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Los ensayos in situ tienen gran importancia para la determinación de las propiedades geotécnicas
de los materiales. A partir de ellos se miden los parámetros que determinan el comportamiento
geomecánico del terreno, como la resistencia, deformabili dad, permeabilidad, etc. La principal
ventaja de los ensayos in situ es que son más representativos que los ensayos de laboratorio con
respecto a las condiciones del terreno en el que se va a construir la obra o estructura, al involucrar
un volumen considerablemente mayor de material y estar éste en condiciones naturales. Sin
embaigo, la escala de los ensayos in situ no alcanza a representar todo el conjunto de macizo
rocoso o suelo, lo que debe tenerse en cuenta para su interpretación y extrapolación de
resultados.

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Para medir la resistencia del suelo, se realizan diversos ensayos, que ya muchos de nosotros
conocemos, como el ensayo de comprión simple, triaxial, entre otros. Sin embargo, cuando nos
referimos a ensayos in-situ, debemos mencionar

 Ensayo de penetración estándar (SPT)

 Ensayos de penetración dinámica

 Ensayos de penetración estática

 Ensayo de molinete

De los cuales estaremos hablando hoy.

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Empezamos con el Ensayo de penetración estándar (SPT)

Este ensayo de penetración dinámica se realiza en el interior de sondeos durante la perforación.


Permite obtener un valor N de resistencia a la penetración que puede ser correlacionado con
parámetros geotécnicos como la densidad relativa, el ángulo de rozamiento, la carga admisible y
los asientos en los suelos granulares. En el ensayo también se obtiene una muestra alterada, para
realizar ensayos de identificación en laboratorio.

El ensayo SPT puede ejecutarse prácticamente en todo tipo de suelos, incluso en roca muy
alterada, aunque es en los suelos granulares donde se realiza preferentemente; la dificultad de
obtener muestras inalteradas en este tipo de suelos añade relevancia al SPT. La frecuencia
habitual para la realización del SPT a lo laigo del sondeo es de un ensayo cada 2 a 5 m, o incluso
mayor, en función de las características del terreno.

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El procedimiento a seguir consiste en limpiar cuidadosamente la perforación al llegar a la cota
deseada para el ensayo, tanto las paredes como el fondo, retirando la batería de perforación e
instalando en su lugar un tomamuestras de dimensiones estándar. El tomamuestras consta de tres
elementos: zapata, tubo bipartido y cabeza de acoplamiento con el varillaje, como observamos en
la imagen.

Éste se debe hincar en el terreno 60 cm, contando el número de golpes necesarios para hincar
tramos de 15 cm. El golpeo para la hinca se realiza con una maza de 63,5 kg cayendo libremente
desde una altura de 76 cm sobre una cabeza de golpeo o yunque.

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La suma de los valores de golpeo de los dos tramos centrales de 15 cm es el valor N, denominado
también resistencia a la penetración estándar. En ocasiones, dada la alta resistencia del terreno,
no se consigue el avance del tomamuestras. En estos casos, el ensayo se suspende cuando se
exceden 100 golpes para avanzar un tramo de 15 cm, y se considera rechazo.

Cuando el ensayo se realiza por debajo del nivel freático se utiliza la siguiente corrección (Terzaghi
y Peck, 1948), aplicable a suelos poco permeables (limos y arenas finas):

N = 15 + [(AT - 15)/2]

válida para N f > 15, siendo N el valor corregido y N' el valor medido.

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El extendido uso del SPT ha permitido establecer una serie de correlaciones con diferentes
parámetros geotécnicos:

— Con la compacidad para suelos granulares

— Con la densidad relativa, teniendo en cuenta la influencia de la profundidad.

— Con el ángulo de rozamiento en suelos granulares, 0; aplicable a partir de 2 m de profundidad

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Estos ensayos sencillos y económicos permiten estimar la resistencia a la penetración de los suelos
en función de la profundidad. Cuando se dispone de información geológica (sondeos o calicatas en
zonas próximas) se pueden correlacionar las diferentes capas de suelos. Son muy utilizados en
estudios geotécnicos para la cimentación de estructuras, en obras lineales y en edificación.

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El método consiste en la hinca en el terreno de una puntaza metálica, unida a un varillaje,


mediante golpeo. El equipo de golpeo se compone de una maza, un yunque y unas guías. El
yunque transmite la energía recibida a la puntaza mediante unas varillas que se van acoplando
sucesivamente según progresa el ensayo. La maza cae libremente, y la velocidad en el momento
de iniciar la caída debe ser igual a cero.

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ENSAYO BORROS: Puede realizarse a profundidades considerables, en ocasiones superiores a 25


m. La maza, de 63,5 kg de peso, cae libremente desde una altura de 0,50 m. Las puntazas pueden
ser cuadradas o cónicas.

ENSAYO DPL (DYNAMIC PROBING LIGH1): Ensayo muy ligero aplicable a profundidades de hasta 8
m. Se emplea una maza de 10 kg con una altura de caída de 0,50 m. El área de la puntaza es de 10
cm2. Se debe contar el número de golpes necesario para hacer avanzar la puntaza 10 cm (N10). Se
obtiene un registro del golpeo a lo largo de toda la profundidad del ensayo en intervalos de 10 cm.

ENSAYOS DPM (DYNAMIC PROB/NC MEDIUM ): Permiten estudiar profundidades de hasta 20 m.


La maza tiene una masa de 30 kg cayendo libremente desde 0,50 m (N10).

ENSAYOS DPH (DYNAMIC PROBING HEAVY): Para profundidades de hasta 20-25 m. La maza es de
50 kg y la altura de caída de 0,50 m. El registro de golpeo se toma cada 10 cm (N10).

ENSAYOS DPSH (DYNAMIC PROBING SUPER HEA VY): Pueden realizarse a profundidades mayores
de 25 metros. La maza es de 63,5 kg, siendo la altura de caída de 0,75 m. Los golpes necesarios
para la hinca se registran cada 20 cm (N^).

En la imagen vemos que La presentación de los resultados de los ensayos de penetración se realiza
en un estadillo con el parte de trabajo (localización, profundidad, equipos, incidencias,
observaciones) y los gráficos resultantes, en los que se representan los valores de golpeo de Nl0 ó
en el eje de abcisas, y la profundidad de penetración en el eje de ordenadas.

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Ensayos de penetración estática

También llamados ensayos C.P.T. (cone penetration test), miden la reacción del suelo ante la
penetración continua de una punta cónica mediante dos parámetros: la resistencia de punta (qc) y
el rozamiento lateral. La instalación de un sensor adicional de la presión intersticial constituye un
equipo denominado piezocono (C.P.T.U.), que además de medir la resistencia de la punta, registra
las presiones intersticiales, que se van generando durante la hinca; también se pueden instalar
sensores adicionales de temperatura, inclinación, etc.

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El ensayo de penetración estática consiste en hincar en el suelo una punta cónica a presión y a
velocidad constante midiendo el esfuerzo necesario para la penetración del cono, Si se emplea un
cono de tipo móvil se puede medir el rozamiento lateral local, y en el caso de utilizar un piezocono
se registrará, además, la presión intersticial que se va generando durante la hinca.
Los parámetros medidos durante el ensayo se representan gráficamente respecto a la
profundidad. También puede observarse que los picos que se producen en la presión intersticial
permiten determinar la presencia de pequeñas capas limosas o arenosas intercaladas entre los
paquetes más impermeables.

Estos ensayos se utilizan para el cálculo de cimentaciones, y proporcionan información continua


del terreno ensayado.

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Ensayo de molinete (vane test)

Este ensayo se realiza habitualmente en el fondo de un sondeo en ejecución o una vez que éste ha
finalizado. Igualmente, se puede realizar desde la superficie del terreno en la modalidad de hinca
dinámica o estática (vane-borer). El ensayo de molinete se emplea para determinar la resistencia
al corte sin drenaje de suelos cohesivos blandos, siendo adecuado para materiales saturados.

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El procedimiento consiste en la hinca de un «molinete», constituido por cuatro palas de acero


soldadas a una varilla central (Como veíamos en la imagen de la diapositiva anterior). Las palas se
introducen en el fondo del sondeo hasta una profundidad de 5 veces H (H es la altura de las palas,
normalmente de 50 ó 100 mm). A continuación se hacen rotar las palas con una velocidad
constante de 0,1 °/s (6 °/min) y se mide el momento de torsión T necesario para romper el suelo.

Al tratarse de un ensayo rápido, se realiza en condiciones sin drenaje, por lo que la resistencia al
corte será la resistencia sin drenaje, que equivaldrá a la cohesión del material.

También debe medirse la resistencia residual o valor de resistencia estabilizado una vez que el
suelo ha roto. La separación entre puntos de ensayo debe ser de al menos 0,5 a 0,7 m a lo laigo de
la perforación.

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