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Composiciones del vidrio.

Cenizas de plantas: Edad del Bronce en Egipto, Mesopotamia y vidrio islámico. Realizado con plantas que crecen en
suelos salitrosos (desiertos y costas de mar) que acumulan sodio, y en menor cantidad potasio. Cuando se quema, el
álcali forma parte importante de la composición de las cenizas (25% del peso del material seco). Vidrio de la Edad de
Bronce en Oriente Medio, Edad del Hierro, vidrio romano, vidrio antiguo tardío al este del Éufrates, y la mayor parte
del vidrio islámico. Posee un 2.8% de magnesio y potasio.

Natrón: Grecia, Roma, Imperio Bizantino. Rico en sodio pero se basa en minerales evaporados, en particular del
natrón de Wadi en el Bajo Egipto. Posee niveles de sodio iguales al vidrio de cenizas de plantas, pero menor
porcentaje de magnesio y potasio (1.5%)

Plomo mineral, plomo y bario: Dinastía china Han, Europa medieval: posee óxidos de metal pesados como flux
principal, resultando en un más alto nivel de densidad relativa y un alto índice de refracción, por ende más brillante.
El óxido de plomo se conseguía en grandes cantidades como desecho de otras industrias o puede haberse obtenido
al oxidar plomo o, en forma mineral. Utilizado, pero en pequeñas cantidades, como componente de vidrios
coloreados en Europa, el Mediterráneo y Medio Oriente. Las propiedades ópticas que el plomo le da al vidrio fueron
explotadas por los vidrieros ingleses en el desarrollo del vidrio/cristal de plomo transparente en el siglo XVII como
competencia del “cristallo” veneciano.

Cenizas de madera, cenizas de cal: Europa medieval. Se basa en la potasa/potasio como principal flux, obtenido de
las cenizas de madera, arbustos o plantas como el helecho. Debido a que se obtiene una baja cantidad de cenizas de
la madera comparado a la cantidad obtenida al calcinar las plantas ricas en sodio, se necesita una mayor cantidad
de madera para producir estas cenizas. Estas cenizas son menos limpias, poseen más impurezas como óxido de
hierro, por esto se obtiene un vidrio de menor calidad y más intensamente coloreado. Aparece en el siglo VIII en el
norte de los Alpes y domina toda la producción de la Alta Edad Media. Su baja calidad desencadenó diversas
respuestas por parte de los vidrieros; por ejemplo, en Venecia se dispusieron a importar cenizas de plantas de alta
calidad del Levante donde poseían el monopolio comercial; en otras zonas se agregaban a estas cenizas materiales
más limpios como la piedra caliza, mientras que los intentos por refinar las cenizas de madera (lavarlas, decantarlas
y secarlas) dio origen al nacimiento de la química moderna. Con el entendimiento mayor de la química se originan
cambios rápidos en la composición de los fluxes a partir de la Baja Edad Media, dando lugar, como parte de la
Revolución Industrial, al desarrollo, a comienzos del siglo XIX, del vidrio realizado con sodio producido
artificialmente.

Sílice: las fuentes de sílice son relativamente limitadas. Para pequeñas producciones se usaban venas de cuarzo
molidas. Para producciones a gran escala (Roma, Bizancio, Islam) se utilizaba arena de canteras. En la Europa
Medieval se usaba arenas de río más impuras que las marítimas.

En la producción de vidrio se funden distintas materias primas que dan lugar a un material químicamente complejo.
La ausencia de escorias en este proceso hace difícil localizar los centros productores de vidrio en épocas antiguas.
Solo los productos finales y los restos de las instalaciones de fabricación, como crisoles, hornos y algún desecho,
proveen información sobre los procesos de producción.

Hacia finales de la Edad de Bronce en Egipto el proceso involucraba dos etapas de fundido, a distintas temperaturas.
En contraste, aparentemente se realizaba un único proceso de fundición en la producción a gran escala desde el
Imperio romano hasta las primeras producciones islámicas de la costa este del Mediterráneo. En este caso grandes
toneladas de materia prima se fundían durante semanas en grandes tanques. La producción vidriera medieval
europea realizaba una primera etapa de calor donde se rompían las moléculas de del carbonato presente en el flux
pero no se llegaba a un estado de fundición. Llevando esta frita a una más alta temperatura se obtenía una mezcla
homogénea que podía ser trabajada directamente del crisol.

Tecnología de fundido: para producir un vidrio limpio y transparente era necesario mantenerlo libre de
contaminantes. Dependiendo del tipo de tecnología de fundición se utilizaban diversos medios para evitar que la
mezcla se contaminara con el material del contenedor. En el Egipto de la Edad de Bronce una capa de cal se aplicaba
en la base del crisol para aislar el vidrio. En Europa de la Baja Edad media se usaban arcillas caoliníticas, que
soportan altas temperaturas y la agresión química de la mezcla.

El vidrio antiguo poseía altos niveles de óxido de hierro (esto le daba un tinte azulado). Agregándole óxido de
manganeso o antinomio a la mezcla se obtenía un tinte amarillo pálido.

Durante tres mil años los componentes más importantes en la coloración del vidrio, solos o combinados, fueron
siete metales; cobre, cobalto, estaño, antinomio, plomo, manganeso y hierro. Con estos se lograba un rango de
colores que iba desde el transparente a colores opacos intensos y translúcidos, utilizados para imitar piedras
preciosas (lapislázuli, turquesa, amatista, obsidiana, jade, alabastro, cristal de roca, esmeralda, cornalina).

La producción de vidrio requiere una combinación de particulares habilidades químicas, el acceso a materias primas
específicas, en ocasiones exóticas, grandes cantidades de combustible, y un mercado para los productos finales.

En la Edad del Bronce existían talleres que producían el vidrio que luego en otros talleres era transformado en otro
producto. En contraste, en la Europa medieval y en la industria vidriera islámica tardía, pareciera que funcionaban
talleres integrados, combinando la producción de vidrio a partir de las materias primas y la elaboración de
artefactos para el mercado local o regional.

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