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24 Comentario Jer - Estudio Inductivo de La Biblia PDF
24 Comentario Jer - Estudio Inductivo de La Biblia PDF
Se ve pues, que el libro no está dispuesto en orden cronológico. Algunos de los últimos mensajes
aparecen al principio del libro, y algunos de los primeros al fin del libro. Estos mensajes se dieron de
palabra, quizás repetidamente y quizás años antes de que Jeremías haya comenzado a redactarlos
por escrito. Escribir un libro tal era una tarea larga y laboriosa. El pergamino para escribir, hechos de
pieles de ovejas o de cabra, estaría escaso y caro. Se preparaba en largas tiras y se enrollaba
alrededor de un palo. Todo esto quizás explique, en parte, la falta de orden en el libro de Jeremías.
Después de haber escrito algún incidente o discurso, éste puede haberle sugerido otro, dicho años
antes, que luego anotaría, a veces sin fecharlo, llenado así el pergamino conforme lo enrollaba. Si
después pensaba en algún otro de sus discursos que quería incluir, tendría que seguir desde donde
iba en el rollo, sea que hubiera unidad de pensamiento o de tiempo, o no.
Era para una tarea dura e ingrata. Así como Moisés (Ex 3:11; 4:10), estaba renuente a asumir la
responsabilidad. Le vino cuando era todavía "niño" probablemente de unos 20 años. "Anatot", su
hogar (1), estaba a unos 24 km. al NE de Jerusalén. Ahora se llama Anata. El "almendro" (11, 12),
que florece muy temprano en la primavera, significaba que Dios cumpliría muy en breve las palabras
que ponía en boca de Jeremías. La "olla que hierve" (13) era el ejército babilonio. Su primera
declaración: que Judá sería destruida por Babilonia (14).
En palabras patéticas y apasionadas reprocha la idolatría descarada de Israel, que compara a una
desposada que abandona a su esposo en busca de relaciones promiscuas con otros, convirtiéndose
en una ramera común.
¿Jesús o Religión?
Em@il
"La Biblia contiene la Capitulo 3. JUDÁ PEOR QUE ISRAEL
mente de Dios y los
principios absolutos que
dan significado a En el capitulo 2 "Israel" es la nación entera. En el 3 es el reino del norte, que 300 años antes había
nuestra existencia" sido llevado cautivo por los asirios. Sigue la metáfora del capitulo 2, de la esposa adúltera. Ciega al
significado de la caída de Israel, Judá no solamente no se arrepintió, sino que en el reino prolongado
y malvado de Manasés se hundió en profundidades aun mayores de depravación. Se predice la
La Biblia en su reunión de Judá y de Israel (17-18; véase también 50:4-5 y Oseas 1:11).
Contexto
Figuras Sal
editado por Herman Puchi
Figuras Sal
editado por Herman Puchi Ni un solo justo (1), ni entre el pueblo común ni entre sus dirigentes (4-5); promiscuidad sexual
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generalizada, aun entre los casados, como si fueran animales (7-8); burlándose de las advertencias
del profeta acerca de castigo inminente (12); entregados del todo al engaño, la opresión y el robo
(26-28); apatía general ante la corrupción en el gobierno (30-31). Acerca de los falsos profetas (30)
véase bajo al capitulo 23.
Una vívida descripción profética de la destrucción de Jerusalén a manos de los duros y crueles
invasores babilónicos (22-26), que se cumplió más adelante en la vida del mismo Jeremías . Una y
otra vez, año tras año, tal como aquí (16-19) insiste en que en el arrepentimiento estaba su última
posibilidad de salvarse de la ruina.
Jeremías, varón de dolores en medio de un pueblo entregado a todo lo vil (8:6; 9:2-9), llorando día y
noche por el pensamiento de la tremenda retribución inminente, andaba entre ellos rogando ,
suplicando, persuadido, amenazando, implorando que se apartaran de su iniquidad; pero todo en
vano.
Capitulo 10. JEHOVÁ EL DIOS VERDADERO
Tal parece que la amenaza de la invasión babilónica haya impulsado al pueblo de Judá a mayor
actividad en la fabricación de ídolos, como si estos pudieran salvarles. Esto dio a Jeremías ocasión
de recordarles que lo que hacían no solamente era inútil, sino que agravaba aun más su ya espantoso
pecado contra Dios.
Este capitulo parece pertenecer al período de reacción que siguió a la lectura del recién hallado
libro de la ley y la gran reforma de Josías (2 Reyes 23), cuando el pueblo volvía a sus ídolos y
renunciaba del pacto que tan recientemente habían renovado. Como respuesta a las censuras de
Jeremías, habían planeado su muerte (9, 21).
Contrastando sus propios padecimientos con la aparente prosperidad de aquellos contra quienes
él predicaba y que se burlaban de sus amenazas (4), Jeremías se queja de los caminos de Dios. La
contestación de Dios implica que aguardan a Jeremías sufrimientos aun mayores (5, 6), y que la
prosperidad de la nación perversa tendrá pronto fin (7-14). Luego viene la promesa de una
restauración futura (15-17).
Es sus prédicas, Jeremías hizo uso frecuente de símbolos (véase bajo 19:1). El cinto
probablemente sería ricamente bordado y parte prominente del traje de Jeremías mientras recorría
las calles de Jerusalén. Más tarde, ya sucio, podrido y deshecho, sirvió para atraer la atención. Al
rodear al profeta grupos de curiosos, le servía de texto para declarar que así también Judá, de la
cual Jehová se había revestido para andar entre los hombres, antes hermosa y gloriosa, sería
destruida y desechada.
Una sequía prolongada había dejado al país sin alimentos. Jeremías, aun cuando el pueblo le
odiaba, le ridiculizaba y le hacía burla, sin embargo, por más malvados y endurecidos que
fueran, sentía quebranto de corazón al verlos sufrir. Si intercesión a Dios para que pusiera fin a la
sequía, descrita en estos dos capítulos, es una de las aproximaciones más grandes del A.T. al
espíritu de Cristo. El fue persistente; Dios inmutable. Casi hubo un rompimiento entre jeremías y Dios
(15:19). La llamada "gruta de Jeremías", uno de los lugares a los cuales se dice que este hombre que
tanto se parecía al Salvador se retiraba para llorar, se halla al pie de la misma colina en donde 600
años después se erigió la cruz de Jesús.
En algunos casos, la vida domestica de los profetas fue usada para reforzar su mensaje. Isaías y
Oseas eran casados, y dieron a sus hijos nombres que recordarán sus ideas más prominente. A
Jeremías se le mandó que permaneciese soltero, como especie de fondo simbólico para sus
repetidos pronósticos de matanzas sangrientas inminentes. "¿Para qué criar una familia, para que
perezca en la carnicería espantosa que se cierne sobre los habitantes de Judá?" Nótese de nuevo la
promesa de una restauración futura (14-15).
Capitulo 17. EL PECADO INDELEBLE DE JUDÁ
Su caída era inevitable. Sin embargo se proclama una y otra vez la promesa de que con tal de que
volviesen a Dios, Jerusalén permanecería para siempre (24-25). Era del especial desagrado de Dios
su profanación del día de reposo (20-27).
Una ilustración muy apropiada del poder de Dios ara cambiar el destino de una nación. Jeremías
la usó como base para otro llamamiento a la nación rebelde, a que se enmendara; pero en vano.
Puede haber sido de hechura exquisita. Romperla deliberadamente en presencia de los hombres
principales de Jerusalén era una manera impresionante de anunciar de nuevo la destrucción
inminente de la orgullosa ciudad. "Tofet" (6) era el extremo oriental de Hinom (véase bajo al cap 6).
Otros símbolos que Jeremías usó para llamar la atención a su predicación, fueron:
Jeremías fue directamente de romper la vasija ante los dirigentes del pueblo en al valle de Hinom,
al Templo, en donde comenzó a dar el mismo mensaje al pueblo. Por eso Pasur uno de los
principales oficiales del Templo, le encarceló. El "cepo" (2) era un marco de madera en que se
sujetaban la cabeza, las manos y los pues, quedando el cuerpo en un postura incómoda y dolorosa.
Esto arrancó de Jeremías otro estallido de protesta contra Dios (7-18; véase bajo el cap. 12).
Este capitulo, aunque se halla en la primera parte del libro, pertenece a los últimos días de la vida
de Jeremías. El rey Sedecías, atemorizado por el avance del ejército babilonio, pide a Jeremías que
interceda ante Dios. Jeremías le aconseja que entregue la ciudad a los babilonios, para así salvar de
la muerte a los habitantes.
Este capitulo antecede, cronológicamente, al 21. Pertenece al reino de Joacim, rey duro, malvado
y cruel y vergüenza de la familia de David. "Salum" (11) era Joacaz, que fue llevado a Egipto y murió
allí (2 Reyes 23:31-34). La muerte desdichada de Joacim (18-19) se intima en 2 Reyes 24:6; 2 Cr
36:6. Conías (Jeconías, Joaquín) "privado de descendencia" (30) ; tuvo hijos (1 Cron 3:17, Mat 1:12),
de los cuales descendió Cristo; pero él y su tío Sedecías fueron los últimos reyes terrenales que se
sentaron sobre el trono de David. Fue el fin del reino temporal de Judá.
Capitulo 23. FALSOS PROFETAS
Una denuncia amarga de los caudillo del pueblo de Dios. La acusación mordaz contra los reyes
davídicos sirve de fondo para un previsión del Mesías davídico venidero (5-8; véase bajo cap. 33). En
cuanto a los falsos profetas, eran el más grande de todos los estorbos para la acogida de los
mensajes de Jeremías; hombres que se decían profetas de Dios, proclamando en el nombre de Dios
sus propios mensajes y sirviendo sus propios fines; siempre clamando, "Jeremías miente; nosotros
somos profetas de Dios, y Dios nos ha dicho que Jerusalén está a salvo".
Los higos buenos representaban lo mejor del pueblo, que había sido llevado a Babilonia con la
cautividad de Joaquín, 597 a.C. y antes, inclusive a Ezequiel y Daniel; los higos malos, aquellos que
habían quedado en Jerusalén, dispuestos a resistir a Babilonia con la ayuda de Egipto (2 Reyes
24:10-20).
Esto fue a comienzos del reino de Joacim (1), cerca del 604 A.C., cuando todo el mundo entonces
conocido comenzaba a ser hollado bajo los pies de Babilonia (15-38). Lo más admirable es que se
predice la duración, exacta del dominio babilónico (11-14; 29:10; 2 Cr 36:21; Ez 1:1; Dan 9:2; Zac
7:5). Una profecía sorprendente; no había manera posible en que Jeremías lo supiera, sino por
revelación directa de Dios.
Sus acusadores fueron los sacerdotes y los falsos profetas. Pero Jeremías tenía amigos entre los
príncipes, especialmente un cierto Ahicam, que le salvó de la muerte. Sin embargo, no le fue tan bien
a un compañero profeta llamado Urías (20-24).
NOTA ARQUEOLÓGICA: Irías; Elnatán; Nedabías; Salum. Urías huyó a Egipto (20-24). El rey
Joacim envío a Elnatán, uno de los príncipes (22; 36:12), a Egipto para que le trajera.
Una de las "Cartas de Laquis" (véase bajo el cap. 34) escritas en este tiempo, alude al
"comandante de ejercito, Quebarías, hijo de Elnatán, que pasó rumbo a Egipto". Esto parece una
referencia al incidente de que hablan los versos 20-24.
Esta carta de Laquis también habla de "la carta de Nedabías, siervo del rey, que vino del profeta a
Salum". Nedabías era nieto del rey Joacim (1 Cr 3:18). Salum (Joacaz) era hermano de Joacim (2
Reyes 23:30, 34; 1 Cr 3:15; Jer 22:11), que había sido llevado a Egipto.
Jeremías puso sobre su cuello un yugo, como los usados para los bueyes, y recorrió la ciudad
diciendo, "Así pondrá Babilonia yugo sobre el cuello de esta pueblo". Con atrevimiento descarado
Hananías, uno de los falsos profetas, rompió el yugo (28:10), en castigo de lo cual murió dos meses
después (28:1, 17). "Joacim" en 27:1 debiera ser "Sedecías" (3, 12, 20; 28:1); un error de copista, de
26:1.
Escrita después de que el rey Joaquín y lo mejor del pueblo habían sido llevados a Babilonia;
aconsejándolos que fueran cautivos pacíficos y obedientes, y prendiéndoles que volverían después
de 70 años (10) a su propia tierra. Pero aun en Babilonia los enemigos inveterados de Jeremías, los
falsos profetas, continuaban la lucha en su contra (21-32).
Para Israel u Judá juntamente, con vislumbres mesiánicos; escrito por mandato divino (2) para que
pudiera conservarse y compararse con los eventos de tiempos posteriores.
La voz del lloro en Ramá (31:15-20) se cita en Mat 2:17-18 como profecía del luto de Belén sobre
el asesinato de los niños, cuando nació Cristo. La relación parece ser algo como sigue: Ramá fue el
lugar en donde Jeremías, llorando, fue libertado de entre los cautivos rumbo a Babilonia (40:1). No
estaba lejos de Belén. Jeremías representa a Raquel, una de las madres de Israel y que había sido
sepultada en las cercanías, como llorando sobre la destrucción de sus descendientes. El lenguaje
luego se toma como prefiguración de otro de los dolores de Belén, asociado con el evento máximo
de su historia.
El nuevo pacto (31:31-34). El Antiguo Testamento es la historia del trato de Dios para con la nación
hebrea, con base en el pacto dado en el Monte Sinaí. Aquí tenemos una profecía clara de que el
pacto mosaico sería reemplazado con otro pacto. Esta abolición del pacto mosaico a favor del pacto
cristiano es el tema principal de la epístola de los Hebreos.
Esto fue el año de la caída de Jerusalén. El incendio de la ciudad y el asolamiento de Judá estaba
ya a punto de sobrevenir. En medio de las tinieblas y la desesperación del momento, Dios ordena a
Jeremías que compre en ceremonia pública un terreno, y conserve en lugar seguro la escritura, para
da énfasis a su profecía de que los cautivos volverían y la tierra sería cultivada de nuevo.
De los 20 reyes davídicos que reinaron sobre Judá en los 400 años entre David mismo y el
cautiverio, la mayor parte eran malos. Solamente unos pocos eran dignos del nombre de David. En
los capítulos 22 y 23 Jeremías condena duramente a esta familia de reyes a quienes Dios había dado
la promesa de un reino eterno. Aquí en el capitulo 33 repite con mayores detalles la profecía de un
solo Rey grande, llamado el "Renuevo" en Quien se había de cumplir la promesa.
En el curso del sitio, Sedecías proclamó la libertad de todo los esclavos, evidentemente para
conquistar el favor de Dios; pero no vigiló el cumplimiento del decreto.
NOTA ARQUEOLÓGICA: Las "Caras de Laquis". En 34:7 se citan a Laquis y Azeca como sitiadas
por el rey de Babilonia a la vez que se ocupada del sitio de Jerusalén. Fragmentos de 21 cartas,
escritas durante este sitio desde un puesto avanzado de Laquis al capitán de la guardia defensora
de la ciudad, fueron hallados en 1935 por la expedición arqueológica Wellcome, bajo la dirección de
J.L. Starkey y Sir Charles Marston.
Estas cartas fueron escritas muy poco antes de que Nabucodonosor lanzara su ataque final, en
que encendió grandes fuegos contra los muros. Se hallaron en una capa de cenizas y carbones sobre
el piso de la sala de guardia, en donde los defensores de Laquis habían hecho su último esfuerzo.
En una de las cartas el avanzado dice que estaba "en espera de señales desde Laquis", y que "no
se veían señales desde Azeca" (que tal vez ya había caído).
Estas cartas aluden por sus nombres a varias personas que aparecen en el relato bíblico:
"Jeremías" (Jer 29:3) oficial del rey Sedecías; "Jaazanís" (2 Reyes 25:23) capitán militar de
Nabucodonosor; "Matanías" (2 Reyes 24:17) nombre anterior del rey Sedecías; "Nerías" (Jer 43:3)
padre de Baruc el escriba de Jeremías. Fueron escritas en hebreo clásico, por un contemporáneo de
Jeremías. Como una voz de entre los muertos, confirman la realidad del relato de Jeremías.
Capitulo 35. EJEMPLO DE LOS RECABITAS
Los recabitas era una tribu que se remontaba hasta los días de Moisés (1 Cr 2:55; Núm 10:29-32;
Jue 1:16; 2 Reyes 10:15, 23), y que a través de los siglos de había adherido estrictamente a una vida
sencilla ascética.
Ya Jeremías había estado profetizando durante 23 años, desde el año 13 de Josías hasta el 4 de
Joacim. Ahora se le manda reunir todas estas profecías en un libro, para que fueran leídas en
público, porque Jeremías mismo no estaba en libertad para que hablara al pueblo (5). Escribir el libro
fue obra de un año o más (1, 9). La lectura del libro hizo una impresión profunda en algunos de los
príncipes; pero el rey obstinado y desafiante quemó el libro. Entonces Jeremías lo escribió todo de
nuevo.
Durante el sitio, cuando los babilonios se retiraron temporalmente debido al avance del ejercito
egipcio, Jeremías, probablemente por la escasez de alimentos en Jerusalén, trató de abandonar la
ciudad e ir a su hogar en Anatot. En visto de su consejo invariable de rendición, parecía a sus
enemigos que Jeremías pudiera estar tratando de unirse a los babilonios. Así pues, fue encarcelado
bajo sospecha de ser un traidor y de trabajar a favor de Babilonia. Sedecías estaba bien dispuesto
hacía Jeremías, pero era un rey débil.
Esto se relata también en el cap. 52, en 2 Reyes 25 (véase nota) y 2 Cr 36. Nabucodonosor, que
sabía que Jeremías siempre había aconsejado que Jerusalén es le sometiera, ahora ofreció
conferirle cualquier honor que éste quisiera aceptar, aun un sitio de importancia en la corte de
Babilonia (11-14; 40:1-6).
Gedalías, a quien Nabucodonosor nombró gobernador de los escasos habitantes que dejó en
Judá, era hijo de Ahicam el poderoso amigo de Jeremías (40:5; 26:24). Pero tres meses después fue
asesinado (39:2; 41:1).
NOTA ARQUEOLÓGICA: El Sello de Gedalías. En 1935 Starkey, de la expedición arqueológica
Wellcome, halló en la capa de cenizas del incendio de Nabucodonosor, entre las "Cartas de Laquis",
un sello con la leyenda, "Pertence a Gedalías, el que está sobre la casa".
También el sello de Jaazanías (Jer 40:8; 2 Reyes 25:23). Era uno de los capitanes del ejercito de
Gedalías. En 1932 W.F.Bade de la Escuela de Religión del Pacífico encontró en las ruinas de Mizpa,
asiento del gobierno de Gedalías (Jer 40:6), 10 km. al noroeste de Jerusalén, un sello exquisito de
ágata con la inscripción, "Pertenece a Jaazanías, siervo del rey".
Este último esfuerzo para inducirles a que abandonaran sus prácticas idólatras fracasó. Eran
obstinados. La "reina del cielo" (17) era Astoret, cuyo culto se celebraba con actos inmorales; en este
caso, con el consentimiento de los esposos (15, 19).
No se conocen el lugar ni la forma de la muerte de Jeremías. Una tradición dice que fue apedreado
por los judíos en Egipto; otra, que juntamente con Baruc fue llevado de Egipto a Babilonia, por
Nabucodonosor, y que allí murió.
Baruc, el escriba de Jeremías, era hermano de Seraías el príncipe camarero del rey (32:12; 51:59),
y nieto, posiblemente, de Maasía gobernador de Jerusalén (2 Cr 34:8); por lo tanto, hombre
prominente y de grandes ambiciones (5). Ahora es Egipto, se recuerda de la admonición divida dada
18 años antes, y la promesa de vida. Se le reconocía como de gran influencia sobre Jeremías (43:3).
Su renombre era tal, que alrededor de su nombre se formó un grupo de libros espurios, uno de los
cuales es el libro de Baruc, que se basa en la tradición de que fue llevado a Babilonia.
Una descripción de la derrota del ejército egipcio en Carquemis, 605 A.C., a mediados de la vida
de Jeremías (1-12) y una profecía posterior de que Nabucodonosor invadiría Egipto (13-26), que
añade nuevos detalles a 43:8-13 (véase). Más de 100 años antes, Isaías había predicho invasiones
asirias de Egipto )véase Isaías 18-20). También Ezequiel tuvo palabras acerca de Egipto (Ez 19-
32).
Esta profecía que anuncia el asolamiento de Filistia por Babilonia, fue dada "antes de
que Faraón hiriera a Gaza" que probablemente sucedió al tiempo de la batalla de Meguido (608
A.C.) en que fue muerte Josías, o sea en una época de buenas perspectivas para Egipto. Se cumplió
20 años después, cuando Nabucodonosor tomó Judá. Otro profetas que se ocuparon de Filistea
fueron Isaías (14:28-32); Amós (1:6-8); Ezequiel (25:15-17); Sofonías (2:4-7) y Zacarías. (9:1-7).
Un cuadro de la destrucción inminente de Moab, que ayudó a Nabucodonosor contra Judá, pero
más tarde fue devastada por él mismo, 582 a.C. desde haces siglos Moab ha estado desolada y
escasamente poblada, dando testimonio de su antigua prosperidad las ruinas de sus muchas
ciudades. Su restauración (47) y la de Amón (49:6) puede haberse cumplido mediante su absorción
en la raza árabe en general, de la cual alguno estaban presentes en el día de Pentecostés cuando las
bendiciones del Evangelio se proclamaron por primera vez al mundo (Hch 2:11). O quizás signifique
que esas tierra será hecha próspera. Otras profecías acerca de Moab son: Isaías 15:16; Ez 25:8-11;
Amós 2:1-3; Sofonías 2:8-11.
Capitulo 49. AMÓN, EDOM, SIRIA, HAZOR Y ELAM
Una profecía de que Nabucodonosor conquistaría estas naciones, lo cual hizo. Amón, véase bajo
Ez 25:1-11; Edom, bajo Abdías. Damasco fue saqueado por Nabucodonosor en el 582 A.C.
Comentarios
"Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir (Observación) la ley de Jehová y para cumplirla
(Aplicación), y para enseñar (Interpretación) en Israel sus estatutos y decretos".
Esdras 7:10
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