Reflexión final

Como reflexión final, Vargas Llosa nos afirma que nuestra cultura se ha ido banalizando hasta
el punto de llegar a vivir en un mundo sin valores estéticos, un mundo en el que lar artes y las
letras (las humanidades) han pasado a ser poco más que formas secundarias del
entretenimiento. Así mismo, menciona que el valor supremo de la sociedad es el
entretenimiento, por lo que la cultura ha pasado bajo la dirección del espíritu de lucro y
satisfacción de las necesidades materiales. Si bien la cultura fue antiguamente una conciencia
que impedía a las personas cultas dar la espalda a la realidad cruda y de su tiempo; ahora, en
una sociedad marcada por los conocimientos científicos y hallazgos tecnológicos, es un
mecanismo que permite ignorar los asuntos problemáticos, nos distraemos de lo que es serio,
nos sumergimos en un momentáneo “paraíso artificial”, la cultura se vuelve en una pequeña
vacación de irrealidad. Vargas hace hincapié en decir que lo peor es que probablemente este
fenómeno no tenga arreglo porque forma ya parte de una manera de ser, de vivir, de fantasear
y de creer de nuestra época; en otras palabras, en cuestión de cultura, hemos ido
retrocediendo, sin advertirlo ni quererlo. En lo que concierne a la literatura, Llosa menciona
que cuando se desarrolle la literatura virtual, los escritores no escribirán de la misma manera
que han venido haciéndolo hasta ahora en pos de la materialización de sus escritos en ese
objeto concreto, táctil y durable que es el libro. En cuanto a la televisión, esta es, hasta ahora,
la mejor demostración de que la pantalla banaliza los contenidos- sobre todo las ideas- y
tiende a convertir todo lo que pasa por ella en espectáculo. Así mismo, todas las
manifestaciones de la cultura escritas para la Red serán sin duda cada vez más entretenida; es
decir, más superficiales y pasajeras. Finalmente, Vargas Llosa menciona que en nuestra época
es propensa a que se esfume ese hedonismo refinado que enriquecía el placer espiritual de la
lectura con el físico de tocar y acariciar.