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Actividades para argumentar

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1. Lee el siguiente texto. Luego, responde las preguntas.

Invención y fabricación del presidente militar


“Hasta la llegada del general Gustavo Rojas Pinilla a la presidencia (1953-1957), ningún gobernante colom-
biano había utilizado el poder para la fabricación de su imagen de un modo tan marcado. Él necesitaba
hacerlo. A diferencia de sus antecesores, no era muy conocido ni asimilado como una de las grandes figuras
–vivas o muertas- de la política nacional. En ese sentido, fue un imperativo del gobierno militar fabricar a
toda prisa la imagen del nuevo mandatario, que debería sintetizar la nacionalidad colombiana. Necesitaba,
además, volcar toda la atención de los ciudadanos sobre un solo objetivo: el presidente; de tal manera que
las imágenes de las otras insignias nacionales pasaran a un segundo plano. Y para esto se trazaron directrices
estratégicas: todos los espacios de la vida pública habían de estar cubiertos con su retrato. Sus fotografías,
las de sus actividades se publicaron todas, o casi todas, oficialmente, y de estas la mayoría se reprodujo por
presión o por voluntad de los medios. Con Rojas arribó la televisión al país: su rostro, su cuerpo entero, su
investidura llegaron a los colombianos por este medio. Así, hacia 1957, todos los espacios, incluso los menta-
les, estaban saturados de Rojas. Este fenómeno, por lo demás, fue característicos de la dictaduras latinoame-
ricanas del siglo XX”.
César Augusto Ayala, Exclusión, discriminación y abuso del poder en EL TIEMPO del Frente Nacional (adaptación).

●● ¿Qué entiendes por la expresión “fabricación de su imagen”? ¿Por qué puede ser esto importante para un
presidente?

●● ¿Qué mecanismos utilizó Rojas para fabricar su imagen?

2. Lee el siguiente texto. Luego, realiza las actividades.

¿Por qué la violencia?


La historia de nuestro país ha estado acompañada de hechos violentos, pues innumerables guerras se han
librado en campos y ciudades de Colombia, desde la independencia hasta hoy. Infortunadamente, esa vio-
lencia que padecemos los colombianos desde hace muchos años, ha hecho que algunas personas de otros
países nos consideren violentos. Por eso, muchas veces nos preguntamos si somos violentos o víctimas de la
violencia. La respuesta está en cada uno de nosotros.
●● Señala los que, según tu opinión, hacen de Colombia un país especial en donde vale la pena vivir.

●● ¿Qué harías para que una persona de otro país, que considera que los colombianos somos violentos, dejara de
hacerlo y empezara a ver lo bueno de nuestro país?

3. Lee con atención el siguiente texto. Luego, responde las preguntas en tu cuaderno.

Una historia de la violencia bipartidista


Aún recuerdo esa oscura y dolorosa noche en que tuve que dejar mi ranchito y salir con mi esposa y mis
tres hijos. Estábamos dormidos cuando los estruendos de las balas nos despertaron. Mi compadre me dijo:
“corra que vienen a buscarlo los del partido contrario. Váyase compadrito no sea que lo maten”. Salimos con
lo que teníamos puesto. No pudimos llevar nada. Nos tocó abandonar lo que construimos en tantos años de
esfuerzo y ubicarnos en un pueblo donde había mucha gente del partido contrario. Yo tenía mucho miedo.
Aún no comprendo por qué me perseguían, si yo lo único que hacía era trabajar la tierrita. En aquel pueblo
no pude conseguir trabajo y mis hijos no pudieron ir a la escuela. Les tocó rebuscarse la platica para ayudar
con la comida. A veces, algunas personas nos regalaban mercadito, pero eso no nos alcanzaba. La vida en
aquel pueblo era muy dura; la gente no quería a las personas de mi partido; nos miraban con desprecio y
algunos con miedo. Se les olvidaba que a pesar de ser de partidos diferentes, también somos colombianos.

●● ¿Cuál es tu posición frente a los acontecimientos que se narra en el texto?

●● ¿Qué comportamiento crees que deberían tener las personas frente a la situación de los desplazados descrita
en el texto?
4. Lee el siguiente texto. Luego, responde las preguntas.

“Los que más sufrimos esa violencia fuimos los niños y los gallos. Vivíamos en el monte porque los señores
chulavitas arrasaban con lo que topaban: quemaban ranchos, mataban los animales que no podían llevar y
asesinaban a quien no gritara: “Viva el partido conservador”. A los gallos tocaba amarrarles el pico para que
no cantaran y a los niños taparles la jeta para que no lloraran. Aprendimos a comer crudo, porque candela no
se podía hacer ni de día ni de noche, y vivíamos en cualquier hueco que se dejara abrir. Fue una humillación
muy grande. Ellos se unían como tropa para acabar con la comida que uno había sembrado, y hasta los viejos
que habían estado en las guerras les tenían miedo. En una ocasión fueron apareciendo en el patio de la casa
los Chaparros, Chucho y Mauricio, hombres empecinados en hacer el mal. Pidieron guarapo porque venían
secos de tanto gritar contra los liberales, que en esa época éramos la chusma. Mi papá, asustado, les brindó
una totumada, y a mí me dio tanta soberbia ver al viejo tan poquito que lo empellé y le hice jondiar lejos la
chicha. Los hombres abrieron tamaños ojos de odio y me cayeron encima a castigarme, pero como yo estaba
pollona y ellos eran pesados, no lograron apañarme (...) Los chulavitas vestían de verde, como la tropa, y eran
como ella malos y sanguinarios. Nada los detenía. En el 52 entraron a la vereda de Ochica, por allá por Río Chi-
quito, y pusieron bombas en los puentes y en los aminos. La gente que pasaba quedaba estallada y reven-
tada por dentro: un cura que iba a levantar unos cadáveres quedó destripado también –a pesar de lo godo
que era–. A los muertos tocaba enterrarlos en el piso porque en Labranzagrande se acabaron los ataúdes”.
Del Llano llano: relatos y testimonios, por Alfredo Molano.

●● ¿De qué se trata el texto?

●● ¿Quiénes son los actores implicados en el conflicto?

●● ¿Cómo se presenta la violencia en el texto?

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