La palabra Lean es el nombre con el que se da a conocer
el sistema de producción de la Organización Toyota. Sus
hitos han estado plasmados desde el año 1935, hasta hoy en día, en el libro LEAN THINKING, en donde se amplía el panorama del Lean a que el “punto de partida básico para el pensamiento Lean es el valor. El valor sólo puede definirlo el consumidor final. Y solamente es significativo cuando se expresa en términos de un producto específico (un bien o servicio, y a menudo ambos a la vez) que satisface las necesidades del consumidor a un precio concreto, en un momento determinado” (Womack, 1996). Entonces, Lean es un sistema de gestión de procesos que los potencializa eliminando partes de los procedimientos o pasos que no se necesitan, es decir, el desperdicio de recursos, porque las actividades relacionadas hacen uso de recursos pero no aportan valor a los resultados esperados. Por otra parte, para el establecimiento del Sistema Lean o cualquier otro sistema de gestión, se necesita disponer de datos e información que esencialmente sean útiles, relevantes y confiables, con el propósito de facilitar la toma de decisiones al interior de los procesos, lo cual se logra mediante el uso de indicadores, utilizados para realizar el seguimiento y fomentar el avance hacia las metas y con ello los objetivos establecidos por la organización. En la filosofía Lean, se hace uso de la gestión visual, que, a manera de complemento y tomando en cuenta la naturaleza sensitiva que tienen las personas, usa indicadores en el ambiente de trabajo (puesto) para que informen de manera clara y precisa sobre el estado de avance (cumplimiento o incumplimiento) de la meta o resultado esperado, mediante el uso de los sentidos que recopilan sonidos, imágenes, etc.