Está en la página 1de 2

Las consecuencias del lavado de activos

Entre 10 y 30 años de prisión puede pagar una persona que cometa este delito.
Además, podría imponérsele una multa de entre 1.000 y 50.000 salarios mínimos
y perder todos sus bienes.

El lavado de activos cuenta con 64 delitos subyacentes establecidos en el artículo


323 del Código Penal. /
En 2016 un grupo de auxiliares de vuelo de una reconocida aerolínea colombiana
fueron noticia en todos los medios de comunicación. Los primeros días de marzo
de ese año protagonizaron un escándalo que pronto le dio la vuelta al país: habían
sido cómplices del ingreso de dólares y euros a Colombia. El dinero, que al
parecer era producto del narcotráfico, lo habían camuflado en su equipaje y partes
de su cuerpo. Con los meses se supo que se trataba de una red de 82 personas
que, según la Dijín, tenía contacto con el cartel de Sinaloa.
Lo que hizo aquel grupo de auxiliares es un delito frecuente en el país. Está
calificado con tres palabras que, cada tanto, son anunciadas en titulares: “Lavado
de activos”, un crimen que tiene serias consecuencias. En palabras del mayor
Alexánder Porras, jefe de la Unidad Investigativa Contra el Lavado de Activos de
la Dirección de Antinarcóticos, esta es “una actividad en donde se busca dar
apariencia de legalidad a recursos ilícitos, con el fin de que las ganancias
provenientes de los delitos cometidos permitan la operación y sostenimiento de
más acciones delincuenciales”,
Para facilitar su comprensión, las autoridades suelen hablar de tres fases del
lavado de activos: la colocación, el ocultamiento y la integración. La primera es la
introducción de dinero de fondos ilegales en la economía, poniéndolos en
circulación a través de instituciones financieras o casas de cambio. En la segunda,
“el delincuente, con el fin de evitar ser detectado y alejar el dinero de su origen,
realiza una serie de movimientos financieros, industriales o comerciales, como
importaciones o exportaciones ficticias que son utilizadas para justificar el
aparente ingreso legal del dinero al sistema financiero”, dice Porras.
La tercera fase es una de las más complejas: implica traer los fondos de lavado a
la economía para crear la apariencia de legitimidad. “En este punto se hace
extremadamente difícil distinguir la riqueza legal de la ilegal. El lavador puede
optar por invertir en los fondos en bienes raíces, activos lujosos o proyectos
comerciales”. En el caso de las auxiliares de vuelo, que hacían transferencias por
cuentas bancarias, se encontró que exempleados de la compañía tenían
apartamentos lujosos y uno de los miembros era dueño de una casa de cambio en
el centro de Bogotá.
El panorama de este delito ha mutado en el país. En “años anteriores era común
el transporte físico de dinero en grandes cantidades. Era frecuente que se
utilizaran avionetas desde Estados Unidos hacia Colombia. El núcleo familiar de
los delincuentes también podía tener propiedades a su nombre y bienes producto
de las actividades ilícitas, más conocido como testaferrato. En cambio, en la
actualidad, las autoridades se ven enfrentadas a nuevos medios tecnológicos para
el movimiento del capital, ya sea de forma bancaria o a través de aparentes
transacciones comerciales, por medio de empresas legales que sirven como
fachada”, explica el mayor Porras.
El complejo mundo del lavado de activos está relacionado con otro delito: el
microtráfico. ¿La razón? Como señala Porras, “las utilidades provenientes de esta
actividad ilícita sirven para financiar otras acciones delincuenciales a nivel local,
como préstamos a terceros, más conocidos como gota a gota o paga diario, con el
fin de legalizar el dinero producto del microtráfico, así como corrupción, ajuste de
cuentas entre delincuentes, trata de personas, tráfico de armas, extorsiones y la
financiación de pequeños negocios que se encuentran ubicados en zonas
vulnerables”.
¿Cuáles son las consecuencias que pueden acarrear aquellos que cometan
delitos como lavado de activos? A los capturados, como en el caso de los
auxiliares de vuelo, que fueron más de 82, se le imputaron cargos por
enriquecimiento ilícito, es decir, el incremento excesivo de capital de un
funcionario que no puede ser justificado de manera razonable. Además, fueron
acusados de concierto para delinquir, que es cuando dos o más personas se
reúnen para pactar acciones delictivas, y lavado de activos. Quienes cometen
estos delitos pueden pagar entre 10 y 20 años de prisión.
“En el ámbito penal, una persona que incurra solo en la conducta de blanqueo de
dinero o lavado de activos podrá pasar entre 10 y 30 años en la cárcel. Además,
deberá pagar una multa de entre 1.000 a 50.000 salarios mínimos mensuales
vigentes”, dice Porras.
Pero la prisión no es la única consecuencia para quienes lavan dinero. Esta
actividad ilícita provoca la pérdida de imagen, mala reputación y la imposibilidad
de acceder a los servicios y productos financieros. Quien lo haga ingresará
inmediatamente a listas internacionales, tendrá pérdida de las relaciones
comerciales y, finalmente, se someterá a la extinción de dominio, es decir, podría
perder el derecho sobre los recursos provenientes de un origen ilegal.
En términos del mayor Juan Diego Chaparro, jefe de la Unidad Investigativa de
Extinción de Dominio, “lo que se busca perseguir es el bien o el producto directo
(origen) o indirecto (destinación) que sea utilizado como instrumentalización para
realizar actividades ilícitas”.
¿Qué pasaría si un menor de edad llega a cometer alguna de estas actividades
ilícitas? Según el Código Penal, los menores que cometan alguno de estos delitos
no son declarados responsables de sus acciones, por eso, lo que se hace es
brindar capacitaciones y actividades pedagógicas. Serán los padres quienes
hagan el proceso de restauración y seguimiento, de lo contrario podrían perder la
custodia del menor.
Aunque pocos saben las consecuencias de estos delitos, para el mayor Porras es
clave que las conozcan. “Realizar acciones delictivas como el lavado de activos”,
dice, “no solo pone en juego los bienes de la persona y la libertad, sino que
también afecta el buen nombre y hasta la vida misma”.

También podría gustarte