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INTRODUCCIÓN
Los metales como el oro, la plata, y el cobre son minerales con conjuntos químicos
homogéneos y cristalinos sólidos que resultan de procesos geológicos. Cada metal
tiene diferentes propiedades: maleabilidad, conductividad, ductibilidad, densidad,
opacidad, y dureza variable. Los metales se hallan en estado sólido (excepto el
mercurio) y tienen una apariencia opaca, que cambia a lustrosa cuando se quiebra al
extraerse. Los metales se convierten en un material maniobrable cuando son
sometidos a altas temperaturas. Ello puede se logrado, por un lado, por la fricción del
simple martillado, y por otro, al someterlo a la fundición con el uso de carbón y fuego.
Este proceso de fundición permite asimismo separar las partículas de metal puro de
otros elementos (roca) que componen el mineral extraído de la roca.
El uso y conocimiento de las propiedades de los metales se inicia durante el Periodo
Formativo (ca. 1200 A.C.) con la fabricación de artefactos de oro. Se usó la técnica
del martillado, la más simple en el repertorio de las tecnologías metalúrgicas que
permite trabajar oro, un metal altamente maleable. Con esta técnica se inicia un
rápido desarrollo de la tecnología metalúrgica en los Andes Centrales que culminará,
en la era prehispánica, con los logros técnicos de los metalurgos Chimú e Inka. En el
periodo Colonial la metalurgia de la plata alcanzará alta complejidad y técnica, pero
ello no es tratado en este trabajo.
En el desarrollo de las técnicas metalúrgicas y el uso del metal en los Andes Centrales
se ha podido establecer dos regiones que sobresalieron por sus innovaciones técnicas:
la costa norte de los Andes Centrales en la región de Vicús y de Lambayeque), y la
región del altiplano que comprende la cuenca del Titicaca, Noroeste argentino, y norte
de Chile. Entre estas regiones existieron otros focos culturales que, sin embargo,
demuestran menos continuidad local y rasgos foráneos, como la región de Ica.
Recursos minerales
En Figura 1 se presenta el mapa de los Andes Centrales con la ubicación de recursos
de los principales metales trabajados durante el periodo prehispánico (oro, cobre,
plata, estaño, arsénico). Así mismo hemos ubicado en el las principales minas que
posiblemente fueron explotadas en ese periodo. En la ubicación de minas antiguas se
presentan dos problemas: las minas eran muchas veces muy estrechas y pequeñas
haciendo difícil su ubicación, y la explotación hispánica de minas antiguas borró todo
vestigio anterior. En el caso de las minas de Cerro Blanco (Lambayeque), su uso
temprano ha sido corroborado par su asociación con una zona de fundición de metales
(ver 3.7). En Atacama se halló un minero prehispánico petrificado en un socavón de
mina cuprífera; son algunas evidencias de la explotación intensa de las minas del
periodo prehispánico.
Transformación del metal
E1 proceso de fundición y transformación de mineral ha sido reconstruido en el Cerro
Huaringas en Batán Grande, Lambayeque (3.7). Este proceso se ..., después de la
reconstrucción hipotética deducida de los datos arqueológicos. Las otras referencias se
restringen a información etnohistórica con la mención de las "guairas", hornos cónicos
con muchas aberturas, para fundir el mineral, cuyo uso se popularizó (y
probablemente se inició) durante la colonia.
Aleaciones
Los aleaciones metálicas resultaron de la continua experimentación de las propiedades
minerales. Es un técnica metalúrgica más compleja hecha con propósitos muy
específicos. En e1 caso del cobre, este se mezcló con estaño en la zona sur para
obtener el bronce, y con arsénico en la zona norte. Si bien el mineral de cobre
contiene trazas de arsénico, logrando una "aleación" no intencional, en el caso de la
fundición en Batan Grande, el arsénico fue añadido expresamente. Ambas aleaciones
resultaron en bronce, un metal mas sólido, aunque hoy solo se usa la primera de
ellas.
Las aleaciones también se hicieron pera variar el aspecto externo de los metales: el
tumbaga, aleación de oro (±10%) y cobre podía adquirir una superficie dorada
mediante el proceso de (1) dorado por eliminación (llamado también enriquecimiento
superficial o también "mise en couleur") y el enchapado por sustitución electrolítica.
Similares combinaciones de cobre y plata permitió las superficies plateadas. Otra
propiedad que tenia el tumbaga era bajar el punto de fusión (de liquidificación) de
ambos metales. Otros dos métodos son: el dorado al fuego (no se ha comprobado con
certeza su uso en los Andes), donde una pieza, de cobre u otro metal, se bañaba en
oro disuelto con mercurio y se calentaba luego al fuego eliminando el mercurio y
dejando una fina capa uniforme de oro; y el enchapado que consistía en colocar finas
láminas de oro sobre el objeto sin martillarlas o calentarla; es un método difícil de
identificar.
El método de dorado por eliminación consistía en someter la lámina de tumbaga a un
proceso de baños en ácidos amoniacales para lograra la oxidación del cobre. Se
sumerge la lámina en un la solución y luego se martillea la lámina en el yunque
generando la acumulación del oro y la plata en la superficie y el cobre oxidado se
concentra en el núcleo de la pieza. Igual procedimiento se empleó para el plateado.
Este método por eliminación se usa a gran escala a partir de la cultura
Sicán/Lambayeque y luego en Chimú.
En el sitio de Loma Negra, en la zona de Vicús, las piezas de estilo Moche usaron el
dorado enchapado por sustitución electroquímica logrando que ambos metales, cobre
en el núcleo y oro o plata en la superficie se adhieran perfectamente.
Se han identificado, a parte de los dos tipos de bronce y el tumbaga y el cobre y
plata, aleaciones de oro y plata, oro y platino, plata y estaño, cobre y plomo y otros.
Estas aleaciones son identificables en un espectroscopio aunque en algunas piezas con
superficie dorada con oxidación se puede deducir el uso de la aleación con cobre y de
alguna técnica de dorado.
Las técnicas de trabajo del metal
Describiremos las técnicas que ejecutan para dar forma al metal, decorarlo y unir sus
partes para conseguir el objeto final.
La metalurgia de Nasca
La tradición Formativa que nace con Paracas Cavernas guardará hasta el periodo
Nasca la misma técnica de confeccionar en oro láminas martilladas y dar forma a las
piezas con el recortado. La mayoría de las piezas Nasca de la C X tiene estas
características. Hemos mencionado que es probable que las laminas de oro con
representaciones de peces y felinos sean algo más tempranas; esto es difícil de
determinar por la continuidad en la técnica metalúrgica de las láminas, desde el
Formativo hasta comienzos del Horizonte Medio, en esta región.
Otras piezas laminadas son: el mango del cuchillo con hoja de molusco, con
decoración repujada y con unión de la lámina con lengüeta, ranura y doblado; la pinza
de lámina recortada, doblada y quizás calentada para que sea flexible; el anillo de oro
cintado con diseños embutidos y grabados; pequeñas láminas recortadas y embutidas
en forma de pez con decoración repujada y pequeño gancho (de la misma lámina)
para el collar; placas circulares con puntos concéntricos embutidos; y una pequeña
lámina, que imita la máscara de un personaje mítico.
Dos grandes láminas, tocado y brazalete, de oro y plata, respectivamente fueron
laminadas. La lámina fue unida con hilos en las tres perforaciones que existen en cada
extremo. En el primer caso la lámina parece haber sido "arrugada" (escarpada) a
propósito; en el segundo caso, la decoración consistió en círculos medianos embutidos
adyacentes en los bordes y de puntos pequeños en el área central; estos puntos
forman el cuerpo sinuoso de dos serpientes.
Las piezas más importantes son la nariguera y el adorno funerario. La primera es un
ejemplo de unión química y mecánica a la vez de placas laminadas de oro y plata. La
unión se hizo al martillado (fraguado) reforzándolo con puntos embutidos. Se trata de
láminas recortadas con decoración repujada y embutida, simétrica, de los gatos
nasquenses.
El adorno funerario tiene 4 agujeros para coserlo en el fardo, y se coloca sobre la boca
del personaje a manera de mostacho (imitación al felino nasquense); esta forma y
muchas variantes más complejas se pueden ver en las máscaras de personajes
míticos en la decoración cerámica.
Las novedades en Nasca consisten en el uso del trefilado: la creación de alambre de
oro que es enrollado o doblado y soldado a otros adornos para crear otro género de
narigueras.
En el caso de la pieza P#3308, es una lámina de oro martillada y con forma de media
luna; en los extremos se ha soldado un adorno realizado con alambre enrollado. La
soldadura parece haber sido hecha al calentar ambos extremos del hilo: un género de
"sudado". Sobre la lámina se han aplicado nueve conos de lámina de oro.
En el segundo caso se confeccionó la pieza con cuatro alambres separados: dos de
ellos, casi circulares, se dispusieron uno al lado de otro; de la unión, soldada de los
cuatros alambres separados, salen dos alambres sinuosos que acaban en cabezas de
ave. Estas cabezas de ave han sido resultado del martillado de la punta del alambre,
creando una lámina estrecha luego decorada con repujado. De las cabezas penden
dos argollas que sostienen dos aros de oro laminado.
Vemos que en la metalurgia Nasca predominan aun las piezas laminadas con las
novedades del trefilado. Lothrop menciona también la fabricación de cuentas huecas
con la técnica del soldado. No se conoce como continua la situación con la presencia
Wari en la región por falta de piezas de este periodo. Las innovaciones mas
importantes durante el Horizonte Medio se realizan en la zona del Altiplano del
Titicaca.
La Metalurgia Inka
La última gran cultura prehispánica dominó todas las técnicas metalúrgicas: fundición,
aleaciones, vaciado, martillado, repujado, incrustaciones, soldado, remachado,
"cloisonné" (áreas definidas con alambre para incrustar decoración de piedra o
molusco) y logro de esta cultura la inclusión de un metal en otro. Todas excepto una,
el dorado: no la ignoraron, pues los orfebres Chimú la dominaban, pero no la
utilizaron.
La extracción de los cuatro metales principales, oro, plata, cobre y estaño, era una
actividad estatal programada antes de las cosechas agrícolas, llevada a cabo por los
mitmaqunas y por la población como parte del tributo laboral. Mencionamos además,
en la introducción las analogías en la cosmovisión Inka entre los tres estratos
principales de la población y los tres primeros metales mencionados.
El centro de desarrollo de la metalurgia se halló en el altiplano del Lago Titicaca y las
técnicas usadas en el bronce Inka tuvieron su origen en esta región; por ello, al
mencionar la metalurgia el altiplano, mencionamos los ejemplos de piezas de bronce
de Machu Picchu analizadas por Mathewson. Mencionamos el uso de aleaciones de dos
grados de bronce en labores diferentes: alta densidad de estaño en vaciados (piezas
con cabezas escultóricas) y baja densidad para herramientas hechas mediante forjado
manual y martillado: tumis (de formas muy diferentes al tumi de la costa norte) de
mango tubular estrecho y hoja ancha y corta, tupus (piezas de plata, agujas largas de
cabeza laminada circular), pinzas, cinceles y hachas. Estas dos últimas piezas que
necesitaban dureza en sus bordes eran trabajaos adicionalmente al fuego, templados
y martillados.
En las piezas de Machu Picchu se identificó el caso de un tumi con cabeza de llama en
dos tipos de bronce: la cabeza vaciada era de alto grado y la hoja forjada de bajo
grado de bronce. La cabeza fue vaciada sobre el mango del tumi; en este caso el
metal era forjado y martillado con la forma deseada antes de añadir la cabeza.
El bronce era trabajado en el vaciado; mucho menos lo eran el oro y la plata. En el
caso de la inclusión de un metal en otro se trataba sobretodo de parte principal de
bronce y cabeza escultórica de plata. Con la técnica del vaciado, sobre el molde de
arcilla hecho con el modelo, se hacía también las cabezas de porra escultóricas,
incluyendo la abertura para el mango de madera.
Las figurinas de plata y oro de representaciones humanas y de llamas son piezas muy
usadas en santuarios y en el ajuar de entierros, y en ofrendas humanas, como
aquellas encontradas en las capaq’una en la cima de cerros. Al parecer, estos metales
eran vaciados en moldes hechos a partir de una figurina de arcilla; en zonas dejadas
con cavidad en el núcleo de plata se remachaban pedazos de oro para decorar;
además, es posible que algunos detalles pudieran ser hechos con incisiones
posteriores; muchas fueron hechas así.
En otros casos, se trata de objeto hueco hecho de láminas. Una llama, que parecía
vaciada en superficie, fue radiografiada por A.D. Tushingham y mostró estar
compuesta de seis partes laminadas y luego ensambladas: cabeza y orejas, cuello,
patas delanteras, cuerpo, cadera y cola, patas traseras, y finalmente genitales. No
hay evidencia de soldado, sudado, lengüetas u otro tipo de unión sino simplemente un
encajado de piezas perfecto.
La técnica del soldado se puede ver en la pieza P#3302. La pequeña botella fue hecha
de varias partes de láminas de oro, soldadas: la mitad del cuerpo, la unión del cuerpo
y cuello, y el labio del cuello.
Una técnica utilizada para la decoración de piezas de metal es la incrustación de
piedra o molusco hecha en cavidades embutidas de la lámina o del núcleo sólido o en
arreas definidas por alambres soldados a la lámina o núcleo (cloisonné).
Finalmente, debemos mencionar los vasos de metal en forma de kero hechos con la
técnica del recopado, quizás sobre un alma de madera en forma de kero, a partir de la
lámina de plata. La decoración fue embutida y repujada quizás sobre la misma alma.
El borde fue doblado; esto se hacía con una herramienta especial, suerte de alicate
pero con una abertura fija estrecha.
La metalurgia se usó también para efectos decorativos de la arquitectura. Los
cronistas cuentan que las paredes de piedra del Coricancha, Templo del Sol en el
Cusco, estaban cubiertas de láminas de oro y existía un jardín con estatuas y
bosquecillo de oro.
A diferencia de lo que ocurrió en los textiles y los keros de madera, que siguieron
siendo fabricados y decorados con nuevos motivos iconográficos en la colonia, la
técnica del vaciado, por ejemplo, dominada a la perfección durante el Tawantinusuyu,
no siguió siendo utilizada.
A excepción de los objetos de bronce y algunos de oro y de plata, gran parte de los
metales del Tawantinusuyu desaparecieron fundidos en barras de metal enviadas a
España. Es por ello que nuestro conocimiento de la metalurgia Inka es restringida.
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1934 Un fardo funerario de Paracas. Revista del Museo Nacional 3: 63-163.