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●● ¿Qué entiendes por la expresión “fabricación de su imagen”? ¿Por qué puede ser esto importante para un
presidente?
●● ¿Qué harías para que una persona de otro país, que considera que los colombianos somos violentos, dejara de
hacerlo y empezara a ver lo bueno de nuestro país?
3. Lee con atención el siguiente texto. Luego, responde las preguntas en tu cuaderno.
●● ¿Qué comportamiento crees que deberían tener las personas frente a la situación de los desplazados descrita
en el texto?
4. Lee el siguiente texto. Luego, responde las preguntas.
“Los que más sufrimos esa violencia fuimos los niños y los gallos. Vivíamos en el monte porque los señores
chulavitas arrasaban con lo que topaban: quemaban ranchos, mataban los animales que no podían llevar y
asesinaban a quien no gritara: “Viva el partido conservador”. A los gallos tocaba amarrarles el pico para que
no cantaran y a los niños taparles la jeta para que no lloraran. Aprendimos a comer crudo, porque candela no
se podía hacer ni de día ni de noche, y vivíamos en cualquier hueco que se dejara abrir. Fue una humillación
muy grande. Ellos se unían como tropa para acabar con la comida que uno había sembrado, y hasta los viejos
que habían estado en las guerras les tenían miedo. En una ocasión fueron apareciendo en el patio de la casa
los Chaparros, Chucho y Mauricio, hombres empecinados en hacer el mal. Pidieron guarapo porque venían
secos de tanto gritar contra los liberales, que en esa época éramos la chusma. Mi papá, asustado, les brindó
una totumada, y a mí me dio tanta soberbia ver al viejo tan poquito que lo empellé y le hice jondiar lejos la
chicha. Los hombres abrieron tamaños ojos de odio y me cayeron encima a castigarme, pero como yo estaba
pollona y ellos eran pesados, no lograron apañarme (...) Los chulavitas vestían de verde, como la tropa, y eran
como ella malos y sanguinarios. Nada los detenía. En el 52 entraron a la vereda de Ochica, por allá por Río Chi-
quito, y pusieron bombas en los puentes y en los aminos. La gente que pasaba quedaba estallada y reven-
tada por dentro: un cura que iba a levantar unos cadáveres quedó destripado también –a pesar de lo godo
que era–. A los muertos tocaba enterrarlos en el piso porque en Labranzagrande se acabaron los ataúdes”.
Del Llano llano: relatos y testimonios, por Alfredo Molano.