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ASIGNATURA

Psicología Organizacional

TEMA

Política Fiscal Y Economía En Colombia

PRESENTA

Paola Rodríguez Castellanos


Carolina Patricia Argel Diaz

DOCENTE

León Darío Muñoz

NRC: 232

ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

SOACHA- CUNDINAMARCA 14 DE SEPTIEMBRE DE 2020


POLÍTICA FISCAL EN COLOMBIA

Mientras el país marcha en son de paro, el Congreso aprueba leyes económicas que no
son del agrado popular. Así pasó, por lo menos, con la ley 2010 del 27 de diciembre de
2019, mejor conocida como la “Ley de Crecimiento Económico”, que fue una reedición
de la ley 1943 de 2018, que fue declarada inexequible por la Corte Constitucional.
Este par de leyes, que en términos prácticos son muy similares, expresan una visión
económica, promovida por el ministro Alberto Carrasquilla, que cree, no sin razón, que
la tributación a las empresas debe bajar.

En un país serio, la reducción de los impuestos a las empresas vendría acompañada de


un aumento de otros impuestos. La pregunta es cuáles. El ministro Carrasquilla, en 2018,
propuso que se aumentara y generalizara el IVA. El Congreso no le compró esa idea, y
por eso se aprobó la ley 1943 de ese año, que bajaba los impuestos a las empresas sin
subir el IVA. En consecuencia, esa ley, que formalmente fue llamada una ley de
financiamiento, fue llamada una ley de desfinanciamiento por parte del lamentablemente
desaparecido analista económico Guillermo Perry.

Eso creó un hueco fiscal, al que el ministro Carrasquilla ha respondido de cuatro


maneras distintas: afirmando que la reducción de impuestos a las empresas iba a ser tan
buena para el crecimiento que a la larga se iba a terminar recaudando más; controlando
la contabilidad fiscal para no mostrar un déficit muy grande; proponiendo una reducción
del gasto, incluido el gasto social (con el argumento de que, como Colombia está
escalando a la categoría de país de ingresos medios, entonces los subsidios a los más
pobres se pueden racionalizar); y aceptando en fin un menor Estado para Colombia,
medido como los ingresos y gastos fiscales como proporción del PIB. El ministro
Carrasquilla anunció que, por lo menos mientras él sea ministro, no se volverá a
presentar otra reforma tributaria para aumentar la recaudación en lo que resta de este
gobierno.
Estamos, pues, en una situación en la cual la derecha económica ha logrado que se bajen
los impuestos a las empresas, y la izquierda económica ha impedido que eso se traduzca
en una mayor tributación a la clase media. Es un equilibrio político insatisfactorio,
porque Colombia necesita mayor tributación. Hasta el ministro aceptó públicamente
hace poco que los colombianos pagan muy pocos impuestos. El problema de fondo es
quién debería pagar más impuestos. En la visión del ministro, parecería ser que todos los
colombianos. Al fin y al cabo, el ingreso de todos los colombianos ha venido subiendo
en las últimas décadas, y por eso ya somos un país de ingresos medios. En la visión de
todos aquellos que han salido a marchar para protestar por la orientación de la actual
política económica, parecería ser que la tributación debería estar concentrada en las
personas de altos ingresos. El ministro, en su visión técnica, quiere promover la
eficiencia y el crecimiento; los marchantes, en su visión social, quieren promover una
estructura tributaria más equitativa. Un punto de fondo es que en Colombia las rentas de
capital de las personas están insuficientemente gravadas, y nadie ha traído ese tema al
debate público (la derecha, porque no le conviene, y la izquierda, porque no entiende el
problema).

Lo que es cierto es que, por el momento, los paros y las marchas no han tenido un efecto
significativo en el tipo de política económica que se está aprobando en el Congreso. Una
cosa parece ser el país que se manifiesta en las calles, y otro el que vota en el Congreso.
No sorprende. Si una de las cosas que ha dicho Aída Merlano es verdad, que en
Colombia los votantes no eligen a los congresistas, sino que los congresistas compran
los votos de la ciudadanía, el Congreso no tiene por qué representar el interés popular.
Carrasquilla puede no ser un ministro muy popular en las calles, pero está siendo muy
exitoso en promover una política fiscal muy conservadora, no en términos prudenciales,
sino políticos.
POLÍTICA ECONÓMICA EN COLOMBIA

En Colombia, las autoridades encargadas de determinar la política económica son el


Banco de la República (a través de su Junta directiva) y el Consejo Nacional de Política
Económica y Social (CONPES), los cuales, toman determinaciones relacionadas con
política monetaria, fiscal y cambiaria, así como el Departamento Nacional de
Planeación, el cual desarrolla políticas económicas hacia el futuro según el proyecto de
país que se busque a través de los Planes de desarrollo.

La política económica es la estrategia que formulan los gobiernos para conducir la


economía de los países. Esta estrategia utiliza la manipulación de ciertas herramientas
para obtener unos fines o resultados económicos específicos.

Las herramientas utilizadas se relacionan con las políticas fiscal, monetaria, cambiaria,
de precios, de sector externo, etc. La política monetaria, por ejemplo, a través de las
decisiones sobre la emisión de dinero, puede generar efectos sobre la inflación o las
tasas de interés; la política fiscal, a través de las determinaciones de gasto público e
impuestos, puede tener efectos sobre la actividad productiva de las empresas y, en
últimas, sobre el crecimiento económico. La política comercial, o de comercio exterior,
tiene efectos sobre los ingresos del Estado y, de esta forma, sobre el gasto que éste
mismo hace, etc.

Durante los años 60, en el apogeo del estructuralismo, los analistas económicos se
concentraban en las llamadas barreras estructurales para el crecimiento económico. Estas
incluían aspectos tales como la estructura del comercio exterior y la dependencia
económica, las barreras para el crecimiento generadas por una inequitativa distribución
del ingreso y de la tierra, y el dualismo en los mercados de trabajo. En este período se
daba cierta preponderancia al subdesarrollo de los mercados y a sus imperfecciones. Ello
condujo a la creación de empresas estatales y a la actividad económica del Estado.
En contraste, durante las dos décadas subsiguientes, la mayor parte de la literatura
económica en América Latina se ha dedicado al impacto de los desequilibrios
macroeconómicos en el crecimiento, la pobreza o la distribución del ingreso. Muchas de
las reformas de los primeros años de la década eliminaron dichos desequilibrios, y los
economistas están ahora enfocando su análisis en otras cuestiones.

También se ha hecho evidente que los mercados son menos imperfectos de lo que antes
se pensaba, y que las empresas estatales creadas para subsanar aparentes fallas del
mercado, resultaron ser muy ineficientes y probaron ser origen de desequilibrios
macroeconómicos. La experiencia ha mostrado que, una vez liberados de excesos en la
regulación, los mercados se desarrollan muy rápidamente, aun aquellos relativamente
aislados en términos geográficos o económicos. Por todas estas razones, durante los años
noventa, gran parte del debate económico ha tenido como tema la privatización y el
papel del Estado.

En el momento, sin embargo, muchos economistas están encontrando que deficiencias e


instituciones básicas de la sociedad ponen, hoy por hoy, obstáculos al desarrollo. En el
caso colombiano, en el cual el manejo macroeconómico ha sido prudente y los mercados
se han desarrollado con rapidez, hay dos restricciones sobresalientes para el desarrollo
económico.

Bibliografía
Banco De La Republica. (10 de 09 de 2020). Obtenido de https://www.banrep.gov.co/es/politica-
economica-e-instituciones

El Espectador. (7 de abril de 2020). Obtenido de


https://www.elespectador.com/noticias/nacional/la-politica-fiscal-del-gobierno-articulo-
913506/

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