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Introducción
Ángeles Soletic*
“De nuestra cabeza huesuda y neuronal, salió nuestra cabeza inteligente. Entre nuestras manos, la caja-computadora
contiene y hace funcionar, en efecto, lo que en épocas remotas llamábamos nuestras “facultades”: una memoria, mil
veces más poderosa que la nuestra; una imaginación equipada con millones de íconos; también una razón puesto
que tantos programas pueden resolver cientos de problemas que no habríamos resuelto solos. Nuestra cabeza está
arrojada ante nosotros, en esa caja cognitiva objetivada. Tras la decapitación, ¿qué nos queda sobre los hombros?
La intuición innovadora y vivaz. El aprendizaje, caído dentro de la caja, nos deja la alegría incandescente de
inventar…” Michel Serres, Pulgarcita, FCE (2012)
La inclusión de las TIC en el sistema educativo también es el resultado del reconocimiento de la nueva ecología
comunicativa en la que se habitan nuestros niños y adolescentes. La telefonía móvil, la computadora, las consolas de
videojuegos, los reproductores de MP3, Internet, las cámaras fotográficas digitales, etc., forman parte de un mundo
comunicacional sustantiva y cualitativamente diferente del que buena parte de los actuales docentes conocieron en
su infancia. Los estudiantes que hoy habitan nuestras aulas forma parte de una generación acostumbrada al ensayo
y error a través de los videojuegos, que envía simultáneamente mensajes de texto, chatea y conversa cara a cara
con otra persona, que invierte una gran cantidad de su tiempo intercambiando en las redes sociales. ¿Cómo
interpretamos los procesos de construcción de conocimiento escolar de nuestros alumnos en relación con sus
experiencias comunicativas fuera de la escuela? Aunque esta pregunta sea difícil de responder, lo cierto es que a la
escuela se le plantea como desafío el “estar” allí donde los niños, adolescentes y jóvenes están; y de enseñar
considerando los rasgos que conforman su identidad, sus intereses, sus prácticas, sus modos de conocer.
Desde la perspectiva didáctica, un primer análisis de las potencialidades educativas de las TIC en la enseñanza –y
particularmente en el campo de las Ciencias Sociales-, pone al descubierto las enormes oportunidades que ofrecen
para:
experimentar con formas de representación alternativas y complementarias a los textos escritos: visuales,
auditivas, multimediales, inmersivas, interactivas;
enriquecer y complejizar el abordaje de los temas curriculares mostrando diversas perspectivas y enfoques.
favorecer la indagación, la problematización, el análisis de situaciones dilemáticas, la resolución de problemas, el
estudio de casos.
desarrollar entornos colaborativos para la producción conjunta y entre pares de conocimiento, dando un
significado nuevo a la educación en valores como el pluralismo, el respeto por la diversidad, la solidaridad, la
tolerancia, el diálogo democrático, central en el campo de las ciencias sociales.
En esta clase, nos proponemos analizar algunos entornos, aplicaciones, recursos tecnológicos y estrategias que
entendemos potencian la enseñanza de las Ciencias Sociales en el aula; y, en forma simultánea, reflexionar sobre el
sentido de la inclusión de las TIC en la enseñanza del campo, en términos de innovaciones que permitan dar
respuesta a los problemas de comprensión y el aprendizaje en las aulas. Lo haremos partiendo de la consideración
de la tecnología como medio (y no como fin) para favorecer la comprensión de los contenidos disciplinares, el trabajo
colaborativo y la construcción de una ciudadanía informada, crítica y comprometida con el fortalecimiento del espacio
público.
https://www.youtube.com/watch?v=iwPj0qgvfIs
En el espacio digital cambia no solo el soporte de papel por el digital, sino principalmente el espacio de lectura de la
página por el de la pantalla electrónica y su arquitectura hipertextual. T. Nelson en su libro “Literary Machines”
(Máquinas Literarias) señala que “un hipertexto es la presentación de información como una red de nodos enlazados,
a través de los cuales los lectores pueden navegar libremente en forma no lineal. Permite la coexistencia de varios
autores, desliga las funciones de autor y lector, permite la ampliación de la información en forma casi ilimitada y crea
múltiples rutas de lectura”. La misma definición le cabe a los llamados “hipermedia” que incluyen, además de textos,
imágenes, sonidos, animaciones, videos, etc..
https://www.youtube.com/watch?v=PL-ywltLjzk&feature=player_embedded
El video anterior define al hipertexto como un tipo de escritura no lineal: a través de enlaces de navegación, los
lectores pueden “saltar” por el documento como lo deseen. Ningún orden determina la secuencia de la información
que se va a leer. Según Jacob Nielsen, “un verdadero hipertexto debe... hacer sentir a los usuarios que pueden
moverse libremente a través de la información, de acuerdo a sus propias necesidades”. Consecuencia de su
naturaleza, en la lectura de los hipertextos a menudo se pierde el contexto: los lectores pueden desorientarse y
perder la pista de su posición dentro del documento. Porque, como señala Landow, los hipertextos en la Web “no
tiene principio, pero si diversas vías de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse de principal”.
Si a las características de la estructura hipermedial de la Web se le suma la de una disponibilidad casi ilimitada de
información, de voces, de puntos de vista, de recursos; queda de manifiesto lo abrumador que puede llegar a ser
realizar una búsqueda de información confiable en la Web. Todos lo hemos vivido en alguna oportunidad. Pero, ¿qué
implicancia tiene esto en el contexto educativo? Precisamente, una de las principales tareas del docente consiste en
ayudar a nuestros alumnos a construir criterios que le permitan identificar información relevante, útil y confiable.
Nicholas Burbules y Thomas Callister (2001: 62-72) refieren a la hiperlectura como aquella capacidad de “encontrar y
de leer en forma selectiva, evaluar y cuestionar lo que se encuentra, es decir, la de realizar conexiones propias entre
los hallazgos, poner en duda los enlaces que otros proporcionan, preguntarse por los silencios o las ausencias”. Por
eso, los autores enfatizan: “la capacidad crítica para leer la información en forma selectiva, evaluarla y cuestionarla
es uno de los desafíos educativos fundamentales que generan las nuevas tecnologías”. La tarea del docente es,
entonces, orientar a los estudiantes para que no pierdan el sentido de la búsqueda y ayudarlos a construir
criterios para la selección de la información, a fin de “no naufragar en el mar de la información”.
Si en Internet, los textos son por definición descentrados, se trata de aprovechar esta lógica, pero con un agregado
asociado a la tarea docente: la “recentración” en función de la tarea, la pregunta, el problema que tenemos
entre manos. No se trata de cortar y pegar, sino de utilizar la información en función de los propósitos de la
enseñanza. Se trata de saber qué buscar, cómo buscarlo, con qué se relaciona cierta información, qué conocimiento
tiene el usuario sobre el tema. Internet ofrece un inmenso e inabarcable caudal de información, pero no muestra
ningún filtro para seleccionarla.
Edith Litwin (2004) identifica los diversos pasos que implica una búsqueda efectiva, esto es:
• Identificar la naturaleza de la información.
• Implementar estrategias de búsqueda (recurrir a buscadores, páginas de enlaces, etc.).
• Establecer criterios para seleccionar el material en función de los propósitos y las condiciones de la tarea.
• Evaluar en qué medida este tipo de información sirve a los propósitos de la tarea.
• Validar el material seleccionado en relación con el contexto de producción y en relación con los conocimientos
y los métodos de las disciplinas involucradas.
• Realizar validaciones cada vez más ajustadas (selección gruesa y fina).
Criterios para evaluar la información
Evaluar los resultados de la búsqueda implica la referencia a criterios a partir de los cuales identificar la información
valiosa, útil y relevante. A continuación ofrecemos una guía de los aspectos más importantes a tener en cuenta para
guiar la búsqueda de información de manera confiable. Incluimos, además, preguntas que pueden ayudar a evaluar
los recursos disponibles en la Web:
Presentación: ¿Cuál es el nombre del sitio o documento? ¿Cuál es el título de la página? ¿Qué detalles de la URL
podemos apreciar? Ej. Tipo de dominio (edu, org, com, etc.) ¿Pertenece a una organización? ¿Forma parte de una
Web oficial o de otro tipo? ¿Requiere registro (gratuito o no) para utilizar los recursos?
Autor: ¿Es identificable? ¿Existen datos biográficos? (situación profesional, académica, etc.) ¿Tiene probado
conocimiento del tema? ¿Aparece el e-mail u otros datos para contactar?
Tipo de publicación: ¿Es educativa, comercial, informativa, etc.?¿Con qué intención se ha creado el sitio o
documento? ¿Contiene información relevante respecto al tema que nos ocupa? ¿Hay más información adicional que
nos pueda interesar aquí?
Destinatario: Teniendo en cuenta el tono, estilo y contenido de la página ¿a qué destinatario está dirigido? ¿Va
dirigido a alumnos, académicos, público general, etc.? ¿Se ajusta a nuestras necesidades?
Precisión: ¿Se indican o son evidentes las fuentes de las herramientas que se utilizan? ¿Se incluyen enlaces a otras
fuentes que permitan verificar la información? Si el tipo de documento lo requiere ¿se aporta bibliografía? ¿Contiene
opiniones, comentarios sesgados, etc.? ¿Cuál es el punto de vista que se expone? ¿Cuál es el enfoque de los
recursos? (Ej. divulgativo, académico, etc.).
Actualidad: ¿Está actualizada la información? ¿Hay evidencias de que existe un mantenimiento del sitio y una
actualización de los recursos? Dado el material que estamos buscando, ¿son estos detalles importantes para
nosotros?
Relevancia: ¿Contiene información mal organizada o demasiado compleja? A pesar de la complejidad de contenido
o lingüística, ¿es un recurso interesante que deberíamos seleccionar? ¿Ofrece este recurso la posibilidad de trabajar
un campo léxico determinado?
Extensión: ¿Está tratado el tema con amplitud o sólo una parte o aspecto del mismo? ¿Se establece claramente el
ámbito del tema que se trata? Teniendo en cuenta nuestras necesidades concretas, ¿contiene excesiva o escasa
información? ¿Propone otras fuentes de información en caso de querer profundizar?
Enlaces: ¿Conducen a otros sitios de interés e igualmente de calidad? ¿Están comentados? ¿Son relevantes y
apropiados para nuestro tema? ¿Pueden servir para que los alumnos desarrollen la actividad? O al contrario
¿pueden distraerlos de la misma?
Tipo de material: ¿Qué tipo de material es? (Ej. opinión, hecho, noticia, etc.) ¿Es material de referencia? ¿Qué tipo
de material de referencia? (Ej. diccionario, enciclopedia, etc.) ¿Plantea un problema que necesita de la elaboración
de una respuesta por parte del alumno? ¿Promueve la reflexión y el análisis crítico? ¿Contiene componentes
interactivos? ¿Requiere de la colaboración entre varias partes?
En definitiva, no se trata de juzgar la información a través de un solo criterio, sino de abordar múltiples modos de
evaluar la credibilidad de un material.
Material extraído del portal EducaRed www.educared.org
(https://maps.google.com.ar/), permite trabajar con distintas escalas de análisis espacial promoviendo una mayor
comprensión de la orientación y las relaciones espaciales. Google Earth introduce una visión distinta de la noción de
espacio al incluir la variable de la tridimensionalidad.
Los usos de este tipo de entornos son variadísimos y también los sentidos que podemos darle en la enseñanza. En
una primera aproximación a Google Earth, sencillas actividades de investigación permitirían a nuestros alumnos:
Visitar ciudades y observar, con asombroso nivel de detalle, calles, edificios, casas, monumentos, ríos.
Identificar la ubicación de sitios históricos y culturales importantes y observarlos en modo street view o
fotografías panorámicas a nivel de calle (linkear a https://www.google.com/maps/streetview/)
Observar dorsales oceánicas y principales zonas de compresión y subducción de la Tierra.
Identificar tipos o formas de relieve (llanuras, cordilleras, valles, altiplanos, etc.) y conocer la medida exacta de su
altura sobre el nivel del mar.
Visualizar el sistema de coordenadas geográficas (meridianos, paralelos y trópicos) y conocer las coordenadas
de cualquier punto de la Tierra.
Visualizar fronteras, carreteras, vías férreas, volcanes, epicentros de sismos, lagos, lagunas y ríos, entre otros.
Visualizar en 3D terrenos elevados tales como cerros o montañas.
Más allá del enorme aporte de esta herramienta en términos de visualización, en el marco de propuestas de
enseñanza entendemos que el desafío de su integración es aún mayor, en tanto es posible avanzar en la
hipotetización y conceptualización de procesos territoriales y geográficos estableciendo relaciones valiosas entre la
información que ofrecen distintas capas o layers, por ejemplo, sobre formaciones naturales y patrones de
poblamiento, comparación de morfologías urbanas, asociación de formas de relieves con distribución de placas
tectónicas. Por otro lado, el valor de estos entornos para la construcción de la noción de escala de una
representación cartográfica puede pensarse como otro aporte para la construcción de una mirada crítica respecto de
las apreciaciones subjetivas y las representaciones sociales vigentes.
Otras aplicaciones, como Gapminder, favorecen la comprensión de procesos económicos, sociales, demográficos,
sanitarios o educativos a nivel mundial a través de la visualización de datos en mapas, barras o gráficos de líneas, y
permiten analizar dichos datos en forma de secuencia temporal. La herramienta posibilita, además, correlacionar gran
diversidad de indicadores, tales como esperanza de vida, nutrición infantil, mortalidad, acceso a internet, renta per
capita, producto interior bruto, consumo energético; y estudiar la evolución de esa relación en el tiempo.
Interfaz de Gapminder www.gapminder.org
Lecturas sugeridas
Gapminder
https://www.gapminder.org/
Sencillas aplicaciones como Paint, Power Point, Impressive o KPresenter ofrecen, por ejemplo, nuevas oportunidades
para el análisis de las imágenes a través de sencillos sistemas de anotación. Imaginemos que estamos trabajando el
llamado “modelo agroexportador” conformado en Argentina en las últimas décadas del siglo XIX empleando
imágenes que permiten analizar distintas dimensiones del proceso histórico.
Por ejemplo, la obra Embarque de cereales, realizada en 1934 por Benito Quinquela Martín, podría ser una vía
valiosa de análisis de aspectos sociales y económicos clave del modelo. En este caso, trabajando la imagen en
zoom, se pueden identificar el entorno del puerto, las condiciones de los trabajadores, el tipo de producción
embarcada. Se trata de descubrir detalles significativos de la obra que pueden ampliarse, incorporando cuadros de
texto con contenido explicativo o vínculos con fuentes escritas, ofreciendo pistas de análisis a través de comentarios,
preguntas, indicaciones que el profesor puede incluir como orientaciones para el análisis.
Análisis de imágenes
sobre Paint
Thinglink https://www.thinglink.com/
Padlet https://padlet.com
Mural.ly https://mural.ly
Maptia https://maptia.com/
Glogster https://edu.glogster.com/
Prezi https://prezi.com/
De acuerdo con los objetivos pedagógicos, existen múltiples estrategias para orientar a los estudiantes en la
construcción de mapas conceptuales. El punto de inicio puede ser:
• Plantear una pregunta de enfoque que dirija el trabajo hacia un objetivo.
• Seleccionar los conceptos que el docente quiera que los estudiantes incluyan en sus mapas y listarlos. El aspecto
que presenta mayor desafío y dificultad en la construcción de mapas conceptuales es la elaboración de las
proposiciones. Esto es, determinar qué palabras de enlace describirán claramente la relación entre conceptos. Por lo
tanto, entregar a los alumnos una lista de conceptos no le quita dificultad a la construcción del mapa y permite al
docente detectar los conceptos que el alumno no está integrando correctamente.
• Completar la estructura de un mapa prediseñado. Para temas complejos, se puede optar por dar a los estudiantes
un mapa parcial, basado en un mapa “experto”, tomado de la bibliografía o realizado por el docente. Allí la consigna
puede ser ampliarlo con conceptos y relaciones más específicas. En este caso, el mapa inicial actúa como
“disparador” y andamiaje para los estudiantes.
Los estudiantes tendrán que:
• Agrupar los conceptos cuya relación sea próxima.
• Ordenarlos desde lo más abstracto y general hasta lo más concreto y específico.
• Representarlos, situarlos en el diagrama, conectarlos.
• Buscar, seleccionar recursos multimedia e hipervínculos –de acuerdo con su significatividad y pertinencia–,
ubicarlos y agregarlos donde corresponda.
• Comprobar el mapa, revisar las relaciones, cuidar que no se hayan repetido o superpuesto conceptos.
• Reflexionar sobre el mapa. Corregir, ampliar, quitar, cambiar, reconstruir, reorganizar, establecer relaciones antes
no vistas, etc.
La ventaja de utilizar una computadora para la realización de estos mapas es que permite fácilmente agregar o
eliminar elementos o relaciones, cambiarlos de posición, así como adicionar imágenes u otros recursos multimedia
que contribuyan a clarificar la representación de un tema. Es decir, agiliza la confección, el proceso de refinamiento,
modificación y extensión.
Extraído de Minzi. V. (coord.) Tecnologías de la información y la comunicación en la escuela: trazos, claves, y
oportunidades para su integración pedagógica. Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, 2007.
Las líneas de tiempo interactivas
A lo largo de esta propuesta de formación, se ha analizado de manera minuciosa la complejidad asociada al proceso
de construcción de categorías vinculadas con la noción de tiempo histórico, uno de los ejes clave del conocimiento y
explicación del cambio social. Muchas veces, el conocimiento histórico queda reducido a situar los hechos y
reproducir las fechas en que tienen lugar los acontecimientos, deduciendo la causalidad del devenir de la mera
cronología de sucesos. Sin embargo, sabemos que el tiempo histórico contiene y engloba otras dimensiones a
considera: la sucesión, la simultaneidad, la continuidad, la intensidad, el cambio, la ruptura.
Las líneas de tiempo, en principio, permiten “ordenar” el acontecer histórico, creando representaciones que hacen
posible asir la temporalidad, concepto de un alto grado de abstracción. Plasmar el tiempo en una imagen posibilita
adquirir mayor conciencia del transcurso temporal, "ver" la duración de los procesos, la simultaneidad o densidad de
los acontecimientos, la conexión entre sucesos que se desarrollaron en un tiempo histórico determinado y la distancia
que separa una época de otra. La posibilidad de establecer periodizaciones implica, asimismo, un salto cualitativo
que incorpora una interpretación posible del devenir histórico organizado en etapas o períodos relativamente
homogéneos que dan cuenta del cambio, constituyéndose en un elemento muy importante en la fijación de la
memoria histórica.
Los entornos digitales ofrecen hoy enormes posibilidades para la representación del tiempo. TikiToki https://www.tiki-
toki.com/ es un ejemplo de aplicación en línea que permite complejizar el abordaje convencional de las líneas de
tiempo. Dada su posibilidad de interactividad, a cada uno de los eventos puede agregarse más información:
imágenes, videos, noticias, enlaces a otras páginas. Más allá de las posibilidades que ofrece, lo innovador de este
entorno es su posibilidad de crear las propias líneas de tiempo de manera colaborativa, ver los cambios más
recientes y comentar las elaboradas por otros.
https://www.tiki-toki.com/timeline/entry/55/The-Fight-for-Democracy-in-the-Middle-East/#vars!date=2010-12-
29_15:27:31!
Los ejemplos que elegimos muestran dos modos distintos de pensar su integración al trabajo en el área: uno, para
trabajar el mapa de la segregación en la primera mitad del siglo XX en WashingtonThe rise of segregation in DC
during the first half of the 20th
century https://jmt.maps.arcgis.com/apps/MapJournal/?appid=061d0da22587475fb969483653179091
Y el otro para recorrer una de las obras paradigmáticas del renacimiento europeo, El jardín de las delicias, de
Hieronymus Bosch https://storymap.knightlab.com/examples/bosch-garden/
Timerime http://timerime.com/
Timetoast https://www.timetoast.com/
MyHistro https://www.myhistro.com
Odyssey https://cartodb.github.io/odyssey.js/
La elaboración de relatos audiovisuales
https://youtu.be/z5TsZlhwaFk
El video que acaba de ver es el documental ganador del primer premio del Concurso de Historia para Jóvenes
Eustory España, de 2009. Fue realizado por alumnos de 4º ESO del IES Pablo de Olavide de La Luisiana (Sevilla). El
propósito del proyecto fue analizar las diferencias generacionales de jóvenes, padres y abuelos a través de sus
relatos sobre la infancia, el matrimonio, la familia, el trabajo y las expectativas de futuro.
¿Qué valor puede tener la construcción de relatos audiovisuales en el aula en la comprensión y explicación de los
problemas y conflictos que atraviesan las sociedades, sus causas y las vías de superación que explican el cambio
social? En primer lugar, como señalamos en el inicio de esta clase, estos relatos permiten aproximarnos a las
prácticas culturales de muchos de nuestros estudiantes. Capturar imágenes con sus teléfonos, grabar música, editar
videos son prácticas frecuentes que favorecen situar a nuestros alumnos en el escenario de la producción y de la
colaboración. Pero también los estimula a la investigación, a la resolución de problemas, al debate, a buscar y
encontrar las formas más adecuadas de comunicar una idea.
El ejemplo anterior nos presenta un proyecto de historia oral sobre el pasado reciente, dinamizado a través del
soporte digital. Lo sustantivo del trabajo no refiere a los aspectos técnicos, sino a la metodología de la historia oral, la
investigación de contexto, la definición de los aspectos a relevar, la recuperación de la memoria a través de las
entrevistas y su análisis, la documentación previa, la selección de fuentes secundarias pertinentes al encuadre, la
construcción de categorías de análisis.
Muchas veces, los relatos elaborados por nuestros estudiantes nos sorprenden porque revelan sus inquietudes,
preocupaciones, anhelos y porque ponen en escena modos de expresión que resultan extraños a nuestra
experiencia. Pero necesitamos que esas producciones también puedan dar cuenta de mayores alcances en la
comprensión de los problemas abordados. Por esta razón, es importante elaborar secuencias didácticas que orienten
la producción con sentido y volver continuamente sobre ellas para revisarlas y mejorarlas. Definir temas potentes,
articular ideas y conceptos disciplinares en el mensaje que se busca transmitir, profundizar en la elaboración de
guiones, atender los procesos de escritura y reescritura, constituyen algunas de las cuestiones a considerar en el
acompañamiento docente. Y también, como señala Inés Dussel, apuntalar las asociaciones que se trazan entre los
diversos elementos que componen el discurso (texto, imágenes, audio) en la experimentación narrativa.
Para profundizar
¿Cómo hacer un video? El despliegue y expansión de las TIC han hecho posible que la realización de un video
sencillo no ser ya una actividad limitada a un grupo de especialistas. En esta página web se explica los pasos básicos
del guionado y la producción.
https://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=109031
Pintá tu aldea
Proyecto de historia oral donde los jóvenes reconstruyen historias de vida y las vinculan con el proceso histórico
nacional o global.
En todos estos sentidos, las TIC nos interpelan como docentes, ofreciéndonos nuevas oportunidades para el
despliegue de la imaginación pedagógica. Sin embargo, como ya señalamos, la incorporación de las nuevas
tecnologías no transforma de modo automático las propuestas didácticas ni las hace mágicamente innovadoras y
valiosas para la enseñanza. Su valor está dado por la calidad de la propuesta, su creatividad, las estrategias
cognitivas que ponen en juego, lo desafiante de las preguntas que formulan o la capacidad para profundizar un
contenido.
La cultura material del Imperio Romano, sostenida por tecnologías de transporte dependientes de energía
humana, animal, eólica e hidráulica, fue recreada a través de una compleja simulación de las redes de
comunicación romanas en el programa Orbis http://orbis.stanford.edu/
Los mapas convencionales no pueden captar las restricciones ambientales que rigen los flujos de personas, bienes e
información, y su relación con los recursos técnicos que dispone una sociedad en un momento dado. A través de un
modelo visual e interactivo que incluye la red de carreteras romana, los ríos navegables y las rutas marítimas del
Mediterráneo, el Mar Negro y la costa atlántica, es posible reconstruir la duración y el costo de los viajes y el traslado
de bienes en la antigüedad, teniendo en cuenta las variaciones estacionales y un amplio abanico de modos y medios
de transporte. De esta manera, Orbis promueve una comprensión profunda de las condiciones de la vida material en
las sociedades agrarias.
Muchos videojuegos, y sobre todo, los llamados “juegos serios” o de “realidad alternativa”, pensados y creados
con fines educativos e informativos para concientizar sobre ciertos conflictos, se proponen que los alumnos
construyan nuevo conocimiento e incluso cambien sus actitudes frente a una problemática.
Más allá de “entretener”, lo que se busca es situar a los estudiantes en un contexto particular con el objetivo de
desarrollar conocimientos específicos e incidir en la resolución de problemas reales en entornos fabricados que
simulan la vida real.
http://www.contravientoymarea.org/
“Mundo sin petróleo” http://writerguy.com/wwo/metahome.htm propone desarrollar saberes y estrategias en torno
de una pregunta: qué pasaría si el mundo se quedara sin petróleo hoy.
“El futuro de Villa Girondo” http://www.tizapapelbyte.co/produccion/villa-girondo es un juego de roles construido
en torno a los problemas generados por la construcción de una represa y la necesidad de relocalizar una ciudad;
“Humanos recursos” aborda las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo en perspectiva histórica;
Juegos y simulaciones no agotan el tratamiento de un tema: la empatía y el compromiso que provocan las narrativas
lúdicas y el aprendizaje asociado a la toma de decisiones informadas de las simulaciones, constituyen poderosas
puertas de entrada que requieren posteriormente recuperar las preguntas e hipótesis formuladas en el proceso en el
análisis de las fuentes.
La respuesta a estos interrogantes nos permite pensar en distintos usos de las tecnologías, todos ellos potentes, pero
con niveles diferenciados de compromiso con la innovación y el cambio. Pensar la tecnología para aumentar la
enseñanza, enriquecerla o transformarla da cuenta de distintos alcances de uso, y estos no están relacionados
necesariamente con la sofisticación de la herramienta o el entorno a utilizar: se trata de pensar, volviendo al planteo
inicial, usos que permitan la conceptualización, la desnaturalización, la desdogmatización y la complejización del
análisis de las relaciones sociales.
comparar los modos de construcción de las noticias, analizando la información de distintos periódicos digitales
locales, nacionales, extranjeros;
buscar en la web un dato que necesitan para construir una idea o rebatir un punto de vista, incluido el que
nosotros presentamos como docentes;
buscar documentos históricos, censos o registros estadísticos en formato digital para validar una determinada
hipótesis;
recorrer distintas ciudades, para descubrir su morfología y compararla, con la posibilidad de tener una
experiencia inmersiva a través del Street View de Google Earth;
analizar, mediante una infografía interactiva, procesos complejos y abstractos, difíciles de ser aprehendidos a
través de un texto; n visualizar colecciones de arte a través de museos virtuales;
acceder a representaciones de mundos lejanos, pasados o presentes a través de vídeos;
traer al aula la voz de un especialista a través de una vídeoconferencia en una sencilla sesión de Skype;
viajar a lugares físicos o sitios virtuales de manera sincrónica o asincrónica;
escuchar grabaciones de discursos históricos, programas de radio o relatos orales
la participación en simulaciones que permiten abordar problemas del mundo real, situarse en un rol –
construcción de empatía– y proponer soluciones a los problemas planteados;
la intervención de imágenes, extrayendo de ellas información o agregándola, para hacer comprensible lo que
aparece oculto o velado;
el diseño de “mapas propios”, no solo para localizar procesos territoriales sino para representarlos de manera
enriquecida a escala local –con links a páginas web, fotografías o textos– y compartirlos en espacios abiertos;
la recreación de procesos históricos o una historia de vida a partir del diseño de una historieta en formato digital;
la creación de una representación metafórica sobre un tema o idea del curso;
la participación en diálogos y debates sincrónicos o asincrónicos con sus compañeros;
la producción de narrativas audiovisuales en torno a una problemática analizada en clase, un estudio de caso o
una investigación;
el diseño y edición colaborativa de un mapa o una red conceptual;
la elaboración de una secuencia cronológica, ensamblando documentos digitales para desarrollar un relato; n la
participación en una investigación, reuniendo información obtenida en medios digitales y no digitales,
compartiéndola, analizándola y sintetizándola;
la creación de periódicos o libros digitales.
En todas las actividades propuestas, las tecnologías contribuyen, en distinta medida, a potenciar el aprendizaje, en
tanto su utilización exige el despliegue de procesos cognitivos que favorecen el desarrollo del pensamiento histórico,
la construcción de un punto de vista a partir del debate, la selección y uso genuino de información y el análisis de la
multiperspectividad. En este sentido, entendemos que enriquece la enseñanza contar con su mediación.
promover articulaciones significativas con el afuera del aula (Maggio, 2010), interviniendo en la comunidad o
desarrollando, desde la escuela, iniciativas que impacten en el entorno local;
hacer participar a los estudiantes en comunidades de discusión e interpretación, produciendo contenidos abiertos
en el marco de las lógicas disciplinares e interdisciplinares;
trabajar en red con otros estudiantes, docentes y especialistas para que el aula sea una “escuela de democracia”
y un semillero de acciones ciudadanas solidarias;
generar proyectos genuinos que involucren a los estudiantes en problemas reales, cercanos a sus intereses y
que demanden un abordaje interdisciplinario.
Los siguientes ejemplos, tomados de propuestas concretas desarrolladas por docentes de nuestro país, dan cuenta
de estos usos que implicar re-crear la clase de Ciencias Sociales:
- En el marco de un proceso eleccionario municipal y provincial, una profesora de cuarto año organiza un proyecto de
intervención comunitaria con el propósito de informar a la comunidad el alcance de las elecciones, los derechos y
obligaciones del electorado, las plataformas de los partidos políticos y los lugares de votación. A partir de un proceso
de investigación exhaustivo y con los padrones electorales cargados en sus netbooks, los alumnos organizan,
durante las dos semanas previas, puestos públicos de información en la escuela y principales espacios públicos,
donde, además de informar a los vecinos sobre los lugares de votación, los instruyen sobre la importancia del acto
eleccionario, las autoridades a elegir y los requisitos a tener en cuenta.
- Proyectos que proponen un abordaje integral del problema ambiental, por ejemplo, la medición de los niveles de
dióxido de carbono en la comunidad –desde el registro del consumo de energía hogareña, hasta la emisión de gases
por parte de las industrias– y generan acciones reparatorias –como la plantación de árboles o el reciclaje de papeles–
dan cuenta de un uso genuino de la tecnología al servicio del aprendizaje y la gestión del cambio social. Se trata de
involucrar a los estudiantes en acciones concretas, producto de la investigación y del intercambio con los actores que
participan de manera directa en la solución del problema, para colaborar en el desarrollo de la conciencia ambiental.
La tecnología aporta programas y herramientas que ayudan a recabar datos, procesar información, analizar
resultados, comunicar logros y realizar actividades de difusión; pero ella no define los propósitos del proyecto.
- El soporte digital puede potenciar proyectos innovadores, como el que permite acercarse a los estudiantes al trabajo
del historiador, reconstruyendo la historia local a través de proyectos de historia oral sobre el pasado reciente. Lo
sustantivo de la propuesta, en este caso, no refiere a adquirir destrezas técnicas, sino a aprender sobre la
metodología de la historia oral, la investigación de contexto, la definición de los aspectos a relevar, la recuperación de
la memoria a través de las entrevistas y su análisis, la documentación previa, la selección de fuentes secundarias
pertinentes al encuadre, la construcción de categorías de análisis y la organización de la información obtenida. La
tecnología hace posible la creación de fuentes nuevas, por medio de entrevistas filmadas y grabadas, el registro y
análisis de encuestas, la búsqueda de imágenes, la edición de vídeos y la difusión de los resultados en la comunidad
local y en el espacio global.
- La investigación en el aula puede trascender el trabajo escolar cuando sus productos pueden incorporarse en
producciones colectivas. Profesores de Historia, Geografía y Artes han desarrollado proyectos para sumar a la
información disponible en Wikipedia. Se trató de identificar espacios de la enciclopedia virtual en los que se podía
profundizar temas ya indagados, o bien temáticas ausentes, pero de interés para la enseñanza. La instalación de los
alumnos en un espacio de producción y no, de mera recepción de información, trajo novedades sustantivas al trabajo
escolar: a) los alumnos se incorporaron a una comunidad de afinidad cognoscitiva en la que compartieron el
escenario con otros usuarios y editores de la Wikipedia; b) la externalización de la producción implicó asumir que el
producto escolar no era descartable, sino que era posible pensarlo como un aporte a la producción de conocimiento
en el marco de la idea de inteligencia distribuida; c) la evaluación de la producción dejó de estar en manos
únicamente del docente; los estudiantes aprendieron a ser evaluados por muchas personas y a defender sus aportes
y argumentos en otros contextos académicos; d) la posibilidad de sumar aportes en una enciclopedia puso en
discusión los modos en los que se estructura el conocimiento en cada disciplina, dando cuenta de que el
pensamiento disciplinado es central para el cambio conceptual.
Como hemos visto a lo largo de esta clase, un eje central de la educación en TIC en el campo de las Ciencias
Sociales es desarrollar en los alumnos las habilidades necesarias para que realicen búsquedas pertinentes, reflexivas
y críticas acordes a las necesidades u objetivos pedagógicos, sociales o culturales que se planteen. En este sentido,
desarrollar competencias para el acceso y análisis crítico de la información es un derecho inalienable y un principio
clave de la construcción de la ciudadanía en el siglo XXI. El valor de las TIC no se agota, sin embargo, en esta
posibilidad: la innovación pedagógica viene asociada también a las oportunidades que la Web ofrece hoy para la
producción y la colaboración en la construcción de conocimiento nuevo, para empezar a generar una ruptura con el
modelo transmisivo de un saber declarativo que domina buena parte de nuestro sistema educativo.
Este es el desafío de la formación docente, puesto que la incorporación de las nuevas tecnologías no transforma de
modo automático las propuestas didácticas ni las hacen mágicamente innovadoras y valiosas para la enseñanza. Su
valor está dado por la calidad de la propuesta, la creatividad que contiene, las estrategias cognitivas que pone en
juego, lo desafiante de las preguntas que formula, la capacidad para profundizar un contenido, para repreguntar. En
este sentido, las TIC nos interpelan como docentes, ofreciéndonos nuevas oportunidades para el despliegue de la
imaginación pedagógica.
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