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LA TRADUCCIÓN: CONCEPTOS

FUNDAMENTALES
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Autores: Eva Samaniego Fernández y María Beatriz Pérez Cabello de Alba

ÍNDICE

1.1. Introducción 3
1.2. La traducción 5
1.2.1. Los estudios prescriptivos 6
1.2.2. Los estudios descriptivos 13
1.3. Conclusión y aplicación a1 la traducción de textos profesionales y académicos 30
1.4. Listado de términos fundamentales 31
1.5. Conceptos fundamentales 33

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1.1. INTRODUCCIÓN

Uno de los ámbitos de investigación más fructíferos en la actualidad es el que se


ocupa de la interrelación entre dos campos: los lenguajes de especialidad (con la
importancia que estos tienen para la transmisión y conservación del conocimiento)
y la traducción (que difunde el conocimiento entre lenguas y culturas).
Indefectiblemente unidas a ambas están la terminología, la terminografía, la
lexicología y la lexicografía, que estudian el reconocimiento y recopilación de
palabras y términos.

Los tres campos están dando lugar a una cantidad ingente de publicaciones, ya
que afectan a aspectos esenciales para la transmisión del conocimiento, como son
la comunicación intercultural, la elaboración de diccionarios especializados, etc.

Puesto que esta asignatura se centra en la traducción profesional y académica, a


lo largo de este capítulo vamos a exponer muy brevemente los fundamentos,
evolución y naturaleza de los Estudios de Traducción, para que se conozcan
algunos los principios básicos de esta disciplina.

Es muy importante aclarar aquí que aunque en este tema se expongan algunos
conceptos que quizá se hayan tocado en la asignatura de Traducción General de
tercer curso, no tienen nada que ver con ella. Aunque haya definiciones o conceptos
que puedan parecer similares a primera vista, ni su aplicación a la traducción de
los lenguajes de especialidad ni el enfoque que se utiliza es igual. La traducción
especializada tiene su propios rasgos y peculiaridades, que poco o nada tienen que
ver con la traducción general y/o literaria.

Por consiguiente, los alumnos han de estudiar los conceptos que aquí se explican
exclusivamente desde la perspectiva del inglés para fines específicos.

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1.2. LA TRADUCCIÓN

Para Munday 1 (2001:1): “Translation Studies is the new academic discipline


related to the study of the theory and phenomena of translation”.

Existen diversos términos para referirse al campo de conocimiento relativo a la


traducción:

- “Estudios de Traducción” (Translation Studies): es la denominación más


frecuente hoy en día. Procedente del inglés, ha cobrado mayor
importancia por parecer más globalizador y genérico que los demás.

- “Traductología” (Translatology, Traductologie,


Übersetzungswissenschaft): proviene de la escuela alemana y es un
término que se utiliza mucho en el ámbito de la traducción literaria.

- “Teoría de la traducción” (Translation Theory): se usa con frecuencia


aunque es ambiguo, ya que se puede interpretar como antónimo de la
práctica de la traducción en vez de entenderse como la disciplina que
estudia ambas, teoría y práctica.

- “Ciencia de la traducción” (Science of Translation): este término surgió


por iniciativa de Nida y Taber en los años sesenta, pero hoy en día ya que
está sobradamente demostrado que la traducción es una ciencia.

Otros términos que es necesario conocer dentro de los Estudios de Traducción


son los siguientes:

- TO (texto origen; ST o source text), TM (texto meta; TT o target text).

- LO (lengua origen; SL o source language), LM (lengua meta; TL o target


language).

- Descripción/método inductivo frente a prescripción/método deductivo:


un proceso inductivo estudia los hechos y después llega a una hipótesis,
mientras que en un proceso deductivo primero se adelanta una hipótesis
y sólo después se contrasta con los hechos. La ciencia se ha servido y se

1
Las referencias bibliográficas de este tema se encuentran en su mayoría en la bibliografía general de
la asignatura. Si hubiera alguna que no aparece allí y desean conocerla, no duden en preguntarlo en
el foro correspondiente.

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sirve de los dos, a pesar de que se tienda a considerar que el método


inductivo es el más “científico”. Los Estudios de Traducción se sirven de
ambos métodos.

- Binomio textual: conjunto de dos textos, uno origen y otro meta.

- Texto: todo mensaje completo que es comunicativo. El enunciado “por”,


ni es comunicativo ni es completo. Un texto puede ser tan corto como dos
palabras (“no fumar”) y tan largo como se desee. En traducción la unidad
global suele ser el texto, a pesar de que a nivel intratextual
(microestructural) podamos tomar como referencia unidades menores
(por ejemplo, las intervenciones de personajes en obras de teatro, o los
párrafos en otro tipo de textos por su separación tipográfica).

- Translema: unidad de traducción, que puede ser el texto, el párrafo,


etc., y que se establece para cada binomio textual y para cada situación
de traducción.

- Sistema/Polo Origen o Meta: cada una de las dos civilizaciones


implicadas en un proceso traductivo; es necesario abarcar en este
término conceptos como la lengua, la cultura y la civilización, de ahí que
el término más genérico sea “polo” o “sistema”.

- Traducción: todo texto que funciona y se acepta como tal en el sistema


o polo meta, independientemente de la existencia de un original, de su
supuesta fidelidad al mismo o incluso de su calidad. La realidad de la
traducción demuestra que existen miles de textos que se aceptan como
traducciones y funcionan como tales, independientemente de que lo sean
o no. Algunas incluso carecen de originales, bien porque se han perdido
a lo largo del tiempo, porque nunca han existido, o por otros motivos.

- Equivalencia: se trataría de un concepto que se definiría para cada


binomio textual (TO-TM), pero que en principio no necesariamente
estaría relacionado con el grado de fidelidad al TO. La equivalencia según
la teoría actual de la traducción se daría cuando el TM cumpliera en el
polo meta la función que se le hubiera adjudicado (que no tiene por qué
coincidir con el propósito del TO).

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- Adecuación/Aceptabilidad – Traducción Semántica/Comunicativa: los


dos primeros términos son de Gideon Toury (1985 y 1995) y los segundos
de Peter Newmark (1988). La adecuación o traducción semántica es
semejante a lo que antes se denominaba “traducción literal”, y la
aceptabilidad o traducción comunicativa es parecida al concepto de
“traducción libre”. El término “adecuación” se utiliza para referirse a un
texto traducido que se inclina hacia el polo origen, y la “aceptabilidad”
para indicar que en TM que se acerca más al polo meta 2. Estos dos
extremos se podrían representar de la siguiente forma:

TO --------------------------------------------------------------------------- TM

- Traducción patente y traducción encubierta: las patentes son las que se


presentan como tales (traducciones overt para Juliane House o
“patentes” para Rosa Rabadán), y las encubiertas son las que no se
presentan como tales, sino que parecen ser textos originales en la cultura
meta (las pseudotranslations de Gideon Toury o las traducciones covert
de Juliane House, que son “encubiertas” para RABADÁN); esto último
sucede, por ejemplo, con algunos textos periodísticos, que en ocasiones
no se identifican como traducciones aunque en realidad lo sean.

1.2.1. LOS ESTUDIOS PRESCRIPTIVOS


En este apartado vamos a analizar la percepción que tienen los estudios
prescriptivos de traducción (también denominados “tradicionales”) de conceptos
como “traducción”, “equivalencia”, “traducibilidad” o “fidelidad 3”.

El término “traducción” tiene fundamentalmente dos sentidos básicos 4: la


traducción como proceso y la traducción como producto. En el primer caso

2
Las traducciones no se suelen mover en los extremos, ya que se trata de un continuo en el que es
raro que un traductor derive hacia los polos. Existen no obstante tipos de traducción que se hallan en
los polos: en el de la máxima adecuación se encontraría la traducción filológica (un ejemplo clásico son
los textos para aprender latín), donde se presenta el TO y la traducción palabras por palabra al
español, que es tan sumamente literal que presenta una sintaxis casi anómala. El segundo caso, el de
la máxima aceptabilidad, se da cuando el TM se convierte en pura creación y casi no guarda relación
alguna con el texto origen: el caso más claro es el de la publicidad, donde lo que prima es vender el
producto o servicio, independientemente de los medios que se utilicen para ello. También entraría en
este ámbito la traducción de los titulares periodísticos.
3
“The questions of meaning, equivalence and translatability became a constant theme of translation
studies in the 1960s” (Munday 2001: 37).

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estaríamos refiriéndonos al hecho traductivo en sí, es decir, a la operación que


implica la transferencia interlingüística, mientras que en el segundo caso
hablaríamos de “una traducción”, es decir, del resultado final del trasvase, que es lo
que conocemos como “texto meta” (o texto final, texto de llegada, texto término,
etc.).

Probablemente uno de los temas sobre los que más se haya escrito y discutido
en las primeras fases de los Estudios de Traducción sea la dicotomía entre
“traducción literal” y “traducción libre” (Shuttleworth & Cowie 1997: 95 y 62),
términos para los que existen otras alternativas terminológicas, como “traducción
palabra por palabra” 5 o “significado por significado” 6 respectivamente. Ambos
extremos representarían lo que Gideon Toury con posterioridad denominaría
“norma inicial”, que es la elección que hace el traductor entre un polo u otro
(acercarse más al polo origen o al polo meta), aunque por lo general lo que se suele
dar en los textos traducidos no son los extremos, sino un punto intermedio. El
acalorado debate en torno a estos dos conceptos ha quedado reflejado en la
abundancia de alternativas terminológicas para designarlos, como por ejemplo la
traducción “directa” y “oblicua” de Vinay & Darbelnet (1958), la traducción
“lingüística” y “etnográfica” de Mounin (1963, cit. en Shuttleworth & Cowie 1997),
la “lingüística” y la “cultural” de Catford (1980) [1965]; la “correspondencia formal”
(formal correspondence) y la “equivalencia dinámica” (dynamic equivalence) de Nida
& Taber (1982:200) [1969]; la “traducción patente” 7 y “encubierta” 8 de House
(1977b:106-109); la traducción text-oriented y reader-oriented de Gaddis-Rose
(1981:32-33); los dos polos de foreignizing y la naturalization de Holmes (1988c:47-
48) y de Venuti (1992); la traducción “lingüística” y “comunicativa” de Reiss &
Vermeer (1984, trad. al español de 1996); la traducción semantic (“semántica”) y
communicative (“comunicativa”) de Newmark (1988b:45); la traducción retrospective
y prospective de Snell-Hornby (1988:44); los sourciers y ciblistes de Hewson &
Martin (1991:51); el SL bias y TL bias de Hervey & Higgins (1992:20-21), y otras

4
En realidad son tres acepciones: “The term translation itself has several meanings: it can refer to the
general subject field, the product (the text that has been translated) or the process (the act of
producing the translation, otherwise known as translating” (Munday 2001: 5).
5
Word-for-word o word-by-word (Shuttleworth & Cowie 1997:197-198).
6
Sense-for-sense (Shuttleworth & Cowie 1997:151-152).
7
Trad. de Rabadán Álvarez (1991a:289); overt en el original.
8
Trad. de Rabadán Álvarez (1991a:289); covert en el original.

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muchas propuestas. Nida (1964) fue de los primeros en reivindicar la importancia


de la función que ha de desempeñar el texto meta, que para el autor sería más
importante que la estricta fidelidad al original.

Es importante incidir en que la teoría tradicional penalizaba las traducciones


“libres” ya que, como veremos, equiparaba la traducción literal con la fidelidad y la
traducción libre con la infidelidad. Para la teoría prescriptiva, la condición sine qua
non de toda traducción “de calidad” sería la fidelidad. Ésta consistiría en la
reproducción del contenido, y si fuera posible, de la forma del texto origen 9. Sin
embargo, como veremos más adelante, la realidad de las traducciones ha
demostrado sobradamente que la fidelidad no es siempre un prerrequisito para que
un texto se califique de traducción. Esta equiparación entre “traducción literal” y
“fidelidad” (propia de la traducción literaria) por desgracia ha permeado la didáctica
de la traducción, donde aún hoy en día se tiende a enseñar una traducción literal
que se basa en aspectos casi exclusivamente lingüísticos 10. Esto, según Hurtado
Albir (1999: 16 y 17) sería la “traducción pedagógica”, que básicamente trata de
comprobar si el estudiante ha comprendido lo que dice el original; es decir, que en
realidad este modelo en realidad evalúa los conocimientos lingüísticos. Incluso
Newmark (1981: 39) llega a hacer la siguiente afirmación 11:

“In communicative as in semantic translation, provided that equivalent effect is


secured, the literal word-for-word translation is not only the best, it is the only
valid method of translation.”

Veamos con algo más de detalle el concepto tradicional de fidelidad. La


equivalencia se basaría en la fidelidad, que a su vez consistiría en el trasvase
adecuado del mensaje del original (y si fuera posible, de la forma). Esto quiere decir
que, aunque algunos textos hipotéticamente no lo permitieran por distintos motivos
(existencia de elementos “intraducibles”, como los juegos de palabras, las metáforas

9
Para Gideon Toury, las teorías tradicionales que propugnan la fidelidad al original no son más que
opciones normativas, que defienden la existencia de una versión “correcta” como paradigma al que el
traductor ha de aspirar.
10
“Translator training courses also, perhaps inevitably, have this focus: errors by the trainee
translators are often corrected prescriptively according to a notion of equivalence held by the trainer”
(Munday 2001: 50).
11
En realidad, Newmark propugna un enfoque prescriptivo y tradicionalista, pues ofrece listados
cerrados de formas de traducción y proporciona únicamente ejemplos sueltos, que se limitan a
confirman sus hipótesis prescriptivs sobre traducción (cf. Munday 2001: 46).

8
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etc.), la fidelidad consistiría en una reproducción absoluta de todo lo que hubiera en


el texto origen. Todas las demás opciones supondrían una “pérdida” en traducción.

Si bien se reconoce que en la mayoría de los casos la consecución de una


fidelidad tan extrema no es posible, no es menos cierto que esta noción utópica de
una “traducción óptima” se suele citar como el objetivo último a lograr en todo
proceso de trasvase. De hecho, esta fase de los estudios de traducción se
caracteriza por una cierta fijación por la “pérdida” en el proceso de traducción 12, de
ahí que surjan análisis pormenorizados de los rasgos microestructurales de los
textos 13 en busca del último matiz del texto.

Sin embargo, la contradicción que supone esta última afirmación es enorme:


si sólo se logra equivalencia y fidelidad con la reproducción exacta de todo lo que
hay en el original, y si la naturaleza misma del lenguaje y de las distintas lenguas
nos demuestra que los obstáculos para lograr esto son, en muchos casos,
infranqueables, el resultado es desolador: casi todo sería intraducible, si nos
atuviéramos a la definición de traducibilidad aportada por los estudios
prescriptivos, y por tanto la mayoría de las traducciones serían infieles a sus
originales.

Tengamos además en cuenta que, como ya hemos visto, continuamente se


está haciendo referencia al trasvase interlingüístico, es decir, a la lengua, y no a la
cultura ni al contexto o situación en que tiene lugar el proceso traductivo. Por
tanto, y como podemos observar en las publicaciones representativas de esta época,
la evaluación que se hace de la calidad de las traducciones es meramente
lingüística, y no se tienen en consideración aspectos textuales, pragmáticos,
contextuales, semióticos o metalingüísticos 14, puesto que se considera que estos
apenas codificarían significado y que por tanto forman parte del nivel formal, no
semántico, del texto. Veamos sin embargo un ejemplo ilustrativo de la enorme
importancia que tienen estos valores en traducción.

Ejemplo 1:

Situación: un padre que habitualmente habla en español con su hija de 3 años. La niña

12
Es ya famosa la definición que dio Robert Frost de la poesía: “Poetry is what gets lost in translation”.
13
Rasgo que refleja el modelo estructuralista imperante en la época.
14
https://es.wikipedia.org/wiki/Metaling%C3%BC%C3%ADstica.

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es bilingüe inglés/español y está jugando en otra habitación con su madre, que habla en
inglés con ella.

Niña de 3 años a su padre: “¡Papá, ven a jugar!”.

Padre a la niña: “¡Un minuto!”

Madre a la niña: ‘What did Daddy say? I couldn’t hear him.’

Niña: ‘He says he’s coming’.

La niña claramente no ha prestado atención al cambio de tema ni a la falta


aparente de relevancia de la respuesta del padre respecto de la pregunta hecha
(recordemos dentro del Principio de Cooperación la máxima de relación de Grice 15:
‘be relevant’). Sin embargo, y a pesar de no acercarse a la forma del original, la
traducción hecha por la niña ha sido la más adecuada desde el punto de vista
pragmático, ya que ha reconocido una fórmula hecha y ha buscado el significado
subyacente, evitando una traducción literal (que en este caso no habría sido
incorrecta al haber coincidencia interlingüística de esta fórmula).

La mayoría de los autores tradicionales, pues, dan una clara prioridad en la


búsqueda de la equivalencia al trasvase del mensaje y no a la forma, que se
considera secundaria, y que sólo se reproduciría en los casos en que las estructuras
de la lengua origen y la meta se hallaran en una relación de relativa proximidad y
por tanto permitieran el trasvase del formato gramatical en que viene “envuelto” el
mensaje. Incluso Nida & Taber reflejan este concepto, si bien es cierto que insisten
en que en el caso de la traducción bíblica, que era el que les (pre)ocupaba, la
equivalencia consistiría en una equiparación de función (más que de fondo o de
forma) entre el texto origen y el texto meta. Aún así, no pueden evitar reflejar la
primacía de lo semántico (mensaje) en su definición del proceso traductivo (Nida &
Taber 1969: 12):

“Translating consists in reproducing in the receptor language the closest natural


equivalent of the source-language message, first in terms of meaning and secondly
in terms of style.”

Por tanto, en general se considera que la equivalencia se obtiene con la


reproducción del mensaje del original, que se considera “fidelidad”. Sin embargo,
volvemos a observar una contradicción absoluta: si la equivalencia se equipara con

15
https://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Grice.

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la fidelidad, y la fidelidad se logra con la traducción literal (que normalmente “se


ajusta” a la forma del TO), ¿cómo es posible afirmar que en una traducción se debe
obtener fidelidad mediante la traducción literal y sin embargo sostener al mismo
tiempo que lo importante no es la forma, sino el mensaje?

Por todos estos motivos se afirma que los estudios tradicionales de traducción
son source-oriented, ya que afirman que el modelo a seguir es siempre el texto
origen en la medida de las posibilidades que permitan las dos lenguas implicadas
en la traducción, por lo que todas las consideraciones a tener en cuenta en el
proceso de trasvase se centran en el polo origen.

La insistencia en la reproducción interlingüística del mensaje mediante una


traducción fiel (=“palabra por palabra”) refleja el concepto subyacente de que la
traducción se mueve en el nivel léxico 16 (o, como mucho, sintáctico), pues se
considera que el significado “está contenido” en las palabras, es decir, que el
significado tiene una codificación meramente léxica17. Como consecuencia lógica, se
afirma que las palabras “contienen” significados cerrados, lo cual supone que es
perfectamente viable postular la existencia de una traducción “óptima” para cada
texto, que es el paradigma hacia el que deberían acercarse los buenos traductores.
Recordemos que esto, como ya hemos comentado, queda patente en la didáctica de
la traducción, donde se propone una traducción modélica (=óptima).

Otro de los presupuestos de la teoría tradicional de traducción es la


equiparación de la función del TO y del TM. Con posterioridad esta hipótesis se
derrumbaría por sí sola, ya que existen muchos casos en los que la traducción no
ha de cumplir la misma función que el original 18 (y probablemente tampoco podría
hacerlo, al no haber coincidencia de contexto socio-cultural).

16
Lefevere (1993: 7) de hecho afirma que el debate tradicional sobre la equivalencia “is still overly
concerned with the word level” (en Munday 2001: 42).
17
De hecho, esto está en consonancia cronológica con las teorías lingüísticas formalistas imperantes
en la época, que establecen diferentes niveles y que básicamente afirman que únicamente la
representación semántica sería conceptual. Sin embargo, como veremos más adelante, “cognitive
linguists argue that syntactic, morphological and phonological representation is also basically
conceptual (Croft & Cruse 2004: 2).
18
Reiss menciona (1977: 114) un ejemplo ilustrativo, que reproduce Munday (2001: 75): “An example
she gives is Jonathan Swift’s Gulliver’s Travels. Originally written as a satirical novel to attack the
government of the day (i.e. a mainly operative text), it is nowadays normally read and translated as
‘ordinary entertaining fiction’ (i.e. an expressive text). Alternatively, a TT may have a different
communicative function from the ST: an operative election address in one language may be translated
for analysts in another country interested in finding out what policies have been presented and how

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Por consiguiente, y resumiendo lo expuesto en este apartado, algunos de los


postulados fundamentales defendidos por la teoría tradicional (prescriptiva) de
traducción son los siguientes:

1. Las traducciones deben ser equivalentes a su original.

2. Las traducciones logran la equivalencia siendo fieles a su original.

3. La única forma de que una traducción sea fiel a su original es mediante la


traducción literal, incluso palabra por palabra.

4. Las traducciones literales son fieles a su original y las libres son infieles a
su original.

5. El paradigma a seguir en toda traducción es el polo origen (source-oriented


translation studies), no el polo meta.

6. El significado de los textos está codificado en el nivel léxico; el resto de


órdenes (sintáctico, textual, etc.) se limitan a ordenar el significado, pero
apenas lo codifican. Las palabras “contienen” significados cerrados.

7. El componente semántico está codificado en el mensaje (contenido) de un


texto, no en su forma, que es relativamente prescindible (o al menos,
secundaria).

8. La equivalencia consiste en la reproducción del mensaje del texto origen y,


si es posible, de la forma.

9. Toda traducción supone una pérdida respecto de su original.

10. La intraducibilidad existe y es frecuente debido al anisomorfismo


interlingüístico (diferencia de forma entre las lenguas). Este anisomorfismo
es el principal responsable de que los textos meta siempre “pierdan”
respecto de su original.

11. El texto meta debe desempeñar la misma función en el polo meta que en el
texto origen.

(i.e. as an informative and expressive text)”. Uno de los factores fundamentales para los Estudios
Descriptivos de Traducción es la función que finalmente va a desempeñar el TM en el polo de
recepción. De ahí que por fin dejen de identificarse de forma automática la función del TO y la del TM
como hacía la teoría tradicional de traducción, ya que no han de coincidir necesariamente. Nord
(1991a: 72) por ejemplo cree que entre el TO y el TM, “a change of function is the normal case, and the
preservation of function the special case in the process of intercultural communication”.

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12. Para cada texto existe una traducción “óptima”, que es a la que debe aspirar
todo traductor.

13. La traducción reproduce fundamentalmente la lengua, por lo que la


evaluación de la calidad de las traducciones se ha de hacer en base a
criterios estrictamente lingüísticos.

14. Existen formas de traducción óptimas para cada tipo de elemento, por lo
que es posible elaborar listados “cerrados” de formas de traducción (por
ejemplo, de la metáfora, de los juegos de palabras, de los elementos
culturales, etc.).

Como vemos, las contradicciones en las que abundaban los Estudios


Prescriptivos de Traducción, junto con su incapacidad para explicar muchos
fenómenos traductivos (que calificaban de “excepciones”), provocaron que muchos
investigadores se plantearan a principios de los años 80 abandonar el plano de la
pura teorización e intuición para estudiar la naturaleza y características de las
traducciones reales. Es decir, se centraron en estudiar lo que las traducciones
realmente eran, no en lo que deberían ser. Este cambio vendría propiciado por los
avances epistemológicos que se estaban produciendo en campos novedosos como la
Lingüística Cognitiva, la Gramática Funcional, la Lingüística Textual o el Análisis
del Discurso.

En este sentido, reproducimos aquí por su enorme importancia la llamada que


hizo Gideon Toury (1995: 3) a una nueva concepción de los Estudios de Traducción:

“What is missing is not isolated attempts reflecting excellent intuitions and


supplying fine insights (which many existing studies certainly do), but a
systematic branch proceeding from clear assumptions and armed with a
methodology and research techniques made as explicit as possible and
justified within translation studies itself. Only a branch of this kind can
ensure that the findings of individual studies will be intersubjectively
testable and comparable, and the studies themselves replicable.”

1.2.2. LOS ESTUDIOS DESCRIPTIVOS


Hemos mencionado en varias ocasiones los “Estudios Descriptivos de
Traducción”, término algo ambiguo hoy en día, ya que ha terminado por utilizarse
para hacer referencia a las teorías actuales de traducción (descriptivas) en
contraposición a las tradicionales (prescriptivas). Sin embargo, originalmente los
Descriptive Translation Studies eran uno de los campos identificados por James S.

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Holmes en los años 70, quien dividió los Estudios de Traducción en dos ramas (cf.
Munday 2001: 10): pura (pure) y aplicada (applied). La rama pura a su vez constaba
de dos subdivisiones: teórica19 (theoretical) y descriptiva20 (descriptive). Los
Estudios Descriptivos de Traducción (DTS) tendrían según Holmes tres focos de
interés:

1. Product-oriented DTS: estudian las traducciones reales mediante el análisis de


binomios o multinomios textuales (TO-TM o TO-varios TTMM).

2. Function-oriented DTS: estudian la función que desempeñan las traducciones


en la situación socio-cultural de llegada.

3. Process-oriented DTS: se centran en aspectos psicológicos de la traducción;


muy especialmente tratan de investigar lo que sucede en la mente del
traductor (TAPs o Think-Aloud Protocols, etc.).

Respecto al concepto de fidelidad, como ya hemos visto una de las


afirmaciones que sostenía la teoría tradicional de la traducción era la necesidad de
que existiera la mayor fidelidad posible entre el TO y el TM para que se lograra la
equivalencia entre ambos 21.

Sin embargo, es importante reflexionar sobre el motivo que nos mueve a leer
una traducción en vez de su original: ¿por qué decidimos leer una traducción en vez
de acudir al texto original? La respuesta, en la inmensa mayoría de los casos, es
clara: por desconocimiento del idioma original en que está escrito el texto (o al
menos, un conocimiento insuficiente). Existen otros casos menos frecuentes, pero
reales, como por ejemplo la simple pereza (aunque conocemos el idioma original,
nos resulta más rápido y más cómodo leer en nuestra propia lengua), el deseo de

19
Su objetivo sería “the establishment of general principles to explain and predict the phenomena of
translation” (Munday 2001: 11).
20
Su propósito es “the description of the phenomena of translation” (Munday 2001: 11).
21
Este principio acompaña de forma ineludible los primeros pasos de la teoría de la traducción, con la
rara excepción de Nida, que desde un principio defendió que en traducción lo que debe primar es la
comunicación del espíritu de la obra original frente a la conservación de la forma, que para el autor es
secundaria. A Nida no le preocupa el significado que portan los signos lingüísticos, sino la función que
desempeñan dichos signos en una sociedad determinada (functional definition of meaning). De ahí que
para él sea viable alterar el mensaje para que los receptores finales lo perciban del mismo modo que
percibieron en mensaje los receptores originales. Esto es lo que el autor denomina dynamic
equivalence, que predomina frente a la formal correspondence. Por consiguiente, la respuesta que debe
obtener la traducción ha de ser equiparable a la respuesta que obtuvo el original. De hecho, para Nida
el término “fiel” (faithful) significa una traducción que respeta la intención del original, no
necesariamente la forma.

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conocer cómo se ha hecho la traducción de un texto que conocemos en su lengua


original, o el gusto por llevar a cabo un estudio filológico comparativo de la
traducción y su original.

Si esto efectivamente es así, ¿cómo es posible que la teoría tradicional de la


traducción afirme que la fidelidad es necesaria en traducción cuando la inmensa
mayoría de los lectores de traducciones desconocen por completo si la traducción
que están leyendo es fiel al original, y sin embargo aceptan automáticamente un
texto “X” como traducción del texto “Y”? Por consiguiente, se da por supuesto que
existe una relación de fidelidad, una conexión entre TO y TM, pero el lector
desconoce de qué tipo de relación se trata, simplemente da por sentado que se trata
de una relación de equivalencia basada en la fidelidad. De este modo, estamos
presuponiendo algo que podría no corresponderse con la realidad, puesto que
abundan los casos en los que el grado de omisión, adaptación, etc. del TM respecto
del TO es muy elevado, y sin embargo los destinatarios seguimos aceptando el TM
como traducción del TO. En consecuencia, no podemos afirmar que dentro de la
definición de “traducción” sea imprescindible incluir el requisito de la fidelidad,
porque en la inmensa mayoría de los casos no sabemos si eso sucede, y sin
embargo esos textos siguen gozando del estatus de “traducción”.

Incluso si afirmáramos que una traducción debería ser fiel a su original, la


pregunta lógica surge de inmediato: ¿fiel a qué del original? ¿El fondo, la forma, o
ambos por igual? En teoría de la traducción se han dedicado seguramente miles de
páginas a la discusión de si una traducción ha de ser fiel al contenido o a la forma
de su texto origen. La única respuesta a la que había llegado la teoría tradicional de
la traducción para esta pregunta es que esto dependería del tipo de texto de que se
tratara: en textos literarios importarían tanto el contenido como la forma (por la
importancia que tiene reflejar el estilo, la voz propia, del autor original); sin
embargo, en determinados textos jurídicos, en los que resulta una obviedad
comentar que el contenido es esencial, el formato cobra tanta importancia, que la
ausencia de un único elemento puede invalidar dicho texto en una cultura
determinada (por ejemplo, la ausencia de la fecha o de la firma). Este debate
terminó en un callejón sin salida.

Recordemos que otro de los principios clásicos en teoría tradicional de


traducción ha sido la distinción entre “traducción” y “adaptación” (o “versión”), y se
presuponía que la adaptación presentaba un grado mucho mayor de infidelidad al

15
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original. Pero si desconocemos por completo el grado de fidelidad de la inmensa


mayoría de las traducciones respecto de sus originales, ¿cómo podemos afirmar que
las adaptaciones son “más infieles” que las traducciones? Es más: ¿infieles a qué, al
fondo o a la forma? ¿Dónde se puede fijar la frontera entre una traducción y una
adaptación? ¿Si una traducción refleja, por citar una cifra aleatoria, menos del
28,4% del original, sería una adaptación? Por otro lado, sería el 28,4% ¿de qué?:
¿de las palabras, del texto, del material lingüístico en general, del fondo, de la
forma…? Como vemos, tampoco es posible basar la distinción entre traducción y
adaptación en el concepto de fidelidad. Ni siquiera es posible sostener que exista
una diferencia apreciable para los lectores entre una traducción “bona fide” y una
adaptación, pues recordemos que la inmensa mayoría de los lectores de una
traducción no acudirán nunca al original.

De forma adicional, hay que tener en cuenta que el propio concepto de


“fidelidad” ha ido cambiando a lo largo de la historia. Si bien hubo épocas, como el
Renacimiento, en que la admiración por el griego y el latín era tal que se imitaba el
modelo de estas lenguas en la traducción, copiando incluso la estructura y
distribución sintácticas, no nos olvidemos de que también se ha dado, en épocas
como el Romanticismo, un esplendor de las “bellas infieles”, que en ocasiones
recreaban sin ningún rubor el original e incluso alegaban “mejorarlo” 22.

Es habitual en los cursos de traducción pedir a los alumnos que proporcionen


una definición de lo que para ellos sería una (buena) traducción. Salvo raras
excepciones, suelen surgir expresiones como “fidelidad”, “reproducción del
mensaje”, “equiparación de función”, “imitación del original”, “respetar el mensaje y
si es posible, la forma”, “expresar el mismo mensaje de forma natural”, etc. Sin
embargo, en realidad lo que se está definiendo es lo que nos gustaría que fuera la
traducción (o lo que nos han enseñado que debería ser), no lo que es. No es más
que un desideratum.

Cuando se pide definir un concepto tan abstracto como “arte”, es habitual una
extrema cautela, acudiendo a fórmulas tan vagas como “expresión de un mensaje”,
“impacto sobre al receptor”, “producción de gozo/placer estético”, y expresiones

22
Es el famoso caso del traductor al francés de la obra Pamela, de Richardson, que se quedó reducida
a menos de la mitad de su extensión original, y su traductor afirmó haberla mejorado
considerablemente, quitando todo aquello que en su opinión sobraba.

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semejantes. Ello se debe a que el arte, obviamente, tiene múltiples e ilimitadas


formas de expresión, por lo que puede incluir elementos o formas que, aunque
puedan encontrarse muy lejos de nuestro propio gusto artístico, se reconocen y
aceptan como “arte” en nuestra cultura. Por ello, no es posible reducir el concepto
de arte a lo que satisface a un único individuo o a un grupo de individuos, sino que
es necesario realizar un proceso de abstracción para incluir todo lo que una
sociedad determinada acepta como “arte” en un momento histórico determinado.
Exactamente lo mismo es aplicable a la traducción: afirmar que una traducción ha
de ser absolutamente fiel a su original es tan irreal e inadecuado como afirmar que
el arte debe ser colorista, o minimalista, o simétrico, o que debe implicar una
técnica determinada, etc. Insistimos en ello una vez más: incluir el concepto de
fidelidad en la definición de traducción es definir lo que nos gustaría que fuera la
traducción, no definir lo que son las traducciones reales. Sería una definición que
seguramente no se correspondería con la realidad del hecho traductivo.

No solamente la realidad traductiva nos demuestra la veracidad de lo anterior,


sino que es mucho más versátil de lo que podían suponer los Estudios de
Traducción prescriptivos, mucho más interesados en codificar cómo ha de
realizarse una “buena” traducción que en investigar cómo se hacen realmente éstas.
Por ejemplo, existen casos en los que una traducción “incorrecta” puede ser la
única “correcta” en un contexto de traducción determinado. Y no sólo es el caso de
algunas de las llamadas “traducciones canónicas”, es decir, traducciones que en
algunos casos pueden ser más o menos dudosas pero que ya han sido aceptadas de
forma unánime y que es muy difícil, cuando no imposible, cambiar 23. Veamos
algunos ejemplos de traducciones no canónicas que desde una perspectiva
estrictamente tradicional (lingüística) se penalizarían como traducciones erróneas
pero que sin embargo puede que respondan a la perfección a las restricciones
impuestas por la situación traductiva:

Ejemplo 1:

Traducción al español del título de la película Wild Orchid, protagonizada


por Mickey Rourke y Carré Otis. Esta película se tradujo al español como

23
Conocidos y comentados en teoría de traducción son los casos de “Ser o no ser” como traducción de
To be or not to be (“existir o no existir”; “suicidarse o no suicidarse”, “vivir o no vivir”, etc.), de títulos de
obras literarias que ya se han aceptado y que es difícil cambiar (Sense and Sensibility como “Sentido y
sensibilidad” en vez de “Sentido y sensatez”), de errores de traducción presentes en la Biblia (cf. Nida,
Nida & Taber) pero intocables por su naturaleza canónica, etc.

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“Orquídea Salvaje”. Si evaluamos esta traducción desde un punto de vista


estrictamente lingüístico, se trataría de una traducción incorrecta, ya que
en español las flores son “silvestres”, no “salvajes”, adjetivos que coinciden
con una única forma, wild, en inglés. Sin embargo, si consideramos que se
trata del título de una película, donde el objetivo fundamental no es la
fidelidad sino lograr que la gente se interese por la película y vaya a verla
(publicidad), y tenemos en cuenta que uno de los temas principales de
dicha película es la tensión sexual entre los protagonistas, necesariamente
llegamos a la conclusión de que “salvaje” sugiere sexo mucho más que
“silvestre”, y además logra atraer el interés de la posible audiencia. Por
consiguiente, en este caso tenemos una traducción “incorrecta” desde el
punto de vista lingüístico (probablemente no fuera más que un calco) que
sin embargo resulta adecuada desde el punto de vista pragmático (objetivo
final del texto) y contextual (situación traductiva). Lo mismo sería aplicable
al caso de “Instinto Básico” (Basic Instinct), aunque por motivos diferentes:
el “instinto” en español no es “básico”, sino “primario”. Aunque la
traducción sea equivocada desde una perspectiva lingüística, en realidad
se han neutralizado las connotaciones negativas del término “primario”
(biología, mundo animal), con lo cual la traducción no parece tan
desacertada aunque lingüísticamente pueda ser inadecuada.

Regresemos a la dicotomía “fondo/forma” establecida por la teoría tradicional


de traducción. Si fuera cierto que se ha de reproducir primero el fondo y luego la
forma, sería muy difícil dar cuenta de casos en los que el “fondo” que hay que
reproducir es prácticamente inexistente, ya que lo que el texto contiene es
básicamente un juego estético. A continuación incluimos dos ejemplos ya clásicos
de jitanjáforas 24 en los que, en realidad, el fondo que supuestamente habría que
reproducir no consiste más que en resonancias semánticas, en connotaciones
subjetivas que dependen de cada lector:

Ejemplo 2: ‘Twas brillig and the slithy toves

Did gyre and gimble in the wabe.

All mimsy were the borogoves

And the mome raths outgrabe.

[Fragmento de “Jabberwocky”, From the Looking Glass and What Alice


Found There, Lewis Carroll]

Ejemplo 3:

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en


hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez

24
“Se denomina “jitanjáfora” a un enunciado lingüístico constituido por palabras o expresiones que en
su mayor parte son inventadas y carecen de significado en sí mismas. En una obra literaria, su
función poética radica en sus valores fónicos, que pueden cobrar sentido en relación con el texto en su
conjunto” (Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Jitanj%C3%A1fora).

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que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado


quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo
poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando,
reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al
que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. (…)

[Fragmento del Capítulo 68. Rayuela, Cortázar]

Tanto en el primer caso como en el segundo, un lector nativo sería capaz de


asociar la expresión de cada uno de los textos con ciertas resonancias 25 (brillig =
light), e incluso con una codificación semántica bastante clara (en el texto de
Cortázar, la mayoría de lectores nativos coinciden en que se hace referencia a las
relaciones sexuales). Así pues, la supuesta reproducción del “fondo” de estos textos
se vería muy cuestionada … y sin embargo, ambos textos se han traducido, y
existen diversas versiones. El poema Jabberwocky, calificado de “intraducible” por
la teoría tradicional de traducción, se ha traducido a multitud de lenguas 26, y en
castellano existen más de ocho versiones publicadas (reproducimos aquí sólo dos de
ellas como botón de muestra):

Traducciones del Ejemplo 2:

Galimatazo

Brillaba, brumeando negro, el sol;

agiliscosos giroscaban los limazones

banerrando por las váparas lejanas;

mimosos se fruncían los borogobios

mientras el momio rantas murgiblaba

[Jaime de Ojeda. A través del espejo y lo que Alicia encontró al otro lado.
Madrid: Alianza, 1973]

Jerigóndor

Borgotaba, y los toves visco-ágiles

Rijando en la solea, taladraban;

Misébiles los borgoves,

25
“(…) the word 'slithy', for example, echoes the English 'slimy', 'slither', 'slippery', 'lithe' and 'sly'.”
(Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Jabberwocky).
26
Véase por ejemplo la página web http://www.albaiges.com/poesia/jabberwockyiberico.htm#m2, donde
se incluyen diversas versiones al castellano, catalán, euskera, gallego y portugués.

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Y un poco momios los verdos brasilaban

[Marta Olmos. Alicia en el País de las Maravillas. Madrid: Edimat, 1999]

Al hablar de estos dos ejemplos hemos hecho referencia a otra cuestión


estrechamente relacionada con la dicotomía fondo/forma: la hipótesis de la
“intraducibilidad”: ¿cómo es posible que la teoría tradicional de traducción
sostuviera la existencia de la intraducibilidad 27? Si esto fuera cierto, se estaría
negando la esencia misma de la comunicación, y no sólo eso, sino que se estaría
obviando la evidencia de la traducción, ya que a diario se están trasvasando miles
de textos en los que se traduce con mayor o menor fortuna, sin que la traducción se
bloquee o detenga porque aparezca un elemento supuestamente “intraducible”. Por
tanto, en realidad de lo único que se podría hablar es de “grados de traducibilidad”,
puesto que es obvio que existen determinados elementos que presentan de forma
sistemática dificultades a la hora de ser trasvasados de una cultura o lengua a otra,
y constituyen lo que se denomina “elementos de inequivalencia interlingüística”
(juegos de palabras, metáforas, variación lingüística geográfica, elementos
culturales 28, etc.). En los Estudios de Traducción actuales se entiende por “área de
inequivalencia interlingüística” todo campo anisomórfico o asimétrico entre un par
de lenguas, y la inequivalencia en sí sería “todo trasvase interlingüístico en el que
una transferencia directa implica algún tipo de distorsión, desvío o pérdida en la
lengua meta” (Franco Aixelá 1993 29). Como afirma Rabadán Álvarez (1991: 110),
“del mismo modo que la equivalencia absoluta no existe, tampoco existe la
inequivalencia total”. En consecuencia, los Estudios de Traducción han tenido que
reconocer que la intraducibilidad es relativa (muchos autores directamente afirman
que no existe) y que la traducción no se puede asimilar a la fidelidad, ni asociarse
necesariamente a esta.

Así pues, los estudios descriptivos de traducción comenzaron por describir la


peculiar naturaleza del par formado por un texto origen y su traducción (binomio

27
Por ejemplo, Jakobson afirma que la poesía es intraducible (cf. Munday 2001: 37).
28
Hemos elegido esta denominación, aunque la terminología en inglés para designarlos varía
considerablemente: “culturally-bound words” para Hermans, “cultural elements” para Edwards
1992:357, “culture-specific concepts” para Baker (1992:21), “cultural differences” para Duff (1981:11-
12), “culture-bound elements” para Van Den Broeck (1978:43), “culture-specific elements” para Van
Leuven-Zwart (1990:163), “cultural terms” (1988a:70) o “cultural words” (1990) para Newmark, o
“socio-cultural knowledge” para Schäffner (1991:4).
29
Máster en Traducción, Alicante 1993.

20
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textual), que serían unidades bitextuales 30 cuya materialidad lingüística puede


corresponder a diversos niveles (textos enteros, párrafos, oraciones o incluso
palabras). Estas unidades están constituidas esencialmente por un contenido
similar que presenta manifestaciones formales diferenciadas pero solidarias 31, y
existen en función de una relación global de equivalencia (cf. Rabadán Álvarez
1991: 200). Esta relación se basa en el concepto de “invariante” de Van Den
Broeck 32, que Rabadán Álvarez adaptará como “invariante metodológica” 33 (1991:
293, cf. Neubert 1981). Dicha relación de equivalencia se manifiesta mediante
cuatro tipos de relaciones: textual-funcional (texto meta como texto válido en el
sistema meta), textual-formal (trasvase de rasgos textuales formales), lingüístico-
funcional (trasvase semántico de un sistema semiótico a otro) y lingüístico-formal
(trasvase de rasgos lingüísticos formales).

Por consiguiente, no habría que demostrar que existe una relación de


similitud entre el texto origen y el texto meta, ya que “para todo binomio textual se
presupone una relación de equivalencia” (Rabadán Álvarez 1991: 204; Toury 1985 y
1995). Esta fue una de las grandes innovaciones de los DTS (Descriptive Translation
Studies): la asunción de que la relación que se establece entre un TO y un TM
puede ser de muchos tipos, no necesariamente basada en la fidelidad, ya que la
equivalencia entre TO y TM se presupone 34 desde el momento en que los receptores
aceptan y reconocen el TM como una traducción válida en su cultura sin plantearse
cuestiones como el grado de fidelidad al original.

30
Cf. Bi-text (Harris 1988:8). Ver la discusión que presentan al respecto Shuttleworth & Cowie (1997:
16).
31
Es lo que nosotros comparamos con la “isomería” de la química, ya que al igual que los isómeros,
que con igual composición química muestran distintas propiedades físicas (cf. Considine 1974, Parker
1991), el TO y el TM comparten la composición esencial (el “contenido” de Rabadán Álvarez 1991),
pero no la forma (las “manifestaciones formales”, Rabadán Álvarez 1991).
32
Sería “the relation between all the existing translations of the same original (...) what they have in
common” (Van Den Broeck 1978: 41).
33
Sería un constructo hipotético que funciona como factor intermedio en la comparación de un
binomio textual. Por consiguiente, sería aquello respecto de lo cual se miden los cambios en las
traducciones.
34
Una vez asumida la relación de equivalencia entre TO y TM, los Estudios de Traducción dejan ya de
preocuparse por definir ésta para estudiar más bien cuál es la relación que une los binomios o
multinomios textuales: “accepting as given that a TT is ‘equivalent’ to its ST, [Toury] instead seeks to
identify the web of relations between the two” (Munday 2001: 50).

21
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Se considera por tanto que el proceso de traducción consiste, en palabras de


Neubert & Shreve (1992:7) y Hatim & Mason (1997) en una “retextualización 35” en
una lengua meta de un texto en una lengua origen, retextualización que se atiene a
las circunstancias comunicativas específicas 36, motivo por el cual las
aproximaciones más recientes hacen hincapié en el carácter comunicativo de la
traducción 37. Dado que un acto comunicativo se produce en una situación concreta
y no de forma aislada, se subraya el aspecto cultural del trasvase 38, en
contraposición al carácter esencialmente lingüístico que distinguía los estudios
previos (por ejemplo, el de Catford de 1965 o de Vázquez Ayora de 1977).

Para la corriente comunicativa de los estudios de traducción, los textos son


evidencia de una transacción comunicativa que tiene lugar en un entorno social
determinado y en la cual se produce una negociación de significado entre el
productor del texto, el intermediario (traductor) y el receptor. De hecho, la
definición que se aporta de traducción en este enfoque es la siguiente (Hatim &
Mason 1990):

“(...) an act of communication which attempts to relay, across cultural and


linguistic boundaries, another act of communication (which may have been
intended for different purposes and different readers/hearers).”

Así pues, hoy en día se conciben los estudios de traducción como una ciencia
funcional, científica39, sistémica40 e interdisciplinar 41 que se interesa por las

35
Como ya hemos visto, se cuentan por docenas los términos empleados para referirse al proceso de
traducción: transfer, conversion, replacement, substitution, rendering, rewriting, recoding, etc.
36
“El traductor no ofrece más o menos información que el productor de un texto de partida; el
traductor ofrece otra información y de otra manera” (Reiss & Vermeer, trad. de 1996: 110).
37
Cf. Snell-Hornby (1988:43-44), Hatim & Mason (1997), Reiss & Vermeer (trad. de 1996), etc.
38
“(...) orientation towards cultural rather than linguistic transfer” (Snell-Hornby 1988: 43).
39
Esto se refleja en su metodología de investigación (Toury 1985: 17).
40
Se trata de un gran número de sistemas y subsistemas en constante lucha y cambio, que son por
ello inestables (Hermans 1985b: 11; cf. Shuttleworth & Cowie 1997: 127). Even-Zohar y Toury (1985)
acuñaron el término “Polisistema”, que originaría una de las escuelas principales en los Estudios de
Traducción: la teoría del Polisistema. Según Shuttleworth & Cowie (1997: 176), un polisistema se
concibe como “a heterogeneous, hierarchized conglomerate (or system) of systems which interact to
bring about an ongoing, dynamic process of evolution within the polysystem as a whole”.
Posteriormente, autores como Rosa Rabadán (1991) se inclinarán por simplificar este término y
hablan de “sistema”.
41
El contacto cada vez mayor de los Estudios de Traducción con las más diversas disciplinas ha sido
calificado por Simon (1996: ix, cit. en Munday 2001: 131) de “disciplinary hybridization”. Mary Snell-
Hornby fue la primera en reclamar la integración de todas las aportaciones hechas por otras
disciplinas en su obra Translation Studies: An Integrated Approach (1988), donde el mismo título
refleja su llamada a una visión integradora.

22
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normas y limitaciones que intervienen en la producción y recepción de las


traducciones (Hermans 1985b: 10-11), que son una forma más de comunicación
entre los seres humanos (de ahí el reciente hincapié en la vertiente comunicativa de
la traducción por parte de algunos autores, como Hatim & Mason).

Precisamente las investigaciones que se interesan por las normas sincrónicas


en traducción son la base fundamental de los estudios descriptivos actuales 42.
Según Toury (1978: 83-84) las “normas” son:

“(...) general values or ideas shared by a certain community -as to what is


right and wrong, adequate and inadequate- which manifest themselves in
the form of specific performance instructions appropriate for and
applicable to specific situations, providing they are not (yet) formulated as
laws. These instructions, the norms, are acquired -even internalized- by
individual members of the community during the socialization process
(...)”.

Para Rabadán (1992: 48) las normas están integradas por “aquellas pautas del
comportamiento traductor que, sin ser reglas absolutas (como las gramaticales)
determinan qué actuaciones traductoras se consideran aceptables y válidas en una
cultura dada en un período histórico determinado 43”. Las normas dan cuenta de la
dimensión social e intersubjetiva de la traducción, mientras que lo objetivo estaría
controlado por las reglas, que serían mandamientos básicos. Así (1991: 46), la
“norma” será “un factor intermedio entre el sistema y la realización individual”, por
lo que tiene carácter “intersubjetivo” (1991: 54 y 55-56), es decir, las normas

42
Por ejemplo, Mona Baker (1993) afirma que sería posible identificar seis tendencias universales en
traducción para cualquier par de lenguas: “A marked rise in the level of explicitness compared to
specific source texts and to original texts in general; a tendency towards disambiguation and
simplification; a strong preference for conventional grammaticality; a tendency to avoid repetitions
which occur in source texts, either by omitting them or rewording them; a general tendency to
exaggerate features of the target language and a specific type of distribution of certain features of
translated texts”.
43
Por ejemplo, los nombres propios: mientras que en las décadas de los años 60 y 70 la norma
imperante era traducirlos todos (Mary>María; John>Juan), hoy en día la norma es dejarlos en el
original hasta donde se pueda (o adaptarlos gráfica/fonéticamente, o transliterarlos), con la excepción
de: (1) aquellos cuyo significado que sea relevante en el texto (por ejemplo, los nombres de
determinados personajes infantiles o los apodos); (2) aquellos nombres cuyas traducciones ya estén
aceptadas de forma unánime por una sociedad determinada (por ejemplo, London>Londres). Sin
embargo, la fuerza de la norma actual que se inclina hacia la conservación es tan fuerte, que incluso
algunas traducciones aceptadas de forma unánime están variando (Beijing>Pekín o Beijing;
Antwerp>Amberes o Antwerp; New York>Nueva York o New York). Otros ejemplos de elementos
claramente sometidos a normas son los “tacos” y palabras malsonantes, que hasta hace un par de
décadas se atenuaban de forma sistemática en traducción; sin embargo, hoy en día la norma es
traducirlos plenamente, sin infratraducción.

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“ocupan un espacio delimitado por dos extremos 44 que no son, ni mucho menos,
nítidos: el límite superior lo representan las reglas objetivas y estables; el inferior
está determinado por las idiosincrasias peculiares de cada individuo (...)”. Por
consiguiente, el espacio intersubjetivo está regulado por principios no escritos,
culturalmente determinados y compartidos por los miembros de una comunidad
cultural. Las normas, con el tiempo, pueden convertirse en reglas (cf. Toury 1995:
56), que serían obligatorias, y cuyo incumplimiento estaría penalizado (Nord 1991b:
96; es decir, no se trataría de una traducción “aceptable” en el polo meta, por que
sería criticada, rechazada, etc.). Mona Baker menciona unas “normas universales”
de comportamiento traductológico: tendencia de los TTMM a ser más explícitos,
tendencia a desambiguar y simplificar en los TTMM, preferencia por una gramática
más convencional o tendencia a evitar las repeticiones mediante omisión o
sustitución.

Según su naturaleza, las normas pueden ser (Toury 1995: 54-55):

(i) Básicas (primarias), más o menos obligatorias para todas las


actualizaciones de determinado comportamiento (mínimo común
denominador).

(ii) Secundarias, o tendencias, que determinan un comportamiento que se


favorece y que puede predominar en ciertas partes del grupo social.

(iii) Comportamiento tolerado.

La primera norma que ejerce su influencia sobre el traductor es la que Gideon


Toury denomina “norma inicial”, que consistiría en la elección (consciente o
inconsciente) que hace el traductor entre un acercamiento al polo origen
(“adecuación” o, en términos tradicionales, “traducción literal”) o al polo meta
(“aceptabilidad” o, según los tradicionalistas, “traducción libre”; cf. Shuttleworth &
Cowie 1997: 95 y 62):

Figura 1: Continuo de la norma inicial de traducción

Sistema Origen Sistema Meta

Adecuación ←← (+) ←← Equidiferencia →→( +) →→ Aceptabilidad

44
El polo hacia el que se incline el binomio será la “dominante” de la traducción (Rabadán Álvarez
1991: 198).

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Tras los resultados de investigaciones como las de Toury (1981, 1985 y 1995),
Hermans (1985a) y otros muchos, los Estudios de Traducción deciden partir de una
base descriptiva; para ello, ha resultado fundamental dejar atrás los antiguos
estudios basados en el texto origen como único modelo del proceso traductivo para
propugnar en su lugar un modelo target-oriented 45 que, según Toury (1985: 25), es
el único que permite otorgar validez funcional a las zero-solutions (omisiones en las
traducciones) y a las creaciones a partir de <Ø> como respuestas traductivas (no
hay nada en el original y sin embargo el traductor/a añade algo en la traducción),
algo absolutamente imprescindible, ya que no se trata de incidencias
“excepcionales” como pretendía hacer creer la teoría tradicional de traducción, sino
de soluciones traductivas perfectamente viables, frecuentes y válidas. Por ello,
surgen corrientes como la del “escopo” 46, representada por autores como Katharina
Reiss o Hans Vermeer, que defienden que el parámetro determinante en una
traducción es el objetivo o propósito del texto meta, no del texto origen.

Así pues, los estudios descriptivos de traducción se basan en el texto meta sin
juzgarlo a través del filtro prescriptivo del texto origen, y lo comparan con su
original en busca del establecimiento de una relación entre ambos y de una serie de
regularidades (cf. Hermans 1985b: 13), no exclusivamente en busca de
anisomorfismos, infidelidades o supuestos “errores” de traducción. Toury (1985: 28)

45
Para Nord (1991a; 1992: 39 y 42), translation-oriented (cf. Toury 1995, Snell-Hornby 1988: 44). Este
punto de vista surgió a finales de los años setenta, y centra su atención en el texto meta y el papel que
éste desempeña en el sistema de recepción (cf. Snell-Hornby 1988: 47, Baker 1993: 239). En realidad,
el modelo que propone Nord trata de hallar un punto medio entre una orientación exclusivamente
source-oriented y una translation-oriented, es decir, “a kind of intermediate position” (1992: 41).
46
Skopostheorie, de “skopos”, término que proviene del griego y que significa “propósito, objetivo”.
Según Munday (2001: 78-79), “Skopos (…) was introduced into translation theory in the 1970s by
Hans J. Vermeer as a technical term for the purpose of a translation and of the action of translating.
(...) In skopos theory, knowing why an ST is to be translated and what the function of the TT will be
are crucial for the translator”. Esta corriente resalta los aspectos pragmáticos de la traducción, ya que
afirma que lo más importante en cualquier acto de traducción es el propósito que el texto meta haya
de desempeñar en el sistema meta. El propósito variaría en función del destinatario primordial, de
modo que es tarea del traductor modificar las estrategias de traducción en función de estos dos
parámetros para que el texto cumpla su propósito fundamental, independientemente de que dichas
estrategias se consideren las más adecuadas o no desde el punto de vista del canon traductológico. La
literalidad deja de ser un constreñimiento para el traductor, ya que es libre de aplicar el modo de
traducción que considere apropiado. El traductor ve entonces el TO como una oferta de información de
la cual selecciona lo que considera más adecuado en función de los requisitos específicos de la
situación comunicativa.

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cree que en la aproximación target-oriented está la raíz de la naturaleza descriptiva


de los estudios de traducción 47:

“(...) within DTS [Descriptive Translation Studies], then, translational


problems are always reconstructed rather than given. They are
reconstructed through target-source comparison rather than on the basis
of the source text alone, or even of the source text in its relation to the
overall possibilities of the target language to recode its (relevant) features
(that is, on the basis of the initial ‘translatability’ of the source text into the
target language).”

Como consecuencia inmediata de este postulado teórico, la equivalencia48


será, como defienden Rabadán Álvarez (1991) y Reiss & Vermeer (trad. de 1996), la
relación (sea del tipo que sea) que existe entre un texto (o elemento textual) origen y
un texto (o elemento textual) meta. Se trata por tanto de una noción que “se
redefine para cada juicio concreto que ha de emitirse” (Chamosa González 1997:
44-45), siendo diferente para cada acto de traducción. La equivalencia translémica
(cf. Rabadán Álvarez 1991: 45), por consiguiente, no pretende buscar una versión
“perfecta”, sino únicamente estudiar la naturaleza de la versión dada en el sistema
meta. Así pues, la equivalencia sólo consiste en una versión aceptable en las
circunstancias comunicativas en que tiene lugar el acto traductivo o, si se quiere
expresar de otro modo, sería la versión “óptima” en las circunstancias
comunicativas específicas en que se ha producido el acto de traducción, pero no de
forma absoluta. De este modo, al margen de la mayor o menor corrección o fidelidad
del TM respecto del TO, el primero será por definición equivalente a su original (cf.
Toury 1995:35). Por consiguiente, el análisis que se haga de los binomios y de la
equivalencia existente entre TO y TM será válido sólo para las condiciones
comunicativas en que se den dichos textos, y únicamente para cada binomio
textual concreto; de este modo, si se modificara cualquier variable del análisis, los
resultados del estudio serían distintos 49, por lo cual el modelo de análisis no puede
ostentar nunca un carácter atemporal ni absoluto (Komissarov 1987: 417):

“since the contextual content of the text wholly depends on the who, when,
where and why of the particular speech act, a change in any of these

47
Para Toury la aproximación al estudio del fenómeno de la traducción desde la prescripción del TO
es lo que habría provocado un abismo entre las hipótesis de la teoría y los fenómenos reales de
traducción (Toury 1981:13).
48
Loyalty para Nord (1992:40-41).
49
Cf. Neubert (1992: 19); Reiss & Vermeer (trad. de 1996: 84); Franco Aixelá (1995: 82).

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factors will produce a different text, which will call for a different
translation”.

Rabadán Álvarez expresa este postulado de la siguiente manera (1991: 54-55):

“(...) la actualización de las relaciones potenciales de equivalencia en un


proceso de transferencia determinado se produce dentro de un marco
polisistémico gobernado por unas normas de carácter intersubjetivo. Esto
explica que no sea posible establecer puntos fijos para cada uno de los
límites, pues (...) son dinámicos y están sujetos a condicionamientos
históricos, es decir, su realización es distinta en cada proceso de
transferencia, en cada binomio textual y en cada estadio diacrónico.”

Si llevamos a sus últimas consecuencias estos postulados, un texto meta que


no se recibiera como traducción en el polo meta desde el punto de vista funcional
no se consideraría como tal, y un texto que se recibiera como traducción sin serlo,
pasaría a convertirse en traducción (cf. Toury 1985 y 1995, Hermans 1993: 75-76,
Van Den Broeck 1978, Pym 1992: 31, Chesterman 1993: 2, etc.).

De todo esto se desprende que es “traducción” todo aquello que el destinatario


(y por extensión, el polo meta) recibe y acepta como tal, independientemente de su
calidad, procedencia, fidelidad o incluso de la existencia de un TO
(“pseudotraducciones 50”), dado que lo único que se requiere para que un texto se
califique de “traducción” es que funcione y se acepte como tal en la cultura meta. Así,
las pseudo-traducciones (Toury 1981: 19 y 1985: 20) son un objeto de análisis tan
válido como cualquier otro texto51. De hecho, hay una enorme cantidad de textos de
los que por desgracia no conservamos el original, únicamente una traducción que
incluso puede habernos llegado a través de otras lenguas (por ejemplo, un original en
griego que se haya traducido al latín, del latín a francés, del francés al italiano y del
italiano al español). Estas circunstancias, sin embargo, no nos hacen poner en duda
el estatus de “traducción” de estos textos ni negar su valor.

Por tanto, ya no se trata de estudiar lo que las traducciones deberían ser, sino
de estudiar lo que son. Dejan así pues de elaborarse listados totalmente cerrados de
formas adecuadas o correctas de traducir determinados elementos o tipos de texto,
para estudiar corpus más o menos grandes que permitan extraer “tendencias” de

50
Textos meta que carecen de textos origen (Toury 1980: 31).
51
En este sentido, Nord (1991a: 28) reconoce que sus nociones respecto a la traducción delimitan su
visión de ésta: “according to my concept of translation, which is doubtless conditioned by the
conventional concept of translation I have grown up with (...) a TT production that is not based on, or
bound to, a given source text (...) cannot be called a translation”.

27
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traducción (Toury 1995) que posteriormente, y tras ser contrastadas con otros
estudios, den como resultado normas de traducción, que son las que van a servir de
orientación al traductor para conocer los comportamientos traductivos “tolerados” o
“favorecidos” en la cultura meta en un momento histórico determinado.

Así pues, los postulados fundamentales de los Estudios Descriptivos de


Traducción podrían sintetizarse en los siguientes aspectos:

• Ya no se trata de lo que la traducción debería ser, sino de lo que es. Por


tanto, el estudio de las traducciones reales y la extracción de las regularidades
que éstas presentan es el único modo de inducir (no deducir) las normas de
traducción que rigen en un momento histórico determinado.

• Las traducciones existen y se definen como tales en referencia al sistema


término al que se incorporan, y no con referencia a un texto original. Por tanto,
son las necesidades o expectativas del destinatario las que modelan cómo será
preferible traducir.

• El concepto de “fidelidad” como prerrequisito indispensable en traducción se


descarta definitivamente.

• La equivalencia en traducción se presupone desde el momento en que un TM


se acepta como traducción válida de un TO; así pues, la equivalencia no se da
cuando hay una versión “perfecta”, sino cuando hay una versión aceptable en
el sistema meta en función de las circunstancias de dicho texto, no de forma
absoluta.

• Dejan de juzgarse los textos meta únicamente en función de los textos


origen, que ya no son el paradigma absoluto a seguir. Son las
necesidades/expectativas del destinatario las que indican cómo será preferible
traducir algo en una cultura determinada en un momento histórico concreto.
Por consiguiente, se puede afirmar que se da una hegemonía del polo de
recepción en el proceso de traducción (target-oriented translation studies). Así
pues, las traducciones existen y se definen como tales en referencia al sistema
término al que se incorporan, y no exclusivamente con referencia a su texto
original.

• El propósito fundamental de los Estudios de Traducción deja de ser la


búsqueda de un sistema de referencia a partir del cual se pueda juzgar el

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producto (la traducción); lo que se busca es un modelo que ayude a dar cuenta
del proceso que determina la versión final de texto, sea cual sea ésta. Se deja
por consiguiente de hablar de las “condiciones ideales” que hubieran producido
una versión paradigmática, para analizar las condiciones reales en que se ha
producido la versión existente del texto.

• Toda obra traducida es por definición una manipulación 52 del texto origen
por parte del traductor para lograr una serie de fines, igual que lo es cualquier
proceso de comunicación: “what is functionally suitable has to be determined
by the translator, who is the expert in translational action and whose role is to
make sure that the intercultural transfer takes place satisfactorily” (Munday
2001: 77).

• No existen formas de traducir óptimas por sí mismas (por ejemplo, la mejor


forma de traducir una metáfora, o un juego de palabras) o de forma absoluta,
sino “preferidas” para cada segmento textual, género, tipo de texto, sociedad,
etc.

• La diferencia radical que tradicionalmente se establecía entre fondo y forma


es artificial: al depender el significado de las unidades lingüísticas concretas,
sin las cuales no se puede invocar, éste es inherente a una lengua y cultura
determinadas.

• Traducir palabra por palabra u oración por oración implica detenerse


arbitrariamente en un único nivel de estructuración del significado que por sí
mismo no puede codificar toda la información de un TO. Por consiguiente, se
incluyen (y de hecho pasan a ser fundamentales) los aspectos pragmáticos,
semióticos, textuales, discursivos, etc. de los textos.

• Se resalta el carácter comunicativo de la traducción en contraposición al


carácter casi exclusivamente lingüístico de los estudios previos, que evaluaban
las traducciones sin tomar en consideración aspectos cognitivos, semióticos,
pragmáticos, metatextuales, funcionales, contextuales, etc.

52
De hecho, una de las escuelas fundamentales y con más influencia dentro de los Estudios de
Traducción se ha denominado The Manipulation School por la obra editada en 1985 por Theo Hermans
(The Manipulation of Literature) y que incluye figuras tan conocidas como José Lambert, Lieven
D’Hulst, Katrin Van Bragt, Hendrik Van Gorp, Raymond Van Den Broeck, André Lefevere, Susan
Bassnett-McGuire, etc. (aunque algunos de ellos posteriormente hayan ido derivando hacia otro tipo
de estudios, como el funcionalismo).

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Como hemos podido ver a lo largo de este apartado, el vuelco que han dado los
postulados más básicos de los Estudios de Traducción ha sido radical, ya que han
tenido que replantearse por completo todos los fundamentos de la disciplina.

1.3. CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN A LA


TRADUCCIÓN DE TEXTOS PROFESIONALES Y
ACADÉMICOS

Como hemos visto en este tema, los Estudios de Traducción han


experimentado un cambio radical, que en gran parte se debe a la influencia de otras
disciplinas.

Es necesario, sin embargo, recordar que en la didáctica de la traducción es


fundamental verificar que se comprende el texto origen, por lo cual es inevitable
tener que utilizar la traducción como una herramienta de enseñanza de una
segunda lengua, es decir, no solamente se enseña la traducción como un fin en sí
misma, sino como un medio. De ahí que en las correcciones de traducciones se ha
de tener en cuenta si se ha comprendido el TO y si se sabe expresar
adecuadamente en la LM. Una vez el alumno empiece a ejercer como traductor,
podrá “despegarse” de estas “constricciones” y elegir su propio estilo de traducción
para cada acto traductivo.

La aplicación de la teoría descriptiva a la traducción de textos profesionales y


académicos es evidente, pues existen muchos textos especializados donde se
pueden observar aspectos típicos de un proceso de traducción target-oriented. Por
ejemplo, en la traducción de textos de informática, por mucho empeño que se haya
puesto desde diversas instituciones en traducir al español y forzar la
estandarización de términos, el uso real de los expertos termina por imponerse
(“comando” en lugar de “orden”; “hardware”, “software”, “cibercrimen” en lugar de
delitos informáticos”, etc.). También existe en la traducción de textos especializados
(y es frecuente) la omisión, así como otros aspectos típicos de una aproximación
descriptiva.

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Sin embargo, igualmente se observa en la traducción de algunos textos de


especialidad una mayor literalidad, que se debe a que hay una mayor tolerancia por
parte de los destinatarios de estos textos hacia una forma gramatical “forzada”,
“calcada” o “poco elegante”, ya que lo que importa es el contenido, y hasta cierto
punto la forma en que se presente este resulta “prescindible”.

Insistimos aquí en que esta asignatura es una introducción a la traducción de


textos especializados, motivo por el que aunque se imparta la traducción descriptiva
(que seguramente sea la que terminen haciendo aquellos de ustedes que se
dediquen profesionalmente a la traducción de textos especializados), es necesario
aplicar algunos de los principios de la traducción prescriptiva, pues hemos de
utilizar la traducción no sólo como un fin en sí misma, sino como una herramienta
que nos permita comprobar hasta qué punto comprenden el significado y las
estructuras del texto original.

Es necesario contar con una dilatada experiencia en la traducción de textos


especializados para poder aplicar un modelo descriptivo de traducción con
seguridad y soltura, lo cual indefectiblemente requiere un sólido conocimiento del
campo del saber sobre el que se está traduciendo. Para ello, es necesaria una
solidez profesional que se logra con el tiempo y la experiencia. Es por este motivo
que cuando se comienza a aprender la traducción de textos especializados se utiliza
la traducción como una herramienta para comprobar no sólo la comprensión del
texto original, sino el grado de capacidad de expresión en la lengua meta. Este es el
tipo de traducción que se va a aplicar en la asignatura.

1.4. LISTADO DE TÉRMINOS FUNDAMENTALES

En este apartado incluimos un listado de alguna de la terminología más


importante de este tema. Es esencial saber definir todos estos conceptos, aunque
no se trata de una lista cerrada sino orientativa.

TERMINOLOGÍA FUNDAMENTAL

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- Estudios de Traducción
- Traductología
- Teoría de la Traducción
- Ciencia de la traducción
- Texto Origen (TO)
- Texto Meta (TM)
- Lengua Origen (LO)
- Lengua Meta (LM)
- Sistema Origen (SO)
- Sistema Meta (SM)
- Método inductivo
- Método deductivo
- Binomio textual
- Texto
- Translema
- Traducción
- Equivalencia
- Adecuación
- Aceptabilidad
- Traducción semántica
- Traducción comunicativa
- Traducción patente
- Traducción encubierta
- Psedotraducciones
- Polo origen
- Fidelidad
- Traducción (como proceso)
- Traducción (como producto)
- Transferencia interlingüística
- Traducción literal
- Traducción libre
- Correspondencia formal

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- Equivalencia dinámica
- Traducción pedagógica
- Source-oriented translation studies
- Target-oriented translation studies
- Intraducibilidad
- Descriptive Translation Studies (DTS)
- Prescriptive Translation Studies (PTS)
- Product-oriented DTS
- Function-oriented DTS
- Process-oriented DTS
- Adaptación
- “Bellas infieles”
- Jitanjáfora
- Elementos de inequivalencia interlingüística
- Anisomorfismo interlingüístico
- Invariante metodológica
- Normas de traducción
- Normas sincrónicas
- Carácter intersubjetivo de la traducción
- Reglas de traducción
- Normas básicas
- Normas secundarias
- Norma inicial
- Zero solutions
- Manipulación

1.5. CUESTIONES FUNDAMENTALES

En este apartado incluimos un listado de algunas de las principales cuestiones


de este tema. Se tata de un listado meramente orientativo, no cerrado. Estas
preguntas se pueden debatir en el foro de estudiantes (aprendizaje colaborativo).

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CUESTIONES FUNDAMENTALES

1) ¿Cuál es la diferencia entre las distintas denominaciones de los


Estudios de Traducción?
2) ¿Cuál es la diferencia entre el método inductivo y el deductivo?
3) ¿Qué es un texto?
4) ¿Cuál es la unidad de traducción y cómo se llama?
5) ¿Cuál es la diferencia entre adecuación y aceptabilidad?
6) ¿Cuáles son los términos tradicionales con los que se hace referencia
a la adecuación y la aceptabilidad?
7) ¿Qué dos sentidos puede tener el término “traducción”?
8) ¿En qué presupuestos se basa la traducción palabra por palabra?
9) ¿Qué es la fidelidad según los estudios prescriptivos de traducción?
10) ¿Qué es la equivalencia según los estudios prescriptivos de
traducción?
11) ¿Por qué si se postula la fidelidad al TO todo sería
intraducible?
12) ¿Qué cambia en traducción cuando, además de factores
meramente lingüísticos, se tienen en cuenta factores pragmáticos,
cognitivos, semióticos, etc.?
13) ¿Por qué postular la fidelidad implica que no se pueda afirmar
que el contenido prevalece sobre la forma?
14) ¿La traducción se mueve en el nivel léxico?
15) ¿Los textos meta han de tener la misma función que sus textos
origen?
16) ¿Las traducciones son equivalentes a sus originales gracias a
la fidelidad?
17) ¿Las traducciones libres son infieles a sus originales?
18) ¿Dónde está codificado el significado según los Estudios
Prescriptivos de Traducción?
19) ¿Qué son las traducciones óptimas para los Estudios
Prescriptivos de Traducción?
20) ¿Cuáles son las ramas de los Estudios de Traducción según
Holmes?
21) Para los DTS, ¿la equivalencia se basa en la fidelidad?
22) ¿Cuál es la línea divisoria entre una traducción y una
adaptación?

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23) ¿Qué es una traducción infiel para los DTS?


24) ¿Por qué incluir en la definición de traducción términos como
“fidelidad” o “equivalencia” es decir lo que nos gustaría que fuera una
traducción, no lo que es?
25) ¿Qué supone hacer una evaluación/crítica de las traducciones
que no sea puramente lingüística?
26) ¿Existe la intraducibilidad para los DTS?
27) ¿Qué es un área de inequivalencia interlingüística?
28) ¿Qué es un binomio textual?
29) ¿Qué es la invariante?
30) ¿Por qué los DTS presuponen una relación de equivalencia
para todo binomio textual?
31) ¿En qué consiste el proceso de traducción según los DTS?
32) ¿Qué son las normas de traducción?
33) ¿Qué es el espacio intersubjetivo en las normas de traducción?
34) ¿Qué tipos de normas de traducción existen?
35) ¿Qué es la norma inicial?
36) ¿Por qué el modelo target-oriented en traducción es el único
que permite dar validez funcional a las omisiones y a las creaciones?
37) ¿En qué consiste la teoría del escopo?
38) ¿Por qué un texto meta que no se recibiera como traducción
desde el punto de vista funcional no se consideraría una traducción?
39) ¿Un TM sin original puede considerarse una traducción?
40) Indique la definición de traducción (como producto) que
proponen los DTS.
41) En DTS, ¿se inducen o se deducen las normas de traducción?
42) ¿Por qué la equivalencia es una versión aceptable, no óptima,
del TO en los DTS?
43) ¿Qué factores deciden cómo se debe traducir un texto según
los DTS? ¿Quién determina esos factores?
44) ¿Por qué toda obra traducida es una manipulación de su
original?
45) ¿Por qué no existen formas de traducir óptimas por sí mismas?
46) ¿Por qué es artificial la diferencia entre fondo y forma?
47) ¿Qué diferencia existe entre la traducción utilizada como un fin
en sí misma y la traducción utilizada como una herramienta?

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48) ¿Qué supone, en la didáctica de la traducción, utilizar la


traducción como una herramienta de aprendizaje de una segunda
lengua?

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