
gliani [Apéndice 19 B], ,,, ,.n T - f . -»r
(301) A.S.F., Comiglio di Reggenza della Tosc*na, Hba 340, Letra E, fols. 25-27:

73
In tento d e fu g a d e l D r . C ru d eli

La respuesta de S.A.R., el Gran Duque Francisco de Lorena, al conde de


Richecourt fechada el 21 de noviembre de 1739, se fila no tanto en la persona
de Crudeli cuanto en la del Barón Stosch cuya expulsión de la T acan a «habí,
sido sobreseída a raíz de una carta venida de Inglaterra» (302). Pero ante los
informes e interrogatorios de la Inquisición remitidos por Richecourt a S.A.R.,
donde prácticamente la figura central era el Barón Stosch, supuesto responsable
de toda una serie de monstruosos delitos, teóricos y prácticos, las órdenes en­
viadas desde Viena a Florencia cambian un poco de tono. «Es justo — escribe
el Gran Duque— informarse a fondo si este hombre tiene discursos o proposi­
ciones contra Nuestra Religión, ya que entonces no incurriría en el caso de
excepción solicitado por el Rey de Inglateira, y como es fácil de comprender,
es preciso estar bien informado de los hechos y tener pruebas convincentes
para poder tonar el partido conveniente» (3 0 3 ).
El hecho de que Crudeli fuer?» prácticamente olvidado en este despacho
de Viena, hav que atribuirlo a que en realidad el informe del Conde de Riche-
¡rourt. sobre todo en la política a seguir frente al proceso del doctor de Poppi,
había sido ya contestado en un despacho anterior, fechado el 24 de octubre de
1739, es decir tan sólo tres días anterior al de Richecourt, y que naturalmente
se cruzaron en el camino.
Richecourt había escrito a S.A.R. que «si no permitía servirse del medio
que había tenido el honor de proponerle, y cuya ejecución había diferido hasta
el presente, al menos era necesario que tomase una resolución y fijara un tér­
mino breve al Inquisidor para terminar el proceso de Crudeli» (3 0 4 ). Este
medio, ya antes propuesto, se puede intuir en el despacho de Richecourt a
S.A.R. fechado el 18 de agosto de 1739 (3 0 5 ), pero tan sólo indirectamente,
pues los párrafos en que habla de él están la mayor parte en cifra (3 0 6 ). Pero
en la carta que el Gran Duque envió a su Ministro en Florencia, el 24 de oc­
tubre de 1739, queda bien patente la solución que Richecourt había propuesto
a la Corte de Viena para solventar de una vez el problema Crudeli: Facilitar
su evasión de la cárcel. Para acabar con el asunto de Crudeli — escribe S.A.R.—
«queremos permitir que se evada, pero es preciso que se retire de nuestros Es­
tados; después podrá enviarnos un placet en el que demostrará su inocencia y
nos comunicará todo lo que estime oportuno sobre su caso, pidiéndonos poder
volver a Florencia; lo que determinaremos de forma que no pueda compro­
meternos con Roma» (307). La carta concluye con una clara advertencia: «Es-

dcposto ‘k* Abate Buonaccorsi sopra la persona del Dottor Crudeli. Apén-

n,,m,í 2 L A Sí ’ Reggenza della Toscana, Registro, t. I, fol. 250. El Gran


dke l 9 D dc Richccourt- Vicnne le 2 1 novembre 1739. Apén-
(303) Ibidem.
(304) Apéndice 19 A.
(305) Apéndice 13 D.
p artid a J fVAUR párrafo en cifra, escribe Richecourt: «Creo que éste es el único
cifra} si V.A.R. lo 'oSSiaV Ibidem. ^ " ° ** Comprometerá en manera en

Duque‘ a! r Í & ^ “ 4' A. *' ^ * * "


ta evasión debe hacerse sin aparentar que es tolerada, y mucho menos insi­
nuada, lo que no podría hacerse si permaneciese en nuestros Estados» (308).
Por su parte los masones de Londres — según consta de las Actas de la
Grand Lodge of England— , el día 12 de diciembre de 1739 hicieron una reco­
m e n d a c ió n al Oran Maestre a fin de que aplicara la suma de 31 libras pare
socorrer «al Hermano Thomas Crudeli prisionero en la Inquisición de Floren­
cia por motivo de la Masonería» (309).
El intento de fuga, o mejor dicho los pasos dados para conseguir que Cru­
deli se escapara de la cárcel, ocupan una buena parte del proceso conservado
en el Archivio di Stato di Firenze, pero no merecen la pena de un detenido aná­
lisis, pues Crudeli, desde el primer momento, se negó a salir de la cárcel, si
no era de una forma legal y absuelto, para que quedase bien patente su ino­
cencia. Y para evitar malos entendidos el propio Crudeli pidió ser oido judi­
cialmente el 21 de diciembre de 1739 por el P. Inquisidor, ante el cual, en
una larga «espontánea» le puso al corriente de los diversos (¿jetos y billetes
que había recibido a través de la ventana, a fin de que intentare la fuga de
la cárcel (310).
Con este motivo fue sometido, sobre todo en el mes de enero de 1740, a
una serie de interrogatorios sobre la pretendida evasión de la cárcel (311). Pa­
rece ser que la inocencia de Crudeli en este caso quedó lo suficientemente clara
para no dar mayor trascendencia al asunto. Y así en el último interrogatorio
a que fue sometido por esta causa, el 4 de febrero de 1740, una vez agotado
el tema relativo a la fuga, volvieron a insistirle para ver si persistía negando
firmemente cuanto se le había demandado en los interrogatorios pasados (312),
o bien se decidía a confesar la verdad. Pero una vez más la respuesta de Cru­
deli fue tajante, calificando de verdadera calumnia cuanto se le imputaba, y
en especial todo lo relativo a la asamblea de la casa del Barón Sto6ch. «Yo he
dicho siempre la verdad, y si aceptara confesar haber intervenido en la asam­
blea del Barón Stosch, ultrajaría a Dios, haciendo triunfar la calumnia sobre
la verdad» (313).
Ante una nueva urgencia fiscal, esta vez Crudeli se enfrentó contra ¿1 pro­
pio Inquisidor diciendo que «sufriría antes la muerte, que tener que confesar
una cosa tan falsa como era que él hubiera intervenido en la reunión del Barón
Stosch» (314). Lo único que pedía — después de llevar y* diez meses en la
cárcel— era que le concedieran un abogado defensor, y «así conocerían si de­
cía la verdad, y si la había dicho en el {Misado» (315).
Según los papeles citados (316), y en esto coinciden con el anónimo autor
de la Relación del encarcelamiento y proceso del Doctor Tommaso Crudeli (317),

( 308 ) Ibidem. k
(309) Tunbridgb, P. A., The Cltmate of Europea* Freemtsonry (17)0-17*8), A.Q.C
«1 (1968) 95-96.
(310) A.S.F.. Consiglio di Reggenza della Toscana, Fila* 340. Letra Y, fols. 182-185.
Apéndice 20 B; Filza 339, Inserto 2 , n. 5. Apéndice 2 0 C.
(311) Fue interrogado los días 7 , 27 v 28 de enero de 1740, v el 4 de febrero de
'740. Cfr. A.S.F., Consiglio di Reggenza ¿ella Toscana, Filza 339, Inserto 2; FSha 340,
Letra Y, fols. 2 1 1 -2 2 0 . Apéndice 2 0 D. . . . ,
(312) Se refiere a los del mes de septiembre (10 al 17 de septiembre de 1739). Apén­
dice 18.
(313) Apéndice 2 0 D [Interrogatorio del 4 febrero 1740].
(314) Ibidem.
(315) Ibidem.
(316) Cfr. notas 310 y 313.

75
In tento d e fu g a d e l Dr. C r u d e l i

La respuesta de S.A.R., el Gran Duque Francisco de Lorena, al condfe de


fcchada el 21 de noviembre de 1739, se fija no tanto en la persona
R ich e co u rt
de Crudeli cuanto en la del Barón Stosch cuya expulsión la Toscan. «habla
,¡do sobreseída a raíz de una carta venida de Inglaterra» (302). Pero ante los
informes e interrogatorios de la Inquisición remiti<k>s por Richecourt a S.A.R
donde prácticamente la figura central era el Barón Stosch, supuesto responsable
de toda una serie de monstruosos delitos, teóricos y prácticos, las órdenes en­
viadas desde Viena a Florencia cambian un poco de tono. «Es justo — escribe
el Gran Duque— informarse a fondo si este hombre tiene discursos o proposi­
ciones contra Nuestra Religión, ya que entonces no incurriría en el caso de
excepción solicitado por el Rey de Inglaterra, y como es fácil de comprender,
es preciso estar bien informado de los hechos y tener pruebas convincentes
para poder tomar el partido conveniente» (303).
El hecho de que Crudeli fuer;» prácticamente olvidado en este despacho
de Viena, hav que atribuirlo a aue en realidad el informe del Conde de Riche­
court. sobre todo en la política a seguir frente al proceso del doctor de Poppi,
había sido ya contestado en un despacho anterior, fechado el 24 de octubre de
1739, es decir tan sólo tres días anterior al de Richecourt, y que naturalmente
se cruzaron en el camino.
Richecourt había escrito a S.A.R. que «si no permitía servirse del medio
que había tenido el honor de proponerle, y cuya ejecución había diferido hasta
el presente, a! menos era necesario que tomase una resolución y fijara un tér­
mino breve al Tnquisidor para terminar el proceso de Crudeli» (3 0 4 ). Este
medio, ya antes propuesto, se puede intuir en el despacho de Richecourt a
S.A.R fechado el 18 de agosto de 1739 (3 0 5 ), pero tan sólo indirectamente,
pues los párrafos en que habla de él están la mayor parte en cifra (3 0 6 ). Pero
en la carta que el Gran Duque envió a su Ministro en Florencia, el 24 de oc­
tubre de 1739, queca bien patente la solución que Richecourt había propuesto
a la Corte de Viena para solventar de una vez el problema Crudeli: Facilitar
su evasión de la cárcel. Para acabar con el asunto de Crudeli — escribe S.A.R.—
«queremos permitir que se evada, pero es preciso que se retire de nuestros Es­
tados; después podrá enviarnos un placet en el que demostrará su inocencia y
nos comunicará todo lo que estime oportuno sobre su caso, pidiéndonos poder
volver a Florencia; lo que determinaremos de forma que no pueda compro­
meternos con Roma» (307). La carta concluye con una clara advertencia: «Es-

^ T c dd dep°*to dcl A1>ate Buonaccorsi sopra la persona del Dottor Crudeli. Apén-

r w 2 L £ : SJf della Toscana, Registro, t. I, fol. 250. El Gran


dice 19 D 7 e ena (-onde de Richecourt. Vienne le 2 1 novembre 1739. Apén-
(303) Ibidem.
(304) Apéndice 19 A.
(305) Apéndice 13 D.
partido* aue^V A*R p ^ rra*0 cifra, escribe Richecourt: «Creo que éste es el único
cifra] si V.Á.R. lo ordena* .T b i d e J ^ ^ ** comPromcter* en manera *,«una Urase en

d4 « Í | m E' G" "


74
ta evasión debe hacerse sin aparentar que es tolerada, y mucho menos insi-
nuada, lo que no podría hacerse si permaneciese en nuestro* Estados» (308).
Por su parte los masones de Londres — según consta de las Actas de la
Grattd Lodge of England— , el día 12 de diciembre de 1739 hicieron una reco­
mendación al Gran Maestre a fin de que aplicara la suma de 31 libras para
socorrer «al Hermano Thomas Crudeli prisionero en la Inquisición de Floren­
cia por motivo de la Masonería» (309).
El intento de fuga, o mejor dicho los pasos dados para conseguir que Cru­
deli se escapara de la cárcel, ocupan una buena parte del proceso conservado
en el Archivio di Stato di Firenze, pero no merecen la pena de un detenido aná­
lisis, pues Crudeli, desde el primer momento, se negó a salir de la cárcel, si
no era de una forma legal y absuelto, para que quedase bien patente su ino­
cencia. Y para evitar malos entendidos el propio Crudeli pidió ser oído judi­
cialmente el 21 de diciembre de 1739 por el P. Inquisidor, ante el cual, en
una larga «espontánea» le puso al corriente de los diversos objetos y billetes
que había recibido a través de la ventana, a fin de que intentara la fuga de
la cárcel (310).
Con este motivo fue sometido, sobre todo en el mes de enero de 1740, a
una serie de interrogatorios sobre la pretendida evasión de la cárcel (311). Pa­
rece ser que la inocencia de Crudeli en este caso quedó lo suficientemente clara
para no dar mayor trascendencia al asunto. Y así en el último interrogatorio
a que fue sometido por esta causa, el 4 de febrero de 1740, una ve* agotado
el tema relativo a la fuga, volvieron a insistirle para ver si persistía negando
firmemente cuanto se le había demandado en los interrogatorios pasados (312),
o bien se decidía a confesar la verdad. Pero una vez más la respuesta de Cru­
deli fue tajante, calificando de verdadera calumnia cuanto se le imputaba, y
en especial todo lo relativo a la asamblea de la casa del Barón Stosch. «Yo he
dicho siempre la verdad, y si aceptara confesar haber intervenido en la asam­
blea del Barón Stosch, ultrajaría a Dios, haciendo triunfar la calumnia sobre
la verdad» (313).
Ante una nueva urgencia fiscal, esta vez Crudeli se enfrentó contra d pro­
pio Inquisidor diciendo que «sufriría antes la muerte, que tener que confesar
una cosa tan falsa como era que él hubiera intervenido en la reunión del Barón
Stosch» (314). Lo único que pedía — después de llevar ya diez meses en la
cárcel— era que le concedieran un abogado defensor, y «así conocerían si de-
oía la verdad, y si la había dicho en el pasado* (315).
Según los papeles citados (316), y en esto coinciden con el anónimo autor
de la Relación del encarcelamiento y proceso del Doctor Tommaso Crudeli (317),

(3 0 8 ) Ibidem. , o> 4 ^
(309) Tunbridge, P. A., The Climate of Europea* Freemsstmry (1730-1758), A.Q.C.
81 (1968) 95-96.
(310) A.S.F., Consiglio di Reggenza dellfl Toscana, Filza 340, Letra Y, feds. 182-185.
A p é n d ic e 2 0 B; Filza 3 3 9 , Inserto 2 , n. 5. Apéndice 2 0 C .
O lí) Fue interrogado los días 7, 27 v 28 de enero de 1740, y el 4 de
1740. Cfr. A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana. Filza 339, Inserto 2; Filw 340,
Letra Y, fols. 2 1 1 -2 2 0 . Apéndice 20 D. . . . . A ,
(312) Se refiere a los del mes de septiembre (10 «1 17 de septiembre de 1739). Apén­
dice 18.
(313) Apéndice 2 0 D [Interrogatorio del 4 febrero 1740].
(314) Ibidem.
(315) Ibidem.
(316) Cfr. notas 310 y 313.

75
1» iniciativa — I menos aparenta- de la proyectada evasión de Crudeli de la
c á r S del Santo Oficio, corrió a cargo de un hermano del propio Cmdeli, quien
al ver fallidos sus intentos se dedicó a conseguir por todos los medios un abo-
gado defensor que se hiciera cargo de la causa de su hermano El propio doctor
Crudeli, ya hemos visto que en el último interrogatorio, también pidió que se
le concediera de una vez la defensa (318).

Concesión de A bogado d efen so r

Todavía pasó algún tiempo hasta que se designó un abogado defensor pa­
ra Crudeli, o al menos hasta que se autorizó al reo a poder hablar con él (319).
Tuvo que esperar hasta el siguiente interrogatorio a que fue sometido el doc­
tor Crudeli el 28 de marzo de 1740 (320). En él, haciendo un epílogo a todo
lo que le había sido preguntado replicó textualmente, que «aquello que fue
dicho en contra mía en el Santo Oficio, concerniente al tiempo del Impruneta,
testificado ñor el sacerdote (> 21 ), de que la Teología Escolástica era falsa y qui­
mérica, in d icó no haber dicho tal despropósito, y caso de haberlo dicho lo diría
de su cabeza, que es una quimera [sic]. También niego haber dicho que que­
ría confesarme para llamar asno al confesor. Lo que concierne a los libros ya
me he explicado. En orden a cuanto pueda haber dicho en la tienda de Panpne
no recuerdo haberlo dicho, y aun cuando fuera verdad, habría sido debido a
la poca devoción o por cualquier otra causa. Respecto a cuanto fue preguntado
en torno al Corazón de Jesús no me acuerdo haber dicho que podía haber pe­
dido ti Calcañar. Finalmente en orden a la pretendida asociación de la que se
supone he intervenido en casa del Barón Stosch, digo ser una mera calumnia,
y me maravillo que a estas horas el Santo Oficio no haya conocido mi ino­
cencia» (322).
A una nueva admonición para que redujera su impertinacia en negar lo
que tantos testigos habían depuesto ante el Santo Oficio, Crudeli dijo al In­
quisidor que podía estar persuadido, que después de tanto tiempo de prisión
y de padecimientos por el asma, si hubiesen sido verdad las cosas que le fueron
preguntadas, lo habría confesado, tanto más que sabía muy bien que en este
Santo Oficio el que confesaba la verdad sacaba ventaja tanto en el alma como

(317) Fatti attenenti... op. cit., pgs. 214-221.


1318) También en la Relazione della carcerazione del Dottor Crudeli [cfr. nota 3 1 7 ],
x reco8e mismo deseo: «Entretanto no cesaba el infeliz doctor de rogar
:u , icar’° a 9ue íe fuese asignada la defensa, pareciéndole imposible, que un
tnbunal como aquel de la Santa Inquisición, que se llamaba Santo, y así se reputaba, qui­
siese retardarle la defensa sin ningún aparente motivo».
(319) Según la Relazione della carcerazione..., op. cit., pgs. 223-225, no dependía del
r^L+e e e^ir su ’ s*no 9ue debía aceptar uno de los pocos que el Tribunal tenía
*i ^ ° S’ i?Uej Cn wtL caso 00 Pasa^an de tres- Y aun entonces el Inquisidor se reservaba
«Í;CC C J J? rec^a7ar el que el reo había escogido. Crudeli parece ser que en
fi./. C 1^1° r f *-*octf5r Tassinari. que no aceptó el Inquisidor. En segunda instancia
n ? ' Archi «que fue admitido por el P. Inquisidor con gran placer,
i*5’ ^Uf íd? . ? ’u decrépita edad de 84 años, no pudiese escribir de pro-
t ’ J a estafte prohibido por las Reglas del Tribunal servirse del trabajo de otros,
A S F rmaS J debi,idad a defensa del querellado,.
F il*. iv> T „ c l " o f / , R w e » z a della Toscana, Filza 340, Letra Y , fols. 202-206;
rv>i - I r J 2 ’ f,o ls- 7 V ss- Apéndice 21.
; 322 i Ap/ndíe 21 ^ dc pedago«° en ,a vi,,a Past¡ui cl Impruneta.

76
en el cuerpo. En el capítulo de la fuga admitió que había recibido una serie
de objetos para ponerla en práctica, pero también recalcó que se deshizo de
ellos, pues no quería salir de la cárcel sino según la ley, una vez absuelto de
las calumnias que se le imputaban (323).
A continuación, uno a uno, le fueron repetidos todos los cargos que exis­
tían contra él, estuvieran o no recogidos en el Acta final de acusación (324),
de donde resultaba, por una parte, que había meditado la fuga de las cárceles
del Santo Oficio, y que según lo dicho en el proceso «quedaba incurso en sos­
pecha de herejía, y en todas las penas contra semejantes delincuentes, según los
sagrados cánones, concilios, bulas, constituciones apostólicas y el derecho» (325),
por lo que según derecho se le daba facultad para hablar con el abogado de
los reos del Santo Oficio, a fin de que decidiera si los testigos habían sido rec­
tamente examinados, o prefería que se repitieran dichos exámenes; y le fue
asignado un plazo de treinta días para hablar con dicho abogado de los
reos (326).
El doctor Crudeli aceptó los buenos oficios del abogado Bartoiomeo Archi,
y se decidió por la repetición fiscal de algunos de los testigos que habían de­
puesto contra él. Para ello el Procurador Fiscal del Santo Oficio proporcionó
al abogado de los reos un largo interrogatorio en latín que era el único que
debía utilizar en el examen de los testigos del caso Crudeli (327). Dicho in­
terrogatorio consta de 79 preguntas, de las cuales 53 se refieren al Barón Stosch
y a las supuestas reuniones que se tenían en su casa.
Siguiendo este cuestionario, el 14 de abril de 1740 fue nuevamente exa­
minado, en presencia del abogado defensor, el sacerdote que ejerda como pe­
dagogo en la casa de Pasqui en el Impruneta, quien aprovechó la ocasión para
volver a cargar las tintas sobre su enemigo el Dr. Crudeli, como puede dedu­
cirse de la simple lectura de sus respuestas (328).
El 15 de abril el llamado a testificar fue el doctor Pupigliani quien funda­
mentalmente también se ratificó en lo dicho en su declaración del 5 de abril
del año anterior (1739). Sin embargo incurrió en uria curiosa contradicción al
final — quizá influido por el interrogatorio sufrido en Livorn-j (329)— con la
que echó por tierra todo lo testificado anteriormente. Una vez leídas las depo­
siciones, por él mismo hechas en el Santo Oficio desde el principio hasta el
fin, dijo: «Ahora me voy a explicar mejor. Cuando dije en mi declaración de
abril [1 7 3 9 ] que fui admitido al estudio del Barón Stosch, y que en presencia
de los que entonces cité se trataba de filosofía y de religión, los cuales demos­
traban con su hablar despectivo que no creían, no me expliqué bien, pues en
dicho lugar jamás he oído al Doctor Tommátso Crudeli hablar contra la reli­
gión católica de forma despectiva o manifiesta de no creer, puesto que en di­
cho lugar jamás he oído a Crudeli hablar con desprecio de la Religión católica,
ni a los demás citados, a excepción de los nombrados en el presente examen
[sic]. Además debo explicar que todos aquellos que dije en mi testificación

(323) Ibidem.
(324) Ibidem.
(325) Ibidem.
(326) Ibidem. T „ f , .f „
(327) A.S.F., Consiglio di Reggenza detl* T o sc v m . FíIm 340, Letra H, fol. 41-49;
Filza 340 B, fols. 11-15; Filza 340 Y , fols. 220-227. Apéndice 22 A.
(328) apéndice 22 A [Interrogatorio del día 14 de abril de 1740J.
(329) Apéndice 19 B.

77
de abril de 1739 que eran del Frimesson, no lo sé de cierto, sino solamente que

l0 ° n *testigo^ que a>mi>aieció el 20 de abril de 1740 fue Andrea Minerbetti,


quien a su vez también al fioal, intentó echar un poco marcha atrás diciendo
que no recordaba si había visto al Doctor Crudeli en casa de Stosch, y que si
intervino lo hizo solamente dos o tres veces (331).
Por su parte el Doctor Crudeli procuró suministrar a su abogado diversas
noticias a fin de que pudiera defender mejor su causa. Sobre todo se esforzó
en que quedara claro que él no era amigo del Barón de Stosch, ni frecuentaba
su casa. Para ello le dio una serie de nombres (332) que podían atestiguar có­
mo había dicho públicamente de Stosch que era un bribón, entre otras cosas,
por ser un falso espía de la Corte contra los ingleses, y porque vendía piedras
modernas como si fueran antiguas y a precio caro incluso a los mismos in­
gleses (333).
Si bien es cierto que los dos testigos claves, Pupigliani y Minerbetti, en la
repetición de sus denuncias hechas ante el abogado defensor de Crudeli, ma­
tizaron más sus acusaciones e incluso rectificaron su postura en favor del reo,
no ocurrió lo mismo con el sacerdote pedagogo, enemigo cerval de Crudeli (334),
quien no contento Je que hubieran sido admitidas como ciertas por la Acusa­
ción Fiscal del Santo Oficio aquellas primeras denuncias suyas referentes a
ciertas proposiciones supuestamente dichas por el Doctor Crudeli en la villa
Pasqui en el Impruneta, hacía ya trece años, a pesar de que habían sido nega­
das no sólo por el encausado, sino por todos los testigos fiscales citados como
presentes (335), se aprovechó del ser llamado nuevamente a declarar para aña­
dir de su invención nuevas expresiones heréticas puestas en boca de Crudeli,
las cuales fueron igualmente creídas y añadidas al Acta Fiscal. Con lo que la
acción de la defensa sirvió indirectamente para empeorar la situación del reo,
que fue sometido los días 29 y 30 de abril de 1740 a sendos nuevos interroga­
torios por el Tribunal del Santo Oficio, de los que no se dio conocimiento al
abogado defensor (336).
También en este caso los nuevos cargos se remontan a expresiones dichas
trece años antes, e igualmente fueron negadas por Crudeli, quien no se mara­
villó que a las calumnias anteriores se hubieran añadido éstas, a pesar de que
él jamás había dicho tales cosas. No obstante fueron tenidas y consideradas
como ciertas por el Inquisidor Fiscal, quien sin perjuicio de un ulterior pro-

<530; Apéndice 22 B [interrogatorio del 15 de abril de 1740].


¡ ¡ I l > Apéndice 2 2 B [Interrogatorio del 20 de abril de 1740].
ím v t ^‘ns y su hijo, Mr. Tancia, Milord Raymond, Mr. Leuton.
. su ,cs una que se repite varia* veces. Así en casa de Collins le hablen
podido oír muchas veces, cómo decía a los señores ingleses que Stosch estaba allí «per
1w n tw m ,n 8emma e far Ia spia falsa di chi h Giacobita». Y en otra ocasión,
C ante d marMués Ridolfi, Milord Augusto, y el capitán OcheUi, había
a e p rv, * rOSC , ^ eva sP'a falsamente contro li sig. Inglesi, che vanno a Roma».
tnmmLi r I ' * 'i t ,■ ?’nza ¿día Toscana, Filza 339, Inserto 2, n. 4: «Diverse notizie
„ra C cl' suo Avvocato per metterlo in grado d¡ meglio difendere la
sua causa».
«mmo4mri'uaU! L e* J aUitor ^ la, Relazione della Carcerazione..., op. cit., además era ladrón
232) declaración firmada de personas dignas de todo crédito* (Ibidem, pág.
(335) Cfr. Apéndice 16.

ToKMa' Fil” 340’ U ,r * H ' ,oU- 4 ,,2 :

78
ceso acusó a Crudeli «dc haber dicho que cuando uno m bautiza se le lava la
cabeza para que no le fastidien los piojos; de haberse roofado del Oleo Santo;
de haber dicho que la confesión era la aniquilación de las conciencias; que los
días de fiesta no iba a Misa (337); que estábamos hechos como los animales;
y que el alma racional no era inmortal», por todo lo cual había incurrido en
sospecha de herejía, y en las penas infligidas contra semejantes delincuentes,
según «los sagrados cánones, concilios, bulas, constituciones apostólicas y el
derecho» (338).
El Doctor Crudeli replicó que no creía haber incurrido en estas penas .por­
que sabía que era una mera calumnia. Y ante una nueva opción a que los tes­
tigos volvieran a repetir sus declaraciones, Crudeli, con el parecer de su Abo­
gado Archi, renunció a ella porque dudaba no fueran con este motivo a incul­
parle con una tercera calumnia (339).
Tal era la situación de la causa del Doctor Crudeli el 30 de abril de 1740,
la cual prácticamente quedó pendiente de sentencia.

(337) Aquí hay ya una curiosa mutilación, pues en el ratsmo interrogatorio *e dice
que «cuando estaba en el Impruneta no iba a Misa los días de «esta. pwque se w * _
zar»; a lo que Crudeli respondió que cuando él estuvo en Impruneta eM jp eem eaew *
tiempo de veda. Con lo que en la acusación fiscal quedó reducido el i
días de fiesta no iba a misa», lo cual es totalmente distinto a lo que en un principio áNgo
cl testigo.
(338) Apéndice 23.
(339) Ibidem.
V.— DESENLACE DEL CASO CRUDELI

Estado de salud del reo.—Intervención del Nuncio de Florencia— Traslado ¿e


Crudeli a una fortaleza del Estado.—Retractaciones de Minerbetti y de Pupi­
gliani.—Sentencia condenatoria

E sta d o d e sa lu d d e l reo

Entretanto la salud del reo siguió empeorando hasta el extremo que se te­
mió seriamente por su vida. En el Archivio di Stato de Firenze se conserva una
impresionante carta anónima dirigida al Conde de Richecourt, el 12 de mayo
de 1740 (340), referente a esta cuestión. El autor, ante la imposibilidad de
hacerlo verbalmente debido a la enfermedad que por aquellos días aquejaba
al Conde dé Richecourt, refiere por carta los pasos dados «en un asunto en el
que la piedad le había arrastrado a pesar suyo».
El miércoles por la mañana — se lee en dicha carta— «el abate Crudeli, con
los ojos llenos de lágrimas, me representó el estado lastimoso de salud en que
se encontraba su hermano (341) que languidecía hada ya un año en la Inqui­
sición, y la poca esperanza que le quedaba de sobrevivir. Me dio un trozo de
papel, escrito por su propio hermano, lleno de sangre (342) y con la imagen
de la muerte, en el que contaba la dureza con que era tratado, a pesar de estar
a punto de morir. A causa del temor que tiene de ser envenenado rechaza cual­
quier ayuda, para morir con probidad, puesto que la fantasía de un necio, y
la ignorancia, por no decir el odio, y la persecución de un fraile, le había puesto
en la triste situación de tener que morir sin libertad y con peligro de sv> repu­
tación» ( 343 ).
El autor de la carta — según él mismo dice— se resistió en un principio a
intervenir, pero movido por la compasión de poder aliviar a un pobre mori­
bundo, que además consideraba inocente, tomó la decisión de acudir al Nun­
cio (344) para rogarle intercediera en favor de Crudeli. «Le encontré muy pen-

(3 4 0 ) E l autor pudiera ser el senador Rucellai. aunque no está muy claro. De todas
formas esta carta se encuentra en un legajo en el que la mayor parte de la documentación
pertenece a la correspondencia intercambiada entre Richecourt y Rucellai.
(341) Es el primer documento en el que consta que el Doctor Crudeli tenía un her­
mano sacerdote.
(3 4 2 ) En esta misma carta, al final, vuelve sobre la misma imagen: «Detesto mi de­
bilidad que me ha impedido resistirme ante las ligrimas de un hermano que lloraba la
desgracia de un miseraole afligido por la injusticia, y que tenía como su abogado un^pe­
dazo de papel todo salpicado de sangre, que como yo mismo he leído arrojaba por la boca
sin cesar, mientras escribía». „, _____ T . .
(343) A.S.F., Consiglio di Rege'”™ dfl1* Toscana, Filza 339, Inserto 12: «Lettte ¿en­
te á Mr. le Comte de Richecourt,le 12 de mai 1740 Apéndice 24 A.
(34 4 ) Por estas fechas era Nuncio en Firenze Mons. Albenco Archínto, Obispo de

81
6
sativo v apesadumbrado, y él mismo se adelanto a darme la noticia del triste
estado de Valud del pobre Crudeli. Se mostro muy sensible a su desgracia, to.
talmente persuadido que era justo tomar cuidado de un hombre casi abando-

nadE n (vista) de que el Nuncio hablaba dando la impresión de que buscaba el


partido que debía tomar, su interlocutor le propuso el que se trasladase al reo
a un mejor lugar dé la misma Inquisición, o al hospital del Convento. Tras
agradecerle el provecto, llamó inmediatamente al Padre Griselli (346 ), quien
«en medio de los gritos, quejas y protestas del Padre Inquisidor hizo trasladar
al pobre enfermo a una habitación mejor y más aireada» (347).

I n t e r v e n c ió n del N u n c io de F l o r e n c ia

A pesar de que la forma de expresarse el documento citado es lo suficien­


temente significativa, todavía resulta pobre si se la compara con la exposición
y comentarios que hizo de este hecho, en 1782, el autor de la ya varias veces
citada Relación del encarcelamiento del Doctor Tommaso Crudeli (348).
La comisión encomendada por ti nuncio Mons. Archinto al P. Griselli, en­
contró, según esa Relación, la acostumbrada resistencia por parte del Inquisidor,
quien se negó absolutamente a cambiar de cárcel al moribundo, alegando co­
mo razón que no tenía el Nuncio ningún derecho para mezclarse en los asun­
tos de su Tribunal, el cual dependía inmediatamente de la Sagrada Congrega­
ción, y que no reconocía otro superior que el Papa (349).
La acción del Nuncio en favor de Crudeli queda también recogida en un
despacho del Conde de Richecourt, dirigido a S.A.R. el Gran Chique de Tos-
cana. Está fe-hado un mes más tarde, el 24 de junio de 1740 (350), y en él
consta el interés demostrado por el Nuncio para acelerar la conclusión del
proceso del Doctor Crudeli. Su primera intervención se remonta a un par de
meses antes, pues gracias al Nuncio se concedió al reo poder defenderse de las
acusaciones hechas contra él, para lo que se le nombró un abogado, al cual
— siguiendo el estilo del Santo Oficio— «se le comunicaron las declaraciones
de los testigos que habían hecho cargos contra Crudeli, una vez borrados los
nombres y las circunstancias que pudieran concurrir a hacer reconocer los tes­
tigos» (351).
La extrema situación de la salud de Crudeli (352) había forzado al Nuncio
a representar a la Congregación del Santo Oficio en Roma, que era imposible

Nicea (23 enero 1740 - abril 1746j. Cfr. K a rttu n e n , Les nonciatures apostoliques perma­
nentes de i m a 1S00, Genéve, 1912 pgs. 121-135.
(345) Apéndice 24 A.
(346) Dominico y Lector de Teología.
(347) Apéndice 24 A.
j altÍ aítenent: < °P cit > Pgs- 243-247.
9) La respuesta del prelado fue «que sin más réplica se obedecieran sus órdenes,
Tr,^Ue ■j ^ encarga, ,a todc> lo que pudiera suceder por parte de Roma, por lo que el
quiM or se vio obligado a usar aquellos medios que incluso entre las naciones más bár-
de Ü 3 w c S S S o V qUC 56 encuentran cn un estado tan deplorable como el
Conde°r1P Á RSW enza della Toscana, Filza 339, Inserto 3, n. 9. El
dice 24 B a S AR Francisco de Lorena. Florence, ce 24 juin 1740. Apén-
(351) ibidem.
(352) Ha tenido varios y violentos vómitos de sangre, lo que unido a un asma
esperar su recuperación mientras siguiera encerrado en la cárcel, por k> que
pedía la rápida decisión de su Proceso, o que la Congregación le permitiera ser
transferido a un monasterio, o a una de las fortalezas del Estado.
Esta actitud del Nuncio es para Richecourt tanto más elocuente cuanto que
se decía «que en el Proceso de Crudeli no había ninguna prueba convincente
de los cargos que se le habían imputado, siendo así que los graves habían
sido echados^ por tierra por varios testigos, citados como presentes, los cuales
no sólo habían negado los hechos, sino afirmado lo contrario; e incluso el
testigo mas fuerte se había retractado y enviado su retractación a la Congrega­
ción del Santo Oficio» (353).
A pesar de que Richecourt reconoce que todavía no disponía de pruebas
que confirmaran lo anterior, admite que lo que más le inducía a dar creencia
a tales rumores era la actitud de la Congregación del Santo Oficio de Roma
que había concedido al Doctor Crudeli su traslado a una de las fortalezas del
Estado, si bien su proceso no se había decidido, cosa que hasta entonces ja­
más había ocurrido. Hasta entonces los traslados solamente se hacían después
de la sentencia, y cuando el acusado había sido condenado a penas de cár­
cel (354).

T raslado de C rudeli a una fortaleza del E stado

También en este caso la iniciativa la llevó el propio Nuncio quien el 8 de


junio comunicó al Conde de Richecourt que el Inquisidor tenía orden de la
Congregación de ir a informarle y pedirle que Crudeli fuera recibido, en nom­
bre del Santo Oficio, en una de las fortalezas del Estado» (355), cosa que hizo
al día siguiente. Llegado este momento, Richecourt respondió al Inquisidor
que el Gobierno no tenía ninguna dificultad, pero que solamente deseaba co­
nocer si existían algunas condiciones. Estas, según deseo explícito de la Con­
gregación, se reducían a que fuera custodiado «en nombre y a disposición del
Santo Oficio, según costumbre, y que no se le dejase salir de la fortaleza», y
que por lo demás la Congregación le daba carta blanca (356).
Sin embargo Richecourt juzgó oportuno que «dadas las circunstancias par­
ticulares del caso, y para bien y honor del Santo Ofido, no se le debía dejar
hablar con todo el mundo, ni escribir o recibir cartas, y que al mismo tiempo
estimaba conveniente prohibirle hablar de lo que le había ocurrido en el Santo
Oficio, ni de su asunto, sino en términos generales, sin acusar al Inquisidor,
ni a la Inquisición, contentándose con decir que había sido calumniado, pero
que esperaba que dentro de poco sería reconocida su inocencia» (357). De
esta forma, y aparentando defender al Santo Oficio, el Conde Richecourt se
adelantaba astutamente a la propia sentencia del Tribunal declarando abierta­
mente la inocencia de Crudeli y acusando indirectamente tanto al Inquisidor
como a la Inquisición de haber dado creencia a una serie de calumnias. No

convulsivo con que habitualmente es molestado, le han puesto a dos dedos de la muer­
te». Ibidem.
(353) Ibidem.
(354) Ibidem. _ , _ r ...
(355) Ibidem. Cfr. igualmente P astor. L.. Historia de los Papas. Barcelona, O. OiU,
1959, t. 35, pág. 352.
(356) Apéndice 24 B.
(357) Ibidem.

83
obstante el Inquisidor pareció quedar muy satisfecho con esta solución, y p ,.
ra mayor solemnidad y constancia de la misma, Richecourt repitió de nuevo,
esta vez delante del Nuncio y del Inquisidor, las precauciones sugeridas
Inmediatamente se comunicó al Consejo de Regencia esta decisión, y se
dieron las órdenes oportunas para que el Doctor Crudeli fuera recibido en
la fortaleza de San Juan Bautista, a donde fue trasladado esa misma noche
[9 de junio] en una carroza y sin guardias (358).
Pocos días después, el 13 de junio, escribió Crudeli, desde el Castello di
S Giovanni una cariñosa carta al Conde de Richecourt agradeciéndole sus ges­
tiones para el traslado, y haciendo votos para que pronto quedara desenmas­
carada la calumnia, y «le fuera lícito gozar enteramente la gloriosa libertad’ de
ser inocente» (359).
Del 19 del mismo mes se conserva otra carta de Crudeli en la que vuelve
a hablar de su inocencia y donde se refleja su optimista estado de ánimo que
confiaba en que pronto se le haría justicia (360). De esta época todavía exis­
ten dos cartas más del Dr. Crudeli. Una fechada el 26 de junio de 1740, y
dirigida a Richecourt, en b. que le pide autorización para dar las gracias al
Nuncio «quien había sabido vencer las tinieblas que cubrían su inocencia,
desenmascarando la calumnia,, y deshecho la ambiciosa obstinación y el temor
de sus enemigos»; y en el que confiaba que «dentro de poco haría triunfar
la justicia de su causa» (361). No obstante en esta ocasión ya se manifiesta la
justa impaciencia del reo, quien, según propia confesión, encontraría la total
libertad simplemente con el hecho de que le fuera concedida la gracia de gozar
la paz, la sinceridad y el afecto que se experimenta tratando con los amigos (362).
Un mes más tarde, el 11 de julio de 1740, volvía Crudeli a escribir a Ri­
checourt. esta vez para pedirle que le fuera concedido presentar un Memorial
a la Sagrada Congregación de Roma, en el que «suplicaría le fuera permitido
hacer constancia, ante otro juez imparcial, de su inocencia atacada por falsas y
calumniosas testificaciones» (363).
Una vez más aparece aquí esa idea que tras catorce meses de cárcel se le
había hecho obsesiva: «Los motivos que aduciré — dice— serán tan claros y
justos, que impetraré de mis supremos jueces, sin dilación alguna, la gracia,
obtenida la cual, mostraré evidentemente la calumnia de mis perseguidores y
la inocencia de uno que tiene a gloria el ser obediente y sumiso a la Iglesia,
y fidelísimo al Príncipe» (364).

(358) Ibidem.
(359) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra J, fols. 59-60.
a - I- ^ 4 ?í ^ on<^c de Richecourt. Dalla Fortezza di San Giovanni, 13 giugno 1740.
F i^ n S t v ,oS£ Cart? rePfoduce también Z o b i, Sloria delta Toscana dal 1737 al 1848,
rirenze, Lobni, 1850, t. I, pág. 28.
Hp ríSjL«A’?n ■’ Cons¥ to1 dt Reggenza della Toscana, Filza 339. Inserto n. 1 2 . Carta
Apéndice 25 B U n a t a n 0 desconocido]' DaUa Fortezza di S. Giovanni, 19 giugno 1740.

Doctor1 )CrndJi ’o f ° r Sí^A° í ‘ * eMe»za della Toscana, Filza 340, Letra L, fols. 63-64.
1740. Apéndice 25 C Richecourt. Dalla Fortezza di San Giovanni, 26 giugno
(362) ibidem.

D ock? Crídelf ál C< 3 ? ° , . \ Rf ggenza dj } ia Toscana, Filza 340, Letra N, fols. 73-74.
Apéndice
Apéndice 25
25 D
D Richecourt. Dalla Fortezza di S. Giovanni, 11 luglio 1740.
(364) Ibidem.

84
R e t r a c t a c io n e s de M in e r b e t t i y de P u p ig l ia n i

En realidad el Doctor Crudeli no necesitó mostrar la evidencia de las ca­


lumnias de que había sido objeto por parte de los testigos, ya que para gsas
fechas uno de ellos el mas culpable (365)— , Andrea Minerbetti, se había
retractado publicamente y ante notario, confesando ser falso todo cuanto él
había depuesto en el Santo Oficio contra los Liben Muratori y en especial
contra el Doctor Crudeli (366).
Esta retractación es un fiel retrato de la calidad humana y nivel psicológico
de Andrea Minerbetti, hombre de escasa, por no decir nula, personalidad, de
quien, de no constar por la documentación que vamos analizando, resultaría
increíble de creer que el Inquisidor florentino se hubiese servido de él de for­
ma tan ilegal como indigna.
Minerbetti, el 4 de julio de 1740 atestiguó y declaró cómo, hacía ya tiemr
po, habiendo oído hablar mucho de la Compañía de los Liberi Muratori, y de­
seando ser admitido en la misma, se dirigió a varios que él creía podrían satis­
facerle tal deseo, por medio de los cuales llegó a suponer muchísimas cosas de
la misma Compañía por las que más de una vez, como es bien sabido en esta
ciudad, resultó burlado. Finalmente y por la misma razón se dirigió a un pro­
testante, personaje noble y distinguido, que entonces se encontraba en Floren­
cia y que le contó como ciertas, no pocas cosas que se imaginaba hacían en
dicha Compañía. Pero, como a pesar de todo no pudo obtener lo que deseaba,
ya que no era masón, decidió al menos aparentarlo.
Y como entre las cosas que le habían dicho figuraba el que dicha Compañía
se reunía en casa del Barón Stosch, y que se cometían muchas obscenidades,
se decían máximas impías y heréticas, y se hablaba contra el respeto debido al
Príncipe, se dedicó a divulgar en diversos lugares aquello que a él le habían
contado, dando a entender que él lo había visto, oído y practicado (367). De
esta forma dichos comentarios llegaron a oídos del P. Inquisidor y de su Con­
fesor, y dado que contenían algunas impiedades y máximas heréticas, con oca­
sión de la Pascua del año 1739 habiendo ido a confesarse, su confesor le dijo
que no podía oírle, porque había incurrido en censuras y que por lo tanto era
necesario que fuera a denunciarse a la Santa Inquisición; y para mayor segu­
ridad, y a fin de que anduviese sin temor, le entregó una carta para el P. In­
quisidor. De esta forma se presentó al Santo Tribunal el 4 de abril [ 1739] (368),
y el Padre Inquisidor procedió a examinarlo. Empezó por preguntarle sobre
las cosas que había estado difundiendo acerca del Frimesson, y especialmente
sobre las obscenidades, máximas impías y heréticas, y los discursos contra el
respeto debido al Príncipe.

(365) Cfr. el capítulo 4." del Acta de Acusación. Apéndice 17. „


(366) A.S.F., Constglio di Reggenza della Toscana. Filza 340, Letra M, fols. 67-72.
Copia auténtica della dichiarazione, e protesta fatta da Andrea Minerbetti ne 4 lugiio
1740, attestando esser falso tutto ció, che da esso era stato deposto nel duphcato fcsame
avuto nel S. Ufizio contro i Liberi Muratori, e specialmente contro il Cmdeu. Apéndice
26 A. Esta retractación la reproduce también Sbigoli. op. cit.. pgs. L-LIV.
(367) Apéndice 26 A. , A■ A «•
(368) «R isolve i di andaré... al Santo Tribunaíe... per quanto mi pare el di
rtpvile,..N>. Ibidem. Cfr. igualmente las actas de los interrogatorios en d Apendice

85
El mismo Minerbetti se expresa así en su retractación: «Yo sabiendo que
era falso el que hubiera visto, oído o practicado aquellas cosas, en un principo
lo negué; pero replicándome el Padre Inquisidor que estaba informado que lo
había dicho, yo que sabía realmente haber!» dicho, temí que negándolo fuera
encarcelado v me decidí a admitirlo en juicio, no solamente tal cual lo había
supuesto sino que además citándome el P. Inquisidor como participantes en
dichas asambleas a muchísimas personas, que yo ciertamente no había jamás
mencionado, afirmé entonces que sí habían estado alia, y después de haber
hecho una narración totalmente supuesta, e inventada desde el principio hasta
el final, sin más fundamento que lo que yo había conjeturado, y que había pro­
palado por la finalidad dicha al comienzo, fui de momento licenciado» (369).
En otra ocasión — prosigue Minerbetti— llamado de nuevo al Santo Tri­
bunal (370) «fui examinado otra vez, pero no encontrándome el P. Inquisidor
constante en mis declaraciones, se exacerbaba, hasta que después de haberme
leído mi primer examen, confirmé uno y otro, enteramente, de tal forma que
llegué a afirmar aquello que poco antes había negado, sin tener reparo alguno
a mis cambios y contradicciones; y hecha esta ratificación fui nuevamente li­
cenciado» (371).
La retractación de Minerbetti prosigue haciendo una especial mención del
daño causado a aquellas personas que sin ni siquiera conocerlas había señalado
como miembros de la Masonería solamente por no llevar la contraria al P. In­
quisidor que se las iba citando. En concreto se fija en el Doctor Crudeli, del
que estaba convencido había sido encarcelado por el Santo Oficio a raíz de
su testificación, y del Barón Stosch, del cual dijera que en su casa había visto
una serie de obscenidades, estando él mismo presente, «siendo así que en rea­
lidad jamás había estaco en su casa, y ni siquiera le conocía de vista» (372).
Esto fue lo que le decidió a retractarse de todo, caso de que fuera llamado
de nuevo por la Inquisición, sin tener en cuenta las consecuencias que para él
se pudieran derivar. Pero no tuvo ocasión de hacerlo, «porque el P. Inqui­
sidor — escribe Minerbetti— el cual por otra parte, de mi modo ce atestiguar
pociía haber comprendido que lo que decía era falso» ( 373 ), no le llamó más,
por lo que decidió recurrir directamente a la Congregación del Santo Oficio,
exooniendole sinceramente lo sucedido, y rogándole librara a Crudeli de to­
das las molestias a que estaba sometido por su culpa.
Pero en vista de que la respuesta no llegaba, apremiado por el remordimien­
to de ver que Crudeli todavía no había sido puesto en libertad y reintegrado a
ia ouena opinión ante el pueblo, Minerbetti juzgó en conciencia, que en vista
ce la ineficacia de los pasos dados, debía hacer la solemne y pública retracta­
ción, a fin de que la religiosa justicia de S.A.R. pudiera actuar al ver que los
motivos por los que había autorizado la prisión de Crudeli eran totalmente
falsos ( 374 ).
Concluye el documento en cuestión pidiendo al notario que dé las órdenes
oportunas para que tal retractación «hecha para descargo de su conciencia y
onor e la verdad» no fuera causa o motivo de futuras venganzas por parte
de Crudeli o sus familiares.

(3 6 9 ) Apéndice 26 A

(37?! Apéndice ^ d' 1759' C h' <«•


(372) Ibidem.
(373) Ibidem.
(374; Ibidem.

86
Siguiendo lo deseos de Minerbetti, el notario Giuseppe Panicacci, acom­
pañado del asesor Giuseppe Santucci, y de un par dc testigos, se trasladó a
la Fortaleza de San Juan, donde el 27 de julio de 1740, exigió del Dr. Crudeli
«la promesa de que tanto él como sus hermanos y demás parientes, hasta el
cuarto grado inclusive, no ofenderían, ni harían ofender directa ni indirecta­
mente ya fuera de obra o de palabra al señor Andrea Minerbetti, a causa de
su testimonio falso ante el Santo Tirbunal del Santo Oficio» (3 7 5 ). El Dr. Cru­
deli juro observar tal promesa bajo la pena de mil escudos aplicables al Real
Fisco (376). Tres días más tarde, e igualmente ante notario público y testi­
gos, se exigió la misma promesa a los tres hermanos del Doctor Crudeli (377).
Pero ya para entonces se había adelantado el propio Crudeli, siguiendo los
deseos del Conde de Richecourt quien le había pedido le diera seguridad de
que no ofendería a Minerbetti, y de que le perdonaba todos los daños ocasio­
nados a sus intereses, cosa que había hecho generosamente en carta fechada
el 21 de julio de 1740 (378).
Apenas había tenido tiempo de reaccionar el Tribunal de la Inquisición de
Florencia ante el duro golpe recibido en su ya escaso prestigio, con la retracta­
ción de Andrea Minerbetti cuando se hizo público que también el doctor Pu­
pigliani, el otro testigo clave en el Proceso de Crudeli, acababa de hacer una
declaración y protesta en el mismo sentido, en virtud de la cual resultaba ser
también falso lo que él había atestiguado en el Santo Oficio contra el Dr. Cru­
deli y el Barón Stosch.
La retractación del Doctor Pupigliani, hecha igualmente ante notario pú­
blico en Florencia, el 11 de julio de 1740 (379) pone de manifiesto, una vez
más, como tuvimos ocasión de conocer más arriba, los manejos realizados por
su confesor durante los Ejercicios Espirituales realizados en las afueras de
Firenze (380).
Si la actuación de la Inquisición en el caso anterior queda seriamente com­
prometida, en este segundo caso resulta todavía mucho más aún, prescindiendo
del abuso cometido en ambos casos respecto al sacramento de la penitencia.
El Doctor Pupigliani se justifica así en su declaración notarial: «Habiéndo­
me enterado de la Larga prisión que ha sufrido el Doctor Tommaso Crudeli en
las cárceles del Santo Oficio, y el Proceso que se le ha hedió por el mismo
Tribunal, y habiéndoseme referido que en el mismo se aducen algunas acusa­
ciones mías, y oyendo que se va propagando el que yo haya dicho algunas co-

(375) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340. Letr* Q. fols. 87-91.
Copia autentica dell’obligazione e promessa fatta dal Dottor Crudeli ne* ^27 lugtio 1740
in nome ancora di tutti i suoi Parenti di non offendcre Andrea Minerbetti per il da
lui deposto al St. Ufizio. Apéndice 26 B. ___
(376) Cfr. igualmente Fatti attenenti... op. cit... pgs. 258-260. Según las leyes d é la
Toscana, Crudeli podía exigir indemnización a Minerbetti por todos los daños ocasionados
por su falsa acusación, pero incluso esta posibilidad le fue negada, ya que se le exigió
una renuncia a tal acto ante público notario.
(377) Apéndice 26 B. „ t % M^
(378) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra R, fob. 93-96.
Crudeli a Richecourt, Dalla Fortezza di S. Giovanni, 2 1 luglio 1740. Apéndice 26 C.
(379) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, i t-ÍA
Copia autentica della dichiarazione e protesta del Dottor Pupigliani d^gl 11 lu# * 0 *
dalla quale risulta non esser vero che dal Sto. Ufizio si suPPon^ abo**
contro la conversazione del Barone de Stosche, e contro il Dr. Crudeli. Apéndice
También lo reproduce S b ig oli. op, cit„ pgs. LV-LIX.
(380) Cfr. Apéndice 19 B.

87
sas las cuales sé ciertamente no haber testificado; y si lo hice no lo dije, ni
pretendí decirlo en el sentido con que se han utilizado, m creí que pudieran
servir para el fin con que se han usado, tanto mas que un Padre del atado
Tribunal con el cual me confesé, me aseguró que cuanto di|era no habría de
servir a otro fin que al de tranquilizar mi conciencia; he estimado y juzgo
necesario y parte de mi deber, publicar la presente dclaración para desenmasca­
rar las falsedades de lo que yo en realidad testifiqué» (381).
Tras esta introducción, se dedica a desmentir las acusaciones de que era
objeto, y a poner las cosas en su punto, con lo que quedan al descubierto, una
vez más, las irregularidades obradas en el proceso de Crudeli. Pupigliani niega
que él hubiera dicho que en la casa del Barón de Stosch se tratasen materias
filosóficas y de religión, y que las personas que allí se reunían con sus conver­
saciones despectivas, demostrasen que no creían. También niega que entre es­
tas personas estuviese el Dr. Crudeli. Es más, protesta y declara solemnemente
que no había dicho que éi hubiera estado en la Biblioteca del Barón Stosch;
ni siquiera había visto a ninguno, porque, de hecho, no habiendo estado, ni
habiendo visto a las personas que allí acudían, difícilmente podía decirlo. Tan
solamente había testificado haber ido muchas veces a casa del señor Enrico di
Stosch. hermano del Barón, donde por lo demás no había biblioteca, y ni si­
quiera había visto allí al Dr. Crudeli. Así, pues, difícilmente había podido
decir que Cruceii fuera a la casa del Barón Stosch, aunque el Padre de la In­
quisición que le había examinado, se esforzó en sugerirle — entre otros muchos
que le fue citando uno a uno— dijera que le había visto acudir a dicha casa,
lo que negó rotundamente porque realmente no le había visto ir allá. Respecto
a que en aquella casa se tratasen materias filosóficas y de religión, dijo cierta­
mente que tal cosa había oído contar a otros, pero no que estando él presente
lo hubien comprobado (382).
De esta forma, en su retractación, va negando todos y cada uno de los
cargos que la Inquisición había hecho contra Crudeli basándose en el pvampn
hecho al Dr. Pupigliani (383).
Posteriormente en otra declaración hecha el 15 de julio de 1740 (384), el
Pupigliani confesó que habiendo sido interrogado por los Padres del Santo
Oficio de la ciudad de Florencia sobre algunas de las cosas, de las cuales había
hecho una declaración aparte, y habiéndole asegurado los mismos, que cuanto
dijera no debía^ servir a otro fin que a la tranquilidad de su conciencia, le im­
pusieron después, que de cuanto había dicho y sido interrogado, no comunicase
nada a nadie, ni siquiera al Gobierno secular, aunque fue preguntado, lo cual
le hicieron prometer por medio de juramento (385).

(381) Apéndice 26 D.
(382) Ibidem.
concento de rnrn u, cat^?oncamente que él hubiera dicho que tenía a Crudeli en
contra nuestra Santa R ,.ca!0*IC0> 7 9 ue había oído hacer al mismo diversos discursos
cosa». Ibidem e »gion. «Mi protesto di non aver mai detta ne potuta dire sitnil

Apéndice 26 DF ’ C° nSÍgl,° dt ReMet™ della Toscana, Filza 340, Letra P., fols. 83-86.
(385) Cfr !a coincidencia existente con lo ya dicho en el Apéndice 19 B.

88
S entencia condenatoria

Una vez que los testigos más importantes desmintieron y se retractaron de


aquello que habían dicho contra Crudeli, o de lo que la Inquisición decía que
habían dicho, era de esperar un lógico desenlace en este proceso tan lleno de
irregularidades y falsedades, a pesar de que el Tribunal protagonista llevaba
el calificativo de «santo». Pero para no desentonar del conjunto, y de la línea
hasta entonces seguida, el 5 de agosto de 1740, es decir exactamente quince
meses despues del encarcelamiento del Dr. Crudeli, se dio oficialmente por ter­
minado el proceso, no con el reconocimiento de su inocencia, sino con una con­
dena tan inesperada como injusta, por la que se ordenó al Dr. Crudeli retirarse a
su casa de Poppi, en el Casentino, y permanecer allí a disposición de la Con­
gregación del Santo Oficio, haciéndole pagar una fianza de mil escudos para
la seguridad de su cumplimiento.
Tal sentencia fue comunicada el viernes 5 de agosto, por el Inquisidor en
persona, al Conde de Richecourt, quien cuatro días después — todavía sin salir
de su asombro— lo puso en conocimiento de S.A.R., Francisco de Lorena (386).
La intención del Inquisidor era comunicar la sentencia al reo, tras recordarle
uno a uno todos los cargos de que había sido acusado, se hubiera o no justifi­
cado de ellos. A esto se opuso Richecourt representando al Inquisidor los in­
convenientes que se derivarían de tal forma de proceder, pues entrando en el
detalle de los hechos con que se pretendía acusar a Crudeli, sería difícil el li­
brarse de citar a aquellos que hacían muy poco honor al Tribunal, y que ocasio­
narían discursos y quizá disputas, que era mejor para la tranquilidad pública,
y honor de la religión y de su Tribunal, ahogarlas antes de que nacieran (387).
El Conde de Richecourt también se permitió insinuar al Inquisidor que re­
flexionara ante la desproporción existente entre las acusaciones y la pena, que
la Congregación le infligía, lo cual era más que suficiente para» demostrar có­
mo las primeras acusaciones esgrimidas ante S.A.R. habían sido meras calum­
nias, pues después de quince meses de prisión, todo quedaba reducido a una
confinación en su propia casa; lo que probaba que la condena no tenía otra
finalidad que salvar el honor del Tribunal (388).
A pesar de esta argumentación, el Inquisidor no quiso ceder de su proyecto
alegando que no podía hacer ningún cambio sin estar autorizado por la mis­
ma Congregación del Santo Oficio. Informado el Nuncio fue también de la
opinión de que no se entrara en detalle en la sentencia, sino que solamente, a
modo de penitencia saludable, se le ordenara retirarse a su casa paterna en
Poppi, a disposición de la Congregación (389).
Richecourt concluye su carta indicando que tan pronto supiera la respuesta
de la Congregación, le informaría de ella a S.A.R., quien de todas formas ha­
bría reconocido evidentemente por la sentencia dada contra Crudeli. «hasta
qué punto había sido calumniado ese pobre miserable, al igual que gran nu­
mero de súbditos de S.A.R., los cuales eran la mayoría hombres de mérito, e

(386) A.S.F., CoHstglio di Reggenz* dtll* Toscam . Füm 339. Inserto 3, n. 10 Conde
de Richecourt a S.A.R. Francisco de Loren*. Florenoe le 9 ao&t 1740. Apéndice ¿<
(387) Ibidem.
(388) Ibidem.
(389) Ibidem.

89
instruidos v doctos, expuestos a la persecución de los Ignorantes» E] ultimo
Pensamiento del Conde de Richecourt recoge la idea de que de todo lo ocurrido
m ese asunto se había hecno patente «la neces.dad de poner orden en un Tn-
bunal tan injusto» (39C).
No se conoce en qué sentido fue la respuesta de la Congregación del Santo
Oficio pero según la Relación del encarcelamiento de Crudeli, que dedica va­
rias páginas a este punto, la sentencia le fue comunicada a Crudeli, de acuerdo
con los deseos del Inquisidor, leyendole uno tras otro los «gravísimos delitos
resultantes de gran número de testigos respectivamente contestes». Este acto
tuvo lugar el día 20 de agosto de 1740, por la tarde, en la iglesia de S. Pietro
Scherragio, a donde fue trasladado Crudeli desde la fortaleza de San Juan.
Estuvieron presentes, entre otros, el P. Inquisidor, el canónigo Riccio, Vicario
del Arzobispado, el senador Quaratesi, el caballero Abogado Neroni, y el au­
ditor Urbani *391).
En cumplimiento de la sentencia, el Doctor Crudeli se trasladó a Poppi,
su ciudad natal, donde existía un convento de Menores Conventuales, en el
que residía v.r. Vicario foráneo del Santo Oficio, quien con relativa frecuencia
le visitaba para recordarle que aunque se le había restituido cierta libertad,
permanecía, sin embargo, bajo la potestad eclesiástica, en tanto no obtuviese
la total absolución de sus delitos. Este Vicario era el Padre Cocchini, quien,
como consta por una carta de Luca Corsi al Conde de Richecourt, fechada el
3 de septiembre de 1740, «no cesaba de molestar continuamente al Doctor
Crudeli, por orden del P. Inquisidor de Florencia, a fin de que le diese la ga­
rantía de mil escudos, garantía que el Conde de Richecourt había ordenado a
Crudeli ao entregara (392).
Conforme tueron pasando los días, la salud de Crudeli, debido al clima
de Poppi, fue empeorando de forma tan alarmante que, siguiendo los consejos
del Nuncio de Su Santidad en Florencia, y del Conde de Richecourt, el propio
Crudeli escribió, ya en el mes de septiembre, una carta a Monseñor Ferro-
ni (393) para solicitarle le permitiera la Congregación del Santo Oficio tras­
ladarse a Pisa o a otra ciudad de clima más benigno. Pero la respuesta se hizo
esperar más de la cuenta, hasta el punto de que el abate Antonio Niccolini,
en carta dirigida a Giovanni Bottari, el 29 de octubre de 1740, teme «que todo
este negocio acabe con poco honor de la Corte de Roma, porque el pobre Cru­
deli no podría sobrevivir a esta desgracia» ( 394 ). Aquí adelanta el abate Nicco­
lini, haber oído que, finalmente, le sería concedida la gracia de ir a cualquier
jugar excepto Pisa, que era el solicitado, lo cual en cierto sentido sería sufi-
cíente, de no tener necesidad de ir a un lugar donde existiese abundancia de
médicos «dado su pésimo estado de salud, el continuo asma que le aflige, y
ios frecuentes vómitos de sangre» (395). De todas formas la gracia de salir

(390) Ibidem
7 n l ^ n í ^ a! tl at^ enentt - op. cit., pgs. 260-271. También se hace eco de esta sentencia
¿o b i, op. ctt, t. I, pgs. 203-204.
H* c l r l r F j Cl m\9’lw dl ^ e n z a della Toscana, Filza 340, Letra S, fol. 99. Luca
rw E L t M Ch^ OUn Firenze, 3 sept. 1740. Apéndice 2 8 A.
caníi-iilo ttt i Hons' Ferroni, asesor del Santo Oficio, cfr. en el primer tomo, en el
Í3941 m - V ^ S íí* d c l. ™ * o asesor del Santo Oficio»,
lo Alcunr ‘ íettro a Giovanni Bottari; documento publicado en el opüscu-
1867 A SU í i n l n f i . NtCC0h? a Mom Giov B° tíari’ Bologna, Gaetano Romagnoli,
n 9'> 'bid-m ce l8ua'mente S b ig oli, op. cit., pgs. L X I-L X II.

90
de Poppi para Crudeli, habría de ser, en cualquier caso, un beneficio ya que
con el clima de su ciudad natal la muerte era segura.
Por el mismo abate Niccolini se sabe que el Conde de Richecourt había ya
decidido sacar de Poppi a Crudeli, al conocer su infeliz estado de salud, pero
éste se había negado alegando que «no quería moverse si no era en la forma
debida, pues prefería morir, puesto que estimaba más su inocencia, su probi­
dad y su palabra, que cualquier otra cosa del mundo.
Finalmente el abate Niccolini se une a la ya larga lista de testimonios sobre
el caso Crudeli, con un comentario digno de tenerse en cuenta: «Estoy cierto
— escribe a Bottari— que si Su Santidad supiese sinceramente toda esta negra
intriga, ordenaría no ya la conmutación de Pisa por Poppi sino la inmediata
libertad de Crudeli» (396).
El 31 de octubre se decidió Crudeli a escribir de nuevo a su protector el
Conde de Richecourt, en vista de que su petición a Monseñor Ferroni no pro­
gresaba. Entretanto había ya transcurrido todo el mes de octubre y empezó
a sentir la crueldad del clima de Poppi «habiéndole aumentado los dolores del
pecho, siendo los vómitos de sangre más densos y la tos más frecuente hasta
el punto que tanto el médico de Poppi, como el de Bibbiana, le predijeron una
muerte segura, si no cambiaba cuanto antes ese clima frío por uno más tem­
plado y tranquilo antes de que la estación avanzase más» (397). Por esta razón
le rogaba Crudeli que obtuviera del Nuncio el poderse trasladar a Pisa, sin ne­
cesidad de esperar el permiso de la Congregación del Santo Oficio «de la que
tenía motivos para confiar no sólo en dicho permiso, sino en la total liber­
tad» (398).
Para mayor fuerza incluye dos certificados de los médicos de Poppi y
Bibbiana, debidamente legalizados, en los que, tras exponer detalladamente el
delicado estado de salud de Crudeli, recomendaban el urgente cambio de clima, ya
que de no hacerlo, se ponía al enfermo en evidente peligro de muerte (399).
Para esas fechas el Inquisidor de Florencia ya había decidido llamar al Dr.
Crudeli para que acudiera al Santo Oficio de Florencia, donde se le comuni­
caría el lugar más benigno elegido para su traslado «donde podría proseguir
las órdenes de la Suprema y Sacra Congregación según sentencia» (400).
La reacción de Crudeli que acababa de llegar a Firenze no se hizo esperar.
Inmediatamente remitió a Richecourt el billete del Inquisidor, al mismo tiem­
po que le rogaba le eximiera de comparecer ante el Santo Oficio, y le conce­
diera la gracia de poder permanecer en Florencia o en Pisa, sin necesidad de
esperar su destino del Inquisidor (401).

(396) Ibidem. Esta carta concluye con la siguiente frase: «El caso del religioso
Cimino en Siena [Cfr. nota 69], y el encarcelamiento de Crudeli han restado mucho
crédito al Tribunal, cuya única fuerza radica precisamente en d crédito*. . _
(397) A.S.F.. Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra J. fol. 103. Cru­
deli a Richecourt. Poppi. 31 octubre 1740. Apéndice 28 C.
(398) Ibidem. T , . _ --
(399) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana. Filza 340, Letra J, fols. 104-108:
Huc attestati dei Medici di Poppi e di Bibbiana concementi il pregiudizto ed u nuoce-
mento che ne riposta il Dr. Crudeli da queH’aria. Apéndice 28 D. v , .
(400) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra X . fols. 111-
112. P. Ambrogio, Inquisidor de Florencia al Doctor Crudeli. Firenze. 2 noviembre

/H O l T A8SEF„ Consiglio di Reggenza della Toscana. Filza 340. Letra X , fols. 113-114.
Crudeli a Richecourt. Firenze 2 nov. 1740. Apéndice 28 F.

91
El desenlace todavía tardó en llegar Entretanto Crudeli se reurd « P i ­
tadera. lugar vecino a Pisa donde el 17 de diciembre recibió del P. Inqubidot
la respuesta de la Sagrada Congregación del Santo Oficio, por 1. que .e le no-
tificaba que «en atención al mérito de Su Excelencia el señor Conde de Riche-
court se le permitía ir a cualquier lugar y aldea o villa — a modo de cárcel—
e X ; 0 a las ciudades de Firenze, Siena, Pisa y Livorno» (402),
La lectura de esta decisión, en un principio, le ocasionó a Crudeli un júbilo
indescriptible, pero pronto desapareció — según confiesa en carta dirigida a
Richecourt dos días después— , «cuando vio que a la crueldad se añadía la befa
y el desprecio del Inquisidor, P. Ambrogio, quien al decir que era mérito ex­
clusivo del conde de Richecourt el que se le hubiera excluido de vivir en las
ciudades de Toscana, demostraba que sabía manejar la afrenta más mordaz
tanto con hechos como con palabras» (403).
El resto de la carta es una lamentación sentida y dolorosa de quien aparte
de sentirse defraudado en las esperanzas de una última justicia, se veía desam­
parado sufriendo en el alma y en el cuerpo, cuanto humanamente puede sufrir­
se, siendo así que se encontraba inocente y perseguido, que se sentía cada vez
njás débil, y en un lugar en el que no había médicos, y donde la soledad era
total, ya que ni siquiera disponía de libros para leer, ni de amigos para con­
versar (404).
En teoría aquí concluye oficialmente el caso Crudeli, quien a pesar de ha­
ber sido relegado a la mayor soledad y abandono, no se vio libre de nuevas
calumnias por parte del mismo Padre Vicario del Santo Oficio que dieron
motivo a una ceclaración del abogado defensor de Crudeli, Bartolomeo Archi,
hecha el 2 de enero de 1741. En vista de que dicho Vicario andaba diciendo,
y había afirmado incluso al Nuncio de Su Santidad que el señor Crudeli le ha­
bía confesado t^ue era reo, y que no obstante había proseguido su defensa, el
Dr. Archi testificó en documento dirigido a Monseñor Ferroni, «que tal aserto
del P Vicario no era cierto, ya que el Sr. Crudeli nunca le había hecho tal
declaración, ni podía hacerla, porque jamás le había confesado ser culpable,
sino al contrario, sostenido siempre ser inocente de todos los hechos de los
cuales fue denunciado» (405).

p J ^ A m b r i ^ ’ í ñ ü " - í diÁReW nza della Toscana, Filza 340, Letra X , fols. 118-119.
Apéndice 2 8 c T ’ quu,dor *1 Dr. Crudeli. Firenze, 17 diciembre 1740.

c~Ev x',o1* 120-l í '

j » i & m * w*
VI —CONSECUENCIAS DEL PROCESO
Tirantez de relaciones entre el Gobierno de Toscana y la Corte de Roma —
Gestiones del Nuncio de Su Santidad en Viena.—Intervención del enviado
especial de la Santa Sede.—Intentos de reforma del Santo Oficio en Florencia —
Quejas contra el P. Inquisidor.—Indulto y muerte del Dr. Crudeli.— Traslado
del P. Inquisidor.—Reforma de la Inquisición en la Toscana

T ir a n t e z d e r e l a c i o n e s en tre e l G o b ie r n o d e T o sc a n a y la C orte
de R o m a .— G e s t i o n e s del N u n c io d e Su S a n t id a d en V ie n a

Aunque aparentemente se creía ya cancelado este asunto, la documentación


conservada en el Archivio Secreto Vaticano demuestra que las irregularidades
cometidas por el Tribunal de la Inquisición de Florencia con el Dr. Crudeli,
vinieron a enturbiar todavía más las ya tirantes relaciones existentes entre el
Gobierno de la Toscana y la Corte de Roma; y se siguió hablando de Crudeli
durante mucho tiempo en la correspondencia vaticana mantenida sobre todo
con Florencia y Viena (406).
En este sentido los despachos de Monseñor Paulucci, Nundo Apostólico
en Viena (407) al Secretario de Estado, Cardenal Valenti (4 0 8 ), son un testi­
monio claro de la preocupación existente en Roma por las diversas controver­
sias pendientes de resolución con el Tribunal del Santo Oficio en FVjrenda y
con la Curia Arzobispal.
Ya en octubre de 1740, Mons. Paulucd se queja de las continuas heridas
infligidas por el Ministerio laico de Florencia contra los derechos de dicho Tri­
bunal, que se veía forzado a una total inacción, cuando con más eficacia debía
ejercerla, para impedir la difusión de ciertas máximas poco sanas introducidas
en muchos de los Ministros florentinos (409). Esta idea con ligeros matices

(406) Sobre este asunto pueden consultarse, entre otros, los siguientes legajos: Nunz.
Firenze, vol. 230 B, que contiene documentación comprendida entre los años 17404 7 4 6 .
toda ella relativa al Santo Oficio en Florencia; Nunx. Firenre. vol. 127; Nunz. Genm-
nia, vols. 334, y 3 3 5 . La gran cantidad de asuntos pendientes entre la Santa Sede y la
Potestad laica de Firenze hieo que el Abate Franchini. Ministro del Gran Duque, se
trasladara a Roma a fin de poder tratar directamente de «las gravísimas y relevantísimas
quejas contra el Tribunal del Santo Oficio en Florencia*.
(407) Camillo Paulucci, nacido en Forli el 9 diciembre 1692, arzobispo de Icón»
el 26 de junio de 1714, Canónigo de S. Juan de Letrán, fue Nuncio Apostólico ante el
imperador, en Viena, del 15 de mayo de 1738 al 20 de octubre de 1745 Cfr. Ka*ttunen.
<>/>• cit., pgs. 121135; Nottzte per Vanno 1742, Roma, 1742, pág. 193.
(408) Silvio Valenti Gonzaga, nacido en Mantua «1 1 ° de mano de 1690 fue creado
cardenal el 19 de diciembre dc 1738, y Secretario de Estado a raí* de la elección dti
Papa Benedicto XIV, en agosto de 1740. Cfr. Nótate per Immo 1742, pág. 193.
(409) A.S.V., Nunz. Germanu, vol. 334, fots 390-39rM tm s. Caimllo
Apost. en Viena, al Cardenal Valenti, Secretario de Estado. Viena, 1. octubre 1740.

93
se va repitiendo en despachos posteriores (410), y llega un momento en que
el caso del Dr. Crudeli viene a sumarse a las ya abundantes quejas contra el

SantAp?ne°dei natural retraso con que llegaban las noticias, y de su lógica


ineficacia práctica, resulta revelador contrastar el desenfoque la deformación,
y a fin de cuentas, el desconocimiento que del problema tenía el Nuncio en
Viena a quien Roma acudía para que presionara ante S.A.R el Gran Duque
de Toscana en defensa del perseguido y atacado Tribunal de la Inquisición de

Florencia ^ ^ 1740 comunica Paulucci al Cardenal Secretario de


Estado que había hablado tanto al P. Hassel, confesor del Gran Duque, como
a sus Ministros, sobre «las injustísimas pretensiones promovidas recientemente,
a fin de que el P. Inquisidor de Florencia cambiase la acostumbrada fórmula
de la sentencia que debía intimarse a Tommaso Crudeli (411), detenido desde
hacía tiempo en las cárceles del Santo Oficio (412); y respecto a que la Con­
gregación del Santo Oficio no tenía derecho a condenar a los reos a penas aflic­
tivas corporales, y en consecuencia mucho menos podía obligarles a dar una
fianza pagando una congrua suma de dinero para caso de contravención de
sus decretos 1413), pretensiones que habían extendido además hasta querer
absolutamente que el citado P. Inquisidor conmutase a Crudeli la pena de
destierro a otro lugar distinto del que había sido destinado, a gusto del Mi­
nisterio de Florencia» (414).
El Nuncio en Viena al hacerse eco de estos problemas surgidos en la Tos-
cana a raíz del proceso de Crudeli, añade que había conjurado con la mayor
energía posible tanto al P. Confesor como a los otros Ministros de S.A.R.,
pa'-s que le representaran en su justa medida todo lo que acababa de indicarles,
y le indujeran sin más tardanza a tomar aquellas eficaces resoluciones que exi­
gían de S.A.R. el honor de Dios y la pureza de nuestra Santa Fe. En especial
encargó al susodicho P. Hassel hiciera comprender a S.A.R. que el Santo Pa­
dre deseaba que se mantuviera ei. la debida observancia las laudables costum­
bres, siempre practicadas en la Toscana, en beneficio del Santo Tribunal de
la Inquisición (4 1 5 1.
Pocos días después, el 10 de diciembre, el confesor del Gran Duque mani­
festó al nuncio que ya había hablado a S.A.R. de las innovaciones que preten-

(410j El 5 de noviembre, Paulucci cree urgente llegar a un Tratado sobre las con­
troversias con el Santo Oficio, haciendo ver a S.A.R. «los nuevos y gravísimos peligros
que atacan la pureza de la Religión en Florencia, debido a que de día en día se va
insinuando en muchos de aquellos Ministros el veneno de máximas demasiado libres y
poco ortodoxas, sin que pueda aquel Santo Tribunal aportar el remedio otras veces
utilmente aplicado, por los impedimentos que le pone aquel Gobierno». A.S.V., Nunz.
\ man^ L 33,4 ’ fols 4 2 8 ^ 2 9 Mons. Paulucci, Nuncio en Viena, al Cardenal Va-
enu, secretario de Estado. Viena 5 noviembre 1740. Cfr. igualmente A.S.V., Nunz.
Germanta, vol. 334, fol. 433. Paulucci a Valenti, Viena, 1 2 nov. 1740.
(411) Observese que esta carta está fechada el 3 de diciembre, y a Crudeli le fue
Tur el 20, de de 1740. Cfr. nota 391.
i„ ' , ‘eiJ *1 uí resulta «algo» inexacto, pues desde el 9 de junio, dejó de estar
a su i ™ * 1] 10 0 ficio, *1 ^ trasladado a la Fortaleza de San Juan, de donde
a su vez salió el 2 0 de agosto de 1740.
f a * 13! que el. Conde de Richecourt ordenó a Crudeli que no pagara la
<41 í a T v w 06 T le « W * el ínquWdor- Cfr. nota 392.
en Vieni ¿ f }erma"ia> vo1 334, fol». 462-464. Mons. CamiUo Paulucci, Nunz.
'413?’ ’¡ n d e Í ^ Secretario de Estado. Viena 3 diciembre 1740. Apéndice 30 A.

94
día introducir el Ministerio laico de Florencia, en perjuicio de la autoridad de
la Sagrada Congregación de la Inquisición, y de su Tribunal florentino (416).
En el despacho del 17 de diciembre vuelve Paulucci a hablar de Crudeli, pues
la víspera, en el Consejo reunido ante el Gran Duque se había tratado del asun­
to del Santo Oficio de Firenze y precisamente de la pena dada al Dr. Cru­
deli (417). ^

I n t e r v e n c ió n del e n v ia d o e s p e c ia l de la S anta S e d e

Si de Viena nos trasladamos a Florencia, se pueden seguir con más de­


talle y objetividad las consecuencias derivadas del proceso de Crudeli a través
de la correspondencia mantenida entre el P. Mario Maccabei (418), y la Secre­
taría de Estado del Vaticano. Ordinariamente el proceso de Crudeli suele con­
siderarse en la Historia de la Masonería como un hecho anecdótico, sin captar
la trascendencia que tiene, no sólo desde el punto de vista de reivindicación
de la Masonería florentina, sino incluso de las derivaciones políticas entre la
Corte de Roma y la del Gran Duque de Toscana.
En primer lugar conviene resaltar que no existieron dentro de la Maso
nería, lo que algunos han dado por llamar los escándalo florentinos (419), pues
el relato de los hechos basado en un auténtica y copiosa documentación, reco­
gida en las páginas anteriores, no deja lugar a dudas. Y en este sentido el valor
de lo sucedido en Florencia no es meramente anecdótico, tanto más que como
ya hemos indicado más arriba y señala Van der Schelden, los sucesos de Flo­
rencia fueron una de las causas, si no la primera, que incitaron a la condena de
Clemente X II (420).
Por otra parte es importante observar las implicaciones y consecuencias que
tuvo para la Inquisición en la Toscana, su modo de actuar en el caso de Cru­
deli. Las irregularidades cometidas, incomprensibles hoy día, y difíciles de
creer a no ser por los abundantes documentos que se conservan, endurecie­
ron la actitud del Gobierno de la Toscana, exigiendo la presencia de dos co­
misarios reales (421) dentro del Tribunal de la Inquisición. Las bazas que te­
nía en su mano el Conde de Richecourt para exigir tal propuesta quedan fíel-

(416) A.S.V., Nunz. Germania, vol. 334, fol. 468. Paulucci al Carden»! Valenti. Viena
10 diciembre 1740. _ , , „ , .
(417) A.S.V., Nunz. Germania, vol. 334, fol. 476. Paulucci al Cardenal Valenti. Vie-
na, 17 diciembre 1740. Apéndice 30 B. Nuevamente sale a relucir Crudeli en los despa­
chos del 24 de diciembre 1740: A.S.V., Nunz. Germana, vol. 334, fol. 479 [Apéndice
30 C], y en el del 28 de enero de 1741: A.S.V., Nunz. Germania, vol. 335, fol. 23
[Apéndice 30 D]. , .
(418) El P. Mario Maccabei había sido enviado por el Vaticano para que desde
Florencia tratase directamente con el Gobierno del Gran Duque, sobre las diferencias
surgidas con el Tribunal de la Inquisición. Con la misma finalidad el abate Franemm,
ministro de S.A.R. se encontraba entonces en Roma. Cfr. nota 406.
(419) M e l l o r , N o s fréres séparés... op. ctt., pág. 139 y ss. fTQ. . .
(420) S ch eld en , La FM belge sous le régime autrkhten (1721-1794), Louvam,

(42lf8 En3 U carta de Richecourt a S.A.R., del 28 de julio de 1739 en la


las razones que habían motivado el arresto, ya propone la necesidad de que un
real estuviera presente durante la formación de lo s procesos de U Inq^KKMi, para ^
gurarse de la culpabilidad de los súbditos de S.M. en materia de religión o herejl .
Cfr. Apéndice 7 .

95
mene reflejadas en la relación que el propio P Maccabei hizo de la entrevista
mantenida co;. el Conde el 9 de enero de 1741 (422).
En esta ocasión e. Conde de Richecourt dijo clara y taxativamente al en.
viado pontificio qae el P.oceso hecho contra el Doctor Crudeli era una meta
calumnia fundada en tres testigos presentados ante el Santo Oficio, y que ha-
bían declarado falsamente, como se había podido comprobar del Proceso en-
tregado a CrudeÜ para que hiciera su defensa. La primera denuncia — según
Richecourt__era de un sacerdote enemigo de Crudeli por desavenencias ocurri­
das entre eilos, y que citaba testigos ya fallecidos o que resultaron negativos.
El segundo testigo era un joven considerado en la ciudad como un desequili­
brado, que fue mandado por el confesor al Padre Inquisidor con una carta, en
la cual estaban las preguntas que le fueron hechas, y debido a las amenazas del
Inquisidor depuso haber visto y oído lo que no había visto ni oído, indicando
que ni siquiera conocía a las personas que estaban anotadas en dicha carta co­
mo cómplices o sospechosas de varios errores (423). A pesar de todo acusó de
muchas cosas a Crudeli. y en la repetición del examen se contradijo continua­
mente, Jo que al íin de cuentas n© fue obstáculo para que acabara confirmando
lo declarado en amoos interrogatorios. Después para tranquilidad de su con­
ciencia había mandado a la Sagrada Congregación del Santo Oficio de Roma
la retractación de todo lo testificado, pidiendo se le concediera la facultad de
recibir la absolución, cosa que obtuvo de Roma. Tras esto recurrió al Conde
para obtener la seguridad de que no sería ofendido por Crudeli o sus hermanos,
haciendo al mismo tiempo otra declaración y retractación legalizada por mano
de Notario, que estaba en poder del Conde, y en la que solicitaba el perdón
do Crudeli (424).
El tercer testigo, sobre el cual decía fundarse el Proceso, se había retrac­
tado también, tras confesar que había sido engañado porque el Inquisidor no
había escrito lo que él declarara, ni había admitido lo que él dijera en desagra­
vio de Crudeli (425).
Finalmente en la entrevista relatada por el P. Mario Maccabei, se añade que
el Conde había dicho que en el proceso se encontraban otras falsedades e in­
justicias, y que en la sentencia dada por el Inquisidor contra Crudeli, no se
había probado nada.
Ante acusaciones tan directas y difíciles de rebatir, al P. Maccabei no se
le ocurrió replicar otra cosa que estando ya concluida la causa no había por
qué hablar del pasado, tanto más que las faltas de un Ministro particular no
debían atribuirse a la injusticia de un tribunal que jamás, con anterioridad,
había incurrido en ellas; aparte de que era difícil de creer el que el Inquisidor
y sus Ministros fueran de tan perversa voluntad. Como el Conde de Richecourt
tenía a su disposición las pruebas de cuanto había dicho, insinuó al enviado
pontificio que para mejor certificarse de la crueldad con que había sido tra­
tado el reo, lo mejor era que le pidiese al P. Inquisidor el Proceso; cosa que
no aceptó el P. Maccabei por no estar autorizado de Roma para ello, y «porque
esta lectura le llevaría mucho tiempo» (426).

t •142£ ) pA; S;VV N J**- , Fir'»ze> vol. 127, fols. 178-180. P. Mario Maccabei al Secre-
? 4 ?vi i' Carí nal Valenti. Firenze, 2 0 enero 1741. Apéndice 31 A.
contra los jesuítas CtC court a c¿crtas personas que habían participado en sátiras
(424) Apéndice 31 A.
(425) Ibidem.
426, Ibidem.

96
La actitud del Conde de Richecourt no es que fuera opuesta a una solución
de las dificultades creadas ante el proceder del Santo Oficio. Lo que buscaba
era un modo digno de hacerlo, tanto más que S.A.R. tenía a honor la ventaja
de la Religión, pero sin olvidar que al mismo tiempo deseaba la justicia y la
custodia de sus subditos, a los cuales estaba obligado, por lo que no pocía per-
rnitir que el Santo Oficio continuase obrando como lo había hecho hasta en­
tonces. Y esto por decoro tanto de Roma, como del Oran Duque, habida cuen­
ta «las falsedades e injusticias practicadas por el Inquisidor en el Proceso de
Crudeli» (427).
Ante una insinuación sobre los inconvenientes que surgirían caso de ser
suprimido el Tribunal del Santo Oficio en Florencia (428), hecha por el en­
viado pontificio para conocer el pensamiento del Conde, éste le replicó que no
pretendía tal cosa, y ni siquiera el cambio del P. Inquisidor. Lo único que pe­
día era «que se pusiera remedio y freno a las calumnias, a las imposturas, a las
falsedades, y a los abusos hasta entonces practicados por el Tribunal de Flo­
rencia en el proceso de Crudeli» (429), de los cuales tenía a mano las pruebas,
tanto de las falsedades incurridas en el susodicho proceso, como de los abusos
cometidos en el anterior hecho del P. Cimino en Siena (430).
De donde para Richecourt, «no existía otra solución para remediar los pa­
sados desórdenes, y salvar la Religión, el decoro de la corte de Roma, la juris­
dicción de S.A.R., y la justicia debida a sus súbditos, sino el que Roma conce­
diera que en la elaboración de los Procesos del Santo Oficio intervinieran dos
Comisarios de S.A.R., sujetos a juramento, como se practicaba en el Estado
Véneto» (431). De esta forma no sólo se salvaría la Religión, sino que se pon­
dría freno al libertinaje, y los díscolos serían castigados.
La entrevista en cuestión entre el enviado pontificio y el ministro del
Gran Duque, concluyó con una velada advertencia de éste sobre el agradeci­
miento que debía mostrar Roma, porque hasta ahora no había hecho públicas
ni las falsedades practicadas por el Inquisidor, ni el abuso del Confesor que
envió al testigo con una carta al Santo Oficio (432).

Intento s d e reform a d e l S a n to O f i c i o en F l o r e n c ia

Cuatro días después de esta entrevista, el 24 de enero de 1741 tuyo lugar


otra que duró más de tres horas, en la que el Conde de Richecourt justificó
a la Sociedad de los Liberi Muratori (433), si bien en la Relación enviada a Roma
por el P. Maccabei, no se baja a detalles que hubieran podido ser interesantes
el conocerlos. No obstante, por otra parte es importante reseñar esta justifica­
ción de los Liberi Muratori por la directa alusión hecha nuevamente sobre el
Proceso de Crudeli.

(427) Ibidem. j • .
(428) «Crecerá 1* libertad y el libertinaje, y no subsistirá ni el decoro, m el ínteres
temporal de S.A.». Ibidem.
(429) Ibidem.
(430) Cfr. notas 69 y 396.
(431) Apéndice 31 A.
(433) a ’s' v ” N«* z. F « . k , vol. 127, fol. 185. P. M«m .1 W « r k > de
Estado. Firenze, 24 enero 1741. Apéndice 3 1 B.
97
El objetivo propuesto esta vez por el enviado pontificio fue, alegando no
haber recibido todavía respuesta de Roma, conocer mas a fondo el pensamiento
del Conde sobre la pretendida introducción de dos Comisarios aviles en el Tri­
bunal de la Inquisición. A este fin le recordó que tal proyecto otras veces ya
había sido rechazado por Roma, y que al presente tampoco podía agradar a
Su Santidad «pues era demasiado irregular y poco decoroso a la Santa Sede
por las pésimas consecuencias que podría acarrear, si una tan exorbitante pre­
tensión era exigida por todos los Príncipes, siguiendo el ejemplo de la Tos-
cana» (434).
La respuesta del Conde a esta objeción fue que tal proyecto no era irre­
gular, ni de poco decoro para la Santa Sede, por cuanto se practicaba ya en
Venecia. Y que de la misma manera que en el Santo Oficio se admitían con­
sultores seculares, no era tan exorbitante que entraran dos Comisarios repre­
sentantes del Príncipe para asegurar e indemnizar a sus súbditos como era obli­
gado tras los engaños y calumnias cometidos tanto en el caso de Siena, como
en el del Doctor Crudeli. Y es aquí donde Richecourt volvió a insistir en que
el Doctor Cruceli había sido condenado injustamente, ya que en la sentencia
dictada por e1 Santo Oficio, no había culpa probada que mereciese un castigo
tan injusto, tanto nvi¿ que Crudeli había sido condenado por los testimonios
falsos y retractados de Minerbetti y Pupigliani, pues nada se infería del otro
testigo, como podía comprobar si pedía al Santo Oficio dicho proceso (435).
La respuesta del enviado pontificio es de nuevo evasiva y desconcertante,
ya que se limitó a decir que no tenía facultad ni incumbencia para revisar tal
Proceso, ni venía al caso hacer nuevos exámenes para justificar lo ya hecho por
el Santo Oficio, tanto más que eia suficientemente conocida la mala fama del
Dr. Crudeli en toda Florencia, antes de su encarcelamiento, por las máximas
impías que públicamente había dicho en materia de religión (436).
Tras hacer una apología del Santo Oficio, el cual — a juicio del P. Macca-
bei— «no era aquel Tribunal tiránico que decía el Conde, sino bien recto y
justo, que solamente buscaba corregir a los delincuentes y hacerles retractar
de sus errores», la conversación desembocó en el asunto de los comisarios que
no podía equipararse al de Venecia, pues allí existía tal costumbre por haber
sido así concordado antes de la introducción de la Inquisición en aquellos do­
minios, lo cual era muy distinto al caso de Toscana, de la misma forma que era
diverso el modc de gobierno de aquella República ( 437 ).
Esta vez el informe concluye con una alusión a los perjuicios que se segui­
rían en Florencia, donde triunfaría el ateísmo, si no se permitía la actuación
del Santo Oficio, cosa que Roma no podía creer fuese la intención de S.A.R.
«siendo como era bien conocida su piedad y celo por la Religión» (438).

(434) Ibidem.
(435) Ibidem.
(436) Ibidem.
(437) En realidad la dificultad radicaba en que si bien existían y# do* Consultores
secu areo, con voto consultivo, no se podían admitir seculares que dieran leyes al Santo
j .clo’,y c atatfn , manos como de hecho ocurriría si se admitiesen los dos Comisarios
delegad .s por el Príncipe.
P uAquí una nueva mención de Crudeli recogiendo un rumor, que según el
Dr r n l , ei circ . . P°r Florencia respecto a que «la gran solicitud demostrada por el
" ' « ° n 8 ]nada por la protección que los ingleses residentes en Florencia tenían

qu' p u ' c ,‘ que * ' hid' “ “ nt° e,,rfpl,°

98
Q u e ja s contra e l P adre I n quisidor

En la correspondencia del P. Maccabei con la Secretaría de Estado del Va­


ticano se sigue tratando del tema de los comisarios, y en general de las dificul­
tades surgidas a raíz de la causa de Crudeli ( 439 ). Precisamente en la entre­
vista mantenida el día 23 de abril de 1741 el Conde de Richecourt recopiló las
quejas que tenía contra el Inquisidor, que están íntimamente ligadas con la
Francmasonería, y que se reducían a las siguientes:
1 .° Que en tiempos del difunto Gran Duque Gastón escribió a Viena al
médico Carelli diciendo que siendo el Duque de Lorena Frimason no estaba
bien que viniese a la Toscana (440).
2 .° Que los Confesores de Santa Croce, después de dar la absolución a los
penitentes, les insinuaban rogaran a Dios, a fin de que extirpase la herejía de
los Frimason.
3.° Que del proceso hecho contra Crudeli — el cual tenía en su poder—
constaba que los delitos expresados en la sentencia no estaban probados, cosa
que podía inmediatamente mostrar con el propio proceso, con lo cual no pre­
tendía defender a Crudeli, sino sólo hacer constancia de la injusticia de la
sentencia y del delito.
4.° Que las declaraciones de los testigos no habían sido escritas fielmente,
sino cambiadas y alteradas, como estaba dispuesto a mostrar con la fe jurada
de los mismos testigos.
5.° Que se había abusado de la Confesión como le constaba de la fe jura­
da del testigo Pupigliani.
6 .° Que igual abuso se encontraba en la deposición de Minerbetti, consi­
derado en toda la ciudad como desequilibrado e idiota, el cual fue mandado ai
P. Inquisidor con una carta escrita por su Confesor en la cual estaban descritos
los puntos sobre los cuales había que interrogarle, y nombradas las personas
que debía denunciar en número de más de 60, y estas eran todas personas que
habían participado en sátiras hechas contra k» PP. Jesuítas.
7.° La amenaza hecha a los testigos si no respondían según el gusto dd
que les preguntaba; y finalmente las falsas representadones hechas a Roma
acerca de todo lo que había ocurrido entre el Conde y el Inquisidor (441).
En esta ocasión el Conde Richecourt parece ser que lanzó un ultimátum,
pues a la vista de tales abusos mientras no se conociera qué proyectos tenía
Roma para impedir en adelante todo desorden, era imposible encontrar una
solución a las diferencias planteadas entre el Gobierno y el Santo Oficio.

(439) A.S.V., Nunz. Firenze, vol. 127, fol. 208-209. P. M*ceabei al Card. Secretario
de Estado. Firenze 2 2 aprile 1741. Apéndice 3 1 C.
(440) La carta a que se refiere dijo d Conde de Richecourt que la tenia en su Ppder.
(441) A.S.V., Nunz. Firenze, vol. 127, fol. 212: Capi di doghanae del Sig.rr Conte
di Richecourt contro 1‘Inqubitore. Apéndice >1 C.

99
T r a sla d o d el P a d r e I n q u is id o r .— I n d u l t o y m uerte
d e l D octor C r u d e l i

La respuesta a este ultimátum de Richecourt se encuentra en un billete


del Santo O ficio en viado al Cardenal Valenti, Secretario de Estado, en el que
lacónicamente se le dice: «Le devolvemos la carta del P. Maccabei al cual po­
drá escribirle que al Crudeli se le conceda el perdón, y puesto que el Inquisidor
es tan odioso será trasladado cuanto antes, enviándole otro» (442).
Así, pues, el proceso de Crudeli hizo crisis a finales de abril de 1741, ob­
teniéndose la libertad total, tras casi dos años de prisión y confinamiento. Lo
más paradójico del caso — ya por sí lleno de contradicciones— es que la mo­
tivación del indulto concedido al Dr. Crudeli no fue la justicia, único móvil,
a fin de cuentas, que debía haber prevalecido, sino que fue otorgado como
«una prueba de la sincera intención de Su Santidad por ultimar las diferen­
cias existentes con el Tribunal de la Inquisición» (443).
Tal fue el encargo dado por el cardenal Valenti, Secretario de Estado, al
P Maccabei, quien en la entrevista tenida con el Conde de Richecourt, el 27
de abril de 1740, se esforzó por hacerle ver «la suma clemencia de Nuestro
Señor, totalmente decidido a quitar todo obstáculo que pudiera impedir el
definitivo arreglo del asunto relativo al Santo Oficio como podía apreciar cla­
ramente no sólo por la gracia ya hecha a Crudeli, sino incluso por el ya deci­
dido cambio del P. Inquisidor» (444). En reciprocidad se le pedía al Conde
secundara con la misma condescendencia las rectas intenciones de Su Santidad.
La respuesta del Ministro, en esta ocasión, fue que jamás había dudado de
la buena voluntad del Santo Padre, y que esperaba oír cuanto se le propusiera,
a fin de dar una racional solución al caso, pero insistió en que el mero cambio
del P. Inquisidor podría ayudar algo, pero no remediarlo suficientemente, si
no se cambiaba el sistema del Tribunal ( 445 ).
^El P. Inquisidor fue informado de su cese el 6 de mayo de 1741 (446),
si oien hasta primeros de junio no se supo que había sido destinado a Padua.
A raíz de este cambio, el P. Maccabei representó que sería conveniente la re­
novación total de los demás ministros del Tribunal que debían ser sustituidos
por personas que obraran con toda rectitud, secreto y fidelidad (447). Y el
Conde Richecourt advirtió claramente que el nuevo Inquisidor debía ser muy
cauto para no dar fe a las denuncias en un país donde reinaba con exceso la
pasión y la facilidad de calumniar. En este mismo despacho se da la noticia de
que Crudeli había tenido un vómito de sangre bastante fuerte.

f*renze> v°l- 127, fol. 216. P. Mario Maccabei al Secretario de


I t . , T f v 2V prV 741 Apfndic' 3! D- . .
FstaHn f ;,~ , ’ , nz- Ftrenze, vol. 127, fol. 218. P Mario Maccabei al Secretario de
2 rmaggl°. 1 7 4 1 • Apéndice 31 E.
en su ♦ rea^ ^ 6813 resPuesta ya la había predicho el propio P. Maccabei
S c W o u ^ r , n,“ CTIOr dí 2l ^ que me responderá [el Conde de
si no se varía 3 t 1-! muc^as veces, que aunque se cambie el Inquisidor,
pasado aue raieHa Tribunal, no se remediarán los desórdenes cometidos en el
V qA
Uc ^ m teiT se cn el fumro. Apéndice 31 D.
Firenze 6 maoá’in 1 7 4 1 f nf e> vo^- 127, fol. 219. P. Maccabei al Secretario de Estado.
(ádi m ' Apéndice 3 1 E.
f A.b.V., Nunz. Firenze, vol. 127, fols. 228-229. P. Maccabei al Secretario de

100
A finales de junio, nuevamente volvió a ser motivo de conversación entre el
P. Maccabei y el Conde de Richecourt, tanto el tema del indulto concedido
a Crudeli, como el del cambio de Inquisidor, que Roma pretendía esgrimir co­
mo una baza a su favor para conseguir parejas concesiones por parte de Ri­
checourt. Pero éste, no sin acrimonia, subrayó en esta ocasión, que Roma
debía estar agradecida por la moderación usada por el Gobierno, que no hiTA
sacar de la cárcel a Crudeli, y que ni siquiera estaba resentido contra el Inqui­
sidor, sino que^ por respeto a Roma había transigido, si bien no salía de su
admiración al oír que había sido destinado a otra parte (448).
La salud de Crudeli, mortalmente resentida, no pudo restablecerse ya, a
pesar de los meses pasados en Pontadera, cuyo clima era benigno. Sin­
tiendo acercarse su última hora prefirió volver a Poppi para entregar su cuerpo
a la tierra natal. Llegado este momento renovó las protestas de su moceada
ante los hombres, y entregó su alma a Dios con la confianza de encontrar en
El la justicia que los hombres le habían negado. En el otoño de 1741 falleció
en Poppi el Dr. Tommaso Crudeli, a quien Zobi, en su Historia de la Toscana
considera «la última víctima de la Inquisidón en la Toscana» ( 449 ).
No obstante, la muerte de Crudeli, no puso fin al capítulo que en la pri­
mavera de 1739 se iniciara con la persecudón de los Liberi Muratori, represen­
tados en la figura del secretario de la logia masónica de Florenda. Todavía
dos años después de su muerte, en 1743, su nombre y el recuerdo de las in­
justicias con él cometidas por el Inquisidor de Florencia, son tema que se
repiten constantemente en la documentadón de la época, unas veces directa y
claramente, y otras de forma velada, como en la carta que el propio Gran Du­
que de Toscana dirigió el 29 de junio del 1743 al sucesor de Gemente X II,
Su Santidad el papa Benedicto XIV (450), en contestadón a la suya del 20
de abril de 1743, en la que se quejaba de los daños que en Florencia y en toda
la Toscana continuamente se infligían a la autoridad y jurisdicdón eclesiásticas,
y en espedal al Tribunal del Santo Ofirio (451).

Estado. Firenze, 6 giugno 1741. Apéndice 3 1 F. De esta frase parece •^dadne que los
anteriores oficiales del Tribunal no se habían destacado por esas características de recti­
tud, secreto y fidelidad que señala el enviado pontificio.
(448) A.S.V., Nunz. Firenze, vol. 127, fols. 231-232. P. Maccabei al Secretario de
Estado. Firenze, 23 giugno 1741. Apéndice 3 1 G. En este mismo despacho se habla del
Barón Stosch, y del senador Rucellai, ambos considerados como personas no gratas para
la Corte de Roma.
(449) Zobi, op. cit., t. I, pág. 204; Fatti attenenti... op. cit., pgs. 272-273; B a la n ,
Storia d’ltalia, Modena, 1894-99, t. V III, pgs. 118-119; Baldi, LAlb*. La Primé l o a »
masónica a Firenze. L’Inquisizione. II proceso Crudeli, Firenze, 1959, pgs. 86-87; MORSO-
lin, Storia della letteraturg italiana. II seicento, Milano, 1880, pgs. 62-63. Según este
último autor, bastante mal informado del asunto, Crudeli murió quemado vivo por
sentencia del Santo Oficio. .
(450) Benedicto XIV (1740-1758). Próspero-Lorenzo Lambertini nació en Bolonia d
31 de marzo de 1675. Desempeñó diversos cargos en las Congregaciones romanas: fue
abogado consistorial, promotor de la fe, secretario de la S. C. del Consilio, y canonista
de la Penitenciaría. En 1725 es nombrado arzobispo de Teodosia y después de Ancona
en 2727; cardenal en 1728, v arzobispo de Bolonia en 1731. Fue elegido Papa sucesor
de Clemente X II el 16 de agosto de 1740. El cónclave había durado más de sm me«s,
resultando por este motivo el mavor después del cisma de Occidente. Benedicto XTv
murió el 3 de mayo de 1758, a los 83 años de edad. Cfr. bibU<*rafía especializadaiffl
F e r r e r B e n im e u , 1^3 Masonería después del Concilio, Barcelona, AHR, 1968, pgs. 149-150.
(451) La principal motivación de esta carta de Benedicto XIV fue la publicación, en
Florencia, de un Edicto sobre la censura de libros por el que en adelante se reducía la
previa revisión a un solo eclesiástico nombrado por el obispo, con lo que se excluía ae

101
En esta ocasión el Gran Duque en su respuesta fechada en Un* el 29 de
¡unió de 1743, dice abiertamente al Papa que respecto a la Inquisición «podía
él alegar casos sucedidos durante su reinado, que demostraban demasiado da-
ramente, hasta qué punto los Ministros de este Tribunal abusaban del poder
que se les había confiado» ,452).

R efo r m a d e la I n q u is i c i ó n en la T o sc a n a

De una forma más directa se alude concretamente a Crudeli en un largo


informe sobre la Inquisición en la Toscana que se conserva en el Archivo Se­
creto Vaticano ( 453 ). Al Memorial hecho por el enviado del Gobierno de Flo­
rencia. el abate y ministro Franchini, corresponden paralelamente una serie de
propuestas del Vaticano, más en concreto del Santo Oficio, con sus correlativas
réplicas florentinas, y contrarréplicas romanas.
En uno de los capítulos de este interesante documento, el comentarista del
Santo Oficio hace refererch a la situación de Florencia que desde hacía algunos
años se había plagado no soío de personas de mal vivir sino que incluso esta­
ban picados de ateísmo, con lo que se había llegado a que se hablara mal, por
todas partes, de la Religión; situación ésta que iría en aumento si se seguía
debilitando al Santo Oficio y si S.A.R. no se dignaba ayudarle como lo habían
hecho siempre sus dignísimos antecesores (454).
En la respuesta a esta observación, el representante florentino manifiesta
su asombro y el de su Gobierno de que en Roma se tuviera una tan siniestra
opinión de sus súbditos, como si la Toscana fuera un receptáculo de malhecho­
res \ de personas sin religión, cuando se sabía con certeza que esta cantinela
había sido divulgada por alguien que tenía necesidad de hacerse creer necesa­
rio, y que por respeto no se nombraba, el cual como era demasiado conoddo
se empeñó en sostener una quimera incluso después de haberla descubierto
como tal (455).
Tras esta directa alusión al P. Inquisidor, se insiste en el documento que
io que más sorprendía era considerar cómo se podía seguir sosteniendo seme­
jante opinión, después de saberse lo que había sucedido, y de conocerse los
testigos a los que se había dado fe, y con los que se quiso engañar. Tanto más

-a censura al Inquisidor que hasta entonces también gozaba de esta prerrogativa. En


«ta misma carta se refiere Benedicto XIV a los manejos de ciertos Ministros que impi-
íeron al Tribunal de la Inquisición la detención de ciertos delincuentes que quedaron
sin castigo, clara alusión al abate Buonaccorsi y Giuseppe Cerretesi, «cómplices» de Cru-
jfll, vtxt RfUenw delia Toscana, Filza 339, Inserto 6 , n. 19. Bene-
ce^52A * Duque de Toscana. Roma, 2 0 aprilis 1743. Apéndi-

„1 6813 *?**,!??, carta S.A.R. el Gran Duque, da garantías a Su Santidad en


t •/ c ? ue Tribunal de la Inquisición encontraría por su parte «toda la pro-
7 ayuda que fueran necesarias, pero dentro de los límites prescritos por las
d C rim n,,n re” *?? \ Re^ enza della Toscana, Filza 339, Inserto 6 , n. 19. S.A.R.
dice 32B Emperador] a Benedicto XIV. Lintz 29 junio 1743. Apén-

amDlta5 3 H o rí¿y ^ ;¡!L “',Z Ftre™> vol. 230 B, fols. 71-103. Este legajo contiene un*
Toscana. ^ue va c 1740 a 1746, toda ella relativa al Santo Oficio en la

(4^5) Ibidem ,^mZ F'renre’ vo1 2 3 0 B> fol». 97-98: Proposta. Apéndice 3 3 A.

102
que «Dios bendito, con su suma justicia y providencia» había permitido que
se revelara la verdad para que cada uno pudiera desengañarse (456).
La solución al proceso de Crudeli es clara, y así no es de extrañar que en
la réplica hecha por el Vaticano a este escrito, se capte, e incluso se intente
salvar la postura del Inquisidor, con bastante desacierto por cierto, como se
desprende la simple lectura del documento. Pues se acusa al autor d^l escrito
anterior de atacar al Inquisidor como si este hubiese emprendido la causa de
Tommaso Crudeli y sus cómplices por su propio gusto y para satisfacer a sus
pasiones, y no por el celo de la Religión.
Respecto a la retractación de uno de los denunciantes (457) no debía ser
considerada como suficiente para relegar cualquier otro indicio que justificara
la continuación de la causa. Tanto más que correspondía a la Sagrada Congre­
gación de la Inquisición examinar y juzgar la calidad de los atestados, las ano­
malías que pudieran darse tanto en los denunciantes como en los testigos, y
todas las demás circunstancias referentes al Proceso, según las leyes y la en­
señanza de los Doctores, conforme a los cuales se había procedido en la causa
de Crudeli (458).
Además cierto ministro de la Jurisdicción Laica habiendo captado alguna
noticia, o mejor dicho sospechado, utilizando una vía ilegítima y totalmente irre­
gular, en favor del citado reo, pretendía poder condenar como injusta e inicua
la conducta del Santo Oficio, y hacer pasar por inocente al denunciado, con­
forme había sucedido en el caso de que se trataba. Todo lo cual — prosigue
la réplica vaticana— denota una animosidad que sorprende, ya que si «de los
testimonios auténticos no hubiese merecido Crudeli ninguna pena, la Sacra
Congregación ciertamente no lo hubiera castigado» (459).
Dejando a un lado el escaso valor de tal argumentación que se mantiene
dentro del terreno de la teoría y carece de todo aval que lo justifique en d caso
concreto de que se trata, todavía existe un nuevo documento que pretende —con
el mismo desacierto que el anterior— justificar la actitud seguida en el caso
Crudeli en el que la simple relación de los hechos es más qiie suficiente para
establecer un juicio justo y desapasionado de lo realmente sucedido.
Según el autor del mismo, el escrito presentado por el enviado del Gobier­
no de Toscana tendía solamente a representar que el Padre Inquisidor de Fi­
renze había procedido mal a propósito de la conocida causa de Tommaso Cru­
deli, y que por el contrario el Ministerio secular no había tenido otro fin, en
tal asunto, sino el de salvar el honor de la Religión y del Tribunal de la In­
quisición, no haciendo injusticia a Crudeli, de donde las quejas de la Sede Apos­
tólica respecto a los obstáculos interpuestos por el mismo Ministerio al ejer­
cicio del Sagrado Tribunal en el decurso de la citada causa no estaban apo­
yados por hechos reales, sino en relatos poco fieles (460).

(456) Ibidem: Risposta.


(457) De hecho fueron dos los que se retractaron. Cfr. Apéndice 26 A y 26 U.
(458) Apéndice 33 A: Replica. . . . . ___
(459) Aparte de hacer el panegírico del Tribunal en el que la Justicia no iba «pa­
rada de la clemencia se señala de pasada que el Ministerio secular al impedir índebtda-
mente el arresto «de los dos cómplices de Crudeli, contra los cuales había ya ordenado
el Gran Duque que se prestase el Brazo Secular, había cerrado la calle a ultenores -
cubrimientos de la verdad con auténtico perjuicio de la causa, la cual quedo atascada
desde el principio». Ibidem. «.u»
(460) A.S.V., Nunz. Firenze, vol. 220 B, fol. 99: Observaron* sopra la scmtura che
incomincia: La semplice relazione de’fatti basteri per nspondere. Apéndice » d .

103
Los capítulos a los que reducían las quejas de la Potestad Secular contra la
conducta del Padre Inquisidor de Florencia eran:
1 o Q u e éste jamás había cesado de molestar con amenazas a Crudeli pa-
ra que le diera la fianza de mil escudos exigida para que Crudeli no contra­
viniese las órdenes impuestas en la condena.
2 0 Que después de la condena, el Inquisidor no había usado para con Cru­
deli. la debida equidad y justicia, en especial respecto a su traslado de Poppi,
a donde había sido relegado, a otro lugar de clima más sano y más conveniente
a sus gravísimas dolencias.
3.° Finalmente que el mismo Inquisidor en este asunto había fundado sus
informes a la Sagrada Congregación en el testimonio de un desequilibrado, co­
nocido de todo el mundo, y que con tal fundamento había causado perjuicio
a buen número de gente honrada (461).
Acusaciones tan concretas y que además estaban justificadas por una serie
de ptuebas inegables, en manos del Gobierno de Florencia, difícilmente podían
ser rebatidas. Por eso — se lee en el documento vaticano— para poder repli­
carlas debidamente era necesario hacer público todo lo que contenían las ac­
tas jurídicamente levantadas, en la causa de Crudeli, y ver las instrucciones
dadas por la Sagrada Congegación y trasmitidas al Inquisidor, lo que no era
factible sin el consentimiento expreso de la Santidad de Nuestro Señor (462).
Pero aun en el supuesto de que se concediera que el proceder del Padre In­
quisidor hubiera sido irregular — añade el comentarista— no por eso había
que pensar que fuera necesario alterar el sistema del Santo Oficio establecido
en los Sagrados Cánones, y apoyado por una inveterada costumbre. Ya que
por ur.a parte las faltas de los Ministros de la Inquisición no podían imputarse
a la misma Inquisición, y por otra era muy fácil impedir los errores de aquellos
sin perjudicar los derechos de ésta. Es más, la Santa Sede en cuanto recono­
ciese en dichos Ministros algún abuso, aplicaría inmediatamente los remedios
más eficaces. Pero en el transcurso de muchos siglos no podía alegarse ningún
caso de este género a no ser el ya conocido del Canciller del Santo Oficio de
Siena, sucedido el año 1738 (463). Pero este hombre había sido castigado con
diez años de cárcel, y con la inhabilitación perpetua a servir en el Santo Tri­
bunal, sin esperanza de remisión. De donde todo el mundo podía comprender
cuán raros eran los supuestos desórdenes del Santo Oficio; y respecto a la
Sede Apostólica, cuán penoso y rigurosa en semejante casos; de donde, en con­
secuencia, carecería de relieve y justificación la nueva pretensión del Minis­
terio Laico de Firenze al aludir cualquier supuesta irregularidad en el obrar
del Padre Inquisidor (464).
Es decir, que, resumiendo, ninguno de los tres capítulos de quejas recibe
resPu<?sta satisfactoria, y ni siquiera se admite la posibilidad de irregulari-
ades o abusos por parte del Inquisidor, ya que para comprobarlas era nece-
San° ?5r / ° proceso de Crudeli, lo cual debido al secreto del Tribunal,
n(k„ 13 e/ se en R°ma’ s>n expreso permiso del Santo Padre. Esto resul­
taba tanto más incomprensible para el Gobierno de Florencia, cuanto que él

(461) Ibidem.
(462) Ibidem.
(463) Cfr. notas 69, 86, 396 y 430
(4 6 4 1 Apéndice 33 B.
disponte de una copia del mismo, y el único móvil que le había llevado a su
utilización era el deseo de hacer justicia, y la defensa de los súbditos dc S.A.R.
Así, pues, no es de extrañar que en vista de que las gestiones no avanza­
ban, el Conde Richecourt encomendara al arzobispo de Pisa, Monseñor Fran­
cesco Guidii (465) una nueva diligencia personal, esta vez ante el propio pon­
tífice Benedicto XIV , a fin de encontrar una solución digna a los diversos
puntos que teman pendientes con el Santo Oficio. Uno de estos era la cuestión
de los dos comisarios, idea que, según carta del 10 de julio de 1743; empe­
zaba a cuajar, puesto que se iba a discutir la conveniencia de admitir los su­
sodichos Comisarios en las causas del Santo Oficio, con tal de que fueran ecle­
siásticos (466).
En una primera audiencia concedida por el Santo Padre al arzobispo de
Pisa, de la que hace relación el 17 de julio de 1743, el propio Benedicto XIV
le reconocio que el Soberano tenía derecho a proteger a sus súbditos para que
no fueran injusta y calumniosamente vejados, por lo que reconocía oportuno
conceder dos Comisarios elegidos por el mismo Soberano, con tal de que fue­
ran personas probas, a las cuales se les exigiría el secreto; y podrían asistir
a los Procesos con voz y voto cuando se debiera llegar a la ejecución, al igual
que se practicaba en Venecia (467).
Y es precisamente aquí donde vuelve a surgir el caso de Crudeli, pues,
como le recordó Richecourt al Obispo de Pisa, para comprender el estado de
la cuestión, era preciso remontarse a la época del Proceso de Crudeli en el
año 1739, y la retractación del célebre Minerbetti, quien llevado de su deber
se creyó en la ogligación de enviarla a Roma y a Viena. A raíz de esta retrac­
tación Su Santidad no tuvo otra opción que la de manifestar su justicia y
humanismo.
Por esta razón Richecourt estimaba inútil hacer historia de lo sucedido
para justificar que después de un hecho tan desgraciado, S.A.R.. que solamen­
te conocía al Tribunal de la Inquisición por el asunto de Omino de Siena (468),
ordenara a sus Ministros de Toscana vigilaran la conducta de un Tribunal ca­
paz de caer en semejantes faltas, fuera por ignorancia o por malicia de sus mi­
nistros (469).
Todavía añade Richecourt nuevos casos para corroborar la actuación inqui­
sitorial en Florencia, a fin de que pudiera el Arzobispo de Pisa persuadir más
fácilmente al Santo Padre que no era posible cerrar los ojos ante hechos tan
evidentes, y que había que admitir que la que metía todo el ruido era precisa­
mente la Inquisición de Florencia, y en especial su Vicario, «ese hombre que
se empeñó inoportunamente en el caso de Crudeli, y que tenia un interés de­
masiado vivo en provocar constantemente nuevos litigios para distraer a la

(465) Francesco Guidi, nació en Volterra el 16 abril 1694. Fue trasladado de Atexao
a Pisa el 15 de febrero de 1734. Cfr. Notizie per l’onno 1/42, pág. 153- ____
(466) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339. Ctfte R ».
Guidi, arzobispo de Pisa al Conde de Richecourt. Roma, 1 0 Luglio 1743. Apéndice 3 4 .
^ (467) A.S.F., Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza
Guidi, arzobispo de Pisa al Conde de Richecourt. Roma, 17 luglio 1743. Apéndices 34 B
y 34 C.

(469) AfS.FT C o n f i o di Reggenza della Toscana,


El Conde de Richecourt al arzobispo de Pisa. Florence 27 julio 1743. Apéndice 34

105
Corte de Roma, hasta el punto de ocultarle que la causa de los inconvenientes
surgidos había sido la ignorancia o la malicia de sus ministros» (470).
El epílogo de todas estas negociaciones culminó el año 1754 con la con­
vención concluida con la Corte de Roma, aprovechando la ocasión de la reaper­
tura de la Nunciatura de Firenze que había permanecido cerrada durante ocho
años, una vez que se marco Monseñor Archinto (471). Según dicha convención
Benedicto XIV accedió a que la Inquisición de Toscana se adaptara siguiendo
el ejemplo de Venecia. Así, pues, el Santo Oficio en Florencia quedó compues­
to de un P. Inquisidor, Menor Conventual, y su Vicario, con la participación
en las congregaciones del Arzobispo local, y el Nuncio, con tres Consultores,
y otros tres Diputados asistentes, seculares, representantes del Príncipe, los
cuales tenían voto decisivo (472).
De esta forma se ponía punto final, en Florencia, a un pleito cuyo origen
se remontaba a la presencia de los Uberi Muratori en la capital de la Toscana,
v a su prohibición y persecución, que en algunos de sus miembros, y en es­
pecial en la persona del Secretario de la Logia florentina, el Dr. Crudeli, lle­
garon a alcanzar la? características más arriba reseñadas. Características que in­
vitan a una serena reflexión, tanto más si se tiene en cuenta el influjo que los
acontecimientos florentinos tuvieron en esa condena pontificia de la Masone­
ría, que lleva la firma de Clemente X II, y en la idea que el Santo Oficio ro­
mano se forjó de esta asociación, idea basada no tanto en los favorables infor­
mes del Inquisidor General de Portugal, cuanto en los tendenciosos del In­
quisidor de Florencia, cuyo principal fundamento radicada en la falsedad de
las acusaciones formuladas por personas que, aunque posteriormente se retrac­
taron de sus calumnias, ya no pudieron reparar el daño ocasionado al Dr. Cru­
deli, ni borrar la imagen con que en adelante quedó identificada Masonería en
las altas esferas romanas.

“ repetir 10 * >* »
abri^de 1 Ar9ílinto/ de Nicea, cesó de Nuncio en Firenze en
septiembre de 17W a Antonio Biglia, obispo de Corinto, fue nombrado el 5 de
Martini Tiunio 1746 P” ‘°d ° representaron a Roma interinamente Filippo
y Fco Antonio ^ [abril 1 7 5 2 1754]- Cfr-
el P 7 Maestro* C*t’’ PS*- 187-191. Finalmente en 1782, siendo Inquliidor

19H98 d 5 * íulí° de 1782' C f t ‘ « ^ t0 cn F a t ( i

106
Miniatura del s. xv representando ios
constructores de catedrales en la Edad
Media.
LA MASONERIA
TRAS LA POHIBICION PONTIFICIA
(1740-1750)
I — REPERCUSIONES EN AUSTRIA, HOLANDA, MALTA Y FRANCIA

La Universidad de Salzburg y Ludovico Muratori (1740) .— La Universidad de


Innsbruck y la Academia Taxiana (1740-41).— Los Estados Generales de Ho­
landa (1740).—Prohibición del Gran Maestre de la Orden de Mdta (1740)
Aviso del Obispo de Marsella (1742).—El Intendente de Burdeos y la Ma­
sonería (1742)

L a U n iv e r s id a d de S a lzbu rg y M uratori
[1740]

Las consecuencias de la Bula In eminenti, en su divulgación y proclama­


ción tuvo efectos tan dispares como los mismos países en que de un» forma u
otra fuera conocida. Tras el impacto producido en Francia, Portugal, España,
Bélgica, Polonia, los Estados Pontificios, y sobre todo en la Toscana, no se
puede decir que con el pasar de los años fuera cayendo en olvido y desuso,
sino que más bien parece ser que ocurre lo contrario, al menos en algunos
lugares.
Así, por ejemplo, en la Universidad austríaca de Salzburg, a raíz de una
controversia sobre el culto de María, que en 1740 se hizo célebre ( 1 ) fue
atacado duramente Ludovico Muratori ( 2 ) como si él fuera el fundador de
los francmasones, esa sociedad «que había surgido para ruina de la religión
católica en Salzburg» ( 3 ).
Este curioso incidente concluyó con un intercambio de cartas entre Mura­
tori y el Rector de la Universidad de Salzburg, en las que Muratori se queja
vehementer et potissimum de que se le hiciera autor o fundador de los coetus
de Franchi o Liberi muratori proscritos por el Pontífice Máximo, y que, como
todo el mundo sabía, provenían de Britannia (4).
Por su parte el P. Gregorius, Rector de la Universidad, se limitó a alegar
que era 'totalmente falso y calumnioso cuanto les indicaba Muratori en su
autodefensa ( 5 ).

(1) Cfr. A.H.E.W., vol. VI (1742-43), págs. 508-509; vol. VII (1743), p íp . 6447:
«Die in Salzburg entstandene wicbtige Controvcrs w# der Anbetbuttg Mana*. Haidache*,
A., Studium und Wissenschaft im Stift Wüten in MUteldter und Nemzeif, Museum Fer-
dinandeum in Innsbruck, 42 (1962) 48 y ss. .
(2 ) Ludovico Antonio Muratori, erudito arqueólogo y sacerdote italiano, nacido en
Vignola (Modena) [1672-1750]. , ,
( 3 ) A.H.E.W., vol. VI (1742), pgs. 508-509: vol. VII (1743), pgs. 6445. Apén-
dice 3 5 A
„ (4) Litterae Ludovici Antonii Muratorii ad P. Rectore» U m ^ t a t i ^ Saüámrgenm^
Datam Mutinae Prid. Kal. Sep. 1740. Apéndice 35 B. Cfr. AJí-E.W., vol. VII (1743)
P8 (5) Epístola Magnifici Rectoris Salisbutgensis ad Dorttaum Ludovicum A. Mura­
tori. Apéndice 35 C. Cfr. A.H.E.W., vol. VII (1743) pégs. 80.

109
Este hecho de por sí singular se « n a ja n » recogido en las A * . tostoneo-
E clesiá s tica de los años 1742 y 1743. Mas tarde Thory «lude también a él
en sus Acia L a tom oru m donde se lee que en 1740 «por ignorancia de lo» mon-
jes los Francmasones se vieron implicados en disputas teológicas, a pesar de
qué ellos se mantuvieron totalmente al margen». Con este motivo — prosigue
Thory— «los sacerdotes acusaron al erudito italiano Muratori de ser el inventor
de la Francmasonería o Liberi Muratori (6).
Todavía en 1747 la polémica suscitada en torno a Muratori se reflejó en
España en la obra del franciscano Fr. Domingo de San Pedro de Alcántara,
que lleva por título Muro invencible mariano contra los tiros de un murador
disfrazado. A don Gregorio Mayans le basta el título para conocer la intención
del autor, y no duda en manifestar al Nuncio Mons. Enrico Enriquez (7 ) su
extrañeza ante el hecho de «que se trate tan indignamente a un varón tan
benemérito de la cristiandad». El título afirma, en buen romance es «contra
un franco-masón, porque se toma la palabra murador específicamente y se cohar­
ta por el un Injuria verdade' a nente detestable» ( 8 ).
Por su pa.ie otro ccr.remporáneo, Asensio Sales, procura salvar la buena
fe del franciscano del que dice que no duda en reconocer la grandeza inte­
lectual de Muratori. Para Sales es claro que «no intenta el fraile llamar a
Muratori, hereje francomasón», si bien acepta que el título no es acertado (9).
Degli Onofri, en 1803, en sus Elogios históricos de algunos varones ha­
blando de Muratori dice que fue en verdad ridículo el que en una ciudad
alemana, por ignorancia o simplicidad, fuera divulgado y hecho creer al pueblo,
que el a-uor de esta secta — sólo por el equívoco del nombre— era el sacerdote
literato Ludovico Antonio Muratori, el cual protestó de no haber tenido jamás
parte en aquellos conventículos» ( 10 ).
El propio Muratori en sus Annali d’Italia hablando de la secta de los Liberi
Muratori volvió a decir que había sido «una cosa ridicula el que en una ciudad
de Alemania por ignorancia o simplicidad fuera divulgado y hecho creer al
pueblo que el autor de dicha secta era el que escribía las presentes Memo­
rias» ( 11 ), palabras que, como hemos visto las recogió y apropió textualmente
Degli Onofri pocos años después, ya que los Anales fueron publicados en
1773, y Onofri hizo lo propio con sus Elogios en 1803.

... A.L., t. I, pgs. 45-46. La noticia está tomada del Freymaurer Bibliothek, I, pág. 6.
Vmdiciae adversus Sycophantas Juvamenses etc., Coloníae, 1741, pgs, 2-4*
(7) Mons. Enrico Enriquez, Obispo de Nazianzo ((23 enero 1 7 4 4 -3 mayo 1754). Cfr.
K-abttonen, L., L e: Nonciatures apostoliques permanentes de 1650 ¿ 1800, Genéve, Chaul-
montel, 1912, pgs, 121-135.
(8) Gregorio Mayans al Nuncio Enrico Enriquez. Oliva, 16 diciembre 1747. Biblio-
eca. r v 0, "spano-Mayansiana (Biblioteca del Colegio del Corpus Christi. Valencia),
V. hitado por Antonio Mestre en su interesante trabajo, justamente galardonado,
ilustración y reforma de la Iglesia. Pensamiento político-religioso d e D. Gregorio Mayans
y 5¡ Z " (1699-1781), Valencia, 1968. pgs. 407-408.
nt\\ ™ ens*° Sales a Gregorio Mayans. Valencia, 3 enero 1748. Ibidem, t. 32.
, ' GLj O n o fri, Elogi storici di alcuni serví di Dio, che vissero in questi ultimi
1803*'pág St2{~operarono Pel bene spirituale e temporale della citti di Napoli, Napoli,

_ * (1 IjLj L’¿do''icoj Antonio Muratori, Annali d’Italia ad an. 1736, Napoli, 1773, vol. X II,
nería v • •• P°der comprobar cuál era la idea que tenía Muratori de la Ma«o-
s S a d !L h U£ ' ° qUC T , eUa, reproduzco en el Apéndice 35 D lo que sobre esta
de Clemente X II al’T ño 1736.' ™ qU< evidentemente •* «luivoea al aplicar la bula

110
La U n iversida d de I nnsbruck y
la A cademia T axi ana
[1740-41]

Si de la Universidad de Salzburg pasamos a la también austríaca de Inns­


bruck, nos encontramos con un conflicto similar. Al igual que los discípulos de
Muratori de Salzburg, también los eruditos de Innsbruck encontraron por todos
partes un cierto recelo y prevención. Por este tiempo nacen en Innsbruck algu­
nas sociedades interesadas en la difusión de conocimientos útiles, las cuales
no es probable que hubieran surgido sin la Universidad, de la que al fin de
cuentas salieron no pocos de sus miembros. Una Sociedad de éstas, ya desde
1738, era la Gesellschaft der Silentiariorum, llamada a partir de 1741* Academia
Taxiana ( 12 ). Aunque su objeto principal era la Historia, a base de diserta­
ciones en latín o en otro idioma, la finalidad de esta sociedad abarcaba la pro­
moción de todas las ramas de la ciencia y erudicción, a excepción de los dogmas,
secretos de Estado, y cuestiones polémicas o políticas (13).
Parece ser que esta Academia fue denunciada en un informe anónimo, a
comienzos oel año 1741, al Príncipe-Obispo Künigz de Brixen (14), como si
fuera una sociedad de masones (15). Reunido el Consistorio de Brixen el 4
de enero de 1741 (16) se escribió un Memorial al párroco de Innsbruck, Pro­
fesor Nikolaus Willes en el que se le indicaba que «no sin una profunda cons­
ternación del ánimo» se les había comunicado que «también en la ciudad de
Innsbruck comenzaba a anidar aquella secta de los así llamados Franc-Masones,
ya anteriormente castigada por la Santa Sede con la espiritul excomunión». A
pesar de todo, prosigue el memorial, «vivimos con la consoladora esperanza
de que el informe que se nos ha enviado provenga del impulso de un celo
inoportuno, tanto más que no ha podido proporcionar ninguna indicación no­
minal fidedigna». Por esta razón el Consistorio le encargaba al profesor Willes
que «se preocupara con toda diligencia de buscar, de un modo en lo posible
secreto, una más segura información de este asunto, y que, en todo caso, la
enviara sin falta, una vez conseguida, para que pudieran poner los medios
aptos para suprimir a tiempo ese tan dañoso contubernio)» (17).
Unos días después, y en respuesta a una carta, no localizada, del Dr. Wille,
el obispado de Brixen volvió a escribir al citado profesor, concretamente el
25 de enero de 1741, en los siguientes términos: «Sobre vuestra carta del 17
del corriente aquí enviada, le remitimos una copia de la Bula de excomunión
de Clemente X II contra la secta de los fracmasones, ordenándole que tan pron-

( 1 2 ) El Conde Taxis les cedió la sala de su Biblioteca para sus reuniones. En 1741
esta sociedad obtuvo por medio del Conde Zeil verdaderos «tatútos.
(13) P r o b s t , J., Gescbichte der Univcrsitat in Innsbruck, Innsbruck, 1869, P**- f 8 8
(14) Si bien en esta época Innsbruck era la capital del Tirol, no obstante el Obispo
residía en Brixen (Bressanone). c . Trr-/. • ^
(15) H a id a c h e r, A., Studium und ^ e n s c ^ f t m Shft Wilten Mufelaher umi
Neuzeit, Museum Ferdinandeum in Innsbruck, 42 (1962i 52; P ro b st, o £ c*¿, ip á ^ l 8 8 .
(16) Rapp, L., Freimaurer in Tirol, Innsbruck. 1867, pág. 1 da la fecha errónea

^ ¡ n T Diózesanarcbiv. Brixen. Den 4 Jwuar 1741.


36 A; Sinnacker, F. A., Beytrage zur Gescbichte der htschbfltcben Ktrcbe Saben mnd
sen in Tyrol, Brixen, 1834, t. IX , pgs. 410-411.

111
to como se oiga en Innsbruck de similares reuniones sospechosas, se encargue
de investiga, lo antes posible de qué se ha tratado en las mismas» (18).
Una vez más nos encontramos con la sospecha suscitada por este tipo de
reuniones más o menos secretas, y la lácil identificación con aquella otra so-
ciedad, también secreta, de la que apenas se sabia otra cosa sino que habla
sido condenada por Clemente XII. Sin embargo, para esas fechas, ciertamente
no existía Masonería en Innsbruck (19), y las reuniones sospechosas a que
aluden los Protocolos del Consistorio de Brixen, no eran otra cosa — como
opinan Haidachet y Probst (20)— que la Academia de eruditos de Innsbruck.
Y en confirmación de esta idea existe una carta, recogida por Cetto, con fecha
del 21 de octubre de 1740, escrita por Gasparri desde Salzburg a Muratori,
en la que taxativamente le dice que en Innsbruck algunos Cavalieri di Spirito
— con ello se alude abiertamente a miembros de la Academia o Gesellscbaft der
Silentiarorum— eran designados, según la voz popular, como Francmasones (21).

Los E s t a d o s G e n e r a l e s de H o la n d a
[1 7 4 0 ]

Más o menos relacionados con estos incidentes, que sin tener mayor tras­
cendencia pueden indicar vna mentalidad algo confusa en ciertos ambientes
eclesiásticos, se puede citai la noticia que recogen las Acta Latomorum, tam­
bién referente al año 1740. Esta vez los hechos provienen de Holanda, aunque
carecen de toda confirmación documental que los acrediten. Según Thory en
c¡>e año surgieron «discusiones entre los francmasones y los sacerdotes cató­
licos que les negaban los billetes de confesión privándoles así de participar en
los santos misterios. Conducta que suscitó desórdenes y originó una serie de
escritos anónimos que fueron distribuidos por todas partes hasta que los
Estados Generales intervinieron prohibiendo a los eclesiásticos que preguntaran
a sus penitentes sobre la Francmasonería y sobre cualquier otro tema que no
tuviera relación con la religión» ( 22 ).

r .8 d Diózesanarchiv- Brixen. Den 25 Januar 1741. Prot. Cons. pág. 387. Apéndice
36 B; Rapp, op. cit., pág. 2; A b afi, L., Gescbichte der Freimaurerei in Oesterreich-Ungarn,
Budapest, 1890, t. I, pág. 63. Mi recuerdo y agradecimiento al Dr. A. S c h w a ig e r del
Kircnengeschichtlichen Seminar de la Universidad de Innsbruck, y al Profesor Dr. Antón
Haidacher del Historisches Institut der Leopold-Franzens Universitát de Innsbruck, por
su cordial ayuda.
(19) Según Probst, op. cit., pág. 188 la primera logia de Innsbruck data de 1767, y
se uamaba «z» den drei Bergen». De este mismo año, 3 julio 1767, se conserva una circu-
a r a e i obispo Leopold de Brixen a su Decano, con una orden personal para vigilar la or-
aen y darle cuenta cada trimestre. Zieger, sin embargo, en su obra I franchi muratori del
h lij/ü ’ i i.to’ i r 12, da como casi seguro que la primera logia regular consti-
i • - nnsbruck fue la del Monte Maria abierta pocos años después ae la supresión de
w „ ' , ro de 1777' ' * cuai' d 31 r ™ '*> de 1773 -
(20) Cfr. nota 15.
C {2¿ L 2 7r, 0 ’ r ’ st.°.ric. ° Trentino e riformatore di scuole in Austria nel Settecento,
(1951M * Gaspam dt UviC(> (1702*1768). Studi Trentini di Sdenze Storiche 30
Í22> Á.L., t. I, pág. 46.

112
P ro h ibició n d e l G ran M a e s t r e d e la O rden d e M a lta
[1 740]

En el caso de Malta también suelen coincidir las historias masónicas en


una sene de datos bastantes concordes, peto al mismo tiempo lo suficientemente
vagos como para poder emitir un juicio valorativo de los mismos. Según Lau-
rens, en el año 1740, el Gran Maestre de la Orden de Malta hizo publicar
en la isla la bula de Clemente X II y prohibió las reuniones de Francmasones.
Con esta ocasión añade dicho autor— varios caballeros y muchos ciudadanos
decidieron abandonar la isla (23).
Thory que también da la noticia anterior la amplía siguiendo la versión
de Larudan. Según ella el Inquisidor persiguió a los Francmasones en Malta,
y el Gran Maestre [de la Orden de Malta] proscribió las asambleas bajo severas
penas, a consecuencia de lo cual seis caballeros fueron expulsados de la isla
a perpetuidad por haber asistido a una reunión (24).
De Thory la toman a su vez Woof, Broadley y Caywood (25), si bien este
último incluye un nuevo dato y es que el Gran Maestre que estimó necesario
publicar en 1740 la bula de Clemente X II fue Ramón Despuig, siendo su
sucesor, el Gran Maestre Pinto, el que en 1741 desterró de la isla a los seis
caballeros. Y este mismo debió de ser el que según el autor anónimo del libro
Istituzione, riti e cerimonie dell’Ordine de’Francs Massons, prohibió el acceso
a aquella isla a todo individuo, o sociedad que estuviesen encubiertos bajo el
nombre de Franc Masones (26).
En confirmación de lo anterior apenas hay datos. La mayor parte de los
autores se limitan a citar a Malta en los años 1740 y 1741 como un capítulo
más del elenco de persecuciones sufridas por la Francmasonería en el siglo
xvm (27). De la promulgación, en la isla, de la Bula de Clemente X II no se
conserva ninguna referencia en el Archivio Segreto Vaticano (28), así como
tampoco en los archivos de Malta (29), aunque sí es cierto que en la Bibliothé-
que d’Epemay, en Francia, existe un manuscrito fechado en París el 16 de

(23) L a u re n s , J. L., Essais historiques et critiques sur ¡a F.M., ou rechercbes sur son
origine, sur son systeme et sur son but, París, Chame!, 1806, pág. 50.
(24) A.L., t. I, pág. 47; L aru d an , AUemeuste Gehetmnisse der Freymaurer, 1766,
Pág. 19.
(25) W o o f, R., Sketch of the Knights, Templers, etc., Lotufcxi, 1865, pág. 70; Broad­
l e y , A. M., History of Freemasonry in tbe District of Malta, London, 1880, pág. 4; Cay­
wood, D., Freemasonry and the Knights of Malta, A.Q.C. 83 (1970). _ ,L .
(26) Anónimo, Istituzione, riti e cerimonie dell'Ordine de’Francs-Massons, ossta Liben
Muratori, Venezia, 1785, pgs. 91-92. t> ____ i-no
(27) Anónimo, Dicbiarazione deü’Istituto e scopo det Ltben Muratori, Roverero, 1749,
pág. 7; C reu s y Corominas, La Masonería, Barcelona, 1889, pág. 43; Capríle, G ., I ao-
cumenti pontifici intomo alia massonería, CivCatt. III (1958) 167; Kkgoh, F.M.Rttum det
Grado de Compañero, Barcelona, 1871, pág. 123; 1717-1917,
of Modern Masonry, Masonic events from s. xvm. Year XV. n. 45-46 (1917) 89|»9 , _ _
nario de erudizione Storico-Ecclesiastica, Venena, 1847, vol. 47. pag. 62; LOPEZ, ues-
pertador Cristiano-Político..., Valencia, 1809, pág. 7. . u , v » . TVmni
(28) A.S.V., Malta, vol. 78 a 80: Lettere di Mons.
(años 1736-1740); vol. 124 B: Memoria sul S. Offino in Malta; vol. 110-111. Lettere di
Mons. Inquisitore Gualtieri (1743-44). , ... , _ M *iAn • Mr Rnbert
(29) Mi agradecimiento por las informaciones facilitadas en este sentido a Mr. Robe
Soler, y Mr. Lino Caldosa.
113

8
mayo de 1740 en el que se dice «que el Gran Maestre [de Malta] tras una
deliberación de su Consejo había ordenado a seis caballeros de su orden el
retirarse de la isla, con h prohibición de acercarse porque eran francmaso­
nes» (30).

4viso d e l O b i s p o d e M a r s e l l a
[1 7 4 2 ]

Dentro de la confrontación Iglesia-Masonería en el siglo xv m las Acta Lato-


morum nos informan también de una nueva tensión surgida en Francia. En
este caso el conflicto proviene de Marsella, donde el 14 de enero de 1742 Mons.
Henri-Fran^ois-Xavier de Belsunce de Casielmoron, obispo de esa ciudad, pu­
blicó __según Thory— «una orden relativa a la bula de Clemente X II contra
los Francmasones, advirtiendo a sus diocesanos que no podían entrar en esa
asociación, y que los que hubiesen sido ya admitidos no podían seguir asis­
tiendo a las asambleas sin cometer un pecado, del que tan sólo podrían ser
absueltos por él o sus v ^ a-’os generales» (31).
De hecho, como afirma Ottone, fue el primer obispo francés que condenó
públicamente la Masonería (32), si bien hay que hacer notar — y en esto
unto Thory como Ragón, Luquet y Levesque no son del todo exactos— que
el Avertissement dirigido por Mons. Belsunce a sus diocesanos de Marsella, no
equivale a la publicación de la Bula de Clemente X I I, que ni siquiera es
mencionada en dicho documento, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que
no había sido promulgada en Francia, y por lo tanto no tenía valor de ley
ni siquiera para los católicos, según el derecho de la época. No obstante, es
evidente que el cuerpo de doctrina existente en la «Advertencia a propósito
de una Asociación que empieza a establecerse en la ciudad de Marsella» está
inspirada en la bula de Clemente X II.
Mons. Belsunce comienza justificando su intervención ante la difusión e
importancia que iba adquiriendo en Marsella esa «extravagante y misteriosa
asociación» que metía tanto ruido y hacía tanto proselitismo. El obispo de Mar­
sella argumenta diciendo que «si todas las asambleas furtivas estaban expre­
samente prohibidas en el Reino, con mucha más razón debían proscribirse
aquellas cuyo secreto impenetrable bastaba por sí solo para causar las más
justas alarmas». Pues se podían esperar las más nefastas consecuencias «para
la Religión y el Estado» por parte de una asociación y de asambleas en las que

(30) B.D.E., Mss. 127, fol. 406 v. Citado por Chevallier, P., Les ducs sous l’Acacia
ou
: e/ rprV ^ rl pas de la F M - fran^atse 1725-1743, París, Brin, 1964, pág. 123. Apéndi-
ce
, . C. Debido a que la Histoire de la FrancMagonnerie Frangaise, París, Fayard, 1974-75,
u? ’ Chf.vallier fue publicada con posterioridad a la redacción del presente
trabajo, y para evitar reiteraciones innecesarias, remito al lector, desde ahora, como confron­
tación y ampliación de todo lo referente a la Masonería francesa, a dicha extraordinaria y
m e ica obra, y aprovecho la ocasión para agradecer cordialmente al Profesor Chevallier
su amistad e informaciones.
;. n n b ^ P**- 1 Raoon, op. cit., pág. 108 da la fecha equivocada del 14 de
rT ?d y0 (Jn T/, a FM et l'r¿Zlise en France ™ XVI I I éme siécle, Gran Collége
S J L *ns1’, Bulletin n. 43 íjuin 1955) 65: «El obispo de Marsella, Belsunce, el
In rances cor]°cido que prescribió a sus diocesanos el cumplimiento de la bula
toriaue on}tn del 14 ^e enero de 1742...»; L e v e s q u e , Apergu géttiral et bis-
02) O ton T '? } Magonniques, París, Caillot, 1821, pág. 121.
(32) Otoñe. A., Le mtrotr moral de la F.M., s.l, 1935, pág. 6.

114
«eran recibidos indiferentemente gentes de toda nación, de toda religión y
de todo estado». Tras aludir al espíritu proselitista de esa asociación «ridicula
hasta en su nombre» acaba advirtiendo a sus diocesanos, de cualquier condición,
edad y profesión que fueren, que no podían entrar en la asociación de los
Francma^ons, y que si habían sido recibidos no podían continuar a
sus Asambleas sin cometer un pecado cuya absolución se reservaba a él y a
sus Vicarios Generales (33).
Como se ve, en la parte final coincide perfectamente con el extracto repro­
ducido por Thory, y en efecto, hay un cierto paralelismo con alguna» de las
ideas recogidas en la Bula pontificia, como son la alusión al «secreto impene­
trable», el peligro para «la Religión y el Estado», y el, por así decir, heieti-
zante ecumenismo practicado por los masones, al admitir a g e n te s de toda
nación, religión y estado.

E l I ntendente de B urdeos y la M a s o n e r ía
[1 742]

Ese mismo año, pocos meses después, hubo en Francia otro toque de
atención, esta vez por parte del Intendente de Bordeaux, Mr. Boucher, quien
escribió el 23 de julio de 1742 al Secretario de Estado, Amelot, del que de­
pendía, para preguntarle qué actitud debía tomar ante las dos logias que se
habían formado en Burdeos (34). En esta carta incluye también una informa­
ción detallada sobre la Masonería, obtenida a través de un eclesiástico, que
habiendo dado varios retiros en París «se encontró con numerosas personas
que se habían hecho recibir en aquella capital en dicha cofradía, y que arre­
pintiéndose le habían instruido en líneas generales de lo realizado durante
su recepción. No obstante, le habían declarado que no podían revelarle los
secretos de la Orden sin correr riesgo de ser asesinados» (35).
Al margen de lo que el tal eclesiástico aconsejó a esos «hermanos arre­
pentidos», consistente en que ya no volvieran a asistir a las asambleas, si
bien debían seguir respetando el juramento prestado, es interesante conocer
la respuesta del Ministro Amelot, pues nos muestra cual era el pensamiento
del Gobierno de París cinco años después de la prohibición oficial de la Maso­
nería por la Sentencia de la Policía de París, del 14 de septiembre de 1737 (36).
El Secretario de Estado escribió el 14 de agosto de 1742 al Intendente
de Burdeos diciéndole que «Su Majestad no queriendo que las asambleas fuesen
toleradas bajo ningún pretexto, me ha ordenado escribiros que debéis hacerlas
cesar, y advertir a los autores de dichas asambleas que si continúan directa o

(33) Avertissemcnt au sujet d ’une Association qui commence a s établir dans la pille
de Marseille. Hcnri, Evéque dc Marseille. 14 janvier 1742. Apéndice 37 A. Cfr. Delas-
sus, H., La Conjuralion antiebrétienne. Le temple mt^onnique vouUnt s élever sur les
ruines de VEglise catholique, Lille. Desclée, 1910, t. III. pgs. 994-995; S erb an esco, His-
totre de la F.M. Uní verselle, Paris. 1964, t. II, pág. 555.
(34) Una de ellas tenía por venerable a «Mr. Cotilo», Maitre de la loge de Id vale»,
y la otra estaba dirigida por «Mr. de Nopz. rué Lictiére, ebez Mr. Ger», v se üain*b*
du Cbartron». A.D.G., t. 26, pgs. 202-205, n. XLVII. Boucher a Amelot, 23 jtullet 1742.
Apéndice 67 B. Cfr. C h e v a lu e r , op. ctt., pgs. 128-129.
(35) Ibidem.
(36) Cfr. el Apéndice 15 A, del primer volumen.

115
indirectamente, con quebranto de las prohibiciones que les haréis de parte de
Su Majestad, serán tratados como desobedientes a sus órdenes» (3 7 ).
La contestación de Boucher fue para tranquilizar al Secretario de Estado
a quien transmitió los respetos de los dos maestres de las logias de la ciudid
quienes le aseguraron que las órdenes del rey serían obedecidas (3 8 ).

(38) A.D.G. t 26 n XTTy ’ a B? ucher' Paííí *4 «oút 1742. Apéndice 3 7 C.


0 ; Cfr. Bernad au P H itnirJ, * Amelot- Bordeaux 24 aoút 1742. Apéndice
’ híSt0™ de Bordeaux, Bordeaux, 1879, pág. 520.
II.—PERSECUCION DE LA MASONERIA EN VIENA
Fundación de la primera loga en Viena.—El príncipe obispo de Breslau, Conde
de Schaffgotsch.—María Teresa y los masones vieneses,— Intervención del
Nuncio Mons. Paulucci y del Cardenal Arzobispo de Viena.— Instrucciones de
benedicto XIV.— La Masonería en la diócesis de Olmütz

F u n d a c ió n de la p r im e r a l o g ia e n V ie n a

Como ya hemos visto más arriba al hablar de los Países Bajos austríacos,
la Bula In eminenti no fue promulgada en Viena a pesar de ser conocida por
el emperador a quien se la había remitido su embajador en Roma, di Conde
de Harrach (39). No existe ningún indicio de su promulgación oficial ni en
el Codex Austriacus (40), ni en el Haus-Hof und Staatsarcbiv de Viena (41),
ni en el Wiener Diózesanarchiv (42), ni en el Register für Gescbichte der Erz-
diócese Wien (43), ni finalmente en el Archivio Segreto Vaticano ( 44 ).
Es posible que la principal razón de este silencio radique en que en Austria
no existía oficialmente la Masonería por esas fechas. La primera logia de Viena
fue fundada en 1742 bajo el patrocinio del canónigo, y más tarde obispo-
príncipe de Breslau, Conde Schaffgotsch (45), quien como miembro dirigente

(39) Cfr. notas 878 y 881 de la primera parte.


(40) G o t t l ie b H erken leben , S., Hammlung Oesterretckischen Geseizt und Ordnun-
gen tvie solche von zeit zu zeit ergangen un publiáert ívorder s~ viel ^eren vom Jabr
1721 Bis auf Hochstraurigen Tod-Falf der Konigs-Kjúserlichen fiajestit (,anli VI aufzu-
bringen toaren [Codex Austriacus], Wien, J. Th. Traffner, 1752; SuppUmeníum Codicts
Austriaci, oder Cbronologiscbe Hammlung aUer vom 20ten oktober 1740.. bis lezten Dr*
cember 1758, Wien, J. Th. Eddlen, 1777.
(41) H.H.S.W., Rom. Weiseungen und Noten, Fase. 167 (1737-1739); Rom. Varia.
Fase. 165 (1738).
(42) Wiener Diózesanarchiv. Protok. Domkapitel (1738-1739); Beriehte (1738-1739).
Mi recuerdo y agradecimiento a la Directora del Archivo Frau Dr. Henriette Peters, que
con tanta amabilidad y eficacia me atendió en mi trabajo de investigación.
(43) Register für Gescbichte der Erzdiócese Wien, Wien, Karl Gorschet, 1894.
(44) A.S.V., Germania, vol. 301 (Lettere di Mons. Nunáo alia Segrct. Vienna 1738);
vol. 302 (Lettere di Mons. Nunzio, poi cardinali Passionei a diversi, 1738-1741); vol. 314-
315 (Registro di Lettere di Passionei, Nunzio in Vienna a diversi, 1737-1738); vol. 319
(Cifre di Mons. Passionei, Nunzio in Viena 1736-1738); vol. 320-321 (Lettere di Mons..
Nunzio in Vienna 1739); vol. 721 A (Lettere diverse ai Card. Passionei dal 1 0 marzo 1738
al 9 genn. 1740); vol. 334 (Dispaci spediti da Vienna a Roma *lla^Segretaria di Stato da
Mons. Camillo Paulucci. Nunzio in Vienna dal 14 giugno 1738 a 1740); vol. 338 (Lettere
orig. di Mons. Paolucci al Card. Valenti. 1737-1744); Vienna, vol. 44 A (1731-1738). ved. 45
(1738-1744); vol. 46 (1738-1746). . „ -
(45) Silagi, D., Jakobiner in der Habsburger Monarcbie, Wien. 1 % 2 , píg. 32; Bbrn-
hart, F„ Freemasonry in Austria, A.Q.C. 76 (1963) 1 -8 ; Rinikri, I., DeUa Retnna di una
monarchia, Torino, 1901, pgs. 383-384. Tanto Silagi como Bernhart incurren en e¡¡
atribuir en 1742, ta fundación al obispo-prfncipe de Breslau, siendo así que el conde Scnatr-

117
de la logia «Zu den 3 Totengerippen» [Los tres esqueletos] de Breslau, «uto-
tizó a dos miembros de esa logia, el conde Alhert Joseph Hoditz y el conde
Franz de Gtossa a formar una logia en Vtena Según e1 protocolo de fund».
ción que reproduce Bemhart. el acto tuvo lugar el 17 de septiembre de
1742 (46). Esta logia iomó el nombre de «A«.v trots canons» o «Zu den drei
Kanotien» [Los tr^s cañonesJ.

E l P r ín c ip e -O b is p o de B r e s la u , C onde d e S c h a ffg o ts c h

Philipp-Gotrard. Conde de Schaffgotsch, es uno de los casos más curiosos


de la historia masónica alemana. Nacido en Warmbrunn el 3 de julio de 1716,
estudió en Roma con los jesuítas, fue ordenado de sacerdote en 1738; canó­
nigo en 1742; abad de los canónigos lateranenses de San Agustín de Santa
María en Arena de Bratislava, en 1743; fue entronizado príncipe-obispo de
Breslau en 1748: y murió en el destierro en el castillo Johannisberg el 5 de
enero de 1795 (47).
Su entronque con k Masonería data del 1.° de marzo de 1742, cuando
siendo canónigo fue recibido en la logia «Zu den 3 Totengerippen» en Breslau,
«pues rema ardientes debeos de ser admitido en la asociación masónica». Su
candidatura fue apoyada por el Canciller del Cabildo Episcopal Karl Franz Sala
de Grossa. El ingreso tuvo lugar el 6 de marzo de 1742, y el mismo día fue
recibido también el Conde Ernst August von Falkenhayn, Juez de Corte del
Príncipe-Obispo; y los miembros de la logia se obligaron bajo palabra de
masón a guardar silencio sobre ambas recepciones, «a causa de su autori­
dad» (48).
Sin embargo. Schaffgotsch fue lo suficientemente imprudente para presen­
tarse públicamente como francmasón en Olmütz, donde también tenía una
canongía A raíz de esto, los canónigos que conocían la existencia de la Bula
papal de 1738, Iti eminenti, apelaron a ella diciendo que Schaffgotsch con su
entrada en la asociación masónica había incurrido en excomunión, y en conse­
cuencia rehusaban participar juntamente con él en ninguna celebración reli­
giosa, prohibiéndosele incluso su entrada en la Iglesia Catedral. El benigno
Príncipe-Obispo von Sinzendorf le tomó bajo su protección, y consiguió tran­
quilizar ios ánimos una vez que Schaffgotsch, el 25 de agosto de 1742, declaró
D ajo juramento su separación de la Masonería (49). El Papa Benedicto X IV ,

gotsch en esa fecha era sólo canónigo, pues hasta 1748 no fue elevado a la dignidad de
arzobispo.
^ (4 6 i B ern h art, op c i t pgs. 1-2. Tanto el protocolo como las minutas de la logia es­
tán escritos en francés, el idioma de las personas cultas de aquel tiempo. Según las actas
esta logia tuvo 22 reuniones en menos de 20 semanas, e inició a 56 candidatos elegidos
re todo entre la alta aristocracia, músicos y profe ores de idiomas. Solam ente se men­
ciona un banquete de logia el 20 de enero de 1743, y la razón hay que buscarla en que
no existía libertad de reunión, v si bien era posible tener en secreto las «tenidas», sin em­
bargo era mas difícil celebrar comidas sin pasar desapercibidos.
’n € k^holische Geistlichkeit und die Freimaurerei, Berlín, Wundcr*
1909. pag. l->2: BfcRNHART, op. cit., pág. 2.
(48) Según el Originalprotokoll del 6 de marzo de 1742, « loute la vénérable société
S enfl<s\a v \ US 01 J™ re ma$°n de ne point dccoavrir la réceptionv>.
VW Í , í VOt° em,tlí*0 ’ traducido del latín, rexa así: «Y o Philipp G otthard, Conde de
franrm^ Proíneto* hago voto y juro que en adelante no visitaré más la sociedad de los
nes coetuin Iiberorum muratorum), no guardaré conmigo los distintivos e íns-

118
satisfecho de esta pública sumisión, le declaró libre de las penas eclesiásticas
en que habla incurrido. No obstante el conde de Schaffgotsch siguió, como
antes, su actividad masónica, e incluso celebró logias con nuevas admisiones
en su propia casa, y en el castillo Brockau, una posesión del Cabildo, cerca
de Breslau (50).

M a r ía T e r e s a y lo s m a so n es v ie n e s e s

La Masonería, a pesar de la Bula del año 1738 había encontrad# en el


Imperio Austro-Hungaro una gran difusión. Viena no era una excepción, y
aunque no existía ninguna ley en concreto contra la Masonería, sus asambleas
misteriosas y secretas, al igual que en otros países, llegaron también a inquietar
al Gobierno austríaco, si bien es cierto que la autoridad moral que otorgó a
la sociedad la calidad de miembro de la misma, del regente Francisco de Lo­
rena (51) hizo aquí la situación un tanto especial. Ambos hechos, Francisco
de Lorena, masón, y la prohibición romana, pueden tal vez explicar la actitud
de compromiso adoptada en un principio por el Gobierno de María Teresa
sobre el asunto de las logias (52). Sin embargo, la Emperatriz María Teresa
se ocupó de la Masonería ya en 1743.
Según el anónimo autor del Francmasón en la República o reflexiones apo­
logéticas sobre las persecuciones de los Francmasones, publicado en 1746, y
que unos años más tarde, en 1754, copia Entick en su The Pocket Companion,
la persecución que los francmasones padecieron en Viena «fue ocasionada por
la envidia de algunas damas curiosas, de la Corte, las cuales después de haber
intentado toda clase de artimañas para introducir en esa Sociedad a algunos
de sus agentes, al no conseguirlo, decidieron alarmar a la Reina en su contra,
para que hiciera sorprender a los masones en su logia, y así vengarse de una
manera estrepitosa de la afrenta que ellas habían recibido* (53).
El éxito de esta empresa — prosiguen dichos autores— no respondió a su
expectación, «pues todo el mundo sabía que el Serenísimo Gran Duque de
Toscana era uno de los más célebres masones de Europa.*, e impidió estos
procedimientos declarando que él mismo estaba dispuesto a responder de la
conducta de los masones y rechazar cualquier queja que se presentara contra
ellos» ( 5 4 ).
Esta versión de la motivación del asalto a la logia «Aux trois canons» de
Viena, y el consiguiente arresto de sus miembros es aceptada y reproducida

trunientos pertenecientes a esta Sociedad, ni haré uso de ellos, ni persuadiré a nadie pan
que entre en esa asociación, ni seduciré a ello, ni aprobaré ni recomendare esta Sociedad,
o desprestigiaré o desaprobaré verbalmente la Bula apostólica publicada contra esta asocia­
ción por la feliz memoria del Papa Clemente X II: en suma prometo observar todo lo que
se encuentra en la citada bula papal. Así Dios me ayude v su santo evangelio». En pre-
sencia del obispo dc Olmütz, el conde rompió el mismo día el mandil de piel, que hecho
pedazos los entregó al obispo para quemarlos. Cfr. T a u te , o p cit.. pgs. 132-153.
(5 0 ) Langf. - K re b s , S c h affg o tsc h a is F re im au re r, Breslau, Sten/el, 1891.
(51) Francisco de Lorena no es consagrado emperador hasta 1745.
(52) S ila g i, op. c it., pág. 32. . , ,
(53) A n ó n im o , L e F ran c-M a(on d an s la R e p u b liq u e ou reflextons ap o ío g tq u e s su r íes
p e rsé c u tio n s d e s F r a n c M a tp n s, Francfort et Leipzig. 1746, pag. 4; tNTicr, l i t e r o e e
com pan io n an d H isto ry o f F rcem ason s... an d A po lo gy fo r ih e F rec an d A ccep led M ason s.
London, 1754, pgs. 246-247.
(5 4 ) Ib id em .

119
por autores como Clavel, Schroder, Abafi Rjgon, De Qwtto, Rinieri y Du-
chaine (55). Otros se limitan a consignar el hecho sin más (56).
Los detalles de esta intervención de María Teresa contra los masones, se
encuentran en el Gentlemans Magazine, en una crónica de Viena, fechada el
n ¿e mavo
1 / UC v
de x1743
U L / '
v que dice así: «ElI 7 der este mes, durante la
5 v ~ *
noche,
1 1
un
«
destacamento de 30 coraceros y 30 granaderos, fueron a una casa privada donde
se tenía una logia de francmasones, y cogieron a unos 30 de ellos que estaban
sentados alrededor de una mesa cubierta con un tapiz negro en el que había
dibujados diversos v extraños caracteres. Sobre la mesa había dos candelas
negras encendidas, una calavera, una gran espada desenvainada, y un registro
conteniendo los nombres de 400 hermanos. Entre ellos estaban varias personas
de distinción que pronto fueron libertadas» (57).
No obstante, la descripción de este episodio, recogida en la Storia delVanno
1743 , publicada en Amsterdam al año siguiente (58), presenta algunas variantes
importantes, no tanto en cuanto al hecho en sí, en el que más o menos
coincide con el Gentfenan’s Magazine sino sobre todo en cuanto a la moti­
vación de la curiosidad de las damas de la corte, que, como hemos visto,
acepta gran parte de la literatura masónica.
Para el redactor de la Storia dell’anno 1743, «la dispersión que hizo la
Reina de Hungría de la asamblea de los Liberi Muratori introducidos en Vie­
na» ruvo una primera causa en «el impenetrable secreto» con que esta «extra­
vagante empresa» se rodeaba, lo que la hacía «con toda razón sospechosa»,
pues aunque «los Liberi Muratori no se habían manifestado durante tanto
tiempo perniciosos a la Religión o a los Príncipes, sin embargo al poder dejar
a<* dudarse mal de ellos, fueron condenados y proscritos por el Pontífice Cle­
mente XII en una Bula (59), y fueron perseguidos en todos los países cató­
licos, e incluso en otros donde están en vigor las leyes contra las reuniones
secretas» (60).
Una vez más nos encontramos con el secreto como justificación de una
persecución, a fin de cuentas basada en meras «sospechas», pero que era común
tanto al Papa y los Príncipes católicos, como a aquellos otros que, al margen
de la religión, tampoco admitían legalmente las reuniones secretas.
Siguiendo con la versión de la Storia del año 1743, Mons. Paulucci, Nuncio
Apostólico, habiéndose enterado que existía una numerosa asamblea en un
cierto lugar de Viena, advirtió de ello a la Reina, la cual envió el 7 de marzo
a un Teniente Coronel con una tropa de coraceros a fin de sorprenderlos mien-

(55) C la v e l, Histoire pittoresque de la F.M. et des sociétés secretes anciennes et mo


ernes, París, 1844, pág. 154; S ch ro d er, F. L., Materialen zur Geschichte der Freimattre-
Z !J e,t t rer E ™le, hun\ ( m 7 >> J cna> 1806, t. I, pgs. 70-71; S ch ro d e r, F. L., D er Frei-
De ¿ l s n o nh ’/ pá8- l2l\ Abafi’ op cit ' *• r > Pá8- 9 7 ; RagoN; op. cit., pág. 109;
Líe L a s t r o , // mondo secreto, Milano, 1864, t. V, pág. 186; DuchaÍne, La F.M. belge au
í % ) T J v ± ’ BruXexle s’ 1 9 n ’ P^- 4 °; R in ie ri, op. cit., pgs. 383-384.
t, j , n h u lle r-M e ts c h, A us der Zeit Marta Theresias Tagebuch des Fürsten Jo-
w ln i ¿7. !• ? / etsch Kaiserlichen Obersthofmeister (1742-1776), Wien, Holz-
nj j (r ’ : Pa8 > Anónimo, The History and lllustration of Free-Masonry com-
C a p r /,e o T c T t ^ f 1/ ^ ' i ° nd0n’ Balchw n- 1 8 2 6 ’ 131; A.L., t. I, pág. 53;
43; L evesq u e, op d i., ^ 1 2 2 °P pág' CREUS Y Cor° MINAS’ op' d t '
(58) March 13- 1743¡ Apéndice 38 A .
58) n JZ ?A ? m n° \ h Am,tr dím ' 1744, pgg. 94-98. Apéndice 3 8 B.
Ik td Jm VerSC Cn a deW ant¡0 ^ 3 8

120
^ ^ S u ? i s m t t n J u s d ¿ J C c l L ú n i t z L7 ¿ r m a n u s d r c h i e p i f t
Vunrunfis m At¿fhría^S.JlE-Freflryt¿r Cardí nolis creahw
g j SSmS-Drij.¿Tro,BEN EDICTO IfA F A X /f f in Co

S== stjrw Jecreto die a.6•JVcvem fris J 72 ?

J'efntfusuf de

(.í/nlrnul Kollonih:, nr/.nhnpo de Viciiü


■Phi tippuj X itd rv tcu s de S in zetti fo rf' form a nnstEjpi/£a/rus
\ .T iJ i/ rim n / is, i f . P t . E . jP re / 'b v ts r (~ a r,iin a /is ¿ re a ta s a tSSm s
P>nU A rr ¿ B E N E D I C T O P A P A X Í Í T i n f s n / t / t e r w f e a
to M e 2 £■ JV s i'em ¿>rts J 7 ¡ i ?
'.t x i / í l t l /(1 / h //j r t t t i I
I f .t r /é U t r / r f • < ■/& * \

f I Vr/ttArrr . / / ; / <••ttJf -//< /réttplr

7i r tíyVJo tí al ian<) del stglo XVIII rep resen ta n d o la ce re m o n ia de in icia ció n en Uftü
lo ¡Lia masónic/j
tras estaban reunidos. Arrancadas las puertas del lugar que conducía a la sala
un centinela se encaró con los soldados que entraban en la misma, preguntán­
doles con arrogancia de parte del Maestre de la casa, de donde procedía una
tal violencia. Le fue respondido que venían a arrestar, por orden de la Reina,
a todos aquellos que allí se encontraban. El Gran Maestre recibida esta res­
puesta del centinela, dirigiéndose a sus compañeros les dijo: «Amigos míos,
hagamos ver a nuestra Augusta Soberana que Ella no tiene subditos más obe­
dientes que nosotros. Sería una cosa vergonzosa que nuestras leyes y nuestros
estatutos estuvieran colocados en nuestros archivos y no en nuestros cora­
zones». Entonces todos los asociados depusieron las espadas en manos de dicho
Maestre, el cual una vez colocadas en un armario, rogó al oficial asegurase a
la Reina, que con la misma obediencia y sumisión con que habían depuesto
inmediatamente las armas, las habrían empuñado y usado en su servicio hasta
la última gota de su sangre (61).
Según la versión recogida en la Storia del año 1743, componían aquella
asamblea dieciocho miembros (62), entre los cuales se encontraban algunas
personas de calidad que fueron puestas en libertad bajo palabra de permanecer
en secuestro en sus propias casas hasta nueva orden. Los demás, incluidos
tres sacerdotes, fueron encarcelados. En la estancia en que estaban reunidos
se encontró un martillo, un compás, una escuadra, una plomada «y otros ins­
trumentos de matemática»; yeso, una piedra sin pulir, tres candelabros de
plata con las candelas, algunas botellas de vino, y vasos (63).
Los sorprendidos en logia, en realidad fueron tina pequeña parte, pues,
según el protocolo, dicha compañía constaba de un gran número, la mayor
parte de los cuales, al enterarse lo que les había sucedido a sus compañeros,
se pusieron en fuga. No obstante, algunos fueron arrestados o secuestrados en
sus casas. Entre ellos había de todo rango y calidad, «como se ve en semejantes
reuniones en los otros países, a saber: Príncipes, condes, barones, caballeros,
eclesiásticos, mercaderes, obreros, oficiales de toga y espada, y simples servi­
dores» (64).
Habiéndose esparcido por el mundo la fama del estrepitoso arresto de la
asamblea de los Liberi Muratori de Viena — prosigue la Historie del año 1743—
todos creían que, o bien se había descubierto ya el gran secreto de aquella secta,
o que al menos no dejarían esta vez de obtener luz. También era creencia común
que los miembros arrestados recibirían el debido castigo, pero el estupor fue
general cuando se enteraron que con ocasión de la festividad de San José,
onomástico del pequeño Archiduque, se había dado la libertad a todos.
De hecho comparecieron muchas veces ante la presencia del Cardenal
Colonitz [Kollonitz] (65), y del Nuncio Pontificio, los cuales estaban encar­
gados de formar su proceso, y ante los que protestaron de no poder violar
bajo ninguna razón sus promesas, por la que estaban obligados a observar un

(61) Ibidem. , ^ ..
(62) En el Gentleman’s Magazitte y en las Act« Latomorum de Thory se dice que
eran 30.
(63) Apéndice 38 B.
(64) Ibidem. , . j
(65) Sigismundo de Conti di Colonite. nació en Viena • d _28 <te { H V * \ ¡ | „ S
hispo de Viena y Príncipe del S.R.I. con el título de S. Cnsógono.
gregaciones de Obispos y regulares, del Concilio, Propaganda y Ccmairtonal.
Alemania y de los reinos y dominios heredados por la Casa de Austria, . pro-
tector de la Orden de San Pablo, primer ermitaño.

121
Drofundo silencio respecto a los místenos de la Sociedad. No pudiendo sacarles
nada, ni siquiera acusarles de otra culpa que de tener r e jo n e s secreta le,
fue prohibido el tenerla? en adelante, y a los Caballeros de la Corte que hablan
sido sorprendidos se les añadió el abstenerse de aparecer por palacio durante
quince días (66).
Un fin tan inesperado de este asunto — comenta la misma crónica de la
Historia del año 1743— «ha dado cierto crédito a un libro publicado hace
algunos años, y que se propone hacer la historia de la Sociedad de los L iberi
Muratori y revelar todos sus misterios. En él tras un amplio catálogo de las
principales ciudades de Europa, en las cuales está establecida esa secta, con
el nombre de las personas que componen cada logia, pretende demostrar que
sea una especie de academia, que admite toda clase de personas, desde el
Príncipe más excelso, hasta el más vil plebeyo, para estar juntos en reuniones
v discurrir con entera libertad de cualquier materia imaginable, a excepción
de lo que respecta a la Religión y a los Príncipes. Y para manifestar esta liber­
tad de reunión y estar sin coacción de ninguna clase sea quien sea, a fin de
poder cultivar el espíritu que es el mismo en toda clase de personas, habían
¡ornado la singular divisa que los califica: Liberi M uratori ; cuyo término en el
idioma inglés (va que comúnmente se atribuye el origen de esta secta a
Inglaterra) expresa bien el fin de su institución» (67).
Sea verdad o no — concluye el cronista— «que se reducen a esto los impe­
netrables misterios de tal Sociedad, o más bien a alguna otra cosa todavía
más ridicula, como algunos sospechan, es cosa cierta que los más notables
súbditos no se quejaron lo más mínimo de haber sido incluidos en el elenco
de los Liberi Muratori; y en Londres y Berlín no se avergüenzan de solemenizar
las consabidas asambleas. Todo lo cual, no obstante, no hace gran impresión
en los ánimos de los justos estimadores de las cosas ya que ven a esta secta
sometida a las censuras de la Iglesia, y a la indignación de los Príncipes, los
cuales la destierran de sus Estados, como hizo en esta ocasión la Reina de
Hungría» (68).
Esta versión, casi contemporánea de los hechos, que difiere bastante de la
anterior de ías damas de Corte, curiosas por saber lo que se realizaba en las
logias ' 6 9 es la que posteriormente, en 1795, siguió el autor de las Istituzione,
riti e cerimonie dellO rdine de’Francs-Maqons (70), y tras él, Balan, D’Ayala,
Rinier¡, Khevenhüller y Van der Schelden, entre otros (71), los cuales apenas
introducen variantes, aunque naturalmente no faltan. Así, por ejemplo, Rinieri
dice que al ser los masones sorprendidos en la logia por los soldados, pusieron
rápidamente a salvo «los instrumentos del secreto masónico», e hicieron huir
por una escalera, también secreta, al Gran Duque, marido de María Teresa (72).

(66) Apéndice 38 B.
(67 í Ibidem.
(68; Ibidem
(69) Cfr. nota 53.
í-?! Anónimo, op. cit., Istiíuzione, riti pgs. 91-94
b J, S‘ orta, d'Ilf‘lt<!’ Modena, 1894-1899, t. V III, pgs. 174-175; D ’A y a la , I U-
(1897 ) 4?R 479 * _ üpolt nel secolo X VIII, Archivio Storico per la provincia Napoletana 22
131 n ? Vav 0f) c,rt" £gs 383-384; K h e v e n h ü lle r-M e tsc h , op. cit., t. I, pg»-
vain 1923 pgs ?82 183LDEN' %
°U% U rég¡me aulrichien (^ 2 U im ), L°«’
(72) Una de las obsesiones de este autor es precisamente el secreto.

111
Khevenhuller por su parte añade que la logia interrumpida estaba ocupada
en la iniciación del conde de Trauttmantorff de Gratz, encontrándose presen­
tes al lado de algunos de condición inferior, un secretario de legación de una
corte extranjera, un clérigo, y diversos caballeros, incluso cortesanos im|*»ríafcy
y reales, cuyos nombres pasa en silencio «por caridad cristiana y debida dis-
erección» (73). También indica este autor que todos los inculpados «debieron
ser absueltos por el Cardenal, de la excomunión en que habían incurrido ipso
fació de acuerdo con la Bula pontificia promulgada hacía poco» (74). Esta noti­
cia, que a fin de cuentas, está tomada de Lucwig Lewis (75) enlaza directa­
mente con la insinuación que hace D’Ayala de que en todo este asunto de
Viena estaba la mano del Papa (76).

I n t e r v e n c ió n d el N uncio y d el C a rd en al A r z o b is p o de V ien a

Ciertamente, Roma estaba interesada en este asunto de la Masonería de


Viena, entre otras cosas porque recelaba de la autoridad moral que daba a la
Sociedad el hecho de que Francisco dc Lorena, esposo de María Teresa, fuera
miembro de la misma (77). Pero el artífice diplomático de la acción romana
en contra de la Masonería — como señaló en su día la Storia del año 1743—
fue el Nuncio en Viena, Mons. Camillo Paulucci, ya conocido por su participa­
ción indirecta en el Proceso de Crudeli, quien hizo promulgar la Bula In emi-
nenti en la cuaresma del año 1743. Pues, según el mismo Paulucci comunica
al Cardenal Valenti, Secretario de Estado en el Vaticano, el 9 de marzo de
1743, obligó a todos los predicadores a «hablar contra la maligna Congrega­
ción de los Liberi Muratorit anunciando al pueblo la excomunión papal en la
que incurrían los que se hacían agregar, y profesaban la indigna sociedad, así
como el grave peligro de sus almas, si no la detestaban» (78).
Esta iniciativa de Paulucci sobre la Masonería, a la que califica con una
serie de epítetos no excesivamente cordiales, en este caso afecta directamente
a Austria, no ya a la Toscana en donde se había destacado favoreciendo el
punto de vista del Inquisidor de Florencia. Y es curioso señalar su posible
punto de conexión con los problemas suscitados en aquel Gran Ducado, pues
prácticamente coincide con los momentos de mayor fricción entre los ministros
de Francisco de Lorena y Roma, a propósito de la Inquisición en la Toscana,

(73) K h e v e n h ü lle r-M e tsch , op. cit., t. I , pgs. 131-132.


(74) Ibidem. . ,
(75) Lew is, L.. Gescbichte der Freimaurerei in Oesterreich tm Allgemetnen und der
Wiener Loge zu St. Joseph ins hesondere von.... Wien, 1861, pág. 10.
(76) D ’A yala, op. cit., 22 (1897) 42M 29. . .
(77) Benedicto X IV , en cifra dirigida al Nuncio en París, Mons. Dunrn. el 8 de sep­
tiembre de 1745 dice a propósito del Gran Duque: «Questo Principe pur troppo si e mos-
trato finora prevenuto contro di Noi, di modo che non abbtamo che di tañere
o come inbevuto di massime a Noi contraríe, e per le Persone che lo arcondano. e alie
quali egli confida». A.S.V., Franca, vol. 442, fol. 172. Y el Nuncio en Viena, Mons.Pau-
Uicci, con ocasión de la solemne coronación de S.M. la Reina M. Teresa, ce
Viena el 12 de mayo de 1743, a pesar de haber asistido a la ceremonia religiosa « o c u t ó
de acudir al banquete como ya hizo en la coronación de Presburgo. ílmvi
mer en la misma mesa con el Gran Duque. A.S.V. G erm án, vd. 336. fols. 47-48. Paulucci
al Cardenal Valenti, Viena, 15 mayo 1743. . . . v. ,
(78) A.S.V., Germania, vol. 336. fols. 21-22. P il u c a , Nutkio en Viena. al Cardenal
Valenti, Secretario de Estado. Viena, 9 marzo 1743. Apéndice

123
problemas que llevaron al intercambio epistolar entre Benedicto X IV y el
Gran Duque realizado muy pocas semanas despues de la intervención de Pau­
lucci en tierras austríacas (79).
Como justificación de esta última decisión, el Nuncio, en su despacho al
Cardenal Valenti, añade que «en verdad era más que necesario el combatir a
los secuaces de esta impía unión que se estaba extendiendo cada vez más».
Por esta razón le había consolado no poco al Nuncio el que «el Conde Vin-
disgratz, Gobernador de la ciudad de Viena, que desde mucho tiempo atrás,
en cumolimiento de la promesa a él dada, verificaba las más minuciosas dili­
gencias para sorprender en sus logias a los susodichos Liberi Muratori, lo hu­
biera l o g r a d o el jueves último por la tarde al sorprenderlos, mientras estaban
reunidos en una casa alquilada, con una Compañía de Coraceros que ocupó las
salidas v arrestó a los cómplices en número de veinticinco (80), en parte de
condición, y en parte ciudadanos, como podía ver por la adjunta relación que
le había sido comunicada» (81).
Unos días más tarde, el 16 de marzo de 1743, vuelve Paulucci a dirigirse
al Cardenal Valenti para ponerle al corriente de cuanto había sucedido desde
su última «en torno a los secuaces de la inicua y perniciosa Congregación de
los Liberi M uratori» (82). Así tiene el honor de referir al Cardenal Secretario
de Estado que «la Majestad de la Reina había creído que no debía levantar
todavía el arresto en casa a los caballeros que fueron sorprendidos en la citada
reunión a pesar de que todos se habían sometido y habían renegado de la
susodicha Congregación al recibir de este Eminentísimo Arzobispo [el cardenal
Kollonitz] (83) la absolución de la excomunión» (84). También señala el
Nuncio que se esperaba que la Reina perdonara a estos caballeros, así como
a los que estaban detenidos en la cárcel con ocasión del día de San José, ono­
mástico del archiduque.
Por su parte el Arzobispo le había informado a Paulucci que todos los
católicos arrestados en la casa donde estaban congregados se habían sometido,
y que muchos otros hasta el número de cuarenta habían manifestado ser Liberi
Muratori. a fin de recibir la absolución. Pero todavía quedan muchos otros
— añade el Nuncio— que no se han dado a conocer, y por eso «he rogado al
Conde Vindisgratz, Gobernador de esta ciudad, que no disminuya en sus dili­
gencias v vigilancia porque era probable que al cabo de cierto tiempo vol­
vieran de nuevo a reunirse fuera de Viena como ya lo habían hecho otras
veces en una villa distante de aquí [Viena]> unas dos leguas» (85). La res­
puesta del Gobernador había sido la promesa de no cesar en sus investigaciones.
Pero^ no concluyó aquí el empeño de Mons. Paulucci por acabar con la
Masonería en Austria, pues en el mismo despacho comunica que esperaba

!2 ) r i 32 A y B' 33A y B’ » 34A’ »' c V D


»***! cE$ta no. x conserva en el A.S.V., pues siendo su contenido algo compe­
a l e ai aanto Oficio, lógicamente tuvo que ser remitida a ese dicasterio romano, en cuyos
are vos todavía no existe posibilidad de investigación, según el criterio de «no otorgar
permisos para no crear precedentes».
(82) Sorprende la variedad de epítetos con que Paulucci califica a la Masonería: Ini­
cua, perniciosa, impía, indigna...
(83) Cfr. nota 65.
is í84) f je,rm“nia’ vol. 336, fol. 24. Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. Viena,
16 marzo 1743. Apéndice 39 B.
(85) Ibidem,

124
que si la Majestad de la Reina seguía pensando como hasta la fecha, haría una
cosa digna de sí, ya que estaba resuelta a hacer un decreto en el que quedara
claro ser su mente, que quienquiera se atreviera a congregarse o a intervenir
en semejantes reuniones quedaría privado no sólo de sus cargos, sino w pnlt¡y|ff
de sus Estados. «Una tal ley — dice Paulucci— si llega a ser promulgada, pro­
ducirá un optimo efecto y puede imaginarse V. E. que yo haré ío posible
para que S. M. la publique» (86).
En confirmación de lo dicho más arriba acerca de la no promulgación oficial
de la Bula en Austria (87), hasta la cuaresma de 1743, cabe destacarse la última
parte de este despacho del Nuncio vienés a la Secretaría de Estado de Roma,
en la que textualmente dice: «Aquellos que verdaderamente muestran respeto
por los decretos pontificios, se han excusado ante el señor Cardenal, y ante
mí, de no haber obedecido hasta ahora, debido a que la Bula Pontificia no
había sido publicada aquí, de donde creían no haber incurrido, por esta razón,
en la censura» (88). A lo que el Nuncio les respondió que «además de ser
notorio que una tal Bula se había promulgado y fijado en Roma en los lugares
acostumbrados, el señor Cardenal Arzobispo la había hecho publicar en los
primeros días de cuaresma en las Iglesias de Viena por todos los predicadores»,
por lo que era inútil hacer creer que la ignoraban, tanto más que el propio
Nuncio «no una, sino mil veces, había hablado públicamente contra la per­
niciosa Congregación anunciando la excomunión, reservada al Sumo Pontífice,
en que incurría todo aquel que a ella se adscribiera» (89),
El desenlace de este asunto, según lo cuenta el propio Paulucci en su des­
pacho fecha el 23 de marzo de 1743, tuvo lugar el martes 19 de marzo «dedi­
cado a San José, onomástico del Archiduque, en el que S. M. libertó del arresto
a los caballeros que habían sido sorprendidos en la logia, a condición de que
hasta nueva orden no se atrevieran a acercarse por la Corte» (90). Además
S. M. «hizo intimar a cada uno de los arrestados, por medio del Conde Vin-
disgratz, gobernador de Viena, que si en adelante se hacían culpables por fre­
cuentar tales reuniones, serían privados, sin remisión de sus cargos, y expul­
sados de todos sus estados para siempre» (91). El Mariscal Conde Harrach,
Presidente de Guerra, por orden igualmente de Su Majestad, hizo la misma
intimación a los militares que habían sido arrestados. Ciertamente —comenta
Paulucci— «hubiera sido de desear que una tal intimación hubiese sido pú­
blica, según la forma acostumbrada a fin de que produjese el buen efecto
deseado por S. M., pues es totalmente necesario para disipar una tan perni­
ciosa unión y reunión de tanta juventud mal aconsejada. Pero me parece que
por ahora no se inclina a hacerlo» (92).
En una segunda parte de este mismo despacho se manifiesta, una vez mas,
la obsesión que estos altos eclesiásticos tenían por descubrir los secretos de
la Masonería, para lo cual, al igual que en Florencia, todos los métodos les
parecían justos y permitidos. Así indica el Nuncio que el señor Cardenal
Arzobispo le había comunicado que esperaba poder informar a su tiempo a

(86) Ibidem.
(87) Cfr. notas 40 a 44.
(88) Apéndice 39 B.
(90) A S ™ ' Germana, vol. 336, fols. 27-28. Mons. Camillo Pauluod al Cardenal Va­
lenti. Viena, 23 marzo 1743. Apéndice 39 C.
(91) Ibidem.
(92) Ibidem.

125
[a Santidad de N. S. «de cuanto se pudiera obtener de los exámenes hechos a
un sacerdote escocés, que fue encarcelado en la citada reunión de los Liberi
Muratori, y que era uno de los jefes de la inicua Congregación, el cual, final*
mente, después de haber estado algunos días en las cárceles arzobispales obli-
gado a vivir de pan y agua, comenzaba a vomitar el veneno, y a descubrir lo
que quizás era desconocido respecto a dicha inicua sociedad» (93). Y por cuanto
le había coniiado el Cardenal Kollonitz podía deducirse que «el susodicho sacer­
dote era un verdadero cismático [chellenista], porque había respondido a Su
Eminencia con poca veneración respecto a la excomunión pontificia (94); ya
que cuando fue amonestado por haber celebrado [la misa] no obstante saber,
como sabía, que quienquiera que se agregaba a una tal sociedad quedaba ipso
jacto excomulgado, había respondido diciendo que el Papa no estaba infor­
mado, y en consecuencia la excomunión no tenía ningún valor» (95).

I n st r u c c io n e s de B e n e d ic t o X I V

En Roma causó honda satisfacción la relación hecha por Paulucci, y el


propio Pontífice Benedicto XIV dictó, el 30 de marzo de 1743, al Cardenal
Valenti, unas «Instrucciones sobre el asunto de los Liberi Muratori» para que
las transmitiera al Nuncio en Viena (96). En ellas el Papa tras encomiar el
celo de la Reina añade: «Espero que no dejará de expresar estos sentimientos
del Papa a Su Majestad animándola a hacer el consabido Decreto» (97). En
estas mismas Instrucciones hay un capítulo dedicado al Cardenal Kollonitz,
Arzobispo de Viena, pues observaron en Roma que dicho Cardenal había dado
la absolución a los masones, a pesar de que ésta estaba reservada al Papa, y
que él no tenía facultad para absolver de las censuras papales, y en concreto
de la que atañía a los masones. No obstante — se puede leer en la misiva del
Cardenal Valenti— «el Papa con sumo gusto ratifica cuanto se ha hecho, cre­
yendo que se ha obrado así porque «periculum erat in mora, et difficilis accesus
ad Papam». Y para que en lo sucesivo no se incurriera en situaciones análo­
gas Su Santidad concedía «a dicho Cardenal toda la autoridad para absolver,
incluso de las censuras reservadas a los Liberi Muratori que arrepentidos re­
currieran a él» (98).
Coincidiendo con lo escrito por el Cardenal Secretario de Estado, y con igual
fecha, 30 de marzo de 1743, el embajador imperial en Roma, José, Conde
Thun, Obispo de Gurk, comunicó a la Corte de Viena que había sido grande
el placer experimentado por el Papa con la noticia del arresto de los Franchi
Muratori ordenado por Su Real Majestad, lo cual se lo había manifestado Su
Santidad en persona «con expresiones de particular contento» (99).

(93) Ibidem.
a 713^ ^°^re lcma 'a excomunión cfr. lo dicho en el primer volumen, notas 710
(95) Apéndice 39 C.
(96) Este despacho seguramente se debió entrecruzar en el camino con el escrito por
Paulucci el 23 de marzo.
(97) A.S.V., Germania, Reg. 540, fols. 189-190. Cardenal Valenti a Mons., Nuncio en
30 marzo 1743- Apéndice 39 D.
(78) Ibidem
(99) H.H.S.W., Rom. Berichte 1743, Fase. 176. Jo«ef Graf Thun, Biichof von Gurk,

i¿o
Del 20 de abril de 1743 existen dos nuevos despachos de Paulucci desde
Viena, En uno de ellos ratifica haber comunicado al Cardenal de Viena las
instrucciones recibidas sobre el asunto de los Liberi Muratori, «quien presen­
taba por su medio humildes acciones de gracias a Su Santidad por haberle
comunicado la necesaria facultad de poder absolver a los secuaces de dicha
Congregación, que arrepentidos recurrieran a él» (100).
En el otro despacho, mas confidencial y extenso, empieza refiriendo que el
Cardenal Arzobispo le había asegurado que en los numerosos exámenes hechos
al sacerdote escoces, que había sido arrestado en el conocido conciliábulo cíe
los Liberi Muratori no había podido obtener más noticias que las contenidas
en el folio anexo que le transmitía con el mismo correo (101). A continuación
amplía el delicado tema de la supuesta apropiación de derechos por parte del
Cardenal Arzobispo e Viena, quien había absuelto a los francmasones de una
censura que estaba reservada, según la bula de Clemente X II, únicamente al
Sumo Pontífice, fuera del caso de muerte. Al plantear el Nuncio la situación
creada le fue respondido por el Arzobispo vienés que él había obtenido «esa
facultad por un rescripto de Su Santidad» (102), lo cual má$ bien parece estar
en contradicción con las «Instrucciones dadas por Su Santidad Benedicto XIV»
y que le remitió el Cardenal Valenti con fecha del 30 de marzo (103), a no ser
que el tal rescripto lo recibiera de Clemente X II, y no estuviera enterado
de ello su sucesor en la cátedra ¿e San Pedro. Sea de ello lo que fuera,
el caso es que el Nuncio comunicó a Kollonitz que Su Santidad «le había con­
cedido la necesaria facultad para absolver en el futuro» (104).
El resto de este despacho está dedicado al canónigo Schaffgotsch, el fun­
dador de la primera logia masónica de Viena. Paulucci escribe a Roma alar­
mado por la carta que acababa ¿e recibir del Barón de Franckenberg, oficial
general de Bratislava en la cual le ponía en guardia «del pernicioso proyecto
que tenía aquel Príncipe de querer obligar al Capítulo a elegir como coad­
jutor del señor Cardenal Obispo de Breslavia (105) al canónigo Schaffgotsch».
cuyas costumbres y conducta a juicio de Pauhioci habían dejado mucho que
desear tanto en Bratislava como en Olmütz donde había fijado su residencia.
La razón estaba en que dicho canónigo era «uno de los públicos sccuaces cié
la perniciosa Congregación de los Uberi M u ra to ri aparte de que como ya
otras veces había manifestado el Nuncio «siempre lo había considerado como
un eclesiástico escandaloso, que llevaba una vida totalmente indigna de su
sagrado carácter y de su dignidad, de donde si se lograba su intento ác ser
ofrecido como coadjutor, con futura sucesión, al Sr. Cardenal Obispo, sería
éste el último y fatal golpe que recibiría la religión en la Silesia» (106).

Rom Prominister an Kin. María Theresia. Per la Cancell.* di Corte, Roma 1¡ 30 marro 1743.
Apéndice 39 E. <■ i i • i o __ •
(100) A.S.V., Germama, Reg. 327, fol. 199; vol. 336, fol 38. Paulucci al Secretmno
de Estado, Cardenal Valenti. Viena, 20 abril 1743. Apéndice 39 r.
(102) vol. 356, fol. 39-40. Paulucci «1 Cardenal Valenti. Viena. 20
abril 1743. Apéndice 39 G.
(103) Cfr. Apéndice 39 D.
(105) Se^refiere aí Cardenal Filippo Ludovico de Sintiendo^naci^ « P*rú el 4 de
julio de 1699, Obispo de Breslau [Breslavia], Cardenal con d
Minerva. Era miembro de las Congregaciones Consistorial, y Propaganda.
^
Notizie per l’anno 1742, pgs. 184 y 120.
(106) Apéndice 39 C.
127
La respuesta de Roma a esta alarmante misiva de Viena se reduce, por
parte del Cardenal Valenti, a darse por enterado de todo, no teniendo nada
que añadir sobre el asunto de los Liberi Muratori, ya que aprobaba lo hecho,
y alababa el celo con que se había obrado (107).

L a M a so n er ía en la d i ó c e s i s de O lm ü tz

En adelante el centro de atención del nuncio Paulucci en el asunto de la


masonería se traslada de Viena a Olmütz, y a esto contribuyó no sólo la pre­
sencia embarazosa del canónigo Schaffgotsch, sino las directrices que recibió
de Roma desde donde el 11 de mayo de 1 7 4 3 le escribió el Cardenal Valenti
en los siguientes términos: «Hemos tenido noticia de que quizá no hay dió­
cesis en Alemania donde esté más en boga la perniciosa compañía de los Liberi
Muratori que en la de Olmitz; y que el funesto origen de este gran mal sea
el no haberse publicado todavía el Breve o Decreto de la condena de dicha
Congregación emanado en el pasado pontificado. Por tanto, quiere Nuestro
Señor que Vuestra Señoría Hustrísima haga ver a aquel Monseñor Obispo ( 1 0 8 )
la obligación que tiene por su vigilancia pastoral, de poner un eficaz remedio
a un veneno tanto más peligroso cuanto más oculto, y le exhorte a hacer pu­
blicar en su diócesis sin más demora dicha condena apostólica» ( 1 0 9 ) . Final­
mente concluye el Cardenal Secretario de Estado diciendo que «había que
creer que después de todo lo que había hecho la piedad de la Reina por extirpar
de Viena dicha secta con tanto mérito ante Dios, y tanta gloria ante los hom­
bres, no había por qué encontrar ningún obstáculo para que fuera seguido
su pío v glorioso ejemplo por los Pastores de la Iglesia» (110).
Por su parte el propio Benedicto XIV , según consta de la carta que envió
al Cardenal Tencin a finales de marzo del mismo año, estaba igualmente pre­
ocupado porque el Cardenal Sinzendorf tampoco había publicado su pastoral
sobre los Liberi Muratori, lo que unido a la protección que daba al canónigo
Schaffgotsch, explica que se desahogara con su amigo el cardenal Tencin di-
cíéndole que «el cardenal Sinzendorf era una de las espinas de su penoso
pontificado* (1 11).
El aviso de Roma parece que inquietó algo al Nuncio Paulucci quien se
apresuró a justificar su conducta diciendo que «mucho antes de recibir las
supremas órdenes de Nuestro Señor había estimulado de viva voz y por escrito,
no una sino muchas veces, al Sr. Obispo de Olmitz acerca de las noticias que
tenía de que su diócesis estaba infestada más que cualquier otra de los secuaces
de la perniciosa Compañía de los Liberi Muratori». Y lo había hecho «para
que cumpliese con la obligación que tenía por su vigilancia pastoral de aportar

(107) A.S.V., Germania, Reg. 540, fol. 300. Cardenal Valenti, Secretario de Estado,
3 en Viena Roma> 4 m«yo 1743. Apéndice 3 9 H.
(lUo) vriacomo Ernesto, Conde de Licchtenstein, fue nombrado Obispo y Príncipe de
s e fr sePíiembre de 1738. Cfr. Notizie per Panno 1742, pgs. 149-150.
i m . Germania, Reg. 540, fol. 320. Valenti, Secretario de Estado a Pau-
lucci Nuncio en Viena. Roma, 11 mayo 1743. Apéndice 40 A.
(110) Ibtdem.
(111) A.S.V. Miscell. Armario XV, t. I, vol. 154 (correspondencia de Benedicto XIV
con el i“ J?enf1 Jen an . Cartas 1742-1746). Benedicto XIV al cardenal Tencin. Roma, 29
marzo 1743. Apéndice 40 B. Cfr. M o*elli, Le lettere di Benedetto XIV al Card. Tencin,

128
un eficaz remedio a un veneno tan peligroso». A este fin le había indicado el
Nuncio «quien era el promotor y fautor de la inicua Coagregación en Olmitz,
para que comenzando por la cabeza le fuese más fácil el barrerla de su
grey» (112). Me prometió hacerlo — prosigue el Nuncio— «incluso antes de
que la Majestad de la Reina diese en Viena el conocido ejemplo, tan pío y
tan glorioso, para extirpar una tal secta. Y habiéndole renovado antes de su
partida de Praga mis vivísimas instancias a este fin, me convenció de que ya no
se teman mas logias en la susodicha ciudad de Olmitz y que vigilaba con toda
solicitud para descubrir los ocultos secuaces de la Congregación, a fin de im­
pedir sus reuniones» (113).
No obstante, y en cumplimiento de las nuevas órdenes recibidas, el Nuncio
vol vio a escribir al Prelado de Olmitz «en los términos más eficaces para
exhórtale a secundar el celo de su Capítulo, que se había señalado con el canó­
nigo Schaffgotsch obligándole a detestar dicha Congregación» (114), lo cual
según indica el propio Paulucci fue provocado por él mismo, que envió un
ejemplar en la condena apostólica, la cual se hizo entonces pública, si bien
ahora iba a procurar que fuera de nuevo publicada por el señor Obispo.
De todas formas no debía ser fácil de manejar dicho Obispo, pues, según
confiesa el Nuncio, era tan frío y lento en cumplir lo que se le ordenaba, que
en todos los asuntos era preciso estimularle no una sino muchas veces hasta
que se obtenía el fin deseado. Y el mismo Tribunal Episcopal no hada aún
tres meses, había enviado secretamente a Viena dos canónigos comisionados
para informar al Nuncio que si ellos daban la impresión de ser negligentes
en el obedecer las órdenes de la Nunciatura no era culpa suya sino de la
irresolución de su obispo que jamás se determinaba a hacer lo que debía, lo
cual por otra parte constaba al Nuncio ser verdad. Pero lo más significativo
para Paulucci era que cuando se le avisaba de algo «no tenía dificultad en
responder que en su diócesis él era el Papa» (115).
Los tres puntos negros, por así decir, que en esta época inquietaron no
poco, tanto al Nuncio de Viena, como a Roma, eran, pues, el cardenal Sin-
zendorff, obispo de Breslau; el obispo de Olmitz, y el canónigo Schaffgotsch.
Y en los tres la trama ocasional del recelo romano era la Francmasonería. En
este sentido, el 5 de junio de 1743, Paulucci escribió al Cardenal Valenti para
mostrar la complacencia que le causaba el saber que había sido rechazada la
propuesta del Cardenal Sinzendorff para que se le concediese como coadjutor
en el Obispado de Breslau al canónigo Schaffgotsch (116). Y a su vez el
Cardenal Valenti, el 22 de junio de 1743, volvió a lamentarse de lo mal que
correspondía el Obispo de Olmitz a la buena opinión que se tenía de su piedad,
y de su celo pastoral, «debido al poco cuidado que mostraba en desenmasca­
rar y extirpar de su diócesis la perniciosa Compañía de los Liberi NLuratort
máxime después que había sido condenada por Nuestro Señor con una Cons­
titución Pontificia, y que había tenido de S. M. la Reina un tan pío y glo-

(112) Alusión al canónigo Schaffgotsch. , , , UniK p.„


(113) A.S.V., Gcrmania, vol. 336, fols. 55-36; Rcg. 327 fols. 273-274; Mons. Pau­
lucci al Cardenal Valenti. Praga 5 giugno 1743 Apéndice 40 C.
(114) Cfr. nota 49.
(116) A ^ V ^ g Í S ^ m, vol. 336, fols. 57-58. Paulucci «1 Cardenal Vaknti. Viena
5 giugno 1743.
129
rioso ejemplo» (117). Como se ve es una repetición casi literal de lo que ya
había escrito el cardenal Valenti el 10 de mayo sobre el mismo asunto (118).
Siguiendo un orden cronológico el siguiente despacho de Paulucci vuelve
a ocuparse por una parte del Cardenal Sinzendorff, a raiz de edicto «indigno*
que había publicado en su diócesis a instancias del Marqués de Brandeburgo
con el q u e __a juicio de! Nuncio— se destruía la inmunidad local; y por otra
del canónigo Schaffgotsch a quien esta vez el mismo Marqués de Brandeburgo
había propuesto se le encomendara la abadía de Santa Marta in Arena de los
Canónigos Regulares de San Agustín, en Bratislava.
Tras hacerse eco del dolor que con tal motivo experimentaban los católicos
celosos de aquella diócesis y como si el nombre del canónigo en cuestión le
trajera el recuerdo de la auténtica motivación de su animadversión hacia «un
sujeto tan indigno», Paulucci comunica a Roma, que «el Cardenal [Sinzendorff]
había conferido las órdenes menores al Conde de Falkenheim, su protegido, y
célebere Liben Muratori», a fin de que pudiera conseguir alguna prebenda
eclesiástica del susodicho Marqués de Brandeburgo. Lo cual «había afligido mu­
cho a los buenos y a los miembros más sanos del Capítulo de Bratislava, al ver
la abierta protección de su Pastor a un sujeto que públicamente frecuentaba
ia perniciosa Congregación de los Liberi Muratori, y que en consecuencia esta­
ba excomulgado* (119).
Dejando a un lado «el gravísimo escándalo» que semejante «monstruosidad»
había ocasionado, da la impresión de que nos encontramos ante un caso pare­
cido al de Florencia. Allí era el P. Inquisidor el que en su deseo de hacer
valer su autoridad se sirvió de la Masonería como instrumento para conse­
guirlo, si bien como vimos lo utilizó con bastante desacierto. Aquí el obsesio­
nado con los Liberi Muratori — que a fin de cuentas no sabía qué eran, ni
^ué pretendían— es el Nuncio Paulucci quien también parece servirse de ellos
para hacer valer la autoridad pontificia, no sólo ante la Reina y el Gran Duque,
sino ante los Cardenales de Viena y Breslau, y el Obispo de Olmitz y sus
capítulos respectivos. Forma indirecta por otra parte de ganarse un cierto
prestigio ante Roma, pues, a fin de cuentas, en el 'hecho de que la Bula
In entinenti fuera admitida o no, por la emperatriz austríaca y por los príncipes
obispos de su imperio, entraba en juego la doctrina del poder romano superioi
al imperial.
El despacho de la Nunciatura vienesa del 13 de julio de 1743 vuelve a
ocuparse del Obispo de Olmitz quien después de las últimas advertencias para
que «pensara seriamente en arrancar de su diócesis la perniciosa Congregación
de los Liberi Muratori, que cada vez se dilataba y aumentaba más», había res­
pondido al Nuncio que estaba mal informado «ya que al presente podía ase­
gurar que no tenía noticia de que se encontrase ni un solo secuaz de dicha
Congregación en toda su Diócesis, o al menos que fuese conocido como
tal» (120). No obstante, le había pedido «un ejemplar de la condena pontifi­

• (jermaf>Í4, Reg. 540, fol. 438. Cardenal Valenti a Paulucci. Roma, 22


Rim o 1/43. Apéndice 40 D.
(118) Cfr. Apéndice 40 A.
/ Y ’’ C,eí rmama’ vol. 336, fols. 73-74. Paulucci a Valenti (in proprie). Viena,
6 julio 1743. Apéndice 40 E.
(120) «Pues el Conde Oddi.s del cual no cabía duda que era uno de loi más celoso*
miembros de dicha compañía, y que vivía en Olmitz, hacía ya mucho tiempo que se
había trasladado a Bareith*.

130
cia dc dicha Congregación para publicarlo», el cual le fue remitido inmediata*
mente por Paulucci (121).
Esta actitud del Obispo de Olmitz hace exclamar al Cardenal Valenti un
« ¡ quiera Dios que dicha diócesis quede limpia y purgada de la perniciosa Com­
pañía de los Liberi Muratori!». De todas formas dado que «había estado
durante mucho tiempo contaminada, más que cualquier otra de Alemania»,
el Secretario de Estado encargó al Nuncio, en su despacho del 23 de julio
de 1743, que no cesara en su vigilancia a fin de arrastrar el menor brote qUe
volviera a reproducirse (122). En esta ocasión Valenti envió al Nuncio cuatro
nuevos ejemplares de la Condena apostólica, de los cuales acusó recibo Paulucci
en su despacho del 17 de agosto, que no ofrece más novedad que la utiliza­
ción de un nuevo epíteto — el de muy nociva (123)— al referirse a la Maso­
nería (124).
Del resto de la abundante correspondencia de Paulucci con Roma tan sólo
vuelve a ocuparse de los Liberi Muratori el 30 de mayo de 1744, y es para
pedir licencias a fin de que él pudiera facultar a un cierto eclesiástico de la
diócesis de Olmitz «a absolver a un penitente suyo de la excomunión en que
había incurrido por haberse iniciado en los últimos meses en la inicua Congre­
gación de los Liberi Muratori en Bratislava, y por haber asistido dos veces a
las reuniones allí hechas» (125). Los demás despachos de Paulucci se centran
en los problemas surgidos con la elección del canónigo Schaffgotsch para la
abadía de Santa María in Arena, y la posterior y más espinosa de la candida­
tura del mismo canónigo para obispo coadjutor del Cardenal Sinzendorff, con
derecho a sucesión, tema que si bien encierra un gran interés escapa a la
finalidad de este trabajo.

(121) A.S.V., Germania, vol. 336. foJ. 76-77; Reg 328. tol. 18. Paulucd a Vaknti.
Viena, 13 julio 1743. Apéndice 40 F. _ ,___. p
(122) A.S.V., Germania, Reg. 540. fol. 510. Cardenal Valenti a Pauhicct. Roma, 23
julio 1743. Apéndice 40 G.
(124) A^SV***Germania , vol. 336, fol$. 102-103; Reg. 328, fol. 109. Paulucci a
Valenti. Viena, Í7 agosto 1743. Apéndice 4 0 H. l - <;• mavQ
(125) A.S.V., Germania, vol. 336, fols. 242-243. Pauluco a Valenu. Siena 30 mayo
1744. Apéndice 4 0 1.
131
I I I — EL TRIBUNAL DE LA INQUISICION DE LISBOA
Y LA MASONERIA

VA procela de Coustos en la literatura masónica —Orisen da la ptrtacudón da


la inquisición lisboeta,—Denwtdat anta al Santo Tribunal—Mandamifttto da
prisión de vario/ matones

El arto 1743 que, como hemos vino, se caracterixó en Viena por «na
c«pccial actividad diplomática de la Nundatura pera poner fin a los (fa tuo»
brote» de la Masonería en aquel país, tuvo i »u vez en Portugal un
significado en la historia de la confrontación entre U Iglesia y la hkmmmU
en el siglo xvm . El protagonista de la acción, en cate caso, fot «I Tribunal de
la Inquisidón de Lisboa, el miimo que en 1758 promulgara la Bola In amé-
nenti de Clemente X II (126), y que en esta ocasión, basándote ea la infama,
procesó a cinoo masones.
La importancia de estos procesos que se conservan ea ei Arquivo Nocional
da Torre da Tombo de Lisboa, radica no sólo en la constatación de la amén*
rica forma de actuar de ese Tribunal sobre el que tanta literatura se ha manido,
sino sobre todo en el hecho de poner de manifiesto la ignoranda que en loa
medios eclesiásticos oficiales existía acerca de la Masonería, eaa o q sntociéfl
que habían condenado hacía ya cinco años, y que, sin saber todavía a fin de
cuentas de qué se trataba, continuaban proscribiéndola.
Aauí, al igual que vimos en el proceso de Crudeli en Florencia, la actúa*
dón cíe la Inquisición lisboeta tiene una inicial justificación común con Ja fle*
rentina: la prohibición de Clemente X II. Pero en el fondo, «n adboa casos
- y esto ya se reflejó en el «Sumario de loa testigos sobre los Ptdtabm ¡Jvret*
del año 1758 (127>— la última raaón estribará en tu» inten» íuridkt» por des­
cubrir qué era realmente la Sodedad de loa Maaones. No obstante hay que
reconocer que, al menoa en el modo con que se llevaron a la práctica los pro­
ceso» de Lisboa, no nos encontramos con las anomalías e irregularidades que
concurrieron en el proceso de Crudeli.

El, PXOGKSO C/MtSTO* KN LA LfTKSATUtA MASÓNICA

A diferenda de lo ocurrido en otros casos, la documentación existente*»


abundante y permite matiiar, e incluso rectificar, posniras un tanto anqulk»
«adas por el tiempo que se han mantenido exentas de una confrontación y
crítica históricas. Ordinariamente suele dtarse a Coustos, iri no f 0**® •» «nto»
»í como el principal protagonista o víctima de la Inquisición de Portugal, lo

(1% ) A.8.V . Partatélb, vol *3. fol 414 Apándl** » M M primar vetuiwn
(127) A péndU 40 A P

13J
cual tiene una fácil explicación ya que él mismo escribió y publicó en 1746
su T h e S u fferin g s o f John C on stas (128), que unos año» más tarde, en 1753,
fue traducido al francés con el título dc Procédures Curieuses de Hnquisition
d c P ortugal c o t t r e les F ran c^ M afon s (129) que son las ediciones más cono­
cidas. Sin embargo, en la H u m b old t ¡Jniversitat Bibliothek del Berlín Oriental
existe también la versión alemana del mismo libro, que fue publicada en 1756
con el título de A u sseord en tlich es V e r f abren d e r portugiesischen Inquisition
gegen d ie Freytnaurer (1 3 0 ). Todavía tuvo dos nuevas ediciones inglesas, el
año 1 7 9 0 , con una pequeña variante en el título, al que se le añade el Intole­
rable Sufferings ... en la edición de Londres; y el Unparalleled Sufferings...
en la edición de Birgmingham del mismo año (131).
Así durante algún tiempo la única fuente de este capítulo de la Historia
masónica fue debida a una de las víctimas de la propia Inquisición que adopta
trente a sus jueces una actitud de héroe, negándose a divulgar los misterios
masónicos, desafiando al tribunal, y soportando interminables torturas. Los
Inquisidores, vistos a través de su relato, aparecen como seres brutales y san­
guinarios. decididos a arrancarle el secreto masónico por medio de las más
crueles atrocidades, y lo que es aún más singular, tratando de convertirlo al
catolicismo, gracias a aquellos procedimientos (132).
Más adelante Neil y Pinto da Fonseca publicaron sendos libros sobre el
mismo tema (133); y Borges Grainha en su Historia da Franco-Níabonarla em
Portugal (134) al hablar de Coustos y la Inquisición lisboeta alude a los pro*
cesos conservados en el Arquivo Nacional da Torre do Tombo, correspondientes
a Joao Coustos, Alexandre Jacques Motton, Joao Thomas Bruslé, Joao Bautista
Richart y Lamberto Bolanger. todos ellos acusados, a finales de 1742, de ser
miembros de la asociación de los Pedreiros Livres (135), si bien es claro que
Borges Grainha no los utiliza, pues todas sus referencias son al libro de Coustos
en sus versiones inglesa y francesa.

(128) CorsTos, The Sufferings o f*** for Free-Masonry and for his refusing to
turn Román Catholic in the Inquisition at Lisbon, London, Printed by W. Strahan for
the Author. 1746.
(129) Oh'stos. J-, Procédures curieuses de l’Inquisition de Portugal contre les Francs-
¡Áaqons, pour découvrir leur Secret, avec les Interrogatoires et les Riponses, les Cruautés
r-tercies par <? Tribunal, la description de l'interieur du St. Office, son Origine et ses
F.rcés. Divide* en troi» partíes par un Frére Macón sorti de l’Inquiútion. Dans la Vallée
dc Jmaphat, l’an de la Fondation du Temple du Salomon 2.803 [1753]. Según el catá­
logo de la B.N.P. [0t 60] la fecha equivalente e» el 1733. Vatcher, «in embargo da la
dc 1756.
(130) C o u s t o s , Ausseordentliches Verfahren der portugiesischen Inquisition gegen
<i:e rrcyntaurer, von cincm aui der Inquisition hengekommenen mitbruder be«chrleben.
Hamburg, am dem Franzosischen tibcrscit, 1756.
031) Gjustos, J , ib» Intolerable Sufferings o f*** for Free-Masonry and for his
refuung to turn Román Catholic, Umáon 1790; The Vnparalleled Sufferings of
BirminKbam, 1790.
N32) Mfxlok, Nos freres separes les Francs-Ma^ons, Parí», Mame, 1961, pág. 189.
t j ^ ’ A Vindication of Matonry, ivith an account of the sufferings of 6
rree and Accepted Masón in the horrid Inquisition in Portugal, London, Hull, 1810;
P in t o j>a Fon s i x a , J, M , Causa dos Frades e Pedreiros Livres no Tribunal da Prudetk
na, Lisboa, 1822.
(134) Bo»f,ks G r a in h a , Kmm , Histoire de la V.M. en Portugal 1733-1912, Litbonne,
. ’ 1>' Historia da Franco Maqonarta em Portugal í 733 1912, Liiboa, Ed.
I imt 1913,
„ ,l i5 ) -Nacional da Forre do Tombo. Lwboa [A.N .L.], Inquisifao, UíbOí
I-roce*» n. 257 (Moiiion). n. 10.115 (Cx>u»to»). n. 10.683 (Bru»lé), n. 4.867 (RJchart). Del
<)<* nolanjtcr sólo *? ronaerva una parte.
t !i cn, *crv‘r#c Partc del proceso de Coustos fue Mr. Wal-
ford (136) estimulado por los trabajos de Antonio Baiao (137). Walford se­
lecciono ochenta páginas del proceso conservado en el Archivo del Sonto Oficio
^ ? Inquisición de Portugal, y las tradujo al inglés. A su muerte fueron
publicadas por Dashwood en la revista masónica Ars Quatuor Coronato-
rum (138), y de esta transcripción se sirvió Alee Mellor en sus trabajos sobre
Coustos (139). Finalmente, el Dr. Vatcher ha sacado a la luz pública el pro­
ceso íntegro de Coustos, en versión inglesa, cn un interesante estudio publi­
cado igualmente en la citada revista masónica (140).
Ante estos procesos la autobiografía de Coustos, durante tanto tiempo
creída al pie de la letra, adquiere su auténtico valor, ya que la verdad es que
Coustos no puso ninguna dificultad en contar con todo detalle, no sólo lo
que podía saber, sino también lo que creía suponer. Su actitud fue la de un
acusado seguro de su inocencia y que no renegó de sus principios, pero, en
modo alguno, la del héroe legendario con que él quiso describirse.
Al mareen de estas obras fundamentales, otros muchos autores mencionan
la actividad antimasónica de la Inquisición de Lisboa en el año 1743. Entre
éstos cabe citarse a Thory en sus Acta Latomorum, a los anónimos del Das
Ganze aller Geheimer Ordens Verbindungen, y del Istitutione, riti e cerimonie
dellOrdine de’Francs-Maforts, a Levesque, Waite, Caprfle, Chevallier, Nys,
etc. (141).
Hay quienes asocian las Inquisiciones de Madrid y Lisboa en una causa
común que «excomulgó a los Francmasones y sus participantes» [sic], y donde
por supuesto el Tribunal «les maltrató con el más terrible rigor» (142). Tam­
poco faltan quienes hacen a Coustos víctima de la Inquisición española, en
lugar de la portuguesa, y esto de una forma directa, como Ward, o bien mdi-

(136) Durante cierto tiempo fue secretario de la iJshtm fitench of the Historical
Association.
(137) B a ia o , A., Episodios dramáticos ¿a Inquistqao Portugués Homtns de tetras e
de sciencias por ela condenados, Rio de Janeiro, Ed. do Annuario do Brasil, 1919-1924
(2 vol.).
(138) D ashw ood, J. R., Triol of John Coustos by the lmquintion. A.Q.C, 66 (1953)
107‘123-
(139) M e l l o r , A ., Le procés Coustos devant l'lnqmsitton de Lxsborme (1744), en
No<- Fréres séparés... op. cit., pgs. 188-197; Mello * . Un procés de l'In^msitroit sur le
«secret magonnique», le procés Coustos, 1742, Extrait de la Revue Internationale de
Criminologie et de Pólice Technique 15 (1961) 20 pg*.
(140) V a tc h e r , Dr. S., John Coustos and the Portuguese / nqvisttkm, A.Q.C. 8 1
( 1 9 6 8 ) 9 -8 7 . Dada la sincera amistad que nos une. quiero hacer patente de focma especial
mi profundo agradecimiento «1 Dr. Vatcher por el genero» desintené* con que me ha
hecho partícipe de sus trabajos y descubrimientos. .
(141) Anónimo, Das Gante aüer Geheimen Ordens Verbtndunfen, etn B r ie fn ir Be-
Ithrung und Warnunt fiir Nichteingeweithe und zur Vhenkht für Ordens BriUer aus
dchten Quellet und den hesten Schrifften jiczogen van einem Freunde der Menscmenve^
rendlung, Leipzig, bei Hcinrich Graff. 1805, pág. 149; Anónimo. Istituxhme, rrtt e cert-
motiic dellOrdine de Francs-Ma^ns, ossfa Uben Maratón, cotia srscrtzé&nt ? atsfgno
in ramc della loro Loggio e ínsteme un preetso det tatito delle funeste loro
Venezia, Bassaglia, 1785, pág. 92; A.L., t. I. pgs. 51-53; >
r.APRiLE, op. cit., pág. 167, OiKVALLtF.R. op cit, Pg* 84-86: Wait». New Emeydopmdie of
Freemasonry, London. 1921, pág. 55; Nys. op. cit., P<* 47. u
(142) López, S.. Despertador Cristiano Político. Valencia, 1809, p<». 7; Mnbmon,
La conspira/ion du cardinal Alheroni. La F.M. et Stanisiax Ponttfowskt, Cracovie, 1909,
pág. 63; C.RIH1S Y COROMINAS, Op cit., pág. 43.

135
rectamente, como Delmar Duane Darrach, que no tiene inconveniente en decir
que Lisboa pertenece a España (143). Finalmente, ya en el campo de la fal­
sedad están los Masonic Evenís from s. X V III (1 4 4 ) donde se dice que el 14
de mareo de 1713. por decreto de la Inquisición, aprobado por el Rey Juan V
«varios Francmasones fueron torturados y quemados en Portugal». Lo de la
tortura, como veremos, es cierto, pero lo segundo es totalmente inexacto.

O rig en de la p e r s e c u c ió n de la I n q u is ic ió n l is b o e t a

Ei Santo Oficio contaba en Portugal con tres Inquisiciones: las de Lisboa,


Coimbra v Ebora (145). Cada Inquisición disponía de tres Inquisidores, un
P r o m o to r Fiscal, y cuatro Notarios. Los Diputados variaban en número; cada
Tribunal tenía al menos cuatro. Su voto era decisivo como el de los Inquisi­
dores, pero no asistían a las sesiones de la Inquisición sin orden expresa del
Inquisidor General, o de los Inquisidores que necesitaban de su concurso (146).
Según Coustos el origen de la persecución que el Tribunal de la Inquisición
de Lisboa, llamado el Tribunal da Prudencia, desencadenó el año 1743 contra
los masones de esa ciudad (147), fue debido a la envidia de dos mujeres que,
celosas de ía prosperidad de Coustos y Mouton, los denunciaron al Santo Oficio
por medio de Enrique Machado de Moura, hombre de negocios (148).
John Coustos había nacido en Berna (Suiza) en 1703 (149). Su padre,
que era cirujano, se trasladó a Francia con toda su familia, para perfeccionarse
en el ejercicio de su profesión, pero la política religiosa de Luis X IV contra
los protestantes derivada de la revocación del Edicto de Nantes, le obligó
a trasladarse a Inglaterra, y allí se estableció en Londres. Después de residir
22 años en esta ciudad, su hijo John Coustos, casado con una inglesa, Alice

(143) W ard , Told Tbrough the ages. A Series of Masonic Stories, London, 1926,
pgs. 210-234: «John Custos and the spanish Inquisition». D e lm a r D u a n e D a r r a h , The
Evolution of Freemasonry, Illinois, 1920, pág. 267. Reproduce una fotografía de Coustos
y al pie dice: «John Coustos, who for sixteen months suffered at the hands of the
Inquisition in Lisbon, Spain, for being a Freemason».
(144) 1717-1917. Bi centenary of the Foundation of Modern Masonry, Masonic Events
from s. xvm . Year XV. Nn. 45-46 (1917 ) 89-91.
(145) El distrito de la Inquisición de Lisboa incluía el arzobispado de dicha ciudad,
el obispado de La Guarda, el de Leiria, y allende el mar, las islas de Madeira, Brasil,
Angola. Santo Tomé y La Mina. La Inquisición de Coimbra se extendía al obispado de
esta^ dudad, al de Viseo, Lamego, Oporto, Miranda, y el arzobispado de Braga. La Inqui­
sición de Evora abarcaba su arzobispado, el obispado de Yelbes, el de Portalegre, y el
de los Algarbes. En Goa, cabeza de la India Oriental, había también Inquisición, y su
distrito incluía todo lo que se llamaba India Oriental. P in t a L ló r e n t e , Orígenes y
organización del Santo Oficio en Portugal. Revista de Archivos, Bibliotecas y Muscos
[Madrid] LIV (1948 ) 73-102; V a tc h e r , S., op. cit., pgs. 12-14.
J146) El número de «calificadores» tampoco era fijo, como acontecía en la Inqui­
sición castellana, pero siempre se procuraba escoger los religiosos de las distintas Ordene»
de mejor vida y mayores letras. En Portugal no existía, como en España, «relator», ya
que «relataba» el Inquisidor de turno.
(147) En realidad Coustos tan sólo se refiere a sí mismo y a su amigo Mouton.
De Bruslé y Richart no dice nada.
n ta * c'0U,ST0S' P ^ édu res curieuses... op. cit., pgs. 5-6.
(149) Según la sentencia de la Inquisición, fechada en 1744, tenía entonces 40 afios.
Loustos en su libro (edición francesa, pág. 1) dice que había nacido en Berna; *Ín
embargo, en los papeles de U Inquisición, como en los del Public Record Office de Lon­
dres fagura como nacido en Basílea.

136
Barbin, dc la que tuvo cuatro hijos, volvió a París para trabajar en las Galerías
del Louvre, donde permaneció cinco años desde 1735 a 1740.
Durante esta época, tanto en Inglaterra como en Francia, figura ya como
miembro activo de la Masonería (150). De su estancia en Francia se conservan
no pocos datos en este sentido, debidos sobre todo al «Libro de la Logia Cous-
tos-Villeroy», que abarca desde el 18 de diciembre de 1736 hasta que la
policía parisina, a raíz de la prohibición del año 1737 se incautó de todos
sus papeles (151), En esta logia el nombre de Jean Coustos, que figura como
el Trés Vénérable Maitre, está al lado de personajes tan conocidos como el
Duque de Villeroy, par de Francia; el Marqués de LacMaría; los abates Per-
neti y Roufsam; el Conde de Brias; el Conde de Montroorency, etc. (152).
En 1740 Coustos decide ir a Brasil a hacer fortuna y con esta intención
se traslada a Lisboa donde finalmente fijó su residencia al no obtener del Rey
de Portugal permiso para pasar a aquella colonia. Aquí se dedicó a la talla
de diamantes, y llegó a triunfar en este nuevo oficio, que, además, le pro­
porcionó la amistad del parisino Alexandre Jacques Mouton, de la misma
profesión, católico de religión, y como él, también francmasón.
Según la versión de Coustos en sus Procédures curieuses la mujer de Mou­
ton, Margarite Lefebre, hablando con la señora Le Rude, casada con un orfebre,
tuvo la indiscreción de confesar que su marido era masón. La señora La Rude.
celosa de la prosperidad de los dos amigos se asoció, para perjudicarles, con
una amiga suya, llamada María Rosa Clavé, e hicieron que los dos artistas
fueran denunciados a la Inquisición como Francmasones (153).

D e n u n c ia s ante e l S anto T r ib u n a l

El encargado de realizar esta acusación, según los papeles de la Inquisición


de Lisboa, fue Enrique Machado de Moura, procurador de negocios y causas,
el cual se presentó el 6 de octubre de 1742 ante el Inquisidor Francisco Mendo
Trigoso para denunciar «que hacía mes y medio, poco más o menos, que tenía
noticia de que en esta Corte había varios profesores y secuaces de una nueva
secta llamada Francos Massones o Pedreiros Livres, pocos años antes condenada
por la Sede Apostólica» (154).

(150) En 1730 su nombre «Coustos* aparece en la primen lista de la Grgrtd Lodge


Returns of Lodge n. 75 que se reunía en la Rsinbotv Coffee House. Más tarde, en 1732,
su nombre vuelve a aparecer en la Grand Lodge Returns, peto en una nueva logia, la
n. 98, con sede en la Princr Eugene’s Coffee House. Cfr. Vatcher, op. ctt., pag. 11.
(151) B.N.P, Joly de Fleury [Mss.] vol. 184, fols. 133446: «Livre de la Loge qui
se tienne á la ville de Tonnerre dans la rué des Boueheries, fauboutg 5t. Oermain et
commencé aujourd’hui 18 decembre 1736 le premier jour de Loge repihere qui se twndra
tous les mardis de quinze jours en quinze jours. Le Tris Vénérable Maitre Je*n Coustos*.
(152) Ibidem. Existe una tradición a la que se acoden Chevaluer. op. ctt., pég. 30,
v Bord en su Usté de Francsmacons, R.I.S.S., VII (1914) 50 y 98, según la cud esta
log ia fu e fundada en 1726 con el nombre de Loge Arts Sabtte Margwente por un inglés
lap id ario , llamado Coastown en Inglaterra, Gousteaud en Francia y Custos en w w -
Ral, cuya semejanza con el nombre y profesión d e Coustos es curiosa, ntro en esa íec
Coustos estaba en Londres y no es posible que fundar* dicha logia en raris.
(153) Coustos, Procédures curieuses... op. cit., pgs. 5-6. __ . . __ . n _
(154) A.N.L., Inquiskao Lisboé, Proceso n. 10.115 [Coustos]. t^ u n o a ^ o d‘
«que Machado de Moura, 6 octubre 1742. El capítulo de ¿«uncus,
los masones procesados ese mismo año. se encuentra repetido también en los procesos ae
Bruslé, Mouton y de Richart. Cfr. Apéndice 41 A.

137
A continuación dijo que «el cabeza de esta secta era un inalés llamado
Monsieur Gusto [ sic 1, Maestro Lapidario y hereje*; y como súbditos de éste
citó a seis individuos todos ellos católicos y franceses (155) que se reunían
unas veces de día v otras de noche, cn diferentes lugares. Todo lo cual se lo
había contado Madame Larrut ( H6 ) vsu marido Monsieur Larrut, y dos ofi­
ciales de éste cuyo nombre ignoraba. Entre las otras personas que estaban
enteradas de este asunto citó a Madame Clavé. Monsieur Liot y José Gregorio.
Preguntado sobre sus móviles, el denunciante invocó «la necesidad de
descargar su conciencia, y el entender que tenía esta obligación, no habiéndose
dejado llevar por odio hacia los denunciantes. Porque de todos ellos solamente
quería mal a Lamberto Bolanger y a Alexandre Jacques Motton, ya que había
recibido un par de puñetazos por su culpa al actuar como procurador contra
ellos (1 *>7).
Como dice Mellor, toda delación deja siempre un cierto malestar, pero en
este caso la figura de Machado de Moura aparece como doblemente innoble,
va que se trata de un hombre de leyes que recurre a una venganza personal
bajo capí de religiosidad (158). No obstante la Inquisición tardó todavía cuatro
meses en dar fe a dicho testimonio.
El 12 de febrero de 1743 fue nuevamente convocado por la Santa Inqui­
sición, esta vez ante el Inquisidor Manoel Varejao e Tavora, quien, una vez
haberle tomado juramento ante los Santos Evangelios, le preguntó si, después
de haber hecho su denuncia en el mes de octubre pasaao, había averiguado
«alguna cosa mis por la que se pudiera conocer en qué consistía esta nueva
Religión o Congregación; a qué se obligaban sus afiliados; qué ceremonias
hacían; qué beneficio sacaban; y a qué fin se encaminaba» (159).
El testigo a pesar de las diligencias no había podido descubrir «la forma­
lidad de las ceremonias y leves que observaban los miembros de dicha secta».
Solamente había averiguado que cuando ingresaba alguno, se rodeaban con
tal secreto y cautela que cerraban las puertas y ventanas, iluminándose con
velas, y que hacían un banquete a costa del recién admitido.
El resto del interrogatorio apenas tiene interés. Se le preguntó por nuevos
miembros de la masonería, caso de que los conociera; si asistían mujeres a
sus reuniones; dónde las tenían éstas; si eran católicos romanos los socios de
dicha Congregación, etc. De las respuestas solamente cabe destacarse por su
curií«idad el hecho de que el cocinero encargado de preparar los banquetes
de la logia fuera uno de los cocineros de la Nunciatura Apostólica, el cual
era también francmasón (160).
El 11 de febrero de 1743, es decir, un día antes de esta segunda inter­
vención del delator principal, fue llamado ante el Inquisidor Francisco Mendo
frigoso, el señor Cornelis Leruitte, de 49 años de edad y católico romano
«francés de nacimiento, natural de la ciudad de Liége en Francia, y morador
en la de Lisboa». Dado que no conocía la lengua portuguesa utilizaron los
servicios de un intérprete también francés, llamado Balthasar Dromond.

(155) Joao Pietre, Miguel Vandrtvrl, Alcxandrc Jaquen Motton, Lamberto Bolanger.
Monsieur Bilhar y Joao de Villanova.
Í156) Qnjito* le llama Le Rudc. Su verdadero nombre era Leruitte.

— Frtrex teparét... op. cit., pág. 191.


(159) A.N L.. ínquisigao Lisboa, Proceso n. 10.111. Denunciado da Hfnrlque Ma­
cado de Moura. 12 febrero J74J. Apéndice 41 B.
i 1A() 1 /
Una vez tomado juramento ante los Santos Evangelios, ge le mandó a
Leruitte decir la verdad y guardar secreto. Y entre otras cotas se le preguntó
«si sabia que algunas personas en ese Reino o Corte seguían o profesaban
alguna secta nueva, o religión nueva, prestando obediencia a los Superiores de
ella, guardando inviolable secreto, y observando sus leyes y estatutos». Como
veremos es constante la idea, ante los Inquisidores, de considerar a la Maso­
nería como una secta o religión con lo que denotan hasta qué punto ignoraban
lo más fundamental de dicha organización.
El señor Leruitte dijo que había oído decir a Monsieur Custo (161) que
«él era de una compañía o congregación que había en Francia llamada Fra-
massons y que tanto en Inglaterra y Francia, como en esta ciudad [Lisboa]
había recibido en ella a varias personas» (162), Lo más curioso es que Coustos
lo había dicho públicamente, en la plaza, hacía ocho meses, y que poco des­
pués estando de tertulia en cierta casa de un compatriota suyo que le había
invitado a un banquete, «en presencia de todos los asistentes le preguntó al
Sr. Leruitte si quería entrar y ser de su compañía* (163). Todavía volvió a
insinuarse Coustos en su afán proselitista, una vez más, hablando con la mu­
jer de Leruitte, quien le respondió que «su marido no se había de mezclar
con semejante canalla».
El resto del interrogatorio siguió el mismo esquema utilizado con el otro
testigo. Se le preguntó por los miembros de la Masonería y si eran Católicos
Romanos; si las mujeres formaban parte de la asociación; si Coustos estaba
en su perfecto juicio cuando confesó que era «sectario de esa Religión» (164);
si él era el «cabeza superior de esta Religión»; si sabía «en qué consistía esta
nueva Religión o Congregación»; a qué se obligaban sus afiliados, qué cere­
monias hacían; a qué fin se encaminaba; y qué beneficios sacaban de ella los
que estaban afiliados. En este caso la respuesta del señor Leruitte ofrece la
variante de haber contestado que «la utilidad que de esta compañía sacaban
los afiliados a ella, era que se ayudaban unos a otros en cualquier parte o
Reino donde se encontraban, conociéndose como tales por las señales que para
ello tenían». Además, el susodicho Coustos le había dicho que «esta congre­
gación no era perjudicial a la Religión ni al prójimo, ni a la República, ni a
los Reyes» (165).
El 13 de febrero de 1743 fue llamado a testificar ante d Inquisidor Manoel
Vaiejao e Tavora, un tal Joao Liot [E lliot], también francés de nacimiento.
Tras el juramento de rigor declaró que había oído decir a cierto Pedro Bersan,
armenio, que en Lisboa «había una congregación llamada en lengua francesa
Framassons, y en portugués Pedreiros Livres, de la cual era Maestre y cabeza
un extranjero que le parecía ser suizo de nación, y que se Samaba Monsieur
Christolf en francés, que en nuestra lengua corresponde a Cnnstovao, y en
inglés Cus ton, Lapidario de profesión» (166). Aparre de los detalles ya cono-

(161) «Monsieur Custo, no sabe de qué nación, catado• « Inglaterra. lapidario en


esta corte donde mora, al cual le conoce por ir a la .
( 162) A.N.L., ¡ m m s i e m Lisbn *. Proceso n. 10,1 H. Denuncia^ da Gome!» Le-
m i t r o . 11 febrero 1743. Apéndice 41 C .

í'lM ) « «ai catata « , pcrítcK* iuicio. o !” « * • * V" *


alguna rawSn, o bebido mi* de la cuenta; *¡ hablaba de vera* y «entínente o en brama».
Ihidem
(166) A*n7?.’ h<iuhK 0o lisbt*. P»WM0 " 10.115. Denunciado da Joao Liot. 1)
febrero 174V Apéndice 4 1 D,

139
ddos « t e m e s al secreto con que se rodeaban en sus reuniones, este testigo
añadió un nuevo dato de importancia.
Según había oído decir a un inglés llamado Maestre Farbs, cirujano y boti­
cario existía además en Lisboa otra Congregación de F ramassons o P 'drem s
Uvres instituida por los ingleses de la nusma forma que la de los franceses.
Dicho Farbs era miembro de ella. y su Gran Maestre se llamaba Gordon Tam-
bién había oído decir a Farbs que los miembros de dicha Congregación hacían
sus reuniones y ceremonias «con tal y tan inviolable secreto que era imposible
revelarlo, a pesar de que nada de lo que hacían era contra la fe o nuestra
Religión Católica» (167).
Respecto a la finalidad de la Congregación la respuesta coincide exacta­
mente con el anterior testigo. Sobre la participación de mujeres «siempre
había oido decir que era imposible que se admitieran en dicha congregación
por no exponerse a la revelación del secreto. Finalmente, sobre si eran cató­
licos romanos o no los socios de dicha compañía, respondió Elliot que «los
franceses eran todos católicos romanos, pero que respecto a los ingleses tenía
entendido que todos eran herejes» (168).
Al día siguiente. 14 de febrero de 1743 fue convocado ante el mismo In­
quisidor un nuevo testigo llamado Pedro Bersan «hombre de negocios, soltero,
natural de Armenia, de la ciudad de Etquta»; es decir, aquel a quien se había
referido en su declaración el testigo anterior, Joao Elliot.
En su testificación dijo que constándole que en Lisboa había frecuentes
banquetes entre personas extranjeras se decidió a preguntar con curiosidad
caá! era el fundamento para que éstos se celebrasen; y un francés, llamado
Brullé [sic] le dijo que dichos banquetes «habían sido introducidos por una
Religión o Congregación que había en esta ciudad, al igual que en Francia e
Inglaterra, intitulada Framacsons y en nuestra lengua Pedreiros Livres, de la
que era maestre y cabeza — y recibía a todos los hermanos de ella— uno que
se llamaba venerable, y que era francés hugonote y militaba bajo la bandera
inglesa, llamado Monsieur Custon [sic], del que no sabía en qué parte de la
ciudad moraba, y que tenía un libro en el que anotaba a todos los hermanos
que entraban en uicha compañía o congregación» (169).
Tras referirse a las señales de reconocimiento, al secreto y juramento con
que se rodeaban, y el dinero que costaba a los candidatos su iniciación (170),
ca algunos nombres de personas que él conocía pertenecían a dicha congre­
gación, coincidiendo con los anteriores testigos tanto en la finalidad de ayuda
mutua, como en la ausencia de mujeres, y el porqué de tal medida. Sin em­
bargo, respecto al número de masones existentes en Lisboa llega a decir que
abia más de cincuenta, si bien ignoraba fueran todos ellos católicos romanos.
La declaración de Pedro Bersán concluye citando a un francés, apellidado
regono, que podía dar alguna noticia más de esta materia. A título de curio-
si anadio en última instancia que había oído decir que en los Estados
e ran que de Toscana muchas personas habían sido degradadas por intro­
ducir esta nueva secta o congregación.

(167) Ibidem.
(168) Ibidem.
13 (¿£reroA1743/ l ’¡*aÉ n °4 \ Proce*° n 10115. Denunciado da Pedro Bemn,
(170) «Doce mil ochocientos'reh para hacer el banquete».

140
Un par de días más tarde, el 16 de febrero de 1743, el llamado a testificar
ante el Tribunal de la Santa Inquisición de Lisboa fue José Gregorio, hombre
de negocios, soltero, natural de París, y católico romano. Después del jura­
mento de rigor fue sometido al mismo interrogatorio de los anteriores, si bien
no aportó ningún dato nuevo, confirmando en líneas generales lo ya dicho
por los otros testigos (171).
El 18 del mismo mes fue convocada ante la Inquisición la señora María
Rosa Clavé, también natural de París; la misma a la que se refiere Coustos
en sus Procédures, como amiga de la señora Leruitte [Le Rude], principales
causantes de su desgracia, y de la de los demás masones de Lisboa (172). Tam­
poco en este caso se avanzó demasiado ya que todo lo que esta testigo declaró
se basaba en lo que había oído decir al señor Larrut [Leruitte] y a su mujer.
No obstante, cosa que no se encuentra en el testimonio del señor Leruitte,
indica que cuando los masones se reunían, llevaban instrumentos de los P e ¿ r eí­
ros y delantales de cuero. Además a los casados se les entregaba un par de
guantes para que se los regalasen a sus mujeres (173).
Finalmente, el 23 de febrero de 1743 compareció ante el Santo Oficio lis­
boeta el último testigo, Reyner Roger, igualmente parisino, y católico romano,
quien tampoco aportó nueva luz a lo ya dicho por los anteriores declarantes,
si bien se permitió indicar que el Rey de Francia había prohibido esta Com­
pañía de Francmasones en su Reino, mandando encarcelar a todos aquellos que
le constaba habían entrado en ella (174).

M an d a m ien to d e p r is ió n d e v a r io s m aso n es

De resultas de estas declaraciones el Promotor Fiscal solicitó el 4 de mar­


zo de 1743 se procediera a la captura y prisión de Coustos, Motton y sus com­
pañeros miembros de la sociedad de los Pedreiros Uvres, ya que «esta Con­
gregación y Sociedad se hallaba reprobada y condenada por la Santidad de
Clemente X II como constaba de su Constitución In eminenti ApostoUtus spe-
cula en la que recomendaba a los Inquisidores procedieran contra los que for­
maban semejantes sociedades» (175).
El primer mandamiento de prisión publicado fue el de Alexandre Jacques
Motton, el día 9 de marzo de 1743. A tal efecto existían ya unas fórmulas
impresas, a las que tan solo había que añadir el nombre del reo y la fecha,
y que estaban concebidas en los siguientes términos:
«Los Inquisidores Apostólicos contra la herética parvedad y la apoetasía
en estas ciudades de Lisboa y su distrito, etc. Mandamos a cualquier familiar
u oficial del Santo Oficio, que en esta ciudad de Lisboa y sus suburbios o
adonde quiera que fuere hallado Alexandre Jaquez Motton, francés de nació*,
lapidario y morador según se dice en una quinta junto a San José de Riba-

(171) A.N.L., Inquisigao Lisboa, Proceso n. 10.115. Denunciacao da Joaé Gregorio,


16 febrero 1743. Apéndice 41 F.
(172) Cfr. nota 153.
(173) A.N.L., Inquisifao Lisboa, Proceso n. 10.115. Denuncias*) da María Koata
Clavé. 18 febrero 1743. Apéndice 4 1 G. _ _
(174) A.N.L., Inquisifao Lisboa, Proceso n. 10.115. Denunoajao da Reyner Roger,
23 febrero 1743. Apéndice 4 1 H. . - * > _ • -a j a
(175) A.N.L., Iftquisifao Lisboa, Proceso n. 10.115. Decisión de arresto, 4 mano
1743. Apéndice 4 1 1.

141
mar (176), lo prendáis sin secuestro de bienes, por culpas que contri él existen
en este Santo Oficio, que exigen su prisión y puesta a buen recaudo, con cama,
y lo necesario para su uso, además de 40.000 reis en dinero para sus «limento»,
lo traigáis y entreguéis bajo llave al alcalde de las cárceles de Custodia de esta
Inquisición. Y en virtud de Santa Obediencia y bajo pena dc excomunión ma­
yor y de quinientos cruzados para los gastos del Santo Oficio, y de proceder
como mejor nos purczcíi, mandamos a todas las personas así Eclesiásticas, como
seculares, de cualquier grado, dignidad, condición y preeminencia que sean,
que no impidan hacer lo sobredicho, antes siendo requeridos para ello, den
todo el favor y ayuda, sustento, posadas, camas grillos, cadenas, cabalgaduras,
barcos y todo k> que fuere necesario por el precio propio de la localidad (177).
Cumplidlo así con mucha cautela y secreto* (178).
En ejecución de dicho mandamiento, el día 11 de marzo de 1743 fue entre­
gado, en las cárceles secretas dc la Santa Inquisición, al guarda Pedro Rodríguez,
que hacía de alcaide, por el Familiar Matheus dos Santos, el preso Alexandre
Jacques Motton, al que se le ocuparon 1840 reis en dinero, y un espadín de
plata que se depositaron en poder del tesorero Manoel Louren^o Manteiro (179).
Al día siguiente se dio la orden notarial a un Familiar del Santo Oficio para
que fuese a casa de Motton y se «procurase ciertos instrumentos e insignias
de que había noticia usaban algunos extranjeros en ciertas reuniones que ha­
cían* (180). Pero lo único que encontró fue un saco con un delantal de cuero
dentro. De los otros instrumento# que se le habían indicado no halló rastro.

(177) CUüíiv* j i0n manuscrita*.


(178) A ,íf ° ¿ ulo« > de interpretar.
ton, Uvrador de diamantes natural íu P*° ° j í? * ? * 10 Alexandre Jaques Mot*
p , í. 5í de parb' e morgor nem *
1743. Apéndice 42*0.*** entre*í ' Apéndice 42 B, y Planta do Carcerc, 11 de marco
(1#), / 5 * m de requisa 12 1743. K yh^ 42D

142
IV.— PROCESO DE ALEXANDRE JACQUES MOTTON

Interrogatorios iniciales.—Amonestación del reo.—Exámenes de ’'Genealo­


gía", "In genere" e "in specie",—Sumario de cargos.— Publicación de la prue­
ba de justicia.—Sesión de tormento.— Sentencia final

I n ter ro g a to r io s in ic ia l e s

El trece de marzo de 1743 ante el Inquisidor Francisco Mendo Trigoao


compareció por vez primera Alexandre Jacques Motton, tallista de diamantes,
natural de la ciudad de París, de 39 años de edad, católico romano. Al deman­
darle si había cometido alguna culpa por la que se hubiera ocupado de él el
Santo Oficio (181) dijo que «viéndose preso en esta Inquisición, y trayendo
a la memoria todo lo que había hecho en su vida, no encontraba en su con­
ciencia delito alguno que perteneciese a este Tribunal, como no fuere el de
ser Francmasón o Pedreiro Livre», pues un extranjero y un portugués al ente­
rarse que lo era le habían amenazado con denunciarle al Sanco Oficio.
A la pregunta del Inquisidor de «qué cosa era el Francmasón o Pedreiro
Livre», respondió Motton que el ser Francmasón no era otra cosa sino el ser
socio de una compañía así llamada, o de los Pedreiros Uvres, que existía en
Inglaterra, en Francia y en otras tierras de Europa, y también en esa Corte
de Lisboa. Y esta comunidad, según había oído decir, tenía su origen en los
cruzados que fueron a Tierra Santa, los cuales cuando regresaron a su Reino
de Inglaterra, que entonces era Católico Romano, instituyeron una congrega­
ción de personas escogidas bajo una cabeza que llamaron Gran Maestre, elegida
por ellos mismos, y a la cual todos obedecían. En esta Comunidad o congre­
gación había diversos órdenes o jerarquías de personas, a saber: Gran Maestre,
que era elegido o reelegido todos los años, Maestres, Oficiales [compañeros],
Aprendices, Procuradores, Tesoreros, Vigilantes, etc. (182).
En esta «espontánea» donde la leyenda se va mezclando con la realidad se
alude también a las insignias utilizadas por los masones: compases, escuadras,
plomadas, etc. (183) por medio de los cuales se conocían unos a otros en
cualquier país donde se encontraren. Las asambleas de estas comunidades se
realizaban en casas para ello destinadas llamadas logias.
A continuación fue preguntado Jacques Motton sobre la calidad de las
personas que se admitían para Francmasones y de qué forma eran recibido» y
a qué se obligaban cuando se alistaban en esa comunidad. A b que el reo

(181) Preguntado si se apartó algún tiempo de Nuestra Santa Fe Catélka y Ley


Evangélica o de alguno» Artículos y Misterio» de ella, dijo míe « iícodr habla m
fiel y verdadero Católico Romano, y siempre creyó firmemente todo lo que la Santa Madre
Iglesia de Roma manda creer*. . . . , ,,
(182) A.N.L., / ttquistan Lisboa. Proceso n 257. Proce» de Motton. Confesión.
13 mano 1745. Apéndice 72 E. . . . . ,
(183) «Que eran unos instrumento* que utiltoaban los pedreiros para abastar los can­
tos de las piedra»*. Ibidem.

143
respondió con la misma sinceridad y sencillez diciendo que «para set F«cm .«Sn
se W e r f a ser persona de sexo masculino, que fuera de buena vid. y co.-
tumbres». El candidato que deseaba ser recibido -se g ú n la largt relación
hecha por el acusado (1 8 -1 )- «se tenía que valer ác alguno de lo< miembro,
de la comunidad para obtener licencia del Gran Maestre, cosa que se hada
después dc congregados todos los Francmasones en ogla, y de haber sido hecho
el escrutinio de la votación para la que se valían de papeles negros y blancos,
siendo suficiente un solo voto negativo para que el candidato no fuera admitido.
Y cuando su padrino le daba la noticia de que estaba aceptado iba con él a
la casa donde se tenia logia, y después de quitarle todo el oro y plata que
llevaba consigo, así como el espadín y las hebillas de los zapatos, le tapaba
los ojos con un lienzo y cogiéndole de la mano le llevaba hasta la puerta de
la logia donde estaban los Francmasones. Habiendo llamado, acudía uno que
hacía las veces de portero y le preguntaba qué quería; a lo que se le respondía
uue estaba allí un caballero que quería ser Francmasón, y diciendo dicho por­
tero que iba a dar parte al Maestre, tornaba y preguntaba al declarante de
parte del mismo Maestre, por tres veces, si venía voluntariamente, y respon­
diéndole afirmativamente abría la puerta de la logia, y su padrino lo llevaba
de la mano hacia dentro. Estando allí de pie, oía una voz, que era del que
hacía las veces de Maestre, que le decía, si quería ser Francmasón por su libre
voluntad, lo cual repetía también por tres veces, y el candidato le respondía
otras tres que de su libre voluntad quería ser Francmasón. Una vez dicho esto
le retiraban la venda de los ojos y entonces veía que estaba junto al Maestre
de la Logia, de pie, y todos los demás socios con gran severidad, también de
pie, rodeándoles. Delante del Maestre había una mesa pequeña sobre la cual
se encontraba un gran libro de los Evangelios, y haciéndole arrodillar de frente
junto a dicho libro, puesta sobre él la mano derecha debía jurar guardar invio­
lablemente el secreto de los Francmasones, y que si no lo guardaba merecería
que le cortasen la cabeza y lo arrojasen al mar. El neófito con la mano sobre
el libro y la rodilla derecha en tierra y la izquierda levantada, prometía guar­
darlo. Entonces el Maestre le decía que para conocer a los socios de esta com­
pañía donde quiera que estuviese debía hacer tres señales con la mano derecha:
primero llevarla a h garganta como si quisiera cortarla; segundo, volverla a su
sitio extendiendo el brazo hacia la tierra; y tercero, pegando con la mano
abierta en el pecho izquierdo. Al mismo tiempo tenía que utilizar las palabras
Boaz y Jaquin, diciendo a los compañeros B, a lo que ellos había de respon-
er y esta forma concluir mutuamente las letras de dicho nombre Boaz,
> también el de Jaquin. Después le entregaban un delantal de piel blanca,
con que el neófito se ceñía al igual que lo estaba el Maestre y los demás com­
pañeros. También se le daban dos pares de guantes, igualmente blancos, uno
£ar2u \J °*j° ^ muicr» y entonces el Maestre comunicaba a los demás
que abia sido recibido por Francmasón, y al neófito por aprendiz y compañe­
ro, y que uere a hacer las señales que le había enseñado para ver si las sabía
i c rantc * esta ceremonia la logia estaba con las ventanas y puertas
una maS ^ 5 trcs ve^as colocadas sobre el pavimento, dos en
d^l sn? v \l i 3 tCrj Cra en otra,’ y entrc e^as dibujadas con tiza las figuras
izauierHa • Un3 ct*z 1 *1°* co^umna*> una * la derecha y la otra a la
• ; Pa nno llevaba de la mano al candidato ya iniciado por encima

«obíe^a» w ¿ionL «Vdeeh <i¡n¿iac¡AÍ*lle* aportado*’ reProduzco íntegra etta declaración

144
de dicha» figuras, y entre las velas hasta el Maestre, haciéndole dar tres pasos
con el pie derecho por delante. Concluida la ceremonia se abrían las ventanas,
se apagaban las velas, y se sentaban en la mesa por orden de antigüedad. Du-
rante el banquete y para poder beber el Maestre hacía una señal, pegando
con la mano derecha en su copa y diciendo: «preparen las armas», y levan­
tándola decía: «armas a la cara», y poniéndola en la boca, añadía: «fuego»,
y bebía, y en todo le imitaban al mismo tiempo todos los compañeros. El
primer brindis era a la salud del rey: el segundo a la del Gran Maestre, y
el tercero a la de los recién admitidos en aquella compañía. Además, sin la
señal del Maestre ninguno podía beber. La velada concluía con algunas cantigas
en loor de los Pedreiros y de los Arquitectos» (185).
Tras esta larga relación el P. Inquisidor se interesó por una serie de deta­
lles referentes al establecimiento de la Masonería en Portugal, pues Jacques
Motton había sido iniciado en Francia antes de establecerse en Lisboa, donde
hacía ya siete años que residía. Según su declaración tan sólo hacía un año
que habían empezado las reuniones de masones debido a la iniciativa de un
tal Joao Gusto [sic], suizo de nacimiento, pero que había vivido mucho tiempo
en Inglaterra en donde se hizo Francmasón. Como él era el que mejor sabía
las leyes y estilos de esta Congregación se hizo el principal cabeza de ella (186).
Finalmente bajó a detallar las veces que se habían reunido y conde, así
como las personas que a ellas acudían, que por derto eran todos franceses e
ingleses. Con esto concluyó esta primera declaración de Motton que fue juz­
gada por los Notarios presentes como justa, pues les parecía que el reo decía
la verdad y merecía crédito.
Diez días más tarde, el 23 de marzo de 1743, fue nuevamente llamado ante
el Inquisidor, el reo Alexandre Jacques Motton para ser sometido a una segunda
confesión en términos del Santo Oficio. En ella caben distinguirse dos panes
bien definidas. En la primera las preguntas van dirigidas a obtener más detalles
sobre la organización de la masonería en Portugal, es decir si, además de extran­
jeros, había portugueses entre los francmasones; cuanto tiempo hacía que
había empezado en esta Corte la Comunidad de los Pedreiros Uvres, y por
'iniciativa de qué personas (187); si la Orden o Congregación de k* Pedreiros
Livres establecida en Lisboa era la misma que existía en Francia; si tenía los
mismos órdenes, grados, jerarquías, oíales eran sus estatutos, las insignias
utilizadas, etc. (188).
Dentro de este primer capítulo también le fue preguntado a Motton si
la Masonería portuguesa estaba de algún modo subordinada al Gran Maestre
de Francia o de Inglaterra, o era más bien independiente.
Ante la categórica respuesta negativa, el Inquisidor enfocó su interrogatorio
hacia el secreto a fin de conocer si las leyes y estatutos de esta Congregación
se enseñaban a todos los congregados y socios, o si en ella había algunos avisos
secretos que tan solo sabían los Maestres o personas de gobierno, por no ser
conveniente para su conservación que se manifestaran a todos los Francmaso­
nes. Dado que según Motton, todos los compañeros sabían los secretos de la
Congregación y solamente ignoraban los aprendices las señales de los compa­
ñeros, y éstos a su vez las de los Maestres, se le preguntó si el secreto inviolable

(185) Ibidem.
(186) Ibidem. . ,
(187) Naturalmente el nombre de Custoa sale <instantemente a tetoar.
(188) A.N.L., Infuisicto Utbos. Proceso n. 257. 2. Confesión, 23 mano 1/45. Apén­
dice 42 F.

143

10
aue los Francmasones prometían ante loa Santos Evangelios, con conminación
de tan grave» pena», era general en todos los países o solamente particular de
Portugal La contestación del reo fue en el seimdo de que el secreto era
general. Entonces los Inquisidores desearon saber «sobre qué materia cjüa
S e juramento de secreto conminado con tantas y tan rigurosas penas». También
en esta ocasión debieron quedar sorprendidos al constatar que «el juramento
de guardar secreto caía sobre el no descubrir lo que pasaba en las Asambleas,
ni Us señales y palabras con que se distinguían los socios de la Pedrarta, todo
lo cual ya había declarado ante esc Tribunal» (189).
El siguiente paso fue preguntar para qué se había instituido esa nueva
Congregación, y qué ventajas descubrían los que entraban en ella como socios,
para sujetarse a un secreto tan peligroso. Aquí Motton reconoció que como
la fundación de esta congregación venía de muy antiguo, no sabía bien el fin
hacia donde se dirigía, si bien creía que las ventajas que obtenían los Francma­
sones eran, sobre todo, el conocerse unos a otros en cualquier país donde se
encontraren, y socorrerse en las necesidades. Más aún, el propio Motton asegu­
ró con toda certeza que a él, en particular, ninguna otra cosa le había llevado
a hacerse Francmasón a no ser la curiosidad de saber qué cosa era y cuáles
eran sus secretos; y estaba cierto que otros muchos habían entrado movidos
por el mismo motivo, y todos se consideraron engañados al comprobar que
en la Pedrarta no había más secretos que aquellos que ya había declarado en
fste Tribunal (190).
A partir de este momento el interrogatorio se dirigió por otro camino: el
Je la religón y sus posibles derivaciones heréticas. Se empezó preguntándole
si cn las reuniones a que había asistido tanto en Francia como en Portugal,
ie hablaba de religión o si en ellas se hacía alguna cosa contra nuestra tanta
fe o contra el bien común. También aquí el testimonio de Motton es unánime
con la auténtica práctica de la verdadera Masonería como ya hemos tenido
ocasión de ver anteriormente en diversas ocasiones.
Así, pues. Motton confesó que en «las Asambleas a que había asistido no
se habló de Religión ni se dijo o hizo cosa alguna contra nuestra Santa Fe,
ni sabe se hiciese lo contrario en alguna otra parte, porque esto está prohibido
en ¿icha Congregación, lo cual el Maestre de la Logia advierte en la recepción
, 1°^.90c'08’ y* 9UC k ^,cc 9UC cn aquella Congregación no se habla ni sobre
la Religión, ni sobre el gobierno político, ni se dice mal de los demás herma­
nos, m tampoco palabras ilícitas o deshonestas, ni se hacen acciones contrarias
a Jas buenas costumbres, lo cual debe así observar todo aquel que entra como
candidato» (191).
A continuación se le enumeraron una serie de proposiciones más o meno*
r ticas para ver si las había oído decir en alguna de las Asambleas; propo-
s»aones que fueron categóricamente negadas por Motton (192). Finalmente,
volvieron los Inquisidores al tema del secreto ya que no comprendían que

(189) Ibidem.
(190) Ibidem.
(191) Ibidem.

fuete, tiendo oculto v hecki . f tÜie cu,*^u'ef P«cs<k> grave por grande que
maneta que era licito hurtar en pa e* culpa venial»; si «de ls misma
hün era lícito fornicar*, m « n u e a t r T n e c e a i d a d , en lo* miamos términos tam-
»mo material, taduc# y mortal* etc ibidem «P» ritual e inmortal como enseña la Fe,

146
pudiera hacerse un juramento tan abominable y con penas tan exorbitantes y
atroces a no ser que la materia del mismo fuera muy grave. Y en concreto se
le preguntó si en las reuniones a que asistió en esa Congregación de Pedraria,
no había otros secretos, ni más razones de conveniencia para los socios, que
aquellos que había ya declarado, siendo así que tales asambleas y toda la Con­
gregación de los Pedreiros Livres estaban prohibidas por la Sede Apostólica
y en la ciudad de Lisboa por Edictos públicos, que por orden de la Inquisición
se habían mandado leer en las principales Iglesias (193).
A esto respondió Motton que «era la primera vez que oía que la Sede
Apostólica hubiera condenado la Congregación de los Francmasones, y que
tampoco sabía aue en esa ciudad se hubiera leído ningún Edicto por el que
fuesen condenadas las reuniones o Asambleas que los Francmasones hacían,
porque caso de haber conocido tal noticia, no hubiera sido tan falto de juicio
de acudir a ellos exponiéndose al peligro de ser castigado por el pequeño
interés de una cena ya que ésta era la única ventaja que de ellas había obtenido.
Y como hijo obediente que siempre fue de la Santa Madre Iglesia, había de
ejecutar puntualmente sus preceptos, como siempre hizo por lo cual pedía
misericordia y perdón a ese Tribunal, por haberse reunido en las Asambleas
que había declarado, porque lo hizo así ignorante, sin que supiese ni presu­
miese que desodebecía a las órdenes de ese Tribunal, ni a los preceptos de
la Santa Madre Iglesia» (194).
Las últimas palabras del reo fueron una repetición de que «en la Con­
gregación de los Francmasones no había más secretos que los que él sabía y
que ya había manifestado, porque caso de haberlos, los revelaría en este
Tribunal con la misma facilidad con que descubrió todo lo que ya había
declarado en ésta y otras sesiones» (195).

A m o n esta ció n d e l r eo

Estas dos sesiones que, según la terminología del Santo Oficio, se llama­
ban «Confesión» del reo, concluyeron, como de costumbre, con una amones­
tación hecha por el Inquisidor incitándole a confesar ante ese Tribunal todo
lo que todavía no había descubierto, para así poder acogerse a la Misericordia
cíe la Santa Madre Iglesia.
Como consta en las actas del proceso le fue dicho textualmente lo siguien*
te: «Que habiéndose informado en este Tribunal que en la Corte de Lisboa
se hacían Asambleas y reuniones de una Fraternidad o Congregación llamada
de los Pedreiros Livres, la cual había sido condenada por el Pontífice demen­
te X II, cuya condena se hizo pública en esta ciudad por Edictos que se leyeron
y fijaron por orden de este Tribunal en las principales puerta* de las Iglesias,
y que sabiendo que él era uno de los socios y compañeros de dicha Gongae-
ación y Asamblea había sido mandado encarcelar en esa Inquisición. Y siendo
S amado al Tribunal, y en él amonestado para que declarase sus culpas, tomó
el buen consejo de empezar a confesarlas. Con todo, puso mucho más empeño
en no decir toda la verdad de ellas, por no descubrir la verdadera materia
sobre la que cae un tan apretado juramento de secreto con conminación de

(193) lbii*m
(194)
(195) Ibidem.

147
tan graves penas, pues no se le dio crédito que esta Congregación constituyese
un juramento tan grave, a no ser para ocultar materias gravísimas; ni que los
socios de dicha Congregación se hubiesen de sujetar a una carea tan pesada,
a no ser por otras conveniencias e intereses, y otras materias de secreto, que
el declarante ocultaba maliciosamente» (196).
«Y porque lo que le convenía — prosigue la amonestación— para descargo
de su conciencia, y buen despacho de su causa, era confesar todo lo que sabía
y se escondía bajo dicho juramento, y todo lo que se decía y practicaba en
las referidas Asambleas, que se hacían tan sospechosas a la pureza de nuestra
Santa Fe, y como tales condenadas, le amonestaban de nuevo con gran caridad
de parte de Nuestro Señor Jesucristo, para que abriera los ojos del alma y
pusiera aparte todos los respetos que le impedían hacerlo, ya que obrando
así podrían usar con él ce la misericordia que pide y que la Santa Madre Iglesia
acostumbra conceder a los buenos y verdaderos penitentes» (197).
Finalmente, concluye esta amonestación con unas palabras del reo por las
que admite que a partir de ese momento «sabía que desobedecería a lo que
la Santa Madre Iglesia mandaba yendo a las Asambleas de los Pedreiros Livres,
si bien dejaba constancia de que en ninguna de las que había asistido, así en
esta Corte, como en la de París, ocurría cosa alguna que no hubiera mani­
festado en ese Tribunal, y que no sabía que en esa Congregación hubiera
más secreto que aquel que tenía revelado, ni que en sus reuniones se dijera
cosa alguna contra nuestra Santa Fe y buenas costumbres; y que si supiera
alguna cosa más la descubriría inmediatamente para alcanzar la misericordia
que merecía, por ser extranjero en el país, por ignorar la lengua portuguesa,
y porque desde que vino a esta Corte solamente había tratado con personas
portuguesas de materias de su negocio y oficio, siendo ellas las únicas que
le podían haber dado noticia de la referida prohibición» (198).
Todavía fue de nuevo amonestado en forma, y mandado a su cárcel «sién­
dole antes leída esta sesión, que una vez oída y entendida dijo estaba escrita
en verdad, lo cual firmó con el señor Inquisidor Francisco Mendo Trigoso» (199).
Los dos notarios presentes al acto (200) fueron preguntados si les parecía que
Motton había hablado verazmente y merecía crédito, cosa que ambos afirmaron
e hicieron constar por escrito.
La siguiente fase del proceso fue el examen, realizado el 2 de abril de
1743, de los testigos del sumario que habían depuesto contra Alexandre Jac-
ques Motton. De resultas del cual fueron todos los votos unánimes en consi-
er" jP * v’st0 9ue el reo había confesado que era Francmasón al haber sido
recibido como Aprendiz, Oficial y Maestre, en una de las logias de la Corte
e ans, y que en Lisboa «se había incorporado a la Congregación de los Pe-
rerroj Ltvres que había instituido y fundado Monsieur Coustos a imitación
r^npt¡riranCeSa’ en tCU^° sirvió de Maestre de Logia, y que había asistido
pe as veces a las reuniones que en diversas casas de esta Corte hicieron

(196) Ibidem.
(197) Ibidem.
(198) Ibidem.
con verdad*y^oue' ^ ° k ° n y CJ ^ u isid o r dice así: «Digo que está escrita
necesario^ y que no teníi ratificab», 7 «"naba a decir de nuevo si fuera
nuevo que decir» bajo carao del disminuir, mudar o enmendar, ni nada
W .l A , ’h F , ' . X “ T s C V" " f0' ’M m -
148
los Francmasones congregados por dicho Coustos, como Maestre y cabeza que
era de ellos, ocupando en ellas el puesto de segundo vigilaste; acciones todas
ellas directamente opuestas a lo que manda Su Santidad el Papa Clemente X II
en la Bula que comienza In eminenti Apostolatus specula, la cual fue publi­
cada en esta Corte el 28 de septiembre de 1738 (201) por orden de Su Emi­
nencia (202), y en ella espesamente prohibidas; y a pesar de no resultar de
los exámenes que se le hicieron, ni de las confesiones de los socios presos y
aprehendidos en esta Inquisición vestigio alguno de seguirse y practicar en
las asambleas de esta Corte errores contrarios a las verdades de la fe y buenas
costumbres de los católicos; y no obstante las razones que el Reo alegó para
eximirse de la culpa que confesó, se juzgaron los delitos suficientes para que
el reo fuera trasladado de la cárcel de custodia en que estaba preso, a las
cárceles secretas, sin secuestro de bienes, para, una vez allí, ser procesado
según forma» (203).
Esta decisión fue llevada al Consejo General, en presencia del Cardenal da
Cunha, quien el mismo día 2 de abril de 1743, aprobó la resolución tomada,
y se dieron las órdenes oportunas para que una vez trasladado a las cárceles
secretas se iniciara el proceso siguiendo la forma acostumbrada (204).

E x á m e n e s d e « G e n e a l o g ía » , « I n g e n e r e » e « I n s p e c i e »

Tras esta fase preliminar se inició propiamente el proceso, el 6 de mayo


de 1743, con un primer examen llamado «Genealogía» en el que se le pre­
guntaron una serie de datos sobre sus padres y abuelos, tanto paternos como
maternos; lugar donde fue bautizado y confirmado; práctica de la religión;
conocimiento del catecismo, etc. Finalmente, se le volvió a amonestar a que
confesara todas sus culpas (205).
Dos días después, el 8 de mayo, tuvo lugar un segundo examen, esta vez
llamado In genere, en el que una vez más se le exhortó para que descubriera
ante el Tribunal toda la verdad de sus culpas. El interrogatorio propiamente
dicho, versó sobre el verdadero interés que empujaba a los Francmasones a
alistarse como tales, o la conveniencia que sacaban de esta sociedad; sobre
los auténticos secretos de esta confraternidad; el fin de la institución, etc. (206).
Acerca del interés o conveniencia respondió que «él no sabía que en la
sociedad establecida en Lisboa hubiese otro provecho para los socios, sino el
divertirse y pasar el tiempo alegremente, comiendo y bebiendo mucho a costa
de los que se aceptaban en ella. Sin embargo, en la sociedad de Inglaterra,
oyó decir en Francia, que además de las referidas conveniencias estaba también
la de ayudar a aquellos socios que tenían necesidad, para lo que se hacía un
depósito general que estaba en manos del tesorero» (207).

(201) Cfr. Apéndice 39 H.


(202) El Cardenal da Cunha. _ r .
(203) A.N.L., I n q u in o Usboa, Proceso ti. 257. Examen de las Confesiones del reo
en el Tribunal y en el Consejo General, 2 abril 1743. Apéndice 42 G.
(204) Ibidem. _ , .
(205) A.N.L., lnquisifoo Lisboa, Proceso n. 257. Examen de Certealogm, 6 mayo 1743.
Apéndice 42 H. _ T
(206) A.N.L., I n q u in o Lisb<*i, Proceso n. 257. Examen In gertere, 8 mayo 1/43.
(207) Ibidem.

149
Sobre los verdaderos secretos de esta confraternidad, y U .uténuc. materia
en que c ía el inviolable juramento, volv.ó a repeor Jaques Motton que «<1
no sabía que en la comunidad de los PeJraros üvres hub.era más secreto que
el de las señales con que se distinguían y conocían unos a otros, como ya había
declarado; ni tenía noticia de que el juramento cayera sobre otra materia».
Respecto al auténtico fin de la Congregación dijo «que él nunca entendió que
esta sociedad se encaminara a otro que no fuera el ayudarse mutuamente unos
a otros en cualquier país donde se encontrasen o conociesen, lo cual no suce­
dería tan fácilmente si fuesen extraños y no socios de dicha Congregación» (208).
En esta ocasión se le hizo también un sondeo sobre un tema que al ana­
lizar la Bula 1» em inenti vimos tenía su importancia, es decir, si en las asam­
bleas a las que asistió había visto algo que fuese perjudicial «no sólo a la
República espiritual, sino también a la temporal». El testimonio de Motton
coincide [ tién aquí con lo que hasta ahora hemos podido comprobar fue
pauta general, no sólo en Portugal, sino en otros países, ya que dijo «que
él no había visto, ni oido tratar, resolver, decidir, ni obrar en todas las Asam­
bleas a que asistió, tanto en este Reino, como en las de Francia, cosa alguna
que ofenciese ni a la religión Católica, ni alguna otra, antes bien, para evitar
contiendas, estaba prohibido por los estatutos de esta Congregación disputar
tanto sobre materias de religión, como sobre asuntos del gobierno polí­
tico» (209).
Tampoco aquí fue enteramente creído el testimonio del reo, pues se le
echó en cara su falta de veracidad preguntándole «cuál era la razón por la
que despreciando tantos saludables y paternales consejos, y no pudiendo igno­
rar la obligación que tenía como verdadero católico, que protestaba ser, guar­
daba m?s lealtad a una secta falsa que a nuestra verdadera fe, y era más fiel
a un juramento injusto que a tantos juramentos legítimos, hechos en este Tri­
bunal, de decir la verdad; y qué causa le obligaba a estimar más ser legítimo
francmasón que verdadero católico, y a escoger antes los rigores de la justicia
con que era amenazado, que a aprovecharse de la misericordia que tenía pro­
metida» (210).
A pesar de las protestas de fe de Motton fue amonestado, una vez más, a
confesar sus culpas «por cuanto aun siendo cierto que había admitido ser
socio de la Congregación de los Pedreiros Livres, secta condenada por la Sede
Apostólica como sospechosa de herejía, y también sus congresos y asambleas
a las que había asistido repeticas veces, así en esta Corte como en la de París,
sin emDargo no había confesado toda la verdad, ni la verdadera intención con
que nabia^ cometido las culpas declaradas, todo lo cual conforme a derecho
se presumía equivalía a sentir mal de nuestra Santa Fe Católica» (211).
Nuevamente fue llevado ante el Tribunal, el 10 de mayo de 1743, para
ser sometí o a un tercer interrogatorio llamado esta vez In specie, que a fin
de T¡5 a decirle los cargos que quedaban sintetizados en el hecho
Clrmpnt-»» y t t C Una x>nRJ‘e8ac^ n «que había condenado el Santo Pontífice
v asambleas 053 / ^erejía> P°rclue en ella y en sus reuniones
p ac icaban y seguían errores muy perjudiciales a la verdadera

(208) Ibidem.
(209) Ibidem.
(210) ibidem.
doctrina dc la Santa Madre Iglesia y tranquilidad pública» (212), por todo lo
cual se le volvía a insistir a que confesase enteramente sus culpas, haciéndole
saber «que ésta era la última amonestación» que se le hacía antes de serie
leído el Ubello da Justicia. Cumplidos estos requisitos el reo fue devuelto
a la cárcel, y los cargos pasaron al Promotor Fiscal del Santo Oficio para que
dictara su acusación contra Alexandre Jacques Mouton [Motton].

Sum ario d e cargos

La acusación quedó formalizada en cuatro capítulos fundamentales. A saber


que en primer lugar «siendo el reo cristiano bautizado, y como tal obligado a
tener y creer todo lo que tiene, cree y enseña la Santa Madre Iglesia de Roma,
conformándose en todo con su doctrina, y con el modo de vivir de los buenos
y fieles católicos, no yendo a las asambleas y reuniones sospechosas de herejía,
y reprobadas por la Sede Apostólica, el reo hizo lo contrario; y de cierto
tiempo a esta parte, olvidado de su obligación con poco temor de la divinidad
y de la justicia, y con grave daño y perjuicio de su alma, se hizo sodo de la
Congregación de los Francmasones o Pedreiros Litares tomando juramento y
haciendo las demás solemnidades que acostumbran en ella los que se alistan,
asistiendo a sus asambleas, y declarándose como tal miembro de ella» (213).
En segundo lugar que «es tan cierto lo sobredicho que el mismo reo ha
confesado en este Tribunal que de cierto tiempo a esta parte se hizo Francma­
són o Pedreiro Livre, y que para conseguirlo, precediendo a todas las solemni­
dades que se practican con los que se alistan a dicha Congregación, hizo jura­
mento sobre los Santos Evangelios, de no revelar cosa alguna perteneciente a
ella, con tan inviolable secreto, que se sujetó a que le cortasen la cabeza si
no guardaba lo que le fuera dicho en sus asambleas, si bien es cierto que hizo
todo lo referido pareciéndole que no obraba cosa alguna contra nuestra Santa
Fe Católica» (214).
En el tercer capítulo se lee «que el reo no había hecho entera y verdadera
confesión de sus culpas, ni siquiera satisfactoria, antes muy disminuida, simu­
lada y fingida porque no había declarado el verdadero fin para el que fue insti­
tuida la Congregación de los Francmasones o Pedreiros Livres encubriendo las
principales conveniencias y materias que practican en sus asambleas, y sobre
las que cae el juramento, y la verdadera intención que tuvo al cometer las
que ha confesado, presumiendo conforme a derecho que el reo obraba así
por sentir mal de nuestra Santa Fe Católica* (215).
Finalmente, la acusación concluye diciendo «que siendo el reo muchas
veces y con mucha caridad amonestado en este Tribunal de parte de Cristo
Nuestro Señor que para descargo de su conciencia, salvación de su alma y buen
despacho de su causa, quisiese acabar de confesar sus culpas y decir toda la
verdad de ellas, declarando todo lo que ocurrió en las reuniones y asambleas
de los Francmasones o Pedreiros Livres a que asistió; el verdadero fin para

(212) A.N.L., Inqnisi^ao Lisboa, Proceso n. 257. Examen In specte. 10 mayo 1743.
Apéndice 4 2 1. . ^ , .
(213) A.hJ.L.( lnqwstcav Usboa, Proceso n. 257. Sumario de Cargos. Sin fecha.
Apéndice 42 K.
(214) Ibidem.
(215) Ibidem ,

151
que fue instituida dicha Congregación; sobre qué caía un juramento tan duro;
V la verdadera intención que tuvo al cometer las que habla confesado, el
reo usando de mal consejo, no lo quiso hacer, por lo que no merecía que
A lisase
se usase de misericordia alguna con él, srno con todo el ngor de la justi-
da» (216).

P ub lic a ció n d e la p r u e b a d e ju s t i c i a

El proceso siguió su curso normal, teniendo lugar el 20 de agosto de 1743


la citadón para la prueba de justicia, en la que le fue dada a Motton una
copia de los cargos que contra él se habían formado (217). Dos meses después,
el 23 de octubre de 1743 fue requerido el Promotor Fiscal del Santo Oficio
para decirle que el proceso estaba en condiciones de ser hecha la publicación
de la prueba de justicia (218).
Ese misir.o día tuvo lugar la protocolaria amonestación antes de la Publi-
cadón. a fin de que el reo confesara sus culpas, ya que, para descargo de su
concienda y salvadón de su alma, le sería mejor hacerlo antes que no después
de serle leída (219).
En vista de que el reo dijo que no tenía otras culpas que confesar, le fue
ordenado ponerse en pie y le fue leída dicha publicación que consistió en un
resumen de las acusaciones hechas por los testigos Enrique Machado de Moura
[6 octubre 1742], Cornelio Leruitte [11 febrero 1743], Joao Liott [13 febre­
ro 1743] y Pedro Bersan [14 febrero 1743], que son los únicos testigos que
mencionan e i concreto a Alexandre Jacques Motton (220).
Finalmente, el 17 de diciembre de 1743, el Tribunal del Santo Oficio de
la Inquisición de Lisboa, a la vista de estas culpas, y de las confesiones de
Alexandre Tacques Motton, fue del parecer — por unanimidad de votos— que
el reo «estaba legítimamente convicto del crimen de ser Franc-Masón», ya que
él mismo había confesado que en Francia había sido aceptado en la Congre­
gación de los Pedreiros Livres con la solemnidad y ceremonias acostumbradas,
y que después en el Reino de Portugal, en unión del señor Coustos se había
incorporado a la confraternidad que dicho señor hizo en la ciudad de Lisboa,
donde observaban las mismas ceremonias que vio practicar en Francia, y en
la que desempeñó el cargo de segundo vigilante (221).
Ademas, paredo también a todos — a excepción de los votos de tres dipu­
ta os «que visto que el crimen estaba legítimamente probado, y de él resul­
ta a sospecha de herejía, y dado que el reo negaba haberlo cometido con inten­
ción heretica, el siguiente paso debía ser someterlo a tormento» (222).

(216) Ibidem.
Apéndice 42 L ^ u^ ao Lisboa, Proceso n. 257. Citación para la prueba de justicia.

de la^Publicación d?Sj° ai n 257. Requerimiento del promotor antes


(219) A N L I n U , ^ í Jus¿lc,a’ 23 « ‘ubre 1743. Apéndice 4 2 El.
ción,^23 octubre ’l743. Apéndice' 42M C*° " 257 Amon«8tacfón antes de la Publica­

r ía , 2°3 ortubre 174*3^^Apén^ce *42N Pr0CC!>0 n 257 Publicación de la Prueba de Jua-


1743. Apéndice 42 ^'s^oa' Proceso n. 257. Decisión Inquisitorial, 17 diciembre
(222) Ibidem.

152
Se s ió n d e to rm en to

Este procedimiento, en el derecho criminal tanto laico como religioso de la


época, estaba subordinado a condiciones estrictamente codificadas y reglamen­
tadas: los requisita ad torturara. Entre estos bastaba que la confesión se con­
siderase incompleta, o simplemente que existiesen «indicios» suficientes para
que el acusado, ya parcialmente convencido de su culpabilidad, completase la
prueba por medio de la tortura. En este caso, la confesión, a pesar de las
declaraciones del reo, y de las muchas amonestaciones del Tribunal, no fue
considerada completa, y por otra parte estaba el hecho de que según los
términos de la Bula In eminenti, el pertenecer a la Masonería constituía ya un
indicio «vehemente» de herejía (223). Con ello quedaba satisfecha la legalidad.
Por lo demás, aun en la ausencia de un indicio vehemente o fehaciente, la
Inquisición, contrariamente a las jurisdicciones ordinarias, admitía la tortura
en virtud de su máxima: In atrocissimis le inores conjecturae sufficiunt (224).
Según esto, el Inquisidor Francisco Mendo Trigoso fue del parecer de que
se le aplicase al reo «un trato experto visto que la sospecha de herejía de este
crimen resultaba tan grave que el Santo Padre Clemente X II la había decla­
rado en su Bula como vehemente; y un trato experto era el menor grado de
tormento grave que correspondía a la abjuración de vehemente conforme a
la práctica del Santo Oficio siempre observada» (225).
El resto del documento es una exposición legal de las diversas posibilidades
a adoptar en la forma de dar tormento a Motton por el crimen de ser Francma­
són, pues ésta era una nueva figura jurídica que no se les había presentado has­
ta entonces, y no sabían exactamente la norma a seguir, ya que «no se podía
dar al reo tormento que se asemejara en nada al que se practicaba en los críme­
nes de solicitación y bigamia, porque la razón era tan distinta que parecía
superfluo referirla» (226).
El parecer de los otros dos inquisidores y de tres diputados (227) se indi­
naba a que «el reo fuese sólo atado perfectamente, porque atendiendo al hecho
que ya se había probado, y a la presunción que de él resultaba suficientemente
purgado, bastaba con dicho grado de tormento y abjuración de vehemente,
como por el Breve pontificio le correspondía. Pues no se podía esperar mejor
fruto de esta ejecución, ya que si se consideraba la verosimilitud y sinceridad
de sus confesiones quedaba bien claro que en este Reino no se practicaban
en dichas Congregaciones otras cosas de las ya declaradas en su Proceso, y
esto serviría para acabar con esta secta en su comienzo, y a tiempo, pues no
había tomado allí aquel vigor que tenía en otros Reinos» (228).
La opinión de estos Inquisidores era, pues, contraria a la expuesta por
Mendo Trigoso, y fundamentalmente se apoyaban diciendo que «el tormento

(223) Cfr. nota 210. .


(224) Esmein, A., Histoire de la procédure crimineüe en Frottce, Pan». 1882, pág. 277.
(22,5) Apéndice 42 0 .
(226) Ibidem, „ .
(227 ) Los Inquisidores Simio José Silvestre Lobo y Manod Varejao e Tavoea^ y los
Diputados Joachim Jansen Moller. Joao Machado Deca, y Felippe de Abtanches CasteUo
Branco. Ibidem.
(228) Ibidem.

153
grave correspondí. » la abjuración de «lam ente solamente en los casos de
Laísm o y otros semejantes, como el de bigamia, debido a algunas circunstan-
das agravantes», va que aunque la abjuración de vehemente iba acompañada
de tortura, ésta nunca llegaba a ser grave (229)
Finalmente según el juicio de tres diputados (230) «el proceso estaba en
condiciones de’poderse dar la sentencia final, por no haber lugar al tormento,
puesto que en la bula pontificia se exigía a los reos de este crimen tan gran
abjuración que no dejaba lugar alguno para el tormento y con cualquier grado
que se le aplicase se purgaría la sospecha, y no se podría condenar al reo a
la pena de abjuración de vehemente, sin cometer injusticia».
No obstante como en el Santo Oficio de Lisboa resultaba nuevo el caso
de la adjuración sin el tormento, se decidió «por la novedad del caso», que
se trasladase la cuestión al Consejo General para que él decidiera. Este se
reunió el mismo día 17 de diciembre de 1743 en presencia de Su Eminencia
el Cardenal Da Cunha; y allí se acordó que antes de tomar ninguna decisión
debía ser llamado al Tribunal el P. Joao Evangelista, Calificador del Santo
Oficio para preguntarle de dónde había obtenido las cinco proposiciones que
se atribuían a la secta de los Pedreiros Livres o Francmasones, y que se encon­
traban en un Tratado impreso del cual era autor (231); proposiciones que por
lo visto habían puesto en guardia a la Inquisición lisboeta frente a la Masonería.
El 29 de enero de 1744 fue convocado ante el Inquisidor Mendo Trigoso,
el P. Joao Evangelista, vicario de la parroquia de Nuestra Señora del Socorro,
y tras tomarle juramento se le preguntó por las cinco proposiciones en cues­
tión. afín de ver si las había leído en algún otro libro, o al menos le constaba
«por verdadera autoridad que dichas proposiciones eran realmente de esa
secta» (132).
La respuesta fue que él las había oído a un religioso italiano del que no
sabía el nombre, y que había servido durante muchos años en el Hospicio que
estaba junto a Santa Apelonía, el cual le dio dichas proposiciones escritas en
un papel en el que también se contenían «muchas ceremonias que los miembros
de la referida secta practicaban» y que precisamente le dio esta noticia «como
una novedad diciéndole que esta secta había sido recientemente prohibida en
Roma» (233).
En dicho Hospicio estaba por aquel entonces un Padre que conservaba el
original o una copia de ese papel, y que se llamaba el Padre Carlos, el cual
nana pocos años que estaba en esa Corte. Pero no había encontrado las
rerendas cinco proposiciones en libro alguno, aunque sí las ceremonias, preci­
samente en uno que se titulaba «Ceremonias de todas las religiones del Uni­
verso» (234).
q s|guiente, el 30 de enero de 1744, fue citado ante el Inquisidor, el
e , Hospicio de los Capuchinos italianos, P. Francisco Antonio de
e ro e Arma, el cual fue preguntado por el papel que trataba de los

(229) Ibidem.
de < W FÍ W ¡& Ín*0 de Sant° Thomas’ Mao€l dc Almeyda de Carv», y Fr. Seb.m P f

Oficio^117 ^lid«nbre ^1743*0 At6 k í ¡cc ^ 2 ° ? * ° " 25' Citación del Calificador deI Santo

Evangelista, 29 enero^lJ^^Ap^dice * 2 0 * * ° n' Interro8atorio hecho al P. Joao


(233) Ibidem.
(234) Ibidem.

154
errores y ceremonias de los Francmasones, y sobre la «certeza de que las pro­
posiciones referidas en dicho papel fueran errores propios de dicha secta* (235).
La respuesta fue que el papel en cuestión lo había mandado de Italia un reli­
gioso amigo suyo llamado Fray Carlos José, el cual se hallaba presente no
sólo en Lisboa, sino en la misma Inquisición, pues se lo había traído de com­
pañero, el cual podría dar más clara noticia sobre lo demandado.
A continuación fue llamado el P. Fray Carlos José da Espezia, religioso
capuchino, predicador Mericorinario [sic]; Apostólico, natural de la ciudad
de Espezia, república de Génova. Preguntado de dónde había obtenido «la
noticia de que unas proposiciones que mandó de Italia a su amigo en esta
Corte, eran errores propios de la secta de los Francmasones, que habían sido
condenados por la Sede Apostólica», contestó que hacía más o menos cuatro
años, al llegar un día a su Convento de la ciudad de Savona, república de
Génova, y estando hablando con aquellos religiosos «le dieron éstos la noticia
de que los Francmasones seguían los errores que se contenían en las cinco pro­
posiciones que mandó a título de curiosidad a este Reino, al P. Superior de su
Hospicio; y también le contaron que se llamaban Muratori de una de dichas
proposiciones en la que se dice que todos los pecados que se cometen oculta­
mente, entre cuatro muros, o paredes, son solamente pecado» veniales» (236).
Las otras cuatro proposiciones que se encuentran en ei interrogatorio que
le hicieron a Alexandre Jacques Motton, el 23 de marzo de 1743, completan
esa visión tan curiosa que de la Masonería habían dado los frailes de Savona.
Son las siguientes: 1.* «Que así como es lícito hurtar en extrema necesidad,
en los mismos términos también era lícito fornicar. 2 * Que el sacerdote al
que Dios revelase que debía dormir con alguna mujer hermosa, estaba obligado
a creer y tener dicha revelación por divina obedeciéndola. 3 * Que la vida y
la fama son más preciosas y mejores que la virtud de la castidad, y que por
esta razón pecó Susana gritando e infamando a los viejos que la provocaron,
y que hubiera merecido mucho para con Dios habiéndose callado y consentido
con lo que ellos intentaban. 4 * Que nuestra alma no es espiritual e inmortal
como nos enseña la fe, sino material, caduca y mortal, como dicen algunos
gentiles; y que por esta razón sólo debíamos dirigir nuestras acciones a fin
de conseguir la paz y la tranquilidad pública» (237).
Dejando a un lado todo comentario de tan peregrinas proposiciones, lo
más llamativo es constatar que dicho Padre José Carlos admitió ante la Inqui­
sición lisboeta que «no sabía, ni tenía otro fundamento para conocer si dichas
proposiciones eran propias de esta secta, sino el haberlas oído decir pública­
mente en el referido convento a los religiosos del mismo, si bien le parecía
recordar que allí las sabían, porque un religioso de San Bernardo, que creía
era italiano, estando de paso en aquel convento, les dio la noticia de que los
referidos errores se profesaban en la secta de los Francmasones: pero ignoraba
si dichos religiosos tenían algún otro fundamento para conocer lo que le
dijeron» (238).

(235) A.N.L., Inquisi^ao Lisboa, Proceso n. 257. Interrogatorio hecho • Fanosco


Antonio de San Pedro de Arrúa, y al P. Carlos José de Espezia. 30 enero 1744. Apén­
dice 42 R.
(236) Ibidem.
(237) Cfr. Apéndice 42 F.
(238) Apéndice 42 R.

155
A pesar de todo el P. Rector Joao Evangelista se había apropiado de la
noticia y la había hecho pública dando como ciertas dichas proposiciones en
un libro que había editado en Portugal ( 2 3 9 )
Reunido de nuevo el Consejo General, el 31 de enero de 1744, bajo la
presidencia del Cnrdenal Inquisidor General, y examinado todo el proceso,
culpas v confesiones de Alexandre Jacques Motton «oficial de lapidario y la­
brador de diamantes», y una vez satisfecho lo decidido en el Consejo del 17
de diciembre de 1743 en el cual fue ordenado que se oyese al P. Joao Evan­
gelista, calificador del Santo Oficio, se decidió que «el reo fuese sometido a
tormento, y en él perfectamente atado, pudiéndolo sufrir a juicio del médico
v cirujano, y a arbitrio de los Inquisidores» (240). Una vez cumplido este
requisito volvería a ser examinado el proceso.
El acto de la tortura comportaba una serie de preliminares ordinarios. Por
parte del reo el primer trámite a cumplir era la «Amonestación antes de la
Sentencia del Tormento» que tuvo lugar, en el caso de Motton, el 15 de abril
de 1744. En esta ocasión fue incitado, una vez más, a que «confesase sus culpas
v la verdadera intención que tuvo para cometer las que ya había confesado»,
todo ello para descargo de su conciencia, salvación de su alma y buen despacho
de su causa (241).
En vista de que el reo dijo que no tenía más culpas que confesar, ni
existía más intención que la ya declarada, fue llamado el Promotor Fiscal, y
puesto el reo en pie se le leyó la sentencia de tormento, según la fórmula de
rigor (242). A continuación los Inquisidores mandaron que se cumpliese con­
forme a proceso, para lo cual el reo fue llevado a la sala de tormento (243).
El mismo día 15 de abril de 1744 tuvo lugar la sesión de tormento. Una
vez presentes los inquisiores y demás oficiales, y después de haberle tomado al
reo el juramento de decir la verdad y guardar secreto se le dijo «que por la
sala en que estaba y los instrumentos que en ella veía fácilmente podía en­
tender cuán rigurosa y trabajosa iba a ser la diligencia que con él había que
hacer, la cual evitaría si quisiese acabar de confesar sus culpas y la verdadera
intención con que cometió las ya confesadas» (244).
Ante la actitud de Motton que dijo no tener nada que añadir fue tomado
el juramento al médico cirujano y demás ministros encargados de la ejecución
del tormento a los cuales se les mandó que hiciesen bien y fielmente sus obliga-

(239) Ibidem.
(240) A.N.L., Inquisu;ao Lisboa, Proceso n. 257. Orden de tortura, 31 enero 1744.
Apcndice 42 S.

;o7oV A.N.L.,
[¿QZ)
amT ítujutsican
r v“ 1-*c^
Prrw-< 0^-7 c _*__ 1 k

156
dones, lo cual prometieron cumplir. A continuación «el reo fue despojado
de aquellos vestidos que podían ser impedimento para la ejecución del tormen­
to», y una vez colocado en el potro, mientras le empezaban a atar, le fue
declarado por medio de un notario que «si en aquel tormento muriese, que­
brase algún miembro, o perdiese algún sentido, la culpa sería suya y no de
los señores Inquisidores y demás Ministros que juzgaron su causa según su
merecimiento». Una vez que fue «perfectamente atado en las ocho partes»,
se le dio el tormento decretado «en el que se empleó un cuarto y medio»
[sic] (245).

S e n t e n c ia f in a l

Un mes más tarde, el 15 de mayo de 1744, se reunió por segunda vez el


Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición para examinar el proceso, culpas
y confesiones de Alexandre Jacques Motton, una vez ejecutado la acordado
en el Consejo General del 31 de enero, por el que había sido dictaminado
se le diera tormento. En esta reunión todos estuvieron unánimes en considerar
que visto, tanto por la prueba de justicia como por la confesióa del reo «que
él era Francmasón o Pedreiro Livre de la Congregación de París, y que se incor­
poró a la que en esta Corte de Lisboa instituyera Monsieur Coustos, y que
en una y otra Corte fue y asistió a varias asambleas que hicieron los secuaoes
de esta secta condenada por el Santo Papa Clemente X II en la Bula que em­
pieza In eminenti Apostolatus specula, debía, por tanto, asistir a un Auto de
Fe y en él «hacer abjuración de vehemente sospechoso en la fe, según la forma
de dicha Bula; y puesto que conforme a la misma había incurrido en la exco­
munión mayor, sería absuelto en forma eclesiástica» (246).
Igualmente fueron todos del parecer, a excepción del Diputado Fray Se-
bastiao Pra. de Castro, que debía ser expulsado del Patriarcado de Lisboa por
espacio de cinco años. Dicho diputado se opuso a esta medida por considerar
que ni siquiera a los presos por judaismo que abjuraban efe vehemente se íes
había expulsado nunca. Finalmente, todos estuviere» concordes en que se
le dieran penitencias espirituales e instrucción ordinaria, y que cargara con el
pago de las costas, si bien antes de ejecutar este acuerdo debía ser llevado al
Consejo General (247).
Este tuvo lugar el 19 de mayo de 1744, y ratificó todo lo aprobado en la
sesión anterior incluida la expulsión del patriarcado (248). La sentencia defi­
nitiva quedó redactada en los siguientes términos (249):
«Los Inquisidores, Ordinario y Diputados de la Santa Inquisición acorda­
mos que vistos estos autos, culpas y confesiones de Alexandre Jacques Motton,
Oficial de Lapidario de Diamantes, natural de la Corte de París y morador de
ésta de Lisboa, reo que está presente.

(245) Ibidem. Un cuarto de hor* v medio, es decir, unos veintidós minutos.


(246) A.N.L., Inquisigao Lisboa, Proceso n. 257. Conclusión de sentencia, 15 mayo
1744. Apéndice 42 X.
(247) Ibidem.
(248) A.N.L., Inquisicao Lisboa. Proceso n. 257. Voto de sentencia, 19 mayo 1744.
Apéndice 42 Y. . • -j a i w «
(249) Dada la ignorancia que en realidad tenían los Inquisidores de la Masonería y
de sus reuniones, la terminología usada y las expresiones a veces utilizadas resultan un
tanto incorrectas y llamativas.

157
«Porque siendo cti.ii.no b.utu.do y, como u l. obllwdo • tener y creer
todo M u é tiene, cree y e n « *. I. Sm u Medre ISle .i. de Rom .; . no preo
en eue Reino o fuer, de él nueva iectM, nt • fcw r reunlow. nocttinu.
r S S T — i - *> conventículo, « creto .; por el com r.no él k> htoo, y
de cierto tiempo . e .t. p«rie. olvid.de de .u obllgictón, con poco temor de
Dio» v de I» justicia asistió a reuniones secretas en Ui que se practicaba la
secta congregación o hermandad de lo» Liberi Muratori, Francs-Massons o
Pedreiros Uvres. condenada por la Sede Apostólica con penai gravísimas, como
perjudicial y sospechosa a la pureza de la religión Católica Romana,
«Porque por la» cuales culpas el reo fue preso en las cárceles del Santo
Oticio, y siendo amonestado con mucha caridad a que confesase para descargo
de su conciencia, salvación de su alma, y buen despacho de iu cauta; dijo y
confesó ( 250 ): Que viviendo cn la Corte de cierto reino extranjero se alistó
como hermano de una Congregación de Francmasones o Pedreiros Livres, de la
que era (irán Maestre cierta persona que nombró, en cuya» manoi hizo profe­
sión con algunas especiales ceremonias que también declaró, obligándole a
guardar inviolable secreto de todo lo que en ella paiase o se tratara, bajo
jK-na de que le cortaran la cabeza y de ser lanzada «1 mar; y una vez ya en
e*u ciudad continuó en ella las mismas reuniones y conventículos secretos
practicando allí las ceremonias y solemnidades que estilan los socios de dicha
congregación, y con la cautela y precaución que acostumbran en ciertas casas,
con la» puertas y ventanas cerradas para que nadie supiese ni percibiese no
sólo dichas reuniones, sino ni siquiera lo que en ellas se trataba, afirmando
que el juramento y el inviolable secreto solamente se dirigía a conocerse entre
si, en cualquier parte que se encontrasen, por las seflales que usaban, y no
por las personas que no fuesen de dicha congregación,
«Y por no haber hecho el reo íntegra y verdadera confesión de sus culpas,
antes muy disminuida, simulada y fingida, porque no declaraba la intención
herética con que se alistó como hermano de una secta perniciosa al bien espi­
ritual «le la* almas, dictaminó el Prom otor Fiscal del Santo Oficio con Libelo
Criminal y Acusatorio contra él, que fue aceptado si et in quantum; y el reo
lo negó por la materia de su confesión la aue no fue admitida como defensa y
se prescindió de ella, y habiéndole repetido los testimonios de la justicia, se
le hizo publicación de sus dichos en la forma y estilo del Santo Oficio, los
cuales no ftteron contradichos,
«Visto todo lo cual, y bien examinado, la cualidad de las culpas del reo,
y la presunción que contra él resulta de no declarar el verdadero nn a que se
irigían dichas asamblea», conventículos y puntos heréticos que en ellas se
trataban, no tiendo verosímil que tras el juramento e inviolable secreto que
o servan lo* miembros de dicha secta, no ie ocultasen punto» perniciosos a
* a nue,fra Católica, como además de dichos auto» re»ult*.
A* Í4Ü - U 1 * r* f®° Alexandre Jacques Motton, en pena y penitencia
d « » tU a* v,ya ,* aut,°. P^Wico de fe en la forma acostumbrada, y en
txmJLuln •*ntenc,i Y haga abjuración de vehemente sospechoso en la fe; será
«U m if c,nco *l,era c,te Patriarcado; será instruido
ademá* necesario» para la salvación de su alma; y cumplirá
y P*n,,ent»** espirituales que le fuesen impuesta»; y manda*
nvos que sea ubsuelto in forma BccUtiae de la excomunión mayor en que in­
currió; y que pague U» costas» (251),
lista sentencia fue Hecha pública en el Auto de Fe que ae celebró en ia
iglesia del convento de Santo Domingo de la ciudad de Liaboa el 21 de junio
de 1744 «estando presentes el Rey Don Juan V, el Príncipe Don José, loa
señores Infantes Don Pedro y Don Antonio, loa señores Inquisidores, además
dc loa Ministros, mucha nobleza y pueblo» (252).
En eae Auto de Fe, Motton hizo la abjuración de vehemente aegún una
fórmula impreaa existente para esos casos, y que rezaba aal;
«Yo, Alexandre Jacques Motton, en presencia de vosotros señorea Inqui­
sidores, juro por estoa Santos Evangelios que tengo en mis manos, que por
mi propia y libre voluntad anatematizo y aparto de mí toda especie de herejía
y apostasftt que hubiere o se levantaré contra Nueatra Santa Fe Católica y
Sede Apostólica; especialmente éstas que ahora en mi sentencia me fueron
leídas, por las que me he hecho sospechoso de vehemente en 1« fe. Y juro
tener siempre y guardar la Santa Fe Católica que tiene y ensefta la Santa Ma­
dre Iglesia de Roma, y que aeré siempre muy obediente a nuestro Santo Padre
el Papa Benedicto XIV , nuestro Señor Presidente de la Igleaia de Dios, v a
huí sucesores; y confieso que todos los que contra esta Santa Fe Católica tue-
ren, son dignos de condenación; y prometo no juntarme nunca coa ellos, y
perseguirlos; y descubrir las herejías que de ellos supiera a los Inquisidores o
Prelados de la Santa Madre Iglesia; y juro y prometo por mi parte cumplir
la penitencia que se me ha o fuere impuesta, y si en algún tiempo (lo «pie
Dios no permita) tornara a caer en estos errores o en cualquier otra especie
dc herejía, o no cumpliese la penitencia que ae me ha o fuere immiesta, quiero
y me place que sea tenido por relapso, y castigado conforme a derecho, y me
someto a corrección, y a la severidad de los Sagrados Canónes. Y requiero a
los Notarios del Santo Oficio, que hagan constancia de esto, y a los que están
presentes que sean testigos y firmen aquí conmigo» (253).
Otro ae los requisitos que tuvo que cumplir el reo antes de ser liberado
fue el juramento d? secreto para lo cual también existía una fórmula impresa
en la que se le exigía aue «tuviera muy secreto todo lo que había visto y
oído en las cárceles de la Inquisición, y lo que con él había ocurrido acerca
de su proceso, y que ni por palabra, ni por escrito, ni por otra vía, cualquiera
que ésta fuera, lo descubriera, bajo pena de ser gravemente castigado» (254).
Todavía fue sometido Motton a un último formaliamo antes de quedar
en libertad; el llamado «Salida y Penitencias». Tuvo lugar cinco días después
del Auto de Fe, el 26 de junio de 1744, tiempo dedicado a la instrucción y
preparación para la confesión. Una ve* ante el Tribunal de la Santa Inqui­
sición, a donde fue llevado desde las cárceles de la penitencia (235) «por cons­
tar estaba instruido y confesado», le fue dicho «que no tornara a cometer las
culpas por las que había sido hecho prisionero, y procesado, ni otras semeja*-

(251) A.N.L., InfmJH'éo Uiko*, Procwo n. 2*7. Semencia. 1» mayo 1744. Apén
«Ike 42 Z
(292) Ibitltm. iL , „ , > « * i i
(2.93) A.N.L, Jttqiútiféo Utbos, Proceso n 257. Abjuración de Vehememl, 21 tunta
1744. Apéndice 42 s. ^ t _____ - » «, , .
(254) A.N.L, Utbot. Procwo n. 257. Juramento de Sacra». 21 ¡unta
1744, Apéndice 42 h. , , , . . . .,
(259) Obsérvese que a lo lai«o dal proceso, el reo ocupa las cércete* de custodia,
lai cérceles secretas, y las cércales de penitencia.

159
tes bajo pena de ser gravemente castigado, y que tratara de dar buen ejemplo
con su vida y costumbres* (256). Además, se le ordenó que durante el primer
año debía confesarse en las cuatro fiestas, a saber: Navidad, Pa»cua de Re­
surrección, y del Espíritu Santo, y Asunción de Nuestra Señora. Durante el mis­
mo año habría de rezar todos los sábados un tercio del Rosario,y loa viernes
cinco Padrenuestros v cinco Avemarias a las cinco llagas de Cristo. Finalmente,
debería cumplir lo ya prometido en su abjuración, así como la salida del Pa­
triarcado de Lisboa, todo lo cual dio palabra de hacer con un nuevo y último
juramento (257).
Así, pues, Jacques Motton, recobró la libertad tras haber permanecido en
las cárceles de la Inquisición por espacio de un año y tres meses y medio (258).
El importe total de gastos que le fue presentado ascendía a 3.520 MR. según
consta de la factura correspondiente (259). Por lo visto encontró gran difi­
cultad en poder pagar tal cantidad, pues entre los papeles del proceso figura
una instancia fechada el 25 de septiembre de 1744 en la que expone a Su Emi­
nencia el Cardenal Inquisidor General «que encontrándose en la imposibilidad
de satisfacer las costas que debía al Santo Oficio, y demás acreedores, y no
pudiendo tampoco sustentar a su mujer y tres hijos, ya que su oficio de tallista
de diamantes, solamente podía ser desempeñado en la Corte de Lisboa, pedía
a Su Eminencia con humildad por compasión y amor de Dios, tuviera la ca­
ridad de librarle de dicho destierro, estando el suplicante arrepentido y siendo
tan grande la misericordia que usaba para con los pecadores» (260).
Examinada esta instancia por los miembros del Tribunal de la Inquisición
decidieron aconsejar a Su Eminencia el Cardenal que en vista de que «hasta
ahora no había ido al lugar del destierro, ni alegaba causa justa para que se
le perdonara, eran del parecer que Su Eminencia no debía concedérselo» (261).
Con este documento concluye el legajo correspondiente al proceso de Motton.

A p éÜ S 4 2 c 1 ’ Usboa> proce*° n 257. Salida y Penitencias, 26 junio 1744.


(257) Ibidem.
059! S í , ! 1 " J ” 0 ‘K al 26 * J™» * 1744.
dice 42 d. í Uiboa' Proce*° n 257. Factura át Gastos. Sin fecha. Apén-
1744^pénd!céL42 I£ * uuifao Litboa, Proceso n. 257. Solicitud de perdón, 25 setiembre

Apéndice 42 r L ’ ínquituiáo Utboa> n. 257, N a tiv a del perdón, 2 octubre 1744.

160
V.— PROCESO DE JOAO THOMAS BRUSLE

”Confesión" del reo.—Exámenes de "genealogía", "In genere" e "In spe-


cié", Publicación de la Prueba de Justicia.—Sesión de tormento.— Sentencia final

Más o menos simultáneamente tuvo lugar en la misma Inquisición de Lis­


boa la vista de la causa de otro masón, Joao Thomas Bruslé, lapidario
y natural de la ciudad de París.
La orden de prisión, siguiendo la misma fórmula que la usada en el caso
de Motton está dirigida contra Joao Thomas Bruslé, «francés de nación, contra­
tador de diamantes», y lleva la fecha del 16 de marzo de 1743 (262). Sin em­
bargo, tanto el Acta de entrega como la admisión en la cárcel están firmadas
el 15 del mismo mes (263). Cinco días más tarde, el 20 de marzo de 1743,
dado que Bruslé «no entendía nada de la lengua portuguesa» fue llamado ante
el Tribunal de la Inquisición, el P. Fr. Carlos de San Antooio, religioso de k
Orden de San Francisco, milanés de nacimiento, a fin de que sirviera como
intérprete en el proceso; cargo que aceptó y prometió cumplir (264).

«C o n fe sió n » d el reo

Ese mismo día empezó a actuar, pues tuvo lugar lo que en términos inqui­
sitoriales se llamaba «Confesión». En el caso de Bruslé el presidente de la
mesa del Tribunal fue el Inquisidor Simao José Silveyro Lobo, quien una vez
hubo tomado el juramento de rigor a Bruslé, le ordenó decir la verdad y guar­
dar decreto. De los primeros datos expuestos resultó ser católico romano, de
44 años de edad, y natural de París, si bien hada ya siete u ocho años que
había salido de esa ciudad para recorrer Italia, Holanda y el Reino de Ingla­
terra, a fin de mejor ocuparse en sus intereses y negocio de contratador de dia­
mantes. De esta forma había llegado a Portugal hada tres años, poco más
o menos, con intención de establecerse dedicándose a labrar y pulir piedras pre­
ciosas en lo que tenía ya una gran práctica.
En Lisboa hizo amistad con algunas personas, en especial con Monsieur
Bilhar, quien un día le persuadió con gran instancia «quisiese ser admitido en
una compañía, que se acababa de establecer en esa dudad, llamada de Franc
Masóns en lengua francesa, y de Pedreiros Uvres en la portuguesa, didéndole

(262) A.N.L., Inqvisifto Lisboa, Proceso n. 10.683. Proceso de Joao Thonuu Bruslé,
Lapidario natural da Cidade de Parii R* de Franca, e morador nesta de Lisboa. Manda­
miento de Prisión, 16 mareo 1743. Apéndice 43 A.
(263) A.N.L., I * 4 *iis¡c*o Lisboa, Proceso n. 10.683. Actt de entren, 15 mano 1743.
Apéndice 43 B. Admisión en la cárcel, 15 mareo 1743. Apéndice 43 C. Respecto a la fecha,
tanto en el juramento del intérprete como en la primera confesión se da la del 18 de
mareo, así como en el encabezamiento del proceso.
(264) A.N.L., Inqmsieao Lisboa, Proceso n. 10.683. Juramento del Intérprete, 20
mano 1743. Apéndice 43 D.

161
il
que 1. ..I compañía se compon!. Je muy buen, gente, y que •! entwb. en
ella • '[(. .vud«k> V socorrido de todos en su. neteild.de>, y p<urU un. vid.
.legre, porque ..i.tirl. much» vece» . convite, y b.nquetc. en cw u que per.
eso e.t.b .n destín*!». y que por »u p.rte sólo h.brl,, de concurrir con un
moderído g.sto p .r. s u f r ir I. cen. del di. de ,u recepción, • l« que h«brf«
tic convidar a lo* demás compañeros como todo» hacían* (265).
A continuación derríbe las ceremonia» de recepción bajando a mucho» mái
detalle* que Motton. Así, por ejemplo, al ser despojado de todo el metal que
llevaba encima, tuvo que dejar «el dinero de oro y plata, el espadín, la» hebilla*
de los zapatos, la» de la* liga» de loa pantalones, y como la cuaca tenía uno»
botones dc metal, también debió quitársela* (266). Después le hicieron descal­
zarse el pie derecho quedándose solamente con la media.
El resto referente a la acción dc vendarle los ojos, llamar a la puerta, intro­
ducción, las tres vueltas dc rigor, la decoración del pavimento con la repre­
sentación del templo de .Salomón, etc., es más o menos igual. Una vez situado
frente al Gran Maestre, y después de haberle respondido que quería ser admi­
tido en la compañía dc los Pedreiros Ltvres le dijo: «Haced, pues, ahora lo que
yo hago». Y poniendo al mismo tiempo la mano abierta sobre el pecho, hicieron
lo mismo todos los que estaban presentes, así como el neófito, al cual ae le
acercó entonces uno de los dos que estaban al lado del Gran Maestre, y «le
hizo poner el pie derecho sobre el primer peldaño del Templo que estaba
pintado en el pavimento, y luego le hizo poner sobre el mismo peldaño el píe
izquierdo, dc suerte que quedaba el lado del izquierdo apoyado en el talón
del derecho, y dc este mismo modo hizo en los demás peldaños, con mucho
sentido y advertencia, levantando el cuerpo en cada uno de ellos para fingir
qtie iba subiendo como si verdaderamente fuera una escalera» (267).
Una vez que hubo subido todos los peldaños, pasando por encima del tem­
plo llegó hasta el Gran Maestre que «estaba de pie con un compás de metal
en una mano, y un martillo de madera en la otra; y que llevaba colgada al
cuello una ancha cinta azul, como acostumbran los caballeros de las órdenes
militares En esa orna había, en lugar dc la medalla, un triángulo de metal
dorado muy bien hecho, y curiosamente labrado, y además en toda ella tenía
colocados con b»^n orden todos los instrumentos que se utilizan en el oficio
d' Pedretro, tomo son la paleta, la trulla, el martillo, el nivel, etc., todo ello
de metal dorado muy bien fabricado y hecho con mucho arte* (268).
Llegado al lado del Citan Maestre vio que tenía ante sí «un taburete junto
al cual estaban dos velas encendidas, y sobre él un libro abierto que era la
Biblia» A continuación el Gran Maestre le explicó el simbolismo representado
en el dibujo del templo. Después «le mandó desatarse la liga de la pierna

d u í2ÍVv Aa NÁ ' l,lhoa- Vhkcm, n 10.68». Confenión, 20 marzo 174). Apán-


» nuuL, rU ;„. CrK,a *<onfe»ione«» de Motton [Apéndices 42E-F)] desarrolladas
tz t H * n s ra t ? ^ "* *"» “ ■ » - u
í-immc¡é ><J*U uní!” D*ue,en *,nr»k°liz*r ftolídífkaciones de energía cósmica y, en consc-
. r ¡ S S , * J ¿ í t , . r **í‘ r“,,M cn íicm" -«P«te Sel masónico— se exigía
hábito* t>rri.,¡( ím I monedas llaves, joyas...] símbolos da sus
HaucU»)» i oí i tmt!n inri ’ doctrina tecnia de lot timbolot,
(S v , A^ndiíe%Tf 1 K D'r" “ * Barcelona, Labor, 1969, pág. 316.

y itf h,’hJ ' Z Pi ( V n M***tre> t*mbián llevaban sus cintas azulas,


txnidía «i ei ^.instrumento del oficio de Pedrelto que corres-
" el »«d*» recibido en la congregación. Apéndice 4J E.
derecha y descubrir la rodilla, de suene que k arrodilló «oble la carne, y
le mandó también que se pusiese así sobre un pedazo de cuero blanco que
estaba en el suelo, junto al taburete, sobre el que se encontraba la Biblia; y
le hizo poner la mano sobre ella y tomar el juramento de observar ríguro-
i amente todo cuanto le fuere ordenado respecto a dicha Congregación y sus
leyes* (269).
Acabado este juramento le hizo descubrir «el pecho izquierdo de suerte
que quedase bien visible todo él; y poniéndole una de las puntas del compás
que tenía en la mano, sobre el pedio descubierto, que era el izquierdo (270),
de tal modo que en cierto sentido molestaba algo, dijo al neófito las palabras
siguientes: ¿Queréis ser Pedreiro Livre y venís de buena voluntad a ser reci­
bido en esta Venerable Asamblea? Habiéndole respondido el candidato que
sí, le volvió a decir el Gran Maestre: Pues ahora os diré cuál es vuestra
obligación» (271).
La primera cosa aue le recomendó el Gran Maestre fue que «no había de
hacer, ni hablar mal de ninguna manera contra la religión, cualquiera que fuera,
especialmente contra aquella que profesaba, ni tampoco había de suscitar dis-
putas ni contiendas sobre esta materia, ni introducir o admitir pláticas sobre
ella. Tampoco había de hablar mal contra su Rey, ni contra d Estado, ni
contra las buenas costumbres, ni descubrir cosa alguna que por cualquier causa
perteneciese a la Compañía de los Pedreiros Uvres, y esto ni directa, ni indi­
rectamente, ya fuese escribiendo, hablando o pintando y dibujando (272), por­
que nacta de lo que viese u oyese o supiese había de revelar en ningún ca­
so» (273).
También le fue dicho en la misma instrucción del Gran Maestre que cuando
se encontrara en logia o en cualquiera de las casas destinadas pera sus reunio­
nes «no había de proferir palabra obscena, ni decir o cantar cosa alguna que
fuese deshonesta; y que por el juramento que había hecho quedaba obligado
a guardar todo esto, bajo pena de serle cortada la lengua, atravesada la gar­
ganta, arrancado el corazón y ser su cuerpo despedazado y arrojado al
m ar...» (274).
Tras estas palabras el Gran Maestre le dijo: «Ahora ya sois nuestro her­
mano», y le abrazó, cosa que hicieron todos k» que se encontraba) presentes;
uno de los cuales levantando del suelo el cuero o piel Manca sobre la que el
neófito había apoyado la rodilla cuando prestó juramento, se la ctftó y acomodó
a la cintura a modo de delantal, como acostumbran usar los que trabajan. Luego
le dieron dos guantes blancos, uno de hombre, y otro de mujer. El de hombre
se lo pusieron en la mano derecha, y el de mujer se lo acomodaron en la
cintura por encima del delantal, cosa que hicieron también todos los pre­
sentes (275).
El resto de la ceremonia consistió en enseñarle las diversas señales por
las que habría de ser reconocido por sus hermanos a fin de poderse ayudar

(269) Ibidet*.
(270) Esta reiteración eapecMicativa del lado del pecho descubierto, figura asf cn
el original.
(271) Apéndice 4 ) E
(272) Cfr. el capítulo correspondiente «1 Juramento, en especial el Aptndk* I D
del primer volumen.
(273) Apéndlct 45 E
(274) Cfr. nota 272.
(275) Apéndice 4 ) E
recíprocamente. Esta explicación a b a r c a bastantes folios del proceso. En el
mismo acto y tras un nuevo juramento fue admitufo al grado de compañero.
En este caso la exhortación del Gran Maestre fue dirigida a advertirle y
recomendarle mucho la observancia de todas sus obligaciones, las cuales se
encaminaban «a vivir en gran pa2 y unión amandose reciprocamente mucho, y
ayudándose fielmente en todas sus necesidades, negocios pertenencias y ocurren­
cias no hablando nunca mal v por ningún motivo, del Principe, del Estado, ni
de su Gobierno; tampoco había de hablar y mucho menos disputar, sobre
materias de religión, cualquiera que ésta fuese» (276).
Acabada esa plática — siempre según la confesión de Joao Thomas Bruslé—
quedaron convidados a comer (277) en un banquete que fue «grande y esplén­
dido», al principio del cual el Gran Maestre recomendó a todos «que no dije­
sen palabra obscena que pudiese escandalizar, ni que se molestase a nadie con
palabra que fuese picante, y de cualquier modo ofensiva, ya que si alguno
contravenía esta orden sería multado con pena pecuniaria a su arbitrio» (278).
El final de esta primera confesión está dedicada a las casas donde se reunían,
[as personas necesarias para formar una logia completa (279), los oficios de la
logia perfecta, las ceremonias que se hacían en los convites dte recepción, sobre
codo la forma de brindar, etc.
Una vez retirado el reo, el parecer de los licenciados presentes durante la
confesión de Bruslé fue concorde en que «hablaba con verdad y merecía cré­
dito» (280).
Seis días más tarde, el 26 de marzo de 1743, tuvo lugar la continuación
de su «confesión» que fue dedicada a citar los «cómplices» o miembros de la
Congregación de los Pedreiros Uvres que él conocía (281) y que eran casi todos
extranjeros. Volvió a completar el discurso del Gran Maestre en lo referente
al templo de Salomón, y tras aludir a las canciones que se utilizaban en la
logia terminó diciendo que cuando entró en la Masonería «entendía que eran
cosas indiferentes, y que en nada contradecían la fe y buenas costumbres; no
obstante, cuando se enteró que estas sociedades habían sido prohibidas por la
Sede Apostólica se apartó de ellas». Antes de concluir la sesión, se le amo­
nestó seriamente a que confesase toda la verdad para descargo de su conciencia,
salvación de su alma y buen despacho de su causa» (282).
El 6 de abril prestó juramento un nuevo intérprete, el P. Carlos O ’Kelly,
dominio), rector del Colegio de Nuestra Señora del Rosario, pues el anterior
se hallaba impedido (283). Y el mismo día empezó su actuación en el examen
a que fue sometido Bruslé. Del largo interrogatorio que se le hizo apenas hay

;276) Ibidem.
.“ rárá*® duró desde las 9 de la mañana hasta las 11. Después se vol­
vieron a reunir a la 1 para comer. Ibidem.
(278) lbidetn.
emharon ^otmar una completa son necesarias al menos siete personas. Sin
logia imperfecta. IbiTem * qU* “ * * U l0gÍa solamente con cinco- Io <Jue 8e Uama
(280) Ibidem.
RuveroV pfétrcf F ^ r n^ nbrT ? J03^ Gusto [sic] Gran Maestre, Bilar, Muton, Minique,
Xarmuar etc X NI V „ - Ju la?> F Palhete, Bolange, Moston, Laleioa, Vilanova,
dice 43F ’ ín^ ao Proceso 10.683. C e s i ó n , 26 marzo 1743. Apén-
Í282) Ibidem.
6 ab ril 11743. *>roceso n' 10-683. Juramento del nuevo intérprete,

164
nada que resaltar, pues tanto las preguntas como las respuestas coinciden fun­
damentalmente en todo con las hechas a Motton.
Naturalmente también en este caso se muestra la honda preocupación de
los Inquisidores por todo lo referente al secreto y juramento, así como por
ciertas ceremonias de la iniciación que consideraron supersticiosas. Siguiendo
la misma fórmula que ya vimos en el caso de Motton, se le recordó todo lo
que había dicho, así como la publicación de la Bula de Clemente X II, y la
consiguiente prohibición de la Masonería en el Reino de Portugal, por lo que,
dado que en su confesión había ocultado la verdadera materia del juramento
a que se había sometido, le convenía confesar íntegramente cuanto supiera,
pues las circunstancias de que estaba rodeado le hacían muy sospechoso a la
pureza de nuestra Santa Fe Católica (284).
El examen de estas confesiones tanto ante la Mesa del Santo Oficio de la
Inquisición de Lisboa, como ante el Consejo General tuvo lugar el 23 de
abril de 1743, y también aquí se llegó a la misma conclusión: Que a pesar
de no resultar de los exámenes, ni de las confesiones del reo, prueba alguna
concluyente de que en las asambleas de la Corte de Lisboa se siguieran o prac­
ticaran errores o doctrinas contrarias a la verdad de nuestra Santa Fe Católica
y buenas costumbres de los fieles, con todo, dado que las culpas confesadas
se consideraban suficientes, se acordaba que el reo fuera trasladado de las
cárceles de custodia a las cárceles secretas para ser procesado según reglamento.
Decisión que fue ratificada, el mismo día, por el Consejo General reunido
en presencia del Cardenal Inquisidor da Cunha (285).

E xá m en es de « G e n e a l o g ía » e «In s p e c ie *

Hasta el 20 de julio no se reanudó el proceso propiamente dicho, con el


examen llamado de « Genealogía». Según él, Thomas Bruslé, hombre de negocios,
resultó ser natural de París, de 45 años de edad. Su padre, ya fallecido, había
sido Ayudante de un Regimiento de Caballería del Duque de Orléans. Bruslé
había viajado también bastante antes de llegar a Portugal, pues había residido
en Londres, Roma, Génova, Pisa, Siena, Lucca y otras ciudades (286).
Tras la amonestación de rigor para que confesara toda la verdad, fue de­
vuelto a la cárcel, de donde ya no volvió a ser llamado a declarar hasta el 14
de diciembre de 1743, en que tuvo lugar el examen «In specie*. La finalidad
de este examen consistía fundamentalmente en hacerle una nueva y última amo­
nestación, acompañada de un pliego de cargos, en el que otra vez nos encon­
tramos con una frase, sobre la que llamamos la atención al hablar de las pri­
meras condenas europeas de la Masonería.
Aquí se recuerda que la Masonería había sido condenada por el Pontífice
Clemente X II como «sospechosa de herejía y perniciosa a la tranquilidad pú­
blica», ya que se practicaban y seguían en sus reuniones y congresos errores

(284) A.N.L, Ittquisiféo Lisboa, Proceso n. 10.683. Examen, 6 abril 1743. Apén­
dice 43 H.
(285) A.N.L., Inquisigao Lisboa, Proceso n. 10.683. Examen de las confesiones en
el Tribunal y el Consejo General, 23 abril 1743. Apéndice 431.
(286) A.N.L., Inquisigao Lisboa , Proceso n. 10.683. Examen 1: Genealogía, 20 julio
1743. Apéndice 43 J.

165
y novedades muy perjudiciales a la verdadera doctrina de la Santa Madre Igle-
sia y unión de los fieles catolicos (287).
También en esta ocasión se insistió en el secreto, ya que «no era verosímil
que una Congregación inventase un secreto tan apretado para una materia
tan leve como había declarado, ni que hubiera personas que quisiesen suje­
tarse a castigos tan horrendos y atroces por una culpa en sí levísima, como
era la transgresión de un secreto que no contenía materia de importancia, y que
el descubrirlo v revelarlo no sólo no sería perjudicial a dicha Congregación,
sino más bien útil y provechosa, pues de esta forma se desvanecería la vehemen­
te v justísima sospecha que necesariamente llevaban consigo los juramentos y
congregaciones secretas» (288). Caso de no cambiar de actitud se podría de­
ducir que el tal secreto y juramento que exigía una inviolable observancia «se
refería a otro fin y otras materias muy diversas de las que el reo había confe­
sado, y que él no podía ignorar, si bien no las quería descubrir por preferir
ser observante de una secta condenada por la Iglesia que ser fiel y verdadero
católico» (289).

P u b lic a c ió n de la. P rueba de J u s t ic ia

La amonestación, antes de serle leído el Libelo fiscal acusatorio, tuvo lugar


el 13 de enero de 1744 (290), y ese mismo día, puesto en pie, escuchó los
cargos que el Promotor Fiscal hizo, cargos que coinciden poco más o menos
con los que vimos en el caso de Motton. Aquí casi puede considerarse como
única variante la matización que hacen de la hermandad, secta o congregación
llamada de los Liberi Muratori, Franc-Massons o Pedreiros Livres, «condenada
por la Sede Apostólica con penas gravísimas como perjudicial y sospechosa, no
sólo al bien público y político de los Reinos y Monarquías, sino también al bien
espiritual de las almas de los fieles católicos y a la pureza de la religión Católica
Romana» (291).
El 15 de febrero Bruslé fue citado para la Prueba de Justicia (292). Por
su parte el Promotor Fiscal del Santo Oficio había sido requerido la víspera
para comunicarle que el Proceso estaba en condiciones de hacerse la Publica­
ción de dicha prueba al reo Joao Thomas Bruslé (293), quien el mismo día 15
iue amonestado, una vez más, a que «quisiese acabar de confesar íntegramente
todas sus culpas» (294).

bre^1743 A^ndicc”43 ^ S^°a> ^roceso n- 10-683. Examen 2. In specie, 14 diciem-


' (288)' Ibidem**
(289) Ibidem.

13 enero n í l A p ¿ X ^ 4 3 Pr<xem 10 683- Amonestación antes del libelo,


m n a P a c u s í t n r i n ^ ^ roceso n- 10.683. Sumario de cargos [Libelo cri-
( 2 9 2 ? ANL ¡ I Z ™ 0\ Fir l l r,Apéndkc 43 U E1 «ubrayado es nuestro.
♦ida, 15 febrero 1744. A^Sdíce 43 M *° 10'683' Citación para la Prueba de ^

“ l l 1? I m * - R' <" " timl,!M0 " Pronw,or *”•


cación, 15 febrero q 0**80 n 10.683. Amonestación antes de U publi-

166
Tras esta diligencia un tanto protocolaria fue hecha pública dicha Prueba
de Justicia, consistente también en este caso, en las denuncias o declaraciones
de los testigos Enrique Machado de Moura [octubre 1742], Comelio Leruitte
[11 febrero 1743], Joao Liott [13 febrero 1743] y Pedro Bersan [14 febrero
1743], los cuales habían testificado ser el reo uno de los hermanos de la Con­
gregación llamada de Fransmasons o Pedreiros Livres (295).

S e s ió n d e to rm en to

La decisión inquisitorial a la vista de los cargos fiscales fue tomada el 11 de


marzo de 1744 por el Tribunal del Santo Oficio que recapituló las confesiones
del propio Bruslé, de forma mucho más extensa que en el caso de Motton
haciendo hincapié en el juramento «con conminación de horrorosas penas y
castigos», así como en la sospecha de herejía fundamentada no tanto en las
declaraciones del reo cuanto en la Bula de Clemente X II. También esta vez
hubo diversos pareceres entre los Inquisidores acerca del grado de tormento a
aplicar a Bruslé (296). No obstante, como existía ya el antecedente de Ale­
xandre Jacques Motton se decidió por mayoría aplicarle el mismo tomento,
ya que era reo de la misma culpa, y con la misma prueba. El Consejo General
reunido el 13 de marzo de 1744 decidió que «fuese puesto a tormento y en
él atado perfectamente, pudiendo sufrir a juicio del médico y cirujano, y a
arbitrio de los Inquisidores» (297).
Llegado el momento de aplicar la tortura a Tomás Bruslé y a Joao Baptista
Richart (298), ambos franceses y presos en las cárceles secretas de la Inquisición
de Lisboa por el delito de ser Pedreiros Livres, resultó que como habían sido
procesados con la ayuda de un intérprete (299), por no saber hablar ni entender
otra lengua que la francesa, se imponía la presencia de dicho intérprete durante
la sesión del tormento con lo que se planteó una situación nueva, que debieron
consultar al Cardenal Inquisidor. Pues en la Inquisición lisboeta no había
ningún Ministro ni Oficial que supiera hablar francés por lo que no se podía
suplir dicho intérprete que era, por tanto, preciso admitir en la sala de tor­
mento, lo cual era «cosa tan rara y extraña» que no se atrevieron a hacerlo
sin el consentimiento del Cardenal (300).
Concluida la amonestación que se hacía antes de la Sentencia de tormen­
to (301), y la lectura de la misma (302), el día 25 de abril de 1744 tuvo lugar

(295) A.N.L., Inquisiqao Lisboa , Proceso n. 10.683. Publicación de la Prueba de Jus­


ticia, 15 febrero 1744. Apéndice 43 P.
(296) A.N.L., Inquisi^ao Lisboa, Proceso n. 10.683. Decisión Inquisitorial, 11 mano
1744. Apéndice 43 Q.
(297) A.N.L., lnquisiqao Lisboa , Proceso n. 10.683. Orden dc tortura, 13 mano 1744.
Apéndice 43 R.
(298) Cfr. más adelante el proceso de Richart.
(299) El P. Carlos O’Kelly, Rector del Colegio de Nuestra Señora del Rosado.
(300) A.N.L., Jnquisifao Lisboa , Proceso n. 10.683. Solicitud de permiso para la asis­
tencia del Intérprete durante el Tormento, 24 manto 1744. Apéndice 43 S.
(301) A.N.L., Inquisicao Lisboa , Proceso n. 10.683. Amonestación antes de la senten­
cia del tormento, 25 abril 1744. Apéndice 43 T.
(302) A.N.L., lnquisi(ao Ushoa , Proceso n. 10 683. Sentencia de tormento. 25 abril
1744. Apéndice 43 U.

167
la sesión de tortura de Bruslé en presencta de su tnterprete el P. OKellv. Aquf
se siguió exactamente el esquema ya conocdo, siendo la unte, vanante 1. dura­
ción del tormento que fue algo más breve, pues «en él se gastó cerc» de un
cuarto de hora» (303).

S e n t e n c ia f in a l

La sentencia definitiva quedó lista para su aprobación el 15 de mayo de


1744. Según ella el reo debería asistir a un Auto de Fe público en la forma
acostumbrada para oír en él su culpa. Allí habría de hacer abjuración de vehe­
mente sospechoso en la fe, y ser absuelto in forma Ecclesiae de la excomunión
mayor en que había incurrido según la Constitución Itf eminenti. También fue
del parecer de todos los votos — excepto el del diputado Sebastiao Pereira de
Castro— que fuese expulsado fuera del Patriarcado de Lisboa por espacio de
cinco años, a lo que se opuso dicho diputado diciendo que no debía aplicársele
esta pena «ya que no se acostumbraba imponerla a los reos que abjuraban de
Vehementi culpas de judaismo, siendo éstas mucho más graves» (304).
El Consejo General reunido en presencia del Cardenal Inquisidor, el 19
de mayo de 1744, aprobó la sentencia anterior, incluido el destierro, las peni­
tencias espirituales y el pago de las costas (305). Fue hecha pública en su
forma definitiva (306) en el Auto de Fe que se celebró públicamente en Lis­
boa, en la iglesia del convento de Santo Domingo el 21 ae junio de 1744, en
cuyo acto Thomas Bruslé hizo abjuración de vehemente (307) así como jura­
mento de guardar secreto (308).
El 26 del mismo mes se le impusieron las penitencias espirituales (309),
que también coinciden con las aplicadas a Motton, y se le puso en libertad
tras comunicarle el importe de los gastos que ascendía a 3.518 reis (310).

Apéndice 43 v ‘L> Inquhi(ao Usboa> Proceso n. 10.683. Sesión de tormento, 25 abril 1744.

174450Apéndioé^43^ uis‘íao Lisboa, Proceso n. 10.683. Conclusión de Sentencia, 15 mayo

Apéndice 43 Y .^ ’ InquÍ5¡íao Lisboa> Proceso n- 10.683. Voto de sentencia, 19 mayo 1744.


dice ^43 Z Inquisifao Lisboa, Proceso n. J0.683. Sentencia, 19 mayo 1744. Apén-

1744^ApéiKlioe^43^ quis^ao Lisboa, Proceso n. 10.683. Abjuración de vehementi, 21 junio

1744. Apéndice^ 4 3 ]^qu*^<


'ao Lisboa, Proceso ; . 10.683. Juramento de secreto, 21 junio

dice 43 c. A N L ’ lnqunuiao Ushoa> Proceso n. 10.683. Penitencia, 26 junio 1744. Apén­

dice 43 d. Quiíifao Liiboa, Proceso n. 10/>83. Factura de gastos. Sin fecha. Apén-
VI.—PROCESO DE JOAO BAUPTISTA RICHART

Interrogatorios iniciales.— Exámenes de ”Genealogía1” e "In specie”.—Sumario


de cargos.— Defensa del Procurador.—Publicación de la Prueba de Justicia.
Sesión de tormento.—Sentenciad final

Todavía existen en el Arquivo da Torre do Tombo de Lisboa otros tres


procesos más o menos simultáneos a los anteriores. Los encausados fueron tres
masones. De ellos uno es más conocido: Joao Coustos; los otros dos, de los
que apenas se suele hablar (311) son los que ya nos hemos encontrado en el
proceso de Bruslé. Se trata de Lamberto Bolanger, del que nos ocupamos más
adelante, y de Joao Bautista Richart, hombre de negocios, de 27 años de edad,
natural de París, y protestante de religión, al igual que Joao Coustos.
La orden de detención de Richart se firmó el 29 de marzo de 1743 (312).
Fue hecho prisionero el 4 de abril, requisándosele lo que entonces llevaba enci­
ma, a saber 9.600 reís, un reloj de plata con una cinta azul, y un relicario
de madera conteniendo la imagen de una dama; todo lo cual, como era de
rigor, se entregó al licenciado Manoel Lourengo Monteyro, tesorero de las
cárceles de la Santa Inquisición (313). Ese mismo día ingresó en la cárcel (314).

I nterro g ato rio s in ic ia l e s

Dado que Richart tampoco entendía el portugués, ni sabía hablarlo, se


recurrió también en este caso a la ayuda de un intérprete, el mismo que actuó
en el caso de Bruslé, el Padre dominico Carlos Kelly, quien prestó juramento
ante el Tribunal de la Inquisición el 6 de abril de 1744 (315).
La primera «confesión» tuvo lugar el mismo día 6 de abril ante el Inqui­
sidor Simao José Sylveyro Lobo. En ella contó Richart que hacía unos doce
años fue persuadido por un amigo suyo francés a ingresar en la sociedad de los
Francmasones, diciéndole que en dicha sociedad entraba muy buena gente, y
que en ella pasaría una vida alegre y divertida, y encontraría muchas personas

(311) Borges Grainha, op. cit. [ed. francesa], pág. 39, solamente alude a Richart.
(312) A.N L , Inquisifao Lisboa, Proceso n. 4.867. Proceso de Joao Bauptista Richart.
home de negocio, da cidade de París, Reino de Franc*. c morador nesta de Lisboa. Manda­
miento de Prisión, 29 marzo 1743. Apéndice 44 A.
(313) A.N.L., Inquisigao Usboa , Proceso n. 4.867. Auto de entrega, 4 abril 1743.
Apéndice 44 B.
(314) A.N.L., In quistado Lisboa . Proceso n. 4.867. Planta do Carcere, 4 abril 1743.
Apéndice 44 C.
(315) A.N.L., Inquis'tgao Lisboa, Proceso n. 4.867. Juramento del Intérprete, 6 abril
1743. Apéndice 74 D. El mismo día fue requerido para jurar y actuar como intérprete de
Bruslé. Cfr. Apéndices 43 G y H.

169
.que fe ayudarían en su negocio y le socorrerían en cualquier aflicción o

aPUEn la'adscripción de las ceremonias de iniciación hay una coincidencia


total con las ya hechas por Motton y Bruslé, excepto en el pasaje en que refiere
que una vez fue situado fíente al Gran Maestre «éste desenvainó su espadín,
y lo levantó en el aire cuanto el brazo puede subir, y lo mismo hicieron todos
los demás que con él estaban». El resto, prácticamente fue sin más variantes
a excepción de la fórmula de las penas del juramento que Richart hizo utili­
zando estas palabras: «Bajo pena de que haciendo lo contrario me sea cortada
la cabeza, arrancado el corazón, y mi cuerpo hecho pedazos y quemado, y mis
cenizas lanzadas al mar» (317).
Concluido el relato de su iniciación en París, como aprendiz y compañero,
señala Richart que posteriormente estando ya en Lisboa, un tal Joao Coustos,
«lapidario natural del cantón de Berna*, le rogó se incorporara a la sociedad
dc los Pedreiros Jjvres, lo que hizo recibiendo entonces el grado de Maestro,
cuya ceremonia describe también con todo detalle. A continuación cita una
serie de personas, todas ellas extranjeros, que eran miembros de la asociación
en Lisboa (318).
Richart acaba esta primera «confesión» reconociendo que eran sus culpas,
«las cuales había cometido ignorando fueran tales porque todo cuanto había
obrado, tanto en Francia como en Lisboa, al ser recibido en la Congregación
de los Pedreiros Livres, así como todo lo que había visto y presenciado de su
admisión, le parecía que eran cosas indiferentes, y solamente ordenadas a fin
de pasar el tiempo con alegría y diversión, y que de ninguna manera contra­
decían ni iban contra la fe católica, y mucho menos sabía que estas congre­
gaciones estuvieran prohibidas por el Tribunal del Santo Oficio por hacer tan
poco tiempo que residía en este reino, y tener muy poco o ningún conocimiento
de la lengua portuguesa, ni comunicarse con más personas que dos de su na­
cionalidad, por lo que estaba muy arrepentido de todo cuanto había hecho
en esta materia, y pedía perdón por ello, y esperaba se usara con él de mise-
ricodia» (319;.
El 16 de abril de 1743 volvió a comparecer Richart ante el Tribunal para
verificar el examen propio de la «confesión» en el que se ratificó de todo lo
dicho en su anterior declaración. Entre las muchas preguntas que se le hicieron
a continuación, hubo una sobre el fin o motivo por el que la Masonería se
había introducido en el Reino de Portugal, así como en el de Francia, y en
los demas lugares donde estaba establecida. La respuesta de Richart no deja
CUIíosa* ¿1» aunque no sabía con certeza cuál fuera la causa «sin
embargo, le parecía, y tenía como cierto, que había sido un mero invento de
personas ociosa», ordenado solamente a fin de pasar el tiempo con alegría, y a
COnik xI. 5‘n propio, a costa de los que por primera vez eran
recibida en los grandes banquetes que se hacían con motivo de su recep­
ción» (320).

dice^44 E. AN L” Ushoa’ Proc«*> n. 4.867. Confesión 1.*, 6 abril 1743. Apén-


(317) ' Ibidem.
(318) ibidem ,
(319) Ibidem.
17 4 ? 2(í ^ r ^ ^ I 43 ¡Fnt1uiii<ao Uihoa> Pr°«*o n. 4.867. Examen (Conferión 2/), 6 abril
Tampoco faltaron las cuestiones sobre el juramento y el secreto, pero se
ajustaron en todo a lo ya contestado por sus compañeros Motton y Bruslé.
También se le preguntó por los estatutos o reglas particulares impresas o ma­
nuscritas, y si había oído tanto en París como en Lisboa «que en dichas con­
gregaciones se tratasen materias o profiriesen proposiciones tocantes a alguna
religión» (321). A esto último Richart respondió que «él nunca había oído ni
en París, ni en Lisboa, hablar, tratar, ni tocar cosa que por cualquier modo
perteneciese a materia de religión, antes bien les estaba totalmente prohibido,
siendo la primera cosa que se les recomendaba el no hablar de estos puntos
directa ni indirectamente» (322).

E xá m en es de « G e n e a l o g ía » e «In s p e c ie »

El examen de las confesiones anteriores se verificó el 7 de mayo de 1743


en el Tribunal de la Inquisición, y el 10 del mismo mes en el Consejo General,
según la forma acostumbrada, y siguiendo la fórmula que ya hemos visto en
otros procesos.
Trasladado a las cárceles secretas, permaneció allí hasta el 24 de julio de
1743 en que fue convocado ante el Inquisidor que llevaba su causa, para ser
sometido al examen de Genealogía en el que hizo el historial de su vid* y de
su familia. En el aspecto religioso declaró que «era de la religión Protestante
de la Secta de Calvino en la cual había nacido y le habían criado sus padres
porque también eran protestantes de la misma secta. Sin embargo, era cristiano
bautizado como acostumbran serlo todos los católicos, con todas las ceremonias
que la Iglesia Católica suele usar en la administración de este sacramento por
ser práctica y ley en el Reino de Francia obligar a los padres herejes a bautizar
a los hijos que les nazcan en dicho Reino siguiendo el mismo rito que los
católicos; y por esta razón había sido bautizado en la iglesia parroquial de
San Cosme y Damián de París» (323).
Respecto a su formación religiosa confesó que «en cuanto llegó a los
años de juicio y discrección comenzó a ser adoctrinado por sus padres en la
secta protestante que siempre siguió y en la que hasta aben había vivido;
y para mejor instruirse frecuentaba la casa de los embajadores de Holanda
que acostumbraban residir en París, donde oía a los p r e d ic a d o r e s herejes, y
hacía todas las ceremonias que los mismos herejes practicaban en sus reunio­
nes» (324).
También añadió que algunas veces «había entrado en los templos católicos
pero solamente para satisfacción de su curiosidad, y por tener una hermana
suya, la cual era católica romana y religiosa profesa en el convento llamado
de los nuevos conversos de dicha ciudad' de París. Por esta razón frecuentaba
la iglesia de dicho convento en la que asistía a los oficios divinos, y ota la pre­
dicación de los católicos sintiendo en sí deseo de dejar la vida que llevaba a
causa de lo que oía a dichos predicadores» (325).

(321) Ibidem.
(322) Ibidem.
(323) A.N.L., / nquisigao Usboa, Proceso n. 4.867. Examen Genealogía, 24 julio 1743.
Apéndice 44 H.
(324) Ibidem.
(325) Ibidem.

171
Debido precisamente . haber dicho que v.vf. y pensaba vivir siempre
como hereje protestante de la secta calvinista no fue mandado poner de rodi­
llas como los demás procesados católicos romanos, para decir las oraciones de
la iglesia según la forma y estilo con que se comprobaba la instrucción de
los reos.
Tras amonestarle a que confesara todas sus culpas, y una vez cumplidos
los trámites de confrontar si estaba de acuerdo con lo que se había escrito
durante la sesión, fue devuelto a la cárcel donde permaneció casi cinco meses
antes de que volviera a ser llamado para comparecer ante el Tribunal y ser
examinado «I* specie», lo cual tuvo lugar el 14 de diciembre de 1743.
En primer lugar le fue leída la acusación que se iba a pasar al promotor
fiscal, que se basaba fundamentalmente en ser socio de una congregación con­
denada por el Sumo Pontífice Clemente X II «como sospechosa de herejía y
perniciosa a la tranquilidad», y en la que se sujetaban por medio de un jura­
mento «a castigos tan horrendos y atroces por una culpa en sí levísima (326).
Después fue amonestado por última vez para que confesara «enteramente toda
la verdad de sus culpas declarando la verdadera intención que tuvo al come­
terlas» (327).

Sumario de cargos

El 13 de enero de 1744 fue la amontestación antes de serle leído «el cri­


minal acusatorio» 0 2 8 ) o sumario de cargos que ofrece dos variantes notables
respecto a los Libelos de Motton y Bruslé. La primera, debida a su calidad
de protestante, consiste en la redacción del primer cargo que es un claro expo­
nente no sólo de las condiciones impuestas en aquel entonces a los protestantes
que querían vivir en Portugal, sino que refleja, una vez más, la desorientación
existente en los ambientes eclesiásticos y, por supuesto, en la Inquisición ante
la Masonería, pues no acaban de saber si era una religión, una secta o una
simple hermandad. También sirve para apreciar esa interferencia que se refleja
en la condena pontificia entre el bien político y el religioso.
El texto de este primer cargo está concebido en los siguientes términos:
«Porque siendo el reo cristiano bautizado con instrucción suficiente en las
materias de !a religión cristiana, está obligado como tal a tener, y creer todo
lo que tiene, cree y enseña la Santa Madre Iglesia Católica Romana. Y también
en cuanto hereje protestante que vive en este reino debe evitar en él toda
ocasión de escándalo de los fieles católicos romanos en materia de religión, no
practicando nuevas sectas, ni haciendo reuniones, asambleas o conventículos
secretos con otras personas que no sean las de su familia en su casa, confor­
mándose con lo acordado y con los artículos de paz que sobre este particular
existe, pues sólo en ese caso se permite a los herejes extranjeros el poder vivir
en este remo cuando vienen a él o en él están a causa del comercio. Sin em-
argo e] reo olvidado de su obligación, con poco temor de Dios y de la Jus-
icia. izo o contrario, y de cierto tiempo a esta parte, viviendo ya en este

1743^^Ap^ndicc^4 4 l ”^WÍIÍÍí7/1 ^ ^ oa' Proceso n. 4.867. Examen In specie, 14 diciembre


(327) Ibidem
enero *14 4 ' A ^ndice^^T0 ^nt>úa' ^roceso n- 4.867. Amonestación ante» del Libelo, 13
reino y ciudad, asistió a conventículos secretos con otras personas que no
eran las de su familia, y en otras casas que no eran las suyas, practicando en
ellas la nueva y abominable secta, congregación o hermandad llamada de Liberi
Muratori, Frattc-Massons o Pedreiros Livres, condenada por la Sede Apostólica
con penas gravísimas, como perjudicial y sospechosa no sólo al bien público
y político de los Reinos, sino incluso al espiritual de las almas de los fieles
católicos romanos y la pureza de la religión cristiana, haciendo en ella segunda
profesión e incorporación con varias y exquisitas ceremonias prestando jura*
mentó sobre la Sagrada Biblia para guardar inviolable secreto de todo lo que
en ella se tratase» (329).
La otra variante que se encuentra en el Sumario de cargos contra Richart
— ya que el resto de las acusaciones basadas sobre todo en el juramento y
secreto coincide más o menos con las ya vistas en sus compañeros de prisión—
consiste en el hecho de que así como Motton y Bruslé rechazaron la defensa
que se les ofreció una vez leído el Libelo o Sumario, Joao Bauptista Richart
al serle preguntado si tenía defensa con que justificarse, y si para configurarla
quería estar con el Procurador, la respuesta fue afirmativa, y entonces le fue
ofrecido como procurador el licenciado Joao Pereyra Cabral que era el señalado
oficialmente por la Inquisición para sus presos, si bien se le dejó en libertad
de elegir cualquier otro de Lisboa (330).

D efen sa d el P rocurados

Aceptado el licenciado de la Inquisición, Richart le dio todos los poderes


que por derecho le eran concedidos, y se pasó recado a dicho Procurador para
que hablara con el reo y se le entregara el Libelo a fin de que pudiera hacer
la defensa.
El mismo día, 13 de enero de 1744, fue nuevamente convocado ante el
Tribunal de la Inquisición, Richart, y con él su procurador al que se le informó
de la causa del reo y de las culpas por las que había sido preso, para que le
aconsejara y defendiera en todo lo que estuviera en manos de la justicia, lo
que prometió cumplir bajo juramento (331).
Al día siguiente, 14 de enero de 1744, el procurador presentó al Tribunal,
en nombre del reo, unos artículos de defensa que contienen cierto valor por
cuanto indirectamente ponen de manifiesto las fallas jurídicas no sólo de la
acusación fiscal, sino incluso de la propia Bula de Clónente X II en la que
se basaba aquélla.
El primer artículo es un resumen del sumario de cargos por el que el reo
era acusado «por el crimen dfe transgresor de las Bulas y Decretos Apostólicos
usando, con escándalo notorio y público, de acciones contrarias a dichas bulas,
cuando en verdad, aunque protestante, debía en conformidad con los capítulos
de paz, vivir more católica sin dar escándalo, ni usar dc juramentos algunos

(329) A.N.L., I n q u in o Lisboa, Proceso n. 4.867. Sumario dc cargos, s. f. Apéndi­


ce 44 K.
(330) Ibidem. . . .
(331) A.N.L., 1tiquísimo Lisboa, Proceso n. 4.867. Juramento del Procurador, 13 «ne­
to 1744. Apéndice 44 L.

173
contrarios a la religión Romana en las asambleas y conventículos a los que
estaba unido» (332). ,
Basándose en esta acusación, la defensa del Procurador argüyó diciendo
que «estando fundada la culpa del reo prácticamente en la no observancia de
dicha Bula que prohibía dichos conventículos y asambleas, no debía juzgarse
al reo como transgresor de ésta sin que se probara y demostrara la noticia que
de ella tenía, con individuación cabal de su prohibición, la cual el reo siempre
ignoró hasta el presente, a no ser que se probara lo contrario, pues es bien
sabido que en derecho la ignorancia siempre se presume si no se prueba lo
contrario» (333).
Siguiendo en su razonamiento el Procurador añadió que aunque se quisiera
decir que el reo estaba obligado a tener noticia de la Bula, por haber sido
publicada, lo cual bastaba para inducir la noticia, con todo, la defensa en este
caso no merecía menos atención porque además de ser cierto que en la
ciudad de París no existía publicación alguna de los Decretos Apostólicos, el
reo, en el tiempo en que éste fue publicado en Lisboa, no se encontraba en
esta ciudad sino en Francia. Y, además, debido a que desconocía la lengua
vulgar. y apenas trataba con gente, ignoraba la existencia de tal Bula y «en
consecuencia estaba libre de la culpa que en razón genérica de la publicación
le querían imputar, por lo que en rigor de derecho era discutible máxime en
ese Tribunal de piedra» (334).
En tercer lugar, y aquí indirectamente, al menos, atañe a la Bula que con­
denó la Masonería, expuso el abogado defensor que «estando asentado como
cierto, que entre los estatutos, que como ley inviolable tenía esta cofradía
intitulada cíe Pedreiros Livres, no había capítulo alguno que fuese contra nues­
tra religión Católica, ni contra las buenas costumbres o el bien público, se
debía también considerar en consecuencia que en las ceremonias, asambleas y
reuniones que el reo hiciera, no había escándalo alguno, ni se practicaba materia
que atañera a ninguno de los requisitos ponderados» (335).
A continuación, la argumentación fue dirigida hacia el tema del secreto
«porque siendo cierto que el crimen por el que el reo era acusado consistía
en el juramento inviolable de no declarar los estatutos de la Orden, presu­
miendo de este riguroso y extraordinario secreto, materia tal, que de su decla­
ración se seguiría pena y castigo; con todo, constando, como constaba por la
declaración de éste, la cualidad del mismo, y que no contenía materia punible,
se seguía el que el reo debía ser absuelto, pues la culpa sospechada quedaba
desvanecida por la ley de la misma confraternidad, tanto más que la severidad
del juramento y el rigor de su no declaración, in se solum no era pena, ni
inducía culpa, ni era causa para aplicar castigo» (336).
Ademas, la Bula en que se fundaba el Libelo de Justicia no prohibía a los
particulares el ser Pedreiros Uvres, «sino aquellas reuniones y conventículos;
e tal suerte que el ser Pedreiro Libre in se no era culpable, sino el hacer
conventículos, no siendo otro el fin de esta prohibición que el presumir hubiera
en esas reuniones, prácticas contra la religión Católica y las buenas costumbres;

1744^Apé^ioe ^ 4 4 Proceso n. 4.86/. Defensa del Procurador, 14 enero


(333) Ibidem.
(334) Ibidem.
(335) Ibidem.
(336) Ibidem,

174
Jo cual disputandum venit» (337). Por otra parte la Bula «se debía ejecutar
no sólo según la forma de su declaración, sino también según las leyes y tratos
de derecho que no se limitaban a dicha Bula, ni se irritaban, sin lo cual las
leyes se entendían derogadas» (338).
Finalmente, el último argumento dentro del terreno jurídico y que también
tiene su aplicación para la Bula In eminenti, fue expuesto por el abogado de­
fensor de Richart en el sentido dc que «según la forma de todo derecho, tanto
civil canónico [sic], como práctico, no podía ni debía el reo ser castigado o
declarado como sospechoso de herejía, sin que se averiguara o conociera haber
el reo practicado materias punibles, o insinuándolas, o dado escándalo al se­
guirlas; de tal suerte que la presunción, en sí mismo, no tenía fundamento para
delito; y, por lo tanto, no se debía imponer pena alguna por esas materias,
sino más bien una búsqueda de mayor claridad y averiguación para poder pro­
nunciarse en sumaria condenatoria»; por todo lo cual «no se debía presumir
en el reo, una siniestra intención y mal ánimo en las asambleas y reuniones
a que asistía» (339).
Tanto más — y con esto concluye la defensa— que «el reo era tan amante
de la ley católica, que tan pronto llegó a este Reino [Portugal] protestó y
protesta querer ser católico romano, por conocer ser ésta la verdadera ley y
además segura; y no había por qué presumir hiciese acto contrario aquel que
deseaba abrazar la verdad» (340).
Por otra parte — y aquí está la diferencia con el caso C oustos, como vere­
mos— el reo «no había venido a este Reino para enseñar o dirigir aquella
cofradía, aun cuando tuviese el nombre [grado] de Maestre, pues en verdad
ésta estaba ya erigida y establecida siendo aquel título de Maestre un abuso
aplicado a los que tenían más noticias de las señales». Por todo lo cual el
Procurador esperaba que «el reo fuese absuelto de la culpa de justicia que se
le imputaba juzgándole no probado del Libelo» (341).
El escrito conteniendo esta defensa del Procurador fue entregado a la
Mesa del Tribunal que lo recibió «solamente a título de información y para
ser considerado al final», por lo que el 4 de febrero se determinó que el pro­
ceso prosiguiera por sus cauces ordinarios (342). Así, pues, el 15 de febrero
de 1744 fueron el reo y su intérprete citados para entregarles una copia de la
Prueba de Justicia (343).

P u b lic a c ió n de la P r u eb a de J u s t ic ia

El promotor Fiscal dfel Santo Oficio fue requerido el 26 de febrero par»


comunicarle que el proceso estaba dispuesto para hacerse la Publicación <fc la
Prueba de Justicia (344). El mismo día tuvo lugar la protocolaria amonesta-

(337) Ibidem.
(338) Ibidem.
(339) Ibidem.
(340) Ibidem.
(341) Ibidem.
(342) Ibidem. _ _ , . . , .
(343) A.N.L., J»*w«»V«o Lisboa, Proceso n. 4.86/. Citación para la prueba de Justi­
cia, 15 febrero 1744. Apéndice 44 M. . . . j , ^ ___ . Mtmm
(344) A.N.L., iH fM sieo Lisboa, Proceso n. 4.867. Requerimiento dd Promotor antea
de la publicación, 26 febrero 1744. Apéndice 44 N.

175
ción antes de la publicación de dicha prueba (345), y a continuación, puesto el
reo en pie le fueron leídos los cargos basados en los mismos testigos que vimos
en los dos procesos anteriores (346); a continuación fue sometido a un interro­
gatorio en el que se le preguntó entre otras cosas «en qué Religión quería
vivir» (347). A esto dijo Richart que «quería dejar de todo su corazón la
secta protestante en la que erróneamente había vivido hasta entonces, y abrazar
la Religión y Fe católica romana, por haber oído, y serle dicho repetidas veces
que ésta era solamente la verdadera y única en la que podía salvar su alma,
por lo que pedía insistentemente mandaran instruirle en ella deseando lo hicie­
sen con la mayor brevedad posible» (348).
El Inquisidor le replicó si quería tomar esta resolución por algún otro
motivo, o si lo hacia por parecerle que de esta suerte evitaría el justo castigo
que por sus culpas tenia merecido. A lo que Richart dijo que «estaba firmísi-
mamente resuelto a abrazar la fe católica romana sin más motivo que el de
querer salvar su alma, y para este fin solamente pedía le mandaran instruir,
y no por miedo alguno a ser castigado por sus culpas, antes de buena voluntad
se sujetaba a todo castigo que le fuera dado por ellas» (349).
Esta sesión concluyó con una exhortación de los señores inquisidores en
la que le fue dicho «que tomaba muy buen consejo al querer reducirse a nuestra
Santa Fe Católica, y detestar todos sus errores» por lo que como libre y espon­
táneamente había solicitado «sería instruido a su tiempo en las cosas de fe
y misterios de ella» (350).
El 5 de marzo de 1744, se reunieron los Inquisidores para estudiar el caso
de Richart a la vista de sus culpas y confesiones, por las que resultaba estar
«legítimamente convencido del crimen de frecuentar, seguir y estar asociado
a la Congregación de los Pedreiros Uvres condenada por la Santidad de Cle­
mente XII en su constitución que comienza In eminenti Apostolatus Specula.
Después de enumerar con detalle los diverso» pasos de su iniciación, grado
y juramento, fueron todos los votos del parecer, a excepción de los diputados
Sebastiao Pereira de Castro y Felippe de Abranches de Castello Branco, «que
supuesto que el reo era, como decía, hereje protestante, y como tal había
vivido siempre nacido y educado en la herejía, sin instrucción de nuestra Santa
re Católica, csí.; no le libraba de quedar sujeto al juicio de la Iglesia en el
presente caso, y a la jurisdicción de este Tribunal para ser castigado por el
grave escándalo que había dado en este Reino al hacerse en él miembro de
una Congregación y sociedad condenada por la Sede Apostólica, no sólo como
sospechosa de herejía, sino también como perjudicial a la República temporal
v espiritual, y escandalosa a los fieles católicos que, como hijos obedientes de
J 8 d^ben religiosa y ciegamente observar sus preceptos y prohibiciones,
pues asi lo determinan las leyes de este Reino respecto a los herejes que en él
delinquen con escándalo» (351).

c J , 326 « ó P,OCt,° " 4 * í7' Ara°"“ “ d'S” “ “ de *****


cú/ m aS Í % Pt0C” ° " 4867 Publi“ d<S" d' >» P™íb* <>' J”5' 1'
(347) Ibidem.
(348) Ibidem.
(349) Ibidem.
050) Ibidem.
r351) A.N.L.,
174455Apéndke*44Q ga,s,^ao Lisboa, Proceso n. 4.867. Decisión Inquisitorial, 3 marzo

176
]ohti Coustos. J eta n d o en la Inquisición de Portu^ú por el delito de Frune Masón
nn > I nou i HJo res Apoftolicos co n tra a h eretica pravidade,
s,- .uH)ibli.i neftas CidaJes Je L isb o a ,& leu d e ftrieto ,& c.
M.uulamos a qualuuer H n n l i a r , ou Oíficial do Santo
•• ' y ' / ' <t / rr1
Oincio, uue L/4..1/U ¿ i \ i x> oa. ¿ím /jul //< *t ju c / cí

•jSfill Aíxaac v // ¿C'iJ.’u
/ r /' , -¿.irtA/tiM
/v ' S
ac *
/tit »>
o«Z/ro
* i* O / ^ /
* 4 zki.-v ¿ho . J zaí 'z .'O ha cua nc\M / / / <t<a A c H-cu
■ J t i. I . rtt/ A i • ; ------ - - ^ ^
/ p u -rv .u s > "’‘ .<</ut/frc X t v ? h ^á J por culpas que co n tra elle ha
nC' : k v i t o Oí :c<o,'obrigatorias a prizaó , & preztf a bom recado, c o m
i. nuis tare neecllarioa leuulo, & te t /Sit C >^ -------—
cm v.inhctro para leus alimentos, trarcis & entregareis, debaixode
v v. e ao Alcaide dos carterosuaUwWm Uj.'a é /iyui'tiuu> 1 mandamos
ctr. virtude de la;ua Obediencia , te fobpena de excommunhaó maior,
^ oinnhcntos cruzados para as dclpezas do Santo Cilicio , & de
p; •-ccdcrmos como mais nos parecer, a todas as pefloas, ríl¡ I ccleliaí-
; u ' c o m o ¡oculares, de cjuakjuer grao, dignidade, condi^aó , & prc he-
b': en fia que ícjaó, vos nao impidaó fazer o íobredito , antes íendo por
\i l'.xndos, vos den» rodo o favor, & a]uda¿ mantimentos, pouíadas,
t.invis, !frro>, cadeas, cavalgaduras, barcos, & tudo o mais t|uc for ni—
cc:'¿r¡<\ pelo pre^o , & eftado da térra. Cumprioaííi com muirá caute­
la , & tegredo , al nao fa^ais. Dado em Lisboa Qtewebttstsri» no Santo
U:: c¡o ca Incjuiii^aó lob noflos finaes, & lello della. ¿ 4 ; nov* <x/<i i/.
/ /¿tx j Li c ¿ ti iu A ¿trti Jé ¿ e cjf<4icn(&. e h / J </ / ^
' ■-■//'' /» / /
:■'.v, ¿ a "./<? > ;. >'tJi v* (X

L -’ y / S
t
í

c
Tormentos del francmasón John Coustos en Lisboa en 1/44. según la /mUtcactón de 1790
Umcwraftdcd Su ffcrinas af lohn Consto»
T E R M O DE S E C R E D O .

f rp '. \ ----------------------u i« u u mes uc /c c /r d # fb <


\ Y*7 de mil & fcfftentos & ff¿4/í¿n{-'áji4c¿4-/7£>--- -
:'/ rí annos crn Lisboa nosEftaos, ¿u fa d o dcfpacho
L di Tanta Inquill^aó, citando ahí era audiencia da
/ j 7 ¿ <3------ ------- — os íenhores Inquifído re^manr
darao vir f erante í)\do carccrc da penitencia a>J ó d /C ít Z /fíz
------R.preO conthcud¿ ncfteproceíTo.&fendo
p-'icntc iht foy dado juramento dos Tantos Euangelhos, etn
,-,.c pozanúo, 2c ílb cargo dellelhcfoy mandado,<que tenha
n.uito fegredo em rudo o que vío,&ouuioneíles carceres,& cotn
c i fe paflou acerba de feu proccíTo, Se ncm por palavra, ncm ^
c ;ci ico o defeubra, oem por ootra «qualqucr vía que íeja, fobpc- ,
ni d? fer grauemcncc caftigadtf o que Cudo ell'í-prometteocú- ,•
pnf,& íob cargo do ditco juramento, deque fe fczcííe termo de-
------ l j . j - - j : — - r— ^ ------- --- -

ü : •r'.. :y ' ¿A* :ir.’í v i '»■


- '*•;/-« i f..* Í0.;Í' L ''1v
*j
^ s / if -
"V *y / t ■"— í 9
_.r^'híeJ

n C r u fft Z '

l'tmij}*) >
■<vcffj ffrwdfjn prjy ¡ohn (jjtn/ns. 2) íunio 1744
A continuación hay un intento dc justificar que realmente el reo había
cometido verdadero escándalo, pues «ninguna otra ocasión de ruina espiritual
se podía considerar mayor para los católicos, que el saber y estar viendo fre­
cuentar, seguir y promover, con asistencia de tantas personas de nación y reli­
gión diferentes, congregadas en diversas casas, prevenidas de las mayores cau­
telas, una sociedad expresa y severísiraamente condenada por la Sede Apostó­
lica, como gravemente sospechosa de herejía, con notorio desprecio de los de­
cretos pontificios y saludables determinaciones de la Iglesia» (352). Y puesto
que la nueva Constitución condenaba todos estos hechos, agregaciones y re­
uniones como sospechosos de herejía, «bastaba para dar solidísimo fundamento
a los Inquisidores a que procedieran contra ¡os culpados, siendo católicos; y
de la misma forma era suficiente el gravísimo escándalo causado por la trans­
gresión de aquello mismo que el Pontífice en ella expresamente determinaba,
para proceder contra los culpables siendo éstos herejes» (353).

Se s ió n de to rm en to

Una vez justificada la culpa se concluyó que antes de continuar el proceso,


debía o'e ser sometido el reo al tormento ad cruendsm veritatem, en el que
«habría de ser atado perfectamente, pudiéndolo sufnr a juicio del médico y
cirujano, y a arbitrio de los Inquisidores, sin que pudiera obstar a este juicio
el haber dicho el reo en su defensa, y confirmado después cuando se le hizo
la publicación de la prueba de justicia, que quería abrazar nuestra Santa Fe
Católica» (354).
Por esta causa solamente le serían perdonadas sus culpas, y no se le apli­
caría pena corporal por ellas, «pero no se le podía eximir del tormento, puesto
que éste se daba en el presente caso ad cruendam veritatem, en un hecho plení-
simamente probado, tan lleno de extraordinarias y sospechosas circunstancias
por las formalidades de las recepciones, por el rigurosísimo juramento que se
prestaba, con pormenores nunca oídos en las materias más relevantes, y por
la gran cautela observada siempre en las reuniones; razones todas que habían
obligado al Pontífice a condenar a los miembros de estas sociedades a una vehe­
mente presunción de herejía, no siendo creíble que no dejara de haber en
ellas otro fin más pernicioso y perverso que el reo ocultaba maliciosamente, y
que no podía ser indagado a los que le juzgaban por otro medio que el tor­
mento» (355).
Así, pues, el tormento, considerado solamente en sí, nunca se podía reputar
«como pena y castigo de delito, porque solamente era un remedio subsidiario
inventado e instituido por el derecho para prueba de él, y para que la justicia
alcanzara un mejor conocimiento de la verdad cuando ésta no se podía ave­
riguar por otro modo, como sucedía en el presente caso» (356). ,
No obstante, estos razonamientos, a tres diputados (357) les pareció que
el reo no debía ser atado perfectamente, sino «puesto solamente ad faciem,

(352) Ibidem.
(353) Ibidem.
(354) Ibidem
(355) Ibidem
(356) Ibidem. „ . , „
(357) Fr. Domingo de Santo Thomas, Joachim Jarreen MoUer, y Bernardo de Castro
c Lemos. Ibidem.

177
porque con este leve grado de tormento encontraban a su juicio suficientemente
purgados todos los indicios que de la prueba resultaban vista y considerada
la individuación y verosimilitud de sus confesiones» (358).
Todavía hubo quienes (359) opinaron que «el reo no sólo no estaba en
condiciones de ser puesto a tormento, sino que ni siquiera de procederse contra
él de cualquier forma que fuera, visto que era extranjero y hereje protestante»,
pues tales herejes no podían ser molestados «por causa de conciencia en el caso
de ser formalmente herejes, y mucho menos en el caso de ser solamente tenidos
por sospechosos, exceptuados únicamente los casos de la Bula Antigua Judeao-
rum perfidia de Gregorio X III, que no se le argüía, o en el caso de dar escán­
dalo. lo que no quedaba demostrado, y que se debía probar legalmente para
fundamento de la jurisdicción de este Tribunal, pues a su juicio no se justificaba
el tal escándalo por la simple agregación a la sociedad de los Pedreiros Livres,
establecida en este Reino» (360).
Tras una serie de argumentos que todavía venían a remachar más la idea
ya expuesta, el diputado Sebastiao Pereira de Castro concluyó que «aunque en
él presente caso faltase todo lo manifestado, no había prueba alguna, ni siquiera
para ia tortura más leve, por no haber indicio alguno de que en este reino
obrase el reo, en las reuniones de su sociedad ninguna otra acción aparte de
las que ya había confesado, pues venía a coincidir con los otros reos de la
misma culpa que se hallaban presos en esa Inquisición, sin que de sus confe­
siones resultara indicio alguno de que en dicha Congregación se practicara otra
cosa que no fuera aquello mismo que este reo había declarado, y constarle
por personas fidedignas que ni siquiera en los reinos extranjeros se practicaba
otra cosa, resultando de esta suerte totalmente inútil el uso de la severidad de
la tortura, ya que no había esperanza de averiguar más de lo que por sus
mismas confesiones se había obtenido» (361).
La decisión definitiva quedó en manos del Consejo General que, reunido
el 10 de marzo de 1744, acordó que Richart «fuera puesto al tormento, y en
él atado con la primera correa pudiendo sufrir a juicio del médico y cirujano,
y a arbitrio de los Inquisidores» (362).
La amonestación antes de la Sentencia del Tormento tuvo lugar el 25 de
abr;l de 1744 {363 j, y a continuación se le leyó la sentencia de tormento, con­
secuencia de la acusación que se ie hacía de que «había causado gran escán­
dalo a muchos católicos romanos con las reuniones de la secta de los Frattcs-
Massons o Pedreiros Livres, en los que se presumía con gran fundamento que
se practicaban cosas mayores de las que el reo había confesado» por lo que
se ordenaba fuera puesto a tormento «a fin de que acabara de declarar todo
o lciernas J que se practicaba en dichos conventículos, asambleas y reunio­
nes» (364).

(358) Ibidem.
Branco^\bídem <^iputa^os Sebastiao Pereira de Castro, y Felippe de Abranches Castello
(360) Ibidem.
(361) Ibidem.

Apéndice 44 R ^ ’ ^neíU!U(ao Lisboa, Pioceso n. 4.867. Orden de tortura, 10 manto 1744.

dc- Tor mento^25 'íbú \‘\l¡A A p én d ice'S T 4 M l ' Amonestación ante# de la Sentencíá
1744 Apéndice 44 Pf0ces0 n. 4.867. Sentencia de tormento, 25 abril
Ese mismo día tuvo lugar la sesión de tormento que se desarrolló según
el esquema ya visto en los casos anteriores con la única variante de que fue
sometido a un grado leve de tortura (365).

Se n te n cia f in a l

El 20 de mayo de 1744 volvió a reunirse la Mesa del Tribunal de la Inqui­


sición para dictaminar la sentencia. Una vez repetidos los cargos del acusado,
se pidió que «el reo fuera a un Auto público de Fe en la forma acostumbrada
y en él oída su sentencia para satisfacción del público escándalo por él causado
con sus culpas» (366).
Nos obstante, los diputados presentes fueron del parecer ce que el reo
oyese su sentencia en la sala de la Inquisición ante los Inquisidores, Ministros
y Oficiales del Santo Oficio, y algunas personas eclesiásticas, seculares y regu­
lares, porque a juicio de ellos una de las mayores penas que tenía este reo era
el oír su sentencia, como los otros, en Auto Público, lo cual parecía ir en contra
de la disposición del reglamento, supuesta su reducción (367).
A esto había que añadir el que «se hallaban en la culpa de este reo cir­
cunstancias que la disminuían mucho como era el hacer tan poco tiempo que
había llegado a este reino cuando fue preso, de suerte que por no entender
nada de la lengua portuguesa fue preciso procesarle por medio de intérprete,
y por esta razón no podía tener noticia de la Constitución de Clemente X II
por la que las reuniones masónicas eran prohibidas; y mucho más habiendo
este reo frecuentado la misma congregación durante tanto tiempo en un reino
tan católico como el de Francia, sin que le obstase nunca prohibición alguna,
por lo que ciertamente había de creer, y con buen fundamento, que tampoco
existía en este Reino» (368).
Finalmente, todos estuviere») de acuerdo que «visto que el reo, hereje pro­
testante, había representado muchas veces en este Tribunal, y lo mismo había
requerido por su procurador, que quería reducirse a nuestra Santa Fe Católica
en la cual no tenía instrucción alguna, y que éste había sido el principal motivo
por el que pasó al reino de Portugal, pues no le era tan fácil apartarse de
sus errores viviendo en su tierra en compañía de sus parientes, los que cierta­
mente se lo habrían impedido, fuera mandado instruir en los misterios de la
fe y absuelto ad cautelarn de la excomunión mayor en que pudiera haber incurri­
do, y se le admitiera a su reducción como instantísimamente había pedido, y
que no le fuera dada pena corporal alguna de las que merecía por sus culpas,
y pagara las costas.
El Consejo General reunido en presencia de Su Eminencia el Cardenal In­
quisidor, el 22 de mayo de 1744, acordó que antes de seguir ningún otfo
trámite se procediera «a la instrucción del reo, y cuando constara que estaba
suficientemente instruido, se le admitiera a hacer su juramento de reducción*,

(365) A.N.L., Inquisi^ao Lisboa, Proceso n. 4.867. Sesión de tormento, 25 »bril 1744.
Apéndice 44 U.
(366) A.N.L., Inquisifao Lisboa, Proceso n. 4.867. Conclusión de sentencia, 20 tn«yo
1744. Apéndice 44 V.
(367) Ibidem.
(368) Ibidem.

179
un* ve? observado lo cual debería volverse a examinar el proceso para ver qué
decisión tomar (369).
Sumiendo estas instrucciones, el 25 de mayo de 1744, fue convocado ante
la Inquisición el intérprete P. Fray Carlos O Kelly, para comunicarle que el
reo al que asistía «quería hacerse católico romano, y reducirse a nuestra Santa
Fe», para lo cual él debía instruirle «en todos los misterios de nuestra Santa
Fe necesarios para la salvación de su alma»; lo cual dicho Padre prometió cunv
plir bajo juramento hecho ante los Santos Evangelios (370).
F.1 5 de junio fue nuevamente citado el P. O ’Kelly, y tras el juramento de
rigor se le preguntó si «ya había instruido al reo Joao Baptista Richart en los
misterios de nuestra Santa Fe Católica, necesarios para la salvación de su alma,
como se le había mandado» (371). A la cuestión sobre la verdadera intención
de Richart cn su conversión al catolicismo, el Padre instructor respondió que,
a mi juicio, creía era totalmente sincera, sin ningún motivo temporal. Final­
mente, se le consultó si, a su juicio, ya estaba k> suficiente instruido, cosa que
también afirmó el P. O'Kelly, pues el reo «tenía un entendimiento claro, y
percibía muy bien todo cuanto le decía y explicaba» (372).
Tres días más tarde, el 8 de junio de 1744, fue sometido Richart por el
Inquisidor Simao José Silveyro Lobo, a un largo examen para confirmarse de
la autenticidad de sus sentimientos y motivos, y si lo hacía con entera y libre
voluntad sin coacción de persona alguna. Una vez asegurados de la veracidad y
limpieza de sus intenciones fue exhortado a dar gracias a Dios por la gran
merced que le había concedido y a permanecer fielmente en el nuevo camino
que emprendía. Tras esto hizo el juramento de reducción (373).
Ese mismo día se reunió la Mesa del Tribunal de la Inquisición para dicta­
minar la sentencia definitiva. De hecho fue esta reunión una segunda edición
de la ya celebrada el 20 de mayo de 1744. Por un lado se pidió que la
sentencia le fuera leída al reo en un Auto Público de Fe por las razones
aducidas en aquella ocasión, a lo cual se opusieron los mismos diputados argu­
yendo con las razones ya esgrimidas entonces (374). Pero esta vez el Consejo
General dio h razón a estos últimos, y el voto de sentencia quedó definitiva­
mente en el sen ido de que el reo «oyera su sentencia en la Sala del Santo Oficio
¿■me los Inquisidores, Ministros y Oficiales de la Inquisición y algunas personas
eclesiásticas seculares y regulares, fuera absuelto ad cautelam d é la excomunión
mayor en que pudiera haber incurrido, y que pagara las costas» (375).
La sentencia, pues, quedó redactada en forma similar a los casos de Motton
y Bruslé, siendo hecha pública a Joao Baptista Richart en la Sala del Santo

Apindke 44J¡L ’ lnqmiui*c Ushoa> Proceso n 4867• Voto de sentencia, 22 mayo 1744.
1vO) A.N.L., Inyutsifao Lisboa, Procero n. 4.867. I uramento y compromiio del In-
térprete de instruir al reo. 21 mayo 1744. Apéndice 44 Y.

U y/í^ toT ?*-* Á X ^ 4 4 I 7ÍO'* PrOCCT° " 4867' Te,timonio del lDtéfPrete P’ ° ' Ke*
(372) ibidem.
Apindiít* 44 r ^ lrl^uiu<ao Lisboa, Proceso n. 4.867. Examen y reducción, 8 junio 1744.

1 ^ Miboa, Procero n. 4.867. Concluaión de sentencia, 8 junio

Apéndice 44 c L ’ ln9uisi<m IM oa ’ n. 4.867. Voto de sentencia, 9 junio 1744,

180
Oficio con la solemnidad acordada, el día 1 de julio de 1744 (376), no cele'
brindóse con tal motivo Auto de Pe, a pesar de que Borges Grainha afirma
lo contrario en su Historia de la Francmasonería en Portu¿d (377). El mismo
día prestó Richart el juramento de secreto y fue puesto en libertad (378).

(376) A.N.L., lnquisi$*n Lisboa, Proceso n. 4.867. Scntenci», 9 junio 1744. Apéndi­
ce 44 d.
(377) Borcks Grainha, op. cit., pig. 39. . „ . ,
(378) A.N.L., I*f*ififwo Lisboa, Procwo n. 4.867. lutwnento dc Secreto, 1 Julio 1744.
Apéndice 44 c.
VII.—PROCESO DE JOHN COUSTOS

Interrogatorios iniciales.— Sumario de cargos.— Publicación de U Prueba de


Justicia.— Sesión de tormento.— Sentencia final— Conmutación de la pena.—
Declaración de Lamberto Bolanger

Más interés encierra el proceso de Tohn Coustos, no sólo por ser tn¿« cono­
cido (379), y haber sido más estudiado (380), sino sobre todo por las decla­
raciones que hizo ante los inquisidores, y que adquieren un doble valor por
ser el Venerable de la logia lisboeta (381) y por no profesar la religión cató­
lica (382).
John Coustos era suizo, pero había adquirido la nadooalidad inglesa, y des­
pués de haber vivido mucho tiempo en París se trasladó a Lisboa, donde fue
denunciado y procesado por la Inquisición. Una vez obtenida la libertad, y
ya en Inglaterra es cuando publicó una emocionante relación de sus sufrimien­
tos (383), en la que él mismo se autorretrata como un héroe que hizo frente
a los jueces de la Inquisición, rechazando divulgar los misterios masónicos, de­
safiando al tribunal, y, finalmente, sufriendo interminables torturas.
Durante mucho tiempo esta autobiografía fue creída al pie de la letra. Lo
que no podía tal vez imaginarse Coustos es que un día llegarían a conocerse
las actas íntegras de su proceso, conservadas en el Archivo de la Inquisición de
Portugal (384), y que permiten corregir algo su versión.

(379) Cfr. nota* 128, 129, 130 y 131.


(380) Cfr. notu 138, 139 y 140. Entre otros autores que hablan de Coustos, cfr. D s
Castro, II mondo secreto, Milano, 1864. vol. V, p4g. 186; FtoBXTAS, J., O Mnrfmex de
Potnbal e o Santo Officio da Inquisifao, Lisboa, Bastos, 1916, pgs. 122-123; Bostoss G ra­
inha, op. cit., pgs. 32-40; C h e v a llie r, op. cit., pgs. 84-86; Nrs, op, cit., pág. 47.
(,381) Ya antes había sido Venerable de la logia Coustos-Villeroy, cuyo libro de sesio­
nes se conserva en la B.N.P., Mss. Fonds loly de Fleury. vol. 184, fols. 129-146. Lleva el
título siguiente: «Libro de la logia que se tiene en la ciudad del trueno, en la calle des
Boucberies, Fwbourg St. Germán, comentada hoy 18 de diciembre de 1736, prinpr día de
la logia regular que se tendrá todos los martes cada quince días*.
(382) Precisamente éste es uno de los aspectos que el propio Coustos resaltó en su
obra, en cuyo mismo título indica su negativa a convertirse a la religión católica. Cfr.
noto 128.
(383) Cfr. nota 379. ^ J , „ , •
(384) A.N.L., Inqwsifto Lisboa, Proceso n. 10.113. Proceso de Joao Custo, Lapidario
de diamante, sui^o de Na^ao, natural do Cantao de Ba*ilea, morador nesta Qdade de Lis­
boa. Apéndice 43 A.

183
I n te r r o g a to r io s in ic ia l e s

La orden de arresto derivada de las denuncias analizadas más arriba (385),


fue firmada el 14 de marzo de 1743 contra «Joao Custo [s ic], lapidario de
diamantes suizo de nación, natural del cantón de Basilea y morador en la
ciudad de Lisboa» (386). El mismo día fue hecho prisionero, e ingresó en las
cárceles secretas de la Santa Inquisición (387). El 21 del mismo mes fue
llamado ante el Inquisidor para que realizara la confesión de sus culpas. Una
vez cumplidas las formalidades de rigor, dijo que al venir a la Corte de Lisboa,
hacía de ello un par de años, «queriendo introducir en ella una Congregación
de Franc-Massons que en la lengua portuguesa quería decir Pedreiros Livres,
convidó a varias personas que había aceptado para dicha Congregación, haciendo
su entrada en la misma forma que se observaba en Francia e Inglaterra y
otros Reinos» (388).
A continuación describe con todo detalle la ceremonia de iniciación, así
como la presentación de los candidatos, formas de votar su admisión, jura­
mento, etc., etc., todo lo cual fundamentalmente coincide con las confesiones
anteriores, en especial las de Motton (389), si bien es cierto que Coustos baja
a muchos más detalles, sobre todo en lo referente a la descripción de la logia,
y su derivación del templo de Salomón y del mito de Hiram que señala cir­
cunstanciadamente.
En la recomendación hecha por el Venerable, durante la ceremonia del jura­
mento, en nombre de toda aquella congregación y del Gran Maestre d:e Ingla­
terra, Francia y otros Reinos, recuerda Coustos que se decía al candidato que
«por el juramento que hacía debía saber que quedaba obligado a guardar invio­
lable secreto en todo lo que sucediera en dicha congregación, y no hacer cosa
alguna que ofendiera a alguno ce los dichos cofrades, ni al Rey, República o
su Religión, porque si hiciera lo contrario le sería arrancada su lengua, y en
la misma forma su corazón, para ser enterrado junto al mar, y su cuerpo qye-
mado, y lanzaos al viento sv?s cenizas, de suerte que ya no hubiera más memo­
ria ni recuerdo de éU (390).
Una de las cosas que llama la atención en esta confesión de Coustos, caso
de que el copista tianscribiera exactamente la expresión usada por Coustos,
es la confusión originada al identificar la masonería como una religión. Pues,
según Coustos^ cuando colocaban al nuevo cofrade «las insignias que le com-
*)e/t.el?, P°r razón de la nueva orden a que se alista», le decían que «aquella
re igion que profesaba era mucho más noble que la orden del Toisón de Oro,

(385) Apéndices 41 A a 411.


r/> 174* aÜ Ü ;" lnÁ T T V ' f 7*’ Proccso 10.115. Mandamiento de prisión, 14 mar-
diferencia- ef 9 Ü* , de Pr's'ón se fueron escalonando con pocos días de
2 9 dTTarzo R ích a r^ 0’ ' d 14 d* mano- C° u8tOS; el 16 de mafro’ Bfu8lá; * el

-cre3814 desmarro 10 U5' Aut° Y d° ***'


d ic e V íD .^ ^ ^ 1
^n uisigao Lisboa, Proceso n. 10.115. Confesión, 31 marzo 1743. Apén-
(339) Cfr. Apéndice 42 E.
(390) Apéndice 45 D, fols. 40-41.

184
del Sancti Spiritus, de Christo, y de todas las demás del mundo por ser ésta
más noble, y más antigua que todas aquellas» (391).
Sin embargo, en las Procédures cuñeuses de l’lnquisition de Portugal con-
tre les Francs-Mafons, el mismo Coustos escribe que fue el Presidente del Tri­
bunal el que le preguntó si la Masonería era ella misma una nueva religión.
A lo que respondió que ella solamente ligaba, a los que la componían, a vivir
en caridad y a amarse con un amor fraternal, unos a otros, sin fijarse si hacían
profesión de una religión diferente o no (392).
Respecto a la prohibición pontificia confesó que en cuanto tuvo conocimiento
de ella entró en duda de recibir más cofrades y hacer más asambleas; sin em­
bargo, se resolvió a continuar con ellas en la misma forma que antes, porque
algunos extranjeros le dijeron que aquella prohibición se entendía afectaba
solamente a los portugueses y, en modo alguno, a aquellos que no fueran na­
cionales (393).
El 26 de marzo de 1743 continuó la confesión de Coustos en la que se le
preguntó cuál era la razón por la que los Maestres de la Masonería tomaban
juramento a los candidatos sobre una Biblia o libro de los Evangelios en el
jugar en que se encontraba el de San Juan. La respuesta fue que «al destruirse
el famoso templo de Salomón se encontró debajo de la primera piedra una
lámina de bronce en la que se hallaba esculpida la palabra siguiente: Geová,
que quiere decir Dios, dando a entender que aquella fábrica y templo había
sido instituido y edificado en nombre del mismo Dios a quien se dedicaba,
siendo el mismo Señor el principio y el fin de tan magnífica obra. Y como en
el evangelio de San Juan se encuentran las mismas palabras y doctrina, por
esta razón se tomaba el juramento sobre aquel lugar para así mostrar que todo
el instituto de esta Congregación se hallaba fundado en la misma doctrina que
Salomón observara en su suntuosa obra» (394).
Respecto al fin de la Masonería en esta misma ocasión reconoció que no
era otro sino el poderse ayudar unos a otros, para cuyo efecto había en Ingla­
terra y en otros reinos determinadas cajas en las que recogían las propinas que
pagaban los cofrades cada mes y con motivo de su ingreso, sacando solamente
de ellas una parte que era necesaria para las comidas que se hacían, dedicán­
dose lo demás a socorrer a los congregados pobres que necesitaban semejante
ayuda.
El siguiente paso, según las normas del Tribunal, fue someter al reo a
examen para comprobar la veracidad de sus confesiones. Tuvo lugar los días
30 de marzo y 1.° de abril de 1743. y en él, Coustos, después de declararse
miembro «de la secta anglicana de los protestantes», se reafirmó en lo dicho
anteriormente (395).
Entre otras cosas en que insistió el Inquisidor Manoel Varejao e Tavora
fue el saber si en la Congregación y Sociedad de los Pedreiros Livres existían
algunas reglas, estatutos o doctrinas pertenecientes a la religión. Ante la nega-

(391) Ibidem.
(392) C oustos, Procédures curicuses..., op. cit.. píg. 28.
(393) A.N.L., Inquisi(do Lisboa, Proceso n. 10.115. Confesión. 26 mano 1743. Apén­
dice 45 E.
(394) Ibidem.
(395) Sobre este punto se le preguntó si había sido algún tiempo católico romano pa­
sando después a dicha secta protestante por alguna circunstancia o motivo; a lo que res­
pondió que pertenecía a ella desde que tuvo uso de razón, ya que era la que profesaban
sus padres. Ibidem.

185
tiva de Coustos, se enfocó entonces la cuestión sobre si se permitía a los socios
de dicha Congregación seguir cada uno la religión que quisiese o si era preciso
que siguiesen" alguna determinada. La respuesta de Coustos fue en el sentido
de que no sólo les estaba permitido, sino que en el juramento que hacían cuando
entraban en la congregación, prometían cada uno observar su propia reli­
gión (396). . ,
Siguiendo con esta materia el Inquisidor preguntó como querían persuadir
al Tribunal que en aquella Congregación no había cosa culpable y digna de
castigo, si estaba reconociendo y confesando que en ella se permitía por este
motivo la libertad de conciencia dando así motivo y ocasión a que todos siguie­
ran con irreparable perjuicio «esta horrenda, escandalosa y abominable toleran­
cia». Coustos argüyó que si obraban así era para poder admitir en dichas re­
uniones a toda clase de personas que siguieran cualquier religión. Sin embargo,
no era su ánimo e intención aprobar o condenar por este hecho, ninguna de
ellas, ni decir cuál era la mejor, dejándole a su libre arbitrio el poder obrar
bien o mal. Por esta causa estaba prohibido en las reuniones tratar materias
que pertenecieran a la religión (397).
Todavía el Inquisidor insistió diciéndole que por qué pretendía disculparse
de esa forma, si era moralmente imposible que entrando en esas reuniones per­
sonas de diversas religiones, dejaran de practicar doctrinas pertenecientes a ella,
siendo todo muy propio y natural de los que seguían semejantes errores y
sectas. La respuesta de Coustos fue una nueva afirmación de que allí no se
permitía hablar de materias de religión precisamente porque los Reyes y Parla­
mentos ?n ese caso no permitirían semejantes congregaciones (398).
A la insta del examen y confesiones de John Coustos pareció a los Inqui­
sidores que «constaba por la misma confesión del reo, que él había introducido
y practicaba en la Corte de Lisboa la secta y Congregación de los Pedreiros
Livres, haciendo varias reuniones y asambleas en lugares ocultos que para esto
determinaban; que se había constituido Maestre y Cabeza principal de ellos,
arrogándose a sí, por este principio, el título de Venerable, y haciendo otras
muchas acciones, ceremonias y actos supersticiosos de los que había dado erra­
das y temeronas explicaciones, queriendo juntamente persuadir que esta Con­
gregación era más noble que todas las demás del mundo; al mismo tiempo
que reconocía y confesaba que se hallaba reprobada por la Santidad de Cle­
mente XII Í399).
Además, hicieron constar los Inquisidores «el escándalo público que daba
en Corte, con las susodichas reuniones y conventículos que en ella practicaba
con perjuicio de muchos católicos romanos que admitía para secuaces de dicha
secta; tanto más que se hallaban condenadas por la Sede Apostólica dichas
reuniones y asambleas, como perniciosas al bien común y espiritual de las almas,
como se deducía de las claras, sólidas y seguras palabras del Decreto Pontificio
que se hizo público en el Reino» (400). Todo lo cual eran culpas suficientes
para que el encausado fuera preso en las cárceles secretas de la Inquisición sin
secuestro de bienes, y según ellas procesado.

096* Ibidem.
(397) Ibidem.

Apéndice 45F' Ush°*' PrOCeV5 10115 E«men, 30 marzo - 1 abril 1743.


! 399) Ibidem.
(400> Ibidem.

186
Sum ario d e carg os

El proceso se inició varios meses después, el 14 de noviembre de 1743,


con el examen llamado « Genealogía» en el que Coustos hizo su historial fami­
liar y religioso, así como su curriculum vitae (401). Cuatro días más tarde
tuvo lugar la sesión llamada In specie, en la que una vez representados los
cargos que se le hacían le amonestaron por última vez a que dijera toda la
verdad (402). El 11 de diciembre el Inquisidor Fiscal fue el encargado de
hacer la amonestación antes de la lectura del l ibelo Criminal acusatorio (403).
En el Sumario de Cargos se empieza recordando que siendo el reo hereje
protestante debía evitar toda ocasión de escándalo a los fieles católicos romanos,
en materia de religión, «no introduciendo en el Reino de Lisboa nuevas sectas
y errores, ni haciendo reuniones nocturnas o diurnas, asambleas o conventículos
secretos, con otras personas que no fueran las de su familia, conformándose
con los acuerdos y artículos que sobre este particular existían, pues sólo en
esa conformidad se permitía a los herejes extranjeros poder vivir en ese Reino,
cuando a él venían por causa del comercio» (404).
Sin embargo — prosigue el Fiscal Inquisidor— «despreciando su obligación,
con poco temor de Dios y de la Justicia, hizo lo contrario»; y de cierto tiempo
a esta parte, asistía en este Reino y Ciudad de Lisboa a reuniones, asambleas
o conventículos secretos con otras personas que no eran las de su familia, y
en otras casas que no eran las suyas, practicando en ellas «la nueva y abomi­
nable Secta, Congregación y Hermandad llamada de los Liberi Muratori, Franc-
Massons o Pedreiros Livres, sabiendo con certeza que se hallaba condenada por
la Sede Apostólica con penas gravísimas, como sospechosa y perjudicial no
sólo al bien público y político de los Reinos y Monarquías, sino también al bien
espiritual de las almas de los fieles Católicos Romanos, y a la pureza de la
única y verdadera Religión Católica Romana, haciéndose el reo cabeza y Gran
Maestre de dicha Secta, que procuraba introducir, arrogándose a sí, por este
principio, el título de Venerable» (405).
Después de esta nueva y clara alusión al bien político y espiritual de la
Monarquía, considerado como uno de los objetivos del Tribunal religioso de
la Inquisición, el Fiscal, en el siguiente cargo detalla algunas de las ceremonias
realizadas en la logia, insistiendo en el juramento y secreto de la asociación.
En el capítulo tercero se aprecia el enfoque dado por el Fiscal, quien parece
considerar la Masonería como una secta religiosa ya que precisamente inculpa
al reo de pretender introducir en el reino de Portugal una nueva secta, no
queriendo confesar su intención herética perturbadora y escandalosa; ni decla­
rar la materia y puntos a que se dirije tan inviolable secreto como en ella se
estipula y observa. Por lo que — añade el Fiscal— se presume conforme a

(401) A.N.L., Inquisicao Lisboa, Proceso n. 10.115. Genealogía, 14 noviembre 1743.


Apéndice 45 G.
(402) A.N.L., lnquisi<;ao Lisboa, Proceso n. 10.115. In specie. 18 noviembre 1743.
Apéndice 45 H.
(403) A.N.L., Inquisi^ao Lisboa, Proceso n. 10.115. Amonestación «mes del Libelo,
11 diciembre 1743. Apéndice 451.
(404) A.N.L., Inquistfao Lisboa, Proceso n. 10.115. Sumario de cargos, 11 diciembre
1743. Apéndice 45 J.
(40T) Ibidem,

187
dm cho q .» « «oh* punto* |*rnklo.<« ht r fll« » y M tludkliln, m «ti» .1
bien « I b L .c.»ixw.l V P'lnc|P»lm,nle *' «Plfliu»!
de la# alma» de los tiele» católico# romano# (406).
Fn conaccueneia Coustos ci considerado perturbador y cauiante de encáña­
lo v ruina espiritual de In» alma* de los fie le» católico, romano», por lo que
el F»c*l pulió turra cargado con la* más graves penas según derecho y U#
Bulas pontificia».

fttH I H Ai IÓN ItK t.A P *U R »A WK J U S T IC IA

Kl mismo di* 11 de diciembre de 1743 tuvo lugar la Publicación de la


Prueba dr Justicia. consistente en I* lectura de lo declarado por tela teitigos
contra < .>n>tos i 407) cuyo contenido fue admitido como cierto por el reo en
cuanto tjui* •»<* confounabu con la materia de su* confe#ione#. Y en cita ocasión
le fue pw-jumado a Cousu* «cuál era su intención en materia de religión, y ■!
quería .1»Intuir nuestra Santa Fe Católica Romana, o por el contrario, pensaba
perscvei n mis tiempo en el error de la Secta de lo# Protestante#, en que iu#
l*dre» Ir ataron* (40H) Ame la respuesta de que quería seguir cn la «ecta
ile lt>* protegíante» en que siempte vivió, y en la que fue criado e instruido
|H»f su» pudre!» concluyó la sesión.
Kste mismo hecho de declararse protestante hizo que el Tribunal de la
Inquisición se encontrara ante un caso que escapaba en cierto lentido a la#
norma?, del Santo Oficio como consta de la misma deciaión inquisitorial adop­
tada el .’<» de febrero de I /44. I n ella, después de declarar a Couitoa legítU
mámente tonvicto del crimen de introducir y tic practicar en la corte portu­
guesa la nueva secta v congregación de los Francmasones o Pedreiros Uvres con
gran escándalo público v perjuicio de muchos católico# romano#, ac lee que
•conforme .« la opinión de todo# los doctores, debía #er caatigado por el Santo
Ofioo no .Jetante «et hereje protestante y declarar que quería vivir en la
secta en me fue criado, por estar este caso expresamente exceptuado en loa
acuerdos se hicieron c*»n lo# Príncipes extranjero# (409), y haberae aaí prac­
ticado vanas vece* en las Inquisiciones» Así, pue#, debía ser aometido a tor­
mento, a pesar de «er hereje y no tener nada que purgar en ella ya que aegún
d reglamento en semejantes casos era solamente pro tipe ríenda vertíate (410).

( 4Ü6 | «I ur» nn « vcruilrcul prartH|urn l<m cómplices de ella tanta c#Uf#l# y r##|U*rdo
« « i * convrmkiiiiM «i m H l«i m* tratasen cosas d r poco valor y eon»ld#r#ctón
como f« «ytular* 1<« uno» « |„» nir,,», utmn H Ken quiere persuadir, puei no M n*Ct##rlo
pa r n mmn *m«-* Ixrn «lemlo •*(, deberían manifestar y h#eer pdbllc# obra
I1* 1* servir «Ir rjnnplo r imitar a los demás a hactr 1» m ism o*, IbldttH.
n asT t í r.i *"*' U' **’»nhre 1742); ( inm rllo Leruitte (11 fcbraro
íiM / i k r l i r ’ t í í t V L H T i / 4 ' »' (14 febrero 1743): M .’ R o m C lav*
Vti i M p ?é i! ! i ; j n '? rr Rí,|?ln {? s frhw,rn 174»). A N, l „ , ¡Hnuhlféa Ih b o*, P roctso n,
H diciembre 174) Ap4ndlra 45 1,

líiíil a n T ? 'M,VÍr,' C r " llbrn t.\ titu lo 7 .", 12*.


I /44 A p /illifr 4i u * ° fl 10111 inquisitorial, JO febrero

IHH
SltlIÓN DR TORMKNTO ' SfcNTKNC.tA PIÑAL

Katfl decialón fue corroborada ti 6 de raarao de 1744 por «1 Concejo Genere!


ilc le Inquisición, quien determinó fuere puerto a tormento, pudiendo aufrlr
,t juicio del médico y cirujano, y a arbitrio de los Inquisidores (411). El día
25 dc abril dc 1744 tuvo lugar la «calón dc tormento precedida de au corre*
poniente amoncatadón y lectura de la «entencia (412). La duración dc! míamo,
según conata del acta del miamo duró «mía dc un cuarto de hora* (411).
K1 15 de mayo de 1744, el Tribunal decidió que viato constaba con toda
legalidad el escándalo público dado por (xjuatoa en la Corte e Liaboa a! intro-
ilucir en ella la aecta o congregación de loa Pedreiros Uvre$, que se hallaba
reprobada por la Santidad de Clemente X II, constituyéndote Maestre y Cabes*
dc la misma, arrogándote a ai miamo, por cate principio, e! título de Venerable,
y causando perjuicio a mucho* católico» romanea, que adquirió por Kcuacei
dc dicha aecta, «fuera al Auto Público dc Te en la forma acostumbrada, y en
<*1 oyera au Sentencia y fuera deportado por tiempo de seis aflos a laa galeras
de Su Majestad» (414), Cuatro dlaa máa tarde el Consejo General confirmó
la sentencia, ai bien redujo el número de aAoa de galeras a cuatro (415).
La larga aentencia (416) que recoge todaa laa declaraciones de Coustos sobre
la Masonería incluyendo el rito de la iniciación y hasta la leyenda de Hiram y
In explicación e todas las ceremonias, fue publicada en un Auto público de
que se celebró en la iglesia del convento de Santo Domingo de Liaboa, el día
21 de junio de 1744, estando presentes el Rey Juan V, k m Señores Infames
D, Pedro y D, Antonio, loa Señores Inquisidores, y demás Ministros, y mucha
nobleza y pueblo (417).
El 2,3 de junio prestó Coustos el Juramento exigido, de guardar secreto
dc todo lo que habla visto y oído en las cárceles de la Inquisición, o de lo
ocurrido durante el proceso, bajo pena de ser gravemente castigado (418). Y
el 26 del mismo mes salió de laa cárceles de la Inquisición pera cumplir le
l>enitcncla impuesta (419).

( 411) AN.L., Usboé, Prwvao n, 10,111 Owhm de tortura, 6 nano 1744.


Apéndice 41M.
( 412) A.N.L., lw *ix k *> U skot, Procwo n 10.1I5 Amxtsatactta antas de la Sap­
iencia de tortura. 21 abril 1744. Apéndice 41N; Semencia de tomen*o, 25 abril 1744,
Apéndice 75 0 . C o u s t o s , en iu i ProcéSurtt cunetuti , •/>. cit, pffi 63-72, «Bar q u * N *
sometido nueve veces s «re» tortura* diferente»
(4H) A.N.L,, ¡Mfuhiftto Listo*, Procwo n. 10.111, SeaMn 4c t«asento, 21 abril 1774.
Apéndice 41 P,
( 414) A.N.L., Usbt», Proceso n I0.U1. Coirluatón de aemaada. t i mayo
1744. Apéndice 45 Q.
(411) A.N.L., t*i*isic*» UsbM, Procwo n l O lll Voto de ienteocta.lt mayo 1744,
Apéndice 4 1 R. La galera portugueta era una priaidn aituada a i* orilla del Tajo, c t a p
tente en doi «alai muy irandes cooMruida» una «obre otra, Cfr. toda una sarta de detalles
•obre la misma en C o u s to s , curie*fts., , op cit, pgs 7v7«.
(416) Absrta detde el folio «1 del Prweao si 99
(4l7j_ A,N l . , Uskt*, Proceso n, 10.115. Sentencia. 21 Junio 1744 Apén

(418) A.N.L.. w> U»bm t Proteo n I0.IH. Jumasen» de Samto, 2» tunlo


Utbfté. Proce» n, 10.1 U. Ida. 26 h»nk> 1744. Aféadke
41 U¡ Parturs de gsstes, i t Apéttmet 45 V
189
C o n m u t a c ió n de la pena

La situación de Coustos provocó, según un anónimo conservado en la Bi­


blioteca Nacional de París, la intervención del embajador de Francia en Lis­
boa (420) De hecho el embajador francés en su informe del 23 de junio de
1744 comunicó a su Corte el Auto de Fe celebrado bajo la presidencia del
Rev portugués, y remitió la lista oficial de las personas condenadas, entre las
qué había'tres’(421) apresados por ser francmasones, los cuales eran franceses,
v habían sido expulsados por cinco años del Patriarcado de Lisboa (422).
En la lista impresa que se encuentra, al igual que el despacho anterior, en los
Archivos Diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores de París, figura
loao Coustos. por el hecho de ser «hereje protestante», entre las personas que
no tenían que abjurar ni llevar hábito. Sin embargo, la pena mayor de cuatro
años de galeras que le fue impuesta era debida a haber «introducido y ejercido
en la Corte de Lisboa la secta de los Pedreiros Livres condenada por la Sede
Apostólica». Los otros dos reos. Jacques Motton, y Thomas Bruslé, ambos
naturales de la Corte de París se especifica que son castigados a cinco años de
expulsión del Patriarcado de Lisboa «por seguir la secta de los Pedreiros Livres».
Pero como los dos eran católicos están entre las personas que debían abjurar
de vehementi (423).
No parece ser que la intervensión del embajador francés fuera más lejos.
No obstante, el propio Coustos hizo una doble gestión en el mes de septiembre
a fin de obtener el perdón y la libertad. Por una parte, escribió al Inquisidor
General Caraenal da Cunha, el 22 de septiembre de 1744, expresando su arre­
pentimiento, y pidiendo compasión dada la situación en que se encontraban su
mujer y sus dos hijos pequeños en un reino tan distante a los que no podía
socorrer a causa de su prisión (424). Por esta razón solicitaba se le hiciese la
candad de perdonarle la pena, o al menos que se le conmutara de forma que
pudiera socorrer a su afligida y desamparada familia (425). El informe de los
Inquisidores fue a pesar de todo negativo, pues el reo era Cabeza y Maestre
de la Secta de los Pedreiros Livres con la cual había causado gran escándalo

r v ' í' hfEVALUER' °P Clt > pág- 84, que cita este texto, da la siguiente referencia:
o.i P. M$s. Fr. n. 4.090, fol. ¿0. No obstante este legajo sólo contiene cartas del si­
glo xvm, y además se compone de sólo 27 folios. Apéndice 45 Y. También se ocupa de
este asunto el caballero de Mouhy en sus informes policíacos del 1 de agosto de 1744. Cfr.
tsTREE, Paul, Un journaliste policie>, le chevalier de Mouhy Revue d’Histoire litteraire
de la France, 4 (1897) 195-238. Apéndice 45 Z.
¡k ^ k_sta lo componen 22 hombres y 11 mujeres.
, . '. A.D.P., Portugal, vol. 79, fol. 76. El embajador de Francia en Portugal al Pri­
mer Ministro. Lisboa, 23 junio 1744. Apéndice 45 a.
(423) A.D.P., Portugal, vol. 79, fol. 72: «Lista das Pessoas que sahirao condena?oes,
que iverao e senten^as que se ferao no Auto publico da Fé, que se celebrou na Igreja do
Convento de S. Domingo desta Cidade de Lisboa em 21. Junho de 1744 «cndo Inquisidor
W ¡ T° remj",enti slmo / reverendissimo senhor Nuno da Cunha, Presbítero Cardeal da
¿3? & de Santa Ana*tasia, do Conselho de Estado de S. Mages-
Tr^iijriín _ fi45 b O b*rv«e que tal como fue acordado en el Consejo General de la
en\l a . Pichart, cuya abjuración tuvo lugar de forma privada
f i , T Srn? . ed^ a o ,dc la Inquisición Cfr. nota 374
ina aue se y ía h ! una lesión en un brazo con inflamación de una pierna de tal for-
í^ i a m i r mucho tiempo en la enfermería de las Galera».
P-ni ^ustoTaV’l n S ^ r f ’ í ^ 6*0 10115- Solicitud de conmutación de la
P-na. bustos al Inqu^idor General. Lisboa, 22 septiembre 1744. Apéndice 45 X

190
en la Corte, y debía servir de ejemplo a los demás herejes para que vivieran
con menos soltura y más moderación (426).
Por estas mismas fechas, Coustos, por meció del masón Nonay, escribió
también a su cunado describiéndole su desgracia, y suplicándole implorara en
su favor la protección del duque de Harrington, al cual estaba rnás o menos
ligado (427). Harrington habló al duque de Newcastle, primer ministro del
Rey de Inglaterra, y éste obtuvo del Rey Jorge II el que enviara a su Emba­
jador en Lisboa, Lord Compton, una orden encargándole obtener del Rey de
Portugal, la libertad de Coustos. En el Public Record Office of London están
los documentos confirmativos (428).
El 14 de septiembre, el embajador inglés en Lisboa acusaba recibo de la
carta del Duque de Newcastle, escrita el 31 de julio. En ella se lee que en
obediencia a lo ordenado por Su Majestad se había esforzado por obtener la
libertad de Coustos de las galeras donde estaba condenado por la Inquisición,
por haber celebrado una logia de Free-Masons, a pesar de estar prohibidas tales
reuniones en ese Reino. De las gestiones realizadas por lord Compton ante el
Cardenal Motta y el Cardenal Da Cunha a este fin, tan sólo obtuvo en prin­
cipio buenas palabras, pues en realidad consideraban a Coustos de nacionalidad
suiza, y no inglesa, ya que había nacido en el cantón de Basiiea, y además no
sólo era francmasón, sino el Maestre que pretendía mantener esas asambleas a
pesar de la prohibición de la Iglesia, de la que no era miembro. Tras aludir a
la ignorancia de Coustos sobre tales prohibiciones, el embajador inglés expuso
al Cardenal Inquisidor General la crítica situación en que se encontraban la
mujer y los hijos de Coustos, quienes no tenían otro sustento que el proce­
dente de su propio trabajo, condiciones que espetaba moverían a Su Eminencia
a mirar con compasión al pobre Coustos (429).
Finalmente, el embajador habló con el Sr. Azuedo, quien le prometió su
intervención ante el Cardenal Da Cunha a fin de conseguir la libertad de Cous­
tos. De todos estos contactos la impresión sacada por lord Compton fue que
Coustos en breve tiempo estaría en libertad de irse de Portugal, pues no creía
le permitieran quedarse en el país después de lo ocurrido (430).
Un par de meses más tarde comunicaba el embajador británico que Coustos
había sido, por fin, puesto en libertad, si bien no se le autorizaba a quedarse
en Portugal; y dado que él mismo manifestaba grandes deseos de salir tan
pronto como le fuera posible, había tomado pasaje en uno de los barcos de
guerra holandeses que entonces estaban fondeados en el Tajo (431). Parece
ser que en esta última diligencia intervino también el embajador de Holanda
en Lisboa, quien fue el que consiguió del vice-almirante holandés permiso pora
el embarque de John Coustos a bordo de su navio Damietta (432).

(426) A.N.L., lnquisifao Lisboa, Proceso n. 10.115. Solicitud de conmutación de k


pena. Los Inquisidores al Inquisidor General, 2 octubre 1744. Apéndice 45 X.
(427) Coustos, Procédures curieuses..., op. cit., pgs. 80-84; Bokges G * ainha, op. cit.,
pág. 38; Nys, op. cit., pág. 47.
(428) Public Record Office. London. State Papers, 89/44. . . . .
(429) Public Record Office. London. State Papers. 89/44. El embajador británico en
Lisboa, lotd Compton, al Duque de Newcastle, Secretario de Estado. Lisboa, 14 septiem-
bre 1744. Apéndice 45 c.
(430) Ibidem. rt . . . . . . .
(431) Public Record Office. London. State Papers. 89/44. El embajador británico en
Lisboa al Duque de Newcastle. Lisboa, 12 noviembre 1744. Apéndice 45 a.
(432) Los detalles de estas gestiones y viaje k* recoge C oustos en sus Procédures
curieuses..., op. cit., pgs. 80-88. Crr. igualmente Borcbs Gminba» op. cu., pag.

191
D e c la r a c ió n de L a m b e r t o Bo l a n g e r

Todavía se encuentra en el Arquivo da Torre do Tombo de Lisboa un nuevo


locumento relativo a Lamberto Bolanger, «mercader, natural de la ciudad
e Lieia, en los Países Bajos de Francia, y morador en la ciudad de Lisboa» (433).
A diferencia de los casos anteriores, que como hemos visto se conservan los
focesos completos, de éste tan sólo existe un fragmento inicial, que es muy
tosible no tuviera mayores implicaciones, pues no se trata de un reo de la
nquisición. ya que Bolanger fue él quien se presentó voluntariamente ante
1 Santo Tribunal de Lisboa, cosa que hizo el 25 de marzo de 1743, es decir,
1 día siguiente de ser encarcelado Coustos (434).
En esa misma fecha compareció ante el inquisidor Francisco Mendo Tri-
oso; pero dado que tenía menos de veinticinco años, y era, -por lo tanto,
lenor de edad, su declaración no podía tener valor judicial sin cumplir antes
n requisito legal. A este fin fue convocado el beneficiado Felipe Neri, capellán
le las Escuelas de Penitencia, para que fuera su tutor, y con su autoridad
liera validez al juicio y le aconsejara en todo para bien de la justicia. Dicho
>eneficiado, una vez aceptada la propuesta prometió cumplir su cargo bajo
oramento prestado ante los Santos Evangelios (435).
En la declaración de Bolanger (436), que dijo ser católico romano, después
le la protocolaria promesa de decir la verdad y guardar secreto, explicó cómo
labia sido Monsieur Custó [sic] (437) quien le había rogado varias veces
que entrabe en la clase de los Francmasones de la Congregación de esta Corte,
le la que él era Gran Maestre» (438). Pero en un principio recusó dichas invi-
aciones, pues antes de aceptar deseaba que le declarase el secreto, lo cual
Coustos «nunca quiso hacer, diciéndole que sólo se revelaba a los que eran
ecibidos» (439).
Finalmente, hacía cinco meses, poco más o menos, que el propio Coustos
•oivió a insistir en su propósito comunicando a Bolanger que iba a entrar en
u Congregación un capitán francés, y que también él podría hacerlo al mismo
iempo, pues de esta forma «ie costaría más barato» (440).
La ceremonia de iniciación desde el acto de ser despojado de todo metal
íasta el juramento (441), y señales de reconocimiento, coincide fundamental­
mente con ya visto en los procesos anteriores, incluso en detalles como el
Kto de brindar, insignias utilizadas, etc. (442).

Lisboa, Proceso contra Lamberto Bolanger. Apéndice 46.


, . . ' , c ^5 Motton fue hecho prisionero el 11 de marzo, Bruslé el 16
del ,™*mo “ **. y Richart el 29 también de marzo de 1743.
. ;. ! A.N.L., Inquistfao Lisboa, Proceso contra Lamberto Bolanger. Termo do Cura­
dor. Lisboa, 15 marzo 1743. Apéndice 46.
ral A^\í ,®°^an8er 22 años de edad, estaba casado con «M am Joaquina, natu-
í™ Mad í I ,c,a' 60 108 P« * « Baio* de Francia». Ibidem.
(438) Ibidem ^ cree quc M in*,é»> Lapidario...». Ibidem.
(439) IbidJüt.
(440) Ibidem.

43* s "
ix-—- s m /s — jz üs-e
p l. N O N T V S S.R.E.PRESBYTER CARDIXALIS \
U S A f V N H A L V S I T A N V S T I T V L I S. A X A S T A S í A j
IHJCiENERALlS IN REGNIS L V SI T A N I A . INQVISITORj
iH CRT-ATVS DI E X VIII M A lf AilH C X II
e Jt* /j l Arm/v . ...
r r r iW

iíLLLmJLl
. ’J .A N DF. L A LOGK DES F R F .R K .S M A C O N S

Plano de la logia de los hermanos masones. Grabado francés del siglo X V III
SENTENCE
DE POLI CE,
Q u i renouvelle les deffenfes a íoutcs pcrfo>¡nes dc s’a f
fembler , ni de forrner aucanc Sífiociation , c t 1 anx
Cabarcticrs , Traitcurs , O* autres dc les rcce^jots
cheZj eux s E t condamne le nommé O z^ouf 3 Lim o'jo­
dier y en deux mille h<vres d'arriende, c ? le nomine
A lo r c t , T * raitetir, en celle dc trois mille h vres, ron?
avoir contre-jenii aufdites deffenfes.
Extrait des Rcgiílrcs du Grc/Fc d c l ’Audicncc dc la Chaiv.bic d c
P ó lice du CiialWlet dc París.

D u V e n a r e d j c in q ju in m ilfc p t ccm n tijn n te -^ u a tr e .

S U R le R a p p ort fa ic en J u g em cn t devane N o u s a l’A u -

dience dc la C h a m b r e de P ólice du C hoilclet dc P aris,

par M aiítre J o fc p h A u b e r c , C oníeiller du R o y , C o m -

m if l a i r e au C hallelet de Paris , a n d e n prcpoíc pour la P ó l i c e

au Q u a r tic r Saint D cn is ; C o n t e n a n t t]u "a u p r c j u d i c e d e s A r -

rclts du P arlem ent , Sentcnccs «5c R c t i l e m c n s de P ólice , 6 :


O ^
n oca m m en c dc cellc du «quatoizc Sepcem brc m il íept ceus.
de la PART
D E N O S M A G N I F I C O E S & T R E S -

H o n o r e s S e ig n e n r s S in d ic s , P e tit & G r a ttd C o n fe ti.

U R Icj Avis qui fonc revenus i M e s s e i o n e u r s , que d iv e n


paniculiers de cette Ville étoient incorporés & s’incorporoient
jouraellement dans une Societé, dite des F ran cs-M ajfons, & que
quelques uns d’entr’eux pretoient leurs L ogem en s, ou prenoient i
louage des Appartemens pour y teñir les AÍTemblées de laditc
Societé, & y étabüi ce qu'on appelle, une Logt.

M es í í i t s S e i c n e u s ont cru dev oir prendre cette affaire en férieufe con fia
duración. Et com m e de íeroblables AíTociations, 8c les AÍTemblées q u elles o c c a u o n -
nene ne íonc point convenables dans un petit E ta t, & pourroient avoir d e tres-
dangertufes coníequences dans c e l u i - c i , & lon t d ’ailleurs contraires a QOB L o iX
3c a la Conlticution de nótre Etat.

A r es C ^ ' j s e s , Tres - expiefics inhibitions & défenfes font faites i tous


Cituyens. Bourgeois, Nanfv, Habitans, Se Siijcts , de teñir aucune L og e, foic
AíTcmblcc de i rauc - Muffom , d’alliller i aucune de ces AÍTemblées, fous quelque
pretexte cjue ce foic Ec á v w Proprietaires ou Locataires , de quelque qualité &
condinor. qu'ils foyent, de loüer, íous-loücr , ou preter pour un tel ufage leurs
Maifons, Chambres, ou aatres pames de leurs Maiíons á qui que ce foit. D éfen -
daiu en outre á rous Citoyens, Bourgeois, Naiifs, Habitans & Sujets, de s’in corp o-
rer i la venir dans la ditte Societc. A peine contre ch.lcun des Contrevenans aux
préfentes défenfes de Cent Ecos d Am endc tic de 1‘ rifo n , & de plus grande peine
v il y ¿choít.

Mandan* au Seigneur Lieutenant, aux Seigneurs Commis fur les D izain es, d e
teñir ia main á l’exécution des prefemes , fie aux Direnicrs 8c Sous -D izen iers d y
vctller 8c raporter les Contravcntions qu’iU apercevront.

Et afin que perfonne ni l’ígnore , les prcicntcs feront publiées & afBchéeS aux
lieux accoutumés.

Por M a dití SttgHturi Sindics


Ptltt ( í Grand Conjcil.
m u s s a r d .
Dtnnc cc ?. Stpttmbrt 1744,

Prohibición de la Musonrr tu cn (¡inchra. S septiembre ¡ 74J


Entre las preguntas que el Inquisidor hizo a Bolanger, dejando a un lado
las referentes a los Estatutos y secreto de la hermandad, cabe destacarse aquella
en que abiertamente se le dijo si «en la Asamblea o Ayuntamiento en que
fue recibido se le enseñó alguna cosa opuesta y contraría a lo que cree y
enseña la Santa Madre Iglesia de Roma, o si tenía noticia de que en alguna
otra se enseñase algo contra la Fe y buenas costumbres» (443).
A esto respondió que con ocasión de su recepción, el Gran Maestre le
había dicho que «en aquella Congregación cada cual vivía en su ley y que
allí no se trataban materias de religión, ni contra el Rey, no habiendo oído
decir nada en contrario» (444).
No obstante, se le argumentó que si era cierto que no había oído ni visto
cosa alguna mal hecha en las asambleas de los Francmasones, por qué razón
se había presentado a declarar, y qué causa le había movido a ello. Bolanger
respondió que la razón que le había impulsado a hacerlo había sido «el haber
oído decir que en ese Santo Oficio se conocían las asambleas secretas que
hacían los francmasones, y que había de proceder contra ellas» (445). Por esta
causa había acudido a confesar que él era Francmasón, y todo lo que conocía
de esta materia, para que el Santo Oficio le perdonase su culpa si acaso la había
cometido, prometiendo nunca más entrar en tal compañía, ni ir a sus asam­
bleas (446).
El Inquisidor después de indicarle que había tomado buen consejo al acudir
a esa Mesa voluntariamente a confesar sus culpas como miembro de la comu­
nidad de los Francmasones, le insistió en que reflexionara y volviera a esc
Tribunal caso de que recordara alguna otra cosa, para de esta forma «alcanzar
la misericordia que la Santa Madre Iglesia acostumbra conceder a los buenos y
verdaderos confidentes» (447).
Para facilitarle esta recomendación fue amonestado del modo usual, y de­
jado en libertad ordenándosele, no obstante, que no se ausentara de aquella
ciudad, sin expresa licencia de aquella Mesa y Sala, a donde habría de acudir
y presentarse todos los días no feriados, por la mañana, a las ocho horas, y por
la tarde a las dos, a fin de proseguir su causa, de la que debía guardar total
secreto, como así juró ante los Santos Evangelios en presencia de su tutor que
dio por oída y entendida la anterior declaración (448).
Aquí concluye no sólo este fragmento del proceso de Bolanger. sino tam­
bién la documentación (449) que sobre el tema de la Masonería se conserva
en el Archivo de la Inquisición de Lisboa, y que nos ha permitido conocer con
abundantes detalles no sólo el desarrollo de la Orden del Gran Arquitecto del
Universo, en la capital del reino portugués, sino también la forma de actuar
de ese Tribunal que tantos contrastes ofrece con lo ocurrido en Florencia
en el caso del Doctor Crudeli.
Las mismas sentencias con que fueron castigados los masones «lisboetas
están muy lejos de asemejarse a la impuesta por la Inquisición florentina. No

(443) Apéndice 46.


(444) Ibidem.
(445) Ibidem.
(446) Ibidem.
(447) Ibidem.
(448) Ibidem.
(449) Al mrnot 1* hasta ahora descubierta.

193
i)
oh.tu.ie no (altan autores que alirman que el 1." de iuwo de 1743 fueron
portugueae., «endo el 24 de ¡unjo dc
1744 (4J 0)luem ado. otro. do. «para expiar el crimen de haber entrado en
Ja Francnuaooeffa» (451). AírtMcián un tamo gratuita u tenemoa praentc
la documentación analúada en lo. capitulo, antertorea.

(450) Obsérvete que el Auto de Fe celebrado en Liiboa, donde fueron le(d«i \u «en-
tencta»i contri
\°nr *m
C
Couatot,’ Brualé
®ru>^ V ”Motton. tuvo 'lugar el 21 de junio d« .1744.
...
(451) OavALUM, op cu., píg. 85; LRmatart, Dit Prtimaurer, Wien, 1932, pf«. 174-6.

194
VIII — INCIDENTES MASONICOS EN DIVERSOS PAISES

Intervención de Benedicto XIV en Avignon [1744],— Alarmo del Procurador


real y del obispo de Orléans [1744].— Actuación de la policía de París [1744].
Inquietud del Obispo de Lieja [1744].— Resolución del Consejo de Ginebra
[1744]. — Decreto del Cantón de Berna [1745].— Decreto del Consistorio de
Hannover [1745].— Actuación del Intendente de Toulon [1745].— Nueva
intervención de la policía de Parts [1745].— Mandamiento del Obispo de Mar­
sella [1748].— Quejas del Obispo de Limoges [174S].— Consulta de La Sor-
bona [1748]. — Orden del Gran Sultán de Constantinopla [1748]. — La Inqui­
sición de Toledo y la Masonería [1746-1748].—Orden de ¡a Inquisición de
Corte (Madrid) [1748]

I n te r v e n c ió n de B en ed icto XIV en A vignon


[1744]

De finales del año 1743 se conserva el primer testimonio directo del Papa
Benedicto XIV acerca de las sociedades secretas <452), si bien es cierto que
no alude a los Liberi Muratori, sino a una sociedad que había aparecido en
Avignon con el nombre de la Felicité, que, naturalmente, tenía bus reglas y
características (453), y a la que pertenecían bastantes demás y señores de esa
ciudad, según le había comunicado el propio arzobispo de Avignon (454). Este
había publicado una orden prohibiendo dicha Sociedad; orden que levantó
los ánimos del país hasta el extremo que Benedicto XIV tuvo que escribir una
carta al Vice-Legado (455), quien consiguió restablecer la pac.
El mal — según escribía Benedicto XIV ai Cardenal Tencin— tenia su ori­
gen en Francia, y había sido llevado a Avignon por oficiales de esa dudad,
que servían en Francia, y que se mostraron públicamente con las insignias de
la orden de la Felicidad. El Vice-Legado les ordenó quitárselas, y ello* obe­
decieron.
No obstante, el Arzobispo de Avignon escribió a los Obispos vecinos, y
comprobó que pensaban igual que él acerca de este asunto. Por estf raaón

(452) Y* vimos más irrita en U correspondencia mantenida * raíz de 1* detención de


masones en Viena en 174) la participación de Benedicto XIV, si bien se refería funda­
mentalmente a lo* problemas planteados a la Inquisición dc Florencia. ___
(453) En esta sociedad secreta se empleaba una terminología tomada del argot marí­
timo. Los miembros, según sus grados en la Orden, se llamaban grumete, mañeero, etc.,
hasta el título de almirante reservado al Gran Maestre. .... .
(454) Francesco Mauriiio Gontieri nacido en Toril» el 3 de atol de 169?, y oom-
brado arzobispo el 6 de septiembre de 170?. Cfr Notizis per tamno 1742, pig. 116.
(455) El Vice-Legado de Avignon era Monseflor N kob Letcan, genovés y caodoigo
de San Glo. Laterano. Cfr. Notiii* per l'tnmo 1742, p 4 g 2 J 5 . ...—

195
el Papa rogó al Cardenal Tencin «representara al Rey el peligro, y excitara
su celo para cfcs.ru,r en el reino tojas esas permctosas sociedades» (456)
Unos meses más tarde B e n e d ic to XIV , en su correspondencu con el Car-
denal Tencin volvió a ocuparse de la bebo Jad, pero esta vez relacionándola
ya con la Masonería. El 25 de marzo de 1744 se expresa así el Papa: «Tenemos
noticias de Avignon de que los Liben Muratori han celebrado en Nnnes y en
Montpellier una solemne tiesta, en la que ha habido admisiones de nuevos pro­
sélitos De Avignon han partido damas y caballeros para asistir a la fiesta. Des­
pués volverán a casa donde no dejarán de hacer una nueva colonia de Liberi
Muratori, como va intentaron hacer con el título de la Sociedad de la Felicidad,
si el celo de aquel Mons. Arzobispo no se hubiera opuesto. La alegría, la diver­
sión. la libertad de tratars no tienen necesidad de estímulo, sino de freno. Viva­
mente le rogamos transmita nuestras instancias a Su Majestad Cristianísima, a
íin de que con su autoridad haga cesar en aquellos sus dominios la secta de los
Liben Muratori, que tantos otros Príncipes han arrancado de sus países» (457).
En esta acción directa de Benedicto X IV presionando al Rey de Francia
para que exterminara de sus dominios la «secta» de los Liberi Muratori, como
habían hecho ya otros Príncipes, no acaba de verse claramente si lo que le
preocupa es el aspecto religioso de la que él llama secta, o más bien ese otro
que especifica: la libertad, y que a juicio del Pontífice tenía necesidad no de
estímulo sino de freno.

A lar m a del P rocurador real, y del O b isp o de O rléans


i 1744]

Durante el mes de mayo la alarma sobre reuniones masónicas proviene de


Orléans, y fue dada simultáneamente por el Procurador del Rey, y el Obispo
de esa ciudad. El primero de ellos, Mr. Leclerc de Douy, escribió el 2 de
mayo de 1744 al cancillar D ’Aguesseau para indicarle que «desde hacía algún
tiempo se formaba en la ciudad de Orléans una asociación bajo el nombre de
Francs-Ma^ons, cuyo número aumentaba de día en día» (458). Una de las cosas
que más le llama la atención al Procurador del Rey es «el secreto inviolable
que se obligan a guardar, y que, en efecto, observan», lo que le hace ignorar
el motivo de semejantes reuniones, aunque piensa que «el placer de la mesa
sea el principal objeto, por las frecuentes comidas que se dan los unos 0 los
otros».
No obstante, y aquí coincide al menos en su objetivo con Benedicto X IV ,
teme, y no poco, las consecuencias de esta unión, si no se remediaba desde

Miscdl. Armario XV (Correspondencia de Benedicto XIV con el Carde-


r#r C 1' [Cartas 1742-1746]. Roma, 27 diciembre 1743. Apéndice 47 A.
pin w \ 'orrespondanCL' de XIV précédée d’une introduction par***,
r*ru, Flon, 1912, t. I, pág. 109.
47 M'ricdl Ar,mario XV- t. I, vol. 134. Roma, 25 marzo 1746. Apéndice
, » *. d' 127-128.
MfcECKEREN, «P CU., t. I, pgs. Benede“ ° XÍV al Card- renci»- 1955, pág. 159;
V wmH?rion«*t0*i particu,arcs se. rcú/>en hasta un total de 30 y 40 de diferente» estado»
BNP M«¡ i L v mp) a r'enu. no ^ rct’ ran del lugar de la asamblea hasta la noche».
^OrUam .t / r L Í v ?-¿ vo‘ 184> íoI‘ 77 78- de Douy, Procureur du Rol
iJ 2 mai, 1744. Apéndice 4S A; G u a», Ou,
q,«.ío„s 8 ^ " x v m >me p,ri‘ ' d“
1
su nacimiento. Pues «semejantes asamblea*, aunque inocentes en sus comien­
zos, podían llegar a ser un día criminales, y todas las leyes del reino debían
dirigirse a prohibirlas, como perjudiciales al reposo y tranquilidad del Esta­
do» (459).
Una de las cosas que a pesar de todo le desconcertaba al Procurador del
Rey en Orléans era constatar que «los Frey-Mafow estaban considerablemente
extendidos en París, donde incluso las personas más respetables por su naci­
miento y empleos no tenían inconveniente en someterse a las leyes de esa
orden naciente» (460).
Además tenía conocimiento de que existían «numerosas logias cuyas asam­
bleas eran conocidas de todo el mundo sin que se tomara cuidado en detener
su curso, lo que le obligaba a suspender sus prejuicios contra todo lo que tu­
viera ese carácter de asamblea no avalada con el sello de la autoridad del
Príncipe» (461). Por esta razón «se inclinaba a creer que estas asambleas, te­
nidas públicamente en diferentes lugares de París, y ante la mirad* de los
primeros magistrados del reino, no tenían nada de criminal ni de ilícito* (462).
Ante esta paradoja concluye el procurador, pidiendo instrucciones para su con­
siguiente actuación en Orléans.
El canciller D ’Aguesseau se limitó a transmitir la carta a Joly de Fleury,
Procurador General del Parlamento con un billete en el que manifestaba sin
ambages su opinión sobre el asunto. «Por los diferentes avisos que me vienen
de provincias — dice— veo que el misterio o la locura de los Franc-bltQams
se extiende por muchos lugares, y que se convierte en una enfermedad conta­
giosa». A continuación tiene una frase clave, que recuerda las utilizadas en
aquella época sobre todo en los ambientes eclesiásticos de Roma y sus nun­
ciaturas. Dice así el Canciller D ’Aguesseau: «Toda asociación, de cualquier
clase que sea, siempre es peligrosa en un Estado, y sobre todo cuando en ella
se mezcla un secreto y una apariencia de religión, que podrían muy bien es­
conder mucho de libertinaje» (463).
El 15 de mayo de 1744 el Procurador del Rey en Orléans, volvió a escri­
bir a Joly de Fleury para decirle que le resultaba difícil poder darle las acla­
raciones que deseaba sobre la asociación que en aquella ciudad hacía algún
tiempo existía con el nombre de Franc-Mafons, pues lo único que sabía era
«que formaban entre ellos un cuerpo compuesto de gentes de diferentes esta­
dos y condiciones, unidos entre sí por los lazos de una confraternidad reci­
proca que les permitía llamarse con el nombre de hermanos. De esta forma
el noble y el pechero, el oficial y el artesano, vergonzosamente confundidos,
gozaban juntos de las mismas prerrogativas, y de las mismas ventajas» (464).
El valor dado a la igualdad — comenta el Procurador de Orléans—- «les hace
olvidar toda distinción dc rango y de nacimiento e incluso de religión hasta

(459) Ibidem.
(460) Ibidem.
(461) Ibidem.
(462) Ibidem.
(463) B.N.P., Mss. Joly de Fleury. vol. 184. fol. 75. Daguesseau, Chancelier i Joly de
Fleury, Procureur Général. Paris. 4 mai 1744. Apéndice 48 B. L* palabra l¡b#*ÍH*je en la
pluma de Daguesseau, que escribe en el siglo xvm. es sinónima de fítcrrdmtdm, desprecio
dc la religión, etc. . , , _ . . .
(464) B.N.P., Mss. lo!y de Fleury, vol 184. fols. 72 73. Leclerc de Dooy a Joly de
Fleury. Orléans, 15 mai 1744. Apéndice 48 C.

197
el extremo de que no tendrían ningún escrúpulo en asociarse con el hereje,
el infiel v el idólatra» (465).
Esta visión social de la igualdad, que de hecho entronca con el auténtico
espíritu cristiano, pero que a su vez repugnaba un tanto con a concepción
estamental del Antiguo Régimen que se había convertido en el protector y
defensor de la Religión, hizo temer al Procurador de Orléans «que la Franc­
masonería siendo perjudicial a la Religión, llegara un día a serlo también al
Estado, pues resultaba difícil dar golpes a la Religión sin que el Estado por
un contragolpe inevitable no se resintiera igualmente» (466).
El resto del despacho está dedicado a dar una serie de detalles sobre la
recepción de nuevos candidatos, ceremonias, etc., que, por lo visto, no apor­
taron nada nuevo a Joly de Fleury, pues el 30 de mayo de 1744 le escribía
a su sustituto en Orléans diciéndole que lo que le había indicado «era bastan­
te conocido de todo el mundo». Y tras permitirse el darle una breve explica­
ción histórica de los orígenes de la Masonería, que derivaba «de una especie
de secta que se formó entre los judíos que en Palestina vivían, y que predicaba
la reconstrucción del Templo de Salomón», acaba confesando que hacía ya
varios años que esa «especie de sociedad» se había introducido en París. Pero
— añade— «el Papa la condenó con un Breve que en verdad no fue recibido
en Francia; aunque desde que los magistrados conocieron su existencia y se
decidieron a destruir este abuso [La Masonería], los que lo practicaban se han
contenido» Í467).
Finalmente Joly de Fleury concluye poniéndole en guardia de un «libro
impreso que sin privilegio había circulado, y en el que eran revelados los pre­
tendidos secretos de esta sociedad» (468). En última instancia le pide su
opinión sobre los medios para remediar en Orléans la situación creada.
A esta última cuestión contestó el Procurador del Rey en Orléans, en car­
ta del 10 de junio de 1744 diciendo taxativamente que se debían impedir las
asambleas. Para ello bastaba que la Corte diera una orden «prohibiendo toda
clase de asambleas y asociaciones bajo cualquier nombre y apariencia que pu­
dieran hacerse sin el permiso del Rey». Pues la ejecución de este reglamento
iecomendado a todos los jueces de la Corte «llevaría consigo necesariamente
la ruina de los fracmasones que naturalmente se hallarían comprendidos en
dicha prohibición, aunque no estuviesen en ella expresamente nombra-

(465) Ibidem.
(466) Ibidem.
r J 467^. ® NP > Mss J°h d* Fleury, vol. 184, fol. 72. Joly de Fleury al Procurador del
(d¿8\ f an5' Pam’ 30 mai 1744 Apéndice 48 D.
-U'1 a'UC*e ^ ^ a^at€ Le secret des Francs-Ma^ons, NouveUe
11 auf m,ei?t^e’ *744, que —según los « gazetines» conservados en la
recido a mlm !i í lif an,1’ . Fon- s Bastille- Mss- 11 556, fols. 195 y ss.— había apa-
de una aÜnlnn/.w a t ' j T0 *'44 estando dedicado a Procope, el médico y autor
tante a lo^ ¡n i#» ^ ce n *a primera parte), y que parece ser molestó bas*
de febrero d* iTdai* ■^ue franceses habían divulgado su secreto [ Gazetin del 9
del GohÍM-nn i Sl í tros decían que el libro había sido compuesto por orden
B v T K desacreditarles [Gazetin del 10 de febrero de 1744], Apéndices 49 A,
littéraire de la VrLrv liS íf policier, le chevalier de Moulhy, Revue d'Histoire
F rJ ™ rJ x v m ? ¿ A1?9?) 23-24; Lijquet, G. H„ La FrancmagSnnerie et VEttí en
du lieuttnant -¿énérJ ] !’ - V.,t,ano> ,96?. Pg* 219-220; D’EsTREE, P., Journal
•1897) 24 e Leydeau de Marviile (1744), Revue Retrospective 6

198
dos» (469). Como veremos más adelante, para esas fechas, París se había ade­
lantado ya en cinco días, redactando una nueva prohibición, que se haría pú­
blica el 17 de junio de 1744.
Pero el problema planteado en Orléans había preocupado no solamente al
Procurador real, sino también, y de forma especial al Obispo de esa diócesis,
quien ya a mediados del mes de mayo había escrito al Conde de Saint-FJoren-
tin, Secretario de Estado para los asuntos generales de la Religión — que para-
dógicamente era francmasón— para ponerle en guardia de las reuniones masó­
nicas celebradas en Orléans.
No se conservan las cartas del señor Obispo, peto sí la contestación del
Conde de Saint-Florentin, fechada en París el 28 de mayo de 1744, y que se
encuentra en los Archives Nationales de París. En ella el Secretario de Estado
indica al prelado que «antes de organizar un alboroto a causa de las asambleas
que le habían dicho existían en Orléans, era necesario verificar exactamente
si habían tenido lugar, o si se habían repetido» (470). En este sentido — aña­
día el conde de Saint-Florentin— que había escrito al señor Pajot, Intendente
de Orléans, para que tomara las precauciones necesarias a fin de interrumpir
el curso de esas asambleas.
Efectivamente, el mismo día 28 de mayo de 1744, en carta dirigida al
Intendente de Orléans le pidió examinara bien lo que ocurría acerca de las
asambleas de francmasones, pues «estando estas clases de asambleas proscritas
por las ordenanzas del Rey debería dar las órdenes necesarias para interrumpir
su curso caso de que se hubieran tenido; e incluso debía indicarle los nom­
bres de las personas en cuyas casas se habían celebrado, a fin de que pudiera
rendir cuenta a Su Majestad y recibir las órdenes que juzgara a propósito
dar» (471).

A c t u a c ió n de la P o l ic ía de P a r ís
[1744]

Si de Avignon y Orléans nos trasladamos a París comprobaremos que al


igual que en las provincias, también en la Corte preocupaba la Masonería en
ciertos ambientes, sobre todo policiales. Así, por ejemplo, el 7 de diciembre
de 1743, una denuncia anónima señaló a la policía la celebración de diversas
asambleas en un par de lugares de París. En una apostilla, escrita sobre esta
denuncia, Marville, jefe de la policía de París durante el ministerio de Mau-
repas, declara su intención de impedir de forma absoluta las reuniones de los
Francmasones (472).
Pocos días después, a raíz de la denuncia de Grégoire, párroco de Charon-
ne, que afirmaba iba a celebrarse una asamblea masónica el 23 de diciembre
de 1743 en el castillo de Charonne, Marville que estaba dispuesto a sorpren­
der las reuniones de masones, ordenó al Comisario de Rochebrune trasladarse

(469) B.N.P., Mss. ]oly de Fleury, vol. 184, fol. 74. Leclerc de Douy al Procurador
General. Orléans, 10 junio 1744. Apéndice 48 E.
(470) A.N.P., 0» 389, fol. 182. Le Comte de Saint-Florentin a M. l’Evéque d’Ortéans.
París, 28 may 1744. Apéndice 48 F.
(471) A.N.P., O1 )89, fol. 183. Le Comte de Saint-Florentin a Mr. Pajot. Intendant
d’Orléans. Paris, 28 may 1744. Apéndice 48 G.
(472) B A.P., Fonds BéstHle. Mss. (cartón) 115%. fol. 2%.

199
con dos números al castillo; pero tuvieron que reconocer que la acusación del
párroco era pura calumnia basada en su animosidad contra el señor Bardin,
propitario del castillo en cuestión (473). ., ,
El primero de marzo de 1744 ante una nueva información de que iba a
tener lugar una asamblea de Francmasones en la vivienda de un tal Mornet,
lapidario una orden real prescribió al mismo comisario, señor de Rochebrune,
trasladarse allí y realizar una indagación, embargo y arresto que permitiera
levantar un proceso-verbal del que habría de dar cuenta al señor Marville te­
niente general de policía (474).
El mismo día, el comisario acompañado de varios policías procedió a esta
operación, y sorprendieron en una sala de la casa indicada, a cuatro francma­
sones que fueron detenidos (475), después de haberles requisado diversos pa­
peles masónicos. Una vez obtenidas una serie de informaciones que interesa­
ban a la policía, acerca de doce logias conocidas por ellos, y sobre las ceremo­
nias de la iniciación, fueron puestos en libertad el 10 de marzo por orden
del Secretario de Estado señor de Maurepas (476).
El 24 de marzo de 1744, fiesta de Pentecostés, un grupo de unos treinta
francmasones que estaban reunidos en la cafetería de un tal Osouf, mientras
celebraban un banquete servido por el fondista Moret (477) fueron sorpren­
didos por el comisario de policía Joseph Aubert, quien levantó el correspon­
diente atestado (478). Esta acción suscitó una viva emoción entre los franc­
masones parisinos, según consta de uno de los gazetiñes conservados en la
Bibliothéque de l’Arsenal, fechado el 31 de mayo de 1744, y donde se cons­
tata que «había gran excitación en la Orden de los Franc-Maqons desde el su­
ceso del Jía de Pentecostés» por lo que se habían reunido varias veces para
prometerse ayuca mutua caso de ser molestados.
En especial «los jefes de las logias» se habían preocupado por «inspirar
firmeza a los Hermanos, y prepararle a no perder el ánimo en caso de persecu­
ción» (479). Por su parte el público — según el mismo gazetin— «desaprobaba
completamente las contemplaciones del Gobierno para con esta peligrosa Or­
den. ya que era de la opinión de que en tiempo de guerra com o entonces (480)

. (4'^ Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fols. 281-285. Cfr. Lantoine, His-
iotrc »e la F.M. franqaise, t. III: La F.M. dans l'Etat, París, 1935, pgs. 41-42; 270-3;
Luqcet, op. cit., pág. 76.
(474/ AN.P., Y 15781 [0l 88]. Secrétariat de la Maison du Roi. Année 1744, 2éme
partie. Lettres scellées. l.w mais 1744. Lantoine, op. cit., pgs. 42; 376*383; Luquet, op.
cit., pgs. /6-7/.
, , p ' ^A°,te^ Maestre de la Logia, y Mornet, el tesorero, fueron llevados al Fort-
Chltelet hermano sirviente al Petit Chátelet; y Froment, vigilante, al Grand

(cartón)111445^ / ^ 49* BastiUe’ Mss- (cartón) 11556, fols. 290, 298, 308 y 310; Mss.
1Z.nl;J^n según una nota de la policía que recoge la lista de los asisten-
ñt nán toa -v>J^ranc’?f*oncs. y 5 «demoiselles». Esta lista la reproducen L u q u e t, op.
aue armnu* y D E s t r e e , Journal inédit... op. cit., pág. 216. Conviene observar
♦tenida» rcmii * asa era una reunión de Francmasones, no era en absoluto una
7478! F«Í ’ 5in0 ’í"" tCnida b,anca’ Va a^ ,ía" « demoiselles*.
oue nn! la recoge la Sentence de Poltce del 5 de junio de 1744 de la
Frydeau de Man?ill?*l ¿ r !'" u igualmente B o i s u s l e , Lettres du lieutenant général
“ F o n d * B % m ? m ui w } au,epas> paris’ ,8 % * ' ■ T’ w - 180-1; n - ***■ 9l:
(480) BaUHle’ ,M,S- (carton) 10029, fol. 158. Apéndice 49 D.
Ia í?ucrra de sucesión de Austria (1740-1748). En 1743 las tropas
200
no se debían permitir asambleas bajo ningún pretexto, y en este sentido el
mejor medio para interrumpir esa situación era que el Rey se explicara clara­
mente acerca de la Masonería, y que se dieran severos ejemplos a fin de im­
ponerse» (481).
Finalmente y a raíz de los sucesos del día de Pentecostés, el tribunal de
policía del Chátelet, presidido por MarviJle dio el 5 de junio de 1744 una
Sentencia renovando los decretos y reglamentos del Parlamento, y las senten­
cias y ordenanzas de la policía, especialmente las del 14 de septiembre de
1737 (482), por la que «se prohibía a toda clase de personas de cualquier es­
tado, cualidad y condición que fueran, reunirse, ni formar ninguna Asociación,
bajo ningún pretexto, ni denominación que fuera, so pena de incurrir en los
castigos señalados en dichos Decretos y Reglamentos; y a todos los figoneros,
taberneros, venteros y demás, se les prohibía el recibir dichas Asambleas so
pena de multa, de cierre de sus establecimientos a la primera contravención,
y de ser perseguidos extraordinariamente en caso de reincidencia)» (483).
A consecuencia de esta Sentencia, Ozouf fue condenado a una multa de
2.000 libras, y Moret a otra de 3.000, según consta y se especifica en la misma
Sentencia del 5 de junio de 1744, que fue «leída y publicada el día 17 de
ese mes con alta e inteligible voz a son de trompeta y grito público, en todos
los lugares ordinarios y acostumbrados» a fin ce que nadie pudiera alegar
causa de ignorancia; y por la misma razón fue fijada en dichos lugares.
Sin embargo las medidas adoptadas por el jefe de policía, Marville, res­
pecto a los francmasones que habían sido sorprendidos el 24 de mayo de 1744,
se limitaron, una vez consultado el conde de Saint Florentin, a una amonesta­
ción que les hizo el 8 de junio. En este asunto, como en el de 1737 (484) tan
sólo hubo sanciones severas para los figoneros. Y es muy probable que esta
actitud en última instancia fuera debida a la intervención de los dos Secreta­
rios de Estado: Maurepas y Saint-Florentin, que pertenecían a la Masonería
como miembros activos de ella. Así no es de extrañar que el 8 de junio, Mau­
repas escribiera al jefe de policía, Marville, para felicitarle por la prudencia
con que había actuado respecto a los Francmasones (485).
Por su parte el Conde de Saint-Florentin (486) que había sido recibido
francmasón en París en septiembre de 1735 (487) era, desde 1727, Secretario
de Estado de los Asuntos Generales de la Religión (488), cargo que entre

francesas habían sido batidas en Dettingen por un ejército inglés mandado por el rey
Jorge II. En 1744 la frontera del Rhin habfa sido forzada, y Luis XV puesto al frente
de su ejército, había caído gravemente enfermo en Metz.
(481) Apéndice 49 D.
(482) Cfr. Apéndice 15 del primer volumen.
(483) B.N.P., Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fols. 79-80. Sentence de Pólice, de la
Chambre de Pólice du Chátelet de Paris, 5 juin 1744. Apéndice 50. De esta prohibición
se hacen eco entre otros: R e b o ld , Histoire genérale de l* F.M , Paris. 1851, pág. 163;
T h o r y , Acta Latomorutn, Paris. 1815, pgs. 55-56; L e v e s q u e . op. cit.. pág. 108 (da la
fecha inexacta del 5 de julio de 1744). Reproducen la Sentenc?, entre otros. C h e v a l lie r ,
op. cit.. pgs. 198-199; L u q u e t, op. cit.. pgs. 253-255.
(484) Asunto de Chapelot. Cfr. Apéndice 15 de la primera parte.
(4 8 5 ) B o t s l is l e , op. cit., t. I, pág. 180: Maurepas a Marville. Par», 8 junio. 1744.
(486) Su verdadero nombre era L. Phelipeaux de Pontchartrain, d u q u e d e la Vri-
lliére y Conde de Saint-Florentin.
(487) Cfr. n. 20 de septiembre del Saint-Jcmes Evenin* Post. Apéndice 11B de la
primera parte.
(488) Altttanach Royal. Paris. 1727. pág. 72.

201
otras funciones llevaba consigo la vigilancia de los Francmasones Así, pues,
no resulta excesivamente ilógico que el jefe de la policía, Marville tras su
entrevista con el conde de Saint-Florentin, y con la aprobación del Ministro
Maureoas adoptara una resolución benigna para los Franc-Masones que habían
participado en el banquete celebrado en la cafetería de Ozouf.
La conducta del conde Saint-Florentin en otras ocasiones, como por ejem­
plo en el asunto que recoge el gazetin del 28 de marzo de 1737 (489) o en las
denuncias del obispo de Orléans (490) en el mes de mayo de 1744, o las de
los obispos de Toulon, Marsella y Limoges, como tendremos ocasión de ver
más adelante, da que pensar que, aunque obligado por sus funciones oficiales
a hacer ejecutar la voluntad del Rey, esto no le impedía usar de una cierta
benevolencia fraternal en los casos que iban surgiendo, y que podían tener
ante la lev un carácter delictivo por parte de los Franc-Masones que se atre­
vían a reunirse desafiando las prohibiciones y decretos de la policía (491).

I nquietud del O b is p o de L ie ja
[1744]

El año 1744 se caracteriza por una difusión de la Masonería no sólo en


Francia, sino en otros países vecinos, en los que también suscitó los recelos
e inquietudes de las autoridades religiosas y civiles. Así en los Países Bajos,
el obispo sufragáneo de Lieja escribió el 22 de marzo de 1744 al cardenal
Valenti. Secretario de Estado del Vaticano, una carta en la que le comunicaba
que «en algunas partes de la diócesis bajo dominación francesa, se empezaba
a habiar de los franc-massons, los cuales hasta el presente eran desconocidos».
En vista de esta nueva situación creada sugiere al cardenal Secretario de Es­
tado que «ayudaría mucho para orientarse, una instrucción de la Santa Sede
sobre el particular, pues se ignoraba allí lo que la Santa Sede había hecho a
propósito de aquella sociedad, y en qué consistía, aunque principiis obsta»
[sic] Í492).
De este despacho, qu< indirectamente es una confirmación de la no pro­
mulgación de la Bula «In eminenti» de Clemente X II en los Países Bajos, no
se conserva respuesta de Roma, ni conocemos la actitud que, en consecuencia,
adopió el Obispo de Lieja (493).

Apéndice 11 B de la primera parte.


(490) Apéndices 48F-G.
Sobre este tema cfr. Gerin, Les francfima<;ons et la magistrature-fran^aise au
( m i 17^ c j ’ 1878; Dudon- Descentes de pólice dans les loges parisiennes
í l l4 (1913) 577'600’ ? 56-777; D’Estree, Les premiares luttes de la
u<¡r A ¿ i l V , d,e,s Rcvues (París) XL (1902) 205-219; 340-346.
Hionona «i«r* ’ e Vescovi, vol. 245, fol. 222. Pier-Luigi Jacquet, vescovo di
a S X ; ™“ ra*?neoT e vescP 7 di Liegi al Cardinal Valenti Gonzaga. Liegi 22 marzo 1744,
Saint Sito* J> n i / AD*ír Pays Bas dr Liége et de Francbe-Comtí avec le
Bmxeilí R o l f / 1 dl Vesc™ ” conservés aux Archives Vaticanes (1166-1779),
Ai aden?la B'ig)ca, 1952, pág. 545.
vol 135 0 Ci f ’ f % vo}.- ,135C: di Mons. Nunzio in Fiandra (1743-1744);
eistro di let*e« a m ” m ’***' e nuntii di Bruxelles (1742-1758); vol. 153 B: Re-
'1601-1793'!
11601-1793). ,n Bruxcl,«* (1740-1758); vol. 203: Lettere diverae

202
R e s o l u c ió n del C on sejo de G in e br a
[1744]

En Suiza, y más concretamente en la República y Cantón de Ginebra, des­


de 1737 hasta 1744, la Masonería no volvió a inquietar al Consejo y Consis­
torio de la Ciudad; al menos los Registros Oficiales están mudos durante esta
época. No obstante, a partir del 18 de febrero de 1744, el Síndico señor Rilliet,
informó al Consejo «que la Sociedad de los Francs-Massons era cada vez más
numerosa en la ciudad, en la que ya existían tres logias».
Con este motivo se consultó el Registro para ver cómo se había actuado
en 1736 (494), y se acordó «que sin decir nada respecto a los extranjeros ha­
bía que prohibir a los ciudadanos, vecinos, nativos y habitantes, tener logia
alguna, así como asistir a ninguna, quienquiera que la organizara; y finalmente
prohibir a todos los particulares el alquilar apartamentos para ese uso* (495).
A pesar de esta resolución del Consejo pasaron varios meses sin que la
cuestión masónica volviera a plantearse nuevamente. No obstante en el mes
de junio debió ordenar a los auditores Gallatin y Trembley, que realizaran
una encuesta sobre el particular, pues a partir del 10 de junio se conservan
en los Archives d’Etat, de Ginebra, una serie de testimonios recogidos en los
Procesos criminales de 1744 (496).
El primero correponde a un tal Benedict Derodon, de 26 años, miembro
«de una Sociedad de Francs-Ma^ons» a quien su padre hada algún tiempo, le
había alquilado dos habitaciones para tener allí la logia» (497). Del 13 de
junio hay una nueva declaración de David de Lacorbiere quien también habla
alquilado un piso a una sociedad de amigos, que luego oyó decir era para «es­
tablecer una logia de Francmasones» (498). Al día siguiente, 14 de junio, el
señor Pierre Jaquier, de 80 años, atestiguó que el 15 de enero último, había
arrendado el primer piso de su casa a una serie de señores, y que últimamente
se había enterado que «allí se tenía una logia de Francs-M ofons» , si bien él
no se había dado cuenta, pues no había entrado en la vivienda desde que la
alquiló (499).
El 16 de jimio fue «la señorita Jeanne Marie Bourdillon, viuda del señor
Jacques Andre Delor», de 47 años de edad, quien en su declaración dijo ser
copropietaria de la casa en que vivía con otros dos señores, vino de los cuales
— el señor Mollet— había alquilado dos habitaciones del piso que le corres­
pondía «a una sociedad de jóvenes, que en un principio dijeron ser un círculo,
pero que después se había enterado que era una logia de Frtncs-Mafons la
que allí se había establecido», si bien era cierto «que jamás habían ocasionado
escándalo, transcurriendo todo tranquilamente entre ellos» (500).

(494) Cfr. Apéndice 7 del primer volumen


(495) A.E.G., Registre du Conseil 1744. fols. 102-103. Mardi 18 février 1744. Apén­
dice 52 A.
(496) R uchon en su Histoire de la F.M a Geni ve. de 1736 i 1900., Genéve, 1935,
pgs. 19-20 alude a algunos de éstos.
(497) A.E.G., Proois Criminéis 9071, 10 juin 1744. Apéndice ^2B.
(498) A.E.G., Procos Criminéis 9071, 13 juin 1744. Apéndice 52 C.
(499) A.E.G., Procés Criminéis 9071, 14 juin 1744. Apéndice 52 D.
(*500) A.E.G., Proci.t Criminéis 9071, 16 juin 1744. Apéndice 52E.

203
El mismo día también testificó el señor Jean Frangís Chais, de 72 años,
pata informar que en la casa donde vivía, el propietario del primer piso que
consistía en un apartamento de dos habitaciones, lo alquilaba «para el esta­
blecimiento de una logia de Francs-Ma^ons», que solía celebrarse una vez por
semana, si bien casi todos los días se reunían en él hasta una veintena de per­
sonas De todas formas «hasta el presente nadie se había quejado de estas
asambleas, que jamás llegaron a ocasionar escándalo», a no ser un día en que
tras la recepción de uno de sus miembros, «habiendo cenado en la logia a la
que fueron invitados varios señores ingleses, hicieron un poco más de ruido
que de ordinario, pero se excusaron ante el declarante, y le prometieron que
aquello no volvería a repetirse» (501).
El último testimonio registrado en los Procesos criminales del Archivo de
Ginebra corresponde a un antiguo auditor, Jean Louis Favre, de 51 años, y
lleva la fecha del 18 de junio de 1744. También en este caso se trata del mis­
mo asunto, el alquiler de un apartamento que después se supo servía «para
tener una logia de Francs-M<u;ons a la que de vez en cuando asistían varios in­
gleses v otras personas, si bien no sabía lo que ocurría en dicho apartamento».
No obstante «jamás hubo ruido ni escándalo, y tampoco había recibido nin­
guna queja de los vecinos o inquilinos de la casa» (502).
A raíz ce estas investigaciones el Síndico de la ciudad, en Consejo celebra­
do el martes 23 de junio de 1744, dijo que después de la deliberación del 18
de febrero último, relacionada con la sociedad de los francmasones (503), se
habían hecho una serie de indagaciones para descubrir el número dé logias
e.\i:tentes, habiéndose llegado a la conclusión de que eran seis, según las en­
cuestas hechas por los señores de la Justicia. Una vez leídas dichas informa­
ciones se sometieron a deliberación las medidas a tomar, y si bien «se obser­
vó. que aunque aparentemente no existía nada en esta sociedad que fuera con­
trario a la Religión y al bien del Estado, no obstante era siempre peligroso
permitir que tales sociedades se introdujesen, sobre todo, en un pequeño Es­
tado como el nuestro» (504).
Una vez más nos encontramos con un pensamiento que ya se va haciendo
familiar, incluso en su formulación, y que coincide en ambientes tan distintos
como Pans, Lisboa, Roma, A.msterdam, Viena y Ginebra, por no citar sino
algunos de los más representativos, de los que hasta ahora han ido saliendo
a lo largo del presente estudio.
Bien se trate de países católicos o protestantes, de los inquisidores lisboe­
tas o florentinos, de la policía de París o Viena, o simplemente de los audito­
res fiscales de Amsterdam o Ginebra, ante la aparición de la Francmasonería
siempre se Hega a la misma conclusión. Por una parte a la equiparación del
bien de la Religión con el del Estado, y por otra a reconocer que a pesar de
a aparente inocencia o inocuidad de la asociación, era peligroso tolerar sus
asambleas como altamente perjudiciales, tanto para el Estado — ya se trate
e monarquías absolutas, de repúblicas, o Estados Generales— como para la
e igion, bien se dé culto a Dios según la Iglesia Católica Romana, o a través
de cualquiera de las variantes protestantes.

(502) A E C ’ pZ Í Í r ' iminel; ™ 71’ 16 ¡uin 1744. Apéndice 52 F.


Í503) s T * W 1 ' ’ * iu¡" 1744 A p fd ic , 52 G.
dice552H.A E G ' Ref;istre du 1744, fols. 274-275. Mardi 23 juin 1744. Apén-

204
Incluso en la explicación o motivación de tales medidas existe rara
unanimidad. Pues el Consejo de Ginebra también admitió que «la promesa de
secreto que se hacia por los miembros de esta sociedad era directamente o p tffr-
ta a las reglas de un buen Gobierno, para el que todo lo que ocurre en el
Estado debe llegar al conocimiento del Magistrado» (505). En este caso tanto
el misterio con que se rodeaban, como las ceremonias ocultas que se hacían
en las logias «daban lugar a múltiples cabalas por parte del público, y a que
numerosas personas desearan que el Consejo tomara medidas rigurosas para
hacer desaparecer esta sociedad». Por esta razón, y dado que «los remedios
propuestos hasta entonces no eran más que paliativos» decidieron que «la "nica
forma de triunfar era hacer una publicación bien motivada, y llevarla al Mag­
nífico Consejo de los Doscientos, para obtener su aprobación» (506).
Según esta idea se concluyó que «se proyectaría una publicación prohibien­
do a todos los ciudadanos, vecinos, nativos, habitantes y súbditos incorporarse
en el futuro a dicha sociedad y asistir a ella; y prohibir a todos los particulares
alquilar sus casas y salones para tal uso, tanto a los nativos de la ciudad, como
a los extranjeros» (507). Respecto a las penas que se habrían de aplicar en
dicha publicación, se decidió diferir su discusión. Finalmente, se acordó «tolerar
que los extranjeros se reunieran entre ellos en sus casas», pero no en otro sitio,
por lo que «era preciso prohibir que se les alquilara ningún apartamento desti­
nado a tener la susodicha sociedad» (508).
El autor de los Fastes de Genéve (509), que por lo bien informado que
está es probable fuera uno de los miembros del Consejo, da una serie de detalles
interesantes sobre la forma con que se juzgaba en su medio a la sociedad de
los francmasones. En primer lugar se suponía que no se trataba en las reuniones
nada que fuera contrario a la religión y al Estaco, «lo cual pensaba gran nú­
mero de gente de todo carácter que de una forma u otra eran miembros de la
sociedad, algunos de los cuales estaban conceptuados como personas de distin­
ción y mérito». No obstante, el secreto y el juramento eran juzgados muy seve­
ramente: «Se estimaba que correspondiendo solamente al Magistrado el dere­
cho de exigir juramento, era una especie de atentado contra su autoridad y
una violación del buen orden, que no podía tolerarse en todo Estado civilizado,
ni en una República pequeña, como la nuestra» (510).
Por otra parte, y según la opinión recogida por el anónimo autor de los
Fastes de Genéve, se temía que la sociedad llevara a los miembros a la disi­
pación, a hacer demasiados gastos, pues, se decía «que costaba alrededor de
seis luises de oro el ser recibido miembro». Sin embargo, se reconocían también
los aspectos positivos, como eran «el afecto y la benevolencia con que se ligaban
los miembros, a través de los servicios y ayudas caritativas que hacían profe­
sión de darse los unos a los otros, según la necesidad, en todos los lugares
donde se encontrasen, y en los cuales podían reconocerse por las señales que
para esto tenían» (511).

(505) Ibidem.
(506) Ibidem.
(507) Ibidem.
(508) Ibidem. .
(509) El Catálogo de Manuscritos de la Btbltotbbfue Publique et Umversitatre de
Cienévc no da ninguna indicación sobre el autor de esta colección.
(510) B.P.G., Mss. fr, 143 b: Fastes de Genfcve, 22 jum 1744. Apéndice 53 A.
(511) Ibidem.

205
En los mismos F « / « de Gc»ev< se telan con detalle un. asamblea masó-
nica solemne celebrad* el miércoles 24 de |umo (512), y a continuación p , „
• comentar 1. indecisión que reinaba en el Conseio respecto al alcance que pu­
diera tener la proclamación pública de la prohibición, y« que — según el autor
de los Fastes— «algunos miembros representaron que como había varios prín­
cipes muv dignos de consideración, como el Rey de Prusia, y el Príncipe de
Gales que eran miembros de la sociedad de los Francs-Mafons, parecía contrario
al respeto debido a los Príncipes el condenar con un juicio público una sociedad
en la que ellos no habían desdeñado el ser admitidos» (513). Por esta razón
añadían que puestos en el caso de prohibir las asambleas de los francs-maQons
«sería muy delicado dar pasos demasiado ruidosos que quizás podrían acarrear
algunos reproches, e incluso disgustos al Estado» (514).
Tal vez esta actitud explique la poca resonancia y el que apenas sea cono­
cida la prohibición por la que, finalmente, se decidieron. De hecho se esperó
hasta el mes de agosto para tomar un partido definitivo, pero, finalmente, en
el Consejo se calibraron más los inconvenientes de la Masonería, que las ven­
tajas de la misma, y el 10 de agosto de 1744 el Síndico Presidente invitó al
Consejo a volver a ocuparse del asunto de los Francs-Massons «siendo todos
unánimes en estimar que semejantes asociaciones y las asambleas que ellas oca­
sionaban no eran oportunas, sobre todo en un Estado pequeño como aquel».
Por lo cual «había lugar para prohibir a todos los ciudadanos, vecinos, nativos
y habitantes entrar en esa clase de asociaciones, y formar, tener o asistir a asam­
bleas, así como el prestar o alquilar sus apartamentos a quienquiera que fuera
para hacer en ellos logias destinadas a estas asambleas» (515).
Para notificar al público estas prohibiciones «era preciso hacer un decreto
en nombre del Pequeño y Gran Consejo, y a este efecto llevar dicho Decreto
al Magnífico Consejo de los Doscientos» (516). A continuación se leyó un pro­
yecto del mismo que fue aprobado con algunas observaciones.
Tres días más tarde, el 13 de agosto de 1744, volvió al Consejo «el pro­
yecto de publicación relativo a la Sociedad de los Francs-Massons, el cual fue
aprobado y quedó listo para ser llevado al Magnífico Consejo de los Doscientos,
el primer lunes de septiembre» (517).
También aquí encontró el decreto vía libre, y el día 8 del mismo mes, fue
hecho público y fijado en los lugares acostumbrados con el refrendo de los
«Magníficos y Muy honorables señores Síndicos del Pequeño y Gran Consejo».
El documento en cuestión está redactado en los siguientes términos:
«Ante la noticia llegada a los Señores [Síndicos del Pequeño y Gran Con­
sejo] de que diversos particulares de esta ciudad estaban agregados y se incor­
poraban diariamente a una Sociedad, llamada de los Francs-Massons, y que
algunos de entre ellos prestaban sus viviendas, o alquilaban apartamentos p«ra
tener en ellos las asambleas ¿e dicha sociedad, y establecer allí lo que se llama
'¡u* dichos señores han creído deber tomar este asunto en seria consi*
ración. Y como semejantes asociaciones y las Asambleas que ocasionan no
son, en modo alguno, convenientes en un pequeño Estado, y podrían tener

¡513) ibidem ^ ^ én d ic^ íM dC W v r 24 ¡uin 1744- Apéndice 53 B.


(514) Ibidem.
dice552I. A E ° ’ RegiUre du 1744, fol. 321. Du lundí 10 Aoút 1744. Apén-
Í516) Ibidem.
(517) A.E.G., Registre du Conseil, 1744, fol. 327. Du 13 Aoót 1744. Apéndice 5 2 J

206
muy peligrosas consecuencias en éste, y además son contrarias a nuestras Leyes,
y a la Constitución dé nuestro Estado, dichos Señores han estimado que la
obligación que ellos tienen de vigilar toído lo que interesa al bien de la Repú»
blica, y de prevenir lo que podría turbar su tranquilidad, les imponía la nwy-
sidad dc prohibir semejantes Asambleas; a este fin se hacen muy expresas
proscripciones y prohibiciones a todos los ciudadanos, vecinos, nativos, habi­
tantes y súbditos, de tener ninguna Logia o Asamblea de Franct-Massorts, de
asistir a ninguna de estas asambleas bajo ningún pretexto. Y a todos k » pro­
pietarios o inquilinos, de cualquier clase y condición que fueran, el alquilar,
subarrendar o prestar para tal fin sus casas, habitaciones u otras partes de sus
casas a quienquiera que sea. Además se prohibe a todos los ciudadanos, vecinos,
nativos, habitantes y súbditos, el incorporarse en el futuro a dicha sociedad
bajo pena, a cada uno de los que quebrantaren las presentes prohibiciones, de
cien escudos de multa, y de prisión, y de una mayor pena, si reincide» (518).
El decreto finaliza ordenando a los encargados del orden vigilar y «Wnmríar a
los contraventores.

D e c re to del C an tón de B erna


[1745]

El edicto anterior de Ginebra apenas es conocido, y ni siquiera lo men­


cionan las Acta Latomorum, ni Levesque, ni cuantos se han ocupado de reca­
pitular las prohibiciones o persecuciones sufridas por la Masonería. Sin embar­
go, todos citan la prohibición que unos meses después, el 3 de marzo de 1745,
hizo público el vecino cantón de Berna (519), siendo así que precisamente d
Gobierno de Berna tomó como base para su Decreto, el edicto de Ginebra,
como se deduce del Katsmanual del año 1744 y 1745, donde se puede apreciar
que los graves asuntos de los Francmasones quitaron la tranquilidad al Go­
bierno (520).
La trayectoria seguida es muy similar a la ocurrida en Ginebra, y se puede
captar de una forma especial en el Cahier Ansebend die sogenarmte Frey Mtu-
ret del año 1745, conservado en el Staatsarchiv del Cantón de Berna j 521).

(518) B.P.G., Recueil de documente du XVIII eme siéde. Gf 1888. R. 506. Apén­
dice 54. Ruchon, op. cit., pgs. 24-25: Lutw-Tschanz. K.. Die Freimsurerti tm Freistmtt
Bern (1739^1803), Blatter für bemische Geschichte, Kunst und Ahertumskunde. 14 (1918)
149-199; 15 (1919) 55-71; 288-299 [cfr. pgs. 288-289]; Historicb-Biograpbtsches-Lextkon
des Schweiz, Neucnburg, 1926, píg. 309 [Artículo sobre la Freunaureret, firmado por
H. Schneide*].
(519) Delassus, La Conjurado» antichretienne, Lille. 1910, t. III. pág. 997: Ra-
gon , op. cit., pág. 129; Caprile. op. cit., pág. 167; A.L., t. I. pág. 54. Este ultimo da
la fecha equivocada [marzo 1743] al igual que Levesque. op. cit., pá*. 122. En reaUMd
lo que hacen es desdoblar el mismo hecho, situando la prohibición de la Masonería en
Berna el 3 dc marzo de 1743, y la obligación de abjurar el 3 de man© 'de 1745. Por
su parte Barruel, Memorias para senñr a la Historia del lacobtnismo. \k+i, 1873, t. II,
pág. 262, también falsea la fecha [1748]. w—.
(520) Staatsarchiv des Kantons Bern TS-K-B]. Ratsmanual 184/151 (2/ noviembre
1744); 184/500 ( 26 enero 1745); 185/58, 59 (11 febrero 1745); l* 5 /^ 9_ (22 «b«K >
1745); 185 (3 mareo 1745); 186/7 (6 mano 1745). Apéndice* 5 5 A .B > C. D ,E , F. O,
H, I. Mi agradecimiento reconocido al Dr. I I Specker. Assistent de los Archivos dd
Estado de Berna por su interés y ayuda para localizar los documentos en^aitaüan.
(521) S.K.B.. Cahier Ansehend die sogenannte Frey Maurer und dahenge Ihrethalten
gemachte Verhandlungen, und Vorsotgen in Anno 1745, 161 tola.

207
f,N* iftvrMiMiUmn lavada* « «*!*• *n |*tf «I «iffiglttor d# flarna,
Kyhiíi#*' toiKiiiyi'NMi m»i» !• |*uMHa<i<^ii *n ífeuciéa y alemán (.922) de un
«v*r<» íta trio <1# ^.rfuUn»», •’** ••I W‘«« l'«|uefti# y tiran (¿maejo <i« la
: M ad V R#|iúl>li(i *!«■ Nema hiw* *al*r «ijue l»abi¿ml<*« enterado que la
^«ledid llamada «Ir l«* l:nm * Mgwttn ae iniroduda teda ve* má* en la*
iihIwU y h-hikhmm <lf **» ol^lírm ia, y qu* Im qtie catatan Ineurporadua en
r»t« S.-.r.L-l *i «m ir^l-nlo» -i, fila !*)<• <llvFf*N» pfollMMN», • ÍMítuM) juramento,
i.Jilrmln »«(l**ntn*<l*> y uintldri-adu uue «emejaniea a*t* latlottei
( I4m »luMirii»wi»if "ttnraifa» - l<*<* l^yr« v (¿Mwtmnlimea fundaméntale» de
n.hmiu I y »•*!** taJtrwmr a la» emanada* de Nueitra parte
,1» tu* Iiim*•» (iinniMM a*aml»l**a «n N urtim » <ludada» y lerrltorlm , a Nueatra
MtHtlil*. y *m |wmmíw> «r haMa llrgatlo a la ton clu ild n de que ni n o
«, (Minúi) * Mempn lo* iniMPilio* t<mvrft(rrtir»( podrían facultar pellgruaot iflk
i oflvrftMWlM*
I i4» ?*** i’itu ik é t t<iit tlifinli- «rilv m aniluvio al m a l o anUr «I jura*
in.iuo / <n grurfitl 4in. t*MÍ« «miuMin Munida mI iría!M«f« de ta autoridad,
iM-.tivwi^iorik i;<u< «|m« loMMi-tíii <<*fi In* ilr»n4* (MolilliU lime* que liem m lili»
rl Vin-.ii <|r IWm*n iiftadr
«A mnM«, y «orno ir«uli*4Ío dr tuiiÍM(Í4> paternal, lanío por
d ><xttúh. |m»i rl ImirlRio tlr i <nI<* Nueatro» vednm y ftúbdltoa,
h*in>* nrirMiiu i hmImin' iim U*'. <Ji*»lvr» y aludir totalmente dkha
un iaiI o,ti tt>lo Id» pfrw'MK'*, y d««dr hoy la ptohlblinoa total
itttntt <n Nitr*W«i* I - »*, y a finí** Im qur vivan y vivirán bajo Nueatro
(1/4)
A i mmnum )«'»♦( *r r*itr‘ tfnm> un* «mr <li- >ririll(U<i daati>ia<iaa a ponar an
i, Mann,! y »*i |.nri»rr Iuk»i «rrdcfiaMHt y «Irtermina ron «qua todiM
^|Mril<«. vriifK* y «mIkIiIu» tjiw tu turtlfurfilr rtNM *<X)4KidfW «HHO Préfkll'M át'
ton, >tt»h*n ‘A,Uuné[»n rl |rt**r»ii#' » jili|ijrar( »Midiaitti |ut»m§nto, da la*
<»l»l <¡ijr Imlnenh urttinídit ri i <lí< Iim S^Mlfilail, y a h a f« H o ItlfMiilata^
íftrnK unir O/^f
1 1 , .fifumii, i¿tinir.o »l «Urrio <vrr*(>fc(ij a nuaatrm vacIrnM
y «uLlit'i* >|«ir Mimlimntc Vr*nt\ Mtmom, m* Man <^>mitldm umu>
i*\r / ,^<ir rr*i t f u i .*■ -tu itrnuuti rr» rn<r*iío «#/•, « qua pu«dan anirar
r» Niir*n« Volmilml r* qui* MU» qut «itáfl afl
I *»4<ló!« *j<*r(l#ti <4»liir»«l<m, m rl ifniuntt #lr un itin a omtaf diada la p»ibll
>mtúu M |f#r»)#(/,j y |<m (j„r w ni*ufiittrn au»afit«i( «n al mlamo
l/l»/<, 4 <♦«(»*> <lr vi 4 (lonnrxíaur rlliw mltrmM, A •abal'f Umi (|IM
u- « .W(,»»rn rn N<ir*MK í .umJií>1 ff .njrii«IJ iM m iií hatarlo a nuaitm A Jvn itr
rrn.»utr, y l/rt m > hitllrn rh niir«ir»« «Iriftá* dudadas y Urfltorloa, i nuaf'
'■"* * lo* ** ^•'M'íiiüiáu n Im iU «jí/r iriiiirdlatamanta ílaafmi* da i«
in »bt'i>rn «in «IrrrM^N < !• *u» <4,Ii «jm j/in«( m la míama forma qiM lo«
I ram t Maw>m *%tén tAiUfuulu» n (iM « flo l(n d e fa c t o d t lo C U ií, UIWJI
y f ilK n « i f r i r jf i In p«riM y r l <N«tíjp> ntát « U lN f ilr indkiMfe» (92^)>

,1* 7»/<í I>.< l« r*vl»M iiMetojM


7/ «i.' í ! '• v.Mi/rf, U „u » " H» Itrm fu m m , op
‘ ín á*UZ r ‘r I- ''«**«- r la NlamaiM,
* ,/ Mwhw <U» 't,»t H*gl0fi«ig t0g0ff 4Í0 f'rtlméiiHf » ml#K 174' Apél*
i

k
i
ití
V*»

i*
?
D >• f*.
,<
i

i
histoire
[ D E S

' FRANCS-MA^ONS
C O N T E N A. NT
U n Rccueil Uc Picccs Apologétiqucf
pour 1c Tres-Vencr.il>le Orcirc
de la

\ A VE C
Une C.jrnpiU¡:on de toutes les Pitees de
toe[ia (]ui ont ¿téfaites jufqu ¿ ce ¡cur
a ce fu j e t ; & un Knueil ues Lba/tjons
anden/íes & nouvelles íjui fe cb¿r* a S
en Loges & hors des Loges.

T O M E SECON

A L’ O R I E N T ,
Clicz G. de l’ Eroillc , entre l’ Equcrrc & le'
Cufrpas, vis-i-vis le Soltfil couclunt.

AL D C C . X L J'.

11 ' í''"' lilM M Ilr <i< I t;MH S iM;U.()||s, el(‘l 1745


«Pero a fin de que en adelante nadie esté ya tentado de oliscarse a dicha
sociedad de los Frartcs-Massons —te lee en el decreto en cuestión— héteos
creído bueno ordenar y determinar como lo hacemos: Que todos aquellos que
en nuestro país se agreguen en adelante a esa Asociación, lo mismo que todos
aquellos de nuestros vecinos y súbditos que se hagan incorporar en ella, sea
en nuestro país, o en otra parte, como también los que continúen frecuentando
en adelante tales asambleas, serán unos y otros multados con 100 escudos blan­
cos, y además privados de los cargos, beneficios y empleos de los que en la
actualidad se encuentren revestidos en nuestro paíi, y caso de que no tengan
tales empleos, serán declarados inhábiles para obtener ninguno de ellos en el
futuro» (527).
Una vez bien delimitados el alcance de la prohibición, la abjuración ante
las autoridades jurídicas, y la importancia del castigo a que quedaban expuestos
los desobedientes o reincidentes, este largo decreto que no deja cabo suelto,
en su parte final se refiere a los lugares o logias en los que estas clases de
asambleas pudieran tenerse en el futuro. A este fin determina que «la persona
que suministre dichos lugares será castigado con la misma multa de cien escu­
dos blancos, de los que un tercio corresponderá al delator, el segundo tercio
al Bailío del lugar, y el último a los Hospitales o a la Bolsa de los Pobres de
cada lugar en el que se tenga la asamblea. Bien entendido que los delincuentes
que no se encuentren en condición de satisfacer el pago de las susodichas mal­
tas, serán expulsados de nuestro territorio y país, y no podrán entrar hasta
que las hayan pagado» (528).
Finalmente, el Decreto concluye reservándose «el castigar más rigurosamen­
te, y según la exigencia del caso a los reincidentes, o a aquellos que no obstante
su abjuración entraran nuevamente en esta Sociedad, o frecuentaran sus asam­
bleas» (529).
En este Decreto, a juicio de Ruchon, el historiador de la Masonería gine-
brina, «el Senado de Berna procedió contra la Franc-Masonería con una bru­
talidad [sic] que jamás mostraron los magistrados ginebrinos» (530). Esta
acción del Gobierno de Berna que a su vez es calificada de «violenta* en d
Allgemeines Handbuch der Freimaurerei (531) causó gran sensación en Europa,
y provocó una serie de publicaciones directamente relacionadas con día.
La más conocida es la titulada Le Frmrtc-Ma^on datts U République (532)
editada en Frankfurt el año 1746 que se atribuye a Ph. Fried. Stenheil. la más
alta dignidad de la Francmasonería de Frankfurt. Este libro contiene una serie
de reflexiones apologéticas a propósito de las persecuciones sufridas por los
Francs-Masones, pero en particular por la de Berna, ya que expresamente dice
su autor que pasando por alto las impertinentes molestias con que la Masonería
había sido molestada en diversas partes de Europa, y que exigirían un volumen
especial, se iba a fijar solamente en la más reciente, ocurrida en Suiza. Y así

(527) Ibidem.
(528) Ibidem.
(529) Ibidem.
(530) R uchon, op. cit., pág. 25.
(531) A nóni'mo, AUgemeines Handbuch der Tretmaurerei. Leipzig. Max Hesse’s. 1901,
t. II, pág. 385. Da la fecha del Edicto equivocada (8 de mano de 1745) y dice que fue
publicado en alemán, francés e italiano.
(532) lje Franc-Ma^on dans U République ou Réflexions apologtques sw les persécm*
tions des Fr*ncs-M*cons. par un Membre de l*Ordte avec une kttre a Mídame*** oí» Ton
invite plussieurs auteurs célébtes d’entrer dans le dit ordir. Francfort et Ldpác. 1746.

209

14
se pregunta retóricamente «por el destino fatal o el capricho fanatice que había
llevado al Cantón de Berna a arrojarse sobre los Masones, y a armarse contra
una Sociedad que no les había hecho el menor mal; una Sociedad cuya in o
cencia capaz de desarmar a los espíritus más feroces no había hecho la menor
impresión en aquellos republicanos; no obstante, llevados de crueles prejuicios
respecto a la noble Masonería habían hecho publicar un Decreto tan injusto
como mal fundado, relativo a esa Sociedad de los Francs-Magons que se había
infiltrado en su país» (533).
Como respuesta a este libro apareció al año siguiente otro con el epígrafe
Caria al autor de una obra intitulada ”El Franc-Magon en la República” , en la
cual se examina si el autor tiene fundamento para quejarse del Decreto de la
ilustre República de Berna, contra dicha Orden (534), donde se encuentran los
conocidos y hasta hoy día repetidos lugares comunes, y acusaciones contra la
Francmasonería. De ambos escritos se ocupó Haller en 1786 enjuiciándolos
con certeza en su Bibliothek des Scbweizen (535).
Tohn Entick, por su parte, en su The Pocket companion and History of
Fre'emasons del año 1754 también dedica especial atención al Decreto de 3
de marzo de 1745, con ocasión del cual consagra una parte de su libro a hacer
la apología de la Masonería, apología motivada «por su persecución en el Can­
tón de Berna, y en los Dominios Papales», como reza en el propio título (536),
v que se inspira transcribiendo párrafos enteros de las reflexiones apologéticas
del ya citado libro «El Francmasón en la República», del que toma el Decreto
de Berna que reproduce en versión inglesa (537).
El también autor anónimo de la History and lllustration of Free Masonry
comer cando el edicto del Consejo de Berna dice «que no existía ninguna razón
que justificara esta conducta, ni ningún cargo contra la Orden» (538). Simple­
mente el Consejo «estaba aterrorizado por las asociaciones secretas, siendo
ésta la razón de perseguir a los masones». Pero no satisfecho con la abolición
de las logias de la República — prosigue el autor de esta Historia— decretó
que «cada francmasón debía acusarse a sí mismo ante los magistrados del dis­
trito, y renunciar a sus obligaciones de secreto, jurando en presencia del Todo­
poderoso que conculcaba los mismos compromisos que antes había jurado res­
petar. Tal ejemplo de tiranía sobre las inteligencias y la conciencia de los hom­
bres es un hecho notable en la historia de una república en la que la religión

' . ibidem. pgs, 6-7. En las páginas 7 a 12 se reproduce el texto íntegro del Decreto
de prohibición de Berna, en su versión francesa.
Anónimo, Lettre á l’Auteur d’un Ouvrage intitulé: Le Franc-Magon dans la R&
publique, aans laquelle on examine si l’Auteur est fondé á se plaindre de l’ordonance de
*i? Stl e *;ef,u"l*elue de Berne, contre te dit Ordre. Avec plusieurs autres réflexions sur
cette Sacíete. O. 1747, 142 pgs.
ís S Í?ALLER' rBlh^ íhek der Schweizer Gescbichte, Bern, 1786, t. III, pgs. 211-212.
) t-NTicx, ] The Pocket Companion and History of Freemasons,' containing their
, ro&ress a
g d present State, an abstract of their Laws, Constitutions, Customs, Char-
tiní, n t n w , Z , att0” 5 j or i nstruction and Conduct of tbe Brethrem: A Confuta-
j Se ‘ nsinuations: an Apology occasioned by their Persecution in the
p T Z t l t í S i r m ^ e LPope’s Dominions: A»d a select Number of Songs and other
Parttculars for the Use of the >oaety, London, Scott, 1754.
259-261 f n° ta versicSn inglesa del Decreto está en E ntick, op. cit.} pgs.

of Free Masonry compled from an a*

210
reformada había sido practicada desde su infancia, y en la
sones siempre se habían portado con ejemplar corrección» (539).
Tras esta referencia a la actuación de un Gobierno oficialment^X^tyfr con
la Iglesia reformada, hace un paralelismo con la Iglesia de Roma, f
misma forma que ésta ultima «se había contentado con dispersar a la
nidad y recibir a los miembros arrepentidos en su comunión, así el Consejo
de Berna había hecho prácticamente lo mismo al abolir la sociedad masónica
y obligar a los hermanos a renunciar a sus compromisos, por miedo a que éstos
fueran incompatibles con sus deberes de ciudadanos» (540), causa esta que
aunque no de forma exclusiva también había influido en la decisión de la Igiesia
de Roma, como se deduce de la simple lectura de la Bula In eminenti.
Como contrapunto de las publicaciones más o menos polémicas que sur­
gieron con motivo de la prohibición de Berna, se conservan al menos un par
de Catecismos masónicos: el Bernische Freimaurer Katecbismus von 1745, y el
Kateckismus des Freimaures von 1744, que al margen de toda acusación y auto­
defensa encierran el auténtico espíritu, ritos y ceremonias que regían en las
logias de Berna, precisamente durante los años 1744-45.
El primero de estos Catecismos, el de Berna, está incluido en el ya citado
Cahier Ansehend die sogeñannte Frey-Maurer (541), y condene en francés la
descripción de la recepción de nuevos candidatos, la cual coincide exactamente
con las ceremonias equivalentes que hemos visto en Lisboa, París, Florencia,
etc. (542).
Por su parte el Katecbismus des Freimaures von 1744 proviene efe la Bi­
blioteca de Rudolf von Werdt, que en 1744 era miembro de la logia de Berna.
Es un manuscrito del que 54 páginas están escritas en francés, y 26 en ale­
mán (543). Y precisamente por ser un escrito de uso privado y particular de
las logias de Berna, y no estar destinado a la publicación, tiene un interés espe­
cial, ya que no puede ser tildado de estar concebido con vistas a una propa­
ganda o captación de la benevolencia del pueblo o las autoridades.
En este sentido resulta de cierto valor la simple lectura de los «Principios
Generalesv> referentes» a la «Conducta del Francmasón», tal como se presen­
taban a ios neófitos antes de ser introducidos en la Logia. Precisamente el al­
cance de estos Principios estriba en que de forma indirecta responden a una
serie de interrogantes, y ayudan a contrastar las posiciones que en d siglo xvm
se iban tomando ante una organización que en el fondo se desconocía, pero
que desconcertaba profundamente tanto a las autoridades civiles como a las
religiosas de casi todos los países.
Textualmente dicen así:

[ 1]
«La Orden de la Masonería no impone en modo alguno obligaciones con­
trarias a la Religión, al Estado o a las buenas costumbres. De esta Sociedad
hay que concebir la misma idea que la que se puede tomar naturalmente de
vina asamblea de gente honesta que vive bajo las leyes a las que se han some-

(539) Ibidem.
(540) Ibidem.
(541) Cfr. nou 521.
(542) Ibidem. Apéndice 57 A.
(543) Lo reproduce íntegro Lutht-Tschanz, op. cit., pgs. 164 199.

211
tido después de haberlas adoptado, y que para su satisfacción particular han
formado un sistema que en manera alguna atañe al Culto, a los Príncipes, ni
al Honor.

[2]
«La objeción que ordinariamente se hace a los Francs-Masones consiste
en decir que una cosa buena no debe quedar en secreto, y que el interés general
exige que se la publique, de donde se sigue que los Francs-Masones no serían
tan obstinados en callar sus prácticas, si ellas no tuvieran un fin malo, o al
menos de consecuencias peligrosas. A lo cual respondemos que el principio
que obliga a todos los hombres a comunicar lo que saben ser útil, para el Bien
de tocios, encierra excepciones particulares, pues la experiencia a menudo
enseña que una cosa que había sido excelente mientras se mantuvo entre un
pequeño número de personas, perdió su valor desde el momento en que se la
divulgó. Tal es el caso en el que se encuentran los Francs-Masones. El secreto
que ellos conservan tan preciosamente sería envilecido, si todo el público fuera
su depositario; y los hombres no serían mejores. Pues de la misma manera
que es cierto que el hombre no puede ser buen Franc-Magon sin ser perfecta­
mente hombre honesto, del mismo modo se puede ser hombre muy honesto sin
ser Franc-Magon. Así pues, la utilidad de la Masonería es solamente para aque­
llos que la conocen, y solamente se puede llegar a ella por la vía del misterio;
y es una doble satisfacción para nosotros el excitar la curiosidad y la envidia
del público. Nos divertimos con sus dichos, y nos enseñan a conocer toda su
malignidad, y a preservarnos de ellos.

[3 ]
N. B.: Este artículo solamente debe ser leído a los Católicos Romanos).
«Respecto al escrúpulo que muchas personas han concebido a rai2 de las
Censuras Eclesiásticas, que se pretende han sido lanzadas contra nosotros, este
objeto no debe inquietar una vez que se reflexione sobre ello. Sin substraerse
a la obdien-ia de la Santa Sede, es permitido conocer hasta donde va su poder
respecto a todo cuando se utilizan como regla de juicio los Santos Cánones,
los mismos que fundamentan la Autoridad del Soberano Pontífice. Entonces
sabemos por estos cánones que una Excomunión no puede ser válida a no ser
que haya sido dada con conocimiento de causa. Si se tiene en cuenta que el
mal nunca se supone, y estando seguros, como lo estamos, de que el Papa
no na creído estar instruido de lo que ocurre entre nosotros, concluimos que
la Excomunión es nula por pleno derecho, puesto que carece del medio nece­
sario para fundamentarla. Pero suponiendo que bajo el título de Censura con­
dicional pueda tener alguna fuerza, nuestra conciencia en este caso es nuestro
verdadero refugio, y puesto que ella no nos reprocha nada, debemos quedar
perfectamente tranquilos.

[4 ]
«Suele ser causa de admiración que en la Sociedad de los Franc-Masones se
a mita in sumamente a gentes de diferente Religión. A este propósito es
preaso observar, Primero: Que solamente se pueden admitir en ella a los
van e nombre de cristianos, y que si se encuentran en ella infieles tales

212
como los judíos, turcos u otros, han entrado por abuso, por no haber sido
bien conocidos. Segundo: Respecto a la mezcla de cristianos que tienen dife­
rentes creencias, es una razón política que se desarrollará más adelante. Al
presente basta decir que los que reconocen al mismo Creador, y solamente
están en controversia sobre algunos puntos de doctrina, es claro que pueden,
por otra parte, pensar más o menos justamente, y estar de ¡kiot A) sobre los
puntos esenciales que nos unen, lo cual es un enigma que solamente se expli­
cará con el tiempo. Por lo demás, la virtud y el honor se encuentran en todas
las sectas y en este sentido incluso haríamos una condescendencia con los He­
breos y los Mahometanos, si no tuviéramos motivos independientes de este
objeto que nos fuerzan a excluirlos.

[5 ]

«De la misma forma que la virtud y el honor se encuentran en todas las


sectas, existen también en todos los estados. Por esta razón recibimos en la
Masonería a toda clase de personas sin distinción de calidad ni de rango, y pen­
samos con justicia que todos los hombres siendo de una rama salida del mismo
tronco, son todos iguales, y concluimos con fundamento, que la armonía general
se mantiene mucho más segura con esta perfecta igualdad, cuando solamente
la virtud procura distinciones y consideraciones. Por otra parte, los talentos
se encuentran a menudo más en la gente de bajo nacimiento que en aqueOos
que son de un origen elevado, y los talentos son para nosotros una gran reco­
mendación ya sea en mecánica, música, filosofía, elocuencia, geometría, pintura
y otras. Debemos aplicarnos a ellos, pues son necesarios a nuestro fin. Así
debemos hacer de ellos nuestro estudio particular, cada uno siguiendo el género
que le es propio, pues todos nacemos con disposiciones a algo, y solamente es
preciso conocerlos para sacarles provecho.

[6]
«Todo hombre que se propone entrar en el Orden Real de la Masonería
debe acordarse que la Paz, la Unión y la Caridad, son los principales deberes
para con los Hermanos. Que el firme amor a la Ley del Evangelio, y la escru­
pulosa observancia de los preceptos del cristianismo son sus obligaciones esen­
ciales para con Dios, y en fin que la Rectitud, la probidad y la verdad deben
ser sus reglas en calidad de hombre honesto. La primera noción se subdivide
en varias partes como sigue.

[7 ]

«Para mantener esta buena unión jamás se debe hablar en logia de materias
de Religión o de política. Es difícil que se pueda disputar sin acritud sobre
estos temas, así, pues, debe dejarse a cada uno esta especie de sentimiento
extraño a nuestra Orden. Se evitará, pues, todo lo que pueda ocasionar quejas,
y se dejará a la puerta toda idea de venganza, estando resuelto al entrar a
reconciliarse de buena fe con todos los que son hermanos, y a olvidar todo lo
que se pueda tener en su contra.

213
[8 ]

«Si existe alguna disputa entre Franc-Masones, no está permitido concluirla


por los caminos sangrientos que el mundo autoriza, sino que todo debe trans­
currir amigablemente. La logia debe juzgar soberanamente de la Dirección, aun­
que sea en materias de Ínteres.
«El libertinaje está expresamente prohibido, y entre las diferentes clases
de relajación, el adulterio está, sobre todo, condenado por las consecuencias
que de él se derivan. Con mucha más razón está prohibido a todo hermano
convertir en juego las pequeñas atenciones que pueden hacerse imprudente­
mente a la mujer de su hermano, porque, incluso aunque no le traicionara,
basta que pueda concebir inquietud» (544).
Tras la lectura de estos artículos o principios generales que se exponían a
los nuevos candidatos ce Berna, como preámbulo para saber a qué se iban a
comprometer al ingresar en la Masonería, surje espontánea, al margen de toda
polémica, la constatación de ideas que hoy día tal vez no llaman la atención
pero que tienen un indudable valor en 1740, cuando incluso la Revolución
Francesa estaba todavía muy lejos.
En concreto, la estimación igualitaria del hombre, no sólo en el terreno
social donde se prescinden de rangos y cualidades para fijarse solamente en el
talento y la virtud, sino también en el religioso, donde al mismo tiempo que
se aprecia una profunda estima de la ley del Evangelio, se descubre un ecume-
nismo al que la propia Iglesia Católica tardaría todavía un par de siglos en
llegar.
Dentro de una valoración global también cabe destacarse el artículo que
en un país ¿c mayoría protestante como Suiza, solamente se debía leer a los
católicos romanos, y donde se hace un sencillo y respetuoso raciocinio sobre la
excomunión lanzada en su día por Clemente X II contra la Masonería.

D ec r e to t, e l C o n s is t o r io de H annover
[1745]

El año 1745 se caracterizó también por una acción contra la Masonería en


otro país, igualmente protestante, Hannover, que en aquella época estaba bajo
dominio y jurisdicción inglesa, a cuyo trono había subido la casa de Hannover
[Braunschweig-Lüneburg] en 1714 con Jorge I (545), si bien en 1745 el titular
del trono inglés y Príncipe Elector de Hannover era Jorge II [1727-1760].
De esta época existe un «Real y electoral Decreto del Consistorio de Han-
V° 3 francmasones» recogido en las Acta-Historico-Eclesiasti-
ca (546), y que prácticamente es desconocido a pesar de tener un valor singular

Bthllothrl’ 7Frcimaurcs von 1744. Apéndice 57 B. Manuscrito suizo de 1*


541 f . a d u c i d o por Lux... Schanz, op. cit., pgs. 164-199.
erei TWlin ,, , europaischeti Dynastien in ihrem Verhmtnis zur Freimau-
sordi í M n í aH Veí g’ A943; Anci° 1-#: Die Hannover und Kolung (Wind-
(546) A H F W ty E ? Haus HannoverBraunschweig-Lüneburg.
Hannover Vrrnr¿Mii» r ^ J04 406: Des Kónigl. und Churfürstl. Consistorit in
Apéndice 58 ^ U ^maurer betreffend. Hannover, den 14tcn januarii 1745.

214
por las característica* que le rodean, pues se trata de un decreto dado «en
nombre de la Real Majestad de Gran Bretaña», por su Consejero Eclesiástico,
y va dirigido, sobre todo, al clero de la Iglesia Reformada de aquel territorio.
El documento en cuestión, fechado en Hannover el 14 de enero de 1745,
comienza haciendo referencia «a cierto predicador» del país que se había atre­
vido a afiliarse a la Sociedad de los francmasones. Entonces el autor del docu­
mento, John Pet. Tappen, «mandatario real de Gran Bretaña para el Consistorio
electoral Braunschweig-Líineburgués, Director Consistorial y Consejero Ecle­
siástico», hace el siguiente comentario:
«De la misma manera que no conviene generalmente a un Predicador (547)
hacer algo que pudiera ser en sí, en verdad, indiferente, si de este modo oca­
sionara perturbación o escándalo a la comunidad a él encomendada o también
a los demás, ya que él mismo en virtud de la Sagrada Escritura y de su con­
ciencia está obligado a dejar de hacer ciertas cosas, todavía está menos autori­
zado a asociarse bajo juramento o con compromisos que le obligan en conciencia
a una Sociedad, de la que no sabe ni examina con anticipación sus Leyes y
Estatutos, aun cuando pudiera pretenderse que el más noble intento de la
Sociedad consiste en un vinculo cantatis, tanto más que los cristianos tienen en
la Sagrada Escritura un tan fuerte vinculum caritatis que no necesitan ningún
otro» (548).
Desde un punto de vista masónico la argumentación seguida puede ser til­
dada de ofrecer serias fallas. Para ello basta establecer un simple paralelismo
con los Principios Generales del Catecismo de Berna (549), que hemos visto
se leían al candidato precisamente antes de asociarse ni estar comprometido
con ningún juramento. No obstante, el autor del Decreto desde su situación
enjuicia la acción del Prediger que se había hecho masón diciendo: «Así no
sólo se proscribe enérgicamente a este Predicador su proceder, sino que induso
se le manda liberarse de esa sociedad y renunciar además a todo trato con
ella» (550).
Tras advertir que no debían dejarse atraer por «una impertinente curiosidad»
para entrar en la Masonería concluye el decreto ordenando a los miembros del
Consistorio Electoral «en nombre de Su Real Majestad de Gran Bretaña, y Su
Alteza el Príncipe Elector, nuestro ilustrísimo Señor, que a todos y cada uno
de los predicadores que estaban bajo la inspección que les había sido confiada,
les ordenaran por medio de la comunicación de estos Rescripti per Circulares,
que en evitación de castigos más enérgicos no se entregaran a la Sociedad de
los Masones» (551).
Finalmente, el representante real exigió a los miembros del Consistorio
que le entregaran un informe en el plazo de cuatro semanas, sobre la forma
con que habían llevado a cabo lo ordenado en el Decreto.
En realidad como el Decreto va dirigido única y exclusivamente al Clero
de la Iglesia Reformada no es de extrañar que la Masonería siguiera su vida en

(547) Por el término utilizado Prediger queda claro que se refiere al clero protestante,
ya que si se refiriera al católico usaría el de Priester.
(548) Apéndice 58.
(549) Cfr. nota 544.
(550) Apéndice 58.
(551) Ibidem.

215
Hannover sin mayores complicaciones Asi sabemos por el Jour«al /«> Freymau-
rer que en 1747 la Logia Friedrich de Hannover recibió bajo la autoridad de
la Gran Logia de Hamburg una delegación de la logia que, con el mismo nom­
bre, existía en Góttingen (552).

A c t u a c ió n del I nten d en te de T o u lo n
[1745]

Al hablar de la Masonería en Francia durante el año 1744 vimos que uno


de íos últimos actos oficiales del Gobierno de París fue la Sentencia del Tri­
bunal de Policía de Chátelet, dada el 5 de junio de 1744, renovando los decre­
tos y reglamentos del Parlamento, y en especial la Sentencia de Policía del 14
de septiembre de 1737 por la que se prohibían toda clase de asociaciones y
en especial la de los Frey-Ma^ons (553).
Del año 1745 una de las primeras noticias conservadas data del 15 de abril.
Según ella el Jefe de Policía. Marville, escribe a Maurepas comunicándole haber
recibido un aviso acerca de una logia de Franc-Masones, pero que no había
querido actuar en tanto no recibiera sus órdenes. La respuesta del ministro,
fechada al día siguiente, se limita a decir que «sería necesario intentar saber,
caso de poderse, qué era esa nueva logia de Francmasones, quién la tenía, y
qué clase de personas se reunían en ella» (554).
Del 7 de mayo de 1745 las noticias provienen de Toulon. Esta vez es el
Conde oe Saint-Florentin quien advierte al señor Glené, Intendente de Pro-
venza, que «había sido informado que en la Provenza y principalmente en Tou­
lon, había FrimaQons que tenían logias y se multiplicaban recibiendo a toda
clase de asambleas, le rogaba diera las órdenes oportunas para impedirlas» (555).
Dada la forma de actuar del Conde de Saint-Florentin, Secretario General
para los asuntos de la Religión, cuando la denuncia del Obispo de Orléans (556)
en mayo de 1744, y la semejanza existente entre las cartas enviadas tanto al
Intendente de Orléans entonces, como ahora al de Provenza, cabe suponerse,
y así lo hace Luquet (557;. que también en este caso la denuncia proviniera
de un Obispo que en este caso sería el de Marsella, Monseñor Belsunce, quien
ya el 15 de enero de 1742 había dado en su diócesis un Aviso contra la Maso­
nería (558), y que ciertamente en 1748 y 1750 — como veremos— volvió a
condenarla y denunciarla a las autoridades de París.

n,i'¿-52c An^nimo< HiUonsche ¡cune Nachricht von der Freymaureren in Hamburg, Jour­
nal fur Freymaurer, II (1786) 257.
(553) Cfr. Apéndices 15 y 50.
174w í 3 ^ aur,cpa; Paris’ 15 abril 1745; Maurepas a Marville, Paris, 16 abril
Mftir'tiva m TSLEn • Lettres du lieutcnant general de pólice Fevdcau de Marville at4
Mmnlre Maurepas, 1896-1898, t. II, pgs. 61-63.
Pam 1p ■> n ? , 4* 1 , 96 Saint-Florentin a Mr. de Glené, Intendant de Provence.
'Paris 1910 pág ^9 A. D aste, L., Mane Antoinette et le complot ma^onni-
(556) Apéndices 48 F, y 47 G.
O r a n T c o lS T ; R:, H ’ n H FA Í et VEst-lise en france au X V lU éme siécIe>P*ris- RevuC
(558) Apéndice^ 37 BuHet,n
Á 43 Oum 1955) 61.

216
N u eva in te r v e n c ió n de la P o l ic ía de P a k ís
[1745]

En junio de 1745 tuvieron lugar en París, en el bótel de Soissons, rué des


Deux-Ecus, asambleas cada vez más numerosas. Una de éstas, en un principio
fijada para el domingo de Pentecostés, 6 de junio, fue retrasada al martes 8.
La policía había sido informada de la fecha y de la contraseña por el oficial
Vierrey (559) que las había obtenido haciéndose iniciar (560). Así, pues, «los
frey-massons reunidos en el bótel de Soissons, para una recepción «fueron
sorprendidos el día 8 de junio por la policía. Según la noticia conservada en la
Biblioteca Nacional de París permitieron que se fueran «dos o tres magistrados
y algunos monjes, entre ellos dos benedictinos, uno de Saint Denis, otro de
Saint Martin, salvándose algunos otros» (561). De todas formas fueron llevados
a presencia de Marville diez o doce que no pudieron escaparse.
Al día siguiente, el autor de la misma noticia la amplió indicando que el
número de masones asistentes fue de 30 a 35 (562), y dando toda una serie
de detalles sobre los objetos encontrados, en especial el ceremonial de la re­
cepción en el que se citaba el comienzo del Evangelio de San Tuan, y un pasaje
del Eclesiástico (563).
Es curioso destacar el despliegue policial y de información que con este
motivo se hizo. Por una parte un tal Poussot refrendado por Dadvenel informa
el 14 de junio de 1745 que «a pesar de las investigaciones hechas para descu­
brir la residencia de los tres benedictinos que se encontraban en la asamblea
de los Frey-Magons del Hótel de Soissons [del 8 de junio de 1745], solamente
había podido descubrir que dos eran de la abadía de Saint Martin* (564).
Unos días después, el 17 de junio, en un nuevo informe, reconoce Poussot
que todavía no había podido saber los nombres de los tres religiosos que esta­
ban en la logia del hótel Soissons, si bien era cierto que eran de la abadía de
Saint Martin des Champs, aunque no sujetos al superior, sino directamente
ligados con el abad» (565). De hecho, según consta en la lista conservada en
Ja Bibliotkéque de 1‘Arsenal, los tres benedictinos en cuestión eran los Reve­
rendos Padres Guerin, de la abadía de Saint Germain-des-Fossés; Fromentin,
de la de Saint Denis en France; y Grimont, de la de Longpont (566).
Todavía hay dos nuevas referencias a estos hechos. Una de ellas se encuentra
en unas «Noticias que se difunden en París en los paseos públicos y en los

(559) Este Vierrey, oficial encargado de hacer arrestos había participado igualmente:
en la operación de policía en el establecimiento de Chapelot, el 10 de septiembre de 1737.
Cfr. su nombre, esta vez escrito bajo la forma de Vicret. en la sentencia de policía del
14 de septiembre dc 1737 (Apéndice 15 del primer volumen).
(560) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 314 (7 juin 1745). Apéndi­
ce 59 B.
(561) B.N.P., Mss. Fr. 13701. fol. 128 (8 juin 1745). Apéndice 59C.
(562) De hecho, según la lista conservada, son 36 los nombres que figuran. Cfr. B-A.P.,
Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fols. 316 317.
(563) B.N.P., Mss. Fr. 13701, fol. 127 (9 juin 1745). Apéndice 59 D.
(564) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 3)0 (14 juin 1745). Apéndi­
ce 59 E.
(565) B.A.P., Fonds Bastille. Mss. (cartón) 11556. fol. 331 (17 juin 1745). Apéndi­
ce 59 F.
(566) Cfr. nota 562.

217
cafés», y que «cog e Boislisle en su correspondencia de Marville con Matm-
pas (567) En esta ocasión se indica ya que el dueño del hotel que debí,
suministrar la comida había sido condenado a 3.000 libras de multa. La otra
es una nota, sin fecha n¡ firma, también recogida por Boislisle, y que índica
escuetamente la reunión de cuarenta masones en el Hotel de Sotssons, la pre­
sencia de la policía, y la multa impuesta a Le Roy (568).
En efecto, el 18 de junio de 1745, el jefe de Policía, Marville, condenó a
Le r o v __como Hérault había condenado a Chapelot— , a la fuerte multa arriba
indicada; v el Tribunal ¿e Policía de Chátelet dio una Sentencia prohibiendo a
todas las personas, de cualquier calidad que fuesen, reunirse, o formar cualquier
asociación, bajo el pretexto que fuese; y a todos los figoneros, fondistas y
mesoneros, el recibirles en sus casas, o suministrarles comidas, incluso en otras
casas.
Sin embargo — se lee en la misma sentencia— , y a pesar de estas prohibi­
ciones. el Comisario «había encontrado el martes, 8 del presente mes, entre
las 11 y el mediodía, una Asamblea de cuarenta personas de diferentes estados
en su apartamento del Hótel de Soissons, rué des Deux Ecus» (569).
Según describe el propio Marville «la mayor parte de las personas que
componían esta Asamblea estaban encerradas en una gran habitación obscura,
para la recepción de tres o cuatro Frey-Mafons». También se encontaron en
dicha habitación diversos objetos que se utilizaban durante la recepción que
había detallado el Comisario en su proceso verbal. Por otra parte, el Comisario
supo que el señor Denis Le Roy, dueño de una Fonda «debía servir la comida
ese día en el mismo Hótel a razón de cuatro francos por cubierto, sin vino, y
para lo cual, dicho Le Roy había ya enviado la mantelería, parte de la plata, y
25 candelabros de cobre» (570).
Igualmente dijo el Comisario que «desde hacía seis meses había suminis­
trado a la misma Compañía de la que él era Hermano sirviente, y en el nysmn
lugar, ocho comidas». Por esta razón y «en virtud de los Decretos y Regla­
mentos del Parlamento, de las Sentencias y Ordenanzas de la Policía concer­
nientes a !as Asambleas no autorizadas, y en especial de las Sentencias del 14
de septiemor-v y del 5 dc ¡unió de 1744, el señor Le Roy que las había contra­
venido fue condenado a 3.000 íibras de multa, siendo amenazado, caso de rein­
cidir, con «el cierre de su establecimiento, privación de su estado y un castigo
ejemplar» (571).
1 ^1 21 de junio, el ministro Maurepas, al dar cuenta de este asunto al Rey,
je escribió manifestándole que, como podía ver, no se habían tenido contem­
placiones con los fanesmasones, habiéndoseles requisado diversos instrumentos,
objetos y otras cosas utilizadas para la recepción, pero no así los reglamen­
tos» (572). De todas maneras hubiera sido más exacto reconocer que de hecho
sanciones contra ellos se habían limitado a una reprimenda del jefe de

ca fi^ n <^ ' tenf dans Paris aux promenade* publique* et dan* le»
(568) B A P F Af í tCC, P G '’ Bwsusuí, op. c it , t. II, pg,. 91-92
op. át.,x. II rig 106 ícartón) 115V, fol. 318. Apéndice 59 H; BoislislE,

la ^ V U u‘ n 174,1 Ap&uiice 60. R ebold , Histolre Générdt de


’ 6,; A ’ '• <*• ' « " O * . <*■ A * '» •
(571) ibidem.
Í572) B o isu sle . nn. cit., i. JJ, PMS. 94 .95 . Apéndice 591.

218
Policía, siendo el posadero el único condenado a una fuerte multa, al ig^al
que en el caso de Chapelot.
A pesar del ruido ocasionado con este episodio, y no obstante la severa
sentencia de la policía, las asambleas continuaron cotí normalidad. Por otra
parte las actividdaes masónicas de sus miembros eran conocidas, como ocurrió
con el Padre Bourdaneuve, de los Grands Agusíins, quien a raíz de su predica'
ción del 17 de junio en su Iglesia, se dijo en el gazelin de la Bastilla lo siguien­
te: «Este religioso, que es francmasón predica bastante bien, y entre el nú­
mero de sus oyentes que era muy grande había una treintena de sus hermanos
francmasones» (573).
El 17 de junio — según el informe de Poussot — debía tenerse una logia
en las afueras de París [en Livry] (574). El 29 de junio, nueva asamblea de
Freys-Mafons para recibir a un negociante de Péronne «que debía partir al
día siguiente, y que solamente se hacía Frey-Mafon por curiosidad» (575). En
esta ocasión, se decía, que el vicario de Saint-Paul iba a asistir a la logia. A
pesar de las órdenes dadas a Poussot para que siguiera adelante en sus pesqui­
sas, a fin de enterarse del lugar donde debía tenerse la asamblea y de la cbse
de personas que debían componerla, el 28 de junio, todavía no le había sido
posible localizar ninguna de las dos cosas, ya que los Freys-Mafons eran tan
reservados a este respecto que ni siquiera el propio neófito sabía dónde iba
a ser recibido (576).
Finalmente, hasta el 15 de julio de 1745 no logró la policía informarse
de la fecha y lugar de dicha recepción que para evitar complicaciones con d
orden público se decidió, finalmente, tuviera lugar en la misma casa del can­
didato (577). No obstante, para esas fechas, y aprovechando la ausencia de
Poussot (578) se había celebrado ya una asamblea de dentó cincuenta Freys-
Maqons en Saint-Cloud, en el mismo castillo. Y no tardaría mucho tiempo en
tener lugar otra de 250 en el Grand Cornmun de Versailles (579).
La logia que debía celebrarse en el castillo de Livry, y que había denun­
ciado Poussot (580) ya el 17 de junio, no se celebró hasta d 29 d d mismo mes,
como informa esta vez con todo detalle Dadvenel, otro miembro de la policía
encargado de vigilar las actividades masónicas de París.
La Asamblea de Freys Mafons — escribe Dadvenel— «que debía tenerse en
el castillo de Livry, tuvo lugar, pero no se hizo en dicho castillo», sino a
cierta distancia de Livry, en medio del bosque, en una abadía que dicen per­
tenece a los religiosos de Sainte-Geneviéve» (581).

(573) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, W. 333 (20 juin 1745). Apéndi­
ce 61 A.
(574) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 331. Informe de Poussot. 17
junio 1745. Apéndice 61 B.
(575) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 335. Informe de Fouss*t, 27
junio 1745. Apéndice 61C. _
(576) B.A.P., Fonds Bastille. Mss (cartón) 11556. fol. 336. Informe de Poussot, 28
jumo 1745. Apéndice 61 D. , „
(577) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556. fol, 340. Informe de Poussot, 15
julio 1745. Apéndice 61E. , . . , 1C ,
(578) Aquí debe referirse al período comprendido entre el 28 de jumo y el 15 de
julio de 1745, período tn el que no existe ninjtun informe de Poussot en el legajo.
(579) Apéndice 61E.
(580) Cfr. nota 574. T* j ^ ^
(581) B.A.P., Fonds Bastille. Mss. (cartón) 11556, fol. 33/. Informe de Dadvenel. 30
junio 1745. Apéndice 62 A.

219
En esta abacia se reunieron los Freys-Mafons el 29 de junio, a las siete y
media de la mañana. Acudieron unos cuarenta; dieciséis en una gran carretela;
otros dieciséis en cuatro carrozas de alquiler; y siete u ocho a caballo. Estos
últimos formaban una especie de escolta, y examinaban mucho a los que en­
contraban por el camino. Tan pronto llegaron a dicha abadía, se les abrió las
puertas del patio donde se introdujeron todos, Freys-Macons, cocheros y caba­
llos. Las carrozas quedaron abandonadas en el bosque. A las ocho de la tarde
se retiró el inspector de policía, quien no volvió a ver a nadie, si bien antes
de marcharse se aseguró del lugar de la reunión que tenía lugar en un edificio
del patio, rodeado de jardines, y en comunicación directa con el interior de la
abadía (582).
Este informe tiene añadida una nota del propio jefe de policía, Marville,
en la que se indica que había que hablar con el Marqués de Livry, citándole
para el 3 o el 6 de julio. En esta entrevista, que finalmente tuvo lugar el 18
de julio, el Marqués de Livry se justificó ante Marville declarando que la
reunión se había hecho sin su consentimiento, y que ya había prohibido a su
intendente, responsable de la misma, que se volviera a repetir (583).
Dadvenel, en un nuevo informe, fechado el 12 de julio de 1745, comunica
una serie de noticias relacionadas con la abadía de Livry, noticias que, a su
vez, las había obtenido por uno de los dos cocineros que habían hecho la comida
de los Francmasones. Según él ya se habían celebrado tres asambleas, y la
semana próxima debía tener lugar una más en la que sería iniciado el prior
de la abadía. Dado que costaba siete luises por persona, y que los gastos eran
muy grandes, solamente había asambleas cuando existían al menos tres o cuatro
candidatos, si bien la última vez fueron siete los iniciados (584). Por medio del
mismo confidente llegó a oídos de la policía que en breve iba a tener lugar en
ei faubourg Saint-Germain otra asamblea masónica.
A partir de enero de 1746 las noticias de nuevas asambleas de francmaso­
nes, v recepciones de candidatos se repiten con cierta frecuencia. Así el 23 de
enero tuvo lugar una en la taberna Aux deux boules, habiendo asistido unas
dieciséis personas. Fn esta ocasión Dadvenel se hizo con lo que él llamó «el
origen de los francmasones, lo que ocurre en sus recepciones, el secreto del
aprendiz, del compañero y del maestro, si es cierto que el tal secreto exis­
ta - í 585).
Unos días después, el 30 de enero de 1746, domingo, hubo otra asamblea
muy numerosa en el faubourg Saint-Marceau (586). El miércoles, 2 de febrero,
fiesta de la Candelaria, se volvieron a reunir veintinueve francmasones, entre
los que había un sargento del Regimiento del Rey. En esta ocasión, una vez
terminada la comida, y hechos todos los brindis, un particular bebió «a la
salud de los perros que les habían protegido de la policía», por lo que fue

^582) Ibidem.
13/ ( 1 9 1 3 ^ ^ escentes de pólice dans la loges parisiennes (17)7-1747), Etude*

12S i ! i 7 « : a p « & ' ’ M“ ' c” ,0" , w M c m t d' D*dv' n' 1


M“ (c"'',n) ,l” 6’ ,o1' ’4’- dl d**1™”*1- 30
1¡SU ?746PA|*3fce « V*' M"' ,,m- W- **• ,n,orme *
220
acusado ante el venerable, y condenado a beber agua, y pagar cinco sueldos
a los pobres (587).
Tienen lugar nuevas logias, el 3 y el 10 de febrero (588), y el 20 de mano,
en la que se reunieron hasta cuarenta personas, comprendidos doce candida*
tos (589); y el 21 de marzo, en que fue recibido francmasón el P. Poget, Mathu-
rin.. La recepción se hizo en casa de su hermano, también francmasón, estando
presentes durante la ceremonia solamente seis miembros, si bien luego, a la
cena, que hicieron sin ningún protocolo para que resultara más secreta, asis­
tieron hasta treinta y cinco personas (590).
El ultimo informe de Dadvenel, fechado el 30 de septiembre de 1746 se
refiere a la logia de la Felicité, que se reunía todos los domingos y días de fiesta
en casa de la señora Gombotte, rué Poissonniére, siendo «el íefe de esta logia»
un tal señor Thomas, que vivía en esa misma casa (591).
La actitud de la policía ante estas reuniones que habían severamente
prohibidas, da la impresión de un control que, en la mayor parte de los casos,
no iba más lejos, existiendo de hecho una distensión por parte de la policía,
que las consideraba inútiles o inofensivas, y que la propia autoridad, aun per­
sistiendo en su prohibición en realidad las toleraba. Así no es extraño que
ante la celebración de tantas asambleas o logias no se tomara ninguna m^írU
a pesar de las amenazas existentes en la última Sentencia de Pc&cía, dd 18
de junio de 1745 (592).

M andamiento del O b isp o de M arsella


Q uejas del O b isp o de L imoges
[1748]

Más severas fueron las actitudes de los Obispos de Marsella y Limoges.


Del primero de ellos, se conserva un documento, fechado el 3 de febrero de
1748, y que está, más o menos en la misma línea dd que ya vimos escribió
el 14 de enero de 1742 (593). En este caso, seis años después d Obispo de
Marsella se creyó en la necesidad de oponerse a los progresos de la Francmaso­
nería, a pesar de la Advertencia que en aquella ocasión había dado. Así con­
fiesa en este nuevo documento que veía «aumentar con estrañeza d número de
Francs-Maijons en la ciudad de Marsella», donde numerosas personas se hacían
recibir en las logias «sin asustarse dd espantoso juramento que era preciso
pronunciar para ser admitidos en esa ilícita y escandalosa sociedad; juramento
— añade el Obispo— cuyos términos deberían hacer temblar a cualquiera, por
poco religioso que sea; juramento que con una horrible profanación era preciso

(587) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 547. Infame de Dadvenri.
5 febrero 1746. Apéndice 62 E.
(588) Ibidem.
(589) B.A.P., Fonds. Bastille, Mss. (cartón) 11556. fol. 349. Informe de Dadvenel,
18 marzo 1746. Apéndice 62 F.
(590) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556. fol. 548. Informe de Dadvenel.
6 abril 1746. Apéndice 62 G. . , . rwtw wl Vi
(591) B.A.P., Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 351. Informe de DadwñeTÍO
septiembre 1746. Apéndice 62 H. Sobre este tema cfr. Du&on, op ctt., pi».
VALUE*, op. cit., p¿*. 125 127; Luquet. La F.M. et l'Etat..., op. ctt., p«s. 246-252.
(592) Apéndice 60.
(593) Apéndice 37 A.
221
prestar sobre la Santa Biblia; juramento en hn, que no era postble pronunciar
sin hacerse culpable de un enorme pecado mortal» (594)
Este curioso documento donde tanta importancia se da al juramento masó­
nico, concluve de la siguiente manera: «Como algunos de los jefes de estas
logias, para engañar y para atraer a los simples, tienen la insigne mala fe de
decirles que Nos va no desaprobamos esta Asociación, y que por Orden de la
Corte habíamos revocado nuestra Advertencia del 14 de enero de 1742, nos
hemos visto obligados, para descargo de nuestra conciencia, a ordenar, como
lo ordenamos, en efecto, que esa misma Advertencia sea de nuevo publicada
mañana en los pulpitos de las Parroquias de esta ciudad, y en los sermones
de las Iglesias en los que hayan de tener lugar» (595).
Un par de años después, el Obispo de Marsella volvía a la carga, informan­
do al Rey que «los Frimaqons se reunían públicamente en Marsella, y que
habían comprado una casa donde se proponían tener su logia» (596). Ante esta
actitud el Conde de Saint-Florentin escribió al intendente de la Provenza, Mr.
Glené, para «que empleara su autoridad a fin de hacer cesar esas asambleas,
y para que quitara a los que las tenían los medios de continuarlas» (597).
Por su parte, el 2 de septiembre de 1748, el conde de Saint-Florentin escri­
bió al Obispo de Limoges para acusarle recibo de la carta «que se había tomado
la molestia de escribirle a propósito de las asambleas de Francs-Magons que se
tenían en Brive» (598). A este respecto había ordenado al señor Intendente
tomara, sin llamar la atención, las medidas necesarias para que cesaran.
En la misma fecha escribió Saint-Florentin al Intendente de Limoges, M.
de la Chátaigneraie, transmitiéndole las quejas recibidas sobre las asambleas de
Francmasones que se tenían en Brive. Y a continuación tiene una frase que
es clave para conocer no sólo el pensamiento respecto a la masonería, del minis­
tro encargado de los asuntos religiosos, sino su delicada actuación frente a esa
organización de la que, como vimos, era miembro.
Saint-Florentin escribió al Intendente de Limoges que «aunque esta clase
de sociedades [la de los Francmasones] no tenían ningún objeto contrario al
orden público, no obstante, como era irregular el que se tuvieran asambleas
de cualquier clase que fueran», debería advertir sin ostentación, a las personas
que teníar 'as logias, que se abstuvieran de ellas (599).
Esta actuad de enfrentamiento hacia la Masonería, sobre todo por parte
eclesiástica, dio lugar — al igual que ocurrió en Berna con motivo de la prohi­
bición de aquel Cantón— a una serie de publicaciones de carácter más o menos
polémico, donde las defensas y acusaciones se suceden sin interrupción. Así
caben citarse la Carta de! abate Frérott a Madame de *** en la que se invita
a diversos autores célebres a entrar en la orden de los Francmasones (600), y

^u,,3 ffvr*er 1748 de Henri-Francoís-Xavier de Belzunce de Castel-


™ MatieiUe- AP«ndice 63 A; Delassus, op. cit., t. III, pág. 996; Luquet,
(595) Ibidem.
París,^23 ju i ^ n jo ^ A ^ ’dice 63 B. SaintFlorentin a Mr GIené- Intendant de Provence.
(597) Ibidem.
2 sept^l7^^í^>énd¡c^63^ ^ ^°®te Saint-Florentin á l’Evéque de Limoges. París,

Intendant •ÍOo ^omte c'e Saint-Florentin á Mr. de la Chátaigneraie,


lntendam de Limoges. París 2 sept. 1748. Apéndice 63 D.
eva ler fFréron], Lettre á Madame *** ou Von invite plusieurs auteurs

222
en la que se recoge el discurso que le hizo al autor el venerable de la logia
[Procope] el día de su recepción.
Allí se puede leer entre otras cosas lo siguiente: «Las órdenes religiosas
han sido fundadas para hacer santos, y en principio lo han conseguido; las
órdenes militares para hacer héroes, y los han hecho; la orden de los Franc­
masones para hacer hombres felices, y nosotros lo somos» (601).
De esta misma época es la Carta del Abate Desfontaine a Mtne. la Marquesa,
de ■'■** conteniendo el verdadero secreto de los Francs-Mafons (602), y El Se­
creto de los Francs-Magons del abate Perau (603), al que se refirió un gazetin
de la policía del 10 de febrero de 1744 (604) recogiendo la opinión de lo»
celosos de la orden que decían que todo lo que en él se contenía era falso, y
«que había sido compuesto por orden del Gobierno para desacreditarlos y des­
truirlos».
Al año siguiente es Léonard Gabanon, pseudónimo de Louis Travenol, quien
publica su Catecismo de los Francmasones (605). Otro abate, Larudan, es el
autor del libro La Orden de los Franc-Masones traicionada y el secreto de los
Mopses revelado, publicado por vez primera en 1745 (606). De hedió se trata
de un libro anónimo que en los catálogos de la Biblioteca Apostólica Vaticana,
y de la Biblioteca de Etudes [París], se atribuye al abate Perau. En otras bi­
bliotecas, como en la Central de Barcelona, figura como anónimo. Sin embargo,
es el propio abate Larudan en su libro Les francs-magcms ecrasés (607) quien
en el prefacio se atribuye la paternidad del libro anterior, del que dice «Tistfan
ya siete ediciones, y cuatro traducciones diferentes, todas ellas hechas en menos
de cuatro meses (608), lo que le animó a continuar con el nuevo libro. No
obstante, dado el carácter negativo de las obras de Larudan, la primen de
ellas fue también objeto de una Carta crítica, publicada por un masón anónimo
en La Haya, el año 1745 (609).
Existen igualmente de esta misma época, canciones y poesías dedicadas a
la Venerable Cofradía de los Francs-Ma^ons (610); exámenes de la sociedad de

célébres d’entrer datts l’ordre des Francs-Ma$ons, par un nouveau Franc-Magons, sJ., n.d.,
1744.
(601) Ibidem, pág. 3.
(602) D esfontaine, Abbé [Pierre-Francois G uyot], Lettre de M. l'abbé*** a time,
la Marquise de *** contenant le véritablc sécret des Francs-Mafons, Anvers, 1744.
(603) P erau , Abbé, Le Sécret des FrancsMafons (nouvelk édition revue, oorrigée et
augmentée), 1744. La primera edición fue impresa en Genéve en 1742. Después tuvo, al
menos, una nueva edición: Le secret des Francs-Mafons, avec un recueü de lettrs cbansons,
précédé de quelques piéces de poésies. si., 1749.
(604) Apéndice 49 C.
(605) G abanon, Léonard [Louis T ravenol], Catécbisme des Francs-Mafons, 1745.
Unos años después publicó su Nouveau catécbisme des Francs-Mafons, 1749.
(606) L arudan, L’Ordre des FrancsiMafons trahi et le sécret des Mopses révéli.
A l’Orient chez G. de PEtoile, entre l’Equerre et le Compás vis-l-vis du soleil couchpnt.
Amsterdam, 1745. , , ,, ,
(607) L arudan, Abbé, Les Francs-Mafons ecrasés, suite du Uvre tnMulé: LOrdrt Oes
Francs-Mafons trabi, Amsterdam, 1746. Existen nuevas ediciones los años 1766 y 1778.
Este libro es también atribuido, en el catílogo de la Biblioteca Apostólica Vaticana, al
abate Perau. , »••*»»• *
(608) Algunas de estas ediciones fueron hechas en Strasboutg, Letpng, Berlín, Ams-
terdam y Copenhague. „
(609) A nónimo, Lettre critique d'un Frére mafon sur un Uvre nouveUement paru soms
le titre de VOrdre des Francs-Mafons trabi, etc. La Haye, 1745. „ ___ ,
(610) A nónimo, Cbansons de la Trés-VenerMe confrérte des prMdtes
de quelques piéces de poésie. Amsterdam, 1745. Anexo a la obra citada de Lakuoan, LOrdrt

223
los Francmasones, en los que se hace v e r su oposición a las máximas del cris-
nanismo (611); hisiorias y estatutos (612); apologías de la orden (613); y
nuevos catecismos (614).
Además de estas obras existe otra, también anónima, que lleva por título
Defensa apologética de los Francs-Ma^ons contra los cinco discursos de los RR.
PP... Misioneros en..., publicada en francés en Francfort sur le Meyn el año
1747 (615). y en la que entre otras cosas se lee que uno de los primeros esta­
tutos de la asociación prohibía «en las logias todo lo que se relacionara con
la Religión, lo cual era evidente, tanto por relación a ella, como por amor a la
tranquilidad. Pues pertenecía a la Iglesia y a las asambleas de sus doctores el
tratar de estas materias. A los masones les correspondía el permanecer ligados
a su Religión, ya que aunque no la predicaban en la logia, fuera de ella inten­
taban observarla (616).
Acerca de las relaciones entre católicos y protestantes, es interesante recoger
lo que ya en 1747 escribió el autor de esta Defensa apologética. Dice así:
«Sería, sin duda, un crimen atentatorio a la Religión, exigir de un candi­
dato protestante, que permaneciera fiel a la religión que él profesa, puesto que,
según nosotros, no es la buena; pero no se pone ningún obstáculo a su con­
versión, y nada le impide hacerse instruir, fuera de la logia, por los mismos
hermanos. En el acto de recibirle no se le exige ninguna profesión de fe, con
tal que tenga costumbres y virtudes sociales, ya que esto es la único que se
le pide» (617).
Más adelante tratando del mismo tema, añade: «Sabemos que la religión
católica prohíbe toda comunicación con los que están separados de su comu­
nión; y se hizo valer esta prohibición contra nosotros. Pero sabemos también,
hasta dónde se extiende, y cuál es su espíritu. Pues esta prohibición solamente
tiene lugar para las cosas que se refieren a la Religión; es in sacris donde no
debemos tener relación con los que están en el error. Los oficios protestantes,
por ejemplo, están prohibidos a los católicos, pero no les está prohibido, por
ningún canon, el vivir o habitar con los que van a ellos» (618).
Y todavía añade: «Nuestras logias no son ni iglesias, ni templos; son
lugares de reunión, donde se intenta atraer a los corazones rectos y virtuosos,
a hombres dulces y humanos, hombres con talento, amadores de las artes y las
ciencias: en fin, son lugares en los que se trabaja por practicar todas las vir­
tudes civiles respecto a los principios de la sociedad y de la humanidad» (619).

des FranctMafons traht. Cfr. igualmente C o '.'r e t d e V i l l e n e u v e , M., L’Ecole des Francs-
Macons avec un recuetl de poésies mafonnes, Jerusalem, 1748.
.611) A n ó n im o , Examen de la Société des Francs-Maqons ou l’on fait voir son opposi-
ticn aux Máximes du Christianisme, s i, 1746.
Festetik* ^ tsto*Te et $tatuts de la Société des Francs-Maqons, Londres, Isaac

(613) Mr. N... Apalogie pour l’Ordre des Francs-Magons avec des chansons compo-
SeeSiÁ aLt Amel ka'«, La Haye, 1742. Existe una nueva edición en La Haye, 1745.
íais! *R/ VEN0L’ rk: Nouveau catécbisme des Francs-Maqons, 3 ed., Jérusalem, 1748.
nn pp „ NIM0' béfense apologétique des FrancsMaqons, contre les cinq Discours des
~ ~ m l uo™ F r a n c f o r t sur Meyn, Rudolf Fincher, 1747. Un ejemplar de esta
(616) Mdem ’Jág1> “ d* h B N P ’ M,S J° ly de pleury> voL 184‘
>617) Ibidem, pág. 20.
(618) Ibidem, pgs. 21-22.
(619) Ibidem. pág. 23.

224
|2j§ ||p O U S voyons avec étonnement le nombre
9K 5 k? des Francs - Ma<;ons augmenter dans cette
Villc. Quatre Loges y íont deja placees
.en diflferens quartiers; plufieurs períbnnes s’y fonc
recevoir, íáns etre éfrayées par l’épouvantable íer-
ment qu il faut prononcer pour etre admis dans
cette illicice & ícandaleufe Societé; ferment cependant
dont les termes devroient faire frémir quiconque a
tant íoit peu de religión íérment que, par une
horrible profanation , on fait prétcr fur la Sainte
Bible; ferment entín que Ton ne peut faire , íáns
le rendre coupable dún enorme peché mortel.
M a is, comme quelques uns des Chefs dc ces Loges,
pour trompcr & pour attirer les limpies, ont l'iníigne
mauvaiíé foi de leur dire que nous ne déíaprouvons
plus cette Aílbciation, & que par ordrede la Cour
nous avons revoqué notre Avertíflement du quatorze
Janvier 17 4 2 . Nous íbmmes obligé , pour la dé-
charge de notre conícience , d’ordonner , comme
nous ordonnons en eflfet ,que ce méme Avertiflemenc
íoit de nouveau publié demain aux Prones des Pa-
roifl’cs de cette V ille, & aux Sermons dans les Egliíés
ou i) doit y en avoir. Donné á Marfeille dans notre
Palais Epiicopal, le 3. Février 1748-
* H E N R Y Évéque de Marfeille.
7V M t »fe¡gncnr . CoWDOCNtAW. PicíK Stcrtt.
.'•*/ * - i .. ^

• /.'>//< '//<) ,/í / ohispo t/i' Mitf'Vi'Hil ¿ r1 ■í>


T H fí
Pocket C
A N D

H I S T O Y
K R E E -M A S O N S^
C O N T A I H I N C T H fi t*
Origine, l'i ogrcfi., and prefent Sute :
A N

A- B S T ,J l A C T
Ü \
M 1111r 1. v,% Cu» CuSTOM»,
C II a k i> r:s {) K 1 j L A TiuNfc,

Inftru<ftion a9 o f t^ jH ^ th rtn :

c o X ,

D r. at i on s ;
A N
A P O L O G y,
OcctfioncJ by their P e r s E C ü t io n in thcjCfeatoi
•f Bemcj and in the P o p e ’s Dominion* ;
And * fehA N u m b e i of S O N O S u>¿ odbft
P a i l t i c u l a r j , for tbe U i * 9f the S O C I E T V .
Pír bonam famam et itifanúan.

LONDON:
Printcd for J S c o t t , ti the Slath^Svan, Íf> D f f l t u e , n « r
V/tft Smtífirld'y acd Sold by R . B a i d w I attfec Befe ia
í*Ur~N*ft*r-R<?w% M .D C C .L 1V*
Con relación al «Juramento execrable» en el que el Obispo de Marsella
basaba su denuncia y advertencia, comenta lo siguiente el autor de esta Defensa
Apologética: «La Iglesia, los Soberanos o los que tienen una autoridad deri­
vada de ellos, son los únicos que pueden exigir y recibir juramentos legítimos.
He aquí un principio general que reconocemos, pero que no es aplicable a
esta tesis general; no tiene nada de común, ni de contradictorio con nuestros
compromisos. Un razonamiento bien simple lo probará estableciendo al mismo
tiempo la legitimidad de las promesas que hacemos en la logia. Las leyes de
la Sociedad, y las de la amistad dan derechos respectivos a los que éstos lazos
unen, o a los que quieren formarlos, asegurándose ios unos a los otros por
palabras que no se pueden falsear sin oprobio, y por obligaciones que compro­
meten tanto en el fuero interno, como en el externo, y que no la&fíman las
que Dios y el Príncipe tienen derecho a exigir. Una vez pue&to este principio
natural e incontestable, basta, pues, haber probado que los Francs-Masones
no ofenden ni a Dios, ni al Soberano, para admitir la legitimidad de sus pro­
mesas, y convenir que no pueden quebrantarlas sin deshonrar, ni herir todas
las reglas de la moral menos austera, sin violar incluso el Derecho de Gentes,
puesto que no consiste en otra cosa que en el consentimiento universal de
todos los pueblos sobre cualquier Cosa que sea, ya que las leyes de la sociedad
les interesa a todos. No es preciso tener el tacto muy delicado para sentir esta
distinción; y no es falta nuestra, si a pesar de su simplicidad, no ha sido te­
nida en cuenta en las reflexiones de los que nos condenan sin conocernos, qui­
zás por efecto de la prevención siempre ciega y precipitada en sus decisio­
nes» (620).
Todavía hay una ulterior reflexión respecto al juramento. Basta ser cris­
tiano — dice el autor— «para no ignorar que un juramento que compromete
al mal, aunque hubiera sido prestado voluntariamente, y sin violencia, es ab­
solutamente nulo, y habría más crimen todavía observándolo que pronuncián­
dolo. Con mucha mayor razón se sentiría la indispensable necesidad de revo­
car un juramento de esta naturaleza, que si hubiera sido arrancado por fraude
o violencia» (621).
Finalmente en este escrito se encuentran unas Observaciones sobre la Re­
ligión y la Moral, en las que se hace una especie de Declaración de Fe. Reco­
nocemos — dice— y aceptamos con todo nuestro corazón esta proposición:
«Que la Religión es la más antigua, la más necesaria, y la más sagrada de to­
das las instituciones, y que solamente a ella debemos dar el primer puesto,
ya que ella tiene su origen en Aquel que ha hecho todo» (622).
Respecto a las leyes fundamentales de la Orden, resumidas en cuatro apar­
tados, cabe destacarse la alusión hecha, no sólo al ateísmo, sino incluso al
Deísmo, del que con no poca frecuencia se suele tachar a la Masonería. La pri­
mera de estas leyes es «la práctica de los Deberes para con Dios, cada uno
según el que le prescribe la religión que profesa; pues se evita cuidadosamente
admitir en la Orden a Ateos ni Deístas, en cuanto se puede reconocer en un
aspirante cualquier opinión que lleve al Deísmo o al Ateísmo, por más estima­
do que sea en la sociedad civil, y a pesar de sus cualidades brillantes y extra­
ordinarias».

(620) Ibidem. pgs. 36-37.


(621) Ibidem. pág. 40.
(622) Ibidem. p.<g. 51.

15
Las otras tres normas son: La segunda, « n a inviolable fidelidad hacia
el Soberano, bien sea como su súbdito nato, como su subdito adquirido, sea
en fin como residente en sus Estados, y que goza de la seguridad publica, .
la sombra de su protección». La tercera es « 1 amor y el cuidaoo de su propia
familia» Y la cuarta, «la caridad siempre llevada a desplegarse en favor del
prójimo bajo cuyo nombre están comprendidos, según los principios de la
ley cristiana, todos los hombres, sin exceptuar siquiera a los enemigos» (623).
A la vista de estas ideas no llama la atención el Testamento escrito por
Lord Derwentwater, primer Gran Maestre de la Masonería en Francia (624),
y fiel partidario de los Estuardos, escrito el 8 de diciembre de 1746, poco
antes de morir ajusticiado en la Torre de Londres, por defender precisamente
la causa estuardista. Dice asi:
«Muero como hijo humilde y obediente de la Santa Iglesia Apostólica y
Católica, en perfecta caridad con todos los hombres, y formulando los más
sinceros deseos para mi querido país, que no será jamás feliz, si no rinde jus­
ticia al mejor y más injuriado de los reyes. Muero con todos los sentimientos
de reconocimiento, de respeto y de amor hacia el rey de Francia, Luis el Bien
Amado (de gloriosa memoria). Recomiendo mi querida familia a Su Majestad.
Me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados, y tengo la firme con­
fianza de obtener misericordia de Dios Todopoderoso por los méritos de su
Hijo bendito Jesucristo Nuestro Señor, al cual recomiendo mi alma» (625).

C o n su lta d e la Sorbona
[1748]

Todavía existe de esta misma época otro escrito que suele ser bastante ci­
tado. Me refiero a una Consulta de la Sorbona hecha pública, según la cual no
era lícito afiliarse, ni permanecer en la sociedad de los FrancS-Magons..
Aun cuando la edición original de esta Consulta es del año 1748, la mayor
parte de los que la citan la sitúan en 1754, fecha de su reproducción a raíz del
«Suplemento a los verdaderos juicios sobre la Sociedad de los Francmaso­
nes» (626), obra escrita en refutación del Secreto de los Francmasones. Por
otra parte — según indica Luquet — no es correcto atribuir esta Consulta a
la Sorbona, Facultad de Teología de la Universidad de París, ya que la Sor­
bona, en cuanto cuerpo, no daba Consultas, sino que decretaba sus decisio­
nes (627). De hecho no se ha encontrado en sus procesos verbales ninguna
deliberación referente a los Francmasones.
No obstante, en la edición original que es anónima, si bien se atribuye al
franciscano Padre Bonhomme, el texto de la Consulta va precedida, a modo

(623) Ibidem.pgs. 52-53.


(624) CharlesRaddyffe, Conde de Derwentwater, Par de Inglaterra, figura como
<jran Maestre dela Orden de los Francs-Ma^ons en el Reino de Francia, en numerosos
documentos. Vivió
en Francia de 1730 a 1735, y de 1737 a 1745. Cfr. sobre este tema: Bay-
,M - Reí uliire> París, Vitiano, 1965, pgs. 58-68; C hevallier,
\ Ár\T> ’ ,EN''1.H? FF' Internationales Freymaurer Lexikon, Wien, 1932, col. 1426.
,i 8 A Y; ' '’ ' / f ° l 488. Testament de Lord Derwentwater. In the Tower,
the 8 of Xbre. 1746. apéndice 64.
Sttpplémenl aux vrais jugemens sur la Société des Francs-Mafons.
S r i ^ V ^ r , y , 5ecret de* Francs-Maqons», s. 1., 1754.
o21 ) L u q c e t , La F.M. el lE%Iise... op. cit., pág. 59.

226 ~
de prefacio, por una «Carta de un eclesiástico de París a un párroco de la dió­
cesis de Langres» (628), en la cual declara expresamente que la Consulta es
obra de seis doctores de la Sorbona, que, sin embargo, permanecen en el ano­
nimato, pues la Consulta concluye con las palabras: «Deliberada en París por
los Doctores consultados», sin otra precisión. Lo cual hace suponer que aun
cuando esos doctores no fueran imaginarios, la Consulta solamente expresaría
su opinión personal, y no una decisión de la Sorbona.
Jarrhetti cuando la cita en su Orador Franc-mason (629) tampoco la atri­
buye a la Sorbona. Ni siquiera la refutación de la Consulta, impresa en La
Haya en 1749, hace referencia a la Sorbona, ya que se titula: Carta y Discurso
de un Masón libre, en respuesta a la carta y consulta anónimas sobre la Socie­
dad de los Franc-Masones (630). Tampoco en el catálogo de la Biblioteca Na­
cional de París se alude a la Sorbona, ya que simplemente indica Carta y con­
sulta sobre la sociedad de los Francmasones, París, 1748.
No obstante Wolfstieg en su Bibliografía masónica la atribuye a la Sorbo­
na (631). Parece ser que el primero en transformarla en una Decisión de la
Sorbona, fue el Obispo de Quimper, Monseñor de Saint-Luc, en una carta
del 8 de junio de 1776 a los Agentes Generales del Clero, a los que escribió
diciendo que los francmasones eran «una asociación reprobada por las leyes
del Reino, por las de la Iglesia, por la misma razón, y por una decisión de
la Sorbona» (632). De todas formas el hecho de que la Consulta en cuestión
esté avalada indirectamente por la policía y que los Doctores consultados no
se mencionen, puede dar al menos impresión de cierta anormalidad. Pues un
tal abate Lerouge escribió a propósito de ella: «He leído por orden del señor
lugarteniente general de Policía un escrito intitulado Carta y Consulta sobre
la sociedad de los Francs-Mafons. Este pequeño escrito me ha parecido sólido
y muy juicioso» (633).
Según la carta que precede a la Consulta, fechada en París el 3 de noviem­
bre de 1748, su autor se muestra muy edificado de la delicadeza de conciencia
del párroco a que va dirigida, a propósito de la opinión manifestada sobre la
sociedad de los masones. El mismo confiesa haber experimentado a menudo
el mismo pesar por esa asociación que «no dejaba de hacer progresos y exten­
derse en las provincias, y atraer a personas de toda dase, sacerdotes, e incluso
religiosos» (634).
Hablando del secreto escribe el eclesiástico de París que él «siempre había
pensado que lo misterioso de la Masonería no era otra cosa que un juego, ya

(628) Se conserva un ejemplar de esta Lettre d'un EcciéMastique de París i un Curé


du diocése de Langres, así como 1* Consultation sur la Société des Frey-Mafons, cotí un
total de 23 páginas en la B.N.P., Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fol. 87. Apéndice 65. CEr.
igualmente Hamer, D. / Clarke, I. R., An Anti-Masonic « Dtíiberatio** by six Doctxtrsfof
the Sorbonne in 1745, A.Q.C., 86'(1973 ) 29-34.
(629) J arrh etti , L’Orateur Franc-Ma^on, Berlín, s.d. [1766].
(630) A nónim o , Lettre et Discours d'un Ma$on libre [ FrancMaconJ.servant ¿e n -
ponse á la lettre et a la Consultation annymes sur la Société des Francs-Maftms. La Ha-
ye, 1749.
(631) W o lfs t ie g , A., Bibliographie der freimauresrischen Literat», Butu, B-M-> 1926,
n. 20.476: Lettre et Consultation de la Sorbonne, sur la Société des rrancs-Mafons,
si., 1748. ^ t r
(632) Procés Verbal de l’evéque de Quimper, du 12 juin 1776 en Daste, L., tP8™ '
dónimo de Barón, A .], Mane Antoinette et le complot mafonrnfue, Par», 1910, pgs. 23-30.
(.633) Apéndice 65, pág. 24.
(634) Apéndice 65, pág. 3.

227
ÜUe el secreto que allí se afectaba acerca Je las asambleas y las operaciones
de la compañía, no tenia ningún objeto, pues le.único que esos sefiores preten­
dían era divertirse a costa del público ¡emendóle en la inquietud «cerca de
lo que pasaba en sus logias». Pues si allí ocurriera algo de particular — pro­
sigue el eclesiástico— , vista la multitud de los que se han agregado a la so-
ciedad y el número de años que hace que subsiste, sena imposible que el se­
creto no se hubiera por fin divulgado. Ya que en primer lugar la indiscreción
y ligereza no habrían podido impedir que el secreto se descubriera a otros.
Por otra parte el escrúpulo de cualquier alma timorata iniciada en este pre­
tendido misterio, habría hecho alguna manifestación. Por esta razón concluye
el eclesiástico, «jamás podrán persuadirme que un secreto que está entre miles
de personas subsista mucho tiempo oculto» (635).
La Consulta hecha a los seis doctores de la Sorbona por el eclesiástico
parisino fue motivada por la duda de conciencia que tenía el párroco de Lan-
gres, sobre si podía acmitir a los sacramentos a un parroquiano, hombre ho­
nesto, por otra parte, a pesar de ser Franc-Ma^on, y asistir a las logias. Según
la susodicha Consulta, la Sociedad masónica era ilegítima por varias razones.
La primera de éstas es casi exclusivamente de carácter político: «Un súbdito
no puede, sin pecado, agregarse a una sociedad prohibida por el Príncipe. El
que resiste al poder, dice San Pablo, resiste al orden divino: Qui Potestati re-
sistit, Dei ordinationi resistit (636).
Después de aludir a las leyes del Estado que habían prohibido las asam­
bleas de los Francmasones, razona a favor de tal medida diciendo «que todas
las reuniones clandestinas y sin autoridad, sobre todo de personas que se li­
gan por juramentos, no deben ser toleradas, pues personas malintencionadas
podrían, bajo el nombre de Francmasones, tener conventículos sediciosos, y
tramar contra el Estado» (637). Además la autoridad eclesiástica había venido
en apoyo del Poder secular, ya que el Santo Padre había prohibido las asam­
bleas de los Francmasones bajo pena de excomunión.
No cabe duda que en un país donde no había sido recibida la bula de Cle­
mente XII, esta insinuación de la prohibición papal está hecha con tacto y
diplomacia, en cuanto que es considerada tan sólo como una confirmación
de la prohibición gubernamental.
Nuevamente se advierte la misma estratagema de mezclar lo político con
lo religioso al hablar del secreto. Los cristianos — se lee en la Consulta— «no
pueden comprometerse con juramento, como lo hacen los Francs-Ma^ons, a
mantener secreto lo que ocurre en sus asambleas, y a no descubrirlo a nadie,
ni siquiera a ios que están puestos por la administración de la policía en un
Estado». La razón de este aserto tampoco estriba en esta ocasión en motivos
religiosos o teológicos como podría caber de los supuestos autores de la Con­
sulta, sino también de móviles de orden jurídico político. El Príncipe y los
Magistrados tienen derecho a conocer todo lo que se hace en un Reino por
varias personas reunidas en cualquier lugar. Encargados de impedir todo mal
que pueda cometerse en la Sociedad civil, tienen derecho a interrogar a las
personas reunidas sobre lo que ellas hacen. «Rehusar responderles al ser pre­
guntados, es desobedecer al Poder. Es, pues, todavía un mayor mal compro-

(635) Ibidem, pág. 5.


(636) Ibidem, pág. 7.
(637 ¡ Ibidem, pág. 7.

228
meterse por juramento a esta desobediencia formal, que encierra un desprecio
a la autoridad establecida por Dios» (638).
Todavía se extiende bastante a propósito del juramento, que prácticamente
es el tema clave de la Consulta (639). También indica el hecho — por otra
parte falso— de que los francmasones al entrar en la Sociedad se comprome­
tían con juramento al secreto antes de saber de qué se trataba, ni cuáles eran
las prácticas de la Compañía, todo lo cual iba contra la prudencia cristiana,
pues ni siquiera una conciencia timorata se atrevería a ligarse con juramento
a una cosa que pudiera ser mala y criminal, como podía ser «guardar secreto
sobre objetos que fueran contra el bien de la Religión y del Estado» (640).
A continuación alude a las ceremonias de iniciación tomadas del libro in­
titulado El Secreto de los Francs-Magons, impreso en 1744, que considera
como «prácticas reprensibles, poco convenientes al respeto debido a las cosas
santas, supersticiosas, e incluso escandalosas por la mezcla de lo sagrado y lo
cómico» (641).
Tras esta referencia al ceremonial masónico vuelve a ocuparse del jura­
mento, para fijarse esta vez en la célebre fórmula final «que sólo oírla hace
temblar»: En caso de infracción permito que mi lengua sea arrancada, mi co­
razón desgarrado, mi cuerpo quemado y reducido a cenizas para ser arrojadas
al viento, a fin de que ya no se hable más de mí entre los hombres. Aquí — se
lee en la Consulta en cuestión— «la iniquidad no es equívoca, salta a la vista.
Pues ¿de quién ha recibido esta Sociedad el derecho de castigar con la muerte
a los infractores del secreto?, ¿de Dios? El no ha hablado a estos señores,
ni les ha dado una misión extraordinaria. ¿Del Príncipe? Bien lejos de auto­
rizarles esta exorbitante pretensión, ya que ha prohibido sus reuniones. ¿Será
que la ha recibido de un particular, y que al hacer el juramento comiente en
la pena de muerte, y da derecho por ello a la Orden a castigarlo con la muerte?
¿Pero quién no sabe que ningún particular tiene derecho sobre su propia vida,
ni para quitársela, ni para autorizar a nadie a que se la quite?» (642).
Después de decir que todo lo anterior bastaba para mostrar por cuantos
puntos «la Sociedad de los Francmasones era ilegítima y prohibida a todo buen
cristiano, la parte final de la Consulta está dedicada a desprestigiar la fina­
lidad de ayuda o beneficencia de la Orden (643) diciendo que por bueno que
sea el fin en sí mismo, no puede hacer buena una sociedad por otra parte vi-

(638) Ibidem, pág. 9.


(639) Entre otras cosas se plantea la siguiente disyuntiva: «Lo que hacen los
¡•rancs-Magons es inocente o es malo. Si hacen cosas malas, los Francs-Masones se con­
denan por sólo esto, y el juramento que hacen de no revelar nada de lo que pasa entre
ellos, es una profanación muy criminal del juramento que por su naturakaa es una
cosa santa, y un acto muy respetable de religión, y que en hipótesis es empleado para
encubrir crímenes. Si todo lo que se hace en las asambleas es inocente, ¿bajo qué pre­
texto se comprometen a no dar cuenta jamás dc ello, ni siquiera a los superiores? Pues
un juramento hecho sin ninguna necesidad, ni siquiera utilidad, es un pecado condenado
por el segundo mandamiento del decálogo: No tomarás el nombre de Dios en vano».
Ibidem, pág. 11.
(640) Ibidem, pág. 12.
(641) Ibidem.
(642) Ibidem, pgs. 17-18. , r ., ,
(643) «No sería vina buena defensa decir que el objeto de e s ta confraternidad es
loable, a saber el asistir, cuando so presenta la ocasión a todos los Hermanos, sin dis­
tinción de estado y condición, dar ayuda, dinero y buenos oficios a todos los que se
lineen conocer como miembros de la Compañía, por la palabra de paso convenida o
por cualquier señal manual o pectoral, como expresan esos señores». Ibidem, pág. 19.

229
ciosa v reprobada por las buenas reglas tanto mas que «todo cristiano tiene
obligación de asistir a su semejante, todas las veces que pueda, y que se pre­
sentí la ocasión. Así. respecto a esa candad que alegan os Francmasones, se
puede decir que su Sociedad es inútil y esta de mas» (644).
Finalmente y con esto concluye la Consulta, llamada de la Sorbona, se
indica que al conocerse a los fundadores de esta asociación, y al haberse últi­
mamente extendido mucho «los Deístas, los espíritus fuertes, la gente sin
religión, era muy factible que una vez cimentada la Orden con hermosos pre­
textos, p u d i e r a n fácilmente deslizar en el alma de los Hermanos el veneno de
sus detestables principios. «Lo que confirma esta circunstancia particular, es
que todos los que creen en Jesucristo, de cualquier secta que sean pueden ser
admitidos en la Compañía, lo que al menos supone que se adopta el tolerantis­
mo, es decir la condescendencia con todas las Religiones» (645).
De todo lo cual, concluye el escrito, resulta que no es lícito ni agregarse,
ni permanecer en esta sociedad.
El hecho de que la mayoría de los masones franceses fueran católicos, y
de que en sus filas — como veremos más adelante— militasen numerosos sacer­
dotes v religiosos, al mismo tiempo que resta valor a las «razones» alegadas
en la Consulta anterior puede explicar, o al menos justificar la diversidad de
criterios y enfoque que se manifiestan en todas estas publicaciones tan radi­
calmente distintas y aún opuestas, según el sector de donde provengan.

O rden del G ran Su lt án de C o n s t a n t in o p l a


[1748]

Más llamativo resulta el hecho de que en el año 1748 el Gran Sultán diera
la orden de cercar en Constantinopla una casa en la que estaban reunidos
varios masones, los cuales debían ser detenidos, y la casa destruida. Pero pre­
venidos a tiempo lograron huir, y gracias a la intervención del embajador in­
glés, no tuvo mayores consecuencias. No obstante, el Gobierno de la Puerta
Otomana intimidó a los representantes de las Cortes extranjeras, la orden de
que no intentaran introducir nuevas sectas, y mucho menos la Francmasonería,
en los Estados del Gran Señor (646).
Según Ragón había sido un francés el fundador de la logia de Constanti­
nopla, si bien las reuniones se tenían en casa de un intérprete inglés, a la que
habían sido invitados varios turcos. El intérprete recibió la orden de no volver
a recibir en su casa ninguna persona de aquellas; y el francés fue embarcado
para Francia.
A pesar de tratarse de un país musulmán, se conserva un documento por
el que queda constancia de la intervención pontificia incluso en este caso. Es
una carta de Benedicto XIV al Cardenal Tencin, escrita el 22 de enero de 1749
en la que le dice: «Hace algún tiempo escribimos sobre lo que sucedía en
Constantinopla a propósito de la secta de los francmasones; ahora os anun­
ciamos que Dios ha puesto allí remedio, habiéndola hecho desaparecer in bra-

(644) Ibidem, pág. 21.


(645) Ibidem, pág. 23
Racon^ T ' / P*8' A *'-’ Pá8- 62; C aprilf , op. cit., pág. 167:
í^ / iV íV r P 3 ; An/,n,M0' Compendio de la Vida de Josepb Balsamo, Sevilla, 1791,
chio jortt, estando todos los francmasones conternados» (647). Tras esta frase
en la que queda patente que el Papa estaba al corriente de las actividades ma­
sónicas en Constantinqpla, aparece clara su acción diplomática insi­
núa al Cardenal Tencin, que «una carta de la Corte de Francia a su embajador,
vendría muy a propósito a fin de comprometerle a vigilar para que esta secta
no se levante mas, lo cual no contrariaría al embajador, hombre de celo y
buena voluntad» (648).

L a I n q u is i c ió n d e T o le d o y l a M a son ería
[1744-48]

De la actividad antimasónica de la Inquisición durante la del 1740


al 1750 aparte de los procesos lisboetas analizados más arriba (649), existen
en España un par de referencias relacionadas con la Masonería, en las Inquisi­
ciones de Corte y Toledo respectivamente. La primera es la resolución final
de una causa de 1744 contra Francisco Aurion de Roscobet, clérigo tonsurado,
acusado de francmasón; y la otra una delación del presbítero de Olías, doctor
Joachim Pareja, contra unos Francmasones, hecha en España, el año 1746, ante
la Inquisición de Toledo.
Según el libro de Registros del Santo Oficio de la Inquisición de Corte, d
9 de junio de 1744, en la audiencia correspondiente, y en presencia de los se­
ñores inquisidores D. Mathias Escatro y Azedo, D. Joseph Zorrilla de San Mar­
tín y D. Miguel Gómez de Escovar, se vio el proceso causado en ese Santo
Oficio contra D. Francisco Aurion de Roscobet. natural de la ciudad de Quin-
tein, y canónigo de la Colegial de aquella ciudad «por francmasón y proposi­
ciones».
La sentencia final fue que el reo estando en forma de penitente en la sala
del Tribunal, a puerta cerrada, y presentes los ministros del secreto, se le le­
yera su sentencia con méritos, abjurara de levi, fuera absuelto ad catudam,
«gravemente reprehendido, advertido y conminado, y desterrado perpetuamente
de todos los Reynos de España» (650). Este es el primer individuo — del que
hasta ahora se tienen noticias— juzgado y castigado en España por el delito
de Masonería.
Por su parte, según consta de los papeles conservados en el Archivo His­
tórico Nacional de Madrid, el 19 de abril de 1746, el presbítero de (Mías,
Dr. Joachim Pareja, de 27 años de edad, se presentó ante el Santo Oficio de la
Inquisición de Toledo, donde solicitó audiencia al Inquisidor don Juan de Mu-
cientes «para deponer un escrúpulo». Este era que «habiendo ido con el sere­
nísimo señor Infante Don Felipe a Italia, en compañía del Duque de Santo
Gémini, Conde de Priego. Capitán de Guardias de Corps de Su Majestad, ha­
biendo parado en Antivo [sic] dc Francia, se detuvieron allí algunos meses,4

(647) A.S.V., Miscell, Armario X V , t. II. vol. 155. Benedicto X IV al Cardenal Ten­
cin. Roma, 22 enero 1749. Apéndice 66 A. I I e e c k e r e n . op. af.. t. I, pág. 458.
(648) Roland Puchot des Alleurs, capitán de la Guardia Francesa, enviado a Polonia
en 1741, fue embajador en Constantinopla desde 1747 hasta su muerte en este puesto
en 1755, en que fue reemplazado por Vergennes.
(649) Apéndices 41 a 45. . „ _
(650) A.H.N., Inquisición, Libro 1168, fols. 201-202. Apéndice 66 B. L ea. Henry O í r ­
los A History of tbc Inquisition of Spain, New York, 1906-8, vol. 4. pag, 301. Kamek,
Henry, The Spanish Inquisition. London, 1965, 280-1. Tanto Lea como ^Kamen equivocan
la ortografía del encausado, ya que no se trata de Rpscobel. sino de Roscobet.
v en este tiempo el deciente tornó «mistadcon un criado que servia de ayuda
de cámara a Don Cenón de Somodev.lla, Marqués de la Ensenada, con quien

^ B t ^ c r ia d o foTel^que un día, hablándole «de las grandezas de la Corte


de París v de las cosas especiales que en ella existían, le dijo que se había
formado’ una Congregación o Asamblea que llamaban de los francmasones, y
que aunque en un concurso hubiese mil personas, y entre ellas sólo cuarenta
o cincuenta francmasones, se conocían unos a otros, aunque no se hubiesen
visto; y que Monsieur Bance (652) estaba incluido en la Congregación de
Francmasones, porque habiendo estado en París, y concurrido a muchos fes­
tines y saraos, lo hicieron entrar en ella, en la que también había muchas per­
sonas principales de París y de otras partes» (653).
También depuso en esta ocasión el sacerdote de Olías, que el referido ayu­
da de cámara, le dijo que su amo Mr. Bance le había llevado a una de estas
Congregaciones o asambleas, y que incluso le había costeado su entrada, si
bien no 1c recordaba exactamente por el mucho tiempo transcurrido. De todas
formas sí se acordaba que preguntándole «qué contenía, o a qué se reducía
la Congregación de los fracmasones, le había respondido que era una cosa ma­
ravillosa, v un secreto tal, que no se podía revelar si no era a otro que fuese
francmasón» (654).
El denunciante confesó ante el Inquisidor que no había vuelto a oír hablar
de la referida Congregación «ni había hecho aprecio de lo que oyó al ayuda
de cámara, creyendo era alguna Congregación como las que hay en España en
las cofradías, y así se mantuvo en su buena fe hasta hacía cuatro días, en que
estando en sr. casa de Olías, en conversación con su tío el Padre Fray Alonso
de Santo Thomás, difusor del Carmen descalzo, le oyó decir que esta Congre­
gación de francmasones era una secta infernal, y que estaba justamente prohi­
bida por una Bula novísima; y con esta especie hizo el declarante memoria de lo
que había pasado en Antivo, y viniéndose a esta ciudad procuró salir del es­
crúpulo como lo había ejecutado» (655).
En esta declaración no se sabe qué admirar más, si la ingenuidad del de­
nunciante o la de su tío, el difusor del Carmen descalzo, el cual parece tenía
tan poco conocimiento de la secta que califica de «infernal», como de la Bula
que llama «novísima», siendo así que habían transcurrido ocho años desde su
publicación.
No parece ser que dieron mucha importancia en la Inquisición de Toledo
a esta denuncia, pues una vez recorridos los registros, el día 23 de abril de

* A.H N ., Inquisición, leg. 108. Inquisición de Toledo. Año de 1746: Franc-


massons. Apéndice 67 A. La alusión a Antivo, podría referirse a Antibes.
(652) En una nota marginal se indica lo siguiente a propósito de tal Bance: «Le
parece al declarante es teniente Coronel o Coronel, no sabe si de Infantería o Caballería,
01 kr,^ilC nac **’ y ^ue habiéndolo visto algunas veces el que declara, se acuerda es
un nombre muy alto, como de cuarenta años, con el motivo de ir a jugar a casa de
Ibidem^1Ki *• de quien el declarante había sido paje antes de pasar a Italia».
(653) Ibidem.
(654) Ibidem.
j E1 Arcstn. dc, 13 ¿enuncia se limita a dar una serie de datos y sefias
j. i i °rv ! ° '" m Rosellón que creía estaba todavía sirviendo al Marqués
aúna e nn tan ° s nación es. Habla muy claro español y francés,
v oeiñarío a U ? tntemCjí c alto: blanco y rubio; pelo propio en esta ocasión rizado
, pe nado la moda; de buena disposición, y le parece que sería de 30 ó 35 años». Ibidet»,

232
3746, y comprobado que «no resultaba de ellos cosa alguna de lo que con­
tenía la precedente delación (656), quedó sin darle curso durante año y me­
dio, hasta que el 13 de octubre de 1747, los inquisidores Mucientes y Escalo­
na^ habiendo leído nuevamente dicha declaración, decidieron remitirla a los
señores de Consejo (657). Estos la examinaron el 23 de octubre de 1747, y
tomaron el acuerdo de devolverla al Tribunal de Toledo para que «se recorrie­
ran los registros de todos los tribunales, en cabeza de Mr. Bance y Don Anto­
nio Rosellón, y se averiguase el paradero de ambos» (658). Los señores dd
Consejo aprovecharon la ocasión para reprochar al Tribunal toledano el «ha­
ber tenido tanto tiempo suspenso el expediente sin adelantamiento alguno».
De la recorrección hecha en los registros de las diversas Inquisiciones «en
cabeza de Monsieur Bance Coronel, teniente en cierto regimiento, y de don
Antonio Rosellón, Ayuda de Cámara del Marqués de la Ensenada, verificados
de francmasones» no resultó cosa alguna contra los susodichos. En este sen­
tido se expresaron unánimemente, durante los meses de noviembre y diciem­
bre de 1747, las Inquisiciones de Corte, la de Murcia. Valladolid, Barcelona.
Zaragoza, Cuenca, Logroño, Llerena. Valencia, Santiago, Córdoba, Sevilla y
Granada, con las que coincidió la propia Inquisición de Toledo, al hacer la
corrección de sus propios registros (659).
La Inquisición de Corte comunicó además a la de Toledo, con fecha 18
de diciembre de 1747, que el señor Bance, según informaciones recibidas, ha­
bía pasado a servir a la Reina de Hungría; y don Antonio Rosellón se en­
contraba de Ayuda de Cámara del Marqués de la Ensenada (660).
Nuevamente tomó cartas en el asunto la Inquisición de Corte, el 11 de
diciembre de 1747, al ordenar al señor Simón Bayón, Presbítero Comisario
del Santo Oficio de la Inquisición de Corte, que ante testigos dignos de con­
fianza, dispusiera que el presbítero Pareja, se ratificara ad perpetuam reí me­
moria,rn en su Delación, y que si en ella tuviese algo que añadir, alterar o en­
mendar, lo ejecutara con la mayor distinción (661), cosa que realizó al día
siguiente ante dos sacerdotes que juraron así como el denunciante guardar
secreto (662).
El 22 de enero de 1748, el Inquisidor Fiscal de Toledo, a la vista de las
diligencias hechas, originadas por la delación de Don Joaquín Pareja, quien
testificó en su día, acusando de francmasones a Mr. Bance y a D. Antonio
Rosellón, y dado que solamente existía esa testificación, y que «no había
resultado otra cosa de la recorrección general de registros contra los referidos»
decidió que se suspendiera esa Sumaria, y se pusiese en el legajo y letra corres­
pondiente por si en el futuro ocurriese nuevo motivo para su prosecución (663).

(656) A.H.N., Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 B.


(657) A.H.N., Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 C.
(658) A.H.N., Inquisición, leg. 108. Apéndices 67 D v E. .
(659) A.H.N.. Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 F. Figuran lew despachos de 'odas lis
Inquisiciones citadas, excepto la de Llerena, si bien ésta última aparece en la lista tnsctal.
(660) A.M.N., Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 G.
(661) A.H.N., Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 H.
(662) A.H.N., Inquisición, leg. 108. Apéndice 671. . . . .
(663) A.H.N.. Inquisición, leg. 108. Apéndice 67 J. Con <x«s«Sn del decreto del 21
de agosto de 1751, en que como veremos se prohibió o tictaimente la masonería en j¡*-
paña, fue nuevamente aireado este expediente sin mayores consecuencias. Apqwnce »7 R.

233
O rden de la In q u isic ió n de C o r t e
[1748]

Aunque el resultado de esta denuncia fue negativo, no obstante, debió influir


indirectamente, ya que puso sobre el tapete el tema de la Masonería. De hecho
ese mismo año de 1748. y con fecha del 9 de marzo, se dio una orden por
la Inquisición de Corte dirigida a los Inquisidores Apostólicos del Santo Oficio
de la Inquisición de Corte, en la que se decía que una vez consultado el limo.
Sr. Obispo Inquisidor General, el Consejo y Tribunal de Corte había acor­
dado que se levera el papel que se les adjuntaba, después de la cláusula general
de herejías, en el edicto que estaba para publicarse (664).
A raíz de esta orden, en los Decretos impresos que periódicamente se pu­
blicaban contra la Herética Pravedad, en los que entre otras cosas se conde­
naban la Ley de Moisés, la secta de Mahoma, la secta de Lutero y otras herejías,
se añadió, al menos en el correspondiente al año 1748 — que se debía leer los
días 10 v 17 de marzo de ese año— la siguiente cláusula:
«Otrosí hacemos saber, que las Juntas, Congregaciones y Hermandades de
!os Francs-Masons o Liberi Muratori fueron condenadas y prohibidas por la
Santidad de Clemente XII, como perversas, reprobadas y contrarias a la pureza
de la Santa Fe y pública seguridad de los Reinos, [bajo] pena de excomunión
mayor, mandando proceder contra los tales congregantes, y que concurrieren
a dichas Juntas, con las penas condignas correspondientes a los sospechosos en
la fe ¡le vehementi» (665).
Después de aludir al edicto publicado en esos Reinos el año 1738, se
incita a descargar sus conciencias — en el plazo de cuarenta días— a todos
aquellos que hubiesen contravenido dicho decreto. Finalmente, se ordena la
delación al Santo Oficio, de todas aquellas personas que concurrieran o hubie­
sen concurrido a dichas Juntas, o que fueran Francmasones (666).
Con esta cláusula Inquisitorial concluye la documentación relacionada con
la Masonería, existente de este primer período (1738-1748) y que gira de un
modo especia! en tomo a la Bula In eminenti de Clemente X II, documentación
que para su mejor comprensión hemos examinado enmarcándola dentro del
contexto de otras decisiones semejantes adoptadas en diversos países no cató­
licos.
No obstante, queda en el aire — al margen de la documentación oficial— la
pregunta de qué idea se tenía en España, por esas fechas, de la Masonería, por
supuesto a niveles más particulares e íntimos. Tampoco aquí son abundantes
los testimonios. En 1745, Andrés Ignacio Orbe, oficial de la Inquisición de
Vallaclolid, comunicó a los hermanos Mayáns unas noticias sobre la Masonería,
no exentas de curiosidad:
^ec^° traer una historia de la herejía de los francmasones, en que se
descubren todos sus secretos, y me admira que hayan cundido tanto y entre

aJ ÍS A í IiNc lib.o 531, fol. 322. Trcvino Barrera a lo» Inquisidores


4 , Santo Oficio ^ la Inquisición de Corte. Inquisición de Corte, y marzo
y de 1748. Apendice 68 A.
(665/ A.H.N., Inquisición, Libro 531, fol. 323, Hasta el año 1755 no vuelve a apa­
recerJa clausu.a en cuestión Apéndice 68 B.
(666l Ibtdem.
naciones políticas; es un puro ateísmo en sustancia; sus ceremonias, ridiculas
y extravagantes; su ejercicio está en estar y en comer y beber, y aun esto
con extrañas ceremonias. Los fundadores recelo tenían algo de judaismo; los
que se siguen, de ateísmo. Y tienen un juramento muy solemne de guardar
secreto de todo, hecho sobre los evangelios; no admiten mujeres. Tuvo su
origen en Inglaterra; nada se ha descubierto hasta que pasó a Francia, y éstos,
con su natural hablador, lo publicaron» (667).
No cabe duda que, al igual que años más tarde será objeto de estudio por
parte de eruditos ae la talla del Padre Feíjoo, ya por estas fechas el tema de
la masonería debía suscitar interés o al menos curiosidad entre los intelectuales
españoles, aunque, a juzgar del testimonio anterior, sus conocimientos eran
más bien confusos.
Un año más tarde, a solicitud del propio Mayáns, respondió el P. Andrés
Marcos Burriel con una simple frase, expresión de su ignorancia: «De los franc­
masones no he podido averiguar cosa alguna particular. Si la supiera, la daré
a Vmd.» (668). Tampoco era muy clara la idea que Gregorio Mayáns tenía
de la masonería en 1751, ya que en carta dirigida al Inquisidor General,
don Francisco Pérez de Prado y Cuesta, la compara con una figura abstrusa que
formara su amigo José Bermúdez con el calificativo de agotaentendimientos.
«Tal me parece la sociedad de los franco-masones. Las ceremonias y el silencio
la hacen misteriosa, como a la secta de Pitágoras; d lenguaje enigmático, obs­
curo; el número y calidad de sus profesores, formidable* (669).
APENDICES
APENDICE N * 1 A

Carta del Cardenal Corsini sobre los rumores de que en Florencia había mucho» herejes
debidos especialmente al Barón de Stosch.
El Cardenal Corsini a S.A.R. el Gran Duque de Toscana.
Roma, 16 abril 1739
[ Nota marginal-. Estratto d ’una lettera scritta dal CmtAin»\ Corsini ne’
16 Aprile 1739 concernente la voce spane in Roma che in Firenze si
trovasero molti eretici, specialmente per seduáone del B oone di StoschJ.
Papiers secrets.
II marque, qu’il se flatte que les témoignages de respect et d'attentkms qu’il a eú pour
S.A.R. depuis qu’elle est Grand Duc feront recevoir avec benignité de SA .R . ks tris
humbles représentations qu’il a Luy faite, esperant qu’il n’y seta soup^oané nj de peu de
sincerité ny de secondes fins. Que S.A.R. pourra estre cercioré de tous les mnrit»din« de
quelle maniere il a servi les feu Grands Ducs ses prédécesseurs de son amour pour k patrie,
de méme que de celle du Saint Pére qui en a toujours esté a Rome le pgpteueur et en
consequance des ordres duquel il prend la liberté d ’écrire a SAJt. que la rc&gian eat a i
péril dans sa patrie ou le mal va s’estendant a grands pas. Que U piété et k pofctique
de S.A.R. en arrestera le cours, l’assurant que ce n ’est pes de sa part une visión ou une
frayeur peu fondée, n’estant pas pour s’alkrmer par le peur d ’un mal tres éloigné, les
faits le démontreront a S.AJt.
S.A.R. scavant done que le Barón Stoch, qu’il conooit de kmgue mainf et en Hoflaade
et á Rome, pour un homme sans moeurs et sans religión; tient dans k maison une Ecole
de pur deisme, avec quelques professeurs des plus corrompus de lTJniversité de Pise,
et les écoliers les plus pervers qui sortent de cette Université, joignant a oes principes
la débauche la plus dissolue.
Stoch se croira a couvert de tout sous k protection de k Cour qui régne en Angleterre
(quoiqu’il soit trés odieuz á tous les honestes gens de cette nation).
Et pour empecher que l ’on ne puisse rechetcher ce qui se passe dans cette société qu’il
a introduit chez luy, il luy donne le nom de frammasstms, et pour la se met a couvert prés
de ceux qui savent que cette société a esté foraiée en Angktenr par forme de jen ou de
divertissement honeste, mais qui ignorent combien elle est degenerée en Italie et y devenue
une école d’impiété. En effet, en Angleterre ou est née la société. toutes sectes y estant
tolerées, il n’est pas necessaire de pretexte ou couverture, ce qui est different en Italie.
Ce fait sera cercioré a S.A.R. s’il veut bien écouter les démonstrations faites a l’Inqui-
sition par gens emüs de remords de leurs con sciences, qui sont venus s’acusser et leurs
cómplices.
II veut croire que tous ne sont pas encore pervertís mais il est fort^ i craindre surtout
pour les jeunes gens, qu’ils n’avalent insensiblement Tiniquité comme 1eau.
Les accusations faites i l’Inquisitton portent en substance, que chei le Barón Stoch,
et dans les caffées et boutiques publiques, il se répand plusieurs máximes contraires i
la foy et á la purété des moeurs. Cela va jusqu’i nier la Trinité, rinmortaüté de lame,
l’authorité de l’Eglise, et á l’égard des moeurs ils divulguent qu’il n’y a d ’autte péché des
sens que la sodomie, ainsi que SA .R . le saurat plus particuliérement du P. Inquistteur si
Elle veut bien l’entendre et mime le fait appder che* EUe. _
Que S.A.R. réfléchisse si aQant combatiré les enemis de notre foy. p «ir attirer Ies
grjkces du Seigneur sur ses armes Elle ne doit pas aupatavant prendre des réscHUdons termes
contre ce mal.

N O TA: La transcripción de los Apéndices respeta todas las incorrecciones de forma


que contienen los originales.

239
Puisque si S.A.R. s’en repose sur son Ministére il naurat pas assez de torces en mains,
ou ü voudra attendre les ordres de S.A.R. ou ü serait mal m ió m e par les assoaés parents
ou amys, parce que Ion ne peut leur tout dévoiler comme Ion ferat á present á S.A.R.
en qui I on a toute la confiante possible.
L ■ seul remede est done á ce mal, pour maintenjr la purete de la religión et des moeurs
dans ses états ainsi que tout prince y est obligé, de chasser inmediatement de ses Etats le
Barón Stoch et milord Ravmond et de permettre á linquisiteur darrester deux ou trois
des principaux coupables, pour arracher les racins naissantes de cette secte et réduire les
nutres á penitence. „ . , . „ , . . ,
Ii seroit aussv á propos de purger lumversite de Pise des professeurs antiches et en
mettre a cet ettect tout le soin et 1'authorité tant á M. Tarchevéque de Pise que M. Cerrati,
gens prudents, sages et zelés. ^
11 demande ensuite pardon á ^A .R . s il s est fort advance, mais son caractere, les
ordres du Saint Pére, l’amour de sa patrie, et de S.A.R. qu’en est le souverain, luy ont forcé.
11 ánit par une derniére reflexión, scavoir que s’il devient impossible au St. Siége de
reñir un nonce á Florence, les protecteurs du libertinage triompheront et les pauvres ecclé-
iiastiques, qui ne pourront se taire entendre seront facilement opprimés.
Outre que tous les princes ont regardé de leur dignité d'avoir prés d ’eux le ministre
Ju pape qui outre qu'il est le Chef de l’Eglise a toujours esté consideré comme le premier
entre les testes couronnées.
11 ñnit en priant le Seigneur de vouloir bien inspirer S.A.R. d ’écouter la voix du Vicaire
Je jésus-Christ par ¿on organe, et de combatiré ainsy glorieusement les ennemis de la
íoy dans ses Etats, qu'il va combattre ceux de la Chretienté.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, fols. 17-20).

APENDICE N.° 1 B

Billete del abate Tornaquinci al Senador Rucellai en el que le comunica las órdenes reci­
bidas de S A R . respecto al modo de conceder el Brazo secular.
El abate Tornaquinci, Secretario de Estado, al Senador Rucellai.
Firenze, di Segretaria di Stato li 22 Aprile 1739
[N o /j marginal: Biglietto scritto nei 22 Aprile 1739 dalTAbate Tor­
naquinci al Senatore Rucellai con cui gli partecipa gli ordini Sovrani per
il modo da prestarsi il Braccio Secolare al Padre Inquisitore con un’altro
Biglietto accompagnatorio che ordina di registrare il predetto biglietto do-
vendo servir di regola
NT B. Questi biglietti furono scritti in occasione dell’Ordine che era
stato dato per fare arrestare il Dot. Crudeli a nome del S. Uffizio].
Afrinché possa sempre testare nei Registri della Giurisdizione la Memoria di un ordine
datomi questa mattina dal Sermo. Gran Duca Ntro. Signore, mi do Ponore di rendere
intesa V. S. Illlma. che S.A.R. mi ha detto, che essendosi portato alia Sua Udienza questo
Padre Inquisitore di Firenze per supplicarla del Braccio contro due Persone racchiate di
errori spettanti al Suo Tribunale, le quali gli vennero nomínate daü’istesso Padre Inquisitore,
voleva S.A.R. accordarglielo, e mi comandava fi farlo sapere al medesimo Padre Inquisi­
tore, e di ordinare al Bargello, che in questa occasione ossequiase i di lui ordini. Quanto
poi ad altre contingenze simili, che potessero darsi durante Tassenza del Serm. Gran Duca
daquesti Stati, fa sapere S.A. Reale al Padre Inquisitore che avendo bisogno del Braccio
oecolare, sí porte da me, come Segretario di Stato a farne lTnstanza, e á nominarmi la Per-
sona^ o Persone, contro le quali avesse bisogno di servirsene, per posser daré agli Esecutori
di Giustizia gli ordini corríspondenti, E ratificando a V.S. Illma. il mío vero ossequio
resto...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 1, fol. 1-2 ).

APENDICE N.’ 1 C

Nota manuscrita del propio Senador Rucellai, Secretario de la Jurisdicción escrita al dorso
de la carta anterior.
CO° f ^uest giorno S.A.R. mi dette udienza, e da se mi disse ch’aveva
risoluto che nei tempo della sua assénza Tinquisitore, ne casi che gPoccorrevtno chíédere

240
il Braccio all Abate lornaqum ci, Segrctarío di Stato, e che all’intorno diceva eaprewomente
ordinato, che non nsolvesse nulla senza parteciparmelo, come Segrctarío della Gíuriadáóooe
e che 1 avvertisse dx non facilitarlo rispetto a forestieri e di non servini della notizia Der
avvisare dehti quanti.
E senza ció per ricordo ho scritto di mia propia mano. Rucellai.
A. S. F. ( Consigno di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto I, fol. 3 ).

APENDICE N.° 1 D

Registro de la carta anterior para dejar constancia del modo cómo debía prestarse el
Brazo Secular.
Di Segret. di Stato li 6 Maggio 1739
lo Ant. Tornaquinci riverisce con tutti li ossequii mimo. Sig. Seoat. Rucellai ed in
conformitá di quanti gli parló ai giomi scorsi, gli accompagna «nnwti ¡i fliglktto ¿¿
trarsi fra i negozii Giurisdizionali segnato nei giomo medmo., che SAJL dettó l’ordine allí
scrivente e resta...
A. S. F. ( Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 1, fol- 4 ).

APENDICE N." 2

Orden de expulsión de la Toscana contra el Barón de Stosch.


El Gran Duque Francisco de Lorena al Duque de Newcasiíe.
Florencia, 26 abril 1739
[Nota marginal: Le Barón Stock a faire sortir des Etats de Toacane].
Le bien de mon service et de mes sujets m’aiant nécessité de faire donner ordre k
22 du courant au Barón Stock, qui reside ici, depuis quelques années, de sortir de mes
Etats dans trois jours; Mr. Mann m’etant venu faire á cette occasion des remontrances,
je prolongai le terme jusqu’á huit jours, et m’alant de nouveau representé qu’il étoit sous
la protection particuliére du Roy son Maitre, je n’ai point ballancé de suspendre l’exécutk»
de mes ordres, non obstant les motifs pressans qui m’ont engagé a les donner, pour I’arta-
chement que j ’ai pour Sa Majesté. Je vous pris, Monsieur, de vouloir bien dire k Sa Ma-
jesté la déférence que j ’ai eüe aussitót que l’on m’a nommé son nom, espérant de sa justke,
que mettant en consideration, que je n’ai donné ces ordres que par des tres fortes raissoos;
tant pour mon service que le bien de mes sujets, il trouver» boa que je les ftsses exécuter,
ce que je ne ferai cependant point que je n’aíe vótre réponse. Je cotnpte sur vótrc «miné
M. que vous voudrez bien me rendre ce service, qui en sera veritable, alant tris a coeur
de conserver les graces et la precieuse amitié du Roy, et de m’acquitter des devoirs d’un
souverain envers les Peuples. Je suis...
A. S. F. ( Consiglio di Reggenza della Toscana, Registro 1, pág. 218).

APENDICE N.° 3

Contestación del Gran Duque de Toscana a la carta del Cardenal Corsini recogida en el
apéndice n.° 1 A.
El Gran Duque, Francisco de Lorena al Cardenal Corsini.
Florence, le 27 Avril 1739
[ Nota marginal: Sur les différends d'Inquisition avec la Cour de-
Rome].
Je ne puis assez témoigner á Votre Eminence, conibien je suis sensible a tout ce qu’EUe
me mande par sa lettre du 16 du courant; Je La prie de continuer ces sentmoens pour
moi, ce qui me regarde, mes Etats et mes sujets, et d ’étre persuade de toute ma reoon-
noissance. , . ,
L’Inquisiteur rendra compte á V. Em.ce de ce que l’ai fait; mon départ m em b ote
d ’en faire d'avantage quant & presem, mais j’ai pris et prendrai des mesures pour prevenir
ce qu’Elle craint avec justice. . . ... , ...... •...
, Ce que le Nonee doit mander á V. Em.ce luí fera connoitre, i ce que i e s p ^ ( combim
)c souhaite de mon cóté lever tout obstacle et par consequent avoir ict un Ministre de

..... ................' 241

16
son rarnr je nc dout point que du cóté de la Cour de Rome on si y apporte la méme fací-
Sé. r S b S s s e r a i toujours avec plaisir les o c c s io M .d e Luí prouver mon parían attache-
ment et á V. Em.ce la vive passion et 1 estime infame..
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Registro 1, pág. 218).

APENDICE N.° 4

Relación del Abate Tornaquinci sobre las solicitudes hechas por el Inquisidor de Florencia
para el arresto del Dr. Crudeli, del Abate Buonaccorsi y de Giuseppe Cerretesi.
El Abate Tornaquinci, Secretario de Estado de la Toscana, a S.A.R. el Gran Duque, Fran-
cisco de Lorena.
Firenze, 19 mayo 1739
[Nota marginal: Relazione dell’Abate Tornaquinci nelTistanza fattalí
dalTInquisitor di Firenze per ¡'arresto del Dr. Crudeli, delTabate Buonac­
corsi, ed di Giuseppe Cerretesi, che fu eseguita nella persona del primo,
e negaio per gli altri due per essere il Buonaccorsi ammalato, e sospeso
per il Cerretesi ad istanza del Ministro dlnghilterra fintantoché non ve-
nisse dalla Corte dlnghilterra la resoluzione sulla remozione dalla Tos-
cana del Barone Stosch].
In ubidienza degl’ordini datomi da Vostr'Altezza Reale prima della sua partenza con-
cementi il Braccio accordato a questo Padre Inquisitore per Tarresto del Abate Buonaccor­
si, e del Dottore Crudeli, venne fermato ai giorni passati il suddetto Crudeli, giacché tro-
vandosi malaio il Buonaccorsi gravemente, pareva giusto, e conveniente il lasciarlo prima
risanare*
A'íorma poi della facoltá datami da V.A. Reale, di accordare il Braccio al medesimo
Padre Inquisitore, quando venga a chiedermelo, nominandomi prima la Persona o Persone,
ed i modvi per i quali domanda il loro Arresto, hó Tonore di significarle che alie scorse
mattine venuto da me il Padre Inquisitore mi chiese Tordine per ¡'arresto di un certo
Giuseppe Cerretesi, che Egli asseri gravemente indiziato di tenere e spargere massime
contro i buoni costumi; ed lo per andaré piü sul sicuro non stimai di negargli, ne di
concedergli la demanda, ma lo pregai a darmi un poco di tempo di reflettervi, riservandomi
a rispondergli con piú comodo.
Presi quesio partito per considerare e consultare il Negozio col Sig.re Conte di Riche­
court, il quale nflettendo prudentemente alia natura molto delicata delTAffare mi disse,
che avendo fa::o moho rumore nel pubblico Tarresto del Dottore Crudeli, a favore del
quale s’interessava fortemenie questo Mons. Mann, Ministro dTnghilterra, credeva Egli
che convenisse meglio di sospendere l’arresto del Cerretesi, per non intorbidare queUa
buona disposizione, che potesse avere il Re dlnghilterra di consentiré alia remozione do-
mandatagli da V.A. Reale del Barone Stosch da questi Stati, che per molte raggioni deve
importare piú di questi Arresti, poiché se S.M. Britanica potesse immaginarsi, o sospettare,
con questi passi fatti frequentemente, che S.A. Reale si movesse a domandare l’espulsione
del Barone Stosch per impulso... dalla Corte di Roma, e per far piacere al Papa, sarebbe
molto difficile, che il Re dlnghilterra si disponesse a secondare le istanze di S.A. Reale.
Ed av«ido Mons. Mann scritto alia sua Corte in forma da poter sperare che S. M. Britanica
aderira alie premure de S.A. Reale, torna peró molto meglio Taspettare qual risoluzione
pigliará sopra il Barone Stosch e frattanto non fare altra novitá, e sospendere, non sola­
mente 1’arresto del Cerretesi ma quello ancora delTabate Buonaccorsi, e quietare in questa
forma i clamori di molti che sono piú animad contro llnquisizione.
10 mi trovai persuaso interamente dalle solide riflessioni del Signore Conte di Riche­
court, e convenedo nel di lui sentimento, andai dal Padre Inquisitore, e gli dissi come
da me, che avendo fatto meglior riflessióne alie di lui istanze, non mi pareva pruden­
temente di poter adesso secondarle per le ragioni suhdette, e per non intorbidare i Maneggi,
ene si facevano per la remozione del Barone Stosch, che era da desiderarsi piü di qualunque
altra cosa per il Bene della Religione.
11 Padre Inquisitore mi si mostró molto savio, e discreto, e trovando giusto e ragio-
ntvole il m io D is c o r so m i dísse, che non averebbe insistí to, e chc ne averdbbe scritto
a a ^ongregazione del Sant Officio di Roma, dalla quale aveva avuto l^ordine di chiederc
1 arresto del Cefr|te«i, del quale mi suppoae di averne anche parlato a V .A . Reale in
un Audienza che Ella gli fece grazia di dar¿i.
In tale stato di cose l o sospenderó di accordare il Braccio, che nú veníate richiesto
dall Inquisitore fino attanto, che non si vedrá qual risoluzione sará presa sopra ¡1 Borone
Stosch, o puré che o .A. Reate non si compiacesse ordínarmi diversamente aperando che
la sua Clemenza non disaproyerá, che l o continui a confidarc al Signore Conte di Riche­
court tutte le istanze che mi venissero íatte dall’Inquisitore per estere l o piü sicuro di
non fare errori colla scorta del di luí sen timento.
Avrebbe anche voluto il Padre Inquisitore, che l o permettessi la perqui¿izione in Li-
vorno di una Casa dell Ebreo Atties ove suppone trovarsí deí Librí cattívi. Ms avendo
considerato el signore Conte di Richecourt che ció sarebbe contrario alia libertá e Privikgi,
e un rovinare il Commercio di quel Porto (il che farebbe il giuoco deí Preti di Roma, che
mirano ad accrescere il Commercio d ’Ancona con la disminuzione di quello di Livocno)
replicai al Padre Inquisitore che ció non poteva accordarsi per la regola dtfferente, che ai
praticava in Livorno, ed Egli non pulsó piú kmtano la sua nchiesta.
lo esortai ancora a trattare con tutta la Cantá Cristiana il Doctore Crudeli, a procurare
che dai suoi Religiosi, o fautori, non si cantasse il triunfo del di luí Arreato, e aopf*
tutto, che non pensasse di mandarlo a Roma, come quakheduno ha sospettato, ed mi
assicuró, che il Carcere dove stava, era il migliore, che aveva esibito ad un suo Fratello di
fargli ogni migliore trattamento, conforme avease desiderato, che ae avene riscontro, che
i suoi Religiosi, facessero istanze per averglielo il Govemo ceduto, sarebbero severamente
castigati, non potendo Essi parlare di cose riguardanti il sui Tribunale, e che, non solo
non aveva mai pensato di mandare il Crudeli a Roma, ma che sapeva molto bene il rispetto
che deve alia sovrana Autorita di S.A. Reale e che non poteva farlo, ^ il suo otdine,
e permissione, che é quanto ho Tonore di partecipare riverentemente a V A . Reale. E suppli-
candóla di benigno perdono, se avessi per ignoranza, o inawertenza m anca» al mío dovere,
imploro Taita sua Protezione, e resto nelTinchinarmi profon daroen te.
Di vostr'AItezza Reale Umilissimo...
A . S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 2 , n. 6 ).

APENDICE N.° 5 A

Intervención del Dr. Cocchi en favor del Dr. Crudeli.


Antonio Cocchi al Cardenal Passionei.
Firenze, 16 Maggio 1739
Eminentissimo e Reverendissimo Signore Signor Padrón Cokndissimo,
Avendo io avuto l’onore di far reverenza a Monsignor Passionei gentilinm o Cavaliere
e degno ñipóte di V. Emza. siccome ancora di parlare akune volte ¿ Sig. Abate Serafini
che gode la sorte di servirla, ho avuto riscontro deQa bootá che FE.V. si degna avere
per me e per il mió nome, onde ho stimato mió dovere di presentarle con questa lette»
il mió umilissimo rispetto e renderle sincere grazie deQa generosa Sua disposinone in mk>
favore.
E mentre io era in questo pensiero un altro forte motivo mi si e aggiunto per gfi
stimoli delTumanitá e deü’amicizia di ricorrere alia benigntti di V IL per suppticarla d d
suo potente patrocinio nella disgrazia últimamente accaduta ad un nostro Poeta, il quale
per la belleza dell’ingegno e per la varieta delTerudizione e per li elegantissimi suoi verá
si era fatto molte volte ammirare ed aveva anco date speranze di dovere esso awivare la
gloria della Toscana poesía ormai quasi che morta.
Questi é Tommaso Crudeli, dottor di Legge d ’assai buona famiglia del Casentino, píccola
provincia di questo Stato, ma abitante da lungo tempo in questa Citti, il quale da alcum
giorni in qua si trova nelle Carceri di questa Inquisizione, io non so quali sooo stati i
suoi errori, ma siccome é costume antico di S. Chiesa mostrarsi madre arnorevo|e anco
nelTatto della correzione, io mi sono ardito a porgere a V.E. le mié umilissime suppliche
raccomandandole questo infelice, accioché Ella o coirautoritá Sua o con qualche favorevole
ufficio gli faccia godere clemenza e facilité che verso moh; altri uomini illustri in simih
congiunture é stata con applauso c con proíitto usata.
Alia quale clemenza io spererci che dovesse disporre Tanimo di V i , e deglt altn s q q í
Superiori la considerazione della vivacitá d u n ingegno poético e della folie vagnegaa di
voler talora apparire erudito col mostrarvi informato delle altrui opinioni s e n » essente
persuaso e senza veruno acopo di stabilirle» II che puó aver dato luqgo a qualche smistra
interpretazione de’suoi discorsi o vani o appassionati, massiine essendo egü stato soggetto
alia invidia e forse all'odio d ’alcuni, co’quali egli aveva occasione di trattare, sapendoai per
altro che toltane qualche giovanile inclinazione a piaoen d’amore la sua vita e stata duom o

243
giusto e onorato e ubbidiente alie Icggi e s.milissimo ¡n tutto a quella di coloro che

egli é certo moho capace d'emenda ed « t o a


ncevere gU efíetti de’benigni awerumemi e gastighi degiustt e prudenti Su p rior..
FtTquali riconosccndo il mondo con mo ta sodisfazione anco V.E. d. cui h cosí nota
l a dottrina e la probitá, non é m a m v i g li a s e Ella vede r.cotrere al suo patrocinio tutu coloro
che nel seauitare le pcricolose vie degli í>tudi e deUe bcienze si trovano incautamente lnvolti
in malí assai peggiori dell’oscuntá e delj'ignoranza. Le conseguenze dequali non paiono
superabili se non con aiuto simile a quello che deve aspetarsi dallE.V. come dal solo tra
tutti i mortali viventi che singolarmente risplenda msicme nel sacrosanto ordine Apostolico
e tra i Sapienu del secolo.
L’umilitá della mía condizione non mi permette altro che il pensare a una perpetua
gradtudine per un favore si grande, non scusandomi altra potenza, tra quelle che D io
ra’ha dato, piú libera e piú ampia di quella della lode, la quale io impiegheró sempre con
veracissimo sentimento in celebrare le virtü di V.E. cui profondamente inchinato bacio la
Sacra Porpora.
Di Vostra Eminenza Umilissimo ed obbhgatissimo bervitore
B. A. V. (Vat. Lat. 12564, fols. 220-221).

APENDICE N * 5 B

Antonio Cocchi al Cardenal Passionei


Firenze, 7 Luglio 1739
Eminentissimo e Reverendissimo Signore Signor Padrón Colenddissimo,
Rendo a V. Emza. umilissime grazie per la lettera colla quale Ella s’é degnata onorarmi
e farmi concxere come Taltezza del suo grado e l’importanza delle sue occupazioni nulla
tolgono alia consueta Sua bonta ed alia generosa accoglienza che Ella ha sempre fatto agli
umíli professori delle Scienze, sopra de’quali Ella ha grandissima autoritá e per diritto del
suo raro sapere e per Tamplissimo ordine nella Repubblica Cristiana, del quale Ella é cosí
chiaro ornamento.
I j ho chiara fiducia che l’esatta giustizia e la rara elementa che, come ottimamente
awerte V.E. sogliono incontrarsi in quel tribunale non saranno riservate solamente alia
mitigazione della sentenza ma saranno esercitate ancora nella investigazione della causa.
V E. puó sapere la venta precisa: io non posso se non servirmi di conietture fallad,
onde parmi di meritare qualche compassione se conoscendo sufficientemente il costume
dell’uomo ch'io m; presi l’ardire di raccomandarle, ne essendo a mia notizia alcun suo
mísratto io ho poluto imaginaran cht per avventura si non sia mol te colpevole. Io non
posso nemmen presumere di conoscere se sia bene il tener lungamente nascosta la veritá;
di quesio posso assicurare V E . che non solamente io, ma tutti i suoi parenti ed amici
disisterebbcxO dairintercssan* cosí premurosamente per lui súbito ch'ei sapessero i suoi
delitti.
^ Molto meno puó la mia debole cognizione distinguere se convenga il dimostrare a
pltcidezza a severitá, onde venerando le disposizioni de’Superiori, únicamente m’induco
a supplicare con tutta umilitá V.E. a continuare la benigna inclinazione alia dolcezza ed
alia clemenza verso il mío povero raccomandato, massime essendo egli di debolissima sanitá
per antichi malí organici del petto e capace perció d'incorrere anco in pericolo della vita
SC j f ^cve esscre lunga. Supplico altresi la bontá di V.E. a perdonarmi Tinco-
roodo che io Le apporto, e a volermi tenere sotto il suo stimabilissimo patrocinio; t pieno
v^nerazione e d ’ossequio profondamente inchinato Le baccio la Sacra Porpora.
Di vostra Eminenza...
B. A. V. (Vat. Lat. 12564, fols. 222-223).
APENDICE N* 6 A
Carta del Conde de Richecourt, Ministro del Gobierno de b Toscana fd icitando unos pa­
peles que desea incluir en su despacho dirigido a Viena, en donde habla de! asunto de
Crudeli.
El Conde de Richecourt al Senador Rucellai
Firenze [D i Casa], 21 Luglio 1739
[Nota marginal: Lettera «critu dal Signore Conte di Rkhecoart di
c°a iFi0*” * mano’ c c^ ’*° ví<ü includere l ’útesso giom o nel dicpsccio a
o*A.R. J,
Richecourt rivcnscc 1 íllmo. Signóte Senatore Rucciliy c lo prega di volerglí ju n d u t
gli consaputi foglii, per poter spcdirli con la posta d’oggi avendove fatto menzíooc nd
suo dispaccio con le cautele desiderate. Spera to scrivente che pervenute faranno un buen
effétto, e aspettandole li rassegna suo devotisslmo servitore.
A. S. F. {Consiguió di Reggenza della Toscana; Filza 339, Inserto 2, n. 3).

APENDICE N ° 6 B

Relación del Senador Rucellai al Conde de Richecourt sobre los diversos motivos que
para creer ilegítima y abusiva la prisión del Dr. CrudelL
Firenze, 21 julio 1739
Relazione del Sen. Rucellai al C. di Richecourt sopra i diversi rootiví, che ha di credae
illegittima ed abusiva la Carcerazione d d Crudeli.
Lett. scritta al Sig. C. di Richecourt di mia propria mano e ch’io vidi indudere l’istesso
giorno nel dispaccio a S.A.R. Al Sig: Conde di Richecourt sue mani (21 lAigNn 1730).
II Memoriale d ’Atto Crudeli che V.S. IUm* si é degnata parteciparmi riguorda Pím p iortc
dalla clemenza di S.A.R.: qualche prowedimento perché dentro a termini defla gmsdzia
si spedisca la causa del dottor Crudeli suo figlio, che presentero, si trova ritenuto in quests
Inquisizione di Firenze.
10 non sono in istato di renderla informata della cagione dell arresto, perché ITnquisi-
tore trattó da sé col Serm°: G.D. nostro Signóte, poco avanti la sua partenza, como di
suo ordine me ne avanzó la notizia l'Abate Tornaquinci, con suo biglietto de 22 d d lo sexmo
Aple, perche ne costasse in questi Registri Giurisdizionali.
Ma avendolo risoluto S.A.R. non vi puó cader altro dubbio che la causa suppostale
non fosse tale che n’esigesse Tarresto.
11 carattere di Sacerdote, e la probitl che dee credersi n d presente Inquisitore toglit
ogni sospetto che avesse avanzato nuUa contro il vero, in tanto pregiudúio ddTaltrui
reputazione e con tanto suo perioolo; da che quando non sussistesse Tesposto egli avrdibe
si brunamente offesa S.A.R. abusandosi ddla sua pieta; che meriterebbe bene di servir
d ’esempio; ed il Serm®. G. Duca sarebbe in obbligo di prender tutti quei prowedunenti
necessari, e che li sarebbero molto fadli, per liberar dall’aggravio che soffre ndla pentmi
e nell'onore questo povero disgraziato, e per assicurar tutti gli altri suoi Sudditi da simiU
disgrazie.
Ma ció non puó temersi se non nel caso che Tlnquisitore medesimo fosse stato ingaimato
da qualche ben ordita calunnia; o che fosse stato esecutore d'altri, che fosseto stati egual-
mente ingannati per qualche fine segreto.
Io non ho tanti dati sufficienti da tirame una tal conseguenza solo puó farlo S A J t.
combinando quello che li suppone Tlnquisitore, o ch'altri le parló, nel chiederir il braccio»
col presente stato delTaffare in cui, con tutte le difioolti insonnontabili in un tribunales
che tiene tutto segreto, fino al preteso reo, e che sa concluder il Procedo senza sentir
ITnquisito; ho potuto acquistar tante notizie da poter prudentemente dubttare che non
abbiano cose di rilievo contro il Cruddi. Foich’i indubitato, che si sono chuman furtiva­
mente al tribunale, molti Laici per esaminarsi senza venina saputa d d Goveroo, tra qutu
molti gentiluomini, e ch’anno Tonore di servir ne pubblid imptqghi, per meaao dd solito
Franco Olmi, quell’istesso che d'ondine di S.A.R. fu punito con piu inesi di carcere
negreta, per aver servito con troppo zelo l’Inquisitore nella spedtzione che fece in persona
al negozio del Libraio Rigacci, nella quale il P. Revm°. fcce rappresaglia dakuni übn,

245
parte de’quali non erano ne purc pwibiti. c parte- erano stati imrodotti con sua previa

lÍCCQ ^ s ti no» solo sonó stati obbligati - il w lu o «¡un,mentó di tener aegretp


t u t t o d ó su cui erano stati esamínati, ma di pui, anco di tugare deasere stai chlamcti,
rtkvini l'hanno prestad, <xl osattamcnte esegutto; a tri poi hunno r.cusiUo di prestarlo,
non credendo di pote* in c i e r n a cd mi omvre obbligarsi con Kturamen o di dire 11 falto;
d o chc so di certo ch’* seguik* ad uno dci priman (icnhluomint della Clttá.
11 M. Giugni . . . . v i -i j i i<
Gli csami di moki di questi, da chc da alcum non i stato possibtle di aaper nulla, tono
stiti su puré bagattcllc. partícolarmeme; c generalmente tuttl «uno atati Interrogad della
opinione chsvcvano della teligionc del Crudeli. Se mai l’avcvano veduto per le chleae, te
s'mginocvhiava all Av-emaria del mezzogiorno. e delle ventiquattro, e cote stmili.
11 M.S. Acciaioli
I fatti partieran, su cui diveisi sono stati interrogan, sono s’in un tal glorno il Crudeli
restasse a far delle bagattelle in un Caffé, ch> situato dirimpetto ad una Chiesa, bench’av-
vcriito che s» dava la Bencdizione del Sanm". Sacramento che v ’era esposto. Se dodiel tnni
sono in una villa d'un particular* vicina airimpruneta parlasse male dei religiosi, blatimasae
il método che s'usa in Italia d ’insegnare 1« Teología. Se $ia stato tacciato l’ordine di proce-
Jcrr deH’Inquisizione, e cose di questo genere.
II D. Cursi questi veramente fue interrogato s’avcva detto che la Teología (tic).
Queso esami su cose si frivole, cd equívoche muovono il sospetto che vi tia un grand
interesse di f.ulo comparir reo giusto perché com o tale l’hanno suppsoto a S.A.R., ed
ultrcsi che non ahhiano nulla di solido, poíche s’avessero qualche cosa di concluao nei
proccsso sarebbc superfluo Pandare ;i caccia di fatti si equivoci, e si remoti e che senza
agpm-io si potrehbero supporre in cKi fosse provato d ’esser nella disgrazia d ’avere degli
errori in materia di fede; ch’¿ la sola causa per cui puo procedere l'Inquislzione.
Questo universal sospetto si potrebbe accrescere sapendosi da me di certo che l’Inqul-
sitore ha detto quasi acusandosi del scgtiito, ch’egli aveva fatto tutto con ordine etpretao
della Corte di Roma; che credeva poi ¡1 Crudeli reo di proposlzioni avanzate in divertí
luo«H, ma ch’i test imoni non solo non avevano deposto nulla contro, ma che piu toato
l’av vano «caricato d ’akunr accuse, si h moho rammaricato etsendo in una villa; ed In
quakh altro !uo«o d’essere in questa trista situazione, sempre consolandoti ch’egli non
aveva chVscguiti «l’ordini di Roma, dove s’era preparato il procesto; ed io ho da persona
degna d’ogni fede, ch’egli non vede il momento d’esser fuori di questo imbarazzo.
P Gris.li di S M eo.
Un fatto il posible per sapere se per anco sia stato esaminato; ciofc se gl’abbiano con-
testato il suo del uto. gj¿ che serondo lo stile quando si procede alia cattura del denunzlato
il dditto si pretende giá concluso, non mi ¿ stato possihle l’indagarlo di certo ma secondo
tutu i¡! mdizi ch'lio assicurerei certamente chc non lo i stato.
Sr u<N tosse vero, supf*«to che per solito non sogliono induglare che dleci o dodiel glor-
ni. r rhe gii sono passati vieino a tre mesi, congiunto a ci 6 l’lndizio che nasce dagli eaaml
fam sof>ra orne dt-holi. cd affatto equívoche, naacerebbe una gran pretunzione a «uo favore,
ene.veramente s’.ivvrJrsscro d’aver poco in mano da condudere U delltto, e da gluttificare
coll esito la ilom.mda che han no fatta a S.A.R. e anno ottenuta, quando non ti voleate
pensare, cif» che io non crederei mai, cioe, che vi fosse stato qualche tcopo segTetO in
tutto quest’affare: <> qualche privato interesse per perder quett'uomo. Questo sistema che
per altro suppongo faKissimo, ptiilierebbr qualche colore di maggior prohabiliti, se vi volet*
sen» rtlevare tutte le circostanze, le quali, forse casualmente vi tono concorte, e te la qut-
lita d un perwnagKio ch’allora dimorava in Firen/c, con cui si sa di certo che il Crudeli
aveva stoperta inimícizia, e che poteva farlo, non togliesse un simil soipetto.
Alt -. Pcr5 *ec°ndo i principii stati stahiliti in «inri tribunale, come n’attesta il Cardinal
Aibizzi nei suo trattato, fatto espressamenie per cií> —de inconstantia in fide— cap. 14,
n. ¿ , non puo prc>cedcrsi aU’arresto «* non indizí ch’i Criminalisti chlamano a tortura,
iwx:. com egli medesimo spiega -< erti et indubitati. ed in venina maniera equivoci— per-
j , e, . . iirrwf(> medwímo in quel tribunale porta l’lnfamia. essendo una pena, e pena Irrime-
diabile, non puo mfliggersi a chí non sia provato reo; pare che cadendo tuttl gil etaml
a i oopo arresto, »u romr <leholi e sen/a d’ ibbio affatto equívoche, e non eatendo per
anto contesfato il procf «v> contri» quello chc finora hanno praticato, pare che ti pottn con
¡r.«4.!k ?,C' ' ' c<nc,cnz® dubitare, che veramente a principio non avetsero quettl Indltl
indubitati per poter pr^edere «ll’arresto.
.vero S* r,,^be altresi induhitato l’aggiavio, che darehbe tu tto II d lrlfto al
<-•111 < d imp orare la prote/ione del auo sovrano; ed a questl lu tto II d lrltto di far-

24^,
nene tender ragione, e d apporvi ta tu* regía mano, única difesa <ü qucUi che soffrono
violen*», o che per 1* loto piedolezza tono oppreasi da piú potend.
Moho pía considerando che seguitando cotí ae gli predude I* strada indirettamente
di difendersl in un punto ddl’ultima importuna, com'é quello della Ubertá e deU’oncwe.
SI trata di far render giustixia ad un suo auddito che non poteva eaaer arréstalo sensa la
mía autoritá, c che senza dubbio lo ha dato tul auppoato che aia reo, noo ( il perché al
i¡icn«« senza che mal possa tapera! s'egli lo ala,
,. degno della pieti di S.AJR. poiche quanrunque tía cetto ch’íl
I’ribunal dell Inqutsizione sia giustiasimo, non puó nonoaunte negarsi, e S.AJR. puó acccr-
tarnene sempre che voglia col comandare che sieno interrogad, chi pió le piaccia de’tre
avvocati destinad alia difeaa dejrei in Píteme, che la maggior parte di queüi che vi tono
stati ritenuti; se si tolgano gli Eociesiastiri denunciad di solledtazione, in cui oytni broche
rimoto sospetto serve per coatituirli rd; vengono aaaoluti colla aoUta formule di reacritto
— non molestar» da vantaggio— ch’equivale all’ewer dichiarati ínnocenti, da che qudonque
nro che non rimanga purgato, serve perché «'imponga una pena, se noo altro una peni
tenza *#lutare e lo stlle del tribunale non i mai di dichiarare Ínnocenti quelli che li aono
stati denunziati, perche ció suppone cakmniosa la denuncia, ed io pottei individuare mold
esempi di persone liberate con questo reacritto dopo aver sofferto lunga pri|kmii e la
tortura, ch’fe quasi inevhabile in un tribunale in cui non puo proceden! di'arresto ae non
con gl’indizi a tortura, ma per non tesserne una lunga istoria lagrimevote, b n to i aneen-
nare 11 caso aeguito nella persona d'un Bardi Gentil.mo e che credo anche cavaÜete di S.
Stefano, alie mani di questo iateaso Inquisitore, che dopo lunga prigíonia arcotnpagnata
da soliti slntomi. essendo etata tre volte pttHpoata la araaa nella Coagytgajóooc def $.
Uffizio a Roma, due delle quali fu aempte ordinato supplirsi aOe prove, atante i dtfetd, e
l’irrcgolaridl ch'erano nel Processo ció che in Italia non ti sarebV potuto (ate in veran
Tribunale, finalmente nella tersa ottenne il reacritto. —Ampliu* noo entesad— ed é al
presente libero nella d ttl di Volterra.
L'esito di simili cause mostra quanto giustatnente abbiano fermato i decred della S.
Congreg. che non «i possa procedere aU'arresto di venino, se noo con tndU certi, er
indubitatl, ed in veruna parte equivod e con quanta cautela conviene che proceda» a
domandarlo gTTnquisitod medesimi; poiche laudando da parte, e la prigíonia e la tortura,
che per molti h un male reputato maggsore della morte tnedesiina. doweado rimanere l'esito
della causa nell’istesso segreto che dee essere turto il processo, l chiaro che se mai >
arrestato un innocente, egH renta colla pena d*infamia che naace da! sor» amato, e noo
puo mai liberarsene perche mai non puó pubblicamente costare defla sua mnocensa.
Questo pare altresi che giustiftrhi, la gekwia che hanno tutti i sovrani. sul punto <Paccw-
dare il braccio; e le diverse Cauíde, che da tutti i Govertú aiprendono per non acaudado
indebidamente trattandosi d’sffare di tanta imponsn*a per ti aodditi. easendo indubitato
ch’in Italia non solo vi la Repubblica di I.urca, ed il Regno di Napoli, dove mai vi
hanno voluto lasciare Introdurre il tribunale dell’Inquiaiáone: ma vi la Rcpuhblica di
Venczia che v’ha voluto 1‘assitenza di due suoi ministri. li ouali « non altro hanno II
diritto d ’impedire che si parli niii d'una cosa che ddl*altra. <d in tutti gTaltri vi qualche
método ptr vedere quando vadia conceduto, o no. e per non bactarli la Hlwü «agiré a
loro talento, fuori d'Ttalia poi. ov’* l’Tnqutárione, vi * sempre una for»<fcadnata per
contenere i diritti regi, e per assicurare che non sieno fatti aggravii aw dditi. abuaandoai
della potesti ecclesiastica, contro la pia intenriooe della «anta sede mcde*ima ___
Questa (xrasione mi rende ardito di propotre a V S Illunw se cetnvenga rApprestotye
n S.A.R. alctine circostan*e di fatto, che possono metterta benc a portat* «Tintendetc,Jpeocne
per nostra disgrazia, sia lontana, 1‘effetto ch’ha prodotto per la Qtta *n Toacwa
1‘ irrcsto seguito, e donde nascono alcuni timori apar*! che non lwciano á¡ produrre catttve
(onsc>{uen>!e anco al b\ion sen/itio di S.A.R. lo neró intendo di comunicarie queato mío
xcntlmento sotto lo pM strett» confidenra. c di fidarlo ad uno delta sus ^ **^ s, e come a
primo ministro di S.A.R. da chr ae ai acoprisse, io aarei eapoato a ^iskhe rtschto.
Por intender bene le circostanae della causa conviene prcmetiere ene gi IiKpmttoti gene-
rnlincntp. c piii quello di Firenae, perche nc tirava un magptor pronto t^nno conoeplto,
una grande amarezta perchi* pochi prendon le patenti di famuiari del ... Utiuo, ene pnma
«i pagavano molto per poter portar le « m i, dopo la pJhbbcanone * 1 a nucw L e w ,
hanno fatto di ció querela con i loro conWenti (quello A Fíren» col P.C. di^ S .M j e
qualcheduno di loro non ha tanto saputo cootenersi da non dar ^
lava qvtalche vendetta, permesso di usar quesu frase. parlando ^ I l lncivu^
•"ale di quelll, che ai creAw o autori di ció; e .Ikhia^ndo*» chc
Govcrno di disguMarli per «i piwola bagattena.com* qwlla d«
in nomc loro vhi pi\S li pirtvr dc'RuKliti ui S.A R qneati n qu»Khe oto» cioé in

247
m ni quelli. che si lascia loro sostenerlo, si pretendano immum dalle Gmrisdizione Laica,
a fonna de’privilegi Pontifici, conceduti al lew Tribunale, bench in mo to diverse circostanze.
Anno soarso chiaramente che bisognava procedere a qualche fatto strepitoso per nmettere
in reputazione U Loro tribunale. ch’essi apprendevano daver troppo «offerto nellopinione
del popolo nella condanna alia galera degh sbirn che fecero lor voglia quella del famoso
Canoelliere deU’Inqukizione di Siena, perquotendo a sangue nei Tribunale, come bestetn-
miatore, quel pover’uomo, reo d'esserseli opposto a prostituirll le fighe.
Nella priaionia dell’Olmi ch'é attualmente al ruolo di questo P Inquisitore.
E nell'avere obbligato il P. Inquisitore medesimo a restituiré i libri al Mercante Rigacci.
E moho da sospettarsi, che questi uniti con qualch’altro personaggío, ch’era in Firenze,
abbiano fatto delle cattive rappresentanze alia Corte di Roma sul fatto della religione del
paese, essendosi vedute nei occasione del seguito arresto, molte Lettere di Roma anco
di persone, ch anno parte in quel Governo, nella quali si dice chiaramente, che gli arresti
doveano esser piu, ma che questi si sarebbero bene ottenuti addirittura da S.A.R. non
ostante il maneggio de’poco religiosi ministri.
In queste circostanze, e con queste proposizioni che si sono pubblicate, non so se
casualmente o a bello studio, Tarresto del Crudeli, che per la sua buona nascita, e per
10 spirito di Poesía che possedeva in qualch’eccellanza, era ammes-so a praticare con tutti
i ranghi delle persone; a sparso il terrore per tutto, e colTopinione universale ch’egli non
possa esser reo, al sommo che d ’imprudenze, da che egli non era uomo di veruna profes-
sione, e che non aveva altro scopo che quello di divertirsi, confermata dal sentire le ricerche
che fanno su cose equívoche, e giá passate da molt’anni ha messo al punto molte persone
di qualitá, e di qualche professione d ’abbandonare il paese non volendo esporsi o ad esser
vessati per averio praticato, o a dover tender conto di quello che possono aver detto nella
prima giovinezza.
La nazione Inglese che peí moho danaro che spende nei paese é molto ben accetta colle
sue doglianze ha fatto crescere il timore ed il malcontento perché per alcune parole dette
dallInquisitore in alcune case primarie della Cittá (In Casa Vitelli, disse, che se non aveva
potuto spumare Tesilio di Stoch almeno aveva concluso Tarresto del Crudeli) ha dato
giusto motivo di credere ch un capo di delitto nei Crudeli sia l’aver praticato gli Inglesi,
da quali irsegnando la lingua ne tirava il suo sostentamento; e dal sua contegno e dal
modo cor cui a paríalo é parso clrabbia auto piacere di far credere, che diversi effetti
seguiti nell' resso tempo siano stati prodotti da una istessa causa. Si é sempre accresciuto
11 sospetto, poiche non solo si é saputo che procura d ’indagare ció che si fa e si dice in
alcune case di Sig. Inglesi molto rispettabili, che sono in Firenze, ma ch’ancora fa tener
direto ad alcuni che stanno in Siena, di sorte ch’a quasi vietato ad uno che insegna loro
la lingua di Draticarli fil D.r Valentini), dicendo che questi Inglesi erano molto pericolosi,
aggiungendo a ció qualche altra parola atta a ricevere qualunque interpretazione. Si che
tutti quelli ch'anno praticato gTInglesi si sono messi in sospetto; ed é indubitato ch’alcuni
si sono anco díchiarati a loro medesimi di non poterli praticare sicuramente, ció che gli
ha allarmati, ed i dato luogc J¡ formare diversi sistemi.
De’quali i! piú plausibilc é queUo che veramente il suo delito sia d ’essere uno de liberi
muratori. Io dico ch’é il piú plausibile, primieramente perché fino nei governo di G. Gas-
tone di g.m nella sua medesima anticamera Tlnquisitor presente, mi parló con molto
sentimento di questa Societa, chegli chiamó Setta, ed in forma che fin d ’allora m’aw idi
che aveva degli ordini su questo punto, e con questa notizia, quando usci la .Celebre Bolla,
mi credetti in obbligo di rappresentarlo al Consiglio di Reggenza, che risolvé di proibire
che non si stampasse in Firenze, e che non sí vendesse pubblicamente.
In secondo luogo fino ne 9 Giugno 1738 fu esaminato dal Presente Inquisitore un
prete Bernini, espressamente su questi liberi muratori, e fu interrogato se tra’essi v ’era
il Crudeli ed altre persone
(LAb. Franceschi, Tab. Buondelmonti, il Dott. Corsi).
II Dr. Pupigliani fu esaminato su i liberi muratori, e sopra la persona di Stoch e fu
ritenuto cinque gíorni in carcere senza che il governo ne sapesse nulla.
E perché di Roma hanno scritto che senza dubbio questa é la vera causa.
E finalmente, perche colla ultima posta di Roma so di certo, che sono State negate
aue grazie, soljte sempre * concedersi a due gentiluomini, / L’Abb.Giu. Buondelmonti li
negarono la dispensa di diré TUfizio divino ed il Card. Corsini, disse perche era frimasson.
c ^ negata la dispensa di mettersi in sacris ed io ho veduto il rescritto
tatto dal Card. Corsini e dopo cancellato, che li fu rimesso dal Cardinal Riviera. /
a solo titolo ch uno era tra i liberi muratori; e Taltro perche gli praticava, e perche
avevsa raccomandato il Crudeli ed a questo li fu negato dopo ch’era giá fatto il rescritto.

248
l n>* £ tuttc f persone di qualche studio pulito hanno mal íetto sul caso d d Crudeli,
perch in Toscana e troppo noto a chiunque la guerra occulta che dalla Corte di Roma ti
h fatta aUUniversita di Pisa, considerata come il solo ostacolo, ch'a impedito di rklurre
la Toscana nello 8tato dignoranza, in cui é soffogato, quasi tutto il rimanente d ’Italia* 0 6
tanto piu perche 1 Inquisitore medesimo súbito dopo l’arresto, all’abate Crudeli fece u&a
lunga declamazione contro TUniversitá di Pisa, dandoli a credere che da quella il Crudeli
avesse derivato i suoi errori, sólita cantilena, ch'anno sempre fatta, bench'inútilmente:
perche la corte colle massime antiche tramandate da Cosimo primo ha creduto sempre
del suo interesse di sostenerla su l’istesso piede, sí ch’anco ne governi piü portati alia
devozione, come in quello di Cosimo terzo, sono state sostenute queOe persone, che per
sapere, superiormente agTaltri, erano secondo il solito prese di mira.
Io son certo che V. S. ch*a ben inteso il sistema, si sará accorta, che, considerata la
situazione política, e naturale dd lo stato, alcuni studi sono a noi si necessarí. anco per
l’interesse del sovrano come lo ? il Gius pubbiico Germánico a tutti quelli che devono
servire le Corti di Germania. Che questi studi devono dispiacere a tutti quelli ch'anno
un contrario interesse; e che non possono esserví, se non vi sia la necessaria sicureza
nella costante volontá del Sovrano, ed una volta che si creda non esservi, in breve sí
ridurrá il paese a parlare un linguaggio molto pernicioso alTinteresse del Pubbiico, e S.A.R,
senza awedersene, sará costretta a metter negji impíeghi ch’occultamente saranno pronao-
tori fiscali del S. Ufizio, e delle Curie Ecclesiastiche, perche senza esser tali non protnmno
mai esser sicure da qualche accidente.
Io lascio di mentovar Livomo, perch e troppo noto, che sarebbe tutto perduto, non
díró se si lasciasse agiré liberamente allTnquísítore comlia sempre dem iento di poner
fare, ma anco se si credesse tal cosa, bastando per persuadersi di ció, il riflettere che Livorno
non era che un marasco, e con la sola sicurezza accordata e promessa ne orivikgi d d Porto
franco da Ferdinando primo in poco piú d’un secolo e díve;iuta una deüa rittá pro iropor-
tanti d ’Italia, e Túnico sostentamento dello Stato.
Par dunque chiaro che convenga all’interesse di S.A.R. il dileguare questo falso aliarme,
e ch’ei permetta che si possa chiaramente promettere a chiunque, che non saranno inquie­
tad, e che goderanno Tistessa sicurezza ch’anno goduto fin ora.
Io prego V.S. Illu.ma a tener segreto questi miei sentimenti che non anno altro scopo
che il buon servizio di S.A.R. ch'io non ho voluti fidare ad altra mano die alia mía prt>
pria, perche pur troppo sono in vista agli ecclesiastici, e per ragione di mió im pido esparto
al loro odio, senza aggiungervi questo nuovo motivo, non v’essendo cosa die riguardino
con tanta gelosia, come il punto di poter liberamente agiré in materia d’inquisizione. essendo
questa il primo fondamento della loro potenza, ed in attenzíone ec.
A. S. F. (Reggenza Filza 339, Insert. 2 , n. 3).

APENDICE N.° 7

Memoria del Conde de Richecourt a propósito d d proceso y encarcdamtento d d Dr. Cruddi.


El Conde de Richecourt a S.A.R., el Gran Duque, Francisco de Lorena.
Firenze, 28 julio 1739
[Nota marginal: Ragioní delTarresto del Dr. Cruddi e proposinoni
d d Conte di Richecourt per la sua domandata scarcerazione e feerminaztone
del processo, mentre egli ha detto die con tutte quelle accuse non era
mai stato esaminato].
L ’arrét du Docteur Crudeli a jetté Tallarme dans ce Pavs comme Ton a eu lTionneur
d e n informer S.A.R. , . * , f
D ’autant plus que son metier ay.nt esté [sic] de fa.re le ma,tre de l«ngue itActu*
Ct de Poéte, il ne paroit pas que ces deux qualites puisscnt avcwr beaucoup de Rdation

» H * * « » t U m m * 1»» « « •*
licrcmcnt les Ecclésiastiques et les moines contre lesquels il a P*r Q*noi™c ammiels
m its, et il est de plus Franc-Masson et «voit beaucoup de relation a\ec les aogkxs auxquels
il enseignoit la langue italienne.
Nous disons Franc-Masson et relevons cette quahté, parce <*u i l n est pas
le Promoteur dc toutes les rumeuts que l’on a fait i Rome et
nouvel asseseur du St. Office, lequel est l’auteur de la Bulle contre les francs-mtssons par
laqucllc il a voulu sígnaler son entrée dans oet employ.

249
Et que d’ailleur les discours echappés tant á l’ Inquisition en cette ville qu** plusieurs
Prélats á Rome, donnent lieu de croire que ?a a este un des pnncipaux objcts du Procés

^ a cru par la remettre le Tribunal du St. Office en honneur ou d u m oin s


le faire craindre et ainsv réparer la bréche qui avoit fait 1 aventure du Chancelller de
lTnquisition de Sienne dont S.A.R. est informé. .
Tous ces discours du public se fortifient par les informations qm se font de la part
de l’Inquisition contre le méme Crudeli, lesquelles autant qu’il a pu transpirer voutent
sur des Bagatelles et point du tout sur des arricies de foy comme on l’aura sans doute
advancé a S.A.R. pour en obtenir l’emprisonnement de Crudeli.
Ces iníormations augmentent l’inquietude de plusieurs car si plaisanter sous l’ignorance

Ecclésiastiques ont teUement intimidé la plupart que si S.A.R. auroit aujourd’hui quelque
difficulré avec Rome Elle auroit peine a trouver quelqu’un assez hardy pour oser soutenir
ses droits et s’exposer á la vengeance de gens de PEglise qui sous la couleur d ’irreligion
pourroient vexer quiconque se seroit opposé á leur pretention quoy qu’injuste.
L histoire n en donne que trop d ’exemples et nous y voyons que Rome n’a pas méme
respecté les Tetes couronnées dans les siécles d ’ignorance ou Ton croiyoit [sic] rauthorité
du Pape superieure a touttes les Puisances; authorité qu’elle cherche a maintenir autant
que luy est possible avec les Princes, auxquels Elle ne croit pas assez de forcé pour luy
resister et pour cela Elle y emplove touttes sortes de voyes.
Elle a proscrit les meilleurs liures des lorsqu’ils ont traitté de diminuer la puissance
temporelle quelle avoit usurpée dans les temps passés.
La distinction de la Puissance temporelle et de la spirituelle est une heresie selon eux
!a pire de toutes.
lis ne sont point assez hardys pour le dire hautement mais les persécutions qu’ils ont
fait a plusieurs qui avoient avancé soutenir ou enseigner des pareilles propositions, les
persécutions disje qu’ils lejr ont fait sous d’autres pretextes en est la preuve.
II est vray que Crudeli n’est point dans ce cas, mais il n’est pas moins vray que son
arret et les procédures que Pon a fait contre luy, donnent un juste sujet de craindre a ceux
qui n ont d'autre crime que de croire que les droits que la Cour Romaine veut s’arroger
dans Ies matiéres temoorelles est une usurpation de Pauthorité souveraine. Que PEglise
est dans l’Etat et non l’Etat dans PEglise et qui en méme temps qu’ils croyent l’infallibilité
de l’Eelise douttent de celle du Pape, qui n’a d’autres fondements que les decisions qu’il
en a fait en sa faveur.
Cela est teUement vray qu’á present d’abord qu’il s’agit de Rome personne n’ose plus
parler.
S.A.R verra par la relation de son conseil d’aujourd’hui, que cette Cour sent déjá son
authorité et veut s’cn prevaloir a Poccasion des soldats rebelles qui aprés avoir volé se
sont retires dans PEtat Ecclésiastinue et que Pon ne veut rendre que des conditions
nouvelles. que le Conseil n’a pü accepter.
Elle y verra avec surpris comme le Cardinal Corsini aprés avoir promis verbalement
et par ecnt satisfaction sur cet article s’est défait de cette affaire et Pa renvoyé au Car-
dinal Firrao, Secretaire d’Etat, qui s’est expliqué en termes fort hauts et fort impropres
pour ne rien dire de plus.
Nous luy apportons cet exemple pour faire voir á S.A.R. de quelle maniere on est
ose á Rome, dans la vue sans doute de forcer en quelque maniere S.A.R. a accorder le
bras seculier pour trois autres, suivant les promesses qu’ils pretendent leur avoir été faites
par S.A.R., promesses prétendues, qui soit par hazard, soit par affectation ont estés ren-
dues publiques et dont Pexécution pour un seul, feroit partir d ’icy la pluspart des gens
de Lettre^ surtout ceux qui ont quelque reputation, et qui par lá se trouvent plus en
but a la Cour de Rome, qui voit avec regret en Italie des gens informés du peu de fon-
dement de ses máximes en matiére temporelle. Ces raisons et le prejudice que cela porteroit
au service de S A.R. nous determinent a le suplier de faire attention aux suittes que peut
avoir authorité trop etendue de la Cour de Rome dans se* Etats par la voye de Plnqui-
smon, surtout sous un PóntiBcat qu<^ Pon ne peut douter est tout devoué á la Cour
o spagne. nous la suplions d’obscrver que chaqué pas que Pon fait avec la Cour Romaine
tire a consequence; et qv*il n’en font point qui n’atend et au mantient et a 1'augmentation
ae leur authorité sous quelque couleur ils les couvrent.
Que ltvrer ses sujets á PInquisition est le* livrer á une puissance étrangére d ’autant
p us meme, que non seulement les officiers de PInquisition ne sont pas ses sujets mais

250
que de plus, ce n e*t point icy, mais & Rome ou jugent les accusés; l'Inquisition ne
pas sans orare de Rome et sans en rendre compte.
,, <*“ « den au.tr* k Cour de Rome soutient avec feu l’cremption de* gens
E«l)se des Tribunaux Laics, quoy que ces Ecclésiastiques soient sujets de S.A.R., exemption
qu lis font valoir non seulement en toutes affaires personnelles pour qu’elle stíme te pwsae
etre, mais aussy pour Ies affaires purement Civiles ct cela a un tel point, qu’aussitdt
qu un Ecclésiastique est interessé dans un Procés pour un champ. pour une maison, une
metairie il attire tous les sujets laics par devant le Tribunal Ecdésiastique ct de 12 par
appel & Rome.
Exemption qu ils font valoir contre les intéréts du souverain et avec laquelle ils ae
soustraient de beaucoup d'impositions non seulement pour les Biens Ecclésiastiques, m a«
aussi pour leur biens Patnmoníaux * ropposition des autres sujets ce qui donne lieu a
mille fraudes y ayant plusieurs milles ou ont fait passer rous ses biens á celuy qui porte
rhabite clerical pour par lá les affranchir de partie des contributions.
Dans ces circonstances nous laissons k la haute prudence de S A.R. i consíderer si
sous le nom de Religión il est de son jugement de laisser augmenter rauthorité Ecdésías-
tique, au prejudice de la sienne, pretexte sous lequd les gens d ’Eglise en ont déji umt
usurpé en Toscanne.
Ce qui arrivera cependant si S.A.R. n’apporte un frein a l’authorite de l’Inquisition
comme il est dans plusieurs Etats d’Italie par la presence d ’un Commissaire qui aamte i
toute la procédure qui se fait i l’Inquisition et qui veuilient á ce que sous pretexte dliere-
sie Ton n’opprime pas ses sujets, et peut étre méme ses sujets les plus fid&es; ctant trop
connu que le zéle et la fermeté pour le soutient de rauthorité souveraine est un crirne i
Rome, qui ne s’v pardonne jamais, se croyant méme toutes voyes penniaes pour ae venger
et cela sous le faux nom de zéle pour la Religión d’ont nous vcfjIoos croire qu’ils sont
aveugles.
Nous ne croyons pas que la Cour de Rome puisse refuser une demande auan juste,
mais a dire le vray nous sommes persuadís cru’elle nV consentirá pas, puisque cela hiy
coütera le moven de se servir d ’un nom et de l’authorité de lTnquisition pour des matiéres
qui ne seroient pas de Rdigion.
Mais en méme temps nous pensons que ce refus authorisera S.A.R. á celuy du bras
seculier contre ses sujets, auxquels comme souverain il doit la protection.
La détention de Crudeli depuis si longtemps sans qu’il ait été seulement interrogé
á ce que Ton pretend fournit un pretexte juste ¿ SA.R. pour former cette demande.
S.A.R. peut sur la supplique cy jointe des Pire et mire de Crudeli faire demander en
quel état est son Procés et doit étre informe voulant s’il est coupable qu’il soit pony, mais
s’il est innocent qu’on le renvoye et ne fasse pas perir dans les Priscos un homnne asma-
tique. dont la santé et la vie est tres certainement en danger en se trouvant reservé dans
des Prisons.
A cette demande il n’est pas douteux que Toa répondrm que cela ne peut attendre [ne
pas possible attendre] le secret inviolable du St. Office.
Mais ce secret ne peut étre pour le Souverain i qui Dieu n*a pas motns confié qu’aux
Ecclésiastiques le maintient de la foy et de sa saint Rdigion.
Au contraire plus particulierement luy ayant mis a cet effoct le glaive en mam et ayant
laissé seulement la voye de la persuasión et du bon exemple avec le glaive spintud i
l’Eglise de maniere méme qu’il pourroit clairement par l’Ecriture et les Pfcres, que la
forcé qu’il veuilient implorer par le ministére de lTnquisition est une entrepnse contraire
a la loi de Jesús Christ, qui nous est representé non comme Tange exterminateur mais
comme le bon Pasteur qui va chercher avec douceur la Brcbis egaiée et la rapporte sur
les epaules au bercail.
Et alors en cas de ttfus S.A.R. peut faire voir que sa conscience sa justioe et s*
ploire nc Luv permettaint pas de livrer ses sujets sans étre informe de leurs v ü iu b t e
délits, et de la maniere dont on procede contr’eux EUe n’accorde» plus a laven» fe brw
seculier. a moins que par un commissaire proposé de sa part. qui soit present a la tor-
r.iation des procés il ne soit «ssuré que ses sujets sont coupables. qu us le sont d irreligión
ou d’heresie et qu’on leur a laissé tous les moyens de se justiner
Ce qui est d’autant plus neoessaire que dans ce redoutable T r i b u l e catoro-
niateur n’cst n’y connu, n’y puny, d ’oíi il est evident combien tout horome est exposé *
la persécution et ¿ la fureur de ses ennemis.
Nous n’avons pas cru devoir rendre publique la supplique que font • • . e
ct la mfcre de Cnideli pour ne pas les exposser * la petsécutjon
cVst un crimc á l’Inquisition, méme aux Parents les plus proches a u n «ccusé, aagir ou

251
faire quelques pas en sa faveur, crime qui devient droit impardonnable par le recours á

laUN o ÍseaTOnseJmn devoir communiquer cette supplique au Senateur RuceUay pour avoir

500 S T R le trouverat cv joint, escrit de sa propre main, il nous a prié en grace que
cet Ecrit ne puisse etre vu de personne, parce que si cela pouroit venir á la connoissance
de la Cour de Rome, il seroit certainement perdu sans ressource, ou forcé d abandonner

NousC avons l’honneur d ’en supplier S.A.R. qui en sentirá toutes les consequences et
qui pourra en juger aisement, s il veut bien observer de quelle fa^on la Cour dc Rome
cherche a noiidr et a prendre ceux qu’Elíe peut croire luy étre contraires.
La suppliant en outre de vouloir bien regarder la presente remontrance comme un
etfect de notre zéle pour son service, ayant cru que nous manquerons a notre devoir, si
nous luy dissimulions le véritable Etat des choses.
Nous esperons de sa justice qu’EUe fera presser la décision du Procés de Crudeli, qui
gémit depuis plusieurs mois dans les Prisons sans scavoir encore de quoy il est accusé,
et quelle voudra bien donner ses ordres pour rassurer ses sujets allarmés qui veuillent
abandonner leur Patrie pour aller vivre á l’abri d'un Tribunal aussy terrible que le St.
Office.
Nous avouons naturellement á S.A.R. que tout homme qui y est soumis doit tembler,
puisque I on va rechercher la vie et les discours d ’un homme depuis son enfance, Ton cherche
á soborner ses domestiques pour scavoir ce qui se passe dans le secret de sa maison,
qu'on admet pour témoins les personnes les plus viles, rejetés dans tous autres Tribunaux;
qu’il ignore qui sont ses accusateurs, et se trouve privé de toutes les deffenses legitimes
dans tous les Pays du monde.
Que le jugement que Yon porte contre luy est pareillement secret, un homme pouvant
y étre coodamné pour des delits imaginaires par l’ignorance et le fanatisme de ceux qui
coroposenr ce Tribunal. Nous avons Thonneur de vous mettre aux pieds de S.A.R.
A. S F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto, 2 , n. 7).

APENDICE N.° 8

Súplica de los padres del Dr. Crudeli dirigida a S.A.R., Francisco de Lorena, intercediendo
por su hijo preso en las cárceles de la Inquisición.
Firenze, 18 julio 1739
Altezza Reale,
Atto. Crudeli e Antonia Ducci sua Moglie, servi e sudditi umilisimi di V.A.R. prostrati
ai suoi piedi arrímente gli rappresentano esser ritenuto in questa Inquisizione di Firenze
¿1 Dottor Tommaso Crudeli loro Figlio dalla Notte del di nove maggio, in cui dagli esecu-
tori di V.A.R. fu catturato, e condono in mano del Inquisitore, e siccome per tutte le
sommissioni fatteli per tutte le raccomandazioni, che anno potuto interporre, e per tutte
le diligenze che anno creduto poter fare e che li sono state suggerite dal affetto paterno
non anno potuto arrivare fino ora a sapere la causa, per cui sia ritenuto nelle Carceri, e
ne puré se sia stato esaminato o no, di sorte che per tutti i riscontri essi sono in obbligo
di credere, che non lo sia stato ancora, benche dal giorno della cattura fino a questo pre­
sente, sieno corsi due Mesi, e nove giorni, consigliati dalla somma afflizione, che provane
in vedere nella loro etá decrepita un suo figlio ritenuto senza sapersi il perché si degni
daré quegli ordini, che crederá necessari ad effetto, che si sia resa quella giustizia che
menta, e che non debba moriré ritenuto in quelle miserie un suo suddito senza sapersi,
se egli lo sia, e ció che piü gli afflige senza speranza, che possa terminarsi la sua prigionia,
e tanto si credono in obbligo di umiliare questi suoi sentimenti
aliA.V.R perché la debole <£>mplessione di detto suo Figlio attacato da diversi mali nei
Petto li fanno sperare di poterlo piú rivedere.
poveri oratori speranno che V.A.R. vorrá aver pietá di due afflittisimi vecchi, che
non anno altro umano soccorso, sicuri che ritrovera un atto degno della sua Giustizia
accordare la‘ Sua Real Protezzione ad un infelice che non ha mai offesi le leggi di V.A.R.
o !*73 ° non ® stato mai capace, ne per volontá ne per abilitá d ’offendere quelle
• ^ Sa,‘ coIne nc P°tr^ essere assicurata sempre chc si degni di farsi informare da
quei Mmistri. chc possono essere indifferenti colla persona del detto loro Figlio, e che
1 u .^ua*c ” e m^ra P^rticolare a cui puo forse darsi il caso, che sia stato sagri-
o, a c e j1 suo naturale sciolto, e rinfelice professione di Poeta, con cui h rissuto
I anno fatto cadete in alcune impruddenze da farsi disobbligare molte persone, e la pradal
continua coUa Nazione Inglese, da cui únicamente tirava la sua susistenza colTinsegnarsi
la lingua, 1 ha messo in vista alia pote¿tá Ecclesiastica e forse in odio a qualcheduno ddla
medesima.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza dtlla Toscana, Filza 339, Inserto 2, n. 4).

APENDICE N.° 9

Billete del Santo O ficio sobre las cárceles de la Inquisición en Florencia.


El Asesor del Santo O ficio al Cardenal Firrao, Secretario de Estado.
Dal S. Offizio, 28 noviembre 1738
Dalle relazioni, che il P. Inquisitore di Firenze ha trasmesse a questa Sag. CongregazioDe
sulle note Pendenze che quel nuovo Ministero ha eccitato con tro il S. Offizio, si raooglie,
che il Sr. Conde di Richecourt veramente abbia mostrato animo di non pcrmetter al S.
Tribunale le proprie Carceri, ma segnatamente, ció si desume in una lettera de 4 marzo
prossimo scorso diretta alia medesima S. Congregaztone, in cui il P. Inquisitore avvisa in
questi precisi termini: «Tanto maggiormente puo temersi di nuovi aggravi quanto cbe,
com’esso Mons. Nunzio m’awertí che in trattando col Sr. Principe di Craon l’affare d d
Braccio, riconobbe nella mente del Sig. Conte di Richecourt vivo il sentimento di non per-
mettere al S. Tribunale le proprie Carceri, che e quanto debbo esprimerle*.
In oltre nei raguaglio che il med. P. Inquisitore ha avanzato delle innovazíoni nw4it^rr
dal sud.° Ministero, si legge in questa guissa: «II Síg.re Conte di Richecourt ha detto piú
volte che le Carceri del S. Offizio sono moderne».
Su tali rappresentanze, non solo nella memoria da inviarsi al P. Confessore del Stjso
G ran Duca, ma’anche ne’fogli gia trasmessi al Sig. Cardinal Passiond mentre ritxovavasi
Nunzio in Vienna, sopra le accennate Pendenze e stato asserito, chc il pred.° Conte di Ri­
checourt pretenda di non permettere al S. Offizio le proprie Carceri.
Tutta volta, quando TE.V. col suo superiore accorgimento stimi, che rindicato fatto
debba tacersi, non mancherá l’Assessore in ubbidienza d d sud.i Veneradssimi comandi di
farsi ritornare dal P. Generale della Compagnia di Gesü il consaputo foglio, per levare dal
medesimo il divisato Capitolo.
In tanto supplicandole delTopportuno oracolo bada alTE.V. umilissimo la S. Porpora.
A. S. V. ( MemoridiViglietti, 72).

APENDICE N.° 10

Minuta de una respuesta del Senador Rucellai a una Memoria anónima, en la que se ponen
de manifiesto las irregularidades y abusos d d Tribunal de la Inquiskián.
[Nota marginal: Minuta di una Risposta d d Senator Rucellai ad una
Memoria anónima dalle quale si rileva k> stabilimento, le vkende. gli abusi,
le irregolaritá introdotte nei Tribunale ddla Inquisizione].
Précis touchant l ’Inquisition.
1.° L ’Office de PInquisition en Toscana eut son commencement l'an 1254 au temps
du papa Innocent IV.
2 .° La fin de son établissement est de veiller sur la pureté de la foi, de ramroer ceux
qui s’en sont egarés, de corriger, et punir les obstinés dans 1erreur, sd on lesrfegles, et
usages toujours paisiblement pratiqués plusieurs hcrétiques. entre autres les fratnceues,
les beguines, les Josephistes, et en l’an 1365 des gens impies, qui venus de la Bntanme dqg-
matisoient, furent chassés de ces etats par le Tribunal.
3 .° Depuis son établisement certaines k>ix furent prescrittes des papes et des conseils
pour la bonne administration du St. Office.
4 ° La jurisdiction de proceder contre toutes les pe-sonnes qui répandoient des etteurs,
ou fussent suspectes d’heresie, est donnée a Tinquisiteur auqud sont joints douze cónsulteurs
pour Tassister, avec un avocat fiscal, et un autre pour les coupahles.
5 .° L’information se fait secritement et on preod garde a la qualité des témoms. s ih
sont amis ou ennemis de Taocusé; s'ils sont... contre luí, ils sont avertis de dire la w n te
sans exagerer, ny extremer le délit, i quoi ils s’obligent par setment touchant samts cvmv
Riles; on les menace des peines spirituelles au cas de panure. dont aucun prétre les peut
absoudre sans qu'ils se retractent.

253
¿• 1 dit, ou fait
-st intcrrofté si ce qu’il a dit ou fait contre la religión, il l’a
p« JkTSri. *«■*«»«„. Si p« tjLU«ie, .’U . « U d.
Si S!pS ¿..toen., «i U>l~n< l«* '*» "u" w " f * f0" b*“ d,',p*ro1' <*• “ •••!
si averti par ks asaistAnts il a soutenu opiriiátrément ou rctracté cc q u il a dit.
7 " Quand le crime est de» plus enorme* le procés est envoyé á Roiuc au .upréme tribu­
nal d lnouisjtion pour y étre examine par les consu teurs et qualifaeatcurs d tcelly. Chique
cónsul teur ayant discute Vitóte tous s’asscmblent le lundt pour diré leur «entiment. Le
mere red v on lexaminc cncore une tois cn presente des cardinaux deputés du St. Slége, et
1c jcudi devant le pape meine; enhn la decisión est envoyée aux mquistteurs pour agiré
cn consequence.
8 •• Quand le enme est de moins griefs, et que l’accusé est convaincu de la faute, l’affaire
se hnii par la semence des consultcurs, et de l ’avocat á Florence.
9 ’ Les peines sont pour les crimes enormes, c ’est á dire d ’avoir enlevé le ciboire avec
le St." SacTement. d’avoir dit la Messe sans étre ordonné Prétre, et semblables; d ’étre envoyés
aux galeres de Livourne, ou livré a la puissance xeculaire pour étre puni de mott; pour lea
nx)ins griets. la lustigation ou exposition publique aux portes de l’Eglise, ou dans l’eglise
de St. Croix avec mamfesiation du délit, ou la reprimende secréte.
10." Quand 1c bras du Grand üuc doit étre requis c ’est que le criminel refuse d ’obeir
aux otdres de l lnquisiteur.
J 1 Ríen ne se décide sur la personne du coupable, que le crimc ne soit bien attesté;
ou ne procede sur la déposition d ’un seul témoin, moins encore par soupson ou des bruits
populaires.
12." Au cas qu’avant la íin du procés, le coupable penitent a recours á l ’Inquisition
avouant sincérement sa iaute, il obtient l'absolution; on lui absout pour eviter toute punition.

[Respuesta del Senador Rucellai. Los párrafos incluidos entre corchetes son notas marginales
añadidas al texto en su redacción tinalj.
J.— L office de l’Inquisition en Toscane eut son commencement l ’an 1254 au temps du
pape Innocent IV.
L inquhizione non si vede introdotta in Toscana che nel 1270 che l ’esercitava dei Fran-
cescani. La Memoria, che dal Consiglio di Reggenza fu rimessa a S.A.R. nell’occasioe dell’ecces-
so commesso in Siena dal Vicario del S. Uficio, prova coll’autoritá di nostri istorici, che
tino al 1300 usarono una piena libertá; ch’avevano carceri proprie patentad [per diversi
accidenti seguiti J. Che dal 1300 fino al 1345 il Governo s’avidi della necessitá d ’invigilare
sopra la condotta d ’un tribunale, che si regolava con ordini, d ’una Potenza straniera; e con
li diversi fatti che si notano nel somario, si prova, che giá la repubblica voleva aver qualche
cognizioni della causa e che doveasi implorare il Braccio.
Ma nel 1345 dal misfatto che commesse 1’ Inquisitore Fra Piero dell’Aquila persuasi che
fus*e la avami inutile sempre che si fosse loro accordato le Carceri, ed il Braccio per incar-
cerare u perdone. La Kcoubblica di fatto disfece le Carceri tutte, proibi il tener propri
esecutori e con legge vjlenne stabili, che non si potesse ad istanza dell’Inquisitore carcerare
veruno persone. Se non per causa di fede. Nel sommario si prova la legge, e la veritá del
íatte coil’autorita de gli Istorici che ne portano l’estratto, si dice che per tutte le diligenze
non s era mai potuto rítrovare nell’Archivio della Riformagioni, ne le legge originale ma non
solo si é trovata ma di piú, vi ~ anco il processo originali contro gl’ [Inquisitore dove costa
di tutte 1 avanie che faceva e del profitto immenso che covrava dalle sue vessazioni],
r , ^ 14:510 molto contrastato dalla Potestá Ecclesiastica ma non fu rivocate le legge.
rx1 é indubitato, che fino al 1632 non ebbero ne carceri ne esecutori; dal 1632 fino al lo78,
vi sono dei fatti per li quali si vede che di fatto ritenevano delle persone nel Convento,
ma questi sono equivoci, essendosene anco in contrario a favori del Governo [che in qualche
caso ha liberato colla mano forte delle persone cosí ritenute colla ragione ch’essi non pote-
vano tener carceri legítimamente, c che non vi dovevano essere in Toscana che quella del
SwranoJ.
Nel 1678 nel Governo di Cxwimo terzo, benche con diversi pretesti, in sostanza 11 furono
accordste k carceri, e l’implorazione del Braccio si ridusse ad una mera formalitá per diversi
ragiom ene s enunziano nella citata Inform.nr fatta a S.A.R. che restaño provate nel sommario.
Su questi fatti pare che dcbba oaservatu.
Primieramente, ere siccome l’ínquiiizione »e patatamente dagl’ordinari non fe de Iufe, cosí
^uol e*tfr, ,|íCCUta. c non riceuta ne paesi; de fatto in alcuni paesi vi i ed ln altrl non vi fe.
Jn 2 . Juoto, che [quando introdotta per solo consenso della pubblica potesti, si questa
e stata introootta con alcune condízioni, quale «i devono osservare alia lettera, o quando
non s onservano, pare che possa tornar»! al primiero stato.

254
In 3/j luogo, da qualch’e seguíto ín Toscana, che [questi coadízkmí] $i possono e ti
devono dal sovranociftiggrc sempre costí che s'abusino della líbertA accordata, e che io
ricerchi la salute pubblica, Vedendosi chc fu ínuodotu, con una pktÚMsm bbeni, che pre-
vcdcndosi dopo pochi anrn, chc potevano alterarsene furono prest! de'prowedíiaeBtí per
impedirlo, li quali non essendo stati suffidenti, sí decretó aboGrc le carceri con una Jan*
che díwero non potersi cattuxarc veruna persona senza Votóme pubblíca.
Cío che fu o&scrvato fino che con lun^o e fioo mancggío, corpf tppdfiK f da K ififtri
Cijurisdizionaii, non circonvennero Cosimo terzo, a permetter loto e le catcen? ed a cuyúttt
Tantico método, ...la variazione de! quale, n’é nato lo stato presente* II quale dee rssrrr
come altrí sol topos to all autontá del sovrano [io tutti quet casi che di raaionej a cui
devono competere gli stessi díritti, che tono comportantí a suoi anteceaori.

2.—La fin de ion établissement... etc.


I utto questo ¿ vero, ma la controvertía cade mj la maniera di procedere, da chc venino
compugna questo dirítto a'vescovi, li quali l ’aooo cotí ineparabilmente dal loto carattete,
chc Roma istessa a avuto ed a tanto íntercmc di prooiuovere con tribunalí che non dependí
che da te e che... quel tanto che [negli stati de sovranni, sopra le persona, ooore e di
loro sudditi], non na potuto, senza rovetdare tutte k disposúaoni i-m e ifl» ...* veacori, a
questi a dovuto concedere benche di mala vpgüa la cunulattva e la
L ’altra disputa che vi cade, ¿ di vedere s’il principe poasa permettere ebe si proceda
senza verun esame contro qualunque persona, vedendosi ene sotto ü peetesto di procedere
per causa di fede, si puo abusara dell'autoriti pubblka, come si vide tata seguíto «1 del
fatto del Inquisitore PierodeU ’Aquila e senza cercare delg’aatichí sel rao fm * d d
Vicario delTlnqaisizione di Siena, che non potendoasi « ó rnate le «ue oon una faa>
ciulla morata (pet la difessa che faceva il padre, prese Itndegna riaofazioae di *•*»«— »—u
nei tribunale], e lo fece perquisire comme beatemmiatotc [come coata dal processo d ie fu
mandato a S.A.R.] ai ch’il solo caso posaibik, bendie per ddttto de’mínistri, e benebe ai
provase dalla Corte di Roma che questi sooo stad sempre punió, « p l a [iir n naiiaii
di sovrani di voler essere intesi della causa [anzi si i promesto il atrio, devono anco fado
poiche sempre che richiesti concedono il suo Braccio, dato loro da Dio per estrenar la
giustizia senza assicurarsi deü’esjposto; quando sia falso e die venga ingratamente acuaato
un lor suddito, pare che egli debbano render ragkme delTIngiusmU che soffre, perdie non
potrebbe eseguirsi si non li avesseto prestata la mano}.

3.— Depuis son établisement... etc.


E indubitato ció che s’asserisce, o o i die k kggi defl’lnquiainooe sono stabibte da Fapi
e che queste sono state pensate per spogliare i vescovi detTaotica autocitá dependente dal
carattere ch’anno inmediatamente da Dio.
Ma bisogna tomare al principio, á o ¿ ch’i sovrani potevapo a u n trare e non M im rw it
questo tribunak. Che molti l’anno riceuto con akune c o n d ó n u , d>e ai provanp daMe J iw u t
consuetudini; sicché qualora la dispotiziooe pontifina foaae a qweiic contraria, awrebero
tutto l’assistenza di ragione, per opposizione, come di fatto molte volte vi sono oppoHi L »
tutti i Governi, anco in quello di Toacana aaedesimo, 0 6 che ai la ensato da moni fatti
riferiti nei sommario].

4.— La jurisdiction de proceder contre... etc.


Questa come si ¿ detto llia cumulativamente con gl’ordtnarii li qoali non anno «apoto
affato spogliare d ’un dirítto d ie sia loro con l’oecfcne.
I consultor! si fanno da gl’inquisitori medecñmi, ü quali pwendeado mota pnvily , n e
fanno il maggior numedo, che possono, d oi a misura d» quelli ene trovano. Pwo Jo píu sooo
ccclesiastici almeno per quelli de’quali si servono questi si consulte» per vejete, w la cuaae
che sono fatte, comprendono materia di fede, ma <pwtt non
puó immaginarsi qualora qxiesti voksero abusarsi defla loto autonti, ° ” .
del consiglio de’consultori, come non lo domandó »l vicano di Siena, quando kcc perquwire
nd S. Oficio come bestemraiatore il padre perche era oppoato a prostmani « ngaa.
G l’avocati per difendete t Rei sono di presente tt* <kllaGingreji^
quisitione di Roma] dei quali si devono prendere neoewariamente uno^|
gravoso, che poiche secondo tutte le kggi divine e umane, U reo d*e_t*CCTTt*[c
le sue difese, che sia di sua con6den*a, da che non easendo tak, ^ i .
conviene che s’apra... daré U caso chi non k> ootxwca ne puré per nome. e che totae ata
l’accxwatore medesimo.

255
5 .— L’intormation se fait secretement.. etc.
Questo paragraío ricerca che si scriva il vero método, che tengono, lasciando a chi dovrá
risolvere il farvi l'oportune ¡nformaziom ed consideraxioni.
Oualunque persona s’ammette a denunziare qualumque persona; día secpnda dmunzia
si orocede conuo il denunciato. Ed i denunziaton servono per testimom fucah [siche si rover-
ciano tutte le disposizioni civili cite vietano ad alcune persone 1 accusare alcune persone, e
che rende altri incapaci di testimomanza, perche la loro quahtá li rende sempre sospetti.
Questi denunziatori che per le leggi potrebbero essere mcapaci di far veruna fede si
tenaono sempre] occulti al reo; cd al suo avvocato, e nel processo che si fa da loro medes-
simi s'occultano tutte le circonstanze, che potrebbero scoprire la persona del denunziante.
Si mostrano i consultori le... proposizioni, occultando tutto ció che potesse scoprire la
persona del denunziante. Se le giudichino ereticali o di materia sottoposta alia Inquisizione,
si procede contro, si compila il processo, e solo all’inquisito si comunica meramente quello
di cui é stato aceusato. E s ei lo nega e la materia sia grave é sottoposto alia tortura, la
quale puó esser decreta dal Tribunal de l’Inquisizione di Roma, e... nel convento da mede-
simi religiosi. . .
Si comunica il processo alTawocato prescelto dall lnquisito. Ma questi pero a ngore
non puo comunicarlo all'lnquisito, ne a veruno, ció che rende molto dificile lo scoprire
se Taccuse attesse il principio calumnioso o no.
[Si sa di certo dagTAvvocati ch'anno avuti in mano simili processi, che quasi tutti con-
tengono nullitá inamobili perche sono fatti da persone che non anno mai veduto Giurispru-
denza nc tribunale, ma questa nullitá non si oppongono ne puré da difensori perche quel
tribunale crede con tutti i principi di ragione, di poter di nuovo riferire il processo, onde
questa accezione ne puré s oppone, perche non serve ch’a sofrire piú lunga condena li
Inquisiti. Siche si puo permettere la proposizione, che per lo piú si condannano su processi
che sono nulii, ció che i contrario ad ogni principio di Giurisprudenza].
Finalmente é molto da considerarsi che secondo lo stile del Tribunale non entra mai
la prescrizione in simili deiitti, si ch’é possibile ch’un uomo di quarenta anni dew a rendere
ragione di ció ch a detto nelTeta di venti; benche possano in questo tempo... esser seguite
ranti mutazione.
Finalmente e anco spaventevole il sapere che per Taccusatore che calumnia, non sia
aitra pena. dVespiriruaie, cioe di non poter essere assoluto da verun sacerdote senza ritrat-
tarsi, pena ch e comune a tutti quelli ch’intaccano la fama d ’altrui.
Ne vi puo essere, perche suposto che lTnquisizione non debba conoscere che delle cause
di fede, il ddito d’uno che calumnia, non é di questo genere, onde non ne puo ella conos­
cere. Ne puo permettere che ne conosca il secolare, perche non si puo ció conciliare, col
dover tener segreto qualumque denunziatore, ch’é il primo, e Túnico fondamento del tribu­
nale. Ció é tanto vero che si sa di certo, che moltissimi essono astuti ed capite Ínnocenti,
per lo piú, pero, dopo aver sofferta la tortura, como Tanno quelli che difendero simili Inqui-
siti ció che suppone sempre la calumnia degTAccusatori, da che senza denunzia non si pro­
cede e mai non ú trovera esempio che sia stato punito uno per símil causa per esempio
degl’altri. [In una causa v'egliante si sa di certo che chiamano testimoni, alcuni di questi gl’in-
terrogano st-agiudicialinente e se non anno da dir nulla, lasciano d ’esaminarli. Se credono di
poter cavare qualche cosa contro il Reo gli scelto pongono alTesame, previo prima il giura-
mento di dire il vero, di non rivelare quello su cui sono stati esaminati, e di negare Tinterro-
gatorio, anco d’essere stati chiampti dal giudice].

6.— L’accusé est interrogé... etc.


Questa e la teoria, non so poi se la pratica corrisponda, dache ciascun puo supporsi, se
sitroverebbe persona ch’essendo nelle..., s’ostinasse a dire altrimenti da quello ch’essi vogliono.
Onde vedendosi pero che ?rrivano a puniré colla carcere a vita, colla galera, e colla morte,
vi e luogo a temere che non sia sempre vero quello che si suppone in questo paragrafo,
benche sia molto ragionevole, poiche essendo un delitto, che nasce da un opinione, pare
che s evacui. sempre che colui predice de non aver mai avuta una tale opinione.

7-—Quand le crime est de plus... etc.


Questo e tutto vero, e ^e cosi chíaro, che r^n ricerca veruna spiegazione.

8 .— Quand le crime est de moins... etc.


Questo puré puo esser vero benche quasi mai si sa Tesito delle cause, si perche dopo
una lunga prigiome, che non ñ sa molte volte se sia custodia o pena, Tnquisito eleve colTaver
prestato giuramento di non paleser nulla....... di quello che glí é passato.

256
9.— Les peines sont... etc.
Questo puré noin ha bisogno di spiegazione secondo non si volesse notare» ch’il robare
la pisside col sagramento, e un sacrilegio, di cui solo conosce Tecclesíastico, ma per la pesia
S1T e ir} .Ppsscso “ agiré dal secolare, ni mai in materia di furti sacrilegi vi é en trata fin'ora
l ’Inquisizione.
10.— Quand le bras du Grand Duc... etc.
Questo poi ha bisogno di qualche discussione da che si fermandosi in questo, ch’íl
braccio di b.A.R. vien nchiesto nel solo caso che Tlnquisito recui d'obbedire all’lnqumtoce
si viene m conseguenza, fennare le proposizione, ch,Ü sovrano é un mero esecutore d*un
religioso... forestiero [pero non suddito naturale], independente, e ch'eseguisce gl’ordine d ’un
altra Corte, che puo eseguirli di qualunque sorte che questi si sieno, contro qualunque per­
sona, ancorche fosse questa della Casa Reale.
Se questi sono i veri termini della proposizione, si lascera a chi toca a risolvere se sieno
giusti, e s il Principe possa in coscienza accordarla,
E vero per la pratica che s’usa che se quelli compariscono li ritengono.
Ma il Governo [é obliga to a proteggere i sudditi e se deve ricercarne, qualora spariscono,
per assicurare che non venga fatta violenza a veruno non potra certo farlo utilmente se
potra Tlnquisitore ritener chi piú li piaci, senza doverc render intero, veruno, e se quando
arrivi il Governo a scoprire che sia cola riten uto, non sia obbligato a render altra ragione
di ció, se non ch’e la per causa di fede, senza altra prova sapendosi di certo che s’abussano
di questa autorita, come Tha fatto vedere incontrastablemente il fatto del P. Vicario di
Siena, lasciandone denunciare molti altri], un suddito, senza che debba ricercario, e quando
10 ricerchi risponde di tutte le ricerche ch’il Governo é obbligato a fare anco a costo di
dover venare degli ínnocenti, prima di ritracciare dove il suddito sia.
II Vicario delTInquisizione di Siena costa dal processo, che chiamó al suo tribunale
11 padre di famiglia sotto un titolo, benche fosse un altro. S’il Principe interrogava perché
lo riteneva poteva pur rispondere che ció seguiva per causa di fede. Doveva il sovrano
permettere dunque un simile abuso? Sarebbe stato giusto un simile arresto, perche il P. In­
quisitore allegava una causa giusta? ancor che questa non fosse la facilita dunque di poter
delinquere, l’esperienza antica e moderna, che prova che questo abuso succcde, fa vedere
quanta cautela debba usarsi con un tribunale, che eserce la sua liberta sopra le persone,
i beni e le reputazione d’sudditi.
Tanto piú in un paese dove vi sia una legge, come nel nostro che vieta alITnquisitore
d ’avere carceri proprie e braccio independente dal Sovrano, fatta appunto per owiare aSe
future ingiustizie, e osservata peí corso di 400 anni. Sussistendo la quale, non v’é dubbk>
che le carceri delTInquisizione ove ratengono quelli che volontari compariscono non si
possono considerare che come carceri prívate, e simili arresti com’attentati alia sovranita, e
che dalle leggi si puniscono colla maggiore severita.
A. S. F. (Consiglio di Regenza della Toscana, Filza 339, Inserto 3, n. 11).

APENDICE N.° 11 A

Copia de una carta escrita al Nuncio de Viena sobre el encarcelamiento del Dr. Crudeli.
El Padre Inquisidor de Florencia al Nuncio de Viena
Firenze, 11 agosto 1739
Quantunque incognito a V.S. Illma. e Rma. nulla dimanco per ubbidire ai Supremi
Comandi della S. Congregazione, sono in debito portarle il presente inconrodo, e smcerarla
sopra quanto e stato costi malamente informara S.A.R. il Sermo. G ran D u ai di T esin a .
Sappia dunque V. S. Ilms. e Rma., ch’eseguita la carcerazione del Dte Tommaso Cru­
deli, si presentó a me Tilmo. Sig.re Abate Tornaquinci, Segrctario di Stato, ed espresse
di Commissione del Consiglio di Reggenza desiderarc sapere, se I accennato Carcerato deveva
mandarsi a Roma; risposi di no, c che la causa si sarebbe proseguua e terminara in questo
S.” Ufficio e che quando mai alcun Carcerato si manda a Roma, cío non si eseguisse, ene
colla benigna annuenza del Principe Governante cosí sopra tal punto vivesse pur quieta.
E falsissimo che dopo la Carcerazione del Crudeli. delli tre ne s.a stato carcerato
un altro, poiche pregato da me il prelato Sig.re W a n o Tornaqmnc. f^r l arr«to de^,
altri due, mi rispóse dover aspetare altro ordine da S.A.R. * cu‘ av^ ^ n \^ ’ ' «nartedi
prossimo scorso ricercato da me, se mai era tomata la nsposta. mi í " " 0;
Che poi uno delli due Carcerati sia Avvocato ed arrestato nella S. Inqutsmooe,
cagionare del Sollevamento nella Cittá, ha delTinvennone, poseía che rnuno delli due

257

17
Carcerandi c A w ocato ne c infirmo. E paim. poter assicurare la somma b o n á di V.S.
Illma che la parte piú sana, a riserbo degl intecti Complic. nella Conven ucola ognuno
ne mostrarebbe un soiruno Compiacimento, com é segiuto nella carcerazione del Crudeli.
Io doí non ho roostrato mai al Sigr. Secretario Tornaquinci gradimento di tal suspensione
se non che aspettavo la risposta del Gran Duca, avcndo scntto.
Dalle íappresencanze fin qui tatte a S A.R. potrá V.S. Illma. e Rma. comprendere te
mali parti costi fatte a disfavore del S. Uthcio, e la necessitá, che incombe alia med* A.R,
di porcere il Braccio alia soppressione delle pessime massime contra fidem, che vanno chi
spargendosi, alie quali, quando non si ponga il dovuto riparo, un giorno potrebbe inquie­
tare ancora il buon Governo del Principe.
Per tanto con piú umile summissione prego la somma gentileza e zelo di V.b. Illma far
apprendere al Padre Assel per esporre a S.A.R. la necessitá del suo Braccio; mentre con
protonda venera2Íone le baccio le sacre vesti.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, D , fols. 21-23).

APENDICE N.° U B

Copia de una carta dirigida al Nuncio de Viena sobre el Brazo secular necesario para el
encarcelamiento de tres personas.
El P. Inquisidor de Florencia la Nuncio en Viena.
Firenze. 18 agosto 1739
[N o /j marginal'. Copia di Lettera scritta dallTnquisitore di Firenze
al Nunzio di Vienna ne’ 18 Agosto 1739 concernente il Braccio Secolare
da esso richiesto per la carcerazione delTAbate Buonaccorsi, di Giuseppe
Cerretesi, e del Chierico Maggi].
In proseguimento de commandi della suprema e S. Congregazione rappresento a V.S.
Olma. e Rma. che avendo ieri chiesto il Braccio al Sig.re Abate Tornaquinci per la Carce-
razicne delli due consaputi soggetti, Ottaviano Buonaccorsi e Giuseppe Cerretesi, mi repli-
:ó, che ron avendo ancora ricevuta veruna risposta del Ser.mo Gran Duca non potea com-
piacermi. Replicai almeno me l’accordi per il chierico Gaetano Maggi, di cui e di altri
nz aveva parlato a S.A.R. dimorante in Firenze. mi soggiunse che non poteva ne meno di
questo, ne di niun altro accordare senza espresso commando di S.A.R., alia quale io aveva
manifestato i reati delTaccennato Chierico e di altri, esibendosi, che avrebbe dato Tordine
al Bargello per Tesecuzione, o ad altro, asserisce il pred° Sigre. Segretario di non aver
ricevuto tai commando. e ne tampoco il Bargello.
Da rntto il riferito fin qui conoscerá evidentemente V.S. Illma. e Rma. delle cause,
:he in questi stati sono molte, e gravi, e non si puo daré adesse il dovuto riparo. Pertanto
prego la di leí somma bontá rinnovavre al Padre Assel Confessore gli efficacissimi suoi
uffizi accoché si compiaccia una volta il Srmo. Gran Duca daré Tordine al Sigre. Segre­
tario Tornaquinci, per tutte le Carcerazioni giá commandate dalla sup.ta, per la maggior
gloria di Dio e puritá della buona fede in questi suoi felicissimi Stati, e profondamente
inchinato le baccio le S. Vesti.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, n. 8 , fols. 328-330).

APENDICE N.° 11 C

Memoria sobre I o í pasos dados por el Confesor de S.A.R. a fin de conseguir el encarce­
lamiento de dos delincuentes en materia de fe, en la ciudad de Florencia.
[Nota marginal: Memoria concernente la richiesta fatta dal Sommo Pon-
tefice per mezzo del confessore di S.A.R, acció sia concesso di carcerare
due delinquenti in materia di Fede nella cittá di Firenze].
Pro Memoria.
Avendo il Padre Inquisitore di Firenze fatta i^tanza presso il Signore Abate Tornan
quina, Segretario di Stato di S.á.R. per Tassístenza del Braccio secolare ad oggetto di
ettettuare serondo gli ordini della stessa A.S.R. la carcerazione delli tre delinquenti in
materia di rede e c¿ Religione, ed avendogliela esso Signore Abate accordata per un tolo
e negata per gli altri due, il Nunzio Apostolico in Vienna d'ordine ddla Santftá di Ntro.
Mgre. umilmente supplica per mezzo del molto Rev. Padre Assel, S.A.R. a degntrd di
rmnovare al riferito Signore Abate Tornaquinci gli ordini pixj pressanti per la Carcerazione

258
ancora degli altri due, senza de’quali non si puó formare il processo al primo g¡¿ carcerato,
ne si pone riparo al male, che sensibUmente va aumentandosi nella d t t i di Firenze.
E siccome dalla prima Carcerazione, conforme a tutti i rincón tri, che ne ha rícevuti
il sud° Nunzio Apostolico é risultato, a SA .R . un applauso universale presto tutte le per*
soné piú savie o morigérate. Cosí non minore sari la gloría e l’applauso che ne riceverá
ancora da questa seconda carcerazione. Si aggiunge che in tal guisa verra S.AJL a pone
anche freno ai discoli e libertini, che vanno sempre piú disseminando gli errori con sommo
pregiudizio del buon costume e della Religione, ed a mostrare la santa risohizione pressa
dalTA.S.R. tanto giustamente di sostenere e proteggere il Tribunale della Inquisizione, i di
cui effetti quanto sono necessari al mantenimento della religione, altretanto sono ancora
vantaggiosi al Principato,
A. S. F. (Consisto di Reggenza della Toscana, Filza 340, n. 9, fols. 332-334),

APENDICE N * 11 D

Respuesta de la Corte de Viena a la Memoria presentada de pane de Su Sumidad relativa


a la prisión de dos delincuentes en materia de fe.
[Nota marginal: Risposta fatta dalla Corte di Vienna alia memoria prc-
sentata per parte di S. Santitá per otenere la carcerazione di due detin-
quenti in materia di Fede nella cittá di Firenze].
Mémoire servant de réponse á celuy qui a été presenté 1 Sa Altesse Royale de Lorraíne
Grand Duc de Toscane, del’ordre de Sa Saínteté par le Nonce de Vienne sur les demoo-
trances du Pére Inquisiteur de Florence.
II est vray que Sa Altesse Royale sur l’exposé du Pére Inquisiteur luy avoit accotdé
le Bras seculier, pour faire arréter deux Personnes; On luy a d abord dooné pour un;
l’arrét du second a été suspendú par ce qu’il s’est trouvé alors extremexnent Malade.
Celuy du Troisiéme se seroit accordé, si le premier n’avoit fait un Edat? qui a perú de-
mander d ’aller avec un peu plus de précautíon per parvenir au but, et ¿ l’effet qu’on
se propose par ce procedé. Le pére Inquisiteur en a méme reconnü la necesstté, et il
avouera sans doute, que le premier exemple a fait déjá tout le bien, que Ton pouvaxt en
esperer.
S.A.R. sent trop, combien la Religión, et méme le bon Gouvemement exige de pureté
dans les moeurs et méme dans la fa^on de penser, pour ne point concourir autant qu ll
dependra d ’Elle á une fin aussi salutaire que celle du tres St. Pére, et ni leurs drconstances,
dont on a parlé plus haut se trouvent changées. Elle se prétera volontiers aux desirs de
Sa Sainteté. Mais Elle est persuadée, que Ton pamendroit bien plus aisement aux fins
que l’on a cn eue, si dans le Tribunal de Tlnquisition on admettoit un ou deux Cotnmis-
saires de la part de S.A.R., comme cela se fait aiUeurs. Outre que par la on empécheroit
les mauvais discours et jugemens téméraires, que Ton porte souvent contre ce Saint Tri­
bunal.
Les droits du Souverain et la protection, qu’il doit a ses sujets, serotent i couvert.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, F ila 340, n. 7. fok. 324-326).

APENDICE N* 12 A

Minuta uel Santo Oficio de Roma sobre las divergencias surgidas en Florencia entre d
Gobierno y el Tribunal de la Inquisición.
El Asesor del Santo Oficio al Cardenal Secretario de Estado
Dal S. Offizio, 28 Agosto 1739
Memoria per Mons. Paolucci, Nunzio in Vienna.
II sommo pregiudizio, che agl’interesi della Religione si apporta dalle note Pendense,
che sul bel principio del nuovo Governo i Ministri delTodiemo Sermo. Gran Duca di
Toscana hanno eccitate contro Tautoritá, e liberti del Tribunale ddla S. Inquisiziooe, si
é come riesce troppo sensibile al Paterno cuore di Ntro. Signóte, cosí obhliga a la sua
Pastoral sollecitudine a non lasciar in tentato alcun’mezzo, perche si dieno que'npan, che
si riputeranno piú convenienti.
Ha perianto la Santitá Sua stimato necessario che Mons. Paolucci debta nassumer ti
raguaglio dello stabilimento delTInquisizione nella Toscana, e cfcDe opposixloQi fatte al
med° Tribunale da quel Ministro, assieme colllstruzione, ed ahri fogli, concerm&tilistessa

259
materia che furoro giá trasmessi ai di lui Predecessore, oggi .1 Sigr. Cardmale Passionei,
e da questi r is p o s t i nell’Archivio della med* Nunciatura; e a tenore dell Istruzione sud*
S.B. ha comandato, ch’egli col noto suo zelo e con tutta quella maggior efficaaa, che
tichiede un’affare si importante, ne porga al pret" Srmo. Gran Duca le dovute rimostranze,
usando ogni sforzo, per indurre S.A.R. a secondare le sante premure della Santitá ne suoi
Stati un Tribunale. il di cui oggetto únicamente consiste in conservare la puritá della fede,
e tener lontana l’infezione degl’erron, dai qual. non solo deriva la rovina dell anime ma
sovente ancora dei stati. conforme l'esperienza pur troppo ha fatto conoscere.
E qual’ora i sud’Ministri avessero com e molto vensimile con false rappresentanze pre-
venuto l’animo di S.A.R. potrá Mons. Nunzio porle in vista la veritá de’fatti colla scorta
delle notizie, che ne'íogli sopravennati si contengono, con persuadere S.A.R. che la S.
Sede nulTaltro cerca in questo punto, se non la continuazione delle consuetudini lodevol-
mente introdotte in vantaggio della S. Inquisizione.
Per agevolare poi maggiormente il successo delle motívate rimostranze, S. Bne. s’é degna-
ra ancora d ordinare al Padre Generale della Compagnia^ di Gesu, che con ogni calore
scriva, tanto al Confessore di S.A.R., come a’quello delllmperatore, perche non lascino
d'interporre ancor essi tutta la loro opera affine d avvalorare e coadjuvare per piü l’Istanze
di Mons. Nunzio presso S A.R., a tenore dellanneso foglio, che dalla Segretaria di Stato
si é inviato al mentovato Padre Generale. Perció sará cura del medessimo Prelato di prima
intendersi con detti Religiosi, e suggerir loro que’passi, che giusta l ’oportunitá delle cir-
constanze credera la di lui prudenza piú convenienti e adattati alia consecuzione d ’un fine,
tanto necessario alia conservazione della Religione Cattolica, tanto profittevole alia sicu­
rezza dello Stato, e tanto sospirato dall’Apostolico Cuore di S. Beatitudine.
A. S. V. (Memoriali Viglietti, 72).

APENDICE N.° 12 B

Normas dadas por el Santo Oficio de Roma respecto al asunto de Florencia.


El Asesor deí Santo Oficio al Cardenal Secretario de Estado
Dal S. Offimo, 28 Agosto 1739
Sulle notizie trasmesse últimamente dal P. Inquisitore di Firenze, questi Emi. Sig.ri
Cardmaii hanno comandato alTAssessore Generale del S.O. di umiliarle l’annesso Piano
di ció che deve scriversi a Mons. Nunzio Paolucci, supplicandola perche si degni di farne
spedire sollecitamente il dispaccio, secondo la mente delTEE. loro.
In tale occasione l’Assessore riverentemente participa a V.E.., che al piü presto avrá
lonore di acchiuderle copia delTperdenze data a Mons. Nunzio Crescenzio, e con pro-
fondisimo inchino si rasegna.
[Nota marginal: Piano per Mons. Paolucci, Nunzio in Vienna sopra
pendenze rra il S. Offizio, ed il Ministero secolare della Corte di
FirenzeJ.
Potra scriversi = che mentre la Santitá di Ntro. Signore confidava di vedere qualche
lavorevole effetto delie si vive, e premurose rimostranze pórtate piú volte in suo nome
al Srmo. Gran Duca di Toscana per la prestazione del Braccio Secolare da accordarsi al
Tribunale della S. Inquisizione in Firenze, affine di eseguire il divisato arresto dei tre
consaputi Inquisiti, secondo le Costituzioni Apostoliche, e secondo la consuetudine ivi
constantemente osservata a’tempi di tutti gli altri Gran Duchi, non ha potuto udire senza
gravissimo cordoglio, che il Ministerio di S.A.R. non solo persiste tuttavia nelTostinato
impegno di non porgere la dovuta assistenza del medesimo Braccio per la carcerazione
de mentovati tre Inquisiti [che hanno una necessaria connessione al 3.°], ma Tabbia final­
mente negata al Padre Inquisitore eziandio per Tarresto d ’altra Persona delinquente in
materia di fed e, ancorche aliena dal Ceto de’Liberi Muratori, allegando Taffettata necessitá
di attendere anche riguardo a questo un nuevo ordine deirAlteza Sua, che dalTinaspettato
avviso di tai ripulsa dato dal Signore Abate Tornaquinci, Segretario di Stato, al suddetto
Jradre Inquisitore, S. Beatitudine toglie motivo per incaricare come fa il distinto zelo di
M o n s . Nuncio Paolucci a rinovare le piu fervorose istanze presso S.A.R., ad oggetto che
non permetta ulteriormente a’suoi Ministri d ’impedirc ¡I libero esercizio della §. Inquisi­
zione conforme é riuscito loro di fare dal principio del Governo di S.A.R. fino a quest’ora.
t f 50,10 tri?p,:? c^ ar* & argomenti del fine che há il Ministero predetto di distrug-
gere aitatto nella Toscana un Tribunale sí santo e si necessario per conservan nella sua
d 8anta [ c^ il ríspetto dovuto ai santi sagramenti, specialmentc
que o e a Pemtenza], spezialmente nelle pericolose emergenze, nelle quali di presente

260
i vi e costituita. Che per accertarsi pieriamente di una si fatta idea, basta daré uno sguardo
alia condotta tenuta dal Ministero, cosí nelTeccitare come nel promuovere tante innova-
zioni contro la S. Inquisizione: Vollero in prima, che il Padre Inquiaitore dovesae implo­
rare l’ajuto del Braccio dal Sig. Segretario della Giurisdizione, oppure dal Segretario di
Stato, e non piú dall’uditore Fiscale come erasi praticato per l'addietro dichiarandoai nelle
resto ben lontani dal promuovere veruna novita, e dall'alterare le resale e rettissime coo-
suetudini osservate ne’templi passati: Volleró in appresso, che nelTatto di chiedere il
Braccio, il Padre Inquisitore fosse tenuto a manifestare al Ministro deputato su taTaffare,
non solamente il nome, ma anco il delitto de’carcerandi con tro le leggi del Segreto, che
inviolabilmente si osserva nelle cause di fede, per evitare gl*infiniti sconcerti, che poasooo
nascere, dalla pubblicazione; ma quantumque il P. Inquisitore abbia succesívamente fatta
piú vol te istanza del Braccio al Sig. Abate Tornaquinci. Segdetario de Stato, invcce dellTJditor
Fiscale; quantunque abbia espresso il nome, ed il delito degTInquisid da carcerarsi;
quantunque S.A.R. siasi dichiarata espressamente di voler porgere al S. Tribunale tutta
la sua mano, come in altri fogli piú diffusamente si é esposto, ció non ostante la S. Inqui*
sizione non há potuto fin’ora procedere all'arresto di verun delínqueme, perche sempre
le vien negato il Braccio secolare, or con uno, ed or con altro mendicato pretesto.
Che Mons. Nunzio, ed il Padre Assel attese le Informazkmi, lormviate dall P. Inqui­
sitore saranno gia ben'persuase degli equivoci e delle false rappresentanze, con cui il Mi-
nistero sudetto ha studiato, e studia incessantemente di prevenire, e d adombrare la mente
di S.A.R. massime per impedire l’arresto del Buonaccorsi, e del Cerretesi denunziati al
S. Tribunale per materie si rilevanti, e si gelose; e siccome la falsita ed insussistenza di
tali rappresentanze si rende palpabile ad ogn’uno conforme fíi osservato nd penúltimo
dispaccio spedito di qua a Mons. Nunzio la Santitá Sua si lusinga. che S.AJt. possa essere
stata finalmente disingannata intomo a queste Pendenze, e betí aw ertin degli artifizi e
macchine, che i suoi Ministri vanno sempre piü divisando contro ITnquisizione per intio-
durre in Firenze la liberta di credere, e di pensare con estremo pregiudizio della Religíatie.
Mercé che tolto al S. Tribunale Tessercizio della propia autorita contro i Miscredemi, ed
infetti di perverse opinioni, non rimane piú ne stati di SA.R. alcun freno alia mahraggiti
di simil gente mentre i Vescovi non possono, ed i Magistrati Laici non debbono prendere
ingerenza in tale materie.
Che questa sia la mira del Ministero di Firenze dedursi apertamente dall’aver negato
últimamente il Braccio ad dimandato dal P. Inquisitore per arrestare il Chierico Gaetano
Maggi inquisito, la di cui causa non ha veruna relazione a’quelli degli altri tre Inquisiti
tan te vol te mentovati. Imperocché in tal occassione il Ministro ha fatto conoecere che
la sua pretensione non é d ’opporsi alia S. Inquisizione in un caso particolare, ma d’impedire
ogn’atto di giurisdizione in qualunque contingenza universalmente, come pur troppo é
avvenuto in tutto il tempo del Governo di S.A.R.
Che al lume di tali fatti incontrastabili, la essorsi con tuna la maggior energía a
S.A.R., non é da credersi, ch’eUa non apprenda il pernidossimo disegno de’suoi Ministri
in questo affare, e lo stato infelice in che ritrovasi la Religione in Firenze. E conseguente-
mente S.A.R. non voglia darvi un pronto, ed efficare naparo, ascoltando anzi fe altrui ma­
ligne insinuazioni, che al mantenimento della puritá della fede, tanto piu che SA.R. non
puo ulteriormente chiuder gli occhi al gravissimo pericok), che sempre piu... alia Religione
nel suo Stato dalla condotta de’suoi Ministri senza mancare alFobbligo stretissimo, che
tiene in conscienza d'owiarvi a tutto potere.
A. S. V. ( MemoridúViglietti, 74).

APENDICE N.° 12 C

Copia de la carta remitida por el Cardenal Secretario de Estado, siguiendo las insiruccibnes
recibidas del Asesor del Santo Oficio.
El Cardenal Firrao a Mons. Paolucci, Nuncio en Viena.
Roma, 28 agosto 1739
E stato N. Sre, soturnamente sorpreso dairudire, che non solo (inora non abbiano ri-
portato alcun frutto le istanze fatte in nome della Santitá Sua al *,rmo. trran Duca di T a ­
cana, perche si accordasse la dovuta assistenza del Braccio secolare al lnbunale della 5.
Inquisizione di Firenze; ma che anzi S.A.R. colla lusinga di appianarsi cosí molte diffi*
coltá vada meditando di prima promovere contro il Tribunale nie<r una gravissana w>
vitft, quale sarebbe la divisata deputazione di uno o due Commisan per parte d d l A.S.
da ammettersi nel Sto. Officio. Cosi dove,. non meno nella continuara hgliale devozione

261
J . « A t) « « « , .Vil* s Sede che neHVtaitreaae dl< hlaraalonl deH’A S . di voler daré tu tu
ti X sISLiteSÍ\ £ £*'"* ^ r wncm ? wm,r - <** *«•
.ten. H .ll,l„n . n.l .u il di, S .A , ¿
" . ,í £ « .X e »¡T < comm* t hitamente, vhe le cota, Invete <11 tfanqulllirii,
*"• " ’ 1,1 «1„«. .......
<M l » « » - *»• íj»1" 1'* Su,l,.lf ¿ "'f1' ***r rí,| 'W tt.
*lí Mpí^fNHUini tititfí. non ha UaviAtu di uMrr tull A ,Y Itt (jututo AÍÍAff tutti 1<?
po**ibilr om dí* cn*ln>/c, no» p r .n k .t r dalla Sama Sejlc con venm altro Gran Duca. A
q i^ t o pft.pc«.i»n * bn .r «(i rammcntarr n «uiriiiii» d * ih * awcnutO da pol che S .A J l
¿ '• . « . n S . il ( invernó .Irlio T ir a n a S.llevo.» «lit da principio .1 I,«¡Ico Miníate!*» di Pl
ren/c «m iro U s Inipim/ionF. «• I* mnovaalonc, che dlvl*6 d introdurre a
dann» tlrlI’l'HiuiM/io'K' medma I" di volri <.hhli«arc il V Inqulaltore • chledere
,| Hr»<tn «rolare t»>o piu .11' (Mitot l i* alr. m nlorm r rra.i .m ij»re p ra ttlca to p e r J'ad-
.licito ma bemi *1 V g rrl.f» " d ril. (.*inrÍHJi*i«»f>r o puré «I Senf*^tnrlo di Stato, C/onaíderó
Is. Santa Sede il prpgíudi/u». th ’rra pe» derívate .1 S. Tribunal?, c COfiMgumttffMflte *fl-
...t» «IK d u » di l'rtlr da u n . tal n o viti. e i*-ro fin d'allora fu aoapeao oanl ordlne di
<««rtarr qualimque Im ju i.ito Id wvnnda innova/.íonr medltata dal »ud." Mlnlatero ftl,
«he k*vr«*r rinquMítorc. tifH '.tto d'implorart- r»**l(cti/.» del B tarilo , manifestare II nomc
,lrllc Prtwioe i »r<rr.m lr. od i loro ilrlitti .1 M in i.tro deputado pcf la preataxlone, c!6
. h> «nntto !*> ( (Mtitiust<n.i Aiwwtolkhc. c u.tuto I» coatantc conauetudlne aempre oaaervata
i,. ))» i i m i n i In pf<*v. di .h r i Sommi P nntcfid non hanno mal ocrtneMo. che! noml, e
l>«rtu 'il.niK-ntr i d flitn dc' ran rran d i «i m cntova.w ro asll »teMÍ G ran Dtichl, che ne
iw rv .n o p m n v tf** i-t.n/r t.rr<H ¡ndrndo <la qualche pregiud¡cíale arbitrio pf«MO dal P,
I.K|<iiM»t>tr <nl G r.n f'hi<a ( ^.itnn MI .hhagllato fome dalla gran píetá di queato
Ptinfipr
Tuti» volt* S B n f non w»lo \%i í*tto rom m unicarr un ni ¡m p o tu n tc ncgrrto tir A .S ,,
mi íntrblx' for -r rondiz « ( ommuriM atln f/i«ndio *111 M lto ff fÍH'*Ult luiig*noO il t* S ift titl
Sti«, i\k1 n n dvrrWH’to iJ^Tviito rímiinrre Íin ilm cn íc ncdíitf Ir com roverulc c l i K l i t i l i
Jibrrti drllü S lnqui«iti<mr ncl ptim irro nt*tn,
i*iú. <hr u>fTir ^ m< rniitc) <Jí iKf|Tra, S A.R, rriiní tlirhUfAtft cIIa *tc»M di v o ltr
poterrr rutt* U ^u« «ní^trmqi *1 S TríKiinalr» r g ii iv r * uccordAto II BfACcio per l ’A fftltó
i!n ffmMtTiiti >rr r molto prim* nvfíi prr mr/zo del íiuo M ln lltcrlo ACCCftitA S«
ftnr . * lir ij í ¿nvrrno di Fírrn/f rm brn dal protnovefc verunA n o v lti, t c h t »A4
rrhtv |>rtxr<ltito %rrimdo Ir hiKmr trjjo lr r io m u rtu d íl ín rlguardo al Tribunale delfín-
ronfwme d>.ta da un (.«pitólo di l^ttefa mritta dalla Se||retafla di Stato ¿i
?iiKt/i<>nr
hrn/r lí ? de* !7>M, nltre i <in, <nr .t era fatti* aperare a Mona, StOppanl, N unílo alia
itr«M ( iíiftr
f).l vrdere pr* n urdato fin r>ra rrwitrr» le mentnvate dlchlaraxionl di S.A „ * contro
«*r.i «prf»a/t*w il e»#ari*.imo arresto di O ttavio BtKmaccor.l, e di Gluaeppc Cerretwl,
d.<r Imjin»i»i mvI ti wn7,« venm «pparen/a di ragíone, e molto pió dal pf0)|H?tt0
tont*-»n»ir. nella Memoria data a V .$ Illma per nr<llnc di S.A. Interno alia deputm one
tít ir-o. i, <l,ie </KiimÍMari e*ptf«** ,fl nopr» troppo chlaro al retlde, c h í II Governo di
I ii-M/r ha in animo il d}«ifiiu(ere tutte le piú commen«l»hili con.tietudlnl e di attaccare
I. S fnipiici/iune »»e .ikh pit. in<r>ntra«tahilí diritti.
Mu perche po«a« V S Illma omvirttinammte far conoacerr gil equivoci e le falle rappre-
rentan/.r, r<jfi che ti Minutero mj/I* ha prevennto e .1 mal impreaalonata la mente deJrA.S.
inirn «-'-tite. «he í| RiK»rtarfítr»i ritorn/* in «ahíte (nella (piale tuttavla peraevera) poco
temt^> (he S A «i rompiarrfe Hi m dinarr, che *1 pre*taM* al P. TnqttUltore li nrac-
cr*, <»nt/, per di lui arre.io, r/rme deprli altri due Inrjiil.ltl, che 11 P. Tnqullltore n«1 ha
tra«l»* i*tn> d'in.iatere p»e*v> ít r^iverno per la Cartrra/ione. ma Indarno, e pvife al fa
r! , " ,s - m* *'• *»* ' .rrerato, ed ora che non ala per anche cenata la
m luí rn«l«tti., pef |*oferlo arrutare, ^hl>ene r^ntino ñenga II contrario,
Per e*ej(tiír«> l iir»e»to <lel f^ rrete.i, .Ifro inqnt.ito .1 enacera II perlcolo di qualche
rotnnvaione »ul pupolo, e «i afferma. rhe l'A rre.fo di Tommaao Crudeli ha fatto dallo
«trepo/, (|uarwk» per 1'opprMto un tal arte»*/» A »e*uito ron applauao di ttltta la c lttl <H
Ftreme, r »p«íalmente deII* per^rne da henr, le <|uall hanno rlguardato queat'atto, come
Ja magKt'ire e pió . n h rípfova dell mnata jtieti» di S A.R e del atto xelu per la coníerva*
tUfnt <>e||* piiri»* «lella S IV.U nei .ní»t «tatí; dal «he .1 puf» Inferlre ene procedendoal
a» atre.ro altri due ln>|ui*iti <r« m erehhe vtnpre piú nei popolo la venerarlone, •
l aw ^e verao I . A S in yere di recitar.» Il fninlrrv, tumulto Ne ptrf. diral, che IViemplo
« Ji ! »i , **Un i,,Uo bene che poteva a.perttaraene, come le * * « l
a1 * T V v *!? j ■ JmperrrcM oltre alIVaaer (itte.ta utt a.««rxlone contraría allevl
ulii T ií ' T . "H” ? ” ^ di hi) caatlgo non rlmarrebhero punltl I dellttl
^ */ 1 ' f " ' T T *°* ramo wrrebbe atterrata la planta vrlenoM che aem-
v* lf "> Piterwe, e dilatando l'lnfeílime delle maiilme pió perverae¡
262
„nzi I* tauaa, d/ cui •! rh’t («um di Dio. dovreM * laaclarai In abfeendono, aenxa

Mcf.rr«ír Metcé che noncs*ti«siu!o»J ívi d«j Veitovl 1 Drlínquentí In meterle di Fede
<"l #rj«lMrrr i w i «I Tribunal* ddla S InquitirUme 1« ftcolU di procwdere am oo «tai!
aori* <1c Mnte, come aorcde al preaente ad h accaduto in Firenze, da che mencft di d m e
II nr*n í>uci (/)*, Gttfoiir 1 di mem rime ad aprttvi un ampia porra a/Ja tUmté
di «Mirardarr tiitfl j p i rrroti piú pmriciotí r di «mm m uttt impunemente j roéfíanl
r*r<
cnttaáa fiínathtlf amiifidn
la jtravltl dell affare, non aetnbrc malagevole, che L'A&JT «1 powt readete finalmente
prr»ua*a dell urgentjailma neceuiti, che vi k dé non impedire ulteriormente il libero eaer»
dzio deH'autorlti, Che in vifore dd Canon! e delle Coatituafoni Apoatoliche aUa 5. Ituftrítí
/lorie compete, e conaeguentemente che la indjgne pieti muovaai i ptnggru «fio ateeao
T ritain ale prontamente tutto tí mo Braecio a norma ddle antiche, e non mai lonw ttt
ronauetudlni, a fine di ripeme gil aecennati aconcerti, gioata l'obbHgo •treniaaúao. che ne
time In condense.
Qtil mm #1 cerca di ajigrevare in conto afcuno i §uo» auddití ne di n a w ventn pee-
ukidí/.io alia Pote»ti «colare, ma 1’ttnko oggetto deOe S. pramure di S. Bne ai * di twxr
Jotjmno II veleno de faltl dogml e ddle «reve opinkmi, e di «maervat neQa Toacane ifli
bata la Pede, ctó che di troppo k necetaano anche día feUdti teirmofde de*li Meii Úirifldl
dovri Insinuara! a S.A.R, aver ella fortiadmi motM di non aoéttoe ai oooaégii, m te
vengono auggeriti da alcuni de’auoi Miniatri nemiri de! nome dr HmiaMitkine, i qwB
non ostante l'e.<»pre«alone da eüi fatta, di non valer urowwwtf veruna novhé eonoo tí
Tribunale, non nan ceaaato di aceitare or t’una, or l’altra pretenakme aotto dfvtrd colorí,
c con tnauaaiatrntl rapportl, come ai ¿ dlmoatrato pi& mpra: onde é da cnncModeni, die
I roed.i nw faranno mai per appagarai, fin che non verano dietrut» an Tribunale al
Santo r al nrceaaarlo. apedalmente nelle peeaenti pericolo*inime contingense
In ordlnc ool alia motivata deputadone dd Commlaaarii dnvrt wyww a 5 A lt. i*t
mimo lnogo, ene Ntro. Sig re non fwrf» «mdeacendate tn ciA ai vnled dit il mtn Mlntatero
ni potuto fin ora ideare, »i pe» die da on tale eaentpin ai dert**w maa ad opt'altro Prio
cipe d’Italla di metterr In campo «na timlt preteaa con infinito pniiudicw árll'limtt
alxione.
Nmt rtlrv* punto in *e»t»ndo luoyn 1'ifleitarr la prattíca altrow oaaervata. prwttW in
Vene/in nolamcnte trova »i introdotta la «ud.t* depotaeione de Commieeari In viioee
de'p«rtlcolarl concordatl fra la S. Sede, e quetla Reppuhlka. ndl‘stto che fu ínitodotu*
in «nella Htemia Rppuhlk» il Tribunale delta S. Inq»»*i*kine, la ouale rauandnal «fufta
manirra molto slniolare, ed Invieilando «ommamente alia ennaervaabne deninMtfttl ddla
Pede, rlmwc anche quei pericón, che altrove Ineeliabllmente nawtHibr la dtvwMa de-
putnxlonc. t)cve»l in oltte conalderarc la dfvrr»itl del Pae«e. del O«weroo, e d n l rnaole
dfnl’Bhitutnfl, awritnaclié alcun) leu ! f conce**ioni, le «|uali in »ma Citti « wh» otfliaeíme. in
un wltrn rlnuclrehhero troppo permclone
Pet altro • rl*erva di Veneda In nhtn luopo d'Italia U Trflwnele d^a S. ImntiaMone
ntmncMc alcun riommlamirlo per parte del Prtnclpr «acnlare. wswene v» repra ruto la nuon*
polhk*. In Torlno non é ateta mai Introdotta tma almile novité. w»í «i da wtta la mano
ujilTiiquInitorl per l'eaercido del Sentó loro Minlatero t/» ateten i»aa*i»bmI m Milano, e
nr*!) altri «tatl aomtettl alta Maeati dellimperatote. aenaa che nr »¿a mai derivato aJcun
im on veniente dal canto deerinquIalHiri, e »rn*a che poaaa. o SM tew ea. o la u w t ai
Torlno o altro Principe In Italia diral petció tneno corante o mmo awedoto In «aetetwir i
au<»i dlrlttl, «1 In protegiere I «ioI «udditl Üeve finalmente awenirai, ene non ai tratta
(l'lntroiliirre di nuovo In Toacana il Tribunale ddrimutiaWone. nd qual ra*o potnhhe
II Mlnlutrro lalro proporre mieata o «|odla wndieMne per atrerttamrto, ma «I trattai oí
MiatiirMrrin umNiin i ui>j ni,a inm iu n lhUI diritti, e aei«e»dn le lodevoli cnttuttuflinl

l'vtao della prot1la Glurladlakine, ed autorlti affatto independente <mim roteáis aecoMt*f
A. S. T. {C o tr ijh di X en**w dtfo Tote***. Flba MO, n. é, Id», M M 22).

363
APENDICE N.° 12 D

Respuesta de la Corte de Viena a la Memoria presentada por el Nuncio relacionada con


el Tribunal dc la Inquisición de Florencia.
Vienna, 30 noviembre 1739
[No/tf marginal. Risposta fatta ad una Memoria presentata dal Nunzio
di Vienna ne' 30 novembre 1739 concernente la persona secolare che
S.A.R. vuole tare intervenire alia congregazione deÜTnquisizione di Fi­
renze, acció restino sempre illesi i suoi sovrani diritti],
Réponse faite au Nonce sur un mémoire par lui presenté.
Car des raisons d ’Etat et par Droits compétans á chaqué Souverain, il est obligé de
prendre ses mesures pour que le St. Office de lTnquisition, ne puisse rien entreprendre
au delá de la sphére, contre l’Etat, contre le Gouvemement et contre les sujets que le
Souverain aura livré ou voudra bien livrer á ce St. Office, auxquels sujets il ne doit pas
pour cela moins sa protection pour ne pas souffrir qu’ils soient absolument abandonés á
!a puré volonté du St. Office, qu’il les puisse questionner et examiner sur autres matiéres
que celle de la Religión et du Dogme ou qu’il puisse porter sentence inflictive de peines
corporelles sans que le souverain prenne connoissance de cause, puisque l’exécution n’en
doit appartenir qu’au souverain.
S.A.R. ne voit pas de plus justes et de plus convenables mesures qu’elle pourra pren­
dre pour laisser le St. Office dans sa pleine activité et mettre en méme temps á couvert
ses droits de souverain et la protection qu’il doit á ses sujets, que d ’avoir une personne
de sa pan, presente á l’Examen et au procés que le Sainte O ffice formera contre ses su-
jeis. cette personne sera tenue au secret de lTnquisition, hors pour son Souverain. Elle
viellera qu’il ne s’y passe rien au delá des bornes de la Jurisdiction, que le souverain a
voulu ou veut bien accorder á ce St. Office soit en examinant les accusés sur autres ma­
tiéres que de Religión et du Dogme, soit en leur portant sentence inflictive des peines
corporelles et en procédant á l’execution á l’issu et sans le consentement du souverain;
soit eníin en laissant languir les coupables sans leur rendre une prompte justice, a quoi
un souverain doit avoir Toeil dans ses Etats.
Ce moven qui est deja d ’usage chez autres souveraines mettroit l’epouvante dans tous
les coeurs pervers de hétérodoxes, sachant que le Souverain aiant mis de cette fagon ses
drojfs et la protection, qu’il doit á ses sujets, a couvert ne refuseroit pas son bras seculier
á 1 Inquisition, et que la punition seroit inevitable au coupable; se seroit un grand bien
pour notre St. Religión; tout s’y traiteroit avec confiance et sans crainte.
Le St. Office y pourra d’autant moins trouver á redire, qu’il ne doit sans cela rien
faire que dans l’ordre de la justice et suivant les régles prescrittes, ce que faisant il doit
voir avec plaisir qu’une personne de la parte du souverain soit témoin de la candeur,
de la chanté et de la justice avet lesquelles ce St. Office procéde contre les coupables, en
íait de la Religión et du Dogme.
Si la Cour de Rome n’entre point dans cette proposition si juste et si raisonnable de
S.A.R. et que notre sainte Religión en souffre, la ditte Altesse Royale espére qu’on lui
rendra justice dans le monde et qu’on ne lui en imputera rien, ayant autant de zéle pour
le mamtien et l’agrandissement de notre sainte Religión, que qui ce puisse étre.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, n. 10, fols. 336-

APENDJCE N.° 13 A

Informe del Senador Rucellai sobre el proceso del Dr. Crudeli.


El Senador Rucellai al Conde de Richecourt
Di Casa, 11 agosto 1739
■ j iaí)? u m o quello che finora si congetturava su gFindízii che erano raccolti,
cioe c il Crudeli e ritenuto nellTnquuizione per solo motivo d ’esser uno de'Liberi Mura-
JÜÜt Stat° esa? linaf0 forme su questo solo punto; ne si puó dubitare della
a c w fino il soggetto deglí interrogatori, cioé il giuramento che
uppone prestarsi sopra la scrittura santa; le formalitá che s'usano per costituire un

264
libero muratore, le parole che s’adoprano, ció che si faccia nelle ragunanze, ed il soccetto
del segreto che dee oservarsi. w
Questa notizia chio ho auto questa martina mi ha fatto pensare, s’era il uño dovese
di pregare V.S. illma. ad avanzarla al Ser.mo Gran Duca nostro Signore, poiché non poten-
domi immaginare chc vj possa esser veruna cosa con tro la religione in una socícti ove
sono tan ti personaggi Cattolici di gran distinzione, e dove sono fino de'Cardinal!, pare
che vi sia *aí* ° “ luogo di credere, che sia stato supposto a S.A.R. un d iviso motivo,
nei chiederli 1 arresto di due, uno de’quali dal scrito si vede che fu il Crudeli, e l’altro
per anro mi é ignoto. Pare giusto che S.A.R. che solo puo chiarire questo fatto, lo sappia
perche s a sorte qualche persona si fosse ardua di supporle il falso, con tanto altrui pre-
giudizio, non solo possa prendervi Topportuno rimedio e peí caso seguito e p d tempo
av ven iré, ma eziandio si compiaccia, quando cosí le paia giusto di daré una volta per
sempre l’essempio, che non J’inganna... venino impunemente il proprio sovrano.
Io rimetto la risoluzione di scrivere o non scrivere a Sj\.R. alia somma prudenza di
V.S. Illma. Non mi sono ardito d ’essere in persona a sodisfare a ció ch'io credeva paree
del mió dovere per non esserle grave in giomo di posta, in tempo dh’dla non é per anco
ben ristabilíta in salute. Sapero ch’ella si degnerá riguardare questo mió ardire, come un
prodotto dello zelo che debbo avere peí miglior servizio del Ser.mo. Gran Duca da cui mí
trovo in ogni momento beneficiato, e che mi permetterá ch’io le dica colla mía sólita
sinceritá che l’opinione universale giá sparsa, ch’il Crudeli sia ritenuto per questo motivo,
ha confermato nei timore la miglior parte del popolo; ha scandalizzato il rimanente die
crede, coll’opinione che si ha dell’Inquisizione, che questa sodeta sia una vera eresia, e
che riguarda come eretici tutti quelle persone che vi sono ascrirte, ció d ie da b o g o a
molti discorsi poco convenienti, fomentad da dii ha interesse di fado credere e che aenza
dubbio producono poco buoni effetti; e pregándola a brucriart questo fsgiio perché non
possa esser veduto da venino, resto pieno d’ossequio.
P. D. La notizia delTesame seguito 1Tk> avuto del Corsi, che mi mostró un biglietto
dell’Crudeli, dove v’erano tutte le partkolarita ed in esso si dkeva, ch'aveva dtato
il Cerretesi e Collins.
A. S. F. {Consiglio di Reggenza della Toscana, Filia 339, Inserto 2 , n. 3).

APENDICE N* 13 B

Ampliación del informe anterior.


El Senador Giulio Rucellai al Conde de Richecourt
Di Casa, 17 Agosto 1739
Alcune particolaritá che mi é riuscito d’avere su 1’affare d d povero Crudeli, le quah
sempre piú nette vanno in stato SA R. di prendere quella lisoluzioni die le parenno piu
giuste, mi danno luogo d ’incomodare V A . Ufana. col presente biglietto, che coüa sólita
confidenza m’ardisco avanzarle in aggiunto dall’altro de gT ll stante vi cui le parteapw
la notizia ch’il Crudeli certamente era stato esaminato. ^ _
Egli dunque fece l’instanza all’Inquisitore d ’essere esaminato* dolendosi seco fortemente
di trovarsi ritenuto giá da tre mesi, senza saper la causa, e senza ne puré essere interro­
gato. L ’Inquisitore di disse a ció che non dependeva da lui, che $ avesse avute^ k maní
libere, e non fossero stati frapposd degli impedimenti nella sua causa, gii sarebbe stato
terminato il processo, ed egli ammesso alie difese sicché si troverebbe a questora o assoluto,
o condannato da Roma. . . . .
Dopo questo dialogo, egli giudidalmente rinterrogó se sapeva o poteya indovmare la
causa della sua prigionia. Rispóse di no, ... sorte ...per essere egli uno de Frimasson, ma ene
se ció fosse sarebbe punita la sua obbedicnza, perche dopo la Bolla mai sera aaunéto,
anzi ch’aveva ancora impedí to per mezzo di Mr. Faine. Milord Raunond non tenere piu
loge in Firenze. Interrogó rinquisitore in che cosa consistere l’adunanza de hnmesson.
Rispóse che non consisteva in altro ch’in tavole, ed in Bagatteüe per naere. Kepuco
l’Inquisitore che dicesse tutte le cerimonie, cd i nomi de'Fmnasson Fiorentim ed Inglesi:
>c facevano giurare» e su ché; e ché cosa si facess.- nella staraa dove s. ragunayano. II
Crudeli rispóse che non si ricordava di molte cose, e molto meno denonu aerrtmasson.
Aliara l'Inquisitore francamente disse ch’il Tribunale sapeva essere a sua notmm. che tra
Frimasson, tra gl’altri v ’erano l'abate Buondelmonti, ed un certo Galessi, ch e net senntio
di S.A.R, in Livorno, e molti Inglesi che nominó tutti per nome, tra quali un monsieur
Fox uomo di molto mérito, gran letterato. e gran matemático che si trattenne molto tempo
in Firenze, alcuni anni sono che v ’era un libro ove si senvono i nomi de rrunasson,

265
tra le formalitá, v ’erano alcune colonne corintie e doriche; alcune cándele, ed una fiaccola
situata nel mezzo d’un cerchio fatto col gesso. II Crudeh rispóse a d ó che tu to era veto,
ma che questa formalitá erano arbitrarte e pero vane; ch il libro su cui si prestava il
giuramento non era sempre l’estesso, e che s’avea veduto prestare fino sopra il don Chi-
chotte* che le fiaccole alludevano alParte de muratona. L Inquisitore fece replícate istanze
su quello che si parlava nelle tavole da gl’Inglesi, e particolarmente da Fiorentini; alche
rispóse che le Fiorentini. sandavano pochi, e raramente, perché non erano scritori, non
intendevano la lingua Inglese, e che gHnglesi non parlavano ch’inglese; che questa ragú-
nanza si faceva a istigazione d un certo scozzese, chiamato Raist, ch'in quel tempo era
in Firenze, che ne tirava del profitto maneggiando il danaro della societá. Tornó di nuevo
ad interrogare sopra i segreti, e le cerimonie ed a quantunque io non possa esser arrivato
a sapere il preciso rispetto a tutte l’interrogazioni, e le risposte, só pero ch’il Crudeli fu
costretto a dire tutto, e fra laltre cose sé ch’indico questa particolaritá, che quando il
nuovo Frimasson era ammesso, vedeva una face accesa in térra in un cerchio fatto di
sesso, nel di cui centro era scritto Matemático.
Queste interrogazioni, che furono fatte secondo lo stile giudicatorio non furono pero
scritte tali quali, come si pratica ne’processi regolari, ma solo si scrive tutto esi che disse
il Crudeli, ed in fronte del foglio vi si scrive: sponte onde pare ch’avessero un interesse
di concepire quest esame in forma da poter dire in caso di bisogno, che non era un atto
giudiciale, ch’essi non l'avevano esaminato, ma ch'avevano scritto quello, che volontario
aveva voluto dire. Molto piü poi, perch’avendo fatto il Crudeli doglianza che si tenessero
seco questa irregolaritá li fu risposto «che dei Comparenti spontanei non si scrivono Tin-
terrogazioni e le risposte», e che questo esame, non era il vero esame; che quello si
sarebbe scritto nelle forme
lo ho creduto dover tediare V.S. Illlma. con questo minuto dettaglio perche mi pare
che cc«i questo resti provato ad coibenza; primieramente che quando Tlnquisitore chiesse
I’arresto del Crudeli, giá aveva il processo in mano, da che queste notizie s’aveva senza
dubbio anteriormente al suo arresto essendovi nomínate persone, e fatti molto antichi. Ed
in secondo luogo, che la vera causa é quella d ’essere uno de’Liberi Muratori, onde cresce
il sosperto, che veramente n’abbiano supposta un altra a S.A.R., non obstante ch’il processo
fosse or'íinato su questa per ottenere Tarresto.
Ció supposto é altresi índubitato che lasciando da parte la circostanza d ’aver supposto
il falso al Ser.mo. Gran Duca, la Societa de'Frimesson é cosa affatto secolare, sicche ne
ri puo entrare l’Ecclesiastico, e molto meno l’Inquisizione alia quale non possono spettare
che le cause di Fide, e ció é tanto vero che in qualche paese, dove si b creduto dover
proibire queste ragunanze, la proibizione «i é fatta dal secolare, ma non ch’io sappia
dalTEcclesiatico; e per questo fine, tra gTaltri non fu lasciata pubblicare la Bolla in Firenze.
Ond e che presentemente si ritiene un Laico, suddito di S.A.R. nel S. Uffizio, per una
causa affatto secolare. sicché per questa parte non puó considerarsi, che come una carcere
privata, che yuol a dire. com’il maggior attentato, che possa farsi alia maestá del Sovrano,
a cui solo e e.dato da Dio A g¿an diritto sopra i sudditi della vita e della libertá ch’equivale
alia vita medessima.
In oltre é cosa molto ccnsiderabile, che Roma ch’a fatto la Bolla, avendo tanti sudditi
propri dell’istessa societa abbia appunto prescelto per teatro di questo fatto la Toscana,
che per raggion di Livorno ritira tanti vantaggi dalla nazione Inglese; e che per questi
e obbhgata a guardar seco molte misure di sorte che si é dovuto render pubbüco per tutto
u mondo, che Roma non vuol soffrire quest’adunanza alie spese della Toscana; e si b
dovuto legger^ ció in molte gazzette oltramontane, che nella data di Firenze, nel mesi
m cui seguí l’arresto ne fanno tutto il detaglio.
In fine dal vedere che non Pesaminavano punto, e ch’esaminato alie sue istanze, anno
fatto il possibile perche Tesame non comparisca un atto giudiciale alterando la forma e
facendolo comparire con un atto spontaneo del Crudeli. M ’ha fatto sospettare, che sia
qualche compenso Curíale, e che forse dopo la bolla, che non fu lasciata pubblicare in
Toscana^ per molti motivi. awessero qualch’ordine di non procedere contro i Frimasson,
e ch abbiano prescelta questa via per... in stato di poter i comparire, quando fossero ricon-
venuti, cn essi non 1 anno esaminato giudicialmente ma che non potevano dispensarsi di
scrivere quello di cui erano ríchiesti dal reo medessimo, ma questo b un mió sospetto.
o.A.R. e forse V.S. IUm*. potra iluminar le carte vj questo punto, dacché se ció non saprei
quaJ motivo adurre delTirregolari'á tenuta; molto piu sono portato a questo sistema, perche
Ü?V a85*rito Persona degna di fede, ch’il Canc.re delPInquisizione aveva detto,
c u v^rude.i non poteva esaminarsi perché per molti motivi non conveníva d'entrar ne
rnmasson, e ch essi n avevano ordine preciso, che probabilmente quest’affare sarebbe finito
aa se aopo molti mesi, senza che se ne sapesse altro; e nelTesame istesso del Crudeli so

266
ch’avendo essi nsposto ad un interrogatorio, ch’egli non credeva ne puré di dover ^
interrogato sul punto de Frimasson, perch'il Governo avesse proibito forsi di fare simils
ricerche; súbito 1 inquisitore li replicó se gli era stato detto d ó da un ministro, *\rhr
rispóse il Crudeli, che tal cosa greta stata detta da un ufiziale di cui non sapeva il nome.
Ma se si devono consumar molti mesi per finiré questo dramma naturalmente; io temo
che lo scioglimento sari la morte di quel povero disgraciato dacché si tratta d ’uno chfé
poco meno che tísico, che piu volte ha spuuto sangue, e dTattualmente h in priggiofie,
per quello m ha detto chi mha somministrato le presentí notizie, soffre gravissimi incomodo
di petto, causati in gran parte dalTaver passato Téstate in una fétida stanza, c d finestra
posta a Levante, a tetto, e m oho piccola; e per essere stato obbligato a vivere alia diacte-
zione di gente, ch’anno avuto il coraggio di crederio reo di fede per esser uno deTiberi
Muratori, e d ’occultarne la causa fino a S.A.R. per póteme ottenere l’arresto. Questo ¿
quello ch'io ho potuto sicuramente ritrovare, sul fatto del Crudeli, ch'io deposito n d k
mani di V.S. Illlma. perche ne faccia quel uso che le parri di miglior servido di SJiH-,
e resto di V.S. Illlma...
Favorisca voltare
P.S. Sul momento di chiudere la lettera mi e stato mandato una copia degTinterrogatori,
che rinquisitore avea preparati, e che dall’altre notizie si vede che li forano fatti, quest'is-
tesso amico m’awisa, che al Crudeli li fu dato il giuramento di díre il vero, d o die non
si fa, che ne veri esami; che dopo fu fatto giurare il segreto, ed in quest’occasione porgen-
dolí Tevangelio fu detto dall’Inquisitore «questo é il giuramento buooo e non qudlo del
Frimasson», fu anche interrogato espresamente se, tra i Frimasson v’era T óbate Nkxolini.
II dover copiare questo foglio é stata la causa delTindugío; la su p lico di un benigno
compatimento, ed a permettermi ch’io la pieghi, ddTultima segretezza, aedó non abbia 3
dispiacere d ’aver rovinata quelli che m’anno confidate le notizie. E resto al sólita suo
dev.mo ser.re.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 2 , n. 3).

APENDICE N * 13 C

Informe del Interrogatorio hecho a Crudeli el 10 de Agosto 1739, facilitado al Senador


Rucellai, quien lo remitió al Conde de Richecourt anexo a la carta reproducida en d
apéndice anterior.
Ifnquisitor]. Domando se sappia le caggionc d d suo arresto.
R [e o ]. Non lo sapeva.
I. Che li pare raro ch’in tanto tempo non si sia immagmato la cagkme.
R. Che non so, se forse non fosse per li frimasson, n d che sarebbe pumta la sua obbe-
dienza da che non solo dopo la Bolla non s’adunó, ma chlmpedi ancora, con MQord Rai-
mond, e Mr. Faine, che non si fa essere piú loggie.
I. In che cosa consista l’adunanza de Frimessons. _ ? ___
R. Niente altro che tavola, e bagatelle ...la prego a nflettere, cha un tísico come
son io tre mesi di Prigion m’astrette vanno la morte,.. ,
I. Dica puré tutte tutte le cerimonie, i nomi de’Fnmassom Fiorentmi ed Inglesi. be
si fanno giurare; su ché e ché cosa si fa ndla stanze, dove ssdunano, e quando neua
tavola.
R. Non mi ricordo di molto, e di molti nomi de’frimason.
I. II Tribunale sa che v’erano TAbbate Giuseppe Buondelmonti, ^..Galessi; che vi
é un Hbro, ove sono <scritti i nomi de'Frimasson, —colonne conntie, Doricne, cándele e
una fiaccola nei mezzo del segno fatto col gesso. .
R. Esser tutto vero, ma che la formaliti d d Frimasson, erano vanabili e
Ch’il libro su cui si prestava il giuramento non era »empre che jpotevt essere,
anco, come de fatto é stato, Don Chichotte; cosí ddPfiaoeola challudono aliarte de Mu­
ra toria.
I. Di che cosa si parla ndla tavola. g. _ _
R. Nei tempo della tavola ho osservato che molti che non sono fnmasson passano,
ed allora il segreto finisce.
I. Che si fa a tavola.
R Si ride, si beve, e si parla.
I. Di ché si parla. t
R. Io non so di quello che parlino gl’Inglesi, peicbe noo intendo la joro lingua, e
questa era la cagione, per cui io non é andato se non dt rado, siococne tacevano anco
glaltri Fiorentini; e gl’Inglesi non «se ne curavano niente affatto, ma un certo sconese

267
chiamato Raist aveva interesse che ci venidero, perche maneggiava il danaro della societa.
G l’ lnglesi non anno mai guardato di buon occhio la dentro i Fiorentini perche non bevono.
I. Di che cosa si discorreva mangiando.
R. Gringlesi parlavano la lingua Inglesa, e li Fiorentini la florentina.
Finalmente a forra d’interrogazioni fu obbligato a dir tutto. Fu scritto tutto in una
carta a forma di gazzeta senza servare il solito stile di notarvi 1mterrogazioni e le risposte.
Si duda dal método. Sul principio della carta vi rimette sponte e «enza di logo. L Inquisitore
rammenta molti inglesi per nome. Crudeli non ramento che Milord Middlesex e Milord
Raymond. LTnquisitore rammentó anco Monsieur Fox. Nell’alzar della benda, il novizio
vede una face in térra ch’é macchiata di gesso col nome in centro Matemático.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339> Inserto 2, n. 5).

APENDICE N.° 13 D

Comunicación al Gran Duque de Toscana de la situación del proceso contra el Dr. Crudeli.
El Conde de Richecourt a S.A.R., Francisco de Lorena.
Florence ce 18 aout 1739
Monsigneur,
J’ay l’honneur de demander tres humblement pardon á Votre Altesse Royale si je ne
luy écrit point de main propre, mais TEtat de ma santé ne me le permet pas.
V A -R . aura vu par les dépeches de son Conseil et verra par celle d’aujourd’huy les dif-
fieultés joumaliéres et peu fondées que I on rencontre a chaqué occassion de la part de
la Cour de Rome.
II paroit qu’elle veut se venger de ce que sous le nom de l’Inquisition, V.A.R. ne luy
permet pas d’exercer une authorité despotique dans ses Etats, authorité que si Elle n’estoit
arrestée, depouilleroit insensiblement V.A.R. de la plus grande partie des attributs de la
Souveraineté et feroit quitter ses Etats a tout ce qu’il y auroit de gens de mérite qui
croiroient avoir des ennemys ou estre en but á la Cour de Rome.
bz triste aventure de Crudeli pourroit justifier leur crainte; je crois devoir en tracer
a V.AJR.. un détail succint.
La Régle du St. Office est que Tlnquisition ne peut demander le Bras seculier que
contre les coupables auxquels Elle a déjá fait le Procés d’avance.
ley, Monseigneur, on en a usé tout differement. L’on a supposé á V.A.R., Crudeli
coupable et convaincu des plus grands crimes, tandis que son Procés n’etoit point encore
commencé. En effet depuis ca detention Ton a entendu plus de trent témoins contre luy,
et non obstant le secret de l’Inquisition, Ion scait positivement que ces Témoins n’ont estés
interrogés que sur des faits vagues et peu relevés, sur des vuys dire et enfin sur ce quel
etoit Franc-Masson, et pratiquoit beaucoup les anglois, auxquels il enseignoit la langue
Italienne.
L’on scait positivement que ic Public ayant murmuré et s’estant plaint Luy méme
que l’on le tenoit depuis un si logtemps en Prison sans l’interroger et le condamner s’il
etoit coupable ou l’absoudre s’il etoit innocent. En fin depuis peu de jours l’Inquisition
l’a fait venir par devant luy et Ta interrogé.
Toutes les interrogatíons sont roulés que sur la société des Francs-Massons, sur les
formaiités, le serment, les Cérémonies qui l accompagnoient, les loges, les repas qui s’y
donnoient, les discours qui se tenoient dans ces mémes repas, etc., cependant quoy qu’on
1 ait interrogé en forme, Tlnquisiteur s’est bien gardé de rediger l'acte en forme d ’interro-
gation.
II s est contenté de la faire ecrire en forme de conversation ou declaration volontiére
Docteur Crudeli, ayant meme fait mettre en téte le mot Sponte voulant signifier que
Crudeli avoit fait ces déclarations de son propre mouvement, sans y avoir esté forcé, n’y
meme interrogé.
Voulant sans doute que cette piéce puisse luy servir d’excuse ¿ l’avenir si l’on par-
venoit a penetrer que sa qualité de Franc Masson soit entré pour partie dans son Procés,
a , i n„- cet lntcr¡;0« atou'e <Jui n’a rou,¿ sur aucun autre objet, le Docteur Crudeli a
supphé 1 inquisiteur de vouloir bien terminer au plutot son Procés, perissant en Prison;
attendu qu il est asmatique et crache le sang presque journellement.
Llnquisiteur luy * répmdu qu’il avoit les bras lié*, sans quoy «on Procés auroit
esté juge a Home il y a dé)á quelque temps, et sans autre consolation il l’a renvoyé dans
sa Pnion.
V.A.R. peut estre assuré de ces faits. J’en ay vu et lu les preuves

268
Dans ces circonstances je laisse á la haute prudence de V,A,R. de juger le party quelle
croira le plus convenable pour procurer á Crudeli la justkt qu’il demande
Cet homme ne paroit point indigne de Tañention de son souverain, il est d ’une honnéte
famille, i] excelle dans la poésie, et c ’est sans doute ce qui a fait son crime, s’estant par
quelques traits satiriques attiré l’inimitié des Ecclésiastiques et des moines dont rl a píos
d’une fois censuré les vices et la conduite.
II est certain que suivant les máximes de l’Inquisition cet homme pourrira dans les
cachots sans que son Procés soit jamais decide, parce que Ton n’a pas trouvé de quoy
le condamner, et qu’on ne peut l’absoudre sans avouer qu’on en a imposé a V.A.R.
[A continuación hay un largo párrafo en cifra]
Je crois Monseigneur que c ’est l ’unique pam que V.A.R. puisse prendre ct qui
ne la compromettra en aucune maniere [frase en cifra] si V.A.R. Tordonne. Je dis Fuñique
party, car Ton ne peut se prometre quelles instanccs que fasse faire V.A.R. que Taffaire
soit jamais [frase en cifra] Tont vainement demandé dans les temps passés, ont leur a
promis, mais toujours manqué de parole. J’attendray le¿ ordres de V.A.R. pour m’y con-
former aux exactitudes l ’assurant qu’un seul mot suffira pour finir Tafíaire sur le pied
que j’ay Thonneur de luy proposer. J’ay lTx>nneur de luy joindre icy mon sentiment sur
la demande du Prince Doltajane, cela supplie de vouloir bien m’informer de la résohmoa
qu’Elle aura prise a cet égard pour ma direction.
Je crois devoir Tinformer que la correspondance continué et plus etroitement que
jamais [frase en cifra].
J’ay Thonneur de joindre a V.A.R. deux Billets que j ’ai re^u du Senateur Rucellay
sur l’affaire du Docteur Crudeli, lesquels ne font pas le fondement di la lettre que j’ay
Thonneur d’escrire a V.A.R. en ayant des informations sures apart Elle sentir* de queQe
importance il est pour ce senateur que ces Billets ne soiem vus, etaiit déjk fortement en
but á la Cour de Rome qui voudroit bien trouver quelqu occasion de se veoget, et qui
ne néglige pas certainement autant que je le scay, la voye de Tlnquisition contre ceux
qu’elle trouve luy estre opposés, et soutenir aux zele contr’elle les intéréts des souverains.
Ce senateur qui scait que Ton a attenté plus d’une fois sur la vie de... déffenseur de la
jurisdiction de Venisse contre les entreprises de la Cour de Rome, n’est pas bore de tomes
inquietudes, et en effet V.A.R. aura vu dans Thistoire á quoy Ton ne s’est pas porté
dans les temps passés par un faux zele de Religión; je l’ay assure autant qu’il a dépendu
de moy, mais je ne puis me flatter de lui avoir osté entierement toute inquietude pretendsnt
avoir des avis sures, qu’on luy en veut particulierement et qu’á Rome on employera tous
moyens possibles pour le perdre.
J’ay Thonneur d’estre avec un tres profond respect...
A. S. F. ( Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto n. 12).

APENDICE N.° 14

Interrogatorio hecho por el Inquisidor a Tommaso Crudeli.


Firenze, 10 agosto 1739
Interrogatorio fatto dalllnquisitore di Firenze al Dottore Crudeli.
1.— Quale fusse il Ministro.
2.— Nome delTUfiziale.
3.— In che consiste il Frimasson.
4.— Come si ammetta il nuovo Frimasson.
5 .— Come si faccia il partito.
6 .— Quanto si spenda.
7 .— Quale sia il colore de’guanti.
8 .— Si la benda sia fórmale.
9 .— Quali sieno i metalli che fanno lasciare.
10.— Come sia il consiglio.
11.— De quello che parla di dentro sia il maestro.
12.— Che figura sia quella di gesso segnata in térra.
13.— Quanti sieno i Lumi..
14.— Come sieno disposti.
15.— Sopra di ché sieno posti.
16.— Da qual parte sta il maestro.
17.— Sopra ché si dia il giuramento.
18.— Quale sia il Libro sul quale si giura.
19.— ll senso delle parole del giuramento.

269
20.— Qual divisa o segno si dia al nuovo Frimasson.
21.— Si sia formula dc giuramento.
22.— Díca il sunco dc Giuramento,
23.— Si se siene parole arrende.
24.— Se si sia altnx
25.— Cosa si parli a tavola.
2 6 — Dice i nomi de’fiorentmi.
27. Dica i nomi de’inglesi.
28 . Quanti in tutto sieno i Frimasson.
29.—Chi era maestro quando entro.
30.—Quanto tempo sia che entro.
31 . Quanti maestri si sieno mutati.
32 . Quanto tempo sia, che fu introdotta qui.
33*—Chi fu il fondatore.
34.__Quanti si erano quando entro,
35 —Di nuovo i nomi de’fiorendni di quel tempo.
36 . Di nuovo il numero degTinglesi di questo tempo.
37 . Quanto tempo era che fu istituita quando entro.
38.— Dove la casa de Frimassons.
39__Del nome preciso de Galessi e ché rango Tufiziale tenga.
40.—I nomi de’tre Gran Maestri.
41.—Del giomo delTassamblea.
42 . Si doppo il pasto, quando s’accendono i lumi, si parli contra Deum aut divinam
sdendam.
43 . Si io sappia, o abbia sentito diré che in Firenze, o altrove vi sieno altre tali
conversazioni.
44.— Perché non vi si ammeti le donne.
45.— S egli Inglesi essono da tavola tutu Briachi.
Ed il Crudeli rispóse non tutti. Allora Tlnquisitore replicó «io ho sentito dire che
n Germania s’imbriacano alia peggio», e questo non fu scrito.
Nota degl’Interrogatorio che si sono fatti dalTInquisitore di Firenze al Dottore Tom-
náso Cniddi.
* In che consista tutto il Frimasson.
* Se la Benda é necessaria per la fonnalitá delTatto.
* Quanti devono essere i frimasson nella funzione, e come disposti.
* Si nei Giuramento vi sia formula, e come la detta sia orribile.
* Qual sia il segno che danno al nuovo Frimasson.
* Su qual libro si faeda il giuramento.
* Quali sieno i segni segreti.
* Se si e altro segreto.
* Che cosa zi palli a tavola, ché cosa si faccia in essa.
* Se dopo si parli contra Deus et contra divina scientia.
* Quali sieno li nomi de gTInglesi che sono Freemason.
* Quale il suo numero.
* Che dica il nome del primo fondatore.
* Quanto tempo sia chi era v’entro.
* Quanti gran Maestri si sieno mutati a suo tempo e dica i lore nomi.
* Si in Toscana sappia che si tiene altre loge chi in Firenze.
A. S. F. (Consiguió di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 2 , n. 5;
Filza 340, letra A, fols. 9-10).

APENDICE N * 15A

^ °PSamo ^T ribi^ contra el Dr. Cruddi para entregarla a su abogado según el estilo dd

Firenze, 10 agosto 1739.


Coppia del Processo contro il Dottore Crudeli da conscgnarsi al suo
Awocato di stmo secondo lo stile del S. Tribunale.
Catalogo, osia Índice di qudlo si contiene in questa coppia dd pro*
cesso.
i. r ü f spontf “ <? fatu dal carcerato prima che fuste coatitutito, tocante
la Congrega <TLiben Muratori.

270
Die 10 Augusti 1739
Iuxta petitiones factas a R.P. Vic. Gen. huius Off. a Dottore Tboma Crudeli per...
mondanis extraendus esse ex carceri S.O., supradictum Doctorum Thomam Crudeli prout
extractus se presen tari per... coram supradicto Rvd. Patre Inquisitore Gen. existente in
archivio huius S.O. in cuius... et delato facto juramento de dicenda veritate, quod prestítit
tac. Sac. Dei íranqui sponte exposuit ut seguit.
Quando io fui carcerato in questo S.O. súbito pensai potesse essere la cagione per
aver mangiato carne due o tre volte in giorno de venerdi o sabato, degli giomi io ritengo
la licenza dal Medico per le mié indisposizioni di petto, ma essendo paasato molto tempo,
ne videndo alcuna risoluzione sopra la mia persona di costituirmi per le tante riflessiom
fatte posso dubitare, che la mia carcerazione sia provenuta dalTesser stato io uno
congregazione detta de'Frimesson, nella quale fui aggregato, se non prendo quatrr'an-
ni sono, e sebbene molto tempo prima aveva avuto l ’impulso dalla mía curioshi d ’aggregarmi
a detto Frimesson non mi risolvi d ’esser ammesso, se non doppo che videli aggregari a
detta adunanza li P. Denii e Hud, Agostiniani di S. Spirito, Irlandesi, i quali e spedalmente
il Padre Hud, dico cosi, é martire della nostra S. Religione, poiche nd suo Paese per
esser cattolico ha perduto parte delle sue entrate, e di aver onori n*lU sua Patria; e si
viddi ancora il Galessi di cui non so il nome, ma era uffiziale del fu G. Duca Gio Gastone,
e se non sbaglio mi pare che fusse Alfieri, giovane innocentissimo le med. sull’esempto di
questi, e d’altri, cioé del Dottor Ant. Cocchi mí risolvi ancor io d’entrarvi, come entrai.
II Galessi i entró per Geometría; il Dottor Cocchi per medicare.
La funzione, che s’osserva in tal adunanza prima d esser ammesso consiste in questo,
cioé, uno della conversazione fa istanza al frim. adunato a Tavola, ed espone che il Sig.
Tommaso Crudeli, v. g., desidera esser ammesso al Frim. ed i commensali, ma spedalmente
il Capo Maestro comanda e dice, che s’informi, se il Postulante sia Galantuomo, e dicendo
di si alzano la mano o a viva voce l’agregano, e vi sono stati alcuni esdusi anco propossi
del Capo Maestro come mi é «stato riferito. Seguita tale accettazíone il proponente awisa
il Postulante l’accettazione, e si determina il giorno nel quale deve esser ammesso, venutta
Tora, facendogli pero prima pagare del denaro per far la cena a chi piü, a chi meno; a
me mi feccero pagare sei in sette ruspi, e per pagare ateresi i gremyuli, e guana, ed akími
piü generosi, gU comprano nuovi a tutti gli adunad. II gremyule e di cuoio bianco da far
guanti; si comprano guanti bianchi da uomo e da donna per ognuno, e poi si conchre
il novizio ad una Porta, dove dentro stanno i Sig^i de Frimesson, cogli ocdu bendad con
una fascia di che matteria na poco importa. Poi lo spoglúmo di tutu le sorti di metalli,
cioé denaro, bottoni, si di camicia come nella giubba, fibie delle «carpe, e simili; e poi
il Promotore picchia la Porta, e picchiano cosi: danno su picchio pkxoio, poi si fem u un
pocchino, e da due altri picchi inmediatamente uno doppo l’altero; e questo é uno de’sqgni
de Frimesson. II capo Maestro di dentro risponde, chi siete, cosa vdete? Risponde che
c’é uno, il quale vuol’esser ammesso al Frimesson. Replica il capo Maestro se per 6ua
propria volontá o per persuasione d’altri, e rispondesi per sua propia vofanti o per per-
suasione d ’altri, e rispondesi per sua propria volonta. Replica, se ha bendato gh occhi,
e se é spogliato de’metalli. Risponde il Promotore di si ed allora aprono la Porta, e tutri
gli associatti dentro fanno un gran romore con spade, ferri, e batter tavole. E poi ü
primo Capo Maestro fa girare il novizio assieme col Promotore per la stanza. Doppo tal
giramento lo conduce avanri il primo Maestro, il quale gli domanda se desidera usare
da quelle tenebre e vedere il solé (il quale é dipinto in térra col gesso, ed in m en o al
solé v’é scritto Geometría) ed il Postulante risponde di si. Prima pero di levargli la benda
10 fanno giurare sopra la Sagra Biblia o altro libro di mantenere il segreto in questa, o
simil forma. Cioé che gli sia strappato il cuore e la lingua e ne sia fstto cenere gettate
al vento non mantenendo il segreto ad allora doppo fatto il giuramento gü si leva la Benda
dagli occhi e vede in térra il solé descritto, come sopra in mezax> ad un quadro bislungo
fatto di gesso rappresentante il Ponente, oriente e le due altre parti meza» giorno, e tra­
montano e tutti gli aggregati fanno circolo alia detta figura, cioe stanno attorno. II Capo
Maestro sta dalle parte d ’Orientc rimirando la catena e vi sono in detta figura cinque co*
lonette distribuite, sopra delle quale v'é un cero ardente rappresentante i cinque ordim
d ’architectura, una chiamata Dorico, Jonico, Corintio, Composito e Toscano. Vede anco
súbito sbendato, che il Capo Maestro tiene alTaccettato le seste vicino al petto scoprendo
11 petto. In tale adunanza non s’ammettono le Donne, Poi lo fanno passeggiare, dkendoli,
che passeggi da buen Frimesson sopra la sudetta figura quadrata bislunga, e perche dubita
di guastar le figuri, o gettar le coíonnine camina con gran nguardo per non guastarle, e
allora tutta l’adunanza vide e succede alie volte qualche variamente secondo la qualita
dei primi Maestri Di poi lo pongono nella parte «ettentrionale, o mendionalc di queila fi­
gura; allora il Capo Maestro cinge il gtemiule al Novizio, e dice, d ie quello é Tinsegna

271
dei frimesson; i guanti ognano se li mette da se. Ma io e sccndato di diré, che súbito
levata la benda dagli occhi tutti gli adunati nei Frimesson nei medessuno tempo con qualche
impeto si mettono la mano sinistra al Petto, figurando la squadra. Doppo, ílp rim o Maestro
interroga uno de piú vecchi, e pratici del H.masson. e gli domanda se egli e Frimesson,
risponde di sí, replica ¿n che loggia ¿ stato ammesso Frimesson, e quello gli risponde il
dove; allora gli domanda da che parte deve esser vuelta la loggia. Risponde dón en te a
occidente II Capo Maestro gli sogg.ungc cosa gli fu fatto quando entro Frimesson. Ris­
ponde che cli furono levan tutti i MetaUi, bendati gli occhi, e tutte le altre funziom,
come ho detto di sopra Doppo il primo Maestro o chi ha introdotto il N ovm o communica
il medessimo novizio ü segni del frimesson, e sono li seguenti. Col suo dito pollice gli
tocca il suo dito medio di sopra nella nocca, e poi la nocca del mcüce dicendo B, e 1 altro
dei rispondere O fino che alternativamente terminano la parola BOOSE, e sucesivamente
dicono la parola chiari, se non sbaglio. Di poi uno de sopradette non la prima volta, ma
in qualche altra occasione. gli toccano il dito Índice, tirano al Novizio il dito Índice, poi
il medio, e succesivameme ambe due le dite, poi abbrancia tutta la mano discendendo le
niddetc due díte verso il polso, e un pochetto tirano, Taltro segue e mettersi la mano
sinistra a Petto, c vol tare un pocchino il piede destro. E questi per quello ora mi ricordo
sono i segni co’quali si distingono gli aggregati al Frimesson. II Primo Maestro tiene un
Martcllo di legno in mano, c lo seste attaccate al eolio con un nastro, oppure ín mano vi
possono essere altri segni dequale non ho memoria, o non vi aveva fatto esatta attenzione;
e se vogüono saperlo piú esattamente potranno informarsi da Collins, che sebbene egli
é l Albergatore degli adunati, e anco Frimesson. Doppo fatta tal funzione si va a cena,
che si fa a spese delTagregato. Quando entrai in detta adunanza primo Maestro era Mon-
sieur Fox, matemático da Monsieur Pascio in Via Maggio.
In questa Compagnia quando -/entrai, che fu Túnica volta, che io v ’intervenuti costa
vi saranno state da dieci persone fra gli altri entro meco per qualche mi pare Giuseppe
Cerretesi, Sorentino. Vi era fra gli associati il Dottore Cocchi. Doppo di me entró in detta
societá il signore Abate Ant. Niccolini, Paolino Dolci, Tabate Franceschi, Tabate Buondel­
monti. de'ftorentini non mi ricordo d’altri. Era solito adunarsi la societá ogni giovedi, e
perche non ci vedevano volontieri il Barón Stock [sic], fu mu tata per il sabato, in cui
egli é applicato per la posta, il quale non é gradúo in nessuna maniera dagTInglesi, anzi
gl’odiano a morte, gli altri che erano in detta adunanza erano gl’Inglesi de’quali non mi
ricordo come si chiaminu; v erano ancora i due Padri di S. Spirito giá di sopra nominati.
Di poi la detta conversazione fu mutata da Monsieur Pascio, e fu introdotta nelTAlbergo
di Monsieur Collins, e fu mutata a cagíone, che a Tavola trattava male. In quella di Mon­
sieur Pascio vi sono stato una volta sola, e in quella del Collins da tre o quattro volte non
potendorm uniformar al loro costume, che é di molto bére, non potendo io reggere a
cagione della mía indisposizione.
Questo é tutto il sistema del Frimesson. Ho sentito a dire da loro medessimi Inglesi,
che in detta Frimesson s’accetta ogni sorte di gente; basta che siano Galantuomini, come
Calzolai, Media, ed ogni sorte di gente. Con questo pero gli ammalatti, «e vi fusse qual-
. jno di essi si devono servire del medico del frimesson, chi é calzolaio devono andaré da
luí a... di scarpe. Se qualcuno fusse carcerato sono obbligati a far borsa per sowenirlo o
scarcelarlo; per tale effetto nella preparazione del desinare, o cena levano qualcche zecchino,
e lo pongono in casa per i bisogni. Di piú devo dire che fra i frimesson avanti che io
y entratti v era un Píttore chiamato Martin, che non so se sia piü in Firenze, questo é
inglese fatio cattolico.
Et ojm plus sua Rvma. haberet aliqua expedí re dimittit examen animo tamen per
j . accePti- Et iuravit silentium tac. Sacr. D. Evang. et subses. confirmavit supra
depositum
lo Dottor Tommaso Crudeli affermo quanto sopra mano propia.
Acta sunt per me... Ant. Montefiori i off. flor, cancellarum.
^77^180} (Anbwio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra Y, fol.

APENDICE N * 15 B
Continuación del interrogatorio anterior
Florencia, 14 Agosto 1739
Die 14 Augusti 1739

e x i s ^ ^ T ! S 0(1 se iterum presentavit corara Rvdo. P. Inqul*. Gen,


existente ubi supra in me. per T . ad prosequendam suam narrationem.

272
Doctor Thomas Crudeli qui supra, et delato eí juram. de veritate dicen da qudo. prestitit
tac. Sac. D. Evang. prosequitur ett ut supra.
Doppo terminata la funzione etsono da quella stanza e vanno a d t w u t t oppurc a
cena, c qui pare, che sia terminato tutto il segreto perche allora v’entrano alia «unza deQa
cena i servitori, ed ho veduto entrare altra gente, che noi» sono aggregati al Primeasen,
che in lingua nostra vuol dire ingenuo mesaon muratore. Mentre che ti trattengooo a
tavola si beve, si fanno de brindeai o saluti, e per il primi salutano per lo piú il Principe
Regnante usando questa cerimonia: si alza in piedi il primo Maestro col Biccniere ín mano,
e la un segno di squadra, cíoc girando il biurhiere verso ii petto, potándolo in tnrmn alia
Tavola sollevato, e tutti gli alteri facevapo il med*. geste col Bicchiere, potano íl Bkdúere
in Tavola, e poi colle palme delle mani fanno tre pkchi, il primo un poco adagio, e gli
altri due con piú scoppio allusivi al pkchiar delle pietre. Tali picchi gli danno doppo bevoto.
Di poi si fa il salute ad Aü£one, che fabbrko Tebe, a suon di lira; ad Alessandn> Magno,
che fabbricó Alessandria; al Czar di Moscovia che fabbricó Píetroburgo. Doppo ho sentito
a far de saluti a Rodope che feci una Pirámide; a Semiramide, ad Artemisia, ed a molt'altri.
£ ben vero pero che nei Frimesson non s'ammettono donne. II motivo pero non ¡o «o,
íorse perché non si comprometteranno della loro segretezza; ogni qual volta ii capo Maestro
faci saluti tutti corrhpondono, come ho detto di sopra, e per il piú s’iace a briachi, cioé
gli molti deg’Inglesi.
E poi doppo verso il fine del desinare s’evi sono negozi da propooere del Frimessom
s’accendono i «oliti lumi, come ho giá detto, e si mandano via i servitori, o altra gente
che non é del [Frimesson], e ti tratta allora quelle die si propone. Se si debba aocettare
qualche postulante vietandosi ogni sorte di discorso di Relijpone, e di Governo. In tana
anni, che é stata istituita qui in Firenze tal sodeta, che ñor. so il tempo, gTIngka nei
principio introducivano gli Italiani. II primo a introducirli fu *1 Monsieur Reíd, aoaao di
dubbia fama, perche quantumque egli fusse cattolico praticava una morale equivoca, e
perche egli era un povero uomo in u le introduzione si credeva che si guadagnasce qualche
cosa e cosí gli Italiani in tale unione non erano ben veduti e ricerri, d ¿ conoacendosi
dal non invitarli dal parlarli mai quando erano in adunanza, parlandosí sempre in inglese
fra loro, rarissime volte alia francese, e quasi mai all’Italiane; di sorte che i floren tini tare
volte e malvolontieri v ’andavano per non voler bere per (pella fredda aocogüenza, e per
quel puerile incommodo, mentre so che l’Abate Ant. Nkxolini v ’intervenisse due solé
volte per quello é a mia notizia, e per tale cagione io non so quanti siano i fiorentini
aggregati.
Saputosi poi la probizione alio Stato Eccleaiastico di tale adunanza per queQo i a
mia notizia io e di conoscenti, cioé fiorentini non ci siamo piú andad, e per q u d lo so,
non l’anno fatta piú nemmeno l’Inglesi, ed io m’adoperai presso il Ministro d'Inghflterrs
qui in Firenze con persuadere ancora il Milord Raimond a discioglieiia, presente Q Sig.
Giuseppe Cerretesi, essendo a desinare dal d* Milord. In tempo che fui ¿o di d* Frimesson
tre capí Maestri ci ho conosciuto; il primo Monsieur Fox; il secondo fl Milord Midtflesex,
conte di Londra, ed il terzo il Milord Raimond. Di piü t ’adoparo il dwóoglimento di tale
adunanza Monsieur Collins, e tutti i fiorentini, di modo che la Bolla Püntifiáa e stata
obbedita, e da fiorentini, e dagli Inglesi in questa dttá; ne sé che in altri luoghi fuori
di Firenze vi sieno altre adunanze.
In questa relazione posso aver preso qualche sbaglio, o perche non mi jouviene, o perche
non ci usavo l’attenzione. Un Inglese che mi pare fusse Monsieur Fox (?) mi disse che
tutti li segni suddete che si praticano in detta adunanza alludono, o doverebbere alludere
all’arte del muratore; di presente non mi pare dover dire altro.
Quibus habitis, et aceeptatis, et dimissus fuit, examen juravit silentium tac. sac. Dei
Evang. et perlectam totam dep06Ítionem, a principio usque in finem se subscrivit.
Tommaso Crudeli affirmo quanto questo sopra mano propia.
Acta sunt per me F. Ant. María Montefiori, S. O ff. Firez. Canc. *
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 540, Letra Y , fols.
180-182).

273

1$
APENDICE N • 16

Declaraciones de los testigos conua Tommaso Crudeli


Copia dellnformativo e costituto del Dottor Tommaso
Crudeli carcerato in S. Ofiizio.
A di 29 Xbre. 1734.
NN. Sacerdote iiorentino d’anni 35 giudiüialmente depose in S. Uffi2Ío, come sette u
otto anni addietro in una villa alllmpruneca presente altro NN. il Dottor Crudeli entró
discorso di scienze e parlando della 1 eologia Scolastica disse ch ero inutile, superflua,
chimerica, che conteneva cose talse; e voltato si verso il denunziante soggiunsc con quesíe
parlando della detta Teologia Scolastica sapete che gli angelí custodi, stanno al finestrino
a vedere i moti del quore, dicendo cío per disprezzo. Fue corretto dal Denunziante che
guardaste bene aquello, che diceva, ed l'inquisito gli diede del ignorante.
Nel medessimo tempo, e luogo dal medessimo Crudeli solo egli senti, che voleva andaré
a confessarsi da un certo NN\ per dirli delle sciocherie; doppo qualche giorno fosse, ma
non si ricorda da chi, che Tlnquisito Crudeli era stato a confessarsi delTaccennato NN
egli aveva detto, voi sete un asino.
Nel suddetto tempo e luogo, presente i'accennato NN. Tlnquisito Crudeli entró in
discorso del S. Uñzio, e dissi che era ingiusto, mentre prendeva Taccuse, e non dava difesa
agli aecusati, lodando la Francia perche non vera questo Tribunale del S. Ufizio, ma bensi
i vescovi prendevano le acusse e davano le difese.
Soggiunse in oltre il Denunziante che in quel tempo trovandosi a discorrere della persona
delTInquisito con A.B.C.D. sacerdoti questi benche non si piagassero, dissero pero che
il Crudeli non sí credeva la stessa cosa... ancora da altro sacerdote.
Per quanto gli pareva Tlnquisito ne sud. discorsi parlava... e di propria opinione.
Tanto a differito a denunziare perche mai gli é venuto in mente quest’obbligo, e solo
últimamente n’era stato consiglietto sopra rinimicizia rispóse bene. E quanto alia fama
disse che ilnquisito Crudeli per le sud. cose appresso di lui era in concetto di Epicúreo
e communmente aveva intessa che fusse impertinente.
* Sotto 11 di tre Genn. 1735 esaminato il sacerdote E, d ’anni 63 fu dil tutto negativo,
benche ammonito.
* A di 14 Giugno 1739 esaminato il sacerdote A d’anni 53 disse non ricordarsi d’aver
detto come sopra, benche fosse ammonito.
Deposi che i sacerdoti B.C.D. erano morti. Che da F. aveva sentito dire qualmente
l’inquisito Crudeli era d’una setta, che si credeva poco; da G. ed H. si poteva ricercare
perche questi conoscevano Tlnquisito.
Sopra rinimicizia rispóse bene. Sopra la fama doppo la carcerazione si diceva p u b lica ­
mente Tlnquisito sospetto d’Eresia.
* Sucessivámente esaminato F. cittadini fior. d’anni 48 d’aver detto quanto sopra pub-
blicamente per la cittá de Firenze aveva sentito dire che Tlnquisito fusse capo deXÍberi
Muratori, e non credesse nulla.
* A di 17 Giugno esaminato super generalia G. depose di non aver mai sentito da
lui cose spet tanti al S. Uiíizio ed in quelle poche volte trattato non aveva potuto formare
deTInquisito ver un concerto; gli aveva sentito far de discorsi di schifezze di donne.
* A di 22 Giugno esaminato super generalia H, d’anni 26 ad opportunam interrogationem
rispóse che colTInquisito aveva auto un’amicizia di capello, mentre da discorsi seco ne
é stato sempre Iontaño essendogli facile a corbellare, se non si parlava bene. C ’ha sentito
fare discorsi di donne.
* A di 4 Luglio esaminata Y donna civile fiorentina d ’anni 50 depose, che comunmente
seguí ta la carcerazione delTInquisito aveva sentito di re come egli ci crede poco, ma ella
non ha auto motivo di sapere se fusse vera questa voce.
Sopra 1inimicizía rispóse bene; quanto alia fama era in pessimo concetto per essere
sotto i terri dell’Inquisizione ove non capitano se non Rei.
. ^ Lu^li° 17>9 esamijiato il testim. NN. depose como alTImpruneta accada certa
dmerenza tra 1 ímjuisito e ^erta persona, e nel resto fu del tutto negativo licet moni.
A di 19 9brt 1735 K uomo e persona civile d’anni 36 in giudizio «pontaneamente
depose cosí obligato piú volte da! confessore, qualmente Tlnquisito dodici anni prima
teneva in Poppi la Vita di Fra Pao1© servita, Lucrezio tradotto dal Marchetti, e gli leggcva
a suo piacere, e con questi anco la Vita di Sixto V. Egli sapeva che fossero proibite, e ció

2J4
non ostante li teneva e gli leggeva; é ben vero che allora s’adopava per ottenere da Rosna
la licenza di poter l’avvere e leggere,
Circa Tistes so tempo in Firenze avendo detto il denunziante all’Inquiatto che certa
persona voleva andaré alTImpruneta allora rispóse TInquisito sia buggerata la Madonna,
presente; sopra la fama rispóse per quanto posso coooscere da qucüo che egli dice mi
pare che tra segno di non crederci troppo; cosí é anco il u>ncetto che ha apresso gli altri
del paese per quanto ho sentito dire.
Sopra Tinimicizia depose di non aver auto che spartire con lui e gli vuol bene.
* A di 27 aprile 1737 esaminato L persona civile d'anni 35 rispóse di non rkordarsi
d ’avver sentite quelle parole e cosí rispóse ad ogm interrogazíone licet...
* A di 16 Luglio 1737 M uomo nobile fiar, d ’anni 66 in un suo examen depose come
sei o sette anni addietro una mattina avanti desinare essendo dal libraio Piazzini comparve
un Religioso che domandó dal libro intitolato il cuor di Gesü o simile. Partito il Religioso
llnquisito disse poteva pur domandar un calcagno, o disse altra pane d d corpo di cui
non si ricorda, il che sentito da M con suo ríbrezzo rispóse all’Inquisito, so ancor io ch*
ii quore é una parte del corpo come le altre, ma il vero significato vuol dire l ’affetto, Tanima,
la volontá, e cose simili; non si dice io vi son servitore di buen calcagno, ma di buon
cuore a proposito delTanima soggiunse l’nquisito quest’anima non intende, o simili parole;
ne della capacitá umana puó intendersi e con buona grazia di certi Dottorastri, che nemb-
bero ridurce ad audenza qu d che é di fede, il che non gli riusdra mai, e quando mi
faranno vedere, che un fiasco contenga quanto nello stesso tempo capo in una., allora
mi persuaderó che l’Intelletto umano possa da vivace, a comprendere le cose defle fede.
Gli pace, che allora llnquisito soggiungesse e non entro in queste cose vi erad presentí
N, O, P, Q.
Sopra Tinimicizia rispóse bene. Sopra la fama disse che Ti conosauto per uomo ietterato
e speculativo, che voglia andar troppo in la per il discorso, che gli ha sentito face.
* A di 23 Luglio esaminato E uomo nobile florentino d'anni 35 rispóse di non rioordarsi,
ne d’aver sentito cosa veruna délle sud. ne gli sono state raccontate da ne&suno, cosí rispóse
sempre benche ammonito.
* A di 10 9bre. esaminato O uomo nobile florentino d'anni 62 depose, che k sud. cose
gli furono racontate da R. in congiuntura della seguita carcerazione di Crudeli, come se
vi fusse stato presente arch’egli; per altro non si ricordava.
Sopra la fama ha sentito dire che fusse adito d d discorrere: sopra Tinimicizia rispos-
se bene.
* A di 22 9bre. esaminato Z nobile sacerdote, persona quaüácata di Firenze, d’anni 75,
depose, che quando sia stato presente non aveva inteso il discorso, ii fatto c*e die non si
ricorda niente affatto.
* A di primo decembre esaminato R uomo nobile florentino d'anni 43 depose aU’interro-
gazione opportuna, qualmente sette in otto anni fa, di mattina ndla Iibreria Piamni sentí
a videre a dommandato al libraio ora morto di che videvano gli rispóse che uno aveva
domandato d’un libro intitolato Tamante leí Cuore de Gesü, e Tinquisito dicesse perche
non domandate il sagro Calcagno di Gesü mentre anco questa é una parte del Corpo. Cosí
gli pare racontasse il Libraio. L’Inquisito coneettizava sopra ogni cosa, e corbeilava votan-
tieri. Quando discorreva mettesi in burla ogni cosa, o sagro, o profano, che fusse stato
individ... presentemente averio puó perche non gli souviene. La fama universale era, che
non avesse espressioni di buoni sen timen ti. Egli non Taverebbe dato per Maestro ad un
suo figliolo. II suo discorso era sempre in alia, ne mai si conosceva quando parlava...
Gli ha sentito dire massime tendenti allí libertinaggi sensuale ora pero predsamente non
gli rinvengono. Sopra Tinimidzia rispóse bene.
* A di 4 Aprile 1739 S nobile florentino spontaneamente depose, coiné due anni e
mezzo sono in circa e gli pare nei mesi di 9bre. o Decemb. ritrovandosi in Panocte con
NN. sapendo da certi contrasegni che egli era Fremasson, detti comunmenete d elib eri Mu­
ratori, lo prego di fare ammettere anche lui. NN da principio dimostró della difficoitá, ma
finalmente disse che Taverebbe procurato. In fatti Tinrrodusse in tempo di notte dal Barón
Stoche nella Piazza di S. Croce, ove fu introdotto e riceuto cosi d ’agli accademid. II loro
capo Tabbracio sucessivamente gli altri dissero queste parole: Ben venuto Am ko, per
grazia d ’Iddio e delle buone persone. Con sommo plausso di tutti Id ha abbracaato
questo rito. Poi lo fanno distendere in térra, e Taccennato capo accademico gH fece scoprire
il membro virile, quale maneggiato da uno degli accademid si..., caduto il seme in tena
gli tiedeno una penna, che intinta nei seme, ed alzato da térra sensse in una carta il
seguente giuramento. Io giuro coram di tutti questi, che io saró fidde in esegmre quel
tutto che gli altri fanno, e non eseguendo prometto e m’obbligo de sotto pormi ad ogm
mal trattamento alia mia persona ed in fede io NN.

275
Ció fatto lo fecero sedere sopra una sedia senza braccioletti ed ivi lo fecero tenerc la
gamba diritta in aria; in ud, postura lo fecero contermare d giuramento; e gli accademici
stavano a vedere come testimom a quanto sopra. . ,
A detta Accademia sara intervenuto tra dodici volte incirca neü istesso luogho, di
notte, ed academici med.i fra quaU v era il Dottore Crudeli. Pubbücata la Bolla contro
i Uberi Muratori ladunanza ne se piú A ta che sia a sua notizia. E ben yero che
saputasi tal Bolla furono dette plagas contro di leí dando d egli insensati, e stolidi teme-
rari e B a quelli che 1anno composta, ed al Papa, avendo ardito di proibire, e condan-
nare una cosa della quale non anno cognizione ne fondamento veruno di proibire, perche
non fanno quello che si tratta, e si opera in tale adunanza. Uno degli Accademici s’effaccia
perche non si scopra, doppo l accademia alcune volte... . . . . ,
E in liberta ciascuno di proporre i dubbi sempre in latino, e in latino si risponde
fra piü frequenti ci propone vera il Dottor Crudeli. . . . . , . .
I discorsi che si fanno nelFaccademia sono di filosofía e di teología con moltissimi e
¿ravissinu errori con tro la S. Fede.
Che non v e altro pecato che la sodomía, per queste solo si va allinfermo, e fuor
di queste ognuno vade in Paraíso. Per Paradiso s’intende un luogo di quiete, per Tinferno
un luogo di martirio, ma non Paradiso ed Inferno come Tammettono i cattolici.
II Papa non ha postestá veruna, perche fu solo di S. Pietro e non de’succesori.
Non ve Purgatorio ne In dú lgele, ne Limbo.
Le tre persone divine sono tre Dii.
Nel Sagramento delTEucaristia non puó esservi Cristo, non potendosi consepire come
in virtú delle Parole della Consagrazione, ció possa succedere.
Iddio e Autor del peccato, mentre a quello concorre.
La Regola del credere é creder ció che la ragione solamente rapresenta per vero.
Iddio non dice la verita; mentre dice di voler ci tutti santi, e poi ci permette i peccati.
Si discorre della disonesta dicendole lecita ecceto la sodomía. Questi sono i principali
errori derti nell adunanza. Si dice alcune volte delTAsino a S. Gio. Evangelista. Fra gli
accademici non vi sono capitoli da osservarsi.
Crede che tutti gli associati di Firenze sono da sessanta.
Tutti armo per usanza, e per regola, e di non sentir messa se non qualche volte per
apparenza, di non far riverenza al SS. Sagramento; per la sola apparenza presentansi qual­
che voita fra Fanno a piedi del confesore.
I segni per contradistinguirsi fra loro sono stralunare gli occhi, incarrare le...
Massima comune fra gli accademici quelle sia lecita, che conviene alTuomo civile quella
illecita, che non gli conviene. Lecito sollevarsi contro i Principe, quando impone pesi
gravi.
In quest accademia si rimane con quelTopinione, che... e si difende l’opposto della
Chiesa Cattolica.
Fuori degli accademici non ¿a, che ognuno altro sia informato. Sopra la fama rispóse
tali quelli sono de odio...
* A di 5 Aprile 1739 J florentino, persona civile dottore d’anni 27 in tempo che
attendeva agb Esercizi spirituali spontaneamente depone come tre anni fa incirca da
NN. fu condotto ed ammesso nello studio del Barón Stoche, ove erano disposti molti
tavolini per coroodo di chi va a studiare. La Libraría e copiosa di rari libri d ’ogni softe,
e di manuscmti a disposizione di chi va a studiare.
Su in liberta di ciascuno il discorrere, e sopra questi materie. Si tratta di filosofía, e
di Religione, In quello studio ha veduto moltissimi e fra gli altri il Dottor Crudeli,
quasi tutti col discorso sprezante dimostrano di non credere.
Volevano, che egli sascrivesse all’accademia di Frimesson, ma non ha voluto intrare.
Da NN. ha saputo, che questi Frimesson fanno delle papate e vi discorrono di Reli-
gione; e che non credino punto quelli, che frequentano lo Stoche.
Sopra la fama rispóse gli tengo tutti per ateisti. Sopra rinimicizia rispóse bene.
* Sotto il di 10 Xbre 1739 lo stesso J esaminato depone che lo Stoche stava da S.
v^rocc... ^sopra, dopo la sala v’era la camera dello studio che descrive nella grandezza,
sin1ile alia Lamera dell esame dell’ Inquisizione. In mezzo v'era una tavola piútosto grande
da studiare, e da parte v’en era un’altra alie volte... Piú basso in una stanza terrena aveva
sopra certe tavole delle cassetine dove teneva de cammei, e de’sigilli. Se in oggi sia
piu frequentato il suo studio no !o sá
Due anni ha durato a frequentare detto studio, e specialmente d'estate v'andava ogni
giorm.
In quei tempi, che gli andava dallo Stoche, sá che d’estate v’era triocco di notte
hno quasi a giorno, e lo racontava a lui Taccennato NN.

276
Se in questo trioco egli v’entrava, el sud* NN. voleva pagare per luy la meti della
spesa, che era di quattordici Ruspii.
Nel trioco pappavano e discorrevano, e nel ríportarli i discorsi Taceenato NN. diceva
molte volte, che avevano trattato di Religione, si figura che sopra l’autorítá del Papa, die
sia un uomo come gli altri, che puó falliré, e delTesistenza d'Idio.
Alcune volte anche egli é intervenuto al triocco, ma non ha quel particolare in Gom-
pagnia del sud° NN. ed altri.
Si sono fatti i soliti discorsi deü’esistenza d ’Idio, i mondo fatto a caso, anima nostra
mortale; la Religione cristiana un invenzione de Petri e fratrí.
Del triocco particolare che si faceva dallo Stoche li raccontava NN che quando uno
era ammesso gli dicevano ben venuto frateOo. Se voi oaservarete i nostri precetti sotto
la nostra disciplina farete gran progressi. Deterntinatamente chi vi fusse nel triocco no
lo sá.
Appresso il pubblico correva la voce, die la casa dello Stoche fusse la casa dove s'in-
segnava Teresia.
* A di 14 Giugno 1739 V nobile florentino depose, d ’anni 22 esaminato d ’altre axse,
con tro Tlnquisito depone, se non erra, come nelTottobre 1737 in Pannone sonando Tave
Mari a delle 24 egli disse ridendo ostensio, o sia ostentio.
Sopra Tnimicizia rispóse bene. Quanto a la fama che tanto appretto de luy quanto appre-
so le persone che pensano bene b stimato poco di buono.
* A di 24 Aprüe 1739 esaminato il dottore nominato da F nella sua repetizkme dice
di non e^ser stato mai in Porta Rossa, ne sa chi sia il Dottore L, ne lo conosce, ed in
consequenza non é stato mai in casa sua. Nel resto dice di non ncordarsi di oolla.
II Dottore L non b stato esaminato doppo la repetizione di T. Neppure i stato esaminato
BB., ne i due NN uomo avile, et NN Eclesiástico.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Fibta 340, Letra Y. tok. 186»
191; 228; Filza 339. Inserto 2 , fols. 14-32).

APENDICE N * 17

Acusación Fiscal del Santo Oficio de Florencia contra Tommaso Crudeli.


Florencia, 15 junio 1739
Articulos infrascriptos dat, exibet. atque producá Dmnus Orathis Bassi Procurmtor
Fiscalis Sanctae Inquisitionis Civitatis Florentiae in Causa, quam habet contra, et adversus
Doctorem Thomam Crudeli Carceratum in Carceri bus dictae S. Inquisitionis ex adverso
principalem, quos ad probandum recipi, et admitti jux stílum Sancti Offid, et super fllis
infrascriptos testes diligenter examinan pettit, et instat, ad supertiuam tamen probationem
nullatenus se adstringens, de quo solemniter et expresse protextat: omni meliori modo, etc.
In primis dictus Procurator Fiscalis, quo supra nomine hoc loco articulorum repetir,
et reproducit omnia, et singula in processu, causa hac tenus deducta praesertim confesriones
dicti Inquisiti in parte tamen, et partibus in favorem Ftsd, et contra dictum D octorem
Thomam Crudeli fadentibus, et non alias, nec alio modo, de quo expresse pretexta tur
omni meliori modo.
Ex quibus sic repetitis darissime constare didt de bono Jure Fisd. et malo Jure
dicti Thomae Crudeli et quatennus non plañe constaret praefatus Dnus Fiscalis pooit, et
probare vult et intendit.
Primo qualiter praeditus Thomas Crudeli male sentiens de Sacra Theofogia Scolastica»
de Sacramento Confessionis, et de S. Officio loas, temporibus et occasionisbus prout in
Actis asseruit.
Che la Teologia Scolastica era inutile, superflua, chimerica e che contenerá cose fafse.
Che gli Angelí Custodi stanno al Finestrino per vedere i moti d d Cuore in occaaofie
di discorrere della Teologia Scolastica. Che voleva andaré a confessarsi e dire al Confes-
sore delle Scioccherie, e che confessatosi aveva detto al Confessore, voi sete un Asino. Che
il S. Uffizio era ingiusto, prendendo le accuse e non daba difesa agli Accusati. lodando k
Francia, ove non era il S. Ufizio.
Secundo Item qualiter praedictus Thomas Crudeli animo prorsus hereticali dixit,
et affirmavit occasione discursus. Che una persona voleva andaré a visitare a Madonna
dellTmpruneta, sia bucerata la Madonna.
Tertio item qualiter praeditus Thomas Crudeli intervenivit in una Casa, neüa quale
v'erano molti e rnri libri, e in detto luogo si discorreva di Filosofía e di Religione con
discorso sprezzante e dimostrante di non credere.

277
TKnmfln Cruddi sia «tato d'una conversazione, ct adunanza

ii maltrariamcmo di mia persona. # t


Chc il detto nuovo associato si ponga a sedero in una sedia senza braccjaletti alzando
i gamba allaria, c ratificando il giuramento. . .
I discur>i che si fanno sono di Filosofía, e di Teología con moltissimi errori contra la
Fede cíoé Chc gniuno atto carnale sia pcccaminoso a riserva della sodomia. Che non
sia Purgatorio ne Indulgen/e etc Che il Papa non ha alcuna potestá avendola data
su Cristo a S: Piettv, e non a’suoi succesori; Che le tre Persone Divine sono tre Dij.
e nei Sacramento delTEucarestia non vi sia il vero Corpo di Gesü Cristo. Che Dio
íuiore del percuto, mentre a quello concorre. Che Dio sia mendace. Chc la regola del
dere c credere ció che la ragione rappresenta per vero. Chc S. Gio: Evangelista eia un
ino. Che sia d’usanza, e regola di non sentire la Messa se non qualche volta per appa-
za, e faro alcuna riverenza al Santissmo. Sagramento, c per Tistcssa apparenza presen­
tí qualche volta a'piedi del Confessore. Che qllo sia lecito, che conviene alTuomo Civile,
llecito quello, che non gli conviene. Che sia lecito sollcvarsi contro il Principe, quando
x>nc pesi gravi.
Chc pubblicata la Costitutione di Clemente X I I ; colle quale condanna la Societá dei
rñ Muratori fosse biasimato il Papa avendo proibito una cosa, della quale non aveva
cogmzjonc ne fondamento. Che i Componitori di essa erano insensati, stolidi, Teme-
c B:F:
Quinto ítem qualiter supra dicta omnia, ct singula fuerunt ct sunt vera publica, notoria
manifesta.
Hos autem etc. salvo jure etc. non se abstringens ctc. protextat: ctc. omni meliori etc.
esti arícoli furono copia ti da me dalToriginale furtivamente, pretui di copiarli e con
stessi erro*'i d'ortografia per daré un idea del sapere di quelli ch’amm. quel tribunale,
non fu posible per la gran moltiplidti.
A. S. F. (Reggenza, Filza 340, Y fol. 185-186; Reggenza Filza 339, In­
serto 2 , n. 5).

APENDICE N * 18

pía del interrogante a que fue sometido Tommaso Crudeli


enze, 10 septiembre 1739
Copia de’Costituto dil Dottore Tommaso Cruddi
Die 10 Setiembre 1739
Eductu* dc carceribus S. Offiz et personaliter cost. coram Rvdmo. Ptre. Inqui.re Ge-
rali S. Offic. rxist. in cap. S. Offi. Dominus D. Thomas Crudeli, et antequam mterrogat.
t p-aemissa protestatio ipsum ínterrogandi sine prejudicio confeasatorum quorum eunque
ium a phisco S Offz. acqui itorum, quam protextationem presentem Sua Revma. intendit
:> repetita in principio, medio et fíne hujus costituti. Et deinde eidem delato juramento
aicenda vcritntc, et abjuro suKcpto tac. Sac. Dív. Evang. monitua de juramenti impor-

íl ímaginci causam presentís constituti, et carcerationis in hoc S. Off*


tí í,» _______ j :_.' _ n . _____
lattlno ella presen» de suoi Padrón), e speculmeate una volte Mando noi a tavola per
desmate, fu possato un pezzo di tonno e d * da me al sud* cherico per cW non manglava
il tonno mi rispóse, che non mangiava ¡1 Pisee per tímor delle lische, a cía ingfiuriil dun-
que leí non mangeri nemmeno dei Bue per timor ddle lische, ed egli and& in collera, part!
della Tavola e come in Firenze, ed ogni volta, che io andavo in villa il d * cherico se ne p e -
tivu. Questo Preti e di «atura giusta, grosso di viso, naso un po largo, mi padre dbe sk di
capclli biondí, e per ora non mi rícordo d'altri segni della sua persona riservandomi a
di re il nome, e cognome in caso che me ne rkordi.
Qui in Firenze ho per mió nemko uno il quale se non o t o mi pare si chiaaú il Fan-
tucci, che va vestito da prete, ma non é sacerdote, che insepna a scrivere. Questo sapendo
que io avevo buona entretura coi signori inglesi, a’ quali ínaegnavo la ungu* Totean*
tempo fa mi presento alcune Istoriette mano scritte pregandoou a íarle vedere a detti
Signori Inglesi peí venderli, e che occoirendo ad essL.., e conoscendo k> che non era uomo
da presentar» a detti Signori Inglesi non per ¡1 suo carattere, ma per la sua poco buona
morale io non vogli mai introdurío e gli resi i suoi scritti, e due anni sono índrea in tem­
po d’estate mi venne a trovare alia Bottega II Dogi, in Piazza di G. Ducca; mi cfaúun5
aparte a solo, e mi disse, che egli era confidente del Padre Inquisitore avendoie chiamato
a riconoscere alcuni caratteri, e niccesivamente ínterrogato et strajudirialiter, si conosceva
me e mi aveva mai veduto in Chiesa alia Messa, e che egli risponideue avere mid veduto
piú volte; doppo di che mi chiesse in presto certo danaro per poter mantenere la aua
famiglía, tanto piú perche la sera non aveva modo di poter provederc la sua famiglia
di molti nipoti delle...; al quale per levármelo d’intomo gli diedi venti o trema ruspi,
c sebbene piú volte gli... con maniera anche ardita mai...
Tengo anche per miei nemici quasi tutti i Signori Cecchi cktadini di questa á tti pu­
ché abitando io nella med.* loro casa, quindki o sedkri anni fs marca, o pié avendo es»
una fanciulla pretendiendo darmda per sposa, conoaciuto io tal discono partii da detta
casa c ne presi poi im’altra quale era dirimpetto alia loro casa, e seguitando esai alT ísteaaa
intenzione di darmi detta ragazza per moglie, come supongo io, e perche uOa cas* di­
rimpetto a loro, dove io stavo v’era una cameriera ebbero qualche sospetto che k> poteari
avere qualche genio con essa facendo eglino degli insulti ¿la camerieni sudetta deQa fi-
nestra cosegno, che io fui necessitato parlare a detti Sigrori Cecchi láemiwmaae, doppo
di che non ci siamo piú paríate. Per ora non mi sovengiono altri nemici, ricordandomene
pero gli palescio.
I.— Ut dicat a quo tempore fuerint de permanentia in hac dvitate flor, et cama per-
manentiae.
R.— lo di dieci otto anni andiedi a Pisa a studiar Legge, e fui ivi per quattro anni;
la mia dimora in tempo opportuno d’studi; e di questi quattro anni in tempo íestttr mi
sono tratenuto in Firenze a studiar Legge pratica, ed aktaii di detti anni andando m C a-
sentido, ad dottorato, che fui in Pisa doppo qualche anno a Venena, ove tai trsteani da
nove mesi, e perche m’ammalai tomai in Casentino ove mi tratteimi due anni; e questa
fú la eagione per la quale io dimessi le studio deBa Legge, e se bene lo ripresi f t t ó d -
mente. Doppo tal tempo sono stato interrottamente in Firenae, cioé mohi mesi mi tratten-
no qui, c molti altri tornavo in Casentino; ma li permanenza... qui in Firenze saranno da
sei anni in qua civitate, non essendo piú tornato in Casentino.
I.— Quia dixit superiius fuisse in villa Philippo Pasqui aDTmpmneta dicat quotros
fucrit in d.* villa, tempus praedsu, et an «oh» vel assodatus et cum quibus.
R,— lo alia villa del Sig. Fílippo Pasqui da cinque in sei volte in diversi tempi dodsci
o tredicl anni sono ci sono stato in occasione che avevo amiríña col S it Luca Cora in
diversi tempi, e per lo piú il mió divertimento era di parlare col Sig. Giovanni Caaotti
allora vívente como molto dotto per esser stato a Parigi, come egli diceva.
I.— An cognoscat aliquem haeretkum, poligamum. blasphemum, ateum loqueqte. veí
tractante libros proscrittos, vcl de hacresi aliquo modo «uspectum et qoomodo.
R.— Non conosco nessuno dc’nominati. c de’libri prohiti non ho veduto mai il ca­
talogo.
I.— An cognoscat. vcl unquam cognoverit aliquam per onatn proferentem propowtwwes
hncrclicalcs contra S. Off. vel aliquo modo ccnsurahilcs.
R.—Non conosco nessuno de* nominati.
I — An cognoscitt aliqusm person«m frequentatem aliquem ye! loca, et signantem in
hac civitatc in quihm loquit contra Religione Catholica, et quali.
R.—-Io non conosco nessuno che frequenti luogni oye si disoorra contro la Rehuáone
Catholica, e quando l’avesi saputo sarei venuto a denunciarlo.
I.— An sciat vel dici audierit aliquum personan» in loco dell’ Impruneta vell in... ejus-
lem duodecim vel tredecim ab hic transactis annis sub alio... tempore fecisse aliquem dis-
rur^um de Teología Scolastica. ,
R — lo a questo interrogatorio non posso nspondere; non sapendo cosa voglia dire
rcologia Scolastica. ,
I _ A n sciat vel dici audierit aiiquam personara dietis loco et tempore et occasione
dixisse. che la Teología Scolastica era inutile, superflua, chimerica, e contenerme cose
falsc.
R.—Non ho mai sentito queste cose.
I — An sciat aiiquam personam ultra praedicta loco et tempore et occasione, quibus
supra protulisse haec vel similia verba: sapete che gli Angelí Custodi stanno al finestrino
del Cuore; et haec narrase cum sptetu. an fuerit correpta, a qua, quomodo et quale.
R.— lo' non ho mai sentito a dire quena cosa.
I __\n sciat aiiquam personam loquentem ut supra fuisse ab aliqua correptam his
vel similis verbis, che guardasse molto bene a quello chc diceva, et personam correptam
replicasse: che egli era un ignorante et etc.
R __ l o ho la memoria fresca di tutte le cose, che mi sono sucedutte, ma di questo
non mi ricordo nulla.
I __An sciat aiiquam personam ultra praedicta dixisse dixtis, loco et tempore, che
voleva andaré a confessarse da un certo confesore per dirle delle sciocherie, e fra le altre
dicesse: Voi sete un asino et quat.
R.—Non ho mai sentito a dir simili cose.
I.— An sciat, vel dici audierit aiiquam personam ultra praedicta loco, tempore, prout
supra occasione discurrono de S. Uffizio dixisse: Che il S. Offizio era ingiusto, predendole
acore, e non dava le difese agli Accusati, lodando la Francia, in cui non v ’era queste
Tribunale del S. Uffizio, cuale prendevano i vescovi, e davano le difese et quat.
R.— lo non ho sentito diré queste cose, e se le avesi sentite a dire sapevo quello,
che dovevo rispondere, ed e che in Frauda non si danno le difese, ma como mi é stato
riferito e! Re, i rei del S. Offizio gli fa ponere nella Bastiglia, dove anno poche difese.
I.—An ipse Costit. loco, tempore et occasione, quibus supra dixerit seu protulerit
omnia expresa in supradictis Interrogationibus et quat.
R.— lo non ho detto queste cose, e non credeva mai d’aver simile reitá nei S. Uffizio.
I.—Mon. et sdat haberi.
R.— La verita é che simili discorsi non gli ho fatti mai; io mai ho detto tali cose.

Die 11 Settembre 1739


Et eum eductis de suo carcere Dr. Crudeli fuit interrogatus an sibi ocurrat aliquid
dicendum in sua causa.
R —M’occorre dire, che avendo fatto riflessione da ieri in qua m’é sono accordato
che :ra dui anni sono io non sapeva che in Francia vi fusse il S. Uffizio come in Firenze,
onde di tal tempo non ho potuto proscrivere quella proposizione delle quale ieri fui in-
teirogato.
Sopra la persona de cherico dell’Impruneta Pedante della casa Pasqui non me potuto
souvenire, ne nome, ne cognome fino ad ora, ma comummente chiamasi Maestro; dire
bensi che a tempo che mi trattenni alTImpruneta una volta mi confessai dal Sig. Giovanni
Casotti e doppo, passeggiando scio Tinterrogai in ché concetto teneva il sud.° cherico; le
dimandai si egli era Teologo e mi rispóse di no; mai lo qualificó con queste termini: lo
110 co*;osc*uto unuomo piú assurdo di questo, di maniera che doppo lo chiamava
abate assurdo, e soggiunse il detto Sig. Giovanni giá morto: Se volete conoscere la qualitá
di detto chierico, se veramente egli sa, domandateli qualche definizione como v.g. qual
sia la detimzione della Divina Giustizia; la quale da me dimandateli non mi sappe ris­
pondere, ed 10 gli dissi che era un asino, e che deveva di sapere la Teologia, quando non
sapeva neppure 1 primi elemcnti.
Di piú ho per i mió Inimico un ccrto scalarc chiamato Colonna il quale era da me
messo jn ndicolo con versi ridicolí, dicendoli asino in faccia, o alia presenza della sua
amica cose ndicolp. r
, ^7° “ olt7 W ungere oltre il giá detto contro il Fantucci, che ha in piü questo,
Ai ¿Z ^ n .% ? v- Un V€™z,ano- dl cui non so il nome, ne il cognome, ma era mercante
T Í ”* X
n7'e 9 uesto veneziano m’accordo in debito da lui fatto nei G ioio di
! ; r ! í r
r" Spl /.n c,Ka. P « «*?ione di Sig. Abate Neri che tal somma gle
rlelU hunnr e riccrcata piú volte tal somma, sempre mi dava
buone parok Íinalmcníc ™ d„sc una volta che d " Fantucci Ríi desse, che non
pagasse. Laonde ri trovato il d * Fan tucci nella Piazza d d Duomo cinque anni tono in-
circa lo maltrattai di parole, ed anche lo minacciai ed..., ed es*o negó aver fatta tal patta.
V'era presente un altro, roa ora non mi ricordo.
H o anche un altro nemico, che h l’abate Vanneschi di cui non *o il nome. La cagtone
dell’inimicizia i questa; faceva questi il ruffiano agTInflesi, vantagioso nelPintereise, fa-
cendo pagare le cose piú del dovere, ed ingrato a suoi beneíattori ancorché tenuto a tavola
dal Sig. Paoü, e prestatoli de danaro come mi fu detto, finalmente impregno al d • Paoli
un ferraiolo di scarlatto ed tutte le sudette cose per termine d ’amkizia le riferi ai Sigri.
Inglesi per termine d’amicizia, accio non si fídassero de d.° abate ed egli.., e peró Jo
tengo per mió nemico.
Addito anche per mei nemici molti servitori ed altre persone prívate, e specialmente
quelli che servivano e servono attualmente all’albergo Patcione, all’Osteria dell*Aguila, ed
alTAlbergo di Collins, ed anco de’ privati quelli che albergano i detti Inglesi, a motivo
che a detti Inglesi facevano pagare le cose piú del dovere, ed io awertie i detti Signori
Inglesi, che non si fidassero di tal sorte di gente; quale siano pero non ho memoria.
Tengo anche per miei Nemici e rivali d ’amore il Montordi, Finocchi e Petrucd, de* quali
non so il nome, e presentemente non mi ricordo d ’altro.
I.— An sciat aliquas personas sexdecim ab hinc annis, seu alio verisce tempore híc
íloret. occasione discursus dixisse che una Donna voleva andaré alia Madonna delTImpru-
neta, aliam personam replicasse haec vel similia verba: Sia buggeratta la Madonna et
quat.
R.— lo non conosco alcuna persona, che abbea detto sia buggerata la Madonna; mi
ricordo bensi, che 16 anni sono era piü in Firenze mia madre a cagione di naexe, e ando
alTImpruneta, ma non ho sentito mai che alcuno, e molto io, abbia detto le sudette parole.
I.— An sciat aliquam personam Poppi sedici iam transacds annis seu aüo veriori tem­
pore legesse ac tenesse respective libros proscriptos, id est, la vita di Fra Paolo servil*,
Lucrezio, tradotto dal Marchetti, la Vita di Sixto V.
R.— lo ho letto in Poppi la Vita di Sixto V, 16 anni sono; ho letto anco la vita di
Fra Paolo servita, de Gregorio Leti, e fu il motivo cosí: Avendo veduto tal libro ne&a
Libreria di Padri Vallombrosani di Poppi alia presenza del Padre Catanzi, gü stato Gene-
rale derOrdine, e veduto tal libro lo richiesi, e liberamente me lo diede... ed io le presi
per vedere se egli era stato quelle, che aveva trovato la ároolazione d d sangoe prima
delT... Non credeva fosse proibito, e se fosse stato tale credo, che il d° Padre non me
l’averebbe dato, o mi averebbe avertito che gl’era proibito: lo lessi in poco, ma perche
non mi piaceva... lesi benche dove dice aver trovato la drcolazione del sangue, e poi k>
restituí al Padre Abate avendolo bensi tenuto in casa molto tempo. II Lucrezio del Mar-
chetti non ho auto... tanto piú che io non avevo bisogno di tal lihro, avendo queQe in
latino anzi questi... che io auti del Marchetti gli ho fatto deD’annotazioni dove me paño,
che il Marchetti bene intenso non abbia l’originale. Ho letto ancora L’Antducrezio fatto
dal Sig. Cardinale di Polignac, quali riduce in polvere il Lucrezio.
I.— An sciat esse hic flor, apotecami librarorum quae dicitur in dicta del Piazzini et
quat.; an unquam ibi fuerit; quoties.
R.— So che in Firenze v ’era la Libreria detta del Piazzini, che ora é morto, ed io
vi sono stato molte volte in occasione ch’era vicino all’accademia degli Apatisti, e studio
florentino.
I.— An sciat aliquam personam sex vel septem ab hinc transactis annis, seu alio yerion
tempore in d* Apoteca requirisse unum librum intitúlate il Cuor di Gesu, e partita la
persona che lo ricercava aliam personam dixisse haec vel similia verba: ft*eva puré addi-
mandare un Calcagno et quat. an compta fuerit, a quo et quibus verbis,
R — lo non mi ricordo di questa cosa.
I.— An sciat dictam personam fuisse correptam hoc vel simili modo: So anco che
il cuore é una parte del corpo come le altre, ma in vero signifícate vuol dire Taffetto, la
volontíL e Panima; e non si dice io vi son servitare di buon calcagno. ma di buon cuore.
ct quat.
R.— Non mi soviene.
I — An sciat aliquam personam audientem animanrt in correptionem sibi factam reppli-
casse haec vel similia: Questa anima non s’intende et denuo corripiente subiunxisse: So
che questa anima non s’intende, ne colla capaciti umana, non si puó intendere* e con
buona grazia di certi Dottorasti che vorrebbero ridurre ad industriam quello che é di
fede, il che non gli riusciva mai e quando mi faranno vedere, che un fiasco possa contiñere
quanto si contiene in una Mtte allora mi persuaderó che llntelletto umano possa arrivare

281
a comprendere le cose detta S. Fede; et persona correpta riplicasse. Che non entro in
queste cose. .. ^ 2 *
R.— Io non mi ricordo di queste cose; sono cose di sei o sette anni; ci pensaró e
rispondero.
Audita tali responsione fuit remissus.

Die 14 Septembris 1739


Item eductus Dr. Thomas Crudeli.
I.— An sibi ocurrat aliquid dicendam in sua causa.
r __souvenuto d’avere due altri nenuci, ed sono 1 abate Vincenzo, di cui non so
il cognome scrivere. ed e attualmente Segretario del Sig. Bali... abitante qui in Firenze
col quale oraticano in una casa di questa cittá e dovendo i fare un giorno, quattro cinque
anni sono' una merenda discorrendosi degrinvitandi io proposi alia Sig.ra il d° Abate
Vincenzo, c questa mi risposse che il d° Abate aveva parlato male di me e detto cose
vituperosse alia d* Sigjra contro di me, ed io ció un giorno trovándolo in da casa gli
dissi: se uno che vi fosse viso da amico. e vi tradisse cosa direte o facerete voi? Rispóse
egli, Fabandonarai; soggiunsi io v’é stato uno, il quale ha parlato molto male contro di
me con una Sig.ra que mi ha qualche stima, e costui mi fa il viso d’amico, e pero
direi che egli é un bastardo, un..., un uomo infame, e poi con una canna d’India presente
la d* Sig.ra amenaciando piü colpi verso il med°, dicendole farei cosí, ma poi non lo
percosi, e lui non rispóse parola.
Ho anco per mió nemico Pió Giannelli, parimente da Siena, col quale in una casa
di Firenze essendo... d’amore ci pigliassi o a parole molte for ti e lo sfidai a batterse
colla spada in quel punto fuori de d* casa; e la notte seguente fuggi a Siena.
I.— An sciat aiiquam esse apotecam quam vulgo dicit di Panone et quat.; an unquam
ibi fuerit; an solus vel associatus.
R.— So che in Firenze v e una Bottega d ’acqua cedrata del Panone, nella quale io sono
molte volte, e solo, e accompagnato.
I —An sciat aiiquam personam le mense octobris 1737 smalio veriori tempore, quadam
die a r o Koram 24 sonandosi il segno del Ave María dixisse haec similia verba: ostensio,
ostensis, et quat.
R — lo ncn mi ricordo d’aver detto tali pároli, ma quando...
I.— An ipse Costit. dixerit o postulerit omnia expresa per quandam personam in pre­
sentís et presentí costituto, et quat. libere fiat veritate.
R.— lo mi rimetto a quello, che ho detto; e non posso dire di piü.
Monitus...
AUa m.onizione fattami rispondo, che avendo io confidata la cosa de’libri, quando io
avessi veramente detto le cose delle quale sono stato interrogato sucesivamente le con-
fesserei.
I — An sciat ir. hoc civitate florent. esse aiiquam domum, seu mansionem qua dicitur
del Barón Stosch. er quat.; an unquam ibi fuerit, quoties, ultimam videm dicat an solus
ve! associatus, vel cum quibus.
R.— So che il Barón Stoche é stato in diversi luoghi di questa cittá come alTalbergo
di ú Luigi. al Canto in vía della Pérgola, e nelTabitazione, ove presentemente sta vicino
qui a S. Croce, e vi sono stato con i Sijgnori Inglesi in occasione di vedere il suo museo
per far vedere o comprare delle pietre intagliate e Tultima volta, che sono stato in casa
sua qui vicino a S. Croce fu pochi giomi prima che arrivasse qui il G.D. e v'acedai col
milord Cario FisRoi, che in lingua inglese vuol dire figlio di Re, il quale volendo com­
prare iL. che é una pietra intagliata dubitando d’esser ingannato volle condurmi, ed io
1assicurai, che non era verisimile, che Tavesse ingannato, perche egli era figlio del Duca
v uu°n van<^e^J> e rícerrata detta pietra disse che non la voleva vendere, solamente
] averebbo venduta quando non avesse anco altro da mangiare.
Q^ia dicit pluries fuisse in domo del Barón Stoche pro... dicat modo, an de die
vel de notte, et quat.
t —t mC' ^ esscr *tate sempre d¡ giorno.
I.— An sciat in d* mansione di Barón Stoche aiiquam convcrsationem et quat., qualem
et qumam dictae conversationi.
lo non so che alia conversatnne di Barón Stoche vi vada alcuno riservo, come
m e stato detto d’im Abate grasso, di cui non «o nome, ne cognome; ma só che questo
ta le cause canomche nella curia arcivescovile di questa citta.
I.—-An sciat quid discurrat vel tractetur in d* mansione.
R. Come ho detto non so che vi vada alcuna, e cosí non só chc vi vada alcuna,
e cosí non so che cosa si tratti e cosa discorrasi in da casa.

282
I.— An sciat in d* mansione esse aut fuisse aiiquam adunantiam vel conversationem
in qua tractetur, vel discurrat de Philosohia et de Religione.
R.— Come ho detto in d* casa io sono stato di vado, e vi essendo ddTufctma volta,,
come ho detto di sopra era un uomo; che non vi é «tato piú, e quando vi sono sempre
vi sono stato coll’occasione come ho detto di sopra,
I.— An sciat fieri aliqua postulatione pro admisskme in d icu conversatíone et quat.
R.— lo non so nulla.
I.— An sciat postulantes admitti in d* conversatíone aliquat. viribus, ac cereraoniis, et
quat. illas describat.
R.— Torno a dire chc non so rúente,
I.— An sciat in d* adunantia fieri ab acceptato aiiquam promisionem et quat.
R.— lo non so nulla.
I.— An sciat ab acceptato fieri aliquod juramentan), ad quem finem, et quid cominear
juramentum.
R.— Questo sarebbe il Frimasson, ne io so che in casa del Barón Stosch sia stato mai
adunato il Frimasson.
I-— An sciat in ingresso acceptati aiiquam personam dkere acceptato abbraciandolo:
benvenuto amico per grazia d ’Idio e delle buone persone, con sumo applauso di tutti
leí ha abraciato questo rito, vel verba similia.
R.— lo non so nulla. II Barón Stoche é odiato da tutti, ed io in molte diverse conver-
sazioni ho mai parlato di questo dicen do il vero, essendo egli odiato da tutti gTInglesi;
essendo scelaritissimo, e se ne gloria, dicendo, che bisogna diré d ’esser scelerato per esser
temuto.
I.— An sciat post supradicta imponi alTAccettato di scindersi in térra, e una persona
degli aggregati maneggiando ad eum il roembro virile usque ad effusiooe utngmims [s k ]
(debe decirse setninis) col d° seme se Timpone che scriva in carta: l o N. giuro alia pre-
senza di tutti gli associati, che saro fedele in eseguire quat. tutto che gli altri fanno, e
non eseguendo la promesa, e m’obligo di sottoponermi ad ogni maltrattamento ddla mía
persona et quat.
R.— Mi giunge affatto nuova questa infamita.
I.— An sciat post praedicta novum assodatum si pone a sedere in una sedia a Brac-
cioletti alzando una gamba in aria et quat. qualem. Et in tal postura conferma il soplad"
Giurament. et quat.
R.— Nuovo di be... questo.
I.— An ipse cost. sit informatus de ómnibus supradictis, et quat. dicat polliáta veritate.
R.— Confermo quanto io ho detto di sopra che non so nulla.
Iterum monitus ad exonerandam propiam consdentiam Inquisiti et sciat Phiscum S.
Officii in praesenti cause procedere juris ordine servare, et non sine fundamento habet
ipsum constitutum informatum de ómnibus supra dktis. ideo se resolvat exonerare pro-
priam conscientiam.
R.— lo ho detto quello, che potevo dire, e sono nuovo affatto, ne conosco akuno,
chi sia capace d’entrare in questa conversazione, che io non creda, perche probabflmente
Tavessi saputo.
Et cum non videret dispositum fateri veritate fuit remissum et se subscripsit.

Die 17 Septembris 1739


Ductus... D. Thomas Crudeli...
I.— An habeat aliquid dkere in sua causa.
R.— H o fatto reflessione sopra il nome e cognome di questi abate che Taimen nocninai
frequemar la casa dello Stosche, ed é Tabate Protesi, il nome poi non k> so. ,
1.— An sciat in mansione del Barón Stoche esse Libraría et quat., quale. illa describat,
ct quantitatem librorum.
R.— lo dico che so quando viveva il Bemestat di nome Gaetano... dire che il Barón
Si oche trovandosi in qualche necessiti aveva impegnato la sua librería in Livorno prima
tli venire in Firenze, a un cambio molto alto che poi..., e le facesse venire in Fireiue, a
un cambio molto alto che poi..., e le facesse venire in Fírenre dopo la morte del Ber-
ncstat, e coll’occassione, che io fui in casa del Baton Stoche, col Barón Milord Fix Roi,
come dissi nelTaltro mió costituto, col queste andiedi in un giorno poco avanti le 23 ore
e mi tustemmi da mezz’ora incirca; e con tale motivo viddi dal suo Gabbinetto. o sia...
in una stanza ivi contigua piii bassa in facda degli scaffalc, ove erano de’libri; non vedi
il resto perche non c’entrai.

283
I.— An sciat in dicta mansión* dello Stoche. che si s.a un studio ove sono moltl tavo-
lini per comodo di chi va a studiare, copioso di Libn d’ogni sorte, e de manuscrita ibique
loqui et tractari de philosophia. de Religione et quat. a quo vel quibus.
R — lo non ho veduto questo studio perche in due anni che vi sono stato due volte
per l'occasione. come ho detto non vi ho veduto questo studio, ne alcuna persona, e mi
giunge nuovo, che il Barón Stoche sia filosofo o teologo. .
T _ \ n Sciat in d* mansione, vel studio del Barón Stoche loqui et tractari anima ratio-
nale esse moríale; Deus non esse; Religione Christiana esse inventura presbiterum et fra-
trum; Mundus fuisse factus et gobemari a caso, et quat. „ .
p Come ho detto io non frequento, ne la casa del Barón Moche, ne il Barón otoche,
e per consequenza non so quello si parle.
I _ A n sciat in da associatione proponi dubia lingua latina a quocumque, et resolví
dubius proposita contra id quatenus et profitet S. R. Ecclesia, et tempore nocturno haec
omnia fieri. . .
r __Rispondo come di sopra aggiungendo che in d casa nell occassione d di sopra
vi... di giorno.
j __An sciat in diera adunantia docen ac teñen nullum actum camalem praeter sodo-
miam esse peccarum et quat.
R .—Tutte queste cose bisogna domandarli a chi frequente da adunanza, e sono suoi
amicL no a me, che non la frequento, e mi pregio di non esser suo amico.
I.— An sciat ín dicta adunantia doceri et teneri non esse Purgatorium, Indulgentias,
Limbum, Invalidas orationes. Cultum Sanctorum, Papa nulla habere potestatem, avendola
Gesu Cristo data a S. Pietro solamente, e non a suoi succesori, et quat.
R —Come sopra rispondo se avesse sentito queste cose Pavere denunciato al S. Uffizio,
perche fanno in...
I.—An ipse const. teneat vel tenuerit supradictos errores et haereses et omnia alia
expressa in supradictis interrogatoriis, et quat. sincere dicat veritatem.
R.— lo sono buon cattolico. e credo tutto quello che crede e predica la S.R. Chiesa,
e queste cose mi cagionano dire errori prima le cose in... per essere orribile, e Pal tra per
trovará persone, che abbiano rappresentato contro di me.
I —An sciat in d* adunantia docere, et teneri tres personas divinas essere tres Déos,
non ín Sagramerio Eucaristía esse reales, praesentiam Dominus Nostri Jesu Christi, non
potendosi concepire come in virtú delle parole della consacrazione ció possa succedere, nec
admittendum allum sagramentum et quat.
R.— In da adunanza io non ci vado, ne posso sapere s’insegni e si dica.
I.— An sciat in dicta adunantia doceri ac tenere Deus esse auctorem peccati; mentre
a quello concorret; Deus esse mendace mentre dice di voler tutti santi, et poi ci permette
i peccati, et regulas credendorum essere tutto quello, che solamente la ragione rappre-
senta perverso, e quello sia licito, che conviene alPuomo civile, e quello illicito, che non
conviene et quat.
R —Queste massime cosí ornde ? sentito dire ora la prima volta.
I — An sciat in da adunantia pluries fuisse dictum S. Joannem Evangelista esse asinum
et quat.
R.— Mi giunge nuovo orribile questa cosa.
I — An sciat associatos in adunantia habere la consuetudine di non sentir messa, se
non qualche volta per apparenza di non fare alcuna riverenza al Santissimo Sagramento,
° V * * aPParenza Pres^tarsi qualche volta a piedi del Confessore.
R. S* questa adunanza io non so ne legge ne statuti, nella quale adunanza non ci
sono ma' capttate in caso che si sia, che non credo.
7" A.n sc^at jnter dictos associatos fuisse factum aliqum, vel aliquos discursus contra
constituílonem Clementis X II Regnanti Summi Pont, qua condamnatabi ed fuit damnata
lonetas de Liben Muratori aut del Frimesson, et quat., quis et quid dictum fuerit.
K. lom o a dire che in d* adunanza non ci capito, non ci sono mái capitato, si...
non ci forse che non so.
* *SC^ t * ^nter <^ctos aJsociatos fuisse dictum compositores dictae Constitutionis
^ insensatos, stolidos, temerarios, Becchi Fottuti, ac Papa, mentre aveva con-
damnato una cosa di cui non aveva cognizione, ne fundamento nessuno di prohibiré, et quat.
parlare 1C° 10 in ^unanra non ci vado e per ció non so co*a possano

I. An sciat in d* adunarla fuisse dictum esse licito sollevarsi contro il Principe, quando
impone cose gravj, et quat.
R.— In d adunanza non ci sono stato, e r;osí queste cose non le he sertito ft dir mai
da veruno.

284
I.— An sciat dictam adunantíam habere aliquos protectores, v d deffensores, ne detegat
ct quat.
K.— Torno a diré che non so, che vi sia tale adunanza per conseguenza non so, ne
posso sapere, chi possino essere i prottetorí.
I.— An sciat dictam adunantiam vd consimilem esse v d fuisse extra hanc civitatem, ct
quat. dicat causam scientiae.
R.— Non so che la predetta o simile sia in Firenze o altrovi.
I.— An ipse Costit. sit informatus de ómnibus supradictis expressis in antecedentib.
conjtitutis^ et quat.
R.— Non posso replicare, se non che io non so nulla.
Monit, ad veritatem dicendam super hac usque interroga tís et sciat in S. Officio esse
respective plures depositiones testium iuratorum qui pretextad* fuit in actis nullam habere
inimicitia, vel habuisse contra ipsum constit., et solum deposukse pro conservazione S. Fídei
Catolicae, et etiam respective resultat, et habet ipsum Constit. esse plene informatum de
omnib. super quibus interrogatus fuit ad et pro salute animae suae. fateat veritate.
R.— Le mié risposte sono parimente veritá opposta allg deposizkmi calumnióse de
Testim. e torno a dire, ed asserisco, che in tale conversazione non ci vado
Et pro me dimissum fuit Examen.

Die 17 Septembris 1739


Eductus et Costit. fuit suprad. D. juxta solitum etc.
I.— An sibi occurrat alíquid dicendum in presentí sua causa an sit dispositus eandem
fateri veritatem.
R.— lo non ho negata la veritate, ho bensi negata la calumnia e raenzogna.
Monit. ad exoneranda propiam consdentiam super interrogado io praeteritis consÚL sábí
factis, in quibus manifesti dedudt celasse et occultasse requisitam veritatem, adeo ex car-
cere huiusque passo, et ex tempore quo remissum fuit considerare bene anixnadvertece in-
terrogator in ipsi constit. facta sincere illam se libere fateat non Deus pareat penitentib.
et punit mendaces.
R.— II mío sentim. é di vero cattolico Romano e vero subdito fedeüssimo d d mío Prin­
cipe, e per ció ho sempre detta la veritá ne mid Cost. non ost. die Imerrogatosi mi
costituiscono in altro senso, e in tal modo ho scaricata la mia cosdenza.
Et ei dicto quod ex processu hoc usque compílalo risultat, et respective habet non
ost. supra dicta risponsione ipsum const., esse rend. somnhim ddictorum super quib. fuit
interrogatus, nam testes, qui sunt plures deposcentes pro satisfactione animaram propriorum
ulterius se declaraverum non esse ipsi cost. ...sed deposmsse pro conservatkme nostrae
S. Fidei ideo máxime ad fundamentum pollidtam, quia propter pro boni animae suae se
resolvat illam fateri.
R.— Mi allegro di essere in Tribunale ove la calumnia e punita ed ove faro conoscere
che soné malamente imputato.
Iterum ei dicto, et simul monit. ad dicendam veritatem in praesenti causa nam ex
aetis. hab. respectivo ipsum constit. fuisse in locis, temporib.. et oca&kmibus respective
prout factum est, in quib. a testib. asserib. dixisse respective omnia supra quib. fuit intemv
gat. unde Phiscus S. Off. praesumit testes non fuisse calumniatus. et mendaces qua propter
const. veritatem.
R.— lo ho confessato d ’esser stato allTmpruneta, alia Bottega d d Piazzini a Poppi, a
Panone, e in casa del Barón Stosche nelToccasione dette di sopra, et ora k> ratifico ma
con questa protestazione pero che sebbene ho confessato il luogo, chc alTImpruneta in
Bottega di Panone, non mi ricordo, siccome detta Bottega de’Piazzini non mi ricordo delle
cose gli sono stato interrogato; ma intorno le cose delle quali sono stato interrogato
sopra il Barón Stoche le negó assolutamente.
Videns Pta. Sua Rma. non posse disponere ipsum constit. ad dicendam requisirionenj
veritatem ad suscitandam ipsam memoriam mandavit ipsi perJ^gt alta, dara, et inteUig^fle
voce depositiones testium físcalium in lods oportunis, prout factum fuit, quib. ab i p »
bene auditis et intellectis prout dixit, fuit ei dictum.
Quid modo respondeat ad tam claras probationes contra ipsum constit.
R.— lo dico che quella... é una grandissima calumnia chiara nei rimanenti roí rimero
a qudlo che ho detto.
Quibus habitis D. pro me dimissit examen, ut solet fieri in forma.
A. S. F. (Consiglio di Reggenz* deüa Toscana, Filza 340, Letra Y, fols. 191-
202; Filxa 339, Inserto 2, fol. 7 y ss.).

285
APENDICE N.° 19 A

ntorme d d Conde de Richecourt sobre el trato recibido por el Dr. Crudeli en las cárceles
de la Inquisición de Florencia.
i\ Conde de Richecourt a S.A.R., Francisco de Lorena
"lerenda, 27 octubre 1739
LNo/j marginal: Narrativa del Conte di Richecourt a S.A.R. della ma­
niera sopra con cui vien trattato nelle carceri deirinquisizione il Dre. Cru­
deli, ed interesse che vi prende il Cav.re Mann per parte della Corte
dlnghilterra giacchc li pare ingiusto, che debba soffrire una simil pena
per aver conversato con deglTnglesi].
La gloire de Son Altesse Royale et le bien de son Service demandent qu’elle soit Infor-
mee de tout ce qui s e>t passé dans Paffaire de Crudeli. J’ay crü ne devoir rien espagner
pour en estre par la en etat d’en rendre compte, ce que j’ay eu l’honneur de faire suc-

^TeTnou\elles découvertes que je viens de faire jointes aux discours que Mr. Mann m’a
tenú, me nécessirent de rétracer en bref le détail de tout ce qui s’est passé et je supplie
S.A.R. de vouloir bien me pardonner si je m’estend trop; l’affaire me paroissant extrem-
mement importante.
La Régle de Tlnquisinon et lusage suivant le manuale et Varsenale sacrum du St.
Office est que Ton ne fait arrester personne que le Procés n’ait esté fait auparavant, duquel
il resulte des preuves ou des Indices suffisants a pouvoir donner la torture.
Le Procés de Crudeli devoit dont estre en cet etat lorsque Pinquisiteur a demandé a
S.A.R. le bras seculier pour l’arrester. Cependant tout ce qui s’est fait dépuis sa détention,
prouve le contraire.
Depuis qu’il est en prison Ion a vuy un nombre infini de Témoins et ce n’a esté
que plus de trois mois aprés sa détention que Ton l’a interrogé pour la premiére fois.
Pour colorer un procedé aussi irregulier Ton a pretendü que le rétard n’etoit venu que
du rérus qu’avoit fait S.A.R. d’accorder le Bras seculier pour arres ter trois cómplices de
Crudeli, aprés néanmois que S.A.R. Pavoit formellement promis á l’Inquisiteur.
Dépuis ces Interrogatoires pour pouvoir prolonguen l’affaire on a encore vuy des
témoins contre luy et enfin aprés plus de cinq mois de détention l ’inquisiteur a rendu
:ompte du Procés a Plnquisition á Rome.
Malgré le secret de ce Tribunal Ton n’ignore pas que quelques uns etoient de senti-
ment de le mettre hors de prison avec une legére penitence (estant á observer que suivant
lusage de ce Tribunal un homme quoi qu’innocent n’est jamais renvoyé absous).
D’autres estoient d'avis de luy communiquer les anieles dont il est accusé pour qu’il
puísse se deffendre.
Mais comme ces chefs d’accusations auroient estés tres differents de ceux sans doute
avances a SA.R. la pluraiité des voix a esté pour un Impinguatur, c’est a dire, un plus
amplement informe.
L’Inquisiteur ayant re^u cet ordre du Tribunal de l’Inquisition de Rome a representé
que i exception en seroit impossible, ayant vuy tous les témoins possibles et que s’il en
découvroit d’autres íls ne voudraient pas sans doute comparoítre sans un Ordre du Con-
seil de Regence, que le St. Office ne vouloit pas que l’on demandat.
Suivant les derniers avis que j’ay de Rome, on m’assure que malgré les representations
1 ¿ lsteur’ .O ^ ce a persisté dans sa dédsion.
S.A.R. sentirá Pinjustice de cette décision qui ne tend qua faire perir en prison un
homme asmatique qui crache journellement le sang, de maniere que Pon a Heu de croire
qu on ne cherche qu’a prolonger et le laisser perir en prison, pour n’avoir pas le démentit,
dans une affaire qui a fait autant d ’éclat.
«J ™ * a?nsy que SA.R. laura vu par les extraits des interrogatoires que j’ay eu
J w n n ^ r de luy envoyer, tout le crime de Crudeli est d’estre Franc-Masson, et d ^estre n^
soub$onné d avoir este amy et dans h maison de Stosch, ce qui est un fait notoirement
**u t0ut» iau c.ontf*,fe journellement dans la maison de Mr. Faine qui ne
L 811 V * mett,re lcí dan. la maison de Stosch.
n í*8 dll*cou” de*. moines de l'Inquisition en cette ville confiiment
¡a v » n «i reoUf crime de Crudeli, et d’avoir fait quelques satires contre
peu glé es moines, et surtout d avoir dans quelques ouvrages de Poesies Inserés

286
des, traits critiques contre rautborité que la Cour de Rome vouloít s’arrogcr dans les
matiéres temporelles.
Mais comme ces pretendus crímes (que Rome ne pardonne cependant pas) ne peuvent
estre rendus publics, Tinquisition se sert de tous sortes de moyens memes les plus condam-
nables pour luy trouver quelaues autres crimes a Crudeli.
Je dis les plus condamnables et S.A.R. reconnoitra par la lecture de la picce cy joínte
dont je conserve Toriginal voicí de quelle maniére je Tay eu.
Ayant esté informé qu’un medecin nominé Pupigliani avoit este interrogé par le vkaire
du St. Office et qu’il estoit arrété depuis peu a Livourne accusé par une filie d ’estre lautheur
de sa grossese voulant Tobliger á l’cpuser, j'ay cru cette occasion favorable pour tirer de
luy avec le plus grand secret tout ce qui s’etoit pa&sé entre le Vkaire de l’Inquisition
ct luy.
En effet il a esté interrogé en presence du general Braítwitz quí n’a p 6 voir indig-
nation de quelle maniére on a abusé du sacrement de Penitence, et je n'ay pu voir *****
surprise que le Pére Pagani, jesuite, et homme de mérite ait pü se préster dans une occa-
sion pareille.
S.A.R. verra par cette piéce que l ’Inquisition attaque beaucoup de gens pour la plus
part de merite, et il parroit qu’il suffit de ne point souscrire aveuglement a toutes les
máximes de la Cour Romaine pour estre regardé comme ennemy de la Religión, ce qui est
une chose cependant trés differente.
En effect quiconque a une juste idée de la puissaoce des Souveraines et de celle de
l’Eglise, n’est point ataqué par la Cour romaine sur un artkle pareil; EUe auroít trop de
peine a justifier sa conduite; Elle n’accuse pas non plus d ’beresie porticuliere, les Inqui-
siteurs pour la plus part et particulierement celuy de Florence sont wop ígnorans pour
qu’elle ose s’y fier; ils pourroient eux mesmes en faire par ignorance; EUe aocuse d’abord
de manques de Religión, et fait une preuve ou du moins un indke a torture suivant ses
surces... d'avoir mangé gras un vendredy ou samedy, de ne s’estre parmis a genoux a
l’avemaria du soir ou du matin, de n’avoir pas osté son chapeau á quelque image de
Saint peint sur une muraille, de ne pas estimer beaucoup la theologie scolastique, etc.
Et par ce moyen Elle intimide le Régne; ce qui est si vray que dans une difñculté
avec la Cour de Rome S.A.R. ne trouverait personne dans ce Pays á present pour défen-
dre ses droits.
Je dis personne car j’assure S.AJR. que le senateur Rucellay méme. tout intrepide
q ’il a esté par le passé, tremble á present et ne marche poinc d'un pas ferme des qu’il
est question d ’aff aires qui peuvent interesser la Cour de Rome.
Je luy ay dit sa réponse a esté que Rome ne pardonnoit jamais. et avoit tant des moyens
de perdre un homme que tót ou tard il falloit qu’il suocumbas.
Je vois en effet que depuis l’arrét de Cmdeli l’authorité Ecdésiastique augmente et
Tinsolence des moines qui est parlant des francs-Massons n’on respecté m£me la personne
auguste de S.A.R. En sorte qu’il devient nécessaire que S.AJL fasse voir au PuWk que
s’il s’est presté aux instances de l’Inquisition en y livrant un de ses sujets acussé» il n’a
pas abandoné ce méme sujet et luy fera justice, si l’Inquisition ne la luy rend pas.
Si S.AR. n’agrée pas, ou ne permet pas de se servir du moyen que j ’ay eu l’bonneur
de luy proposer et dont j’ay jusqu’a present fait difiero* l’executkm* il est nécessaire que
S.A.R. prenne une résolution et fixe un terme court a l’inquisiteur pour terminer le Procfes
de Crudeli, ou le mettre en liberté; le luy ayant fait livrer voir s’il estoit coupable, en
ce cas le punir, et s’il étoit innocent, le relácher et non le faire perir en prison.
Car enfin pour estre dans l ’inquisition il n’a pas laisse d’estre sujet de S.A.R.; il
n’ont pas moins dans son territoire, et bien plus le quartier mesme de l’Inquisition est
de la proprieté de S.A.R.
Je doute que ce second expedient opere autant que le premier qui mettroit S.AJEL en
Etat d ’estre informé au vray. *
L’un ou l ’autre de ces partis me paroit d autant plus pressant que Mr. Mann vint
il y a quelques jour me parler de Crudeli. II me dit qu’il estoit fort embarassé que «é-
pondré a sa Cour; les derniers lettres du Duc de Newcastle luy ont donnant expressement
de rendre compte en quel etat etoit cette affaire.
J’ay taché d’éluder le discours de M. Mann, mais m’ayant pressé de luy répocxke, je
luy ay dis que j’avais toujours regardé ce qu’il m’avoit dit i l’cgard de Crudeh comme
bons offices qui rendois k un homme que Mr. Faine consideroit et qui p » son talent me-
ritoit attention. Que je ne m’etois pas imaginé que la Cour d ’Angtetem peut et doit
s’intereser dans une affaire qui regardoit un sujet de S.A.R. qui ne tenoit pas aucun
endroit a la Cour d ’Angleterre.

287
II m’a repliqué qu’il n’estoit surprenant que sa Cour smteressat pour un horrnne d ’ont
tout le crirae etoit d;estre Franc-Masson et d ’avoir trequenté les anglois, source de la
persécution que luy faisoit la Cour de Rome. i d w *. . *
Q u’il estoit trop persuade de 1 ’a m it ié de S.A.R pour le Roy son Maltre et de ses
bontés pour la nation angloise pour avoir la plus legére idée que S.A.R. y eut pact, quau
contraite il esperoit qu’il feroit justice a une nation qui se trouvoit aussy fortement
offensée.

montrer dans peu des p reces authetiques. .


Que ce qui le tachois d autant plus estoit que par lá Stosch se faisoit valoir en Angle­
terre en travaillant a persuader par Taftaire de Crudeli que c etoit á l’instigation de Rome
que S A R avoit vouíu l'eloigner de ses Etats. II m’a ajouté que Stosch pretendoit que
sa pensión venoit de luv estre augmentée, ce que Luy, Mann, ignoroit, qu’il me prioit dy
taire attention de le répresenter a S.A.R., persuadé qu’il ne suffiroit pas que ceux qui
trequenteroient les angiois dans ses Etats fu^sent persccutes par Rome.
Qu cestoit une aííaire qui tenoit tres á coeur á sa Cour et á sa Nation, vu la gloire
ct la justice de S.A.R. estoit interessée.
Les representa tions de Mr. Mann et particuliérement la piéce jointe m’ont necessité a
faire ce détail a S.A.R.. sil Toidonne je feray de plus grandes recherches, et il ne sera
pas ditficile de dévoiler le mistere pratiqué en cette occasion.
Comme cette aífaire est de la derniére consequence je supplie tres humblement S.A.R.
de vouloir bien la peser et m'honorer de ses ordres précis.
Jav Thonneur de me mettre a ses pieds.
R ichecourt
A. S. F. (Consiglto di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 3, n. 8 ).

APENDICE N.° 19 B

Interrogarorio hecho por el Vicario del Santo Oficio en Livorno, al Dr. Pupigliani relativo
al Barón de Stosch y al Dr. Crudeli.
Interrogatori dati dal Vicario del Santo Ofizio in Livorno al Dott. Pupigliani concer-
nenti la Conversazione del B. di Stoch, ed il Dott. Crudeli con le sue risposte.
Interrogato sulle sue qualitá e condizioni.
Rispóse io mi chiamo Bemardino Pupigliani Dottore di Medicina sono in etá di anni
28 e sono nativo di Firenze, ove ho Padre et Madre et altri fratelli.
Into. Quanto tempo sia che manchi di Firenze e per qual causa.
Rispóse sono sei mesi passati. e mi partii per causa che volevo disfarmi della pratica
di Caterina Giardi.
Int. Quale strada facesse nel portara da Firenze a Livorno, ove si trova al presente.
Rispóse feci la strada ordinaria essendo passato per Pisa.
Inio Se nel passar che fece per Pisa avesse occasione di raccontare la Causa della sua
Partenza da Firenze, et quatenus cosa dicese etc.
Rispóse ebbi occasione di raccontaie la Causa della mia partenza al Sr. Gatteschi di
Poppi studente allora in Pisa, e gli dissi che me ne andavo per causa di Lasciar. La pratica
deLa detta donna, e per non avere a contrastare col Santo Uffizio per essere stato interrogato
da un Ministro del Santo Offizio e discorsi anche col S. Dottore Ulivieri, al quale non
rm ricordo se gli palesassi il fatto della Inquizione avendo bensi detto al mentovato Gatteschi
che sul tiraore della Inquisizione me ne sarei scappato in Inghiterra o in Costantinopoli.
lnta ove praticasse negl’ultimi anni ne’quali é stato in Firenze e con quali persone.
Rispóse lo praticava molto col S. Abb. Buonaccorsi, con Antonio Marcantelli col Sr.
yottor Leri, col Sr. Abb. Vanneschi et altri ma non famigliarmente a riserva de’sudetti ed
\ n c?1 mi nttovavo erano in Casa del D° Sig. Abb. Buonaccorsi, e nella spezzieria
delle Kondini e molto in casa la detta donna Giardi.
n t^iddette ** *** %t*l° ***** C^ } C Auogk* c sc abbia P^aticato altre persone, oltrc la
manca i luoghi ove sono stato essendo medico, cioé e in Casa Ruoti, e in
Caaa Neretti, e sono stato qualche volta dal Sr. Barone Enrico Stoch.
Into. Comme si introduces»* in Casa del d.’ Sr. Stoch
Rispóse fui introdotto dal Sr. Abbate Buonaccorsi.

288
Into. Se coll occasione che andava del d,° S. Enrico si trovas se mai in compagnia del di
lui fratello.
Rispóse mai mi ci son trovato, ne mai son andato nei quarticre di esso: e monito
sopra di ció persiste sempre in negare.
Interrogato. chi vada da detto Sr. fiarone Stoch fratdlo del d* S. Enrico a che ora, ae
insieme o alia spicciolata.
Rispóse: ci anderá molta gente che io non so, solamente mi sono abbauuto nelTessere
da d.° S. Enrico a veder salire dal di lui fratello il S. Abbate Buonaccorsi í due frateUi
Marcantelli, il Cerusico Martini, e so che ci andava l’Abbate Vanneschi, TAbb. Buonducá,
il Cancellier Pomi, il Crudeli, il Corsi ed altri che non mi ricordo, &apendok> di questi
soltando per essermí stato detto che vi andavano: ed ho veduto andarvi i suddetti a
tutte le ore, e ve gli ho veduti alia spicciolata.
Into. Se sappia cosa facessero le persone da lui nominate in Conversazione nella d / casa
di Stoch.
Rispóse io non lo so, perché assolutamente non mi ci sono mai trovato ma suppoogo
che discorressero e studiassero ed alcuni di essi come il Sig abate Buonaccorsi cd i Mar­
cantelli vi stavano varíe volte a mangiare.
Into. se sapia cosa si faccia in detta conversazione e che cosa vi si discorra.
Rispóse io non lo so di preciso per non vi essere stato e solo ho sentito dire, che
vi sia stato parlato sopra diverse questioni quali sono se si día il moto della Terra, se
l’anima sia mortale, o immortale, se il mondo sia regolato da Dio o dal Caso, ae vi sia
il Purgatorio o no, sopra l’autoritá del Papa, sopra l’esistenza di Dio, che la Rdigkme
non é altro che il solo dovere del viver Civile, ed altre simili proposizioiu che non mi
sovvengono: ció che mi é stato detto dal Sr. Abb. Buonaccorsi, il quale mi diccva ieri
sera si discorse di questo e di questo sopra di che poi si discorrcva fra noi.
Int. se sappia che siavi in detta conversazione e casa veruna adunanza fórmale et quateaus
che riti particolari abbia.
Rispóse di no, e solo ho creduto che possano le dette persone essere frimasson.
Into. se la proposito di frimesson sappia che sia stato in detta conversazione disoorao sopra
la Bolla, che imponeva la scomunica a’frimesson.
Rispóse io non lo so ma solo in casa d d Sr. abbate Buonaccorsi se ne discorse c mi
disse che aveva consigiliato S.E. il Sr. Príncipe di Craon a non pubblicarla per essere una
scioccheria.
Into se sappia come sia fatta la stanza ove si aduna la canversarione sud*.
Rispóse non l’ho veduta e solo mi ha detto il Sig abbate Buonaccorsi che é una librería
con diversi tavolini per comodo di potervi studiare.
Into. Ove fosse gli ultimi giomi prima che si partisse da Firen&e.
Rispóse al monte a fare gli esercizi.
Into, Se veramente fosse al monte, se vi stasse tutto il tempo o se si portasse altrove,
ed avvertito piú volte a dire la veritá.
Rispóse io fuit tutto Tintero tempo a fare gli esercizi, e non esdi mai dal monte ove,
anzi fui condotto dal sig. can0 Guadagni, ed allescire mandó il medesimo la sua carrozza
a pigliarmi; e fui condotto al suo palazzo e di li addirittura partsi per Ltvocno.
Into. Se abbia mai parlato con alcuno in proposito ddla conversazione di Stoch ct quatem»
con chi e cosa abbia detto.
Rispóse Siccome ne discorreva tutta Firenze dicendo chc in detta conversazione vi si
adunavano i frimesson, cosí credo aveme discorso ancor io, con diverse perdone, che io
non mi ricordo credendo ancor io che vi si adunassero í frimesson. e di me puré yeniva
detto e creduto che fossi frimesson, e sentivo dire che discorressero in materia di rdigiooe,
che fossero atei, et altro, al che varíe volte mi sono opposto.
Into. Se da alcuno sia mai stato ricercato se egli sapesse cosa si facesse in casa Stoch.
Rispóse mi é stato da piú persone detto solamente quanto sopra ció é che era la con - 1
versazione de frimesson che tcnevano per certo che vi andassi ancor io, senza che alcuno
mi abbia ricercato mai di cosa particolare.
Into. Se veramente sia stato in tal proposito ricercato, o se mai sia stato interrogato sopra
la detta conversazione da alcuna persona si in giudizio che fuori si per modo di discorso
che di esame o in qualunque altra forma.
Rispóse con roccasione che ero al monte a fare gli esercizi avendo voluto fare come
é solito la mia confessione generale al Padre Pagani. mi confessti al medesimo di aver
parlato delle proposizioni suddette, e d'averle tenute in qualche parte, onde il med* mi
disse che non aveva autoritá d'assolvermi, e che era nccessario che mi accusassi ai Padre
Inquisitore, al che gli risposi che non volevo farlo altrimenti, e che me ne sarei piú tosto
andato a Roma, e lui mi replicó chc non potevo esetme, perché anche a Roma bisognava

289

19
che andassi al Santo Ufizio, e che avrei fatto peggio, onde ¡o insistei che non mi sarei
confessato altrimenti perché non voleva aver ch e fare coll Inquisizione. La mattina seguente
ii d ° Padre Pagani mi chiamó in camera a prendere la cioccolata, e ricominció ll detto dis-
corso a cui replicai che fuori di confessione non volevo discorrere seco di questo partico­
lare- ' mi assicuró aUora che era galantuomo e che non dubitassi, edl 10 gil soggiunsi che
ció nonostante non volevo discarrete di questa materia mi tentó egli altre tre volte per-
suadendomí ad accusarmi, ma io fui sempre ostinato. II penúltimo giorno degli esercizi
comparve suppongo mandato a chiamare, il dto. Sr. Can: Guadagm, quale per piü di
due ore mi procuró Indurre a confessarmi colTInquisitore; tanto che mi persuasse con
assicurarmi che non me ne sarebbe venuto alcun male. La mattina seguente venne al
monte in una stanza a parte un frate Giovane del S. Ufizio, al quale mi confessai e con-
íessato che mi fui disse che era necessaria una piú esatta diligenza intorno alia mia
confessione, e che pero sarebbe tornato il giorno, come infatti tornó, e andati soli nella
medesima stanza cavó fuori un foglio, il quale era scritto e leggendo il medesimo mi do­
mando se avevo parla to delle proposizioni, delle quali mi era confessato, che sono quelle
da me esposte di sopra con varíe persone da esso suggeritemi dicendomi = Ha Ella discorso
delle dette proposizioni col Sr. Dottor Leri, col Sig, D. Crudeli, col Sr. abb. Buondelmonte,
col. Sig. Canonico Maggi. col Sig. Dott. Awanzini, col sig. Dott. Cocchi, col sig. Senatore
Rucellai ed altri molti, che io non posso ora precisamente ricordarmene ed io gli risposi
che con alcuni ne avevo parlato: anzi avendogli risposto che per confessarmi non era
necessario che io gli dicessi con chi ne avessi parlato, mi rispóse che ero obbligato, e che
erano cose che giá le sapeva, como poteva veder dal foglio che aveva por tato, onde non
avessi rimore di far male ad alcuno, che dal mió dire non ne sarebbe risultato niente.
E di poi mi domando se avevo veduto andaré le dette persone in casa il Sr. Barone di
Stoch ed oltre ad esse il Sr. Primate, il Sig. Abb. Del Ñero, l’Abbe. Vanneschi, il padre
Diner di santo Spirito S.E. il sig. Conte di Richecourt ed altri forestieri, ed io gli risposi
di no, ma che solo vi avevo veduto il sig. Abb. Buonaccorsi, il cerusico Martini, i Mar­
cantelli, e che avevo sentito dire che vi andava il Sr. Primate, como puré avevo sentito dire
che vi fosse andato qualchedun altro ma che non lo sapevo di certo: ed avendomi domandato
se delle detre proposizioni ne avessi sentito parlare in casa di Stoch, gli risposi di no e che
solo le avevo sentito dire e ne avevo fuori parlato sol Sig. Abb. Buonaccorsi e con altri, come
puré mi .lomando se sapeva cosa si facesse in da casa ed io gli risposi di no perché non ero
mai stato nella da conversazione e riguardando il suo foglio mi lesse diverse proposizioni do-
mandandomi se le avevo dette o sentito diré, ed erano quelle med ® da me confessate, ed
in oltre che la Religione fosse un artifizio de’preti, che Dio diede la potestá al solo S. Pietro,
che il Papa non ha autoritá, che la bolla contra i frimesson non dovea essere accettata
ed essere una corbelleria, e simili: e mi domando awertendomi piú volte a dire la veritá,
perché il Santo Ufizio lo voleva sapere se fossi frimesson, il che negai, se in casa Stoch
vi sia una Stanza ad uso di librería con diversi tavolini, se le dette persone mangiavano
carne il Venerdi, e il Sabato, e varié delle cose che gli rispondevo le scrisse sul suo foglio,
avendomi dato il giuramento sulTEvangelo prima d’assolvermi di non rivelare ad alcuno
veruna delle cose sopra le quali ero stato da lui ricercato, avendomi fatto giurare di negar
tutto anco al governo, quando Jal med.° fossi stato astretto: dopo di che avendomi assoluto
mi licenzió avendomi detto che andassi qualche volta da lui a bever la cioccolata.
Into. cosa apprendesse di íare col rispondere al dette interrogazioni del frate, e in vedere
che il frate leggeva, e gli suggeriva varíe persone e cosa, e scriveva alcune delle sue
risposte.
Rispóse 10 intesí di confessarmi semplicem, ed il frate mi assicuró che erano cose che
giá le sapeva che non faceva danno a veruno, che non doveano le mié risposte servire a
cosa alcuna, e che il tutto era fatto solam. per la salute della mia anima, e se non ero
rnesso in mezzo non averei detto cosa alcuna mai de'miei giorni, ma fra le persuassioni
ei n juggestioni del frate dissi quanto sopra; avendo fatto sopra ció un gran maneggiato
u Padre Pagani, e poi il Canonico Guadagni.
*rit0;. ^5 ab ^ a da dire cosa di piú concernente la casa, la conversazione e le particolaritá
di Stoch.
Rkpose ed avvertito piú e piú volte sopra simili particolaritá disse non sapere altro, onde
fu ai medesimo letto tutto il suo deposto ed ordinatogli di poi che faccia la seguente re-
cognizione di sua propra mano e carattere, come fece: lo D: Bernardino Pupigliani ho
sentido leggermi a parola a parola il d.° mió esame, e non ho da aggiungere nb da levare
cosa alcuna del med.° e per essere di ció la verita confermo, ratifico e sottoscrivo il med.*
di mía Pr^Pria mano e carattere, parendomi ancora di ricordami che mi fosse fatto sottos*
envere dal d frate del Santo Ufizio il foglio di sopra accennato mano propria ecc.
ni dí Reggenza della Toscana, Filza 3Í9, Inserto 2, n. 12;
Filza 340, Letra G, fols. 33-38).

290
APENDICE N.# 19 C
Testificación del abate Buonaccorsi sobre la persona dei Dr. Crudeli.
Informe hecho por el Conde de Richecourt.
Firenze, 12 abril 1739.
[Nota marginal: Memoria del deposto del Abate Buonaccorsi sopra la
persona del Dottor Crudeli].
II Buonaccorsi si confessó il di 12 o 13 d’Aprlle; questo lo so da lui medessimo e
del Sig. Canonico Maggi, al quale essendo a farli visita nei tempo sua malaria disse
Buonaccorsi: So che per Firenze anno detto, che io non volevo confessarmi, et il Sigjte
Maggi replicósi vero, anzi il Prete Bini disse, d ie lo aveva indocto esso med° a coofessarsi
rispóse il Buonaccorsi: Ecco qui il Sig.re Pryore di S. Pietro (e detti li presente) che puó
farmi testimoniarla, se súbito, che esso venne per confessarmi io súbito mi confessai, e
il Bini é un B.T., e il Pryore rispóse, certo; due giomi fá io venni a visitare il Sigj e Abate,
e come é l ’obbligo del curato gli dissi che bisognava che si confessasse, et egli súbito si
confessó cristyanamente e con mia somma edificazione, questo dialogo seguí intomo la meta
del mese d’Aprile, dunque due giomi avanti cadeva il giorno 12 o 13.
Pocchi giorni doppo l’arresto di Crudeli natoque (? ) una voce pubbüca, e costante,
che Tlnquisitore era andato alia casa d d Buonaccorsi.
Un Frate di S. Croce disse l’istesso.
II Carceryere disse al Crudeli, che un Abate de’suoi amici k> aveva denunziato.
II Padre Griselli, Consultore del S. Uffizio ed amid&simo d d Padre Inquisitore Am*
che v’era stato uno che s’era denunziato doppo essere stato aocusato da utt’atao, e che
Tlnquisitore era stato galantuomo, e che aveva accusata la sua denunzya, beoche secondo
lo stile del Tribunale non potesse, e tutto questo cade n d tempo detto di sopra.
II Buonaccorsi doppo la cattura di Crudeli é stato sempre tranquílissimo, ha seguitato
ad andaré in casa di Stoche, ha parlato di religione fuori d d suo oostume, e spontanea-
mente ha raccontato la sua confessione come d’imag... forte, per levare il dubbio che la
pubblica voce e fama d ’esser stato Tlnquisitore in Casa sua poteva aver gettato ndTanimo
delle persone.
II Pryore di S. Pyetro fece fare al Buonaccorsi avanti d ’assolverlo la professyonc di fede,
cosa insólita affatto, e mai piü seguita ad alcun moribondo, che lo sappia.
Avendo Buonaccorsi il solo texto d d Pupigliani e Túnico aocusato dal medessimo vyene
in conseguenza che Roma lo dovesse chyedere a S.A.R. non Tavendo... pare izidabbttato
che esso sia Taltro testimonio chyamato da Frati convertid.
II Crudeli non é mai stato a vedere Buonaccorsi n d tempo della sua malatia; questo
lo so dal medesimo Buonaccorsi. II suo confesare fu il Pryore di S. Piero. I medki che
lo curavano furonno il Dottor Targyoni, bottanico di S-A.R.. ed il Dotor Pasquali.
A. S. F. ( Consiglio di Reggenza della Toscana, Filia 340, Letra E, fok.
25-27).

APENDICE N * 19 D

Contestación del Gran Duque de Toscana al informe de su Ministro florentino sohre d


asunto d d Barón Stosch.
El Gran Duque, Franz de Lorena al Conde de Richecourt
Vienne, le 21 Novembre 1739
[No/tf mdrginal: Avoir Todl sur la conduite du Barón Stosch].
Comme vous ¿tes informé des raisons qui nous avoient determiné au partí, que N d »
avions pris au sujet de Stosch, et qui n’a été arreté que par la lettre venue d’Angleterre,
dont vous avez copie, il est juste de s’informer i fond si cet homme tient des discours,
ou propositions contre Notre Religión, ce qui pour lors seroit dans le cas excepté par le
roi d ’Angleterre, et comme vous le comprenez aisement, il faut étre bien informé des
faits, et en avoir des preuves convencantes, pour pouvoir prendre le partí con venable;
c’est pourquoi Nous vous ordonnons de faire, pour y parvenir tout ce que vous croírez
convenir, ce qui ne sera peut-étre pas diffidle, pardssant une chose assez publique.
A. S. F. {Consiglio di Reggenza della Toscana, Registro, I, fol. 250).

291
APENDICE N* 20 A

Extracto de .na carta del Gran Duque de Toscana sobre el proceso de Crudeli.
Francisco de Lorena ¿1 Conde de Richecourt
Vienne, le 24 octobre 1739
Le reste du contenu de toutes vos lettres regarde Taffaire de Crudeli, qui paroit vous
teñir tant á coeur quoique nous ne l’envisagions pas tout-á-fait, comme vous. Pour finir,
et ne plus en entendre parler, si cela se peut, Nous voulons bien permettre qu’il s’évade,
mais il faut qu’il se retire de Nos Etats; il pourra ensuite Nous envoier un placet dans
lequel il déduira son innocence et Nous remontrera ce qu’il trouvera á propos sur toute
son atfaire. Nous démandant de pouvoir retourner á Florence; sur quoi nous statuerons
d’un fa^on qui ne puisse nous compromettre avec Rome: vous devez méme y penser
davance et Nous mander votre sentiment; cette évasion doit se faire sans paroitre qu’elle
e¿: tolerée, et encore moins insinuée, ce qu’il ne se pourroit, s’il restait dans nos Etats.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Registro, I, fol. 240).

APENDICE N.° 20 B

Nueva «espontánea» del Dr. Crudeli sobre las tentativas de evasión de la cárcel.
Firenze, 21 diciembre 1739.
Die 21 Xbris 1739
Iuxta petitionem faciam a Doctore Thoma Crudeli, carcerato esterna die iudicialiter
de ajdiendo p. de mandato Rmo. Pris. GenJis S. Offiz. educto de suo carcere, et perso-
nalit. const. coram R.P.I. existente in capella huius S. Offiz. ...et delato eidem juramento
de veníate dicenda quod sucepit tac. Sac. Ser. dixit vi seguit:
Non mi ricordo {occisamente si sia stato dal mese di 7bre. o Ottobre prossimi passati,
un sabato a notte verso le otto ore incirca stando io nel letto scuotosi un tonfo alia bustola
della nuestra della mia carcere ne sapendo io imaginarmi che cose fusse, mi figurai fosse
provenuto dal vento, ne mi mossi dal letto. La matina poi seguente aprendo le imposte
della detta finestra vi trovai fra la finestra ed il tamburo che impedische la vista nel primo
chiostro di questo canto sotto V. Inq.ne un gomitoli di seta che disvolte dentro vi trovai
un pezzo di piombo, ed un viglietto senza il nome di chi lo scriveva, di carattere molto
difficile... in diceva: Ti ho tirato questa bales trata per tua consolazione; caíalo il seguente
sabato, che averekri il tuo bisogno. II sabato seguente io lo ricalsi in tempo di notte alia
med° ora incirca, e tirai su altro biglietto con alcuni pañi di cioccolata con una verghetta
d’inchioótro de calai, ed un viglietto che diceva: quest’inchiostro ti servirá per scrivere
i tuoi bisogni mettendoci una... d’acqua; richiedevami como io stavo del mió male dell’asma.
Risposi il sabato subseguente dicendoli che io della mia asma me la passano ragione... bene,
servendomi per scrivere del sud° inchiostro, avendo scritto con una penna fatta di scopa
che formal co’denti e coll uglie; pregano chi mi scriveva a mandarmi un cotello di tavola,
o un temperino, e dirmi chi é gliera. Passarono due o tre sabati, che io non calai il filo
di seta mandatomi... come un gomitolo di seta; e poi il sabato susseguente alia med° ora
cicalai il dJ filo qlo. é moho attorcigliato di vari fili e forte; scrivendo in un viglietto che
io potevo soffrire la mia asma, ed aspettavo il d° cotello, oppure temperino ed il suo nome.
Tirai su, e scuti del peso, e vi trovai altra cioccolata con un viglietto, dicendo in esso
che io stessi allegro, perche di Roma aveva aute buonissime nuove, e che io stato racco-
mandato forte a Cardínali in Roma, ed io in tanto ti mando questa cioccolata, non volen-
doia mandare per mezzo di tuo filio, mentre non mi voglio far conoscere da nessuno e di
luí non mi hdo, senza nominare niente del Cotello, ne meno ti curare di sapere il mió
nome, poiche se lo sapesi cesserai da quest’uffizio di beneficenti; e mi mandó tre... tempé­
rate, e deUa carta^ Passato qualche altro sabato stesi Tistesso filo, e tirai su un viglietto
in cui mi diceva che quando aperaba di vedermi libero per gli ultimi avvisi auti di Roma;
seppi che la mía causa sareboe andata molto in lungo, perche... l’avvisasse come la mia
asma mi torroentava, avendo inteso, che la mia asma mi travagliasse, e che stavo molto
male, pero io fussi sincero p«che averebbe trovato qualche rimedio.
ví?1ictto l[ susseguente sabato, e con altro mió viglietto lamentavami
ava il temperino, dicendosi che non mi mandasse cosí spesto la cioccolatai

292
acciocché i Ministri del S. Offizio non sen’accorgestaro o non mí fusse trovata, c chc
deH’asma mi sentivo un poco migliorato, c che mi scrivesse qualche nuova d d mondo. Verme
un altro sabato, c rícolaí il detto filo scrivendo an viglietto, che conteneva, pregándolo a
costituire per me un Procuratore nei S. Offi z. di Roma per ottenere lo spiegam. ddla causa*
E nelTistessa seta tirai su un altro viglietto il quale dkeva: Se tu stai veramente male,
come io so di certo, giacché la tua causa va in lungo, io procuren) la tua fuga ed ...il
come e non altro.
Venne poi un altro susseguente sabato, ed io calai un viglietto nd quale io ¿li scrivevo,
che io non ero in grado di dover fuggire, e di soffrire quanto io potevo, che pero la
questa fuga non fusse stata sicuríssima lo ringraziavo de lo scampo offertoeni e tirai su
un altro viglietto che diceva: La tua virtu, anzi la tua stimazione farebbe stata causa
d'una lunga malattía, oppure di morte, e che nei futuro sabato m’averehbe mandato ira
ordigno con un’istruzione per la mia sicura fuga. Venne il sabato, d o¿ il prossimo passato
ed io calai il mió viglietto, nei quale dicevo, che avevo delle speranze, die al fine d d
presente mese sarebbe di Roma tomato il mió processo, che stimavo m edio di tutte le
fughe propostemi; sttirai su il filo e senti un grandissimo peso; quando fó arrívato da...
vidi che... una... annodata con un... di ferro coperto di seta di color rosso, e vi era
un viglietto piú lungo di tutti gli alteri, e dkeva, che io dovevo lasciar la resistenza
in fuggire, la quale non averebbe servito ad altro, che a farmi perder la saniti o moriré;
questa che io ti mando e una scala, per la quale potrai sccudere senza perkolo. Di costá
non temer niente, perche forse sará lasdato aperto tue vigilante, e se non é lasdato y erto
non tentar cosa alcuna. De la detta corda verme dentro una saccheta, che mi era stata
attaccata, prima quando ricevd la ciocolata. Per i cui die ti possono seguíre doppo scakto,
10 ti manderó se tu vorrei, due pistóle, ricala il filo in questi stessa sera, se non k vorrai
11 segno sará che tu risponderai con un viglietto, e darai un tocco al tambare, se k vorrai
ricala senza viglietto. In questo viglietto mostrava una paura che io non abbradasse questo
partito della fuga, ed io ricalai in filo l’istessa sera, e perche conoscesse, che io non volevo,
pistóle ci messi il viglietto, e detti un tocco al Tamburo sentii che tkde intomo al filo
un pezzetto; poi mi fece un segno che io tirassí su; io tirai e sentii un grandissimo
peso; lo alzai un braccio in circa da térra, e poi lo ricalai in térra, aedo coooaoere, che
io non volevo le Pistóle allora stiederó un pezzetto intomo al roed° filo, e mi fece segno,
che io tirasse su; tirai su, ma sentii il med° peso, e io lo rkalai qui, e qui pcñmente
sentii un altro pezzetto intomo al filo; m’accennó di nuovo, die io tirassi su; tirai su e
sentii che il peso era minore, ma era un poco peso ed io rkalai di nuovo in qui, come
prima, accio che intendessero che io non volevo le Pistok; senti che vi esse un pezzetto
intorno al filo, e tirai su, e sentii leggiero, e non credevo, che si fusse cosa akuna, e tirai
su e ritrovai un cotello alia Genovesa colla sua guaina; lo súbito rkalai il d* coteDo,
e non sentii alcuno di sotto per un quarto d’ora tenendole in térra, ed essendo partito
10 ritirai in su, e nella sudetta... ritrovai un poco di polvere da schioppo, che non so
quanto potesse essere; feci súbito tre pezzi del d° coltello, 1a punta la ficcai m una
buccia o avanzie, ed il manico lo gettai nei luogo comune; il rimanente d d cobeQo lo
lasciai nella guaina sulla finestra. Ieri venne tosta per k... ed altri d d Tribunale a far
la visita nella mia carcere e vostra Ptá. Revda, portó vis la detta fuñe coila sachetta, un
po di polvere, e dil rimanete de Coltello genovese rimasto spuntato senza manico, questo
é quanto io posso diré in questo particolare; ne so, ne posso imaginarmi, che sia quelle
e quelli che anno scrito le sud. viglietti, portats la cioccolata, la fuñe, il coltello, rinchies-
tro, anzi in un viglietto diceva per soscrizione nessuno.
Quibus habitis et acceptatis pro me juravh silentium ad omnem bonutn finan tac, sac,
Dei Evang. et lectum depositum confirmavit...
Postquam audivit ibi perlegi depositi...
Nei sudetto ultimo viglietto ivi diceva che io si risolvero usdre di questo S. Uffizio
súbito scappato di qui di notte sull’ore nove, o dieci andatti in via de Tintori sotto la
volta vicino a cadenti, e tre volte molto ad alta voce dirai cañe, cañe, cañe. Verrfc ano,
11 condurra in una ca.^etta, dove starai fino airaprire ddla porta per la via della Zeoca;
anderai alia porta Croce, uscirai dalla Porta, e lungo le mura anderai alia Porta d d Plato.
Ci sara un cavallo con tutto quello che bisogna con il quale anderai a Roma, e rottettai
sicuramente per i casi, che si potessero succedere nei dopo usdto dal S. U ffi»o li potrai
sentire per i tuoi bisogni delle pistóle, che ti mandero se le vorrai; ne mi rtcordo altro.
Quibus habitis et acceptatis et tac. sac. Dei Evan. fuit remissus in locum suurn postquam
se subscripsit.
Io Tommaso Crudeli affermo quanto sopra mano propria.
A. S. F. (Consi&lb di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra Y, fols.
182-185).

293
APENDICE N * 20 C

Diario de las medidas adoptadas tras la tentativa de fuga del Dr. Crudeli.
NN. fu súbito presso posto in Carcere molto cattiva ed ivi stette alcum giorni.
D o p d o fu posto in una carcere assai buona sopra il cortile.
A di 12 Xbre incirca fu rinforzata una porta che aveva cornspondenza con un piccolo
Terrazo dal quale si dubitava che di sopra i tetto si potesse avere qualche corrispondenza
almeno con la voce. con la suddette carcere. . , , „ v
A di 19 Xbre. incirca fu ritrovato che verano alcune robe in d‘ carcere dalle quali
fu dubitato che potessero essere state pórtate al carcerato dalla finestra corrispondente al
Cortile, e fü posto il carcerato in altra carcere cattiva che aveva solo il poco lume d’altra

stanza. d_ ^ ^ riconosciuto il Bottino e rasseltato il luogo comune e fortificata la


finestra fu rimesso il carcerato nell’istessa miglior prigione, dove presentemente si ritrova.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 2, n. 5).

APENDICE N.° 20 D

Otra copia del Informe realizado por la Inquisición sobre la pretendida fuga ideada para
que el Dr. Crudeli se escapara de la cárcel.
A di 7 Gennaio 1740
BB. religioso d’anni 34 giudicialmente depone come ne caduto Xbre. fu awisato da
terza persona che si lavorava un rampino di ferre, ed temeva che dovesse servire per il
carcerato Crudel’ ; la notte de 20 sud. sentí del rumore alia finestra del carcere come
se si virasse su robba; ció signifieatosi al Pre. Rvdmo.
...egli a ora di vespere fatto uscire il Crudeli della carcere lo fece condurre altrove, e
visito la carcere. Non sodisfatta sua Paternita Rma. di questa prima visita la replico la
sera, doppo le 24 ore e condotto fuori il carcerato gli fu trovato in dosso un gomitolo di
cordellina neta di seta, ed asseri il Crudeli, che col d° gomitolo tirava in robba dalla finestra.
e questo gli era stato moto su con una ballestrata. II deponente pero dubita che egli tirassi
su detto gomitolo co’fili d’una calza quarta; gli furono trovati nelle carcere fra la spaz-
zatura.
Nella prima visiia fu trovata sotto le matterasse del letto una corda grossa come un dito
mignolo lunga circa a 14 braccia con 20 nodi, e nel principio della fuñe v ’era attacato
un ramino di ferro; di piü una borsa di tela dentro di cui v’era una carta con un poco
di polvere da schioppo.
Nella seconda visita oltra il Gomitolo trovatoli in dosso nella carcere fra molte inmon-
denza al tamburo della finestra fu trovato un coltello spuntato dentro una guaina e un
po d'inchiostro.
Le sudette visite furono fatte dal Giudice, Can.re e testim. Furono le cose tróvate mi­
nutamente descritte in actis, e furono giudicialmente riconosdute inter plura da i testi-
monii (?) secondo l’essatto stile dei S. C>ffiz.
Furono esaminatti due periti dell’arte di magnano, e giudicarono che il coltello era
stato spuntato di fresco.

A di 27 Gennaio 1740
* w 5011?! d’anni 27 giudizialmente depose qualq. il carcerato aveva scritti alcuni
vigiietti al fratello due volte colla matita ed una volta colTinchiostro, che lui medesimo
gli aveva dato doppo tre settimane diede fuori la sua a parrucia per farla consegnare al
rateilo e doppo tre altre settimane fece dire al medesimo suo fratello che guardasse nel
modo della Pamicca perche v’erano que...
Q ie i primi giorni della carcerazione nel condurre il carcerato delle carceri di notte a
• C 1 Sí^ r?* diceva, *e un carcerato vi desse auto o decentó scudi lo lasccreae andar
vía, e degli nspondeva di no.
^ tera v? 'ta sH diwe che poteva darli un sacchiello, o un scarpello e lasciarli la porta
aperta per daré a divedere che aveva scassato da se.

OQA
Die 28 Ianuarii 1740
Compilesis omnib. quantum fierí potuit expressi in instructioníbut supremae et sacrae
Congregationis Pta. Sua Rma. decrevit esse constituendum Doctorem Thomam Crudeli
praemissa tamen protestatione ipsum interrogandí fine, praejudicis confesatorum et quo­
rum... iurium acquisitum huiusque, quam protestationem P.S.Rma. íntendit repetita habere
in principio medio et fine huius constit. et omni meliori modo etc. et... extraendum de suo
carcere, prout extractus fuit coram P.S.Rma. existente ubi supra in... etc. Fuit... delatum
iuramentum de dicende veritate, quod prestitít tac. sac. D. Evang. Deinde fuit Ínter.
I.—An sibi occurrat aliquid dicendum in praesenti sua causa et signand. super spootanea
comparitione facta ab ipso const. die 21 proxime preterit. Xbris. et quat.
R-—M’occorre dire qualche cosa di piü, mentre allora era confusso e forse anco corregge-
re qualche cosa.
Dictum esse ipsi, ut dfcat quid vult dícere et exprimere.
R.—lo deposi neUa mia spontanea, che llncominciam. della persona, che mi butto la
prima volta il gomitolo nella finestra fosse successe dentro il mese de 7bre. oppure ottobre;
avendo fatto miglior riflessione dico, che fu in tempo che era assai caldo, e cosí a mió
credere puo essere stato fra Luglio o agosto.
Per sodisffare alia mia coscienza quantunque nella mia spontanea comparsa fatta non
nominasse la persona che mi fece pervenire alie mani il primo viglietti fü secondo tutti
i miei fundam. credo che fusse mió fratello Antonio sebbene nel viglietto non si scrivesse
una volta tra le altre mí pare di vedere il suo carattere benche negli alten viglietti il
carattere fusse alterato; l’altro fundam. ¿ che egli in uno di quei viglietti smnadava di
non volermi piü assistere. In somma io per tutti le ragioni non dubito che sia stato il
mió fratello quelle, che mi mandava i viglietti. L’origine poi fü che io pregii fra Gk>.
oblato di questo S. Offizio, che mi portasse un poco di tocca lapis, che io volevo scribere
un vigletto al mió fratello, dicendo che non m’importava che lo mostrasse al Pfcdte Vicario,
e mi portó per la prima volta un tocca lapis, e la carta, ed in circa un quarto di foglio
ed in esso scrivissi a mió fratello, e fü ció antecedentemente ava... che avesse 2 gomhok)
di seta, ed il gomitolo non fü come io dissi nella mia spontanea buttato nella mia finestra,
ma bensi in altra maniera come sentite. Avendo scritto al mió fratello col tocca lapis,
mi risposi per mezzo del d° fra Gio. a bocca, che non mi rispondeva al vigletto fatto col
tocca lapis, perche non gli piaceva reconoscere il mió carattere, pero scrivissi in awenire
colPinchiostro, ed io scrissi altro vigletto con inchiostro portatemi da fra Gio.. e per
ritenere in camera l’inchiostro io spremei nella deH’inchiostro. e resi anco la penna por­
tatemi nel calamaio al d° fra Gio., e di li a qualche tempo scrissi col d° inchiostro servato
un vigletto che io missi nel modo della parucia, che rimandai al mió fratello, e doppo qrakhe
tempo pensando che non Tavesse ritrovato mandai a dirli che nd modo defia paracca
v’era una riceuta, dal d° fra Gio.; ma essi fra Gio. non ne sapeva niente di detto vigjetto.
Scrivero al mió fratello che mi raccomandasse al Patre Inquisitore e mi facesse raccoman-
dare al Pre. Remd. e mi sapesse dire se aveva riceuti quei due vigletti per fra Gio. Di
li a molto tempo mandommi un.......un vigletto di dietro. in cui mi diceva che noo aveva
riceuto i miei vigletti ed avermi scritto per fra Gio. che non me l’aveva portad, e mi
disse m’averebbe mandato de fiori ed altra roba legata con molto filo di ref. e <f* filo
avesse calato della finestra il sabato a notte, e dum un pezzo a mandanni i fiori^ legjBrti
un filo bene e aggiustati, che non si conosceva, e col d* k> raddoppiai, e lo calai da&a
finestra, e da mese di Luglio o agosto mí aataccó allora quei Gomitolo si seta, che presentai
a V.P. Rma. nella mia perquisizione; e per non pregiudicare a mió fratello ne al mió cus-
tode fra Gio., io dissi nella mia spontanea, che il gomitolo era stato gettato nella finestra,
e credo che tutta Taltra roba, che ho riceuta della finestra sia stato mió fratello Antonio,
che la dasse quantumque non apparisse, ne li se scriveresse, e alterasse il carattere; e
gli viglietti che ricevero da mió fratello gli strappano súbito, ne mi pare <Taver a dir altrq.
I.—An ratificet et confirmet dictam suam spontaneam compositionen facta die 21 pro-
ximi praeteriti Xbris.
R.—lo lo ratifico, c confermo con queste cccezioni e correzioni e chiarificazioni fatte
nel pres. cost.
Ad majorem claritatem dictae suac spontaneae compositionts fuit ipsi const. praesenti
ac intclligibili dicta spontanea compositio lecta a principio usque ad finem qutbus auditis
et bene intellectis.
R.—Dcvo soggiungere, clie nel mió vigletto del sabato, nel quale mi mandó la fuñe,
che io non sapeva se me l'averebbe mandata o ció scrissi ancora oltre a quelle espresse
nella mia spontanea, che io non voleva uscire, e che pero non mi mandasse cosa nessuna;
e detto vigletto non posse leggcrlo se non tomato a casa, e se non avessi auto paura di

295
far maggior rumore... in una sera la detta fuñe riceuta avendo fatto grande rumore nei
tirarla su, Paverei ributtata giá. , L
Dktum scripsi, quod supradicta spontanea composmone deponuit et confcssus est...
manicum coltelli alia Genovesa in loco... modo íllum descnbat.
R — II detto manico, che io buttai nei luogo commune era di color blanco, o dosso,
o d'avorio molto ’avorato non se poi cosí si fusse espreso avendolo tenuto poco tempo
Pamossi in un cencío, e lo buttai gíü.
Dictum esse ipsi an si videre manicum funem, coltellum, bursam, atramentum, gomi-
tulum settae, ...prout expressis in d* sua spontanea comparitione illa recognoscavit omnia.
R _ I o credevo di poter le conoscere se le vedesse.
Tune demandato etc. fuerunt posita super tabulam amplam et latam funem, culteJlum,
bursa, atramentum, gomitulum... et manicum coltelli cum ómnibus aliis, ejusdem qualitatis
quantum fieri possunt inter se similia tam respectu funis, coltelli, manici, bursae, atrament.
et somituli, setae bene dispositis dicende fini de se ipsi const. facultas illa recognoscendi
et videndi et postquam se satisfecit, dicat et manu tangat cordum, gomitulum, cultellum,
manicum, atrament et bursa et ab aliis... Quib. moverisse de moto ad locum ubi erant
omnia, et cum bene omnia... tetigisse et vidisse manu tetigit cordam signata ad unciis de
ferro copertum... et dixit questa e quella che mi fu portata ed io trovai su della finestra
dei carcere. .
Deinde tetigit gomitulum, sign. sigillo cerae lacchae rubn colorís coll expressione di
S. Fran° et una croce et dixit questo e quello che io presentai nella mia spontanea a V.P.
Rma.
Deinde tetigit cultellum sign. ...F spuntato senza manico esistente dentro una guaina
di color ñero, a modo di sagri spuntata nei fine, et dixit questo a quella, che avero nella
carcere, fra la finestra e il tamburo nascoso fra certi cenci.
Deinde tetigit manicum cultelli signatum cum... rubri colorís con tre stelle rappresen-
tans sigillum tre stelle... e tre monti elaboratum con quatro figure di color bianco d’osso,
o sia avorio; dixit q. quanti é quelle che io buttai nei luogo comune involto in un cincio.
Deinde tetigit atram. signatum G rappressi come afirma di ciccolata, et dixit questo
é quello che ritenevo nei mió carcere.
Deinde tetigit bursam signatam J e dentro la d' borsa ci era una carta con un
poco di polvere da schippio; et dixit questa é quella que io avevo nella carcere; e tutte
le sud e ose le ríconosco benissimo per esser stato da me ritenute ad sud.e carcere.
Quibus habitis. lectum totum suum depositum, affirmavit pro nunc dimisis examen...
ei se subscripsit.
Tac, Sac. D. Evang.
Io Tommaso Crudeli affermo quanto sopra.
Acta sunt per me F. Ant. M. Montefiori. S. Off. Cancellar.

Eadem Die in sera


Ed. de carcer. et personal, costit. fuit coram quo et ubi supra...
Dre Thoma Crudeli cui iterum dato iurament. de veritate dicenda, quod suscepit
tac, sac. D. Evang...
1—An sibi occurrat aliquum dicendum in propia sua causa et quat.
R —Devo di piü aggiungere come della d* finestra in una dei passate notte di sabati
sud. im mandó due tocca lapis, che poi buttoi nei luogo commune perche non facevano
bene. Ln altro sabbato tirai su uno scatolino di latta con bambagia e inchiostro che poi
si secco e lo buttai nei luogo comune. L’ultima notte de sabatto che tirai su la fuñe, tirai
su due viglietti, uno sudici. Paltro pulito; in quello pulito si diceva quello della carta
sudetta.
A diverse concrete interrogaz.
Risp.
Lna sera gli pare ci fussero due persona, ma non sa chi fusse Paltro col suo fratello.
Avere scritto ch'era ben tratatto, e che sospendessero il loro giudizio fino alia...
Avere scritto che Fra. Gio. non portava le risposte de’viglietti.
/\vere scritto da dieci viglietti et altrcttanti ricevuti. Quelli scritti avanti Pesame con-
tenevano che procurassero farlo rsaminare e dopo esamninato di far tornare il suo esame
Per ^sscte ammesJ alie difese. II fratello scriveva che non desiderava delle diligenze, e
quando mando la corda diceva che he non lasciavano aperto, non tentasse la fuga, e se
y ^ V(l;afrae r^a'esi aj V?to,» ^ nOT} volevo desi d¡ piechi ai tamburo, come feci e quando
? corda mandai gia un viglietto in cui dicevo non volere uscire se non per senza;
quando stoccai \] cultello ne feci tre r>e/7 Í
Die 4 Februari 1740
Ulterius dictum ut ipsi, quod ex suprad. omnib. praesumit fiacua S, OH. omitía ea a
se negata in praeteritis constit. esse vera et subsistere firmiter omnia deducta ac jurata res­
pective contra ipsum constit. propterea se resolvat fateri veritatem.
R-—Quello che io ho negato negli altri const. e partícolarmente in torno la frequenza
dello Stosche, e in quella assamblea, i una vera calumnia; credo e tengo che non vi sia
stata tale assamblea.
Monit. ad veritatem dicendam, nam ex actis et respective ex confessione ipsius Constit.
maximus cum fundamento fiscu¿ S. Offic. praesumit dixisse et fecisse super quib. fuit
in suis consti, interrogatis in praeteritis Const. de mense Tbris seu alio veriori tempore,
ideo a Dei gloriam se resolvat pollicitam veritatem fateri.
R.—lo ho detto sempre la veritá, e se vofessi confessare d’esser intervemxto ali'asaara-
blea del Barón Stoche sarebbe in disonore Iddio far triunfare la calumnia sopra la veritá.
Iterum benigne Monit. ad exonerandam propriam consdentiam super respective negario
et sciat, quod ex negatione deffertur, et... ezpeditio sua causa, a qua procurit non paucum
incomodum spiritualem sui ipsius et suae sanitatis propterea dicat veritatem.
R.—lo soffriro piutosto la morte, che aver a confessare una cosa cosí falsa, che io
sia intervenuto alTadunanza di Barón Stosche. mi diano la difesa e oonoscevano se io
dica la veritá, e se llio detta per lo passato.
Et cum nihil aliud haberi posuis^et pro hunc dimisit examen habit. et accept. et depo-
situm affirmavit propria manu
lo Tomaso Crudeli affermo quanto...
Acta sunt haec per me F. Ant. Montefiori S. Offi. Florent. Ome.
Const. il carcerato sopra le cose nuovamente nella repetiztooe deTerára. fu
del tutto negativo...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 540, Letra Y, fols.
2 1 1 -220 ).

APENDICE N* 21

Interrogatorio a que fue sometido el Dr. Crudeli el día 28 de mano de 1740 en el Tri­
bunal de la Inquisición de Florencia.
Die 28 Martii 1740
Eductus de suo carcere, et personalit. costit. ut supra... raram. tac. D. Evang. ferit.
An sibi occurrat aliquid dicendum in hac sua causa.
Non m’occorre diré nulla.
Monit. ad dicendam veritatem supra negatts in praeterib. in hac tota sua causa, et
sciat in S. Offic. haberi, et respective constare ipsum constit. dixisse, et fecisse omnia de
quibus fuit requisitus et respective negavit, unde recedat a mendariis. et exmerat propriam
conscientiam ostendat se esse verum cattolicum et amare salutem animae.
Facendo un epilogo di tutto quello, che io sono stato interroga!, replico che quello
fue detto contro di me nelTS. Offic. concemente il tempo deO'Impruneta deposto dal Píete,
che io dicesse che la Teología era falsa, e chimerica, io replico non aver detto tal ¿proposito,
ed quando abbia detto avere detto tal della sua testa, che era chimenea. Negó poi d’aver
detto che mi volevo confessare ed dire Asino al confessore. Quello die concerne i libri
giá mi sono spiegato. In ordine poi a quanto to possa aver detto ndla Bottega de Pannone
non mi ricordo d’averlo detto, e quanto Tabbia detto sará stato a motivo ddla poca divo-
zione, o per qualche altra cagione. ^ f
Circa a quanto fui interrogato intomo al Cuor di Gesü non mi ricordo aver detto po­
teva circare il calcagno. In ordine poi alia pretensa mia conversazione di cui sono supposto
esser intervenuto in casa del Barón Stoche dico essere una mera calumnia, e mi mara-
viglio che a quest’ora il S. Offiz. non abia conosciuto la mia innocenxa,
Iterum denique monit. ut velit recedere a pertinancia negandi tam m praetenti quam
in praesenti const. nam omnia sup. quib, fuit interrog. apparet ex attis, ob dicta plurium
testium iurament. vellata non fuisse talia deposita in o. Off. a testis pro exonerad suanun
conscientiarum, tam inde esse verisimile depositiones testium fiscaüum non habere su-
sistentiam veritatis, ideo potius credet ipsum const, non dícere nec dixisse veritatem, quare
tándem illam fateri se resolvat.
R.—Puo restar V. Pta. Rvma, molto ben persuasa. che doppo tanto temfx> di prigionia
c d’incomodi del asma, se io avesse detto te cose delle quale sono stato mtetrogato, le

297
avtei confessato, sapendo benissime che ¡n questo S. Offiz. chi confessa la veriti riceve
vantaggio per l’anima e per il corpo. . . n ____ . ,
Et ci dicto quod i ai n praesent. const. fuerunt lectae ipsi Const. omnes ac sinpula
depositiones Test! Fisc. clara et intelligibile voce... sponte in suo carcere recepisse fuisset
seu scalatn cattellam, borse... atramentum, pennas, cartae, ...gumitulum... fino et occasione
fugiendi e carcerib. unde a dictis lectis deposiombus « ex sua respccüva confessione de...
recognitione potest remanere persuasus. quod Phiscus S. Offi. habet daras et evidentes
ratiwiis veritans contra ipsum constit. propterea ad Dei glonam se resolvat dicere venta-
tem et recedere a mendaciis.
R —Per verissime che io ho ricevuto la corda, coltello e tutte le altre cose di me,
-pontaneamente confessate e giudizialmente riconosciuto e nulla maniera, che ho detto nella
mia carcerazione sucessivamente fatta. essendomi protestato che non voleva ricevere la
fuñe, avendo scritto Pistessa sera, che la tirai su senza sapere cosa fusse, che io non
volevo uscire se non per Tintenza col rimanente, che io dissi nelle mié dette deposizioni
nel rimantate le altre cose interrogatemi io non le ho detto.
Videns P. S. Rvma. quod nihil aliud poterisset deduci et haberi ab ipso Constit. pro
nunc scire prejudicio ulterioris Processus, si et quat., etc. salvis tamen et... super quibus
eunque Iurib. seu remediis quomodolibet Phisco S. Offiz. competenti et competituris in
praesenti causa contra ipsum const. non alib. nec alio modo fuit a P. S. Rma.
Dictum ipsi Const. quod non obstant. negationib. respectivis ipsius Const. et actum
reductic^e habet et respective constat per depositiones plurium test, fiscalium dixisse et
fecisse respective locis. temporib. et occasionib. prout in actis sequentia.
Che la Teologia scolastica era inutile, superflua, chimerica e che conteneva cose false.
Che gli Angelí Custodi stanno al Finestrino per vedere i moti del Cuore in occasione
di discorrere della Teologia Scolastica.
Che voleva andaré a confesarsi e dire al Confessore, voi sete un Asino.
Che il S. Ufíizio era ingiusto, prendendo le accuse e non daba difesa agli Accusati,
lodando la Francia, ove non era il S. Uffizio.
Che abbia ritenuta o letta la vita di Fra Paolo Servita, Lucrezio tradotto dal Marchetti,
c la Vira di Sixto V.
Che di>correndo sicche una persona voleva andaré a visitare la Madonna delTImpru-
neta dixisse: sia buggiata la Madonna.
Che ricercando ana Persona in una Publica Librería il libro intitolato il cuor di Gesu
partí ta la detta persona dicesse: poteva puré dimandare un calcagno, o altra parte di Cor­
po: e corretto con queste, o simile parole: II cuore é una parte del Corpo come le altre,
ma il significato vuol diré Taffetto, la volontá, la anima, ne si dice vi sono servitore di
buon calcagno, ma di buon cuore, le rispondesse quest’anima non s’intende parole simile,
Che saonando il signo delTave Maria alie ore 24 dicesse ostensio.
Che sia stato d una Conversazione o adunanza di notte in una casa di Firenze. In cui
accettata una persona al primo ingresso uno dice ben venuto amico per grazia d’Iddio e
delle buone persone con somiiio applauso di tutti lei ha abbracciato questo rito.
Che all'accettato si ordina stendersi in térra, ed in tal atto da altra persona degli aggre-
gati maneggiando a detto il membro virile usque ad seminis effusionem col detto seme gli
s ingiunge scriver cosí: lo NN. giuro alia presenza di tutti gli associati, che saró fedele in
eseguire quei tanto che gli alteri fanno; e non eseguendolo prometto di sottopormi ad ogni
makrattamento di me persona. Che di poi il nuovo associato si pone a sedere in una sedia
3 ?*** alzando una gamba in aria, e conferma il detto giuramento.
, ^e in detta adunanza si dice, che Tanima ragionevole sia mortale, che non vi sia Dio,
ene la Religione Cristiana sia un’invenzione dei Pretri e dei Fratri; che il mondo sia fatto
a caso; che rnun atto camale sia peccato a riserva della sodomia, e se discorre di qualum­
que materia disonesta.
Che non ví sia Purgatorio, ne Indulgenza, invalide le orazioni, e il culto de* santi,
e che il Papa non sia alcuna potesta avendola data Gesu Cristo solamente a S. Pietro, e
non a successori; che essendo tre Persone Divine, queste sono tre Dii.
u e nel sagramento dell’Eucaristia non vi sia la Real presenza di Gesu Cristo, ne si
amette verun altro Sagramento.
SÍa ?utore de che Dio sia mendace; che la regola di credere sia
2 r^ ° ° e ner vero, e quello ^ecito, che conviene all'uomo, simile
quello íllecito, che non li conviene.
ú rfu f ^ Ec T f Hsta SjaLUn ¥ino; chc sU consuetudini degli associati di non sen-
S a L ^ n to f ^ fl« n « J UaIche VO,taper ?PPare™ di non fare alcune riverenra al SS.
Sagramento e per apparenza presentara qualche volte a’ piedi dei Confessore.
he Ma jccito sollevarsi contro il Principe, quando imponi cose gravi.

298
Che per la costituzione di Gemente XII colla quale condanna la sodetá deí Liberi Mu­
ratori fusse stato condamnato il Papa in detta adunanza per avere ptoíbita una cota di
cuí non aveva ne la cognizione per essere proibita una cosa di cui non aveva ne fondamen-
to, e che i compositori di essa erano insensati, stoiidi, temerari e B„. F...
Et ex confessione ipsius Constit. et rispettiva judicial* cognitione constat meditasse
fugam carcerib. huius S. Offic, et ibid.
D’aver riceuto clandestinamente un gomitolo di seta, una fuñe fatta a modo di scala
col suo... di ferro, un coltello alia genovesa, una borsa con dentro polvere da schioppo,
carta, penne, inchiostro, viglietti riceutti et prodito fusse del carcere, e di aver dato del
denaro al custode.
Sciat propterea ob supradicte resultare in processu dixisse et fecisse ex omnia et ibid,
esse incursum in suspicionem haeresis, et in omnis paenas inflictas contra símiles delin-
quentes a sacris canonib., conciliis, Bullís, Constitutionibus Apostolids. et a jure.
R.—Sarebbero vere tutte le ragioni del fisco contro di me quando spedalmente non
fosse una mera calumnia Pessere io invenuto all’adunanza dove *si fanno tali cose, e resto
maravigliato che il S. Offiz. non abbia provato e rinvenuta la veritá, come lo speravo
e desideravo.
Tune fuit ipsi dictum a P. S. Rvma. ut se declaret an vdit repetttione, TT fiscal rom
adversus ipsum Constit. in praesenti causa examinatorum drea res ad egli negatos nam
respecta confessatorum non datum repetitio iuxta... S, Offi. et prout de giure, quia da-
hunt sibi articuli pro formandi Interrogatorio, pro repetizione TT. et etiam facultas aílo-
quendí Dnum. Advocatum rei huius S. Ofii. an vero velit illos haber? provite recte exa-
minatis ac repetitis et fuit assignatus termínus... ad colloquendum cum dicto advócate
reum.
R.—lo ricevo ben volontieri questo tempo di poter pensare, e parlare coi Sig. Awocato
de’Rei dei S. Offi. e consultare col med.°, siccome sia piü vantaggio&a la repetiziope dei
Testim. fiscali, oppure di averli per ben requisiti ct esaminatí.
Quibus habitis, etc. dimisfcus fuit et sic subscripsit... actum per me F. Ant. M. Monte-
fiori canc. S. 0£fi„ Flor.
Interr an fuerit informatus suo Exc. Dno. Advocato Reum.
R.—Mi sono informato col Sig. awocato, ed ho risoluto di voler la repetizione dei
TT. fiscalis in parte, cioe quello che anno deposto contro di me sopra il suposto fatto
delPImpruneta, contra la Madonna, e i due che anno deposti sopra la preteza mia conver­
sazione in casa del Barón Stoche; drea gli altri gli dichiaro per ben repetid et esam.
Quibus habitis...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza. 340, Letra Y, fols.
202-206; Filza, 339, Inserto 2, foJs. 7 y ss.).

APENDICE N • 22 A

Interrogatorio entregado al abogado defensor del Dr. Cruddi para su utilización con los
testigos que habían depuesto en contra de su defendido.
[Nota marginal: Nota degli Interrogatori da darsi dalPawocato Archi
ai testimoni che hanno deposto contro il Dr. Cruddi].
Inter rogatoria infracta dat, facit et exhibet S. Inquisitkmis Barthotomeus Archi Carcera-
torum Advocati. et eo nomine D.T.C. carcerati super quib. et eorum singulis pretensos
testes in primis et ante omnia ídem antequam super articulis pro parte... Procuratoris Fis­
calis S. Offic. examinenti seu repetendi diligenter interrogan et examinari petit alias pro-
testati expresse de nuUitate responsioni eorum omni meliori modo.
I o Moneat quilibet in primis de veritate fidditer dicenda nihik) addito vd drfftinuto
ct nihil asserto pro certo, quod pene se sit dubitati. vd e contra cum máxime agat de sa-
Inte anime et prejudicio testis, ultra penas falsariis et períuris impositas.
2* Interrogati de eius nomine, cognomine, patre. patria, etate et exerckio et quando
ultima vice confessus fuit sacramentaliter et sanctissimum Eucaristiae Sacramentum sumjv
sit, ubi et a quo fceu quibus et... presentibus.
3.° Int. an unquam fuit carcerato, inquisitus vd processatus de alíquo ddito et an
condamnatione, vel absolutionem reparaverit. ___ %
4.° Int. a quanto tempore circa, ubi, ex qua occasione cognoscat vel eognovent D.T.C.
et an lui cum ipso familiariter tractaverit.
5.° Int. an ab ipse D.T.C. vel ciascima et occasione habuent, aliquod causam... vd
malevolcnti in illud vd imice contention. seu verba iniuriosa vd derisoria seu alia simiKa.

299
6 * Int. vulgari sermone loquendo in che concetto abbia tenuto detto D .T.C . e che
cagione abbia di crederlo tale. . ,. . ...
7 .• Quali notizie precise abbia deüa sua persona e da chi le «bbia
8* Se il Testim. abbia mai sentito parlare del med.°, quando, in che proposito, con chi

C 'V v S e maTsíasi restati in alcun luogo con esso a parlare, o trattare in alcuna forma
et quat. .. . ...
10* Dicat in che luogo. in che tempo, con quali persone, e di che cosa abbia seco
parlato e trattato fino a che dica non aver parlato e trattato d’altro.
11 • Se il testimon. abbia mai sentito il D.T.C. parlare e discorrere di cose contro
o repugnanti in qualunque modo alia S. Fede Cattolica e Dogma di S.M. Chiesa Cattolica
et quat. negative respondeat ulterius non interrog. super hoc, tantum si vero affirmative.
12." Dicat in che luogo precisamente, in che tempo, cioé giorno, mese ed anno, se
di mattina, o doppo desinare. o di notte, e con che occassione.
13® Se vi fusse presente alcuno e quat. Chi, e nomini i presenti.
14 “ Se ta!i discorsi 1’abbia sentito una o piú volte, ed esprima le parole precise, e con
quaroccasione.
15 ° Se il Testim. sappia che detto sig D.T.C. abbia parlato di Teologia particolar-
mente con essi testimonia e discorso de quella e qual, 6e in bene o in male, et prima le
precise parole che suporra aver sentito.
16 ° Dica di che sorte di Teologia abbia parlato.
17 ° Dica il giorno, mese ed anno, e cosi il tempo e il luogo preciso e se v’era pre­
sente alcuno, ed quat* esprima i presenti.
18 ° Si el sig D.T.C. abbia mai parlato o detto cosa alcuna al Testim. delTAngelo Cus-
tode, e di confefrarsi e di quello fusse per diré al Confessore, et quat. respondeat nega­
tive ulterius non interroget supra hoc, tantum si seco affirmative.
1.9° Dicat se abbia parlato in bene o in male, se in lode, o in biasimo, et esprima le
parole precise di ciascheduno di detti due capi, e s’interroghi fino a che dica non aver
detto altro,
20 ° Dica con che occassione, in che luogo preciso, in che tempo preciso.
21y Se i! sig D.T.C. abbia mai parlato al testim. del S. Ofizio e della Francia dicen-
do di si.
22* Dica se in bene o in male, che discorsi abbya fatto, esprima le precise parole
e s’interroghi il Testim. fino a che dica non aver fatto altri discorsi.
23 " Esprima il Testim. con che occasione, luogo, e tempo preciso e causa di suo
sapere; se una o piú volte, e quante, e se vi fusse presente alcuno e quat. dica chi e li
nomini precisam.
24 ° Se il tesrim. sappia che il sig. D.T.C. abbia mai parlato seco o detto cos’alcuna
della Madonna Santiss. et quat. negative respondeat non interroget super hoc tantum, si
vero affirmative.
25° Dicat se in bene o in male; con che occassione, in che luogo o tempo preciso
e i emprima, se a mente quyeta, o in bollor di colera, ed il Testim. esprima le precise
parole, che supporra essere state dette, e *si seguiti ad interrogare fino a che dica non
aver detto altro, se vi fusse presente alcuno e quat. nomini i presenti per se gli faccia
esprimere la causa di suo sapere, di tutto quello deporra, dica il Testim. allora che abito
avese. come fusse vestito e di che colore.
26 ° Se il Testim. sappia che detto *sig. D.T.C. sia mai intervenuto o andato in Casa
di Firenze nelle quali fussero libri rari e molti quat. negative respondeat ulterius non
interroget, supra hoc tantum, si vero affirmative.
27.J Dicat con che occassione, quante volte ed in che tempo, cioé in che giorni, messi
ed anni ed in che ore e come ció sappi ed il Testim. esprima la causa precisa di suo
sapere, se solo o accompagnato e quat. ar>sociati dica con chi e s’interroghi fino a che dica
non esser stato con altri.
28.° Dica in che luogo preciso sia posta d.* casa, cioé in che Via e Parocchya, et es-
P-naJacausa di suo sapere, e descriva distintam. la situazione di essa e le stanze.
v -appia chi sia il Conditore, Pigyionale ed Abitante di d.* casa e
quat. 1esprima e lo nomini precisam.
30° Díca se in d.* casa siano stan/e al uso di Librería, dícendo di si, dica chc libri
vi sieno, di che trattino. come sieno intitolatifi chc mobili ed adobbi, e masserye vi sia,
^ € cojnc fatti e di che colore, et esprima la causa di suo sapere.
31 il Testim. sappia che d.° sig. D.T.C. sia mai stato in d.* casa, et in quella
c*uat* ncKat,vc respondeat ulterius non ¡nterrog. supra hoc tantum si vero
32.” Dicat se una o piú volte e quat. quante, in chc giorni, messi et anni et a che
ore, con che occasione, et esprima il Testim, la causa di suo sapere»
33.° Se anco esso Testim. sia stato in d / casa e diccndo d'es&ervi stato dica se una o
piü volte e quante, con che occassione, se solo, o accompagnato, e quat. con chi.
34.° Se in alcune stanze di d.* casa sianvi cammini, statue, medaglie e quelle representino,
e come sia ammobiliata et espríma precisamente il tutto.
35/' Se il Testim. sappia, *€ in d.* casa siano stati fatti discorsi d alcuna sorte ct quat.
negative respondeat ulterius non interroget, super hoc tantum si vero affirmative.
36.° Dicat che discorsi siano stati fatti e precísam. gli espríma e s’interroghi fino a
che dica non esser stati fatti altri discorsi, et esprima i giomi e mesi et gnní di dis-
corsi e cosí il tempo preciso da chi fussero fatti nominando le persone precise, che fccero
tali discorsi, e se seguisero in presenza d’akruno o no e quat. nomini chi fusse presente e
sempre esprima la causa del suo sapere.
37.° Se detti discorsi risguardassero Filosofía e Religione, quat. negative respondeat ul­
terius super hoc tantum non interroget, si vero affirmative.
38.ü Dicat quelli punti e articoli materie precisam. di Filosofía o Rdigkme fussero
e gli esprima individualmente, e s’interroghi ii Testim. fino a che dica non aguardar altro.
39.° Dicat fra quelli persone precisam. seguisero e le nomini tutte, e se vi fusse pre­
sente alcuno, e quat. li nomini et esprima la causa di suo sapere.
40.° Dicat se tali discorsi fussero fatti seriamente, o con altri modi, e gli espríma, e
dica le parole precise et esprima la causa del suo sapere, et in quale stanza e piano di
d.ft casa.
41.° Dicat il Testim. se sappia in che cosa consista il discorso di Filosofía, e di Kc-
ligione con modo disprezzante e indicante di non credere et quat, negative respondeat
ulterius non interrog., si vero affirmative.
42.° Dicat in che modo ció e l’espríma puntualmente e precisamente e s mtenoghi
fino a che dica non consistere in altro.
43.° Se il Testim. sappia quanti pyani faceya la sud/ casa, che da lui sari stata di copra
nominata, dicendo saperlo 1’esprima precisamente, siccome dica se la porta ddla medessima
sia tonda o quadra, quante finestre faccya, se siano rotonde, o quadre, se abbino inveníate
o impannate di fogli.
44.° Se il Testim. sappi che d.° sig. D.T.C. sia sud assejato a verana conversazione
et adunanza in case di Firenze et quat. negative respondeat ulterius non interrog., si vero
affirmative.
45.° Dicat che conversazione o adunanza sia questa di che persone precisamente sia
composta cioe di che rango e qualita, sato, condizione e le nomini precisamente tutte ad
una ad una, senza tralasciarae alcuna e per ció s’interroghi il Testim. fino a che dica non
esser composta d’altre persone ne esservene altre, et espríma di tutto quefio deporrá k
causa del suo sapere.
46.° Se il Testim. sappi in che luogo preciso della Citti di Firenze si congreghi, ct
aduni d.B conversazyone et adunanza et in eonseguenza Parocchya e strada ove sia posta
la casa, ove d.a asserta Conversazione si suppone che s’aduni e congreghi ed in che modo
il testim. sappia quello dirá e deporri.
47.° Se il Testim. sia uno di d.* istessa Conversazione, et adunanza e cosí socio della
med.a.
48.° Se il Testim. sia mai stato in d.* cosa in tempo di d.* adunaza. di d.* Conversa*
zione, e sia intervenuto alia med.* e quat., se una o piú volte e quante, e da chi sia stato
introdotto e con qual occasione.
49.° Se sappi il Testim. chi sia il Conduttore Pigyonale e Abitanti di d,* casa di <¡t*
ass. conversazione et quat. li nomini precisam. et in die modo sappya qudlo dica. f
50.° Se il Testim. sappia in quale stanza, e Pyano di d* Casa si coogr^ghi e si aduni
d* conversazione et quat, dicendo di si Tesprima, siccome esprima di tutto qudlo deporra
la causa di sue sapere.
51.° Se sappia come sia fatta la d* Casa dicendo di si la descriva ct espriina la precisa
situazyone della med* in che luego preciso sia posta.
52.° Se d° Testim. sappia che ordine si tenga per esser assoejato in d* convcrsatjone
ed adunanza dicendo saperle esprima predsomente e la causa di suo sapere de quello
deporrá.
53.* Se d° Testim, sappia se nell’accettare, o assocyare alcuna persona ndl’ass. conversa
zione all'assocjato si dica o gli sia detto cosa veruna, quat. negative ref. ulterius super hoc
non interrog. si vero affirmative.

301
54.° Dica che cosa sia detto all’Assoejato, esprima le prime parole, e s’interroghi il
testim. fine a che dica non v’esser altro ed esprtma di tutto quello deporrá la causa del

SU°5 5 V S e il Testim sappia che dalTessa adunanza e conversazione aü’Associato nuovo


nella mcd* e neU'atto dell’accettazione gli faccino fare atti illeciti, impun e disonestx dakuna
sorte et quat. negative respondeat super hoc tantum ulterius non interroget si vero afñrma-

tU<56° Dicat il Testim che atti precisamente siano fatti fare al nuovo accettato gli esprima
tutti e s’inteiroühi il Testm. riño a che dica non íarsene fare altri e s’interroghi il Testim.
deila precisa causa del suo sapere di tutto quello deporrá e cosí come lo sappia e lo possa
d e p o r re .^ ^ uiterius se ¡n d' acceitazione o assocyazione si... o si diano alcuna sorte di
giuramento e si gli faccino... una serte di protesta quat. negative respod. ulterius super
hoc tantum non interrog. si vero affirmative. •r • *
58° Dica che sorte di giuramento e protesta si diano, e si raemo fare e precisamente
l'esprima cioe le parole precise e la formula e di tutto il testim. esprima la causa del suo
^pere di quello depone. .
59/ Dicat se neU ass. accetazjone et associazione in d* conversazjone assenta dal lestim.
si faccino fare o commettere al nuovo assoejato polluzjoni con eífussioni di sperma dal
membro virile, et quat. si negative respond. ulterius super hoc tantum non interrog. si
vero affirmative, .
60 ° Dica come sappia quello, che come sopra ha deposto espnma la causa precisa del
suo sapere.
61.° Dica il Testim. se sappia che cosa faceva le dJ ass. conversazione et adunanza del
pred sperma eftuso in du polluzjone quat. nescire dicat ulterius super hoc tantum non
interroget, si vero scire asserat.
62. ’ Dicat che cosa precisamente se ne faceja et esprima la causa del suo sapere.
63/ Se eolio sperma o seme effuso del membro virile si posse scrivere in carta bjanca,
quat. negative resp. ulterius super hoc tantum non interrog. si vero affirmative.
64/ Dicat in che modo possa ció sapere e se tale as... scritto si possa intendere o
leggere et esprima il Testim. di tutto quello deporrá la precisa causa di suo sapere, che
se il Testim. abbia mai scritto o ieito scritto stato fatto eolio sperma e quat. detto scritto,
se in foglio o libro, che cosa contenesi e che colore...
65/ Dicat se abbia mai visto scrivere con d° sperma quat. negative resp. ulterius
non interroget super hoc tantum si vero affirmative.
66. Dicat in che luogo. in che giorno, mese et anno, e con che occassione e che cosa
sia stata scritta.
67/ Se il nuovo assoejato a da ass. conversazjone doppo accetato sia... sedere dicendo
a sedere, dica sopra che mobile... e descriva la sedja, o sgabello dove si metta a sedere,
e se nel mecttisi a sedere faeja atto alcuno il Testim Tesprima e descriva, e dica la causa
del suo sapere quelli deponía.
68.° Se il Testim. sappja chc discorsi si faccimo e che proposizioni s’avanzino in da
ass. adunanza e conversazjone, e* quat, negative resp. super hoc tantum ulterius non interrog.
si vero affirmative.
69/ Dica che discorsi e proposizjoni si faccino, e si avanzino e gli esprima distintam.
ad uno ad uno cor esprimerli. e s’interroghi il Testim. fino a che dica non essersi fatti
ne .arsi altri discorsi ne proposizjoni, et esprima la causa della scienza di tutto quello
deposci.
70. Dicat se re discorsi sopradicti siano state dette o si dichino, si profesichino o
&avanzmo proposizioni, parole o sentim. contro la S. Fede, ereticali o contro del Principe
sovrano dicendo li si nomini gli dica et esprima ad uno ad uno et il Testim. s’interroghi
ino a che dica non esser stati detti, ne proferisca altri et esprima precisamente la causa
della scienza di quello deporrá.
71. Se il Testim. ssapi se in da adunanza sia stata biasimata la di Clemente X II in
affinMtive^ a uzlonc et ^uat- negative respond. ult. super hoc non interrog. si vero

^
iCatQSej Ínjod c Casa £ss a^unanza e conversazione circa qual risoluzione sia atata
S * i ^ P?«tefi e Clemente XII e di che precisamente in che tempo,
#. / “ 5"°’ ct w 080 P ^ 180 di d* casa, e se vi fusse presente alcuno
^ f.c e ^ tutt? espnma la causa di suo sapere.
„ \ Testim. sia mai stato nella casa dove si suppone congregarsi et adunarsi d*
si vero affirmativr>nVm*Z,0ne ” quat' negat‘vc re#P- u' 1- «uper hoc tantum non interr.

302
74.° Dicat se una o piú volte, e quante in che giorni, mesi cd anni c chc cosa abbia
fatto ct operati in essa c con chc occasione.
75.° Se il Testim. sia mai intervenuto nella d* ass. adunanza c conversazjone. ct quat.
negat. resp. super hoc tantum ult. non inter. si vero affirmative.
76.° Se una o piú volte c quante in chc tempi precisi, cioe giorni, mesi ed anni e
che cosa in esse faccsse e dicesse, e in che modo fusse introdotto.
77.° Se il Testim. sia veram. informato deircsistenza dcUa d* suposta conversazione ct
adunanza dicendo di si dica in che modo ne sia informato, e che notizia nc atti, c in chc
modo ne abbja scjenza et informazjone.
78.° Se il Testim. sappi che il d* sig. D.T.C. sia di d“ ass. adunanza dicendo di
si, dica in che modo ció sappi, e come nc possa deporre e per qual fine cosi dica.
79.° Se il Testim. sappi se la Porta della Casa ove egli averá detto c supposto adunarsi
l’ass. conversazione et adunanza, sia quadra o tonda, siccome siano fatte le finestre della
med* se quadre o tonde, se colTinvetjate o puré ooll impannate, se atti un sol piano, c
piü d’uno e quanti et esprima il tutto, siccome la causa dd suo sapere di tutto quello
deporrá.
In reliquis suppleat Dnus. tan addendo quam minuendo prout difcrctis et prudentía
magis suadebit.
Testes repetant seu examinent secundus methodus, seu scalam infrascriptam.
Super primo usq. ad decimum inclusive examinent omnes quatuor testes.
Super undécimo usque ad vigesimum tertium indusive examinet testis A, hoc est
respectu primi Articuli.
Super 24 et 25 inclusive examinet Testis K nempe quoad secundum artkulum.
Super 26 usque ad 43 indusive examinet Testis I videlket respectu testss articuli.
Super 44 usque ad finem examinet Testis G sciliciet quoad quartum Artkulum.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza detla Toscana, Filza 340, Letra H, fols. 41-
49; Filza 340, Letra Y, fols. 220-227).

APENDICE N.° 22 B

Interrogatorios hechos, por d abogado defensor a algunos testigos, según d cuestionario


anterior.
Die 14 Aprilis 1740
Examinatus fuit testis A anni 40 Ecdesiasticum.
Ad 1 , R. recte.
Ad 2 , R. dixit nomen, cognomen, patriam, nec non exerdtium.
Ad 3, R. recte.
Ad 4, R. saranno circa undici in dodid anni, che io conosco ü Dre. Tommaso Cruddi,
e Tho conosciuto tanto in Firenze che allTmpruneta, ma io non d ho auto mai famílíantá.
Ad 5 , R. Io lo tenero in concetto d'Eretico per li spropositi che dkeva.
Ad 8 , R. Per averio sentito dire che gli Angdi Custodi stanno al finestrino quando
uno si battezza diceva che si lavava il capo perche non dassero fastidio i ptoochi; metteva
in derisione Folio santo, e gli Tho sentito dire tanto in Firenze die allTmpruneta, c andava
seco R.
Ad 9, R. Gia Tho detto di sopra.
Ad 10 , R. Ci trattano ne di luoghi, come ho detto di sopra alia presenza d’altri.
Ad 11 , R. Io precisamente adesso non scio nc ricordo ma non d credeva niente fra
le altre allTmpruneta poneva in derisione alia Messa ne giorni di festa. egli andava a
spasso, e alia messa non l’andava.
Ad 12 , R. Se si porgeva Toccasione di buen ora le diceva di buen ora, c 1c ^keva
di tutti i tempi de giorni, e ore predse non mi ricordo perche e tanto tempo.
Ad 13, R. V ’erano presentí molte volte, ma non sempre RRR sunt tres testes.
Ad 14, R. Moltissime volte, delle occassione predse nondimeno ricordo, nondimeno
delle parole precise.
Ad 15, R. L*ho inteso discorrere della Teología o applaudiva la filosofa c che la teo-
logia era una buratinata.
Ad 16, R. 11 d° discorso é accaduto molte volte, dd tempo preciso non mí ricordo,
molte volte c’erano presentí i sopra sic nominati, e alie volte a solo.
Ad 17, R. Parlava della Teología Scolastica. .
Ad 18, R. Dell’Angelo Custode giá ho detto, e che la confessiooe era la camefictna
delle conscienze.

303
Ad 19, R. Gia ho detto che la confessione la chiamava la carnificina delle coscienze,
e gl’i ho sentito dire tanto all’lmpruneta che qui in Firenze.
Ad 20, R. Supplctum in 19. .
Ad 21 R Precisamente ora non scio ne ricordo mi pare ora non mi souviene.
í j 22 R Delle oarole precise non me ne ricordo posse bene assicurare, che se ne
vedeva. quando gli diceno che l’averei meso al S. Offiz.
Ad 23 R. lo adesso non me ne ricordo, se tosse qui in cmá o all Impruneta ad articu-
lum Fisci respondit articulum verum quoad totum et singulas ejus partes.
Perlecta ipsi testi Ex. ejus depa>itis a principio usque ad finera etc.
R. La deposizione che fü fatta da me et ora lettam e la medessima che io feci ne ho
rasa alcuna da aggiungere. Tolto che ho detto in questo mió Exam. ne rinuovere cosa
alcuna, ma lo ratifico e confermo in tutta et in ciascheduna parte.
Die 15 Aprilis 1740.
Exam. fuit Testis F ancora 28.
Iuxta primum non R. esse plene informatum.
Iuxta 2 R. nomen, cognomen, patria et exercitium.
Iuxta 3 R. Io sono stato mi confessai e comunicai il Giovedi alia mia Parocchia, ove
eravi molta gente. . f J
Ad 3, R sono stato una sola volta Inquisito, e aggiustai la causa col pagare u danaro.
Ad 4 , R. Saranno otto in nove anni, che io conosco il Dotto. Tommaso Crudeli in
occasione da ver lo veduti qui in Firenze in molte, e diverse oceasioni, non ci auto gran
familiaritá.
Ad 5. R. Non ho auto mai che diré, ne spartire con lui.
Ad 6 , R lo Tho auti in concetto di poco buon cattolico, ed in ció intendo di dire
solamente il mió concetto, e potrei ingannanni ed il mió concetto e privati nelTaverio
sentito a dire da altri e perche Tho sentito di propio orecchio parlare dalcune proposizioni,
le quali puo essere, che lui non le abbia credute.
Interr. ex ofic. ut referat personas a quibus audire dictum Dottorem Thomas non esse
bonum cattolicum, nec non dicat propositiones quas ipsi audivit assertas, probatas ab ipso
D. Thomas Crudeli, tempus, locum, occasionem et testes informatos.
R. Le ho intesso a diré dal D. N. da N. parimen. Dottore che ora e fuori di Firenze
le proposizioni che gli ho inteso diré, sono che noi fussimi fatti come le Bestie, che
1 anima ragionevole non sia inmortale, quale Tho intero dire in porta Rossa e in casa
del Dottore N., che mi ricordo v’eran presenti gli Dottori NN ma io non posso diré,
che l’ultimo N. ci fusse presente alie volte, v’era presente TEcclesiastico N. et altri de
quali ora non mi ricordo.
Ad 7, 8 , 9. 10. Suppletum prout supra.
Ad 26, R. L?ho veduto piú volee in casa del Barón Stoche, ove sono dei libri rari
e ve ne molta quantitá.
Ad 27, R. L ho veduto molte volte in casa Stoche collTnglesi ed alie volte col dottore
N. e cío ¿ succedmo due, o tre anni sono, de mesi, e giorni io non me ne ricordo, C e
l*ho veduto alie volte di mattina, alie volte doppo desinare, ed alie volte la sera, so che
erano amici il Dottore Crudeli del Barón Stoche, ma poi si disgilstarono e non so il
motivo.
Ad 28, R. La casa del Barón Stoche, ove ho veduto il Dre, Tommaso Crudeli era
qui vicino a S. Croce di rimpeto al masso, credo sia la Parocchia di Simone. Fa precisa­
mente non so quante stanze e in detta casa v’é un piano terreno, ove ho veduto de
Cammei e ímpressioni in cera lacca, e di ¿opra due stanze piene de’libri di tutti i caratteri
e scienze.
Iuxta 29, R. I) Barón Stoche.
Ad 30, R. Comme ho detto di sopra c’ho veduto due stanze piene di libri sopra scaffali
vi sono due o tre tavolini e porta nei libri sopra i detti tavolini quelli che vogliono stu­
diare come siano intitolati i libri io non lo só, e lo so perche ci sono stato piü volte.
Ad 30 R. ad 32 3 33, R. Io vi sono stato molte e vi sono con N.
Ad 34, R. Nella seconda stanza v'c un camino da fare il fuocco e stava coperto con
una tela dipinta al Achínese, so che vi sono delle statue, ma queste stanno in un'altra
L r J n í í ? 1*!.0011 80110 ™ai intrato rnedaglie ne aveva, ne to che cosa rappesen-
•n questa sia una delle cagioni per cui il Dr. Crudeli andava coll Inglesi
in casa Mocn^.
* * 3’ ’ * *n d‘ ca,a « ^«vano de’dtscorsí di filosofía di Religión* e del Papa.
il rAn i m w ° ril che j íacevano 'm d‘ casa erano della mortalitá dell’anima, che
il Papa con i quattnni accordava come che i Pretri e i fratri non sapevano come vive»

\(\á
uovarono il Purgatorio, dc i giorni, c mesi prccisi c*o non mi ricordo, pare * me chc fosse
d’Estate duc anni sono incirca. Tali discorsi si íaccva l'Ecclcsiastíco NN ed k>.
Ad 37 R. Se erano di questo carattere riguardavano la religionc.
Ad 38 c 39. Supplctum prout supra.
Ad 40, R. I discorsi chc si facevano era ndla prima stanza ddla Libraría dd resá­
nente ut supra.
Ad 41, R. Si tenevano quelle opiniom ributtate Chicsa Cattdica c si parlaba
con disprezzo per quelle potevo io comprendere, o almeno scire dubitava.
Ad 42 Perche io era presente, come ho detto sopra.
Ad 43, R. La porta della casa dd Barón Stoche pare a roe sia quadra fa due píafii,
le finestre sono dc volvo c quadre.
Interr. Super tertio articulo Phisci, R. nescire; puo essere che sia successo, ma alia
mia presenza in casa Stoche, no llio sentito mai parlare di Rdigíone.
Fuerunt lectae depositiones ab ipso factae in S. Off*, a principio usque ad fincm.
R. Io ora meglio mi spregavo quando disi nella mia deposizione d’Aprile chc io fui
ammisi alio studio del Barón Stoche, e che alia presenza de’nominati si trattava di filoaofia
e di Religione, i quelli rei dimostravano cd discorso sprezzante di non credere, non mi
spiegai bene, mentre in detto luogo non ho sentito mai il Dre. Tommaso Cruddi parlare
contro la Religione Cattolica con modo sprezzante e dimostrante di non credere, poi che
in detto luogo no l’ho sentito mai parlare con disprezzo ddla religtooe Cattolica, oc altrí
a riserva de quelli nominati nd presente esame. Di piú devo spiegarmí che tutti qudli
che ho nominato nella mia deposizione d'aprile 1739 chc siano dd frimesson io non lo
so di certo, ma solamente congetturati da me al rimanente confermo tutte le cose che
mi sono state ora lette.

Die 16 Aprilis 1740


Exam. fuit testis K, d’anni 40 in circa.
Ad 1, R. recte.
Ad 2 , R, nornen, cognomen, patriam et aetatem, vivens ex propriis, due mesi sono fui
la mia confessione e communione sagramentale nd convento de PP. NN.
Ad 3 , R. Due volte sono stato carcerato e Inquisito, e ho sodisfatto al fisco.
Ad 4 , R. Sono molti anni, die io amosco il Dre. Tommaso Crudeii.
Ad 5 , R. Io non ho auto mai odio, ne malvotenza a d° Tommaso Cruddi.
Ad 6 , R. II concetto che ho auto de d° Dre. Tommaso i stato sempre di uomo liber­
tino, massime nei parlare, e spedalmente in cose di fede, e per tale lo credo se puré é
lecito argomentare d’all udito qudlo che uno... stesse.
Ad 7 , R. Ho molta pratica del d° Dre. Tommaso Cruddi, c ho sentito piu volte a
riprendire, e spedalmente una volta da N. che sentendole discorrere in un passo di S. Agos-
tino dicendo che S. Agostino poteva opera daré in minchiooeria.
Ad 8 , R. Lo sentito molte parlare poco bene dd Dre. Tommaso Cruddi perche a
praticarlo suppongo si facesse conoscere per molto mancante in materia de fede.
Ad 9 , R. Ho parlato e trattato piú volte col d° Dre. secondo le oocorenze.
Ad 10 , R. Quando ci siano trovato assieme si é discorso di diverse cose serondo i
bisogni e secondo le occasioni.
Ad 24, R. Si e mi ricordo molto bene, che il Dre. Tommaso Cruddi una volta parió
male della Madonna.
Ad 25, R. Essendo in Firenze, nei luogo N in occasione de parlar seco dicendoii,
che la Donna N voleva andaré a visitare la Madonna ddlTmpruneta, e che gli rispóse:
sia bruciata la Madonna, a tal discorso fuesse di mente quieta, nc awcva occasione di
gridare, vestiva da abate di seta ñera.
Ad articulum secundum fisci.
R. Articulum verum.
E lettali la sua deposizione fatta il S. Off. la riconobbe per sua e la confermo m
e ciascheduna parte, ne quali occorreva d’aggiungere* o curare cosa alcuna deUa med*.

Die 20 Aprilis 1740


Exam. fuit Testis S nobilis.
Ad 1 , R. esse informatus.
Ad 2 , R. disse il nome, cognome. Patria, d'anni 26 vivens ex propnts. Seta comessato
e comuniato il giorno di Pascua ndla Chiesa N. di Firenae.
Ad 3, R. Recte. .
Ad 4, R. Saranno 4 anni in circa che io conosco il Dre. Crudeb e ho discorso molte
volte senza familiaritá.

m
20
M 6 , R Chi* in coocettu duoroo dotto, * tal cortiftto cha *nco la cittá di F irm a,
ma uomo tapate di teoiinare *i»anie contro la Religkine.

Ad í R H u ^ ^ U o V «*parfaf * d*¡ Dre Crudeli ¡11 Pannon*, ad coa* tpactant* «lia


ítltttofia, e cose di monde»
Ad ** e 10 R üt tupia. . . .
Ad 44 . K So che praiitava il D»r N pur r»»cr the anche avrei pratlcato in cata

<lel A<TTt. ^ í n vasa dr Barón Stoch* ti pratkava il Dre. NN, l'abat* N, il aenatore
N ci taraóno «Jegli altri. ma k> ora non mi ricordo,
’ Ad 46. K Allora *»ava qui vicíno ■ S Crotc, com* chiaml la airada lo non lo te,
iifdo chr I» tur* him dí S. SíbkiOí
Ad 47 H lo tono «aro quakhe volt»
Ad 48. K lo «I* tan* ti ti procura andaré »d arbitrio, r non vi era atKxiazione, come
ncll’ auaderroe . .
Ad 49 . K V id. o otto volte, e la prima volta andiedi con N, coi! occasume di poter
<li<M.<rrrcre, I» trneva a prigione <1 Barón Slot he, e lo «o, perche ci abitava lui.
Ad *)’. H Mi pare che in d’ tana vi mano tre piani numerari dovi il terreno e una
«ala. e wpra vi aooe tre o quatro «tanze.
Ad 51. K 1>1 «ate w stava a piano terreno, e l’inverno nelle aecondo piano.
Ad 52, K Non «i mente
Ad 53. K Si <a un compltm detter ammeto alia d* caaa.
Ad 54! R II Padrone della ta«a mponde al loinplimento, che i padrón* di... e di atare.
Ad 55, R Non niente
Ad 56 Otíumiui».
Ad 57 R NV<r> «1 mi mente
Onrntum 5H, 59, 60. 61, 62. 65, 64, 65, 66 .
Ad 67. R Si mette a tedere in una «rdia a braccialetti, e altro il ai mette a diacorrere.
Ad 6M, R Si dmorre di cote di amóte, di filosofía * di Religione.
Ad 69 H II» emito diacorrere the Dio concorre al peccato; ai nega il culto all* aagre
Im^im, <Jeir<i<it(iriTÍ de Papa; «he il SS" Sagramento e un peno di cialda, e di prcacnt*
rvwi fui mordo d'ahro
A>i 70, R !>lle proposizioni contro la Religione gia l’ho detto circa il principe chc
na ingtusto, e im-fic delle gabelle a'tudditi.
Ad 71, R I » non ho tenuto ditcotrere con tro di Clemente X II. Omiaaum 72.
Ad 73, R, í/ho detto di topra.
Ad 74. H (.lis hi «letto, che tono «tafo *ette o otto volte de giorni, non mi ricordo,
nria rne«i <1 tono Mato d’Inverno, e d’estate, e ci ho diacorto.
Umr«vim 75, 76. Suppletum ut «upra.
Ad 77, H ' ■>» i¥t <1etto di topra the tono «talo cost), e peethio, ed ho detto cota
»¡ dmorre
Ad IH, R f .i# ho detto che u> non ci l’ho veduto, ma io credo ch* vi sari andato.
Ad 79, P. Mi pare <he v» tonda, le finettre tono quadre, con l'Inventriate d* piani
git !’bo detto di v>pra.
Ad quarturn
K Attinilwfn vemm
Ad ", K Api/r'-tto dí me tono lutte vere.
f. let.r <1a pnri/ipK, fino al fine le tue due depoaizioni íatte Ín (tuesto S. OíÜlio ílti
mev d’Aprile 17'//, le rUrmríybe da te fatte e R, »ono le mcd**s¡m* dalla quali non ho da
*^r 0 '■"•’alfuna, ma le confermo, r ratifico in tutte e ciaacheduna parta
JH <,!í.f,iro ™ vero <¡ the ha deposto nelle tue depoaizlofli percha
«tunjiiií aJrifiierrogtt/wi/» della parte 55 57 et reliqua dixit nescir* * non ao nlanta.
K. lo in tanto ho negato perche non me ne ricordo. E replkatole non etter veritlmll*
la vordama
,v non m* ne ti/ordo, e te nella mia depotizione dital d’averei vttiuto II
r; * ‘ he «'mterveniva ti «ara intervenuto da due o tr* volt*.
Ivtamrn teatium topra le cose nuovamente fie dette repetición* de Tettium fiscal!, tutti
negativi, lite» monití
^ ^ Jf 'Mutlto d¡ Rtguttu della Tmcatta, Filza 0 9 , Inserto 2, íola.
/ y m , l ilza 340, Letra fT, f^ t 41 49; Pllza 140, Utra Y , foU. 20Í2Í0).

)0 6
APENDICE N* 2)
Ojpi* del último interrogatorio hecho «1 Dr. Cruddi
Die 29 Aprilia 1740
[Nota marginéis Copia d«8'ultimo Cojtiruto ta to i l Dre. Cruddi non
dato «lie dilata],
I<~A n aibi ocurr«t aliqdd dteendum i» aua m n .
R,— Non mi occorre dit n)ente.
í-—Ut dkat en oogiKMCM vd uoquam cognoverit Do. MartínaUi ea quat. co tinquam
fecerit in domo eiuadem...
K.— Sono molto anni chc io conoaco ii D t. MmiacU) e pwa i aiane dáecj ott’anni, m
¿ atato molto fuorí di Pírenze, egli non aveva c in qui tn Fireme, ma w n » Jocanda
<-i io utavo nella med* iocanda e pue a ne da tre o auettro me») e ób pere a arje, die
mano diejott’anni tono; la iocanda era nella piaxza dd Oieno, e due ecceaaion», cfae p¿cha­
va íl Mercurio.
1.— An acíat in hac Civi tete caae alíquem locum qui dkfcur Porta Roaaa, et imijii—
ibi fuerit.
K,— So che in Firenze ve é un luogo che ai cbjama Porta Ko*m , e / é u» luogo dove
ai vende il Ceífé, e vi aono ateto alcune volte a gjoeera.
1.— An «ciat aiiquam peraonam trihue vd quatuor ab hinc anni» eeu alio veriori w p or t
dixiase ín taprtdtcm locia respective. Che not ritmo fatti, coa » le Bcatée.
R,— Mai no detto queeta coaa a’raíd gjorni.
1.— An aciat in aupradictia tocia reapeetive aiiquam peraonam diróae che TAmae f*g j»
ncvole non aia itnmortale.
R — ...non ho detto queeta roba.
1.— An ípac O n t. in eupradictia reapectivi locii tempore prou* aupra protuleruet aupts
dicta* propoaitíonea et quat.
K.— Kiapondo aaadut. che mai ho woferi atadií parole.
I.— An aciat in hac Civitate « a e eltquem locum, qui dicit, Domua d d Peaqui. et quer,
an unquam ibi fuerit.
R, - So che vi h una Caaa Paaqui, e vi aono ateto in caaa aua e aUa ana Villa eBlm-
prunela.
l An acial aliauam peraonam 11 vd 12 ab hmc anni* tranaactia aeu alie veriori «ant
pírrr «lixÍMf hoc vel aimifla. quando uno ai bettezze gli ai leva il capo, perche non gU dia
fnatidio i pidocchi et quat.
R io andera in collera non ho detto mai queate t o * .
1.— An aciat aiiquam peraonam dkto teanpore. aeu alki verími aupradictia in beta
respective, diaiaae aeu metteaae in deriajooe J’CBw Santo et quat
R,— Non conoaco neaauno che abbia meaao in deriakw l"01k> Santo.
1— An aelat aiiquam personam prout aupra tempore aeu d io veriori in dtetía loó»
re*pcctivc dixiaae chc la fx>nfeaaione era la camificira delle coárteme.
R.---Io non conoaco peraofta che abbia detto aimile propoefattone.
I.--A n aciat aiiquam peraonam dkto tempore aeu alio veriori quando ateve «B’ liapni-
neta occaaaione paretali, che non andava alia Meaae ne‘giorni di Feeta.
R ,~ Non lo conoaco, anri io ín tempo dt Patetajo non «ano ateto mai alllmpruaeta.
I — An ipae coat. aupradicto tempore »eu alk» veriori e* dictia reapeetive loeia pWW-
Ieri», nivr fecerit que continent. in «upra dictia ínterrogatorii», et quai
R Aaaolu lamente riapondo di no. «
Monitii» ad veritatem dicendam auper requtaiti» nam in S Off heheri e» leapectiva
repetizione Teatium Phl<catium fa< ta ad aui inatantia dixiaae ct fcdaae reapeetive OBHlie.
de utiib fuit ínterrogatu». Ideo mcm»>t juramenti pteatiti lihete fateat veritatem.
K.- Non mi metaviglio, che alia calumnia paaaata abbmo aMiunta anco que«ta, mentre
io mai ho detto tali eoae
Iterum brnigne monit. ad auam conacientiam.
R — <>>n queate moninioni V P. Rma. mi eaaorta a di» la vertté et i» l*ho detta.
Tune ad atiacltandatn ¡nam* Cx*at. memoriam fuemnt lecte in loiia o p o n m b auper
■upradlcti* depnaltionea teatium ab ipaO auditua et intdJectua fuit.
I —Quid modo reapundeet ad dieta depnaita prout in Acrta ( W
R —Dico che t (alan falaiaaimo qtieata mMm

307
Et cum nihil alium ab ipso C. habcri potuisset super premisis et deduct, sine prejudicio

^ tC^ e Sn S ^ s t Santdí¿°iufnegationib. h-bit per depositiones plurium testium dixisse ex

rC$IS e Vq u í X ^ s Si b a t í S H l t '/u v - iUapT^erche non gli dia fastidio e pidocchi.


D’aver messo in derissione lO h °
Che la Confessione era la Carnificina delle cosqenze.
Che ne’giomi di Festa non udiva la Messa.
Che noi siamo fatti come le Besue.
E che Tanima ragionevole non sia mmortale.
Sciat propterea ob suprad* fuisse incursi m suspmonem heresis et in penas inflictas
c* similes delinquentes a Sac. Can. Bullís Const. et a iure.
R _ I o non credo esser incorso in queste pene perche sappia ché una mera calumnia.
Fuit ipsi dictum ut se declaret an velit respetitionem testium.
R — lo mi consiliari coirAwocato e rispondero.
Quibis habitis... etc.

Die 30 Aprilis 1740


I __l)z jjcat ^ fuerit informatus super repetitione testium ad sui instantiam repetitorum
et quat. an íllam velit, vel illam declaret pro recte examinatis, ne repetitis.
R.-ÜCol parere del Sige. Avvocato Archi io rinunzio alia repetizione de Testim. a mia
istanza repetid, perche dubito che non abbino da venire colla terza calumnia e per ció
gli dichiaro per ben repetiti ed esaminati salvi per l’eccezioni contra personas et dicta
testium.
Attenta suprad" responsione et legit ne processus asignaverit terminum ad faciendam
suas defensiones, si quos facere intendit et ad allegandum.
Decreta copia Processus supp. suprad. etc.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, letra Y , fols.
228-230; Filza 340, Letra H).

APENDICE N.° 24 A

Estado de salud del Dr. Crudeli.


Carta dirigida al Conde de Richecourt.
Rorence, 12 de Mai 1740.
A Monsieur le Comte de Richecourt.
Puisque votre maladie, Monsieur, et vótre convalescence m’ont oté Thonneur de vous
faire mes complimems. et de recevoir vos ordres, j’estime de mon devoir de vous répre-
senter par ecru ma conduite daiis un affaire ou la Pitié m’a entrainé malgré moi pour
étre assuré de vótre approbation, si cela merite pour vous demander pardon »si je n’ai pas
agí a votre gre. Mercredi mattin l’Abbé Crudeli les larmes aux yeux me representa l’etát
pitoiablc de salut, ou se trouvoit son Frére qui languit d’un an, passé dans l’Inquisition

, .- - - __ _____ __ ______ J°ur — —


crainte qu il avoit d’étre empoisone, il conjuraoit quelque secours pour pouvoir mourir
en honnéte homme^puisque la fantaisie d’un sot et l’ignorance, pour me pas diré la haine
et la persécution d un froc l’avoit placé dans le triste étát de devoir mourir sans liberté,
et en danger de sa réputation.
Je m est defendis longtems Je trouvais mille raisons pour ríen faire, mais comme il
ne laissa pas de me pousser vivement, moi; que j’ai la foiblesse d’étre homme, ravi de
la pitie de pouvoir soulager un pauvre mourant, que le tiens pour innocent, je me laissai
vaincre. Je pensai d’étre chez vous mais comme on avoit dit á mon valet, que vous ne
receviez personne, je n’eus le courage de vous fácher. Je pris le parti d’éfre chez Mr. le

^ ,tar c^u|,P >uv<


envt il me remercia beaucoup du projet et aussitdt íl
e voi a appeller le p*re Griselli, qui á travers de cris, des querelles et de proteatations du

308
pere Inquisiteur sur le champ, il le fit transportar [le pauvre malade] dans une meilleure
chambre et de bon air.
Ce matin je suis altó remercier Mr. Je l’ai trouvé plein de compassion, et d’envi de Je
soulager encore d avantage, et s’il est permis de le dire, fort persuadé qu’il a étí sacrifié.
Je suis admiré de lhumanite, ct de 1’esprít de bienfamanee dont il est rempli. Chotes que
j’ai toujours cherché, et que j’ai rencontré par la premi¿re fois dans les gens habillés en
violet.
Ms., je ne voulois pas ipc toéler d'un affaire embarras de cette nature sans votre per-
mission. Si ce vous ne déplait pas, je suis charmé d’avoir rendu ce petit service i ce malneu-
reux; mais si je me suis trompé je vous prie de donner mon égarement i Hnunanité, qui
m’a entrainé malgré moi méme; de ce moment je deteste ma faiblesae qui m*a empeché de
resister aux larmes d'un frére qui pleurait le malheur d'un miserable aflígé á tort; qui
avoit pour son Advocat un débris de papier tout taché de sang, qui comme j’y lis. il ver-
soit de la bouche sans cesse, cependant qu’il recrivoit.
J’ai Thonneur...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339 , Inserto n. 12 ).

APENDICE N.° 24 B

Intervención del Nuncio en Florencia en favor del Dr. Crudeli.


El Conde de Richecourt a S.A.R., el Gran Duque de Toscana.
Florence ce 24 jin 1740
Mr. le Nonce s’estant interesse comme j’ay eu Thonneur de le marquer a Son Ahcsae
Royale, pour faire terminer l’affaire du Docteur Cruddi, on luy aooordat il y a envüon
deux mois, de pouvoir donner ses déffenses sur les differentes accusations portée» cootre
luy et en conséquence on luy nominat un avocat auqud Ton communiqua suivant le sdk
du St. Office les dépositions des témoings qui faisoient charge contre luy, en retmchant
les noms et les circontances qui pouvaient concourrír á faire reconnoitre les témoings.
Tandis que son avocat travilloit á ses déffenses, il a esté attaqué de difierents vomisae-
ments de sang violents, ce qui joint á un asthme convulsif dont il est habitueDement in-
commodé l’ont mis á deux doigts de la mort.
La santé s’estant un peu remise il a foumit ses déffenses et en méme temps repte-
senté a la Congregation du St. Office á Rome sa situation, et qu’eofermé dans une Pnson
il estoit imposible qu’il put esperer de s’y retablir, il a demandé la dedsíon prompte de
son Procés ou que la Congregation luy permit d’estre transferé ou dans un monostere
ou dans une des forteresses de l’Etat.
L’on prétend que dans le Procés de Cruddi il n’y a aucune preuve suffisante des
faets qui luy ont estés imputés, que les plus graves au controire sont détruits por difierents
témoings cités comme présents qui ont niés les faits et afñnnés au contraire. que meme
le témoing le plus fort s’est retracté, et que sa rétractation a esté envoyée á la Congregation
du St. Office.
Je ne puis assurer ce fait á S.A.R. n’en ayant pos les preuves en main. mois s il est
tel, qu’on me l’a assuré il importe par touttes les ciroonstances au bien du service de
S.A.R. qu’elle en soit informée, et je feray le plus secretement qu il me sera possible
touttes les diligences pour le verifier.
Ce qui donne lieu á donner croyance á ce fait, est que la Congregation du St. Office
á Rome a accordé au Docteur Cruddi, de pouvoir estre transferé dans une des forteresses
des Etats, quoy que son Procés ne soit pas decidé. ce qui Ton assure n’estre jamáis amvé
en cas pareil. Ces translations ne s’estant faites qu’aprés le jugement du Procés, et lorsque
l’accusé avoit esté condamné á une Prison ou á temps, ou perpetuelle, f
M. le Nonce qui a voulu estre informé a fond de Taffaire dc Crudeli, n’a pos peu con-
tribué á la determination prise par la Congregation. II men fit part le 8 de ce mois me
disant que PInquisiteur avoit ordre de la Congregation de venir m’en infortner et deman-
der que Crudeli fit res nom du St. Office, dans une des forteresses des Etats; Et
en effet le lendemain lTnquisiteur vint chez mov et irTyant fait cette proposition, je
luy répondit que le gouvemement n’y auroit aucune difficulté. cela s’estant pratique en
plussieurs occasions dans ce Pays, et Luy démanday en méme temps s’il y *vott. qudques
conditions. II me répondit que la Congregation n'en démandoit point d’autres sinon qu’il
füt tenu au nom et i la disposition de St. Office suivant l'usage; et que l on ne le )aiss*t
point sortir de la forteresse* qu’au surplus la Congregation s en rémettott enttérement
A moy.

309
Te luv répliquay qu’á l’égard de le rccevoir au nom du St. Office, Ion fuurou ce qui
s’estoi pratiqué V d e v a n t. mais que je croyoit dans es circonstances particulares pour le
bien et l’honneur du St. Office méme de ne point luy lalser parler á tout le mond, ny
écrire ou recevoir des Lettres. et qu’en méme temps j estimoit convenable de luy faire
deffense de parler de ce qui s’estoit passé ü son cgard dans le St. Office, n y de son affa re
qu’en termes géneraux sans accuser l’inquisiteur ny 1 Inquisition; se contentant de dire
qu il avoit esté calomnié, mais qu’il esperoit que dans peu son innocence seroit reconnue.
L'Inquisiteur me parut tres satisfait de ces conditions et m’en rémerciat mais pour avoir
un témoing de ces conventions, je le conduisis chez le Nonce, en présence duquel les mé-
mes discours durent répetés, qui me remerciat de nouveau des précautions que j’avais
suggerés, et me dit qu’il esperoit que le gouvernement serois satisfait de la confiance
que la Gxigregation du St. Office luy marquoit en cette occasion.
Apres avoir passé chez Mrs. du Conseil de Régence qui estoient en ville les ordres
furent donnés pour le recevoir dans le fort de St. Jean Baptiste, relativement á ce qui
avoit este convenu en présence du Nonce, et il y fut transferé le méme soir á une heure
de nuit dans un carrosse sans aucuns gardes.
Le Conseil de Régence estant aujourd’hui assemblé je l’ay informé du détail de cette
affaire, et Ton y a régardé les demarches de la Congregation du St. Office en cette occa­
sion comme une preuve que Crudeli ne pouvoit estre coupable des crimes qu’on luy
avoit impurés, mais tout au plus de quelques imprudences, puisque l’Inquisiteur l’avoit
sortit de ses mains et remis au pouvoir du Souverain, surquoy Ton a examiné de quelle
maniere Ies choses s estoient passés en pareil cas, et il a esté reconnú que lorsque lTnqui-
sition avoit demandé de transferer un prisonnier au nom de l’Inquisition dans quelques
forteresses, cela luy avoit esté accordé, sans qu’il se fit d’autre escrit que l’ordre au Com-
mandat de certe méme forteresse pour le recevoir, ce qui a esté pratiqué en cette occasion.
Jen mformay hier Mr. le Nonce qui en a parut satisfait, et m’a dit qu’il avoit en la
meme information de la part de l’Inquisiteur.
II m a parlé á cette occasion du Pére Contoli qui est arreté pour avoir voulu engager
des hommes pour le Roy de Prusse, et m’a demandé s’il n’y auroit pas quelque moyen de
terminer cetre affaire. Je luv ay répondu que cela dépendois entiérement de la Cour de
Rome, en la livrant comme il estoit raissonable á la justice du souverain, qu’il scavois qu’il
y avoit plussieurs exemples en Toscanne ou des Ecclésiastiques avoient esté punís par
la fustice laique: íl m’en est convenu, mais surtout dans le temps de sa République estants
rares depuis; il a ensuite ajoutté que ce pauvre homme estoit depuis plussieurs mois en
Prison; qu’il croyait qu’il avoit esté trompé par le moine de Modéne et qu’enfin son crime
n’avoit point esté consommé.
T’ay taché de luy faire voir que le délit de ce moine estoit hors du cas de l’inmunité
Eccíésia tique et blessoit directement l’authorité souveraine, qu’ainsy le Conseil de Ré­
gence qui estoit obligé de soutenir rauthorité de S.A.R. ne pouvoit point se départir de
la demande qu’il avoit fait.
Que le seul expédiem que je pouiroit imaginer ne sachant pas cependant s’il pourroit
estre agreable á S.A.R. seroit que la Cour de Rome declarat de vouloir le livrer a l’autho­
rité séculaire, et en meme temps implorat pour ce moine la clemence de S.A.R. surquoy
sans rebuter ni admettre cet expédient, il m’a dit qu’il ne croyoit pas que les Cardinaux
pussent le faire; qu’il croyoit nécessaire d’attendre l’election d’un Pape; j’ay crú devoir
rendre compte de cette particularité a S.A.R., et espere qu’elle voudra bien approuver ma
conduitte á cet égard.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339 , Inserto 3, n. 9).

APENDICE N • 25 A

Cartas del Dr. Crudeli agradeciendo su traslado a la Fortaleza de San Juan.


Crudeli al Conde de Richecourt.
Castello di San Giovanni, 13 Giugno 1740.
[Nota marginal: Una lettera del Dottor Crudeli al Conte di Richecourt
de 13 Giugno 1740, ring!ciándolo d’averlo íatto transferiré dall’Inqui-
sizione nel Castello di S. Giovanni].
Eccellenza,
i gra^*c a y * Ect-za nelle braccia della giustizia del mió Reale Sovrano: il
Drima 1a "«Vi™™ Tiv n U,? e i°íJ° ora in iicufo c la mi* intera lo sari quanto
prima la scienza ch ella ha della mía disgrazia, quella che io ho della benefica periíia di
y. Ecc-za in reggerc i popoli me lo fanno sperare. Quella isttta» forza di mente, che mí
ha tolto dai Ienti orrori della calumnia, e del zelo vorrá che mi sia ledto godere tutu intera
la gloriosa liberta ai essere innocente. Ha pur trovato V / Ecc.za íl mirabile segreto per
il quale 1 innocenza non sia piú un mostro di spavento, ma un oggetto ói amóte, e di
grazia, e questo e giusto per me onore, liberti e vita. Non mi dovevo aspettar se non
questo da chi sa uniré, anco in Italia, per bene delle nazioni l’cvangélica e la política fe-
licitá di tutti ií tempi, la legittima libertá e le muse ebbero i loro nemici, ma rate volte tali
Protettori. Ardisco parlar cosí per la fiducia che io ho di confermare il mondo in questa
veritá, che il godere la protezione di V.* Ecc,za sia l’istesso che mentarla. CoOa quiete
nelPanimo, e nella lingua^ io stó adesso ringraziando la divina Providenza per avere affatto
svelata la cieca malignitá de’ miei persecutori, e per aver dato un Richecourt alia Tos-
cana, colla cura del quale veglia a pro dd publico bene il paterno amore dd mío Reale
sovrano, per la di cui gloria viva puré lungamente fdice N.* Ecc¿a ed i popolí saranno
beati, e pienamente ne suoi voti contenti.
Di V.* Ecc.za unmilissimo...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana; Filza 340, Letra T, fols.
59-60).

APENDICE N.° 25 B

Carta del Dr. Crudeli [Destinatario desconocido].


Dalla Fortezza di S. Giovanni, 19 Giugno 1740.
Sono sensibilissimo delTaffetto che V.* Pa ta mi ha fatto sentire nd tempo dd mk>
seguestro lá, e di questo awiso ch’dla mi favorisce qua: lo pero non intendo ne pare per
esso congetturare, che confidenza sia quella della quale, ella parla neQa sua kttera; in
somma nemmeno per ombra sé cosa alcuna di cío. L’offerta generosa ch’dla mi fa di dir-
mela a bocca quanto prima io Paccetto, e sto molto ansioso di saperia, benche per la parte
del Sig. awocato il vive tranquillissimo, e sicuro, primo per la di lui ddkata feddti di un
carattere giá troppo conosciuto; secondo perche anco quando egli potessere avere fatte
tutte le confidenze possibili al Ministro del S. Offizio (come ella dice essere fabo) tali
confidenze nulla potranno mai nuocere alia mia chiarissima inoceoza non solo perche
innocente sono nella mia coscienza, ma perche io sono solo agli occhi di tutti i ministri...
del Santo Uffizio, i quali sapranno protteggermi da ogni disgrazia futura. Asskuri puré
da mia parte il Sig.re Archi di questi miei sentimenti. Io non sono di quelli die prestí
fede ai vari romori in pregiudizio del mérito conosriuto, e ddla chiara feddtá. Quando
sapio che le romore... questo potrá parlare con poca chiarezza e sicuritA per ora si contenti
che io... al mió awocato lá fiducia solidissima nella quale io ho sempre auto a Vtrm. P já...
il desiderio che ho de darle un abbraocio di gratitudine e di baccrarle la mano poiche
ella fu uno di quei mezzi e lo... per i quali la mia innocenza non ha piú che tunere.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza detta Toscana,. Filza 339. Inserto n. 12 ),

APENDICE N.° 25 C

Crudeli al Conde de Richecourt.


Dalla Fortezza di San Giovanni, 26 Giugno 1740.
[Nota marginal: Lettera dd Dottor Tommaso Crudeli de' 26 Gmgno
1740 con cui demanda al Conte di Richecourt la di lui approvaaone per
i ringranziamenti da farsi a Monsig Nunzio].
Eccellenza,
lo non devo fare il minimo passo senza Tintera dependenza dd mió Liberatore Supre-
mo. Questi ringranziamenti a Monsignor Nuncio domandano rapprovazione di V.* Eoc.aa
tanto basta perche io ardisca porgi nelle sue mani. Guidi ogni mió pensiero chi solo na
t aputo vincere le tenebre che coprivano la mia innocenza, eostringere la calumnia a sve-
larsi, e spezzare Pambiziosa ostinazione* ed il... timore de’ miei nemici, e che tra poco fara
trionjfar la giustizia della mia causa. Non parlo in tal maniera per impanenza: questa
che in V.* Ecc.za é una nobile passtone,, in me sarebbe debolezza potenao sena vattto
dirle di avere per esperienza veduto, che quelli giusto i quali mentano meno 1 infdtata
sono piú docili a soffrirla, Conosco chiaramente, che in materie si delicate passare da
un estremo ad Taltro o é impossibile, o perkoloso. Enasta intendere anco debolmente questa

311
necesitó di governo per soffrire Agremente. Ma che J i f e r a » J la ^ f n « ^ c r e ¿i r« -
pirare intera la libertá se mi fusse concessa la grazia di godere la pace, la smcentá, e 1 affetto
che si prova in trattenersi co' suoi amici. Non i ardire. ma nobile fiducia il demandar ques­
to dono a V • Eccza da cui solo tra miüe difficohá sono stato ncondotto alia vita, cd al
pregi^lissimo ono«^ di essere col piü profondo ossequia
A S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra L, fols.
63-64).

APENDICE N." 25 D

Carta dd Dr Crudeli solicitando permiso para presentar un Memorial a la Congregación


de Roma para que le concedan un Juez que intervenga en su causa.
Crudeli al Conde de Richecourt.
Dalla Fortezza di S. Giovanni, 11 Luglio 1740.
[ Sota marginal: Una lettera del Dottor Crudeli, con la quale domanda
al Conte di Richecourt negl’ll Lug.°, che gli sia concesso di presentare
un memoriale alia S. Congregazione di Roma, acció sia deputato un Giu-
dice per la cognizione della sua causa].
Eccellenza,
Supplico V* Eccza a voler mi concedere la libertá di eleggere un awocato in Roma
il quale possa in mió nome prerentare un memoriale alia Sacra Congregazione, nei quale
non altro si domandi se non che mi sia permesso il far costare della mia innocenza attacata
da false. e calunniose deposizioni, davanti altro Giudice impartíale, che non abbia il mínimo
impegno di íarmi apparire diverso da quello chc io sono, cioé buon cattolico, e fedel suddito
esaudito di una preghiera cosi giusta, da quella medesima sacra Congregazione la quale
appena veduto un principio della mia difesa, ha verso di me dimostrato gli effeti della sua
inalterabiie giustizia, e savissimo discernimento. I motivi che andurró saranno cosí chiari,
e giust:. che impetreró dai miei supremi Giudici senza alcuna dilazione la grazia, quale
ottenuta faro evidentemente pale¿e la calunnia de’miei persecutori, e l’innocenza di uno
che si fá gloria di essere obediente c sommesso alia Chiesa, fedelissimo al Principe, ed a
V* Ecc.za col piü profondo ossequio...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra N, fols.
73-75).

APENDICF N.° 26 A

Retractación de Andrea Minerbetti


Firenze, 4 julio !7¿0
[Nota marginal• Copia autentica della dichiarazione, e protesta fatta
da Andrea Minerbetti ne’ 4 Luglio 1740, attestando esser falso tutto ció,
che da esso era stato deposto nei duplicato esame avuto nei S. Ufizio con­
tro i Liberi Muratori, e spedalmente contro il Crudeli].
Attesto io inf.tto e dichiaro, come avendo tempo fa sentito molto discorrere della Com-
pagnia del Liberi Muratori, o sia dei Frimesson, e desiderando di essere io ancora ammesso
nella Med*, e percio essendomi indirizzato a diversi, i quali credevo che potessero farmi
ottenere 1 intento, mi furono date ad intendere, e supposte moltissime cose di d* compagnia,
per cui alcuna volta, come é notorio per questa Cittá, rimasi buriato; ed essendomi final­
mente per la med11 cagione voltato a un Nobile, e distinto Personaggio Protestante, che
allora si trovava in questa Cittá, Egli puré mi suppose moltissime cose della stessa Com-
PaSma € perche nonostante non potevo mai ottenere ció che desideravo, ed io, se non
ero, volevo almeno apparire di essere di d* Compagnia, siccome tra le cose, che mi
erano r,tate supposte, mi era detto, che detta Compagnia si adunasse in Casa dd Barone
ero, volevo almeno apparire di essere di d* Compagnia si adunasse in Casa dd Barone
di Moxhe, e qui si commettessero molte oscenitá si dicessero delle massime empie ed
treticali e si parlasse contro il rispette dovuto al Principe; cosí andavo dicendo in áiversi
luogru, dove capítavo quelle cose che mi erano state date ad intendere, come se mi foasi
ova o a vederle, udirle ** pratícarle. Questi miei discor,i dovettero essere riportati al Padre
r^ n ^ UOI-C J1 n 1c ^ n*CSW)rc; e Parché contenevano alcune empieti e massime eretícali,
íi , Pa$clua dell’anno 1739 essendomi portato a piedi del Confessore,
med mi disse, che non poteva ascoltarmi, perche ero íncorso nelle Censure, ma chc era
necessano che andasu a denunziarmi alia Sacra Inquisizíone, e chc egli per mia sicurezza,
e perche anaassi senza timore mi averebbe accompagnato con una lettera al Padre Inqui-
sitore. Acquietandomi aunque alie di lui insinuazioni risolvei di andaré munito di queüa
al Santo Tribunale conforme feci, e recapitata la lettera al Padre Inquisitore, per quanto
mi pare il di 4 di Aprile, il med* dopo averia letta mi sottopose all’Esame, c conúnáb ad
interrogarmi sopra le cose, che era andato raccontando dei Frimesson, e spedalmente sopra
d" oscemtá, massime empie, ed ereticale, e discorsi contro il rispetto dovuto al Príncipe.
10 sapendo, che era falso, che mi fossi trovato a vedere, sentire o praticare quelle cose a
principio le negai, ma replicandomi il Padre Inquisitore, che era Lnformato, che l'avevo
dette, io che sapevo di averie dette di fatto, temei di essere ritenuto negándole, e m’indussi
a supporle in giudizio non solamente tali quali J'avevo supposte fuori, ma inoltre sentendomi
dal Padre Inquisitore nominare per intrígate in dette co«¿e moltissime persone, che io certa-
mente non avevo mentovato giamai, accordai che ancora quelle vi fossero intrígate, e
dopo aver fatto un raconto totalmente supposto, e da principio ad ultimo inventato
non sopra altro fondamento, che di quanto era stato supposto ancora a me, e che ¡o per
11 fine detto in principio avevo propalato, essendo stato per allora licenziato, fui dipoí
richiamato al Santo Tribunale, cd esaminato di nuovo, ma non trovandomi il Padre Inqui-
sitore costante nei miei deposti si esacerbava, finche poi lettomi il primo mió esame con
fermai Tuno e Taltro intieramente, sicché venni a confermare quello ancora, che poc’irmanzi
avevo negato, senza aver riguardo alcuno alie mié varictá, e contradizioni, e fatta questa
conferma fui nuovamente licenziato. Ripensando poseía, che a tono, e per puro tímore,
e c.ro la veritá erano da me state aggravate quelle persone, che avevo date per intriga»
in quanto sopra, e considerando, che tra queste avevo fatto menzione del Dott. Cruddi,
onde potevo supporre, che in conseguenza del mío deposto fosse stato dal Santo Uffizio
fatto carcerare, e che avevo nominato il Barón di Stosce, e detto di lui, che quelle oacenitá,
ed altro alia mia presenza erano seguite nella sua Casa quando in realtá non ero mai stato
in essa, ma nepure conoscevo Lui a vista, come nemeno adesso lo conoaco, fea rísotanoae
in me, che se ero chiamato alia Sacra Inquisizione volevo retrattar tutto, qualunque Pre-
giudizio fosse stato per derivarmenc. Ma non ebbi occasione di farlo, perché il Padre In-
quisitore, il quale per altro dal mío modo di deporre poteva aver compreso, ebe que&o
che dicevo era falso, non mi richiamó piú trovandomi pertanto illaqueato da qud deposti
n. veri, ricorsi finalmente alia Sacra Congregazione dd S. Uffizio espooendole sinceramente
il 'seguito, e pregándola a liberare da tutte le molestie il Cruddi, come a torto da me
aggravato, e a deputare in questa Cittá un Confessore colle opportune facohá, perche mi
assolvesse; ma vedendo che tarda la risposta, e sentendo rimorso, chc d* Cruddi non sia
per anco posto in Libertá, e reintegrato ndla buona opinione appresso il Pi¿rf>lico, ho so­
mato debito della mia coscienza dopo aver praticata la diligenza poc’anzi accennata. e dopo
aver espressa Pinsussistenza de’miei deposti app. o persooe savie, ed opeste, il tenderla
palese per mezzo di questa vera ed irretratabile dichiarazione. E perche posso dubitore,
che le anted.e cose da me supposte c jk > la veritá possano aver mossa la Religiosa Giw*
tizia di S.A.R. a permettere la cattura del preP Dott. Cruddi, umilm. prego la R.A.S. a
volersi degnare di averie, e tenerle intieraroent per false, come esse sono, e daré gli ordini
opportuni, accioché per questa retrattazione, che fo per dar luogo alia venta, e per quiete
della mía coscienza, non risenta qualche pregiudizio di vendetta dallo stesso dott. Cruddi,
o dal suo Parentado. E per la riparazione dovuta alia fama ed estimazione ddle persone
da me a torto aggravate reverentemente domando, e fó istanza. che a perpetua memoria
sia conservata la presente dichiarazione, ed in segno della veritá di quanto ndla medesima
ho detto di proprio pugno la tsottoscrivo.
Io Andrea Minerbetti affermo, confermo, cd in parola di Cavaliere dichiaro esser vero
quanto nella presente dichiarazione si contiene, ed in fede Mano propria

A di 4 Luglio 1740
Compe.mo spontanemamente, et in persona avanti ddlTU.mo Sig. Giuseppe Santuori
in Casa di sua abitazione, c di me not. inf.tto.
L’lll.mo Sig. Andrea Minerbetti, e rilascio la presente dichiarazione instando la med*
riceversi e per mezzo di suo giuram. preso tact. ad ddationem asserendo aver queüa come
vera in tte. c ciascuna delle sue parti, autenticara, e soscritta di propria mano, e carattere.
e domandando di essere assicurato nelle forme di ragione secondo Tistanza in d* dichiara­
zione contenuta. In quorum.
Ego Joseph filius Joannis M. E. de Panicaccis a Phocechio I.UD. Notaros publicus et
Civis Florentinus de predicta recognitione rogatus scripsi et me subscripsi ad laudem Dei,
Deipareque.

313
Cosí e
U p r ^ i ^ i * * f r « t r í t u ed«l suo origínale e p. me Nottre inf.tto collaaionata col
med* coocorda
Giuseppe Panicácci
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra M, foli.
67-72).

APENDICE N.“ 26 B

Promesa hecha por el Dr. Crudeli en su nombre y en el de sus parientes de no ofender


a Andrea Minerbetti por haber depuesto contra él en el Santo Oficio.
[Note marginal-. Copia autentica dell’obligazione e promesa fatta dal
Dottor Crudeli ne’ 27 Lug“ 1740 in nome ancora di tutti i suoi Pareati
di non offendere Andrea Minerbetti per il da lui deposto al St. Ufizio],
A di 27 Luglio 1740
Costit. nel Cast S. Gio. Batt a di questa Cittá di Firenze personalmente avanti Plllmo.
Sig Asses. Giuseppe Santucci, e me Canc.re infratto TEccmo Sig.r Dott. Tommaso del q.
Sign.re Atto Crudeli. quale promesse, e promette per se medesimo per i suoi Sig.ri Fratelli,
e Congiunti fino in quarto grado inclusivamente di non offendere ne fare offendere diret-
tamente tanto in fatti, chc in parole l’Illmo. Sig.re Andrea Minerbetti per qualunque causa,
che sino a questo punto sia e possa essere fi a loro e particolarmente per causa del deposto
da detto Sig.re Andrea Minerbetti fatto nel Tribunale del S. Offizio contro esso
Sig.re Dott. Tommaso Crudeli, e poscia dal medesimo Sig.r Minerbetti retrattato
dando a d° Sig.re Minerbetti tanto in nome proprio, quanto di detti suoi Sig.ri Fratelli, e
Congiunti ogni piú. ampia sicurezza e prometiendo di non contravenire giá mai alia pre­
sente obbligazionc. e promessa sotto la pena di scudi mille d’applicarsi al Regio Fisco, e
di quanto sopra con suo giuramento tactis f. ne giuró l’osservanza presenti.
L’Ill.roi SSmi Cario Francesco del Sig.re Giacinto Conte della Torre primo Tenentte
de Granatien nel Reggimento della Guardia del Corpo di S.A.R. e Gio. Niccolo de Ram-
bevuiller Alfiare nello stesso Reggimento Testimoni.
Miche! Angelo Panicacci Canc.re.

A di 30 Luglio 1740.
Comp re personalmente avanti me Not. inf. e Cav.re delTill.mo Sig.e Vicario per S.A.R.
di Poppi
L’Ecc.mo Sig.r Dott. Antonio ........................................
I acopo ..................................................................
Domenici ..............................................................................
Li SS.ri tutti a tre
Fratelli e Figli del giá Sig.r
Atto Crudeli di Poppi, quali
promessero, e promettono per loro medesimi, e loro SS.r¡ Congiunti fino in quarto grado
inclusivamente di non offendere ne fare offendere direttamente ne indirettamente tanto in
fatti, che in parole.
L’Ill.mo Sig. Andrea Minerbetti per qualunque causa, che sino a questo punto sia,
e possa esser fra loro, e particolarmente per causa del deposto da d° Sig.re Andrea Mlnerbet-
ti fatto nel Tribunale del S. Off“ contro il Sig.r Dot.re Tommaso Crudeli loro fratello, e
parecchio dal med" Sig.re Minerbetti retrattato dando a d" Sigr. Minerbetti tanto in loro
nome proprio, quanto di detti suoi SSri. congiunti ogni piú ampia sicurezza e promettendo
iu° j contr*V€r,'.re íP^ mai alia presente obbligazione e promessa sotto la pena di scudi
mille da applícarsi al Regio Fisco, e di quanto sopra con loro giuramento da me... e da essi
preso separatamente in forma facti ne giurono l’osservanza alia presenza il tutto.
Antonio per esser chierico fü... íl giuram. da me infratto
come per Not", e non come Cav.re conforme giuró tacto pectore mores, e in tal atto rati-
hco e ratifica quanto nel presente obbl'go si contiene all» presenza dei SSr.
Uott.re Fortunato Martini e
Del Sig.r Dot». Cario Tori
f **1 Gio. Ant. Prunori. Cav.re
Gio. Ant. Prunori Not* pub* Flr.
87 91 >^ ^ ons^ ' ° ^ Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra Q, fol».
APENDICE N* 26 C
Billete del Marqué» Albizi incluyendo una carta de Crudeli en la que promete perdonar
a Andrea Minerbetti por todo lo que ha depueato en el Santo Oficio.
Rl Marqué* Albizi al Conde de Richecourt
Firenze, 22 agosto 1740
( [Nota marginal: Un Biglietto dd March. Albizi al Coote di Richecourt
de 22 ^Agosto 1740 con cui li communka una lettera verínali dd Cru­
deli ne’ 21 Lug" con la quale promette dt perdonare in tutto o per tutto
ai danni cagionabili da Andrea Minerbetti per tutto ció, che contro di
Esso aveva deposto nel Santo Ufizio].
Luca Antonio degli Albizi si da l’onore di trasmettere airiUxn* Sig.r Conte di Richecourt
sao stimat.mo Sig.re la copia che ieri li diese della lettera scrittali sotto di 21 Luglio proasi-
mo passato dal Dottor Tommaso Crudeli annessa al Presente biglieto, col quale lo actívente
intende ratificare a S. Sig.ria Illma. la promessa gil fattali che il Sig. Andrea Minerbetti
non ricuserá mai di fare tutti quei passi. che saranno giudicati neoesaarí per Cintera libe-
razione e quiete del suddetto Dottor Crudeli, quando l’attestato mandato giá in suo favore
alia Sacra Congreg. del S. Ufizio non producá il desiderato effetto. E desidoando atsnprc
nuove occasioni di ubbidire agli Ordini di S. Sig.ria si protesta frsttanto con tutto 0
maggior rispetto.
[Nota: A continuación está la cana de CrudeK, fechada d 21 de juBo
de 1740 que debido al mal estado de conservación resulta bastante ile­
gible].
A. S. F. (Consigfio di Reggenza deüa Toscana, Filza 340, Letra R, fols.
93-96).

APENDICE N * 26 D

Retractación de Bernardino Pupigliani


Firenze, 11 Julio 1740
[Nota marginal: Copia autentica deüa dichiaraaone e protesta dd Dot­
tor Pupigliani degl’il Lug. 1740 dalla quale malta noo esser veto queüo
che dal Sto. Ufizio si suppone. die Egli abbia detto contro la convcrsa-
zione del B.e de Stosche, e contro il Dr. Crudeli].
Avendo io inf.tto intessa la lunga prigiooia, che ha sofierto 3 Dr. Tammaso Crudeli
nelle Carceri del S. Uffizio, e la Processura, die ero dal roed" ¿ stata fabrícala in quei
Tribunale, ed essendomi stata riferito, die perció dal roed* si adducano alcuni miei asserti
deposti, e sentendo, che vada propalandosi, che io abbia dette alcune cose, le quali so
certamente di non aver deposte, o se lo ho depos re, non le ho detto ni intese dire in
quell’aria, che vengono pórtate ne ho creduto die dovessero serviré a qud fine, al quale
poi h stato preteso di fame uso, mentre era stato assicurato da un Pre dell’accennato S.
Tribunale, al quale mi confessai. che quanto dicevo non deveva servire ad altro effetto.
che a quello di sgravare la mia coscienza. Quindi t, che adesao ho stimato, e stimo neces-
sario, e parte del mío dovere il pubblicare la presente dichiarazione per render palese quanto
s’avanzino i supposti oltre ció, che in sostanza deposi.
Sentendo dunque primieramente disoorrere per la Citti. che io deponessi di essare
stato intorno a tre anni, prima del mío esame ammesso alk> snidio del Barón di Stosce,
quale poi seguitassi a frequentare, e che in esso fosse una bella e copiosa Librería, e
v’intervenissero moltissimi, i quali liberamente trattassero delle materiale filosofche. e di
Religione, ed al discorso sprezzante mostrasseto di non credere, e che tra questi fosse il
D. Tommaso Crudeli, mi protesto, e dichiaro che non ho detto di essere stato nella Librería
del Barone di Stosce, ne di avervi veduto álamo, perche infatti non essendovi stato, ne
avendovi veduto le persone che v’andavano, non potevo dirio, ma solamente, ho deposto
d’cssere andato molte e molte volte dal Sig.e Enrico Stosce ed essermi trattenuto con
lui in una stanza terrena, dove per altro non ¿ Librería, e dove skcooie non é mai venuto
il D. Crudeli, cosí non poso diré ne ho detto d’avere il med* veduto in Casa dd Barón
di Stosce, anzi in proposito delle persone che i Padri della S. Inquisitione pretendevano
che andassero in casa dd Barón di Stoice, il Padre che mi esaminava avendomi suggerito
se vi avessi veduto andaré molti soggetti, che egli ad uno ^ nommava, u risposi
di no perche in efetto non avevo veduto andarvegU. Che poi in queüa Casa si trattassero
materie filosofiche e di religione lo dissi, ma con dichiarazione, che deponevo, quello, che
mi era stato riferito da altri, non gi¿ che ¡o mi fossi trovato a vederlo
In secondo loco sentendo spargere, che da me sia stato deposto, che in Casa del men-
tovato Barón di Stosce si adunasse un triocco, al quale ancor io alcune volte sia inter­
venuto, che si facessero dagli adunati delle papp.te, e dei discorsi contro le Massime della
religione, c che a quelli i quali erano di nuovo ammessi a d° triocco, gli altri dicessero:
Benvenuto fratello, se voi osserverete i nostri precetti, sotto la nostra disciplina farete gran
prosressi, mi dichiaro non essere punto vero, che io abbia deposto di essere intervenuto
a d* triocco, perche non vi sono intervenuto, ne che agli ammessi si dicessero quelle paro­
le; esser bensi vero che sopra le medesime fui interrogato dai Padri, i quali me le sugge-
rivano, e che risposi non esserne informato, perche realmente non ne ero conisapevole;
E quarno alie adunanze di dü triocco, alie pappate, che vi si facevano, ed a ragionamenti,
che vi si tenevano, ciocche dissi, deposi d’averlo intesso da un Cavaliere mió amico, il
quale discorso di Religione, questo non ostante non é seguito nella Librería, nb in occa­
sione dell'adunanza del triocco, ma a solo tra me e il Sig. Enrico nella stanza terrena. E
finalmente sentendo parlare, che io deponessi d avere in concetto di poco buon Cattolico
il sud. D. Crudeli, e di avere al med° sentito fare diversi discorsi contro la nostra S. Reli­
gione mi protesto di non aver mai detta ne potuta dire simil cosa, mentre non mi sono
mai trovato a udire si fatti raggionamenti dal Crudeli, e di qui é che domandandomi detti
Padri, se avevo sentito parlare il ded° contro Ja Religione, gli risposi di no. E quantunque
sia vero, che io deponessi d’aver detto Crudeli in concetto di poco buon Cattolico, con
tutto ció non lo dis¡si, perche lo potesi argüiré dai discorsi sentiti da Lui, ma perche avendo
avuto occasione precedente, di parlare di esso con un mió amico, si era tra noi fatto
giudizio. chc fosse di simil carattere, ed il giudizio nostro era fondato neiressere di quel
tempo, io e Tánico, con cui discorrevo, del Carattere appunto del quale venivano a sup-
porre, che fosse il Crudeli, e perció conforme mi dichiarai con i Padri della S. Inquisizione
quello che sopra tal particolare dicevo, con tutta facilita poteva essere soggetto alTinganno,
che é quanto posso asserire sulla mia coscienza, ed in parola di onore, ed in fede di
ció di prop° pugno mi sottoscrivo:
10 D Beraardino Pupigliani affermo essere vero quanto nella presente dichiarazione si
contiene ed in fede della veritá ho la meda di prop° pugno scritta e soscritta.

A di 11 Lug. 1740
Comparse spontaneum avanti dellMllu.mo Sig. Giuseppe Santucci Assess.e del Mag.°
de; SS.i atto in Casa di sua abit¿¿ione, e di me Not. inf.tto.
11 Sig. D . Bemardino Pupigliani e rilasció la presente dichiarazione instando la med“
nceversi ed asserendo aver quella come vera in tutte, e ciascuna delle sue parti scritta
j PTO* mano e Carattere, il che per mezzo di suo giuramento da me Notario
deientoli, e da esso presso tact. Ev. confermo e ratificó. In quorum.
í ° seph Ioannis M E de Panjcaccis a Phocecchio I.U..D. not. pub. ac Civ. Florent.
de pred* recognitione rogatus scripsi, meque subscripsi ad Laudem Dei Deipareq.
Cosí e.
Giuseppe Santucci Assess.
^^La presente copia fu da me Not. inftto. estratta dal suo originale, col quale collazionata
benissimo concorda, ed in fede mano propia.
Giuseppe Panicacci.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra O, fols.
/ 7-81).

316
APENDICE N* 26E
Nueva declinación dc Pupigliani concerniente al juramento que le imputo d Tribunal dd
Santo Oficio de no comunicar a nadie, ni siquiera «1 Gobierno, lo que allí habla testi­
ficado.
Firenze 13 Julio 1740
^[Nota marginal: Copia autentica d’un attetuuo del Dottor Pupigliani
de 15 Luglio 1740 concemente il giuramento deferitoii dal Tríbunik del
St. Ufizio, acció non comunicasse ad alcuno neppure al Governo, quello
che aveva deposto].
A di 15 Luglio 1740
lo inf.tto attesto come essendo stato interrogato dai Padri di S. Uffizio di quesea G tti
di Firenze sopra alcune cose delle quali ho fatto aparte una dichiarazione e avendomi i
medesimi assicurato, che quanto io avessi deposto non doveva serviré ad altro effetto, chc
alio sgravio di mia coscienza, m’imposero poi, che di quanto io aveva detto, ed ero stato
interrogato non ne communicassi la notizia ad alcuno, e ne puré al Governo Secolare, quando
de questo me fossi stato ricercato, e tutto ció mi feccro promettere per mezzo di mió gran­
mente; e perche questa h la pura e mera verita di propa pugno ho scritta c soscritta la
presente attestazione.
Io D. Bernardino Pupigliani prop* mano.
[Nota: El resto sigue como en la declaración anterior con la confir­
mación ante el notario].
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza >40, Letra P, fols.
83-86).

APENDICE N.° 27

Comunicación de la condena pronunciada por la Congregación dd Santo Oficio de Roma


contra el Dr Crudeli.
El Conde de Richecourt a S.A.R., Francisco de Lorena
Florence, le 9 Aoüt 1740
Vendredy cinq du courant l’Inquisiteur de cette ville vient me troover et me dit qu’fl
avoit ordre de la part de la Congregation de me faire scavoir que 1'affaire du Docteur
Crudeli estoit terminée et me faire part du jugement qu’il avoit ordre de rendre k cet
Egard qui consiste á ordonner au Docteur Cruddi dc se retirer dans sa maison k Poppi
dans le Casentin et d’y rester au bon plaisir de la Coogrqgation du St. Office, en le
condamnant de donner une caution de mille escus pour sureté de Texécution dc ce
jugement.
Je demanday au Pére Inquisiteur quelle seroit la forme de cette sentcncc. II me répondit
que Ion y rappelleroit tous les faits generalement dont il avoit estés accusés, que Ton
enonceroit ceux dont il s'estoit justifié artide par artide, dc méme que ceux sur lesquds
il restoit des soup^ons, ou dont il pouvoit estre coupable.
Je n’ay pü m’empecher de luy representer les inconvemcnts qui pourroient naitre i
la suite de ce jugement, puisqu’en entrant dans tout le détail des faits dont il pretend
Crudeli accuser, il ne pourroit se dispenser d'y en enoncer qui feroient peu d’honneur au
Tribunal mesonce et occasionneroient des discours et peut-estre des contestations, qu’H
estoit á propos pour la tranquilité Publique, Thonneur de la religión ct dc son Tribunal
de chercher plutót á cstouffer qu’i faire naitre.
Que d’ailleur¿ il reflectit k la disproportion qui se trouvoit entre les accusations et
la peine que la Congregation Luy infligeroit, qui estoit plus que suffisante pour démoater
combien les premiéres accusations portées jusq’aux pieds dc S.AJL méme avoient «tés
calomnieuses puisqu’aprfcs 15 mois du prison 1c tout n'aboutissoit qu’i une rdégation daos
sa proprc maison; ce qui faisoit voir que la condamnation estoit purement pour sauver
1‘honneur du Tribunal. L'lnquisiteur me parot frappé dc ces raisons, mais me dit qu**!
ne pouvait apporter aucun changement k Pordrc dc proceder, s’il n’y estoit ^authorisé par
la Congregation méme. M. le Nonce estant allors survenú et I'ayant informé de la difficulté
que je faisoit, ils convínrent que des lorsque la Congregation voulott infliger une peine

317
a Crudeli il seroit plus a propós que l’on n’entrat dans aucun détail dans la sentence,
mais seulement par forme de pénitence salutaire luy ordonner de se rétirer dans la maison
Paternelle á Poppi, jusqu’au bon plaisir de la Congregation.
Le Pere In S ite u r me priat d’en écnte i l’abbe Franchini pour le répresenter á 1.
Cooerecation ce que je retusav de faire l’assurant fort qu il m importoit peu de quelle
m aSre íut la sentence, que les répresentations que je luy avoit fait n estoient que pour
le bien et l’avantage de la Religión et de son Tribunal. II en convint et se chargeat

^D 'ab ord que je scaurav la réponse de la Congregation j’auray Thonneur d’en informei
S A R qui reconnonrat évidement par la sentence rendu contre Crudeli combien ce pauvre
miserable n'esté calomnié de meme que grand nombre de sujets de S.A.R., lesquels sont
pour la plupart gens de mérite et scavants, et par conséquent en but á la persécution des

Ignorants^^^on ce qu¡ passé dans cette affaire, fera voir évidemment a


SA R la nécessité de mettre ordre a un Tribunal aussy injuste, et mettre la Cour de
Rome hors d’Etat de luy reíuser touttes les conditions qu’elle jugera a propos d’y opposer.
Tay Thonneur de me mettre a ses pieds.
P. D Le Pere Inquisiteur doit écrire a la Congregation au sujet de la Sentence a
rendre sur l’affaire du Crudeli qui est terminée.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto n. 3, 10).

APENDICE N.° 28 A

Intervención de Luca Corsi en favor de Crudeli.


Luca Corsi al Conde de Richecourt
Firenze, 3 Septiembre 1740
[Nota marginal: Una lettera di Luca Corsi de’3 7mbre 1740 con cui
prega il Conté di Richecourt ad aissistere il Dottor Crudeli, che é conti­
nuamente pressato da un certo Padre Cocchini per parte dellTnquisitore
a voler daré mallevadore].
Eccellenza.
11 Dottor Crudeli é molestato continuamente a Poppi dal Padre Cocchini per ordine
del Padre Inquisitore di Firenze, acció dia il noto Mallevadore; Egli ha risposto che V.E.
gli ha ordinato di non lo daré, al che ha replicato il Frate: I suoi Protettori sono stati
la cau:a delTindugiü del suo Processo, e lo saranno della sua G razja=; per ció il Crudeli
prega umilmente V.E. o a darH permÍ9sione si eseguire gli ordini de’Padri del S. Ofizio
o a proteggerlo ín forma, che non lo facendo non sia per nuocerli, come ha la bontá d’augu-
rarli questo buon Religioso. Prego V.E. a perdonarmi, se anco in lontananza ardisco inquje-
rarla. non avendo potuto dLspensarmi da far ció alie reiterate istanze, che me ne ha fatte
il Crudeü. e col piú profondo ossequjo le bacjo umilmente el mani.
A. S. F, {Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza, 340, Letra S, fol. 99).

APENDICE N.° 28 B

Commentario sobre la salud de Crudeli


Abate Ant. Niccolini a Mons. Gio. Bottari
Firenze, 29 Octubre 1740,
j JJx)vat0 Ia yostra al mío arrivo seguito qui la sera del 27, e da essa ho sentito lo
stato della grazía ricevuta per il povero Crudeli, che ogni giorno peggiora di salute talmente
ene questo negozío finirá con poco onore della Corte di Roma, per le ragioni che vi diró
a voce che vi faranno inorridire; e da per se stesso perche suppongo che il povero Crudeli
non campera, ne soppraviverá molto a queste disgrazie. Avanti di partiré per Firenze
avevo sentito che la gnzia sarebbe venuta per ogni luogo fuori che per Pisa, e nella vostra
ra ne ho trovata la conferma. Ció certamente basterebbe se non avesse bisogno d'andare
m luogo ove vi fosse copia di medid, atteso il suo pessimo stato di salute; me avendone
isogno la grazia sara imperfetta mediante la continua asma che Taffligge e il frequente
pu di sangue. Comunque peró sia la grazia di uscir di Poppi per lui sari sempre grazia
pere in quella ana di Poppi conviene che egli soccomba. II conte di Richecourt voleva

318
giá mandare a levarlo avendo saputo il suo infelke stato; ma il Crudeli si é protéstalo
che non vuole moversi che nelle forme devute, volendo piuttosto moriré perene la sua
mocenza, la sua probita, la sua parola gli preme piü di qualsivoglia com del mondo. Io
non ho altri legan» col Crudeli che quelli della caritá e questi solo mi muovooo a giovargli
quanto si puo e son certo che, se Sua Santitá aapesse sinceramente tutto questo ñero intrigo,
ne ordinerebbe súbito la liberazione non chc la commutazione da Poppi a Pisa, L’amore che
ho per il Papa e per la sua gloria nú ha fatto di nuovo metter mano in questo affare, perche
temo che un giorno questi signori daranno in testa al luogo stesso, se non si vede fatta
sotto di lui quella giu¿tizia, che il Ministero a Firenze crede dovuta. II caso del frete
Cimino in Siena e la pressa del Crudeli hanno tolto molto crédito ál Tribunale, la di
cui forza consiste tutta nel crédito.
(Publicado en el opúsculo Alcune lettere deüabaíe Ant. Niccolini a Mons.
Gto. Bottari, Bologna, presso Gaetano Romagnoii, 1867).

APENDICE N.° 28 C

Carta del Dr. Crudeli sobre su salud incluyendo dos certificados médicos sobre su estado.
Crudeli al Conde de Richecourt.
Poppi, 31 octubre 1740.
[Nota marginal: Una lettera del Dottore Crudeli de' 31 Ottobre 1740
con la quale transmette al Conte di Richecourt due attestati dei Medid
di Poppi e di Bibbiena concementi il pregiudizio ed ü nuocemento, che
ne riposta il Dr. Crudeli da queü'aria].
Eccellenza,
In conformetá dei consiglii di Va Eoc.za e di Monsignor Nunzio io scrissi nel pausan
mese di Settembre una lettera a Monsignor Ferroni nella quale lo pregai a volere appoggiare
colla sua intercessione il memoriale nella medesima lettera induso: era il detto meronriate
Tistesso di questo, ed accompagnato puré dalla medessima fede di medico, ne di questa
lettera, ne del memoriale ho veduto per anco risoluzione alcuna; ed intanto e venuto il
mese di ottobre, nel quale gia prindpió a sentire la cruddta di questo clima essendomi
cresciuti i dolori del petto, o sputo sanguigno divenuto piu spesso, e la tosse piü frequente
a segno, che il medico di Poppi, e quello de Bibbiena mi predícooo sicura morte, se io
non muto quanto prima questa fredda aria in una tepida e tranquilla, prima die la stagione
si avanzi conforme puó Ecc.za vedere dall’acduso certifícalo dal Gatteschi, e come vedri
da quello del Basili medico dü Bibbiena, che io non potro mandare prima di lunedi per
essere egli in visita lontana; i quali due attestati non mancai di mandare alia S. Coogre-
gazione. Pero supplico V“ Ecc.za a volere interpone il suo giustissimo Patrocinio a favore
d’uno innocente, ed ottenere da Monsignor Nunzio, che io possa partiré de qua per Pisa
senza che io sia necessitato di aspettare la permissiooe di do dalla Sacra Congregazioae,
dalla quale io ho ragione di sperare non solamente la detta permisstone, ma la totale mía
liberta da me di nuovo domandata nel memoriale, la quale io dovra alia generosa giustma
di Va Ecc.za, a cui coi piü vivi sentimenti di gratitudine, e di profondo rispetto umil­
mente m’inchino.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza detta Toscana, Filza 340, Letra J, fols.
103-104).

APENDICE N ° 28 D

Certificados de los médicos de Poppi y de Bibbiena sobre la salud de Crudeli.


Federico Gatteschi, medico di Poppi.
Poppi, 31 octubre 1740. f
lo inftt. medico di Poppi fo testimoniarla per il vero a chiunque s’aspetta, come •vendo
assistito al Sig. Dott. Tommaso Oudeli nel di lui male che la mixiacda una Phtm muni-
nente dopo aver soferti gravj e replicati gettj di sangue dal Póünooe cagionatj a mío
credere a lunghi e fortj travagli si d’animo, come di corpo, osservo in esso mfcrmo al ptj^
sente sputj sanguigni, e purulentj tosse secca e difficoltí di respiro, sgeeialmente nelle
ore notturne, qual passa con lunghe vigilie e sctoglimenti d’aira cruda. Per le qvadi cose
e una febbretta lenta, che le accompagna s’i ridotto ad una ed noo... maggrooa. Per lo
che io stimo non solo utile ma necessario alia per lui salute, che cgb mutar debba jana,
che respira presentemente molto frcda, ed esposta a ventj settentnooal. per 1* smiancme

319
del luogo circondato dagl’Appeninj c dove sogliono anche ncUAutunno mcdtc volte «dere
neve eregnar Tramontane pessime per .1 petto in altra piu tiépida e piu tranquilla e bal,
samica per U petto polmone, ove esercita la sua bizanma il sossad male come c imegnjmo
tutti gl’autori E non facendo ció egli pone in evidente pencolo la vita. E... posto io dico
per l’esperemento che ho tal sorte mal per il corso; anni trenta. Professione e mj soscritto per

propno pugno. s¡gue confirmación ante notario, bastante ilegible],

Giuseppe Basili, medico di Bibbiena.


Bibbiena, 1“ Noviembre 1740.
Io Gius. e Basili, Medico Tísico della Tena di Bibbiena attesto che avendo visitato
in Poppi il Sig. Dre. Tommaso Crudeli l’ho ritrovato in pessimo stato de sanitá, cioé con
tosse e dolore nei petro, frequenza di polso con sputi sangigni e ... [sigue coíno el anterior,
bastante ilegible]... di parere che Paria del Casentino é al medesimo totalmente perniciosa
per essere questo paese cento dall’Appenino, tra altre Montagne, che quasi tutto l’anno
sono coperte di neve, e che in conseguenza non possa il medessimo Sig. Dr. Crudeli pro-
lungare di vantaggio nepure per pochi giorni. Questa dimora in Poppi rende evidente ris-
chio della vita, tanto piü che si é giá cominciato a sentirse un freddo molto penetrante
e sensibile ed in tede ho scritto di mia propia mano.
[Sota. Sigue la confirmación ante notario, bastante ilegible].
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza, 340, Letra, J, fols.
104-1081

APENDICE N.° 28 E

Carta del Inquisidor de Florencia llamando a Crudeli se persone ante él.


P. Ambrogio, Inquisidor, al Doctor Crudeli.
Firenze, 2 Noviembre 1740.
Ho provato del piacere legendo la lettera di V.S. in cui mi assicura nella sua venuta
in questa Citta, conforme le diceva nella mia si compiaceva portarsi in questo S. O f"
ove da me le vera destinara il luogo d’aria piú mite ed ivi potra proseguiré gl’ordini della
suprema e sacra Congregazione, come nella sentenza.
La stó dunque attendendo, e fra tanto mi dichiaro.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra X , fols.
1 1 1 - 1 1 2 ).

APENDICE N.° 28 F
Billet- dei Dr. Crudeli cotnunicando la carta anterior.
Crudeli a1 Conde de Richecourt.
Firenze, 2 Noviembre 1740.
Tommaso Crudeli col piú profondo ossequio supplica TEcc.za V* a leggere questa
responsiva dellTnquisitore, ed a volerlo in ogni maniera esimere dal comparire al S. Uffizio
secondo la mira di questa citazione. Egli ha tutta Tesperanza di ottenere dalTEcc.za Va questa
grazia unita a quella di potere stare o in Firenze, o in Pisa, e non isi aspettare il suo
destino dall Inquisitore, ma dalla bontá di Va Ecc.za, alia quale di nuovo umil.te s’inchina.
A. S. F. (Consisto di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra X , fols.
113-114).

APENDICE N.° 28 G

Notificación del Inquisidor del lugar a que ha sido destinado Crudeli.


P. Ambrogio, Inquisidor, al Doctor Crudeli.
Firenze, 17 Diciembre 1740.
[Nota marginal. Una lettera del P. Inquisitore di 17 Xbre. 1740 con
cui notifica al Dr. Crudeli potere eleggere qualunque luogo li pitecia loco
careen eccetuato le cittá di Livorno, Púa, Siena e Firenze],
VS deU* Sagr,a Cooireiazione del S. Ufizio, dopo presentad gl’attestati di
con *u* lettera deflO córtente doverle significare, che io riguardo del

320
mérito di Sua Eccelenza Sig. Conte di Richecourt permette * Leí qualunque luogo, ten*
o villaggio di poter ntenere loco carceri», a ¿serva petó delk dttá, doé Firenze, Siena,
Pisa e Livomo; laonde rimase in libertá di V.S. di ckggere il suo soggiorao dove le pla­
cerá eccettuate pero 1c sud. quattro Qttá e... non gli piaeda, o sia confacente... indispoai-
zioni abituali codesta di Poatadera... avisarmi dove risolve la sua abitaztooe per potente
rendere ínformata la d* Sagra Congregazione, che i quanto m’occone significarle, e mi
protesto.
iVo^'i Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra X , fols.
118-119).

APENDICE N.° 28 H

Notificación de Crudeli de la noticia anterior solicitando poderse quedar en Pisa.


Crudeli al Conde de Richecourt.
Pontadera, 19 Diciembre 1740.
[Nota marginal: Altra lettera del Doctor Crudeli de 19 d* trasmettendo
la pred* al Conte di Richecourt pregándolo ad accordarghi di portara a
Pisa].
Eccellenza,
Vostra Ecc.za in pietá della mia malattia, e della mia Innocenza e fece e mi fece fare
tutte la diligenze perch’io potessi andaré a Pisa le prommesse del Padre Inquisitore, e
gli attestati dei medici mi hanno tirato adosso questa lettera. Nei il pfinpyft
fui tutto, tutto giubilo, ma restai di falso quando reddi che alia cruddtá si Ja
beffa e il disprezzo. In questa lettera mi si vuol far sentire, che i It solo mérito di V*
Ecc.za che eselude dalle Cittá un innocente rovinato nella sanitá, nella reputazione, e negli
interessi, e che il Padre Ambrogio sa ancor lui maneggiar l'afronta la piü mordace in fatti,
ed in parole. Son sicuro che Va Ecc.za vedendo il mió presente stato restarebbe intererita
e maravigliata alia mié miserie, ed alia mia sofferenza. Io soffro ndTanimo, e nd corpo,
qualche J’umanitá puó soffrire, mi trovo innocente, e perseguítato sentó la mia sanitá che
sempre piú s’indebolisce, in un luogo senza medici, senza latti in una solitudine senza
avere tanta forza ne meno da diventirsi colla lettura, privo del consenso degli amiá, che
mi faccino scordare quella orribile infelicitá de mirarme sempre nelle branche del nrio
nemico offensore, e di non potere a testa alta dire io son suddito del Gran Duca a questo
titolo io preferentemente aspiro ed ho tutte le ragioni per pretendervi, e partkxdannente
la giustizia e la bontá di V* Ecc.za ne lo fanno sperar quanto prima, alia quale sola io
voglio avere questo obligo di gratitudine. Supplico dunque 1’Eoc.za Va a daimi per ora
la libertá di andaré a Pisa, e se a natale prossimo I’Evangelka sincerita e mansuetudine
delTInquistore si opporrá colle sue zelanti rdaziom alia liberaztone mía tócale, ed alia
grazia che certo mi accorderebbe tutta intera la sacra Congregazione, daD’EcceBenza vostra
io l’aspetto, in riconoscenza del qual beneficio, che tutte le di hbeüe quahta mi promet-
tono, io giá assuefatto alie di lei grazie, fo voti, e preghiere al Calo per la ptospenta ddla
di lei persona, e di tutta la nóbiUssima sua casa.
A. S. F. {Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra X , fols.
120- 121).

APENDICE N* 29

Atestado del abogado Archi en que declara la inocencia de Cruddi.


Bartolomeo Archi, Abogado defensor del Dr. Crudeli.
Firenze, 2 enero 1741.
[Nota marginal: Attestato delTawocato Archi, con cui dKÜara esser
una calumnia ció che andava dicendo il Vicario dd St. Ufrno, che Egli
cioé avesse asento stata confessata dal Cruddi la sua culpaJ.
Io Bartolomeo Archi stato difensore dd Sig.r Tommaso Crudeli nei tempo che k> difen-
devo in cause del St. Offia?, mi fu referíto; ma non mi ricordo da ou, < che■ u
Vicario del medesimo S. Offizio aaserisse, che io li avesse detto, che^ u prefato 5ig.e
deli, mi avesse confessato d’esser reo, e non oslante proseguisse la diíesa, e mi ene
tal cosa Tasserisse aU'Illmo. c Rvmo. Monsig. Nunzio; la quale asernone dd <r yicano
non i verídica, non avendoli mai fatta tal dichiarazione t non poteodola tare, poKnc ti

321
Dr. Crudeli non mi ha mai confessato ««ser colpevole al contrario sostenuto sempre essere
innocente di tutti i fatti, de’quali fü denunziato e mi iece tde s ^ i e un tüscorso cosí
temerario, che allora mi credei in obbhgo di dame parte «dllllmo. ed Rev» Mons.re
Fertoni, Segretario del S. Utfuio. tanto per agravio mío, che del mío diente in Fede m* p\
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 340, Letra F, folg.
29-30).

APENDICE N.° 30 A

Correspondencia mantenida entre el Nuncio en Viena y el Cardenal Secretario de Estado


sobre los problemas planteados por la Inquisición de Florencia.
Mons. Camillo Paulucci, Nuncio Ap. en Viena al Cardenal Valenti.
Viena, 3 Diciembre 1740

Con^lla*dovuta prontezza ho di bel nuovo parlato non meno al P. Hassel Confessore


dd Ser.mo G. Duca, che ai suoi Ministri, e precisamente a quello, di cui si é servito S.A.R.
per íarmi giungere le sue risposte intomo alie materie e controversie pendenti col Tribu­
nale del S. Offizio in Firenze, e con la Curia Arcivescovile; ed ho loro esposto quanto
giustamente siasi commosso Tanimo Pontifico nelTintendere con inesplicabile suo cordoglio,
che ii Ministero Laico di Firenze invece di frenare la soverchia scandalosa lícenza, con
cui procede contro la Giurisdizione Ecdesiastica, e precisamente contro il S° Tribunale
delTInquisizone, va sempre cumulando attentati sopr’attentati, e non fá che aggiungere
novita con pregiudizio evidente della liberta dovuta secondo i S. Canoni, e la lodevole
antichissima osservanza al med° S. Tribunale, di modo che da a conoscere colTirregulare
sua condota, non aver altro scopo, ne altra massima, che d’impedire intieramente Tesercizio
di quell’autoritá, che non riconosce altro superiore che Gesu Cristo e il suo Vicario in térra.
E qui mi sono fatto ad accennare cosi al primo, come ai secondi ringiutissima pretensione,
eccitata di recente, che il P. Inquisitore di Firenze dovesse variare le solite formole della
sentenza da indmarsi a Tommaso Crudeli, detenuto da lungo tempo nelle carceri del
S° Offizio. e che la S1 Congregazione non avesse dirito di condannare grinquisiti a pene
afñittive del Corpo, e conseguentemente che nepure potesse astringerli a daré siguritá di
pagare una congrua somma di danaro in caso di contravenzione ai suoi decreti estendendo
inoltre la sua pretensione nel voler assoltuamente che il riferito P. Inquisitore commutasse
al d° Crudeli la pena di rilegazione in altro luogo, dal destinatogli, a piacimento dd med°
Ministero. Con la maggior energía possibile, ho scongiurato cosí il P. Confessore, come
gli altri Ministri di S.A.R. a rappresentare alia meda nel suo giusto lume tutto che venivo
di loro significare, e a persuaderla a prendero senza ulteriore indugio quelTefficaci risolu-
rioni, ch’esige deil'A.S. l’onore di Dio, e la puritá della nostra S. Fede, incaricando massime
ii sud° P Hassel di ben far comprenderla che Sa Bne. non desidera e non chiede verun
altra cosa, se non che si mantengano nella dovuta intera osservanza le lodevoli consuetudini
sempre praticate nei stati di Toscana sotto il Governo dei Principi Medici, e vengano perció
rimossi i canti abusí, che anno procurato e procurano d’introdurre i Ministri delTA.S. contro
la podestá spirituale con danno inestimabile della Religione. Mostró il sud° P, Confessore
tutto Forrore nelTudire la patética esposizione da me fattagli, e mi promete di paríame
a S.A. e di legerle ancora la memoria, che per ció gli presentai assicurandomi ch’egli risen-
tiva un vivissimo dispiacimento nell’intendere, che si continuasse ad impedire Tesercizio
di una autoritá tanto necessaria per la manutenzione della puritá della S* nostra Religione,
non estante che abbia in passato dal suo canto fatto, come mi é noto ció, che gli conve-
niva, per adempire alie parti del suo grado, aggiungendomi, che in certa maniera S. A.
gli aveva tolto il modo di prender ingerenza apertamente in queste controversie, come pur
troppo mi e noto, spiegandosi seco lui, che voleva, che le sue risoluzioni mi fossero comu­
nícate per il canale del suo Ministero Laico, che avrebbe po posposte tutte queste rifles-
sioni, di nuovo parlato a sua A. con la dovuta efficacia; lo che mi rispossero ancora i
Ministri, che avrebbero eseguito alia prima apertura, che si sarebbe loro data di póteme
tenere proposito con l’AS. quale protestarono esser si occupata dopo la morte delTImp.
re, che non era loro possibile d’iníarmarla ne puré delle cose piú urgenti de’suoi stati.
uno po di essi ch’e ben portato p*t la S. Sede, mi confidó, ch'egli imaginava, quale sarebbe
«tata la nsposta del S r.mo Gran Duca alie míe rimostranze, ed era che S.A. mi avrebbe
ratto dire, che avendo autorizzato, per compiacere a Sua Bne. cod° Sig.e Abb.e Franchini
s j o Ministro co«tí a trattare sopra tune le pendenze Ecclesiastiche, poteva Sua Santiti
targü proporre ancora la divisata. Mi suggeri in oltre in piena confidenza, che conveniva

322
si poncsse tutto lo studio dal Ministro, chc tari deputato da Sua Bne. a trattarc col sud*
Abb.e Franchini a persuaderlo della neceasitá, chc vi era di non innovare, ne di punto
alterare le antiche lodevoli osservanze «tabilite a vantaggio del S. Tribunale ckdl'lnquisizxone
nella Toscana, senza pó rííerirsi a ció avevano permesso i Principi Medid le dí cui vetdgia
questo moderno Gran Duca dava a conoscere, chc non voleva seguitare síocorac di consi-
gliare il sud° Abb.te Franchini a riferire qua í diríttura a SjV e noo al Consiglio di Itqg-
genza in Firenze quanto verrá concertato con il Min.ro Pontificio, promettendomo d’im-
piegare in seguito tuta la sua opera, per allontanare tutt’i semi di discordia, e per £ar
argire alia soverchia animosit¿ dd Ministero Laico, c precisamente dd Senatore Rusceilai,
poco affetto alia S. Sede.
Non avendo sino a questo momento pó ricevuto alcuna rispos** alle míe rimostranze
non ostante che ieri mattina ancora facessi rinnovame la memoria alTaccennato Ministro
di S.A. debbo giudicare che nq>ure questa matina sia riusdto al med. di paríame, ne tam­
poco al P. Confessore.
A. S. V. (Nunz. Germania, vol. 334, fols. 462 -464 ).

APENDICE N.° 30 B

Mons. Camillo Paulucci, al Cardenal Valenti.


Viena, 17 diciembre 1740.
Ho saputo ieri sera, che ieri mattina si parló nd Gonsigtio adunatosi avanti il Gran
Duca delTaffare del S° Ofiirio di Firenze, e precisamente sopra la pena data al Crudeli,
essendosi letta in esso la memoria, che io presentai, e mi ha assícurato uno dd Connglien,
che v’intervenne essersi risoluto d'incaricare Tabb.e Franchini a parlare a Sua SaeritA, e
ai suoi Ministri costi dd med° e trattare di questo inddente ancora, huevando SA-R. aüa
Reggenza di Firenze con questo stesso corriere gli ordini di trasmettere senza ritardo tutte
le necessarie informazioni alTaccennato abb.e Franchini sopra questa, ed ogni altra pen-
denza, quando non Tabbia eseguito.
A. S. V. (Nunz. Germania, vol. 334, fol. 476).

APENDICE N.° 30 C

Mons. Camillo Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 24 diciembre 1740.
Per ordine del Ser.mo Gran Duca fu ieri sera a ritrovarmi il Sigr. Marcha Bartokxnd
consigliere di Stato di S.A.R. per significarmi, come fece, per parte della medjna chc
supplicava Ntro. Sig.re a far tener proposito coli Abb.te Franchini suo Ministro costi della
controversia insorta in Firenze tra quei Tribunale delTInquisizione, e la sua Reggenza in
torno alia condanna del Crudeli, avendo S.A.R. gia dato ordine al sud* Ministero di Reg­
genza di trasmettere, come non dubita avri fatto a quedara, le informazioni necessarie
alTaccennato Abb.te Franchini sopra qualsivoglia Pendenza dd suri di Toscana con la
Santa Sede, e precisamente sopra la divisata. giudicando S.AH. che si come é acreditato
il d° Ministro a trattare sopra le med. con i Ministri di Sua Santita, cosí non convenga di
separare la di sopra menzionata dalle altre, che riguardano il sud° Tribunale deU’Inquisizkxie.
Tanto mi onoro di rappresentare a V.E. in conferma di quanto le partedpai nelle mié pre­
cedenti sopra questa controversia ben awisandomi, come mi significó il Ministro confi­
dente deil’A.S., che sarebbe stata rimessa al riferito Abb.e Franchini, al quale ho risaputo,
ch'é stata pó trasmessa la memoria da me fatta presentare a S.A.R. E senza piú profonda­
mente per fine a V.E. m’inchino.
A. S. V. (Nunz. Germania. vol. 334, fol. 479).

APENDICE N * 30 D

Mons. Camillo Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 28 enero 1741.
Ho significato al Sig.r March.e Bartolomd in ademphnento degli ordini datimi da VU .
la disposizionc, in cui era N* Sig.re per compiacere al Sermo Gran Duca di uniré alte
altre controversia Ecclesiastiche della Toscana, che dovranno cosí trattarsi col Sig.r Abbjc
Franchini, l’insorta di recente in Firenze tra ü y Tnbunale deU nqm * t o e la Reggenza
dell’Altezza Sua interno alia condanna emanara dal pruno contro il Crudeli; e si * caricato
ü sud” Ministro di comunicare alia med* Altezza sua la prontezza, con cui Sua SantltA h
concorsa a secondare il di lei desiderio, sigmfacatomi per mezzo dello stesso Sigr. Mech.e.
E senza piú proíondamente a V E, m inchino.
A. S. V. (Nunz. Germania, vol. 3)5, fol. 23).
■jl . -^ ' '-V ." •a

APENDICE N.° 31 A

Correspondencia mantenida entre el enviado especial de la Santa Sede * Florencia, P. Mario


Maccabei, con el Cardenal Secretario de Estado.
P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado.
Firenze, 20 enero 1741.
Mi spiace dintendere che V.E. si trovi sorpresa dalla gotta; voglio pero sperare che
al giongere di questa possa esserne del tutto libera.
Mi do Tonore d’umiliare a V.E. la relazione di quanto é passato ieri sera nella longa
conferenza tenuta col Sig. Conte di Richecourt, quale come V.E. vedrá ripiglio tutto il
discorso íattami la prima volta col ristutto che tiene del Proceso del Crudefi, che mi lese
con le ritrattazioni e dichiarazioni fattasi da i testimoni, e sopra Tingiustizia di questo
proceso ubi funda tutta la pretensione dei due Comisarii tsecondo si pratica nello stato
Veneto, alche risposi che questo era un punto assai difficile d’acordarsi, che io no avevo
visto ii Processo, e quando per impossibile vi fossero le falsitá che pretende il Sig. Conte,
le mancanze d un Ministro partkolare non devono attribuire ad ingiustizia dal Tribunale
di cui mai nei passato s’erano sentite; che ne potere credere che l’inquisitore, e suoi Mi-
nistri fossero di cosí perversa volontá; e mi convenne tacere perche ritornava alie prime...
contro i suddetti ritoccando la crudeltá con cui fu trattato il carcerato; soggiunse che
per meglio certi ficarmi del fatto mi facessi daré dal P. Inquisitore il Processo, ma mi
negai perche non avevo tal ordine da Roma; e poi questa lettura avrebbe portato molto
tempo. II Sig Conte in ord.e allTnquisizione camina con la probitá di Francia; cerca a
íarlo spiegare e di lui sentimenti e pretende che Roma debba restarli obligata perche no ha
messo in publico le falsitá praticate dal Inquisitore e Tabuso del Confesore, che mando
il Testimonio con la lettera al S. Offizio. Questo e quanto debbo avanzare a V.E. e con
umiliarmi a’piedi di S.S* attenderó grordini di V.E. cui proíondamente inchinadomi baccio
umilissimameme ia S. Porpora.

Relazione della conferenza tenuta li 9 Gennaio col Sig.


Conté di Richecourt.

Pretende egli che il Processo fatto contro il Dottor Crudeli sia una mera calumnia fun-
data sopra tre testimoni comparsi al P.I. che anno deposto il falso awendo egli nelle
mam il nstretto del Processo che fu dato al Crudeli per fare le sue diffese. La prima
denuncia é d’un Prete nemico del Crudeli per dissaposi passati tra di loro, e che ha
citati testimonii o morti o che sono stati negativi. II secondo testimonio & un Giovine tenuto
dalla Cittá per pazzo, che dal Confessore fu mandato alTInquisitore con una lettera, nella
quale vi erano g]'interrogatorii che gli furono fatti e per la minaccia fatali dalTInquisitore
ha deposto d’aver visto e sentito quella, che ne ha visto ne sentito, ha indizziato molte
persone che erano nótate nella lettera, come complici o sospetti di varii errori che ne puré
conosceva. e queste sono sponte quelle che anno avuto mano o erano... delle satire fatte
contro i Jesuiti. Ha accusato di molte cose il Crudeli, e nella repetizione delTesame in
molte cose si é contradetto, e poi in fine ha con tutto ció raífermato il deposto in tutti
due esame. Doppo per scampdo di coscienza ha mandato alia S. Congregazione del S.
Otíizio di Roma la ritrattazione di tutto il deposto chiedendo la facoltá di potersi le
assolvere, quale da Roma ottenne. Di poi ricorse al Sig. Conte per avere Tassicurazione
di no esser offeso dal Cruddi, e Fratelli, facendo altr» dichiarazione e ritrattazione lega-
izata per mano di Notaro, chiedendo la remisione dal Crudeli. e questa stá presso il
Sig. U>nte. ' M ^
II 3 Testimonio su cui dice fundarsi il Processo si b anch’esse ritrattato, confessando
de^ser stato ingannato perche dal#Inquisitore non si é scritto, como ha deposte ne si h
m ° r voleva dirc a sgravio del Crudeli e questa dichiarazione h nelle
mam dd hi£. Conte.
Intende dire nel Processo vi siano altre falsitá, e che di quanto resta esposto nella
sentenzia fatta darinquisitore contro del Crudeli nulla vi sia di provato.
A tutto questo risposi che essendo giá termínata la causa non occorreva pió parlare del
passato, e che per comporre le differenze con Roma desiderano che il Sia. Conté mi sptegasae
i di lui sentimenti circa.,. che al presente soffre tanto il Tribunale di Mr. Arcívesc. quanto
quello del S.O., e mi lesse le risposte mandate tra ordinarii... al S¡g. Abbate Franchini per
farle... a V.E. come suppongo le avri a quest’ora avute. Oltra di questo nuDa soggíongo.
In ordine al modo di avenire al aggiustamento disse che desiderava sentirlo da me,
a questo rispóse non aver io su questo punto altr’ordine per ora, che sentirlo del Sg.re
Conte, ció che egli desiderava terminare quest’affare senza dilazione con sodisfaziooe di
S.S. quale egual desiderio per la stima che fi di SA.R. bramando, bensi die resta in tutta
la giurisdizione del G.D. ma insieme il vantaggio della Religione ed il deccoro ddla S. Fede,
ed il buon nome di S-A.R. presso la Corte di Roma massime nelle droostanze presenti*
A questo rispóse che era ben persuano del buon animo di SS• verso S-AJl. la quale
aveva a onore i vantaggio della Religione, ma che anche desiderava la gsuatizia, e la con-
servazione de’suoi sudditi, á quali era obbligato; che peto non poteva acoordare, che dal
S. Offizio si continuase ad operare, come si era praticato sin’ora, e dó per decoco di
Roma, ne per decoro del G.O. attesa la falsiti ed inghistma pmtkata daTInquisitore nd
Processo del Crudeli; che egli per mezzo del Tribunale ha sin’ora tenute criate; esagerando
anche contro lTnquisitore si per averli piú volte mancato di parola, si anche per le false
rappresentanze di esso fatta alia S. Cong.e di Roma.
Allora io dissi, per se il Sig.re Conte che debba levarsi da Firenze 3 Tribunale dd
S. Offizio, se si levava crescerá la liberta e libertinaggio e non susisterl ne il deooro ne
Tinteresse temporaJe di S.A.: Ripigió il Conte noo si pretende questo. Coatinui puré il
S. Offizio vi restino puré se cosí piace a S.S* i ministri, che vi sono» ma si ponga
rimedio e freno alie calumnie, alTimposture, alie falsiti, ed agl’abusi sin’ora pratkato dal
Tribunale, si in Firenze nel Processo del Crudeli, di cui ne tengo il ristretto. e son pronto
a provare quanto dico, con i fatti alia mano, circa la falsita pratkata nd sud° Processo, e
circa gl’abusi basta il fatto dal P. Cimino in Siena. Onde sogiunse noo vi vedo altro mezzo
per rimediare ai passati disordini, e salvare la Religione, il decoro della Corte di Roma,
la giurisdizione di S.A.R., e la giustizia a sudditi, si non che Roma accordi che neQa coro-
pilazione de’Processi del S. Ofizio v’intervenghine due Comisarii di SA.R. col giuramento
come si pratica nello stato Veneto; all’ora tutto caminara con paze, sata salva la Religione;
il Tribunale avra tutto il bracdo che vorebe al solo cernió de’Comisarii richiesti dal Tri­
bunale si metterá freno al libertinaggio, e i discoli saranno castigan.
A. S. V. (Nunz. Firenze, vol. 127, fols. 178-180).

APENDICE N • 31B

P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado.


Firenze, 24 enero 1741.
Dalla relazione, che qui acdudo a V.R. vedrá quanto é seguito nella Conferenza tenuta
per piú di tre ore col Sig. Conte di Richecourt. Non ho posto nella Rdaziooe ció che
mi disse per giustificare la Societá de’Liberi Muratori con tacdare Roma per la fatta Cos-
tituzione alche no mancai di risponderli: Questo Sig. non ha ne concetto, ne stima ddla
Congregazione di Roma, e parla con ardore e disprezzo tale che, ha obligato qualche volta
a ribattere con equal ardore le sue violenze parendomi che cosí portasse il dovere. N d
suo discorsc vorebbe confundere con le parole saltando da una cosa ad un’altra, non gli
é pero riuscito, egli sta male e di si doppo pranzo mi disse voleva andaré in Villa diue
miglia fuori di Firenze, cosí consigliato da Medid, essere fuori un mese, e che la cola
mi avrebbe mandato a pigliare, e che coli si sarebbe discorso Vaffare, quando non mi
fosse stato d’incomodo. Ma desideravansi che V.E. mi spiegasse i suoi sentimenti non
volendo io avanzarme a far proposizioni. Circa il rnutare i Ministri dd S.O. sempre ho
detto che non gTimporta, che restino i presenti. Ho lette le scritture da VJE. favoritemi.
le ho lette, e considérate ma é diffkile rimoverlo dal sistema, chi si é formato aggpongendo
che la Cittá £ piena di passioni Tuno contro Valtro, onde é troppo facile il fare briconerie
c calumnie, e che il Tribunale del S. Offizio sia maggior ansa di farle, alche non ho lasdato
di rispondere quanto poteva dirsi; ma £ diffidle il capacitare un’uomo che sempre torna
da capo, e ripete il medessimo; se nella relazione io altra forma mancato. supplico V.Sig *
e V.E. a condonarmi ed illuminarmi.
Mons. Arcivesco continua a letto or bene. ed ora alquanto piú aggravato, ed avkinandod
l'aniversario del accidente patito lo fa «tare con pena correndo tempi straganti. Ritomando

325
poi all'affare del S. Offizio V.E. sia puo certa, che non mancheró di distreggiare sen*.

" " i i h t S S S .'S S S R .nc.velli.cc™ M i ch, - fa » H c«c.,i


da Ntro Sigje , desideíarebbe sapere se SS gl abbia ncevuto Perdom V.E la mía impor-
tunitá, e con supplicarla a pormi a’piedi d. Ntro. Sig. con profondament. mchmarim a V E .
baccio la Sagra Porp xa.

Relazione della Conferenza tenuta col Sig.


Conte di Richecourt nei 24 Gen.” 1741.

Portacomi dal Sig. Conte di Richecourt !e significai che avendo partecipato a V.E il
progetto da esso proposto di far intervenire nei S.O. due Comisara deputati da S.A.R.
col giuramento del Secreto V. E. per causa della podagra non aveva potuto rispondermi
sopra tal progetto, come ne puré rispondere alia di lui lettera, ma che lo farebbe in
appresso. Per quello poi mi veniva avisato per altra parte il progetto de due Comisarii
essendo giá stato proposto altre volte, e rigiettato da Roma, ne meno era stato ben inteso
af presente ne poteva piacere a S.S. essendo troppo irregolare poco decoroso alia S. Sede,
o per le pessime conseguenze che porterebbe mentre tutti i Principi su Fesempio della
Toscana avenarebbero una si esorbitante pretensione.
Rispóse il Sig. Conte non essere irregolare il progietto proposto ne di puoco decoro
alia S Sede mentre si pratica in Venezia. In 2o luogo che si come nei S. Oficio entrano
Consultor! secolari, non era esorbitanza, che entrassero due Comisarii deputati dal Principe
per assicurare. ed indemnizare i suoi sudditi, come b obbligato dalle frodi e calumnie. E
chi rispigió la sólita esagerazioni circa il fatto di Siena, e quello del Dottor Crudeli, che
pretende condannato a torto non essendoni nella sentenza data dal S.O. che ha nelle mani,
reato provato, che meritasse una pressura, cosí ingiusta, facendomi premurosa instanza
che mi facessi comunicare una pressura cosi ingiusta, facendomi premurosa instanza che mi
facessi comunicare dal S.O. il Processo, perche toccarei con mano esser stato condannato
il Crudeli sopra deposizioni false e ritrattate del Minerbetti e Pupigliani, nulla risultando
dagraltri testimoni.
A questo risposi non aver io ne facoltá, ne incombenza ne tengo di rivedere tal Pro­
cesso, ne orcorreva venire a'nuovi esami per giustificare il giá fatto dal S. O ., come essi
richiedeva. Che era abastanza nota la mala fama del Dr. Crudeli presso tutti in Firenze
prima della di lui carcerazione per le massime cattive, che pubbÚcamente aveva dimos-
trato in materia di Religión. Che il S.O. non era quel Tribunale Tiránico come lo spacciava
il Sig Conte, ma ben retto e giusto, che únicamente cercava corregere e’delinquenti, e
faresi rawedere da suoi errori, ed indemnizare la Religione; e che se si doveva accomodare
e rimediare Faggravio che sofre il Tribunale del S.O., e venire airagiustamento, non occorre-
va rinvangare un fatto giá terminato.
Venando poi al progetto dissi. che cío che si pratica in Venezia fu concordato nella
prima irtroduzione dellTnquisisizone m quel Dominio (il che esso mi negó); in luogo
che i] modo con cui si govema quella República per conservar pura la Religione e assai
diverso da qualche si pratica nelFaltri stati de’Principi.
Al secondo motivo, risposi che se il S.O. ammette Consultori secolari per consiglio non
poteva ammetere secolari che dassero la legge al S. Ofizio o le legassero le mani a loro
arbitrio, come farebbero i due Comisarii deputati dal Principe, e pero che Ntr. Sigr. mai
avvebbe approvato un progetto cosí... lo quale sottoponerse a Due Laici ed altra Podestá
La’cai alTribunale cosí rispettato che sempre si b conservato independente ne domini, dove
t il b. Otfjcio, oltre le varié conseguenze, che portarebbe un’esempio cosí pernicioso.
In ordine al fatto di Siena era noto a tutti con quanto rigore era stato da Roma
punito e quando anche qui i Ministri avessero mancatto (il che mai poteva accordare) al
mancante non doveva per ció pregiudicare e distruggere il Tribunale, ne dal G. Duca si
aistruggerebbe un Suo Tribunale Laico, se un Ministro avesse mancato.
Che pregavo il Sig. Conte a riflettere alli pregiudicii, che ne pativa la Religione dal
aver sospeso il b. Ofizio, si che non possa operare, che dalla piú savia parte di Firenze
avevo sentito esclamazioni e doglienze contro la gran libertá di parlare con disprezzo della
^ esa, e de suoi dea)ri, mettendo tutto iu derisione, onde triomphava FAtheismo; che
Koma non poteva mai credere, che quista fosse Fintcnzione di S.A.R. essendo ben nota
aran1 r^1 C ZC? che anzi in Firenze comunemente si diceva che la
? 1 era originata dalla protezione che avevano di questo
/ / J^ amato & Inglesi che sono in Fi¿en/e (il che non mi negó), onde sembrava
strano si facesse tanto strepito con pregiudizio della Religione.


Sogionsi finalmente chc se il Sig. Conte persisteva in tale sentimento era supcrfiuo il
far instanza che Ntr. Sig. mandaste persona di una confidenza amkhevolmente quest’affare.
A questo egli rispóse, che Roma proponerse qualche altro progietto che salvaste coo
la Religione la giustizia de’sudditi di S.A.R. si die non soggiunssero a calunnie e perae-
cuzioni.
A. S. V. (Nunz. Firenze, vd. 127, fols. 185-187).

APENDICE N * 31C
P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado.
Firenze, 22 abril 1741.
...come potrá V.E. vedere de le mié rdazioni, tutto si ridusse a quanto era seguito
nella causa del Crudeli, e tutto questo giá l’aveva communkato a Moni. Nuncio...

Firenze, 23 abril 1741.


[Está hablando de los abusos dd P. Inquisidor].
...della Religione e della Giustizia de* sudditi per le raggioni altre volte perche eglt
avveva esposta la piaga la quale dal S. Padre aspettava il rimedio e qui rip4gü& Je solice
querele contro il S. Officio a V.E. le vedrá in ristretto nei foglío annesso, in coi restaño
omesse Tespressione; sopra Tlnquisitore alTabuso che si poteva tcmere, disse nulla poteva
rispondere, mentre non si sapeva cosa se proggietasse, che di dó si sarebbe diácono doppo,
per oviare ogni disordine.

Billete del Santo Ofido al Cardenal Secretario de Estado contestando a la carta anterior.
Rimandiamo la lettera del Padre Maccabei, a cui potrá scriversi che tenga pur vivo
il trattato; che al Crudeli sia fatta la grazia, e che giaoctó Tlnquisitore i tanto eso» si
rimoverá quanto prima col mandarle un’altro.

Quejas del Conde de Richecourt contra el P. Inquisidor, induidas en d billete anterior.


[Nota marginal: Capi di doglianze dd Sig.re Conte di Richecourt eon-
tro Tlnquisitore].
Primo, che sino a’tempo ddl fu G.D. Gastone scrisse a Vienna al medico Gardli, che
il Duca di Lorena essendo Frimason non era bene, che venisse in Toscana, e la lettera dice
averia presso di se.
2 .° Che i Confessori di Sta. Croce, doppo data Tassohraone ai Penitenti gli insinuavano
di pregar Dio, a ció s'estirpasse Teresia dei Frimasson.
3.° Che dal Processo fatto contro il Cruddi, quale ha nelle mani gli consta, che i
delitti espressi nella sentenza non sono provati, come é pronto a mostrare col Processo alia
mano non pretendendo con ció di diffendere il Cruddi, ma sok) far accedere Tingrastiris
della sentenza e condanna.
4.° Che le deposizioni de* Testimonii non son state serhte feddmente, ma varíate, ed
alterate, como é pronto a mostrare con la fede giurata de' medesimi testimonii.
5.° Che si é stato Tabuso della Confessione come gli consta della fede jurata dd testi­
monio Pupigliani.
6 .° Che un simile abuso é stato ndla deposizione dd Minerbetti tenuto da tutta la
Cittá per pazzo a sciocco; quale fu mandato al P. Inquisitore con una lettera scritta dal
suo Confessore in cui erano descritti i capi sopra de quali doveva interrogara, e nomínate
le Persone, che doveva denunziare in n ® di piü di 60 e queste erano tutte Persone che
avevano avuta o tenuta mano alie satire fatte contro de? PP. Gesuiti.
7.° La minaccia fatta a’ Testimonii, se non dicevano a modo di chi interrogava; le
false representanze fatte a Roma di quanto era passato tra il Conte, ed il P. Impastare.
A. S. V. (Nunz. Firenze, vol. 127, fols. 208-209 ; 211 -212 ).

APENDICE N .• 31 D

P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado.


Firenze, 25 abril 1741.
NelTultima conferenza tenuta col Sig. Conte li 24 córreme procurai di far valere la
grazia fatta *1 Crudeli da N S. in prova della sincera intenziooe ¿'ultimare le differenae

327
M TirtM iiM t». I * In « h v i h w íft * » .* t * " » * » « m « w v í a i » l*r v i 1 'u liliM m itin ,
Z kL Z V ta m ¿ > L ¡I C I ) « f l . M . M w « » • lfí.? S iWVíS 2 1 !2 !r
H * i * » ¿ M il M M W irh h » M in i* # u » a .11 Mtliior Im jH M U M M . « H i t » M i lU rU fU lu
L » J T r t ? Í K K t w J T l . M * < > .« .« I U ..H C W M IM II, i * n h « «i M lv i I . g l m t i i U
S I L Ú i L f e m m tHM M .* * U V ,» - K rllM lM ,,,
M i V i « w .W .i.» < v »»»»»! IV » 'II" ' w i n . i l |<ri a b lm u a i*! w r m a t la r * rt*í
V * - '» m ! i m 4 » .h r >U h v . . . n . . ) « « » • « v m * . M « w . * p rlro - t i » t * H a m»n m w u h fr u
I ,!i v i - ni * W . u iiu h iM fltini, tu * mU m »! »• m i rla p o m l*,
ti.-» «h t »».i ha I'iti v».l»r «Iw « m I w «..iia m lu » ! I ln .jt iU lt .M r , «e »»nn «I v i ll a li rnvUKUt
itfl 1 lifomtile <«H. •* nM W .Urt» a* .ll*..lvllM l « r iu l ll 1 * » II JHtM Ulo, f i h f ll twmw> tv m W »
iw ir a v m ír r . . » i •
A s V í N*h< ItttHte vt.l I » / , l.w » * | f » <?!/),

API NI MU N “ til',

I* 4l < ai.knal SwtciaH** .!«• I»m lu


l itrii»r » maV" I /4I
Nrll..ltii»».» .li*..!*.. («iiui.t li / / »Ml». vul Sin te <4H»lr, « l»m »» ai üuiMiIm V,fl,
«i , .HtlumMiti «li Utalt ..«i mam* In «mima vWmvnw* di nitro, Nlt.r»
tutia im Ut.«i4 • infiirtr .«n i .Minuto «I imale amwroxIamrMU» tMI'affar* Uní K, OffUlti
u x iti j**»trv* l*r<» non «tilo i*r» U * t * / U * U U hh *1 C t t u W I , m i* «fu ro r* p#r In m u i *
/MHM uW*i* «trl \'*U r liHjMJtitorr .imi itmiMlurr aIiiu wmérito Onc1r «(trnimo di* ti
N»g t < otur tvcMc «<*i «lurunln muiiIí*rtiflni** m o m U rrír lf»Mf lhtl*fwlonl til SiS. A
n n w ii MiHiaHil niHt 44MM mui ilrlld bttoti* vnlmitfc d«l 8. PMctrf P rhf
*< ír r fe lr v * m tn rr g li M tr H *r |M .r |p *« to . lih m ío « (la t U m tt« 0 g4 UH
* < <4ii<ftj*tt«4*»ifo <K# la »ol« ftitti4/ÍiHir flrl P ItujuUItmr (uitrk nUlVUff pffO lUÍ
II. i r n i n m u i í « 1 ÍA t h e ttiuS nÍu«tMfvt#hlr %e n o fl ll fttUfn l l l i « m « fltl
lt«t*Mft4Ír A MigílHiAi <lir lirn ^NMPVM il Si^ (!<tri(r Ufin p flfpñ K É
h^v«*lr mu th r 4tn hr Ai tlftv n r il rlU pott! n %«m lifU «t*r «idrtu h# tr>#H ni (ftt ttfo d i N lfO ,
Sig i#

Tiretiir t* m«ytt 1/41


14 tftuuxiim* «iririnqtiUH^r ít tli lut ilPhit), Imnh^ ni primo »*nt!rU moiftA
«Itr gli
A S V (Nunt Vite*te, v<»l ♦) j 4 ( u U

A P K N O iat N * II V

P M «tio n) (^ r d r n fll % #»f*íü flo i\m l'/ttiiib»


M»ru##, ^ )«inki 1741
i M u i r t w i n - mí t\*\ Mgr Omt# « «liinlíkirll qu«nm V.R, «I dfgni
tirili#ffsffff»té# m iU i|iirllt« hm tufm é V J( U r#U »U m r, « ni « ( t t n d t fO r u llifW fl
Ilfítini *h V f\
r /rl M u lo •»*! M ln U lr o v r i H .n l ) i (J«if ( « M f f n t * In p r t)|M M ltO , d i t|U Ífl(4 t
VI i . . i «ttíüiiíi | ’<n<itnarM tU tM iw « h r p * I I «t»n ra va , r h r li p U f t O c h * l l
f - * ' « • " • f.t'lm r n ii* a ll' •((«» «* t W S Í H I r U * k w w m a lu r a lo «lal R i t o , c h » II Í . P . h * P W
Im K r lig iijfi* « |W f l * i(i»v r«ai> Ummift* II n m t n d*>l < », D u C * , f flfM tO c h f
»••• *>gl| u«il inti* la inarui nrr trnrrr ín t W r r r r«|»rlm»rl. <hl d'IflWfbldWMH
! t v*’ v*!1* *h# 'I* iidin il i<>fti|<lr*»ii <jr| i)im(HMt faitoml p*f# chi1 U ai luí
U m i, w w t . » ruMt «p ifg a ta < l i U n m r n i r , • « r r ld w . i h a II ritu tvo In u u lftlu tf’t H n v n M a » M f f
M »«l iw! <U» < «W a llr in m i |>a««# »l«>v* r# nn« a lI'• » ( # « ) la B a o U t n n , •
la imAMk <1i i í l i i m i u t * , r imttt it* i i i o r . i * 1 ir v r n l » * r n * l a i i l n m l m í j u a U Í i ’ iiili*. p * W
«>t# irt»iii**rl,»ir iIw Mu*, w rinirii4|r**r, i»rnhr in tal rt^Kln ii rlmMlilthhf MWM alfipiw
\ t*l f u t 7*** *• M i * » * * » * l<l»4 i I i r \mr nt>it t a r t t i f r i l u rl M ^ r a in A»\ T r l b u i w l »
w l t (n U tU i
a .V * K r } ? [ ' " " f*l ‘9'i01t * * "“ »• 'I" w I* v.*a <b* II P. !n«wl»lt«r# r«rtl
w M iw a io a l ’ u itiv » , r »1| «I** Rr|jK(/M| t m ‘t «Ht<m/i, • i|ui V l ( m a i w m t i t K (fl d l f t í h * M ‘
f # , ‘ *0 tu m a «U «w t i o l ta m p n « l 'a l i r l M ln ú lfl, * M *n l
i n r <«twra»Mt<t u m i u i i « rrtiiiti«lin «*. «M rm aM ta r f » 4 « l t i ,

i/H
M 't •«*«♦ fha II t ,nidal I abl*l» avuin un «fo t* di *angua mmI gaviarán, ma
«lit'oia rom mi pntuw» «apata di p|«i
Q uito atrlaai la pwala p » w i d»a avkinand*») !■ vgmua <M Nu#vu A*ávm *m t tm
l»al#w»l trltj ton («I motivo pallar*! U mia áUnmt in Pirana, tmfi tmr«i <w fe *# h$*«
prawo ín «an»» «|ua«i «Im> lo daaidaraMJ é'm m » rith im im Pmtmu¡ • V H fn» Mr
ni» non» pmnrlMln*» ■ farmarmi »imha pims#I a # 1 , *a mi «uñatea « j w » d 'téM M a
»im»mI<i tjU9*i«) l'uftko mío da#id#rii»
A N V. (Nk»f Vtr*nt0, vol 177. M « ¿Jlt JJt)

APKNOft V. N * 11 (i

I* Mm In Maualial al < ard«»al #atr*i«tlo da Petado


l'lrw w . ?» M » 1741
A tjnaitu íIIkonhi tul fpplltM il Miniáis» uuanto mi díadí 1'ntKwa di w rlw e a V K
In (NniN {«»•«(*, ni tlrvw la gra/l# falla al fViMwdl, roma d n a II riwnlitomwM» dalt'ln^uUÍ
n»r, f non «#naa atrlmoni* »aggi<mgfnd» tí# Roma dovava adata» ohMigata $m la
ituuletflixloria mala In non far 1 avara dalla tanarf II f rodal! t*m* in n»*n muer*! rMntlfc»
(uiiiiti l'liKjiilnltora (ma lo van#ia*i«wia «II Monw av»v* «o1(etu>. th* ara banal raatat»
muí lulo li» «futirlo tlrtilnalo ínt|oi*itoia altfova) r doppo •***• «afondo II •*** *dtt<»
moho «logaio par ilmarara la di luí umdoii» tanoia na vari! auidantl «««««tai, ttindwa*
<ltr rgll avpvd avMra «amara una «omma van#r«*lon* al VP *n*ha «—<mdo A w l«*«u di
IHogini, tlw* In filio» mal ly w f iiututo, avr*4nhr «amper Mrnmiiut ¡ di tai atou daaí
darli; (!l»a non dubliava «ha avr«4mr nanwio alia Raligtona ad alia ghlatvia, ma >wwm
ilirvPMf (arruinara in brava a con «oditi «atona «joaaio aftara p*«4ia «orwwav* hrnnt^mt*.
iIip «irtma la Rall#ioMf non (w*irv« t*Hi»arvar»l na lo Malo. na li bm# dal Prlmlpa. momtm
do*l Millo piaiavola
NpI (troiirruut dal tik<»t*o ni parlA dal Hamn Hí«*l t dal Kanatur Ruai^Oal, dal primii
ili«»a t Iir> «'a»(aHa In tua mano, lo iar«4*t* pariirr uimmm» n»>n vi wava nana;
lo pragal tli*1 almana impadl*»* «atratamama alia fta<|uanil vi*lw d'alrMni, mi ;*»M»w<aa di
furto QuNttio al Jmtadandt» in a«vmrU< II dÍ*<i»rao d M . *4* ara «uwina ad avava m «tm
ftiiKoi mi (litttr > va«»¡ nta «n ('iMé vmaharn akuni, <hr «a gli daawm» da^'MMIwntl,
rlivinliinl «lia ki qumtn non «vavo imwniianiia di (ara tai rU^»la*»a, la flfhlaMa. dm a. n
fnitn hI (J 1 >, ma ffi tijicftaia; a non «> *a II Pa0a ik^iaatn di mattafa alrwni m*tmt
nallr <!oiij|ft*MiiKÍonl d| Roma fiar la « « a dalla Tm«ana, lo amatiarabha riapuai vi í «ma
Ki«n <(i«parlr«; noto dko, (ha <|iia*fa carka dalla OiuftMHMnna «ai«a Mi'umnn dmtn.
(irtidanla, aiparimantaio. «'lia nmi ahNa tanto furco allora dlaaa, W evmmo a «a ai tprti*
tfiialiha «irada par avanaarla titiaVha «lira farira. I» pkyuiww § m «i»*allo Hn ptt Im m ,
|tno aunara rha II Sanatm1 Ruteallat ii« pnatn nal «wieí^tto dalla rlnanaa, eamjwc ««fwrta,
irmo día na para dall'^ihat# Prafwhini «i pmr* MMnaaa fha maw» la unta
na, e Ihm Io « V,R. II ríflattara na *art baña II tnrcaat pa» m* qimto pM»«n
A, % V (N**t Vk**v, vol 127, fnl» }\l ?WJ

AMtNtMCH N ‘ \) A

(lana dirigida por ai Papa a) (irán Duqua Mttwa io» fH^blama» da la InqwWkWt mi la
Tmk«na,
Hanadlrto X IV , Papa, al tiran Ihujur da lowana
Roma, >0 ahrll 174V
Noit mtrMimd (>opia dalla lattara Hritta «talla Sanitti A Ramada!
Í IV a H AR il i»ian Dura di TuawMwl,
Hanadltiu* 1*1* XIV
nilwia Pili NohiU» Via, Hahitam at Apoatoikam HanadttiKwaw» Ktamn «fatt p*t» vidia
lo prwimo di nrlvara a dirlihira a Via AltMM fhMdvndo Hpam «t dandi «i ^uali in
l'iranaa, *d In luita la Tnacana, a giornalm, a aMtopmtf CaunrritA. a la fílwfiadlakwe Hala
«UiiUa, ad unilamanta con aaaa II trfhumda dal Si. OtfMft- t > ** «toiKo P«l aa«m»«i
mll'idaa, rha pur irappn ti t Huarito vana, tha tacando, «dlaaando, a dtoaiii>Mlai»<>i>, avaaaa-
w* polillo la « » a prandMv «tía p l^a m ullera, ma avandoti l’ai|iar«ana« dlmnatra»o, ém il
(•miatio noiirn («mtagno atl altw m«n «arvlva, t#»a ad atTa*»"» la ptefha fttt «Uta ad alt»a»l
«il «iiImNir a («rtana dalla mwva, *1 »i«m«* flnalmantr rlmdwil di at'nvtna ifu*at« mwtfa,

\1*
con piena fiduáa, che V .A . non lascerá di dar rimcdio colla sua Sovrana Autoriti a tanti
disordini
,S°Acció questa Lettera non riesca troppo lunga, e per conseguenza troppo ñola, si com-
Diacera che ad altra Lettera e ad altro tempo siano da noi rimessi i puntl appartenente
ri»ri*lmone ci Autoriti Ecdesiastica, e che in questa Lettera non sin -
2 7 1 ' r,r S L r i . « Tribuíale del S. « fic t o « ,» .«m . 1. bteviti che « r i
™ veril», che quesro TribunJe fi. introdotto nell. T « c m .
sin da quando da nostri Predecesori fu istituto. ^
Per quello che comunemen.e viene creduto ed aperito da tutti, uno de Ministri di
Vra Altezza che solo si . .della degli Affari della Polizia Ecdesiastica, che m altn tempd
era maneegiati da un congresso di piú persone, ha preso di mira, e non si sa erché, il
Tribunale ed i dí Lui Ministri, del che pur troppo é denvato, che van delinquenti sono
restati mpuniti, e Iddio non voglia, che da esso puré non sia derivato M tim o Editto,
dato alíe stampe, tanto pregiudiziale al Ius del Tribunale, alie Apostoliche Costituziom,
ed all’artica osser\anza. DaÍTintroduzione del S. Officio sino ai tanti del mese passato
di Marzo é stato solito, che non si stampi in Firenze, ed in Toscana venina carta, e verun
Libro senza la previa approvazione del Vescovo, e dellTnquisitore, che hanno riconosciuto,
se nella Carta o nel Libro, che si deve stampare, siavi cosa contraria alia Religione Catto-
)ica, o al buon costume. Nel nuovo Editto si riduce la previa revisione ad un solo Eccle-
siastico, e poi di soppiatto si fa penetrare, che questo deve essere il solo Vescovo, escluso
! Inquisitore, e quasi che siasi dato troppo al Vescovo, si restringe La di lui intervenzione
alia sola Cattolica Religione riservando al Laico non meno Tesaminare, come i del dovere,
se vi sia cosa contraria al Diritto del Principe, che il considerare, se vi é cosa veruna con­
tro il buon costume. escludendo il Vescovo da quest'ultima ispezione, quasi che non debba
essere sua ingenerenza il vegliare sul buon costume, al psti per lo meno della Podestá
Laica sino ai messi passati in Firenze; e nella Toscana, la ikenza di mandare in altri
Pae i i Libri, che dicesi Textrahatur, é stata di Ius privativo delTInquisitore, en el nuovo
Editto esso ne é spogliato; e chi facesse l’analisi dell’Editto, farebbe una lunga diceria di
nueve pregiudiziali disposizioni in esso inseríte. Corre qui pubblica voce, e fama aver
detto V Altezza, quando era in Firenze, che non voleva novitá, e se Noi siamo inimici di
nevita ne puo essere testimonio tutto il Mondo, ed altresi ne dovanno esser testimoni i
Suoi Ministri di Firenze, ed individualmente quello, che Tautore di tante cose nuove, aven-
do Noi in qualitá d’Arcivescovo govemata molti anni la Cittá, e la Diócesi di Bologna
nostra Patria, una buona pane della quale é nel dominio temporale di V. Alteza ed avendo
continuamente riscosse lodi di moderazione, e di governo alieno dai contrattempi, e da
qualsivoglia pasi che potesse condurre a rottura fra Tuna e Taltra Podestá, siammo dunque
per benedizione nel Sig. ambi due, uniformi di massime, ed ambidue piortati ad escludere
íe novitá e questo e quello, che crescia Tanimo nostro, vedendo, che per fatto di altri si
vanno giornalmente seminando zizzania, e tacendo per ora le altre cose, si arriva a pu­
blicare Editti contrari alie Apostoliche Costitutzioni, e contrari alTosservanza pacificamente
nnanter.uta sino al di in cui furoñe pubblicati,
La Suprema Inquisizione composta di Cardinali piú riguardevoli del Sacro Collegio
non ha mancato di far quanto doveva contro Tultimo Editto emanato in Firenze; non
solo per vindicare il proprio Ius, ma altresi per non dar ansa ad altri di far lo stesso;
come pur troppo poteva temersi, che avessero fatto, se si fosse tacuito, e si fosse posta in
silenzio la novitá di Firenze. Ha la predetta suprema Inquisizione implorato ancora il
nostro aiuto ne noi le Tabiamo negato. L'abbiamo bensi differito, per poter in questo
mentre far noto a V. Altezza quanto i recorso, sperando nella sua innata Pietá, che non
lascerá di daré rimedio opportuno anche per liberar Noi da quei passi, che restando de­
fraudan delle nostre esperanze ci riconosciamo in debito di dover fare per non recedere
dalie yestigia de' nostri Pontefici predecessori, e per non mancare di direndere quei Ius,
~ queJJa autoritá, delle quale benche indegnamente siamo depositan. Nel governo della
a o Medid non era certamente la S. Sede affatto contento credendo in esso lesa in
van punti 1 Autorita, e Giurisdizione Ecdesiastica, e questo e tanto vero, che nelle con-
troversie avute sopra Tistesa materia col Re Vittorio Amadeo di Sardegna, non eravi per
esso argomento piu plausibile di quello, in cui dicevasi, che sopportandosi quello, e questo
jn Joscana poteva ancora sopportarsi in Savoia. Chi avesse avuto in capo idea differente
ae quella, che noi vi abbiamo avrebbe nel Governo di V. Altezza suscítate le querele non
estinte, ™ réstate acuse nell’altro. Noi nulia di ció abbiamo fatto, e pero poi non possia-
TZ ,n® ® ercnza tiguardare le noviti, che forse senza sua saputa o forse contro la di
buona volontai si yanno di giorno ín giorno introducendo nella Toscana, colla
vnW " l i l 1Ecdesiastica Autoritá, ed il Ius del S. Offizio senza vedere, o
, c e da tali cagioni derivano non meno le Licenziose maniere di vivere Tes-
trema libertá di parlare, e Iddío non voglia anche le opisiioni e dettami contrari alia retta
credenza, e Santa Religione, che per degni rdazkmi a Noi venute si dicono di fresco
¡ntrodotte in Firenze, e nella Toscana. Compatirá V. Altezza la prolisaitá della Lettere,
c l’ingenuitá della medesima, non dovendo noi tacere cosa veruna, quando sí tratta defl’onor
di Dio, e della sua Santa Religione, per non esser astretti nd punto ddla nostra morte
a dire inútilmente, Veh mihi quia tacui.
Ed abbracciandola con Paterno affetto le diamo li Apostolice Benedizíone.
Datum Romae apud S. Mariano Majorem die 20 Aprilis 1743, Pontifk. Nostrí anno
tertio.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 6 , n. 19).

APENDICE N • 32 B

Respuesta de S.M. el Emperador a la carta anterior.


Francisco de Lorena, Gran Duque de Toscana, a Benedicto X IV , Papa.
Lintz, 29 junio 1743.
Tres Saint Pére,
J’ay re^u avec un respect vrayeraent filial la lettre dont Votre Sainteté a bien voulu
h’honnorer en date du 20 Avril demier dans laquelk j’ay recozmu son amour paternd,
et son pieux zéle joint á cet Esprit de charité, qui est le fondement principal de notre
Sainte Religión.
lis m’inspirent la confiance de répondre á Vre. Sté. avec la méme ingentiité et ouver-
ture de coeur qu’Elle m’a fait la grace de m’ecrire; j’espére qu’Elle l’agréera.
Vtre. Saint.té suppose que mes Ministres en íoscane font journe&ement des noorveau-
tés qui tendent á aneantir les Droits de lTEglise et le Tribunal du St. Office, et se re-
scrvent de me faire part dans la suitte des griefs a Iegard de rimmunité Ecdésiastiqoe,
Elle se restraint pour le present á ne parler de ce qui regarde lTnqirisitian.
J’attendrai qu’il Luy plaise sur le premier arricie s’expliquer plus predsement, n’etant
pas possible de répondre á des plaintes generales.
A mon égard, comme mon objet principal k 1'exempte de mes ancetres a toujours été
demarquer mon attachement, et mon obeissance á l’Eglise. de méme que mon respect
profond á celui que le Seigneur a choisi pour en etre le chef visible; je puis assurer Vre.
Saint.té que content d’exercer les Droits dependats et inseparables de ma souvetaineté,
je n’ay jamais méme pensé á toucher á qudque chose qui put en rien palottre cootraire
á ce principe dont je ne departiray jamais.
J’ay eu sur ces deux artides importants tous les égards qu’ils meritent, et si contre
mon intention il arrivoit que je pusse m’en ecarter, j’assure Vre. Saint.té que je seras
le premier á y remedier aussitót que pourroit m’en appercevoir.
A l’égard de l’lnquisition sur laquelle Vtre. Saint.té ne fait la grace de s’efcendre,
je pourrois Luy alleguer des cas arrivés depuis mon régne, qui ne font que trop connotare
combien les Ministres de ce Tribunal abusent du pouvoir qui leur est confié.
J’ay dissimulé ces cas pour evito* le scandale et dans la persuasión que Vtre. Sainteté
scauroit punir les coupables, et y remedieroit pour Tavenir.
Mais en méme temps j’ay reconnu la necessité de faire observer les andennes Loix de
mes Etats, et les usages admis et authorisés pendant plusieurs siédes.
Ayant depuis été informé des abus qui s’etoient introduits dans mes Etats„ par rapport
a l’Imprimerie contre les bonnes Moeurs, le bien et la tranquillité publique, fay jugé k
propos d’y remedier par une Loy que j’ay fait publier laqudk n’a ríen de contraire a la
Religión, ni aux bonnes Moeurs, tout ayant été bien pesé pour cet effect. et ces Loáx
devant étre pour le bien de l’une et de 1’autre, les miennes ont toujours ce fondement
et cc but. Le Tribunal de l’lnquisition s’est aussitót élevé contre cette Loy, et par ses
aliegations, il a s^u engager la Congregation du St. Office á publier k Rome un Decret*
c]111 m cst tellement injurieux et attentatoire i mes Droits, que je me suis ttouvé necessité
™an(Jer immediatament & Vtre. Sainteté par l’ábbé Franchini mon Envoyé prts cFEUe
Mu il Luy plüt y remedier, et je ne puis que l’esperer de sa bonté et de sa justice, car
wtre le Pére Spirituel, Vtre. Sainteté est aussi souverain et scait la ddicatesse de cette
Uigmté qui nous est donnée immediatament de Dieu. Je me flatte qu’EHe aura assez
ne confiance en moy, pour étre persuadé, que je suis incapahle d’agir contre ces Prtncipes,
c:l qu aucun Conseil ne me fera manquer k ce que je dois au maintien de la Religión dans
pureté.

331
Mais qu’aptfc avoir pris ces précautions, je nc fasse tout ce que je trouveroi convenable
et avantageuxpour le bien de mes Etats et de mes Sujets je crois que Vtre Sainteté ap.
ptouvera Elle méme ces principes; et vedi les sentimens dans lesquels , ay fait cette Loy
sur un faux supposé; car Vtre. Sainteté en examinant Elle méme cette Loy, n y reconnoitra
sürement rien dTptéjudiciable i la Religión, ni aux bonnes moeurs; Elle trouvere au
contraire que tout v est sagement prevíi; ainsy j espére qu ayant reconnu la justice de
ma demande et qu’on l’a mal informé m sujet de cette Loy, que I on prend dans un autre
que son veritable sens, Elle voudra bien ordonner rabolition requise, et me rendre desor-
mais ce que je mérite par mon attachement au St. Siege
Te repeteray á Vtre. Sainteté que je ne veux point faire de nouveauté dans mes Etats;
La priant de me pemiettre en méme tems de Luy adjouter trés respectueusement que
je ne puis. ni ne veux réciproquement souffrir, que Ton en fasse contre moy, et que je
ne regarderai jamais comme nouveauté la reforme d’abus introduit; je suis persuadé que
Vtre. Sainteté en portera de méme sur ce pied. Elle peut compter que le Tribunal de
lTnquisition trouvera toujours prés de moy toute la Protection et le seeours, qui luy
seront necessaires. mais dans les bornes prescrites par les Loix.
Te ne terai point icy a Vtre. Sainteté le détail de toutes les raisons qui demontrent
la justice de ma demande, ayant donné á TAbbé Franchini les Instructions necessaires,
il aura Thonneur d'en informer Vtre. Sainteté quand Elle voudra bien luy aceorder de se
mettre á ses pieds.
La bonté et la justice de Vtre. Sainteté ne se laissent pas douter qu’Elle ne reconnoisse
la verité de tout ce que je viens de diré, et surtout que je suis incapable de faire la
moindie chose, qui puisse alterer notre Sainte Religión; Je reitére done ma supplique
pour la Mippresion d’un Edit aussi injurieux, que celui émané du St. Office, auquel je
n'ay pas donné le moindre sujet, m’en tenant, comme je le dois, en fait de Religión et
bonnes Moeurs á Notre Chef et Pasteur, et ne pouvant soumettre la décision de mesi
Droits á une Congregation.
Je supplie Votre Sainteté d’étre persuadé des tres profond respect avec lequel j'ay
rhonneur d'étre.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto 6 , n. 19).

APENDICE N • 33 A

Fragmento del Memorial sobre las controversias existentes entre el Tribunal de la Inqui­
sición de Florencia y el Gobierno de la Toscana.
[N o se especifica la fecha]

PROPOSTA

Chi volesse enumerare gli altri dissordini che vanno seguendo, eccederebbe i limiti delle
proposte brevítá. Conchiuderassi dunque col dire, che le innovazioni se sono esorbitanti,
e continué, che queste non se possono ignorare, perche se ne sono fatto le dovute querele,
e rappresentanze. che o non si risponde o si risponde in generale, che si la piú mente a
qualque uomo di corta inteligenza, di cattiva volontá, e che non hanno altro scopo, che
lonore di Dio.
Senza trasladar d’attennere che pur troppo da qualche anni in que Firenze si é riem-
pita non solo di persone malviventi, ma che pizzicano d’ateismo, e che in Firenze si parla
a traverso della Religione, il che pur toppo crescerá, se si seguita a «fincare il S. Ofizio,
e se b A R. no si degna di farla assistere, come hanno mai sempre fatto i suoi degnissimi

RISPOSTA

. all ultimo capo non altro puó replicarsi ge non che puó essere che chi maneg-
íin ’ corta ,f?tc% e n /a ; ma non si proveri peró mai, che sia di cattiva
nrr%£t*rl **~ « abbia piacere di pescar nel torbido; e quando lo fosse poco nc potrebbe
u |<ydine di S.A.R. non ha questi vera autoritá, e qualunque
u Giuriadizionale dee portarsi nel Consiglio di Reg|enza, taimente che
tuttí al? nrHín¡Crf c a ü ^ che *i fará peró sempre gloria di ubbidire ©satamente
tutti gli ordin. d, S A.R., che gli saranno partecipati, con Vutto che sappia, che dev« tlrarii

332
addosso tutto l’odio eccleiiastico, consolando»! sulla considerazione, che Tistesae cose appunto
si sono dette di tutti questi chc hanno avuto Tonore di serviré io Toscana in simili inge-
renze.
Aggiunto ben nuovo al Governo, chc s’abbia si sinistra opinione de’propri sudditi,
quasi che questi stati fossero ricettacolo de malviventi, e di persone senza religione quando
si sá di certo, che questa cantilena é stata messa fuori da qualcheduno che aveva interesse
di farsi credere neccssario, che per rispetto non si nomina, il quale, come é pur troppo noto,
lia voluto per impegno sostenere una chimera anco dopo averia scoperta per tale: ció che
molto piü fa maravigliare, considerandosi come possa persistensi a sostenere una simiie
opinione, dopo che si sá quello, ch’é seguito, e che pur troppo é noto, a quali depoati
ubbiano dato fede, e come per forza si siano voluto ingannare, e dopo che Dio benedetto
con la sua somma giustizia, e providenza toccando il cuore a chi era stato redotto, ha
permesso che si sveli il vero, perche ciascuno possa disingannarsi e ricredersi. Su questo
punto non resta che desiderare che con animo indiferente si preadino migiiori infonnazioni
da persone, che non abbiano qualche privato interesse, o qualche mira particolare, come
si sá di certo, ch’¿ seguito in qualche caso.
11 Governo non desidera, che di dar tutta la mano, perché si conserví la Rdigiofte
tal quale deve essere, come lo ha fatto vedere e lo fará sempre che sia sicuro di non pres-
tarsi alTaltrui prívate passioni.
Questo é quello che brevemente puó replicarsi con tutto il dovuto rispetto, lagriamir»
di mandare i documenti per prova di quello, che s’enunzia, perche ció farsi ad ogni ridúesta,
e non si é excluso a proposito di traspassare i limid duna breve risposta, questo
un solo saggio delle molte ragioni, che assistono questo Governo, e che gíusticheranno
sempre le sue risoluzioni.

REPLICA

Nei presente artkolo dee notarsi che il Ministero di Firenze non risponde al punto
principale delle giuste querelle, che qui fa la S. Sede, cioe in ordine ai sconcerti che
vanno seguendo, e alie innovazioni esorbitanti, e continué, che sono promosse contro la
Giurisdizione del S. Ofizio. Si contenta l’autore ddla presente scrittum di fare una apología
al Ministro, che dal Gran Duca e stato incaricato di simili affari, ed aU’oppoato motete
Tlnquisitore, come se questi per suo privato impugno, per servire alie sue passiooi, e non
per zelo di Religione avesse intrapresa la Causa di Tommaso Cruddi, e complki, in prova
di che si acenna la ritrattazione fatta da uno de’Denunzianti. Ma questa ritzattazkne non
dee supporsi bastevole a deleguare ogn’altro indizio, che dava impulso al proscguixnento
della Causa. Tocca alia S. Congregazione della S. Inquisiziane il esaminare e grupeare la
qualitá degli atti, Teccezioni die possono cadere ne’Denunzianti. e ne'testimoni, e tutte le
altre circonstanze rilevate nd Processo secondo le leggi, e secondo Tinsegnamento deTiot-
tori, conforme si é proceduto nella Causa del Cruddi, che poi taluno de’Miiústri deQa
Laica Giurisdizione, per aver ispirata qualche notizia, e per dir meglio qualche barlume
per vie illegitime, e affatto irregolari in favore delllnquistto prenominato, pretende di poter
condannare come ingiusta ed iniqua la condotta dd S. Ofizio, e spaedar per innoccenti
i Denunziati, conforme é pur troppo seguito nd caso di cui si tratta. Ma é un’animoshá
che sorprende. Quando dagli atti autentid il Cruddi non avesse maritata alcuna pena, la
S. Congregazione certamente non lo avrebbe punito. 11 S. Tribunale non sosoene chimere,
ne attende relazioni aeree, come si va taluno immagmado» roa anzi cammina con tutto Tav-
vedimento, che é moralmente possibile, e nella condannagioni de’rd la giustizia non va
mai disgiunta dalla Qemenza. Qui peró di passagio si noti, che ii Ministero secolare coITim-
pediré indebitamente Tarresto dei due Inquisiti correi del Cruddi, contro de’quali il Gran
Duca avea giá ordinato, che si prestasse il Braccio alTInquisitore, preduse la strada all'ul-
teriore discuoprimento del vero con evidente pregiudizio della Causa, la quale restó areaata
nn del principio, e perche la Pietá di S.A. non esigero Tadempimento dqgli ordini dati
per tal cattura, usó tutto lo sforzo, e giunse il Ministero di Firenze fino a scrivete alTA.S.
m Vienna, che uno de due Inquisiti suddetti era stato giá carcerato cootro Tevidenza dd
ratto. E non solo non ha data la mano perche si conserva la puriti ddla Fede, ma si
e sempre oposto ai mezzi necesarii com'é il puniré qudli, che si rendono sospetti di Fede,
di sorte che simili delinquenti vedendo il S. Offizio in una si lunga inazkme, vengooo
a perderé il timore de] consueto gastigo, e consiguentemente rimane apetta la strada alia
corruíione della sana dottrina.

333
Si lascia poi *1 supremo giudizio della Santuá di Ntro. Stgnorc ú considerare st in
vista de’fatti sovraccennati, e delle ragioni di sopra esposta aciano alcuna forza gli obbjetti
che il Governo di Toscana propone per distruggere, non che variare il método, che si h
sempre tenuto dagllnquisitori nel suo Ministero.
A. S. V. (Nunz. Firenze, vol. 230 B, fols. 97-98).

APENDICE N.° 33 B

Nueva alusión al Dr. Crudeli a propósito de las divergencias existentes entre la Inquisición
florentina y el Gobierno de la Toscana.
Observazione sopra la scnttura, che incomincia = La semplice relazione de'fatti basterá
per rispondere persegnata lettera C.
La qui enunciata scrittura tende solamente a rapresentare che il Padre Inquisitore di
Firenze abbia proceduto mai a proposito nella nota causa di Tommaso Crudeli, e che
pd contrario il Secolar Ministerio altro scopo non abbia avuto in taTaffare, se non di
salvar l'onore della Religione. e del Tribunale della S. InquisiziQne, senza far ingiustizia al
Crudeli, onde la querda deila Sede Apostólica circa gli ostacoli frapposti dal Ministero
medesimo ai! esercizio del S. Tribunale nd decorso della Causa mentovata non sieno appog-
giate a fatti sussistenti, ma a relazioni poco fedeli.
Tre sono i Capi, a cui si riducono le doglianze della Potestá secolare contro la condotta
del suddetto Padre Inquisitore. 1 .° Che questi non abbia mai cessato di molestare con
minacce il Crudeli a daré la sicuritá di mille scudi richiesta, perche il Crudeli non contro-
venisse alTordine ingiuntogli nell atto della condanna. 2 .° Che dopo la condanna l’Inquisi-
tore non abbia verso il Crudeli usata la dovuta equitá, la giustizia, spezialmente riguardo
al di lui trasposto dal luogo di Poppi, dov’era stato relegato, ad altro luogo d'aria piü
salubre, e piü confaievole alie gravissime sue indisposizioni. 3.° Finalmente che esso Inqui­
sitore in questo affare abbia íondate le sue relazioni alia S. Congregazione sopra la depo-
sizione d’un pazze noto a tutto il mondo, e che su tal fondamento abbia fatto torto a
buen numero di Gente onesta.
Per replicare a simili accuse, sarebbe d’uopo il render palese tutto quei che si contiene
negli atti giuridicamente fabbricati nella causa, di cui si tratta, sarebbe d'uopo porre in
bute tutta la serie de’fatti occorsi in simil proposito, e far vedere le istruzioni che dalla
S. Congregadione sono State alTInquisitore trasmessa, ció che non é eseguibile senza Tora-
colo espresso della Santita di Ntro. Signóte.
Ma quando anche supper si volesse, che le procedure del Padre Inquisitore fussere
state irregoian. dee riflettersi, che non perció sarebbe necessario alterare il sistema dd
S. Offizio stabilito dai Sagri Canoni, e appoggiato ad una inveterata consuetudine. Impe-
rocche da una parte !e mancanze de’Ministri delTInquisizione non possono ascrivirsi alTIn-
quisizione medesima, e dalTaltra é troppo agevole Towiare ai trascorsi di quelli, senza
pregiudicare ai diritti di questa. La S. Sede qualora riconoscesse in detti Ministri dcun’abuso,
procedtrebbe súbito ai rimedi piú efficaci. Vero é, che nel corso di piú secoli non puó
aflegarsi nesun caso in questo genere, se non che il noto fatto di un Cancelliere del S,
Offizio in Siena avvenuto Fanno 1738. Ma il trasposto di quest’uomo fü punito colla con­
danna all ergastolo per died anni, e coll’inabilitazione perpetua a servire il S. Tribunale
!rD2arCk ^misione. Dal che puo ognuno comprendere quanto sieno rari i supposti
disordini de Ministri del S. Uffizio; quanto la Sede Apostólica sia sensibile e rigorosa in
simili avvenimenti e per conseguenza quanto poco rilievi a giustificare la nuova preten-
d^Padre Inquisitore51” 0 ^ ^ rcnzc ^a^ urcrc qualche supposta irregolaritá nelToperare

A. S. V. (Nunz. Firenze, vol. 230 B, fol. 9 9 ).

APENDICE N.° 34 A

mantenida entre el Obispo de Pisa, enviado a Roma para solucionar la


divergencia* existentes con Florencia, y el Conde de Richecourt.
El Obisoo de Pisa al Conde de Richecourt.
Roma, 10 Julio 1743.

^ tiró lunedi in che 11 S. Padre. Le sá, che li due


Sito neTtuttMi casi T í t ^ accu? temP°r^le» che implorato una volta s’intenda accor-
dato per tutti h casi, c solo «a prestabile questa Corte a concordare, che deva l’Inquisitore

3^4
indicare la persona sopra la quale cader deva l’essecuzione personal*.
U causa, per la quale tía necessario il devenirsi afl’esecuzione, lo che «i
metiere per la aiscussione di tali cause di S. Offizio due Comminri da _
Sovrano, purché questi fossero Ecclesiastici. L'altro punto, che riguarda la Leggen
stampa, sentó che non si difficultará da questa Corte di ritirare l’Editto contrario e ingú
purche dalla parte di codesto Governo si spiedaase la Legge med*. Ho procurato di avere
il segreto di questo affare, e non mi ¿ stato difficile senza mostrarmi incaricato, ma solo
col deplorare li disordini, che nascono dalla mala intelligenza, che passa tra le due corti.
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339 , Inserto Carte
diverse).

APENDICE N.# 34 B

El Obispo de Pisa al Conde de Richecourt.


Roma, 17 julio 1743.
Passando all’affare del S. Offizio il S. Padre promesse, che di costé non si voleva di buena
fede la Pace e l’ordine, ma superando l’impegno deÚe stampe, che si ríduceva ad una
= squocheria facile ad accomodarsi = . Si voleva oppresso quel Tribunale coo impossivili
novitá, questa consistono =N el non volere accordare il braedo— =N el non valere le car­
ceri = . Nell’incutere timore alli Testimoni, accio non deponghino la veritá, o deposta b
rivelino con frazione di segreto, quest’ultimo capo fu qualificato come porcheria, e baro-
nata. Di due primi, come novitá tale da rendere inutÚe e ilusorio il giudizio. Si paseó
dal S. Padre a proporre il suo sentimento ammettendo che il Sovxaoo ha dúitto di caute-
larsi, che li suoi sudditi non venghino ingiustamente e ralunniosamcntc vessati, propose per
tanto a ció il riparo, con daré due Commisari da eleggersi dal Sovrano istesso, purche
fossero persone probe, e da approvarsi, alli quali si sarebbe dato il segreto, coo l'assistenza
piena nelli Processi, e voto, quando si deva venire alia esecuzioni nella maniera, che si
pratica a Venezia di maniera che fosse sicuro il Sovrano, che niente rinumesse di arbitrario
alli Frati Inquisitore. In oltra si spiegó, che il sigillo della Coofeasione de’spootanei cotn-
parenti a denunziare doveva rimanere occulto di maniera che la persona del Deminziante
non fosse note alli Commisarii del Principe, ma solo la denunáa, e la persona denunziata
e ne addusse gli esempi e li asurdi. La ció non si osservare, e sooo... coovicenti. Volevo
tirare un foglio per memoria, e ne feci modesta istanza al S. Padre, ma essi mi diste =scriva
lui questo, e ne contendíamo e manterremo ció, che aseriamo, e sari una mostra di far
passare a suo tempo dalli nostri Sri. Cardenali del S. Offizio quello, che determinando
proporramo Mons. Arcives. mió Padrone, non facciamo poco al accordar do al Gran Duca
di Toscana; su questo esempio, come potremo negarlo al Re di Sardegna ed alli Genovcsi
la quest’istesso richiedranno? Parmi di aver fedelmente e con queQ’e¿attezza che richiede
l’affare, rappresentato a V.E. Li stato delle cose resta al sublime suo discenúmento, ed
alia notizia, che Ella tiene della volontá del comune nostro sovrano Reale il danni li suoi
comandamenti. Le devo io col mió corto discemimento rcflettere sulla peoposizioni, panni
che il rigettarle sia un fare apprendere che non si voglia pace con questa Corte, e dina
si desse argomento di confermarla nei pregiudizio, in cui ella é, che stesse ü S. Offizio
in Toscana per oggetto di schermo. Condoni, l’E.V. la libertá die mi premio per lo ado
del buon servizio di S.A.R., Nostro Sig. e della Religione. E col solito profondo mío sin­
cero rispetto ho Tonore di essere D.V. Eccellenza...
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto Carte
diverse).

APENDICE N * 34 C

El Conde de Richecourt al Arzobispo de Pisa.


Florence, 20 Julio 1743.
Votre lettre du 17 courant condent deux artides. Le premier regante les deux Eglises
vacantes...
L’autre artide merite bien de la considération. En general je vois que l’affaire est
en bon train si le S. Pére est persuadé de la neceasité d’accorder en point I’Inquisition ce
que 1 on pratique á Venise. J’ose de lá compter comme tettninée. Cependant c’est vrai, qu’il
laut communiquer le projet á ndtre Maitre, ce que je fairai le plus tét qu’il me sera

335
»SMbk. Vous o r n e « < « r k S. P te, que S.A.R. M » <fc voulok. te tm « k Tribunal,
era le premier protecteur pourvu, qu on y mettre ordre et qu il son assuré de ptéter la
S in á la justk¿. qui est fuñique objet de ses soms Mais comme pour vous fa re une
<ponse plus detaüléee, il faut que je cherche la venté des faits que v o u sa co n testé le
v K *e je le ferais dans la poste future. Je conviens avec vous¡de: la n ^ s s t t é d accomoder
:ettes malheureux aííaites, et je vous assure, que S.A.R. y donnera toute la mam.
A 6 . F. (Consiglio ut Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto Carte
diverse).

APExNDICE N.° 34 D

El Conde de Richecourt al Obispo de Pisa.


Florence, 27 Julio 1743.
Comme vous me marquez dans l’artide de la votre derniére, á laquelle je n’ai pas fait
réponse encore, le S. Pere vous a recapitulé les plaintes á 9a:
1.—Quon reíuse de donner les bras aux Inquisteurs.
XI.__Qu on pretende de contester les prisons á lTnquisition, ce qui va le renverser
le íond en comble.
III.__Quon empeche aux témoins d’y comparoitre, et de deposer la verité oü s’ils
sausfont á la conscience. ou les oblige contre le serment prété á reveler le secret.
Pour agir avec toute la bonne foi, il faut fixer pour époque le Procés du Crudeli du
1739. II est certain, que jusqu’ici on n’a pas parlé le bras dans le Gouvemement de
SA.R , aprés qu’il abutit a la retractation du celebre Minerbetti, qui touché par son devoir,
se crút obiigé de l envoyer a Rome et á Vienne, ou Sa Sainteté n’y a pas eu l’autre part,
qua d’y faire éclater sa justice, jointe á son humanité. Je crois inutile d’en faire rhistoire
pour justiíier qu aprés un tal fait si malheureux, S.A.R. á qui le Tribunal de lTnquisition
nerón encore connu que par lentreprise du Frére Cimino á Sienne, ordonna á ses Minis-
rres en Toscane de surveiller á la conduite d’un Tribunal capable de tomber dans de
tautes semblabes, >oit pour ignorance ou pour malice de ses ministres. Le méme a per-
suaaé lTnquisition de Florence de le demander fort rarement et de le quereller contre,
qu on 1 auroit refusé tous les jours et sans raison.
Cela est tant vrai, que fait toute la plus serieuse réflexion, je vous assure et vous pouvez
íaire ie méme... ma fois au St. Pere, qu’on six ans on ne l’a pas demandé, que deux fois.
La premiére dans l’an 1741, que le Vicaire de l’Inquisition de Florence celui méme, qui
peut-étre fut le prindpal resort qui fit jouer la machine contre Crudeli, demanda au
secretare degT... et aprés á Monsieur l’abbé Tornaquinci deux pretendus blasphemateurs
renfermés dans les prisons del Bargello. Avant de 1’accorder on voulut avoir l’information
du Tribunal et ies actes du procés, qu’on y avoit instrui; le Tribunal informa qu’il y
avoit la loi du Come Premier sur la blaspheme Laic par tous les historiographes du tems,
et qu’il etoit en possesicn de l’exécúter. Pour tout réponse au Vicaire on Lui dit ce
méme ex comme on savoit qu’il a les Auteurs, qui accordent la prevention au juge laic
dans la Blasphéme, comme un Crime de misto faro, quand elle n’est pas hereticale, preten­
den! que c’est á l’Eglise de definir le cas, on lui offrit la liberté de l’examiner dans les
prisons du Bargello, comme on avoit pratiqué en de cas semblables; il refusa de le faire.
On en informa S.A.R. á qui plút d’ordonner l’execution de la loi, selon le droit coutumier
du Tnbanal. Je vous envoie une copie des actes pour vous donner une idée bien juste de
la querelle, et du caracter de lliomme, qui l’a procuré.
L autre cas arriva á un Malhereux de Mugello dont je n’ai pas présent toutes les
circonstances. je me souvient bien que l’Inquisiteur demanda le bras á Mr. l’Abbé Torna­
quinci, qui ont prit des informations qu’on répondu á l’Inquisiteur, qu’on lui le donneroi
pourvu qu il accordat de les laiser dans les prisons du Bargello, comme on avoit pratiqué
en de cas semblables. Etant certain, que l’Inquisition de Florence a renfermé dans les
pnsons du Public des pretendus criminéis, et qu’on les examineront, comme on peut prouver
par une longue suite d’exemples.
Si done l’Inquisiteur n’avoit aimé mieux de se quereller pour faire apprendre á la
C^ir de Rome, qu’on vouloit refuser le bras, il pouvoit bien s’accomoder á la pratiqué
use par ¿es prédécesseurs. Aux ce> deux faits on pouvoit ajouter le troixiéme, et comme U
est tort ridicule je me suis resolu de vous envoier icy joint une copie de tout ce qui est
passe, sans ríen dire d’avantage. Vous en ferez l’usage, que vous plaira, pour persuadet
j U \X n *** P** possible de suivre aveuglement les emportements de ceux, qui
se melem de 1 Inquisition. II faut accorder par les faits que j'ai vous marqué, que c’wt
l’lnquisition dc Florencc, qui fait tout 1c bruit, dont le premier resort est le Vicaire.
Cet homme lá s’engagea mal á propos darn l’affaire du Crudeli; il a un interét trop víf
d’allumer toujours des nouvelle6 questions pour occuper la Cour de Rome au point de
Lui cacher que la cause des inconveniens a été l'ignorance ou la roalfc* de ses ministres.
II faut avouer, que loin d'avoir refusé le bras on l’a accordé avec certaines conditions
toujours pratiqués en de cas semblabes, et necessaires dans la situation ou etoit cette affaire.
Le second point, qui regard les prisons n’est pas si facile á répondre. Si Too aime de
terminer l’affaire á l’amiable, je conviens, qu’on peut se delivrer de l’examiner. Mais si
au contraire on doit entrer en contestation, je vous assurc que la Cour de Rome aura
bien la peine á se tirer d’embarrasá present on n’a pas contesté les prisons dont on n’a
pas parlé ni pro ni contra. Je scai bien la déméle, que le G. Duc Cdme, quoíque d’un genie
tout á fait devoué á la Cour de Rome, malgré lui méme fut obligé de souteñir l’an
1690 (?). J’ai vu le registre original, ou il y a des faits incontestables, qui prouvent que
llnquisition á Florence n’a jamais eu des prisons légitimes, et qu’Elle ne les a pretendu,
contente de ser servir de celles du public. Je suis en état de vous foumir les piéces auten­
tiques pour fermer la bouche á ceux qui mal pensent sur la justice de notre Maitre.
En fin le troisiéme, n’est qu’une impostare, et une calumnie. Vous n’avez, que prier
le S. Pére pour avoir les noms de ceux que qu’on súpose violentes. Et je vous doonerai
Teclarcissement. Je me flatte qu’ils ne voudront pas eplucher, ce qu’on fut obligé de
faire dans la cause du Crudeli, pour verifier la retractation d’un homme trop connu pour
lui ajouter foi aveuglement. La Cour de Rome est trop sage pour s'abuser du respect, qui
a persuadé de cacher une histoire trop honteuse au Tribunal de l'lnquisition. Et aura toujours
present, que nous avons les piéces originaux pour détromper ceux qui sont prevenu enco-
re... [sic].
A. S. F. (Consiglio di Reggenza della Toscana, Filza 339, Inserto Carte
diverse).

APENDICE N.° 35 A

Comentario recogido en las Acta Historico Ecclesiastica de Weimar sobre la confusión teni­
da en Salzburg a propósito de Ludovico Muratori.
Sonderlich misbrauchten sie die italienkche Bedeutung des Namens Muratori, und gaben
vor, dieser berühmte Mann seye der Urheber und Sdfter der so genannten Freymaurer,
welche sie ais die gesahrüschsten Leuten aussehrien, und überall ausprcngten, diese Gesd-
lschaft, welche zum Verdeben der catholischen Religión angeriditet seye, habe skh mxh
zu Salzburg fest gesetzet.
A.H.E.W . (Vol. V II [1743] 64^65).

APENDICE N.° 35 B

Correspondencia intercambiada entre Muratori y el Rector de la Universidad de Salzburg.


Mutina, Prid. Kal. Sep. 1740.
Reverendissimo P. Monacho Ordinis Sancti Benedicti, Syndico Universitatis Salsburgen-
sis, Ludovicus Antonius Muratorius, Serenissimi Ducis Mutinae Bibhothecarius.
A nobili viro Germano Romam petente nuper intellexi, quanta animorum agitado, quot
motus in urbe vestra aborti fuerint, et quam indigne adhuc apud vos habeatur nooaen
meum. Miratus sane fui doleoque vehementer, et potissimum, quod audiam, pios simul
ac doctos viros adversus me coniurationem iniisse, atque ut eam instruerent, variis calum»
niis ac ridendis plañe fatellis fuisse usos. Nam quod est ad coetus de Francbi o liben Mu-
ratón a pontífice máximo proscriptos, quorum, si vera mihi nuntiata sunt, auctorem me
vultis, quid ineptius, rogo, excogitan potuit? Nemo est, qui nesciat, eorum nomen, atq¡ue
institutum e Britannia prodiisse, atque in Galliam et Italiam processisse, nihilque rei mflu
esse cum factionis eiusniodi hominibus. Si quis aliter sentit, liceat mihi dicere: illc insanit.
Vale interea, Reverendissime Pater, iustumque meum dolorem excusatum habe.
Dntam Mutinae Prid. Kal. Sep. 1740.
A.H.E.W . (Vol. VII [1743] 76-77).

337
22
APENDICE N.° 35 C

Rector de la Universidad de Salzburg a Ludovico Muratori.


Epístola responsoria Magnitici P. Rectoris Saiisburgensis.
Reverendísimo D Ludovico Antonio Muratori, Serenissimi Ducis Mutinac Bibliothe-
cario, P. Gregorius, tiniversitatis Salzburgensis Rector et Celsissimi Archiepiscopi, et S.R X
excelsi principis coosiliarius intimus.
Accepi tuas, quas contra me et universitatem nostram vehementer exaggerasti, querelas,
vir eximie ac reverendissime, sed quae conscientia fuerit, aut adhuc sit viro illi Germano,
qui dum Romam peteret, iníormationibus plañe sinistris animum tuum, alias, ut audio,
pacatissimum, totumque ad pietatem compositum turbavit, non capio. Imprimis enim coniura-
tionem aliquam contra te hic Salisburgi fuisse initam, ego quidem penitus ignoro. Secundo
íilius coetus, seu societatis de Franchi o liberi Muratori a pontifice máximo proscriptae;
te nos auctorem voluisse, omnino falsum est et calumniosum...
A.H.EAV. (Vol. VII [1743] 80).

APENDICE N.tt 35 D

Descripción de la Masonería hecha por Ludovico Muratori en sus Anales de Italia, corres­
pondientes al año 1736.
Era negli anni addiettro nata in Inghilterra una setta appellata de’Liberi Muratori con­
sistente nelTunione di varié persone, e queste ordinariamente nobili, ricche e di qualche
mérito particolare, indínate a sollazzarsi in maniera diversa dal volgo. Con solemnitá veni-
vano ammessi nuovi fratelli a questo iitituto, e loro si dava giuramento di non rivelare
i segreti della Societa. Raunavansi costoro di tanto in tanto in una casa eletta per loro
congresso, chiamata la Loggia, dove passavano il tempo in lieti ragionamenti e in deliziosi
conviti, conditi per lo piú da sinfonie musicali. Verisímilmente avevano essi preso il modello
di si ratte corversazioni dagli antichi Epicurei...
...Si tenne per certo che anche in alcuna citta d’Italia prendesse piede la medesima
novitá. Contuttoché protestas^ero costoro essere prescritto dalle loro leggi di non parlare
di Religione ne dd pubblico governo in quelle combriccole, e fosse fuori di dubbio che
non vi si ammetteva el sesso feminino, né ragionamento di cose oscene, nondimeno i
Sovrani e molto piú i sacri Pastori stavano in continuo batticuore che sotto il segreto di
tali adunanze, renduto impenetrabile peí preso giuramento, si covasse qualche magagna
pericolosa e forse pregiudiziale alia pubblica quiete e ai buoni costumi. Pero il sommo
Ponieíice Clemente XII neil anno presente stimó suo debito di proibire e di sottoporre
alie censure la setta de’Liberi Muratori.
fu poi cagíone un tal divieto e rovina, che piú non credendosi tenuti al segreto i
membri d’essa repubblica dopo il piacere di aver dato la corda alia pubblica curiositá,
rompessero gli argini e divulgassero anche con pubblici libri tutto il sistema e rituale
di quella novitá. Trovossi terminare essa in una invenzione di darsi bel tempo con riti
ndicolosi, ma sostenuti con gravita, ne altra maggiore deformitá vi comparve se non quella
del giuramento sul Vangelo per occultar cosi fatte inezie. Ridicola cosa fu che in una
citta della Germania dalTignoranza e dalla semplicitá venne spacciato, e fatto credejre «1
popolo; autore della medesima setta chi scrive le presenti memorie.
(Tomado de M uratori, Annali d'Italia, vol. X II, pág. 107) [Ed. de Na­
poli, 1773].

APENDICE N.° 36 A

Protocolo del Consistorio de la Diócesis de Brixen sobre los francmasones de la ciüdid


de Innsbruck.
El Consistorio de Brixen al Profesor Nikolaus Wille, párroco de Innsbruck.
Brixen, 4 enero 1741.
Nicht ohne eindringende Gemíet» Vestírzung seint wür durch eine gewisse Fttder berichtet
worden, ais beginne auch in der Statt Innsprugg, jene schon Ehehin von dero Píbitlichen

338
Stuel mit dem gciotlichen Banne behafte Scct der so genanten Frey Mautet cínzunietciL
Nun obe wür zwar der getresten Hoffnung lóben, es tome sottañer Bcricht aus antrib einea
unzeitigen Eiffers hergeflossen seyn, umb so mehr ais uns angeregte Fbder keine verleastidi
oder deitlichere Anzeig an Handen geben Khonnen: nichts desto weníger tragen eiscfa
híerduch auf, Befelchende, dass Ihr Euch alies Fieme* angetogen sein lasset in moglídbes
geheimbhaltung sicherere nachrichtung hievon einzuhoien, und uns hianacb selbe umbstend-
licher benzubringen, auf dass Wíir aDenfahls eíne to schodlíche Brutb ben Zeiten aus dem
Wcg zu raumben verfenckhliche Mitl vorkheren mogen.
Diózesanarchiv Brixen (Prot. Cons. pág. 369. Den 7 Januar 1741).

APENDICE N.° 36 B

Respuesta del Obispado de Brixen ai informe remitido por el Párroco de Innsbruck.


Brixen, 25 enero 1741.
Auf Euer untern 17 diss anhero erlassenen schreiben Communíciern Eucb in abachríft
die von Clemente X II, wegen der Sect der Frey Maurer emanierte BvUom, anberg befekhen-
de, dass so fehrn von ainichen verdechtigen Zusanbenkonften in Innsprugg etwas zu hocen
wáre, Ihr Euch moglichst angelogen sein lasset, zu erfoáchen, was etvo in selben gehand-
let werde.
Diózesanarchiv Brixen (Prot. Cons. pág. 387. Den 25 JanuaJ 1741).

APENDICE N - 36 C

Prohibición de la Masonería en la Isla de Malta, según una comunicación enviada desde


París a Epemay.
París, 16 mayo 1740.
Le Gran Maitre [de Malte] par une deliberation de son conseil aurait ordonné a six
chevaliers de ses ordres de se retirer de l'isle avec deffenses de s’en approcher poroe qulls
étaient franes-ma^ons.
B.D.E. (Mss. 127, fol. 406 v).

APENDICE N.° 37 A

Prohibición de la Masonería por el Obispo de Marsella.


Marsella, 14 enero 1742.
Aveitissement au sujet d’une Association qui commence a s’établir dans la ville de
Marseille.
Henri-Fran^ois-Xavier de Belsunce de Castelmoton, par la Providence divine et la
grace du Saint-Siége apostolique, éveque de Marseille, Abbé de l’Abbaye Royale de Saint-
Arnould de Metz et de celle de Notre-Dame des Chambres, ConsetUer du Roi en tous ses
Conseils: Au clergé Seculier et Régulier, et k tous les Fidéles dc notre Diocese Salut et
Bénédiction en Notre-Seigneur Jésus-Christ.
Pourrions-nous, mes trés chers Fréres, sans nous rendre coupable devant Dieu et
devant les hommes, garder le silence sur une bizarre et mystérieuse association qui com-
mence á s’établir dans cette Ville et qui y fait aujounThui tant de bruit? Pburrioos^nous
étre tranquille, tandis que ceux d’entre vous qui* au meprts de toute autonté, se sont en-
gagés dans cette Association, se font un faux honneur de leur désobebsance et emploient
les sollicitations» les plus pressantes pour grossir le nombre dc leurs Assodés?
Si toutes les Assemblées furtives sont expressément défendues dans le Royame k conn­
oten plus forte raison a-t-on dü proscrire odies dont le secret impenetrable devtoit seul
«uffire pour causer les plus justes alarmes?
Quelles funestes suites pour la Religión et pour TEtat na-t-on ñas sujet de ctaindre
d une Association et des Assemblées ou sont indJfferemment re^us Gens de toute nation,
^ f UtC et de *out ¿tat, et parmi lesquels régne ensuite une unión intime, qui
se demontre en faveur de tout inconnu et de tout Etranger, des k*s que par quelque signe
concerté il a fait connoítre qu’il est membre de cette mystériuse Société?
Les personnes d’une solide piété regardent sans doute avec mepris et avec indignarion
cette Association ridicule jusques dans son ñora* Mais, mes ttfcs chers Frém , ceux qui

339
>C dédarent
se hautement Framaíons, et qui sollicitent publ.quement Ies autres á sejomdre
i eux, pourraient peut^tre encore séduire bien des personnes faibles et non prévenufc,
si nous ne nous élevions contre un scandale qui n’est devenu que trop public. Nous devons
done, dans cette occasion, autant que dans toute autre, nous souvemr que nous somme*
redevables aux faibles et aux forts.

état,
^ s^ e u rT T ssm h lie s' sans commettre un peché dont nous nous réservons á Nous et á
nos Vicaires Généraux, le pouvoir de les absoudre.
Et ce sera notre présent Avertissement lu et puplie aux Piones des Messes de
Paroisse et aux Sermons, envoyé et affiché partout oü besoin sera, á la diligeance de notre

^Donné a Marseille. dan¿ notre Palais Episcopal, le 14 Janvier 1742.


Par Monseigneur B o y e r Prétrc Secrétaire
H e n r i , Evéque de Marseille.

APENDICE N.tí 37 B

Correspondencia intercambiada entre el Intendente General de Burdeos y el Ministro Ame-


iot, a raíz de las actividades masónicas en la capital de la Gironda.
Mr. Boucher. Intendente de Bordeaux al Ministro Amelot.
Bordeaux, 23 julio 1742.
Monsieur Amelot,
II s’est introduit icv une espece de société sous le titre de la confrairie des Francs-
Massons qui prend beaucoup de faveur et il a paru un livre intitulé Histoire des obligations
et statuts de la tres vénérable confraternité des Francs-massons, imprimé, oü il dit, á Franc­
fort, avec privilége et approbation de toutes les grandes loges. La nouveauté qui plaít infi-
niment en ce pays cy a determiné nombre d’honétes gens á entrer dans cette confrairie,
méme des officiers du Parlament. Comme on fait serment sous des peines trés sévéres, de
ne point reveler les secrets de i’ordre, il ne m’a pas été possible de les pénétrer, ce qui
me Ta rendue trés suspecte. T’ai trouvé ici un fort honnéte ecclési astique connu de son E.
qui ayant donné des retraites á Paris m’a dit que plusieurs personnes, qui s’étaient fait
recevoir á Paris dans cette confrairie et s’en repentant, l’auroient instruitz en gros de ce
qui s’étoit passé á leur réception en luy déclarant néanmoins qu’ils ne pouvoient sans courir
risque detre assassinés, luy réveler les secrets de l’ordre. Que dans ces circonstances il
n’avoit pas cru le devoir exiger d’eux, et qu’il s’étoit contenté de leur conseiller de ne
plus se trouver aux assemblées des confréres et que si quelcun luy demandoit pourquoy il
ny venoit point, il se contente de leur dire qu’ü ne croyait pas pouvoir en conscience y
assister, mais qu’il l’assuroit qu’il garderoit trés exactement le serment qu’il avoit fait de

i-
--
--✓-
--
---
--
--
--
-- J -
--
- ‘ »V
W I
# J
r J 'J
V *1
1 M 1
I1VV
M A*
V V

qu’il a pris pendant quatre ans de séjour qu’il a fait á Paris. Vous trouverés son
nom dans un petit mémoire séparé parce qu’il est bien ayse de n’étre point connu.
Comme nous avons en cette ville des gens de toutes sortes de nation et de religión,
et surtout des Anglois lesquels ont admis dans cette société, je me persuade qu’il serait
dangereux de la tolerer, C’est ce qui m’a déterminé á vous en informer afin que vous
pmssiés ra’envoyer les defendre aux prétendus confréres de s’assembler et d’en recevoir
a l avenir, sous telle peine que vous jugerés á propos. Je puis vous assurer qu’il y a bien
d nonnétes gens qui par legereté, curiosité au autres semblables raisons, sont entrés dans
cette société, lesquels seront charmés d’avoir un prétexte pour s’en retirer.
J ai 1honneur...
A.D.G. (Tome 26, n. XLVII, pgs. 202-205).

^ _ f APENDICE N 37 C
Amelot a Boucher.
Versailles, 14 ago*>o 1742.
Monsieur,
. *** informé <5ue intention* il »e tient i Bordeaux de» aisemblée* w i»
de Francs-massons, et Sa Majesté ne voulant pas qu’elle* pui»*ent eitre toleré**

340
sous aucun prétexte, elle m’ordonne de vous écrire que vous aya á les faite cesser et
á avertir les auteurs de ces assemblées, que s’ilt les contimient directement ou indirectement
au préjudice des déffenses que vous leur en ferez de la part de Sa Majesté, il* seroat
traités comme désobeissants á ses ordres; vous tiendrez, s’il vous plait, la moin á rexecutíon
de ce qui est en cela de la volonté du Roy, et vous me mettrez en état d ’en rendre
compte á Sa Majesté. .
Je suis, Monsieur, votre tres humble et tres affectionné serviteur.
A melot
[Nota marginal escrita por d intendente Boucher:
M. Coulon, maktre de la loge de la ville
M. Copz, rué Lictiére, chez M. Ger, maistre de la loge du Chartron].
A.D.G. (Tomo 26, n. X L V III, pgs. 206).

APENDICE N .B 37 D

Boucher a Amelot.
Bordeaux, 24 agosto 1742.
Monsieur Amelot,
Je re^us mardy dernier les ordres que vous m’avez fait, etc. le 14 du ptésent mois
pour defendre les assemblées des francs-maoons. J’envoyai sur le champ cherche les imíihw
des deux loges qui étoient établies en cette ville. Je leur fis pan de ces ordres et ib
me promirent de les exécuter avec la soumission et le respect qu’ils doivent. lis m’ajoutfa a t
méme que quoy qu’il y eut une reception indiquée pour le lendemaín üs me doonoícat
parole qu’on ne recevroit, point le sujet et qu’on n’en recevroit aucun i revenir. Je
la main á ce qu’ils exécutent réguliérement ce qu’ils m’ont promís et s’il se comraettott
quelque prévarication je ne manquera! pas de vous informer.
J’ai l’honneur...
A.D .G. (Tomo 26, n. X L IX , pgs. 204-205).

APENDICE N .° 38 A

Detención de francmasones en Viena según la crónica del Gentleman’s Magaxine.


Vienna. March 13, 1743.
The 17th Instant at Night a Detachmen of 30 Cuirasúers and 30 Gimadiers went to a
prívate house, where a Free Masons Lodge was kept and seized aboat 30 Free Máseos,
who were sitting round a table, which vas covered with a black Cloth or Carpet, wbe-
reon were drawn divers odd Characters. On the Table stood two black CandSes lighted,
a Death’s head, a large naked Sabré and a Register, containing the Ñames of 400 Brethrcn.
Among them were several Persons of Distinction who were soon released.
('Gentleman’s Magazine, March, 1743).

APENDICE N.® 38 B

Versión del incidente masónico de Viena según la Storia ¿eü’amto 174í.


Amsterdam, 1744.
n;- vuol metter fine a questo primo con la dispersione, che fece la Regina d’Ungheria,
dell assemblea dei Liberi Muratori, introdottasi in Vienna. Sono molti anni, che questa
oetta da motivo a grandi discorsi, perché si vede sparsa e tollerata in molte Citta sepárate
dalla Chiesa, e si crede eziandio innoltrata secretamente in akune Cattolkhe; senza che
siasi potuto penetrare i misterj della medesima. E’gia noto che la sua divisa da il nome
a suoi seguaci, i quali nelle loro adunanze compariscono (per que! che pretendesi) con gli
n tl’ e strumenti d’un mmatore. Questa stravagante Impresa unita all’impmetrabile secre-
ic/za, che costoro osservano, li rende con tutta ragione sospetti. rinfrescando la memoria
t ei famosi Pitocchi del secolo sedicesimo, che furono tanto fatali alia Religione, e al Re
«i opagna nei Paesi Bassi. E quantunque i Liberi Muratori non siansi palesati in tanto
tempo permziosi ne alia Religione. né ai Principi, non potendosi peró non dubitar male
(ii loro, furono condannati. e proscritti dal Pontcíke Clemente X II in una Bolla, che puó
vedersi nella Storia dell’anno 1738, e vengono perseguitati in tutti i Paesi Cattolici, e in
n ancora, dove sono in vigore le leggi contro le secrete adunanze. Quindi «vendo Mon-
signor Paolucci. Nunzio Pondfizio penétrate, « ^ v e n e ^ m a ^umerü8a as«m blc^ to ^un
certo sito
ncllo con
chV^trevat^ nella medesima una sentineUa, dimandando loro con arroganza da
parte del Maestro di Casa, donde procedeva una tal violenza. Le fu nsposto che si vemva
ad arrestar per ordine della Regina tutti quelli che colá trovavansi. II Mastro di Casa
ricevuta dalla sentineUa questa risposta, rtvolgendosi «u ConfrateUi: «Fratelli miel, disse
loro facciamo vedere alia nostra augusta Sovrana chc Ella non ha sudditi piu ubbidlenti
di noi Sarebbe una cosa vergognosa, che le nostre leggi, e i nostri Statuti fossero sola-
m-nte riposd ne’nostri archivj, c non ancora ne’nostri cuori*. Allora tutti i confratelli depo-
sero le spade nelle mani di detto Mastro di Casa; il quale pósatele sopra un armadio, pregó
l’Uffciale ad assicurar la Regina, che con la medesima ubbidienza, e sommissione, con cui
essi avevano deposto súbito l’armi, le avrebbero impúgnate, e impiegate in di lei servigio
fino all’ultima goccia del loro sangue. Diciotto componevano allora quelTassemblea; tra
i quali trovandosi alcune persone di qualitá, furono rilasciate sulla parola di stare in se­
cuestro in propria casa sino a nuovo ordine; gli altri di bassa lega, e tre Abatí, furono
posti nelle carceri. Si ritrovó nella stanza, dov’erano raccolti, un martello, un compasso,
una squadra, un piombino, e altri strumenti di matematica; della creta, una pietra rozza,
tre candellieri d’argento con le cándele accese, alcune bottighie di vino, e dei bicchieri.
Quella era una piccola porzione del maggior numero, che constava dal lor Protocollo esser
arrolato in quella Compagnia; i piú dei quali, alia nuevo di ció ch’era successo ai loro
coropagni, ni sottra'sero con la fuga; e alcuni altri furono, o arrestad, e sequestrati nelle
loro case, mentre ve n’erano di tutte le sorte di qualitá, come si vede in simili adunanze
negli altri paesi, Principi, Conti, Baroni, Cavalieri, Ecclesiastici, mercanti, artefid, Uffiziali
di toga, e di spada e semplid servitori.
Sparsasi per il mondo la fama dell’arresto strepitoso dell’assemblea dei Liberi Muratori
di Vienna credeva ognuno, che o si fosse giá scoperto il gran secreto di quella Setta, o
almeno non mancherebbe questa volta di venir alia luce; e che i membri arrestad soccom-
berebbero al dovuto castigo. Ma quale fu lo stupore universale, quando s’intese, che presa
l'occasione della Festa di San Giuseppe, di cui il piccolo Ardduca porta il nome, era
stata data a tutti la libertá! In fatti comparsi coloro piú volte all presenza del Cardinal
Coionitz, Arcivesccvo di Vienna, e del Nunzio Pontificio, i quali erano incaricati di formar
loro i! processo, protestarono di non poter violare per ragion alcuna i loro impegni, per
cui erano astretu a o servare un profondo silenzio rispetto ai misterj della lor Sodetá. Non
potendosi peró ritirar nulla da loro, ne convincerli d’altra reitá, che di tener secreti con-
gressi, fu loro proibito di averne piú in awenire; ed ai Cavalieri di Corte, ch’erano di quel
numero, fu ingiunto di astenersi per quindici giomi di comparire a Palazzo. Un fine cosi
inaspettatto di questo affare ha messo in qualche crédito un libretto, pubblicatosi anni
sono, che si propon* di far l’istoria della Societá dei Liberi Muratori, e di rivelare tutti
i loro misterj. In esso. dopo un ampio catalogo di tutte le principali Cittá d’Europa, nelle
quali e stabihta codesta Setta,. col nome delle persone, che compongono ogni particolar
Compagnia, si pretende ch’eUa sia una specie d’accademia, che ammette ogni rango di per­
sona-, dal Príncipe piú eccelso fino al piú vile Plebeo, per istare insieme in conversazione,
' ii o ™ con 'nTCTa libertá di qualunque immaginabil materia, fuorché di dó che spetta
alia Religione, e ai Principi; e che per dinotare questa franchigia di radunarsi, e stare senza
riguardo di sorte alcuna per chi si sia, a motivo di coltivare lo spirito, ch’é il medesimo
m tutte Je qualitá di per:one, abbia preso la singolar divisa, che li qualifica Liberi Mura-
ton; ii qual termine ne! linguaggio Inglese (attribuendosi comunemente l’origine di queste
Inghilterra) «prime forse bene il fine della sua istituzione. Sia vero, o no, che
a questo solamente riducansi i pretesi impenetrabili misterj di tal Sodetá, owero a qualche
cosa ancora di piú ridicula, come alcuni sospettano; c cosa certa, che i piú ragguardevoli
soggeti non fecero mai il mínimo richiamo d’essere stati messi nei ruolo dd Liberi Mura­
tori, e m Londra, e a Berlíno non si vergognano di solemnizzare con isforzo, quando sono
m carica, la tenuta delle consuete asscmblee. Tutto ció nondimeno non fa gran colpo negli
animi dei giusti estimatori delle cose, finché vedono codesta Setta sogetta alíe censure della
lesa, e all tndignazione dei Principi, i quali la sbandiscono dai loro Stati, come fece in
questa occasione la Regina d’Ungheria.
<U Storia dell’anno 174J, Amsterdam, 1744, pgs. 94-98).

342
APENDICE N* 39 A
Correspondencia intercambiada entre el Nuncio ea Viena y el Cardenal Secretario de
Estado sobre el asunto de los masones vieneses.
Mons. Camillo Paulucci, Nuncio en Viena al Cardenal Valenti, Secretario de Estado.
Viena, 9 marzo 1743.
Mi onoro di partecipare a V .E . che la Maestá della Regina n’on ostanti i pié effiead
impulsi datile da questo Tribunale della Reggenza ai quali noo si opponeva questo Emo.
Arciv®, perché si dispensasse la quaresima, non ha voluto aderíre alie istanze rcpücatamente
e vigorosamente fattete, ed avendomi comunkata la Maestá Soa, durante U C tm én le, questo
suo pío pensiere la confortai a mantenersi ferma nel santo proposito in coi era, altrímente
sarebbe qui a poco a poco andato in disuso il S® Digiuno quatesimde. I ! sud* Stgr. Car-
díñale ha poi nella stampa data al pubblico della quale umflio a V E . una copia tradotta
in Italiano, proibito I’uso della carne la sera a quelli die per consiglio d d medico, e Con­
fessore sono astretti a cibarsene; ed ha inoltre inculcato a tutti i Predicatori dUluminare
il popolo, come fanno, sulla indispensabile obblígaziooe, che corre non solo a quelli, che
osservano quaresima, ma ancora ai dispensati di osservare il S® Digiuno, da cui ognuno
si faceva lecito di anzi di dispensarsi, dbandosi la sera indistintamente d’ogni sorte di vi-
vanda.
Ha S.E.I. con parí zelo fatto declamare da gTktessi Predkstari con tro l’inágua Con­
grega de’Liberi Muratori, annundando al popolo la scomunica Pápele, che incotióno queffi,
che si fanno aggregare, e professano l’indegna sorietá, e il grave perkolo deQe lato «mm»-
se non la detestano. E per venta era piú che necessario di combatiré i seguaa di qaesta
empia unione, che si andava dilatando sempre piú, e ció che mi ha consol*» rniBiatno
si é, che il Conte Vindisgratz, Govematore di questa Cittá, che da limgo tempo m eaccu
zione della sua promessa faceva fare le piú esatte dfligenze, per sorptendere ndDe loro
Loggie i sudetti Liberi Muratori, pervenne ad eseguirio nd giovedi sets paraato, io caá
si fece sorprenden, mentre eransi adunati appunto in una di queste case in affittatc e
vi spedi una Compagnia di Corazze, che oocupó le úsate, e pose in arresto i oooplid
in num. di 25; parte di condizione. e parte dttadini, come raccogliera dalla compkgata
relazione, che mi é stata comunicata.
A .S.V . ( Germania, vol. 336, fol. 21-22).

APENDICE N .° 39 B

Mons. Camillo Paulucd al Cardenal Valenti.


Viena, 16 marzo 1743.
Proprie.
Continuando a V.E. le notizie di quanto é aocaduto qui dopo le uktme míe intoeno
ai seguaci ddl’iniqua e pernidosa Congrega d d Liberi Muratori, mi onoro di riferirfe coate
la Maestá della Regina ha creduto di non dovere ancora far levare l’arresto in Casa ai
Cavalieri, che furono sorpresi nell’acoennata conventícula, noo ostante die tutti stansi sotto-
messi, e abiano detestata la congrega sudetta, coi ricevere da questo Emo. Aidvescovo
l’assoluzione dalla scomunica e si crede, che indugnerá a far loto la grazia sino al ¡ponto
ai San Giuseppe, di cui porta il nome l’Arciduca, e lo stesao pratkheri veno quelli, che
sono detenuti nelle carceri.
II sudetto Sig. Cardinale Arcivesoovo mi ha detto, die tutti i Cattcdki stati arrestati
nella Casa ov’eransi congregan si sono sottotnessi, e che molti altri sino al mnaeto di 40
in circa eransi últimamente eondotti a rittirarsi e a manifestare di essere Liberi Muraton
per ricevere l’assoluzione. Ma ne restaño ancora molti altri. che non si palesano e per
ció ho pregato il Conte Vindisgratz Govematore di questa Cittá. a non rauoware le sue
ligenze e I» sua vigilanza, poiché era probabile, die dopo qualche paño di tempo tor-
nassero costora a riunirsi fuori di Vienna, come gli ho significato aver piü volte gil fatto
jn un grosso Villaggio di qui distante due Leche, e mi ha promesso di non discontinuare
le sue ricerche.
Se la Maestá della Regina eseguirá quanto meditava sino a ieri 1’altto fará una cosa
‘legna di Lei e la med* risoluta di fare un decreto, in cui rimanga dichiarato essere sua
m„ t_ -u - rtsíri di congregare e d’intervenire a simili adunanza resti privato
non sólo delle cariche ma bandito dai suoi stati. Una tal leg$e se vien pubblicata, produrrá
un ottimo effetto, e puó iinmaginare V.E. che u» faró le míe partí, perche la Maesti Sua
la promulghi. Quelli poi. che veramente mostrano di nspettare le ordinaziom Pontificie, si
sonV soíati col SigrZardinale e meco di non aver ubbidite smora sul motivo, che k
Bolla Pontificia non era qui stata pubblicata; onde credevano di non esser perció mcom
nella censué; io ho loro r i s p o s s o che oltre 1 esser notorio qui che una tal Bolla era
emanata, e stata affissa in Roma nd Luoghi soliti, il Sigr. Cardinale Arcivescovo aveva fatto
pubblicarla nei primi giorni di quaresíma in queste Chiese da tutt i Predicaton, e chiara
un vano prete far l’allegato, per far credere che la ignorassero, quando 10 ancora... ció
e non una ma mille volte pubblicamente aveva parlato contro la perniciosa congrega annun-
ciando la ’scomunica cui soggiaceva chiunque vi si fa cosí ascrivere, riservata al Somme
Pontefice e che bastava oltre ció la scienza ere... dell emanata Apostólica Costituzione,
per essere illa questi dalla scomumca.
A.S.V. (Germania, vd. 336, fol. 24).

APENDICE N.° 39 C

Mons. Gamillo Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 23 marzo 1743.
In propie.
Nd passato Martedi dedicato a San Giuseppe, di cui porta il nome í’Archiduca, liberó
poi Sua Maestá dalTarresto i Cav.ri stati sorpresi nella nota Casa a condizione pero, che
sino a nuovo ordine non ardissero di accostarsi alia Corte. In oltre la Maestá Sua fece
intimare a dascheduno degli arrestati per mezzo del Condi Vindisgratz, Governatore di
questa Cittá, che se mai si rendessero colpevoli in awenire col frequentare tali conventi-
cole, sarebbero senza remissione privati delle cariche, e banditi dai tutti i suoi stati
per sempre. E la stessa intimazione fece ai militari ch’erano del numero degli arrestati,
il Mar.Uo Co:di Harrach, Presidente di Guerra per ordine parimente di Sua Maestá. Sarebbe
veramente stato desiderabile, che una tal intimazione fosse stata resa pubblica nelle solite
forme, perche dovesse produrre il buon effetto desiderato da Sua Maestá, e troppo neces-
sario per dissipare una cosí perniciosa unione, e congrega di tanta Gioventú mal consiglia-
ta: ma mi sembra sinora. che non smchini qui a farlo.
II Sigr. Cardinale Arcivescovo mi ha fatto sperare di voler informare a suo tempo la
Santira di N.S. di quanto avrá potuto rivacare dagli esami fatti ad un sacerdote scozzese,
che fíi carcerato nella di sopra referita adunanza de Liberi Muratori, e ch’é uno degli
antesignani dell’iniqua Congrega, il quale alia fine dopo essere stato per alcuni giomi nelle
carceri Arcivescovili, obbligato a vivere in pane ed aqua, incomincia a vomitare il veleno
e a discuopnre ció che forse era ignoto in ordine alia da iniqua «societá e per quanto
mi ha confidato l’E.S puó argomentarsi, che sia il sud0 sacerdote un vero Chellenista,
poiché ha risposto a Sua Em-za con poca venerazione rispetto alia scomunica Pontificia,
allorche lo riprese di aver celebrato, non ostante che sapesse come asseri, esser scomunicato
ipso íacto chiunque era aggregato ad una tale societá dicendo, che il Papa non era infor-
mato, e per conseguenza, che la scomunica era di niun valore.
A.S.V. fGermania, vol. 336, fols. 27-28).

APENDICE N.° 39 D
Cardenal Valenti a Mons. Paulucci.
Roma. 30 marzo 1743.
Foglio per Mons. Nunzio in Vienna.
Illmo. e Exmo. Sig.
Essendosí degnato Ntro. Sign. di dettare l’annesso Foglio d'Istruzzione sopra Tafíarc
Jun * i rat° r ’ trasmetto a V.S. Illma. affinché serva di norma al di Lei contegno.
t le bacio le mam.
[Hoja anexa].
^ Foglio di Mons. Nunzio circa i Liberi Muratori. E molto commendabilf
f P * 0 *™ mancheri di esprimere questi sentimenti del Papa aUa Macatá
v í are A’ con?apmo Decreto, che porrá mano aUa radice. Si h osaervato
a e o lonitz ha data ai ricorrentí I’assoluzione, benché questa sia riservata al

344
Papa, non avendo esso avuta nuova facoltá di assolvere dalle censure P&pali dopo la
riserva della predetta, ció non ostante, il Papa ben volontieri ratifica quanto esso ha fatto,
credendolo fatto, perché perículum crat in mora, et diffidlis acceisus ad Papam, e perché
in awenire non vi abbia da essere simile dubbietá, N. Sig.e concede al detto Cardinale
tutta l’autoritá di assolvere i Liberi Muratori, che pentiti ad esso rkorrono, ancorché la
censura sia riservata al Papa, e Mons.re glie lo dica.
A.S.V. (Germania, Reg. 540, fol. 189-190).

APENDICE N /- 39 E.

Josef Graf Thun, Bischof von Gurk, Rom Prominister an K.in María Theresia.
Roma, li 30 marzo 1743.
Sacra Reale Maestá.
Grande, anzi sommo é stato il piacere che il Papa ha provato dalla notizia gua’ giusta
dell’Arresto ordinato costi dalla R.M.V. dei Franchi Muratori. Me ha la S* Sua parlato
mercoledi a me con expressioni di particolare contento.
H.H.S.W . (Rom. Berichte 1743. Fase. 176).

APENDICE N.° 39 F

Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 20 abril 1743.
Emo. e Rmo. Sig.
Quando si é degnata la Santita di Ntro. Sigje di prescrivermi nel foglio d’istruzkme,
che si é compiaciuta di dittare sopra l’affare de’Liberi Muratori, é stato da me partedpt o
a questo Cardinale Arcivescovo che porge per mío mezzo nmilí azioni di graáe aOa Santitá
Sua nell’avergli di nuovo communicato la necessaria facoltá di poter assolvere i seguari
della detta Congrega, che pentiti ricorrerano a Lui. E senza piü profondamente a V.E.
per fine m’inchino.
A.S.V. (Germania, Reg. 327, fol. 199; vol. 336, foL 38).

APENDICE N.° 39 G

Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 20 abril 1743.
In proprie.
Questo Sig.re Cardinale Arciv° mi ha assicurato, che dai numero» esami fatti fare
al Sacerdote scozzese, stato arrestato neUa nota combricola de’Liberi Muraton, non aveva
potuto ricavarne notizie, piú individué delle contenute nelFannesso foglio. che mi riserbai
di trasmettere a V.E. in quest’ordinazio come adempio. Mi diedi I’attenzione di pone in
considerazione ai med® Sig.r Cardinale sin quando ricotsero a Lui i Liben Muratori per
l’assoluzione, che le sue facoltá, ne le mié si stendevano ad assdverii daUa scomunica, riser­
vata nella condanna fatta della loro Congrega della S.S. di demente X II al solo Saturno
Pontefice fuorcché nel caso di morte; ma egli risposemi di aver per reacritto ad un suo
Memoriale ottenuta tal facoltá dalla Santitá di Ntro. Signore. lo che da me intesoei, nulla
piü aggiunsi. Ora pero gli ho comúnicato quanto Sua Bne. mi ha ordinato. acció sappia
averie la med* Santitá Sua conceduta la necessaria facoltá per assolverli in awenire. *
Debbo ancora umiliare per il riverito mezzo di V.E. a Sua Bne. copia di un ordinazione,
fatta dal M.se di Brandeburgo sin sotto li 18 del decorso Febb" pervenutami soleante a
passati giorni, affinché la Santitá Sua resti pienamente informata di quanto ghinge a mia
<-o;»ni7.¡one in ordine a quella Provincia; e molto piú testera amareggiata la Santita Sua
come lo sono stato io nel leggere, che si degnerá di fare nell'annessa copia di lettera.
senttami dal Sig.re Bne. di Franckenberg Ofiziale Generale di Vratislavia. il pernicioso dis-
c^c ha quei Principe di voler astringiré quei Capitolo, ad eleggere per Coadiutore
«el Sig.re Cardinale Vescovo di Breslavia il Can co Schaffgotsch. i di cui eostumi e condotta
si descrivono pienamente dal med” offiziale Generale. e posso attestare a V.E. che il con-
'fgno de] mcj.< Canonico tenuto in Olmitz, allorché vi o si i strattenuto per la sua
fesidenzn, c stato tale, che ha recato grande seandalo in ouella G tti, sena parlare di

345
quanto é occorso in Vratislavia, c in Olmitz stesso sopra 1 essere stóto esso Canomcouno
de’pubblici seguaci della perniciosa Congrega de Liben Muratori Ed io ne ricevetti sin
d’allora da Ecclici. probi usa piena contezza. ed avrá osservato V.E. nei miel fogh, nei
quali mi é occorso di parlare del Sud » Can.co, che sempre lh o repútalo per un EccLco
scandaloso, e che conduce una vita totalmente indegna del sagro suo carattere, e della sua
dimita- onde se mai riuscisse al suo intento, coll esser per coadiutore con futura successio-
ne al Sia r Cardinale Vescovo. sarebbe l'ultimo fatal colpo, che riceverebbe la Religione
in Slesia e tutta la Gerarchia Eccl.a. Ho io animato in risposta il sud° Offiziale Generale
a sperare nei Sig re, che non permetterá mai che venga promosso un tal uomo ne a quella,
ne ad altra Chiesa, e che poteva rendersi persuaso, che Sua Bne., che rendevo informata
di quanto egli mi aveva scritto, si sarebbe opposta con tutta l’Apostolica sua Autoritá alia
sudetta Coadiutoria, e molto piú alia dispensa delTetá, di cui abbisognava il med®. L’ho
esortato a raccomandare a Dio questo importantissimo affare, e a tener fermi i suoi Colleghi
nei sentimenti espressimi.
A.S.V. (Germania, vol. 336, fols. 39-40).

APENDICE N ° 39 H

Cardenal Valenri a Mons. Paulucci.


Roma. 4 mayo 1743.
Si e letto quanto Mons. Nunzio di Vienna ha scritto ed ha trasmesso non meno circa
i Liberi Muratori che circa TEditto del Márchese di Brandemburgo sopra la Comunitá
Regolari che sono nella Slesia e quanto puré concerne il pensiere del Coadiutore nella
Chiesa di Breslavia. Incominciando dai Liberi Muratori, non vi é cosa veruna da soggiun*
gere. approvandosi il fatto, e commendandosi il zelo di chi ha operato.
A.S.V. (Germania, Reg. 540, fol. 300).

APENDICE N.° 40 A

Correspondencia intercambiada entre el cardenal Secretario de Estado y el Nuncio en


Viena a propósito de la presencia de masones en la diócesis de Olmitz.
Cardenal Valenti al Nuncio Mons. Paulucci.
Roma, 11 mayo 1743.
Si é avuta notizia. che non vi sia forse Diócesi nella Germania ove prenda piú voga
la perniciosa compagnia deXiberi Muratori, quanto in quella di Olmitz; e che di questo
gran male sia funesta origine il non esservi stato ancor pubblicato il Breve, ossia Decreto
della condamna di da Adunanza emanato nei decorso Pontificato. Vuole pertanto Nostro
Signore che V.S. Illma. mettendo in vista a quel Mons. Vescovo Tobligo, che corre alia
vigilanza sua Pastorale di apportare un’efficace rimedio ad un veleno tanto piú pericoloso
quanto piú occulto, lo esorti a far pubblicare senza ulterior indugio nella sua Diócesi la
detta condanna apostólica. Giova credere che doppo quello che a fatto la pietá della
Regina per estirpare in Vienna la da setta con tanto suo mérito presso Dio, e con tanta
sua gloria presso gl’uomini, non sia per incontrarsi alcun ostacolo, perché sia seguitato il
suo pío. e glorioso esempío dai Pastori della Chiesa. Con che io baccio a V.S. Illma. le
mam.
A.S.V. (Germania, Reg. 540, fol. 320).

APENDICE N.° 40 B

Benedicto XIV, Papa, al Cardenal Tencin.


Roma, 29 marzo 1743.
T^ °j 000 abbiamo vedu'a la pastorale del Card. di Sinzendorf sopra i Liberi
ura n. Il detto cardinale é una delle spine di questo nostro penoso Pontificato.
A.S.V. (Miscell. Armario XV, t. I, vol. 154).

346
APENDICE N.° 40 C
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.
Praga, 5 junio 1743.
Molto prima di ricevcrc i supremi ordini di N.S. ho eccitato in voce cd in iscrítto
non una ma piú volte Mons. Sig.r Vescovo di Olmitz appunto sulíe notizie, che avevo
essere infestata piú d'ogni altra la sua Diócesi dai seguaci della perniciosa compagnia dcTi-
beri Muratori, perche adempisse airobbligo, che corre alia vigilanza sua Pastorale di appor-
tare un’efficace rimedio ad un veleno si pericoJoso, egl’indkai chi era il promotore e fautor*
deiriniqua Congrega in Olmitz, acció incominciando de! capo, tanto piú fácilmente otte-
nesse di sradicarla dal suo gregge. Mi promise di farlo prima ancora, che la Maestá
della Regina dasse il noto esempio si pió, e si glorioso in Vienna, per estirpare una tal
setta, e avendo gli io rinnovato avanti la sua partenza da Praga le míe vrvissime premure
a questo fine, fece credermi, che non si tenessero piú Loggie nella sud* citti di Olmitz.
e che invigilava con tutta la sollecitudine per andaré sempre piú iscuoprendo gli occulti
seguaci della Congrega, affine d’impedire le loro unicni. Q ó non estante in adempimento
dei nuovi ordini, che V.E. si é compiaciuta di darmi. scrivo al Preiato nei termini i piú
cfficaci, e lo animo, ed esorto a secondare il zelo del suo Capitolo, che si segoaló con il
Can. co Schaffgotsch, obbligandolo a detestare la d* Congrega, tosto che ne fu da me
eccitato con un esemplare che gli mandai della condanna Apostólica, che fu sin d*aDora
resa pubblica, e che procureró venga di nuovo da Monsig.r Vescovo pubblicata. Non posso
pero astenermi dal referire a V.E. in quest’occasione, che il sud • Preiato fc si freddo, e
lento neireseguire ció che se gli prescrive, che mi é convenuto in ogni rincontro stimolarlo
non una, ma piú e piú volte, prima che si ottenga il fine, e lo stesso suo Tribunale Vescovile
non saranno tre mesi, che mandó segretamente a Vienna due Canoniri deputati, per infor-
marmi che s’essi apparivano negligenti nelTubbidire alie ordinazioni della Ninmatura non
n’erano in colpa, ma la irresoluzione dd loro Vescovo, che non si determina mai a far
ció che deve lo che pur troppo mi consta essed vero; e qudlo, che piú rilevasi e ch’eoritato,
non ha difficoltá di rispondere ch’egli é il Papa ndla sua Diócesi. Mi onoro di partecq>ar
ció a V.E. per semplice notizia di N.S., suplicándolo pero umilmente a non darsene* per
inteso, sin ché non mi prendero io la riverente liberta di esporgli se vi sia precisa nccessiA
di risuegliarlo con un Breve Apostolico. E senza piú per fine profondamente a V.E.
m’inchino.
A. S. V. (Germania, vol. 336, fols. 55-56; Reg. 327, fols. 273-274).

APENDICE N.° 40 D
Cardenal Valenti a Mons. Paulucci
Roma, 22 junio 1743
Mal corrisponde Mons. Vescovo d’Olmitz alia buona opinione che si aveva ddla sua
Pietá, e del zelo suo pastorale, colla poca cura, die mostra di snidare, ed estirpare dalla
sua Diócesi la perniciosa Compagnia de’Liberi Muratori, massime dopo che é stata con-
dannata da Ntro. Sig.re con una sua Pontefica Costituzione, e chc ne ha avuto della
Maestá della Regina un cosi pió, e glorioso esempio. Vuole tuttavia sperarsi die i nucm
eccitam.ti, che gliene aveva V.S. Illma. dati, lo averanno scosso da questo suo letargo, e
che egli averá riparata, e corretta la sua indolenza cogropportuni provednnenti, e rime-
di come si attenderá di sentire; e con questa speranza sospende Ntro, Sigre siccome ella
suggerisce a risvegliarlo con un Breve Apostolico; E le bario le mani.
A. S. V. (Germant, Reg. 540, fol. 438).

APENDICE N " 40 E
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.
Viena, 6 julio 1743.
In Proprie.
. Osserverá V.E. nelTingiunta copia il tenore ddrindegno Editto. che si £ lasciata
indurre a pubblicare il Sig.r Catdenale Siniendorff ndla sua Diócesi alie istante dd M.se
di Brandeburgo con cui viene ad esser distrutta la S* Immun.tá Lócale da unEcdesiastico
d’integerrima fede ne ho io ricevuto il rincontro con la copia genuina del med .
Ho del pari. con mió cordoglio avuto dalla stessa persona la conferma del ayviao umi-
liato a V E nell’ultimo mié riverente, che il Sig.re Cardinale sud. per compiacere alie
istanze dei M.se di Brandeburgo e sodisfare al proprio suo genio intende di commendare
al Cano.co Schaffgotsch l’Abbazia di S. Mana in Arena dei Canonici Regolari di S. A g a ­
tino in Vratislavia, che mi si asserisce esser stata sempre regolare. Ai zelanti Cattolia
duole altamente che una tal provista cada in un soggetto -si mdegno quei é il Schaffgotsch,
il quale ottenendo le d.te rendite se ne valera per scialaquare e profonderle in usi poco
decni del suo carattere; e duole molto piú che con tal esempio si espongano le altre Abba-
zie Resolari, e il Vescovado steso di Vratislavia a subiré una pari infelice sorte.
Con tal occasione mi é stato scritto ancora dell’accenato zelante Eccl.co che il Sig.r
Cardinale sud.to ha di recente conferito gli ordini minori al Conte di Falkenhaim suo
Qiente, celebre Libero Muratori. acció possa conseguiré una qualche Prebenda Ecclesias-
tica dal M.se di Brandeburgo, e mi awisa inoltre fare esso Sigr. Cardinale in favore del
med.k' suo Cliente tutte le possibili pratiche perché venga dicevuto nell’ordine dei Cavalieri
di Malta, e possa alia raccomandazione di esso M.se esser proveduto di una qualche Co-
menda. Storto che afflige molto i buoni e i membri piú sani del Capitolo di Vrati lavia.
L’aperta protezione che da il loro Pastore ad un soggetto, che pubblicamente frequenta
’a perniciosa Congrega dei Liberi Muratori e che per conseguenza é scommunicato. Chieggo-
no che impedisca una tale mostruositá dicendo che cagiona veramente ció un gravissimo
seandalo Ma come ándame al riparo?
A. S. V. {Germania, vol. 336, fols. 73-74).

APENDICE N.” 40 F

Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 13 julio 1743.
Monsíg.re Vescovo di Olmitz al nuovo eccitamento da me datogli con mia scrittagli
da Praga in esecuzione dei venerati ordini di V. E. di dover seriamente pensare a sradicare
dalla sua Diócesi la perniciosa Congrega de’Liberi Muratori, che si andava in essa sempre
piú dilatando e aumentando mi risponde ch’ero stato mal informato, e che di presente
francamente poteva asserirmi, che non aveva notizia, che si trovasse un solo seguace della
med.3 Congrega in tutta la sua Diócesi almeno che fosse conosciuto per tale, e che il Co.
Oddis sopra di cui non cade dubbio, che sia una de’piú zelanti membri dell’enunciata com-
pagnia, e che dimorava in Olmitz, era da lungo tempo partito per rendersi a Bareith.
Mi ha chiesto un esemplare della Pontificia condanna di detta Congrega per pubblicarlo
ed essendomene per buona sorte trovato uno, gli li ho trasmesso immediatamente, replican-
dogli, che da buona parte sapevo non mancare nella sua Diócesi, chi professava una si
imqua Societa, e che al pratirarne, che farebbe le piú esatte diligenze ne sarebbe venuto
r chiaro. E senza piú profondamente per fine m’inchino.
A. S. V. (Germania, Reg. 328, fols. 18; vol. 336, fols. 76-77).

APENDICE N.° 40 G

Cardenal Valenti a Mons. Paulucci.


Roma, 23 julio 1743.
Voglia Iddio, che la Diócesi di Olmitz resti netta ed purgata dalla perniciosa Com-
pagma de Liberi Muratori, come aveva a V.S. Illma. francamente asserito quei Mons.r
Vescovo, mentre essendone stata la medessima piú che ogni altra della Germania lunga-
mente contaminad, e pur troppo da dubitarsi, che ve ne sia rimasta la velenosa semenza.
. 50 ,V-S. Illma. di avervi tutto l’occhio della sua vigilanza, affinché se mai
sentisse germ<^liarne qualche cattivo rampollo, posse procúrame di farne svellere la
radice, e giacché si era ella privata dell’unico esemplare, che Le era rimasto della condanna
Apostólica di detta Congregazione farlo avere al medesúmo Mom.r Vescovo le ne tras-
me o io qui annesti quattro, accio possa sodisfare anche all’istanze degl’altri, quando le
fosse fatte. F.d intanto a V.S. Iüma. bacio le mani.
A. S. V. (Germani, Reg. 540, fol. 510).

348
APENDICE N.• 40 H
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.
Viena, 17 agosto 1743.
Porgo a V.E. umili azioni di grazie per il benigno pensiere datosi di trasmettermi i
quattro esemplari della condanna Apo¿tolica della perniciosa Congrega de'Liberi Murato-
ri, che uniti alie umanissime sue dei 27 del passato ho ricevuti acdo con essi poasa so-
disfare alie ulteriori istanze, che mi verranno fatte. Ed opportunamente mi sono perveouti
avendone giá dispénsalo uno di cui sono stato ricercato. Perúó riguarda la Diócesi di
Olmitz che quel Monsig.re Vescovo francamente mi asseri esser del tutto netta e puxgata
dai seguaci della nocivissima compagnia, sia pur persuasa VJE. che stó con tutu la vigi­
lanza, per esser informato se mai germogliasse ín essa qualche rampollo della vetenoaa
semenza; ed ho incaricato alcune persone di sperimentau fede, e probita, perche veglino
in Olmitz precisamente ove aveva la sua Sede uno de’principali seguazi della med* che
segretamente procurava di acresceme il numero per adempire al debito che mi corre c
fare che Monsig.re Vescovo impieghi tutta la sua sollecitudine affine di purgare la vigna
del Sig.re da germi si perniciosi. Con che senza piú proíondamente per fine m’inchino.
A. S. V. (Germania, Reg. 328, fol. 109; vol. 336, fols. 102*103).

APENDICE N • 40 I

Mons. Paulucci al Cardenal Valenti.


Viena, 30 mayo 1744.
Essendosi a me indirizzato il P.re Geremia della Vergine de’Dolori, Chierico Repotare
delle Scuole Pie, e Professore di Teología nei Collegio di Nichilsbrugo, Diócesi di OÍmitz,
per ottenere la facoltá di assolvere un suo penitente della «comunica, in cui é incorso,
per essersi fatto aggregare a passati mesi all’iniqua Congrega deliberi Muratori in Vratis-
lavia, e per essere due volte intervenuto alie adunanze ivi fattesi, mi é forza di ricorrere
a V.E. perché voglia compiacersi di farmi autorizzare da N.S. a comunicare la desiderata
facoltá al mentovato Religioso acció possa rimettere nei grembo della Chiesa un penitente
che ha abjurata la d.a Congrega e che desidera ardentemente di sttomettersi alie Ofdina-
zioni Pontífice. Con quest’occasione mi animo a proporre a V.E. di supplicare se cosí k>
giudica la Sant.a Sua a conferirmi per qualche altro caso, che puó occorrere una pari au-
toritá, per comunicarla ai Confessori delle Diócesi esistenti nei Distretto di questa Nun-
zitura, che a me la richiedono per assolvere penitenti di tal sorte e facilitare in tal guisa
il ravvedimento dei med .mi, potendo pur troppo accadere, che dovendo acertare da Roma
la facoltá i Loro Confessori si p.da quel felice momento, in cui si mostrano soUeciti di
essere prosciolti dalle censure, in cui sono incorsi neU’esscre stati membri della indegna
societá. E senza piú per fine bacio a V.E. umilissimamente le mani.
A. S. V. (Germania, vol. 336, fols. 242-243).

APENDICE N ° 41 A *

Declaración de los diversos testigos que denunciaron ante el Tribunal de la Inquisición


de Lisboa la Sociedad de los Pedreyros Livres. f
Henrique Machado Moura.
Lisboa, 6 octubre 1742.
Prestado das culpas q ha nesta Inquisi^ao de Lisboa contra as pessoas abayxo confrontadas.
Aos seis dias do mez de Outubro de mil e sette rentos e quarenta e dous annas em
Lisboa nos Estaos, e caza do despacho da Santa Inquiri^ao, estando ahi na audiencia de

(*) Al no disponer de algunos caracteres tipográficos propios del idioma portugués» en


ios Apéndices que siguen no figuran las tildes de las vocales a y ». Por esta misma raaón las
abreviaciones no se reproducen exactamente como en el original.

349
manhaá o Sr. Inquizidor Francisco Mendo Ingoso. mandou vir pecante si a hu hornera
q da lilla lhe pedio ausencia, e sendo prezente por dizer a pedirá pa denunciar ne.ta
Mesa couzas a día pertencentes, lhe foi dado o ,uramento dos Santos Evangelhos. em
q 002 a mao tob cargodo qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo pro-
mewu cumprir: E disse chamar se Henrique Machado de Moura procurador de negoaos
e cauzas cazado com D. Jeron.ma Michaella de Me lo natural de llha de Madeira, e mo­
rador nesta cidade de Lisboa a entrada da rúa do Valle aos poyaes de Sao Bento, Fregue-
zia de Sta. Cathenna do Monte Svnay X.“° Velho de mais de quarenta annos, e denunciando

Jlb5Que havera e mavo pouco mais ou menos lhe chegou a noticia q nesta Corte
h u ia varios profesores e sequaze¿ da nova ceita intitulado Francos Massoes, ou Pedreiros
Uvres ha poucos annos condemnada P ll Sé Apostólica, e que he cabera della hü Inglez
chamado Monsieur Cusco, Mestre Lapidario, morador na rúa nova dos mercadores da
pane do terreiro do Pa^o e he herege, e subditos deste, e sequazes da ditta Ceita, Joao
Pietre ourives Jo ouro, morador na rúa das Flores no bayro alto em caza de Madama
Vandrevel de Fronte Je Francisco Agar taoben ourives; Miguel Vandrevel, lapidario,
cunhado da dura Madama, q foi morador ao Pelourinho velho por cima do escrivao Ber­
nardo Je Almeida Cabral, e Je prezente nao sabe aonde; Alexandre Jaques Motton, taoben
lapidario, irmáo Ja ditra Madama, e morador junto a S. José de Ribamar em hua quinta
pouco distante da do Nuncio, q tras de renda Lamberto Blanger; o mesmo Lamberto Blan-
oer; Monsieur Bilhar, guarda livros de hü Inglez q mora ñas cazas da Marqueza de Tavora
a Cordoaria velha; Joao de Villanova, ourives, morador na calcada de S. Francisco, e
taoben concerca relogios, iodos Francezes e Catholicos.
E sabe taoben q todas as referidas pessoas fazem seus ajuntamentos, huns de dia,
ou tros Je noyte, em differentes lugares, e q nelles fazem as suas profi^oes solemnes os
q de novo entráo e se alistáo neste ceita, e q no dia de amanhaá q se hao de contar sette
do córreme mes, ha de haber hu ajuntamtu destes na referida quinta de Lamberto Blanger,
no qual ha de este fazer a sua profi^áo pa o q tem comprado alguas vellas, e no me¿mo
lugar professou solemnemt" domingo proximo passado o Capitáo de hü navio, nao sabe
de q nas^ao. E q tudo o q deixa referido sabe por lhe contar Madama Larrutt e seu marido
Monsieur Larrut. e Jous officiaes deste a qm nao sabe o nome, e he ourives e morador
adienie je S. Paulo, defronte de caza da moeda, e com elle assistem os dittos officiaes, e
todos :áo Catholicos Romanos, e esta mesma Madama disse a elle denunciante q outra
Madama chamada Clavé, sua conhecida, tinha ditto, nao se lembra se a ella, se a hü
dos ditos officiaes, e he moradora ás portas de Sta. Catherina junto a huá caza em q se
vendem Olandas e Cambrayas q o ditto Lamberto Blanger tinha comprado cera pa a
tungáo de amanhaa. e taobem ouvio dizer a Pedro Bersan, Grego de na^áo, q algú dia
foi mercador e de prezente mora na rúa de cima perto do corpo santo, e janta e seya
continuamr em caza de Felipe Ballistri, mercador da Rainha Nossa Senhora, morador na
ma direita ¿o Corpo Santo, q nesta cidade havia a ditta ceita, e erao profesores della
iodos os reít:\ios, e perccbtu della ser sabedor de outros particulares nesta materia, e
taobem he sabedor de q tem ditto hu caxeiro do ditto Felipe Ballistri, chamado Monsieur
Liot, taobem catholico, ao qual dizendo elle denunciante a obrigagáo q tinha sob pena de
excomunhao de dar parte nesta Meza de tudo o q sabia nesta materia, elle lhe respondeu
q o nao fazia, por nao fazer mal aos amigos q o nao tinhao offendido, nem disto tinha
leño escrupuio; e q taobem sabe tudo o referido, e melhor q ninguem, hu Jozé Gregorio,
Francez de na<;ao e catholico q foy cayxeiro do ditto Ballistri, e de prezt0 mora com a
dita Madama Vandrevel, porq tem grande amizade com todos os delatos, por cuja rezao
desconfía elle denunciante q o ditto os poderá avizar se souber q se inquire saber o que
Jes fazem, e sabe taobem elle denunciante pello ouvir hontem dizer a ditta Madama Larrutt
q hu Capelao e segundo secretario do Nuncio chamado D. Matheos aconcelhava a hu dos
delatos q nao divulgasse a ceita q tinha porq lhe nao rezultasse daqui algu damno, do
q se segue q taobem este tem noticia do q tem denunciado.
Disse mais, q haverá quinze dias ouvira taobem dizer a ditta Madama Larrut q em
caza de Paschoal Jozé Motton, q dá caza de pasto ao Romolares nasa cazas do Armeifo
mor se fizerao dous ajuntamt°s e jantares a q assestirao os delatos todos, ou parte delles
e q convidairao estes ao ditto Motton p1 ser do seu congresso, elle nao aceitava a oferta,
nem os quizeta mais consentir t:n sua caza por medo q disto teve, e q quando este lhe
evava os prattos pa a Meza hia com os olhos tapados, e lhe disse mais a ditta Madama
q tinha noticia q en hua taverna de hu Francez q mora junto ao Tronco, houvera de noyte
outros ajumamos similhantes. E q isto he o que tem q denunciar, e o faz por descargo
ae sua conciencia, e entender q tinha esta obriga^ao, e nao por oaío q tenha aos delato*
porq c.e todos elles so quer mal ao ditto Lamberto Blanger, porq lhe mandou dar duaa
cadas, por ser procurador contra elle, e taobem ao ditto Alexandre Jaques Motton pella
incsina rezao, e nao deu esta denunciado mais cedo por se andar informando do q tem
desposto com cautella, p* q nao prezumissem as pessoas com quem falava o intento q
die tinha, e nao tem mais q dizer, nem ao costume. E sendo lhe lida e*ta sua demandado,
e por elle ouvida e entendida, disse estaba escripta na yerdade e asimou com o ditto Senhor
Inquisidor. Manoel Affonso Rebello o screvi = Francisco Mendo Tricoso = Henríque Ma­
chado de Moura = .
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10,115, fol. 6-9).

APENDICE N .• 41 B

Nueva declaración de Henrique Machado dc Moura.


Lisboa, 12 febrero 1743.
Aos doze dias do mez de Fevereiro de mil e setecentos e quarenta e tres annos em
Lx“ nos Estados, e casa terceira das audiencias da Santa Inquiz^ao, estando ahí na de
manhaa o Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora, mandou vir perante si a Henríque
Machado, confrontado na denuncia retro, e sendo prezente lhe foi dado o juramt* dos
Santos Evangelhos em q poz a mao, sob cargo do qual lhe foi madado cüzer verdade, c ter
segredo, o q tudo prometeu cumprir.
As geraes disse nada.
Perguntado, se depois q veyo fazer a sua denuncia nesta Meza em seis de Outubfo
proximo passado, soube mais algua cousa por donde se possa vir no conhcciment* do em
q consiste esta nova Religiao ou congregado? a q leis se obrigao os profesaores ddla?
q ceremonias fazem? q utüidade tirao? ep * q fim se encaminha?
Dis-se, q por mais deligencias q tem feito nao pode descobrir a formalidade das cere^
monias e leys q observao os professores da ditta ceita; e somt* pode averiguar q quando
fazem as suas entradas he com tal cautella e segredo q fechao as portas o geneilas, e
levao vellas acezas pa se aluminarem na mesma fun^ao, e fazem seu banquete á costa do
q entra de novo, e q nao sabe mais do contheudo na pergunta.
Perguntado, *se sabe q mais algumas pessoas alem das que tem declarado entrassem
e professassem esta nova ceita e companhia, e aonde entrassem ou fizesseni a nova profipao
e se tem lugares certos e determinadlos p* esta fundo, e se nella entrao taobem mulheres?
Disse, q nao sabe de mais pessoas alem das q tem declarado nesta Meza, e q depois
de ter feito a sua denuncia nesta Meza averigou q o ajuntamt0 q dedarou se havk de
fazer em hua quinta do ditto Lamberto Blanger se nao fez ndla com efeito, mas sim
se foi fazer no lugar de Bellem em caza de hu estrangeiro chamado Joao Bapttsta, e dá
caza de pasto, e q o jantar fora feito por hu conzinbeiro do Nuncio, a o qual nao sabe
o nome, mas taobem ouvio dizer q esta era socio da ditta congregado. E taobem lhe consta
q se fazem alguns ajuntamentos em humas cazas q fido defronte da porta travessa de
Igreja de S. Paulo, q tem hua escada de pedra, e por baixo hu almazem em que se vende
aguárdente, as quaes se achao por conta dos dittos Lamberto Blanger e Alecandre Jaques
Motton, porém elle denunciante nao sabe o q se passa nos dittos ajuntamentos,. c que
aos ajuntamentos q se fazem nesta dittas cazas, lhe consta assisrem alguas muiheres Irían-
dezes, das quais hua se chama Anna Anastada, e as mais lhe nao sabe o nome, porém ñas
fun^oes em q fazem as suas profÍ9oes nao consta, nem tem noticia, q a ellas asistao, ou
vao mulheres.
Perguntado, se conhecc elle as pessoas q tem nomeado por socios da mesma congrega-
sao? e se sabe q elles sejao, ou nao, Catholicos Romanos.
Disse, q conhece a todos q tem nomeado por socios da ditta congregado, e sabe q
sao Catholicos Romanos, pellos ver tratar como tais, except Monsieur Custo, q o tem per
herege, e hé o mestre da ditta congregado, como ja tem declarado, e immediato a efle
o ditto Monsieur Bilhar; e o ditto Custo lhe consta diz que nao necessitá de trabalhar,
porq bastao p* o sostentar os socios da mesma congregado, e isto ouvio diaer á ditta
Madama Larrutt.
Perguntado, se sabe q alguas pessoas mais de verdade o s€#redo tenhao noticia e possao
depor sobre a materia de q tem denunciado nesta Meza? c se as pessoas a queco tem ouvido
o referido estavao em seu perfeito juizo quando lhe disserao o q tem declarado, e se falavao
deveras, ou se pello contrario se persuade estariao com algua pavxao, ou perturbado, q
lhe offendesse o entendimento?
Disse, q elle nao sabe de mais pessoas das q tem declarado, e sámente lhe occatic
agora q poderá dar taobem noticia do referido hu estrangeiro Francés, que se acha de baixo

351
S u n c í^ r S w ‘«ndo a materia della, e mais nao disse nem ao coátume.
F sendo lhe lido este seu testemuiiho, e dcnunciavao e per elle tudo ouvido e enten­
ado dissc g estava escripto na wrdade, e nella se afirmava, ratificava, e a tornava a dixer
de novo sendo necessario. e q nella nao tinh* q acrescentar, diminuir, mudar ou emendar,
nem de novo q dizer ao costumc, sob cargo do mcsme juramento dos Santos Evangelhos
i outra ve? lhe toi dado, ao que estiverao prezentes &c, e asignou com o ditto Senhor
Inquizidor Manoel Atíonso Rebello o escrevi = Manoel Varejao a Tavora = Henrique Ma-
chado de Moura.
A.N L. tln q u is ito . Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10.115, fols.
q 12).

APENDICE N.° 4 1 C

Decl iración de Cornelis Leruitte.


Lisboa, 11 lebrero 1743.
Aos onze días do mez de Fevereiro de mil e sette centos e quarenta e tres annos em
Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquizi^ao estando ahi em audiencia de
manhaa o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante si a Cornelis
Lervitte, Francés de na^ao, natural da cidade de Liege em Franca, e morador nesta cidade
de Lx- detronte de caza de moeda, aonde tem a occupa^ao de ourives do ouro. A sendo
prezente por nao saber a Iingua Portugueza foi mandado vir a Meza Balthazar Dromond
raobem Francez q sendo prezente lhe foi ditto q a elle o faziao interprete do ditto Cornelis
Lervitte p- o bem e fielmente interpretasse as perguntas q lhe fossem feitas, e repostas q
j ellas desse; o q tudo prometeu cumprir sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos
q iiie io; dado, e declarou ser natural da Cidade de Paris e morador nesta de Lx* á Bica
de Duauebello, de q fiz este termo de mandado do ditto Senhor, com quem asignou. Manoel
Atíonso Rebello o escrevi = Francisco Mendo Trigozo = Balthasar Dromont.
A logo mendo dado o juramento dos Santos Evangelhos so ditto Comellis Lervitte, em
q poz a mao e sob cargo delle lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo
prometeu cumprir por meyo do ditto interprete, pello qual declarou ser Catholico Romano
de quarenta e nova annos de idade.
As geraes disse nada.
Pcrguntado. se sabe ou suspeita q algua pessoa dissesse ou fizesse algua couza cujo
conherimente- perten<;a ao Santo Officio?
Disse, q ruó.
Perguntado. se q alguas pessoas neste Reino, ou Corte, siguao e profecem algua
nova ceita, ou nova Religiao, prestando obediencia aos Superiores della, guardando invio-
Iavel segredo, e observando as mais leis e estatutos della? q pessoas sao, como se chamao,
e aonde sao moradores, e q rezao tem pA o saber?
Dissc, q eLie testemunha ouvira dizer a Monsieur Custo nao sabe de q na^ao, cazado
em Inglaterra, lapidario nesta corte aonde hé morador, nao sape em q parte, ao qual
conhece por hir Á pra^a, q elle era de hua companhia ou congregado q havia em Fran­
ca chamada Framassons, e q assim em Inglaterra, e Franca, como taobem nesta cidade tinta
recebido a ella varias pessoas, o q lhe disse na praca haverá oito mezes; e q pouco depois
achando se elle testemunha em caza de Lamberto Bolange, Francez taobem de na^ao, e da
sua mesma térra, por este o convidar p“ hu banquete, entre as pessoas convidadas se
acbou na mesma caza o ditto Custo, o qual na prezen^a de todos os assistentes diaae *
elle testemunha se queria entrar e ser da sua companhia, porq o receberia nella junta­
mente co o dito Lamberto Bolange, ao q lhe respondeu q se este nao fosse da sua cam­
panilla se nao quando elle testemunha o fosse, nunca oseria e nunca mais falou ao ditto
.usto, posto q sabe q este foi a sua caza, e falando na Logea com sua mulher Madam*
arrut lhe disse q elle havia de receber na sua companhia a elle testemunha, e ella res-
ponaeu q seu marido se nao havia de misturar com similhante canalha, e o ditto Cu*to
evava por companheiro a Joao Pietre, Francés e na^ao, ourives de ouro, e morador
ti e na rúa das Flores no bavro alto em caza de huma viuva chamada Vandrevel.
erguntado q pessoas forao as q asestirao ao referido banquete, e se sabe q todas,
<>u a gunas dellas sejao desta comphanhia, e se sao Catholicos Romanos?

352
Disse, q as pessoas q assestirao no referido banquete te chamao José Bilhar, caixeiro
dc Puris MeJlis, auzente desta corte, nao sabe em q parte, o ditto Joao Pictre, Charmoa,
lapidario, morador por cima da logea do café na rúa nova, e no quarto andar das cazas»
o ditto Gusto q hé o grao mestre da ordem dos Farmassons, taobem lapidario, nao sabe
em q parte he morador, o ditto Lamberto Bolange, contratador de armas de fogo, morador
a Pichilaria, Vandavelle, lavrador de diamantes, morador á Corte Real em hua travesía
q fica á entrada da rúa do Corpo Santo junto hu livreiro, Alexandre Motton, taobem
lavrador de diamante*, morador defronte da Igreja de Sao Paulo, e da parta travesea em
hua caza de bayles, todos Francezes excepto o ditto Custo, e Lamberto Bolange porq este
hé Flamengo, e daquelle nao sabe a origen como acima disse. E de todos estos só sabe
elle testemunha q sao irmaos da ditta companhia os referidos Cusios pella rezao q tem
ditto, e Alexandre Motton, o q sabe porq este mesmo lhe disse em differentes occazioes,
e nao se lembra se estavao prezentes algumas pessoas q elle era irmao da Companhia q
ha em Fran; a aonde declarou q tinha sido recebido, E ouvio dizer, nao se lembra a que
q o sobredtü Lamberto Bolange depois q sahio do aljube aonde esteve prezo foca reoebido
nesta companhia haverá agora quatro mezes o q sucedeu em caza de búa Inglesa q mora
cm Belem e hua das pessoas a quem ouvio o q acaba de repetir foi hu procurador de
cauzas chamado Henrique Machado, q hé Portuguez, morador aos poyaes de Sao Berno,
e todos sao Catholicos Romanos, excepto o dt° Custo.
Perguntado, se sabe q mais alguas pessoas entrassem, e profe^ssem nesta nova ceiu
e companhia, e aonde fízerao a entrada ou prof¡d°> e por q forma, e se eotrao nella muí-
heres?
Disse, q nao sabe q mais pessoa alguna seja desta congregado ou Irmandade, nem q
nella entrem mulherei, nem a forma das entradas e profi^oes, porq isto só o os q
entrao ou profe^ao.
Perguntado, se qd° o dt° Custo convidou a elle testemunha p' a dt* companhia, foi
antes do banquete, se depois? e se nesta occaziao como taobem naquella em q lhe deu
conta q era sectario desta Religiao, estava em seu perfeito juizo, se pertubado dette por
cauza de algua payxao, ou tomado de vinho? ou se entendeu elle q o mesmo lhe fabtva
deveras, e seriamente, se por sombaria ou galhofa, e o mesmo a respeito do ditto Mocton?
Disse, q assim hu como o outro estavao ambos em seu perfeito juizo quando lhe dis­
serao o q tem deposto, e tem pa si q falavao deveras.
Perguntado, como sabe q hé cabed supérior desta Religiao o referido Custo? e se
tem elle noticia q este e os seus congregados fado alguns ajuntamentos, ou de dia ou de
noyte?
Disse, q sabe q o ditto Custo hé o Grao Mestre porq elle assim o diz, e todos os
mais da mesma companhia, e taobem sabe q alguas pessoas das referidas acima vao á
Belem a caza de hu Ingles q da caza de pasto, chamado Baptista, e ndla fazem seus bayies,
e á mesma caza vao mt“s mais pessoas a devirtir se com elles.
Perguntado, se sabe de alguas pessoas de verdade e segredo q saibao e possao depor sobre
a materia por q hé perguntado?
Disse, q a algunas pessos tem ouvido falar nesta materia, porém nao sabe qual deüas
terá fundamento p* dar verdadeira noticia do q se quer saber.
Perguntado, em q consiste esta nova Rdigiao, ou congregado? A q se obrigao os professo
res della? Que ceremonias fazem? p“ q fim se encaminha. e q utilidade tirao daqui os
q se alistao nella?
Disse, q a utilidade q deste companhia tirao os congregados della, he o ajudarem se
huns aos outros em qualquer parte ou Reino aonde se acharem, conhecendo se por taes
por signaes q p* isso tem, e q o ditto Custo lhe disse que esta congregado nem era pre­
judicial á Religiao, nem ao proximo, nem a República, nem i testas coroadas, e mais nao
disse, nem ao costume, nem lhe forao feitas mas perguntas, e sendo lhe lido este seu
testemunho, e por meyo do ditto seu interprete por elle ouvido e entendido, dissa ¡q
estava escripto na verdade &c, e asignen com seu interprete e com o ditto Senhor Inqui­
sidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi = Francisco Mendo Trigoao = Cornete Lervtt-
te = Balthazar Dromont.
A.N.L. (Inquisido. Lisboa. Prestado das culpas. Pfcoceso n. 10.115, fols.
1347).

353
23
APENDICE N.° 41 D

Declaración de Joao Liot (Ediot).


Lisboa, 13 febrero 1743.
aos treze dias do mes de Fevereriro de mil e setecentos e quarenta e tres annos em
Lisboa nos Estaos e caza tcrceira das audiencias da Santa Inquizi^ao, estando ahi na de
tarde o Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora, mandou vir perante si a Joao Liot,
guarda livros do mercador da Rainha nossa senhora, chamado Felipe Ballistri, solteiro, e
tilho de Izac Liot, e Izabel Vanos, Francezes de na^ao e elle natural deste Reino da villa de
E<tremoz e morador nesta cidade de Lisboa na rúa direita do Corpo Santo. E «sendo pre*
*ente lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos em q poz a mao sob cargo do
qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu cumprir, e declarou
ser de trinta e hu annos de idade.
As geraes disse nada.
Perguntado. >e sabe ou suspeita q algua pessoa ou pessoas dissesem ou fizessem algua
couza, cujo conhoc miento perten^a a esta Meza do Santo Officio.
Disse, q o q sabe hé ouvir dizer a hú Pedro Bersan, Armenio de nado, corretor de
fazendas, morador nesta cidade na rúa de cima junto ao Corpo Santo, e a outros muytos
estrantieiros cajos nomes agora lhe nao lembrao pa os declarar nesta Meza, q nesta cidade
ravia hua congregado intitulada em Lingua Franceza Framassons, e na Portugueza Pe­
dreiros Livres de q hé mestre e cabera hu estrangeiro q lhe parece ser Suiso de nado,
e se chama Monsieur Christolí em Francez, q na nossa lingua corresponde a Christovao,
e em Inglez Custon, Lapidario, nao sabe a sua origem ao certo, e morador nesta ditta
cidade nao sabe em q rúa, na qual congregado entrao m.tas pessoas de na^ao Franceza,
a q nao sabe os nomes, e som te ouvio nomear a Monsieur Bolange, homem de negocio,
morador nesta cidade, nao sabe em q parte, e Monsieur Brulle, corretor de varias fazendas,
q incrou defronte da caza da Moeda e hoje nao sabe se ainda la mora, Monsieur Motton,
iaridario morador junto e defronte de S. Paulo em huas cazas q tem escada de pedra, e
Monsieur Bilhar. guarda livros de Puris Mellis, q de prezente se acha auzente, nao sabe
em q parte, os quais todos, e outros muytos sao membros da ditta congregado, segundo
tile :em ouvido dizer ao ditto Armenio, e a outros q lhe nao lembrao, sem embargo de
q nao tem prezenciado couza algua, e som.te ouvio dizer q faziao os seus ajuntamentos em
logeas ou cazas q pJ ísso tem destinadas, professando nellas todos os q entrao de novo,
e q o q fazem nos dittos ajuntamentos hé com tal segredo q ninguem o sabe senao os q
entrao na ditta congrega^ao. Disse mais, q taobem ouvio dizer a hu Inglez chamado Mestre
Farbs; cirurgiao e buticario, cazado, nao sabe o nome da mulher, morador nesta cidade
na r*ja direita Ho Corpo Santo, q taobem aqui havia nesta corte outra congregado de
Framacsons, ou Pedreiro* Livres instituida pellos Inglezes na mesma forma q a dos Fran­
cezes, de q o diuo Farbs era membro e socio, e q o grao Mestre e cabera da ditta con­
gregado se chama mestre Gordon, morador em caza de hu serralheiro Alemao por nome
Wesfeld segundo lhe parece, morador nesta cidade á Crus da Esperanza, e nao sabe os
nomes dos mais nem quem sejao certam.te, porém consta lhe q hé huma congregad0
súmame te dilatada, e q faziao alguns ajuntamentos em hua logea do mestre Reys, Irlandés,
q ha pouco tempo faleceu, sendo morador no beco dos Assucares, aonde dava caza de
pasto, e ao ditto Farbs ouvio taobem dizer q os da ditta congregado fazem os seus ajunta­
mentos e ceremonias com tal, e tao inviolavel segredo, q hé impossivel o revelar se este,
sem embargo de q nada do q obravao era contra a fe, digo contra a nossa Religiao Catho­
lica.
Perguntado, se sabe mais algua couza por onde se possa conhecer em q consiste esta
nova Religiao ou congregado? a q se obrigao os professores della? Que creemonias f *
zem? Para q fim se encaminha, e q utilidades tirao daqui os q se allistao nesta congre­
gado?
Disse, q a respeito do contheudo na pergunta ouvio som.te dizer q o fim a q se cn-
caminha esta congregado era o ajudarem au í jnc aos outros em qualquer parte do mundo
aonde se encontrarem. e q tem entre si sígnaes por onde se conhecem e sabem q sao 9Q*
uos da mesma congregado, porém elle testemunha nao sabe nem ouvio quaes sejao os
ditos sjgnaes, nem mais couza algua do contheudo na pergunta.
Perguntado, se sabe q mais alguas pessoas entrassem e profewasem esta nova celta
e companhia e aonde fizerao a entrada ou profissao, e se entrao nella taobem mulheres?

354
Disse, q nao sabe de mais pessoas além das q tem declarado, e sempre ouvio dizer
q era impos^ivel o admitirem mulheres na ditta congregado, o q entende elle testemunha
será por se nao exporem á revelado do segredo.
Perguntado elle testemunha, se conhece a todas as pessoas q disse erao caberas e so*
cios da ditta companhia, e se sabe q elles sejao, ou nao, Catholicos Romanos?
Disse, q os Francezes sao todos Catholicos Romanos pello q entende; como taobem
o ditto mestre Farbs acima declarado, e a rezao q tem p* assim o dizer hé pellos ver
entrar a todos ñas igrejas na forma q o fazem os mais Catholicos, e pello q respeíta aos
Inglezes, entende q todos sao hereges.
Perguntado, se sabe de alguas pessoas de verdade e segredo q saibao e possao depor
sobre a materia por q hé perguntado nesta Meza? £ se as pessoas a quem ouvio o q
tem declarado nella estavao em seu perfeito juizo quando lhe dedararao o referido, ou se
pello contrario se persuade q estariao perturbados com algua payxao, ou tomados de
vinho, q lhe embara^asse o entendimento, ou se falavao deveras?
Disse, q nao sabe de mais pessoas algunas q hajao de depor na materia «1^» das q
tem declarado, e q estas ao seu parecer estavao em seu perfeito juizo, e sem payxao qqao*
do lhe disserao o q tem deposto. £ declara q nao veyo dar conta do referido nesu Meza
por ignorar a obriga^ao q tinha, e mais nao disse, nem ao costume. £ sendo lhe
este su testemunho, e por elle ouvido e entendido, disse q estava escripto na verdade,
e asignou com o ditto Senhor Inquizidor. Manoel Affooso Rebello o escrevi = Manod
Varejao e avora = J. Elliot.
A. N. L. (Inquisigao. Lisboa. Presudo das culpas. Proceso n. 10.115,
fols. 17-21).

APENDICE N.° 41 E

Declaración de Pedro Bersam.


Lisboa, 14 febrero 1743.
Aos quatorze dias do mez de Fevereiro de mil e sete centos e quareota e tres anaos,
em Lisboa nos Estaos, e caza terceira das audiencias da Santa Inquiz^ao estando ahi na
de manhaa, digo na de tarde, o Senhor Inquizidor Manod Varejao e Tavora, mandou vir
perante si a Pedro Bersan, homem de negodo, solteiro, natural de Armenia da cidade
de Etoquia, e morador nesta de Lisboa na rúa de cima freg* de S. Paulo junto ao Corpo
Santo, e sentó prezente lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelho6, em q poc a mao
sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu cum-
prir, e disse ser Catholico Romano de quarenta e quatro annos de idade.
As geraes isse nada.
Perguntado, se sabe ou suspeita q algua pessoa, ou pessoas fizessem ou dissescm al­
gua couza cujo conhecimento pertend a este Meza do Santo OfP\
Disse, q o q sabe há q constando lhe q nesu ddade havia vark)6 banquettes entre
pessoas estrangeiras, entrou elle testesmunha coriozamente a perguntar qual era o funda­
mento para estes se fazerem, e lhe disse hu Francez chamado Monsieur Brulle, morador
defronte da Caza da Moeda, negodante segundo ouvio dizer, e Monsieur Lapage taobem
Francés e hommem de negodo, morador na entrada da rúa que vem da Fechdaria p* o
lagar do cebo; q os dittos banquetes erao introduzidos por hua Rdigiao ou congregado
q ha nesta cidade, na mesma forma q em Frand e Inglaterra intitulada Framacsons, e na
nossa lingua Pedreiro livres, da qual era mestre e cabed q aceita a todos os irmaos della,
e entre elles se chama Veneravel hum Francés Ugonote, q se acha debayxo da bandetra
Ingleza chamado Monsieur Custon, lapidario, nao sabe em q parte desta cidade hé mo­
rador, do qual lhe diserao q tinha hu livro em q acentava todos os irmaos q eatravao
P“ a d“ companhia ou congregado, e q entre elles havia signaes certos e determinados,
pellos quais só com a vista se conheciao huns aos outros, porém elle testemunha por mais
deligencia q fez nao pode alcanzar quais sejao os dittos signaes, nem o mais q entre si
observao por guardarem nisto tac inviolavel segredo q se nao pode penetrar, e som.te lhe
disserao q os dittos sianaes os faziao com as maos e olhos dc sorte q sem os mais perce»
berem só os congregaaos se conheciao huns aos autros em toda a parte aonde se encon-
tiavao. E o que ditto tem os sabe por lho declararem assim os dittos Monsieur BruMé,
e Lepáge, os quais lhe disserao ambos taobem serem irmaos da ditta congregado, e o ditto
Brulle o rogou e convidou a elle testemunha p* taoben o ser, e q p* isto nao era necessario
mayor despeza a a de doze mil e outo centos reis para se faser hu banquete; porq esta
mesma despeza havia elle feito quando entrava por irmao da ditta congegad°. Ao q die

355
testemunha lhe respondo, q quería pr.mc.ro saber o q elles faziao p assim se rezolver,
porém q o ditto Brollé lhe nao quiz declarar o q se passava entre eües, e só lhe deu por
resposta q depois de entrar por Irmao o saberla, e q na ditta congregaíao entrao taobem
e «¡o Irmaos della as pessoas seguintes. Monsieur Bolange, homen de negocio, natural de
Liece Estado do Imperio, e morador nesta cidade na rúa dos escudeiros, segundo ouvio
dizer Monsieur Motton, lapidario, Francés de na^ao, morador com o ditto Bolange, se-
cundo lhe parece Monsieur Bilhar, guarda ltvros de Monsieur Puns, morador nesta ci­
dade nao sabe em q parte, os quais todos tem ditto, e confessado a elle testemunha se-
rem irmaos da ditta congregado, e q nesta entravao outros maytas pessoas da primeira
distincao desta térra q nao quizerao declarar a elle testemunha, porém hé certo q o haver
esta congregado hé publico entre elles, porq assim o dizem semo menor recayó, e som.te
occultao e nao querem declarar o segrado q entre si observao, dizendo q p» isso tomao
hu grande juramento.
Peguntado, se sabe ou tem noticia de mais algua couza por onde se possa conhecer
em q consista esta nova Religiao ou congregado? A que leis se obrigao os professores
della? q ceremonias fazem? q utilidade tirao? c p' q fim se encaminhao?
Disse, q por mais deligencias q tem feito nunca podera alcanzar mais do q tem decla­
rado, nem os irmaos da ditta congregado querem descobrir couza algua, e sómente lhe
ouvio dizer q o fim era p*1 se ajudarem huns aoutros, p* o q em qualquer parte do mundo
em q se encontravao se conheciao pellos dittos signaes q pa isso tinhao. E taobem ouvio
dizer em alguas conversa<;oes a pessoas q nao sao congregadas, que agora lhe nao lembrao
p" declarar os seus nomes, q os dittos irmaos quando faziao a sua entrada era tapando
lhe os olhos, tirando lhe o espadim e fivellas, e outras ceremonias q agora nao lembrao,
e taobem ouvio q já nesta cidade havia mais de sincoenta congregados.
Perguntado, se sabe q mais alguas pessoas além das q tem declarado entrassem e pro-
tessassem esta nova ceita e compahia, e aonde fizerao a entrada ou profissao, e se nella
entrao taobem muiheres.
Disse, q nao sabe de mais pessoas do q as q ten declarado, e q ouvio dizer aos dittos
Monsieurs da congregado, q nella nao era estillo aceitarem muiheres pello perigo de reve-
larem o segredo q na mesma se observa.
Perguntado, >e conhece elle a todas as pessoas q tem nomeado por socios e caberas
da ditta congregaíao, e se sabe q elles sejao ou nao Catholicos Romanos.
Disse, q conhece muyto bem todas as pessoas que tem nomeado, porém nao sabe ao
certo se sao, ou nao, Catholicos Romanos.
Perguntado, se sabe de alguas pessoas de verdade o segredo q tenhao noticia e possao
depor sobre a materia por q hé perguntado nesta Meza? E se as pessoas a quem ouvio o
q tem declarado estavao em seu perfeito juizo quando lhe ouvio o referido, ou se pello
contrario se persuade q estavao com alguma payxao ou perturbado, e se lhe parece q fa-
lavao deveras?
Disse, q >ó conhece a hu mosso chamado Gregorio, nao sabe o seu: sobrenome, natural
uc Pans, e morador nesta cidade no bayro alto e rúa das Flores em caza de Monsieur
Buá. mercador de Leao, a quem serve de guarda livros, e hé Chatolico Romano, o qual
poderá dar mais algua noticia nesta materia por ser taobem sabedor della, e q as pessoas
a quem tem ouvido o q deixa deposto nesta meza estavao em seu perfeito juizo quando
passarao com elle testemunha o q tem declarado, falando deveras e sem temor algum.
E declara mais, ouvio dizer, nao lhe lembra a quem, q no Estado do Grao Duque de
Toscana forao m.tas pessoas degradadas por introduzirem esta nova ceita ou congregad0»
o q nao sabe mais q pello ouvir, e mais nao disse, nem ao costume, e sendo lhe lido este
seu testemunho, e por elle ouvido e entendido, disse q estava escrito na verdade e asignou
com o ditto Senhor Inquizidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi = Manoel Varejao e
Iavora = Pedro Bersan.
A N. L. (Inquisido. Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10.115#
fols. 22-26).

APENDICE N." 41 F
Declaración de José Gregorio.
Lisboa, 16 febrero 1743.
M !k ^ aseisir mcz ^ Fcvcr«fo de mil e sette centos e quarenta e tres anno#
rip r « n£* * caza terceira das audiencias da Santa Inquizigao, estando ahi o*
Senhor Inquizidor Manoel Verejao e Tavora, mandou vir perante si a

356
Gregorio, homem de negocio solteiro natural da cidade de París Reino de Franca» e mo­
rador nesta cidade de Lisboa no bayro alto e rúa das Flores, q declarou ser Catholico
Romano, e sendo prezente lhe foi dado o juramento dos Santas Evangelhos, em q poz a
mao sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu
cumprir, e disse ser de trinta e sinco annos de idade.
As geraes isse nada.
Perguntado, se sabe ou suspeíta q algua pessoa ou pessoas fizessero ou dissesera algua
couza cujo conhecimento pertend a esta Meza do Santo Offido.
Disse, q nao.
Perguntado, se sabe q algunas pessoas neste Reino e Corte siguao e profeasem algua
nova Ceita ou Religiao, prestando obediencia aos Superiores della, guardando inrkdave!
segredo, e observando as mais leis e estatutos da mesma? Que pessoas «ao? Cono ae cha»
mao? donde sao naturaes, e moradores? E que rezao tem p ' os saber?
Disse, q por occaziao da pergunta só tem q declarar q de dous annos a esta pene,
tem ouvido dizer varias pessoas que agora lhe nao lembrao determinadamente & harcr de
as nomear nesta Meza, que nesta corte ha hua congregado ou companhia na mesma
forma q em Inglaterra intitulada Francmazons q na nossa lingua quer dizer Pedreyros
Livres, da qual nao sabe quem seja o mestre e cabala; porém hé certo q nella entrao
varias pessoas como sao Joao Pietre, Francés de nado ourives do ouro, solteiro, morador
nesta cidade na rúa das Flores; Vandrevel, taobem Francés, solteiro, lapidario de diaman­
tes, morador ao Corpo Santo, nao está certo em q parte das quais sabe eDe testemunha
serem congregados por elles mesmo assim Iho confessarem; e ouvio taobem dizer q quando
se recebe algua pessoa na ditta congregado, se faz hu banquette pa o qual concorre o q
entra de novo, porém nao sabe nom ouvio dizer o mais q se passa entre ¿Des par guar­
da rem neste particular hu inviolavel segredo.
Perguntado, se sabe ou tem noticia de mais alguma couza por onde se possa conhecer
em q consiste esta nova Religiao ou congregado? A q leis se obrigao os professores defla?
que ceremonias fazem e em q lugares fazem os seus banquetes e ajuntamentos? que uti-
lidade tirao e a q fim se encaminhao?
Disse, q a respeito de tudo q se contem na pergunta, nao sabe mais do q ouvio diser
q elles nao tem lugar determinado p* osseus banquettes e ajuntamentos, porq os fazem
hora em caza de huns, hora em caza de outros; e q a utilidade q se tira da ditta congre­
gado hé ajudarem se huns aos outros em qual quer parte em q se encontrao pa cujo effeito
tem signaes certos e determinados por onde se conhecem, os quais die testemunha nao
sabe nem ouvio quaes erao.
Perguntado, se sabe q mais algunas pessoas alem das q tem declarado entxasseon e
professasem esta nova ceita c compahia e aonde fizerao a entrada ou profissao, e se nella
entrao taobem muiheres.
Disse, q elle nao sabe ao certo de mais pessoas alem das q tem declarado q entran
na ditta congregado, nem que nesta entrem muiheres, o q sabe de certo pdlo assim
ouvio dizer por cauza do segredo.
Perguntado, se conhece elle as pessoas q tem nomeado por socios da ditta congregado,
e se sabe q elles sejao ou nao Catholicos Romanos?
Disse, q as pessoas q tem nomeado por socios da d.ta congregado as conhece m.to
bem e sabe q sao Catholicos Romanos.
Perguntado, se sabe de algumas pessoas de verdade o segredo q tenhao noticia e possao
depór sobre a materia por q hé perguntado nesta Meaa? E se as pessoas a quem ouvio o
q tem declarado estavao em seu perfeito juiao quando The disserao o referido, e se falavao
deveras, ou se pello contrario se persuade q estariao com algua payxao ou perturbado q
lhe offendesse o entendimento?
Disse, q elle nao sabe de pessoa capaz e de segredo q possa depdr sobre la materia por
q foi perguntado: e somentc podera dizer o mesmo q elle testemunha hu Francisco Ha-
gar, Flamengo de nado, ourives da prata, cazado, e morador na sobreditta ma das Flores,
porem nao sabe se o mesmo será capaz de guardar segredo por ser muito falador. E q
as pessoas a quem ouvio o q ditto tem, estavao em seu perfeito juizo e falavao deveras,
e mais nao disse, nem ao costume. E sendo lhe lido este seu testemunho, e por eüe ou-
vido e entendido, disse q estava escrito na verdade, e asignou com o ditto Senhor Inqui­
sidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi = Manoel Varejao e Tavor* = Joseph Gregario.
A. N. L. (Inquisido. Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10.115»
fols. 27-29)

357
APENDICE N.° 41 G

Declaración dc María Rosa Clave.


Lisboa, 18 febrero 1743.
Aos dezoito dia do mes de fevereiro de mil e sette centos e quarenta e tres annos em
Lisboa nos Estaos e caza de rezidencia do Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora,
estando ahí de tarde o ditto Senhor mandou vir perante si a Maria Roza Clavé, cazada
com Teronimo Gabriel Clavé, natural da cidade de Paris Reino de Franca, e moradora nesta
cidade de Lisboa as oortas de Santa Catherina em caza de Monsieur Thorel, e sendo pre-
zenie lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos por declarar ser Catholica Romana,
¿ob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu cumprir,
e disse ser de trinta e sinco annos de idade.
As geraes disse nada.
Perguntada, se sabe q algua pessoa ou pessoas dissessem ou fizessem alguma couza
cujo conhecim.to pertend a esta Meza do Sto. Officio?
Disse q nao.
Pergunrada, -e sabe q algumas pessoas neste Reino e Corte sigao e professem alguma
nova Ceita ou Religiao, prestando obediencia aos Superiores della, guardando inviolavel
segredo e observando as mais leis e estatutos dellas? Que pessoas sao? Como se chamao?
Done sao naturaes e moradores? E q rezao tem p* o saber?
Disse, q ouvio dizer publicamente nesta cidade a varias pessoas, das quais lhe lembra
somente Monsieur Larrut, e a mulher deste, a quem nao sabe o nome, Francés de na^ao
e moradores defronte da caza da Moeda. q nesta ditta cidade havia hua congregado ou
sociedades chamada Francmassons, q na nossa lingua corresponde a Pedreyros Livres, da
qual hé mestre e cabera hu herege protestante chamdo Monsieur Custo, lapidario de pe­
dia? nao sabe a sua origem ao certo, mas parece lhe q hé Inglez ou Suiso, morador
nesia cidade. nao sabe em q parte, e q na ditta congregado entrao outras muytas pessoas
q ella 'estemunha nao sabe, das quais ouvio dizer q faziao seus banquetes e ajuntamentos
em caza de Monsieur Villanova, ourives e relojoeiro, Francés de nado, morador nesta
cidade na calcada de S. Francisco, e de hu Estrangeiro chamado Baptista, morador em
Belem aonde dá caza de pasto. E ouvio taobem dizer q quando faziao os dittos ajunta­
mentos levavao instrumentos de pedreiros e algún5 pares de luvas p* darem a todos aque-
lies q sao cazados pa levarem a suas mulheres, e q taobem levavao a modo de huns aven-
taes de couro q punhao diante de si, e q as cazas a donde fazao os ajuntamentos lhe cha-
mao logeas: porem q nao sabe nem ouvio dizer o mais q nelles fazem, por guardarem
nena pane agredo q ella nao pode alcanzar, e tudo o q acaba de dizer o ouvio ao ditto
Monsiur Larr:* e a outra: nraytas pessoas q agora lhe nao lembrao.
Perfumada, se sabe ou tem leticia de mais alguma couza por ende se possa conhecer
em q consiste esta nova congregado? A q lds se obrigao, q ceremonias fazem, e q utili­
dade tirao della os congregados?
Disse, q a respeito do contheudo na pergunta nao sabe mais alem do q tem declarado.
E q sabe q ha vendo esta mesma congregado no Reino de Franca no tempo em q lá es-
teve. e donde veyo haverá sette annos pa este Corte lhe consta por noticias q tem fq o
SCU*^ ^ f ° trara 3 av™ 8uar ,esta materia, e por esta ocaziao se tinha extinto e desfeito esta
sociedade, e q no ditto Reino se nao admitiao mulheres nos dittos ajuntamentos, mas q
neste o nao sabe com certeza.
Perguntada. se sabe de alguas pessoas de verdade e segredo q tenhao noticia da ma­
teria por q hé perguntada:' E se as pessoas a quem ouvio o q tem declarado estavao em
seu perfeito juizo, e falavao deveras?
Disse, q nao sabe de mais pessoas q possao depor nesta materia q o ditto Monsieur
A SUa mu^er? c 0 ^ to Monsieur Villanova; e q as pessoas a quem ouvio o q tem
ec a o cstavao em seu perfeito juizo e falavao deveras, e mais nao disse, nem ao cos-
^ ™ ™° ^ e testemunho, e por ella ouvido e entendido, disse q estava
. p o na verdade. e asignou rom o ditto Senhor Inquizidor. Manoel Affonso Rebello
o escrevi = Manoel Varejao c Tavora = Clavé.
^Inquisido. Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10.115, fols.
29-32).

358
APENDICE N.° 41 H

Declaración dc Reyncr Roger.


Lisboa, 23 febrero 1743.
Aos vinte e tres dias do mez de Fevereiro de mi] e sette centos e quarenta e tres
annos em Lisboa nos Estaos e caza terceira das audiencias da Santa Inquiz¡C90# estando
ahi na de tarde o Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora mandou vir perante ai a
Reyner Roger, ourives do ouro, solteiro, filho de Joao Roger. natural da cidade dc París
em Franca, e morador nesta Corte de Lisboa na rúa dos Escuderas, em « « efe Antonio
da Cruz, ourives, e declarou ser morador na rúa dos Odreiros, e ditta caza, e Cathotico
Romano. E sendo prezente lhe foi dado o juramento dos Santos Evaogdhos, em q poz
a mao sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu
c u m p rir. E disse ser de vinte e dous annos de edade.
As geraes disse nada.
Perguntado, se sabe ou suspeita q algua pessoa ou pessoas dissessem ou fízesacm alguma
couza cujo conhecimento pertenhecimento perten^a a este Meza do Santo Offido?
Disse, q nao.
Perguntado, se sabe q alguas pessoas nesta Corte ou Reino sigao ou professem algua
nova ceita ou congregado prestando obediencia aos Superiofes ddla, guardando invio-
lavel segredo, e observando as mais leis e estatutos da mesma? Que pessoas sao, como se
chamao, donde sao naturaes, e moradores e q rezao tem p* o saber?
Disse, q por occaziao da pergunta lhe lembra q ouvio dizer a bu Francés chamado
Pedro Pietre, ourives do ouro, morador nesta cidade na rúa das Flores, q nesta corte havia
hua congregado ou conpanhia na mesma forma q em Franca, e Holanda, e Inglaterra,
chamada Francmassons, q na nossa lingua corresponde a Pedreyros Livres, de q hé cabera
principal hu Suiso de na^ao chamado Custo, lapidario, morador nesta cidade, nao sabe
ao certo em que parte, e q na ditta congregado entrao outros muytos estrangeiros q efle
testemunha nao sabe p* declarar quem sao, e somente ouvio dizer q faziao seus ajunta­
mentos e banquetes, porem nao sabe em q parte, nem o mais q neSes passao, antes lhe
consta q os socios da ditta companhia guardao nesta parte segredo, dizendo q o q se
passa na ditta congregado só o pode saber quem se acentar por irmao ddla; porq ao
assim lhe comunicarao os particulares q entre etles passao, e q isto hé somente o q tem
q declarar nesta materia, e o sabe pello ouvir dizer ao ditto Pietre e a outro Francés cha­
mado Motton, diamantario chamado digo morador nesta cidade, nao sabe em q parte e
a hum Lamberto Blanger, homem de negodo, natural de Liege. morador nesta cidade
no principio da rúa dos Odreiros, segundo lhe parece, e a outro Francés chamado Van-
drevel taobem diamantario. morador nesta cidade ao Corpo Santo, e sabe taobem q El
Rei de Franca tem prohibido esta companhia no seu Reino, mandando proceder a prizao
contra todos aquelles q consta entrao nella, e mais nao disse.
Perguntado, se as pessoas a quem ouvio o q ditto tem, estavao em seu petfdto jubo
quando lhe declaravao estes particulares e falavao deveras, ou se pdlo contrario se per-
suade q estariao com alguma payxao ou perturbado q lhe podesse offender e entendi-
mento?
Disse que as pessoas a quem ouvio o q tem declarado estavao em seu perforo juizo e
falavao deveras quando lhe disserao o q tem referido.
Pergun ado, se conhece elle ao ditto Custo, e se sabe q o mesmo seja ou nao Catholico
Romano, e se tem mais algua rezao ou fundamento p* entender q este seja o mestre a
cabeca da ditta sociedadc?
Disse, q somente conhece de vista ao ditto Custo. c sempre ouvio dizer q die nao era
Catholico Romano, e q nao tem outra rezao e fundamento mais q o q tem declarado nesta
Meza.
Perguntado, se sabe de alguas pessoas de verdade e searedo q possao depor sobre a
materia por q hé perguntado nesta Meza? E se sabe ou lhe consta q nos dittos ajunta-
mentos e soeiedade costumem taobem entrar mulheres?
Disse, q elle nao sabe de pessoa algua q possa depór sobre a materia por q hé per-
puntado; e ouvio sempre dizer ás pessoas q já tem declarado q nos dittos ajuntamentos nao
qyieriao admetlr mulheres, potem nao alcanca a rezao porq assim o fazem, e mais nao
disse, nem ao eos tu me. E sendo lhe lido este seu testemunho. e por eDe ouvido e enten­
dido, disse q estava escrito na verdade. E asignou como o ditto Senhor Inquizidor. Ma­
noel Affonso Rebello o escrevi. Manoel Varejao e Tavora ~ René Roger.

359
As ouaes culpas forao trasladadas bem e fielmente dos proprio» origmaes com q con-
a - « ¿ tra s la d o com o Notario comigo abaxo asignado em prezen?a do
cordao e “.¡ certefico estarem ratificadas em seus proprios originaos a
L,<‘ s ,,,,° ° “ d o 6 de Abr- d'
1745. . o
Concertado comigo Notr. Andre de pigrdo
Francisco de Souza.
Nesta Inq.am nam ha mais culpas contra este Reo do q vem no seu processo, nem
ñas mais Inquizkoes donde vierem listas. Lx» no secreto do Sto. off 20 de margo de
1744.
Como Prom.or.
M. Lour.co Mon.ro.
AN.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Prestado das culpas. Proceso n. 10.115, fols.
32-36).

APENDICE N.° 41 I

Decisión de arresto.
Lisboa, 5 mar^o 1743.
Muito Illustrissimos Senhores.
Pelos ditos das testemunhas do sumario que em este ofere^o consta que nesta cidade
de Lixboa ha huma congregado, ou sociedade intitulada = Os Pedreiros livres = da qual
he mestre, e cabed hum Estrangeiro chamado Monsieur Custo morador na rúa nova; e
socios da mesma Joao Pietre. ourives do ouro, morador na Rúa das Flores no bayrro alto,
Miguel Vandrevel, Lapidario, que foi morador ao Pelourinho velho, Alexandre Jacques
Moton tambem Lapidario morador em huma quinta junto a S. Jozé de Ribamar, que traz
de renta Lamberto Blanger que tambem he socio; e Monsieur Bilhar guarda livros de
hum jnglez que mora ñas casas do Márquez de Tavora á Cordoaria velha, e Joao de Ve-
neza, ourives morador na calcada de S. Francisco os quaes todos sao catolicos, excepto
o dito Mestre Monsieur Custo que he herege; para cujos fins se ajuntam em casas, que
para isso tem destinadas; donde costumam professar, e asentar o que de novo conceliao
para a dita ceita em hum livro de que he senhor o dito Custo per ser o principal entre
elles; ao qual tratam com tal respeito que lhe dao o ti tolo de veneravel: Consta mais
por varias circunstancias que se acham legalissimamente provadas ser esta a mesma con­
gregado e sociedade que se acha reprovada e condemnada pela Sé Appostolica a qual
os delatos seguem e professao já com escandalo publico e prejuizo de tantos catolicos
que ja nella se achao. E porque a prova he superambundante para se proceder a captura
contra os ditos delatos.
Requeiro a Vossas merces decretem a prisao dos carceres secretos desta Inquisi^ao
aos ditos delato se que sendo com effeito prezos sejam processados na forma que determina
o breve e constituido de Sua Santidade.
E prezentado em Meza o requerimento asima do Promotor para os Senhores Inquizi-
dores lhe haverem de defirir de seu mandado lho fiz concluzo Andre Corsino de Figueiredo
o escrevi.
Forao vistos nesta meza do Sancto Off icio desta Inquizi^ao de Lisboa os ditos das
testemunhas, que em virtude da denuncia incluza se tirarao Contra Monsieur Custó, Mon­
sieur Motton, e outras mais pessoas contheudas, e confrontadas no requerimento do Pro­
motor, e o mesmo requerimento: e pareceu a todos os votos que visto constar com bas-
e ^ os ^ tos ^as testemunhas; que nesta Corte ha hua congregado ou
°r *nt.*tu^ a —Os Pedreiros Livres = de que he socio o dito Motton e Mestre
e Cabed o dito Custó, tendo por esse respeito entre elles o titullo de Veneravel, e con­
servando em seu poder hum livro, em que asenta todos os congregados que entrao de
novo, fazendo primeiro a sua profissao em Cazas, que para isso tem determinadas, ob­
servan o nejas jnviolavel segredo e outras mujtas circunstacias que bem mostrao sem *
menor uvida ser esta a mesma Congregado jue se acha reprovada pela Sanctidade de
^emente 12 como consta da sua Constituido que que principia = J n Eminenti Appos-
sJ>ecu t , ^ue recom<*nda aos Inquizidores pro<;edao contra os que fizerem
Ihante .soe a*°da sendo com pretexto de bondades, vtilidade ou outro seflic-
rV ° tamt>em constar das mesmas testemunhas, que os delatos nao só st pu-
blicao p essores e observantes da dita Seita, mas igualmente a inculcao e persuftdcm fl

360
outros mujtos catholicos, cauzando asim escandalo, c ruina aos fiéis diristaons, que como
filhos da Igreja dcvem cegamente observar os seus pre^eitos e prohibicoens: E outrosim
suposto digao as testemunhas que o dito Custó he herege, e como tal nao possa ser cas­
tigado c molestado ñas materias que pertencam á religiao; Con tudo fica sendo Certo c
indubitavel, que asim elle como os mais delates íi^ao sogeitos á jurisdicao deste Tribunal;
Os Catholicos por seguirem hua congregado, que se acha condemnada pela Sé Apostólica
e os hereges no escandalo que dao em se publicaran professores da ditta Seita, e prejuizo
que com ella cauzao aos Catholicos, que adquirem por sequazes da mesma; Como tudo
expressamente se determina ñas concordatas deste Reino; Decretos posteriores, que ouve
de Sua Magestade, dispozi^oens de direito e determinado do nosso Regimentó libro 3.•
titulo 7 .° / 12 ; E alem do referido as repetidas rezolu^oens do Conselho Geral que sobre
esta mareria tem havido em 7 a 18 de Dezembro de 1641; e a mesma pratica do Santo
Officio que asim o estabeleceu ptocedendo a prizao contra os Estrangeiros hereges que
dao escandalo, ou se passao a diferente Seita; como se tem praticado em alguns procesaos
que se achao nesta Inquizi^ao: E que portanto erao as culpas bastantes para se mandaran
vir prezos em Custodia para serem exzaminados, os dittos delatos Monsieur Custó e Motton;
para cujo efeito se passassem as ordens necessarias; e pelo que p atente i& mais pessoas
que se achao indiciadas, pareceu nao serem as culpas bastantes, para se proceder por hora
contra ellas visto nao constar com bastante legalidade o serem compliges na mesma Sope'
dade, e congregado; e que antes de se exzecutar este asento seja com o mesmo sumario
levado ao Conselho Geral na forma das rezolu^oens do mesmo Conselho. Lisboa em Meza
4 de Marco de 1743.
(as.) Francisco Mendo (as.) Simao Joze (as.) Manoel Varejao
Trigozo Sylveiro Lobo e Tavora
De mandado dos Senhores do Conselho Gral lhes foi este requerimento cooduzo em
5 de Margo de 1743. Jacome Esteves e Nogueira o escrevi.
Conduzo
Foi visto na Meza do Conselho Geral em prezend de Sua Eminencia o Summario
de testemunhas que se tirarao Contra Monsieur Custó, e Monsieur Motton e outras mais
pessoas conteudas e confrontadas no requerimento do Promotor e o mesmo requerirnos
to. E asentouse que he bem julgado pelos Inquisidores em determinaron que a prova
he bastante para os dous assima nomeados serem mandado vir prezos em Custodia para
os carceres desta Inquizi^ao onde serao examinados: E passados alguns dias, mandará a
Meza vir tambem prezas para a mesma Custodia algumas das outras pessoas que achar
mais indeciadas de entrarem na Sociedade ou Congregado chamada dos Pedreiros livres;
as quais tambem serao na mesma forma examinadas; e com o que m ultar dos ditos exames
se tome assento e se envie ao Conselho. Mando que assi se cumpra. Líxboa 5 de Margo
de 1743.
(as.) Rodrigo de...
(as.) Nuno da Silva Telles
(as.) Antonio Ribeiro e Abreu
(as.) Antonio Teixeira Ahrrcs
(as.) Joao Alvares Soares
(as.) Joao Paes do Amaral
A.N.L. (Inquisido. Lisboa. Prestado das culpas. Píoeeso n. 10.115, fok.
36-38).

APENDICE N* 42 A

Proceso de la Inquisición de Lisboa contra Jacques Motton. tallista de diamantes, natural


de Francia, de la ciudad de París,
Mandamiento de prisión.
I 'shoa, 9 marzo 1743.
Proceso de Alexandre Jacques Motton, Lavrador de diamantes, natural
de Franca da Cidade de Pariz. e morador nesta e Lisboa.
Prezo en 9 de Marvx> de 1743.
Os Inquisidores Apostolices contra a heretica pravidade, & apoetasía nestas Odades de
usboa, & seu destricto, &c. Mandamos a qualquer Familiar, ou Offictal do Santo Officio,
nesta Cidade de Lisboa, e seus suburbios ou aonde quer quer for adiado Alexandre

361
Taauez Motton Francez de Nagao. Lapidario e modador que se diz ser em huma Quintj
junto a Sao Tose de Ribamar o prendáis sem sequestro de bens por culpas que contri
elle ha neste Santo Officio, obrigatorias a pnzao & prezo a bom recado, com cama, 6
mais fato necesario a feu ufo. & te quarenta mil reís em dinheiro para seus alimentos, c
trareis & entregareis, debaixo de chave ao Alcalde dos carceres da Custodia desta Inqui
sigao E mandamos em virtude de santa Obediencia, & sobpena de excommunhao maior, &
de quinhentos cruzados para as despezas do Santo Officio, & de procedermos como maif
nos parecer a todas as pessoas. assi Ecclesiasticas, como seculares, de qualquer grao, digni
dade condicao & preheminencia que sejao, vos nao impidao fazer o sobredito, antes sendc
por vos requeridos, vos dem todo o favor, & ajuda; mantimentos, pousadas, camas, ferros
cadeas cavalgaduras, barcos & tudo o mais que for necessario, pelo prego, & estado du
rerra. Cumprio assi com muita cautela, & sefredo, & al nao fagáis. Dado em Lisboa nc
Santo Officio da Inquisigao fob nossos sinaes, & sello della, aos nove dias do mez de
Margo de mil sete centos e quarenta e tres annos. Manoel Alfonso Rebello o sobscrevi.
Fran.° Mendo
Trigoso
Simao José
Sylv.ro Lobo
M® Varejao
e Tavora
Desp e sello 40 Inquisigao de Lisboa
Cta. 18 N.° 26 - Proc° 257
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Proceso n. 257, fol. 3).

APENDICE N.° 42 B

Acta de entrega.
Lir-boa, 11 marzo 1743.
Arme do Nascimento de Nosso Senhor Jesús Christo de mil sete centos e quarenta e
tres aos onze dias do mes de Margo em Lisboa nos Estaos e porta dos carceres secretos da
Santa Inquizigao íoy entregue ao guarda Pedro Rodrigues que servia de alcayde pelo Fami­
liar Matheus dos Santos o prezo Alexandre Jaques Motton, e sendo buscado na forma do
regimentó se lhe achou em dinheiro mil e outo centos e quarenta rs, hum espadim de prata
com seu punho de prata mociga com botao, ponteira, e bocal de prata, hum boldré de
cinta com fivellas de !atao que se entregou ao thezr0 Manoel Lourengo Monteiro con tres
chaves, e de como o dito alcayde se deo por entregue do dito prezo, fiz este termo que
assignou Francisco de Souza o escrevi. Pedro Rodrigues.
A.N.L 1Inquisícao. Lisboa. Processo n. 257, fol. 4).

APENDICE N.° 42 C
Admisión en ¡a cárcel + Certificado del Decreto.
Lisboa, 11 marzo 1743.
Planta do Carcere.
onze ^ 'as do mes de Margo de mil sete centos e quarenta e tres annos mandarao
os Senhores Inquizidores por este prezo Alexandre Jaques Motton no carcere ao que foy
satisfeito. Francisco de Souza o escrevi.
Certidao do Decreto.
Francisco de Souza Notario do Santo Officio desta Inquisigao de Lisboa certifico que
para eiíeito de passar a prezente provi hum sumario que se acha no secreto desta dita
inquisigao contra os Pedreiros Livres e nella a Fs 36 está hum essento do Concelho geral
e e Margo de 1745, do qual consta que Mons.r Custó, e Mons.r Motton fossem manda­
os \ir prezos para os carceres da custodia desta Inquizigao para serem examinados de Que
deS^ 7453 Prezcme mrndado dos Senhores que asMgney Lx* no S Officio 14 de D czf

Francisco de Souza
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 5-6).
APENDICE N* 4 2 D

Certificado de requisa.
Lisboa, 12 Marzo 1743.
Manoel Affonso Rebello, Notario do Santo Officio desta Inquizigao, de Lisboa: certifico
que depois de se achar prezo nos carceres da mesma Alexandre Jacques Motton, Réo con-
teudo nestes autos foy chamado á Meza o Familiar Joao Caetano Tborei, corregidor do
crime do bairro de Andaluz, e pelos Senhores Inquizidores lhe foy ordenado fosse ao lugar
de Bellem ás cazas de hum estrangeiro que se lhe nomeou, e em hua deUas procurarse
certos instrumentos e insignias de que havia noticia uzarem alguna estrangeiros em certo*
ajuntamentos que faziao. E hindo com effeito o dito Familiar executar a diligencia que
se lhe cometteo, veyo depois de feito dar parte em Meza aos meamos se de que nao ochara
ñas ditas cazas mais que hum saco com huns aventaes de couro dentro, e nenhum outeo
instrumento dos que se lhe haviao declarado, e que o dito saco asoim, e na mesma forma
que o achava o entregava, como com effeito entregou nesta Inquizigao; e por tudo pqa«#r
na verdade passey a presente de mandado dos ditos Senhores. Lix* 12 de Dea0 de 1745.
Manoel Affonso Rebello.
A.N.L. (Inquisigao Lisboa. Processo n. 257, fols. 41).

APENDICE N.° 42 E

Confesión Ia.
Lisboa, 13 Marzo 1743.
Aos treze dias do mez de Margo de mil sete centos e quarenta a tres annos em Lisboa
nos Estaos, e caza do depscho da Santa Inquizigao estando ahi na audiencia de
o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante si a hum Estrangeiro,
que em os nove dias do prezente mez e anno veyo preso para os carceres da custodia
desta Inquizigao, e sendo prezente lhe foy dado o juramento dos Santos Evangelhos, em
que pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado diser verdade, e ter segredo, o que
tudo prometteo cumprir. E disse chamar se Alexandre Jaques Motton, lavrador de diaman­
tes, cazado com Margarida Lefebre, filho de Renicarle Motton, mercador de vinho, e Ge-
nevieva Sinay, natural da cidade de París, aonde foi morador, e de prezente nesta de Lis­
boa de fronte da porta travessa da Igreja de Sao Paulo, de trinta e nove annos de idade.
Perguntado, se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado, e as quer
confessar. por ser o que lhe convem para o descargo de sua conciencia, salvado, de sua
alma, e bom despacho de sua cauza?
Disse, que sim cuidara, e que nao tinha culpas que confessar pertencentes a esta Meza.
Perguntado, se se apartou em algum tempo de Nossa Santa Fe Catholica, e Ley Evan­
gélica, ou de algum dos Artigos e Misterios della?
Disse que elle sempre foy fiel, e verdadeiro Catholico Romano e sempre creu firme­
mente tudo o que a Santa Madre Igreja de Roma manda crer, sem que tivesse em tempo
algum ñas Materias de Fé nem a mais leve duvida voluntaria.
Perguntado, se cometteo alguma culpa cujo conhecimento petrenca ao Santo Officio,
pela qual mereja estar prezo nelle, como effeito está?
Disse, que elle vendo se preso nesta Inquirid0» c tra2endo a memoria tudo o que
tinha feito em sua vida, nao achava na sua conciencia que obrasse delicto algum contra
este Tribunal, senao se o he o ser Francmasson, ou Pedreiro Livre, como já ouvio dizer a
hum Estrangeiro, e a outro Portuguez, que sabendo que elle declarante o era, o ameogaroo
com o Santo Officio, dizendo lhe que em se sabendo nelle o que elle declarante era, kjgo
o mandavao chamar.
Perguntado, que cousa he ser Francmasson, ou pedreiro livre, e que culpa a que se
comette em o ser?
Dis«e, que ser Francmasón nao he outra cousa mais que o ser socio de huma companhia
assim chamada, ou dos Pedreiros Livres, que ha em Inglaterra, em Frango, * em outras
térras da Europa, e ainda nesta Corte. A qual comunidade. segundo ouvio dizer, derao
principio os soldados da Cruzada que forao a Terra Santa, os quaes quando della se re-
noherao para o seu Reyno de Inglaterra, que ainda entao era Catholico Romano, instituirao
huma congregado de pessoas cscolhidas debaxo de huma cabed « que chamao Grao Mes*

363
tre. cleita pelos mesmos. e « quem todos obedecem, em cuja commumd.de ou congrega-
cao ha diveYsas Ordens e Gerarquias de pessoas, a saber: Grao Mestre, que he eleito ou
reeleito todos annos, Mes tres, officiaes, aprendas, procuradores thezoumros, vipas, ou
a b u sad ores a que cm Francez se chama Survelhant e alguns destes tem suas insignes
esoedaes por onde se conhecen» e distinguem, a saber: Compassos, Equer, que he hutn
insmir'.ento de que uzao os pedreiros para ajustar os cantos das pedras, e Nivou, que
conste de huma tinha por pendicular com chumbo na ponta della, e nao lhe sabe os nomes
que estes instrumentos tem em Portugal, as quaes trazeni consigo, e todos tem signaes por
onde se conhecem huns aos outros em qualquer térra em que se encontraran isto se en­
tende dos peritos Francmasons. porque alguns ha ignorantes que os nao sabem, ou por
falta de applicavao ou por outra alguma razao. E que esta comumdade faz suas assen-
bleas e jjuntamentos em casas para isto destinadas, assim em Inglaterra como en Franca
a que chamao Logeas, e em huma das que havia em Franca, sita na cidade de Paris, de
que era Mestre hum ourives de ouro chamado Leberson foy elle declarante aceito, sendo
Grao Mestre de todas as Logeas deste Reyno, que entao erao sete, o Duque Dant. E
posto que elle declarante nao foy a Logea de Franca mais que na occaziao em que o re-
ceberao por Francmasón, sabe que ñas referidas Logea se faziao varios ajuntamentos para
o que convidava o Mestre de cada huma dellas, mas nao sabe se havia dias determinados
para isto
Perguntado: Que qualidade de pessoas se admittiao para Francmasons, e por que forma
erao recebidos e a que se obrigao os que de novo se alistao nesta comunidade?
Disse. que para ser Francmasón se requer pessoa do sexo masculino, que seja de boa
vida e costumes, e nao vilhaca ou mal procedidas. E o pertendente a isto se valle de al-
gum dos da comunidade para que este alcance licen^a do Grao Mestre para ser aceito, e
Grao Mestre o nao recebe senao depois de congregados os Francmasons da Logea em
que pertende entrar, e de rodos o approvarem por papéis negros e brancos que se ajuntao
no copo de hum chapeo, que serve de scrutinio, e basta que hum só da congregado, lhe
negue o votto para nao ser admittido. E quando seu padrinho lhe deu a noticia de que
estava admitido, foy elle declarante í Logea aonde o achou em hum caza antes della, e
este depois de tirar todo o ouro e prata que levava, e espadim, e fivelas dos sapatos, lhe
:apo\. os olhos com hum lenco, e lhe pegou pela mao e o levou á porta da Logea, onde
estavao os Francmasons, e bateo, ao que accodiu hum que servia de porteiro, e lhe per-
guntou que quería, e o dito lhe respondeu, que estava ali hum cavalheiro que quería ser
Francmasón, e dizendo o dito porteiro que hia dar parte ao Mestre, tomou e perguntou á
elle declarante da parte do mesmo Mestre por tres vezes, se vinha voluntariamente, e res-
pondendo lhe que vinha sem constragimento algum, abriu a porta da Logea, e seu pa­
drinho o levou pela mao para dentro, e estando em pe ouvio huma voz, que era do que
servia de Mestre, que lhe dizia se queria ser Francomason por sua livre vontade, o que
lhe repetio tambem por tres vezes, e elle por outras tres lhe respondeu que de sua livre
vorrade quería ser F ra n cm a só n e logo o dito seu padrinho lhe tirou o lengo dos olhos,
e entao vio que estava junio do Mestre da Logea, o qual estava em pe, e todos os mais
socios com grande severidad^ em roda da caza, e o Mestre no topo della com huma meza
pequeña diante de si sobre o qual estava hum livro grande dos Evangelhos, e o fez ajoelhar
de fronte, e junto do dito livro, e pos sobre elle a mao direita, e que jurasse de guardar
inviolavelmente o segredo dos Francmasons, e que se nao guardasse merecería que lhe
cortarssem a cabera e o deitassem no mar, e elle confitente com a mao sobre o livro diante
do qual estava com o Joelho direito em térra, e o esquerdo no ar, assim o prometteo guar­
dar. e lhe ensmou o dito Mestre que para que conhecesse os socios desta compahia aonde
o aceitava e elles a elle quando se quizessem declarar, fizesse tres signaes com a m*o
direita: o primeiro levando a á garganta como quem queria córtala, o segundo levando
a logo por pendicular athe estender o braco para a térra, o terceiro batendo com ella aber-
ta no peito esquerdo, e que havia de uzar das palabras = Boaz e Jaquem, dizendo aos
companheiros B, e que elles lhe haviao de responder O, e que desta sorte haviao mutua-
mente de declarar as letras do dito nome Boaz, e tambem do outro Jaquen, e logo lhe deu
um avental de pelle branca, com que elle confitente se cingio da mesma sorte que o
Mestre estava, e os mais companheiros, que haviao de passar de dez, nao se lembra quaes
torao. e dous pares de luvas, tambem brancas, hum para elle e outro para sua mulher,
e entao disse o Mestre aos d^ companhia, que o tinha recebido por Francmasón e a elle
1 íT* C APrenc^ " c°mpanhon, e que fosse fazer os signaes que lhe ensinara i
tr-tr? r / Jm a°* c rcunstant^s Para ver se os acertava, e assim o executou promptamente; e
nn/» ?UC 3 ^crtlT ^ue a ^° 8ea. e-tava com as janelas e portas fechadas, e sem mais luz
entrr accTzas no P?v¡mento da caza, duas de huma parte e huma da outra* «
entre ellas debuxadas com giz as figuras do Sol e Lúa, e de huma caza e duas colunM,

364
huma da parte direita a outra da esquerda, e por sima destas figuras e por entre as ditas
velaso Jcvou a elle confitente seu padrinho pela mao para junto do Mestre, fazendo lhe
dar tres passos com o pé direito diante. E acabada a recepgao na forma que ta n declarado
nao se lembra se se fez mais alguma ceremonia, se abrirao as janelas, apagarao as velas,
e se pos a meza aonde se assentarao por sua ordem, o Mestre, os mais Francmasons amigos,
elle confitente, e mais cinco que forao recebidos na mesma manhaa, e comegarao á comer, e
quando quizerao beber fez o Mestre signal para isto, pegando com a mno direita no seu
copo e dizendo, peguem ñas armas, e levando ao ar e dizendo, armas á cara, e chegando o
á boca disse, fogo e bebeo, e em tudo o imitarao e ao mesmo tempo todos os companhei-
ros, e o primeiro brinde foy a saude de El Rey, o segundo a do Grao Mestre, e a terceíra
a dos novamente recebidos nequella companhia, e sem signal do Mestre nenhum podía
beber. E acabada a Meza no lugar em que se achava o Mestre cantou este algumas canti­
gas em louvor dos Pedreiros e primeiro dos Arquitetos, e lhe respondeu com outras sobre
a mesma materia hum dos assitentes e sem que passassem mais se despedirao e forao para
onde quizerao e se fechou a Logea. E a despeza do jantar fez elle confitente e os cinco
companheiros que de novo, entrarao, e em Franca foy esta a unka vez que entrou em
Logea e assistio a Assemblea dos Francmassons, nem para isto foy convidado.
Perguntado, Que razao tem para saber, como asima disse, que nesta Corte tambem
ha a mesma congregado e Ordem de Francmasons? quantas Logeas há para isto destinadas,
e quem sao os companheiros que estao alistados nellas?
Disse, que havera sete annos viera elle confitente de Franca para esta Corte, e nella
achava alguns Francezes, e perguntado lhe estes se era Francmasón, elle a nenhum o ne-
gava, porem nao sabe que houvesse ajuntamentos senao depois que tambem veyo para
esta Corte hu/n Joao Custo de nagao Suigo, que assistio em Inglaterra muyto tempo, e
nella se fez Francmasón, o qual he levrante de pedras de cor, e ha mais de hum anno nao
tem casa certa, porque este se declarou com alguns Francmasons que aqui estavao de In­
glaterra, e Franca donde veyo e alguns seus conhecidos, e ajustou com elles fazer algunos
ajuntamentos como se observava em outros Reynos. E como era o que melhor sabia das
leys e estilos desta congregado se fez a principal cabega della, porem posto que alguns
ajuntamentos se tem feito por ordem deste Custó em casa¿ particulares, a alguns dos
quaes elle confitente assistio, athé o prezente nao tem Logea estabelecida, e elle confitente
assistio a quatro Assembleas, sendo para isto primeiro convidado pelo dito Custó, huma
dellas em casa de Monsieur Richar, que d i casa de pasto na rúa Nova, e haverá trez meses
ou mais que se congregou e lhe parece que foy a ultima, outra em Bellem em casa de
hum inglez chamado Rabagliolo, que d'a casa de pasto haverá o mesmo tempo pouco mais
ou menos, outra aos Remolares em casa de hum Francez chamado José Motton, que tam-
bem dá casa de pasto, ha ja muito tempo, que grassará de oito mezes, e a outra que foy a
primeira a que assitio, na calcada de Sao Francisco, em casa de outro Francez chamado
Villanova, nao tem occupagao certa, mas he homem de grande habilidade, e os Franc­
massons que assistirao as Assembleas referidas, huns á humas, outros á outras. sao os
seguintes: o dito Monsieur Villanova, dito Custó que he o único mestre que elle confi­
tente conhece neste Reyno, Charmohá, Francez, lapidario, morador na nía Nova, Mon­
sieur Brullé, Mercador, morador junto á Casa de Moeda, Monsieur Sao Julián, Mercador,
morador na Ribeira perto do Conde de Coculim. ambos Francezes, José Bilhar, guarda-
livros de huma compahia Ingleza, e elle Francez, morador que foy na Cordoaria velha,
mas agora entende estsá ausente, Monsieur Masselcm, offidal de alfayate, morador na
Travesa que vay do Loretto para a Trindade, Monsieur Marchan, contratador de diaman­
tes, morador na rúa Nova, Monsieur Richar, Ourives de ouro, tambem morador na rúa
Nova, Monsieur Pietre, Ourives do ouro, morador na rúa das Flores, Monsieur Vandrevel,
lavrador de diamantes, morador ao Corpo Santo, Monsieur None, Ourives do ouro, mo­
rador no largo da rúa do mesmo officio, todos Francezes, menos o Custó que he Inglez,
ou Suigo, e da mesma nagao Ingleza sao as seguintes pessoas que tambem assistirao e
estiverao ñas ditas Assembleas; Joens, Relojoevro, morador junto á Cappela; Arrabetoo,
Ourives, e vendeiro de bebidas morador aos Remolares; Escot e Hemenequtn. ambos com-
panheiros e mercadores, moradores que forao na rúa Nova, e agora ausentes em Inglaterra;
o dito Rabagliolo, e Monsieur Bolanger, mercador. Francez, morador na ma dos Escudeiros,
e sabe que os referidos sao Francmasons pelos ver ñas Assembleas, e pelo ouvir dizer ao
dito Custó, sabe que tambem o sao Monsieur Grame, banqueiro do Embaxador de Franga,
morador aos Remolares junto ao beco dos Aposteles; Monsieur Feriz, companheiro e
socio do dito Grame e com elle morador; hum criado do dito Embaxador, a quem nao sabe
° nanie, e morador com o mesmo; Monsieur Palhart, morador em huma quinta fora desta
cidade, nao sabe aonde, estes Francezes; e hum Inglez chamado Matheus, que vende vinho
aos Remolares, e poderao ser muytos mais de que se nao lembra» e do costume disse

365
nada E por ser dada a hora se nao cominuou esta sessao, a qual lhe foy lida e por clic
ouvida entendida disse eslava e,cripta ha verdade e nella se affirmava, retificava c a
tornava T dizer de novo sendo necessario e que nelle nao tinha que acrescentar, diminuir,
mudar ou emendar nem de novo que dizer ao costume sob carpo do mesmo juramento
d ^ Santos Evangelhos, que outra vez lhe toy dado. Ao que estiverao presentes por ho.
nestase religiosas nessoas. que tudo virao, e ouvirao, e prometterao dizer verdade n o q u e
íossem perguntados sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos os Lecenciados Fran-
, k™ Hí. W a e Manoel da Silva Diniz, Notarios desta Inquizicao, que ex causa assitirao
d iT a r a t if ic a d o , e assignarao com o Reo, e com o dito Senhor Inquizidor. Manoel Affonso
Rebello o escrevi.
Fraacc Mendo Trigoso
Alexandre J aques Mouton
Fran° de Souza
Mel Silva Diniz
E hido o Reo para o seu carcere forao perguntados os ditos Lecenciados se lhes parecía
que falava verdade e merecía crédito e por elles foy dito que lhe parecía falava verdade e
merecia crédito, e tornarao a assignar com o dito Senhor Inquizidor. Manoel Affonso
Rebello o escrevi.
Franc" Mendo Trigoso
Mel da Silva Diniz
Fran0 de Souza
A.N.L. (Inquisido. Lisboa. Processo n. 257, fols. 42-57).

APENDICE N.° 42 F

Confesión 2 .1
Lisboa, 23 Marzo 1743.
Aos vinte e tres días do mez de Margo de mil sete centos e quarenta e tres annos, em
Lisboa nos Estaos, e casa do despacho da Santa Inquizigao, estando ahi na audiencia de
manhaa o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante si a Alexandre
Jaques Motton, reo preso conteudo uestes autos. E sendo prezente lhe foy dado o jura­
mento dos Santos Evangelhos em que pos a mao sob cargo do qual le hoy mandado dizer
verdade e ter segredo o que tudo prometteo cumprir.
Perguntado. se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado, e as quer acabar
de coníessar por ser o que lhe quer acabar de confessar por ser o que lhe convem para
descargo de sua conciencia, salvado de sua alma, e bom despacho de sua cauza?
Disse, que sim cuidara, e tinha que declarar por ser mais bem lembrado: Que na
Logea em que foy recebido em Franga entrava duas vezes por occaziao de Assemblea, e
nao huma só, como inadvertidamente disse na outra sessao.
Perguntado: >e hé lembrado de mais alguns Francmasons da congregado desta Corte, e
se entre ramos estrangeiros entrao alguns Portuguezes, e quem sao?
Disse que se lembra mais que sao Francmasons Monsieur Lepage, e hum Irmao deste
a quem nao sabe o nome, e tambem se chama Lepage, ambos homens de negocio, moradores
no largo da rúa dos Escudeiros hindo para a Pechelaría, Monsieur Ruverol, homen de nego­
cio morador por baxo da rúa das Flores, todos tres Francezes, e nao sabe que algum Por­
tugués seja deste companhia nem tal ouvio dizer ao Custó.
Perguntado: Quanto tempo ha que principiou nesta Corte e comunidade dos Pedreiros
livres, e quando se inventarao os seus ajuntamentos e Assembleas, e por industria de que
pessoas?
Disse, que antes de vir Custó para este Reyno nao ouvio elle declarante falar que aquí
houvesse Francmasons nem ajuntamentos, porem depois que elle chegou se deu a conhecer
com alguns que aqui estavao, e por industria sua por ser homem muy perito, d otad ode
multas prendas e gra^a, se fizerao as Assembleas de dous annos a esta parte, e ás primeiras
que se ajuntarao nao assítio elle declarante pelo nao convidar o dito Custó, sem embargo
de saber que tambem era companheiro pelo conhecer em Franca* aonde foy Mestre de
? ue ^rgou antes de vir para este Reyno ao Duque de Villarróa depois que o
recebeu por Aprendiz, offidal, e mestre, c nao somente em Franca* mas aínda no Reyno
ae Inglaterra tinha sido Mestre de Logea o dito Custó, o que sabe pelo mesmo lhe di*er,
e so este, no seu entender, tra capaz de ser cabera desta congregacao neste Reyno, porque
so elle sabe os segredos, e instituido da Pedraria, e só elle nesta Meza poderia d tr verda-
rf 1CD 4° ^Ue T e* ^ e d° que nella se passa. Perguntado, se a Ordem ou Congt*
g cao dos Pedreiros Livres que ha nesta Corte he a mesma que ha em F rand aonde foi

366
recebido, e se se governa pelas mesmas leys e Estatutos, e se nesta Portuguesa se obsetvao
os mesmos Estilos e eos turnes da de Franga?
Disse, que a comunidade que ha nesta Corte de Francmasons he a mesma que a Fran-
ceza, porque ñas Assembleas sabe que se observa o mesmo que vio o observar em Franga
naquellas a que assistio, e ¿órnente lhe falta o thezouro que ha na de Franga e Inglaterra
feito de dinheiros que o Grao Mestre costuma dar quando hé eleito, e de otstro que alguns
dos da companhia tambem dao para com elle se socorrerem aos pedreiros que necessitao
cuja distribuido se faz a arbitrio do Grao Mestre,
Perguntado, Quaes sao os Estatutos desta congregado por onde glla se governa, e na
mao de quem se achao? se sao impressos, se manuscriptos, ou se se ensinao de palavra?
Disse, que ouvira diser ao referido Custó, que em Inglaterra havia Estatutos e Leys
impresssos ou manuscriptos, feitos para o bom governo desta congregado, e que estes
estavao fechados com bom resguardo em poder do Grao Mestre. porem nesta
sabe que haja Estatutos alguns, e s’o na mao delle declarante se adía hum papel manus-
cripto em lingoa franceza, em quarto, no qual se da conta da instituido desta ordem, e dos
requisitos que hao de ter os Irmaos della, e do que hao de observar, e enchem huma
folha de papel, e o tem por lho emprestar o dito Custó, segundo lhe parece, e entao lhe ouvio
dizer, que fora recebido em Franga na Logea, e occaziao em que fora recebido por Franc­
masón o dito Duque de Villarroa, e que tomando lho a pedir elle declaraste o nao quizera
entregar e que seu intento fora apresentalo nesta Meza se fosse chamado a ella, por ter
ouvido dizer ha maiz de mez de meyo, que este Tribunal o havia de mmnAar chañar, e
está prompto para o entregar todas as vezes que se lhe ordenar, e permittir hir búscalo,
e ainda que o quizesse repetir, o nao poderá fazer, por ser muito extenso, e mmq» o poder
decorar, como intentou fazelo por algumas vezes por coriosidade, e só tomou de memoria
alguns pedagos truncados.
Perguntado, se na Pedraria desta Corte ha as mesmas ordens, graus, jerarquías, e postos,
que ha na de Franga? por que signaes se conhecem huns aos outros, e de que insignias
usao em que tempo e occazioes?
Disse, que o dito Custó fez nesta congregagao as roesmes ordens que ha ñas outras,
e nella nomeou por Secretario a Monsieur Bilhar, por Thezoureiro a Monsieur Pietre, por
Orador a Monsieur Ruverol, e por Sorvelhan a elle declarante em segundo lugar, e em
primeiro o he o dito Bilhar, e só Grao Mestre nao há, porque o dito Custó o cargo que
tem he de Mestre de Logea ordinario; e a occupagao de Secretario he o langar em livro
toda a receita do dinheiro que pertence desta comunidade, ou proceda de dadivas que o
Grao Mestre e Irmaos dao parabas despezas della, ou de condemnagoes que se fazem aos
Irmaos que o merecem, e tudo se deposita na mao do Thezoureiro, e nisto consiste esta
occupagao, e tambem de langar no mesmo livro a despeza que se manda fazer. E a occu­
pagao do Orador he fazer praticas e ensinos aos que entrao quando o mestre lho ordena
e recitar tambem algua orado ou discurso em louvor da Ordem dos Francmasons. E a
obrigagao do primeiro Sorvelhan he: apresentar ao Mestre da Logea aquelles que nella
entrao, e do segundo, cuja ocupado elle tem, como ja disse, tomillos a porta pela mao
quando entrao, fazelos andar em roda da casa e logo depois entrégalos ao primeiro, para
que os apresente; e a obrigado do Mestre he: govemar a sua Logea, receber aos que
entrao de novo e instruilos no q hao de faver, e no que lhe he prohibido, porem na
comunidade desta Corte, nem o Secertario nem o Thezoureiro exercitao os seus cargos,
porque nao ha dinheiros que se depositem, nem tambem o Orador, porque ainda nao
está establecida propriamente a Logea, e somente uzaode insignias que trazem penduradas
cm fitas do prescogo, o Grao Mestre que lhe parece he hum compasso, a sua insignia o
Mestre tem por insignia hum hequer, o primeiro Sorvelhan hum Nivou, e nao se he lembra
do termo portuguez que lhe responde, o segundo Sorvelhan tem por insignia huma linha
com seu chumbo, e todas estas insignias sao instrumentos de que uzao os Pedreiros, e
destas só uzao os Francmasons neste Revno quando se ajuntao naqudla casa que o Mestre
elege. E os outros Francmasons nao tem insignia algiiá senao os aventaes e luvas brancas
como já tem dito, ou sejao aprendizes, ou companhoes, ou mestres, e ainda o Thezoureiro
e Orador; e os signaes por onde distinguem e conhecem os graus que tem sao os seguintes:
o de aprendiz sómente he levar a mao direita ao pescogo e fazer com ella a aegao que o
corta: o de companhon ou official he por a mesma mao aberta no peito sobre o coragao e
depois estendala por pendicular para a térra, o que tambem faz o aprendiz; e o signa! do
mestre he pegar com a mao direita em toda a mao do companheiro e cingtlo com a esquetda
pelos hombros, e além dos ditos signaes, o que he aprendiz aperta a primetra junta do
dedo index, e o official a mesma junta do dedo medio.
Perguntao, se a congregagao desta Corte tem alguma subordinagao ao Grao Mestre de
rranga ou de Inglaterra, ou se he independente e sobre si?

367
Disse. que nao tem *o«ei<,ao. »«" «ubord.navao alguna *» m*u congrega*»!.
Pcniuniado se a> Lev* o Estatuto* desta congregado * «wln«o • todo. o. congf«g«doi
•OCM» ou »e ha ¿ e l l a ' alguns avisos sec reto de que so salbao os m e.tre.ou peuoai d«
ovcm o; jku n«o ser convenk-ntc para a «ua conservado se manifestem a todo. o. Fwnc.

W* S l L .»ue entende que unios os companheiros saben» o» segredo. d« congregado c |¿


anorto os oue sao aprendices os signaes l>or onde se conhecem os mestm, e di mean»
orte o* ianorao os oIIh.ucv poique m> o* sahem o* mestre», cujo grau recebem em A«.«n.
,lea u que «S os mcstre> assistem. c entao vay «quelle lrancmason, que quer .ublr a mei-
re i noria aonde se t »/ esta Assemblea, e batondo nella Iha abre o Sorvelhan e pegando
he n# mao sem lhe tapar os olhos lhe tu/ dar volta em toda da ca.a, e o ipre.enta «o
«cstie v> qual depois dc lhe perguntar se pertende o grau de mestre e elle lhe reiponder
‘ 0 qucr ser lhe- puxa pelo dedo indez. digo. ser. elle lhe fazer hum# pratica breve acerc»
K. que Mx-edco a hum Arquiieto dc Salamao chamado Hirame, «o qual matarao tre. offi.
tacs porque lhe nao quu discobrir a palavra. que era o signal por onde o dito Rey o
.tniicoa, u dito me»iiv lhe di con hum martelo tic pau que tinha na mao tre. panca-
imhas na testa, e o tal se tinge morto. e logo o dito mestre lhe puxa pelo dedo Índex,
• depoi* pelo dedo medio, e depois por toda a mao, c entao »e levanta em pé o que de
ov«. ve nxcbc p«>r mesire. o que en elle declarante sabe porque na «egunda vex que foy
ni 1'r.uvi a Assemblea, o teccberao por mestre na referida forma, e com mai# alguma»
cremonias. cm que :iao c tá presente, e isto msmo se pratica nesta Corte em caso se-
m-lharue I succedendo achai se cm algum ajuntamento Francma.sons de todo o genero
vifn se rcxcber algum ollicial p°r mestre. se mandao para fora da Logea aquelle* que o
lito vao
Perguntado, Qual he a ra*ao porque nao prcscnciao a aceitado dc hum novo mestre
KjuclJcN que o nao saor'
Disse. que lhe parece será para que nao pcrecbao os signues de que os mestres uzao poil
>ao vio cm algum dos ajumaremos que para este (in se congregarao, ae fizesse couza, nem
lisscNse, que nao pudessem ver c ouvir todo» o» Francmasons* e aoa novoa mestres se nao
i* nitro juramento e •*> lhe lembra o Mestre da Logea a obrigagao que tem de guardar
i scgtod i, que promefteo ao* Santos Evangelhos quando foy rccebido por Irmao.
Perguntado. se o segredo inviolavel que os Francmasons promettem aos Santos Evan*
iclhos ci»m cominavao de tao graves penas, hé geral em todas as partea e da instituid*?
Icsta congregado? Se hé particular nesta dc Portugal, para que ae nao soubesse que tam-
>rir\ nelle a havia?
l)i*$e, que este segredo lié geral e da instituido da pedrada.
Perfumado, sobre que rnateria cahc este juram ento dc segredo cominado com tanta#
tao rigorosas pena»?
Disse, que o juramento de quardar segredo cahc sobre nao descobrir o que se passa
ia» AsacniWeas. nem •* signaes <r palavra.s por onde se distinguem os socios da pedrería,
jue fu* tuilo o que icm declarado nesta Meza» c nao sabe que haja outra materia sobre que
>owa <ahir.
Pri juntado. para que *e instiiuhío esta nova congregado que conveniencia descobrcm
k> entrarem nella os vicios, que os obfiga a aogeitarem se a hum segredo tao perigoso,
tao m> por sua vontade, mas inda a sua custa?
.|ue a instituido desta congregado he muita antiga, e nao sabe bem o fim wra
^ue rlia cncammha, c a conveniencia que nella considera para os Francmasons he: 0
onne rretn »e huns atm outro* ñas térran cm uuc se cncontrarem, e socorrerem aquellas
que poderem aos que o necessitarcm. li elle declarante affirma com toda a certeza que
:ouza nenhuma o ahng/nj a fazer se Francmasón, senao a coriosidade de saber que coü**
era, e quaes erao as seus segredo*, c tambem tem por certo, que muitos entraro n«W
ñongados ció m m o motivo, e tmloa se acharao enganados, connecendo que na pedrtn*
nao havia mais segredo que aquelles que tem declarado nesta Meza, o multo* deiicareo de
5 ***' JLni° frT f n u w ** ^ n*em^leas por este respeito, e os maíz entende elle, porque
atatm lhe sixcede, vao 4s ditas Asaembleas por passatempo, e para comerem e beberem
custa daquelles que de novo se recebem, e elle declarante quando pertendeo ser congre*
gaoo ignorava que se ciava iuramento de segredo firmado com tantas penas, porque se •
nouoera, á tal pcrtengio nao aspirava.
Perguntado, se no* ajuntamentos á que foy, asaim no Reyno de Frand c o » ° ******
na m iterit d i Religiao, e ae se enainou nelles, ou fe» ilgum á cau»t conW
fiw nt'f °'J contr* ° b « r commun? ou se tem noticia que em alfiuna outrs »•
DUie, que na* Aasembleas a que auístio tes ruó falou em materia de Religiao, oem
«c dine ou fe* couza algum* contra nom Saota Fé, oem tabe ae filetee o contrario ea
alguma outra, porque lato hé prohibido na díte congrega^, o que o Mesttc da
adverte na recepfao de algum «ocio, poi» lhe diz, que naqueUa congrcgacao «e nao fala,
nem tobre a Religiao, nem lobre o governo político, nem mal de algum dos Irmaos, nem
se dízem palavrai illicitai e dezonestas, nem ae obrao accoet contraría» aos bont coatumei,
r que iiiitm o deve observar aquelle que entra de novo.
Perguntado, se em alguma das Aisenibltai a que fou ouvio dixer que (juii^uct pecado
grave por mayor que fosse, sendo occulto, e feito entre quatro paredes, so era culpa
venial?
Dinc, que nem nai ditas Alterables!, nem fora della*, ouvira entinar tai.
Perguntado, ie em alguma das Assembleas ouvio dizer. que nttim como era lícito o
turtur cm extrema neccitídadc nos mesmo» termos era tambem licito o fornicar?
Dine, que tal proposicao nao ouvio proferir senao afora, nem tal anisa tem pan
si se entina nos ajuntamentos, antes entende. que se lipun dot tocios tal dísaeaae, n | 0
cm excluido da companhia, como se fez a Monsieur Pietre nesta Corte por beber c m
deinazía, c dizer alguma» palavras desordenadas em hum ajuntamento que se fes em casa
tic Moniieur Bruné.
Perguntado, ie ouvio dizer em algum doa ajuntamentos, que aquelle Sacerdote, a quem
Déos revelaste, que devia dormir com alguma mulher mom, estava obligado a crer a ter
por divina, e o obedecer a cita revela^ao?
Diste, que athé agora nao ouvio fallar em tal materia.
Perguntado, se em algum dos ajuntamentos ouvio dizer que a vida, e que a fama aao
mais preciosas e melhoret que a virtude da caatidade, e que por esta rano peccava Sueana
gritando e infamando os velhot que a provocara© e que merecería muito para com Déos
»e se cal ava e consentirá no que ellet procuravao?
Disse, que tambem tal nao ouvio, nem dentro not ajuntamentos, nem fon deDea.
Perguntado, «c ouvio dizer em alpum dos ajuntamentos, que a noaia alma nao hé espiri­
tual c immortal como nos entina a re, senao material caduca e mortal, como ditaerao alguna
gentíos e que por esta razao tó deviamot dirigir at noasat accoet para o fim de ae ooo-
dliar o paz e tranquilidade publica?
Ditsc, que tal cousa te nao disse nem cm tal ouvio falar a nenhum doa Francmasón».
Perguntado, se hé materia dettat propor$oe* aquella tobre que aaaenta o juramento tao
recomendado dos Francmasons?
Disse, que o segredo que aos Francmasón! se recomenda nao tobre outra cousa mais
que sobre os signaes que tem para se conhecerem, e nao sabe ñero nunca tal ouvio diaer
que na Pedrería se sigao e pratiquem as proponigoes e erro* que se lhe perguntarao.
Perguntado, se a razao está mostrando que a materia do tegredo tó pode ser a referida,
mi outra alguma ainda mais abominave!, e nao a que tem dito, porque hum juramento ae-
tnclhante nao tem lugar, senao quando a materia he muy grave, nem penas tao exorbitantes
se poeni, secnao cm culpas atrozes, porque as penas se raedera pelo» delito*, porque nao
dir a verdade?
Diste, que elle tem detcuberto nesta Meza tudo o que tabe e tem para u que te
nao fora o segredo que se recomenda, nao haveria quem quiieaar ser Francmasón, porque
isto mesmo os convida para o serení, entendendo que a materia deHe hé alguma causa
grande.
Perguntado, te hé o temor das penat a que te togeitou, e o juramento de teyedo que
fe lhe deu a cauza que tem para occultar nesta Mesa a verdad, aonde a deve dieer pan
o bom despacho de tua cauza, por ter tomado para isto o juramento dos Santos Eva»-
gelhos, e ter perguntado em juizo pelos seus Ministros Superiores?
Disse, que elle nso tem medo algum dat penat a que ae obrigou na sua congregagao,
porque nao ha memoria que athé agora se executassem em alduro dos Compenhwto» que
revelassem o segredo. E nao tem dito nesta Meza mais aegtedot dos Francmasón», aonde
conhece deve dtser a verdade, e que nido fica em segredo, porque nao sabe ma» couaa
alguma, e nao quer encarregar a conciencia jurando contra a verdade.
Perguntado, ae not ajuntamentoa a que foy, e nesta congregagao de Pedrería, nao havia
outros tegredos nem mait rasoes de conveniencia para os socio», que as quewm oadarado,
P«ra que hia ás Assembleas, sabendo que ellas e toda a congregara doa Pedreiro» Livre»
estavao prohibida! pela Sé Apottolica, e nesta cidade por Editaea publico», que por ordem
*>, * *e m*ndarao 1er na» Igrejas principa®»?
Ditte, aue elle athé agora nao foy sabedor que a Sé Apottolica ooodemnasse a congre­
g o do» Francmasons, nem que nesta cidade se lene Edita! algum en que foasem con-
mnado* o» ajuntamentos e Ástetriblees que os Francmasons fanao, porque ae tal notkia

m
24
os revelaría nesta Meza com a mesma tacilidade com que descobrio tudo o que deixa de­
clarado nesta e mais sessoes, e so costume disse nada.
Foi lhe dito, que havendo nesta xMeza mtorma^ao que nesta Corte se faziao Assembleas
e ajuntamentos de huma Fraternidade ou congregado chamada dos Pedreiros Livres, a qual
íov condemnada pelo Pontifice Clemente duodécimo, cuja condemnagao se fez publica nesta
cidade por Editaes que se lerao, e íixarao de ordem esta Mesa ñas portas principaes das
lgrejas della. e que elle era hum dos socios e companheiros da dita congregado e Assem­
bleas, ¿ora mandado vir presso para os carceres desta Inquizi^ao, e sendo chamado á Meza
e nella admoestado quizesse declarar as suas culpas, tomara o bom conselho de principiar
a confessalas, porém muito mao em nao dizer toda a verdade dellas por nao descobrir a
verdadeira materia sobre que cahe hum tao apertado juramento de segredo com comina^ao
de tao graves penas pois se nao faz crivel que esta congregado, institutisse hum juramento
tao grave, senao, para se occultarem materias gravissimas, nem que os socios da dita con­
gregado se houvessem de sogeitar a hum onus tao pezado sem outras conveniencias e
ínteresses, e outras materias de segredo, que elle declarante occulta maliziosamente. E por­
que o que lhe convem para descargo da sua conciencia, e bom despacho da sua cauza
he confessar tudo o que sabe, se esconde debaxo do dito juramento e tudo o que se diz
e prarica ñas referidas Assembleas, que se faz tao suspeitosas a pureza de Nossa Santa
Fé e como taes condemnadas. o admoestap de novo com grande caridade da parte de Nosso
Senhor Jesú Chrisio abra os olhos da alma e pondo de parte todos os respeitos que
o impedem, o fad assim para se poder uzar com elle da Misericordia que pede e a
Sama Madre Igreja costuma conceder aos bons e verdadeiros confitentes. E por dizer que
elle aínda jgora sabe que desobedeceo ao que a Santa Madre Igreja manda em hir ás Assem­
bleas dos Pedreiros Livres,. e que em nenhuma das em qua assistira, assim nesta Corte como
na de Paris, se passara mais couza alguma do que o que tem manifestado nest Meza, e
que nao sabia que nesta congregado haja mais segredo algum que aquelles que tem reve­
lado. nem que nellas se diga ou fa d couza alguma contra nossa Santa Fé e bons costumes,
e que se soubera mais alguma couza e descobriria logo para alcanzar a misericordia que
merece, por Estrangeiro no Paíz, por ignorante da lingoa portugueza, e por nao tratar
depois que veyo para esta Corte senao sobre materias do seu negocio e officio com pessoas
portuguezas. as quaes so lhe poderiao dar noticia da referida prohibido, foy outra vez
admoestado cm forma e mandado ao seu carcere, sendoJhe primeiro lida esta sessao que
por elle ouvida c entendida JisbC estava escripta na verdae, e assignou com o dito Senhor
Inquizidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi. digo, escripta na verdade, e que nella se
aínrmava, ratifkava, e a tornava a dizer de novo sendo necessario, e que nella nao tinha
que acrescentar, diminuir, mudar ou emendar, enm de novo que dizer ao costume, sob
cargo do mesmo juramento que outra vez lhe fol dado. Ao que estiverao presentes por
nonestas, religiosas pessoas que tudo virao e ouvirao, e prometterao dizer verdade no que
lossem perguntados sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos os Lecenciados Ate-
xancre Henrique Arnaut, e Francisco de Souza, Notarios desta Inquizi^ao, que ex causa
assitirao a esta retifica^ao, e assignarao com o Reo e com o dito Senhor Inquizidor, Manoel
nfionso RebeUo o escrevi.

E hido o Reo para o seu carcere forao perguntados os ditos Lecenciados se lhes par®e
que talaya verdade e merecía crédito, e por elles foy dito que lhes parecía falava verdad*
J # ^ "* f V V U V J IV JT U iV U U V U IV O V V A I* W w "

RebeUcTo escrevi* tornarao a assi8nar com o dito Senhor Inquisidor. Manoel Affonso
Fran' Mendo Trieoso

N.L. (Inquisiíao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 58-85).

370
APENDICE N* 42 G
Examen de las Confesiones en el Tribunal y en d Consejo General.
Lisboa, 2 abril 1743.
Foram vistos 2a vez na meza do Santo Off° desta Inqzm de Ljc* os tésalos do som*
junto contra Alexandre Jaques Moton, lavrador de diamantes nal da dd* de París Reyno
de Franga e mor nesta cid® Réo prezo em custodia nos carceres desta mesma Inquizigao por
assento do Cons° Gal de 5 de Margo proximo passado p* delles ser examinado, e as res-
postas que deu as preguntas q lhe foram feytas. E pareceu a todos os votos q visto o R.
confessar q era Frae Massons da congregagao do Rn° de Franga e q fore solenem.te asseyto
por Aprendiz, Official e Mestre em hua das Logeas da Corte de Parii deputadas p* os
ajuntamtos e Assembleas della, pello Mestre da mesma chamado Leberson, e q neste Rn*
se incorporara na congregagao dos Pedreyros Livres q nella instituio e fundou Monsieur
Custo a imitagao da Franceza, em cuyo Rn° servio de Mestre de Logea, e asistira por
repetida- vezes aos ajuntamtos q em diversas cazas desta Corte fizerao os Fra Massons
congregados pello d° Custo como Mestre e cabega q era delles, occupando nelles o posto
de segundo servilhan: aggois todas directamt* opostas ao q manda o S. Papa Clemente 12
na Bulla que comega —In eminenti Apostoiatus Specula— a qual foy publicada nesta Corte
aos 28 do mez de 7br° de 1738 por ordem de S. Ema e nella expressam^ prohibidas, Sem
emb° da nao rezultar dos exames q se lhe fizerao nem das confissois dos socios preaos e
aprezdos nesta Inqzm vestigio algu de se seguir e praticar ñas assembleas desta Corte erros
contrarios as verdes da fé e bons costes dos Cathos nao havi aigumt* de nelles os nao
havia. E das rezois q o R. allega pa se eximir da culpa q confissou e de q estaba indiciado
pella prova da justiga erao as culpas bastantes p* o R. por ellas ser levado do carcere
da custodia em q está prezo p“ os carceres secretos sem soquestro de bons pa delles ser
processado na forma do regim° pa cujo effeyto se passem as ordems neressas Mas q antes
de se executar este assento seja com os proprios autos levado ao Gons° gal por lhe ser
effecto. Lxa em Meza 2 de abril d 1745.
Simao José Mel Varejao Fran® Mendo Trigoso
Silv° Lobo e Tavora
De mandado dos Sres do Cons° geral lhes fiz estes autos concillaos em 2 de Abril de
1745. Jacome Esteves Nogueira o escrevi.
C. L.
Forao vistos na Meza do Cons° geral, em prezga de S. Ema os testemunhos do sumario
Alexandre Jaques Motton, Lavrador de Diamantes, nal da cidade de Pariz Reino de Franga,
e mor nesta cidade de Lxa, Réo prezo em custodia nos carceres desta Inquisigao por assento
do mesmo Cons° de 5 de Margo proximo passado, p° delles ser examinado, e as respostas
q deu as perguntas que lhe forao feitas. E assentou~se que hé bem julgado pelos Inqres em
determinarem q elles seja prezo nos carceres secretos da mesma Inquisigao, e defles procés-
sado na forma do regimt® e Breve de S. Santidade: Mandao que assi se cumpra. Lx* 2 de
Abril de 1745.
Rodrigo de Santos Antonio Ferrr* Alves
Nuno da Silva Telles Joao Alves Soares
Ant° Ribeiro de Abreu
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 86-89).

APENDICE N.° 42 H

Examen 1.• (Genealogía).


Lisboa, 6 Mayo 1743.
Aos seis dias do mez de Mayo de mil sete centos e quarenta e tres annos em Lisboa
nos Estaos, e casa do despacho da Santa Inquizigao, estando ahi na audiencia de manhaa
o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante si a Alexandre Jaques
Motton, Réo prezo conteudo neste* autos. E sendo presente lhe fol dado o juramento dos
dantos Evangelhos em que pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade
e ter segredo, o que tudo protnetco cumprir.

371
Perguntado se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado, e as quer
acabar de contessar, e a verdadeira tent ao que teve em as cometter, por ser o que lhe
convem para descargo de sua conciencia, salvado de sua alma, e bom despacho de sua cauza?
Disse aue sim cuidara e que nao tinha mais culpas que confessar, nem üvera outra
ten?ao mais que a que tem declarado pelo que lhe forao feitas as perguntas seguinte* de

SUii Que 6 el?c *coino^ di to tem se chama Alexandre Jaques Motton, x velho, Lavrador de
diamantes, natural da Corte, Cidade de Pariz, Rey no de Franca, e morador nesta cidade
4^ Lisboa de trinta e nove unnos de idade.
E que seus Pays sao ja falecidos, e se chamavao Reneikarlle Motton, Mercador de Vinhos,
e Genevieva Sinav, naturaes da dita cidade de Pariz, e moradores no Burgo chamado Fon-
teblon quatorze íegoas da mesma cidade, aonde falecerao.
E que elle nao sabe como se chamarao seus avós paternos, mas sim que elle teve o
appelido de Motton, e era alíayate de El Rey, e naturaes ambos, segundo lhe parece, da
cidade de Pariz.
E que tambem nao tem noticia dos nomos de seus avós maternos, e tem para si que
forao naturaes da mesma cidade.
E que elle he christao baptisado, e o foy na Paroquial Igreja de Sao Bertholameu
da dirá cidade pelo Paroco da mesma que entao era a que nao sabe o nome, e foy seu
padrinho Martim Boron, e madnnha huma mulher chamado de appelido Noazeth, e nao
lhe sabe o proprio nomes.
E que elle he crismado e o foy na Paroquial Igreja de Sao Luiz de Fonteblon pelo
Arcebispo de Sens, e nao sabe quem foy seu padrinho.
E que elle tanto que chegou nos annos de juizo e discri^ao hia ás Igrejas, e nellas
uuvia Missa e pregado, e se confessava, e comunyava, e fazia as mais obras de christao.
E sendo logo mandado por de joelhos se persignou, e benzeu, e disse a doutrina christao,
a saber: o Padre Nosso, Ave Maria, Salve Rainha, creyó em Déos, em lingoa latina, e por­
que nao sabia os mandamentos da ley de Déos, e da Santa Madre Igreja, senao em Francez,
os verseo na lingoa portugueza, declarando bem a sustancia de cada hum dos preceitos.
E que elle nao aprendeo sciencia alguma mais que 1er e escrever, e nao recebeo ordens
alguna i
.

E que elle assitio sempre no Reyno de Franca, na referida cidade de Paris e burgo de
F^meblon, e de passagem esteve em muitas povoa^oes do dito Reyno, e delle veyo cm
direirara para esta Corte havera sete annos aonde tem assitido, e em todas as referidas
térras falava com todo o genero de pessoas.
E que elle nunca foy apresentado, nem prezo no Santo Officio, senao agora e de seus
Parentes nao sabe que algu o fosse.
Perguntado, se sabe ou suspeita a cauza de sua prizao?
Disse, que elle suspeita estar prezo pelas culpas que tem confessado.
Foi lhe dito, que elle está prezo por culpas cu jo conhecimento ao Santo Officio. E lhe
íaztm a saber. que desta Meza se nao mandar prender pessoa alguma sem preceder bas­
tante irjíorma<;ao de as ha ver comettido, e que esta mesma houve para elle Réo o ser nos
carceres em que se acha, pelo quo de novo admoestao com muita caridade da parte de Chris-
to senhor Nosso acabe de confessar todas as suas culpas e a verdadeira ten^ao que teve
em comettelas, por ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia, salva^ao de su
alma, e se poder uzar com elle da Mizericordia que a Santa Madre Igreja costuma conceder
aos bons e verdadeiros confitentes. E por tornar a dizer que nao tinha mais culpas que
confessar. nem tivera outra ten^ao mais que a que tem declarado foy outra vez admoestado
em .o rma e mandado ao seu carcere, sendo lhe primeiro lida esta sessao, que por elle ouvidfi
e entendida disse que estava escripta na verdade, e assignou com o dito Senhor Inquizidor.
Manod Affonso Rebello o escrevi.
Franc Mendo Trigoso Alexandre Jacques Mouton
A.N.L. (Inquisi<^ao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 90-94).

APENDICE N.° 4 2 1
Examen 2 .ü (In genere).
Lisboa, 8 Mayo 1743.
ám d j de ,Mayo de centos e quarenta e tres annos em
Senhor Tn C C^Za t? da Santa Inquizigao estando ahi na audienda de tard*
oenhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir petante si a Alexandre

372
Motton Réo prezo contcudo nestes autos. E sendo presente lhe fol dado o juramento dos
Santos Evangelhos, em aue pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade
e ter segredo, o que tudo prometteo cumprir.
Perguntado, se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado, e as quer
acabar de confessar, e a verdadeira tencao com que cometteo es que tem confesado, por
ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia, salvado dé sua alma, e bom des­
pacho de sua cauza?
Disse, que sim cuidara, e que nao tinha mais culpas que confessar, nem rivera outra
tencao mais que a que tem declarado.
Perguntado, se está lembrado das muytas admoestagoes que se lhe tem feito para que
descubra nesta Meza toda a verdade de suas culpas, e de se lhe mostrar a obrigagao que tem
de assim o fazer? E se se acha com animo deliberado de dizer toda a verdade?
Disse, que bem lembrado está do que se lhe tem dito nesta Meza, e que nella tem
declarado tudo o de que se lembrava na materia que lhe perguntavao, e que com animo
está de dizer toda a verdade. sobre o por que for inquirido.
Perguntado, Qual hé o verdadeiro interesse que tem os Franc massons em o serem,
e que conveniencia tirao desta sociedade que procurao i sua propria custa?
Disse, que elle nao sabe que na sociedade desta Corte houvesse outra conveniencia para
os socios mais que o devertirem se, passarem o tempo alegremente, comerem e beberem
muyto bem á custa dos que se aceitavao para ella; porem na sociedade de Inglaterra ouvio
dizer em Franca que alem das referidas conveniencias, havia tamben a de ajudarem áquelles
socios que tinhao necessidade, o que se fazia do deposito geral, que estaba na mao do
Thezoureiro.
Perguntado, Quaes sao os verdadeiros segredos desta confratemidade que se oocultao
debaxo dos Santos Evangelhos e qual hé a verdadeira materia sobre que cahe o invidavd
juramento de segredo que se recebe?
Disse, que elle nao sabe que na comunidade dos Pedreiros Livres haja segredo ma»
que nos signaes por onde se distinguen) e conhecem huns aos outros na forma que já
tem declarado, nem tem noticia que o juramento que tomao cava sobre outra materia.
Perguntado, Qual hé o verdadeiro fim para que se instituhio esta congregagao, e que se
procura alcanzar por meyo della, e aonde se encaminha?
Disse, que elle nunca percebeo que esta sociedade se encaxninhasse a outro fim mais
que o ajudarem se os socios huns aos outros ñas Térras aonde se achavem e se conbecessem,
o que nao succederia tao fácilmente se fossem estranhos. e nao socios da dita congregagao.
Perguntado, Que negocios vio resolver ñas Assembleas a que assistio? que materias vio
tratar? que pontos vio decidir que acgoes vio pratkar, em que nao sámente se affendesse,
e fosse prejudiciada a República espiritual, mas tambem a Temporal?
Disse, que elle nao vio nom ouvio tratar, rezolver. decidir, nem obrar em todas as
Assembleas a que foy, assim neste Revno, como no de Franga, couza alguma que offen-
desse, nem á Religiao Catholica, nem á alguma outra, antes he prohibido pelos Estatutos
desta congregado disputar em materias de Religiao, por evitar corneadas* e em materias
de governo político.
Perguntado, Qual hé a razao porque elle desprezando tantos saudaveis e patemaes con-
selhos e nao podendo ignorar a obrigagao que tem como verdadeiro catholico, que pro­
testa ser, guarda mais lealdade a huma seita falsa que á nossa verdadeira Fé, e hé mais
fiel a hum juramento injusto que recebeo, que a tantos juramentos legítimos que tem
tomado nesta Meza para dizer a verdade, e que cousa o cega, e obliga a estimar mais
ser legitimo francmasson, que verdadeiro Catholico, e a escolher antes os rigores da Justina
que o ameagao, que aproveitar se da Mizericordia que se lhe tem promettido?
Disse, que olle hé, e sempre se prezou muyto de ser verdadeiro Catholico, e que nao
tem descuberto mais segredos dos Francmasons porque os ignora, e nao por querer guardar
o juramento que tomou quando foy recebido. E que por esta razao espera que esta Meza
o trate com Mizericordia, e o nao castigue por huma couza que fez sem saber que obrava
mal pela prohibio a Santa Sé Apostólica.
Foy lhe dito que elle tem sido por muitas vezes admoestado nesta Meza quizesse acabar
de confessar as suas culpas e que elle uzando de meu conselho athé agora o nao tem feito,
por nao estar dellas verdadeiramente arependido, porquanto sendo certo como tem confes­
sado, que elle hé socio da congregagao dos Pedreiros Livres, Seita condemnada pela Sé
Apostólica como suspeita de herezia, e tambem os seus congressos, Assembleas, a que elle
assitio repetidas vezes, assim nesta Corte como na de Pariz, nao tem confessado toda a
verdade nem a verdadeira tengao com que cometteo as culpas que tem confessado, a qual
conforme a direito se prezume ser por sentir mal de Nossa Santa Fé Catholica. E porque
que lhe convem para descargo da sua conciencia hé confessar toda a verdade, da paite

373
1 vt C n udmoestao abra os olhos da alma, c pondo de parte 01
dc Nosso Senhor Ghmto o a d inteirt e vcrdadeira d o suai culpa, de-
respcitos que o impede , V COmcttco as que tem confcssado, pois assim me con-
ívem^paraasaiva^ao ac d"8u- cauj*: Ep°r^ “j» 3 ¡
tessar nera tivera outra ten^ao mais que a que tem declarado,
foy cm forma e mandado ao scu carcere, sendo lhe primeiro Uda esta
sessao^ aue por elle ouvida c entendida disse estava escripta na verdade, e assignou com
o dito SenhS Inquizidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi.
Franc° Mendo Trigoso ^ ^ JaCqU“ M ° WOn
A.N l . (Inquiskao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 95-100).

APENDICE N.° 42 J

Examen Vo (In Specie).


Lisboa, 10 Mayo 1743.
Aos áez dias do me/ dc Mayo de mil sete centos e quarenta e tres annos em Lisboa
nos E<taos e caza do despacho da Santa Inquizido estando ahi na audiencia de manhaa o
Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante si a Alexandre Jaques
Motton Reo prezo conteudo nestes autos. E sendo prezente lhe foy dado o juramento dos
Santos Evangelhos em que pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade
c ter segredo o que tudo prometteo cumprir.
Perfumado: se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado e as quer
acabar de confessar por ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia, salvado
de su alma e bom despacho de sua cauza?
Disse: que sim cuidara, e que nao tinha mais culpas algumas que confessar, nem tivera
outra ten^ao mais que a que tem declarado.
Foy lhe dito, que nesta Meza ha informado, e assim consta do que elle Réo tem con-
fessado. que elle era Francmasón, e fora recebido na congregado dos Pedreiros Livres da
Franca, nao só por aprendiz e companhon, mas tambem por mestre, e que vinho para esta
Corte asistira a varias Assembleas que nella se fizerao, declarando se com outros Francma­
són s por socio da dita congregado que hé a propria que condemnou o Santo Pontífice Cié­
rneme duodécimo como suspeita de heresia, por nella e seus ajuntamentos e Asssembleas se
praiícarem e seguirem erros muito prejuidiciaes a verdadeira doutrina da Santa Madre
Igreja e tranquilidade publica. E sendo com grande caridade admoestado quizesse con­
fessar nesta Meza inteiramente az suas culpas, declarando toda a verdade do que se
passava nos ajuntamentos a que foy nesta e na Corte de Pariz, o verdadeiro fim para que
foy instituida esta congregado e as conveniencias que nella achao os congregados, e aquellas
materias sobre que cahe tao apertado juramento, pois nao podem ser somente as que tem
declarado, por quanto nem ellas per si sos sao materias de segredo, e ainda dado que o
fossem nao se faz crivel que huma congregado houvesse de inventar hum segredo tao
grave sobre huma materia tao leve, nem que houvesse quem quizesse sogeitar se a casti-
gou tao atrozes por hua culpa em si levissima, a qual nao só nao era prejudicial ao com-
mun da congregado, mas antes lhe era útil para desvanecer a suspeita que trazem con­
sigo es ajuntamentos secretos, senao outras materias que elle nao pode ignorar, por set
da classe dos Mestre e huma das principaes caberas da congregado desta cidade, as quaes
nao quer descobrir por querer antes ser observante das injustas leys de huma seita con-
demnada, que legitimo e verdadero Catholico. E lhe fazem a saber que esta hé a ultima
admoestado que em razao das ditas culpas, e verdadeira ten d o com que as cometteo,
4 3 aimes Libello da Justina que por ellas o pertende accuzar. E porque íh*
sera rnelhor e alcanzará mais mizericordia se as acabar de confessar antes que depois de
w ° ^ n? ^íbello, de novo o admoestao com muita caridade da parte de Christo
ñor Nosso acabe de confessar todas as suas culpas e a verdadeira ten^ao que teve
comettrias^por ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia salvad? de sua
* m , sPac^K> dr sua cauza, e se poder uzar com elle da mizericordia que a
r C costuma conceder aos bons e verdadeiro* confitentes. E por tornar a
.qu.c n?° t,n"a ma*s culpas que confessar, nom tivera outra ten$ao mais que a que
trvr ^ , arA yÜÍ™*7' admoestado em forma e mandado ao seu catcere e ao^Pr^»®'
j ii ^>snto Officio que venha com seu libello criminal accuzatorio contra elle
,h* Pf,n^ w l'da esta sessao que por elle ouvida e entendida disse que tfW *
^74
escripia na verdade e aaignou com o dito Senhor Inquizidor. Manoel Affonso Rebello o
escrevi. ,
Franc" Mendo Trigoso.
Alexandre Jacques Mouton
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa, Processo n. 257¿ols. 101-104).

APENDICE N* 42 K
Sumario de Cargos.
Lisboa, 10 Mayo 1743.
M°6 I11*s Snr4*
Dis a Just* A contra Alcx* Jaques Mouton, Lavrador de Diamantes, n*l da
Cid* de París, no Reyno de Franca, e mr nesta de Le*, R. Preso nos car­
ceres desta Inq*m pelo crime contenudo oeste processo.
E re cumprir.
P. q sendo o R. christao baptisado, e como tal obrigado a ter, e crer todo o q tem,
eré, ensina a Sta. M* Igl* de Roma, conformando se em tudo oom sua douctrína, e oom
ouso de viver dos bons e fiéis Cat°s nao hindo a asembleas e ajuntamtos suspáeocaa de
herezia e reprovado pela Sé Apostólica, elle R. o fez pelo contrario, e de certo tempo a
esta parte esquecido de sua obrig*m com pouco temor de Ds e da Just*, e em «uve
e prejuizo de sua alma se fez socio da congregagao dos Franc Massons, ou f a a w i l i ­
vres tomando o juramt° e fazendo as mais solemnid*s de q uzao os q nella ae alistao,
hindo asestir ás suas asembleas, e declarando se por tal com os man congregados deOas.
P. q tanto hé verd* o sobred* q o mesmo R. tem confeasado nesta Mesa q de certo
tempo a esta parte se fizera Franc Masson ou Pedreiro Livre, e q p* asim o conseguir
precedendo todas as solemnides q se pratkao com aquelles o se alistao na d* congregagao,
tomara o juramt° dos St°s Evang de nao revellar couza alguma pertencente a día com tao
inviolavel segrredo q se sugeitava a lhe cortaran a cabera se o nao guardaste, e q fon
asestir das suas asembleas, nellas se declarava por tal com os mais socios ddla; porem
q fizera tudo o referido parecendo lhe q nisso nao obrava couza alguma contra N. St* Fé
Cat*, aql“ confissao com o mais q della rezulta aceita a Just* a seu favor empt* faz contn
elle Réo.
P. q o T, nao tem feito inteira e verdad* confisao de suas culpas, nem satiafatoria,
antes mtu deminuta, simulada, e fingida, porq nao declara o fim verdad* p* q foi insbtuhida
a congregado do Franc Massons ou Pedreiros Livres, inoobrindo as prinápaes conve­
niencias e materias q praticarao ñas suas asembleas, e sobre q cae tao apenado juramt*,
e a verdad* tengao q teve em cometer as q tem eonfessado, prwaimmdo se conforme a di-
reito. q elle R. obrava tudo o referido por sentir oial de N. St* Fé Cat*.
P. q sendo o R. por mt*s vezes e com mt* carid* admoestado nesta Mea da parte de
xst° Snr. N. q p* descargo de sua cons*, salvacao de sua alma, e bom desp* de sua cora,
quizesse acabar de confessar as suas culpas e dizer toda a verdade deOas, dedarando tudo
q se passou em todos os ajuntam°s e asembleas a q asestio dos Franc Massons ou Peáreim
Livres, o verdad* fim p* q foi instiuhida a d* congregagao; e sobre q cae tao apertado
juramt'’; e a verdad* ten?ao q teve em cometer as q tem confessado; elle R. usando de mao
cons” o nao quiz fazer, pelo q nao merece q se use de misericordia alguma com eDe, otas
de todo rigor da Just*.
P recebimt”, e provado o necess" R. Alex' Jaques Mouton seja castigado com as ma­
yores e mais graves penas de direito, q por suas culpas merece feito em tudo int* cumpnmt*
de Just* omni meliori modo vía, et forma juris.
Cum expensis.
E lido como dito hé o dito Libello sendo pelo Réo Alexandre Jaques Motan ouvido
e entendido, logo pelos Senhores foy dito que o rccebiao si et in quantum, e que o Réo
iu con,cst,,ssc Pela materia que lhe parecesse, e para fa&er «om verdade e ter segredo
lhe fon dado o juramento dos Santos Evangelhos em que pós a mao sob cargo do qual lhe
foy mandado que assim o fizesse, o que tudo prometeo cumprir.
Perguntado, se hé verdade o que se dis no dito Libello e em cada hum dos artigo*
delle?
Rísse’ ^ue enguanto a primevra parte do primeyro e ultimo artigos em <we se dis per
elle Réo christao baptisado. e que fon por muytas vean admoestado nesta Mesa quisesae
¡nabar de confessar suas culpas c a veraadein ten$ao que tevt em cometer as que tem

375
confiado, P«M na verdade. c qu, o mai. do dito I ¡bello corneal. pela materia de , u«
CO° f c n t a d o «r <em defeza com que vir. c para • formar quer eatar com Procurador?
S I S q ^ ’aí* tinha def«a com que v.r nem para que e.tar com procurador, o que
visto ceío» ditos Senhores Inquiaidores o lanserao e houverao por lanado da com oue
S e r a v f r ¿L u c h ad o « R¿> ou«rave* em forma foy mandado a seu carcere, sendo lhe
^ w ¡ r * lilu « ta « w w ont* por elle envida e entendida disse que estiva senpto na ver-
Inquisidores. Franjeo de Souza o escrevi
Franc- Mendo Trigo.* Mm V.rejao e Tavora
Alexandre Jacques Mouton
A N I. (InquÍMvao. Lisboa. Proceso n. 257, fol*. 105-108).

APENDICE N * 42 L

('.ilación para la pmeb* de Justicia.


I.inkhí. 20 Agosto 174V
Ao» vmu dia* do mes de Agosto de mil c «rttecento* e quarenta annos em Liiboa noi
Kitao* c c»/.a do despacho da Santa Inquisigao citando ahv em audiencia de manhaa, oí
SenKorri Inquisidores mandarao vir perante *y a Alexandre Jaquel Monton Réo prezo
ooniciilo n cM o auto*, c sendo presente lhe foi dito que elle era chamado e citado p*
v lho dar * copia da prova da ju.stM que ha contra elle Réo, para por ella formar interro-
gau.ruis j*U«w quais «ja repetida a dita prova, que veja se quer eitar com procurador
p* o tiiro effeito, E por elle foi dito que havia por repetida a d* prova, e qua nao tinha
p* que estar com procurador O que visto pl*i Snr's o lamarao e ouvirao por lamado da
d* repett^ao de que fu ente termo <le md” do» d"s Senhores com qm asignou lendo lhe
prinwyn» lido e por clic ouvido e entendido. Manoel da Silva Diniz o eicrevi.
Franc* Mendo Simao Joié M*1 Varejao
T•¡goso Sylv* Lobo e Tavora
Alexandre Jacques Mouton
A N L. (Inquisigao. Lisboa. Proceso n. 257 ,fol. 109).

APENDICE N* 42 LL
Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la publicación.
Lisboa. 23 Octubre 1743.
Ac« vime c tm de Outubro <le mil e lette centos e quarenta e trei annoi em Liiboa
■w» Lsiam r caza do despacho da Santa Inquizigao, estando ahy em audiencia de manhu
os Senhores Inquisidores, pareseu o Promotor fiscal do Santo officio, e por elle fol dito
que e*tc processo ettava em termos de se fazer publica^ao da ptova da justi^a ao Réo
Ale«an<lr<- Jaquei Moutton, pl* que requería a elles ditos Senhores o mandaiiem vir *
Meza para o dito effeito, c visto pelos dittos Senhores seu requerimento para haverem de
lhe deferir mandarao se lhe tomasse por termo, ao que foi latiireito, Manoel da Silva Diniz
o escrevi
A.NL. (Inquisigao. Lisboa. Proceso n. 257, fol. 110).

APENDICE N* 42 M
Amonestación antes de la Publicación.
Lisboa, 2 } Octubre 174).
Ao* vmte e tres dias do mes de Outubro de mil t settecentoa e quarenta e tres annos
em Lisboa nos Lstans e caza do despacho da Santa Jnquiskao estando ahy em audienci«
° ' °* Senhores Inquisidores mandarao vir perante ay a Alexand»
ÍÜÜ \ i prcto wmteudo nestes autos, e sendo prexente lhe foi dito qu* elle
'71 ' ***. T'111*1 vestw admoestado nesta Meza quizasse acabar de confemr as W f
A* mía i ten<- <»u< «v< ern cometer as que tem confessado o que elle
thí "°ra ° n#° qui* fazem a saber que o Promotor M
> quer ion instancias se lhe fassa publívao da prova 3 a Justina que tem contra
376
•y, e porque lhe fari mejhor te asim o ffaer antea fue depois de the aer lida, de novo
admoe*tao com multa caridade da parte de Christo Senhor Nomo acabe de w n fa ig as
•uai culpas e a verdadeira tendeo que teve cm cometer as que já tem confeasado por m
o que lhe comvem para descargo de sua conciencia saiva^ao de aua afana, e bom despecha
de sua cauza. C por dizer que nao tinha mais culpas que confessar nem tivera outra cernee
mai* que a que já tem declarado foi mandado levantar em pé, e chamado a Meta o Pro­
motor, e logo lhe foi lida a dita publicecao, e hé a que aodiante te segue. Manod da Silva
Diniz o escrevi.
A.N.L. (Inquiwcao. Lisboa. Proceso n. 297, fol». 110 -111 ).

APENDICE N • 42 N
Publicación dc la Prueba de Justicia.
Lisboa, 23 Octubre 1743.
Publicado da prova da Just‘ A. que ha nesta loquizicao de Lx* contra Alexandre
Jaques Motton, Lavrador de diamante*, n*l da cid* de Parts em Franca, e m*r nesta de
Lx* Réo prezo contheudo neste processo.
].* tt*. Henrique Machado de Moura. 6. 8bro 1742.
Hua tts da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de direito, diz
saber pela rezao que dá que o R. Aiex* Jaques Motton hovera mais de hum anao ae ecfcou
cm hua e mais congregare*, ajuntamentos, ou Aascmbkes chamadas dos frene Masaos»,
ou Pedr°s Livres, que faziao de dia e de noite em diferentes lufares, fardando ea portea
c janellas e accendendo vellas p* se alumiarem, fazendo os que de novo entra» e ae atistao
na d* congregado Profistao solemne com certas ceremonias, e inviofavd segredo: e eo
coítume disse nada.
2.* Cornelío Lervitte. 11 Fr* 1745.
Outra tt* da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forme de din* dis
«abe pela rezao que dá, que o R. Alexandre Jeques Motton hé Innao da Congrega^» in­
titulada dos Franc Massons ou Pedreiros Livre*, a que foi recebédo em Franca, e nesta
cidade tem assistido a alguns ajuntam*s que fas» com grande cautela, e com certas ce­
remonias, stipulando hum inviolavel segredo; e so custume disse nada.
3.’ Joao Liott. 15 Fr* 1745.
Outra tt* da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de dueño dis
sabe pela rezro que dá que o R. Alexandre Jacques Motton hé hum dos da cnogregafao
intitulada dos Franc Massons, ou Pedreiros Livres, cujos Irmeos faaem nefia Proétssao com
certas ceremonias, e seus resguardos, pratkando hum segredo tao inviolavel que só por
hum impossivel se revelará: e ao custume disse nada.
4.* Pedro Bersan. 14 Fr* 1745.
Outra tt'da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de dirt* dis sabe
pela rezao que dá, que o R. Alexandre Jaques Motton hé Ixmeo da cosy egeceo chamada
dos Franc Massons ou Pedreiros Livre* cujos Irmaos fazem nella sua Pranaseo coahecendo
se depois entre sf por certo* signaes que com maoa e oRkm fazem aem serem percebidas
pellos que nao sao da d* congregado, em cuja entrada lhes tepeo oa oihot, tirao o cape-
dim e rivellas, e fazem outras mais ceremonias, guardando sobre tudo hutn ¡nviolavd se-
«redo cm tudo o q se passa nos seus ajuntemento, e nos pontos, materia, e fim da d* con­
gregaba»: e ao eostume disse nada.
Franc* Mendo
Trigoso
M*l Varejao
«* Tavora
K lida como dito hé a dita puhlicacao, sendo pelo Réo Alexandre Jeques Motton ou-
vitla c entendida logo pelos Sennorea Inquisidores lhe foy dado o juramento dos Santos
F-vanaelho* em que pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado diser verdade e ter
«egredo o que tudo prometteo cumplir.
Perguntado, se hé verdade o que ae dia ne dite publicapao? ___ t
Disse, que emquento se conforme com a materia de sue confiasen pene ne verdade.
Perguntado, se tem contraditas com que vir, e pera as formar quer eeter com procu-
i*dor?
T W míe nao tinha contraditas com que vir, nem par* que estar com procurador
O q iT r is w píl« ditos Senhores Inquisidores o lan^arao e houyerao por lanado dt,
conSditas L qTc pudera vir. E admoestado o Réo outravez em forma ^ mandado ac
scu carcerc sendo lhe pritneiro lida esta sessao, que por elle ouvida e entenada diue
S u v a e in p ta na verdade e assignou com o dito Senhor Inquizidor. Manoel Affonso Re
b d c ° t StxTVÍ‘^ M*1 Varejao e Tavora
T r^ o A l a d r e J.c q u o Mouton
De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo concluso afinal em 11 de
Dezembro de 1745. Francisco de Souza o «crevL .
Assite ao despacho deste processo pelo Ordinario de sua comissao que anda no qua-
derno das mesma a que me reporto o Senhor Inquizidor mais antigo. Francisco de Souza

A.N.L. {Inquisid 0 Lisboa. Processo n. 257, fols. 112-115).

APENDICE N.w 42 O

Decisión Inquisitorial.
Lisboa, 17 Diciembre 1743-
Forao vistos na Meza do Santo Off° da Inqzm de Lx* aos 17 de Dezembro de 1745
estes autos culpas e confissois de Alexandre Jaques Moton, O ffi de lapidario e lavrador
dc diamantes n*l da cidade de París Rn° de Franca e m°r nesta cid® Réo prezo nelles con-
theudo E pareceu a todos os votos q elle estava legitimamt® convicto no crime de ser
Frac masson. visto confessar q assitindo em Franca fora aceyto na congregado dos Pedrey-
ros livres daquelle Reyno com a solenidade e cerimonias costumadas, e q depois subirá
aos graos de compamhao e de Mestre em assambleas q se fizerao na cidade de Paris e Loge
de q era Mestre em assambleas q se fizerao na cidade de Paris e Loge de q era Mestre
Monsieur Lamberson, e q mudando de domicilio p* esta Corte se declarava nella por
Francmasson com Monsieur Custo e a rogo do mesmo se incorporava na congregado dos
Pedrevros Livres q elle fez nesta Cid®, e q entrava em varios ajuntamt°s q houvera ndla
cir cazas p' isto eleytas aonde forao admittidas varias pessoas q pertendirao esta sociedade
observadas as mesmas cerimonias que vio praticar em Frand» e q nesta confraternidad®
de q o d" Custo se fez cabera exerritava elle R. o cargo de segundo servilham a thé a sua
pnzao, como o que concorda a informado da Justa. E pareceu mais a todos votos menos aos
Dep's Fr Dr do St° Thomas, Manoel de Almeyda de Carv° e Fr Sebastiao Pr* de Castro q
visto o crime estar legitimamr provado e rezultar delle susp“ de heresia e o R. negar a tend°
heretica com q o cometteu devia antes de outro desp° ser posto ao Torm°. E ao Inqz°r
Fran° Mrndo Trigoso pareceu q levasse nelle hum trato esperto visto q a susp* de herezia
q deste crime rezulta hé tao grave q o S. Px* Clemt* 12 a declara na sua Bula por vehe­
mente, e hum trato esperto hé o menor grao de torm° grave q corresponde a abjurado de
vehemente, conforme a pratica do Santo Off° sempre observada, porq ainda q alguas vezes
>e tenha posto no St° Off* abjurado de vehemente depois de tormt° leve isto succeda
qd° no Reo se nao pode executar torm° algu, ou qd° afinal se observou q o tormt° arbitra­
do nao foy correspondente a gravid® da susp*, e que a abjurado de leve q se lhe devie
seguir conforme a pratica nao era bastante p* toda a suspeyta ou em outros casos similhan-
tes, porq entao p* q a justid nao ficasse leza es devem julgar os indicios ou pella abjur
rado de veh* qd° os indicios q rezultao sao bastantes p* ella, ou por algu outro modo
daquelles co q se terminao os processos no St° Off°. E isto nao poder ter lugar no cazo
prezr com q se ve c conhece claramente q a suspeyta deste crime hé de qualid* q o Pon­
tífice >e define vehemente, e nelle se debe praticar a q dizem os D.D. q o grao do torm*
deve corresponder a susp* q delle rezulta, e sao graves qd° a suspeyta o hé ao que se nao
arasta a nossa pratica. E p* nao levar o R. torm* algu nada faz a paridade do q se pratica
no* crimes de solicitado e Bigamia porq a diversa rezao hé tao cheia q parece s u p e r f l u o
rererilia, e ñas Bullas q declarao estes crimes susp°s dc herezia se nao exprima a qualíd*
da susp" rezao porq fica ao arbr° dos Juizes e qd* ha differente estillo ñas InqzfcoU dai
Hespanhas daquelle que se observa ñas de Italia tomo se declara na referida italla, ter
rno9^an¡ Q ¿ao ha lugar se n¿o p* a executar como expressemt® manda o S. Pontífice CI*
mente 12. E aos Inq«*s Simao José Silvi* Lobo e Manoel Varejao e Tavora, e Dp#» Jo*
n ¡ü# d Í T í 080 fachado De?a e Felipe de Abranches Cattello Braoco pareceu
? ” ?*? som* atado pcrfcytamt0 porq attendendo ao facto q ae acha provado <
P uncao q della rezulta assez purgado fica com o d* grao de torm* e abjurado oe vehwrt

378
q pello Breve Ponteficío lhe compete: Ñero se pode esperar mfcr fructo detta execugoo
poi9 se olharmos p* a verosimilid* e sinserid* de suas confiaseis bem te mostra q oeste
Rn° se nao praticava ñas d*s congrega^** couzaa mayores das q se ¿chao declaradas em
seus Processo, o q seria por se cortar esta scyta mt* no seu principio e a tempo q aínda
nao tinha tomado aquelle vigor q nos outros Reynot. E nao pode encontrar e of e nder eata
rezolugao o dízesse q estes Réosse achao julgados no Breve por susp*s de vehemente, e
q a estes se lhe eos turna regularmt* pór tortura juave? porq se responde q o grado do
torm° conforme a dirt" e doutrina de todos os D.D. sempre he arbitrario aos Juízes, e
ainda que a abjuragao haja de ser de veh* bem se lhe pode pór tortura leve como se tem
praticado repetidissimas vezes ñas Inqzigois e assim o atesta o Sr Franc* Cameyro nos seos
comintarias ao nos so Regim° 16" 2 N* 14, n.° 10 c o corresponder torm° grave e abjurac*o
de vehemet*’ se contende som* nos casos de Judaismo por que no prest* e outros súmlhan
tes como a Bigamia e outros mais ainda q por alguas circunstancias agravantes se lhe ponha
a adjurado do vehemente e tortura, nunca esta chega a ser grave.
Taobem q o Papa declarou este Réos suspt°s de vehemente segundo o estillo das lo-
quizicois de Italia com q se nao pratica a abjuragao de leve, poís se rqgulaashnot este (acto
somte pellas doutrinas do nosso Regim° e praticas dos nosso Tribuna», nao excederíamos
de hua suspeyta leve, assim como succede co os Bigamos e solicitantes q taobem com Roma
adjuiao de vehem”. E nestes termos seguindo nos a estilo de Italia emgt* a abjuraban o de-
vemos taobem seguir emqt* ao grao de torm° q nao excede cm cazos simifiiantes ao q
assima fica ponderado. E somt* se lhe poem alguna tortura pro dianda ventate et ape-
rienda intentione: por ser doutr' comua, q a suspeyta de vehem* se nao purga toda pella
abjurado, porem se deve regular e arbitrar sempre com tel moderacao e cautrifau q por
ella se nao purgue de todo a suspeyta como bem daram* nos ad verte o notso Reg. 16*
2° 11° 15 15 in fine; e a todos os votos pareceu q o torm* em que vocarao ae díaae p o
dendo o Réo sofrir ao juizo do Medico e Cirurgiao e arbi* dos Inquisidores, e q depois de
executado se tornasse o processo a ver em Meza p° se despachar afinal. E aos dinos Dep^i
Fr. Domingos de Santo Thomas, Manoel de Almeyda de Carv*, e Fr. Sebm Pra* de Gatero,
pareceu q o processo deste estava em termos de se sentenciar afinal, por nao hava fagar
p* torm° porqt° na d° Bulla se poem aos Réos deste crime tao grande abjuracao q oao
deyxa lugar algum pa torm°, e por qualquer grao delle q o R. levasse se purgaría e suspeyta,
c nao se poderia condenar ao R. sem injusti^a na pena de abjuraban de vehemente. Nem
no Santo Off° era novo pór se abjuragao sem torm° como se vé no exime de aobdtapao e
Bigamia, nos quaes para no lugar a abjurado o nao deve ser o tormento e q quando se
votasse afinal declarariao as penas a q condenavao ao R. E a todos, q antes de ae externar
este assento, pella novid* do cazo, fosse com os proprios autos levado ao Cons* g*l na
formado Regim° e assitio a este desp° pello Ord° de sus cotnissao o Inq*r mais antigo.
Simao José Franc* Mendo
Sylvr° Lobo Trigpao
M°1 Varejao To¿h«m Jansen Moller
e Tavora Joao Machado Dega
Forao votos os Dep*s Fr D°s de St° Thomas, M*1 de Aimd* de Carv", Fr. Seb*m Pr*
de Castro, Joachim Jansen Moller, e Felippe de Abranches Cast* branco.
De mand° dos Sr*s do Cons* geral lhes fiz este processo conchi» em 17 de Dezt* de
1745. Jacome Esteves Nogueira e escrevi.
C.L.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 116*120).

APENDICE N .• 42 P 4

( ilación del Calificador del Sío. Oficio,


l.ishna, 17 Diciembre 174).
Toiao vistos na Mea* do Cons’ Reral, em prezenv*a de S. Em*, este» auto*, culpas, e
confissoens de Alexandre Jaques Moton, official de Lapidario e Lavrador de dManantes,
natural da cidade de Pari* Reino de Franca, e morador nesta de Lx*, Réo pKj» MU» con-
teudo. E assentou se q antes de outro despacho, seja chamado i Mo» o fP ur D on J°*°
evangelista, Qualeficador do Santo Off*, e neOa peguntado donde teve nona* da» emeo
propoz¡9oens q «e attribuem á ceita dos Pedreiros Livre», ou Fraocmaaons, as quais ae
¡pferem em hum Tratado impreaao. de q ae di* ser eüe autor; ae «s leu em outro
Livro, c qm hé o Autor delle, ou se lhe consta por alguma autoridad* verdadetra. q sej*o
daqueUa ceita as ditas p r o p o s ^ o e n s ? Da declarado q fizer o d« p« Qualeficador, se dará
conta ao Cons°. Lx* 17 dc Dezr° de 1745.
t> i • j c Ant° Ferr1 Alvez
Nuno^da Silva Telles Ant° Ribeiro de Abrcu
Toso Pais do Amaral
A.N.L. (Inquisi<;ao. Lisboa. Processo n. 257, fol. 121).

APENDICE N 42 Q

Interrogatorio al P. Joao Evangelista.


Lisboa, 29 Enero 1744.
Aos vinte e nove dias do mes de Janeyro de mil e setecentos e quarenta e quatro
annos em Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquizi^ao estando ahy em au­
diencia de manhaa o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante ay
ao P* Toao Evangelista vigario da Freg* de Nossa Senhora de Socorro, e sendo prezente
lhe foi dado o juramento dos santos Evangelhos em que pos a mao, sob cargo do qual lhe
foi mandado dizer verdade e ter segredo, o que tudo prometeu cumprir e dise ser de idade
de sesenta cinco annos pouco mais ou menos.
As geraes nada.
Perguntado, donde teve noticia das cinco porposi^oens que se atribuem a ceita dos
pedrevros livres, as quais se referem em hu tratado impresso, de que se diz ser elle o au-
tour. se a !eo em algum outro livro e quem he o Autor delle, ou se lhe consta por alguma
authoridade verdadeira que sejao daqueíla ceita as ditas perpozisoins?
Dise. que a noticia primeira que teve de que as cinco perpozisoins que se achao no
livro de que dizem ser elle Autor, e na realidade o hé, sao da ceita dos pedreyros livres,
lhe participou hu religiozo barbadinho Italianno a que nao sabe o nome, e serve de su­
pliré há muitos annos no Hospicio que tem junto a Sancta Apolonia nesta corte, e lhe
deu as ditas perpozisoins escripias em hum papel pellas mesmas palavras quelle, decla­
rante as deu ao prello, e no mesmo papel se continhao muitas ceremonias que os professo-
res da referida ceita praticarao e lhe deu esta noticia por novidade dizendo lhe que esta
ceita se tinha próximamente prohibido em Roma, e que podera haver sette annos, ou oito
pouco mais ou menos, e que na ocaziao em que se fallou nesta ceita se tinhao prendido
alguns professores desta ceita condenada fallando com este Padre lhe perguntara elle, de­
clarante, daonde ouvira a noticia que lhe deu, e donde lhe viera o papel que lhe entro-
gou. e o dito Suprior lhe responderá que no dito seu Hospicio se achava hu religiozo que
lhe nnha mandado asim a noticia, como o original ou copia do dito papel, e nao se cer-
tefica ser Padre que chegou de Roma, porque o Suprior lhe nao declarou o nome delle,
se acba ainda nesta cidade, porem se na realidade era o Padre Carlos, que há poucos annos
veyo para esta corte, sabe elle, declarante que ainda está conventul no dito Hospicio, e
que as referidas cinco perpozisoins as nao achou em livro algu, mas as ceremonias sim,
porque ss tras o Autor de huns livros que se entitulao ceremonias de todas as religicns
de universo, cujos livros sao em lingoa fran^eza, e em tomo delles nao se lembre do qual
se faz mencao da referida ceita e ceremonias, e mais nao dise, nem lhe forao feitas, mais
perguntas. £ sendo lhe lido este seu testemunho e por elle ouvido e entendido dise es-
tava escripta na verdade, e asignou como o dito Senhor Inquizidor. Manoel da Silva Diniz
o escrevi.
Franc0 Mendo Trigoso
D. Joao Evangelista
A.N.L. ílnquisi^ao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 122-125).

APENDICE N.° 42 R
Interrogatorio al P. Francisco Antonio de S. Pedro de Arrua y al P. Carlos José dc
Espezia.
Lisboa. 30 Enero 1744.
t* tr*ntl /nc8 de Janeyro de mil e sete centos e quarenta c quatro annos ch1
a nos Lstaos e caza prímeyra das audiencias da Santa Inquizi^ao estando ahi M
le manhaa o senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigozoco mandou vir perante si ao ™
1 rancisco Antonio de Sao Pedro de Arrua, Superir- do Hospicio dos Capuchinhos Italia*

380
nos, natural do dieo lugar de Arrua, Estados de Genova, e morador ne»ta Corte, c sendo
prezente lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos cm que pos sua mao cob cargo
do qual lhe foi mandado diser verdade e ter segredo o q tudo prometeu cumprir, de se­
tenta annos de idade.
As geraes disse nada.
Perguntado, da onde lhe veyo a mao hu papel que tratava dos erros e acrimonias dos
Frae mazoens, ou Pedreyros livres, e qual hé a certeza que tem q as propozizoens referi­
das no dito papel sao erros proprios da dita seita?
Disse, que o papel aonde se contem os erros da dita ceita lhos mandou de Italia hu
Religiozo seu, e seu amigo chamado Frey Carlos José, o qual se hacha de presente nesta
Corte, e na sala desta Inquizigao por q o trove por corapanhciro, e elle poderá dar mas
clara noticia de q os erros referidos pertencem a dita ceita, e elle declarante em livro
menhu achou os ditos erros, nem a respeito delles tem outra noticia mais q a que tem
dado. E mais nao disse, nem lhe forao feitas mais perguntas e sendo lhe lido este seu tes-
temunho, e por elle ouvido e entendido, disse que estava escripto na verdade e asignou
com o dito Senhor Inquizidor. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
Fran° Mendo Trigoso
Franc° Ant° de S. Pedro
Sup.
E logo no mesmo dia, e audiencia asima declarada, mandou o dito Senhor Inquizidor
vir perante si ao Padre Fray Carlos José da Espezia, Religioso Capuchinho pregador Me-
riconario Apostolico, natural da cidade de Especie, República de Genova, e morador de
prezente no seu Hospicio desta Corte, e sendo prezente lhe foi dado o furamente dos
Santos Evangelhos em que pos sua mao sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade
e ter segredo o que tudo prometeu cumprir, e disse ser de idade de secenta e dous.
As geraes disse nada.
Perguntado, donde lhe veyo a noticia do que humas propozizoens que mandou de
Italia a seu amigo, erao erros proprios da ceita dos Frae mazoens que se tinhao conde­
nado pela Sé Apostólica, se as achou em algum livro, ou qual hé a rezao que teve para
se certificar de que os profesores da dita ceita seguiao os referidos erros?
Dise, que ha verá quatro annos conforme lhe parece, chegando elle declarante ao seu
Convento da Sídade de Savona República de Genova, entre pratkas que teve com os seos
religiozos, lhe derao estes por noticia que os Fraemazoens seguiao os erros que se con-
them ñas sinco propozizoens que mandou por curiuzidade para este Reino ao Padre Supe­
rior do seu Hospicio, e tambem lhe contarao que se denominavao Muratori de hua das
ditas propozizoens na qual se dis que todos os pecados que se cometem entre quatro mu­
ros, ou paredes ocultamente sao somente pecados veniaes. E que ouvindo elle declarante
o referido, tivera a curiuzidade de escrever as ditas propo&ñgoes e as mandara por novi-
dade ao d° religiozo seu amigo aqui, nao sabe nem ti ve outro fundamento para saber que
as ditas propozizoens sao proprias desta ceita, mas que ouvilo assim dizer publicamente
no referido seu Convento, aos religiozos delle, e agora se lembra que tambem lhe ouvira
dizer que sabiao o referido por q hu religiozo do Sao Bernardo, conforme lhe parece
Italiano, estando de pachaje naquele Convento, lhes dera a noticia de que os referidos
erros se profegavao na ceita dos Fraemagoens, e nao sabe que os ditos seus religiosos
tivessem outro fundamento para saberem o que lhe disserao, e elle tem deposto, mais
que ouvirem no ao dito Religiozo, e lhe parece que o nao tiverao, e elle seriamente o nao
tem, nem echou em parte alguma, noticia das ditas prepozi^oens, senao em hu livro portu­
gués que deu ao prelo conforme a sua noticia o Padre Doutor D. Joao Evangelista, e
talvez se aproveitasse para isto da noticia q elle declarante mandou, e mais nao disse nem
lhe forao feitas mais preguntas, e sendo lhe lido este seu testemundo, e por elle ouykfc
e entendido, disse q tava escripto na verdade e asignou com o dito Senhor Inquizidor.
Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
Franc0 Mendo Trigoso
Fray Carlos José da Spezia
De mandado dos Sres do Cons° geral lhes fiz este processo conduzo em 31 de Janet*
r° de 1744. Jacome Esteves Nogueira o escrevi.
C.L.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257. fols, 126-131).

381
APENDICE N.° 42 S

rdcn dc tortura,
isboa, 31 Eiero 1744.
Forao vistos na Meza do Conselho geral em prezen^a de S. Em“ este autos culpas, e
)níissoens de Alexandre laques Motton, oficial de Lapidario, e Lavrador de diamantes,
arural da cidade de Pariz, Corte de Franca, e morador nesta dc Lisboa; Réo prezo nelles
>nteudo depois de satisfeito o assento do mesmo Cons° de 17 de Dezembro de 1745
elo qual foi mandado q se ouvisse o P Dom Joao Evangelista, Qualificador do Santo
)ít° E assentou se, q antes de outro despacho será o Réo posto a tormento, e nelle attado
erfeitamente, podendo o sofrer a juizo dos Medico e Cirurgiao, e a arbitrio dos Inquiri­
eres Depois do que se torne a ver seu processo em Meza, e com o assento q nelle se
.mar, se envíe ao Cons°: M.indao q assi se cumpra. Lx*, 31 de Janr° de 1744.
Rodrigo dos Santos Ant° Ferr* Aleves
Joao Alves Soares Ant° Ribeiro de Abreu
A.N.L. (Inquisido. Lisboa. Processo n. 257, fol. 132).

APENDICE N.° 42 T

Lmonesiaciones antes de la Sentencia de Tormento,


isboa, 15 abril 1744.
Aos quinze dias do mes de Abril de mil e settecentos e quarenta e quatro annos em
isboa nos Estaos e caza do Despacho da Santa Inquizi^ao, estando ahi em audiencia de
'jenhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante si a Alexandre Jaques Motton,
:éo prezo contheudo nestes auttos, e sendo prezente lhe foi ditto que elle tem sido por
íuitas admoestado nesta Meza Quizesse acabar de confe^araas suas culpas, e a verdadeira
ensao que teve em cometer as que já tem confesado o q elle Réo uzando de máo con-
elho thé gora o nao quiz fazer e lhe fazem a saber que seo processo fora visto por pessoas
cútase de san conciencia, e nelle se tomou hu acento muito rigorozo em ao de sofrer, do
ual se poderá livrar se acabar de confesar todas as suas culpas e a verdadeyra tengao que
eve em as cometer. Pelo que de novo o admoestao da parte de Christo Senhor noso o
[ueyra assim fazer para descargo de sua conciencia salva^ao de sua alma, e bom despacho
le sua cauza, e por dizer que nao tinha mais culpas que confesar nem tivera outra ten^ao
nais que a qu^ tem declarado, foy chamado o Promotor á Meza e o Réo levantado em pé,
logo lhe foy iido a sentenza do tromento e hé a que adiante se segue. Andre Corsino de
igueyredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 133).

APENDICE N “ 42 U
Sentencia de Tormento.
Lisboa, 15 abril 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinario, e Deputados dc Santa Inquizi^ao, que vistos estes
autos e os indicios que delles e da prova da Justina A rezultao contra Alexandre Jaques
Motton Lapidario natural da cidade dc Pariz Reino de Franca, e morador nesta de Lx*
kco prezo nelles conteudo, de elle sendo christao baptizado se achar em ajuntamentos e
conventículos secretos nos quaes se practicava a ccita dos Fran Mossoens ou Pedreiros
Livres, condemnada com penas gravissimas pela Sé Apostólica, como prejuidicial e suspei-
024 ftcre2la' ° cluc comcnicava com pessoas, com an quaes se declarava por Fran Maüon,
e por muytas vezes admoestado quizesse acabar dc confessar suas culpas e declara*
^ com ^ a* cometeo, elle Réo uzando de mao concelho athé agora o nao qui*
Mandao que ai
Ü ^ Jconforme
tormento w manteí de outro de*Pacho o R¿o Alexandre Jaque» Motton aeja porto •
conforme o assento que no seu processo se tem tomado, aonde será perguntado

382
pelo Libello da Justina para que acabe de confessar suas culpas e declare a tengao com
que as cometeo, mandao que assim se cumpra sem prejuizo do provado e pelo Réo con­
fessado.
Franc" Mendo Súnao José Sylvr“ Lobo
Trigoso
E lida como dita a sen tenca do tromento e pelo Réo Atoe* Jaques Motton nao apellar
della nem o Promotor do S° Officio, mandarao os Senhores Inquizidores se cumpriwe con­
forme o assento do seu processo para cujo effeyto tosse o Réo levado a caza do tormento
digo a caza deputada para o tromento, ao q foy satisfeyto. Andre Omino de Figueyredo
o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257. fols. 134-135).

APENDICE N* 42 V

Sesión de tormento.
Lisboa, 15 abril 1744.
Aos quinze dias do mez de Abril de mil e settecentos e quarenta e quatro annos em
Lisboa nos Estaos e caza deputada para o tormento da Santa Inquizigao, estando ahí em
audiencia de manhaaa sendo pellas nove horas e perto de trez quarto», os Senhores Inqui­
zidor Francisco Mendo Trigoso, e Deputados Joaquim Jansen Moller e Bernardo de Castro,
mandarao vir perante si a Alexandre Jaques Moton, Réo prezo contheudo uestes auttos
e sendo prezente lhe foy dado juramento dos Santos Evangelhos em que poz a mao sob
cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade e ter segredo, o que tudo prometeo cumprir,
e logo lhe foy ditto que pella caza em que estava e instromentos que nella via fácilmente
poderia entender quam rigorosa e trabalhoza seria a deligenda que com elle se havia de
fazer, a qual evitaría se quizesse acabar de confessar suas culpas e a verdaderos tencao
com que cometeo as que tem confessado, e por dizer que nao tinha mais que dizer e que
nao tivera outra tencao mais que a que tem declarado, foy mandado pora baxo, e vir a
Meza o Medico Cirurgjao e mais Ministros da execu^ao do tonn° aos quaes foy dado o
juramento dos Santos Evangelhos em que pozerao suas maos sob cargo do qual lhe foy
mandado que bem e fielmente fizessem suas obriga^oes o q prometerao cumprir, foy logo
o Réo despojado dos vestidos que podiao serr de impedimento a execu^ao do d° torm* foy
lanzado no potro e principiado a atar e logo lhe foy protestado por mim Notario que se
naquelle tormento moresse, quebrasse algu membro, ou perdesse algu sentido a colpa seña
sua e nao dos Senhores Inquizidores e mais Ministros que julgarao a sua cauza segundo o
merecim0 della, e sendo atado perfeytamente ñas outto partes assim lhe foy dado o tor­
mento a que estaba julgado em que se gastou quarto e meyo, e ndle o q tudo passou na
verdade, e assignarao os d°s Senhores Inquizidor e Deputado. Alexandre Henrique Amaot.
o escrevi.
Franc” Mendo Trigoso
Joachim Jansen Moller Bernardo de Castro e Lentos
De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo conduzo afinal. Andre
Corsino de Figueyredo e escrevi.
C L
Asiste ao despacho deste processo pelo ordinario de sua comisao que anda no caderno
das mesmas á q me reporto o Sr Inquizidor mais antigo. Andre Corsino de Figueyredo o
escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 136-138).

APENDICE N* 42 X
Conclusión de sentencia.
Lisboa, 15 mayo 1744.
„sf. Forao vistos 2‘ vez na Meza do Sto Off” da Inqz" de Lx* aos 15 de Mayo de 1744
j¡ autos culpas e confissois de Alex* Jaques Moton O ftt de Lapidario e Lavrador de
crm?i?ntjS n, Corte de Paris Rn° dé Franca e mor nesta deLx* Réo p íe » oestes
Por n f ° .dfP°is de executado o assento do Cons” G 4 de 31 de Janr* do prest* afio
q tov julgado a torm* e que fosse neste atado perfeytam*. E pareceu a todos 06 votos
q vistoi se provar da prova da Just* e da conhssao do R. q elle era Francmasón ou Pedreyro
Livre da c o n g r e g a r e Paris e q se incorporara na a nesta Corte dc Lx instituirá Mon-
sieur Custo e q em hua e outra Corte fora e se achara em vanas assembleas q fizerao
< ¿ “ sey« condenad. pello S,o P .p . Clcm 12 na Bulla q p.m c.p¡. - U
eminVmi Apostolatus sp eo ila- portan» ellt va a o «uto da Fé e ndle cu?, sua su- e
faca abjuracao de vehe susp° na fé na forma da d Bulla e q conforme a mesma íncorreu
em Sn de ILxcomunhao Mayor de q será abosluto in forma Eccl*. E pareceu mais a todos
os votos menos ao Dep' Fr. Sebia* IV de Castro q fosse degradado p* fora deste Patriar-
chado por tempo de 5 años. E do d° Dep° pareceu q nao tinha degrado algu, assim como
o nao tem os prezos por ludaismo q abjurao de vehem*. E a todos q tenha pemti*s espi­
ritá is e instruyo ordr° e pague as custas, mas q antes de se executar este assento fosse
com os proprios autos levado ao Cons“ G*1 por lhe ser affecto na forma do Reg. e assitio
a este desp° pello Ordru de sua comissao o Inz r mais antigo.
Fran° Mendo Trigoso
Mel de Alm* e Carv° Fr. Sebi“ Pr* de Castro
Diogo López Pr" Joachim Jansen Moller Philippe de Abranches Cast® B*
De mand° dos Sres do Cons° geral lhes fia este processo concluzo em 19 de Mayo de
1744 lacome Esreves Nogueira o escrevi.
C L
A.N.L. (Inquisi<;ao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 139-141).

APENDICE N.° 42 Y

Voto de sentencia.
Lisboa, 19 mayo 1744.
Forao vistos na Meza do Cons° geral em prezen^a de S. Em*, estes autos, culpas, e
conñssoens de Alexandre Jacques Mouton, official de Lapidario, e Lavrador de diamantes,
natural da Corte de Paris, e morador nesta de Lisboa; Réo prezo nelles conteudo; depois
de execuiado o assento do mesmo Cons° de Si de Janeiro do prezt® anno, pelo qual foi
juigado a torrnt° e que nelle fosse attado perfeitamt*. E assentou se q elle vá Auto publico
da Fé. nelle cuca sua sentenza, fa^a abjuracao de vehemente sospeito na Fé e se de­
clare que incorreu em sentenza de Excommunhao mayor, de q será absoluto in forma Ecde-
sia: Tenha penitencias espirituaes, instru^ao ordinaria; pague as custas e vá degredado
por tempo de cinco annos p* fora do Patriarcado. Mandao q assi se cumpra. Lx* 19 de
Mayo de 1744.
Rodrigo de Santos Joao Alves Soares
Ant® Ribeiro de Abreu Alexandre Jaques Mouton
A.N.L (Inquisi<;ac. Lisboa. Processo n. 257, fol. 142).

APENDICE N.° 42 Z
Sentencia.
Lisboa, 19 Mayo 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinario e Deputados da Santa Inquizi^ao que vistos estes
auttos culpas e confissoes de Alexandre Jaques Mouton Official de Lapidario de Diamantes,
natural da Corte de Pariz e morador nesta de Lisboa, Réo prezo que prezente esta.
rorque se mostra que sendo christao bautizado e como tal obrigado a ter a crer tudo
o que tem ere e ensina a Santa Madre Igreja de Roma, nao praticar neste Reyno ou fot*
deLe novas ceytas, nem fazer ajuntamentos nocturnos ou de dia, assembleas ou conventícu­
los secretos; elle o fez pello contrario, e de certo tempo a esta parte, esquecido da «u*
obngacao com pouco temor de Déos, e da Justina, se achou em ajuntamentos secreto»
Prat,cav? a ceita, congrega^ao, ou Irmandade de Liberi Muratori, Franc Masson*.
ou reareyros Livres, condenada pella Sé Apostólica com penas gravissimas, como prejuicio
e sospeytoza a purera da Religiao Catholica Romana.
relias quaes culpas sendo o Réo prezo nos carceres do Santo Officio, e na M«W
m«mo com muyta chandade admoestado as quizesse confessar para descargo de sua cofl-
aencia, salvado de sua alma e bom despacho de sua cauza. Dis»e e confesiou...

384
Que assistindo na Corte de certo Reyno estrangeyro se alistan por Irmao da oongre*
gagao dos Fran Massons ou Pedreyros Livres de que era Grao Mestre certa pesaoa que
nomeau, em cujas maos fizera profissao com certas e exquezita* ceremonias que tambera
declarou obrigando se com juramento a guardar inviolavei segredo em tudo o que sella
r,e passasse tratasse sob pena de lhe cortarem a cabera e ser lanzada no mar, depois do
que achando se nesta cidade continuou nella os mesmos ajuntamentos e conventículos
secretos praticando nelles as ceremonias e solenidades de que uzao os socios da <t congre­
gado, e com a cautella e resguardo que costumao em certas cazas com as portas e janeílas
fechadas, para que nimgue soubesse nem percebes»e nao so os d°s ajuntamentos mas tam­
bem do que nelles se trattava, affirmando que o d* juramento e inviolavei segredo só ae
derígia a serem conhecidos entre si em qualquer parte que se achassem, pellos sinaes
que praticavao, e nao das pessoas que nao fossem da d* congregagao.
£ pello Réo nao ter feyto inteyra e verdayra confissao de suas culpas, antes muyta de­
minuta, simulada e fingida, porque nao declarava a ten$ao heretka com que se alistou por
Irmao de hua ceita pemicioza ao bem espiritual das almas, veyo o Promotor Fiscal do
Santo Officio com Libello Criminal e accuzatorio contra elle que lhe foy recebido si et
in quantum, e o Réo o contestoze pl* materia de sua confissao a que nao veyo com defez»
e foy lanzado della, e havendo por repetidas as testemunhas da Justina, se lhe fez publi­
cado Je seus dittos na forma do estillo do Santo Officio a que nao veyo com eontradictss
e foy lanzado dellas.
O que tudo visto e bem examinado, a qualidade das culpas do Réo, e a prezumapsao
que contra elle rezulta de nao declarar o verdadeyro fim a que se derigiao as dittas assem­
bleas, conventículos, e pontos heréticos que nelles se trattavao, nao sendo verossimel que
debaxo de hu juramento e inviolavei segredo que observavao os professores da d* ceyta,
se nao ocultassem pontos perniciozas a pureza de nossa Santa Fé Catholica com o mais
que dos auttos rezulta.
Mandao queo Réo Alexandre Jaques Mouton, em pena e penitencia das d*s colpas
va ao Auto publico da Fé na forma costumada, nelle oufa sua senten^ae fa^a abjura^ao de
vehemente sospeyto na Fé: será degradado por tempo de sinco anno¿ para fora deste Pa-
triarchado: será instruido nos Misterios da Fé necessaños para a salva^ao de sua alma,
e cumprirá as mais penas e penitencias espirituaes que lhe fore impostas, e mandao que
da excomunhao mayor em que incorreu seja absoluto in forma ccrlesia, e pague as cusías.
Franc0 Mendo M®1 Varejao
Trigoso e Tavora
Simao José
Sylv° Lobo
Publicada foi a sentenga supra ao Réo Alex* Jaques Motan no Auto publico da fé
que se celebrou na Igreja do Convento de S. Domingos desta dd” em vintc e hu de Junho
de mil e settecentos e quarenta e quatro estando prezentes El Rey N* Sr D. Joao o 5%
o Principe N. Sr D. José, os Senhores Infantes D. Pedro e D. Antonio, os Senhores Inqui­
zidores e mais Ministros Muita nobreza e pouvo. Andre Corsino de Figueiredo o escievi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 145-146).

APENDICE N.° 42 a
Adjuración de vehemente.
Lisboa, 21 Junio 1744.
Eu, Alexandre Jaques Mouton perante vos Senhores Inquizidores, juro nestes sanctos
Evangelhos em q tenho minhos maos, q de minha propria & livre votade anatbematuo, &
aparto de mim toda a especie de heresia & apostasia q for, ou se levantar contra nossa
r ^4 Catholica, & Sé Apostólica: especialmete estas que agora em minha senten^a me forao
Jidas, de q me ouverao por de vehementi sospeito na Fé. E juro de sempre ter, & guardar
a 5>. Fé Catholica, que tem & ensina a S. Madre Igreja de Roma, & que sera sempre
tnuito obidiente ao nosso muy sancto Padre O Papa Benedito XIV nosso Senhot Presi-
*«£ Igreja de Déos, & a seus successores: & confesso, que todos os que contra esta
*'e Catholica vierem, sao dignos de condena^ao. & prometo de nunca com elles me
o,Unpar¡ ^ de os Perse8u *r > & as hernias que delles souber as descobrir aos Inquisidores,
°u 1 relados da S. Madre Igreja: *& juro, él prometo quanto em mim for de coprir a peni-
^ue mc he, ou for imposta, & se em algu tempo (o q Déos nao permitía) tomar a
anir nestes erros, ou em outra qualquer specie de heresia, ou nao coprir a penitencia, que
ou for imposta, quero & me pnt que seja ávido por relapso, & castigado conforme

....... 385
23
a direito. & me someto á c o r r e o , & severidade dos Sagrados Cánones. E requeiro aos
Notarios do S. Officio, que disto passem estromentos, & aos que estao presentes sejatn
testemunhas & assinem aqui corrugo. E asignou cora as testemunhas abaixo, Manoel da
Sylva. Diniz o sobscrevi. Alexandre Jacques Mouton
A.N.L. ilnquisiíao. Lisboa. Proceso n. 257, fol. 147).

APENDICE N.° 42 b

Juramento de Secreto.
Lisboa, 21 Junio 1744.
Aos vinte e hu dias do mez de Junho de mil e settecentos & e quarenta e quatro
annos em Lisboa nos Estaos, & casa do despacho da Santa Inquisifao, estando ahi em
audiencia da de Tarde os senhores Inquizidores, mandarao vir perante sy do carcere da
penitencia a Alexandre Mouton R. prezo contheudo neste processo, & sendo presente lhe
tos’ dado juramento dos santos Evangelhos, em que poz a mao, & cob cargo delle lhe foy
mandado, que tenha muito segredo em tudo o que vio, & ouvio nestes carceres, & com
elle se passou acerca de seu processo, & nem por palavra, nem escrito o descubra, nem
por outra qualquer via que seja, sob pena de ser gravemente castigado o que tudo elle
prometteo cuprir, & sob cargo do ditto juramento, de que se fez este termo de mandado
dos dittos senhores. que com os mesmas asignou. Manoel da Silva Diniz o sobscrevi.
Alexandre Jacques Mouton
A.N.L. : Inquisifao. Lisboa. Processo n. 257, fol. 148).

APENDICE N.° 42 c

Salida y penitencia.
Lisboa, 26 Junio 1744.
Aos vinte e seis dias do mes de Junho de mil e sette centos e quarenta e quatro annos
em Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquisicao astando ahy em audiencia
de tarde os Senhores Inquisiores mandarao vir perante ay dos carceres da penitencia, por
constar estava instruido e confessado Ale® Jaques Mouton. E sendo presente lhe foi dito,
que elle nao torne a cometer as culpas por que foi prezo, e processado, nem outras similhan-
tes, sob pena de ser gravemente castigado, e que trate de dar bom exemplo com sua vida
e costumes, e que neste primeiro anno se confessará ñas quatro festas delle, a saber Natal,
Paschoa da Resurei^ao, e do Espirito Santo, e Acensao da Nossa Senhora, a qual rezará
rodos os Sabbado? hu terqo Ho Rozario, e em cada Sesta feira cinco Padrenossos, cinco
Ave Marías, as cinco chagas de christo, e cumprira o mais que prometeu em sua abjuragao,
e que va cumprir o seu degrado, o que tudo prometeu cumprir e sob cargo do juramento
dos Santos Evang.os que lhe foi dado, de que fiz esta termo de md° dos d°s Senhores
Inqr^s com qm asignou. Manoel da Sylva Diniz o escrevi.
Alexandre Jacques Mouton
A.N.L (Inquisifao. Lisboa. Processo n. 257, fol. 149).

APENDICE N.° 42 d
Factura de gastos
Ao Secreto 1 $ 995
Libello Gama 0 $ 600
Secretr* do Cons" 0$215
Meyrinho 0 $ 100
Alcaydes 0 $ 400
Notif. o $ 120
Ctas 0 $ 090

5 $ 520
Lima
A.N.L. (InquÍ8Í?ao. Lisboa. Proceiso n. 257, fol. 150).

386
APENDICE N* 42 e
Solicitud de perdón.
Lisboa, 25 Septiembre 1744.
Srcs Inquizres da Lx* informen com seu parecer, Lx* 25 de Setembro de 1744.
Santos Siva Soares
Abreu Amal
Eminentissimo Senhor
Diz Alexandre Jacques Mouton que por disgracia tendo cabido na Sequeira da Seita
dos pedreiros livres por sentenga do Sto Officio encorreu a pota de hum degredo de
quatro annos fora deste Patriardiado o que o poem na irapossibilidade aamfazer as cuataa
que deve ao Santo officio e mais acredodores nem sustentar a sua mulher a trec filhoa pois
de seu officio que he lavrador de diamantes so nesta Corte pode pello gue pede oom humil-
dade a V. Em* por compaixao, e amos de Déos faga a carídade lívrar o do d* detgredo
sendo o suplicante arrependido, e na grande misericordia do que usa para com os peocaoores.
('orno parece á Meza, Lx“ 2 de Outubro de 1744.
Santos Silva Soares Abreu
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 151-152).

APENDICE N.° 42 f
Concesión de perdón.
Lisboa, 2 Octubre 1744.
Alexandre Jaques Moton contheudo na petigao sobre q V Em* no6 manda informar
pede nelle a V Em* a m* de lhe perdoar o degredo a q foy condenado por esta Inqz** p‘
poder ganhar nesta Corte para seu Off® aonde só o pode exercisar, com q poesa sustentar
se a sua m*r e filhos; e pagar o q deve a esta Inqz*0 e mais aaedores.
O supe foy prezo nos carceres secretos desta Inqz** «os 9 de Margo de 1743 pellas
culpas de ser professor da ceyta dos Pedreiros Livres, e ouvio sua sn* no Auto pubt* q se
celebrou nesta cid® aos 21 do mes de Junho prox* passado e fez abjuragao de vebem* e
entre outras penas foy condenado em sinco anos de degredo p* fora deste Patriatchado, e
como nem a Ihé agora foy p* o lugar do degredo nem alega canza justa p* esta ae lhe per­
doar somos de parecer q V Em* lhe nao defira, e V Em* mandara o q for servido Lx*
em Meza 2 de Óbrq de 1744.
Simao José Sylvr” Lobo Frc“ Mendo Trigoso
M° Varejao
e Tavora
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 257, fols. 152-153).

APENDICE N* 43 A
Proceso de la Inquisidón de Lisboa contra Joao Thomas Bruslé, lapidario, natural de la
ciudad de París en el Reino de Franda.
Mandamiento de prisión.
Lisboa, 16 marzo 1743.
Processo de Joao Thomas Bruslé Lapidario natural da Cidade de Pa-
riz R° de Franga, e morador nesta de Lisboa.
Processo de Joao Thomas BrusDé xv. contratador de diamantes na-
tural da Cid* de Paris e morador nesta de Lix*.
j . P* Inquisidores Apostolicos contra a heretica pravidade, & apostasia nestas Cidades
cir» seu destricto, &c. Mandamos a qualquer Familiar, ou Official do Santo Offi-
’ q“e n*sta Cidade de Lix* defronte da Caza da Moeda aonde hé moraor, ou aonde
o r,r*f?AC- acbado, Joao Thomas Brullé, Francez de Nagao, contratador de diamantes,
oatnríat ** Se^n se^iiestro de benz por culpas que contra die ha nette Santo Officio, obri-
a pruao, & prezo a bom recado, com cama, & mais fato necesario a seu uso,

387
& té quarenta mil reis em dinheiro para seus alimentos, o tu tu s & entregareis, debaixo
á t d£ ¡T * > Alcaide dos carceres da custodia desta I n q u in o . E mandamos em virtude
d i sama Obediencia & sobpena de excommunhao maior, & de quinhentos cruzados para
as despezas do Santo Officio, & de procedermos como mais nos parecer, a todas as pessoas,
Ssi E ^ S a stic a s como seculares, de qualquer grao, digmdade, condi9ao, & preheminenda
ü„e seiao V0S nao impidao fazer o sobredito, antes sendo por vós requeridos vos dem
todo o favor & ajuda; mantimentos, pousadas, camas, ferros, cadeas, cavalgaduras, bar­
cos & tudo o mais que for necessario, pelo pre^o, & estado da térra Cumprio assi com
ranrela & searedo, & al nao tayais. Dado em Lisboa Occidental no Santo Officio
da Inquisicao’ sob nossos sinaes, & sello della, aos dezeseis días do mez de Margo de mil
sete centos e quarenta e tres annos. Manoel Affonso Rebello o sobscrevi.
Fran1* Mendo M#1 Varejao
Trigoso e Tavora
Simao José
Sylvr° Lobo
Desp. e Sello - 40.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 3).

APENDICE N.° 43 B

Acta de entrega.
Lisboa, 18 Marzo 1743.
Anno do Nascimento de Nosso Senhor Jessu Christo de mil e sette centos e quarenta
e tres aos quinze días do mes de Marco, em Lisboa nos Estaos e porta dos carceres se-
crettos da Santa Inquizi^ao foy entregue ao Alcayde dos mesmos Maximilianno Gomes
pelo Familiar Matheus dos Santos o prezo Joao Thomas Bruslé, e sendo buscado na forma
do Regimentó se lhe achou hua chave q se entregou ao Ld° Manoel Lourengo Monteyro,
Thezoure>ro da mesma, e de como o d° Lecenciado recebeo da ditta digo e de como o
d° Alcayde se deo por entregue do dito prezo fiz este termo que asignou. André Corsino
de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. í Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 4).

APENDICE N.° 43 C
Admisión en la cárcel + Certificado del decreto.
Lisboa, 18 Marzo 1743.
Aos quinze dias do mes de Margo de mil e sette centos e quarenta e tres annos man­
dara:) os Senhores Inquizidores por este prezo Joao Thomas Bruslé no carcere ao q foy
satisteito. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
Andre Corsino de Figueiredo, Notario do Sto Off° desta Inquisicao de Lisboa certe-
fico que para effeito de passar a presente provi hu sumario q se acha no secreto desta
Inquisicao^contra os Pedreyros Livres e nelle a fl. 36 cota hu assento do Concelho Geral
de 5 de Mar^o de 1745 do qual consta que Monsr Motton e Mons Costo forao mandados
vir prezos em custodia pJ os carceres desta Inqam e q nelles fossem examinados, e q passa-
dos aiguns dias mandasse a Meza vir perante digo mandasse de Meza vir tambem prezas
p ¿ mesma costodia algumas das outras pessoas q achar mais indiciadas de entrarem na
sociecade ou congregacao chamada dos Pedreyros Livres, as quaes tambem serao na mes©*
iorma examinadas, o q tudo consta do dito sumario a q me reporto de q pasey a prezt®
de mandado dos Senhores Inquisidores que asigney. Lxa, nos de Marco de 1744.
Andre Corsino de Figrd°
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 5-6).

APENDICE N.° 43 D
Juramento de Intérprete.
Luboa, 20 Marzo 1743.
diaS 00 mes MarC° de mil e sete centos e quarenta e tres annoa eflk I>
nos bstaos' e caza pnmcyra das audiencias da Santa Inquirido estando ahi n i

388
manhaa o Senhor Inquizidor Simao José Silveyto Lobo mandou vir perante ii i hu &
rranceíro que em dezouto do dito mes tinha vindo prezo pora os carceres da costodia
desta Inquizigao e sendo prezente por dizer q nao entendía nada da lingoa Portugueza
nem a sabia falar, fou mandado vir a Meza o Padre Fr. Carlos de Sto Ant* Religioso da
ordem de Sao Francisco, Milanez de nasgao e morador nesta cidade junto a Igreja das Cha­
cas e sendo prezente foy dito ao dito Padre que pelo dito Estrangeiro nao entender nem
saber couza alguma da lingoa Portugueza o fariao seu interprete para que bom e fielmente
interpretasse tudo o que o dito estrangeiro dissese como tambem todas as petgantos que
lhe fosse feitas e respostas que a elas disia, o que tudo o dito Padre prometeo cumprir
sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos que le foy dado, de q fiz eate termo de
mandado do dito Senhor Inquizidor com quem asignou. Andre Corsino de Ftgueyredp
o escrevi.
Simao José Silvr" Lobo
Fr. Carlos de S* Antonio
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol». 43-45).

APENDICE N • 43 E

Confesión 1*
Lisboa, 20 Marzo 1743.
Aos vinte dias do mez de Margo de mil e sette coitos e quarenta e tres annoc, em
Lisboa nos Estaos, e caza primeyra das audiencias da Santa Inquizigao estando ahy na
de tarde o Senhor Inquizidor Simao José Silveyto Lobo mandou vir petante si por ter
pedido audiencia a hu estrangeiro que em dezouto do dito mez tinha vindo para os car­
ceres da custodia desta Inquizigao, e sendo presente por dizer a pedirá para configar nesta
Meza as suas culpas lhe foy o juramento dos Santos Evangelhos sob cargo do qual lhe
foy mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeo cumprir. E logo disse
chamarse Joao Thomas Brulle, Catholico Romano, Francés de nasgao, contratador de dia­
mantes casado com Francesca Marcella Mibort, filho de Pedro Matbeus Brolle, ourives
de ouro, e de Joanna de Arbulen, natural da cidade de Paris, e morador nesta cidade
de fronte a casa da Moeda, de quarenta e quatro annos de idade.
Foy admoestado, q pois tomava tao bom concdho como era o de querer confegar nesta
Meza as suas culpas lhe convinha muito trazelas todas a memoria para drilas facer hua
integra e verdadeyra configao, nao impondo a si nem a outrem testemundo falgo por que
só o dizer a verdade, hera o que lhe convinha para descarga de sua coodenria, salyagao
de sua alma, e bom despacho de sua cauza, ao que respondeo que so a verdade havia de
dizer a qual era.
Que haverá sete para outo annos que elle confitente sahio da cidade de Paris, soa pa­
tria, e discorrendo por toda a Italia Olanda, e Reyno da Inglaterra para melhor tratar
dos seos intereses, e empregar se no negocio de que vivia e em que tratava, chegando
a este Reyno de Portugal, haverá tres annos pouco mais ou menos, com intento de nelle
se estabelecer tomou cazas para si e para sua familia, e entrou a occupar se em lavrar
e pulir pedras preciosas, no que tem hua grande pratica, e porque j¿ hera bem conherido
nos Reynos em que tinha estado, e deste seu trabalho hia vivendo. E contrahindo no
espago deste tempo amizade com alguns dos seos nacionaes e outros estrangeiros, espe­
cialmente com hum Monsieur Bilhar. Francés de nasgao Catholico Romano, solteyro e
caixeiro entao de hu Inglez chamado Pnizie Morís morador nesta cidade na cordoaria
velha, este Bilhar lhe falou hum dia e o persuadió com grande instancia a que quiaesse
ser admitido em hua companhia que se «chava estabdecida nesta cidade chamada de Frae
Masons na lingoa Franceza e na Portugueza de Pedreyros Uvres, dizendo lhe que a tal
companhia se compunha de muita boa gente, e que entrando, elle confitente nella, seria
ajudado e socorrido de todos ñas suas necessidades, e passaria hua vida alegre, porq muí­
as vezes se havia achar em convites e banquetes em cazas que para isso tinhao destina-
as, e que da sua parte só havia concorrcr co mhua moderada despeza que havia fazer-se
> « r .d ° ™a da sua recepgao para o que havia de convidar os mais companheytos como
os taziao. E parecendo bem a elle confitente, tudo o que o dito Bilhar lhe aconselhava,
mmíf u - nB ser para ut'l'dade sua. lhe disse e declarou que quería asociar-se logo a tal
mina ij' C- ser adm*t'do nella, e que estaba prompto para fa*er o que elle lhe detre-
¡i caza*^ , a,ustando entre si o dia para a recepgao na tal companhia o levou o dito Bilhar
na f..a • ta* Menequim, Inglez de nasgao, contratador, solteyro. morador nesta cidade
nova, junto a huma caza de café que está por sima da Igreja da Cooceygao nova,

. . 389
e mais a companhia assitia hu tal Joao Custto, Francez de n«sao contra ador de pedras,
solteyro segundo lhe parece, o qual era o gram Mestre da dita comnanhia ou socjedade,
e o que costumava fazer as recepgoens dos que nella quem o entrar. E chegando elle con­
fitente com o dito Bilhar a dita caza, e sobindo huma escada, entrando na primeyra caía,
serrou logo muito bem a porta o dito Bilhar, e sahmdo neste tempo de outra caza que
ficava para dentro hu tal Monsieur Pietri. Francez de nasgao, contratador, morador nesta
cidade na nía nova chegou a elle confitente e o saudou, e logo lhe fez tirar tudo quanto
trazia comtigo que fosse de metal, como foy o dinheiro de ouro e prata que levava, o
esn-adim as fivelas dos sapattos, as das ligas dos calgoens, e porque a cazaca tinha huns
botoes de metal, lhe fez tambem despir, depois disto lhe fez descalcar o sapato do pé di-
revto ficando somente com a meya, o que tudo asim feito lhe tapavao os olhos com hum
lenco de sorte que elle confitente nao ficava vendo couza alguma, e logo o dito Monsieur
Pietri bateo por tres vezes a porta da outra caza mais interios, a que responderao de
dcuro o que queria. e o dito Pietri respondeo que trazia comsigo huma pessoa que per-
tendia ser admitida por seu companheyro, e tornando a perguntar lhe quem hera, e como
se chamava o companhevro que queria ser recebido, respondeo o dito Pietri que hera
o Senhor Joao Thomas Brulle, e depois de pasado algum espago de tempo se abrió a porta
e o dito Pietri enrregou a hum dos que estavao dentro a elle confitente, que entrou com
os olhos tapados como tem dito, sem que pudiesse ver quem o conduzia, nem tambem o
que cst.-'va na caza, e entrando asim com o conductor lhe fez este dar tres voltas em roda
de toda a caza jumo as paredes della guiando-o para este effeito por ter tapados os olhos,
e tomando a ficar junto da porta por onde tinha entrado posto em pé voltado para o
gram Mestre que como tem dito are Joao Custto, lhe perguntou este que vinha ali bus­
car? e respondendo elle confitente que vinha para ser recebido por seu companheyro e
fica; numerado na congregado dos Pedreyros livres, lhe tiravao logo o lengo dos olhos,
e antao hé que vio o conhegeo todas as pessoas que estavao dentro da caza, e reparou em
que esta tinha as portas e janellas fechadas e nao entrava nella mais luz do que lhe davao
humas vellas que estavao acezas sem embargo de que estava hu dia claro e serem já nove
para dez horas da manhaa, e reparando bem no pavimento da dita caza que era grande
entre o espago que mediava entre elle e o Gram Mestre estava deliniado e debuxado com
riscos brancos e fortes e bem exprimidos a figura de hum edeficio que teria doze pés
de compraiento pouco mais ou menos com seos degraos ou escadas, que segundo sua
lembranga erao sette, e duas colunas aos lados das ditas escadas cada huma de sua parte
o que tudo representava o templo de Salamao como depois lhe explicavam, e estando asim
em pé de fronte do Gram Mestre como tem ditto, depois de lhe haver respondido que
queria ser numerado na companhia dos Pedreyros Livres lhe disse antao este =Pois fareis
agora o que eu fago= E pondo neste tempo a mao aberta sobre o peito, todos os que es­
tavao presentes fizerao o mesmo, como tambem fez elle confitente, e chegando neste tem­
po hum dos que estavam ao lado do Gran Mestre a elle confitente, lhe fez por o pé
direno sobre o primeyro degrao de Templo que no pavimento estava riscado, e logo lhe
fez por sobre o .nesmo degrao o pé esquerdo de sorte que ficava o lado do esquerdo en­
costado ao caicanhar do áireyto e desta mesma sorte fez por todos os outros degraos
com muito sintido e advertencia levantando em cada huma delles o corpo para fingir
que h¡a subindo como se fora verdadeyramente hua escada. E acabando de subir asim
todos os degraos pasando por sima de todo o mais risco ou debuxo do Templo, chegou
ao topo da caza junt ao gram Mestre que estava em pé com hu compago de metal na mao
e hum martelo de pao na outra. e tinha langado ao pescogo hu listao ou fita larga azul
como costumao trazer os cavaleyros das orden s militares, tendo no lugar do habito ou
medalha, hum triangulo de metal dourado muito bem feito e curiosamente lavrado, c
asjm mais em toda a fita ou listao dispostos por boa ordem todos os instrumentos que
seryem ao officio de Pedreyro, como sao colher, trolha, martelo, nivelo, e os mais de que
neüe <e uza tudo de metal dourado muito bem fabricado e feito com bello artificio, E
que nao só o dito Gram Mestre mas tambem todos os mais que lhe assistiao nao dita caza
tmhao tambem langados ao pescogo seus listoes ou fitas azues menos largas que a do
m Mestre e no lugar da medalha tinha cada hum o instrumento do officio de Pedreiro
que correspondía ao grao em que tinha sido recebido na congregagao, e desta sorte tinhao
huns por medalha hu martcllo, outros hua colher, outros nua trolha, &c. E c h e g a n d o
como tem dito ao Gram Mestre q .e estava na forma referida vio que tinha deante de **
um tamboreterazo, junto ao qual estavao duas vellas acezas, e sobre elle hu livro aberto
que era a Bibilia, fi ando todas as mais luzes de sorte que estavao postas no c h a o alu-
mÜÜI ° r í e P^te todo o risco ou debuxo do Templo. E logo o dito Gra*1
re lhe foy explicando que aqueüe debuxo que elle confitente via era o templo dc
a amao com os seos sette degraos e que as duas colunas se chamavao hua JotujuifM e outra

390
Bóos que na lingoa Franceza por forca do ditengo se pemunda Bóos fazendo lhe tambem
ver é rever e reparar que no meyo do dito templo estava debuxada hua grande estrela
como resplandecente a qual era a estrela do Oriente, ou como cottuma dizer se a estrela
da Alva, a qual especialmente ilustrava a todos os que trabaihavao no templo. E aún
inais lhe fez reparar em tres estrelas mais pequeñas que tambem estavao debusadas, as
uuaes lhe disse que apareciao á prima noite o deootavao o bom dcacango e socego que
haviao exprimentar de noite os trabalhadores. E feita esu explkacao lhe mandou desatar
a liga da parte direyta e descobrir o joelho, de sorte q fícou na carne, e lhe mandou
tambem que o pozesse asim sobre hu pedazo de couro branco que estava no chao junto
ao dito tamborete sobre que estava a Biblia, e sobre ella lhe fez por a mao e tomar o
juramento de observar rigorosamente tudo quanto lhe fosse ordenado em ordem a dita
congregado, e suas Leys, e acabada este juramento lhe fez descobrir todo o peito es-
querdo de sorte que ficasse aparecendo bem toda a carne delle, e pondo lhe hua das pon-
tas jo dito comparo q tinha na mao sobre o peito descuberto que era o esquexdo, em
tal modo q alguma coiza o ficava molestando, disse para elle confítente as palanas se-
guintes - Quereis vos ser Pedreyro Livre e vindes de vossa boa vontade a ser recebido
nesta veneravel asemblea? = E respondendo ele confitente que sim, lhe tomou o Gran
Mestre a dizer = Pois agora vos diréis melhor qual hé a vossa obrigacao = E continuando
a explicar lhe com vagar tudo aquilo em que a dita obrigacao consistía, a primeyra couza
que lhe recomendou foy que nao havia de fazer nem falar mal de nenbuma sorte contra
a religiao, fosse qualquer que fosse, especialmente contra aquela que profesava, nem tam­
bem havia mover disputas nem contenidas sobre esta Materia, nem sobre eOe introduzir
nem admitir praticas nem tambem havia de falar mal contra o seu Rey, nem contra o
estado, nem contra os bons costumes, nem descobrir couza alguma que por qualquer mo­
do pertencesse á companhia dos Pedreyros Livres, e isto nem directa nem indirectamente,
ou fosse escrevendo, ou falando, ou pintando e debutando, porque nada do que visse
ou ouvisse ou sobece havia de revelar em nenhu cazo, e que quando se achace em alguma
logea ou caza destinada para os seos ajuntamentos nao havia proferir polavra obsesa, nem
cantar ou dizer couza alguma que fosse dezonesta, e que tudo isto ficava obligado a
guardar pello juramento que tinha tomado debaixo das penas de lhe ser cortada a lingoa,
atravesada a garganta, arancado o coragao, e ser o seu corpo feito em pedapw e botado
no mar distante da térra quanto hé comprido o mayor calabre de navio: ao que elle coo-
fitente respondeo que asim o prometía debaixo do juramento que havia tomado. E ditas
estas palavras se levantou em pé e o Gran Mestre lhe disse as palavras seguintes =
Agora sois já nosso irmao = e dizendo isto o abragou, e o mesmo forao fazendo todo6
os que se achavao prezentes: hum dos quaes levantando do chao o coiro ou pelle branca
sobre a qual elle confitente tinha o joelho quando tomou o juramento, Iha dngio e aco-
modou a cintura por modo de avental como costumao uzar os que trabalhao e logo Die
derao duas luvas brancas, hua de homem e outro de molher fazendo lhe calcar na mao
direyta a que era de homem e a que era de molher lhe acomodarlo ao cinto por sima
do avental que tinha posto, e neste mesmo tempo todos os que estavao presentes fizerao o
mesmo, pondo cada hu delles o seu avental de pelle branca, calcando na mao direyta
hua luva branca de homem e pendurando no cinto hua de molher, e sentados todos £i-
cando elle em pé diante do gram mestre disse este antao para elle confitente = Agora
vos ensinareis os signaes pelos quaes haveis de ser conhecido e tratado em toda a parte
de vossoj irmaos e companheyros ainda que elles vos nao tivessem visto nunca nem vos
a elles para que asim vos pocais reciprocamente valer e ajudar en todos os casos e o cu ­
rrencias = E logo principiou a praticar lhe os ditos sinaes, os quaes oonsistiao huns em
palavras e outros em accoens: os sinaes de acao era o o abrir a mao direyta e passar com
ella asim aberta como atravesando a garganta, o outro sinal era o apertar a mao como em
acto de cortezia e amizade, e nesse mesmo tempo carregar com a ponta do dedo poier no
090 da primeyra junctura do dedo index daquelle a quem apertava a mao duendo no mas-
mo tempo ao ouvido e em vos sumida a palavra Joaquim, os quaes signaes o sao e serviao
sementé para aqueles que nao tinhao na ordem outro gráo mais que o de aprendiz em
^UC M con^tente «Htao hera sómente admitido; e ensinados asim os ditos sinaes pelo
íiram Mestre chegou este junto a si, a elle confitente e lhe mandou que praticasse com
c u'antc de todos os signaes que lhe tinha dado, o que elle confitente fe*, apertando
a mao ao gram mestre, fazendo e dizendo tudo o mais q lhe fora encinado. e mesmo foy
azendo a todos os que estavo prezentes, que achavao que elle confitente estava pratko
Me ? P?rsebid° bem tudo quanto se lhe havia ditto, Executado isto, e centado o gram
c “ls?e. «ntao para elle confitente que lhe quería faier outra mayor graca, a qual
ivir °' uí1*'0 -*° de Compsnbso na sua lingoa, ou Comptmbeiro na nossa, e
isto lhe cmsinaria os precisos signaes para se dar a coohecer aos mais como Fedteyio
Uvre que tambem tinha e gozava deste gráo ou emprego que hera o segundo entre elle*,
os quaes sX nSS comcistatiao em abrir a mao direyta e bater com ella sobre o peno
S qum to e C depois apenando a mao daque le a quem se quena dar a conhecer como
em S e ito de urbanidade havia carregar com o dedo índex sobre a primeyra juntura do
cm ciicnvj uc u «nertava dizeno e pronunciando no mesmo tempo a palavra
S em W ’ sumissa Jerto do ouvido advertinho lhe tambem q quando ficasse duvidoso
de se haver“ explicado bem e entendido daqueles a quem se dava a conhecer nao havia
pronunciar integramente as palavras Joaquín, e Boas e neste cazo só havia pronunciar as
letras oue formao estes dous nomes, como por exemplo, quando quizesse dir a palavra
Boás só havia pronunciar a primevra letra que hé o B e logo o outro havia pronunciar
a segunda letra dizendo O e continuar elle a terceyra dizenco A, e outro a ultima dizendo
? e asim da mesma sorte na palavra Joaquim. O que tudo lhe fez logo o Gram Mestre
praticar com elle para examinar e saber se elle confitente ficava bem certo em tudo
quanto lhe tinha encinado. como com effeito fez com grande satisfa?ao e contentamente
de todos. Executado isto, lhe mandarao dar novamente outras tres voltas ao redor da
caza junto as paredes della. como já tinha feito no principio, e tornando a tomar novo
juramento para o gráo de companheyro sobre a mesma Biblia, lhe declarou o Gram Mes­
tre que ficava admitido no ditto gráo, e por tal seria dali por diante tratado e reconhecido,
e depois lhe fez o Gram Mestre huma nova a grande exorta?ao na qual lhe advertido e
recomendou muito a observancia de todas as suas regras, as quaes se emeaminhavao todas
a viverem em grande paz e uniao, amando se reciprocamente muito, e ajudando se fiel­
mente em todas as suas necesidades, negocios, pertencoens, e ocurrincias, nao falando nun­
ca por nenhum cazo ma! do Principe, do Estado, nem do governo delle, nem tambem ha­
via talar, e muito menos disputar, em materies de Religiao, fosse qualquer que fosse, e
acabada esta pratica se levantarao todos, e compuzerao, e sahirao a tratar cada hu do seo
negocio, o que seria das honze horas para o meyo dia, e ficavao convidados para se tor-
narem a juntar na mesma caza pela hua hora para jantarem, o que com effeito fizerao, e
o jamar foy grande e esplendido, comendo se e bebendo se com largueza, e toda a despeza
que fez no dito jantar correo por conta dele confitente, e logo no principio recomendou
o gram mestre a todos que nao dissessem palavra obsena que pudesse escandelezar, nem
tambem se molestace algum com palavra que fosse picante e por quelquer modo offen-
siva. e socedendo que algu contraviesse desta hordem seria multado em pena pecuniaria
a seu arbitrio, e acabado o jantar, que se pasou com grande alegría, e contentamente de
todos, se despedirao com grandes signaes de amor e forao tratar do seo negocio.
Disse mais, que todos os ajuntamentos desta sociedade se fazem em cazas destinadas
pela gram mestre para este fim, as quaes cazas sao chamadas Loges, nem se nomeao de
outra sorte entre os pedreyros livres, e na eley^ao do Gram Mestre esta o fazerem se os
taes ajuntamentos hora em caza de hum, hora em caza de outro, segundo a comodidade
que para ista há.
Disse mais. que para formar hua Loge completa, sao necessarias ao menos sete pessoas,
porem que aigumas vezes soceda abrir se a loge somente com sinco, a q chemeo Loge
imperfeita.
Disse mais que em todas as loges perfeitas e completas, principalmente quando as
pes cas que intervem sao mais de sette, ha de haver necessariamente os seguintes offidos,
a saber: O Mestre, hum Tezoireyro, hum Fiscal, hu Advogado, dous Escrutiñadores, hum
Lompanham, e hum ou mais Aprendizes. O Mestre hé o que faz as recepgoens e o que or­
dena tudo, o que os mais hao de fazer, o Thezoureyro recebe o dinheyro das multas e
tudo o mais que se tira para acodir aos irmaos desta sociedade quando se achao em algum
aperto, porque tudo fica depusitado na sua mao para se distribuir a seu tempo a arbitrio
do gram Mestre. O fiscal serve p acuzar todos aqueles que estando na loge cometem al­
guma taita que de alguma sorte contravenha as Leis da ordem, como hé o dizer algum*
palavra obsena, falar mal do Estado, do Principe, ou da Religiao, &c, O advogado serve
para orar por parte dos acuzados, desculpando os com boas rezoens, e mostrando nellas
que canirao na culpa ou por inadvertencia, ou por falta de pratica por serem modernos,
ou alegando que a materia nao hé bastante para a pena, e depois de ouvido o advogado
a^t3(í i entao t°d°s’ princ'piendo pelo Mestre, e o acuzado fica condenado ou livre segundo
C venc.cm 05 ma's votos. Os Escrutiñadores servem pavigiar bem a parta d*
i indo multas vezes a ella e examinando bem se alguma pessoa se acha escutando
_ ux „ C» ° ra’ ou se alguma sorte pode ser persebido o que se faz e diz na loge.
rnmMnV.»,™3 ° c'c Qu^quer modo podem ser sentidos e descubertos. O1
Gram Mmre !mu nao ma‘® emPre8o do que aquelle que lhe detrimina o
Uram Mestre mandando falhe aquilo que le parece ser preciso.

392
Disse mais, que em todos os seos convites principalmente nos que se fazem em dia
de recepcao de algum dos Pedreyros Livres a primeyra Mude ou brinde que ae fas hé
ao Gram Mestre, e a todos os mais Mestres inferiores das Loges de Inglaterra, e isto
fazem como hua grande seremonia que hé a seguinte. Lan^ao o vinho no copo que tem
diante de si sobre a Meza, e logo os que hao de fazer a saude pegao no copo e o levan-
tao da Meza couza de meyo palmo, ficando com elle suspendo, e logo o tornao a levantar
por outro meyo palmo, parando da mesma sorte que da primeyra vez tinhao feito, depois
o levantao terceiyra vez por outro meyo palmo, apartando-o de si mais alguna couza e
ficando asim todos suspensos e parados como o copo de fronte da boca oUumdo para o
Gram Mestre, e tanto que elle diz a palavra fogo bebem antao todos, e depois de bebe-
rerri oferecem o copo da mesma sorte e naquele mesmo acto que fazem os soldados quando
aprezentao a arma, e depois o tornao i por na Meza por trez vezes em diferentes espatos
de tempo da mesma sorte que o levantarao. Feito isto bate o Mestre por tres vezes na
Meza com o seu copo, a primeyra muito brandamente, a segunda mais forte, e a terceyra
mais rijo, e logo gritao todos dizendo viva, viva, e viva, e isto fazem estando todos em
pé, depois bebem a saude do gram Mestre das Loges da Franca e de todos os mais mestres
sobaltemos, e depois a saude de todos os companbevros, e últimamente os Aprendizes, e
cantao tres arias, ou cantigas que tem de perposito para isto, huma em louvor dos Ríes-
tres, outra dos companheyros, e outra dos aprendizes, e no fim do jantar dá o Mestre
tres pancadas com hu martelo de pao sobre a Meza, e diz para os convidados = Mcos
irmaos a loge se fecha, cada hu se pode hir embora. E por ser dada a hora se nao con-
tinuou mais esta sessao, que sendo por elle ouvida, e por meyo do seu interprete ex­
plicada e entendida, disse que estava escripta na vetdade e que ndla se affirmava, raófí-
cava e tornava a dizer de novo sendo necessario, e que nda nao tinha que acrecentar, di­
minuir, mudar, nem enmendar ou de novo que dizer ao eosturne, sob caigo do juramento
dos Santos Evangelhos que outra vez lhe foi dado. Ao que estiverao presentes por hones­
tas e religiosas pessoas, que tudo virao ouvirao, e prometen» dizer verdade no que fossem
preguntados sob cargo do juramento do6 Santos Evangelhos, os Lecenciados Manoel Lou-
rengo Monteyro, e Manoel da Silva Diniz, Notarios desta Inquizi^ao, que ex causa asis-
tirao a este ratificado e asignar ao com o Réo, seu interprete, e o dito Senhor Inquizidor.
André Corsino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Siyvr° Lobo Jr.
Jean Thomas Bruslé
Fr. Carlos de S* Antón»
M Lour0 Mont° M®1 Silva Diniz
E hido o Réo para seu carcere forao preguntados os sobreditos Lecenciados se Ibes
parecia que falava verdade e merecía crédito, e por eles foy dito que lhes parada falava
verdade a merecía crédito, e tomavao a asignar erano o dito Senhor Inqumdor. André
Corsino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Siyvr0 Lobo Jr.
M Lour° Mont° Mel Silva Diniz
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 46-83).

APENDICE N* 43 F
Confesión 2 *
Lisboa, 26 Marzo 1743.
Aos vinte e seis dias do mez de Mar^o de mil e sete centos e quarenta e tres annos em
isboa nos Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Inquizi^ao, estando ahy *oa
e manhaa o Senhor Inquizidor Simao José Svlveiro Lobo ma dou vir perante si a Joao
_ omas Brulle, Réo prezo nos carceres da eostodia contheudo nestes autos para effeito
e..continuar sua condicao, e sendo presente lhe foy dado o juramento dos Santos Evan-
fce os em que pos sua mao sob cargo do qual lhe foy mandado diser verdade e ter se-
f¡, ? ,° que ¿u<*° Prometeo cumprir E logo Disse mais que as pessoas com que elle, con­
fio* Sn j ou na.s ditas congregaos e ajuntamentos. e sabe serem conhecido6 e trata-
j P°r “edreyros livres sao as seguintes — Monsieur Joao Custo que hé o Gram Mestre
ficflqUCJ em. dito e conírontado: Monsieur Bilar de quem tamban ji disse em sua con-
n.í mu: Monsieur Motan, Flamengo ou Francez segundo o su parecer, cazado nao sabe o,
M tí colher, lapidario, morador nesta cidade defronte de a. Paulo: Minique de quem
m t',to: Ruverol, Olander. de nas^ao, Protestante, e Mercador, sohejrto, morador
tiesta cid.dc * Cruz de Cat t o q u e f aras: Monsieur Pietro, Francez de nas9ao Catholico Ro-
mano, de quem tambem ji disse: Monsieur Fenx, Francez de nascao, homen «le negocio,
Catholico Romano, solteyro, morador no beco dos Apostólos. Monsieur Sin Julián. Fr«n-
cez de nascao. contratador, solteyro. morador nesta cidade na nbeyra: Monsieur Palhete,
Francez de nascao, mercante, solteyro. morador na Villa do Cadival: Marchan, Olandez
de nascao Catholico Romano, Corretor de negocios e morador nesta cidade na rúa nova:
Monsieur Richar. ou Ricardo. Protestante. Francez de nascao, contratador e asáltente nesta
cidade na rúa novo: Bolange Marcante, natural de Liege, Catholico Romano, morador
nesta cidade no fim da rúa dos Escudeiros: Monsieur Moston, Francez de nascao criado
do Embaxador de Franca, Altayate e solteyro morador nesta cidade ao bairo alto: Mon­
sieur de Laleina, francez de nasgao. solteyro morador nesta cidade na rúa dos Escudeyros:
Monsieur Vilancwa. Francez de nascao, cazado nao sabe o nome da molher, abridor de
estampas, morador iunto ás caz as do Secretario do Estado Antonio Guedes Pereyra:
Monsieur Xarmuar, francez de nascao, Lapidaryo, cazado com hua portugueza a que nao
sabe o nome, morador na rúa nova: Dous mocos Francezes, entre si irmaos chamados os
Pages, moradores na rúa dos escudeis, e sao mercadores: quatro Mosso Inglezes com os
quaes concorreo algumas vezes mais nao lhe sabe os nomes nem donde sea naturaes e só
que sao Mercantes.
Disse mais, que na sobredita pratica q o Gram Mestre lhe fez quando elle, confitente,
ioy recebido nesta cidade, lhe explicava a rezao porque estava da parte oriental do templo
de Saiamao. e o recebido devia ficar da parte occidental, fazendo hu largo discurso sobre
a fabrica c magnificencia do mesmo Templo, e falou tambem ñas duas colunas e numero
dos degraos, e que tudo por lhe parecer hua invencao tirada do mesmo discurso do dito
Grao mestre lhe nao ficou lembrando por fazer muito pouco cazo do que lhe ouvia e só
se lembra de que lhe dizer o que uzava naquelas funcoens de martelo de pao e nao de
ferro porque na fabrica do Templo de Salamao se nao tinha ouvido rumor nem estrondo.
Disse mais, que ñas ditas cancoens ou cantigas q se cantao quando estado ñas loges
que sao destinadas para aquele intento, algumas délas contem em si louvores div°s como
hé hua q comeca =A r divino, ente Supremo = &c e outras de que se nao lembra. E que
tambem ha cantigas ou cancoens em louvor dos Mestres, Officiaes, e aprendizes da mesma
sociedade, tudo destinado e composto para o tal fim. E que estas sao as culpas que tem
que conticar nesta Meza, as quaes cometeo parecendo lhe nao serem culpas porquanto
tudo quanto vira e prezenciara depois de ser admitido na dita sociedade entendia serem
couzas indeferentes e que em nada contradiziao a fé e bons costumes, sem embargo de q
depois ouvira q estas mesmas sociedades tinhao sido prohibidas pela Sé Apostólica, esta
foy a razao porque se apartou dellas depois que o ouvio dizer, e de tudo quanto obrou
nesta materia e está muito arependido, e de tudo pede perdao e que com elle se uze de
misericordia.
Foy lhe ditío que tomou muito bom celho em principiar a confinar nesta Meza as suas
culpas e lhe convem muito trazellas todas a memoria para délas fazer hua inteyra e ver-
dadeyta confi; ao declarando e verdadeyra tencao q teve em cometer as que já tem con­
fiado nao impondo vorem a r.i nem a outrem testemundo falcao porque só o dizer a ver­
dade hé o q lhe convem para descargo de sua conciencia, salvagao de sua alma e bom
despacho de sua cauza E por tornar a dizer que nao tinha mais culpas que confiar, nem ri­
vera outra tencao mais da que tem declarado foy outra vez admoestado em forma, e man­
dado a seu carcere. sendo lhe primeyró lida esta sua conficao e por elle ouvida e por
rneyo do dito seu interprete entendida disse que estava escripta na verdade e que nella
se afíinnava, ratificava e tornava a dizer de novo sendo necessario, e que nao tinha que
acrecentar. diminuir, mudar nem enmendar ou do novo que dizer ao costume, sob cargo
do mesmo juramento dos Santos Evangelhos que outra vez lhe foy dado, ao que estivefto
prezentes por honestas t religiozas pesoas que tudo virao, ouvirao e prometerao dÍ2er vet*
dade no que fossem preguntados sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos, Of Li­
cenciados Thomas Feyo de Barbuda e Manoel da Sylva Deniz Notarios desta Inquizi$*°
Lauzar as‘st^ ao a ***• ratificacao e asignarao com o Réo seu interprete, e com o
di o oenhor Inquizidor. André Corsino de Figueyredo o escrevi.
Simao fosé Sylvr" Lobo
r ~ t t Jran Thomas Bruslé
Fr Carlos de S° Antonio
a™ j c , Thomas Feyo Barbuda
Mel da Sylva Diniz

^ Y i carccrc íorao preguntados os sobreditos Lecenciados le P*


recia que falava verdade e merecía crédito e por elles foy dito que lhe parecía

394
verdade e merecía crédito tornarao a asignar com o dito Senhor Inquizidor. André Cor*
sino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Sylvi* Lobo
Thomas Feyo Barbuda
Mel da Sylva Diniz
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Procesto n. 10.683, fol*. 84-93).

APENDICE N.* 43 G

Juramento del Nuevo Intérprete.


Lisboa, 6 Abril 1743.
Aos seis días do mez de Abril de mil e sete centos e quarenta e tres annos em Liaboa
nos Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Inquizi^ao estando ahy na de manhaa
o Senhor Inquizidor Simao José Silveyro Lobo mandou vir perante si ao Padre Fr. Carlos
KeJle Religiozo da Ordem de Sao Domingo Reytor do seu Colegio de Nossa Senhora
do Rosario do Corpo Santo desta cidade e Lisboa onde hé morador, e sendo presente lhe
foy dito que o fazia de Interprete de hu estrangeiro prezo nos carceres desta Inqoácao
por nao saber couza alguma da lingoa Portugueza e por estar impedido o outro interpre­
te que lhe fora dado para que bem e fielmente interpretasse tudo o que o dito estrangeiro
dissesse como tambem todas as perguntas que lhe fossem feitas e trspostas que della» díase
o que tudo o dito Padre prometeu cumprir sob cargo do juramento dos Santos Evangdhos
que lhe foy dado de que fiz este termo de madado do dito Senhor Inquizidor com quem
assinou André Corsino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Sylvr0 Lobo
fr Carlos O’Kelly, Reytor
do Coll° de Nossa Senr* do R
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 94-95).

APENDICE N ° 43 H
Examen (Confesión 3 .*).
Lisboa, 6 Abril 1743.
Aos seis días do mez de Abril de mil e sete centos e quarenta e tres annos cm l i aboa
nos Estaos e caza primeira das audiencias da Santa Inquizt^ao estando ahí na de manhaa
o Senhor Inquizidor Simao José Silveiro Lobo mandou vir perante si a Joao Thnmaa
Brulle, Réo prezo nos carceres da custodia contheudo neste processo, e sendo presente Ibe
foi dado o juramento dos Santos Evangelhos em que pos sua mao sob cargo «lo qual lhe
foi mandado dizer verdade e ter segredo o q tudo prometeu cumprir.
Perguntado, se cuidou em suas culpas e as quer acabar de confesar e a verdadeira
ten^ao que teve em cometer as que já tem confesado, por ser o q lhe convem para des­
cargo de su conciencia, salvado de sua alma e bom despecho de sua cama.
Disse, que sim cuidara mas que nao tinha mais couzas alguma que confesar nem tivera
outra tensao mais do q tem declarado.
Perguntado, se está lembrado de haver confesado que nesta cidade fora e procurava
ser admittido em hua sociedade chamada dos Pedreiros Livres na qual o receben» com
u P™nde aparatto de seremonias e sircunstandas novas e extraordinarias?
Disse, que muito bem lembrado estava de haver confesado tudo o q se contem « a
pergunta.
Perguntado, quanto tempo ha que nesta Corte se deo principio a tal congregacao ou
souedade c quem forao os primeiros que a introdurirao. por que modo, entre que pessoas,
v cni que parte?
Disse que elle nao sabe avuza alguma do que se contem na pergunta.
i erguntado, se na dita congregacao há particulares estatutos ou rtgras para seu go-
erno, se as vio e estado reduztdas a livro ou quademo e se este hé impreco ou manucs-
cripto, quem foi que o mandou impremir ou escrever, em que parte, e por quem foi
isto ordenado e cm que lingoa?
uisse, q na dita congregaeso nao há regras nem estatutos alguns reduxtdos a escriptura
lnipre9os, antes ouvido dizer muitas ve*es que os nao podía haver porquanto tudo
o que se dispunha e ordenava pendía totalmente de determinado verbal do Grao Mestre,
e só acora se lebra de ter visto há tempos hu livro em outavo impreco na cidade de Franc-
furt nsTAlemanha em lingoa Francesa, o qual tratava largam da historia desta ordem dos
oedrevros livre; dizendo que fora instituida no tempo de Saiamao, explicando muñas cir­
cunstancias pertenecentes a mesma ordem, e tratava tambem das multas pessoas que nella
tinhao entrado, e que este livro vira na mao de hu Francez q despois se auzentou para
París e emende o levou consigo. ,
Perguntado se alem das pessoas q tem nomeado, sabe de mais algunas q estejao aso­
ciadas á dita congregado e se achem nos seos ajuntamentos, e se entre os estrangeiros
q nomeau entrao tambem alguns Portuguezes e quem sao estes?
Dis>e q se nao lembra de q entrem mais estrangeiros na congregado desta cidade
de Lisboa alem dos que tem nomeado, e dos Portuguezes nao sabe que nenhu fosse athé
asora admitido nella.
" Perguntado, se a dina congregado que ha nesta Corte tem alguma subordinado ao
Grao Mestre do Reyno de Franca, Inglaterra, ou de outro algu Reyno, em que consiste
a tal subordinado, ou se hé totalmente, absolutta e independente de todas as mais?
Disse, que nao sabe que esta congregado de Portugal tenha alguma subordinado nem
ainda comunicado com as dos outros Reinos.
Perguntado se as couzas que se sobservao e praticao na congregado que há neste
Rein? se encinao a todos os que nella entrao, ou se há algumas sircunstancias reservadas
sómente para alguns, que couzas sao e a que pessoas sao rezervadas?
Disse, que na dita congregado se encina a cada hu aquilo que lhe pertence conforme
o grao e qualidade em que hé admitido, e desta sorte se encina aos aprendizes somente
o que lhe toca, e asim tambe maos companheiros e mestres.
Perguntado, em que consiste o mais que só encina aos mestres e companheiros que
se nao comunica aos aprendizes?
Disse. que nenhuma outra couza se encina aos mestres e companheyros alem do que
se encina aos aprendizes mais do que a diferend dos signaes e palavras que lhe conrres-
pondem conforme a d if e r i d dos seos graos, tudo em ordem a serem coheddos entre si
conforme a devercidade delles.
Perguntado. se quando o Grao mestre recebe a outros tambem na qualidade de mestres
asistem todos os mais que o nao sao a estas recepgoens, ou se sao excluidos dellas?
Disse. que na recepcao dos Mestres nao asistem senao aquelles que tem o grao de
Mestre. na recepcao dos Companheiros asistem sómente os Companheiros e mestres, a
na dos aprendizes e officiaes asistem todos.
Perguntado. se o segredo que todos prometem guardar debaxo do juramento e na
forma q tem ditto, hé común a todas as outras congrega^oens dos mais Reynos ou se hé
sómente para esta de Portugal.
Disse, que segundo ouvio dizer a muitos dos que forao recebidos nos outros Reynos
?e faz o juramento da mesma sorte e con todas as sircunstancias que se faz neste Reyno
de Portugal. se pratica ^ guando elle foi recebido como tem dito.
Perguntado qual hé a materia sobre q cahe hu juramento feito com hua tal soleni-
dade. tomado na Sagrada Bibilia, em prezend de tantas pessoas, precedendo circunstancias
tao extraordinarias e exquisitas, e sogeitando se nele a penas tao horrorozas e exacraveis
como sao aquellas a que voluntariamente se sogeitao os que tomao o tal juramento?
D?s>e, que o dito juramento se nao ordena a outra couza mais do que a obriga^ao de
guardar hu exacto e inviolavei segredo en tudo o que pertence a ditta congregado.
Perguntado, quaes sao as couzas pertencentes á dita congregado em que hé necessario
guardar este inviolavei segredo?
Disse; que nao sao nenhumas outras mais do que as ac^oens, palavras, e signaes que
lhe sao encinados para serem entre si conhecidos em qualquer parte que se acharem na
mesma forma que tem ditto.
Perguntado, se conhece elle que qualquer juramento se nao deve tomar sem as de-
vi ao sircunstancias de serem competente juizo em materia grave, e para fim honesto e
importante?
Disse, que conhece muito bem o que se conthem na pregunta,
erguntado, se conhece elle que nao devendo tomar se qualquer juramento sem res-
f eitaf a matem grave, e importante, muito menos devia tomarce hu juramento feito com
tao hororozas sircunstancias na Sagrada Bibilia, sogeitandose por elle as mayores pena»
que podem imaginar se?
Disse, que reconhece muito bem tuo que se contem na pregunta. t
Se conhccc 3 ™teria sobre a qual tem dito que cabe este ex«crtve>
como sao as aco^oenz, palavras, e signaes, hé materia em sy frivola e ridlcul*»

396
c que nao tem, nem pode ter aqueUe greve pezo e importancia que hé necesario haver
para hu tal juramento.
Disse, que conhece muito bem tudo o que se contncm na pergunta, e que he frivola
c ridicula a materia sobre que cahe o tal juramento.
Perguntado, como logo pode ser que a materia do juramento e todo o seu fim nao
seja outro mais que para nao descubrir as palavras, acfoens, e signaes que lhe endnao
para serem entre si conhecidos, confitando que esta materia hé frívola e ridicula e que
se nao deve nem pode tomar hu tal juramento senao pelo mais grave honesto e importante
fim de que se cegue que maliciozamente emeobre a verdade e nao quer acabar decla­
rar qual hé fim deste juramento?
Disse, que reconhece muito bem a for$a da pregunta porem que tem ditto toda a
verdade sem encobrir couza alguma della, porquanto quando lhe fizerao tomar o jura­
mento nao sabia o fim a que este se encaminhava, nem tambem a materia sobre que cahia,
e somente por conformarte com o que lhe dizia o Grao mestre tendo o mao sobre a Bibtlia
hia repetindo o que o mesmo Grao mestre lhe ditava, o que nao gómente hera que guar-
dasse o segredo a respeito das signaes, mais tambem para nao falar nunca mal da Religiao,
do Principe, nem do estado, o que tudo lhe pareda ser radonavd e justo, e por esta
rezao se sogeitou as sobreditas penas.
Perguntado, se elle conhece que hé racionavel e justo nao falar contra a Rdigiao» con­
tra os Principes, e contra o estado, para que hera logo necessaria este juramento debaxo
de penas tao horrorozas quando sem preceder juramento algum se decia observar assim?
Disse, q agora conhece que obroce mal en tomar o dito juramento por ser a su materia
totalmente frivola emquanto do nao revelar as ac^oens e signaes que lhe endnarao para
ser conhecido entre os outros, ainda que só nesta emquanto só nao falar mal da Religiao,
do Princepe, nem do estado, nem contra bons costumes*
Preguntado, se conhece elle que em todas as sircunstandas que intervierao na sua re­
cepto há muitas coizas supersticiozas totalmente alheas do uzo común e daqudle fim
q sómente dis ter a dita sociedade como sao o entrar com os olhos tapados com hu pé
descalco dar tres voltas a roda da caza, e outras mais que nao podem deixar de ter outro
algum fim oculto que elle maliciozamente incobre?
Dis se, que en todas as sobreditas aciones entende que nao houve sombra alguma de
superstigao porquanto acenta, e acentou sempre comsigo que tudo o q se obrava ñas ditas
recep^oens nao hera outra couza mais do que hu jovenil devirtimento com o qual querem
passar o tempo os socios da dita congregado, comendo e bebendo ¿ custa dos que sao
novemente admitidos, e para melhor os atrahir formao todas aqudas patranhas que pa-
recendo couzas extraordenarias nem tem sustanda alguma nem outro algu fim.
Perguntado, se ouvio elle dizer em algumas das congrega^oens, que ñas que se faxm
neste Reyno ou fora delle, se proferem algumas propozi^oens ou palavras que sejao de
alguma sorte contra a fé, ou uzo comum da Igreja?
Disse, que nao, antes sabe que a primeyra couza que se recomenda em todas as con-
gregagoens hé o nao dizer hua só palavra direita nem indirettamente em materia de
Religiao.
Foy lhe dito que por haver informado nesta Meza que nesta Corte se faziao certas
ajuntamentos e ssenbleas de pessoas asossiadas a hua congregaban chamada de Frémcm
zoens na lingoa Franceza, en a Portugueza de Pedreyros Iwres a qual congregado ou so­
ciedade condenou o Sumo Pontífice Clemente Duodedmo por Bula Apostólica o que se
fez publico nesta cidade e en tudo este Reino por Editaes que se íerao e fixarao de or­
dem do Santo Officio ñas portas das principaes Igrejas, e havendo ourrosim informado
qu’elle era hu dos socios e adjuntos da tal congregado fora mandado vir prezo para os
carceres desta Inquizi^ao, e logo que foy prezo pedirá audienda dizendo que a pedia
para confinar as suas culpas, e tomara o bom e saudavel concelho de as principiar a con-
í ’ J^aS com ta* deminuÍ9ao o malicia que nao tem thé agora satisfeito a parte j?Hn-
cipal dellas por nao descobrir nem dedarar a verdadcyra materia sobre que cahe hum
tao grave e apenado juramento como confesa haver tomado, sugdtando se por elle as
mayores e mais graves penas que podem padecerse, nem ainda imaginar se, reconhecendo
e confesando que se nao fas crivel que hu tal juramento fosse instituido senao para debaxo
elle se occultasem materias gravísimas do mais importante peso. E porquanto lhe con-
vem muito para descargo de sua conciencia e bom despacho de sua cauza o confesar integ­
ramente tudo quanto vira c ouvira, e sabe se pratica nos ditos ajuntamentos, e ó fim
* que respeita, c para que foi instituido o tal juramento e sircunstandas ddle que o faz
ao suspeitozo e pureza de nossa Santa Fé Catholica, como tambem os mesmo ajúntamen­
os, pois como tais forao condenados pela Sante Sé Apostólica, de novo o admoestao com
uita caridade da parte de Christo Senhor queira abria oaf olhos da alma e pondo

397
de parte todos os respeito* humanos que o podem impedir, acabe de fazer hua inteyra e
sincera confino de todas as suas culpas e declarar toda a verdade délas, para que asim
se possa uzar com elle da misericordia que pede e a Santa Madre Igreja costuma conceder
aos bons e verdadevros confitentes. E por dizer que tinha dito toda a verdade de que sabe
e nao tinha mais culpas que confiar, nem sabia que o dito juramento tivesse outro algú
fin mais do que tem declarado e que tudo quanto na dita congregado se obra hé para o
tim de comerem huns assiste de outros, e para melhor os atrahirem inventarem aquella
ouantidade de seremonias exquisitas que se praticao ñas recepsoens, nao sendo em si
outra couza mais do que hu invento rediculo para mover se as imagma$oens e vontades
e excitar o desejo para serem admitidos, crendo e esperando que lhe serao comunicadas
couzas graves e importantes em virtute do dito juramento, achando se últimamente desen­
fados e arependidos por conhecerem nao haver na dita congregado nada do que esperavao
observando depois mente o segredo por nao mostrarem, e darem a entender que se deixa-
rao emganar com coizas tao pueres e rediculas como sao aquelas que entrao ñas ditas seri-
monias. E que por haver pouco tempo que se acha nesta cidade, e haver asistido a mayor
oarte delle em hua quinta no Sitio de Bemfica, e comunicar muito pouco com Portuguezes
e quasi sempre com pessoas de sua nascao, nao sabia nem tinha noticia alguma de que
j Santa Sé Apostólica tivesse prohibido os ditos ajuntamentos, e esta sua ignorancia foy
a cauza de procurar ser admitido na dita congregado, foy outravez admoestado em forma
e a seu carcere, sendo lhe primeyro lida esta sessao e por elle ouvida, e por meyo
do dito Padre seu interprete entendida, disse que estava escripia na verdade, e asignou
com o dito seu interprete e o dito Senhor Inquizidor. André Corsino de Figueyredo o
escrevi.
Simao Tose Sylvr Lobo
Tean Thomas Bruslé
tr Carlos O’Kelly, Reytor do Coll. de Nossa Sra do Rosario
Estando o processo nestes termos de mandado dos Senhores Inquizidores lho fiz con­
cluso. Andre Corsino de Figuevredo o escrevi.
Cío'
A.N.L. ílnquisido. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 96-114).

APENDICE N.° 43 I

Examen de ias Confesiones en el Tribunal y en el Consejo General.


Lisboa. 23 Abril 1743.
Foram vistos na Meza do Sto Off" desta Inquizisao de Lx1 os Testos do sumario
feito contra Joao Thomas Brullé Catholico Romano, Lapidario, Cazado com Franc* Mar-
cella Mibort, natural da cidade de Pariz, e m°r nesta de Lx*, Réo prezo nos carceres da
custodia desta Inquizisao por rezolusao do Cons° Geral de 5 de Marco deste prezente
anno p* delles ser examinado as suas confissoes e as respostas q deo ás perguntas q lhe
foram feitas; e pareceo a todos os votos q visto o Réo confessar q fora admitido na sodeda-
de dos Pedreiros Livres, e nella fora solemnemt® recebido por Aprendiz e Official ou
Companheiro nesta cid" de Lx* por Joao Custto, Francés de nasdo, morador nesta dd*,
o qual hé o Mestre deputado pa estas recepsoes, e acistir por repitidas vezes nos ajunta-
moitos q em diferentes occazioes fizeram os socios congregados pello d° Custto como
cabed q hé da d* sociedade, ac^oes todas direitamt® oppostas ao q manda o Summo Pon*
unce Clemente XII na sua Bulla q comessa In eminenti Apostolatus Specula dada em
Xoma aos 4 de Mayo de 1738, e publicada nesta Corte por ordem de Sua Em* em oito
i j ro do mcsrno anno, e nella expressamt6 prohibidas, sem embargo de nao re-
zuJtar dos exames q se lhe fizeram, nem das confissoes dos socios prezos, prova alguma
concludente de q ñas assembleas desta Corte se seguem ou praticam erros ou doutrlnas
algumas contrarias a verdade de nossa Sta Fée Catholica e bons custumes dos Fids, com
,u .. í* mesmo q o Réo largarnt* confessou, de q já estava indiciado pella prova dfc
Jus eram as culpas bastantes p* o Réo ser levado do carcere da custodia en q se adiS
u l • °! carfere* *^ 5^°* 8em sequestro de bens, p* delles ser processado na fonoa
Régimen o, p cujo effeito se paasem as ordens necessarias; mas q antes de ae exacutar

398
rete acento seja com o» propios autos levado ao Cons4 Geral na forma do Regimentó por
lhe ser affecto. Lx* em Mesa 23 de Abdil de 1745.
Franc0 Mendo Simao Joaé
Trigoso Sylvr" Lobo
M i Varejao
e Tavora
De mand° dos Sres do Cons0 getal lhes fiz este processo conduzo em 23 de Abril de
1745. Jacome Esteves Nogueria o escrevi.
Forao vistos na Meza don Cons" geral, em prezenfa de S. Em* os testemunhos do summ*
feito contra Joao Thomas Brollé, Catholico Romano, Lapidario, natural da Cid" de Pariz,
e morador nesta de Lx‘, Réo prezo nos carceres da Custodia desta Inquisigao por rezalotao
do mesmo Cons* de 5 de Mar^o deste prez* anno, p* delles ser examinado; as suas con-
fissoens, e respostar que deu ás perguntas que lhe forao feitas. E asseotou se que hé
bem juígado pelos Inqres em determinaran que elle seja prezo nos carceres secreto*, san
sequestro de bens, e delles processado na forma do Regim*. Mandao que assi se ctunpra.
Lxu 23 de Abril de 1743.
Antonio Ferreira Alves Rodrigo de Santos
Joao Alves Soares Nuno da Silva Telles
Joao Paes do Amaral Antonio Ribeiro de Abreu
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 115-119).

APENDICE N.° 43 J
Examen 1.° (Genealogía).
Lisboa, 20 Julio 1743.
Aos vinte dias do mez de Julho de mil e sette centos e quarenta e tres anno* em
Lisboa nos Estaos e caza primeira das audiencias da Santa Inquizigao, estando ali em a
de tarde o Senhor Inquizidor Simao José Silveiro Lobo mandou vir perante si a Toso Tho­
mas Brulle, Réo prezo nos carceres desta digo Réo prezo contheudo neste processo, e
sendo prezente lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos em que pos sua mao
sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o q tudo prometeu
cumprir.
Perguntado, se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foi mandado, e as quer
acabar de confesar, e a verdadeira ten^ao que teve em cometer as que tem confesado para
descargo de sua conciencia salva^ao de sua alma e bom despacho de sua cauza?
Disse, que sim cuidara e que nao tinha mais culpas que confesar nem tivera outra ten-
?ao em as cometer mais do q tem declaro: Pelo que lhe forao feitas as perguntas seguintes
de sua Genealogia a q respondendo disse.
Que elle, como dito tem, se chama Joao Thomas Brulle horoe de neg", razado oom Fran­
cisca Marcella Mibor, natural da cidade de Paris, e morador nesta cidade de Lisboa da
Freguezia de Sao Paulo de quarenta e sineo annos de idade.
E q seu pai hé já falecido e se chamava Pedro Matheus Ajudante de hu Regimentó
de Cavalaria do Duque de Orléans, natural da cidade de Paris, e sua may se chamava Jo«n-
na de Arbolem, natural tambem da dita cidade e Paris e hé ja falecida.
E q seus avos paternos se chamavao Francisco Brulé Cappitao de Infantaria, e de sua
avo pela nao conhecer lhe nao sabe o nome e herao ambos naturaes e moradores da dita
da Paris, e sao já falecidos.
E q seus avos Maternos sao tambem já falecidos e se chamavao Pedro de Arbolem
que vivia de suas fazendas e de sua avo Materna nao sabe o nome pela nao ter conhe-
cido ambos naturaes e moradores q forao na dita cidade de Paris.
E que elle nao foi outra vez cazado nem tem filhos alguns iligitimos, e da dita sua
molher tem hu filho chamado Joao Francisco que tem seis para sete annos de idade e
nua filha chamada Luiza Francisca q terá de idade sinco para seis annos.
J- que elle hé christao baptizado, e o foi na cidade de Paris na Parochial Igreja de
•.anto .Eustaquio pelo Parocho que antao hera a q nao sabe o nome, e foi seu Padrinho
Joao Dezorme Advogado do Parlamento, e Madrinha María Ursula Brulle.
fc que ellé hé chrismado, e o foi na dita Parochial Igreja de Santo Eustaquio na cidade
oe París pelo Bispo de Osser a q nao abe o nome e nao sabe q tivesse Padrinhos por
'ao ser custume no Reyno de Franca haver Padrinhos na reoepsao deste sacramento.
u q elle tanto que chegou aos annos de juico e discripcao hia as Igcefas e nelas ouvia
a e Pregayao, se confe^ava e. comunyava, e fa»a todas as mais obras de Christao.
E logo íoi mandado depor de joelhos persignar, e benzer, e di«er as oracoensda Igreja,
a saber Padre nosso, Ave María, Salve Rainha, credo, os Madamentos da leí dc D é»
e os da Santa Madre Igreja, q tudo soube muito bem menos a Salve Rainha por estar
esquecido d e l l a . ^ ^ e €SCrever ma¡s nunca estudou sciencia alguma.
E aue elle sahio da cidade de Paris sua patria e descurreo por mutuas térras do Reyno
de Franca e depois passou a ussistil por quatro mezes na República e esteve na cidade de
\bstardao e outras cidades da mesma República, e passou a Inglaterra e naquele Reyno
esteve na cidade de Londres e outras térras, e depois passou a Italia e esteve ñas cidades
de Roma Genova, Piza, Siena, Luca e outras, e veyo para este Reino donde assite haverá
quatro annos, e em todas estas térras falava com toda a sorte de pessoas segundo os nego­
cios q se lhe’ oferectao. .
E q elle nunca foi aprezentado nem prezo pelo Santo Otncio senao agora, e de seos
párenles nao sabe que nenhu o fosse nunca.
Perguntado, se sabe ou suspeita a cauza de sua prizao?
Disse. que elle entende que está prezo pellas culpas q tem confesado por se haver aso­
ciado e {requemar a congregado dos Pedreiros livres.
Foi lhe dito que elle está prezo por culpas cujo conhecimento pertence ao Santo Offi­
cio e lhe fazem a saber q desta Meza se nao manda prender pessoa alguma sem preceder
pnmeyro informado bastante e que esta ouve para elle o ser. Pelo que admoestao com
muita caridade da parte de Q uisto Senhor nosso queira acabar de confesar todas as suas
culpas e declarar a verdadeira ten?ao que teve em cometer as q já tem confesado, nao
impondo a si nem a outrem testemunho fal?o porque isto hé o que lhe convem para des­
cargo da sua conciencia, salva^ao de sua alma, e bom despacho de sua cauza. E por tor­
nar a dizer q nao tinha mais culpas que confesar nem tivera outra tem mais da q tem
declarado, foi outra ves admoestado em forma e mandado a seu carcere, sendo lhe pri-
meiro lida e^ta sessao. e por elle ouvida, e por meyo do dito seu interprete entendida,
disse que estava escripta na verdade, e asignou com o dito seu interprete e com o dito
Senhor Inquizidor. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
J. T. Bruslé
fr. Carlos O'Kelly
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 120-126).

APENDICE N.° 43 K
Examen 2 ." (In especie).
Lisboa, 14 Diciembre 1743.
Aos quatorze dias do mes de Dezembro de mil e sete centos e quarenta e tres annos
em Lisboa nos Estaos, c caza primeyra das audiencias da Santa Inquizi^ao estando ahi na
de manhaa o Senho Inquizidor Simao José Silveyro Lobo mandou vir perante si a Joao
rhomas Brulle, Réo Prezo contheudo nestes autos e sendo prezente lhe foi dado o jura­
mento dos Santos Evangelhos etn que pos sua mao sob cargo do qual lhe foi mandado
dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeo cumprir.
Perguntado, si cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foi mandado e as quer
acabar de confesar, e a verdadeyra ten<;ao que teve em cometer as que tem confecado
por ser o que lhe convem para descargo de sus conciencia salvado de sua alma, e bóm
despacho de sua cauza?
Disse, que sim cuidare e que nao tinha mais culpas que confesar nem tivera outra
tengao mais da que tem declarado.
Foy lhe dito que nesta Meza ha informado e consta tambem do que tem c o n f e s a d o
que elie, Réo, fora recebido solemnemente na congregaba0 dos Pedreiros Livres nesta
cidaae de Lisboa em qualidade de Apredis, e Companheiro, e como tal asistira aos ajun­
tamentos que nesta Corte se fizerao declarando se com todas as mais pessoas da dita
congregado por socio e membro della a qual congregado o Summo Pontífice Clemente
dúo desuno condenou como suspeita de heresia, e pernicioza á tranquilidade publica, P ° r
se practicaren) e seguirem em seus ajuntamentos e congresos erros e novidades muito P r ®‘
judiciacs a verdadeyra do1'trina da Santa Madre Igreja, e uniao dos fiéis Catholicos. E
sendo cotí grande caridade admoestado nesta Meza quizesse confed? todas as suas culp**
declarando toda a verdade do que passava e fizera nos ditos ajuntamentos, e o verdadeyto
q 1 In 8t I t u « l a a dita congregado, como tambem os utilidades e interese» Qu*
\ 301.05 congregados, e asim mais a verdadeyra materia sobre que cahe hum t*®
apenado e inaudito |uramento como confed haver tomado na Sagrada Biblia, e costuio»

400
tomar todos aquelles que na dita congregagao sao recebidos, nao se fazendo crivel que
seja sómente a que tem declarado, porquanto nem esta por sí só era bastante para bu tao
inviolavei segredo, nem hé verosimel que hua congregacao ouvece de inventar hu segredo
tao apertado para materia tao leve como hé aquí tem declarado nem tambem que hou-
vessem pesoas que quúeseem sugeitar se a castigos tao horrendos e atrozes por hua culpa
em si levisima, como ficava sendo a transgregao de hu segredo que nao con tinha materia
de importancia, e que nao só nao ficava prejudicial ao comum da dita congregagao mas
antes lhe seria útil e proveítoso o descobrise e revelarce para desvanecer a vehemente e jus-
tissima suspeita que necessariamente trazem comsigo os juramentos, e congregagoens se­
cretos, de que se segue que otal segredo e juramento que se toma para a sua inviolavei
observancia respeita outro fim e outras materias muito diversas daquelas que tem confe­
sado e que elle, Réo, nao pode ignorar, e nao acaba de as descobrir por queter antes ser
observante de hua ceita condenada peía Igreja, do que fiel e verdadeyro Catholico. E
lhe fazem a saber que esta hé a ultima admoestacao qu, em rezao das ditas culpas, lhe
ha de ser feita antes do Libelo da Justina que por elas o pertende acuzar. E por que lhe
será melhor e alcanzara mais misericordia de acabar de confesar antes do que depois de
ser acuzado, de novo o admoestato com muita caridade da parte de Quisto Senhor Nosso
que deixando todos os respeitos humanos que o podem impedir acabe de confesar in-
cometer as que já tem confesado, nao impondo porem a si nem a outrem testexnunho
falgo, por ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia salva^ao de sua alma,
e poder alcangar a mezirkordia que a Santa Madre Igreja costuma conceder aos bom
e verdadeyros confitentes. E por tornar a dizer que nao tinha mais culpas que copfepar
nem tivera outra tengao mais da que tem declarado, por haver dito tudo quanto na dita
congregagao vira, passava, e della sabia, sem ocultar sircunstancia alguna, foi entra vez
admoestado em forma e mandado a seu carcere, e ao Promotor do Sanio Officio que
venha com libello criminal acuzatorio contra ele, Réo, sendo lhe primeyxo hda esta sesaao
e por elle ouvida, e por meyo de seu interprete entendida, disse que estava escripia na
verdade e asignou com o dito Senhor Inquizidor, e com o dito seu interprete. Anche
Corsino de Figueiredo o escrevi.
Simao José Sylvr” Lobo
J. T. Bruslé
fr. Carlos O’Kelly
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 127-133).

APENDICE N * 43 L
Amonestación antes del Libelo.
Lisboa, 13 Enero 1744.
Aos treze dias do mes de Janeyro de mil e sette centos e quarenta e quatro annoe em
Lisboa nos Estaos e casa de despacho da Santa Inquizigao. estando ahy em audiencia de
manhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante sy a Joao Thomas Bruié, Réo,
prezo contheudo nestes autos com seu curador. E sendo ambos presentes foi dito ao dito
Réo que elle tem sido por muitas vezes admoestado nesta Meza quiaesse acabar de con­
fessar as suas culpas, e a verdadeira tengao que teve em cometer as que tem confessado,
o que elle, Réo uzando de mao conselho thé gota o nao quiz fazer, e lhe fazem a saber que
o Promotor fiscal do Santo Officio requer com instancias se lhe lea e recebao haí Libello
criminal accuzatorio que tem feito contra elle Réo, e porque lht fará melhor e alcansara
mais mizericordia se as confessar antes que depois de lhe ser lido, de novo admoestao da
parte de christo senhor nosso, acabe de confessar as suas culpas e a verdadeira tengao
que teve em as cometer pos ser o que lhe comvem para descargo de sua conciencia sahní-
gao de sua alma e bom despacho de sua cauza. E por tomar a dizer que nao tinha mais
culpas que confessar, nem tivera outra tengao mais que a que tem declarado foi mandado
evantar em pé e logo lhe foi lido o dito Lib® e hé o que ao diaste se segue. Manoel da
oliva Dinis o escrevi.
A.N.L (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683. fols. 134-135).

401
26
APENDICE N ° 43 LL

de cargos.
5 Enero 1744.
M. lllustres Srs
Diz a Tusr A. contra Joao Thomas Brulé contratador de diamante
casado coni Francisca Marcella Mibort n*l da cid6 de Paris, Reyno de
Franca, e m°r nesta de La R. prezo contheudo neste processo.
E se cumprir.
: sendo o R. x. baptizado, e como tal obrigado a ter, e crer tudo o q tem, ere, e
Sta Madre Igreja Catholica Romana, evitando toda a occasiao de escandalo, e
cando ne¿te Reyno novas seitas nem fazendo nelle ajuntam°s nocturnos ou de
nbleas. ou conventículos secretos, elle R. esquecido de sua obriga^ao com pouco
déos, e da Tust\ o fez pelo contr® e de certo tempo á esta pt° assistindo nesta
se achou em ajuntamt°s e conventículos secretos, practicando nelles a seita, con-
ou Irmandade chamada de —Liberi Muratori— Franc Massons —ou Pedros Li-
:ondemnadj pela Sé Apc* com penas gravissimas, como prejudicial e suspeitosa,
o bem p° e Politíca dos Reynos e Monarchias, mas ao bem spiritual das almas
Catholicos e a pureza da Religiao Catholica Romana, alistindo se elle Réo por
da congregado, fazendo a Profissao com varias ceremonias em cazas com portas
fechadas e obrigando se debaixo de juramento que recebia pondo a mao em hua
guardar inviolavel segredo em tudo o q nella se tratasse.
nto verd* o referido, que o mesmo R. tem confessado nesta Meza, que adiando
cid* nella se alistava por Irmao da congregado dos Franc Massons ou Pedr°8 Li-
era Gráo M* certa pessoa que nomeou, em cujas maos fizera Profissao com certas
cas ceremonias q declarou, dando juram° pa guardar segredo em tudo o que nella
>e e tratasse, sob pena de lhe ser arrancado o corado e a lingoa e lardado tudo
m distancia da térra do cumprim0 de hu calábre de hu Navio, praticando o refe-
grande cautela e resguardo em cazas com portas e janellas fechadas pa que nin-
íbesse, nao so dos ajuntam°s e conventículos, mas de q nelles se tratava, cuja
com o mais que della resulta e expressou o R. acceita a Justa em q° faz á seu
ontra elle R.
e o R. nao tem feito intra e verda confissao de suas culpas, antes m° diminuta,
e fingida, porq nao declara a tendo heretica e animo escandelozo com q se
:>r Irmao de hua seita pernicioza e condemnada, e a praticou nesta Reyno, nem
materia e pontos em q assenta o juramento a q debaixo de penas tao graves se
>s Irgaos, nao sendo verosimel seja pa nao revelarem a pessoa algua as ac^oes,
e signaes q lhes san ensinadas, como elle R. quer persaudir, mas sobre pontos
>s e hereticos, pdincipalmte a v do resguardo e cautela com que fazem os ajun-
portas e janellas fechadas.
nao deve prezumir q o R. ignorasse se achava condemnada pela Sé Ap* esta seita
gado dos Pedros Livres, nao so por ser Catholico Romano como confessa, e
ste Reyno ha mais de 5 ans instruido na doutrina e Misterios de N. Sft Religiao,
itar ou dever frequentar as Igrejas em q se fez publicado da tal condemnad0»
cautela e resguardo com q se faziao os ajuntamt°s, signal indubitavel de q 09
ao prohibidos.
sendo o R. por mas vezes e com ma charidade admoestado nesta Meza de pa
o Sr N quizesse acabar de confessar todas as suas culpas e a verda te n d ° heretica
aloza com que praticou neste Reyno hua nova seita, e a materia e pontos a <1 *c
o inviolavel segredo, elle R. o nao tem feito por ainda conservar o mesmo animo
e escandalozo, fazendo so confissoens frivolas e affectadas, e reservando no ieu
o veneno, pelo que nao merece q com elle se use de misericordia algua, nías í
igado com o maior rigor de dirto.
P. recebim0 e q o R. Joao Thomas Brulé como seitario de nova* e
condemnadas seitas e escandallo neste Reyno seja castigado com af fljai*
graves penas por dir° e Bullas Pontificas contra semelhantes establecida*»
teito em tudo intr" cumprim0 de just*, oí meliori modo, via, et forma jun**
Cum Expens.
E lido como dito hé o dito Libello sendo pdo Réo ouvido e entendido por meyo
de seu interpretre, logo pelos ditos Senhores Inquizidores foi dito que o redbiao si a
i n q u a n t u m , e que o Réo o comtestasse pl‘ materia que lhe parecesae, e para o fazer com
verdade e ter segredo lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos em que pos a
mao sob cargo do qual lhe foi md° que asim o fizease, o que tudo prometeu cumprir.
Perguntado, se hé verdade o que se diz no disto Libello?
Disse, que enquanto a primeyra p* do primeyro e ultimo artigos, em que se diz ser
elle Réo christao baptizado, e que tem sido por muitas vezes admoestado nesta Meza quizesse
acabar dc confessar as suas culpas, e a verdadeira tencao que teve em cometer as que tan
confessado, passa na verdade, e tudo o mais do dito Libello contesta pela materia de sua
confessao. .
Perguntado, se tem defeza com que vir, e para a formar quer estar com Procurador?
Disse, que nao tinha defeza com que vir, nem para que estar com Procurador, o que
visto pelos ditos Senhores Inquizidores o lansarao e ouvirao por lansado da defeza ano
que podía vir, e mandarao corresse seu processo os tomos ordinarios, e admoestado o
Réo in forma, foi mandado ao seu carcere, sendo lhe primeyro lida esta sessao e por die
ouvido e entedida por meyo de seu interpretre dise estava ejeripta na venke e asignou
coir seu interpretre e com os Senhores Inquizidores Manod da Silva Diniz o escrevi.
Freo Mendo Trigoso Simao José Slyv* Lobo
fr. Carlos O ’KeUy J. T. Bruslé
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 136-140).

APENDICE N* 43 M
Citación para la prueba de Justicia.
Lisboa, 15 Febrero 1744.
Aos quinze dias do mes de Fevereyro de mil e settecentos e quarenta e quatro annos
em Lisboa nos Estaos e caza de despacho da Santa Inquizicao. estando aby em audiencia
de manhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante sy a Joao Thomas Brulle Réo
prezo contheudo nestes autos, e com elle o seu interpretre, e sendo ambos presentes foi
dito ao d° Réo por meyo de seu interpretre que elle era chamado e atado para se lhe dar
a copia da prova da justica que tem contra sy, para por día formar interogatorios pelos
quais seja repetida a dita prova. E por elle foi digo que veja se quer estar com Pro­
curador para o dito effeito, e por elle foi dito por meyo do cí1 P* que nao tinha p* que
estar com Procurador, e que havia a d* prova por repetida, o que visto pl*s ditos Senboces
Inquizidores o lansarao da d‘ repetido, e ouvirao por lansado e mandarao corresse sen
processo os termos ordinarios, de que fiz este termo de mandado corresse seu processo
os termos ordinarios, de que fiz este termo de mandado dos d*s Sm*s Inqr*s com qm
asignou o seu interpretre em presensa do qal lhe foi lido. Manod da Sthra Diniz o escrevi.
Franc” Mendo Simao José Svlv* Lobo
J T. Bruslé fr. Carlos OTCeQy
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683. fol. 141).

APENDICE N* 43 N
Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la Publicación.
Lisboa, 14 Febrero 1744.
Aos quatorze dias do mes de Fevereyro de mil e settecentos e quarenta e quatro atufes,
em Lisboa nos Estaos e casa de despacho da Santa Inquizicao estando ahy em audiencia
n I? a.n os Senhores Inquizidores aparezceu o Promotor fiscal do Sto Officio, e pot
elle toi dito que este processo estaba em termos de se fazer publicado da prava da just*
ao Keo^ Joao Thomas Brollé; pdo que requería a elles ditos Senhores o mandasse vir a
ieza p o d° effeito, e visto seu requerimt® mandarao os ditos Senr's Inqes se lhe tomasse
por termo p" haverem de lhe deferir, ao que foi satisfeito. Manoel da Silva Diniz o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10 .68 ), fol. 142).

403
APENDICE N.° 43 0

.mon"ilación antes de la Publicación.


isboa. 15 Febrero 1744.
Aos uuinze dias do raes de Fevereyro de mil e settecentos e quarenta e quatro anno*
n/iicKrw nn'. Estaos e caza do despacho da Santa Inquizigao estando ahy em aud* de
umhaa os "enhore! Inq's mandarao vir perante sy a joao Thomas Brulle, Réo prezo
Dnteudo neste autos: e sendo prezc0 lhe foi dito por meyo de seu interpretre que elle tem
do por muitas vezes admoestado por muitas vezes nesta Meza quizesse acabar de confessar
uenrarnt* todas as suas culpas, e a verdadeira tengao que teve em as cometer, o que
ile Reo uzando de mao conselho thé gora nao quis fazer; e lhe fazem a saber que o
romotor Fiscal do Sto Off° requer con instancias se lhe fassa publicado da prova da just*
ue tem contra sy: e porque lhe será melhor e alcansará mais mizericordia si asim o fazer
otes que depois de lhe ser lida a d* publicado. D e novo o admoestao com mt“ carid*
a pts de Christo senhor Nosso acabe de confessar todas suas culpa se a verdadeira tengao
ue teve em as cometer, por ser o que lhe convem p* descargo de sua conciencia, salvado
e sua alma, e bom desp° de sua cauza. E por tornar a dizer q nao tinha mais culpas q
oniessar. nem tivera outra tengao mais que a q tem declarado, foi mandado levantar
m pé. e logo lhe foi lida a d* publicagao e hé a q aodiante se segue. Manoel da Silva
)iniz o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 142-143).

APENDICE N.° 43 P
ublicación de la prueba de Justicia.
isbca. 15 Febrero 1744.
Publicagao de prova da Just* A. que ha nesta Inquizigao de L* contra
Joao Thomas Brullé, nal da cidade de Pariz, e m°r nesta de L*, R. prezo
contheudo neste processo.
. t r Henrique Machado de Moura. 6 Obr' 1742
Hua tt* da Just" A. jurada, ratificada e havida por repetida na forma de dirt° diz
ibe peia rezao que di, que o R. Joao Thomas Brullé haverá mais de hu anno se achou
m hua e mais congregagoes, ajuntamentos ou Assembleas chamadas dos Franc Massons ou
‘edreíros Livres, que faziao nesta cidade de dia e de noite em diferntes lugares, fechando
s portas e janellas, e accendando vela p* se alumiarem, fazendo os q de novo entrao,
se alistao nand* congregagao profesao solemne com certas ceremonias, e guardando todos
iviolavei >egredo em iudo o q se trata nos d°s ajuntamen°s, eo ao custume disse nada.
' tt* Cornelio Lervitte. 11 PV’ 1745
Outra tt* Cornelio Lervitte. 11 Fv° 1745
Outra :t* da Just1 A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de direito, diz
abe pela rezao que dá que o R. Joao Thomas Brullé hé Irmao de congregagao intitulada
los Franc Massons ou Pedreiros Livres, assistindo nesta cid® e alguns ajuntamt°s q fazem
om grande cautela e com certas ceremonias, stipulando e guardando hum inviolavei segredo
m tudo o q nelles se passa, e ao custume disse nada.
1 tt* Joao Liott. 13 Fv° 1745
Outra tta da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de dirt® diz
_abe pela rezao que dá, que o R. Joao Thomaz Brullé hé hum dos da congregagao intitula»
ios Franc Massons, ou Pedreiros Livres, cujos Irmaos fazem nella professao com certas
eremonias, e os seus ajuntam°s com grande cautela e resguardo, praticando hum segredo
ao inviolavei q só por hum impossivel se revelará, e ao custume disse nada.
»* tt* Pedro Bersan. 14 Fv° 1743
Outra tt° da Just* A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de dirt* di*
>a P^a rFfao cíue dá que o R. Joao Thomas Brullé hé Irmao da congregagao chamad*
os ranc Massons, ou Pedr'1 Livres, cujos Irmaos fazem nella sua pronssao, conhecendo
f j ” r u S1 *** cm os signaes q con maos e olhos fazem sem sere percebidos P**°*
? u * COI?gregagao, em cuja entrada lhes tapao os olhos tirao o espadím e fiveuj*
- m outras mais ceremonias, guardando sobre tudo hum inviolavei segredo em tuo®
~ustume *disse 'nauia^^ a^untam°s’ e nos P°ntos, materia e fim da d* congregagao, e *°
Franc , Mendo Trigoso Simao José Sylvro
404
E lida como dito hé a dita publicacao sendo pelo Réo Joao Thomas Brullé ouvida e
entendida por meyo de «cu interpretre, logo pelos senhores Inquizidores lhe foi o
juramento dos Santos Evangelhos em que pos a mao sob cargo do quel lhe foi da digo
lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo, o que tudo prometeu cumprir.
Perguntado, se hé verdade o que se diz na dita publicado?
Disse, que emquanto se conforma com a materia de sua confissao, pasta na verdade.
Perguntado, se tem contraditas com que vir, e para as formar quer ettar com Pro­
curador? . . . . • « .
Dise, que nao tinha contraditas com que vir, nem para que estar com Procurador,
o que visto pelos ditos Senhores Inquizidores o lansarao e ouvirao por lansado das com
que podera vir, e mandarao córrese seu processo os termos ordinarios, e admoestado o
Réo in forma, foi mandado a seu carcere, sendo lhe primeyra lide esta sessao e por die
ouvida e por meyo de seu interpretre entendida, dise estava escripta na vetdade, e asignou
com seu interpretre e com os ditos Snhores Inquisidores. Manoel da Silva Diniz o escrevi.
Franc0 Mendo Trigoso Simao José Sylv" Lobo
J. T. Bruslé £r. Carlos OTCdly
De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo concluzo Afinal. Andre
Corsino de Figueiredo o escrevi.
do.
Asiste ao despacho deste processo pdo ordinario de sua comissao q anda no caderoo
das mesmas a que me reporto o Senhor Inquizidor mais antigo. Andre Corsino de Fi­
gueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 144-148).

APENDICE N.° 43 Q
Decisión Inquisitorial.
Lisboa, 11 Marzo 1744
Forem vistos na Meza do Sto Off“ desta Inquizicao de L* em os onze dias do mez
de Marco de 1744, estes Autos, Culpas, e Confessoens de Joao Thomaz Brullé, Catholico
Romano, Francés de nas^ao, Lapidario, cazado com Francesca Marcella Mibort, natural
da cide de Patiz, e morador nesta de Lxa, Réo prezo ndlas conteudo, e pareceo a todos
os Votos q elle pella prova da Just* e por sua mesma confissao estava leggitimemt* conven­
cido no crime de seguir, frequentar, e ser assodado á congregasao dos Pedreiros livres,
condenada como suspeita de herezia pella Santidade de Clemente XII na sua coostituisao
q principia = I n Eminenti Apostolatus Specula= dada em Roma em os 4 dias do mez de
Mayo de 1738. e publicada depois neste Reyno de ordem de Sua Em* no mesmo anno, por
quanto confessa q mudando de domicilio p* este Reyno com animo de estabdeeer nesta
Corte a sua caza, logo q chegou procurava ser admitido na d* congregasao, e como effeito
fora nella recebido por hum Joao Custto, herege protestante, q nesta cid* hera o Mestre
e cabeca da d* sociedade, e q este recebera com hum grande e solemne appamto de sere-
monias novas e exquisitas, em qualidade de Aprendiz, e logo na de Companheiro, por serem
estes os primeitos graos q se conferem aos novamt* associados coniforme os statutos e
practica da mesme congregasao, explicando lhe no mesmo acto da recepcao as obrigacoens,
q lhe competiam comforme os ditos empregos, declarando lhe tambem os sinnais pellos
quais se havia dar a conhecer todos aquelles com quem se quizesse comunicar por socio
e professor da d* congregasao em qualquer parte q se achase, e allim mais, fazendo lhe
prometer debaixo de hum apertadissimo juramento tomado na Sagrada Biblia, guardar hum
exacto e inviolavel segredo em tudo o q pertencia a d ' congregasao com a cominasado de
rrorozas e castigos, ainda pella mais leve transgresao do d’ segredo, a mandra de
outras semelhantes congregasoens de Pedreiros Livres estabeleádas a dilatadas por diversos
eynos, especialmente em térras de Hereges, continuando em frequentar estes ajuntamentos
1 se ' azem cm cazas p* isso destinadas chamadas Loges, comforme o eos turne e instituisao
' nicsmíl sociedade, no q tudo se conforma com a prova da Just*. E q visto se achar o
«■'tinte concludentmt* provado, e delle resultar suspeita de herezia comforme a referida
constituisao, e o Réo negar a tensto heretica com q o cometeo, nao descubrindo o verda-
i ciro * q herem emeaminhados os ditos ajuntamentos, nem o motivo q obrigava a tomar
tum juram ento tao apertado com cominasoens tao horrorosas, nem tambem a materia de
'*° inviolavel segredo, prezumindo se conforme a direito ser outra mt* diversa daqudla
M tem declarado, assim na larguissima confissao q fez. como tambem ñas respostas q deo

405
lhe fizeram, portanto devia, antes de outro despacho, ser posto a tormento:

da mesma culpa e com a mesma prova. mas tambem porq attendendo a todo o facto e
prezumpsao q della rezulta, ficava bastantenu* purgada esta pello d° gráo de tormento
e abjurasao de vehemente q pella constituisao Pontificia se lhe determina, alem de outras
razoes já ponderadas no d° processo. E aos sobreditos Deputados poreceo q o Réo fosse
somte posto as íaciem por quanto a abjurasao q se impoem aos Réos deste crime hé tao
«rande q nao deixa lugar algum p* mvor tormento, e qulquer outro gráo q se lhe
augmentasse ficaria com elle purgada toda a suspeita, e nao poderia a seu parecer condenar
se o Réo sem injustissa na pena de abjurasao de vehementi q percizamt0 lhe ha de ser
imposta por determinasao expressa da d* Bulla. E a todos q antes de se executar este
acento, fosse com os proprios Autos levado ao Conso Geral na forma do Regimentó p*
ser despachado a final, e asistió a este despacho pello Ordr° de sua comissao o Inquizidor
mais amigo.
Franc3 Mendo Trigoso M i Varejao e Tavora Simao José Sylvr0 Lobo
Joachim Tansen Moller Bernardo de Castro e Lemos
Toao Machado de E^a Philippe de Abranches Cast

Foram Votos os Deputados Fr. Domingos de Sto Thomas e Fr. Sebastiao Pr* de Castro
q nao asinam por se nao acharem prezentes.
De mandado dos S*s do Conselho geral lhes fiz este processo concluzo em 15 de Margo
1744. Tacóme Esteves Nosueira o escrevi.
C.L.
A.N.L. flnquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 149-153).

APENDICE N.° 43 R
Orden de tortura.
Lisboa, 13 Marzo 1744.
Forao vistos na Meza do Cons geral em prezen^a de S. Em*, estes autos, culpas, e
confissoens de Joao Thomas Brullé, Catholico Romano, Francez de na(ao Lapidario, natural
da cid® de Pariz, e morador nesta de Lx*, Réo prezo nelles conteudo. E assentou se que
antes de outro despacho fosse posto a tormento, e nelle attado perfeitamt®, podendo sorrir
a juizo dos Medico e Cirurgiao, e a arbitrio dos Inquisidores, depois do q se tome a
ver seu processo em Meza, c com o assento q nella se tonyur, se envie ao Cons° Monde
q assi ce cumpra, e dé a execu^ao. Lx® 13 de Margo de 1744.
Rodrigo de Santos Ant" Ferr* Alves
Nuno da Silva Telles Joao Alves Santos
Ant® Ribeiro de Abreu Joao Paes do Am*l
A.N.L. i"Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 154).

APENDICE N.° 43 S
Solicitud de permiso para la asistencia del Intérprete durante el tormento.
Lisboa, 24 Marzo 1744.
Disse-lhes o mesmo Interpretre no acto do tormt®, e para este off* te-
formará o juramento pella circunst* q de novo accresce. Lx® 24 de Ms*
de 1744.
R. Santos Silva Soares A b rm i Ama!

406
ha Min® nem off*l q sayba fala da d* lingoa q posta suprir o Itutf de irterpetre o q hé
piroizo e admitfir na caza do tormt® p* dilig* tao «cereta hu reugiozo estrangt* bé couza
tao rara e estranha q nos nao deliberamos a fazeflo sem rezolucao de V Em* q mandara
o q for Lx" em Meza de Mí® de 1744.
Simao José Sylvr® Lobo Franc* Mendo Trigoso
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 155).

APENDICE N* 43 T
A m on estaciones antes de la Sentencia de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744.
Aos vinte e sinco dias do mes de Abril de mil e sette centos e quarenta e quatro annos
cm Lisboa nos Estaos e caza do Despacho da Santa Inquiityao estando ahi em audiencia
de manhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante si a Joao BraUe Réo preso con­
theudo nestes auttos, e sendo prezente lhe foy dito que seu processo foy visto por pessoas
doutus e de sa conciencia e nelle se tomou hu assento muito rigoroso de sofrer do qual
se poderá livsar comfigando as suas culpas digo acabando de coaíicar as suas culpas e a
verdadeyra tengao que teve em cometellas, pelo que de novo o admoctao da parte de Cbrytto
Senhor nosso o queira asim fazer para descargo de sua conciencia sahragao de su alma, e
bom despacho de sua cauza, e por dizer q nao tinha mais culpas que confinar que as q
tem declarado nem tivera outra tengao em as cometer foy mandado levantar cm pé a logo
lhe foi lida a da sen tenga do tromento e hé a q adiante se segue. Andre Cotsino de Figueyre-
do o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 156).

APENDICE N.® 43 U

Sentencia de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinarios, e Deputados da Santa Inquizigao, que vistos estes
autos, e os indicios que delles e da prova da Justina A. rezultao contra Joao Thomas Brulé,
Lapidario, natural da cidade Paris, Reino de Franca, e morador oesta de Lx* Réo prezo
nelles conteudo, de elle sendo christao baptizado se achar em ajuntamentos, e conventículos
secretos, nos quaes practicava a ceita dos Franc Massons ou Pedreiros Livres omrirmnada
com penas gravissimas pela Sé Apostólica, como prejudicial e suspotosa de herejía, o que
comunicava com pessoas, con as quaes se declarava por Fran Massoc, e sendo por maytas
vezes admoestado quizesse acabar de confessar suas culpas e declarar a tengao cora que
as cometeo, elle Réo uzando de máo conselho athé agora o nao quiz fazer
Mamdao que antes de outro despacho o Réo Joao Thomas Brulé seja posto á tormento
conforme o assento que no seu processo se tem tomado aonde será perguntado pdo Lh
bello da Justiga para que acabe de confessar suas culpas e declare a tengao com que aa
cometeo, mandao que assim se cumpra sem prejuizo do provado, e pdo Réo confessado.
Simao José Sylv" Lobo M*I Varejao e Tavora
E lida como ditto hé a sentenga do tromento e pello Réo nao apellar ddla nem o
Promotor da Justiga, logo pelos Senhores Inquizidores foi dito q asim se cumprisse para
o que fosse o Réo levado á caza deputada para o tromento, ao q foy satisfeyto. Andre Gar­
sino de Figueyredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 157-158).

APENDICE N." 43 V
Sesión de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744.
Aos vinte c sinco días do mez de Abril de mil e settecentos e quarenta e quatro annos
cm Lisboa nos Estaos c caza deputada para o tormento da Sta Inquizigao, estando ahi
A& menta sendo petlas nove noi»» vk> T « « „ u U n H mma Tn«4 i^ w v m
Lobo ^ ík p u ta d o s Toaquim Tansen Moller c Felippe de Abranches, mandarao vir perante
si a Toao Thomas Brullé Réo prezo contheudo nestes autos e com elle seu interprete, «
slndo prezentes lhe fov dado o juramento dos Santos Evangelhos em que poz a mao aob
cargo do qual lhe fov mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeo cumprir,
c loao lhe fov ditto que pella caza em que estava e instromentos que nella vía fácilmente
podem entender quam rigoroza e trabalhoza sena a dehgencia que com elle se havia de
hzer a qual evitaría se quizesse bem a verdadeyram* confesar as suas culpas, e po r dizer
Dor seu interprete que nao tinha que coniessar contra a Fé Catholica, foy mandado para
blxo e vir a Meza o Medico. Cirurgiao. e mais Ministros do tormento aos quaes foy dado
o juramento dos S"s Evangelhos em que puzerao suas maos sob cargo do qual lhe foy
mandado que bem e fielmente t'izessem suas obrigacoes o que prometerao cumprir, e logo
fov mandado que no Réo se executasse o tormento a que estava julgado, e despojado o
Réo dos vestidos que podiao servir de impedim0 ao d® tormento, foy lancado no potro
e principiado a atar, e logo lhe foy protestado por mim, Notario, que se naquelle tor­
mento morresse, quebrasse algu metnbro, ou perdesse algu sentido, a culpa seria sua, e
nao dos Senhores Inquizidores e mais Ministros que julgarao a sua cauza segundo o me-
recimento della o que por elle Réo foy ouvido e entendido por meyo de seu interprete,
e sendo atado perfeytamente lhe foy dado todo o tormento a que estava julgado, em que
se gastou perto de hu quarto de hora o que tudo passou na verdade e assignarao os dos
Senhores Inquizidores. Deputados, e o d° seu Interprete. Alexandre Henrique Arnaut o
cscrevi.
Simao José Sylv° Lobo
Joachim Jansen Moller
Philippe de Abranches Cast°
Fr. Carlos O ’Kelly

De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo concluzo afinal. Andre
Corsino de Figueiredo o escrevi.
do
Asiste ao despacho deste processo pelo ordinario de sua comissao que anda no caderno
das mesmas a que me reporto o Sr Inquizidor mais antigo. Andre Corsino de Figueiredo o
ef^revi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 159-161).

APENDICE N.° 43 X

Conclusión de sentencia.
Lisboa, 15 Mayo 1744
Foram vistos segunda vc¿ na Meza do Sto Off° desta Inquiziao de Lx* em 15 do mez
de Mayo de 1744, estes Autos, Culpas, e Confissoens de Joao Thomas Brullé, Catholico
Romano Francés de nascao, lapidario, cazado com Francisca Marcella Mibort, natural da
cid® de Paris, e mor nesta de Lx*, Réo prezo nelles conteudo, depois de executado o
asento do Con0 Geral de 15 de Marco deste prezente anno pello qual foy mandado por
3 tormento, e q nelle fosse atado perfeítamt,,) e pareceo a todos q visto constar concluden*
:emte pella prova da Just’ e confissao do mesmo Réo q elle hera professor e socio da con­
gregado dos Pedreiros Livres estabelecida nesta cid® na qual foy recebido por hum Joao
V” tl° 3 ra ° Mestre e cabeca della, sendo admitido primeiro em qualidade de Apren-
iz ou bervente, e depois na de Compr® com todas as solemnidades, e seremnias q na mes­
ma congregasao se custumsm praticar, a qual congregacao foy, e se acha expressamt* con-
enada pella Santidade de Clemente X II na sua constituisao q principia In Eminenti
postolatus Specula, portante q elle vá ao Auto publico da Fé na forma costumada, nelle
c'sa sua sentensa, fassa abjuracao de Vehemente suspetito na Fé na forma da d* consté
u.sao e se declare q íncorreo em sentensa de excomunhao mayor na forma da mesntf.
< - ¿ forma Eclesia. E pareceo mais a todos os votos (menos ao Deputado
,¡ , _ _ „ ra (3e}le fosse degradado p* fora deste Patriarchado por tempo de
: ’ e 30 Deputado pareceo q nao tivesse outra alguma pena, porq nao custufl»
S í degrado aos Réos q abjuram de Vehementi culpas de Judaizmo,
naria «. namw Mmaw graves: c a todos q tinha penitencias spirituais e instruccao ordi-
p g1 as custas, e q antes de se executar este acento fosse com os propriof Auto»
ievaou «u Cu**? C w :I — *'■>«— « « » m « «•*« «mUa Í W <4*
sua comissao o Inquizidor mais antigo.
Franc0 Mendo Simao José
Trigoso Syivi* Lobo
M*1 de Aid* de Carv® Fre Seb** Pr* de Castro
Joachim Jansem Moller Phílippe de Abranches
De mandado dos Sres do Cons" geral lhes fiz este processo conduzo em 19 de Mayo
de 1744- Jacome Esteve Nogueira o escrevi.
Qo
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 162-164).

APENDICE N.° 43 Y

Voto de sentencia.
Lisboa, 19 Mayo 1744.
Forao vistos na Meza do Conselho geral, em prezenpi de S Em* estes autos, colpas,
e confissoens de Joao Thomas Bruslé, Catholico Romano, Francez de ñapo, Lapidario, na­
tural da cidade de Paris, e morador nesta de Lx*, Réo prezo nelles contando, depois de
executado o assento do mesmo Cons* de 15 de Margo do prezente anno, pelo qual foi
mandado por a tormento, e q nelle fosse perfectamente attado. E assentou ae, q eSe vá ao
Auto publico da Fé na forma eosturnada, enlie ouga sua sentenga, faca abjmíacao de vehe­
mente sospeito na Fé; e se declare q incorreu em sentenga de excommunhao mayor, de
q será absoluto in forma Edesia; tenha penitencias espirituaes, instruepao ordinaria, pague
as custas, e vá degradado por cinco anns p* fora do Patriarcado. Mandao que assi se
cumpra. Lx" 19 de Mayo de 1744.
Rodrigo de Santos Joao Alves Soares
Ant0 Ribeiro de Abreu
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, foL 165).

APENDICE N • 43 Z
Sentencia.
Lisboa, 19 Mayo 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinario, e Deputados da Santa Inquizigao que visto este
auttos, culpas e confissoes de Joao Thomas Bruslé Lapidario natural da ddade de Parir
Reyno de Franga e morador nesta de Lisboa Réo prezo que paciente está.
Porque se mostra que sendo Christao bautizado e como tal obligado a ter e crer todo
o que tem, ere, e ensina a Santa Madre Igreja Catholica Romana, evitando toda a ocaziao
ac escandalo, e nao praticando neste Reyno novas ceytas, nem fazendo nelle ajuntamentos
nocturnos ou de dia, assembleas ou conventículos secretos, efle Réo esqueddo da sua obri-
gagao com pouco temor de Ds e da justiga o fez pdlo contrario, e de certo tempo a esta
parte assistindo nesta cidade, nella se achou em ajuntamentos sesmos, praticando nelles
a ceyta, congregagao, ou Irmandade de Liberi Muratori = Franc Massons= ou Pedreyros
livres^ condenada pella Sé Apostólica com penas gravissimas como prejudicial e suspey-
toza a pureza da Religiao Catholica Romana, alistando se die Réo por Irmao da d* con-
gregagao, fazendo profissao com varias ceremonias em certas cazas com portas e janeDas
echadas, e obrigando se debaxo de juramento que recebia, pondo a mao em hua Biblia,
a guardar inviolavei segredo em tudo o que nella se trattasse.
ellas quaes culpas sendo o Réo prezo nos carceres do Santo Officio, e na Meza delle
«■om muyta charidade admoestado quizesse confessar suas culpas, disse e eonfessoa.
o \ lIf an<?° sc nesta cidade se alistava por Irmao da congregagao dos Franc Massons.
tir r C' ros l*vres' de que era Grao Mestre certa pessoa que nomeou. em cujas maos tisera
‘ olsf ° com certas e exquizitas cremonias que declarou tomando juramento para guardar
e a r ° em ° ^ue ne^e se passasse e trattasse sob pna de Die ser arrancado o coragao
a nngua c langado tudo ao mar em distancia da térra de cumprimento do cakbte de hu
v'0. Poicando o refereido com grande cautella e resguardo em certas cazas com as
,e ,ancl'fls fechadas, para que nimguem scubesse nao só dos ajuntamentos e con-
'■‘■ntKuUM, mas do que nelles sc trattava.

409
E pello Réo nao ter feyto íntevra e verdadeura confissao de suas culpas, antes muyto
deminuta simulada e fingida, porque nao detlarava a tent ao heretica, e animo escándelo»
com que se alistou por Irmao de hua ceyta pernicioza e condenada pella Sé Apostólica,
vevo o Promotor Fiscal do Santo Offacio con Libello crunmal e accuzatono contra elle que
lhe foy recebido si et inquantum, e o Réo o contestou pl» materie de sua confissao, a
que nao veyo con defeza e havendo por repetidas as testemunhas da justl?a nao veyo com
contradictas e foy lanzado dellas. i d ,
O que tudo visto e bem examinado a qualidade das culpas do Réo, e a prezumpaao
que contra elle rezulta de nao declarar o verdadeyro fim a que se derigiao as dittas assem­
bleas e conventículos, e pontos hereticos que nelles se praticavao, nao sendo verossimel
que debavo de hu juramento inviolavel que observavao os professores da d* ceyta senao
ocultassem pontos perniciozos á pureza de nossa Santa Fé Catholica, sabendo estavao pro­
hibidos semelhantes conventicullos pella Sé Apostólica, com o mais que dos auttos re-
2ml ta
Mandao que o Réo Joao Thomaz Bruslé em pena c penitencia das dittas culpas vá ao
Auto publico da Fé na forma costumada, nelle ou<;a sua sentensa, e faca abjurado de
vehemente sospeyro na Fé, e será degradado por tempo de sinco annos para fora deste
Patriarchado: será instruido nos misterios da Fé necessarios para a salva^ao de sua alma,
e cumprira as mais penas a penitencias espirituaes que lhe forem impostas. E mandao que
da excomunhao mayor em que incorreu seja absoluto in forma ecclesia, e pague as custas.
Fran° Mendo Mel Varejao
Trigoso e Tavora
Simao José
Svlv° Lobo

Publicada foi a sentensa supra ao Réo Joao Thomas Brullé no Autto publico da fé
que se celebrou na Igreja do Convento de S. Domingos desta cid® em os vinte e hu dias
do mes de Junho de mil e sette centos e quarenta e quatro annos, estando prezentes El
Rey X.S.D. Joao o 5.°, o Principe D. José, os Infantes D. Pedro e D. Antonio, os Senhores
Inquizidores e mais Ministros, muita nobreza, e pouvo. Andre Corsino de Figueiredo o
escrev:.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fols. 166-169).

APENDICE N.° 43 a
Abjuración de vehementi.
Lisboa. 21 Junio 1744.
Eu, Joao Thomas Bruslé perante vos Senhores Inquizidores, juro nestes sanctos Evan­
gelhos em q tenho minhas maos, q de minha propria & livre votade anathematizo, & aparto
de mim toda a especie de heresia & apostasia q for, ou se levatar cotra nossa S Fé Ca-
thoiica. & Sé Apostólica: especíamete estas qie agora em minha sentensa me forao lidas,
de a me ouverao por de vehementi sospeito na Fé. E juro de sempre ter, & guardar a
Catholica, que te & ensina a S. Madre Igreja de Roma, & que serei sepre muito
obidiente ao nosso muy sancto Padre o Papa Benedito XIV nosso Senhor Presidente na
Igreja de Déos, & a seus sucessores: & confesso, que todos os que cotra este S. Fé Ca­
lmuca vierem sao dignos de c o n d e n a d o : & prometo de nunca com elles me ajuntar, &
de os perseguir. & as heresias que deíles souber as descobrir aos Inquizidores, ou Prelado
da b. Madre Igreja: & juro, & prometo quato em mim for de coprir a penitencia q nie
he, ou for imposta, & me em algu tempo (o q Déos nao permita) tomar a cahir nestes
erros, ou em outra qualquer specie de herezia, ou nao soprir a penitecia, que me he, ou
or imposta, quero & me praz que seja ávido por relaso, & castigado conforme a direito,
A ^ e r w ^ t0 a co,Tc¡<íao> & severidade dos Sagrados Cánones. E requeiro aos Notarios
o >. Jtncio, que disto passem estrometos, & aos que estao presentes sejam testemunhas,
& assinem aqui conmigo. E asignou com a testemunhas abaixo. Manoel da Silva Diniz o
sobscrevi.
Franc" de Faria Thomaz de A Simoiz
T T Bruslé
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 170).
APENDICE N.• 43 b
Juramento de Secreto.
Lisboa, 21 Junio 1744.
Aos vinte e hu dias do mes de Junho de mil & seiscentos & quarenta e quatro annos
cm Lisboa nos Estaos, & casa do despacho da santa Inquisigao, estando ahi em audiencia
da de tarde os senhores Inquisidores mandarao vir perante sy, do carcere da penitencia
a Joao Thomas Bruslé, R. preso contheudo neste proceaio, ti sendo presente Die foy dado
juramento dos santos Evangelhos, em que paz a mao, & sob cargo deüe Ibe foy mandado,
que tenha muito segredo em tudo o que vio, & ouvio nesta cárceles, & com elle se pos-
sou acerca de seu processo, & nem por polavra, nem asento o descubra, nem por outra
qualquer via que seja, sob pena de ser gravemente castigado o que tudo die peometteo
cuprir & sob cargo do ditto juramento, de que se fez este termo de mandado dos dittos
senhores, que asignou com os mesmos. Manoel da Silva Diniz o sobscrevL
Franc" Mendo M*J Varejao
Trigoso e Tavora
J T Bruslé
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 171).

APENDICE N.° 43 c
Salida y penitencia.
Lisboa, 26 Junio 1744.
Aos vinte e sds dias do mes de Junho de mil e settencentos e quarenta e quatro aonos
em Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquizigao estando ahy em ancBencia
de tarde os Senhores Inquizidores mandarao vir perante ay dos carceres da penitencia por
constar estava suficientemente instruido e confessado a Joao Thomas Bruslé. E sendo
prezente lhe foi dito que elle tome a cometer as culpas por que foi prezo e processado,
nem outras semilhantes sob pena de ser graveante castigado, e que neste primeiro amo
se confessara as quatro festas prindpaes delle, a saber Natal, Paschoa, da Resum^ao, e
do Espirito Santo, a Ascen^ao de Nossa Senhora, a qual todos os Sabbados rezará hu
ter;o do Rozario, e em cada Sextafeira cinco Padrenossos, cinco ave Marías, as cinco cba-
gas de Christo, e cumprira o mais que prometu em sua abjurado, e que va para o seu
degredo, o que tudo prometeu cumprir sob cargo do juramento dos Santos Evang*s que
lhe foi dado, de q fiz este termo de md° dos d°s Sor* Inq*s com qpn asignou o seu in­
terprete em pre^a o qual lhe foi lido. M*1 da Silva Diniz escrevi.
Franc® Mendo Trigoso M i Varejao e Tavora
J. T. Bruslé
Fr. Carlos O’KeUy
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683. fol. 172).

APENDICE N.° 43 d
factura de gastos.
Ao Secreto 2$ 165
Lib" Pr* 01600
Secretr® do Cons* Ofl45
Mdrinho 01100
Akáydes 0$400
Ctas 01108
31518
Lima
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.683, fol. 173).

411
APENDICE N.° 44 A

Processo de Joao Bauptista Richart, home dc negocio, Protestante,


natural da Gdade de Paris R° de Franca, e morador nesta de Lisboa rúa
Nova dos Ferros.
Mandamiento de Prisión.
Lisboa, 29 Marzo 1743.
Os Inquisidores Apostólicos contra a heretica pravidade, & apostasia nestas Cidades
de Lisboa, & seu destricto. &c. Mandamos a qualquer Familiar, ou Official do Santo
Officio, que nesta Cidade de Lix* defronte da Caza da Moeda aonde hé morador, ou
aonde quer que for achado, Joao Bauptista Richart, Francez de Na?ao, home de negocio,
o prendáis sem sequestro de benz por culpas que contra elle ha neste Santo Officio, obli­
gatorias a prizao. & prezo a bom recado, com cama, & mais fato necessario a seu uso,
& té quarenta mi! reis em dinheiro para seus alimentos, o trareis, & entregareis, debaixo de
chave ao Alcaide dos carceres da Custodia desta Inquizicao. E mandamos em virtude de
santa Obediencia. & sobpena de excomunhao maior, & de quinhentos cruzados para as
despezas do Santo Officio, & de procedermos como mais nos parecer, a todas as pessoas,
assi Ecclesiasticas. como seculares, de qualquer gráo, dignidade, condicao, & preheminen-
cía que sejao. vos nao impidao fazer o sobredito, antes sendo por vos requeridos, vos dem
todo o favor. & ajuda: mantimentos, pousadas, camas, ferros, cadeas, cavalgaduras, barcos,
& rudo o mais que for necessario, pelo prego, & estado da térra. Cumprio assi com muita
L-auteia, & segredo. & al nao facais. Dado em Lisboa Occidental no Santo Officio da In­
quisicao sob nossos sinaes, & sello della, aos vinte e nove dias do mez de Margo de mil
=ere centos e quarenta e tres annos. Manoel Affonso Rebello o sobscrevi.
Fran° Mendo Simao José M®1 Varejao
Trigoso Sylvr° Lobo e Tavora
Desp. e Sello - 40
Cta - 18
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 3).

APENDICE N.° 44 B
■\c‘a de entrega.
Lisboa, 4 Abril 1743.
Anno do Nascirr.ento de nosso Senhor Jessu Christo de mil e sette centos e quarenta
í fres aos quatro dias do mez de Abril, em Lisboa nos Estaos e porta dos carceres se-
:rettos da Santa Inquizicao foy entregue ao Alcayde dos mesmos Maximilianno Gómez
pelo Familiar Matbeus dos Santos e prezo Joao Bauptista Richart, e sendo buscado na
.orana do Regimentó se lhe achou em dinheiro nove mil e seis centos rs., hum Relog»
le prata com huma cinta azul, hum reliquario de madeira com huma senhora que se en-
:regou ao Ldü Manoel Lourenco Monteyro, Thezoureydo da mesma, e da como o d° Leceo-
.lado recebeo da ditta digo e de como o d® Alcayde se deo por entregue do dito prezo
este tetTno que asignou. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 4).

APENDICE N • 44 C
Admisión en la cárcel + Certificado del decreto.
Lisboa, 4 Abril 1743.
Aos quatro dias do mez oe Abril le mil e sette centos e quarenta e tres annos man-
^ ” a 6! ^JS ^d o re* por este prezo Joao Bauptista Richart no carcere «o 1
foy satisfeito. Andre Cocino de Figueiredo o escrevi.
F¡m rsiI}^ de Figueiredo, Notario do Sto Off° desta Inquisicao de Lisboa *****
I n f i n ^ u a J t eífe,to de passar a presente provi hu sumario q se acha no secreto desta
Inquisicao contra os Pedreyros Livres e nelle a fl. 36 ota hu assento do Concelho Gerll
je 5 de Marco de 1745 do qual consta que Monsr Motton e Monsr Costo forao mandado
vir prezos em custodia p" os carceres desta Inq*m e q nelle fossem examinados, e q pos
sados alguns dias mandasse a Meza vir perante digo mandaste de Meza vir tambem prez*
pa a mesma costodia algumas das outras pessoas q achar mais indiciadas de entraran a
sociedade ou congregado chamada dos Pedreyros Livres, as quaes tambem eerao na mes
ma forma examinadas, o q tudo consta do dito sumario a q me reporto da q pasey a prezt
de mandado dos Senhores Inquisidores que a signey. Lx*, nos de Marp> de 1744.
Andre Corsino de Figrd®
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 5-6).

APENDICE N.° 44 D

Juramento del Intérprete.


Lisboa, 6 Abril 1743.
Aos seis dias do mes de Abril de: mil e sette centos e quarenta e tres annos em Lisboa
nos Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Inquizigao estando ahy na de menfaa
o Senhor Inquizidor Simao José Silveyto Lobo mandou vir perante si a hu Estrangeiro
que em quatro dias do dito mes tinha vindo prezo para os carceres da costodia desta
inquizigao. E sendo prezente por dizer que nao entendía nada da ligoa Portugueza nwn
a sabia falar foy mandado vir a Meza o Padre Fr. Carlos Kelly, Religioso da Ordem de
Sao Domingos Mestre aprezentado na Sagrada Theologia e Reitor no seu Colegio do Corpo
Santo desta Cidade de Lisboa. E sendo prezente lhe foi dito ao dito Padre que pdo dito
estrangeiro nao entender nem saber couza alguma da lingoa Portugueza o faziao seu in­
terprete para que bem e fielmente interpretasse tudo o q o dito Estrangeiro
como tambem todas as perguntas que se lhe fizecem e respon tas que a elas dise o que
tudo o dito Padre prometeu cumprir sob cargo do juramento dos Santos Evangelbos que
lhe foi dado, de que fiz este termo de mandado do dito Senhor Inquizidor com quem asig­
nou. Andre Corsino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Sylv® Lobo
Fr. Carlos O ’Kelly, Reytor do Coll" de Nossa Sra do Rozario
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 36-37).

APENDICE N - 44 E
Confesión 1.*
Lisboa, 6 Abril 1743.
Aos seis dias do mes de Abril de mil e sete centos e quarenta e tres annos em Lisboa
nos Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Inquizigao estando aly na de manhaa
0 Senhor Inquizidor Simao José Sylveyro Lobo mandou vir petante si por pedia audien­
cia a hu Estrangeiro que em quatro do dito mez tinha vindo prezo para os carceres da
costodia desta Inquizigao e sendo presente por dizer a pedir® para confesar nesta Meza
as suas culpas lhe foy dado o juramento dos Santos Evangelhos em q por sua mao sob
cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeu cumplir.
E logo disse chamar se Joao Bauptista Richart home de negocio, Francez de nascao, de Re*
ligiao Protestante, natural da cidade de Paris, cazado com Anna Loaren^a, filho de Fon-
cisco Richart carpenteyro, e de Francisca Fraden morador nesta cidade de Lisboa haverá
nove para dez mezes, de vinte e sette annos de idade.
Foy admoestado que pois tomava tao bom concelho como era o de querer confesar
nesta Meza as suas culpas lhe convinha muito trazelas todas a memoria para deflas fazer
nua inteyra confi^ao declarando toda a verdade, nao impondo nem a si nem a outrem tes-
temunho falso, porque só o dizer a verdade hé o que lhe convenha para descargo de sua
conciencia, salva^ao de sua alma, e bom despacho da sua cauza, ao que respondeo que só
a verdade havia de dizer, a qual era,
1 d ^ ^ a v e r^ d o u z ft&nos pouco mais ou menos que achado se elle confitente na cidade
<e raris, sua Patria, lhe falou hum amigo seu Francez chamado Monsieur Cazanova, na­
tural e morador na dita cidade, e lhe aconselhou, e persuadió a que quizesse entrar em
c°mpanhia, ou ajuntamento chamado de Francmazocns na lingoa Francesa ou de
i eareyros livres na lingoa Portugueza, dizendo lhe que na dita sodedtdc entreva muita
>oa e que nella havia de passar hua vida alegre e divertida e tena muitas pessoas
,ue o ajudassem no »cu negocio c lhe « t o en, qualquer a filio ou «pefto e uue p ,«
2 íe^pcao lhe nao era necessario faaer mais despeza daquella que ae havia de fuer em
huiTK tar no du da »ua entrada, porque elle, dito Caaanova tinha já « do recebido na
dita sociedade e conhccia por experiencia que lhe havia de »er muito útil isto momo aue
lhe aconulhava e persuadido elle conhente de tudo o que o dito Cazanova lhe dilia, lhe
l i l a ^ q « « u v a ^ P t o par. entrar na dit. sociedade c fazer tudo o que n e,,. Ma­
ten. Ihc dispuatcsne, e ajeado o día para a sua recepto o yeyo buscar o dito Moiwleur
t a/anova e o condumio cm *uu companhia a caía de hu ourives do ouro chamado Mon-
sicur Bcrton o qual cm o tira» Mestre da dita sociedade natural e morador da Cidade de
Pam c depois Je lhe icr taludo con) grande alegría e agazalho, aahirao todoa tre» c
,onw; cm Jjreytu14 a huma oslaría ou ca/a de pasto que Ihc ficava pouco distante, na qual
costumavao fazer *e a» dita?. recepcoem ao» novamente assoaado». e ochando na dita
caza tic pasto quamidade de pesoa* pcnencentes a mesma companhia toda» ellas te re*
colherao a hua ca/a interior hcando na de fora elle confitente com outro» «el» companhei-
ro* que naqucllc din haviao tambem ser admitidos na dita sociedade, e depois de haverem
espetado algum e*pmx) de tempo, batendo elle confitente á porta da camara que eatava
divuto bem lechada. Ihc nao acodio ninguem, e tornando a bater mai» dua» vezes, na ter*
tcyra sahio dc dentro da camara hua das pessoas que lá estava dentro e lhe perguntou
0 que queriao, .10 que elle confitente respondeo que queria ser admitido na compnahia
iio« jxxlreyro» livre». c dito uto lhe fez a dita pessoa que lhe acodio tirar tudo auanto
trazia comstgo dc metal corno erao as fivelas dos sapatos, as das ligas, das meyas, os botoes
da camisa. e o dmhcyro que comsigo levava, e depois disto lhe tapavao os olhos de sorte
que nao ficava vendo couza alguma pelo impedimento do lengo ou véo que lhe fazia, digo
que Ihc puzerao e entrando desta sorte com os olhos tapados lhe fizerao dar tres volta»
ao redor da caza sendo para isso guiado da mesma pessoa que o conduzia, e tornando a
hcar pinto da porta por honde tinha entrado lhe fizerao tirar a liga da meya da parte
dircyta c descalcar o sapato do pé esquerdo, e feito isto lhe dcstapavao os olhos tirando
Ihr o len«o que Ihc nnhao poato ficando voltado para o Grao Mestre que estava no topo
•ia c.ut cora hua cadcyra rasa diante o que tinha encostados os ioelhos, e sobre a dita
’.adrvra tinha aberta a Sagrada Bibilia, e reparou que o dito Grao Mestre tinha lanzado ao
1x’kí \o hu listao ou hta larga de cor azul na mesma forma que costumao trazer os cava-
Icvros das orden» nuliures, e no lugar da medalha ou habito tinha pendente hu compasso
¡xqueuo c muito bctn lavrado, e asim mais por toda a fita ou listao estavao dispostos por
¡xm ordem todos m instrumentos que servem ao officio de pedreyro, tudo de metal aou-
1* lo c obrado com bom arteficio e reparou mais que no pavimento da caza, que era grande,
no lugar que mediava entre elle e o grao mestre estava desenhado com riscos brancos
h'i edefiuo o m vías escadas e colunas q representava a fabrica do templo de Salamao
<fmo lo(j<> depon Ihr f<iy advertido, litando na forma referida em pé de fronte do grao
incktr>- ¡he preguntón este o que quería, ao que elle confitente respondeo que queria »ef
xi.r.iudo naquella vcneravel asemhlea, e dita» estas palavras dezimbainhou o gram mestre
o ft,;.adnn c p’ o « quanto o braga pode subir, e o mesmo fizerao todo» o»
man que com elle «->» *v.i«. I; feito isto lhe disse o grao mestre que reparasse bem em tudo
0 que vía debuxado rio pavimento da caza que era a fabrica do Templo de Salamao no
<i'ial havia se*te de*¡rao» com duas coluna» aos lados sobre huma da» quaea estava a letra
1 e vibre a outra a Hra B que erao as primeyras dos nomes das ditas colunas, porque hua
v chamava Jachim c a outra Boo», comtínuando a dizer lhe muitas outras couza» «díte
-1 magnificencia dac|nrlla grande obra, e acabado este descurso chegou a elle confitente
que estava rom o grao mestre e lhe fez por o pé direyto sobre o primeyro degrao
do Templo que no pavimento estava ríscado, e assim mais lhe fe* logo por o outro t
asim oiritinuoii palcn mai» degraos na mesma forma que fizera se verdadeyramente iota
sobmdo, e acabado* 0%degraos, passou por sima de todo o mais ri»co, dando tres peno*
va>iarov>s c medidos como fazem os soldados em seu militar exerclcio, e chegando junto
a<> tamborrtte ou cadcyra raza sobre q estava a Bibilia aberta lhe fizerao por O loe»®
no vibre hum pedasso de couro branco que estava no chao ficando com a mao dlreyta
íf l1*' e ne*te * U) Ibe fez o Grao Mestre hu largo discurco sobre a institutl*
c daquella ordem e principio q tivera a tal sociedade dizendo lhe sobre esta matan*
multas couzas de que por hora se nao lembra por nao aplicar antao multo o etntido *»
e P****'‘do a explicar lhe as obrigacoens que tinhao todoa os que i»«j*
<4# pflineyr* .Qtn\z* *1 **** *dvertido foy o inviolavel segredo que em tudo h*vl*
«nrifSüu L n? f<ve**ndo nem descobríndo nunca couza alguma que pertmcesse a dttf*
d« . u ! ^ ^ ^* vr‘ * * e*CfíPt°. e ainda por debuxo, e que asim o b*v}f
o eontrírifi ih!f uü? (ursmentó qua tomava naquella Biblia, sob pena de <|U« *******
•no lhe seria cortada a cab^a, arencado o cora^ao, e seu corpo feito e n P*da«8»

414
c quem ado, c tuat tinzat lardada» no mar, e feito Mim este juramento, o chamou a ti o
Cirotn mettre dizendo lhe q lhe quena cmtinar ot tignae* pello* quaet havia de ter coatí*
«ido entre teut companheros, e levantando te logo em pé abrió a mao petando con hu
lado della pella «arganta mandando a elle confitente que faene o metroo, c depofo diato
lhe pegou na mao como em tinal de urbanidade apenando lhe com o dedo polas a pri-
mcyrn juntura ou otto do dedo índex chcgando peno do ouvido lhe ditae a palavra Ja-
(him, c P“ra 4UC v‘*‘c K tinha percebido bem ot aignaet que lhe tinha dado ¡hot fez
logo jyiaticur como todot ot q ettavao prezente*, que acharao haver pertebído tudo, feito
into, Icvantou do chao hu do» que ettavao preaentet a pelo branca tobre que puzera o
jodiió <- Hih cingio por modo de avental, e lhe derao duat Juvat branca*, hua de home
que logo calvou, c outra de molher q lho meterao no tinto, e detta aorte fícou admitido
na dita i*ocicdadc no grao ou qualidade de aprendiz, depois do que foy tambem admitido
¡io «rao de servente ou companheyro com pouca deferencia de tírimoniaa, e «inda not aig-
ntics por hor.de havia dar te a conhecer por cervente entre oa da compahia, contitrindo
os dito» signaet cm por primeyro a mao no peito e chcgando a peaaoa a quem te havia
<|¡ir u conhecer apertando lhe a mao havia carregar com o dedo ptriex aobce a primeyra
juntura do dedo mayor e dizer lhe ao ouvido a palavra Boóa, o que tambem lhe faeno
pruticar com todot ot que ettavao presentes, e acabado itto te puzerao a jamar. E logo
i|uc hc sentarao a Meta a primeyra couza que fez o grao mettre foi advenir a todot yoe o
principal institudo daquela ordem era o nao ae falar por nenhum cazo em matena de
religiao ou fosse por modo de ditputa ou de discutió ou de contradi^ao, e aaim matt te
nao devia falar mal do Principe, nem do governo, nem do catado, nem dixer palavra
alguma que fotte obtena ou ofenciva, directa nem indirectamente, e que aqucDet qtte
asim o nao obtervacem haviao de ter multado* conforme at k it dot icos eatatutot. £ p rá -
ripiando a comer a primeyra taudc que faziao era a todot ot grandes meauet da cidade
-le Londres, e depois aot da cidade de Paria, obtervando no beber a anguínte acrimonia:
lcvantavao ot copos da meza em tres etpacot de tempo com muito vagar, c logo ficavao
com elles suspensos, olhando para o gráo mettre, c tanto que elle dízia a palavra Fago
bebiao untao todos e depois de beber prezentavao o copo no metmo acto que fazem oa
Moldados quando aprezentao at armat e toraavao a por na Meza ero tica deferentes capa-
vos, como no principio tinhao feito, acabado o jantar fez o grao mestre outro diacurpo
sobre a fabrica do templo de Saiamao, explicando o que signifícavao at duat eatrellat que
estavao desenliadas no pavimento, e dizendo que huma aellas e n a estrella Lucífero e
a outra Hypero, tobre o q acrecentou muitas outrat couzas que lhe nao fkavao cm km
branva por entender que nao tinhao entidade alguma, e acabado itto levantando ae o grao
Mettre disse que todot Meut irmaos a loge ae fecha q cada hu pode hir tratar do seu
negocio.
Disse mais, que chcgando a esta cidade de Lisboa haverá nove para d a meses a tratar
do kci. negocio, logo que chegou lhe falou hum tal Joao Cuato Lapidario, de naapao Na­
tural do cantan de Berna, morador nesta cidade nao tabe donde tenha cata certa, e lhe
parece que hé cazado com hua Ingleza e que nao tabe o nome. e cate o rogou pan que
quizesse incorporar te na tociedade doa pedreyrot livret que taaahrm ha ncata Corte, pofo
sabia q tinha há sido recebido na cidade de Parta, e lhe díate tambem o dko Cutio que
era o grao mettre detta congregafao de Portuaal e o podía receber odia todas aa veaes
CIII(' quizesse. Ao que elle, confitente, respondeo que estava prompto para faaer o que
lhe dizia, c ajustando entre ti o dia p’ etta receptao ou incorpora^ao, o levou o ditto
a caza de hu Joao Baptiata Rabalhai de nascao Italianno, rekfoeiro, ou contrata-
i or de rclogios, e dá tambem caza de patto, morador no lugar de Bdem e outro* detta d-
dnde donde achou já a muito» ot todos detta congregaban de Pedwytot Livret, e por
haver sido recebido em Parit por apredit e official, foi antao recebido pdo dito Cuato
no grao de Mestre da dita tociedade com at terimoniat seguintes. Logo que chegarao á
««ta caza o dito Gram mestre o levou pela mao para outra cata interior tem lhe tapar oq
olhos, e lazendo lhe dar hua volta inteyra a toda a caza junto át paredes, tomou a ficar
junto da porta por onde tinha entrado de fronte do Grao mettre, que ficou em pé oo
topo da caza, mediando entre ambos no pavimento da caza huns rtaco* brancoa que lhe
representayao a forma de hua sepultura, asittindo ao lado do dito Gram «estre aquelle*
tocios q tinhao o grao de mettre* na dita congregacao, e nenhua outros. F, chcgando a
c c confitente o ditto Cuito, por quem havia de ser recebido, lhe tocou cate levemente
»■ tf*'* com hum martelo de pao que trazia na mao, e feito ¡ato cahk» eOe confitente no
* iao, ficando de costas com o corpo catendido e oa olhos fechados como te ettivera morto,
c logo o dito Gram mettre fez hu largo diacuifo no qual lhe explicou que toda» aqucUaa
..«íí^L, .t*ue m<ndav* faaer tignificavao e traaiao á memoria o caao que tinha lo o dtdo
tthnca e factura do Templo de Selamao, o qual cado era o toguinte. Que principiando

413
os Mestres aquella grande obra e achando se este ja adiantada com grande perfeito, en­
travao alguns delles a conhecer hua grande inveja e emulado contra outro que te avan-
tejava a todos os mais na pratica e sciencia da arquitetura, chegando este odio a tal ex-
tremo que o matavao e o forao sepultar escondidamente em lugar distante, o q tudo foi
depois descuberto por huns aprendizes peUos quaes se tinha mandado faaer toda a dele-
senc’a por ver se achavao o corpo daquelle que tinha sido morto. E vendo se os ditos
aprendizes iá caneados por terem caminhado muito, sentando se em hu campo obsetvavao
que a mesma térra sobre que estavao sentados havia sido cavada e movida de pouco tempo
e esrava cuberto de ervas recern nascidas e arrancando algumas das ditas ervas acharao
logo ao dito corpo que buscavao levando de tudo isto noticia aos ditos Mestres que de-
pois mandarao conduzir e sepultar em lugar mais decente: continuando a dizer o dito
Custo que quando o corpo tora achado na forma referida, primeiro que tudo lhe fizerao os
signaes por que se dao a conhecer os aprendizes desta ordem dos pedreyros livres, como
tambem os signaes de official, e últimamente lhe fizerao os signaes por que se dao a
conhocer os Mestres. os quaes signaes lhe queria antao ensinar a elle confitente, para o
q o mandou levantar do chao, o q com effeito fez. E logo que se levantou lhe foi o ditto
Gram Mestre encinando a pratica dos signaes pelos quaes havia dar se a conhecer por
Mestre desta ordem aos curros de quem quizesse ser conhecido, os quaes signaes sao os
seguintes: A primey couza que havia de fazer era por a mao aberta no meio do peito
d<f modo que íicassem as extremidades dos dedos voltados para sima e a do dedo polego
emeostada ao mesmo peito, e logo havia pegar na mao do outro de tal sorte que as extre­
midades dos dedos ficassem reciprocamente tocando se nos pulios e caregando sobre elles
chegando ao mesmo tempo a ponta do pé direyto, como tambem o joelho, hum ao outro,
abracando se desta sorte, e dizendo a ouvido em voz sumissa as palavras seguintes: Maqui-
biná ou meschamo Ha Da: os quaes signaes sendo lhe asim emsignados pelo dito Grao
mestre. este lhos íez iogo praticar com todos os outros mestres que estavao prezentes e
lhe asisiiao, oa quaes mestre achavao que elle confitente tinha percebido muito bem tudo,
e com isto ficou admitido no grao de mestre e se acabou todo este acto com hum grande
lantar q elle pagou a sua custa.
Disse mais, que no mesmo dia em q elle confitente foi recebido por mestre por Mon-
seur Custo como tem dito, forao tambem recebidos sinco pessoas mais, digo quatro pes­
soas, tres por aprendizes e officiaes que sao os seguintes Lamberto Bolangé, Flamengo de
nascao natural da cidade de Liége, home de negocio, nao sabe se hé cazado, morador
nesta cidade na nía dos Escudeyros, Monsieur Lunel, Francez de nascao, natural da cidade
de Marcelha segd° lhe parece Capitao de hu navio, nao sabe de seu estado nem donde
hé morador. Ravalhai, Italiano de nascao, de quem tem dito: e por mestre foi recebido
Joao Marchan. Olandez de nascao Lapidario, solteyro, natural da cidade de Abstardao e
morador nesta de Lisboa nao sabe em que parte.
Disse mais, que todas as sobreditas quatro pessoas forao recebidas comforme os seos
graos rom pou^a deferenca de serimonias daquellas com que elle confitente foi tambem
recebido, porque na recep to dos aprendizes se nao praticou a serimonia de dezembahinhar
o Gram Mestre o espad;m e levantallo para o ar com todos os mais asistentes como fi­
zerao em Franca quando o receberao.
Disse mais, que aiem das pessoas que tem nomeado e sao conhecidos nesta sociedade
por Pedreyros livres. o sao tambem Monsieur de Villanova, Francez de nasudo, abridor de
estanpas. cazado com a Dama Regó, morador nesta cidade na calcada de Sao Francisco:
Monsieur Pietro, Francez de nascao, ourives, solteyro, morador nesta cidade na rúa das
flores: Valdrevel, Francez de nascao, natural da cidade de Paris, Lapidario, morador nesta
cidade junto ao Corpo Santo: Monsieur Olivier, alfayate, que asistió em Paris mui tos an-
nos. e ouvio dizer que era da nascao Portugueza, morador asima da rúa das flores: Mon­
sieur Mouton, Francez de nascao, Lapidario, cazado com hua Dama Lefebre, morador
nesta cidade de fronte de Sao Paulo: Monsieur Charmuar, Francez de nascao, Lapidario,
cazado com hua Portugueza a que nao sabe o nome, morador nesta cidade na rúa nova:
Alonsieur Maslon, Francez de nascao, AJfayate, cazado nao sabe com quem, morador nesta
cidade na rúa nova da limada: Monsieur Brulir, Francez de nascao, cazado nao sabe com
quem, home de negocio, morador nesta cidade de fronte da casa da moeda.
Disse mais, que aler* da sobreditta <Kazíao em que foi recebido por mestre como
ditto tem no lugar dr Bellem se achou em mais algunas sociedades e recepeoens com outro#
; #vres nellas entrevenhao e se faziao nesta cidade em caza do ditto Matchifl
o q podena ser por duas ou tres vezes pouco mais ou menos.
que ^Hando os Pedreyros livres se ajuntao em seos banquetea como f*
as as ocaziones de rccepcao, tem muitas a divercas cantigas destinadas P***

416
mesma sociedade para aquele fim, cuja materia nao bé outra mai» do que couza» alegro
c jucundas para conciliar o gosto dos convidados.
Disse mais, que em todos os ajuntamentos ou asembleas que entre si fazem os Pedreyros
livres e ordinariamente acabao por banquete, nao se despedem nem se vao embora sem
primeyro o Grao mestre fazer hu largo discurro em forma de dialogo, preguntando o dito
grao mestre e respondendo hu dos da companhia emcaminhado todo a emprimir hcm na
lembranga dos acodados os signaes pellos quaes hao de ser conheddos trasendo lhe a
memoria a pratica de todos elles para que nao possao etnganar se not que dao aos outros,
ou os outros lhe dao i elles. E que estas sao as culpas que tem q confinar nesta Meza, as
quaes ignorantemente cometeo entendendo nao serem culpas porque tudo quando obrou
asim a respeito de ser recebido na congregasao dos Pedreyros livres no Reyno da Franca,
como tambem neste Reyno, e asim mais tudo o que vio e presenáou despois de ser
admitido lhe parecía serem couzas indiferentes e sómente ordenadas para o fim de passa-
rem o tempo com alegría e divertimento e que de nenhuma sorte conttadiziao nem eocon-
travao a fé Catholica, e muito menos sabia serem estas congregacoens prohibidas pelo
Tribunal do Santo Officio por haber tao pouco tempo que se acha neste Reyno, e ter
muita pouca ou nenhuma noticia da lingoa portugueza, nem comunicar pessoas q
dos seca nacionaes, e do tudo quanto obroce nesta materia está muito arependido e de
tudo pede perdao e que com elle se uze de mizericordia.
Foy lhe dito que tomou muito bom concelho em principiar a confitar nesu Meza as
suas culpas e lhe convem muito trazelas todas a memoria para délas fazer hua inteyra e
verdadeyra confi^ao declarando a verdadeyra tencao que teve em cometer as que já tem
confinado, nao impondo porém á si nem á outrem testemunho falco, porque só o dizer
a verdade hé o que lhe convem para descargo de sua consciencia, salvacao de sua alma,
e bom despacho de sua cauza. É por tomar a dizer que nao tinha mais culpas para
confinar, nem tivera outra tencao alguma mas da q tem declarado, foi outravez admoes-
tadodo em forma e mandado á seu carcere, sendo lhe primeyro lida esta sua coafifao,
por elle ouvida, e por meyo do ditto seu interprete entendida, disse que estava escripta
na verdade e que nella se afirmava, ratificava e tomava a dizer de novo sendo necessario,
e que nella nao tinha que acrecentar, deminuir, mudar, nem enmendar, ou de nove que
dizer ao costume, sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos que outravez lhe foi
dado, ao que estiverao prezentes por honestas e religiosas pessoas, que tudo virao e ou­
virao e prometerao dizer verdade no que fossem preguntados, sob cargo do juramento
dos Santos Evangelhos os Lecenciados Alexandre Henríque Arnaut, e Francisco de Souza,
Notarios do Santo Officio que ex cauza asistirao a esta ratificagao e aignarao com o Reo,
seu interprete, e com o dito Senhor Inquizidor. André Corsino de Figueytedo o escrevi.
Simao José Sylvr° Lobo J. Bt® Richard £r. Garios OÍCelly,) Reytor
do Cofl° da Nossa Sra do Ros*
Fran de Souza
Alex6 H Arnaut
E hido o Réo para seu carcere forao preguntados os sobreditos Lecendiados se lhe
parecía que falava verdade e merecía crédito, e por elles fra ditto que lhes parecía falava
verdade e merecía crédito, e tornarao a asignar com o dito Senhor Inquizidor. Andre Cor-
sino de Figueyredo o escrevi.
Simao José Sylv° Lobo
Alex0 H Arnaut Fran de Souza
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 4867, fols. 39-71).

APENDICE N.° 44 F f

Examen (Confesión 2.*).


Lisboa, 16 Abril 1743.
Aos dezaseis dias do mez de Abril de mil e settecentos e quarenta e tres annos, em
isboa nos Estaos, c caza primeira das audiencias da Santa Inquizicao estando ahi na
e manhaa o Senhor Inquizidor Simao José Silveiro Lobo mandou vir perante si a Joao
aptista Richart contheudo nestes auttos e sendo prezente lhe foi dado o juramento dos
antos Evangelhos em que pos sua mao sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade
% o que tudo prometeu cumprir.
a i er8untado, se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foi mandado e as quer
ar de conficar como tambem a verdadeyra tencao que teve em cometer as que já

417
27
tem confinado pot set o que lhe convem para descargo de sua conciencia, salvado de sua
alma, e bon despacho de sua caiiza?
Disse. que sim cuidara e que nao tinha mais culpas algumas que confitar, nem tivera
outra tencao em as cometer mais da que tem dolara o.
Perguntado, se está lembrado de haver condado nesta Meza que haverá dous anno,
pouco mais ou menos, aehando se na cidade de París, fora admitido na Sociedade do»
Pedreiros Livres e recebido nella por Monsieur Berton que era o Gram Mestre da ditta
sociedade, o que se lhe tez com grande apparatto de seremomas, e sircunstancias novas

C ^Disse,1 q?muito bem lembrado estava de haver confinado tudo o q se conthem na per­
gunta porque assim passou na verdade.
Perguntado, se está lembrado de haver confinado que fora recebido entao na ditta
sociedade por Aprendiz e Official da mesmo, e o forao tambem naquella occasiao outras
pessoas mais, o que tudo elle prezenciou e a tudo assistio?
Disse, que muito bem lembrado está de haver confitado tudo o que se conthem na

tCf Perguntado, se está mais lembrado de haver confitado que chegando a esta cidade de
Lisboa haverá nove para dez mezes fora logo incorporado na dita sociedade que nesta
Corte se acha tambem estabelecida e fora recebido por Mestre della por Joao Custo, o
qual por ser o gram .mestre da ditta sociedade e destinado para estas recepcoens?
Disse, que lembrado estava de haver confino tudo o que se conthem na pregunta.
Perguntado. se na dita sociedade de Paris, ou nesta de Lisboa, se praticao em seos
ajuntamentos mais algumas serimonias, ou se intervem outras algumas sircunstancias alem
das que tem declarado?
Disse, que elle tem ditto tudo quanto se praticou com elle ñas suas recepsoens e em
outras mais a que asistió, e nao sabe se faga mais couza alguma alem da que tem declarado.
Perguntado, se a congregado dos Pedreyros livres em que primeiro foi recebido na
cidade de Paris hé moderna e novamente introduzida, ou se hé antiga, estabalezida há muito
tempo5
Disse, que segundo ouvio dizer hé muito antiga a congregado dos Pedreiros livres de
Parí», porem que nao sabe que annos haverá que principiou.
Perguntado, se sabe ou ouvio dizer quanto tempo há que nesta Corte se deu principio
a ditta congregado ou sociedade, quem forao os primeiros q a introduzirao, por que
modo, entre q pessoas. e em que parte?
Disse, que elle nao sabe couza alguma do que se conthem na pregunta, porque nem
cuvio nunqua falar nesta materia, nem teve a curiosidade de preguntar.
Perguntado, que cauza houve, e que fim ou motivo para se formar e introduzir esta
congregado asim neste Reino como tambem no Reino de Franca, e nos mais em q se
h estabaleada, e que proveito, útil idade, ou couza importante tirao os que nella entrao?
Disse, que eü¿ r*o >abe con certeza q cauza houve para se introduzir a dita congrega­
d o asim neste Reino <_omo em tantas outras partes, porem que lhe parece, e tem poi
certo, que isto foi hum mero invento de pessoas ociozas, ordenado sómente afim de passat
o tempo com alegría, e comerem e beberem, sem despeza propria, á custa dos que nova-
mente sao recebidos pelos grande banquete que fazem nos dias das suas recepsoens.
Perguntado, se o grande e inviolavei segredo que prometem guardar todos os que sao
recebidos na ditta congregagao, como tem declarado, debaixo de tao apertado juramento,
se observa sómente nos Reinos de Portugal e Franca, ou se hé cumun para a congregado
de todos os outros em que se acha estabalecida?
Disse que elle, pelo exprimentou, sabe que o mesmo inviolavei segredo que se pratica
na congregado de Franca há tambem para esta de Portugal, e assim lhe parece que se
on-erva a respeito de todas as mais pelo ter ouvido dizer algumas vezes.
Perguntado, qual hé a materia sobre que cahe hu juramento feito com tal s o l e n id d e
como tem dito, tomado na Sagrada Bibilia em prezend de tantas pessoas, precedendo sir-
cunstancia tao extrabordinarias e exquecitas, sogeitando se por elle a penas tao hortowM*
e excessivas como sao aquellas a que voluntariamente se sogeita os que tomao o ditto jura­
mento, e a qre fim hé tudo isto ordenado?
Disse, que o ditto juramento se nao ordena a outro fim, nem cabe sobre outra algw®*
materia mais do q impór por elle hua grande obrigatao de guardar inviolavei segredo «ffl
tudo o q pertense a ditta congregado,
J^frgunta^°' 5 “aes *ao as couzas pertencentes a ditta congregado cm que hé nece»8ar<°
guardar tao inviolavei segredo?

418
Disse, que estas couzas nao sao nenhumas outras mais do q as acgoen*, palavras, e
signaes que lhes encinao para serem entre sy coobeddos os Pedreyros livres, em qualquer
parte que se acharem e for preciso ajudarem se huns aos outros.
Perguntado, q interese, convecia, otf neceuídade tirao 03 Pedreiros livres, de que
nimguem mais do q elles saiba, entcnda, ou perceba os signaes que lhe seo emsignadoa
para serem en tre si conhecidos?
Disse, que elle nao sabe q deste inviolavel segredo se tire outra conveniencia ou inte­
rese mais do q o nao serem estes signaes revelados para que nao baja outra q se aprovdtem
delles embarazando lhe as utilidades e negocios nos quaes entre sy esperao ajudar se.
Perguntado, se os pedreiros livres tirao da sua sociedade a utilidade e conveniencia
c se ajudarem huns aos outros dando se lhe a conhecer pelos dittos signaes, parece que
fica sendo superfluo o tal juramento quando sem depor sua mesma conveniencia o deviao
guardar por nao ariscar os seos negocios, de q se segue que o fim do ditto juramento
hé outro muito diverso daquelle que tem declarado?
Disse, que elle reconhece q se podía guardar o segredo sem preceder o juramento q
se lhe dá bastando só para isto a conveniencia de nao serem embarazados pellos outros
nos seos negocios, porem que entende que para mayor aseguran^a e firmeza lhe fazem
tomar hum juramento tao rigoroso para que com o temor delle fique o segredo mais
seguro.
Perguntado, se elle entende q fica o segredo mais seguro em virtude de bum juramento,
parece bastava lhe fizessem tomar este na Sagrada Bibilia, sez ajumaron tantas horrorosas
sircunstancias e exacravens cominasoens como sao as q intervem do juramento que se
lhe dá?
Disse, que elle, reconhece q bastava o juramento tomado na Sagrada Bibilia para dar
mayor 'jrsa á obriga^ao de guardar segredo, porem que entende q fazem acompanhar o
tal juramento de sircunstancias tao horrorozas para introduzir mayor terror, dando Disto
a entender q na ditta congregado se trattao couzas grandes e importantísimas, sendo oa
verdade huma malicioza truca com que querem engaitar aquelles que na dita congregasao
sao recebidos para comerem delles, como fazem, nao havendo nunca na verdade materia
grave nem importante ñas taes congregacoens, porque tudo o que nella se tratta sao cotizas
pueris e ridicullas emeaminhadas sómente a passar o tempo com alegría e oooádade.
Perguntado, se na ditta congregasao de Paris, ou nesta de Lisboa, há alguns particulares
estatutos ou regras para seu governo e se estas sao impresas ou manuscriptas, e por quem
ou em que lingoa forao dispostas e ordenadas?
Disse, que elle nao sabe q a ditta congregado, asim neste Reino como fora delle, se
governem por regras ou estatutos alguns, porque tudo quanto se faz depende da vootade
do grao mestre que a seu arbitro ordena e dispoem tudo o q lhe parece. E sómente sabe
que ñas cazas destinadas p* as dittas congregasoens, as quaes cazas entre elles se chamao
Logea», costuma haver alguns livros de cansoens ou cantigas impresas, que servan pata
cantar e se divertirem quando convem, ouja materia hé sómente aocomodada para este fim.
Perguntado, se alem da pesoas que tem nomeado sabe de mais algumas que fosem rece­
ñidas nesta congregasao que se acha estabelecida em Lisboa, e se entre os Etrangeiros
que nomeou entrao tambem alguns Portuguezes?
Disse, que se nao lembra de mais pesoas além das que tem nomeado.
Perguntado, se ouvio elle, asim ñas congregasoens da cidade de Paris como nestas de
Lisboa, dizer que se tratassem materias, ou proferirán propozisoens tocantes a alguma
Religiao, e que doutrinas ouvio que se controvertessem ou tocasem?
Disse, que elle nao ouvio nunca, asim ñas congregasoens de Paris como nesta de Lisboa,
falar, tratar, nem tocar couza que por qualquer modo pertencesse a materia de Religiao,
antes lhe hé, isto totalmente prohibido, sendo a primeira couza que se le recomenda o
nao falarem nestes pontos directa nem indirectamente.
Foy lhe ditto que por Ivaver informado nesta Meza q nesta cidade de Lisboa se faziao
sertos ajuntamentos de pessoas asociadas a hua congregasao chamada de Francmasoens na
lingoa Franceza, e na Portugueza dc Pedreiros Livres, a qual congregasao ou sociedade foi
condenada pelo. Sumo Pontífice Clemente duodécimo por Bulla Apostólica, o que se fez
publico e noticia nao só nesta cidade mas em todo o Reino por Éditaes impresos que se
Jcrao e nxarao de ordem do Santo Officio ñas portas das principaes Igrejas, e havendo outro-
sim míormasao que elle era hum dos socios e adjuntos da tal congregasao, foro mandado
v""prezo para os carceres desta Inquizisao, e lago que o foi, pedirá audiencia dizendo que a
pedia para confisar as suas culpas, e tomara o bom e saudavel coneelho de as principiar a
comisar porém com tal deminuisao e malicia que thé agora nao tem satisfdto a parte prin-
c,pal dellas por nao descobrir nem declarar o fim a verdadeira materia sobre cabe hu tam
Rrave e apenado jumento como confesa haver tomado, sugeitando se por die as mayores e

419
mais grave, penas q podem imaginar te, reo»iheccndo que se nao f u ctivel que hum tal
ktnmentu to** instituido u n » P*« T c debw,° do ,nvU)1"v<l *£grcdü # <Jue «M i*
ie occultastcm materias gravi»ima* c du mais importante peso. L porquanto lhe convem
muito ptr» o bom despecho de su* cauza conloar integramente toda • verdade, d e s e o ,
brindo e declarando tudo quanto vira, c ouvtra, c ouvira, e sebe ae pratica no* dittos
3 S ¿ S ™ tim a que * eneminha c pura que fo. instituido o tal juramento e
MKumtatxi* delle a. quae» o itztm tao suspettoza, como tambem o. uie.moa ajuntamentos
nots com» tac» forao condenado» pela Santa Sé Apostólica, de novo o admoestao com multe
candade da parte de Christo Senhor nosso. para q pondo de parte todo* o» respeito*
humano» que o podem impedir. acabe de ía/cr hua imeira e sincera conficao de todas
as »uas culpas para que asim «e p«»ssa uzar com elle da Mizericordia que pede, e a Sema
Madre Igreja coadune conceder ao* bon» e verdadeytos confitentes. E por dizer que tinha
dito toda a verdade do que sabe »em ocultar couza algume e nao tinha mais culpes que
lonhcat ne»u Me*a. c que por haver tao pouco tempo que veyo pera esta cidade comu­
nicando nella con» pooco» ou nenhuna Portuguezes porque costumava tratar com oa da
»ua nanao, nao >sbu nem tinha noticia «lguma que neste Reino ou em outra alguma
parir iosscñi porhihtdo* o* dito» ajuntamentos, loi outra vez admoestado em forma e man*
Jado a »eu tartcic, »cmk> lhe pritneiro lida esta sessao e por elle ouvida, e por meyo do
dito fccu interprete entendida, diise que estava «cripta na verdade, e asignou com o dito
Scnhoc inquizidor, e coni o ditto »cu interprete. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
Simao José Svlv" l„obo J Bt* Richard Fr. Carlos O ’Kelly
A.N.L, (Inquisigao Lisboa Processo n. 4.867, fol*. 72-87).

APENDICE N.‘ 44 G
Examen de las ('.onfcsiones en el Tribunal y en el Consejo General.
Lisboa, 7 Mayo 1743.
Foram visto» na Meza do Sto Off" detta Inquizisao de Lx' oa testemunhot do summa-
nú fnto cootra Joao Baptista Richart, homem de negocio, Protestante, Cazado com Afina
Jmírenla natural da Cidd* de Pariz Reino de Franca, e morador nesta de Lx*, Réo prezo
no* carceres da custodia desta Inquizisao por rezulusao do Con" Geral de 5 de MarfO deste
pírcente anno, p' delles ser examinado, as suas confissoens e as respostas q deo ás per*
gunta» q lhe foram feitas, K pareceo a todos os votos q visto o Réo ter confessado q na
Cidade de Pam *ua patria fora solemnemt* admitido na sociedade dos Pedreiro Livres
por hum Franco chamado Monsr Berton q hera o Grao Mestre da d* Sociedade a fora
por rntao admitido somr por Aprendis e official ou Compr", e q depois, passando a esta
Cid- de Lx' fora, havera nove p* de» mezes, incorporado na mesma Sociedade e nella admi-
udo f»or Mesur, por hum Joao Custto, de nacao Esvicero, natural de Cantao de Berna,
«Mirador nesta <idade, o uuai hé nella o Gram Mettre destinado p* estas recepsoens, e
alüm mais, y (¡aver asistido \»>r repetidas vezes nos ajuntamentos q em diferentes occ*
ziocm (izeretn <n mkm», congregados pello d* Custto como cabera q hé de d* Sociedade,
ac^jc* todas direitamr* («postas ao q manda o Summo Pontífice Clemente X II na #ua
Bulla q coruñés ln Eminenti Apostolatus Specula = dada em Roma aos quatro día*
do mez de Mayo <!<- 1738 e publicada nesta Corte por Ordem de su Em* em 8 de Setembro
aM?,rno -anruj' r nc^ «iprestamt* prohibidas, sem embargo de nao resultar dos examo*
q »e lhe lizeTafü nem tambem das confissoens dos socios prezos nesta Inquizicao, prova
alguma coocludemr de q ñas Assembleas e ajuntamentos detta Corte *e teguem ou pred*
carri «ros ou doutrína* algumas contrarias a pureza de nossa Sta Fée Catholica e boa*
cottumey do» Fiei» am tudo pello mesmo q o Réo largamt* confesou e de q já eatava
hastantemt* indiciado pella prova da Just', heram bastan temte indiciado pella prova da
Jim , heram bastante* as culpa» p* ser levado do carcere da custodia em q se acha prezo
p os carceres secretos, sem sequesto de bens, p* delles ser procetsado na forma do W '
memo pr cujo effeito se passem a* ordens necessaria*. Mas q antes de te executar ttte
acento seja ann os proprios Autos Levado ao Con'1 Geral na forma do Regimentó pot lhe
ser aftacto. Lx* em Meza, 7 de Mayo de 1745.
F Mendo Tr.gov, M I Varejao e Tavora Simao José SylV Lobo

y*?* n> do Conselho «eral, em prezc* de S. Em*, oa testemunho* do


aÜÜT i ,*,,¡£¡1 C0Btra ! ° ? r'.*1* Ric™«. hornera de negocio, Protestante, caadp eem
HA, ,rtr s ^!í ”*,ur‘ .d< cuwd« de Parte, Reino de Franca, e morador n«**a de
í m m» carceres da custodia desta Inqc*’ por rezolucao do mesmo Con** de 5 de
Marco dette prezt* anno, pela qual foi mand* examinar, e a (M p w ti q deu á» pgrgn»»^
a lhe forao feita». E assentou «e q hé ben julfado pdo» logutzfcbre» em determínercm 91c
elle seja mandado ir do» carcere» da custodia en que te «cm p* o» secreto» m mbumbo
de ben», e deIJe» proceder na forme do Regimentó'. Mandao que assi «e ampie. ts* 10
dc Meyo de 1745,
Rodrigo de Sentó» Nuoo de Silva Tefle»
Jobo Alve» Soere» Ant* Ríbetro de A ben
■joeo Pac» do Am'J
A.N.L, (Jnquisífao. Lisboa. Processo b. 4M7, íoít, 8843),

APENDICE N * 44 H
Examen 1* (Genealogía).
Lisboa, 24 Julio 1743.
Ao* vinte a quatro día» do me» de Julho e mil e sette «coto» e quarenta e tres « m
en. Li»boa no» Estao» e caza primeíra de» audiencia» de Sama Ingiih i f o, m ando ahí
em a dc menha o Senhor Inqujbúdor Simao Joté Silvesro Lobo, mandou vir penme ú a
Joao BaptUta Richart, Réo prezo no» carcere» desta Inquizicao, e contbeudo nene» Awttoe,
e sendo prezente, lhe foi dado o juramento do» Santo» Éwnnllini e n que po» • n ao
sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter acarado, o a todo prometeu o y É .
Perguntado, »e cuidou em »ua» culpe» como n e s u M eza !be n i M andado e a» q a n
acabar de confesar, e a verdadeira tendeo que teve cm com eter m q já te n com »-
(,ado para poder merecer o bom despacho de sua reúna.
Diste que «im cuidara e que nao tinha mais culpes que conloar nem l i m « n tn
tencao em a» cometer mai» da q tem declarado. Peflo que ttie fono ferta» a» afgnmtw per-
¿tuntas de sua Genealogía a que respondendo disae.
Que eUe, como ditto tem, te chama Joao Baptísu Richart, home de negocio, rearado com
Anna Lourenca, natural da Gdade de Paris, Reino de Franca, e morador nesta fidade
na rúa Nova, de vinte »ette anno» de idade.
E q *cu pai hé já falecido, e »e chameva Francisco Richart, Cerpemetro, natural de
Cidade de Guizae da Provincia de Languodoc, e »ue mai hé ainda viva e ae chana Fran­
cisca Fraden natural da Cidade de Milbaut a Provincia de Po.
E q seus avo» paterno» «ao já falecidos e te chamavao, digo falarido» e pelos nao coche-
ccr lhe» nao >abe os nome» nem que occupagao tiverao nem donde erao natune» nem
donde forao moradores.
E q seus a vos maternos sao tambem já falecidos, e pdo» nao ter conherido bes nao
"abe os nome» nem q occupefoens tiverao nem donde fono naturaes e n ot adote».
E q elle nao foi outra vez cazado, nem tem filhos alguns iligitimos nem també os t t »
legítimos da ditta »ua molher com a qual de prezente hé cnxfa,
E q elle hé da Religiao Protes u n te da Geiu de Cdvino, no quel nasceo e o a ta ñ o
kcus pac* por havercm sido tambem Protestantes da mema Cesta, porem q hé Q iríen o
Hauptizado, c o foi como costumao ser todo» os Catholicos com todas as aerimoníee de
que a Igreja Catholica costuma buzar na admtnistracao deste Sacramento por eer costume
e Ley no Reino de Franca obrigarem aos pees Hereges a baptizaren» os filaos que lhe nas-
ccm no dito Reino na mesma forma dos Catholicos, e por esta rezao Ioi baptizado cono
dito tem, na Parochial Igreja dc Sao Cosme e Damiao da dita Cidade de Paris ndo Poncho
que antao hera a quem nao sabe o nome, e foi aeu Padrinho Joao Bapústa Maraan, que
vtvia de trabalhar em carruogens, e da Madrinha nao ae lembra quem fosse.
E qe elle nao foi nunca Crismado por nao admitirrm este Sacramento os que icgncm
profeso a sua Ceita.
E q elle tante que chegou ao» anno» de juizo c disericoo comesou a »er doutrinado poe
seus paes na Ceita protestante q sempre seguio e em que athé gara vrveo e p an melnor
in*trumao sua frequrntava a casa do» Embaxedores de ólanda que costumavao reaedir em
1*m «wnde ouvia o» Predicantes Hereges e íaria todas as serimonios que os mesma» He­
reges pr«tieso no» seus juntamentos, e que algumas veae» entrou nos Templos dos Catholicos
l*orém somente por tatisfocoo da sua curiosidade e tambem por ter hua irmaa inteira sua
* 4u»i hé Catholica Romana e religiosa protesta no Convento chamado dos novo» conver­
tido» da dita Cidade de Parí» frequentava algumas veee* a Igreja do dito Convento na
quai asutia aos officio» divino» e ouvia a prefacao do» Catholicos aentindo cm si dezejo
*»«■ o ser o deixat a derizia em que vive pelo que ouvia eos ditos peegadom .
F ror ter dito q vive, e vivera sempre como Herege Protestante a Ceita Calvinista,
MO ( o T L S ^ o po? de ioelbos na» di*r .s ocw *». d . Ig t.|t n . fom t do «nUo p d l.,
nao saber nem dellas ter instruya0- .
E q elle sabe ler e escrever, mas nunca estudou ciencia alguma. .
E q eHc sahio da Cidade de Paris su. patria e esteve na Ctdjule de Abstardao da
Repubüca de Olanda donde asisitio por hu anno e passou a este Reino done tem asistido
auazi semore nesta cidade ha mais de hum anno e em todas estas térras fallou sempre com
£ d a í ? t e d e ^ S s L que se lhe oferecia, segundo a ocurrencia ¿>s seos negocios.
E que elle nunca foi aprezentado nem prezo pelo Santo Officio senao agora, e de
seus paren tes nao sabe que algu o fosse nunca.
Perguntado se sabe ou suspeita a cauza da sua prizao?
Disse que elle suspeita estar prezo pela culpa que tem confesado de se ter asociado
a congregado dos Pedreiros Livres e ter frequentado os seos ajuntamentos, asim na Gdade
de Paris como tambem nesta Corte.
Foi lhe ditto q eüe está prezo por culpas cujo conhecimento pertence ao banto Officio
e lhe fazem a saber que desta Meza se nao manda prender pessoa alguma sem preceder
priraeiio informado bastante e que esta ouve para elle o ser. Pelo que de novo o admoes-
tao com muitas caridade da parte de Christo Senhor nosso quira acabar de confesar todas
as suas culpas e declarar a verdadeira tendo que teve em cometer as que já tem confe-
^ao, nao impondo porem a si nem a outrem testemunho falco, porque isto só hé o q lhe
convem para poder akanssar Misericordia desta Meza e bom despacho de sua cauza. E
por tomar a dizer q nao tinha mais culpas que confecar, nem tivera outra tencao em co­
meter as que já tem confesado mais da que tem declaro, foi outravez admoestado em forma
e mandado a seu carcere. sendo lhe primeiro lido esta sessao, e por elle ouvida e entendida,
disse que estava escripta na verdade, e asignou cora seu intreprete e com o dito Senhor
Inquizidor. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
Simao José Sylv® Lobo
J. Bt* Richard
fr. Carlos O’Kdly
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 94-101).

APENDICE N.° 44 I
Examen 2° (In specie).
Lisboa. 14 Diciembre 1743.
Aos quatorze dias do mes de Dezembro de mil e sete centos e quarenta e tres annos
em Lisboa nos Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Inquisicao, estando ahi na
de manhaa o Senhor Inquizidor Simao José Sflveiro Lobo mandou vir perante si a Joao
Baptista Richart, Réo prezo contheudo oestes autos e sendo prezente lhe foi dado o jura­
mento do» Santos Evangelhos em que pos sua mao sob cargo do qual lhe foi mandado
dizer verdade e ter segredo, o que todo prometeu cumprir.
Perguntado, se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foi mandado e as quer
acabar de confecar e a verdadeyra tencao que teve em cometer as que tem confecado por
tv ^ ^ convOT. P*** ° bom despacho de sua cauza?
Dis e, que sim cuidara e que nao tinha mais culpas que confecar nem tivera outra
tencao mas da que tem declarado.
Foy lhe dito que nesta Meza há informado e consta tambem do mesmo que elle Réo
*em confecado que elle fora solemnente recebido na congregado ou sociedade dos Pedrey-
ros Livres achando se na cidade de Paris em qualidade de servente ou companheiro con*
v™?*: 5* grar* e costume da dita congregado, e depois fora tambem recebido nesta Corte
ae Lisboa em qualidade de Mestre, e como tal asistía em varios e occultos ajuntamentos
que se üzerao, por se achar a dita congregado, tambem estabelecida nesta Cidade, decía-
an o se com todas as mais perssoas que a frequentavao por socio, e membro della, a
qu congregado condenou o Summo Pontífice Clemente duodécimo como suspeita de
* ^ ,! : J L pCrD1Ci'>za a ^.«luilidade por *e pratkarem e seguírem em seos ajuntamentos
L?ÜttOS C novic^ e* muito ptejudiciaes á verdadeyra doutrina da Santa Madre
tS!?«’« i00™ ca«dade admoestado para que quizesse confecar nesta Me**
mentnc rm n»« **** l to4a * verdade do que fizera e passara nos ditos ajunta-
cotr t i 5. „** Íj°' i ' c °. verdadeyro fim para que a dita congregado foi instituid*-
í q dcllí °* conp e w do., « S S m m.l . . verd*
que cahe tu tao novo e apertado juramento como confed haver to*

422
A e costumao tomar todo» o í que na dita congregagao « o recebido*, nao te fazendo
" • 1 aue teja tómente o que tem declarado, porquanto nem « ta per *i *ó era bastante
C hu tao inviolavei segredo, nem hé verotime! q huma congregagao ouvesse de inventar
Para i com [ajg e tao inauditas aircunatancias para materia tao leve, nem tambera q
alguma que quizette «ogdtar se a castigos tao horrendos e atrozes debaixo
r m e s m o juramento por hua culpa em si leviasima, como ficava acodo o tra n y e tao de
u° segredo que nao continha em ai materia de importancia, e que nao só nao ficava pte-
flicial ao comum da dita comgregacao, mas antes lhe seria útil e proveitoao o deacobrir
e revelar se para desvanecer a vehemente e justísima suspdta que necesariamente tra-
tem consigo os juramentos, conventkndos, e congxeg»goens seceetas, de que se segue
c o tai segredo que se recomenda juramento que se toma p ú a o fica inviolavei obser­
vancia respeita outras materias muito diverjas daquellas que tem declarado, o que elle
Réo nao pode ignorar, e nao acaba de descobrir por querer continuar em estabdecer e
entruduzir neste Reyno com gravicimo e geral escandalo de todo elle novas e pemídozas
doutrinas fazendo se por este modo com tao novo# erros perturbados e inquietados da
paz e uniao dos fiéis catholicos contra as detriminacoens decretos e preterios da Igreja. £
lhe fazem a saber que esta hé a ultima admoestado que em rezao das ditas culpas lhe
há de se feita antes do Libelo da Justina que por das o pertende acusar. E porque lhe
será melhor, e alcanzará mais mizírkordia se as acabar de confesar antes do que depois
de ser acuzado, de novo admoestao com muita caridade para que dentando todos os res-
peitos humanos que o podem impedir, acabe de confesar integramente toda a verdade
de suas culpas, declarando a verdadeyra tengao que teve em cometer as que já tem con­
fesado, nao impondo porem a si, nem a outrem testemunho falco, porque sómente o de­
clarar toda a verdade hé o que lhe convem pora o bom despacho de ana cansa. E por
tornar a dizer que nao tinha mais culpas que confesar, nem tivera outra algua tengao mas
da que tem declarado, por haver dito tudo quanto na dita congregado vita e pascara e
tudo quanto ddla sabia sem ocultar sircunstanda alguma, foi outravez admoestado em
forma e mandado a seu carcere, e ao Promotor do Santo Officio que venha com
criminal acuzatorio contra elle Réo, sendo lhe primeiro lida esta sessao, e por eBe oovída
e por meyo de seu interprete entendida, disse que estava escripia na verdade, e asignou
com o dito Senhor Inq e com o dito seu interprete. Andre Corsino de Figueiredo o es*
crevi.
Simao José Sylv® Lobo
J. Bt* Richard
fr. Carlos O ’Kelly
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols 102-108).

APENDICE N • 44 J
Amonestación antes del Libelo.
Lisboa, 13 Enero 1744.
Aos treze dias do mez de Janeyro de mil e sette centos e quarenta e quatro em Lisboa
nos listaos e caza do despacho da Santa Inquizigao, estando ahy em audiencia de maaina,
tpi , ores Inquizidores mandarao vir perante sy a Joao Bautista Richard, Réo prezo con-
mn ° gestes autos. E sendo presente lhe foi dito que elle tem sido por muitas vews ad-
te nesta Meza quizesse acabar de confissar as suas culpas e a verdadeira tengao q
qu¡7 f#1 COmetfLr *! ^Ue tem confissado, eUe Réo usando de mao conselho até gota o nao
tanciac2Cr; ru , em * s*ker qw o Promotor fiscal do Santo Offido tequer com ins-
Réo E no iv*° e recc^>ao haí Libello criminal acusatorio que tem fdto contra efle
doí<5 íu)r^rUe ,v? melhor e alcansará mais mizericordia si asim o fiaer antes que de*
«cabe de r ° dito libello, de novo o admoestao da parte de christo Senhor No®»
ser o mi^u!1 sar s as su*s culpas e a verdadeira tengao que teve em as cometer por
q Uc n a o . V* con}vem p* salva^ao de sua alma e bom despacho de sua cauza; E por dfeer
foi manriít i m#ls culpas que confissar nem tivera outra tengao mai a que tem declarado,
Libello em n antar, em Pé. c chamado i Meza o Promotor, e logo lhe foi lido o dito
da Svlvfl r>:^CZensa seu cur*<k>r digo interprete e he o que ao diante se segue. Manoel
• umtz o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 109*110).
APENDICE N.# 44 K

Sumario de cargos.
Lisboa, 1744.
Diz a Tust* A contra Joao Baptista Richard, Herege Protestante Calvi­
nista homem de neg° n*l da Cid* de Pariz, Reyno de Franca, e m*r nesta
de Lx\ R. prezo contheudo neste processo.
E se cumprir
P que sendo o R. x baptisado com instruc<;ao bastante ñas materias de Religiao chris-
taa com tal hé obrigado a ter, e crer tudo o q tem, ere, e ensina a Sta Madre Igr* Catholica
Romana E ainda emqt° Herege Protestante assistindo neste Reyno deve evitar nelle toda
i occaziao de escandalo dos fiéis Catholicos Romanos na materia de Religiao, nao prati­
cando nelle novas seitas, nem fazendo ajustamos Assembleas, ou conventículos secretos
com outras pessoas que nao sejao as da sua familia em sua caza, conformando se com as
concordatas, e artigos de pazes. que sobre esse p'r tem havido, pois só nessa conformi-
dade se permute aos Hereges Estrangeiros o poderem assistir neste Reyno, quando e elle
vem, ou nelle estao. por cauza de comercio, elle R. esquecido de sua obrigagao, com pouco
temor de E>s e da Just\ o fez pelo contr”, e de certo tempo a esta parte assistindo neste
Reyno. e Cid6, nella se achou em conventículos secretos com outras pessoas que nao erao
as da sua familia, e em outras cazas q nao erao as suas, praticando nelles a nova e abomi-
navel seita. congregado, ou Irmand® chamada de —Liberi Muratori— Franc Massons —ou
Pedreiros Livres— condemnada pela Sé Apc* com penas gravissimas, como prejudicial e
suspeitosa, nao só ao bem pc° e Politico dos Reynos, mas ao spritual das almas dos fiéis
Catholicos Romanos, e a pureza da Religiao christaa, fazendo nella segd* profissao, ou
incorporado com varias e exquizitas ceremonias, dando juramento em hua Biblia Sai-
grada p* guardar inviolavel segredo em tudo o q nella se tratasse.
P. ser tanto vede o referido, q sendo o R. prezo pelo Sto Off° pela d* culpa, na Meza
delie disse, e confessou, que na cid* de Pariz entrara por Irmao Aprendiz da Seita, ou
congregado dos Franc Massons, ou Pedr°s Livres, intervindo as ceremonias q referió
em sua confissao, e dera juramt° pa guardar segredo inviolavel em tudo o q nella se tra­
tase, sob pena de lhe ser cortada a cabega, arrancado o cora^ao, e seu corpo depois de
feito em pedamos, e reduzido a cinzas, lanado no mar. E que vindo depois para esta cid*
nella fora convidado por hua certa pessoa q nomeou, e era o Grao M* da d* seita ou con-
í-regagao p* se incorporar na que tambem havia nesta cid®, o que elle R. fizera, e fora
recebido para M* praticando na recep^ao as exquizitas ceremonias que declarou, e repe-
tindo o mesmo juramenf q tinha dado em Pariz com as mesmas forjas, e que frequentava
a mesma Assemblea varias vezes nesta Corte com as pessoas q declarou, portando se sem-
pre com cautela e resguardo p* q ninguem soubesse dos seus ajuntamentos, e menos de
que nelles se tratavao, cuja confissao com o mais que della resulta e declara ainda a Juat*
empt° faz a seu favor, e contra elle R.
P. que o R. nao tem feito int* e verd* confissao de suas culpas, antes mt° diminuta,
simulada, e fingida, porq nao declara a tenfao heretica, perturbadora, e escandalosa com
que frequentou neste Reyno Catholico ajuntamfs e conventículos secretos, praticando
nelles hua nova, e condemnada seita, nem declara a materia e pontos a q se obriga a ob­
servancia de tao inviolavel segredo como nelles se stipula e promette debaixo de penas
tao extraordinarias, presumindo se conforme a dirt* q he sobre pontos perniciosos, heré­
ticos suspeitosos, e prejudiciaes, nao só ao bem p° e temporal dos Reynos, mas ao spi-
ritual das almas dos Catholicos Romanos, nao sendo verocimel q o segredo, a que tao
ngurozarnt'’ se obrigao, seja p* nao manifestarem as ceremonias e signaes q nelles se prt*
ticao e ensmao, como elle R. quer persuadir, mas que respeita materias mt° graves e diver­
sas em prejuizo da pureza da Religiao Catholica Romana, única e Verd* p* a salva?ao da*
almas com cujas novid*s se perturbao e escandelisao mt" os fiéis Catholicos.
nf#F’ <*-ue *en<^° ? ^ P°r Mtas vezes e com mt* charid* admoestado na Meza do Sto
" quizesse connssar todas as suas culpas, e a verd* e heretica tenfao q teve em fr**
quentar neste Reyno conventículos secretos, praticando nelles a nova, suspeitosa, Pr*ju"
con<^ mn l •*eita <?os Livres e q manifestasse a materia e ponte» q nelle*
., 5 ’ a q se obrúa a observancia de tao inviolavel segredo, como te stipula e observa,
a nao tem feito, por ainda conservar o mesmo animo heretico, perturbador, *

424
ndalozo pelo q nao merece q com elle se uze de mizercordia algua; mas antes q teja
cSSgado cóm as mais graves penas.
P. recebimt0, e q o R. Joao Baptista Richard como seitario de nova
e condemnada seita perturbador, e cauzador de escandak), e ruina spititual
das almas dos fiéis Githolicos Romanos neste Reyoo, seja castigado com
as mais graves penas por dirt° e Bullas Pontificas contra aemrihantes
estabelecidas feito em tudo intr° cumprimt* de Ju sf oí meliori mo vía
et fra junj.
Cum Expens
E lido como dito he o dito Libello sendo pelo Réo Joao Baptista Richard ouvido, e
por meyo do seu interprete entendido, logo pelos Senhores Inquizidores foi dito que o
recebiao si et inquantium e que o Réo o coatestasse pela materia que Ihe parecesce, e
para o fazer com verdade, e ter segrdo, lhe foi dado o juramento dos Santos Evangelhos
em que pos a mao sob cargo do qual lhe foi md° que asim o fizesae,o que tudo proroe-

tCU Perguntado, se he verdade o que se dis no dito Libello?


Disse, que emquanto a primeira parte do primeyro e ultimo Artigos em que se diz
ser christao batizado e herege Protestante, e que tem sido por muitas vezes admoestado
nesta Meza quizesse acabar de confissar todas as suas culpas, e a verdadeira ten^ao das
que já tem confessado, passa na verdade, e tudo o mais do dito Libello contesta pela
materia de sua confissao.
Perguntado, se tem defeza com que vir, e para a formar quer estar com Procurador?
Disse, que sim tinha defeza com que vir e para a formar quería estar com Procurador.
Disse que sim.
Foi lhe dito que a esta Inquizi^ao vem procurar pelos prezos nella o Licenciado Joao
Pereyra Cabral, quer já se elege para seu Procurador, o outro qualquer nesta Corte. E
por elle foi dito que elegía para seu procurador ao dito licenciado e lhe dava todos
os poderes que por Direita lhe sao consedidos: Ó que vistos pelos ditos Senhores Inqui­
zidores, mandarao se desse recado ao Procurador do Réo p* vir estar com eDe e con a
traslada do dito Libello lhe formar a defeza que lhes pareser, ao que foi satisfeito, e ad­
moestado o Réo informa, foi mandado a seu carcere, sendo lhe primeiro Iida esta sessao
em prezensa de seu interpretre, e por meyo do mesmo por elk ouvida e entendida, dise
estava escrita na verdade e assignou com o d° interpetre e com os d°s Snr*s Inqr*s.
M®1 da Silva Diniz o escrevi.
Franc” Mendo Simao José SyJvr*
Trigoso Lobo
J Bt* Richard
fr. Carlos O ’Kelly
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 111-116).

APENDICE N* 44 L
Juramento del Procurador.
Lisboa, 13 Enero 1744.
Aos treze dias do mes de Jan® de mil e sette centos e quarenta e quatro «anos, em
tarH n°c ?taos e ca2* do despacho da Santa Inquizicao, estando ahy em audiencia de
D c os Senhores Inquizidores mandarao vir perante sy a Joao Baptista Richard Réo
t>- °, conthudo nestes autos, e com elk o Licenciado Joao Pereyra C a b r a l, a quena o
cen •??Vlai e*eito para seu Procurador, e sendo ambos presentes foi dado conta ao d* Li-
«'m tu 1° cau2® do Réo e culpas por que foi preso, para que elle o aconsdho e defenda
«urna ° ° ^UC j er a ^>ení da sua justi^a e cauza, e o nao deixe endefexo em couza al-
^vancelK °*UC il ° Licenciado prometeu cumprir sob cargo do juramento dos St*s
qui»írL.. °S c'ue ”c fo» dado, de que fiz este termo de mandado dos ditos Senhores In­
és, com qm asignou. Manoel da Silva Diniz o escrevi.
ranc® Mendo Simao José Sylvr®
Tngoso Lobo
Joao Per* Cabral
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 117).

425
APENDICE N* 44 LL
Defensa del Procurador.
Lisboa. 14 Enero 1744.
Aos quatorae dias do mez de Janeyro de mil e sette centos e quarenta e quatro annos,
C caza segunda das audiencias da Santa Inquizi;ao esteve o Licen­
ciado Toao Perevra Cabral, Procurador do Réo Joao Bautista Richard Réo prezo contheudo
autos con, die e com o traslado do Libello, e em nome do mesmo Réo formou
huns artiijos que otferesceu em Meza aos Senhores Inquizidores estando ahy em audiencia
de tarde os quais para haverem de lhe deferir, mandarao aquí ajuntar tudo, ao que foi
satisfeito e he o que ao diante se segue. Manoel da Silva Diniz o escnvi.
Estancia de 14 Janr° de
Mto liles Snres
O R. Joao Bapt* Richard, usando dos tr°s do estt° e dos que lhe com­
pete para a sua defeza diz por via de na milhor forma de dir°
E segue
Pr. que elle R. hé acuzado no Lib° da justa pello crime de transgresor das Bullas e
Decretos app°s uzando com escandallo notorio, e publico, de a^oens contrarias as ditas
Bullas, quando na verd* ainda que Protestante devia na conformid® dos Capps de pazes
viver more chatolica sem dar escandalo, nem ñas asambleas e conventículos a que erá ad­
junto uzar de termos alguns contrarios a Religiao Romana.
Pr. que sendo appena e culpa do R. nascida da nao observancia da d* Bulla que prohi­
bía os d°s conventículos e Asambleas, se nao deve jugar o R. por transgresor desta sem
que se prove, e mostré, a noticia que della tinha, com indivuagao cabal da sua prohibido,
o que T. sempre ignorou tbé o prezente, nem se lhe proverá o contr° e bem sabido hé
em dir° que a ignorancia sempre se prezume sem se provar o contr°, como tambem, que
nao se esta mas ainda qualquer outra leve couza basta para livrar da pena.
Pr. que ainda que se queira dizer que o R. estava obrigado a ter noticia da Bulla, por
esta se haver publicado, que lea que basta, pa induzir a noticia. Contudo a deffeza do
R. neste cazo nao hé menos atendivel.
Pr. que alem de ser na cid* de Paris e estt° certo nao haver publicasao alguma de
Decretos e Apptos o R. nao lé no tempo que esta se publicou nesta cid® se achava etn
franca como he certo, mas como ignorante da lingua vulgar, e dos tratamentos das pesoas
que lhe podiao declarar tota liter, se achava ignorante della, ac per consequens livre da
cu^pa que pella rezao generica da publicasao lhe queriam imputar; o que ainda no rigor
do dirü he disculpavel maximi neste Tribunal de Pied0.
Pr. e asentando como certo, que entre os estatutos, que como ley inviolavel tinha
esta confraria intitulada de Pedreiros Livres, nao havia capitullo algum que fosse contra
a nossa Religiao Catholka, nem bons costumes ou bem publico, se deve tambem inten-
dar preciso que ñas serimonias Asembleas e ajuntamentos que o R. fazia nao havia es­
cándalo algum nem se praticava materia que delles resp° a qualquer dos requizitos pon­
derados.
Pr. hé certo, que sendo o crime porque o R. hé acuzado, o juramento inviolavel de
nao declarar os dos estatutos, prezumindo lhe, deste rigorozo e extraordinario segredo,
materia tal, que de sua declarasao se seguiría penna e castigo, contudo, constando como
consta pella declarasao deste a qualid* delles, e que nao contem materia punivel se se­
gué dever o R. ser absoluto, poys a culpa prezumivel se mostra pella ley da d* contra­
ria, desvanecida.
Pr. que a rigorid" do jurarnt* e o aperto da nao declarasao deste in se solum, nao
he penna nem indus culpa ou hé cauza p* conseguir castigo. porqt°.
p ^ ^ e se funda o lib° da just* nao prohíbe a qualquer particulariter
ser Fedr Livre, mas sim aquelles ajuntamentos e conventículos, de tal sorte que o
-i • lvrc ln ^ nao ^ culpavel mas o fazer conventículos, nao sendo outro o fim desta
l^a°L ^ue ° Pre2u™F ^ haverá nestes ajuntamentos praticas contra a Religiao C+
thouca e bons costumes. O que V. dísputandum venit.
Ar, o* i^Ue * Jo j *j-^evc executar nao *6 fr* da sua declarasao mas tambem seguí*
dem demgadcw L le^ ^ n3° 'cm,U a ncm scm 0 qual se nao entetv

426
n r,„f na cintura de todo o dir" tanto civil cannon ico, como pratko, nao pode nem
*^v«> «iiatiMtA Á m Uamvia
J
R ser castigado
^ _
__
e declarado por
_1_ .
suspeito de herezia, cm
sem que ae avergue e coohe^a
m /Hl» ---------

/e o
deve o ^ praticado materias puniveis ou insinando as, ou dando escandalo em as seguir
..-/er sorte que a prezuropsao per si nao hé fundamt" para delicto, nem por esta em m*
taes'se^deve ímpor penna^ ante* persiza de mayor clareza, e avirguacao p a n se prof­
erir amr“ condemnatoria. , , . ,,
; q tanto se nao deve prezutnir no R. simstra inten^ao e anuno mao ñas Asambleas
e ^ P r^ r/o ^ R ^ ta o amante**da ley Catholica que logo que chegou neste Reyno, protestou
(esta querer ser Catholico Romano por conhecer ser esta a verd* ley, e a mais segara,
e nao hé de prezumir fizesse acto contr° aquelle que dezejava abraca e na verd* contendo
milhor occaziao, e executara, na re d u jo que deveras quer fazer.
Pr que alem de que o R. nao veyo a este Reyno para ensinar ou derigir aquella con-
fraria ainda que nella tivesse o nome de Mestre, poys na verd' esta já estava erecta e
estabélecida, sendo aquelle titullo de Me hum abuzo aplicado aos que tinhao m ás noti­
cias dos sinaes porque se entenderiao, de sorte que deste exercicio se lhe nao deve preso-
nor animo máo, poys para se prezumir este he neoessai* qualquer a^ao oa acto que índuza
diverso e máo fim o que se nao pensava haver no sup® sendo na verd* toda aquella Asam­
blea e conventículo para o fim da conveniencia que consistía em Banquetes, em servir a
cada hum a da congregasao na sua mayor necesid® e asim espera o R. ser absoluto da culpa
da just* que se lhe imputa julgando lhe nao provado o d* Lib°.
H P P
O Pror Joao Per* Cabral
J Bt* Richard
E protesta dar suas testt's quando sejao precizas artigos.
E junto como dito hé os artigos com que o Réo Joao Baptista Richard veyo por seu
procurador para os Senhores Inquizidores lhe haverem de deferir, de sou mandado Utos
fis conclusos, Manoel da Silva Diniz o escrevi.
Recebemos si et in quantum a defeza com q o Réo Joao Baptista Rkhart veyo por
seu Procurador por informasao somt* e p* se haver respeito a final e quanto á reducían
q mostra querer fazer, se lhe defirirá a seu tempo, prezástmdo nesta sua rezuiasao, e
constando q a faz com animo sincero, e só a fim de procurar o remedio da salvasao da
sua alma, corra este processo seus termos ordinarios.
Lxa em Meza 4 de Fevereiro de 1744.
Fran° Mendo Trigoso Simao José
Sylv“ Lobo
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fok. 118-131).

APENDICE N.° 44 M
Aos quinze dias do mes de Fevereyro de mil e settecentos e quarenta e quatro aanos
em Lisboa nos Estaos o caza do despacho da Santa Inquizi^ao estando ahy em aud* de
anhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante sy a Joao Baptista Rkhart Réo
j j . ° c°ntneudo nestes autos, e com elk seu interpretre. Estando ambos presentes foi
a cnni A p0r do seu interpretre, que elk era chamado e citado p* se lhe dar
seia r l . aj proVj ^ fl iusti^a que tem contra sy, p* lhe formar interrogatorios pellos quais
ñor m f j 8 a .fl Prova» <JU? veja se quer estar com Procurador p* o dito effeito; E
tinh-i n* SCU mtcrPretre dise elle Réo que havia por repetida a d* prova, e que nao
P o r ' C T e / Staí C0In P ^ u ra d o r. O que visto pelos d°s Senhores, o lansarao e ouvirao
cl"c fíz ,°. repetido e mandarao corresse seu processo os termos ordinarios, do
ternroti C termo de mandado dos d*s Senhores Inquizidores com qm asignou e seu in-
Silv, rwñ’: eni tnese 9 sa do q*l lhe foi lido, e por raevor do mesmo intendido. Manoel da
uiniz o escrevi.
Franc” Mendo
TrÍROSO Sylvr* Lobo
J Bt* Richard
fr a r lo s O'Kellv
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 132).

427
APENDICE N* 44 N

Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la Publicación.


Lisboa, 26 Febrero 1744.
Ao» vinte e seis di*» do me. de Fevereyro de mil e settecentoa e quarenta e quatro
«nno» em Liaboe no. Estao» e c u . do Despacho da Santa Inquisicaoestando ahlem au.
diencia de urde o» Senhores Inquisidores «pereceo o Promotor flictl do S* OfP e por
elle foi dito u «te processo estiva em termo» de *e fuer puhlicacao da prova da jmtis*
ao Reo loto Baptista Richard pelo q requería deUe» Senhores Inquisidores o mandaste
mais * Me» p* o d* effeito e visto pelo» dito» Senhores Inquisidores o scu requerimento
par» haverem de lhe deferir mandarao *e lhe tomasse por termo ao q foy satisfeito André
Corsino de Figueiredo o escrevi
A.N.L. (lnquisisao. Lisboa. Procedo n. 4.867, fol. 13)).

APENDICE N.“ 44 O

Amonestaciones ante» de la Publicación.


Lisboa, 26 Febrero 1744.
Aos vintc c seis día» do mes de Fevereyro de mil e settecentoc e quarenta e quatro
anno* em Lisbcw nos Estaos c caza do Despacho da Santa Inquizi(ao estando ahí em
audiencia de tarde os Senhores Inquisidores mandarao vir perante si a Joao Baptista
Richard, Réo prezo contheudo nestes Auttoj, e sendo presente lhe foy dito q elle tem
sido por muitas vezes admoestado nesta Meza quizesse acabar de confesar as sua* culpas,
r» que elle Réo uzando de mao concelho thé fora o nao quis faser e lhe fasem a saber que
o Promotor fiscal do Santo Officio requer se lhe fasa publicasao da prova da justica q
tem contra si e porq lhe será melhor e alcansara mais miziricordia «e assim o fizer antes
que depois de lhe ser lida a dita publicasao de novo admocstao da parte de Christo
Senhor nosao acabe de confesar as sua» culpas e a verdadeyra tensao q teve em cometer
as q tem declarado por ser o q lhe convem para descargo de sua conciencia, salvacao de
sua alma, e bom despacho de sua causa, E por tornar a diser q nao tinha mais culpas q
confesar nem tivera outra tensao em cometer as q tem declarado mais do q a q declarou
foi mandado levantar em pé, c logo lhe foy lida a d* publicasao e hé a q ao diante se
segué André Corsino de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa Processo n. 4.867, fols. 133-134).

APENDICE N.* 44 P
Publicación de la Prueba de Justicia.
Lisboa, 26 Febrero 1744.
Publicasao da prova da Just* A que há nesta Inquizisao de Lie* contra
Joao Baptista Richard nal da cid* de París e morador nesta de Lx*, R-
prezo contheudo neste processo.
1.‘ tt* Hennque Machado de Moura. 6 Obr* 1742,
Hua tt*, da just* A. jurada, ratificada e havída por repetida na forma de dirt® di*
•abe peí* rezan que di, que o R. Joao Baptista Richard, se achou nesta cid* em hua
e mais congregasoent, ajuntamt*s, ou Aasembleaa chamadas dos Franc Massons, ou Pe-
dreiros Livres, que faziao de día e de noite em certo» lugares, fechando as portas e )•'
neiias e accendendo velaa p* se alumiarem; fasendo os que de novo entrao e se allstao M
congregasao profiwao solemne com certaa ceremonias e guardando inviolavel segredo
em ludo o q ndlas te trata; e ao costume díse nada.
2 * tt*. í/nnelio Lervítte. 11 Fr* 1745.
u*‘ J0»** A. jurada, ratificada, e havída por repetida na forma de dirt*,
f*, 5*** i* “ ° ff** ° R Joao Baptista Richard hé Irmao da congregasao IntlW'
" ” * Franc Maasons ou Pedr*s Livre», .«sistindo nesta cid* a alguna ajuntamt*» Q f*'
cautela, e com certas ceremonias, prometiendo e guardando o mil* 1°'
víolavel segredo em Mido „ q ne||r , v, ,ratll. r an cuitume (|¡,.e nada.

428
t . „• (uno Liott, 1) Ft* 1745.
Outra tt'. Ja Juat* A. jurada, ratificada, e havída por repetida na to m a de din*
r sube pela rezao que dá, que o R. Joao Bap* Richard hé hum do» da congregacao ind­
iada do» Franc Maasons ou Pedreíros Livre», cu jo» irmao» fazem odia, prottssao com
ría» ceremonia» e o» leu» ajumara**» com grande cautela e resguardo, pratkaado hum
c ' j 0 ,ao inviolavel que $ó por hum impossivd *e revelará: e ao custume díase nada.
se* f , f Pedro Bersan. 14 Fi* 1745.
Outra tt*, da just* A. jurada, ratificada, e haviada por repetida na forma de dir* diz
sabe peí» rezao que dá, que o R. Joao Baptista Richard hé írmao da coogrefacao chama­
do don Franc Mssson», ou Pedí- » Livre», cu jo» irmao» fazem netla aua proftsaao, co a i»
endo «c «o depoí» entre «i por cento» signae» q com mao» e olho» fazem •em aeran per-
ecbidos pelo» q nao sao da d* congregado, em cuja entrada lhe tapao o» qHkm, tin o o
espadim c fivellas, e fazem outra» mai» ceremonia», guardando «oble tudo hum inviolavel
scgrcck) cm tudo o q »e trata no» »eu» sjuntamtV e no» ponto», materia, e f im de d*
ionuiTBu<;uo: c no custume disse nada. Franc* Mendo Trígoeo.
Simao foaé Sylv* Lobo
li lid» como ditto hé a dita publicado «endo pelo Réo Joao Bauotista Richard e por
meyo do »cu Interprete ouvida e entendida logo pello» Senhores lnquíadoee» lhe foi
dado o juramento do» Santo» Evajuelbo» em que po» sua mao ao cargo do qual lhe foy
mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometen cumprir.
Perguntao, se hé verdade o q se dis na dita publicacao?
Dissc, q emquaoto se conforma com • materia de sua confino pasca na verdade.
Perguntado, se tem contraditas com q vir, e para as formar quer estar com aeu Pito-
curador?
Disse, que nao tinha contraditas com que vir nem para que estar co a Procurador.
O q visto pelos ditos Senhores Inquizidores o lan^arao e houvirao por lancado das oom
que pudera vir e mandarao corresse o seu processo os termos ordénanos.
Perguntado, em q Religiao quer viver?
Disse que elle que deixar dettodo o seu cora^ao o cetta protestante em q thé agora
errandamente tem vivido e abracar a Religiao a fé Cathoüca Romana por ter ouvioo e
se lhe ter dito por repetidas veres ser esta s'omente a verdadeir» e «mica etn míe pode
salvar a sua alma e pede instantemente o rnandem instruir neüa o q dezejara ae me fizeaae
com a brevidade possivel.
Perguntado, se elle quer tomar esta rezulpo q agora diz tem tomado por outro algo
motivo, e se o faz por lhe parcer que desta sorte evitará o juato castigo que por sua*
culpas tem merecido?
Disse, que elle está firmissimamente rezuluto a abracar a fé Catboüoa Romana sem ou-
ira algú motivo mais do que o querer salvar a sua alma, e para ene f ia sámeme hé q
pede o mandem instruir e nao por medo algu de ser caatigado pelas cuas culpas, antea
de boa vontade se sugeita a todo o castigo que lhe for dado por elle».
1.1 logo* pellos ditos Senhores lnquixoderes lhe foi dito que tomava omito boas con­
cento cm querer reduzir se a nossa Santa Fé Carbólica e detestar todo» o» aeu» erro»
e que concider e primerro muti bem, e com madura reficcao no que penende fsaer, a
prezisiindo neste seu bom propoeito, e querendo livre e capootaneameMe redusir ae co­
no diz será com toda a benignidade admitido ao que per rende, e instruido a seu tem-
Pe na* couzas da fé e misterios delk como mo»tra deaejar.
admoestado o Réo em forma foi mandado a aeu carcere sendo lhe peimefao lida
tav» SCI**° e por P°r meyo <*o dito seu interprete ouvida e entendida dkae que ea>
...... >}a verdade, e aaignou com o dito seu interprete e oom os dito» Senhore»
inquizidores. André Corsino de Figueiredo o escrevi.
Fr“ Mendo Simao loaé Sylvr* Lobo
1n«°»° J Bt* Richard
fr Carlos O'Kclly

Mar^o dcaf| 744° ^°* ^en*w m l n<Juisidore» lhe fir este ptoceaao concha» aftnal em 5 de
Francisco de Souza o escrivl.
^ernodíf *° de*P«cho deste proceaso pelo ordinario de aua comisa»© mm aada ao qua-
° eicrevi. ** * quc me reporto o Senhor Inquisidor mais aatigo. Frandaco d i Sonaa
A.N.L. (Inquisi^o. Usboa. Procas» n. 4.M7, lata. 135440).

429
APENDICE N* 44 Q

Decisión inquisitorial.
Lisboa. 5 Marzo 1744. T . . . t > * j »»
Foran vistos na Heza do Sto O ff desta Inquuisao de Lx em 5 de Mar^o de 1744
estes Autos Cubas, e confissoens de Joao Baptista Richart, horneo de neaocio Herege
protestante ’ Francés de nas^ao, cazado com Anna Lourenca natural da cid8 de Pam,
e morador nesta de Lx\ Réo prezo nelles conteudo, e pareceo a todos os votos, q elle pela
orova da Tust* e por sua mesma confissao estava leggítimamtu convencido no crime de
frecuentar seguir, e ser associado na congrega$ao dos Pedreiros Livres condenada pella
Santidade de Clemente XII na sua constituisao q principia In Eminenti Apostolatus
Specula dada em Roma aos quatro dias do mez de Mayo de 1738, e publicada depois neste
Revno de ordem de sua EmJ no mesmo anno, por quanto confessa q assistindo na cid*
de Pariz sua patria trequentava a d* congregado, e fora nella admitido pello seu Gram
Mestre chamado Monsr Berton, em qualidade de Aprendiz, e depois na de Official, por
screm estes os primeiros graos q se conferem aos novos proffessores, conforme os statutos
e incorporado nella, e o fora com effeito por hum Joao Custo, tambem Herege protestante,
lhe q a dita congregasao se achava estabelecida nesta Corte procurava ser logo admitido
e incorpordo nella, e o fora com effeito por hum Joao Custo, tambem Herege protestante,
como Grá Mestre e cabera della, q o recebeo com hum grande e solemnissimo aparato
de seremonias novas exquisitas no lugar de Bellem. Coutos desta Cidade, em caza de
hum Joao Baptista Rabalhae, Italiano de nasgao, donde achava a outros mt°s sequazes e
proíessores da mesma sociedade, os quais todos administravam e asistiram a esta sua nova
entrada ou recepsao e q por haver já sido admitido na cid® de Pariz em qualidade de
Aprendiz e Official o fora entao na grao de Mestre pello dito Joao Custo, o qual no
mesmo acto lhe explicou as obrigasoens q lhe tocavam coniforme ao gráo de Mestre q
lhe conferia, fazendo lhe prometer debaixo de hum apertadissimo juramento, tomado na
Sagrada Biblia, guardar hum inviolavel e exactissimo segredo em tudo o q podesse per
tencer á dito congregado, como a comminasao de horrorosissimas pennas e castigos a q
íicava sugeito, ainda pella mais leve transgresao do d° segredo. Continuando em frequen-
tar estes mesmos ajuntamentos con outras muitas pessoas, praticando se nelles o q cus-
tuma observar se ñas mais congresoes de Pedreiros Livres estabalecidas e dilatadas por
diversos Reynos, no q tudo vem a concordar com a informasao da Justissa. Por tanto,
pareció mais a todos os votos (menos aos Deputados Sebastiao Pereira de Castro, e Fi-
lippe de Abranches de Castello Branco) q suposto q o Réo seja como diz, Herege pro-
tesunt*:. e como Tal tenha sempre vivido, nascido e educado na heresia, sem instruc^ao
de nossa Sta Fé Catholica. isto o nao livrava de ficar sugeito ao juizo de Igreja no prezente
cazo, e a jurisdic?ao deste Tribunal p* ser punido pello grave escandalo q tem dado nes­
te Reyno em se publicar nelle professor de huma congregasao e sociedade condennada
pella Sé Apostólica nao só como suspeita de heresia mas tambem como prejudicial i Re­
pública temporal e spiritual, e escandaloza aos Fiéis Catholicos q como filhos obedientes
da Igreja devem relígioza e cegama observar seus preceitos e prohibisoens, pello deter-
minavem assim as concordatas deste Reyno a respeito dos Hereges q nelle delinquen» com
escandalo, decretos posteriores de sua Magd**, disposisao do nosso regimentó no livro
5.° tit. 7.” 12 opiniao dos Doutores q a elle escreveram, repitidas rezulusoes do Concelho
gera*, e ainda a mesma practica do Sto Off° q assim o tem estabalecido, procedendo con­
tra os Hereges estrangeiros q com suas culpas dao, e cauzam escandalo aos Catholicos,
aínda no cazo de se passavem a diferente seita, sendo ambos impías e reprovadas, como
se praucou nesi.t Inquizisao de Lxa com Guilherme Absen, na de Evora com Izac Andreson,
e na de Coiroora com Joao Louston. Nem podía justarnt* duvidar se de haver sido cotne-
tida a culpa deste Réo com grave escandalo porq nao sendo o escandalo outracouí*.
como ensmam todos os Doutores, mais do q o dar ao proximo qualquer ocaziao de sp1'
r tUkl] rUUUj nenbuma outra ocaziao de ruina spiritual se podía considerar mayor p* °*
,atboucos do q o saberem, e estarem vendo frequentar, seguir, e promover com assisten-
cu . ,e 1jnta* P^soas, de na«;ao e religiao diferentes, congregadas em diversas cazas, pf*'
vem as das mayores cautellas, huma sociedade expressa e severissimamt* condennada 2*
t i f i . P°*to^ a como suspeita gravemt" de heresia, em notorio desprezo dos decreto*
* determinasoens saudavans da Igreja: e q assim como a nova constituisao 3
ondena todos estes factos, agregasoens, e ajuntamentos como suspeitos de herezia ba,t«V«
drssimo fundamento aos Inquizidores p* procederem contra os culpados tcñoO

430
. .Cólicos assim tambem ficava bastando o gravissimo escandalo cauzado pella transgresao
Sa ¡|]0 mesmo q o Pontífice nella expressamt* determina p* procederán contra os cul­
paos sendo hereges. Nem hera precizo o mostrar se q o Réo induzía, solicitava, ou
^crsuadia a outras pessoas p“ serem associadas na d* congregasao p* fundamento do es-
ándalo e se mostrar q o tinha dado; porq ainda q todos os referíaos actos sejam de so*
nesma natureza ac^oes escandalozas, nao sao somt* estas as q ínvolvem e sao demonstra-
tivas de escandalo; sendo certo q bastava fazer o Réo actos positivamt* opostos e totalmt*
contrarios áquillo q o Pontifice expressamt* ordena, p* se mostrar q tinha cauzado es­
cándalo, e ruina spiritual ao proximo, no temerario desprezo q mostrou fazer dos de­
cretos é constituisoens Pontificias, seguindo, frequemando e promovendo huma congre-
«asao expressa e severissimamt® reprovada no y tudo, por se adiar legalissimamt® provado,
se fundou solidamte o procedí mentó dos Inquizidores q o decretaran) a prízao e a jus-
tissima e indisputavel rezulusao do Cons“ Geral q assim o confirmou p* q o Réo fosse
punido pella sua culpa coinforme a direito. E como elk, ainda q comfessa com huma
grande individuasao e verosimilidade nao acaba de descubrir o oculto e preverso fim q
justamt,! se prezume involver se no misterio de tao apenado segredo, e p* cuja suspeúo-
za, e reccomendada observancia se instituhio hum juramento com cominasoens tao horroro­
sas, nem o verdadeiro fim ou motivo y ouve p* se estabelecer neste Reino esta nova
e reprovada congregasao, seguida e frequentada com mayor especialidad? em tetras de
Hereges, ou infectas de herezia, como hé notorio, devía antes de outro despacho ser posto
a tormento ad cruendam veritatem; e pareceo aos Inquizidores Simao José Syivr* Lobo,
Fancisco Mendo Trigoso, Manoel Varejao de Tavora, e ao Depurado Joao Machado de
E;a, q nelle fosse atado perfeítamt* podendo-o sofrer a juizo do Medico e Sirurgiao, e
arbitrio dos Inquizidores; sem q possa obstar a este seu juizo o ter dito o Réo em sua
defeza, e o confirmar assim qd® se lhe fez a publicado da prova da Just* q quería abra­
sar a nossa Sta Fé Catholica pedindo instan tem t* o mandassem instruhir nos Misterios
della, no q parece se acha favorecido pella dispozisao do regimentó no citado 22 do Iívro
5.c tit. 7.° q expressamte diz, q querendo o Réo herege reduzir se a nossa Sta Fé Catholica,
nao tendo nella sufficiente instruegao q sao os precizos termos em q este Réo se acha,
lhe serao perdoadas as suas culpas e lhe nao será dada pena corporal por ellas; porq
só podía ter lugar a ponderasao deste regimentó quando se tratar da final sentensa na
sua cauza, em ordem a ser aliviado na pena q se entender tem merecido pella sua culpa,
mas nao o podía favorecer p* se eximir do tormento a q o julgam porq este se dá no
prezente cazo ad cruendam veritatem, em hum facto plenissimarnt* provado, tao cheyo
de extraordinarias e suspeitozas circunstancias, pella formalidade das recepsoes, pello aper-
tadissimo juramento q se toma, com circunstancias nunca ouvidas ainda ñas materias
mais relevantes, pella grande cautella observada sempre nos ajuntamentos, rezoes todas q
obrigarem ao Pontífice a condenar os comprehendidos nestas sociedades a huma vehemente
prezumpsao de herezia, nao se fazendo crivel q deixe de haver nellas outro mais perni­
cioso e preverso fim q o Réo maliciozamtp aínda oculta, e nao pode ser indagado por
outro modo se nao por meyo do tormt" a q o julgam: nem o tormento concidetado somt*
em si as podía reputar nunca como pena e castigo do delicto, porque somt' há hum re­
medio subeídiario inventado e instituhido pello dereito p* prova dette e p* a Justissa al-
cansar melhor o conhecimento da verdade quando este nao pode averiguar por outro mo­
do, como sucede no prezente cazo. E aos Deputados Fr. Domingos de Sto Thomas. Joa-
c‘Vn? Janssen Moller, e Bernardo de Castro e Lemos pareceo q o Réo fosse posto somt*
ad taciem, porq com este leve gráo de tormento ficavam no seu juizo bastanton t* pur-
• í j ?, j os os indicios q da prova rezultam, vista e considerada a individuazao e vero-
sitmiidade das suas confÍ9soes. E aos sobreditos Deputados Sebastáao Ptereira de Castro,
e ruippe de Abranches Castello Branco, pareceo q o Réo nao só nao estava em termos
conSfr ^ a torrncn.to» tnas nem aínda de se proceder de alguma sorte contra elle, vÍ6to
de / i ^ estrangeiro e Herege protestante, e como tal comprehendido na corcordata
dos^ ° reg*ment0 r?° ljvro ?•* t*t- 7.® 12, pois nao podendo os tais hereges ser molesta-
^or cauza de conciencia ainda no cazo de serem formalmt*' heregez mt* menos o po-
BulL cazo em ^ somt® sao havidos por suspeitos exceptuados somt* os cazos da
darem ^ \a , Judeorum perfidia de Gregorio 15." q se lhe nao arguem, ou no cazo «te
diccao j SC ~ .> ° <J se nao mostra, e se devia legalmf provar p* fundamento da jurís-
ples n» CSte una^. cm t*l cazo: nem a seu juico se justifica o tal escandalo pella sim-
seguid 88Sp° * sociedade dos Pedreiros Livres, estabdedda neste Reyno, ha vendos já
se P* el|n° yno Fr*nsa, pois se nao mostra q persuadíase, nem induaisse. ou procu ras-
a° proxj® R outras pessoas nem q obrasse ac$ao alguma q podesse servir de ruina spiritual
tar deste q Sa° somt* 08 CftZOS cm q o escandalo pode considerar se: nem os pode apar-
seu jvuzo, o haver sido este Réo decretado por acertó desta Meza, confirmado

431
pello Cons® Geral, nao só porq o defeito de jurisdiccao hé m aterU q se pode opor em
codo o tempo, e toulmt” annulla o acto, q se fas sem ella mas taobem ponj o tal acento
S h u m a T S a interlocutoria, proferida P* instruccao do processo, q a respeito do. Juiíe,
nunca passa em coiza julgada, e se ood' rcY°«" f tod° ® tC^ ° - * P0™ 0 nao *«¡ <*
Tuizes obrigasao de a sustentar na decizao final do negocio. O q tudo deve especulmt*
observar se com este Réo por ter declarado q quer reduar se e abrasaar a nossa Fé Ca-
thoüca e ser admitido ao gremio e umao da Igreja, pedindo instantemt* o mandetn ins<
truhir ’ de cuio saudavel concelho o apartaría o rigurozo e severo procedimento da tor­
tura E acrecentou mais o d” deputado Sebastiao IV de Castro, q ainda no cazo q ftj.
tasse tudo o q está ponderado, nao acha prova alguma aínda p* a tortura mais leve, por
nao haver indicio algu de q neste Reyno obrasse o Réo nos ajuntamentos da sua sociedade
outras algurnas acc^oes mais do q tem confessado; no q vem a conformar se com os ou-
tros Reos da mesma culpa q se acham prezos nesta Inquizisao, sem q das suas confissoens
rezulta indicio algum de q na d“ congregasao se pratique outra coiza mais do q aquillo
mo q este Réo tem declarado, e lhe constar por pessoas fidedignas q nos Reynos estrangeiros
se emende nao praticar se outra coiza, ficando desta sorte totalmt* innutil o uzar se da
severidade deste meyo sem esperansa de ser averiguar mais do q pellas suas mesmas con-
fissoens se tem conseguido. E a todos pareceo q antes de se executar este acento fosse
com oí proprios Autos levado ao Cons* Geral por lhe ser affeto. E asistió a este despacho
pello Ordinario de sua comissao o Inquizidor mais antigo.
Franc" Mendo M*1 Varejao Simao José
Trigoso e Tavora Sylvr” Lobo
Joachim Jansen Moller Joao Machado de E$a
Filippe de Abranches
Foram votos os Depurados
Fr. Domingos de Sto Thomas
Fr. Sebastiao Pr* de Castro
Bernardo de Castro e Lemos, q nao asinam por se nao acharem prezentes
De mand° dos Sres do Conselho geral Ibes fiz este processo concluso en 10 de
de 1744. Jacome Esteve Nogueira o escrevi.
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 141-149).

APENDICE N.° 44 R
Orden de tortura.
Lisboa, 10 Marzo 1744.
Forao vina* na Meza do Cons" geral, em prezen^a de S. Em* este autos, culpas, e con-
r>soens de Joao Baptista Richart, homem de negocio, Herege protestante, Francez de
..«tac, pitural da c>dade de Paris, natural, digo, e morador nesta de Lx\ Réo prezo neUw
conteudo. E assentou se, q antes de outro despacho seja posto a torm® e nelle attado com
a primeira correa podendo sofrer a juizo dos Medico e Círurgiao, e a arbitrio dos Inquí*
2idores; depois do que, se toma a ver seu processo em Meza, e com o assentó q nelle *e
tomar, *e envíe ao Cons" e mandao q assi se cumpra. Lx* 10 de Marfo de 1744.
í í f f í ** cSantos Nuno da Silva Telle*
r™ c VeSj A
Joao Paez do Amal
res , A n f Ribeiro de Abreu

A.N.L. (Inquisiíao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 150).

APENDICE N* 44 S
Amonestación antes de la Sentencia de tormento.
Lisboa, 25 de Abril 1744.
em ^uTLe püf° de Abril de mil e sete ccntoa e quarenta e quatro aoao»
de manhaa o* u u * do Despacho da Santa Inquizisao, estando ahí em
Réo Drezo ’contW u^** , nqulzw*orei ™*odarao vir petaste si a Joao Baptista Wd****
visto ‘T 0*’ c #e?do P**®»** lhe foi dito que seo processo
sofrer do^auaTse i conciencia e nece se tomou hu asento multo rigo«®o
^ ’(k £ o s £ llvrar *íve em cometell» pelo que de novo « d i» * * » *
pane de u*m to Senhor nosso, a queira asim fazer para descargo de aua condencü, t *
Vítelo J e sua alma, e bom despacho de sua cauza, e por dizer q nao tinha culpan que ton-
ficar mais q o q tem declarado, foi chamado o Promotor á Meza e o Réo levantar em pé,
e logo lhe lida a sentenfa do tormento, e hé a que adíame «e segue. Andre Conisto de
P’igueyredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 151).

APENDICE N* 44 T
Sentencia de tormento,
Lisboa, 25 Abril 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinarios, e Deputados da Santa Inquizi^ao, que vistos es­
tes autos e os indicios que delles e da prova da Justina Autor rezultao contra Joao Bap­
tista Richart homem de negocio, herege protestante, Francez de nacao, natural da ddade
je Pariz, e morador nesta de Lisboa, Réo prezo nelles conteudo, de díe e hir aos ajunta-
mentos da ceita dos Franc-Massons ou Pedreiros Livres que nesta Corte se faziao em va-
ri»j Assembleas, e lugares occultos, que para ese effeito se determinara, cauzaado grande
escandalo a muytos Catholicos Romanos com os ditos ajuntamentos e conventículos, noz
quaes se prezume com grande fundamento se praticavao couzas mayores akm do que
elle Réo tem confessado, pelo que
Mandao, que antes de outro despacho o Réo Joao Baptista Richart seja posto a tor­
mento conforme o assento, que em seu processo se tem tomado, aonde será perguntado
pelo Libello da Justina para que acabe de declarar tudo o bmís que se praticava nos di-
to¿ conventículos, Assembleas, e ajuntamentos. Mandao que assim se cumpra Réo con-
fessado.
Simao José Sylvr® Lobo
E lida como ditto hé a senten^a do tromento e pelo Réo Nao apelar delta, nem o Pro­
motor da Justina, logo pelos Senhores Inquizidores foi dito q astm se cumprisse, pata o
que fosse o Réo levado a caza deputada para o tromento ao q foi satisfeito. Andre Cor-
sino de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 152-153).

APENDICE N * 44 U
Sesión de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744.
Aos vinte e sinco dias do mez de Abril de mil e settecemo e quarenta e quatro amos
em Lisboa nos Estaos e caza deputada para o tormento da Santa Inqumpaa, catando ahí
na audiencia de menha 03 Senhores Inquizidor Simao José Sylveyro, e Dcputack» Joaquín
Jansen Moller e Felippe de Abranches, sendo pellas nove horas e meya, mandarao vir
perante si a Joao Bautista Richart, Réo prezo contheudo oestes aunos e com efie seu
Interprete, e sendo prez* lhe foy dado o juramento dos Santos Evangdhos em que pos
sua mao sob cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo pro-
meteo cumprir, e logo lhe foy ditto que pella caza em que estava e instraroentos que
nella via, fácilmente poden» entender quam rigoroza e trabalhoza seria a deligenda que
com elle se havia de fazer, a qual evitaría se quizesse bem e fielmente confessar assuas
culpas, e por dizer que nao tinha que dizer eouza q fizesse contra nossa San, digo que
nao l¡nha mais que dizer mais couza algua alem do que tem confessado, foy mandado
Para baxo, e ao Medico e Cirurgiao, e mais ministros da execu^ao do tormento, ao6 qttaes
°y dado o juram® dos Santos Evangelhos sob cargo do qual lhe foy mandado que bom
c '^Im" fizessem suas obriga^oes, o que prometerao cumprir, e logo foy mandado que
0 Keo se executasse o tormento a que estava julgado, e despojado dos vestidos que po-
a o servir do impedimento a execu^ao do d" tormento foy mentado no banco e principiado
• « « . c *°B° por meyo de seu interprete lhe foy protestado por mim Notario que se na-
1 e ’oimento morresse, quebrasse algu membró, ou perd esse algu sentido, a culpa se-
, sua e nao dos Senhores Inquizidores e mais Ministros que julaarao a sua cauza segun-
Mue°. mercc-ment0 e sendo atado perfeytámente lhe foy dado todo o tormento a
qUj •t!slav^ julgado em que se astava perto de hu quarto. e «ssignarao os Senhores In-
°r e Deputados, e seu Interprete. Alexr Henrique Arnaut o escrevi.
r Simao José Sylvr'' Lobo
loachim Jansen Moller Philippe de Abranches Cast" Br.
Fr. Carlos O ’Kelly

433
De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo conduzo «final. Andrt
Corsino de Figueiredo o escrevi.
Cso
Asiste ao despicho deste processo pelo ordinario de sua comissao que anda no c ie rn o
das aíesm as a q u í me reporto o Senhor Inquizidor mais amigo. André Corsino de Fi-
gueiredo o escrevi. .a i , _, , ,
A.N.L. tInquisis'ao. Lisboa. Processo n. 4.867, tols. 154-156).

APENDICE N.° 44 V

Conclusión de sentencia.
Lisboa. 20 mayo 1744.
Foram vistos segunda vez na Meza do Sto Off° desta Inquizisao de Lx“ em 20 de Ma-
vo de 1744 estes Autos, Culpas, e Confesoens de Joao Baptista Richart, Herege protes­
tante, Francés de nas^ao, homem de negocio, casado com Anna Lourenga, natural da cide
de Pariz, e m'r nesta de Lxa, Réo prezo nelles conteudo, depois de executado o acento
do Cons ’ Geral de 10 de Margo do mesmo anno pello qual foy mandado por a tormento,
o q nelle fosse atado com a primeira correa e pareceo a todos votos, menos ao Deputados
Manoel de Almeyda de Carvalho, e Sebastiao Pereira de Castro, q visto de provar can
toda a iegalidadé pellas testemunhas da Just* e pella mesma confissao do Réo, q elle
hera hum dos socios e professores da congregasao oy seyta dos Pedreiros livres, em q
fov primeiro recebido na cid® de Paris por hum Monsr Berton, e q passando depois p“
este Reyno tora nóvame incorporado na q já se achava estabelecida nesta cid* de Lxa
por hum Joao Custo, q hera o Mestre e Cabera della, e pello mesmo fora recebido cotn
todo aquelle grande apparato de seremonias solemnemt” observadas nestas recepsoes com-
forme o estilo e practica da d* congregasao, continuando em seguir e frequentar seus
ajuntamentos com gravissimo escandalo dos Catholicos, os quais ajuntamentos e congre­
gado se acham expressamt® prohibidos pella Santidade de Clemente X II na sua Cons-
tiruisao q principia In Eminenti Apostolatus Specula, por tanto q elle va a o Auto
publico da Fé na forma costumada, e nelle oisa sua sentensa, nao só por sataisfasao do
publico escandalo causado com suas culpas, mas tambem por se nao achar favorecido nes­
ta parte do nosso regimentó, q suposto o alivrar das mais penas respeitando a sua reduc-
gao, nao tira o ser lhe lida em lugar publico a sua sentensa. E aos ditos Deputados pareceo
q elle oisa sua sentensa na sala desta Inquizisao perante os Inquizidores, mais Ministros,
e Offíciaes do Sto Off°, e algumas pessoas eclesiásticas seculares e regulares, nao só porq
no- j delies Deputados huma das mayores penas q teria este Réo hera o ouvir, como
os ouiros, em Auto publico, a sua sentensa, o q perece em comtra a disposisao do regi­
mentó suposta a sua reduc^ao, mas tambem por se achavam na culpa deste Réo circuns-
tansias q Tn0 a diminuem como sao o haver tao pouco tempo q tinha chegado a este
Reyno qd* foy prezo, de sorte q por nao entender ainda couza alguma da lingua por­
tuguesa foy preciso ser procesado por interpretre, e por esta rezao nao poderia ter no-
tissia alguma da dita constituisao, pella qual os tais ajuntamentos sao prohibidos; e mt*
mais havendo este Réo frequentado a mesma congregasao por mais tempo em hum Reino
tao Catbolico como o de Franca sem q lhe obstase nunca prohibisaó alguma, de q certamt*
entendería, e com bom fundamento q tambem a nao havia neste Reyno. E pareceo ouát
3 1 05 votos ^ vlsto ser ° Réo herege protestante, e ter reprezentado por mt*s veze*
r^ u za e 0 recluerer tambem por seu procurador, q elle quer reduzir se a nossa Sta Fé
l.atbolica. na qual nao tem instruc^ao alguma, e q este fora o principal motivo por q
se passava a ?ste Reyno pois lhe nao hera tao fácil o aparrar se de <seus erros, vivendo
na sua térra em compahia dos seus patentes, de quem seria certamt® impedido, q elle
seja^ mandado instruhir nos Misterios da Fé, e absoluto ad cautelam da excomunhao o**
yorem q pedería ter incorrido, e se lhe admita a sua red u cto como instantissimamt* tefl>
pedido, e lhe nao seja dada pena corporal alguma das q merecía por suas culpas, con*
forme a d¿spozisao expressa do regimentó no livro 3 " tit. 7 ." 12 , e pague as cuitas, *
ante< de se executar este acento seja co mos proprios Autos levado ao Cons“ Geral, e
asís 10 a este despacho pello Ord° de sua comissao o Inquizidor mais antigo.
Franc0 Mendo M*! Varejao Simao José
T 1 " * °? e Tavora Sylvr® Lobo
Joachim Jansen Moller Philippe de Abranches C t t f

434
í oram votos os Deputados Manoel de Almeyda de Carvalho, e Sebaatiao Pr* de Cm -
q n80 asínam por nao *e achatan prezente».
De mandado dos Sre» do Conselho geral lhe» fiz eate procusto concluzo em 22 de
Mayo de 1744. Jacorae Esteve» Nogueira o eacrevi.
Lr i-».
InqCao
A.N.L. (Inqui$l$ao. Lisboa. Procewo n. 4.867, foi*. 157-161).

APENDICE N* 44 X

Voto de sentencia.
Lisboa, 22 Mayo 1744.
Forao vistos na Meza do Cons” geral em prezen^a de S. Em* estes auto», culpas, e con-
fissoens de Joao Baptista Richart herege Protestante, Francez de ñapo, homem de neg*.
natural da cidade de París, e morador nesta de Lisboa; Réo prezo odies contheudo, de­
pois de executado o assento do mesmo cons* de 10 de Mar^o neste prezt* anno, pelo qual
foi mandado por a tormx° e nelle attado com a primeira correa. E assentou se q cates
de outro despacho se procede á intru^ao do Réo, e constando que está sufficientemte ins­
truido, o admittao a fazer o seu termo de redufao, na qual se observan os sinaes, e fun­
damos que dá p“ haver de so reduzir por meyo do seu interprete. Depois do q. se torne
a ver seu processo em Meza, e com o assento q nelle se tomar, se envíe ao Cons". Mandao
q assi se cumpra. Lx* 22 de Mayo de 1744.
Rodrigo de Santos Ant” Ferrr* Alvcs
Joao Alves Santos Jo*o Paes de Am*l
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 162).

APENDICE N ” 44 Y
Juramento y compromiso del interprete de instruir al reo.
Lisboa, 25 Mayo 1744.
Tesmo de como esteve Joao Bapt* Richart com seu interprete o P* Fray Carlos O ’Kelly
Religiozo de S. Dom°s p* o instruir.
Aos vinte e cinco dias do mez de Mayo de mil e 6ette centos e quarenta e quatro
annos em Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquizisao estando ahy em au­
diencia de tarde os Senhores Inquizidores mandarao vir perante sy ao Padre Fray Carlos
O’Kelly Religiozo de Sao Domingos e morador nesta cidade no seu convento do Carpo
Santo, e sendo presente lhe foi dito que elle era Interpetre de hu Estrangeiro preso nos
carceres desta Inquizisao, o qual se quer fazer Catholico Romano, e reduzir se a noasa
;>anta fée, para que elle o instruir em todos os misterios de nossa Santa Fée necessacios
para a Salva?ao de sua alma: o que o dito Padre prometeu cumprir sob cargo do jura­
mento dos Santos Evangelhos que lhe foi dado, e logo foi comigo Notario para a casa
segunda das audiencias para onde os ditos Senhores tinhao mandado estar o dito Estran­
geiro, com o qual este, duas vezes o dito Padre. Manoel da Sylva Diniz o escrevi.
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 163).

APENDICE N.” 44 Z
Testimonio del Interprete P. O ’Kellv
Lisboa, .5 Junio 1744.
Aos cinco dias do mes de Junho de mil e sette centos e quarenta e quatro annos em
Lisboa ”<?s Estaos e caza primeyra das audiencias da Santa Isquizisao estando ahy na de
t¡(rj_
‘«de o S enW . ------ ^ fray
Carlo<s°n»tr *l?r Simao José Silveiro Lobo m andou vir
e sendo n ¿ y> Re Í*io*° de S*° Domingos, e morador no seu convento do Corpo
. Santo,
sob car£rn j, nte ,lhe
—- foi
— dado
— o« juramento
iu.«ua»v dos
wo Santos Evangelhos
- . —edhos em que pos a mao
c«mprir - 5? Jhe foi mandado diíer
. - íoi dizer verdade e< ter segredo, o que tudo prometeu
«tse ser de idae e quarenta c cinco annos.

435
As geraes nada.
Perguntado, se de orden desta Meza esteve com hua pessoa preza nos carceres de«ta
Inquizi^ao? quem hé? como se chama? donde hé natural? e que hé o que passou com
ella, acerca de sua redu^ao? .. l „ • u j
Disse oue elle esteve por ordem desta Meza com hu estrangeiro Francés de nas^ao
chamado’joao Baptista Richart, herege Protestante, do qual tinha sido interpetre no di»
curso de toda a sua cauza. e o instruio nos misterios de nossa Santa fée Catholica necessa-
rios para a salvado de sua alma, como nesta Meza lhe foi mandado.
Perguntado se o dito estrangeiro mostrou querer reduzir se por algum motivo tem-
poral, e qual foi este? ou se lhe paresse que o foi de todo seu curasao com vontade cin-
sera d t querer someme tratar de salvado de sua alma.
Disse, que elle conheceu no dito estrangeiro hu ardentissimo dezejo de querer largar
e apartar se de todos dos seus erros, e abrasar cinseramente as verdades de nossa santa
fée Catholica, sem que para isso seja levado de algum motivo temporal, e o faz somente
pello persizo fim de querer salvar a sua alma pellas inspirassoens e particollares auxilios
que Déos Nosso Senhor lhe tem dado para isso, mediante a sua divina grasa, coniforme
o que ohservou e persebeu das perguntas que lhe fez e com tudo o mais que com elle
passou.
Perguntado, se deLxou ao dito estrangeiro com instruyo bastante, e perfeito conheci­
mento das verdades de nossa Santa Fée Catholica a que quer reduzir se, ou se lhe paresse
que hé persizo continuar mais algum tempo na sua instruyo?
Disse, que elle deixou ao dito estrangeiro perfeitamente instruido ñas verdades de
nossa Santa fée Catholica, e com grande conhecimento dos misterios della, nem lhe hé
necessario mais tempo, porque tem entendimento claro, e persebia muito bem tudo quan-
to lhe dizia e explicava, asim ñas duvidas que elle lhe porpos como tambem ñas instru*
soens que lhe deu. E que isto hé o que passou com o dito estrangeiro, e mais nao disse
nem ao costume, e sendo lido este seu testemunho e por elle ouvido e entendido, disse
estava escripto na verdade e asignou com o dito Senhor Inquizidor. Manoel da Silva
Diniz o escrevi.
Simao José Sylvr0 Lobo
fr. Carlos O'Kelly
A.N.L. ílnquisi^ao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 164-166).

APENDICE N.° 44 a
Examen y reducción.
Lisboa, 8 Junio 1744.
Aos oito dias do mez de Junho de mil e sette centos e quarenta e quatro annos em
Lisboa nos Estaos e caza primeira das audiencias da Santa Inquizi^ao estando ahy na de
carde o Senhor Inquizidor Simao José Silverio Lobo mandou vir perante sy a Joao Baptista
Richart, Reo prezo contheudo nestes autos, e com elle o seu Interpretre, e sendo ambos
prezentes foi dado ao dito Réo o juramento dos Santos Evangelhos em que pos a mao
sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeu
cumprir.
Perguntado, se está lembrado de ter dito nesta Meza por muitas vezes que estava
rezeluta de todo o seu curasao a detectar os hereticos erros em que foi criado, e abrasar
a nossa Santa Fée Catholica?
Disse, que muito bem lembrado estava de ter dito muitas vezes o que se comtem na
pergunta, e ainda agora repete o mesmo, e pede homildemente o recebao e admitao a
razer a sua redu^ao.
Perguntado, em que ceita foi elle criado e víveu desde que tem uzo de rezao?
ísse, que elle foi criado na ceita Protestante, na qual athé gora viven, segundo os
errados e abominaveís doutrinas de Calvino.
Perguntado, que motivo ou cauza tem para querer reduzir se como diz á nossa Santt
ee at olica e apartar se de lado dos herreticos erros em que foi criado e viveu desd*
que tem uzo de rezao?
u¿ ° 7*°^° un*co ^ue tem esta sua redu^ao e deixar seus hereticos erro**
nella Há araTfntc que ^ na 5c^**ain Católica pode salvar sua alma, c que só
e da a lsto terT] exPrí*nentado muitas e fortwsimas inspira^oens de Déos
e da sua divina gra?a por meyo da qual se lhe tem este perfeito conhecimento.

436
Prrffuntado, porque rezao nao procurou elle reduzir se a nossa Santa fée no Reyno
, pranía donde asistia, sendo este hu Reyno tam catolico, e donde fácilmente podia con­
f u i r tudo o que nesta materia desejava?
Disse, que ainda que elle ententou reduzir se a nossa Santa Fée católica no Reyno
, pran<i’a como agora faz, nunca podia conseguir este seu intendo, porque deüe seria
tamenre apartado e impedido por seus Paes e patentes, e por esta cauza se resdveu
tambem a mudar de domicilio para este Reyno aonde sem embaraso algum podía cómo­
dam ente conseguir o que tanto desejava.
Perguntado, se esta redufao que agora taz he cauzada do medo do castigo que me-
reseu por suas culpas, entendendo que asim poderá livrar se deüe?
Disse, que elle quer fazer a sua redufao pelo único motivo da salva^ao da sua alma
que hé só o que pertende, e ainda que rcconhece o castigo que mereseo por suas culpas
a todo que lhe quizerem dar se sugeitta com grande racmapo de vootade.
Perguntado, se elle por sua livre vontade sem constragimento de pessoa alguma se re-
solve a deixar seus hereticos erros, ou se para isso foi persuadido de pessoa alguma ou
motivo que nao tem declarado?
Disse, que elle de sua livre vontade e sem constrangimento de pessoa ou motivo algum
detesta todos os seus hereticos erros e quer abrasar de todo o seu cora^ao a nossa Sonta
fé Católica.
Foi lhe dito que deve dar muitas grabas á Déos Nosso Senhor pela grande merce que
lhe fez em lhe dar conhecimento para sahir e deixar a cegueyra de seus hereticos erros
e o trazer ao conhecimento da verdade qual hé somente o seguir e abrasar a nossa Sonta
fée Católica que hé a única em que só ha salva^ao para as almas; e lhe fazem a saber que
pela detestado e redugao que agora faz, faca sugeito ao juizo da Igreja e sevecidade dos
sagrados cánones com que se costumao castigar aquelles que delimquem contra a religiao
que professarao, e que advirta que será hu delles se faltar em todo ou em parte ao que
agora promete, e lhe advertem mais que fugira sempre quanto lhe for possivel de comuni­
car com hereges que o possao perverter tratando só com aquelles de quem possa aprender
sáa Católica do doutrina o que tudo prometeu cumprir sob cargo do juramento dos Santos
Evangelhos que outra vez lhe foi dado, de que fiz este termo de redugao, que sendo lhe
lido esta sessao em prezen?a de seu interpetre, e por meyo delle ouvido e entendido dise
estava escripto na verdade, e asignou com seu interpetre e com o dito Senhor Inquizidor.
Manoel da Sylv* Diniz o escrevi.
Simao José Sylvr® Lobo J Bte Richard fr. Carlos 0*KeIly
De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz processo concluso afinal. Andre Corsino
de Figueyredo o escrevi.
Cío
Asiste ao despacho deste processo pelo ordinario de sua comissao q anda no cademo
das mesmas e que me reporto o Senhor Inquizidor mais antigo. Andre Corsino de Figoei-
redo o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fols. 167-172).

APENDICE N* 44 b
Conclusión de sentencia.
Lisboa, 8 Junio 1744.
de r74d.m v*sto vez na Meza do Sto Off° desta Inquizisao de Lx* em oito de Junho
p estes Autos, Culpas, e Confissoens de Joao Baptista Richart, herege protestante,
ParílCeS o nascao> bomem de gecoio, cazado com Anna Louren^a, satural da cidd® de
cje 22 Cj mw ncsta de Lx*. Réo prezo nelles eonteudo, depois do acento do Conso Geral
proced Mayo do mesmo anno pello qual foy mandado q antes de outro despacho se
lido lnstruc?*o do Réo, e constando q estava suffcientemt* instruido, fosse admi-
reduzir 8201 8 SUa rec*ucí ao> observasdo se os sinaes e fundamentos q dava p* querer
noe| s^\ ° 9 tudo se executou; e pareceo a todos os votos (menos aos Deputados Mar
¡> IcMiy j « de Carvalho e Sebastiao Pereira de Castro) q visto se provar com toda
socios e°n P 08 test°s da Just*, e pella mesma confissao do Réo, q elle hera hum dos
tecchido ^ or?' ^a congregassao ou seyta dos Pedreiros Livres, em q primeiro foy
fora " V * ' c‘° Pariz por hum Mons.ur Berton, e q passando depois p* este Reyno
( usto u I™ "Koxrj?°ra^o na Q se achava estabalecida nesta cid' de Lx* por hum Joao
M era ° Mestre e Cabera della, e pello mesmo fora reoebido com todo aquelk

437
arande apparato de seremonias. solemnemt- observadas nestas recePíoes, conforme o estilo
e oractica da d* congregacao, continuando em segutr e frequentar seus ajuntamentos, com
grave escandalo dos Catholicos, os quais ajuntamentos e congregasoes se acham expresaos
prohibidos pello Samidade de Clemente X II na sua C o n stitu y o q principia - I n emi-
ncnti Apostolatus Specula— portanto, q elle vá so Auto publico da Fé na forma costumada
e nelle oisa sua sentensa, nao só por satisfasao do publico escandalo cauzado com suas
culpas, mas tambem por se nao achar favorecido nejta parte do nosso regimt0 q suposto
o alivia das mais penas respeitando a sua reduccao, nao tira o ser lhe lida em publico a
sua sentensa E aos ditos Deputados pareceo q elle oisa sua sentensa na Sala desta In­
quizisao perante os Inquizidores, mais Ministros e Officiaes do Sto Off° a algumas pessoas
eclesiásticas seculares e regulares, nao só porq no juizo delles Deputados huma das mayo­
res, e maíz cenciveis penas q poderia ter este Réo, hera o ouvir como os outros a sua
sentensa em Auto publico, o q parece em contra i dispozisao clarissima do regimt" su-
posta a sua reducto e conversao, mas tambem por se acharem na culpa deste Réo mt*s
circunstancias q a diminuem. como sao, o haver tao pouco tempo q tinha chegado á este
Reyno qd° foy prezo, de sorte q por nao entender ainda couza alguma da lingua portu-
gueza foy percizo o ser proeessado por interpetre, e por esta razao nao poderia ter notissia
alguma da Constituisao pella qual os tais ajuntamentos sao prohibidos; e mt° mais ha-
ver.do este Réo frequentado a mesma congregaso por mais tempo no Reyno de Franca
sem q lhe obstase prohibisao alguma, sendo o tal Reino tao catholico, de q ce tamt® ficaria
er.tendendo, e com bom fundamento, q tambem a nao haveria neste Reyno. E a todos os
voto? pareceo mais. q vistos os motivos q o Réo da pr* se reduzir, a mesma reduccao q
fez, e es razoes q aponta o p" por quem foy instruhido, entendendo e asentando em q
elle sinceramt* e de todo o seu cora^ao se cooverte a nossa Sta fé catholica, sem q seja
p‘ isso levado de algu motivo temporal, mas só pello percizo fim de querer salvar a sua
alma, q elle seja absoluto ad cautelam da excomunhao mayor em q poderia ter incorrido
e lhe nao seja dada pena corporal alguma das q por suas culpas merecía, comforme a dis­
pozisao expréssa do regimt", e pague as custas; e q antes de se executar este acento seja
com os proprios Authos levado ao Con® Geral; e asistió a este despacho pello Ord° de
sua comissao o Inquizidor mais antigo.
Fran° Mendo Mel Varejao Simao José
Trigoso e Tavora Sylv° Lobo
Joachim Jansen Moller Philippe de Abranches Cast-
Foram votos os Deputados Manoel de Almeyda de Carv° e Sebastiao Pr* de Castro,
q nao asinem por se nao acharem prezentes.
^ man° dos Sis do Cons° geral lhes fiz este processo concluzo em 9 de Junho de
Jacorné Esteve Nogueira o escrevi.
C L
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Prtxesso n. 4.867, fols. 173-177).

APENDICE N.° 44 c
Voto de sentencia.
Lisboa, 9 Junio 1744.
f orao v‘ j OS na Meza do Cons" geral em prezen^a de S. Em* estes autos, culpa» e
conhssoens de Joao Baptista Richart, herege Protestante, Francez de na^ao, homc de
?a ural a Clc^ac^e de Paris, e morador nesta de Lx*; Réo prezo nelles conteudo, de-
n as»enLj ° mesm? Cons® de 22 de Mayo do prezente anno, pelo qual foi mao*
♦ outro despacho se procedesse á instru^ao do Réo, e constando q estava
_ í . ' e ln*truidOi íosse admittido a fazer a sua redu^ao, observando se o» sinaes
ouca mu ®c querer íeduzif se, o q tudo se executou. E as«entou se q elle
*1® ^ petante os Inquizidores, mais Ministros, e officiaes
caur»l-im e a,«Vmas P6**0** eccle#iasticas, Seculares, e Regulares, seja absoluto ad
assí nimnr xc° munbao mayor em que poderia incorrer. E pague as custas. Mandao que
sc cumpra. LxJ, 9 de Junho de 1744.
íoao^Alw* S T 5 Nuno da Silva Telle»
Joao Paes de iW l * “ ** Ríbeir° á t AbfeU
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 178).

438
APENDICE N* 44 d

Sentencia.
Lisboa, 9 Junio 1744.
Acordao os Inquixidores, Ordinario, e Deputados da Santa Inquizisao, que vistos es­
tes auttos, culpas e confissoes de Joao Bautista Richart, herege protestante, natural da ci-
dade Pariz e morador nesta de Lisboa, Réo prezo que prezende está.
Porque se mostra que sendo herege Protestante vivendo neste Reyno devia evitar
toda a ocasiao de escandalo dos Fiéis Catholicos Romanos na materia de religiao, nao pra-
ticar nelle novas ceytas, nem fazer ajuntamentos nocturnos ou de dia, assembleas ou con­
ventículos secretos, elle o fez pello contrario, e de certo tempo a esta parte esquerida
da sua obriga?ao com pouco temor de Déos e da justi^a, se achou em ajtmtameotos secretos
em que se praticava a Ceyta, Congregasao ou Irmandade de lib eri Murotori, Franc Mas-
sons, ou Pedreyros Livres, condenada pella Sé Apostólica com penas gravissímas, como
prejudicial e sospeytosa a pureza da Religiao Catholica.
Pellas quaes culpas sendo o Réo prezo nos carceres do Santo Offifko, e na Meza delle
com mt° charidade admoestado quizesse confessar suas culpas para o bom despacho da
sua cauza, disse que assistindo na Corte de certo Reyno estrangeyro se alistava por Irmao
da congregasao dos Franc Massons ou Pedreyros Livres da que era Grao Mestre certa pes-
soa que nomeou em cujas maos fizera profissao com varias e exquizitas ceremonias, obli­
gando se com juramento a guardar inviolavel segredo em tudo o que neQa se pass— e
c tratasse sob pena de lhe ser cortada i cabesa, arrancado o corasao, e seu corpo depois
defeyto em pedasos e reduzido a cinzas lanzado no mar. E que vindo depois para este
Reyno, nelle fora convidado por certa pessoa que nomeou, que era o Grao Mestre da d“
ceyta ou congregasao para se incorporar na que tambem havia nesta ddade, o que elle
Réo fizera e fora recebido para Mestre praticando se na recepsao as mesmas ceremonias, e
repetindo tambem o mesmo juramento que tinha dado quando entrou por Aprendiz na
d1 Corte estrangeyra, e que frequentava a d* assemblea varias veaes nesta ddade com
muytas pessoas que declarou, portando se sempre com camella e resguardo para que nim-
guem soubesse dos seus ajuntamentos, e menos do que nelles se trattava, affinnando que
o d° juramento só se desigia a serem conheddos entre si em qualquer parte que se achas-
sem pellos sinaes que praticavao e nao das pessoas que nao fossem da d* congregasao e tam­
bem o ajudarem se hus aos autros.
E pello Réo nao ter feyto inteyra e verdadeyra confissao de suas culpas, antes muyto
de minuta simulada e fingida por que nao dedarava a tensao com que se alistou por Irmao
de sua ceyta pernicioza ao bem espiritual das almas, e a continuou nesta Corte, veyo o
Promotor Fiscal do Santo Officio com Libello Criminal e accuzatorio contra eQe, que
lhe foy recebido, si et inquantum, e o Réo o contestou pella materia de sua confissao, e
nao vindo dom defeza foy lansado della, e dando pcsr repetidas as testemunhas da justica
se lhe fez publicasao de seus dittos conforme o estillo do Santo Officio a que nao veyo
com contraditas e foy tambem lansado dellas.
O que tudo visto e bem examinado, e a prezumpsao que contra elle rezulta de nao
declarar o verdadeyro íim a que se derigiao as dittas assembleas conventículos e pontos be­
jucos que nelles se trattavao, nao sendo verassimel que debaxo de hu juramento e invkv
avcl segredo que observavao os professores d* d* ceyta. se nao occultassem pontos petni-
ciozos a pureza de nossa Santa Fé Catholica, com o mais que dos auttos rezulta.
Mandao que o Réo Joao Bautista Richart em pena e penitencia das dittas culpas ousa
■jUa sentensa na Sella do Santo Officio perante os Inquizidores, mais Ministros, e Offirias
att % Cj u a s P^soas ecclesiasticas seculares e regulares E de mayor condenasao o tdevao
.

no60- a se reduz' r ° a nossa Santa Fé Catholica, e a outras considerasoes que


°, se t'verao. E mandao que seja absoluto ad cautellam de excomunhao mayor em
podera haver encorrido. E pague as custas.
a sum“ supra e atxas escrita ao Réo Joao Bapt* Richart na sella do Sto
se ^lebrón cm o primeiro de Julho de 1744, perante os Senhores Inq*s mais
s tos, e mu itos regulares e seculares. Manoel da Silva Dinix o escrevi.
A.N.L. (Inquisi^ao. Lisboa* Processo n. 4.867, fols. 179-182).

439
APENDICE N* 44 e

Juramento de secreto.
Lisboa, 1 Tulio 1744.
Ao Drimeiro dia do mes de Julho de mil e setecentoi e quarenta e quatro annos em
Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquuigao, estando ahí em audiencia da
manhaa os Senhores Inquisidores, mandarao vir perante sy a Joao Baptista Richart, R.
Preso contheudo neste processo, e sendo presente lhe foy dado juramento dos Santos
Evangelhos com que poz a mao. e sob cargo delle lhe foy mandado, que tenha muito
segredo em tudo o que vio, e ouvio nestes carceres, e com elle se passou acerca de seu
p r o c e r e nem por palavra, nem escrito o descubra, nem por outra qualquer via que seta,
sob pena de ser gravemente castigado o que tudo elle prometteo cuprir, e sob cargo do
ditto juramento, de que se fez este termo de mandado dos dittos Senhores, que...
J Bt® Richard
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 4.867, fol. 183).

APENDICE N.° 45 A

Proceso de Joao Cu¿io Lapidario de diamante suigo de Nagao Natural do Cantao de Ba-
zil e morador nesta Cid0 de Lisboa.
Mandamiento de Prisión.
Lisboa, 14 Marzo 1743.
Os Inquisidores Apostolicos contra a heretica pravidade, et apostasia nestas Cidades
de Lisboa, et seu districto etc. Mandamos a qualquer Familiar, ou Official do Santo O fi­
cio, que nesta Cidade de Lisboa, ou aonde quer que for achado Monsieur Custo Lapidario
de Diamantes, morador que se diz ser na rúa nova dos Mercadores e natural de Inglaterra.
Os prendáis sem sequestro de bens por culpas que contra elle ha neste Santo Officio,
obrigatorias a prizao, e prezo a bon recado, com cama, e mais fato necessario o seu uso,
e té (quarenta mil reis em dinheiro para seus alimentos, o trareis, e entregareis, debaixo de
chave ao Alcaide dos carceres da Custodia desta Inquisigao. E mandamos em virtute de
santa Obediencia et sobpena de excomunhao maior e de quinhentos cruzados para as
despezas do Santo Officio, e de procedermos como mais nos parecer, a todas as pessoas,
assi Ecclesiasticas, como seculares, de qualquer grao, dignidade, condigao, e preheminencia
que sejao. vos nao impidao fazer o sobredito, antes sendo por vos requeridos, vos dem
todo a favor, ajuda; mantimentos, pousadas, camas, ferros, cadeas, cavalgaduras bateos,
e tudo o mais que for necessario. pelo prego, e estado da térra. Cumprio assi com tnuita
cautela, e segredo, e al nao fagais. Dado em Lisboa no Santo Officio da Inquisigao sob
nos os sinaes, et sello della, aos nove dias do Mez de Margo de mil setecentos e quarenta
e tres annos Manoel Aífonso Rebello o sobscrevi.
Fran° Merdo Tngoso Simao José Sylvr" Lobo M''l Varejao Tavora
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 3).

APENDICE N.° 45 B
Acta de entrega
Lisboa, 14 Marzo 1743.
Anno do nascimento de nmso Senhor Jezus Christo de mil e settecentos e quarenta e
tres aos quatorze días do mes de Margo em Lisboa nos Estaos e porta do» carceres secreto»
da Ma. Inquizigao foy estregue ao Mao de Maximiliano Gome» pelo Familiar Matheus dos
_ o prezo Joao Custo e sendo buscado na forma do Regimentó se lhe achou ha toptó»
i,. , r c?m JweUas e outras miudezas o q tudo se entregou ao Escrv. Manoel Ix m ren g o
a- de como o d° Alcayde se deo por entregue do dito prezo fiz este termo «H*
asignou Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo 10.115, fol, 4 ).

440
APENDICE N* 45 C
Admisión en la cárcel.
Lisboa, 14 Marzo 1743.
Aos quatorze días do mes de Margo de mil e settecentos e quarenta tres annos manda-
rao os Senhores Inquizidores por este prezo Joao Custo no catccre ao q foy satisfdto. Andre
Corsino de Figueiredo scrivere.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo 10.115, fol. 5-6).

APENDICE N ” 45 D

Confesión 1.*.
Lisboa, 21 Marzo 1743.
Ao¿ vinte e hu dias do mes de Margo de mil e settecentos e quarenta e ores annos em
Lysboa nos Estaos e caza terceyra das audiencias da Santa Inquízigao. estando ahi na de
menha o senhor Inquizidor Manoel Varejao de Tavora mondou vir petante si a hu estran­
geiro que em quatorze de Margo veyo prezo em custodia para os carceres desta Inquízigao
c por pedir audiencia lhe foy dado o juramento dos Santos Evangelhos em que paz a mao
sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdae e ter segredo o que tuo prometeo cumprir
c logo disse chamarse Joao Custon cazado com Alisis Barbin Lapidario de Diamantes suigo
de nasgao, natura] do Cantao de Bazil e morador nesta Corte no Largo dos Ourives do
ouro que disse ser Protestante de idade de quarenta annos.
Perguntado para que pedio audiencia.
Disse que para confessar culpas a esta Meza pertencentes e Logo Foy admoestado que
pois tomava tao bom conselho como o de querer confessar suas Culpas lhe convinha muyto
trazdlas todas a memoria para dellas fazer hua inteira (fl. 39 v) e verdadeyra confissao, nao
impondo a Si nem a outrem testemunho falso por ser o que lhe convem para descargo efe
sua conciencia, salvagao de sua alma, e bom despacho da sua cauza: a que respondeo que
em tudo diria verdade a qual era.
Que havera dúos annos pouco mais ou menos, vindo elle para esta Corte, e querendo
introduzir nella hua Congregagao de Franc Massons que na nossa lingua quer dizer Pfc-
dreyros Livres entrou a Convidar varias pessoas que aceytou para a dita congregagao. faxendo
a Sua entrada na mesma forma que se observa em Franga e Inglaterra e outros mais Reynos,
donde elle confitente vinha, tendo sido aceyto na Corte de Londres cuja entrada e fotma-
lidade he a seguinte.
Quando alguna pessoa quer entrar na dita Congregagao vay primeiro que tudo pedir
ao Grao Mestre della o queyra aceytar na dita Sociedade e dizendose lhe que se lhe d an
a resposta, entra logo o Mestre a partecipar o referido a toda a loge que para ser perfeyta
consiste em sette Irmaos ou Confrades: e entrando todos a votar por escriño em Caxas
ou escrutinios que para isso tem determinados, se vem últimamente a regular os vottoe
para ver se tem algu em contrario para nao haver de ser aceyto, o que (fl. 40) só basta
para impedir a sua entrada e recepsao, por ser Ley e Estatuto da mesma Confratemidade,
nao poderem ser aceytos nella todas as vezes que se acha algu voto em contrario e achandose
com effeuto todos os votos conformes, se lhe assigna e determina dia para haver de facer
a sua entrada para a qual se lhe nomea lugar determinado, e pata o conduzir e encaminhar
na referida aegao, outro confrade que nomea o Mestre, a quem elles chamao Servidor; e
llegando com effeuto a pessoa que ha de entrar de novo a porta da Casa em que se
• ciao os mais confrades, a que chamao Loge, e se acha fechada, bate a día por trez vezes.
e n • j Se esta ^*e pergunta de dentro hum dos ditos confrades, que he o que quer
íech tei ’ c tespondendo lhe elle que quer ser Masson, ou Pedreyro Livre, se toma a
ar a Porta, e se vay dar parte a toda a Loge de referido, a qual novamente manda
de r T 8 r*ss™ que se «cha ¿k porta como he o Seu notne o sobrenome, o se vem
nació8 vontade e de todo o seu coragao assentarse jrmao e Confrade da dita Congrí
de o C «*Pondendo que sim; lhe tapao os olhos, e lhe tirao toda a casta de metal assim
Mestr r° ’ *Hata ' atao> como outro qualquer, e o conduzem para dentro, aoode se acha o
o c 08 mais Irmaos: e Sendo presentado diante de todos lhe petgunta novamente
sim vem de sua livre vontade seguir aquella congregagao (fl. 40 v) e dixendo que
aescobrem os olhos tirandolhe o Lengo que lhe tinhao posto; e logo o Mestre

441
diz para o Servidor que o acompanha que lhe ensine a postula em que se deve por como
Masson A qual he unir o pé direyto com o esquerdo pello calcanhar e por a mao direyta
s o b ^ o Devto esquerdo e dar tres passos em direytyra ao lugar em que Se acha o Mestre;
e feyto iS> se ?he manda descobrir o joelha diteyto, e pondo o sobre hum instrumento
a ;S U r u de esquadria de Pedreyro, lhe mandao juntamente por a mao direyta sobre
hua Biblia, estando esta aberta no lugar em que se acha o Evangelho de Sao Joao, e ao
mesmo tempo lhe mandao pegar com esquerda em hum Compaso, e descuberto tamben»
o peyto esquedo. lhe mandao por sobre eUe a ponta do dito Compaso; e ao mesmo tempo
lh¿diz o Mestre em nome de toda aquella congregasao e do Grao Mestre de Inglaterra,
Franca e outros Revnos, que pello juramento que toma deve saber que fica obrigado a
guardar inviolavel segredo em tudo o que passar na dita congregasao, e a nao fazer coma
alguna que oífenda a algum dos ditos confrades, nem ao Rey, República, ou á sua Reli-
giao, porque se fizer o contrario a sua lingua sera arrancada, e na mesma forma o seu co-
rasaó para ser enterrado junto do mar, e o seu corpo queymado para se Lancarem as cinzas
ao vento (fl. de sorte que nao haja mais memoria, nem Lembransa delle, e Se observa
este juramento tao fortemente que nos Reynos estrangeyros, mais fácil he deixarem se
matar, que haverem de descubrir os segredos a que se obrigao: E feyta assim este deli-
gencia logo o Mestre toma pella mao o dito Confrade que entra de novo, e chegando o
para junto de si. chama por dous servidores da mesma loge, e lhe diz que fasao seu officio,
e lhe ponhao as insignias que lhe competan por razao daquella nova ordem a que se
alista, dizendo juntamente ao que entra de novo que aquella religiao que professa he muyto
mais nobre que a ordem do Tossao de Ouro, de Santi Spiritus, de Christo, e de todas as
mais do mundo por ser esta mais nobre e mais antiga que todas aquellas E logo os ditos
dous servidorea lhe poem ao que entra de novo hum Avental do Couro branco atado &
cintura, e lhe dao dous pares de Luvas, huas para elle calsar logo, e outro para dar a sua
mulher, sendo cazado, e nao o sendo, para dar a pessoa a quem tiver mayor amor: E logo
o mesmo Mestre lhe ensina os sinaes que deve observar para ser conhecido em toda a parte
do mundo pellos mais confrades. e se poder acautellar daquelles que o nao forem que he
fazendo accao com a mao direyta por sima da garganta, a modo de quem quer cortar, e
logo se deixa cahir o braco direyto ficando este ao comprido (fl. 41 v) para baxo, e lhe
da juntamente as senhas seguintes, que he pedir a mao direyta de outra qualquer pessoa,
e por o seu dedo polex sobre o ultimo nó do outro dedo imediato a elle, ficando assim
abrasada a mayor parte da mao, e dizendo ao mesmo tempo a palavra = Jaquem= Como
tambem o por a mao direyta Sobre o peyto esquerdo e ao mesmo tempo tornar a por a
mao no ultimo nó do dedo mayor, dizendo juntamente a palavra =B6as= E depois de
feyto tudo isto lhe diz o Mestre que deve guardar todos estes segredos debaxo do juramento
que deu naquella assemblea. e quase acautelle muyto de nao fallar em todas aquellas ma­
terias senao em loge fechada, e que se lhe soseder estar na rúa, ou outra algua parte fa­
llando, e que se lhe soseder con algum confrade, e chegar pessoa que nao seja da mesma
Sosiedade, deve logo dizer, que chove, para que o outro Companheyro entenda se acha ali
pessoa de quem se nao devem fiar.
Disse mais que os referidos sinaes assima sao pertencentes aquelles que entrao de novo
e ¡be chamao aprendizes, e officiaes, e aquelles que chegao a ter o titolo de Mestres tem
outros Sinaes differentes que sao os seguintes, por o dedo polex tendo a mao aberta sobre
o Corasao, e ao depois pegar na mao do outro companheyro tocando lha e apertando lha
com os dedos pella parte do pulso, e dizendo juntamente as palavras seguintas =Mag Bi-
nack= e aquellas que sao Mestres tem obrigasao de nao descubrir estes (fl. 42) seus sinaes,
tocamentos, e palavras aos officiaes, e aprendizes e somente os poderao praticar com aquelles
que sao Mestres, o que tambem observao os mesmos officiaes para com os aprendizes.
ma's que ao depois de feyto o assima ditto, por ordem do Mestre vao todos
para a Meza que se acha preparada e iguarias e bebidas a Custa do que entra de novo, t
sentados todos por sua ordem entrao a Comer athe que o Mestre dá trez pancadas na
Meza com hum Martelinho pequeño, que he o sinal estabalecido entre elles, para se haverem
^evantar todos; o que com effeyto fazem, e pegando cada hum delles em seu copo,
ao mesmo tempo que o Mestre; o levantao ao ar com a mesma igualdade, e dahl o chegao
a noca para beber, observando nesta acsoes a mesma formalidade, que o* soldados costum*0
p icar no manejo das suas espingardas; e bebendo todos & Saude d’el Rey e da Congr*'
gasao, tornao a fkar com os Copos no ar e dahi os chegao trez vezes a Cara, e últim am ente
m.» Su®0 3 assentar na Mfza. e depois continuao a comer, athe que o Mestre manda aquefl**
* An m parece yantar a huns a Cansao, do Aprendiz, a outros fl dos officiaes, e a outro
^ re’ cu*a11aa*ao t<x^a ,e executa dentro de trez horas pouco mais ou menos, po
c u , 3 i , Cr / e teU" ’ T se »?** ncedcr ° d5to tempo, nem haver Loge aberta, mai*
que pello d.to tempo de trez horas (fl. 42 v) e em todo elle fazem varias saudes, bo »

442
Grao Mestre da congregado de todo o mundo, outras pellos meamos congregados, e
at’ s por aprendiste* e officiaes. E logo o Mestre para Melhor percepsao dos aprendizes,
officiaes manda por algum mai¿ intell gente repetir todas as ceremonias, e ac^ocs expres­
adas paro assim me^ o r se poderem capacitar e trazellas todas na memoria: E Se no dito
tcmpó algum dos ditos confrades jura por Déos em algua couza leve, apellida pello demo-
io ou dá alguna pallavra malsoante, be multado em pena pecuniaria, que tem estabdedda
onforme a guvidade da culpa cm que cahio, qual se executa logo, e se recolbe em hua
Caxa que para isso tem determinada e serve para dispender com os jrmaos pobres da dita
congregagao; e concluida assim a dita Meza e jantar, se vao todos para suas Cazas e se
iti'um ali se se quer demorar por mais algum tempo, nao pode jamais fallar em materias
míe pertencao á dita congregado.
Disse mais que a formatura e a significaba0 da Loge ou assemblea em que Se ajuntao
he a seguinte = A Caza em que se forma a Loge, e se recebe o que entra de novo, lhe
fechao todas as janellas, para que nao entre a cLaridade do día, e nefla se «cha posta hua
Meza ao comprido com trez vellas grossas de cera postas em sima, por modo de mangólo
¡i saber duas ñas duas ontas de Sima da mesma Meza, e a outra no meyo da taboa da
ponta debaxo, as quaes vellas significao o Sol, a Lúa e o Mestre daquella congregagao, por­
que (fl. 4 3 ) assim, como o Sol dá claridade ao dia, e a Lúa á Noute, assim o Mestre deve
governar, a encaminhar os seus officiaes e aprendizes para que possao satkfazer as suas
obriga^oes: Na cabeceyra da dita Meza se acha o Mestre principal de todo», e Logo pellos
Lados se continuao os mais confrades por sua ordem, athe o ultimo Lugar, em que se
asento aquelles que se chamao servidores: O pavimento da dita Loge se acha debuxado com
hu gis branco, e nelle formadas varias franjas que servem de ornamento; como tambem
debuxada hua estrella a modo de Luzente, com hu = G = no meyo, que significa a quinta
sciencia da Geometría a que devem aspirar todos os Officiaes e aprendizes: Na mesma
Loge se cha sobre hu tamborete hua Biblia ou Livro de Evangelhos, em que toma jura­
mento o que entra de novo, e significa tambem a obriga^ao que tem de guardaron todo o
segredo, e observarem as Leys daquella confratemidade: Na mesma Caza se acha tambem
hu Comparo, cuja Significado he aplicada ao Mestre, dando lhe assim a entender, que
na mesma forma que o Comparo posto com hua ponta no chao nao pode faltar na direytura
do Circulo, que com a outra se faz, assim o Mestre deve regular as suas aojes de sorte, que
se nao conhe^a falta na sua obrigafao, e haja de (fl. 43 v) cumprir com ella dando bom
cxemplo aos mais: Tambem na mesma parte se acha urna esquadria, hu olivel, e hua linha
de medir a prumo, que tudo Significa a obligado que tem os officiaes, e aprendizes de
governar as suas ac<;oes de sorte, que em tudo sejao direytas, e conformes a obriga^ao que
lhe compete. Na mesma Loge se achao pintados na forma assima ditta tres bocados de
vidra^a, a modo de tres janellas, hua feyta ao Nascente outra ao Poente, e outra ao Meyo
dia, o que tudo Significa as horas, e cuydado com os officiaes e aprendizes vao, estao e
tornao da sua obra.
Disse mais que no pavimento da mesma Loge, Se achao tambem esculpidas duas co­
lunas, hua com a letra J = e outra com a letra B = que querem dizer Joaquín e Boas que
sao os Sinaes dos aprendizes e officiaes, como assima fica ditto, e a significado das ditas
colunas vem a ser, que suposto esta congregado dos Pedreyros livres, seja muyto mais
antiga que o Templo de Salamao, por vir já instituida dos primevros Reys da Azia, e
Uriente, comtudo, como Salamao foy tambem hu dos principáis Massoens ou Pedreyros
Livres, no tempo em que edificou o Seu Templo, mandou fabricar duas Colunas efe brome.
j Ua W- 44) á a parte direyta como o nome de: Jaquim = e outra a esqueda com o nome
t k ii°8S = Para ass’m formar destinctivo na sua obra entre os officiaes e aprendizes que
rabíilhavao nella, a Se poderem destinguir huns dos outros para a cobran d dos ordenados,
C|ue ven?iao uzando dos referidos sinaes para assim melhor se conheterem, como tudo ao
parecer consta do primeyro ou segundo L í\to dos Reys no Capitolo sétimo: e á ma-
uz—* tuc^° ° referido, se mandao esculpir tambem na Loge as ditas Colunas para se
com os officiaes, e aprendizes aquillo mesmo que Salamao praticava ñas soas obras;
«wio tambem há na mesma Loge esculpida hua escada com Sette degraos, por onde fazem,
que S-i Cm to<*°a aquelles que chegao a Ser Officiaes. dando hu passo por cada degrao, athe
1x 11 i 1c?ao ,ao ultimo em que ficao na postura de juntarem o pe direyto com o esquerdo
o con 8 U •’ ^ara assim ficar na forma de esquadria, de que uzao ñas suas ac^oes; e
a loe * a dita escada de sette degros hé, porque o numero de trez. he o que governa
men, ’ a saber o Mestre, e dous servidores; e o numero de sinco he, o que he preciza-
l^oRe n neCessario’ para se constituir hua loge; e o de Sette para que se constituir hua
(|0,,s "f0fi í;cu grao mais perfeyto, e complecto que ha, tendo entao Mestre, dous servidores,
Di* clflcs.’ e dous aprendizes que tudo oonstitue o numero de Sette.
cl(. n l * ma,s que toda a referida explicado (fl- 44 v) se costuma fazer aos que entrao
u - pata que assim possao conhecer e alcancar a significado e inteligencia que deve

443
t ,r cada hua das ditas Cenizas e além de tudo o expendido se lhe di. e entina mai.
a perfevta Loge deve ter tres colunas que a sustente, chamadas j m Unaua Francw. 4
ges = Forsé —Boté = que na noasa quer dizer, Sabio — Forte — e Belfo para ornar.
Disse mais que a prvmeira in s titu id e origen», donde forao ¿radas e derivada* as sig.
nificacoes dos Aventaes, Luvas e mais ceremonias, que uzao os officiaes e aprendues, como
tambem os Sinaes dos Mestres; foy do tempo em que Salamao mandou fabricar o seu Sump.
tuoso Templo o qual para melhor administrado da obra, e destmctivo dos officiaes, e apren.
dizes que nelia trabalhavao. lhe fez a mesma separado de signaes, que assima ficao ponde­
rados e lhe constimio hu Mestre chamado Hiram, que era imediato no governo ao mesmo
Salamao revelando lhe somente a elle, aquelle Sinal, que somente a elle, digo sinal que
por razao de Mestre lhe competía. para assim Se poder destinguir dos mais officiaes subal-
ternos que na dita obra trabalhavao: E querendo alguns dos Officiaes, e aprendizes per^e-
ber a alcanzar o Sinal secreto que elle tinha, se ajustarao entresi trez dos ditos Officiaes,
para que na primeyra ocaziao en que viesse ao Templo dar as ordens necessarias, lhe
f,i7erem ifl. 45 ) confessar qual era o dito sinal tomando para este effeyto as tres portas
do Templo, que ficao para o \ aseen te, Poente e Meyo Dia; E vindo com effeyto o dito
Mestre lhe principieu a perguntar o official de hua das portas pelo dito sinal e por lhe
responder, que o nao podía dizer pella prohibido que tinha, e que sendo elles mais antigos
no servico poderiao vir a conseguir e alcanzar aquella ocupa;ao que dezejavao lhe deo com hu
rolo de pao na cabera, do que intentando fugir pellas outras portas, lhe fizerao o mesmo
dando lhe em hua outra pancada com hua alavanca do mesmo pao, e em outra com hu
marteüo tambem de Madeyra, de sorte que com a altima pancada ficou morto; e para os
ditos officiaes ocultarem o referido facto, o vierao enterrar em Lugar Separado, onde nao
pudesse Ser achado: Passados trez dias entrou o Rey Salamao a perguntar por elle por
haver conheado a Sua falta, e vendo que nao aparecía nomeou quinze dos ditos officiaes,
mandando-Ihe tizessem todas as possiveis deligencias por descubrir o fim que aquelle Mes­
tre tinha levado: e sendo passados quinze dias nesta deligencia passando por aquelle sitio
hu dos ditos officiaes e hindo ja fatigado do Caminho se sentou na reiva delle, aonde
puxando inadvertidamente por hua pequeña Arvore que no mesmo lugar se achava; ad-
vertio com reflexao o haverse arrancado com muyta facilidade, mostrando assim o estar a
térra ífl 45 v: movida de sorte, que bem dava a conhecer haverse cavado de poucos dias
naquella parte e entrando com mais coriozidade a averiguar o que ali havia, descubrió
ser o cadaver do Mestre que ali haviao sepultado: do que tudo dando logo conta ao Rey
Salamao. mandou passar ordem aos officiaes e aprendizes, que tirassem de Si tudo o que
íosse de prata, ou outro qualquer metal e que Levando atados á Cintura os Aventaes de
que agora uzao, e Luvas Calcadas ñas maos, fossem ao dito Lugar, e dezenterrasem o Ca­
daver. ao qual primevro que tudo. lhe pegassem na mao fazendo lhe os mesmos sinaes
que unda boje praticao os Officiaes, e aprendizes; e hindo elles com effeyto a referida
'Agencia assentarao entresi, que se no Corpo do Mestre, ou ñas suas algibeyras, nao
achassem couza por onde podessem averiguar, quaes erao os Sinaes que como Mestre lhe
Lompetiao ficana da hi em diante servindo de senha, a primeyra palavra e ac(ao, que en­
tres: praticassem. ao depois de lhe serem feytos os signacs que observao os officiaes e
aprendizes e fazendose tudo na forma que fká ditto chegarao ao lugar onde se achava o
corpo. e fazendo lhe o primeyero Sinal dos aprendizes que he pegar no nó do dedo im**
diato ao Polex, se lhe despegou com a podridao; e fazendo lhe o Segundo Sinal dos Offi­
c e s . que he pegar no nó do dedo mayor da mao, pertendendo assim Levantar o Corpo;
se lhe despegou ' fl. 46) tambem na me¿ma forma, pello que se virao precizados a peg*r
ine peao pulso, e Levantando o com effeyto no ar, a primeyra palavra que disse o que
o Levantou foy a seguime = Mag, Binag que quer dizer na nossa lingua que o corpo chel-
rava mal e veyo dahi em diante a ficar por sinal do Mestre a última ac(ao de pegar no
A*’ u iS re s Palayras Mue assima ficao ponderadas; e por esta cauza se observao
aínda hoie as mesmas insignias, ceremonias, e sinaes que tem ditto nesta sua confissao. &
0 corpo do Jito Mestre o forao levar ao Rey que o mandou Sepultar, sendo acompnanado
pe os oNiaaes e Aprendizer. com as insignias que assima ficao dittas, e na sua Sepultura
mandou esculpir a letra Seguinte = Aquí jaz Hiram Grao Mestre Architeto dos

1 5 t?ue ^'íando a^ J aprendiz entra de novo lhe explica o Mestre que cou*<
J„..aiu 'ri C **,.a Para cui° effeyto lhe pergunta, que motivo ou Cauza o tr«
m „ .-, u^ar,15 dizendo lhe o aprendiz que vem aprender a Arte da Massoneria eaVc^t.
»* ■ í, , 9ue- ------ como
— vo cF
Sol dar Luz ao t.<£*•.
vn aparece no Oriente para «■»
o«( gnu ñ fE u r a *ua *ORC com promptidao, e cuydado, para mandar
da Meza a .n .f ’ifí r . e^ cauza- qu»ndo fazem as suas assembleas, dao o primeyro lttl*
» q (fl. 4.7 vj chamao Oriente, aquelle a quem reconhecam por Mwtre; E **
Sol se poe no Occidente fechando a»sim a claridade e terminando o dia, assim os
C° m¡dore$ da Assemblea se achao assistindo no iniimo lugar da Meza, que corresponde ao
Acídente para poderem fechar a loge, (indas as trez horas de tempo, que sao determinada*
c poder cada hu dos congregados fkar Livre para hir trattar das suas conveniencias.
Disse mais que tudo que assima fica expendido aprendeo elle confitente no Reyno de
I i,|aterra, aonde sao infinitos os Mestres desta congregaos, e pello grande estado e apli-
«cao qué fez nesta parte, pode comprenhender tudo o que assima deixa expendido, e
•xDÜcado. e nao sabe que haja livro que traga o referido, por se nao violar o Serado que
e deve observar com todos o¿ dittos Sinaes: e Somente lhe consta, que ha hu Livro imi-
ujlado Constituido de Massons em o qual Se achao algua» couzas pertencentes a esta mate'
lia* porcm sao Somente Aquellas que sao de menos pezo, e que nao tendem ao governo e
secredo de toda esta congregado; e lhe consta que hu dos ditos livros -c acha nesta Corte
em poder de hu Francez chamado Monsieur Balestri, mercador da Raynha morador adiante
do Corpo Santo, o qual tem o dito Livro sem embargo de nao ser da dita Congregagao;
e sabe o referido pello dizer assim a elle confitente (fl. 47) o Guarda livros do dito estran-
gcyro chamado Monsieur Eliot.
Disse mais que elle confitente recebeo nesta Corte varios congregados para a dita Con­
gregado, constituhindo se nessas occazioes Mestre das ditas Assembleas, as quaes fez duas
vezes em sua caza, e outras em Caza de hu mercador Francez chamado Roveró morador
na Pichelaria; e outras em Caza de Monsieur Villa nova Francez de nascao, morador nesta
corte na Calcada de S. Francisco, e outras em Caza de hu estrangeyro, nao sabe de que
nascao, chamado Baptista, morador ero Belem onde dá Caza de pasto; e os Trastes, e
insignias com que faziao as referidas fun^oes, guardava cada hu, os que lhe pertenda,
por nao haver nesta corte lugar determinado, em que os puzessem na forma em que se
costuma praticar ñas cortes estrangeyras, aonde tem hua arca separada para recofccr as ditas
insignias, e em cada hua dellas, o nome de seu dono, para assim se nao trocaran e se
poder conhecer a quem pertencem.
Disse mais que sabendo elle Confítente da prohibido Pontificia para se nao haver de
continuar com e¿tas congregaos, entrou na duvida de receber mais confrades, e fazer mais
assembleas, porem se resolveo a continuar com estas, na mesma forma que de antes por
lhe dizerem algus estrangeyros, que aquella prohibido se entendía somente (fl. 47 vi com
os portuguezes, e de nenhua forma com aquelles que nao fossem nasckmaes.
Disse mais que nesta Corte assiste hu estrangeyro Inglez chamado Monsieur Dugud
homem de grande juizo, e sem ocupado determinada, morador junto aos »»»«<■« em
Caza de Alexandre de Gusmao segundo lhe parece, o quel lhe disse a elle confitente, que
era tambem Mestre destas Assembleas, porem que as nao faz» nesta Corte, nem aquí
trattava couza algua sobre essa materia, o que so fazia quando se achava no seu Reyno.
£ que os Congregados e socios desta congregagao sao muytos, e somente Ibe lembrao
agora os seguintes Monsieur Fose Inglez de nas^ao mercador de Livros, morador nesta
Corte nao sabe em que rúa. Monsieur Garden esco^ez de nas^ao nao sabe a Sua ocu­
pado, nem a rúa em que assite nesta corte. Monsieur jvens inglez contratador de reks
gios que tem Loge na Capella, e nao sabe a rúa em que mora. Monsieur Brulé Francez
de nas^ao mercador morador nesta corte defronte da Caza da moeda. Monsieur Félix
tambem Francez mercador morador por detraz da Cruz de Catequefaras, e dous Coa»
panheyros deste chamados Grinhe e Massil os quaes assistem todos na mesma Caza, po­
rcm Somente he Masson o dito Félix, e os outros dous Compnaheyros o nao sao (fl. 48)
Monsieur Julián Francez mercador morador nesta Corte nao sabe em que rúa. Monsieur
harnioá Francez Lapidario morador na rúa nova. Monsieur Vandrevel nao sabe de que
nascao Lapidario de diamantes morador ao Corpo Santo. Monsieur Pietie natural de
i atriz (sic) ourives de ouro, e morador no bairro alto nao sabe o nome da rúa. Monsieur
viuanova ourives da prata Francez de nas^ao morador na Calcada de S. Francisco os quaes
os elle confitente recebeo por socios da dita congregagao, excepto os primeyros qua-
•l0 q,,e sabe que o sao por eíles asim lhe dizerem e que forao recebidos ñas suas térras
tonde vierao para esta Corte e por ser dada a hora «c nao continuo** com a sua confissao
rnais nao disse nem ao costume, e sendo lhe lida esta sua confissao, e por elle ouvida
entendida disse que estava escritta na verdade e o que nella se affirmava rateficava
n oí nava a dizer de novo sendo necessario, sem ter «ella mais que actescentar. dexni-
dcK <;m ou emendar, nem de now> que dizer ao costume sob cargo do juramento
nesi antos Evangelhos que outra ve* lhe foy dado ao que estiverao preterítes por ho-
, as a religiosas pessoas que tudo o Sobredi to virao e ouvirao e prometerao dizer veis
e no qne fossem perguntado» sob cargo do mesmo juramento que tambem receberao

445
,s Licenciados (fl 4Svt *ic ex causa assestivao a esta r«telk»t*o e «ssignarao com o
Reo eo^senhor Inquizidot. Afcandi* Hennque Arnaui o escrevi.
(as.) Manoel Varejao c Tavora ^ ^

(as.) Manoel Loorenco Mon.eiro ^ ^ ^ ^

v Ujjo 0 reo para o seu carccre forao perguntado* os sobreditos Licenciados, se lhes
narccr que iallava verdade e merecía crédito e por eües foy dito que lhes parecía que
fallava verdade e merecía crédito, e tornarao o assignar com o dito Senhor Inquizidor.
Alexandre Henrique Arnaut o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora
(ai.) Francisco de Souza
as.) Manoel Louren^o Monteiro
A.N.L. (lnquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 39-48).

APENDICE N.° 45 E

Confesión 2 /
Lisboa, 26 Marzo 1743.
Aos vinte e seis dias do raes de Mar?o de mil setecentos e quarenta e tres annos em
Lisboa nos Estaos e caza terceyra das audiencias da Santa Inquizisao estando ahy na de
manhaa o senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora mandou vir perante Sy para con­
tinuar a Sua confissao a Joao Custon Reo prezo contheudo nestes autos e sendo prezente
lhe foy dado o juramento dos Santos Evangelhos em que pos a mao Sob cargo do qual
lhe foy mandado dizer verdade, e ter segredo e que tudo prometeo cumprir e Logo disse
que era de mais Lembrado.
Que a razao e fundamento que tem os Mestres desta Congregado para mandar tomar
o juramento aos que entrao de novo Sobre huma Biblia, ou Livro de Evangelhos no Lugar
em que se acha o de Sao Joao he o Seguinte: Porque destruindosse e arruinandosse o
famoso Templo de (fl. 49v! Salamao Se achou debaixo da primeira pedra huma Lamina
de bronze em que Se achava esculpida a palavra Seguinte: Geová = que quer dizer Deus,
dando assim a entender que aquella Fabrica e Templo foy instituido, e edificado em no-
me do mesmo Deus, a quem Se dedicava sendo o mesmo Senhor o principio e fim de tao
magnifica obra; e Como no Evangelho de Sao Joao Se achao as mesmas palavras e doutri-
r.s pr*- essa razao Se manda tomar o juramento Sobre aquelle Lugar para assim mostrar
qi_e ivdo o instituto desta Congregasao Se vay fundado na mesma doutrina que Salamao
obs'trvava da Sua Sumptuoza obra e que a razao que tem para assim dizer o referido he
pele ter ouvido a alguns Mestres de Fransa e Inglaterra, porem nao sabe aonde elles acha-
rao a referida doutrina para assim a haverem de explicar: E declara mais que o Mestre
de qualquer Congregado he (fl. 50) reputado entre os Confrades della Com o titulo de
Veneravel, e respeitavel.
Disse mais que a razao de todo este Segredo, e o fim a que Se encaminha he para que
Se nao pojsa investigar e perceber o governo daquellas Congregasoes, assim na observan­
cia dos Sinaes que practicao como em todas as mais palavras e aesoes que fazem tendentes
ao mesmo fim de serem Somente conhcidos dos mais Socios daquella Companhia e de
nenhuma forma o poderem Ser das pessoas estranhas que nao Sao companheíros del»;
£ que todo o fim he para Se poderem ajudar huns aos outros para cujo effeito ha em In"
glaterra e outros Reinos Caixas determinadas em que recolhem as propinas que
os Confrades cada mez, e na ocazíao da Sua entrada tirando Somente dellas a parteque
he preciza par?, os jantares que fazem, e com o mais Socorrem aos Congregados pobres
que necessitao de semelhante ajuda. E que elle Confitente nao Sabe, nem aleansa (fl- ^ ,
que naja outro fim a que Se encaminhem as ditas congregasoes ou que nellas haja
U)uza alguma do que tem expendido e declarado nesta Meza, e Se o houvera havia elle
.-omíteme de o Saber pelas repetidas vezes que em Inglaterra foy as ditas assembleas-
Disse mais que alem das pessoas que já tem nomeado nesta Meza que Sao Socios d
a xmgregasao, Se Lembra de Serem taobem Companheiros nella Monsieur
****** de nassao alfayate que assiste ao Embaixador de Fransa, e morador nesta C®r .
a D?° Sabc 30 certo ° nome da rúa Monsieur Bolange mercador natural.de
Reino de Fransa c morador nesta Corte no Largo da rúa dos escudelros: E ^€C*®L
s que todas as logeas e congregasoes inferiores que Se achao dispertas por todos

446
reinos concorrem, e rcmetem para as Logeas principies de Inglaterra e Frauda (fl. 51)
todas aquellas propinas que receben) e ajuntao dos Confrade* e Socios que entrao de novo
para que assim Se possa repartir e destribuir Com igualdade pelo* irmaos pobres que
necessitarem de Semelhante ajuda: £ que isto he tudo o que tem que declarar, e Con*
fessar nesta Meza Sera que oculte, e encubra mais Cotiza alguma pertenceote a esta ma­
teria antes depoem todo o referido por assim passar na verdade e por descargo de Sua
consciencia pedindo juntamente a este Tribunal que vze Com elle de toda a mezericordia
na Certeza de que Se elle confitente entenderse obrava mal no referido Sem duvida o
náo praticaria.
Foy lhe dito que tomou muyto bom Concelho em Se rezolver a Confesar as suas Cul­
p a s , e lhe convem muito trazellas todas a memoria para dellas fazer huma inteira e verr
dadeira confissao nao impondo a sy nem a outrem testemunho falto por Ser o que lhe
Convem para descargo de Sua (fl. 51v) Consciencia e bom despacho de Sua Cauza, e
por tornar a dizer que nao era de mais Lembrado e que Sendo o o Virá manifestar nesta
Meza foy outra vez admoestado em forma, e mandado a Seu caicere e sendolhe lid a esta
Sua confissao e por elle ouvida e entendida disse que estava escripia na verdade e que nella
nao tem que acrescentar, diminuir, mudar ou emendar nem de novo que dizer ao cos-
[ume sob Cargo do juramento dos Santos Evangelhos que outra vez lhe foy dado, ao que
estiverao prezentes por honestas e religiozas pessoas que tudo Virao, e ouvirao e prome-
terao dizer verdade no que fossem perguntados Sob cargo do mesmo juramento os Lecen-
ciados Manoel Lourento Monteiro e Manoel da Silva Deniz Notarios desta Inquizitao que
ex causa assestirao a esta rateficatao e assignarao Com o Reo e Com o dito Senhor Inqui­
sidor Francisco de Souza o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos
(as.) Manoel Lourento Monteiro
(as.) Manoel da Silva Denis
E hido o Reo para o Seu Carcere forao perguntados os Sobreditos Lecenriodos se lhes
parecía falava verdade, Se merecia Crédito e por elles foy dito que lhes parecía falava
verdade e merecia Crédito e tornarao a assignar Com o dito Senhor Inquizidor Francisco
de Sousa o escrevy.
(as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) Manoel da Silva Denis
(as.) Manoel Lourento Monteiro
A.N.L. (Inquisitao. Lisboa. Processo n. 10.115, fbls. 49-62).

APENDICE N.° 45 F
Examen de las Confesiones.
Lisboa, 30 Marzo 1743.
Aos trinta dias do Mez de Marto de Mil Setecentos e quarenta e trez annox em Lis­
boa nos Estaos e Caza terceira das audiencias da Santa Inquizitao estando ahí na de
menhaa O senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora mandou vir perante si a Joao Cus-
ton reo prezo conteudo nestes autos; e sendo presente lhe foy dado o juramento dos San­
tos Evangelhos em que pos a mao Sob cargo do qual lhe foy mandado diser verdade e
ter segredo, o que tudo prometteo cumprir.
Perguntado: Se cuidou em suas culpas, Como Nesta Meza lhe foy mandado e as quer
acabar de confessar por ser o que lhe convem para o descargo de Sua conciencia, e bom
spacho de Sua Cauza?
Disse que sim cuidara, e que nao era de mais Lembrado.
Perguntado: Quanto tempo há que assite nesta Corte, que Motivo o trouxe a ella, que
igiao professa, e que modo de vida tem?
Disse (fl. 53v) que há dous annos pouco mais ou menos que veyo para esta Corte
oni o fim de ganhar a Sua vida em Lavrar pedras e que professa a Seita Anglicana dos
atestantes na forma que já tem dito nesta Meza.
ntado: Se foy creado na Seita dos Protestantes Logo que teve uzo de razao, ou
Se,eni a^ um temP9 foy catholico romano, e ao depois se passou voluntariamente i dita
tta p°r alguma circunstancia ou motivo, que para isso tivesse?
e ^ue L°8o que teve uro de razao foi creado na Seita dos Protestantes por ser a
c la,nbem professavao seus Pays e patentes.

447
Perguntado: Si está Lembrado de haver dito nesta Meza que elle seguú e profeswva
a nova Seita, e congregado de Franc massons ou Pedreiros Livres sendo nella Mwttc,
e cabeca principal de alguns ajuntamentos que fam nesta Corte, praticando nelles tudo
o mais Que tem declarado, e se assim passa na verdadei
Disse {fl. 54) que Lembrado estava de tudo o conteudo na pergunta, e que asaim

PaS?erm ntado^Q uem fov o Mestre que lhe ensinou a referida Seita? de que Livro
aprendeo as regras e doutrinas, que tem confessado? quantos annos há, que se aListou
por socio e p ro fesa r desta Congregado, e em que parte e Lugar fez a sua recepto?
Disse que em Inglaterra he que aprendeo tudo o que tem confessado nesta Meza,
e que forao varios os Mestres que lhe ensinarao o referido, e agora lhe nao Lembrao para
haver de os declarar, por haver quatorze ou quinze annos, que se fez socios da dita Con­
gregacao na Cidade de Londres, onde entao se achava.
Perguntado: Se ñas referidas Assembleas que se fazem nos Reynos Estrangeiros, se
pratica mais alguma couza alem do que tem expendido? Que couza he essa, que se pra-
tica de novo? quem foy o inventor della e entre que pessoas se praticava?
Disse (fl. 54) que ñas ditas Assembleas se pratica tudo o que elle tem confessado, e
que nao há mais couza de novo aLem do que fica expendido.
Peguntados: se ñas referidas Assembleas se nao pratica mais couza alguma aLem do
que tem declarado, qual he Logo o fim, e alvo a que se encaminhao todas aquellas cere­
monias juramentos, e prepara^oes, que em semelhantes ajuntamentos se costumao ob­
servar?
Disse que rodo o fim a que se encaminha o conteudo na pergunta, he o segredo que
rodos os Socios devem guardar.
Perguntado: se todo o motivo, a que se encaminhao as ditas regras, e mais ceremonias;
he a observancia do segredo que tem dito; a qual he logo o fim e termo ultimo, a que se
encaminha esse segredo, sendo tao fortes e extraordinarias as penas, com que o tomao, e
mais circunstancias que praticao, que bem da a conhecer o novo e superior impulso que
o govema?
Disse que o fim ultimo a que Se encaminha o dito segredo he: para que (fl. 55) todo;;
os Confrades que se achao dispersos por todo o Mundo, possao ser conhecidos huns dos
outros pelos signaes que observao entre Si, e nao hajao de descobrir estes a outras mais
pessoas que nao sejao da mema Sociedade; e que a utilidade que daqui tirao he: Ajuda-
rrre se huns aos outros em qualquer parte aonde se achao.
Perguntado: Como he possivel, que seja verdade o que está dizendo, se he totalmente
dissonante á razao houvesse homens, que se quizessem sogeitar a tao estranhas penas, por
hum motivo tao rediculo como tem dito; se nao houvesse juntamente influxo mayor, que
ihe atrshisse a vontade, para Se haverem de sogeitar a hum tal Rigor?
Disse que as penas, a que se sogeitao nao recabem sobre outra Couza mais do que o
qur tem confessado; e que forao introduzidas mais para terror e medo dos que entrao
de novo, do que para o fim de serem executadas. E que elle declarante muyto bem re-
conhece que he mal fevto dar se juramento tao forte para couza de tao pouca entidade.
Perguntado (fl. 55vj: se o segredo dos signaes que observao, he toda a Cauza da-
quelles juramentos, e penas; que conexao tem com estas penas, juramentos e signaes, as
ceremonias das tres velas acezas, a determinado Modo de todas as ac^oes a Supersticiosa
e errada explicado de todos os factos, sendo estes totalmente separados, e distintos da
observancia dos Signaes, e juramentos, que entre si praticao?
Disse que bem reconhece serem improprias para o dito fim as ceremonias, e ac^oes
tonteadas na pergunta, porem que sempre lhe disserao que se observavao, por serem de-
duzidas, e tiradas do Templo de Salamao, a quem elles reconhecem por hum dos princi-
paes Franc Massons, como ja tem declarado na Sua Confissao; e Como os primeiro3 ifls-
tituidores desta Congregagao assim o determinarao por isso se observa na referida forma.
Pergun.ado: para que está desculpando se com razoes tao frivolas, e inconcludentes,
se do mesiiK) que está dizendo se colhe com toda a evidencia, que (fl. 56) o fim a que tudo
se «icaxmnha he muy diferente do que tem declarado; por ser certo, que para a obser-
cía dos bignaes e de se poderem ajudar hunz aos outros, nao tem propriedade, e cofle**o
aguma, a expiica^ao e doutrina que forao procurar ao Tempo (sic) de Salamao e w
ceremonias, e segredos que praticao; observando nelles huma extraordinaria, e nunca vista
cautela?
qUe C|k k*™ feconhece que nao tem conexao humas couzas com outra*; P0****1
^ e c a*can£* n?m sabe qual seja a razao porque nos ditos ajuntamentos Se ob­
servao az ditas ceremonias, sendo Somente o fim o que ja deixa declarado, e que som ente

448
t^mas uessoas de mayor juizo como he Mooúeur Dugud poderao dar Mayor razao, e
¡ ttk b ttr com d i* i fo rt. d . p e rc u ta . w
Perguntado: se ñas ditas Congregacoes e ajuntamentos nao há mais Ley» e ceremo-
nias alem das que tem declarado, qual ne logo o fundamento, e razao que tem para dizer,
que esta nova (fl. 56v) Ordem dos Pedreiros Livres he maiz nobre e antiga que todos
as do Mundo?
Disse que o fundamento e razao que tem pora dizer que a ordem dos Pedreyros Li-
vres he mais nobre e antiga, que todas os do Mundo he: por vir do tempo de Salamao,
em que ainda nao havia as mais Ordens, e foi sempre Seguida, e abracada por todos a»
Princepes, e primeiras pessoas do Mundo, e por easa razao mais Nobre, e íllustre que
todas.
Perguntado: Aonde achou elle declarante, que esto Congregasao provem do tempo de
Salamao, e quem lhe ensinou as mais r ázoes, que tem dito nesta Meza, pata haver de ser
tida entre todas por mais antiga e nobre?
Disse que sempre ouvio dizer, e lhe ensinarao alguns Mestres das Congrégaseos que
de Livros antigos, que elle nao sabe quoes sao, constava tudo o oonteudo na pergunu.
Perguntado: Se sabe elle declarante, que a Ordem de Christo, Sao Tiago, e outra
mais, que declara na sua Confissao (fl. 57) forao instituidas, e approvadas petos Supeño-
res é como taes se achao estabelecidas e approvadas?
Disse que Sim.
Perguntado: Se elle sabe que as referidas Ordens Se achao estabelkidas com appio-
vagao dos Superiores, como Se atreve Logo a dizer nesta Meza, que a Sua dos Pedreiros
Livres he a mais nobre que todas, sabendo muito bem, como ja tem coofenado que esta
se acha reprovada e condenada pela Suprema rezolusao Apostólica que sobre esto materia
se fez publica?
Disse que ja tem declarado a razao por que disse ser mais nobre esta nova Ordem
dos Pedreiros Livres; e que supposto lhe constasse da prohibigao Pontificio, como vía,
que nos ditos ajuntamentos se nao praticava couza Má, e lhe disserao tamban que a dita
prohibido se nao entendía com os Estrangeiros, por esta razao a cootinuou a pratkar, e
ter por boa.
Perguntado: Se Sabe elle declarante (fl. 57v) que tem obrigasao de nao introducir no­
vas Seitas, e abuzos nesta térra nem dar escandalo aos Catholicos romanos, que como taes
vivem na obediencia Pontificia, a que sao obrigadoz?
Disse que muito bem conhece a sua obrigasao, a qual daqui em diante observará na
forma que deve; e que o introduzir a dita congregasao foy pek> persuadirán a isso, e en­
tender que nao obrava mal.
Perguntado: Para que pertende maliciozamente desculpar se; se conhece muyto bem,
que para Ser abominada esta nova Seita nao era necessario investigar mayor razao, que a
de ser condefnada pelo Supremo Legislador, a quem pertence a sua dccizao?
Disse que elle sim confessa ter noticia da dita prohibisao, por Iho dizerem varias pes­
soas porem sempre se persuadió que seria falar somente e que se nao entendía con os
Estrangeiroz como outros tambem lhe disserao E por ser dada a hora lhe nao forao fe*tas
mais perguntas nem secontinuou (fl. 58) mais com esta sessao que sendo lhe Lida e por
elle ouvida e entendida disse que estava escripta na verdade e assignou com o dito Senhor
Inquizidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos

Continuao o Exame (fl. 59).


Lisboa, 1 Abril 1743.
Ao primeiro dia do mez de Abril de mil Setecent06 e quarenta e tres annos em Lisboa
nos Estaos e Caza terceira das audiencias da Santa Inquizisao estando ahí na de manhaa
Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora mandou vir petante si a Joao Custon reo
* « > conteudo nestes autos; e sentó prezente lhe foy dado o juramento dos Santos Evan-
eeinos, em que pos a mao sob cargo do qual lhe foy mandado dizer verdade e ter segredo,
0 que tudo prometteo cumplir.
Perguntado se cuidou em suas culpas Como nesta Meza lhe foy mandado e as quer
c°nfessar por ser o que lhe convem para o bom despacho de Sua Cauza e se
poder uzar com elle de Mizericordio?
Disse que Sim cuidara e que nao tinha mais culpas que confessar.
• , ju n ta d o : Se esta Lembrado de haver dito nesta Meza, que na Congregasao e So*
'Mude dos Pedreiros Livres (fl. 59v.) há Leys, a penas determinadas para todo aquelle

449
29
confrade que diz palavras mal Soantes a outro. ou fala no Diabo, e diz alguma com .
Contra a República; se assim passa na verdade
Disseque Lembrado estava de ter dito o conteudo na pegunta
P e ra lta d o Se ñas ditas Congregares e ajuntamentos há tambem algumas regras, E»-
tatutos ou doutrinas p e r t e n c e n t e s á religiao, que he o que nellas se determina; quem foy
o Seu Autor e se com effeito se observao por todos os Socios e confrades da dita Con-

greD isS que nos ditos ajuntamentos nao há Leys algumas pertencemes á religiao.
Perguntado como he possivel que deixe tambem de haver Leys e Estatutos perten-
centes á religiao, se está confessando as mais regras, que entre si observao, tendentes ao
modo e governo de vida dos Socios e confrades da mesma Congregado?
Disse (fl. 60) que ja tem dito nao haver leys nem Estatutos pertencentes a religiao
nem os Reys Estrangeiros permittem que ñas ditas Assembleas se tratem Materias a día
pertencentes.
Perguntado: Se he permittido aoz socios da dita Congregado seguir Cada hum a reli-
oiao que quizer ou se he precizo que sigao alguma determinada e qual he esta?
Disse que aos Socios da dita Congregado he permittido seguir cada hum a religiao,
que quizer, e nao Só lhe he assim permittido, mas tambem No juramento que tomao quan­
do enirao de novo promettem de observar cada hum a sua religiao*
Perguntado: como quer Logo persuadir nesta Meza que naquella Congregagao e ajun-
tamentos, nao há couza culpavei e digna de Castigo se está reconhecendo, e confessando
que neiles se permute e introduz por este modo á Libertade de conciencia dando assim
Motivo e occaziao a que todos sigao, com prejuizo irreparavel esta horrenda, escandaloza
e abominavel permissao?
Disse <60\0 que elles tazem o referido para poderem admittir nos ditos ajuntamentos
toda a casta de pessoas que seguirem qualquer religiao, que for; porem nao he o seu
animo, e ren^ao approvar, ou Condemnar por este facto, qual dellas he a melhor, deixando
lhe assim o seu arbitrio Livre para poderem obrar bem ou mal, e por esta Cauza defen-
dem que uestes ajuntamentos se pratiquem materias que perten^ao á religiao.
Perguntado: para que pertende desculpar se por este modo; se he Moralmente impossi-
vei que entrando nestes ajuntamntos pessoas de diversa religiao, deixem de praticar dou­
trinas pertencents a ella sendo tudo muy proprio e natural dos que seguem semelhantes
erros, e Seitas?
Disse que nos ditos ajuntamentos se nao permitte falar em materiaz de religiao em
Ordem a se poderem assim conservar; porque Se os Reys e Parlamentos o Soubessem,
sem duvida nao consentiriao semeljantes Congrega^oes.
61) Perguntado: em que Livro, Estatuto, ou regra se fundao os Mestres das ditas
< ?ngrega$oes para nellas prestarem juramento aos que entrao de novo pela forma, que
as:ma tica expendido; e de admíttirem as mesmas, as pessoas de qualquer religiao que
sejao.-'
Dísse que os Mestres das prmcipaes e quazi todas as Logeas de Inglaterra constituhem
todo, os annos a hum Duque, ou outra alguma pessoa grande por Grao Mestre de todas
as Logeas, e Congregaos para o governo das quaes lhe da as regras necessarias tiradas
de hum Livro, que para isso tem, o que tudo observao inviolavelmente os Mestres das
mais Logeas que se achao dispersas por todo Reyno.
Perguntado. Quem he o Autor desse Livro? Em que parte se deu ao prelo? quem os
costuma mandar vir para esta Corte? e quem Sao as pessoas que o tem?
que ac*ue^e Livro provem do tempo da Rainha Izabel de Inglaterra (fl. 61v.)
filha de Hennque Oitavo, a qual querendo saber o que Continha esta Sociedade dos P*
dreiros ¿Jvrez que entao florecia, mandou averigoar esta materia pelo Arcebispo de Can-
traben a q ie lhe Levou é sua prezend hum Livro, em que se continhao todos os dictamcs
desta Congregado, e este Se foy conservando, e augmentando por todo o discurso do
tempo ahe o prezente ern que ainda se tirao delle as referidas regras, e doutrinas; po-
rein eJe nao Sabe quem foy o primeiro Mestre que principiou a compor o dito Livro*
e so lhe parece que ouvio dizer que fora hum Rey de Inglaterra.
Perguntado. Se Sabe elle tudo o que Se contem no dito Livro? que materias sto as
que nelle se tratao? qual he o fim e utilidade a que se encaminhao; e se nelle há man
alguma couza, alem do que tem declarado nesta Meza? .
xsse que elle nao Sabe tudo o que se contem no dito Livro; porem semprc ouvío
p ^ , qUCiaS matenas 9ue ncMc se tratavao erao todas pertencentes a dita Sociedad*
u* a quit no dito LiYro * achao tambem escriptas (fl. 62) todas as dW;
- que houve nos tempos antigos para haverem os Reys de permitir as ditas Cófl
giegflíoes, como tambem as ac?oes dignas de Louvor, que cada hum dos Mestres fez no
Jlt0pemjn°iado: Como quer Logo negar que ñas ditas Congregases se cao tratao materias
, may0r pezo, se está confesando Nesta Meza as grandes dificultades, que sempre bou-
ve oara haverem de permittir os Reys as ditas Sociedades?
Disse que Supposto os Reys desconfias sem das ditas Congregasoes foy por nao sabercm
aue ellas continhao porem ao depois que o averigoaram, conhecerao, que ñas ditas Socie­
dades nao havia couza culpavel; e actualmente o mesmo Rey de Inglaterra, e seu filbo o
Princepé de Galez sao tao bém Pedreiros Livres, sendo o dito Rey recebido no tempo
em que era Principe por nao Ser permittido ás Magestades o fazerem semelhantes actas
de recepcao pela submissao e genuflexoes, que nelles se praticao e que elle mesmo do-
clarante prezenciara a entrada do dito Princepe de (fl. 62v) Galez asima declarado.
Perguntado: Como he possivel, que seja verdade o que está dizendo, se a mesma
razao que se dá nos Reys para se nao sogeitarem a semelhantes actos de recepcao, se deve
considerar tambem nos Principes que pela sua Suprema o Soberana preeminencia, fica
improprio na sua pessoa semlehante facto; sendo este praticado por hum Subdito?
Disse que os Principes sao na verdade recebidos como tem dito, e a razao de dífe-
renga vem a Ser; Porque nao se considerao Sennores absolutos como os Reys, e por esta
cauza se Sogeitao a todas aquellas ceremonias, e ainda a tomar o juramento, e Somente
lhe nao falao ñas penas em atensao á sua pessoa.
Perguntado: Se ñas ditas Congregasoes se nao trata couza alguma, alem do que fica
expendido, qual he Logo o fim, e utilidade, que os Princepes tirao de se aListarem pro-
fessores da dita sociedade?
Disse que os Princepes nao tem mais fim, e utilidade, que (fl. 63) a de quereres*
Saber o Segredo, que observao os Socios da dita Congregado, e por esta Cauza Se aTixtao
por professores della.
Perguntado: para que insiste em desculparse com respostas frívolas, e incoodudentes,
se elle sabe muito bem que os Princeps para saberem tudo o que se passa ñas ditas Assem­
bleas , nao era necessario sogeitarem se a semelhantes aesoes, indignas do seu Estado, e
possoa; quando tem pela sua parte ajusto e Livre poder de obngar aos Seus Subditos
a que lhe re\ elassem com toda a miudeza as materias que se tratao nos ditos ajunta­
mentos?
Disse, que como Inglaterra he hum Reyno, que permitte Liberdade aos Subditos nao
podía o Rey obriga los a que lhe dedarassem os Segredos da dita Congregado, sem pri­
meiro lhe constar, que nella se fazia couza digna de castigo; E Como o Rey nao tinha
esta noticia, e os Princepes dezejavao saber o que se passava ñas ditas Assembleas, pac
essa cauza se Sogeitavao ás ceremonias da Sua entrada.
Perguntado: Se está Lembrado de haver dito nesta Meza que os Seus ajuntamentos
(fl. 63v) e Assembleas as faziao em Lugares e Cazas, que para isso determinavao, e se lhe
Lembra de maíz algumas alem das que tem declarado?
Disse que lhe nao Lembrao maíz das que tem declarado na sua Confissao.
Perguntado: Se tinha tambem parte e Lugar determinado para recolber os instrumen­
tos que lhe serviao ñas ditas ocazioes e em que Caza tinha elle os Seus quando veyo prezo
para esta Inquizisao?
Disse, que cada hum dos Socios eos turna guardar os Seus trastes e os deQe declarante
os tem em Caza de huma Ingleza chamada Richar, moradora na rúa nova desta ddade.
Perguntado: se ñas ditas congregasoes entrao pessoas de todo o sexo, e estado, e se
noy.untam entoz que fez nesta Corte entravao tambem alguns Portugueses, e quem erao

Disse que ñas ditas congregasoes entrao pessoas de todo o estado porem de nenhuma
oorste se P°dem admittir Mulheres pelo petigo, que nellas se (fl. 64) considera de violaran
I egted°; e que nao sabe, nem lhe consta, que athe o prezente tenha entrado Portugués
• gum, sem embargo, de que nao ha prohibisao para isso.
aiuHaCr8Unua ^as Congregasoes desta Corte tiravao elles tambem a utilidade de se
L’ arem hunz «os outros, havendo para esse effeito, Caxa, e depozito do estipendio e
ucto, que para isso costumao applicar?
rem Cm ^ ortu?a^ nao há Caxa ou depozito algum, que elle Saiba, por nao esta-
vertiao as tao estabelecidas, como nos Reynos Estrangeiros, e por esta Cauza coo-
Moeda com?r as ProPÍnas dos que entravao de novo; e Somente se Lembra dar huma
Foi Ih T ° la * ^uma Estrangeira pobre, que se achava doente.
que tratc de examinar a Sua Conciencia, como tantas vetes se lhe tan
Jando o m - ncsta Meza, e que Se rezolva a confessar inteiramente as Suas Culpas, decla-
s ^ue se passa, e prezume se faz nos (cf. 64v) ditos ajuntamentos, porque se

451
Rebello O escrevi.
Manoel Varejao e Tavora n
(as.) John Coustos
Estando este processo nestes termos de Mandado dos Senhores Inquizidores lho fi*
concluso. Manoel Affonso Rebello o escrevi.

(fl. 65).
Concluso
Forao vistos 2 .a ves na Meza do Sancto Offiv'io desta Inquizi^ao de Lisboa os ditos das
testemunnas, que nella Se tirarao contra Joao Custon Protestante, Lapidario de Diamantes,
natural do Camao de Bazilea. e morador nesta Cidade; ao dipois do asento do Conselho
Geral de .5 de Marco proxime passado; pelo qual foy mandado vir prezo em costodia para
os Carceres desta Inquizi^ao para delles ser exzaminado; e o mais que acre?eu com as
suas conhssoens. e exzame3: É pare^eu a todos os voctos que visto Constar pela mesma
confissao do Reo. de que elle introduzira, e praticara nesta Corte, a Seita e Congregado
dos Pedreiros Livres, fazendo varios ajuntamentos e asembleas em lugares ocultos, que para
isso dererminavao; Constituindosse Mestre e Cabera principal delles, arogando a si por
este principio o tirullo de Veneravel, e Fazendo outras mujtas aojoens, ceremonias, e fac-
tos superstepozos a que da erradas e temerarias explica^oens, querendo juntamente per­
suadir. que esta Congregagao he mais nobre, que todas as mais do Mundo; ao mesmo
tempo, que reconhece e confessa. se acha reprovada pela Sanctidade de Clemente 12 ; E
outrosim constar com toda a legaüdade do escandallo publico que dava nesta Corte, com
os ditos ajuntamentos. e conventicullos que nella praticava, com prejuizo de mujtos Ca-
thoiicos Romanos que adquiría por sequazes da dita Seita; e Se acharem tambem Condem-
nados pela Sé Appostolica os ditos ajuntamentos e asembleas como perneciozos ao bem
comum, e espiritual das almas; como tudo se verefica pelas claras, sólidas, e indubitaveis
palavras do Decreto Pontefi^io que se fez publico neste Reino; Erao as culpas bastantes
í»ra o delato ser prezo nos Cárteres secretos desta Inquizigao sem (fl. 65v) sequestro
de bens; para cujo effeito se passem as ordens ne^essarias; e ao dipois de prezo seja pro-
cessado, e sentenciado na forma do noso Regimentó; mas que antes de se executar este
asento seja levado ao Conselho Geral na forma das ordens do mesmo;
Lixboa em Meza 2 de Abril de 1743.
'as.; F-¿r.ráco Mendo. (as.) Simao Joze (as.) Manoel Varejao
frígozo Sylveiro Lobo e Tavora
(fl. 6 6 ) De mandado dos Senhores do Conselho geral, lhes fiz estes autos Concluzos, em
2 de Abril de 1743, Jacome Esteve Nogueira o escrevi.
(fi. 67 1 Forao v:sto na Meza do Conselho Geral os tesemunhos que na da Inquizi^ao
se tirarao contra joao Couston, Protestante, Lapidario de Diamentes natural do Cantao
do Brazil, e morador nesta cidade depois do asento do mesmo Conselho de 5 de Matso
proxime passado, pelo qual foi mandao vir prezo em custodia para os Carceres detta In-
quizi^ao para delles Ser examinado; e o mais que acreceu Com as Suas confissoens, e
exames. F, assentouse que he bem julgado pelos Inquisidores em determinarem que elle
seja prezo nos Carceres Secretos Sem Sequestro de bens, e delles processado na forma do
regimentó e Breve de Santidade. Mando que assi Se cumpra.
Lixboa 2 de Abri' de 1743.
i as.; Rodrigo oe Santos (as.) Jeronimo Ferreira Alves
ías.) Nuno da Silva Telles (as.) Joao Alves Soares
l as ) Antonio Ribeiro (as.) Joao Pais do Amaral
de Abreu
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 53-67).

452
APENDICE N.” 45 G

Examen 1 ” (Genealogía).
Lisboa, 14 Noviembre 1743.
Aos quatorze dias do Mez de Novembro de Mil Setecentos e quarenta, e tres annoa
em Lisboa nos Estaos, e caza terceira das audiencias da Santa Inquizisao, estando ahí na
de tarde o senhor Inquizidor Manoel^ Varejao e Tavora: mandou vir perante si a Joao
Custó reo prezo conteudo nestes autos; E sendo prezente lhe foy dado o juramento dos
Santos Evangelhos, em que poz a mao Sobcargo do qual lhe foy mandado dizer verdade,
e ter segredo, o que tudo prometteo cumprir.
Perguntado: Se cuidou em suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado, e as quer
acabar de confessar por se o que lhe convem para o bom despacho de sua cauza, e se
poder uzar com elle de Mizericordia?
Disse que sim cuidara, e que nao tinha mais culpas que confessar: pelo que lhe forao
Logo feitas as perguntas seguintes de Sua Genealogía, a que respondendo diase:
Que (fl. 68 v) elle como dito tem se chama Joao Custó Suigo de Nacao, de
diamantes, e herege proestante, natural do Cantao do Bazil e morador nesta Cidade de Lis­
boa de quarenta annos de idade.
E que seus Pays sao ainda vivos, e se chamao Isac Custós, Medico, e María Román,
hereges protestantes naturaes elle de Aguien, Reyno de Franca, e ella tambem do
Reyno, donde chamao Dófiné, e moradores em a Cidade de Londres.
E que elle nao sabe como se chamarao seus avos paternos e matemos, nem donde fono
naturaes e moradores, e só lhe consta que forao de Franca, e que o ovó paterno e materno
erao ministros predicantes da sua Seita.
E que elle como dito tem, he cazado com Alysis Barbiu, herege protestante natural e
moradora da dita cidade de Londres; E della tem tido quatro filhos, dos quaes dous sao
já falecidos, e os outros ainda existem vivos e se chamao Diogo, e Joao, solteiros sem officio
e os falecidos se chamar ao hum tambem Diogo e María.
(fl. 69) E que elle he baptizado e o foy na forma que fazem os Protestantes, os quaes
Lansao huma pouca de agoa sobre a cabera do que baptizado proferíndo pintamente as
palavras seguintes = E m Nome do Padre, do Filho, e do Spirito Santo= e que nota
mesma forma se observara com elle declarante segundo ouvio dizer a seus Pays, os quaes
tambem lhe disserao, que elle fora baptizado pelo Ministro predicante da Igreja do Cantao
de Báli, a quem nao sabe o nome, nem quem foy seu padnnho.
E que elle nao foy crismado nem sabe o que isso he.
E que elle depois que chegou aos annos de juixo e discriq» hia ouvir as prt gagocs
dos hereges ás suas Igrejas, e foy instruido na Seita dos Protestantes pete (¿tos seus
Pays que a professavao e seguiao, e tambem por algum tempo cootmuou na Escola de
hum Mestre protestante, aonde aprendeu o Padre Nosso, O Credo, Os mandamientos da
Lev de Déos, o misterios da Santissima Trinidade, e outros maiz misterios e oragoes, que
Se Contem no Seu Catecismo, e costumao ensinar ao Protestantes; e que nunca teve ins-
truc?ao> nem ensino (fl. 69v) algum de doutrina Catholica Romana.
E Nao disse as orasoes da Igreja que se mandao repetir ñas Sessoes de Genealogía,
c. e que asima faz mensao pelas nao saber explicar na Lingoa portuguenza. nem 9e per-
signou, e benzeu, por dizer que nao sabia, nem isso Se observava na Seita dos Protestan­
tes, em que foy creado.
E que elle Sabe Ler, e secrever, porem que nao aprendeu Sdenda, alguma.
Ayr?ue e sa^’° da sua térra, sendo de doae annos pouco mais ou menoz, e esteve
en Milao, na Italia, e em Madeburg na Alemanha, e em Ólanda ñas térras chamadas Loé,
C dam’ e em Inglaterra em Londres. Item Cals, que he hum Collegio e ulti-
fncc Cntf' eP1 Portugal, aonde falava com toda a Casta de pessoas. que se lhe offerecia, ou
•osscrn Catholicos, ou hereges.
r„, " £ ue e^,e nunca foy prezo pelo Sancto Officio. senao agora, nem Sabe que algum pa*
ocu o fosse.
erguntado; Se Sabe, ou suspeita (fl. 70) a Cauza de Sua prizao?
Foi iv,qu?r entende estar prezo pelas Culpas que tem confessado nesta Meza,
do Sam esta prezo por culpas cujo oonhecimento pertence ao Tribunal
° ’_.e lhe íazcm * saber, que desta Meza se nao manda prender pessoa
0 que preceder bastante informado de haver comettido culpas a dQa pertencentes,
ta mesma houve para elle Reo o ser nos Caiceres em que se acha: pelo que de

453
N 7d°¿T£&£¡oT sSroteThfcoñv^
S T Ís e pode? uzar com'elfc de Misericordia. E por tornar a dizer que nao tinha maiz qu*
ronfessaTou que declarar nesta Meza foy outra vez admoestado em forma e maridado
2 Seu Carcere sendo lhe primeiro Lida esta Sessao, que por elle ouvida, «entendida dis-
se estiva escripia na verdade e assignou com o dito Senhor Inquizidor. Manoel Affonso
Rebello o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora _
(as.) John Coustos
A.N C. t,Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 68-70).

APENDICE N.° 45 H

Examen 2.° (In specie).


Lisboa, 18 Noviembre 1743.
Aos dezotio dias do Mez de Novembro de mil e Setecenttos, e quarenta e tres annos
em Lisboa nos Estaos, e Caza ter?eira das audiencias da Santa Inquizigao estando hi na
de Manhaa O Senhor Inquizidor Manoel Varejao e Tavora mandou vir perante si a Joao
Custo reo pre20 conteudo Nestes autos; e sendo prezente lhe foy dado o juramento dos
Santos Evangelhos em que pos a mao sobcargo do qual lhe foy mandado dizer verdade,
e ter segredo, o que tudo prometteo cumprir.
Perguntado. Se cuidou em Suas culpas como nesta Meza lhe foy mandado e as quer
acabar de confessar por ser o que lhe convem para descargo de sua conciencia bom des­
pacho de sua Cauza e se poder uzar com elle de Mizericordia?
Disse que Sim cuidara e que nao tinha mais couza alguma, que confessar (fl. 71v).
Foi lhe dito que elle Reo tem confessado nesta Meza, de que vindo da Cidade de Lon­
dres para esta Corte, aonde se achava de assistencia introduzira, nella huma Nova Seita,
ou Congregagao de Francmasoes, ou Pedreiros Livres, fazendo se principal Cabera e Mes­
tre della arogando a Si por este principio O titulo de Veneravel e aceitando para a mes-
ma Sociedade varías pessoas, que recebia por Confrades tendo para este effeito Seu Livro
de Lembran^a, e fazendo varios ajuntamentos, e assembleas que praticava em Lugares
occultos que para isso determinava, observando em tudo inviolavel segredo por juramento,
que tema vao todos os ditos Congregados sogeitandose a outras muytas Leys, ceremonias,
-’coz t ¿buzos, que introduziao com geral escandalo e prejuizo de varios Catholicos Roma­
nos de que se colhe com toda a evidencia serem estes extraordinarios effeitos encaminhados
* outros muytos. e diversos fins, que elle Reo nao tem declarado. E assim lhe fazem a
saber que esta he a ultima admoesta^ao que lhe dá de ser feita antes do Libello da justi^a
que por suas culpa? o pertende acuzar, E porque lhe será melhor, e alcanzará mais mize­
ricordia (fl. 72} se declarar tudo o que tem feito antes que depois de accuzado de novo
O admoestao com muyta caridade para que queira dizer toda a verdade de Suas Culpas,
nao unpondo a Si. nem a outrem testemunho falso, porque Se assim o fizer, melhorará a
Sua Cauza, e Se pora no estado, de que com elle se uze de MÍ2ericordia; e por tomar a
dizer, que nao tmha mais culpas que confessar, foy outra vez admoestaído em forma, e
mandado ao Seu Carcere e Ac Promotor ( 1 ) fiscal do Santo Officio que venha com seu
ii aecuzatorio contra elle Reo sendo lhe primeiro Lida esta Sessao que por
elle ouvida, e entendida disse estava escripia na verdade e assignou com o dito Senhof In*
quizidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi.
(as.) Marcel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 71-72).

APENDICE N.° 45 I
Amonestación antes del Libelo.
Lisboa, 11 Diciembre 1743.
1 ¡ülvÜf mes ^ezembro de mil e Sette centos e quarenta e tre» anno* W®
de mH,kM j“ c°®. e cazf despacho da Santa Inquizi^ao estando ahy em audiend*
ConthpnHn n ? . ^ res ínqumrose mandarao vir perante Sy a Joao Couston reo pt«*°
autos; * : l he foi .du*. « t . d k t f l a w t o m « u to » ^
454
dmoestado nesta Meza quizesse acabar de declarar toda a verdade de Suas culpa* e
de suas culpas e a verdadeira tengao que teve em ac Cometer, O que elle Reo YzaoóoT^Lafo
('o n selh o thegora o nao quis fazer: £ lhe fazem a saber que o Promotor fiscal do S a n to ^ jm
ío requer com instancias se lhe Lea e receba hum Libello criminal aocuzatorio, que ton fcn||
entra elle reo; E porque lhe íará melhor e alcansará mais mizericordia te asim o fezer antea
míe depois de lhe ser Lido o dito Libello; De novo o admoestoo da parte de Christo
Senhor Nosso acabe de confessar as suas culpas, e a verdadeira teo^ao que teve em as
cometer, por ser o que lhe convem para descargo de Sua contienda Salvado de Sua abna
e bom despacho de Sua Cauza. E por tornar a dizer que nao tinha mais culpas que con*
fessar, nem tivera outra tengao mais que a que tem declarado foi mandado Levantar e n
(fl 73V) pé e logo lhe foi Lido o dito Libello e he o que ao diante Se Segue. Manoel da
Silva Denis o escrevi.
A.N.L. (Inquisigao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 73).

APENDICE N * 45 J
Sumario de Cargos.
Lisboa, 11 Diciembre 1743.
Muito Illustres Senhores
Diz a Justificante Autora contra Joao Custon, Protestante, Lapidario de «Rameantes, na­
tural do Corpo Helvetio.do Cantao do Bazil, e morador nesta cidade de Lisboa Reo preso,
contheudo neste processo.
E Se cumprir.
1. Porque ainda sendo o Reo Herege Protestante vivendo neste Reyno deve evitar to­
da a occaziao de escandalo dos fiéis Catholicos Romanos na materia de Religiao nao in-
troduzindo nelle novas Seitas, e erros, nem fazendo ajuntamentos nocturnos, ou de dia,
Assembleas, or conventículos secretos com outras pessoas, que nao sejao az de sua familia,
conformándose com as concordatas, e artigos de pazes, que sobre esse particular tem ha-
vido, pois só nessa Conformidade se permitte aos Hereges Estrangdros o poderem asástir
neste Reyno quando a elle vem ou nelle estao, por cauza de comercio; EDe Reo porem es-
quecido, ou desprezando a sua obrigagao com pouco temor de Déos, e da justi^a o fez pelo
contrario; e de certo tempo a esta pane, assistindo neste Reyno e Cidade de Lixboa nella
se achou em ajuntamentos, Assembleas ou Conventículos secretos com outras pessoas, que
nao erao as de sua familia, e em outras cazas que nao erao as suas, practicando nefias a
nova, e abominavel Seita. Congregagao ou Irmandade chamada = liben muratoci= Franc
Masson = ou Pedreiros Livres = estando certo se achava Comdemnada peia Sé Apos­
tólica com penas gravíssimas, como Suspdtoza e prejudicial nao só ao bem publico e
Político dos Reynos, e Monarchias, mas a o bem (fl. 74v) spiritual das almas dos fiéis
Catholicos Romanos e á pureza da Religiao Unica e verdadeira Catholica Romana, fazendo
se elle Reo cabera e Grao Mestre da dita Seita que procurcva introduzir, arrogando a Si
por este principio o titulo de Veneravel, induzindo. e convidando para ella a varias pes­
soas a quem dava juramento em hua Biblia obrigando as a guardaran inviolavel Segredo
em tudo o que se passasse, e tratasse ñas Suas Congregagoes, e ajuntamentos, os quaes
taziao a portas fechadas com excluzao de todas as mais pessoas, que nao fossem os jnnoos
juramentados; acautelandose, de que niguem soubesse delles; nem ainda se fixesse patente
as pessoas da caza, onde se juntavao, a materia e pontos, que entre si tratavao; para o
monia6 ^avao Por dentro, fazendo a recepcao dos jrmaos com certas e exquizitas cero-

2 . Por ser tanto verdade o referido, que sendo o Reo prezo no Santo Officio pela dita
ceu Pa- Logo na Meza della disse, e Confessou, que haveria dous annos tinha vindo para
jyja rte, e introduzido nella, como cabera e Grao Mestre a Congregagao dos Franc
e^assons, convidando a muitas pessoas para que se alistassem por confrades como cotn
zen 1° . a™0’ ^an<*° ^ e s juramento em hua Biblia para guardaran inviolavel segredo, fa-
• o as Assembleas em certas cazas, que declarou, e a recepcao dos jrmaos com a solem-
"■«ade c ceremonias seguintes.
Mea /UStat'° Primeiro pelo Reo o que havia de entrar por jrmao se propunha na Assem-
se n ( ^Ue P°r «e completa devia constar de 7 pessoas / e acceito nella a votos de todo6,
3 v ass»«nava dia, e caza para fazer a Profissao, na qual se preparava hua Mesa com
hum r \ 8 ross«s _accezas postas em certa ordetn; sobre a mesma hua Biblia; e promptos
>, nortfl MSO- es<lucdpo de pedreiro; hum avental; e dous pares de Luvas; chegando
. ° inovj^o, ndU batí* t w tn« * txwfwmfHo (W*

455
quería set Masson, se confeti» dentro esta reposta; e (fl 75) tornando a ser perguntado,
Corno se chamava; e se vinha por sua livre vontade e de todo o seu cora?ao a assentarse
por confrade, dizendo que sim, se lhe tapavao os olhos, e se lhe tirava toda a pessa de
qualquer metal, que Consigo levasse; e entrando desta sorte, para dentro tomava a Ser
perguntado por elle Reo como Grao Mestre se hia por sua livre vontade; e repetindo
que sim, se lhe descubriao os olhos; e instruido por sum Mestre de ceremonias, a que
chamao servidor, pa postura propria de Masson, punha o pe direito vmdo com o esquerdo
oelo calcanhar e a mao direita sobre o peito esquerdo, e dava tres passos para onde estava
elle Reo como Grao Mestre; e descuberto o joelho direito, e posto sobre o esquadro de
pedreiro ’e a mao direita ha Biblia Sobre o Evangelho de S. Joao, com a esquerdo pegava
em hum Compasso, cuja ponta aplicava ao peito esquerdo; e estando nesta postura lhe
dava o Reo o juramento, adveriindo o, de que íicava por elle obngado a guardar o mais
inviolavel segredo em tudo o que se tratasse, e passasse naquella congregasao, sob pena
de se lhe arrancar a lingoa, e o corasao reduzindose este a cinzas, e enterraandose aquella
junto ao mar, para que em nenhum tempo houvesse mais memoria delle; ao qual se
obrigavao; e o guardavao inviolavelmente. Feito isto o revestiao dous servidores das insig­
nias da ordem. que erao, hum avental de couro branco atado & Cintura, e dous pares de
luvas, dizendo, e explicando o Reo no mesmo tempo, que aquella Religiao que professava
era muito mais nobre. que a do Tuzao de ouro, que a do Sancti Spiritus, que a de Christo,
e que todas as mais do mundo, porque era mais anriga que todas ellas, ensinando lhe
tambem os signaes, que devia observar, por ser conhecido em toda a parte do mundo
pdos mais confrades, que erao, por a mao direita por sima da garganta por modo de quem
quer cortar, e deixar cahir Logo o braso; como tambem pedir a mao direita da outra
pessoa, e por o seu dedo polex sobre o ultimo no do outro dedo immediato, dizendo
(fl. 75v> ao mesmo tempo — Táquem— : ou, por a mao direita sobre o peito esquerdo, e
ao mesmo tempo tornar a polla no ultimo nó do dedo maior dizendo = Boas: os quaes
signaes erao só para os jrmaos Aprendizes; porem entre os Mestres havia outros mais
particulares / que lhes nao participao / como era tendo a mao aberta, por o dedo polex
sobre o corasao e a depois pegar na do Compasheiro, apertarlha com os dedos pela parte
do pulso e dizer —Mag. Binach: gastando elle Reo e os mais jrmaos nisto, e no jantar
que logo se seguía / em que tambem practivao certas ceremonias / 3 horas, e nada mais;
porem sempre com as janellas, e portas fechadas; de sorte, que nem a familia da caza,
onde se juntavao. soubesse, e alcansasse o que elles tratavao: E que suposto soubesse elle
Reo que o Pontífice Romano tinha condemnado esta Congregasao; Contudo nao deixara de
a practicar, por entender que só respeitava aos Portugueses: cuja confissao com o mais,
que refere a respeito da origem, ceremonias, Leys, e explicasao da dita Congregasao acceita
a justica emquanto for a seu favor e contra elle Reo.
3. Porque o Reo nao tem feito inteira e verdadeira Confissao de suas culpas; antes
muito diminuta, simulada e fingida; porque nao confessa a tensao heretica, perturbadora,
e escandaloza, Com que quis e pertendeo introduzir neste Reyno catholico hua nova Seita;
nem declara a materia e pontoz, a que se dirige tao inviolavel segredo, como nella se
stipula, e observa; prezumindose conforme o direito, que he Sobre pontoz perniciozos
heréticos, e prejudiciaes, nao só ao bem publico (fl. 76) temporal e Político dos Reynos,
mas principalmente ao spiritual das almas dos fiéis catholicos Romanos; por nao ser vero-
s’inel practiquen» os cumplices della tanta cautella, e resguardo nos seus conventículos
secretos se nelles se tratassem couzas de pouca entidade e considerasao como he ajuda-
huns aos outros, como elle Reo quer persuadir; pois nao he necessario para isso
segredo algum; mas antes sendo assim, deviao manifestar a fazer publica obra tao pi®-
e charitativa para servir de exemplo e incitar aos mais para fazerem o mesmo, e nao fe­
char as portas e janellas e cuidar muito se nao soubesse de taes ajuntamentos em que o
Reo como cabeca delles e Dogmatista de erros, e novas Seitas tem cauzado neste Reyno
grarode escandalo. e prejuizo aos fiéis Catholicos Romanos em Offensa conhecida da pu­
reza da te e Religiao Catholica, vnica e verdadeira para a Salvasao des almas.
4, Porque sendo o Reo por muitas vezes, e com muita charidade admoestado na Mez*
ao banto Otfjcio quizesse confessar todas as suas culpas, e a verdadeira e hereica ten{<o
qi<e teve em querer introduzir neste Reyno hua nova, e comdemnada seita manifestando
a materia e pontos, a que se dirige a observancia de tal inviolavel segredo, como nella se
sp u ia, e observa: elle Reo o nao tem feito por ainda conservar o mesmo animo herético.
gmatico e perturbador, e escandelozo; pelo que nao merece, que com elle se vze de mi*
sencordía algua, mas antes que seja castigado com as mais graves penas.
Por recebimento e que o Reo Joao Custton (fl. 76v) como DogmatiiM
ne¿te Kcyno de novas seitas, e erros Perturbador, e causador de scafld^»
e ruina spiritual das almas dos fiéis Catholicos Romanos seja caftig*^0

456
com as maisgraves penas, por dirdto e Bullas Pontificias contra semelhan-
tes estabelecidas; feito cm tudo intdro cumplimento de justica orani me'
liori modo, vía et forma juris.
Cum expensis
E lido Como dito he o dito Libello «endo pelo reo Joao Coston, ouvido e entendido
logo pelos Senhores Inquizidores foi dito que o recebiam Si et in quantum e que o reo
o Contestasse pela materia que lhe parease, e para o fazer com verdade e ter segredo lhe
foi dado O juramento dos Santos Evangelhos em que pos a mao Sob cargo do qual lhe foi
mandado que asim o fizesse, o que tudo prometeu cumprir.
Perguntado Se he verdade o que se dis no dito Libello?
Dice que emquanto a primeira parte (fl. 77) do primeiro e ultimo artigo*, em que
se dis Ser elle reo herege Protestante, e que tem sido por muitas vezes admoestado nesta
Meza quizesse confessar todas as suas culpas e a verdadeira tensao que teve em cometer
as que já tem confessado passa na verdade e tudo o demais do dito Libello Coatesta pela
materia de Sua Confissao.
Perguntado Se tem defesa com que vir, e para a formar quer estar com Procurador.
Dice que nao tinha defeza com que vir nem para que estar com Procurador; O que
visto pelos ditos Senhores Inquizodes o Lansarao, e ouverao por la n u d o da com que
pudera vir e admoestado o reo em forma foi mandado a Seu Carcere Sendo lhe primeiro
Lida, esta Sessao e por elle ouvida e entendida disse estava escripta na verdade, e asignou
com os ditos Senhores Inquizidores.
(as.) Francisco Mendo (as.) Manoel Varejao e Tavora (as.) John Coustos
Trigoso
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 74-77).

APENDICE N.° 45 K
Citación para la prueba de Justicia.
Lisboa, 11 Diciembre 1743.
Aos onze dias do mes de Dezembro de mil e settecentos, e quarenta e tres annos em
Lisboa nos estaos e caza do Despacho da Santa Inquizisao estando ahí na de tarde os
Senhores Inquizidores mandarao vir perante si a Joao Custon Reo prezo contheudo oestes
autos, e sendo prezente lhe foi dito que elle era chamado e citado para se lhe dar a copia
da prova da justica que ha contra elle Reo para por elle formar interrogatorios pelos
quaes seja repetida a dita prova que veja se quer estar com Procurador p an o dito effci-
to, e por elle foi dito que nao tinha para que estar com Procurador e que havia a dita
prova por repetida. O que visto pelo ditos Senhores Inquizidores o lan^arao e ouverao
por lanzado da dita repetigao de que fiz este termo de mandado dos ditos Senhores In­
quizidores com quem asignou sendo lhe primeiro lido e por ele ouvio e entendido. Andre
Corsino de Figueiredo o escrevi.
(as.) Francisco Mendo (as.) Manoel Varejao e Tavora (as.) John Coustos
Trigoso
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 78).

APENDICE N.° 45 L

Publicación de la prueba de Justicia.


Lisboa, 11 Diciembre 1743.
(fl. 79) Publicasao da prova da Justis* A. que ha nesta Inquizi-
cao de Lixboa contra Joao Custon lapidario de diamantes natural do
Can tao do Bazil, e morador nesta cidade reo prezo contheudo neste pro­
cesso.
L* testemunha Henrique Machado de Moura. 6 Outubro 1742.
Direitoa ^ eStemun^i? Justisa A. jurada, ratificada, e havída por repetida na forma de
se acho qii? 8 pe^a teaao, que dá, que o reo Joao Custon haverá mais de hum «no
Masson*1 Cm í j *' cm mtís congregasoes, ajuntamentos, ou assembleas chamadas dos Franc
• - ou pedreiros livres, que fízerao de dia, e de novte em diffetentes lugares, fechan­

457
do as portas ,e genellas, e acendendo vellas par# se alumiarem, adonde jantando entrava
o ^ a pessoa, que servia á m eza com os olhos tapados, e que faziao profigao solemne con,
certas ceremonias, e juram ento de inviolavel segredo todas as pessoas que entravao, ou
sTalistavao nesta dita nova comunidade, ou congregagao em que he presidente elle reo,
arogando a si o titulo, e nome de Mestre: e ao costume dis a dita testemunha nada.
2* testemunha Cornelio Lervitte. 11 Fevereiro 1743.
Outra testemunha da fustiga A. jurada, ratificada e havida por repetida na forma
de Direito diz que sabe pella razao que da que o reo Joao Custon de certo tempo a esta
parte he cabega da congregagao intitulada dos FranMassons, ou pedreiros livres, recebendo
para ella a certas pessoas assim em Franga, e Inglaterra (fl. 79v) como neste Reino de Por.
tugal e persuadinho outras nara nella entrarem, fazendo muitos ajuntamentos, e assem­
bleas com grande cautella, e com certas ceremonias, arrogando elle reo a si o nome, e
titulo de Grao Mestre da dita nova congregagao dos Franc Massons e ao costume diz a
dita testemunha nada.
3 .* testemunha Joao Elliot. 13 Fevereiro 1743.
Outra testemunha da Justiga A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma
de Direito diz que sabe peía rezao que dá que o reo Joao Custon he cabega de hua congre­
gagao chamada Franc Massons, ou Pedreiros livres na qual entrao muitas pessoas, com
as quaes elle reo fez seus ajuntamentos com grande segredo, tendo cada hum signáis pe­
les quais he conhecido dos mais socios em qualquer parte do mundo: ao costume diz
a dita testemunha nada.
4 .a testemunha Pedro Bersan. 14 Fevereiro 1743.
Outra testemunha d¡> Justiga A. jurada, ratificada, e havida por repetida na forma de
Direito diz. que sabe pela rezao que dá, que o reo Joao Custon he cabega da congregagao
chamado dos Franc Masons, ou Pedreiros Livres, intitulándose mestre della, arrogando
a si o titulo de veneravel, alistando em hum livro todas as pessoas, que entrao na dita
religiao as quais tema o juramento de guardarem inviolavel segredo, e dá signaes pata
entre si todos os socios se conhecerem, logo em se avistando por jrmaos da dito congre­
gagao; e ñas entradas fez elle reo com os mais varios ajuntamentos, em que guardavao
por ceremonia o taparemse os olhos, tirando o espadim, e fivellas, e outras similhantes:
e ao costume diz a dita testemunha nada.
5.a testemunha Maria Roza Clavé. 18 Fevereiro 1743.
Outra testemunha da Justiga A., jurada, ratificada, e havida por repetida na forma
de direito diz, que sabe pella rezao, que dá, que o reo Joao Custon he mestre, e cabega
da Congregagao dos Franc massons, ou pedreiros livres neste Reino de Portugal, aoode
em certas cazas fez seus banquetes, e ajuntamentos elle reo com mais socios, os quais
quando para elles entrarao levavao instromentos de pedreiros, e alguns pares de luvas
para darem a todos os cazados da companhia para levarem a suas mulheres, e tambem
a modo de huns aveníais de couro, que punhao diante de si, dando as ditas cazas o nome
de Logeas, e guardando em tudo mais que passao ñas ditas assembleas inviolavel segredo:
e ao costume diz a dita testemunha nada.
6 “ testemunha Reyner Rogin. 23 Fevereiro 1743.
Q Jtra testemunha da Justiga A. jurada, ratificada e havida por repetida, na for®*
de Direito diz que sabe pela rezao, que dá que o reo Joao Custon he Cabega principal
de hua congregagado chamada dos Franc massons ou Pedreiros Livres, na qual entrao
outras pessoas, que todas com elle reo fazem seus ajuntamentos, e banquetes, guardando
granee segredo, no que nelles fazem, dizendo que só o podem saber aquelles, que entrao
na dita congregagao: e ao costume me dis a dita testemunha nada.
(as.; Simao Jozé Sylveira (as.) Manoel Varejao e
Lobo Tavora
Lida como dito he a dita publicagao sendo (fl. 80v) pelo Reo Joao Custon ouvtds
e entendida logo pelos Senhores Inquizidores lhe foi dado o juramento dos Santo» Evan-
ge hos em que pos a mao sob cargo do qual lhe foi mandado dizer verdade, e ter segredo
o que tudo prometeu cumprir.
Perguntado se he verdade o que se dis na dita publicagao?
i*»*e que he verdade emquanto se conforma com a materia das suas c o n f íg o e n » .
rador?^Unt*<^ ** tem contra^ tai com que vir e para as formar quer estar com PfOCU*

458
Disse que nao tinha contradirás com vir non para que estar com Procurador o que
¡sto pelos Senhores Inquizidores o Lan^arao e houverao por Lanzado das com que pu­
rera vir; e nestes termos íoi perguntado.
Que tensao he a sua em materia de religiao se quer admitir a nossa Santa Fé Carbólica
Roinana ou fas conta de perseverar mais tempo nos erros da Ceita (fl. 81 > dos Protes­
tantes em que seus paes o criarao?
Disse que elle quena seguir a ceita dos protestantes em oue sempre vi veo, e em que
foi criado, e instruido por seus paes: E por mais nao dizer foi outra ves admoestado em
forma, e mandado a seu carcere sendo lhe primeiro Lida esta sessao e por ele ouvida
c entendida, disse estava escripta na verdade e aisgnou com o dito Senhor Inquizidor.
Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos (as.) Simao Joze Sylveira Lobo
(fl. 82) De mandado dos Senhores Inquizidores lhe fiz este processo cooduzo a final.
Andre Corsino Figueiredo o escrevi.
Concluzo
Asiste ao despacho deste processo pelo ordinario de sua comissao que anda no Cademo
das mesmas a que me reporto o Senhor Inquizidor mais antigo. Andre Corsino de Figviei-
redo o escrevi.
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 79-82).

APENDICE N.° 45 LL
Decisión inquisitorial.
Lisboa, 20 Febrero 1744.
Forao vistos na Meza do Sancto Officio desta Inquizisao de Lisboa em os 20 de Fe-
vreiro de 1744; estes autos culpas, e Confissoens de Joao Custon, Protestante, Lapidario
de diamantes, natural do Cantao de Bazillea, e morador nesta Cidade Reo prezo nelles
contheudo: E pareseu a todos os vottos que elle pela prova da Justisa e sua confissao
estava legítimamente convicto no Crime de introduzir e praticar nesta Corte a nova Seita
e Congregasao de Franc massons ou Pedreiros Livres, fazendo varios ajuntamentos e asam­
bleas em lugares occultos, que para isso determinavao; constituindosse Mestte e Cabes*
principal delles, arogando a si por este prindsipio o titullo de veneravel, e fazendo outras
mujtas acsoens ceremonias, e factos supersticiosos, a que dá erradas, sophistkas. e teme­
rarias explicasoens, permetindo, e insinuando de algum modo aos seus confrades a liber-
dade de consiencia e proferindo juntamente ser esta congregasao mais nobre que todas as
do Mundo, ao mesmo tempo que reconhece, e confessa se adía reprovada pela Sanctidade
de Clemente 12 .
E que visto constar com toda a legalidade do escandalo publico que dava nesta Corte
com os ditos ajuntamentos e conventicullos, que nella praticava com prejuizo de amitos
catholicos Romanos, que adquiría por sequazes da dita Seita; Se Khava nos proprios ter­
mos de direito, pelo qual conforme a openiao de todos os Doutores, deve ser castigado
pelo Sancto Offisio nao obstante ser herege Protestante e declarar na Sessao folhas... quería
viver na dita Seita em que foy criado; por ser este cazo exceptuado expressamente ñas
concordatas que se fizerao com os Prinsipes Estrangeiros, como bem nos adverte o oosso
cgimento libro 3o. titulo 7". § 12, e se tem asim praticando por varias veaes ñas Inqui-
te °e,¡v' °*ue outrosim devia ser posto a tormento sem embargo de ser herege, e nao
r abjuragao, nem prezumpsao que haja de purgar nelle, por ser bem trevial em direito
no nosso Regimentó, que em semelhantes cazos se poem somente pro aperienda vertíate;
trido™ mayor rezao neste Reo por ser Mestre e Cabes* destas congregacoens, e haver en-
infali rnias que se. ^az'ao nos Reinos estrangeiros, aonde he mui natural, e quazi (1!. 83 v)
mcntoe ’»Se ^rat'cluem couzas majores, sobre que asenta aquelle pezado e apenado jura­
b a >r 0utras nia‘s circunstansias que observao; o que elle nao ha de ignorar pela
lormrnt conipr^ ensao e viveza: E que por tanto antes de outro despacho seja posto s
vom p? ^''n aPJ~rtend<* vcritdte, e nelle pareseu aos Inquizidores Manoel Varejao e Ta-
ineiHi , anSJsco Mendo Trigozo e Simao Joseph Silveira Lobo e deputados Manoel de Al-
CnstcllK,e Joachim Janssen Moller. Toso Machado Desa, e Phelipe de Abranches
giao e .que tivesse hum tratto corrido podendo o sofrer a juizo dos Médicos e Cirur-
Bcrnardn j í ” ° In<9uizic|ores; E aos deputados Freí Sebastiao Pereira de Castro, e
etc Lastro e Lemos que nella tivesse somente a primeira cortea; e a todos que

459
ao dipois de « « c u n a d o se torne a ver seu processo em Me** para se despachar a fintí;
e q u fa n te s de ser por em execucao este asento, seja levado com os propios auttos «
Conselho Geral na forma do Regimentó; e assestio a este despacho pelo Ordinario de
Comissao o Inquizidor maes antigo.
( .U Francisco Mtndo Trip™ “ w K m, ' T „ S Í 'M , .,Uk<
(as.) Manoel Varejao e Tavora («•> JansenMoUer
(as ) Bernardo de Castro e Lemos («•) J°*° Machado De?a
(as.) Philippc Abranches Castellobrtnco

Forao votos os Deputados c , n n


Manoel de Almeida de Carvalho e Francisco Sebastiam Pereira de Castro.
(Fol 84) De mandado dos Senhores do Conselho Geral Ihes foi este processo Concluí
em 6 de Marco de 1744. Tacóme Esteves Nogueira o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo 10.115, fols. 83-84).

APENDICE N* 45 M
Orden de tortura.
Lisboa, 6 Marro 1744.
(fl. 85) Forao visto na Meza do Conselho geral, em presenta de Sua Eminencia, estes
autos, culpas e Confissoens de Joao Coustos, Protestante Lapidario de diamantes natural
do Cantao de Bazilea. e morador nesta Cidade Reo prezo nelles conteudo. E assentouse
que antes de outro despacho, seja posto a tormento, e nelle tenha hum trato corrido, po­
dendo o sofrer a juizo dos Medico e Grurgiao e o arbitrio dos Inquizidores; depois do
que se torne a ver seu processo em Meza e com o assento que nelle Se tomar Se envíe
ao Conselho. Mando que asim se cumpra. Lixboa 6 de Marco de 1744.
(as.) Rodrigo de Santos (as.) Antonio Teixeira Alves
(as.) Nuno Silva Telles (as.) Antonio Ribeiro de Abreu
fas.) Joao Pais do Amara!
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 85).

APENDICE N.° 45 N

Amonestación antes de la sentencia de tormento.


^isboa, 25 Abril 1744.
Aos vinte e cinco dias do mes de Abril de mil e Settecentos e quarenta e quatro annos
ett Lisboa nos Estaos e caza do despacho da Santa Inquizi^ao estando ahy em audiencia
de irenhaa os Senhores Inquizidores mandarao vir perante Sy a Joao Custon reo prezo
nos circeres desta Inquizicao-, E Sendo prezente lhe foi dito que eÜe tem sido por muitas
vezes admoestado nesta Meza quizesse acabar de Confessar as Suas culpas, e a verdadeira
tencao que teve em Cometer os que tem confessado, o que elle Reo vzando de mao Con-
seino thegora o nao quís fazer e lhe fazem a Saber que Seu processo fora visto por pessoas
aautos e de Saa Conciencia, e nelle Se tomou hum assento muito rigurozo, e mao de Sofrer,
do qual Se poderá Livrar Se confessar inteiramente as Suas culpas e a verdadeira tencao
que teve em as cometer; Pelo que de novo o admoestao com muita caridade confeiie as
suas culpas inteiramente e a verdadeira tencao que teve por ser o que lhe convem pa»
descargo de Sua conciencia e bom despacho de Sua cauza; E por dizer que nao tinha
mais culpas que confessar nem tivera outra tencao mais do que tem declarado, foi chamsdo
a Meza o Promotor e o Reo Levantar em pée e logo lhe foi Lida a Senten^a do tromento
e he a que ao diante Se segue. Manoel da Sylva Dinis o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 8 6 ).

APENDICE N.° 45 0
Sentencia de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744
° * . ^ UÍ2‘dores Ordenarlo e Deputados da Santa Inquizicao que vistos
, o« indicios que delles e da prova da justifa A, rezultao Contra joao Gustó rtO'

460
testante Lapidario natural do Cantao de Bazilea, e morador nesta Cidade Reo prezo odies
C onteudo de elle introduzir e practicar nesta Corte a Ceiu dos FranMassoens ou Pedreiros
Livres fazendo Varios ajuntamentos e asembleas ero Lugares ocultos que para esae effeito
cteterminava. constituindose Mestre e Cabera delles catraondo pande escandalo a muytoa
C atholicos Romanos com os ditos ajuntamentos e conventículo* nos quaes Se prezume com
bastante fundamento Se practicavao couza* mayores do que elles reo tem confessado.
Mandao que antes de outro despacho o Reo Joao Custó seja posto a tormento con­
forme o assento que em Seu processo Se tem tomado aonde Será perguntado pelo Libello
da justiga para que acabe de declarar tudo o mais que se (fl. 87 v) practicava nos ditos
conventículos e ajuntamentos, mandao que assim Se cumpra Sem prejuizo do processodo,
c pelo Reo confessado.
(as.) Simao Joze Sylveiro Lobo (as.) Manoel Varejao e Tavora
B lida como dito he a Sentenca do tromento ao Reo Joao Custon e por elle ouvid*
c entendida e por o mesmo nao apellar della nem o Promotor do Sonto Officio mandarao
os Senhores Inquizidores Se executasse conforme o assento que Se tomou no Seu processo,
para cujo effeito fosse o reo Levado a caza deputada para o tromento, ao que foi sotiafeito.
Manoel da Silva Denis o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 87).

APENDICE N.° 45 P

Sesión de tormento.
Lisboa, 25 Abril 1744.
Aos vinte e sinco dias do mez de Abril de mil e Settecentos e quarenta e quatro asnos
em Lisboa nos Estaos e Caza deputada para o tormento da Santa Inquizicao, estando abi
na audiencia de menhaa sendo pellas dez horas os Senhores Inquizidor Manoel Varejao
de Tavora e Deputados Joaquim Jansen Moller, e Felipe de Abrancbes mandarao vir pe-
rante si a Joao Custon Reo prezo Contheudo nestes auttos e sendo prezente lhe foy
dado o juramento dos Santos Evangelhos em que poz a mao Sob cargo do qual lhe
foy mandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometeo Cumprir, e Logo lhe
foy ditto que pella Caza em que estava e instromentos que nella vía fácilmente en­
tendería quam Custoza, e trabalhoza seria a deligencia que com elle se havia de fu ta ,
a qual instava se quizesse bem e fielmente confessar Suas culpas, e por dizer que nao
tinha mais que declarar foy mandado para baxo, e vir a Meza o í Médicos e Orurgiao
e mais ministros da Execu^ao do tormento, aos quais foy dado o juramento dos Somos
Evangelhos em que puzerao suas maos Sob cargo do qual lhe fol mandado que bem e fiel­
mente fizessem suas obrigacoes o que tudo prometerao cumprir, e Logo foy mandado (fl.
88 v) no Reo se executasse o tormento a que era julgado, e despojado dos vestidos que
podiao servir de impedimento a execucao do dito tormento foy Lanzado no potro e prin­
cipiado a atar, e logo lhe foy protestado por mim Notario que se naqudle tormento morrease,
quebrasse algum membro, ou perdesse algum sentido a Culpa seria sua e nao dos Senhores
Inquizidores e mais Ministros que julgarao a Sua Causo Segundo o mer«cimento drflo, e
sendo atado perfeytamente lhe foy dado todo o tormento a que estava julgado em que se
gastaría mais de hum quarto de hora,, o que tudo passou na verdade e assignarao os dittos
Senhores Inquizidor e Deputados Alexandre Henrique Amaut o escrevi.
(as.) Manoel Varejao e Tavora (as.) Philippe de Abrandies de Carvalho
(as.) Joachim Jansen Moller
, _ p c mandado dos Senhores Inquizidores lhe lis este processo Concluso a final em 06
de Mayo de 1744. Francisco de Souza o escrevi.
Assiste ao despacho deste processo pdo ordinario de sua Comissoo que onda no quo-
erno das mesmas a que me reporto o Senhor Inquizidor mais amigo Francisco de Som a
0 escrevi.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 88-89).
APENDICE N.° 45 Q

Conclusión de sentencia.
Lisboa, 15 Mayo 1744.
Forao vistos na Meza do Sancto Officio desta Inquizisao de Lisboa em os 15 de Mayo
de 1744 estes auttos, culpas, e Confissoens de Joao Custon, Protestante, Lapidario de dia­
mantes natural do Can tao de BaziUea, e morador nesta Cidade Reo prezo nelles contheudo;
ao dipois de se exzecutar o ultimo assento do Conselho de 6 de Marso deste presente anno,
pelo qual foy mandado por a tormento e que nelle tivesse hum tratto corrido: E pareseu
a todos os vottos que visto constar Com toda a legalidade do escandalo publico que deu
nesta Corte introduzindo nella a Seita, ou Congregado dos Pedreiros livres, que se «cha
reprovada pela Sanctidade de Clemente 12 , constituindosse Mestre e Cabera da mesma aro-
gando a si por este principio o titulo de venera v e l,e cauzando prejuizo a mujtos Catholi­
cos Romanos, que adquirió por sequazes da dita Seita, com o mais que Consta do vltimo
asento desta Meza fls— elle vá ao Autto publico da Fé na forma costumada, nelle ou$a
Sua Sentensa, e seja degredado por tempo de seis annos para as galles de Sua Magestade
e pague as custas; e que antes de se exzecutar ste asento seja com os propios auttos levado
ao Conselho Geral na forma costumada, e assestio a este despacho pelo Ordenario de sua
Comissao o Inquizidor mais antigo.
fas. * Francisco Mendo Trigozo (as.) Philippe de Abranches de Carvalho
tas.! Manoel Varejao e Tavora (as.) Frei Sebastiao Pereira de Castro
(as.) Diogo Lopes Pereira (as.) Philippe de Abranches de Carvalho
(as.) Toachim Jansen Moller
De mandado dos Senhores do Conselho geral lhe fiz este processo.
Concluzo em 19 de Mayo de 1744. Jacome Esteves Nogueira o escrevi.
A.N.L. • Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 90-91).

APENDICE N.° 45 R

Voto de sentencia.
Lisboa, 19 Mayo 1744.
Fnr*> vistos na Meza do Conselho geral, em prezen^a de Sua Eminencia estes autos,
culpa* t confissoens de Joao Custon, Protestante, Lapidario de diamantes, natural do Can-
tao de BaziUea. e morador nesta Cidade; reo prezo nelles contheudo; depois de Se exe-
cutsr o vltimo assento do Conselho de 6 de Mar^o deste presente anno pelo qual foi
mandado per a tormento, e que nelle tivesse hum trato corrido. E assentouse que elle vá
ao Auto publico da Fé na forma costumada nelle ou$a Sua Sentensa, seja degredado por
quatro annos para as galés de Sua Magestade; e pague as custas; Mando que assim se
cumpra. Lixboa 19 de Mayo de 1744.
(as.j Rodrigo de Santos (as.) Joao Alves Soares
(as.) Joao Paes do AmaraI
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 92).

APENDICE N.° 45 S
Sentencia.
Lisboa, 21 Junio 1744.
Acordao os Inquizidores, Ordinario e Deputados da Santa Inquizicao que visto* «•***
auttos culpas e confissoes de Joao Custon Protestante Lapidario de Diamantes, natural
Lantao de Bazuea, e morador nesta Cidade de Lisboa, Reo prezo que prezente está.
. <^uc *5 “ ostra que sendo o Reo herege protestante, vivendo neste Reyno devia ****
/ oc^2iao de escandalo dos Fiéis Catholicos Romanos na materia de Religi*o, D
Dsecreto^yta* fazendo a)untam«"to* nocturno* ou de dia assemblefl* o»

462
lille o fez pello contrario, e de certo tempo a esta parte, esquecido ou despiezando a
sua obrigafao com pouco temor de Déos e da justiga ssistindo neste Reyno e Cidade de
Lisboa, nella introduzio e praticou varios ajuntamentos assembleas, ou conventículos Secre­
tos com outras pessoas praticando nelles a nova e abominavel Ceyta, Congregatao ou Ir-
mandade de Liberi muratori, Franc Massons, ou Pedreyros livres, que a m a muyto bem
se achava condenada pella Se Apostólica Com penas gravisaimas, como notavelmente soa-
peytoza e prejudicial ao bem espiritual das almas dos Fiéis Christaos e a pureza de nossa
religiao Catholica Romana única e verdadeyra para a Salvado das almas, fazendo se elle
Reo Cabefa e Grao Mestre da dita Ceyta que maliciosamente com preverso intento pro-
curava introduzir neste Reyno, seguindo em tudo a mesma formalidade que se pratica
cm outras partes, arrogando a si por este principio (fl. 93 v) o titolo de Veneravel, per-
suadindo, e convidando para ella a varias pessoas a quem dava apertadissímo juramento em
hua Biblia sobre o Evangelho de S. Joao, obrigando os a guardalo inviolavelmente em
tudo o que se passasse e trattasse ñas suas Congregagoes e ajuntamentos que faziao as portas
fechadas com excluzao de todas as mais pessoas, acautelandose, de que ningmtr» fosse sabedor
delles, nem se íizesse patente ás pessoas da mesma Caza onde Se juntavao, a materia e
pontos que entre si trattavao, para o que se fechavao por dentro, fazendo a recepsao dos
jrmaos com certas e exquizitas ceremonias, e facto supresticiozos que pratkavao, AanAn ¡he
erradas e temerarias explica^oes, asseverando ser esta Sua Congregagao ™i» nobce que
todas as do mundo, facultando e permitindo a todos os confrades deUa a libertade de Cou-
ciencia, que cavilozamente rebu^avao e encobriao com r ázoes, e motivos frivolos, improprios
e aparentes.
Pellas quaes culpas sendo o Reo prezo nos Carceres do Santo Officio, e na Meza do
ynesmo com muyta charidade admoestado as quizesse confessar,
Disse que havera dous annos tinha vindo para esta Corte, e introduzido nella como
Cabera e Grao Mestre a Congregado dos Franc Massons, convidando a muytas pessoas para
que Se alistassem por confrades como com effeyto fizerao, dando lhe juramento em búa
Biblia para guardarem inviolavel segredo fazendo as assembleas em certas Cazas que de­
clarou, e recepsao dos jrmaos Com as Solenidades e ceremonias seguintes.
(fl. 94) Ajustado primeyro pello Reo o que havía de entrar por jrmao, se propunha na
Assemblea (que para ser Complecta devia constar de Sette pessoas) e aceyto nella a voto
de todos, se lhe assignava dia e Caza para fazer a profissao; na qual Se preparava búa Meza
Com tres vellas grossas acezas em certa ordem, e Sobre a mesma hua Biblia, e promptos
hum Compasso, hum esquadro de pedreyro, hum Avental e dous pares de Luvas.
Chegando a porta o Novi^o nella batía por tres vezes, E perguntado que quería, res-
pondendo que quería Ser Masson, se conferia dentro esta resposta e tomando a Ser per*
guntado Como Se chamava e se vinha por sua livre vontade, e de todo seu Corafao a
assentarse por confrade, dizendo que sim, Se lhe tapavao os olhos, e se Ibe tinva toda
a pessa de qualquer metal que cosigo levasse.
E entrando desta Sorte para dentro, toraava a ser perguntado por elle Reo, como Grao
Mestre se hia por sua livre vontade, e repedndo que Sim, se Ibe descubdao os olbos, e
instruido por hum Mestre de ceremonias, a que chamavo servidor, na postuta propia de
Masson, punha o pé direyto unido com o esquerdo pello calcanhar, e a mao direyta sobre
o peyto esquerdo, e dava tres passos para onde estava elle Reo como Grao Mestre, e descu-
berto o joelho direyto e posto sobre o esquadro de pedreyro, e a mao direyta na Biblia
sobre o Evangelho de S. Joao, com a esquerda pegava em hum Compasso, cuja ponta apli-
cava ao peyto esquerdo: E estando nesta postura lhe dava o Reo o juramento adverando o
de que ficava (fl. 94 v) por elle obrigado a guardar o mais inviolavel Segredo em tudo o
que se trattasse e passasse naquella Congregado, sob pena de se Ibe arrancar a Lingua e
o Coragao, reduzindose este a cinzas, e enterrando se aquella junto ao mar, para que e n
nenhum tempo houvesse mais memoria delle: ao quel se obrigavao e o guardavao inviola­
velmente.
Feyto isto o revestiao dous servidores das insignias da Ordem que erao hum Avental
e couro branco atado á cintura e dous pares de Luvas, dizendo e explicando o Reo no
esmo tempo que aquella religiao que professava era muyto mais nobre que a do Tuzao
c Uuro, que a do Santo Espirito, e que a de Christo, e que todas as mais do mundo
¡í„^ue,ei'a niais antiga que todas ellas, porque principiava no tempo em que Salamao man-
D a edincar o Templo de Jeruzalem: ensinando lhe tambem os sinaes que devta observar
para ser conhecido em toda a parte do mundo pellos mais confrades, que «rao por a mao
tamkSlma da garganta por modo de quem quer cortar, e deixar cahir logo o bra$o como
omrn"} ?C8*r na ra»° direyta da outra pessoa, e por o seu dedo poiex no ultimo.no do
dedo ¡mediato, dizendo no mesmo tempo = Jaquim= ou por a mao d ila ta sobre

463
peyto esquerdo, c «o mesmo tempo tornar a poli no ultimo nó do dedo mayor dizendo;
= oí quaes sinaes erao So para os jrmaos aprendue».
^ . « ........ r v t r f i r t i U m t m m n »m W a a m u ía

sitúe* tocamentos. e palavras aos officiaes e aprendiie», e Somente o* poderío praticar


com aquelles que sao Mestres, o que tambem observao os officuea com os aprendizes.
Disse mais que ao depois de feyto o assima ditto, por ordem do Grao Mestre vao
todos para a Mata, que se acha preparada com iguarias, e bebidas a custa do que entra
de novo e sentados todos por sua ordem entrao a comer athe aue o Grao Mestre dá
tres pancadas na Meza com hum martelinho pequeño, que he o Sinal estabalecido entre
elles para haverem de Se Levantar, o aue com effeyto fazem, pegando cada hum deiles
em seu copo, e ao mesmo tempo que o Mestre, o Levantao ao ar com a mesma igualdade
e dahi o chegao a boca para beber, observando nestas aegoes a mesma formalidade que os
soldados costuma praticar, no manejo das armas; e bebendo todos a Saude do Rey e da
Congregado, tornao a licar com os copos no ar, e dahi os chegao trea vezes i Cara, e
últimamente os tornao a assentar na Meza, e depois continuao a comer, athe que o Mestre
manda aquelles que lhe parece cantar a huns, a Canoso dos aprendizes, a outros a dos
Otticiaes e a outros a dos Mestres, cuja ac^ao toda Se executa dentro de trez horas pouco
mais oií menos por ser regra entre elles nao poderem exceder o dito tempo e em todo elle
fazem varias saudes ao Grao Mestre da congregasao de todo o mundo.
(fl. W ) t logo o Mestre para melhor percepfao dos aprendizes e officiaes, manda
por algum mais inteligente, repetir todas as ceremonias e acfoes expressadas, para assim
melhor Se poderem Capacitar, e trazelas todas na memoria; e Se no dito tempo algum
dos cintos Conirades jura por Déos, apelida pello demonio, ou diz algua palavra malsoan-
te, he multado em pena pecuniaria, que tem estabalecida conforme a gravidade da culpa
em que cahio. e Se recol he em hua Caixa, que para isso tem determinada, e serve para
Se dispender com os jrmaos pobres da dita Congregado e concluida assim a dita Meza
e jantar Se vao todos para sua Caza, e se algum ali se quer demorar, nao pode já mais fallar
cm materias que perten^ao a dita Congregad®-
Dis-*- mais que a íormatura e significado da Loge ou assemblea em que Se ajuntao
he a seguinte = A Caza em que se forma a Loge e Se recebe o que entra de novo lhe fe-
chao todas as janellas para que lhe nao entre daridade do dia, e nella se acha hua Meza
ao comprido com tres vellas grossas de cera postas em Sima por modo de triangolo, a
saber duas ñas duas pomas de sima da mesma Meza, e outra no meyo da taboa da ponta
debaxo, as quaes vellas significao o Sol, a Lúa e o Mestre daquella Congregado, porque
assim como o Col dá Clandade ao dia e a Lúa á noite, assim o Mestre deve governar e
rvaminhar os seus officiaes e aprendizes, para que possao satisfazer as suas obriga$oes.
(fl %i Na cabeceyra da dita Meza Se acha o Mestre principal de todos, e Logo pellos
iados Se continuao os mais confrades por sua ordem athe o ultimo Lugar em que se assen-
tao aquelles que se chamao servidores. O pavimento da dita Loge se acha debuxado com
hum %r¿ branco e nelle formadas varias franjas que servem de ornamento, como tambem
hua estrella a modo de luzente Com hum G. no meyo que Significa a quinta Ciencia da
Geometría a que devem aspirar todos os officiaes e aprendizes.
Na mesma Loge se acha sobre hum Tamborete hua Biblia, ou livro —de Evangelho*
"m 4UC toma juramento o que entra de novo, e Significa tambem a obrigado que tem
de guardarem rodo o Segredo e observarem as Leys daquella Confraternidade: Na me*®*
Caza Se acha tambem hum Comparo Cuja Significado he aplicada ao Mestre, dando *e
lhe assim a entender que na mesma forma que o Comparo posto com hua ponta no Chao
nao pode faltar na direytura do Circulo, que com a outra se faz, assim o Mestre deve
regular ai Sua* acfoes de sorte, que se nao conhed falta na sua obrigacao; tambem n*
mesma parte Se acha hua esquadria, hum olivel, e hua Linha de medir a prumo, qu*
tudo dignifica a obrigado que tem os offkiaes, e aprendizes de governar as Sua* ac^oes
de Sorte: que em tudo Sejao direyta», e Conformes á obrigado que lhe compete. N* naesffl*
JLoge se achao pintados tres bocados de vidrad a modo de tres janellas, hua feyt* *°
Nascente, outra ao Poente (fl. 96v) e a outra ao meyo dia, o que tudo significa as Hort*
e cuydado, com que o» officiaes, e aprendizes vao, estao, e tornao de Sua obra.
Diase mais que no pavimento da mesma loge se «chao tambem esculpidas duas Colun**
hua com a Letra J, c a outra enm a Imm R «hmm» /li« > • Roii. out

464
tudo como Salamao foy tambem hum do* principáis Masson», ou Pedreyros livre*, no
tempo em que edifícou o Seu Templo, mandou fabricar duas colima* de Bronze, búa a
parte direyta com o nome de Jaquém, e outra a esquerda com o nome de Boda, para assim
formar destinctivo na Sua obra entre o* officiaes e aprendizes que travalhavao ralla, c
Se poderem destínguir huna do* outros para a cobranza do* ordenado* que vendao, uzando
Jos referidos sinaes para a**im melhor se conhecerem,
11 á maneyra de tudo o referido se mandao tambem esculpir na dita Loge as dittas
Colunas para se uzar cota os officiaes e aprendizes aquülo mesmo que Salamao praticava
ñas suas obras. Tambem se achava pintada na mesma Loge hua cacada com Sette degrao*
por onde fazem que Sobem todos aquelles (fl. 97) que chegao a Ser Officiaes, dando bom
passo por cada degrao, athe que chegao ao ultimo em que ficao na postura de juntaren
0 pé direyto ao esquerdo pello Calcanhar, para assim ficar na forma de esquadri* de que
uzao ñas Suas acfoes: E o Constar a escada de Sette degraos he porque o numero de
trez he o que governa a Loge a saber o Mestre, e dous servidores, e o numero de tinco
he o que precisamente Constitue hua Loge, e o de Sette he o qu faz hua Loge no aeu
Krao mais perfeuto e Completo, tendo en tao Mestre, dous servidores, dous Officiaes e
dous aprendizes que constitue o numero de Sette.
Disse mais que a primeyra instituifao e origem donde forao tiradas, e derivadas as
significares dos Aventaes, Luvas, e mais ceremonias que uzao os offtdaes e aprendizes,
como tambem os Sinaes dos Mestres, foy do tempo em que Salamao mandou fabricar o
Seu Sumptuozo Templo, o qual para melhor administra^» da obra, e destinctivo do* cffi-
daes c aprendizes que nella trabalhavao lhe fez a Separa$ao de Sinaes que assima fkao
ponderados e lhe constituio hum Mestre chamado Hitan que era ¿inmediato no governo
ao mesmo Salamao, revelando lhe Somente a elle o sinal que por razao de Mestre lhe
competía para assim Se poder destínguir dos mais officiaes sobalternos, que na dúta obra
trabalhavao.
E querendo alguns dos officiaes e aprendizes petceber e alcanzar o Sinal Secreto que
elle tinha, se ajustarao entre si tres dos dittos Officiaes para que na (fl. 97v) primeyrs
occaziao em que viesse ao Templo dar as ordens necessarias, lhe fazerem confessar qual
era o ditto sinal, tomando para ese effeyto as tres portas que ficavao para o Nascente,
Poente e Meyo dia e vindo com effeyto o dito Mestre lhe perguntou o Offidal de hua
das portas pello dito sinal, por lhe responder que o nao podía dizer, pella prohibisao que
tinha e que sendo elles mais antigos no Servido, poderiao vir a Conseguir e alcanzar aquella
ocupado que dezejavao, lhe deo o dito Offidal com hum rolo de pao na cabeps, do que
intentando o Mestre fugir pellas outras portas, lhe fizrrao o mesmo dando lhe outra pan­
cada com hua alavanca de pao, e na outra com martelo tambem de pao, e com a ultima
pancada ficou morto: E para os ditos Officiaes ocultaran o dito facto o enterrar» em
Lugar Separado onde nao podesse Ser achado.
Passados tres dias entrou o Rey Salamao a perguntar por elle por haver ronhrndo
a Sua falta e vendo que nao aparecía, nomeou quinze dos ditos officiaes, mandando lhe fi-
zcssem todas as possiveis deligencias por descubrir o fim que aquelle Mestre tinba levado.
L Sendo passados quinze dias nesta deligencia, hindo por aquelle sitio hnm dos dito*
Officiaes ja fatigado do Caminho, se sentou na reiva aelle, aonde puntido inadvertida-
mente por hua pequeña Arvore, que no mesmo Lugar se achava, advertio oom refksao o
naveise arrancado com muyta facilidade mostrando estar a tetra de sorte, que bem se
dava a Conhccer haverse cavado (fl. 98) de poucos días naquclla pane, e entrando com
mais coriozidade a averiguar o que ali havia, rescubrio Ser o Cadaver do Mestre, que
naquellc Jugar haviao Sepultado: do que dando conta ao Rey Salamao, mandou passar
ordem aos Officiaes e aprendizes que tirassem de Si tudo o que fosse de prata, ou outro
qualquer metal, e que Levando atados á Cinmra os Aventaes, de que agora uzao e Luvas
'-aliadas ñas maos, fossem ao dito Lugar, e dezenterrassem o Cadaver, ao qual primeyio
que tudo lhe pegassem na mao, fazendo lhe os mesmos Sinaes, que ainda hoja pratkao os
“ nciaes, e aprendizes.
1 m ^'nc*0 e^cs com affeyto á referida deligencia, assentarao entresi, que Se no Corpo
Mestre, ou ñas Suas algibeyras nao achassem por onde podessem averiguar quaes erao
« Sinaes, que como Mestre lhe competiao, ficana dahi em diante servindo de Senha a
p imeyra palavra e ac^ao que entresi praticassem, ao depois de lhe serem faytos os Sinaes
r«C ,erv®° os Officiaes e aprendizes, E fazendose nido na forma que fica ditto, ebega-
1 80 *,uRHr> onde se achava o Corpo, e fazendo lhe primeyro o sinal do* aprendices, que
lh. pC8ar no Nd do dedo ¡mediato ao Polex se lhe despegou com a Dodridao. E fazendo
«Mim íCRundo *in«l dos Officiaes, que he pegar no nó do dedo mayor da mao, perteadendo
a r* ^ « n ta llo , se lhe despegou tambem na mesma forma; pello que Se virao precisado*
’ 8arlhe pello pulso, e Levantando* com effeyto, a primeyra palavra que disse o que

465
30
o Levantou tov a seguinte: Mag Binach = que quer dizer, que o Corpo cheyrava mal, c
veyo dahi por' diante a ticar por Sinal do Mestre a ultima acd o de pegar no (fl. 98v)
S o , e as referidas palavras; E por esta Cauia Se observao aínda hoje as mesmu i*
signiás, Ceremonias e Sinaes que tem ditto. E o Corpo do Mestre o Levarao ao Rey quo
o mandou Sepultar, sendo aoorapanhado dos Offiaaes, e aprendices com as memas
insignias, e na Sua Sepultura mandou esculpir a Letra seguinte = Aquí jaz Hiran Grao
Mestre Architeto dos Massons Livres.
Disse mais que a razao que ha para guardarem tao inviolavel segredo os que entrao
nesta Congregado he Para ^uc se nao investi8 “r o governo della, assim na obser-
vancia dos sinaes, que praticao, como tambem ñas mais palavras e acfoes, que fazem ten­
dentes ao mesmo’ lim de serem Somente conhecidos dos mais Socios daquella Companhia;
e de nenhua forma o poderem Ser das pessoas estranhas que nao sao companheyras della:
e que todo o fim he para se poderem ajudar huns aos outros, para cujo effeyto ha nos
Revnos Estrangeyros, Caixas determinadas em que se recolhem as propinas que pagao
os confrades cada mez e na occaziao da sua entrada, tirando somente dellas a parte que
he prcciza para o jamar que fazem, e com o mais socorrem os Congregados pobres que
necessiiao de sernelhume ajuda; e que elle Reo nada sabe, nem alcanza, que haja outro
fim a que Se encammhem as ditas congrega^oes, ou que nellas haja mais couza algua
do que tem declarado.
E pello Reo nao ter feyto inteyra e verdadeyra Confissao de suas culpas, antes muyto
deminuta simulada (ti. 99) e fingida, nao confessando a tencao heretica, preturbadora e
escandaioza com que quiz, e pertendeo introduzir neste Reyno Catholico hua nova Ceyta,
nem declarar verdadevramente a materia e pontos a que Se derigia tao inviolavel segredo.
Veyo o Promotor Fiscal do Santo Officio com libello criminal e acuzatorio contra elle,
que ¡he foy recebido si et in Quantum, e o Reo o contestou pella materia de suas confissoes,
a que nao veyo com defeza, e havendo por repetidas as testemunhas da justiga, se lhe fez
publicado de seus dittos na forma do estillo do Santo Officio, a que tambem nao veyo
com contradictas, e fov Lanzado dellas.
O que tudo visto e bem examinado, a qualidade das culpas do Reo, e a prezumpdo
que contra elle rezulta, de que ñas dittas assembleas, se trattavao pontos hereticos, es-
candelozos, e prejudidaes ao espiditual das almas dos fiéis Catholicos, por nao ser verossi-
mel, praticassem os Cumplices dellas tanta Cautella e resguardo nos Seus Conventículos,
se nelles se trattassem negocios de tao pouca entidade, e considerado, como elle Reo fal­
samente quiz persuadir, para escuzar, e deminuir a Sua Culpa, e malicia e dos mais socios
da dita Congregado; principalmente constando e tendo o assim confessado, o permitirse
a cada hum dos Congregados a liberdade de conciencia, e o poderem viver na Ley ou Ceita
que cada hum escolhesse, fazendose por este modo C abed e Dogmatista de erros, e novas
Cenas com as quaes tem cauzado neste Reyno tao grande escandalo e prejuizo aos Catholi-
<"í>s Romanos, sabendo muyto (fl. 99v) bem o acharse prohibida e Condenada a dita Ceita
p^jJa Santidade de Clemente duodécimo.
Mandao que o Reo Joao Custon em pena e penitencia das ditas Culpas va ao Auto
publico da Fé na forma Costumada, nelle o u d Sua Sentend e o degredao por tempo de
quatro annos par« as gales de Sua Magestade e pague as Custas.
(asj Francisco Mendo (as.) Simao Joze Sylveiro Lobo
irigozo (as.) Manoel Varejao e Tavora
Publicada foi a Sentend assima ao Reo Joao Custon no Auto publico da Fé que **
selebrou na Igreja do Convento de S. Domingos desta Cidade em vinte e hum de Jvabo
de 1744. Estando prezente El Rey nosso Senhor D. Joao o 5.° o Principe Nosso Senhor
os Senhores Infantes D. Pedro e D. Antonio os Senhores Inquizidores e mais Ministros
muita nobreza e povo. Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
A.N.L. (Inquisicao Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 93-99).

APENDICE N® 45 T
Juramento de secreto.
jJsboa, 23 Junio 1744.
c l res d*as mes Junho de mil e setecentos e quarenta e quatro
, Ll~ oa nos Estaos, e casa do despacho da Santa Inquizifao, estando ahí em audite**
i r ♦°S *£n o r e ‘ "^u^'dores, mandarao vír perante sy, do carcere da penltenó*^^
Custon Reo preso contheudo neste processo, e sendo presente lhe foy dado jo*

466
mentó do* santos Evangelhos, em que poz a mao, e sob cargo ddlc lhe foy mandado, que
tenha muito segredo em tudo o que vio e ouvio oestes carceres, e con e&e se passou
acerca de seu processo, e nem por palavra, nem escrito o descubra, nem por outra qual­
quer vía que seja, sob pena de ser grauemente castigado o que tudo elle ptometteo cum­
prir e sob cargo do ditto juramento, de que se fez este termo de mandado doa dittos
senhores, que com os mesmos asigoou.
Andre Corsino de Figueiredo o escrevi.
(as.) Francisco Menso Trigoso (as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 100 ).

APENDICE N* 45 U

Salida y penitencia.
Lisboa, 26 Junio 1744.
Aos vinte e seis dias do mes de Junho de mil e setecentos e quarenta e quatro annos
em Lisboa nos Estaos e Caza do despacho da Santa Inquizicao, estando ahy cm audiencia
de tarde, os Senhores mandarao Vir perante Sy do Carcere da penitencia a Joao Costos
Reo contheudo neste processo, e sendo prezente Ibe foy dito que elle nao tome a cometer
as culpas, porque foy prezo, e processado nesta Ioquizifao nem outras semelhantes, sob
pena de ser gravemente castigado o que tudo prometeu cumprir Sob Cargo do juramento
dos Santos Evangelhos que lhe foy dado de que fis este termo de mandado dos ditos
Scnhoics Inquizidores com quem assignou Francisco de Souza o escrevi.
(as.) Francisco Mendo Trigozo (as.) Manoel Varejao e Tavora
(as.) John Coustos
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 101 ).

APENDICE N * 45 V
Factura de gastos.
Ao Secreto ................................................................ .....3$030
Lib." Pr.a ................................................................ .....0|400
Secretario do Conselho ...............................................0$180
Meyrinho .................................................................. ..... 0$100
Alcaydes ................................................................... .....0$400
Noteficagao ............................................................... .....C$280
Custas ........................................................................ .....0$108

4$498
(as.) Lima.
A.N.L. (Inquisicao. Lisboa. Processo n. 10.115, fol. 102 ).

APENDICE N* 45 X
Solicitud de Conmutación de la pena.
Lisboa, 16 Octubre 1744.
Eminentissimo e Reverendissimo Senhor
° . ° ^ on contheudo na peticao indura, que Vossa Eminencia nos manda infor-
xim ouvl°, a Sentenca no Autto publico da Fé, que se celebrou em 21 de Junho pro-
crím ^ass > P°r ‘ntroduzir e praticar neste Reino a Seyta dos Pedreiros livres, por cujo
acor» t e u 8 Penna de quatro annos de degredo para as Gallés aonde se acha: Recorre
hum h ssa. Eminencia pedindo perdao do dito degredo, por se achar cora leño em
o ma j 8'’0 e inflflm*Cao em hua pema; E por ser estas queixas pertencentes a Cirurgiao,
tidao '¡n1 ^°r ^um d°s que servem nos Carceres desta Inquiñcao, e da Sua Cer-
boa rl* ?* Consta, ser menos verdade o que este Reo allega, e que se acha com muito
N S W * 0. e capa^idade para poder satisfazer a ditta penna:
grande m j"1,?8 «tendendo a ser elle o Cabera, e Mestre desta Seyta, com a qual cauaou
escandallo nesta Corte; e dever servir de exemplo aos maes Hereges para viverem

467
com menos soltura, c maes moderado. Nos Parece se nao deve por hora deferir a « te
requerimento, visto tambem o pouco tempo doseu degredo: t Voss. Eminencia mandar*
o que for servido; Feita em Meza 2 de Outubro de 1744.
(as.) Francisco Mendo Trigozo (« •) Simao Joze Sylveiro Lobo
(as.) Manoel Varejao e Tavora
Os Inquizidores de Lisboa informem com seu parecer, ouvindo algum dos Médicos
da Caza. Lisboa 22 de Setembro de 1744.
(as.) llegível (as.) Soares (as.) Abreu (as.) Amaral

Eminentissimo Senhor
Dis Joao Custon Lapidario prezo ñas Galles desta Corte que na sentensa deste reto
Tribunal publicada no Auto de fée selebrado na jgreja de S. Domingos desta sidade em
21 Je junho do Córreme anno de 1744 lhe forao decretados 4 anos para as ditas gallés
pela culpa de introdujo da Seyta dos Pedreyros livres, em cujo Comiso cahio por es-
rrangciro jadíente de Ser condenada e como tal jgnorante da poribisao que a ter a tal
noticia nao Cometerá Semelhame delito termos em que se nao deu, nem pode atrebuir
malicia, e como o suplicante se acha arependido de todo o seu cora^ao, de ter encorrido
no ral erro, merece compaxao, e nao menos se faz atendivel o jncomodo de sua mulher
e dois filhos menores em reyno tao distante a que nao pode socorrer por cauza do Legiti­
mo impedimento de sua prizao redundando tudo em Consideraveis discomodos, e notaveis
jncomvenientes que custumao aConte^er por cauza de tao fatais dezamparos, pello que
recorre a este pió Trebunal fazendo esta reprezentasao; e a de suas queixas, aSim da lezao
de hum Br«s°. como jmflamasao de hua perna de tal forma que por queyxozo se acha há
tempos na emfermaria da dita Gallé,
pello que
Pede a Vossa Eminencia que por compaixao e Amor de Deus em louvor da sagrada
morte Paxao de Nosso Senhor Jezus christo lhe fasa a caridade perdoarlhe o dito degredo,
ou comutar lhe para qualquer parte donde posa socorrer sua afüta e dez amparada fa­
milia, o que espera comfiado na grande Miziricordia com que este Santo e Mezericor-
diozo Trebunal se exeiyta, e por tao grande esmolla rogara a Deus Nosso Senhor pella
vida e Saude de Vossa Eminencia e mais Senhores
E Recebera Merce
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo n. 10.115, fols. 103-104).

APENDICE N.° 45 Y
anónima en la que se alude a la detención de varios masones por la Inquisición de
¿'¡■rtugaí y a las diligencias de varios embajadores en su favor.
16 Mayo 1743.
L Inquisition de Portugal a fait arréter 23 free masons dont quelques uns sont íransais
avec les raisons qui ont excité le ministére de France et de Hollande contre cette sodéte.
Les Portugais en ont une plus forte; c’est une Bulle du Pape qui excommunie formellement
les free masons. Les ministres de plusieurs puissances se réunissent pour écrise en leur
faveur; ont s est adressé aussi á Mr. de Chavigny l’ambassadeur du Roy á Lisbonne pour l’en-
g¿ger á les aider de son crédit.
B.N.P. (Mss. fr. n. 4.090, fol. 30).

APENDICE N.° 45 Z
Cazetin de Paris en el que se habla del proceso de Coustos y otros dos franceses.
París, 1.° Agosto 1744.
Des lettres de Lisbonne disent que le roí de Portugal a fait une grande exécution sur
les rrancs-Masons qui, malgré la défense qui leur avait été faite de sa part de tewr
l ^ e pendant le caréme, avaient eu l’insolence d ’y donner des fétes avec une solean»*
seditieuse. C est un nommé Couston (Coustos), générai (Vénérable), que Ton • vu ■loBT
.¿tnps (un an) a París, qui était á la téte, avec deux Fransais quí sont, cotnroe lui,
res bons ouvriers dans la bijouterie et qui ont toujours été de tris mauvais sujets. **
n ont que ce qu ils méritent.
p ita d o por D’E stbee, Paul. Un journaliite policier le chevalier dé Mouhy,
Kevue d Histoire de la France (1897), 200 .
APENDICE N * 45 a
C om unicación a la Corte de París del Auto de Fe celebrado en Lisboa.
El embajador de Francia en Portugal, Mr. de Chavigny al Primer Ministro.
Lisboa, 23 junio 1744.
Sa Majesté Portugaise alia samedy dernier 20 de ce mois coucher á rinquúition pour
voir plus á son aise la procession de VAutodafé qui fut c&ébté le dimanche 21. J ’ay l’boa-
ncur de joindre icy la liste des personnes qui sont sorties ¿ cette procession; il y en a ttois
qui avoient esté prises pour estre francs-ma^ons dont deu* franjáis qui ont été banni»
comme vous le verrez pour cinq ans du Patriarchat de Lisbonne.
A.D.P. (Portugal, vol. 79, fol. 76).

APENDICE N* 45 b
Lista impresa de las personas condenadas por la Inquisición en el Auto de Fe del 21 de
junio de 1744.
Lista das Pessoas que sahirao, condenfoes, que tiverao e sentencas, que se ferao no
Auto publico da Fe, que se celebrou na Igreja de Convento de S. Domingos desta
de Lisboa em 21 Junho de 1744 sendo Inquisidor Geral o Eminentisdmo. e reverendksimo
Senhor Nuno da Cunha, Presbítero Cardeal da Santa Igreja de Roma do titulo de Santa
Anastasia, do Conselho de Estado de S. Magestade.
[Masones a los que se refiere el despacho del embajador del 23 de
junio de 1744. En la lista impresa están señalados con una cruz].
[Entre las «Pessoas, que nam abjurara, nem levam habito» está: ]
Joao CUSTON, Herege protestante. Lapidario, natural do Con tao de Bazilca, e mo­
rador nesta cidade; por introduzir, e pratkar nesta Corte a seita <k)6
Pedreiros livres, condenada pela Sé Apostólica.
[Al margen]: 4 annos para Galés.
[Entre las «Pessoas que abjura^am de vehemente» están:}
Alexandre Jaques Motton, Lapidario, natural da corte de París, Remo de Franca, e
morador nesta Cidade; por seguir a seita dos Pedreiros livres.
Joao Thomaz Bruslé, Lapidario, natural da Corte de París, e morador nesta Cidade;
pelas mesmas culpas.
[Al margen]: 5 annos para fora deste Patriarcado.
A.D.P. (Portugal, vol. 79, fol. 72).

APENDICE N.° 45 c
Correspondencia mantenida entre el embajador británico en Lisboa y el Secretario de Es­
tado sobre el modo de conseguir la libertad de Coustos.
Lord Compton, embajador británico en Lisboa al Duque de Newcastle.
Lisboa, 14 septiembre 1744.
My Lord,
The 8 th inst. I was honoured with your Graces letter of 31st July...
In obedience to His Majestys commands I have used my endeavours to obtain the
e easement of Mr. Coustos from the Galleys, where he has been condemned by the In-
quisition to serve four years, for holding a Lodge of Free Masons. after such meetings
«¡nK-6 , , 'P ibis Kingdom; I first spoke to Cardinal Motta told him he declaied hitnself
Maj. sy and therefore I was ordered to obtain his releasement, u-hich I
hfín "’ou^d not be difficult finding no other crime alleged against him, but that of
cniUw*a L mason He said he remembered such a man had been condemned by the In-
an t í°u' t r at he was a native of Basií in Switzerland, and not a subject of great Brittin;
he h«d been such if he had become a delinquent in Portugal, where could he be

469
mnished but in the ountry, because his ía th e r was naturalised, he served his time, matricd
nd lived there from eight vears of age which I hopd he would allow gtve him a p r e -
ension to daim protection, and as he had severely sufferd tor h u offence, I hopd hu
teleasemem would not be den ved; He said it dtd not enurely depend on him, because
t vas the Province oi Cardinal da Cunha. thac if I pleasd I nught speak to hira; accor-
linglv I went to the Grand Inquisitor, told his Eminence I was ordered to «olidt the
eleasement ot John Coustos and aUeged what I had said to Cardinal Motta; he alto
oíd me he was of Basil and not only a free masón, but the master and pretended to
íold the¿e A ssem blies nocwithstandig the prohibiton of the Church of which he wa$
lot a member; I pleaded on his behalf his not knowing such meetings were forbid in this
Zountry. his long confinement and starving condition of his wife and children, they ha-
ing no other support, but what proceeds from his own industry, these conditions
ne hope his Eminenee would consider their distressed State, and move him to look with
____ rnnstfK' H e told me with creat comolflisance he wnulH rnnsi#!*»

o m p iv W lin WIHIl 1 ~ «au ¿ /iw u u a v u láJC lO


peak to Cardinal da Cunha and endeavour to facilítate his Releasement; by which means
hope in a little time Mr. Coustos will be at liberty to goe from henee, for I do not
upposc they will permit him to stav in the Countrv, after disputing the Authority of the
'hurch...
I am with the greatot Respect, Mv Lord, our Graces most obedient and humble
ervant.
('lia- Compton.
Public Record Office (Lisbon. Ref. SP 89/44).

APENDICE N.° 45 d

.ord Compton. embajador británico en Lisboa, al duque de Newcastle.


Jsboa, 12 noviembre 1744.
My Lord,
No packet appearing since the beginning of Septr. makes me fear some of them have
alien into the Enemvs hands, and the want of conveyance has bligd me to keep several
A the enclosed letters a long time by me, which carne in with him designe to sail for
Spitheas tomorrow.
In my letter of tre 14th Septr. I had the honour to inform Your Grace, I had in
>bedience to His Maj.ys Command spoke in behalf of Mr. Coustos, who had been con-
iemne-J to the Galleys; and I have now the pleasure to acquaint your Grace, he has been
'ince tt al liberty, but not allowed to remain in this Country; He himself seems very
4.esirous of getting out of it as soon as he can, therefore has got his passage, in one of the
Dutch men cf uar.

I am with the greatest respect


M y Lord,
Your Graces most obedient and humble servant
Cha. Compton
Public Record Office (Lisbon. Ref. SP 89/44).

APENDICE N* 46
Fragmento del proceso de la Inquisición de Lisboa contra Lamberto Bolanger, Mercader,
natural de la ciudad de Lieja en los Países Bajos.
Processo de Lamberto Bolanger, Mercador, Natural da Cidade de Lieg*
nos Paízes baxos, de Franca, e morador neste cidade de Lisboa.
Aos quinze dias do mez de Mar^o de mil sete centos e quarenta e tres annos em U+
tr.*r.i,nC“ c * i_ C cTasa despacho da Santa Inquizicao, estando ahi na audiencia o*
manhaa, ° Senbor Inquizidor Francisco Mendo Trigoso mandou vir perante «i a t a®-
j . ,,¡„ ^ in8er’ «presentado conteudo nestes autos. E sendo prezente, por
F ~nc? antlo<’ «“«ndado vir á Meza o Beneficiado Felippe Neri, Capellao d**
da Penitencia, que sendo tambem prezente lhe foy dito que pelo R¿o s*r ®*®’

470
ñor idade e nao poder estar em juizo, o fariao seu Curador, para que Ibe prestaste sua
anthoridade afim de poder estar em juizo, e nelle fazer actos validos e o aconsdhar em
todo o que fizer a bem de sua justiga e cauza. E pdo dito Beneficiado foy respondido
que aceitava a ser curador do Réo, e lhe prestaría sua authorídade e folia todo o mais
que se lhe ordenava, o que prometteo cumprir sob cargo do juramento dos Santos Evan-
gelhos que lhe foy dado, de que fíz este termo de mandado do dito Senhor, com quem
assignou. Manoel Affonso Rebello o escrevi.
Francisco Mendo Trigoso Felippe Neri

Aos quinze dias do mez de Marco de mil sete centos e quarenta e tres annos em
Lisboa nos Estaos e Casa do despacho da Santa Inquizicao, estando ahi na audiencia de
manhaa, o Senhor Inquizidor Francisco Mendo Trigoao mandou vir perante si a hum Es­
trangeiro que da Sala pedio audiencia. E sendo prezente, por dizer a pedir* pera se «pre­
sentar nesta Meza de Culpas a ella pertencentes, lhe foy dado o juramento dos Sontos
Evangelhos, em que pos a mao, pro declarar que era Cotholko Romano, sob cargo do
qual lhe foy dandado dizer verdade e ter segredo o que tudo prometteo cumprir. E disse
chamar se Lamberto Bolanger, Mercador, no principio a rúa dos Escudaros, aonde hé
morador nesta cidade, e nella casado com María Joaquina, natural da cidade de Ltége
em Franca, nos Paizes baxos, de vinte e dous annos de idade, e logo.
Foy admoestado que pois tomava tao bom conselho como o de se vir «presentar de
suas culpas nesta Meza lhe convertí muito trazelas todas a memoria pora dellas fazo huma
inteira e verdadeira confissao nao impondo a si, nem á outrem, testemunho falso, por ser
o que lhe convem para o descargo de sua conciencia e bom despacho de sua cauza, a
que respondeu que em tudo diría a verdade, a qual era.
Que tendo rogado por vezes Monsiur Custó, nao sabe a sua nacao, mas entende que
hé Inglez, Lapidario, morador que foy nesta cidade no Largo dos Ourives do Ouro, e
de prezente nao sabe aonde, para que entrasse na classe dos Francmosoos da congregad o
desta Corte, de que elle era Grao Mestre e recusando elle confitente sem que lhe deda-
rasse o segredo, o que nunca quiz fazer, dizendo lhe que só se revelava «os que erao re-
cebidos. Haverá cinco mezes pouco mais ou menos lhe deu conta o dito Costo que na-
quelle dia entrava na sua congregacao hum Capitao Francez, de cujo nome se nao lembca,
c que podia elle confitente entrar com o mesmo para o que se havia de fazer Assembtéa
de Francmassons, em Bellem na casa de Monsieur Ravelhae que dá caso de posto, e tem
huma sala destinada para isto. e que como entravao mais pessoas lhe custaria mais borato.
E persuadido elle confitente do que o dito Custó lhe tinha dito, e levado da coríocidade
e saber o que se passava nesta congregacao, foy no referido dia, das onze boca pora o
meyo dia, a casa do sobredito RavaUiae, aonde ¡a achou ao Capitao Francez na casa de
fora, e dentro em huma interior do andar de sima, o dito Custó et os mais Francmasons que
logo nomeará, e della sahio hum pedreiro da classe dos Mestres chamado Marchan. Corre-
tor. morador na rúa Nova desta cidade, e topando se com elle confitente no referido lugar,
o persuadió para que entrasse naquella congregacao, e tirando lhe toda a prmta e ooro
e qualquer outro metal, lhe vendou os olhos com hum lenco e lhe pegou pela mao e o
guiou para a porta da casa donde sahio, e batendo nella e duendo que estava ali huma
pessoa que queria ser Francmasón se lhe perguntou de dentro se a dita pessoa vinha de
sua propria e livre vontade, e o dito Marchan respondeu que sim. e logo se abriu a porta,
co que o levava pela mao o fez entrar para dentro da casa, que estava em silencio, e o
dar tres voltas em róda da dita casa, e depois o fez por com hum jorfho nú no chao,
nao se lhe lembra qual delles foy, e estando nesta forma se fe* hum signal e se lhe tirou
dos olhos o lenco que os tapava, e cada hum dos circunstantes deu com a mao aberta hu­
ma pancada no peito ao mesmo tempo, cujo estrondo o asustou, e entao vio que estava
4 ^ 1 ° ent^e quatro ou seis velas grandes accezas em huma casa com porta e janelaa fe­
chadas, e ajoelhago diante de varias figuras que estavao gizadas no pavimento do caso,
a saber: o Sol, a Lúa, humas Colunas, e outros signaes mais. e como já enrao lhe tinha
argado a mao Monsiur Marchan, por ter sahido para fora por companhar o Capitao Fran­
cez cm que tem falado, outro dos Francmassons que estavao na caza chamado Monsiur
• ntton diamanteiro, Francez de nacao. morador de fronte da porta travessa da Igreja
V' ' •*? Paulo, lhe pesou na mao e o levantou em pé e o fez dar alguns passos por sima
**s ditas insignias atné chegar junto ao Grao Mestre, o dito Custó, por este assim lho
andar e entao o fez ajoelhar da mesma forma junto a hum livro que estava aberto sobre
(i v? Y,esa Pequeña, na qual tambem estava hum Martelo de pau, e hum Compasso, e
irruv ,(S assentado na cabeceira della, e os mais assistentes em pé. e muy cezudos e
- l,COm ° seu na cinta, luvas brancas calcadas, e hum por dellas de mulher
e corr> sua fita ao pescoco e da mesma pendente a insignia que tem, e estando elle

471
-onfitente e todos os mais na forma referida o Grao Mestre lhe disse que elle o acceítava
¿ r aprendiz de huma congregado muy nobre, por nella entrayem muytos Principe», D *
ques e muytas pessoas grandes e que ass.m o tivesse entendido e aue tomasse o jura-
mentó sobre aquelle livro. que era grande, de guardar segredo em tudo o que se lhe r*.
vdlasse e soubesse daqueUa congregasao, e que se revellasse algum del es, se lhe cortaría,
dice delles e que antes consentiría que se lhe cortasse a cabera e lhe reduzissem seu
corpo a cinzas do que descobrir os segredos della, os quaes lhe nao declarava ainda, e
,5 Ibos diria quando subisse a ser Mestre, e que só lhe ensmava para que conhecease aos
Irmaos daquella comunidade, e elles á elle, que apertasse com o dedo polex da mao direita
i junta do dedo índex o companheiro com quem se quizesse declarar, dizendo ao mesmo
tempo a palavra —boraz. e outra de que se nao lembra, e depois disto o fez levantar e
lhe pos hum aventa! de pelle branca, e lhe deu dous pares de luvas brancas, hum para
file e outro para a pessoa a quem mais amasse, e o fez e mandou fazer este signal i todos'
as companheiros da Assemblea que estavao em pé como tem dito, e ficou entre elles no
ultimo lugar e depois disto entrarao na dita casa na mesma forma que elle confitente o dito
Capitao Francez, e o dono da casa chamado Ravalhae, e forao recebidos por Aprendizes com
as mesmas ceremonias, e todos tres forao mandados pelo Grao Mestre para fora, para que
se vestissem e compuzessem, e para dar lugar e que recebesse por Mestres, dous officiaes
da dita congregasao, hum delles o dito Marchan e Monsiur Richar, segundo lhe parece,
o qual mora na rúa Nova desta Corta da parte do Chafariz, logo por diante delle, e dá
casa de pasto, ao que elles, por serem aprendizes, nao podiao assistir, porem a forma de
como forao recebidos por mestres e o que com elles se passou na Assembla, elle confitente
o nao sabe. E depois de tudo acabado, sahirao todos da referida sala e levarao na sua
companhia a elle confitente e aos dous Aprendizes, e forao para outra casa tambem inte­
rior. e se assentarao á Meza, e jantarao, e ahi fizerao brindes com vinho á saude do Grao
Mestre a quem chamavao Veneravel, e dos mais companheiros, e quando se havia de beber
taz;a o Grao Mestre signal. dando com hum Martello de pau na Meza, e entao todos pe-
gavao no copo e por tres vezes o levantavao da mesa como levando o á boca, e o tomavao
á levar athe a Mesa, e na ultima bebiao, e emquanto a ella estiverao sóna dita casa entrou
o dono da mesma que levava os pratos, e depois de jantarem se conversou largamente em
varias materias e se cantarao algumas cantigas em Francez pertencentes aos aprendizes,
oft'ciaes e Mestres. E que isto hé o que lhe lembra se passou nesta Assemblea.
Perguntado: Quem forao as mais pessoas que nella se acharao?
Disse. que assistirao nella o dito Custó. dito Motton, dito Marchan, dito Ravalhae,
dito Capitao Francez, Monsiur de Lalune, ourives, morador nesta Corte em casa de Mon­
siur Mercee, do qual ré official de Francés, na rúa dos Espadeiros por sima de hum relo-
iotyro no rerceiro andar. Monsiur Bilhar, tambem Francez, caixeiro de hum mercador mo-
ra-Jcr ao .Arco de Sao Francisco, e anda auzente, Monsiur Vandrevel, diamanteiro, tam-
*-em Francez, morador ao Corpo Santo, dito Richar.
Perguntado: Que mais pessoas sabe serem Irmaos desta comunidade e que rasao tem
oor o saber?
Disse. que sabe serem Irmaos Monsiur Brulle, tambem Francez, nao lhe sabe a oceu-
pacao, morador nesta cidade defronte da Casa da Moeda, e sabe que este nao sómente
he irmao da congregasao da classe dos Mestres, mas que solicita e convida a estrangeiros
para ella o que sabe assim pelo ouvir deizer ao Grao Mestre, como tambem por ouvir
diser ao dito Brullé. falando com o Grao Mestre, que o dito Capitao Francez quería que
o recebessem por Francmasson. E tambem sabe, pelo ouvir diser, que sao Irmaos Joao
Pietre. ourives, morador na rúa das Flores, e Joao Feriz, Mercador, e Monsiur Granié,
compan neiros e moradores por sima da Cruz Cataquefaras em hum beco á mao esquerda,
‘ViOnsrar Lepage. mercador, morador na Pichelaria, todos Francesses, e outros mt“s mais.
rguntacJo: Quantas classes de officiaes há nesta comunidade, e de que insignias usao,
e por qv.e signaes se conhecem?
Disse, que e;ta comunidade tem Grao Mestre, Mestres, Sorvelhan, que lhe parece ser
o mesmo que Secretario, Thezoureiro, officiaes, e aprendizes, e que o Grao Mestre né
o Custo como tern dito, Sorvelhan hé o dito Monsiur Bilhar, Thezoureiro o dito Joao
", e Mestres sao os ditos Monsiur Brullé, Richar, De Lalune, do qual ouvio diser que
servirá de vjrao Mestre em Fransa, e serao outros maiz que elle nao sabe, e os que trazwn
insignias penduradas ao pescoso, sao o Grao Mestre, Bilhar, e Vandrevel, mas nao
jL s 530 as 1j S18mas’ nern se as traz algum mais, nem que signaes tem os da companhi*
senao os aprendizes como elle, que hé o que asimá declarou.
„ „ ^ rg^nta^0 ^ que clase superior á de Aprendiz passou elle confitente? por que íottn»,
Disse, que elle nao passara da classe de Aprendiz, nem entrava cm Assemblea mais
que naquella que tem referido.
Perguntado: por que razao, sabendo elle que os Aprendizes tinhao ascenso a officiaes,
a mestres, e a outras occupacoes, o nao pertendeu?
Disse, que a razao porque nao subió á postos superiores foy porque o Grao Mestre e
o Motton, falando lhe elle nisto e que quería saber todos os mais segredoc da Comunidad?
lhe disserao que elle nao era digno de subir a outra oocupacao pela mi fé que tinha nelles,
c mau conceito que formava da companhia, para o que deu fundamento o ter Ibe eOe
con fiten te dito que nao faziao as recepeoens dos Irmaos mais que para comete»! e se
regalarem , e outras palavras de que os meamos tinhao razao para desconfiar.
Perguntado: se depois de recebido por aprendiz foy convidado pelos Francmassons
para alguma outra Assemblea?
Disse, que nao tornara a ser convidado, mas antes, presenciando o convite de algum
Irmaos para duas Assembleas, o excluirao a elle por ser somente aprendiz e nao ser digno
de passar dahi, e pedindo elle ao Custó que como Grao Mestre que era, lhe concedesse
licenca para hir a huma Assemblea para que os Francmassons erao convidados e se havia
de fazer na rúa Nova a casa de Monsiur Marchan, elle lha nao qoiz conceder, e tendo
depois noticia que em caza de Monsiur Richar (aonde se fizerao muytas segundo oovio
dizer) se fazia outra Assemblea, teve a coriozidade de hir á dita casa a tempo em que os
Francmasons já estavao fechados, e levando certo mimo á mulher do dito Richar, esta
lhe disse que já os Diabos estavao fechados na Logea, mostrando sentímento de seu marido
estar entre elles, e emquanto ella consinhou a cea teve elle occaziao de chegar’á porta
da Logea, e por hum buraquinho della vio alguns assentados em roda de huma Mesa e
debutados sobre ella como quem estava falando, e depois de huma larguísima conferencia
sahio hum delles fora, nao se lembra qual foy, a perguntar se a cea esteva feita, e que em
o estando se lhe fizesse signal na porta, e pedinho lhe elle confitente entao que o deixes-
sem entrar o mesmo lhe respondeu que ceasse elle com Madama Richar, e que depois
quando elles cearam entrou elle confítente atrás de hum companheiro que krvava hom
prato para a Mesa, do que se asustou o Grao Mestre, e hum dos circunstantes lhe pediu
quizesse consentir que elle confitente lhe fizesse huma saude, o que com effeito lhe per-
mittio, e lha fez, e logo foy mandado para fora, e se recolheu p an sua casa, e elles fkamo
toda a noite na em que estavao, porque assim lho disserao no dia seguinte, mas nao sabe
o que fizerao. E os Irmaos desta Assemblea forao: O Grao Mestre, Motton. Vandravel,
Marchan, e Richar.
Perguntado: Se sabe quaes sejao os Estatutos por onde se govema esta Irmandade? Se
estao escriptos, ou se se dao de palavra?
Disse, que nao sabe mais do que ouvir ao dito Motton hum sermao em lingoa francesa,
em que se faz mencao do que se ha de observar na comúnidade, e como Ibo ouvio repetir
somente na occaziao em que foy recebido nao se lembra do que consta.
Perguntado: Se na Assemblea ou ajuntamento em que foy recebado se fiie ensinou
alguma cousa opposta, e costra o que eré e ensina a Santa Madre Igreja de Roma, cw tem
noticia que em alguma outra se ensine couza contra a Fe e bons costumes?
Disse, que na occaziao em que foy recebido só lhe disse o Grao Mestre que naquella
congregagao cada qual vivia na sua Ley, e se nao tratavao nella materias de religiao nem
contra El Rey, nem ouvio dizer ainda o contrario.
Perguntado: Q ue segredo he o que se recomenda tanto, e sobre que materia cabe
hum tao apertado juramento, e para que fim se inventou esta ordem dos Francmasons. e que
utindade tirao della os que a professao?
Disse, que emquanto a materia do segredo elle nao sabe mais alem do que tem dito,
c se há algum mais o poderao saber os Mestres, e emquanto a utilidade, elle a nao tem
alcanzado, só sim prejuizo, porque quatro moedas lhe levarao á elle e ao Capitao de entrare
por aprendizes, e nao sabe o fim para que se instituhio esta ordem, na qual entrou pela
c°nosidade de saber, e pelo rogar o Grao Mestre,
Perguntado: pois se elle nao ouvio nem vio cousa mal feita, nem sabe que se tenha
ñas Assembleas que fazem os Francmasons, de que vem apresentar se, e que cauza
° nioveo a isso?
Disse, que a razao que elle teve para vir aprezentar se fov o ter auvido dizer que se
o oanto Officio se soubesse das Assembleas secretas que faziao os Francsmassoos, havia
c proceder contra elles, e por ¡sto vem á esta Meza confessar que hé Francmasón e tudo
dupUC tCm Prtssa<^° e de que tem noticia nesta materia, para que o Samo Officio lhe per-
com,a siu“ culpa’ ?e ach*r <lue * tem comettido, e proroette de nunca mais entrar em tal
P'tnnia nem hir ás suas Assembleas e mais nao disse, nem ao costume.

473
Foi lhe dito que tomou bom conselho em vir i esta Meza voluntariamente principiar
a confesar as suas culpas de ser da comunidade dos Fraricraaxons, e que examíne aínda
nuus a sua conciencia, e achando a encarregada em mus alguma cousa assim a resbeito de
si. como dos mais Francmasons. o venha diser nesta Meza. porque isto hé o que lhe coa-
vem para alcanzar a mizcricordia que a Santa Madte Igreja costuma conceder aos bons e
verdadeiros confitentes. E por diser que nao tinha mais culpas que confessar, e que lem-
brando lhe as vina manifestar nesta Mesa, foy outravez admoestado em forma e mandado
para fora e que desta cidade se nao ausentará sem expressa licensa desta Meza, á Sala da
qV,al virá todos os diai nada feriados de manhaa ás oito horas, e de tarde ás duai, athé te
findar a sua causa, guardando em tudo segredo. o que assim prometteo cumptir sob cargo
do juramento dos Santos Evangelhos que lhe foy dado, sendo lhe primeiro lida esta sua
confissao em presenta de seu curador, que por elle ouvida e entendida disse estava escripta
ní verdade. e que nella se affirmava, ratifica va, e tornava a diser de novo sendo necessa-
rio, e que nella nao tinha que acrescentar, diminuir, mudar, ou emendar, nem de novo
que diser ao costumc. sob cargo do mesmo juramento dos Santos Evangelhos. Ao que
estiverao presentes por honesta e religiosas pessoas, que tudo virao e ouvirao e prometterao
diser verdade no que fossem perguntados sob cargo do juramento dos Santos Evangelhos,
os Licenciados Alexandre Henrique Amaut e Francisco de Souza, Notarios desta Inqui-
sicao, que ex causa assistirao a esta ratifkasao e assignarao com o Réo, seu Curadot, e
com o dito Senhor Inquisidor. Manoel Affonso Rebello o escrevi.
Fran” Mendo Trigoso
Lambert Boulanger
Philipe Neri
Alex' H" Amaut Francisco de Sousa
E nido o Réo para fora perguntados os ditos Licenciados se lhes parecía que falava
verdade e merecia crédito, e por elles foi dito que lhes parecía falava verdade e merecia
crédito, e tornarao a assignar com o dito Senhor Inquisidor. Manoel Affonso Rebello o
iscrevi.
Fran” Mendo Trigoso
Alex* H* Amaut
Francisco de Souza
A.N.L. (Inquisisao. Lisboa. Processo Bolanger, fols. 1-20).

APENDICE N.° 47 A

Correspondencia entre Benedicto XIV y el Cardenal Tencin a propósito de los Francma-

Benedicto XIV al Cardenal Tencin.


Roma, 27 diciembre 1743.
.; II y a quelque temps M. l’archevéque d’Avignon nous donna avis de l’existence d’une
société d'bommes et de femmes appelée: de la Félicité, qui a ses devises, ses régles et
dont plusieurs dames et messieurs d’Avignon se sont mis. L’archevéque fit son devoir et
publia contre cette société un mandement trés bien fait, mais qui pourtant souleva tout
, Nous avons écrit au vice-légat une lettre publique et nous apprenons qu’elle a
rrrabli la paix. Le mal a son origine en France et a été apporté á Avignon par des ofínAer*
de cette viUe qui servent en France et qui se montrérent en société avec les insignes de
ordre de la Felicité. Le vke-légat leur ordonna de quitter ces insignes et ils obéirent.
L archeveque en écrivit i quelques évéques voisins et reconnut qu’ils pensaient comme
ut sur cette nouvelle société. Nous vous prion* d ’en représenter au roi le danger et d’exciter
ron zeic a détraire dan* le royaume toutes ces pernicieuses sociétés.
A.S.V. (Miscell. Armario XV, t. I, vol. 154).

APENDICE N .' 47 B
Benedicto XIV al Cardenal Tencin.
Roma, 25 marzo 1744.
AT ^ ° nL abbiarno ,notizi* esservi fatta in Nímes et in MontpeUier una «lean*
lieri sono *Mervi fatta una agregazione di nuovi prosel iti. Dame « c*W-
P da Avignone per rítrovarsi alia resta. Ritorneranno poi a ca*a, ovt &&
474
lascieranno di fare una nuova colonia di liberi Muratori come gül s’eraoo ptovati di
fare col titolo della Societá della Feliciti, se il zelo di quel mons. ttrívetcovo non si fosse
upoito- L’allegria, il divertimento, la libertá di trattare non hanno bíaogno di stimolo, ma
di freno. Noi vivamente la preghiamo a portare le nostre premure a Sua MaeatA Cmtianis-
¡tima. acetó colla sua autoritá faccia cessare in quéi suoi domini quella setta de’liberi Mu-
ratori, che tant’altri principi hanno sradkata dai loro paesi e Noi speriamo d’esser esauditi,
non m eno per l’efficacia deH’intercesofe, che per 1* p¡et¿ del Sovrano.
A.S.V. (Miscell. Armario XV, t. I, vol. 154).

APENDICE N.° 48 A
Correspondencia intercambiada entre las autoridades de Orléans y el Procurador del Rey,
foly de Fleury, con motivo de las asambleas de los francmasones.
Mr. Leclerc de Douy, Procureur du Roi á Orléans au Chancelier Daguesseau.
Orléans, ce 2 mai 1744.
Monseigneur,
II se forme depuis quelque temps en cette ville une asociation sous le nona de Francs-
Ma?ons et le nombre en augmente de jour en jour Ces particuliers s'assemblent jusqu’au
nombre de trente et quarente de differents états et conditions, et ne se retirent le plus
souvent du lieu de l’assemblée que dans la nuit. Le secret inviolable qu’ils s’obligent de
garder, et qu’ils observent en effet, me fait ignorer le motif de pareílíes assemblées, et,
quoique je pense que le plaisir de la table en fasse le principal objet par les fréquents
repas qu’ils se donnent les uns aux autres, je craindrais cqpendant les suites de cette unión,
si l’on n’y remédiait des sa naissance. De pareiües assemblées guoíqu'innocentes dans leurs
commencements, peuvent devenir un jour criminelles, et toutes les lois du royaume s’accor-
dent á les proscrire comme pouvant étre préjudiciables au repos et a la tranquillité de
l’Etat. C’est que ce fondement que l’ordonnance criminelle les met au nombre des cas
voyaux, et le devoir de mon ministére ne me permettoit poúit de garder le siknce en
cette occasion si je ne craignais que mon z¿le ne parut tú indiscret et impradeni. On
m’assure que les Frey-Magons se sont considérablement répandus dans París, que les per-
sonnes méme les plus respectables par leur naissance et par leurs emplois ne dédaignent
point d’en prendre 1c nom, en se soumettant aux lois de cet ordrt naissant: qu’il y a piu-
sieurs loges d’assemblées connues de tout le public, sans qu’oc prenne sotn d’en a rrtta ­
le cours, et suspendant des lors mes préjugés sur tout ce qui porte le craractére d'asaesnblée
sans étre marqué du sceau de l’authorité du prince je me porte a croire que ces assrmhlérs
tenues publiquement en differents endroits de París et sous les yeux des ptemiers maps-
trats du royaume n’ont rien en elles méme de criminel et d’iOidte. Souffrei, done, mon­
seigneur que je vous remettre la decisión de la conduite que je dots teñir en cette occasion
afin qu’en apprenant de vous ce que je dois penser de ces assemblées, je peíase égalemeat
me conformer á ce que vous jugerez á propos de me préscrire.
J’ai Phonneur d’étre avec profond respect.
Votre trés humble et trés obeissant serviteur.
B.N.P. (mss. Joly de Fleury, vol. 184, fols. 77-8).

APENDICE N " 48 B
Daguesseau, Chancelier, au Procureur Général, Joly de Fleury.
A Paris, le 4 mai 1744.
Votre Substitut au présidial d‘Orléans aurait du s’adresser i vous. Monsieur, au ltew
I ^ íettre que je vous envoie; mais elle me parait mériter votre attentioo. Pte
es uifférents avis qui me viennent des provinces je vois que le myst^re ou la folie des
lancs-Ma^ons se repand dans beaucoup d’endrotts et que c’est une maladie qut devteot
‘ontagieusc. Toute association de quelque genre qu’dle soit est toujours dangereuse dans
htat- ct surtout quand on y méle un secret et une apparence de religión, qui pouttair
1» V ’ / i beaucoup de libertinage. Je ckms done que vous jugerez i propos d ’approfondn
<L;I1 des f#it* substitut explique, et de prendre les mesures nécessattes pour
per cette nouvelle troupe qui se forme á Orléans.
B.N.P. (Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fol. 75).

475
APENDICE N* 48 C
Lcclerc de Douy, Procureur du Roí a Orléans, au Procureur Géneral, Joly de Fleury.
\ Orléans, ce 15 maí 1744.

íl ^ T s e r o i t difficüe de pouvoir vous donner les éclaircissemens que vou» pourrie* dé-
sirer sur l’assoriation qui se forme dépuis quelque temps en cette ville sous le nom de
íraoes-macons, ce que je sais c'est qu’ils forraent entre eux un corps composé dé $ens de
différencs états et condi tions. unis entre eux par les liens d ’une confratemité réciproque
lui ne leur permet plus de s’appeler que du nom des irires. Le noble et le roturier, l’officier
et l’artisan, honteusement confondus jouissent ensemble des mémes avantages. La qualité
d'hommes qu’ils envisagent seule les uns dans les autres, qui les rend tous égaux par la
nature, leur fait oublier toute distinction de rang et de naissance, et méme de religión,
puisqu'ils ne feraient aucun scrupule de s’associer rhéretique, l’inftdéle et l’idoldtre; je
le sais d’un Franc Masón étranger que m’en est convenu, et je craindrais fort que cette
association ne fut un iour préjudiciable á la religión, si elle ne l’est aussi á l’Etat, puisqu’il
est difficile de porter des coups á la religión que l’Etat par un contrecoup inévitable ne
sen ressente aussi; et, si je ne me trompe dans l’idée que je me fais des máximes, quoique
austéres en apparence. qui servent, selon eux, de fondement I leur assodation, et qu*íls
dcivent s’étudier a réduire en pratique, je n’y apersois ríen que de propre á former l’hon-
néte homme payen, et je n’y trouve point le chrétien et le catholique. Cette asociation a
ses officiers, elle est com posee d’un president, d’un orateur, d’un sécretaire; on n’y est
aggregé qu’aprés quelques epreuves, un ordre qui fait profession d ’une morale aussi subli­
me. ne peut prendre voy de precaution dans le choix de ses associés, et pour s’assúrer de
leur fidelité á practiquer les regles qui leur sont presentes on les engage par la religión
du serment. leur reception est accompagnée d’un ceremonial mysterieux, les yeux bandés,
!a poitrine découverte c est en cet état que l’aspirant est prescrite á l’aggregation, il s’y
observe encore plusieurs autres céremonies de cette nature qui ne sont point encore par-
venus á ma connoissance; l’aspirant paye quelques droits pour sa réception suivant les
facultes du récipiendaire et l’argent qu’il donne est employé á un répas done la reception
es*, toujours suivie; tous les franesmasons, méme ceux des provinces etrangires se conoissent
par des signes dont ils conviennent entre eux, et tout francmasón étranger qui passe dans
une ville ou il y a Loge peut compter sur un repas qui ly est donné par les confréres. Voilá
monseigneur ce qu j’ai pu jusqu’á present decouvrir de l’association des franes masons;
si > peux avoir par la suite de nouveaux eclaircissements j’aurai lTionneur de vous en
ntornir?.
} apprends en ce moment que les assemblées des Franes Masons sont fréquentes, qu’elleí
«ont portée? bien avant dans la nuit, et que Ies associés ne se retirent méme le plus souvent
qu’au jour.
J’ai l’honneur o’étre avec un profond respect, votre tris humble et tris obeissant
serviteur.
B.N.P. íMss. Joly de Fleury, vol. 184, fols. 72-3).

APENDICE N* 4 8 D
H y de Fleury, Procureur General au substituí, le Procureur du Roi, Leclerc de Douy.
Paris. !e 30 May 1744.
Ce que vous me marquez est assez connu de tout le monde, et on ne peut le regtfd er
que comme un abus. II y a plus de deux s&des qu’íl s’est introduit en Angleterre. ou i*
subsiste pre*que ouvertement, On le pretend méme plus anden, et on en porte roriguW
jusque danf la Palestine, ou quelques-uns croient que cela dérive d ’une espice de
qui s eleva parmi les juifs, qui prédisait le rétablissement du Temple de Salomón, et don
les proselytes portaient par cette raíson le nom et le» attributs des masons. Depul» quelqu**
annees, cette eispece de société s’est introduite á París. Le papa l’a condannée par u»
qt” n est pas, á la venté, resu en France; mais depui» que cela a été connu de» magiar*"
qu on a paru vouloír détruire cet abus, ceux qui le pratiquent se sont contenu». CW *r
vous qu on pfit trouver quelque moyen pour y rémedier dan» votre ville? II 7 •
. T c ,rnPrifnc Hu¡ a couru sans privilége, oíi les pretendu» secret» de cette *0cw**
sort reveles
B.N.P. (Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fol. 72).
476
APENDICE N* 48E
Mr. Leclerc de Douy, le Procureur du Roí, su Procureur Général.
A Orléans, le 10 juin 1744.
Monseigneur,
Je ne crois point sur ce que vous me faites l’honneur de me demander par votre lettre
du trente mai dernier. Le moyen plus propre á remedia’ ci l’abu* des francsmag>as et d
faire méme tomber insensiblement cette association est d’empécher les assemblées; et ct
pense que si la cour rendoit un réglement qui en rapellaiu k s anciens defenaes, toutes
assemblées et association, sous quelque nom et quelque preaence que ce peut étre faite
sans la permission du roy, l’execution de ce réglement recomeadée a tous les juges du
ressort de la Cour emporteroit necessairemeat la ruine des francma^oos qui se trouveroíem
naturellement compris dans la prohíbition portée par le réglement quoi-qu’ib n'y furent
pas expressement nommés.
J ’ai l’honneur d ’étre avec un profond respect, Votre trés huroble et tris obeissant
serviteur.
B.N.P. (Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fol. 74).

APENDICE N.« 48 F
Le Comte de Saint-Florentin, Secrétaire d’Etat á Mons. l’Evéque d“Orléans.
Paris, 28 May, 1744.
Je croi Mr. qu’avant de faire un éclat sur les assemblées qu’on vous a dit qui te teaoKnt
a Orléans, il est nécessaire de faire exactement verifier si elles ont eu lien ou si eOes ae
sont renouvellées. J ’ecris au sujet á Mr. Pajot, qui vous faira sans doute pan de oe
je lui marque et des precautions qu’il prendra pour inten ompte le cours de ce* asuembléea.
A.N.P. (0' 389, fol 182).

APENDICE N.° 48 G
Le Comte de Saint-Florentin a Mr. Pajot, Intendant d’Orléans.
Paris, le 28 May 1744.
M. M. l’Evéque m’ecrit qu’il s’est établis depuis qudques mais des assemblées de franes-
massons á Orléans qui se tiennent la nuit cbez des bommes et flotee ches des ferames.
Vous voudrais bien faire examiner ce qui se passe a cet sujet. Ces sortes d’asaensblées ettant
proscrites par les ordonnances du Roi vous voudrai bien donner les o rd re neoessaires pour
les interrompre le cours en cas qu’il aiant esté tenues et méme me marquer les nocas des
personnes chez qui elles auront esté formées a fin que je puisse rendre compte ¿ Sa Ma-
jesté, et recevoir les ordres qu’dle jugerait ¿ propos de donner.
A.N.P. (0‘ 389, fol. 183).

APENDICE N* 49 A
Gazetines de París recogiendo noticias sobre los francmasones.
Paris, 7 février 1744.
...II paraít sous le manteau quelques livres nouveaux dont l’un, qui a pour titre Le
v<cret des Freymafom dédié & Procope le médecin, se vend M i...
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. 11.556, fol. 195).

APENDICE N.° 49 B
Paris, 9 février 1744.
ui,>¡'i"Le‘ sont furieux de ce que le secret des Frimacons est divulgué. O nassure
s 18 arrété á Londres qu’on allait établir d’autres mysrtre* et que les Fnncs-Macons

477
anolais commenceront par dégrader tous les F r a n e s et es exclure pour jiraais d e leur
Sodété On ajoute qu’on népargnera ríen pout apprendre les ñoras de ceux qui ont révélé
les secrets et qu’on en fera périr autant q u il sen decouvnra.
B.A.P. (Ibidem).

APENDICE N “ 49 C

Paris, 10 février 1744.


La brochure du Secret des Fri-ma^ons fait du bruit et a du débit. Les zélés de l’Ordte
disent que tout ce qu’on y avance est faux, et que ce livre a été composé de l’ordre du
Gouvemement, pour les décrier et les détruire.
B.A.P. (Ibidem).

APENDICE N.° 49 D

París, 31 mai 1744


II v a de grands mouvements dans l’Ordre des Francs-ma^ons depuis l’événement du
jour de la Pentecóte. Us s’assemblent fort souvent, et l’on sait qu’ils se sont promis de
se souteoir mutuellement, en cas qu’il soit vrai, comme on en fait courir le bruit, qu’on
veuille les inquieter.
On assure qu’ils ont écrit anonymement á M. de Marville qu’il allát bride en main
avec ceux, á mains qu'il ne voulút s’exposer á leur ressentiment. Les cheís de loge assem-
blent les fréres, dans la vue, diton, de leur inspirer de la fermeté et de les préparer á oe
pas roollir en cas de persecución.
Le public, instruí: d'une partie des choses qui se passent sur ce sujet, désaprouve fort
Ies ménagements qu’on a pour cet ordre dangereux. On est du sentiment que, dans un
temps de guerre cocnme celui<i, on ne doit pas soufrir d’asáemblée sous quelque prétexte
que ce soii; que le grand moyen d’en interrompre le cours est que le roi s’explique claire-
ment á ce sujet et qu'on fasse des exemples sévéres pour en imposer.
Les demoiselles Gausin et d’Arimath sont de la partie des franes-ma^ons. Mlle. Gausin
aiSL-ait cependant avant-hier le duc de Gesvres du contraire.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 10029, fol. 158).

APENDICE N.° 50

Sentencia de la Policía de París prohibiendo reunirse ni formar asociaciones.


Paris, 5 Junio 1744.
Sentence de Pólice, qui renouvelle les deffenses á toutes personnes de s’assembler, ni
de forrner aucune Association, et aux Cabaretiers, Traiteurs, et autres de les recevoir chez
eux, st ccndamne le nommé Ozouf, Limonsdier, en deux miÚe livres d ’amende, et le nomine
Moret, Traiteur, en celle de trois mille livres, pour avoir contravenu ausdites deffenses.
Extrait des Registres du Greffe de l’audience de la Chambre de Pólice du Chastelet
de Paris.
Ou vendredy cinq ju¡n mil sept cen quarente-quatre.
Sur le Rapport fait en jugement devant Nous á l’Audience de la Chambre de Pólice
du Cnastelet de París, par Maistre Joseph Aubert, Conseilleur du Roy, Gommissaire du
Lhastelet de Patis, ancien preposé du Roy, Commissaire au Quartier Saint-Denís; Contenant
j U au .Pre,j Arréts du Parlament, Sentences et Réglemens de Pólice, et notam m ent
de ceile du cuatorze Septembr mil sept cens trente sept, faísant deffenses á toutes
sonnes de tel état, qualité et conditionn qu’elles soient, de s’assembler ni de former aucufl*
Association, sous quelque prétexte et sous quelque dénomination que ce soit, sous les
peines portes par lesdits Arrests et Réglemens, et á tous Traiteurs, Cabaretiers, Auber^iste»
et aúnes, de recevoir lesdites Assemblées, i peine d ’amende, de fermeture de leur* Boutiqu**
pout tz pramere_contravention, et d’estre poursuivis extraordinairement en cas de réckuv®!
le nommé Ozouf a resu dans sa Boutique de la Foíre Saint-Laurent, le vingt-quatre M V
deraer, jour de la Pentecóte, une Assemblée de plus de trente personnes, du nombre de*j
y av?,t plusjcurs Femmes, a la pr&re du nommé Moret, et ledit Moret • ****?!
ep*s qui s y est fait, 1 un et l’autre sans aucune retenue ni respect pour le jour

478
]a Feste de la Pcntecóte; dont du tout il adressé «on Procés verbal, lorsqu’il s’est transporté
en Ja Boutiquc dudit Ozouf ledit jour vingt-quatre May dernier; pourquoi il auioit par
Bxploit de Fransois Cogot d’Esbordes, Huissier á Verge et de Pólice audit Chastdet, en
datte du trois du préseot mois, íait assigner i la Requeste de Monsieur le Procureur du
Roy, lesdits Ozouf et Moret, á comparoir á cette Audience, pour répondre i ton Rapport;
Pourquoi NOUS, aprés avoir ouy ledit Maistre Aubert en son Rapport, lesdits Ozouf
d Moret en leurs deffenses, et Monsieur Maistre d ’Argenson, Avocat du Roy en ses con-
clusions, ordonnons que les Arrests et Réglemens du Parlement, Sentences et Ordonsaces
de Pólice concernant les Assemblées non autorisées, et notamment notre Sentence du qua­
torze Septembre mil Sept cens trente sept, serónt exécutez sdon leur forme et teoeur; Et
en consequence, et pour la contravention comise par lesdits Ozouf et Moret condamnons,
s^avoir ledit Ozouf en deux mille livres d ’amende, et ledit Moret en trois mille livres aussi
d ’amend: leur faissons deffenses de récidiver, sous peine de fermeture de leurs Boutíques,
et de plus grande peine s’il y échoit; sur lesquelles amendes avons adjugé six livres audit
Desbordes, Huissier. Et sera notre présente Sentence exécutée non obstant opposítions
ou appellations quelconques, et sans préjudice d ’icelles, imprimée, lúe, pubÜée et affichée
dans tous les üeux et carrefours de cette Ville et Fauxfourgs accoustumez, i ce que penonne
n ’en prétende cause d ’ignorance. Ce fut fait et donné par Nous Claude-Henry Feydeau de
Marville, Chevalier, Seigneur de Fontaioe-Labbé, Conseilleur du Roy en ses Conseils, Mais­
tre de Requestes, ordinaire de son H 5td, Lieutenant Général de Pólice de la Ville, Pre»
vosté et Vicomté de Paris, tenant le siége de l'Audience de la Chambre de Pólice les jou»
et an que dessus.
F ey d eau de M a s v i l l e M okeau
l x G kas, Greffier

La Sentence cy-dessus a esté lúe et publiée á haute et intelligible voix, k son de Trom­
pe et Cry public, en tous les lieux ordinaires et accoutumez, par moy Jacqoes Girard,
Juré-Crieur ordinaire du Roy, de la Ville, Prevosté et Vicomté de Par», demeurant rae
des Aréis, Paroisse S. Merry, soussigné, accompagné de Louis-Ftancois A m b o » , Jaajues
Hallot et Claude-Louis Ambezar, Jurez Trompettes, le dix sept Juin 1744 «i ce que peraon-
ne n’en prétende cause d’ignorance, et affichée ledit jour et dits lieux.
Signé, G ousd

De l’Imprimerie de P. J. M ariette , Imprimeur de la Pólice.


B.N.P. (Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fols. 79-80).

APENDICE N* 51
El Obispo de Lieja solicita de Roma información sobre los Francmasones.
Pier-Luigi Jacquet, Vescovo di Hippone, suffraganeo e Vescovo di Lkgi al Cardinal Va-
lenti Gonzaga, Secretario di Stato.
Liegi, 22 marzo 1744.
• •R. V. Eminenza a cui soggiungo che in quakhe parti di questa diócesi del dominio
francese comincia á parlarsi delli Francsmassons, fin'ora qui ignoti, intomo a quali una
istruzione della S. Sede ci servirebbe molto per ben condurci, mentre s’ ignora qui ció che
^ ! ? raedessima e stato fatto circa questa Societa, o Setta, ed in che consiste, bens prin-
cipiis obsta [sic].
A.S.V. (Lettere di Vescovi, vol. 245, fol, 22 2 ).

APENDICE N.° 52 A
Diversos^ pasos dados en la República y Cantón de Ginebra para la prohibición de la Franc*
masonería, según los Registros del Consejo y Procesos Criminales del miaño.
Martes, 18 febrero 1744.
M. Rilliet, Sindic & raporté que la Société des Francs Massons devient nombreuse en
ictt«‘ ville et qu’il y a déjá trois loges, sur quoi ayant vu le Registre de ce qui s est passé
rw «av's * ^ que sans rien dire i l’égard des étrangers, il y a lieu d'interdire i nos
- toyens, Bourgeois, natifs et habitans de teñir aucune loge, ni d’assister 1 aucune: par qui
e soit ^nue, et de defendre á tous partkuliers de louer un apartement pour oet

A.E.G. (Registre du Constit. 1744, págs. 102-10» .

479
APENDICE N.° 52 B

10, Juin 1744.


Sieur Benedkt (fils de Sieur Jean Derodon), Marchand Citoyen agé de 26 ans a s s W
et non assermenté declare qu’etant d’une societe de Franc-Ma^ons avec les Srs Fine, Cas-
sin Rigaud Belard, Fol, Taxil, GaUine, Vigmer, Lianne et Maumary, le pére du declatam
voúlut bien’ il y a environ deux mois lui préter deux chambres d ’un troissiéme etage d’une
maison située aux rúes Basses qu’il tient á louage de la veuve AUant, pour y teñir leut
société; mais qu’il v a environ un mois que le Pere du declarant a repris les deux cham-
bres pour y mettre les marchandises et que depuis ce tenas la cette loge ne subsiste plus
aparée des autres qui est tout ce qu’il a á declarer. Lecture faite a persisté et a signé avec
nous.
Gallatin, Auditeur B. Derodon
A EG. (Procés criminéis 9071).

APENDICE N.° 52 C

13 Juin 1744.
Sieur David, fils du íeu Sieur Ant. de Lacorbiére, dtoyen, Negociant, agé de cinquante
quatre ans, dit et declare, qu’entre les Apartements qu’il loue dans sa maison, il y en a un
situé au second etage sur le derriére contenant quattre chambres et une cuisine qu’il a
loué des le premier avril demier au Sieur Jean Nadal, lequd a dit au declarant que le
logement etoit pour une société d ’amis, que l’apartement n ’est pas encore occupé, que le
Sr. Nadal a fait faire audit apartement un plafond a une seule chambre et des contrevents
a la de chambre, que le Sieur Nadal n ’a point dit au declarant que l’apartement fut destiné
pour établir une Loge de Francmacons et que le dedarant l’ignore absolument, que l’apar-
tement n'est pas encore occupé le declarant ignore qui sont les personnes qui composent
la sodété, que la location laquelle il exhibe n’est passé qu’avec le d. Sr. Nadal seul. Que
c’est le Sr. Nadal qui a fait á ses frais et depens le plafond et les contrevents cydessus
dessignés. Qui est tout ce qu'il a dit savoir. Lecture faite audit Sr. de Lacorbiére de sa
declaration y a persisté et a signé avec nous.
David de Lacorbiére Trembley, Auditeur
A.E.G. i Procés Criminéis 9071).

APENDICE N.° 52 D
!4 Juin 1744,
Sieur Pierre fils de feu Sieur André Jaquier natif de Collonges au Pays de Ger, Im-
primeur agé de 80 ans dír et declare que le 15 Janvier demier il a loué le p re m ie r etage
de sa maison de le lac de Geneve aux Sieurs Bacnet, Imbert marchand de soye, Follot et
Jean Tries ce qu’il resulte de la locasion qu’il exhibe que lorsque ces Messieurs louerent
ils disent au declarant que c’etoit pour un ..., mais que des lors on a dit au dédarant que
1on y tenoit une Loge de Franes Masons, que le declarant ne s’en est pas aper^u et n’est
pas entré dans le logement dés qu’il est loué, que ce fut le Sr. Roch le traiteur ou sa
femme qui disent au declarant que l’on tenoit une Loge de Francsmasons dans l’aparte-
ment cydessus designé qui est tout ce qu’il a dit savoir. Lecture faite audit sieur Jaqoier
de sa declaration y a persisté et a signé avec nom, ajoutant que personne de la m*i®°n
ne s est plaint de ces messieurs,
P. Jaquier Trembley, Auditeur
A.E.G. (Procés Criminéis 9071).

APENDICE N.° 52 E
16 Juin 1744.
,í eanf ' Maric Bourdxllon veuve du itru
vcuvc au feu Sr. Jacque* André Delor, Bourgeois»
chand, agee de 47 ans, assermentée declare que la maison ou elle demeure apartient P*1

480
indi vis avec elle aux Sr. Pinault et Mollet; que celui cy a loué dans la partíc qui est a luí,
deux chambres au Premier Etage sur le Mdard á une toáété de jeunes ¿eos, que d’abord
cela íut nommé un cercle, mais qu’enauite elle a apris que c’etoit une loge de Franca Ma»
cons qui s’y est etablie; qu'elle ignore les noms de tous ceux qui la freqoentent, et qu’eile
ne s’en rapelle que les Srs. fréres Joli, Cassin, Savtait, et l'un de sea couains Bourdükm,
que d’ailleurs ils n’ont jamais occasionné de scandale, tout se paasant tranquíílcment entre
eux. Lecture faite a persistí et a signé avec nous.
Veuve Delor, Née Bourdillon Gallatin, Auditeur
A.E.G. (Procés Criminéis 9071).

APENDICE N* 52 F
16 Juin 1744.
Sr. Jean Fran^ois fils du feu Sr. Jean Fran^ois Chais marchaod chapdier, citoyen agé
de 72 ans, assermenté declare que dans la maison qu’il habite, il y en a une psrae appe-
llée la Tour Derriére dont le premier étage apartient en propre au Sr. Chátel h&te du
Coq d’Inde, lequel a loué cet apartement consistant en deux chambres pour Tétablisse-
ment d’une Loge de Francs Ma^ons. Que lui declarant a vu les Chambres ou ils s’assem-
blent, lesquelles sont proprement meublées et ayant un espéce de Dais pour n ’étre pas
apergus de l’Etage au dessus. Qu’il ne connoit pas tous ceux qui frequentent la dite Loge;
qu'il s’en rapelle seulement le Sr. Toumier, confisseur, Président ou Maitre; les Sres. Les-
piault íils, Le Camus, Pache, Bordier, marchand drapier, et Guip. Qu'ils peuvent étre
une vingtaine. Qu’ils s’y trouve presque tous les jours, qu’il peux, mais non pas assemblés
en Loge, ce qui arrive cependant une fois la semaine, et qu’alors on allume une lanteme
dans la montée; Que personne jusqu’á present ne s’est plaint de ces assemblées, n’ayant
jamais occasioné de scandale. Qu’il n’est arrivé qu’un seul jour qu’a la reception d’tm
de leurs membres et ayant soupé a la loge ou divers seigneurs anglois (urent invites 3
s’y fit un peu plus de bruit qu’a l’ordinaire, dont üs envoyerent faire excuse au declarant,
en lui promettant que cela n’arriveroit pas a l’avenir.
Lecture faite a persisté et a signe avec nous.
J. F. Chais Galladn, Auditeur
A.E.G. (Procés Criminéis 9071).

APENDICE N.° 52 G
18 Juin 1744.
Déclaration du respectable Jean Louis Favre, citoyen, ancien auditeur *gé d’environ 51
ans assermenté declare, qu’il y a environ 4 a 5 mois que la dame Dufour ayant loué deux
apartements du sieur Pierre Cramer de Brandis dans sa petite maison pour qudques années
et ayant voulu en sortir pour aller occuper un apartament plus comoiode dans la maison
Aubert rué neuve, pria ledit Sieur Cramer de permettre queQe loua l’apartemem d’en bas
a Milord Malpas pour le terme qui luv restoit a faire á quoy il consenrit ne sachant pour
quel usage. Que depuis il a s^u que Milord tient une loge dans cet apartement pour les
francs Magons, que diverses nnglois et autres personnes sy rendent de temps en tanps,
mais ne scait ce qui se passe dans le dit apartement, etant servis par leurs domestiques,
n ayant point aper^u qu’il y ait jamais eu de bruit ni de scandale et n’ayant re^u aucune
plainte des voisins ou locataires de la maison qui est tout ce qu’il a dit avoir a dedarer.
Repeté lecture faite a persisté et a signé.
J- L. Favre Mallet. Auditeur
A.E.G. (Procés Criminéis 9071).

APENDICE N.° 52 H
D« Mardi, 23 Juin 1744.
Mr. le Premier a dit que des la délibéradon prise cet «o, le 18 Fevrier dernier par
[«port á la sociétí des Francs Massons on a prit des Information* pour déoouvrir le no
we des loges, et que Mrs. de la Jusrice aiant fait des recherdies i cet égard ü se trouve
qu 11 y « six loges. On a fait la lecture desdites informations et on a mis en deüberatioe

481
s’il V avoit quelques précautions ulterieures á prendre. sur quoi on a remaraué que quoi-
qu’ií v ait apparence qu’il ne se traite rien dans cette société de contmre á la Religión et
au bien de l’Etat. II est toujours dangereux de soufrir que de teUes sociétés s'mtroduisent
surtout dans un petit Etat comme le notre. Que la promesse du secret am se fait par les
membres de cette société est directeraent opposee á la connoissance du Magistral. Que le
mistérc que Ton passe et les ceremonies ocultes qui se tont dans les loges donnent lieu *
bien des raisonnemens dans le public et que bien des personnes desirent que le Conseil
prenne des mesures rigoureuses pour dissiper cette societe. Que les témedes proposés cy
devant n’etoient que palliatifs et que le seul moien de reussir etoit de faire une publication
bien motivée et de la poner au Magnifique Conseil des Deux Cent pour en avoir l’appro»
bation et ii a été arreté que Ion projetteroit une publication portant defenses á tous
citoiens. Bourgeois, natifs, habitants et sujets de s’incorporer á 1’avenir dans ladite société
ni d'y assister et de defendre á tous particuliers de louer leurs maisons et chambres pour
un tel usage ni á gens de la ville ni aux etrangers et on á renvoié á deliberer sur les peines
qui v seront portees dans ladite publication et par raport aux étrangers il a été dit qu’on
pouvoit colerer qu'ils s’assemblassent entre eux dans leur chambre mais qu’il falloit défen-
dre de !eur louer aucun apartement destiné á teñir ladite société.
A.E.G. (Registre du Conseil. 1744, fols. 274-5).

APENDICE N.° 52 I

Du Lundi. 10 Aoút 1.44.


Mr. le Premier a invité le conseil á reprendre la délibération concernant les Franes
Massons. Dont opiné en a été unánime á estimer que semblables associations et des assem-
blées qu’elles occasionent ne sont point convenables sur tout dans un petit Etat comme
celui-ci. et qu ii y avoit lieu de faire defenses á tous citoyens, Bourgeois, natifs et hahitants
dentrer dans ces sones d’associations, et de former, teñir ou se trouver á aucune teUe
assemblée comme encore de préter ni loüer leurs apartement á qui que ce soit pour en
faire des loges destinées á ces assemblées, et que pour notifier ces defenses au public il
falloit faire une publication au nom du P [Petit] et G.C. [Grand Conseil] et pour cet
eífet porter ladite publication au M.C. des D.C. [Magnfique Conseil des Deux Cent].
On a fait lecture d’un projet de publication lequel a été aprouvé sous quelques obser­
varions.
A E G. íRegistre du Conseil, 1744, fol. 321).

APENDICE N.° 52 J
lAi 15 Aout 1744.
On a raporté le projet de publication concernant la Société des Franes Massons lequel
a eté aprouvé pour étre porté au Magn. Conseil des 200 le premier Lundi de Septembre.
A E G. iRegistre du Conseil. 1744, fol. 327).

APENDICE N.° 53 A
Información de las actividades masónicas de Ginebra tomada de los Fastes de Genéve,
manuscrito fechado en 1744.
[Hablando de la prohibición de hablar de religión o de cosas relativas al Estado en
Jas logias dice: ]
...Ce qu on présumait du grand nombre de gens de tout caractére venus indifféremeflt
d^mérite30* ^ et ^°m ^uelques-uns étaient reconnus pour des personnes de distinction#
[Sobre el secreto y el juramento]
...On trouvait que n’y ayant que le Magistrat qui eút le droit d’exiger le s e rm e n t,
ll.cil.°' d attentat contre son autorité et une violation du bon orare qui nc P®*1'
ro í ,rer n5 t0JIt 5tat bien policé et dans une petite République comme la ndtre.-
Lsobre los gastos de iniciación]

louis d,ot ■ " - " * u m' mbre-

482
...Par cette affection et cette bienveillance qui en liait les membres, par les
ct secours charitables qu’ils faissaient profession de se donner les uns le* autres suivant
le besoin, dans tous les lieux ou ils se rencontraient et dans lesquels lis pouvaíent se re-
connaítre par les marques qu’ils avaient pour cela...
B.P.G. (Fastes de Genéve, Mss. fr. 143 b).

APENDICE N.• 53 B
Asamblea en Ginebra, según los Fastes de Genéve.
Le mercredi 24 juin [1744] la principale loge de la société des Francs Ma<on¿ tint une
assemblée solennelle au jardín des marchands toiliers, aux Páquis, ou tous les confréres
se trouvérent avec le tablier, les gants, la truelle d’argent, sous la présidence de Mylord
Malpas, Grand Maitre. Ils s'y rendirent sur les neuf heures du matín dans la barque du
Sieur Sadan fort proprement décorée et ornée du pavillon d’Angleterre, au bruit des haut-
bois et de quelques boites et fauconneaux qu’ils avaient avec eux, ils firent une promenade
sur le lac, aprés quoi étant descendus au jardin, il y eut dans le salón un magnifique re-
pas oü les santés furent bues selon les cérémonies de la société. Ensuite on fit un tour
de délibération, et on rentra en ville sur les huit heures et demie du soir, tous les frites
de la loge étant en procession ayant á leur téte les hautbois, ramenércnt chez lui Mylord
Malpas, seigneur anglais de distinction, qui depuis quelque temp faisait son séjour A Ge­
néve.
B.P.G. (Fastes de Genéve, Mss. fr. 143 b).

APENDICE N." 53 C
Comentarios del autor de los Fastes de Genéve sobre la decisión a tomar por el Consejo
de la Ciudad respecto a una prohibición de la MasonerLa
Sur ce dernier article le Conseil se trouve partagé Quelquesuns representerent que,
comme il y avait plusieurs princes tres considerables comme le roí de Prusse, le prince de
Galles qui étaient membres de la Société des Franes Masons... il sembkrait contraire au
respect du á des princes de condamner para un jugement public une société daos laquelle
ils n’avaient pas dédaigné d’étre admis, qu’en se contenam d’interdire, par npport a dous
les assemblées de franes-ma^ons, il serait trop délicat de faire des démarche» trop édatan-
tes qui pourraient peut-étre attirer quelques reproches et méme quelques chagrins a l'Etat.
B.P.G. (Fastes de Genéve, Mss. fr. 143 b).

APENDICE N.” 54
Prohibición de la Masonería en Ginebra.
Ginebra, 8 septiembre 1744.
De la Part de Nos Magnifiques et Tres Honores Seigneurs Sindics, Petit et G nnd
Conseil.
Sur les Avis qui son revenus á Messeigneurs, que divers particuliers de cette VlUc
etoient incorporés et s’incorporoient joumellement dans une Société, dite des Francs-Mtssons,
et que quelques uns d’entr’eux prétoient leurs Logemens, ou prenoient i touage des App«r-
temens pour y teñir les Assemblées de ladite Société, et y établir ce qu’on appelle. une
Loge.
Mes dits Seigneurs ont cru devoir prendre cette affaire en sérieuse coosidération. Et
comme de semblables Associations, et les Assemblées qu'elles occasionncnt ne sont point
con venables dans un petit Etat, et pourroient avoir de tris dangereuses conséquences
anL cc'u';c'> e t.sont d’ailleurs contraires á nos Loix et á la Constitution de nótre Etat.
, cs dits Seigneurs, ont estimé que l’obligation oü ils sont de veiUer sur tout ce qui
r f e?SC le bien ,de ,a République, et de prévenir ce qui pourroit en troubler la tranqui-
• leur imposoit la necessité de défendre de pareilles Assemblées.
,9auses. Tris-expresses inhibítions et defenses sont faites á tous Citoyens, Bour-
k?ois, Natifs, Habitans et Sujets, de teñir aucune Loge, soit Assemblée de Fnmcs-Massons,
assistet aucune de ces Assemblées, sous quelque prétexte que ce soit. Et i tous Pro-
* caires ou Locataires, de quelque qualité ct condition qu’ils soyent, de loüer. sousloüer,

483
ou prcter pour un td usage leurs Maisons, Chambres, ou autres puties de leurs Msigons
á qui que ce soit. Défendans en outre i tous Cttoyens, Bourgeois, Natifs, Habitans et Su-
L » de s’incorporer á l’avenir dans la dnteSoc.éte. A peine contre chácun des Contreve-
nam aux préseme* défenses de Cent Ecus damende et de Prison, et de plus grande peto*
SÜM «¡díS' au Seigneur Lieutenant, aux Seigneurs Commis sur les Omines, de teñir la
main a l’exécution des presentes, et aux Dizemers et Sous-Duemers d y veiUer et raporter
les Contraventions qu’ils aperceyront.
Ei afín que personne ne 1 ignore, les presentes seront publiées et affichées aux lieux
accoututnés.
Par Mes dits Seigneurs Sindics.
Petit et Grand Conseil.
Donné ce 8 Septembre 1744. M ussard
B.P.G. (Récueil de documenta du X V IIIe siécle. Gf 1888. R 506).

APENDICE N.° 55 A

Diversos pasos en Berna para la prohibición de la Masonería. Información tomada funda­


mentalmente del Ratsnumud de la ciudad.
Zedel von MGH Cónsul Steiger.
Bern, 24. Februar 1741.
Ertheiltem Bericht nach sollen von hiesigen Burgeren sich der sogenannten Frey-Mau-
reren oder Franc Massons befinden. Derowegwn Ihr. gn. frdl. Gesinnen an Ihne mgh.
Cónsul lange, selbige vor sich zu berufen, mithin sie zu befragen, was an diesen Sachen
sey moge? Das herausskommende dann beliebe ihme mgh. Cons. mgh. zu referieren.
S.K.B. {Ratsmanual 169/101).

APENDICE N.° 55 B
November des Jahres 1744.
Es wáre ja gewiss gut, wenn man von der Freimaurei nichts wusste, aber sie sei ein>
mal in ganz Europa zur Mode geworden, und so sei es nicht zu verwundern, wenn sie
auch in dieser Stadt entstanden wáre, wo so viele müssige Leute sind, die keine Occupa-
:ivp.es '.aben.
S.K.B. (Ratmanud 184/150).

APENDICE N.° 55 C
Zedel an mgh. die Gercimbden Ráth.
Bern. 27. November 1744.
Da nun dem Vernehmen nach diese Societet zu Statt und Landt jeh mehr und inehr
uberhaml nemmen solí, desswegen aber bedenkliche Folgen entstehen dorfften, finden
Jir Gn. gnugsame gründe, denen Sachen genauwer nachforschen zu lassen, und jeh nach
bewandnuss das weitere zu verfücgen, zu welchem end Sie Mh. freundlich angesonnen
verd'n, auff gutfmdende Weise und nach anwohnender ihrer Fürsichtigkeit sich ein un»
anderer orten hierüber zu erkundigen, sodann je nach gestalsame dessen, was sie in erfahrung
bn ngen wurden. ihre kluge Gedanken walten zu lassen, ob und was zu thuen seyn wouc?
i>as abfassende befinden und gutachten aber mgh. zu seiner Zeith zu widerbringen, 1*rie
zu thun bic mh. bestens wüsscn werden.
S.K.B. (Ratsmanual 184/151).

APENDICE N* 55 D
Zedel an magh. die Ráht und XVI
Bern,7 26.
— jJanuar
w m a i x1745.
f ~ .

« n i n í f u T "£ ^ Geheimbden Rihten heutigen Tags dero über den


g en Befelch, betreffend die Societet der Frey-maurer abgefasstes Guttachten hintefbW»*

484
worden und mgh. darüber in mehrerem reflectiert, habend Ihf. Gn. dk Sach von solcher
fsíatur zu sein befunden, dassja darwider das nühtigc anzuordnen Schrifften Ihr. Gn. Sie
mgh. Ral'1 ur|d XVL. fründtlich ansinnen wollen, mit befórderung ihre weyse Gedaoken
hicrübcr walten zu lasscn, ein Gutachten abzufassen uod mgh. zu referieren.
S.K.B. (Ratsmonual 184/500),

APENDICE N* 55 E
Cahier Ansehend die sogenannte Frey Maurer und daherige Ihrethalten gemachte Verhand-
lungen, und Vorsorgen in Anno 1745.
1. Wegen den Franc Massons oder Freymaurer / so lauth Rohten Bucht und der un-
derthanen Eydt, dergleichen Verbindungen verbotten / wird allhier Nachgeforschet.
2. Zu Lausanne befinden sich zw y Societeten, die alte und Newe geaaat, wie Audi
Ein formular de la reception d’un franc Massons, und wie diese beyde Societeten quittiett,
und solche vollig aufgehoben, und die Glieder derselben der Societet abgesdtwohren; Item
von Einer dritten Societet so Ein Proselyt Bemard gestiftet; Item von den Frey Manieren,
so franc Massons égraignes titulirt werden.
3. Die Statt Genff last Ein Edict ausgehen.
4. Under E.E. Burgeschafft allhier befinden sich Frey Maurer, Nahmen derselben, salten
abschwehren und andre angeben, Eydesformul abzuschweren, Órdnungen so vieder die»
selben gemacht werden.
5. Duch Ein General Mandat werden solche Societeten verbotten. Verzeichnuss deten
so abgeschwohren haben.
S.K.B. (Cahier Ansehend die sogenannte Frey Maurer) Anno 1745.

APENDICE N* 55 F
Raht und XVI.
Bem, 11. Februar 1745.
Infolg befelch zedlen vom 27. Nov. und 26. January beydes letshin ist das von mgh.
den geheimbden Rahten abgefasste gutachten, die so genmten Freymaurer oder fram tons
[sic] ansehend, demnach auch die Sazung Rohten buchs fol. 124 in fetnerem dann das
underem 29 Xbris letsthin von H. Landvogt von Laussanne diesere societet halb eingelangte
schreiben und beylag und endlich auch das von der Statt Genff dieserthalben undrrem 8.
Sept. 1744 gemachte Verbott verdesen, und schliesslich von mgh. Amts Schultheissen an-
gezeigt worden, dass soweith ihme in wüssen nachfolgende persohnen von hier albereits in
dieser Societet sich annemmen lassen, alss.
H. von Bonstetten von Biberstein jüngere Sohn Cari,
H. Ludwig Tillier,
H. Rudolf von Werdt,
H. Lerber, Zollner in Lausanne
und H. Samuel Jenner, H. Vogts von Lenxburg Sohn. ___
Woraufhin nach aUseithig genommenem Ausstritt jeniger Ehrenglieder, so obigen Herren
anverwandt sich befunden, zur Tractation dieses geschaffts geschntten und nach gemachten
vielfaltigen Reflexionen von mgh. Raht und XVI erkennt worden. was folgt.
S.K.B. (Ratsmonual 185/58, 59).

APENDICE N.° 55 G
Zcdd an mh. h. Saltz Directorem Morloth, H. Hcitnblicher von Muralt, h. alt Gubemato-
rem Wurstcmberger von Ahlen und h. alt Schulttheissen Manual von Burgdorff.
Rern, 22. Februar 1745.
Nachdeme mgh. Raht und XVI auss ihrem mh. so mundt- ais schrifftíichen Vortrag
ousstührlich verstanden, auf was für eine weiss Sie mh, deto befelch yom diesse ta-
lone der Freimauwreren auss alhiesiger Burgerschafft vollstrecket* wie nambach die ge*
fnwartig anwesenden Burger Sich alie gantz willig und gehorsamblkh unterwMen, und
(cn pantzlichen Ausstritt aurs der Freymauwrer Gesellschafft zu samt ab- und auftsag

4*5
ú\ cañero auffgehabter verpflicht- und verbindungen durch einen sollenni&chen Eydt wür-
klichen abgeschwohren, und dass in der Zahl dieser letzteren sich berunden benantlichen;
Hr. Dragoner Haubtmann Lud: Tilljer
H. Dragoner Haubtmann Rud. von Werth
H. Haubtmann Sigmund von Erlach
H Nidauss von Diessbach von Sinnermgen
H. Land Mayor Rudolf Wurstemberger
H. Samuel Tscharner, alt Schaftner
H. Rudolf Hakbrett von Thun
H. Recrues Schreiber Samuel Mutach
H. Sigmund von Graffenried. . . . .
Haben hoch gedachtc mh. Ráht und XV l. es dieser obvernambesten halb nunmehro dar-
bv beu-enden lassen, so das selbige samtlichen hiemit wieder in integrum restituiert seyn
st^llen. Betreftendt aber diejenigen abwesende, welche würcklich zu gleichem Endt alharo
citiert, werden Sie mh. hiermit fründtlich angesonnen, ihrethalben, wo erwundcn, fortzu-
fahren, und dann nach beschehener Abschwehrung mgh. Raht und XVI. gleichfahls den
Vortrag zuthun. umb zu wüssen ob und was für mehrere auch diese etwan anzeigen
worden.
Was dan endtlichen die zwev alss Freymauwrer angezeigte, aber annoch ausserth Landts
sich befindliche mit Nahmen H. Albrecht Frisching von Gottstatt und H. Feldtprediger
Rudolf Knecht betrifft. habend mgh. Ráht und XVI. gleich Ihnen mh. das Beste zu seyn
erachtet. dero Rückkunfft ins Landt für einmahl zu erwarthen, umb denzumahlen dieselben
gleichmássig zu vernemmen; dessen allessen nun Sie mh. mit zurücksendung dess angege-
benen Vortrags hiemit nachrichtlich verstándigen werden.
Auf diess hir. ist verlesen worden, das von H. Landvogt von Lausanne sub 23. diess
an mgh. ab gebene Schreiben, so folgenden ohngefahrlichen Inhalts, dass die alte Sodetet
veni'ichnen 18 diess sich einmüthig entschlossen, weilen diesere ihre Societet Ih. Gn.
nicht angenehm, selbige gántzlich auffzuheben, keine versamblungen mehr zu halten und
ibre Loge, folglich alie receptionem ceremonien und was darvon abhangen mag, für eins
und allemahl zu quittieren, wie auch den ihrer Societet zustándigen fundum an gdt, mo-
bilien und verschiedenem Freymauwrer geráth zu verkauffen, darmit Sie dann alberdths
auch den anfang gemacht. Welches alies ihme durch h. Du Lignon nahmens der alten So­
cietet angezeigt worden.
In femerem dann mit der neüwen Freymauwer Sodetet in Lausanne eine solche aufgab
annoch mit Schwirigkeiten behafftet.
S.K.B. (Ratsmanual 185/149).

APENDICE N.* 55 H
Decisión adoptada por el Consejo de los Dosdentos.
3 Marzo 1745.
Hochgeachte und Gnádige Herren und Obere.
Wie durch ein Reglement, oder Mandat, per Affiches oder sonsten, diesen Frey Maurer
Soaeteten zu Statt und Land konnte abgeholfen werden.
Seit einigen Zeithen daharo sind bekanter massen MegH. Ráht und XVI. B e sch á ftig et
gewessen. wie der so genanten Franc Masson oder Freymáurer Gesellschaft, so in Iht
Cn. Landen zimlicher massen eingerissen, die abhelffliche Mass gegeben werden ktínne,
und habend darüber albereits, in soweith es das Vergangene anschon thut, die erforderliche
Beielche abgegeben, darbey es sdn Bewenden haben wird.
Fürs Künftige aber glaubten MegH. Ráht und XVI. insgesamt, d a s s nach dem Exempel
L ob l. Statt Genff durch ein Reglement und algemeines a u s s c h r e i b e n der fernere I n n h a l t
dieser Freymáurer Societet gethan werden kónnten, In Weis und form, wie a n g e s c h lo s s e n e r
project mit sich führet, und habend demenach Selben zu E :r Gn. Aprobation oder Corree*
tion hiemit referieren sollen.
r ^ M a n ie r aber, wie Selbige und an welchen Ohrten es zu publiciren, sind MegH-
Kant und XVI. in ungleicbe Gedanken gerathen und wird gefunden:
ni i?*1j^*n^*níen gedanken, weilen dissmahlen die Sachen in Hier Bíss an wenlg
Persohnei? ^Endiget, hingegen aber im Weltschen Landt annoch
f'anzlen ®erlssen’ dieses Mandat nur im Weltschen Land publicirt werden aolte V

4 r¿
Mit anderen Gedanken, und da bekant, dase von aUcrhand Gattung persohnen in die-
5-re Gesellschaft recipiert werden, glaubt man nóhtig solebes in Er: Gn. Teutsch und
Weltschen Landen und auch in hiesiger Haubt Statt publicieren zu lassen.
Eine Dritte Meinung wolte solche* nicht von Canzlen sonder per placard oder Affkhes
publicieren lassen.
Noch eine andere meinung will Selbies nur in hiesiger Haubt Statt und übrigen StStten
Er Gn. Landen per affiches Kundraachen lawen.
Alies aber wird Er: Gn. Beliebigen DUposition lediglich anheim gestellt.
Actum Coram Raht und XVI. den 25. Februaríj 1745.
Samuel Mutach
Ratschreiber
S.K.B. (Ratsmanual. 1745. 3 Mars).

APENDICE N.° 55 I
Ultimas determinaciones sobre la prohibición de la Masonería.
Bern, 3 marzo 1745.
An Alie Teutsch und Weltsche Amtleuth 4 Statt, Freyweybel und Ammán. Item per
Zedul an Cántzel. Das Frey Maurer Verbott Ihnen zu senden.
Schultheiss Raht und Burger, etc.
Angeschlossen hast Du von jeniger Verordnung, so wieder die Frey M*urer Wir aus-
geben zu lassen gutfunden, die Erforderliche getníkten Exemplaris, wekhe von Cantzlen
verlessen, und gebührender Ohrten offentlich anscrlagenzu lassen, auch Nachricht, deme
Mandaten Buch einzuschreiben wüssen wirst.
Und wird in Deinem Ambt. Es viellicht auch deren Sein werden, so diesere Gesdschafft
abschwehren müssen, ais habendt zu Dem Endt Wir Dir Copey, angeschlossen die Eydts
formul, wie die Geselschafft der Frey Mauwrer Abgescrwohren werden solí, zusenden
wollen, umb deren in vorfallenheit Dich bedienen zu kónnen, welebe Du auch dem Man­
daten einverleiben lassen wirst.
Datum 3t Martij 1745.
Eydsformul.
Wie selbige von den Frey Maureren beschwohren worden.
Schwehrend dieselben, von nun auss der sogenanten Frey Maurer Gesdschafft dermes-
sen ausszutreten, dass nit nur Sie keiner solcher Versamlung halten, besuchen noch bey-
wohnen, sonder auch Alien Ihren desshalb durch Eyd oder Glübdt besehworoen Verbind-
und Verpflichtungen, worin immer selbige bestehen mógen, für «Be Zdt feyeriidist auf-
und abgesagt haben wollind, ohn alie Gefehrd.
Wie die Schrifft weiset... ad formam.
Datum 26 febr. 1745.
S.K.B. (Ratsmanual. 1745. 3 Mars).

APENDICE N.° 56
Edicto de prohibición de la Masonería en Berna.
3 Marzo 1745.
NOUS l’Advoyer, Petit et Grand Conseil de la Ville et République de Beme, savoir
raisons par les Presents: Qu’aiant appris que la Société dite des Fnmcs-Massons, s’intn>
duisoit de plus en plus, dans les Villes et País de NÓtre Obeissance, et que ceux qui
etcuent incorporés dans cette Société, y étoient re^us sous divers engagements et m&ne
par serment.
Surquoi aiant fait de serieuses réflexions, et consideré que de pareilles Associations
sont. directement contraires aux Loix et Constitutions fondamentales de Notre Etat, et
Píirticuliérement aux defénses émanées, de Nótre part, de faire aucune assemblée dans Nos
1 es et Pa'is, á Nótre ins^u et sans Notre permission expresse; D’ou il Nous a parí), que
on n y aportoit á tems les remédes convenables, il en pouroit résulter des inconveniens
“angereux.
A ces Causes et par un effet de Nótre soin Paternel, tant pour le bien coromun, que
L m a.vanta«e de tous Nos Bourgeois et Sujets, Nous avons trouvé nécessaire et indispen-
de dissoudre et d’abolir totalement la dite Société. comme Nous le faisons par les

487
Presentes ct dé* «ujourd*hui. et de rinteitlire emiireraent pour l'avanir daña Nos Etats,
M il tous ceux qui vtvtnt et vivront nous Notre Domination. t
Ordonnan» ct statuan». premttrrmeot, que tous ccux de No* Bourycois et Sgjet», quj
sont auuellement connUs pour Francs-Massom, dojvent üfe. á ptrnm étre obllfé, d’abju!
rcr par Sermcni, les engagements qu \\% ont pris dans idilitc Sotlété, ct de le fulre Ince*.
samment par devani Ños Baillifs. .
2 ■Ounnt A Nos Bmirgeois ct Sujet* qui sont uctuclliment rranc-Massons, quol qu'ü*
nc saient pas eonnús pour tcls. et qui se trouvent néanmoins dan* No« País, ou qui pou-
rroicm v entrer d*ns i* suite. Nótre Souvcrmnc, Volonte est, que ceux qui se ttouvent dann
Non Etats soien tcin» dan* le tcmw d’un mois a comptcr dés la publicatlon de» Presen-
rcv ct ce¿x qui s’en trouvent absens. soient obli#és dans le méme terme, k compter des
leur retour de se dénoncer cux-mémes. ^«voir ccux qui se rendront dan» NAtre Ville
Capitale, i N6m* AJvoier Regnant, et ceux qui se rendront dans Nos autres Villes et Pata,
i Nos Baillifs, tlesqucls il* releveront, afin qu’cnsuite de ladite Dénonctation, ils soient te.
nm d'abjurer san*; Jdai leurs engancmem«. en la méme forme que les autres susditi Franc»
Masson» sont obligés de le faire
A déíaut de quoi les um et les autres subiront la peine et le chátiment ci-aprfcs énon«\
Mais afin que dans U suite, personne ne soit plus tenté de s’engager dans cette dité
S<x-‘cttf des Francs Massons, Nous avons trouvé bon d’ordonner et de statuer comme Nous
le ífltsons Q l’l tous ccux qui dans Nos País aggregeroient dans la suite quelqu’un dans
cet te Association, de méme que tous ceux de Ños Bourgeois et Sujets, qui sy feroient
incorpora. wit dans Nos País ou ailleurs, comme aussi ccux qui s'emanciperoient de fre
quenter dans la suite de telles assemblées, seront les uns et les autres mis i l’amende de
O nt Faus Mam v et en cutre privés des Charges, Benefices et Emplois dont ils se trou*
veroicnt actvellemcnt revétus dans Nos Pais, et s’ils n’avoient point d’Emplois, ils seront
déclarés inhabile d'v parvenir et d’en desservir aucuns á la suite.
Et quant i ia Place, ou Loge, dans laquelle ces sortes d’assemblées pourroient se teñir
dans la suite; Ln personne qui laura foumie, sera échúe & la tnéme Amende de Cent Ecus
Manes, dont un uers apartiendra au Délateur, le secónd tiers au Baillif du Lieu, et le der*
nicr aux Hópitanx ou .i la Bourse des Pauvres de chaqué Lieu, oíi l'assemblée se sera te­
nue Bienrntendu. que les Délinquans qui se trouverent hors d’état de satiafaire au pale­
món des susdites Amendes, seront bannis de Nos Terrea et PaTs, et n’y pourront rentm,
qu’üs ne les aient aquittéc:».
N’ous reservans au surplus de punir plus rigouresement et selon l’exígence du cas, les
Reñí tem, ou ccux qui non-obstan t leur abjuration, entreroient de nouveau dans cette So*
cicté ou en frequenteroient les assemblées.
Ordonnons et comandons sur ce, á tous Nos Baiqifs, de faire pubUer en Chaire et
aífklvr les Presentes aux lieux accoutumés, et de teñir la main & ce que leur tentar
'&v exartement cxrmtíe.
Donné en Nótre Grand Conseil le 3 Mars 1745.
/Tomado de Luthi T schanz, Die Freimaureri im Freistaat Bern 17)9-180},
BUittcr fiir bemische Geschichte, 14 (1918) 289-292).

APENDICE N • 37 A
'.atecismo Masón de la ciudad de Berna anterior al año 1745.
fy-rníscVie Freimaurrr Katechismen vor 1745.

í>n Iuj deniamle s'il a la voccatíon d esttre reetj. II repond qu'ouy, Ensuite on luí detnafld*
•on nom et surnom et qualité, on le depouíJle de tous se* metaux et joiaux qu'il P^V1
aumi sur luí comme bemeles, bagues, bocte, etc, On luí decouvre a nud le genouil droit,
on luí rait mettre w»u)ier gauche en pantoufle, on luí bande les yeux et on le (taro®
trn cet e»tat environ vne lieure, apres quoy le parrain va frapper trois fola a la POr(te rf
. . rcíCPtlor> ou est le Venerable Grand Maistre de la loge, qui «pona du o*’
^ r ^ tu01* a,ltrc* et faít ouvrir la porte, alors le Parraln, dit qu’íl ae prese*1'
A cl',i demande a estre reert. Nota qu'il y a en dedani et w
r ^ ¡ Í T í- c dr* fr^rc* «urveillan» l'epée nue a la main pour en « * rWf
lui ^ als,rp T ‘ a vn cordon hleu taiUé ™ triin *í* 0U c^ . dlt!
luí ^ i1» voration,
ff-
U <|ue le parraín va executcr. Le Recípiendaíre alant respondu quo«y
le (¡mntl Maiatre ordone d« le faire entrar. «Ion U ett introduít et an luí fait faire tta k
toiirn dan» la Chambre autour d un «pace décrit iuf le plancher ou Ion craiona, vne «Mece
(jc rcpré»entation du Temple de Salomon, aux deux tote* de cet eapace on a aut»y figoit
uvpc Ir trition vn grand I ct vn grand B dott on ne donne l’explícatlon qu’aprH la receja
non, et dan» le milíeu íl y a troí* flambeaux altamía poté* en Triangla, aur lequeia <m
jet te a l’arrlvée do Noulce ou de la poudre ou de la poix retine pour Tefraíer mír fttfat
que tela produit, l-e* troí» tour* fait», le Radpiendaire eet amené au miBeu oe remece
,|<<(iii comme II e»t marqué cy detaua en troí* temp». vi» i vi* le grand Maiatnr, qw eet
lMi hoiii d’m han» derrlerc vn fauteuil tur tequd on a mía Lr Livre de KEvangiiJe «don
Si. Ienn. II luí demande: Voua tente* vou* la vocation. Sur aa repoote qu'ouy, k Grand
Mu¡i re dii. faite* lui voir le jour, il y a aaaez longtemp» qu’il en eat priré. Dana eet ínttant
on lui debande les yeux Tou* lea frite*, aMcmblét en cerde, mettent J’epée k la imír,
mu fait avancer le Rccipieodaire en trola temp», jaquea a vn taboum qui ett au piad d'un
(iiuiruil. Le frere Orateur lui dit: Vou* elle* embraaaer vn oedre rcaoéctabi* qui cet pin»
seríeux que vou» ne pen*ez. II n’v a ríen contre la Loy, contre la Rengian, contre le Roy.
n’y contre le* moeur*. IJt Venerable Grand Maittre vou* dirá le reate, «n meme tempe on
|< fiiit unenouillef du genoux droit qui e*t dccouvcrt et quí e*t aur le tabouret. et teñir le
pial «anche levé en Pair. Le Grand Maiatre lui dit aJors: Vou* pwawu o de ne jatima
arirc, traccr, n’y reveler le *acret de* Frey Ma»*on* et de la Frómaeonerie, qu* vn frite
en loge, et en preaence du Venerable Grand Maiatre. Enauite on lui deoouvre la forge
pour voir ft'il n’eat point du *exe, et en lui met tur la mameUc gauche un cotnpa qu’fl tknt
lui meme, il po*e la main droitc aur l’Evangílc et pronooce aínay ton aerment.
|r permet* que tna langue toit arrachée et mon corpa brulé et reduit en cendre pour
cutre jet té au vent, afín qu’il n’en aoit partt parmy lea hoounet Dieu toit eo aide.
Apre» quoy on lui fait baiaer l’Evanglle. Le Grand Maiatre alar» a coaté de há, oa
lui donne le tablier de Freymacón, qui ett d’uoe pora blanche, vne paite de fandt dlwa»-
mr pour lui et une autre de remme pour cede qu'il catime le plu*. et on ha deone l’aa-
plicntion du T et du b écrít dan* le cerde, qui tont le timbóle de leur* ligue» pmr ae re-
conoitNer. L’J «ignifie Jakin et le B Boaiet qui tont deux mota A ngfoú qofl n priia w
dan» leur» «ígne» entre eux en portant la main droitc a la gauche du mentón, et la red-
mui Kur la meme ligne du coate droit et frappe enauite du coate de la baique de Phafcit
aussi du coste droit, aprea quoy on te tend la main en poaaant le pouee droit aur la pee*
rnicrr ct groóte jointure de l'index de b main de ton camarade en prononcant le mm de
Jakin, «prcR quoy on te frappe l’une et l’autre main droite aur la potrinc, puit on ae te*
prend la tnain en tnuchant reciproqueroent du pouce draát tur la groaae jototure du doégt
medicus et prononciunt le mot de Botii ou Boette. Cette cemaook fahe, ct cette explica-
tion «lonnée, le recipiendairc est nommé frere, chacun a ta bouteiBe deuant aoy, quaod on
veut hoire, on dit: donnea de la poudre chacun k leue. Le Grand Maiatre dit; Otatgea, on
met la poudre, qui est 1c vin, dan* le verre Le Grand Maistre é t : Mettet la amia tur vo*
iirmcs, ct on boit a la tanté du frkre en pwtant le verre a la bouche en trott tempe, aprét
quoy ct avant de remette ton verre tur ta table, on le porte *ur la matneflr jpaocbe. puta
Mir In droitc, ct cn»uite en «uant, le tout par troi* foi», et on la remet parpanoícolaiitmem
Mir la table, on *e frappe par troí* foi* dan* lea tnaint, oa crie par tnla ma, eaacva vtent,
on obun vc d'avoír tur la table troit flambeaux en triangle. Si par hasard on appercevoit,
on «onpeonoit que quelqun de tutpect »e fut iotroduit, on le oadare en dtaant: II pwt,
ee qui signifie qu’il ne faut rien dire. .__ __
(-omme il p o urrolt arriver que quelque profane eu t dacouvcrt le» ttgne* a » denotcnt
les termo» de Jakin et de Boaie*. po u r éviter tout* aupriaae on dit ae prenant la man «*»■
'J1,0 >• « t m arqué cy devant T. a quoy l’au tre repood A, le premie» K , k aecond rejw qoe
>1. et Ic dem ier N , ce qui «ignifie le mot d e Jakin 11 e tt de meme d e cehii d f Bom *
en prononcant alternativem ent et tuoceaaivem eit tou te» let l e t t m de ce m ot, et c e a t w
v' hi coin auquel *e reconois*em le* vrait frfcre*.
(R eproducido p o r L u tr i T í o i a n / , Die Fmtuntrem m Freirtatí B#n
17 J9 ISO), Bltttter fü r bem iache O tc h ic h te , 14 (1918) 16M 6JK
APENDICE N.° 57 B

Catecismo de los masones usado en 1744 por la logia de Berna.


Katechismus des Freimaures von ca. 1740-1744.
Principes Generaux.
De la Conduite dun Franc Ma^on, tels qu’on doit en faire la Lecture ¿ un Recipiendaire
Avant de Tlntroduire dans la Loge.
1 L’Ordre de la Ma<^>nnerie n’impose point d’obligations contraires á la Religión ¿
rEtat n'y aux bonnes Moeurs, il ne faut concevoir de cette Societé aucune autre Idée
que celle qu’on peut prendre naturellement d’une Assemblée d ’Honettes Gens qui vivent
sous les LoL\ auxqu elles ils se sont soumis aprés les avoir adoptées, et qui pour leur Sa-
cisfaction particuiére se sont formé un Sisteme, qui ne touche en aucune Fa^on, le Cuite,
[es Princes n ’y FHonneur.
2 L'objection quen íait ordinairement aux Francs Ma^ons consiste á dire qu’une
bonne Chose ne Doir pas rester dans le Secret, et que Tlntérét Général exige qu’on la
public, d ou il s ensuit que les francs Ma^ons ne seroient pas si obstinés á taire leurs prac­
tiques. si elles n’avoient, sinon un Büt mauvais, du moins une Dangeureuse Conséquence,
á cela Nous répondons que le principe qui oblige tous les Hommes á Communiquer ce
qu'ib savent étre utile. pour le Bien de tous, renferme des Exceptions particuliéres, l’Exem-
ple á souvent apris qu’une chose qui avoit été excellent, tant qu’elle etoit restée entre
iin peut Nombre de Personnes, avoit beaucoup perdu de sa valeur lors qu’on l’avoit divul-
gée, reí est le Cas ou les Francs Ma^ons se trouvent, le Secret qu’ils conservent si precieu-
sement serón avilí si rout un public en seroit le Dépositaire, et les hommes n’en deviet*-
drcient pas meilleurs. Car de méme qu’il est certain que l’homme ne peut étre bon Franc
Ma^ons sans étre parfaitement honnétte homme de méme ont peut étre fort honnétte hom-
me sans étre franc Magon, ainsi done Utilité de la Ma^onnerie est seulement pour Ceux
qui la Connoissent, on ne peut y parvenir que par la Voie du Mistére, et c’est une
Double Satisfaction pour Nous d’exiter la Curiosité et la Jalousie du public. Nous Nous
ammusont de ses propos, ils nous apprennent á Connoitre toutte sa Malignité et á Nous
en preserven
3. (NB cet A n id e ne doit etre lü qu’aux Catholiques Romains).
A l’Egard du scrupule que bien des Gens ont con^u au sujet des Censures Ecclésiasti-
ques, que Ion pretend étre lancées contre Nous, cet Objet ne doit pas inquieter lorsqu’on
veüt v réfléchir, sans vouloir se soustraire á l’Obeissance du St-Siege, il est permis de
Connoitre jusques ou va son pouvoir sur tout, lorsque Ton puisse la Régle de son Juge-
mzi.x c&ns Ies Sts-Cancns qui font eux mémes toutte l’Authorité du Souverain Pontife;
Or nous apprenons par ces Canons qu’une Excommunication ne peut etre valable qu’au-
tanr queüe a été portée en Connoissance de Cause, attendü que le Mal ne se suppose
point, etart surs comme Nous Sommes que le Pape n’a vas crü etre instruít de ce qui
üe passe parmi Nous Nous sommes déjá convenüs que l’Excomunication est nulle de plein
Droit. puis qu’elle a manqué du Moyen necessaire pr. la fonder mais á supposer que sous
le Titre de Censure Conditionelle elle puisse avoir quelque fofee, notre Conscience dans
:e Cas est notre véritable Refuge, et puis qu’elle ne nous reproche rien, nous devons étre
paríaitement tranquilles.
^ 4. L on est etonné que dans la Societé des Francs Ma^ons on admette indistinctement
<jen. de Difiéreme Religión, il faut observer 1. que Tem ne peút y regevoir que Ceux qui
p^rtent le Nom de Chrétiens, et que s’il s’y rencontre des Infideles tels que Juifs, Tures
ou autre¿ ils y sont entrés par Abus, faute d’avoir é t é bien connus. 2. A l’Égatd de ce
l lelange de Chretiens qui ont une Difference de Croyance, est une Raison politique que
Lon developera par la Suit, quont á present il suffit de d i r e , qu’á Ceux qui r e c o n n o is s e n t
.e meme Createur, et qui ne sont en Controverse que »ur quelques points de D o c t r i n e , plus
ou moins b:en entendue, peuvent d’ailleurs penser juste et étre d’accord sur les points
essentiels qui nous reunissent, c’est encore un Enigme, qui n’est permis d’expliquer qu
avec le Tenips; Au Reste la Vertú et l’Honneur se rencontrant dans touttes le (•) Sccte
mJPT • ,rT?eínej nous krions Gráce aux Hebreux et aux Mahometans, si nous n’avions des
Motifs independants de cet Objet qui nous forcent de les exclure.
’ jre m e. quíí. *a Vertu et l’honneur se rencontrant dans touttes les Sectes, il*
£ iL es l í f t8’ c’e8t P°ur<?uoi nous recevons dans la Ma^onnerie, toutte» Sorte*
de Fersonnes, sans Distinction de Qualité n’y de Rang, nous pensons avec Justice que totí»

490
les Hommes etant d’une Branche sortie de la meme Tige, ils «ont tous egaux, et nous
concluons avec fondement, que l’Harmonie Générale *e maintient bien plus Súrement
p.-,r <ette parfaite egalité, quand la Vertu seule procure des Distinctions et de* Egards,
d’ailleurs les Tallents se trouvent souvent plutdt dans des Gens d ’une basse naissance,
que chez Ceux d’une Extraction plus relevée, et les Talents Nous sont en grande Recom-
mandatton soit mecanique, musique, Philosophie, Eloquence, Geometrie. Peinture et autres,
d o u s devons nous y appliquer ils sont necessaíres á notre Bút, ainsi Nous devons en faire
notre Etude particuiére, chacun suivant le Genre qui luy est propre, car Nous naissons
tous avec des Despositions á quelque chose, il ne faut que les connoitre pour les mettre
ü Profit.
6. Tout Homme qui se propose d’entrer dans l’Ordre Royal de la Ma^onnerie doit
se souvenir que la Paix, l’union, la Charité, sont les príncipaux Devoirs vis á vis de ses
Fréres, que le ferme Attachement á la Loy de l’Evangíle, et la scrupuleuse Observance des
preceptes du Christianisme, sont ses Obligations essentielles vis á vis de Dieu, et enfin
que la Droiture la probité et la Veri té doivent étre ses Regles en Qualité d’honette homme;
La premiére Notion se subdivise en plusieurs parties, ainsy qu’il suit.
7. Pour maintenir cette bonne Union, l’on ne doit jamais parter en Loge de Matiére
de Religión ou de politique, il est difficile que l’on puisse disputer sans aigreur sur ces
sujets, ainsy l’on doit laisser á chacun cette Espece de sentiment etranger á notre Ordre,
!’on evitera done tout ce qui peut occasionner des Querelles et on laissera á la porte, toutte
Idee de Vengeance, bien resolú de se reconcilier, de bonne foy en entrant avec tous Ceux
qui sont Fréres et d’oublier tout ce qu’on peút avoir Contre Eux.
8. S’il arrive quelque Dispute entre Franc Masons, il n’est pas permis de la terminer
par les Voies sanglantes que le Monde authorise, mais tout doit se passer a l’amiahle;
la Loge doit juger souverainement de la Discussion fut elle méme en Matiére d’Intérét.
Le Libertinage est expressement deffendú et parmi les differentes Classes de Debauche
d’Adultere est surtout condamné, par la Conséquence qui en Resulte, á plus forte ndson
est il interdit á un Frére, et l’on ne peüt plus se faire un Jeú de tous les petits soins que
l’on peüt rendre imprudement á la Femjpe de son Frére, parce que, quand méme on ne
le trahiroit pas, il suffit qu’il puisse en con^evoir de l’Inquiétude.
Instructions Nécessaires pour teñir une Loge de Franc Masons et recevoir dans les
trois premiers Grades, comme il se pratique dans touttes les Loges.
Grade d’Aprentif.
On aprendra par les Réglements qui seront a la fin, qu’elles sont les Choses nécessaires
pour former une Loge, et qu’elles sont les Membres qui les composent. en supposant done
qu’elle soit reguliére voicy comme on doit y travailler.
Le Vénérable pour ouvrir la Loge, c’est a dire pour commencer l’ouvrage. s’adresse au
premier Surveillant et Luy dit.
Q. Qu’el est le Devoir d’un Maitre.
R. C’est de voir si la Loge est bien couverte.
Q. Sommes Nous á Couvert Frére.
Allor,; le 1er Surveillant envoi le second faire la Revue des Portes, eduy c’y retourne
et dit, J ’ay visité la Loge et nous sommes á Couvert, ee que le 1er Surveillant répéte au
Vénérable.
Le V. Ou est place le Vénérable dans Votre Loge.
R- A l’Orient.
Le V. Pourquoi á l’Orient.
R A l’Exemple du Soleil, qui ouvre. sa Carriére a l’Orient, de méme le Vénérable y
est place pour ouvrir la Loge, l’eclaires et mettre les Ouvriers I l*Oeuvre.
Le V. Quel Heure est il. . . . .
R- II est Midi Trés Venerable; NB II est toujours Midi lorsqu’il s’agjt d’ouvnr la
°8e, et Minuit lorsqui’il s’agit de la fermer.
Aprés cela le Vénérable frappe trois Coups de son Marteau. á quoi le premier et se-
c°nd Surveillant repondent de méme, et le Vénérable dit au 1er Surveillant, Frére aver-
tissez les fréres que la Loge d’Apprentis est ouverte, le 1er Surveillant le dit au 2d. qui
C 1 f tous les Fréres. Cecy se fait etant debout, et cela fini le Vénérable s’assied, et dit
ai,x •''eres, asseyes Vous Fréres, ce qu’ils font, et allors la Loge est ouverte.
(Reproducido por Limo T schanz, ibidem, pgs. 164-167).

491
APENDICE N.c 58

Real y Electoral Decreto del Consistorio de Hannover relativo a los Francmasones.


14 Enero 1745.
Des Kónigl. und Churfürstl. Consistorii in Hannover Verordnung, die Freymáurer
betreffend.
Unsere freundliche Dienst zuvor.
Ehrwürdiger. hochgelahrter, günstiger, guter Frcund!
Wir geben euch hiermit zu vemehmen, was masen ein gewisser Prediger in hiesigen
Landen sich unterstanden, in die sogenante Freymaurergesellschaft sich zu begeben.
Gleichwie aber einem Prediger überhaupt nicht anstehet, etwas zu thun, welches an sich
zwar indiferent seyn mochte. wenn dadurch ein Aergeniss, oder Anstos bey der ihm an-
vertraturen Gemeinde oder auch bey andem veranlasset wird, sondern selbiger, vermbge
der heil Schrift, und seines Gewissens, verbunden ist, solche Sachen zu unterlassen, so
i3t er am allerwenigsten befugt, einer Societat deren Leges und Sfatuta er nicht vorher
weis und ensiehet. mit eidlichen oder sonst sein Gewissen verbindlichen Verpflichtungen
sich zu associiren. wenn auch gleich vorgegeben werden mochte, das vornehmste Absehen
der Societat bestehe in einem vinculo caritatis ■ . allermasen die Christen in der heiligen
Schrift ein so starkes vinculum caritatis haben, dass sie keines andem bedorfen:
So ist diesem Prediger sein Verfahren nicht nur nachdrüklich vermiesen, sondern auch
anbefohlen, aus solcher Gesellschaft sich wieder los zu machen, und denen dabey üblichen
Gebrauchen zu renuntiiren
Damit inzuñschen andere durch dergleichen ungebuhrlichen Vorwiz sich nicht ebenfalls
reisen lassen mogen. in solche Gesellschaft su treten: so begehren, nahmens Ihro kbnigli-
chen Majestát von Grosbritannien, und churfürstlichen Durchlauchtigkeit, unsers aller-
snadigsten Herm, \vir hiermit, ihr wollet alien und ieden unter der euch anvertr&uten
Inspeaion stehenden Predigem, mittelst Communicirung dieses Rescripti per Circulares
anbefehlen, dass sie bey Vermeidung nachdrüklkher Strafe, in die Freymaurergesellschaft
sich nicht begeben wollen.
Wie dieses geschehen. darüber wollen wir euren Bericht innerhalb 4 Wochen erwar-
ten und sind euch zu íreundlkhen Diensten geneigt.
Hannover den 14ten Januarii 1745.
Konigl. Groslwitann. zum Churfurstl. Braunschweiglüneb. Consistorio Verordnete, Di­
rector Consistorial und Kirchenrathe.
Joh. Pet. Tappen
A.H.E.W, (Vol. IX (1745 ) 404405).

APENDICE N.° 59 A
Normas dadas contra las asambleas de francmasones en Toulon.
Le Comte de Saint-Florentin a Mr. de Glené, Intendant de Provence.
París, le 2 Mai 1745.
Je suis informé, Monsieur, qu’il y a en Provence et principalement á Toulon, des Fri-
ma^ons qui tiennent Loges et se multiplient en recevant toutes sortea de personne*. Sí
Majeste n’approuvant pas ces sortes d’assemblées, je vous prie de vouloir bien donner des
ordre-, pour les empécher.
A.N.P. (0' 441, fol. 96).

APENDICE N.° 59 B
Informe de la policía de París sobre los francmasones.
Paris, 7 junio 1745.
Monsieur,
Jai 1bonneur de vous rendre compte que la Loge qui devait [se] teñir hier [dinwocW
juin, jour de la Pentecóte] ne doit se teñir [que] demain mardi [8 juin] i l’hdtel de

492
Soissons et c’est le Sr. Le Roy, traiteur, rué St. Germain-L’Auxerroi», qui doit faire le
repas. L’on y doit recevoir M. l’abbé de Voígny et le Sr. Thomasin, comédieo italien.
Le mot du guet [mot de passe] est pour entrer & l’aasemblée: demander le Suisst et lui
diré mardi.
(> 7 Juin 1745.
Pousaot'Vierrey
B.A.P. (Fonds bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 314).

APENDICE N.° 59 C
Noticias de los masones de París, tomadas de diversos Gazetines.
Paris, 8 Junio 1745.
Aujourd’huy 8 á une heure aprés midi, les archers de la Pólice ont surprís l’bótel
de Soissons des frei-massons assemblés pour une réception. On a lause afier 2 ou 3 ma-
gistrats et quelques moines dont deux Bénédictins, l’un de St. Denis, l’autre de St. Martin.
Quelques autres se sont sauvés. On en a mené chez M. de Marville dix ou douze qui
n’ont pu échaper. On a enlevé avec eux leur dioer, bufet, et tous les Instruments de leurs
cérémonies; le tout est en depót chez un exempt de la Pólice, on a pris leur noms et on
les a renvoyés.
B.N.P. (Mss. Fr. 13701, fol. 128).

APENDICE N.° 59 D
Paris, 9 Junio 1745.
Ils étaient en tout au nombre de 30 á 35 parmis lesquels il y avoit deux commasaises,
un maitre des requétes et sur Tune des tables étoient deux livres in folio minees et manus-
crits consistant presque tout entier en papier blanc, excepté les premieres feuilles ou étoknt
peints les cérémonies en mignature d’une tres grande beauté, le oommencement de l’évan-
gile de St. Jean et un passage de 1’ecdésisatique étoient écrits sur les feuiües suivanees;
entre les deux tables; il y avoit une caisse avec une espece de drap mortuaire et qudques
instruments ou attribus de la mafonnerie. Lorsque l’exempt fut entré, un des assistaots
lui dit que s’il avoit un peu plus attendu, les freemacons l’auroient prié de diner avec eux,
le traiteur lui declara qu’il était freema^on et que c’étoit le teme repas qu’il leur donamit.
II y avoit pour un millier de pistolles de vaiselle d’argent qui a été mise en dépAt «vec k
reste. On dit que c’est la loge de M. le comte de Qennont.
B.N.P. (Mss. Fr. 13701, fol. 127).

APENDICE N.c 59 E
Informes de la policía de París sobre las asambleas de francmasones.
Poussot-Dadvenel a Marville.
Paris, 14 Junio 1745.
Monsieur,
J’ai l’hcnneur de vous rendre cotnpte que suivant vos ordres j’ai fait, conjoinltflWtí
avec le Sr. Dadvenel, d’exactes recherches pour découvrir la résidence de trois benédto-
tins qui se sont trouvés ü l’assemblée des Freys-Ma^ons de l’hótel de Soissons [du 8 Juin
1745], Je n’ai pu encore en découvrir que deux; ils sont de l’abbaye St. Martin.
On les a vu hier dans le cloítre de ladite abbaye, qui causaient avec le S. Dupeuille,
marchand de galón d’or, un marchand de bas et un peintre: ils sont tous trois Freys-
. 1a9°ns et étaient du nombre de ceux qui ont été conduits devant vous, Monsieur, le
jour que j’ai interrompu leur cérémonie.
Le marchand de bas est ci-dessus parlé était Pun des récipiendaires.
On ne sait pas positivement les noms de ces Religieux. L’un d‘eux nous a A t sappder
fTomentin et nous a déclaié étre de St. Martin; il y a apparence qu’ü ift accuaé plus
j^ste son nom que sa demeure. Malgré Téclat qu’a fait Tarfaire de lintel ae Soissons,
1 y a toujours eu depuis ce temps des réeeptions ou assemblées.
Poussot-Dadvenel
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 330).

493
APENDICE N.° 59 F

Poussot a Marvillc - Duval


Paris, 17 Junio 1745.
fe n’ai encore pu savoir au juste le nom des trois religieux qui étaient en Loge [le
mardi 8 Juin 1745 a l’hótel de Soissons]. II est certain qu’ils sont de St. Martin-des-
Champs. mais point sujets au supérieur, ils sont attachés á l’abbé [le comte de Oermont,
Grand Maltre des Francs-Ma^ons], Je saurai de M. Le Vasseur, qui est intendat de l’abbé
qui ils sont, mais il faut aller doucement. Don Placide est un des trois.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 3)1).

APENDICE N.° 59 G

Noticia, obtenidas en París, en los paseos públicos y en los cafés.


Paris. 20 junio 1745.
On était instruit depuis du temps, qu’il se tenait á Fhótel de Soissons des assemblées
de Francs-Ma^ons, qui devenaient de jour en jour plus nombreuses, et dont tous les voisins
étaient scandalisés. En conséquence, on a pris des mesures pour tácher de les surprendre.
Mardi 8 de ce mois. s’y étant transporté, on a trouvé quarante-deux Francs-Ma^ons assem-
blés ensemble et tour préts á faire une réception. On a saisi leurs livres et la plus grande
partie de leurs ustensiles.
Une partie de ces Francs-Ma^ons a été amenée chez le lieutenant de pólice, qui leur a
íait un réprimande. Dans la compagnie, il y avait trois bénédictins; du reste [c’est-á-dire
á pan ces bénédictins], des marchands et autres gens d’assez bas étage.
Les francs-Ma<;ons sont fort intrigués de cette aventure et ont méme fait des menaces
á ceux qui les avaient surpris.
Les trois bénédictins qui étaient dans la Loge des Francs-Ma9ons qui a été surprise
!e mardi de la Pentecóte. dans l’hótel de Soissons, sont de Saint-Martin-des-Champs, et le
traiteur qui devait fournir le repas a été condamné vendredi [18 Juin 1745] en trois mille
livres d’amende.
II était venu plus de deux cents Francs-Ma^ons á l’audience.
(Tomado de B o i s l i s l e , Lettres du Lieutenant Général de Pólice Feydeau
Je Martille au ministre Maurepas, Paris, 1896-98, t. II, pág. 91).

APENDICE N.” 59 H
Nota iin techa ni firma, pero que parece ser del Jefe de policía Duval.
Assemblée de 40 Francs-Ma^ons á l’hótel de Soissons pour faire des réceptions le mardi
de la Pentecóte 1745. Le Commre de la Vergée s’y est transporté et a saisi les ustensiles
de la maconnerie, et le Traiteur appelé Le Roy a été condamné á 3.000 livres d ’a m e n d e
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 318).

APENDICE N" 59 I
El ministro Maurepas al Rey de Francia, Luis XV.
París, 17 Junio 1745.
Votre Majesté verra, par la feuille méme d’aujourd’hui qu’on n’a pa* ménagé les franc*-
ma^ons, et que leurs menaces n’ont eu aucune suite. C’étoit d’ailleur» tou» gens de J*
ímus vile espece. Ce qu’il en a été pris n’etoit que de» instrumenta, outils et autre» cnose»
tomies pour servir á la réception; mais il n’y a point de réglement». ,
(Tomado de B o i s l i s l e , Lettres du Lieutenant Général de Pólice Feydr*"
de Marvillc au ministre Maurepas, Parí», 1896-98, t. II, pág- 106).

494
APENDICE N* 60
Nueva Sentencia de la Policía de París renovando la prohibición de reunirse o formar
asociaciones, o de que estas sean recibidas en Fondas, cabarets, etc.
París, 18 junio 1745.
Nouvelle Sentence de Pólice.
Qui renouvelle les défenses a toutes personnes de s’assembler, ni de former aucune
Association, et aux Cabaretiers, Traiteur* et autres, de les recevoir che* eux; Et
]c nommé Leroy, Traiteur, en trois mille livres d’amende, pour avoir contrcvenu auxdites
défenses.
Extrait des Reistres du Greffe de l’Audience de la Chambre de Pólice du Chátelet de
Paris. Du Vendredi dix-huit Juin mil sept cent quarente<inq.
Sur le Rapport fait en Jugement devant Nous -a l’Audícnce de la Chambre de Pólice
du Chátelet de Paris par Maítre Charles- Elisabeth de Lavergée, Conseiller du Roi, com-
missaire au Chátelet de Paris, préposé pour la Pólice au Quartier du Palais Royal, con-
tenant que de tous les temps, par des Ordonnances de Sa Maiesté, par les Arréu du Parle-
ment et les sentences et Réglements de Pólice, il a été défendu a toutes personnes, de tel
état, qualité et conditions qu’elles soint, de s’assembler, ni de former aucune Association
sous quelque pretexte et quelque dénomination que ce soit, et á tous Traiteurs, Cabaretiers,
Aubergistes et autres de recevoir lesdites Assemblées et de leur fournir des repas, i peine
d’amende, de fermeture de leurs Boutiques pour la pretniére contravention, et d’étre pour-
suivis en cas de récidive;
Que, cependant, au préjudice de ces défenses, lui, Commissaire, a trouvé, le Nbrdi
huit du présent mois, entre onze heures, et midi, une Assemblée de quarante personnes
de différents états dans un Appartement á l’Hótel de Soissons, rué des Deux-Ecus, ou
il s’est transporté;
Que la plus grande partie des personnes qui composaient cette Assemblée étaint enfer-
mées dans une grande Chambre obscure, pour la réception, ont-ils dit á lui Commisuire,
de trois ou quatre Frey-Ma^ons; dans laquelle chambre et un cabinet ensuite étant entré,
il s’y est trouvé plusieurs choses servant a ladite réception, que lui Commissaire a détaiüées
dans son procés-verbal et fait enlever; á laquelle Assemblée, Denis Leroy, Maitrc Traiteur.
rué et Paroisse Saint-Germain-L’Auxerrois, devait servir un diner ledit jour en l’appar-
tement au-dessus, dans le meme Hotel, á raison de quatre francs par téte sans vin, et,
pour ledit diner, ledit Leroy avait déjá envoyé le Unge de table, partie de rargenterie
et vingt-cinq flambeaux de cuivre, ainsi qu’il a été dit au Commissaire, auquel ledit Leroy
en est non seulement convenu, mais encore lui a dit que depuis six mois il avait foumi
á cette méme Compagnie, dont il est Frére Servant, et dans le méme endroit, huit repas;
dont du tout lui, Commissaire, a dressé son proces-verbal ledit jour; pour quoi il aurait
par Exploit de Louis-Fran^ois de Revel, Huissier á Verge et de pólice, en date du seise
du présent mois, fait assigner á la requéte du Procureur du Roi ledit Denis Leroy a com-
paroir á cette Audience, pour répondre á son Rapport;
Sur quoi Nous, apres avoir oüi ledit Maítre de Lavergée en son Rapport, ledit Leroy
en ses défenses et Monsieur Maítre Aubert de Tourny en ses conclusions, ordonnons que
les arréts et Réglements du Parlement, Sentences et Ordonnances de Pólice coneemant
les Assemblées non autorisées et notamment nos sentences des quatorze Septembre mil
sept cent trente sept et cinq Juin mil sept cent quarante-quatre. serón exécutés sekm leur
forme et teneur et en conséquence faisons défenses á toutes personnes, de quelque qualité
qu’elles soient, de teñir des Assemblés sous quelque prétexte que se puisse étre, et á tous
Traiteurs, Cabaretiers et Aubergistes de les recevoir chez eux et de leur foumir des repas,
méme en maison étrangére, á peine de trois mille livres d'amende pour chaqué contra­
vention, et d’étre procédé extraordinairement contre les contrevenants si le cas y échoit.
Disons que les effets, trouvés dans les différentes chambres oú se tenait 1’Assemblée
dont il s’agit, son et demeurent confisqués au profit du Roi, i l’exception de r argenterie,
i I*nge de table et des vingt-cinq flambeaux de cuivre qui ont été rendus, en exécution
1 Notre Ordonnance dudit jour huit du présent mois. Et pour la contravention commise
^?r. it Leroy, le condamnons en trois mille livres d’amende, et lui faisons défense de
recidiver sous peine de fermeture de Boutique, privation de son état et de puniñon exem-
P flire, sur laquelle avons adjugé six livres audit Revel Huisster. Et sera notre présente
sentence exécutée nonobstant opposition ou appellations quekonques et sans préjudice d’ice-
lles- imprimée, lúe, publiée et affichée dans tous les lieux et carrefours de cette Ville et

495
Faubourgs accoutumés, meme á la porte dudit Leroy, Traiteur, á cc qu$ personne n'en
Prét“ d{Cu¡t*Sk e t T í S ^ p a r nous, aaud^H enriFeydeau de M asille, Chevalier, Comtc de
Gicn, Conseiiler du Roi en ses Conseils, Maitre de Requétes Ordindre de toa Hótel, Lieu-
tenant général de Pólice de la Ville, Prévóté et Vicomte de París, tenant le siége de
l’Audience de la Chambre de Pólice dudit Chátelet les jour et an que dessus.
F eydeau de M arville
M oreau
Le G ras, Greffier.

La Sentence ci- dessus a été lúe et publiée i haute et intelligible voix, á son de trompe
et cri public, en tous les lieux ordinaires et accoutumées, par mol F. Jacques Frangís de
Campan, Huissier á Verge au Chátelet de Paris, y demeurant rué Aubry-Boucher, Paroisse
S. Fos^e, Commis á l’exercice de Juré Crieur ordinaire du Roi de la Ville, Prévóté et
Vicomtc de Paris, soussigné, accompagné de Louis-Fran^is Ambe2ar, Jacques Hallot, et
¿laude Louis Ambezar. Jures Tronipettes, le 28 Juin 1745, á ce que personne n’en prétende
cause d’ignorance, ct atfichée ledit jour esdits lieux.
Signé: D e Campan.
i,Publicada en la Imprenta de P. J. Mariette, imprimeur de la Pólice, 1745),

APENDICE N.° 61 A

Informes de la Policía de París sobre los francmasones.


París. 20 junio 1745.
Le Pére Bourdaneuve des Grands Augustins précha le 17 Juin dans leur Eglise. Ce
Religieux qui est Franc Ma^on préche assez bien et du nombre de ses auditeurs qui était
fort grand, i! y avait bien une trentaine de ses confréres Francs-Ma^ons.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 333).

APENDICE N.° 61 B
París, 17 Junio 1745.
II se doit teñir aujourd’hui une Loge aux environs de Paris [á Livry]. Je serai á
portée de savoir les noms de tous ceux qui y auront été. Poussot
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 331).

APENDICE N.° 61 C
París, 27 Junio 1745.
Monsieur,
J’aM*bonneur de vous informer que j’ai re^u un avis certain que mardi prochain 29
Juin 1745, le nommé Potel, commis á la volaille, Maítre de Loge de Freys-Masons, doit
recevoir un nouveau Frére. On ignore si l’assemblée se fera dedans ou dehors de París-
Le futur récipiendaire est un négociant de Péronne qui doit partir le lendetnain et qu»
ne se fait Freys-Ma^on que par curiosité. On dit que le vicaire de Saint-Paul seta de 1*
Loge. Je vous prie, Monsieur, de mTionorer de vos ordres & ce sujet, savoir, s’il faut suivre
cette affaire.
[Nota añadida por Marville. 28 Junio 1745].
Diré a Pcnusot qu’ií peut aller en avant sur cette affaire, lui expédíer les ordres doflt ^
peut avoir besoin. Je serais cependant bien aise de savoir auparavant s’il est posslble, 1*
00 1«wemblée doit se teñir, le nombre et l’espéce des personnes qui doivent la compo***-
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 335).
APENDICE N.• 61D
París, 28 Junio 1745.
Monsieur,
II n’est pas possible de diré positivement ou se tiendra la Loge dont il est parlé daos
le rapport ci-joint.
Les Freys-Mafons sont si réservés sur cet article que le récipiendaire dont est
ne le sait pas encore, il ignore méme s’il sera recu demain ou aprés-demain, il est súr
que ce sera l’un ou l’autre de ces deux jours [9 ou 30] Juin.
On ne peut pas s’assurer du nombre des Freys-Mafons qui se trouvcront a cette assem­
blée, on sait seulement que ccux qui y sont ci-dessous dénommés se propocent d'y étre:
Potel, commis á la volaille, Mte de Loge et auteur des couplets ímp^rH fvw qyj
paru sur l’affaire de Soissons. Froment, aussi commis á la volaiBe, Orateur de la Loge,
de Bruire, chapelier, Trésorier de la Loge, Rousseau, borloger (c'est lui qui doit recevoir
la récipiendaire), un Chevalier de Saint-Louis dont on ne sait pas le ñora, le vicaim de
Saint-Paul.
[Nota añadida por Mar ville].
Quand on saura positivement ou la Loge se tient, je pourrai donner des ordres, «m?
cela je n’en donnerai point.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 336).

APENDICE N." 61 E
París, 15 Julio 1745.
Monsieur,
J ’ai l’honneur de vous informer que le Sr. Gosselin, négociant a Péronne, doit étre
regu ce soir chez lui Frey-Ma$ons par Potet [Potel], commis á la volaille et Gaodet, bor-
loger. Ils ne seront que six. Cette réception se fait dans rappartement dudit Sr. G andía
parce que Potet, qui n’a pas beaucoup de crédit, n’a encore pu s’assurer d’une maison
Royale, comme font ses confréres, et qu’il craint la prison.
On m’a assuré qu’il y a eu pendant mon absence une assemblée de cent cinquante Freyv
Ma^ons á Saint-Cloud dans le cháteau méme. On doit en faire iacrwamma n une autre
de 250 au Grand Commun de Versailles.
Poussot
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11.556, fol. 340).

APENDICE N." 62 A
Informes policíacos de Dadvenel relativos a los francmasones.
París, 30 Junio 1745.
Monsieur,
L'Assemblée de Freyma$ons qui devoit se teñir au Chateau de Livry a eu lieu; mais
elle ne s’est pas faite audit Cháteau. II y a, á quelque distance de Livry au milicu de la focét
une Abbaye que l’on dit appartenir aux Religieux de Ste. Geneviéve. C’est dans cette Abbaye
que les Preysmavons se sont rendus hier 29 juin á sept beures et demie du matin. Ils etoient
environ quarante, syavoir seise dans une grande Calécbe, seh* autres dans quatre cánones
de remise, ct sept ou huit á cheval. Ces demiers formoient une espéce d «corte et ennu-
noient beaucoup ceux qu’ils rencontroient sur le ebemin. Aussitót qu’ils ont été atiivé a
la ditte Abbaye, on leur a ouvert la porte de la basse Cour; tout y a été regu: Les Frey-
ma^ons, les cochers, méme les chevaux; on n’a rien vu psroitre de la joumée. Les cartosses
ont été laisés á l’abandon dans la fórest. Ils y étoient encore a huit beures d u so ir que
w tnouche [l’inspecteur de Pólice] s’est retirée. Avant sa retraite M. s’est assuré du lieu
positif de l’assemblée. Elle s’est faite dans un bátiment elevé dans la basse cour entource
¡«rdins et de fossés. Ce bátiment a issüe dans l’interieur de l’abbaye.
[Nota de Marville],
En parler A M. de Livry. Donner rendeavous i samedi (3 Juillet] ou mardi [6 Juillet].
B.A.P. (F omds Bastille, Mss. (cartón) 11.556, fol. 337),

497
32
APENDICE N.° 62 B

París, 12 Julio 1745.


Monsieur, ., . . , ... .
J’ai l’honneut de vous remire compte que j ai vu un des deux cuisuuers qui a fait fe
repas des Francsma?ons a l’abbaye pres de Livry Aprés avoir parlé de choses et d’autres,
¡ ai fait tomber la conversation sur leur compte. II m a du qu il y avait eu trois assemblées
et que la semaine prochaine il devait y en avoir une oü l’on contait [comptait] que le
prieur se ferait recevoir avec un M. [marchand] de province, qu’il en coútait sept louis
par personne. que, les dépenses se montant fort haut, on ne tenait d’assemblée pour le
moins que [pour] trois ou quatre récipiendaires, que la demiére était de sept. C’est le
concierge de l’abbaye qui prend soin de tout. Ils sont venus seize dans une gondole aux
armes du Roy, les autres á cheval ou en carrosses de remise, ce qui cadre assez au rapport
que nous avons cu 1 honneur de vous donncr [le 30 Juin],
II sait tous Ies tenants et aboutissants. II m’a dit méme qu’il y en aura une en bref
r^an< le faubourg Saint-Germain, qu’il s’en est tenu une dans la rué Saint-Thomas-du-Louvre.
Le chet de cuisine de Mr. de Livry s’est fait recevoir, son maitre l’en a grondé, ne l’étant
certainement pas; on a voulu le recevoir aussi, il n’a pas voulu. C’est ce chef de cuisine,
qui se nomme Groissilliers, qui entreprend les repas. II m’a dit aussi que l’intendant, qui
est Franmasson e: qui arrange les cérémonies, devrait vous apporter une lettre de la part
de son maitre, qu’il avait peur d’avoir la téte lavée.
Ce particulier doit revenir demain matin parce qu’il demande la liberté d’une femme
qui est á l’Hópital [Bicetre], Si Monsieur veut, je lui ferai parler et, sous prétexte de
lui rendre sa femme, on saura par lui bien des choses qu’il est tres diffícile de découvrir.
Te le connais depuis quelque temps; je crois qu’on peut s’en rapporter á ce qu’il dirá.
Dadvenel
B.A.P. {Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11.556, fols. 338-339).

APENDICE N.° 62 C

París, 30 Enero 1746.


Monsieur,
J ai l’honneur de vous rendre compte que la Loge de Francmagons s’est tenue dimanche
demier [23 Janvier], comme il avait été décidé, chez la veuve Pignon, cabaretiére «Aux
deux boules*. au coin de la rué [des rúes] du Petit-Lion et Montorgueil. L’assemblée était
de seize personnes, la féte a duré jusqu’á ninuit; c’est le Bossu en question qui était le
eres Respectable, le Cher de Felvüie, 1er Surveillant, le frére du Bossu, perruquier, 2*
Surveillant, [...] de la Valette, officier dans le Régiment de Lowendal, et le Sr. La Haye,
chirurgien ¿ans ledit Régiment [...] C’est le Bossu qui conduit et dirige toutes choses [...]•
li 2 tenu des discours au café, avec un officier du régiment de Lowendal qui n’était point
de la Loge, les plus outrageants á votre sujet [en] présence de plusieurs personnes.
J’ai par écrit l’origine des Francsma?ons, ce qui se passe dans leurs réceptions, le
secret [les secrets], s il est vrai qu’il y en ait, de l’apprenti, du compagnon, et du maítie.
Quand vous jugerez a propos, je vous les remettrai, et le récipiendaire qui a été re$u com*
pagnon et maitre vous éclaircíra par attitude tout ce qui s’y passe. La chose n’est pa*
longue. je crois qu’il est á propos que vous le voyiez si votre commodité le permet... II
do't ■en teñir une Loge écossaise dimanche prochain [5 Février]: c’est le Sr. de la Valette
qui ¿era le tres Respectable, attendu qu’étant du pays, il y a d’autres formalités qúen
France.
La maitresse du cabaret oü s’est tenue la Loge ignore ce qui se passe chez elle. Comme
est veuve, elle a un garlón de confiance qui est Francmacon, et fait teñir la Loge
son msu.
Dadvenel
[Nota de Marville],
II faudrait dire á Dadvenel de me remettre le secret des Frimacons qu’il dit avoir, ap*^®
avoir examine le tout, de me décider sur le partí á prendre.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11.556, fol. 343).

498
APENDICE N.# 62 D
1,° de Febrero de 1746.
Monsieur,
Le Bossu dont j’ai eu l’honneur de vous parler daos moa demier rapport est un nominé
Sellier, fils de perruquier, se disant de conditíon, dont vou* «vez connoúsance. II a été
amené devant vous par le Sr. Vierrey pour affaire que j’ignore. II vous manqua de respect,
vous l’envoyátes au Fort L’évéque, non pas [par] rapport á cela, mais á l’tffaíre pour laque'
He vous l’aviez mandé. II est sorti de prison par lettre d’exü; il a obtenu aon rappel t t
Paris] je n e sais comment, et depuis ce temps il ne vit que de la Francmayonnerie et d& ite
journellem ent des termes peu propres, dans tous les cafés et autres lieux, á votre tu jet.
U s’est tenu dimanche dernier [30 Janvier] une Loge fort nombreuse dans le faubourg
Saint-Marceau, chez un particulier qui s’est fait traiteur exprés pour faátiter les recépáons.
II doit s’en teñir une dans peu au méme endroit. II sera fa a k de les «ttraper.
Les Bouchers en ont tenu une aujourd’hui dans le faubourg Saint-Antonine. dont je
vous rendrai compte des particularités.
J ’aurai l’honneur de vous adresser incessamment les papiers en général.
Dadvend
[Nota de Marville].
Joindre ses [ces] raports á tout ce qui a trait au* Frémacons.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11.556, fol. 346).

APENDICE N* 62 E
París, 5 Febrero 1746.
Monsieur,
J’ai l’honneur de vous rendre compte que le mercredi jour de la Chandrleur [2 Février]
il y a eu Loge tenue chez Lavilette, étalier boucber, demeurant rue Phflipo, et que la Loge
a été composée de vingt-neuf Francmasson [sic] et que c’est Danguy Larvidle qui y a
présidé comme le vénérable ou le Mr. de Loge, charpentier. La musette y était: il y avait
un Négre qui est des Menus plaisirs du Roy, un trompette des gardes du Roy, un Sergent
du Régiment du Roy qui a pris la capote de la maitresse de la maisoQ pour que, k minuit
et demi quand il s’est en aié, on ne connüt pas son ordonnanct.
II y avait cinq á six boulangers, autant de bouchers, dans lesquels était le Dommé Do-
minique, étalier de Barre, boucher rue Saint-Martin, proche la roe Montmorency. Le maitre
de la maison a été fait cordon bleu, c’est-á-dire officier et revétu du cordoo Ñeu, attendu
qu’il manquait un officier. II n’y a eu ce jour-lá que deux récipiendaires. Le repas finí,
c’est-á-dire les santés ayant été toutes bues, un particulier but á la santé des chiens «qui
nous ont gardés et mis á l’abri de la ftue Pólice»; pour quoi, ayant été accusé devant
le vénérable, il fut condamné á boire de l eau et donner 5 sois aux pauvres, attendu qu’il
n’y avait pas de Frére servant.
Le lendemain [jeudi 3 Février] on s’est assemblé 10 á 12 Aux armes de France, rue
de la Vannerie, par «picnique». Voilá tout ce que je sais de cette Loge et dont j’ai l’hon­
neur de vous rendre compte.
Dadvenel
La méme Loge doit se teñir jeudi [10 Février] au soit. il y aura 3 récipiendaires.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 347).

APENDICE N.° 62 F
Paris, 18 Marzo 1746.
Monsieur,
J ai l’honneur de vous rendre compte que la Loge de Francs-majoos éoossaise doit
enfin se teñir dimanche prochain [20 Mars]. Ils seront environ 40 personnes y compro
^piendaires. Ce doit étre du beau. Si l’on n’arrftait pas cette loge, de loagtcmps on
"e pourra parvenir i en arréter, attendu que M. de la Valette, offider irlanda», qui doit
re le Grand mattre, est sur son départ pour rannée.

499
Comme toutes celles que nous avons arretees la [1 ont] été dans la cérémonie di
Récipiendaire, et que Ion ne doute plus de ces sortes de céremomes [cest-^dire
en connait le détail], si Monsieur juge á propos, nous les arréterons á table oú 1| »
oasse une autre cérémonie que Ion ne savons pas encore lis sont avec leurs cordons bleu
SHes habits de cérémonie. D’aiUeurs le diner sera splendide en maigre et en gras, ce qu
fera double contravention á cause du careme. Le fruit est déjá commandé che* le fruitíe
oransé II faut que je donne deux louis pour un récipiendaire.
f a i l’honneur d’attendre vos ordres incessamment atin de me mettre á portée de n<
pas les manquer, et Monsieur sera encore en état d’aller l’apiés-midi á Versailles.
Dadvenel
[Nota de Marville].
Rendu compte [au ministre Maurepas].
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 349).

APENDICE N.° 62 G

Paris, 6 Abnl 1746.


Monsieur,
í'ai I’bonneur de vous rendre compete que le pere Poget, Mathurin, a été re^u franc-
ra^on jeudi dernier [21 Mars] par Potel, M® de Loge.
La réception s’est faite chez Poget, cbandelier, rué Guenegault, aussi Franc Ma^on el
frere du recipiendaire. II n’y avait á la réception que six officiers, et le soupper s’est fail
chez Landelle. traiteur, rué de Bussy, ou ils n’ont fait aucune cérémonie afin que la chose
püt étre secrete. lis étaient a table au nombre de trente-cinq et n’en sont sortis qu’a six
heures du marin. Le moine a tenu bon jusqu’á la fin.
Dadvenel
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 348).

APENDICE N.° 62 H
Paris, 30 Septiembre 1746.
Monsieur,
J’ai l’honneur de vous informer qu’il se tient, toutes les fétes et dimanches, une
Loge de la Félicité chez la dame Gombotte, rué Poissonniére; le chef de cette Loge se nom-
ne M. Thomas, demeurant méme maison.
[Nota de Marville],
Lavis ne mérite pas grande attention.
B.A.P. (Fonds Bastille, Mss. (cartón) 11556, fol. 351).

APENDICE N.° 63 A
Prohibición de la Masonería por el Obispo de Marsella.
3 Febrero 1748.
Mandcment de Henri-Fran^ois-Xavier de Belzunce de Castelmoron, évéque de Mar-
seiue.
\/ii^ '°rS voyons avec étonnement le nombre des Franc-Ma?ons augmenter dans cette
Ville. Quattre Loges y sont déja placees en différens quartiers; plusieurs personnes *1
ront recevoir, sans étre éfrayées par l’épouvantable serment qu’il faut prononcer P°ur
etre adims dans cette íllicite et scandaleuse Société; serment cependant dont les tetffl**
devroient faire frémir quiconque a tant soit peu de religión; serment que, par une ’
ble profanation, on fait préter sur la Sainte Bible; serment enfin que l’on ne peut
sans serendre coupable d’un enorme peché mortel. Mais, comme quelques uns d e s CM
de ces Loges, pour tromper et pour attirer les simples, ont l’insigne mauvaise
leur dire que nous ne désaprouvons plus cette Association, et que par ordre de la U**
nous avons revoque notre Avertissement du quatorze Janvier 1742. Nous íommes obij*.
pour la décharge de notre conscience, d’ordonner, comme nous ordonnons en effet,
te meme Avertissement soit de nouveau publié demain aux Prdnes des Paroiíses d«

500
Ville, et aux Sermons dan* les Eglises ou il doit y en avoit. Donné ¿ Marseilie dans notre
Puláis Episcopal, le 3. Février 1748.
t Henry Évéque de Marseilie
Par Monseigneur, Coudouneau. Piétre Secret.
(R eproducido por D elassus , La Conjuration antiebretienne, Lille, 1910,
pág. 996).

APENDICE N* 63 B
Correspondencia intercambiada a raíz de loe informes de los Obispos de Marsella y Li-
moges sobre las asambleas de francmasones.
Le Comte de Saint-Florentin a Mr. Glené, Intendant de Provence.
Paris, 23 Juin 1750.
Monsieur l’Éveque de Marseilie, Monsieur, a fait informer le Roy que ks Frimapons
s'assem blent publiquement dans cette ville et qu’ils font méme un marché d’une m«i«nn
ou ils se proposent de teñir leur loge. Sa Majesté me charge de vous écrire d’employer
votre autorité pour faire cesser ces assemblées et pour óter i ceux qui les tiennent les
moyens de les continuer.
A.N.P. (0* 446, fol. 152).

APENDICE N.° 63 C
Le Comte de Saint-Florentin a l’Évéque de Limoges.
Paris, 2 Septembre 1748.
J’ay re^u, Monsieur, la lettre que vous avez pris la peine de m’écrire au sujet des assem­
blées de Francs-Ma?ons qui se tiennent á Brive. J ’écris á M. l’Intendant de prendre sans
éclat les mesures nécessaires pour les faire cesser.
A.N.P. (O» 444, fol. 183).

APENDICE N.“ 63 D
Le Comte de Saint-Florentin a Mr. de la Chátaignerarie. Intendant de limoges.
Paris, 2 Septembre 1748.
On se plaint, Monsieur, qu’il se tient á Brive des assemblées de Fnocs M*p*s. Qaoi-
que ces sortes de sociétés n’ayent aucun objet contraire a l’ordre poUic, cependant, com-
me il est irrégulier qu’il se fasse des assemblées de quelque nature qu'elles puissent étre,
vous voudrez bien, s’il vous plait, faire avertir sans édat les personnes qui tiennent les
Loges de s’en abstenir.
A.N.P. (Qi 444, fol. 183).

APENDICE N • 64
Testamento de Lord Derwentwater, Gran Maestre de la Masonería.
In the tower the 8 of Xbre 1746.
I die a true obedient and humble son to the holy catholick and apostolick Churck, in
perfect charity with all man kind, a trae will wisher to my dear eountry that never can
he happy without doing justice to the best and most injured king. I die with all the ®en-
tutients of gratitude respect and love for the King of France Lcwis the well
glorious ñame). I recommend to his Majestv my diear family. I heartilv repent of aíl my
flns Jnd have a firme confidence to obtain merey of almighty God throuth the ment of
,s blessed son Jesús Christ our Lord to whom 1 recoromend my soul. Amen.
Derwentrrater
A.D.P. (Vol. 422, fol. 488).
APENDICE N.° 65

a Llamada Consulta de la Sorbona sobre la Francmasonería, precedida de una carta de


in eclesiástico de París a un párroco de la diócesis de Langres.
^.ris, 3 Noviembre 1748.
Iettre d’un Ecclésiastique de Paris á un Curé du Diocése de Langres.
Tai été tres édifié, Monsieur, de la delicatesse de conscience que vous avez au sujet de
a Societé des Francs-Ma^ons. J ai souvent ressenti les mémes peines que vous sur une as-
ociation de cette nature. qui d’un cóté me répugnoit par bien des endroits, et que d’ail-
eurs ne laisse pas de faire des progrés, de re répandre dans les provinces, et d’attirer á
■He des personnes de tout état. des Prétres et méme des Religieux.
T’avois tojours pensé et je le pense encore, que le mysterieux de cette Société n’étoit
lu’un jeu, que le secret qu’on y aífecte sur les assemblées et les opérations de la Compag-
ñe, n’avoit aucur. objet; que ces Messiurs étoient bien aise de se divertir en amusant le
nibiic et le tenant dans l’inquiétude sur ce qui se passe dans leurs Loges. En effet, s’il
\ passoit quelque chose de particulier il ne seroit pas possible, vu la multitude de ceux
jui sont aggrégés a la Société, et le nombre d’années qu’il y a déja qu’elle subsiste, que
e secret n’eút enfin transpiré. D’un cóté la légéreté et Pindiscretion n’auroient pas man-
}ué de faire trahir le secret á quelques uns; de l’autre, le scrupule de quelqu’áme timorée
nitiée dans ce prétendu mystére, lui auroit fait faire quelque révelation. On ne me per-
;uadera jamais qu’un secret qui est entre des milliers de personnes, subsiste long-tems
iecret.
Cependant comme vous avez quelqu’embarras du cóté de la conscience, savoir si vous
xmvez admettre aux Sacrements un Paroissien, honnéte homme d’ailleurs, parce qu’il
rst Franc-Ma^on. et qu’il assiste aux Loges; comme de mon cóté, je ne vois pas dairement
üar oü je pouvois innocenter cette association qui m’est suspecte par plusieurs articles;
’ai consulté six Docteurs de Sorbonne de ma connoissance, et les ai priés d’examiner la cho-
e. et de m’en donner leurs avis. Ils l’ont fait, et je vous envoie leur Déliberation.
Je suis Monsieur...
Consultation sur la Societé des Frey Maqons ou Francs-Maqons.
Cette Societé est illegitime par plusieurs endroits.
I —Un Sujet ne peut pas, sans péché, s’agréger á une Societé défendué par le Prince.
lelui qui résiste aux Puissances, dit Saint Paul, résiste á l’ordre de Dieu: «Qui Potestad
esistít Dei otdinationi resistit». Or les loix de l’Etat défendent les assemblées de Franc*-
vla;.>ns; et elles ont eú plusieurs fois leur exécution sur cet artide d’une maniere édatante.
t c’est avec raison. Tous attroupemens clandestins et sans autorité, surtout de gens qui se
lint par des sermens, ne doivent point étre toleres. Sous le nom de Franc-Magons, des mal-
ntentionnez pourront teñir des conventicules séditieux, et tramer contre l’Etat.
í ’autorité ecclésiastique vient ici á l’appui de la Puissance séculiére. Le St. Pére a dé-
endu les assemblées de Francs-Ma^ons, sous peine d’excommuaication.
II.—Des Chrétiens ne peuvent pas s’engager par serment, comme font les Francs-Ma-
;onsr á teñir secret ce que se passe dans leurs assemblées, et á ne s’en ouvrir á personne;
non pas méme á ceux qui sont préposés á 1’administration de la Pólice dans un Etat. Le
Piince et Ies Magistrats ont droit de connoltrc tout ce qui se fait dans un Royaume par
plusieurs personnes reunís dans quelque lieu. Chargés d’empécher tout le mal qui peut se
:ommettre dans la Societé civile, ils ont droit d ’interroger des personnes assemblées sur
:e qu elles font. Refuser de leur répondre étant interrogé, c’est désobeir aux Puissanc».
west done encore un plus grand mal de s’engager par serment á cette désobeissance fonnelle,
'’me un de l’autorité établíe de Dieu. , c,..
-• P .ail‘eurs- ou ,ce x cbez ^ Francs-Ma^ons est innocent, ou il est mauvai*. SU
* mauvaises choses, les Francs-Ma^ons sont condamnés par cela seul, et le setnj*®*
nt nc ráyeler rien de ce qui se passe chez eux, est une prophanation trés-crinu*
nelle du serment, qui de sa nature est une chose saint, et un acte trés*respectable de Religión■
et qui dans ITiypothese est employé á couvrir des crimes. Que si tout ce qui se fait d an s ce»
íssemblees est innocent, sous quel prétexte s’engage-t-on á n’en jamais rendre compte, ojW*
aux biípeneurs!* Or un serment fait san* aucune nécessité, ni aucune utilité, est encore o®
P m j ^?ndamne P31 le deuxiéme Commandement du Décalogue: Tu ne prendas p#
le Nom de Dteu en vain.
ce 681 criminel par rapport á son objet, il est téméraire par rapport t 1»
qui le fa,t> « Par conséquent tres blamable par cette nouveüe raison. Le» Franca
*>fo
Masons en entrant dans la Société s’engagent par serroent au secret, avant que de scavoir,
ni de prés ni de loin de quoi il sagit, qu’elles sont les pratiques de la Compagnie, ce qui
dans la suite des tems pourroit s y faire et s'y introduire de nouveau. La prudente chré-
tienne, ni une conscience timorée, ne permettront jamais de se Jier par serment i une chose
q u i pourroit etre mauvaíse ct crimineile par l’évenement comme de garder le secret sur des
objets qui seroient contre le bien de la Religión et de L’Etat. La probité toute acole y re-
pugne. Jamais homme d’honneur, n’a fait un serment vague, sans sfavo&r ce qu’on lui fait
,UreiriI._ Il se répand díffcrens bruitt de ces assemblées. Suivant ces bniits, les
de Francs-Macons ont des pratiques répréhensible*. peu convenibles au respect d& m a
choses saintes, superstitieuses, scandaleuses méme par le du sacté ct du comique:
telles que font celles-ci, que rapporte de Livre intitulé: Le secret des FrancT-NLagcms, im­
primé en 1744. Etre introduit les yeux bandés, et le genou droit nud; étre dépouiUé de
tout ce qu’on peut avoir sur coi de métail, boucks, boutons, bagues, boetes, etc.; étre
promené trois fois, les yeux toujours bandés, autour d’un espace ou sont Ataajfnfaf par terre
les deux colonnes du Temple de Salomon, avec la premiére lettre de leurs noms Jakin et
Booz, c’est-á-dire, un J, et un B; étre presenté i l’assemblée des Fréres tous revétus de
tablier blanc, et armés de la truelle, comme des gens dévoués k rebatir un jour le Temple
de Salomon; étre interrogé par le Président fort sérieusement sur sa vocatíon, scavoir si on
croit l’avoir; voir devant soi le Livre du S. Evangile ouvert et place sur un siige; et le reste
de la cérémonie ridiculeusement sérieuse, laqudle se termine comme toutes les assemblées
des Fréres, par un repas ou on ne se propose que de se bien réjouir, ou l’on bott differentes
santés, entr’autres ceÜe de la FramaQone, c’est-á-dire, de la femme du nouveau regu, ou de
sa bonne amie, s’il n’est pas marié: et cela accompagné de chansons á boíre: munis éTun
rouge bord, jouissons des plaisirs de la vie, etc. Se demande qu’est-ce que les colonnes mys-
terieuses du Temple auguste et sacré de l’ancienne Loi ont a faire id et encore píos le
livre adorable de TEvangile au milieu de tout ce cérémonial comique et superstitieux, de
ces chansons bacchiques, de ces rafades prophanes, de ces santés k douWe entente? Void
maintenant la reflexión qui se présente naturellent sur ces redts qui se sont répandus. Soit
que ces bruits soient vrais, soit qu’ils soient faux, des Chrétiens, sur le compte desquds
ils courent, sont tenus en conscience de lever le scandale qui retombe sur eux aux yeux
du Public. Comme la Religión prononce malbeur contre quiconque est cause de acodale,
les Franes Masons, s’ils n’ont pas entiérement dépose le personage de Chrétiens, doivent se
justifier de toutes ces choses qu’on débite á leur sujet, et ne pas laisser le Public prévenu
qu’il-s ont des pratiques irréguliers, superstitieuses, etc. A plus forte raison ceux que ne
sont pas encore aggrégés ne doivent point entrer dans l’associaton, tant que ces soup^ons
subsisten t.
Ceci est encore bien plus vrai sur un article qui paroit certain, et qui est avoué par
les Franes Masons: s?avoir, que le serment qui s’y fait de garder le secret, emporte la peine
de mort si on le viole, Voici la formule du serment, telle qu’elle est imprimée dans le Livre
que j’ai cité, et telle qu’elle est rapportée par quelques bons Chredens qui ont cru devoir
consulter des Docteurs, dans la doute oü ils étoient, s’ils n’avouent point oífensé Dieu en
prétant ce serment. A l’entendre, il fait frémir. En cas d*infraction, fe permets que ma b a ­
gue soit arracbée, mon coeur dechiré, mon corps brúlé et réduit en cendres pour étre jetiées
au vent, afin qu’il n’en soit plus parlé parmi les hommes. Ainsi Dieu me soit en aüe et ce
S; Evangile. Ici Finiquité n’est point équivoque; elle saute aux yeux, Car de qm cette So»
ciété tiendroit-elle le droit de punir de mort les infracteurs du sepet? Est<e de Dieu? II
n a point parlé á ces Messieurs, et ne leur a point donné une mission cxtraordinaire. Est-ce
du Prince? Bien loin de les autoriser dans cette prétention exorbitante, il a interdit leurs
Associations. Seroit-ce du particulier qui est re^u, et qui en faissant le serment, acquiesce
á la peine de mort, et donne droit par-lá & l’ordre de le mettre a mort? Mais qui ne scait
clue nul particulier n’a droit sur sa propre vie, ni pour se l’óter, ni pour donnet puovwr
* un autre de la lui 6ter?
Ceci doit «uffire pour montrer par combien d’endroits la Société des Francs-Ma^ons est
"legitime et interdite á tout bon Chrétien. f ,
Ce ne seroit pas une bonne défense, que de dire que Tobjet de cette confratermte est
'°uable: scavoir, d’assister dans l’occasion tous les Fréres, sans distinction detat et^de
^°ndition; de donner des secours et d’argent et de bons offices a tous ceux qui se font
eonnoitre pour étre de la Compagnie, par le mot du guet qui est convenu. ou quelque
S1£nal manuel, pectoral, comme s’expriment ces Messieurs.
On leur répond que l’objet, quelque bon qu’il soit en lui méme ne peut pas^^ndre
^onne une Société d’ailleurs vicíense, et réprouvée par les bonnes regles. Les Soaétes de
Xilina et de Cartouche (qu’on me passe ces exemples; je ne prétends pas presser la com-

503
paraison) comportoient un semblable engagement de servtces et d assistance récipmquc
cependant elles ne changeoient pas pour cela de nature: elles dcmeuroient toujours ct quí
elles étoient en elles mémes. D’aüleurs d’oú peut venir cette idée de s’associer putkuttfc*
ment dans cette víie? On coaqoh bien pourquoi des membres d’une Société particuliite
formée pour un objet determiné, telle qu’un corps de Marchands, etc. s’engageront k s’assi*.
ter reciproquement dans leurs besoins. On doit davantage a ceux avec qui on a des lieiu
plus étroits. Mais qu’il se forme une association de gens inconnus les uns aux autres dont
le but soit uniquement de secourir; cest ce qui n est pas fondé en raison. Voici pourquoi*
la société que forment entr’eux les Chretiens, suffit toute seule pour remplir cet objet dé
charité. Tout Chretien est obligé d’assister son semblable, toutes les fois qu’il le peut et
que Poccasion s’en présente. Ainsi par rapport á cette vúé spéciuse de charité qu’alléguent
les Francs-Ma^ons, on peut dire que leur Société est inutile; elle est de trop.
Mais est-il bien vrai que ce soit-lá vraiment la fin et le but de cette association? On
le dit bien: on peut le croire d’un grand nombre de ceux qui y entrent. Mais comme on
ne connoit point les premiers Patriarches de cette confédération ne pourroit-on pas craindre
que de leur part Pintention ne füt pas si innocente? Les Deistes, les Esprits forts, les gens
sans religión, se sont multipliés dans ces demiers tems á un point qui fait gémir. Qui fait
si de telles gens n’ont point quelque part á cet établissement? Ayant une fois cimenté cette
association sous de beaux pretextes, ils pourront bien dans la suite faire couler dans l’ame
des Freres le poison de leurs détestables principes. Ce qui confirme ce soupcon c’est cette
circonstance particuliére, que tous ceux qui croyent en Jesús Christ, de quelque secte qu’ils
soient, peuvern étre admis dans la Compagnie: ce qui suppose au moins qu’on adopte le
Tolérantisme, c'est á-dire, la tolerance de toutes les Religions.
De toutes ces réflexions, il resulte qu’on ne doit ni s’aggréger, ni demeurer dans cette
Société.
Deliberé a Paris par les Docteurs consultés.
A ppobation .
J’ai lu par ordre de Monsieur le Lieutenant général de Pólice un Ecrit intitulé: Lettre
et Consultation sur la Société des Francs-Maqons. Ce petit Ecrit m’a para solide et trés ju-
dicieux.
A Paris, ce 3. Novembre 1748.
L’abbé Lerouge.
Vü Papprobation. Permis d’imprimer, á la charge d ’enregistrement á la Chambre Sin­
dícale.
Ce 8. Novembre 1748.
Berryer.
Registré sur le Livre de la Communauté des Libraires et Imprimeurs de París, N.° 297,
coníonaément aux Réglemens, et notamment á t’Arrét du Conseil du 10 Juillet 1745.
A Paris le 12 Nov-mbre 1748.
G. Cavelier, Syndic.
B.NP. (Mss. Joly de Fleury, vol. 184, fol. 87).

APENDICE N.° 66 A
Intervención de Benedicto XIV en la prohibición de la Masonería en Constantinopla.
Benedicto XIV al Cardenal Tencin.
Roma, 22 Enero 1749.
II y a quelque temp nous avons écrit sur ce qui arrivait á Constantinople & ptopo»
e des francsma^ons; maintenant nous vous annon^ons que Dieu y a apporté re-
meoc, .avant fait disparaítre in brachio forti, ct que tous les francs-ma^ons en sont consj
terní$. II nous semble qu’une lettre de la Cour de France á son ambassadeur, tomber^t
res a propos, afín de l’engager á veíller á ce que cette secte ne se relfeve pas et cels ne
saurait contraner 1ambassadeur qui est un homme de zéle et de bonne volonté.
A.S.V. (Miscell. Armario XV. t. II, vol. 155).
APENDICE N" 66 B
Resolución final de la causa seguida en la Inquisición de Corte contra el masón y canónigo
D. Francisco Aurion de Roscobet.
Inquisición de Corte, 9 Junio 1744.
Votto.—
En el Sto. Oficio de la Inquisición de Corte a nueve del mes de Junio de mil setecientos
y quarenta y quatro años, citando en su Audiencia de la mañana los Sres. Inquisíores Dres.
Dn. Mathias Escatro y Azedo, y Dn. Joseph Zorrilla de San Martin, en consulta de causas
de fee con el Licenciado Dn. Miguel Gómez de Escovar, vicario en esta villa que tiene
veces de Ordinario, y poder del Illmo. Sor. Arzobispo de Larisa, Govemador en lo spiritual.
y eclesiástico de este Arzobispado de Toledo, por el serenísimo Sor. Infante r*i^fnij| de
E.;paña Dn. Luis de Borbon, Administrador perpetuo de dicho Arzobispado, de que cer­
tifico =
Aviendo visto el processo causado en este Sto. Oficio
Contra
Dn. Francisco Aurion de Roscobet clérigo tonsurado, natural de la Ciudad de Quintein,
y canónigo de la Colegial de aquella Ciudad, por francmasón y proposiciones
Digeron conformes, que a este reo estando en forma de penitente en la sala del Tri­
bunal a puerta cerrada presentes los Ministros del secreto se le lea su sentencia coo mé­
ritos, abjure de levi, sea absuelto ad cautelam, gravemente reprehendido, y advenido, y
comminado y desterrado, perpetuamente de todos los Reynos de España Y que antes de
egecutar se remita a los Sres. del Consejo. Y lo rubricaron de que certifico.
A.H.N. (Inquisición, Libro 1168, fols. 201-202).

APENDICE N* 67 A
Delación de Dn. Joachin Pareja, Presbítero de Olias contra unos Francmasones, hecha en
la Inquisición de Toledo.
Año de 1746.
En este Sto. Officio de la Inquisición de Toledo a diez y nueve días dd mes de Abril
de mil settezientos y quarenta y seis años años [sic] estando en su Audienda de la mañana
Dn. Juan de Muzientes Inquisidor que asiste solo, entró en ella d Portero de Camara y
dijo que un Eclesiástico estava en la Portería y que pedfa Audienda, y siéndole mandado
entrar y aviendosele recibido juramento in Verbo sacerdote que hizo tacto pectore prome­
tió decir verdad y guardar secreto, le fué preguntado.
De donde es natural, qué edad y estado tiene y para qué ha pedido audienda, y cómo
se llama.
Dijo se llama Dn. Joachin Pareja, natural de la Villa de Olias, de estado sacerdote,
y de edad de veinte y siete años y que ha pedido Audienda para deponer un escrupulo que
es el siguiente.
Que aviendo ido con el Ser.mo Sr. Infante Dn. Fdipe a Italia, en compañía dd Duque
de Santo Gemini, Conde de Priego, Capitan de Guardias de Corps de S.M., aviendo parado
en Antivo de Francia, se detubieron allí algunos messes y en este tiempo el declarante tomó
amistad con un criado que servía de Ayuda de Camara a Dn. Cenon de Soroodevifla, Mar-
qués de la Ensenada, con quien regularmente se paseava, y un dia de aqud verano siendo
P°r la larde, aviendo el declarante buscado al dicho Ayuda de Camara para irse a pasear
como otras vezes el le dijo tengo que hacer, suba Vm. conmigo, y entrando en la pieza
donde tenía los Cofres y equipage de su Amo le empezó a mostrar los vestidos y otras ropas
primorosas que avían traído a su Amo de París, y ablando de las grandezas de aquella
( ■orte y de las cosas especiales que en ella había le (lijo que se avía formado una congrega-
non o asamblea que llamaban de los franesmasones y que aunque en un concurso hubiese
mil personas, y entre ellas solo quarenta o cinqucnta fracroasones se conocían uno6 a otros
yunque no se hubiesen visto, y que Monsieur Banec (le parece al declarante es tnemente
( -oronel o Coronel no save si de infantería o Cavalleria ni de qué nazion es, y que avien-
dolo visto algunas vezes el que declara se acuerda es un hombre muy alto como de qua-
'enta años, con el motivo de ir a jugar a casa de la Marquesa de Arista de quien el decla-
1-inte avia sido Page antes de pasar a Italia) estava incluido el dicho Monsieur Banec en la

505
Congregación de Francmasones, porque aviendo estado en Parts y concurriendo a muchos
festines v saraos lo hizieron entrar en ella en que también avía mucha» persona» principie,
de Paris v de otras partes, v que no save el declarante de donde le vino la notizia al Ayu-
da de ¿amara de que Monsieur Banec hera franmason aunque lo pudo saver muy bien
poique en aquellos tiempos le servía de ayuda de Camara al dicho Banec, estando con él
Ittem Depone que continuando la conbersazion le pareze (porque en esto no ha podido
hacer puntual memoria) que el referido ayuda de cámara le dijo que a él le avia llevado su
Amo Monsieur Banec a una de estas Congregaziones o asambleas, y también duda si le dijo
que su Amo le avía costeado la entrada, y que no se acuerda demás por el mucho tiempo
que ha passado esta combersacion, pero si se acuerda que preguntándole el declarante que
contenía o a que se reducía la congregazion de franmasones, le respondio que hera una cossa
marabillosa y un secreto tal que no se podía rebelar sino es a otro que fuese franmasón
v el declarante no hubo más combersado con él suio dicho ni ha odio ablar de la referida
Congregazion no haviendo hecho aprecio de lo que oyó al Ayuda de Camara creyendo era
alguna Congregazion como las que ay en España en las cofradías, y así se mantubo en su
buena fe hasta ahora quatro días que estando en su casa en Olías en combersazion con su
thío el Padre Fr Alonso de Sto. Thomas, Difusor del Carmen descalzo le oyó decir que
esta congregazion de franmasones hera una secta infernal y estava justamente prohibida por
una Bulla novissima, y con esta especie hizo el declarante memoria de lo que avia pasado
en Antivo. y viniéndose de esta Ciudad procuró salir del escrúpulo como lo ha ejecutado.
Y que las señas personales del Ayuda de Cámara de que ha ablado son estas, su nom­
bre es Dn Antonio de Rosellin o Rosellon, no save de que nación; abla muy claro español
y francés aunque no tan bien; bastantemente alto, blanco y rubio, pelo propio en esta oca-
sion rizado y peinado a k moda, de buena disposición y le parece que será de treinta o
treinta y cinco años, y cree está todavía sirviendo a dicho Marqués de la Ensenada porque
aviendo ido el año pasado los cocheros de dicho Marqués a dar verde a las muías a la villa
de Olías les preguntó el declarante por dicho D. Antonio y por el Page de bolssa su Amigo,
y respondieron que estavan buenos de que infiere se mantienen en casa de dicho Marqués
y para esto ha pedido Audiencia en que ha dicho la verdad so cargo de su juramento en
que se afirma y ratifica y lo firmó de que testifico.
D. Joachin Pareja D. Manuel del Valle Miranda
[Nota marginal: Recórranse los registros de este secreto y traigale],
A.H.N. (Inquisición, leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Frac-
massons).

APENDICE N° 67 B
Anotación después de recorridos los registros.
Secreto de la Inquisición de Toledo y Abril 23 de 1746.
Recorridos los registros no resulta de ellos cosa alguna de lo que contiene la pre­
cedente delación.
rv Ldo. Valle.
L ota marginal: Mucientes, Escalona, Bustamante].
A.H.N. (Inquisición, leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Frac-
massons).

APENDICE N.° 67 C
Examinada la declaración anterior es remitida a la Inquisición de Corte.
Toledo, 13 octubre 1747.
En el Santo Offico de la Inquisición de Toledo en treze dias del mes de octubre de
mil setezxentos y quarenta y siete años estando en su Audiencia de la mañana lo» Stt».
¿quisiáoTes Ldos. D. Juan de Muzientes y Dn. Joseph Garda Escalona aviendo visto 1*
declaración precedente fueron conformes* se de comision al despacho de Corte para <3ue
P°r lo « «tado D. Antonio RoseUón o Rosilfon y que ante» se wmita
a los Srs. del Consejo, y lo rubricaron de que testifico.
nc á iiii /r .... D. Manuel del Valle Miranda.
A.H.N. Inquisición,■ leg. 108. Inquisición de Toledo, Año 1746. F**®”
massons).

506
APENDICE N.• 67 D
Decisión adoptada en el Consejo.
En el Consejo día 23 de Octaubre de 1747.
Srs. Velasco, Dicastillo, Pastor, Bercial y Escalzo.
Que este expediente «e remita al tribunal de Toledo para que se recorran los regis­
tros de todos los tribunales en cabeza de Mr. Banec y Dn. Antonio Rosellon y te averigüe
el paradero de ambos.
Acordado.
Que no debió el Tribunal aver tenido tanto tiempo suspenso este expediente sin ade­
lantamiento alguno, y que debieron ratificar ad perpetuam a D. Joachin Pareja.
A.H.N. (Inquisición, leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Frac-
massons).

APENDICE N.° 67 E
Carta remitiendo a Toledo el expediente de la delación de Pareja.
24 Octubre 1747.
Con esta y en 6 ojas se os devuelbe la adjunta delación de D. Joachin Pareja, Pre»-
vítero en Olías contra Mons. Banec, Coronel o Tbeniente de Coronel, sin dedne de qo¿
Regimiento que remitisteis con vuestra carta del 13 del comente pora que se re­
corran los registros de todos los Tribunales en cabeza de M. Banec o Bance. y de D. An­
tonio Rosellín o Rosellon, que se discurre haver incurrido ambos en loe delitos de Franc-
Masones, y se aberigue el paradero de uno y otro. Y se ha acordado deciros, que ao de­
bisteis haver tenido tanto tiempo suspenso este expediente sin *iV1«nt«minwn alguno y
que debisteis ratificar ad perpetuam a Dn. Joachin Pareja. Dios os guarde unidlos afios.
Ldo. Luis de Velasco Ldo. D. Pablo de DiscastfHo
Joseph Antonio Pastor
Recibida en la Inquisición de Toledo
en 30 de octubre de 1747.
Mucientes
A.H.N. (Inquisición, leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Frac-
massons).

APENDICE N.® 67 F
Recorrección de los reistros de las diversas Inquisiciones.
Inquisición de Corte al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.
14 Noviembre 1747.
Nada ha resultado de la recorrección de los Registros de este secreto contra Mons. Bar
nec, y dn. Ant° Rosillin o Rosellon, hecha en su Cabeza, teniendo pora dk> presentes su
edad, empleos y demás señas personales, que V.S. se sirve señalamos en la suia d d 3 d d
corriente por estar testificados en ese santo officio de Franc-masons, lo que participanios
a V.S. y que quedamos en asistir a lo demás que sea d d mayor agrado de V. S.
Nuestro Señor guarde a V.S. Secreto de la Inquisición de Corte y noviembre 14 de
1747.
Ldo. Nicolás Lemiño Calderón Ldo. Dn. Geronimo Anus (?)
de Barreda y Yebrando (?)
¡Nota marginal'. Recibida en la Inquisición de Toledo en 16 de Noviembre de 1747].

Inquisición de Valencia al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


16 Noviembre 1747.
TJe la recorrección de registros de este Secreto hecha en cabeaa de Mons. Boom Co-
'l'nel o Teniente en cierto regimiento, y de Dn. Antonio Rosulin o Rosdwn Ayuda de
' ¿niara del Marques de la Ensenada, verificados en esse Sto. Oficio de francmasones píe-

507
sentes sus respectivas señas y edad, según la de V.S. de 4 de este; y no resulta cosa
alguna contra los susodichos, lo que participamos a V.S. y a quanto set de su mayor a g í.
do asistiremos gustosos. .. . .
Dios guarde a V.S. muchos años. Inquisición de Valencia y Noviembre 16 de 1747.
Fermín Jph. Delharola (?) Iñigo Ortifc de la
[Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 28 de Noviembre de 1747].
Inquisición de Zaragoza al Sto. Oficio dela Inquisición de Toledo.
18 Noviembre 1747.
Haviendose recorrido los Registros de este Secreto en Caveza de Mos. Blonac de
de 40 años muv alto. Coronel o Theniente sin saberse de que Regimentó y en Caveza de
D. Antonio Rosillin o Rosellon Ayuda de Camara del Marqués de la Ensenada, testifi­
cados de Francsmasones en esse Sto. Officio no resulta de ellos cosa alguna contra dichos
Mons. Blonac, ni Dn. Anttonio Rosillin o Rosellon, lo que anticipamos a V.S. y a quanto
sea del agrado de V.S. assistiremos con buena voluntad.
Nuestro Señor guarde a V.S. Inquisición de Zaragoza y Nobiembre 18 de 1747.
Dr. D. ... Herreros Ldo. D. Juan Ant° Mirifio y
Romo
[Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 28 de Noviembre de 1747].
Inquisición de Barcelona al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.
18 Noviembre 1747.
En consequencia de lo que les previne en Carta con fecha 6 del corriente, presentes
las señas y edad, se han recorrido los registros de a t e Secreto en caveza de Monsieur
Banec y D. Antonio Rosellon, testificados en ese Santo Officio de Fracmasones; y no re­
sulta cosa alguna de ellos contra los referidos; lo que participamos a V.S. esperando nue-
bos motivos de su agrado.
Dios guarde a V.S. Real Palacio de la Inquisición de Barcelona, y Noviembre 18 de
1747.
Sr. Dn. Ramón de Molins S. Dn. Francisco Aneto de
Montoya y Larate
[Nota marginal. Recibida en la Inquisición de Toledo en 28 de Noviembre de 1747].
Inquisición de Santiago al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.
!•> Noviembre 1747.
Recorridos los registros de este Secreto en caveza de Mons. Bonec Coronel o Teniente
si;, saverse de que Regimentó y en la de Dn. Amonio Rosellín o Rosellon, ayuda de Cá­
mara del Marques de la Ensenada, teniendo presentes sus edades y más circunstancias no
ha resaltado cosa alguna, lo que participamos a V.S. y a quanto ocurra de su maior agrado
comunicaremos con muy buena voluntad. Nuestro Señor guarde a V.S.
Inquisición de Santiago y Noviembre 18 de 1747.
Ldo. D. Diego de los Rios Ldo. Juan Mar. Saenz
Navascues (?) de Victoria
[ ho t a marginal-. Recibida en la Inquisición de Toledo en 28 de Noviembre de 1747].

Inquisición de Cuenca al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


11 Noviembre 1747.
En carta de 3 del que corre nos dice V.S. mandemos recorrer los registros de este
Secreto en caveza de Mons. Bonec y de D. Antonio Rosillin o Rosellon, testificados en es*e
oto. Ofiz'o de Francmasones: y aviendose ejecutados no resulta de ellos cosa alguna con­
tra los referidos, lo que participamos a V.S. y a quanto sea de su agrado asistiremos con
buena voluntad.
Dios guarde a V.S. Inquisición de Cuenca y Noviembre 11 de 1747.
Ldo. Dn. Manuel Liosilla f?) Ldo. Dn. Mathias de la Barcena
Ldo. D. Joseph Mauleon y Asarta
[Ñol a marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 16 de Noviembre de 1747].
Inquisición de Granada al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.
28 Noviembre 1747.
En caveza de Mons. Bonet, de edad de 40 años, Coronel o Themente de un Regimiento,
y de D. Antonio Rosillin o Rosellon, Ayuda de Camara, que fue d d antezedente, en Pa*
ris, y al presente del Marques de la Ensenada, de edad de 30 a 35 años, teniendo presen­
tes las señas personales de uno y otro, se han recorrido los Registros de este secreto;
y por hallarse Jos suios dichos testifeados, en ese Sto. Oficio de Francmasones, según
v.S. nos acusa en carta de 3 del corriente. Y de esta dicha participamos a V.S. no ha
resultado cosa alguna contra los referidos, y a quanto fuere del agrado de V.S. asistiremos
con mui buena voluntad.
Dios guarde a V.S. Inquisición de Granada y Nobiembre 28 de 1747.
Ldo. D. Joachin de Samaniego Ldo. D. Pedio... (?)
y Salamanca de Aparicio
[Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 4 de Diciembre de 1747J.

Inquisición de Sevilla al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


12 Noviembre 1747.
En carta de 3 del presente mes nos dize V.S. están testificados en ese Sto. Ofizio de
Francmasones Mons. Bonet, Coronel o Teniente y que se ignora de qué Regimiento; y
Dn. Antonio Rosillon o Rosellon su Ayuda de Camara que fue en Paris, i aora lo es del
Marques de la Ensenada, y aviendo recorrido los registros de este Secreto en Caveza
de los referidos teniendo presentes sus edades y señas; no resulta de ellos cosa alguna,
lo que participamos a V.S. y a lo demás que ocurra asistiremos gustosos.
Dios guarde a V.S. Secreto de la Inquisición de Sevilla y Noviembre 12 de 1747.
Ldo. Dn. Joseph Manuel (?) Sr. D. Pedro (?)
[Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 19 de Noviembre de 1747J.

Inquisición de Córdoba al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


13 Noviembre 1747.
Haviendose recorrido los registros de este Secreto en Cabeza de Mons. Booec, the-
niente coronel sin saber su regimiento, y de Dn. Antonio Rosillin o Rosetkm ayuda de
Camara del marques de la Ensenada, testificados en ese Sto. Oficio de Frans-masones,
según carta de V.S. de 3 del comente mes; presente su edad y señas personales no re­
sulta de ellos cosa alguna contra los susodichos lo que participamos a V.S. y a quanto
sea de su agrado concurriremos mui gustosos.
Nuestro Señor guarde a V. S. Secreto de la Inquisición de Córdova y Nobiembre
13 de 1747.
Ldo. D. Luis de Hierere (?) Ldo. D. Francisco Romero
Barrenas y Marín
[Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 19 de Noviembre de 1747].

Inquisición de Murcia al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


15 Noviembre 1747.
Se han recorrido los registros de este Secreto en cabeza de Monsieur Bonec y Dn. An­
tonio de Rosillin o Rosellon, testificados en ese Sto. Oficio de Franc-Massones, y pre­
sentes sus señas, no ha resultado cosa alguna contra los referidos, y a lo demás que sea
del agrado de V.S. asistiremos gustos.
Dios guarde a V. S. Inquisición de Murcia v Nobiembre 15 de 1747.
Ldo. D. Philipe Muñoz Dr. D. Antonio Espinosa y
Trevifio
I Nota marginal: Recibida en la Inquisición de Toledo en 22 de Noviembre de 1747J.

Inquisición de Logroño al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


24 Noviembre 1747.
Recorridos los Registros de este Secreto en caveza de Mons. Booec y de Dn. Antonio
Rosellin o Rosellon, que V.S. nos dice hallarse testificados en ese Sto. Oficio de Franc­
masones, teniendo presentes sus señas personales y sus edades nada resulta, lo que par­
ticipamos a V.S. deseosos de concurrir a quanto sea de su agrado.

509
Nuestro Señor guarde a V. S. Secreto de la Inquisición de Logroño y Noviembre

24 Ldo.^íUegiWe) ^ 011 Joseph Luil de Moilinedo


[Note mtrgintl: Recibida en la Inquisición de Toledo en 5 de Diciembre de 174T],

Inquisición de Valbdolid al Sto. Oficio de la Inquisición de Toledo.


20 Diciembre 1747.
Contra Mons Bonec, coronel o theniente del Regimiento que se ignora y D. An-
nonio de Rosillin o Rosellon ayuda de Camara del Marqué» de la Ensenad», testificado»
en esse Sto Oficio de Francmasones nada resulta de los registros de este secreto que han
recorrido en caveza de los referidos como V.S. nos previene en su carta de 3 de No-
biembre de 47 Lo que participamos a V.S. a cuias órdenes asistiremos con igual voluntad.
Nuestro Señor guarde a V.S. Secreto de la Inquisición de Valladolid y Diaembre
20 de 1747. _ i-i *ti i ^
Dr D Bartho. de Loaisa Dr. D. (ilegible) González
y Chaves de (ilegible)
[ Nafa marginal. Recibida en la Inquisición de Toledo en 18 de Enero de 1748].

De la corrección de registros de este Secreto no resulta cosa alguna contra Mons. Bo­
nec. y D. Antonio Rosillin o Rosellon.
Secreto de Inquisición de Toledo, 20 de Enero de 1748.
A.H.N. (Inquisición. Leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Franc-
massons I.

APENDICE N.“ 67 G

La Inquisición de Corte remite a la de Toledo las últimas noticias sobre la delación de


Pareja.
18 Diciembre de 1747
Estando evaquada la ratificación ad perpetúan) de Dn Joaquin Pareja, Capelian del
Conde de Venavente, en su delación contra Monssieur Banec y Dn. Antonio Rosillin o
Rosellon, la remitimos a V.S. con lo demis que a este fin conducce; y al mismo tiempo
participamos a V.S. que Monsieur Banec según nos hemos informado se ha pasado a ser­
vir a la Reyna de Ungría, y dn. Antonio Rosillin o Rosellon para actualmente en el ejer­
cicio de Ayuda de Camara del Marques de la Ensenada.
Que es quanto V.S. nos previene por su Carta de 5 del Corriente quedando en asistir
prontos a lo demás que sea de su agrado.
Nuestro Señor guarde a V.S. Secreto de la Inquisición de Corte y Diciembre 18 de
174/.
Ldo Nicolás T revi ño Calderón Ldo. D. Geronimo Anel de
Barreda y Yelva.
A H.N. (Inquisición. Leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Franc-
massons).

APENDICE N.° 67 H
Ratificación de la Delación de D. Joaquin Pareja. Orden de hacerla.
A nuestro Comisario Dr Simón Bayon.
Inquisición de Corte, 11 Diciembre de 1747.
Con e»ta remite en 6 foxas útiles al Comisario dn. Simón Bayon la Delación de D. Jo*-
Parexa (Capellán que parece ser del Conde de Venavente) hizo el alio p*»«do de
m _^a Inquisición de la Ciudad de Toledo, contra Mon». Bonec, y d. Antonio
suun o Rosellon, para que estando presentes por honestas y Religiosas personas dos sacer-
dotes seculares o Regulares (que jurarte el secreto acostumbrado), y por ante NotWW
de dicho Secreto del Santo Oficio, y en su defecto de cualquiera sacerdote que #
* mayor confianza, reciviendole antes el juramento de que bien y fielmente hará su
«o, y guardará secreto, disponga que dicho Parexa se ratifique ad perpetuara t é

510
inoriam en dicha Delación y si en ella tuviese que añadir, alterar o enmendar, lo
con la mayor distinción, <¿ue para ello lo anexo y dependiente le damos oueatra Comisión
tan amplia, como ae requiere y ebacuada con’la mayor brevedad nos la debofbeta.
Inquisición de Corte y Diciembre once de mil ictcdcntoi quarenta y ticte años.
Ldo. D. Nicolás Trevifio Calderón
Ldo. D. Geronimo Anel de Barreda y Ydva
Dn. Antonio de Arnuero, Secretario.
A.H.N. (Inquisición, Leg, 108. Inquisición de Toledo. Año 174é. Franc-
massons).

APENDICE N* 671
Fórmula de la ratificación.
Madrid, 12 Diciembre 1747.
En la Villa de Madrid a doce dias del mes de Diciembre de mil setecientos y quarenta
y siete años ante el Sr. Dr. Simón Bayon, Presbítero Comisario del Santo Oficio de la In­
quisición de esta Corte pareció siendo buscado D. Joachin Pareja, Presbítero natural de
la Villa de Olías de este Arzobispado y Villa y de su Corte, de de veinte y afina
de el qual estando presentes por honestas y religiosas personas D. Pedro Garda Cameras (?),
y D. Juan Suarez (Presbíteros que tienen jurado el secreto), le fue tenido d juramento en
forma y prometió decir verdad.
Preguntado si se acuerda haver depuesto ante algún juez contra ¡ w a»— sobre
cosas tocantes a la fe, y del dia, mes y año como se llamaba el jaez ame que depuso j
el notario o Secretario que se halló presente a la Deposición:
Dijo que haze memoria haver depuesto había un año poco más o menos (no se acuerda
el día ni el mes) ante el Sr. D. Juan de Muzientes, Inquisidor del Santo Oficio de la
inquisición de Toledo, y en presencia de D. Manuel del Valle y Miranda, Secretario de
dicho Santo Tribunal contra A. Rosillin o Rosellon y contra Monsieur Banec, y refirió en
substancia el dicho que tiene depuesto ante dicho Sr. D. Juan de Muzientes y D. Manuel
del Valle y Miranda y pidió se le leyese.
Fuele dicho que se le haze saver que el promotor fiscal del Sto. Oficio le presenta por
testigo ad perpetuam rei memoriam en dicha Causa que trata dicho Promotor Fiscal.
Esté atento y se leerá su dicho, y si en él hubiese que alterar, añadir o enmendar lo haga
de manera que en todo diga verdad y reafirme y ratifique en ello poique lo que aora dijere
parará perjuicio a los dichos Dn. A. Rosellon o Rosellin y a Monsieur Banec.
Habiéndosele leido el dicho que depuso en diez y nuebe de Abril del año pasado de
mil setecientos y quarenta y seis ante el dicho Sr. D. Juan de Muzientes y D. Manuel
del Valle y Miranda, Secretario; y habiendo el dicho D. Joachin Pareja dicho que lo había
oydo y entendido, dijo que aquello hera cierto y él lo havia dicho... y que estaba escrito
bien y asentado, y no havia que alterar, añadir, ni enmendar porque como estaba escrito
hera la verdad, y en ello se afirmaba y afirmó, ratificaba y ratificó, y siendo necesario lo
diría de nuebo contra los dichos D. Antonio Rosellin y Monsieut Banec, no podía tino
para descargo de su conciencia; encargosele el secreto en forma, prometioto y lo firmó
de su nombre, hante consequente Comisario de que certifico.
H. Simón Bayon D. Joachin Pareja
Joseph Ant. Serrano Bettmn
A.H.N. (Inquisición. Leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Franc-
massons).

APENDICE N.° 67 J
Orden de suspender la Sumaria contra los acusados por Pareja de Francmasones.
Inquisición de Toledo, 8 Enero 1748.
El Inquisidor Fiscal ha visto las anteriores diligencias hechas por dejación de Do. Joa-
i*?'n Presbítero natural de la villa de Olías, en qut_ tcMincaba^dc J^ranc-^naaonesa
Monsieur Bonec, cuia nación se ignora, y a D. Antonio de Rosillin o Roatuon; Y respecto
<le *er sol* esta testificación y no haver resultado otra cosa de la recot recoda general de
rpgistros contra los referidos, parece podrá suspenderse esta sumaria, y mandar ponerla

511
en el legajo, y letra correspondiente por si en lo futuro ocurriese nuevo motivo p«r* su

Pf° s S m í de la Inquisición de Toledo y Henero 8 de 1748.


Lis. Valle
[Note marginal: Suspéndase este sumario si no lo pide el Sr. Fiscal
Inquisidor y se ponga].
A.H.N. (Inquisición. Leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Frac-
raassons).

APENDICE N.“ 67 K

Nueva comunicación del expediente anterior con motivo de la Condena real de la Maso­
nería del año 1751.
7 de Septiembre de 1751.
Con carta del Consejo de 21 de octubre del año pasado de 1747 y en 6 folios se os
devolvió la delación que hizo en ese Tribunal D. Joachin Pareja, Presvitero en Olías, contra
Mons. Banec, Coronel o Theniente Coronel, sin decirse de que regimiento que remitisteis
al Cons. con la vuestra del 7 del citado mes para que hicieseis recorrer los registros de
todos los tribunales en caveza de M. Banec o Bance y de D. Antonio Rosillin o Rosellon
que se discurría haver incurrido ambos en delitos de Francs Masones, y se aberiguase el
paradero de uno y otro: previniéndoos que no debisteis haver tenido tiempo suspenso
este expediente sin adelantarlo ni ratificar ad perpetuam al delator, lo que ha parecido
repetiros en vista de vtra. carta de 3 de este mes.
Dios os guarde... 7 de Septiembre de 1751.
Sr. D. Pablo de Dicastillo Ldo. D. Geronio Anel
Joseph Antonio Pastor de Barreda y Yelva
[Notas marginales: Recibida en la Inquisición de Toledo en 15 de
Nobiembre digo de Septiembre de 1751. Escalona. Bustamante. Valle. Bus-
quese este expediente y traígase].
Vistos en la Audiencia de la mañana de diez y seis de septiembre de dicho año de
cinquenta y uno por dichos Señores Inquisidores.
Dijeron conformes y respecto de... en la Villa de Madrid assi el dicho D. Joachin
Pareja Presbítero Capellan de la Condesa de Benabente, como D. Antonio Rosillin se
escriba a el Despacho de Corte enterándole de la Delazion de dicho D. Joachin para que se
tome la providencia más adequada del cumplimiento de la orden de su Alteza de veinte
y uno de agosto proximo pasado, avisándole también lo que resulta contra Mons. Banec
y lo señala con que certifico
Francisco Xavier de (ilegible)
A.H.N. (Inquisición. Leg. 108. Inquisición de Toledo. Año 1746. Franc­
massons).

APENDICE N.° 68 A
Acuerdo del Consejo para inclu r una nueva cláusula, sobre Masonería, en los Edictos sobre
Herejías.
A los Inquisidores Apostólicos del Santo Oficio de la Inquisición de Corte.
En el Consejo a 5 de Marzo de 1748.
t tponi,uKa^(t . con e* Il™>- Sr. Obispo Inquisidor General ha acordado el Consejo que el
inbunal de Corte haga que se lea el adjunto papel después de la cláusula general de
eregias en el Edicto próximo que e»tá para publicarse.
Inquisición de Corte y Marzo 9 de 1748.
Cúmplase y executese como S.A. lo manda.
ÍTIVl Sr. Trevifio Birreri
A.H.N. (Inquisición. Libro 531, fol. 322).

512
APENDICE N.° 68 B
Texto de la cláusula sobre Masonería.
Otro sí Hacemos saver, que las Juntas, Congregaciones y hermandades de los Francs-
Masón, o Liberi Muratori fueron condenadas y prohividas por la Santidad de Clemente 12
como perversas, reprovadas y contrarias a la pureza de la Sta. Fe, y pública seguridad
de los Reynos, pena de excomunión mayor, mandando proceder contra los ules congre­
gantes, y que concurrieron a dichas juntas, con las penas condignas correspondientes a los
sospechosos en la fe de vehementi: La qual prohivicion fue publicada por edicto nuestro
en estos Reynos en el año de 1738. Y la renovamos, haciendo saver a los que huvieren
contravenido, que compareciendo de su voluntad ante Nos, o Ministro del Sto. Oficio a
descargar sus conciencias dentro de 40 días, después de esta publicación, se hará con ellos
de toda benignidad; haviendolos como spon táñeos y practicando con eÚos la misericordia
que el Sto. Oficio acostumbra. Y mandamos que los que supieren o huvieren o*do decir
que alguna o algunas personas concurran, o hayan concurrido a dichas Juntas o Congrega­
ciones, o que sean Franc-Masons lo manifiesten al Sto. Oficio.
Afinnegui
[Nota marginal: Sacóse copia a la letra y «cumuló al Edicto Gral. de
la Fe que se avía de leer en los dias 10 y 17 de marzo del mismo año
de 1748],
A.N.H. (Inquisición. Libro 531, fol. 323).
ÍNDICES
INDICE DE APENDICES

216.—Apéndice n.° 1 A: Carta del Cardenal Corsini sobre lo» rumoree de que en Flo­
rencia había muchos herejes debidos especialmente ai Hm fn
de Stosch. 16 abril 1739.
217.— » n.° 1 B: Billete del abate Tomaquind al Senador Ruodkó en el que
le comunica las órdenes recibidas de SAJL respecto al modo
de conceder d Brazo secular. 22 abril 1739.
218.— » n.° 1 C: Nota manuscrita d d propio Senador Rucellai, Secretario de
la Jurisdicción escrita al dono de la carta anterior.
219.— » n.° ID : Registro de la carta anterior pora dejar constancia d d modo
cómo debía presentarse d Brazo Secular. 6 Mayo 1739.
220.—Apéndice n.° 2 A: Orden de expulsión de la Toscana contra d Barón de Stosch.
26 abril 1739.
221.—Apéndice n.° 3 A: Contestación del Gran Duque de Toscana a la carta d d Car­
denal Corsini recogida en el apéndice n.° 1 A. 27 abril 1739.
222.—Apéndice n.° 4 A: Relación dd Abate Tomaquind sobre las sofiátudes Iwrlift
por el Inquisidor de Floreada para d arresto dd Dr. Cra-
deli, del abate Buonaccorsi y de Giuseppe Cerretesi. 19 ma­
yo 1739.
223.—Apéndice n.° 5 A: Intervendón del Dr. Cocchi en favor dd Dr. Crudeü. 16
mayo 1739.
224.— » n.° 5 B: Antonio Cocchi al Cardenal Passianei. 7 julio 1739.
225.—Apéndice n® 6 A: Carta d d Conde de Richecourt, ministro d d Gobierno de k
Toscana sdidtando unos papeles que desea inckdr en su
despacho dirigido a Viena, en donde habla dd asunto de
Cnideli. 21 julio 1739.
226.—Apéndice n.° 6B: Relación d d Senador Rucdlai al Conde de Richecourt sobre
los diversos motivos que tiene p an creer ilegitima y abusi­
va la prisión dd Dr. Cruddi. 21 julio 1739.
227.—Apéndice n.° 7: Memoria d d Conde de Richecourt « propósito d d proceso
y encarcelamiento del Dr. Cruddi. 28 julio 1739.
228.—Apéndice n.° 8: Súplica de los padres d d Dr. Cruddi dirigida a S-AH.. Fran­
cisco de Lorena, intercediendo por su hijo preso en les cár­
celes de la Inquisición. 18 julio 1739.
229.—Apéndice n.° 9: Billete del Santo OBdo sobre las cárceles de la Inquisición
en Florencia. 28 noviembre 1738.
230.—Apéndice n.° 10: Minuta de una respuesta del Senador RuceQai a una Memoria
anónima, en la que se ponen de manifiesto las irregularida­
des y abusos d d Tribunal de la Inquisición.
2*1.—Apéndice n.° 11 A: Copia de una carta escrita al Nundo de Viena sobre d en­
carcelamiento dd Dr. Cruddi. 11 agosto 1739.
232— » n o n B: Copia de una carta dirigida al Nuncio de Viena sobre d
Brazo secular necesario para d encarcelamiento de tres per­
sonas. 18 agosto 1739.
2i3.~- » n .° 11C: Memoria sobre pasos dados por el Confesor de S.A.R. a nn
tic conseguir el encarcelamiento de dos delincuentes en ma­
teria de fe, en la dudad de Florenda. . . . . .
234.— * n.« i i D; Respuesta de la Corte de Viena a la Monona rdativa a la
prisión de dos delincuentes en materia de fe.
^ —Apéndice n." 12 A: Minuta dd Santo Ofido de Roma sobre las chveigrnaas sur­
gidas en Roma entre el Gobierno y el Tribunal de la In­
quisición. 28 agosto 1739.

517
236.— » n* 12 B: Normas dadas por el Santo Oficio de Roma respecto al Mun.
to de Florencia. 28 agosto 1738.
237.— » n.° 12 C: Copia de la carta remitida por el Cardenal Secretario de
Estado, siguiendo las instrucciones recibidas por el Asesor
del Santo Oficio. 28 agosto 1738.
238.—Apéndice n." 12 D: Respuesta de la Corte de Viena a la Memoria presentada por
el Nuncio relacionada con el Tribunal de la Inquisición de
Florencia. 30 noviembre 1739.
239.—Apéndice n* 13 A: Informe del senador Rucellai sobre el proceso del Dr. Cru­
deli. 11 agosto 1739.
240.— » n.® 13 B: Ampliación del informe anterior. Agosto 1739.
241.— * n.° 13 C: Informe del Interrogatorio hecho a Crudeli el 10 de agosto
1739, facilitado al senador Rucellai, quien lo remitió al
Conde de Richecourt anexo a la carta reproducida en el apén­
dice anterior.
242.— » n.° 13 D: Comunicación al Gran Duque de Toscana de la situación del
proceso contra el Dr. Crudeli. 18 agosto 1739.
243.—Apéndice n° 14: Interrogatorio hecho por el Inquisidor a Tommaso Crudeli.
10 agosto 1739.
244.—Apéndice n.° 15 A: Copia del proceso contra el Dr. Crudeli para entregarla a
su abogado según el estilo del Santo Tribunal. 10 agosto 1739.
245.— -> n.° 15 B: Continuación del interrogatorio anterior. 14 agosto 1739.
246.—bendice n.° 16: Declaraciones de los testigos contra Tommaso Crudeli.
247.—Apéndice n.° 17: Acusación Fiscal del Santo Oficio de Florencia contra Tom­
maso Crudeli. 15 junio 1739.
248.—Apéndice n ° 18: Copia del interrogatorio a que fue sometido Tommaso Cru­
deli. 10 septiembre 1739.
249.—Apéndice n.° 19 A: Informe del Conde de Richecourt sobre el trato recibido por
el Dr. Crudeli en las cárceles de la Inquisición de Florencia.
27 octubre 1739.
250 — n.” 19 B: Interrogatorio hecho por el Vicario del Santo Oficio en Li-
vomo, al Dr. Pupigliani relativo al Barón de Stosch y al Doc­
tor Crudeli.
251— a.'1 19 C: Testificación del abate Buonaccorsi sobre la persona del Doc­
tor Crudeli. Informe hecho por el Conde de Richecourt. 12
abril 1739.
2 5 2 . ___ n.° 19 D: Contestación del Gran Duque de Toscana al informe de su
Ministro florentino sobre el asunto del Barón Stosch. 21 no­
viembre 1739.
253.—Apéndice n* 20 A: Extracto de una carta del Gran Duque de Toscana sobre el
proceso de Crudeli. 24 octubre 1739.
254.—Apéndice n.° 20 B- Nueva «espontánea» del Dr. Crudeli sobre las tentativas de
evasión de la cárcel. 21 diciembre 1739.
255.— » n.° 20 C: Diario de las medidas adoptadas tras la tentativa de fuga
del Dr. Crudeli.
256— » n" 20 D: Otra copia del Informe realizado por la Inquisición sobre
la pretendida fuga ideada para que el Dr. Crudeli se escapara
de la cárcel.
257.—Apéndice n ^ 21: Interrogatorio a que fue sometido el Dr. Crudeli el día 28
de marzo de 1740 en el Tribunal de la Inquisición de Flo­
rencia.
258.—Apéndice n.' 22 A: Interrogatorio entregado al abogado del Dr. Crudeli para *u
utilización con los testigos que habían depuesto en contra
de su defendido.
259— » n.® 22 B: Interrogatorios hechos, por el abogado defensor a algunos tes­
tigos, según el cuestionario anterior. Abril 1740. t , ..
260.—Apéndice n.° 23: (x>pia del último interrogatorio hecho al Sr. Crudeli. 29 Abrí
1740.
261.—Apéndice n.° 24 A: Estado de Salud del Dr. Crudeli. 12 mayo 1740. r
262— » n° 24 B: Intervención del Nuncio en Florencia en favor del Dr.
deli. 24 junio 1740. .
263.—Apéndice n.” 25 A: Cartas del Dr. Crudeli agradeciendo su traslado a la Pórtale*
de San Juan. 13 junio 1740.
264.— n • 25 B: Carta del Dr. Crudeli (destinatorío desconocido). 19 junio
1740.
265.— * n * 25 C: Crudeli al Conde de Richecourt. 26 junio 1740.
266.— » n* 25 D: Carta del Dr. Crudeli solicitando permiso pata presentar un
Memorial a la Congregación de Roma para qoe le concedan
un Juez que intervenga en su causa. 11 julio 1740.
267.—Apéndice n.° 26 A: Retractación de Andrea Minerbetti. 4 julio 1740.
268.—Apéndice n* 26 B: Promesa hecha por el Dr. Crudeli en su nombre y en el de
sus parientes de no ofender a Andrea Minerbetti por haber
depuesto contra él en el Santo Oficio. 27 julio 1740.
269.— » n.w 26 C: Billete del Marqués Albizi incluyendo una carta de Crudeli
en la que promete perdonar a Andrea Minerbetti por todo
lo que ha depuesto en el Santo Oficio. 22 agosto 1740.
270.— » n.° 26 D: Retractación de Bernardino Pupigliani. 11 juno 1740.
271.—Apéndice n.# 26 E: Nueva declaración de Pupiliani concerniente al j¡«m «*n«o
que le impuso el Tribunal del Santo Oficio de no w w n ín r
a nadie, ni siquiera al Gobierno lo que allí había testificado.
15 julio 1740.
272.—Apéndice n.° 27: Comunicación de la condena pronunciada por la Congrega­
ción del Santo Oficio de Roma contra d Dr. Crudeli. 9
agosto 1740.
273.—Apéndice n.® 28 A Intervención de Luca Corsi en favor de Crudeli. 3 septiem­
bre 1740.
274— n.° 28 B Comentario sobre la salud de Crudeli. 20 octubre 1740.
275— n.° 28 C Carta del Dr. Crudeli sobre su salud incluyendo dos certifi­
cados médicos sobre su estado. 31 octubre 1740.
276— n.° 28 D Certificados de los médicos de Poppi y de Bibbiena sobre la
salud de Crudeli. 31 octubre 1740.
277— n.® 28 E Carta del Inquisidor de Florencia llamando a Crudeli se per
soné ante él. 2 noviembre 1740.
278— n.° 28 F Billete d d Dr. Crudeli comunicando la caita anterior. 2 no­
viembre 1740.
279— n.° 28 G Notificación dd Inquisidor dd lugar a que ha sido destinado
Crudeli. 17 diciembre 1740.
280— n.® 28 H Notificación de Crudeli de la noticia anterior solicitando po­
derse quedar en Pisa. 19 diciembre 1740.
281.—Apéndice n.° 29: Atestado d d abogado Archi en que declara la inocencia de
Crudeli. 2 enero 1741.
282.—Apéndice n.° 30 A: Correspondencia mantenida entre el Nuncio de Viena y d
cardenal secretario de Estado sobre los problemas planteados
por la Inquisición de Florencia. 3 diciembre 1740.
283— » n.° 30 B: Mons. Camillo Paulucci, al Cardenal Valenti. 17 diciembre
1740.
284— » n.° 30 C: Mons. Camillo Paulucci al Cardenal Valeuti. 24 djaembre
1740.
285— » n.® 30 D: Mons. Camillo Paulucci al Cardenal Valenti. 28 enero 1741.
286.—Apéndice n.® 31 A: Correspondencia mantenida entre d enviado especial de la
Santa Sede a Florenda, P. Mario Maccabei. con d Cardenal
de Estado. 20 enero 1741. _
287.— » n.° 31B: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado. 24
enero 1741. _ ,
288.—Apéndice n.® 31 C: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretar» de Estado. 22
abril 1741. . , _ , „ . _
289— » n.° 31D: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado. 25 abril

290— * n ® 31E: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado. 2 ma-


yo 1741.
291— » n.° 3 1F: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado. 6 ju-
nio 1741.
292— » n.® 31G: P. Mario Maccabei al Cardenal Secretario de Estado. 23 ju-
nio 1741.
293— Apéndice n." 32 A: Carta dirigida por el Papa al Gran Duque sobre los proble­
mas de la Inquisición en la Toscana. 20 abnl 1743.

SI 9
Respuesta de S.M. el Emperador a la carta anterior. 29 m
nio 1743.
Fragmento del Memorial sobre las controversias existentes
entre el Tribunal de la Inquisición de Florencia y el Gobier­
no de la Toscana.
Nueva alusión al Dr. Crudeli a propósito de las divergencias
existentes entre la Inquisición florentina y el Gobierno de
la Toscana.
Correspondencia mantenida entre el Obispo de Pisa, enviado
a Roma para solucionar las divergencias existentes con Flo­
rencia, y el Conde de Richecourt. 10 julio 1743.
El Obispo de Pisa al Conde de Richecourt. 17 julio 1743,
El Conde de Richecourt al Arzobispo de Pisa. 20 julio 1743,
El Conde de Richecourt al Obispo de Pisa. 27 julio 1743.
Comentario recogido en las Acta Historico Ecclesiastica de
Weimar sobre la confusión tenida en Salzburg a propósito
de Ludovico Muratori.
Correspondencia intercambiada entre Muratori y el Rector
de la Universidad de Salzburg. Septiembre 1740.
Rector de la Universidad de Salzburg a Ludovico Muratori.
Descripción de la Masonería hecha por Ludovico Muratori
en sus Anales de Italia, correspondiente al año 1736.
Protocolo del Consistorio de la Diócesis de Brixen sobre los
francmasones de la ciudad de Innsbruck. 4 enero 1741.
Respuesta del Obispado de Brixen al informe remitido por
el Párroco de Innsbruck. 25 enero 1741.
Prohibición de la Masonería en la Isla de Malta, según una
comunicación enviada desde París a Epernay. 16 mayo 1740.
Prohibición de la Masonería por el Obispo de Marsella. 14
enero 1742.
Correspondencia intercambiada entre el Intendente General
de Burdeos y el Ministro Amelot, a raíz de las actividades
Masónicas en la capital de la Gironda. 23 julio 1742.
Amelot a Boucher. 14 agosto 1742.
Boucher a Amelot. 24 agosto 1742.
Detención de Francmasones en Viena según la crónica del
Gentleman’s Magazine. 13 marzo 1743.
Versión del incidente masónico de Viena según la Storia dell’
anno 1743.
Correspondencia intercambiada entre el Nuncio en Viena
y el Cardenal Secretario de Estado sobre el asunto de los
masones vieneses. 9 marzo 1743.
Mons. Gamillo Paulucci al Cardenal Valenti. 16 marzo 1743.
Mons. Camilio Paulucci al Cardenal Valenti. 23 marzo 1743.
Cardenal Valenti a Mons. Paulucci. 30 marzo 1743.
Josef Graf Thun, Bischof von Gurk, Rom Prominister an
K. in Maria Theresia. 30 marzo 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 20 abril 1743.

Cardenal Valenti a Mons. Paulucci. 4 mayo 1743.


Correspondencia intercambiada entre el Cardenal Secretario
de Estado y el Nuncio en Viena a propósito de la presen­
cia de masones en la diócesis de Olmitz. 11 mayo 1743.
Benedicto XIV. Papa, al Cardenal Tencin. 29 marzo 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 5 junio 1743.
Cardenal Valenti a Mons. Paulucci. 22 junio 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 6 julio 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 13 julio 1743.
Cardenal Valenti a Mons. Paulucci. 23 julio 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 17 agosto 1743.
Mons. Paulucci al Cardenal Valenti. 30 mayo 1744,
331.—Apéndice n,° 41 A: Declaración de los diveno* tettiaoa que demincuron ante
d Tribunal de la laqamdóo de Liaboa la Sociedad de lo»
Pedreyros Uvret. 6 octubre 1742.
332 .— » n.® 41 B: Nueva declaración de Henrique Machado de Moura. 12 fe­
brero 1743.
333 .— » n.° 4 1 C: Declaración de Coroelis Leruitte. 11 febrero 1743.
334 .— » n.° 4 1 D: Declaración de Joao Liot (EUiot). 13 febrero 1743.
335 .— » n.° 41 E: Declaración de Pedro Ber&an. 14 febrero 1743
336— » n" 4 1 F: Declaración de José Gregorio. 16 febrero 1743.
337 .— » n.° 41 G: Declaración de María Rom Clavé. 18 febrero 1743.
338.— » n.° 41H: Declaración de Reyner Roger. 23 febrero 1743.
339 .— » n.° 4 1 1: Decisión de arresto. 5 marzo 1743.
340,—Apéndice n.° 42 A: Proceso de la Inquisición de Lisboa contra Jacques Motton,
tallista de diamantes, natural de Francia, de Ia ciudad de
París. 9 marzo 1743.
341,— » n.° 42 B: Acta de entrega. 11 marzo 1743.
342,— » n.° 42 C: Admisión en la cárcel + Certificado del Decreto. 11 marzo
1743.
343. — » n.° 42 D: Certificado de requisa. 12 marzo 1743.
344,— » n.° 42 E: Confesión 1 *. 13 marzo 1743.
345,— » n.° 42 F: Confesión 2 *. 25 marzo 1743.
346,— » n.° 42 G: Examen de las Confesiones en el Tribunal y en el Consejo
General. 2 abril 1743.
347,— » n.° 42 H: Examen 1 * (Genealogía). 6 mayo 1743.
348,—Apéndice n.° 421: Examen 2 .” (In genere). 8 mayo 1743.
349,— » n.# 42 J: Examen 3* (In Spede). 10 mayo 1743.
350,— » n.° 42 K: Sumario de Cargos. 10 mayo 1743.
351,— » n* 42 L: Citación para la prueba de Justicia. 20 agosto 1743.
352,— » n.° 42 LL: Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la publicación.
23 octubre 1743.
353. — » n.° 42 M: Amonestación antes de la Publicación. 23 octubre 1743.
354,— » n.“ 42 N: Publicación de la Prueba de Justicia. 23 octubre 1743.
355,— » n.° 42 0 : Decisión Inquisitorial. 17 diciembre 1743.
356,— » n.° 42 P: Citación del Calificador del Sto. Oficio. 17 diciembre 1743.
357,— » n.° 42 Q: Interrogatorio al P. Joao Evangelista 29 enero 1744.
358,— » n.° 42 R: Interrogatorio al P. Francisco Antonio de S. Pedro de Arrua
y al P. Carlos José de Espeáa. 30 enero 1744.
359,— » n.° 42 S: Orden de tortura. 31 enero 1744.
360,— » n.° 42 T: Amonestaciones antes de la Sentencia de Tomento. 15 abril
1744.
361,— » n* 42 U: Sentencia de Tormento. 15 abril 1744.
362,— » n.® 42 V: Sesión de Tormento. 15 abril 1744.
363.— » n.“ 42 X: Conclusión de sentencia. 15 mayo 1744.
364.— » n.° 42 Y: Voto de sentencia. 19 mayo 1744.
365,— » n • 42 Z: Sentencia. 19 mayo 1744.
366,— » n.° 42 a: Abjuración de vehementi. 21 junio 1744.
367,— » n.® 42 b: Juramento de Secreto. 21 junio 1744.
368.— » n* 42 c: Salida y penitencia. 26 junio 1744.
369.— » n* 42 d: Factura de gastos.
.370.— » n.° 42 e: Solicitud de perdón. 25 septiembre 1744.
371,— » n.® 42 f: Concesión de perdón. 2 octubre 1744.
372,—Apéndice n.® 43 A: Proceso de la Inquisición de Lisboa contra Joao Tnotnas
Bruslé, lapidario, natural de la ciudad de París en el Rei­
no de Francia. Mandamiento de Prisióo. 16 matao 1743.
373. y> n.° 43 B: Acta de entrega. 18 mano 1743.
374,— » n." 43 C: Admisión en la cárcel + certificado de decreto. 18 marzo
1743.
375. —Apéndice n.” 43 D: Juramento de Intérprete. 20 marzo 1/43.
376.— » n." 43 E: Confesión 1 20 m ar» 1743.
377.— » n.® 43 F: Confesión 2 2 6 matao 1743.
378. — » n.® 43 G: luramento del Nuevo Intérprete. 6 abril 1743.
379.— » n ” 43 H. Examen (Confesión 3.*). 6 abril 1743.

T tí
580 — n.° 431: Examen de las Confesiones en el Tribunal y en el Consejo
General. 23 abril 1743. 10
381- n. 43 J: Examen 1 * (Genealogía). 20 julio 1743.
382- * n« 43 K: Examen 2.' (In especie). 14 diciembre 1743.
383.— n.« 43 L: Amonestación antes del Libelo. 13 enero 1744.
384- n‘ 43 LL: Sumario de cargos. 15 enero 1744.
385- » n.c 43 M: Gtación para la prueba de Justicia. 15 febrero 1744.
386 — n• 43 N: Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la Publicación.
14 febrero 1744.
387.- * n 43 O: Amonestación antes de la publicación. 15 febrero 1744.
388.- n.° 43 P: Publicación de la prueba de Justicia. 15 febrero 1744.
389.- * n ° 43 Q: Decisión Inquisitorial. 11 marzo 1744.
390.- n.° 43 R: Orden de tortura. 13 marzo 1744.
391.- * n° 43 S: Solicitud de permiso para la asistencia del Intérprete du­
rante el tormento. 24 marzo 1744.
3 9 2 -- » n.w 43 T: Amonestaciones antes de la Sentencia de tormento. 25 abril
1744.
393.- >► n.° 43 U Sentencia de tormento. 25 abril 1744.
394.- - * n° 43 V Sesión de tormento. 25 abril 1744.
395.- - * n.° 43 X Conclusión de sentencia. 15 mayo 1744.
3^6 - - » n° 43-Y Voto de sentencia. 19 mayo 1744.
397.- * n° 43 Z Sentencia. 19 mayo 1744.
398.- » n.° 43 a Abjuración de vehementi. 21 junio 1744.
399- » n* 43 b Juramento de Secreto. 21 junio 1744.
400- » n.° 43 c Salida y penitencia. 26 junio 1744.
401- » n° 43 d Factura de gastos.
402- -Apéndice n.° 44A Proceso de Joao Bauptista Richart, protestante, natural de
París. Mandamiento de Prisión. 29 marzo 1743.
403- » n: 44 B: Acta de entrega. 4 abril 1743.
404- -Apéndice n.° 44C: Admisión en la cárcel + Certificado del decreto. 4 abril 1743.
405- » n.c 44 D: Juramento del Intérprete. 6 abril 1743.
406- >► n.; 44 E: Confesión 1.*. 6 abril 1743.
407- * n.1 44 F: Examen (Confesión 2.*). 16 abril 1743.
408- x» n' 44 G: Examen de las Confesiones en el Tribunal y en el Consejo
General. 7 mayo 1743.
409- n. 44 H: Examen 1.° (Genealogía). 24 julio 1743.
410- * n.c 441: Examen 2.® (In specie). 14 diciembre 1743.
411- n.c 44 J: Amonestación antes del Libelo. 13 enero 1744.
412- 44 K: Sumario de cargos.
41j - 44 L: Juramento del Procurador. 13 enero 1744.
414 — n. 44 LL Defensa del Procurador. 14 enero 1744.
415- n.r 44 M: Citación para la prueba de Justicia. 15 febrero 1744.
416- n.c 44 N: Requerimiento del Promotor Fiscal antes de la Publicación.
26 febrero 1744.
417.- n ' 44 O: Amonestaciones antes de la Publicación. 26 febrero 1744.
418- n° 44 P: Publicación de la Prueba de Justicia. 26 febrero 1744.
419- * n.J> 44 Q: Decisión inquisitorial. 5 marzo 1744.
420- * n.° 44 R: Orden de Tortura. 10 marzo 1744.
421- » n ’ 44 S: Amonestación antes de la Sentencia de tormento. 25 abril
1744.
422- n° 44T Sentencia de tormento. 25 abril 1744.
423- n.c 44 U Sesión de tormento. 25 abril 1744.
424- n.° 44 V Conclusión de sentencia. 20 mayo 1744.
425- n.° 44 X Voto de sentencia. 22 mayo 1744.
426.- * n • 44 Y Juramento y compromiso del intérprete de instruir al t«o.
25 mayo 1744.
427- * n* 44 Z: Testimonio del Intérprete P. O ’Kelly. 5 junio 1744.
428- * n.° 44 a: Examen y reducción. 8 junio 1744.
429.- n.° 44 b: Conclusión de sentencia. 8 junio 1744.
430.- n.° 44c: Voto de sentencia. 9 junio 1744.
431- » n.° 44 d: Sentencia. 9 junio 1744.
432.- n.° 44 e: Juramento de secreto. 1 julio 1744.

2£Z
433 .—Apéndice n.® 4 5 A: Proceso de Joao Custo Lapidario de (flamantes. Suizo de
Nazao. Natural do Cantao de Basilea. Mandamiento de Pri­
sión. 14 mano 1743.
434.— y> n.® 45 B: Acta de entrega. 14 marzo 1743.
435.— » n.® 45 C: Admisión en la cárcel. 14 marzo 1743.
436.— n." 45 D: Confesión 1.*. 21 marzo 1743.
437.— » n.° 45 E: Confesión 2.*. 26 marzo 1743.
438.— » n." 45 F: Examen de las Confesiones. 30 marzo 1743.
439.— » n.® 45 G: Examen 1.® (Genealogía). 14 noviembre 1743.
440.— » n.° 45 H: Examen 2.® (In specie). 18 noviembre 1743.
441.— » n.® 45 I: Amonestación antes del Libelo. 11 diciembre 1743.
442.— » n.® 45 J: Sumario de Cargos. 11 diciembre 1743.
443.— » n 45 K: Citación para la prueba de Justicia. 11 dktembte 1743.
444.— » n.° 45 L: Publicación de la prueba de Justicia. 11 diciembre 1743.
445.— » n.® 45 LL Decisión inquisitorial. 20 febrero 1744.
446.— n.® 45 M: Orden de tortura. 6 marzo 1744.
447.— » n.“ 45 N: Amonestación antes de la sentencia de tormento. 25 abril
1744.
448.— » n.® 45 O: Sentencia de tormento. 25 abril 1744.
449.— » n.® 45 P: Sesión de tormento. 25 abril 1744.
450.— » n.° 45 Q Conclusión de sentencia. 15 mayo 1744.
451.— » n.® 45 R Voto de sentencia. 19 mayo 1744.
452.— » n.® 45 S: Sentencia. 21 junio 1744.
453.— » n.® 45 T: Juramento de secreto. 23 junio 1744.
454.— » n.® 45 U: Salida y penitencia. 26 junio 1744.
455.— » n.® 45 V: Factura de gastos.
456.— » n.® 45 X: Solicitud de Conmutación de la pena. 16 octubre 1744.
457.— » n.® 45 Y: Carta anónima en la que se alude a la detención de vatios
masones por la Inquisición de Portugal y a las de
varios embajadores en su favor. 16 mayo 1743.
458.— » n.® 45 Z: Gazetín de Parí* en el que se habla dd proceso de Coustos
y otros dos franceses. 1 agosto 1744.
459.— » n.° 45 a: Comunicación a la Corte de París d d Auto de Fe celebrado
en Lisboa. 23 junio 1744.
460.— » n.® 45 b: Lista impresa de las personas coodenas por la Inquisición en
el Auto de Fe dd 21 de junio de 1744. 21 junio 1744.
461.— » n.® 45 c: Correspondencia mantenida entre d embajador británico en
Lisboa y d Secretario de Estado sobre el modo de conse­
guir la libertad de Coustos. 14 septiembre 1744.
462.— » n.® 45 d: Lord Compton, embajador en Lisboa, al duque de Newcas-
tle. 12 noviembre 1744.
463.—Apéndice n.° 46: Fragmento dd proceso de la Inquisición de Lisboa contra
Lamberto Bolanger, Mercader, natural de la dudad de Lieja
en los Países Bajos. 15 mano 1743.
464.—Apéndice n.® 47 A: Correspondencia entre Benedicto XIV y d Cardenal Tendn
a propósito de los Francmasones. 27 diciembre 1743.
465.— » n.° 47 B: Benedicto XIV al Cardenal Tendn. 25 mano 1744.
466.—Apéndice n.” 48 A: Correspondencia intercambiada entre las autoridades de Or­
léans y d Procurador d d Rey, Joly de Fleury, con motivo
de las asambleas de los francmasones. 2 mayo 1744.
467.— » n.® 48 B: Daguessau, Chancelier, au Procureur Général, Joly de Fleu­
ry. 4 mayo 1744.
468.— * n * 48 C: I^eclerc de Douy, Procureur du Roi & Orléans, au Procureur
Général, Joly de Fleury. 15 mayo 1744.
469.— * 48 D: ]oly de Fleury, Procureur Général au sustituí, le Píocurcur
du Roi, Leclerc de Douy. 30 mayo 1744.
470.— » n.° 48 E: Mr. Leclerc de Douy, le Procureur du Roi, a Procureur Gé­
néral. 10 junio 1744. ,
471.— » n.# 48 F: Le Comte de Saint-Florentin, Secrétaire d’Etat i Mons. L
Evéque d’Orléans. 28 mayo 1744
472— * n.® 48 G: l* Comte de Saint-Florentin a Mr. Pajot, mtendant d’Or­
léans. 28 mayo 1744.


Gazetines de París recogiendo noticias sobre los francma­
sones. 7 febrero 1744.
París, 9 février 1744.
París. 10 février 1744.
París. 31 mai 1744.
Sentencia de la Policía de París prohibiendo reunirse ni
formar asociaciones. .5 junio 1774.
El Obispo de Lieja solicita de Roma información sobre los
Francmasones. 22 marzo 1744.
Diversos pasos dados en la República y Cantón de Ginebra
para la prohibición de la Francmasonería, según los Regis*
tros del Consejo y Procesos Criminales del mismo. 18 febre­
ro 1744.
10 Juin, 1744.
13 Juin, 1744.
14 Juin, 1744.
16 Tuin, 1744.
16 Tuin, 1744.
18 juin. 1744.
Du Mardi 23 Juin 1744.
Du Lundi 10 Aóüt 1744.
Du 13 Aoüt 1744.
Información de las actividades masónicas de Ginebra toma­
da de los Fastes de Genéve, manuscrito fechado en 1744.
Asamblea en Ginebra, según los Fastes de Genéve. 1744.
Comentarios del autor de los Fastes de Genéve sobre la de­
cisión a tomar por el Consejo de la Ciudad respecto a una
prohibición de la Masonería.
Prohibición de la Masonería en Ginebra. 8 septiembre 1744.
Diversos pasos en Berna para la prohibición de la Masonería.
Información tomada fundamentalmente del Ratsmanual de la
ciudad. 24 febrero 1744.
November des Jahres, 1744.
Zedel an mgh. die Geheimbden Ráth. 27 noviembre 1744.
Zedel an magh. die Ránht und XVI. 26 enero 1745.
Cahier Ansehend die sogenannte Frey Maurer und daherige
Ihrethalten gemachte Verhandlungen, und Vorsorgen in An­
no 1745.
Raht und XVI. 11 febrero 1745.
Zedel an mh. h. Salz Directorem Morloth, H. Heimblicher
von Muralt, h. alt Gubematorem Wurstemberger von Ahlen
und h. alt Schulttheissen Manuel von Burgdorff. 22 febrero
1745.
Decisión adoptada por el Consejo de los Doscientos. 3 marzo
1745.
Ultimas determinaciones sobre la prohibición de la Maso­
nería. 3 marzo 1745.
Edicto de prohibición de la Masonería en Berna. 3 marzo
1745.
Catecismo Masón de la ciudad de Berna anterior al año
1745'.
Catecismo de los masones usado en 1744 por la logia de
Berna.
Real y Electoral Decreto del Consistorio de Hannover re­
lativo a los Francmasones. 14 enero 1745.
Normas dadas contra las asambleas de francmasones en Tou-
lon. 2 mayo 1745. _
Informe de la policía de París sobre los francmasones. 7
junio 1745. _
Noticias de los masones de París, tomadas de diversos Ga­
zetines. 8 junio 1745.
París, 9 junio 1745.
510. — » n.# 59 E: Informes de la policía de Parí» sobre la» asambleas de franc­
masones. 14 junio 1745.
511.— » n.° 59 F: Poussot a Marville - Duval. 17 junio 1745.
512.— » n* 59 G: Noticias obtenidas en París, en los paseos público» y en los
café*. 20 junio 1745.
513. — » n.° 59 H: No?* sin fecha ni firma, pero que parece ser del Jefe de
policía Duval.
514.— » n.° 591: £1 ministro Mau repas al Rey de Francia, Luis XV. 17 ju­
nio 1745.
515. —Apéndice n." 60 A: Nueva Sentencia de la Policía de París renovando la prohi­
bición de reunirse o formar asociaciones, o de que estas
sean recibidas en Fondas, cabarets, etc. 18 junio 1745.
516. —Apéndice n." 61 A: Informes de la Policía de Paris sobre los fnnrm^tenn** 20
junio 1745.
517. — » n.° 61 B: París, 17 junio 1745.
518. — » n." 61 C: París, 27 junio 1745.
519,— » n.° 61 D: París, 28 junio 1745.
520,— » n.° 61 E: París, 15 julio 1745.
521,—Apéndice n.° 62 A: Informes policíacos de Dadvenel relativos a los francmaso­
nes. 20 junio 1745.
522,— » n.° 62 B: París, 12 julio 1745.
523,— » n.° 62 C: París, 30 enero 1746.
524,— » n.° 62 D: 1.° de febrero de 1746.
525,— » n.° 62 E: París, 5 fevrero 1746.
526,— » n.° 62 F: París, 18 marzo 1746.
527,— » n.° 62 G: París, 6 abril 1746.
528,— » n.° 62 H: París, 30 septiembre 1746.
529,—Apéndice n.° 63 A: Prohibición de la Masonería por el Obispo de Marsella. 3
febrero 1748.
530,— » n.° 63 B: Correspondencia intercambiada a raíz de los informes de los
Obispos de Marsella y Limoges sobre las asambleas de franc­
masones. 23 junio 1750.
531,— » n.° 63 C: Le Comte de Saint-Florentin á l’Évéque de Limoges. 2 sep­
tiembre 1748.
532,— » n.° 63 D: Le Comte de Saint-Florentin a Mr. de la Chátaigneraie, In-
tendant de Limoges. 2 septiembre 1748.
533.—Apéndice n.° 64: Testamento de Lord Derwentwater, Grao Maestre de la Ma­
sonería. 8 diciembre 1746.
534.—Apéndice n.° 65 A: La llamada Consulta de la Sorbooa sobre la francmasonería,
precedida de una carta de un eclesiástico de París a un pá­
rroco de la diócesis de Langres. 3 noviembre 1748.
535.—Apéndice n.° 66 A: Intervención de Benedicto XIV en la prohibición de la Ma­
sonería en Constantinopla. 22 enero 1749.
536.—Apéndice n.° 66 B: Resolución final de la causa seguida en la Inquisición de
Corte contra el masón y canónigo D. Francisco Aurion de
Roscobet. 9 junio 1744.
537.—Apéndice n.° 67 A: Delación de Dn. Joachin Pareja, Presbítero de Olías contra
unos Francmasones, hecha en la Inquisición de Toledo. Año
1746.
538.— » n.° 67 B: Anotación después de recorridos los registros. 23 abril 1746.
539.— » n.° 67 C: Examinada la declaración anterior es remitida a la Inqui­
sición de Corte. 13 octubre 1747.
540.— » n.° 67 D: Decisión adoptada en el Consejo. 23 octubre 1747.
541— » n.° 67 E: Carta remitiendo a Toledo el expediente de la delación de
Pareja. 24 octubre 1747.
542— » n* 67F: Recotrección de los registros de las diversas Inquisiciones.
14 noviembre 1747.
543— » n* 67G: La Inquisición de Corte remite a la de Toledo las últimas
noticias sobre la delación de Pareja. 18 diciembre 1747.
544— » n • 67 H: Ratificación de la Delación de D. Joaquín Pareja. Orden de
hacerla. A nuestro Comisario Dr. Simón Bayon. 11 diciem­
bre 1747.

525
545.— » n.° 67 I: Fórmula de 1* ratificación. 12 diciembre 1747.
546.— » n.° 67 J: Orden de suspender la Sumaria contra los acusados por Pa*
reja de Francmasones. 8 enero 1748.
547.— * n.° 67 K: Nueva comunicación del expediente anterior con motiva de
la Condena real de la Masonería del «fio 1751. 7 sepciem-
bre 1751.
548.—Apéndice n.° 68 A: Acuerdo del Consejo para incluir una nueva cláusula, sobre
Masonería en los Edictos sobre Herejías. 5 mano 1748.
549.— * n* 68 B: Texto de la cláusula sobre Masonería. 10-17 marzo 1748.
INDICE DE ILUSTRACIONES

1.—Cardenal Corsini, sobrino del Papa Clemente XII.


2.—S.A.R. el Duque de Lorena, iniciado en la Masonería el 14 de mayo de 1731.
3.—Tormentos de la Inquisición en los exámenes. Ilustración tomada de la
de 1782: Fatti attenenti all’Inquisizione di Toscana.
4.—Frontispicio de la lista gráfica de John Pine que reproduce las logias rri*tent*r
1740, con las armas de John Keith, conde de Kintore, Gran Maestre.
5.—Grabado representando la lista de 129 logias dependientes de la Gran Logia de
Inglaterra en el año de 1743. El n.® 50 corresponde a logia de Madrid, y d n.® 51
a la de Gibraltar.
6.—Cardenal Kollonitz, arzobispo de Viena.
7.—Cardenal Sinzendorf, obispo de Breslau.
8.—Grabado italiano del siglo xvm representando la ceremonia de iniciación en una
logia masónica.
9.—John Coustos, detenido en la Inquisición de Portugal por el delito de Franc-Masón.
10.—Mandamiento de prisión de la Inquisición de Lisboa contra Coustos. 9 mta o 1743.
11.—Tormentos del francmasón John Coustos en Lisboa en 1744, según la publicación de
1970: Umparalleled Sufferings of John Coustos.
12.—Término de secreto firmado por John Coustos. 23 junio 1744.
13.—Cardenal da Cunha, Inquisidor General de Portugal.
14.—Plano de la logia de los hermanos masones. Grabado francés d d siglo xvm.
15.—Sentencia de la policía de París prohibiendo toda reunión, y multando por haber
permitido la asamblea de masones. 5 junio 1744.
16.—Prohibición de la Masonería en Ginebra. 8 septiembre 1744.
17.—Facsímil del t. I del libro Histoire des Francs-Mafons, d d año 1745.
18.—Facsímil del t. II d d libro Histoire des Francs-Mofons, d d año 1745
19.—Mandamiento del obispo de Marsella contra la Masonería. 3 febrero 1748.
20— Facsímil del libro The Pocket Componían m i History of Freemasons, d d afio 1754.
INDICE ONOMASTICO

Abafí, Ludwig, 18, 112, 120. Aparicio, Pedro de, 509.


Abranches de Castello Branco, Felipe de, Aquila, Piero dell’, 254-255.
153, 176, 179, 378-379, 384, 406, 408- Arbo[u]len, Joanna de. 389, 399.
409, 430-434, 438, 459-462. Arbu[o]len, Pedro, 399.
Absen, Guilherme, 430. Archi, Bartolomeo, 76-77, 79, 92, 299, 308
Acciaioli, M. S., 246. 311, 321, 519.
Agar, Francisco, 350. Archín to, Alberko, 81-82, 106.
Agnini, Antonio, 106. Ariza, Marquesa de, 232, 505.
Alberoni, Cardenal, 135. Amaut, Henrique, 148, 370. 383, 408, 417,
Albiztegui, 513. 433, 446, 461, 474.
Albizzi, Cardenal, 26, 246. Amuero, Antonio de, 511.
Aleizi, Marqués, Lúea Antonio, 315, 519. Arrabeton, 365.
Alejandro V III, 54, 273. Artemis, 54, 273.
Alet, 200. Assel, Uldaricus [Hassel], 35-39. 94, 258,
Alfieri, 50, 271. 261, 322.
AUant, 480. Atties, 22, 243.
Allias [cfr. Atties]. Aubert, Joseph, 200, 478479, 481.
Almeida Cabral, Bernardo de, 350. Aubert de Toumy, 495.
Almeyda de Carvallo, Manoel, 154, 378-379, Au6one, 273.
384, 409, 434-435, 437, 459460. Augusto, Milord. 78.
Alonso Tejada, L., 16. Aurion de Roscobet, 231. 505, 525.
Al[var]es Soares, Joao, 361, 371, 382, 384, Awanzini, 72. 290.
387, 399, 406, 409, 421, 432, 435, 438, Avala [cfr. D’Avala].
452, 462, 468. Azuedo, 191, 470.
Amal, 387.
Ambezar, Claude-Louis, 479, 496. Bacnet, 480.
Ambezar, Louis-Fran^ois, 479, 496. Baiao. Antonio, 135.
Ambrogio Ambrogi, Paolo, 14, 91-92. 320- Balan, 18, 22. 101, 122.
321. Baldi, Ernesto. 48, 101.
Amelot de ChaiUou, 14, 115-116. 340-341, Bali. 282.
520. Ballistri, Felipe. 350, 354, 445.
Anastacia, Ana, 351. Bance [Banec], 232-233. 505-512.
Andreson, Izac, 430. Batista, Joao, 351. 353, 358, 445.
Anel de Barreda y Yelva, Gerónimo, 510-512. Barbin, Alioe, 137, 441, 453.
Aneto de Montoya y Larate, Francisco, 508. Barcena, Mathias de la, 506.
Antonio, Infante D. [de Portugal], 159, 189, Bardi. 247.
385, 410, 466. Bardin, 200.
Anus de Barreda y Yebrando, Gerónimo, Barón, A. [cfr. Daste, L.].
507. Barre, 499.

529
Barniel, Augustin, 207. Bourdillon, leanne Mane, 203, 480-481.
Bartolomé», Marques, 323. Boyer, 340.
Basili, 319-320. Braitwitz, 68-69, 71, 287.
Bassi, Horacio, 60, 277. Brandenburgo, Marqués de, 130, 345-346,
Baylot, Jean, 226. 348.
Bayon, Simón, 233, 510-511, 525. Braunschweigh-Lünebourg, 214.
Belard, 480. Brias, Conde de, 137.
Belsunce de Castdmoron, Henri, 114-115, Broadley, A., 113.
216, 222, 339-340, 500-501. Bruire, 497.
Benavente, Conde de, 510, 512. Brulir, 416.
Benedicto XIV, 93, 101-102, 105-106, 117- Bruslé, Francisco, 399.
118, 123 124, 126-28, 159, 1%, 230-231, Bruslé, Joao Francisco, 399.
329, 331, 346, 385. 410, 474, 504, 520, Bruslé [Brulé], Joao Thomas, 134, 136-137,
523, 525. 140, 161-162, 164-173, 180, 184, 190,
Bercial, 507. 192-193, 354-356, 365, 387-389, 393-395,
Bemhan, 117-118. 398-411, 445, 469, 472, 521.
Bernadau, P-, 116. Bruslé, Luiza Francisca, 399.
Bernard. 485. Bruslé, María Ursula, 399.
Bernesta:, Gaetano. 283. Bruslé, Pedro Matheus, 389, 399.
Bernini, 28, 248. Búa, 356.
Berra, Luigi, 23. Buonaccorsi, Ottaviano, 14, 21-22, 35, 38-39,
Berryer, 504. 55, 59, 67, 70-74, 102, 242, 258, 261-
Bersan, Pedro, 139-140, 152, 167, 188, 350, 262, 288-291, 517-518.
354-356, 377, 404, 429, 458, 521. Buonarroti, Filippo, 30.
Berton, 414, 418, 420, 430, 434, 437. Buondelmonti [Bondeimonte], 14, 21, 28,
Biblia, Antonio, 106. 44, 53, 72, 248, 265, 267, 272, 290.
Bilhar [Bilar], José, 138, 161, 164, 350-351, Buonducci, 71, 289.
353 , 354-355 , 360, 367 , 389-390, 393, Burriel, Andrés Marcos, 234.
47?. Bussy, 500.
29i. Bustamante, 505, 512.
Blangcr [cfr. Bolanger],
Btevatsky, H. P. B., 162. Calvet, 9.
Boaz I Boos-Booz-Eoose]. 52, 144, 272, 364, Calvino, 171, 421, 436.
391-392, 414-415, 442-443, 456, 464465, Campan, Jacques Fran^ois de, 496.
472, 489, 503. Caspari, 326.
Boislisle, 200-201. 21$, 218, 494. Caprile, Giovanni. 113, 120, 135, 207, 230.
Bolanger, Lamberto [Bolange-Blanger], 134, Carelli, 99.
138, 164, 183, 192 193, 350-355, 359-360, Cardona, Lino, 113.
365, 394 , 416, 446, 470-471, 474, 523. Carlos VI, Emperador [de Austria], 117.
Bonbomme, 226. Carneyro, Francesco, 379.
Bonstetten, H., 485. Carreras, Juan José, 8.
Borbon, D. Luis de, 505 [cfr. Clermont, Cartouche, 503.
Conoe de], Casotti, Giovanni, 64, 279-280.
Bord, Gustave, 137. Cassin, 480-481.
Bordier, 481. Castebarco Albani della Somaglia, 23.
Borges Grainha, E., 134, 169, 181, 183, 191. Castro e Lemos, Bernardo de, 177, 383, 406,
Boron, Martin, 372. 431-432, 459-460.
Bossu, 498-499. Catanzi, P., 65, 281.
Bottati, Giovanni, 90-91, 318-319. Catilina, 503.
Boucher, 115-116, 340-341, 520. Cavelier, G., 504.
Bourdaneuve, 219, 4%. Caywood, D., 113.
Cuzanova, 413-414. Coulon, 115, 341.
Cepeda, José, 8. Couret de Villeneuve, M., 224.
Cerrati, M., 240. Couatos, Dugo, 453.
Cerretesi, Giuseppe, 21-22, 32, 35, 38*39, Couttoa, Isaac, 453.
53, 55, 58, 67, 102, 242, 258, 261-262, CouatOí, John [Coston], 133-141, 145, 148-
265, 272-273, 517. 149, 152, 157, 164, 169, 175, 183-192,
Cetto A., 112. 194, 350-355, 358-362, 365-367, 371, 378,
Cimino, 27, 91, 97, 105, 319, 325, 336. 384, 390, 393, 398, 405, 408, 413, 415-
Cirlot, 162. 416, 418, 420, 430, 434, 437, 440-441,
Clarke J. R., 227. 446-447, 449, 452-462, 466473, 523, 527.
Clavé, María Rosa, 137-138, 141, 188, 350, Coustos, María, 453.
358, 458, 521. Cramer de Brandis, 481.
Clavel, F. T., 120. Craon, Príncipe, 18, 34, 71, 253 , 289.
Clemente XII, 15, 19, 23, 66, 95, 101, 106, Crescenzio, Marreilo, 260.
110-114, 119-120, 127, 133-134, 147, 149- Creus y Coraminas, 113, 120, 135.
150, 153, 157, 165, 167, 172-173, 176, Crudeli, Amonio, 295, 314.
179, 186, 189, 202, 214, 228, 234, 278, Cmdeü, Atto., 83, 245, 252, 314.
284, 299, 302, 306, 339, 341, 345, 360, Crudeli, Domenid, 314.
370-371, 374, 378, 384, 397-398, 400, Cruddi, Jacopo, 57, 60, 81, 249, 308, 314.
405, 408, 419-420, 422, 430, 434, 438, Cruddi, Tommaso, 11, 13, 19, 21-23, 25-30,
452, 459, 462, 466, 513, 527. 33-36, 39-40, 43-61, 63-79, 81-106, 123,
Clermont, Conde de, 493-494. 133, 193, 240, 242-243, 245-2446, 248-
Coastown [cfr. Coustos]. 252, 257-258, 262, 264,278, 280, 282-
Cocchi, Antonio, 14, 23, 50, 53, 72, 243- 283, 286-297, 299-301, 303-329, 333-334,
244, 271 272, 290, 517. 336-337, 517-520.
Cocchini, 90, 318. Custo [cfr. Coustos].
Coculim, Conde de, 365. Chais, Jean Fran^ois, 204, 481.
Cogot D’Esbordes, Fran^ois, 479. Chapdot, 201, 217-219.
Collins, 19, 52-53, 55, 78, 265, 272-273, 281. Charmoha, 353, 365, 416, 445.
Colonitz [cfr. Collonitz]. Chartron, 115, 341.
Colonna, 280. Chataigneraie, M. de la. 222, 501. 525.
Compton, 191, 469-470, 523. Chátel, 481.
Conti, 262. Chavigny, 468-469.
Contoli, 310. Chevallier, Piene. 114-115, 135, 137, 183,
Copz, 341. 190, 193, 201, 221, 226.
Corona, Carlos E., 8. Christolf [Christovao]. 354.
Corsi, Luca, 28, 43, 71, 90, 246, 248, 265,
279, 289’ 318, 519. Da Cruz, Antonio. 359.
Corsini, Neri, Cardenal, 13, 15-21, 28-29, 31, Da Cunha, Cardenal, 149. 154. 165, 190-191,
55, 58, 60^61, 239, 241, 248, 250. 517, 469-470, 527.
527. Dadvenel, 219-221, 493, 497-500, 525.
Corsini, Lorenzo [cfr. Clemente X II]. Da Espezia. Carlos José. 154-155, 380-381,
Corsino de Figueiredo, Andre, 360, 381-383, 521.
385, 388-389, 393-395, 398, 400-401, 405, D’Aguesseau, 196-197. 475, 523.
407-408, 410, 412-413, 417, 420, 422- Damietta, 191.
423, 428-429, 433-434, 437, 440-441, 457, Dant, Duque, 364.
459, 466-467. D’Argenson, Marqués de, 479.
Cosimo I [de Florencia], 249, 336-337. D’Arímath, 478.
Cosimo III [de Florencia], 249. 254-255, Da Silva Diniz, Manoel, 366, 376-377, 380,
262. 386, 393-395. 401, 403-405, 410411, 421,
Coudouneau, 501. 423, 425-427, 435438, 446, 455, 460-461.

531
34
Da Silva Telles, Nuno, 361, 371, 387, 399, Entick, 119, 210.
406, 432, 438, 452, 460. Erlach, Signund von, 486.
Daste, Louis, 216, 227. Escalona [cfr. García Escalona].
D’Ayak, Michelangelo 122 123. Escalio, 507.
De Castro, 120. 183. Escatro y Azedo, Mathias, 231, 505.
Degli Onofri, 110. Escot, 365.
Delassus, Henri, 115 , 207, 222 , 501. Esmein, A., 153.
Delharola, Fermín Joseph, 508. Espinosa y Treviño, Antonio, 509.
Delor, Jacqueí André, 203. 480. Esteves Nogueira, Jacome, 361, 371, 379,
De los Ríos Navascues, Diego, 508. 384, 399, 406, 409, 431, 435, 438, 452*
Denehy [Denii]. 14, 50, 53, 271. 460, 462.
Derodon, Benedit, 203, 480. Estuardo, 226.
Derodon. Jean, 480. Eugenio, Príncipe [de Inglaterra], 137.
Derwenrwater, Conde de (Raddyfte, Char­ Evangelista, Joao, 154, 156, 379-382, 521.
les], 226. 501, 525.
De Santos, Rodrigo. 371, 380, 384. 387 , 399, Faine, 19, 22, 44, 67-68, 70, 265, 286-287.
406. 409, 421. 432. 435. 438. 452, 460, Falkenheim [Falkenhayn], Ernst August von,
462. conde, 118, 130, 348.
Desbordes, 479. Fantucei, 279-281.
Desfontaine [Guvot, Pierre Fran^ois], 223. Farbs, 140, 354-355.
Despuig. Ramón. 113. Faria, Francisco de, 410.
D’Estree, Paul. 190, 198, 200, 202, 468. Favre, Jean Louis, 204, 481.
Dezonne, Joao, 399. Feijoo, Jerónimo de, 235.
Dícastilk), Pablo de, 507, 512. Felipe D., Infante [de España], 231, 505.
Diessbach, Niclauss von, 486. Félix, 445.
Diner, P., 72, 290 [cfr. Denehy], Felville, 498.
Diodati, Lorenzo, 14-17. Feriz, Joao, 365, 394, 472.
Dolci, Paolíno, 53, 272. Femando I [de Toscana], 249.
Doltajpne, Príncipe, 269. Fernando V II [de España], 16.
•Jorungo de San Pedro de Alcántara, 110. Ferra[ei]ra Alves, Antonio, 371, 380, 382,
Dos Santos, Matheus, 142, 388, 412, 440. 399, 406, 435, 452.
Dos Santos, Rodrigo, 382. Ferrer Benimeli, J. A., 101.
Dromond, Balthazar, 138, 352, 353. Ferroni, Giuseppe M.*, 30, 90-92, 249, 319,
Duane Darrach, Delmar, 136. 322.
Ducci, Antonia, 33. 252. Feyo de Barbuda, Thomas, 394-395.
Duchaine, Paul, 18, i20. Findel, J. G., 18.
Dudon, Paul. 202 , 220-221. Fine, 480.
Dufour, Madame, 481. Finocchi, 281.
Dugud, 445. 449. Firrao, Cardenal, 17, 29, 32, 37-40, 61, 68,
Dupeuille, 493. 250, 253, 261.
Durini, 113 123. Fixroi, Cario, 65, 282-283.
Duval, 494, 525. Fleury, Cardenal, 18.
Flood [H ud], 14, 50, 53, 271.
Elliot, Joao [Liot], 138-140, 152, 167, 188, Fol, 480.
350 , 354-355 , 377 , 404, 429, 445 , 458, Follot, 480.
521. Fontaine-Labre, 479 [cfr. Marville].
Elliot, Izac, 354. Fox, 44, 53, 55, 265, 268, 272-273, 445.
Enrique VIII [de Inglaterra], 450. Fraden, Franciaca, 413, 421.
Enriquez, Enrico, 110. Franceachi, 14, 28, 53, 72, 248, 272.
Ensenada, Marqué* de la [Somodevilla], Franchini, 93, 95, 102, 318, 322-325, 329,
232-233, 505, 507-510. 331-332.

532
Francisco, duque [de Lorena y Toscana], 13, Gottlieb Herrenleben, 117.
15-23, 25-27, 29-41, 4348, 55-56, 58, 60- Gou*teaud [cfr. Coustos].
61, 63, 65-70, 74, 82, 86, 89, 93-95, 97- Graffenried, Sigamund von, 486.
99, 101, 102, 105, 119, 122-124, 130, Grafton, duque, 65, 282.
140, 239-245, 245-253, 257-269, 282, 286- Grame [Granie], 365, 472.
288, 291-291, 309-310, 313-314, 317-318, Gregoire, 199.
322-323, 325-329, 331-333, 335-336, 356, Gregorio, José, 138, 140-141, 330, 356-357,
517, 519, 527. 521.
Franckenberg, Barón de, 127, 345. Gregorio X III, 178.
Francovich, Cario, 48. Gregorio XV, 431.
Freitas, 183. Gregorius, 109, 338.
Freron, 222. Grimont, 217.
Frisching, Albrecht, 486. Grinhe, 445.
Froment, 200, 497. Griselli, 82, 246, 291, 308.
Fromentin, 217. Groppi, 56, 60.
Grossa, Franz de, conde, 118.
Gabanon, Léonard [Travenol, L.], 223-224. Guadagni, 72, 289-290.
Galessi, 44, 50, 53, 265, 267, 270-271. Gualtieri, Ludovico Gualtiero de, 113.
Gallatin, 203, 480-481. Guedes Pereyra, Antonio, 394.
Galline, 480. Guenegault, 500.
García Escalona, Joseph, 233, 506, 512. Guerín, 217.
García Cameras, Pedro, 511. Guidi. 105.
Garden, 445. Guip, 481.
Garelli, 327. Gusmao, Alexandre de, 445.
Gasparri di Levico, G. Battista, 112. Guyot, Pierre-Fran$ois [cfr. Desfonuóne],
Gastón I, Giacomo [de Medicis], 18, 28, 50,
99, 248, 263, 271, 327. Hagar, Francisco, 357.
Gatteschi, Federico, 288, 319. Haidacber. Antón, 109, 111-112.
Gaudet, 497. Hakbrett, Rudolf, 486.
Gausin, 478. Haller, 210.
Geová, 185, 446. Hallot, Jacques, 479, 4%.
Ger, 115, 341. Hammer, 227.
Geremia della Virgine de’Dolori, 349. Hannover, Príncipe Héctor, 214-215.
Gerin, Ch„ 196, 202. Hans, N., 21.
Gesvres, duque de, 478. Harrach, conde de, 117, 125, 344.
Giacomo Ernesto, Conde [de Liecchtenstein], Harrington, duque de, 191.
128. Hassel [cfr. Assel],
Giannelli, Pío, 282. Heeckeren, E., 1%, 231.
Giardi, Caterina, 70, 288. Haimblicher von Muralt, 485, 524.
Gien, Conde de [cfr. Marville]. Hemenequin, 365.
Girard, Jacques, 479. Hérault, 218.
Giugni, M., 246. Heton Lcpper, T.. 14, 18-19.
Glene, 216, 222, 492, 501. Herreros, 508.
Gombotte, 221, 500. Hiererr Barrenas, Luis de, 509.
Gomes, Maximiliano, 388, 412, 440. Hiram, 368. 444. 465, 466.
Gómez de Escovar, Miguel, 231, 505. Hoditt, Albert Joseph, 118.
Gontieri, Francesco Maurizio, 195. Hud [cfr. Ftood].
González, 510.
Gordon, 140, 354. Imbert, 480.
Gosselin, 497. Inocencio IV, 253-254.
Gotthard, Philipp [cfr, Shaffgotsch]. Isabel I [de Inghtcm ]. 450.

333
Jacquet, P iare Louis, 202, 479. Lambertini, Próspero-Lorenzo [cfr. Benedic­
Jackin [cfr. Jaquin]. to XIV].
J«din, 202. Landelle, 500.
Jano [Giano], 307. Lange-Krers, 119.
Jaquier, André, 480. Lantoine, Albert, 200.
Jaquier, Pierrc, 203, 480. Lapage, 355.
Jansen Moller, Joachin, 153. 177, 378-379, Larisa, Mons., 505.
383, 406, 408-409, 431-434, 438, 459-462 Larrut [cfr. Leruitte].
Jaquin [Jackin-Yakin], 144, 364, 390-392, Larudan, 113, 223.
414415, 442-443, 456, 463-465, 489. 503. Lauinaria [Locmaria], Marqués de, 137.
Jarrhetti, 227. Laurens, 113.
Jenner, Samuel, 485. Lavergée, Charles-Elisabeth, 495.
Jesucristo [Jesus-Christo-Gesü], 18, 33. 36-37, Lavielle, Danguy, 499.
57-58, 65, 76. 148, 160, 185, 226, 230. 251, Lavilette, 499.
253, 260, 275, 278. 281, 284, 297-298, 322, Lea, Henry-Charles, 231.
339, 362, 370, 372, 374, 377, 382, 388, Leberson, 364, 371.
397, 400-402. 404, 407, 411-412, 420, 422, Leao, 356.
432. 440, 442. 449, 455-456, 463, 468. Le Camus, 481.
>01, 504. Leclerc de Douy, 196-197, 199, 475-477, 523.
Joaquina, María, 471. Lefebre, Marguerite, 137, 363, 416.
Joens, 365. Le Gras, 479, 496.
Joli, 481. Lemiño Calderón, Nicolás, 507.
Joly de Fleury. 137, 183, 196-199, 201, 224, Lennhoff, Eugen, 194, 226.
227, 475-477, 479, 504, 523. Leopoid-Franzens, 112.
Jorge I, 214. Leopoldo [de Brixen], 112.
Jorge II [de Inglaterra], 191, 201, 214. Lepage, 355, 366, 472.
Tose, Príncipe [de Portugal], 159, 385, 410. Le Plat, 18.
Josaphat, 134. Lerber, H., 485.
Juan V [de Portugal], 136, 159, 189, 385, Lercari, Nkolo, 195.
410, 466. Leri, 72, 288, 290.
Julián. 445. Lerouge, 227, 504.
Le Roy, Denis, 218, 494-496.
Kamen, Henry, 231 Le Rude [La Rude], [cfr. Leruitte].
Karttunen, L., 35. 37, 82. 93, 106, 110. Leruitte [Larrut], Corneiis, 137-139,141,152,
Keith, Tohn, 527. 167, 188, 350, 352-353, 358, 377, 404,
Khevenhülkr-Metsh, Johann Josef, 120, 122- 428, 458, 521.
123. Leruitte, Madame, 350-352.
Knecht, Rudolf, 486. Lespiault, 481.
Kollonitz [Colonitz], Cardenal, 121, 124, 126- Leti, Gregorio, 281.
127, 342, 344, 527. Leuton, 78.
Kolung, 214. Le Vasseur, 494.
Küess-Scheichelbauer, 18. Levesque, Maurice, 114, 120, 135, 201, 207,
Künigz, 111. 218, 230.
Lewis, Ludwíg, 123.
Lianne, 480.
Lacorbiere, Ant., 480. Liosilla, Manuel, 508.
Lacorbiere, David de, 203, 480. Liot [cfr. Elliot].
Laleina, 164, 394. Livry, marqués de, 220, 498.
La Haye, 498. Loaisa, Bartholomé de, 510.
Lalune, 472. Lopes Pereirá, Diego, 462.
Lamberson, 378. López, Simón, 113, 120, 135.
Lorenzini, conde, 14. Mástil, 445.
Louren?a, Anna, 413, 420-421, 430, 434, 437. Matheos, >50,
Louston, Joao, 430. Matheus, Ant., 362, 365.
Lowendal, 498. Mauleoo y A tara, Joseph, 508.
Lucrezio, 57, 65, 274, 281, 298. Maumary, 480.
Luigi, 282. Maurepas, conde de, 199-202, 216, 218, 494,
Luis XIV [de Francia], 136. 500, 525.
Luis XV [de Francia], 18, 201, 226, 494, Mayaos y Sisear, Gregorio, 110, 234-235.
501, 525. Mayan* y Sisear, Juan A., 234-235.
Lunel, 416. Medicis, 18, 322-323, 330.
Luquee, G. H., 114, 200-201, 216, 221-222, Mello, Jerónima Michada de, 350.
226. Mellor, Alee, 14-16, 19, 29, 95, 134-135, 138.
Lutero, 234. Mendo Trigo», Francisco, 137-138, 143, 148,
Luthi-Tschanz, Karl, 207-208, 211, 214, 488- 153, 192, 350-353, 361-363, 366, 370-372,
489, 491. 374-385, 387-399, 403-407, 40*412, 420.
425, 427, 429, 431432, 434,438,440, 452,
Macelón, 446. 457, 460, 462, 466-468, 470471, 474.
Maccabei, Mario, 95-101, 324-325, 327-329, Menequim, 389.
519. Mercee, 472.
Machado de Moura, Enrique, 136-138, 152, Mercurio, 307.
167, 188, 349-353, 377, 404, 428, 457, 521. Mestre, Antonio, 110.
Machado De?a, Joao, 153, 378-379, 406, 431- Mibort, Marcrlla, 389, 398-399, 402, 405,408.
432, 459-460. Middlesex [cfr. Sackvffle].
Maggi, Gaetano, 14, 28, 35, 67, 72, 248, 258, Minerbetti, Andrea, 58-61, 65, 78, 81, 85-87,
261, 290-291. 98-99, 105, 312-315, 326 327, 336, 519.
Mahoma, 234. Miñique, 164, 393.
Mallet, 481. Miriño y Romo, Juan Antonio, 506.
Malpas, 481, 483. Mnemon, 135.
Mann, Horace, 14, 20, 22, 67-70, 78, 241- Moisés, 234.
242, 286-288. Molard, 481.
Manteiro, Manoel L., 142. Mollinedo, Joseph Louis de. 510.
Manuel, Joseph, 509. Motores, Ramón de, 506.
Marcantelli, Antonio, 288-290. Mollet, 203, 481.
Marchan, 365, 416, 471. Moodni, 57.
Marchetti, 57, 65, 274, 281, 298. Monte Fiori, Ant. M.*, 272-273, 296-297, 299.
Marcian, Joao Baptista, 421. Monteyro. Manoel Lorenzo, 169, 360, 362,
Marcolongo, Bianca, 19. 388, 393, 412, 440, 446447.
María, 109, 298. Montordi, 281.
María Antonieta [de Francia], 216, 227. Montraorency, conde de, 137, 499.
María Joaquina, 192. Moreau, 479, 496.
María Teresa [de Austria], 18, 117, 119-120, Morelli, Emilio, 128. 1%.
122-123, 127, 345, 520. Moret. 200-201, 478479.
Mariette, 352, 479, 496. Morís, Pruzie, 389.
Marini, 14. Morloht, 485, 524.
Martín, 53, 272. Mornet, 200.
Martini, Filippo, 106, 289-290, Morsolin, 101.
Martini, Fortunato, 314. Moston, 164, 394
Martinelli, Vincenzo, 57, 307. Motta. Cardenal, 191, 469470.
Marville, Feydeau de, 198-202, 216-218, 220. Motton [Mouton]. Aíexandre Jacques, 134,
478-479, 493-500, 525. 136-138, 141-143, 145-148, 150-153, 155-
Masselon, 365, 416. 159, 161-162. 164 168, 170-173. 180, 184.

535
190, 192-193, 350-351, 353-355, 359-363, Palhart, 365.
365-566, 370-379, 382-388. 393, 406, 413, Palhete, 164, 394.
469, 471-473, 521. Panicacci, Giuseppe, 87, 313-314, 316.
Motton, Paschoal Joaé, 350. Panicacci, Joannis, 313, 316.
Motton, Renicarle, 363, 372. Panicacci, Michel Angelo, 314.
Mouhy, 190. 198, 468. Panone, 282, 297.
Mucientes. Juan, 231, 233, 505-507, 511. Paoli, 281.
Muñoz, Philipe, 509. Paolo, fray, 57, 63, 274, 281, 298.
Muratori, Ludovico A., 109-110, 112. 337- Paolucci [Paulucci] Merlini, 35-39, 93-95,
338, 520. 117, 120, 123-131, 259-261, 322-323, 342-
Mussard, 484. 349, 519-520.
Mutach. Samuel. 486-487. Pareja, Joachin», 231, 233, 505-507, 510-512,
525.
Nadal, Jean. 480. Pascio, 53, 272, 281.
Neil, Adolphus. 134. Pasquali, 291.
Nenci, Antonio. 106. Pasqui, Filipo, 56, 60, 63-64, 66, 76-78, 278-
Neretti, 288. 280, 307.
Neri, Felipe, 192. 280, 470-471, 474. Passionei Domenico, Cardenal, 23, 37, 117,
Ñero 14. 72, 290. 243-244, 253, 260, 517.
Neroni. 90. Pastor, Joseph Antonio, 507, 512.
Newcastle. duque de. 20. 69. 191, 241, 287, Pastor, Ludwig, 83.
469-470, 523 Paulucci [cfr. Paolucci].
Niccolini, Giuseppe. 15. 44. 53-54, 90-91, Pedro D., Infante [de Portugal], 159, 189,
267, 272-273. 318-319. 385, 410, 466.
Noazeth, 372. Pedro Leopoldo I [de Toscana], 34, 106.
Nogueira, Jacome Esteves. 381. Perau, 198, 223.
Nonay, 191. Pereyra Cabral, Joao, 173, 425, 427.
None, 365. Pereyra de Castro, Sebastiao, 154, 157, 168,
Nopz, 115. 176, 178, 378-379, 384, 406, 408-409,
Nvs, Ernest. 135. 183. 191. 430-432, 434-435, 437438, 459-460, 462.
Pérez de Prado y Cuesta, Francisco, 235.
Ücheiii. 78. Pemety, 137.
Oddis, conde, 130, 348. Peruzzi, Simone, 57.
O ’Kelly, Carlos, 164, 167-169, 180, 395, 398, Pesenti, 27.
400-401, 403 , 405-406, 408, 411, 413, Peters, Henriette, 117.
417 . 420, 422-423 . 425, 427, 429. 433, Petrucci, 281.
435-437. 522. Phelipeaux de Pontchartrain, L., duque de
Olivíer, 416. Vrilliére [cfr. Saint Florentin, conde].
Olmi, Franco, 245, 248. Piazzini, 57, 65, 275, 281, 285.
Orbe, Andrés Ignacio, 234-235. Pietre, Joao, 138, 350, 352-353, 357, 359-
Orléans, duque de, 165, 399. 360, 365, 367, 369, 390, 445, 472.
Ortiz de la Peña, Iñigo, 508. Pietro, 164, 394, 416.
Ottolini, A., 17. Pignon, 498.
Ottone, 1!4. Pinault, 481.
Ozouf, 200-202, 478-479. Pine, John, 527.
Pinto, 113.
Pache, 481. Pinto da Fomeca, J. M., 134.
Pae[i]s do Amatal, Joao, 361, 380, 399, 406, Pinta Llórente, 136, 156.
421, 432, 435, 438, 452, 460, 463, 468. Pitágora*, 235.
Pagani, 68, 72 , 287, 289-290. P1acíde* 494.
Pajot, 199, 477, 523. Plot. 210.
Poget, 221, 500. 92, 94-101, 105, 242-243, 245, 249, 253,
Polignac, Cardenal, 281. 264-265, 267-268, 286, 288, 290-292, 308-
Pombal, 183. 312, 315, 317-321, 324-327, 334-336, 517-
Pomi, 289. 520.
Poniatowski, Stanislas, 135. Ridolfi, marqués, 78.
Potcl, 200, 496-497, 500. Riegelmann, H., 19, 214.
Poussot, 217, 219, 493-494, 496-497, 525. Rigaccí, 245, 248.
Pratesi, 14, 283. Rigaud, 480.
Priego, conde de, 231, 505. Rilliet, 203, 479.
Primate, 290. Rinieri, Ilario, 117, 120, 122,
Probst, J., 111-112. Rivicra, Cardenal, 248.
Procope, 198, 223, 477. Roch, 480.
Puchot des Alleurs, Roland, 231. Rochebrune, 199-200.
Pupigliani, Bernardino, 28, 59-61, 65, 68-73, Rodope, 54, 273.
77-78, 81, 85, 87-88, 98-99, 248, 287- Rodríguez, Pedro, 142, 362.
288, 290-291, 315-317, 326-327, 518-519.Roger, Joao, 359.
Puris Mellis, 353-354, 356. Roger [Rogin], Reyner, 141, 188, 359, 458,
521.
Quaratesi, 90. Romagnoli, Gaetano, 319.
Quijote [Quichotte], 45, 266-267. Román María, 453.
Romero y Marín, Francisco, 509.
Rabagliolo, 365. Rondini, 288.
Rabalhai [cfr. Ravalhai]. Roscobet [cfr. Aurion de Roscobet],
Raddyffe, Charles [cfr. Derwentwater], Rosellón [Rosellin], Antonio de. 232-233,
Ragon, 113-114, 120, 207, 230. 506-512.
Raist, 45, 266, 268. Roufsam, 137.
Rambevuiller Alfiare, Gio. Niccolo de, 314. Rousseau, 497.
Rancavelli, 326. Rovero, 445.
Rapp, Ludwig, 111-112. Rucellai, Giulio, 19-20, 25-30, 33-34, 36. 43-
Ravalhai, Joao Baptista, 415-416, 430, 471- 49, 69, 72, 81, 101. 240-241, 245, 252
472. 254, 264-265, 267, 269, 287. 290, 323,
Raymond, 17, 19, 44, 55, 78, 240, 265, 268, 329, 517-518.
273. Ruchon, Fran^ois, 203, 207, 209.
Rebello Manoel Affonso 351-353, 355-359, Ruoti, 288.
362-363, 366, 370, 372, 374-375, 378, Ruverol, 164, 366-367, 393.
388, 412, 440, 449, 452, 454, 471, 474.Ryhner, 208.
Rebold, E., 201, 218.
Reglá, Juan, 8. Sackville, Cari, conde de Middlese», 14, 17,
Regó, 416. 55, 268, 273.
Reid, 54, 273. Sadan, 483.
Revel, Louis Francois de, 495. Sáenz de Victoria. Juan M.*, 508.
Ribeiro de Abreu, Antonio, 361, 371, 380, Saint Amould, 339.
382, 384, 387, 399, 406, 409, 421. 432, Saint Denis, 217, 478. 493.
438, 452, 460, 468. Saint Flotentin. conde de, 199, 201-202, 216,
Riccio, 90. 222, 477. 492, 501, 523, 525.
Richar, 451. Saint Germain, 217.
Richart, Francisco, 413, 421. Saint James. 201.
Richart, Joao Bautista, 134, 136-137, 164, Saint Louis. 497.
167, 169-171, 173, 175-176, 178, 180-181, Saint Luc. Mons.. 227.
Richecourt, conde de, 21-22, 25, 27. 29-34, Saint Martin, 217, 493.
36, 43-45, 47-49, 63, 67-74, 81-84, 87, 89- Saint Merry, 479,

537
Saint Paul, 219, 502. Schafígotsch, conde, 117-119, 127-131, 345
Saint Gtneviéve, 219, 497. 347-348. '
Saitite Margúeme, 137. Shelden, Van der, 95, 122.
Sala de Grossa, Karl Franz, 118. Schneider, H., 207.
Sales, Asensio, 110. Schrbder, F., 120.
Samaniego y Salamanca, Joachin, 509. Scherragio, Pietro, 90.
Salomón, 134. 162, 164, 184-185, 198, 368, Schwaiger, A., 112.
390, 394, 396, 414-415, 443-444, 446. Sellier, 499.
448 -4 4 9 , 464-465, 476, 489, 503. Semiramis, 54, 273.
San Agustín, 118, 130, 305, 348. Serafini, 243.
San Antonio, Carlos de, 161, 389, 393-394. Serbanesco, Gérard, 115.
San Bartolomé, 372. Serrano Beltrán, Joseph Ant., 511.
San Benito, 350, 353. Silagi, D., 117, 119.
San Bernardo, 23, 155, 381. Syveiro [Silvestre] Lobo, Simao José, 153,
San Cosme y Damián. 171, 421. 161, 169, 180, 361-362, 371, 376, 378-
San Crisógono, 121 . 379, 383, 385, 387-389, 393-395, 398400,
San Eustaquio, 399. 403410, 412-413, 417, 420423, 425, 427,
San Francisco, 161. 2%. 350, 358, 360, 365, 429, 431434, 436438, 440, 452, 458-462,
466, 468.
389, 416, 445, 472.
Simooe, 304.
San José, 121 , 123-125 . 342-344.
Simoiz, Thomaz de A., 410.
San Juan, 59, 84, 112 , 185, 217, 276, 278,
Sinay, Genevieva, 363, 372.
284, 298, 442, 446, 456, 463, 489, 493.
Sinnacher, F., 111.
San Juan de Letrán, 35, 93, 195.
Sinzendorff, Filipo Ludovico, 118, 127-131,
San Julián. 164, 394.
346-347, 527.
San Lorenzo, 478. Six, Jean Fran^ois, 19.
San Luis, 372.
184, 190, 192, 365, 394, 406, 412413,
San Pablo, 121, 228, 350-351, 353-355, 363, 417, 420430, 432440, 472473, 522.
393, 399, 471. Sixto V, 57, 65, 274, 281, 298.
San Pedro, 59-60, 73, 127, 277-278, 284, 290- Soler, Robert, 113.
291, 298. Somodevilla, Cenón [cfr. Ensenada].
San Pedro de Arrúa, Francisco Antonio, 154- Souza, Francisco de, 148, 360, 362, 366, 370,
155, 380-381, 521. 376, 378, 417, 429, 446447, 461, 467,
San Simooe, 306. 474.
San Stefano, 247. Specker, H ., 207.
Santa Anastasia, 190, 469. Stenheil, Ph. Fried, 209.
Santa Apofonía, 380. Stockmans, 18.
Santa Catalina, 350. Stoppani, 262.
Santa Catherina do Monte Synay, 350, 358. Stosch [Stoches], Barón de, 13-17, 20, 22,
Santiago, 449. 28-29, 53, 58-61, 63, 65, 66, 68, 70-78,
Santo Domingo, 159, 168, 189-190, 385, 3 9 5 , 85-88, 101, 239-243, 248, 272, 275-277,
410, 413, 435, 466, 468-469. 282-286, 288-291, 297, 299, 304*306, 312-
Santo Gemini, duque de, 231, 505. 313, 315-316, 329, 517-518.
Santo Tbomas, Alonso de, 232, 506. Stosch, Enrko, 72, 88, 288-289, 316.
Santo Thomas, Domingo de, 154, 177, 378- Suárez, Juan, 511.
379, 406, 431-432. Susana, 155, 369.
Santucci, Giuseppe, 87, 313-314, 316.
Sao Julián, 365. Tancia, 78.
Savion, 481. Tappea, John Pet., 215, 492.
Sbigoli, Federico, 14, 18-19, 2 1 , 48, 85, 87, Targíoní, 291.
90. Tassinari, 76.

538
Taute, Reinhold, 118-119. 385, 387-388, 399, 406407, 410412, 420,
Tavora, marquesa de, 350, 360. 431-432, 434, 438, 440441, 446447, 449,
Taxil, 480. 452454, 457462, 466468.
Taxis, conde, 111. Vatcher, S., 134, 137.
Teixeira Alvre*, Antonio, 361, 460. Velaaco, Luis de, 507.
Tencin, Cardenal, 128, 195-196, 230-231, Veneza, Joao, 360.
346, 474, 504, 520, 523. Venturi, Neri, 27.
Tliomas, 221, 500. Vergée, 494.
Thorel, Joao Gaetano, 358, 363. Vergennes, 231.
Thomasin, 493. Víctor Amadeo [de Ordeña], 330.
Thory, 9, 110, 112-115, 121, 135, 201. Viern [cfr. Vieney].
Thun, José, conde de, 126 345 520. Vierrey, 217, 493, 499.
Tillíer, Ludwig, 485-486. Vignier, 480.
Toranci, 328. Villa, 445.
Tori, Cario, 314. Vilanova, 164.
Tornaquinci, 19-22, 27, 32, 35-36, 240-242, Villanova, J o » de, 138, 350, 358, 365, 394,
245, 257-258, 260-261, 336, 517. 416, 445.
Torre, conde de la, 314. ViUeroy [Villarroa], duque de, 137, 183,
Tournier, 481. 366-367.
Trauttmantorff, 123. Vincenzo, 282.
Travenol, L. [cfr. Gabanon]. Vindiagratz, conde, 124-125, 343-344.
Trembley, 203, 480. Vitelli, 28, 248.
Trevino Barrera, 234, 512. Vogts, 485.
Trevino Calderón, Nicolás, 510-511. Voigny, 493.
Tries, Jean, 480. Vrilliére, duque [cfr. Saint Floreotin].
Tscharner, 486.
Tunbringe, Paul, 75. Waite, A. E., 135.
Walfotd, 135.
UJivieri, 288. Wtlpoie. Hocaoe, 14, 22.
Urbani, 90. Ward, J., 135-136.
Werdt, Rudotf von. 211, 214, 485486.
Vachtendoruh, 328. Wesfeld. 354.
Valenti Gonzaga, Silvio, Cardenal, 93-96, Wille, Nikoims, 111, 3%.
100, 117, 123-131, 202, 322-323, 343-349, Windsor, duque, 214.
479, 519-520. Wcáfstieg, August. 227.
Valentini, 128, 248. Woof. R., 113.
Valle Miranda, Manuel del, 506, 511-512. Wurstemberger von Ahlen. RudoK, 485486,
Vandavelle, 353. 524.
Vandrevel, Madatne, 350, 352.
Vandrevel, Miguel, 138, 350, 357 , 359-360, Xarmuar, 164, 394.
365, 445, 472-473.
Vanncschi, 14, 71-72, 281, 288-290. Zeil, conde, 111.
Anos, Isabel, 354. Zieger, 112.
Varejao e Tavora, Manoel, 138-139, 153, 185, Zobi, 90, 101.
351-352, 354-359, 361-362, 371, 376-379, Zorrilla de San Martín, 231. 505.

539
INDICE GEOGRAGICO

Abstardao, 400, 416, 422. Bordeaux [Burdeos], 9, 109, 115-116, 340,


Alejandría, 54, 273. 520.
Alemania, 121, 123-131, 249, 470, 323-324, Braga, 136.
338, 343-349, 396, 453. Brasil, 136-137.
Amsterdam, 120, 204( 223 , 341-342. Bratislava [Vratislavia], 118, 127, 130-131,
Ancona, 22-23, 101, 243. 345-346, 348-349.
Angola, 136. Braunschweigh, 214-215.
Antibes [Antivo], 231-232, 505-506. Breslau [ Breslavia ]. 117-119, 127, 129-130,
Apeninos, 320. 345-346, 527.
Arezzo, 105. Bretagne [Bretaña], 253.
Armenia, 140, 355. Brive, 222, 501.
Arno, 14. Brixen [Bresanorte], 111-112, 338-339. 520.
Arrua, 381. Brockau, 119.
Arsenal, 198, 200, 217. Bnixelles [Bruselas] , 9, 202.
Asia, 443, 464. Burdeos [cfr. Bordeaux].
Aubry-Boucher, 496.
Austria, 18, 37, 109, 112, 117, 121, 123- Canterbury, 450.
215, 200. Casentino, 89, 243. 279, 317, 320.
CasteUo di San Giovanni, 84, 87, 90, 94,
Arignon, 9, 195-196, 199, 474.
310-312. 314. 518.
Ordeña [Sardegna]. 330, 335.
Barcelona, 233, 508.
Coimbra, 136, 430.
Bareith, 130, 348.
CoUonges, 480.
Basilea, 136, 183-184, 191, 440-441, 452-453, Constantinopla. 70, 195, 230-231, 288, 504,
455, 457, 459-462, 469-470, 523. 525.
Bastilla [E], 198-200, 217-221, 280, 477-478, Copenhague, 223.
493-494, 496-500. Córdoba, 233, 509.
Bélgica, 109. Corinto, 106.
Bellem, 351, 353, 358, 363. 415-416, 430, Cuenca, 233. 508.
445. 471.
Berlín, 122, 134, 223, 342. Charonne, 199.
Bern[a], 10, 136, 170, 195, 207-211, 214- C hitdet, 200-201, 216, 218, 478479, 495-
215. 222, 415, 420, 484-485, 487-490, 497.
524.
Bibbiena, 91, 319, 320, 519. Dettingen, 201.
Biberstein, 485.
Bica de Duartebello, 352. Ebora. 136.
Birrninghan, 134. Epemav, 9, 113, 339, 520.
Bolonia [Bologna], 101. 319. 329-330. Ephesos, 37.

541
España, 109-110, 136, 231-234, 250, 341, Grate, 123.
378, 505-506. Guise, 421.
Espezia, 155. Gurk, 126, 345, 520.
Estados Eclesiásticos, 29, 31, 109. Hamburg [Hamburgo], 46, 216.
Estrasburgo [Strasburg], 223. Hannover, 195, 214-216, 492, 524.
Estremoz, 354. Hippona, 202, 479.
Et[o]quia, 140, 355. Holanda, 15, 46, 109, 112, 161, 171, 191,
Europa. 75, 119, 122, 143. 209, 342, 363, 239, 359, 389, 421422, 453, 468.
484. Hungría [Ungarn], 18, 112, 120, 122-123,
Evora 136, 430. 341-342.
Fitenze [Florencia], 9. 11, 13-23, 25, 27-39, Iconio, 35, 93.
43-49, 51-55. 57-61, 63. 67-75. 81-82, 87,
Impruneta, 56-57, 63-64, 66, 76-79, 274-275,
106, 123, 125. 130. 133, 193, 195, 211, 277-281, 285, 297-299, 303-305, 307.
239-243, 245. 247-249. 252-254, 257-266, India, 136, 282, 481.
268-270, 272-275. 277-283, 285-289, 291-
Inglaterra [Gran Bretaña], 15, 19-20, 22, 44,
292. 297-298, 300-301. 303-309, 312, 314-
46, 55, 67-68, 70, 74, 109, 122, 136-137,
315, 317-336, 517-520.
139-140, 143, 145, 149, 161, 183-185,
Flandes. 202. 191, 214-215, 226, 235, 239, 242, 273,
Foligno, 9.
286-288, 291, 337-338, 342, 352, 355, 357,
Fontaine-L'Abbé, 479.
359, 363-367, 373, 389, 393, 396, 400,
Fonteblon. 372.
440442, 445-448, 450-451, 453, 458, 469,
Forli, 35, 93.
476, 483, 492, 527.
Fort-L’Evéque, 200. 498.
Innsbruck, 109, 111-112, 338-339, 520.
Fossombrone. 23.
Italia, 15, 18, 26, 29, 32, 40, 48, 110, 122,
Franche Consté [Franco Condado], 202.
136-137, 139-140, 143, 145, 149, 161,
Francia [France], 14, 18. 46, 56. 64, 109,
183-185, 191, 214-215, 226, 235, 239,
113-115. 123, 136-143, 145-146, 149-150, 242, 273, 286-288, 291, 337-338, 342,
152-153, 161, 169-171, 174, 179, 184,
352, 355, 357, 359, 363-367, 373, 389,
190, 192. 195-196. 198, 202, 216-217,
393, 396, 400, 440442, 445448, 450451,
226, 230-231, 235, 274, 277, 280, 298,
453, 458, 469, 476, 483, 492, 527.
300, 324, 337 , 352-353, 355, 357-359,
Innsbruck, 109, 111-112, 338-339, 520.
361, 363-368, 371-375, 377-379, 382-383,
Italia, 15, 18, 26, 29, 32, 40, 48, 110,
387, 393-394, 3%, 399-400, 402, 407, 409,
122, 155, 161, 239, 246-247, 249, 251,
412, 416418, 420-421, 424, 431, 434,
263, 311, 337-338, 378-379, 381, 389, 400,
437438, 441-442. 446-447, 453, 458, 468-
453, 505, 520.
472, 474, 476, 494, 498499, 501, 504-
505, 521, 525. Jerusalén, 463.
Frankfurt, 209, 224, 340, 396. Johannisberg, 118.
Kintore, 527.
Gales, 206, 451, 483.
Kolung, 214.
Genéve [cfr. Ginebra].
Genova. 9, 155, 165, 381, 400. La Guarda, 136.
Ger, 480. La Haya, 15, 223, 227.
Gíbraltar, 527. Lamego, 136.
Ginebra [Genéve], 10, 46, 195, 203-207, La Mina, 136.
479-480, 482483, 485-486, 524, 527. Langres, 227-228, 502, 523.
Gironde, 520. Languedoc, 421.
Goa, 136. Lausanne, 485-486.
Gottingen, 216. Led, 453.
Gottstatt, 486. Leipzig, 223.
Granada, 233, 509. Leiría, 136.

542
Lenzburg, 485. Muralt, 485, 524.
Liecheátein, 128. Murcia, 233, 509.
Liége [Licja], 138, 192, 195, 202, 359, 394,
Nantes, 136.
416, 446, 470-471, 479, 523-524.
Nápoles [Napoli], 9, 27, 110, 122, 247, 338.
Lille, 501.
Naziamo, 110.
Limoges, 195, 202, 221-222, 501, 525.
Nicea, 82, 106.
Linz, 102, 231.
Lisboa, 9, 16-17 19, 61, 133-143, 145, 147- Niklosburg [Nichilsbrugo], 349.
Nime», 196, 474.
149, 151-152, 154-157, 159-162, 164-176,
178-181, 183-193, 204, 211, 349-363, 366, Olías, 231-232, 505-507, 511-512. 525.
370-372, 374-389, 393, 395-396, 398-413, Oliva, 110.
415-432, 434-441, 446-447, 449, 452-455, Olmütz [Olmitz], 117-119, 127 131, 345
457, 459-463, 466-471, 474, 518, 521, 349, 520.
523, 527. Oporto, 136.
Livorno, 13, 22, 29, 44, 46, 68, 70-72, 77, Orléans, 195-199, 202, 216, 475477, 523.
92, 243, 249, 254, 265-266, 283, 287-289, Osser, 399.
320-321, 328. Oesterreich [cfr. Austria].
Livry, 219-220, 496-498. Padova [Padua], 328.
Logroño, 233, 509-510. Países Bajos [de España], 341.
Londres [London], 9, 55, 75, 122, 134, 136- Países Bajos [de Francia], 192, 470471, 523.
137, 165, 191, 226, 273, 342, 400, 415, Países Bajos [de Austria], 18, 117, 202.
441, 448, 453454, 477. Palestina, 188, 476.
Longpont, 217. Panone, 58, 60. 76, 275-276. 282, 285, 297,
Lorena, 18, 20, 30, 47, 61, 74, 82, 89, 99, 306.
119, 123, 241-242, 249, 252, 268, 286, Páquis, 483.
291-292, 317, 327, 331, 517, 527. París, 9-10, 113, 115-116, 123, 137, 141-143,
Los Algarves, 136. 148, 150, 157, 161, 165. 169-171, 183,
Lovaina [Louvain], 18. 190, 195, 197-199, 201, 204, 211, 216-
Lucca, 9, 14, 16-17, 27, 165, 247, 400. 219, 223, 226-227. 232, 279. 339-340,
Lüneburg, 214-215. 352, 356-359, 361, 363-364, 370-375, 378-
379, 382-384, 387, 89, 96, 398400, 402.
Llerena, 233.
404409, 412416, 418422. 424, 426, 428,
Madeira, 136, 350. 430, 432435, 437439, 445. 468469, 475-
Madrid, 9-10, 135, 195, 231, 511-512, 527. 479, 492-502, 504-506. 509, 520-525. 527.
Magdeburg[o], 453. Perenne, 219. 496497.
Malta, 109, 113-114, 339, 348, 520. Petersburgo, 54, 273.
Mannheim, 46. Pkhilaria, 353-
Mantua [Mantova], 93. Pisa, 15-17. 23, 28-29, 90-92, 105, 165, 239-
Marseille [Marsella], 109, 114, 195, 202, 240, 249, 279, 288, 318-321, 334-336,
216, 221-222, 225, 239, 340, 416, 500- 400, 519-520.
501, 520, 525, 527. Po, 421.
Metz, 201, 339. Polonia, 109, 231.
México, 9. Pontadera, 92, 101, 321.
Milan[o], 40, 263, 453. Poppi, 48, 57, 64, 74, 89-91, 101. 104, 274,
Milbaut, 421. 281, 285, 288, 314, 317-320, 334, 519.
Miranda, 136. Portalegre, 136.
Modena, 109, 310, 337. Portugal, 16, 61, 106, 109, 133-137, 145-
Montorgueil, 498. 146, 150. 152. 156, 161, 165, 170, 172,
Montpellier, 196, 474. 175, 179, 181, 185, 187. 190-191, 364.
Moscou, 54, 273. 368, 389, 3%, 415, 418, 451, 453, 458,
Mugello, 336. 468-469, 523, 527.

543
Pragta], 129, 547-348. Sinneringen, 486.
Presburg[o), 123. Soissons, 217-218, 493-494, 497.
Pro vence [ Pro venza ], 216, 222, 492, 501. Sorbona, 195, 226-228, 230, 502, 525.
Prucia, 206, 310, 483. Suiza, 136, 203, 207, 209, 214, 455, 469.
Tajo, 189, 191.
Quimper, 227.
Tebas 54, 273.
Quintein, 231, 505.
Teodosia, 101.
Rhin. 201. Thun, 486.
Roma. 9-10, 13-16, 18, 20-23, 26-35, 37-39, Tierra Santa, 143, 363.
41, 44, 46-48, 55, 57 . 61, 67-70, 72 , 74. Tirol, 111.
78, 82-84, 90, 93-99, 101, 104-106, 117- Toledo, 195, 231-233, 505-512, 525.
118, 123, 125-131. 151, 154, 158, 165, Torino [Turín], 40, 195, 263.
190, 193. 197, 202. 204, 211. 239, 241- Torre de Londres, 226.
243 . 246-252. 254-257 , 259-261, 265-266, Torre do Tombo, 9, 133-134, 169, 192.
268 269. 275, 286-289 . 291-293, 309-310, Toscana, 13-15, 17-23, 25, 27-40, 43-44, 46-
312, >17-318 . 324-329, 331. 334-338. 344- 50, 55-56, 58, 60, 63, 66-67, 70, 73-78,
349, 363. 375. 379-380. 384-385. 398, 82, 84-85, 87-95, 98-99, 101-102, 105-106,
400, 405, 410. 420, 430. 469, 473-474, 109, 119, 123, 140, 239-243, 245, 249,
479. 504. 517-520. 524. 251-255, 257-264, 266-270, 273, 277, 279,
Rotterdam. 453. 285, 288, 290-294, 297, 299, 303, 306,
308-312, 314-323, 326-327, 329-337, 356,
Sabova rSavoieJ. 330. 356, 517-520, 527.
Saint Antoine, 499. Toulon, 195, 202, 216, 492, 524.
Saint Amould [de Metz], 339. Tramontana, 320.
Saint Cloud. 219. 497. Trento, 112.
Saint Denis en France, 217. Turín [cfr. Torino].
Saint Fosse. 495.
Saint Germain. 137, 183, 220, 498. Ungarn [cfr. Hungría].
Saint Gerrnain L’Auxerrois, 493, 495.
Valencia, 110, 233, 507-508.
Saint Marceau, 220, 499.
Valladolid, 233-234, 510.
Saint Martin, 499.
Varsovia [Warschau], 9, 34, 93, 95, 99, 102-
Saint Martin des Champs, 217, 494.
103, 113, 117, 123, 202.
Saint Paul, 496.
Venezia, 9, 27, 40, 48-49, 97-98, 105-106,
Saint Thomas du Louvre, 498.
247, 263, 269, 279, 326, 335.
Salzburg, 109, 111-112, 337-338, 520.
VersaiUes, 219, 340, 497, 500.
San José de Ribamar, 141-142, 350, 360-361.
Viena [Wien], 10, 18, 25, 30, 35-40, 67,
Santa Croce, 58. 65 , 99, 288. 291. 304, 306,
74, 93-95, 99, 105, 117-121, 123-130, 133,
327.
195, 204, 245, 253, 257-261, 264, 291-
Santa María Mayor, 331.
292, 322-323, 327-328, 333, 336, 341-349,
Santa María en Arena, 118, 130-131, 348.
517-520, 527.
Santa María Supra Minerva, 127.
Vignola, 109.
Santiago, 233, 508.
Viseo, 136.
Santo Tomé. 136.
Volterra, 105, 247.
Savona, 155, 381.
Sens, 372. Warmbrunn, 118.
Sevilla, 233, 509. Warschau [cfr. Varsovia].
Siena, 27-28, 30, 91-92, 97-98, 104-105, 131, Weimar, 9, 337, 520.
165 , 248, 250, 254-255, 257, 282 , 319-
321, 325-326, 328, 334, 336, 400. Ydbes, 136.
Silesia [ Sle*ía], 127, 346. York, 18.
Simancas, 9. Zaragoza, 8, 233, 508.

544
INDICE GENERAL

EL PROCESO DE TOMMASO CRUDELI EN FLORENCIA


[1739-1741]

PARTE I
I .— Consecuencias de la Condena Pontificia ...........................................................
La Masonería en Florencia.—El Barón Stosch.—Petición del Cardenal Corsini
a S.A.R.—Arresto del Dr. Crudeli.
II.—Interferencias de jurisdicción del Tribunal de la Inquisición ...... ..................
Relación del Senador Rucellai.—Informe del Conde de Richecourt.—Actuación
del Inquisidor de Florencia.—Intervención del Nuncio de Viena.—Respuesta
del Gran Duque de Toscana.
III.—Preliminares del Proceso de Crudeli ...................................................................
Averiguaciones del Senador Rucellai.—Examen previo.—Denuncias sobre la
actuación del Tribunal.—Espontánea de Crudeli.—Delaciones de los testigos.
Acusación fiscal.
IV.—Desarrollo..del Proceso .........................................................................................
Primeros interrogatorios.—Intervención de Richecourt ante d Gtan Duque.
Denuncia del Dr. Pupigliani.—Intento de fuga de Crudeli.—Concesión de abo­
gado defensor.
V.—Desenlace del caso Crudeli ..................................................................................
Estado de salud del reo.—Intervención del Nuncio de Florencia.—Traslado de
Crudeli a una fortaleza del Estado.—Retractaciones de Minerbetti y de Pupi­
gliani.—Sentencia condenatoria.
VI.—Consencuencias del Proceso ..............................................................................
Tirantez de relaciones entre el Gobierno de Toscana v la Corte de Roma.—
Gestiones del Nuncio de Su Santidad en Viena.—Intervención del enviado es­
pecial de la Santa Sede.—Intentos de reforma d d Santo Oficio en F lorencia.
Quejas contra el Padre Inquisidor.—Indulto y muerte del Doctor Cruddi.
Traslado del P. Inquisidor.—Reforma de la Inquisición en la Toscana.

LA MASONERIA TRAS LA PROHIBICION PONTIFICIA


[1740-1750]

PARTE II
I -— Repercusiones en Austria, Holanda, M éta y Francia •— ..... '.y ; ' ; '
La Universidad de Salzburg y Ludovico Muratori (1740). La Unimsidad de
Innsbruck y la Academia Taxi ana (1740-41).—Los Estados Generales oe
landa (1740),—Prohibición del Gran Maestre de la Orden de Malta (1740).
Aviso del Obispo de Marsella (1742).—El Intendente de Burdeo» y la Maso­
nería (1742).
I I .—Persecución de U Masonería en Viena 11743] .................... ......................... 117
Fundación de la primera logia en Viena —El Principe obispo de Breslau, conde
de Schaffgotsch— María Teresa y los masones vienese*.—Intervención del Nun­
cio y del Cardenal Arzobispo de Viena— Instrucciones de Benedicto XlV.—Lrt
Masonería en la diócesis Je Olmütz.
I I I .—Et Tribunal de la lnqmmion de Listo* y la Masonería j 1743] ................. 133
El proceso de Coustos en la literatura masónica.—Actividad de la Inquisición
lisboeta.—Denuncias ante el Santo Tribunal -Mandamiento de prisión de
varios masones.
IV.—Proceso de Aiexandre ) acames Motton [1743] ...... .................................. 143
Interrogatorios iniciales.—Sumario de cargos.—Publicación de la prueba de jus­
ticia.—Citación del Calificador del Santo Oficio.—Sesión de tormento.—Sen­
tencia tinal.
V —Proceso de Joao J hornos Brvsié [174í¡ ................... ......................................... 161
Juramento del Intérprete.—Interrogatorios iniciales.—Sumario de cargos.—Pu­
blicación de la prueba de justicia.—Sesión de tormento.—Sentencia final.
V I—Proceso de joao Baupústa Rubart 1174)1 ........................................................ 169
Juramento del Intérprete.—Interrogatorios iniciales.—Sumario de cargos.—
Defensa del procurador.—Publicación de la prueba de justicia.—Sesión de
tormento.—Sentencia final.
VII.—Proceso de John Coustos y Lamberto Bolanger 1174i] ...................................... 183
Interrogatorios iniciales.—Sumario de cargos.—Publicación de la prueba de
justicia—Sesión de tormento.—Sentencia final.—Conmutación de la pena.—
Proceso de Lamberto Bolanger.

III. —Incidentes masónicos en diversos países ............................................................. 195


Intervención de Benedicto XIV en Avignon (1744).—Alarma del Procurador
real y del obispo de Orléans (1744).—Actuación de la policía de París (1744).—
Inquietud del obispo de Lieja (1744).—Resolución del Consejo de Ginebra
(1744)—Decreto del Cantón de Berna (1745).—Decreto del Consistorio de
Hannover (1745).—Actuación del Intendente de Toulon (1745).—Nueva in­
tervención de la policía de París (1745).—Mandamiento del Obispo de Mar­
sella (1748).—Quejas del Obispo de Limoges (1748).—Consulta de la Sor­
bona (1748).—Orden del Gran Sultán de Constantinopla (1748).—La Inqui­
sición de Corte [Madrid] (1748).
V-Mímars . ............................ 237
i .MCt.» 515
I I' CZ DR APÍNOICES 517
! > C* Of. ILUSTRACIONES 527
(M H H ONOMÁSTICO .... 529
I • • 'E geográfico
341
345

También podría gustarte