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Colección Autores Coelemanos

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Colección Autores Coelemanos

Presentamos de nuestra colección de autores coelemanos a la poeta


Vanessa Molina Parra, que en esta, su primera publicación poética
nos entrega, las primeras sensaciones del despertar y el asomarse a
la ventana de una adolescencia que se palpa a través de sus dedos.

“Me levanto, aunque no sé si estoy despierta,


Miro entre mis dedos alguna salida,”

La poeta nos lleva por aquel corto viaje que resultan, de aquellos
descubrimientos y despertares. Abre sus ojos también, a través de
la maravillosa experiencia de convertirse en Madre, proyectando
hacia ese futuro cercano su humanidad que describe ante ese hijo
que esta por venir.

También se curva el verso hacia el sentido placer de lo erótico,


guiando a ese amado por los caminos, despojando el dolor,
compartiendo el lenguaje de los cuerpos y pidiendo que el mañana
sea la construcción de un nuevo amanecer.

“Hazme el amor con el alma


Sin las manos esta vez,”

El verso libre se desata por las paginas de este libro, como el alma
adolescente de la autora. Disfruta con calma, poema a poema este
primer libro de Vanessa Molina Parra.

La Editorial

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Colección Autores Coelemanos

Versos de la
primera vida

Van e s s a Mol i n a Par r a

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Colección Autores Coelemanos

© Grafica e Impresiones RMV


(Primera edición, 2024)

IMPRESO EN COELEMU

Editorial Grafica e Impresiones RMV


Delano 262 - Coelemu
correo rmancillaveliz@gmail.com
fono : +56 9 27530326
Marzo - 2024

ISBN 978-956-6252-02-3
Diseño Portada Rolando Mancilla V.
Imagen Portada Fotografías Vanessa Molina Parra

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Colección Autores Coelemanos

PRESENTACIÓN

Si tienes este libro en tus manos, no espero que lo


entiendas, solo que conozcas una parte de mí, de mi primera
vida, como lo he titulado, la poesía puede ser interpretada
de mil formas.
No vas a encontrar muchas rimas, me vas a encontrar a mí
expresándome con rebeldía, amor y dudas. Estos versos
fueron escritos durante mi adolescencia y
también en mi juventud mientras “me buscaba”, mientras
vivía, pensaba y sentía a través de otros que fueron parte de
mi inspiración.
¿Te confieso algo? La verdad, era mi sueño ser escritora,
incluso antes de ser profesora. No quería que mi sueño se
quedara durmiendo en el computador.
Así que decidí dejar un recuerdo para la posteridad, los años
no pasan en vano y la memoria es frágil, especialmente, la
mía.
De niña intentaba escribir narraciones, pero siempre
terminaba escribiendo poéticamente, no necesariamente en
estrofas y versos estructurados, entonces alguien me enseñó
que existía también la prosa poética, a medida que vayas
leyendo, entenderás, pero más que intentar comprender,
intenta sentir.
Sin seguir un estilo, métrica o un patrón poético especifico,
yo solo decidí transmitir sensaciones, impresiones y
reflexiones cargadas de sentimientos y emociones.

La Autora

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Colección Autores Coelemanos

Miedo de olvidar

A veces me olvido
A veces me recuerdo
A veces me quedo pensando quién soy.
Me voy describiendo para no olvidarme…
Me aterra el olvido.
A veces voy, a veces vengo,
otras veces no regreso.
Todo el tiempo me percibo,
Me descubro y me vuelvo a olvidar.
Me aterra olvidar quien soy…
Me desespero en ese miedo,
Me pierdo y me vuelvo a encontrar.
Me vuelvo a recordar
Me vuelvo a olvidar…

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Colección Autores Coelemanos

Viaje espacial

Esa noche escuché la música de otra forma, sonidos


imaginarios. Encontré en el viaje un descanso sin límites, en
un beso el intercambio del aire, como un trasplante de alma,
segundos eternos en un paseo interestelar.
El placer es más fuerte que el hambre, yo lo veo en mí
cuando me aprisionas. Hubo una lluvia de estrellas que
no pudimos ver, un fuego en nuestro interior quemaba
las horas y volábamos en nuestra nave lejos de aquí para
escapar de todos.
Te dejé para encontrar un nuevo horizonte, para viajar sola
a otra dimensión donde se pueda mirar el sol fijamente, sin
que el fuego afecte mi corazón.

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Colección Autores Coelemanos

Amor errante

En las noches de sombra,


A la altura de la luna,
El sol baja a tu frente
Los rayos de amargura.

En la lluvia tempestuosa
Se ahoga la multitud cambiante,
Loca de pasión lujuriosa
Sobre la espera desesperante.

Cada rincón del mundo


Esconde el secreto amante
Del sol que plasma en tus ojos
La agonía del amor errante.

En cada caricia ardiente


La noche baila sobre tu frente
Desesperado el sol naciente
Se va a dormir sobre la gente.

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Colección Autores Coelemanos

Lenguaje clandestino

Dejar caer la piel sobre la piel, escribir poemas sobre nuestros


oídos, nuestros labios y todo lo que alcancen nuestras manos
a dibujar por sobre el aire desnudo, ese es nuestro lenguaje
clandestino.
Nuestros ojos esfuman el frío, aprendemos del calor de
nuestros roces, inventamos una nueva palabra para besarnos
el alma en el límite.
Nadie nos dijo que calláramos, nadie nos dijo que respirar era
hablar amándose, nadie nos dijo que el silencio era la voz de
la pasión, la voz que calla delante del tiempo el dolor.
Construye con tus manos una noche, te entrego mi sombra,
indestructible pasión. Construye con tus manos una noche,
acábala en el desierto más húmedo de la perfección del
universo. Llévame, pero luego, devuélveme.
Tu nombre juega en las olas, nada sobre tu fina piel se me
revela, alcanzo a leer tus venas por sobre tu desnudez. Nada
es tan cruel como parece, nocturna fragancia del espacio,
fragancia oculta, negligencia misteriosa.
Has devorado mi hambre, hombre lleno de sed, me sabes
a todo, menos fe. Estos rojos deseos de placer no me dejan
sostenerme en tu piel y hay un tiempo inconcluso, sobre
tu cabello indeciso que empieza a oxidarse con los sueños,
puentes al sol que se apaga dentro de otros soles. Nuestro
lenguaje secreto…
Construye con tus manos y las mías, la flor nocturna, en que
mi sombra suculenta se abre a tu noche crespa y desesperada.

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Colección Autores Coelemanos

Despiértame

Ya es tarde, la soledad vuela sobre mi tormento, sobre el


silencio sinuoso de mis palabras mudas. De a poco irrumpe
el viento la noche, escucho tu voz a lo lejos, pero no estás,
no te siento…duermo.
Mientras la luna se esconde entre los mil soles, despierta mi
alma entre tus mil pupilas, y duermo…Para cuando caiga el
cielo oscuro recordaré el desliz de cada estrella en el reflejo
de tus ojos.
Pienso en aquellas aguas cristalinas, tu respiración allí secó
mis lágrimas y entristeció a la vaga luna. Una suave llovizna
indeseable nos humedeció los pensamientos. El minucioso
aire se llevaba el tiempo.
Tu voz desnuda y rebelde besaba mi oído en un susurro, en
un sueño. Ensimismada, vi pasar tu mirada sobre la mía y te
amé tanto, que inmensamente volví a tener tus labios sobre
los míos. Insinuaban tus manos mis tiernos deseos. Entre tu
locura y tu boca me perdí y hoy tu impetuoso aroma sigue
aquí.
Recuerdo la incierta despedida de la cual aún no regresas,
por la cual aún estoy perdida. Me duermo y de aquel
momento interminable jamás despierto…porque no has
vuelto

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Colección Autores Coelemanos

El reinado del fin

Las hojas caerán del silencio más profundo


Y ya no existirán los secretos.
Por más que busques en el Fin la eternidad,
no hallarás más que en ti la verdad.
Llueven mares, soles y estrellas,
sobre tu frente el mal acecha.
Caen las hojas del otoño perdido,
la luna ha salido,
el universo se escondió…
Sólo tú, nadie más, debes esperar.
Debes encontrar en la muerte una vida
y en la vida un despertar.

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Colección Autores Coelemanos

Salmo de amor

Extrañarás mi voz y harás el amor con mis recuerdos,


Tendremos un encuentro carnal silencioso,
Volarán saetas hasta el adiós.
Con tus manos me cubrirás
Y debajo de las sábanas estarás seguro.
Extrañarás mi voz y harás el amor con mis recuerdos.
Caerán a tu lado Dios y Satanás a tu diestra
Más a ti no llegaré
Porque has puesto al engaño,
Que es mi desesperanza,
En lo altísimo de tu habitación.

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Colección Autores Coelemanos
Si tú me preguntas

Si tú me preguntas no entenderías. Amar es parte del


misterio. Te has desvanecido en el aire, en mi voz y tu
cuerpo vivo, muere en el más absoluto olvido, en los días
también olvidados, los días que aún no han llegado.
Ya nadie siente los versos, se han desvanecido en el aire,
en la voz, en tu cuerpo…Preguntas qué eres para mí y yo
respondo:
Eres una mirada indescriptible, un beso amargo, pero
dulcemente ahogado. Un recuerdo que ronda en mí como
un pájaro violentamente maltratado, el sol rodeado de horas
nocturnas, tan llenas de todo y de nada…Eres la suave
melodía llenando mi ser, la música en mi silencio, un ser
con olor a lluvia, la luz incompleta llenando mi noche.
Eres el sol de mi mar adormecido, mi noche más quieta
renaciendo en el aire, la penumbra de fuego que muere en
mis brazos, la figura descalza que es guardián de mi placer,
de mi sed violenta, de mi vacío también.
Eres el destello de mis ojos de luz al volar, pasión que en ti
termina, en mí acaba de comenzar.
Dame algo de tu amargura, de tu amor, de tu hermosura.
Dame el hielo de tu voz y el gris sonido de los sueños que no
te dejan respirar.
Te mueres, mi paraíso inconcluso, cuando el sol aún está
sobre tu frente, sobre mis besos, sobre mi mente. Es que se
ha desvanecido todo en el aire, en la voz, en el cuerpo, en el
tiempo…
Eso. Eso eres…si tú me preguntas.

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Colección Autores Coelemanos
Los segundos de las letras

Bajo las negruzcas aguas de la laguna Estigia duermen los


versos perdidos, esperando ser encontrados al elegido que
busca su sol. Vuelve el sonido del pasado sobre el viento
futuro. Pasa dejando lágrimas, derramando sentimientos,
la muerte implorando libertad. Los detalles realistas se
enmarcan bajo la luna, sobre la espera que cae en silencio.
El tiempo no se ha detenido sobre las letras.
Son las letras las que han permanecido sobre él.

No, no hay versos que no se detengan para vivir. La lluvia se


baña del rocío que calma el amanecer. El vagabundo calla, la
palabra también. Los ecos del crepúsculo se desvanecen en
su piel. Nadie se detiene para vivir, cada segundo pertenece
a un ser.

Las telarañas son el reloj de la historia. La mirada se cae


y se va elevando hasta el verso, pero las piedras no dejan
que emprenda el vuelo. Ahí siguen los segundos pacientes,
esperando ser vividos por los versos o por los seres.

Las últimas lluvias caen sobre la incoherencia del ser, ya


se han muerto todas las hojas del otoño sobre la tierra. Las
sombras han dejado marchitarse los pétalos en el camino,
pues el verano tiene más sentido en invierno y los versos
tienen más sentido en el alma.

La primavera se acerca, me parece que la tristeza no


existe, es solo que las nubes están llorando y la noche se
pierde junto a las palabras. He pensado que las estrellas
son más hermosas sobre el océano, porque a veces nada
tiene sentido, y otras, sólo me pierdo en los milenios de un
universo con un lenguaje inexistente.

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Colección Autores Coelemanos

Infiel

Ya no te tengo,
Estás muy lejos,
Tan cerca y
No te siento.

Pasó como una sombra


Sobre mi lecho,
El sueño cruel del engaño,
Del amor impuro.

Mis ojos no paran de llover,


Las nubes dejaron de llorar,
Y no lo entiendo…

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Colección Autores Coelemanos

Paz

Míos son tus ojos


y el suspiro que agradece
cuando tú no estás ausente.
Sincero aquel silencio
que se oculta en tus labios
cuando me siento sola
y tú estás a mi lado.
Quiero recordar el sonido
de tu mente tranquila en la mañana,
en cada pared de mi alma
que guarda cada mirada
en aquellas noches vagas,
cuando el cielo es grande y la luna gigante
y mi alegría sigilosa
como el dormir de las estrellas.

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Colección Autores Coelemanos

Olvido de la desnudez

Olvidé que nací desnuda, en un atardecer muerto, en una tarde violenta.


Olvido muchas veces que soy una montaña explorada por el hombre, que
tengo un lunar en la espalda, todo el tiempo olvidado.

Tengo olvidado el misterio sobre mi cuerpo vivo, en cada segundo que


pasa por mi piel, que muere también, con cada respiro. Perdida entre mis
esperanzas, olvido que admiro solo en las lunas llenas, una sombra oscura
que nace bajo mi ombligo, manantial de vino, que trae vida en silencio.

Observo mis ojos, me revelo frente al espejo y soy el momento más erótico
de mi existir. Olvido las heridas, las huellas de mis pupilas ensangrentadas.
Olvido que tengo miedo de mi desnudez, porque olvidé que nací desnuda,
en un anochecer muerto, en una tarde violenta.

Las venas en mis muñecas sobresalen como espadas de sangre que se


ahogan en la profundidad de mi sol, aparentemente oscurecido. Olvido que
mis labios están todo el tiempo llorando, todo el vacío gritando, siempre en
la lejanía de los tuyos.

Olvido y olvidaste que me descubres en cada espacio, a cada instante,


como un universo inexistente y perpetuo. Solo recuerdo que nací
desnuda cuando estoy contigo y solamente en mí, cuando me

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Colección Autores Coelemanos

Castigo en silencio

No me mires, no me hables, no me escuches, sólo


siénteme, que demasiado me cuesta mirarte. Tus ojos
han sido un castigo silencioso, porque me llenas de frío
al darme calor con tus manos, con tu abrazo, con tu
boca, con toda tu piel, y aún no has podido entrar en
mí como un sueño, ya que eres mi castigo en silencio.

He intentado ser mujer amante, en un cuarto oscuro no


llegué a caer en el profundo anhelo de tu mente ¿Por qué
me miras? Yo no puedo ni quiero contemplarte más allá
de la noche que nos une. Te busco en mis labios y allí estás
envenenando todo mi cuerpo, como un castigo en silencio.

Huyo de lo que siento, quiero descubrir en tus manos el


misterio del arte y de esa belleza que ocultas, quiero conocer
la historia de tu ser con solo tocarte, sin que el tiempo avance,
quiero dormir en tu pecho sin despertar sabiendo que ya no
estarás para enseñarme. Déjame el recuerdo vivo y lentamente
mírame sin entender nada, como un castigo en silencio.

Llueve. Tú y yo dándonos la espalda, no sé si


duermes o no, pero te siento respirar tan cerca y
tan fuerte como a la lluvia cayendo sobre el techo,
tormentosa e inolvidable, como un castigo en silencio.

Observo mis dedos y trato de recordar en que parte de tu


cuerpo estuvieron mis manos…es madrugada ¿Dónde estarás
en mil años? ¿Me sientes? Yo creo haber encontrado en tus
ojos el placer verdadero, la melodía perfecta para los dos…
ven hacia mí ¿En qué piensas? Deséame otra vez, porque no
quiero olvidar esta noche que está a la altura de los pájaros.

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Colección Autores Coelemanos

Nos olvidamos

Olvidamos nuestra presencia,


Yo estaba tan desierta,
Tú tan lleno de sed.
Buscamos entre los días
Poder besar la ausencia cruel.
¿No lo aceptas?
Está bien,
yo tampoco acepto que no estés.

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Colección Autores Coelemanos

Mis ojos culpables

Se abren mis ojos culpables,


me empapa un suave rocío,
se desprenden de mí los recuerdos
y camina sobre mí el olvido.
Mientras me duermo te miro
y de tu respiro vivo.
En tu voz procuro quedarme,
se cierran mis ojos y lloro,
suspiro en tu boca y me ahogo,
abro mis ojos culpables
y de mi aún no te has ido.
Abraza mi alma tu calma,
calma que besa mis ganas,
de estas tus ojos son míos.

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Colección Autores Coelemanos

Canto a las hojas

Converso con las hojas, les cuento que mi vida es una can-
ción de esas que pasan por el mundo sin ser jamás escucha-
da.
Las hojas lo han dibujado todo.
Las hojas son las únicas que han oído mi canto y que expre-
san con elocuencia la desgracia que padece mi madre tierra.
Las hojas se van llevando mi canto.

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Colección Autores Coelemanos

El grito de tu silencio

No me dejas imaginar ni siquiera tu silencio. No me


dejas entrar en tus pupilas, pero siento tan ahogada en tu
mirada.

Eres una constelación efímera en un sueño consciente de


madrugada pura. Las horas me enseñaron a pensarte, los
minutos a desearte, los segundos no me pertenecen.

El grito del silencio permanece intacto en tu boca, yo


muero en el recuerdo de esa noche que me condenó a
quererte sin tenerte. Y esto no es tan fuerte como para
llorarte, pero tan profundo como para no olvidarte, como
para esperarte sin siquiera conocerte, como para sentirme
estúpida, cobarde y valiente.

Permíteme, permíteme todo, todo tú lo sabes, pero no hay


esperanza ni mis ojos son capaces de enfrentar el grito de
tu silencio, pequeño pedacito de inocencia perversa.

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Colección Autores Coelemanos

Casi

Fueron noches casi noches,


Pero no fueron completas.
Fueron besos casi besos,
Pero no fueron sinceros.
Fueron días casi tristes,
Pero no me destruyeron.
Fueron bellos casi bellos
Los momentos contigo.
Fueron extrañas las mañanas,
Casi no las expresé.
Fueron mentiras mis palabras,
Casi locura mi querer y
Casi no lo has de entender.

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Colección Autores Coelemanos

Cuando te vayas

Caerán las estrellas violentas


Sobre el reflejo de mi ventana,
El sol penetrará en la luna,
La soledad acompañará las lágrimas.
Ya no estarás,
La noche eterna en mí será,
El cielo lloverá canciones,
A mi lado un ángel dormitará.
Todo está premeditado,
para cuando te vayas.

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Colección Autores Coelemanos

Profundamente conectados

Profundamente, latiendo como el corazón de alguien que


ama por primera vez.

Profundamente, como la luz del sol en los ojos de alguien


que nunca ha visto el mar.

Profundamente, como el silencio de un amanecer sobre una


montaña inexplorada.

Profundamente, he sentido tu alma cerca de la mía en el


renacer de mi vida.

Todos, profundamente, estamos conectados, pero no lo


recordamos, porque el sentido de lo material a veces es
más importante que la inmensidad de nuestra propia
humanidad.

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Colección Autores Coelemanos

Él

Él es la sombra que camina en mis sueños, la sombra que


asesinó la mía.
Él secuestró mi vida y no la dejó ir.
Él fue una pesadilla que se deshizo de mis miedos, me refu-
gié en sus ojos cuando sus manos me quemaban.
Él fue el ladrón de mi ternura, encarcelado en mi tierra.
Él fue la daga mortífera que recorrió mis venas.
Él fue el templo de mis tristezas, todo en él se vuelve nada.
Él fue mi boca desnuda, pues mi verdad se ocultaba cuando
tocaba la suya.

“Él fue…mi noche infinita”.

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Colección Autores Coelemanos

Lirio

Tibio aire aquella tarde,


Un lirio negro sobre la cama.
Nuestro llanto aún arde,
Nuestra calma, no llenaba el alma.
Fuimos niños intentando ser grandes
y siempre terminamos cometiendo un error.
Lejos de tus brazos,
intenté quedarme.
Regresé
Y el lirio negro se marchitó.
Lo enterramos junto al silencio,
Apartado del corazón

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Colección Autores Coelemanos

Momento

Exhalas como en un desapego de ti mismo,


En medio de solo nosotros,
Buscas mis labios para despojar mi paz.
Siembras con tu tacto nervioso
Un deseo de emerger por sobre mí.
Me sigues a oscuras en la habitación,
No corro, no grito, solo te espero y me río.
Me recorres y me entrego a ti,
A tu abrazo de niño.
Deslízate ahora, para siempre en mí.

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Colección Autores Coelemanos

Si calla el viento

Si calla el viento sus palabras se entristecerá el eco del


silencio perpetuo, ya no sentirás la brisa de su amargo ayer.

Si camina el viento a tu lado, sentirás mi abrazo clavando tu


pecho y mi mano ligera entrelazando tus dedos.

Si busca el viento un rayo de luz, que lo busque sobre la


delicada sombra que cubre tus ojos y morirá la rosa virgen
cubierta de minuciosas hojas de marfil.

Ve entonces en busca del destino, que te guíen los barcos


plateados que ilumina la luna y que sea ella quien te lleve
hasta el sol y que sea él quien te entregue al viento.

Es allá, donde se originan las lejanas historias de antaño,


donde se arranca el dolor con calma, donde en cada ápice de
las espadas hay alegrías que sostienen llantos.

Allá, te espero pintando la tierra de noches suntuosas que


recorren el mundo, donde es tan suave lo que respiras que
todo se tiñe del color de tu aliento.

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Colección Autores Coelemanos

Guerreros

Los castillos se han manchado de sangre sagrada, por una


lucha encarnizada. Retratos de hombres en el suelo, viejos
palacios de guerra, obras de arte, escritos ocultos, aún no
han sido descubiertos. Las carabelas en las murallas, dejan
marcada la historia.

Desde los montes, se ve emerger del abismo a los místicos


andantes de hierro. Avanzan hasta su fuente de destrucción.
En el crepúsculo caen en la altivez de su derrota,
ensangrentados y moribundos de sed.

Dulces guerreros, dulces de miedo y maldad, su armadura


de hierro es la insignia mortal. Cada gota de sudor, cubre el
dolor y la victoria es el símbolo del gran poder.

Guerreros de la noche, vagabundos del placer, la espada su


valentía, qué brillante su sien. De oscura pasión, su escudo
se perderá ni siquiera el mar mortífero les podrá ganar, con
la muerte alcanzarán su libertad.

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Colección Autores Coelemanos

Canto de diosas

Cantan las lejanas diosas cubiertas de un otoño olvidado.


Todo lo que respiré se tiñó de melodías perdidas en el
tiempo,
Dueño de lo que siempre anhelé.
¡Oh muerte! Ayúdame a descubrirte,
A desnudarte y quererte.
¿Dónde nos hicimos?
¿Quiénes fuimos?
Ya no lo sé…
Yo me voy, entre armoniosos rituales,
Entre la niebla y el llanto
Hacia donde todos vamos.

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Colección Autores Coelemanos

Lluvia

El relámpago más oscuro caerá sobre ti


Rodeado de súbito sosiego irracional
Convirtiéndote en cadencia de lluvia y trueno.
Sólo protesto contra el mundo con palabras
y tú miras al cielo que huele a ceniza.
La lluvia se dirige hacia el océano
mientras las palabras mueren en tus manos.

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Colección Autores Coelemanos

Anochecer

Allí viene la bella pálida a buscar su oscuro rincón en el


universo. Su medio vestido de novia está masacrado por el
dolor.

¡Lento…! ¡Silencio! El caballero radiante y luminoso se va a


dormir oculto, detrás de aquellos muros inexplorados.

Aquí se entrega la bella pálida, asustada, esperando a su


amor, aquel que se esconde y la deja esperando sin más.
Entre las cordilleras del mundo han observado algunos,
como el caballero regresa para cubrir la luz de su bella en un
tiempo lejano.

Anochece…pobre bella que espera, que macabro es él que


despierta para verla dormir.

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Colección Autores Coelemanos

Quieto

Quieto… se viene el viento a dormir.


Quieto para no despertar a las sombras, para aguardar el
silencio y despertar hablando con gritos nublados.

Quieto…para no desvanecer al sol, para cubrirlo en el agua


de lunas opacas y enterrar su dolor.

Quieto…Aguarda el silencio y recuerda que el viento se


viene a dormir, desnúdalo y acompáñalo que desnudo tu
espíritu está y quieto tu cuerpo se va.

Ya no respires que el viento va a despertar, recuerda


quedarte, que mi alma por ti se queda y el viento te quiere
llevar.

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Colección Autores Coelemanos

Vivo y muero

Me llevas, vuelvo, vivo y muero…


No quiero morir,
No pretendo arrancar del universo un pedazo de cielo,
No quiero ser espíritu.

Mi sangre, el mensaje sobre el santuario,


Me falta respirar, me sobran ganas de vivir,
Pero estás en mis venas, te bebo y me consumo,
Y mi cabello se cae…

Mi piel no debe detenerse en ti,


pero me llevas, viejo capricho adolescente.
Me llevas.

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Colección Autores Coelemanos

Existencia

¿Por qué está en el espacio la respuesta a lo eterno?


Los instantes pasan como los besos por la boca
O los ojos por la mirada,
Resignada, desesperada y loca
Y sí, del espacio, lento y fugaz.
Porque de mí no sé nada…
En tus manos encomiendo mi silencio,
Y también mis palabras, existencia de todo,
Seas lo que seas o lo que no has sido jamás.
He de llamarte locura, poesía, música,
El arte matemático, espacio infinito,
Algo integralmente inmanente.
¿Qué será de mí, para entonces,
Cuando la tierra entierre con sus garras
A los hombres sobre su corteza?
Será la inspiración sobre unos cuantos milenios
que acabarán por ser polvo, partículas invisibles
o tal vez eso que llamamos historia:
Un recuerdo de libros que no le pertenece a nadie.
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Colección Autores Coelemanos

Diálogo de una noche invernal

- Las últimas lluvias caen sobre la incoherencia del ser, ya se


han muerto todas las hojas del otoño sobre la tierra.
- ¿La tierra? -
- Sí, creo que la tierra existe. Las sombras han dejado
marchitarse los pétalos en el camino, pues el verano tiene
más sentido en invierno.
Una niña me mira y yo le sonrío, la escalera se hace infinita,
la primavera se acerca con angustia, me parece que la
tristeza no existe, es solo que las nubes están floreciendo y la
noche se pierde junto a los ojos de un gato.
- Los ojos de un gato brillan como las estrellas en una
oscura noche-
- He pensado que las estrellas son más hermosas sobre el
océano. A veces nada tiene sentido; otras, sólo me pierdo en
los milenios de un universo inexistente.
-Te siento respirar tan cerca,
tan fuerte
tan misteriosa,
como a la lluvia cayendo sobre tu pelo
casi tormentosa,
casi silenciosa,
casi inolvidable. -
- Observo mis dedos y trato de recordar en que parte de tu
cuerpo estuvieron, ya es medianoche ¿Dónde estarás en mil
años? ¿Me sientes? Creo haber encontrado en tus ojos el
placer verdadero, la melodía perfecta para los dos.
- ¿En qué piensas? No quiero olvidar esta noche que está a la
altura de las aves-
- Y tú ¿De dónde has venido a entorpecer mis palabras?
Escucho latir tu ser ¿Dónde estarás en verano? -

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Colección Autores Coelemanos

-En otra boca,


en otra piel,
en otros ojos,
en otro silencio,
quizás solo.
-Sin embargo, no encontrarás otra melodía como esta,
porque afuera llueve y mi cuerpo se estremece, y tú…tú no
recordarás que volaste junto a un pájaro en la madrugada de
un lejano invierno.

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Colección Autores Coelemanos

Ruido

A veces el silencio molesta de tan callado que está. Ni


siquiera el pensamiento alcanza a cubrir su timidez y busco
un ruido que me salve del vacío, pero escucho levemente
solo los latidos de mi asustado corazón.

Camino casi dormida sobre la noche quieta, pero se


enciende mi sangre como queriendo escapar. Entonces
encuentro un estruendoso sonido y me vuelvo a sentir
viva…es la melodía de la vida que se me va.

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Colección Autores Coelemanos

Tu voz

Tu voz…
Palabras que escriben canciones,
Canciones que canta tu voz.

Tu voz descansa en mis ansias,


Ansias de un solo deseo,
Deseo de escuchar tus andanzas,
Andanzas que dejan miradas,
Miradas que pronto se callan,
Se callan los ojos de Dios.

Tu voz procuro enredar,


Enredar en tus delicados suspiros,
Suspiros que ahogan los míos.

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Colección Autores Coelemanos

Aún reinas Reinaldo (A mi abuelo)

Reinas Reinaldo en mis reinos románticos.


La madrugada llora de verte ir cabalgando.
Gran caballero que perdió su caballo,
pero que encontró su fe caminando.
La tierra te abriga y te consume,
sin embargo, sigues reinando
en los veranos de un anochecer olvidado.
Aún reinas, Reinaldo, en mi corazón atolondrado.
Reinas en mis recuerdos vagos,
Reinas en los milagros,
Reinas en algún ser santiguado,
Reinas en algún hueso acomodado.

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Colección Autores Coelemanos

El sueño

El sueño será de madrugada, a la hora en que las rosas


duermen sobre el rocío convertido en pureza.

El sueño vendrá a la hora en que los árboles lloran por


la humanidad dejando caer los gritos revolucionarios de
aquellos que son entidades que adornan el amargo vivir
de otros seres esplendorosos. La historia hará que el sueño
venga, hará que los deseos ya no existan más, entonces,
seremos completamente felices

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Colección Autores Coelemanos

Alma Negra

La oscura luz de sus ojos miré con temor, me atrapó y me


cubrió su capa negra. Despertó en mi alma una profunda
palabra que el sol desvaneció. La sombra se ahogaba entre
las piedras…Aquel camino sinuoso y perdido, el tiempo
en huella transformó. La sangre del cielo besé y sus labios
divinos se volvieron contra mí.

Se durmió el respiro en el sereno, el aire opaco tiñó de blan-


co la noche y vino a perseguir los sueños que las horas del
día han invetado en torno a las estrellas. Remedió mi triste-
za amarga, en sus manos floreció profunda mi paz desierta.
Silenciosa e inocente, traté de buscar un refugio, pero sólo
encontré su piel. Me estremecí de miedo y por un instante
mi fe oprimió su boca. El aire de mi pecho convertido en
pájaro, lo hizo volar el viento y junto con eso, se fue mi de-
seo convertido en tormenta.

Aterrador estruendo percibía a lo lejos, manifestaba ansioso


el recuerdo de mis besos. Elocuente su armadura apagada,
me dio la impresión de un guerrero sin armas. Así mis de-
dos cayeron rendidos ante su encerrado universo de metal.

De mis lágrimas, nació un reflejo en mi ventana y llovió la


tierra esperanzas delicadas. Tranquila…ausente llamaba a
mi oído. La luna sigilosa se expandía a través de su corazón,
aquel corazón noble y misterioso, el que me cegó y me hizo
ver su alma luminosamente negra.

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Colección Autores Coelemanos

La búsqueda

Mira a través de las mentes


Los rasgos del ser incapaz
Del ser que demanda a los hombres
Ser lo que nunca será.

Deja de mirar a los ojos,


Observa con el corazón,
Que las miradas se han vuelto crueles
Y pocas entregan compasión.

Mira a través de las mentes


La gran creación,
Deja de pensar como idiota
Deja de actuar como imbécil
Deja de ser un estúpido
Y vuelve a buscar la razón.

44
Colección Autores Coelemanos

Mirar por la ventana

Me levanto, aunque no sé si estoy despierta,


Miro entre mis dedos alguna salida,
Veo pequeños agujeros que se cierran,
Y una inspiración deshecha.
Soy capaz de destruir un planeta en una desolación.
Veo rostros perdidos en las calles discriminadas,
Vago y me ahogo al final de un camino,
En una laguna de recuerdos nostálgicos.

Afuera, algún encantamiento pasajero se apaga.

45
Colección Autores Coelemanos

Habitante perdido

Él puede inmortalizar los segundos y las horas, destruye


el cielo con sus ojos siniestros. Contempla el aire tan lleno
de maldiciones y acertijos no resueltos. Miles de voces lo
cubren, impidiendo que el silencio prohibido caiga sobre el
habitante perdido.

Él se paraliza en un soplo nocturno, no sueña, no duerme,


camina sin rumbo, vaga guiado por su sombra. Se pierde
con cada silueta y no vuelve porque jamás se ha ido. Se lleva
de todos la verdad, nadie conoce su verdadera identidad.

Lo veo allí, entre los árboles de piedra, se oculta porque


tiene miedo. Se parece a un atardecer moribundo, a lo
oscuro e incierto, habita entre todos, habitante perdido.

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Colección Autores Coelemanos
La espera (A mi hijo Franco antes de nacer)
Déjame pintar un sol sobre el amor oculto en las alas de tu
alma y descubrirte con solo rozar el polvo estelar de tus ojos.

Ábreme la vida con heridas y en un lugar que nadie conozca,


logra conquistar mi ira y enamorar mi locura cósmica.
Soy etérea y caótica, cuando vuelo
y caigo
sobre
los pensamientos del mundo.

Soy viajera errante e insignificante ante el misterio universal.

Soy un ser pasajero, olvidada antes de ser recordada, una


energía vibrante, inspirada en medio del silencio de la
madrugada.

Voy a dormir para destruir las palabras y crear poesía, para


volver a mi tierra donde todos creen ser importantes.

Voy a dormir junto al ayer esperando que vengas.

Voy a cuidar de aquello que sueñas sin destruir el momento


con viejos recuerdos, anhelo estar ahí para escarbar en las
tumbas y encontrar la razón del existir.

Voy a dormir para llegar con valentía y enfrentar el vacío, allí


donde comienza la vida, la vida silenciosa, la vida que grita,
que desgarra, que consume, que pierde esperanza y adquiere
un bello sentido.

Soy etérea…caótica y la melodía de las galaxias me atraviesa el


alma, pero aquí estoy esperándote, para guiarte en tu propio
camino, mi viajero acuático, mi estrella fugaz. Te espero para
mostrarte la vida que vale la pena.

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Colección Autores Coelemanos

Caricias nocturnas

Hazme el amor con el alma


Sin las manos esta vez,
Transforma cada beso en un momento sin fin.
Acaríciame la mente con tu mirada de amor,
Haz que me sienta tuya,
Hazme perder la razón.
Que pase el tiempo,
el aire y la vida,
pero no me sueltes jamás.
Mírame, agitado y lindo,
Lléname de tu calor,
Tócame con tanta fuerza
Que me destruyas el dolor.
Quiero que de tu boca saques la daga
Con que humedeces mi conciencia,
Yo ya no tengo paciencia.
Bésame la carne en llamas
y apágala con tu sudor.
Te entrego mi voluntad
Para que descubras la esencia de mi ser.
Llévame completamente,
Destrúyeme si quieres,
Pero luego, por favor,
Constrúyeme al amanecer

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Colección Autores Coelemanos

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Colección Autores Coelemanos

Nací una noche otoño de 1989 en Coelemu.


Desde pequeña los libros fueron mi refugio y las letras mi
pasión, lo que me inspiró a ser profesora de Lenguaje y
Comunicación.
Soy mamá de dos hijos hermosos, Franco y Eluney.
Tengo alma de viajera y todas las experiencias me han hecho
una persona más auténtica siempre con ganas de aprender y
crecer en todos los ámbitos.

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