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Asistentes en el Aula: Estrategias para la Atención al alumnado con TEA

Hola instacompis!!

En este post quiero hablaros de mi experiencia como Asistente de aula para la atención a
alumnado con TEA en la etapa infantil y cómo a través de la experiencia, y junto a los
conocimientos previos sobre las características del trastorno, pude, junto a la familia y el
equipo educativo, desarrollar y, como siempre, aprender estrategias con las que trabajar con
ellos de manera mucho más funcional y cercana.

He podido trabajar como Asistente TEA en el aula con alumnado con diferentes grados de
afectación en las áreas (social, comunicativa, lenguaje, motriz, cognitiva, autonomía personal,
conductual, emocional) donde suelen presentar más dificultades. A pesar de esto, sabemos
que cada niño y cada diagnóstico es único, por lo tanto, todo el alumnado con TEA NO siempre
presenta ni las mismas dificultades ni en todas las áreas, ni siquiera tienen porqué coincidir en
las áreas donde necesitan apoyo.

A la hora de plantear y desarrollar las diferentes estrategias, hay que tener presente y muy en
cuenta los gustos del alumnado así como las características específicas de cada uno de ellos.
Por ejemplo, le encantan los juguetes con sonido, le gustan las cosquillas, prefiere estar en la
alfombra/suelo, etc. Todo conocimiento sobre nuestro alumno nos ayudará a saber más sobre
él y nos permitirá que aquellas tácticas que pongamos en práctica sean más funcionales
puesto que nos ganamos su confianza y su cariño, y por lo tanto, saben que con nosotros van a
estar “a salvo” y se dejarán guiar y ayudar más facilmente.

Estrategias para la Atención con Alumnado TEA con alta madurez cognitiva;

-Intentar que realice por sí mismo todo aquello que sea capaz. En ocasiones, me pedía ayuda
para realizar tareas de escritura o colorear, cuando el alumno estaba perfectamente
capacitado. ¿Qué hacía? Con mi mano guiaba la suya durante un momento hasta que
recobraba su autoestima (a veces tenía en su pensamiento que no sabía o no podía realizar X
tarea, a pesar de que en otras ocasiones lo había hecho por sí mismo), y volvía a hacer la
actividad con muchas ganas y motivación. Hay que tener presente que simplemente con una
pequeño empujón hacemos que retome la actividad con normalidad. Por supuesto, no
siempre es tan fácil pero no hay que desistir.

-Aprovechar al máximo aquellas pequeñas cosas que les gustan. A mi alumno le encantaba
hacer las actividades, fichas o tareas cantando (la seño nos permitía canturrear en clase), así
que cada vez que esta estrategia servía para que trabajara por sí solo y contento, allí que
estábamos los dos cantando alguna cancioncilla que yo me hubiera inventado en el instante.
Siempre usaba palabras o temáticas relacionadas con la tarea o actividad que realizaba para
integrarla dentro de los contenidos que se trabajan en clase en aquel momento.
-Mantener/Tratar de mantener contacto visual si ves que no está comprendiendo lo que le
explicas o dices. En ocasiones, se evadía en mitad de clase y mi misión era que siguiera la
explicación de la clase y comprendiera lo que la seño estaba diciendo. Así que, su capacidad
cognitiva me permitía que simplemente buscando contacto visual con él y expresarme muy
claramente mediante mis gestos fáciles, comprendía que decía volver a prestar atención a la
seño. La seño tenía estructuradas las sesiones, por lo tanto, seguía una rutina, lo cual ayudaba
bastante a que anticipara lo que íbamos a hacer en cada momento. Todo esto nos hacía más
fácil el volver a centrarnos en las explicaciones. Es muy importante tener buen entendimiento
con la seño, ya que ella es quien marca los ritmos de clase y tú eres quien le puedes aconsejar,
de buenas maneras, si debería adaptar algo de clase para que el alumno lo comprenda mejor o
pueda realizarlo. En este caso, la seño era un amor y ponía a mi disposición todo lo que
necesitara y me pedía consejo a cerca de adaptaciones de tareas y actividades para
presentarle al alumno.

-Fomentar las relaciones sociales con sus compañeros. Con respecto a las habilidades sociales,
mi alumno ya había trabajado mucho este aspecto desde el ámbito familiar y educativo, por lo
tanto, cuando empecé a trabajar con él en el cole tenía un grupo de amigos con los que jugaba
durante el recreo y en clase. En ocasiones, no sabía cómo preguntar o como comenzar una
interacción social con ellos, en esos momentos aparecía yo e inventándome algún juego o
canción atraía a todos sus compañeros a que quisieran jugar con él. Ahí era cuando me
apartaba de la situación y él ya sabía manejarse por sí sólo. Mi labor era ayudarle y enseñarle a
integrarse más (porque estaba muy integrado en clase) y trataba de influir lo menos posible en
sus relaciones con los demás niños de clase o del cole. Poco a poco, fue imitando patrones que
yo le presentaba para interactuar con sus amigos. Hay que tener en cuenta que no siempre va
a querer jugar acompañado y no pasa nada si ese día o X tiempo decide jugar solo.

-Ayudar a controlar las conductas disruptivas. En los momentos en los que no quería trabajar,
no hacía caso o se comportaba de forma agresiva con sus compañeros, profesores o conmigo
misma, trataba de volverle a la calma usando estrategias como conteo hasta 10, mostrarle a
través de expresiones gestuales que no estaba “contenta” (repito que todo esto estaba muy
trabajado anteriormente) mientras le decía que debía parar porque no estaba bien ese
comportamiento. Siempre terminaba comprendiendo la situación, volviendo a la calma y
pidiendo perdón. Esto suena muy fácil y rápido pero son momentos intensos y duros en los
que reina la tensión ya que a veces tardábamos 5 minutos y otras 20. También usaba mucho
las caricias y abrazos para calmarme, tenía muchos momentos en los que lloraba porque
estaba triste y el contacto físico le hacía sentir bien y seguro. Él me solía pedir los abrazos y
achuchones y el resto de veces era yo la que quería crear lazos emocionales con él; ¡¡era un
amor!!.

Estrategias para la Atención con Alumnado TEA con baja madurez cognitiva;

-Presentación de apoyos visuales en todo momento. En este caso trabajamos con ayuda de los
pictogramas y teníamos una pictoagenda con todos los pictos que necesitábamos y nuestra
tira frase en frente de la mesa para ir presentando las tareas o actividades que vamos a
realizar, anticipar lo que va a pasar es muy importante para ellos. Al principio comenzamos
realizando 2 tareas consecutivamente, y conforme fue acostumbrándose a la nueva rutina de
trabajo en el aula, pudimos ir incrementando el nº de actividades consecutivas. Siempre
introduciendo un reforzador para aumentar su motivación y estuviera participativo durante
toda la sesión. Por supuestísimo, todo lo que le mostraba con los apoyos visuales eran
reforzados con lenguaje oral, para así trabajar la comprensión mejor, además del lenguaje. (no
se comunicaba con lenguaje oral).

-Reforzar y promover la autonomía personal. Era de gran importancia que aprendiera a


desarrollar estrategias para satisfacer sus propias necesidades, por ejemplo si quería agua o
comida, si necesitaba ir al baño o tenía frio o calor, porque no se comunicaba ni de forma oral
ni a través de pictos (estaba comenzando a aprender a usar este sistema). Por lo tanto, este
aspecto se trabajaba mucho a lo largo de toda la jornada, siempre guiándole y enseñándole
para reforzar su autonomía lo mejor posible y aprovechando cada oportunidad que se
presentaba.

Finalmente, fuimos consiguiendo que se comunicara a través de acciones/hechos (dándote la


botella porque quiere agua) o que él lo consiguiera por sí mismo: a través de un aprendizaje
guiado y secuenciado le enseñé a realizar dichos objetivos. Y…. aprendió a abrir las botellas de
agua y ya no necesitaba ayuda cuando quisiera beber. ¡¡Fue todo un logro!!

-Fomentar las relaciones sociales con sus iguales. En este aspecto, se trabajó muy lentamente y
al ritmo que él iba marcando, sin presiones, puesto que, generalmente, no le gustaba
compartir espacio con sus compañeros; porque había mucho ruido, porque le buscaban para
darle besos y abrazos (no le gustaba recibir afecto de sus iguales), cuando le enseñan algún
juguete invitándole a jugar con ellos. En clase estaban muy concienciados en ayudarle siempre
que lo necesitara, incluso si intentaba morder o comerse algo peligroso (tiza, muñeco, ficha…),
ellos estaban atentos e intentaban protegerle. En las ocasiones en las que NO quería recibir
contacto de ellos, trataba de huir o lloraba, mi papel aquí era ayudarle a calmarse y a que se
sintiera bien y reconducir su conducta a través de alguna actividad o juego que le gustara. Pero
también había momentos en los que disfrutaba de la compañía de sus compañeros de clase;
en este contexto yo trataba de enseñar a sus compañeros a jugar con él de forma que se
sintiera a gusto y lo más importante que le gustara, para que participara por sí solo. En muchas
ocasiones, algunos de sus compañeros querían trabajar con él y se sentían bien por enseñarles,
era la oportunidad perfecta para continuar trabajando y reforzando las habilidades e
interacciones sociales.

Las interacciones sociales con los adultos eran diferente; le gustaba acercarse a las seños y a
mí, fue aprendiendo a quién buscar si necesitaba algo o si no podía hacerlo por sí solo. Le
encantaba echarse encima y, “remoloneando”, como decimos por el sur, cogerte la mano para
que le hicieras cosquillitas en el brazo. Siempre recordaré esa sonrisa tan pura.

-Conectar lo máximo con el alumno. Mediante las pequeñas sesiones que realizábamos en
clase, uno de mis objetivos era conectar con él todo cuanto pudiera. Buscaba su mirada, el
comienzo de un juego básico y establecer vínculos con él que me ayudaran a dar a avanzar
más en los objetivos establecidos. Quedé muy satisfecha porque sentía que él confiaba en mí;
me buscaba si se encontraba mal, si necesitaba ayuda, incluso simplemente por abrazarse a mi
cual oso perezoso (confieso que a mí me encantaba). Estos gestos de cariño me demostraban
que a pesar de que no se comunicara oralmente, conectaba con las personas y eso es un gran
paso en la comunicación del alumnado con TEA.

Y hasta aquí os cuento y relato mis experiencias con alumnado con TEA de diferentes
capacidades cognitivas, que me proporcionaron un aprendizaje y desarrollo de estrategias y
herramientas, así como de habilidades para trabajar con alumnos que presentan dicho
trastorno a través del trabajo de la Asistencia en el aula. Espero que os sirva de ayuda u os
acerque más al trabajo que se realiza en los coles con este tipo de alumnos y se ponga de
manifiesto lo mucho que nos esforzamos y lo constantes que somos, tanto alumnos como
personal docente y asistentes, para que la calidad de la educación de ellos sea la mejor
posible, adaptándose a las circunstancias y características de cada familia y alumno.

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