Lo Que Es y Su Sombra

Yuri Magnolia Arias Montenegro nació en Colombia.
Filósofa de la Universidad Nacional de Colombia,

Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Docente universitaria, investigadora social. Es autora
de las siguientes publicaciones:
• Soy palabras, 2020
• Prácticas curativas populares: entre la memoria
y el olvido, 2019
• La memoria como agente educativo, 2015
• Sabina y el Árbol del Arco Iris, 2009
• Testigo en piel humana, 2011
• Consejos para viajeros, 2005
• Danza de sombra, 2003
• Como un Ícaro dormido, 1999
• Cuadernillo de poesía Hoja en negro, 1991.
ISBN 978-958-48-9517-2
Nota aclaratoria: Esta publicación se hace con la modalidad de

“autora-editora”, por tanto “Aniwaki-Tierra Iluminada” no es el
nombre de una editorial, es un símbolo personal que la autora
pone en sus publicaciones para evocar una utopía.
Contenido
Presentación 5
“Madre” (Dedicatoria) 7
Soy palabras 9
Testigo en piel humana 61
Consejos para viajeros 107
Danza de sombra 163
Como un Ícaro dormido 223
Algunas hojas en negro 297

Presentación
En el libro Testigo en piel humana digo: “Sí, estoy

encadenada a la escritura como un ciego al perro que
lo guía”. Esto es profundamente cierto, lo es así desde
que aprendí a escribir, porque desde muy niña, con
mi pésima ortografía y muy mala gramática, escribo,
para no ahogarme, o para entender el mundo de
afuera y el mundo de adentro. Escribir es como un
desdoblamiento de mi ser que me hace ser más que
una, por ello, la escritura es para mí una particular
manera de ir haciendo consciencia de mi ser y estar en
este mundo, en este tiempo.
No soy una escritora ni de cerca profesional y mis
poemas, prosas, reflexiones, cuentos no los mido en la
métrica de si son buenos o malos, entre otros motivos,
porque no sé desde el saber de los especialistas esto
qué significa. Sé que nunca me he ganado un concurso
de poesía ni de cuento y que tal vez nunca lo haré,
tal vez no pasaría sin heridas el escrutinio de una
crítica literaria, tal vez lo que escribo ni siquiera es
considerable literatura, poesía. Cuando era adolescente
llamaba a lo que hacía “mis escritos”; eso es lo que son,
simples escritos que por alguna razón siento urgencia
de publicar de tanto en tanto, como si mis cuadernos
repletos empezaran a buscar salida, a hacer puente con
otros. Así, publicar es dárselos a otros para que los lean,
los aprecien, los critiquen. Creo que publico tan solo
para descargarme de esas palabras que cuando están
guardadas dejan de hablarme.
Aquí, entonces, una reedición de los viejos escritos
que publiqué en modestos cuadernillos hace algunos
años con los títulos: Como un Ícaro dormido (1999),
Danza de sombra (2003), Consejos para viajeros (2005),
Testigo en piel humana (2011) y uno nuevo que se alzó
en mi vida en medio del ahogo, con palabras que me
salvaron del encerramiento propio de los naufragios,
Soy palabras (2020). En la parte final se encontrará
con el título “Algunas hojas en negro” una selección
de poemas a los que decidí devolverles la vida, del
cuadernillo que editábamos un grupo de estudiantes
de la Universidad Nacional por allá en 1989, cuando
nos reuníamos los jueves en las tardes a leernos, a la luz
de una vela, lo que habíamos escrito. A ese espacio lo
llamábamos “Hoja en negro”.
Dejo en esta compilación el rastro de mi vida que,
ahora me doy cuenta, marqué con tinta y la dejé en
el tiempo para poderme encontrar a mí misma en el
instante del ahora y, de pronto, propiciar el encuentro
con algún lector conocido o desconocido que lea lo que
viví cuando escribí cada texto, o, tal vez, lea lo que su
vida fue, o no lea sino solo palabras.
Madre
De ese lugar al que cruzaste

nada sé y poco entiendo
y por eso
todo saber humano
hecho polvo queda
tan solo
fruto del árbol prohibido
Solo me queda este amor
que lo atraviesa todo
que te mando
como un rayo cósmico
con el humano deseo
que sea lo que sea
tu devenir y estar
seas feliz
inmensamente feliz
en el cielo de tu credo
o en el volver a ser
Amor
este mi amor que lo atraviesa todo
se teje en tu historia
se teje en la mía
se teje en la nuestra
y todo lo sana
y todo lo endulza
y todo
todo
como magia divina
te lleva de retorno
al bello espíritu del ser amor.
Enero 23 de 2020
Soy palabras
2020
Soy palabras
Tengo el alma ahogada en palabras

Soy solo palabras
construyo el tiempo de la vida entre letras
en la mañana me nombro para empezar a ser
y en la noche me borro para poder dormir
En los sueños
con otro idioma
creo otros mundos
y me doy un rostro nuevo.
SOY PALABRAS 11
Llorar
Llorar
quiero llorar como si de mis ojos surgieran
todas las aguas del universo
Llorar
tanto
hasta que de mis ojos salgan los mares
y los ríos que corren por las montañas y las selvas
Llorar
y que mi llanto sea el océano de barquitos de papel
Llorar
y que mi llanto cree charcos
para que los niños salten sobre ellos
Llorar
y ser lluvia y borrasca
Llorar
y que mi llanto sea oasis en el desierto
Llorar
hasta que el sol bese mis lágrimas
y en mis ojos se pinte el arco iris
Llorar
para no decir más con palabras mi tristeza.
12 LO QUE ES Y SU SOMBRA
Sentir ternura
Hoy desperté
y le puse a mi alma mi viejo cuerpo
No lo hice por mí
ni para mí
lo hice para que lo que de mí se conoce
no desapareciera para los otros
Me puse mi cuerpo
solo para que mi cuerpo buscara
las sombras y las máscaras
y poder borrar las huellas de mi espacio y mi tiempo
Sentí ternura por lo que he habitado
sin que fuera mío
Sentí ternura por mi nombre y mi casa
Sentí ternura por la soledad de todo lo que soy y no soy
que se compacta en este cuerpo que habito
que se compacta en esta alma
que no sabe si ese cuerpo es suyo.
SOY PALABRAS 13
Sueños
Me duermo y entonces sueño

que hay un árbol donde
un nido me acoge
en el que descanso
y en el que mi cuerpo es mi cuerpo
y no solo el recipiente que habito
y en el que mi alma
es el alma del nombre que me dieron
y no el alma de un ave extraviada
que se posó en un nido que era de otro.
Recuérdame cómo volver
Recuérdame cómo vuelvo a ti

que lo he olvidado
y ahora solo veo en el camino largo
o en el camino corto
que recorren mis pasos
triste bruma de miedos
ensartados en mis ojos
Recuérdame cómo vuelvo a ti

que mi alma está cansada de los días en la nada
que mi cuerpo no puede más
con el peso de los días del mundo
Volver a ti quiero
aunque no recuerdo si estar en ti es la paz
mas recuerdo que tomas mis guerras
y las vuelves aves de paso en la frontera
Cruzas con mis miedos al lado del saber
que no cura pero alivia
y da sentido a la existencia
Ven por mí
si yo no vuelvo
ven por mí y reclámame como tuya
porque tuya soy
SOY PALABRAS 15
o lo es mi alma
o lo será
cuando yo dejo de ser yo
y mi vida y mi historia vuelven a la tierra
Tuya soy
lo recuerdo
Eres la luz que crea mi sombra
eres la mano que pone a girar la rueda
Recuérdame cómo volver a ti
para parar la rueda
e iluminar la sombra
y por fin olvidar que tú y yo
somos dos
y por fin recordar
que tú y yo somos uno.
Aquí no hay otoño
Aquí no hay otoño

y entonces pareciera que el sol
nunca se oculta en la tierra
y la luz alumbra de igual manera
la alegría
y el dolor
El llanto sale y es besado por el sol
la muerte llega
y es acompañada por el sol
los amores se rompen
y la soledad es acompañada por el sol
Aquí no hay otoño
Por eso los árboles se visten de verde siempre
y hasta la lluvia brilla y hace el arco iris
Aquí no hay otoño
y el dolor se dice riendo
y la rabia explota roja
y aunque tiña las flores de muerte
al día siguiente hay una fiesta
Aquí no hay otoño
entonces
es como si el tiempo nunca parara
los árboles no se desnudan
SOY PALABRAS 17
o si lo hacen
es lentamente
como si fuera la primera vez
de jóvenes amantes
Aquí no hay otoño
y la tempestad más fría
el dolor más fuerte
la tristeza más profunda
es borrada por el eterno sol de la primavera.
El Minotauro
Marcho como ciega en el bosque

busco lo que nombre no tiene
para hallarlo
solo tengo señales que no ven mis ojos
que no escuchan mis oídos
ni palpan mis manos
Camino ciega
por eso
no me importa la oscuridad de la noche
al fin
cuando la luz del sol llegue
no la verán mis ojos
mas mi ser
ese que no es mío
ni nombro yo
sentirá su calor
¿Por qué mataste al Minotauro, pequeño héroe?

Ahora el laberinto está abierto y
la luz del día enceguece tus ojos
SOY PALABRAS 19
Era el Minotauro el dueño de tus pesadillas
por eso podías construir sueños
Ahora
el Minotauro ha muerto
y en tus ojos no hay sueños ni pesadillas
solo la escarcha del tiempo
que se enrosca como una serpiente
temerosa de la vida
El Minotauro ha muerto
y con él los dioses y los demonios
Ahora
pequeño héroe
debes resolver el acertijo de la muerte y la vida
sin la misión de matar al Minotauro
¿Qué destino es tu destino?
Ya no hay Minotauro
Tu guerra llegó al final
el laberinto no es del Minotauro
el laberinto es el abismo
de tu vida sin el Minotauro.
Aunque tenga cincuenta años
El hierro y la estructura me gritan

desde mi sombra:
"Debes recoger tus sueños y esconderlos en lo vivido"
Con mis manos borro sus palabras

y cobijo mis viejos sueños con la eternidad del tiempo
le doy a beber mis lágrimas
para que otra vez renazcan
El hierro y la estructura lanzan llamas

sobre mis ganas de vivir
quieren hacer de mi vida cenizas y olvido
pero el fuego es mi amigo
y su calor aviva mi deseo
calienta mis sueños
El hierro y la estructura
ponen ante mí el espejo
quieren que yo me vea
con mi rostro ya viejo
Me miro
en mis ojos danzan mis miedos
SOY PALABRAS 21
mis palabras cansadas tartamudean
que el fin del mundo ha llegado
y entonces
brotan mis lágrimas
como beso de príncipe
rozan mis sueños
y mi alma eternamente eterna
grita:
quiero reír y gozar
y que un amor confunda mi vida
quiero caminar la tierra
ser una con ella

quiero perder el tiempo
que es del sol
convocando mundos nuevos
con los amigos bellos

quiero que el día me reciba en vela
y celebrar con los pájaros
la maravilla del sol nuevo
quiero tener ideas
creer
crear
y morir de vez en cuando

quiero pararme frente al abismo del azar
y arrojarme en él.
SOY PALABRAS 23
Déjate ir
Ahora que ya no eres el nombre que conocí

y que tu aire dejó de ser parte de esta tierra
Ahora que ya no importa lo grande de tu sombra
y que eres más recuerdo que acciones
Ahora que ya no estás
y tu ser hombre se funde en los sueños
y solo pasas por mí y mis recuerdos
déjate ir como migran las aves
Déjate ir como se va el sol en el ocaso
como va el río al mar
Déjate ir
porque tu tiempo humano se hizo polvo
cenizas
nada del todo
caos del cosmos.
Déjate ir
que de mi verbo sale la palabra perdón
y esa palabra pequeña y poderosa
hará que en el tiempo del linaje
tú seas más que sombra
más que pequeña luz
Esa palabra pequeña y poderosa
hará que tú
seas consciencia resonante en mi consciencia
y yo que en mi carne soy fruto de la semilla de tu carne
volveré tu historia aprendizaje
La rueda volverá a girar

Y el misterio resonará de nuevo
Nada sé de lo eterno
nada sé del infinito
solo sé de esta finitud que soy
en la que tú me diste la sangre y la carne:
Fuiste un hombre
solo un hombre
transitando el tiempo de los hombres
y en el tiempo de los hombres
la luz y la sombra
vienen y van
confusas en el dolor
confusas en la ignorancia
Ve en paz a donde van las almas libres del aquí
y
si volver tienes a este tiempo
a otro tiempo
a esta tierra
a otra tierra
siembra en tu nuevo ser-devenir
la semilla de lo bello
SOY PALABRAS 25
la semilla de lo bueno
sé feliz
para que felicidad des
sé amado
para que amor des.
Tengo esta soledad de duende
Tengo esta soledad de duende

escondida entre las rocas y el viento
Mi soledad de beso de ángel
de dolor inconfeso
de amores inútiles
de fuego extinto
Tengo esta soledad

que me hace frágil para el afuera
dulce para el adentro
Mi soledad es una planta

escondida en un mundo sin futuro
mi soledad
da la bienvenida a mi saber
despide mis esperanzas
y
me arroja el salvavidas en
los naufragios.
SOY PALABRAS 27
Carta a la vida
Dame si te es posible
Vida mía que vives con mi nombre
la porción de felicidad que se merece un insecto
o un ave
o un simple microorganismo
o una roca
o cualquier ser viviente
Tal vez
Vida mía
cuando la rueda gire millones de millones de veces
esa que no seré yo
ni tendrá mi nombre
ya no deseará nada
y nada te pedirá
pero en esta piel y con esta alma
que aún desea
te pido que el sol brille
y el amor aparezca en mi ventana
Te pido además
que me sea dada la simple verdad de la risa
el saber de los días y las horas
que mis manos se encuentren con la caricia
que mis pasos lleguen a un hogar
y que mi humanidad de cristal
no se rompa en silencio
Un día
tal vez
Vida mía
naceré príncipe o princesa
y ya no necesitaré nada
por eso podré renunciar a todo
y me iré en silencio a intentar detener la rueda
Por ahora
Vida mía que llevas mi nombre
solo soy esta alma vestida de mí
queriendo cantarle a la vida
cantarle al milagro de ser
danzar
reír
llorar
amar
perder
ganar
y florecerle a la vida
antes de que aparezca la muerte en mi ventana.
SOY PALABRAS 29
Ausencia
No disimules tu ausencia
con tu mano tendida en mi puerta
No estás
no sé hacer que estés
y si apareces
tu voz se vuelve eco en mi naufragio
vergüenza de existir
espejo incendiado
Déjame vivir mi soledad

con la dignidad del guerrero derrotado
que batalló contra fantasmas y molinos
hasta que la cordura lo rindió
Déjame vivir mi soledad sin el asalto de tu voz

sin la sombra de tu existir
Déjame vivir mi soledad

que mi soledad es mi viaje
mi arte imperfecto
la soledad es mi refugio
mi verdadero hogar
donde reino y sueño.
Como no me dejas amarte
amaré los pasos y los caminos que recorro para verte
y amaré el sol que me da calor en tu ausencia

pondré mi amor
en los montes y los ríos
lo multiplicaré en palabras para acariciar
el dolor humano
el nuestro

y mi soledad tiene tu nombre
y mi deseo tu piel
haré de mi soledad refugio de otros solitarios
haré de mi deseo encuentros posibles e infinitos

te amaré de todos modos
y de este sentir haré saber
y silencio
y
un viaje sin retorno a la ternura.
SOY PALABRAS 31
Vértigo
Siento vértigo de mariposas en el alma

siento vértigo de huracanes en la piel
en esta mi isla de naufragios
luces de bengala estallan en mis sueños
la niña que fui saluda mis arrugas
como una estrella saluda a la luna

Desde los ojos del presente miro mis raíces
mis heridas
mis horas muertas
en que el llanto inundó mi alma
y en silencio siembro un árbol en lo infinito-eterno
Me levanto desde mi sombra

y con manos de bebé
señalo caminos no andados
con ternura tomo mis miedos
y los guardo en la memoria
y a ellos
mis miedos
les encomiendo la tarea
de enseñarle a mi recién nacida esperanza
a no abandonarme
a ser parte de mis días y mis horas.
SOY PALABRAS 33
He de buscar en tu piel
el alma que se me escapa
la risa de mi infancia
el saber de mi ancianidad
He de buscar en tu piel
el más allá del sexo
que se agota en las ansias
He de buscar en tu espíritu
todo lo que haya sido
desde el tiempo del origen
hasta el retorno de la nada
He de buscar en tu ausencia
otras mil formas de amar
otros mil seres que amar
He de buscar en tu ausencia la soledad perfecta

la del encuentro sagrado
entre el todo y la nada.
Me abres todas las puertas
salvo la última
Eres como la tierra morena
que arde en silencio
que muestra sus plantas y oculta sus raíces
soy una visitante de tus parajes
que toca tu alma como el viento toca las flores
apenas como una caricia de duende fugaz.
SOY PALABRAS 35
La sombra en los sueños
Ya que las sombras se posan sobre los sueños

y que el fuego sagrado se usa para la muerte
Ya que los corderos aman al carnicero
y afilan los cuchillos unos contra otros
Cerremos los ojos y soñemos
Tal vez
los sueños abran pasajes a mundos bellos
donde el fuego solo sea usado para dar calor
y alimento.
Anticredo
No creo en nada que pese

en nada que juzgue
en nada que condene
en nada que asuste
en nada que dé miedo
No creo
en los infiernos
ni en los cielos
no creo en los dualismos del bien y el mal
no creo en los caminos seguros
Mi anticredo es mi credo
y mi credo es
que al final del camino
habrá un día soleado
y danzaremos felices
como niños que despertaron de un sueño.
SOY PALABRAS 37
Cuidaré mi soledad
Cuidaré mi soledad
del frío del afuera
de las tormentas de las palabras
del calor de los deseos

Cuidaré mi soledad
de las ansias de los abrazos
de los amores frágiles
que se rompen en el tiempo
Porque mi soledad es el templo de mi alma

la cuidaré de las sombras y los reflejos
que danzan ante mis ojos como payasos de feria
como vendedores de quimeras
como perdidos en los desiertos
Porque mi soledad es la conquista de mis años

la protegeré en los encuentros
para que no se rompa en llanto
cuando se tornen en desencuentros
He de abrigar mi soledad con el fuego de mis sueños

la rodearé de silencio
de palabras dulces
de tristezas azules
Así
mi soledad será
escudo invisible
nido de mi espíritu.
SOY PALABRAS 39
Los pájaros blancos
Miro a lo lejos los pájaros blancos

que vuelan buscando el nido
que dejaron hace tiempo y que ya no encuentran
Lloro
no sé si por ellos o por mí
que a veces voy a buscar mi nido
que dejé detrás del velo hace tiempo
y que ya no encuentro
¿Quién habrá tomado mi nido?

le pregunto a las aves
que pasan a lo lejos
Ellas me preguntan a mí
¿quién ha tomado nuestro nido?
No sé quién tomó mi nido

pero sé quién tomó el nido de las aves blancas
mi casa la construyeron sobre su tierra y su aire
mis calles están pavimentadas sobre sus aguas
mi tiempo y el tiempo de los que conmigo son
les quitó para siempre su tiempo
Ahora en este tiempo las montañas y los humedales
son edificios fríos y muertos
por eso sé que las aves dejarán de pasar
morirán una tarde cuando sus alas cansadas
necesiten un nido donde descansar un poco
Las aves blancas no volverán

porque se darán cuenta de que ya no hay agua y aire
Quiero llorar la muerte de las aves blancas
y pedirles perdón por ser parte
de los que les quitamos su espacio y su tiempo.
SOY PALABRAS 41
Dios mío
Dios mío que no existes

que eres dueño de la nada
Dios mío que nunca has creado nada

y nunca nada has de crear
Dios mío
solo mío y de nadie más
que vas conmigo a todas partes
y que en ninguna te encuentro
Dios mío que no tienes poderes

ni respondes mis ruegos
que no apareces en un gran libro
ni nadie te reza
ni te piden perdón
Dios mío
solo mío
que te pareces a mí
que no soy nada
y por eso nunca fui creada
nunca he creado nada
y nada
nunca he de crear.
SOY PALABRAS 43
Quiero estar en mi madriguera
y que el tiempo pase y no me vea
que la lluvia caiga y yo no lo sepa
que todo afuera cambie y yo no me dé cuenta
que la eternidad se coma la muerte
y engendre la vida y yo que yo no esté en ellas
Quiero estar en el oscuro adentro de mi madriguera
conocerla tanto que mis ojos no abra
para andar en ella.
Está bien que existas muerte mía
y que un día toques a mi puerta con tu mano eterna
está bien que andes camuflada en mi aliento vital
En los días oscuros en que mi mortal Ser duele
y mi consciencia se estremece con los agujeros negros
de mi alma
Recuerdo que me proteges del implacable para siempre
y sé con este no saber de ti nada
que renovarás mis pasos
o los mandarás a la nada
Sonrío
y te miro en el espejo reflejada en mi mirada
Sonrío
porque sé que eres la bendita muerte
que nos salva de la vida.
SOY PALABRAS 45
Y es que tu amor al fin
no lo es todo en mi vida
porque amo más allá de ti
pienso más allá de ti
y hasta muero más allá de ti
Tu amor en mi vida
es más que el todo
eres el sueño que me rescata de la realidad
el no importa que me salva del sin sentido
el secreto de mis ojos cerrados
No he de decir que solo a ti te amo

pues no eres mi todo
eres más que mi todo
eres el amor que siento que me llena de amor
un amor que se expande y se vuelve ternura
comprensión
mano tendida.
Abro las manos
Abro las manos

no para dejarte libre
es para no quedarme atrapada en mi deseo de tenerte
Vuelve al espacio donde te sueño

al sin tiempo del amor
sé tú
como tú eres
sin mí
y mi quererte
Al fin
el amor es un milagro
que ocurre
y se siembra en alguna parte de lo eterno
y la eternidad es el sin tiempo de la vida
el sin tiempo de la muerte
Yo seré yo
sin ti
daré mis batallas para que al final de mis pasos
pueda sonreír como una niña feliz que se retira
del juego
SOY PALABRAS 47
Te dejo volver a donde te sueño
para que de mi alma no salgas
y podamos jugar el azar de los encuentros
estoy segura de que te reconoceré
y otra vez volveré a crearte.
Descubrimiento
Y de pronto me descubro:
soy lo que queda después de una fogata
encendida toda la noche
he ardido con el tiempo hasta que una mano invisible
detuvo
el péndulo perpetuo en la eternidad
También soy la brisa que se convirtió en huracán

cuando cerradas las ventanas de la vida
no pude entrar al hogar
Y soy
sobre todo soy
esta pequeña existencia
que pregunta para qué y por qué
como si hacerlo fuera la única libertad que me queda
mientras la rueda gira.
SOY PALABRAS 49
Girar la rueda
Ha de girar la rueda de esta vida de porcelana

algunas veces en silencio y otras con ruido atronador
Seremos ignorancia buscando la llama del saber
y saber buscando el olvido
El fruto del bien y el mal se pondrá en la mesa día a día
de él comeremos y seremos expulsados
hasta que un día olvidemos que es el fruto prohibido
e inocentes de él comamos
desnudos como niños en la orilla de un río.
Ser mío
alma mía
procuren sembrar en los campos de la existencia cosas
bellas
Lleven también en su canasta el sol y la lluvia
y un poco de risa
algo de amor y una pizca de paz
Sé que no puedo evitar que entre

por la puerta de los sentidos la ira y el miedo
pero al final de los días y al final del día a día
si también se ha puesto lo dulce y lo bello
en el ser y en el alma
el universo se encargará de hacer alquimia sabia
y nos dará para vivir y aún para morir
una cuerda tendida sobre el abismo
que podremos pasar en equilibrio.
SOY PALABRAS 51
Habla con el universo y dile
que apenas si soy diminuto ser que va en el devenir
como una barca frágil en alta mar
Y tú
alma mía
deja de sufrir por el destino mayor
que nada puedes hacer por consciencias
que no habitas
Solo podemos dejar en el tiempo

afecto rosa para los inocentes
presos del poder
y esperar que haya un más allá
de este mundo humano
ahora nuevamente vestido de demonio.
Es hora
Es hora
ya puedes partir
suelta el ancla que en mi vida dejaste
Recoge mi anhelo por el hogar y el fuego
pero no los lleves contigo
son míos
como míos son las heridas y el perdón
Es hora
ya puedes partir
que la luna ya llenó
la lluvia ya cesó
y el sol ha salido en la montaña nuevamente
Si no quieres partir
te dejaré rondar por mi cielo
calentarte con mi fuego
alimentarte con mi espejo
Pero suelta las amarras
que me han ahogado
ya no son necesarias
SOY PALABRAS 53
Y si no las sueltas
no te asfixies con ellas
que ya es hora
ya puedo partir.
Frágil
Fragilidad
de diente de león desbaratado
de hoja cayendo
de llanto hacia dentro
de lágrima en precipicio
Frágil
fragilidad
de huella aplastada por la nieve
de capullo convertido en mariposa
mutando frente al sol.
SOY PALABRAS 55
Rayo
Como si un rayo hubiera

incendiado el nido de los afectos
hecho polvo los recuerdos
soltado las amarras de los arraigos...
Ahora nada más queda que irse al horizonte de la nada
sobar el corazón con bálsamo de lágrimas
recoger las hojas secas del árbol caído
para prender fuego y calentarse
del frío de los olvidos.
El sótano
Cuando los niños cayeron en el sótano, el monstruo

que habían guardado allí para que no los asustara hace
tiempo y que habían olvidado, se despertó de un largo
sueño. "El monstruo, el monstruo", gritaron ambos.
El monstruo, que no sabía que era un monstruo, se
preguntó qué sería lo que tendría que hacer en calidad
de monstruo, así que solo esperó a que cada niño le
mostrara su tarea. Uno de los niños, gritó: “¡No me
hagas daño!, te lo suplico”. Así que el monstruo entendió
que su tarea era ser dañino y dio un golpe al niño tan
fuerte que lo dejó noqueado. El monstruo miró al otro
niño, supuso que también con este su deber era ser
dañino y lo iba a atacar, pero entonces el niño, le dio
un dulce que tenía en su mano y le preguntó: “¿Quieres
salir al sol para poder conocerte mejor?”. El monstruo
tomó la mano del niño y salieron, cuando el sol iluminó
a este ser, el niño exclamó: “No eres un monstruo, ¡solo
estabas en lo oscuro!”.
SOY PALABRAS 57
Carta a mi infancia
Te quiero decir, niña mía, que eres mi origen, mi semilla,

soy lo que soy porque tú fuiste y porque he protegido
el alma que nos une a través del tiempo; sin embargo,
hace tanto que dejé de ser tú, que a veces me pierdo en
el ahora. No te encuentro en mi pasado y temo tanto
el ser que seré cuando sea vieja, cuando estaré sujeta
a un cuerpo gastado que inevitablemente tendrá que
prepararse para separarse del alma.
Hoy te busco como se busca el amanecer cuando la
noche ha sido larga y sin sueños, te busco para que me
des tu fortaleza, te evoco como los pájaros evocan el sol
en el límite de la oscuridad.
Sí, te busco, necesito tu consuelo y tu consejo, así
ya no me hables, así guardes ese silencio eterno que
acostumbrabas; necesito que me recuerdes cómo abrir
esa compuerta de lo maravilloso y mágico, para volver
toda yo a encontrarme con la certeza de la luz.
Porque, a pesar de todo, no he olvidado que ibas a
otros mundos, aunque no sabías que eran otros, eso lo
sé yo ahora que habito este mundo hecho de realidad.
Ibas a esos mundos donde todo era claro, donde la
materia está hecha con hilos de muchos colores, donde
todos los seres de la tierra son maravillosos y con todos
hablabas. Todos tenían algo que decir y tú escuchabas;
entendías a los árboles y las flores, eras como los
pájaros porque no sabías que no podías volar; ver volar
era volar, estar subida en un árbol era sentir como el
árbol, ser hojas que respiran verde, ser hogar de paso
de pájaros celestes, ser viento de cometas y nube de mil
formas; cuando yo era tú podía ser más acá del pensar
y pensar no me hundía en la enramada de la tragedia.
Necesito tu guía porque este mundo de ser adulta me
empequeñece el espíritu y me queda grande, este mundo
de estructura y de fuerzas adversas a veces lastima. Ser
adulta, sabes, no es como podrías haber pensado tener
las cosas claras, saber qué hacer, hacía dónde dirigirse;
ser adulta, debes saber, no me hizo más fuerte de lo
que tú eras, porque en realidad tenías más fuerza que
yo adulta; fuiste capaz de no reconocer las heridas y
vivir entre la risa y el sueño, entre la imaginación y la
creación, sin importar lo que pasaba, lo que sufrías.
En cambio, yo, me sé tan consciente de lo que duele,
del afuera rudo, de las pérdidas; en cambio yo, me sé
vulnerable y tú, tú no lo sabías, no sabías lo que era el
otro alzado en la batalla contra ti, tú no sabías, ese era
tú gran poder, vivir sin pensar, sentir sin medir y sin
saber que sentías.
SOY PALABRAS 59
Te busco dentro de mí para que tu brillo me dé
calor y me haga brillar de nuevo. Extraño ser tú y que
mi espíritu sea libre de mi mente y mi corazón libre
de las heridas que me hacen reaccionar como animal
lastimado y asustado.
Te pido perdón, yo-niña, porque crecí y el
pensamiento atrapó mi corazón, mi mente y mi alma
en acusaciones y necesidades. Te pido perdón porque
le abrí la puerta a las flechas del afuera.
Te prometo que siempre seré tú en alguna parte de
mi mirada y te pido, mi yo-niña, que me des un espacio
para abrazarte, y así juntas caminar a la montaña,
donde nos tenderemos en el prado a ver cómo las nubes
se vuelven mil formas y pierden la forma
Te prometo que protegeré tu existencia del olvido
para poder reír inocente como tú reías y hasta llorar
con tu misma inocencia.
Testigo en piel
humana
2011
Introducción
Solo se tiene la experiencia de sí mismo, experiencia

que a veces se caracteriza por una (digamos) dificultad
por ser. ¿Acaso se vive en el ser temiendo la llegada del
no ser? Sería esto creer que se ocupa de manera total
un “estado” cuando se es, y otro diferente cuando no se
es; pero no, no es blanco o negro, no en la vida que se
vive, esta más bien trascurre en esa transición que es el
permanente devenir, entre lo que es y no es.
Solo se tiene la experiencia de sí mismo, esto quiere
decir ni más ni menos que la vida ocurre en un “mí”.
Las sensaciones, los pensamientos y sentimientos, el
diario ir y venir como si fuera una misión secreta que
se realiza desde el estar en un cuerpo, un tiempo, una
historia, que se acata, se siente, se percibe y las más
de las veces se sufre, desde lejos, desde lejos y desde
adentro, en un permanente interdiálogo, algo así como
un excursionista que va a algún sitio desconocido y
lejano y apunta juiciosamente todo lo que ve y todo
esto ocurre en tercera persona… Así, somos la tercera
persona de la primera persona.
Esta tercera persona, el Testigo, y yo, mantenemos
un vínculo insoportablemente estrecho, somos una
TESTIGO EN PIEL HUMANA 63

pareja que asume la condena de su perpetua compañía,
como dos prisioneros encerrados por decreto en la
misma celda. Nada que hacer. Y yo amo a mi Testigo,
de la manera que amo yo, con profunda pasión y en
permanente contradicción. Sé que nada le puedo
ocultar, por eso nada le oculto, sé que no me puedo
deshacer de él, por eso asumo su compañía como mi
ojo izquierdo asume la compañía del ojo derecho.
Sí, estoy encadenada a la escritura como un ciego al
perro que lo guía.
Ser y Estar son dos estados que se viven como una

nebulosa de sueños. Vivir, qué es vivir salvo ir sumando
instantes que se marcan en algo que está más allá del
entendimiento humano, como si la vida entera fuera un
rompecabezas cósmico donde las piezas son siempre
distintas y no encajan en forma concreta alguna. Vivir
es un fractal de experiencias sin más hilo conductor
que una piel y unos huesos que nos atan al fantasma del
“yo”, como si hubiera algo, algo en todo el transcurso
de la vida que le pasara a alguien o algo llamado “yo”,
cuando lo único que es “yo” ayer y hoy es este cuerpo
que se transforma en el tiempo como las nubes en el
cielo. Vivir es el día a día, los días que juegan en ruletas
monótonas, en hilos de Ariadna.

Se vive desde una distancia atómica, desde un “mí”
y no por “mí”. Vivo en mí y en otro que soy yo misma
y nada de mí tiene salvo las palabras y los silencios que
nos dirigimos de tarde en tarde y de sueño en sueño,
teléfono roto de la conciencia.
¿A dónde va a parar toda la vida? ¿A la muerte?
La muerte de la que no sabemos nada, nada más que
se escapa del cuerpo el “algo” de los gestos, el calor
del ver a través de los ojos, y ya no se camina más, ni
se ríe, ni se siente y el cuerpo nebuloso se empieza a
deshacer; el ser-hacedor se pierde entre el adentro y el
imposible afuera, escarcha de la historia, fuego extinto
de la nada que ha parido pequeños monstruos hechos
y deshechos en el día a día del reloj humano y el sol
divino. Deseo, deseo de pequeñas grandezas, ser un
día amor encarnado, oculto en lo cotidiano, entre el
despertar y el dormir… deseo de pequeñas grandezas,
héroe libertario, soñador de naufragios, vagabundo de
las horas… cualquier cosa que nos salve del abismo del
por qué y el para qué.
Grandeza de querer dejar un único rastro en el tiempo,
algo para haber venido a poblar esta tierra hermosa…
cambiar, cambiar en algo el panorama, decir una única
palabra que cree algo, que engendre algo, florecerle a
la vida, antes de que la muerte llegue. Tal vez toda la
vida se vive por un único instante, el instante en que se
sabe por qué se concretó el esfuerzo del demiurgo en
mi cuerpo y en mi nombre. Algún día nací, vine a hacer
como cualquiera aquí y ahora… He visto mucho, que es
casi nada, he vivido mucho, que es casi nada, aún sigo
esperando que me den el soplo de vida para darle vida
a mis credos y creaciones como si siempre hubiera una
cortina invisible y cuántica entre mi ser y estar, entre mi
soñar y realizar, entre mi dormir y despertar. Paralizada
en el puente de la existencia, al otro lado doy la batalla
del sentir junto a muchos guerreros muertos.
Deseo la muerte como quien desea ir de viaje a un

lugar añorado y desconocido del cual se sabe todo,
salvo cómo es estar allí. Quiero salir de la vida como un
náufrago quiere salir del mar y tal vez algún día mirarlo
desde la playa y decir… ese mar… ese mar cuyas aguas
quisieron tragarme.

No sé vivir la vida rápido, mi alma es una tortuga que va
detrás del Aquiles de la existencia.
Precipicios de orfandad interior, reversos de la nada,

¿qué es esta vida que hasta la muerte da miedo? Dios ha
de ser un gato acechando a sus ratones.
El rayo, esa alquimia íntima entre el fuego y el agua.
Y te hablo a ti sin saber si existes, como si estuviera

gestionando una cita cósmica con el demiurgo creador
para ir a llorar en su regazo y decirle que me duele, más
que la vida, la conciencia.
Afuera todo es inmenso. Todo lo invisible y lo visible

para este ojo humano que ve tan poco. Danzan la vida-
muerte, la muerte-vida, tejiendo colonias de existencia
en los fragmentos del espejo roto de la conciencia…
Días inmensos recorren partículas de olvido y memoria,
colores y formas dibujan el espacio, el tiempo, como un
niño rayando la pared. Todo se pierde en el afuera y en
el afuera todo es ahí, ahí lo que ven los ojos y tocan
las manos y entonces lo pequeño y lo que no está ahí
se pierden como la sombra cuando alumbra pleno
el sol… No se ve el gusano cambiando en el pasto, la
hormiga en el inmenso árbol, ni el río que corre lejos
en la montaña. Solo soy aquí y ahora. Aquí y ahora es
Ya y Ya no existe.

Hoy mi alma pasa por un largo valle de silencio. Hoy
puede ser hace veinte años atrás, mil años atrás, porque
todo lo que se siente se siente hoy, el hoy es el portazo
con el que el tiempo cierra implacable el paso a la
eternidad.
Nostalgia por nada, melancolía por nada, por nada
más que ver tejer el día encima de la piel, cubriendo
de brumas inexistentes las palabras estériles. Silencio,
añoro el silencio de una montaña inmensa en la que
hoy no estoy, a la que mi espíritu va a recoger palabras.
Esa montaña hoy se parece a mi espíritu y está sola y
brumosa, sin más testigo que su ojo enorme lanzado
hacia dentro, buscando en las piedras del río la hoja que
el árbol anciano y solitario dejó caer como yo dejo caer
mi cuerpo en el vacío de hoy.
Hoy abrió la flor de una planta sin nombre en mi jardín.

Es insolentemente bella, serenamente bella, y es como
si su brillo fuera una risa de niña quinceañera con las
mejillas rosadas, vestida para la fiesta. La flor no abrió
para mí, ni para que yo la viera. Tal vez la flor me ignora,
pero yo no la ignoro a ella y solo porque la flor abrió el
día es menos muerto, menos dado a la tristeza. Poco le
importa a la vida, a esa que late afuera, que yo sea o no
sea, las plantas florecen, el sol sale, la lluvia cae, sea yo
o no sea.
Me voy viendo dejar de ser… así sola a la orilla de la

vida, sin júbilo ni prisa… cambiar es solo cambiar,
haber sido y dejar de ser, volver a ser.
Anticipo como anticipan los pájaros el sol en la
mañana que nada hay de glorioso en lo que fui y nada
habrá de glorioso en lo que llegaré a ser.
Lamento lo que no hice cuando era el momento
natural de hacerlo, pero no como se lamenta la vida
perdida, sino como se lamenta no haber sacado el
paraguas cuando empieza a llover.

¿Qué somos acaso? Piel y huesos anudados por
historias que se suman en la memoria que nos dan la
dulce ilusión de ser uno. Qué somos sino el pánico de
estallar en el infinito con el corazón abierto al misterio,
cantándole al abismo con palabras que resuenan en el
eco autista del tiempo.
Qué somos, a más de ciegos creyentes en que algo
somos, algo tan concreto que un día nació y un día
habrá de morir; una historia con principio y fin, una
historia que empieza al ser paridos y termina cuando
apenas llegamos a muertos.
Dulce creencia que nos da descanso en los días de
sombra. Pero qué somos si no somos. Uno y miles
somos y entre esos miles hay un grito roto en la
distancia que se lamenta de esta soledad inmensa de
ser tanto que nada se es, y al hacer inventario nada
se encuentra más que fragmentos de un sueño tuerto
de soñadores insomnes que viajan por un registro del
tiempo haciendo y deshaciendo.
Yo fui niña alguna vez –lo recuerdo– y alguna vez
amé y otras tantas odié; dulce creencia de creer que
es la misma esa niña y la que ahora escribe. Lo único
que tengo de mí son estos pies descalzos y mi rostro
húmedo, llorando un llanto de náufrago del infinito,
un viajero sin bitácora o con una en la que fantasmas
invisibles escriben pasajes ilegibles.
No sé si soy el pescador que pesca o el anzuelo, o el
pez que inocente traga el apetitoso gusano sin saber que
es su último bocado.
Hay días en los que los muros se rompen y con ellos
el corazón y ya no sé sostener la ilusión de “mí” y de
“yo” y dudo, como un condenado a la verdad, que un
día nací y otro habré de morir.
No habrá de pasar nada que ya no haya pasado… Todo

lo que está servido a la mesa del destino humano, todo
ya ha acontecido alguna vez y milenio tras milenio,
como una rueda que gira sobre su eje en el espacio
mínimo del tiempo, así la única manera de ser y hacer
algo nuevo es dejando de ser… humanos. Y esto es
la única cosa en la que en su naufragio y dolor, en su
grandeza y pequeñez, en su amor y en su odio, en su
búsqueda y su error, no ha contemplado la especie,
pues cómo siquiera pensar la idea de romper la imagen
del espejo donde se refleja.

La iniciada se había preparado para ese día desde
hacia más de tres décadas, aceptando con resignación
parecida al sacrificio la dura disciplina, que rayaba en la
crueldad, impuesta por sus maestros. Desde su ingreso
sabía que debía llegar a no hacer distinción alguna entre
la verdad y la mentira y esperar sin desear el momento.
Ese día llegaron por ella para llevarla a la cueva de los
misterios, allí debía pasar toda la noche hasta que se
le revelara la presencia del creador del mundo de los
humanos… Veló toda la noche muy atenta, no vio
nada. Al amanecer llegaron sus maestros, la llevaron
al templo y frente a todos los discípulos e iniciados le
hicieron la pregunta esperada.
–¿Viste al creador? –hubo un silencio muy corto que
representaba muchos siglos en espera de la respuesta
adecuada–. Sí, sí lo vi –dijo ella.
Todos sus maestros sonrieron, había en la orden una
nueva iluminada.
Uno gritó: ¡Estoy solo!; Dos lo miró y dijo: Sí, aunque

estoy contigo también estoy solo. Tres los miró con
desprecio y les dijo: ¿Qué saben ustedes de lo que es
la soledad si están juntos?, en tanto Cuatro desfallecía
de amor por Tres en silencio y sentía que si este le
amara ya no se sentiría así de solo. Cinco era un caso
aparte, prefería estar solo, no soportaba la compañía
de número alguno. Seis era todo lo contrario, prefería
estar con cualquier número sin importar si le gustaba o
no, porque cada vez que no tenía compañía sentía que
podía enloquecer. Siete, por su parte, creía que la única
manera de evitar la soledad era con el encuentro de los
cuerpos. Ocho era la pareja numérica de siete y sabía
que para Siete su cuerpo, por más Ocho que fuera, no
era suficiente y por eso sufría de angustia y un terrible
dolor. Nueve, era realmente especial, todo un número
místico, creía que el no pensar lo llevaría más allá del
dolor del que padecían todos los otros números y así
saldría –no sabía a dónde– más allá de esa comunidad
de números solitarios. El Diez los miraba a todos con
burla, nunca había pensado en eso de la soledad, no
tenía tiempo y sentía que todo lo tenía, amor, dinero,
familia.
De esta manera, la comunidad numérica, que por
ese entonces se rumoraba que llegaba a algo más de
seis mil seiscientos millones, andaban en su pequeño
mundo gritando sus verdades y creencias. Se buscaban
y repelían, porque se sentían solos e incomprendidos
y por su soledad se reproducían, por su soledad se
comunicaban, hacían grupos especiales aparte, amaban

a algunos y odiaban a otros; también habían inventado
el arte y la ciencia, la religión y la filosofía… Sí, esta
comunidad numérica casi todo lo hacía por su soledad,
la tan nombrada, temida y odiada soledad.
Amo a la tierra madre, la tierra Diosa de infinitos seres

semillas. Amo a la tierra madre nuestra porque cuando
me miro en ella veo árboles y ríos, miles de animales
y múltiples pieles, lenguajes y saberes. Amo la tierra
madre porque tierra soy y no soy única en ella.
Vivo en ella el tiempo humano, que solo un tiempo
más es, tejido en otros tiempos, como una gota que solo
una gota más es, tejida en el raudal de la cascada que
cae en el infinito, en el ciclo de la vida y en la misteriosa
muerte.
Mi credo y mi fe es que el tiempo humano no lo es
todo, ni todo lo abarca, solo es una nota que suena en el
concierto del misterio, de lo visible y lo invisible, de lo
que aquí está y de lo que está detrás del velo.
Por eso acepto mi destino humano y estoy atenta al
canto del Sol padre, de los árboles y los pájaros. Agradece
mi corazón que lo humano sea tan pequeño, pequeñez
que resuena y disuena y hace solos desastrosos como
un niño aprendiendo a tocar la flauta.
Acepto ser parte del destino humano, pues es
un inevitable más en el juego del misterio, y a la vez
agradezco que, siendo parte de la comunidad humana,
tengo en mis manos el comodín cósmico de ser
“individualidad” y por eso puedo caminar con mis pies,
hacer con mis manos, ver con mis ojos y saber con mi
conciencia.
Pero, de tramo en tramo, quiero quitarme esta piel
humana tan gastada de tanto ser usada. Sí, de tramo
en tramo deseo, como desea la semilla el sol y el agua,
quitarme un rato la piel humana y lavarla, aunque sepa
que me la volveré a poner igual de vieja y gastada.
El problema no es soñar, el problema es despertar y

decir “Qué lástima, solo fue un sueño”.

Qué extraño es pensar el tiempo humano de los
calendarios y los relojes. A veces pienso que la edad
existe porque al humano le dio pánico la eternidad,
sobre todo la eternidad de la carne y, a la vez, por ese
latido eterno en los ojos fue necesario crear todas las
ideas de más allá de la carne, con las cuales huimos del
pánico a lo perecedero, lo perecedero del espíritu sobre
todo.
Ahora, cuando me miro en el espejo, con un ojo veo
el pánico a la eternidad de la carne y con el otro veo
el pánico a lo perecedero del espíritu. Por esto, solo
por esto, debe ser que la vida es una cuerda tendida
en el abismo de la verdad, abismo en que de tiempo
en tiempo caemos y al hundirnos hacemos que haya
historia, memoria y casi siempre olvido.
Y es que, si se piensa bien, que el espíritu encarne es
un suceso bellamente escalofriante… un camino hecho
entre el límite y el infinito, donde el límite es un bebé
y el infinito es el mismo bebé convertido en anciano
y donde apostamos todo al posible milagro de que el
bebé y el anciano se miren a los ojos y se reconozcan el
mismo y en este encuentro acaben todos los pánicos.
La vida es diversa y diferente aun para las semillas de un
mismo fruto, son tan diferentes las piedras de un mismo
río y las nubes en el cielo… la similitud no es igualdad
y por eso cada quien vive su viaje sintiendo como único
cada paso en el camino, cada vivencia, cada amanecer
y cada ocaso y cuando miramos hacia atrás no vemos
multitudes, sino solo la piel y el nombre con el que
hemos sido… la vida es un viaje de viajeros solitarios
… y si la muerte es otro viaje o el inicio de otro viaje,
qué nos hace pensar que este desconocido pabellón que
habitamos o habitaremos puede ser un instante, una
eternidad o un punto más de un camino desconocido
e indescifrable... será lo mismo para todos, se sentirá
lo mismo, se pensará lo mismo. Si en algo la vida y la
muerte se parecen y son el reverso del mismo espejo
cósmico, así como nadie está vivo de igual manera,
nadie estará muerto de igual manera. Esta idea me da
pánico, pero no un pánico de horror o anticipación
del horror, sino más bien el pánico que le puede dar a
un perezoso natural que acaba de enterarse de que es
posible que la jornada no acabe y que el contrato de su
minúsculo ser puede ser renovado… a la vez esta idea
me da el entusiasmo de un viajero natural al que le dicen
que aún hay más por conocer y que será embarcado en
un nuevo camino siendo uno y solo uno… ¿un instante,
un ciclo, un infinito?
Es solo una idea que me viene no sé de qué parte, que

puede ser falsa o verdadera como cualquier idea, pero a
la vez es un sentimiento que viene y me cosquillea en la
piel y me brilla en los ojos. Alguna vez miraba un árbol
centenario casi muerto, erguido e imponente… en su
tronco, al pie de las raíces, brotaba una ramita con dos
hojitas de un verde amanecer, entonces supe que algo
así era la eternidad, una carrera de relevos entre la vida
y la muerte.
Sol, eres el bello, el luminoso. Te veo y sonrío. Por

mis ojos entras y en mi corazón alumbras y todas las
sombras que me habitan salen de mí tan naturalmente
como un río corre en la montaña.
Miro la montaña y le digo: ¡Eres bella!. La montaña

calla, sobre ella gravita el sonido, me contempla y
perdona en mí el exceso de palabras.
5
No soy diferente al árbol semilla-tierra, como él muero

sin el agua y sin el aire y de esto no me salvan las
palabras, ni el pensamiento, ni las grandes ideas. Soy,
ahora entiendo, este trozo de carne que palpita y piensa
y soy, más aún, este trozo de carne que siente frío y
hambre, por eso, como cualquier animal, amo el sol que
me calienta y la tierra que me alimenta.
Más allá de yo y tú, más allá de nosotros, vosotros y

ellos… ir más allá.

Toco puertas invisibles que invisibles se abren para que
yo grite en el abismo preguntas que rebotan y sin más se
me pegan en los ojos. Así, desciendo y asciendo colgada
del tiempo que me azota esta piel humana. Juego a morir
solo para saber que viva estoy… permanentemente entro
en la sala de los espejos y despego de ellos cualquiera de
mis imágenes, me las pongo para fingir ser quien soy…
mas estas imágenes no me quedan, se me ven sobre el
alma como ropa heredada de algún pariente muerto…
por eso a todos los espejos les pregunto si esa que
aparece reflejada soy yo… los espejos callan, me dejan
a mí decidir la respuesta y la respuesta es no, siento que
me fui de mí y me dejé abandonada en una cueva de
espectros más o menos conocidos.
No hay más saber en el cuerpo que los caminos que han

hecho los pasos, no hay más saber en la mente que el
aire respirado. Duermen los sueños, la esperanza como
refugiada de guerra ha marchado al valle de la muerte.
El colectivo ya no es tuerto, ahora es ciego, por eso,
como manso rebaño, grita vivas feroces en honor del
carnicero, mientras la verdad anida en el tiempo de los
secretos y la historia humana viene y va montada en un
carrusel enloquecido en el círculo del destino.
Bordeo la tristeza con mis ojos, acaricio la nostalgia

con mis manos frías, por lo que se me fue de la vida
y la añoranza por lo que anhelo y no tengo. Degusto
esta tristeza que se planta en el camino de tiempo en
tiempo como una flor muerta sembrada en el jardín de
la apariencia.
Es hermoso sentir cómo las lágrimas ruedan
amparadas con el pudor de la soledad, el silencio
cobija el íntimo sabor del destino que duele cuando
se va viendo cómo desaparecen los sueños que
murieron tiritando de frío… las lágrimas producen esa
innombrable cercanía del cuerpo y el alma, como si se
dieran un beso pequeño, un beso náufrago, un beso
moribundo. Sentir cómo se precipitan por las mejillas y
caen en la boca con el mismo sabor salado que tiene el
mar… el mar que pueden ser las lágrimas de algún Dios
loco y ciego que lloró al ver sus sueños confundidos en
el nudo del destino y las aguas creadas por cualquier
humano que lloró amparado en el silencio del vacío.

5
Hay palabras enormes, inmensas… palabras que si

salen del silencio deberían ser partidas en trocitos…
palabras como vida, libertad, sueños… palabras que
abarcan tanto que al decirlas suenan a todo o nada, a
vacío y plenitud a la vez… hay palabras que se acercan
a verdaderamente decir y crear, hay palabras como
flores y relámpagos, hay palabras como cascadas… hay
palabras que cuando se dicen de verdad desocupan
las entrañas, que cuando se dicen de mentiras todo lo
vuelven mudo y ciego.
Soles sin dioses iluminan mundos sin pecados ni

pecadores, sin esclavos ni señores, sin víctimas y
victimarios… ¡Sea el Sol de esta tierra alguna vez
nuevamente un Sol sin dios!
Los sueños me crecen adentro como plantas de
invernadero, algunos adentro mueren y solo llegan a ser
sueños muertos; otros dan frutos y florecen y entonces
yo los saco, los vivo, los muestro, con ellos hago gestos,
palabras y movimientos, así le pago a la realidad, al
deber ser y al tiempo, los intereses acumulados de la
deuda que con ellos mantengo por ser una soñadora.
Saber quién se es como un soñador que recuerda que

duerme y desea soñar mundos con mucho sol y mucha
risa… que miedo no recordar y ser siempre un sueño
que no se sabe soñado…
El Samurai de arena combatió contra sí mismo en las

imágenes reflejas de los espejos ciegos hasta que se
cansó y gritó: ¡No quiero combatir más!. Entonces dio
vuelta, al frente había otro infinito.

5
Algunos, muy pocos, logran vivir la vida como

recorriendo un camino con mapa, por eso saben dónde
está el atrás y el adelante, la luz y la sombra; otros, en
cambio, casi todos, solo sostienen la vida como se
sostiene a alguien descolgado en un abismo.
Así, la vida logra parecer perfecta apareciendo,
siendo, dejando de ser en un caos milenario que
solo acepta el orden de sí mismo, pese al esfuerzo
de los disciplinadores y adoctrinadores de todos los
tiempos, perpetuamente empeñados en recetar formas
perfectas de ser, hacer, respirar, pensar, caminar, matar,
amar, alimentarse, defecar. Crédulos disciplinadores
buscando con arrogancia la fórmula para volver a decir
la magistral palabra que creará el mundo perfecto.
Mas tan perfecta es la vida que todo existe y coexiste
en ella, aun hasta la muerte, y entre los que viven con
mapa y los que solo logran vivir como va saliendo, hay
una silenciosa relación necesaria y simbiótica como la
que existe entre la flor y el colibrí que bebe su néctar.
Llevé todas mis verdades al cielo de la verdad… todas y
cada una fueron trituradas; algunas en la máquina de la
risa y otras en la máquina del dolor.
Busco en el pasado como quien busca la pieza perdida

de un rompecabezas, levanto la alfombra de la historia
y miro el polvo acumulado intentando hallar verdades
perdidas en el tiempo, pero el pasado se escurre por los
agujeros negros de la vida.
Mirar hacia atrás es ver por una ventana pintada de
colores que hace que hacia atrás solo se vea según el
color impuesto. La memoria histórica, aun la personal,
es un cuento cocinado en el caldero de las palabras, y
las palabras poco saben de verdades y mentiras, estas
solo dicen y crean versiones, obedientes a sus dueños,
por eso a la postre toda la historia humana es una fábula
y quienes la cuentan son los fabuladores.

Bajan las aguas mansas llenas de peces
muertos.
Con bisturí de cirujano es necesario cortar la delgada

línea que separa la certeza de la creencia; la creencia es
un placebo bastardo, juego de imágenes en espejos de
aumento. Creer pesa, creer nubla la mirada, creer es el
fruto vano por el que fue cambiado el fruto del saber. Mi
cuerpo se eriza ante los vendedores de creencias, con
sus voces de prédica y sus miradas de feroz depredador
dispuesto a borrar, a eliminar en sus guerras santas a
cualquiera que ose dudar de su creencia. Da lo mismo
si las creencias son viejas o están recién maquilladas o
recicladas en el recipiente mental.
Da lo mismo. Toda creencia vende pecadores y
salvadores, todas se creen únicas, todas venden caminos
rectos para salvarse y a cambio se quedan con la duda
y los sueños, con la pregunta y el riesgo de la respuesta,
con las búsquedas… con la vida, porque todas son
el mejor camino, la mejor verdad, la mejor vida. No
quiero creer en nada, aunque siga diciendo por siempre
como el viejo filósofo… sólo sé que nada sé.
5
“Acepto mi destino de camisas planchadas”, decía Julio

Cortázar… tal vez todos hacemos lo mismo, aceptar el
destino, que a veces es de camisas planchadas y otras
es de vida arrugada, a veces es como sombra que crece
con la luna o es como días de tedio y vivir, porque vivo
se está y nada más se puede hacer que luchar por el pan
y el techo; o puede ser el destino de soñar como una
forma de sobrevivir al tiempo, aceptamos el destino de
furia sin nombre, de adolecer perpetuo, de inmadurez
infante. Como todos, acepto mi destino, eso digo y me
río, pues acaso ¿se puede no aceptar?
Entra el aire y el alma se agita y el cuerpo se rompe,

tormenta de días de desasosiego, de luna llena con los
perros de adentro aullando, con los gatos de adentro
pasando de los tejados a los otros mundos, donde se va
depositando todo lo oculto tras la máscara.
Sentirse descolgar por la sangre que corre veloz como

un río que corre raudo hacia el mar. Sentirse como un
agujero negro tragado por sí mismo y depositado en
un mundo paralelo donde todo es exactamente igual
que siempre, pero vivido no desde la luz, sino desde la
sombra.
El aire entra y mi alma grita: “¡Me duele estar en este
cuerpo!”.
Algo de pájaro ha de tener mi alma porque amo los

árboles, todos. Extiendo mi espíritu amante sobre sus
nudos de formas múltiples tallados por el tiempo, el
agua, el viento. Son los árboles los seres terrícolas más
serenos que conozco, más silenciosos y acogedores y
por eso se sienten tan sabios; pues sabios son al hundir
sus raíces en la tierra y erguirse camino al cielo, así se
alimentan sin violencia de la diosa Tierra y del Sol, dios
de los cielos.
Están desde siempre acá, son el instante eterno del
tiempo. Saben ser y hacer agua, aire y fuego; saben ser
tierra, semilla, flor y fruto. Viven donde sembrados sean:
en las impenetrables selvas y bosques, en los campos y,
aun como guerreros tiernos, en las ciudades llenas de
humo y multitudes, ahí están porque son los perfectos
mutantes, maestros del devenir. Ahí están y donde ahí
sean son refugio de pájaros y sostén de columpios y de
niños que los trepan y de mí y mi espíritu que pasa y los
saluda, abriendo con ellos las compuertas del silencio.
De vez en vez, la vida se siente como un gato deprimido

enroscado en su angustia y se es frágil como el hielo
frente al sol y se aúlla a través de ventanas ciegas a
mundos presos quién sabe por qué carceleros.
No hay manera de pintar esa inmensidad que veo a

lo lejos, como la curva exacta de la montaña cuando
se junta con el árbol y esa sombra que se crea, tal vez
humana, tal vez fantasma, o como las nubes se pierden
en el horizonte y el cielo al ojo se vuelve agua, el agua
del cielo, el cielo del agua; todos los verdes que son el

mismo, mas cada matiz hace su ritmo cuando las hojas
quietas de pronto se agitan con el aire que raudo pasa
por sus manos.
No, no hay manera, las palabras son tan cortas para
hablar de lo silencioso, del pasto mojado, de la hormiga
subiendo la cuesta enorme, para ella, de una roca
diminuta.
Las imágenes que sueñan decir y crear, mas toda
palabra añade y cambia y entonces solo el ojo viendo
y el oído oyendo podrían hacer poema de esto que está
allí al frente… por eso, silencio.
Si el silencio, el verdadero, lo inundara todo, vendría

humo de nostalgia por el sol acostándose tan lejos de
mi ventana. Añoro el vacío de la vida simple, donde
vivir debe ser salir con el sol a celebrar el día sin un
costal de preguntas y de miedos depositados en las
sienes del alma.
Prender el fuego con esa fe de saber que aparecerá
su llama, ver al sol tan inocente que solo alumbra sin
preguntar en dónde caerán sus rayos. ¿En dónde se
cayeron las máscaras que pegué a mis pasos, por qué
rendija del olvido se me fue la sobrepiel que hice una
conmigo?... Mirar al espejo como si este fuera mudo y
ciego y este a su vez no me mirara a mí y sacara su mano
tonta para llamarme al orden de los ordenadores.
Ser inocente y llover sin parar aunque se quiera
escapar de lo húmedo, tenderse a mirar cómo las hojas
mutan en agua sin que el tiempo pase y muera a lo lejos.
Cojo el regalo de la fragilidad y lo hago mío, a cambio
me quito la armazón del guerrero y le estiro la mano a
la ternura como un niño queriendo ser cargado, le doy
a mi conciencia un osito de peluche para que pueda
dormir sin que el coco de la realidad la asalte.
Es urgente sacar del silencio los cristales rotos de algún

punto del camino tuerto. No deberían existir mariposas
bellas destripadas en los caminos verdaderos, no
deberían existir brujos fracasados, no debería existir
cupido y su mal tino, no debería existir el sentir poético

viendo florecitas pequeñitas en el pasto mojado, no
debería existir la memoria del corazón, no debería
existir el miedo encarnado, no deberían existir las
noches de insomnio.
No deberían existir los amores fracasados, no debería
existir la cuerda reventada en medio del abismo. Tanto
no debería existir, mas existe, y entonces en el barro la
mariposa yace muerta y el tiempo envejece y no mira
hacia atrás más que para volver polvo la hazaña del
osado.
No deberían existir las puertas cerradas, ni incautos
apostadores apostándole a la vida con la fe de los titanes
y la derrota de los incrédulos. No deberían existir las
manos quietas y frías, ni las lágrimas inútiles, ni el
fuego que no calienta.
Mas existen, porque todo es con su sombra y la
sombra se queda a cerrar la puerta como acto final en
el infinito, para que sepa a vida y a baile bailado hasta
lo más oscuro de las tragedias, porque para la vida vale
más una mala tragedia que una tibia comedia y aunque
no haya más afuera del muro que la desazón y los
aplausos no vengan, lo cierto es que solo una vida basta
para ser testigo.
Miro los pájaros volar más allá de mi ventana rota,
miro las nubes blancas que se ven tan silenciosas desde
la distancia. Pienso desde el sentir y mi sentir piensa
en silencio triste. No sé cómo estirar la mano para asir
eso que está afuera y por eso nada puedo hacer mío,
verdaderamente mío y si nada mío es, yo solo puedo
ser el huracán que teje los deseos y el desarraigo de
estar siempre en los caminos. Soy difusa como una
espiral en el océano de la vida, la vida que no me es más
que curvas ascendentes y descendentes que a veces se
convierten en un círculo cerrado, tal como se cierra una
reja invisible.
No estoy más allá del bien y del mal, estoy más acá, por
eso me harta lo humano, lo cual dejaría a escondidas
en cualquier rincón del cosmos, si no fuera porque la
humanidad, mi humanidad, me persigue como una
mascota idiota y enamorada persigue a su amo.

De pronto le temo tanto a la eternidad que quisiera que
la muerte existiera, total y definitivamente, que al morir
se deje de ser totalmente, llenar el reino del no-ser,
ese que me ha protegido siempre contra un naufragio
infinito de prisionera perpetua. De pronto me duele la
vida con un dolor nuevo, como si me dolieran todas
las vidas posibles; si se cree en vidas más allá de esta
vida, en otros retornos a nuevas materias y con nuevos
nombres, cargando milenio tras milenio recuerdos
latentes de algo que se quedó atrapado en otras pieles
anteriores a esta piel nueva…
De pronto, algo de mi empieza a contactarse con el
horror de nunca dejar de ser. Y es que si nunca se deja
de ser, para qué mudar de cuerpo, para qué volver a
ser feto y bebé e hija y hermana; para qué volver a ser
aprendizaje de caminante y llanto, para que envejecer
y amar; para qué volver a tener nacionalidad e ideas
políticas, para qué creer en algo y perseguir y encarnar
ideas de perfección, para qué errar… Es una idea
terrorífica que se me vuelve desespero en un cuerpo
que no es mío, en una historia de vida que no es mía.
Toda idea de control, aún la cósmica, es una cárcel, es
un punto ciego en el infinito, es el bozal cósmico para
que no se escuche el grito de los presos en la eternidad.
5
Descubro una y otra vez la fragilidad humana en mi

fragilidad… la vida no es definible, la muerte tampoco,
eterna indeterminación, eterno fractal de posibilidades.
Nada calma la angustia de ser, ni siquiera el fruto del
saber, ni siquiera el no ser… pero la angustia ¿es acaso
dolor, desdicha? La angustia es angustia y nada más.
Te he buscado entre la bruma y la sombra, le he metido

la mano a lo oscuro y me he vestido de noche, con la
noche muerta y los ojos abiertos, con la vida puesta
en la raya del abismo, con la piel secreteando algo tan
susurrado como si fuera un canto de sirenas en el mar
de los antiguos.
Te he buscado, porque sé que existes. No sé quién me
lo dijo, quién me lo contó cuando apenas si respiraba,
me contó que tú estabas y que yo era y como si me
hubiera puesto una misión santa el saber dónde estás

y porque no soy contigo… me pregunto ¿en qué flor
encarnaste, en qué pájaro, en qué montaña?
Miro mis zapatos y recuerdo cuántos caminos
andados y cuántos pensamientos puestos en la espiral
de lo posible a danzar en la compuerta de lo eterno,
para que a ti te llegue el canto de las ballenas en donde
seas y estés.
Veo pasar la vida como una sumatoria de minutos

inútiles que golpean mis sienes para sacarme el último
sueño conseguido a fuerza de evocar la nada.
No es ante la muerte que triunfa la vida, es ante la vida

mal vivida que se torna gris, es ante la vida de un solo
color y de un solo modo, como cultivo de una sola
planta, la vida siempre triunfará sobre cualquier intento
de hacerla floja y descolorida.
No es ante la muerte que triunfa la vida, porque
cómo entender la vida sin la muerte, si estas son hijas
siamesas de la misma fuente, luz y sombra de lo que no
conoceremos mientras estemos subidos en el carrusel
del tiempo.
La vida está al filo de lo innombrable, al filo de la sombra

del tiempo, como un gato ciego. Con los bolsillos vacíos
de esperanzas y llenos de certezas sensibles; a punto,
casi a punto de saber, como un iluminado idiota, con
un cúmulo de sabidurías inútiles para el día a día de
la carne. Vacía como un fieltro sin cuerpo o como un
cuerpo sin sangre o como un alma sin cuerpo.
La luna llega a su cúspide y de ella emana la luz del
hielo y los dioses engendrados en la tierra buscan a sus
dueños para que los indulten de su existencia eterna y
puedan morir en la paz del olvido.
Mas los humanos juegan a la gallina ciega con vendas
de hierro puestas en los ojos, por eso no saben que hace
tiempo el tiempo de sus dioses se extinguió. Ya es otro
tiempo, mas nadie lo ha nombrado, por eso unos y
otros siguen matando corderos en mataderos sagrados,

vierten la sangre y la ofrendan como les fue enseñado
en el principio. Y nadie bebe la sangre, porque ese
principio encontró su fin. Es hora de nuevos dioses.
Cuando soy luna es como si mi alma se asomara por

mi cuerpo o como si mi alma remplazara a mi cuerpo y
fuera con su piel nueva presintiendo abismos y cascadas.
Y entonces quiero llorar por recuerdos y añoranzas que
no recuerdo, como una princesa amnésica.
Cuando soy luna no es mi cuerpo el que sangra, es
mi alma, y quiero huir a la cueva de los ancestros que
aún no han nacido en esta espiral del tiempo.
Cuando es la luna llena en mí son tan pobres las
palabras, como si la realidad del sentir desapareciera
quemada por una llama azul que apenas brilla y apenas
calienta.
Rompo y lavo la materia, camuflo el espíritu con
sombras para salir a la calle disfrazada de día cotidiano,
mas apenas puedo regreso al nido del silencio y la
soledad, a esperar, solo a esperar a que el cuerpo vuelva
y ocupe el alma.

5
Me estrello contra las paredes del cuerpo como un

pájaro contra una ventana cerrada.
¡Sé feliz, busca la felicidad! Se impone como el

mandato cósmico, la búsqueda que da sentido para
querer vivir o más bien para conseguir vivir; como si
buscar la felicidad se hubiera convertido en el mapa
que llevará a los náufragos humanos al paraíso perdido
y entonces resulta que es la felicidad la que redime
del pecado original. Ya no suena busca a Dios, ya no
suena ilumínate, ya no suena como último sentido
de cualquier ser y hacer, profano o divino, ningún
otro mandato… como si desde el principio hubiera
estado camuflado en leyes y normas, como si todas las
creencias hubiesen tenido guardado ese fantasmagórico
encantamiento… para qué se buscaba al dios, para ser
feliz; para qué se buscaba la iluminación, para ser feliz;

para qué se buscaba el amor, para ser feliz; para que se
buscaba la riqueza, para ser feliz. Y en oposición, por
qué el suicidio, por la infelicidad; por qué la guerra,
por la infelicidad. Así sería entonces el paraíso perdido,
la felicidad, y la manzana prohibida, la infelicidad,
como si los dioses hubiesen dicho en un principio, no
comerás de ese árbol pues él contiene todo el dolor, todo
el llanto, todos los gestos desgarrados, toda la muerte,
todo el camino… Por eso los nuevos santos, los nuevos
profetas, han lanzado su consigna neomoral: ¡Sé feliz!,
así serás saludable y próspero, así vivirás muchos años.
Por lo demás, se abren, como en una pesadilla repetida,
las sendas eternas del camino eterno para encontrar
los qué y los cómo. ¿Qué es ser feliz y cómo ser feliz?,
cada quien saca de su bolsillo de tristezas la respuesta o
más bien el anhelo, casi siempre es simplificado en todo
aquello que no se tiene, es lo que hace feliz, y entonces
el cómo se convierte en un desenfrenado afán por hacer
lo que sea necesario para obtener eso de lo que se carece.
Y el corazón duele, como le duele a un perdido en el
desierto la sed y el hambre y da rabia saber que dieron
un mapa con la meta marcada sin señalar un camino
para llegar a ella, además de haber puesto espejismos de
agua, aquí y allá, para que cada vez que se desea tomar
salga un risa burlona desde un fondo cósmico a gritar:
¿Creíste que esto era el agua de la felicidad?
Miro lo demás, lo otro, lo no humano, y todo ES,

simplemente es, el sereno árbol es el sereno árbol, el
hermoso sol, es el hermoso sol y el perro mojado, es un
perro que se ha mojado. Todo es, mas la náufraga especie
no es, no está, anda siempre en pos de Ser algo, cuánta
infelicidad hay en esta negación, por eso se entiende
que SER feliz sea el nuevo y único gran mandamiento.
Por eso, tal vez sea necesario desobedecer la parte de
“feliz” para poder ser.
Ser como un árbol, dar frutos, dar aire, solo porque se

es árbol.
Soy de mí misma una casa abandonada, con un reloj sin

cuerda en su interior. Me dejé vacía, como vacío deja un
pájaro su nido cuando muere.

5
Miro la vida a través de la única ventana que me queda,

todas las otras estallaron como globos en una fiesta de
cumpleaños… Miro la vida a través de esta ventana,
que no tiene marco ni vidrio, que solo es un agujero
negro en mi mirada.
Cuando por fin deje de jugar el rol cósmico de ser yo, y

ya de mí no haya más que recuerdos en alguna memoria,
recuerdos inconexos como hojas de árbol arrumadas
en el prado, ese día cuando mí quede liberado de yo y
yo quede liberado de mí, prometo que sonreiré y seré
feliz, si es que puedo y queda algo sin ser yo que pueda
hacerlo.

Gran Espíritu, eres pagano, zumbas en los bosques y
haces sonar las flautas. Eres múltiple, contienes todas
las formas y todos los colores, todas las síntesis, todos
los contrarios, todos los cuerpos, todas las pieles.
Gran Espíritu, eres total, contienes todos los dioses,
todos los credos, todas las vidas, todas las muertes.
Todo lo existente, todo lo inexistente se hace silencio
ante tu silencio y como juegos de niños aparece ante
tu ensueño cualquier devenir, desde el más oscuro y
perverso, hasta el más cándido y rosa, porque eres el
gran indiferente.
No tienes presencia y, sin embargo, te veo bajar con el
sol o en la luz del rayo o ir en las aguas, a veces mansas,
a veces violentas, del río en la montaña. No tienes voz y
sin embargo te oigo cantar con los pájaros, y con el agua
y con el fuego y tantas veces con la voz del viento.
De todo lo visto y sentido en esta piel humana volvería

por el Sol, el olor de las montañas, el canto de los
pájaros, la bondad del árbol, los ríos y la luna… y la risa
y el llanto y un día de silencio y uno de baile y canto.

5
Es hora de despertar: todos los sueños han sido soñados

y todas las palabras dichas.

Consejos
para viajeros
2005
QUE LA VERDAD BRILLE Y SEA LUZ
AUNQUE LA VERDAD SEA OCULTA
Y DE ELLA NO SE SEPA NADA

Consejos para viajeros
I
Si es necesario, con cristales de uñas rotas confecciona
petardos de rabia y saber y colócalos ahí, en ese mismo
lugar dormido de la conciencia, donde la mañana se
despierta con todas las trincheras hechas y todas las
seguridades puestas en lo tuyo y solo tuyo, prende la
mecha para que vuele por el aire tu ya lo sé y ya lo tengo.
II
Mírate en el espejo y en él, con ansia de camino, busca
la calavera, el hueso roído, el día nacido, el día muerto,
la vida quieta. A esa tu verdad de hueso molido, dile
cosas bellas; entrégale tu amor sin asco y sin límite y
luego rompe el espejo.
III
Al infierno mismo desciende, allá, donde guardaste tu
primera cadena, debajo de las llamas, podrás encontrar
el polvo del dolor, el oscuro secretico hecho pus y lava.
Con los demonios dormidos de sueños, haz una fiesta.

IV
Aligera el equipaje. Busca en el rincón último de la
nostalgia y el anhelo todo lo que contigo quisieras
llevar, arrúmalo en el vientre de la memoria y ofréndale
al fuego los reductos de la conciencia para que como
velos de llamas retornen al paraíso informe de la nada.
V
No escatimes en dolor ni en tristeza para llegar a
la verdad de tus rincones. Rasguña todos los velos,
siéntate en el vacío y ofréndale esos sueños de sudor
plateado provocados por el azaroso destino.
VI
Desmiembra tu todo y tu nada, hueso por hueso, carne
por carne. Devórate las vísceras del sentir y lo último de
lo sentido. Córtate las sienes del alma.
VII
Llórate, informe ser hecho pedazos. Llórate como el
más amado de los muertos.
CONSEJOS PARA VIAJEROS 111

VIII
Coge tu nada desecha y vuela.
IX
Ahora...
Ríe.

Mírame a los ojos
y descubre en ellos la verdad
de este día sin sol y con lluvia
Mírame a los ojos y yo miraré los tuyos
Mira los ojos de las plantas y los animales
por tus ojos solo puede salir la verdad de estar vivo
tan desnudos son los ojos como las montañas y los ríos
Mira a los ojos de todo
hasta de la hierba y el polvo del camino
así llegarás a ver los ojos de la tierra y el espíritu
Mira unos ojos amados
y verás la infinitud de lo concreto
Mira los ojos del fuego
el agua
el aire
solo verdades salen por tus ojos
Si la iluminación quieres
mira a los ojos las labores del día a día
Mira a los ojos al perro de la esquina
al pocillo que lavas
al desconocido en la calle
Mira a los ojos tu dolor y tu tristeza
y también mira a los ojos tu alegría y tu amor

Mira a los ojos el extravío de la guerra y el odio
Mira a los ojos el hambre y la ira
Mira a los ojos la bondad y la maldad
Gira y mira a los ojos lo amado
cuando termines de mirar a los ojos
cuando tu mirada sienta la inocencia del mirar
sabrás que todo es perfecto
la luz y la sombra
entonces podrás cerrar los ojos con la fe de la vida y
ser libre
como lo es la tierra madre y el sol padre
de ser infinitos
aquí y ahora.


Tal vez
no hay escapatoria
y todos los pájaros
aun los de los sueños
están mutilados
O acaso
el portal está abierto desde siempre
y es tan solo estirar la mano y empujarlo
Pájaros y portales
encerrados entre velos
cuerpo de la nada
revestida de ciegos creyentes
en que hay afuera
en que hay adentro.

Soy materia de tu espíritu
abierta a tu ensueño
mis ojos ventana de tu tiempo
eterno como el fuego
Tu adentro
Tu afuera
Aquí lo infinito
cobíjame
poséeme
unicidad del ensueño viajero.

Salió el sol
eso debería bastar
y respiro
y veo
y siento
y sé que vivo
Mas ahí
al frente el horror
lo construido para robar el aire
la vista
el sentir
Con las manos apretadas

trato de pasar el día feliz con el sol
y esperar la noche
para ser feliz con la luna
No poner el pie
en el lodazal del mundo
tan contrario
como un río queriendo subir la montaña

Sé que la vida es simple
y por eso es vida
mas vivir también el apuro de los relojes
es necesario
solo que
de minuto a minuto marcado
levanto la vista al cielo
y veo el sol
le saludo y me saluda
algo me hace pensar
sentir
que el sol tiene manos y me toca
labios y me besa
Y entonces
finjo correr con los relojes
y que cierro los ojos para no ver
Por hoy
me brinco el horror
sé que salió el sol
y eso es suficiente.


Caen las hojas
y el camino va
tan ancho como el misterio
Detrás de la penumbra
Ariadna sentada desenreda la vida
Sin más sonido que el silencio

me miro desde el futuro
me miro al pasado
Aquí estoy
viendo las hojas hechas polvo en el aire
juega el destino con el tiempo
que es como un niño disfrazado de anciano
Beso en la boca a la muerte

y me sabe a néctar de vida
me siento para que no me tumbe la vida
le hago venias al dolor
y risas a la alegría.


Cuando la muerte venga
será un día de fiesta
las ventanas abriré
y también la puerta
a mi mesa la sentaré
y le hablaré de mi espera
Por los detalles de mi vida le preguntaré

por lo que no he sabido
por lo que no he vivido
por lo que puse en la gaveta
oscura del olvido

seré de nuevo inocencia
como cuando nací y lloré
como cuando crecí y reí
Todo lo verdadero pondré en su mano izquierda

todas mis preguntas en su mano derecha

Con mi vida sus ojos miraré
si ojos tiene
con mis labios sus labios besaré
si labios tiene
Sacaré de debajo de la alfombra

lo que no he confesado
ni aun a mí
ni a mi sombra
ni a mi mirada
aquello con lo que nunca
al mundo he salido
lo que es tan mío
que ni mío es
y en su corazón lo pondré
si corazón tiene

invitaré a la vida
y entonces
claudicaré
como solo se claudica en el amor.


Qué hay en el afuera
a más de la bruma
y el rastro borrado por la mano invisible
El tiempo que en línea recta

cae en el precipicio de la nostalgia
rumores de gestos pegados en los espejos
la pared blanca pintada de anhelo
la angustia de no existir hecha palabras
resbalándose por el agujero negro de los sentidos
Qué hay en el afuera más que el estar dormidos

con los ojos abiertos
si apenas miramos ya el paso se volvió huella
y la huella polvo de camino
Y el cuerpo es una sombra pegada al pavimento

al espejo y a otros ojos
y la vida es memoria confundida con deseo
sueños de sonámbulos
construyendo torres de Babel.


En la batalla
I
Cuando a la batalla seas llamado, lleva en la mirada la
furia y la ternura en las manos. Junto con tu espada
carga tu bien y tu mal. Monta la bestia de tus pasiones,
ten las vísceras expuestas a las aves de rapiña. Rompe el
equilibrio del camino, así la batalla será la verdad de tu
piel expuesta, total y única.
II
Dale el nombre que es a lo que vayas sintiendo; llama
al miedo, miedo, dolor al dolor, así el espejo te mirará
inocente. Vierte la sangre completa, así sabrás que
debajo del escudo está el corazón y por eso vives y
aún no mueres. Deja que el llanto corra, cuando llanto
tengas. Si el odio se apodera de tu mano derecha,
tendrás en la izquierda la ternura fresca.
III
En la noche prende el fuego y quema las palabras. Deja
que la espada repose y solo mira las nubes jugar a las
formas con el silencio de lo vivido.

IV
Sé derrota si te han derrotado y vuelve una y otra vez a
buscar tu sangre vertida en la tierra, con tu llanto lava
la ira de tu espada; no te apacigües antes de que la paz
llegue, ni te retires antes que tu sombra.
V
Mantén en la memoria del olvido los rastros de la
batalla; coge tu ira para siempre y siempre mantenla
fresca.
VI
Nada niegues de los días en batalla, mas solo en tus ojos
deja que aparezca; si testigos tuviste, córtales la cabeza.
Solo la tierra debe saber en qué has vivido, en qué has
muerto.


Lo invisible
Debajo de las hojas

detrás de las nubes y sus figuras
en el brinco del agua en la cascada
en la sombra del sol
en el polvo del polvo
ahí está
Es
la vida de la muerte
la muerte de la vida
el instante perdido
entre inhalar y exhalar
la eternidad de la lágrima cayendo
el silencio dormido en la huella del pensamiento
lo quieto del movimiento
eterno silencio de lo innombrable
bello manto sutil
de lo que está y no está
A la vista
salta lo invisible
como el momento oscuro de la luciérnaga
sol dormido para los ojos en la noche

Ahí está
todos los contrarios lo habitan
todas las verdades le son propias
todos los caminos tienen su huella
toda la vida
toda la muerte
tiene su rastro.


El ángel caído
no cayó
se arrojó
cansado de la verdad famélica
agotado con el cadavérico estado
de la beatitud perpetua
abrió las puertas del cielo
y al error se lanzó
Tan oscuro es lo blanco

cuando lo negro está lejos
que el ángel con sus alas buenas
y su mirada limpia
quiso ser camino en movimiento
quiso volar sobre el mundo y sus colores
y ser deseo de labios
y espíritu quebrado
sueños imperfectos
pasión de alcantarilla
ternura rosa
palabras tontas

Con la vida a cuestas
con la muerte esperándole
el ángel caído
nunca más volvió al cielo
¿para qué ser un ángel en el cielo?
nunca más visitó el infierno
¿para qué ser un ángel en el infierno?
solo
vivió la vida
esperó la muerte como cualquier criatura.


Sentir
azul
pájaro
árbol
con qué manos he de tocarte
para que no te pierdas en mi tacto
con qué manos he de tocarte
para que no te pierdas en mi anhelo
toda la brisa anida en mi pecho
y huele a agua de montaña
y soy sentir de pájaro
con qué ojos he de mirarte
para no aprisionarte en mis sueños
en qué camino he de vivirte
sin que te vuelvas polvo de camino.


Después de tanto camino quieto
a la cueva retornar
a quitarse la piel
dejar la carne viva
para que el sol la tueste
la haga alimento
verdad fresca
Con la piel tendida

esperar que nazca otra nueva
hecha de flor de camino
de rayo del cielo
de silencio
Esperar
como espera la semilla
sin más afán que la quietud.


Soy materia de tu Espíritu, una nada suspendida en el
afuera, con los ojos navegando más allá de la mirada,
acaso hay más frontera de mí que ese yo tan escurridizo
como el agua en la pendiente de la nada.
Con las manos tan abiertas como el infinito atrapo
destellos: siento, no es más la vida que un presentir
concretado en otro espacio, que es mío y siente sin mí
y sabe sin mí, que es mío y se alza fuera de mí. Registro
de este tiempo, tartamudo tiempo, de ayer y mañana,
y yo en medio, queriendo parar el vértigo, queriendo
ser hoy, queriendo ser instante, queriendo testimoniar,
detenida, fragmentada, casi existente.
Con una mano toco el infinito, con la otra rozo
el abismo, estar suspendida en la cuerda floja ha
quebrantado en mí cualquier noción de equilibrio, soy
todos los yos del saber, más aún soy los idiotas, los que
se miran en los espejos de todos con los mismos gestos
atroces del colectivo tuerto, me parezco tanto al asco y
al fastidio y al mezquino día a día.
Más allá soy brillo como el sol y eterno ensueño de
soñadores tiernos, como algo que se vuelve silencio,
boca cerrada por el beso del Espíritu.

Cuando soy sin ser yo, soy mirada hacia dentro,
expansiva y explosiva, en lo eterno, todo fluido cobrando
vida en el atómico cuanto de la nada engendrando el
todo, rastreando memoria en la sangre. Espíritu devenir
materia, latido de tierra y sol, todo-nada.


Esa porción de vida que nos han dado
algo como el soplo de aire frío
muy frío de la montaña verde
La fiebre venida del agua

una apuesta por el misterio
que existe más allá de la convicción
que se toma el desánimo por su cuenta
y lo estrella contra un río
que sabe lo que es estar puro y frío, muy frío
En fin
no supe más de la vida que el paso del tiempo
ese que se mide para llevarnos a la vejez
tiempo medido
todo dibujado en los gestos del rostro
y el rastro del cuerpo
y en algún camino tomado con dicha o desdicha
Y es que de los caminos tomados

no sabemos nada
hasta cuando se vuelven recta final o descalabro

Solo cuando algo nos rompe
miramos
no antes
cuando la dicha ampara
casi volamos
¿Y la muerte?
Comprenderá la muerte que solo aprendimos
a medir el tiempo para envejecer
y no para volvernos sabios.

Todos los tiempos confluyen en un grano de arena a
instancias del vacío. El velo corrido hace música en el
trasfondo de la nada. Oscuridades de luz hecha polvo
en la mirada, soplo del Espíritu aquí y allá, en todos los
tiempos, infinitud caminante.
Eso otro que está aquí, que se respira, abrir los ojos
como si fuéramos valientes y ver. Amoroso intento,
platinado intento, nos deviene aquí para ser, ejecutar la
danza del respiro. A llorar aprendimos antes que nada
y a vivir en gozo aprendimos antes que todo, para que
el espíritu llorara y gozara y en sí se encontrara en la
punta de los dedos del árbol, montaña, canción de cuna
y rezo.
Danzarín del tiempo, materia de amor cobrando
camino, infinito eterno, solitario. Somos soledades,
porque somos todo y nos partimos para ser compañía,
para devenir múltiple como el uno enamorado del
camino. Dolor del olvido, ojos cerrados aprendiendo
unidad. Seamos un cerro, seamos no ser.
Tierra madre, todas las compuertas de todos los
tiempos, de todos los espacios, maestra de ser otro. Eres
pájaro y río y montaña y eres gente. Y eres “yo”, pequeña
como “yo”, bebé como “yo”, anciana como “yo”.

Yo quiero ser tú y tener tu voz, ser más allá de mi
piel, pero tener piel, para poder ser más allá; quiero
ser piel para encontrarme con la piel y ser labios para
besar y tener palabra; quiero ser ojos para ver y que
el llanto salga y se vuelva río; quiero ser hembra para
soñar y macho para realizar. Quiero ser materia para
encontrarme con el Espíritu.

No quiero ser sabia
no quiero ser santa
no quiero ser puta
no quiero iluminarme
ni entender
ni saber
No quiero ser memoria

ni olvido
ni dolor
ni alegría
No quiero ser
como el sol
que no quiere ser y es sol
que no quiere brillar
solo brilla.

Caminos
Más allá de la curva del camino

Tal vez haya un pozo y tal vez un castillo
O tal vez solo continúe el camino
Fernando Pessoa
Por el camino largo

que he tomado
he visto caer las hojas de los árboles
siendo yo las hojas que caían
he visto volar los pájaros en el cielo
siendo yo los pájaros que volaban
No me dirigía a ninguna parte

ni en alguna me esperaba
algo
o
alguien
por eso creo
fue que tomé el camino largo
Por el camino largo atravesé precipicios

que con mis duelos convocaba
eché a perder el camino
a todo lo ancho
a todo lo largo

Mas qué podía hacer
si no tenía idea de qué hacía en el camino
ni a dónde
ni porqué iba
No buscando nada todo lo encontrado lo perdía

en el polvo que me empañaba
ese que yo iba alborotando solo al pisar
Algún día tener que llegar tenía

al más allá de la curva del camino
y verme con eso que está más allá
del camino largo
más allá del camino corto
igual daba
eso no lo sabía
cuando tomé el camino largo
el camino que no me llevaba
a encontrarme con nada buscado
porque nada hay cuando termina
el camino largo
ni el camino corto
Salvo saber que nada hay

y que solo existe el camino
que más allá de la curva del camino

solo hay más camino
que puede ser corto o largo
y están
las mismas sombras
o el mismo sol
y en ambos se llega a creer
con loca fe
que algún día se llegará a algo
a un final con algo
pero cuando termina el camino
solo está la nada
creando caminos largos
o cortos.

Como mano intangible
como fiebre de infante
como fuego del alma
como cuerpo sin alma
así
es así
Como voz del eco
como brillo de luciérnaga
como piel de la tierra
como agua nacida
como rayo de luna
así
es así
ni frontera
ni límite
para la verdad de la verdad
para la visión del ver.


Insomnio
Noche
con la locura asomándose a los ojos
desde el extremo
locura que no anda por las calles
ni se deposita en los manicomios
Noche profunda
sin sueño salvador
locura de desequilibrio extremo
equilibrado con la muerte visitante
posada en el alma y no en el cuerpo
sombras de ira
huracanes del camino fracturado
recompuesto
hecho polvo y silencio
Ojos camuflados en lo oscuro

el horror se ve también como el sol
apostarle a la vida hasta el último escalofrío
de la fiebre más antigua de la muerte
tan bella muerte
ella

tan total y hermana
tan mía
que no me besa más que con un roce
tan largo como la noche
tan efímero como la llegada del día.

Pájaros
Amo los pájaros de ciudad

porque saben volar y cantar
aun bombardeados por metrallas de humo
Agradezco profundo
que canten el amanecer
antes que el despertador
el día de trabajo
Me gusta verlos pavonearse

con su perfil bajo que los deja libres
Los amo sobre todo

después de una noche de insomnio
en la que el bombillo de la calle me separó de lo oscuro
Los árboles de ciudad

aman como yo a los pájaros de ciudad
y los pájaros a ellos
amor experto en sigilos

Los pájaros de ciudad
vuelan
cantan
recogen semillas
Son pájaros que cantan el amanecer

antes que el despertador el día de trabajo
y a mí me recuerdan que soy una mujer
aunque sea una mujer de ciudad.

Saco la espada
y le corto la cabeza a mi ilusión
para que no anide en mí
como una serpiente tuerta
para que no excave en mi vientre
y se acueste en mis vísceras
como debajo de una piedra
Y unas lágrimas sentidas

merece el tiempo de los intentos
aunque truncos
porque hicieron sonar las trompetas de la vida
y enloquecer la piel en la noche con luna
aunque luna no hubiera
Le limpio la sangre a mi espada

con la que mato mi ilusión
con mis lágrimas
y a rodar pongo los suspiros

Me asomo a los portales infinitos del infinito
en los que navegar quise
en el vehículo del encuentro
y con medio pasaje me presento
mas ahora todo es diferente
ahora sé que existes.

No me cabe en el cuerpo
no me cabe en el alma
no me cabe en la vida
no me cabe en la muerte
Porque el infinito mismo ahí está

porción mundana de lo bello
plasmada en ti para mí
que no soy cuando te veo
Yo que no soy
que no soy nada
que no soy todo
ni hierba del campo
ni insecto
ni mujer
ni sueño
Infantil presencia de lo divino

luces de bengala enredadas en las manos
que se aman como cuerpo entero
como alma entera

como vida entera
y acaso…
como muerte entera
Toda una vida solo por verte

todo un suspiro solo por saberte
toda yo que no soy yo
porque soy toda con mis vivos y mis muertos
con mi risa que no es mía sino del infinito
con mi llanto que no es mío sino de espíritu
Tú que no eres tú
porque eres tú aquí y ahora
como es todo y en todo el Espíritu
viendo con tus ojos que ven los míos
que ven el fuego
que ven la tierra
que los ve el sol
que los ven las nubes
No me cabe
no me cabe en parte alguna
y por eso
solo vuelo.

Si todo fuera apenas un sueño
este que nos cuesta la vida...
Anudando presentimientos
de verdades espumosas
perdidas en la tierra y los cielos
La noche cobija sueños azarosos

las compuertas se abren
y miles de ojos asisten a verlas
mas unos pocos se arrojan al encuentro
porque, se sabe
más allá no hay regreso
Los templos surgirán

desde el fondo enterrado del misterio
muchos rumoran que voces extrañas
visitan sus puertas
con sus osadas corazas
pocos descifran los códigos
porque se sabe
más allá no hay regreso

Se tejen los misterios con verdades de plata
todo impregnado de señales
se revisten las palabras
y palpitan las cuevas
Es la hora
todos los anuncios están presentes
se miran los cielos con los ojos vendados
y el misterio va a pie
en la acera del frente.

Cogida de tu mano abro la puerta del precipicio.
Como si todo fuera igual pero vacío, como si se
perdiera en algún lado todo el tiempo de la vida y los
sueños, más que tristeza me visita, más que rabia, un
casi pero no de lo sublime.
Los sueños rosados cuesta abajo de la penumbra, a
rodar los dolores en la montaña de mis ansias. Llamea
el rencor, el agua del amor no fue suficiente para apagar
su ímpetu. Sueños de infiernos voraces se encumbran
en mis sienes. Qué será de ti y tus naufragios, no vi
tu llanto correr por mí, no lo sequé, ahora el camino
prometido de mis intentos me mira con mirar estúpido
y se sienta en soledad a esperar que llueva.
Cuesta abajo del abismo reconozco la sombra de otro
tiempo, me dejo ser penumbra y prendo una vela por
si acaso puedo abrir el ojo izquierdo a la ternura. Me
suspendo en la memoria y lloro, cojo mi saber a patadas
para ver si florece o muere. ¿Para qué —le pregunto al
camino— se camina, si no hay al final ni paso ni huella?

Y entonces me meto en las cobijas para ver si algún
sueño me posee y me lleva más allá de mí y de esta
luna llena que me palpita en las sienes del otro, como
una verdad tan áspera como todos los olvidos; al fin,
empiezo a buscarte adentro y a olvidarte afuera.

Tengo con el universo
con la vida
citas inaplazables que no llegan
desencuentros en las esquinas de las estrellas
palabras difusas en agujeros negros
que no llegaron a ser oídas
Tengo que conocer montañas que no conozco

y nunca conoceré
porque el tiempo se abrió como una flor en el invierno
y en la primavera ya estaba seca
Tengo presentimientos del alma

que el cuerpo no sabe si poner en los ojos
los labios
o las manos
Tengo rabias que no han podido

estrellarse contra el mundo y ternuras secretas
que cayeron en la luna llena sin ser dichas ni vistas

Tengo sueños que no son míos
sino de mis ancestros
sueños tan antiguos
que no saben qué hacer en la urbe
sueños que no hago más que soñarlos
porque en la urbe vivo
Tengo anhelos del espíritu que mi cuerpo rechaza

como se rechaza el agua fría pegando en la cara
Tengo una vida que me prestaron

el tiempo y la muerte
cobradores implacables
recordándome la deuda agazapados
en lo cotidiano de las sombras
y los atardeceres soñolientos.

Derrumbe
Debajo de los escombros

estoy
lo sé
respiro como si el aire fuera prestado
y lloro como si el agua fuera mía
y con ella pudiera lavar
desde mis ojos hasta el infinito
los dolores con nombre
y las tristezas sin nombre
Qué sería de los guerreros

sin un talón vulnerable
No habría batalla verdadera
ni verdadero saber
La luna se pone redonda

para que los gatos y mis penas
puedan gritar en la noche
y dormir en el día
fingiendo no existir.

Tal como se la veía en los espejos, mi imagen siempre
andaba en brazos de mi alma. Yo no podía ser sino
como soy, curvo y débil, aun en los pensamientos.
Todo en mí es como de un príncipe de cromo pegado
en el álbum viejo de un niño muerto hace mucho.
Amarme es apiadarse de mí. Un día, allá por el fin del
futuro, alguien escribirá sobre mí un poema, y tal vez
solo entonces empiece yo a reinar en mi Reino.
Dios es que existamos y que eso no sea todo.
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge ser dolor
el dolor que en verdad siente.
Fernando Pessoa
Y algunos tontos están tan perdidos en fingir su sentir,

que terminan muertos, hechos polvo, espuma del agua.
Algunos a los que por hacer propios todos los extremos
de la vida, la cuerda los atrapó sin remedio, en los días
llenos de noches.
Hay algunos a quienes para cantar sus dolores no
les fue suficiente con la pluma y la hoja, y quisieron en
verdad escribir con sangre cada una de sus penas.
Para algunos la noche se multiplicó en tantos
insomnios que no hubo como perderse en los sueños;
dejar de ser y ser otro, otro deseado de sí mismo y el
espejo cansado de verlos languidecer, les sacó la mano
y con bofetadas de fastidio los dejó mudos. Ya no más
escuchar, ya no más decir, ya no más expresión.
Fingir el dolor sentido, tarea de malditos. ¿Con qué
cuerpo se puede tener un alma semejante, con qué
labios se pueden dar besos que a punta de fingir siente
lo que alma alguna ha sentido en beso alguno?
Fingir es estirar la cuerda hasta romper los
equilibrios, morderse las manos en la oscuridad de la
sombra, cobrarle al tiempo los instantes pasados.
Tontería del ser poético que no deja que la vida

pase, simple y llana, en los mercados y en boca de los
mercaderes. Tantos poetas muertos fingiendo su dolor
sin inteligencia vital para reinar en la selva, sin palabras
comunes para hacerse entender, sin amores reales que
se viven y se olvidan.
Pessoa, tu Ofelia, ¿cómo podría haberte amado y
servirte la cena a las siete en punto, si tú a las siente
en punto no sabías quién eras? Qué horroroso sería
amarte Pessoa, con esa inmensidad de espíritu, ¿cuál
de tus sueños podría odiar, a cuál de tus sueños podría
tomar simplemente la mano una cándida mañana?
Pizarnik te habría amado y te llamaría Alejandra,
pero nunca se encontrarían a la hora de la locura y
en la hora de la cordura no se reconocerían, ¿cómo
reconocer sus almas inquietas en lo tranquilo y quieto?
Yo te amaría, como me amo a mí misma, como te
amo, pero esperando que no saltes de las páginas a mi
cama; habría tal competencia de fingimientos entre tú y
yo, que lo nuestro no sería un suicidio tonto por fingir,
sino un asesinato múltiple con solo dos cadáveres. Pero
te amaría...
Mas si has aparecido en la esquina de mi casa, lo
hiciste cuerdo y no te reconocí, porque los poetas no
están en las esquinas, los poetas no están en las tabernas,
los poetas no están ni en los cuerpos de los poetas, los
poetas solo están en las páginas, o en los manicomios, o
en los cementerios; los poetas viven a solas y mueren a

solas, en los rincones de los secretos y nunca nadie los
conoce, aunque les tomen la mano y los besen.
Así que tal vez por eso tantos se han matado, tantos
han enloquecido, como la consumación solitaria del
arte del desespero, para que por fin alguien los conozca
en su finita humanidad y sepa que tanto fingen que
hasta fingen ser locura, que hasta fingen ser muerte.

Iguaque
Veo caer la lluvia

como si fuera un pájaro en una jaula
intento trinar
y solo me sale esta voz humana
que llama la lluvia bella
como si la lluvia pudiera ser bella o fea
o algo más que lluvia cayendo
Renuncio a ser un pájaro en una jaula

retorno y soy una mujer viendo
cómo cae la lluvia detrás de la ventana
celebro la lluvia en ese árbol de verde refrescado
con ese pájaro atento al eco de los truenos
y el río bebiendo recién alimentado
Me veo viendo
y entonces veo dos veces
y la lluvia es lluvia y ojo y ver
y yo soy lluvia y ojo y ver
el infinito me asalta
me rompe en el vacío

cierro los ojos para no ser vista sino oído
ya no sé si llueve adentro o afuera
si lluevo yo
o yo lluvia.

Danza
de sombra
2003
El Testigo
Me huele
me siente
me ve y me toca
me presiente y testimonia
como una fiera calma en mis pasos va
y en mi cuerpo reposa
sabe de mí lo mío y lo eterno
Mis bellos días
las malas horas
lo inconfesable y el rastro de lo olvidado
en su muro de archivos inscrito está
Presiento
como se presiente un anhelo
que el testigo sabe
sabe por mí
qué hay detrás de la puerta
Sabe por mí la verdad del misterio

de este eterno vivir
donde lo más cercano al infinito es la tierra
sabe por mí
DANZA DE SOMBRA 165

Y en el instante en que yo
le huela
le sienta
le vea y le toque
yo sabré
siendo el testigo
yo sabré por mí
qué hay detrás de la puerta.

Milagro
Nacemos:
infinitamente solos
Vivimos:
infinitamente solos
Morimos:
infinitamente solos
Mas a veces el milagro ocurre y somos

infinitamente acompañados
Por eso:
Quítate la máscara
no hay distancias
El milagro ocurre
Infinita soledad
es
infinitamente acompañada.
DANZA DE SOMBRA 167

Tragedia
Más soledad no existe

y el día viene con su oscuro llanto a revolcar mi piel
que de anhelar tanto
la melancolía ha cubierto de una sombra triste
y náufraga
El niño que mil veces se fue como un héroe

y mil veces más volvió como un fantasma
me abandonó a mi suerte de días de lluvia
sin más consuelo que mi sombra rozando el asfalto
de mi mirada
El llanto acude a mí como antaño

y es que si otro fuera el tiempo desgarraría mi vestir
y abriría mi pecho para ofrecerlo a los dioses
en ofrenda a su existencia
Pues debe ser cosa de dioses este sino de días sin gloria
de pasos sin huellas
de tiempos sin manos
Ni Ulises, ni Aquiles, ni Ícaro, ni aun el mismo

Prometeo

burlarían mis días y tal vez cantarían al cielo conmigo
sus himnos de guerras y ausencias
Todo lo humano lo he sentido y a pesar del viento

he vivido
mientras el destino como nudos deshechos se posa
en mis pies
Las máscaras más finas y bellas me he tallado

y al populacho he encantado con ellas
mas al amor que viene y va
no he logrado sacar ni tan siquiera una lisonja
para calmar mi sed
¿No es trágico acaso?

Ver el tiempo descorrer los días
y mi sombra acechar bienaventuranzas
mientras a escondidas yo le espío
y maldigo su presencia
como Eva habrá maldecido a Adán
en el huerto de la expulsión.
DANZA DE SOMBRA 169

El viaje infinito de las puertas
Ya que la vida es ese indescifrable

imposible de beberse el aire
como si fuera el único motivo de caer en este mundo
de hombres
tan apenas náufragos
tan apenas semillas
tan apenas errores de las maquiavélicas fuerzas
Ya que la vida es
esa nada hambrienta
de donde todo sale y donde todo revienta
y que, si lo miras bien, todo es inútil
como inútil es el sol en el cielo, la tierra del vientre,
el canto del ave
el primer llanto y el último suspiro
Y es que nacer es solo abrir los ojos

a la desazón misma y como no hay antes
no hay recuerdo
y como no hay después
no hay futuro
Poseer los miedos no es domarlos

es solo coleccionarlos

arrojarlos a solas en los avernos
donde pájaros monstruosos dan su mejor canto
Ya que simplemente estamos acá

para qué mentirnos
si ese muro de imágenes reflejas y tuertas
es la vanagloriosa humanidad, por qué
no pinchar el otro ojo del cíclope y
por fin sabernos como siempre a oscuras
Para qué los fraudes, ¿para qué?

si ese muro humano tan pulido y tierno
es solo una imagen, un rayón infantil
que nos hace creer que esta cárcel
de juegos nos hace grandes
Y si la vida es
tan simple como es la vida
y sabio es aquel que conoce sus máscaras
arcillosas máscaras
para qué creer que las máscaras dan verdades
que las verdades dan sentidos
Si por fin vivir es inevitable

cuando vivos estamos
por qué no aceptar el abismo
el viaje infinito de las puertas.

DANZA DE SOMBRA 171

El amor de mi vida
Tú que eres el amor de mi vida

no te envanezcas con ello
pues
a fuerza de ausencias has desencarnado
para mi amor posible
Basta con saber

como se sabe el llanto
que te fuiste y me heredaste
toda la soledad de las verdades
y una libertad de náufrago
Tú que eres el amor de mi vida

y tu fantasmagórico estar
se me pega en la mirada
y en las manos cuando toco y cuando miro
no te envanezcas en ello
pues a fuerza de ausencias ni te toco, ni te miro
inevitable, sí
que por el mundo vayas
y por el mundo sepas
que eres el amor de mi vida

pero
¿acaso sientes placer en ello?
pues yo
yo que lo sé y lo siento
y que de mis campos te di el espacio de los sueños
el de la realidad fantástica...
Me detengo a veces a mirar tus campos
con la maleza al tope, florecida en desencantos
tan espesa y tiesa, que tuya es, tan espesa
y tiesa que
amor de mi vida
amor, a nadie más daría
ese terreno baldío de mi más enamorada hiel
donde desencarnaste para mi amor posible.
DANZA DE SOMBRA 173

Fantasmas
Todos los fantasmas se reúnen junto al fuego

y danzan al tiempo la danza de los recuerdos
se trepan en Babel para murmurar las frases
que engendraron los muertos
Y en mi cama
moribundo y triste espía algún sueño aún vivo
velando hasta el último suspiro
reclama para su tiempo algún recuerdo
Han poseído las casas de todas las sangres

y se han arrumado en miles de informes
y a carcajadas retumban en las salas penales
donde algún encarnado les depositó en archivos
Todos los fantasmas saltaron a la calle

y en un grito de hurras le cuentan al aire
que un día vivieron y uno murieron
y de lo uno y lo otro no hay un solo día
pues todos los días se volvieron historia
y todas las historias se volvieron rumores
y todos los rumores corren por los aires

donde los fantasmas les convierten en pequeñas
bolitas
para herir la memoria
Ahora, más inmunes que nunca

duermen en las noches.
DANZA DE SOMBRA 175

Mis fantasmas
A toda aparición
la anuncia una muerte falsa
una pequeña muerte
Pero cómo es de cierto

este aroma de espanto y este día sin gloria
Aunque vinieran a poblar la tierra de mi vida
batallones de nuevos días
dibujados con nuevos rostros
no saldrían de mí mis pálidos fantasmas
Tan adentro los tengo que con ellos duermo

y con ellos sueño un cordón de plata
que me avisa lo frágil que es todo
y todo va muriendo como una luz de bengala
Da siempre nostalgia y un poco de rabia

y a fuerza de verlos ya tengo su cara
y a fuerza de quererlos ya no quiero nada
pero viene el día que a empujones me saca
a recorrer las calles
de mis vidas ausentes

a dibujar en el aire el ímpetu del día
y a recorrer el día
como cualquier fantasma.
DANZA DE SOMBRA 177

Tengo el corazón vacío
entre este gran cielo y esta gran tierra
rebosante de vaciedad
prolifero en vaciedad
Ya no más culpas acompañan este corazón

pletórico de vacío, que llamea en historias
en donde el recuerdo abandonó la memoria
hoy por fin se puede hacer
una fiesta en memoria de la última
trompeta divina.


Pobreza de saber
este no saber de la muerte nada
¿Angustia de la Nada o plenitud del Todo?
No saber de la muerte más que su nombre

sin saber si su nombre es verdadero
si se siente con el cuerpo
o con ese rumor metafísico llamado alma
¿Cómo vivir la vida?

Si de la muerte no sé nada
solo que el cuerpo abandonado es
a su suerte de materia ¿inerte?
El cuerpo de la vida
con el que vivir se pudo todos los días
y los días especiales
¿Cómo escribir a la muerte?

Cuando escribirle quiero
si de ¿ella? solo sé lo que se vuelve silencio
DANZA DE SOMBRA 179

Y si de la muerte no sé nada
qué sé yo de la vida
de la cual ni tan solo sé
si se siente con el cuerpo
o con ese rumor metafísico que se llama alma.

A los dioses
que a rodar pusieron
la maquiavélica rueda del destino
a ellos pido
A los dioses
que tiranos nos habitan
a ellos pido
Poderlos retar
desatar la cuerda atada a la pisada
que a golpe de aire en vuelo
seamos creativo azar
y no destino.
DANZA DE SOMBRA 181

Optimismo
No hay camino con futuro

no hay puerta de esperanza
no hay sentido posible
no seremos redimidos
en la nada solo nada encontraremos
en el todo engendraremos la nada
Más simple es
como el aire solo aire
como tierra solo tierra
como agua solo agua
como fuego solo fuego
la vida solo vida es
y así es bella y suficiente.

Encuentro
Despojarme del vestir

ungirme de aromas purificantes
ser sin máscaras
ser mi máscara
arrodillarme en los templos
de llanto enjuagar mi alma
ser en un instante inocente
para entrar en ti
y ahí
aposento de lo sagrado
que sea nuevamente origen
que los dioses levanten su aliento
que la tierra crezca y florezca
Sea nuevamente origen

inocente y sabio big bang de los tiempos
para que el lago de la sanación nos acoja
nos refresque
nos purifique
nos permita
encontrarnos.
DANZA DE SOMBRA 183

Como la sombra el otro acecha
A veces es salvaguarda
a veces un salto al vacío
puede ser un bello oasis en el desierto
o aparecer como frío hielo en medio de una noche
de fiebre
Mas cuando se junta la luna con la sangre y sin saberlo

se escapan todos los demonios
como si fuera el mismo cielo rompiendo el primer
verbo
sale de adentro la fuerza cósmica a crear
mas también —¿por qué no?— a sepultar en
blasfemias lo creado
El otro espejo y sombra tiraniza desde su imagen

es el tirano de nuestro adentro
no hay mansedumbre en los volcanes
ni posibles mentiras en los reflejos
El otro
puerta de consciencia
se vuelve mar de leva

impulso tanático
rompimiento agitado en los sueños
El otro siempre es el sí mismo desde el otro extremo

desde el inalcanzable infinito
el no tener de todas las ansias
el deseo perpetuo
la promesa de un goce que no llega
goce estático enredado entre el poseer o eliminar
Desde la imagen del otro el espíritu puede verse

y verse es el pecado original
por su causa siempre nos arrojarán del paraíso
El otro se dibuja como lo amado

se busca como lo amante
es el igual de los horrores
la prueba inequívoca de lo que se es
la prueba atroz de lo que no se ha llegado a ser
El otro se acecha como a la sombra

como la sombra el otro acecha.

DANZA DE SOMBRA 185

Desliz
Agotada de los múltiples dolores

que dejaban en mí las disputas de mi ángel y
mi demonio
agotada de pasar los días siendo terriblemente
angelical o demoniaca
agotada de subir al cielo
y bajar aprisa al infierno
agotada de no ser reconocible a veces
por los partidarios de mi ángel
y de no serlo otras tantas por los partidarios de
mi demonio
agotada, en fin
de que este par de desconsiderados inquilinos
se jugaran a los dados mi aire
decidí citarlos
A mi demonio lo senté en mi ojo izquierdo

a mi ángel en el derecho
puse a mi tercer ojo a arbitrar el encuentro
En principio el proceso fue un ir y venir

de truenos y fuegos
de auras y trinchos

mas al final totalmente agotados tanto ángel como
demonio
cayeron en el puente de la nariz
y rodeados por la luz que emitía mi tercer ojo
quedaron tan deslumbrados el uno por el otro
que sin vergüenza alguna se hicieron el amor
ahí mismo
Una vez pasado el fulgor de aquel día

mi ángel y mi demonio decidieron abandonarme
para tratar de olvidar aquel momento de locura
En verdad los extraño

y los extrañaría más si al partir no hubiesen dejado
conmigo
el producto de aquel desliz
Ese pequeño engendrito que salta por todo mi cuerpo

con sus alitas heredadas de mi ángel
y esos lindos cuernitos que le sacó a mi demonio.
DANZA DE SOMBRA 187

Naturaleza
Había un árbol que quería volar

y un pájaro que quería raíces
Lamentándose día y noche

acusándose y espiándose a hurtadillas
soñaban robar el secreto del otro
Multiplicaron sus anhelos en rencores y envidias

acusándose con mutua ironía
de desaprovechar sus ventajas
El árbol, aspirando a las nubes

estiró su cuerpo a tal altura
que sus raíces empezaron a secarse
El pájaro descendió al suelo y hundió sus patas

buscando entrar en la tierra hasta que sus alas
se durmieron
Hubo un pájaro que murió triste sin poder volar
Hubo un árbol que el viento tumbó por su desarraigo

Si de tanto cambiar de sueño
algún sueño se posara en mis labios
y untara de verdad mi carne
y me tomara el espíritu en prenda
mientras yo le concedo la vida
habría razón para seguir creyendo que los días
traen sorpresas y las manos alegrías
mas todo deviene tan igual como en los sepulcros
por eso
al diablo con los sueños
y la máscara que con ellos me pongo.
DANZA DE SOMBRA 189

Danza de sombra
al Gran Espíritu
Cuando el espíritu descienda a ti y te invada

podrá acaso ser una fría mañana
con la lluvia proclamando la más osada independencia
de los cielos
mañana de pasos lentos
Descenderá acaso mientras estés

en tu escenario inmóvil de colores
o será mientras el sol traspase los muros de esta ciudad
de fuego
y verás esos atardeceres solo vistos en ensueños
los ensueños despiertos del aquí
¿Dónde descenderá el espíritu para invadirte?
En el instante del llanto caminante

o el de la risa inmóvil
en el sublime encuentro con los días simples
en el prosaico desayuno
en el tierno congelamiento de las pasiones
en el rincón de las arañas
el mismo de las sombras

¿Dónde y cómo estarás?
¡No se sabe y no importa!
No habrá modo ni manera de estar alerta

ni de decorar tu alma ni tu cuerpo para el encuentro
pues
como beso de ángel besa el espíritu
leve como beso de ángel
imperceptible como beso de ángel
Y cuando otra vez suceda

cuando vuelva a ocurrir
recordarás en el extremo de tu piel
todos los instantes eternos de ese mismo beso
posiblemente lo atrapes y sea certeza de encuentro
posiblemente lo olvides y vuelvas a caminar las calles
a mirar los muros traspasados en atardeceres
a la espera de que el espíritu descienda a ti
y te invada.

DANZA DE SOMBRA 191

Urgencias
Da pavor mirarse al espejo

y ver en el rostro trasnochado
como se dibujan todas las debilidades que no cesan
venidas como avalanchas de reproches
humano devenir
humano ser
Se pueden pisotear las huellas
no por ello desaparecerá la imagen
que despierta acecha el débil devenir de los días
de los malos sueños
los deseos inconfesos
mas qué culpa tiene el cuerpo de lo que el alma desea
Las pruebas que los dioses nos dieron
para que no olvidemos que lo humano, humano es
La perfección que se aleja

como una bruja voladora en el cielo
no hay redención, solo apetencia
no hay remedio, todo viene y va
solo el pudor de esconder la imagen de la imagen
queda

cuando simplemente sucumbimos a estos días,
a estos sueños
a este espacio eterno
atrapado entre la vida y la muerte
Da consuelo saber que un día

hasta el dolor más fuerte
y el error más grande
y aún el amor más bello o el más imperfecto
solo será una historia grabada en los cielos.
DANZA DE SOMBRA 193

Saber dolido
Ha pasado el tiempo del dolor

ahora es el tiempo devorando vida
no me habita la esperanza
no habito en ella
Al otro extremo de la punta de los dedos
la verdad del otro
el límite de mi sangre
que a golpe de amor solo es ternura
para consolar lo inevitable
No duele más
aun sin respuestas saber se puede
al otro lado de los dedos la verdad del ser a solas
enamorado intento de salvar las almas y refrescar
los cuerpos
Y no duele más
pudo más el sol que el saber dolido
de los ángeles caídos.

Se agolpa la sangre haciendo nuditos de silencio
entra la sombra con caminar de gato
y se hace justo ahí, en mis dedos
una ventana, no sé cuál, se abre
dejando oír latidos de insepultos
parece que danzan las montañas
y otra vez vuelve el origen al paraíso
Por un céntimo todo un andar de mariposas

se cierran los ojos
ya es hora
puede venir el Hades a escoger
la sangre rebulle y abunda
incendiados con fuego de muerte
todos los sueños
toda la vida
el niño que parte como héroe y vuelve como fantasma
juega a soñar.
DANZA DE SOMBRA 195

Madre Tierra
De ser posible perdona nuestro olvido

borra con fuego el instante
en que partimos de tu vientre
abre la ventana que deja ver tu consciencia
háblanos con ese lenguaje
de universo que tú sabes
que nos enseñaste en el principio
y que ahora no escuchamos más
por nuestro sordo orgullo
que puso vendas de odio a nuestros ojos
Devuélvenos la paz de la buena muerte
estamos cansados de morir de hastío
de necio devenir
de odio infecundo
Devuélvenos al barro, de ser preciso
y si preciso es
déjanos ser gusano
fuego volcán
tibio aroma y tú
déjanos ser tú para recobrar el origen
de donde fuimos expulsados
cuando rompimos el orden
el armónico orden de la lluvia universal

Madre Tierra, de ser preciso
recoge el tiempo de los hombres
para que el tiempo nos vuelva a crear
inocentes y sabios.
DANZA DE SOMBRA 197

Y si duermes
asegúrate de abrir los ojos para que veas

y si velas asegúrate de tenerlos cerrados para que veas
¡Y no entiendo, no!
¡y no es grave, no!
viajo rumbo al sol
el de adentro
y traspaso
y devuelvo
y tejo
y destejo
Y los ojos por qué brillan
por qué se prenden ante la nada
y por qué silencio
y por qué palabra
y por qué porqués
Y si caminas asegúrate que vuelas
y si vuelas asegúrate que andas
y si llamas asegúrate que callas
y si fuego asegúrate que agua
y si agua asegúrate que tierra
y si tierra asegúrate que aire
y si todo asegúrate que nada

Despierta, es la hora
abre la puerta y no temas
no hay nada que no seas
no hay monstruos que no contengas
no hay todo que no seas nada
Y tú
¿qué eres?
nada por el todo
por eso todo-nada
¿y esto?
colores
brillos
puertas
silencios
Toca el silencio y recuerda
todo cero empieza
acorta la sombra y recuerda:
polvo-serpiente-montaña-agua-fuego
hombre-mujer-androide-luz-tinieblas
madre-hija-padre-risa-llanto
otra vez recuerda
no hay nada que todo tú.
DANZA DE SOMBRA 199

Cierra la puerta corazón dolido
naufragante en recuerdos
moribundo en instantes ilusos
Tantas lunas han pasado

y tantas veces el sol ha dado vuelta
por el centro de mi ombligo
Cierra la puerta corazón dolido

que hasta los dioses y héroes
esconden sus penas
componen su corazón a solas
protegen su llanto del ojo
recogen sus manos.

Visita
Tocan a la puerta
abro y es mi sombra
felinamente me asalta con preguntas
¿a qué da paso este tiempo?
¿reconocerá la semilla que ahora es el árbol?
Mi sombra esparce su tejido

se oculta tras la huella del pestañeo de mi mirada
se suspende en un silencio
La semilla podrá creer que

ya no es ni la sombra de otro tiempo
y la sombra creerá que la luna oculta
oculta su existir
¿a qué da paso este tiempo?
si la semilla aprendió todo de sí
salvo a ser árbol.
DANZA DE SOMBRA 201

Tristeza
De dónde vienes con tus pies de plomo

con tu mirada de lluvia estancada
con tu presencia de flor blanca abandonada
Apareces de la nada del rincón más oculto de
las sombras
donde el polvo sepulta en llanto los recuerdos
Tristeza de horas sin memoria

de saber olvidado en el camino
El universo entero vibra cuando vibras
y a mí vienes y en mí estás
y de repente triste soy
como si algo nuevo ocurriera
y en el mundo nuevas fueran las penas
recién nacidas las desgracias
la soledad humana
la soledad mía
Como si fueran nuevas las calles frías

la mala muerte
Nada nuevo es, lo sé
solo que hoy vienes

y de un golpe más frío es el viento
más dura la existencia
más prontas las lágrimas
En dónde
en qué otro rincón duermes cubierta
por qué otra ausencia son escondidos
el dulce
la risa
el saber que todo va
Y tú, tristeza
en qué puerta de la vida agazapada
estás cuando en mí no estás
¿en qué sombra esperas acechante
el momento de arrojarme contigo al abismo?
DANZA DE SOMBRA 203

Recapitulación
Antaño
Cuando el mundo era luz y sombra
y mis pasos caminaban
serpenteantes entre mundos ensoñados
yo solo era un punto de luz sin brillo
vivía como sonámbula fabulando posibles mundos
donde vivir
Antaño
Cuando veía la vida presa por el dolor
y vivía alegre a pesar de ello, solo era
un punto de luz penumbroso robándole a la tarde
alguna esperanza
Antaño
El amor recorría mi ser como un náufrago recorre
el mar donde se hundirá su alma
y jugaba a morir de vez en vez
para resucitar proclamando: ¡He vuelto!
Antaño
Sentí con todos los venenos
que podía fabricar mi tímida alma

Desperté demonios que con dulces cantos envenenaba
Antaño
Fui monstruo
fui ángel
fui Dios
fui una hoja cayendo incesante
fui días de cantos robados a las sirenas
fui piel
fui llama
Ahora
en cambio...
no sé quién soy.
DANZA DE SOMBRA 205

Es
Es leve
tímida insinuación de un sabor no probado
es suave
respiro de dormido
sombra de noche sin luna
pasito de gato en el tejado
Leve y suave
beso de sombra
Leve
huella de pensamiento
Suave
gota de lluvia en ventana
Es
leve
Es
suave.

Inmensa sombra que ilumina
la diminuta luz de mi ser
sombra nada
sombra abismo
en ti caigo y reposo
para batallar mis monstruos
Sombra espejo
testigo implacable de mi no-luz
Rompe en oscuridad
el batallarme de la angustia
silencio estruendoso de la pregunta
sarcástico sonido de la respuesta...
Tan grande como la luz
así ha de ser la sombra
Soy la sombra de mi luz

¿seré acaso la luz de mi sombra?
DANZA DE SOMBRA 207

El día del exorcismo
He recorrido el cuarto y en el aire veo y huelo la

humedad de las presencias. Le he arrebatado a la noche
todas las estrellas y suspiros. He jugueteado con mis
lágrimas como cuando niña, que la risa era llanto y el
llanto me hacía reír.
En mis ojos he puesto las palabras y en cada mano
el desnudo de mi alma. Con las llamas prendidas y
mirando la vida como un moribundo sabio, como el
ermitaño, que se aleja a un espacio nuevo a despejar
sus dudas y tristezas, me he encerrado tanto como mi
máscara puede hacerlo.
He llorado las lágrimas que me restaban y, escuchando
la lluvia, le he encomendado al cielo el mañana. Todo lo
he sabido y más dolor no existe. Tan triste es el día del
exorcismo que enfrento mis verdades, mis sarcásticas
verdades y veo desmoronarse apaciblemente todos mis
fantasmas.
Mi canto de guerra ejecuta la hazaña de partir en dos
mi historia. “Ya era hora”, me consuelo. “Ya era hora”
y no hay remedio. “Ya era hora” y el tiempo aplaza y el
tiempo rinde y se agota. Conjuro y desafío, el látigo de
mis verdades extiendo en mi sangre para que salga la
esperanza, vil prostituta de los sueños.

Dedico a mi soledad, a esta sin prebendas ni
falsedades, una bienvenida de dioses como la que se da
a lo pródigo. Yo tenía una soledad perdida y a mí ha
vuelto. Cómo no regocijarme en ella, cómo no ungirla
con mis lágrimas, cómo no alimentarla con mis dolores.
Conjuro a mis deseos y necesidades con mis verdades.
He exorcizado a mis fantasmas, los he desterrado de
mis días, de mis olores, de mi tacto. Ya no tengo más
que mi consentida y rescatada soledad, que me mira.
Ahora paseo desnuda mi alma con la impunidad de
no ser vista, ahora me veo en el espejo tan invulnerable
como los muertos, tan humana como los desconocidos,
tan ausente como los guerreros.
Recojo flores de sol, el conjuro trae el duelo.
Ahora sé que han muerto.
DANZA DE SOMBRA 209

Momentos para la muerte
Cada vez que siento ansias de muerte

y ruedan lágrimas como lamento de huérfano
por mi rostro tan cansado
Miro en el espejo que devuelve mi imagen
tan poco capaz de la vida
tan repugnante para los días
tan fría para el día a día
Cada vez que la cama me acoge
a punto de soltar los lazos de carne
convirtiéndose en un cómodo espacio para un oscuro
abismo
y nada es verdad
ni lo vivido
ni lo soñado
Cada vez que estoy tan dispuesta y a punto para

la muerte
la vida me late como bestia salvaje
y empiezo a llorar y empiezo a reír
por fin veo el sol
hasta que me posee
me toma

me eclipsa
todo renace
todo vuelve a ser
hasta que llegue el momento
en que un pájaro nocturno y una tristeza nueva
vengan y me den otro momento para la muerte.
DANZA DE SOMBRA 211

Narciso
Narciso había visto desde niño la imagen de muchas

personas, por lo tanto sabía que él también tenía
imagen, pero nunca la había visto y quería verla.
Buscó a la bruja del pueblo y ella le dijo:
—Ve detrás de las montañas, allá encontrarás un
lago y en ese lago podrás ver tu imagen.
Narciso partió en busca del lago, en busca de su
imagen. Cuando al fin llegó al lago de imágenes se
asomó y vio que era feo.
Su pelo grasoso y sin forma, su frente estrecha, sus
ojos sin brillo, su nariz desmesurada, su boca de labios
delgados como líneas, hablaban de un hombre sin
carácter y poco sensual.
Quiso ver más y se despojó de la ropa y vio, vio, vio,
vio que era feo. Su cuerpo flaco y flácido, de piel poco
tersa, sus formas atroces, hablaban de un cuerpo que no
sabía lo que era el sol, ni el agua fresca.
Narciso vio su imagen, la miró y la miró, y consideró:
soy feo
¡Cómo soy de feo!
Gritó: ¡qué feo soy!
Miró tanto su imagen, que en un momento no le
bastó solo verla, quiso tocarla, quiso tenerla, quiso

rodear su imagen con sus flacos y flácidos brazos, quiso
besar su imagen con sus labios delgados de hombre
tímido y poco sensual.
Se apresuró sobre su imagen
Narciso tocó su imagen
se hundió en su imagen
se ahogó en su imagen
murió en su imagen.
DANZA DE SOMBRA 213

Los muros
Cerrados como fortines

andan alzando al cielo trompetas
anunciando días de cambios
muros caídos
Los muros
felices celebran su caída
¡por fin! —se dicen—
Se verá lo que su dureza reserva
los muros lo saben
y no le temen
pues ellos han sido
provocadores de caminos
ellos erguidos han sido
los puestos para incitar los pasos
Ahora
el camino
quiere saber qué hay
del otro lado.

Los muros
felices
sienten que por fin
tendrán su merecida batalla.
DANZA DE SOMBRA 215

Magia
Abrió la mano para buscar la magia

y en su mano
solo mano había
y ahí la magia vivía
Abrió la ventana para buscar la magia

y en la ventana un rayo de sol
estampó un beso
lleno de magia.

Ser Dios
Ser Dios
o como Dios ser
para así poder burlarme de todo lo creado
y devolver al fuego los errores
y entornar la máscara de los ángeles
Como Dios ser

y omnipotente archivar en los infiernos
este fraude azuloso de los tiempos
con su espíritu institucional y sus ramas
de saberes
Como Dios ser

para así, tal vez, sacudirme de la piel
este sabor a humano vivir, esta podredumbre
de cáscaras y muertes, este aroma a ficción
de realidad
Como Dios
como Dios ser quisiera para cobrarle este
día de frío, esta ausencia, amarlo y ahora
sí matarlo.
DANZA DE SOMBRA 217

Bestia
¿En dónde ruges bestia en mí?

Que en mí vives
tan mía y tan ajena
fuerza de origen
prado verde en la mirada
cabello salvaje al viento
montañas y selvas
piel de barro
piel de llama
aire de nubes
Me habitas como me habita lo eterno

y como lo eterno duermes
en bosques encantados la luna te protege
y en mí estás
en mí...
tan mía y tan ajena
Princesa sería por ti y con besos solares

plasmaría tu boca
para que de tu boca miel de libertad corra por mi-tu
cuerpo

para que despiertes en mí y en mí seas fuerza y garra
y en sueño de ancestral vida
de ancestral muerte.
DANZA DE SOMBRA 219

Préstame la luna
abierta a mis venas
sepultando la sangre de mis ojos
Préstame la luna
para que asista ella

aunque no tú
a esta puerta
sin hilos ni ventanas.

Sospecho
no sin antes llorar un poco
que
parodiar la existencia
no es vivir
Suspendidos como estamos en la nada

tal vez
nos den el soplo de vida.
DANZA DE SOMBRA 221

Como un
Ícaro dormido
1999
Porque quizá
nacer es dormir
la muerte y despertar la vida
morir es dormir
la vida y despertar la muerte
como un Ícaro dormido soy
soñando sueños eternos
de vida y de muerte
COMO UN ÍCARO DORMIDO 225

No basta sino mirar los ojos
para darse cuenta si acaso
en ellos se dibuja el rincón
donde se acurruca el tiempo
a mirar despiadado como
se espera la noche para volver
como lobos al adentro que
nos acoge como si volviéramos
no de otro día
sino de otra guerra

Un instante detrás de la ventana
Miraba por la ventana

de ese enclave de silencio en la urbe,
oía a un pájaro cantar la oscuridad
y jugaba con el fuego de las velas.
El cerro tan callado
él con sus mil formas,
presencia de palabras quietas.
Pensaba en ella
tan impúdicamente humana:
tanto pensaba en ella
que la noche se volvía tierna.
Es como si hubiese caminado todos los tiempos
y padecido todos los sueños
y cuando justo se había decidido la quietud
el naufragio la hubiese arrojado al encuentro.
Pensaba en sus libros,

en el infinito eterno de la soledad,
en el agua de la vida,
en el precio de la libertad.
Pensaba en,
bella como es

¿cómo nadie la había descubierto?,
¿nadie?
Asomar al rito del encuentro,
¿nadie?...
¿Pasión o celos?
Ya no sabía bien si el error había
sido la palabra o el silencio.
Veía los astros:
¡tanta comunicación no es posible!,
desvergüenza del encuentro,
reto a la soledad,
¿qué era eso que acontecía?
Como si se encontrara la luna con la luna,
como en sus sueños de cielos multicolores
y fines de mundo.
Si fuese una gata o un águila

(ya su predilección no sabía),
qué soñaba ella mientras se iba al mundo de
los sueños,
donde todo es más bonito,
qué soñaba cuando no estaba,
qué hacía con el nido.
Era entonces cuando acontecía el silencio,
inevitable pasear por el cuerpo
No era la piel el único testigo del temor,
era más, ¿qué era?

Cerrar los ojos no evitaba construir visiones de
jubilosos pánicos.
¡No hay regreso!
Verse en el espejo podría llevarla a la muerte,

mas a la muerte no, bien lo sabía,
¿por qué a la vida?
¿por qué nutrirla de sueños
cuando ya casi vieja se había parado del juego?
Bella como es
no pedir nada es la desvergüenza de su estar ahí,
y atraparle,
¿por qué no decirlo?
Atraparle y nutrirle de vida

justo cuando creía por fin no buscar,
ni dar, ni pedir.
Si fuese una gata

se acurrucaría en el vientre de sus arraigos
para ronronear en las noches claras de luna llena.
No es la piel el único testigo del temor,
es más,
es la tierra y el sueño
en el que todo es juego y a la medida del antojo.

Pensaba:
todo surgió como un juego,
la nombraba como la mujer de sus sueños
y lo era,
descabellado suceso,
amanecer un día mirándola a los ojos.

El Otro
Desde el adentro del yo

que me replica en aguaceros el silencio y la palabra,
se escurren por las sombras las más escalofriantes
retaguardias
de aún no los espacios del afuera,
más amenazantes que atentos
a regalarme con algún placer mi estancia.
Desde el reloj de los tiempos

cobra en vida esta vida,
la danza de un juego ritual de dioses,
de un emulado ser que cantó la voz
de una tierra de mágicos laberintos,
de una tarde de cantos y muerte
Voy tras de la tarde y el adentro,

espacio acostumbrado a los silencios,
temo mirar a los ojos los pasados
que se empujan espasmagóricos
en un cuerpo más pequeño que las almas que
le habitan.

Ronda un silencio y un ¡no ahora!,
relampaguea en un corazón a punto de dar su último
latido.
¿A qué tiempo latir bestia en mi pecho?
No lo sé, pero empuja la sangre,
que aún no vivo
y la muerte me trasluce los pasos.
No hay propósito, solo días.

No hay memoria, solo sueños
de un tiempo que vivió mi vida en algún canto
indescifrable
para el ahora escurridizo.
Soy el otro de lo mío.

Lo mío que ha de ser otro,
ya tal vez no en esta vida
que se escurre como lluvia por mis lágrimas.

Regresa al canto
Regresa al canto,
al cantar mismo, tal vez al origen, tal vez a la locura.
Tras de ti la fantasía, tan parecida a los sueños,
simulando realidades
de un mundo quebradizo como espejo de feria.
Tan pronto diluye el fin los sueños,
siempre se escurre la realidad
al mundo prohibido del fantasear, marcha hacia atrás,
como pájaros díscolos, rebeldes, a ese futuro que no
llega.
Sobre la balanza se duermen todos los instantes

y el equilibrio no llega,
han roto los adentros el afuera
y ahora gravitas como moscas negras.
Recuerda, sin embargo,

que no habrá testigo de juicio
ni un maniquí suspendido en la sombra,
solo estará el coro de un cardiaco corazón de luna,
mirando trasnochado los perros
y expresando por fin una nobleza.

Además,
no vendrá el llanto a recorrerte,
porque el llanto renunció a servir de fresco
para los juegos de adioses.
Simple,
duerme,
que el sueño depositará en fantasmas
gratuitos a tus pasos los mejores traumas
y gritarán tan fuerte las quejas,
que no habrá sordo inocente.
Esto es hastío.
Saber que no me rescatará la tarde
y le veré en los sueños.
Hastío de un dolor
que duele, pese a todo.

Dificultad
Qué difícil es
volver a crear las trincheras,
a construir los muros,
a sumar instantes.
En el último rincón del adentro
lo vivido se vuelve recuerdo,
y el recuerdo, lo sé, miente tanto.
Tras la niebla de los años
la escarcha del silencio
se pega en mis ojos.
Es difícil apagar la vela,

ver la línea y el límite
y saber que vivir es solo un episodio de feria,
un relámpago de sueños,
una costumbre divina de mutante naufragio
Sobre la mesa del llanto

a recoger mis días, mis palabras y mis manos,
que esta vez como otras
se enredarán en ausencias
cada vez más frías y tiesas
como estatuillas de Orfeo.

Darán paso las nubes
a este silencio
y con el dolor sabré escribir, mil veces más,
para buscar a oscuras en mi verbo serpentino
un asidero de sueños donde recuperarme de nuevo
de mi fantasmagórico hábitat.
Qué difícil es
volver a cerrar los ojos
y huirle a las presencias
y anudar los sentires
y volatizar los rencores
e intentar de nuevo
desempolvar el sol,
calentarse en él,
maquillando artesanalmente
las heridas de siempre
las dudas de ahora.
Qué difícil es callar

el silencio que habla cuando no se oye
y saber que aquí,
con mi imagen y su repertorio imaginario,
¿hay algo afuera?

Y es difícil,
como infierno y caldera
quedarme con mi historia
sin un testigo afuera.

Espejismo
Como si fuera el mismo abismo

y la caja de Pandora
con sus saltimbanquis males
y el sol posado en mis manos apareándose
con mis lloviznados ojos,
pariendo diminutos y luego fantasmagóricos arco iris.
Como si fuera el mismo camino

y el eterno mismo cuarto
con sus tres telarañas y su cama
y sus animizados libros esperando mi saber.
Como si fuera el mismo, mi mismo camino,

y las eternas tardes de naufragio
y las mismas preguntas y el mismo retoñado
desvelo en mi ventana.
Como si fuera el mismo azul del cielo

y la luna, y el tejado de mis gatescos sueños.
Como si fuera el mismo rumor
de los sonidos y las sombras
y sus puertas.

Como si fuera la misma
mi misma eterna mirada empañada
por incógnitas.
Como si fuera el mismo

mi mismo cuerpo y sus tímidas añoranzas,
sus ancianas añoranzas
y los relojes en sus pieles enclavadas
marcando los mismos eternos
tres momentos de la muerte.
Como si fuera lo mismo.
Mas el sabio Parménides

equivocó la fórmula,
y el ser no-es
ni es lo mismo,
no es lo mismo,
no lo es.

Somos
Nosotros somos los que

caminamos la tarde
y sumamos soledades tras los ojos
e inventamos lindos juegos
de marchitadas flores
que a veces de tanto soñar
se nos convierte en amores.
Nosotros somos los que

sin haber visto
nos duele en el alma
el recuerdo del ver
y los que hemos vivido todo
antes de ser viejos
todo salvo el arraigo
todo salvo sabernos
esperados en algún lado
donde alguien pondría la mesa
y nos acercaría el fuego.
Y somos aquellos
que de la luna hicimos testigo
cómplice y escucha

y un día sin saberlo
no hubo qué decir
porque el vacío
se juntó en nuestras manos
y ya no hubo flores
ni aún marchitas
ni pudimos inventar
el amor en los prados
ni cambiar el mundo
ni hacer justicia.
Nosotros somos los que nos hicimos tarde

para la tarde y el tiempo
los que nunca fuimos herederos de ningún triunfo.
Somos los que recordamos muertos
como si recordáramos
la cotidianidad de los años.
Somos la tristeza
de tanta alegría
y los que nunca, nunca
cambiamos el dolor de la rebeldía
por el chantaje alegre
de la seguridad traidora
los que no nos hemos encontrado
ni conformado
ni vendido
ni prestado.

Nosotros somos por quienes dividen la margen
eso somos.

Ustedes
Ustedes:
los de las verdades
las cosas claras
los axiomas
los caminos rectos
las metas seguras.
Ustedes:
los de los juicios a priori
los convencidos
los convencedores.
Ustedes:
los ufanadores de la no duda
los que ya saben qué es
cómo es
y para qué es.
Ustedes:
depredadores de sueños
predicadores de todo dogma.

Ustedes:
los que piensan como Cristo
como Stalin, como Mao, como Gandhi
y nunca son como ellos.
Ustedes:
que saben bien del futuro
y de antemano saben dónde está lo amado
y reconocen lo desamado.
Ustedes:
que sospechan
resienten
matan
muy seguros, muy ciertos.
Ustedes:
que cumplen órdenes del teniente
del partido
de la iglesia
de la secta.
Ustedes:
que entre ustedes
tan diferentes se sienten.

Ustedes:
qué asco
qué asco ustedes.

Máscaras
Ella se posa en el rostro el más frío metal carnavalesco

juega a la inocencia,
la pasión y el llanto,
sale a la calle con su rostro prestado
para vender el mañana
y cobrar alegrías,
para vivir otro día sin saberlo.
Ella le pregunta a la noche

si la luna vendrá
y juguetea pensando que no,
hoy por fin se ha encontrado con el sol
y celebran sus pasiones cósmicas.
Ella no sabe bien si ante el espejo

esa arruga le es propia,
si algún dolor le es ajeno,
y se busca en los ojos, pues allí
hoy no pudo cubrirse
y sabe que pese a todo
hoy no pudo escapar a ser ella.

Desencuentro
No
no detengas el camino
que la puerta sigue abierta
y la telaraña se construye
con artesanal paciencia en el olvido.
Deja
que la luna vuelva a girar
una vez más antes de despertar del sueño.
Así
el jardín retoñará en colores y tal vez
llueva y crezca alguna verdad
en el desierto del recuerdo.
No
no ensayes palabras
que quedarán en silencio,
ni cálidos aromas en la piel,
ni versos para los ojos.
No
no detengas el camino,

aún no es tiempo
y el tiempo no anticipa los sucesos
ni los sucesos dan consuelo
cuando no es el tiempo del encuentro.

Ausencia
Y es que la muerte no viene a acompañarme.

Subasto el espacio baldío
de mi adentro en diminutas
fracciones de tierra,
ilusiono que alguien me siembre
una flor o un arco iris.
Solo la tristeza me recorre

y hace cuna en mi pecho,
la calle se vuelve desierto de promesas
y las voces lejanas como si las oyera
desde una tumba olvidada.
Cómo cuesta acostumbrarse

al dictamen de los dioses
que celosos me dividen.
Ahora que mis ojos

leen las imágenes desde el sueño,
la eternidad se comprime
en mis piernas agotadas,
y exclamo un porqué tan doloroso
que en algún lado ha de tener respuesta.

Mas la respuesta no llega,
entonces dormir es la promesa
y soñar el sueño,
esconderme tras las sombras,
arrullarme con la luna,
simular la muerte,
o entender que todo como sueño es
y soñando estoy este dolor,
este frío, este temor.
Soñando estoy,
como en mis sueños
hago malabares con el día
que ordeno como un sacrificio ritual,
poniendo el corazón, la sangre
en la pequeña suma de instantes
de este sueño que durará tantos días
que no sabré
a qué vida despertar.

Creación
En el declive de la tarde,
adelantada a los tiempos,
saboreando los desiertos, rompiendo
a mordiscos las llamas del sol aún presentes
es ahora
como si fuera la única hora del existir presente.
Ahora.
No se ve,
¿dónde está?
El verde y el calor
y todo lo divino, lo creado.
No se ve
Caminar palmo a palmo los recuerdos

que mienten menos que lo vivido, y aún menos
que lo deseado,
menos que lo soñado.
Compón ese corazón fragmentado,

es solo un desierto,
y no hay un árbol que llame Lluvia,
ni un ave para anunciar el amanecer
de los primeros juegos

de las primeras lágrimas
ni del último lamento.
Es el espejo que se alumbró

en penumbra y sobre el pequeño muerto
se asomó a los ojos.
Así, así esperaba, así temía y así
silencio... así deseaba.
No se ve más que bruma de años

y tanto amor como para crear los cielos.
No se siente más que el cansancio,
¿dónde muriendo?
¿Cuántas vidas?
¿Cuántos días?
¿Cuántas horas?
¿Cuántos sueños?
Y el soplo de vida no alcanzó a dar más vida
que un desierto malabarístico
de un hastío tan divino como absurdo,
tan absurdo como una llama ardiendo en la tempestad,
apagada sin la Lluvia.
Demasiada verdad me asalta,

me zozobra, me inunda.
Que los demonios me acojan
por hoy en su burdel de mentiras,

tal vez así
podré llorar vida de nuevo
y amor de nuevo
y placer de nuevo
y amor,
tal vez amor de nuevo.
Pero los demonios huyen
a mi trompeta veraz con la que carcomo
vida y alegría y sueños
Crear,
soñé un color hermoso
y una tarde de sol y juego,
mil noches de amor
dormidas entre el afuera y el acá.
Soñé
una muerte abismal,
una vida moribunda
y solo
mi soplo dio
una brisa,
un fuego de cielo,
una risa tan celestial
como las horas muertas,
tan muertas que ni de muerte se nutren.

Crear,
soñé
crear
algo amado,
algo para amarme
y en cambio,
engendro de mi ironía,
mi soplo no dio
más que una historia
que ni en mis ojos
se proyecta.

Promesa
Estiro las manos,

¡tú no estás!
Estiro los sueños,
¡tú no estás!
Estiro el amor,
las palabras
estiro la existencia,
estiro el llanto,
¡tú no estás!
Y si fueras solo tú,

y si pudiera dejarlo todo en ti,
y si pudiera mentirme
y ver los fantasmas de tu estar.
Y si el mundo no sedujera mis sueños

y la belleza no me hiriera los sentidos,
yo no sentiría este invierno crecer
como la herida del tiempo.
Si yo hubiera muerto creándote,

si el crearte no me hubiese enseñado a crear,
si por lo menos hubieses osado

amarme o matarme
o matarme amándome.
Yo no estaría aquí construyendo muros,

amordazando sueños, asesinando deseos,
huyendo.
Si tú lo hubieses sido todo,

como lo prometiste,
hoy no tendría el invierno adentro.

Llora
Llora soledad
llora
llora mi soledad no elegida,
llora mi soledad sin tiempo,
llora mí soledad vacía.
Llora
tantos rostros y olvidos,
llora este amor sin sueños,
llora el naufragio del silencio,
llora las tardes y su frío.
Llora mi soledad, llora,

tu presencia en mis días,
tu costado en mi cama,
tu seguirme esclava de mis lamentos.
Lloras tú,
que yo no puedo,
y elegir, no te he elegido
y a cuestas en los ojos te tengo
como rabia en las entrañas.

Llora por mí hoy,
por mi hoy,
hoy que te odio,
hoy que aplastarte quiero
contra un sueño,
contra un abrazo,
contra un cielo.
Llora por mí hoy,

llora mi amor hoy,
llora saberme este vacío,
este silencio,
este saber sin fuego.
Llora,
llora,
e inunda
este deseo
este amor
este día.

Solipsismo
¿Dónde está el sembradío,

la huerta común de comunes sueños?
¿Dónde el canto?
¿Dónde el tiempo?
¿Dónde los amores?
Solo
una puerta naufragante,
un repetido dolor sin nombre,
una bruma de días,
un sol para secar lágrimas,
una rama quebrada en el hastío,
un llanto taciturno y náufrago.
Adentro se van sepultando
las últimas palabras
y el sentido común se resquebraja
y se hace tanta ausencia entre las manos
como una llama ardiendo en la nostalgia.
Ha crecido tanto el mundo
desde mi último despertar
que olvidé los nombres y las cosas
y ya que lo pienso:
el copetón sigue cantando en mi recuerdo
y aún recuerdo alimentándolo,

esperando su vuelo.
Sí, solo adentro,
¿y el afuera qué?
¿Qué realidad me espera?
Rayando como fiera
en el último límite de mis sueños.
Y solo adentro hay algo propio,
y la voz,
cuna misteriosa de palabras,
no encuentra el alfabeto común.
Solo se teje el combate,
solo la carne para devorar,
solo la vida para comer.
¿Qué se hicieron las huertas
y los comunes sueños?
¿Y la casa conocida y el llanto simple?
¿Qué se hizo el afuera?
¿Qué se hizo?


Escapismo
A veces logro vivir más allá de mí

y de mi madre que me dio
su leche y sus miedos,
y de mi historia,
y de dios en el que no creo,
el que me persigue para arrancarme
sonámbula el perdón que le debo.
Y logro vivir
con un poco de esfuerzo
y otro poco de sueño,
más allá de la historia,
de las manchas de sangre,
de los monstruos modernos
y los canjes.
Tan pequeño instante ese

en que más allá de las manos
solo están las nubes y en las nubes
no hay un dios moribundo,
ni una madre,
ni un poder,

ni un castigo,
ni un “yo”.
Ni un “yo”
con la pésima costumbre que tiene
de recordarme que más allá
de este infierno
del que a veces me escapo
solo está la muerte.

Basta
Basta con saber que siempre

moriré al instante
para no deberle a la vida
un último aire.
Y con esto basta

para no tener más
que lo que abarcan las manos
y cubre la mirada.
Con una muerte

basta para morir mil veces
y de la risa al llanto
no creer en nada.
Nada,
a no ser por la misma risa
y por el mismo llanto,
por la misma vida,
por la misma muerte
y el intermedio inútil
con su inútil sabor
a juego de dioses.

Ícaro dormido
En mi cuerpo habita el sueño

y en mis manos vuela.
No construyas más, Ícaro, tus alas
deja que en ti crezcan,
para que el sol no queme
la libertad supuesta,
no construyas el vuelo,
solo vuela, Ícaro.
En mi cuerpo habita
reposado y ebrio,
sueñan mis manos
la libertad del fuego,
simplemente el amor
resbalando por mis dedos
y el barro origen,
crear un nuevo lecho
donde lo imposible se quema
en el húmedo de mi adentro.
¿Tan difícil es crecer?,

¿tan difícil?, Ícaro dormido,
soñando vuelos eternos...

Tan difícil es su piel y mi fuego.
¿A dónde volaremos, Ícaro,

cuando tú despiertes?
Cuando en ti la palabra crezca
y se haga piel.
¿A dónde volaremos?
¡Al sol nuevamente, Ícaro!
Al barro origen,
al primer soplo,
otra vez al primer día del cosmos.
Y vuela, ¡simplemente vuela!

Luce tus alas y grita
que Sua ya no te quema,
que ahora expande su fuego tu llama
y que simplemente el amor
se resbala y en húmedos canta
un nuevo origen
y en su piel el barro lo sopla mi boca.

Petición
No te quedes afuera
que la puerta se asoma y sin más esperas
retorna la vida a sumarse como un naufragio
de batallas y lamentos.
No te quedes afuera,
que contemplar quiero en el ocaso
una mirada hermana,
una figura hermana,
una voz.
Vienen con su algarabía mis pesadumbres
a asaltarme a la puerta
y las sombras
se asoman a mi infante ir,
guerreo contra el hastío diario y los dolores irresueltos
y en aspaviento de azar me acuesto a meditar los días,
como una batalla más en mi búsqueda
sin brújula,
sin anclas,
sin nada.
brama mi corazón que sabe cómo alumbra la soledad
en mi costado y cómo cuesta en lágrimas el desgarro

y cómo quiere el alma tu mirada
y cómo se marcan en el rostro las nostalgias.
digo y repito
mientras espero la noche y veo recorrer la vida,
con su costumbre de hacerse cotidiana,
vulgar y fraudulentamente cotidiana,
como vender el reino por un pan.
Y si no basta mi urgencia
de reclamarte cruzar conmigo la puerta,
¿qué habría de nombrar mi palabra?,
acaso si te hablara del implacable estar
y su conformismo asmático y su paso inseguro
y el sol arriba y la infancia atrás y los sueños muertos,
si te hablara acaso de la batalla diaria,
del porqué eterno,
del fantasma de los tiempos,
si te nombrara infinito los instantes sin sueño,
o los sueños marchitos o el espíritu atento.
No daría mi voz palabra que te pudiera

hablar de este urgente encontrarte.
La soledad es eterna,
y ya Ixtlán, mi Ixtlán,

se desvanece.
La soledad es eterna y cómo duele y cómo cuesta,
pero en esta mi batalla,
la soledad es camino, es verdad, es urgencia,
es la única que de libertad nos viste.
La soledad es sentido, es pregunta, es vida.
Es la palabra cierta, el contrincante previo a la muerte.
La soledad es mi reto,
mi porqué, mi llanto.
Y la puerta espera
y mi alma guerreante,
como Aquiles vulnerable,
solo sabe que te añora
¡No te quedes afuera!

El encuentro
Recostándote en mi nostalgia,
amarrándote a mis pasos.
No sabría cómo rescatarme de este paso libertario
y su tristeza, si ante todo vamos preguntándole a
la tarde
qué se hicieron los amores y la gente
que no encontramos su mirada.
Todo se desvanece como un fuego
que arrollado por la brisa matutina
se escondió en la brecha del pasado.
Y ante mí haces giros en el aire,

en el aire que es también mi mismo vuelo,
ese vuelo que tanto camino teje,
un tejido de infinito suspendido,
que me ensancha en sueños las tristezas
Como llegando al declive de la tarde

de caminos a veces innombrables,
recogiendo de golpe la mirada
para vernos crecer entre los llantos.

No hay manera de hacer nido en el tiempo,
pero sí de batir las alas prisionero,
un solo intento de volar hace el vuelo.
No es fácil, lo sé,
cómo ha de serlo.
Traspasar el muro y sus lamentos
y crecer y hallarse con el cielo
duele tanto como parirse mil veces.
Tantas veces la piel me ha cambiado,

tantos vuelos mi loca fantasía ha creado,
tantas veces me he ido del arraigo,
tantas, que ya olvidé el nido.
Por eso mi corazón se lanzó al vuelo,

sin detenerme a pensar en las fronteras.
Ya la luna se muestra alucinada,
yo con ella alucino los ensueños,
y con ella me robo tus palabras
que hacen nido en mi pecho fragmentado.
No me salvas de esta mi tristeza,

no te salvo de todas las que tienes,
no me sirves de ancla en el naufragio,
pero tanto te pareces a un encuentro.

Tu dolor me sale desde adentro
y la risa que siempre me atrapa
cuando solo de vivir se trata.

La soledad de lo eterno
Y en lo eterno estamos,
parados sobre la nada del día,
caminando con la historia pegada a la piel,
tan ausentes de la vida
como los muertos que lloramos.
Como polvos esparcidos en el cosmos,

solo nos despierta el big bang de lo eterno
que se posa en nuestros ojos,
como un punto de nostalgias
inexplicables añoranzas de un recuerdo
confundido en las páginas del ser.
Enfrentados a la soledad de lo eterno,

navegando, naufragando en este instante
que tan extenso sentimos.
Entre nacer y morir

solo una puerta apretada en las manos,
manos tan nuestras,
tan ajenas,
¿quién es el artesano?

La contradicción
maravillosa y triste.
Solo polvo somos,
tan pequeños, tan nulos,
tan a punto de la vida
siempre tan lejanos.
Y ahí, como en un día de llanto,
está el aire, el soplo de vida
esperando encontrarse y volver
a crear lo eterno.

La frontera
Cuando atraviese la frontera

se quedará el rincón de mis penas,
el amor de la mañana, el hambre.
En el punto exacto
declinará la tarde sobre los pasos
y el juego de niña quebrará una ventana más
repiqueteando en mi nostalgia.
Y el primer beso
y el rubor de mi rostro
y el llanto del primer aire
volará como gorrión tímido.
Y las calles penumbrosas
y el cerro azuloso
y el café quedará servido
y el cigarrillo detenido en su humeante azar
acariciará nostalgias de mil amores
que se quedarán a espera de otro encuentro.
Y en la línea azul de la frontera

miraré como reposa el camino,
a lo lejos veré el hogar que quise construir
oiré el canto de mi madre

y un día a la vez viviré con su voz.
La pluma de tantos sueños
reposará en palabras silenciosas
esperando que alguien escriba
lo que nunca fui capaz.
Cuando atraviese la frontera

no habrá memoria
solo un largo viaje
buscando el regreso.

Presagio
Vendrá.
Vendrá el camino
y se posará en tus pasos
y andar tendrás
y dolor tendrás,
añorarás el rincón dormido
de tu infante sueño.
Verás tu cuerpo expandirse
en una piel más grande que tu alma,
y tú ahí viendo las nubes
cometerás el pecado de verlas transcurrir
en su paso vagabundo,
como cuando tenías el rincón dormido.
Y habrá un tiempo elaborado
en una mente puntual.
Y tú
aprenderás a llegar a tiempo
aunque no sepas el porqué.
Vendrá,
un número a marcarte
y un amor a confundirte
y un deber a devorarte.

Vendrán,
ya te tienen registrada.
Vendrán.
Mas si puedes
guárdate el copetón en la mirada
y escóndete tras el árbol
y huye por la rama.
Vendrán,
pero no verán en tu ombligo
los juguetes arrumados.
Vendrán,
pero no verán.
Y entonces no irás con ellos
y si te aprisionan,
tras de ti irán
las nubes y sus formas
el copetón y sus alas,
el árbol y sus ramas.
Entonces,
el tiempo volará y hará
formas con las nubes
y el copetón cantará su libertad
y la rama marcará su eternidad.

Flores de sol
Rozando la certidumbre
en el límite del espacio.
El tiempo allá afuera
no es el mismo que el de adentro
y paradoja de vida
ni hay afuera
ni hay adentro.
Tejido
de vital presencia.
Acaso la muerte y su reto,
acaso el amor y su sueño.
Esperando el día,
recostados en el ser,
sabiendo silencio.
Solo el sol
solo la tierra,
solo el aire
nos dan consuelo
para este extraño estar,
para el tejido multicolor,
para el sentir sin dudas.

Y el proteger
y el amar
y el ir al infinito presente.
Un universo subjetivo
en un yo expandido,
tan simple como ver.
Tan simple
como amar y florecer el sol en las manos.
El llanto que recorre limpia y protege.
Una cuna de afectos,

los últimos sueños del día,
acompañados por el espíritu
que nos hace señas desde el muro,
desde el miedo, desde la historia.
Un impulso al vuelo
un vuelo tan eterno como el instante.

Rondando
Cansada de fragmentar el tiempo,

tanta tristeza se acumula en mi ventana
que las lágrimas parecen sofismas.
Ronda por el cuarto el silencio,

no hay palabra mágica que abra el horizonte,
solo se acuesta la noche en mis pasos
y el camino tan lejano como sepulto
me riñe, riñe a mis pies inmaculados,
sin polvo ni fronteras,
sin sueños.
Si un amor me obsesiona la mirada

soy como un temblor de fiebre, alucino:
tiembla tierra y sacude gramo a gramo
los átomos de mi conforme estar,
mi estar y su quebradizo pasadizo al ser.
Regalo los céntimos de mi nostalgia

al mendigo de la calle veintitrés,
que azorado me mira y me sonríe
con sus tiernas maldiciones pegadas
a su hambre y mi naufragio.

Posiblemente llueva,
pero qué pena, no soy árbol ni ave
y celebrar la lluvia me cuesta,
como a Ícaro celebrar el sol.
Sea, como ha de ser sea,

ya no hay más, no me queda más que la palabra,
esta de páginas y dudas,
sea,
no me queda más que la palabra
que es como decir silencio.

Tiempos
En un instante, fracción de tiempos,

podrá venir el abismo y su abismal antojo
a recorrer las penumbras del cuarto
y sus sombreadas soledades de antaño.
Y
jugando a los muertos resucitarán los dioses,
como si fuera encuentro de parientes huérfanos
se irán y harán un festín con el olvido
que se proclamó la víspera de su destierro.
Pero
no habrá llovizna
ni un ave se posará en el pueblo
ni retornarán los sucesos con los sueños
ni los perros.
Solo
vagabundeará el sol en el cielo
y las casas amarillas ejecutarán la danza cotidiana,
mientras
el polvo se comerá hambriento
todos los retornos de un juego de dados

servido en la mesa del último transeúnte.
Y
entonces
la carne antojará al espíritu
como caos a cosmos
en el primer soplo.
Y
alguien en una ocurrencia trasnochada
tomará el barro y con impaciencia de aburrido
hará un maltrecho ser,
que en un descuido arrojará al abismo,
donde el viento pasará rozándole
con el soplo descuidado.
Hasta
que un día el maltrecho barro sea ser
y haga una historia inverosímil sobre los tiempos
en que un dios hizo un muñeco de barro
y le dio el sagrado, nunca repetible, nunca retornable
soplo de vida.

Así fue
Fragmentándose la voz
en la escalera del desierto,
retorna soñando al paraíso prohibido
de imposibles recuerdos
El príncipe azul
hace fiesta en el burdel de pueblo.
Blanca Nieves, gorda y áspera, lo espera
con siete enanitos
huérfanos y hambrientos.
¿Qué hacer?
La historia de finales felices
ha continuado su marcha.
¿Qué hacer?
El Príncipe no quiere besar más a Blanca Nieves

pues de su boca antes roja, roja,
salen malolientes los años y el fracaso.
¿Qué hacer?
Si el tiempo es más testarudo que la felicidad
y ahora en el cuarto se arruman las arrugas

y ya los principados naufragan en el explosivo
juguete moderno.
¿Qué hacer?... Si
había una vez, una vez,
sin fin
que quiso ser siempre solo una vez, pero
a la vez una,
mil veces sucedieron
y entonces
era tan atrevidamente impúdico
volver a dormir tanto
hasta que el Príncipe llegara,
que hastiada la vez de ser tantas veces
pidió permiso para no ser vez y se suicidó
en el último beso
y ya el Príncipe no volvió
y ya Blanca Nieves perdió el color y la carne
y el vestido se le arrugó
y los enanitos descubrieron la malévola manzana.
Así fue.

El verdugo
Como era tal vez

el de más limpia mirada,
el de más recto proceder,
el de más ecuánime juzgar
y el de corazón más noble y tierno.
Los dioses no dudaron

en deliberación urgente,
y temiendo equivocarse,
si aquel puesto fuese dado
a otro dios menos benévolo y más ardiente.
Los dioses no dudaron

ni por un divino instante
en otorgarle a aquel
la difícil y divina tarea
de juzgar
y justamente
a los inquietos mortales.
Clarividentes se sintieron
en el banquete celebrado
el conjunto de los dioses.

¡Sí!
Se oía decir aquí y allá,
realizó su labor justamente,
benévolamente,
tiernamente.
¡No hay mortales!
¡Ni un mortal!

Penélope
¡Ay, Penélope!
Mil veces el tejido reanudado,
mil veces destruido,
sobre las huellas y sus pasos borrando
lo vivido como un dios
de espaldas a lo creado.
¡Ay, Penélope!
Que descoses soledades y tejes los deseos,
tu hilo es tan amplio
como el mar de tus lágrimas
y la impaciencia de tus sueños
y el húmedo de tus deseos.
Penélope, ¿qué has esperado?

¿Lo recuerdas aún?
O tanto has tejido tiempos muertos,
vidas prestadas,
historias que aún no empiezan,
que hoy solo recuerdas cómo hacer el nudo,
cómo abortar el nudo,
cómo incendiar el paso con tu llama apagada.

¡Ay de ti, Penélope!
Harta de tejer,
¿a quién darás la madeja?
¿en dónde la ocultarás para ser libre?
Ponla ahí, Penélope,
en la primera arruga de tus años,
en el último deseo de tu ombligo.
Ponía ahí, Penélope,
entre el cielo y tu cuello
así sabrás que el próximo nudo
ha de ser el último.

Aquiles
¿Qué sentías, Aquiles, antes de la batalla?

Acaso mirabas horas el hogar y su huerto
y mirabas a los ojos eternamente, fugazmente,
lo amado.
¿Qué sentías?
Acaso acariciabas tu talón,
como quien acaricia la puerta del regreso,
y en él contemplabas el posible naufragio,
la sazón del destino servido a tus pies,
el ineludible azar con su cara bufona.
¿Qué hacías, Aquiles, antes de la batalla?

Acaso alumbrabas el camino con tus ojos
y mirabas el ocaso como solo desde tu ventana
ver se podía
y servías a la mesa el simple pan,
el casero pan de todos los días,
contabas las piedras y las hojas,
sumabas en tu costado el arrullo.
Acaso mirabas eterno el talón

contándole a tus pies sobre los pasos
y a las estrellas sobre los sueños.

O simplemente de silencio se vestía
tu faz de guerrero
tu austero ir por el mundo,
tu fuerza.
O acaso sentías
que de tantas guerras habías vuelto
y de tantos lechos partido,
que el llanto tímido no sabía derramar
en cauces tus lamentos,
y que tu talón fecundo,
frágil como la rosa y la espada,
te hacía tan hombre como inmortal.

Aún es origen
De tu carne testimonié el origen,

de tu sangre río, de tu ser presencia.
Insepultos quedaron los lamentos
del venidero futuro.
No se había acostumbrado el cuerpo
a la vida cuando ya la muerte.
Mas arriba, en algún lado,

se hacía un carnaval celebrando el fuego,
y los hombres venideros cantaban el primer soplo
antes que tú o yo respiráramos el primer aire.
Te posaste en el hongo,
como cuando niña en el prado
ya venía la tarde y su compuerta
a recordar el paso laberíntico
insalvable del allá.
El amor
fue más impulso que el saber
y ante el cosmos dio el nacer.
Recogiendo
espermas ovulados

se cernía la palabra hablada
y al principio era el verbo
y todo era dios,
como dios creación hacía,
como dios barro-paso hacía,
como dios todo era todo,
todo-nada,
nada-origen.
Y presencia tu carne, y
en ella el espíritu del ser
volando al éxtasis de la mañana,
como siendo, soy.
El amor
acorraló el presagio y andante
cabalgué en tu cuerpo,
y de alas vistió los sueños.
No era entonces urgente el pan,
el maná caía como gotas
y en rocío de alimentos crecer se podía.
No es verdad esta prisión.
No es verdad que se pierda el fuego,
ni que el maná tenga precio.
Pues el pecho aún palpita

y sobre este aguijón impulsa

y aún hay aire y cielo y sol
y aún en el escondite crezco en alas
y el río crece en fresca vid
y la carne aún al espíritu acoge.
Aún es origen.

Sigue soñando
Ícaro dormido
que vuelas
así tal vez
algún día
despiertes
en vuelo

Algunas hojas
en negro
1988-1991
Pondré mi corazón
en la pila de los sacrificios
y los dioses vendrán con su fuego eterno
consumiendo tiempo
volará el espíritu para el nunca más
de donde todo viene y todo va
Mil estrellas se enredarán

en serpentinos sueños
y todo volverá al principio
al primer juego
Mariposas violetas vestirán el paso

y del paso saldrá el cuerpo
y un corazón nuevo agitará sus alas
un corazón de braza
un corazón de viento musitará la marcha del guerrero
Pondré mi corazón en la pila de los sacrificios

los muros se derribarán
y habrá una lluvia de Octubre
y al fin cerraré los ojos
y entre el abrazo de este llanto y el universo
moriré-soñaré.
ALGUNAS HOJAS EN NEGRO 299

No es el viento del sur de parte alguna
ni lo es el hijo del sol
heredero de la tierra
las flores fueron sembradas en tiempo remoto
así la verdad habita en el centro del sol
y es quemada a cada instante
para que de ella no se sepa más
que por el humo que expide agónica
No hubo camino seguro

no lo habrá
ni tiempo quieto de reposo
todo marcha confiado al retorno
todo está aún en la imagen
del primer dios muerto
Y si todo es así
mas no verdadero
a qué creer en paraísos
en tiempos buenos
a qué perseguir la esperanza que se muere con
el tiempo

Pobres y felices aquellos tartamudos del tiempo
pobres esclavos
pobre de mí
que envidio la osadía del ciego
No lamentan los dioses habernos creado

pues ellos son cínicos
cínicos han de ser para habernos dado
ojos que crean la ilusión de ver
oídos que crean la ilusión de oír
alma que crea la ilusión de la vida
y el sueño que crea la ilusión de que estamos
despiertos
mas despertar...
¿Nos es posible?
¿Nos es posible vivir?

Cada paso una danza
cada aire un respiro
cada luz una mirada
cada voz un universo
cada sueño un cuerpo
cada cuerpo un deseo
Esto es el eterno
eso el ser mil veces
eso siendo siempre soy
Mujer de mil rostros

mírate en el tiempo
tu pregunta es tu respuesta
tu respuesta es el camino
Porque fuego y tierra

y tiempo instante
por el sol y el agua
por la tierra y la llama
amo

naufragar es encontrar el agua
respirar es encontrar el aire
acariciar es encontrar la piel
Porque aire y cuerpo

porque cuerpo y fuego
porque verbo y cosmos
deseo

mírate en tu imagen
y en el espejo.

Se cae la noche en el día
la vida en la muerte
las hojas revolotean
en los espacios de las sombras
busco pensamientos
en mi cabeza vacía
y salpico de palabras la vida
Existo
eso creo
soy al atardecer y a veces amanezco
pregunto a las estrellas por mi vida anterior
y ellas ríen hasta el llanto
Lo anterior siempre está

después de la mirada
y la mirada después de los ojos
y los ojos después del alma
y el alma
después
de las sombras que crean las estrellas
cuando ríen.

Principio de esperanza
Esta desesperada desesperanza urbana

este sol de invernadero
este olor acre a muerte gris
este odio armado
esta desazón fecal
este vacío de miradas colectivas
este silencio de palabras
esta venta de creencias
este buscar en todas partes
y no hallar en ninguna
esta muerte por amarse
esta muerte si no amas
esta distancia televisiva
este sexo preservado
Esto
y aún más
da la tristeza de las horas
todos los porqués sin respuesta
da la nostalgia de un tiempo
nunca vivido
da un suicidio cotidiano

un porqué para las lágrimas
y otro para la rabia
Esto
y aún más
dan ganas de no amanecer mañana
o por lo menos de no descolgarse al mundo
dan ganas de ser feto
bajo la ficción de las cobijas
de tinto y cigarrillo
de tomar la mano de cualquiera
procurando orgasmos de piel sin alma
Esto
y aún más
dan ganas de silencio
de cerrar la puerta del ocaso
de crear dioses
de llorar con balbuceos
de ahogar un gato negro
de maldecir en tres idiomas
de vivir entre los libros
de fugarse por un sueño
de alzar la vista al cielo
y creer que alguien nos mira
no un dios
sino una estrella.

Lo Que Es y Su Sombra

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Yuri Magnolia Arias Montenegro nació en Colombia.

Filósofa de la Universidad Nacional de Colombia,

Nota aclaratoria: Esta publicación se hace con la modalidad de

Testigo en piel humana 61

Consejos para viajeros 107

Danza de sombra 163

Como un Ícaro dormido 223

Algunas hojas en negro 297

En el libro Testigo en piel humana digo: “Sí, estoy

De ese lugar al que cruzaste

Tengo el alma ahogada en palabras

Me duermo y entonces sueño

Recuérdame cómo vuelvo a ti

Recuérdame cómo vuelvo a ti

Aquí no hay otoño

Marcho como ciega en el bosque

¿Por qué mataste al Minotauro, pequeño héroe?

El hierro y la estructura me gritan

Con mis manos borro sus palabras

El hierro y la estructura lanzan llamas

Aunque tenga cincuenta años

Aunque tenga cincuenta años

Aunque tenga cincuenta años

Ahora que ya no eres el nombre que conocí

La rueda volverá a girar

Tengo esta soledad de duende

Tengo esta soledad

Mi soledad es una planta

Déjame vivir mi soledad

Déjame vivir mi soledad sin el asalto de tu voz

Déjame vivir mi soledad

Como no me dejas amarte

Como no me dejas amarte

Como no me dejas amarte

Siento vértigo de mariposas en el alma

Me levanto desde mi sombra

He de buscar en tu ausencia la soledad perfecta

Ya que las sombras se posan sobre los sueños

No creo en nada que pese

Porque mi soledad es el templo de mi alma

Porque mi soledad es la conquista de mis años

He de abrigar mi soledad con el fuego de mis sueños

Miro a lo lejos los pájaros blancos

¿Quién habrá tomado mi nido?

No sé quién tomó mi nido

Las aves blancas no volverán

Dios mío que no existes

Dios mío que nunca has creado nada

Dios mío que no tienes poderes

No he de decir que solo a ti te amo

Abro las manos

Vuelve al espacio donde te sueño

También soy la brisa que se convirtió en huracán

Ha de girar la rueda de esta vida de porcelana

Sé que no puedo evitar que entre

Solo podemos dejar en el tiempo

Como si un rayo hubiera

Cuando los niños cayeron en el sótano, el monstruo

Te quiero decir, niña mía, que eres mi origen, mi semilla,

Solo se tiene la experiencia de sí mismo, experiencia

TESTIGO EN PIEL HUMANA 63

Ser y Estar son dos estados que se viven como una

TESTIGO EN PIEL HUMANA 65