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identidad y

organización
metodista libre

Formación Pastoral
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Identidad y
Organización
Metodista Libre

Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha pues-
to como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.
Hechos 20:28 NVI

FORMACIÓN PASTORAL
Iglesia Metodista Libre
Latinoamérica
Equipo Directivo

Directora de área
Dra. Delia Nüesch-Olver

Equipo de Formación Pastoral Latinoamérica


Dr. Paul Olver, Dr. Glenn Lorenz y Dr. Ricardo Gómez

Coordinador de proyecto
John Jairo Leal Rincón

Equipo de Trabajo
Beth Gómez, Jennifer Porras Pabón, Luis Fernando Pérez Rojas, Luz Mery Moscote Miranda,
Rossemberg Patiño Florez y Shirley Yomara Cadena Maldonado

Diseñador
Johan Ferney Ríos Arboleda

Permitimos a otros distribuir, remezclar, retocar y


crear a partir de esta obra de modo no comercial,
siempre y cuando nos den crédito y licencien sus
nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.

Elaborado en Medellín, Colombia


2018
INTRODUCCIÓN

La Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica está siendo bendecida con una multiplicación de
candidatos conferenciales y presbíteros. Esperamos que en la siguiente década esta multiplica-
ción continúe y se vuelva exponencial. A la luz de esto, tenemos el desafío de transferir nuestras
creencias, misión, visión, prácticas y ética a estos nuevos ministros. Por lo tanto, este manual está
diseñado como un panorama general de muchos elementos clave que expresan nuestra identidad,
teología y cultura denominacional.

Compartimos estos elementos con la esperanza de que aquellos que han caminado por mucho tiem-
po entre nosotros los recuerden y refresquen su entendimiento de aquellas cosas que son distintivas
acerca de ser Metodistas Libres. Los compartimos también con la esperanza de que aquellos que
son más nuevos entre nosotros encuentren muchas pautas, conceptos y perspectivas útiles.

Este módulo ha sido escrito por Paul Olver, Glenn Lorenz, Ricardo Gómez, John Jairo Leal, Luis
Fernando Pérez y Rossemberg Patiño. A la vez, los autores reconocen una gran deuda con muchos
materiales en inglés que sirvieron como marco de referencia para la presente obra.

Se sugiere que este módulo se enseñe usando la metodología de aula invertida porque es la que
mejor ayuda a desarrollar los materiales y lograr las metas. En esta, los plantadores-estudiantes
reciben los materiales previamente al encuentro (el tiempo presencial de clase), hacen la lectura
comprendiendo el contenido y realizan todas las asignaciones dadas. En el encuentro se socializan
los materiales, se profundiza en los contenidos, se revisan los ejercicios y se solucionan interrogan-
tes que hayan surgido.

Preferiblemente esta asignatura se debe realizar en grupo y bajo la supervisión de un formador de-
bidamente avalado por la Iglesia Metodista Libre; para una excepción, por condiciones especiales,
debe comunicarse con la persona a cargo en su iglesia, distrito o conferencia. Este material está
dirigido tanto para personas que están en el proceso de Plantación de Iglesias Comunitarias, como
para pastores en iglesia ya establecidas que están camino a la ordenación.

El diseño del módulo presupone que cada lección de esta asignatura corresponde a 3 horas de en-
cuentro de grupo (incluyendo un tiempo de descanso por lección); por ello es ideal seguir una de
las siguientes modalidades para completar esta asignatura:

Plan extendido: 12 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno. Esta modalidad es ideal
cuando un mismo grupo está realizando 2 o más asignaturas al mismo tiempo. En esta modalidad
recomendamos que en una semana se revise la asimilación del contenido (use las actividades de
evaluación llamadas “preguntas de reflexión” y “lecturas complementarias”), y en la siguiente re-
vise el desarrollo de los ejercicios de evaluación personal y los planes de acción.

Plan regular: La asignatura se puede completar en 6 encuentros semanales de 3 horas cada uno
(una variante a esto son 2 encuentros semanales de 1 hora y media cada uno). Antes de cada en-
cuentro usted deberá completar todas las actividades indicadas para lección.

Plan intensivo: La asignatura se puede completar en 1 encuentro de aproximadamente 18 horas.


En esta modalidad se espera que el estudiante sea muy disciplinado de tal forma que, durante cada
una de las 6 semanas previas al encuentro, lea completamente el contenido del manual, desarro-
lle las actividades de evaluación tocantes al pensamiento (preguntas de reflexión e informes de
lectura) y evaluación personal. En el encuentro el formador indicará cuándo y cómo completar y
reportar las actividades de evaluación llamadas planes de acción.

A lo largo de todos los manuales podrá encontrar algunos de los siguientes íconos. En ocasiones
puede encontrar dos de estos íconos fusionados, esto implica que tiene el significado de los dos. A
continuación se los presentamos con su significado:
CONTENIDO

Sílabo ..................................................................................................................................................... 7

1 Nuestra Herencia ............................................................................................................................. 9


..
• Introducción ......................................................................................................................................... 10
• Nuestra herencia .................................................................................................................................. 10
• Patrones de identidad en el comportamiento metodista ...................................................................... 19
• Conclusión ........................................................................................................................................... 21
• Preguntas de reflexión ........................................................................................................................ 22

2 Nuestra Conciencia ........................................................................................................................... 23

• Introducción ......................................................................................................................................... 24
• Bases bíblicas del cuidado a los pobres ............................................................................................... 25
• Origen del metodismo .......................................................................................................................... 26
• Origen de la Iglesia Metodista Libre ................................................................................................... 27
• Libertades básicas ................................................................................................................................ 29
• La pobreza en Latinoamérica ............................................................................................................... 30
• Responsabilidad ecológica ................................................................................................................... 31
• Preguntas de reflexión ........................................................................................................................ 31

3 Nuestra Teología .............................................................................................................................. 33


..
• Introducción ......................................................................................................................................... 34
• Nuestra perspectiva sobre la persona de Dios (Teología) .................................................................... 34
• Nuestra comprensión de la salvación (Soteriología) ........................................................................... 37
• Nuestra perspectiva del ser y hacer de la iglesia (Eclesiología) .......................................................... 40
• Nuestro pensamiento sobre los “últimos tiempos” (Escatología) ........................................................ 42
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 42

4 Nuestra Interpretación ..................................................................................................................... 45

• Introducción ......................................................................................................................................... 46
• Una hermenéutica wesleyana ............................................................................................................... 46
• Breve ejemplo de interpretación .......................................................................................................... 52
• Actividad de evaluación ....................................................................................................................... 52
• Apéndice 1 Mujeres en el ministerio ................................................................................................... 54
• Apéndice 2 Debate sobre el bautismo y la dedicación de bebés .......................................................... 59
5 Nuestra Organización ...................................................................................................................... 65
..
• Introducción ......................................................................................................................................... 66
• Formas de organización de la iglesia ................................................................................................... 66
• Etapas de desarrollo ............................................................................................................................. 68
• Conferencia mundial y consejo de obispos .......................................................................................... 70
• Misiones Mundiales Metodistas Libres ............................................................................................... 71
• Libro de Disciplina .............................................................................................................................. 73
• Actividades de evaluación ................................................................................................................... 74

6 Nuestra Metodología ........................................................................................................................ 77

• Un movimiento metódico y libre ......................................................................................................... 78


• Los métodos de los Metodistas originales ........................................................................................... 79
• Libertad entre límites ........................................................................................................................... 82
• La metodología de la IML-Latinoamérica ........................................................................................... 84
• Alcanzar las ciudades requiere nuevos métodos .................................................................................. 85
• Preguntas de reflexión .......................................................................................................................... 88

Bibliografía ........................................................................................................................................... 89
Sílabo 7
Sílabo

1. Asignatura
Identidad y Organización Metodista Libre.
2. Descripción del curso
En esta clase presentaremos los elementos básicos de la identidad y organización de la
Iglesia Metodista Libre.
3. Objetivos generales
Al dominar el contenido de este curso el estudiante:
• Será capaz de describir la relación entre la historia de la IML y las prácticas actuales.
• Será capaz de describir distintas doctrinas de la IML y sus bases escriturales.
• Será capaz de navegar por el Libro de Disciplina y responder preguntas sobre orga-
nización y doctrina de la IML.
4. Evaluación
• El estudiante analizará, a la luz de la Biblia, la tradición, la razón y la experiencia,
un artículo sobre el ministerio de la mujer.
• El estudiante realizará un esquema, gráfico u organigrama en el que presente la
estructura de la IML según su país y/o conferencia, y hasta llegar a su iglesia local.
• El estudiante realizará los ejercicios al final de cada lección. Para ello, necesitará un
cuaderno o documento en el que pueda trabajar semanalmente.
• El estudiante elaborará, a partir del contenido, un bosquejo para enseñar un curso de
3 horas de membresía en su iglesia local o Casa de Paz. Este se debe preparar de tal
forma que capte el interés de su audiencia.
5. Recursos recomendados
• Kendall, D. W. et al., Iglesia Metodista Libre: Libro de disciplina 2015. Trad. de
Ramón Felix Méndez, et. al. Indianápolis IN: Free Methodist, 2015 (lectura obliga-
da).
• Burleigh W. F. y F. Gilmore. Introducción al Metodismo Libre: anteriormente, nues-
tra herencia espiritual. Edición en PDF (lectura opcional). Pueden acceder al tex-
to en: https://drive.google.com/file/d/1UCRxnbWZ0lo5SLdBgGZvt8OdK0fIj4FT/
view?usp=sharing.
• Video: Howard Snyder habla en Medellín de la historia de la Iglesia Metodista Libre
https://www.youtube.com/watch?v=gyXnSDQoVwQ&list=PLE7oOW9GwWiSE_
bF1n3SYXQsuccE3f6bN

Recursos cibergráficos
“Restaurar el mundo” Howard Snyder.
https://www.youtube.com/watch?v=uNUN7hh4Qb0&t=32s
8 Sílabo
Criterios de Evaluación

El estudiante elaborará, a partir del contenido, un bosquejo con oraciones y contenido


que detalle un plan para enseñar un curso de 3 horas sobre identidad y organización
Metodista Libre a posibles miembros de la iglesia local o Casa de Paz. Este se debe
preparar de tal forma que capte el interés de su audiencia.
1 nuestra herencia

Propósito de la lección
Dar un panorama general de nuestra herencia Metodista Libre
destacando los eventos doctrinales y actitudinales más relevan-
tes.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá nuestra herencia Metodista Libre.
• Comprenderá los eventos que marcaron nuestros énfasis
doctrinales y actitudinales.
• Tomará conciencia de la importancia de nuestra herencia.
• Valorará nuestra herencia.

Contenido
• Introducción
• Nuestra herencia
• Patrones de identidad en el comportamiento Metodista
• Conclusión
• Preguntas de reflexión
10 Nuestra Herencia
INTRODUCCIÓN
C uando Luis llegó a los pies de Cristo le recomendaron que ini-
ciara a leer la Biblia en los evangelios. Así que esa noche abrió
la Biblia en el Evangelio de Mateo capítulo 1 y comenzó a leer: “Li-
bro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus
hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Es-
rom, y Esrom a Aram”. La primera pregunta que vino a su mente fue:
¿para qué todos estos nombres? Así que decidió saltarlos, tal vez le ha
pasado lo mismo. Pues bien, vamos a explicar por qué nos pasa esto.

Muchos años después Luis descubrió en una clase por qué cada vez
que llegaba a una genealogía se la saltaba. En una clase una profesora
le preguntó: ¿cómo se llamó su bisabuelo? Él no sabía. Así que le
preguntó a otros 3, pero no sabían, luego dirigió la pregunta a todo el
grupo, pero apenas dos respondieron con un poco de duda. Ahí está
la respuesta, en nuestra cultura no es importante saber quiénes fueron
nuestros ancestros, lo vemos irrelevante e inútil. Pero, ¿Por qué para los judíos era tan
importante saber de dónde venían? ¿Por qué tantas genealogías en la Biblia?

La respuesta es sencilla porque les daba identidad como nación y los legitimaba como
hijos de Abrahám, como pueblo de Dios. Por eso es muy importante saber los nombres
e historia de nuestros ancestros. Mateo a través de la genealogía de Jesús nos conecta
con toda la historia del pueblo de Israel, al presentar a Jesús como hijo de David se
sugiere, desde ya, que Él es el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento. Además, lo
conecta con Adán (Gn. 5:1). Y les recuerda que las cuatro mujeres, las abuelas de Jesús
fueron personas con algún tipo de irregularidad marital, y aparte de todo no eran de
origen judío. El pueblo de Dios es una mezcla: cananeas, moabitas, hititas y hasta una
prostituta que se convirtió a la fe. Pero cada una aportó para que surgiera el Mesías de
Israel. El Mesías tiene esta herencia e identidad por eso puede ser el salvador de todos
los pecadores de toda etnia y nación.

De esa misma manera debemos conocer de dónde venimos, nuestra herencia, quiénes
han aportado en el desarrollo de nuestra identidad Metodista Libre, pues no llegamos
aquí solos. Así que en esta lección pretendemos mostrar de dónde venimos y quiénes
nos han influenciado y han dado forma a nuestra herencia e identidad. Un dicho popu-
lar expresa: “el que no conoce su historia está destinado a repetirla”. Así que mi esti-
mado hermano deseo que nos acompañe en este viaje donde le mostraremos de dónde
venimos, y qué principios aprendemos. ¿Está listo? ¡Entonces comencemos!

NUESTRA HERENCIA
Cuando hablamos de nuestra herencia como Metodistas Libres estamos reconociendo
lo que nuestros ancestros cristianos han hecho a lo largo de la historia del cristianismo,
con el fin de ser una iglesia sana, sujeta a Dios y a la Escritura. Cuando nosotros reco-
Nuestra Herencia 11
nocemos el valor de nuestra herencia ancestral y nos ocupamos de conocerla, preser-
varla y transmitirla estamos ayudando a nuestros hermanos a no cometer los mismos
errores ancestrales, a reconocer que no somos una iglesia pura sino que muchos han
moldeado lo que somos y creemos hoy.

Muchas iglesias o denominaciones se consideran puras y no reconocen que tienen an-


cestros cristianos que los han moldeado, y otras que nacen están cayendo en los mis-
mos errores que han cometido las iglesias a lo largo de la historia. Nuestro deseo es
no volver a cometer los mismos errores, así que aprendamos de nuestros hermanos
ancestrales.

Cristianismo Ortodoxo
Las iglesias, al ser organizaciones tanto humanas como divinas, tienden a desviarse, a
atascarse, a conservar y a eliminar lo que no es bíblico. La realidad de la iglesia ha sido
siempre de continuas tensiones, porque está integrada por seres humanos imperfectos.
En el libro de los Hechos y en las cartas podemos observar diferentes tensiones que su-
frió la iglesia primitiva. Por ejemplo, existieron grupos judeocristianos que insistieron
en que los gentiles conversos al cristianismo debían ser circuncidados, guardar los días
de reposo y el cumplimiento de las leyes alimenticias (Ga. 2:3, 2:12-14, 4:10). Esto
estaba dividiendo a los cristianos (Ga. 2:6, 3:26-28). Así que Pablo y los apóstoles se
reunieron en el concilio de Jerusalén para dar solución a esta necesidad de la iglesia. El
concilio de Jerusalén determinó que no se le debía poner yugo a los gentiles cristianos,
pues ni siquiera los judíos lo habían podido llevar (Hch. 15:10, 19, 24, 28). Más bien
aconsejaron que debían abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado
y de fornicación (Hch. 15:29).

De igual manera, la iglesia respondió fuertemente ante las herejías que se levantaron
en los primeros cinco siglos expulsando a los herejes. Y no solamente expulsando a
los herejes, sino también convocando a to-
dos los representantes de la iglesia a varios
concilios en esos siglos para tener en claro:
primero, los libros escritos por los apósto-
les y en los cuales basarían sus creencias
cristianas, esto debido a que Marción no
aceptaba sino una versión propia del evan-
gelio de Lucas y 10 cartas de Pablo con algunas ediciones. Segundo, la doctrina de la
santa Trinidad; tercero, la doctrina de la naturaleza de Cristo. Ellos estudiaron, inves-
tigaron, discutieron y escribieron de todos estos temas y en mutuo acuerdo expresaron
los credos. Así que aceptamos y creemos las verdades expresadas en los credos de los
apóstoles, de Nicea y de Atanasio.

Estas son nuestras raíces ancestrales que jamás podemos olvidar ni las podemos con-
fundir. Ellos fueron los que nos guiaron a comprender la verdad de la santa Trinidad,
la verdad de la naturaleza de Cristo, ellos fueron los que fueron guiados por el Espíritu
Santo para preservar los libros que tenemos hoy en el Nuevo Testamento. Esta es nues-
tra herencia e identidad.
12 Nuestra Herencia
“Católico” en espíritu
Las tensiones que se vivieron en esa época no eran solamente producto de herejías sino
de desacuerdos por la práctica de la caridad y la forma en que vivían los líderes de la
iglesia. No todos se sentían satisfechos con la forma en la que algunos líderes de la igle-
sia vivían, algunos vivían en desenfreno económico, la labor pas-
toral descuidada y en placeres de la carne. Mientras unos monjes
se retiraron al desierto para alejarse de los placeres y pecados pero
sin romper los lazos con la iglesia, otros sencillamente expresaron
que la iglesia se había corrompido. Así que se dividieron de la
iglesia, haciendo sus propios monasterios, mientras expresaban
que eran la verdadera iglesia.

En este ambiente se levantó Agustín de Hipona (354-430 d.C.).


Agustín después de terminar sus estudios de teología consagró
su vida al ministerio. Luego de su ordenación por medio de un escrito se dirigió a su
superior de la siguiente manera:

Primero y ante todo, ruego a su sabia santidad que considere que no hay nada en esta
vida, y sobre todo en nuestro tiempo, más fácil, agradable y aceptable para el hombre
como el oficio de obispo, sacerdote o diácono, si sus responsabilidades son realizadas
de un modo mecánico o servil; pero nada más indigno, deplorable y merecedor de
castigo ante los ojos de Dios. Por otro lado, que no hay nada en esta vida, y especial-
mente en nuestros días, más difícil, agotador y peligroso que el oficio de obispo, sa-
cerdote o diácono, cuando se realiza conforme a las órdenes de nuestro Capitán, pero
nada más bendecido a los ojos de Dios (MacArthur, 2009, pág. 46).

Agustín observó cómo estaba la iglesia y se pronunció a estas fallas por medio de su
carta pero no buscó nunca irse de ella sino reformarla. De ahí que oró: “en lo esencial,
unidad; en lo no esencial, libertad, y en todas las cosas, caridad”. Nosotros no somos de
un espíritu “divisionista”. Esta es nuestra herencia e identidad. Creemos que podemos
estar unidos en la diversidad, la diversidad es armónica e impulsa a la misión de Dios.

La Reforma Protestante
De la misma manera que en estos primeros siglos hubo personas comprometidas con
la causa de Cristo y su Palabra. En el siglo XVI encontramos a los reformadores que
lucharon para corregir los abusos y errores doctrinales de la iglesia. La Reforma Pro-
testante es el evento que marcó la separación definitiva y oficial de la iglesia Católica,
aquí nació la iglesia Protestante.

Aunque hubo muchos líderes con ansias reformadoras antes que Lutero, los pre-refor-
madores terminaron en un sueño frustrado. Al igual que ellos, Lutero observó la co-
rrupción de los líderes de la iglesia, quienes para ganar dinero vendían reliquias sagra-
das con efectos milagrosos de Jesús y los santos. Es decir, vendían “astillas de la cruz”,
y hasta supuestos pañuelos con la sangre de Cristo, objetos y restos de los mártires, etc.
Además, popularizaron la venta de indulgencias para perdón de los pecados y el culto
a las reliquias. Todo el dinero que se recaudaba servía para financiar la construcción de
la Basílica de San Pedro.
Nuestra Herencia 13
Esta era una época de opulencia, falta de santidad y mala interpretación de la Escritura
por parte del papa que enseñaba que la salvación era a través de las obras. Todo esto
llevó a Lutero a practicar las buenas obras y la compra de indulgencias pero no consi-
guió sentirse limpio de pecado, hasta que descubrió en la Escritura: el justo por la fe
vivirá (Ro. 1:17).

Los grandes desacuerdos doctrinales habían llegado a un punto de descontento y el 31


de octubre de 1517 Martín Lutero clavó 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg
e invitó a los líderes religiosos a dialogar sobre estas. Los temas más predominantes en
las tesis de Lutero tenían que ver con: la autoridad que el papa se adjudicaba, el acceso
de todos los cristianos a las Escrituras, la venta de indulgencias y el papel de la obra de
Cristo para la salvación. El gran aporte de la reforma fue:

1. Somos salvos solo por gracia: Dios justificó a los pecadores a través de la obra de
Cristo en la cruz (Ef. 2:8). El ser humano no puede hacer ningún mérito delante de
Dios, Él a través del sacrificio de Cristo le ha dado el cien por ciento de la salvación
a todos los seres humanos. La suficiencia del sacrificio de Cristo para salvación es
una de las enseñanzas más importantes del evangelio.

2. Somos salvos solo por la fe: Lutero expresó que la Escritura enseñaba que la sal-
vación es solo por fe, por creer y descansar en el sacrificio de Cristo para salvación,
nunca por obras. La teología de Lutero se basaba en su comprensión de la carta a
los Romanos del apóstol Pablo. Desde allí Lutero argumentaba que Dios no justifi-
ca a nadie por las obras y que la fe en Jesús es el único requisito para la salvación.

3. El sacerdocio universal de los creyentes: este punto no fue aceptado unánime-


mente por todos los movimientos protestantes. Lutero afirmaba que todos los cre-
yentes son llamados a predicar el evangelio y por lo tanto todos deben ser educados
en la Escritura. Esta es la forma de evitar que los líderes religiosos caigan en la
corrupción y también provee mejores formas de expandir el cristianismo.

4. La Escritura es la autoridad principal, única base para la fe y la práctica cris-


tiana: Lutero afirmó que no se retractaría de lo que creía si no lo persuadían con la
misma Escritura que él estaba equivocado. Así que puso la autoridad de la Escritura
por encima de papa. Los protestantes del siglo XVI dejaron de creer en la autoridad
del papa sobre la Escritura. Esto era conocido como la infalibilidad papal, cualquier
cosa que el papa decretaba se convertía en un dogma. Es decir, un pensamiento que
él tenía de la Escritura llegaba a ser cierto y no podía ponerse en duda. Este dogma
pasaba a tener el mismo o más valor que la Escritura. Por esta razón existían prác-
ticas y creencias que eran contrarias a la Escritura como las penitencias, el pago de
misas, la venta de indulgencias y otras prácticas.

Además, Lutero mostró que desde el inicio de la iglesia los cre-


yentes perseveraban en la doctrina de los apóstoles, es decir, en
la Escritura y ella era la guía práctica para vivir la fe. Así que
era necesario que la Escritura se tradujera al idioma que los
creyentes hablaban.
14 Nuestra Herencia
¡Gracias a la Reforma podemos disfrutar la Escritura! Podemos leer y corroborar la
doctrina de la salvación por gracia a través de, exclusivamente, la fe. Además podemos
vigilar y cuidar la iglesia de los diferentes vientos doctrinales malsanos que se enseñan
hoy en día. El Metodismo rescata la teología esencial de la Reforma que se manifiesta
en su entrega a la Biblia como regla suprema de fe. Esta es nuestra herencia e identidad.

La Reforma y Arminio
La iglesia continuó reformando algunos conceptos, es allí donde
encontramos a Calvino quien instituyó su teología. Además, hizo
un gran aporte a la hermenéutica. La intensión de Calvino era la
de preparar e instruir a las personas para que fácilmente pudieran
leer la Sagrada Escritura y aprovechar de su lección, entendiéndola
bien, e ir por el camino derecho. Calvino enseñaba que una manera
de interpretar la Escritura era interpretar textos difíciles a la luz de
los textos claros. Al igual que, mirar cualquier pasaje a la luz de la
Biblia entera. Además, reconoció que para realizar una buena in-
terpretación era necesario conocer el contexto histórico y cultural de cualquier pasaje,
para poder entender el sentido original del texto bíblico.

Después de que Calvino formuló su teología y la sistematizó, encontramos a Jacobo


Arminio (1560-1609). Él fue calvinista hasta que su profesor de teología Kolmann ex-
presó que el calvinismo presentaba a Dios como un tirano y un verdugo al predestinar,
es decir que: Dios escogió a unos para salvación y a otros para condenación. Esto in-
quietó a Arminio porque presentaba serios problemas, le parecía que negaba la justicia
de Dios al decir que solo algunos fueron escogidos para la salvación. A esto se sumaba
el tema de la expiación limitada, es decir, Cristo murió solamente por los que serán
salvos no por toda la humanidad. Además, le inquietaba la idea de que los elegidos no
podían caer de la gracia, es decir, no podían perderse.

Arminio reflexionó y formuló su respuesta a los calvinistas. Para Arminio, Cristo sí


murió por toda la humanidad y les dio la capacidad de elegir voluntariamente si quieren
ser salvos. Los que reciben la salvación, si no perseveran en ella, sí pueden perderse.
Juan Wesley sería influenciado por la teología arminiana enseñando que la salvación
de Cristo es para toda la humanidad sin ninguna limitación, pero que debe ser elegida
libremente. Debido a que el sacrificio de Cristo es por toda la humanidad creemos que
debemos llevar el evangelio a todos los seres humanos, pues Dios quiere que todos
sean salvos y que ninguno se pierda (2P. 3:9). De ahí que creemos que todos los seres
humanos deben ser salvos por Cristo. Este es un imperativo bíblico. La gracia de Dios
salva a los individuos que responden al llamado de salvación. Las personas no son
“salvas” simplemente por ser personas independientemente de su respuesta o ausencia
de respuestas a Dios en Cristo.

Al comprender esto nos enfocamos en la evangelización de todos los seres humanos


por los cuales Cristo murió. Esta es nuestra herencia e identidad. Nos enfocamos en la
misión de Dios como una forma de practicar el Gran Mandamiento y la Gran Comi-
sión. Amamos a Dios y al prójimo cuando realizamos la Gran Comisión, con palabras y
acciones, damos todo por la causa de Cristo. La gracia radical exige personas radicales
que inviertan radicalmente su vida y sus recursos por Cristo y su causa.
Nuestra Herencia 15
La Reforma radical y el redescubrimiento del sacerdocio
Este movimiento surgió, posiblemente, como respuesta a la situación histórica que si-
guió a la Reforma; podría incluso nombrarse como “la izquierda de la Reforma” (Dei-
ros, 2008, pág. 82). Se puede llamar así porque estos reformadores no se identificaron
ni con los católicos, ni con los protestantes. Los anabaptistas son los representantes
más distinguidos de este movimiento de reforma y tuvieron influencia en Wesley.
La fe radical de los anabaptistas hace énfasis en la Biblia como autoridad suprema,
la iglesia como el conjunto de cristianos regenerados por su encuentro personal con
Cristo, el discipulado reflejado a través de la vida cristiana ejemplar, el amor cristiano
como base de toda relación, absoluta libertad de consciencia y separación radical del
pecado. Quizás lo que más causó la repulsión de estos reformadores fue ir en contra de
cualquier relación entre la iglesia y el estado. Ellos “…creían que el Nuevo Testamento
indicaba una iglesia de creyentes libres, sin apoyo ni reconocimiento del estado, que
era guiada y fortalecida por la Palabra y el Espíritu de Dios” (Deiros, 2008, pág. 84).

Los movimientos de renovación del siglo XVIII


De igual manera, el pietismo fundado por Philipp Jacob Spener
(1635-1705), tiene su aporte a nuestra identidad. Este movi-
miento surgió como respuesta a la rigidez de la iglesia alema-
na que había perdido el aspecto carismático de la fe. Los pie-
tistas básicamente procuraban “redescubrir las implicaciones
personales más profundas de la fe cristiana” (González, 2002,
pág. 306). Spener en un viaje a Suiza quedó impactado por
la vitalidad de la fe que vio en el movimiento baladista. Este
movimiento hacía énfasis en la fe viva que se producía por la
búsqueda continua de una relación personal con Dios. Al volver a Alemania, él inten-
tó aplicar esta nueva forma de concebir la fe con la iglesia que pastoreaba haciendo
reuniones de devocional en su casa. De estas experiencias es que nació su libro más
famoso: deseos piadosos.
Esta consistía en seis deseos santos. El primero era que todos los creyentes desearan
conocer más la Escritura y profundizar en su contenido mediante reuniones en grupos
pequeños en los hogares. El segundo era que los laicos redescubrieran su importancia
en la obra de Dios en el mundo y el sacerdocio de todos los creyentes se hiciera rea-
lidad. El tercer deseo consistía en reconocer el cristianismo como más que formulas
doctrinales y como algo que permea toda la experiencia de vida del creyente. El cuarto
deseo era que todas las controversias que surgieran por asuntos de la fe se lograran dis-
cutir con un espíritu de caridad. El quinto deseo consistía en que la educación pastoral
dejara de ser la enseñanza de mera lógica y de prácticas tradicionales y que se profun-
dizara en enseñarles a cómo ser pastores del rebaño. Y el último deseo era que producto
del anterior, las predicaciones cumplieran el objetivo de instruir, inspirar y alimentar a
los creyentes (González, 2002, págs. 305-308).

Una característica distintiva de los pietistas fue su pasión misionera que hizo que la
universidad Halle, fundada por los pietistas, se convirtiera en un centro de adiestra-
miento para misioneros. Spener decía que “la Gran Comisión les había sido dada por
Cristo a todos los cristianos, y que por tanto todos eran responsables de la conversión
de los no creyentes” (González, 2002, pág. 310).
16 Nuestra Herencia
Nuestra herencia e identidad de estos movimientos de renovación se hace clara en el
celo por la vida de santidad, el estudio consciente de las Escrituras, la salvación por
gracia por medio de la fe en Cristo, en el interés por la predicación del evangelio a
todas las personas y que llegue a todas las necesidades de la persona y en el reconoci-
miento de que en Cristo la salvación es para todas las personas, pero que ellas deben
elegir libremente.

Nacimiento del Metodismo


Las condiciones de Inglaterra eran óptimas para un avivamiento. La corrupción polí-
tica abundaba, el libertinaje y la inmoralidad sexual llegaba a cifras tan altas que “se
dice que la mitad de los niños nacidos en Londres eran bastardos” (Gilmore, pág. 30).
Las condiciones de la iglesia no eran las mejores. Los ministros jóvenes de la Iglesia
Anglicana eran conocidos por su libertinaje y las predicaciones carecían de bases sóli-
das de modo que no producían edificación en los creyentes. Este tipo de hombres eran
ordenados al ministerio por medio de sobornos a los líderes eclesiales.

Fue en medio de este ambiente que Dios llamó a Juan Wesley para generar una ver-
dadera reforma en Inglaterra. Juan Wesley y su hermano Carlos (su compañero en el
ministerio), fueron hijos de Samuel y Susana Wesley. Samuel era pastor de la Iglesia
Anglicana.

Las enseñanzas de Susana Wesley eran prácticas, familiares y amenas; ella reunía a sus
hijos para hacer el devocional en la cocina de su casa. Pero, poco después, algunas per-
sonas le pidieron permiso para asistir a estos tiempos. Así fue como en un corto tiem-
po, en 1712, el grupo creció a 200 personas. Esta situación causó malestar a la Iglesia
Anglicana, y un tanto a Samuel quien se mostró en desacuerdo con el hecho de que una
mujer estuviera al frente de una reunión como esta. Sin embargo, Samuel decide apoyar
a su esposa. Sin duda lo que Susana vivió en esta época tuvo que haber influenciado
positivamente a Juan Wesley, quien veinte años después, junto con su hermano Carlos,
iniciaría el movimiento metodista.

El movimiento metodista surgió dentro de la Iglesia Anglicana en el siglo XVIII y su


precursor fue Juan Wesley. Este movimiento nació en la universidad de Oxford entre
reuniones de unos cuantos estudiantes para buscar la santidad y huir de la ira de Dios.
Estas reuniones eran para orar y estudiar la Biblia y se hacían con una programación
metódica. A manera de burla sus compañeros de universidad llamaron esta reunión
“Club Santo” y posteriormente les dieron el nombre de metodistas, también en forma
despectiva, por la rigurosidad en su planeación.

Desde 1729 Wesley trabajaba en la universidad de Oxford y durante este tiempo se


convirtió en líder del “Club Santo” que su hermano Carlos había iniciado. Juan Wesley
estuvo en Oxford hasta 1735 y partió en un
barco a Georgia, patrocinado por la Iglesia
Anglicana, para ser misionero a los indíge-
nas en Estados Unidos. En 1736, Juan, a
bordo del barco Simmonds, y en compañía
de un grupo de misioneros moravos, descu-
brió que su fe no era genuina. Durante una fuerte tormenta los moravos permanecieron
tranquilos y cantando, mientras que Wesley estuvo atemorizado ante la posibilidad de
Nuestra Herencia 17
morir. Esta experiencia confrontó a Wesley quien comenzó a reunirse con los moravos
diariamente. Luego de su llegada a Georgia y estar un tiempo de misionero, las expec-
tativas de Juan y Carlos Wesley no se cumplieron. Así que Carlos regresó enfermo y
desilusionado en 1736 a Inglaterra y Juan lo hizo un año más tarde.

En 1738 Juan vivió la experiencia que se ha denominado “el corazón ardiente”. Su


experiencia en América no había sido la mejor y la duda que tenía sobre su salvación
y la genuinidad de su fe lo confrontaban fuertemente. Durante una reunión en la calle
Aldersgate, a la que Wesley asistió de mala gana el 24 de mayo de 1738, se leyó el
comentario de Lutero a la carta a los Romanos.

Esta experiencia marcaría el inicio de un nuevo camino para Juan Wesley quien, a
partir de esta fecha, continuó con un fuerte énfasis puritano, es decir, actuar para dete-
ner la corrupción. Y una fuerte inclinación pietista en cuanto al carácter y la conducta
cristiana, la santidad. Junto a estas dos, un gran compromiso social y entusiasmo en la
expresión de la fe.

George Whitfield un predicador itinerante, volvía como misionero a los Estados Uni-
dos, así que le pidió ayuda a Wesley para que se encargara de los mineros en Bristol.
Allí tuvo que predicar al aire libre, cosa que él creía
que solo se debía hacer dentro del templo. Sin em-
bargo, este pensamiento cambió porque despertó
una fuerte pasión por la predicación en cualquier
lugar, entendió que el mundo era su iglesia. Juan
Wesley llegó a expresar: “si este método (la predi-
cación al aire libre) fuera abandonado, temo que la obra entera gradualmente moriría”.
La predicación al aire libre era respalda por los himnos de Carlos Wesley. Carlos com-
ponía himnos cargados de referencias a la Escritura que constituyeron un fuerte aporte
al metodismo. “Se dice que el metodismo conquistó la alianza de las masas, por encima
del calvinismo, porque el calvinismo no produjo cantos” (Gilmore, pág. 34).

Todo esto hizo que en Bristol pronto hubieran más de diez mil personas que anhelaban
reunirse regularmente. Juan Wesley pronto organizó a los creyentes en Bandas, Clases
y Sociedades. El único requisito para pertenecer a estas reuniones era que desearan huir
de la ira venidera y ser salvos de los pecados.

Las sociedades eran la suma de los miembros de las Clases y Bandas. Todos se reunían
en grandes grupos semanalmente con el propósito de orar juntos, recibir la palabra de
exhortación y cuidarse mutuamente con amor, ayudándose unas a otras a ocuparse de
su salvación.

Las Bandas eran grupos pequeños de seis a diez personas en donde se reunían por sexo,
edad y estado civil. Las Bandas tenían como propósito reunirse para obedecer el man-
dato de Dios: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados” (Stg. 5:16). Por la confesión de pecados fueron acusados como
“papistas”. Pero este método fue de gran bendición para el crecimiento espiritual. Estas
se reunían una vez a la semana para saber el verdadero estado de sus almas, de las faltas
que habían cometido de pensamiento, palabra u obra, y de las tentaciones que habían
experimentado desde la última reunión. En pocas palabras era el cuidado pastoral.
18 Nuestra Herencia
Al aumentar el número de feligreses Wesley no tenía mucho tiempo para todos los
miembros. Wesley observó que algunos tenían dones para exhortar, aconsejar y predi-
car y los puso a trabajar, eran personas maduras que tenían “la fe que vence al mundo”
(1Jn. 5:4). Así que dividió las sociedades también en Clases. Estos grupos eran con-
formados por doce personas que fueron líderes y pastores. Wesley puso a dos de cada
diez personas a trabajar en los ministerios como pastores y liderazgos tanto hombres
como mujeres. Ellos tenían las siguientes tareas: 1) visitar a cada persona de su Clase
o Banda una vez a la semana, con el fin de pastorearlos y recibir una contribución vo-
luntaria para ayudar a los pobres. 2) Reunirse con el ministro para informar sobre los
enfermos, y los que daban mal testimonio y entregar la ofrenda recaudada para ayudar
a los pobres.

Ellos también se reunían una vez en la noche e informaban su


progreso espiritual o necesidades y recibían el apoyo y las ora-
ciones de los demás. Se brindaba consejo o reprensión, se arre-
glaban los malos entendidos y luego se concluía con oración
y acción de gracias. Ellos debían guardar algunas reglas como
líderes y pastores. La reunión de Clases tenía énfasis en la dis-
ciplina, ya que mediante una serie de preguntas y la confesión
se aprendía a llevar las cargas unos de otros. Y los que confesaban
sus pecados eran exhortados buscando siempre su restauración.

En resumidas cuentas este sistema fue vital para la renovación y trasformación de la


iglesia. Cada miembro era formado integralmente para la santidad, todos eran forma-
dos para evitar todo pecado, hacer todo el bien que esté al alcance y así cumplir todos
los mandamientos de Dios. Las Bandas y Clases cumplieron dos funciones: evangeli-
zar y discipular. Wesley sabiamente discernió que los inicios de la fe en el corazón de
una persona podían ser incubados, para convertirse en una fe salvadora. Por esta razón
se refiere como “el camino a la salvación”, la salvación es un proceso dinámico.

Wesley se dio cuenta que las Sociedades crecían y se fortalecían cada vez por medio
de las Bandas y Clases. Esta forma de organizar también daba más fruto en la sociedad
porque había reducción de contrabando, reducción del maltrato a esposas y maltrato
infantil, etc.

El metodismo con su insistencia en una vida de santidad y en levantar un pueblo santo


para Dios, se esmeró en la formación de líderes laicos preparados para ejercer el mi-
nisterio dentro y fuera del país. La santidad nunca se percibió como algo personal sino
más bien como una santidad social. Así que se esforzó por llegar a todas las necesida-
des del ser humano, tanto físicas como espirituales. De ahí que se encargó de atender
a los enfermos, proveer a las necesidades de los pobres, proveer educación y su interés
continuo por producir avivamiento.

Además Wesley mostró interés en la obra misionera al comprender que “el mundo era
su parroquia”. Este fue el lema de la obra misionera que se extendió a los cuatro conti-
nentes. Juan y Carlos Wesley fueron impulsados a levantar un pueblo santo para Dios
e impulsar la misión de Dios de forma que responda a todas las necesidades del ser
humano. Gloria a Dios por estos hombres que nos dejaron ejemplos para seguir. ¡Aquí
está nuestra herencia e identidad Metodista Libre!
Nuestra Herencia 19
Wesley fue un hombre que apreció grandemente la tradición pero que estuvo dispues-
to a renovar su visión sobre el ministerio y la forma en que se hacía el ministerio en
la Iglesia Anglicana. Una ley inglesa de 1689 establecía que se toleraban los cultos y
edificios religiosos en Inglaterra que no fuesen anglicanos, siempre que se inscribieran
como tales ante la ley. Así que Wesley se sometió a la ley junto con sus ministros, su
esperanza siempre fue reformar la Iglesia Anglicana.

El naciente movimiento metodista incorporó el culto anglicano que conocía y su es-


tructura de gobierno. La Iglesia Metodista Episcopal (nombre que se le dio a la Iglesia
Metodista en los Estados Unidos) preservó las raíces wesleyanas que había heredado
de su fundador: el ministerio de los laicos hombres y mujeres, el interés por los pobres,
la sencillez en la predicación y un énfasis fuerte en la vida santa. Sin embargo, las co-
sas no siempre se mantuvieron así y hubo una fuerte decadencia espiritual en la Iglesia
Metodista Episcopal.

La herencia Metodista se ve reflejada en los intereses teológicos, eclesiásticos y so-


ciales, articulados por el reverendo Juan Wesley y sus asociados en el siglo XVIII, y
reafirmado a través del movimiento de santidad del siglo XIX (Kendall & al, 2016,
pág. 3).

PATRONES DE IDENTIDAD EN EL
COMPORTAMIENTO METODISTA
Estos comportamientos se combinan para formar lo que podríamos llamar nuestra “cul-
tura comunitaria”.

1. Espíritu de conexión, corazón abierto: porque somos “católicos en espíritu”, so-


mos de conexión a nivel local, nacional, global e interdenominacional. Nos forta-
lecemos más por nuestras relaciones basadas en la veracidad y la gracia a través
del tiempo en la comunidad. Dondequiera que Cristo esté auténticamente presente
fuera del metodismo, extendemos la mano de la comunión y la cooperación.

2. Adoración equilibrada, personas equilibradas: debido a que somos “cristianos


protestantes ortodoxos” que aprecian la tradición, la razón y la experiencia, nuestra
adoración es cálida (espontánea) pero ordenada (empleando las Escrituras y los
sacramentos), equilibrando la santidad (trascendencia) y el amor (inmanencia) de
Dios.

3. Misión impulsada, misión avanzada: creemos que la misión debe impulsar todo
lo que hacemos. Vemos a nuestras iglesias locales como puestos avanzados de mi-
sión. Nuestros pastores son designados, no solo para una congregación y edificio
local, sino también para el ministerio y la proclamación del evangelio a comuni-
dades, pueblos o ciudades enteras. Nos vemos como un movimiento apostólico.
Somos un pueblo “enviado”, encargado de la tarea de alcanzar nuevos territorios y
nuevas poblaciones para Cristo.
20 Nuestra Herencia
4. Gracia libre, gracia radical: proclamamos una gracia que es libre. Jesús dijo que
la obra culminante del ministerio auténtico es esta: cuando los pobres tienen el
evangelio que se les ha llevado. Por lo tanto, los indigentes y los marginados me-
recen nuestro cuidado particular. Esto significa que buscamos aceptar a todos los
que vienen a nosotros, viendo al pecador más desesperado con el potencial de con-
vertirse en un seguidor total y devoto de Jesús. La gracia de Dios tiene el poder de
transformar radicalmente a las personas.

5. Amor mutuo, responsabilidad mutua: vemos los pequeños grupos y células den-
tro del cuerpo de Cristo como el mejor ambiente para el nacimiento, la mentoría,
el estímulo y el cuidado de creyentes nuevos y en crecimiento. Basados en los
primeros grupos metodistas denominados “Clases, Bandas y Sociedades selectas”,
buscamos conectar a todos los buscadores y creyentes sinceros a grupos lo suficien-
temente pequeños como para conocerlos bien y amarlos notablemente.

6. Evangelio relevante, proclamación apasionada: nos esforzamos por hacer que


el mensaje del evangelio sea relevante para nuestra cultura. No hay pecado en ser
innovador y flexible en nuestros métodos de evangelización. Ya que hemos sido re-
dimidos de un pecado significativo, nos apasiona que otros experimenten la libertad
que hemos encontrado en Cristo.

7. Dios santo, pueblo santo: la justificación nos da el privilegio de ir a la vida eterna,


mientras que solo la santidad nos hace aptos para la vida eterna. Nuestro santo Dios
nos llama a ser como Él es. Nuestra conducta y enseñanza deben reflejar la santidad
y el amor de Dios. No buscamos nada menos que la curación de la mente, el cuerpo
y el alma de todos los que están bajo nuestro cuidado.

8. Corazones compasivos, solo acciones: porque creemos en la “responsabilidad


ecológica”, experimentamos angustia por la creciente riqueza de Europa y Amé-
rica del Norte y nuestra indulgencia desproporcionada en los recursos del mundo.
También deploramos el deterioro espiritual concomitante y la falta de voluntad
para hacer sacrificios personales por los demás. Estamos comprometidos a ayudar
tangiblemente como sal y luz en el mundo.

Los valores fundamentales que identifican a los metodistas libres en todo el mundo y
que son herencia de toda la tradición histórica son los siguientes:

Gracia expresada a través del amor


• La gracia de Dios y su bondad alcanza a cada persona, y también nosotros.
• La gracia de Dios nos llena de gracia y amor hacia los demás, como Jesucristo.
• La gracia de Dios nos salva por la fe que obra a través del amor.

Santidad expresada a través de la transformación


• Dios nos llama a ser santos, como es Dios.
• Los santos de Dios viven dedicados a los planes y propósitos de Dios.
• Los que pertenecen a Dios viven como Jesús cuando el Espíritu de Jesús los renueva
a la imagen de Dios mismo.
Nuestra Herencia 21
Eficacia a través de discípulos preparados y comprometidos
• Jesús llama discípulos a seguirlo.
• Los discípulos de Jesús viven en una relación llena de propósito con Jesús como su
Señor.
• Los discípulos de Jesús siguen lo que Jesús está haciendo y llevan mucho fruto.

CONCLUSIÓN
En resumidas cuentas la Iglesia Metodista Libre debe
ser comprendida teniendo en cuenta la herencia de
los diferentes eventos históricos que han afectado a
toda la iglesia cristiana. Por ejemplo, las verdades
expresadas en los credos, su espíritu católico, la
Reforma protestante que nos hereda el reconocimiento
de la Biblia como norma suprema de creencia y conducta,
y su énfasis en la salvación por gracia por medio de la fe y
no por obras. De la herencia católico-anglicana acogió el orden de la iglesia y la forma
litúrgica.

Anteriormente mencionamos que la liturgia de la IML fue heredada de la tradición


católico-anglicana, sin embargo, en Latinoamérica se pueden generar dudas acerca
de cómo esto se evidencia. Estamos en contra del formalismo de los servicios de
adoración que privaban la libertad de Espíritu y proponemos sencillez en cada servicio
dando libertad al desarrollo del culto y permitiendo que se ajuste a cada cultura, pero
conservando la Escritura como el estándar que limita dicho ajuste cultural. De la
herencia Metodista Episcopal conserva su decisión de seguir la posición teológica,
eclesiástica y social presentada por Juan Wesley.

La posición teológica de la Iglesia Metodista Libre es arminiana-wesleyana. Es decir,


que creemos en que la salvación es universal y en que es Dios, por su gracia preveniente,
quien atrae a la humanidad hacia Él, pero le concede la responsabilidad de aceptar o
rechazar la salvación. Creemos que los seres humanos son justificados primero y luego
santificados, por lo cual insistimos en el llamado de Dios en levantar un pueblo santo.
Dios puede limpiar al ser humano de los pecados aquí y ahora, por fe, llenarlos con el
Espíritu Santo, y capacitarlos para llevar a cabo su misión en el mundo, esto es la entera
santificación.

El metodismo desde sus inicios se interesó por todas las necesidades del ser humano,
entendiendo que este era el evangelio de Jesucristo. Esto marcó una consciencia des-
pierta que lo impulsó a luchar por la defensa de los derechos de los más vulnerables.
Desde el siglo XVIII, en Inglaterra, se ve el interés de los metodistas por los pobres y
desamparados y un trabajo consistente por reflejar el amor de Dios no solo con palabras
sino con obras. En América, en pleno siglo XIX se ve este mismo carácter que lucha
por la defensa de la liberación de los esclavos, y que llevó a la IML a la posición radical
de no dar membresía a quienes continuaran a favor de la esclavitud. La equidad en el
trato dentro de la iglesia les hizo rechazar fuertemente la práctica malsana del alquiler
de asientos que solo favorecía a los ricos. Esto lo veremos en la siguiente lección.
22 Nuestra Herencia
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿En qué le ayuda reconocer nuestra herencia de individuos y/o


movimientos reformadores?

¿Cuáles eran algunas de las características que compartían los


individuos que procuraban traer reforma a la iglesia?

¿Cómo podemos convertirnos y convertir nuestras iglesias en


movimientos que continúen dejando un legado significativo
para las futuras generaciones?

¿Cuáles son los patrones de identidad en el comportamiento


que nos identifican de otras denominaciones y por qué son
importantes para usted?

¿Cómo podemos valorar nuestra herencia e identidad Metodista Libre?


2 Nuestra Conciencia
Propósito de la lección
Ayudar al candidato a comprender y apropiarse de nuestro sentido de
responsabilidad social y nuestra preocupación por los problemas e in-
justicias de la sociedad.

Resultados de la lección
Al concluir esta lección el estudiante:
• Comprenderá las bases bíblicas del cuidado de los pobres.
• Comprenderá el origen del metodismo Wesleyano y el Libre.
• Tomará conciencia de nuestras libertades básicas.
• Comprenderá la situación de pobreza latinoamericana.
• Comprenderá nuestra conciencia con la responsabilidad ecológica.

Contenido
• Introducción
• Bases bíblicas del cuidado a los pobres
• Origen del metodismo
• Origen de la Iglesia Metodista Libre
• Libertades básicas
• La pobreza en Latinoamérica
• Responsabilidad ecológica
• Preguntas de reflexión
24 Nuestra Conciencia
INTRODUCCIÓN
J osé y Susana crecieron en el campo. Allí se conocie-
ron y vivieron tiempos inolvidables. Sin embargo, la
violencia los obligó a dejar su pequeña parcela y a huir
hacia la ciudad, en donde construyeron un rancho de
latas y cartón a las afueras de la ciudad. José comenzó
a ir a pie todos los días a la ciudad para buscar trabajo,
pero no lo consiguió. Así que, comenzó a ofrecer sus
servicios como jardinero, con el fin de rebuscarse el ali-
mento para su esposa y sus tres hijos. Habían días que
le iba bien y llevaba alimento a su casa, pero habían
días que no conseguía nada. Así que en esos días que no conseguía nada iba a la plaza
de mercado a recoger algunos alimentos que todavía podían consumirse. Esto lo llevó a
ser conocido en la plaza de mercado, y algunos comerciantes lo contrataron para cargar
bultos de legumbres. Su economía mejoró, pues ya tenía para el sustento de su familia
pero el dinero no le alcazaba para brindarle educación a sus hijos.

Su esposa pensó en trabajar junto con su esposo en la plaza, y salió a trabajar con él.
Ella era una mujer muy valiente que le dejaba las comidas preparadas a los tres niños
que pronto crecieron observando malos ejemplos de los muchachos del barrio. El hijo
mayor de 15 años, Julián siempre veía que sus papás se mataban mucho trabajando
pero que durante tanto tiempo de trabajar de sol a sol, no habían podido ni siquiera
echarle el piso a la casa de lata y cartón.

Así que Julián dejó sus estudios y comenzó a buscar trabajo pero no lo consiguió rá-
pido, pues no sabía hacer nada. Hasta que Jorge, un dueño de una compañía de cons-
trucción lo contrató de ayudante de construcción, pero que al llegar el tiempo del pago
le salió con unos cuantos dólares que apenas le alcanzaba para comprar un pequeño
mercado para su familia. Semana tras semana veía que por más que trabajara no podía
ayudar a sus papás y hermanos como deseaba. Un día un amigo del barrio le dijo que
dejará de trabajar, que eso no lo iba a sacar de la pobreza. Así que se unió a una banda
de delincuentes y empezó a robar para ayudar a su familia.

Julián se hizo famoso pues todos le temían, trabajaba para el “patrón”. Asolaba el ba-
rrio y todo al que se atravesaba le daba bala. Sin embargo, respetaba a unas personas
que iban y visitaban a su familia y les llevaban un pequeño mercado. Julián empezó a
notar la forma como un grupo de la iglesia cristiana iba y trabajaba con sus hermanos.
Notaba cómo les enseñaban del amor de Dios y les daban herramientas para que ellos
pudieran trabajar y estudiar. Julián comenzó a tratar más de cerca con ellos pero toda-
vía era déspota con ellos.

Julián un día cayó en la cárcel, fue condenado a 35 años de prisión. No pudo soportar
pensar que estaría todo ese tiempo en la cárcel y su familia estaba sufriendo por su
culpa. Así que decidió quitarse la vida ahorcándose, pero todo le falló. Así que ese día
con un grito desesperado, clamó al Dios que le habían modelado los cristianos y le pi-
dió que le ayudara. Al pasar tres años salió de prisión y hoy recorre el barrio “algunos
que lo reconocen se asustan pero al instante ven que ahora es otro hombre, fui delin-
Nuestra Conciencia 25
cuente les dice pero Dios me transformó y hoy vengo para invitarlos a que conozcan
su amor” (Santiago Benavides, El ruso, 2011). Julián levantó una iglesia en el barrio
que lo conoció en sus malos pasos, ha trabajado con jóvenes y familias del sector para
la trasformación de la sociedad.

BASES BÍBLICAS DEL CUIDADO A LOS POBRES


El Dios que adoramos tiene un corazón para los oprimidos y heridos. Él es Dios de
justicia y verdad (Sal. 33:5). Los profetas del Antiguo Testamento insistieron que Dios
siempre exige justicia y un comportamiento justo (Dt. 15:7-11 cf. Jer. 22:3). Ellos le
recordaban a las personas que el pueblo de Dios debía mostrar su carácter santo (Lv.
19:1-27). Así que como parte de la vida, debían dejar espacio y recursos para los nece-
sitados, los que sufren y los quebrantados (Dt. 24:17-22). Esto es parte del culto a Dios:
amar a Dios y al prójimo. Hablar de adorar, elogiar y temer a Dios se encuentran junto a
las referencias a la compasión por la viuda, el huérfano y el necesitado (Dt. 10:12-21).
En resumidas cuentas “la primera preocupación misionera de Israel son los que, como
Israel mismo, han compartido las mismas experiencias de esclavitud, marginación,
vulnerabilidad y pobreza” (Sánchez, 2012).

Esto también lo podemos observar en el Nuevo Testamento. Cuando Jesús, el Hijo de


Dios, apareció, anunció lo que su misión fue:

El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista
a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del
Señor.
Lc. 4:18-19, NVI

Jesús les enseñó a los discípulos que en el día del juicio


los verdaderos seguidores descubrirán que cuando hayan
vivido sus vidas en Él sirviendo y ayudando compasiva-
mente, de hecho han estado sirviendo ¡a Cristo mismo!
(Mt. 25:31-46). Esto lo aprendió muy bien el apóstol San-
tiago, él expresó: “La religión pura y sin mancha delante de
Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus
aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo” (Stg. 1:27 NVI). El ver-
bo que se traduce como atender, en griego es “episkeptomai” que contiene la idea de
tener cuidado, visitar, ayudar, encerrando la idea de una preocupación profunda por los
débiles. El conservarse limpio de la corrupción del mundo alude a vivir en la sociedad
pero no compartir sus anti-valores: favoritismo por los ricos, opresión a los pobres y
amor al dinero (Stg. 2:1,6; 5:1-6). Más bien ellos debían tener una fe viva que diera a
los necesitados, débiles y oprimidos (Stg. 2:18-26) porque Dios ha elegido a los pobres
para que sean ricos en fe y herederos del reino (Stg. 2:5). Una fe viva que cambiará los
contextos de opresión y transformará tanto al rico como al pobre en amor (Stg. 2:8 cf.
Mt. 22:24-40).
26 Nuestra Conciencia
De igual manera, la iglesia primitiva tenía una preocupación profunda por los pobres y
los necesitados, junto con la pasión por difundir las buenas nuevas de Cristo e invitar a
nuevas personas a vivir una nueva vida en él (Hch. 2:43-47, 4:32-37, 6:1-7).

ORIGEN DEL METODISMO


Muchos años después de la hermosa comunión y pre-
ocupación de la iglesia primitiva por los necesitados
Juan Wesley, el fundador del metodismo, también lla-
mó a las personas a experimentar la salvación perso-
nal a través del arrepentimiento y la fe en Jesucristo.
Al mismo tiempo, él respondió a las necesidades de
los pobres y necesitados, él buscaba un cambio social.
Así que, abrió un dispensario médico gratuito para los
pobres. Él escribió contra el soborno y el contrabando.
Apoyó el aumento de la educación, particularmente el
movimiento de la escuela dominical. De manera más
amplia la escuela fue creada con el objetivo de enseñar-
les a los muchachos pobres a leer y escribir, ya que ellos no tenían tiempo para asistir a
una escuela normal, porque debían trabajar en las fábricas o minas del lunes al sábado.
Así que, el domingo era el único día que tenían disponible para aprender, pero que des-
pués sirvió para el movimiento de fe. Además, luchó contra el comercio de esclavos en
todo lo que pudo. Apoyó las reformas penitenciarias y la mejora de las condiciones de
trabajo, y dio libremente su dinero en apoyo de estas diversas reformas.

En su prefacio a una colección de Himnos y Poemas Sagrados Wesley escribió: “el


evangelio de Cristo no conoce otra religión, sino la social, ni otra santidad, sino la
santidad social”. En esa misma línea la santidad social tiene dos dimensiones: 1) la
creciente responsabilidad espiritual para dar cuenta al cuerpo de Cristo y 2) mayor res-
ponsabilidad social por las necesidades de los pobres (McKenna, 2000). En ese sentido
es “la fe trabajando por el amor” es la longitud, la anchura, la profundidad y la altura
de la perfección de los cristianos”.

En la vida social, Wesley expresaba que el cristiano sincero es diligente en su trabajo


y cuidadoso en la administración de sus bienes, no malgastándolos en vicios y lujo. El
resultado lógico es que prospera económicamente y a veces llega a ser rico. Pero es di-
fícil ser rico y no caer en la trampa del orgullo, el lujo y el amor a las cosas materiales.
Este amor a las cosas materiales destruye el amor de Dios, porque como dice nuestro
Señor: “ninguno puede servir a dos señores” (Mt. 6:24). Juan Wesley reconoció esto
y enseñó que el cristiano no solamente debe ganar todo lo que puede y ahorrar todo lo
que puede, sino dar todo lo que puede. Según él, esa era la única manera de escapar de
la trampa de las riquezas.

Wesley comprendió que la evangelización no podía ser meramente un discurso sino


que debía ir acompañada con obras de misericordia. Es decir, las buenas obras, visitar a
los presos y familias pobres, y dar todo lo que pudiera para ayudar a los pobres. Así que
al principio de las clases wesleyanas cada miembro traía una pequeña suma de dinero a
cada reunión. Esa ofrenda se usaba para ministrar a los pobres y necesitados. En otras
Nuestra Conciencia 27
palabras, ellos deseaban responder a las problemáticas sociales para una transforma-
ción integral de la sociedad. Para Wesley el trabajo social era una expresión del deseo
de buscar la santidad.

ORIGEN DE LA IGLESIA METODISTA LIBRE


El metodismo siguió creciendo a pasos agigantados al rededor del mundo, pero llegó
un tiempo, en los Estados Unidos, cuando se acomodó a los valores culturales de la
sociedad, y olvidó los principios de su fundador. Entonces, la Iglesia Metodista Epis-
copal, con el ánimo de recolectar recursos económicos para nuevos templos comenzó
a alquilar las bancas de la iglesia. Esto llevó a que solamente las personas adineradas
podían alquilar las bancas para participar del servicio de adoración. Los pobres como
no tenían dinero para alquilar las bancas se sentaban en el piso, otros se quedaban de
pie en la parte de atrás o en el balcón y otros no venían a la iglesia. Además, los ricos
eran los que más dinero aportaban para la construcción de lujosos templos y eran los
que mejor se vestían, en contraste con los pobres que no podían hacerlo y vestían de
manera humilde. Todo esto llevó a la discriminación de los pobres.
Otro tema preocupante en aquella época era el tema de la escla-
vitud. Había protestas antiesclavistas, el racismo era un problema
social grave en los Estados Unidos. Benjamín Titus Robert, la per-
sona más influyente en la fundación de la IML, entendía que la dis-
criminación por raza, sexo o condición socioeconómica no era una
actitud cristiana. Por eso siempre sintió una atracción especial hacia
los que la sociedad marginaba. La Iglesia Metodista Episcopal, de la
cual él hacía parte, no se pronunció en contra de esto, sino que apoyó la
esclavización de las personas negras. Ellos argumentaban que la Biblia
hablaba de la esclavitud y que era permitido, porque nunca se había
prohibido de manera clara. Sino que más bien se daban pautas para que un esclavo
tratara al amo y viceversa (Ef. 6:5-9). Por otro lado, habían comerciantes de esclavos
que creían que las personas negras no tenían alma, y las veían como animales, como
objetos que se podían comprar y vender. Este tipo de mano de obra era la principal
fuente económica que sostenía al país. Así que la iglesia vio esta actividad económica
como normal y fuente de prosperidad. Lo que había expresado Juan Wesley del amor a
las cosas materiales destruyó el amor de Dios y al prójimo.

Estos antivalores de la sociedad se habían apoderado de la Iglesia Metodista Episcopal.


En este contexto de discriminación y opresión se levantó Benjamín Titus Roberts, un
joven estudiante de derecho que se convirtió a Cristo. Luego de esta experiencia tan
profunda sintió un llamamiento para predicar el evangelio. Aunque le faltaba poco para
terminar sus estudios de derecho, abandonó su carrera y se matriculó en la Universidad
Wesleyana para prepararse para el ministerio.
Benjamín Titus Roberts observó que los ricos y los dirigentes de la iglesia apelaban a la
Biblia para apoyar la esclavitud. Además, observó la discriminación hacia los pobres,
pues, solamente los ricos podían alquilar las bancas de la iglesia y eran bien atendidos.
Observó que a los pobres que asistían a la iglesia les tocaba sentarse en el piso, o que-
darse parados por falta de dinero para alquilar bancas. Benjamín también entendió que
el metodismo primitivo era una iglesia llamada para llevar el evangelio a, con y entre
28 Nuestra Conciencia
los pobres. Además, observó que las mujeres podían ejercer liderazgo en la comunidad
de diferentes formas.
Benjamín siempre mostró interés en la Reforma. Desde temprana edad luchó por la
abolición del uso de bebidas alcohólicas y la esclavitud. En sus años de estudios de
derecho usaba su tiempo libre los domingos para enseñar clases en una iglesia de per-
sonas negras. Él creía que todas las personas eran valiosas para Dios, pues eran su ima-
gen, sin importar si eran diferentes en color de piel, sexo o posición económica. Esto lo
llevó a reflexionar más profundamente en cuanto a la mujer como imagen de Dios, pues
si todos los seres humanos son imagen de Dios incluyendo a la mujer y en Cristo son
uno solo (Ga. 3:28), entonces tenían los mismos derechos. Estos eran los beneficios de
la redención de Cristo, además, que era beneficioso contar con la mujer para establecer
el reino de Dios en la tierra.
Roberts entendió que la base de la dignidad humana está en
la imagen de Dios, el hombre y la mujer son su imagen. Así
que, como miembro de la Iglesia Metodista Episcopal abogó
muy formalmente por las doctrinas y prácticas del metodis-
mo primitivo. Roberts escribía artículos en una revista men-
sual,  “El  cristiano  fervoroso”. Allí se oponía a todo tipo de
esclavitud y opresión, de desigualdad en la iglesia con los po-
bres y apelaba al liderazgo de la mujer. Sin embargo, hubo un
artículo que causó más atención, y que fue escogido por los
ministros modernistas para acusar a Roberts y a los otros refor-
madores, se llamaba: “El nuevo pensamiento Metodista”. Este artículo sirvió de base
para las acusaciones que resultaron en la expulsión de Roberts y otros ministros.
El artículo acusó a los ministros modernistas de haber dejado las doctrinas y prácticas
del metodismo primitivo. En su doctrina ellos enseñaban que la justificación y la san-
tificación eran lo mismo. En la vida personal, llamaban fanáticos a los que profesaban
una experiencia religiosa profunda. En la adoración, decían que Dios no se agradaba
con la incorporación de los miembros de la iglesia en la alabanza; que el cristianismo
se expresaba mejor por la generosidad y las buenas obras. Edificaban templos exclu-
sivistas donde los pobres no podían asistir, y llenaban sus servicios con músicos profe-
sionales para ejecutar piezas musicales difíciles. Permitían la mundanalidad en el vestir
y en el vivir; para levantar fondos, alquilaban los asientos del templo al mejor postor;
anunciaban fiestas mundanas, loterías, etc. Concluyó Roberts con las palabras de Jer-
emías 6:16: “Párense en los caminos y miren, Y pregunten por los senderos antiguos,
Cuál es el buen camino, y anden por él; Y hallarán descanso para sus almas. Pero
dijeron: No andaremos en él” (NBL).
No solo en el corazón de Roberts ardía este espíritu de avivamiento. Otros pastores de la
Iglesia Metodista Episcopal compartían su entusiasmo y espiritualidad. Multitudes de
laicos dieron gracias a Dios porque sentían el verdadero metodismo en el pensamiento
de Roberts. Al ser expulsado Roberts y sus seguidores fundaron la Iglesia Metodista
Libre, sin esclavistas y sin esclavos y en donde los pobres y mujeres eran tenidos en
cuenta como personas creadas a imagen de Dios. La misión fue ser una iglesia que lleva
el evangelio a, con, y entre los pobres. Su misión fue fundar iglesias que traen a los
pobres dentro de la comunidad cristiana; y ver los problemas sociales, económicos y
políticos desde la perspectiva de cómo afectan a los pobres y oprimidos para ayudarlos.
Nuestra Conciencia 29
En respuesta a toda la situación de opresión, esclavitud y discriminación, la Iglesia
Metodista Libre comenzó a responder a las necesidades de los pobres y oprimidos. De
manera que aplicó la simplicidad en los templos, es decir ya no eran templos lujosos,
ni con grandes músicos, sino que eran templos sencillos. Además, comenzó a enseñar
un discipulado de simplicidad, es decir, enseñaba que se debía vivir de manera sencilla,
sin lujos en las casas, ni en la forma de vestir para no discriminar a los pobres. En pocas
palabras, rechazó toda forma materialista en la vida de la iglesia de malgastar en vicios
y lujos. Esta forma de vida les daba más empatía con los pobres y oprimidos. Todo esto
se dio por la preocupación por los pobres y oprimidos.
Así que Benjamin Titus Roberts apoyó a los pobres con una alianza de agricultores
y ayudó a lanzar el movimiento de agricultores. Además, abogó por una reforma
económica, y propuso que se retiraran las restricciones de la ordenación de la mujer.
Roberts logró cambiar la estructura económica de la sociedad y sus leyes a favor de
la esclavitud desde la iglesia, no desde el poder político. Años más tarde, Benjamin
Titus Roberts publicó un libro que se titulaba “La ordenación de la mujer” (una nueva
versión de ese libro acaba de ser publicada). Así que, años más tarde de la publicación
del libro, en 1894 Ellen Roberts fue elegida la primera presidenta de la sociedad de
mujeres misioneras. Roberts entendió que Dios se preocupaba por los pobres y dis-
criminados, que Dios quería una trasformación de las personas y la sociedad.
De esta manera, la Iglesia Metodista Libre busca evangelizar y servir, ser luz y sal, e
instaba a los cristianos individuales y a las iglesias locales a buscar una variedad de
medios para hacer ambas cosas. El pueblo de Dios está llamado a una gran generosidad
para los necesitados, especialmente para los débiles y abandonados, las viudas y los
huérfanos, y para aquellos que no pueden defenderse.

Esta preocupación por los quebrantados y los pobres ha sido durante mucho tiempo
un énfasis entre nosotros los metodistas. Dado que estamos llamados a ser luz y sal
para el mundo, las iniciativas creativas para ayudar a los débiles siempre deben ser
consideradas. Esto es un patrón que nos identifica como metodistas: tener corazones
compasivos, demostrados en acciones hacia los pobres, oprimidos y necesitados. Expe-
rimentamos angustia por la creciente riqueza desproporcionada y nuestra satisfacción
desproporcionada en los recursos del mundo. También lamentamos el deterioro espiri-
tual relacionado con la explotación de los recursos naturales y la falta de voluntad para
hacer sacrificios personales por los demás. Estamos comprometidos a ayudar tangible-
mente como sal y luz en el mundo. Estos comportamientos se combinan para formar lo
que podríamos llamar nuestra “Cultura comunitaria”.

LIBERTADES BÁSICAS
En 1860 la palabra “Libre” que aparece en el nombre de la Igle-
sia Metodista Libre enfatizó algunas libertades básicas que en-
contramos en la Escritura:

• La libertad humana, la cual se afirma en el derecho que tienen todas


las personas de ser libres, negando así el “derecho” que otras personas re-
clamaban de tener sus propios esclavos.
30 Nuestra Conciencia
• La libertad y la sencillez en la adoración.

• La libertad de sentarse en cualquier asiento que hubiera en la iglesia, para que las
personas pobres no fueran discriminadas.

• La libertad en las relaciones, que fueran sinceras, abiertas y basadas en la libertad,


para que así la verdad pueda ser hablada con honestidad (evitando los votos que
algunos habían hecho en secreto).

• La libertad otorgada a los laicos, para que ellos sintieran que se podían involucrar en
la toma de decisiones que se hicieran a todos los niveles.

• La libertad de prescindir de lo material con el fin de ayudar a las personas pobres.

Los principios bíblicos sobre los que se basan estas libertades son tan importantes hoy
como lo fue ayer y como lo serán siempre.

LA POBREZA EN LATINOAMÉRICA
“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de
los deseos” (Platón). La frase anterior muestra muy bien la realidad de nuestra socie-
dad. No es que los recursos naturales, que Dios ha creado, se han acabado, sino que
se han multiplicado nuestros malos deseos. Es decir, el deseo de poseer cada día más
sin tener en cuenta a los demás. La pobreza es el producto de situaciones y estructuras
económicas, sociales y políticas que oprimen al ser humano. Aunque en muchas situa-
ciones no es así, sino más bien por las malas decisiones que se toman. Sin embargo, los
pobres no están en esa situación de pobreza por ser flojos y viciosos, sino más bien es
el producto del pecado en el corazón del ser humano. De ahí que, Jesús expresó: “a los
pobres siempre los tendrán con ustedes” (Mt. 26:11). Debemos notar que Jesús estaba
citando el Antiguo Testamento, la responsabilidad de ser pueblo de Dios: por eso deben
abrir las manos en generosidad hacia los pobres (Dt. 15:11).

Por tal razón, las palabras de Jesús no pueden ser mal interpretadas, o usadas como
una excusa para no hacer nada por los pobres. Nadie puede decir no importa lo que
hagamos siempre van a haber pobres en el mundo. Esta idea no se ajusta a la teología
bíblica. Más bien en el contexto de la cita Jesús nos muestra que al decir esto Él estaba
llamando a sus discípulos a preocuparse por los pobres y tomar responsabilidad para
ser generosos con los pobres. Así lo entendió la iglesia primitiva (Hch. 2:44-45), San-
tiago (Stg. 1:27), Bernabé (Hch. 4:32-37) y hasta Pablo (Hch. 20:35).

El dios riqueza ha conquistado muchos corazones y por esta razón los pobres siempre
estarán con nosotros. Por tal razón, la desigualdad y la pobreza ha ido aumentado en
Latinoamérica. En 2017 se registraron 186 millones de personas en situación de po-
breza en la región, lo que representa 30.7% de la población y un aumento de 1% en
comparación con el año anterior (El Periódico, 2018).

La experiencia del dolor de los campesinos, indígenas, personas negras, y todos los
pobres y discriminados está tomando nuevas formas en las barriadas y campos latinoa-
Nuestra Conciencia 31
mericanos. El clamor de estas personas se está haciendo cada día más claro y fuerte por
la situación inhumana de pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada
por ejemplo, en mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud,
salarios de hambre, desempleo y subempleo, desnutrición, inestabilidad laboral, migra-
ciones masivas forzadas y desamparadas, etc. Esta es la situación de nuestros hermanos
en Latinoamérica, una situación de dolor y pobreza.

Esto es contrario al plan del creador, pues los seres humanos fuimos creados a imagen
de Dios para vivir en armonía y disfrutar de toda la creación. La buena administración
de los recursos que Dios nos ha dado muestra el carácter del Creador en nosotros y lo
honran a Él. Así que no podemos vivir una vida de indiferencia al dolor de los pobres
y necesitados. No podemos acomodarnos a los valores de nuestra sociedad que piensa
que dar es perder, el dar nace de una acción del Espíritu Santo en nuestros corazones.

Ahora bien, cuando vivimos de espaldas a las grandes mayorías empobrecidas, y no


nos preocupamos por ellas ¿cómo vamos a amarlas?

RESPONSABILIDAD ECOLÓGICA
Estamos llamados a entender nuestra responsabilidad ecológica presente dentro de la
creación como una responsabilidad final a la que nos llamarán el último día. La mi-
sericordia de Dios finalmente se extenderá sobre todas las obras de Dios. La justicia
de Dios continúa en medio de la alienación de la vida de la criatura, y eventualmente
se resolverá. Mientras tanto, se nos anima a ser misericordiosos como Dios es mi-
sericordioso. ...la promesa de liberación general ablanda nuestros corazones a los
corazones de aquellos pequeños y de aquellos oprimidos a quienes el Señor cuida...
amplía nuestro corazón hacia aquellos a quienes Dios no olvida (Oden, pág. 130).

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Cuáles son las bases bíblicas del cuidado a los pobres?

¿Cómo contribuyó Wesley a la trasformación social de su época?

¿A qué se debió la decadencia del Metodismo?

¿De qué forma Roberts fue parte de una trasformación social?


32 Nuestra Conciencia
¿Cómo aplicaría los principios bíblicos que rescató Roberts hoy en día?

El teólogo Metodista Libre Howard Snyder dice: “El espíritu y materia no son dos
mundos diferentes. Ambos son dimensiones entrelazadas del mundo que Dios creó
en su totalidad y quiere redimir, salvar, liberar y sanar en su totalidad” (Snyder,
2016, pág. 8). Vea el video en el enlace y a partir de este comparta con su grupo de
formación o mentor ¿cómo entiende su responsabilidad ministerial no solo con la
humanidad sino con toda la creación?
Restaurar el mundo
https://www.youtube.com/watch?v=uNUN7hh4Qb0&t=32s
3 NUESTRA TEOLOGÍA

Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a conocer e identificarse con las convicciones
teológicas de la Iglesia Metodista Libre.

Resultados de la lección
Al finalizar esta lección el estudiante:
• Comprenderá los rasgos doctrinales distintivos de la Iglesia Meto-
dista Libre.
• Confrontará sus ideas personales con la perspectiva denominacional
con miras a identificar el grado de compatibilidad para un ministerio
saludable, efectivo y a largo plazo dentro de la Iglesia Metodista
Libre.
• Podrá explicar a otros los elementos doctrinales distintivos de la Ig-
lesia Metodista Libre.

Contenido
• Introducción
• Nuestra perspectiva sobre la persona de Dios (Teología)
• Nuestra comprensión de la salvación (Soteriología)
• Nuestra perspectiva del ser y hacer de la iglesia
(Eclesiología)
• Nuestro pensamiento sobre los “últimos tiempos”
(Escatología)
• Actividades de evaluación
34 Nuestra Teología
INTRODUCCIÓN
E xisten por lo menos un par de formas en que conocemos a una persona: la prime-
ra, es por medio de una relación, la segunda es por medio de una investigación.
Creo que la mayoría de nosotros coincidiremos en que preferimos la primera forma.
Esta fue, por ejemplo, la manera en que la mayoría de nosotros conocimos a nuestros
cónyuges; nos presentaron, se despertó un interés que hizo que buscáramos un nuevo
encuentro, y luego otro, y otro, y otro… Sin embargo, con los días, empezamos a “ave-
riguar” por ejemplo, su fecha de cumpleaños, su color favorito, sus lugares preferidos;
luego aprendimos sobre su familia, sus tradiciones, etc. De esta forma, entre más nos
relacionábamos, más averiguábamos, más nos conocíamos y posiblemente más nos
enamorábamos.

Nuestro conocimiento de Dios es bastante similar. Un día nos lo presentaron y, sin sa-
ber mucho, experimentamos un deseo de pasar más tiempo con Él. Poco a poco el tiem-
po juntos ha hecho que investiguemos más sobre la persona de Dios. En esta lección
presentamos lo que los metodistas libres hemos aprendido acerca de Dios y constituye
nuestra herencia teológica. Esta es una parte importante de nuestra identidad y espera-
mos se convierta en un tesoro para usted.

Al hablar de teología hacemos referencia a nuestra comprensión sobre Dios y sus re-
laciones con el ser humano y toda su creación. Consideramos que nuestra teología
es muy balanceada y, muy fiel al espíritu wesleyano, se enriquece de lo mejor de di-
ferentes vertientes del cristianismo al reconciliar asuntos que parecen aparentemente
contradictorios. Este capítulo no abarcará todos los componentes, eso lo haremos en
los módulos de Teología I, Teología II y en alguna manera en Teología Wesleyana; sin
embargo, abordaremos aquellos que son clave y/o nos distinguen de otras tradiciones
cristianas. El material presentado en esta lección es una adaptación de algunas partes
de la sección 1 del “Manual de pastores y líderes de iglesia” de la IML.

NUESTRA PERSPECTIVA SOBRE LA PERSONA


DE DIOS (TEOLOGÍA)
Lo primero que presentaremos es nuestra com-
prensión de la persona misma de Dios. Una
pregunta de fondo en este aspecto es: ¿cómo
es Dios y cómo se relaciona con una creación
libre? Este es un asunto polémico.

Una perspectiva tradicional del mundo evangé-


lico es la que se presenta en el acróstico TULIP.
En esta perspectiva la metáfora principal es la
de Dios como el soberano, el rey, que decreta
y en su creación irremediablemente se hace su
voluntad; Dios es presentado como alguien que
Nuestra Teología 35
elige, determina o dicta los términos de nuestro destino eterno y muchos de los deta-
lles relacionales y experienciales de nuestras vidas. Sin embargo, en nuestro concepto
consideramos que, si bien la metáfora del soberano es muy importante en las Escrituras
para referirse a la relación entre Dios y su creación, la principal metáfora bíblica para
esta relación es la del Padre; Dios trabaja de manera providencial con nosotros para
llevarnos a su objetivo predeterminado de redimir a todas las personas a través del arre-
pentimiento y la fe en la obra salvífica de Jesucristo. Por ello consideramos que con el
acróstico ROSA podemos presentar una mejor comprensión de la persona de Dios en
relación a su creación (Callen).

R —Dios es Relacional
“Dios anhela establecer una relación con cada ser humano y con toda su creación”.
El primer atributo de Dios es que Él es relacional. Esta es la forma preferida por Dios
para responder a su creación; Él no es distante o lejano. Las Escrituras nos presentan
claramente un Dios que anhela apasionadamente relacionarse con su creación. Por ello
Dios dio a Jesús para que llevara nuestros pecados y de esta manera crear una posibi-
lidad de relacionarnos; sin embargo, no impuso a Jesús y su obra sino que, a pesar del
riesgo que significaba, permitió que nosotros decidiéramos libremente amarlo. Dios se
arriesgó a ser rechazado.

Que Dios es relacional, lo podemos ver claramente en la Trinidad. El Padre, el Hijo y


el Espíritu Santo se relacionan e interactúan. De la misma manera, Dios también in-
teractúa con nosotros, atrayéndonos con amor y extendiéndonos su gracia. ¡Dios nos
alcanza y establece una relación con nosotros!

Esta relación es recíproca y se da bajo el paraguas de la trascendencia de Dios. Un


ejemplo bíblico clásico de esta interacción se encuentra en Génesis 22, donde Dios
probó a Abraham con respecto al sacrificio de Isaac, Abraham actuó en obediencia, y
luego Dios afirmó: “Ahora sé que temes a Dios…” (12b). Otro ejemplo lo tenemos en
Jeremías 32:35b, donde Dios confiesa: “…ni siquiera se me había ocurrido. De este
modo hacían pecar a Judá”. En los dos textos podemos ver a Dios en alguna manera
sorprendido por los actos humanos Ahora sé y ni siquiera se me había ocurrido.

O —Dios Obra abiertamente


“Dios obra en nosotros aun a pesar de nuestras elecciones”.
Dios es inmutable, es decir, que Él no cambia con respecto a su esencia y carácter. Pero,
por otro lado, en lugar de definir nuestras acciones y nuestros destinos finales de una
manera predeterminada, Dios obra en nosotros dependiendo de las numerosas eleccio-
nes que hacemos. Esto significa que Dios se ajusta por medio del Espíritu, a través de
la providencia y por medio del dolor para empujarnos o nutrirnos hacia elecciones que
se alinean con su voluntad y gracia. A través de la oración de Abraham, Dios ajustó sus
criterios para juzgar a Sodoma y Gomorra. A través de la conversación con Moisés,
Dios cambió de opinión con respecto a la destrucción de Israel. Esto implica que Dios
se arriesga, ya que no predetermina quién de nosotros será salvo o que cualquiera de
nosotros elegirá automáticamente a Cristo.

Dios escogió o eligió que hubiera una iglesia, el cuerpo de Cristo, y que este cuerpo
llegara a existir a través de la obra redentora de Jesús. Por lo tanto, la elección para

36 Nuestra Teología
salvación es corporativa, no individualista. Tiene que ver con los individuos solo cuan-
do se arrepienten y confían en Cristo, convirtiéndose así en parte del cuerpo de Cristo.

A medida que Dios se arriesga en el proceso, en lugar de tomar el control total, Dios
es amoroso, sensible y reacciona a la elección humana. La historia humana va siendo
moldeada por nuestras decisiones, tanto buenas como malas. Dios se vuelve vulnerable
a la elección humana y normalmente no las anula (al menos no de inmediato). Así pues,
podemos tener confianza en que la victoria final es segura pero el futuro es abierto, no
estático o predeterminado.

S —Dios Sufre
“Dios escogió sufrir en lugar de imponerse”.
Así como el dolor y el sufrimiento son partes reales de nuestra experien-
cia, también Dios, especialmente en el Cristo encarnado, entra en nues-
tro sufrimiento. Dios eligió la muerte para el Hijo, de modo que cuando
elegimos identificarnos por la fe con Jesús, no se nos pedirá que hagamos
algo distinto a lo que Él ya ha hecho.

Dios nos permite rechazar al Hijo. Aun cuando Dios nos responde abier-
tamente, es obvio que hubo ciertas cosas acerca de los medios de salva-
ción (es decir, la encarnación de Jesús, la vida, la muerte y la resurrec-
ción) que fueron “establecidas” o determinadas en el consejo divino. Nada de lo que las
personas puedan hacer cambiará eso jamás. Por ejemplo, en Lucas 9:43b-45, Jesús dijo
a los discípulos que iba a ser traicionado. Jesús sabía que la traición, el sufrimiento y la
crucifixión se avecinaban si continuaba siendo obediente al plan del Padre.

Pero incluso aquí, la apertura de Dios se mostró en la forma en que respondió al mal
perpetrado sobre Jesús. Jesús no tomó represalias. El padre no tomó represalias. Más
bien, la divinidad se negó a derribar por la fuerza la resistencia del mal. Dios no se
impone sino que hace un llamado al corazón de los seres humanos libres.

Walter Bowie lo escribió así:

El poder de Dios, que puede obrar sus maravillas para los que lo anhelan y son recep-
tivos, no destruirá por la fuerza el mal. Eso no cambiaría el espíritu del mal. Dios se
deja rechazar, hasta que finalmente las personas, vean en sí mismos las consecuen-
cias de ese rechazo, se vuelvan avergonzados y se arrepientan de haberse negado a
la bondad de Dios. Esa es la majestad de Dios; el último y extraño poder que debía
encarnarse en la cruz.

Clark Pinnock afirma:

El poder del amor, el poder que permite las relaciones genuinas, ciertamente no es
una forma de poder disminuido o inferior... Jesús compara a Dios con un padre que
deja que su hijo salga de casa y aprenda por sí mismo que el pecado lleva a la des-
trucción”. “…El verdadero poder de Dios se revela en la cruz de Jesucristo. En este
acto de sacrificio, Dios despliega el poder en el modo de servicio, venciendo a los
enemigos no aniquilándolos sino amándolos.
Nuestra Teología 37
A —Dios Actúa en todas partes
“Dios está presente y actuando en todo lugar”.
No hay ningún lugar en donde Dios no esté presente o activo. Por medio de su Espíritu,
su Palabra y su cuerpo, la iglesia, Dios está buscando el rescate, la reconciliación o la
redención de cada ser humano.

Es fácil pensar que hay lugares, culturas y/o personas donde Dios no está trabajando.
Sin embargo, su gracia preveniente se extiende a todas las personas, independiente-
mente del grado de exposición a la Palabra revelada (la Biblia) o la Palabra encarnada
(el Cristo). Dios no deja a nadie solo. Dios persigue apasionadamente, pero no domina
ni coacciona. El deseo de Dios es que todas las personas tengan vida y vida plena.

NUESTRA COMPRENSIÓN DE LA SALVACIÓN


(SOTERIOLOGÍA)
“El Camino de Salvación” según Wesley
El siguiente asunto que abordaremos es la salvación. El principal asunto que se debe
comprender es que nosotros no entendemos la salvación como un suceso momentáneo
sino como un proceso que bien se puede comprender como un camino. Juan Wesley, el
personaje principal en la fundación del metodismo, ofreció una visión clara del proceso
mediante el cual las personas pasamos de estar muertas en pecados a vivir plenamente
en Cristo, como personas maduras y santas. Wesley habló y escribió sobre una serie
de transiciones graduales e interrelacionadas. A continuación presentamos un esquema
que resume los principales puntos del “Camino de Salvación” según Wesley (Maddox,
cap. 7).
1. Regeneración: nuestro camino de salvación comienza antes de que nosotros pen-
semos en volvernos a Dios. Antes de que busquemos a Dios Él nos busca a nosotros
y nos capacita para responder a su oferta de salvación. “Wesley enfatizó que hay
un grado crucial de regeneración antes del nuevo nacimiento: el efecto universal y
regenerador que surge de la gracia preveniente. Es solo a través de la gracia preve-
niente que una persona puede venir a Dios arrepentida
y recibir la renovación más profunda que proviene de Regeneració
n
una relación restaurada con Dios por medio del perdón”
(pág. 159).
e s p ertar
D
2. Despertar: antes que accedamos a la salvación, debe- Arrepentimiento
mos darnos cuenta de la necesidad que tenemos de ser
renovados en Cristo, ya que nuestros sentidos espiri-
tuales están dormidos. Este despertar comúnmente se da Justific
ación
a través de tragedias, desastres naturales, sermones y con-
versaciones, y por la convicción directa del Espíritu San-
Santificación
to. Como consecuencia se da la eliminación de la apatía
acerca de la condición espiritual (pág. 160-161).
3. Arrepentimiento: existe un arrepentimiento que se da an-
tes de la justificación, este es un regalo de Dios y se basa en
38 Nuestra Teología
la convicción de ser pecador e indefenso para salvarse. También existe un arrepen-
timiento dentro de la vida cristiana que se refleja en dejar de hacer el mal y abrirse
a la obra transformadora de Dios en nuestras vidas (pág. 161-163).
4. Justificación: esto significa que somos perdonados y aceptados por Dios. Dios
todopoderoso nos perdona en virtud de los méritos de Cristo. Nunca “ganamos”
o “merecemos” el perdón de Dios, aunque siempre es nuestra responsabilidad re-
sponder a la amable aceptación de Dios. Cuando somos justificados, somos adopta-
dos en la familia de Dios y, a través del Espíritu Santo, podemos ser hijos obedien-
tes (pág. 166).
5. Santificación (transformación moral real): sostenemos que el mayor valor de
la justificación (ser perdonado y aceptado por Dios) es que constituye la puerta
de entrada al objetivo mayor que es la santificación (nuestra recuperación de la
imagen de Dios). De tal manera que, como lo dijo Miguez Bonino: “Wesley en
realidad transpuso el tema protestante de ‘justificación gratuita mediante la fe’ a
‘santificación gratuita mediante la fe’”. Citando a Maddox: “...tener la capacidad de
crecer a la semejanza de Cristo (es decir, el nuevo nacimiento) depende de la gracia
perdonadora de Dios (justificación inicial), mientras que la continua aceptación de
Dios (justificación final) depende de nuestro constante crecimiento a la semejanza
de Cristo (santificación, liberación del pecado, no solo de la pena del pecado)”. “La
perfección cristiana” fue la frase principal de Wesley para describir la restauración
de la imagen de Dios en nosotros. A menudo definió esto como: “el amor humilde,
suave y paciente a Dios y nuestro prójimo, que gobierna nuestros temperamentos,
palabras y acciones”. Es importante tener en cuenta que no solo se dice que “el
amor está presente”, sino que también “el amor es” (pág. 177).

Como Metodistas Libres comúnmente hablamos de “cri-


sis espiritual” para describir puntos de arrepentimiento y
salvación de fe en Cristo o para describir actos de consa-
gración a los propósitos de Dios y la entrega de nuestro ego o
“falso yo” a Dios.

Pero también hablamos comúnmente de “proceso” cuando las per-


sonas se mueven gradualmente, en lugar de dar saltos repentinos de
crecimiento espiritual. El progreso constante puede incluir incluso una
regresión ocasional. Si bien cada paso tiene sus propias características,
en la vida real el movimiento de una etapa a la siguiente puede parecer
poco a poco, incluso dolorosamente lento. Hacemos lugar tanto para la crisis como
para el proceso en nuestra comprensión de la obra redentora de Dios.

La gracia de Dios, la soberanía de Dios y la libertad humana


“Dios crea de acuerdo con su voluntad soberana y gobierna con justicia todo lo que
ha sido creado. Dios no sobrepasa y desplaza la libertad humana mediante la coacción
de la toma de decisiones humanas. Más bien, Dios le da a la humanidad la gracia sufi-
ciente para que según su libertad pueda responder y, a la vez, sea responsable por esa
libertad” (Oden, pág. 117).

La gracia no está dividida ni fragmentada: es el derramamiento del amor de Dios en


Cristo a través del don del Espíritu Santo. Esta gracia se puede ver desde diferentes án-
Nuestra Teología 39
gulos, dependiendo de los resultados que produce en cada individuo en diferentes eta-
pas de su peregrinaje espiritual. Lo que observamos también depende de las diferentes
situaciones en que se experimenta esa gracia. En cada circunstancia, Dios proporciona
el aspecto de la gracia con el que podemos cooperar, pero contra el cual también pode-
mos resistir trágicamente. Por ejemplo:
1. Gracia preveniente: “nos capacita para elegir cooperar con la gracia salvadora al
ofrecernos libremente la capacidad de responder a la gracia, de modo que la perso-
na pueda convertirse libre y progresivamente en un participante activo y dispuesto
a recibir las condiciones para la justificación” (Oden, pág. 243). Esta gracia va
antes de nuestras respuestas más abiertas y conocedoras a la gracia, nos prepara
para escuchar y nos lleva a Cristo.
2. Gracia convincente: antes de que lleguemos a la fe en Cristo, Dios está con-
stantemente presente y actuando. Nosotros estamos condenados por la ley escrita
en nuestros corazones y entonces respondemos al evangelio, pero esto no es un
acto puramente humano. Es ante todo una respuesta a la gracia de Dios, que nos
ha revelado la verdad. Esta verdad nos convence de nuestro propio pecado, de la
posibilidad de justicia y de la realidad del juicio.
3. Gracia resistible: los seres humanos como agentes morales libres pueden resistir
la gracia de Dios en cualquier etapa del desarrollo espiritual. Tal resistencia retrasa
el arrepentimiento del pecado y la fe por años o por toda la vida, y por lo tanto, in-
terrumpe la salvación o impide la madurez. En lugar de hacer lo que algunos creen
que son elecciones inevitables en respuesta a los decretos divinos, las personas
pueden rechazar la oferta divina de perdón.
4. Gracia justificadora: Dios nos sostiene y nos ayuda a tener una fe salvadora en la
obra salvífica de Cristo. A través del regalo de la fe, comienza nuestra relación de
salvación con Dios, y somos liberados de la culpa y la condena del pecado.
5. Gracia santificadora: Dios, a través de la ayuda y la obra del Espíritu Santo, nos
impulsa a ablandarnos, someternos, rendirnos o consagrarnos a Él y sus propósit-
os. Al hacerlo, avanzamos hacia la semejanza de Cristo. Ya no somos esclavos del
egocentrismo (Ro. 6).
A través de la presencia del Espíritu Santo, los pecados que surgen del “falso yo”
son rechazados (crucificados). El resultado práctico es una semejanza creciente
con Cristo. Del mismo modo, en las relaciones ya no necesitamos controlar ni
dictar resultados, manipular a las personas o temer las indicaciones de Dios. Las
actitudes se suavizan y la ira se disipa.

Por lo tanto, podemos amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo
como a nosotros mismos. Esta profunda relación con Dios resulta en una crecien-
te improbabilidad de pecados voluntarios. Sin embargo, Wesley observó que los
afectos pecaminosos pueden resurgir en las vidas que habían sido gobernadas por
el amor.
6. Gracia renunciable: El peregrinaje espiritual es una relación con Dios en Cristo
sostenida por la ayuda del Espíritu Santo. Esta relación nunca es estática. Estamos
progresando o retrocediendo en el amor. Las personas llenas del Espíritu pueden
40 Nuestra Teología
pecar. Si se descuida el arrepentimiento y no se busca el perdón, tal pecado puede
convertirse en un patrón habitual que endurece el corazón. Se nos advierte en He-
breos 3:7-15 y 4:7b-13 contra tales decisiones de “probar a Dios”, por medio de
las cuales algunos se apartan de la fe.

Como Dios no se impone a los agentes morales libres, la apostasía es posible,


aunque no es probable y no es común. Hebreos describe a estas personas diciendo:

Es imposible que renueven su arrepentimiento aquellos que han sido una vez ilu-
minados, que han saboreado el don celestial, que han tenido parte en el Espíritu
Santo y que han experimentado la buena palabra de Dios y los poderes del mundo
venidero, y después de todo esto se han apartado. Es imposible, porque así vuel-
ven a crucificar, para su propio mal, al Hijo de Dios, y lo exponen a la vergüenza
pública.
Heb. 6:4-6

El amor de Dios es firme. Del mismo modo, la gracia de Dios nunca es inadecuada
o retirada. Dado que Dios elige no dominar la voluntad de una persona, él o ella
puede, por desvío, decisión o indecisión, pasar de la confianza a la “desconfianza”
o la incredulidad en la obra salvífica de Jesucristo.
7. Gracia glorificadora: después de una vida en la que hemos sido cambiados “de
gloria en gloria”, entramos en la presencia de Dios, haciéndonos como Él. Lo ver-
emos tal como es. Entonces la gracia habrá transformado totalmente nuestro ser.

Afirmaciones clave sobre la salvación


1. Todos pueden ser salvos. Dios quiere salvar a todas las personas. Cristo murió
por todos, no solo por un “grupo selecto”.
2. Todos pueden tener la seguridad de una relación de salvación con Dios. El
Espíritu Santo lo confirma, “testificando” a nuestro ser interior: “Tú eres mi hijo”.
3. Todos pueden ser transformados y liberados. A través de la plenitud del Espíri-
tu Santo y el amor derramado de Dios, las personas podemos ser transformadas y
libradas del egocentrismo destructivo con el que nacemos.

NUESTRA PERSPECTIVA DEL SER Y HACER


DE LA IGLESIA (ECLESIOLOGÍA)
Dios y la salvación han sido la primera parte de la presentación
de nuestra teología. Ahora bien, el plan de ese Dios para los que
están en el camino de salvación no es que permanezcan desco-
nectados. Su anhelo es que caminen juntos, pues no hay otra
forma de perseverar y mantenernos en el camino. Así que el
siguiente asunto clave que debemos presentar es nuestra
perspectiva sobre el ser y hacer de la iglesia, lo que en tér-
minos técnicos se conoce como eclesiología.
Nuestra Teología 41
Nosotros concebimos la iglesia como el cuerpo de Cristo en el mundo; al Espíritu Santo
como quien supervisa, bendice, asiste, estimula y mantiene fuerte la vida de la iglesia.
La Palabra nos alienta al decirnos que las “puertas del infierno” no prevalecerán contra
la iglesia.

Sin embargo, reconocemos que la iglesia local es guiada día a día por personas que
aún no son todo lo que Dios espera que sean. Por lo tanto, la iglesia puede ser desviada
por presiones culturales y personales y perder su sentido de dirección. Por tal motivo,
presentamos las actividades principales de la iglesia, de tal forma que estas señales el
ministerio de cada iglesia local.

Adoración
La adoración a Dios es la actividad central del pueblo de Dios, la realidad fundamental
de toda la vida. El salmista dijo: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siem-
pre lo alabarán” (Sal. 34:1). Durante cientos de años, esta vida de adoración continua
ha sido moldeada y alimentada por reuniones especiales y por la adoración diaria,
semanal y personal en la que Dios es alabado y sus actos de salvación son contados.

Evangelización
Al sumergirnos en la adoración, Dios permite que su iglesia conozca
el anhelo de su corazón para las personas. Esto nos lleva de regreso
a nuestro mundo para compartir las buenas nuevas de su amor de tal
forma que más y más personas puedan conocer, amar y adorar al úni-
co Dios verdadero. Este ha sido el deseo expreso de Dios tanto en el
Antiguo Testamento al pueblo de Israel, cuando ellos fueron llamados
a ser luz para las naciones... (Is. 42:6), como en el Nuevo Testamento
al pueblo de Cristo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones...”
(Mt. 28:19). Del mismo modo, existe el llamado paralelo: “Ama al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas... [y] …
Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mr. 12:30-31). El evangelismo debe estar en el
corazón del pueblo de Dios. Las iglesias saludables buscan todos los medios posibles
para alcanzar a las personas y llevarlas a la vida del reino.

Compañerismo
Aquellos que vienen a Dios a través de la fe en Jesucristo son atraídos a una vida de
compañerismo. El término bíblico es “comunión”. La comunión es más que socializar;
más bien, es compartir nuestra vida juntos bajo el paraguas de la gracia y el amor de
Dios. El llamado a una vida profundamente compartida proviene del Nuevo Testamen-
to y se enfatizó nuevamente en el metodismo temprano. Es en el contexto de esta vida
juntos que los cristianos adoran a Dios, comparten su amor con los perdidos, sirven a
los necesitados y quebrantados, y se edifican unos a otros hacia la madurez.

Crecimiento cristiano
Las imágenes de crecimiento y desarrollo abundan en el Nuevo Testamento. La Iglesia
Metodista Libre busca ayudar a cada creyente a crecer en Cristo. La misma comisión
de nuestro Señor, que ordena que vayamos y hagamos discípulos de todas las naciones,
explica que además de bautizarlos, la iglesia debe enseñarles a obedecer todo lo que Él
ordenó. El proceso de crianza cristiana busca guiar a las personas a Cristo e

42 Nuestra Teología
identificarse con ellos mediante una promesa de su amor y lealtad a Cristo y a la igle-
sia, a través de la membresía en una congregación local.

La iglesia local ayuda a los creyentes a crecer para convertirse en seguidores totalmen-
te devotos de Cristo, equiparlos con las habilidades que necesitan para el ministerio,
avivar el fuego de sus dones y lanzarlos a la misión mundial de compartir a Cristo y
redimir el mundo.

NUESTRO PENSAMIENTO SOBRE LOS


“ÚLTIMOS TIEMPOS” (ESCATOLOGÍA)
Preferimos no tomar una posición respecto a las diversas posturas que hay frente a la
enseñanza sobre los últimos tiempos. Por ejemplo, con respecto al concepto popular
del “rapto” de los cristianos, no exigimos que los Metodistas Libres tomen una posi-
ción pre-tribulacionista, ni mid-tribulacionista, ni pos-tribulacionista. Estamos conven-
cidos que hay cristianos sinceros que están en total desacuerdo sobre estos temas de
interpretación relacionados con los últimos tiempos; así que, respetamos la capacidad
de cada persona para discernir, pero esperamos que nadie imponga su punto de vista
sobre los demás. A pesar de lo anteriormente dicho, les recordamos que el concepto
del “rapto”, como se interpreta a menudo actualmente, es una propuesta del siglo XIX.

También, nos abstenemos de una interpretación denominacional del material apocalíp-


tico en los Evangelios, Daniel, Ezequiel o Apocalipsis, especialmente cuando se trata
de aplicarlos a personas, naciones o imperios contemporáneos. Afirmamos que Cristo
vendrá de nuevo, pero no sabemos cuándo. Creemos que en todas las épocas hay un
“anticristo” y “señales” similares a las que se describen en las Escrituras. Por lo tanto,
les pedimos a todos que se ocupen principalmente de llevar el mensaje de Dios a la
mayor cantidad posible de personas. Si somos fieles al Gran Mandamiento y la Gran
Comisión, los detalles tan debatidos sobre el regreso de Cristo sucederán y nosotros
podremos estar seguros que no tendremos de qué avergonzarnos. En lugar de ello po-
dremos escuchar, “Bien buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu Señor” (Mt. 25:21).

ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN

Nuestra perspectiva sobre la persona de Dios implica que Él está abierto, es decir,
que sus acciones no están predeterminadas independientemente de nosotros sino que
se dan en respuesta a nuestras decisiones ¿Cómo comprende esto? y ¿cómo esto debe
incidir en su vida cotidiana?

Teniendo en cuenta el “Camino de Salvación” descrito por Juan Wesley, escriba su


testimonio contando cómo ha experimentado cada una de esas etapas.
Nuestra Teología 43
A partir de las “Afirmaciones clave sobre la salvación”, escriba y luego comparta con
su grupo de formación cómo concibe la obra de salvación de Dios y su comprensión
de la gracia.

A la luz de la eclesiología Metodista Libre ¿cómo evalúa que se están realizando


las cuatro actividades principales de una iglesia en su congregación o Casa de Paz?
Justifique su respuesta.

Nuestro pensamiento escatológico no está unido a un “mapa sistemático e inflexi-


ble de eventos futuros” sino que aceptamos que la comprensión cristiana sobre los
“últimos tiempos” es limitada y por ende hay diversidad de opiniones; por lo tanto,
nuestro llamado es a estar preparados para el regreso de Cristo mediante la obedien-
cia al Gran Mandamiento y la Gran Comisión ¿Cómo cree que usted y su iglesia o
Casa de Paz están al respecto?
Nuestra
4 interpretación

Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a comprender y practicar el modelo wesleyano
de interpretación bíblica.

Resultados de la lección
Al finalizar esta lección el estudiante:
• Comprenderá los elementos clave del modelo hermenéutico
wesleyano.
• Estudiará un artículo para ampliar su comprensión de nuestro mod-
elo hermenéutico.
• Entenderá mejor nuestra comprensión del ministerio de la mujer.
• Entenderá mejor nuestra posición sobre el bautismo de bebés.

Contenido
• Introducción
• Una hermenéutica wesleyana
• Breve ejemplo de interpretación
• Actividad de evaluación
• Apéndice 1: Mujeres en el ministerio
• Apéndice 2: debate sobre el bautismo y la dedicación de
bebés
46 Nuestra Interpretación
INTRODUCCIÓN
P ara algunas personas el café es simplemente café. No les importa si es instantáneo
o muy sofisticado, caro y raro. Mientras sea café, lo tomarán y no notarán las di-
ferencias en el sabor, incluso si un experto en café los cuestiona. Otras personas, sin
embargo, disfrutan mucho al discernir los diferentes sabores en el café. En Costa Rica,
por ejemplo, hay tantas regiones productoras de café que un experto en café nunca
diría: “me gusta el café costarricense”. Más bien, podrían limitar su declaración a una
sola región, o incluso a una finca exclusiva: “me gusta el café Cristina” (quizá porque
es una opción orgánica particularmente encantadora de Cartago, Costa Rica) o “me
encanta un buen Tilagua” (región al norte de Costa Rica).

Las iglesias pueden ser como el café a este respecto. Para algunas personas, el cristia-
nismo es el cristianismo, mientras que otros quieren asegurarse de que su fe crezca en
cierta “región” evangélica. Si bien las sutilezas no son importantes para algunas per-
sonas, aquellos que lideran dentro de la Iglesia Metodista Libre harían bien en poder
reconocer algunos de los tonos más audaces de la cultura de la iglesia. Este capítulo
está diseñado para describir uno de los “sabores” de una fe evangélica en particular que
llamamos Metodista Libre.

Dos factores, sobre todo, caracterizan a los metodistas libres: 1) encontrar una fe vi-
brante en las Escrituras, y 2) vivir esa fe entre los quebrantados y heridos. Muchos
factores se combinan para producir este “sabor” distintivo, algunos de los cuales se han
explicado en capítulos anteriores. Sin embargo, uno de los elementos principales que
interviene en la producción de una fe tan dulce es un estilo Metodista Libre de inter-
pretación bíblica que ha sido fuertemente influenciado por el entendimiento que John
Wesley tenía acerca de la lectura de la Biblia.

Una hermenéutica wesleyana


Cuando una persona lee las Escrituras, sus pre-
suposiciones entran en juego para dar forma
a la manera en que entiende el mensaje de la
Biblia. Por ejemplo, alguien puede presuponer
que Dios no hace milagros. Si una persona sos-
tiene esta suposición, afectará la forma en que
entienden los acontecimientos como la separación del Mar Rojo, la salvación de Jonás
en el vientre del gran pez o la conquista de Jericó. Para un lector así, los eventos mila-
grosos pueden convertirse en historias de “verdad” en lugar de historias “verdaderas”
(es decir, historias que enseñan una verdad espiritual, pero que no son en sí mismas
históricamente exactas). Para poner esta idea en términos de interpretación bíblica, este
lector tendría presupuestos naturalistas, un estilo de interpretación que se caracteriza
por descartar la participación sobrenatural en los asuntos humanos.
Nuestra Interpretación 47
Como se mencionó en la lección 3, teológicamente, la Iglesia Metodista Libre es parte
de la tradición wesleyana. La hermenéutica wesleyana se caracteriza por recurrir a tres
lentes principales que, en conjunto, permiten al lector formar una comprensión precisa,
equilibrada y completa de las Escrituras. Históricamente, esta hermenéutica ha sido
llamada “El cuadrilátero wesleyano”.

El cuadrilátero wesleyano
(Tomado del “Manual de Pastores y Líderes de la Iglesia” de la IML)
Este término, acuñado por Albert Outler en 1964, fue un esfuerzo por describir una
metodología metodista para la formulación teológica. Juntos, Las Escrituras, la razón,
la tradición y la experiencia se convierten en una concepción dinámica de la autoridad
respecto a la fe y prácticas cristianas. Es importante entender que estas cuatro fuentes
no son concebidas como co-fuentes de igual autoridad. La Escritura es primaria. In-
cluso algunos han sugerido que, de hecho, el llamado “cuadrilátero wesleyano” podría
describirse más adecuadamente como la norma de las Escrituras, que se lee a través de
los lentes de la razón, la tradición y la experiencia.
1. Escritura: en la introducción de Wesley a su libro “Notas sobre el Nuevo Tes-
tamento”, escribió: “Quiero saber una cosa: el camino al cielo; cómo aterrizar a
salvo en esa feliz orilla. Dios mismo se ha dignado enseñar el camino; para este fin,
Él descendió del cielo. Lo ha escrito en un libro. ¡Oh, dame ese libro! A cualquier
precio, dame el Libro de Dios. Lo tengo: aquí hay suficiente conocimiento para
mí. Déjame ser un hombre de un solo libro”. Este conocimiento viene a través de
una doble acción del Espíritu Santo; Él inspiró al autor bíblico e ilumina al lector.
Esta iluminación implica que debemos estudiar a profundidad múltiples campos
de estudio y conocimiento.
2. Tradición: en términos teológicos, tradición significa los conocimientos, la com-
prensión y las prácticas transmitidas de una generación a otra, que han resistido la
prueba del tiempo. Esto incluye los credos cristianos y los escritos de los padres de
la iglesia primitiva. Incluye las ideas ortodoxas transmitidas a través de los siglos
sobre las prácticas y principios más útiles para nuestra vida común en Cristo; es
48 Nuestra Interpretación
decir, la revelación histórica del conocimiento de Dios se afirma y se refina con
el tiempo. G. K. Chesterton, en “Ortodoxia”, dijo: “Esto no es ‘tradicionalismo’,
que más bien es la fe muerta de los vivos, sino ‘tradición’, que es la fe viva de los
muertos”.
3. Razón: Dios creó a los seres humanos con la capacidad de razonar las cosas y dis-
cernir la verdad del error. Aunque nuestra causa se ve empañada por la caída, aún
podemos discernir que el poder y la deidad eternos de Dios se pueden ver a través
de las cosas que Él ha hecho. Podemos confiar en la revelación natural y obtener
conocimiento empírico a través de nuestros sentidos físicos.
4. Experiencia: aunque Wesley había sido educado para utilizar las Escrituras, la
tradición y la razón, no fue hasta que tuvo su experiencia
en la calle Aldersgate que floreció espiritualmente. El avi-
vamiento que surgió de su experiencia fue una “religión
sentida”, una religión del corazón, en la cual la experi-
encia confirmó las verdades que los metodistas estaban
predicando. Este componente del cuadrilátero proporciona
una puerta a través de la cual el Espíritu Santo ministra al
creyente. Wesley fue sabio al conocer y escribir que la experi-
encia nunca puede ser el punto de partida; de lo contrario, miles estarían formu-
lando sus propias religiones.

Voces importantes dentro de la familia wesleyana han sugerido recientemente la “Crea-


ción” como un quinto elemento de una teología integral, y por lo tanto abogan por un
“pentalátero” wesleyano, en lugar de un “cuadrilátero”. El “pentalátero”, que este plan
de estudios explica en el curso “Teología wesleyana”, refleja una profunda preocupa-
ción cristiana por las prácticas y el activismo ecológicamente sostenibles como una
forma de glorificar al Creador. Sin embargo, para propósitos explicativos en este curso
introductorio, se puede considerar que el lente de la “Creación” está mediado a través
de la “Razón” y la “Experiencia” de un lector. Por lo tanto, se mantiene la designación
anterior de “Cuadrilátero”.

Principios de una hermenéutica wesleyana


La tradición mantiene una lectura aterrizada. Pone al lector en conversación con toda la
familia de la fe: católica, ortodoxa y protestante de todas las tendencias. A través de los
comentarios, la historia, la biografía y las formulaciones doctrinales, la tradición per-
mite que la interpretación ocurra dentro de una comunidad de fe mundial y atemporal.

Ejemplo: si un lector que investigara la postura bíblica sobre el matrimonio homo-


sexual repasó las prácticas de la iglesia durante los últimos dos milenios, ese lector
descubriría que ningún padre de la iglesia o expresión ortodoxa del cristianismo a lo
largo de la historia ha interpretado la Biblia afirmando que las prácticas homosexuales
son aceptable a los ojos de Dios.

El lente de la razón sugiere que el intelecto humano tiene libertad para funcionar en la
interpretación bíblica. El lector puede usar los principios de la lógica, extrapolación de
datos incompletos y sacar conclusiones que se deducen de un texto.
Nuestra Interpretación 49
Ejemplo: cuando el apóstol Pablo escribe en Romanos 16: 6 sobre un destacado apóstol
que tiene un nombre femenino, Junia, el fiel lector de las Escrituras es libre de razonar
que Junia pudo haber sido una mujer. De hecho, tal vez, es lógico pensar que la inter-
pretación más fiel de esa Escritura en particular es que las mujeres fueron dotadas con
los dones y funciones del apostolado junto con los hombres.

La experiencia reconoce el testimonio del Espíritu en el espíritu del lector. Esto es


similar a cómo Ignacio describe la toma de decisiones cristianas como un proceso de
sentir la consolación del Espíritu en una opción dirigida por Dios y un sentimiento de
desolación en la opción menor.

Ejemplo: este es el “lente” más personal de la interpretación bíblica, y por lo tanto la


más difícil de ilustrar. Pensemos en un caso hipotético con un protagonista al que lla-
maremos Juan. Juan se ha criado en una iglesia que enseña que las personas se salvan
solo por gracia, no por obras. Esta es una buena teología. Sin embargo, la iglesia a la
que asiste Juan explica mal el concepto de la gracia, por lo que Juan piensa que una ora-
ción y un sistema interno de creencias son acciones de salvación, aparte de cualquier
cambio en el comportamiento. Entonces, Juan se encuentra con María. Ella pertenece
a una iglesia que enfatiza las obras como un medio para mostrar su fe. De hecho, la
iglesia de María enfatiza tanto las obras, que María ni siquiera sabe cómo articular
su fe en Jesús, sin embargo su corazón por los pobres y sus incansables esfuerzos en
favor de los marginados tocan el corazón de Juan. Este piensa: “¿cómo es posible que
alguien tan amoroso no tenga una relación con Jesús?”. Luego, lee Mateo 25, donde las
“cabras” son juzgadas por lo que han dejado de hacer con respecto a los pobres, no por
su declaración de fe. Si Juan es movido a reexaminar y redefinir su concepto de gracia
de tal forma que incluya la posibilidad de una respuesta personal y una acción justa
como parte de lo que significa ser salvos por gracia, entonces la experiencia de Juan
con María ha desempeñado un papel en su interpretación de la Biblia.

Claramente, Razón, Tradición y Experiencia, nos dejan con la posibilidad de equi-


vocarnos. El lector concienzudo puede retroceder ante tales herramientas imprecisas.
Sin embargo, cabe señalar que las mejores interpretaciones de las Escrituras son, en el
mejor de los casos, aproximaciones cercanas del conocimiento perfecto de Dios que
los cristianos anhelan. El Espíritu Santo nos enseña a conocer a Dios. El cuadrilátero
simplemente describe formas en que el Espíritu Santo puede hablar con el intérprete
fiel para ayudar y alentar una relación más profunda con el único Santo.

Compromisos de un intérprete wesleyano


Hasta el día en que nos conozcamos como somos completamente conocidos, el cuadri-
látero lleva al lector a hacer los siguientes compromisos al leer las Escrituras.
50 Nuestra Interpretación
1. Compromiso con la humildad. El proceso de forzar la interpretación de un pasaje
bíblico para probar una convicción personal, a pesar de que el texto sugiera una
lectura más apropiada, se llama eiségesis. Muy a menudo, cuando leemos un texto
para demostrar que estamos en lo cierto, encontramos una manera de hacer que
el texto diga lo que queremos que diga, independientemente de lo que un estudio
más adecuado pueda decir. Esta es una forma de orgullo, una forma de establecer
pensamientos personales contrarios a lo que las Escrituras dicen. Este tipo de in-
terpretación es lo opuesto a lo que los Metodistas Libres buscamos hacer cuando
leemos el texto bíblico. Queremos que el texto informe y forme nuestras actitudes,
valores y creencias. La hermenéutica wesleyana promueve este tipo de apertura al
texto y a la guía del Espíritu Santo.

Cuando sometemos nuestra lectura a la guía del Espíritu Santo, buscamos no con-
trolar o forzar una interpretación “correcta” de la Biblia. Más bien, intentamos
abrirnos a los posibles significados que existen dentro de la palabra escrita. Ob-
viamente, las lecturas y compromisos de los Metodistas Libres a veces difieren
significativamente unos de otros y de otras lecturas cristianas; sin embargo, una
posición humilde permite una mayor comprensión dentro de la familia de la fe,
incluso si las convicciones personales siguen siendo diametralmente opuestas.

Un erudito metodista libre lo ha dicho de esta manera: “el estudio de la Biblia


requiere humildad, reconocer la posibilidad de equivocación y compromiso para
conversar con otros, incluidos aquellos con quienes podemos estar en desacuerdo”
(Bauer, pág. 341).
2. Compromiso con la convicción. Sin embargo, la humildad no sugiere debilidad
o confusión mental. Los cristianos viven por la fe. Entonces, cuando un lector
cristiano, guiado por el Espíritu Santo, interpreta un pasaje bíblico utilizando la
razón, la experiencia y la tradición como recursos para el pensamiento teológico y,
finalmente llega a una conclusión con respecto a la ética, la política, las prácticas
de adoración, la fe o la vida, ese lector puede seguir adelante con una confianza en
que su entendimiento le guiará a una vida de santidad.
Nuestra Interpretación 51

Muchos creyentes honestos difieren en muchos aspectos acerca de la fe y la vida.


En algunos casos, es difícil entender cómo los hermanos o hermanas en Cristo
pueden tener convicciones tan diversas. Una hermenéutica wesleyana permite que
un lector tenga convicciones profundas y al mismo tiempo permanezca abierto a
la posibilidad de estar equivocado, y que un hermano o hermana en Cristo pueda
tener una perspectiva válida.
3. Compromiso con todo el consejo de la Escritura. En pocas palabras, los Meto-
distas Libres reconocen toda la Biblia, el Antiguo y el Nuevo Testamento por igual,
como la Palabra de Dios que habla de la condición humana y la naturaleza de Dios.
Un compromiso con la teología bíblica significa que cuando un lector lee y medita
sobre las Escrituras, el Espíritu Santo ilumina y establece conexiones entre pas-
ajes que pueden iluminar conclusiones previas y convicciones establecidas. Esta
interacción dinámica advierte al creyente maduro hacia una postura de humildad
al enseñar, predicar y discernir la voluntad de Dios.

4. Compromiso con la responsabilidad cultural. Los cristianos dedicados a Cristo


son llamados a la solidaridad hacia los pobres y oprimidos (Mt. 25). Esto obliga al
creyente a adoptar una postura de denuncia profética frente a todo tipo de injusticia
y crueldad sociopolítica. La Iglesia Metodista Libre reconoce que la Biblia habla
de temas contemporáneos, y cuando el creyente responde al texto en una acción
compasiva en nombre de los que no tienen voz, es un acto de santidad.
Sin embargo, una postura profética o contracultural no debe impedir que el líder
cristiano valore y use los elementos positivos de una cultura para compartir el
evangelio con otros y demostrar la gracia tangible de Dios a aquellos que están
52 Nuestra Interpretación
inmersos en ella. Las culturas no son intrínsecamente malas, por lo que la comu-
nicación en formas culturalmente relevantes no debe considerarse sospechosa o
errónea. Cuando un cristiano se compromete y usa la cultura debe hacerlo como
cuando nos comemos un pescado: aprovechamos la carne, pero escupimos las es-
pinas.

Breve ejemplo de interpretación


Bautismo de bebés
La Iglesia Metodista Libre permite, pero no insiste, en el bautismo de infantes. Dado
que el tema en su conjunto es demasiado detallado para discutirlo en su totalidad en el
cuerpo de esta lección, el apéndice 2 contiene un artículo que amplía el tema.

Sin embargo, como ejemplo del uso de los lentes interpretativos, hemos extraído tres
elementos del artículo; recuerde que estos argumentos se han extraído de una gran can-
tidad de trabajo que proporciona contexto y aclaración para cada afirmación.
1. Argumentos de la razón. Hechos 16:15 indica que cuando Lidia abrió su corazón
en respuesta al mensaje de Pablo: “…fue bautizada con su familia…”. Pablo es-
cribió en 1 Corintios 1:16: “También bauticé a la familia de Estéfanas”. Encontra-
mos otros textos similares en la Escritura. Uno podría argumentar razonablemente
que había bebés que probablemente formaban parte de esas familias.
2. Argumentos de la tradición. Los orígenes de la Iglesia Metodista Libre pert-
enecen a una tradición en la que se practicaba el bautismo de bebés.
3. Argumentos de la experiencia. A lo largo de los años, a medida que la iglesia ha
incorporado a personas cuyas conciencias han sido moldeadas por ambas tradi-
ciones respecto a este punto, les ha otorgado a los padres el derecho de elegir la
ceremonia que prefieran. La Iglesia Metodista Libre intenta abarcar ambas dimen-
siones de la verdad cristiana.

ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN

Ahora le corresponde tratar de reconocer los diferentes tipos de lentes que usan los
intérpretes bíblicos. El apéndice 1 contiene un artículo que servirá como ejemplo de
interpretación bíblica wesleyana. En este, el autor sostiene que se les debe permitir a
las mujeres ser parte del liderazgo de la iglesia a cualquier nivel. Está escrito desde
una perspectiva metodista libre, utilizando los lentes del cuadrilátero wesleyano.
Reconocemos que el artículo es largo y un poco complejo pero le animamos a leerlo
todo.
Nuestra Interpretación 53
En esta actividad usted deberá subrayar los argumentos basados en la razón; marcará
con un asterisco los argumentos basados en la tradición; y encerrará con un cuadro
los argumentos basados en la experiencia. Luego escriba en su cuaderno un ejemplo
de cada elemento que encuentre y explique cómo funciona para ilustrar el cuadrilá-
tero.

Por último, escriba un breve párrafo sobre cómo el artículo está marcado por ex-
presiones de humildad, compromiso cultural, convicciones de fe y compromiso con
todo el consejo de las Escrituras.
54 Nuestra Interpretación

APÉNDICE 1: Mujeres en el ministerio


Algunas reflexiones hermenéuticas, Por David W. Kendall

Introducción
Casi todos creen y permiten que las mujeres estén en el ministerio. Incluso aquellos
que no están de acuerdo con mis puntos de vista sobre el tema, de hecho, reconocen
no solo el privilegio sino el deber de las mujeres de estar en el ministerio (¡dónde es-
taría la iglesia si a lo largo de la historia las mujeres no hubieran servido en casi todas
las formas de ministerio!) La primera pregunta es: ¿qué limitaciones se han impuesto
sobre el liderazgo de las mujeres en el ministerio y por qué? La segunda pregunta es:
¿son estas limitaciones generales y universales o específicas y contextuales? Volveré a
estas preguntas al final de este documento.

Cómo tratamos la Biblia


Comienzo con varias suposiciones que hago sobre la Biblia.
Primero, la Biblia es la Palabra de Dios y, por lo tanto, es la au-
toridad final para la creencia y la vida cristiana. La Biblia no es
tanto un solo libro sino una biblioteca de libros: diferentes tipos
de literatura, escritas durante largos períodos de tiempo, para
diferentes entornos de vida del pueblo de Dios. Sin embargo,
a pesar de todas estas diferencias, creemos que la Biblia está
unificada en su testimonio del único Dios verdadero y revela su
plan para el mundo y la humanidad.

Estas presuposiciones son fundamentales para nuestra discusión. Permítame explicar.


No es suficiente encontrar un versículo o pasaje que enseñe algo y aceptarlo como la
única palabra o la más importante sobre el tema. Más bien, debemos tener un sentido
de la progresión de las Escrituras, un sentido general de lo que Dios está haciendo en
la historia que se nos cuenta en toda la Biblia.

Una implicación importante de este enfoque es que entendemos que no todas las partes
de la Biblia tienen el mismo valor frente a un tema. Por ejemplo, en el Antiguo Tes-
tamento había un claro margen para que un hombre se casara con más de una esposa.
Sin embargo, en una discusión sobre el matrimonio, podríamos y deberíamos dudar en
tomar un pasaje del Antiguo Testamento que refleje esa práctica y tratarla de la misma
manera que tratamos la discusión de Pablo sobre el matrimonio en Efesios. En cambio,
debemos ver cómo los pasajes específicos en la Biblia se relacionan con toda la exten-
sión de la verdad bíblica.

Otra implicación importante de estas suposiciones es que cuando hay versos o pasajes
que no son claros o que son difíciles de interpretar, o que parecen contradecir otros pa-
sajes, debemos interpretarlos a la luz de los versículos o pasajes que son más claros. La
importancia de estas presuposiciones quedará clara a medida que avancemos.

La visión general de la creación y la redención


Permítanme poner la cuestión de las mujeres en el ministerio en el contexto más amplio
de la obra de Dios en la creación y la redención. ¿Qué pretendía Dios en la creación
original? De acuerdo con Génesis 1, cuando Dios creó los seres humanos, hombres y
Nuestra Interpretación 55
mujeres, ambos portaban su imagen, ambos fueron llamados a ser fructíferos y multi-
plicarse (algo imposible para cada uno por aparte), y ambos fueron llamados a ejercer
el dominio o la administración en el mundo (Dios dijo: “tenga dominio”, 1:26). No hay
diferenciación en cuanto a los roles en el primer relato de la creación. Ambos fueron
comisionados para cuidar el mundo que Dios creó, así como ambos debían multiplicar-
se y llenar la tierra con su especie.

La misma conclusión surge del segundo relato de la creación en Génesis 2. Allí, Dios
crea al hombre primero y luego declara “no es bueno” que el hombre esté solo (2:18).
Leído a la luz del capítulo 1, con su repetición de que Dios veía lo que hacía y lo con-
sideraba bueno, esta declaración es especialmente significativa. ¿No es bueno para
qué? A la luz del capítulo 1, el hombre solo no puede cumplir el papel que Dios asignó
a los seres humanos. Solo juntos podrían multiplicarse y solo juntos podrían cuidar
adecuadamente del mundo. Por esta razón, Dios hace que el hombre duerma y crea un
complemento para él, un socio pleno que lo completa y cuya asociación hace posible
que el llamado de Dios a la humanidad sea aceptado y realizado. Originalmente, el
hombre y la mujer son socios plenos, iguales no solo en dignidad, sino también en
responsabilidad.

¿Qué hizo el pecado humano al plan original de Dios? En resumen, todas las relaciones
que Dios diseñó se corrompieron, el paraíso se perdió y todo el infierno se desató.
Específicamente, notamos el impacto del pecado en las relaciones y roles del hombre
y la mujer. Hay, especialmente, un verso que narra la historia, Génesis 3:16: “A la
mujer le dijo: Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor.
Desearás a tu marido, y él te dominará”. Este cuadro posterior a la caída representa
una situación humana radicalmente diferente. Antes eran socios, con una responsabi-
lidad compartida de cumplir el mandato de Dios, se esperaba que juntos gobernaran la
creación de Dios. Ahora, después del pecado, ella mira principalmente a su esposo y no
a Dios; mientras él gobierna sobre ella como lo hace el resto del mundo animal. Más
adelante, en el capítulo 3, leemos que Adán nombró a su esposa como lo había hecho
con todos los demás animales (3:20).

El pecado humano corrompió el plan original de Dios para la relación hombre-mujer:


ahora hay un jefe, un Señor, y ahora hay un subordinado que debe ser gobernado. Des-
de la perspectiva de la creación original, la noción de que existe una jerarquía en la que
el hombre está por encima de la mujer, independientemente de su aptitud, se debe más
al pecado que al diseño de Dios.

Entonces, ¿qué hace Dios frente al pecado y sus consecuencias? En el relato de Génesis
tenemos una pista, frecuentemente llamada “proto-evangelio” o primer evangelio: la
serpiente morderá el talón de la simiente de la mujer, pero al final la cabeza de la ser-
piente es aplastada (3:15). ¡Y, así lo ha hecho!

Claramente, Dios está llevando a cabo una plena salvación del pecado y todas sus
consecuencias. Si bien algunas de esas consecuencias pueden mantenerse hasta que el
reino venga por completo, en principio y de hecho donde el pecado ha roto el diseño de
la creación, la gracia lo repara y lo restaura. Según Pablo, Cristo nos redime de la mal-
dición de la ley (Ga. 3:13), y en ese contexto, la maldición de la ley ciertamente incluye
el quebrantamiento que el pecado ha traído a cada área de la vida humana.
56 Nuestra Interpretación
La pregunta de las mujeres en el ministerio debe responderse en el contex-
to de esta historia más amplia de la creación y la redención. Si todo lo
que tuviéramos que seguir fueran los relatos de la creación, no habría
ningún problema, ya que nada en ellos sugiere ninguna limitación sobre
lo que una mujer podría hacer en obediencia al llamado de Dios. Por
supuesto, después de que el pecado entra en escena, nada es como Dios
lo propuso. Después del pecado, todo tipo de limitaciones molesta tanto al
hombre como a la mujer. Pero no nos atrevemos a considerar estas limitacio-
nes como normativas, ya que Dios ha actuado para eliminar el pecado y destruir las
obras del diablo.
Si este punto de vista es correcto, deberíamos esperar ver evidencia en la historia bíbli-
ca de que Dios está trabajando para revertir las consecuencias del pecado con respecto
a las mujeres. De hecho, eso es precisamente lo que encontramos. A lo largo de la his-
toria de la salvación de Dios en la Biblia, Dios llama y otorga poder a mujeres notables
para dirigir a su pueblo. María es una profetisa y Miqueas la menciona junto a Moisés
y Aarón (Mi. 6:4). Débora fue una profetisa y una juez. Ella realizó los mismos deberes
que los hombres que juzgaron a Israel, incluso llevó al ejército a la victoria en la batalla
(Jue. 4:4). Huldá y Noadías también fueron profetisas (2R. 22:14; Neh. 6:14).
Estos casos excepcionales de mujeres que desempeñan importantes funciones de mi-
nisterio/liderazgo entre el pueblo de Dios, ciertamente presagian el reino de Jesús y el
Espíritu inaugurado en el primer siglo. Joel prometió una nueva era en la que jóvenes y
viejos, hombres y mujeres recibirían el Espíritu de Dios (Jl. 2:28-29). Específicamente
se dice que profetizarán, es decir, proclamarán las buenas nuevas de la nueva vida en
Jesús. Y así comenzó el día de Pentecostés.
Sin embargo, la inclusión total de las mujeres en el ministerio el día de pentecostés
no era una novedad del nuevo pacto. Jesús dio un lugar extraordinario a las mujeres
durante su ministerio. La mujer samaritana, que rápidamente pasó de ser nueva con-
vertida a una evangelista en su aldea (Jn. 4); la preferencia por el aprendizaje de María
a los pies de Jesús (el lugar tradicional de los estudiantes varones) sobre el trabajo de
Martha en la cocina (el lugar tradicional de la mujer); la bendición pronunciada sobre
quien escucha y obedece la palabra de Jesús como la nueva familia de Jesús (Mr. 3:31-
35); el papel de Juana y otras discípulas mujeres en el apoyo al ministerio de Jesús (Lc.
8:1-3); y el papel posterior a la resurrección de las mujeres: todo esto es un testimonio
sorprendente de la dignidad de las mujeres y su importante rol entre los primeros dis-
cípulos de Jesús.

De hecho, en la iglesia primitiva de origen paulino y no paulino vemos mucha eviden-


cia de que las mujeres participaron en las funciones de ministerio y liderazgo junto
con los hombres. La declaración de Pablo en Gálatas 3:28 de que en Cristo Ya no hay
judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo
en Cristo Jesús interpretada en su contexto, sugiere que las características raciales, so-
ciales, económicas, culturales y políticas ya no deben determinar el estado o la función
de una persona en el cuerpo de Cristo. Ahora en Cristo, los gentiles, las esclavas y las
mujeres participan plenamente en el Cuerpo. Y, como Pablo lo enseña en otra parte, es
Dios quien constituye el Cuerpo de Cristo, y llama a varios a hacer varias cosas, según
su voluntad (1Co. 12:11).
Nuestra Interpretación 57
Cuando miramos el Nuevo Testamento en busca de indicaciones de cómo Dios hizo,
de hecho, armó el cuerpo de Cristo en el mundo del primer siglo, encontramos mujeres
posicionadas en la mayoría de los lugares donde encontramos hombres, incluso como
apóstoles (Junia, Ro. 16:7), como profetas (Hch. 2; 1Co. 11:5), y como reconocidas
colaboradores de Pablo (por ejemplo, Priscila, Evodia, Síntique, Ro. 16; Flp. 4:2).

Sin embargo, la transformación que el evangelio hace de las personas y su realidad


social tiene lugar en un mundo caído y quebrantado, un mundo profundamente mol-
deado por las consecuencias del pecado. En consecuencia, se evidencia en el Nuevo
Testamento una realidad social no redimida aún presente tanto en su sociedad como
en la iglesia. El ejemplo más evidente de esto es la presencia continua de la esclavitud
como institución social. Pero otro ejemplo de esa realidad social que aún no se había
transformado por completo puede verse en lo que “parece” ser la subordinación de las
mujeres y la vida de la iglesia, todavía en gran parte dominada por los hombres.

Pero la palabra “parece” es una palabra clave. Porque el estilo de Dios es subvertir la
realidad social pecaminosa a través de la gracia, derrocar estructuras injustas desde
dentro del sistema, en lugar de simplemente destruir el sistema. Precisamente ese fue
el acercamiento de la iglesia primitiva a la esclavitud. Filemón podría leerse como un
respaldo a la esclavitud (y así es). Sin embargo, si Filemón hace lo que Pablo le pide
que haga, esto significaría el final virtual de la esclavitud como lo conocía el mundo
antiguo, al menos dentro de la comunidad cristiana.

De manera similar, Pablo puede enseñar sobre los roles respectivos de esposos y es-
posas en Efesios y Colosenses. Lo que él dice puede leerse
como un respaldo a una organización jerárquica del
hogar: el esposo en la parte superior, la esposa su-
bordinada. Este arreglo era la estructura familiar
común en el mundo antiguo y pagano. Sin embar-
go, si los esposos y esposas leen la totalidad de Efe-
sios y Colosenses y permiten que todo lo que Pablo
dice les moldee sus vidas, su relación no se ajustará a esa antigua estructura social.
Jesús simplemente le dio vuelta a todo: ser la cabeza como Él fue cabeza significará
constantemente lo contrario de lo que significaba en el mundo antiguo. Para dar solo un
ejemplo, seguir el modelo de liderazgo de Jesús lleva al marido a vaciarse (Flp. 2:5),
que se parece mucho a la subordinación, no al liderazgo.

Muchas veces al hablar del liderazgo masculino se abstrae del modelo novedoso que
ofrece Jesús, en el mejor de los casos, conduce a un modelo suave pero no redimido,
practicado por buenas personas. Pero cuando el liderazgo toma el ejemplo de Jesús, el
Señor que sirve, el maestro que lavó los pies, el rey coronado de espinas y muriendo en
una cruz, el modelo del liderazgo en sí se pone en duda. Es decir, el modo de vida real
de Jesús rompe los viejos arreglos sociales y nos llama a relaciones totalmente nuevas.

Pasajes difíciles
He tratado de presentar el recorrido de la obra salvadora de Dios arraigada en la crea-
ción y con la intención de restaurar el quebrantamiento causado por el pecado como
trasfondo para comprender los problemas específicos relacionados con el tema de las
mujeres en el ministerio. En ese contexto, el recorrido general de la obra de Dios nos
58 Nuestra Interpretación
lleva a esperar la plena inclusión de las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia.
Y como hemos visto, el Nuevo Testamento confirma este panorama general.

Sin embargo, hay al menos dos textos que parecen ser exactamente contrarios a esta
imagen general. Aquí las observaciones iniciales se vuelven clave para una correcta
interpretación.

Los textos específicos de los que hablamos son: la afirmación de Pablo de que las
mujeres deben guardar silencio en la iglesia y la afirmación de nunca enseñar o tener
autoridad sobre los hombres, y que esto representa la práctica en todas las iglesias
paulinas (1Co. 14:34-35; 1Ti. 2:11-12). Cuando estas afirmaciones se toman en serio y
literalmente, sugieren prácticas que contradicen el panorama general de la revelación
bíblica. El panorama es bastante claro, mientras que los significados particulares de
estos textos son debatibles. En primera instancia, deberíamos remitirnos al panorama
general de revelación que hemos visto, en lugar de fijar nuestras prácticas en dos pasa-
jes que todos estarían de acuerdo que son difíciles.

Queda fuera del alcance de este breve documento explorar estos textos. La mayoría de
los comentarios clave ofrecen análisis de los contextos históricos, culturales y sociales
relevantes en los que escribió Pablo. En cada texto, lo más probable es que Pablo bus-
que corregir abusos, no establecer principios universales que limiten la plena participa-
ción de las mujeres en la vida y el ministerio de la iglesia.

Vuelvo a las preguntas con las que empecé. Las limitaciones que se han
impuesto a las mujeres en el ministerio no se remontan a la intención de
Dios, como lo vemos en la creación original o en la nueva creación
en Cristo. Las limitaciones de las mujeres, en particular su subordi-
nación, se remontan a las consecuencias del pecado. Desafortunada-
mente, a través de su historia, la iglesia a menudo no ha podido ver esto,
y ha adoptado estructuras sociales no regeneradas, como la esclavitud (y
el racismo que alienta), y también los modelos continuos de superiori-
dad masculina sobre las mujeres, al menos en términos de liderazgo,
pero comúnmente en muchas otras formas. Concluyo afirmando que
ninguna de las limitaciones históricamente impuestas a las mujeres
en el ministerio son universales y necesariamente vinculantes para
la iglesia.
Nuestra Interpretación 59
APÉNDICE 2: debate sobre el bautismo
y la dedicación de bebés
Las personas que vienen a la Iglesia Metodista Libre de otras tradiciones cristianas a
menudo se sorprenden al encontrar que los bebés pueden ser dedicados o bautizados.
La mayoría de denominaciones cristianas han elegido solo una de estas opciones ¿Por
qué la Iglesia Metodista Libre permite que las personas escojan?

Para aclarar este asunto, es necesario primero conocer acerca de los orígenes del bau-
tismo y su significado. En la conciencia de algunos círculos cristianos se cree que el
bautismo es algo “mágico” o “simplemente simbólico”. Nosotros como Metodistas
Libres creemos que la verdad se encuentra entre estos extremos.

Los orígenes del bautismo

Lo primero que debemos tener claro es que el


bautismo y los ritos religiosos, que involu-
cran el uso del agua en alguna medida, exis-
tían antes de que naciera la iglesia cristiana.
Conocemos por lo menos tres prácticas que
involucraban agua y que eran practicadas por
grupos que tenían contacto con la iglesia primitiva.
1. La ley del Antiguo Testamento contenía normas que re-
querían lavados. Probablemente sería prudente no llamarlos “cer-
emoniales”, porque esa palabra implica una distinción que los judíos no podían
hacer. Puesto que, se consideraba que las acciones religiosas externas tenían impli-
caciones espirituales para toda la persona. Jesús, Pablo y los escritores de las Es-
crituras no fueron norteamericanos racionalistas del siglo XX a quienes les resulta
fácil separar las acciones externas de las implicaciones personales internas. Varios
tipos de lavados con agua se debían usar para lavar varios tipos de “suciedad”.
2. Un grupo entre los judíos realizaba un rito en el que los participantes diariamente
bajaban a un estanque de agua para experimentar la limpieza y comprometerse
con la bondad, la verdad y la rectitud. Esta comunidad se retiró de la vida judía
normal en el segundo siglo antes de Cristo y estableció una comuna separatista en
Qumran cerca del Mar Muerto (los famosos Rollos del Mar Muerto descubiertos
en el desierto de esa región hablan de estas prácticas).
3. Además, en el tiempo de Jesús, se vio como una práctica para la iniciación de los
gentiles en la comunidad de fe judía. Los gentiles fueron, por supuesto, vistos
como “impuros”, y así, una ceremonia de purificación e iniciación, muy similar
al bautismo tal como lo conocemos, se convirtió en parte de su “conversión” al
judaísmo. En el judaísmo, el bautismo se convirtió en el signo de ese cambio en el
que un “forastero” se convertía en miembro de la familia de la fe. Era la marca de
entrada a la nueva familia.

En el Nuevo Testamento los evangelios nos dicen que antes del ministerio de Jesús un
hombre llamado Juan estaba en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento
60 Nuestra Interpretación
para el perdón de los pecados (Mr. 1:4). De hecho, el cuarto evangelio nos dice que
algunos de los discípulos de Jesús fueron inicialmente discípulos de Juan, el bautista
(Jn. 1:35-37). Las autoridades religiosas estaban indignadas por el bautismo de Juan.
Vieron el bautismo como algo para los “impuros”, algo para los “forasteros” que ne-
cesitaban “ser parte” del grupo. Al llamar a los judíos a ser bautizados, Juan les estaba
pidiendo que se reconocieran como personas necesitadas de la gracia que perdona y
limpia de todos los pecados. Los líderes judíos se escandalizaron porque Juan les es-
taba pidiendo que participaran en una práctica que implicaba reconocer que ellos tam-
bién necesitaban limpieza y perdón.

No obstante, Juan insistió en que su bautismo era solo un rito preparatorio. El bautismo
en agua que administró Juan solo estaba preparando a las personas para el ministerio
decisivo de aquel que aún estaba por venir. El Mesías bautizaría con el Espíritu Santo
(Jn. 1:29-34).

Esto se cumplió en el día de Pentecostés. Desde ese día hasta ahora, el mensaje para
todos los que escuchan la palabra de la muerte de Cristo por sus pecados es igual a lo
que predicó Pedro en Hechos 2:38: “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en
el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibi-
rán el don del Espíritu Santo”.

En resumidas cuentas, en la era de la iglesia, el bautismo característico que hace Jesús


está en el Espíritu Santo, cuya expresión visible era el bautismo con agua.

¿Qué significa el bautismo?


Teniendo en cuenta que hubo varios tipos de bautismos en el mundo de la iglesia pri-
mitiva (vea Heb. 6:2), debemos preguntarnos ¿Qué significado específico tiene el bau-
tismo cristiano? A continuación, presentamos algunos puntos importantes:
1. El bautismo cristiano siempre ha sido una forma visible de identificarse con la
comunidad cristiana, de decir que una persona ahora oficialmente hace parte de la
comunión de los creyentes (esta fue una razón muy fuerte en el bautismo judío de
los no judíos).

El bautismo no es escandaloso para la mayoría de nosotros. De hecho, es un ritual


social aceptable, es lo que esperamos que alguien haga cuando llega a ser cristia-
no. Pero, no era así para aquellos que creyeron en Cristo en la época del Nuevo
Testamento, y para muchos hoy, especialmente en otras culturas.

El bautismo significaba abandonar todo aquello que fuera su prioridad. A menudo


significaba convertirse en alguien discriminado en su propia familia y entre sus
amigos. Hoy día una persona puede asistir a reuniones cristianas y aún no aban-
donar todo aquello que es su prioridad y que no es
del Señor. Si es así, esa persona no sería consi-
derada todavía con certeza como un cristiano.
Cuando una persona toma la decisión de bau-
tizarse es como si quemara todos los puentes
de regreso y se comprometiera a mirar siempre
hacia delante. El bautismo es decir de forma irre-
Nuestra Interpretación 61
vocable que nos identificamos con ese pequeño y extraño grupo de personas que
siguen y adoran al Dios que resucitó a Cristo de entre los muertos. El bautismo
significaba abandonar todo e identificarse con Jesucristo y su cuerpo, la iglesia.
2. El bautismo es una representación de la muerte y la vida nueva.
Esta es la contribución distintiva de Pablo a nuestro enten-
dimiento. En sus escritos, él conecta repetidamente el bautis-
mo con la participación de una persona en la muerte y resur-
rección de Cristo. En el capítulo 6 de Romanos, le preocupa
articular el cambio interno (con consecuencias externas) que
ha tenido lugar en aquellos que se han convertido en cristianos.
Pablo alude a lo que sabe que sus lectores creen acerca del bautis-
mo. Les recuerda que cuando llegaron a la fe en Cristo, se convirtieron en partic-
ipantes personales en su muerte al pecado y en su resurrección a una nueva vida.
Es decir, cuando vinieron a Cristo con fe (que en la iglesia más temprana estuvo
acompañada por el bautismo), la muerte de Cristo se convirtió en suya también,
al igual que su resurrección. Estos eventos ya no estaban limitados a Jesús, sino
que se volvieron reales y efectivos en las vidas de aquellos que confiaban en Él.
De una manera que solo podemos insinuar, los creyentes se han unido a Cristo y
se han convertido en parte de él. La frase de uso frecuente de Pablo es “en Cristo”.
En los primeros días de la iglesia, el bautismo estaba estrechamente relacionado
con este morir y resucitar con Cristo a través del cual una persona llegaba a estar
“en Cristo”.
3. Finalmente, el verdadero bautismo, el bautismo efectivo que elimina el pecado e
imparte una nueva vida, no es lo que se hace con agua (independientemente del
modo). Lo que la iglesia hace en esos casos es la expresión externa de ese bautis-
mo interno en el que el Espíritu Santo lava los pecados de aquellos que confían en
Cristo y los renueva desde adentro hacia afuera. Solo hay un bautismo cristiano
(Ef. 4:5), pero tiene un lado exterior (bautismo en agua) y un interior (bautismo
por el Espíritu en Cristo).

Muchos cristianos usan el término “bautismo en el Espíritu” para referirse a las expe-
riencias posteriores del Espíritu en la vida cristiana. Sin embargo, ese no es nuestro
enfoque aquí. Estamos usando las palabras en el sentido básico de lo que hace el Espí-
ritu Santo cuando nos convertimos en cristianos. En 1 Corintios 12:13 se dice: “Todos
fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos ju-
díos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.

¿Cómo se llegó a tener más de una posición?


Lo anterior nos ayuda a darnos cuenta que hay muchas posiciones para el bautismo (así
como también hay muchas para la venida de Cristo). Al igual que el otro sacramento,
la Cena del Señor, el bautismo desafía la comprensión total de los cristianos, espe-
cialmente a la luz de nuestra caída. A continuación intentamos delinear lo que parece
haber sucedido.

En los primeros días de la iglesia, las buenas nuevas sobre la nueva vida en Jesús se
predicaban principalmente a los adultos y estos hacían la confesión pública mediante
el acto del bautismo. Allí afirmaban que se habían unido a Jesús en arrepentimiento y
confianza y ratificaban que habían muerto al pecado y resucitado a una nueva vida con
62 Nuestra Interpretación
Cristo. A partir de estos primeros precedentes, la iglesia ha continuado bautizando a
adultos conversos. De aquí surge la pregunta ¿qué pasa entonces con los hijos de los
creyentes?

Han surgido dos corrientes de interpretación a lo largo de 20 siglos, las cuales encuen-
tran cierto apoyo en los textos del Nuevo Testamento. Aunque se han librado batallas
agudas entre los defensores de las dos tradiciones, nuestra posición como Metodista
Libre es que son intrínsecamente complementarias. Cada uno necesita al otro para la
integridad teológica.

La tradición que practica el bautismo infantil quiere enfatizar la prioridad de la gracia


sobre la fe. Es decir, esta tradición reitera la iniciativa de Dios en llevarnos a Cristo.
Con esto también se está afirmando que los niños pequeños de padres cristianos tienen
derecho a “pertenecer” a la comunidad de fe.

En contraste, se encuentra la tradición que apoya el bautismo de creyentes solo para las
personas adultas y los bebés son “bendecidos” o “dedicados”. Esta posición ha puesto
énfasis en la importancia de la respuesta del creyente a la gracia de Dios.

Ambos aspectos del drama de la salvación deben mantenerse juntos si queremos tener
una doctrina plena de cómo llegamos a creer en Cristo. La tradición de bautizar solo
a aquellos que conscientemente se arrepienten y confían en Cristo enfatiza la libre
decisión de aceptar a Cristo. Hace hincapié en la respuesta personal, que presupone vo-
luntad, inteligencia y responsabilidad. La tradición del bautismo infantil, por otro lado,
enfatiza la iniciativa de Dios antes de nuestra respuesta humana, señalando que Dios
está obrando en nuestras vidas (especialmente en las vidas de niños con padres cristia-
nos) mucho antes de que respondamos personalmente. También enfatiza la dimensión
“corporativa” (más que la individual) de la vida como parte del pueblo de Dios.

Hechos 16:15 indica que cuando Lidia abrió su corazón en respuesta al mensaje de
Pablo …fue bautizada con su familia…. Pablo escribió en 1 Corintios 1:16: “También
bauticé a la familia de Estéfanas”. Encontramos otros textos similares en la Escritura.
Uno podría argumentar razonablemente que había bebés que probablemente formaban
parte de esas familias.

Existen muchos factores que pueden ayudar a determinar qué lado de este debate es
más fiel a la verdad bíblica. Uno de ellos, es que el bautismo tiene una relación estrecha
(aunque no completa) con el rito de la circuncisión. Dicho rito era la señal visible de
ingreso a la fe judía. La circuncisión se realizó en infantes (Gn. 17:12). Por lo tanto, así
como los judíos ingresaban a la comunidad del antiguo pacto a través de la circunci-
sión, los cristianos ingresamos a la comunidad del nuevo pacto a través del bautismo.

No obstante, debemos cuidarnos de no abusar de esta analogía, puesto que existen im-
portantes diferencias entre los dos. La circuncisión fue establecida slo para hombres.
Es claro en el Nuevo Testamento que los cristianos bautizaron con alegría a hombres
y mujeres desde el principio (Hch. 16:15). Además, el convenio firmado a través de la
circuncisión involucró ciertos elementos de identidad nacional y racial que no son parte
en la nueva comunidad.
Nuestra Interpretación 63
La iglesia necesita evitar ambos extremos. El extremo que ve el bautismo solo como
algo que hacemos como testimonio de nuestra fe e ignora la obra de Dios al llevar a
una persona a la fe en Jesús. El otro extremo en que el bautismo a veces se considera
casi “mágico” e ignora la voluntad humana, el arrepentimiento personal y la confianza.
Debemos mantener la tensión entre la iniciativa de Dios (gracia) y la respuesta personal
del ser humano (fe). De esta forma, los Metodistas Libres usamos ambos ritos, tratando
de dibujar el cuadro completo.

Al bautizar un bebé, los pastores deben asegurarse que sus oraciones


incluyan ruegos claros de que Dios lleve al niño a una fe personal que
acepta lo que los padres prometen en este momento en que los niños
no pueden hacerlo por ellos mismos (aunque “pertenecen” al pueblo de
Dios desde el primer día). Al dedicar un bebé, los pastores deben asegu-
rarse que sus oraciones incluyan una clara gratitud a Dios por el hecho
de que Él ya está trabajando en la vida de ese niño, que ya “pertenece”
a la comunidad cristiana.

Esto es lo que se debe resaltar: ya sea en el momento del bautismo (en la tradición del
bautismo de adultos) o en el momento de la confirmación de los votos hechos por los
padres (en la tradición del bautismo infantil), lo realmente importante es la fe en Je-
sús (dependiente). Se necesita confiar, y esto va más allá de una afirmación cognitiva.
Pablo llega tan lejos como para decir que sin fe y obediencia, la circuncisión no tiene
valor alguno (Ro. 2:25). Lo mismo ocurre con el bautismo. La fe y la obediencia son
cruciales.

¿Qué hacemos los metodistas libres?


Practicamos las dos tradiciones, ofrecemos una ceremonia de bautismo o dedicación.
En ambos, destacamos la gracia de Dios y la necesidad de la fe. Cuando los padres
cristianos, como una cuestión de conciencia, tienen una preferencia por un servicio u
otro, nuestros pastores honran esa solicitud. Al enseñar y dar seguimiento, enfatizamos
que ninguna de las dos prácticas tiene una virtud salvadora y que ambas son apropiadas
solo para los padres que están viviendo la vida de fe.

En resumidas cuentas, los orígenes de la Iglesia Metodista Libre pertenecen a una tradi-
ción en la que se practicaba el bautismo de bebés. A lo largo de los años, a medida que
la iglesia ha incorporado a personas cuyas conciencias han sido moldeadas por ambas
tradiciones respecto a este punto, les ha otorgado a los padres el derecho de elegir la
ceremonia que prefieran. La Iglesia Metodista Libre intenta abarcar ambas dimensio-
nes de la verdad cristiana.
NUESTRA
5 ORGANIZACIÓN

PROPÓSITO DE LA LECCIÓN
Ayudar a los candidatos a conocer y funcionar dentro de la organización
de la Iglesia Metodista Libre.

RESULTADOs DE LA LECCIÓN
Al concluir esta lección el estudiante:
• Sabrá cuáles son los diferentes tipos de gobierno eclesial y el que
aplica en la IML.
• Comprenderá nuestra organización institucional y su flexibilidad
frente a la misión.
• Conocerá e interactuará con el Libro de Disciplina.

CONTENIDO
• Introducción
• Formas de organización de la iglesia
• Etapas de desarrollo
• Conferencia mundial y consejo de obispos
• Misiones Mundiales Metodistas Libres
• Libro de Disciplina
• Actividades de evaluación
66 Nuestra Organización
INTRODUCCIÓN

S i está leyendo este manual y está tomando este curso es


porque usted es miembro de una iglesia local y siente
un llamado a ser pastor. Usted está participando con otros
en un grupo de formación de Plantación de Iglesias
Comunitarias (PIC) o está tomando este curso junto
con otros candidatos ministeriales en su distrito o con-
ferencia. Probablemente ha participado en la reunión
anual del distrito o la conferencia.

Así que ya sabe que una iglesia local Metodista Libre no existe sola. Hay una relación
de interdependencia y cooperación con otras iglesias que comparten la misma heren-
cia, teología y sistema de organización. Queremos introducirle al resto de la familia.
¿Cómo está organizada la iglesia a nivel nacional o mundial? ¿Cómo tomamos decisio-
nes? ¿Cómo nos movilizamos para participar en la causa de Cristo más allá de nuestro
grupo local?

La iglesia es humana y divina, de la misma manera que Jesús era/es humano y divi-
no. La familia de Dios es universal y espiritual, y no tiene barreras de denominación
o fronteras geográficas o políticas. Pero, a la vez la iglesia tiene que funcionar en el
mundo actual. Cada grupo de personas tiene que tener ciertas normas y estructuras para
poder organizarse y movilizarse para cumplir con la misión de Dios en la tierra. Y hay
que cumplir con las leyes nacionales para ser reconocido oficialmente y para abrir una
cuenta bancaria, comprar una propiedad, tener empleados, etc.

En el Nuevo Testamento y en la historia vemos múltiples formas de organización o


gobierno que se pueden adoptar para dirigir una iglesia. El propósito detrás de esto es
hacer las cosas decentemente y con orden (1Co. 14:40). Pero la Biblia no presenta una
regla de organización única que cada iglesia deba seguir. Vemos en el Nuevo Testa-
mento varias formas y estructuras dependiendo del contexto.

FORMAS DE ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA


La iglesia a lo largo de la historia desarrolló diferentes formas de gobierno; incluso
desde sus inicios, en el primer siglo, ya se podían notar distintos cargos que siempre
procuraron establecer el orden y la unidad dentro de la iglesia, aunque no se puede
hablar de un modelo de gobierno como los que hay en la actualidad. A medida que el
tiempo transcurría y nuevas herejías surgían, la iglesia enfrentaba nuevos desafíos ante
los cuales se hacía evidente que eran necesarias personas representativas para traer di-
rección en medio de tantas voces. Las cartas de los apóstoles a las iglesias dejan ver el
rol tan importante que ejerce un líder en la preservación de la sana doctrina, la unidad,
la disciplina y la vida misma de la congregación.

Conforme la historia fue avanzando la iglesia desarrolló diferentes formas de gobier-


no, procurando con todas ellas ajustarse a los parámetros bíblicos como se han enten-
Nuestra Organización 67
dido en cada etapa histórica de la iglesia. A continuación, se dará un breve vistazo a
los modelos de gobierno eclesial más comunes (Erikson, 2008).
• Episcopal: lleva este nombre porque la iglesia es dirigida por obispos (episcopos
en griego). Las iglesias episcopales delegan toda la autoridad a una persona como
su máxima autoridad. Ejemplos de esto son la iglesia católica con el papa, la iglesia
anglicana con su arzobispo y la iglesia ortodoxa con su patriarca. La idea de que
una persona mantiene toda la autoridad de la iglesia es mal comprendida ya que el
modelo episcopal se basa en una jerarquía con diferentes niveles de autoridad y re-
sponsabilidades. Aunque la autoridad máxima del modelo episcopal es una persona,
todo el gobierno descansa sobre una estructura de ministros que participan en la
toma de decisiones.
• Autocrático: muchas congregaciones delegan toda la autoridad sobre una única
persona que, a diferencia del modelo episcopal, no cuenta con una estructura que
sostenga el ministerio de la iglesia, sino que toda la responsabilidad de las deci-
siones recae sobre el líder. Este líder, casi siempre, es una persona carismática en
quien la iglesia reconoce algún tipo de poder especial de Dios y por esta razón no
cuestionan sus decisiones. Un ejemplo de este modelo de gobierno es visible en las
iglesias pentecostales o independientes, especialmente aquellas que no tienen una
corriente histórica reconocida.
• Congregacional: en este modelo de gobierno la autoridad máxima es la Asamblea
Congregacional. Este modelo es opuesto a los dos anteriores porque la autoridad
la tienen los miembros de la congregación. Aunque las iglesias pueden pertenecer
a una denominación, cada iglesia local es independiente en sus decisiones admin-
istrativas y ministeriales, cada iglesia escoge su propio pastor y determina el pre-
supuesto para el desarrollo de sus actividades ministeriales. Aunque generalmente
las iglesias de gobierno congregacional se caracterizan por su independencia, ex-
isten concilios de iglesias que reúnen a diferentes congregaciones para desarrollar
programas comunes, pero se reconoce la autonomía de cada iglesia local. Algunos
ejemplos de este modelo de gobierno son visibles en las iglesias bautistas y algunas
independientes.
• Presbiteriano: este sistema de gobierno es representativo y democrático, y está
relacionado directamente con la corriente reformada de la iglesia. Su nombre provi-
ene del término griego presbíteros (anciano) y se refiere a una organización en la
que hay un grupo de personas elegidas de la congregación que se encargan del
cuidado pastoral y administrativo de la iglesia. La asamblea de miembros elige sus
representantes para los cuerpos directivos por medio de un voto popular. Los elegi-
dos, generalmente llamados presbíteros laicos, ocupan sus cargos por determinados
períodos en los que se cumplen las diferentes funciones requeridas. Esta forma de
gobierno es característica de las iglesias Reformadas y Presbiterianas.

En la práctica, muchas iglesias usan una mezcla de estas cuatro formas de


organización, incluyendo la Iglesia Metodista Libre. En su historia la Igle-
sia Metodista Libre ha tratado de combinar lo mejor de cada sistema. Cada
conferencia general tiene un obispo o una junta de obispos que tienen la
autoridad espiritual y organizacional. Pero un obispo es elegido por voto por
un término específico, no sirven de por vida. Reconocemos la autoridad del
68 Nuestra Organización
pastor, preparado y ordenado y él o ella este asignado por el obispo o director de área a
cargo de una iglesia local. Pero a la misma vez, cada iglesia establecida debe tener una
junta de administración que apoya al pastor y comparte la responsabilidad del ministe-
rio. El pastor tiene que rendir cuentas al director del distrito o el superintendente de la
conferencia y en cierta forma tiene que rendir cuentas a la junta de administración de la
iglesia local también. El pastor dirige la iglesia, pero no debe ser un dictador. Y en los
asuntos más relevantes puede pedir la votación de la membresía de la iglesia. ¿Puede
usted identificar cuál de los ingredientes de este párrafo corresponde a cada uno de los
cuatro sistemas de organización?

Oficialmente el modelo de organización de la Iglesia Metodista Libre seria “episcopal


modificado”.

También hablamos de nuestro sistema “conexional”. Esto quiere decir que cada líder
y cada iglesia está en relación con otros pastores e iglesias. El distrito o conferencia
y la iglesia local cooperan juntos. Los pastores son asignados a una iglesia por el di-
rector de área o el obispo, pero en diálogo con la junta de administración de la iglesia
local. Cada líder en nuestro sistema está bajo autoridad y tiene que rendir cuentas a un
supervisor. Un pastor sirve bajo la autoridad del director de distrito o superintendente
de la conferencia. Un director de distrito sirve bajo la autoridad del director de área. El
director de área o el superintendente de conferencia sirve bajo la autoridad del obispo.
Y los obispos se someten mutuamente en la Junta de obispos y bajo la autoridad de la
junta de administración de la conferencia general.

ETAPAS DE DESARROLLO
Ya hemos mencionado varios niveles de organización o etapas en el desarrollo de una
red de iglesias en un país. Veamos esto con más detalle ahora.

Iglesia en Formación
Cuando la Iglesia Metodista Libre está recién comen-
zando en un nuevo país se llama “Iglesia en formación”.
Generalmente comienza con la plantación de una iglesia
o dos. Al principio no hay pastores ordenados. El minis-
terio está bajo la supervisión del director de área quien
muy a menudo delega la responsabilidad al líder de un
distrito cercano. Actualmente las “Iglesias en formación”
en Latinoamérica (con el líder de distrito responsable)
son: Antigua (Puerto Rico), Bolivia (Chile), El Salvador
(Nicaragua), Panamá (Venezuela), y Uruguay (Argenti-
na).

Distrito Misionero
Cuando hay tres o cuatro iglesias establecidas y algunos pastores ordenados se orga-
niza como un Distrito Misionero. En esta etapa hay un pastor con suficiente madurez
y fruto que puede ser nombrado director del distrito por el director de área. Un distrito
Nuestra Organización 69
misionero debe formar una Junta Administrativa Distrital que toma decisiones para el
crecimiento de la red de iglesias y que procesa los candidatos ministeriales. Las igle-
sias locales empiezan a diezmar sus ingresos locales al distrito para apoyar su ministe-
rio en común. Los pastores y líderes locales tienen una reunión anual de entrenamiento,
inspiración y comisión. Actualmente los Distritos Misioneros en Latinoamérica son:
Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú, y 360-Shorli-
ne (las costas de Centroamérica).

Conferencia Provisional Anual


Cuando un distrito misionero llega a un nivel suficiente de
madurez con un mínimo de 300 miembros y 5 pastores orde-
nados puede ser reconocido como “Conferencia Provisio-
nal Anual”. Los pastores y delegados laicos oficialmente
adoptan el Libro de Disciplina y escriben una constitución
propia que debe ser aprobada por el director de área y la Junta de
Obispos. Una nueva conferencia provisional anual también tiene además de la Junta
de Administración, una Junta de Preparación y Consejo Ministerial para desarrollar
y formar nuevos candidatos ministeriales. La conferencia provisional debe tener un
plan para multiplicar líderes e iglesias y para llegar a la autosuficiencia financiera. Los
pastores y delegados laicos eligen, por votación, uno de los pastores ordenados como
superintendente bajo la dirección del director de área. Actualmente en Latinoamérica,
Puerto Rico y Venezuela son conferencias provisionales.

Conferencia Anual
Cuando una Conferencia Anual Provisional haya alcanzado un avance importante en
el liderazgo nacional, una buena profundidad evangelística, un gobierno autónomo y
sostenimiento propio, haya llegado a la etapa en la que pueda operar de manera satis-
factoria bajo el Libro de Disciplina de la IML-EEUU, y tenga una constitución que
haya sido aprobada por la Conferencia General se recomendará para que el obispo
encargado la organice como una Conferencia Anual. Normalmente lo mínimo para
la organización de una Conferencia Anual es diez ministros en plena relación y seis-
cientos miembros laicos (Libro de Disciplina, ¶4570).

Una conferencia anual de origen misionero se transfiere de la supervisión de Misiones


Mundiales a ser parte oficial de la Conferencia General con delegados con voz y voto
en las reuniones. Una Conferencia Anual tiene cierta autonomía dentro de la Conferen-
cia General de la IML-EEUU. Actualmente en Latinoamérica, Chile y Paraguay son
onferencias anuales.

Las conferencias anuales, según el modelo de la Iglesia Metodista Episcopal, han


sido una estructura organizacional básica de la Iglesia Metodista Libre desde sus ini-
cios. Después de haberse organizado la primera Conferencia Anual en Pekín y Nueva
York en 1860, se organizaron otras veintidós en los siguientes veinticinco años; como
dice el Obispo Leslie Marston, el Metodismo Libre primitivo “marchaba a través de
la nación”. En nuestros días, como en aquel tiempo, la Conferencia Anual es la or-
ganización a nivel regional que enlaza a las iglesias locales en una red completa. La
Conferencia Anual garantiza que pastores y congregaciones reciban consejo y estí-
mulo, identifica a todos los que son llamados a la ordenación ministerial y promueve,
70 Nuestra Organización
a la vez que supervisa la fundación de iglesias y el evangelismo (Libro de Disciplina,
¶5000).

Conferencia General
Una o más conferencias anuales pueden hacer una solicitud a la Conferencia General a
la que pertenecen para cambiar su estatus a Conferencia General Provisional. En esta
etapa intermedia de desarrollo se provee dirección a los líderes nacionales para que
aprecien la naturaleza independiente de la iglesia internacional con los sistemas de
dependencia mutua y rendición de cuentas, y quienes crecen a través del ejercicio de
los dones, las virtudes y autoridad bajo el liderazgo de su Conferencia General patro-
cinadora y de su obispo. Una Conferencia General Provisional recibe cierta medida de
autoridad y autonomía jurisdiccional para desarrollar declaraciones únicas de misión
y visión, y de interpretar y aplicar el Libro de Disciplina dentro de su cultura bajo el
liderazgo de su obispo sufragáneo mientras lleva a cabo la misión de la iglesia. Para
alcanzar este estatus se debe cumplir los requisitos enlistados en ¶221 del Libro de
Disciplina.

En realidad hay dos niveles: Conferencia General Provisional y Conferencia General.


Esta última tiene la máxima autonomía dentro de la estructura Metodista Libre. En
adición a todos los estándares para una conferencia general provisional también se re-
quiere que cumpla los requisitos enlistados en ¶222 del Libro de Disciplina.

En 2015 México, junto a Kenia y Uganda en África, se convirtieron en Conferencia


General Provisional. Actualmente en Latinoamérica las Conferencias Generales son:
República Dominicana, Brasil y Haití. Estas se suman a las Conferencias Generales de
Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), África (Burundí, República Democrática del
Congo, Mozambique, Rwanda, Sudáfrica y Zimbabwe), Asia (India, Japón y Filipinas)
y Egipto.

CONFERENCIA MUNDIAL Y CONSEJO DE


OBISPOS
Actualmente, la Iglesia Metodista Libre ministra en aproximadamente 90 países. En
2016 el número de miembros total llegó a un millón. El 47% de los miembros son de
África, 33% de Asia, 8% de América Latina, 8% de los EEUU y Canadá, y 4% en el
Medio Oriente y Europa.

¿Cómo se mantiene una conexión vital entre distritos, conferencias anuales y conferen-
cias generales en tantos países?

La Conferencia Mundial tiene el propósito de facilitar las comunicaciones entre las


diferentes conferencias generales y la resolución de asuntos constitucionales. Por
esto se dedica a: primero, trabajar en pro del compañerismo y la unidad; segundo,
estimular la expansión del reino de Dios guiando a las conferencias generales hacia
el cumplimiento de programas evangelísticos en armonía con la doctrina y prácticas
wesleyanas. Tercero, asumir la autoridad legislativa y judicial en asuntos relaciona-
Nuestra Organización 71
dos con la Constitución Metodista Libre; cuarto, verificar que cada Conferencia Ge-
neral y las diferentes instituciones que conforman la IML en el mundo sean leales a
la Constitución Metodista Libre; y por último, administrar un fondo internacional de
becas para contribuir al desarrollo de líderes metodistas libres (Libro de Disciplina,
¶230).

Los obispos de las conferencias generales y de las conferencias generales provisio-


nales constituirán un Consejo de Obispos para fines de comunión, consejo mutuo y
rendición de cuentas y la extensión del reino de Dios por medio de los ministerios
Metodistas Libres. El Concilio se reunirá normalmente cada cuatro años, realizando
sus reuniones cerca de la mitad del ínterin entre las sesiones de la Conferencia Mun-
dial (Libro de Disciplina, ¶240).

Hasta ahora hemos usado la palabra “conferencia” varias veces y de diferentes formas.
Este es un término histórico metodista que es una unidad básica de organización. Con-
ferencia significa:
• Una región geográfica bajo la responsabilidad o misión de una red de iglesias.
• Una red de iglesias. Todas las iglesias Metodistas Libres que se encuentran en esa
región geográfica.
• Un sistema de organizar el ministerio cooperativo de esa red de iglesias en esa
región geográfica; administración, finanzas, estrategia de multiplicar iglesias y de-
sarrollar líderes, el entrenamiento, ordenación y asignación de pastores.
• La reunión anual de todos los pastores y delegados laicos elegidos para representar
cada iglesia. Estos pastores y delegados laicos son miembros de la conferencia.

Como hemos visto, una Conferencia puede ser Provisional, Anual, General Provisional
o General. Conferencia es tan básico al entendimiento metodista que en un distrito
misionero alguien que está oficialmente entrando en el proceso de formación pastoral
para la ordenación le llaman un Candidato Ministerial Conferencial.

MISIONES MUNDIALES METODISTAS LIBRES


Misiones Mundiales es el brazo de la Iglesia Metodista Libre encargado de ayudar a
las iglesias de la Conferencia General a cumplir con la Gran Comisión. Envía misio-
neros, recauda dinero para apoyar el trabajo misionero y coopera en varias maneras. El
director de área supervisa los Distritos Misioneros y las Conferencias Provisionales, y
coordina las Conferencias Anuales. Maneja la relación entre Misiones Mundiales y los
distritos y conferencias provisionales. Ayuda a proveer recursos de entrenamiento, fa-
cilita alianzas estratégicas entre iglesias en los EEUU y distritos para cosas que ayudan
hacia la misión de multiplicar iglesias y líderes.

La meta no es formar una institución o implementar todos los comités y estructuras


que se encuentran en el Libro de Disciplina. La meta no es llegar a cierto nivel de
administración organizacional dentro de la Iglesia Metodista Libre mundial. Eso es
72 Nuestra Organización
secundario. La meta es alcanzar a cada país y a Latinoamérica para
Cristo. Si nos enfocamos en evangelizar y discipular, en multiplicar
iglesias y desarrollar líderes, las pautas administrativas vendrán
en su momento para apoyar o en respuesta al crecimiento de
la iglesia. El objetivo de Misiones Mundiales es ver una
Iglesia Metodista Libre saludable, autónoma, autóctona
y multiplicadora en cada país. Déjennos explicar cada
uno de estos términos:
1. Iglesia. Nuestro objetivo principal es establecer gru-
pos locales de creyentes comprometidos con seguir a Jesús
y cumplir con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión. La
iglesia no es solo un grupo local, sino también una red orgánica
interrelacionada de grupos y congregaciones. Esto es lo más im-
portante: somos la iglesia, no una ONG.
2. Metodista Libre. Aunque nos asociamos con otros y entendemos que el reino de
Dios es más amplio, tenemos una teología, herencia y conexión particulares. Tra-
bajamos con y a través de un liderazgo reconocido y nos sometemos a la autoridad.
Mientras apreciamos y utilizamos materiales apropiados de otros grupos, nuestra
teología y organización determinan nuestra identidad.
3. Saludable. No queremos fomentar la dependencia de recursos externos o perpetu-
ar patrones disfuncionales de relación. Nuestro objetivo es ver iglesias y redes que
sean espiritual y emocionalmente sanas y vibrantes, íntegras y santas.
4. Autónomo. Creemos que la toma de decisiones debe ser movida al nivel más bajo
posible para que el liderazgo de la iglesia se dé desde adentro. Con la capacitación,
el entrenamiento y la orientación adecuados, los líderes locales necesitan determi-
nar su propio destino.
5. Autóctona. Nuestra comunicación del evangelio y la forma en que la iglesia fun-
ciona debe ser contextualizada, tropicalizada, para encajar y echar raíces en la
cultura local. Nuestro mensaje y nuestras estructuras deben traducirse a cada país
y a los diferentes grupos étnicos, clases sociales y regiones geográficas que con-
forman cada país.
6. Multiplicadora. Multiplicamos discípulos, líderes, grupos e iglesias. Cada “cam-
po misionero” también comparte la responsabilidad de enviar misioneros y llegar
a otros grupos de personas o regiones con el evangelio. La reproducción está en
nuestro ADN.

Durante años hemos estado diciendo que nuestra misión es impulsar un movimiento
bíblico que alcance Latinoamérica para Cristo, esto se realizará por medio de desarro-
llar y empoderar líderes y plantar iglesias. Eso resultará en una Iglesia Metodista Libre,
saludable, autónoma y multiplicadora en cada país de Latinoamérica. Otros pueden
debatir cuál es nuestra misión y cuál es nuestra visión. No importa cómo lo haga, de
esto se trata.

Esto significa que todo lo que hagamos, incluyendo el envío de misioneros o grupos
VISA, el patrocinio de niños de ICCM y la donación a Proyectos Extra Mile, debe
Nuestra Organización 73
contribuir a impulsar un movimiento bíblico para alcanzar a Latinoamérica para Cristo
y, en última instancia, debe dar como resultado una Iglesia Metodista Libre, saludable,
autónoma, y multiplicadora en cada país.

LIBRO DE DISCIPLINA
Como habrá notado, algunos de las secciones de este capítulo vienen directamente de
algo que se llama el Libro de Disciplina. Quizás esa palabra “disciplina” le hace pensar
en un castigo o pena, sin embargo en nuestro caso no quiere decir reglas y reglamen-
tos sino un orden o una metodología. Más adelante en este curso hablaremos más del
“método” en metodista. Desde los tiempos de Juan Wesley y desde los comienzos de la
Iglesia Metodista Libre el Libro de Disciplina ha sido nuestro manual de organización.

El Libro de Disciplina es el documento básico que explica lo que


creemos, cómo nos relacionamos en la iglesia, cómo una iglesia o
una conferencia deben funcionar, y cuál es el proceso de forma-
ción pastoral. No es un libro inspirado como la Biblia. No es sin
errores. Y no perdura para siempre. Hay un proceso de renovar
el Libro de Disciplina para que se actualice. Cada cuatro años
las conferencias anuales eligen miembros ministros y laicos para
representarlos como delegados a la Conferencia General. Allí
dialogan sobre cambios propuestos al mencionado libro. Hacen
enmiendas y votan para aprobar o no estas propuestas. Después de cada Conferencia
General (cada cuatro años) se publica una nueva edición del libro. Usted encontrará
una copia digital del Libro de Disciplina en el sitio web www.iml-latinoamerica.org
bajo la pestaña “recursos”. A continuación vamos a mirar las secciones del libro:
1. Constitución: capítulos 1 y 2. Esta es la parte esencial del libro. Contiene los
artículos de religión que define nuestra teología y doctrina. Y explica la organi-
zación general, es decir las conferencias generales y la conferencia mundial. Un
cambio en la constitución tiene que ser ratificado por voto de una mayoría de los
delegados de todas las conferencias generales.
2. El Peregrinaje Cristiano: capítulo 3. Esta es una explicación del proceso de con-
versión y discipulado como nosotros lo entendemos de la perspectiva wesleyana.
3. Administración General: capítulo 4. La organización de la Conferencia General
IML-EEUU afecta a los distritos misioneros y conferencias provisionales y an-
uales de Latinoamérica. Misiones Mundiales facilita y coordina la relación entre
la IML-Latinoamérica y la IML-EEUU.
4. Conferencias Anuales: capítulo 5. Es una descripción de cómo una conferencia
anual debe funcionar; aunque está escrito desde la perspectiva de los EEUU y hay
cierta flexibilidad para que las conferencias en otras partes del mundo puedan ten-
er sistemas apropiados a su contexto.
74 Nuestra Organización
5. La Iglesia Local: capítulo 6. Similar al capítulo 5, esta descripción de cómo una
iglesia local debe funcionar está escrita desde la perspectiva de los EEUU. Tam-
bién lo que está en el fondo es una iglesia establecida tradicional. En Latinoaméri-
ca tenemos estructuras más flexibles y estamos apuntando hacia la multiplicación
de redes de nuevas iglesias a través de PIC (Plantación de Iglesias Comunitarias).
Sin embargo, hay buen material en este capítulo acerca de las características de
una iglesia, la membresía, la junta de administración y candidatos ministeriales
locales.
6. Orden de la Iglesia: capítulo 7. Quizás se puede decir que el capítulo 7 es más
parecido a lo que pensamos cuando escuchamos la palabra “disciplina” en el Libro
de Disciplina. Es una explicación muy valiosa de cómo respondemos a problemas
o acusaciones contra líderes. ¡No podemos ignorar el pecado! Pero por otro lado
no baleamos a los caídos. Nuestra meta siempre es la restauración y este capítulo
nos da un proceso para tratar con casos difíciles y hacer todo lo posible para restau-
rar líderes que han caído en pecado o disfunción.
7. El Ritual: capítulo 8. Si quiere saber qué hacer y qué decir en una boda, un
velorio u otra ceremonia esto le va a ayudar. En momentos importantes como la
presentación de un bebé o al recibir nuevos miembros en la iglesia uno debe tener
un modelo y un formato para señalar la ocasión. Estos rituales tienen una larga his-
toria; algunos tienen sus raíces en la Iglesia Anglicana de donde salió Juan Wesley.

El propósito de todo esto es para que la Iglesia Metodista Libre, como parte de la igle-
sia cristiana universal pueda ser sana y santa, efectiva y fructífera.

ACTIVIDADES DE EVALUACIÓN
1. Escriba una definición de los siguientes términos en sus propias palabras:
a. Organización episcopal modificado
b. Conexión o sistema conexional
c. Distrito Misionero
d. Conferencia
e. Obispo
f. Director de área
g. Libro de Disciplina
Nuestra Organización 75
2. Llene el organigrama con los nombres de los líderes de su iglesia local y distrito o
conferencia. Ore por cada uno regularmente por el próximo mes.

3. Explore el Libro de Disciplina en el sitio web. Mire su estructura y lea las partes
que se conectan con esta lección (capítulo 2, 4 al 7). Escriba las preguntas que le
surjan en la lectura y convérselas en la clase o con su mentor.
6 NUESTRA METODOLOGÍA

Propósito de la lección
Ayudar a los candidatos a comprender e implementar nuestras metodo-
logías ministeriales.

Resultados de la lección
Al terminar la lección el estudiante:
• Conocerá los métodos originales de los metodistas y su relevancia
para nuestro contexto ministerial.
• Podrá comprender y hacer un balance entre método y flexibilidad, y
libertad y límites.
• Reflexionará en una metodología apropiada para realizar el ministe-
rio en su contexto.

Contenido
• Un movimiento metódico y libre
• Los métodos de los Metodistas originales
• Libertad entre límites
• La metodología de la IML-Latinoamérica
• Alcanzar las ciudades requiere nuevos métodos
• Preguntas de reflexión
78 Nuestra Metodología
UN MOVIMIENTO METÓDICO Y LIBRE
“¡Metodista!” Originalmente esto fue un insulto –o por lo menos una
broma– gritado a Juan Wesley o alguno de sus compañeros en el
Club Santo. O fue el chisme detrás de sus espaldas. El nombre se
pegó a ellos y llegó a identificar todo un movimiento que ha du-
rado por casi 300 años. Como Metodistas Libres, nosotros somos
herederos de ese movimiento –y de ese nombre.

Le dieron ese apodo porque Juan Wesley y sus compañeros fueron intencionales en
buscar la santidad y porque usaron métodos específicos –había un plan estructurado
para el discipulado y una organización para el desarrollo de nuevos grupos y nuevos
líderes. Hay un método en Metodista; el Metodismo es metódico. Pero a la vez el avi-
vamiento wesleyano del siglo XVIII en Inglaterra cumple con todas las señales de un
movimiento de renovación –que estudiaremos en el módulo Teología de la Misión y
Misiología.

En breve, un movimiento sucede cuando algunas personas tienen una profunda expe-
riencia con Dios y esa les impulsa a redescubrir y vivir las verdades y los principios
bíblicos de una manera vibrante y contagiosa. Se comprometen a la causa de Cristo
con todo y se esfuerzan para reclutar a otras personas, movilizándoles e improvisando
métodos y estructuras para extender el evangelio a tantas personas posibles, en tantos
lugares posibles, lo antes posible.

Para durar más que un momento en la historia y para llegar a producir máximo fruto,
un movimiento tiene que tener cierta infraestructura. Tiene que haber métodos claros,
contextualizados, y flexibles para sostener el crecimiento explosivo de la iglesia. Pero
sin duda, los métodos están al servicio de la misión. Cuando los métodos llegan a tener
más importancia que la misión, el movimiento pierde enfoque y se desvíe –o se muere.

La historia nos muestra que vez tras vez los métodos y las estructuras de la iglesia se
convierten en ídolos. Si los líderes y los miembros empiezan a valorar los métodos más
que la misión, la iglesia se convierte en una institución o burocracia estancada. Pierde
su primer amor, el impulso hacia afuera se desvanece y se empieza a enfocar en los edi-
ficios, los beneficios salariales y en la política de la iglesia más que en el crecimiento
y expansión del evangelio.

Ya para el siglo XIX eso le había sucedido a la Iglesia Metodista Episcopal, como fue
conocido el movimiento wesleyano en los Estados Unidos. Benjamín Titus Roberts y
otros pastores trataron de llamar la Iglesia Metodista Episcopal a volver a sus raíces. Su
intención fue avivar y renovar la iglesia, pero fueron expulsados. No les quedaba más
remedio que formar una nueva denominación. Esa red de pastores y líderes laicos cum-
plieron con todas las señales de un movimiento de renovación que hemos mencionado.

Ellos eligieron el nombre “Metodista Libre”. “Metodista” porque pensaron que ellos
eran los herederos verdaderos de Juan Wesley y su movimiento metodista. “Libre”
como símbolo de los asuntos pertinentes en la renovación que quisieron ver –libertad
para los esclavos, libertad para las mujeres al ejercitar liderazgo en la iglesia, bancas
libres– para que los pobres pudieran sentarse gratuitamente en las iglesias, libertad
Nuestra Metodología 79
del materialismo y extravagancia que excluiría a los pobres, libertad del Espíritu en
la alabanza y adoración, libertad para predicar y practicar la doctrina de santidad –o
integridad de vida y ministerio.

Metodista Libre. ¡El nombre es una contradicción en términos! Tiene que ser el uno o
el otro, ¿no? Si uno es muy metódico ¿cómo puede ser libre? Y si uno es libre, ¿cómo
va a ser metódico? Es una tensión creativa. El equilibrio entre el método y la libertad es
precisamente lo que mantiene un movimiento moviéndose adelante. Metodista Libre;
nosotros somos herederos de ese movimiento –y de ese nombre. En la medida en que
vivamos lo que nuestro nombre significa continuaremos siendo una fuerza vital en el
mundo.

LOS MÉTODOS DE LOS METODISTAS


ORIGINALES
Los métodos siempre están relacionados con un tiempo y un lugar específico. Los
métodos sirven e impulsan la misión en un contexto particular. Así que no podemos
simplemente importar los métodos de otra época u otra región y esperar que van a dar
los mismos resultados aquí y ahora. Habiendo dicho esto, sí podemos aprender algunos
principios básicos detrás de los métodos. Consideremos unos métodos del movimiento
metodista histórico.

1. Ministerio laico
Aunque Juan Wesley era ministro ordenado en la Iglesia
Anglicana de Inglaterra, muy pronto vio la necesidad y la
oportunidad de involucrar a hombres y mujeres comunes en
el ministerio. En su época, solamente quienes tenían pre-
paración académica y ordenación en la iglesia tenían per-
mitido predicar o enseñar la Palabra. Y lo hicieron de una
manera muy teórica y pomposa.
El movimiento metodista creció velozmente y no había cleros o ministros disponibles y
dispuestos para dar seguimiento a todos los nuevos convertidos. La solución fue empo-
derar a hombres y mujeres, jóvenes y personas adultas a usar sus dones y participar en
el ministerio. Fueron asignados a dirigir una Clase o grupo de cuidado y comisionados
como predicadores laicos.
Wesley desarrolló todo un sistema de entrenar a estos obreros laicos sobre la marcha.
Había una lista de libros que tenían que leer y un proceso de aprendizaje. De esa mane-
ra cientos y hasta miles de hombres y mujeres sin educación formal y sin credenciales
participaron en el crecimiento de ese movimiento y esa ola de avance del reino de Dios.
Empoderar, entrenar y soltar a obreros laicos era un método inaudito desde los tiempos
del Nuevo Testamento. Pero fue un redescubrimiento de Efesios 4:11-12: “Él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores
y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar
80 Nuestra Metodología
el cuerpo de Cristo”. Y como un clave del movimiento metodista dio muy buenos
resultados.

Aunque el Pastor Benjamín Titus Roberts ha sido acreditado como el fundador de la


Iglesia Metodista Libre, muchos han descrito su comienzo como un movimiento laico.
Por muchos años fueron obreros laicos que evangelizaron y comenzaron nuevas igle-
sias a través del territorio de los Estados Unidos. Siguiendo el modelo metodista dieron
entrenamiento y un camino a la ordenación a los obreros laicos.

Hoy día en Latinoamérica la mayoría del ministerio está en manos de obreros laicos.
Son hombres y mujeres sin mucha preparación que han comenzado nuevas iglesias,
centros de apoyo familiar, escuelas y muchos otros ministerios. Siguiendo el modelo de
Juan Wesley, hay un proceso de formación pastoral para que los que tienen un llamado
de Dios y frutos en el ministerio pueden ser entrenados y ordenados. Hablaremos de
esto en el curso Introducción al Ministerio Pastoral.

2. Predicación en las calles y los campos


Los pastores y líderes anglicanos se opusieron a Juan Wesley por sus métodos raros.
Cerraron las puertas de las iglesias para que él no predicara.
Entonces Wesley se sintió obligado a predicar afuera, al aire
libre. Al principio él se resistió a eso pensando que no era
correcto llevar el ministerio de predicación y enseñanza fuera
de un edificio consagrado para ese propósito. Pero pronto vio que
afuera de las iglesias el mensaje pudo llegar a muchísimas más
personas, y a personas que nunca entrarían en un edificio de
iglesia por sentirse muy pobre o muy pecador.

Wesley predicó a miles de personas al aire libre: a


mineros entrando o saliendo de su jornada, a mul-
titudes reunidos en un cementerio donde Wes-
ley se paraba sobre una tumba, a los obreros
agrícolas en los campos. Él organizó a los nuevos convertidos en Clases o grupos de
cuidado que se reunían en casas o lugares públicos. Llegaron a haber miles de estas
Clases y ninguno tenía su propio edificio. Redes de Clases se juntaron para formar una
Sociedad, que básicamente fue una congregación que funcionaba como una iglesia.
Pero no usaron ese nombre porque significaba ser una parte oficial de la Iglesia Angli-
cana. Algunos de las Sociedades llegaron a construir edificios simples dónde reunir a
las personas.

La gran mayoría de congregaciones de la nueva Iglesia Metodista Libre en los Estados


Unidos en el siglo XIX comenzó en lugares prestados –casas, graneros, escuelas, sa-
lones comunitarios, estaciones de bomberos, etc. El impulso fue hacia afuera no hacia
adentro; la idea no era atraer las personas de la iglesia sino llevar el evangelio a las
personas.

En estos días en Latinoamérica la Iglesia Metodista libre está redescubriendo cómo


adaptar e implementar este método. La Plantación de Iglesias Comunitarias (PIC) es
una manera contemporánea de seguir el modelo metodista histórico. Con este modelo
nuevas iglesias se establecen en la casa de una Persona de paz, así que en muchos lu-
Nuestra Metodología 81
gares se llaman Casas de Paz. El evangelismo y el discipulado ocurren en los barrios,
colonias, vecindarios y en las casas. Cuando el grupo crece lo suficiente que necesita
un nuevo lugar donde reunirse, se usa creatividad, alquilando hasta un cine para tener
un culto unido semanal. Se considera que un edificio es una herramienta del ministerio
no un requisito para el ministerio.

3. Una estructura de grupos


George Whitefield fue un predicador y evangelista famoso contemporáneo con Juan
Wesley. Él predicó a decenas de miles de personas y muchos se convirtieron bajo su
ministerio. Pero al final de su vida no quedaba casi nada porque no había un sistema de
discipulado que formara a los que respondieron al llamado y así poder incorporarlos en
la iglesia. Cuando Wesley murió dejó más de 100.000 miembros en una red multipli-
cadora de Clases y Sociedades –grupos de cuidado y congregaciones. Wesley se con-
centró no en los esfuerzos que condujeron a la decisión sino en el momento posterior
a la decisión. Las estructuras grupales eran la fuerza vital del movimiento metodista.

Por muchos años después de su inicio la Iglesia Metodista Libre usó el mismo méto-
do de multiplicar Clases y Sociedades. Una palabra clave ha sido “conexionalismo”
–quizás un término único a nuestra denominación. Quiere decir que como miembros,
grupos e iglesias estamos conectados con la misma visión. Creemos que Dios habla al
individuo, pero también trabaja a través de nuestras relaciones personales en un grupo
integral. Y que estos grupos están interconectados con la misma misión.

Los directores de distrito y superintendentes de conferencias provisionales han acor-


dado que la Plantación de Iglesias Comunitarias (PIC) es el modelo oficial de la IML
Latinoamérica. Tiene resonancia porque es fundamentalmente bíblico y porque sus
métodos de multiplicar grupos o Casas de Paz están de acuerdo con los métodos histó-
ricos metodistas.

4. Un discipulado práctico –enfocado en cambio de conducta


El enfoque de los grupos pequeños de Wesley no era la instrucción
bíblica, que estaba reservada para reuniones de grandes grupos de
la sociedad, sino el crecimiento y transformación personal. El dio
prioridad al comportamiento y la experiencia de la comunidad
sobre las preocupaciones doctrinales. Todos los miembros es-
taban obligados a rendirse cuentas de sí mismos y dar respuesta a un
conjunto de preguntas escritas por Wesley y los demás miembros del grupo
respondían con palabras de aliento y amonestación. Las reuniones de clase se centraron
en problemas de comportamiento. Buscaban mejorar sus actitudes, emociones, senti-
mientos, e intenciones en una “reorientación afectiva”. Esta responsabilidad mutua
refleja la comprensión de Wesley de la comunión cristiana, que incluía cuidar las almas
de los demás.

No simplemente hablaban de los medios de gracia y misericordia, los practicaban. No


simplemente enseñaron las Escrituras como concepto, doctrina o teoría sino imple-
mentaron y obedecieron los principios bíblicos. La fe cristiana no es solamente algo
que uno aprende y entiende, sino es algo que uno experimenta y vive. Transforma las
actitudes y acciones, el comportamiento de las personas.
82 Nuestra Metodología
Hace ya algunos años empezamos a hablar de la importancia de “cabeza”, “corazón”
y “manos”. Comenzó como parte del proceso de Formación Pastoral para hablar del
perfil de un pastor ordenado. Pero todos los que han escuchado de esto han dicho: “¡es
para todos!”. Cabeza representa lo que conocemos de la Palabra, corazón tiene que ver
con nuestras actitudes e integridad de vida, manos representan nuestras acciones y las
habilidades que usamos para servir a Dios. Wesley nunca escribió acerca de “cabeza,
corazón y manos”, sin embargo es un concepto muy wesleyano.

Nosotros predicamos y enseñamos para la transformación de personas. Como dijo


Dwight Moody: “la Biblia no es para llenar la mente con hechos sino para transfor-
mar la vida”. Por esa razón las lecciones que se estudian en las Casas de Paz o en el
currículo de Formación Pastoral tienen tareas y si esa tarea no se hace no debe recibir
la lección siguiente. Porque no es suficiente saber cosas de la vida cristiana, tenemos
que implementarlas. Y nuestros métodos de enseñanza, discipulado y hasta predicación
deben ser enfocados en no solo informar sino transformar.

LIBERTAD ENTRE LÍMITES


En 2006 la Junta de Obispos adoptó y comunicó un esquema para desatar o destapar la
iglesia para usar creatividad de métodos en el cumplimiento de la visión. Este consis-
tió en 4 partes. 1) Definir la misión de la iglesia, lo que Dios nos ha llamado a ser. 2)
Definir la visión de la iglesia, lo que Dios nos ha llamado a hacer. 3) Trazar el límite de
las cosas que líderes y pastores no pueden hacer, las cosas que no son negociables. 4)
Clarificar los resultados esperados, los objetivos que queremos realizar. Veamos esos
cuatro partes en más detalle:

1. La iglesia —su Misión
La Iglesia Metodista Libre existe para amar a Dios, amar a las personas y hacer discí-
pulos.

2. La iglesia —su Visión
La Iglesia Metodista Libre busca traer restauración al mundo mediante comunidades
bíblicas saludables de personas santas que multiplican discípulos, líderes, grupos e
iglesias. El cumplimiento de esta visión requiere que cada iglesia sea una iglesia salu-
dable con líderes llenos del Espíritu, que continuamente trabajan un plan para cumplir
con nuestros resultados esperados.

3. La iglesia —su cultura de “dar permiso” entre límites claros


Lo que no es negociable. Los líderes laicos no pueden:
• Vivir en violación a las Escrituras.
• Vivir en violación a los artículos de Religión, el Constitución, el Pacto de Mem-
bresía o la misión.

Lo que no es negociable. Nuestros pastores no pueden:


• Vivir en violación de los votos de ordenación.
• Dirigir la iglesia en formas que quitan valor a nuestra misión.
Nuestra Metodología 83
Colocando a la misión por delante de los métodos, nuestros pastores e iglesias son li-
bres para crear estrategias y ministerios que cumplan con nuestros resultados espera-
dos.

4. La iglesia —sus resultados esperados


El capítulo 15 del Evangelio de Lucas nos recuerda que el corazón del Padre busca
apasionadamente a aquellos que están fuera del reino. Hasta que se encuentre a los
perdidos en cualquier generación, Dios intentará ganar su fe y lealtad.

Es nuestra expectativa, a la luz del amoroso corazón de Dios, que los líderes pastorales
y laicos traten de desarrollar cada iglesia Metodista Libre para que se caracterice por
los siguientes resultados:

a. Ser una congregación evangelística: entablar amistad con personas espiritual-


mente perdidas, presentar y explicar el evangelio de manera culturalmente relevan-
te e invitar a personas espiritualmente perdidas a confiar en Cristo como Salvador.

b. Ser una congregación que hace discípulos: conectar a todos los que desean co-


nocer a Cristo con grupos o células; nutrir a los creyentes hacia un amor obediente
y semejante a Cristo; envolviendo a los creyentes, dándoles la bienvenida como
miembros; llevando a los discípulos a un patrón de vida santa a través de la obra
transformadora del Espíritu Santo; y enviando discípulos al mundo para servir.

c. Ser una congregación multiplicadora: desarrollando la próxima generación de


líderes pastores y laicos; el establecimiento de células como grupos centrales para
nuevas iglesias; y plantando nuevas congregaciones.

d. Ser una congregación movilizada para la misión mundial: participar en Misio-


nes Mundiales Metodistas Libres; dando recursos vitales; enviando evangelistas
interculturales; y proporcionando diversos equipos de apoyo.

Estos énfasis han sido de alta prioridad a través de nuestra historia y deben seguir sién-
dolo, ya que están de acuerdo con el imperativo evangelístico de la Biblia. Benjamín
Titus Roberts, la persona más influyente en la fundación de la Iglesia Metodista Libre,
escribió sobre el impulso evangelístico en su libro Verdades Punzantes, párrafo 149:

El trabajo especial de un evangelista es llevar el evangelio a los que no son salvos. Su


misión es dirigirse a aquellos que están destituidos de los medios de gracia y ofrecer
la salvación a los perdidos. Es lo que en nuestros días se llama misionero. ...En todas
partes hay necesidad de que las masas sean evangelizadas. En este trabajo tan necesa-
rio, todos los predicadores deben participar. Pablo escribió a un obispo: “Haz el traba-
jo de un evangelista”. No era suficiente que cuidara el trabajo que ya estaba estable-
cido. Él debe plantar iglesias en otros lugares. Hermano, mira las masas que perecen
a tu alrededor. Ve hacia ellos y trata de salvarlos. “Haz el trabajo de un evangelista”.

Además de estas cuatro características, que enfocan la iglesia en un modo de mirar ha-
cia afuera, hay otras cuatro, que proporcionan la base de la vida comunitaria. También
esperamos que líderes pastores y laicos busquen el desarrollo de estos resultados en
cada iglesia:
84 Nuestra Metodología
e. Ser una congregación saturada de oración: hablarle a Dios a favor de un mundo
perdido; orando primero, actuando segundo; intercediendo por individuos, gober-
nantes y naciones para ceder a la victoria final de Cristo y escuchando al Espíritu
Santo y obedeciéndole.

f. Ser una congregación de adoración: celebrando la gracia salvadora de Dios al


cantar; encontrando con Dios en las oraciones; leyendo y obedeciendo la Palabra;
predicando la Palabra y observando los sacramentos.

g. Ser una congregación contrarrestando la cultura: buscar la justicia para to-


dos; mostrando misericordia a los pobres y empoderando a los desposeídos.

h. Ser una congregación impulsada por un propósito: estar en misión con Cris-


to; estructurado solo para lo esencial; centrándose en la misión y la visión para
dar forma a todos los ministerios; y cumplir con el Gran Mandamiento y la Gran
Comisión ordenados por Cristo.

En resumen, tenemos plena libertad entre límites. La misión y la visión están por de-
lante, hacia allí vamos. Por un lado, tenemos lo que no es negociable, por el otro lado
tenemos los resultados esperados. Esos dos lados son como barreras de tráfico en los
dos lados de la ruta para que no conduzcamos en el carril equivocado o para que no
nos vayamos por la banquina. Mientras no violemos las cosas que no son negociables y
mientras estemos realizando los resultados esperados, podemos usar cualquier método
que encaje mejor con nuestros dones y personalidad, que encaje con el contexto y que
traiga más fruto.

LA METODOLOGÍA DE LA
IML-LATINOAMÉRICA
Los distritos misioneros y conferencias provisionales rela-
cionados con Misiones Mundiales Metodistas Libres han
adoptado la visión de impulsar un movimiento bíblico
para alcanzar Latinoamérica para Cristo. Esto sucede
por el desarrollo de líderes y la multiplicación de igle-
sias.

El lenguaje de movimiento es intencional. No estamos interesados en simplemente


mantener el estatus quo o en un crecimiento incremental donde vemos algo un poco
más y un poco mejor de lo que tenemos hasta ahora. Creemos que Dios nos ha llamado
a experimentar y vivir todas las señales de un movimiento de restauración que explica-
mos al principio de esta lección. Aunque celebramos cada nuevo creyente y cada nueva
iglesia, un movimiento no existe por la adición de unos pocos aquí y otros pocos allá.
Un movimiento se define por la multiplicación, hacer discípulos que hacen discípulos
que hacen discípulos…, formar pastores que forman pastores que forman pastores…,
comenzar iglesias que comienzan iglesias que comienzan iglesias…, hasta la cuarta,
quinta, sexta generación.
Nuestra Metodología 85
La Plantación de Iglesias Comunitarias (PIC) nos da un sistema bíblico para esto. PIC
es nuestro método oficial para multiplicar iglesias. Y hemos adaptado nuestro proceso
–que llamamos Formación Pastoral –para entrenar y ordenar pastores para compaginar
con PIC. El Manual de Plantación de Iglesias Comunitarias, que se pude leer o descar-
gar en el sitio web www.iml-latinoamerica.org, explica cómo implementar este método
bíblico y wesleyano.

Otros cursos en el currículo de Formación Pastoral van a presentar métodos prácticos


para nuestro contexto hoy que vienen de o son consistentes con PIC –especialmente
Multiplicación de Discípulos, Líderes e Iglesias I & II, Liderazgo y la Formación de
Líderes, Cuidado y Consejería Pastoral. Todo esto presentamos con la esperanza de que
los mejores días de la Iglesia Metodista Libre en Latinoamérica no están detrás sino
delante. Y que Dios quiere usarnos grandemente para alcanzar nuestros países para
Cristo.

ALCANZAR LAS CIUDADES REQUIERE


NUEVOS MÉTODOS
No podemos hablar de alcanzar nuestros países –y La-
tinoamérica entera– para Cristo sin hablar de las
ciudades. Hoy en día, en este contexto, nuestra
metodología tiene que incluir la misión urbana.

“Creemos que Dios nos ha llamado para involucrar, equipar y capacitar a la iglesia para
ganar el corazón del mundo por el crecimiento y multiplicación de iglesias y ministe-
rios sostenibles en las comunidades urbanas”. Esa fue la declaración de compromiso
urbano de la Conferencia General 2015.

¿Por qué debemos enfocarnos en las ciudades?


Debemos enfocarnos en las ciudades porque ahí es donde están la mayoría de las
personas. El 85% de la población de América Latina vive en las áreas metropolita-
nas. Solamente los países hispanohablantes (dejando afuera Brasil y Haití) tienen 37
ciudades con más de un millón de habitantes cada uno. La población total de esas 37
ciudades es casi 100 millones. Y hay muchas ciudades más pequeñas también.

Debemos enfocarnos en las ciudades debido a la diversidad. Las personas de di-


ferentes etnias y clases sociales se concentran en las zonas urbanas. Dentro de cada
ciudad grande hay representantes de otros países latinoamericanos y de otras partes
del mundo. Los grandes problemas sociales han resultado en una migración interna
también. Personas de regiones lejanas y pueblos indígenas en cada país han inmigrado
–o han sido desplazados– a la ciudad.

Debemos enfocarnos en las zonas urbanas debido a la influencia cultural. Ahí


es donde los que mueven los hilos están ejerciendo su influencia en los negocios, la
educación, el transporte, medios de comunicación... Los adultos jóvenes y los empren-
dedores creativos se sienten atraídos por la ciudad. En esta era de globalización hasta
86 Nuestra Metodología
los pueblos pequeños están penetrados por los valores urbanos y ligados a las redes
urbanas.

Debemos enfocarnos en la ciudad a causa de nuestra historia. Las primeras igle-


sias metodistas “libres” estaban en las ciudades. Nuestros fundadores tenían un llama-
do profundo y una pasión por dar las buenas nuevas a los pobres. Su concepto de la
evangelización fue esencialmente entretejido con la justicia social. Ellos trabajaron por
tener asientos libres, para los derechos de los trabajadores y en contra de la esclavitud.

Debemos enfocarnos en las zonas urbanas debido a la estrategia y la misiología. Si


alcanzamos a la ciudad vamos a tocar el mundo. Las ciudades están vinculadas a nivel
mundial como nunca antes. Las naciones del mundo se encuentran en las ciudades de
Latinoamérica. Grupos no alcanzados en su país de origen se representan en una ciu-
dad cerca de ti. Iglesias urbanas son incubadoras y centros de formación para equipar
líderes y para alcanzar a un mundo globalizado.

Y tenemos que enfocarnos en la ciudad debido a la teología. La Biblia nos revela un


Dios que demuestra la misericordia y el amor hacia Nínive y Babilonia, así como hacia
Jerusalén. El Apóstol Pablo intencionalmente fue a las principales ciudades del Imperio
Romano en sus viajes misioneros. El Nuevo Testamento –y la historia posterior de la
iglesia por varios cientos de años– es la historia de un movimiento de transformación
urbana. La Biblia comienza en un jardín, pero termina en una ciudad.

Por todas estas razones, si no alcanzamos a las ciudades de Latinoamérica no vamos


a alcanzar a Latinoamérica. Pero los métodos tradicionales de iglesias rurales no van
a dar buenos resultados en las grandes ciudades de América Latina. Evangelizar y es-
tablecer una red de iglesias sanas y multiplicadoras en las ciudades grandes requiere
intencionalidad, planificación, formas y métodos contextualizados.

En una presentación al Congreso de Lausanne en Ciudad del Cabo 2010, Tim Keller
dio seis claves para alcanzar las ciudades. Estos definen la metodología que la iglesia
debe emplear en el contexto urbano. Aunque Keller no es wesleyano, lo que él presentó
expresa un espíritu wesleyano.

Iglesias en la ciudad deben emplear los siguientes métodos:


• Ser extremadamente paciente con los asuntos de sensibilidad cultural. Las ig-
lesias de la ciudad siempre tendrán personas de diferentes culturas. La diversidad
cultural, étnica, social es mucho más en las ciudades. Nuestra presentación del evan-
gelio tiene que incluir reconciliación entre personas, grupos y razas.
• Mostrar cómo la fe se relaciona con el trabajo. El 90% de la vida urbana tiene
que ver con el trabajo. No podemos ignorar esa realidad. Nuestra presentación del
evangelio tiene que incluir una teología del trabajo. Hay que ayudar a las personas
a ver el trabajo como el contexto de crecimiento espiritual personal y el contexto de
su ministerio. Tenemos que adaptar el horario de la iglesia a la agenda de trabajo (¡y
el tráfico!) de las personas.
• Estar constantemente abierto al desorden y al cambio. La ciudad está siempre
en transición; las personas se mudan muy fácilmente. Hay que ser flexible, creativo
Nuestra Metodología 87
y adaptable. Hay que estar dispuesto a responder rápido y cambiar los métodos con
los cambios sociales.
• Ser intensamente comprometido a un evangelio que incluye la justicia social.
Un evangelio que es simplemente personal y privado no pasará la prueba. Hay que
presentar un evangelio integral que afecta la persona, sus relaciones interpersonales
y los sistemas de la sociedad.
• Ser comprometido con las artes. Las personas que viven en las ciudades están más
conectados a la música, cine, teatro, pintura –formal o en las paredes, y otras formas
de arte visual. Generalmente tienen expectativas de mejor calidad de diseño, sonido,
o presentación. Hay que presentar un evangelio que incluye la belleza y creatividad
de Dios.
• Buscar maneras de cooperar con iglesias de otras denominaciones. El reto urba-
no es más grande que cualquier iglesia o denominación. Para ser efectivo en la ciu-
dad tenemos que crear alianzas estratégicas con otros que quieren avanzar el reino
de Dios más que avanzar su propio reino. Cooperar con otros demuestra que el reino
de Dios es más grande que una sola organización.

¿Cómo puede usted como individuo ser parte de este compromiso urbano? ¿Qué puede
hacer su iglesia o Casa de Paz para cooperar con la visión del Área Latinoamericana de
alcanzar a las ciudades?

La Plantación de Iglesias Comunitarias (PIC) es una metodología que ha dado fruto


en grandes ciudades alrededor del mundo y en Latinoamérica. PIC funciona mucho
mejor en el contexto urbano que los métodos y modelos de la iglesia tradicional. En
ese contexto:
• Ore por las ciudades cercanas a donde usted vive y ministra. Pídale a Dios que abra
puertas de contacto en esas ciudades.
• Cuando usted esté haciendo el trabajo de investigación de PIC para identificar los
campos blancos, piense en los lugares estratégicos por los medios de transporte u
otros factores. Ore para que Dios le muestre comunidades que pueden conectar con
otros lugares que le lleve hacia las concentraciones de gente.
• Al buscar Personas de Paz ore que Dios le dirija a personas que tienen contactos en
la ciudad. Quizás usted no tiene contactos en la ciudad, pero a lo mejor las nuevas
personas que va a llevar a Cristo tengan parientes o amigos en la ciudad.
• Cuando hay personas de su iglesia o comunidad que se mudan a la ciudad no pierda
el contacto. Haga el esfuerzo para mantener la conexión especialmente con jóvenes
adultos que se mudan a la ciudad.
• Y si está ministrando en la ciudad, además de las cosas mencio-
nados arriba de Tim Keller, expanda su visión para llegar a to-
dos los sectores de la ciudad tanto social como geográficamente.

Un movimiento metódico y libre. Esa es nuestra herencia y futuro.


Esta es nuestra metodología.
88 Nuestra Metodología
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

¿Por qué le llamaron “Metodistas” a Juan Wesley y sus compañeros? ¿Se puede
decir eso de usted? ¿Por qué si o por qué no?

Mencione en sus propias palabras ¿cuáles son las señales de un movimiento? ¿Cuál
es la relación entre movimiento y métodos?

¿Qué opinión le merecen los cuatro métodos mencionados de los metodistas


originales? ¿Cómo están siendo adaptados e implementados en su iglesia o distrito?
¿Cómo le gustaría verlos adaptados o implementados?

¿Cómo le explicaría a un amigo el concepto de libertad entre límites? ¿Está claro


lo que no se puede negociar y los resultados esperados? Escriba un ejemplo de un
método nuevo que encaja con sus dones, estilo y contexto y evalúelo de acuerdo
con las cosas que no se pueden negociar y los resultados esperados. ¿Cómo le ayuda
pensar en esos términos?

¿Cuál es su reacción al escuchar que PIC (Plantación de Iglesias Comunitarias) es


el método oficial de la Iglesia Metodista Libre latinoamericana? ¿Por qué? Si está
involucrado con PIC explique ¿por qué cree que debe ser el método oficial? Si no
está involucrado con PIC escriba ¿cuáles serían los pasos para explorarlo más o para
empezar a implementarlo?

¿Qué tiene que ver la sección acerca de la ciudad con usted y su iglesia? ¿Qué puede
hacer para involucrarse (e involucrar a su iglesia) en esta parte de la metodología y
el movimiento Metodista Libre latinoamericano?
Bibliografía 89
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