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CATEDRA B
CUADERNILLO I - 2020
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Artes
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
– CÁTEDRA B
CUADERNILLO I
CUADERNILLO DE
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
Unidad 1
La siguiente selección de textos corresponde a las lecturas que se
abordarán en las clases de la primera Unidad de la materia durante el curso
2020. Está orientada a simplificar organizativamente el acceso a los mate-
riales necesarios para la cursada: no constituye la totalidad de lecturas con-
signadas como bibliografía en el Programa general de la materia. Los textos
se organizan con un criterio alfabético que no indica el orden en el que se
abordarán las lecturas en el aula.
PARATEXTO
Maite Alvarado
Naturaleza del paratexto
Pero no todos los signos que se relevan en este “barrido” inicial, previo
a la lectura, pertenecen al texto del mismo modo que la puntuación. Las va-
riaciones tipográficas y de diagramación o disposición de texto y gráfica (cua-
dros, gráficos, ilustraciones, etc.) en la página, son cuestiones morfológicas,
que hacen a la forma en que el texto se presenta a la vista. Un mismo texto
puede asumir “formas” (diseños) distintos, sin que el contenido del mismo
se modifique sustancialmente. Estos aspectos morfológicos constituyen un
“plus” que se agrega al texto para facilitar la lectura o para favorecer un tipo
de lectura que interesa al autor propiciar. Se trata, entonces, de elementos
paratextuales, auxiliares para la comprensión del texto.
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PRODUCCIÓN DE TEXTOS
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2. Un aparato de recepción
Del mismo modo, son paratextuales los textos subsidiarios, como no-
tas, referencias bibliográficas, índices, epígrafes...
“Antes de ser un texto, el libro es, para el lector, una cubierta, un título,
una puesta en página, una división en párrafos y en capítulos, una sucesión de
subtítulos eventualmente jerarquizados, una tabla de materias, un índice, etc., y,
desde luego, un conjunto de letras separadas por blancos. En síntesis, un libro
es ante todo un proceso multiforme de espacialización del mensaje que se pro-
pone a la actividad de sus lectores.” (Hébrard, 1983:70)
Si bien el paratexto no es privativo del material impreso, es allí donde
se manifiesta en todo su esplendor. Por una parte, porque a mayor tecno-
logía se multiplican los recursos destinados a facilitar la lectura. Por otra,
porque los textos impresos, por lo general, van destinados a un receptor
plural -a un público lector- y a un mercado. La mayoría de los textos impre-
sos -no todos, desde luego- son, además, mercancías, y, para competir en
el mercado específico, requieren de un aparato paratextual cada vez más
sofisticado. Proliferan, entonces, en el caso de los libros, fundas, bandas,
tapas de colores llamativos, destinadas a captar la atención del lector con un
mensaje corto y directo, que se añade al más clásico de solapas y contrata-
pas. Los medios de prensa, por su parte, compiten en el diseño de sus tapas
y en la ingeniosidad de sus titulares y copetes que anticipan el contenido de
las notas.
Rito de iniciación del texto que ingresa a la vida pública, el paratexto
se define como un aparato montado en función de la recepción (Genette, 1987).
Umbral del texto, primer contacto del lector con el material impreso, el pa-
ratexto es un instructivo, una guía de lectura. En este sentido, los géneros
escritos1 cuentan entre sus marcas aspectos paratextuales que permiten
anticipar, en cierta medida, el carácter de la información y la modalidad que
esta asumirá en el texto. Esto es particularmente evidente en el caso de la
prensa, donde la sola presencia de un recuadro rodeando un texto firmado
indica que se trata de una opinión sobre los sucesos referidos en la página;
pero también los géneros literarios, científicos o de divulgación ofrecen al
lector, desde su formato, elementos de reconocimiento y la oportunidad de
formular primeras hipótesis sobre el contenido del texto, que la lectura, a
posteriori, confirmará o refutará. Una ojeada rápida a una mesa de librería,
sin ir más lejos, permite discriminar, a partir del diseño de tapa, literatura,
ciencia, ensayo, libros técnicos, de auto-ayuda, etc.
1 Los géneros discursivos, para Mijaíl Bajtín, son tipos relativamente estables de enunciados
que comparten características temáticas, estilísticas y de estructura. Las distintas esferas
de la actividad se organizan alrededor de géneros discursivos más o menos específicos. Ver
Mijaíl Bajtín, “El problema de los géneros discursivos”, en Bajtín, M., Estética de la creación
verbal, México, Siglo XXI, 1982.
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2 Se trata de una nota al pie en la que Daniel Jacobi hace referencia a Martins-Balbar. Está
en Daniel Jacobi, “Figures et figurabilité de la science dans des revues de vulgarisation”,
Langages Nro 75 (Lettres et icone), setiembre 1984, p.25.
3 El cuento de R. Walsh está estructurado en dos niveles: texto principal y nota al pie; esta
última se continúa de página a página y va ocupando cada vez más lugar, hasta desplazar al
supuesto texto principal. En el caso de la novela de Nabokov, en cambio, se trata de notas a
un poema en las que el editor ficticio va construyendo una historia.
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4. 1. El estatuto de la escritura.
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7 “El habla es irreversible, así es: no se puede retomar una palabra salvo aclarando con pre-
cisión que se la retoma. Aquí, borrar significa añadir; si quiero borrar aquello que acabo de
enunciar, no puedo hacerlo sino mostrando la goma (debo decir “o más bien”, “me expresé
mal”)...”dice Roland Barthes en “Escritores, intelectuales, profesores”, en: Roland Barthes, El
proceso de la escritura, Buenos Aires, Ediciones Caldén, 1974, pp.11-12.
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que prolongó la voz y la mente del hombre y puso fin, psíquica y socialmente, al
parroquialismo y al tribalismo en el espacio y en el tiempo” (McLuhan, 1985).
Un libro es básicamente un formato, una disposición de palabras sobre
papel, con una tipografía determinada. La propia palabra “libro”, en distintas
lenguas, designa al soporte:
Instituto de Lingüística
Facultad de Filosofía y Letras
Cátedra de Semiología y Oficina de Publicaciones
Ciclo Básico Común - Universidad de Buenos Aires
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UNLP–FDA
Taller de Producción de Textos – Cátedra B
APUNTE DE CÁTEDRA:
¿QUÉ ES UN TEXTO?
“Llamamos texto a la unidad de carácter lingüístico formada por un conjunto de enunciados
con una estructura interna. Es el resultado de una actividad verbal, en la cual el emisor actúa con una
intención comunicativa, y en un contexto determinado. Cuando tenemos que analizar un texto, identifi-
camos los diferentes elementos lingüísticos que hacen dotar de coherencia a esa estructura interna”.
En: Los Conectores y Operadores de Refuerzo Argumentativo, elementos que dan fuerza al
discurso oral formal: el Debate. Álvaro Antonio Escobar Soriano
“El texto es una unidad lingüística formada por un conjunto de enunciados que tienen una
intención comunicativa y que están internamente estructurados. Dicho de otro modo, un texto es un
conjunto de enunciados internamente estructurado, producido por un emisor que actúa movido por
una intención comunicativa en un determinado contexto. Para que un conjunto de enunciados pueda
ser considerado como un texto es necesario una serie de relaciones semánticas y gramaticales entre
sus elementos de manera que el destinatario pueda interpretarlo como una unidad”.
“Un texto es una composición de signos codificado en un sistema de escritura (como un alfa-
beto) que forma una unidad de sentido. Su tamaño puede ser variable. En otras palabras un texto es un
entramado de signos con una intención comunicativa que adquiere sentido en determinado contexto.
También es un conjunto de oraciones agrupadas en párrafos que habla de un tema determinado”.
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Texto
La palabra texto deriva del verbo latino tejer (texere, textui, textum).
Entonces, podemos pensar el concepto de texto a partir de su etimología. Si
texto deriva del verbo tejer, una imagen posible es la de imaginar un texto
como un tejido en el cual los hilos, los nudos, las costuras, no están forma-
dos por lana o algodón sino por palabras, oraciones, signos de puntuación,
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COHESIÓN
TÍTULO
PROCEDIMIENTOS SUBTÍTULOS FORMATO
COHESIVOS PÁRRAFOS (Aspecto
ELIPSIS (Delimitados exterior)
CONECTORES por sangrías y
SINONIMIA punto y
REFERENCIA aparte).
PRONOMINAL
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3. En tercer lugar, deberá saber a qué enunciatario se dirige para poder uti-
lizar un lenguaje comprensible, además de ofrecer toda la información ne-
cesaria (y el mínimo de información innecesaria) para un mejor desarrollo.
1 de Beaugrande, Robert A. y Dressler; Introducción a la lingüística del texto. Barcelona, Ariel, 1997
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Ejemplos:
“-¿Cuántas horas dormiste?
-Ocho”.
Ejemplo:
Mi amiga y yo fuimos a la playa. Con nosotras vino la perra. La hubiéramos querido
dejar en nuestra casa pero ella no quiso.
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Ejemplo:
• Los conectores son elementos lingüísticos que sirven para marcar distintos ti-
pos de correspondencias entre las diferentes oraciones (ideas) presentes en el
texto. Estas relaciones pueden ser de oposición, temporales, de causa y con-
secuencia, etc. Existen conectores adecuados para identificar cada una de ellas.
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Se puede definir al autor del texto como el individuo real que habla,
que pronuncia o escribe el texto. Pero también se lo puede concebir como el
principio de agrupación del discurso, la unidad y el origen de sus significa-
ciones, el foco de su coherencia.
El filósofo Michel Foucault habla del autor como una función organi-
zadora del texto y de su inserción en los diversos discursos que nos rodean.
Esta función no actúa de manera uniforme sino que es variable: alrededor
nuestro circulan discursos sin que su sentido o eficacia tengan que venir
avalados por un autor preciso al cual se le atribuyen, es el caso por ejemplo,
de las conversaciones cotidianas, o cualquier otro discurso que transita en
un “anonimato” relativo.
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4.1.-
Cuando leemos el autor frecuentemente está ausente, solo dispone-
mos de lo escrito, del texto que él produjo. Pero percibimos una presencia,
la del enunciador, y una serie de “huellas” que va dejando en su discurso y
que se localizan en distintos elementos textuales:
4.2.-
Producir o comprender un texto implica poner en juego variados sis-
temas de conocimientos interrelacionados.
3 Carolina Seoane, Carolina Zunino y Marcelo Muschietti, “La situación enunciativa” en: El
taller del escritor universitario. Irene Klein (Comp.) Buenos Aires, Prometeo Libros, 2007.
4 Para una mejor comprensión del concepto véase Elvira Arnoux, “La Polifonía” en: Romero
Daniel (Comp.) Elementos básicos para el análisis del discurso. Buenos Aires, Libros del Riel, 1997.
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4.3.-
El autor siempre posee un propósito, un objetivo al momento de pro-
ducir un texto, se llama intención a aquello que quiere lograr respecto de
su recepción. El lingüista John Austin desarrolló el concepto de “actos de
habla” para denominar a las intenciones del autor, las más importantes son:
expresar, narrar, persuadir, explicar, informar, ordenar.
4.4.-
Una secuencia textual es una unidad de escritura menor al texto y
mayor a la oración y generalmente coincide con el párrafo. Está conformada
por un conjunto de oraciones que presenta una organización interna que le
es propia y la caracteriza.
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puesto que estas poseen otro fin. Sin embargo, a lo largo del año veremos
que las distintas tramas no se componen de una forma tan pura como pre-
tenden ciertas tipologías y que las distintas combinaciones producen textos
difíciles de clasificar.
oral / escrito
formal / informal
Por eso el autor debe tener en cuenta a quién se dirige y hacer la selec-
ción de términos y expresiones adecuadas, de lo contrario no habrá eficacia en
la comunicación.
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CONECTORES
Elaboración a cargo del Profesor Luis E. Maggiori
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CONDICIÓN ÉNFASIS
Para relacionar ideas en la que Para destacar las ideas más importan-
una es condición de otra/s: tes en relación con el resto:
Si…entonces… Si (tal cosa) tal Sobre todo, lo que es más importante,
(otra). es preciso señalar, repetimos, subra-
yamos, conviene poner énfasis, cabe
destacar, cabe resaltar, en otras pa-
labras…
TIEMPO
Para relacionar ideas
temporalmente:
Antes (anterioridad), después (pos-
terioridad), mientras (simultanei-
dad), anteriormente, más tarde,
actualmente, previamente, poste-
riormente, un momento después,
mucho tiempo antes, hasta que,
cuando, finalmente, después, ya…
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UNLP–FDA
Producción de Textos–Cátedra B
APUNTE DE CÁTEDRA:
LA SITUACIÓN ENUNCIATIVA
El presente material de estudio para los alumnos fue
confeccionado por la cátedra a partir de los aportes de distintos autores
y tiene como objetivo precisar los elementos que se presentan en la
situación enunciativa. 1
La situación enunciativa
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Al respecto, Irene Klein (2007) destaca que, a partir de Bajtín «la no-
ción de géneros discursivos fue aplicada progresivamente a un conjunto
de producciones verbales organizadas bajo la modalidad de la escritura
o la oralidad» (p. 12). Es decir, que para realizar cualquier producción ver-
bal el enunciador dispone de un conjunto de géneros discursivos de uso en
la lengua y de los conocimientos y representaciones que posee acerca de
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Referencias
Bajtín, M. (1982). “El problema de los géneros discursivos”. En Estética de la
creación verbal (pp. 248-293). Ciudad de México: Siglo XXI.
Bronckart, J. P. (1987). Interactions, discours, significations. Langue Française nº 74.
Filinich, M. I. (2001). Enunciación. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: EUDEBA.
Klein, I. (Coord.). (2007). El taller del escritor universitario. Ciudad Autónoma
de Buenos Aires: Prometeo.
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UNLP–FDA
Taller de Producción de Textos–Cátedra B
APUNTE DE CÁTEDRA
LA PALABRA.
SU DIMENSIÓN ESTÉTICA
Que la palabra tiene una dimensión comunicativa es una afirmación que,
a rasgos generales, nadie dejaría de sostener. Esa dimensión puede definirse
en pocas líneas: se emplean palabras para compartir con otros todo tipo de
información respecto del mundo y de nosotros mismos. Cada cosa tiene un
nombre y ese nombre nos permite entendernos cuando nos referimos a ellas:
decimos mesa cuando queremos indicar un objeto en particular; llamamos
verde a un color que luce de un modo particular; nos imaginamos un gesto
específico cuando decimos risa y otro muy distinto cuando decimos correr.
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Esta distinción que parece menor, puede devenir una cuestión central.
Pretender garantizar el “vuelo poético” a través del clishé lleva la mayoría de
las veces a reproducir recetas que acotan la capacidad de expresión, en tanto
no articulan nuevos sentidos.
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AUTOBIOGRAFÍAS
Selección de Cátedra
Antonio Di Benedetto (en Günter Lorenz, Diálogo con América Latina, 1968).
He leído y he escrito. Más leo que escribo, como es natural; leo mejor que escribo.
He viajado. Preferiría que mis libros viajen más que yo. He trabajado, trabajo.
Carezco de bienes materiales (excepto la vivienda que tendré).
Una vez, por algo que escribí, gané un premio, y después otro y después…hasta
10 de literatura, uno de periodismo y uno de argumentos de cine. Una vez tuve
una beca que me dio el Gobierno de Francia, y pude estudiar algo en París.
Un tiempo quise ser abogado y no me quedé en querer serlo, estudié mucho,
aunque nunca lo suficiente.
Después quise ser periodista. Conseguí ser periodista. Persevero.
Un tiempo anduve de corresponsal extranjero (por ejemplo, revolución de
Bolivia, la que llevó al poder a René Barrientos).
Yo quería escribir para el cine. Pero en general no soy más que un espectador
de cine, y también periodista de cine. Una vez fui al Festival de Berlín, y otra al de
Cannes, y otra a Hollywood el día de los Oscars, y otra…
Bueno, en el Festival de Mar del Plata una vez me pusieron en el Jurado
Internacional de la Crítica.
Soy argentino, pero no he nacido en Buenos Aires.
Nací el Día de los Muertos del año 22.
Música, para mí, la de Bach y la de Beethoven. Y el “cante jondo”.
Bailar no sé, nadar no sé, beber sí sé. Auto no tengo.
Prefiero la noche. Prefiero el silencio.
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Hebe Uhart (en Speranza, Graciela, Primera persona. Conversaciones con quince
narradores argentinos, Buenos Aires, Norma, 1995).
Tengo 56 años pero me siento como de 46. Vivo en un barrio medio, ni pobre
ni rico y así es como me gusta: no desearía ser ni rica ni pobre. Tengo y he
tenido desde que recuerdo muchos amigos, tengo la certeza de que puedo
hacerme amigos en cualquier parte del mundo, aunque la barrera del idioma
es enojosa, le tengo miedo a los aviones; me gusta viajar pero volar es un
suplicio. ¿Cómo voy a volar si no tengo alas? Me gusta viajar para encontrar
a mi casa diferente, bah, para volver.
De los primeros libros que compré en mi vida (y los segundos y los etc.)
no conservo ninguno: los presté, los perdí, los regalé y los vendí; ahora los
guardo más. Cuando un libro me gusta mucho suelo reponerlo y comprarlo,
porque he leído siempre mucho todo lo que me gusta o pienso que me va a
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Rodolfo Walsh (en Ese hombre y otros papeles personales. Buenos Aires, Seix
Barral, 1996).
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sigue pareciéndome casi mitológico. Hablaba con los caballos. Uno lo mató,
en 1947, y otro nos dejó como única herencia. Este se llamaba “Mar Negro”,
y marcaba dieciséis segundos en los trescientos: mucho caballo para ese
campo. Pero esta ya era zona de la desgracia, provincia de Buenos Aires.
Tengo una hermana monja y dos hijas laicas.
Mi madre vivió en medio de cosas que no amaba: el campo, la pobreza. En su
implacable resistencia resultó más valerosa, y durable, que mi padre. El ma-
yor disgusto que le causo es no haber terminado mi profesorado en letras.
Mis primeros esfuerzos literarios fueron satíricos, cuartetas alusivas a
maestros y celadores de sexto grado. Cuando a los diecisiete años dejé el
Nacional y entré en una oficina, la inspiración seguía viva, pero había perfec-
cionado el método: ahora armaba sigilosos acrósticos.
La idea más perturbadora de mi adolescencia fue ese chiste idiota de Rilke:
Si usted piensa que puede vivir sin escribir, no debe escribir. Mi noviazgo con
una muchacha que escribía incomparablemente mejor que yo me redujo a
silencio durante cinco años. Mi primer libro fueron tres novelas cortas en el
género policial, del que hoy abomino. Lo hice en un mes, sin pensar en la
literatura, aunque sí en la diversión y el dinero. Me callé durante cuatro años
más, porque no me consideraba a la altura de nadie. Operación masacre
cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que, además de mis perplejidades
íntimas, existía un amenazante mundo exterior. Me fui a Cuba, asistí al naci-
miento de un orden nuevo, contradictorio, a veces épico, a veces fastidioso.
Volví, completé un nuevo silencio de seis años.
En 1964 decidí que de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de es-
critor era el que más me convenía. Pero no veo en eso una determinación
mística. En realidad, he sido traído y llevado por los tiempos; podría haber
sido cualquier cosa, aun ahora hay momentos en que me siento disponible
para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces.
En la hipótesis de seguir escribiendo, lo que más necesito es una cuota ge-
nerosa de tiempo. Soy lento, he tardado quince años en pasar del mero na-
cionalismo a la izquierda; lustros en aprender a armar un cuento, a sentir
la respiración de un texto; sé que me falta mucho para poder decir instan-
táneamente lo que quiero, en su forma óptima; pienso que la literatura es,
entre otras cosas, un avance laborioso a través de la propia estupidez.
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LA PALABRA
Selección de cátedra
La función del lector/I.
Eduardo Galeano
Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó una novela a escondidas. La leyó
a pedacitos, noche tras noche, ocultándola bajo la almohada. Ella la había
robado de la biblioteca de cedro donde el tío guardaba sus libros preferidos.
Mucho caminó Lucía, después, mientras pasaban los años. En busca de fan-
tasmas caminó por los farallones sobre el río Antioquia, y en busca de gente
caminó por las calles de las ciudades violentas.
Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su viaje iba siempre acompañada por los
ecos de los ecos de aquellas lejanas voces que ella había escuchado, con sus
ojos, en la infancia.
Magda recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las
guarda en cajas. En cajas rojas guarda las palabras furiosas. En caja verde,
las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tris-
tes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia. A veces,
ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras
se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y
le anuncian lo que ocurrirá.
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Hace unos quince mil millones de años, según dicen los en-
tendidos, un huevo incandescente estalló en medio de la nada
y dio nacimiento a los cielos y a las estrellas y a los mundos.
La Palabra
Pablo Neruda
Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las
que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las per-
sigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas…
Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen…
Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados
peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan
hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo,
cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al
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Neruda, Pablo: “La palabra”, en Confieso que he vivido, Buenos Aires, Losa-
da, 1974.
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¿No nos causa pena, a veces, oír hablar a alguien que pugna, en vano, por
dar con las palabras, que al querer explicarse, es decir, expresarse, vivirse,
ante nosotros, avanza a trompicones, dándose golpazos, de impropiedad en
impropiedad y sólo entrega al fin una deforme semejanza de lo que hubiera
[nótese el subjuntivo] querido decirnos? Esa persona sufre como de una re-
baja de la dignidad humana. No nos hiere su deficiencia por vanas razones
de bien hablar, por ausencia de formas bellas, por torpeza técnica, no. Nos
duele mucho más adentro, nos duele en lo humano; porque ese hombre de-
nota con sus tanteos, sus empujones a ciegas por las nieblas de su oscura
conciencia de la lengua, que no llega a ser completamente, que no sabremos
nosotros encontrarlo.
Hay muchos, muchísimos inválidos del habla, hay muchos cojos, mancos,
tullidos de la expresión. Una de las mayores penas que conozco es la de en-
contrarme con un mozo joven, fuerte, ágil, curtido en los ejercicios gimnás-
ticos, dueño de su cuerpo, pero que cuando llega el instante de contar algo,
de explicar algo, se transforma, de pronto, en un baldado espiritual, incapaz
casi de moverse entre sus pensamientos; ser precisamente lo contrario, en
el ejercicio de las potencias de su alma, a lo que es en el uso de las fuerzas
de su cuerpo.
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POLIFONÍA
Elvira Arnoux
El término polifonía recubre las variadas formas que adopta la inte-
racción de voces dentro de una secuencia discursiva o de un enunciado. La
situación de diálogo que toda producción verbal supone, su orientación hacia
el otro, aparece siempre con mayor o menor grado de explicitación en el
tejido textual. Pero también en éste, y de múltiples maneras, está presente
lo ya dicho, los otros textos, así como las diversas voces sociales con sus
peculiares registros.
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Intertextualidad
Con el nombre de intertextualidad se designa, en sentido restringido,
la relación que se establece entre dos textos (que pueden ser o no isóto-
pos estilísticamente) a partir de la inclusión de uno en otro en forma de cita
o de alusión. Este juego intertextual apela, particularmente en sus formas
menos explícitas, a la competencia cultural e ideológica de los receptores.
Su decodificación es más fácil cuanto más estereotipado y “universal” es
el enunciado aludido o citado. Así muchos textos contemporáneos, integran
mensajes publicitarios o consignas políticas difundidos por los medios de
comunicación de masas. Cambalache 1982, por ejemplo, de Osvaldo Rosslex
se va armando a partir de los títulos de programas televisivos y de los “slo-
gans” más comunes en la Argentina de la guerra de las Malvinas:
“Argentina en video, en caos, en salsa / se perdió una batalla, no la guerra. /
pero eso sí, con muchos asesores / con mundial campeonato por el medio /
con Minutos de noticias / con ´Argentinos a vencer´ en coro...”
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Enunciados referidos
Discurso directo e indirecto
Las gramáticas reconocen dos modelos morfosintácticos de inclu-
sión de un discurso en otro: directo e indirecto. En el primer caso la frontera
entre el discurso citado y el citante es nítida; en los textos escritos está mar-
cada a menudo por los dos puntos, comillas o guiones, y en los enunciados
orales por rasgos suprasegmentales como juntura o tono; el discurso citado
conserva además las marcas de su enunciación. En el segundo caso el dis-
curso citado pierde su autonomía, se subordina sintácticamente al discurso
citante y éste borra sistemáticamente las huellas de la otra enunciación;
esto se manifiesta en particular por los cambios de embragues y tiempos
verbales, la neutralización de los giros expresivos que remiten directamente
al locutor del discurso citado, la normalización de las oraciones, el “relleno”
de las elipsis y la unificación de las repeticiones.
El discurso directo (D.D.) produce un efecto de fidelidad al original, la
ilusión de “reproducir” el discurso del otro. El Esbozo de la Nueva Gramática
de la Lengua Española de la Real Academia lo expresa al decir: “Llámase
directo al estilo cuando el que habla o escribe reproduce textualmente las
palabras con que se ha expresado el autor de ellas”. Este enfoque deja de
lado no sólo la importancia del entorno verbal y de la nueva situación de
enunciación en la que el discurso citado se inscribe sino también las limi-
taciones de la memoria en los casos de discursos orales. Pero es indudable
que el D.D. da la impresión de constituir un documento veraz, un fragmento
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PRODUCCIÓN DE TEXTOS
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verbal auténtico. De allí que sea explotado tanto por el periodismo como en
la conversación cotidiana, por aquellos hablantes que quieren presentar los
hechos “tal cual” reduciendo su intervención al máximo para dar la impre-
sión de objetividad.
El discurso indirecto (D.I.), en la medida en que no conserva la ma-
terialidad del enunciado, supone una interpretación del discurso del otro,
una versión del mismo, y da lugar a síntesis o despliegues según los casos.
Al hacerse cargo del discurso citado, al integrarlo al suyo, el hablante se
muestra, poniendo de manifiesto sus posiciones ideológicas o afectivas. Por
eso es siempre interesante comparar las distintas formas de referir en estilo
indirecto un mismo enunciado.
D.D. y D.I. constituyen dos estrategias discursivas distintas con sus
exigencias propias. Los hablantes prefieren una u otra por razones psicoló-
gicas o restricciones temáticas o situacionales. Cuando Guillermo Patricio
Kelly narra su secuestro a un periodista del diario Tiempo Argentino, refiere
de esta manera lo que le habían dicho sus secuestradores: “qué pescado
gordo es usted. ¿sabe el bolonqui que hay en el mundo entero con esto?”
Más adelante, en el mismo texto recuerda el episodio en estos términos:
“presté atención cuando me dijo que había un revuelo mundial por mi asunto
y que no se imaginaban que yo era un pez tan gordo”. Las modalidades de
enunciación exclamativa e interrogativa del D.D. desaparecen en el D.I. que
sólo posee la modalidad del discurso citante, en este caso declarativa. La
exclamación es interpretada como “no se imaginaban que...”; “¡Qué pescado
gordo es usted!” se transforma en “que yo era una pez tan gordo” donde a
los cambios de pronombre personal y tiempo verbal, y al reemplazo de “qué”
por “tan” al alterarse el orden de las palabras por el cambio de modalidad,
se agrega la sustitución de “pescado” por “pez”. Este último parece ser para
el locutor el término no marcado estilísticamente o tal vez, en la medida en
que el sujeto del discurso citado coincide con el sujeto de enunciación del
discurso citante, el término connotado axiológicamente en forma más posi-
tiva que “pescado”. Manifestación de un proceso similar es el cambio de “bo-
lonqui” por “revuelo”. En la sustitución de “esto” por “mi asunto” parecen
haber intervenido otras razones: al cambiar la situación de enunciación el
demostrativo “eso” resultaría insuficiente, además el locutor quiere señalar
que la importancia acordada al hecho se debe a que él era el afectado.
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Este discurso a dos voces que en general conserva los rasgos expresivos
del discurso citado y los tiempos y personas del citante, fusiona en una sola
construcción lingüística actos de habla con distinta orientación.
Así como segmentos del discurso del otro pueden aparecer con sus
acentos propios diseminados en el discurso del narrador, así también pueden
irrumpir enunciados enteros en discurso directo no regido, sin comillas que
separen los dos registros:
“Aquel pobre diablo que yacía bien muerto era el sacristán de la iglesia. Pero:
tonto!... la culpa ha sido suya... ¿pues a quién se le ocurre, señor, vestir pan-
talón, chaqueta y gorrita?”
(Mariano Azuela, Los de abajo)
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Las citas
El discurso argumentativo no sólo presenta las huellas del diálogo
con el otro y “consigo mismo” sino que también muestra el trabajo con los
otros textos. Los fragmentos que se insertan pueden cumplir diversas fun-
ciones. Las citas epígrafes señalan la pertenencia a un determinado uni-
verso discursivo o las grandes orientaciones del texto. Así, si un trabajo de
lingüística comienza con esta frase de Nietzsche:
“Temo que no nos desembaracemos nunca de Dios, ya que seguimos creyen-
do en la gramática”, posiblemente el lector tendrá tendencia a esperar un
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“La única forma de tratar que se remedien ciertos males ciudadanos es ´vol-
ver sobre ellos oportuna e inoportunamente´, como dice San Pablo en sus
Epístolas”.
Transtextualidad
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Imitación:
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No, el león no podía ni debía burlarse de Don Quijote, pues no era hom-
bre sino león, y las fieras naturales, como no tienen estragada la voluntad por
pecado original alguno, jamás se burlan. Los animales son enteramente se-
rios y enteramente sinceros, sin que en ellos quepa socarronería ni malicia”.
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PRÓLOGO
IRENE KLEIN
Escribir
Escribir, señala el novelista Don de Lillo (2005), “es una forma concentrada
de pensar. A través del lenguaje se puede llegar a ideas a las que de otra
manera no hubiéramos tenido acceso”.
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Ayudar a desarrollar una capacidad estratégica tanto para producir como para
comprender los textos, es decir, tanto para adecuar el texto que se escribe a
un determinado propósito como para reconocer el objetivo textual en el que
se lee, es, por lo tanto, el objetivo esencial de la enseñanza de la escritura.
La escritura en la universidad
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Así, por ejemplo, tener conocimiento del paradigma verbal lingüístico para
escribir un texto narrativo no garantiza que se lo pueda utilizar de manera
eficaz: el escritor debe atender a los efectos de lectura que desee provocar,
ya que no es lo mismo narrar, por ejemplo, en presente, a fin de acercar al
lector al acontecimiento narrado, que en pretérito perfecto, que lo distancia.
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PRODUCCIÓN DE TEXTOS
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Los textos son productos de la actividad humana; por lo tanto, están articu-
lados en base a las necesidades, intereses y condiciones de funcionamiento
de las formaciones sociales en el seno de las cuales son producidos.
Son las secuencias que entran en la composición de los géneros las que
pueden ser identificadas porque presentan ciertas regularidades de estruc-
turación lingüística.
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PRODUCCIÓN DE TEXTOS
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Escribir en el taller*
El libro*
Sus autores*
Bibliografía*
Klein, Irene. (Coordinadora). El taller del escritor Universitario. Buenos Aires, Pro-
meteo Libros, 2007.
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CUADERNILLO I
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi
casa en El Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que
murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta for-
ma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como es-
critor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la
acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes
llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y
lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que forma-
ban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política re-
presiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nue-
ve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el
mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso demo-
crático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse
en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones
de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como ex-
presión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese
“ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e inte-
reses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas producti-
vas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo
puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo sin-
dicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha
conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de
miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guar-
niciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún
juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los
procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la
mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y
el fusilamiento sin juicio.1
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativa-
mente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni
siquiera se ha presentado porque se conoce de antema- ta, intemporal, metafísica en la medida que el fin origi-
no su inutilidad o porque no se encuentra abogado que nal de obtener información se extravía en las mentes
ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que perturbadas que la administran para ceder al impulso
lo hacían fueron a su turno secuestrados. de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y ha-
De este modo han despojado ustedes a la tortura de cerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que us-
su límite de tiempo. Como el detenido no existe, no hay tedes mismos han perdido.
posibilidad de presentarlo al juez en diez días según
manda una ley que fue respetada aún en las cumbres re- 3. La negativa de esa Junta a publicar los nombre de los
presivas de anteriores dictaduras. prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemáti-
La falta de límite en el tiempo ha sido complemen- ca ejecución de rehenes en lugares descampados y ho-
tada con la falta de límite en los métodos, retrocedien- ras de la madrugada con el pretexto de fraguados com-
do a épocas en que se operó directamente sobre las ar- bates e imaginativas tentativas de fuga.
ticulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias
auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dis- o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian
pusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el son los estereotipos de un libreto que no está hecho para
despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores ser creído sino para burlar la reacción internacional ante
medievales reaparecen en los testimonios junto con la ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el
picana y el “submarino”, el soplete de las actualizacio- carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y
nes contemporáneas.2 en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Fede-
el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los me- ral, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de
dios que usan, han llegado ustedes a la tortura absolu- Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio
1 Desde enero de 1977 la junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de “liberados” que en su mayoría no son tales si-
no procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y la con-
diciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.
2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barre-
to desnucado de un golpe. Testimonios de una sobreviviente: “Picana en los brazos, las manos, los muslos, cerca de la boca cada vez que llo-
raba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban a hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba”.
les, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores
no armados, simples sospechosos a los que se mata pa-
ra equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina
extranjera de “cuenta-cadáveres” que usaron los SS en
los países ocupados y los invasores de Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en
combates reales es asimismo una evidencia que surge
de los comunicados militares que en un año atribuye-
ron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos,
proporción desconocida en los más encarnizados con-
flictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo
periodístico de circulación clandestina que revela que
entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de
1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvie-
ron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.3
Más de cien procesados han sido igualmente abati-
dos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco
está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la
guerrilla y los partidos de que aún los presos reconoci-
dos son la reserva estratégica de las represalias de que
disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha
de los combates, la conveniencia didáctica o el humor
del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Me-
néndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24
de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, deteni-
do en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca
Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas apli-
caciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y na-
rradas sin pudor.4
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de
1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete pri-
sioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército
que manda el General Suárez Masson, revela que estos
episodios no son desbordes de algunos centuriones alu-
cinados sino la política misma que ustedes planifican en
sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabi-
nete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas
y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presun-
ción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global
de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en comba-
te: 600. Fusilados: 1300. Ejecutados en secreto: 2000. Varios: 100. Total: 4000.
6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.
7 “Programa” dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron trans-
portes Fokker F-27.
8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por La Opinión el 3 - 10 - 76 admitío que “el terrorismo de derecha no es tal” sino
“un anticuerpo”.
9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex-parlamentarios uru-
guayos Michelini y Gutiérrez Ruíz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-
6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de “simular” su secuestro.
tina, es semillero de futuras revelaciones como las que bleas y comi-
hoy sacuden a la comunidad internacional, que no han siones internas,
de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de alargando ho-
esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados rarios, elevan-
por el general Menéndez, en la creación de la Logia Li- do la desocupación al récord del 9%12 y
bertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos,
que su papel global fue asumido por esa Junta en nom- ha retrotraído las relaciones de producción a los co-
bre de las 3 Armas. mienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el han querido protestar los han calificado de subversivos,
arreglo personal de cuentas como el asesinato del capi- secuestrando cuerpos enteros de delegados que en al-
tán Horacio Gándara, quien desde hace una década in- gunos casos aparecieron muertos, y en otros no apare-
vestigaba los negocios de altos jefes de la Marina, o del cieron.13
periodista de “Prensa Libre”, Horacio Novillo, apuña- Los resultados de esa política han sido fulminantes.
lado y calcinado después que ese diario denunció las En este primer año de gobierno el consumo de alimen-
conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopo- tos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de
lios internacionales. medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas
A la luz de estos episodios cobra su significado final populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde
la definición de la guerra pronunciada por uno de sus je- la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos igua-
fes: “la lucha que libramos no reconoce límites morales la con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermeda-
ni naturales, se realiza más allá del bién y del mal”.10 des como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la ra-
bia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo superan. Como si esas fueran metas deseadas y busca-
civilizado, no son sin embargo los que mayores sufri- das, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pú-
mientos han traído al pueblo argentino ni las peores blica a menos de un tercio de los gastos militares, supri-
violaciones de los derechos humanos en que ustedes in- miendo hasta los hospitales gratuitos mientras centena-
curren. En la política económica de ese gobierno debe res de médicos, profesionales y técnicos se suman al
buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la
una atrocidad mayor que castiga a millones de seres “racionalización”.
humanos con la miseria planificada. Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires
En un año han reducido ustedes el salario real de los para comprobar la rapidez con que semejante política
trabajadores al 40%, disminuido su participación en el la convierte en una villa miseria de diez millones de ha-
ingreso nacional al 30% elevado de 6 a 18 horas la jor- bitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua
nada de labor que necesita un obrero para pagar la canas- porque las industrias monopólicas saquean las napas
ta familiar11, resucitando así formas de trabajo forzado subterráneas, millares de cuadras convertidas en un so-
que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. lo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios
Congelando salarios a culatazos mientras los pre- militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más gran-
cios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo to- de del mundo contaminado en todas sus playas porque
da forma de reclamación colectiva, prohibiendo asam- los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él
10Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli, según La Razón del 12-6-6. Jefe del Grupo I de Artilleria de Ciudadela, Pascarelli es el presun-
to responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.
11Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.
12Diario Clarín.
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CUADERNILLO I
Para vos atleta
M
procura la paz, que el general Videla defiende los de- iguel Sánchez, tucumano joven, poeta sua-
rechos humanos o que el almirante Massera ama la ve, cadete bancario, militante esperanzado,
vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en atleta tenaz, dejó de correr carreras y de so-
Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al ñar mundos y de esperar victorias el 8 de enero de
que conducen al país tras la ilusión de ganar una 1978, cuando una patrulla criminal de la última dic-
guerra que, aún si mataran al último guerrillero no tadura militar lo secuestró de su casita de Villa Espa-
haría más que empezar bajo nuevas formas porque ña, Berazategui, para volverlo un desaparecido. El
las causas que hace más de veinte años mueven la re- régimen militar, el más brutal de los muchos que pa-
sistencia del pueblo argentino no estarán desapareci- deció la Argentina, cumplía entonces un año, nueve
das sino agravadas por el recuerdo del estrago cau- meses y quince días ejerciendo el poder y la barba-
sado y la revelación de las atrocidades cometidas. rie y, sin dudas, los secuestradores de Miguel, igual
Estas son las reflexiones que en el primer ani- que los secuestradores de muchos miles, supusieron
versario de su infausto gobierno he querido hacer que atrapándolo y desapareciéndolo acabarían con
llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de una historia entera. Como en tantas cosas, erraron:
ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pe- treinta años después del Golpe de Estado, el nombre
ro fiel al compromiso que asumí hace mucho tiem- de Miguel Sánchez resuena con potencia dentro y
po de dar testimonio en momentos difíciles. fuera de la Argentina y es todo un símbolo.
Quizás haya que decirlo de nuevo: un símbolo.
¿En qué consiste el símbolo? En que, a pesar de la
política arrasadora de la dictadura, Miguel está. A
partir de finales de la década del noventa, su histo-
ria fue repasada y recuperada en distintos artículos
periodísticos hasta hacer nacer un fenómeno con-
movedor: hoy, en muchas partes, muchas veces y
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
CÁTEDRA B - 2020
ANEXO
Guías de análisis / Material de trabajo
Clase 1
Para analizar los textos:
Clase 2
Para analizar los textos:
Texto 1
La representación de la familia como aquella organización conformada por la
madre, el padre y los hijos se corresponde con un modelo homogéneo y hege-
mónico de familia: la familia burguesa (y su principio de autoridad que rige las
relaciones familiares), ubicada entre fines del siglo XVIII y la primera mitad del
siglo XX. A partir de entonces se han ido sucediendo variados fenómenos que
provocaron transformaciones más o menos profundas de orden económico, po-
lítico, social, tecnológico, ideológico, filosófico, cultural, etc., las que a su vez
produjeron importantes modificaciones en la vida cotidiana.
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CUADERNILLO I
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
CÁTEDRA B - 2020
Texto 2
Era una familia bien constituida: el hijo le robaba al padre para pagarle a
la mucama que le prestaba su habitación para acostarse con el jardinero
quien, a su vez, estaba sobornado por el contador, el que le pagaba por no
revelar que era el amante de la madre a la que esquilmaba, sin saber que
ella contaba con la anuencia del padre, que también prefería al jardinero, a
pesar de que era chantajeado por él con la amenaza de descubrirlo ante su
hijo, a sus ojos muy viril, ya que solía verlo de madrugada salir del cuarto de
la mucama, de quien todos ignoraban que era voyeurista y se pegaba a los
agujeros de las cerraduras más calientes de la casa. Como a la mucama le
convenía el silencio, a la madre sólo le importaba el amante, el padre conta-
ba con muchísimo dinero y el jardinero tenía cuerda para rato, la estabilidad
familiar estaba asegurada.
Texto 3
Nunca creí en la familia nuclear. Porque yo creo que todos aspiramos a tener
una familia, pero la familia nuclear es moderna, individualista y egoísta.
Creo en la familia ampliada, aquella en la que también es familia el que está
en la casa, aunque no tenga vínculo de sangre. Nosotros pertenecemos a
muchísimas tradiciones familiares en el interior, donde tenemos hermanos
y hermanas que no son de sangre, que tienen sus padres y sus madres, pero
que vivieron en nuestras casas y que hoy tienen títulos universitarios, mucho
más que nosotros. Yo creo en esa familia.
Creo en la familia que tiene los amigos, en la que puede y debe tener de-
rechos, y creo que la mejor familia -esto es lo que hay que legislar- es una
familia mucho más amplia, aunque diversa y rica, no sólo con fundamentos
en el matrimonio heterosexual o en la pareja homosexual, sino que creo que
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CUADERNILLO I
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
CÁTEDRA B - 2020
Me pregunto qué son esos hijos. Si no tienen vínculos de sangre, ¿no son familia?
II-
Locuras
Era joven y hermosa y soñé con hacer mía a aquella mujer después de res-
catar a esa mujer de la obscuridad y la loca me miró a través de las rejas
y sonrió y yo la miraba y a mí me dolía la hermosura de la loca y la sonrisa
de niña confiada de la loca y mi sueño de curarla y tenerla a ella se hicieron
trizas, pues ella nunca fue cuerda y sin embargo, ahora somos felices y volví
una y otra vez, pero el médico me dijo a mí: «Es incurable» y yo me volví loco
y estamos juntos.
III-
Serú Girán, Charly García
Cosmigonón
gisofanía
serú girán
paralía
narcisolón
73
CUADERNILLO I
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
CÁTEDRA B - 2020
solidaría
serú girán
serú girán
paralía
eiti leda
luminería caracó
ah... lirán marino
ah... lirán ivino
parastaría necesari eri desi oia
seminare narcisolesa desi oia serilerilán
eiti leda luminería caracó.
IV-
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CUADERNILLO I
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V-
La tortuga, Leo Masliah
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CUADERNILLO I
PRODUCCIÓN DE TEXTOS
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Clase 4
Consigna de trabajo:
1. Definir coherencia y cohesión
2. Determinar cuáles son los procedimientos cohesivos. Definirlos y ejemplificar.
3. ¿A qué se define dimensión estética de la palabra?
RESUMEN
Se plantea que el arte es crítico o no lo es porque este es el encargo social
que lo sustenta: hacer emerger sensaciones, visualidades y pensamientos
desconocidos. Es así que se inserta como saber en nuestra experiencia. Y es
por esto que produce efectos sociales. Una lectura nómada y trasversal de
los criterios, de los recursos y de los procesos que emergen de las prácticas
artísticas produce una agitación que nos permite observar las articulaciones
complejas y múltiples que generan las experiencias artísticas contemporá-
neas. Por esta razón, el texto está construido como un inventario de huellas.
EN ARTE E INVESTIGACIÓN. REVISTA CIENTÍFICA DE LA FACULTAD DE AR-
TES (N 12- 2016)
La llave maestra
La Paritaria Nacional Docente abrió la puerta al inicio de clases
Los cuerpos gremiales deben refrendarlo.
Antes del comienzo de clases, los cinco gremios nacionales consensuaron
un salario inicial mínimo de 23 mil pesos en marzo y de 25 mil pesos desde
julio. Además, habrá una suma fija de 4840 pesos a cuenta, a pagar en cua-
tro cuotas a partir de abril. "Esto tiende a reducir la brecha salarial que hoy
existe", celebró el ministro de Educación, Nicolás Trotta.
(Página/12 - 27 de febrero de 2020)
76
CUADERNILLO I