Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Existen determinadas poblaciones sociales que por deseo de saber, imperativo pedagógico, también
por ser consumidores regulares de psicofármacos, precisan conocer la puntualidad de los mismos, su
clasificación y perfiles de acción, y esto más allá de la curiosidad. Este artículo pretende tener a la vez
una misión higiénica, ya que el conocimiento incrementa el respeto a cualquier materia, cuya
consecuencia inmediata es no mal usar este tipo de farmacología, si no es en el marco reglado de una
estricta alianza terapéutica –ver TRATAMIENTO QUÍMICO DE LA MENTE en CONOCE LA MENTE-.
ANSIOLÍTICOS
Todos ellos derivan de tres <<troncos químicos>>: las benzodiacepinas –comercializadas doce de
ellas en total-, las azaspirodecanodiona –sólo una, la Buspirona-, finalmente las derivadas del
difenilmetano –sólo una, la Hidroxizina-. Como tal familia química, los ansiolíticos e hipnóticos, están
constituidos por moléculas diferentes, con una dosificación –posología- particular para cada uno de
ellos. Difieren medianamente en su perfil de acción, siendo casi superponible las precauciones y
consecuencias que serán tratadas globalmente.
HIPNÓTICOS
El uso de los hipnóticos comporta una alta responsabilidad por sus consecuencias, así como por la
desestructuración neurofisiológica que su uso crónico produce en la arquitectura del sueño –ver EL
SUEÑO-. Existen en el mercado 15 moléculas, que serán descritas sólo sucintamente.
ANTIDEPRESIVOS
Con frecuencia los hallazgos de la investigación son inesperados, hasta paradójicos; ocurrió en el
supuesto del antipsicótico clorpromazina, como ya se ha dicho –ver PSICOFÁRMACOS. Carácterística
y su uso-, que cuando se buscaba un medicamente sustituto de la quinina para el tratamiento de la
malaria, apareció un antipsicótico. También es el caso del primer antidepresivo, la iproniazida,
descubierto en 1954; ocurrió que cuando se les administraba esta sustancia a enfermos tuberculosos,
se observó que éstos se ponían eufóricos, se descubrió así su acción inhibidora sobre las
monoaminoxidasas, con lo que, al elevar la cantidad de aminas biógenas en el espacio sináptico,
estimulaban el humor, por eso se les llamó IMAO. En 1958 se produjo nuevamente otra casualidad, ya
que trabajando con una molécula similar a la clorpromazina, se evidenció que, ligeramente modificada,
tenía efectos antidepresivos, se descubrió entonces la imipramina, primer antidepresivo de los llamados
tricíclicos, por tener tres anillos benzénicos en su fórmula.
Existen cuatro familias de antidepresivos: A) Los de primera generación, aparecidos a partir de 1958,
reciben el nombre de tricíclicos, son: imipramina, desimipramina, amitriptilina, nortriptilina, trimipramina,
protictipleno, doxepina, amoxapina, clomipramina, dosulepina, lofepramina. B) Los IMAO descubiertos
en 1954, de acción química ya comentada: isocarboxazida, fenelzina tranilcipromina, maclobemida,
brofaromina, selegilina. C) Los de segunda generación, inhibidores selectivos de la recaptación de la
serotonina: fluoxetina, sertralina, fluvoxamina, citalopram, paroxetina, escilatopram, reboxetina. D)
Antidepresivos diversos, tanto por su acción química como por su fórmula, unos son de nueva
generación y otros de primera en el tiempo, aunque no tricíclicos: trazodona, nefazodona, bupropion,
nianserina, mirtazapina. En líneas generales los psicofármacos de primera generación, así como los
IMAO, se encuentran en relativo desuso, salvo excepciones, el caso de la clomipramina en depresiones
graves, y el de la mianserina en ancianos.
También se les denomina eutimizantes y pertenecen a cuatro géneros: A) Sales de litio, piedra,
descubierto por un médico australiano, John Cade, en 1940; el Dr. Cade observó que siete de cada
diez personas con este tipo de trastornos se beneficiaban de esta sal barata, dándose la circunstancia
de que en regiones donde las aguas de consumo diario contienen más litio, se observó menos
incidencia de este tipo de trastornos. El litio solo, o unido a valproato, o carbamazepina, es el
tratamiento de elección en la manía. B) Anticomiciales, que junto a ser eficaces en el tratamiento de la
epilepsia, lo son también para los trastornos bipolares –carbamazepina, valproato y lamotrigina-. C)
Bloqueantes de los canales de calcio, -verapamilo y nimodipino-. D) La levotiroxina (T4), hormona
del tiroides precursora de las aminas biógenas, y a la vez correctora de los trastornos tiroideos,
comórbidos con la bipolaridad –ver TRATAMIENTO QUÍMICO DE LA MENTE en CONOCE LA
MENTE-.
Son: I. LITIO. Requiere un control regular de la litemia (mantenerla entre 0,5-1,5 mEq) siendo su dosis
habitual entre 400-1600 mg/día. Está contraindicado en trastornos de la función renal, insuficiencia
cardíaca, embarazo y miastenia gravis, también en dietas carentes de sal, debiéndose disminuir su
dosis cuando se administran diuréticos tiazidas; en casos de anestesia, y por prolongar el litio su
acción, se ha de suprimir su ingesta entre cuatro y seis días antes. El efecto secundario más frecuente
son los temblores y contracciones musculares, también diarrea, sed, micción frecuente, hipotiroidismo,
alteraciones electroencefalográficas y aumento de peso. El control del consumo de litio ha de estar
rigurosamente supervisado por el especialista que lo indica. II. CARBAMAZEPINA. Se ha de vigilar la
hipersensibilidad individual al fármaco, así como su toxicidad en sangre, función hepática, producción
de eritemas, hipotiroidismo, necesidad de vigilar la función renal, producción de somnolencia y
alteraciones gastrointestinales, finalmente tener en cuenta la sobredosis que pueden acabar en
convulsión y coma. III. VALPROATO. Contraindicado en enfermedades hepáticas, afecta también a la
fórmula sanguínea y coagulación, produce trastornos gastrointestinales, aumento de peso, temblor y en
algunos casos alopecia. Su sobredosis puede llegar incluso al coma. La indicación más precisa es en la
manía y en los casos bipolares de ciclación rápida –paso frecuente de euforia a depresión-. IV.
LAMOTRIGINA. Su efecto más indeseable es la aparición de un exantema cutáneo maculopapuloso,
que deberá comunicarse al especialista de manera inmediata. V. BLOQUEANTES DE LOS CANALES
DE CALCIO, indicados en el tratamiento de la manía y en trastornos bipolares, cicladores rápidos, es
decir que pasan de fase de manía a depresión velozmente. VI. LEVOTIROXINA, indicada
particularmente en su uso conjunto con el litio, en casos en que éste no sea suficiente, debiendo
mantener su administración hasta que baje los niveles de TSH, señal de desaparición del
hipotiroidismo.
ANTIPSICÓTICOS
La primera molécula de esta familia química fue descubierta en 1949, y gracias a un error; al estar
bloqueadas por las fuerzas japonesas, en la II Guerra Mundial, las áreas productoras de quinina,
necesaria para el tratamiento de la malaria, los americanos buscaban un sustituto de ella, y un cirujano
de la Marina francesa, H. Laborit, encontró una molécula tricíclica, que tanto demostró tener potentes
funciones sedantes, como ser el origen posterior del primer antidepresivos, la imipramina. Se dividen
estos fármacos en dos áreas: a) los antipsicóticos convencionales, los primeros investigados a partir
de la fecha antes dicha, y que han estado marcados por sus gravosos efectos secundarios
extrapiramidales, así como su menor eficacia terapéutica. b) Antipsicóticos atípicos, los de nueva
generación, de efectos secundarios mínimos y eficacia considerablemente superior.
PSICOFÁRMACOS ANTI-DEMENCIA
Los fármacos hasta ahora ensayados son cinco –ver TRATAMIENTO QUÍMICO DE LA MENTE en
CONOCE LA MENTE-: 1. DONEZEPILO, se ha de vigilar la sensibilidad individual al fármaco, ha
producido algunas alteraciones en la conducción cardíaca, así como efectos indeseables en las
enfermedades digestivas, pulmonares y Parkinson, junto a ser agonistas de bloqueantes
neuromusculares y betabloqueantes. El hecho de haberse descrito otros efectos secundarios, reafirma
la necesidad de vigilancia estricta en su consumición. 2. GALANTAMINA. Sus efectos indeseables
están próximos al Donepezilo. 3. RIVASTIGMINA. Se aconseja precaución en pacientes cardíacos,
digestivos y pulmonares, y potencia los efectos de los relajantes musculares, así como de los
medicamentos anticolinérgicos, junto a una serie de síntomas diversos: neurológicos, digestivos y de
empeoramiento de la enfermedad de Parkinson, si es que coexiste. 4. GINKGO BILOBA. Sus efectos
adversos se reducen a hipersensibilidad cutánea, trastornos gastrointestinales y la potenciación de
fármacos anticoagulantes. 5. MEMANTINA, junto a hipersensibilidad individual, destaca su
potenciación de la epilepsia, la necesidad de no dispensarlo en enfermedades cardíacas y su efecto
potenciador de otros fármacos, como los agonistas dopaminérgicos y anticolinérgicos, al tiempo que
disminuye los efectos de los antipsicóticos. 6. Ninguno de los fármacos mencionados cura la demencia,
y el que más sólo consigue enlentecerla en un 30% de casos.
BIBLIOGRAFÍA