Está en la página 1de 4

EL EJERCICIO DE LA TEOLOGÍA

Erick Ildefonso Manzano Ballesteros


¿Qué es la teología?

El sentido de preguntar que es la teología no es una simple pregunta que no se haya podido
responder ya en el pasado o incluso en el presente. La vigencia sigue ya que estamos ante
una cuestión a la que no se puede responder del todo y que se tiene que hacer cada
generación, si desea avanzar en su comprensión de Dios y del hombre.

A lo largo de la historia, la pregunta por la identidad de la teología ha estado presente en el


ámbito de la reflexión personal. El ser humano necesita decirse a sí mismo, con sus propias
palabras y de forma inmediata, quien es Dios para él y quien es el para Dios, es así como
algunos autores del siglo XX nos iluminan con su reflexión.

Rudolf Bultman nos dice que la teología existe verdaderamente cuando se da una
implicación personal y existencial entre el sujeto que hace teología y la realidad en la que
trabaja.

Karl Barth por su parte dice que la teología solo es posible como Iglesia, pues ella es el
lugar donde está la palabra donde puede ser escuchada, acogida y pensada.

Anselm stolz destaca que únicamente es posible la teología si antes existe Sagrada Escritura
y Encarnación de Dios. De lo contrario solo sería posible hablar de un Dios, pero no un real
y verdadero.

Hans urs von Balthasar es teología de Dios, es decir la revelación y hablando en si Hijo en
su palabra hecha carne.

Gustavo Gutiérrez, dice que la teología consiste en hablar de Dios desde el sufrimiento del
inocente; hablar del Dios dela gracia desde la situación histórica y concreta.

Después de que se nos ha iluminado con estas reflexiones de los teólogos, no hay que
olvidarse de tener en cuenta la etimología de la palabra teología que nos ayudara a
comprender a que se refiere. Tenemos dos conceptos Theos y Logos (Dios-Palabra) que
parecieran dos conceptos s muy distintos y que además no pueden tener una relación, entre
ese misterio que nos traspasa y nos desborda frente al logos un discurso razonable que
delimita las cosas frente a otras. Sin embargo se nos dice que esta teología cristina tiene el
presupuesto que este Dios ha querido abrirse y manifestarse ante el hombre con el propósito
de comunicar su proyecto ante la humanidad.

Ahora bien la teología tiene un amplio estudio o enfoque con respecto a la realidad del
hombre, pues al estar implicado Dios como parte de esta ciencia, hablaremos de las
diferentes teologías según la realidad del hombre que se quiera subrayar.

A partir de esta reflexión se nos da una definición de teología, como : La teología es la fe


pensada como respuesta agradecida a Dios que se revela en su Palabra y se da en su
Espíritu, como expresión cabal de la apertura radical y búsqueda critica del hombre a la
verdad. Esta fe de la que hablamos como pensada ha de realizarse desde tres ámbitos
fundamentales: en la Iglesia, ambiente primordial y sujeto último de la teología; en la
academia, lugar donde son esenciales la razón y el dialogo interdisciplinar entre las
diferentes ciencias desde el rigor y el método; en el tiempo coordenada donde ha de
adquirirse la conciencia de que la teología se hace en un camino que estamos recorriendo
hacia la plenituda definitiva y escatológica.

La teología demás de esto debe mostrarnos a Dios que se revela en la historia y que se
acerca al hombre, como padre, Hijo y Espíritu Santo y que además puede ser pensada y
estudiada desde la ciencias humas.

Ahora bien tenemos a Dios mismo como objeto de la teología en su movimiento de


apertura hacia nosotros, que consiste en la revelación del misterio; o mejor dicho, de él
mismo como misterio. Por ello es necesario revisar cómo se da la revelación de Dios desde
los diferentes ámbitos de la fe partiendo de las escrituras en el antiguo testamento por
medio de sus las acciones salvíficas se va revelando al pueblo de la alianza, en el nuevo
testamento ya se desarrolla con Jesucristo, que a través de su palabras y acciones nos revela
el misterio de Dios. Por ello la palabra de Dios ilumina la teología nos ayuda establecer una
profunda relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, comprendido como una unidad
dual o dualidad unitaria. También hay que poner una atención especial en la persona de
Jesús porque es el con su encarnación quien ratifica, manifiesta el designio de Dios, le da
plenitud a la revelación, juntamente con la acción del Espíritu Santo es por ellos que se
sugiere hablar de una teología trinitaria de la creación como base necesaria para toda
teología de la revelación y así articular de la mejor manera todos los elementos que la
incluyen y caer en la cuenta de cómo Dios objeto de la teología se ha ido revelando al
hombre desde la historia.

Se nos dice que Dios, es el fundamento y el objeto de la teología, en otras palabras la


revelación es el principio objetivo del conocimiento teológico, junto a esa dimensión
objetiva, se tiene que hablar de la fe como principio subjetivo. Si la revelación hace
referencia al fundamento y al objeto de la teología, la fe dice relación al sujeto. Es por ello
que se debe acerca a una comprensión global de la fe y el autor lo hace desde cinco
imágenes que la Escritura utiliza, que pueden servir para referirnos a la teología.

Las cinco imágenes que aporta la escritura para comprender la realidad de la fe, subrayna
una idea central que puede servir para ahondar en el sentido de la fe; en primer lugar la roca
le correponde la idea de la estabilidad, se nos revela como roca en la que nos asentamos y
nos sentimos seguros, el fundamento desde donde se edifica nuestra vida. El camino es el
dinamismo, por el cual nos arriesgamos y nos aventuramos hacia una tierra nueva,
pertrechados con su confianza inicial. La fe también es una luz a que nos otorga el
conocimiento de una realidad nueva, en la luz de Dios, vemos la luz, vemos a Dios y desde
esa luz se hacen nuevas todas las cosas. La fe es el amor en una relación personal que
alimenta y nutre, finalmente la fe es lo que tira de nosotros hacia una meta de plenitud que
nos aguarda y que consumará nuestras aspiraciones y deseos, más allá de ellos. Y la
teología, en cuanto a ciencia de la fe, participa de esas mismas características
fundamentales.

Se debe tener en cuenta que también en toda forma de conocimiento como punto de partida
esta una cierta fe. Una fe amplia, definida como aquella confianza radical en la realidad que
se quiere conocer y sin la cual esa realidad seria inaccesible. Así pues la experiencia de fe
no es algo ajeno al intelecto, ni una injerencia en la razón humana que se interpone entre el
sujeto y la realidad privando al primero de libertad de pensamiento y rigor científico. Con
cuanta más razón en la teología, la fe es en ella principio interno de conocimiento. Es el a
priori como presupuesto y el instrumento del conocimiento teológico. La fe no es lago
externo que limita la razón del teólogo, determinado en el campo y el contenido sobre el
que puede pensar, sino la condición de posibilidad para poder hacer teología. El teólogo
piensa no a pensar de la fe, sino en la fe y desde la fe.

Además la fe despliega en el hombre un dinamismo en tres horizontes o perspectivas.

El horizonte de la verdad: que tiene que ver con el uso de la razón y de la inteligencia. El
creyente se abre a la verdad para intentar comprenderla de una forma cada vez más
profunda, se trata de la fe que busca la belleza de sus razones, las cuales sobrepasan la
inteligencia humana llevándola a un territorio nuevo e insospechado.

El horizonte del amor: que tiene que ver con la voluntad y el mundo de la afectividad. En
realidad, no se puede conocer lo que en el fondo no se ama. El creyente, al mar esa verdad
que es objeto de su conocimiento, la comprende mejor y busca amarla con más
profundidad. La teología está afectada simultáneamente por el dinamismo de la verdad y
por el dinamismo del amor, ambos existen en el creyente.

Horizonte de la esperanza: tiene que ver con la memoria y el deseo. La teología como
ciencia humana siempre será una teología, que busca en la memoria del origen fundante y
constituyente aquella realidad que le empuja y le lleva a trascender toda imagen, todo
concepto y toda categoría en su camino hacia Dios.

Por ello la teología se considera como fe que busca razones para comprender mejor, para
mar más y para esperar siempre. Este dinamismo desplegado en la triple perspectiva genera
un método teológico. Un método peculiar que, en pos de lograr el objeto de su
conocimiento, estructura el quehacer teológico en tres momentos fundamentales, La
escucha, la comprensión y la acción de la fe.

Llegamos ahora a decir que la iglesia en cuanto pueblo de Dios y comunidad de fe, es el
sujeto de la teología. La fe no es algo que afecte de una manera aislada e individual a la
persona, sino que reclama esencialmente comunión. El binomio (yo creo-nosotros creemos)
pone de manifiesto la tensión entre carácter personal y comunitario de la fe. Si la teología
es la ciencia dela fe, la Iglesia es el sujeto primordial de su ejercicio, pues ellas es la que
ejercita primordialmente la fe y por ende también su inteligencia.

También podría gustarte