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RETO URBANO – PANDEMIAS Y NUEVA CIUDADANIA

Por: Carlos Enrique Paternina Contreras


Arquitecto, Planificador Estratégico Urbano

Desde el comienzo de nuestra vida en las ciudades, hemos como civilización, fortificado
las urbes para resguardarnos de nuestros enemigos, dispuesto estrategias para evitar
invasiones, organizado ejércitos para enfrentar a otros pueblos como estrategia de
expansión, o como freno de las establecidas por otros pueblos, en fin, siempre hemos
tenido presentes el resguardar a nuestros ciudadanos y sus bienes de potenciales
enemigos, ¿qué ha sucedido cuando el enemigo no es lo que esperamos? Hemos
enfrentado también quizás unos que han sido más devastadores que nuestra propia
especie, enemigos invisibles que han llegado a nuestras urbes sin ser detectados, y que
han puesto en jaque nuestras defensas acérrimas, enemigos ante los cuales, muchas
veces no sabemos ni cómo enfrentarlos.

El Mundo Antiguo se vio azotado por estos enemigos silenciosos, que esparcieron la
muerte de manera veloz, estas epidemias se les conocía entonces como “peste o
epidemia”, estos términos que provienen del griego antiguo son, respectivamente, loimós
(hambre) y epidemia (visita o llegada), estas eran consideradas en tiempos antiguos
(incluso algunos hoy) como la respuesta del creador o Dios al pecado, eran el producto
del “castigo divino”, evidencia de ello es fácil de encontrar en todos los libros sagrados y
en innumerables textos de como los escritos por filósofos o pensadores, incluso el
filósofo, polímata y científico Aristóteles (Estagira, 384 a.C. - Calcis, 322 a.C.) atribuía las
pestes a la influencia de los cuerpos celestes, así como numerables escenarios de muerte
debidos a enfermedades infecto contagiosas son descritas en los libros de Homero (peste
bélica), Hesíodo (mítico-moral), Heródoto (VII, 171.8 y VIII, 115.11), Tucídides (II, 54.3),
Plutarco (Mor. 322.a.7, 370.b.3, 1040.c.2), Esquilo y Sófocles (mítico-religiosa), Timeo,
Duris, Teopompo, Apiano y por muchos otros autores.
Posteriormente cuando se empezó a establecer principios científicos para dar
explicaciones que antes eran dejadas a la divinidad, empezamos a entender que la peste
se propiciaba en las estaciones cálidas y húmedas. El medico griego Hipócrates
(Cos, c. 460 a. C.-Tesalia c. 370 a. C.), fundador de la escuela que lleva su nombre,
establece en su Tercer Libro de las Epidemias que el estado del aire y los cambios de
estación engendran la peste.

Hay infinidad de pestes registradas en la historia encontramos entre ellas, en el año en el


año 430 a.C. al 428 a.C. la “Plaga de Atenas” la cual acabo con un tercio de la población
de la ciudad, aproximadamente 150mil personas; en el año 166 en el imperio Romano la
Peste antonina se quedó por 15 años, logrando dejar 5 millones de víctimas, incluyendo
dos emperadores, fue descrita por el galeno Marco Aurelio, quien también termino
contagiado y falleció víctima del virus, esta pandemia se relaciona con un cambio
climático, dando paso a una época de bajas temperatura globales.

En el año 251, la Peste de Cipriano, procedente de Etiopía, cruza Egipto, el norte de África
y llega a Roma. En esta fue un periodo de 20 años y se estima que causo entre 3 y 5
millones de muertes; en el año 542 la peste bubónica, llamada la Peste de Justiniano,
azota el imperio Bizantino, en solo cuatro meses acaba con casi 40% de la población,
esta se extendió a África, Asia y Europa.

La viruela la cual fue erradicada en 1980, surgió aproximadamente en al año 10000 a.C.
no solo causo innumerables muertes en Europa, sino que fue traída al continente
americano, durante el periodo de la conquista, causando un colapso demográfico en la
población indígena, estimado por los historiadores en un 95% de muertes.

En el año 1346 aparece la segunda oleada de peste bubónica (Peste Negra) la cual
genero 50 millones de muertes, reduciendo la población europea en un 60%, en algunas
poblaciones los “Señores Feudales” llegaron a tomar decisiones radicales, como la
expulsión de las personas infectadas a extramuros (fuera de las fortificaciones) para que
se curasen o murieran en el campo, e incluso ejecutaban a quienes violaran las normas
impuestas de no movilización entre ciudades.
En la ciudad de Ragusa hoy llamada Dubrovnik (Croacia) ubicada en la costa
mediterránea con una actividad portuaria importante, sus gobernantes establecieron una
idea revolucionaria para tratar de frenar la pandemia, decretaron un periodo de treinta
días de aislamiento para todos los viajeros y tripulantes que allí desembarcasen, así como
a toda mercancía que llegase al puerto, al probar de manera exitosa el manejo de
contención. Esta medida fue replicada en muchas otras ciudades europeas, sin embargo,
el periodo de aislamiento pasó de 30 (trentino) a 40 días (quarantino), no se sabe
exactamente si este cambio fue motivado por ser realmente insuficiente los 30 días o
realmente por temas religiosos, buscando relacionar la recuperación a la Cuaresma
cristiana.

Y así han sido una otra vez, innumerables las pestes, gripas y virosis extendidas por
ciudades, imperios, continentes en rusia entre 1889-1890, de allí a Europa generando
cerca de 1 millón de muertos; entre 1918-1919 tuvo su oportunidad la Gripe española
(aunque se originó en Italia) la Influenza virus A subtipo H1N1, se esparció fácilmente al
finalizar la primera guerra mundial, pues al regresar los soldados a sus países de origen,
llevaron consigo el virus, estiman que fueron entre 50 y 100 millones de muertes de los
cerca de 1.800 millones de la población mundial. Colombia no fue la excepción, el diario
El Tiempo en el mes de septiembre de 1918, publico: "La epidemia de grippa (sic) que
hay actualmente en Bogotá es algo verdaderamente fabuloso. Más del 20 por 100 de la
población se encuentra atacado de esta fastidiosa enfermedad, sin que ni baños ni
remedios sean capaces de librarla de ella y aunque parece que no es grave sí es en alto
grado desagradable. Ojalá la Dirección de Salubridad publicara algo sobre la manera de
evitar o curar pronto esa grippa (sic), para que los pobres tengan algún remedio contra
ella".

En el año 1976 apareció el primer brote epidémico de ébola, detectándose 3418 casos y
2830 muertes con una tasa de letalidad de 83%, principalmente en Zaire y Sudán y entre
1994-1996 un segundo brote en África Occidental (Gabón y Zaire). 2014: La epidemia de
ébola de 2014 comenzó con un brote en Guinea en marzo y se extendió en los meses
siguientes a Liberia y a Sierra Leona. Posteriormente alcanzó a Nigeria, Senegal, Reino
Unido y Estados Unidos. Su alta tasa de mortalidad y ausencia de cura ha llevado a
cobrarse la vida de más de 4500 personas en medio año. Las medidas no tardaron en
llegar, se decreto el toque de queda, fue impuesto, pero las medidas no pudieron detener
las muertes, entre el 18 y el 24 de octubre, según la Dirección Municipal de Higiene, se
presentaron 294 defunciones., la clase obrera, la población mas vulnerable coloco por
supuesto el mayor número de muertos, la desprotección ante el enemigo oculto, la falta
de alimentos y la insalubridad preparo el camino para los contagios.

Entre los años 1991 y 1993 la epidemia del cólera afectó a América Latina, siendo
contraída por 950.000 personas, provoco la muerte a 8.000 fallecimientos. En el año
2005 la gripe aviaria (H5N1), se convirtió en una amenaza de pandemia al producirse los
primeros contagios en seres humanos, entre los años 2009 y 2010 esta gripe causo la
muerte de más de 18 000 personas alrededor del mundo. Entre los años 2012 y 2015
el Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio fue detectado en el 2012
en Arabia Saudí En mayo del 2013 se habían producido casos en más de 7 países
incluyendo Qatar, Reino Unido, Francia, Alemania y Túnez, el virus infectó a casi 1000
personas y mató casi más de 500. Desde el año 2019 Un nuevo tipo de
Coronavirus (SARS-CoV-2) hizo su aparición en el continente asiático. El 11 de febrero
de 2020, la OMS lo denominó oficialmente como COVID-19 y en el mes de marzo del año
2020 fue declarado el estatus de pandemia por la expansión del virus. Esta pandemia
comenzó como una epidemia en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, al
oeste de Shanghái, China. y ha provocado hasta el momento 723.000 personas
infectadas, 34.000 fallecidos, 152.000 recuperados a nivel global, cifra que seguirá
creciendo con el pasar de los días, las medidas para evitar el aumento de los casos son
variadas, siendo en la mayoría de los países, decretado el aislamiento, en algunos casos
espontaneo, en otros obligatorio.

Sin embargo, son muchas más las pestes y enfermedades de transmisión las que ha
padecido nuestra especie, a lo largo de nuestra historia. Todas tienen algo en común,
han generado temor, muertes, caos y problemas económicos en los estados, ciudades o
imperios, pero además de ello, plantearon retos a nuestras urbes, además de ello nos
lleva a cuestionarnos ¿están nuestras ciudades preparadas para afrontar pandemias?
¿hemos pensado desde la planificación territorial y el diseño urbano, como evitar
contagios globales? ¿son nuestras ciudades enfermas? ¿hay planes estratégicos para
cerrar áreas urbanas, de manera correcta para evitar que un virus o contaminación se
esparza a la totalidad de ella? ¿es posible contener el caos y temor ciudadano, para evitar
saqueos y destrozos a las áreas comerciales, industriales e incluso a zonas residenciales?

En el siglo XIX la lucha contra la epidemia del colera, fue determinante en el cambio de
la concepción urbana de las ciudades, nuevos sistemas de alcantarillado y acueducto
fueron adoptados, pero también se empezó a regular el uso del suelo, disponiendo áreas
para expansión como estrategia de lucha contra el hacinamiento existente. Aun hoy en
día problemas asociados al hacinamiento y a la falta de cobertura de servicios sanitarios
siguen causando infinidad de enfermedades y muertes.

En otros temas de salud pública, como la obesidad, la diabetes, y enfermedades


asociadas a malos hábitos, ya se han planteado retos para las ciudades, para hacer que
estas sean mucho más amables, que brinden no solo espacios deportivos, sino que su
concepción nos lleve a poder caminar de manera agradable, en la que la forma de
desplazarnos sea mucho más armónica, no solo con el medio ambiente, sino que aporte
a nuestra salud, el mejor ejemplo de esto es la apuesta por la construcción de ciclo-
infraestructura, asociada a rondas hídricas, ecosistemas urbanos, paisajes atractivos,
encontramos algunos buenos ejemplos en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, y
esperemos muchas más se unan a esta búsqueda.

Al ver el impacto que esta pandemia viene causando, no solo por el aislamiento social
obligatorio, sino entendiendo que este ha tenido un fuerte impacto en la caída de las
bolsas de valores, en el precio del petróleo, en fin en el contexto económico, pero también
en la forma en la que concebimos algunas de las actividades inherentes a nuestro
desarrollo o rol en la sociedad, como el trabajo y la educación, nos hemos visto forzados
a realizar estas actividades de manera virtual, en línea o a distancia, lo cual es todo un
reto, pues en muchos casos no se cuentan ni con las herramientas, ni con la experticia.
En cuanto a cómo enfrentar las pandemias desde la concepción espacial de las urbes es
un tema mucho más complejo, nos enfrentamos a un enemigo silencioso e imperceptible,
que nos ha acorralado en nuestras casas, en Colombia vemos como algunos alcaldes, no
solo implementaron el aislamiento ordenado por el gobierno nacional, sino que han
establecido cierre a los centros urbanos, por ser los que más aglutinan ciudadanos, he
incluso realizado cierres a las entradas y salidas de sus poblaciones, tratando de evitar
no solo la entrada de viajeros, sino más bien tratando de apaciguar los temores colectivos,
ante la llegada de personas contagiadas por el SARS-CoV2.

La tecnología hoy podemos tenerla de aliada, vemos como cada día en algunas ciudades,
plantean cambios interesantes a nuestra manera de interactuar en la ciudad, no solo
avanzar en teletrabajo, educación virtual, sistemas de transporte eficientes, edificios cada
vez más inteligentes, que no solo gestionan información, sino que permiten cierres
autónomos por peligros inminentes ante incendios y presencia de sustancias toxicas.

Es posible concebir edificios que pueden cambiar rápidamente a un uso diferente, en el


caso de una epidemia u otro tipo de desastre, como hemos visto en Bogotá con la
adaptación del Coliseo de Ferias, pero además de ello hay que ir un poco más allá.

David Green, director de Perkins and Will, una firma de diseño que ha trabajado en
distritos de salud, viene buscando rediseñar los espacios públicos para que también
puedan funcionar como áreas de logística y tratamiento en las ciudades para atender
epidemias, para ello están estudiando cómo el diseño urbano afecta los brotes actuales.
“Estamos trabajando en el proceso de evaluar la propagación de esta epidemia, ya que
se vincula con el diseño físico de las ciudades, que incluye cosas como la densidad de
población”. Así es entre mas denso es un sector, los riesgos de contagio aumentan
exponencialmente, así como la complejidad para evitar la propagación.

Rápidamente la utilización de cámaras térmicas, han sido implementadas en las


principales estaciones aeroportuarias del mundo, para lograr identificar personas con
altas temperatura corporal, pero estas también pueden ser implementadas en las
ciudades para crear mapas de calor, y así lograr identificar la ventilación entre
edificaciones, esto ayuda para entender que tan fácil se puede expandir un virus en
ciertos entornos, unido a análisis de densidades poblacionales, niveles de contaminación,
complejidad urbana, en “laboratorios de ciudad”, podrían tomarse a tiempo, decisiones
de cierre a determinadas zonas, y no necesariamente esperar a que el brote lleve a un
aislamiento total.

Con el paso de los días, hemos avanzado en la identificación de oportunidades, así como
en el análisis de las falencias que tenemos en nuestras ciudades, cada una es particular
y diferente, pero en si las medidas pueden ser de cierta forma asimiladas en conjunto,
debemos ir más allá, de la repartición de mercados para los mas necesitados, o de
solucionar el numero de camas en UCI. Mientras los nuevos mandatarios territoriales se
posesionaban, y de una se vieron enfrentados al virus, muchos han salido con medidas
básicas, pues la inequidad, la informalidad y los problemas de hambre son reinantes, sin
embargo están en la responsabilidad de establecer en los planes de desarrollo (en
construcción) medidas para la reactivación de la economía, así como empezar a trazar
estrategias para enfrentar futuros brotes, nuestros congresistas deben ir pensando
rápidamente en establecer regulaciones normativas para garantizar, que los planes de
ordenamiento territorial, sean actualizados teniendo en cuenta riesgos adicionales, no
solo por el tema de virus, sino otros que no contemplamos al momento de pensar en el
futuro de nuestros territorios y de sus ciudadanos.

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