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organización
metodista libre
Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Identidad y
Organización
Metodista Libre
Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha pues-
to como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.
Hechos 20:28 NVI
FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo
Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver
Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón
Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Luis Fernando Pérez Rojas, Luz Mery Moscote Miranda,
Rossemberg Patiño Florez y Shirley Yomara Cadena Maldonado
Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda
La Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica está siendo bendecida con una multiplicación de
candidatos conferenciales y presbíteros. Esperamos que en la siguiente década esta multiplica-
ción continúe y se vuelva exponencial. A la luz de esto, tenemos el desafío de transferir nuestras
creencias, misión, visión, prácticas y ética a estos nuevos ministros. Por lo tanto, este manual está
diseñado como un panorama general de muchos elementos clave que expresan nuestra identidad,
teología y cultura denominacional.
Compartimos estos elementos con la esperanza de que aquellos que han caminado por mucho tiem-
po entre nosotros los recuerden y refresquen su entendimiento de aquellas cosas que son distintivas
acerca de ser Metodistas Libres. Los compartimos también con la esperanza de que aquellos que
son más nuevos entre nosotros encuentren muchas pautas, conceptos y perspectivas útiles.
Este módulo ha sido escrito por Paul Olver, Glenn Lorenz, Ricardo Gómez, John Jairo Leal, Luis
Fernando Pérez y Rossemberg Patiño. A la vez, los autores reconocen una gran deuda con muchos
materiales en inglés que sirvieron como marco de referencia para la presente obra.
Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores-estudiantes
reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen la lectura
comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se socializan
los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan interrogan-
tes que hayan surgido.
Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.
El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:
Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente re-
vise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.
Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para lección.
A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO
Sílabo ..................................................................................................................................................... 7
• Introducción ......................................................................................................................................... 24
• Bases bíblicas del cuidado a los pobres ............................................................................................... 25
• Origen del metodismo .......................................................................................................................... 26
• Origen de la Iglesia Metodista Libre ................................................................................................... 27
• Libertades básicas ................................................................................................................................ 29
• La pobreza en Latinoamérica ............................................................................................................... 30
• Responsabilidad ecológica ................................................................................................................... 31
• Preguntas de reflexión ........................................................................................................................ 31
• Introducción ......................................................................................................................................... 46
• Una hermenéutica wesleyana ............................................................................................................... 46
• Breve ejemplo de interpretación .......................................................................................................... 52
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 52
• Apéndice 1 Mujeres en el ministerio ................................................................................................... 54
• Apéndice 2 Debate sobre el bautismo y la dedicación de bebés .......................................................... 59
5 Nuestra Organización ...................................................................................................................... 65
..
• Introducción ......................................................................................................................................... 66
• Formas de organización de la iglesia ................................................................................................... 66
• Etapas de desarrollo ............................................................................................................................. 68
• Conferencia mundial y consejo de obispos .......................................................................................... 70
• Misiones Mundiales Metodistas Libres ............................................................................................... 71
• Libro de Disciplina .............................................................................................................................. 73
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 74
Bibliografía ........................................................................................................................................... 89
Sílabo 7
Sílabo
1. Asignatura
Identidad y Organización Metodista Libre.
2. Descripción del curso
En esta clase presentaremos los elementos básicos de la identidad y organización de la
Iglesia Metodista Libre.
3. Objetivos generales
Al dominar el contenido de este curso el estudiante:
• Será capaz de describir la relación entre la historia de la IML y las prácticas actuales.
• Será capaz de describir distintas doctrinas de la IML y sus bases escriturales.
• Será capaz de navegar por el Libro de Disciplina y responder preguntas sobre orga-
nización y doctrina de la IML.
4. Evaluación
• El estudiante analizará, a la luz de la Biblia, la tradición, la razón y la experiencia,
un artículo sobre el ministerio de la mujer.
• El estudiante realizará un esquema, gráfico u organigrama en el que presente la
estructura de la IML según su país y/o conferencia, y hasta llegar a su iglesia local.
• El estudiante realizará los ejercicios al final de cada lección. Para ello, necesitará un
cuaderno o documento en el que pueda trabajar semanalmente.
• El estudiante elaborará, a partir del contenido, un bosquejo para enseñar un curso de
3 horas de membresía en su iglesia local o Casa de Paz. Este se debe preparar de tal
forma que capte el interés de su audiencia.
5. Recursos recomendados
• Kendall, D. W. et al., Iglesia Metodista Libre: Libro de disciplina 2015. Trad. de
Ramón Felix Méndez, et. al. Indianápolis IN: Free Methodist, 2015 (lectura obliga-
da).
• Burleigh W. F. y F. Gilmore. Introducción al Metodismo Libre: anteriormente, nues-
tra herencia espiritual. Edición en PDF (lectura opcional). Pueden acceder al tex-
to en: https://drive.google.com/file/d/1UCRxnbWZ0lo5SLdBgGZvt8OdK0fIj4FT/
view?usp=sharing.
• Video: Howard Snyder habla en Medellín de la historia de la Iglesia Metodista Libre
https://www.youtube.com/watch?v=gyXnSDQoVwQ&list=PLE7oOW9GwWiSE_
bF1n3SYXQsuccE3f6bN
Recursos cibergráficos
“Restaurar el mundo” Howard Snyder.
https://www.youtube.com/watch?v=uNUN7hh4Qb0&t=32s
8 Sílabo
Criterios de Evaluación
Propósito de la lección
Dar un panorama general de nuestra herencia Metodista Libre
destacando los eventos doctrinales y actitudinales más relevan-
tes.
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá nuestra herencia Metodista Libre.
• Comprenderá los eventos que marcaron nuestros énfasis
doctrinales y actitudinales.
• Tomará conciencia de la importancia de nuestra herencia.
• Valorará nuestra herencia.
Contenido
• Introducción
• Nuestra herencia
• Patrones de identidad en el comportamiento Metodista
• Conclusión
• Preguntas de reflexión
10 Nuestra Herencia
INTRODUCCIÓN
C uando Luis llegó a los pies de Cristo le recomendaron que ini-
ciara a leer la Biblia en los evangelios. Así que esa noche abrió
la Biblia en el Evangelio de Mateo capítulo 1 y comenzó a leer: “Li-
bro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus
hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Es-
rom, y Esrom a Aram”. La primera pregunta que vino a su mente fue:
¿para qué todos estos nombres? Así que decidió saltarlos, tal vez le ha
pasado lo mismo. Pues bien, vamos a explicar por qué nos pasa esto.
Muchos años después Luis descubrió en una clase por qué cada vez
que llegaba a una genealogía se la saltaba. En una clase una profesora
le preguntó: ¿cómo se llamó su bisabuelo? Él no sabía. Así que le
preguntó a otros 3, pero no sabían, luego dirigió la pregunta a todo el
grupo, pero apenas dos respondieron con un poco de duda. Ahí está
la respuesta, en nuestra cultura no es importante saber quiénes fueron
nuestros ancestros, lo vemos irrelevante e inútil. Pero, ¿Por qué para los judíos era tan
importante saber de dónde venían? ¿Por qué tantas genealogías en la Biblia?
La respuesta es sencilla porque les daba identidad como nación y los legitimaba como
hijos de Abrahám, como pueblo de Dios. Por eso es muy importante saber los nombres
e historia de nuestros ancestros. Mateo a través de la genealogía de Jesús nos conecta
con toda la historia del pueblo de Israel, al presentar a Jesús como hijo de David se
sugiere, desde ya, que Él es el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento. Además, lo
conecta con Adán (Gn. 5:1). Y les recuerda que las cuatro mujeres, las abuelas de Jesús
fueron personas con algún tipo de irregularidad marital, y aparte de todo no eran de
origen judío. El pueblo de Dios es una mezcla: cananeas, moabitas, hititas y hasta una
prostituta que se convirtió a la fe. Pero cada una aportó para que surgiera el Mesías de
Israel. El Mesías tiene esta herencia e identidad por eso puede ser el salvador de todos
los pecadores de toda etnia y nación.
De esa misma manera debemos conocer de dónde venimos, nuestra herencia, quiénes
han aportado en el desarrollo de nuestra identidad Metodista Libre, pues no llegamos
aquí solos. Así que en esta lección pretendemos mostrar de dónde venimos y quiénes
nos han influenciado y han dado forma a nuestra herencia e identidad. Un dicho popu-
lar expresa: “el que no conoce su historia está destinado a repetirla”. Así que mi esti-
mado hermano deseo que nos acompañe en este viaje donde le mostraremos de dónde
venimos, y qué principios aprendemos. ¿Está listo? ¡Entonces comencemos!
NUESTRA HERENCIA
Cuando hablamos de nuestra herencia como Metodistas Libres estamos reconociendo
lo que nuestros ancestros cristianos han hecho a lo largo de la historia del cristianismo,
con el fin de ser una iglesia sana, sujeta a Dios y a la Escritura. Cuando nosotros reco-
Nuestra Herencia 11
nocemos el valor de nuestra herencia ancestral y nos ocupamos de conocerla, preser-
varla y transmitirla estamos ayudando a nuestros hermanos a no cometer los mismos
errores ancestrales, a reconocer que no somos una iglesia pura sino que muchos han
moldeado lo que somos y creemos hoy.
Cristianismo Ortodoxo
Las iglesias, al ser organizaciones tanto humanas como divinas, tienden a desviarse, a
atascarse, a conservar y a eliminar lo que no es bíblico. La realidad de la iglesia ha sido
siempre de continuas tensiones, porque está integrada por seres humanos imperfectos.
En el libro de los Hechos y en las cartas podemos observar diferentes tensiones que su-
frió la iglesia primitiva. Por ejemplo, existieron grupos judeocristianos que insistieron
en que los gentiles conversos al cristianismo debían ser circuncidados, guardar los días
de reposo y el cumplimiento de las leyes alimenticias (Ga. 2:3, 2:12-14, 4:10). Esto
estaba dividiendo a los cristianos (Ga. 2:6, 3:26-28). Así que Pablo y los apóstoles se
reunieron en el concilio de Jerusalén para dar solución a esta necesidad de la iglesia. El
concilio de Jerusalén determinó que no se le debía poner yugo a los gentiles cristianos,
pues ni siquiera los judíos lo habían podido llevar (Hch. 15:10, 19, 24, 28). Más bien
aconsejaron que debían abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado
y de fornicación (Hch. 15:29).
De igual manera, la iglesia respondió fuertemente ante las herejías que se levantaron
en los primeros cinco siglos expulsando a los herejes. Y no solamente expulsando a
los herejes, sino también convocando a to-
dos los representantes de la iglesia a varios
concilios en esos siglos para tener en claro:
primero, los libros escritos por los apósto-
les y en los cuales basarían sus creencias
cristianas, esto debido a que Marción no
aceptaba sino una versión propia del evan-
gelio de Lucas y 10 cartas de Pablo con algunas ediciones. Segundo, la doctrina de la
santa Trinidad; tercero, la doctrina de la naturaleza de Cristo. Ellos estudiaron, inves-
tigaron, discutieron y escribieron de todos estos temas y en mutuo acuerdo expresaron
los credos. Así que aceptamos y creemos las verdades expresadas en los credos de los
apóstoles, de Nicea y de Atanasio.
Estas son nuestras raíces ancestrales que jamás podemos olvidar ni las podemos con-
fundir. Ellos fueron los que nos guiaron a comprender la verdad de la santa Trinidad,
la verdad de la naturaleza de Cristo, ellos fueron los que fueron guiados por el Espíritu
Santo para preservar los libros que tenemos hoy en el Nuevo Testamento. Esta es nues-
tra herencia e identidad.
12 Nuestra Herencia
“Católico” en espíritu
Las tensiones que se vivieron en esa época no eran solamente producto de herejías sino
de desacuerdos por la práctica de la caridad y la forma en que vivían los líderes de la
iglesia. No todos se sentían satisfechos con la forma en la que algunos líderes de la igle-
sia vivían, algunos vivían en desenfreno económico, la labor pas-
toral descuidada y en placeres de la carne. Mientras unos monjes
se retiraron al desierto para alejarse de los placeres y pecados pero
sin romper los lazos con la iglesia, otros sencillamente expresaron
que la iglesia se había corrompido. Así que se dividieron de la
iglesia, haciendo sus propios monasterios, mientras expresaban
que eran la verdadera iglesia.
Primero y ante todo, ruego a su sabia santidad que considere que no hay nada en esta
vida, y sobre todo en nuestro tiempo, más fácil, agradable y aceptable para el hombre
como el oficio de obispo, sacerdote o diácono, si sus responsabilidades son realizadas
de un modo mecánico o servil; pero nada más indigno, deplorable y merecedor de
castigo ante los ojos de Dios. Por otro lado, que no hay nada en esta vida, y especial-
mente en nuestros días, más difícil, agotador y peligroso que el oficio de obispo, sa-
cerdote o diácono, cuando se realiza conforme a las órdenes de nuestro Capitán, pero
nada más bendecido a los ojos de Dios (MacArthur, 2009, pág. 46).
Agustín observó cómo estaba la iglesia y se pronunció a estas fallas por medio de su
carta pero no buscó nunca irse de ella sino reformarla. De ahí que oró: “en lo esencial,
unidad; en lo no esencial, libertad, y en todas las cosas, caridad”. Nosotros no somos de
un espíritu “divisionista”. Esta es nuestra herencia e identidad. Creemos que podemos
estar unidos en la diversidad, la diversidad es armónica e impulsa a la misión de Dios.
La Reforma Protestante
De la misma manera que en estos primeros siglos hubo personas comprometidas con
la causa de Cristo y su Palabra. En el siglo XVI encontramos a los reformadores que
lucharon para corregir los abusos y errores doctrinales de la iglesia. La Reforma Pro-
testante es el evento que marcó la separación definitiva y oficial de la iglesia Católica,
aquí nació la iglesia Protestante.
Aunque hubo muchos líderes con ansias reformadoras antes que Lutero, los pre-refor-
madores terminaron en un sueño frustrado. Al igual que ellos, Lutero observó la co-
rrupción de los líderes de la iglesia, quienes para ganar dinero vendían reliquias sagra-
das con efectos milagrosos de Jesús y los santos. Es decir, vendían “astillas de la cruz”,
y hasta supuestos pañuelos con la sangre de Cristo, objetos y restos de los mártires, etc.
Además, popularizaron la venta de indulgencias para perdón de los pecados y el culto
a las reliquias. Todo el dinero que se recaudaba servía para financiar la construcción de
la Basílica de San Pedro.
Nuestra Herencia 13
Esta era una época de opulencia, falta de santidad y mala interpretación de la Escritura
por parte del papa que enseñaba que la salvación era a través de las obras. Todo esto
llevó a Lutero a practicar las buenas obras y la compra de indulgencias pero no consi-
guió sentirse limpio de pecado, hasta que descubrió en la Escritura: el justo por la fe
vivirá (Ro. 1:17).
1. Somos salvos solo por gracia: Dios justificó a los pecadores a través de la obra de
Cristo en la cruz (Ef. 2:8). El ser humano no puede hacer ningún mérito delante de
Dios, Él a través del sacrificio de Cristo le ha dado el cien por ciento de la salvación
a todos los seres humanos. La suficiencia del sacrificio de Cristo para salvación es
una de las enseñanzas más importantes del evangelio.
2. Somos salvos solo por la fe: Lutero expresó que la Escritura enseñaba que la sal-
vación es solo por fe, por creer y descansar en el sacrificio de Cristo para salvación,
nunca por obras. La teología de Lutero se basaba en su comprensión de la carta a
los Romanos del apóstol Pablo. Desde allí Lutero argumentaba que Dios no justifi-
ca a nadie por las obras y que la fe en Jesús es el único requisito para la salvación.
La Reforma y Arminio
La iglesia continuó reformando algunos conceptos, es allí donde
encontramos a Calvino quien instituyó su teología. Además, hizo
un gran aporte a la hermenéutica. La intensión de Calvino era la
de preparar e instruir a las personas para que fácilmente pudieran
leer la Sagrada Escritura y aprovechar de su lección, entendiéndola
bien, e ir por el camino derecho. Calvino enseñaba que una manera
de interpretar la Escritura era interpretar textos difíciles a la luz de
los textos claros. Al igual que, mirar cualquier pasaje a la luz de la
Biblia entera. Además, reconoció que para realizar una buena in-
terpretación era necesario conocer el contexto histórico y cultural de cualquier pasaje,
para poder entender el sentido original del texto bíblico.
Una característica distintiva de los pietistas fue su pasión misionera que hizo que la
universidad Halle, fundada por los pietistas, se convirtiera en un centro de adiestra-
miento para misioneros. Spener decía que “la Gran Comisión les había sido dada por
Cristo a todos los cristianos, y que por tanto todos eran responsables de la conversión
de los no creyentes” (González, 2002, pág. 310).
16 Nuestra Herencia
Nuestra herencia e identidad de estos movimientos de renovación se hace clara en el
celo por la vida de santidad, el estudio consciente de las Escrituras, la salvación por
gracia por medio de la fe en Cristo, en el interés por la predicación del evangelio a
todas las personas y que llegue a todas las necesidades de la persona y en el reconoci-
miento de que en Cristo la salvación es para todas las personas, pero que ellas deben
elegir libremente.
Fue en medio de este ambiente que Dios llamó a Juan Wesley para generar una ver-
dadera reforma en Inglaterra. Juan Wesley y su hermano Carlos (su compañero en el
ministerio), fueron hijos de Samuel y Susana Wesley. Samuel era pastor de la Iglesia
Anglicana.
Las enseñanzas de Susana Wesley eran prácticas, familiares y amenas; ella reunía a sus
hijos para hacer el devocional en la cocina de su casa. Pero, poco después, algunas per-
sonas le pidieron permiso para asistir a estos tiempos. Así fue como en un corto tiem-
po, en 1712, el grupo creció a 200 personas. Esta situación causó malestar a la Iglesia
Anglicana, y un tanto a Samuel quien se mostró en desacuerdo con el hecho de que una
mujer estuviera al frente de una reunión como esta. Sin embargo, Samuel decide apoyar
a su esposa. Sin duda lo que Susana vivió en esta época tuvo que haber influenciado
positivamente a Juan Wesley, quien veinte años después, junto con su hermano Carlos,
iniciaría el movimiento metodista.
Esta experiencia marcaría el inicio de un nuevo camino para Juan Wesley quien, a
partir de esta fecha, continuó con un fuerte énfasis puritano, es decir, actuar para dete-
ner la corrupción. Y una fuerte inclinación pietista en cuanto al carácter y la conducta
cristiana, la santidad. Junto a estas dos, un gran compromiso social y entusiasmo en la
expresión de la fe.
George Whitfield un predicador itinerante, volvía como misionero a los Estados Uni-
dos, así que le pidió ayuda a Wesley para que se encargara de los mineros en Bristol.
Allí tuvo que predicar al aire libre, cosa que él creía
que solo se debía hacer dentro del templo. Sin em-
bargo, este pensamiento cambió porque despertó
una fuerte pasión por la predicación en cualquier
lugar, entendió que el mundo era su iglesia. Juan
Wesley llegó a expresar: “si este método (la predi-
cación al aire libre) fuera abandonado, temo que la obra entera gradualmente moriría”.
La predicación al aire libre era respalda por los himnos de Carlos Wesley. Carlos com-
ponía himnos cargados de referencias a la Escritura que constituyeron un fuerte aporte
al metodismo. “Se dice que el metodismo conquistó la alianza de las masas, por encima
del calvinismo, porque el calvinismo no produjo cantos” (Gilmore, pág. 34).
Todo esto hizo que en Bristol pronto hubieran más de diez mil personas que anhelaban
reunirse regularmente. Juan Wesley pronto organizó a los creyentes en Bandas, Clases
y Sociedades. El único requisito para pertenecer a estas reuniones era que desearan huir
de la ira venidera y ser salvos de los pecados.
Las sociedades eran la suma de los miembros de las Clases y Bandas. Todos se reunían
en grandes grupos semanalmente con el propósito de orar juntos, recibir la palabra de
exhortación y cuidarse mutuamente con amor, ayudándose unas a otras a ocuparse de
su salvación.
Las Bandas eran grupos pequeños de seis a diez personas en donde se reunían por sexo,
edad y estado civil. Las Bandas tenían como propósito reunirse para obedecer el man-
dato de Dios: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados” (Stg. 5:16). Por la confesión de pecados fueron acusados como
“papistas”. Pero este método fue de gran bendición para el crecimiento espiritual. Estas
se reunían una vez a la semana para saber el verdadero estado de sus almas, de las faltas
que habían cometido de pensamiento, palabra u obra, y de las tentaciones que habían
experimentado desde la última reunión. En pocas palabras era el cuidado pastoral.
18 Nuestra Herencia
Al aumentar el número de feligreses Wesley no tenía mucho tiempo para todos los
miembros. Wesley observó que algunos tenían dones para exhortar, aconsejar y predi-
car y los puso a trabajar, eran personas maduras que tenían “la fe que vence al mundo”
(1Jn. 5:4). Así que dividió las sociedades también en Clases. Estos grupos eran con-
formados por doce personas que fueron líderes y pastores. Wesley puso a dos de cada
diez personas a trabajar en los ministerios como pastores y liderazgos tanto hombres
como mujeres. Ellos tenían las siguientes tareas: 1) visitar a cada persona de su Clase
o Banda una vez a la semana, con el fin de pastorearlos y recibir una contribución vo-
luntaria para ayudar a los pobres. 2) Reunirse con el ministro para informar sobre los
enfermos, y los que daban mal testimonio y entregar la ofrenda recaudada para ayudar
a los pobres.
Wesley se dio cuenta que las Sociedades crecían y se fortalecían cada vez por medio
de las Bandas y Clases. Esta forma de organizar también daba más fruto en la sociedad
porque había reducción de contrabando, reducción del maltrato a esposas y maltrato
infantil, etc.
Además Wesley mostró interés en la obra misionera al comprender que “el mundo era
su parroquia”. Este fue el lema de la obra misionera que se extendió a los cuatro conti-
nentes. Juan y Carlos Wesley fueron impulsados a levantar un pueblo santo para Dios
e impulsar la misión de Dios de forma que responda a todas las necesidades del ser
humano. Gloria a Dios por estos hombres que nos dejaron ejemplos para seguir. ¡Aquí
está nuestra herencia e identidad Metodista Libre!
Nuestra Herencia 19
Wesley fue un hombre que apreció grandemente la tradición pero que estuvo dispues-
to a renovar su visión sobre el ministerio y la forma en que se hacía el ministerio en
la Iglesia Anglicana. Una ley inglesa de 1689 establecía que se toleraban los cultos y
edificios religiosos en Inglaterra que no fuesen anglicanos, siempre que se inscribieran
como tales ante la ley. Así que Wesley se sometió a la ley junto con sus ministros, su
esperanza siempre fue reformar la Iglesia Anglicana.
PATRONES DE IDENTIDAD EN EL
COMPORTAMIENTO METODISTA
Estos comportamientos se combinan para formar lo que podríamos llamar nuestra “cul-
tura comunitaria”.
3. Misión impulsada, misión avanzada: creemos que la misión debe impulsar todo
lo que hacemos. Vemos a nuestras iglesias locales como puestos avanzados de mi-
sión. Nuestros pastores son designados, no solo para una congregación y edificio
local, sino también para el ministerio y la proclamación del evangelio a comuni-
dades, pueblos o ciudades enteras. Nos vemos como un movimiento apostólico.
Somos un pueblo “enviado”, encargado de la tarea de alcanzar nuevos territorios y
nuevas poblaciones para Cristo.
20 Nuestra Herencia
4. Gracia libre, gracia radical: proclamamos una gracia que es libre. Jesús dijo que
la obra culminante del ministerio auténtico es esta: cuando los pobres tienen el
evangelio que se les ha llevado. Por lo tanto, los indigentes y los marginados me-
recen nuestro cuidado particular. Esto significa que buscamos aceptar a todos los
que vienen a nosotros, viendo al pecador más desesperado con el potencial de con-
vertirse en un seguidor total y devoto de Jesús. La gracia de Dios tiene el poder de
transformar radicalmente a las personas.
5. Amor mutuo, responsabilidad mutua: vemos los pequeños grupos y células den-
tro del cuerpo de Cristo como el mejor ambiente para el nacimiento, la mentoría,
el estímulo y el cuidado de creyentes nuevos y en crecimiento. Basados en los
primeros grupos metodistas denominados “Clases, Bandas y Sociedades selectas”,
buscamos conectar a todos los buscadores y creyentes sinceros a grupos lo suficien-
temente pequeños como para conocerlos bien y amarlos notablemente.
Los valores fundamentales que identifican a los metodistas libres en todo el mundo y
que son herencia de toda la tradición histórica son los siguientes:
CONCLUSIÓN
En resumidas cuentas la Iglesia Metodista Libre debe
ser comprendida teniendo en cuenta la herencia de
los diferentes eventos históricos que han afectado a
toda la iglesia cristiana. Por ejemplo, las verdades
expresadas en los credos, su espíritu católico, la
Reforma protestante que nos hereda el reconocimiento
de la Biblia como norma suprema de creencia y conducta,
y su énfasis en la salvación por gracia por medio de la fe y
no por obras. De la herencia católico-anglicana acogió el orden de la iglesia y la forma
litúrgica.
El metodismo desde sus inicios se interesó por todas las necesidades del ser humano,
entendiendo que este era el evangelio de Jesucristo. Esto marcó una consciencia des-
pierta que lo impulsó a luchar por la defensa de los derechos de los más vulnerables.
Desde el siglo XVIII, en Inglaterra, se ve el interés de los metodistas por los pobres y
desamparados y un trabajo consistente por reflejar el amor de Dios no solo con palabras
sino con obras. En América, en pleno siglo XIX se ve este mismo carácter que lucha
por la defensa de la liberación de los esclavos, y que llevó a la IML a la posición radical
de no dar membresía a quienes continuaran a favor de la esclavitud. La equidad en el
trato dentro de la iglesia les hizo rechazar fuertemente la práctica malsana del alquiler
de asientos que solo favorecía a los ricos. Esto lo veremos en la siguiente lección.
22 Nuestra Herencia
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá las bases bíblicas del cuidado de los pobres.
• Comprenderá el origen del metodismo Wesleyano y el Libre.
• Tomará conciencia de nuestras libertades básicas.
• Comprenderá la situación de pobreza latinoamericana.
• Comprenderá nuestra conciencia con la responsabilidad ecológica.
Contenido
• Introducción
• Bases bíblicas del cuidado a los pobres
• Origen del metodismo
• Origen de la Iglesia Metodista Libre
• Libertades básicas
• La pobreza en Latinoamérica
• Responsabilidad ecológica
• Preguntas de reflexión
24 Nuestra Conciencia
INTRODUCCIÓN
J osé y Susana crecieron en el campo. Allí se conocie-
ron y vivieron tiempos inolvidables. Sin embargo, la
violencia los obligó a dejar su pequeña parcela y a huir
hacia la ciudad, en donde construyeron un rancho de
latas y cartón a las afueras de la ciudad. José comenzó
a ir a pie todos los días a la ciudad para buscar trabajo,
pero no lo consiguió. Así que, comenzó a ofrecer sus
servicios como jardinero, con el fin de rebuscarse el ali-
mento para su esposa y sus tres hijos. Habían días que
le iba bien y llevaba alimento a su casa, pero habían
días que no conseguía nada. Así que en esos días que no conseguía nada iba a la plaza
de mercado a recoger algunos alimentos que todavía podían consumirse. Esto lo llevó a
ser conocido en la plaza de mercado, y algunos comerciantes lo contrataron para cargar
bultos de legumbres. Su economía mejoró, pues ya tenía para el sustento de su familia
pero el dinero no le alcazaba para brindarle educación a sus hijos.
Su esposa pensó en trabajar junto con su esposo en la plaza, y salió a trabajar con él.
Ella era una mujer muy valiente que le dejaba las comidas preparadas a los tres niños
que pronto crecieron observando malos ejemplos de los muchachos del barrio. El hijo
mayor de 15 años, Julián siempre veía que sus papás se mataban mucho trabajando
pero que durante tanto tiempo de trabajar de sol a sol, no habían podido ni siquiera
echarle el piso a la casa de lata y cartón.
Así que Julián dejó sus estudios y comenzó a buscar trabajo pero no lo consiguió rá-
pido, pues no sabía hacer nada. Hasta que Jorge, un dueño de una compañía de cons-
trucción lo contrató de ayudante de construcción, pero que al llegar el tiempo del pago
le salió con unos cuantos dólares que apenas le alcanzaba para comprar un pequeño
mercado para su familia. Semana tras semana veía que por más que trabajara no podía
ayudar a sus papás y hermanos como deseaba. Un día un amigo del barrio le dijo que
dejará de trabajar, que eso no lo iba a sacar de la pobreza. Así que se unió a una banda
de delincuentes y empezó a robar para ayudar a su familia.
Julián se hizo famoso pues todos le temían, trabajaba para el “patrón”. Asolaba el ba-
rrio y todo al que se atravesaba le daba bala. Sin embargo, respetaba a unas personas
que iban y visitaban a su familia y les llevaban un pequeño mercado. Julián empezó a
notar la forma como un grupo de la iglesia cristiana iba y trabajaba con sus hermanos.
Notaba cómo les enseñaban del amor de Dios y les daban herramientas para que ellos
pudieran trabajar y estudiar. Julián comenzó a tratar más de cerca con ellos pero toda-
vía era déspota con ellos.
Julián un día cayó en la cárcel, fue condenado a 35 años de prisión. No pudo soportar
pensar que estaría todo ese tiempo en la cárcel y su familia estaba sufriendo por su
culpa. Así que decidió quitarse la vida ahorcándose, pero todo le falló. Así que ese día
con un grito desesperado, clamó al Dios que le habían modelado los cristianos y le pi-
dió que le ayudara. Al pasar tres años salió de prisión y hoy recorre el barrio “algunos
que lo reconocen se asustan pero al instante ven que ahora es otro hombre, fui delin-
Nuestra Conciencia 25
cuente les dice pero Dios me transformó y hoy vengo para invitarlos a que conozcan
su amor” (Santiago Benavides, El ruso, 2011). Julián levantó una iglesia en el barrio
que lo conoció en sus malos pasos, ha trabajado con jóvenes y familias del sector para
la trasformación de la sociedad.
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista
a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del
Señor.
Lc. 4:18-19, NVI
Esta preocupación por los quebrantados y los pobres ha sido durante mucho tiempo
un énfasis entre nosotros los metodistas. Dado que estamos llamados a ser luz y sal
para el mundo, las iniciativas creativas para ayudar a los débiles siempre deben ser
consideradas. Esto es un patrón que nos identifica como metodistas: tener corazones
compasivos, demostrados en acciones hacia los pobres, oprimidos y necesitados. Expe-
rimentamos angustia por la creciente riqueza desproporcionada y nuestra satisfacción
desproporcionada en los recursos del mundo. También lamentamos el deterioro espiri-
tual relacionado con la explotación de los recursos naturales y la falta de voluntad para
hacer sacrificios personales por los demás. Estamos comprometidos a ayudar tangible-
mente como sal y luz en el mundo. Estos comportamientos se combinan para formar lo
que podríamos llamar nuestra “Cultura comunitaria”.
LIBERTADES BÁSICAS
En 1860 la palabra “Libre” que aparece en el nombre de la Igle-
sia Metodista Libre enfatizó algunas libertades básicas que en-
contramos en la Escritura:
• La libertad de sentarse en cualquier asiento que hubiera en la iglesia, para que las
personas pobres no fueran discriminadas.
• La libertad otorgada a los laicos, para que ellos sintieran que se podían involucrar en
la toma de decisiones que se hicieran a todos los niveles.
Los principios bíblicos sobre los que se basan estas libertades son tan importantes hoy
como lo fue ayer y como lo serán siempre.
LA POBREZA EN LATINOAMÉRICA
“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de
los deseos” (Platón). La frase anterior muestra muy bien la realidad de nuestra socie-
dad. No es que los recursos naturales, que Dios ha creado, se han acabado, sino que
se han multiplicado nuestros malos deseos. Es decir, el deseo de poseer cada día más
sin tener en cuenta a los demás. La pobreza es el producto de situaciones y estructuras
económicas, sociales y políticas que oprimen al ser humano. Aunque en muchas situa-
ciones no es así, sino más bien por las malas decisiones que se toman. Sin embargo, los
pobres no están en esa situación de pobreza por ser flojos y viciosos, sino más bien es
el producto del pecado en el corazón del ser humano. De ahí que, Jesús expresó: “a los
pobres siempre los tendrán con ustedes” (Mt. 26:11). Debemos notar que Jesús estaba
citando el Antiguo Testamento, la responsabilidad de ser pueblo de Dios: por eso deben
abrir las manos en generosidad hacia los pobres (Dt. 15:11).
Por tal razón, las palabras de Jesús no pueden ser mal interpretadas, o usadas como
una excusa para no hacer nada por los pobres. Nadie puede decir no importa lo que
hagamos siempre van a haber pobres en el mundo. Esta idea no se ajusta a la teología
bíblica. Más bien en el contexto de la cita Jesús nos muestra que al decir esto Él estaba
llamando a sus discípulos a preocuparse por los pobres y tomar responsabilidad para
ser generosos con los pobres. Así lo entendió la iglesia primitiva (Hch. 2:44-45), San-
tiago (Stg. 1:27), Bernabé (Hch. 4:32-37) y hasta Pablo (Hch. 20:35).
El dios riqueza ha conquistado muchos corazones y por esta razón los pobres siempre
estarán con nosotros. Por tal razón, la desigualdad y la pobreza ha ido aumentado en
Latinoamérica. En 2017 se registraron 186 millones de personas en situación de po-
breza en la región, lo que representa 30.7% de la población y un aumento de 1% en
comparación con el año anterior (El Periódico, 2018).
La experiencia del dolor de los campesinos, indígenas, personas negras, y todos los
pobres y discriminados está tomando nuevas formas en las barriadas y campos latinoa-
Nuestra Conciencia 31
mericanos. El clamor de estas personas se está haciendo cada día más claro y fuerte por
la situación inhumana de pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada
por ejemplo, en mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud,
salarios de hambre, desempleo y subempleo, desnutrición, inestabilidad laboral, migra-
ciones masivas forzadas y desamparadas, etc. Esta es la situación de nuestros hermanos
en Latinoamérica, una situación de dolor y pobreza.
Esto es contrario al plan del creador, pues los seres humanos fuimos creados a imagen
de Dios para vivir en armonía y disfrutar de toda la creación. La buena administración
de los recursos que Dios nos ha dado muestra el carácter del Creador en nosotros y lo
honran a Él. Así que no podemos vivir una vida de indiferencia al dolor de los pobres
y necesitados. No podemos acomodarnos a los valores de nuestra sociedad que piensa
que dar es perder, el dar nace de una acción del Espíritu Santo en nuestros corazones.
RESPONSABILIDAD ECOLÓGICA
Estamos llamados a entender nuestra responsabilidad ecológica presente dentro de la
creación como una responsabilidad final a la que nos llamarán el último día. La mi-
sericordia de Dios finalmente se extenderá sobre todas las obras de Dios. La justicia
de Dios continúa en medio de la alienación de la vida de la criatura, y eventualmente
se resolverá. Mientras tanto, se nos anima a ser misericordiosos como Dios es mi-
sericordioso. ...la promesa de liberación general ablanda nuestros corazones a los
corazones de aquellos pequeños y de aquellos oprimidos a quienes el Señor cuida...
amplía nuestro corazón hacia aquellos a quienes Dios no olvida (Oden, pág. 130).
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
El teólogo Metodista Libre Howard Snyder dice: “El espíritu y materia no son dos
mundos diferentes. Ambos son dimensiones entrelazadas del mundo que Dios creó
en su totalidad y quiere redimir, salvar, liberar y sanar en su totalidad” (Snyder,
2016, pág. 8). Vea el video en el enlace y a partir de este comparta con su grupo de
formación o mentor ¿cómo entiende su responsabilidad ministerial no solo con la
humanidad sino con toda la creación?
Restaurar el mundo
https://www.youtube.com/watch?v=uNUN7hh4Qb0&t=32s
3 NUESTRA TEOLOGÍA
Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a conocer e identificarse con las convicciones
teológicas de la Iglesia Metodista Libre.
Resultados de la lección
Al finalizar esta lección el estudiante:
• Comprenderá los rasgos doctrinales distintivos de la Iglesia Meto-
dista Libre.
• Confrontará sus ideas personales con la perspectiva denominacional
con miras a identificar el grado de compatibilidad para un ministerio
saludable, efectivo y a largo plazo dentro de la Iglesia Metodista
Libre.
• Podrá explicar a otros los elementos doctrinales distintivos de la Ig-
lesia Metodista Libre.
Contenido
• Introducción
• Nuestra perspectiva sobre la persona de Dios (Teología)
• Nuestra comprensión de la salvación (Soteriología)
• Nuestra perspectiva del ser y hacer de la iglesia
(Eclesiología)
• Nuestro pensamiento sobre los “últimos tiempos”
(Escatología)
• Actividades de evaluación
34 Nuestra Teología
INTRODUCCIÓN
E xisten por lo menos un par de formas en que conocemos a una persona: la prime-
ra, es por medio de una relación, la segunda es por medio de una investigación.
Creo que la mayoría de nosotros coincidiremos en que preferimos la primera forma.
Esta fue, por ejemplo, la manera en que la mayoría de nosotros conocimos a nuestros
cónyuges; nos presentaron, se despertó un interés que hizo que buscáramos un nuevo
encuentro, y luego otro, y otro, y otro… Sin embargo, con los días, empezamos a “ave-
riguar” por ejemplo, su fecha de cumpleaños, su color favorito, sus lugares preferidos;
luego aprendimos sobre su familia, sus tradiciones, etc. De esta forma, entre más nos
relacionábamos, más averiguábamos, más nos conocíamos y posiblemente más nos
enamorábamos.
Nuestro conocimiento de Dios es bastante similar. Un día nos lo presentaron y, sin sa-
ber mucho, experimentamos un deseo de pasar más tiempo con Él. Poco a poco el tiem-
po juntos ha hecho que investiguemos más sobre la persona de Dios. En esta lección
presentamos lo que los metodistas libres hemos aprendido acerca de Dios y constituye
nuestra herencia teológica. Esta es una parte importante de nuestra identidad y espera-
mos se convierta en un tesoro para usted.
Al hablar de teología hacemos referencia a nuestra comprensión sobre Dios y sus re-
laciones con el ser humano y toda su creación. Consideramos que nuestra teología
es muy balanceada y, muy fiel al espíritu wesleyano, se enriquece de lo mejor de di-
ferentes vertientes del cristianismo al reconciliar asuntos que parecen aparentemente
contradictorios. Este capítulo no abarcará todos los componentes, eso lo haremos en
los módulos de Teología I, Teología II y en alguna manera en Teología Wesleyana; sin
embargo, abordaremos aquellos que son clave y/o nos distinguen de otras tradiciones
cristianas. El material presentado en esta lección es una adaptación de algunas partes
de la sección 1 del “Manual de pastores y líderes de iglesia” de la IML.
R —Dios es Relacional
“Dios anhela establecer una relación con cada ser humano y con toda su creación”.
El primer atributo de Dios es que Él es relacional. Esta es la forma preferida por Dios
para responder a su creación; Él no es distante o lejano. Las Escrituras nos presentan
claramente un Dios que anhela apasionadamente relacionarse con su creación. Por ello
Dios dio a Jesús para que llevara nuestros pecados y de esta manera crear una posibi-
lidad de relacionarnos; sin embargo, no impuso a Jesús y su obra sino que, a pesar del
riesgo que significaba, permitió que nosotros decidiéramos libremente amarlo. Dios se
arriesgó a ser rechazado.
Dios escogió o eligió que hubiera una iglesia, el cuerpo de Cristo, y que este cuerpo
llegara a existir a través de la obra redentora de Jesús. Por lo tanto, la elección para
36 Nuestra Teología
salvación es corporativa, no individualista. Tiene que ver con los individuos solo cuan-
do se arrepienten y confían en Cristo, convirtiéndose así en parte del cuerpo de Cristo.
A medida que Dios se arriesga en el proceso, en lugar de tomar el control total, Dios
es amoroso, sensible y reacciona a la elección humana. La historia humana va siendo
moldeada por nuestras decisiones, tanto buenas como malas. Dios se vuelve vulnerable
a la elección humana y normalmente no las anula (al menos no de inmediato). Así pues,
podemos tener confianza en que la victoria final es segura pero el futuro es abierto, no
estático o predeterminado.
S —Dios Sufre
“Dios escogió sufrir en lugar de imponerse”.
Así como el dolor y el sufrimiento son partes reales de nuestra experien-
cia, también Dios, especialmente en el Cristo encarnado, entra en nues-
tro sufrimiento. Dios eligió la muerte para el Hijo, de modo que cuando
elegimos identificarnos por la fe con Jesús, no se nos pedirá que hagamos
algo distinto a lo que Él ya ha hecho.
Dios nos permite rechazar al Hijo. Aun cuando Dios nos responde abier-
tamente, es obvio que hubo ciertas cosas acerca de los medios de salva-
ción (es decir, la encarnación de Jesús, la vida, la muerte y la resurrec-
ción) que fueron “establecidas” o determinadas en el consejo divino. Nada de lo que las
personas puedan hacer cambiará eso jamás. Por ejemplo, en Lucas 9:43b-45, Jesús dijo
a los discípulos que iba a ser traicionado. Jesús sabía que la traición, el sufrimiento y la
crucifixión se avecinaban si continuaba siendo obediente al plan del Padre.
Pero incluso aquí, la apertura de Dios se mostró en la forma en que respondió al mal
perpetrado sobre Jesús. Jesús no tomó represalias. El padre no tomó represalias. Más
bien, la divinidad se negó a derribar por la fuerza la resistencia del mal. Dios no se
impone sino que hace un llamado al corazón de los seres humanos libres.
El poder de Dios, que puede obrar sus maravillas para los que lo anhelan y son recep-
tivos, no destruirá por la fuerza el mal. Eso no cambiaría el espíritu del mal. Dios se
deja rechazar, hasta que finalmente las personas, vean en sí mismos las consecuen-
cias de ese rechazo, se vuelvan avergonzados y se arrepientan de haberse negado a
la bondad de Dios. Esa es la majestad de Dios; el último y extraño poder que debía
encarnarse en la cruz.
El poder del amor, el poder que permite las relaciones genuinas, ciertamente no es
una forma de poder disminuido o inferior... Jesús compara a Dios con un padre que
deja que su hijo salga de casa y aprenda por sí mismo que el pecado lleva a la des-
trucción”. “…El verdadero poder de Dios se revela en la cruz de Jesucristo. En este
acto de sacrificio, Dios despliega el poder en el modo de servicio, venciendo a los
enemigos no aniquilándolos sino amándolos.
Nuestra Teología 37
A —Dios Actúa en todas partes
“Dios está presente y actuando en todo lugar”.
No hay ningún lugar en donde Dios no esté presente o activo. Por medio de su Espíritu,
su Palabra y su cuerpo, la iglesia, Dios está buscando el rescate, la reconciliación o la
redención de cada ser humano.
Es fácil pensar que hay lugares, culturas y/o personas donde Dios no está trabajando.
Sin embargo, su gracia preveniente se extiende a todas las personas, independiente-
mente del grado de exposición a la Palabra revelada (la Biblia) o la Palabra encarnada
(el Cristo). Dios no deja a nadie solo. Dios persigue apasionadamente, pero no domina
ni coacciona. El deseo de Dios es que todas las personas tengan vida y vida plena.
Por lo tanto, podemos amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo
como a nosotros mismos. Esta profunda relación con Dios resulta en una crecien-
te improbabilidad de pecados voluntarios. Sin embargo, Wesley observó que los
afectos pecaminosos pueden resurgir en las vidas que habían sido gobernadas por
el amor.
6. Gracia renunciable: El peregrinaje espiritual es una relación con Dios en Cristo
sostenida por la ayuda del Espíritu Santo. Esta relación nunca es estática. Estamos
progresando o retrocediendo en el amor. Las personas llenas del Espíritu pueden
40 Nuestra Teología
pecar. Si se descuida el arrepentimiento y no se busca el perdón, tal pecado puede
convertirse en un patrón habitual que endurece el corazón. Se nos advierte en He-
breos 3:7-15 y 4:7b-13 contra tales decisiones de “probar a Dios”, por medio de
las cuales algunos se apartan de la fe.
Es imposible que renueven su arrepentimiento aquellos que han sido una vez ilu-
minados, que han saboreado el don celestial, que han tenido parte en el Espíritu
Santo y que han experimentado la buena palabra de Dios y los poderes del mundo
venidero, y después de todo esto se han apartado. Es imposible, porque así vuel-
ven a crucificar, para su propio mal, al Hijo de Dios, y lo exponen a la vergüenza
pública.
Heb. 6:4-6
El amor de Dios es firme. Del mismo modo, la gracia de Dios nunca es inadecuada
o retirada. Dado que Dios elige no dominar la voluntad de una persona, él o ella
puede, por desvío, decisión o indecisión, pasar de la confianza a la “desconfianza”
o la incredulidad en la obra salvífica de Jesucristo.
7. Gracia glorificadora: después de una vida en la que hemos sido cambiados “de
gloria en gloria”, entramos en la presencia de Dios, haciéndonos como Él. Lo ver-
emos tal como es. Entonces la gracia habrá transformado totalmente nuestro ser.
Sin embargo, reconocemos que la iglesia local es guiada día a día por personas que
aún no son todo lo que Dios espera que sean. Por lo tanto, la iglesia puede ser desviada
por presiones culturales y personales y perder su sentido de dirección. Por tal motivo,
presentamos las actividades principales de la iglesia, de tal forma que estas señales el
ministerio de cada iglesia local.
Adoración
La adoración a Dios es la actividad central del pueblo de Dios, la realidad fundamental
de toda la vida. El salmista dijo: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siem-
pre lo alabarán” (Sal. 34:1). Durante cientos de años, esta vida de adoración continua
ha sido moldeada y alimentada por reuniones especiales y por la adoración diaria,
semanal y personal en la que Dios es alabado y sus actos de salvación son contados.
Evangelización
Al sumergirnos en la adoración, Dios permite que su iglesia conozca
el anhelo de su corazón para las personas. Esto nos lleva de regreso
a nuestro mundo para compartir las buenas nuevas de su amor de tal
forma que más y más personas puedan conocer, amar y adorar al úni-
co Dios verdadero. Este ha sido el deseo expreso de Dios tanto en el
Antiguo Testamento al pueblo de Israel, cuando ellos fueron llamados
a ser luz para las naciones... (Is. 42:6), como en el Nuevo Testamento
al pueblo de Cristo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones...”
(Mt. 28:19). Del mismo modo, existe el llamado paralelo: “Ama al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas... [y] …
Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mr. 12:30-31). El evangelismo debe estar en el
corazón del pueblo de Dios. Las iglesias saludables buscan todos los medios posibles
para alcanzar a las personas y llevarlas a la vida del reino.
Compañerismo
Aquellos que vienen a Dios a través de la fe en Jesucristo son atraídos a una vida de
compañerismo. El término bíblico es “comunión”. La comunión es más que socializar;
más bien, es compartir nuestra vida juntos bajo el paraguas de la gracia y el amor de
Dios. El llamado a una vida profundamente compartida proviene del Nuevo Testamen-
to y se enfatizó nuevamente en el metodismo temprano. Es en el contexto de esta vida
juntos que los cristianos adoran a Dios, comparten su amor con los perdidos, sirven a
los necesitados y quebrantados, y se edifican unos a otros hacia la madurez.
Crecimiento cristiano
Las imágenes de crecimiento y desarrollo abundan en el Nuevo Testamento. La Iglesia
Metodista Libre busca ayudar a cada creyente a crecer en Cristo. La misma comisión
de nuestro Señor, que ordena que vayamos y hagamos discípulos de todas las naciones,
explica que además de bautizarlos, la iglesia debe enseñarles a obedecer todo lo que Él
ordenó. El proceso de crianza cristiana busca guiar a las personas a Cristo e
42 Nuestra Teología
identificarse con ellos mediante una promesa de su amor y lealtad a Cristo y a la igle-
sia, a través de la membresía en una congregación local.
La iglesia local ayuda a los creyentes a crecer para convertirse en seguidores totalmen-
te devotos de Cristo, equiparlos con las habilidades que necesitan para el ministerio,
avivar el fuego de sus dones y lanzarlos a la misión mundial de compartir a Cristo y
redimir el mundo.
ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN
Nuestra perspectiva sobre la persona de Dios implica que Él está abierto, es decir,
que sus acciones no están predeterminadas independientemente de nosotros sino que
se dan en respuesta a nuestras decisiones ¿Cómo comprende esto? y ¿cómo esto debe
incidir en su vida cotidiana?
Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a comprender y practicar el modelo wesleyano
de interpretación bíblica.
Resultados de la lección
Al finalizar esta lección el estudiante:
• Comprenderá los elementos clave del modelo hermenéutico
wesleyano.
• Estudiará un artículo para ampliar su comprensión de nuestro mod-
elo hermenéutico.
• Entenderá mejor nuestra comprensión del ministerio de la mujer.
• Entenderá mejor nuestra posición sobre el bautismo de bebés.
Contenido
• Introducción
• Una hermenéutica wesleyana
• Breve ejemplo de interpretación
• Actividad de evaluación
• Apéndice 1: Mujeres en el ministerio
• Apéndice 2: debate sobre el bautismo y la dedicación de
bebés
46 Nuestra Interpretación
INTRODUCCIÓN
P ara algunas personas el café es simplemente café. No les importa si es instantáneo
o muy sofisticado, caro y raro. Mientras sea café, lo tomarán y no notarán las di-
ferencias en el sabor, incluso si un experto en café los cuestiona. Otras personas, sin
embargo, disfrutan mucho al discernir los diferentes sabores en el café. En Costa Rica,
por ejemplo, hay tantas regiones productoras de café que un experto en café nunca
diría: “me gusta el café costarricense”. Más bien, podrían limitar su declaración a una
sola región, o incluso a una finca exclusiva: “me gusta el café Cristina” (quizá porque
es una opción orgánica particularmente encantadora de Cartago, Costa Rica) o “me
encanta un buen Tilagua” (región al norte de Costa Rica).
Las iglesias pueden ser como el café a este respecto. Para algunas personas, el cristia-
nismo es el cristianismo, mientras que otros quieren asegurarse de que su fe crezca en
cierta “región” evangélica. Si bien las sutilezas no son importantes para algunas per-
sonas, aquellos que lideran dentro de la Iglesia Metodista Libre harían bien en poder
reconocer algunos de los tonos más audaces de la cultura de la iglesia. Este capítulo
está diseñado para describir uno de los “sabores” de una fe evangélica en particular que
llamamos Metodista Libre.
Dos factores, sobre todo, caracterizan a los metodistas libres: 1) encontrar una fe vi-
brante en las Escrituras, y 2) vivir esa fe entre los quebrantados y heridos. Muchos
factores se combinan para producir este “sabor” distintivo, algunos de los cuales se han
explicado en capítulos anteriores. Sin embargo, uno de los elementos principales que
interviene en la producción de una fe tan dulce es un estilo Metodista Libre de inter-
pretación bíblica que ha sido fuertemente influenciado por el entendimiento que John
Wesley tenía acerca de la lectura de la Biblia.
El cuadrilátero wesleyano
(Tomado del “Manual de Pastores y Líderes de la Iglesia” de la IML)
Este término, acuñado por Albert Outler en 1964, fue un esfuerzo por describir una
metodología metodista para la formulación teológica. Juntos, Las Escrituras, la razón,
la tradición y la experiencia se convierten en una concepción dinámica de la autoridad
respecto a la fe y prácticas cristianas. Es importante entender que estas cuatro fuentes
no son concebidas como co-fuentes de igual autoridad. La Escritura es primaria. In-
cluso algunos han sugerido que, de hecho, el llamado “cuadrilátero wesleyano” podría
describirse más adecuadamente como la norma de las Escrituras, que se lee a través de
los lentes de la razón, la tradición y la experiencia.
1. Escritura: en la introducción de Wesley a su libro “Notas sobre el Nuevo Tes-
tamento”, escribió: “Quiero saber una cosa: el camino al cielo; cómo aterrizar a
salvo en esa feliz orilla. Dios mismo se ha dignado enseñar el camino; para este fin,
Él descendió del cielo. Lo ha escrito en un libro. ¡Oh, dame ese libro! A cualquier
precio, dame el Libro de Dios. Lo tengo: aquí hay suficiente conocimiento para
mí. Déjame ser un hombre de un solo libro”. Este conocimiento viene a través de
una doble acción del Espíritu Santo; Él inspiró al autor bíblico e ilumina al lector.
Esta iluminación implica que debemos estudiar a profundidad múltiples campos
de estudio y conocimiento.
2. Tradición: en términos teológicos, tradición significa los conocimientos, la com-
prensión y las prácticas transmitidas de una generación a otra, que han resistido la
prueba del tiempo. Esto incluye los credos cristianos y los escritos de los padres de
la iglesia primitiva. Incluye las ideas ortodoxas transmitidas a través de los siglos
sobre las prácticas y principios más útiles para nuestra vida común en Cristo; es
48 Nuestra Interpretación
decir, la revelación histórica del conocimiento de Dios se afirma y se refina con
el tiempo. G. K. Chesterton, en “Ortodoxia”, dijo: “Esto no es ‘tradicionalismo’,
que más bien es la fe muerta de los vivos, sino ‘tradición’, que es la fe viva de los
muertos”.
3. Razón: Dios creó a los seres humanos con la capacidad de razonar las cosas y dis-
cernir la verdad del error. Aunque nuestra causa se ve empañada por la caída, aún
podemos discernir que el poder y la deidad eternos de Dios se pueden ver a través
de las cosas que Él ha hecho. Podemos confiar en la revelación natural y obtener
conocimiento empírico a través de nuestros sentidos físicos.
4. Experiencia: aunque Wesley había sido educado para utilizar las Escrituras, la
tradición y la razón, no fue hasta que tuvo su experiencia
en la calle Aldersgate que floreció espiritualmente. El avi-
vamiento que surgió de su experiencia fue una “religión
sentida”, una religión del corazón, en la cual la experi-
encia confirmó las verdades que los metodistas estaban
predicando. Este componente del cuadrilátero proporciona
una puerta a través de la cual el Espíritu Santo ministra al
creyente. Wesley fue sabio al conocer y escribir que la experi-
encia nunca puede ser el punto de partida; de lo contrario, miles estarían formu-
lando sus propias religiones.
El lente de la razón sugiere que el intelecto humano tiene libertad para funcionar en la
interpretación bíblica. El lector puede usar los principios de la lógica, extrapolación de
datos incompletos y sacar conclusiones que se deducen de un texto.
Nuestra Interpretación 49
Ejemplo: cuando el apóstol Pablo escribe en Romanos 16: 6 sobre un destacado apóstol
que tiene un nombre femenino, Junia, el fiel lector de las Escrituras es libre de razonar
que Junia pudo haber sido una mujer. De hecho, tal vez, es lógico pensar que la inter-
pretación más fiel de esa Escritura en particular es que las mujeres fueron dotadas con
los dones y funciones del apostolado junto con los hombres.
Cuando sometemos nuestra lectura a la guía del Espíritu Santo, buscamos no con-
trolar o forzar una interpretación “correcta” de la Biblia. Más bien, intentamos
abrirnos a los posibles significados que existen dentro de la palabra escrita. Ob-
viamente, las lecturas y compromisos de los Metodistas Libres a veces difieren
significativamente unos de otros y de otras lecturas cristianas; sin embargo, una
posición humilde permite una mayor comprensión dentro de la familia de la fe,
incluso si las convicciones personales siguen siendo diametralmente opuestas.
Sin embargo, como ejemplo del uso de los lentes interpretativos, hemos extraído tres
elementos del artículo; recuerde que estos argumentos se han extraído de una gran can-
tidad de trabajo que proporciona contexto y aclaración para cada afirmación.
1. Argumentos de la razón. Hechos 16:15 indica que cuando Lidia abrió su corazón
en respuesta al mensaje de Pablo: “…fue bautizada con su familia…”. Pablo es-
cribió en 1 Corintios 1:16: “También bauticé a la familia de Estéfanas”. Encontra-
mos otros textos similares en la Escritura. Uno podría argumentar razonablemente
que había bebés que probablemente formaban parte de esas familias.
2. Argumentos de la tradición. Los orígenes de la Iglesia Metodista Libre pert-
enecen a una tradición en la que se practicaba el bautismo de bebés.
3. Argumentos de la experiencia. A lo largo de los años, a medida que la iglesia ha
incorporado a personas cuyas conciencias han sido moldeadas por ambas tradi-
ciones respecto a este punto, les ha otorgado a los padres el derecho de elegir la
ceremonia que prefieran. La Iglesia Metodista Libre intenta abarcar ambas dimen-
siones de la verdad cristiana.
ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN
Ahora le corresponde tratar de reconocer los diferentes tipos de lentes que usan los
intérpretes bíblicos. El apéndice 1 contiene un artículo que servirá como ejemplo de
interpretación bíblica wesleyana. En este, el autor sostiene que se les debe permitir a
las mujeres ser parte del liderazgo de la iglesia a cualquier nivel. Está escrito desde
una perspectiva metodista libre, utilizando los lentes del cuadrilátero wesleyano.
Reconocemos que el artículo es largo y un poco complejo pero le animamos a leerlo
todo.
Nuestra Interpretación 53
En esta actividad usted deberá subrayar los argumentos basados en la razón; marcará
con un asterisco los argumentos basados en la tradición; y encerrará con un cuadro
los argumentos basados en la experiencia. Luego escriba en su cuaderno un ejemplo
de cada elemento que encuentre y explique cómo funciona para ilustrar el cuadrilá-
tero.
Por último, escriba un breve párrafo sobre cómo el artículo está marcado por ex-
presiones de humildad, compromiso cultural, convicciones de fe y compromiso con
todo el consejo de las Escrituras.
54 Nuestra Interpretación
Introducción
Casi todos creen y permiten que las mujeres estén en el ministerio. Incluso aquellos
que no están de acuerdo con mis puntos de vista sobre el tema, de hecho, reconocen
no solo el privilegio sino el deber de las mujeres de estar en el ministerio (¡dónde es-
taría la iglesia si a lo largo de la historia las mujeres no hubieran servido en casi todas
las formas de ministerio!) La primera pregunta es: ¿qué limitaciones se han impuesto
sobre el liderazgo de las mujeres en el ministerio y por qué? La segunda pregunta es:
¿son estas limitaciones generales y universales o específicas y contextuales? Volveré a
estas preguntas al final de este documento.
Una implicación importante de este enfoque es que entendemos que no todas las partes
de la Biblia tienen el mismo valor frente a un tema. Por ejemplo, en el Antiguo Tes-
tamento había un claro margen para que un hombre se casara con más de una esposa.
Sin embargo, en una discusión sobre el matrimonio, podríamos y deberíamos dudar en
tomar un pasaje del Antiguo Testamento que refleje esa práctica y tratarla de la misma
manera que tratamos la discusión de Pablo sobre el matrimonio en Efesios. En cambio,
debemos ver cómo los pasajes específicos en la Biblia se relacionan con toda la exten-
sión de la verdad bíblica.
Otra implicación importante de estas suposiciones es que cuando hay versos o pasajes
que no son claros o que son difíciles de interpretar, o que parecen contradecir otros pa-
sajes, debemos interpretarlos a la luz de los versículos o pasajes que son más claros. La
importancia de estas presuposiciones quedará clara a medida que avancemos.
La misma conclusión surge del segundo relato de la creación en Génesis 2. Allí, Dios
crea al hombre primero y luego declara “no es bueno” que el hombre esté solo (2:18).
Leído a la luz del capítulo 1, con su repetición de que Dios veía lo que hacía y lo con-
sideraba bueno, esta declaración es especialmente significativa. ¿No es bueno para
qué? A la luz del capítulo 1, el hombre solo no puede cumplir el papel que Dios asignó
a los seres humanos. Solo juntos podrían multiplicarse y solo juntos podrían cuidar
adecuadamente del mundo. Por esta razón, Dios hace que el hombre duerma y crea un
complemento para él, un socio pleno que lo completa y cuya asociación hace posible
que el llamado de Dios a la humanidad sea aceptado y realizado. Originalmente, el
hombre y la mujer son socios plenos, iguales no solo en dignidad, sino también en
responsabilidad.
¿Qué hizo el pecado humano al plan original de Dios? En resumen, todas las relaciones
que Dios diseñó se corrompieron, el paraíso se perdió y todo el infierno se desató.
Específicamente, notamos el impacto del pecado en las relaciones y roles del hombre
y la mujer. Hay, especialmente, un verso que narra la historia, Génesis 3:16: “A la
mujer le dijo: Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor.
Desearás a tu marido, y él te dominará”. Este cuadro posterior a la caída representa
una situación humana radicalmente diferente. Antes eran socios, con una responsabi-
lidad compartida de cumplir el mandato de Dios, se esperaba que juntos gobernaran la
creación de Dios. Ahora, después del pecado, ella mira principalmente a su esposo y no
a Dios; mientras él gobierna sobre ella como lo hace el resto del mundo animal. Más
adelante, en el capítulo 3, leemos que Adán nombró a su esposa como lo había hecho
con todos los demás animales (3:20).
Entonces, ¿qué hace Dios frente al pecado y sus consecuencias? En el relato de Génesis
tenemos una pista, frecuentemente llamada “proto-evangelio” o primer evangelio: la
serpiente morderá el talón de la simiente de la mujer, pero al final la cabeza de la ser-
piente es aplastada (3:15). ¡Y, así lo ha hecho!
Claramente, Dios está llevando a cabo una plena salvación del pecado y todas sus
consecuencias. Si bien algunas de esas consecuencias pueden mantenerse hasta que el
reino venga por completo, en principio y de hecho donde el pecado ha roto el diseño de
la creación, la gracia lo repara y lo restaura. Según Pablo, Cristo nos redime de la mal-
dición de la ley (Ga. 3:13), y en ese contexto, la maldición de la ley ciertamente incluye
el quebrantamiento que el pecado ha traído a cada área de la vida humana.
56 Nuestra Interpretación
La pregunta de las mujeres en el ministerio debe responderse en el contex-
to de esta historia más amplia de la creación y la redención. Si todo lo
que tuviéramos que seguir fueran los relatos de la creación, no habría
ningún problema, ya que nada en ellos sugiere ninguna limitación sobre
lo que una mujer podría hacer en obediencia al llamado de Dios. Por
supuesto, después de que el pecado entra en escena, nada es como Dios
lo propuso. Después del pecado, todo tipo de limitaciones molesta tanto al
hombre como a la mujer. Pero no nos atrevemos a considerar estas limitacio-
nes como normativas, ya que Dios ha actuado para eliminar el pecado y destruir las
obras del diablo.
Si este punto de vista es correcto, deberíamos esperar ver evidencia en la historia bíbli-
ca de que Dios está trabajando para revertir las consecuencias del pecado con respecto
a las mujeres. De hecho, eso es precisamente lo que encontramos. A lo largo de la his-
toria de la salvación de Dios en la Biblia, Dios llama y otorga poder a mujeres notables
para dirigir a su pueblo. María es una profetisa y Miqueas la menciona junto a Moisés
y Aarón (Mi. 6:4). Débora fue una profetisa y una juez. Ella realizó los mismos deberes
que los hombres que juzgaron a Israel, incluso llevó al ejército a la victoria en la batalla
(Jue. 4:4). Huldá y Noadías también fueron profetisas (2R. 22:14; Neh. 6:14).
Estos casos excepcionales de mujeres que desempeñan importantes funciones de mi-
nisterio/liderazgo entre el pueblo de Dios, ciertamente presagian el reino de Jesús y el
Espíritu inaugurado en el primer siglo. Joel prometió una nueva era en la que jóvenes y
viejos, hombres y mujeres recibirían el Espíritu de Dios (Jl. 2:28-29). Específicamente
se dice que profetizarán, es decir, proclamarán las buenas nuevas de la nueva vida en
Jesús. Y así comenzó el día de Pentecostés.
Sin embargo, la inclusión total de las mujeres en el ministerio el día de pentecostés
no era una novedad del nuevo pacto. Jesús dio un lugar extraordinario a las mujeres
durante su ministerio. La mujer samaritana, que rápidamente pasó de ser nueva con-
vertida a una evangelista en su aldea (Jn. 4); la preferencia por el aprendizaje de María
a los pies de Jesús (el lugar tradicional de los estudiantes varones) sobre el trabajo de
Martha en la cocina (el lugar tradicional de la mujer); la bendición pronunciada sobre
quien escucha y obedece la palabra de Jesús como la nueva familia de Jesús (Mr. 3:31-
35); el papel de Juana y otras discípulas mujeres en el apoyo al ministerio de Jesús (Lc.
8:1-3); y el papel posterior a la resurrección de las mujeres: todo esto es un testimonio
sorprendente de la dignidad de las mujeres y su importante rol entre los primeros dis-
cípulos de Jesús.
Pero la palabra “parece” es una palabra clave. Porque el estilo de Dios es subvertir la
realidad social pecaminosa a través de la gracia, derrocar estructuras injustas desde
dentro del sistema, en lugar de simplemente destruir el sistema. Precisamente ese fue
el acercamiento de la iglesia primitiva a la esclavitud. Filemón podría leerse como un
respaldo a la esclavitud (y así es). Sin embargo, si Filemón hace lo que Pablo le pide
que haga, esto significaría el final virtual de la esclavitud como lo conocía el mundo
antiguo, al menos dentro de la comunidad cristiana.
De manera similar, Pablo puede enseñar sobre los roles respectivos de esposos y es-
posas en Efesios y Colosenses. Lo que él dice puede leerse
como un respaldo a una organización jerárquica del
hogar: el esposo en la parte superior, la esposa su-
bordinada. Este arreglo era la estructura familiar
común en el mundo antiguo y pagano. Sin embar-
go, si los esposos y esposas leen la totalidad de Efe-
sios y Colosenses y permiten que todo lo que Pablo
dice les moldee sus vidas, su relación no se ajustará a esa antigua estructura social.
Jesús simplemente le dio vuelta a todo: ser la cabeza como Él fue cabeza significará
constantemente lo contrario de lo que significaba en el mundo antiguo. Para dar solo un
ejemplo, seguir el modelo de liderazgo de Jesús lleva al marido a vaciarse (Flp. 2:5),
que se parece mucho a la subordinación, no al liderazgo.
Muchas veces al hablar del liderazgo masculino se abstrae del modelo novedoso que
ofrece Jesús, en el mejor de los casos, conduce a un modelo suave pero no redimido,
practicado por buenas personas. Pero cuando el liderazgo toma el ejemplo de Jesús, el
Señor que sirve, el maestro que lavó los pies, el rey coronado de espinas y muriendo en
una cruz, el modelo del liderazgo en sí se pone en duda. Es decir, el modo de vida real
de Jesús rompe los viejos arreglos sociales y nos llama a relaciones totalmente nuevas.
Pasajes difíciles
He tratado de presentar el recorrido de la obra salvadora de Dios arraigada en la crea-
ción y con la intención de restaurar el quebrantamiento causado por el pecado como
trasfondo para comprender los problemas específicos relacionados con el tema de las
mujeres en el ministerio. En ese contexto, el recorrido general de la obra de Dios nos
58 Nuestra Interpretación
lleva a esperar la plena inclusión de las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia.
Y como hemos visto, el Nuevo Testamento confirma este panorama general.
Sin embargo, hay al menos dos textos que parecen ser exactamente contrarios a esta
imagen general. Aquí las observaciones iniciales se vuelven clave para una correcta
interpretación.
Los textos específicos de los que hablamos son: la afirmación de Pablo de que las
mujeres deben guardar silencio en la iglesia y la afirmación de nunca enseñar o tener
autoridad sobre los hombres, y que esto representa la práctica en todas las iglesias
paulinas (1Co. 14:34-35; 1Ti. 2:11-12). Cuando estas afirmaciones se toman en serio y
literalmente, sugieren prácticas que contradicen el panorama general de la revelación
bíblica. El panorama es bastante claro, mientras que los significados particulares de
estos textos son debatibles. En primera instancia, deberíamos remitirnos al panorama
general de revelación que hemos visto, en lugar de fijar nuestras prácticas en dos pasa-
jes que todos estarían de acuerdo que son difíciles.
Queda fuera del alcance de este breve documento explorar estos textos. La mayoría de
los comentarios clave ofrecen análisis de los contextos históricos, culturales y sociales
relevantes en los que escribió Pablo. En cada texto, lo más probable es que Pablo bus-
que corregir abusos, no establecer principios universales que limiten la plena participa-
ción de las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia.
Vuelvo a las preguntas con las que empecé. Las limitaciones que se han
impuesto a las mujeres en el ministerio no se remontan a la intención de
Dios, como lo vemos en la creación original o en la nueva creación
en Cristo. Las limitaciones de las mujeres, en particular su subordi-
nación, se remontan a las consecuencias del pecado. Desafortunada-
mente, a través de su historia, la iglesia a menudo no ha podido ver esto,
y ha adoptado estructuras sociales no regeneradas, como la esclavitud (y
el racismo que alienta), y también los modelos continuos de superiori-
dad masculina sobre las mujeres, al menos en términos de liderazgo,
pero comúnmente en muchas otras formas. Concluyo afirmando que
ninguna de las limitaciones históricamente impuestas a las mujeres
en el ministerio son universales y necesariamente vinculantes para
la iglesia.
Nuestra Interpretación 59
APÉNDICE 2: debate sobre el bautismo
y la dedicación de bebés
Las personas que vienen a la Iglesia Metodista Libre de otras tradiciones cristianas a
menudo se sorprenden al encontrar que los bebés pueden ser dedicados o bautizados.
La mayoría de denominaciones cristianas han elegido solo una de estas opciones ¿Por
qué la Iglesia Metodista Libre permite que las personas escojan?
Para aclarar este asunto, es necesario primero conocer acerca de los orígenes del bau-
tismo y su significado. En la conciencia de algunos círculos cristianos se cree que el
bautismo es algo “mágico” o “simplemente simbólico”. Nosotros como Metodistas
Libres creemos que la verdad se encuentra entre estos extremos.
En el Nuevo Testamento los evangelios nos dicen que antes del ministerio de Jesús un
hombre llamado Juan estaba en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento
60 Nuestra Interpretación
para el perdón de los pecados (Mr. 1:4). De hecho, el cuarto evangelio nos dice que
algunos de los discípulos de Jesús fueron inicialmente discípulos de Juan, el bautista
(Jn. 1:35-37). Las autoridades religiosas estaban indignadas por el bautismo de Juan.
Vieron el bautismo como algo para los “impuros”, algo para los “forasteros” que ne-
cesitaban “ser parte” del grupo. Al llamar a los judíos a ser bautizados, Juan les estaba
pidiendo que se reconocieran como personas necesitadas de la gracia que perdona y
limpia de todos los pecados. Los líderes judíos se escandalizaron porque Juan les es-
taba pidiendo que participaran en una práctica que implicaba reconocer que ellos tam-
bién necesitaban limpieza y perdón.
No obstante, Juan insistió en que su bautismo era solo un rito preparatorio. El bautismo
en agua que administró Juan solo estaba preparando a las personas para el ministerio
decisivo de aquel que aún estaba por venir. El Mesías bautizaría con el Espíritu Santo
(Jn. 1:29-34).
Esto se cumplió en el día de Pentecostés. Desde ese día hasta ahora, el mensaje para
todos los que escuchan la palabra de la muerte de Cristo por sus pecados es igual a lo
que predicó Pedro en Hechos 2:38: “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en
el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibi-
rán el don del Espíritu Santo”.
Muchos cristianos usan el término “bautismo en el Espíritu” para referirse a las expe-
riencias posteriores del Espíritu en la vida cristiana. Sin embargo, ese no es nuestro
enfoque aquí. Estamos usando las palabras en el sentido básico de lo que hace el Espí-
ritu Santo cuando nos convertimos en cristianos. En 1 Corintios 12:13 se dice: “Todos
fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos ju-
díos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.
En los primeros días de la iglesia, las buenas nuevas sobre la nueva vida en Jesús se
predicaban principalmente a los adultos y estos hacían la confesión pública mediante
el acto del bautismo. Allí afirmaban que se habían unido a Jesús en arrepentimiento y
confianza y ratificaban que habían muerto al pecado y resucitado a una nueva vida con
62 Nuestra Interpretación
Cristo. A partir de estos primeros precedentes, la iglesia ha continuado bautizando a
adultos conversos. De aquí surge la pregunta ¿qué pasa entonces con los hijos de los
creyentes?
Han surgido dos corrientes de interpretación a lo largo de 20 siglos, las cuales encuen-
tran cierto apoyo en los textos del Nuevo Testamento. Aunque se han librado batallas
agudas entre los defensores de las dos tradiciones, nuestra posición como Metodista
Libre es que son intrínsecamente complementarias. Cada uno necesita al otro para la
integridad teológica.
En contraste, se encuentra la tradición que apoya el bautismo de creyentes solo para las
personas adultas y los bebés son “bendecidos” o “dedicados”. Esta posición ha puesto
énfasis en la importancia de la respuesta del creyente a la gracia de Dios.
Ambos aspectos del drama de la salvación deben mantenerse juntos si queremos tener
una doctrina plena de cómo llegamos a creer en Cristo. La tradición de bautizar solo
a aquellos que conscientemente se arrepienten y confían en Cristo enfatiza la libre
decisión de aceptar a Cristo. Hace hincapié en la respuesta personal, que presupone vo-
luntad, inteligencia y responsabilidad. La tradición del bautismo infantil, por otro lado,
enfatiza la iniciativa de Dios antes de nuestra respuesta humana, señalando que Dios
está obrando en nuestras vidas (especialmente en las vidas de niños con padres cristia-
nos) mucho antes de que respondamos personalmente. También enfatiza la dimensión
“corporativa” (más que la individual) de la vida como parte del pueblo de Dios.
Hechos 16:15 indica que cuando Lidia abrió su corazón en respuesta al mensaje de
Pablo …fue bautizada con su familia…. Pablo escribió en 1 Corintios 1:16: “También
bauticé a la familia de Estéfanas”. Encontramos otros textos similares en la Escritura.
Uno podría argumentar razonablemente que había bebés que probablemente formaban
parte de esas familias.
Existen muchos factores que pueden ayudar a determinar qué lado de este debate es
más fiel a la verdad bíblica. Uno de ellos, es que el bautismo tiene una relación estrecha
(aunque no completa) con el rito de la circuncisión. Dicho rito era la señal visible de
ingreso a la fe judía. La circuncisión se realizó en infantes (Gn. 17:12). Por lo tanto, así
como los judíos ingresaban a la comunidad del antiguo pacto a través de la circunci-
sión, los cristianos ingresamos a la comunidad del nuevo pacto a través del bautismo.
No obstante, debemos cuidarnos de no abusar de esta analogía, puesto que existen im-
portantes diferencias entre los dos. La circuncisión fue establecida slo para hombres.
Es claro en el Nuevo Testamento que los cristianos bautizaron con alegría a hombres
y mujeres desde el principio (Hch. 16:15). Además, el convenio firmado a través de la
circuncisión involucró ciertos elementos de identidad nacional y racial que no son parte
en la nueva comunidad.
Nuestra Interpretación 63
La iglesia necesita evitar ambos extremos. El extremo que ve el bautismo solo como
algo que hacemos como testimonio de nuestra fe e ignora la obra de Dios al llevar a
una persona a la fe en Jesús. El otro extremo en que el bautismo a veces se considera
casi “mágico” e ignora la voluntad humana, el arrepentimiento personal y la confianza.
Debemos mantener la tensión entre la iniciativa de Dios (gracia) y la respuesta personal
del ser humano (fe). De esta forma, los Metodistas Libres usamos ambos ritos, tratando
de dibujar el cuadro completo.
Esto es lo que se debe resaltar: ya sea en el momento del bautismo (en la tradición del
bautismo de adultos) o en el momento de la confirmación de los votos hechos por los
padres (en la tradición del bautismo infantil), lo realmente importante es la fe en Je-
sús (dependiente). Se necesita confiar, y esto va más allá de una afirmación cognitiva.
Pablo llega tan lejos como para decir que sin fe y obediencia, la circuncisión no tiene
valor alguno (Ro. 2:25). Lo mismo ocurre con el bautismo. La fe y la obediencia son
cruciales.
En resumidas cuentas, los orígenes de la Iglesia Metodista Libre pertenecen a una tradi-
ción en la que se practicaba el bautismo de bebés. A lo largo de los años, a medida que
la iglesia ha incorporado a personas cuyas conciencias han sido moldeadas por ambas
tradiciones respecto a este punto, les ha otorgado a los padres el derecho de elegir la
ceremonia que prefieran. La Iglesia Metodista Libre intenta abarcar ambas dimensio-
nes de la verdad cristiana.
NUESTRA
5 ORGANIZACIÓN
PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Ayudar a los candidatos a conocer y funcionar dentro de la organización
de la Iglesia Metodista Libre.
RESULTADOs DE LA LECCIÓN
Al concluir esta lección el estudiante:
• Sabrá cuáles son los diferentes tipos de gobierno eclesial y el que
aplica en la IML.
• Comprenderá nuestra organización institucional y su flexibilidad
frente a la misión.
• Conocerá e interactuará con el Libro de Disciplina.
CONTENIDO
• Introducción
• Formas de organización de la iglesia
• Etapas de desarrollo
• Conferencia mundial y consejo de obispos
• Misiones Mundiales Metodistas Libres
• Libro de Disciplina
• Actividades de evaluación
66 Nuestra Organización
INTRODUCCIÓN
Así que ya sabe que una iglesia local Metodista Libre no existe sola. Hay una relación
de interdependencia y cooperación con otras iglesias que comparten la misma heren-
cia, teología y sistema de organización. Queremos introducirle al resto de la familia.
¿Cómo está organizada la iglesia a nivel nacional o mundial? ¿Cómo tomamos decisio-
nes? ¿Cómo nos movilizamos para participar en la causa de Cristo más allá de nuestro
grupo local?
La iglesia es humana y divina, de la misma manera que Jesús era/es humano y divi-
no. La familia de Dios es universal y espiritual, y no tiene barreras de denominación
o fronteras geográficas o políticas. Pero, a la vez la iglesia tiene que funcionar en el
mundo actual. Cada grupo de personas tiene que tener ciertas normas y estructuras para
poder organizarse y movilizarse para cumplir con la misión de Dios en la tierra. Y hay
que cumplir con las leyes nacionales para ser reconocido oficialmente y para abrir una
cuenta bancaria, comprar una propiedad, tener empleados, etc.
También hablamos de nuestro sistema “conexional”. Esto quiere decir que cada líder
y cada iglesia está en relación con otros pastores e iglesias. El distrito o conferencia
y la iglesia local cooperan juntos. Los pastores son asignados a una iglesia por el di-
rector de área o el obispo, pero en diálogo con la junta de administración de la iglesia
local. Cada líder en nuestro sistema está bajo autoridad y tiene que rendir cuentas a un
supervisor. Un pastor sirve bajo la autoridad del director de distrito o superintendente
de la conferencia. Un director de distrito sirve bajo la autoridad del director de área. El
director de área o el superintendente de conferencia sirve bajo la autoridad del obispo.
Y los obispos se someten mutuamente en la Junta de obispos y bajo la autoridad de la
junta de administración de la conferencia general.
ETAPAS DE DESARROLLO
Ya hemos mencionado varios niveles de organización o etapas en el desarrollo de una
red de iglesias en un país. Veamos esto con más detalle ahora.
Iglesia en Formación
Cuando la Iglesia Metodista Libre está recién comen-
zando en un nuevo país se llama “Iglesia en formación”.
Generalmente comienza con la plantación de una iglesia
o dos. Al principio no hay pastores ordenados. El minis-
terio está bajo la supervisión del director de área quien
muy a menudo delega la responsabilidad al líder de un
distrito cercano. Actualmente las “Iglesias en formación”
en Latinoamérica (con el líder de distrito responsable)
son: Antigua (Puerto Rico), Bolivia (Chile), El Salvador
(Nicaragua), Panamá (Venezuela), y Uruguay (Argenti-
na).
Distrito Misionero
Cuando hay tres o cuatro iglesias establecidas y algunos pastores ordenados se orga-
niza como un Distrito Misionero. En esta etapa hay un pastor con suficiente madurez
y fruto que puede ser nombrado director del distrito por el director de área. Un distrito
Nuestra Organización 69
misionero debe formar una Junta Administrativa Distrital que toma decisiones para el
crecimiento de la red de iglesias y que procesa los candidatos ministeriales. Las igle-
sias locales empiezan a diezmar sus ingresos locales al distrito para apoyar su ministe-
rio en común. Los pastores y líderes locales tienen una reunión anual de entrenamiento,
inspiración y comisión. Actualmente los Distritos Misioneros en Latinoamérica son:
Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú, y 360-Shorli-
ne (las costas de Centroamérica).
Conferencia Anual
Cuando una Conferencia Anual Provisional haya alcanzado un avance importante en
el liderazgo nacional, una buena profundidad evangelística, un gobierno autónomo y
sostenimiento propio, haya llegado a la etapa en la que pueda operar de manera satis-
factoria bajo el Libro de Disciplina de la IML-EEUU, y tenga una constitución que
haya sido aprobada por la Conferencia General se recomendará para que el obispo
encargado la organice como una Conferencia Anual. Normalmente lo mínimo para
la organización de una Conferencia Anual es diez ministros en plena relación y seis-
cientos miembros laicos (Libro de Disciplina, ¶4570).
Conferencia General
Una o más conferencias anuales pueden hacer una solicitud a la Conferencia General a
la que pertenecen para cambiar su estatus a Conferencia General Provisional. En esta
etapa intermedia de desarrollo se provee dirección a los líderes nacionales para que
aprecien la naturaleza independiente de la iglesia internacional con los sistemas de
dependencia mutua y rendición de cuentas, y quienes crecen a través del ejercicio de
los dones, las virtudes y autoridad bajo el liderazgo de su Conferencia General patro-
cinadora y de su obispo. Una Conferencia General Provisional recibe cierta medida de
autoridad y autonomía jurisdiccional para desarrollar declaraciones únicas de misión
y visión, y de interpretar y aplicar el Libro de Disciplina dentro de su cultura bajo el
liderazgo de su obispo sufragáneo mientras lleva a cabo la misión de la iglesia. Para
alcanzar este estatus se debe cumplir los requisitos enlistados en ¶221 del Libro de
Disciplina.
¿Cómo se mantiene una conexión vital entre distritos, conferencias anuales y conferen-
cias generales en tantos países?
Hasta ahora hemos usado la palabra “conferencia” varias veces y de diferentes formas.
Este es un término histórico metodista que es una unidad básica de organización. Con-
ferencia significa:
• Una región geográfica bajo la responsabilidad o misión de una red de iglesias.
• Una red de iglesias. Todas las iglesias Metodistas Libres que se encuentran en esa
región geográfica.
• Un sistema de organizar el ministerio cooperativo de esa red de iglesias en esa
región geográfica; administración, finanzas, estrategia de multiplicar iglesias y de-
sarrollar líderes, el entrenamiento, ordenación y asignación de pastores.
• La reunión anual de todos los pastores y delegados laicos elegidos para representar
cada iglesia. Estos pastores y delegados laicos son miembros de la conferencia.
Como hemos visto, una Conferencia puede ser Provisional, Anual, General Provisional
o General. Conferencia es tan básico al entendimiento metodista que en un distrito
misionero alguien que está oficialmente entrando en el proceso de formación pastoral
para la ordenación le llaman un Candidato Ministerial Conferencial.
Durante años hemos estado diciendo que nuestra misión es impulsar un movimiento
bíblico que alcance Latinoamérica para Cristo, esto se realizará por medio de desarro-
llar y empoderar líderes y plantar iglesias. Eso resultará en una Iglesia Metodista Libre,
saludable, autónoma y multiplicadora en cada país de Latinoamérica. Otros pueden
debatir cuál es nuestra misión y cuál es nuestra visión. No importa cómo lo haga, de
esto se trata.
Esto significa que todo lo que hagamos, incluyendo el envío de misioneros o grupos
VISA, el patrocinio de niños de ICCM y la donación a Proyectos Extra Mile, debe
Nuestra Organización 73
contribuir a impulsar un movimiento bíblico para alcanzar a Latinoamérica para Cristo
y, en última instancia, debe dar como resultado una Iglesia Metodista Libre, saludable,
autónoma, y multiplicadora en cada país.
LIBRO DE DISCIPLINA
Como habrá notado, algunos de las secciones de este capítulo vienen directamente de
algo que se llama el Libro de Disciplina. Quizás esa palabra “disciplina” le hace pensar
en un castigo o pena, sin embargo en nuestro caso no quiere decir reglas y reglamen-
tos sino un orden o una metodología. Más adelante en este curso hablaremos más del
“método” en metodista. Desde los tiempos de Juan Wesley y desde los comienzos de la
Iglesia Metodista Libre el Libro de Disciplina ha sido nuestro manual de organización.
El propósito de todo esto es para que la Iglesia Metodista Libre, como parte de la igle-
sia cristiana universal pueda ser sana y santa, efectiva y fructífera.
ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN
1. Escriba una definición de los siguientes términos en sus propias palabras:
a. Organización episcopal modificado
b. Conexión o sistema conexional
c. Distrito Misionero
d. Conferencia
e. Obispo
f. Director de área
g. Libro de Disciplina
Nuestra Organización 75
2. Llene el organigrama con los nombres de los líderes de su iglesia local y distrito o
conferencia. Ore por cada uno regularmente por el próximo mes.
3. Explore el Libro de Disciplina en el sitio web. Mire su estructura y lea las partes
que se conectan con esta lección (capítulo 2, 4 al 7). Escriba las preguntas que le
surjan en la lectura y convérselas en la clase o con su mentor.
6 NUESTRA METODOLOGÍA
Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a comprender e implementar nuestras metodo-
logías ministeriales.
Resultados de la lección
Al terminar la lección el estudiante:
• Conocerá los métodos originales de los metodistas y su relevancia
para nuestro contexto ministerial.
• Podrá comprender y hacer un balance entre método y flexibilidad, y
libertad y límites.
• Reflexionará en una metodología apropiada para realizar el ministe-
rio en su contexto.
Contenido
• Un movimiento metódico y libre
• Los métodos de los Metodistas originales
• Libertad entre límites
• La metodología de la IML-Latinoamérica
• Alcanzar las ciudades requiere nuevos métodos
• Preguntas de reflexión
78 Nuestra Metodología
UN MOVIMIENTO METÓDICO Y LIBRE
“¡Metodista!” Originalmente esto fue un insulto –o por lo menos una
broma– gritado a Juan Wesley o alguno de sus compañeros en el
Club Santo. O fue el chisme detrás de sus espaldas. El nombre se
pegó a ellos y llegó a identificar todo un movimiento que ha du-
rado por casi 300 años. Como Metodistas Libres, nosotros somos
herederos de ese movimiento –y de ese nombre.
Le dieron ese apodo porque Juan Wesley y sus compañeros fueron intencionales en
buscar la santidad y porque usaron métodos específicos –había un plan estructurado
para el discipulado y una organización para el desarrollo de nuevos grupos y nuevos
líderes. Hay un método en Metodista; el Metodismo es metódico. Pero a la vez el avi-
vamiento wesleyano del siglo XVIII en Inglaterra cumple con todas las señales de un
movimiento de renovación –que estudiaremos en el módulo Teología de la Misión y
Misiología.
En breve, un movimiento sucede cuando algunas personas tienen una profunda expe-
riencia con Dios y esa les impulsa a redescubrir y vivir las verdades y los principios
bíblicos de una manera vibrante y contagiosa. Se comprometen a la causa de Cristo
con todo y se esfuerzan para reclutar a otras personas, movilizándoles e improvisando
métodos y estructuras para extender el evangelio a tantas personas posibles, en tantos
lugares posibles, lo antes posible.
Para durar más que un momento en la historia y para llegar a producir máximo fruto,
un movimiento tiene que tener cierta infraestructura. Tiene que haber métodos claros,
contextualizados, y flexibles para sostener el crecimiento explosivo de la iglesia. Pero
sin duda, los métodos están al servicio de la misión. Cuando los métodos llegan a tener
más importancia que la misión, el movimiento pierde enfoque y se desvíe –o se muere.
La historia nos muestra que vez tras vez los métodos y las estructuras de la iglesia se
convierten en ídolos. Si los líderes y los miembros empiezan a valorar los métodos más
que la misión, la iglesia se convierte en una institución o burocracia estancada. Pierde
su primer amor, el impulso hacia afuera se desvanece y se empieza a enfocar en los edi-
ficios, los beneficios salariales y en la política de la iglesia más que en el crecimiento
y expansión del evangelio.
Ya para el siglo XIX eso le había sucedido a la Iglesia Metodista Episcopal, como fue
conocido el movimiento wesleyano en los Estados Unidos. Benjamín Titus Roberts y
otros pastores trataron de llamar la Iglesia Metodista Episcopal a volver a sus raíces. Su
intención fue avivar y renovar la iglesia, pero fueron expulsados. No les quedaba más
remedio que formar una nueva denominación. Esa red de pastores y líderes laicos cum-
plieron con todas las señales de un movimiento de renovación que hemos mencionado.
Ellos eligieron el nombre “Metodista Libre”. “Metodista” porque pensaron que ellos
eran los herederos verdaderos de Juan Wesley y su movimiento metodista. “Libre”
como símbolo de los asuntos pertinentes en la renovación que quisieron ver –libertad
para los esclavos, libertad para las mujeres al ejercitar liderazgo en la iglesia, bancas
libres– para que los pobres pudieran sentarse gratuitamente en las iglesias, libertad
Nuestra Metodología 79
del materialismo y extravagancia que excluiría a los pobres, libertad del Espíritu en
la alabanza y adoración, libertad para predicar y practicar la doctrina de santidad –o
integridad de vida y ministerio.
Metodista Libre. ¡El nombre es una contradicción en términos! Tiene que ser el uno o
el otro, ¿no? Si uno es muy metódico ¿cómo puede ser libre? Y si uno es libre, ¿cómo
va a ser metódico? Es una tensión creativa. El equilibrio entre el método y la libertad es
precisamente lo que mantiene un movimiento moviéndose adelante. Metodista Libre;
nosotros somos herederos de ese movimiento –y de ese nombre. En la medida en que
vivamos lo que nuestro nombre significa continuaremos siendo una fuerza vital en el
mundo.
1. Ministerio laico
Aunque Juan Wesley era ministro ordenado en la Iglesia
Anglicana de Inglaterra, muy pronto vio la necesidad y la
oportunidad de involucrar a hombres y mujeres comunes en
el ministerio. En su época, solamente quienes tenían pre-
paración académica y ordenación en la iglesia tenían per-
mitido predicar o enseñar la Palabra. Y lo hicieron de una
manera muy teórica y pomposa.
El movimiento metodista creció velozmente y no había cleros o ministros disponibles y
dispuestos para dar seguimiento a todos los nuevos convertidos. La solución fue empo-
derar a hombres y mujeres, jóvenes y personas adultas a usar sus dones y participar en
el ministerio. Fueron asignados a dirigir una Clase o grupo de cuidado y comisionados
como predicadores laicos.
Wesley desarrolló todo un sistema de entrenar a estos obreros laicos sobre la marcha.
Había una lista de libros que tenían que leer y un proceso de aprendizaje. De esa mane-
ra cientos y hasta miles de hombres y mujeres sin educación formal y sin credenciales
participaron en el crecimiento de ese movimiento y esa ola de avance del reino de Dios.
Empoderar, entrenar y soltar a obreros laicos era un método inaudito desde los tiempos
del Nuevo Testamento. Pero fue un redescubrimiento de Efesios 4:11-12: “Él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores
y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar
80 Nuestra Metodología
el cuerpo de Cristo”. Y como un clave del movimiento metodista dio muy buenos
resultados.
Hoy día en Latinoamérica la mayoría del ministerio está en manos de obreros laicos.
Son hombres y mujeres sin mucha preparación que han comenzado nuevas iglesias,
centros de apoyo familiar, escuelas y muchos otros ministerios. Siguiendo el modelo de
Juan Wesley, hay un proceso de formación pastoral para que los que tienen un llamado
de Dios y frutos en el ministerio pueden ser entrenados y ordenados. Hablaremos de
esto en el curso Introducción al Ministerio Pastoral.
Por muchos años después de su inicio la Iglesia Metodista Libre usó el mismo méto-
do de multiplicar Clases y Sociedades. Una palabra clave ha sido “conexionalismo”
–quizás un término único a nuestra denominación. Quiere decir que como miembros,
grupos e iglesias estamos conectados con la misma visión. Creemos que Dios habla al
individuo, pero también trabaja a través de nuestras relaciones personales en un grupo
integral. Y que estos grupos están interconectados con la misma misión.
1. La iglesia —su Misión
La Iglesia Metodista Libre existe para amar a Dios, amar a las personas y hacer discí-
pulos.
2. La iglesia —su Visión
La Iglesia Metodista Libre busca traer restauración al mundo mediante comunidades
bíblicas saludables de personas santas que multiplican discípulos, líderes, grupos e
iglesias. El cumplimiento de esta visión requiere que cada iglesia sea una iglesia salu-
dable con líderes llenos del Espíritu, que continuamente trabajan un plan para cumplir
con nuestros resultados esperados.
Es nuestra expectativa, a la luz del amoroso corazón de Dios, que los líderes pastorales
y laicos traten de desarrollar cada iglesia Metodista Libre para que se caracterice por
los siguientes resultados:
Estos énfasis han sido de alta prioridad a través de nuestra historia y deben seguir sién-
dolo, ya que están de acuerdo con el imperativo evangelístico de la Biblia. Benjamín
Titus Roberts, la persona más influyente en la fundación de la Iglesia Metodista Libre,
escribió sobre el impulso evangelístico en su libro Verdades Punzantes, párrafo 149:
Además de estas cuatro características, que enfocan la iglesia en un modo de mirar ha-
cia afuera, hay otras cuatro, que proporcionan la base de la vida comunitaria. También
esperamos que líderes pastores y laicos busquen el desarrollo de estos resultados en
cada iglesia:
84 Nuestra Metodología
e. Ser una congregación saturada de oración: hablarle a Dios a favor de un mundo
perdido; orando primero, actuando segundo; intercediendo por individuos, gober-
nantes y naciones para ceder a la victoria final de Cristo y escuchando al Espíritu
Santo y obedeciéndole.
En resumen, tenemos plena libertad entre límites. La misión y la visión están por de-
lante, hacia allí vamos. Por un lado, tenemos lo que no es negociable, por el otro lado
tenemos los resultados esperados. Esos dos lados son como barreras de tráfico en los
dos lados de la ruta para que no conduzcamos en el carril equivocado o para que no
nos vayamos por la banquina. Mientras no violemos las cosas que no son negociables y
mientras estemos realizando los resultados esperados, podemos usar cualquier método
que encaje mejor con nuestros dones y personalidad, que encaje con el contexto y que
traiga más fruto.
LA METODOLOGÍA DE LA
IML-LATINOAMÉRICA
Los distritos misioneros y conferencias provisionales rela-
cionados con Misiones Mundiales Metodistas Libres han
adoptado la visión de impulsar un movimiento bíblico
para alcanzar Latinoamérica para Cristo. Esto sucede
por el desarrollo de líderes y la multiplicación de igle-
sias.
“Creemos que Dios nos ha llamado para involucrar, equipar y capacitar a la iglesia para
ganar el corazón del mundo por el crecimiento y multiplicación de iglesias y ministe-
rios sostenibles en las comunidades urbanas”. Esa fue la declaración de compromiso
urbano de la Conferencia General 2015.
En una presentación al Congreso de Lausanne en Ciudad del Cabo 2010, Tim Keller
dio seis claves para alcanzar las ciudades. Estos definen la metodología que la iglesia
debe emplear en el contexto urbano. Aunque Keller no es wesleyano, lo que él presentó
expresa un espíritu wesleyano.
¿Cómo puede usted como individuo ser parte de este compromiso urbano? ¿Qué puede
hacer su iglesia o Casa de Paz para cooperar con la visión del Área Latinoamericana de
alcanzar a las ciudades?
¿Por qué le llamaron “Metodistas” a Juan Wesley y sus compañeros? ¿Se puede
decir eso de usted? ¿Por qué si o por qué no?
Mencione en sus propias palabras ¿cuáles son las señales de un movimiento? ¿Cuál
es la relación entre movimiento y métodos?
¿Qué tiene que ver la sección acerca de la ciudad con usted y su iglesia? ¿Qué puede
hacer para involucrarse (e involucrar a su iglesia) en esta parte de la metodología y
el movimiento Metodista Libre latinoamericano?
Bibliografía 89
Bibliografía
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Garrastegui, C. y J., Willian. Estas doctrinas enseño: guía de estudio para las obras de
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González, J. Historia del pensamiento cristiano: desde los principios hasta nuestros
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Junta de Obispos, “Pastors and Church Leaders Manual: Resources for Leading Local
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Kendall, D. W., & et al. Iglesia Metodista Libre: Libro de disciplina 2015. Trad. de F.
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Loyola, S. O. El ritual para el uso de la Iglesia Metodista Libre. 2.ª ed. Chillán, Chile:
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Manual de la Iglesia Metodista Libre en Canadá. “Capítulo 7”. Usado con permiso.