espiritualidad no como religión o creencia en Dios, sino como búsqueda permanente
del sentido de la vida.”121
Aunque la visión holista tiene un alto contenido antropocentrista, y su
preocupación se centra más en el individuo, esto no demerita su trabajo, al final de cuentas los seres humanos estamos en una búsqueda constante de nuestra razón de ser en este mundo, más allá de ser sólo un producto de la naturaleza como una especie que habita este planeta. Por otra parte, las culturas orientales son una clara muestra del pensamiento naturalista; el sentido de la vida no se refleja en la acumulación de bienes materiales, sino en la armonía con el universo mismo. El equilibrio y la belleza son componentes importantes en este pensamiento y el vínculo con la naturaleza por consiguiente es profundo, donde hombre y naturaleza se entremezclan. El taoísmo, uno de los pensamientos filosóficos más antiguos de la humanidad, que data siglos atrás antes de Cristo, concibe al medio natural como el idóneo para que el hombre pueda desarrollar y mejorar todas sus potencialidades y virtudes humanas; debido a que la Naturaleza siempre está en armonía consigo misma. Es por ello, que el taoísmo hace hincapié en el retorno a la naturaleza y la protección del medioambiente por parte del hombre. Aunque, pareciera que estos pensamientos milenarios están en el olvido y algunos los podrían tachar de románticos e ingenuos, hoy en día, un sector de la sociedad occidental voltea a verlos, a estudiarlos y tratar de imitarlos. El regreso a la naturaleza, es visto como una alternativa al modelo de desarrollo que impera actualmente en el mundo, pues el consumismo y la dependencia a la tecnología, son sin duda una de las formas de vida del ser humano que más ha transgredido a su propia naturaleza. Sin embargo, como ya mencioné, el atraso tecnológico en una sociedad, es sin duda un sinónimo de subdesarrollo y pobreza. La búsqueda del equilibrio entre el goce que nos dan las comodidades de una sociedad industrializada y el respeto por la vida natural, está en constante contradicción, por lo que, esto conllevaría al desarrollo obligado de un alto nivel espiritual y responsabilidad con la vida.