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1. Vamos a iniciar la sesión de estudio con preguntas, tareas o ejercicios que el niño ya
maneje. De esta manera vamos a incrementar la probabilidad de que el niño
experimente éxito en esa primera parte de la sesión de estudio.
2. Cuando el niño lo haga bien vamos a elogiarlo con entusiasmo para que de esa
manera el niño asocie la sesión de estudio con una emoción positiva. Cuando el
niño se equivoque simplemente le vamos a decir que no está bien, pero sin ponerle
una emoción y mucho menos negativa.
3. No debemos decirle cuál es el resultado ni la respuesta correcta, debemos hacer
que él descubra dónde se equivocó. Nunca regañamos al niño cuando se
equivoque, ni mucho menos hacemos expresiones de angustia, desespero o enojo.
4. En una sesión de estudio el niño debe recibir más elogios y aprobación que críticas o
desaprobación.