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Capacidad Total Operativa
Capacidad Total Operativa
Ni= Número de puestos iguales.
2. CAPACIDAD DE OPERACIÓN(CO), O TIEMPO DE OPERACIÓN(TO)
La capacidad de operación (CO) o Tiempo de Operación (TO), corresponde a la Capacidad
Disponible, menos el Tiempo de no Operación (TNO)
TNF=Tiempo de no Funcionamiento (Interrupciones Inesperadas), son interrupcionesaleatorias y
fortuitas. Daños y averías de máquina, accidentes de trabajo, falta repentina deservicios etc.
EJEMPLOS
Se requiere calcular la capacidad real y el porcentaje de utilización (eficiencia), de un sistema de
producción, que TIENE DOS PRODUCTOS (X y Y), el cual presenta las siguientes características.a)
Las capacidades de cada etapa por producto son las siguientes: PRODUCTO
–
A PRODUCTO-
BA= 8 Min/unidad A= 6 Min/unidadB= 10 Min/unidad B= 8 Min/unidadC=12 Min/unidad C=12 Min/unid
adD=16 Min/unidad D=14 Min/unidadb)
El tiempo no disponible (TND)a.
Domingos por año= 48 días/añob.
Festivos =24 días/añoc.
Vacaciones colectivas=20 días/añoc)
El tiempo de no Operación (TNO)a.
Cada etapa requiere 2 días por mes para mantenimiento preventivo ADCB
b.
Falta de personal 5 días/año, en promedio para todas las etapas del procesod)
El tiempo de no Producción (TNP)a.
Tiempos de preparación para cada equipo por día =30 minutose)
El tiempo de no Funcionamiento (TNF)a.
Según estadísticas los daños por averías de equipos representan aproximadamente 1día por mes por
cada puesto de trabajo.b.
Según estadísticas, por ausentismo y accidentes de trabajo, se pierden 4 horas al mesen cada puesto
de trabajo.f)
El tiempo de Ajuste (TA)a.
Tiempo perdido por productos defectuosos en la línea de producción según datos históricos de la
empresa es de 4 horas/mes.
Determine:
a)
La capacidad real del proceso si la demanda del mercado anual para el producto A, es
aproximadamente de 800 unidades /mes.b)
La capacidad real del proceso, si la demanda del mercado anual para el producto A y el producto Bes
aproximadamente de 800 y 1000 unidades /mes respectivamente.c)
Desarrollar un diagrama de Gantt para efectos de programar la producción durante el año para losdos
producto
Para promover la mejora de la productividad dentro de una estrategia “LEAN”, como ocurre
en cualquier otro enfoque de mejora continua, es esencial disponer de mediciones que
indiquen el rendimiento actual de la forma más objetiva posible, y a las que puedan también
asociarse objetivos de futuro y por tanto márgenes de mejora a abordar.
Disponer de objetivos medibles y de indicadores de rendimiento que nos muestran en qué medida
progresamos hacia alcanzarlos da a las organizaciones la oportunidad de gestionar la mejora.
Así se pueden definir planes de actuación orientados a conseguir las mejoras propuestas, y mantener el
seguimiento de su desarrollo, modificando los planes si es necesario en función de los avances.
En el ámbito de la productividad de los equipos o instalaciones una de las mediciones más extendidas
es la que se conoce internacionalmente por su acrónimo inglés OEE, Overall Equipment Effectiveness.
Se trata de evaluar la eficiencia de los equipos, esto es, su rendimiento. La referencia aquí no puede
ser otra que la eficiencia máxima. Expresado en tanto por ciento, la eficiencia de un equipo será 100%
si produce tantas piezas como es capaz de producir, trabajando todo el tiempo
disponible a su velocidad nominal. Por ejemplo, una máquina o instalación capaz
de producir 100 unidades por turno tendrá un rendimiento del 65% si realmente
produce 65 unidades por turno.
La experiencia de trabajo en la mejora de productividad de los equipos lleva a la necesidad de ir a un
nivel de detalle mayor en el análisis de su rendimiento para proporcionar indicadores gestionables, es
decir, orientados a la acción.
En un primer lugar es importante distinguir cuántas unidades se dejan de producir simplemente porque
el equipo está parado. El ratio que expresa este factor del rendimiento se suele denominar
DISPONIBILIDAD del equipo, y expresa la relación entre el tiempo total que el equipo debería estar
operativo y en tiempo real de operación.
Esto es, cuando se lanzan órdenes de fabricación, o se dota de personal un equipo, para una
determinada cantidad de tiempo TPP, el equipo efectivamente trabaja sólo una parte de éste TPR,
porque el resto del tiempo está parado. Pero ¿por qué para un equipo?, ¿por qué deja de producir
cuando se supone que debe hacerlo? Normalmente por una de las siguientes situaciones:
Tipos de paros:
Paros Organizativos (PO).
Paros por avería (PA).
Paros por cambio (PC).
En ocasiones sencillamente son las personas las que no ponen el equipo a producir por su propia
voluntad. Los operarios se ausentan para reuniones imprevistas, paran la máquina porque van a
reponer piezas, porque necesitan realizar consultas con la dirección o apoyos técnicos, etc. En general
se trata de que las personas que utilizan el equipo no están preparadas para hacerlo funcionar. Este es
el concepto que se denomina “paros organizativos”.
En muchas ocasiones su reducción se llevará a cabo mediante la aplicación de mejoras en la
organización o planificación del trabajo, pare evitar que nada falte para que el equipo funcione cuando
se espera que lo haga.
Otras veces, son las máquinas las que fallan. Unas veces son fallos recuperables, que suponen una
interrupción temporal de la producción seguida de su restablecimiento inmediato sin necesidad de
intervenciones mayores, y otras veces es necesaria una reparación. Pueden distinguirse así las averías
de los “micropagos”. La reducción de los paros por avería estará normalmente asociada a
intervenciones sobre la propia máquina o su mantenimiento. Las máquinas normalmente se averían
porque están mal diseñadas o mal mantenidas. Habrá pues que efectuar mejoras en la máquina misma
o en su mantenimiento.
Comoquiera que esta parte de los paros interesan muy específicamente a los responsables de
mantenimiento, en muchas ocasiones conviene mantener un indicador específico de tasa de paro por
averías, que es un contribuidor a la disponibilidad definida anteriormente.
Dentro del ámbito de la productividad o del “Lean manufacturing” se suelen denominar a las
metodologías encaminadas a la mejora del mantenimiento Total Productive Maintenance, TPM.
El tercer factor de la disponibilidad es el que tiene que ver con la producción que se pierde cuando el
equipo está en proceso de cambio entre la producción de un tipo de artículo y de otro diferente. Éste es
un caso muy común en muchos equipos o máquinas, que pueden producir diferentes artículos y que
necesitan de un tiempo de preparación para pasar de uno al otro. Así ocurre por ejemplo con las
máquinas de inyección de plástico, en las que se necesita cambiar el molde, parámetros de producción
y otros elementos cuando cambia la pieza a fabricar. También en puestos de montaje de conjuntos, en
los que es necesario cambiar las herramientas o las ubicaciones para las piezas o los conjuntos
producidos.
Reducir esta perdida supondrá actuar sobre las máquinas, los utillajes o los procedimientos de trabajo
empleados en los cambios. Dentro del ámbito de la productividad o del “Lean manufacturing” se
suelen denominar a las metodologías encaminadas a la reducción de los tiempos de cambio “Single
Minute Exchange of Die”, SMED.
La mejora de la tasa de Calidad debe abordarse, por un lado, de forma reactiva, mediante el análisis y
resolución de los problemas. Para ello se emplean metodologías tales como Kayzen o equipos de
mejora, 8D, 6 Sigma, Paretos, Brain Storming, etc. Y por otro lado, y más importante, de forma
preventiva, robusteciendo los diseños de los productos y los procesos con técnicas como el AMFEC, y
aplicando metodologías de gestión de la producción y la calidad como Poka-jokes, Visual Factory,
Grupos Autónomos, Paro al Defecto, Trabajo Standard, etc.
El Factor de Velocidad es un terreno fronterizo donde las pérdidas pueden tener orígenes relacionados
con la calidad o el diseño del producto o el proceso o con los equipos. Será necesario un análisis de las
pérdidas para optar por uno u otro enfoque.
La combinación de los tres factores hasta ahora mencionados, el factor de Disponibilidad (D), el factor
de Velocidad (P) y el factor de Calidad (C), es el denominado OEE, Overall Equipment Effectiveness
Medida de la eficiencia expresada como relación entre el tiempo útil, es decir, el necesario para
producir las piezas buenas realmente producidas, funcionando a velocidad nominal y sin paros, y el
tiempo de máquina realmente reservado o planificado.
Desde una perspectiva más financiera que técnica, en ocasiones se emplea la Tasa de Rendimiento
Sintético o Global, que considera el tiempo no productivo fuera de programa. Evidentemente esta
pérdida no tiene un origen técnico ni es abordable con herramientas de productividad. Se trata en este
caso de que se dispone de un exceso de capacidad productiva. La solución vendría aquí por la vía de
incrementar las ventas o reducir la capacidad reduciendo el parque de máquinas.
El siguiente cuadro resume la escala de pérdidas entre el tiempo total disponible para el uso de un
equipo y el tiempo útil final, que corresponde al necesario para fabricar las piezas buenas en las
condiciones de funcionamiento correctas.
INDICADORES EN
MANTENIMIENTO
Uno de los problemas a los que se enfrenta un responsable de mantenimiento que quiere mejorar los resultados
del departamento a su cargo es que debe MEDIR la evolución de los aspectos más importantes que definen o
determinan la calidad de su trabajo. ¿pero cuales son esos indicadores? ¿Qué parámetros determinan que el
trabajo de un departamento se está haciendo bien o mal?
índices de Disponibilidad
1. Disponibilidad total
Es sin duda el indicador más importante en mantenimiento, y por supuesto, el que más posibilidades de
'manipulación' tiene. Si se calcula correctamente, es muy sencillo: es el cociente de dividir el nº de horas que un
equipo ha estado disponible para producir y el nº de horas totales de un periodo:
En plantas que estén dispuestas por líneas de producción en las que la parada de una máquina supone la
paralización de toda la línea, es interesante calcular la disponibilidad de cada una de las líneas, y después
calcular la media aritmética.
En plantas en las que los equipos no estén dispuestos por líneas, es interesante definir una serie de equipos
significativos, pues es seguro que calcular la disponibilidad de absolutamente todos los equipos será largo,
laborioso y no nos aportará ninguna información valiosa. Del total de equipos de la planta, debemos seleccionar
aquellos que tengan alguna entidad o importancia dentro del sistema productivo.
Una vez obtenida la disponibilidad de cada uno de los equipos significativos, debe calcularse la media aritmética,
para obtener la disponibilidad total de la planta.
2. Disponibilidad por averías
Intervenciones no programadas:
La disponibilidad por avería no tiene en cuenta, pues, las paradas programadas de los equipos.
Igual que en el caso anterior, es conveniente calcular la media aritmética de la disponibilidad por avería, para
poder ofrecer un dato único.
Es la proporción de órdenes que se acabaron en la fecha programada o con anterioridad, sobre el total de
órdenes totales. Mide el grado de acierto de la planificación.
b) Desviación media de las horas/hombre empleadas en un O.T. sobre las horas/hombre previstas:
Indices de coste
Aunque los costes no parecen en principio un indicador habitual para mantenimiento, nada está más alejado de
esa realidad. El coste, junto con la disponibilidad, son los dos parámetros que el responsable de mantenimiento
maneja constantemente, y eso es porque la información que le aportan es determinante en su gestión.
La cantidad de índices que hacen referencia a los costes del departamento de mantenimiento es inmensa. Aquí
se exponen algunos que pueden resultar prácticos.
Una variante de este indicador es el cálculo del IMC sobre número de órdenes de trabajo correctivas sobre el
número total de órdenes de trabajo. Es más sencillo, aunque la información que proporciona es de menor calidad
y más fácilmente manipulable. De todas formas, una y otra forma de cálculo son perfectamente válidas para ver
la situación en un momento determinado y para estudiar la evolución de este parámetro.
El IMC es un indicador tremendamente útil cuando se está tratando de implementar un plan de mantenimiento
preventivo en una planta en la que no existía tal plan; también es muy útil cuando se están implementando
cambios en el departamento; y por último, es muy interesante cuando se trata de evaluar el trabajo de un
contratista de mantenimiento en contratos de gran alcance en los que la gestión del mantenimiento recae en el
contratista (los buenos contratistas tienen un IMC muy bajo)
La importancia de este indicador radica en que cuanto mayor sea el número de Ordenes de Trabajo de
emergencia, peor es la gestión que se hace del mantenimiento. El caso extremo es el de plantas que no tienen
implementado ningún plan de mantenimiento preventivo, en el que el mantenimiento se basa en 'crisis' (de ahí
que a veces se denomine 'mantenimiento de crisis'). En ellas el índice es el 100%. Por extraño que pueda
parecer son muchas las plantas en las que este índice alcanza su valor máximo.
Una variante mas sencilla de este índice es realizar el cálculo no sobre horas invertidas en OT de prioridad
máxima, sino en el número de OT de prioridad máxima sobre el número de OT total. Aunque es más fácil de
implementar y de calcular, evidentemente la información que aporta es menos concluyente.
Hay una variación interesante de este índice, cuando se pretende determinar si el stock de repuestos y
consumibles está bien elegido. Si es así, la mayor parte del material que consume mantenimiento lo toma del
almacén, y solo una pequeña parte de lo comprado es de uso inmediato. Para determinarlo, es más útil dividir
este índice en dos:
Otra forma de conocer si el almacén de mantenimiento está bien dimensionado es determinando la proporción de
piezas con movimientos de entradas y salidas. Una utilidad de este índice es determinar que porcentaje de
piezas tienen escaso movimiento, para tratar de eliminarlas, desclasificarlas, destruirlas, venderlas, etc.:
24. Eficiencia en la cumplimentación de pedidos
Proporción entre las peticiones de materiales a compras no atendidas con una antigüedad superior a 3 meses y
el total de pedidos cursados a compras.
Índices de Seguridad y Medio Ambiente
26. Indice de frecuencia de accidentes
Indices de formación
30. Proporción de horas dedicadas a formación
Porcentaje de horas anuales dedicadas a formación, sobre el número de horas de trabajo total.
Resumen de indicadores
Operaciones y mantenimiento
Los indicadores claves de gestión son métricas que ayudan a cuantificar la efectividad de un
proceso o estrategia determinada. Dichas métricas se caracterizan, en términos generales,
por traducir el rendimiento obtenido durante su ejecución, condensándolo en unidades de
medida claras y precisas.
Cuando cotejamos estos datos con las metas y objetivos que orientan la implementación de
un proceso, obtenemos información de valor en torno a la eficiencia del trabajo que se está
realizando, entendiendo que indicadores deficientes en cualquier área, se traducen en
pérdidas de capital para la empresa.
Dependiendo del sector productivo y de las propias necesidades, cada organización hará
seguimiento de aquellos indicadores claves de desempeño que destaquen los aspectos más
determinantes para su crecimiento particular.
Algo similar ocurre con los diferentes departamentos dentro de cada organización. Aún
cuando todos se orientan al cumplimiento de metas organizacionales comunes, cada uno de
ellos se concentra en el desempeño de actividades y en la consecución de objetivos que le
son propios.
1. Disponibilidad total
Representa el porcentaje de tiempo durante el cual un equipo se encuentra apto para su uso
y operatividad. El cálculo de este indicador toma en cuenta la sumatoria del tiempo por
paradas planificadas, que corresponden a los procesos rutinarios de mantenimiento, así
como la sumatoria del tiempo por paradas no planificadas, que corresponden a la ocurrencia
de imprevistos y fallas de los equipos.
2. Disponibilidad por fallas:El indicador de disponibilidad por fallas, puede entenderse
directamente como el porcentaje de tiempo durante el cual un equipo se encuentra apto
para su uso y operatividad, pero tomando en cuenta solo la sumatoria del tiempo por
paradas imprevistas, fallas e incidencias de los equipos y activos físicos.
Así, a diferencia de la disponibilidad total el cálculo del indicador de disponibilidad por
fallas no considera el tiempo por paradas programadas o mantenimiento rutinario,
basándose sobre todo en la predictibilidad de su disponibilidad, y se encuentra determinado,
en gran medida, por su MTBF o tiempo medio entre fallas.