Está en la página 1de 23

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO

FACULTAD PSICOLOGÍA
PROGRAMA ESPECIALIZACIÓN EN ADICCIONES

ELEMENTOS GENERALES PARA EL DISEÑO Y EJECUCIÓN DE


PROGRAMAS PREVENTIVOS EN EL ÁMBITO ESCOLAR

Un programa o proyecto no es más que el diseño de un conjunto de acciones,


relacionadas entre sí que buscan alcanzar un objetivo. Si la construcción del
objetivo no es precisa, esto lleva a que no se organicen racionalmente las
actividades adecuadas para conseguirlo, no se analicen las técnicas y medios
justos para la realización de estas actividades y no se evalúe la eficacia de ese
conjunto organizado de acciones. En el ámbito escolar con frecuencia existen
vacíos en el diseño lo que finalmente lleve a no lograr los objetivos planteados.

Un programa de prevención debe elaborarse atendiendo a los siguientes


criterios:

• Debe adaptarse al contexto en el cual se plantea: Es decir, que debe dar


respuesta a las necesidades reales que se detectan en el medio; debe
adaptarse a las personas objeto del programa, al entorno en el que viven y a la
meta planteada.

• Debe ser realista: Es decir, debe partir del planteamiento de objetivos y metas
alcanzables en el medio en el cual se va a desarrollar y con los recursos que se
cuenta.

• Debe presentar una unidad de diseño: Teniendo claros los objetivos y metas
esperadas debe haber claridad sobre las estrategias y los contenidos, así como
el sistema de verificación previsto para evaluar los resultados logrados;
existiendo coherencia entre cada uno de sus componentes.

• Debe ser flexible: De tal forma que permita realizar ajustes y adaptaciones en
el transcurso del proyecto, de acuerdo a lo que se va observando en el campo
y la retroalimentación que se va obteniendo en el día a día del trabajo con los
grupos.

TIPOS DE PROGRAMAS PREVENTIVOS EN EL ÁMBITO ESCOLAR

Es importante recordar que las modalidades de prevención nos permite realizar


dos enfoques diferentes al momento de diseñar una propuesta:
• Prevención inespecífica: Definida como aquella dirigida a impactar factores
relacionados con el problema de la drogadicción; por lo cual frecuentemente
hacen parte de programas que buscan intervenir problemáticas que tienen
puntos en común (fármaco dependencia, violencia intrafamiliar, abuso sexual,
etc.) y en el cual no aparece en forma explícita el tema de drogas; la
intencionalidad del agente es clara en relación con un objetivo de impactar la
problemática de consumo, de lo cual no son concientes los usuarios. Dentro del
ámbito escolar podemos ubicar en este grupo proyectos orientados a la
ocupación constructiva del tiempo libre, fomento de actividades deportivas,
culturales y artísticas, maduración del autoconcepto y fomento de la
creatividad, la promoción del asociacionismo juvenil, entre otros.

• Prevención específica: Es la generada por aquellas iniciativas que buscan


impactar la problemática de la drogadicción, en cualquiera de las siguientes
direcciones, mediante: reglamentación legal (restringir las posibilidades de
obtener las drogas, tales como impactar la producción, el tráfico, la
comercialización de las sustancias); la promoción de medidas educativas
destinadas a dar conocimientos, formar actitudes y generar hábitos de vida
sana y como consecuencia un uso adecuado de aquellas sustancias que
pueden generar dependencia; el establecimiento de medidas sociales a favor
de los grupos, particularmente “en riesgo” , ofreciéndoles alternativas viables.

El otro elemento a considerar es si se plantea una propuesta dentro del


currículo escolar, es decir parte de la educación formal, o si se encuadra dentro
de actividades extracurriculares o educación informal.

• Educación formal y programas de prevención de drogas:

Este puede tener varios planteamientos, tal como afirma Stratemeyer citado por
Amando Vega “a propósito de la educación sanitaria existen cuatro elementos
básicos:

o Organización de asignaturas por separado, que es el sistema más tradicional

o Organización de amplias esferas o grupos de asignaturas relacionadas entre


sí; en este caso la educación para la salud es parte del currículo de estudios o
de ciencias.

o Organización del currículo en amplias secciones que atraviesan los campos


de las asignaturas.

o Sistemas emanados de las necesidades y problemas del grupo y que no dan


mayor importancia al alcance, organización y secuencia ni están planteados de
antemano grado por grado. Cada maestro puede enseñar libremente los
conocimientos en términos que se relacionan con las metas y necesidades de
sus alumnos.”

De estos planteamientos el que mayor posibilidad tiene de ofrecer resultados


adecuados parece ser el manejo del tema en diferentes asignaturas, para la

2
administración escolar puede resultar fácil introducir nuevos temas y problemas
en el temario ya existente del currículo.

Desde esta perspectiva se plantea que las asignaturas aborden el temario de


las drogas relacionándolo con otros. Por ejemplo en biología podría hablarse
de los efectos de las drogas en los diferentes sistemas del cuerpo humano,
posibles daños en el cerebro y en otros órganos, etc.; en matemáticas pueden
incluirse cifras relacionadas con el consumo al momento de hablar de
porcentajes, gráficos, etc
.
Es decir, busca incluir en los contenidos de las materias y grupos de
asignaturas tradicionales el tema de las drogas, de tal forma que se pueda
contemplar una mirada amplia, integral y transversal de la problemática. Esto
implica no sólo la adecuada formación de los maestros, sino también organizar
un trabajo continuo y coordinado de las diferentes áreas (construir con apoyo
del proyecto un equipo interdisciplinario que asesore y acompañe los diferentes
procesos; por esto, es importante considerar la necesidad del trabajo
interinstitucional e intersectorial).

Además de los contenidos debe contemplarse que las estrategias


metodológicas empleadas en cada una de las asignaturas deben propender por
ofrecer elementos a los estudiantes que les permita desarrollar conciencia
crítica, autonomía y que facilite la participación.

Otro sistema que puede implementarse es la construcción de un “área de


prevención”, para la cual se destinan horarios específicos y se plantea como
una asignatura transversal que de acuerdo al nivel utiliza contenidos y
estrategias específicos.

El otro elemento importante a tener en cuenta dentro de la educación formal, es


la implementación de estrategias y metodologías en todas las áreas y niveles,
que permitan el desarrollo del sujeto con sentido reflexivo, crítico, autónomo,
participativo y que a través de ellas se permita la construcción de un sujeto con
las características planteadas previamente.

• Educación no formal:

Se plantea como una opción que cubre las lagunas del currículo formal y que
puede plantear lograr un acercamiento con los estudiantes compartiendo
intereses y problemas; ofrecer el apoyo necesario que permita resistir las
influencias negativas que perjudican al sujeto; orientar alrededor de una mirada
crítica y reflexiva ante los diferentes mensajes que le llegan del entorno.

Las características más importantes es que debe ser de carácter voluntario, no


directivo y generalmente con una estructura muy flexible; puede desarrollarse
como educación informal en la escuela (a la cual nos referimos cuando
hablamos de aspectos no contemplados en el currículo formal); pero también
puede ser con la familia y la comunidad (como acciones de proyección de la

3
institución).

Dentro del contexto escolar este tipo de programas tienen utilidad grande para
trabajar con jóvenes consumidores ocasionales y compulsivos; aunque
indudablemente puede ser muy ventajoso en grupos sin antecedentes de
consumo.

Se pueden trabajar metodologías diversas como la discusión en grupos libres,


grupos de crecimiento y reflexión alrededor de problemas, entre otros.

Con los padres se pueden desarrollar actividades a nivel informativo, formativo


vivencial, más adelante se hará referencia brevemente al tema de escuela de
padres.

Con respecto a la comunidad, la escuela puede plantear acciones educativas


orientadas a líderes, grupos organizados y otros que por sus características
pueden ser importantes en el proceso de prevención del consumo de drogas.

Igualmente, generalmente en los proyectos planteados desde el ámbito


comunitario la institución escolar es uno de los actores importantes y debe
estar preparada para asumir responsablemente el rol que le corresponde.

ESTRUCTURA DE LOS PROGRAMAS DE PREVENCIÓN


EN EL ÁMBITO ESCOLAR… UNA PROPUESTA.

Antes de plantear una estructura o derrotero en la formulación de un proyecto


preventivo para la escuela, es importante reflexionar sobre algunas
características con las cuales se podría garantizar que la propuesta preventiva
no sólo responda a una gestión administrativa institucional sino que también
puedan garantizar obtener resultados basados en un proceso basado en la
calidad. Retomamos acá los planteamientos de Juan Escámez Sánchez en su
texto Drogas y Escuela, según él los programas preventivos en el ámbito
escolar deben cumplir con las siguientes características:

• Apoyarse en un marco de referencia valoral y actitudinal claramente definido y


aceptado por todos los implicados en el programa. Los conflictos de valores y
la confluencia de actitudes hacia éstos que sean contradictorias, dificulta la
adopción de líneas coherentes y consistentes de intervención.

• Que el programa de prevención sea sumido por todos los miembros de la


comunidad educativa.

• Su calidad debe afectar a todas las fases del proceso educativo: Incluido en el
diseño curricular básico; su tratamiento debe ser intencional y no meramente
difuso o voluntarista; recibir la correspondiente asignación de recursos y que su
seguimiento y control revista el carácter formal de los temas centrales para la

4
institución.

• El planteamiento metodológico no debe ser de tipo activista, es decir, basado


en la actividad por la actividad, sino apoyado en un compromiso personal y
grupal de todos respecto a valores como la salud, el autocontrol, el respeto a
los otros, etc.

• Debe ser realista y por ello específico para cada institución y según sus
posibilidades prácticas de llevarlo a cabo. De ahí que un exhaustivo y objetivo
análisis de la situación inicial del centro escolar es indispensable para que el
programa pueda ser diseñado de forma específica.

• Hay que aceptar la probabilidad de que la organización escolar se vea


afectada por la creación de funciones y estructuras provisionales o definitivas,
que aseguren la aplicación de las estrategias y el mantenimiento del
compromiso. Los grupos de trabajo, bien sean círculos de calidad o equipos de
proyecto, proporcionan una fuente de motivación tal que garantiza la
implicación de las personas en el logro de los objetivos del programa.

• Se necesita liderar el programa, con un ejercicio de esta función grupal tan


importante más orientada a gestionar y mantener el compromiso respecto a
actitudes y valores que a dirigir las transacciones entre las personas y los
grupos. Se propone un enfoque de tipo corporativo, cuyos marcos de referencia
son los valores y las personas, no el puro ejercicio del poder.

• La administración educativa, así como los órganos de participación y


representación de la comunidad educativa, deben apoyar estos programas
confiriéndoles el valor social de las actividades más radicales en beneficio de la
sociedad, que a la larga será la afectad por el éxito o fracaso de estos
programas.

• Para que su diseño, aplicación y evaluación sean posibles, deben preverse


programas especiales de formación y/o reciclaje de profesores, padres y
directivos escolares en una doble vertiente: Primero, sobre el tema o los temas
de la drogodependencia y, segundo, sobre las técnicas de elaboración y
aplicación de programas de formación y cambio de actitudes.

• Deben insertarse en el marco de un cambio en la gestión y consideración de


la institución educativa, que tienda a configurar una cultura específica que
vertebre los proyectos y planes educativos, unas relaciones interpersonales
basadas en la confianza y el beneficio mutuo y un modelo de educando, última
preocupación

o referencia de los programas escolares, que sea cada vez más autónomo,
responsable y comprometido individual y socialmente con unos valores.

Para que las acciones dirigidas a la prevención tengan validez y puedan ser
consideradas un auténtico programa deben contener unos elementos mínimos:

5
• Sensibilización y motivación: Ésta, permite hacer una primera aproximación a
cada una de las instancias que se involucrarán dentro de la propuesta;
dependiendo de los recursos con los que cuente la institución puede hacerse
mediante mensajes verbales, videos, carteles, etc. y nos permite ambientar y
comenzar a identificar personas que pueden involucrarse dentro del proyecto.
• Justificación: Que permita “vender” la propuesta. Debe quedar sustentada
desde los elementos del diagnóstico o problema a intervenir, el marco
normativo o contexto legal (apoyarse en disposiciones, leyes, normas) del
Ministerio de educación, pudiendo también, recurrir a disposiciones del área del
sector salud, bienestar social, etc. Así como desde la institución: misión, visión,
marco normativo, proyecto educativo institucional (en el caso Colombiano);
proyección social de la propuesta y beneficios institucionales que pueden
generarse con la implementación de ésta (por ejemplo, mejoramiento en el
rendimiento escolar, igualmente en los procesos participativos, en el
mejoramiento de las relaciones entre alumnos y entre estos con la institución ,
entre otros)
• Diagnóstico de la situación problemática: Es un paso fundamental que nos
permite identificar las características del problema que pretendemos abordar,
analizando la situación real existente, tanto de la cuestión concreta que nos
afecta como de sus posibles causas y complicaciones.
Idealmente debe contener un análisis de carácter epidemiológico, así como
elementos cualitativos que den cuenta de valores, actitudes y otros importantes
para intervenir en el proyecto.
• Definición de metas y objetivos: Una vez conocida la realidad a intervenir se
deben definir unos objetivos de trabajo, que deben ser razonables, realistas e
idealmente medibles y que son las formulaciones parciales a la solución del
problema planteado.

Deben dar cuenta de lo que se pretende lograr:

o Con los alumnos: Relacionados con adquisición de conocimientos,


modificación de convicciones y actitudes sobre las sustancias, el consumo y los
consumidores, ofrecimiento de alternativas para la utilización adecuada y
provechosa del ocio y el tiempo libre, mejoramiento en procesos de autoestima,
asertividad, identidad, interacciones sociales, entre otros. Esto, depende
exclusivamente de la situación detectada, el enfoque teórico a trabajar y el tipo
de proyecto.

o Con los profesores: Podría estar orientado a: cambio de actitudes en relación


a las drogas, el consumo y los consumidores; adquisición de conocimientos;
fortalecimiento en técnicas pedagógicas para favorecer procesos en los
alumnos (para lograr objetivos planteados previamente en ese grupo);
motivación a participar y promover programas preventivos en la institución;
capacitación para el reconocimiento y asesoría inicial en la identificación de
alumnos consumidores; entre otros.

o Con los padres: Podría estar orientado a: cambio de actitudes en relación a


las drogas, el consumo y los consumidores; adquisición de conocimientos;;

6
motivación a participar y promover programas preventivos en la institución y
fuera de ella; capacitación para el reconocimiento y manejo inicial de
problemas de consumo en sus hijos; desarrollo de técnicas para fortalecer
proceso comunicativos y de expresión adecuada de sentimientos al interior de
la familia; generación de proceso reflexivos alrededor de normas, castigos,
premios y otros relacionados con la crianza de los hijos; entre otros.

o Con la institución: Puede realizarse un trabajo orientado al cuestionamiento,


reflexión y rediseño de normas, contenidos, estrategias metodológicas y otros
que desde la institución afectan las posibilidades de consumo.

o Proyección al entorno: Desde un proceso de coordinación y trabajo en red se


pueden plantear objetivos de trabajo con otros sectores e instituciones
presentes en el micro contexto inmediato, como acción de proyección de la
escuela, bajo la premisa de que el trabajo educativo de ésta debe trascender
los muros de la institución.

Los objetivos en éste nivel, pueden ser de carácter normativo (para limitar la
oferta de las sustancias, limitar el acceso a ciertos grupos de edades, procesos
participativos para controlar el consumo, etc.); Estrategias para el uso
provechoso del ocio y tiempo libre, coordinadamente escuela – comunidad,
contando con los recursos compartidos; propuestas de acompañamiento de
acciones comunitarias desde la escuela a través de docentes, padres y
alumnos debidamente formados; y otras posibilidades que pueden adoptarse
de acuerdo a las necesidades detectadas y los recursos con que se cuenta.

De otro lado debe intentar plantearse metas que buscan de una forma más
cuantitativa definir que tanto se espera lograr; por ejemplo capacitar el 60% de
los profesores en…; involucrar el 50% de los padres en….

• Supuestos básicos o filosofías del programa. Luego de tener claridad sobre el


problema a intervenir y un planteamiento de objetivos, debe buscarse en forma
clara explicitar:

o Filosofía o tipo de programa: Debe quedar claro si se plantea desde la


prevención primaria, secundaria o terciaria; si es prevención primaria si es de
carácter específico o inespecífico.

o El ámbito de su aplicación: Considerar la población objetivo y las


posibilidades de proyección fuera de la institución, igualmente los beneficiarios
indirectos, referido a las personas no atendidas directamente en el programa,
pero que por los alcances de éste se verán beneficiadas.

o Las estrategias: Si son de carácter informativo, formativo, cambio de


actitudes, ofrecimientos de alternativas.

7
o El tipo de proceso enseñanza aprendizaje: Si es de carácter formal o
informal; si se construye usando los contenidos normales del currículo escolar,
si hay transversalidad dentro de este o si se realizarán actividades aisladas.
Implica también evaluar los recursos con que se cuenta y el material necesario
para desarrollar la propuesta.

o Los supuestos teóricos que orientan el programa: Es importante como se


comentaba anteriormente definir una línea conceptual teórica, clara que
sustente la propuesta pedagógica.

o Los recursos necesarios para el desarrollo de la propuesta, teniendo claridad


en los que se cuentan en la institución y los que es necesario financiar o
conseguir por otros medios.

o Los tiempos: Calendarizar la propuesta de tal forma que se tenga una visión
desde el principio del proceso que se va a llevar.

• Criterios o propuesta de evaluación: La eficacia de un programa depende de


la mayor o menor aproximación a la consecución del objetivo y meta planteado.
En esos términos un programa que plantee el cambio de aptitudes será exitoso
si en la valoración con un instrumento adecuado, se identifica que realmente se
logró dicho cambio en la población intervenida e igualmente si se evidencia un
cambio en los comportamientos.

Esto implica tener una gran claridad al momento de elaborar el diagnóstico, así
como la construcción de indicadores que den cuenta de los cambios que se
presenten y la utilización de instrumentos adecuados, validados para realizar
dichas evaluaciones.

El sentido de la evaluación cobra mayor vigencia cuando se utiliza para


retroalimentar permanentemente el programa y estar definiendo la necesidad
de realizar cambios, ajustes, replantear objetivos, metas, estrategias, recursos
de acuerdo a lo que los instrumentos e indicadores vayan mostrando.
Dentro de los instrumentos puede ser valido la utilización de grupos control con
realización de tests previos y posterior a las acciones educativas; igualmente la
utilización del instrumento empleado para el diagnóstico y su aplicación
posterior como mecanismo para ver cambios en la línea de base; así mismo la
aplicación de encuestas que permitan medir impacto en situaciones como
consumo, actitudes, valores, prejuicios, formas de relación, etc., de acuerdo al
planteamiento del proyecto.

Idealmente la evaluación debe tener continuidad para lograr realizar un


seguimiento a los resultados alcanzados, es decir mirar el mantenimiento de

8
los logros a través del tiempo, lo cual es factible en el ámbito educativo, cuando
se trabaja con una población que permanece en la institución varios años
consecutivos.

La evaluación en los proyectos preventivos y en general en los procesos


educativos, desde lo cualitativo, debe ser mirada desde varias dimensiones:

• Dimensión social: Que debe contemplar las relaciones entre las personas y
grupos involucrados, en su carácter de actores en el proceso de producción de
la realidad objeto de evaluación. Teniendo en cuenta el desplazamiento de la
reflexión e interpretación sobre la construcción y transformación de la realidad
humana de los medios para su producción, hacia las relaciones sociales que
subyacen a dicho proceso.

• Dimensión cultural: Se relaciona con la definición de ciertos patrones de orden


cultural que establecen formas de pensar, sentir y enfrentar la realidad; es
decir, todo el proceso de construcción de un diagnóstico inicial, pasando por el
esbozo de una propuesta evaluativa, hasta la manera de recoger, procesar y
comunicar la información, se encuentran atravesados por el lenguaje, el
pensamiento y los estilos de interacción establecidos.

• Dimensión científica: Debe dar cuenta de que los procesos a evaluar hayan
generado la posibilidad de construcción de conocimiento válido y confiable;
desbordando la perspectiva del mero suministro de información, buscando de
adoptar una postura crítica y activa. Partiendo del supuesto de que la realidad
solo es comprensible y transformable en presencia de un esfuerzo intencional y
sostenido que busque trascender las meras apariencias.

• Dimensión educativa: Relacionada con la labor formativa, intencional y


sistemática y que está relacionada directamente con el modelo pedagógico
desde el que se plantea la propuesta.

• Permanencia de los programas: Desde el inicio de la propuesta debe


plantearse, obviamente teniendo en cuenta los resultados alcanzados, la
transversalidad de la propuesta y su mantenimiento en el tiempo.
Para lograr esto se requiere la concertación de unos compromisos con
actuaciones de prevención para el futuro.

Algunos elementos importantes a considerar cuando se plantea esto, hace


referencia a: que el proyecto inicial generalmente permite la formación de
dinamizadores o mediadores que permanecerán en la institución (personal
administrativo y profesores) y de otros que por sus características podrían
continuar vinculados con la institución o proyectar el trabajo en la comunidad
(padres y alumnos que egresen de la institución).

9
Solamente mediante un compromiso serio en todos los niveles, el desarrollo
pleno de actividades propuestas y un proceso evaluativo serio y juicioso podría
plantearse el mantenimiento de la propuesta en la institución.

Elaborado por:
Mg. ANGELA MARIA PARRA BASTIDAS
Docente Investigadora FUNLAM
Seminario Aspectos Básicos y Estrategias en Prevención
Programa Especialización en Fármacodependencia

10
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO
FACULTAD PSICOLOGÍA
PROGRAMA ESPECIALIZACIÓN EN ADICCIONES

MODELO DE ACTUACIÓN AMBITO LABORAL

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

En ocasiones, se esgrimen razones para inhibirse de intervenir ante las drogas


que denotan una percepción errónea de la realidad. He aquí algunas de ellas:

· "Aquí no hay problemas". La realidad social de la que las drogas forman parte
no se queda a las puertas de la empresa.

· "No es una prioridad". Lo cierto es que se trata de un importante tema


relacionado con la salud y el bienestar, con un notable impacto sobre la vida de
la empresa.

· "Poner en marcha un programa daría mala imagen". Por el contrario, prestigia


a aquellas empresas con una política explícita y decidida sobre el tema.

· "Sería una inversión difícil de justificar". La inhibición es lo difícil de entender,


una vez reconocido el coste que para la empresa representan los usos
indebidos de drogas.

· "Cualquiera convence a los sindicatos". Las organizaciones sindicales están


haciendo interesantes aportaciones al tema. Actuaciones ajenas a todo
carácter represivo, con criterios de colaboración y coordinación, facilitarán su
compromiso.

Es a partir de esta toma de conciencia cuando empiezan a abrirse horizontes


para la actuación. Reuniones con los sectores implicados para llegar a
acuerdos y crear una estructura mínima que dinamice la puesta en marcha de
la intervención. Una Comisión, coordinada por una persona que cuente con
amplios apoyos, en la que estén representados los diversos interlocutores del
mundo de la empresa, a fin de hacerse eco de los distintos intereses en juego y
de garantizar la eficacia del trabajo a impulsar. Es éste el momento de recopilar
la información, acaso dispersa, del conjunto de los agentes participantes, y
evaluar la situación real de la empresa, atentos a su particular problemática,
necesidades y recursos. Hablamos de conciliar los intereses (diferentes, que
no divergentes) de los diversos interlocutores del mundo de la empresa, lo que
implica la necesidad de impulsar estrategias que respondan a dicha pluralidad.

2. UNA ACTUACIÓN PASO A PASO

PASO 1: EXPLICITACIÓN DE NUESTRO PROGRAMA

11
A partir del acuerdo expreso de los diversos interlocutores de la empresa para
la puesta en marcha de la actuación, encargamos a una Comisión, en la que
estén todos ellos representados, la elaboración de las directrices generales del
Proyecto: una política pública que recoja las líneas de actuación y los derechos
y deberes de las partes. El programa se plasmará en un documento que lo
hace explícito para el conjunto de los trabajadores, dando cuenta de los
objetivos que se persiguen y de los procedimientos que para la aplicación del
mismo se ponen en marcha.

La primera etapa de la intervención se centra, por tanto, en plasmar por escrito


una política en materia de drogas, inscrita en el marco de las actuaciones que
en la empresa se realicen en materia de salud laboral y en las coordenadas
que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece. Este documento
escrito, pactado entre las partes, recogerá los siguientes elementos:

 Filosofía de la intervención.
 Objetivos.
 Prioridades.
 Actividades a desarrollar.
 Recursos humanos, financieros y materiales.
 Calendario.
 Actores y responsabilidades.
 Evaluación.

PASO 2: CONOCIMIENTO DE LA SITUACIÓN

No es imprescindible que cada empresa que se proponga intervenir ante el


fenómeno de las drogodependencias haga un estudio exhaustivo de su
situación inicial. Sin duda, es preciso hacer un "diagnóstico de la realidad" que
permita conocer el punto de partida, pero en muchos casos bastará con poner
en comunicación los datos que poseen los diferentes servicios comprometidos
con el programa. Información que cada servicio ha ido recogiendo en respuesta
a sus propias necesidades, y que quizás no ha tenido ocasión de compartir.
Como en tantos otros aspectos de la comunicación interna se impondrá pasar
de una política de "compartimentos estancos" a una política de "vasos
comunicantes".

En otras ocasiones, debido a la carencia de datos, al tamaño de la empresa o a


otras consideraciones, se impondrá la necesidad de acometer un estudio
específico sobre esta situación, el cual pudiera incardinarse en el marco de un
estudio más amplio sobre la salud laboral. Articular un proceso de colaboración
entre los recursos internos especializados en temas de salud y las agencias
externas, hará factible saber de dónde partimos a la hora de tomar la iniciativa.
Este conocimiento permitirá:
 Reconocer los tipos y niveles de consumo de drogas.
 Detectar los posibles factores favorecedores que existen de tales
consumos en el medio.
 Determinar los recursos disponibles en la propia empresa.

12
PASO 3: FORMACIÓN DE MANDOS INTERMEDIOS

Estamos poniendo en marcha una intervención en cuyo diseño, desarrollo,


seguimiento y valoración han de participar los diversos agentes del mundo de
la empresa. Para asegurar una intervención de calidad, será precisa una
adecuada formación de todas estas personas que les permita interiorizar una
cultura básica sobre el objeto de actuación.

Una formación útil para actuar que permita:

 Desdramatizar el fenómeno de las drogodependencias, a fin de


abordarlo con serenidad.
 Manejar una visión cualificada de su naturaleza y sus tendencias de
futuro.
 Conocer las actuaciones de la comunidad en que la empresa se ubica.
 Conocer las posibilidades de acción y la tradición existente en la
empresa.
 Disponer de unos rudimentos de planificación que aseguren la eficacia
de las actuaciones.
 Adquirir habilidades adecuadas para la tarea específica asignada a cada
agente (coordinar un equipo, detectar y/o abordar situaciones de abuso
de drogas, estimular a las personas en situación problemática a servirse
de los dispositivos de ayuda).

Especial importancia cobrar la formación de los mandos intermedios para que,


rehuyendo toda tentación disciplinaria, sean capaces de:

 Detectar potenciales indicadores de abuso de drogas.


 Comunicar las posibilidades de ayuda existentes.

PASO 4: PREVENCIÓN DE LAS DROGODEPENDENCIAS

El medio laboral constituye un marco de privilegio para la promoción de estilos


de vida saludables y autónomos entre los trabajadores. Poner en marcha
iniciativas de educación sobre drogas, será pilar básico de nuestra intervención
global en la materia.

La educación sobre drogas en que la prevención se concreta habrá de


centrarse en los siguientes aspectos:

 Las drogas y sus usos (desactivar mitos y estereotipos).


 Impacto personal y socio-laboral.
 Responsabilidad de cada trabajador.
 Política de la empresa.
 Funciones de los diferentes interlocutores.
 Alternativas asistenciales.
 Recursos que la empresa pone a su disposición.
 Charlas, vídeos, carteles, folletos, etc., son algunos de los medios que
se han utilizado para materializar esta actuación. Ser decisivo que

13
tengan un carácter permanente y generalizado. Este criterio de
continuidad será determinante para dotar de sentido a las actuaciones.

Dos niveles básicos concretan este capítulo básico de la intervención:

Reducción de la demanda

Conjunto de actuaciones informativas y educativas orientadas a disuadir del


abuso de drogas, a tomar conciencia de los riesgos de diversa naturaleza que
el mismo conlleva, y manejar habilidades que permitan sustraerse a las
incitaciones a consumir. En definitiva, acciones cuyo propósito es ayudar a los
trabajadores a tomar decisiones ante las drogas presididas por el respeto a su
bienestar y autonomía.

En este apartado, es importante que la empresa detecte aquellos factores de


riesgo inherentes a la propia actividad laboral que pueden favorecer consumos
de drogas, para actuar en consecuencia: sirva de ejemplo el entrenamiento en
habilidades sociales y de comunicación, para comerciales expuestos en exceso
al alcohol y al tabaco.

Reducción de la oferta

En el fenómeno de las drogas se implican un sinfín de actitudes inconscientes


y de conductas rutinarias que nos pasan inadvertidas. Puede ocurrir, por
ejemplo, que una empresa impulse una actuación decidida ante el abuso de
alcohol, mientras mantiene de modo simultáneo una oferta generosa de
bebidas alcohólicas en el comedor, en la cesta de Navidad y en otros servicios
generales. La misma empresa que actúa adecuadamente ante la demanda,
contribuye con su oferta no sólo a aumentar la disponibilidad de bebidas
alcohólicas, sino a crear un clima de normalidad en torno a su consumo.

Otro tanto cabría decir respecto al tabaco. Estímulos que evocan los cigarrillos
(ceniceros, máquinas de venta, etc.), favorecen su consumo. Si se modifica el
ambiente de modo que tales estímulos desaparezcan, y se colocan en su lugar
señales de estímulo al no consumo (carteles informativos, señalización de
espacios libres de humo, etc.), la conducta de fumar será menos probable. Es
lo que se conoce como "rediseño ambiental": no venta de alcohol, bebidas no
alcohólicas en comedores, retirada de ceniceros, señalización invitando a no
fumar, etc. Modificar el escenario de tal modo que resulten más probables las
conductas saludables.

Ambos elementos, la reducción de la demanda y la reducción de la


disponibilidad, han de formar parte de una política coherente y global en
materia de prevención, no vaya a ser que cuanto avancemos en el ámbito de la
demanda lo desandemos inadvertidamente en el de la oferta.

PASO 5: TRATAMIENTO

Un elemento fundamental de los programas de intervención en


drogodependencias en el ámbito laboral viene constituido por el

14
establecimiento de vínculos con los recursos existentes en la comunidad en la
que la empresa se ubica y de la que forma parte.

Si esta interacción es necesaria en el área de prevención, aún lo es más en el


área asistencial. En este ámbito, los recursos propios de la empresa no van a
ser suficientes, en una proporción importante de casos, para reconducir
situaciones problemáticas que requerirán la intervención de recursos
especializados en drogodependencias. Una comunicación fluida entre lo
interno y lo externo, centrada en una distribución racional de funciones,
permitirá optimizar los recursos en beneficio de los trabajadores y, por ende, de
la propia empresa.

A modo indicativo, cabría establecer el siguiente reparto competencial:

Recursos comunitarios

Dispositivos técnicos diversos entre los que podemos citar: Centros de Salud
Mental, Centros específicos de Drogodependencias, Departamentos de
Bienestar Social de Ayuntamientos, etc., se hacen cargo de los distintos
momentos que conforman la intervención especializada en la materia: acogida
y elaboración de la demanda, evaluación de la persona (tanto médica como
psicológica y social) y del tratamiento individualizado que en cada caso se
imponga desarrollar.

Recursos internos

Servicios médicos y sociales de la empresa que se encargarán de las


siguientes funciones:

 Información y orientación sobre las posibilidades existentes, tanto dentro


como fuera de la empresa, para atender problemas relacionados con las
drogas.
 Detección precoz, a partir de los reconocimientos médicos periódicos, y
de diversas informaciones existentes, que ayude a completar el
diagnóstico.
 Diagnóstico médico, psicológico y social, que permita orientar y, en su
caso, derivar el problema, en función de su singularidad.
 Recepción, análisis y redefinición de demandas.
 Intervención mínima, practicando actuaciones sencillas pero
probadamente eficaces: consejo médico, guías de autoayuda,
seguimiento de los logros, etc.
 Derivación a los recursos externos, lo que permite evitar ingerencias en
la vida privada del trabajador, reducir los costos de la intervención y
aumentar su eficacia.
 Motivación. Tanto respecto a las personas identificadas por sus
problemas con las drogas, como al grueso de las no identificadas,
resulta importante divulgar las garantías de mantenimiento del puesto de
trabajo que conlleva la participación en el programa, a fin de impedir
recelos.

15
 Seguimiento. Mediante contactos con el centro terapéutico y con el
trabajador, conoceremos la evolución del mismo, tanto durante el
tratamiento como tras la reincorporación normalizada a su puesto de
trabajo.
Tres criterios han de presidir la intervención terapéutica:
 Voluntariedad. La incorporación de los trabajadores ha de obedecer a
una decisión personal, adecuadamente favorecida por la empresa, como
reconocimiento de sus derechos y como clave de éxito.
 Confidencialidad. Todos los trabajadores han de conocer el riguroso
respeto con el que serán tratados los datos individuales.
 Seguridad del empleo y de los ingresos. Se evitará cualquier percepción
de amenaza asociada al contacto con el programa.

PASO 6: DETECCIÓN DE CONSUMOS

Detectar el consumo de drogas en una persona significa identificar aquellas


señales relacionadas con el mismo. Estas señales reciben el nombre de
indicadores y pueden ser de dos tipos:

Indicadores indirectos

Alteraciones en el funcionamiento y la integración laboral del trabajador que


pueden sugerir abuso de drogas: absentismo, deterioro del rendimiento,
problemas de relación, siniestrabilidad, retrasos, salidas prematuras, menor
calidad de ejecución, prolongación de descansos, decisiones erróneas y, en
general, cualquier alteración del funcionamiento psicofisiológico (memoria,
reflejos, concentración, pensamiento lógico, estado de ánimo, etc.).

La empresa constituye un escenario idóneo para la manifestación de estos


indicadores ya que en ella se encuentran las personas, durante largos períodos
de tiempo, respetando unos ritmos establecidos y sometidos a supervisión:
horario laboral, entradas y salidas, tipo y nivel de actividad, trabajo en equipo,
etc. En estas condiciones, es difícil que el abuso regular de drogas pase
inadvertido para los compañeros y para la línea de mando.

Indicadores directos

Reflejan de modo específico el abuso de drogas:

 Detección de parámetros biológicos alterados (quienes abusan


regularmente del alcohol suelen tener elevadas las transaminasas y
algunos otros valores, y los análisis de sangre de los reconocimientos
periódicos permiten detectarlo).
 Detección de las propias drogas en analíticas de orina: cada sustancia
tiene un tiempo de vida en el organismo del consumidor durante el cual
resulta posible detectar su presencia.
 Los primeros no resultan polémicos, por cuanto parece lógico que un
reconocimiento médico indague aquellas alteraciones biológicas que
orientan hacia posibles trastornos de base. Más conflictivas resultan las

16
analíticas de orina para detectar el consumo de drogas. Respecto a ellas
cabe hacer las siguientes recomendaciones:
 Sólo tienen sentido si van seguidas de una propuesta de tratamiento con
garantías mínimas de eficacia.
 Se han propuesto diversos momentos en los que tendría sentido su
utilización:
o en reconocimientos médicos de selección de personal
o en reconocimientos médicos periódicos
o cuando exista sospecha razonable de abuso de drogas
o al azar
o cuando se produzca un traslado o un ascenso
o al volver de un tratamiento
o cuando sean causa probable de accidentes ocurridos.

Algunos de ellos, como la utilización en procesos selectivos, son rechazados


por las organizaciones sindicales. De hecho, esta actuación sólo parece
razonable cuando se usa en actividades que impliquen riesgo para terceros
(maquinistas ferroviarios, pilotos de avión, etc.), bien de modo aleatorio, bien
ante la sospecha de consumos que el trabajador se niegue a reconocer, y
siempre como vía de entrada a un programa de tratamiento, y no como vía de
despido.

PASO 7: EVALUACIÓN

Como parte integrante de nuestra intervención, se hace preciso valorar la


calidad, la adecuación, la acogida y la eficacia del trabajo efectuado en una
doble dirección:

Evaluación de proceso

Seguimiento regular de la actuación que nos permita conocer si los hechos


están ocurriendo del modo previsto, a fin de introducir, en su caso, los
oportunos ajustes. Se trata de una elemental tarea de supervisión que
responde a preguntas básicas como:
 ¿Se están desarrollando las actividades programadas?
 ¿Se están haciendo del modo en que se planificó?
 ¿Están participando quienes se comprometieron a hacerlo?
 ¿Se están utilizando los recursos previstos?
 ¿Están ocurriendo hechos inesperados?

Evaluación de resultados

El equipo que está impulsando la intervención en la empresa habrá tenido buen


cuidado de establecer objetivos razonables, y fáciles de medir. A medida que
se van ejecutando las diversas fases del plan, y los diversos pasos en que se
articulan se van convirtiendo en realidad, resulta necesario conocer el grado en
que tales objetivos se van cumpliendo, a fin de reforzar las actuaciones,
modificar los elementos necesarios, analizar la verosimilitud de las metas
planteadas, etc.

17
Bibliografía.

 AGUSTI, A. y cols. El tabaquisme a Catalunya. Generalitat de


Catalunya. 1983.
 CC.OO. La actitud de las empresas españolas ante el alcohol y otras
drogas. Madrid, 1989.
 CC.OO. SECRETARIA CONFEDERAL DE ACCIÓN SINDICAL.
Orientaciones sobre intervención sindical en drogodependencias.
Madrid, 1992.
 DEPARTAMENTO DE TRABAJO DE LOS ESTADOS UNIDOS. Lo que
da resultado: Lugares de trabajo sin alcohol ni otras drogas. 1994.
 OIT. Alcohol y drogas. Programas de asistencia a los trabajadores.
Ginebra, 1987.
 ROVIRA, J. Estimación del impacto económico a largo plazo de una
reducción del consumo de tabaco. Ministerio de Sanidad y Consumo.
Dirección General de Planificación Sanitaria. Madrid, 1989.
 UGT. DEPARTAMENTO CONFEDERAL DE SERVICIOS SOCIALES.
Guía para delegados sindicales. Prevención de las drogodependencias
en las empresas. Madrid.

Recursos en Internet

http://www.ugt.es/publicaciones/drogodepende.html
www.edex.es

Elaborado por:
Mg. ANGELA MARIA PARRA BASTIDAS
Docente Investigadora FUNLAM
Seminario Aspectos Básicos y Estrategias en Prevención
Programa Especialización en Farmacodependencia

18
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO
FACULTAD PSICOLOGÍA
PROGRAMA ESPECIALIZACIÓN EN ADICCIONES

CÓMO PLANTEAR UN PROYECTO DE PREVENCIÓN EN EL ÁMBITO


COMUNITARIO

Un proyecto no es más que el mecanismo mediante el cual a partir de una idea


se elabora un plan para desarrollar en el futuro. Nos prepara para la acción, por
que nos ayuda a definir qué se va a hacer•, para qué se va a hacer•, cómo se
va a hacer•, con quién y con qué se va a hacer• y cómo vamos a evaluar los
logros•.

Todo proyecto tiene tres etapas básicas:

 Planeación: Cuando se piensa lo que se va a hacer y se toman las


decisiones necesarias.
 Ejecución: Cuando se pone en marcha el proyecto.
 Evaluación: Cuando comparo los resultados del proyecto con las
expectativas que se tenían.

A continuación se esboza una propuesta metodológica que define unos pasos


a seguir para desarrollar un trabajo preventivo con la comunidad. Aunque se
definen unos puntos concretos en ningún momento se pretende que sean
rígidos y ante todo se debe contar siempre con el desarrollo de metodologías
que permitan siempre la participación de la comunidad, entendida ésta como
actor principal del proceso.

Paso 1: Entrada a la comunidad.

En este punto se pretende lograr una “entrada” en la comunidad que permita


promover la identificación y el compromiso con las acciones a realizar. Es muy
importante identificar las posibles puertas de entrada a dicha comunidad que
pueden ser grupos organizados de cualquier tipo que jueguen un papel
significativo en la población; otra posibilidad es el reconocimiento mismo de la
institución con la cual trabaja el agente.

Paso 2: Motivación y convocatoria.

Puede realizarse por medio de foros, talleres, debates públicos, cartillas,


periódicos, etc.,buscando generar expectativas y crear movilización alrededor
de la institución o grupo externo. Otro aspecto importante es realizar un
inventario de organizaciones e instituciones que por sus características y/o
trabajo que vengan desarrollando dentro del grupo puedan constituirse en
actores importantes para el proyecto; se plantea una convocatoria para
organizar equipos de trabajo.

Paso 3: Diagnóstico.

19
Uno de los aspectos cruciales de las relaciones entre un agente externo y la
comunidad es precisamente la posibilidad de dejar de lado propuestas llevadas
por el agente con diagnósticos muy elaborados y con marcos teóricos y
metodológicos complejos. El planteamiento básico no puede partir de las
experiencias ni intereses del agente externo; sino que a partir de éstos,
complementadas con todo un proceso de búsqueda y análisis participativos se
construya éste.

El diagnóstico debe ser completo y realista, es decir que mire las cosas tal
como son y que tome en cuenta la realidad globalmente (contando con
aspectos de la empresa y del medio en el que se va a implementar la
propuesta); busca analizar a fondo la situación de la comunidad para conocer
sus problemas y oportunidades y establecer sus necesidades prioritarias.

Se constituye en un proceso de interacción comunidad-agente externo.

• Propósitos del diagnóstico:

 Detectar problemas básicos de la comunidad y definir proyectos


 Ofrecer una visión general de lo que debe hacerse para superar una
situación dada.
 Realizar una apreciación objetiva de las necesidades. Es importante
reconocer que existen varios niveles de necesidades en relación con sin
son o no percibidas y/o expresadas por la comunidad, o solamente son
identificadas por el agente externo en cuyo caso, su papel podría ser el
de problematizar alrededor de éstas.
 Visualizar con que recursos económicos, técnicos y humanos se cuenta
en la comunidad.
 Responder a qué y cuánto de lo que debe lograr se es posible.
 Identificar los problemas claves o estructurales y aislar aquellos que son
en forma realista posibles de enfrentar con recursos humanos y
materiales de la comunidad.

• Elementos del diagnóstico:

 Aspecto físico
 Aspecto histórico
 Aspecto económico
 Aspecto social. Importante describir y analizar las interacciones que se
viven al interior de esa comunidad y de que manera influyen en la
problemática de consumo, así como de que forma pueden afectar el
proyecto.
 Aspecto cultural. Hacer énfasis en el reconocimiento de factores de este
tipo relacionados con el consumo; cultura y saber popular, cotidianeidad,
imaginarios sociales y permisividad ante el consumo, entre otros.

• Instrumentos para la elaboración del diagnóstico:

 La observación directa

20
 La entrevista a informantes claves y/o personas significativas de la
comunidad
 Cuestionario: Elemento importante por que puede ofrecernos elementos
de carácter
 epidemiológico, así como la identificación de posibles factores de riesgo
 Círculo de investigación
 Ficha de campo
 Apoyo cartográfico, fotográfico y fílmico
 Diario de campo

• Identificación de situaciones problema, factores de riesgo y priorización:

Finalmente con todos los elementos previos y mediante estrategias


participativas con la comunidad se debe identificar inicialmente las situaciones
que la población define como problema y de acuerdo a su magnitud, el impacto
que tiene en esa comunidad y la posibilidad de ser intervenida o no, se define
una situación problema específica a intervenir (en el caso que nos convoca es
importante considerar que si bien podemos tener claridad de la importancia de
trabajar la problemática de consumo, mal haríamos en intentar asumirla de
entrada como problema único sin contar con el criterio de la comunidad).

Posteriormente, identificada esta situación problema se deben identificar los


factores involucrados en su génesis y mantenimiento en esa comunidad; este
proceso igualmente se realiza evaluando cada uno de éstos y definiendo
cuales pueden ser objeto de intervención en el proyecto.

Paso 4: Formulación de líneas estratégicas y construcción colectiva de:

• Objetivos: Estos deben ser claros, concretos, alcanzables y medibles; deben


dar cuenta de que se espera lograr. Recomiendo la lectura del ítem previo en el
cual se esbozan algunos términos probables en los cuales pueden construirse
éstos.

• Estrategias: Deben ser pertinentes y específicas de acuerdo a los factores de


riesgo y/o protección identificados y priorizados, además de los recursos
disponibles.

• Metas: Dan cuenta de cuánto se espera lograr, por lo que deben ser
adecuadas a la situación base y a los recursos disponibles.

• Ideas de proyectos: De acuerdo a lo anterior empieza a definirse el perfil del


proyecto a desarrollar (educativo, infraestructura, de desarrollo económico,
etc.)

Paso 5: Formulación de proyectos y preselección de fuentes de financiación.

• Concretar y formular perfiles de los proyectos


• Definir de acuerdo a éstos posibles fuentes de financiación; para esto es
fundamental tener muy bien desarrollado los puntos anteriores para poder

21
presentar a las posibles instituciones financieras una propuesta concreta,
factible, viable y atractiva para invertir en ella.

Paso 6: Aprobación del plan participativo.

Utilizando medios de comunicación con amplio acceso dentro de la comunidad,


buscar la aprobación de la propuesta realizada.

Paso 7: Gestión participativa.

Una vez que se tiene la aprobación del grupo, se puede empezar a concretar
compromisos de trabajo y los mecanismos de financiación por parte de los
organismos seleccionados.

Paso 8: Ejecución del plan participativo a corto, mediano y largo plazo.

• Definición de equipos de trabajo, apoyados en las instituciones de la red, las


organizaciones comunitarias y los mediadores sociales.
• Cronograma. Hace referencia a un proceso de calendarización de las
actividades, con unos objetivos claros y unos responsables concretos.
• Desarrollo de la propuesta

Paso 9: Seguimiento y evaluación.

La evaluación debe ser un proceso continuo que le permita al equipo


retroalimentarse en forma permanente para fortalecer los aspectos positivos
que van apareciendo durante el desarrollo y analizar los aspectos que no están
funcionando adecuadamente, lo cual puede llevar al replanteamiento de
estrategias, cuestionamiento de aspectos metodológicos y/o delas personas
encargadas de su desarrollo. No se concibe la evaluación como un momento
aislado especialmente al final del desarrollo del proyecto. Desde la parte inicial
se deben esbozar unos indicadores, en los cuales se sustentará esta
evaluación; por lo que el diagnóstico debe permitirnos conocer tanto la realidad
actual que posibilite la identificación de las transformaciones logradas con el
desarrollo de la propuesta.

Los indicadores que se construyan deben ser de varios tipos:

• De producto: que permitan evaluar cuantitativamente número de actividades


realizadas, asistentes, material elaborado, etc.
• De proceso: referidos básicamente a la asimilación de conceptos, por lo cual
puede implementarse la aplicación de instrumentos previo y posterior a las
actividades.
• De impacto: son posiblemente los más importantes y los que con mucha
frecuencia no se consideran, y permiten evaluar el impacto del proyecto; se
definen en términos de cambios de comportamiento, cambios en el patrón de

22
consumo, cambios en problemas médicos y/o de otro tipo relacionados con el
consumo y abuso, entre otros.

Los vacíos que frecuentemente se encuentran en los aspectos evaluativos


hacen que estas propuestas enfrenten dificultades para acceder a recursos y
fuentes de financiación, así como que sea cuestionada su credibilidad y valor
real.

Elaborado por:
Mg. ANGELA MARIA PARRA BASTIDAS
Docente Investigadora FUNLAM
Seminario Aspectos Básicos y Estrategias en Prevención
Programa Especialización en Fármacodependencia

23

También podría gustarte