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En la carta, Bernardo le contaba en forma detallada sus s

ufrimientos en Londres y Cádiz y finalmente le pedía que


le perdonare las faltas que hubiere podido cometer. Lo qu
e había dado lugar a la irritación del padre con su hijo f
ue que, a fines de 1800, el virrey se enteró que un cómplic
e de Francisco de Miranda, el cubano Pedro José Caro había d
enunciado ante la corte española un plan de insurrección de
las Indias Occidentales e informado que en este participab
a Bernardo Riquelme; la noticia habría llegado a oídos del
rey Carlos IV quien habría decidido removerlo de su cargo.1
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La carta de Bernardo a su padre, sin embargo, no tendría


respuesta. A los pocos días de haber sido notificado por
su apoderado de la determinación de su padre, se recibió e
n Cádiz la noticia de la muerte del virrey O'Higgins y junt
o con ella la información de que había dejado a su hijo Be
rnardo una cuantiosa herencia. En ese preciso instante, la
situación del joven O'Higgins cambió radicalmente y pronto
pudo disponer del dinero necesario para regresar a su pat
ria, embarcándose el 14 de abril de 1802 en la fragata Aur
ora, arribando a Valparaíso el 6 de septiembre de 1802 a l
a edad de 24 años.18

En su hacienda San José de Las Canteras de Vallenar


Al llegar a Chile, Bernardo se
alojó en Santiago en la casa de su primo el capitán Tomás
O'Higgins, quien lo acogió y le informó el contenido exact
o del testamento de Ambrosio O'Higgins consistente en la h
acienda Las Canteras con 3000 cabezas de ganado. Como la l
iquidación de la herencia se efectuaba en Lima, le escribi
ó a los albaceas solicitándoles información y firmando, po
r primera vez, con gran satisfacción y orgullo como Bernar
do O'Higgins y Riquelme. Los albaceas le respondieron que
era necesario esperar el término del juicio de residencia
que conforme con la ley se le seguía a su padre. Además le
informaban que habían instruido al administrador de la ha
cienda Las Canteras, Pedro Nolasco del Río, que le hiciera
entrega de esta previo otorgamiento de una fianza en espera
del término del juicio en Perú. Recibida esta información se
dirigió a Chillán a buscar a su madre y hermanastra Rosa p
ara así comenzar a vivir en Los Ángeles, debido a que sus t
íos Riquelme ya radicaban en Los Ángeles, después de la mue
rte de su abuelo Simón Riquelme, en 1801, luego se entrevist
ó nuevamente con el administrador de su estancia, don Pedro
Nolasco Del Rio, antiguo
amigo y asistente de su padre Ambrosio O'Higgins, quien l
o dejó tomar bajo fianza algunas cabezas de ganado de la
herencia, y con su venta saldar las deudas del viaje.

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