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CONCEPTO DE PERSONALIDAD
Cada uno tiene un modo de ser diferente, una forma peculiar de actuar, de pensar, de
sentir, que lo diferencia como individuo y lo hace único. A eso alude la psicología cuando
habla de personalidad, pero ¿en qué consiste realmente? Es difícil dar una definición precisa
ya que la personalidad no se puede observar, no aparece ante nuestros sentidos, lo que
observamos es cómo actúa la persona, su conducta, y de ahí tenemos que inferir las
características de lo que llamamos su personalidad. Por ejemplo, vemos a una persona que
al ser presentada a otra se pone roja, le tiemblan las manos y la voz y no sabe qué decir. A la
pregunta “¿por qué se comporta así?” podemos responder “porque es tímida” En este caso
estaríamos explicando su comportamiento por una característica de su personalidad. Pero
¿basta con que actúe así en una situación para decir que es tímida? ¿no puede deberse a la
propia situación o a un mal momento que atraviesa el individuo? Si alguien es vergonzoso
sólo con una persona o en unas circunstancias muy concretas, entonces el comportamiento
no se explica tanto por su personalidad como por la situación. Para que una característica se
considere propia del sujeto no tiene que depender por entero de la situación sino que ha de
presentarse en distintas situaciones, es lo que se llama consistencia transituacional. Así
diríamos que una persona es tímida si lo es con la mayoría de las personas en contextos
diferentes.
Pero aún con esto no basta. Es necesario también que ese modo de actuar no se explique
sólo por el momento de la vida que atraviesa la persona que, como tal, es pasajero . Si
después de sufrir un atraco alguien se comporta con mucho miedo durante cierto tiempo en
distintas situaciones no podremos decir sin más que es miedosa, pues su miedo puede
explicarse como reacción al atraco y se circunscribe a un periodo de su vida. Para considerar
que una característica pertenece a la personalidad de un sujeto ha de ser más o menos
permanente. (Lo cual no quiere decir que no pueda sufrir cierta modificación a lo largo de la
vida) Se habla en este caso de estabilidad temporal.
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Aunque la consistencia transituacional y la estabilidad temporal son siempre relativas, pues
ningún comportamiento es completamente independiente de la situación ni del momento en
que se da.
Hay que señalar, además, que existen distintas teorías acerca de la
personalidad, cada una de las cuales la entiende de diferente forma, porque aunque todas
admitan que tiene que ver con el modo de comportarse propio de un individuo, unos
enfoques entienden que esto se debe a las disposiciones o rasgos del sujeto, que son
características internas y estables pertenecientes al mismo(Teorías de los rasgos), mientras
que otras consideran que cualquier comportamiento depende de la situación y, como tal, es
un estado efímero y específico al contexto por el que pasa la persona. ( Es la polémica, nunca
concluida, de la personalidad como rasgo o como estado, dependiente de las disposiciones
internas o de la situación).
Encontramos, por tanto, 3 enfoques:
SITUACIONISMO, mantiene que la conducta de las personas depende de las situaciones y
no de disposiciones o tendencias internas presentes en ellas. Piensan los autores
pertenecientes a este enfoque que si la conducta es consistente o coherente es porque se
responde de manera similar en situaciones similares, pero que dejaría de darse la
consistencia si la situación cambiara drásticamente.
LA TEORÍA DEL RASGO que mantiene que la consistencia en la forma de actuar, pensar y
reaccionar emocionalmente depende de tendencias disposicionales internas al sujeto.
LA TEORÍA INTERACCIONISTA O INTERACCIONISMO, que supone un intento de
reconciliar las dos posiciones anteriores, mantiene que el comportamiento de las personas
resultaría de la interacción de sus disposiciones internas o rasgos y de la situación.
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD
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La teoría Psicoanalítica tal y como la expuso su fundador S. Freud entiende que lo que
define a una persona no es sólo aquello que es accesible a su conciencia; sino que una parte
muy importante de ella es inconsciente, innacesible a la conciencia pero fuente de las
verdaderas causas y los motivos de las acciones del individuo. Entre conciencia e
inconsciente sitúa Freud aquellos recuerdos no presentes en un momento determinado en la
conciencia, pero que pueden hacerse conscientes con facilidad, a ellos se refiere como
preconsciente.
A partir de 1923 establece una nueva estructura de la personalidad y la concibe como
formada por tres instancias psíquicas: el Ello ( id), compuesto por los instintos primarios,
los de vida (Eros, en los que se incluyen la autoconservación y los sexuales o libido) y los de
muerte o destrucción (Thanatos) Los impulsos tienden a ser satisfechos inmediatamente y
sin reparar en ningún límite, por lo que se dice que el Ello es la parte oscura y animal de
nuestra naturaleza y está guiada por el principio de placer. Del ello surge el Yo (Ego) al
buscar límites y una manera realista y acorde con la realidad para dar satisfacción a los
deseos. El Yo opera según el principio de realidad y se encarga de hacer compatibles la
satisfacción de los instintos y deseos del Ello con las exigencias de la realidad y del Super-yo,
el tercer elemento de la estructura personal. El Super-yo impone las restrictivas normas
morales, así como el ideal de perfección o yo ideal que el individuo ha interiorizado a partir
de las exigencias de sus padres hacia él y su comportamiento.
La teoría que Freud mantiene de la personalidad es, en realidad, una teoría del
desarrollo. Los rasgos que definen a una persona se van formando al dar satisfacción a los
impulsos innatos, fundamentalmente, a la libido o energía sexual, que en cada época de la
vida se focaliza en una zona concreta del cuerpo de la que se obtiene el placer. Las distintas
características de la personalidad se adquieren en el modo en que se va dando satisfacción a
tales impulsos.
Hay 5 etapas: oral (18 meses), anal (18-3 años), fálica ( 3-6 años), latencia (6-11) y genital (a
partir de 11 años)
Para desarrollar la personalidad de modo adecuado ha de superar correctamente los
conflictos que supone cada etapa. Si alguno no se resuelve correctamente, el sujeto queda
fijado en dicha etapa y puede presentar de adulto ciertos trastornos de personalidad o
alguna otra patología.
Para los Conductistas el ser humano nace como una “tabula rasa” no tiene características
innatas que lo definan, ni disposiciones internas que expliquen sus acciones y su modo de
ser. Lo que el individuo sea dependerá de lo que viva, de sus experiencias en función de su
ambiente. Nuestra conducta depende de la situación en la que nos encontremos, es
específica con respecto a la misma y, por tano, se mantendrá estable mientras lo haga la
situación, pero cambiará si ésta cambia.
Por tanto, la personalidad propiamente no existe, actuamos como lo hacemos porque
hemos aprendido de distintos modelos o por experiencia propia a responder de ese modo
ante situaciones similares. Con el término “personalidad” nos referimos, pues, a la suma
total de conductas aprendidas.
Estaría dentro del enfoque SITUACIONISTA.
Los partidarios de la Teoría de los tipos o rasgos consideran, por el contrario, que
existen unos rasgos o disposiciones internos, personales que son consistentes y estables y
predicen el comportamiento de las personas en las distintas situaciones. Este enfoque se
basa en el supuesto de que la estructura de la personalidad es común a todos pero cada
individuo difiere en la combinación especial del grado en que posee cada rasgo. Tales rasgos
se organizan formando una totalidad organizada. A esta organización se le llama “tipo”.
El propósito es localizar el conjunto de rasgos que constituyen la estructura de la
personalidad y medirlos, para lo que elaboran una serie de técnicas que son conocidas como
tests psicométricos o tests de personalidad.
Desde la antigüedad clásica Hipócrates y Galeno hablan de tipos de personalidad en función
de la proporción que el cuerpo contuviera de los distintos humores que lo hacen funcionar
o de los elementos que lo componen, así hablaban de 4 tipos, el colérico en el que
predomina la bilis amarilla, el melancólico, con exceso de bilis negra, en el sanguíneo es la
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sangre y en el flemático la linfa. En el siglo XIX enconrtramos aún tipologías que ponen en
relación las características físicas y las de personalidad, la de Sheldom y la de Kretschmer.
Los tipos se concebían de forma muy rígida, o se pertenecía a uno o a otro. Era cuestión de
todo o nada.
Posteriormente se cambia esta forma de entender las diferencias de personalidad, y se habla
de dimensiones, las personas pueden situarse en un punto u otro de la dimensión según
participe en mayor o menor grado de las características que representa. Ejemplos de teorías
del rasgo de la psicología científica son la de Eysenck y la de Cattell.
TEORÍA DE EYSENCK
Eysenck explica la personalidad a partir de 3 factores, dos bipolares: extraversión y
extraversión y estabilidad-inestabilidad emocional, y uno unipolar: la psicopatía.
a) EXTRAVERSIÓN-INTROVERSIÓN. Aunque ya Jung concediera importancia a esta
dimensión, fue Eysenck quien la convirtió junto con el neuroticismo y posteriormente el
psicoticismo en uno de los ejes fundamentales de la personalidad de los sujetos. Y desde él
prácticamente todas las teorías estructurales de la personalidad la incluyen en sus
taxonomías.
Se puede describir a los sujetos extravertidos como expansivos, impulsivos, no inhibidos,
sociables. Le gustan las actividades sociales, pero no las solitarias, tienen muchos conocidos
y disfrutan con las relaciones sociales que le son muy fáciles. Suelen buscar emociones
fuertes y conducirse por los impulsos del momento, con cierta tendencia a ser agresivo.
Prefieren el movimiento y la acción y les gusta reírse y vivir contentos, huyendo de la
reflexión, la crítica y de las conversaciones serias de temas “importantes”.
En el polo opuesto se encuentra el introvertido, individuo tranquilo, retraído, con tendencia
a la introspección, a analizarse a sí mismo. Amante de las actividades solitarias disfruta
leyendo o en cualquier actividad que requiera silencio y concentración. Es reservado y
distante con la gente que no conoce o conoce poco, aunque suele tener algún buen amigo,
pocos pero íntimos. Suele ser ordenado y reflexivo, piensa mucho las cosas antes de
hacerlas.
Eysenck intentó explicar el constructo, hallar las causas fisiológicas que explicaran la
diferenica en el comportamiento de extrovertidos e introvertidos, y él creyó hallarlas en el
funcionamiento de una estructura del sistema nervioso central, el S.A.R.A. (Sistema
activador reticular ascendente), responsable en parte del estado de vigilia y de atención del
organismo, así como del nivel de arousal ( éste indica la activación comportamental que se
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origina en el córtex y desciende a las estructuras subcorticales). Los introvertidos tendrían
una alta activación cortical, por lo cual intentan evitar un exceso de estimulación que
elevaría exageradamente su nivel de arousal. Por el contrario los extrovertidos tendrían una
baja activación cortical por lo que buscarían estimulación externa que les lleve a un grado
óptimo de arousal.El mayor nivel de arousal de los introvertidos favorecería, según Eysenck,
su mayor capacidad de procesamiento sensorial, su facilidad para ser condicionados y su
alta ejecución en tareas que precisan mucha atención y concentración. Eysenck suponía que
esta facilidad para aprender llevaba a los introvertidos a una mejor asimilación de las
normas sociales, a ajustar su conducta a ellas y a presentar pocas tendencias delictivas. Lo
contrario cabría decir de los extrovertidos.
Sin embargo esta explicación presenta problemas y no pudo ser apoyada suficientemente de
forma experimental.
Grey, a principios de los años 70, hace una modificación a la misma, habla de dos sistemas
distintos , el de inhibición conductual, BIS, y el de activación o aproximación conductual,
BAS. En los introvertidos sería más fuerte el primero, en los extrovertidos el segundo . ¿Qué
significan estos sistemas, cómo afectan al aprendizaje por condicionamiento? Según postula
Grey, los introvertidos y los extrovertidos se condicionarían de manera distinta en función
de si la conducta es premiada o castigada. Los introvertidos son muy sensibles al castigo, su
sistema de inhibición es alto, y en cuanto son castigados evitan repetir esa conducta. Los
extravertidos, por el contrario son poco sensibles al castigo, pero lo son mucho a las
recompensas, a los premios, pues su sistema de aproximación conductual es alto. Luego los
introvertidos serían muy sensibles a los castigos y los extrovertidos a los premios.
Newman ( 1982) aún introdujo otro matiz a la aportación de Gray, él y su equipo se dieron
cuenta de que el problema de los extrovertidos no se hallaba en una situación simple de
castigo o de recompensa positiva, sino en aquélla en que ambas estaban presentes: el
extrovertido persevera en el mantenimiento de una conducta que le ha llevado a obtener
una recompensa, aunque tal conducta sea posteriormente castigada. No eliminará
fácilmente una conducta que en algún momento le fue premiada. El introvertido la elimina
en cuanto aparece el castigo.
Esto puede explicar que los extrovertidos presenten con más frecuencia conductas
peligrosas, antisociales o delictivas.
c) El último rasgo que añade Eysenck a su teoría fue el PSICOTICISMO y lo entiende como
unipolar: el que puntúa bajo está en posiciones normales, mientras que el que puntúa alto
presentaría las características que definen el rasgo. Las puntuacines altas indican que se
trata de sujetos escasamente preocupados por la gente. Frecuentemente son crueles e
inhumanos, con poca empatía, fríos, como sin sentimientos, tanto hacia las personas como
hacia los animales, insensibles, hostiles y agresivos incluso con las personas cercanas y
queridas. No les asusta el peligro, ante las situaciones peligrosas se muestran tranquilos,
indiferentes. Son mentirosos y manipuladores. No asumen sus responsabilidades, y no
albergan sentimientos de culpa. Generalmente ha fracasado en ellos el proceso de
socialización. A menudo poseen pensamientos extraños y poco habituales.
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le son muy fáciles. Suelen buscar reservado y distante con la gente que no
emociones fuertes y conducirse por los conoce o conoce poco, aunque suele tener
impulsos del momento, con cierta algún buen amigo, pocos pero íntimos.
tendencia a ser agresivo. Prefieren el Suele ser ordenado y reflexivo, piensa
movimiento y la acción y les gusta reírse mucho las cosas antes de hacerlas.
y vivir contentos, huyendo de la
reflexión, la crítica y de las
conversaciones serias de temas
“importantes”.
BASE NEUROLÓGICA:
1.- Primera postura: Actividad del SARA que determina:
Bajo nivel de arousal, Alto nivel de arousal
Difícil de condicionar. Mala concentración. Fácil condicionamiento. Gran
concentración.
Mayor socialización
2.- Segunda postura: Grey
Fuerte sistema de activación conductual:BAS Fuerte sistema de inhibición
conductual: BIS
Buscan las recompensas. Huyen del castigo.
TEST DE PERSONALIDAD
Prueba que da información descriptiva sobre las características de la personalidad de los
sujetos.
Además de los métodos generales como la entrevista o la observación existen ciertas
pruebas específicas:
Tests o pruebas psicométricas: son cuestionarios con un determinado número de
preguntas para las que se ofrecen un número limitado de opciones de respuesta. La
puntuación que obtiene el individuo se compara con un grupo normativo de referencia lo
que le indica en qué posición se sitúa en la posesión de las características o rasgos que mida
el test en relación a la población general.
Algunos de los tests más conocidos son el 16PF de R. Cattell, el EPQ de Eysenck y el MMPI
que ha sido recientemente revisado y se llama MMPI-2, éste no sólo pretende dar
información sobre los rasgos de personalidad de un individuo sino también discriminar a
partir de sus puntuaciones si sufren o no una patología.
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Tests proyectivos: (Usados fundamentalmente desde las posiciones teóricas de las
teorías psicodinámicas) Tratan de recoger qué y cómo piensa una persona a nivel consciente
e inconsciente. Se pide al individuo que interprete ciertos estímulos como fotos, dibujos,
palabras, manchas, que están poco definidos o son ambiguos, de modo que al dar su
interpretación el sujeto tiene libertad para que afloren sus ideas conscientes e inconscientes.
Suponen sus partidarios que el individuo está proyectando sus conflictos, necesidades y
preocupaciones al elaborar una historia sobre el material presentado. Desde la perspectiva
del Psicoanálisis las ideas y deseos inconscientes pueden aflorar en estas condiciones porque
debido a la ambigüedad de los estímulos no se puede ejercer la suficiente censura para
frenarlos.
Caben destacar dentro de este tipo de pruebas el Rorschach y el Test de Apercepción
Temática
(T.A.T)
En el test de Rorschach se presentan al sujeto 10 manchas de tinta simétricas respecto al eje
vertical sin un dibujo definido y se le pregunta “¿qué ve usted ahí?”. Se anotan sus
respuestas, tanto las verbales - la interpretación de la lámina-, como las no-verbales: sus
gestos, su expresión emocional...La respuesta es analizada en distintas dimensiones.
Aunque es una prueba bastante utilizada en determinados contextos clínicos, no se
ha probado empíricamente su eficacia para medir lo que dice medir.
En el T.A.T. lo que ha de hacer el individuo es contar una historia basándose en ciertos
dibujos en los que hay diferentes personajes. El entrevistador le pide a la persona que va a
ser evaluada que describa lo que piensan y hacen las personas de la lámina, lo que pasó
antes de ese momento y lo que pasará después ( siempre referido a los personajes de la
lámina)
Las respuestas se analizan en función de la persona con la que se identifica el sujeto, las
características de personalidad y las necesidades que atribuye a cada personaje, los
conflictos que percibe, la estructura general de la historia y su resultado final.
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Si efectivamente el sujeto establece una relación entre su propia conducta y lo que se sigue
de ella, si percibe que lo que hace es la causa de lo que sucede y se ve con capacidad para
controlar lo que le sucede, se dice que tiene un lugar de control interno.
Si, por el contrario, no establece tal relación y considera que lo que le ocurre se debe a las
circunstancias o al azar, se habla de lugar de control externo.
Por ejemplo, si ante la posibilidad de presentarse a unas oposiciones el sujeto considera que
puede sacarlas si se prepara convenientemente y hace bien las pruebas, estamos ante un
sujeto con lugar de control interno. Si piensa que haga lo que haga al final dependerá de la
suerte que tenga con el tribunal y con el tema que salga, su lugar de control es externo.
Esta característica del modo de percibir los individuos correlaciona con ciertas variables de
personalidad, así en lo que se refiere a la influencia social los sujetos independientes de
campo es más difícil que se dejen influir por los demás que los dependientes de campo.
Además los independientes de campo suelen ser personas más solitarias, más frías, menos
acogedoras, más inhibidas, menos impulsivas y con una orientación más impersonal que los
dependientes.
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Pero el sí mismo es a la vez el sujeto que conoce y actúa, y en este sentido ha de entenderse
como un conjunto de procesos cognitivos que le permiten relacionarse y adaptarse al
mundo.
El concepto de sí mismo es central en la Psicología Humanista según la cual la mayoría de
los procesos psicológicos así como la conducta de la persona se organizan en función de él.
También puede darse un enfoque cognitivo del sí mismo, como lo hace Malkus, desde la
teoría del procesamiento de la información, y entenderse como un sistema de esquemas
cognitivos de uno mismo desde los cuales se organiza y evalúa la información personal y
social. Tales autoesquemas permiten comprender y explicar nuestras experiencias sobre
nosotros, la realidad y los demás.
De forma general podría decirse que en el autoconcepto aparecen 3 componentes:el
cognitivo, el afectivo y el comportamental.
El componente cognitivo es la autoimagen en la que se incluirían las creencias y opiniones
que uno tiene de sí mismo, el modo en que uno se percibe; correspondería a la descripción
que cualquiera haría de él, por ejemplo soy una persona alegre, sincera, algo tímida,
alta...etc.
El componente afectivo sería la valoración que el propio sujeto realiza sobre la imagen que
tiene de sí: uno no sólo se define, también concede un valor a las características que se
atribuye, y esa valoración puede ser positiva o negativa. A esto es a lo que se llama
autoestima. Si la valoración que hacemos sobre nosotros es positiva, si nos aceptamos, nos
queremos, creemos que merecemos cosas buenas, tenemos una buena autoestima. Por el
contrario la autoestima es baja si nos tenemos en poco, si consideramos que no somos
merecedores de afecto, respeto o consideración, si no nos valoramos ni apreciamos.
Por último el modo en que nos entendamos y nos valoremos nos va a predisponer a
comportarnos de una forma u otra. Es el componente comportamental: nuestra autoimagen
y autoestima influyen en nuestra conducta.
Para formar el concepto de sí mismo son fundamentales los mensajes, verbales y no
verbales, que los demás nos dan, sobre todo los de las personas cercanas y por encima
de cualquiera, de los padres y el periodo por excelencia en que esto sucede es la infancia.
Por esto, para formar un buen autoconcepto, que le haga a uno sentirse seguro y feliz, lo más
importante es haberse sentido amado, valorado, respetado, principalmente por sus padres,
porque esto le va a hacer verse como alguien valioso, querible, respetable, digno.
También es importante el “estilo educativo” de los padres, para que la persona se
valore y acepte a sí misma los padres han de mostrar a su hijo afecto, preocupación por su
bienestar , poner normas adecuadas y mantenerlas de forma consistente, y utilizar la
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recompensa más que el castigo. Si los padres son inconsistentes, no ponen límites, castigan
o premian sin criterios claros, si rechazan o no dan importancia al logro de su hijo, si no lo
aceptan tal y como es, la autoestima y la autoimagen del niño se resentirán.
AFRONTAMIENTO DEL ESTRÉS: Son métodos que utilizan las personas para hacer
frente a las situaciones de estrés y controlar sus propias reacciones al mismo.
El afrontamiento se puede llevar a cabo a través de distintas estrategias:
La más drástica, pero no siempre fácil o practicable sería solucionar el problema
identificando la fuente de estrés y eliminándola, con lo que se elimina también el estrés.
Otra forma de afrontamiento es de tipo cognitivo, consiste en dar una nueva interpretación
a la situación, que sea realista o que ayude a sobrellevarla. Esto puede que no elimine por
completo el estrés pero puede reducirlo.
Si no es posible escapar de la situación estresante ni reducirlo, se procurará controlar las
reacciones al mismo, es decir, se actuará sobre las respuestas emocionales y físicas
producidas por él; por ejemplo con técnicas de relajación, entrenamiento en autocontrol,
practicando deportes aeróbicos, y también buscando relaciones sociales.
Las anteriores son técnicas eficaces y recomendables de afrontamiento del estrés, pero en
ocasiones las personas lo afrontan de manera ineficaz mediante mecanismos incorrectos:
consumo de drogas o alcohol, respondiendo con agresividad o bien con retraimiento e
inactividad, creando mecanismos de defensa que aunque puedan eliminar a corto plazo el
estrés, como suponen una fuerte distorsión de la realidad, a la larga provoca desajustes
importantes en la vida de la persona.
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ANSIEDAD: Estado de aprensión, tensión e incertidumbre que se produce como reacción a
la anticipación de una amenaza real o imaginaria. Se expresa por sentimientos de temor y
aprensión o tensión emocional acompañada de reacciones somáticas más o menos difusas. Se
desencadena ante la anticipación de un peligro imprevisible que se percibe como incontrolable.
La respuesta de ansiedad es más intensa o menos en función de la predisposición del sujeto a
padecerla y del tipo de amenaza que se perciba.
En la Psicología de la Personalidad se distingue la ansiedad-rasgo de la ansiedad-estado.
Se considera la ansiedad como estado cuando se produce de modo transitorio ante una
determinada situación que se percibe como amenazante, pero desaparece al cambiar la
situación. Así se esperaría que cualquiera sintiera temor en situaciones peligrosas, por ejemplo,
si se ve envuelto en un tiroteo, y que la ansiedad fuera baja si el peligro es escaso, por ejemplo
al ir a hacer la compra al super del barrio.
La ansiedad como rasgo se refiere a un nivel de ansiedad alto global y estable.. Las personas
que lo presentan tienen una predisposición a manifestar ansiedad ante un mayor número de
estímulos y a responder más intensamente ante un estímulo amenazante.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
TIPOS DE TRASTORNOS
1) Trastorno paranoide de la personalidad ( No hay que confundirlo con el trastorno
mental paranoide)
La característica principal es la desconfianza y suspicacia generalizada hacia los demás: todas
sus acciones e intenciones se interpretan como maliciosas.
Las personas con este trastorno actúan desde el supuesto, normalmente infundado, de que los
demás se van a aprovechar de ellos, les van a engañar o a hacer daño, . Sospechan
continuamente de los que les rodean, creen que urden planes en su contra, y se sienten
profundamente ofendidos y atacados aunque no haya ninguna prueba objetiva que lo apoye.
Estas ideas les llevan a mantener una actitud de vigilancia exagerada y a mostrarse suspicaces,
resentidos y hostiles. Suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos, injurias
o desprecios de que creen haber sido objeto.
Les resulta imposible confiar en la gente e intimar con ella. No pueden entender la lealtad, y si
creen percibirla en algún amigo o compañero se sorprenden tanto que les impide aceptar que
sea un comportamiento limpio, sin alguna oscura intención.
Con su pareja suelen mostrar celos patológicos que les llevan a pretender un control absoluto
sobre su conducta, y a buscar “pruebas” triviales y circunstanciales de cualquier supuesta
traición.
Su suspicacia y desconfianza les hace mostrarse fríos y reservados, e incluso hostiles, por lo
que frecuentemente tienen dificultades en sus relaciones personales y es difícil llevarse bien
con ellos. Por esto muestran una necesidad excesiva de ser autosuficientes y conceden un gran
valor a su autonomía. Necesitan, también, ejercer el control de quienes les rodean. No saben
tolerar las críticas ni son capaces de aceptar sus debilidades , defectos o errores de los que
normalmente culpan a los demás. Responden con ira ante cualquier situación en la que se
sientan haciendo el ridículo, o en la que crean ser despreciados o recibir la desconsideración de
los otros. En cambio son sensibles a las indicaciones de status y poder y suelen tener fantasías
de grandiosidad que les llevan a mostrarse orgullosos e invulnerables.
2) Trastorno esquizoide: Las personas con este trastorno muestran distanciamiento hacia
las relaciones sociales y poca capacidad para sentir emociones en las interacciones con los
demás.
No muestran interés por la gente, ni necesidad de intimidad, ni de afecto. Prefieren emplear su
tiempo en actividades solitarias y abstractas. Disfrutan poco con cualquier experiencia y
apenas muestran interés por nada. Son fríos, desapegados, indiferentes a la alabanza o a la
crítica. Muestran poca vitalidad. Su discurso es pausado y monótono y sus movimientos
excesivamente lentos y carentes de expresividad. Pero no presentan excentricidades de
pensamiento, lenguaje o conducta y tampoco muestran alteraciones psiquiátricas como
esquizofrenia o paranoia.
LA ORIENTACIÓN
Está dirigida a personas normales pero que requieren ayuda para aprender a tomar decisiones, y darle
una estructura más clara a su vida. Se centra en facilitar el proceso de elección del cliente y
le ayuda a elegir con éxito en aspectos vitales. En la vida cotidiana se dan momentos en los que
debemos tomar decisiones trascendentales para nuestra existencia, y por ello mismo y/o porque las
condiciones que nos rodean no son favorables, se nos hace difícil elegir.
Todos podemos recordar momentos en los cuales nos vimos en la necesidad de optar por algo muy
importante para nuestras vidas,y cuyas repercusiones no eran del todo previsibles. Seguramente
dichos momentos estuvieron cargados de tensión, ansiedad y otros "síntomas" esperables y normales.
Tal vez incluso no nos atrevimos a compartir esta situación con nadie y nos vimos cercados por la
soledad y la desesperación. Elegir no siempre es fácil; puede llevar a un estado de crisis que requiere de
alguien que nos ayude. Es aquí donde la orientación entra a tallar. Aquí el profesional trata de crear esas
condiciones favorables para facilitar que la persona elija y decida sobre su vida con libertad y sin miedo
ni presiones. Se convierte en un facilitador: facilita la búsqueda y la obtención de la información
necesaria (opciones) para la elección; fomenta el autoconocimiento del cliente para que estas decisiones
vitales se den sobre bases sólidas y no sobre fantasías o falsas creencias; ayuda a evaluarlas; sopesa
junto con el cliente su aplicabilidad, las posibles consecuencia para su vida, y la mejor manera de
ejecutar lo elegido, monitoreando sus efectos. El cliente al sentirse acompañado y comprendido se dará
cuenta que él puede hallar las respuestas para las interrogantes esenciales de su vida. Que puede tomar
decisiones sin el temor de equivocarse porque habrá descubierto en la relación de ayuda que los errores
no tienen que ser necesariamente una catástrofe y hacernos miserables. Ejemplos de casos típicos para
orientación:
• Orientación vocacional.
• Orientación laboral.
• Elección de pareja / casarse o no / tener o no tener hijos.
• Realización de viajes y cambios de estilos de vida.
• Emancipación y salida del hogar.
• Desarrollo de un proyecto de vida
En la orientación las preguntas que el cliente desea que le ayudemos a contestar son:
¿Qué hago? ¿Qué escojo? ¿Qué es lo más conveniente para mí? Cabe advertir, a contrapelo de lo que el
término sugiere, que el orientador no decide por el cliente. Crea las condiciones psicosociales para que
él lo haga.