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SEMINARIO PONTIFICIO DE LA SANTA CRUZ

ETAPA DE FILOSOFÍA
DIOS REVELADO POR CRISTO; Pbro. Rubén Martínez
Ramírez
PRESENTA: ESTEBAN GENARO SANTIAGO RAYMUNDO Primer Semestre de
Teología.
Hacienda Blanca, Etla, Oax., a 22 de diciembre de 2020
Creo en el Dios Uno y Trino

El presente escrito corresponde a la recensión acerca de la obra Introducción al


Cristianismo de Joseph Ratzinger, tomando específicamente el apartado que corresponde a
Creo en el Dios Uno y Trino ya que es un apartado cuyo tema se identifica con lo estudiado
dentro de la materia. El texto está dividido en dos partes, la primera correspondiente al
enfoque de la comprensión y el segundo al sentido positivo, sin embargo, están unificadas
por la pregunta sobre qué significa creer en un Dios Uno y Trino.
El primer apartado acerca del enfoque de la comprensión, comienza haciendo la aclaración
acerca del origen en la creencia en un Dios Uno y trino que, contrario de lo que pudiese
pensarse, no es una elaboración especulativa sino la suma de distintas experiencias
históricas que se remiten hasta la experiencia del Padre llevada a cabo en el pueblo de
Israel, posteriormente, la revelación del Hijo que se presenta como distinto del Padre, pero
a la vez similar a él, por tanto es un auténtico Emmanuel que abre al hombre hacia una
nueva relación con Dios Padre y Hermano, por último se da la revelación del Espíritu que
no es un simple tercero, sino que se trata del modo en que Dios se da y penetra en la vida
del hombre. Por tanto, Dios se ha revelado tal y como es, Uno y Trino.
En seguida, se habla de los motivos conductores de la admisión de tal doctrina donde se
manejan tres: el primero, es referente a Jesús, con quien el hombre interactúa y encuentra
su autentico mediador en virtud de su doble naturaleza; segundo, esta mediación no puede
conducir a una comunidad de falsos dioses y, tercero, la preocupación fundamental por
tomarse en serio la historia de Dios con el hombre, donde Dios representa una realidad, so
un modo o una persona en el sentido del teatro griego.
Posteriormente, se habla de las dos falsas salidas: el subordinacionismo, que donde Cristo
no es Dios sino próximo a él, y el monarquismo, donde cada una de las personas divinas
sólo representa una máscara que habla de la relación del hombre con Dios mas no de Dios
mismo. Ambas suprimen de sus caminos a la fe, el diálogo del amor y la libertad, por tanto
no pueden representar buenas salidas para explicar el misterio del Dios trinitario, pues
llevan inevitablemente hacia falsas salidas.
Esta primera parte concluye hablando de la doctrina negativa sobre la Trinidad.
Efectivamente, las primeras reflexiones teológicas entorno a la Trinidad han sido de
carácter negativo puesto que pretenden establecer aquello que no se quiere comprender.
Toda la teología trinitaria antes de ser aceptada ha sido impugnada, y sólo se admite como
un “decir algo sobre Dios”, debido a que siempre remite a aquello que no puede encerrarse
en conceptos humanos. Sin embargo, de todas estas afirmaciones confrontadas tantas veces,
se ha ido conformando la catedral de la doctrina trinitaria.
La segunda parte del texto corresponde al sentido positivo del conocimiento sobre la
Trinidad, donde Ratzinger trata de explicar tres tesis de las formulas de la fe que apuntan al
sentido positivo de la doctrina trinitaria que apunta a lo inexpresable pero no intentando
insertarlo en la conceptualidad humana.
La primera tesis se enuncia de la siguiente manera: la paradoja una essentia, tres personae,
“una esencia en tres personas” tiene que ver con el problema del sentido primordial de la
unidad y de la multiplicidad. Esta tesis revela que Dios trasciende las categorías humanas
de unidad y multiplicidad, donde la divinidad es una y única y la multiplicidad corresponde
a la plenitud creadora de Dios. Esto tiene como consecuencia que quien cree en Dios Uno y
Trino, tiene por unidad más radical al amor.
La segunda tesis se formula así: la paradoja una essentia, tres personae, está en función del
concepto de persona y ha de entenderse como íntima implicación del mismo. Esto implica
confesarlo como inteligencia creadora, persona, conocimiento, palabra y amor, relación
comunicabilidad y fecundidad, lo Absoluto es persona.
La tercera tesis se enuncia de la siguiente manera: la paradoja una essentia, tres personae,
tiene que ver con el problema de lo absoluto y de lo relativo y manifiesta el carácter
absoluto de lo relativo. Aquí el dogma funge como regulador para las palabras adecuadas
que puedan ser utilizadas para hablar intelectualmente y no malentender la doctrina de
Dios. De Dios se habla de persona en función de su dialogicidad y de su relacionalidad,
superando así el concepto teatral griego de persona. Toda esta parte especulativa siempre
remitirá a lo bíblico, sobre todo en el Evangelio de San Juan, donde en palabras distintas, se
expresan las realidades ya mencionadas.
Todas las reflexiones acerca de la Trinidad no quitan de ella el halo de misterio, sin
embargo, ayudan a conocer mejor la realidad que la trinidad presenta, van desvelando lo
que es realmente Dios y, de manera paradójica, van descubriendo al hombre mismo.

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