Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I) Contexto
Contexto político:
Contexto artístico:
*La Revolución científica, que sirvió para inspirarlo, intentando hacer algo
parecido con la filosofía.
1.- Regla de la evidencia. No dar nada por supuesto si sobre eso cabe una
posibilidad de duda.
2.- Regla del análisis. Dividir el problema en tantas partes como sea
posible y necesario, pues la mente humana es afín a estructuras simples.
3.- Regla de la síntesis. Relacionar entre sí todas esas partes, y ver qué
podemos obtener de ellas.
IV) La duda
Una sustancia es todo aquello que no necesita de otra cosa para existir.
Por esta definición, solamente habría una sustancia (Dios), pero por
analogía, establece dos más. Una vez que Descartes ve que somos una
sustancia pensante (su primer axioma) y tiene las reglas para derivar otras
verdades, ve que no tiene forma de relacionar su alma con el mundo
exterior, incluyendo su propio cuerpo (por lo que puede caer en el
solipsismo). Para ello, nuevamente intenta buscar a Dios, que aparte de
desmentir al Genio Maligno, podría solucionar tal inconveniente. Esto
implica reconocer tres sustancias: a Dios (sustancia infinita) que por
definición sería la única sustancia posible, la propia alma (sustancia
pensante) y el mundo exterior (sustancia extensa), establecidas estas dos
últimas por analogía de la primera y necesitando haber sido creadas por
Dios; aunque una vez hechas, pasan a ser independientes.
Para llegar a Dios, Descartes pasa a analizar la Res Cogitans que somos y
realiza tres demostraciones.
Primera demostración. De una parte, somos una sustancia, algo
independiente que no necesita de nada para existir (porque una vez nos
creó, Dios nos deja de lado); y de otra, somos pensantes, pero ¿qué
pensamos? Evidentemente, ideas (conceptos mentales, el contenido de la
conciencia, según el autor). ¿Y qué tipo de ideas tenemos? Propone tres
tipos.
Nadie ha visto nada infinito ni nada perfecto, porque eso no existe y nada
ni nadie puede dar lo que no tiene, entonces, ¿de dónde proceden?
Alguien las puso en mí: Dios.
VIII) Actualidad