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¿SE PUEDE REALIZAR ACTIVIDAD PROBATORIA EN LA CALIFICACION DE

UNA DEMANDA QUE CONTIENE UN TITULO DE EJECUCIÓN. A PROPOSITO


DE LA CASACION N° 3318-LIMA?

Abelardo Villanueva Alarcón


Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

1. Introducción

La tutela jurisdiccional efectiva es un derecho constitucional de naturaleza procesal


mediante el cual todo sujeto de derecho puede acceder y poner en marcha el aparato
jurisdiccional del Estado para que se pueda amparar la pretensión que solicita o peticiona
debido a una situación jurídica particular. Dentro del ámbito civil dicha tutela se puede
realizar a través de tres mecanismos o formas procesales que son distintas en sus
presupuestos y funciones, como son: i) la tutela cognitiva o de conocimiento; ii) la tula
ejecutiva; y iii) la tutela cautelar 1. En ese sentido y sumariamente podemos indicar que el
proceso cognitivo enmarca dentro de nuestro proceso civil, los procesos de conocimiento,
abreviado y sumarísimo, los cuales tienen en común buscar establecer la situación jurídica
de los litigantes, ello mediante un proceso en la cual se van a realizar una serie de actos
procesales que finalmente va arribar en la estimación, o no del derecho o la pretensión
solicitada, la cual luego quedará firme adquiriendo la calidad de cosa juzgada. Situación
distinta de la que se exige en un proceso ejecutivo o de ejecución, ya que para éste el
derecho ya se encuentra reconocido, firme y/o con calidad de cosa juzgada, o dicho derecho
tiene pleno reconocimiento legal siempre y cuando haya cumplido con la formalidad
requerida por Ley2; y finalmente el proceso cautelar, el cual tiene por finalidad asegurar la
eficacia material de lo que se pretende resolver en otro proceso, ya sea de cognición o
ejecución.

En ese sentido queda claro que la finalidad de un proceso de cognición es la búsqueda de


una tutela jurisdiccional que deberá de ser estimada mediante sentencia o declaración
judicial, situación distinta del proceso único de ejecución, ya que en éste proceso no se
busca estimación alguna mediante mandato judicial, contrariamente a éste, dicho proceso
pretende la materialización del derecho que se encuentra reconocido en un título, siempre y
cuando éste cumpla con las formalidades que la Ley le ha otorgado para que surja sus
efectos. Por ello el diseño que le ha dado el legislador a éste tipo de proceso es la
interposición de la demanda con el título previsto por Ley como título de ejecución, para
que justamente de cumplirse con los mismos al momento de la calificación de la demanda

Dedicado a Álvaro Joaquín, ya que tu llegada irradió mis días lúgubres por a la partida de tu abuelo.
1
Al respecto vid. Eugenia Ariano Deho. El Proceso de ejecución. La tutela ejecutiva en el Código Procesal
Peruano. Editorial Rodhas, Lima, 1998, p. 161.
2
Así, basta observar La Ley 27187, en su artículo 18.1 prescribe la necesidad de contar con los requisitos
formales exigidos por la referida Ley, para que el título valor pueda tener merito ejecutivo.
el juez dicte mandato de ejecución; la cual sólo podrá ser contradicha en base a las causales
que ha dispuesto el artículo 690-D del Código Procesal Civil 3, aunado a las excepciones y
defensas previas que refiere dicha norma adjetiva. De interponerse las mismas se correrán
traslado al ejecutante a fin de que las absuelva; absueltas o no el juez resuelve mediante un
auto final que observara las reglas del saneamiento procesal y pronunciarse sobre las
causales de contradicción interpuestas. De darse la necesidad de actuación de los medios
probatorios aportados y el juez lo considere necesario, en esta etapa procesal se podrá citar
a una audiencia, cuya realización será en base a las reglas de la audiencia única. Como se
puede observar, dado cualquiera de los supuestos antes indicados, finalmente el Juez
emitirá un auto final, de estimarlo, ordenará llevar adelante la ejecución. Todo el trámite de
este proceso, sus requisitos y los títulos que deben de aparejarse en la demanda se encuentra
previsto detalladamente en el capítulo I del Título V del Código Procesal Civil, el cual
regula las disposiciones generales del “proceso único de ejecución”.

Esta es la forma como un proceso de ejecución debe de ser tramitada de manera general; así
lo ha establecido nuestro legislador nacional, añadiendo una reglamentación especial
acorde al tipo de ejecución que se pretenda realizar, como puede ser una obligación de dar
suma de dinero, una obligación de hacer, una ejecución de garantía, etc. Sin embargo, es
importante manifestar que esta actividad de llevar a delante la calificación del título de
ejecución, la verificación del cumplimiento de las causales y requisitos de estas demandas
que aparejan ejecución, o incluso el mismo auto que contiene un mandato de ejecución,
bajo apercibimiento de ejecución forzada. Todos ellos son actos de ejecución, únicos a este
tipo de proceso; y si bien se ha dejado abierta la posibilidad de que se pueda realizar
oposición a dicho mandato mediante la contradicción, ello no desvirtúa su naturaleza 4 ya
que justamente en este tipo de proceso lo que se ejecuta es un título en el cual el derecho
está incorporado a este título (valga la redundancia). Respecto a la oposición, o
3
Artículo 690-D.- Contradicción
Dentro de cinco días de notificado el mandato ejecutivo, el ejecutado puede contradecir la ejecución y
proponer excepciones procesales o defensas previas.
En el mismo escrito se presentarán los medios probatorios pertinentes; de lo contrario, el pedido será
declarado inadmisible. Sólo son admisibles la declaración de parte, los documentos y la pericia 
La contradicción sólo podrá fundarse según la naturaleza del título en: 
1. Inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título; 
2. Nulidad formal o falsedad del título; o, cuando siendo éste un título valor emitido en forma incompleta,
hubiere sido completado en forma contraria a los acuerdos adoptados, debiendo en este caso observarse la ley
de la materia; 
3. La extinción de la obligación exigida; 
Cuando el mandato se sustente en título ejecutivo de naturaleza judicial, sólo podrá formularse contradicción,
dentro del tercer día, si se alega el cumplimiento de lo ordenado o la extinción de la obligación, que se
acredite con prueba instrumental.
La contradicción que se sustente en otras causales será rechazada liminarmente por el Juez, siendo esta
decisión apelable sin efecto suspensivo
4
Como un sector doctrinario español de procesalistas, que en todo momento han indicado que estos procesos
tienen una fase cognoscitiva sumaria, ello cuando se realiza oposición a la ejecución por parte del demandado
y cuando el mandato no adquiere la calidad de cosa juzgada. Vid. Eugenia Ariano Deho. El Proceso de
ejecución. La tutela ejecutiva en el Código Procesal Peruano. Editorial Rodhas, Lima, 1998, p. 167 al 169.
contradicción que se formula en este proceso contra el mandato de ejecución, estamos de
acuerdo con Ariano Deho que la contradicción es con relación al proceso de ejecutivo un
incidente cognitorio que suspende la marcha del proceso de ejecución ya iniciado con la
demanda y el mandato de ejecutivo, hasta la emisión dela sentencia, pero no un acto del
proceso principal, un acto eventual que no puede caracterizar ni tipificar todo el proceso 5,
menos aún pretender desmerecer su naturaleza ejecutiva.

Como hemos señalado, este proceso conlleva a la realización de una serie de actos de
ejecución, pero dentro de estos existe uno de suma importancia ya que justamente la
emisión correcta y de acuerdo a Ley permite proseguir dictándose mayores actos de dicha
naturaleza hasta la materialización del derecho que se encuentra contenido en el título a
ejecutar, dicho acto es el mandato de ejecución o llamado también auto de ejecución. La
emisión de dicho mandato debido a su naturaleza se encuentra revestida de ciertas
formalidades y cumplimiento de requisitos previstos por nuestro Código Procesal Civil. En
efecto, el juez al momento de calificar la demanda ejecutiva, debe proceder a verificar el
cumplimiento de los requisitos formales de dicha demanda, así como también si el título
que la apareja cumple con las formalidades de Ley que la regula para que pueda tener
efectos ejecutivos. Si dicho título ejecutivo cumple con estos requisitos genera cierta
certeza al juzgador respecto de la obligación que dicho título contiene y, a diferencia de un
proceso cognoscitivo, no necesita escuchar a la otra parte y emite un mandato de ejecución,
bajo apercibimiento de iniciar uno vía ejecución forzada. Como se puede observar, la
emisión de un mandato de ejecución, es un acto de suma importancia, ya que a diferencia
de un proceso cognoscitivo no existe etapa postulatoria, y simplemente se verifica el
cumplimiento de las formalidades previstas que acarean su ejecución y ordena a la otra
parte, sin ser oída, a que proceda con materializar la obligación que dicho título la contiene,
sino se realizará en ejecución forzada.

2. Sobre la necesidad de efectuar actividad probatoria en la calificación de un


título de ejecución, según la Sala Suprema.

En el presente caso una empresa de suministro de combustible (Ferush SAC) ha


demandado en vía de proceso de ejecución el pago de una suma dineraria (S/. 147.144.74)
pero con la particularidad de que dicha obligación no se encuentra establecida, liquidada o
prevista expresamente en el título a ejecutar, ya que conforme lo señala la misma Sala
Suprema en su considerando décimo, el título en virtud del cual se ha originado este
proceso ha sido una escritura pública de suministro de combustible y constitución de
hipoteca, en la cual se ha otorgado una línea de crédito garantizada hasta por la suma de S/.
150,000.00. a favor de los ejecutados. Lo extraño del presente caso es que el ejecutante
lejos de ejecutar la garantía hipotecaria constituida para garantizar dicha línea de crédito, ha
5
Op. Cit, p. 174
solicitado una de Obligación de Dar Suma de Dinero, adjuntando la escritura pública de
línea de crédito y anexando a su demanda ejecutiva copia de dos facturas, la primera por S/.
106,326.50, y la segunda por S/. 103,326.50 (considerando tercero de la Casación) y una
copia de la carta notarial de requerimiento de pago por la suma de S/. 147.144.26, el cual
para la Sala Suprema es un saldo deudor ….. que se le puso en conocimiento a los
demandados mediante carta notarial de fojas treinta y nueve6.

De lo expuesto, y habiendo la Sala Superior (Ad quem) revocado el mandato de ejecución


emitido en primera instancia, toda vez que observó que dicho título de ejecución (la
escritura pública de suministro de combustible y constitución de hipoteca) en la cual se le
ha otorgado una línea de crédito a los demandados no constituye un título que contenga una
obligación cierta, expresa, cierta y exigible, por lo tanto no encontrándose la obligación
contenida en el titulo ejecutivo, ha revocado dicho mandato de ejecución declarando
improcedente la demanda. Dicho mandato resuelto por el Ad-quem, para la Corte Suprema
no se ajusta a derecho, ya que conforme fue denunciado en la casación interpuesta, en el
considerando sexto de la resolución casatoria, manifiesta que existe una contravención del
derecho al debido proceso, ello debido a una valoración arbitraria de los elementos facticos
y jurídicos relacionados al caso. Para justificar dicho raciocinio la Sala Suprema invoca lo
previsto en el artículo 197° del Código Procesal Civil 7 sin tener en cuenta que dicho
precepto normativo versa sobre la actividad probatoria, la misma que se encuentra prevista
para procesos cognitivos (en la etapa procesal pertinente) y no de ejecución 8. Sin embargo,
dentro de un raciocinio particular, la Sala Suprema tomando en cuenta dicha norma
invocada señala en su considerando octavo que si bien no le corresponde a la Corte de
Casación efectuar un nuevo examen crítico de los medios probatorios que han servido de
base a la sentencia recurrida, los que formaron convicción para el respectivo
pronunciamiento; no es menos cierto que en algunos casos, la arbitraria evaluación de la
prueba por la instancia inferior, origina un fallo con una motivación aparente que no
corresponde a los criterios legales ni para la selección del material factico, ni para la
apreciación lógica y razonada de la prueba, o; en algunos casos se vulnera el derecho
subjetivo de las partes a intervenir en la actividad probatoria para demostrar sus
afirmaciones, lo que faculta a esta Sala Casatoria a revisar la actividad procesal en
materia de prueba, toda vez, que no solo la admisión y actuación del medio probatorio
constituye una garantía del derecho fundamental a probar, sino además que este medio de
prueba –incorporado al proceso por los principios que rigen el derecho probatorio, como

6
Vir. Parte Final del considerado Decimo de la Casación 3318-2013-LIMA
7
Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación
razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes
que sustentan su decisión.
8
Más aun cuando en el presente caso se cuestiona la emisión del mandato de ejecución, por lo que no existe
referencia ni se hace menciona alguna a una supuesta contradicción, ni medio probatorio alguno que ésta
pudiese contener, para si quiera hacer referencia a la etapa probatoria que refiere el artículo 690-E del código
Procesal Civil.
pertenencia, idoneidad, utilidad y licitud- sea valorado debidamente(sic). (Subrayado
nuestro)

3. Sobre la necesidad de análisis de los requisitos de fondo de los títulos de


ejecución y la contradicción de los argumentos expuestos por la Sala Suprema
en la Casación objeto de análisis.

Lo expuesto por la Sala Suprema en dicho considerando es sumamente preocupante,


primero porque efectivamente en sede Casatoria no se encuentra facultado para realizar un
examen crítico de la actividad probatoria desplegada por la instancia inferior; segundo
porque de lo expuesto se abre una puerta de excepción a lo señalado bajo el argumento de
la existencia de casos de arbitraria evaluación de la prueba que origina un fallo con
motivación aparente, afectando los derechos subjetivos, por lo cual la Corte Suprema se
encuentra facultada a revisar la actividad probatoria. Sin embargo, se encuentra un
contrasentido en el mismo raciocinio expresado por la Sala Suprema, ya que el sólo hecho
de examinar la supuesta arbitrariedad en la actividad probatoria efectuada por la instancia
inferior es justamente realizar un examen crítico de la actividad para la cual no se encuentra
facultado en sede casatoria, más aun cuando se realiza dicha actividad en base a conceptos
subjetivos como el de la arbitrariedad, sin expresar en qué sentido esta ha contravenido el
invocado derecho al debido proceso.

Lo expuesto se agrava más aun cuando la Sala Suprema deja sentado en su considerando
decimo que el título de ejecución en el presente caso está constituido por la escritura
pública de suministro de combustible y constitución de garantía hipotecaria, y cuando se
pronuncia sobre la exigibilidad que contiene dicho título, señala lo siguiente: “Asimismo,
en cuanto al requisito de la exigibilidad del título ejecutivo, se advierte de la cláusula
décima que se estipula “la garantía materia del presente contrato se ejecutará en caso de
cualquier incumplimiento en que incurra el otorgante y/o suministrado ya sea de las
obligaciones que se deriven del presente contrato o de cualquier relación comercial que
mantenga con Ferush”. Como fácilmente se puede advertir, la Sala Suprema ha efectuado
una interpretación singular de dicha cláusula contractual ya que en ella se ha pactado
claramente que ante el no pago de la línea de crédito otorgado por el acreedor, éste podrá
ejecutar la garantía materia de dicho contrato, ¿Cuál garantía? Pues la hipoteca que en
dicho acto se constituyó!!!. Por lo cual, para la Sala Civil Suprema el acuerdo de las partes
de facultar al acreedor ante el no pago de ejecutar una garantía constituida en favor de éste,
de por si hace exigible al acto mismo que contiene el otorgamiento de una línea de crédito,
aun cuando en el mismo se hace referencia que lo que se ejecutara será un acto distinto (la
hipoteca). Resulta increíble semejante confusión, bajo la lógica esgrimida por la Corte
Suprema, todos los contratos en la cual se otorgue una línea de crédito y a su vez se
constituya una garantía en respaldo de ésta, aun cuando las partes pacten que ante el no
pago se pueda ejecutar la garantía, para la Corte Suprema, no va ser necesario iniciar un
proceso de ejecución de garantías, ya que dicha cláusula expresa la exigibilidad de dicha
obligación, y basta que se anexe cualquier documento referencial a la deuda para que se
emita un mandato de ejecución de requerimiento de pago.

En efecto, para la Corte Suprema la exigibilidad de una escritura pública que contiene una
línea de crédito, se encuentra prevista en la cláusula que faculta al acreedor con ejecutar la
garantía de dicho crédito, sin ser necesario con ello ejecutar la garantía misma, ya que
seguidamente en la parte final del mismo considerando decimo la Sala señala: “y en el caso
de autos con las facturas presentadas en copias legalizadas notarialmente que obran de
folios veintidós y veintitrés sumando un saldo deudor por un monto de ciento cuarenta y
siete mil ciento cuarenta y cuatro nuevos soles con veintiséis céntimos (S/. 147,144.26),
suma impaga que se le puso en conocimiento a los codemandados mediante carta notarial
de fojas treinta y nueve (documento que no ha sido materia de cuestión probatoria
alguna)” (sic). Es decir, para el presente caso la Sala Civil Suprema, fuera de haber
establecido de manera sui generis la forma de como verificar la exigibilidad de
determinado título de ejecución, señala que dentro de esta adecuada actividad probatoria
que pretende evitar su vulneración, ni de algún derecho por dicha actividad, así como
tampoco afectar garantía jurisdiccional alguna, ya que afirma justamente para evitar todo
ello se encuentra facultada en velar y hacer respetar su plena vigencia, recurre a ciertos
fundamentos carente de sustento lógico jurídico, ya que basta realizar una suma simple de
las facturas adjuntas a dicho título de ejecución y resulta imposible que estas arrojen un
monto de S/. 147,144.26; pero como dicho monto fue requerido vía carta notarial la Sala
Suprema colige que la demanda y el monto requerido se encuentran emitidas de acuerdo a
Ley.

Nos explicamos, resulta increíble semejante raciocinio y la lógica jurídica esgrimida en


dicho extracto de la resolución casatoria antes citada, y nos llama poderosamente la
atención de cómo bajo la invocación de velar por el respeto de la tutela del debido proceso
y evitar una emisión aparente, una Sala Suprema pueda afirmar semejantes montos y dar
por cierto que esa sea la forma adecuada de emitir un mandato de ejecución. Basta observar
que en autos y conforme la misma Sala ha afirmado en su considerando tercero que las
facturas adjuntas a la demanda contienen montos por S/. 106,326.50 y la otra por S/.
103,326.50, por lo cual cómo es posible que una Sala Suprema puede afirmar que la mera
suma de dichos montos coinciden con el monto ordenado a pagar en el mandato de
ejecución, el cual asciende a la suma de S/. 147.144.26, y más aún, para pretender justificar
semejante operación aritmética se afirma que es la misma suma dineraria que fue requerida
notarialmente, para que llanamente afirme que queda plenamente acreditado en autos la
existencia de un título de ejecución y una obligación cierta (¿?), expresa (¿?), liquida y
exigible(¿?).
4. Los requisitos de forma y fondo que debe de contener todo título ejecutivo para
que apareje ejecución y la carencia de requisitos de fondo en los contratos con
líneas de crédito.

Como es fácil colegir, no podemos compartir el criterio esgrimido en dicha resolución


casatoria, primero porque no toma en cuenta la teoría unitaria del título ejecutivo, el cual se
encuentra inmersa en el artículo 689° del Código Procesal Civil, en donde prescribe que
sólo procede ejecución cuando la obligación contenida en el título es cierta, expresa, liquida
y liquidable. Sobre la forma expresa de la obligación Ledesma Narváez señala que son
expresas, cuando constan por escrito aquello que el deudor debe de satisfacer al acreedor.
Consistente en una cosa, o en un hecho que habrá de ejecutar el deudor, o en una
abstención de algo que el deudor habría podido efectuar libremente de no mediar la
existencia de la obligación que le exige un comportamiento negativo (..) No se puede
concebir una obligación sin objeto, pues no es posible estar obligado en abstracto, sino
que es necesario deber algo concreto 9. En efecto, la obligación debe de encontrarse
establecido en el título que la contiene, reforzando su certeza, por lo cual una obligación
resulta expresa cuando esta misma figura en el título y no tenga que deducirse de una
presunción legal o de alguna norma. En el mismo sentido habiendo hecho referencia a la
certeza de la obligación debemos de manifestar que ésta resulta cuando no se generan
dudas sobre su existencia, por ello se afirma categóricamente que estaremos ante una
obligación cierta cuando su objeto (prestación) está señalado en el título. Respecto a la
exigibilidad de la obligación, se debe de indicar que esta resulta cuando la modalidad,
condición, plazo o contraprestación se haya efectuado o cumplido, por lo que por
exigibilidad se entiende aquella cualidad que permite que la obligación sea reclamable10,
pero para que sea exigible determinada obligación, esta debe de repararse que el objeto de
ésta se encuentre determinada o sea determinable, es decir que la misma sea individualizada
o sea individualizable, es por ello que se hace referencia a las prestaciones liquidas o
liquidables. Sobre esta cualidad exigida debemos de indicar que este elemento se encuentra
circunscrito en obligaciones pecuniarias, mas no en las de hacer o de no hacer, ya que
conforme lo establece el último párrafo del artículo 689° del Código Procesal Civil, se
encontraran sujetas a operación aritmética.

De lo señalado debemos de analizar si estos elementos se han materializado en el título de


ejecución objeto del presente caso, es decir, si la escritura pública de suministro de
combustible que contiene una línea de crédito hasta un determinado monto contiene los
requisitos que el artículo 689° del Código Procesal Civil requiere. Al respecto, es correcto
afirmar que efectivamente el inciso 10) del artículo 688° del Código Procesal Civil 11, ha
previsto que el testimonio de escritura pública es un título de ejecución. Se ha tomado en
9
Marianella Ledesma Narváez. Comentarios al Código Procesal Civil. Tomo III. Editorial Gaceta jurídica,
Lima, p. 373
10
Marienella Ledesma. Op. Cit. p.374
11
Artículo 688.- Títulos ejecutivos
cuenta dicho documento público debido a que la persona que suscribe el testimonio de
escritura pública es un notario Público, quien genera la presunción de certeza del contenido
de ésta, comentando sobre dicho aspecto del referido título de ejecución Ariano12 manifiesta
que de todos los títulos ejecutivos, este documento es el que ofrece mayores garantías por
la naturaleza misma de la función notarial, que es ejercida por el Notario, el cual es
definido por su Ley reguladora como el “Profesional del derecho que está autorizado
para dar fe de los actos y contratos que ante él se celebran. Para ello formaliza la
voluntad de los otorgantes, redactando los instrumentos, a los que confiere autenticidad,
conservando los originales y expide los traslados correspondientes. Como se puede
observar, el aspecto más resaltante de dicho título es la autenticidad del contenido ya que ha
sido emitido por un Notario Público, lo cual no es materia de discusión, pero no basta que
la autenticidad del contenido de la escritura pública, sea cual fuese éste, de por si va ser
capaz de generar ejecución. En efecto, conforme ya se ha indicado precedentemente,
nuestro Código Adjetivo mantiene la concepción unitaria del título de ejecución, de la cual
no está exenta el testimonio de escritura pública, aun cuando nadie duda de la autenticidad
del contenido de dicho documento, éste también debe de contener los requisitos que
requiere el artículo 689° del Código Procesal Civil.

Pretender tomar en cuenta solamente la autenticidad del contenido de las escrituras públicas
para considerarlas de por si como títulos de ejecución desconocería la naturaleza misma del
proceso de ejecución, cuya función es la de ordenar el cumplimiento de cierta prestación
obligatoria que la contiene bajo apercibimiento. Cómo se podría tramitar éste tipo de
procesos cuando se apareje una escritura pública cuyo contenido es meramente declarativo,
claro que nadie pretende cuestionar su veracidad, pero por el sólo hecho de estar contenida
en un testimonio de escritura pública no lo hace pasible de generar un proceso de ejecución.
Piénsese cómo se podría ejecutar una escritura pública cuyo contenido es la declaratoria de
derechos o situaciones jurídicas, basta citar por ejemplo la escritura pública que contiene
una ratificación de acto jurídico, o el pacto de división y partición de linderos, ambas
llevadas en sede notarial, cuál sería la obligación a requerir, obviamente no procede llevar a
cabo un proceso de ejecución. Por ello con sumo acierto al respecto Ledesma 13 señala que
ello no exime que el acto jurídico, a pesar de estar contenido en una escritura pública, si
carece de los presupuestos que describe el artículo 689 del CPC, sea considerado título de
ejecución. Necesariamente el acto jurídico contenido en el testimonio de escritura pública
tiene que tener las cualidades de la ejecución: contener derechos ciertos, expresos y
exigibles. La escritura pública protocolizada, por sí, carece de ejecución, en tanto que el
acto jurídico que acoja no tenga los supuestos que refiere el artículo 689° del CPC citado.

Sólo se puede promover ejecución en virtud de títulos ejecutivos de naturaleza judicial o extrajudicial según
sea el caso. Son títulos ejecutivos los siguientes: 
(…)
10. El testimonio de escritura pública; (…)
12
Eugenia Ariano Deho, Op. Cit, p. 221.
13
Marienella Ledesma. Op. Cit,. p. 368-369.
Pues realizado dicho deslinde conceptual, se debe de manifestar que el contrato contenido
en la escritura pública contiene un acuerdo de ambas partes para el suministro de
combustible, en la cual el acreedor ha otorgado una línea de crédito en el suministro de
combustible para que los demandados puedan hacer uso de ésta hasta cierto límite (S/.
150,000.00), es decir el ejecutante puso a disposición de los demandados el suministro de
dicho combustible, a cambio de ello los demandados se encuentran obligados al pago de lo
suministrado más los intereses y comisiones pactadas. Como es natural, de existir un
acuerdo para el otorgamiento de una línea de crédito, se busca satisfacer la necesidad de
suministro de combustible, y este se materializara de acuerdo a las necesidades que
justamente tenga el beneficiado con dicha línea de crédito, por ello resulta imposible que en
el acto en la cual se otorga dicha línea de crédito se pueda saber o establecer la cuantía
exacta y la fecha o fechas en las cuales necesitara del suministro de combustible. Respecto
a la apertura de crédito o línea de crédito Jiménez Salas 14 manifiesta que se pone a
disposición del cliente (un crédito), dentro de un límite pactado a medida de su
requerimiento y por un tiempo determinado, indefinidas sumas de dinero; o a utilizar otras
prestaciones que le permitan obtenerlo al cliente. Como se puede observar, una de las
características más resaltantes de la línea de crédito es que no se puede determinar el monto
a adeudar, porque justamente esta se materializará a posterioridad con el uso o
requerimiento en el suministro de combustible, por lo cual no existe una obligación
determinada; otra característica es que al poner a disposición del beneficiado con ésta línea
de crédito no se puede establecer la fecha de uso(s) del combustible y por ende su plazo o
vencimiento, por lo cual tampoco se puede fijar desde el momento de suscripción la
exigibilidad, ya que no se puede establecer ab initio la misma, por lo cual es natural que al
no contar con una obligación determinada y exigible, menos aún se puede establecer una
obligación liquidada.

5. A manera de conclusión

De lo expuesto, se puede observar que el contrato de suministros que contiene una línea de
crédito y se encuentra contenido en el testimonio de escritura pública objeto de ejecución,
carece de los presupuestos que exige el artículo 689° del Código Procesal Civil, y si bien
estas se pueden determinar con otros documentos vinculados a ésta, deben de realizarse de
acuerdo a las particularidades del caso, no como lo ha establecido la Sala Suprema en la
casación objeto de análisis, donde manifiesta que dicho monto adeudado surge de la suma
de las dos facturas que obran en autos y con la carta notarial remitida a los ejecutados,
cuando las mismas arrojan sumas distintas y no tiene correlación con el monto ordenado a
pagar en el mandato ejecutivo15. Asimismo, la emisión del referido mandato ejecutivo, tiene

14
Simón Jiménez Salas. Derecho Bancario. Paredes editores, Caracas –Venezuela, p. 234.
15
Por ello Giuseppe Grosso señala que la prestación debe ser determinada suficientemente (bien
directamente, bien mediante elementos o criterios por medio de los cuales debe sobrevenir o resultar la
que ser acorde a lo previsto por el artículo 690-C del Código Procesal Civil 16, toda vez que
la referida norma prescribe que el mandato ejecutivo debe de disponer el cumplimiento de
la obligación contenida en el título. Por ello es sumamente importante la emisión de dicho
auto ya que el primer y más importante acto del órgano jurisdiccional en este tipo de
proceso, ya que a diferencia de un proceso cognitivo, se dicta sin oír a la parte deudora y se
le requiere el pago de la misma bajo apercibimiento, por ello con justa razón se señala que
para su emisión el juicio del juez debe ser exhaustivo, ya que debe de analizar la
concurrencia de los requisitos sustanciales y formales del título ejecutivo, así como las
condiciones de la pretensión, y solo frente a su concurrencia podrá emitir el mandato
ejecutivo17, y no como lastimosamente pretende establecer la Sala Suprema en la Casación
objeto de análisis.

determinación, por lo cual se suele decir que la prestación debe ser cuando menos determinable). La razón
de éste requisito es obvia: si la obligación es un vínculo para el cumplimiento de una prestación, para que
surja el vínculo es indispensable que haya de resultar la prestación para la cual se constituyó. Vid. Giuseppe
Grosso. Las Obligaciones, contenido y requisitos de las prestación. Trad. de Fernando Hinestroza.
Universidad Externado de Colombia, 1992, p. 135.
16
Artículo 690-C.- Mandato Ejecutivo
El mandato ejecutivo, dispondrá el cumplimiento de la obligación contenida en el título; bajo apercibimiento
de iniciarse la ejecución forzada, con las particularidades señaladas en las disposiciones especiales. En caso
de exigencias no patrimoniales, el Juez debe adecuar el apercibimiento.
17
Augenia Ariano. Op. Cit, p. 279.

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