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Señor Borges ¿Qué eres?: ¡Creo que esa es la gran figura que nos legaste!

un
espejo, una sombra; hombre que sueña un hombre soñando; matrioska que
tiende a los tigres azules, al budismo, a lo universal y a lo local.

Esta noche, porque eres aquel hombre de Heráclito, y debido que su nombre
es agua que no cabe en mi vos, invoco sobre la faz de estas páginas tu sombra
de sueño, que a su vez es realidad; en fin, que es lo fantástico, lo neo en su
caso: Eso es lo que cala en mi espejo y laberíntico entendimiento, que llamo
realidad, al leer sus textos: “Borges y yo” y “El otro”.

Si lo fantástico “debe introducir terrores imaginarios en el seno del mundo real”,


si como afirma Caillois debe ser un juego con el miedo, donde por insinuación
de lo sobrenatural debe colarse en el mundo el temor y el escalofrío, miedo que
cuestiona la infalibilidad del orden racional; dice Alarzaki, pues creo que es un
inicio de tantos para siquiera tratar de vislumbrar una porción de los escritos
borgianos, que lo neofantástico se define de su antecesor por su visión, su
intención y modus operandi. Bajo lo primero “lo neofantástico asume el mundo
real como una máscara, como un tapujo que oculta una segunda realidad que
es el verdadero destinatario de la narración neofantástica [CITATION JAl \p
23,25,28 \l 3082 ]; tras lo segundo explica que en lo neofantástico no se produce
el miedo u terror, sino que se genera una perplejidad o inquietud que surge de
lo insólito o sinrazón de ir fuera del sistema conceptual científico que no se
maneja a diario, esquemas metafóricos que tratan de atisbar aquello que
nuestra lengua comunicativa descree o no define; y desde su modus operandi
pone a consideración su desarrollo: avanza desde los sobrenatural, lo
inexplicable, para ubicarse lo más cercanamente posible de lo natural. [CITATION
JAl \p 29,30 \l 3082 ]

Así, señor Borges, encaminado por el camino de la “visión” del género


fantástico y guiado por Cai Xiaojie, que toma esa perplejidad, definida en su
tesis doctoral, “La infancia en la obra de Ana María Matute”, como “lo siniestro
de Sigmund Freud”, en su cuentos “Borges y yo” y “El otro” este insólito dudar
de la realidad se produce como causa del “tema del doble o del otro yo” que
nuclea otras dos característica: “la omnipotencia del pensamiento” y “el miedo a
perder una parte del cuerpo “.[CITATION Cai \p 74,75 \l 3082 ]
De modo, señor Borges, que usted inicia “Borges y yo” de esta manera: “Al
otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas” [CITATION Jor15 \p 65 \l 3082 ] .
Instalando una de las tantas posibilidades de ese siniestro que usted llama
vida.

Ni hablar de ese diálogo que profiere usted a ese otro Borges en aquel cuento
publicado en el libro de arena: “En tal caso —le dije resueltamente— usted se
llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969,
en la ciudad de Cambridge”[CITATION Jor95 \p 4 \l 3082 ]

Contestación que no demora en ser respondida como quien no lo puede creer:


“—No —me respondió con mi propia voz un poco lejana.

Al cabo de un tiempo insistió:

—Yo estoy aquí en Ginebra, en un banco, a unos pasos del Ródano. Lo raro es
que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris” [CITATION
Jor95 \p 4 \l 3082 ]

Creo que dicho cuento es titulado “El otro”: usted se habla íntimamente, cuenta
el azar de su ceguera a esa omnipotencia de su pensamiento. Disculpe que
saque a colación esa parte, solo que creo observar en ese atisbo una forma del
miedo a la perdida de una parte del cuerpo y el temor a esa omnipotencia del
pensamiento” que Xiaojie desarrolla en su tesis.

Puesto que su sombra es grande, el tiempo corto, el desvío a una ensoñación


de su naturaleza es abismal, y decir (escribir) mucho de nada es
contraproducente, me despido con la cordial frase “Sin otro asunto a tratar”

PD: Como lo que no se pudo decir, digo: ¡Siempre hay algo que referir sobre
usted!

Bibliografía
Alarzaki, J. (s.f.). ¿Qué es lo neofantástico?

Borges, J. L. (1995). El libro de arena. Madrid: Alianza Editorial S.A.

Borges, J. L. (2015). El hacedor. Buenos Aires: Debolsillo.

Xiaojie, C. (s.f.). LA INFANCIA EN LA OBRA DE ANA MARÍA MATUTE.

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