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HI despuntar de la personalidad 107

que empezara a temer que un peligro exterior amenazara su seguridad. En


d siglo vi la necesidad ancestral de tierra, en una zona donde jamás la
hubo de un modo suficiente, condujo a largas guerras civiles que implica-
ron una amenaza para las antiguas aristocracias y, con frecuencia, su sus-
titución por otras clases que codiciaban sus posesiones. La voz de la parte
atacada en esta lucha resuena ampliamente en una colección de poemas
atribuida a Teognis de Mcgara. Se trata, indudablemente, de un personaje
histórico de las postrimerías del siglo vi, de un aristócrata y magistrado
de Mcgara que, a consecuencia de las guerras y de las disputas intestinas
de su ciudad, perdió sus tierras, y luvo que exiliarse. Bajo su nombre se
conservan no sólo fragmentos, sino una colección entera de unos 1.400
versos elegiacos. Podría esperarse de ella que nos permitiera estudiar al
detalle el trabajo de un poeta de mediados del siglo vi. Por desgracia, el
problema de la autoría de estas composiciones está erizado de dificulta-
des. Las piezas datablcs parecen proceder de épocas tan dispares, que no
pueden ser obra de un solo autor; ciertos versos de la colección se delatan
como obra de poetas anteriores como Solón y Mimnermo. La propia co-
lección parece como si se hubiera formado en Atenas. Sin embargo, no es
preciso desanimarse, y podemos comentarnos en lo que cabe con dos
conclusiones. Primera, la colección se constituyó sin duda, en tomo a un
núcleo que es obra personal de Teognis, y aunque no siempre sea factible
afirmar que tal o cual pieza procede de él, hay muchas que pueden identi-
ficarse como suyas y muchas otras de las que es lícito sospechar que lo
sean. Segunda, a lo largo de la colección se manifiesta una sorprendente
unidad de sentimiento y de mentalidad, reflejo de una sociedad aristocrá-
tica que está a la defensiva contra los ataques de los reformadores y revo-
lucionarios, y ha exagerado sus convicciones para justificarse a sí m ism a
Teognis y los suyos pertenecen a un mundo más escindido que el de So-
lón, aun mundo más inflamado por la polémica y la denuncia contra los
atacantes. Teognis es un poeta de la lucha de clases, comprometido apa-
sionadamente con el bando amenazado.- Al prolongarse la lucha y estallar
en otras partes de Grecia, sus poemas alcanzaron gran admiración y re-
nombre, convirtiéndose la colección que se le atribuye en un vademecum
casi de los compeones de los puntos de vista tradicionales.
La colección revela un enfoque sorprendente de las relaciones huma-
nas. De una parte están los buenos, los justos, los nobles; de otra, los vi-

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