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Historia de una infamia

Primera arte
Pisagua en tiempos de Pinochet

Daimo Sánchez León

Abril 2016
Índice

Prólogo

1. Una sola pregunta

2. Traición a la Patria

3. Plan Zeta Now

4. Una carta para la presidenta

5. La decisión de Selim

6. La calle del soldado

7. Una propuesta obscena

8. El evangelio de la Pasión según un ateo

9. La muerte aparente

10. El hombre en la playa

Epílogo
Prólogo
Cuando empecé a escribir esta serie de relatos en Abril del 2016 no tenía muy
claro el por qué lo hacía, nacían como una pulsión dentro de mí y lo cierto es que
puede resultar anacrónico escribir sobre sucesos que ocurrieron hace 43 años
sobre los que ya casi nadie se acuerda y que corresponden a una época de la
historia de Chile supuestamente superada como lo es la dictadura militar de
Pinochet. Pronto descubrí que el motivo tenía que ver con lo que sucede
actualmente, el descorrimiento del velo sobre las instituciones más tradicionales
de nuestra sociedad las mostró tal como son: políticos corruptos cooptados por
la gran empresa legislando a favor de ellas, las colusiones en los diversos
sectores del mercado generadas por la gran empresa que rompen con el mito
de la competencia perfecta estandarte del neoliberalismo, el desfalco sobre los
Fondos Reservados del Cobre perpetrado por la Fuerzas Armadas, todos estos
y otros hechos más tienen un origen común: la herencia de la dictadura militar
que se traduce en un modelo neoliberal en lo económico y autoritarismo en las
relaciones sociales refrendadas en la actual constitución de 1980.

¿Pero qué tiene que ver Pisagua 1973 en todo esto? A medida que investigaba
y escribía sobre lo que ocurrió en ese campamento de prisioneros políticos me
fui dando cuenta de la existencia de un sentimiento que está vivo en nuestra
comunidad y es el de la impunidad. Hechos tan brutales y cobardes como los
que aparecen en estos relatos, atentados flagrantes a los derechos humanos de
los detenidos y ejecutados desaparecidos no han recibido la justicia que se
merecen, la mayoría de los principales militares responsables de estos crímenes
han muerto sin recibir condena alguna y de los civiles involucrados incluso
algunos han ocupado cargos en los gobiernos posteriores. Por años
sobrevivientes y familiares de las víctimas han debido convivir con sus asesinos
y torturadores y hacer como que aquí nunca pasó nada. Esa es entonces la
razón, todo lo que ocurre hoy es porque los que detentan el poder político,
económico y social en este sistema sienten que hagan lo que hagan nada les
pasará, porque así es desde 1973 cuando nace la historia de esta infamia.
1 Una sola pregunta

Consideré que mi deber era hacer algo por las personas que estaban en los
campos de concentración chilenos en calidad de presos políticos como el
documentalista que soy. Había seguido de cerca los acontecimiento que llevaron
al golpe militar contra el gobierno de Allende en 1973 y pese a ser extranjero
conocí bien la gestación de cómo se desestabilizaba la economía del país y cómo
los grupos políticos reaccionarios preparaban el terreno para el golpe de Estado
y la posterior instauración de un régimen militar. Volví a Chile en 1974 con una
sola idea en la mente, fotografiar a las personas que estaban detenidas en los
campos de concentración de la dictadura y exponer después esas imágenes en
el exterior para obligar al gobierno militar no los declarase como desaparecidos.

Tenía amigos en ambos bandos por eso no me fue difícil establecer contacto de
nuevo con aquellos vinculados al régimen militar. Fui lo suficiente hábil en el
pasado para que no sospecharan de mi simpatía hacia el gobierno socialista. Les
cuento que sería conveniente tener grabaciones de los centros de detención de
los opositores al régimen para mostrar las condiciones de estos y mostrar el buen
estado de los prisioneros para acallar las protestas de los medios de
comunicación internacionales por atropellos a los derechos humanos que ya
empiezan a circular de manera profusa. La primera reacción de los personeros
de gobierno con los que me entrevisto es negar la existencia de dichos centros.

Confieso que si bien deseaba con fervor lograr mi misión también sabía lo difícil
que era su logro por no decir imposible. Sin embargo y de manera casi
inesperada las autoridades se abren a la posibilidad de que viaje por el país
filmando la tranquilidad ciudadana que hoy se vive. Una vez en el Norte de Chile
convenzo al general Lagos para que acceda a la idea de que pueda grabar en
los campos de concentración para detener la campaña de desprestigio del
“marxismo internacional” sobre el gobierno de liberación nacional recién
instalado. He podido sobrevolar la oficina salitrera Chacabuco y no me puede
negar que sea un centro de reclusión. Lo visito y solo vi prisioneros hombres,
consulto entonces por las prisioneras mujeres. Lagos me señala que ellas están
en un campo más al Norte.
Me dirijo a Pisagua en el Desierto de Atacama, un pequeño puerto situado al
norte de Iquique, cuya cárcel se ha convertido en lugar de reclusión de más o
menos quinientos presos políticos, en su mayor parte de Iquique, Valparaíso y
Santiago partidarios de la Unidad Popular. He conseguido que me autoricen para
filmar a los prisioneros pero solo podré preguntarles por su nombre, ninguna otra
pregunta está permitida.

Creo estar en un sueño, me veo en una escena de la película Beau Geste, en el


desierto del Sahara en un fuerte de la Legión Extranjera, a las órdenes del sádico
y brutal sargento Markoff, enterrado en una fosa hasta la cabeza a pleno sol.
Pero la situación es real y no sé cuánto tiempo llevo así, cuando me he quejado
de sed y del sol que me abrasa, el militar a cargo orinó sobre mí. El castigo lo he
recibido por mi protesta a los golpes que recibí al no poder mantener el ritmo de
mis compañeros más jóvenes en la marcha por el desierto que nos hacen realizar
periódicamente.

Pese a que sabía que los cambios sociales son resistidos por la clase dominante,
nunca pensé que podía llegarse a estos niveles de sadismo. En Iquique todos
nos conocemos tanto civiles como militares y me cuesta aceptar la crueldad de
aquél a quién saludaba afectuosamente todos los días y compartíamos en
actividades sociales o deportivas. Pronto me liberan de ese castigo pero tampoco
es un gran alivio volver a la cárcel donde estamos hacinados. Son veintiséis
celdas, en su mayor parte de dos por cuatro metros, donde nos albergan a los
casi quinientos prisioneros hombres.

Durante nuestra estadía la imaginación del sadismo se desata, a los ya


conocidas golpizas con manoplas, cortes con corvo o yataganes, simulacros de
fusilamiento, torturas como la parrilla y el submarino en agua y excrementos,
corriente eléctrica; se agregan el hacernos pelear obligatoriamente entre
nosotros por la comida, nos encierran en toneles y lanzan cerro abajo, o nos
obligan a saltar diariamente desde el techo de la cárcel de unos ocho metros de
altura.

Son momentos en que la voluntad flaquea, donde el recuerdo de mi señora y mis


hijos, se nubla por el temor de no volver a verlos y uno hasta casi se arrepiente
de haber tomado una posición política, por la cual en estos momentos dejo en
indefensión a mi familia. No sé nada de ellos, los prisioneros no tenemos ningún
contacto con el exterior, no puedo dejar de sollozar frente al solo pensamiento
que algo les pueda ocurrir. Pero son solo instantes de vacilación, cuando se
adopta una determinada postura política se deben asumir las consecuencias.
Considerar justo que los trabajadores tengan el poder es velar porque en el futuro
tus hijos vivan en una sociedad más igualitaria y libre, como un obrero ferroviario
descendiente de obreros pampinos me pareció la decisión más adecuada, no
tengo nada de qué arrepentirme entonces.

Nos llaman para ser filmados lo que nos parece sospechoso pero no tenemos
alternativa y debemos presentarnos. Entramos de a uno en la sala donde nos
espera un hombre con cámaras de filmación, acompañado de algunos militares,
es un joven con aspecto de extranjero, alto, rubio, parece alemán pero su acento
es español. No puedo saber lo que vayan a hacer con estas grabaciones, pero
sí imaginar que es mostrar a un grupo de presos que se veían en condiciones
aceptables, declarando libremente su filiación política y decir que posteriormente
intentaron huir para luego ser ejecutados al aplicárseles la ley de fuga. En este
campamento es hecho muy común.

Con un gesto afable el joven me dice que me grabará en un instante y luego


podré irme. Me pregunta mi nombre y en ese momento pienso que debo decir
algo más que mi apelativo. Lo miro fijamente y no vacilo:

Mi nombre señor es Enrique Aranda, fui traído a este lugar en Diciembre de


1973 y pertenezco al Partido Comunista.

PD: El extranjero de esta historia es el director de cine español Miguel Herberg.


Pudo sacar del país las filmaciones a la brevedad, las que fueron expuestas al
mundo y posiblemente salvó la vida de algunas de las personas que aparecen
en las grabaciones. El prisionero político Enrique Aranda
fue liberado en 1975.
2 Traición a la patria
Recibo una llamada del mismísimo General en Jefe, se refiere al Proceso
Pisagua: en dicho lugar se llevará a cabo el plan que la Junta Militar ha diseñado
para el control político del país después del golpe de Estado. Primero se
eliminarán a las personas consideradas peligrosas militarmente, miembros del
MIR (1) o del Partido Socialista con doble militancia en el MIR, y los militares
partidarios de la izquierda. Luego se ejecutará a los funcionarios y jefes de los
servicios públicos. Después a las direcciones de los partidos de izquierda. Se me
dice que este plan se realizará también en otras ciudades del país, es el modelo
a seguir. Me encuentro a cargo del Campamento de Prisioneros de Pisagua y
debo encontrar la forma de implementar estos criterios, para eso necesito un
fiscal militar que sea capaz de hacer todo lo que le pida sin que me cuestione y
se coordine con nuestro servicio de inteligencia militar.
_Tengo al hombre _ le informo a mi General _ ¿te acuerdas de Mario, ese
abogado simpático pero borrachín que conocimos en algunas tertulias cuando
vivías en Iquique? Fue juez del Primer Juzgado de Letras y siempre andaba
metido en acciones turbias con gente de los bajos fondos, contrabandistas y
traficantes de drogas. Es un tipo amigo pero si se desvía lo amarramos por su
relación con los narcos. Le daremos el grado de teniente y lo pondremos como
fiscal, creo que lo hará muy bien.
Al momento del golpe supe que debía pasar a la clandestinidad de inmediato, mi
cargo como jefe de servicio público y partidario indesmentible del gobierno de la
Unidad Popular en mi rol de dirigente del Partido Socialista me haría blanco
inmediato de los militares. Así lo hice, pero los militares tomaron como rehenes
a mi mujer y mis hijos sin mediar cargo alguno, por lo que decidí entregarme
para lograr la libertad de ellos, con la garantía personal del Jefe de Plaza que mi
vida sería respetada. El día 27 de octubre de 1973 se constituye un Consejo de
Guerra en Pisagua para juzgar a cuatro personas, una de ellas soy yo, todos
funcionarios públicos y dirigentes del Partido Socialista. Cuando veo quién es el
fiscal a cargo, me doy cuenta que nuestra suerte está echada. Junto con Julio
Cabezas, abogado representante del Consejo de Defensa del Estado, teníamos
pruebas suficientes de los vínculos de Mario Acuña, el fiscal en cuestión, con
poderosos narcotraficantes iquiqueños que dirigían las operaciones de tráfico y
contrabando entre Chile y Bolivia. Julio Cabezas fue ajusticiado el 10 de Octubre
en este mismo campamento por “alta traición a la Patria”, pese a ser un conocido
opositor del gobierno de Allende. Es claro que el Fiscal militar está aprovechando
su cargo para deshacerse de quienes pueden inculparlo por sus conexiones con
el narco tráfico.
Solo un día antes del Consejo hago que lleguen a Pisagua el capellán del ejército
y un médico militar, no me importa que ello permita presagiar el resultado del
juicio. El mismo día 27 pido que se designen los abogados defensores para que
apenas tengan tiempo de entrevistar a los acusados. Cuando faltan abogados
proveemos jóvenes estudiantes de leyes pertenecientes a familias relacionadas
con militares o partidarios del nuevo régimen con más miedo que los mismos
imputados. Sin embargo, contra mis deseos e instrucciones, el Consejo de
Guerra finaliza el 29 de octubre con la aplicación de penas máximas de solo diez
años de presidio por cuanto se señala que las acusaciones de subversión tienen
menores grados de condena cuando los acusados son civiles y porque se desliza
en los alegatos que los testimonios han sido obtenidos bajo torturas. El borrachín
del fiscal no ha sido capaz de convencer al resto del Consejo que estos fulanos
son unos traidores a la patria. Este fallo es inaceptable para mí por la promesa
a mi General de cumplir con la segunda directiva que me impuso: la de eliminar
a las jefaturas de los Servicios Públicos. Como encargado del Campamento de
Prisioneros de Pisagua, ordeno cambiar la sentencia por la pena de muerte
aunque para ello deba amenazar a los que se oponen. El fallo debe ser
modificado y debe determinarse la pena capital. Se le informa a los procesados
el 29 de Octubre a las 10 horas PM de la noche y a las 6 horas AM del día
siguiente serán ejecutados.
Abrazo a mi hermano, al único que le han permitido despedirse de mí y le pido
contar a nuestra familia que me iré tranquilo de esta vida, porque el que está
seguro de la rectitud de sus actos no teme a sus consecuencias, mis últimos
pensamientos serán para ellos. Cuando quedo solo, mentalmente hago un
rápido recorrido de mi existencia: la infancia en el barrio de pescadores El Morro
de Iquique, la playa Bellavista, la escuela n°3, el Liceo, mi estadía en Santiago
en la Universidad de Chile donde me titulé de geógrafo y al que asistí muchas
veces calzando alpargatas. Mi viaje becado a Estados Unidos y la misión de
gobierno en que participé aún como estudiante del penúltimo año para trazar los
límites de Chile con Argentina en la Patagonia, la inolvidable y extraña
experiencia de vadear ventisqueros y glaciares para elaborar las cartas
geográficas que nos permitieran dirimir los fallos arbitrales futuros, lo que me
valió ser miembro de la Comisión de Limites Chileno-Argentina. Mi regreso a
Iquique con mi esposa, a la que conocí cuando ambos estudiábamos en el
Pedagógico, las conversaciones con el Choro Soria sobre el corredor bioceánico
que uniría Brasil a Iquique, la llamada del compañero Presidente Allende para
pedirme que asumiera la dirección de la Oficina de Planificación Regional,
Orplan. Mi charla con Fidel Castro en su visita a Iquique respecto a las doscientas
millas marítimas. Y el alcance que le hice a Patricio Manns cuando vino a
presentar su libro sobre las masacres que la Fuerzas Armadas habían
perpetrado contra los trabajadores, de no incluir la existencia de la masacre de
la oficina Marusia. Manns no conocía este hecho, cronológicamente
contemporáneo con la matanza de la escuela Santa María, le dije:
_ Es un hito muy importante, por primera vez los trabajadores oponen la fuerza
a los masacradores y se defienden con las armas en la mano. Por lo mismo de
Marusia no quedó nada, casi nadie sabe de ella, tenían que borrarla de toda
memoria.
Este recuerdo me parece premonitorio.

A las cinco de la mañana me vienen a buscar, y después de una liturgia religiosa


encabezada por el capellán militar, que más bien parece una misa negra, los
enjuiciados somos sacados hacia un jeep militar. Levanto mi puño para
despedirme de mis compañeros y mientras camino hacia el vehículo entono La
Internacional, el himno de los trabajadores del mundo.
En el diario “El Tarapacá” de Iquique del día 31 de octubre de 1973, hago que
se informe de la ejecución, haciendo referencia a participación de los
condenados en un plan destinado a provocar la guerra civil en Chile y la rebelión
de las Fuerzas Armadas. Seguiré usando a Mario durante todo el tiempo que lo
necesite, pero después nos iremos deshaciendo de él y de los narcotraficantes.
Es más, podemos enviarles un avión con un buen grupo de narcos a la DEA (2),
para que los gringos se queden tranquilos. De paso nos podemos quedar
nosotros con el negocio, Manuel Contreras puede poner a sus hombres de la
DINA (3) a trabajar en ello.
P.D.: A la memoria de Freddy Taberna, detenido desaparecido, víctima del
campo de prisioneros de Pisagua. Sus familiares y el de los otros tres ejecutados:
Juan Antonio Ruz, Rodolfo Fuenzalida y José Sampson, interpusieron una
querella criminal contra un grupo de ex uniformados, encabezados por el general
(R) Augusto Pinochet Ugarte. Mario Acuña, el fiscal militar de Pisagua murió
procesado por el juez Juan Guzmán, como autor de secuestro reiterado y
desaparición de los cuerpos de diez prisioneros. Es el mismo delito por el que el
juez procesó el 12 de abril de 2000 al general (R) Carlos Forestier Haensgen, a
cargo del campo de prisioneros de Pisagua en su calidad de Jefe de zona en
Estado de Emergencia designado por la Junta Militar. Ninguno de ellos recibió
condena mientras vivieron.

(1) MIR: Acrónimo de Movimiento de Izquierda Revolucionaria


(2) DEA: Acrónimo de Drug Enforcement Administration: Administración
para el Control de Drogas, la agencia del Departamento de Justicia de los
Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo
de drogas en los Estados Unidos.
(3) DINA: Acrónimo de Dirección de Inteligencia Nacional, fue la policía
secreta del régimen militar de Augusto Pinochet en Chile entre 1973 y
1977.
3 Plan Zeta Now
Es el 19 de Septiembre de 1973, día de las glorias del Ejército, Allende ha
invitado a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y a los miembros del
Estado Mayor al almuerzo de rigor en el Palacio de La Moneda. Un poco antes
del término de este Allende dejaría la mesa y a sus comensales argumentando
que debe atender un recado telefónico urgente comunicado por uno de sus
ayudantes, solicita le excusen por unos instantes y apenas sale un grupo del
GAP armado con metralletas AK hace su aparición en la sala y asesina a todos
los presentes. Apenas realizada esta masacre Allende se dirige al balcón
presidencial de La Moneda para proclamar el inicio de la República Democrática
de Chile, mientras que en el mástil del Palacio, lentamente se iza la bandera
chilena, desplegándose enteramente roja con una pequeña estrella blanca en el
sector superior izquierdo. Paralelamente ha comenzado el ataque armado a
algunos edificios vecinos por parte de las milicias de la UP, estos rápidamente
se ven envueltos en llamas, entre ellos están la sede la Corte Suprema, el
Congreso Nacional, el diario El Mercurio y otros recintos de los partidos políticos
opositores.
El humo de los incendios y la pólvora inundan el ambiente en el centro de
Santiago, el miedo se apodera de la gente que aún no capta el autogolpe que
ejecuta Allende. Para que el resto de los simpatizantes de la UP se enteren de
esta acción la radio Corporación del Partido Socialista transmite el tango “Mi
Buenos Aires querido” interpretado por Carlos Gardel en intervalos de media
hora, las otras emisoras proclives al gobierno solo programarían discos de
Salvatore Adamo y Leonardo Favio. Mientras se empiezan a formar los
Tribunales Populares los pocos pero eficientes cuadros de los partidos de
extrema izquierda como el MIR, PS y Mapu han subvertido las Fuerzas Armadas
y toman el control de las unidades militares descabezadas por los infiltrados.
Finalmente las organizaciones vecinales de lucha con la colaboración de
elementos adictos e infiltrados previamente, dominarían las guardias de
vigilancia en los cuarteles.

_ Excelente texto amigo historiador, demuestra una gran imaginación ¿cómo ha


podido armar este relato a partir de los dispersos datos que le he dado?
_ Almirante, en realidad no es que yo sea tan imaginativo, por los datos que Ud.
me ha proporcionado había una cantidad importante de cubanos en Chile,
encubiertos como agentes deportivos y culturales, pero que podían ser
guerrilleros y es claro el apoyo que Fidel Castro otorgaba permanentemente a
Allende, cualquiera fuese la línea de acción que este determinara seguir. Existe
el MIR decididamente partidario de la toma del poder por las armas y el Partido
Socialista que también se manifiesta por la lucha en todos los frentes incluido el
militar. Entiendo que Uds. los militares allanaron dos meses antes del golpe
todas las fábricas donde existía gran adhesión a Allende y no encontraron ningún
arsenal pero eso no implica que no existiesen en otro lugar. Por todo aquello no
es improbable que existiese un plan como el que estamos imaginando. El
asesinato de la cúpula militar durante el almuerzo del día del Ejército se me
ocurrió cuando vi el film “El Padrino”, que se estrenó en Mayo de este año en
Perú y Argentina, pero que aún no llega a Chile. En la escena más emotiva,
Michael Corleone hijo del jefe de la familia mafiosa, se reúne a cenar en un
céntrico restaurante con el rival mafioso que pretendió asesinar a su padre junto
con su colaborador el corrupto jefe de la policía. Con el pretexto que necesita ir
al baño, donde esconde un arma, se levanta de la mesa y se dirige a éste,
cuando vuelve les dispara a ambos eliminándolos, luego sale tranquilamente. Lo
de la República Democrática lo puse porque es así como los comunistas
denominan a los países donde ejercen su control totalitario ¿es cierto que suena
irónico? El ataque e incendio a los edificios institucionales y El Mercurio lo pensé
cuando vi las imágenes del ataque aéreo a La Moneda devorada por el fuego,
es un cuadro muy impactante pero a la vez hace creíble la destrucción de
recintos con fuerte carácter simbólico. Lo del tango de Gardel, lo puse porque
pertenece al folklore popular, cuando a los trabajadores le pagan a fin de mes,
se dice que “cantó Gardel”.

_ Querido amigo, Ud. es un historiador y un gran escritor, pero déjeme a mí el


privilegio de ponerle un nombre a este plan que estamos imaginando. Se llamará
Plan Z. Es una tradición de las inteligencias navales en el mundo denominar así
cierto tipo de actividades encubiertas, como por ejemplo el Plan Z de Hitler en
los años 30 sobre el rearme naval de la Alemania nazi. También se llamó así al
intento de ataque japonés por el Pacífico central, en la segunda guerra mundial,
para descabezar al alto mando de los aliados en el Pacífico y después atacar.
En esos momentos nuestro Almirante y miembro de la honorable Junta Militar
José Toribio Merino estaba embarcado como voluntario en el USS Corritore,
crucero liviano de la Armada de los Estados Unidos y participó en varias acciones
bélicas, sé que a él le encantará el nombre del plan. Por ahora está bien, nos
juntamos mañana para seguir con este trabajo.

_ Amigo historiador me parece que Ud. es muy creativo, pero dígame cómo
hacemos para que la gente enganche con esta historia ¿cómo es que los
partidarios de Allende se enterarían que se acercaba la fecha para llevar a cabo
el plan?

_ También lo he pensado y puede que le parezca un poco pedestre pero se me


ha ocurrido que el plan se avisaría en clave a través de la nueva marca de
cigarrillos Monza que lanza la tabacalera estatal. Si Ud. mira la cajetilla al revés,
MONZA se lee como Plan Z NOW, la A al revés significaría plan, la zeta se auto
explica y el resto es Now, o sea ahora. Agregue que la imagen de la cajetilla
también esconde la efigie del Che Guevara camuflada en el coche de carreras
de autos. Es lo que llamamos un script visual. No crea también que la idea es
plenamente mía, hay un precedente en los Estados Unidos donde en la cajetilla
de Marlboro hay algunos que ven las tres K del Ku Klux Kan y hasta las piernas
de los ahorcados. Esta es el tipo de historias que le gusta a la gente común.

_ ¿y cuál sería el gancho para los nuestros?

_ Pondremos que existía una lista de personas que serían asesinadas por las
hordas de la UP. Esta no sólo funcionará como justificación para el Golpe de
Estado, sino que se convertirá en un tema de estatus entre los que lo apoyaron.
Cuando a una persona le pregunten si está en la lista, esta dirá que sí, porque
sería un honor figurar en ella. Es una especie de certificado de buen opositor de
la UP. Incluso no necesitaríamos inventar la lista, podríamos decir que por estar
en investigación no puede entregarse, ya que comprometería la seguridad de
las personas indicadas como víctimas y entorpecería las acciones que permitan
ubicar a los comandos asesinos que solo figuran con sus chapas en el plan. Así
funciona la mente de los humanos.
_ Ahora debemos elegir el medio por el cual propagaremos esta historia, este
debe ser El Mercurio, el diario que ha sido el baluarte de nuestros principios
durante el nefasto período anterior. Este será el relato fundador del gobierno
militar, la base moral y simbólica que lo justifique. El Plan Z dotará a la reacción
militar del componente épico y ético, necesario para justificar sus acciones. A
través de El Mercurio entregaremos diariamente durante los meses de
Septiembre y Octubre los detalles del Plan Z, en forma de cuento, modulando el
suspenso y los personajes de este relato. ¿No fue así como Dostoievski entregó
su novela “Crimen y Castigo” precursora de la teoría del superhombre?

Campamento de Prisioneros políticos, Pisagua, Noviembre de 1973.

Visita quincenal del General Forestier al campamento.

_ Le informo del resultado de las condenas del Consejo de Guerra, mi general,


sólo hubo dos prisioneros sin condena. Son Fuentes y Palominos.
_ Ese Fuentes es un pajarito que no tiene idea, es inocente, lo conozco porque
hacía unas reparaciones en el hangar de LAN Chile, pero y ese Palomino, ¿no
hay ningún cargo contra él? ¿Qué me dice de ello Fiscal Acuña?
_ Lo único que tenemos en su contra es que le pillaron una pistola sin cacha y
que andaba agitando a la gente.
_ Bueno, a ese Palomino hay que eliminarlo para que sirva de escarmiento.

_ A su orden, mi general. Haremos que declare reconocer que formaba parte del
Movimiento AGP. Es lo que hicimos con Marcelo Guzmán, Freddy Taberna, José
Sampson y otros. También le asignaremos la preparación de bombas molotov
y que pretendía atacar cuarteles, exactamente igual a lo que acusamos a cada
prisionero condenado a muerte. El "Movimiento AGP” es la sigla correspondiente
a "Agitación y Propaganda", la comisión que existía en todos los partidos de corte
marxista-leninista encargada justamente de aquello ¿no le parece, mi general,
que mi idea es digna de figurar en el Libro Blanco y ser incluida en el Plan Zeta?
_ No lo sé Mario, es tu trabajo como Fiscal, el mío es decidir quién vive o muere
en este campamento.
P.D.: Las únicas evidencias sobre la existencia del Plan Z están en el “Libro
Blanco del Cambio de Gobierno en Chile” (Lord Cochrane, 1973) escrito por el
historiador Gonzalo Vial bajo la supervisión del almirante Patricio Carvajal, pese
a esto, nadie se adjudicó la autoría del libro. En el capítulo “El autogolpe de la
Unidad Popular” se expone una serie de documentos como pretendida evidencia
de los preparativos del supuesto autogolpe que realizaría el gobierno de
Salvador Allende. Los archivos desclasificados de la CIA a partir de 1999
demostraron que el Plan Zeta jamás existió.
4 Una carta para la presidenta

Pisagua, hace más de mil años

Alrededor de la fogata el grupo de habitantes de esa caleta comenta la larga


jornada realizada para la ceremonia funeraria de tres de sus congéneres recién
fallecidos, han detenido su migración por la costa del desierto de Atacama para
este efecto. Aunque ya no se realiza la momificación artificial de los muertos a la
manera de los antiguos chinchorros, estos nativos mantienen la tradición del rito
funerario el cual tiene un patrón más simple pero no por eso menos exigente
para su pequeña comunidad, este se caracteriza por una inhumación múltiple
formada por tres personas dispuestas en posición extendida, envueltos en pieles
de camélido, lobo marino o esteras vegetales pintadas y con pocas ofrendas
asociadas, la salinidad y el clima extremadamente seco del lugar desecará los
cadáveres y los preservará. Los rostros sombríos y taciturnos iluminados por el
fuego y la noche tachonada de estrellas, reflejan la pena por la pérdida de sus
familiares mitigada solamente por la creencia que si los cuerpos de sus muertos
se preservan bien eso les ayudará en el paso a la otra vida como una metáfora
de la vida migrante que ellos mismos llevan. Por eso se sobresaltan al escuchar
lo que el chamán les dice, ha soñado que en un remoto futuro los restos
corporales de estos tres muertos serán removidos, fragmentados y harán un
largo viaje a las lejanas tierras del norte, desde las cuales una vez vinieron sus
antepasados.

Pisagua, Septiembre del año 1973 Campamento de Prisioneros políticos

El 29 de Septiembre, un grupo de oficiales llega a pedir voluntarios para un


trabajo de pintura en la cárcel, algunos de los presos políticos se ofrecen, pero
rápidamente se percatan que otro es el leitmotiv de la visita. No son voluntarios
lo que desean sino que traen una lista de seis personas a las cuales sacan de la
prisión, voluntariamente o por la fuerza. El joven de 19 años, el ex conscripto
Michel Nash es uno de ellos, fue detenido el 11 de Septiembre en su regimiento
por oponerse a disparar contra sus compatriotas y luego trasladado a este
campamento. A vista y paciencia de sus compañeros presos, son subidos a un
jeep y llevados al sector norte de Pisagua, en las cercanías del cementerio del
pueblo, los bajan del jeep, los hacen correr y les disparan hasta que caen todos
abatidos, han utilizado una ametralladora Browning punto 30 adosada al jeep, de
escasa precisión pero de gran radio de acción. Ensacan sus cuerpos y luego los
lanzan a una fosa preparada para el efecto.

Al regreso a la prisión, el comandante Larraín realiza un acto teatral


declarándose indignado porque los presos habían intentado fugarse y por eso
se vio obligado a dispararles invocando la ley de fuga. Remata su representación
al decir que deberá endurecer las medidas de seguridad del penal y que se
siente decepcionado de todos ellos por ser mal agradecidos. Lo que no dice es
que está cumpliendo la primera directiva de la Junta Militar, la cual en su paranoia
plantea eliminar a todas las personas consideradas peligrosas militarmente. Los
familiares de los asesinados no son informados del destino de los cuerpos y así
comienza una larga y penosa búsqueda de sus restos en el desierto.

Pisagua, Junio de 1990, la fosa clandestina

El día primero de Junio se conoce el hallazgo de la fosa de Pisagua, descubierta


gracias a datos de algunos testigos presenciales como los médicos que
certificaron la muerte de las personas asesinadas, vieron cómo fueron arrojadas
a la fosa y recordaban la ubicación aproximada del lugar. El primer día de
búsqueda fue orientado por las indicaciones de Alberto Newman médico cirujano
preso político en Pisagua que certificó la muerte de Nash, pero la emoción de
revivir esos momentos más su estado de salud le impiden recordar con exactitud
el lugar de la fosa, las excavaciones se realizan cerca y al nivel de la playa sin
fructificar. Newman sufre un shock, no puede seguir en el sitio y regresa a
Iquique. Pero el grupo conformado por miembros de la Comisión de Derechos
Humanos y de la Vicaría de la Solidaridad que buscaba a los ejecutados y
detenidos desaparecidos por la dictadura permanece en el lugar y deciden el
segundo día buscar en un sitio más alto, en el cementerio desde donde se
contempla toda la bahía. La mirada experta de los miembros del grupo ve una
leve depresión en el terreno cercano al cementerio y un zapato sobre ella. Al
excavar en el lugar el horror se desplegó al ver los cuerpos momificados con las
expresiones de dolor y espanto en sus rostros y con los impactos de la metralla
reflejados en los orificios de sus ropas. Se encontraron 19 cuerpos pero entre
ellos no estaba Michel Nash ni otros dos de sus compañeros asesinados.
También se hallaron unos pocos restos sin identificar los que conformaron la
llamada Bolsa N° 20, que podrían corresponder a otras personas. Los padres de
Nash se enteran por la radio del hallazgo de la fosa con los cuerpos de los
ejecutados ocultos durante 17 años y viajan a la zona con la esperanza de
encontrar a Michel, ya en el lugar de los hechos exigen ver las osamentas, por
lo que se procede al peritaje local de dicha bolsa, en esa acción el arqueólogo
iquiqueño Olaf Olmos les da una copia del informe que se entregó a la querella
y les asegura que con toda certeza los restos de la bolsa pertenecen a tres
personas, ya que hay tres huesos iliacos del lado derecho.

Iquique, 25 de Febrero año 2008, carta a la presidenta Michelle Bachelet

La acongojada madre de Michel, envía una carta a la presidenta Bachelet desde


Iquique hasta donde viajó desde Santiago para estar más cerca del lugar donde
se vio por última vez con vida a su hijo, tiene la esperanza que los restos de la
bolsa N° 20 correspondan a los de él. La parte final del texto es la siguiente:
“Me dirijo a usted como máxima autoridad del país y como madre, para solicitarle
la agilización del peritaje de la bolsa 20 que está contemplada dentro del conjunto
de restos mal identificados del patio 29. Estoy esperando desde 1990 que se me
entregue por lo menos un informe de los restos hallados y estando segura que
el médico legista de esa época en Iquique, Marcos Medina, antiguo funcionario
y seguidor de la dictadura hizo manipulación de las osamentas, de lo que tengo
pruebas, la espera es cada día más angustiosa y desesperanzada.”
Consultado por los querellantes, el Juez Guzmán indica que la bolsa N° 20 fue
enviada a los Estados Unidos para su análisis el año 2007.
Iquique, Agosto año 2008, resultados de la bolsa N° 20 de Pisagua

La representante de la comisión asesora presidencial para las políticas de


Derechos Humanos señala que los restos de tres individuos contenidos en ella
no corresponden a las personas asesinadas en Pisagua bajo la dictadura de
Pinochet, sino que son restos de humanos prehistóricos, según lo refrenda el
Doctor Douglas Ubelaker, experto antropólogo forense norteamericano,
conocedor también de la cultura chinchorro y de las que la sucedieron. El
científico analizó los documentos y procesos del caso, así como los restos
sometiéndolos al análisis con el carbono 14 en el laboratorio Beta Analytic de
Miami y concluyó que el contenido de la bolsa no corresponde a los ejecutados
desaparecidos. El actual cementerio de Pisagua y la fosa clandestina pueden
estar fundados sobre los restos de un antiguo cementerio indígena y las
osamentas mezcladas. Pero también es posible que los restos humanos de la
bolsa hayan sido manipulados por el médico legista como lo temía la madre de
Michel Nash e intercambiados con osamentas de tres momias indígenas. Lo
único cierto es que en cualquier versión la visión del chamán se cumple y tres de
los seis ejecutados el 29 de Septiembre de 1973 siguen desaparecidos.
Epílogo

Existe la declaración de un testigo, bajo reserva de identidad, que el año 1978


los militares desenterraron los restos y los lanzaron al mar para ocultar sus
crímenes. Excavaron al lado de la fosa clandestina y extrajeron una cantidad
indeterminada de cuerpos para reducirlos intensamente con fuego, luego los
molieron y los arrojaron al mar. Pero los familiares de los ejecutados
desaparecidos no pueden conformarse sólo con esta explicación, si fueron
agentes del Estado quiénes los detuvieron y luego los ejecutaron, necesitan la
versión oficial del Ejército respecto al paradero de cada uno de ellos. Mientras
seguirán, seguiremos preguntando:
¿Dónde están?
5 La decisión de Selim

_ Amigo, por favor acerque una silla a la mesa, le invito un trago, necesito
contarle una historia, serán solo unos pocos minutos. No, no se preocupe, no lo
comprometerá.

Conocí a Selim cuando éramos niños y jugábamos en el barrio Recoleta de


Santiago, ahí en la calle Santos Dumont. Soy un año menor que él, pero siempre
me vi atraído por su personalidad, era la persona que siempre votaríamos como
el mejor compañero de curso, el que nos representa y siempre está dispuesto a
darnos una mano. Cuando ingresó a las Juventudes Comunistas, también lo
seguí, ahí nos hablaba de Marx, Lenin, Mao y Ho Chi Min, de los cuales yo no
tenía la menor idea. En 1970 asume el gobierno de Allende con la Unidad
Popular, y participa activamente en las organizaciones comunales, junto a otros
crearon una Junta de Abastecimiento y Precios para contrarrestar el boicot de
alimentos de la oposición a Allende. Ahí también estuve participando a su lado,
si apenas éramos unos mocosos. Los trabajos voluntarios también fueron parte
de nuestra vida, en 1972 fuimos a la mina El Salvador fuera de Santiago y
aunque el trabajo fue duro terminábamos felices con la idea de estar aportando
para la patria. En otros trabajos voluntarios en las que participaban niñas, entre
la cuales Selim tenía mucho arrastre, también era conveniente estar al lado de
él porque podías pinchar con alguna de las que lo seguían.

Un día me confidenció que deseaba hacer el Servicio Militar porque pensó que
el gobierno necesitaba “soldados del pueblo”. Medio en serio medio en broma
como argumento adicional me recordaba una estrofa de “Venceremos” el himno
de la Unidad Popular:

Recordando al soldado valiente


cuyo ejemplo lo hiciera inmortal,
enfrentemos primero a la muerte,
traicionar a la patria jamás.
Sea como fuese me entusiasmó tanto que decidí acompañarlo y hacer el servicio
con él, de forma por lo demás voluntaria y adelantada. Nuestros padres no
querían pero en Abril de 1973 partimos a Iquique, en un viaje de tres días en tren
de sinuoso recorrido inicial y polvoriento final. En el Regimiento la situación no
cambió mucho, Selim rápidamente se destacó, era un líder nato, socializaba con
facilidad y pasó a ser Jefe de Plana Mayor, tampoco nunca ocultó sus
pensamientos políticos.

Nos mirábamos y nos reíamos, nuestras caras estaban ennegrecidas, las


campañas de ejercicios militares se realizan en el desierto donde el sol del día y
el frío de la noche queman la piel. Lo que más me molestaba en estas jornadas
era tener que mover la metralleta Browning punto 30, era muy pesada pero como
estaba a cargo de ella aprendí a manejarla con soltura, suministra un fuego
directo a corto y medio alcance, la trayectoria plana de sus disparos es
devastadora y es capaz de tumbar murallas.

_ Amigo, sírvase el trago, no se preocupe pues ya he pedido otra botella de vino.

Aunque Ud. tal vez no hubiese nacido o fuese muy pequeño para el 11 de
Septiembre de 1973 debe haber oído hablar de lo que pasó ese día que para
muchos cambió sus vidas radicalmente.

La mañana de ese día martes 11, nos pasan un fusil mejorado, un arnés con los
cargadores llenos y cajas de municiones. Nos retiran el casco de fibra y nos
entregan un casco de acero para la guerra. Formados en el patio el capitán nos
explica lo que ocurre, nos dice que el Ejército se va a tomar el poder, aunque no
lo describe como Golpe de Estado y grita ¡Viva Chile mierda! Termina su discurso
al señalar que quién no esté de acuerdo puede dar un paso al frente y se le
respetará como un enemigo leal a su causa. Ya fuese por miedo o por lo
sorprendido que estábamos nadie le responde.

A las once de la mañana ya estamos en la calle patrullando sin tener muy claro
lo que sucede, pero los actos que empezamos a ejecutar nos dan una señal clara
de lo que viene, empezamos allanando fábricas y servicios públicos en busca de
dirigentes de la Unidad Popular y jefes de Servicios, también entramos a la sede
local de la Universidad de Chile y sacamos estudiantes de sus aulas en
búsqueda de sus dirigentes, todo es realizado con brutalidad y frente a gente
indefensa, cuando los encontrábamos los subíamos a los camiones y los
llevábamos detenidos. Junto a Selim tratamos de mantenernos al margen de los
operativos en el sentido de no aplicar la violencia contra estas personas, pese a
la actitud neurótica de los oficiales a cargo que nos instaban a ejercerla. A las
tres de la tarde comienza el toque de queda y patrullamos hasta el anochecer
las calles desiertas con orden de disparar al primero que se asome sin siquiera
preguntar.

Esa noche del 11 de Septiembre converso sigilosamente con Selim, está


consternado por todo lo que está pasando y me dice que no es capaz de seguir
un día más en un ejército que reprime y dispara contra la población civil, sobre
todo con los pobladores más humildes y los partidarios de la Unidad Popular. Ha
tomado una decisión, mañana a la hora de formación delante de todos sus
compañeros le dirá al comandante del regimiento que lo dé de baja porque no
puede obedecer las órdenes de reprimir y disparar contra sus propios
compatriotas. Trato de disuadirlo:

_ Selim, es muy peligroso lo que vas a hacer, lo menos que puede pasar es que
te detengan y encierren quién sabe por cuánto tiempo. Tú sabes todo lo que te
estimo y respeto pero esta vez no podré seguirte, tengo miedo ¿te das cuenta
que saben tu posición política y con el conocimiento adquirido sobre el manejo
de armamento si te opones a estos desquiciados pasas a ser un enemigo
peligroso?

_ Querido amigo, lo sé y también tengo miedo pero es más fuerte mi


consecuencia con el movimiento popular, no podría volver a mirar la cara de mis
compañeros si atentase contra sólo uno de ellos.

Al día siguiente muy temprano en la formación y pese a mis ruegos para que
desista, Selim cumple con su promesa y manifiesta su petición de ser dado de
baja para mantener su compromiso de proteger y servir a todos los chilenos y no
ser parte de un acto criminal. El comandante lo escucha ante el silencio sepulcral
del entorno y le responde:

_ Conscripto me doy cuenta que no ha entendido nada de lo que les dije ayer,
estamos en un estado de excepción, el gobierno de Allende provocó el caos
político y económico y pretendió generar una guerra civil para exterminar a todos
sus opositores, para eso hay en el país varios miles de guerrilleros cubanos
encubiertos y otros tantos miles de partidarios de la Unidad Popular con armas,
debemos ubicarlos y exterminarlos si presentan resistencia, es nuestro deber
con la patria y con la honorable Junta Militar que ahora nos gobierna. Respecto
a Ud. conscripto, me decepciona, siempre lo consideré un muy buen soldado
desde que llegó tanto así que lo incorporé a la Plana Mayor de este regimiento,
pero si eso es lo que piensa y desea, tome sus cosas y márchese de este lugar
, no quiero verlo nunca más.

Selim rompe la fila y se dirige hacia las barracas en busca de sus pertenencias,
por un instante sentí el deseo de seguirlo en su decisión pero un escalofrío
recorrió mi cuerpo y las piernas me temblaron. Al poco rato nos encontramos y
ya con tenida de civil Selim se despide de mí con un largo y fraternal abrazo y
antes de verlo salir del regimiento le digo:

_ Selim, toma el poco dinero y algunos tarros de conservas que tengo, te harán
falta. Estarás solo en esta ciudad y no te será fácil dejarla para regresar pronto
a Santiago. Cuídate mucho, espero que nos volvamos a encontrar de nuevo en
circunstancias más gratas y de nuevo perdóname por no acompañarte.

A los pocos días soy destinado al campamento de prisioneros políticos de


Pisagua, junto con otros conscriptos que procedemos de Santiago, por otro lado
a un grupo de conscriptos iquiqueños los mandan en una misión a Santiago. La
idea es simple nos envían a reprimir donde no nos encontremos con familiares,
amigos o conocidos de manera que a la hora de actuar no existan escrúpulos ni
vacilaciones. Llegado al campamento me asignan a una patrulla con la función
de manipular la ametralladora punto 30 adosada al jeep. Una tarde, casi al
anochecer nos piden ir a buscar a unos detenidos en la cárcel del lugar, lugar de
reclusión de todos los prisioneros políticos. Un camión antecede al jeep con el
que patrullamos, los presos son subidos a él, son seis personas que no alcanzo
a distinguir, nos dirigimos los dos vehículos hacia el cementerio del pueblo, el
corazón se me aprieta como presintiendo algo terrible.

Al descender las personas del camión reconozco en una de ellas a Selim, la


sorpresa me inmoviliza y solo atino a mirar cómo estas corren cuando el sargento
les ordena que lo hagan, ni siquiera reacciono cuando este me pide dispararles.

_ Dispara pelao conche’tu madre.

El segundo grito furioso del sargento me reactiva y procedo a accionar casi


automáticamente la punto 30 y en cosa de segundos los seis caen abatidos. Lo
que siguió a continuación está muy borroso en mi memoria, escucho los retos
del militar, veo que recogen los cuerpos, los ensacan y tiran a una fosa, cuando
volvemos al cuartel me desahogo en un llanto largo y amargo, se me acercan
unos conscriptos amigos para darme unos tragos de aguardiente y algo me dicen
pero no soy capaz de entender nada, es como si el cielo gris de la camanchaca
se me hubiese venido encima aplastándome.

No sé cuánto tiempo estuve así, pero sé que vuelvo a participar en otras


operaciones parecidas y no es lo mismo, me repugna lo que hago pero nada es
comparable con lo que ocurrió en esa ocasión, de ahí en adelante me hago
adicto a las pastillas y a los pitos. Disparar, ametrallar, dinamitar personas
detenidas ¿Qué más da? Dos años después soy liberado del servicio militar,
vuelvo a ser civil y regreso a Santiago.

_ Amigo perdone por elegirlo para contarle esta historia, lo cierto es que estoy
borracho, generalmente siempre lo estoy cada vez que vengo a este bar y vengo
continuamente. Ud. entenderá que bebo para olvidar ¿me acompaña con la otra
botella de vino?
6 La Calle del Soldado

Viajo en un taxi colectivo desde el sur oriente de Iquique al centro cívico ubicado
en el sector norte, atravesamos una avenida llamada Pedro Prado, es la calle
más larga de ciudad, conocida también como la “calle del soldado Prado”. Ya
casi anochece y voy a encontrarme con una persona conocida de mi familia para
hablar sobre mi padre. Mientras viajo mi memoria se remonta a los primeros años
de mi infancia.

Los recuerdos que uno tiene de los seis años de edad son pocos y difusos, pero
aun retengo la imagen última de mi padre, alimentada en el tiempo con sus
fotografías. Un día ya no estuvo más, salió para no volver, mi madre me dijo que
había partido en un largo viaje, pero que volvería apenas pudiese y que nos
echaba mucho de menos. La explicación pudo causarme tranquilidad, pero la
pena que mi madre intentaba disimular era demasiado evidente y me indicaba
que algo no andaba bien, sumado al aumento de la frecuencia de visitas de
familiares y amigos a la casa. Volví pronto al colegio cuyas clases fueron
brevemente interrumpidas por el Golpe de Estado en Septiembre de 1973, en él
recibí el primer impacto emocional respecto al destino de mi padre. Un
compañero de curso me preguntó por él, yo respondí lo que sabía: estaba de
viaje. Me dijo: No, tu papá está muerto. Repliqué que no era cierto, que solo se
había ausentado temporalmente, pero este insistía. Hui de su compañía y
cuando volví a casa le conté a mi madre y le pregunté si era cierto, ella lo negó
y mantuvo la versión del viaje. Tiempo después me di cuenta que más que
perversidad en mi pequeño compañero lo que había era el secreto a voces de la
muerte de mi progenitor.

Crecí soportando su ausencia con el cariño que me prodigaba mi madre y mis


familiares más cercanos, mis tíos y con la esperanza siempre de su retorno. Pero
inevitablemente con el paso de los años se hizo más real la idea de su muerte y
ya se había deslizado la noticia que los autores eran los militares. Me enteré que
había sido dirigente del Partido Socialista, detenido a los pocos días del 11 de
Septiembre de 1973 y llevado al Regimiento Telecomunicaciones de la ciudad,
desde el cual lo vimos por última vez, el 30 de Septiembre le informan a mi madre
que se ha fugado del regimiento, versión que nadie cree dado que era un recinto
militar totalmente custodiado y desde ese entonces para nosotros es un detenido
desaparecido. Mi madre reconoció que me había ocultado la verdad para
evitarme sufrimiento dado mi corta edad y revela que ella y otros familiares
presentaron una denuncia de presunta desgracia a los dos años de su
desaparición la cual nunca tuvo respuesta.

Con la aceptación del fallecimiento mi preocupación se vuelca a conocer cómo


fue, quiénes fueron sus victimarios y dónde están sus restos. Para encontrar
respuesta a esas interrogantes debía acercarme a los militares necesariamente
por lo que intenté a través de mis familiares y amigos contactar a un militar de
esa época que me pudiese contar lo que pasó. Solo mi ingenuidad me permitió
alentar la esperanza que ello pudiese ocurrir, si fue un crimen los soldados
involucrados habrían hecho un pacto de silencio que impediría acercarnos a la
verdad. Confío que la impunidad que nuestra sociedad les otorga hasta la fecha
pueda relajar el pacto secreto y alguien querrá contar lo ocurrido aunque ello
nunca se traduzca en una confesión frente a la justicia.

Hago detener el vehículo en una plaza céntrica donde me espera un hombre de


unos cincuenta años, su cara me es familiar pero nunca he hablado antes con
él, su corte de pelo, su manera de pararse me indica que es un militar, vestido
de civil.

_ Hola Jaime, que grande estás, no te veía desde que eras pequeño, me
contaban que estás terminando tus estudios secundarios y pronto entrarás a la
Universidad. Uno de tus tíos me pidió que hablase contigo. Pero no nos vamos
a quedar aquí parados, te invito a una bebida, entremos a un local y ahí
conversamos en un lugar reservado.

Entramos a un local mezcla de bar y restaurant donde solo veo gente mayor,
prácticamente todos hombres, conversando en voz baja y bebiendo, nos
metemos a un reservado y el hombre hace el pedido al mozo: _ Dos vasos, una
gaseosa para el joven y un botella de pisco de 45 grados para mí.

_ Bueno Jaime, he accedido a conversar contigo porque me han dicho lo mucho


que te inquieta ignorar del paradero de tu padre, lo único que digo es que si tú
cuentas lo que yo te confidencie lo negaré rotundamente. Siempre me pareciste
un buen chico y creo que tienes todo el derecho de saber lo que le pasó. Soy un
suboficial militar de planta del Regimiento de Telecomunicaciones y estoy en él
desde mucho antes de 1973, ahí conocí a tu tío cuando jugaba fútbol en la
cancha del regimiento, aunque te pueda parecer raro en ese tiempo parte de la
competencia de la Asociación de Fútbol de Iquique se jugaba ahí. Estábamos
más conectados con los civiles, incluso nuestros sueldos eran más bajos que el
promedio de lo que ganaban ellos, me refiero a los que no somos oficiales y
entramos como soldados rasos y hacemos carrera en el ejército. Para el Golpe
de Estado la cosa cambia, la oficialidad endurece su línea de conducta, quedan
a cargo los oficiales más severos y aparecen otros personajes que anteriormente
eran civiles y ahora los presentan como militares, como el abogado Mario Acuña
de reconocida mala reputación a quién nombran de fiscal militar y otros tipos de
la
Inteligencia Militar cuya crueldad era conocida como el cabo Aguirre y el sargento
Barraza. Huevones malos.

Se acusó a tu padre de ser jefe de las Organizaciones Paramilitares del Partido


Socialista de Iquique junto a otro joven de ese partido y de preparar guerrilleros
en el balneario Chanavayita al Sur de la ciudad. En una urbe pequeña todos nos
conocemos su perfil nunca me pareció el de un paramilitar, entiendo además que
él se entrega voluntariamente cuando mediante un bando radial las autoridades
le piden se presente ante ellas el 24 de Septiembre, de esta manera llega al
Regimiento Telecomunicaciones, la antesala de los presos políticos antes de ser
enviado al Campamento de Prisioneros de Pisagua. La primera directiva que nos
habían dado era detener a los civiles o militares peligrosos por su conocimiento
y capacidad de poder atentar militarmente contra nosotros. Por ello tu papá y su
compañero son torturados para que declaren sus planes y delaten al resto de los
participantes en este supuesto plan subversivo. Ese era el procedimiento
standard antes de remitirlos a Pisagua, pero con tu padre especialmente se
ensañaron, supongo por sus características personales, tenía personalidad
fuerte, era bien parecido, su tez blanca y barba destacaban dentro del resto de
los detenidos, tenía dotes de artista, recuerdo haberlo visto recitar poemas de
Neruda junto con tu madre en los actos públicos de la Unidad Popular. Nosotros
lo identificábamos como el Gringo.
_ Y ahora necesito un trago grande y fuerte para seguir, espero no estés
demasiado incómodo, recuerda que has sido tú quién pidió conversar.

El grupo de sádicos de Acuña lo torturó hasta dejarlo casi moribundo, lo mismo


hicieron con su otro joven compañero. Abandonan sus cuerpos sin prestarles
auxilio en los galpones del Regimiento, confieso que yo podría haber intervenido
para ayudarlos pero no me atreví porque el oficial a cargo era tan sádico como
los torturadores. Fue un joven soldado conscripto procedente de Santiago que
se desempeñaba como chofer mecánico, quién se apiadó de ellos e intentó
llevarlos a la enfermería, reclamó también por la falta de humanidad de los ahí
presentes, ello enfureció al oficial y procedió también a torturar al novel militar.
Cuando los encargados del Regimiento se dieron cuenta que debían enviarlos a
Pisagua para ser procesados en ese lugar, ya era tarde, ambos habían fallecido.
Estábamos en problemas, era evidente para los familiares que los teníamos
detenidos porque venían todos los días a dejarles enseres y víveres y no
podíamos decir que habían sido ejecutados sin mediar proceso jurídico alguno
ni mucho menos entregarles sus cuerpos flagelados.

La solución vino entonces desde la Comandancia, que diseña la trama en que


ambos detenidos han escapado del regimiento y para hacer más creíble la
historia dirán que en la huida dispararon contra quienes intentaban impedírselo
asesinando a un soldado conscripto que hacía guardia en una de las esquinas
de la calle que bordea el recinto ¿pero quién ha de ser ese soldado? El mismo
que intentó auxiliarlos y que torturaron por ello. Este soldado de traidor pasará
a ser héroe, para eso también es ejecutado y puesto en la esquina donde
supuestamente estaría de guardia. El guion se completa con un imaginario
ataque de los comunistas al recinto militar lo que provoca confusión y permite el
escape de los dos extremistas que portan armas. El simulacro se efectúa
moviendo más de un centenar de soldados que entran y salen del regimiento
efectuando algunos disparos, hasta que se anuncia que el soldado conscripto
Prado ha muerto en la esquina de 11 Oriente con O’Higgins abatido por el fuego
de los dos extremistas que han logrado darse a la fuga. A los familiares que
viajan desde Santiago a buscar el cuerpo del soldado, se lo entregan en una
urna sellada y en la capital es enterrado en el Mausoleo militar. Como cierre del
montaje, al poco tiempo como homenaje al caído, la calle Once Oriente pasará
a llamarse Pedro Prado.

Mientras escuchaba el relato del militar que ya empezaba a manifestar los


efectos del alcohol, recordé lo que me contó mi madre cuando iba al
Telecomunicaciones a preguntar por mi padre y la respuesta de los militares:

_ Señora, su marido se fugó, ahora debe estar en Cuba, divirtiéndose con las
mulatas, no se preocupe más por él.

Jaimito, sé que ahora sentirás un gran odio contra mí, lo esperaba, yo también
necesitaba confesar mi participación en este acto, no hice nada contra tu padre
pero tampoco nada a favor de él. Puedes despreciarme, pero tendrías que haber
estado en mis zapatos en esos instantes.

No sé qué decirle, ahora sé cómo fue y más o menos quiénes fueron sus
victimarios, pero que fue del cuerpo de mi padre y de su compañero ¿Dónde
están?

_ Necesito otro trago más, espera que me lo sirvo. No lo sé con certeza, pero es
posible que hayan sido trasladados al Cementerio Número Tres que está
comunicado con el Regimiento por una puerta trasera pues ambos recintos son
vecinos. Deben haber ido a parar a la fosa común.

_ ¿es posible entonces que aún se encuentren allí? _ pregunto con ansiedad.

_ Jaimito me obligas a decirte cosas tan terribles, no creo que los puedan
encontrar, curiosamente hay un documento de esos días, donde se autoriza para
que se incineren los restos de personas NN que se encontraban en la fosa
común. _ Ojalá se equivoque_ le respondo _ Sí, en estos momentos siento un
gran odio por todos los que participaron en estos actos, no sé qué les haría si los
tuviera frente a mí.

Jaime, no te enojes conmigo, los que nos dirigieron son los principales culpables,
sobre ellos debes volcar tu rabia. A propósito que dirías si te dijera que en este
mismo momento y en este mismo lugar están algunos de ellos, el Fiscal Acuña
y el sargento Barraza beben sus tragos en alguna mesa vecina, no te los voy a
señalar, solo quiero demostrarte por qué existe el pacto de silencio entre todos
nosotros ¿te das cuenta que a esta gente no le pasa nada pese a todo el daño
que han provocado? Han pasado más de diez años de los hechos y pueden
andar tan campantes por toda la ciudad porque todos les tenemos miedo o existe
alguna complicidad con ellos, salvo que tú en un día futuro los esperes salir
ebrios y tambaleantes de este bar y les pegues un par de balazos.
7 Una propuesta obscena

Iquique década de 1960

Es una rutina, casi todas las mañanas antes de levantarme para ir al colegio
escucho los cantos de los conscriptos que hacen su servicio militar en el
Regimiento Carampangue que está a dos cuadras de mi casa, mientras van al
trote. Lo que siempre me ha llamado la atención es la letra del canto,
generalmente está llena de obscenidades: “Soy un pelao, hediondo…”, me
imagino que es para hacerles olvidar por un rato el cansancio de la marcha.

Pisagua, 1974

_ Mi comandante Larrain, tenemos un problema

_ ¿Qué pasa capitán Benavides, qué problema puede haber acá? Por favor
explíquese.

_ Son las mujeres prisioneras, mi comandante, se rehúsan a comer y están como


deprimidas. En algunos casos se podría decir que están en huelga de hambre.

_ Ah, las mujeres, siempre provocando dificultades ¿han intentado obligarlas a


alimentarse?

_ Sí mi comandante, pero no resulta, al contrario fortalece su decisión.

_ Realmente es una complicación, hay organizaciones de Derechos Humanos


que quieren visitar este campamento, seguramente manipuladas por el
marxismo internacional, y no sería conveniente tener una situación de huelga de
hambre.
¿Alguna idea para ayudar a resolverla, capitán?

_ No sé mi comandante, pero se me ocurre que un calducho, con cantos, chistes,


sketches podría ayudarlas a salir de su estado de tristeza.

_ Pero capitán, ¿me está proponiendo que nos disfracemos de payasos para
hacerlas reír?
_ No mi comandante, que sean los presos de este campamento los que hagan
el show, después de todo ellos son compañeros ¿no?

Mientras nos llevan a Pisagua días después del Golpe Militar, luego de la pasada
obligatoria por el Regimiento Telecomunicaciones de Iquique, recuerdo a Andrés
Daniels, militante del Partido Socialista, locutor de la Radio Esmeralda “la
trinchera del pueblo” como él decía, imaginarse con instalar una radio en dicho
pueblo, para amenizar nuestra estadía y conformar shows y espectáculos de
revista a los cuales estaba tan habituado. No era el único que pensaba que la
relegación en ese pueblo sería como los años 1947 al 1950, cuando González
Videla confinó en ese lugar a los comunistas en virtud de aplicar la Ley Maldita,
donde nos acomodarían en las casas del pueblo y dejarían relativamente libres,
y sería de nuevo nuestra “universidad” como lo infería Volodia en su “Pisagua, la
Semilla en la arena”. No podíamos imaginarnos que esta vez el lugar sería la
tumba para unos y la humillación y el dolor para el resto de nosotros.

El comandante nos reúne a todos los presos y dice:

_ ¿Habrá algún chistoso, algún desgraciado que tenga alguna gracia para animar
a sus propias compañeras?

Como no hay respuesta, el capitán que ubica a Daniels y sabe del trabajo que
realizaba en la radio, le pide bajo amenaza que señale unos cuantos prisioneros
para que conformen un grupo artístico. Una vez hecho el “casting” nos dan diez
minutos para organizarnos y al día siguiente debemos actuar en el teatro del
pueblo. Los elegidos una vez que quedamos sin la presencia militar le
recriminamos a Andrés el por qué nos eligió para esta suerte de mascarada
trágica.

La prisioneras en las primeras filas están sentadas asiento por medio, en las filas
restantes están los prisioneros también sentados con un asiento vacío entre ellos
y el resto parados, rodeando a todos los concurrentes y en la parte superior del
teatro están los soldados armados y con la bala pasada. Al costado del escenario
está el Comandante Ramón Larraín y el resto de los oficiales. Para dar inicio a
la presentación el Comandante parte de la manera más inadecuada que se le
podía ocurrir: lee una condena y luego grita:
_ Y ahora que salgan los chistosos.

En ese escenario tenebroso debemos salir a actuar y realizar un sketch. La


noche anterior a la presentación, por estupidez e incomunicación entre los
militares, Andrés Daniels es torturado salvajemente, su úlcera hizo crisis y no
está en condiciones de animar.

_ Negro, tienes que salir, hazlo por nosotros y por ellas.

_ ¿Están huevones? yo no animo ninguna huevada, si quieren me matan estos


concha su madre de una vez por todas, pero no hago ningún show ¿cómo
chucha se les ocurre?
El comandante se empieza a impacientar y pregunta cuándo vamos a empezar,
entonces empujamos a Andrés al escenario y este sale a anunciar el primer
show, un sketch en el que participo junto a otros cuatro compañeros, nos sale
mal, muy mal. Salimos del escenario avergonzados por no haber realizado una
presentación ni medianamente aceptable, pero en el momento de la retirada
escuchamos unos fuertes aplausos, son los de nuestras compañeras, las
prisioneras. Es un aplauso solidario, el mejor aplauso que escuché en mi vida.
Se nos viene el alma al cuerpo, y salimos nuevamente a repetir la misma
actuación. Esta vez nos va mejor, hasta escuchamos las risas de las mujeres y
aplausos de los mismos militares. Tanto que Daniels se anima y presenta con
estridencia al siguiente número: un gran cantante de tangos venido de
Valparaíso. Sabemos que el compañero canta muy bien y toca la guitarra, esta
le es proporcionada por un teniente, empieza a puntear el instrumento, pero la
voz no le sale, empieza a soplar como si fumara pero no puede cantar “Fumando
espero”.
El Comandante le grita:

_ Bueno imbécil ¿vas a cantar o no?

Nuestro cantante se retira, pero lo vamos a buscar y vuelve, esta vez le


resulta:

Fumar es un placer, genial, sensual

fumando espero a la que tanto quiero

tras los cristales de alegres ventanales


y mientras fumo mi vida no consumo porque flotando el
humo me suelo adormecer
Como realmente cantaba muy bonito es aclamado por todos y su éxito permite
que podamos cerrar esa jornada sin mayores problemas. Los militares ven con
buenos ojos los resultados de este experimento y nos piden que sigamos con la
idea, podríamos si quisiéramos montar hasta una obra de teatro. Y seguramente
lo haremos, eso mejorará el trato que nos dan, podremos ser trasladados a otros
recintos en el pueblo y no seguir en el hacinamiento infame en el que nos tienen
y sumar más compañeros a una mejor condición, pero hay algo que ronda en
nuestras cabezas, tenemos que poder desquitarnos, aunque parezca poca
cosa, casi nimia, mofarnos de ellos en su propia cara.
Un profesor de historia nos señalaba que cuando las legiones romanas
regresaban victoriosas de alguna campaña entraban en Roma cantando muchas
veces canciones obscenas contra sus propios mandos. Me recordó los cánticos
de los militares a paso ligero que escuché desde siempre en Iquique, la clave
está en la obscenidad de los cantos que es la base de la disciplina militar: Si solo
fuera obedecer órdenes sería simple, pero no lo es, deben permitir al soldado
compartir ese goce obsceno, ser parte de un acto grosero para ser parte de la
comunidad y eso incluye también a la jefatura militar. Entonces podríamos
montar una obra en que hay dos bandas de gánsteres, con heroína y todo. El
jefe de una de las bandas es muy cruel y sanguinario y mata sin piedad a los
rivales incluso a los que se rinden. Al día siguiente de la presentación el
Comandante Larraín nos preguntaría, sonriendo maliciosamente:
_ ¿Quién fue el huevoncito que escribió el guion donde el jefe ordena matar a
los prisioneros indefensos?
_ Yo, mi comandante, pero no es eso, me refería a matar el tiempo de los
detenidos.

PD: Este relato está basado en la historia que cuenta Billie Willie sobre su
actuación en el teatro de Pisagua, en el video
http://www.ccplm.cl/sitio/laverdadera-historia-de-johnny-good/
8 El Evangelio de La Pasión según un ateo

El evangelista relata: Hay toda una serie de acusaciones directas a Jesús, por
parte de las autoridades: de los sumos sacerdotes, de los escribas, de los
gobernadores romanos, en las cuales se lo tilda de subversivo por alentar al
pueblo contra la autoridad, o de lograr la liberación del pueblo judío del imperio
invasor.

Hoy los militares que se tomaron el poder a la fuerza por sobre un gobierno
democráticamente elegido me acusan de participar en un plan destinado a
provocar la guerra civil en Chile y la rebelión de las Fuerzas Armadas a través
de su subversión. Me acusan los mismos que quebrantaron la constitución que
juraron respetar y defender, con la injerencia directa del Imperio: el gobierno de
los Estados Unidos, de las transnacionales y de la oligarquía criolla tanto política
como económica.

Sigue el evangelista: Después de la cena pascual Jesús es tomado preso cuando


estaba en el huerto de Getsemaní.

Fui detenido en la paz de mi casa reunido con mis familiares, en otras situaciones
en las que por precaución esperé un tiempo antes de entregarme detuvieron a
mi señora e hijos para provocar mi entrega. Nunca opuse resistencia, la segunda
vez cuando me llaman a través de un bando radial para que me presente a la
autoridad militar, me entrego voluntariamente.

Continúa el evangelista: Después Jesús es llevado ante Anás y Caifás,


posteriormente a Pilatos, de Pilatos lo mandaron a Herodes, para al final volver
donde Pilatos que cínicamente le traspasa la condenación al pueblo judío.

El periplo es simple 1) Cuartel de la VI División de Ejército en Iquique, para


ficharnos; 2) Regimiento Telecomunicaciones de Iquique, lugar de
amedrentamiento y tortura, el preludio; 3) Campamento de Prisioneros de
Pisagua, donde se nos torturará para obtener confesiones de culpabilidad,
procesará y condenará. Pero aquí la condena está establecida de antemano, no
hay que consultar con nadie pues el proceso es lineal y en un solo sentido. Todo
está en manos del general Carlos Forestier Haensgen, Jefe de zona en Estado
de Emergencia designado por la Junta Militar, que sigue fielmente las directivas
de esta, las del emperador Augusto Ramón. No puede ser Pilatos, porque no
podría lavarse las manos llenas de sangre, ni con todas las lluvias del Sur, como
decía
Víctor Jara en “Preguntas por Puerto Montt”. Para inventar cargos y pruebas
falsas tiene al Fiscal Mario Acuña, obscuro personaje ligado a la corrupción y el
narcotráfico. Estando aún en el Cuartel de la VI División, Julio Cabezas detenido
según cree él mismo por error, abogado, miembro del Consejo de Defensa del
Estado y opositor a Allende, ingenuamente le extiende a Forestier un sobre que
contiene en el interior un recurso de amparo a su favor, el cual es rechazado
violentamente señalándole que está bajo una justicia de guerra y los oficios de
la Justicia Ordinaria no tienen valor alguno en este tiempo y remacha con un:
_ ¿Escuchó bien su huevón de mierda?

Continúa el evangelista; después del escarnio a que fue sometido Cristo, donde
proliferan los insultos, los escupos, las bofetadas, latigazos, blasfemias y la
corona de espinas, es llevado por el camino del calvario al patíbulo.

Todos los métodos de tortura conocidos se utilizan contra los prisioneros e


incluso se agregan otros tanto o más crueles por los sádicos locales. La Escuela
de Las Américas en Panamá, impulsada por la CIA, sitio de entrenamiento de la
oficialidad de todos los ejércitos de los países americanos, para aprender
métodos contrainsurgentes, tiene a los soldados chilenos como sus alumnos
más aventajados. Los suboficiales acostumbrados a seguir fielmente las órdenes
de los oficiales también participan con entusiasmo. Nos lanzan rodando por las
altas escaleras de la cárcel hasta que damos de bruces en el suelo, nuestras
caras son rematadas por los lustrosos bototos de los oficiales, nuestras costillas
son golpeadas por las botas de los clase. Algunos torturados llegan a enloquecer
e intentan escapar razón por la que son ejecutados sin más.
Continúa el evangelista: Jesús es colocado entre dos malhechores y se le coloca
un letrero en la cruz como mote o burla de su calidad de rey. “Este es el rey de
los judíos”.

La cruz nuestra es una cruz de luz, donde nos clavaron con balas, como decía

Daniel Viglietti en su “Camilo Torres”, una cruz hecha de metralla. Ni siquiera


una cruz de madera tuve sobre mi tumba, porque no tuve tumba, porque mi
cuerpo fue hallado años después en una fosa clandestina y en otros casos no fui
encontrado porque mis restos fueron pulverizados y esparcidos en la tierra o en
el mar. Tampoco tuve un INRI sobre la cruz, no se mofaron motejándome como
Rey de los Judíos, pero Pinochet dijo que “los marxistas son como los fantasmas,
desaparecen” y ese es el letrero que llevo en mi frente porque soy un ejecutado
desaparecido.

Cuenta el evangelista que Jesús decía al padre: “Perdónalos porque no saben


lo que hacen”.

En Pisagua, tanto el alto mando como los verdugos sabían muy bien lo que
hacían, luego no aplica el perdón. No puede haber perdón si no hay
arrepentimiento, si no hay justicia ni verdad. Y nunca hemos visto
arrepentimiento en los victimarios, seguimos esperando la verdad sobre el
destino de los desaparecidos y los principales responsables: Pinochet, Forestier,
Acuña murieron sin ser condenados por la justicia.

Cuenta el evangelista que El Señor pide al Padre que no lo abandone:

¿Eli, eli, lama sabactani?

En ese instante cercano a la muerte, Jesús deviene en ateo (*). Si Cristo no


sabe lo que Dios quiere de él, si su padre lo ha abandonado, es porque este no
existe. Se resuelve definitivamente la permanente y neurótica espera de un
pueblo por la llegada del Mesías, de un salvador. No hay un Dios garante de
nuestras vidas, estamos solos con nuestra libertad, debemos asumir muestra
propia salvación.

El evangelista dice que Cristo muere y da su vida por la humanidad.

No, Jesús no tiene que pagar con su vida para salvarnos ¿pagar por qué, a
quién?

Su muerte es la buena nueva, significa “permaneced en el Espíritu Santo, la


comunidad de creyentes”, este colectivo es el que debe hacer realidad el
mensaje de Cristo, de amor al prójimo, de libertad e igualdad entre los hombres
que en el futuro se traducirá en las ideas básicas de la revolución francesa, el
anarquismo, el comunismo y del socialismo. Marx lo sabía, no en vano lo que
primero estudió fue Teología.

Los que fueron ejecutados en Pisagua tampoco tenían nada que pagar, no tenían
por qué morir, solo el odio del que considera menos humano a su opositor
dialéctico puede torturarlo, procesarlo con pruebas falsas o sin ellas y ejecutarlo
de una manera tan terrible, al punto de hacer desaparecer sus restos mortales.

Termina el evangelista diciendo que al tercer día Cristo Jesús, el vencedor de la


muerte, resucita y con este paso redime a la humanidad, rescatándola,
liberándola y conduciéndola al Padre.

No, Cristo no volverá, no habrá un segundo advenimiento, porque él ya está aquí


cuando dos o más hombres se juntan y forman una comunidad libertaria, así
como lo hiciera cada uno de los ejecutados en su vida. Por eso hoy en Pisagua,
Jesús es también: Freddy Taberna, Michel Nash, Luis Lizardi, Juan Valencia,
Julio Cabezas y todos los otros que fueron ejecutados por la Ley de Fuga o por
los cuatro Consejos de Guerra realizados en el campamento de prisioneros.

(*) Es una interpretación lacaniana, heredera de Freud, planteada por el filósofo


y psicoanalista esloveno Slovaj Zizek, quién señala que al momento de su
muerte Jesús logra lo que en el psicoanálisis se denomina “destitución
subjetiva”, cuando se desprende de todo “registro simbólico”, de la idea de la
existencia de un Dios que es el Gran Otro, y que este realmente no existe, que
no hay ningún garante de nuestra existencia. Por ello señala Zizek, no se puede
ser un verdadero ateo sin pasar antes por el cristianismo.
9 La muerte aparente

Tengo una reunión en la Universidad con mis compañeros a las 17 horas, mi


amigo el dueño de la casa donde estoy me dice que es preferible que no vaya
porque el toque de queda impuesto por los militares es a las 19 horas y tendría
muy poco tiempo para desplazarme hacia mi residencia actual, vivo solo en un
par de piezas terremoteadas que arriendo en un cerro de Viña del Mar ya que
soy oriundo de Iquique y me vine a estudiar a Valparaíso.

_ Es mejor que te quedes acá y mañana vas a hacer lo que quieres, las patrullas
militares no son lo que llamamos amistosas, sé de casos en que detienen a
alguien que está a una cuadra de llegar su hogar al filo del toque, le dicen que
corra hacia ella y a la cuenta de diez disparan si es que no ha alcanzado a entrar,
así que es preferible que seas un buen corredor.

Agradezco la preocupación de mi amigo pero declino su ofrecimiento y marcho


hacia la Universidad, necesito encontrarme con mis compañeros, no ha pasado
más de un mes desde el Golpe de Estado y deseo saber que ha sido de algunos
alumnos y profesores que han desaparecido y ver de qué manera podemos
ayudar. Se dice que un compañero de curso está en el campamento de
prisioneros de Chacabuco y queremos juntar algunos víveres y enseres para
enviárselos. Antes de eso paso al correo y pongo un telegrama a mi familia en
el Norte contándoles que estoy bien y que iré a reunirme con ellos en los
próximos días por lo que no deben preocuparse.

Al llegar a la Universidad, veo que los marinos han ingresado a ella y se llevan
detenidos a algunos de los compañeros con los cuales debía juntarme. En la
escala del edificio uno de ellos cae por los empujones de los militares e
instintivamente procedo a recogerle, lo que me vale un culatazo e incluyan dentro
del grupo que se llevan. El Director actual de la Escuela ha sido designado por
los milicos y ha permitido que personal del Servicio de Inteligencia Naval se
introdujera en la Universidad y él mismo ha delatado a los estudiantes de
izquierda. En lo personal soy un alumno con buenas notas, no milito en ningún
partido político, sí soy simpatizante del gobierno de la Unidad Popular y como tal
he participado en los trabajos voluntarios y he hecho asesorías técnicas a los
interventores de las empresas intervenidas acompañando a los alumnos de los
últimos años más comprometidos con la causa.

Nos llevan a la Academia de Guerra Naval, un edificio de acero, de cuatro pisos


ubicado en el Cerro Playa Ancha al lado del estadio de fútbol donde muchas
veces vi jugar al Wanderers. Nos vendan los ojos y se nos hace subir hasta el
cuarto piso por las escaleras de fierro, donde las caídas y empujones son la
introducción a la tortura. Al subir las escalas escuchamos gritos desgarradores
los cuales pensamos que eran grabaciones para infundirnos miedo pero pronto
nos damos cuenta que son alaridos verdaderos de personas que están
torturando. Nos meten en una pieza y debemos permanecer de pie con las
manos en la nuca sin hablar. Nos dan comida pero apenas la probamos por el
horror de los gritos en el recinto y el miedo que nos embarga. Sádicamente los
guardias nos advierten que comamos porque puede ser la última vez que lo
hagamos. Ya es noche pero no puedo dormir, los alaridos continúan todo ese
tiempo.

Al día siguiente soy interrogado, me torturan por más de tres horas, me desnudan
y golpean con manos y pies por todo el cuerpo, me aplican corriente en los
testículos y luego me vuelven a golpear en un ciclo infernal, entremedio me
preguntan por las armas que supuestamente tenemos escondidas en la
Universidad. Cuando ya no siento siquiera las quemaduras de la electricidad me
quitan la venda para que camine hasta el cuarto de los torturados, pero no puedo
hacerlo debido a las contracciones musculares provocadas por la corriente y
debo arrastrarme hasta ella. Lo que veo allí es un cuadro dantesco, todos están
con diversas fracturas y no pueden siquiera caminar y respiran con dificultad,
entre ellos puedo identificar a profesores, alumnos y alumnas de mi universidad.
Escucho decir que algunos reconocieron a sus interrogadores, son infantes de
marina preparados en las bases norteamericanas de Panamá. Al otro día somos
enviados al buque Lebu que hará de cárcel. Voy a una bodega con más de cien
personas y sin baño por lo que el hedor es insoportable debido a la putrefacción
de los tarros en los que debemos hacer nuestras necesidades. De vez en cuando
sacan a grupos de entre tres a cinco personas las que después de un tiempo
regresan en muy malas condiciones tanto físicas como psíquicas.
Llega un capitán, me elige junto a cuatro compañeros más y dice que nos van a
fusilar. Solo escuchar esta noticia terrible sobrecoge mi espíritu y aunque la
estadía en este lugar ha hecho que muchas veces deseemos morir como escape
a las torturas que nos infligen no es lo mismo sentir la cercanía de ésta dictada
por tu carcelero que tiene el poder de hacerla efectiva a su voluntad. Caminamos
en fila hacia el sitio de la matanza, en medio del terror que me invade pienso en
lo que otros compañeros sometidos a una experiencia similar me han contado,
que es solo un fusilamiento simulado, una técnica usada para ablandar la moral
de los detenidos. Puesto que ellos volvieron de la muerte aparente una leve
esperanza me acoge, puede ser un simulacro, es como un salvoconducto para
la certeza del retorno. Una vez en el lugar de la ejecución, si algo faltaba para
disipar mi creencia en el carácter ficticio del procedimiento, el oficial ordena que
se nos maniate y nos vende la vista. Sacando fuerzas de flaqueza pido que me
saquen la venda para ver a mis ejecutores en el momento que disparen, si voy
a morir quiero mostrarles que no hay arrepentimiento en mí, escucho una voz
seca y cortante diciéndome que no se puede. Se oye la voz de orden al pelotón
y los disparos.
Despierto y escucho la voz de mi amigo:

_ Eh compañero, tranquilícese, no pasa nada, parece que ha tenido una


pesadilla pero no se preocupe está en mi casa, ayer tuvo que quedarse a dormir
acá porque era peligroso salir cerca del toque de queda. Ahora ya puede salir e
ir a la suya o a la Universidad, esté atento no sea que los militares ingresen a
ella y lo arresten.
Lo mejor sería que regrese donde su familia y vuelva después de la borrasca.

_ Mala suerte la de este muchacho, le tocó a él, el simulacro de fusilamiento


incorporó la variante en la que muere uno de los cinco elegidos para la ejecución
simulada. Es muy moreno y achinado, debe ser del Norte, en realidad no se
parece a ninguno de los otros universitarios la mayoría blancos, es un indio
aimara metido a culto, vaya novedad, mejor se hubiera quedado cuidando las
llamas. No lo han reclamado hasta el momento sus familiares ni algún grupo de
la Universidad, es mejor así no tendremos que dar explicaciones a nadie.
10 El hombre en la playa

Pisagua 1984

Al caminar por la playa en dirección al lugar donde están las personas que
convocan mi presencia, paso cerca de un joven sentado que parece observar la
periodicidad con que las olas llegan a tocar la costa, está tan concentrado que
no se percata de mi presencia. Lo dejo atrás y me acerco al sitio de mi destino,
son los restos de lo queda de una vieja planta conservera al Norte de Pisagua,
ahí los militares levantaron una carpas para albergar inicialmente a las ciento
veinte personas relegadas, cercaron el lugar con alambre de púas e impiden el
acceso a toda persona, perros policiales también custodian el campamento pero
no son visibles en mis visitas.

En mi calidad de Obispo de la Diócesis de Iquique recibí una llamada desde el


Ministerio del Interior de parte del Ministro Onofre Jarpa para indicarme que
serían enviados a Pisagua en calidad de relegadas más de un centenar de
personas detenidas en varias redadas por las poblaciones periféricas de
Santiago y que pensaba serían de preocupación de la Iglesia. La Junta de
Gobierno Militar al parecer insiste en usar de nuevo a Pisagua como campo de
concentración para sus opositores, después de haber cerrado en Octubre de
1974 el fatídico campo de prisioneros políticos post golpe. El 30 de Octubre de
1984 se produce el traslado de estas personas desde Santiago y unos días
después hago mi primera visita a este pueblo para hablar con los relegados y me
ofrezco para ser su contacto con el exterior: recibir sus cartas, enviar recados a
sus familiares así como dar asistencia espiritual a quienes lo deseen.

Hoy realizo una nueva visita, el número de detenidos ha aumentado a


cuatrocientos a causa de los sucesivos envíos desde la capital y se ha cambiado
la pena de relegación de noventa días por la de detención en forma indefinida o
como los militares eufemísticamente lo denominaron “personal con permanencia
forzosa”. Esto produjo gran desazón entre los presos alterando su psiquis sobre
todo a los que estaban por cumplir su período de tres meses de relegación. Temo
que algunos quieran atentar contra sus vidas y vengo a realizar labores de
contención. Mi visita no es del agrado de los militares, nunca lo ha sido, el trabajo
de la Vicaría de la Solidaridad en defensa de los derechos humanos ha
enfrentado repetidamente a la Iglesia católica con las autoridades castrenses.
Esta vez no es distinto, no me dejan entrar al recinto y me piden que espere
afuera mientras ellos llaman a Iquique para confirmar con sus jefes la
autorización de que puedo ingresar.

Mientras espero se me acerca un poblador, un pescador de los pocos que


pueden transitar cerca de este campamento debido a su trabajo como proveedor
de pescados y mariscos para la alimentación de los militares y prisioneros de
este campo.

_ ¿Padre quiere que lo acompañe en este rato? No hay mucho que hacer por
acá ni tampoco con quién conversar.

_ Gracias hijo, tal vez tú puedas contarme algunas cosas que les han ocurrido a
los detenidos. Supe de un joven que no resistió la idea de quedar detenido sin
fecha definida y escapó de Pisagua pero al cabo de unos días fue recapturado.
¿Sabes algo de esa historia? su desesperación debe haber sido extrema para
llevarlo a tomar tal decisión y lo difícil que debe haber sido llevar a cabo la tarea.

_ Sí Padre, le puedo contar lo que sé de ese caso por lo que uno de sus
compañeros me confidenció y las partes que faltan podemos imaginárnoslas. Era
un joven fuerte, atleta y buen nadador, impetuoso y sin límites mentales que le
impidiesen idear una solución para su problema, un espíritu libre, el encierro lo
ahogaba y empezó a pensar un plan de salida. Para huir de Pisagua, una cárcel
natural en sí misma, solo hay dos posibilidades, una es usar el mar pero para
ello se necesita una embarcación que sea lo suficientemente rápida para llegar
al Perú antes que los carceleros se percaten del escape y no puede conseguirse
porque los pescadores quienes podríamos proveerla seríamos los primeros
sospechosos de ser sus cómplices y desde luego no nos expondríamos a la
reacción de los militares. La otra vía de fuga es la carretera panamericana en
pleno desierto para poder abordar un vehículo que lo lleve al Sur, esta no está a
más de 30 kilómetros de distancia pero con pendiente en subida y su mayor
inconveniente es que en la pampa una persona es visible fácilmente desde el
aire. El joven notó que los soldados montan guardia especialmente en la parte
alta de la ciudad pero no en la playa pues no imaginan un escape por el mar
infranqueable sin una embarcación pero sí la huida a través de los cerros para
llegar a la carretera. Concluyó que lo más adecuado era salir a nado por la bahía
y luego enfilar hacia al desierto, se dedicó entonces a observar minuciosamente
la costa para conocer el oleaje y las corrientes, tuvo también la oportunidad de
bañarse en la playa y nadar algunos cientos de metros para comprobar sus
teorías bajo la mirada atenta de los guardias que seguían sus movimientos sin
sospechar nada.

Pasada la medianoche de una noche sin luna nuestro amigo elude a los guardias
custodios, pasa bajo las alambradas del campamento, llega a la playa y se lanza
silenciosamente al mar, lleva con él tres bolsas pequeñas, una con ropa, otra
con agua dulce y una tercera con algunas frutas y verduras que pudo juntar.
Conocedor ya de la costa nada una distancia de un par de kilómetros hacia el
norte, lo justo para salir del radio de visión de la bahía, se evade por unas
roquerías y camina hacia la quebrada de Tiliviche, en ella hay agua y verduras
que le pueden servir para alimentarse antes de saltar a la carretera
Panamericana, además la vegetación de ese lugar aunque escasa le puede
permitir ocultarse mejor que en la pampa. Tiene más o menos unas siete horas
de ventaja sobre sus futuros perseguidores, en ese lapso debe poder llegar al
camino y abordar algún vehículo que acceda a llevarlo al sur.

Temprano en la mañana del día siguiente los guardias del campamento se dan
cuenta de su ausencia y comienza la búsqueda por todas partes, piden la ayuda
de un helicóptero que barre toda la zona preferentemente la cercana a la
carretera panamericana el objetivo más probable que debe haber elegido el
fugitivo. El temor de los militares es que al amanecer haya llegado a la carretera
y un vehículo lo asistiera antes que ellos hubiesen dado aviso a los controles
camineros. Otro grupo de soldados recorre la costa bordeando el mar, se da
aviso a las comisarías de Cuya por el norte, Huara por el sur y Camiña por el
oeste para que revisen todo vehículo que pase por sus controles. Pronto
descartan el mar, no falta ninguna embarcación de los pescadores lugareños y
bordeando la costa a pie no se puede llegar muy lejos, Arica o Iquique están muy
distantes y en la ruta hay acantilados cortados a pique que impiden el paso.
Queda entonces recorrer la Quebrada de Tiliviche, donde no hay mucho con qué
ocultarse pero hay agua dulce y se puede sobrevivir un tiempo sin salir de ella,
pero la patrulla tampoco lo encuentra allí. Debe estar bien oculto en alguna parte,
ni las patrullas y el helicóptero han podido dar con él, se lo habrá tragado la tierra
o murió ahogado en el mar comentan los soldados que encontraron unas bolsas
entre las rocas aledañas, así termina ese día.

Lo que sigue es especulación mía, porque él jamás ha vuelto a referirse sobre la


huida desde que lo trajeron de vuelta. La noche, la madrugada del día anterior y
parte de la mañana fue ardua para nuestro fugitivo después de nadar para salir
de la bahía debió internarse por la quebrada hasta llegar a la Hacienda de
Tiliviche conocida como El Cementerio de Los Ingleses, donde están los nichos
de los extranjeros que se dedicaron a la explotación del salitre en el Norte de
Chile, en él reposan personajes como James Humberstone y Henry North,
sobrino del Rey del Salitre. Ya es de día, la ventaja que sacó a sus captores se
diluyó, está cerca de la carretera pero es peligroso ir hacia ella, puede ser
avistado fácilmente por el helicóptero, deberá buscar refugio para pasar el resto
día, la noche y al amanecer intentar acercarse a ella de nuevo.

Logra pasar desapercibido al custodio de la Casa Patronal vecina del cementerio


y en uno de los ciento veinte sepulcros de la necrópolis se esconde. Es la pausa
que necesita para descansar, cambiarse ropa y desconcertar a sus
perseguidores que lo buscan frenéticamente. Esa noche se habrá dormido
cansado entre los muertos y habrá tenido el sueño donde logra escapar. Al otro
día cuando despierta el sol está arriba, es más tarde de lo planeado, pese a ello
sale de todas maneras a la Panamericana, no soporta permanecer más tiempo
escondido entre las tumbas, ve venir un vehículo en dirección al Sur, le hace
señas para que se detenga, pero al mismo tiempo escucha en las alturas el ruido
del vuelo del helicóptero militar.

_ Qué lástima, estuvo tan cerca de lograrlo _ Oh, mira ahí vienen los militares,
me hacen señas para que ingrese al campamento, gracias hijo por la compañía
y el relato, trataré de hablar personalmente con este intrépido joven para darle
apoyo psicológico y pedirle un poco de paciencia pues pronto deberá ser
liberado, el gobierno militar ha ido perdiendo apoyo internacional y en el plano
nacional las protestas cunden a través de todo el país, no es buena imagen tener
presos políticos a estas alturas del régimen, aunque no quieran reconocer esta
denominación para los detenidos.
_ Sí Padre puede hablar con él pero no necesita entrar al campamento para eso,
es el hombre que vio en la playa sentado con la mirada absorta en el horizonte
marino, no creo que pueda entablar una conversación útil, después de ser
recapturado fue aislado y castigado tan duramente que ahora solo habla
incoherencias, incluso no lo vigilan, vaga solitario por las cercanías, ha dejado
de ser peligroso en términos de escape, pero juraría que sigue pensando en ello.
Epílogo

Los cuatro primeros relatos inconscientemente (porque nunca lo pensé así)


entregan los fundamentos básicos del actuar de la dictadura de Pinochet en sus
inicios: el no reconocer la existencia de campamentos de prisioneros políticos, el
plan para eliminar físicamente a los principales opositores, la relación de la
dictadura con el narcotráfico, la negación de la existencia de detenidos y
ejecutados desaparecidos y su tratamiento hasta el día de hoy, la necesidad de
tener una historia para crear una épica y justificar sus actos que los lleva a idear
el Plan Zeta y la aplicación sistemática y masiva de la tortura para dejar una
marca indeleble de temor en la población civil.

Sin embargo casi todos los relatos están basados en situaciones y personajes
reales.

“Una sola pregunta” está dedicado a los prisioneros políticos del campamento
personificado en Enrique Aranda, ferroviario y compañero de trabajo de mi padre
y al cineasta español Miguel Herberg que se arriesgó a volver a Chile para filmar
a los presos políticos e indirectamente intentar salvarles la vida.

“Traición a la patria” está dedicado a Freddy Taberna, ejecutado desaparecido,


importante dirigente político e investigador social, acusado y ejecutado por los
verdaderos traidores a la patria, entre ellos el fiscal del juicio quién estaba
relacionado con el narcotráfico y por el Jefe de la Zona Militar que incluso llega
a cambiar una sentencia anterior para poder ejecutarlo.

“Plan Zeta Now” se narra como una conversación ficticia entre el historiador y el
Almirante que inventaron la historia delirante del autogolpe que habría planeado
Allende y sus partidarios para eliminar a sus opositores políticos. Aunque
absurdo y falso, dicho texto motivó la invención posterior de otras falsedades
como el Movimiento AGP al que pertenecerían supuestamente los ejecutados en
Pisagua.

“Una carta para la presidenta” está referida al descubrimiento de la fosa


clandestina en 1990 en Pisagua y a la carta que le envía la madre de Michel
Nash a la presidenta Bachelet en el año 2008 para que agilice los trámites sobre
los análisis de las osamentas encontradas en la fosa. La falta total de interés con
que el Estado actuó por aclarar el destino de los cuerpos de los ejecutados
contrasta con el cuidado que los antiguos pobladores indígenas de la zona tenían
por sus muertos.

“La decisión de Selim” narra a grandes trazos la vida de Michel Selim Nash,
ejecutado desaparecido contada a través de un compañero suyo ficticio, es el
relato del acto heroico de Nash pero también un reconocimiento hacia todos los
conscriptos que se vieron obligados por sus jefes a realizar actos de barbarie
contra su voluntad.

“La calle del soldado” es el relato sobre lo acaecido con William Millar, detenido
desaparecido y padre de mi primo James, en un diálogo ficticio de él con un
testigo de los hechos. Solo después de escribir esta historia pude aquilatar la
dimensión del sentimiento de impunidad de los victimarios.

“La propuesta obscena” se basa en la historia que un preso político cuenta en


el video “La verdadera historia de Johnny Wood” sobre las actuaciones que los
militares les obligaron a realizar en el teatro del pueblo. Mi aporte es agregar el
contexto y el final con una revancha mínima sobre sus carceleros.

“El evangelio de la Pasión según un ateo” es una especie de ensayo donde


se hace un parangón de la vía crucis de Jesús con los días que vivieron los
ejecutados desaparecidos en Pisagua desde el momento de su detención, donde
hay parecidos y diferencias con el relato del evangelio desde una visión no
religiosa. Este relato es la síntesis de todas las historias que comprende este
documento sin el propósito intencional de serlo.

“La muerte aparente” está basada sobre lo que me pudo suceder mientras
estudiaba en Valparaíso si hubiese sido detenido por los militares en Septiembre
de 1973 y de lo cual libré porque ese día me quedé en casa de un amigo al estar
cercano el toque de queda. La historia tiene dos finales y no pude decidirme por
ninguna de ellas, es tan sutil que haya sido real una y no la otra.

“El hombre en la playa” está basado en la narración del Obispo de Iquique en


1984, sobre un prisionero político que intentó huir de Pisagua y que figura en el
libro “Vida, Pasión y Muerte en Pisagua” de CREAR (Centro de Investigación
de la Realidad del Norte). El relato narra mi especulación de cómo pudo eludir
temporalmente la búsqueda de sus cancerberos.
Historia de una Infamia

II Parte

Aquello que la historia no quiere recordar

Daimo Sánchez León


Abril 2018
Índice
Prólogo

Dos cartas para una madre

No puedo dejar de amarte

La última tentación

El almirante no tiene quién le crea

Epílogo
Prólogo
El año 2018 comienza mal para los que tenemos la esperanza que el sistema
político, económico y social de nuestro país muestre un rostro más solidario y
disminuya la desigual distribución del ingreso entre el 1% más rico y el 99%
restante que nos coloca entre los países más desiguales del mundo según el
índice Gini. El nuevo gobierno de derecha no tiene la menor intención de hacer
cambios estructurales al sistema de modo que tal ilusión no es ni remotamente
posible y la oposición desorientada y dividida tampoco puede forzarlos.

Mientras me repongo de esta suerte de aflicción, mi mente vuelve sobre el Chile


del siglo XX especialmente en la época del Golpe de Estado, las historias sobre
el sacerdote chileno-inglés Miguel Woodward detenido desaparecido por la
Armada en Valparaíso en “El almirante no tiene quien le crea” y la de Humberto
Lizardi profesor y dirigente del MIR detenido y ejecutado en Pisagua en “Dos
cartas para una madre”, ambas ubicadas en 1973, como también un cuento
sobre los Consejos de Guerra en el Campamento de Prisioneros políticos de
Pisagua 1973 en “No puedo dejar de amarte” y otro relato en parte ficticio de la
posibilidad para Allende de dividir a las Fuerzas Armadas o de haber escapado
del país el día anterior al golpe en “La última tentación”.

Daimo Sánchez León Diciembre 2018


Dos cartas para una madre

Cuando se está en una situación extrema con amenaza vital para alguno de los
dos ¿existe algo más importante que la comunicación de una madre con su
hijo(a) al estar físicamente separados? Frente a la incertidumbre el imaginario
genera escenarios muy pesimistas o una fe esperanzada en que nada malo
sucederá.

El once de Septiembre de 1973 fue detenido en Iquique a las 8.30 de la mañana


por el Servicio de Inteligencia Militar un joven de 26 años dirigente del MIR y
profesor de inglés en el Instituto Comercial donde impartía clases. El golpe militar
está en marcha y empiezan las detenciones de los dirigentes políticos y jefes de
Servicios Públicos partidarios de la Unidad Popular, el periplo que recorren es el
recinto de la Comandancia de la VI División para ser fichados como presos
políticos, luego el Regimiento Telecomunicaciones donde les imponen prácticas
de amedrentamiento psicológico y torturas físicas, para finalmente ser enviados
al Campamento de Prisioneros Políticos en Pisagua donde deben permanecer
detenidos por meses mientras esperan el juicio y la condena.

Los familiares del joven no saben nada de él desde el momento de su detención,


excepto porque lo divisaron a la distancia en el patio del Regimiento de
Telecomunicaciones y que fue trasladado posteriormente a Pisagua. A fines de
Septiembre la familia recibe una carta suya que tiene un formato inusual para
esta forma coloquial de comunicarse, es un formulario preparado por los militares
que tiene siete puntos dirigida a su madre .y que el prisionero debió
cumplimentar.

Señor (a, ita): Nombre de la madre


En el primer punto, “Estado de Salud y de ánimo”, el prisionero indica a sus
padres y a sus hermanos menores que:
“No he tenido ningún problema de salud. El ánimo está muy bueno y sólo
me preocupa la salud de ustedes”.
En el segundo punto, “Necesidades de encargos de elementos”, coloca:
“Necesito me envíen un rollo de papel higiénico y un peine, algún
rompecabezas o juego de entretenimiento, además de cigarrillos y
cerillas”
En el Tercer punto: “Consultas familiares o saludos” señala:
“Saludos a toda la familia, a todos los recuerdo mucho. A mis dos
hermanitos dales muchos besos en mi nombre. A papá y a ti un abrazo
fuerte de su hijo que mucho les quiere”.
Y en el cuarto punto, “Comunicaciones o asuntos de tipo familiar”:
“Sólo que no se preocupen demasiado por mí y que me recuerden. Besos
y abrazos a todos”.
Quinto punto:
“Envía respuesta a Campamento Militar: Correo de Pisagua”.
Sexto punto:
“La respuesta mándamela en una carta con extensión máxima de
una hoja de block tamaño regular escrita solo por un lado
contándome lo indispensable y referido a asuntos de familia o del
hogar en general. Si no se cumplen estas instrucciones la carta no
me será entregada”.
Séptimo punto:
“Mándame solo lo que yo pido ya que otras cosas no me las
entregan. Acá tenemos algunas cosas para comprar”
La carta termina con la firma del remitente.

La misiva que parece sacada del libro “1984” de George Orwell, es en sí misma
intimidante, revela lo que hay detrás de ella, es la nota que puede escribir un
prisionero de un campo de concentración nazi de la segunda guerra mundial,
pero aun ahí era posible que tanto el remitente como el destinario tuviesen algún
código que les permitiera intercambiar mensajes sin que pudiesen ser
detectados por la censura de los militares, como por ejemplo si escribo con lápiz
rojo es mentira lo que digo y si es con lápiz azul es verdad o usar algunas
palabras claves. En este caso particular solo queda la interpretación inconsciente
del receptor del mensaje, la madre al leerla intuye que es una despedida y su
alma se acongoja, pero lo peor está por venir en unas pocas semanas más.

Nuestro joven prisionero en cuestión es el Secretario Zonal del MIR y profesor


de inglés de la Universidad de Chile, el día 10 de Octubre de 1973 es condenado
a muerte por un Consejo de Guerra en Pisagua, junto con otros prisioneros como
Julio Cabezas, procurador Fiscal del Consejo de Defensa del Estado, José
Córdova, Mario Morris del Departamento de Investigación de la Aduana y Juan
Valencia jefe zonal de la Empresa de Comercio Agrícola en un juicio que tiene
vicios legales tanto de forma como de fondo. No tuvieron ninguna garantía
judicial ni siquiera un abogado defensor ya que el Comandante Larraín
encargado del Campamento de Prisioneros argumentó que los traidores a la
patria, cargo por el cual se les condenó, no merecían ninguna consideración.
Solo el abogado Cabezas no creía en la condena y les decía a sus compañeros
que solo era un simulacro para quebrarles la moral e intimidarlos, basaba su
optimismo desmesurado en el hecho que él era opositor a Allende y contaba con
amistades en los sectores de la derecha política que no vacilarían en sacarlo de
este embrollo lo cual era cierto pues el abogado Tomás Bonilla hermano del
General Oscar Bonilla intercedió para lograr su libertad pero su gestión no
resultó. Lo que Cabezas subestimaba estaba delante de sus propias narices, el
Fiscal militar del Consejo de Guerra era Mario Acuña, juez corrupto que el propio
Cabezas suspendió en Iquique cuando logró probar su vínculo con los
narcotraficantes de la zona, llegaba el momento de la revancha para Acuña era
la oportunidad de librarse de los conocedores de sus asociaciones ilícitas y Julio
Cabezas era el más importante de ellos.

Tan convencido estaba Cabezas de que se enfrentarían a un fusilamiento


simulado que le señalaba a sus compañeros que apenas sintieran ruido se
lanzasen al suelo. El joven profesor mirista sólo escucha y ya tarde en la noche
de la víspera de la ejecución se acerca a un prisionero gran amigo suyo que
además fue su profesor en la Universidad y le pide ayuda, el amigo que estaba
a punto de dormirse se incorpora y pone atención a su solicitud:

_ Presiento que voy a morir, puede ser mañana o será dentro de los próximos
días, me queda claro que nos están ajusticiando solo por nuestro pensamiento y
posición política, mientras más a la izquierda estemos mayor es la posibilidad
que no sobrevivamos. He escrito dos cartas, una para mis padres y otra para mi
novia, hazme el favor de entregarlas apenas tengas la oportunidad y no quiero
morir sin antes confesarme, tendrás que ser mi confesor ahora porque el
capellán militar no es alternativa.
Al amigo no le sorprende la petición de la confesión, habían discutido antes la
aparente contradicción de profesar la fe católica y ser marxista, que para ellos
no era tal. El joven profesor mirista además de hacer clases de inglés en el
Instituto Comercial hacía clases de economía política en otros colegios y de
marxismo a los trabajadores los fines de semana. Ambos compañeros entienden
que para Marx, la religión tiene un carácter dual: por un lado cumple el rol de la
legitimación del orden existente, pero por otro lado, de acuerdo a circunstancias
sociales, su rol es crítico, de protesta e incluso revolucionario.

Luego empieza a confesarse y le cuenta al amigo toda su vida en apretada


síntesis, sus miedos, sus ideas y sus faltas. Por la mañana antes de ser sacado
de la celda para su ejecución sonríe a sus compañeros y les pide que mantengan
la moral en alto pues verlos quebrarse en la despedida es el triunfo de sus
carceleros.

Su amigo cumplió con la petición de ser su confesor, pero faltaba la entrega de


las misivas a sus seres más queridos. Para empezar no podía mantener las
cartas, debía destruirlas por su propia seguridad, pero no podía quemarlas ni
romperlas y lanzar los pedazos por el inodoro puesto que siempre estaba bajo
vigilancia solo quedaba comérselas, antes de hacerlo tuvo que memorizar lo más
que pudo para poder escribirla de nuevo y entregarla a mamá Baldramina dos
meses más tarde cuando fue trasladado a la cárcel de Iquique.

Así como la primera carta a mamá Baldramina tampoco expresaba todos los
sentimientos de su hijo maniatado por el infame formato preparado por los
militares esta segunda carta también estuvo amenazada por la incapacidad
potencial del amigo de su hijo de reproducir fielmente lo que este había escrito y
que él había destruido por su seguridad. Antes de destruirlas las repasó varias
veces para poder volver escribirlas pero por el estrés con que vivía esos días
aciagos temía que su memoria olvidase parte de los textos. Para asegurar el fiel
espíritu de la nota, recordó la relación de Tito con sus padres, todos los días
antes de marcharse al trabajo le daba un beso a su madre y ese día once no lo
hizo porque ella dormía profundamente y se marchó a realizar sus clases de
inglés al Instituto Comercial donde fue detenido esa misma mañana y no la
volvería a ver más. La relación entrañable con sus hermanos menores, a los
cuales les llevaba varios años de edad de ventaja, la afición a la música que le
inculcaron sus padres, como lo recordó su amigo de la infancia Hermes Valverde,
ideológicamente de derecha que se emociona al contar que junto a Tito tocaban
en el piano la Barcarola de Offenbach. De su admiración por el Che Guevara y
sus andanzas libertarias por todo el mundo.

Con el recuerdo de la lectura del original y el repaso de sus afectos su amigo


Haroldo Quinteros compuso esta esta carta que Humberto “Tito” Lizardi habría
escrito para su mamá Baldramina Flores, lo que en el formulario de los militares
de la dictadura no se podría expresar jamás:

“Queridos padres:
Mañana quizás ya esté muerto y es por eso que antes de partir les escribo estas
breves líneas, con el apuro que las circunstancias exigen. Quisiera por última
vez expresarles que sólo a ustedes debo todo lo que fui, que gracias a vuestras
enseñanzas pude vivir una existencia plena y verdadera. Fueron 26 años bien
vividos, conocí el amor de ustedes y el otro amor. Viví plenamente y por eso no
me duele partir, al fin y al cabo muero por lo que es justo. Gracias queridos
padres por todo lo que me disteis. No tengan pena porque a Dios ya me he
encomendado y sé que él está conmigo. Con el amor de siempre.
Tito”.

Notas:

Este relato está basado en el libro “Después de la lluvia. Chile una memoria
herida” de Mario Amorós, capítulo VIII “Mañana quizás ya esté muerto” que relata
la detención y muerte de Humberto Lizardi Flores en Pisagua.
No puedo dejar de amarte
¿Cómo se explica que alguien se enamore de otra persona? Mientras más se
trata de encontrar razones resulta más confuso, pero más difícil de dilucidar es
la presencia del amor platónico a menos que el joven que se enamore sea
introvertido, inseguro y se inhiba emocionalmente, en ese caso es casi normal
que surja un amor así. Eso le ocurrió a Damián con Bárbara, la hermana de
Haroldo un compañero de curso del Liceo, desde que la vio la imaginó como un
amor imposible, no se alejaba de ella ni se acercaba, solo mantenía la distancia
necesaria para seguir sintiendo el afecto, ni pensar en tocarla o que ella lo
tocase, nunca manifestaría explícitamente su amor, solo él lo sabría, y a falta de
la presencia de su amada buscaría un objeto que la recordase en cualquier
instante, en este caso fue una canción, la balada soul “I can´t stop lovin you”
inmortalizada por Ray Charles, cuya traducción es “No puedo dejar de amarte”
que canta a la nostalgia de un amor pasado al que es imposible olvidar, la carga
emotiva y sentimental producida por la voz del genio de color repetida por las
radioemisoras de los años 60 cautiva el imaginario y el masoquismo de Damián.
Sin embargo su mente la convierte en una obsesión que no se conforma con el
anonimato y empieza a diseñar una estrategia para que Bárbara le reconozca,
debe realizar una acción que llame su atención y que a la vez provoque su
admiración por él.

Demos el contexto de esta historia de amor unilateral, es el año 1963 en Iquique,


ciudad que no puede salir del estancamiento económico pese al desarrollo
incipiente de la industria pesquera. Políticamente son los últimos años del
gobierno de derecha encabezado por Jorge Alessandri y se percibe la llegada
de la Democracia Cristiana con su “Revolución en Libertad” que compite con la
Izquierda por el acceso al poder y por mostrar cuál de las dos ideologías está
por hacer los cambios más profundos en la estructura social, política y
económica del país. A nivel internacional, el triunfo de la revolución cubana
dirigida por Fidel Castro permite la llegada al poder del socialismo y EEUU
dispuesto a terminar con esta experiencia apoya a los cubanos anti
revolucionarios en la invasión de Bahía Cochinos que resulta en un rotundo
fracaso. En Iquique la opinión pública sigue teniendo un sesgo conservador y
anti comunista, en el Liceo las posiciones más progresistas de los profesores
son en el mejor de los casos social cristianas, todo presagia el triunfo arrollador
de Eduardo Frei en 1964 y la tercera derrota presidencial de Salvador Allende.

El plan de Damián es simple casi pueril, espera hacerse notar a través de la


publicación de un periódico en el Liceo y de esa manera lograr que Bárbara se
entere de su capacidad de hacer cosas importantes, por lo pronto no existe en
el Liceo ningún otro periódico. No tiene ni pide ninguna ayuda, quiere que todos
los créditos sean para él. Con papel de roneo donde escribe las noticias y un
esténcil para reproducir y multiplicar las dos carillas de su periódico logra la
primera y última edición del boletín. Distribuye los ejemplares entre sus
compañeros de curso, se asegura que Haroldo tenga a lo menos dos ejemplares
de tal manera que por lo menos uno llegue a manos de Bárbara.

En la sección política del folleto destaca la defensa de la revolución cubana


frente a la invasión contra revolucionaria en Bahía Cochinos apoyada por EEUU
mejor conocida como la batalla de Playa Girón, en ella sobresale la frase de la
respuesta de Fidel cuando le dicen que los proyectiles dirigidos contra la isla
oscurecerán el sol y este responde que en ese caso pelearán a la sombra contra
los invasores sin que les moleste el calor, parafraseando a Dienekes oficial
espartano que luchó en las Termópilas contra los persas. En la sección de
filosofía, Damián se pregunta por qué el hombre necesita a Dios y en vez de
referirse a ello como la búsqueda de una respuesta sobre la infinitud del Universo
o a la finitud de la existencia humana señala que Dios es todo aquello que el
hombre ignora y que con el avance de la ciencia será una hipótesis cada vez
menos necesaria, con lo que deduce los principios de la Ilustración. En la sección
deportiva los comentarios son más pedestres, se refiere a los partidos de fútbol
que su curso ha disputado en el campeonato del colegio.

Si bien es cierto que el objetivo no se cumplió porque Damián nunca supo si


Bárbara leyó o no el folleto, este genera cierto revuelo en su entorno más
cercano del colegio: su curso y los profesores. Dos son los maestros que se fijan
en el contenido del periódico, uno es el inspector Vallejos conservador,
autoritario y soplón de la Inspectoría que además es profesor de Artes Plásticas,
sin tener idea alguna idea de arte es un personaje muy menor dentro de sus
pares pero capaz de arengar a los alumnos e imponer sus ideas, el otro es
Manuel profesor de Artes Manuales, conoce a Damián desde pequeño y a sus
padres, es militante del Partido Comunista pero en este tiempo adopta un bajo
perfil en el Colegio.

El inspector Vallejos hace un juicio público del texto de Damián delante de sus
compañeros en una clase de Artes Plásticas, señala la imprudencia del mensaje
comunista que defiende a Fidel, de las herejías respecto al papel de Dios y lo
amenaza de llevar este reclamo al Inspector General, a su vez sus compañeros
se quejan por los comentarios deportivos del folletín donde los fustiga por los
malos resultados del equipo de fútbol del curso. A Damián le queda claro que la
aventura periodística terminó, la amenaza velada es que sus padres serán
citados a responder por sus actos si insiste en continuar con la publicación del
pasquín. El otro profesor, Manuel, se sorprende frente a la actitud del alumno
de 13 años de hacer pública su defensa de la revolución cubana y no puede
menos que admirar la acción, aún no es el momento pero cree que este joven
puede ser útil para la causa en el futuro, se lo imagina trabajando en el
Departamento de Agitación y Propaganda del Partido.

Poco tiempo después Damián se entera que Bárbara está pololeando con otro
joven del mismo Liceo de un curso superior, pero un amor platónico por definición
es un amor no correspondido y se consuela cuando en su mente reverbera la
voz de Ray Charles:

(I can't stop loving you)


(No puedo dejar de amarte)
I've made up my mind
He decidido
To live in memory of the lonesome times
Vivir recordando los tiempos solitarios
(I can't stop wanting you)
(No puedo dejar de desearte)
It's useless to say
Es inútil decir
So I'll just live my life in dreams of yesterday
Así es que viviré mi vida en sueños del ayer
Pero Damián también tiene su lado práctico y decide volcar su pasión en los
estudios, sabe que si no ingresa a la universidad no podrá superar su condición
social y dedica a ellos sus esfuerzos, en paralelo practica baloncesto y Manuel
el profesor comunista que formó recientemente el club deportivo del Liceo lo
invita a participar en el equipo de basquetbol, Damián le agradece porque le
permite desarrollar libremente su personalidad en el juego, aspecto que no pudo
realizar en su club de origen, lo que estrecha el lazo afectivo con Manuel. Al
terminar sus estudios secundarios logra su ingreso a la educación superior por
lo que viaja al sur del país para estudiar Administración y Economía, en los
siguientes años volverá a Iquique solo en las vacaciones. En 1970 triunfa la
Unidad Popular y Salvador Allende llega a la presidencia del país, es la primera
vez en la historia que un candidato socialista llega al poder por la vía
democrática, Damián no pudo votar por él pero como la mayor parte de los
jóvenes de esa época su espíritu está insuflado por el fervor de llevar adelante
el proceso de construcción del socialismo. Ese verano de 1971 se encuentra con
Manuel, ahora el profesor es un importante dirigente del Partido Comunista, este
lo felicita por su avance en los estudios y le insinúa una oferta:

_ Cuando termines tus estudios tenemos trabajo para ti acá en Iquique, la


revolución necesita cuadros técnicos, nos serías de gran ayuda.

En el Verano de 1973, Manuel invita a Damián para que juegue por el equipo del
Liceo en el Campeonato de Verano de Basquetbol y anota en su libreta para
comunicarle al entrenador del conjunto el papel que cumplirá este nuevo
jugador, escribe en ella el nombre de Damián y le agrega el rol que cumplirá en
el equipo, el de Organizador. Esta vez Manuel se atreve también a pedirle su
participación en el proceso político, necesita asesores técnicos dado que el
gobierno ha ido asumiendo mayor protagonismo en el control de la economía
para poder paliar el desabastecimiento, los paros de los transportistas y de los
colegios profesionales que tensan fuertemente a la sociedad, para Damián que
va a cursar el último año significa congelar sus estudios pero luego de consultar
con su familia accede a la petición, es un sacrificio menor frente al aporte que
puede realizar a la causa e ingresa en Abril de 1973 a la Empresa de Comercio
Agrícola (ECA) sede Iquique para asesorar a Juan Valencia, Jefe Provincial de
esta y militante comunista.

Cuando acontece el golpe de estado en Septiembre de 1973, los jefes de los


servicios públicos son llamados a presentarse frente a las nuevas autoridades,
Juan Valencia lo hace voluntariamente el mismo día 11, Manuel se entrega
varios días después, por la importancia de su cargo político es enviado a la Isla
Dawson, Juan Valencia va a Pisagua, junto a Julio Cabezas, abogado y Mario
Morris de la Aduana entre otros funcionarios públicos. Damián que ha pasado
inadvertido para los militares dado su bajo perfil y su trabajo como asesor, es
detenido cuando al tomar a Manuel revisan sus pertenencias y encuentran
anotados en una libreta, su nombre y el rol de organizador que se le adjudica,
de inmediato la paranoia de los militares lo sindican con el Partido Comunista y
su sección de Agitación y Propaganda, lo que basta para que sea detenido y
enviado a Pisagua. En Octubre de 1973 se constituye en el Campamento de
Prisioneros de Pisagua un Consejo de Guerra para juzgar a los diferentes reos,
Damián está en la lista junto con Valencia, Morris, Cabezas entre otros, se les
acusa de “ser autores de los delitos de traición a la patria y espionaje y, por
infracción a la Ley de Seguridad del Estado, al participar activamente en planes
subversivos y de infiltración en las Fuerzas Armadas cumpliendo misiones que
les fueron asignadas”.

En dictadura los Consejos de Guerra eran dirigidos por un general, en compañía


de tres o cinco militares de alto rango, juzgaban de manera rápida algún delito
tipificado en el Código de Justicia Militar, que por la “situación de guerra” no eran
pasadas a la justicia militar ordinaria. Estos Consejos escuchaban una breve
defensa del imputado, luego se imponía la pena y se ejecutaba de manera
inmediata. En Pisagua la situación era peor por la presencia del Fiscal Militar
Mario Acuña, juez corrupto puesto en esta instancia por el General Carlos
Forestier Jefe de la Zona en Estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá y
Comandante en Jefe de la Sexta División de Ejército que usaba a Acuña para
ejecutar el plan de exterminio de los jefes políticos de los partidos de la Unidad
Popular incluidos jefaturas de servicios públicos.

Damián aún tiene la esperanza de ser absuelto de las acusaciones puesto que
se sabe inocente, espera pronto ser liberado y poder volver a retomar sus
estudios. Absorto en esos pensamientos, se ve interrumpido por los golpes a la
puerta de la celda. Esta se abre y escucha la voz de su celador:

_ Prisionero tiene visita, es su abogado defensor, necesita hablar con Ud. para
recabar antecedentes que presentará en el Consejo de Guerra el cual ha sido
convocado para mañana temprano a las 8 horas.
No esperaba esta entrevista, es noche y por lo avanzada de la hora no se
imaginaba que fuera posible algún encuentro que no fuese con sus carceleros.
Eleva su vista y ve la silueta ágil y sinuosa de la persona que entra a la pieza, es
una mujer joven, cuando la tiene más cerca la reconoce y su sorpresa no puede
ser mayor.

_ Bárbara ¿qué haces aquí? ¿Estoy soñando? ¿Sabes quién soy?

_ Por supuesto, eres Damián, el compañero de curso de mi hermano menor en


el Liceo, algunas veces te vi en mi casa cuando estudiaban juntos ¿cómo estás?
Me han llamado de urgencia los militares y me solicitan te defienda en el juicio
de mañana.

Damián apenas puede hablar, su corazón se agita, si había alguien que no


esperaba ver pero que a su vez deseaba su aparición era ella, el amor platónico
de la adolescencia. La visión idealizada que tiene de ella lo hace percibirla como
su ángel salvador, la amabilidad de su voz lo confirma, sin embargo su razón le
advierte de una contradicción ¿por qué llega tan tardíamente a tomar el caso?
¿Tiene las condiciones técnicas y la experiencia para la defensa en una situación
tan compleja como defender a un acusado de “traición a la patria” en un Consejo
de Guerra? Ella tiene 24 años, debe haber estudiado leyes y si así fuese ¿se
habrá titulado? Pero a un ángel no se le hacen preguntas impertinentes.

_ Gracias por venir, es maravilloso verte y que vengas en mi ayuda, esperaba


defenderme solo ante el Fiscal militar porque ¿sabes? soy inocente de los cargos
que me imputan y el que tiene la conciencia limpia no tiene nada que temer, pero
sé que tú podrás hacerlo mucho mejor porque estudiaste leyes, siempre fuiste
muy inteligente, todos lo decían en Iquique.

_ Así es Damián, haré lo mejor posible en tu defensa, pero debes contarme la


verdad, solo así podré hacerlo. Sé breve, porque antes de dormirme debo leer
tu expediente y el Consejo es muy mañana muy temprano.

Al día siguiente, el juicio empieza mal para Damián, Bárbara está demasiado
nerviosa, parece tener miedo de los militares, su defensa del acusado es
balbuceante e incoherente, mientras escucha el pobre alegato de su defensora
Damián reconoce que el mismo podría haberlo hecho mejor pero la disculpa por
el tétrico ambiente del Consejo de Guerra que debió influir en su actuar. Es
condenado a muerte a petición del Fiscal, pero casi no escucha el dictamen
porque su atención está fija en su defensora, sus ojos siguen a Bárbara que sale
rauda de la sala sin siquiera mirarlo.

Terminado el juicio y fuera del recinto donde se realizó el Consejo, el Fiscal


Militar Mario Acuña se acerca a Bárbara y le dice:

_ Muy bien Barbarita, cumpliste tu rol a la perfección. Debo agradecer a tu familia


en Iquique que respondió con rapidez a la solicitud que hice al Partido Nacional
sobre la necesidad de contar con jóvenes que tuviesen conocimientos legales
para asistir como abogados defensores en esto juicios y de ese modo eliminar
las críticas de los que alegan que con su ausencia se violan las garantías de un
debido proceso. Por suerte te encontrabas en la zona. Te avisé tarde que debías
venir para que no perdieras más tiempo en este tierral y no te desgastaras en
preparar una defensa muy completa ya que dada la gravedad de los cargos la
condena era evidente.

_ Sí Señor Fiscal, las clases en la Universidad están suspendidas y por eso


estaba disponible en casa de mis padres, pero debo confesar que me sentí un
poco incómoda en el juicio, el acusado era amigo de mi hermano, le ayudaba en
sus estudios, por eso lo vi algunas veces en mi casa, nunca se me acercó era
muy tímido, es un buen muchacho se podía apreciar en su mirada.

_ Vamos Barbarita, no te preocupes, de todos modos esto estaba decidido y tan


bueno no debe haber sido si se encontraba en compañía de los principales
jerarcas de la Unidad Popular en Iquique. No te olvides que cuando te recibas
de abogada puedes llamarme y puedo conseguirte un cargo en el poder judicial
de la zona.

Y agrega con voz cursi y melosa:

_ Tu hermosura alegrará las sequedades del desierto.

_ Gracias Mario, descuida, te cobraré la palabra.


La última tentación
Mediados de Agosto de 1973, reunión en La Moneda

Los tres hombres se sientan y se miran expectantes. Toma la palabra Carlos


Altamirano, secretario general del Partido Socialista:
_ Salvador, queremos conversar contigo para hacerte una propuesta, tenemos
claro que hay un golpe de Estado en marcha, los cambios radicales que has
impulsado para cumplir con el proyecto de la Unidad de Popular ha generado la
reacción de la oposición y de las transnacionales por la profundización de la
Reforma Agraria, la nacionalización de la minería del cobre, las expropiaciones
y su violencia se manifestará a través de la acción de los militares. Además si el
Congreso determina que el gobierno es inconstitucional estarán abiertas las
puertas para el golpe y eso se decidirá en unos días más.
Carlos mira al tercer hombre que está a su lado y continúa:
_ Augusto tiene un plan, consiste en que el general en jefe Carlos Prats ubique
al general más leal dentro del ejército y que tú y todo el gobierno se instalen en
su regimiento y desde ahí sigan dirigiendo el país. Sería una señal muy potente
mostrar que tienes el apoyo del ejército a todo trance. Por otro lado eso permitiría
tener una base firme para alistar nuestros propios cuadros, es decir, el MIR, y
las facciones del PS, PC y Mapu que tienen alguna experiencia militar para
preparar la defensa de la revolución que empezamos.
Allende mira a Pinochet y le dice:
_ Gracias Augusto por tu preocupación y consejo, siempre te he considerado un
militar leal y fiel a la Constitución, pero y se lo digo a ambos, no puedo aceptar
tal proposición, sería incitar de inmediato a la guerra civil y a la matanza de miles
de chilenos. Por otro lado he jurado respetar la Constitución y el Estado de
Derecho, del cual hemos podido extraer los rasgos de emancipación que están
contenidas en ellos y a pesar que nuestros adversarios los llamen “resquicios
legales” hemos podido avanzar en el programa que le prometimos al pueblo.
Altamirano incómodo responde:
_ Pero Salvador, debemos defender nuestro proyecto y a nuestra gente, el golpe
es inminente. ¿Acaso deseas imitar a Balmaceda? ¿Morirás tú solo? ¿No es
preferible enfrentar la situación de una vez por todas? La violencia es válida
cuando el estado de Derecho se convierte en un instrumento del poder de los
explotadores y no respeta el espíritu de la libertad que encarna según tus
palabras, nuestro programa la excede. Augusto piensa que más de la mitad del
Ejército es allendista y también tenemos partidarios en las otras ramas de la
FFAA, podemos contar con Carabineros, en la Armada es más difícil pero tengo
contactos allí, nuestros cuadros del MIR, PS y Mapu están preparados y cuando
tú lo pidas la gente saldrá a la calle a defender su gobierno, no crea se atrevan
ametrallar a cientos de miles de manifestantes.
Allende con calma le responde:
_ Carlos, la historia tiene una marcha larga, la revolución es un proceso no un
evento, no es solo la toma de un edificio o de una plaza. Justamente por la
magnitud de los cambios que nuestro gobierno realizó me puedo imaginar la
dimensión de la violencia con la que nuestros adversarios responderán, será un
baño de sangre, no puedo permitirlo, sé también que si no acepto lo que me
piden, igual morirán muchos, pero el fascismo pasará en unos años y pronto se
abrirán de nuevo las alamedas por donde pase el hombre libre. Hemos sido
consistentes al llegar al poder por la vía democrática, algo inédito en la historia
del mundo, hemos respetado el derecho, ese mismo que la burguesía creó para
sacudirse de los reyes y los señores feudales con la instauración de la libertad
de expresión, la autodeterminación de las personas, en fin de las libertades que
necesitaba para desarrollar el capitalismo y hemos usado esas leyes para
avanzar en el programa de la Unidad Popular. La deshonra eterna será para los
golpistas militares y los civiles que los apoyan. Sí, seré el primero en morir y
moriré en mi puesto porque cumpliré el mandato que el pueblo me dio, el
presidente no renuncia ni se entrega.
Habla Augusto:
_ Gracias Señor Presidente por habernos escuchado, aunque creo que mi
propuesta era adecuada respeto su decisión, puede contar siempre con mi
lealtad hacia Ud. y la Constitución.
Carlos se levanta de la mesa y dice:
_ Bien, entonces solo habrá que esperar, nuestros cuadros estarán alertas. Solo
me pregunto para qué entonces llegamos al poder.
Allende responde:
_ Carlos siempre que la posibilidad exista debemos tomarla, no me arrepiento
de ello.
Los tres hombres estrechan sus manos y la reunión termina.

Fines de Agosto de 1973


El 24 de Agosto el Congreso con los votos de la oposición unida, la derecha y la
Democracia Cristiana, declara inconstitucional el Gobierno de Salvador Allende
lo que significa el quiebre del sistema político, por otro lado se produce la
renuncia del comandante en jefe del Ejército, el general Carlos Prats al reconocer
que no le es posible manejar a la oficialidad subordinada que lo insta directa e
indirectamente a través de sus esposas a actuar contra el gobierno y no quiere
generar el quiebre de la institución castrense, su cargo es ocupado por Augusto
Pinochet que llega así a la jefatura del ejército, por su obsecuencia con el
Presidente Allende y sus ministros José Tohá y Orlando Letelier, ocurre
diecinueve días antes del bombardeo a La Moneda, el 23 de Agosto. Las
condiciones necesarias y suficientes para el golpe están dadas.
El fin de semana del 8 y 9 de Septiembre, un grupo de dirigentes y artistas de la
Unidad Popular se reúnen con Allende y comparten unas horas de camaradería.
Víctor Jara interpreta su canción “Cuando voy al trabajo”, inspirada en la muerte
del obrero Roberto Ahumada a causa de un disparo en una concentración
efectuada en Mayo de 1973, cuando la marcha pasaba al frente de una sede de
la Democracia Cristiana. El ambiente en la reunión es de tranquilidad pero hay
tristeza por el presentimiento de lo que se viene. La letra de la canción es toda
una síntesis del proceso revolucionario:
Pienso en ti,
Mi vida, pienso en ti
En ti, compañera de mis días
Y del porvenir
De las horas amargas y la dicha de poder vivir,
Laborando el comienzo de una historia
Sin saber el fin
Allende ha decidido llamar a plebiscito en los próximos días, para que el pueblo
defina si puede seguir en su cargo, piensa que con ello podrá abortar el intento
de golpe de estado que se avecina y sus fatales consecuencias.

10 de Septiembre de 1973
Muy temprano en la mañana, el presidente recibe una llamada telefónica en su
casa de Tomás Moro.
_ Señor presidente, le habla el general Pinochet, quiero informarle que la
situación es de suma gravedad, hemos notado gran actividad en los recintos de
las otras ramas de las Fuerzas Armadas, además la Operación Unitas está
actuando en Valparaíso junto a nuestra Armada. Le propongo que se traslade
Ud., su familia y sus más cercanos seguidores a la Escuela de Alta Montaña en
Los Andes, al lado de la frontera con Argentina, el regimiento está encabezado
por el coronel Gustavo Cantuarias, abiertamente partidario suyo, en ella estará
seguro y llegado el momento podrá salir del país si fuese necesario. Mientras
tanto yo estoy contactándome con todos los generales constitucionalistas para
detener los intentos de sedición. Mi propia familia ya se encuentra en ese
regimiento. Presidente, por favor salve su vida.
Allende que lo escucha al otro lado, siente que la hora final se acerca, y percibe
que su voluntad afloja, ve la posibilidad de continuar con vida y de armar un
gobierno en el exilio, es una tentación poderosa, pero reacciona y le responde a
Pinochet:
_ Gracias Augusto, pero no voy a huir enfrentaré a los golpistas en el lugar donde
el pueblo me puso, espero que te vaya bien en tus intentos y cuídate tú también.

11 de Septiembre de 1973
Pinochet llega a última hora a la conjura de los complotados: el almirante José
Toribio Merino, el general Gustavo Leight y el general de Carabineros Arturo
Yovanne, que llevaban efectuando hace tiempo. Los días 7 y 8 de Septiembre
esquivó los mensajes de Merino, Leight y Patricio Carvajal para que se sumara
al golpe, no estaba seguro, sabía que el 60% de las fuerzas armadas eran
allendistas, dubitativo optó por incorporarse a los golpistas, pero efectivamente
había enviado su familia al regimiento de Los Andes, por si todo fracasaba, tenía
cuidada su retaguardia. Ese día 11 se comporta como el más enérgico de los
golpistas a través de las transmisiones radiales con sus compañeros de armas,
debe apagar la sensación de duda que dejaba su tardía incorporación al complot.
Durante el bombardeo a La Moneda de esa mañana, cuando Allende ya sabe
que la tragedia se consuma, en uno de los escasos momentos de paz, pregunta:
_ ¿qué saben del pobre Augusto?
La respuesta seca de un compañero combatiente es:
_ Se ha unido a ellos.
Allende calla.
Después de los dos de la tarde Pinochet se entera de la muerte de Salvador
Allende en La Moneda. El almirante Carvajal le da la noticia en inglés,
preocupado porque el mensaje puede ser interferido:
_ Allende committed suicide!
La respuesta no puede ser menos brutal:
_ “Que lo metan en un cajón, viejo, lo suben en un avión junto con la familia y lo
entierran en otra parte, en Cuba, si no vamos a tener una media pelota para el
entierro”
Y concluye:
_ “Se muere la perra, se acaba la leva, viejo!”
Ambas frases solo demuestran el miedo de Pinochet a Allende, aun cuando este
ha muerto, no quiere que sea un mártir visitado por miles en su tumba y tampoco
quiere que nada de su legado perdure, nada que le recuerde su traición. Piensa
que para todos hubiese sido más fácil ese día 11 si hubiese convencido a Allende
de ir a la Escuela de Alta Montaña en Los Andes, sin el apoyo del leal Cantuarias
detenido por los golpistas, habría hecho rehén a Allende y habría dispuesto de
él a su placer, para humillarlo, vejarlo y después asesinarlo, y así saciar la sed
de sangre de los dioses de la venganza invocados por el latifundio, la reacción
y las transnacionales.
El Almirante no tiene quién le crea
Valparaíso, año 1980, Cementerio N°3 de Playa Ancha
El Director del Servicio de Salud de Valparaíso me pide lo acompañe a visitar la
Administración del Cementerio que en ese tiempo dependía de ese servicio
público para auditar su funcionamiento. Visitamos las oficinas y además dimos
una vuelta por el lugar, al director le interesó la Fosa Común, un recinto circular
amurallado, le impresionan los mensajes que se encontraban escritos en la
pared externa, textos de amor de familiares, amigos o parejas destinados a las
personas que supuestamente yacen en ese lugar, muy emotivos. Nos
empinamos sobre la muralla de la fosa y miramos hacia su interior, solo vemos
un terreno eriazo con restos de osamentas humanas en la superficie, cráneos,
tibias, costillas, preguntamos por qué no está todo sepultado y los encargados
responden que grandes perros de la vecindad del camposanto acceden al lugar
durante la noche y desentierran los restos pese a los esfuerzos de los guardias
por evitar esta profanación. Muy conmovido el Director expresa que en el lugar
debería existir un monumento en homenaje a los que anónimamente fueron
sepultados en ese lugar, un memorial como los que existen en Europa a la
memoria de las víctimas del nazismo. Lo que no sabía o no recordó en ese
momento el Dr. Schiaffino es que en esa fosa estaban enterrados cuerpos de
detenidos desaparecidos por la dictadura de Pinochet.

Valparaíso, año 2002, Universidad de Valparaíso


Mientras converso con Santiago en la sala de reuniones del Departamento de
Informática, una alumna ingresa para consultarme sobre una materia, mientras
la atiendo mi colega permanece con nosotros. No recuerdo cómo se introduce
en la conversación la noticia de la petición de la Agrupación de Familiares de
Detenidos Desaparecidos que exige al gobierno solicitar a las Fuerzas Armadas
la entrega de información sobre el destino definitivo de estos. Al manifestar mi
conformidad con la solicitud la alumna declara que no cree en la existencia de
desaparecidos en dictadura y que lo más probable es que se encuentren en el
extranjero gozando de buena salud y de paso dice conocer varios casos, su
padre es suboficial la Armada, son muchos los alumnos que tienen esta
condición dado que Valparaíso es la ciudad donde existe la mayor cantidad de
personas enroladas en dicha institución, por lo que noto un sesgo ideológico en
sus dichos, un discurso que escuché tantas veces para justificar lo injustificable,
obsceno por lo demás y solo le digo que todos estos casos están debidamente
documentados frente a la justicia y que los delitos de lesa humanidad no
prescriben.

Entonces Santiago le señala a la alumna que sí la Armada participó en


violaciones a los derechos humanos. Me sorprende su reacción, su padre fue
guardacostas y nunca le escuché pronunciarse al respecto pero esta vez se
ofusca. Frente a esta doble oposición la niña visiblemente molesta y sin cambiar
un ápice su postura, abandona la sala. Santiago ya más calmado, me dice:

_ No puedo aceptar la reciente declaración del Almirante Jorge Arancibia que en


la Armada jamás se torturó. Después del golpe militar de 1973, un grupo de
jóvenes profesores que pertenecíamos al Pedagógico de Playa Ancha, fuimos
detenidos por una patrulla de la Armada y llevados a la Academia de Guerra
Naval, en realidad no tenía miedo porque pensé era una simple operación de
chequeo. En la noche llegan a nuestra celda de reclusión los marinos y se llevan
a un colega amigo, el cual regresa en la madrugada visiblemente maltrecho
arrastrándose ya que no podía ni siquiera caminar, mi primera reacción fue
acercarme a él para ayudarlo pero por solo intentarlo me propinan una severa
paliza con golpes de puños y pies sin que pudiese entender ser golpeado solo
por prestar ayuda a un compañero en muy mal estado. Días más tarde soy
liberado pero no olvidaré los apremios que sufrí, la saqué barata seguramente
porque mi padre era marino y yo no tenía antecedentes políticos, por eso digo
que el Almirante Arancibia miente.

Valparaíso, año 2008, funa al buque Escuela Esmeralda

(1)
Son conocidas las funas al buque escuela Esmeralda de la Armada de Chile
por su calidad de recinto de torturas a los opositores del régimen dictatorial.
Periódicamente se realizan estas manifestaciones de repudio en el molo de
abrigo del puerto de Valparaíso, donde un puñado de personas, amigos,
simpatizantes y familiares de las personas que sufrieron los vejámenes e incluso
la muerte en dicha nave hacen sentir su protesta por estas malas acciones y
porque los responsables de estos actos no han sido condenados por la justicia.
Algunos como los amigos y familiares de Miguel Woodward reclaman se les diga
el paradero de su cuerpo, es el caso de un detenido desaparecido ampliamente
conocido en la zona, pero lo que me llama poderosamente la atención en esta
funa es un lienzo que enarbolan los manifestantes, en él se representa
gráficamente mediante un diagrama el periplo del sacerdote inglés desde el
momento de su detención por la Armada en su casa del Cerro Placeres, su paso
por el centro de detención y tortura en lo que se convirtió la Universidad Santa
María en esos días, su traslado a la Academia de Guerra Naval, su envío
posterior al buque Esmeralda, donde existió un registro de su entrada en la
bitácora de la nave y su traslado ya fallecido al Hospital Naval, después de eso
se pierde su pista. Tal descripción es acreditada por numerosos testigos, sin
embargo la Armada tiene una versión distinta según me señalan. Me impresiona
el gráfico de la vía crucis de Miguel, nunca vi algo así, es como si dijera: sabemos
todo lo que pasó digan ahora Uds. donde está su cuerpo.

Valparaíso, Septiembre 1973, vida, pasión y muerte de Miguel Woodward

Cualquiera que indague en la biografía de Miguel no podrá dejar de sentir que


su existencia fue crística, vivió como un verdadero cristiano, adoptó desde joven
el sacerdocio y el compromiso de estar preferentemente con los más
necesitados, titulado de ingeniero en la Universidad de Londres pudo haber
elegida una vida acomodada rica en lo material pero él buscaba la plenitud
espiritual, su acercamiento a la Teología de la Liberación lo llevó al
convencimiento que debía involucrarse en la lucha política para que su misión
tuviese resultados que se reflejasen en mejores condiciones para los pobres.
Decidió entonces convertirse en cura obrero, trabajó de tornero en los astilleros
Las Habas y como profesor del Centro de Estudios de Capacitación Laboral de
la Universidad Católica de Valparaíso, renunció a su parroquia en Peñablanca y
se dedicó al ejercicio religioso público en el Cerro Placeres donde era líder de
una comunidad religiosa y allí estableció también su domicilio en la Población
(2)
Progreso. Su amistad con Rodrigo Ambrosio, importante dirigente del MAPU ,
lo hace tomar partido definitivo por el gobierno de Salvador Allende y participa
(3)
como dirigente local de las JAP , para luchar contra el desabastecimiento de
alimentos provocado por la oposición. Miguel también tenía una pareja y había
manifestado a sus más cercanos las intenciones de casarse pronto con ella.
Estas acciones provocan malestar en la jerarquía del clero de Valparaíso de clara
posición conservadora que decide apartarlo de las prácticas sacerdotales, por
ello enfatizará el Almirante Arancibia en una entrevista posterior que Miguel no
era sacerdote cuando fue detenido como si ello fuese excusa para el trato que le
dio la Armada posteriormente, cual Caifás rompiendo sus vestiduras.
Testimonios de curas obreros en Chile durante ese período, como el caso de
Miguel Woodward, revelan lo notablemente cercanas que fueron sus acciones a
la palabra del Evangelio, y su símil con la vida, pasión y muerte de Jesús. El
mismo día que lo detienen los pobladores le avisan que los militares lo buscan y
que debe huir para salvar su vida, pero rehúsa a escapar aduciendo que no tiene
nada que ocultar y espera tranquilamente en su casa, construida por sus propias
manos, la llegada de la Inteligencia Naval, sus captores y posterior ejecutores de
su muerte y desaparecimiento. Es el 16 de Septiembre de 1973.

(4)
Santiago, año 2017, entrevista radial de Fernando Paulsen al Almirante
Arancibia

Edecán de Augusto Pinochet durante los años 1980 y 1982, desde que es
nombrado Comandante en Jefe de la Armada por el presidente Frei en 1997 el
Almirante Arancibia es conocido por sus declaraciones polémicas y su férrea
defensa del golpe de Estado y del gobierno militar. En Septiembre de 2017, a
raíz de sus dichos por el Tedeum donde las iglesias evangélicas hicieron una
fuerte crítica a las Reformas de la Presidenta Bachelet, el periodista Fernando
Paulsen de la radio La Clave lo entrevista, rápidamente pasan de los comentarios
de esa situación a la queja del Almirante porque siente que se les culpa solo a
ellos de los actos de violación de derechos humanos y por otro lado los
“cómplices pasivos” pueden vivir libremente

_ “tenemos un sentimiento de injusticia, porque no se nos está aplicando los


mismos procedimiento que a todos los chilenos, ahora en democracia. ¿Por qué?
Tenemos fricciones jurídicas, detenciones inhumanas. A nosotros no nos aplican
la ley de Amnistía. Nos parece terrible el haber perdido un familiar que haya sido
detenido y no se supieras más de él. Pero los seres humanos que participaron
en actos de esa naturaleza no colaboraron, no es que nosotros tengamos ese
pacto de silencio que lo escucho tan repetido. Yo hice la mesa de diálogo, Cheyre
pidió perdón y los dos tuvimos un costo de eso”.
El periodista le refuta que mientras los familiares de detenidos desaparecidos no
tengan información sobre el paradero de estos no dejarán de recurrir a la justicia
para conseguir su propósito y necesariamente eso pasa por que los militares
entreguen dichos datos. Arancibia en ese minuto, recordó cuando recibió a la
hermana del sacerdote Miguel Woodward, donde dice haberle explicado que no
tenía antecedente de cómo había sucedido su muerte. Comenta que
posteriormente se sintió molesto cuando la hermana del sacerdote insistió frente
a la justicia y no consideró la conversación que sostuvieron como si esta por sí
sola bastase para satisfacer las demandas del familiar. Este es un momento de
inflexión en la entrevista pues el Almirante se mete en una “camisa de once
varas” dado que el caso de Miguel es emblemático y está muy documentado.

_ “Este sacerdote fue tomado preso, fue llevado a la Santa María, ahí sufrió
apremios fuertes y cuando se dieron cuenta que estaba en muy malas
condiciones, lo subieron a una ambulancia y lo llevaron al Hospital Naval.
Cuando iba camino al Hospital Naval, se dieron cuenta del deterioro que tenía
este ex sacerdote. Doblan y entran a la Esmeralda donde había un médico, bajan
al cura, el médico no estaba, lo vuelven a subir y llegan al Hospital Naval donde
llega muerto. El sacerdote murió en la ambulancia. La Esmeralda pagó un costo
tremendo por haber sido uno de los lugares donde este señor sufrió torturas. Eso
es lo que yo sé”.

Nótese el eufemismo de “apremios fuertes” que usa el Almirante en vez de usar


la palabra tortura. Miguel fue torturado en la piscina de la Universidad con el
método de sumergirlo repetidamente en el agua y sacarlo justo antes del punto
del ahogamiento, conocido como el “submarino mojado”. La historia que cuando
lo llevaban al Hospital Naval y porque estaba “malito” se optó por ingresarlo a la
Esmeralda es pueril, el Hospital está a menos de 10 minutos del lugar donde se
encontraba el buque y no se puede comparar las condiciones de recursos
sanitarios de un recinto hospitalario con las de una nave de guerra. Más bien
parece la coartada que justifica el registro del ingreso de Miguel a la Esmeralda
la cual consta en la bitácora de esta y que la propia Armada entregó a la justicia
años después. El periplo que relata el Almirante no coincide con el diagrama de
la vía crucis de Woodward en el lienzo de la funa: detenido en su casa de
Placeres, fue llevado a la Universidad Santa María donde se le tortura, luego es
llevado a la Academia de Guerra Naval donde se le sigue torturando para
después trasladarlo a la Esmeralda donde continúa la tortura. Allí fallece, se sabe
también que le dispararon un tiro para tal vez simular una represalia por intento
de fuga y eso pudo ocurrir en el buque. Muerto llega al Hospital Naval y después
es trasladado a la morgue del Hospital Gustavo Fricke en Viña del Mar y
finalmente desde ahí a la fosa común del cementerio de Playa Ancha ¿sería este
su destino final o sus restos serían removidos nuevamente y lanzados al mar?

_ “La que yo conozco es que el sacerdote estaba muy mal, lo trataron muy mal,
eso es un pecado y los que participaron de eso deberían estar condenados.
Punto. Así de simple. Lo llevaron en la ambulancia, pasaron por la Esmeralda,
llega muerto y, lo que yo sé, es que cuando lo examinan y lo ve un médico, él
hace el certificado de defunción. No sé, exactamente, el motivo que puso, a lo
mejor fue paro cardiaco, anda a saber tú…”

Desesperadamente el Almirante trata de encubrir la tortura y el asesinato


escudándose en el certificado de defunción del médico el cual fue además fue
falsificado y la trivialidad con que remata el párrafo no le pasa desapercibida al
periodista: “Todos mueren por paro cardíaco, al final el corazón se detiene” le
refuta Paulsen. Las preguntas flotan en el aire en ese momento de la
conversación ¿Por qué no entregaron el cuerpo de Miguel? ¿Por qué falsificaron
el certificado de defunción?

_ “No sé esa parte y después sé que lo llevaron al Cementerio de Playa Ancha


y lo enterraron en una fosa común, donde hay un certificado que se recibe este
cuerpo. Esa fosa común, queda bajo el camino de cintura, este que llega por
atrás al Puerto de Valparaíso. O sea, es imposible romper ese camino para llegar
al cuerpo y por lo tanto está en la categoría de detenido desaparecido. Pero eso
es lo que yo sé, lo que te puedo contar.”

El párrafo es realmente tenebroso pues no deja esperanza alguna de la


recuperación de los restos de Miguel y es de un cinismo estremecedor. Al
terminar la entrevista radial Paulsen le señala lo que implica para los familiares
de detenidos desaparecidos que una institución jerárquica, seria en términos de
disciplina, les responda “no tenemos idea después de que lo detuvimos”.
_ “Esa organización que dices que es seria, hoy día sería imposible dar una
respuesta de esa naturaleza. En ese momento cuando se estaba enfrentando un
desafío armado o ideológico incluso. El caso del cura era una persona que tenía
un accionar en los cerros de Valparaíso ideológico. En ese momento tú
encontrabas con un escenario a nivel nacional, en que estaban ocurriendo cosas
de esa naturaleza en 500 partes distintas al mismo tiempo, con 3.000 personas
operando de día y noche, cuidando las poblaciones y donde podían ocurrir actos
de esta naturaleza. No es tan simple armar el puzzle, tú comprenderás que
empeño le hemos hecho si a nosotros nos gustaría que esto estuviera resuelto
hace mucho tiempo.”

El Almirante vuelve a mentir por enésima vez, registros de las actividades se


mantienen siempre en las instituciones armadas ya sea en tiempos de paz o de
conflicto, son necesarios para saber la localización de todos los efectivos en un
momento dado, así que deben constar los datos de quiénes integraban las
patrullas, los horarios de sus salidas, los destinos, las nombres de las personas
que detenían y quiénes estaban a cargo de realizar los “fuertes apremios”, sin
ello no se puede planificar la logística ni el controlar el cumplimento de los
objetivos. Por otro lado de nuevo aparece la majadería de tildar de ideológico al
que piensa distinto a ellos como justificativo de todas las atrocidades que les
ejecutaron cuando estaban en indefensos y que de comprobarse implicaría la
condena de todos los mandos jerárquicos involucrados no solo de los de inferior
rango, por eso los pactos de silencio entre los militares.

Epílogo

Efectivamente hoy existe un Memorial (5) frente al mar que resguarda la memoria
de Miguel en el Cementerio de Playa Ancha, no de las características
monumentales que imaginaba en 1980 el Director del Servicio de Salud pero
muchísimo más significativo para todos los que aún buscan a sus familiares
detenidos desaparecidos, es una placa de piedra con la siguiente inscripción:

“Aquí en una fosa común, yacen cuerpos abrazados. Otros cuerpos, solos,
yacen en tierras cercanas y en el mar. Un nombre les representa: Miguel
Woodward Yriberry, 1932-1973”.
Notas:
(1) Funa (mapudungun funa, acción de podrido, o funan, pudrirse; ha tomado la
connotación de «ruina, lo que arruina o echa algo a perder») es el nombre dado en Chile
a una manifestación de denuncia y repudio público contra una persona o grupo que
cometió una mala acción.
(2) JAP: Junta de Abastecimiento y Control de Precios: unidades administrativas
locales en Chile creadas en los últimos años del gobierno de Salvador Allende. Las JAP
esencialmente eran comités de racionamiento, implementados para aliviar la escasez
crónica de alimentos.
(3) MAPU: Movimiento de Acción Popular Unitaria, partido político de izquierda,
partidario del Gobierno de la Unidad Popular (UP) de Salvador Allende desde 1970,
nace de una escisión de un sector rebelde de la Democracia Cristiana.
(4) Entrevista Radial: ver link http://www.eldinamo.cl/nacional/2017/09/11/video-la-
respuesta-del-ex-comandante-arancibia-cuando-paulsen-le-pregunto-por-el-asesinato-
del-cura-woodward/ para la entrevista al Almirante Arancibia y los comentarios a ella.
Parte de las declaraciones del ex comandante son transcritas en este relato y sujetas a
mi análisis.
(5) El Memorial fue inaugurado en presencia del Subsecretario de Relaciones
Exteriores, Cristián Barros y del embajador del Reino Unido en Chile, Howard Drake,
familiares y amigos del sacerdote Miguel Woodward
Epílogo
En esta sección detallo las fuentes de cada relato y las razones por lo que fueron
escritos con el objeto de dar más luz a la comprensión de los textos, develo sus
premisas, mis tesis y la defensa de estas.

Dos cartas para una madre es un relato que me vuelve a ligar con el
campamento de prisioneros políticos de Pisagua en 1973 y sus graves
violaciones a los derechos humanos. Es la historia de las misivas que Tito Lizardi
envío a su madre Baldramina Flores y que nunca pudieron ser copia fidedigna
de sus palabras y en consecuencia de sus sentimientos dada las condiciones
aberrantes que la dictadura imponía a los detenidos incluso en materia de
comunicaciones.

No puedo dejar de amarte es un relato en parte autobiográfico de mi juventud


el cual relaciono con los Consejos de Guerra que se efectuaron en el
Campamento de Prisioneros en Pisagua en 1973 totalmente ilegales en cuanto
a forma y contenido, donde los enjuiciados no tenían ni siquiera abogado
defensor y cuando lo tenían este no poseía las condiciones para defender el
caso.

La última tentación es un relato que se basa en el hipotético encuentro de


Allende con Pinochet y Altamirano meses antes del golpe de Estado donde estos
le presentan una propuesta no democrática para mantener el poder. Es un
homenaje a la consecuencia de Allende por el juramento de respetar siempre
la Constitución.

El almirante no tiene quién le crea es una crónica que nace a partir de las
declaraciones del ex almirante Jorge Arancibia sobre lo acontecido con el
sacerdote Miguel Woodward detenido desaparecido por la Armada en 1973, el
cinismo de las declaraciones del militar y los antecedentes que se tienen sobre
este caso hacen inconcebible que aún no exista verdad y justicia sobre él.

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