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El caballo (Equus ferus caballus)12 es un mamífero perisodáctilo domesticado de la

familia de los équidos. Es un herbívoro perisodáctilo de gran porte, y cuello largo y


arqueado poblado por largas crines.

A la hembra del caballo se le llama yegua y a las crías, si son machos, potros o
potrillos, y si son hembras, potras o potrancas. La cría y utilización del caballo por
parte del hombre se conoce como ganadería equina o caballar, y su domesticación se
remonta a 3600 a. C., en la región de Kazajistán.3

Índice
 1 Etimología
 2 Taxonomía
 3 Evolución
 4 Anatomía
o 4.1 Porte
 4.1.1 Poni
o 4.2 Estructura ósea
o 4.3 Cascos
o 4.4 Dientes
o 4.5 Aparato digestivo
 5 Colores y marcas
o 5.1 Capas
o 5.2 Manchas
 5.2.1 En la cabeza
 5.2.2 En las extremidades
o 5.3 Remolinos
o 5.4 Espejuelos
 6 Biología y comportamiento
o 6.1 Reproducción
o 6.2 Edad
o 6.3 Temperamento
o 6.4 Aires
 6.4.1 Paso
 6.4.2 Trote
 6.4.3 Galope
o 6.5 Patrones de sueño
o 6.6 Lenguaje corporal
 7 Razas
 8 Uso deportivo
 9 Situación actual
 10 Caballos famosos
 11 Véase también
 12 Referencias
 13 Bibliografía
 14 Enlaces externos

Etimología
El término latino utilizado para denominar al caballo era equus,4 mientras caballus, que
derivó en la palabra «caballo», es un término del latín tardío, posiblemente de origen
celta, que significa «caballo castrado».45 «Yegua» procede del femenino de equus,
«equa».4 A los animales jóvenes en general se los denominaba pullus, textualmente
«pollos», que originó la palabra pulliter, pullitri, que derivaría en «potro» o «potrillo».

Taxonomía
Linneo clasificó los caballos domésticos en 1758 en la especie Equus caballus. Al
demostrarse que los caballos domésticos actuales y su antepasado silvestre extinto,
clasificado como Equus ferus (caballo salvaje), pertenecían a una misma especie, debía
asignársele un único nombre científico. Generalmente en casos como este se aplicaría el
principio de prioridad usado en la nomenclatura científica, que establece que debe
permanecer como nombre específico el primero en haber sido registrado, siendo
caballus el más antiguo. Pero la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica
determinó en 2003, en la opinión 2027, que los caballos actuales, al igual que otras
diecisiete especies domesticadas, debían nombrarse como su variedad salvaje extinta,
Equus ferus, para evitar la paradoja de que los linajes anteriores, los silvestres, fueran
nombrados como subespecies de sus descendientes. Por lo tanto el nombre específico
que prevalece para los caballos actuales es Equus ferus, quedando el término caballus
como nombre trinomial que designa a la subespecie doméstica.1

Los caballos se clasifican dentro del orden de los perisodáctilos, perteneciendo a la


familia de los équidos, a la que también pertenecen los asnos (Equus africanus), el
onagro y el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus hemionus kiang) y las cebras, en
la que están estrechamente emparentados al pertenecer todos al único género
superviviente, Equus.

Evolución
Esquema resumido de la evolución del caballo

La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil llamado Eohippus, un
pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace cincuenta y cinco
millones de años, en América del Norte. Se supone que de él descienden todos los
équidos posteriores, incluido el género Equus.

El Hyracotherium fue alguna vez considerado como el miembro más antiguo de la


familia Equidae antes de que su especie tipo, H. leporinum, fuera reclasificada como un
paleotérido, un tipo de perisodáctilos relacionados tanto con los équidos como con los
brontotéridos.6 A primera vista era similar a un perro pequeño.

La evolución posterior de Hyracotherium le hizo aumentar su altura hasta los 115 cm y


perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco, su
único dedo se endurecería mediante mutaciones, hasta desarrollar cascos que les
permitían huir de los depredadores. En esa época aparecieron a la vez en Norteamérica
y Eurasia diversas especies y géneros relacionados.

Parece ser que las especies euroasiáticas desaparecieron; sin embargo, las especies
americanas dieron lugar durante el Oligoceno al género Mesohippus, del tamaño de una
gacela, que tenía solo tres dedos en las patas delanteras y que ya presentaba pies con
forma de casco.7

Algo más tarde, en el Mioceno, a Mesohippus le sucedió Hypohippus y Anchitherium;


se cree que ambas especies colonizaron después Eurasia desde América del Norte. Otros
descendientes de Mesohippus fueron Miohippus y Merychippus; este último género
desarrolló dientes con coronas muy altas, lo que le permitió, a diferencia de
Hyracotherium, que pastaba hierba, ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos.
Entre los descendientes de Merychippus estaba Hipparion, que durante el Plioceno se
desplazó y expandió desde Norteamérica hasta Eurasia, y Pliohippus (primer
antepasado de un solo dedo), antecesor de Pleshippus y de su sucesor, el caballo
moderno, es decir, el género Equus, que apareció hace cinco millones de años.8

Se cree que durante el Pleistoceno, hace unos quince mil años, el género Equus extendió
su área de distribución desde Norteamérica a Eurasia y África cruzando el puente de
Beringia.9 Hace unos 10 000 años, los caballos se extinguieron en Norteamérica,1011 por
causas aún desconocidas, quizá por algún cataclismo climático que modificó los
ecosistemas americanos.12 Diversos hallazgos en cuevas de Europa indican que el
caballo era un animal muy abundante durante la Edad de Piedra en dicho continente; se
han encontrado suficientes restos de esqueletos de caballos dentro y en los alrededores
de estas cuevas como para afirmar que eran consumidos por el ser humano. El número
de caballos disminuyó en el neolítico, cuando Europa estaba cubierta por bosques en su
mayor parte. Se han encontrado restos de la Edad del Bronce, embocaduras y piezas de
arneses, que demuestran que el caballo ya estaba domesticado en esta época. Esta
domesticación siglos más tarde permitió, tras el descubrimiento de América, que los
caballos fueran reintroducidos por los conquistadores españoles en el continente que los
vio surgir.

Anatomía

Anatomía externa del caballo

Porte

La altura de los caballos, como en los demás cuadrúpedos, se mide hasta la cruz, donde
encuentran las escápulas, es decir el punto donde se une el cuello con el lomo del
caballo. Se elige como referencia este punto por ser una altura estable que no puede
subir o bajar como la cabeza o el cuello.

El tamaño de los caballos varía considerablemente entre las distintas razas, y también
está influido por la nutrición. Según su porte las razas de caballo suelen dividirse en tres
grupos:

 pesados o de tiro;
 ligeros o de silla;
 ponis y razas miniatura.

La altura de los caballos de silla o ligeros suele oscilar entre 142 y 163 cm y su peso
oscila entre 380 y 550 kilogramos.13 Los caballos de silla más grandes tienen una altura
a partir de 157 cm y llegan hasta 173 cm, pesando alrededor de 500 a 600 kg.14 Las
razas de tiro o pesadas miden generalmente de 163 a 183 cm y pueden pesar entre 700 y
1000 kg.15

El tamaño de las distintas razas de caballos puede variar considerablemente, como


puede observarse en estos dos ejemplares adultos.

El ejemplar de caballo más grande registrado en la historia se llamaba Mammoth,


probablemente era un shire, que nació en 1848. Medía 220 cm y se estima que llegó a
pesar 1500 kg.16 El caballo que actualmente ostenta la marca de menor altura se llama
Thumbelina, es una yegua miniatura adulta afectada de enanismo. Mide 43 cm de alto y
pesa 27 kg.17

Poni

Poni trotando.
Artículo principal: Poni
Se denominan ponis a muchas razas de caballo de estatura pequeña, aunque el baremo
varía ligeramente según los lugares. El límite que establecen generalmente los países
que usan el sistema anglosajón de unidades para considerar a un caballo como un poni
es que no supere 147 cm de altura en la edad adulta;18 aunque en Australia el tope es de
142 cm.19 La Federación Ecuestre Internacional, que usa el sistema métrico, establece la
altura de corte entre caballos y ponis en 148 cm sin herraduras y 149 cm con
herraduras.20 Algunas razas que producen individuos tanto por arriba como por debajo
del límite no son consideradas ponis a pesar de su altura.21 En cambio algunas razas de
ponis pueden producir individuos que sobrepasen el límite sin perder la denominación
de poni.22

La diferencia entre ponis y caballos no es simplemente de altura, sino también de


fenotipo, conformación o apariencia, además de temperamento. A menudo los ponis
presentan un pelaje más denso en crines, colas y cubierta en general. Además tienen
patas proporcionalmente más cortas, con cuerpos más robustos, huesos más pesados,
cuellos más cortos y cabezas cortas con amplias frentes. Suelen tener temperamentos
muy calmados.18 De hecho, la talla por sí misma no es un factor determinante para la
definición de un caballo como poni: mientras que el poni de las Shetland tiene una
media que sobrepasa los 102 cm,23 los Falabella y otros caballos miniatura, que no
sobrepasan los 86,4 cm (la talla de un perro grande) no son considerados ponis en sus
respectivos estándares genealógicos.24

Estructura ósea

Estructura ósea de un caballo


Técnica de deshidratación en una extremidad anterior equina

Un caballo tiene doscientos cinco huesos.25 Su columna vertebral está compuesta por
cincuenta y una vértebras. Una diferencia importante entre el esqueleto del caballo y el
del humano es que aquel carece de clavículas, los miembros anteriores se unen a la
columna mediante poderosos músculos, tendones y ligamentos que sujetan las
escápulas. Las patas y los cascos de los caballos también son estructuras únicas. La
disposición y proporciones de los huesos de sus patas son muy diferentes a las de los
humanos. Por ejemplo, la parte del cuerpo llamada «rodilla» en los caballos en realidad
está formada por los huesos del carpo, que se corresponden con la muñeca humana.
Mientras que el corvejón contiene huesos equivalentes al tobillo humano. Los huesos
inferiores de la pata del caballo se corresponden con los huesos de la mano o el pie
humanos, y los denominados nudillos del caballo son los huesos sesamoides entre la
caña (un único hueso equivalente al metacarpo) y las falanges proximales de los dedos,
es decir los nudillos humanos. En las extremidades delanteras, el cúbito y radio se han
fusionado dando lugar a un único hueso, al igual que ha sucedido con la tibia y el
peroné lo que impide que pueda girar lateralmente las manos y pies. Además un caballo
no tiene músculos en sus patas por debajo de las rodillas y corvejones, solo tiene piel,
tendones, ligamentos, cartílago y huesos, y un tejido córneo especializado para absorber
impactos que forma los cascos.26 Todas estas diferencias son adaptaciones de sus
extremidades a la carrera, como la reducción del número de dedos de las extremidades a
uno solo rodeado de un material córneo llamado casco.

Los huesos de la cabeza del caballo son largos y los de la cara tienen el doble de
longitud que los del cráneo. La mandíbula también es larga y posee una superficie ancha
y aplanada en la parte inferior de la zona posterior.

Cascos

Los cascos son fundamentales para la estructura de las patas de los caballos.27 Los
cascos de los caballos en las falanges distales, el equivalente a las puntas de los dedos
en los humanos, en el interior están recubiertas de cartílago y otros tejidos blandos
especializados ricos en sangre como el tejido laminar. El exterior de los cascos está
formado por un tejido córneo similar al de las uñas de los humanos.28 El resultado final
es que un caballo que pesa una media de 500 kg29 es capaz de desplazarse sobre los
mismos huesos que cuando un humano va de puntillas.30 La razón por la que a los
caballos se les ponen herraduras es que en cautividad desgastan más rápidamente los
cascos, por la dureza del pavimento y por el sobrepeso que llevan, que en libertad
desplazándose por la tierra. Los cascos crecen continuamente y en estado natural se
desgastan solos, pero necesitan ser recortados cada cinco o seis semanas en los caballos
herrados.31
Dientes

Los caballos han adaptado sus dientes para pastar hierba. Los caballos tienen un mínimo
de treinta y seis dientes (doce incisivos y veinticuatro molares). Un caballo adulto tiene
doce incisivos, adaptados para morder y arrancar la hierba y demás vegetación, en la
parte frontal de la boca. Tienen veinticuatro dientes adaptados a masticar, los
premolares y molares, en la parte posterior de la boca. Los machos adultos tienen cuatro
dientes adicionales justo tras los incisivos denominados «colmillos» y que no les
saldrán hasta que tengan cuatro o cinco años de edad. Algunos caballos, tanto machos
como hembras pueden desarrollar de uno a cuatro dientes vestigiales muy pequeños
delante de los molares, que generalmente se les quitan porque pueden interferir con el
bocado. Este espacio entre incisivos y premolares está vacío y es donde se coloca el
bocado del arreo del caballo.32

Los dientes de los caballos continúan creciendo durante la mayoría de su vida para que
puedan pastar correctamente. Los incisivos presentan distintos patrones de crecimiento
y desgaste según las edades de los caballos, además del ángulo que presentan las
superficies de mordedura, por lo que pueden ser utilizados para medir de forma
aproximada la edad del caballo, aunque la dieta y los cuidados a los que son sometidos
varían notablemente en las tasas de desgaste.33

Aparato digestivo

Estómago equino

Colon de caballo

Los caballos son herbívoros con un aparato digestivo adaptado a consumir una dieta de
hierba y otros materiales vegetales durante la mayor parte del día.34 En comparación con
los humanos tienen un estómago relativamente menor pero unos intestinos mucho más
largos que permiten un flujo continuo de nutrientes. Un caballo de 450 kg come entre 7
y 11 kg de comida diariamente, y en condiciones normales bebe de 38 a 45 litros de
agua. Los caballos no son rumiantes, por lo que solo tienen una cavidad en su estómago,
a diferencia de las vacas o las ovejas que tienen cuatro cavidades. Pueden digerir la
celulosa de la hierba gracias a que poseen un ciego muy desarrollado, por el que la
comida pasa antes de llegar al intestino grueso. A diferencia de los humanos los
caballos no pueden vomitar, por eso los problemas digestivos pueden provocarles
cólicos que les pueden ocasionar la muerte.35

Colores y marcas

Caballos sueltos en el valle de Bohí (Lérida, España).

Los caballos muestran una gran variedad de colores de capa y de marcas distintivas, que
dan lugar a amplio vocabulario descriptivo especializado. A menudo un caballo se
clasifica antes por el color de su capa que por su raza o sexo.36 Los caballos del mismo
color de capa se pueden distinguir por alguna marca blanca distribuida a lo largo de sus
cuerpos,37 que junto a los patrones moteados se heredan de forma independiente de
color de la capa.38

Se han identificado muchos genes que dan diferentes colores a la capa de los caballos,
aunque continúan las investigaciones para identificar los demás factores que dan origen
a distintos rasgos. Una de las primeras relaciones genéticas que se entendieron fue la
existente entre el color rojizo recesivo y el dominante negro, que está controlado por el
receptor de melanocortina 1. Otros alelos controlan el moteado, el intercalado de pelos
blancos, la supresión o dilución del color, y otros efectos que crean las docenas de
posibles colores de capa de los caballos.39

Las capas alazana, castaña y negra son los colores equinos básicos. Estos colores son
modificados por lo menos diez genes que crean el resto de los colores, incluyendo
diluciones como el palomino o los patrones de manchas como los pintos.39 No todos los
caballos blancos tienen una capa blanca de nacimiento, a menudo los caballos blancos
de mediana edad eran caballos grises al nacer. Los grises nacen con un tono más oscuro
y se vuelven grises con la edad, y ambos generalmente tienen la piel negra bajo sus
capas de pelo blanco (con la excepción de las pieles rosa bajo las marcas blancas). Solo
los caballos que nacen con la capa blanca tienen la piel rosada, algo que es una
característica rara.40

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