Está en la página 1de 2

Marco multidimensional de evaluación

Para aumentar la probabilidad de que el practicante de la TCC sea capaz de

efectuar una revisión exhaustiva de la o las áreas representativas de variables de resultados


instrumentales pertinentes, es importante que dé atención a las siguientes categorías y
dimensiones:

• Variables relacionadas con el paciente.

• Variables relacionadas con el ambiente.

• Dimensión temporal.

• Dimensión funcional.

Variables relacionadas con el paciente

Esta categoría se refiere a factores que tienen que ver con el paciente, como las

variables de antecedentes conductuales, afectivos, cognitivos, biológicos y


sociales/étnicos/culturales. Para los fines del proceso de formulación de caso, los

problemas conductuales se clasifican de manera global ya sea como déficits o excesos


conductuales. Algunos ejemplos de déficits conductuales son las habilidades

sociales deficientes, capacidades cotidianas insuficientes o falta de autocontrol. Los

excesos conductuales serían el comportamiento compulsivo, la evasión de estímulos que


provoquen ansiedad, frecuentes autoevaluaciones o acciones negativas. La

problemática afectiva abarca la amplia variedad de emociones y estados de ánimo

negativos, como ansiedad, depresión, desesperanza, temor, ira y hostilidad.

Respecto de la psicopatología relacionada con factores cognitivos, es útil distinguir entre


deficiencias y distorsiones cognitivas (Kendall, 1985). Las deficiencias

cognitivas son ausencias en los procesos de pensamiento propios (p. ej., no darse

Aplicación del modelo de resolución de problemas... 19

© Editorial El

manual

moderno Fotocopiar sin autorización es un delito.

www.FreeLibros.me

cuenta de las consecuencias de las acciones). Las distorsiones cognitivas se refieren a errores
del procesamiento cognitivo (p. ej., malinterpretaciones de algunos

eventos con base en un pensamiento dicotómico).

Las variables biológicas se encuentran en el vasto horizonte de factores fisiológicos, médicos y


físicos que pueden ser problemas en sí mismos o variables
que se relacionen de manera funcional con los problemas o metas psicosociales de un
paciente. Entre estas últimas se hallan las enfermedades médicas, alguna limitación o
discapacidad física, efectos colaterales de la medicación o una

vulnerabilidad biológica ante una elevada excitación debido al estrés. En otro

ámbito, esta categoría incluye el género y la edad, sobre todo cuando tales factores
desempeñan una función etiológica en el predominio o manifestación de

un trastorno o conjunto particular de síntomas.

Las variables sociales/étnicas/culturales suponen numerosos antecedentes en

potencia importantes, como raza, orientación sexual, roles de género, cultura y

estado socioeconómico. La importancia de considerar los antecedentes étnicos al

llevar a cabo una entrevista de diagnóstico queda de manifiesto en la versión más

reciente del DSM-IV-TR. Por ejemplo, dicho manual recomienda que el médico

considere cinco categorías al trabajar en ambientes multiculturales: a) la identidad cultural del


individuo (p. ej., el grupo cultural con que se identifica la

persona, su grado de aculturación, así como su grado de participación en la cultura que la


acoge); b) la explicación cultural del trastorno del individuo (las

atribuciones causales y el significado de la “enfermedad” que dicta la cultura del

individuo); c) los factores culturales relacionados con el ambiente psicosocial y

sus grados de funcionamiento (p. ej., la disponibilidad de apoyo social, la interpretación


cultural de los estresores sociales); d) los elementos culturales de

la relación entre paciente y médico (como las diferencias tanto de cultura como

de posición social entre uno y otro); y e) la evaluación general para el diagnóstico y atención
(p. ej., los factores culturales que pueden incidir en el diagnóstico y tratamiento del paciente).

Desde un punto de vista cognitivo-conductual, Tanaka-Matsumi, Seiden y

Lam (1996) sugieren un enfoque similar al efectuar un “análisis funcional culturalmente


informado”. De modo específico, sugieren los siguientes ocho pasos

concretos:

• Evaluar la identidad cultural y el grado de aculturación.

• Evaluar y valorar al paciente que presenta problemas en relación con sus

normas culturales.

• Valorar las atribuciones causales de los pacientes respecto de sus problemas.

• Efectuar un análisis funcional.

20 De la formulación de caso al

También podría gustarte