Como es sabido la fiabilidad puede entenderse como estabilidad temporal o
como consistencia interna. Entendida como estabilidad temporal se usará el coeficiente de fiabilidad test- retest con un intervalo de tiempo determinada. Considerada como consistencia interna el coeficiente será el de Cronbach (1991). Para el primero se utilizó un intervalo de tres a cinco semanas con una muestra de pacientes tanto ambulatorios como ingresados en centros psiquiátricos. En el cálculo del coeficiente de consistencia interna se usó la versión de KR-20 de Kuder y Richardson (1937), útil para items dicotómicos como en este caso. La tabla 3.3 (ver anexo2) muestra los coeficientes de fiabilidad test- retest para distintas muestras con un intervalo de entre tres y cinco semanas. Se observa que en general son más bajos los coeficientes cuanto mayor es la gravedad de la muestra. Esto puede deberse a la propia inestabilidad de los pacientes más graves (los ingresados). También se observa que los coeficientes más bajos se corresponden con las escalas de ansiedad y la limite, debido probablemente a algunos problemas en la construcción de la primera y a las características de la personalidad límite considerada como de por sí inestable. No obstante Millon (1987) ha obtenido una fiabilidad test – retest de entre 0,8 y 0,89 con el mismo intervalo lo que la situaría en satisfactoria. Los coeficientes de KR- 20 para las distintas escalas se muestran particularmente altos (Ver tabla 3.5, anexo3). Esto no debe extrañarnos si consideramos el procedimiento mediante el cual fueron construidas. El rango oscila entre 0,81 y 0,95. Esto nos indica que en general las escalas presentan una elevada homogeneidad. La fiabilidad de la adaptación española presenta algunos problemas. No se han realizado estudios que sirvan para estimar la fiabilidad test – retest del cuestionario con lo que se desconoce si la adaptación presenta el mismo patrón de estabilidad que el original. Por otro lado los datos obtenidos de la estimación de la consistencia interna no son tan altos como en el original. Este hecho se puede ver claramente en la tabla 5.5 (anexo4).
PUNTUACIONES DE TASA BASE:
Uno de los aspectos más cuestionables en los test es la tipificación de puntuaciones. En el caso de pacientes psiquiátricos no parece plausible asumir una distribución normal. Parece más razonable considerar la prevalencia del trastorno en la población a la hora de baremar las puntuaciones directas. Con esta filosofía se construyeron las puntuaciones de Tasa Base. Se establecía una línea de corte que equivaliera a la prevalencia del trastorno en la población psiquiátrica. Por ejemplo si la prevalencia era del 3% se buscaba la puntuación que dejaba por encima al 3% de los casos. En realidad se establecieron dos líneas de corte, una para la sola presencia de aspectos sindrómicos y otra para la presencia del sindrome clínico más sobresaliente. A la primera línea se le asigno el valor arbitrario de 74 y a la segunda el de 84. Otras líneas de corte que se establecieron sin tener en cuenta el criterio de la prevalencia del trastorno fue la 60 que correspondía a la mediana, y la 35 que correspondía a la mediana para sujetos normales. Posteriormente se hicieron otras modificaciones para considerar la prevalencia conjunta de dos trastornos. Aunque más complicadas dichas modificaciones no cambian la filosofía subyacente en la construcción de las puntuaciones.