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Síntomas de la diabetes: Cuando los síntomas
de la diabetes son una preocupación
Los síntomas de la diabetes a menudo son imperceptibles. Aquí está lo que
hay buscar — y cuándo consultar a tu médico.
Los primeros síntomas de la diabetes, especialmente los de la diabetes de tipo 2,
pueden ser sutiles o parecer inofensivos, si es que los presentas. Sin embargo,
con el tiempo, puedes presentar complicaciones relacionadas con la diabetes,
incluso si no tuviste síntomas.
Según la Asociación Americana de la Diabetes, solamente en los Estados Unidos,
más de 8 millones de personas tienen diabetes no diagnosticada. Sin embargo, no
tienes que ser parte de las estadísticas. Comprender los posibles síntomas de la
diabetes puede provocar el diagnóstico y el tratamiento tempranos, y toda una
vida de mejor salud. Si presentas alguno de los siguientes signos y síntomas de
diabetes, consulta al médico.
Fatiga
Es posible que sientas fatiga. Muchos factores pueden contribuir con este cuadro.
Entre ellos, se incluye la deshidratación por aumento de las micciones y la
incapacidad del cuerpo para funcionar de manera adecuada dado que no puede
usar el azúcar de manera eficiente para obtener energía.
Pérdida de peso
Las variaciones de peso también se incluyen en los posibles signos y síntomas de
la diabetes. Cuando pierdes azúcar a través de la micción frecuente, también
pierdes calorías. Al mismo tiempo, la diabetes puede evitar que el azúcar de la
comida llegue a las células, lo que provoca hambre constante. El efecto
combinado es que puedes bajar de peso rápidamente, en especial si padeces
diabetes de tipo 1.
Visión borrosa
A veces, los síntomas de la diabetes afectan la vista. Los niveles elevados de
azúcar en sangre extraen líquido de los tejidos, incluso de los cristalinos de los
ojos. Esto afecta tu capacidad para enfocar con los ojos.
Si no se trata, la diabetes puede hacer que se formen vasos sanguíneos nuevos
en la retina —la parte posterior del ojo— y dañar los vasos existentes. Para la
mayoría de las personas, estos cambios iniciales no causan problemas de visión.
Sin embargo, si estos cambios evolucionan y no se detectan, pueden provocar
pérdida de la visión y ceguera.