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DEFINICION
Es una malformación congénita que ocurre cuando la columna vertebral del bebé no se
forma de manera adecuada.
EPIDEMIOLOGIA
La incidencia de la espina bífida varía entre diversas poblaciones en el mundo entero y está
en la disminución en la mayoría de las regiones debido a la introducción de investigación
del embarazo y a las comidas fortificadas con el ácido fólico.
Los factores de riesgo genético y ambiental continúan ser estudiados para ayudar a
determinar susceptibilidades y a ejecutar métodos de prevención en el futuro.
INCIDENCIA
La espina bífida es una de las dos categorías principales de los defectos de tubo de los
nervios, junto a anencefalia, que ocurren en una incidencia que coloca entre 1 y 10 niños
por 1000 nacimientos juntos, dependiendo de la población.
ETIOLOGIA
Aunque muchos factores se relacionaron con el desarrollo de espina bífida, diferentes vías
de investigación han encontrado que el ácido fólico, puede ayudar a reducir el riesgo de
padecer la enfermedad.
FACTORES DE RIESGO
La diabetes en la madre: sobre todo cuando los niveles de azúcar en la sangre son
elevados al comienzo del embarazo, un buen control de azúcar en la sangre y la diabetes
pueden reducir el riesgo.
Obesidad en la madre: las mujeres que son obesas antes de quedar embarazadas tienen
un riesgo mayor detener un bebé con espina bífida que las mujeres de peso normal, el
vínculo entre la obesidad antes del embarazo y los defectos congénitos del tubo neural
no está claro, pero una teoría es que los pobres hábitos alimenticios y la nutrición
inadecuada pueden contribuir.
Otra teoría es que las mujeres obesas suelen tener diabetes es un factor de riesgo
conocido para la espina bífida y otros defectos del tubo neural.
Una historia de convulsiones en la madre y el uso de ciertos anticonvulsivantes:
medicamentos, como el ácido valproico y la carbamazepina pueden sentar las bases de
defectos del tubo neural, porque bloquean la capacidad del cuerpo para procesar el
ácido fólico.
La ingesta de ácido fólico en la dieta inadecuada de la madre: el ácido fólico
(vitamina B-9) en la dieta de la madre es fundamental para el desarrollo de un feto sano,
la falta de ácido fólico aumenta el riesgo de espina bífida y otros defectos del tubo
neural, es por eso que los suplementos de vitaminas a las madres embarazadas suelen
contener ácido fólico, para ayudar a disminuir la probabilidad de espina bífida y otros
defectos del tubo neural, la FDA ordenó que todos los productos de cereales
enriquecidos sean fortificados con ácido fólico.
Temperatura corporal elevada durante el embarazo temprano: elevada temperatura
corporal central por hasta tres o cuatro grados (por ejemplo, de las fiebres prolongadas
o el uso de la sauna y bañera de hidromasaje) muy temprano en el embarazo se ha
relacionado con un mayor riesgo de espina bífida.
Agentes ambientales: Algunos medicamentos consumidos durante los meses de la
gestación se han relacionado con la presencia de espina bífida en los hijos de estas
mujeres, es el caso de algunos fármacos antiepilépticos, tratamientos de ciertas
enfermedades psiquiátricas y determinadas terapias hormonales.
Antecedentes familiares: Si bien es cierto que la espina bífida es un problema que
suele manifestarse en niños sin familiares afectados, se ha observado que existe un
mayor riesgo de presentar espina bífida en los hermanos de estos pacientes, de esta
manera, una mujer con un hijo que padezca este problema tiene más riesgo de tener otro
hijo enfermo, que una mujer sin estos antecedentes.
La edad de la madre (la espina bífida se observa con mayor frecuencia en las madres
adolescentes o de más de 35 años.)
Consumo excesivo de alcohol y sustancias adictivas.
Los antecedentes de aborto espontáneo.
El nivel socioeconómico (los niños que nacen en familias de nivel socioeconómico bajo
corren mayor riesgo de desarrollar la espina bífida, se cree que la nutrición escasa, en la
cual faltan minerales y vitaminas esenciales, puede ser un factor contribuyente.)
Una madre que haya tenido embarazos previos con un defecto del tubo neural.
Raza de la madre: hispánica o caucásica de origen europeo.
Mielomeningocele
Meningocele
Otro tipo de espina bífida es el meningocele, con el meningocele, un saco de líquido sale a
través de una abertura en la espalda del bebé. Pero la médula espinal no está en ese saco,
por lo general, el daño de los nervios es escaso o nulo, este tipo de espina bífida puede
provocar discapacidades menores.
La espina bífida oculta es el tipo más leve de espina bífida, en este caso, la espina bífida
está “escondida”, en esta enfermedad, hay un pequeño hueco en la columna, pero no hay
una abertura ni un saco en la espalda, la médula espinal y los nervios suelen ser normales.
Muchas veces, la espina bífida oculta recién se detecta en la niñez avanzada o la adultez,
ese tipo de espina bífida no suele provocar discapacidades.
DIAGNÓSTICO
La espina bífida se puede diagnosticar durante el embarazo o después de que nace el bebé.
Si estás embarazada, se te ofrecerán exámenes de detección prenatales para detectar espina
bífida y otros defectos congénitos, los análisis no son perfectos, algunas madres que
obtienen resultados positivos en los análisis de sangre tienen bebés sin espina bífida.
Durante el embarazo
Durante el embarazo se realizan pruebas para detectar espina bífida y otros defectos de
nacimiento.
Análisis de sangre
La espina bífida se puede detectar con análisis de sangre de la madre, pero por lo general el
diagnóstico se hace con ecografía.
Ecografía
La ecografía fetal es el método más preciso para diagnosticar la espina bífida en tu bebé
antes del parto. La ecografía se puede realizar durante el primer trimestre y el segundo
trimestre. La espina bífida puede ser diagnosticada con precisión durante la ecografía del
segundo trimestre.
Amniocentesis
CUADRO CLÍNICO
Algunas veces, los síntomas se pueden observar en la piel sobre el defecto de la columna.
Incluyen vellosidad anormal, una marca de nacimiento o una protuberancia sobre la zona de
la médula espinal.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS
Durante el embarazo
Prueba de marcador tumoral AFP (alfafetoproteína): sérica materna del segundo
trimestre: la alfafetoproteína es una proteína que produce el bebé en gestación, se trata de
un simple análisis de sangre que mide qué nivel de alfafetoproteína (AFP) pasó del bebé a
la sangre de la madre, un nivel alto de alfafetoproteína (AFP) podría indicar que el bebé
tiene espina bífida, un análisis de alfafetoproteína (AFP) puede formar parte de una prueba
llamada “de triple detección”, que detecta defectos del tubo neural y otros problemas.
Ecografía: una ecografía es un tipo de imagen que se toma del bebé, en algunos casos, el
médico puede ver si el bebé tiene espina bífida o hallar otros motivos por los que podría
haber un nivel alto de alfafetoproteína (AFP) con frecuencia, la espina bífida se puede ver
con esta prueba.
Amniocentesis: en esta prueba, el médico toma una pequeña muestra del líquido amniótico
que rodea al bebé en el útero, un nivel de alfafetoproteína (AFP) más alto que el promedio
en el líquido podría indicar que el bebé tiene espina bífida.
En algunos casos, es posible que no se diagnostique la espina bífida hasta después del
nacimiento del bebé, a veces hay una zona de piel con pelo o un hoyuelo en la espalda del
bebé que se detecta por primera vez después del nacimiento.
TRATAMIENTOS
El tratamiento principal es la cirugía, y puede realizarse antes del nacimiento (cirugía fetal),
concretamente antes de la semana 26 de embarazo, hay que tener en cuenta que la función
nerviosa del bebé con espina bífida puede empeorar tras el nacimiento si no se trata.
La espina bífida puede tratarse con cirugía, en el caso del meningocele, la cirugía tras el
nacimiento consiste en colocar las meninges en su sitio y cerrar la abertura de las vértebras,
en cuanto al mielomeningocele, la cirugía se realiza para minimizar los riesgos de sufrir
una infección que implica tener los nervios expuestos.
La función nerviosa en los bebés con espina bífida puede empeorar después del nacimiento
si la espina bífida no se trata, la cirugía prenatal para la espina bífida (cirugía fetal) se
realiza antes de la semana 26 del embarazo, los cirujanos exponen quirúrgicamente el útero
de la madre embarazada, abren el útero y reparan la médula espinal del bebé, en pacientes
seleccionadas, este procedimiento también puede realizarse de manera menos invasiva con
un fetoscopio a través de puertos realizados en el útero.
Las investigaciones sugieren que los niños con espina bífida que se sometieron a cirugía
fetal pueden tener una discapacidad reducida y ser menos propensos a necesitar muletas u
otros dispositivos para caminar, la cirugía fetal también puede reducir el riesgo de
hidrocefalia.