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Como se indicó en la clase ya dada, el resultado más significativo de la

meteorización química es la descomposición de los minerales inestables y la


generación o retención de aquellos minerales que son estables en la superficie
terrestre.
Además de alterar la estructura interna de los minerales, la meteorización
química produce también cambios físicos. Por ejemplo, cuando el agua
corriente ataca a los fragmentos rocosos angulosos a través de las grietas, los
fragmentos tienden a adoptar una forma esférica. El redondeado gradual de
las esquinas y los bordes de los bloques angulares se ilustra en la Figura.
Las esquinas son atacadas con más facilidad debido a su mayor área de
superficie con respecto a su volumen, en comparación con los bordes y las
caras. Este proceso, denominado meteorización esferoidal, proporciona a la
roca meteorizada una forma más redondeada o esférica.
A veces, durante la formación de los bloques esferoidales, se separan envueltas
sucesivas del cuerpo principal de la roca. Por fin las capas externas se
desprenden, permitiendo que la actividad de la meteorización química penetre
más en profundidad en el cuerpo rocoso principal. Esta descamación esférica
se produce porque, a medida que los minerales de la roca se meteorizan a
arcilla, su tamaño aumenta mediante la adición de agua a su estructura. Este
mayor tamaño ejerce una fuerza hacia el exterior que induce el debilitamiento
y desprendimiento de las capas concéntricas de la roca.
Por consiguiente, la meteorización química produce fuerzas lo bastante grandes
como para causar meteorización mecánica. Este tipo de meteorización
esferoidal, en el cual las capas se desgajan, no debe confundirse con el
fenómeno de lajeamiento comentado antes. En el lajeamiento, la fractura se
produce como consecuencia de la descompresión, y las capas de roca que se
separan del cuerpo principal están en gran medida inalteradas en el momento
de la separación.

Meteorización esferoidal de una roca intensamente diaclasada. El agua


que se mueve a través de las grietas empieza a agrandarlas. Dado que
las rocas son afectadas más en las esquinas y en los bordes, adoptan
una forma esférica. La foto muestra la meteorización esferoidal en el
monumento nacional Joshua Tree, California. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Lugar: Quebrada Carrizalillo / Región de Atacama (Chile);
Foto W. Griem 1999 (R1999)

METEORIZACIÓN ESFEROIDAL
Forma especial de la meteorización en rocas intrusivas. A causa del fracturamiento
la meteorización afecta las rocas en bloques esferoidales.
Una forma de la meteorización esferoidal más avanzada. Solamente se quedaron
bloques bien redondos en una llanura. Alrededor de los bloques se encuentra el
material suelto que se desintegró de las rocas. La roca era una roca intrusiva.

Foto: Sector entre Jarilla y Vallenar (Región Atacama / Chile).


W. Griem 2005; Kodak7619. Foto en grande
Este proceso de meteorización puede ocurrir en rocas de origen
variado. Merced al mismo, la roca produce fragmentos que se
desprenden como láminas concéntricas. Por tal razón y debido a su
semejanza con las hojas (catáfilas) que conforman una cebolla,
también se la denomina disyunción catafilar. En este proceso juegan
diversos factores. En primer lugar es fundamental la infiltración de
agua a lo largo de grietas, y la diferente facilidad de distintos
minerales para ser alterados a partir de las soluciones circulantes por
los poros de las rocas. En los casos en los que ocurre este proceso en
rocas graníticas expuestas en la superficie, también juega un rol
importante la dilatación y contracción de los minerales constituyentes,
ante el calentamiento diurno por insolación y el enfriamiento
nocturno.
También es llamada encamación concéntrica, consisten en la
separación, en forma de delgadas escamas curvadas de la
roca, semejando a una cebolla. Se piensa que esto ocurre, al
menos en parte, debido a la reducción de la presión que se
produce cuando la roca situada encima es erosionada, un
proceso denominado descompresión.
Las masas rocosas no se meteorizan de una manera uniforme.
Observe la foto de un dique de la Figura.

La estructura
vertical del fondo
es un dique, que es
más resistente a la
meteorización que
la roca
circundante. Este
dique se encuentra
al oeste de
Granby, Colorado,
cerca del Arapaho
National Forest.
(Foto de R. Jay
Fleisher.)

La masa ígnea duradera permanece encima del terreno circundante


como una pared de piedra. A este fenómeno se le denomina
meteorización diferencial. Los resultados varían en escala de la
superficie rugosa e irregular de la lápida de mármol de la Figura, a
las exposiciones enérgicamente esculpidas del valle de los
Monumentos.

El examen de las lápidas revela la velocidad de meteorización


química en diversos tipos de roca. La lápida de granito
(izquierda) se colocó cuatro años después que la de mármol
(derecha). La fecha de inscripción de 1872 del monumento de
mármol es casi ilegible. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
Muchos factores influyen en la velocidad de meteorización de la roca.
Entre los más importantes se encuentran las variaciones de la
composición de la roca. La roca más resistente sobresale en forma de
montes o puntas o como acantilados más empinados en una ladera
irregular. El número y el espaciado de las diaclasas también puede
ser un factor significativo. La meteorización diferencial y la erosión
ulterior son responsables de la creación de muchas formaciones
rocosas y morfologías inusuales, a veces espectaculares.
La crioclastia (de kryos, frío) llamada también gelifracción, consiste en
la fragmentación de la roca cuando, por las variaciones de
temperatura, el agua, que rellena los huecos de las rocas y que puede
penetrar más o menos en ella, se congela. El paso de líquido a sólido
provoca un aumento de volumen de en torno a un 10 por ciento, lo
que somete a la roca a una tensión, que provoca el desprendimiento
de granos o fragmentos. Las características de la roca son
fundamentales en los resultados, muy especialmente la porosidad y
la fisuración. Si el hielo penetra por los poros se produce lo que se
denomina microgelifracción, que da lugar a formación de partículas
finas. Si aprovecha las grietas y fisuras hablamos de
macrogelifracción y el resultado son fragmentos mayores, que
pueden ser incluso bloques.
La crioclastia o gelifracción es el proceso consistente en la
fragmentación de las rocas debido a las tensiones producidas al
congelarse agua contenida en sus grietas, fracturas y poros. El agua
de lluvia, deshielo o rocío se introduce en las oquedades de las rocas.
Al helarse, aumenta el volumen produciendo una fragmentación de
la roca. La gelifracción puede dar origen a canchales.

La crioclastia o gelifracción es uno de los procesos de la


fragmentación mecánica de la roca producido por la congelación del
agua que se ha introducido en las diaclasas y porosidades de la roca.
Fragmentación de la roca que tiene lugar cuando penetra por sus
fisuras agua que tiene un importante contenido en sales. Al
producirse la evaporación da lugar a la formación de cristales,
capaces de provocar una considerable tensión en los poros y fisuras
de la roca. Las sales depositadas en los poros y fisuras de la roca al
mezclarse con el agua aumentan de volumen, ejerciendo una presión
sobre la roca y fragmentándola.
La haloclastia consiste en la fragmentación de la roca debida a las
tensiones que provoca el aumento de volumen que se producen en
los cristales salinos. Estos se forman cuando se evapora el agua en
las que están disueltos. Las sales, que están acogidas en las fisuras
de las rocas, presionan las paredes, a manera de cuña, hasta
romperlas. En realidad no son los cristales formados los que ejercen
la presión suficiente para romper la roca, si no el aumento de
volumen de los cristales al captar nuevos aportes de agua, que hacen
crecer el cristal. La haloclastia sólo funciona en los países altamente
salinos y áridos, es decir en las franjas litorales y en las regiones muy
áridas. El mecanismo es muy similar a la gelifracción, aunque su
ámbito de incidencia es menor. Debido al reducido tamaño de los
cristales salinos este mecanismo apenas tiene importancia en las
rocas con fisuras, sin embargo es muy efectivo en las rocas porosas,
por lo que el material que se forma es de pequeño calibre: arenas,
limos, margas y arcillas.
Se produce por la variación diurna de las temperaturas en lugares
como los desiertos, donde las temperaturas altas del mediodía
favorecen la dilatación diferencial de los minerales de las rocas y su
contracción durante la noche, cuando bajan sensiblemente las
temperaturas. Esto produce la disgregación granular de las rocas y
posibles roturas de ellas a favor de sus planos de discontinuidad.

Al calentarse las rocas y minerales se producen diferencias de tensión


en su estructura. Los materiales oscuros absorben más calor que los
claros y están expuestos. Las altas variaciones de temperatura entre
el día y la noche imprimen a las rocas fuertes contracciones y
dilataciones, que provocan fisuras y, con el tiempo, su fragmentación.
La termoclastia consiste en la fragmentación de la roca debida a los
cambios de temperatura bruscos. Las dilataciones y las contracciones
producidas por los cambios de temperatura producen tensiones en
las rocas que terminan por romperla. Para que se produzca esta
ruptura son necesarios cambios bruscos en períodos muy cortos de
tiempo, como los que se dan en los desiertos áridos, pero también
rocas cuyo color y textura permitan una absorción y disminución de la
radiación calorífica. Además deben tener una composición
mineralógica que permita diferencias de dilatación y contracción,
para que las tensiones sean efectivas. Las condiciones para que se
produzca la termoclastia son tan difíciles que no ha sido posible
reproducirla en un laboratorio, por lo que en ocasiones se duda de
que sea un mecanismo natural, sin embargo en los desiertos cálidos
sí parece funcionar, al menos en combinación con otros mecanismos.
Este mecanismo produce fenómenos de exfoliación y desagregación
granular. Posiblemente sea el mecanismo que actúe en la Luna.

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