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Desarrollo Económico Sostenible: desigualdad y decisiones intertemporales. Análisis teórico-empírico View project
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I. Introducción
ciertas opciones materiales y se las niega a otra (Sen 1985). Este hecho plantea serios
pormenorizado del Estado de Derecho de los ciudadanos de una región, hasta las
América Latina se presenta como la región más desigual del planeta, y la Argentina,
del 45%, este país si bien se posiciona como uno de los mas equitativos de América
Latina es más desigual en su distribución del ingreso que la totalidad de los países de
Europa, y que más del 60% de los países de Asia1. Más aún, en los últimos decenios y
en los períodos de recuperación o auge, este país no evidenció una mejora sustantiva en
la distribución personal del ingreso, manteniendo así una brecha creciente entre pobres
♣
Profesor Asociado Universidad Nacional del Sur – Investigador Adjunto del CONICET.
slondon@uns.edu.ar, tel/fax: 54-291-4595138
♦
Docente Universidad Nacional del Sur – Becario CONICET. mrojas@uns.edu.ar
1
Según datos del Banco Mundial.
El debate en torno a este fenómeno podría enmarcarse en múltiples dimensiones, para
cualquiera de las cuales es de fundamental importancia una revisión de los hechos y una
salarios que han modificado los patrones distributivos. Según Vitelli (1990), los ciclos
vigentes desde mediados del siglo XX hasta 1973 se definieron como sucesivas
necesidad de una nueva recuperación del salario real. Esto, en parte, mantuvo la
Si bien el rol del mercado siempre condicionó los grados de libertad de la política
económica, su incidencia fue moderada hasta 1973. Esto cambiaría rotundamente con la
gran apertura y liberalización ocurrida desde los años setenta, y acentuada durante los
mercado financiero con sus frecuentes fugas de capitales que hicieron más difícil
mantener una política de tipo de cambio determinada, rompieron con el diseño en el
términos de equidad.
dispares en los precios internacionales de las mercancías, los tipos de cambio y las tasas
1982 los precios internacionales volvían a estabilizarse, los argentinos sufrían profundos
procesos inflacionarios y una crisis de deuda externa imposible de revertir. Los índices
hecho, el salario real alcanza un máximo en 1974, culminando una década de tendencia
creciente (Altimir et al., 2002). Los intentos de estabilización fueron vanos y en 1975 la
2
Según Vitelli (1990), la inflación se contagia al estar la moneda nacional ligada históricamente al dólar
y a través de los precios internacionales. Pero, además, se potencia por causas estructurales internas y por
una inflexibilidad a la baja de los tipos de cambio nominales.
Entre 1976 y 1983 los sucesivos gobiernos de facto desplegaron políticas de corte
Aunque el desempleo no fue de mayor tamaño, las primas por educación se acentuaron,
provocando una brecha mayor entre trabajadores de diferente calificación. Por ello, las
pérdidas relativas de ingresos reales en este período serían decrecientes respecto del
Los primeros años de la década de los ochenta se caracterizaron por una reversión en el
déficits fiscales provocados, entre otras cosas, por los servicios de deuda. La política
salarial comenzó a ser más expansiva, situación que pretendió continuar el gobierno
el fin de incentivar las inversiones por el lado de la demanda. Sin embargo, no fue
Plan Primavera4 posterior de 1988, tendría aún un quiebre más rápido. Asimismo, la
tasa de desempleo seguía una tendencia creciente y los salarios reales volvían a caer.
3
El mismo implicaba una devaluación inicial, posteriores congelamiento de precios, el control sobre las
tasas de interés internas y la introducción de una nueva moneda ante la evidente desmonetización de la
economía.
4
Implicó el desdoblamiento del mercado financiero y la estabilidad de precios buscada a través de
acuerdos desindexatorios con las empresas líderes, en lugar de los congelamientos habituales. Esto
En 1987 se habían reestablecido las negociaciones paritarias entre uniones sindicales y
total control sobre la política salarial. A esto se sumaría el fenómeno conocido como
radicalismo vigente, en las elecciones presidenciales de ese año. Una corrida contra el
comparan con los que vendrían de la mano de las políticas implementadas a lo largo de
los años noventa. Los iniciales resultados de los planes Austral y Primavera y el retorno
a las negociaciones colectivas lograron cierta recomposición de los salarios reales. Esto
trajo beneficios relativos a los trabajadores de baja calificación (puede observarse una
término, incrementar las divisas disponibles vía aumento en los saldos exportables (lo
cual, por supuesto, acentuaría la recesión interna). Se formularon las leyes de Reforma
implicó ciertas concesiones fiscales, las cuales se compensaron en la recaudación fiscal mediante
incrementos en las tarifas públicas.
En 1991 se instauraría el Plan de Convertibilidad, cuyos ejes principales serían la
convertibilidad y estabilidad de la moneda argentina (el peso, cuya paridad se fijó por
ley uno a uno con el dólar), la apertura comercial y la ya mencionada reforma del
Estado. Bajo el paradigma neoliberal, era preferible financiar los déficits fiscales con
entrada de divisas, produjo una expansión monetaria real y de los créditos al consumo.
Groisman, 2006). Sin embargo, Altimir et al. (2002) aseguran que tal recomposición fue
tan inequitativa que el decil superior de la distribución llegó a registrar ingresos reales
Argentina..
Los posteriores incrementos del PBI fueron guiados, principalmente, por aumentos de
pese a la mejora mostrada por los índices de desigualdad para 1992 en la figura 3.1, el
constante incremento del desempleo produjo efectos desiguales a lo largo del período.
5
Esto, de hecho, sucedió. Se produjo un boom de importaciones dado por la liberalización del comercio,
la sobrevaluación de la moneda nacional y por años de depresión en la importación de insumos, bienes
intermedios y finales. Por otra parte, la entrada de capitales se produjo gracias a la rápida estabilización
que incentivó a los inversores extranjeros y a la superabundancia de capitales a nivel internacional, lo
cual, por un lado, hacía renacer el interés por mercados emergentes y, por otro, redujo la tasa de interés
interna al reducir la tasa de interés internacional.
enormemente. A partir de 1995 la evolución del salario real se estancaría y la brecha
Producida cierta reactivación hacia 1996, se observa tanto un incremento de los niveles
de productividad industrial como del empleo no industrial. Pero el empleo total seguía
reduciéndose al igual que los salarios reales. La segunda situación de corrida financiera
en 1998 tras la crisis rusa y brasileña, estableció el comienzo de una nueva y más
Así como la redistribución del ingreso estuvo en relación con una variación en las
remuneraciones relativas durante los años setenta y se identificó, en mayor medida, con
los procesos inflacionarios durante los años ochenta, las modificaciones del empleo
durante los noventa serían la causa principal de las variaciones relativas de rentas per
cápita. La desocupación pasó del 6% en 1990 al 12% en 1994 para alcanzar el 18% en
el año 2001 (con picos del 22-24% en algunas regiones del país). En general, la tasa de
“corralito”). La sobrevaluación del peso argentino era evidente. Muchas de las empresas
o vendiendo activos a fin de repatriar capitales. Esto produjo una caída abrupta de la
inversión para el año 2001. La crisis culminó con la renuncia del presidente en el mes
alcance masivo, con cerca de 2 millones de beneficiarios, conocido como Plan Jefas y
Jefes de Hogar6. El mismo tendió a aliviar la situación de los más necesitados, e incluso
desigualdad. Sin embargo, cabe destacar que se trató de ingresos magros, localizándose
Por otro lado, la devaluación ocurrida a principios del período derivaría en una nueva
Por supuesto, la devaluación se tradujo en reducciones del salario real. Según Esquivel
de políticas de ingresos. En un año los salarios reales cayeron un 30%. Al igual que a
inicios de los noventa, la reactivación posterior hacia el año 2003, estaría movilizada
6
El objetivo del plan consistía en garantizar un ingreso mínimo a los jefes y jefas de hogar desocupados
con hijos a cargo. A cambio de una contraprestación laboral determinada, los beneficiarios recibían un
pago monetario.
A partir de entonces, la tendencia de los salarios reales se revertiría gracias a un mayor
En los años más recientes, se han registrado incrementos sucesivos en los índices
inflacionarios, suceso que no se producía desde hacía más de una década. Los niveles de
de la debacle inmobiliaria de 2009. Se dice, como se verá más adelante, que esta nueva
crisis comenzó por afectar a las clases medias, hecho distintivo respecto de las crisis
paradigmático. Mientras que en 1913 se presentaba como uno de los países con ingresos
más altos del mundo, la performance actual lo sitúa como un país relativamente pobre.
Las razones por las cuales este país abortó su proceso de crecimiento sostenido son
7
Por sucesivos problemas de índole político, el Instituto de Estadísticas y Censos de Argentina (INDEC),
organismo oficial encargado de recabar la información estadística de orden económico y social, ha sido
intervenido. Las últimas encuestas realizadas corresponden al primer trimestre de 2007. La mayoría de los
autores toman como referencia válida la última encuesta realizada en el año 2006, por considerar “poco
confiables” los datos publicados para el año 2007. En el presente trabajo se procederá de la misma
manera.
de políticas cortoplacistas y de estabilización, y la carencia de programas de largo plazo
generados del tipo stop and go 8. La volatilidad del desempeño económico parece ser la
estancamiento argentino
Las fluctuaciones del nivel del PBI per cápita fueron acompañadas por una
mantenerse estable a lo largo de los años sesenta y principios de los setenta (Altimir et
al., 2002), desde el año 1974, ha mostrado una tendencia permanente al incremento de
evidenciado por el producto per cápita durante los años sesenta y principio de los
8 Un periodo de crecimiento económico hacía crecer las importaciones a mayor ritmo que las
exportaciones, agotando rápidamente el superávit comercial. De esta forma, el propio modelo genera las
condiciones para la crisis
9
El coeficiente de Gini, a partir del año 1974, fue calculado en base al ingreso per cápita, corrigiendo el
ingreso familiar de acuerdo a la escala de adulto equivalente. Para ello, se utilizaron las bases usuarias de
la Encuesta Permanente de Hogares realizada por el INDEC. Los datos anteriores a esa fecha, fueron
obtenidos del Banco Mundial.
Figura 3.1: Crecimiento y distribución del ingreso 1960 – 2005.
8000
50
7500
45
7000
Coeficiente de Gini
6000
35
5500
30
5000
25
4500
20 4000
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
Fuente: Elaboración propia en base a datos extraídos del Banco Mundial (World Development Indicators
2007) y EPH (INDEC).
A partir del año 1974, la serie del producto fluctúa de acuerdo a los diferentes ciclos
económicos que afrontó la Argentina. Para el año 1980, el producto sólo se había
de la media en los años referenciados por las crisis de los ciclos argentinos descriptos
máximos del Gini para los años 1990, 1995, 1998 y 2002, sucesivamente. A su vez, la
hiper de 1989 y la crisis del 2001, parecen haber tenido las peores consecuencias en
términos de caídas del producto. Los efectos de la creciente desigualdad serán tratados
en el siguiente apartado.
10
Medidos en términos constantes, base año 2000.
IV. Análisis de la distribución del ingreso.
Las políticas implantadas en los setenta, produjeron una alteración profunda en las
calculados para los jefes de hogar de la zona del Gran Buenos Aires (GBA). Así,
mientras que un jefe de hogar que había completado el nivel secundario ganaba
aproximadamente un 50% más que aquel que sólo había finalizado el nivel primario en
11
Según Altimir et al. (2002: 67), el decremento en la tasa de actividad de los deciles superiores habría
producido el mantenimiento de las diferencias a nivel hogar, contrarrestando, en parte, los incrementos en
los indicadores de desigualdad medidos en términos del ingreso personal. Sin embargo, es importante
destacar que es en este período en que se produce una importante expansión del sistema de Educación
Superior, incorporando en su mayoría, estudiantes provenientes de sectores sociales medios y altos. Esta
podría haber sido la causa principal del decremento analizado por los autores antes mencionados.
Lógicamente, se traduciría años después, en una mayor diferenciación en niveles educativos según deciles
de ingresos, con las consecuencias debidas sobre los niveles salariales.
Durante los ochenta, la inflación provocó la caída continua del PBI en términos reales,
que en 1990 no alcanzaba los 5.600 dólares per cápita. El proceso de erosión salarial
sería mayormente sufrido por las personas ubicadas en los deciles más bajos de la
1980 y 1988. De hecho, las primas por educación superior se redujeron. Lo que sí se
escala social de las personas que poseían mayor educación. De la población posicionada
en los deciles 9 y 10, mientras que sólo un 10% concluía el nivel superior en 1974, casi
tipo para los primeros cuatro deciles en los niveles de educación secundaria o superior.
Según Gasparini et al. (2002, 2), otro factor que posee gran incidencia al determinar la
son las características demográficas. En base a ello, podría definirse una caracterización
noventa. Durante los años setenta, los sucesivos gobiernos militares implementaron
ciertas políticas de empleo con el fin de no incrementar aún más el descontento social.
fueron un factor aún más preponderante. Pero en la década de 1990, el desempleo fue la
de menores recursos.
35
Deciles 1 a 4
30
Total población
Deciles 9 y 10
25
20
15
10
0
1974 1980 1984 1988 1992 1994 1998 2002 2006
registrado para los primeros cuatro deciles. Es interesante notar que, cuando el
1994 fue guiado por las ganancias en productividad, la tasa de desempleo de los deciles
de un 11% en 1988 a más del 17% en 1992. A partir de aquel año, ambas tasas se
incrementarían, pero en una proporción estrepitosamente mayor en los niveles inferiores
de renta. Para el año 2002, la tasa de desempleo para este grupo sería de más del 31%.
Tras la crisis a inicios de la nueva década, Fiszbein et al. (2003) observaron a partir de
una encuesta de gastos12 realizada a 2800 hogares entre junio y julio del 2002, que la
mayor incidencia de la reducción en los niveles de ingresos, no solo reales sino también
nominales, correspondía a los hogares cuyos jefes tenían nivel educativo secundario
completo. Si se vuelve sobre el cuadro 4.2, se observa que a partir de los noventa los
deciles más bajos poseen el mayor porcentaje de individuos con nivel primario
completo, mientras que los deciles superiores poseen el mayor porcentaje de individuos
con nivel educativo superior completo. El grupo de personas con nivel secundario
sobre los grupos en condición de indigencia. Estas dos cuestiones marcan una diferencia
sucesivas crisis acarreaban mayores consecuencias sobre los grupos más empobrecidos.
Por otra parte, a diferencia de la EPH, esta encuesta relevó información en áreas rurales
y pequeñas localidades, dejando entrever una brecha del 60% a favor de los hogares
12
La encuesta, realizada en el marco de la CEPAL, incluyó preguntas de retrospectiva para establecer
comparaciones entre los años 2001 y 2002 y así esbozar algunas conclusiones acerca de las repercusiones
que pudieron haber sufrido los hogares luego de la crisis del 2001.
13
Lamentablemente, no puede realizarse un análisis comparativo de la desigualdad entre zonas urbanas y
rurales debido a que las fuentes de datos disponibles, en su mayoría recabados por el INDEC,
corresponden generalmente a encuentras de hogares realizadas en zonas urbanas únicamente.
Figura 4.2: Evolución de la desigualdad según áreas geográficas.
0.54
0.52
0.50
0.48
0.46
0.44
0.42
1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006
geográficas argentinas. La región del Gran Buenos Aires (GBA), concentra un tercio de
la población, y las tendencias que las series en referencia a ella muestran, generalmente,
Las regiones más desiguales son las de GBA y las del norte argentino (noreste o NEA,
para la cual sólo se tienen datos disponibles a partir de 1998, y noroeste o NOA). En el
durante los años noventa fueron mayores que los producidos en los centros urbanos del
interior del país, los cual explicaría, en parte, los mayores índices de desigualdad en esta
relativamente más bajos del coeficiente de Gini a inicios del período en referencia a
otras regiones, se situó en índices cercanos a los de GBA durante los años 1997 y 2000,
volviendo a reducirse a los más bajos niveles nacionales a fines del período analizado.
Por su parte, las regiones Pampeana y Patagónica se muestran como las más equitativas.
Cabe destacar que estas son las regiones consideradas de mayor riqueza en Argentina.
Las mismas muestran los mejores indicadores en casi la totalidad de los tópicos de
Cuadro 4.3: Ratio de los ingresos promedio entre el decil 1 y el decil 10.
Regiones
Años
Total Argentina GBA Pampeana Cuyo NOA Patagonica NEA
1974 13.12 13.12 . . . . .
1983 19.02 19.02 14.82 24.63 19.14 15.66 21.68
1988 20.54 22.47 17.54 18.04 21.31 26.25 25.66
1992 20.95 19.34 18.22 17.61 22.02 26.13 .
1996 33.84 33.36 29.17 25.26 23.21 29.77 .
2001 58.4 60.8 52.06 36.26 41.26 31.9 64.27
2006 32.98 33.16 27.62 23.8 27.9 30.24 33.02
Sin embargo, si se consideran sólo los extremos de la distribución, las regiones parecen
equilibrarse en cuanto a los niveles de inequidad. Por ejemplo, tomando el año 2001 en
el cuadro 4.3, la región Pampeana parecería, en este caso, más desigual que la
donde las clases medias poseen mayor peso, ya que son consideradas en determinados
de Gini. Es por eso que, para el caso de NEA Y NOA, la incidencia de una pobreza
Cuadro 4.4: Condiciones del mercado de trabajo según región geográfica, año 2006.
V. Conclusiones
La Argentina, promesa de ser uno de los países más desarrollados del mundo a
principios del S XX, es hoy uno de los que más desconcierta por la pobreza relativa de
Gini ha mostrado un incremento de más del 40%, con períodos relativamente cortos de
mejora.
ingreso viene acompañada de un fuerte deterioro de las clases más pobres, para quienes
el acceso a mejores condiciones de salud y de acumulación de capital humano se
pobres lleva, sin intervención estatal, a que los hijos de familias pobres sean aun más
pobres que sus padres, y generen a su vez familias pobres. Por lo tanto, la desigualdad
replican y acentúan las diferencias entre sus habitantes. La clase media Argentina,
orgullo de este país en los años ´40, hoy se encuentra en gran parte empobrecida,
mientras que el sector obrero, por otro lado, padece un fuerte grado de desempleo o
subempleo.
Este es, sin lugar a dudas, el desafío que se presenta a los hacedores de política
VI. Bibliografía
Altimir, O.; Beccaria, L.; González Rozada, M. (2001), “La distribución del ingreso en
Argentina, Nº 4
Fiszbein, A.; Giovagnoli, P.I.; Adúriz, I. (2003), “El impacto de la crisis argentina en el
Formichella, M.M. y Rojas, M. (2008), “Un aporte a la evidencia empírica del efecto de
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Gasparini, L.; Busso, M.; Giovagnoli, P.; Marchionni, M.; Rabassa, M.; Sosa Escudero,
“stop and go” al “go and crush”. CESPA, Documento de trabajo Nº 15.
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